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TEMA DE ESTE EJEMPLAR:
LAS COSAS ÚLTIMAS Volumen 40
Abril 2009
No. 3
Versión al Español: Jaime Hernández Castillo César Hernández Castillo
ARTÍCULOS EN ESTE EJEMPLAR: 3.- EDITORIAL Escatología Bíblica 5. Propósitos de la Venida de Cristo
Alan Highers
Basil Overton 7.- La Resurrección y Las Últimas Cosas William Woodson 10. ¿Habrá un Reinado de Mil Años Sobre la Tierra? Hardeman Nichols 14. Algunas Escrituras Contradichas por el Premilenialismo Roy H. Lanier Jr. 17. ¿Qué Hay Acerca del Rapto y la Tribulación? David Miller 21. La Doctrina del 70 DC Wayne Jackson 24. El Estado de Los Muertos David Pharr 27. El Gran Día del Juicio Mac Layton 30. ¿Hay Un Infierno Eterno? Gary Workman 34. La Realidad del Cielo Billy R. Smith Jim Laws
37. EDITORIAL ADJUNTA La Naturaleza del Hombre 41. Una Revisión del Armstrongismo
Tommy J. Hicks 44. Un Examen de Mateo 24 Alan Highers
LA ESPADA ESPIRITUAL USPS 765-120 Volumen 40, Número 3, Abril 2009 Alan E. Highers, Editor Jim Laws, Editor Adjunto Publicada Trimestralmente por la Iglesia de Cristo Getwell, 1511 Getwell Road, Memphis, TN 38111. Tel. (901) 743-0464, Fax (901) 743-2197. Porte pagado en Memphis, TN y en oficinas de correo adicionales. Dirigir correspondencia de suscripciones y negocios a Iglesia de Cristo Getwell, 1511 Getwell Rd., Memphis TN, 38111. Dirección General de Correos. Envíe cambios de dirección a La Espada Espiritual, Iglesia de Cristo Getwell, 1511 Getwell Rd., Memphis TN, 38111. Dirija asuntos editoriales a Alan E Highers, P. O. Box, 263, Henderson, TN 38340. ¿CAMBIÓ DE DOMICILIO? La Oficina Postal le enviará su copia. Por favor notifíquenos de su cambio de dirección. ADMINISTRADOR DE CORREOS: Envíe el cambio de domicilio a La Espada Espiritual, Iglesia de Cristo Getwell 1511 Getwell Road, Memphis, TN 38111. PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN: Copias individuales $ 1.25 cada una o $ 5.00 por año. PAQUETES a la misma dirección. 25 copias – $ 25, 50 copias – $ 45, 100 copias – $ 80. Precios no incluyen Franqueo y manejo. Debe acompañar su orden con un cheque.
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Escatología Bíblica La palabra escatología viene de dos palabras griegas: eschatos, que significa último, y logos, que significa palabra. La Escatología Bíblica, por lo tanto, es el “estudio” o “palabra” acerca de las últimas cosas. Es una rama de la investigación que se ocupa de la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos, el día del juicio general, y el estado final del hombre.
Falsas Enseñanzas Cualquier estudio de las cosas últimas debe incluir también un examen de los dogmas erróneos que han surgido con respecto a las últimas cosas. Los falsos maestros han urdido elaboradas e intrincadas teorías concernientes a este crucial período, incluyendo las siguientes: 1) Premilenialismo. La teoría general del premilenialismo sostiene que cuando Cristo venga otra vez, establecerá un reino terrenal en la ciudad de Jerusalén, gobernará desde el trono literal de David, y su reino continuará por un período de mil años, después de los cuales empezará el estado final. La palabra misma sugiere que la venida de Cristo será “pre”, esto es, antes del milenio o reinado de mil años. De esta manera, según los premilenialistas, Cristo vendrá a establecer su reino y a comenzar su reinado. 2) El Rapto y la Tribulación. Algunos premilenialistas también creen que antes de la venida de Cristo habrá un “rapto” de los santos, esto es, que serán arrebatados con el Señor a las nubes por un período de siete años durante los cuales habrá una gran tribulación sobre la tierra. Al final de este período de siete años, el Señor vendrá “con” sus santos para inaugurar su reino terrenal. Este punto de vista del premilenialismo a menudo es llamado dispensacionalismo. 3) La Doctrina del 70 DC. En tanto que los premilenialistas creen que la mayoría de la profecía todavía debe cumplirse, otro grupo alega que todos los eventos proféticos fueron consumados con la destrucción de Jerusalén en el 70 DC. Hablan de su filosofía como de “escatología cumplida”, por lo que dan a entender que las cosas últimas fueron todas cumplidas en el 70 DC, incluyendo la segunda venida de Cristo, el día del juicio, el fin del mundo, y la resurrección de los muertos. 4) Anglo-Israelismo. Herbert W. Armstrong enseñó en su tiempo, y su Iglesia de Dios Universal continúa haciéndolo, que las profecías del Antiguo Testamento con respecto a Efraín y Manasés, en realidad eran referencias ¡a la Gran Bretaña y a Estados Unidos! Sus seguidores creen que el reino de Dios es un gobierno literal que debe ser establecido en la tierra a la segunda venida de Cristo. 5) El Sueño del Alma. Otra falsa doctrina asociada con las cosas últimas es el sueño del alma como enseñado por los Adventistas del 7º Día, Testigos de Jehová, y otros. Creen que el hombre es completamente mortal e inconsciente desde la muerte hasta la resurrección. No creen que el hombre esté consciente después de la muerte o que posea un espíritu eterno. 6) La Aniquilación. Una doctrina popular (defendida incluso por algunos en la iglesia) es que no hay lugar de tormento eterno, sino que los impíos muertos son quemados, aniquilados, y por lo tanto dejan de existir.
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Es nuestro propósito en este ejemplar de LA ESPADA ESPIRITUAL no solo publicar lo que la Biblia enseña acerca de las cosas últimas, sino también examinar y refutar las distintas falsas doctrinas enseñadas en relación con estos eventos.
Razones Para Este Estudio ¿Por qué estudiar acerca de las cosas últimas? ¿Qué efecto práctico se puede obtener? Primero, es uno de los aspectos más intrigantes de la enseñanza bíblica. ¿Quién entre nosotros no está preocupado con lo que le sucederá al hombre al morir? Segundo, nos enseña que esta vida no es todo lo que hay. Hay vida más allá de la tumba. Tercero, es una poderosa motivación para vivir la vida centrada en Cristo. La vida aquí es corta a lo más, la muerte es segura, el cielo es real, y el infierno es eterno. Más meditación reflexiva acerca de la vida más allá de la tumba debe hacernos enfocar en mayor medida los valores espirituales. Cuarto, nos despertaría un espíritu más profundo de evangelismo. ¿Por qué muchas de las denominaciones predominantes han decrecido en membresía en años recientes? ¿No es porque han perdido su interés en el evangelismo? La razón, en muchos casos, de que ya no evangelicen es porque su enseñanza está en “este mundo” antes que en el “otro mundo”. Enfatizan el evangelio social, el mejoramiento del hombre en la tierra, y el alimentar al pobre y al hambriento, pero no le dan énf asis a ningún prospecto para la vida después de la muerte. Por lo tanto, no hay incentivo para evangelizar, para convertir, o preparar individuos para la vasta expansión de la eternidad. Quinto, la convicción de que cielo e infierno son reales, nos debe apasionar para ser fieles y firmes. Jesús dijo, “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. (Ap. 2:10).
La Verdad es Importante En medio de todas estas teorías humanamente inventadas acerca del fin del tiempo, es nuestro deseo acentuar la clara enseñanza bíblica con respecto a las cosas últimas. En este número de LA ESPADA ESPIRITUAL, no solo incluimos estudios de las diferentes teorías de hombres, sino que también publicamos la verdad de que Jesús viene otra vez, los muertos resucitarán, habrá un día de juicio general, y todos entraremos al estado y morada eterna y final. Es importante recordar que todo esto es una realidad porque el hombre sobrevive a la tumba, tiene un espíritu eterno, y por lo tanto este mundo presente no es todo lo que hay para vivir. No es suficiente el simplemente creer estas cosas en teoría o entenderlas. Nuestro estudio de las cosas últimas debe motivarnos a todos a creer en Jesucristo como el Hijo de Dios (Mat. 16:16), arrepentirnos de los pecados (Hch. 17:30), confesar a Cristo (Rom. 10:9), y ser bautizados para el perdón de los pecados (Hch. 2:38). El Señor después añade a los salvos a la iglesia (Hch. 2:37-47). Como miembros de la iglesia, el cuerpo de Cristo, necesitamos adorar y servir al Señor, permanecer fieles a su causa, y declarar el evangelio a toda criatura (Mar. 16:15). Qué bendita certeza es que cuando esta vida haya terminado, “crucemos el río para descansar a la sombra de los árboles”. Entremos en esa casa del alma. Hagamos a un lado nuestros problemas y preocupaciones. Ahí irrumpe nuestra visión de la tierra donde no hay noche ni lágrimas, y donde no hay ni muerte, ni llanto ni aflicción, ¡ni cualquier otro dolor! Regocijémonos en el estudio de “Las Cosas Últimas”.
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Propósitos de La Venida de Cristo Basil Overton
habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo”. (Hch. 1:9-11)
huracanes, tifones, tornados y todos los demás desastres y eventos asoladores desde que el mundo fue creado, si todos fueran combinados en un gran evento, tal cosa no equivaldría a lo que sucederá cuando nuestro precioso Señor regrese, cuando “los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas”. (2 Ped. 3:10-11)
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Los siguientes son los propósitos que el Nuevo Testamento presenta para su segunda venida.
I. Jesús Viene Otra Vez a Resucitar a Todos los Muertos.
Si Jesús realmente no murió, en la forma en que el Nuevo Testamento lo dice, y por lo tanto no resucitó de los muertos, y no ascendió a los cielos, ¿qué le sucedió? ¿Cuándo murió? ¿Dónde fue sepultado? ¡Estas preguntas no pueden ser contestadas adecuadamente por los escépticos!
Jesús enseñó que los espiritualmente muertos escucharían su voz (el evangelio) y vivirían. Luego dijo, “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. (Jn. 5:28-29)
Los burladores dicen que Jesús no vendrá de nuevo, pero no saben si están en lo correcto. Tal punto de vista ¡es una especie de fe! ¡Nadie debería arriesgarse a creer lo que los escépticos dicen acerca de esto! Si una persona cree que Cristo no regresará, y está equivocada acerca de ello, solo piense cuán terrible será para él cuando Cristo venga.
La doctrina del Premilenialismo dice que cuando Cristo regrese resucitará a los muertos justos, y mil años después resucitará a los muertos impíos. Esto no es enseñado en la Biblia. Jesús dijo que resucitará a buenos y malos en la misma hora. Incluso si hora no significa lo que conocemos como una hora, ¡Jn. 5:28 se refiere a un solo evento!
Alguien calculó que el Nuevo Testamento, en diferentes formas, se refiere a la segunda venida de Cristo ¡cerca de 300 veces! El Señor seguramente quiere que creamos esta impresionante afirmación.
En Jn. 6 está registrado que Jesús dijo cuatro veces que resucitará a los muertos justos en el día postrero (vs. 39, 40, 44, 54). Según el Premilenialismo ese no será el “día postrero”, sino que habrá 1000 años después de ese día en que el Señor resucite a los justos, ¡y 1000 años son 365 000 días! Así que de acuerdo al Premilenialismo Jesús resucitará a los impíos muertos 365 000 días después de que resucite a los justos. Pero Jesús dijo que resucitará a los justos y a los impíos ¡al mismo tiempo! (Jn. 5:2829).
Pablo escribió que el regreso de Cristo será “la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo…” (Tito 2:13) La aparición de Cristo no solo será gloriosa, será también impresionante. Si todos los eventos desde que Dios creó todas las cosas por Jesucristo fueran combinados, tal combinación no sería igual a lo que tendrá lugar cuando Cristo regrese. El gran diluvio mundial que convirtió a la tierra en un mar sin orillas, todos los pequeños diluvios desde entonces, todos los terremotos y maremotos, todos los devastadores ciclones, 5
II. Jesús Viene Otra Vez a Juzgar a Todos.
III. Jesús Viene Otra Vez a Entregar el Reino al Padre.
En el Areópago, Pablo les dijo a los filósofos paganos que Dios juzgaría al mundo por Jesucristo, y les dió como garantía de esto la resurrección de Jesucristo. La evidencia de que Dios resucitó a Jesucristo de entre los muertos ¡es abrumadora! Así que tenemos una gran seguridad de que el día del juicio viene. (Hch. 17:30, 31).
Jesús no viene otra vez, como algunos dicen, a establecer su Reino. Él hizo eso cuando ascendió el primer día de Pentecostés, diez días después de su ascensión. Fue resucitado de entre los muertos para sentarse en el trono del reino (Hch. 2:30). Del tiempo inmediatamente posterior a la resurrección de todos los muertos, Pablo escribió, “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. (1 Cor. 15:24-26)
Pablo también les dijo a esos en el Areópago que Jesús juzgará al mundo en justicia. Jesús también dijo esto cuando afirmó que juzgaría por su palabra (Jn. 12:48). La justicia por la que todos seremos juzgados es el estándar de lo que Dios dice que es correcto, como revelado en la Biblia. “Porque todos compareceremos ante el tribunal de Cristo”. (Rom. 14:10b)
IV. Jesús Viene Otra Vez Para Recompensar a Los Justos.
Hay una historia que cuenta que una mujer estaba llevando un equipo de caballos a un vagón y los caballos estaban corriendo rápido y ella no podía hacer que fueran más despacio. Estaban a punto de bajar una larga colina. Un hombre salió corriendo y atrapó una línea que estaba sobre el equipo, los jaló a una zanja y los detuvo. Dos años después la mujer que estaba llevando los caballos fue juzgada y convicta por un crimen capital, y el juez la sentenció a muerte. Cuando el juez anunció la sentencia, la mujer repentinamente se dió cuenta que él era el hombre que había detenido los caballos. Gritó, “Juez, usted no puede hacerme esto, hace dos años salvó mi vida, y ahora me está sentenciando a morir”. Él respondió, “Señora, hace dos años yo fui su salvador; ahora, soy su juez”.
En la parábola de los Talentos, Jesús enseñó que cuando venga, les dirá a los fieles en su Reino, “entra en el gozo de tu señor”. (Mat. 25:23). Pablo se refiere a esta recompensa como recibiendo una corona de vida (2 Tim. 4:8). Le llama a esta recompensa “un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Cor. 4:17). Se refiere a ello como “de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos”. (2 Cor. 5:1) Juan dijo que cuando Cristo apareciera “seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es”. (1 Jn. 3:2). Solo el ver a Jesús y contemplarlo, sería recompensa suficiente por muchos años de vivir para Él, pero la recompensa de los justos superará con mucho a eso: ¡Seremos como Él! Lo veremos no como Él era un bebé en un establo de Belén; no como un joven carpintero con manos callosas; no como un hombre de preocupaciones y familiarizado con el pesar; no con saliva humana mezclada y revuelta con su propia sangre sobre su frente y cara; no como cuando un látigo fue usado para golpear brutalmente su espalda en una enorme herida; no como cuando estaba colgando en una cruz romana; no como su cadáver fue envuelto en una sábana y puesto en la tumba de un Senador Arameo; sino que le veremos ¡como Él es! Lo veremos en su estado glorificado y ¡seremos como Él! ¡Esta recompensa es arrolladora! La esperanza de esta recompensa ayudará a los hijos de Dios a través de todas las pruebas.
Cuando Cristo regrese no vendrá a ofrecerle a la gente perdida otra oportunidad para ser salvos. ¡Será nuestro Juez! “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”. (Heb. 9:28) “Sin relación con el pecado” de lo anterior no implica que la primera vez que Jesús vino tenia pecado. La primera vez que vino trató con el pecado ofreciéndose a sí mismo por los nuestros. La segunda vez vendrá sin tener nada qué ver con el pecado. ¡Vendrá como nuestro Juez!
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ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)”. (2 Tes. 1:7-10)
V. Jesús Viene Otra Vez Para Tomar Venganza de Los Impíos. Jesús vendrá con “los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y
“E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”. (Mat. 25:46) Basil Overton es un evangelista y editor de The World Evangelist.
La Resurrección y Las Últimas Cosas William Woodson
a discusión de la resurrección de los muertos es de gran interés para el cristiano, y para la humanidad en general. Como hombres y mujeres mortales, hay una conciencia de la realidad de la muerte. Hay eso dentro de nosotros, el alma y el espíritu, los cuales anhelan vivir no solo ahora sino en la eternidad. Cuando confrontamos la realidad de la muerte observando cómo les pasa a otros, nos damos cuenta que para nosotros, también debe venir el fin de esta vida. ¿Habrá vida después de la muerte? Si así es, ¿habrá una resurrección? ¿Habrá una resurrección del cuerpo con el propósito de ser liberado de los poderes de la muerte y volver a vivir? Los cristianos contestan “Sí”, por causa de la enseñanza de la Escritura, como será indicado brevemente. Por consiguiente, la resurrección sigue siendo de interés creciente para quienes le creen a la Biblia.
exacto significado y la no poca controversia que la rodea. Un asunto controversial de particular interés acerca de ello se desarrolla desde el punto de vista de la resurrección, expuesto en lo que es conocido como premilenialismo dispensacional. En este artículo será observado y evaluado este punto de vista del premilenialismo dispensacional desde la perspectiva de la enseñanza bíblica. Será dada también una breve vista de conjunto de la enseñanza bíblica con respecto a la certeza de la resurrección.
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La Teoría Dispensacional de Las Resurrecciones1 No se trata de un error al escribir la palabra resurrección para indicar que el premilenialismo dispensacional sostiene una doctrina de múltiples resurrecciones de los muertos. Varios defensores del punto de vista dispensacional, cada uno con énfasis ligeramente diferente, requiere que uno deba estar alerta a los giros y expresiones únicas al considerar a un escritor en particular; pero la
Tan importante e interesante como la resurrección es, hay también algunas preguntas acerca de su 7
posición general puede precisión como sigue:
ser
resumida
con
muertos; primicias de los que durmieron es hecho…Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados” (1 Cor. 15:20, 22)
La posición general es que habrá dos resurrecciones, una para los justos y la otra para los impíos, y que estarán separadas por los mil años del “milenio” como defendido por sus defensores. Se nos dice que Cristo reclamará a sus santos en la primera fase de su segunda venida, supuestamente la “primera resurrección”. Luego, a continuación del supuesto milenio, habrá una resurrección de los impíos muertos. Esto significa que habrá dos resurrecciones separadas como ya se ha visto.
Daniel predijo, “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua”. (Dan. 12:2). Jesús fue confrontado por los saduceos, quienes negaban la resurrección (Mat. 22:23). Le plantearon a Jesús lo que consideraban un problema imposible de resolver. Para probar su respuesta, Jesús afirmó el hecho de “la resurrección” muy claramente (Mat. 22:30, 31). Pablo expresó su esperanza confiada en la resurrección tanto de justos como de injustos (Hch. 24:15).3 Estos versículos, y otros fácilmente observados, demuestran la verdad de la resurrección de justos y de injustos. Algunas referencias adicionales serán citadas en otra relación, en la siguiente sección; éstas añadirán a la evidencia citada justo ahora.
También es digno de observar que, usando la forma única de división que a menudo caracteriza a esta teoría milenial, algunos dispensacionalistas postulan dos o tres fases de esta supuesta “primera resurrección”. Feinberg, por ejemplo, tiene: (1) los “santos” del NT recibirán sus cuerpos glorificados en la venida de Cristo “por los suyos”, (2) los mártires resucitados de lo que es calificado el “período de la tribulación, serán resucitados”, y (3) los santos del AT serán resucitados después de la tribulación. 2 Uno debe además especular que debe haber conversiones de impíos durante la “tribulación”, esos redimidos convertidos que murieron durante los siete años de la pretendida “tribulación”, también necesitarán ser resucitados ante el juicio y esto implicaría todavía una cuarta resurrección de justos. ¿Qué debemos hacer de tal punto de vista de la resurrección de los muertos?
Evaluación del Punto de Vista de las Múltiples Resurrecciones Según El Dispensacionalismo. La totalidad de la teoría del premilenialismo dispensacional ha sido discutida muchas veces y sus falacias han sido expuestas con precisión.4 La teoría está estructurada de tal manera, con cada uno de sus hilos tan estrechamente relacionado con los demás, que el derrumbar uno de sus dogmas, pone en peligro toda la mezcolanza tipo castillo de naipes. La doctrina de las dos resurrecciones es de tal naturaleza que resulta vital para la teoría dispensacional que el fracaso de este componente es una herida mortal.
Confianza en la Resurrección de los Muertos Antes de evaluar la teoría dispensacional, sería bueno observar las bases de la confianza en que la resurrección de los muertos ocurrirá. Algunas líneas de tal evidencia pueden ser citadas.
¿Qué debemos hacer en cuanto al reclamo de los dispensacionalistas de que habrá dos resurrecciones? En respuesta de pocas palabras, es falsa como se demuestra por las siguientes razones:
Primero, la verdad de la resurrección de Jesús de entre los muertos fue usada por los escritores del NT para demostrar la divinidad del Señor y mostrar la verdad de la resurrección de la humanidad también. Pablo razonaba de esta manera: Hemos predicado que Jesús resucitó de entre los muertos, ustedes creyeron eso, y han obedecido a Cristo como Señor resucitado. En vista de esta realidad, “¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?” (1 Cor. 15:12). Nuevamente, Pablo afirmó, “Mas ahora Cristo ha resucitado de los
La Resurrección Debe Ser En El Día Postrero Jesús declaró que resucitaría a los muertos en el día postrero (Jn. 6:39, 40, 44, 54), y el juicio será en el día postrero (Jn. 12:48). Observe solo uno de estos versículos: “Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquél que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero”. (Jn. 6:40). Todo el que crea en 8
Jesús debe ser resucitado “en el día postrero”, no solo el israelita, no solo el gentil, no un “santo de la tribulación”, etc., sino “todo”.
Corroboración por Afirmaciones de la Escritura La observación acerca de la resurrección de toda la gente en el “día postrero”, como observada anteriormente, es decisiva. El fracaso de los dispensacionalistas en refutarlo es evidente. Este punto de vista de que debe haber solo una resurrección, no dos [o hasta cuatro o cinco resurrecciones, dependiendo del dispensacionalista que uno lea] resurrecciones está corroborado por numerosos versículos del NT.
No habrá ningún día después del “día postrero”, o ¡Jesús expuso mal el tema! No habrá tiempo sobre la tierra para un supuesto reinado de mil años después del “día postrero”, y con esto sabido, la teoría fracasa. El silencio de los dispensacionalistas sobre estos versículos es significativo y revelador. El frecuente aparato de notas explicativas al pie de página en la Biblia de Referencia de Scofield, no dice nada acerca de estos versículos. La página 1123 (Jn. 6) tiene una columna al centro de referencias paralelas, pero no aparece ninguna discusión acerca del “día postrero” en la edición 1945. La página 1133 (Jn. 12) tiene notas al pie acerca otros asuntos, pero no acerca del “día postrero”. Feinberg observa la objeción (p. 118) pero no ofrece ninguna refutación del argumento. Pentecost alude al argumento (p. 174), pero no ofrece ninguna refutación específica. Alega que la referencia es acerca del “programa de Dios para Israel” (p. 175) y lo repite (p. 255). Intercambia los términos de “los últimos días” a “el día postrero” para defender este punto de vista (p. 351)
Jesús habló de la “hora” que viene en la que todos los que están en sus sepulcros, saldrán; unos, habiendo hecho lo bueno, recibirán la resurrección de vida, pero otros, habiendo hecho lo malo, recibirán la resurrección de condenación (Jn. 5:28-29). Pablo habló de una resurrección “así de justos como de injustos” (Hch. 24:15). Este versículo indica la misma resurrección referente tanto a justos como a injustos. Este hecho es mostrado por el griego te kai, traducido “y” [En la versión que utiliza el autor, se vierte “y”, esto es, “justos e (y) injustos”, aunque en la RV está traducida por “como”]. Este uso muestra que los dos adjetivos (justos e injustos) están unidos por un “vínculo íntimo”, el hecho de que la resurrección de ambos debe ocurrir al mismo tiempo.5
Las palabras de Jesús son claras: la resurrección ocurrirá en el “día postrero”, habrá solo una resurrección, no habrá tiempo sobre la tierra para un supuesto reinado de mil años después del “día postrero”.
En su discusión de la resurrección, Pablo se refiere a la resurrección de Cristo y la venida del Señor (1 Cor. 15:23). El siguiente versículo hace esta importante declaración: “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia”, (v. 24). Su reino debe continuar hasta que todos sus enemigos le estén sujetos, incluyendo la muerte, (vs. 25 y 26). Ningún período de mil años se interpone entre la resurrección de los que son de Cristo y “el fin”. Es sorprendente que la palabra traducida “luego” [eita] (v. 24), aparece dos veces más en este mismo capítulo. ¿Mediaron 1000 años entre el tiempo en que el Jesús resucitado fue visto por Cefas, y “después” [eita] por los doce (v. 5)? ¿Pasaron 1000 años entre el tiempo en que el Jesús resucitado fue visto por Jacobo, y “después” [eita] por todos los apóstoles (v. 7)? Con seguridad nadie supondría que tal cosa fuera verdad. Así pues, “el fin” [el “día postrero” de Jn. 6:39, 40, etc., y la “final trompeta”, 1 Cor. 15:52]
Estos dispensacionalistas no se esfuerzan en demostrar que la conclusión citada acerca del “día postrero” esté equivocada; ninguna parece posible. Se le pide al lector tomar nota de los versículos citados de Jesús y observar que la resurrección indicada no está limitada a Israel en ninguna manera. Este silencio obvio y el esfuerzo tormentoso por oscurecer la clara enseñanza del Señor, difícilmente convierte a los abogados de la teoría. Las palabras de Jesús son claras: la resurrección ocurrirá en el “día postrero”, habrá solo una resurrección, no habrá tiempo sobre la tierra para un supuesto reinado de mil años después del “día postrero”.
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es en “la venida” de Cristo, y en su venida los muertos, tanto justos como injustos, serán resucitados.
495; Charles L. Feinberg, Premillenialism or Amillenialism? (¿Premilenialismo o Amilenialismo? Van Kampen Press, 1954; 180-190; 343-348) J. Dwight Pentecost, Things To Come (Eventos del Porvenir, Zondervan, 1964; 394-411). La Biblia de Referencia de Scofield tiene una serie de notas al pie y resúmenes que sostienen este punto de vista.
¿Habrá una resurrección del cuerpo con el propósito de ser liberado de los poderes de la muerte y volver a vivir?
2. Feinberg, 188, 189. 3. Vea Foy E. Wallace, God’s Prophetic Word (La Palabra Profética de Dios, 1946) y Oswald T. Allis, Prophecy and the Church (Profecía y la Iglesia, 1945) para una cuidadosa refutación de esta teoría.
Somos consolados en vida y sostenidos en la muerte por la verdad de la resurrección de Cristo y su garantía de nuestra resurrección de los muertos. Este glorioso evento de la resurrección ocurrirá para todos los hombres en la segunda venida de Cristo. “sí, ven, Señor Jesús”. (Ap. 22:20)
4. Thayer deja claro esto, Lexicon, (Léxico, p. 616, ítem 2 bajo te). A. T. Robertson se refiere a este “vínculo íntimo” y lo relaciona específicamente con Hch. 24:25. Grammar of the Greek NT in the Light of Historical Research (La Gramática del NT Griego a la Luz de la Investigación Histórica, 1934; 1179).
NOTAS 1. Las siguientes obras presentan el punto de vista general representado en esta línea: Henry Clarence Theissen, Introductory Lectures in Systematic Theology (Discursos Introductorios en Teología Sistemática Eerdmans, sexta impresión, 1961, 487-
William Woodson (Th. D.), enseña en el Departamento de Biblia de la Universidad David Lipscomb
¿Habrá Un Reinado Terrenal de Mil Años? Hardeman Nichols
“semaino”, significa, según Vine, “expresión mediante señales”, el comentario del autor se refiere a que en su versión, la palabra “declaró” (semaino), viene vertida como “significó”]. Él “significó”, esto es, mostró por señales.
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na parte esencial del dogma premilenialista es que al fin de la presente era, Cristo se sentará sobre el trono literal de David en Jerusalén durante mil años. Tal teoría es producida por sus inventores mediante añadiduras que le elaboran a Ap. 20:1-10. Este es el único pasaje en toda la Biblia que menciona un reinado de mil años; pero no enseña que el reinado de Cristo será de esa duración.
En la conclusión del libro se nos advierte contra manipular a la ligera tal lenguaje: Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. (Ap. 22:18, 19)
El Reinado de Cristo La escena de Ap. 20 es típica de las que contiene el libro y que abundan en lenguaje simbólico, conocido como literatura apocalíptica. En la introducción, Juan nos prepara para esperar, no lenguaje literal, sino simbolismo: “y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan” (Ap. 1:1) [N. T. La palabra griega
Si uno es cuidadoso con la escena de Ap. 20:110, como debe ser, notará que no hay mención 10
despreciada y quebrada? …Así ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre Judá. (Jer. 22:28-30)
del retorno de Cristo en el pasaje. Juan dice, “Vi a un ángel que descendía del cielo…Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años” El reinado de mil años también describe a los mártires decapitados: Y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años. (Ap. 20:4)
Pero las Escrituras muestran que Jesús es legalmente y por sangre, un descendiente de Conías (Mat. 1:2; Luc. 3:27). Si las Escrituras hubieran cortado la última cláusula de la profecía de Jeremías, Jesús no hubiera podido ocupar el trono de David en absoluto. La restricción, sin embargo, es que ni Jesús, ni cualquier otro descendiente de Conías, ocuparían jamás el trono de David “sobre Judá”, en donde está localizada Jerusalén.
Estas “almas” que reinaron son un grupo en particular de santos – mártires, y no todos los mártires fueron mencionados, sino los que habían sido asesinados en una manera especial. Habían sido decapitados. Estos son quienes participaron en este reinado de mil años con Cristo.
Los reclamos de quienes enseñan un reino milenial de Cristo en Jerusalén chocan con esta profecía. Dicen que Jerusalén debe ser la capital en donde Jesús gobierne sobre el trono de David por mil años
Aunque este pasaje dice que estas “almas” en particular reinaron un milenio, no dice que el reinado de Cristo fuera de esa duración. No enseña que Cristo empezara su reinado al mismo tiempo que estas “almas” se unieron a Él, ni tampoco declara que Cristo finalizara su reinado cuando el de ellos concluyera. Todo lo que se afirma es que “vivieron y reinaron con Cristo mil años”.
Conociendo el impacto de esta profecía, los teóricos han urdido algunas curiosas ideas para evadir el hecho de que la Biblia enseña que Jesús no puede nunca gobernar sobre el trono de David en Jerusalén. Algunos han alegado que Jesús no podría ser un descendiente real en la línea de Conías. Uno de sus argumentos engañosos dice que Conías fue realmente “sin descendencia”, porque, después de todo, solo tenía 18 años cuando Nabucodonosor lo prendió del trono y lo barrió del país a Babilonia en donde fue encarcelado.
Supongamos que un hombre llamado Carlos fuera a hacer un largo viaje de Nueva York a Los Ángeles, y que fuera a levantar a unos amigos en Pittsburg. Si alguien escribiera, “Y vivieron y viajaron con Carlos mil millas”, ¿sugeriría esa declaración en alguna manera que el viaje de Carlos fuera solo de mil millas de largo? ¡Por supuesto que no! No hay ni siquiera un indicio de que Carlos empezara su viaje cuando los amigos empezaron el suyo, ni que finalizara su viaje cuando ellos terminaron el suyo. De manera semejante, la duración del reinado de Cristo no está declarada en absoluto en esta escena.
Un proponente dice, “Aparentemente, el matrimonio por levirato [N. T. Se refiere a la "ley del levirato", por la cual, si un hombre moría sin dejar hijos, su hermano o pariente más cercano debía casarse con la viuda y tener con ella descendencia, que sería contada como si fuera del difunto. Cf. Deut. 25.5-10; Mat. 22:23-33. La llamada ley del levirato (del latín levir, que significa cuñado) estaba destinada a impedir que el patrimonio familiar cayera en poder de una persona ajena a la familia] de Neri con una de las esposas de Jeconías fue arreglado bajo la emergencia del encarcelamiento de Jeconías para asegurarle posteridad. De esta manera, Salatiel, como hijo del matrimonio por levirato de
La Profecía Acerca de Conías Jeremías dió una muy importante profecía acerca de la familia gobernante de David. Cuando Babilonia estaba desmantelando Judá, Dios habló acerca del Rey Joaquín (también llamado Conías y Jeconías): ¿Es este hombre Conías una vasija 11
Jeconías, era su heredero legal al trono, aunque no era de la simiente de Jeconías”.1
La Biblia también declara que las esposas de Conías fueron llevadas con él a Babilonia: Nabucodonosor “llevó cautivos a Babilonia a Joaquín [Conías], a la madre del rey, a las mujeres del rey”. (2 Rey. 24:15). No fueron dejadas atrás en donde alguna fantasiosa aplicación de la ley del levirato sería maquinada.
Cuando se conocen los hechos, sin embargo, este argumento es visto como totalmente contrario a la verdad. Un matrimonio por levirato era una práctica que consistía en que cuando un hombre moría sin hijos que llevaran su linaje familiar, un pariente cercano (levir) era obligado a tomar a la viuda del difunto y hacerle un hijo que sería contado legalmente como hijo del difunto antes que ser considerado hijo del padre real.
Los arqueólogos también han encontrado pruebas de que Conías realmente tuvo hijos en Babilonia. De acuerdo a las tablas encontradas en Babilonia por E. F. Weidner, Jehoichin (Conías) es identificado como “rey de la tierra de Judá” y, en el 592 AC, cinco hijos son nombrados en las crónicas babilónicas.2
La palabra profética de Dios señala: Ni Jesús, ni cualquier otro descendiente de Conías, puede nunca sentarse y gobernar sobre el trono de David en Judá.
Jesús Está Ahora Sobre el Trono de David Jesús, por lo tanto, es un descendiente verdadero a través del hijo mayor de Conías, Salatiel. La palabra profética de Dios señala: Ni Jesús, ni cualquier otro descendiente de Conías, puede nunca sentarse y gobernar sobre el trono de David en Judá. La profecía es muy precisa. Dice, “Escribid lo que sucederá a este hombre privado de descendencia”. No fue sin descendencia en el sentido físico, sino que lo será como si Conías no hubiera tenido simiente en absoluto, porque no habrá continuación de su dinastía en Judá.
Hay dos ocasiones en la genealogía de Cristo del relato de Lucas en donde se incurrió en la práctica del levirato, pero en ningún caso el registro de Lucas del linaje de Cristo sigue dicha costumbre. Cada vez que Lucas nombra la legítima línea sanguínea y nombra al padre auténtico, sigue con el hijo verdadero por sangre. La primera es con Judá y Tamar, quien se disfrazó como ramera para seducir a Judá para que fuera el levir. Su plan funcionó y ella concibió gemelos, uno de los cuales fue Fares. Judá, el auténtico padre de Fares, no Er el pariente difunto, es nombrado en la genealogía de Cristo en Lucas.
“Debe ser obvio que Dios no quería teorías extravagantes entretejidas en estas escenas simbólicas en un intento de que dijeran más o menos lo que exclusivamente debían enseñar”.
La otra ocasión es la de Boaz, quien sirvió como levir para el esposo muerto de Ruth, Mahlón. Nuevamente el esposo difunto no es nombrado como el padre de Obed, sino Boaz, el padre verdadero es quien figura en la genealogía de Jesús.
Los hijos de Conías nunca fueron reyes. Luego de que Conías fue removido, el último rey de la antigua Judá fue su tío Sedequías. Nadie de la simiente de Conías gobernó jamás, hasta Jesús; pero no puede sentarse en el trono de David “sobre Judá”
¿Cómo podría alguien suponer que Lucas repentinamente llegara a un tercer levir (si existiera) y nombrara a otro que no fuera el padre verdadero? El deseo de tenerlo en esta manera debe ser el padre de tal propósito.
Sin embargo, la Palabra de Dios claramente manifestó que Jesús ocuparía el trono de su padre David, no en Jerusalén, sino en los cielos:
Los hechos son claros. No hay situación de levirato con respecto a Conías. Él no murió cuando fue removido de su trono; fue llevado a Babilonia y, hecho prisionero por algún tiempo. La ley del levirato aplicaba en caso de muerte, no de encarcelamiento.
Una vez he jurado por mi santidad, Y no mentiré a David. Su descendencia será para siempre, Y su trono como el sol delante de mí. Como la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el cielo. (Sal. 89:35-37) 12
eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. (Dan. 7:13, 14)
Claramente, el trono de David está en los cielos y Jesús lo ocupa ahora. Pedro proclamó en Pentecostés, en Hch. 2 que esta promesa fue cumplida cuando Jesús ascendió a los cielos:
Pedro concluyó su sermón en Hch. 2, “Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. (vs. 34-36)
Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.
Cristo ocupará su trono actual hasta que todos los muertos sean resucitados, dijo Pedro, citando del Salmo 110:1. Jesús reinará sobre su trono hasta que todos los muertos sean resucitados, “Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. (1 Cor. 15:25, 26)
Los premilenialistas alegan que no dice que Jesús tenía que sentarse en el trono de David inmediatamente después de ser resucitado. Pedro, sin embargo, afirmó que la promesa hecha a David por el Espíritu Santo acerca de que uno de su simiente se sentaría en el trono de David, ha sido cumplida. El apóstol continuó su sermón: “Así que, exaltado por la diestra de Dios…” El sujeto sobreentendido es “Jesús”.
La promesa que Dios hizo por el Espíritu Santo de que Cristo se sentaría en el trono de David en los cielos ha sido un hecho consumado a partir de la ascensión de Jesús. En ese momento, la Biblia enseña, “Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte”. (1 Cor. 15:24-26)
Así que, exaltado [Jesús] por la diestra de Dios, y habiendo recibido [Jesús] del Padre la promesa del Espíritu Santo [de levantar simiente a David para sentarse en su trono], ha derramado [Jesús] esto [las manifestaciones del Bautismo en el Espíritu Santo] que vosotros veis y oís. (Hch. 2:33)
No hay reino milenial de Cristo prometido. No hay reino terrenal de Cristo posible en Jerusalén. Pero, ¿quién desearía cambiar la bendita esperanza que la Biblia da acerca de nuestro reinante Señor en los cielos por tan engañosa teoría?
“Habiendo recibido” demuestra que para el momento del sermón de Pedro, esto ya había ocurrido. La promesa que Dios hizo por el Espíritu Santo de que Cristo se sentaría en el trono de David en los cielos ha sido un hecho consumado a partir de la ascensión de Jesús.
NOTAS 1. Robert Sank, UNTIL the Coming of Messiah and His Kingdom (HASTA la Venida del Mesías y Su Reino, Wescott Publishers, Springfield, Missouri, 1982, p. 35)
Daniel predijo la coronación de Jesús:
2. J. B. Pritchard, Ancient Near Eastern Texts (Textos Antiguos del Cercano Oriente, Princeton, 1955; p. 308, col. 2, traducido de tablas cuneiformes encontradas por E. F. Weidner, fechadas entre el décimo y el trigésimo quinto año de Nabucodonosor.
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio
Hardeman Nichols, es un hábil predicador del evangelio por más de cuarenta años, está establecido en Dallas y viaja mucho en su trabajo. 13
Algunas Escrituras Contradichas por El Premilenialismo Roy H. Lanier, Jr.
l premilenialismo, una de las doctrinas más difundidas en el mundo denominacional actual, generalmente sostiene que la segunda venida de Cristo ocurrirá para que Él establezca su reino. Su segunda venida no será para el día del juicio, sino para establecer su reino terrenal con la ciudad de Jerusalén como su capital.
pueden ser encontradas entre un sinnúmero de teorías premileniales). Quinta, también es sostenido por muchos premilenialistas que el Israel nacional debe ser restaurado a su tierra y gobierno. Esto se debe a predicciones, particularmente por Daniel de que el reino sería establecido en los “días de estos reyes”. (Dan. 2:44)
E
Las Promesas a Abraham y David Son Invalidadas
Hay muchos diferentes puntos de vista dentro de la creencia general de una venida premilenial del Señor. Muchos sostienen un tiempo de “rapto”, generalmente enseñado como un período de siete años inmediatamente a la venida del Señor y precediendo el reinado en Jerusalén. Durante este tiempo se supone que los santos tendrán un período de rapto espiritual en algún lugar “en las nubes”.
Josué 11:23 – “Tomó, pues, Josué toda la tierra, conforme a todo lo que Jehová había dicho a Moisés; y la entregó Josué a los israelitas por herencia conforme a su distribución según sus tribus; y la tierra descansó de la guerra”. Josué 21:43, 45 – “De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella… No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió”. Dios le hizo una promesa a Abraham y a su simiente de que les daría la tierra. Les dió la tierra durante los días de Josué y no hubo promesas que Él hiciera a los padres, que no cumpliera.
Por lo tanto “premilenialismo” simplemente se refiere a la creencia de que las personas vivas hoy, están viviendo previo al reinado de mil años del Señor.
Las Presuposiciones que Están Implicadas
Hechos 2:29-31 – “Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David…sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción”.
Si uno sostiene el premilenialismo, hay ciertas suposiciones que debe mantener. Primera, uno debe creer que las promesas hechas a Abraham acerca de la tierra de Palestina (Gen. 12:1-4), no han sido cumplidas aún. Segunda, uno debe aceptar la premisa de que la promesa hecha a David de poner al Mesías sobre su trono (2 Sam. 7:12-13) no ha sido cumplida. Tercera, uno debe creer que los judíos fueron capaces de frustrar el intento de Jesús para establecer su reino (Mar. 9:1), y de esta manera sustituirlo por otro vehículo llamado la “iglesia”. Cuarta, otra creencia indispensable para esta teoría sería que va a haber dos resurrecciones, una de justos y otra de injustos. (Tenga cuidado de tomar en cuenta que muchas variaciones de estos tiempos y temas
Apocalipsis 3:21 – “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. A David le fue prometido que el trono del Mesías sería establecido entre la simiente de David, “a uno de entre tus hijos”. (1 Crón. 17:1114), y sería establecido para siempre (2 Sam. 14
7:13). Pedro predicó que esto fue consumado en la resurrección de Cristo. Fue coronado como rey después de su resurrección y ascensión, así que los cristianos fieles pueden sentarse “conmigo en mi trono”. Él es verdaderamente el “bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores” (1 Tim. 6:15)
aceptado por todos que Jesús es actualmente nuestro sumo sacerdote (Heb. 6:20; 7:22-25; 8:1, 4; 10:21), por lo tanto debe estar sirviendo también como rey. 2 Corintios 5:16 – “De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así”. Si Cristo fuera a venir para ser un rey terrenal en Jerusalén, lo conoceríamos “según la carne”. Por lo tanto, el reino mencionado en Ap. 20:4 no puede referirse a un reino terrenal. Además de esto, Jesús declaró que su reino no era de este mundo, esto es, no de naturaleza terrenal (Jn. 18:36).
Los Cristianos No Son Nacidos De Nuevo 1 Pedro 1:23 – “siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre”. Pedro declara que los cristianos son aquellos que han nacido de nuevo, sin embargo, Jesús prometió a quienes nacieran del agua y del espíritu que entrarían “en el reino de Dios” (Jn. 3:5). Si el reino de Dios no está ahora en existencia, entonces ninguna persona jamás ha nacido de nuevo.
Dios le hizo una promesa a Abraham y a su simiente de que les daría la tierra. Les dio la tierra durante los días de Josué y no hubo promesas que Él hiciera a los padres, que no cumpliera.
Colosenses 1:13 – “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”. Hebreos 12:28 – “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia”.
La Enseñanza de La Resurrección No es Válida Juan 5:28-29 – “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. Jesús afirma una resurrección tanto de buenos como de malos ¡en la misma hora! Jesús posteriormente sugirió que el día de su venida sería también el día del juicio para los impíos, no un “rapto” de siete años y un reinado de mil años antes de que Él juzgara a los impíos (Luc. 17:30).
Apocalipsis 1:9 – “Yo Juan, vuestro hermano, y copartícipe vuestro en la tribulación, en el reino y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla llamada Patmos, por causa de la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo”. Los cristianos han sido trasladados al reino, y de esta manera han recibido un reino, y los hermanos están juntos en ese reino. Todas las teorías del premilenialismo contradicen estas declaraciones.
Jesús No Podría Ser El Mesías Hechos 2:36 – “Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo”. El oficio de ser el “Cristo” es sinónimo a “Mesías” en el AT, significando ambas palabras, “El Ungido”. Él no podría ser el “Cristo” si no está ahora sobre su trono.
Hechos 24:15 – “teniendo esperanza en Dios, la cual ellos también abrigan, de que ha de haber resurrección de los muertos, así de justos como de injustos”. Pablo predicó que había solo una resurrección y que debía ser de todas las personas, tanto justos como injustos. Mateo 25:31-32 – “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos”. Jesús habló acerca de su reinar en el día del juicio sobre todas la naciones, las mismas naciones a las que
Zacarías 6:13 – “El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos”. Fue predicho que cuando el “renuevo” (referencia del AT al Mesías, v. 12), edificaría el templo del Señor, y sería tanto sacerdote como rey al mismo tiempo. Es 15
envió a los apóstoles (Mat. 28:19), esto es, toda la gente de todos los tiempos, que han vivido sobre la tierra. Esta es la propia declaración del Señor de lo que sucederá en su segunda venida.
la obra de sus apóstoles, (4) su autoridad fue completada, (5) su nombre fue completado, (6) su gloria fue completada, (7) y su trono fue completado.
Otras Promesas y Declaraciones que Son Violadas
Lucas 22:29-30 – “Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí, para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel”. Los apóstoles empezaron a comer esta cena y enseñaron a otros a hacer lo mismo (Hch. 2:42; 20:7). Ellos también empezaron a juzgar mientras ataban y desataban por la autoridad de las “llaves del reino” (Mat. 16:19; 18:18). Si Cristo no está ahora sobre su trono, los cristianos no pueden comer la cena en memoria del Señor.
Marcos 9:1 – “También les dijo: De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios venido con poder”. Jesús prometió solemnemente que el reino vendría durante la vida de algunos de los presentes que escucharon sus declaraciones. Los apóstoles recibieron el poder cuando el Espíritu Santo vino sobre ellos (Hch. 1:8; 2:1-4), por lo tanto, el reino debió haber venido en ese mismo tiempo y, por lo tanto, durante sus vidas.
El Premilenialismo Supone Mucho El que los hombres crean en un reino terrenal de mil años es suponer demasiado. Uno debe suponer: (1) que las profecías y promesas del AT miraban hacia un cumplimiento terrenal y que no ha ocurrido aún, (2) que el reino fue pospuesto por Jesús porque los judíos lo rechazaron, (3) que los judíos no estaban listos para su venida [a pesar de Gál. 4:4] y lo rehusaron, (4) que la iglesia es solo un sustituto y no fue planeada desde la eternidad (vea Efe. 3:10, 11), y no digna de ser su futura esposa (vea Efe. 5:23 ss) reclamada, (5) que un reino terrenal está incluso discutido en Ap. 20, (6) que los profetas del AT se equivocaron acerca del tiempo de su venida en su reino, y (7) que los judíos recibirán a Jesús cuando venga de nuevo.
Amós 9:11-12 – “En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto”. A menos que Jacobo estuviera equivocado esta profecía fue cumplida (Hch. 15:15-17), puesto que la usó para probar en esa ocasión que los gentiles debían ser aceptados en la iglesia. Jacobo dijo que estas “naciones” eran los gentiles, y puesto que el tabernáculo de David (el dominio del reino del Mesías) ha sido edificado, los gentiles podían recibir el evangelio. Si Cristo no está actualmente en su trono, ¡ningún gentil puede llegar a ser cristiano!
Tales suposiciones requieren de mucha especulación indigna. El premilenialismo contradice muchas escrituras claras y viola mucha enseñanza conocida acerca de Jesús y de su reino.
Juan 19:30 – “Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu”. ¿Por qué traer a Jesús de vuelta para un reino milenial? Vea lo que quiso decir cuando afirmó “Consumado es”: (1) Su misión fue completada, (2) la redención por medio de su sangre fue completada, (3) la revelación fue completada con
Roy H. Lanier, Jr., es un evangelista ampliamente conocido y hábil estudiante de las Escrituras.
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¿Qué Hay Acerca del Rapto y La Tribulación? Dave Miller
eventos actuales en Oriente LosMedio siguen provocando un
capaces de participar en el retorno del Señor, y (2) informar a los cristianos que quienes estuvieran viviendo cuando Cristo regrese no tendrán precedencia o ventaja sobre quienes ya han muerto. La función doble del texto constituye un énfasis muy diferente del impuesto sobre el texto por los dispensacionalistas.
torrente constante de clamores fundamentalistas en cuanto a que el fin del tiempo está cercano, el rapto está a punto de ocurrir, el anticristo, Armagedón, y la tribulación son todos inminentes.
Las Escrituras usan tres términos para referirse al regreso de Cristo: (1) Parousia – traducido “venida”, presencia, advenimiento”. (2) Epiphaneia – traducido “aparición, manifestación, resplandor”; (3) Apokalupsis – traducido “revelación”. Los dispensacionalistas sostienen que “venida” se refiere al “rapto”, que ocurre siete años antes de la “aparición” o “revelación”. Por consiguiente, en el “rapto”, Jesús viene solo por la iglesia, mientras que en la “revelación”, Jesús regresará con la iglesia y pondrá fin a la “tribulación” y “Armagedón”.
Definiendo Los Términos La palabra “rapto” viene del latín “rapere”, que significa “apoderarse de, arrebatar, llevarse”. Los dispensacionalistas aplican esta palabra a la idea de que Cristo vendrá repentina y secretamente en el aire y arrebatará de la tierra para llevarse a los santos vivos y los cuerpos resucitados de los santos que han muerto. Dicen que Apocalipsis 4 y 5 describe esta escena celestial. Este rapto se supone que ocurrirá previo al período de siete años de tribulación. Mientras los salvos estén en los cielos recibiendo su recompensa, una tribulación de siete años se desencadenará sobre la tierra como descrita en Apocalipsis 4-19. Varios pasajes son salpicados aquí y allá en esta elaborada teoría de los últimos tiempos.
La distinción dispensacional hecha entre los tres términos referentes al regreso de Cristo es simplemente insostenible: (1) Los dispensacionalistas afirman que la “venida” (parousia) en 1 Tes. 4:15 y 2 Tes. 2:1 se refiere al “rapto”. Sin embargo la misma palabra es usada en 1 Tes. 3:13 para hablar de la venida de Jesús “con” sus santos y por lo tanto coincide con el concepto dispensacional de la “aparición” o “revelación” siete años después del “rapto”.
Observe la importancia del aspecto sigiloso del rapto. Se nos dice que las familias se conmocionarán por la extraña desaparición de una madre, padre, o hijo. Carros sin conductor chocarán en las calles (Cf. La calcomanía “En caso de rapto, este vehículo quedará sin tripulante”). Un hombre y su esposa estarán en la cama; ella escucha un ruido, vuelve su cabeza para darse cuenta que él se ha ido. Aviones chocarán y serán hallados sin piloto. De esta manera se nos está diciendo que el rapto será una venida invisible del Señor por sus santos, dejando resultados visibles de caos y confusión entre el resto de los incrédulos.
Los dispensacionalistas aplican 2 Tes. 2:8 al anticristo y por lo tanto deben entender esto como una referencia a la “aparición”. Sin embargo este versículo usa la expresión “el resplandor (epiphaneia) de su venida (parousia)”. Pues bien, el término “venida” es usado en el NT para referirse a ambos conceptos dispensacionales del “rapto” y la “aparición”, y las dos expresiones están incluso combinadas en 2 Tes. 2:8 para referirse a un solo y el mismo evento.
El pasaje principal usado para apoyar la idea de un “rapto” es 1 Tes. 4:13-17. Pero este pasaje no fue dado para tratar con el regreso de Cristo. Su propósito fue doble: (1) Dar ánimos a los cristianos de que sus amados difuntos serían
(2) El término “revelación” (apokalupsis) en 1 Cor. 1:7 es descriptivo de lo que los dispensacionalistas llaman el “rapto” puesto que 17
los cristianos lo esperan. En 2 claramente se refiere a la “aparición”.
Tes.
1:7
Jesús empieza su respuesta delineando numerosas señales que ocurrirían precediendo al derribamiento del templo:
(3) El término “aparición” (epiphaneia) es usado en 1 Tim. 6:14 como el evento que termina la actividad cristiana sobre la tierra y de esta manera encaja en el concepto del “rapto”. En 2 Tim. 4:1, 8, la referencia al juicio encaja con la “aparición”.
Cerca del momento de la caída de Jerusalén, surgieron muchos falsos mesías, clamando ser el Cristo (v. 5). Numerosas guerras fueron entabladas por los romanos en contra de diferentes naciones pequeñas mientras Roma continuaba su marcha hacia la dominación mundial (v. 6; el “fin” al que se refiere este versículo aplica al fin del Templo, no al fin del mundo). Está documentado el hecho histórico de que durante los años que desembocaron en la destrucción de Jerusalén, ocurrieron hambrunas y terremotos (v. 7). La ocurrencia de estas señales entre el tiempo de la palabra de Jesús (30 DC) y la destrucción (70 DC) sería visto como el cumplimiento directo de las declaraciones de Jesús. Pero si las palabras de Jesús aplican a un evento todavía futuro, sus palabras no tendrían sentido porque ha habido terremotos y hambrunas en todo el mundo durante los últimos 1 900 años, y la ocurrencia de ellos hoy ¡no es señal en absoluto!
Uno debe concluir que las tres palabras que se refieren al regreso de Cristo son usadas en el NT de manera sinónima e intercambiable. El NT simplemente no hace distinción entre la venida del Señor por sus santos (“rapto”) y la venida del Señor con sus santos (“aparición” o “revelación”). El presunto “rapto” no tiene apoyo en el NT y por lo tanto es falso.
Mateo Mateo 24 es quizá el pasaje más prominente que es señalado con precisión en un esfuerzo por probar la tribulación. En Mateo 23, Jesús pronunció múltiples ayes sobre las autoridades judías de su tiempo. En el v. 38, declaró que la casa de los judíos sería dejada desierta. Luego abandonó los límites inmediatos del complejo del Templo, pero parado a los lejos con sus discípulos continuó la misma línea de pensamiento. Vuelve su atención al templo y dice, “no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada”.
Pedro, Pablo, Jacobo (Hch. 12:2), y Jacobo el menor fueron ejecutados antes de la destrucción de Jerusalén (v. 9). Cuando la presión de la persecución se incrementó durante las primeras décadas del cristianismo, así la fe de muchos decreció. La apostasía se extendió (vs. 10-13). También es un hecho histórico que el evangelio fue predicado en todo el mundo antes de la destrucción de Jerusalén en el 70 DC (v. 14; Cf. Rom. 1:8; Col. 1:23)
Uno debe concluir que las tres palabras que se refieren al regreso de Cristo son usadas en el NT de manera sinónima e intercambiable.
Una vez que todas estas señales (esto es, falsos cristos, guerras/rumores de guerras, hambrunas/terremotos, persecución/muerte de los apóstoles, la apostasía de algunos, surgimiento de falsos profetas, proclamación mundial del evangelio) sucedieran, Jesús dijo que vendría “el fin”. Esto es, el fin de Jerusalén, el fin del Templo, el fin del judaísmo formal, el fin de la administración del AT, ocurriría. Jesús dijo que este fin vendría con la presencia de la “abominación desoladora” en el lugar santo. Jesús aplica Dan. 9:27 a la presencia del ejército romano en la destrucción de Jerusalén y el templo (vs. 14-15, Cf. Luc. 21:20).
¡Qué declaración tan espantosa! ¡Cuán horripilante para esos judíos testarudos incluso el siquiera pensar en tal cosa! En privado los discípulos le hicieron a Jesús dos preguntas (las cuales probablemente ellos las relacionaron con el mismo tema, esto es, el derrumbamiento de las piedras del templo que ellos percibían como coincidente con el fin del mundo): (1) ¿cuándo serán estas cosas (queriendo decir la destrucción del templo)? (2) ¿qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Jesús procedió a contestar estas preguntas en tal manera como para distinguir entre la destrucción del templo y el fin del mundo. Él nos muestra que son eventos completamente separados.
La historia registra el sorprendente hecho de que los cristianos tomaron la invasión de los ejércitos romanos como la señal designada que Cristo 18
había dado. Desde sus tejados y campos, al ver la máquina militar romana en completa marcha, los cristianos judíos dejaron todo y escaparon a Pella, una villa al este del Jordán cerca de 24 Km. al sur del Mar de Galilea (vs. 16-18). La presencia y el cuidado de niños, el invierno, y la observancia del Sabbath con las puertas de la ciudad cerradas (Neh. 13:19) todo hace referencia a los obstáculos de huir del sitio de Jerusalén.
arremolinaron sobre Jerusalén y devoraron el cuerpo del judaísmo apóstata. Después, Jesús recurrió al uso de algunas frases altamente figuradas sobre las que está basado el lenguaje apocalíptico del AT (Cf. Isa. 13:6, 10, 13; 34:4; Ez. 32:7). Si Dios puede discutir el derrocamiento de Babilonia, Egipto y Edom en tan extravagante, y dramático lenguaje, seguramente puede hacer lo mismo cuando discute la destrucción de Jerusalén en el 70 DC (v. 29).
Nosotros que vivimos después del 70 DC tenemos dificultad en entender la magnitud de la tribulación experimentada durante la destrucción de Jerusalén (vs. 21-22). Josefo, un testigo ocular, alude a la atrocidad en las palabras, “Si…quisiéramos comparar todas las adversidades y destrucciones que después de criado el universo han acontecido con la destrucción de los judíos, todas las otras son ciertamente inferiores y de menos tomo” (Guerras de Los Judíos, Prefacio, Sección 4). La frase “ni la habrá” muestra que Jesús tenía en mente un tiempo cercano a sus días. Si Él hubiera estad aludiendo a algún período cerca del fin de los tiempos (como para el dispensacionalismo), no habría añadido tales palabras puesto que no habría ningún tiempo futuro dejado para tal suceso.
El oscurecimiento del templo judío, la conmoción de la comunidad judía y la caída de la autoridad judía por la acción intervencionista de la Roma imperial fue la señal indicada que Cristo había venido en juicio sobre Israel (v. 30). Jesús haría exactamente lo que había dicho a Caifás que atestiguaría personalmente: al Hijo del hombre “viniendo en las nubes del cielo”. (Mat. 26:64). Jesús sabía que tal lenguaje era completamente normal cuando se describe la ejecución de la ira de Dios a tiempo. Cuando Dios castigó a Egipto hace mucho tiempo, Él “monta sobre una ligera nube, y entrará en Egipto” (Isa. 19:1) Los historiadores nos dicen que una vez que la oposición judía al cristianismo fue eliminada en el 70 DC, la verdadera nación de Dios empezó a experimentar eficiencia sin paralelo. El sonido de la trompeta del evangelio fue escuchado más claramente que nunca antes. La palabra para “ángel” significa “mensajero”. En este pasaje se refiere a los emisarios del evangelio quienes, por medio de la predicación de la Palabra, juntaron individuos del redil elegido de todas partes del mundo (v. 31).
Cuando la gente enfrenta un severo e intenso trastorno en sus vidas, tienden a convertirse en presa fácil para quienes buscan explotar su desgracia. Jesús advirtió de este fenómeno cuando el tiempo de la destrucción de Jerusalén estuviera más cerca (vs. 23-27). Cuando cualquier individuo, incluso en nuestros días, busca seducir a la gente a creer que la venida final del Señor es inminente, ¡Jesús dice que no le creamos! ¿Por qué? Porque cuando Jesús venga al final de los tiempos, ¡todos lo sabrán! La segunda venida será tan visible, tan evidente ¡como un destello cegador de luz que cubra el cielo!
Las ramas tiernas y las hojas nuevas en una higuera funcionan como señales – indican que el verano está cerca. De la misma manera, las señales que Jesús había estado delineando señalaban con precisión al tiempo cuando Jerusalén tenía que ser destruida (vs. 32-33). La repetición del pronombre de la segunda persona del plural es prueba adicional de que Jesús se está refiriendo a su propia generación: “Así también vosotros, cuando veáis…”
En contraste con el último regreso de Jesús, la venida de Jesús en juicio sobre Jerusalén sería discernible en diferentes sentidos (v. 28). El águila era el símbolo del poder romano. Era llevado por las diferentes unidades del ejército romano en donde quiera que la autoridad romana estuviera siendo empleada. Los contemporáneos estaban fácilmente familiarizados con este hecho. Así pues, en el 70 DC las águilas romanas se
Jesús concluye su respuesta a la primera pregunta hecha por sus discípulos en el v. 34. La generación a la que se estaba dirigiendo estaría viviendo cuando “todas estas cosas” ocurrieran. Así pues, cada señal que Jesús indicó con precisión ¡ocurriría durante esa generación! 19
El v. 35 funciona como un versículo de transición. El v. 36 es donde Jesús vuelve su atención para tratar con la segunda pregunta de sus discípulos. La distinción enfática debe ser hecha entre la destrucción de Jerusalén que ha sido discutida y el fin del mundo o segunda venida. Incluso si los discípulos no hubieran preguntado acerca del fin del siglo”, habría sido apropiado para Jesús haber tratado con tal cosa puesto que no habría deseado que las dos se confundieran. Así que alude a “ese día”, esto es, el día en que los cielos y la tierra pasarán (v. 35) y el fin del siglo y la segunda venida de Cristo ocurrirán (v. 3). Así pues, los vs. 36-51, igual que el capítulo 25, se refieren al fin del siglo. El primer punto de Jesús es que, mientras que quienes le den la atención debida a las señales, pueden determinar con precisión el tiempo de la destrucción de Jerusalén, nadie puede saber con exactitud el tiempo del regreso de Cristo para el fin del siglo, como sabemos. No habrá, de hecho, señales en absoluto para alertar a los hombres de la segunda venida. Los vs. 37-39 claramente muestran que la vida sobre esta tierra seguirá como siempre lo ha hecho con “la misma situación”. El último regreso de Cristo será totalmente inesperado sin ninguna
señal que advierta de su llegada (1 Tes. 5:2; 2 Ped. 3:10). No hay duda de que habrá tribulación en el mundo. A los cristianos, de hecho, se les garantiza tal cosa (2 Tim. 3:12; Jn. 15:33; Hch. 14:22). Los cristianos siempre han soportado y siempre soportarán tribulación. Pero no habrá ningún período futuro de tribulación del cual los santos vayan a ser eximidos como los dispensacionalistas describen. El mundo bien podría experimentar la III Guerra Mundial. Atrocidades horribles bien pueden ser desencadenadas sobre la humanidad. Pero los cristianos necesitan entender que dichos eventos futuros en ninguna manera se traducen en el cumplimiento de la enseñanza bíblica. La Biblia simplemente no enseña que habrá un futuro “rapto” ni una futura “tribulación” de siete años sobre la tierra que culminará en la batalla de “Armagedón”. Dave Miller es Director de la Escuela de Predicación de Brown Trails en Bedford, Texas y dirige el programa transmitido nacionalmente “La Verdad en Amor”.
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La Doctrina del 70 DC Wayne Jackson
venida del Señor se acerca”), los cuales superficialmente parecen predecir un inminente venida de Cristo – desde un punto de vista del primer siglo. Sienten que si Jesús no regresó dentro de ese antiguo marco de tiempo, entonces la profecía bíblica ha fallado. 1 Por consiguiente, los defensores del 70 DC afirman una segunda venida de Cristo en el primer siglo.
U
na novedosa teoría que ha afectado al mundo religioso por más de dos siglos es técnicamente conocida como “escatología cumplida”. Esta doctrina ha sido popularizada en años recientes por Max King, de Warren, Ohio. La escatología cumplida, comúnmente conocida como “Doctrina del 70 DC”, es la idea de que toda la profecía bíblica – incluyendo eventos tales como la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos, el día del juicio, y el fin del mundo – fueron cumplidos en el 70 DC con la destrucción de Jerusalén. Las cosas del “fin del siglo” han sido por lo tanto “cumplidas”, según los estudiantes de este movimiento.
Estas gentes observan que la resurrección de los muertos, el día del juicio, y el fin del mundo, están todas asociadas con la venida de Cristo (Cf. 1 Cor. 15:23; Mat. 25:31 ss; 2 Ped. 3:4 ss). De esta manera se ven forzados a argumentar que todos esos eventos sucedieron en el primer siglo. La falacia principal de esta teoría es una falla en reconocer la naturaleza de las referencias de tiempo como tal, son usadas en la profecía bíblica.
No queremos darle a esta secta herética más atención de la que merece, pero es un hecho que el movimiento continúa valiéndose de su influencia divisionista tanto en este país como en el extranjero. En meses recientes ha trastornado y/o dividido iglesias en Alabama, California, Connecticut, Oklahoma, Oregon y Texas (de las que sabemos). Es importante que los cristianos fieles entiendan algo de los elementos fundamentales de este movimiento.
Debe ser observado primero que todo, que “tiempo”, en términos de profecía, es un concepto muy elástico. Abdías afirmó que “cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones”. (Abdías 15). Observe los dos puntos: primero, el día estaba cerca.2 Segundo, el juicio debía ser infligido sobre todas las naciones. Mientras que el libro de Abdías trata principalmente con el destino de la antigua Edom, la profecía no fue cumplida en ese día (aunque algunos argumenten esto).3 El hecho es, que incluso los edomitas no fueron destruidos finalmente ¡sino hasta siglos después de la época de Abdías! 4 Si uno no entiende la naturaleza flexible del “tiempo” en conexión con la literatura profética, está destinado a la confusión.
Primero, debe ser comprendido el motivo detrás de la enseñanza. Segundo, uno debe tener una idea de la filosofía interpretativa que está presente en el pensamiento de King y de sus seguidores. Tercero, los hermanos deben estar concientes que las tácticas propagandísticas que son empleadas para difundir la doctrina. Consideremos brevemente cada uno de estos asuntos.
Una Nueva Hermenéutica
El Motivo Detrás del Movimiento
En su esfuerzo por armar un caso consistente para el regreso de Cristo en el primer siglo, los defensores del dogma de King se han visto forzados a adoptar un método totalmente nuevo para interpretar las Escrituras. Por ejemplo, los estudiantes de la teología “preterista” (indicando lo que ya ha pasado), como ingenuamente se
Algunos de los que han adoptado esta nueva enseñanza, lo han hecho porque sienten que es la única manera en que pueden mantener la integridad de la profecía bíblica. Los devotos de la escatología cumplida se han desconcertado con ciertos pasajes (por ejemplo, Sant. 5:7-8 – “la 21
detalle.6 Es una reflexión de erudición extremadamente pobre el sugerir que engus solo puede significar lo que está literalmente inminente.
autonombran, alegan que la fraseología escatológica debe tener un significado uniforme en todas las Escrituras, sin tener en cuenta el contexto en el que los términos puedan ser hallados.
Aquí hay otro ejemplo del enfoque hermenéutico de la secta del 70 DC. Solo porque hay pasajes en los que Cristo es descrito como “viniendo” en un juicio material sobre Jerusalén (Cf. Mat. 10:23; 24:29), los discípulos del 70 DC alegan que todas las referencias del Nuevo Testamento a la “venida” de Cristo en juicio deben aludir a la destrucción de Jerusalén en el 70 DC. 7 Esta falsa suposición ignora el hecho de que las Escrituras describen a Cristo como “viniendo” en varios sentidos diferentes.
La escatología cumplida, comúnmente conocida como “Doctrina del 70 DC”, es la idea de que toda la profecía bíblica – incluyendo eventos tales como la segunda venida de Cristo, la resurrección de los muertos, el día del juicio, y el fin del mundo – fueron cumplidos en el 70 DC con la destrucción de Jerusalén.
Jesús “vino” a la tierra como ser humano (Gen. 49:10; Luc. 19:10). Vino en su reino en Pentecostés (Mat. 16:28; Cf. Jn. 14:18). El Señor vino en juicio sobre Jerusalén (Mat. 10:23; 24:30). Cristo viene en salvación (Jn. 14:23), en disciplina (Ap. 2:5), y en compañerismo (Ap. 3:20). También vendrá en juicio universal en el día final (Mat. 16:27). Será el vivo ejemplo de la locura argumentar por un principio hermenéutico que iguale todas esas “venidas” con el mismo evento. Y sin embargo, este es el tipo de lógica empleada por los fanáticos del 70 DC cuando alegan que la segunda venida de Cristo y la destrucción de Jerusalén ocurrieron simultáneamente.
Por ejemplo, tome la palabra griega engus, normalmente traducida “cerca” o “próximo”. Debido a que ese término algunas veces indica inminencia cronológica (Cf. Mat. 3:2), los discípulos del movimiento del 70 DC concluyen que siempre debe tener ese significado. Un hermano ha argumentado: “El término griego engus, que nuestros traductores han vertido „próximo‟, no significa nada más que una declaración de tiempo inminente – algo que debe suceder inmediatamente”.5 Eso simplemente no es verdad, y una consideración de engus, como usado en ciertos contextos proféticos, habría evitado esta afirmación mal concebida.
Nuevamente debemos observar con tristeza que el concepto de la interpretación contextual parece ser virtualmente desconocido para la gente del 70 DC. Para una discusión más completa de este punto, vea mi libro La Teoría del 70 DC – Una Revisión de la Doctrina de Max King, p. 22 ss.
Jehová advirtió al antiguo Israel que el día de su calamidad estaba “cercano” (engus) (Deut. 32:35), aunque el cumplimiento tardó siglos en llegar. Isaías anunció, “…porque cercana [engizo] está mi salvación para venir”, (Isa. 56:1). Una estudiosa consideración del resto del capítulo claramente revela que la “salvación” debía llevarse a cabo en la misión del Mesías – ¡algo que vino seis siglos después!
El Método Proselitista La doctrina de la escatología cumplida es tan radicalmente heterodoxa que sus devotos son advertidos del hecho de que sus esfuerzos para ganar conversos son una tarea formidable. En consecuencia, han desarrollado una estrategia encubierta que busca divulgar secretamente su novedosa teoría hasta el tiempo en que el control congregacional pueda ser afectado. El método de adoctrinamiento es tan similar en diferentes partes del país que uno no puede sino sospechar que ha sido orquestado. Algunas de las características distintivas de la técnica de King son:
Cuando los hijos de Israel empezaron a multiplicarse en Egipto, “se acercaba” [engizen] el tiempo de la promesa de Dios a Abraham (Hch. 7:17), aunque faltaba todavía más de un siglo. Y esa generación realmente ¡nunca vió su cumplimiento en absoluto! Incluso en el tiempo de Jeremías, el Antiguo Pacto estaba “próximo” (engus) a desaparecer, aunque la abolición de la ley no fue literalmente llevada a cabo sino hasta unos seis siglos después (Heb. 8:13). En otra parte hemos discutido este punto con más 22
si la segunda venida de Cristo no ocurrió en el 70 DC, ¡la inspiración de las Escrituras ha sido impugnada!
(1) Los fanáticos del 70 DC argumentan que han desarrollado un atractivo sistema consecuente de interpretación que responde a numerosas preguntas con respecto a la profecía bíblica. Su metodología puede ser consecuente pero la verdad es que, ¡su consistencia está equivocada!
2. La sana erudición bíblica ha observado que “cerca” no tiene importancia cronológica en este pasaje. “Es enfatizado su carácter antes que su tiempo exacto, aunque es el último asunto de la historia, y a menudo es mencionado como inminente”. The New Bible Commentary Revised, p. 744.
(2) Los discípulos de King constantemente critican lo que ellos llaman puntos de vista “tradicionales” de la escatología bíblica. Se esfuerzan en estimular el interés por afirmar que tienen un apasionante, “punto de vista nuevo sobre las Escrituras” con un avance “espiritual”.
3. Este punto de vista es argumentado por Don Preston en la revista de King, The Living Presence, (La Presencia Viva), Diciembre, 1990, p. 6. Preston fue despedido recientemente por la iglesia de la Avenida Maxwell, en Ardmore, Oklahoma debido a sus puntos de vista “King”.
(3) Los seguidores de la escatología cumplida son muy sigilosos en sus esfuerzos iniciales. Hacen circular cassettes y literatura solo entre los potenciales conversos más prometedores. Las ideas del 70 DC surtirán efecto en clases y sermones de manera muy gradual. Finalmente, el trastorno congregacional resultará como ellos procuraban para convertir toda la iglesia a las opiniones en las que se han obsesionado.
4. Vea Hobart Freeman, An Introduction to the Old Testament Prophets, (Una Introducción a los Profetas del Antiguo Testamento), p. 142. 5. Jack Scott, Jr., Sermón en Cassette, Feb, 18, 1990. 6. Vea el Christian Courier, (El Mensajero Cristiano), Septiembre 1989, p. 19, Julio 1990, p. 10. 7. C. D. Beagle en el libro de King, El Espíritu de la Profecía, p. v.
(4) Cuando finalmente son confrontados, se quejan de que los asuntos escatológicos no deben ser una prueba de comunión; esto, alegan, en un área en donde el desacuerdo amistoso puede ser tolerado entre los hermanos. 8 Ignoran las claras implicaciones bíblicas sobre este asunto (Cf. 2 Tim. 2:16-18; 2 Ped. 3:16).
8. Inconsistentemente, sin embargo, algunos de los defensores de la teoría del 70 DC, argumentarán que asuntos tales como el premilenialismo, y el castigo de los impíos, innegablemente conceptos escatológicos, son asuntos de fe.
La doctrina de Max King es falsa, y debe ser enfrentada por los cristianos fieles en todo lugar.
El libro de Wayne Jackson, La Teoría del 70 DC – Una Revisión de la Doctrina de Max King, tiene un precio de $ 6.00 y se puede ordenar a: Courier Publications, P. O: Box 55265, Stockton, CA 95205.
NOTAS 1. Uno de los recientes convertidos al movimiento de King es Jack Scout, Jr., de Pinole, California. En un manuscrito que produjo, este hermano argumentó que
23
El Estado de Los Muertos David Pharr
incorpóreos. El hombre rico murió y fue sepultado. Esto es, su cuerpo murió y su cuerpo fue sepultado. “Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos” (vs. 22, 23). Vemos, por lo tanto, que Jesús es cuidadoso en mostrar que no es el cuerpo el que está en el hades. Después de muertos, estos dos hombres estaban en muy diferentes circunstancias, pero ambos estaban en un estado conciente de existencia. También debe ser llevado en mente que las circunstancias del rico y de Lázaro eran circunstancias previas a la resurrección y el juicio, mientras que la vida continuaba sobre la tierra (v. 27 ss)
l cuerpo sin espíritu está muerto” (Sant. 2:26), pero lo opuesto no es verdad; el espíritu sin el cuerpo no está muerto. El cuerpo es mortal (Rom. 8:10), regresa al polvo (Gen. 3:19). El “hombre interior”. Sin embargo, no está atado a la ruina de la carne (2 Cor. 4:16). Muerte, del griego thanatos que significa una separación, es la separación del espíritu y el cuerpo. “y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio” (Ecl. 12:7). Los saduceos negaban el espíritu (Hch. 23:8), pero Jesús claramente les demostró que aquellos cuyos cuerpos ya hacía mucho tiempo se habían descompuesto, eran ellos mismos (las personas reales e inmortales) todavía vivas porque “Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Mat. 22:2932)
E
La palabra griega hades es el término aplicado al estado o lugar de los espíritus de los muertos. La KJV usa [N. T. Y también la Antigua Versión RV] el término “infierno” como una traducción de “hades”. Esto ha causado una desafortunada confusión en la medida que “infierno” también es la traducción de gehena, que significa el lugar de castigo eterno. El uso de “infierno” por hades, por lo tanto, ha provocado que muchos piensen que hades es lo mismo que infierno, el lugar de castigo. La ASV [American Standard Version] (igual que algunas otras versiones) evitó esta confusión simplemente transliterando la palabra como “hades”. Esta distinción es importante porque la palabra misma significa el estado invisible de los muertos, sea en tormento o en consuelo.
Solo Cristo tiene las llaves del hades y de la muerte (Ap. 1:18). Nadie de este lado de la muerte puede entender completamente lo que hay del otro lado. Lo que el Señor no ha revelado, sin embargo, puede ser creído. La vida y la inmortalidad han sido traídas a la luz por medio del evangelio (2 Tim. 1:10). La esperanza en Cristo nos libera de la esclavitud del temor a la muerte (Heb. 2:15). No vacilamos en afirmar nuestra fe en la vida conciente después de la muerte del cuerpo. Al mismo tiempo, sin embargo, no somos tan audaces como para reclamar perfecto entendimiento de todos los asuntos implicados. Los estudiantes bíblicos fieles han discrepado y respetamos la sinceridad de sus conclusiones, pero lo que sigue es lo que creemos que la Biblia enseña.
El Hades Está Dividido Por carecer de una mejor manera de expresarlo, el hades debe ser entendido como estando dividido en dos partes – un lugar de tormento y un lugar de consuelo. Ya hemos visto que el hombre rico descrito en Luc. 16:23 estaba siendo atormentado en el hades. La palabra hades no es usada con respecto al lugar de consuelo de Lázaro. Encontramos por una comparación con otros pasajes, sin embargo, que hades también es usada con respecto al lugar en donde los espíritus de los justos van al morir. Esto es visto
Una Mirada a Lo Oculto El Señor nos da un vistazo del estado de los muertos en Luc. 16:19-31. Hay mucho para ser aprendido de este texto, pero consideremos primero cómo usó Jesús algunos detalles específicos para dejar en claro que él está describiendo las experiencias de espíritus 24
en el hecho de que mientras que el cuerpo de Jesús estuvo en la tumba, Él estaba en el hades (Hch. 2:27), sin embargo, en la cruz, él anticipó que iría al paraíso (Luc. 23:43). No debe ser pasado por alto que esto fue antes de la ascensión de Jesús al Padre (Jn. 20:17)
puesto que estaba en un lugar del que no había escapatoria (Luc. 16:26).
La palabra griega hades es el término aplicado al estado o lugar de los espíritus de los muertos.
Las declaraciones de Hch. 2:27 (una cita del Sal. 16:10), son especialmente significativas. Como el erudito J. W. McGarvey observó:
Las Escrituras de la misma manera afirman el estado feliz de los justos muertos. Esto es visto en el consuelo que Lázaro disfrutaba en el seno de Abraham. La palabra “paraíso”, usada por Jesús con respecto al ámbito del hades, en el que Él y el ladrón entrarían (Luc. 23:43), obviamente indica un lugar de felicidad. La esperanza de Pablo estaba en que mientras ausente del cuerpo, estaría “presente al Señor” (2 Cor. 5:8). Él miraba la muerte como una partida de la carne “y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”. (Fil. 1:23 ss). “Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor”. (Ap. 14:13).
"No dejarás mi alma en el hades" es un aserto de que se reincorporará Su Espíritu; "ni darás a Tu Santo que vea corrupción" afirma que con el retorno del alma al cuerpo antes que se inicie la descomposición, se reanimará.1
Este texto, por lo tanto, es consecuente con otra enseñanza bíblica que muestra: (1) la distinción entre la carne y al alma; (2) la naturaleza de la muerte – una separación entre el alma y el cuerpo; (3) y que el hades es el lugar en donde las almas moran mientras la carne ve corrupción. (“Alma” es un término genérico, aplicado algunas veces a la persona completa, aplicado algunas veces a la vida biológica, y otras veces, como aquí, aplicado al espíritu inmortal. Vea Sant. 2:26)
¿Por Qué el Hades? Estas observaciones, sin embargo, hacen que surjan algunas preguntas; “¿Por qué hay un estado intermedio? Si los espíritus de los muertos entran inmediatamente, ya sea al tormento o al paraíso, ¿por qué no son llevados inmediatamente al cielo o al infierno?” Esas son preguntas razonables y puede haber algunos aspectos de las respuestas que no estén revelados. No obstante, la realidad del hades no puede ser negada, y el hades seguirá existiendo hasta el juicio. Apocalipsis 20:13-14 nos muestra que será en el tiempo del juicio que el hades entregará sus muertos y la muerte y el hades serán arrojados en el lago de fuego.
Los Espíritus en Prisión El lenguaje griego tiene una palabra, tartarus, para indicar el lugar donde están retenidos los impíos muertos. Esta palabra es usada solo una vez en el NT, donde es aplicada por Pedro al lugar en donde los ángeles que pecaron están retenidos en “cadenas de oscuridad” hasta el juicio (2 Ped. 2:4). A menos que haya razones convincentes para concluir otra cosa, una palabra en griego debe ser entendida como significando lo que debió haber significado para el mundo griego-parlante de tiempos del NT. Debemos, por lo tanto, entender el uso de Pedro de “tartarus” (traducido “infierno” en la KJV) [N. T. Igual que en la RV] para referirse a lo que ordinariamente significaba para los griegos – un lugar de castigo para los espíritus incorpóreos. Al mismo tiempo que la palabra tartarus no es usada en el NT con respecto a los espíritus de los hombres impíos, la idea de tal lugar está claramente implicada. La encontramos en la declaración de Pedro acerca de los hombres desobedientes, muertos hace mucho tiempo, cuyos espíritus estaban “encarcelados” en el momento en que Pedro escribió (1 Ped. 3:19 ss). La idea de una prisión tal es vista también en el caso del hombre rico
El énfasis dado a la resurrección prometida del cuerpo (Rom. 8:11; 1 Cor. 15:12 ss; etc.), implica que hay algo faltante sin la resurrección. Sea que entendamos la necesidad de ella o no, tenemos una esperanza segura de que nuestros cuerpos serán resucitados. Claramente los espíritus incorpóreos de los justos disfrutan una bendita esperanza, pero si el paraíso es el último paraíso, ¿por qué es tanta la atención dada a la reunión del espíritu con el cuerpo en la resurrección? Será cuando las tumbas sean abiertas que serán dadas todas las recompensas eternas (Jn. 5:28 ss). La corona de justicia será dada “en aquel día” (2 Tim. 4:8) cuando Cristo “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya” (Fil. 3:2025
21). Será cuando Él aparezca que seremos semejantes a Él (1 Jn. 3:2). El punto es que Dios proporcionará alguna bendición adicional que no puede ser llevada a cabo sin la resurrección del cuerpo incorruptible (1 Cor. 15:42 ss).
de castigo temporal, del cual el alma finalmente será liberada y transferida al cielo. Esto es un mito, completamente sin fundamento escritural. El hades es en realidad un estado temporal de los espíritus de los muertos. También es verdad que quienes mueren en sus pecados no pueden ir para estar con el Señor (Jn. 8:21), y están en un estado de tormento (Luc. 16:23 ss). Pero Jesús también dejó absolutamente claro que no hay manera de liberarse para quienes se han incorporado a ese miserable ámbito (Luc. 16:26). Su destino eterno está sellado. Las almas de los condenados permanecerán prisioneras hasta el día del juicio, cuando la justicia de Dios será reivindicada ante todos (Judas 14 ss)
Jesús viene a tomarnos para sí, para que podamos estar siempre con Él (Jn. 14:1 ss). Pablo escribió de esto en 1 Tes. 4:16 ss. Pero no escribió como un que esperara el regreso de Jesús durante su propia vida. Así, él no estaba anticipando que iba a estar con el Señor cuando muriera en el sentido de Jn. 14:3 y de 1 Tes. 4:17, porque eso sería en el tiempo de la venida del Señor. De esta manera, en Fil. 1:23, cuando escribió de la muerte como siendo una partida para estar con Cristo, debió haberlo entendido en un sentido diferente. Parecería deducirse, sin embargo, que hay algún tipo de diferencia entre la manera de estar con Cristo antes del último día y el estar con Él después de la resurrección. Si tal distinción parece difícil de aceptar, debemos llevar en mente que hay también un sentido en el que estamos con el Señor mientras estamos todavía en la carne (Heb. 13:5).
El lenguaje griego tiene una palabra, tartarus, para indicar el lugar donde están retenidos los impíos muertos De esto, los santos de deben tener temor. Ellos están con el Señor ahora. Irán para estar con Él en la muerte. Y en un sentido más completo, más glorioso, ascenderán en sus cuerpos espirituales resucitados para reunirse con el Señor en el aire “y así estarán para siempre con el Señor”.
No El Purgatorio Estas observaciones en ninguna manera apoyan la doctrina católica romana del purgatorio. La idea detrás del purgatorio es que incluso cuando el castigo eterno por los pecados ha sido removido por el perdón, uno debe sufrir todavía un castigo temporal por sus pecados. Puede pagar esta penalidad con actos de penitencia, pero si muere con la penalidad parcialmente pagada, debe sufrir por un tiempo en el purgatorio. De esta manera, en la creencia católica, el purgatorio es un lugar
NOTAS 1. J. W. McGarvey, New Commentary on Acts of Apostles. (Nuevo Comentario sobre los Hechos de los Apóstoles, Cincinnati; The Standard Publishing Foundation, p. 31 ss) David Pharr es Director de la Escuela de Predicación y Misiones del Este de Tennessee, y editor del Carolina Christian.
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El Gran Día del Juicio Mac Layton
I
nscritas en un antiguo reloj de sol en Cluny, Francia, están las memorables palabras, “De todas estas horas, ¡témele solo a una!” Hay una hora de horas a la cual toda vida está dirigiéndose. Toda historia fluye hacia la cita final en la que todas las injusticias serán hechas justas, todas las buenas obras serán recompensadas, y el destino final de cada uno de los que han vivido será sellado para siempre. “Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos”. (Hch. 17:31).
anunciado con gran gozo y oración; antes que con ansiedad “esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios”. (2 Ped. 3:12)
La Biblia Habla La Palabra de Dios es muy clara en prepararnos para el Día del Juicio Final. Y la naturaleza previsiva de esa Palabra es emocionante, cuando no solo describe claramente este Día, sino las falsas doctrinas que los hombres inventarían en el tiempo por venir. Observe como son presentadas estas verdades: Primero, este Día es seguro. Es un inalterable ineludible. No hay manera de escapar de él, cambiarlo, o negarlo. La falsa doctrina de la evolución queda descartada con su negación y respuesta final para un todopoderoso Creador de la vida, aliento y todas las cosas (Hch. 17:24-28). Segundo, este Día es universal. Todas las naciones serán reunidas delante del Hijo del Hombre para juicio (Mat. 25:32). Los pecadores réprobos, cristianos infieles, hombres de buena moral fuera de Cristo, Corazín, Betsaida, Jerusalén, Moscú y Washington, todas estarán allí para su cita final (Rom. 14:10). Queda descartada la ridícula doctrina del 70 DC, teoría que afirma que el juicio ya pasó. Tercero, es individual. Cada uno tomará su turno cuando sea expuesto a la penetrante luz de la Palabra de Dios junto con el libro de la vida. Cada uno estará solo entonces y sin excusas, ni echándole la culpa a la sociedad, ni a los miembros hipócritas de la iglesia para criticar, ni a las circunstancias desfavorables o inconvenientes de tiempo por impedirle el camino a Cristo y buscar primero su reino. Solo usted, la verdad desnuda, con todo el universo observando. Quedan descartadas las doctrinas insensatas del subjetivismo, racionalismo, y emocionalismo, todas la cuales niegan que el hombre tenga un estándar final de la Palabra de Dios que le juzgará en el Día Final.
No importa en qué página leamos del Escrito Sagrado, nunca estamos lejos del Gran Día del Juicio. Es llamado “EL” día (Rom. 2:5). “UN día (Hch. 17:31). “AQUEL” día (2 Tes. 1:10), El día “POSTRERO” (Jn. 12:48), y el tema de este estudio, el “GRAN” día (Ap. 6:17). El tema predominante de toda la predicación apostólica era triple: La adopción divina y resurrección de Jesús, el divino reino de Dios y el juicio venidero. Dios conserva los libros, en donde cada pensamiento, palabra y obra de la vida es registrado: Pronto, quizá más de lo que nos imaginamos, sonará la trompeta, y “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. (2 Cor. 5:10; Ap. 20:11-15). Para los santos que recibieron la revelación, el mensaje era sencillo y claro. En la visión panorámica de historia que Juan da, resume siete veces cómo los enemigos del Señor y su gente guerrean y pelean en contra del avance de la verdad. Sin embargo, en la conclusión de cada escena hay un juicio, y el propósito final de ese Gran Día es revelado: el Hijo de Dios y su justicia son completamente reivindicados y glorificados. Lejos de ser un día de espanto y temor para el pueblo del Señor, este tiempo debe ser
Los Libros Serán Abiertos En la escena del juicio final del NT Juan describe vívidamente el Día cuando todos los muertos, de la muerte, el hades y el mar, y todas las naciones 27
harán su última aparición para ser juzgados. Del gran trono blanco la voz del todopoderoso Dios hable y diga “traigan los libros” (Ap. 20:11-15). Estos “libros” revelan algunos hechos esenciales: Primero, el juicio será total y completo. Ya entrado en días, el sabio Salomón habló de la naturaleza del juicio en el Día Final, “Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala” (Ecl. 12:14). Todas las cosas están desnudas y abiertas delante de los ojos de Él, con quien tenemos que ver (Heb. 4:13). Nada escapa a los ojos de nuestro Padre en los cielos (Jer. 23:23-24), y en este reconocimiento final, lo más profundo del corazón con todas sus cosas secretas, será completamente conocido (2 Cor. 4:5). Nuestro Señor dijo que incluso las palabras ociosas serán juzgadas en ese Día (Mat. 12:36).
Un Día de Sorpresas El Señor mismo declaró de antemano que el día del juicio será de sorpresas (Mat. 7:2223).Muchos se asustarán al darse cuenta que su sinceridad, buenas obras, y oraciones fueron en vano durante su vida, porque omitieron el componente esencial, la cuidadosa obediencia a la voluntad de Dios. Primero, muchos se sorprenderán de que Dios no acepte excusas. Todas esas excusas pobres, coartadas, justificaciones expertas hechas en vida, ahora solo provocan la ira de Dios. No hay dos caminos en cuanto a ello. Obedecemos a Dios y somos salvos eternamente, o desobedecemos y nos perdemos para siempre.
La única y más grande obligación de la humanidad es estar preparada para reunirse con nuestro Hacedor en el Juicio.
Segundo, el juicio será bajo la dirección de un Dios imparcial con un misericordioso Señor presidiendo. No habrá acepción de personas en ese Día, ni injusticia ni error judicial (Hch. 10:3435). Dinero, belleza, inteligencia, tierras, fama, alcurnia, logros humanos o posición no significan nada para Él. Todo lo que importará en ese Día es si nuestros pecados han sido lavados en la corriente limpiadora de la sangre de Jesús, y si hemos vivido en armonía con la voluntad revelada de Dios.
Segundo, algunos se sorprenderán de que Dios no acepte iglesias humanas en ese día. Como el Señor claramente afirmó, “Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada”. (Mat. 15:13). ¡Cuán trágico que incontables miles desperdiciaran sus vidas en iglesias jamás mencionadas o escritas una sola vez en las páginas de ese Libro que nos juzgará un Día! Ser religioso no es suficiente, hacer buenas obras no es suficiente, predicar no es suficiente; debemos someternos en amor en la obediencia a Su voluntad, de otra manera, escucharemos las palabras, “Nunca os conocí”. (Mat. 7:23)
Muchos se asustarán al darse cuenta que su sinceridad, buenas obras, y oraciones fueron en vano durante su vida, porque omitieron el componente esencial, la cuidadosa obediencia a la voluntad de Dios.
Tercero, algunos se sorprenderán en ese Día de que Dios no nos juzgará por lo que otros están o no están haciendo. Maridos y esposas no serán salvos simplemente porque su compañero era miembro; ser nacido en un buen hogar cristiano no le garantizará a un hombre el cielo, sino una fe personal. Muchos miembros de la iglesia hoy tienen la idea errónea de que el tener su nombre en el rol de la iglesia sin estar activamente involucrado en fiel adoración y expandiendo el reino, les garantizará el cielo. La iglesia en donde uno adora puede estar encendida de entusiasmo por Cristo, pero a menos que hagamos nuestra justa parte de la obra, no significará nada cuando comparezcamos delante del Gran Juez de toda la tierra.
Tercero, el juicio será llevado con un estándar perfecto. Todos los vivientes desde la muerte de Jesús serán juzgados por su evangelio escrito (Rom. 2:16). Como Jesús declaró, “la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero”. (Jn. 12:48). No seremos juzgados por el Antiguo Testamento, excepto quienes vivieron bajo él. Ningún credo humano, o alguna ley escrita por manos humanas, o cualquier palabra de un sínodo o convención de hombres estarán allí. El Nuevo Testamento será nuestra ley de juicio, y será leída en ese día igual que se lee hoy. Cuán sabio es obedecer la voluntad de Dios HOY, para que usted pueda decir en ESE DÍA, “Oh, Señor, ¡hice como tú dijiste que hiciera!” 28
Cuarto, algunos se sorprenderán de que Dios no nos juzgue por nuestras buenas intenciones. Muchos, como Félix, tienen nobles intenciones para obedecer a Cristo cuando vienen tiempos convenientes y fáciles (Hch. 24:25). Pero Dios nos juzgará por nuestras obras, no por lo que puedan ser nuestros planes para el futuro (Ap. 20:12). Cualquier noble intención u objetivo que haya, solo será otro golpe para nuestra fatalidad, a menos que las pongamos en acción (Sant. 2:14-26). Dios no juzgará por sentimientos, y para una sociedad saturada con fe solo como un sentimiento profundo, y no la obediencia activa a Cristo, como el NT declara que tiene que ser, el Día del Juicio va a ser una conmoción.
siempre (Mat. 24:44). No se trata de si usted estuvo alguna vez preparado, o de si usted alguna vez permaneció largo tiempo asistiendo a la iglesia, o de si usted trató algún día, sino ¿Está usted listo para reunirse con el Señor AHORA? La única y más grande obligación de la humanidad es estar preparada para reunirse con nuestro Hacedor en el Juicio. Ahí usted dará mil mundos como este a Dios para tratar de arreglar las cosas, pero no habrá segunda oportunidad una vez que este glorioso día del Juicio haya terminado. Hay un Gran Día venidero Un gran Día Venidero Hay un Gran Día venidero ¡Dentro de poco! Cuando los santos y los pecadores Serán separados a derecha e izquierda; ¿Estás listo para cuando ese Día venga? ¿Estás listo? ¿Estás listo? ¿Estás listo para el Día del Juicio?”
Los Tres Veredictos En la conclusión del Día Postrero, serán emitidos tres veredictos: Primero, el de Jesús, “nunca os conocí” (Mat. 7:21-23). Segundo, le dirá a algunos, “no os conozco” (Mat. 25:12). Este es el veredicto final para quienes estuvieron alguna vez preparados pero dejaron sus lámparas afuera. Tercero, “Bien, buen siervo y fiel…entra en el gozo de tu señor”. (Mat. 25:21). Estas son emocionantes palabras que los siervos buenos y fieles escucharán.
Will L. Thompson
Mac Layton es un ministro altamente respetado y trabaja para la iglesia del Norte de McArthur en la ciudad de Oklahoma, Oklahoma.
Incluso a sus leales y fieles discípulos, a menudo Jesús les advirtió que estuvieran preparados
El ejemplar de Julio de 1992 de LA ESPADA ESPIRITUAL será un número especial tratando con las doctrinas del Catolicismo Romano. La Iglesia Católica pretende ser la iglesia original fundada por Cristo sobre Pedro como el primer papa. Creemos que este número será un fascinante estudio de las doctrinas y enseñanzas del Catolicismo. Anticipamos que este ejemplar tendrá mucha demanda. Por favor ordene a tiempo si desea paquetes y copias extra para distribución.
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¿Hay Un Infierno Eterno? Gary Workman
la historia de la iglesia, Revisando nos damos cuenta que varios
El Significado de Infierno El término general y predominante en el NT para “infierno” es la palabra griega gehena. Describe la expresión aramea ge hinnom, significando “valle de Hinom” (Neh. 11:30; Cf. Jos. 15:8), y por esta razón la palabra es comúnmente transliterada como Gehenna. Este era un valle en el lado sur de Jerusalén donde, durante los períodos idólatras bajo Acaz y Manasés, los judíos habían hecho que sus hijos fueran quemados como sacrificios al dios Moloc o Moloch (2 Crón. 28:3; 33:6). Josías, en su derrocamiento de la idolatría, “profanó” el lugar llamado Tofet en el Valle de Hinom (2 Rey. 23:10), y el área llegó a ser conocida como un lugar para ser abominado. Fue renombrada por Jeremías como “el Valle de la Matanza” en una profecía que lo asociaba con el castigo que debía venir sobre Jerusalén (Jer. 7:31; 19:6), y como resultado, vino a ser un lugar de enterramiento (Jer. 19:11 31:40)
individuos a partir del Teólogo Orígenes, y diferentes grupos protestantes desde el siglo XVI, Anabaptistas y Socinianos, negaron la doctrina del tormento eterno. Tal negación entre grupos cristianos toma la forma ya sea del universalismo (los impíos finalmente serán salvos) o aniquilacionismo (los malvados finalmente dejarán de existir). En tiempos modernos, la primera está asociada principalmente con los UniversalistasUnitarios y la última con los adventistas del 7º Día y los así llamados Testigos de Jehová. Estos últimos grupos enseñan que todos los impíos, incluyendo al diablo, serán aniquilados. Los testigos piensan que el incorregiblemente malvado nunca será resucitado en absoluto y que el resto de los impíos que no respondan a la segunda oportunidad simplemente serán destruídos en el juicio final. Para ellos, el infierno es el sepulcro. Los adventistas creen que hay un infierno pero que mata a sus víctimas en poco o mucho tiempo según sus pecados lo merezcan. Y puesto que Satán es el más impío de todos, será el último, creen, en perecer en las llamas.
Fue sin duda por las razones anteriores que en el segundo siglo AC el nombre gehenna empezó a aparecer en la literatura judía como un término para el lugar del castigo final. Es natural, por lo tanto, que cuando abre el NT, Gehenna fuera el término principal para infierno. Está registrado 11 veces de los labios de Jesús y también es usado una vez por Santiago. No se refirieron al literal Valle de Hinom en las afueras de Jerusalén, ni a algo similar a ello, sino más bien al “Gehenna de fuego”, en un ámbito más allá de la tumba. Historiadores tanto cristianos como judíos confirman que el punto de vista común de los judíos en el tiempo de Cristo (con excepción de los saduceos, quienes incluso negaban la resurrección) era que se trataba del lugar de eterno castigo para los impíos. Y puesto que Jesús nunca intentó corregir l pensamiento farisaico en cuanto a la duración del Gehenna, como lo hizo con los errores escatológicos de los saduceos, esta es una prueba de peso para el significado que él quiso expresar por su uso del término.
Es sorprendente y desconcertante cuando algunos entre nuestro propio grupo adoptan una posición similar a la de los adventistas en este asunto, pero esto es lo que hemos presenciado en esta última década. Por lo tanto, un análisis de este tema parece especialmente apropiado. Aunque a estos individuos generalmente no les gusta el término “aniquilacionista” como descriptivo de su punto de vista (pensando que debe implicar una negación de la resurrección de los impíos como los “testigos de Jehová”), este término es, no obstante, el más preciso de usar. Sea que uno piense que la resurrección ocurre con o sin una resurrección corporal, y con o sin un período preliminar de tormento, el resultado final todavía es la aniquilación.
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Descripciones del Infierno
Términos en Conflicto para La Perdición Final
Jesús dió algunas descripciones gráficas del infierno. Aunque seguramente no tuvo la intención de que fuera entendido en una forma excesivamente literal, estas descripciones no obstante proporcionan información acerca de la naturaleza y duración del infierno.
Destruir o perecer. Jesús predijo en una parábola que Dios algún día vendría y “destruiría” a los que mataron a su Hijo amado (Mar. 12:9), y le dijo a sus discípulos que temieran al que es capaz de “destruir” tanto el cuerpo como el alma en el infierno (Mat. 10:28). Esto no significa que Dios aniquilará a los impíos, como algunos han pensado. Además de “destruir” y “perecer”, el término griego apollumi significa “perder” y “perdido”. ¿Estuvieron aniquiladas la oveja “perdida” y la moneda “perdida”? (Luc. 15:4, 6, 9). ¿Fueron enviados los apóstoles a las ovejas “aniquiladas” de la casa de Israel? (Mat. 10:6). ¿Fue aniquilado el hijo pródigo cuando estuvo “perdido”? (Luc. 15:24, 32). Jesús no vino a buscar y a salvar al aniquilado, sino al espiritualmente “perdido” (Luc. 19:10). Si apollumi significa aniquilar, entonces el que aniquila su vida o alma es el que termina salvado (Luc. 9:24). Pero el suicidio, ¿realmente trae vida eterna? En ningún lugar dice la Biblia que Dios matará el alma.
Gusanos inmortales y fuego inextinguible. Jesús habló del “fuego que no puede ser apagado”, del infierno (Mar. 9:43) y luego lo describió como el lugar “donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga” (v. 48; también v. 44, 46). Esta doble metáfora, usada originalmente del castigo temporal en Isa. 66:24, fue usada por Jesús para describir el futuro castigo en cuerpos de la resurrección. Dios intervino una vez con las leyes de la naturaleza de manera que un arbusto que “ardía en fuego” (Ex. 3:2) no se “consumía” (v. 3, la misma palabra hebrea – ba’ar). Aunque ardía en fuego, no se “consumía” (v. 2). De la misma manera Dios suspenderá las leyes naturales de la esfera temporal cuando la gente entre a la esfera eterna. Sadrac, Mesac, y Abed-nego caminaron dentro de un horno encendido sin ser quemados por las llamas que consumieron a sus enemigos porque Dios se aseguró que el fuego no tuviera “poder alguno sobre sus cuerpos” (v. 27). En la eternidad Dios se asegurará de que los impíos se quemen en las llamas del infierno mientras continúan existiendo, igual que lo hacen ahora en el hades (Luc. 16:19-31). Su destino será con “las llamas eternas” (Isa. 33:14).
Es sorprendente y desconcertante cuando algunos entre nuestro propio grupo adoptan una posición similar a la de los adventistas en este asunto, pero esto es lo que hemos presenciado en esta última década. Perdición. La forma sustantivada de la palabra justamente discutida es apoleia. Es traducida “perdición” y algunas veces “destrucción”. Jesús advirtió que el camino ancho lleva a la “perdición”. (Mat. 7:13). Tal “perdición” es lo opuesto a “salvación” (Heb. 10:39), y está por lo tanto reservada para el impío (2 Ped. 3:7). En referencia a las cosas perecederas, esta palabra puede significar pérdida de la existencia. Pero el significado con respecto al destino eterno es hecho absolutamente claro por la declaración de que la bestia del mar de Ap. 13 fue condenada a ir a “perdición” (Ap. 17:8, 11) y todavía será atormentada “día y noche por los siglos de los siglos”. Y todos los demás en camino a la perdición sufrirán de igual manera el mismo destino (v. 15). Lo que “perdición” describe no es una pérdida de la existencia, sino una pérdida de la felicidad y la bendición.
El lloro y el crujir de dientes. Siete veces está registrado que Jesús dijo que en el infierno, “Allí” (ekei – en ese lugar), sufrirían “el lloro y el crujir de dientes”. Puesto que Jesús dijo que los que tienen esta angustia se “verán” “excluidos” (Luc. 13:28; Cf. Mat. 8:12) en el “horno de fuego” (Mat. 13:42, 50), atados “de pies y manos” y en las “tinieblas de afuera” (Mat. 22:13; 25:30), “con los hipócritas” (Mat. 24:31), y sin indicación de alguna terminación, nuestro Señor no pudo haber indicado más claramente una eternidad de tormento. El aislamiento y el fuego no detienen su angustia, más bien la provocan. Puesto que están llorando en el fuego, ¡esas almas están concientes, no aniquiladas!
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serán condenados al “fuego eterno” (Mat. 18:8; 25:41; Judas 7), “castigo eterno” (Mat. 25:46) y “perdición eterna” (2 Tes. 1:9) por causa del “juicio eterno” (Heb. 6:2), los extincionistas deben encontrar alguna manera el no tener “eterno” significando para siempre. Generalmente tratan de explicarlo como castigo que tiene que ver con la esfera de lo eterno, o puede ser un resultado eterno del castigo. Sin embargo, todos los intentos por explicar el significado obvio de “eterno” resultan un fracaso, porque se queda claro que los términos están siendo manipulados para evadir las claras indicaciones de la Escritura. Los escritores del NT usaron aion y aionios 141 veces cuando hablan de eternidad para transmitir la idea de incesante, interminable y perpetuo. Si la palabra significa “sin fin” cuando es aplicada a la bendición futura de los salvos, debe también significar “sin fin” cuando describe el castigo futuro de los perdidos.
Destrucción. Pablo dijo que los no salvos están destinados a sufrir repentina y eterna “destrucción” (1 Tes. 5:3; 2 Tes. 1:9). Esto es de la palabra griega olethros y es similar a la palabra apoleia discutida anteriormente. En el caso de la condición de las almas o destino, la palabra no indica una destrucción literal. De otra manera, si el destino del impío es aniquilación repentina en la segunda venida de Cristo (1 Tes. 5:3), ¿cómo van a comparecer ante su tribunal? (Cf. 2 Cor. 5:10). Y puesto que la destrucción es “repentina”, no podría haber ningún tormento en absoluto – lo cual es contrario a la enseñanza bíblica. No, el término simplemente habla de un estado continuo de ruina “excluidos de” (apo) la presencia del Señor (2 Tes. 1:9). Es destierro, no pérdida de la existencia. No es la destrucción del ser sino de su bienestar. Castigo. Jesús dijo que los perdidos irán al “castigo” eterno” (Mat. 25:46). Esta palabra (kolasis), aparece solo dos veces en el NT. Es consecuentemente traducida “castigo” en los léxicos, sin embargo Arndt y Gingrich también la llamaron “tortura” (p. 441), y Thayer dice que “tiene referencia al que sufre” (p. 353). En otra literatura griega es frecuentemente traducido “escarmiento”. Habla por lo tanto de una acción antes que de un resultado. Por consiguiente, cuando Jesús dice que los injustos “irán al castigo eterno”, habla de un sufrimiento eterno que dura lo mismo que la “vida eterna” de los justos (Mat. 25:46). La forma verbal de “castigo” (kolazo) es usada en 2 Ped. 2:9 en el sentido de que Dios conoce cómo reservar a los injustos “para ser castigados” en el día del juicio. Este es un estado de castigo constante (indicado por el participio presente) en el hades entre la muerte y el día del juicio. Igual que los ángeles que pecaron están “reservados” o mantenidos en prisiones o cadenas de oscuridad (2 Ped. 2:4; Judas 6), así también las almas de los humanos están siendo reservadas bajo castigo en el hades. Así que, luego de ser juzgados, entran al estado “eterno” de los mismos sufrimientos espantosos donde la penumbra u oscuridad es mantenida o “reservada” para siempre (2 Ped. 2:17; Judas 13)
Términos Clave para la Exclusión La Biblia describe el fin de los impíos no como aniquilación sino como una exclusión o destierro. Incluso en esta vida se le dice al impío, “vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios” (Isa. 59:2). En el día del juicio Jesús les dirá a los perdidos, “Apartaos de mí” (Mat. 7:23). No se van al olvido, sino al “fuego eterno” (Mat. 25:41). “E irán éstos”, dijo Jesús, “al castigo eterno” (v. 46). Su castigo es “eterna perdición” o ruina, “excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder” (2 Tes. 1:9). No sufren extinción eterna sino más bien exclusión eterna. Notemos algunos términos clave para este concepto. Echados. Es dicho que los perdidos serán “echados” (ballo) en el infierno (Mat. 5:29) o “en el horno de fuego” (Mat. 13:42; Cf. 18:8-9) como una “cárcel” (Mat. 18:30). El diablo será “lanzado” en el lago de fuego para ser atormentado (Ap. 20:10), y así será con la gente que lo sigue (v. 15). Esto no se hace con un cadáver. Ellos serán arrojados “vivos” en ese lago (Ap. 19:20). La palabra compuesta para “arrojar” [N. T. En español la Versión RV la vierte como “excluidos”] es ek-ballo. De esta manera es dicho que los impíos estarán “excluidos” (Luc. 13:28) [Echados] en las tinieblas de afuera (Mat. 8:12; 22:13; 25:30). ¿Significa esto destruidos de la existencia? No, porque si “echados” (Mat. 8:12) significa aniquilación, la misma palabra traducida
Eterno. La palabra aionios aparece algunas setenta veces en el NT griego y es traducida “eterno” o “para siempre”. Esta palabra es especialmente embarazosa para los aniquilacionistas, y por ello, se van a los extremos para tratar de explicarla. Puesto que los impíos 32
“echó” en referencia a los demonios solo cuatro versículos después, debe significar también la misma cosa (v. 16). Pero Jesús no aniquiló a los demonios; en lugar de eso, los envió lejos (v. 31). Cuando el demonio fue “arrojado” al abismo (Ap. 20:3), ¿cesó de existir? No, y tampoco lo serán los perdidos.
que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. (Ap. 20:15). Sí, los impíos serán apartados “…al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”. (Mat. 25:41). Lo que sea que el fuego hará con Satán y sus demonios, hará también por los humanos que se reúnan con ellos ahí.
Fuera. Hay una palabra que nos dice lo que “arrojados” significa – la palabra “fuera” (exo). Incluso ahora, los perdidos están “fuera” de Cristo y de la iglesia (1 Cor. 5:12; Col. 4:5; 1 Tes. 4:12). Dios juzgará a los que están “fuera” (1 Cor. 5:13). Y ellos serán entonces “arrojados” y ser verán a sí mismos “excluidos” (Luc. 13:28). Ellos verán su ruina eterna y lo que perdieron por no entrar al cielo. Juan registró que los perdidos están “fuera” de la ciudad celestial (Ap. 22:15). Esto habla de un estado de agonía continua para el perdido en el infierno. Están en la angustia de las “tinieblas de afuera” (exoteron) en donde será el lloro y el crujir de dientes (Mat. 8:12). Estarán para siempre afuera llorando en la oscuridad.
La Segunda Muerte. El lago de fuego es llamado “la segunda muerte” (Ap. 20:14). La muerte literal con la que estamos familiarizados será abolida en el fin de los tiempos. Esto no ocurrirá después del juicio sino cuando Jesús regrese y los sepulcros sean abiertos (Hch. 2:34-35; 1 Cor. 15:25-26). Se deduce entonces, que la “segunda muerte” (que ocurre después) no debe ser literal. Es en el momento de la resurrección del mundo que “Sorbida es la muerte en victoria”. (1 Cor. 15:54). Cuando la muerte y el hades entreguen a sus muertos, ellos son arrojados en el lago de fuego – incorporados a la existencia continua de la segunda muerte (Ap. 20:13-14). Está señalado para los hombres que mueran una sola vez (hapax – de una vez por todas) y después de esto el juicio (Heb. 9:27). Este solo hecho demuestra que la “segunda muerte” es figura de una existencia continua – una muerte en vida. Igual que la muerte no puede separar a los salvos del amor de Dios (Rom. 8:38), tampoco la muerte puede separar a los perdidos de la ira de Dios. “Está sobre” ellos (Jn. 3:36).
Atormentados. Igual que un alma perdida en el estado intermedio estaba “en tormentos” o en un “lugar de tormento” (Luc. 16:23, 28), así también los perdidos en el juicio serán entregados “a los verdugos” (Mat. 18:34). Los eternamente perdidos serán “atormentados con fuego y azufre” y enviados a tal “tormento” para siempre (Ap. 14:10-11). No es el humo de la aniquilación, sino “el humo de su tormento” al que irán para siempre. Además, “no tienen reposo de día ni de noche” (v. 11) – una expresión que habla solo de lo que no tiene fin. Esto es un “mayor castigo” que una simple muerte física (Heb. 10:29)
Conclusión Virtualmente cada pasaje sobre el tema del castigo final, cuando es examinado a la luz de su contexto y el uso del lenguaje figurado que está implicado por todos lados, revela que el infierno dura para siempre. La Biblia claramente predice un eventual fin de los impíos, del día del juicio en adelante; no la aniquilación o un período de tormento seguido por la aniquilación, sino simplemente un tormento conciente y eterno, o sin final.
Con el diablo. El diablo y los impíos comparten el mismo destino. Satán será “lanzado en el lago de fuego y azufre” y “atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Ap. 20:10). Pero él no es el único mencionado en el versículo. La “bestia” y el “falso profeta” también sufren el mismo destino – estos últimos dos, siendo humanos son mencionados en conjunto como aliados del diablo. Son “ellos” – todos ellos – quienes son atormentados por siempre. Juan añadió que “el
Gary Workman, 1021 Vía del Rey, Mesquite, Texas 75150, es editor de The Restorer (El Restaurador).
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La Realidad del Cielo Billy R. Smith
oy, pues, a preparar lugar para vosotros”. (Jn. 14:2). Estas palabras están entre las más dulces jamás salidas de labios de nuestro Señor. En clara visualización de la cruz, prometió a los apóstoles que su muerte no sería el final para Él, ni para ellos. “vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo” (v. 3).
de Job, y es la conclusión de antropólogos que este anhelo vive en gente de todas las razas, culturas, y épocas. Incluso el agnóstico Robert Ingersoll visualizó la inmortalidad como un drama ineludible, “como un mar que fluye y refluye en el corazón humano…y continuará fluyendo y refluyendo hasta que el amor bese los labios de la muerte”. Si no hay vida después de la vida, ¿de dónde vino tal anhelo?
La dolorosa pregunta de Job, “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” (Job 14:14). La inolvidable pregunta de todas las edades, desde el día en que Adán y Eva enterraron a Abel hasta la época actual. De no ser por el sonoro mensaje de la Escritura, en donde la palabra “cielo” aparece más de seiscientas veces, esa pregunta permanecería sin contestar. El escritor de la carta a los Hebreos, por ejemplo, describe al esperanzado Abraham como uno que “esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios… Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad”. (Heb. 11:10, 16). Después, habla de la esperanza que comparte con sus hermanos, “porque no tenemos aquí ciudad permanente, sino que buscamos la por venir”. (Heb. 13:14).
Segunda, la vida sería despojada de todo propósito si no hay esperanza más allá del sepulcro. Todo lo que el hombre se esfuerza en conseguir y producir se convierte en un sinsentido si meramente expira para siempre como los animales. ¿Por qué ponerse del lado de causas justas si la vida no tiene futuro? (1 Cor. 15:32) Una vida con propósito demanda una vida por venir (Ecl. 12:13-14).
V
Tercera, vida debe seguir a la muerte para que la justicia prevalezca. Todas las injusticias de la vida no pueden ser corregidas nunca si este mundo es todo lo que hay. No puede haber esperanza para los errores cometidos en contra de Abel, Urías, Esteban, y los mártires de las edades no siendo pagados jamás si la tumba es su única meta. Fue su sentido de la justicia lo que hizo que los santos asesinados clamaran, “¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?” (Ap. 6:10)
El cielo es a menudo referido como “la casa del alma”, reflejando la verdad de que este mundo no es nuestro hogar. Vivir en la esperanza del cielo, el “ancla del alma” (Heb. 6:19), hace toda la diferencia en cómo vemos tanto la vida como la eternidad. ¿Es tal esperanza real o ridícula, basada en los hechos, o inverosímil?
El cielo es a menudo referido como “la casa del alma”, reflejando la verdad de que este mundo no es nuestro hogar. Cuarta, y el más grande testimonio en nombre de la realidad del cielo, es la resurrección de Jesús de entre los muertos, “primicias de los que durmieron” (1 Cor. 15:20), quien “quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio”. (2 Tim. 1:10). Si la muerte no pudo sujetar a Jesús, y si la muerte no se enseñorea más de Él (Rom. 6:9), entonces es razonable concluir que lo que puede hacer para sí mismo, lo
El Cielo es Razonable “Si así no fuera, yo os lo hubiera dicho”. (Jn. 14:2). Nuestra esperanza de inmortalidad es un asunto de fe, no de experiencia personal; sin embargo, esa fe está apoyada por razones suficientes. Primera, ahí dentro del corazón humano se encuentra un deseo universal por la vida futura. Esto está reflejado en la experiencia 34
puede hacer para otros: “porque yo vivo, vosotros también viviréis”. (Jn. 14:19).
No dolor (4c). Qué maravilloso pensamiento para aquellos cuyos días están llenos de punzante dolor que no puede ser aliviado de esta lado de la eternidad. No sorprende que Pablo deseara partir y estar con Cristo (Fil. 1:23), sabiendo que sería mucho mejor un todo sentido concebible. Ni la mente, ni el corazón, ni el cuerpo pueden ser lastimados en el cielo, en donde “transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya”. (Fil. 3:21).
El Cielo es Revelado “En la casa de mi Padre muchas moradas hay” (Jn. 14:2). Jesús dibujó el cielo para sus discípulos como el lugar de la morada de Dios (Mat. 6:9), una casa con abundancia de habitaciones para todos los que llegaran a ser sus hijos (Rom. 8:16). También es descrito como un lugar de reposo (Heb. 4:9), gloria (2 Cor. 4:17), santidad (Ap. 21:27), adoración (Ap. 19:1), compañerismo (Heb. 12:23), y recompensa (2 Tim. 4:8).
No noche (25). En el cielo no habrá necesidad del sol o de la luna, porque la ciudad celestial será iluminada por la radiante gloria del Señor. No habrá temor de la oscuridad, ni el persistente sentido de la soledad que las largas horas de la noche puedan traer, “porque las primeras cosas pasaron”.
La más vívida visión de su hogar eterno es revelada en los últimos dos capítulos de la Escritura, una digna conclusión a la voluntad de Dios para el hombre. Apocalipsis 21 describe el cielo como una ciudad de inenarrable belleza, con las calles de oro edificadas sobre doce cimientos de piedras preciosas, con muros de jaspe y puertas de perlas, como una novia ataviada para su marido. La ciudad es cuadrada, con iguales dimensiones de más de 2 000 kilómetros en longitud, anchura y altura. Es una casa por siempre nueva, que nunca se acabará, porque el capítulo 22 empieza con una descripción del río limpio de agua de vida, claro como el cristal, con el árbol de la vida a uno y otro lado del río, produciendo sus doce tipos de fruto cada mes. Verdaderamente, “¡Cuán hermoso debe ser el cielo!”
No cosas inmundas (27). El cielo es el lugar de la perfecta pureza, sin posibilidad de mancilla, corrupción e inmoralidad. No crimen, no violencia, no rebelión, no robos, asesinatos, adulterios, maldiciones y mentiras. No puede haber tentación para violar la voluntad perfectamente pura del Padre. El cielo es real por causa de la maravillosa revelación de Dios.
El Cielo Está Reservado “…para que donde yo estoy, vosotros también estéis”. (Jn. 14:3). Tal como Jesús aseguró a sus apóstoles de su hogar eterno en los cielos, así Pedro dió ánimos a los santos esparcidos por toda Asia Menor: “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros” (1 Ped. 1:4). A los corintios Pablo les habló de gemir, “deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial” (2 Cor. 5:2), y a los filipenses les recalcó, “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”. (Fil. 3:20)
Lo que es todavía más emocionante es la promesa de lo que no está en el cielo. Todo pecado y sus crueles consecuencias serán quitados para siempre: No lágrimas (21:4a). Hay en este mismo momento alguien derramando lágrimas por las angustias que la vida trae, pero en el cielo no habrá lágrimas porque no habrá nada ahí que las provoque. Qué glorioso cuadro de Dios como nuestro Padre, quien amorosamente “enjugará toda lágrima de nuestros ojos”.
Esta reservación se ha hecho para todo el que se convierte, por medio de la fe obediente (Rom. 1:17), en hijo de Dios (1 Jn. 3:1-2), cuyos nombres “están inscritos en el libro de la vida del Cordero”. (Ap. 21:27). Ahí, la vida será vida en realidad, cara a cara con Dios nuestro Padre y el Señor Jesús, cuya presencia disfrutaremos continuamente, cuya gloria alabaremos constantemente, y cuyo servicio daremos sin cesar (Ap. 22:3-4)
No muerte (4b). En la felicidad celestial no habrá más separación de los que amamos, ni corazones llenos de preocupación, ni necesidad de elogios, cementerios, ni monumentos conmemorativos. La muerte misma ¡habrá muerto! “En la tierra donde nunca envejeceremos”.
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No solo anticipamos la unión con las huestes celestiales, sino que anhelamos estar unidos con los redimidos de todas las edades, grandes y pequeños. Cuán emocionante será sentarnos con Abraham, Isaac, y Jacob (Mat. 8:11), para revivir las maravillosas victorias de Moisés, Josué, y David, para elogiar el coraje y fuerza de Elías, Isaías, y Jeremías, para encomiar la pureza de José y la paciencia de Job, elogiar la fidelidad de Pedro, Santiago; y Juan, deleitarnos con la generosidad de Bernabé y Dorcas, aprender incluso más de nuestro amado hermano Pablo, y ver las hermosas coronas usadas por Sara, Débora, Ana, Ruth, Esther, María, Lidia, Priscila, Loida y Eunice.
la mañana una llamada telefónica informándome de la muerte repentina y terrible de la madre de mi mejor amigo. Cuando llegué a la casa para estar con mi amigo y su familia en esa hora, él, valientemente y con confianza me dijo, “la veremos nuevamente algún día”. Es esa esperanza por la Jesús murió para darnos y para todos los que aman su venida (2 Tim. 4:8). Por lo tanto, cuando habló de las moradas que está preparando para los que se preparan a vivir en ellas, dijo, “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”. (Jn. 14:1) El cielo es real porque es razonable creer en la inmortalidad, porque ha sido revelado para nosotros por inspiración de Dios, y porque está reservado para los hijos de Dios.
Nosotros especialmente deseamos la reunión en los cielos de los que hemos conocido y amando en esta vida, cuya fe hemos compartido y cuya esperanza se ha convertido en la nuestra. Nunca pensamos más en el cielo que cuando enfrentamos el tiempo de nuestra muerte, o cuando perdemos a alguien que hemos amado más que a nuestra vida misma. Durante mi primer año en Freed-Hardeman, recibí muy temprano en
Cuando hemos estado ahí diez mil años Brillante, resplandeciente como el sol, No tenemos menos días para cantar la gloria de Dios Que cuando empezamos primero.
Billy R. Smith es Presidente del Departamento de Biblia en la Universidad Freed-Hardeman en Henderson, Tennessee.
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La Naturaleza del Hombre Jim Laws
l hombre ha luchado con la cuestión de su propia naturaleza y ser, durante siglos. Es natural ver que para él es una pregunta muy intrigante. Sus conclusiones sin ayuda son amplias y variadas. Para Thales, por ejemplo, el hombre, como todo lo demás en el universo, fue hecho de agua. En el pensamiento de los primeros griegos, la naturaleza era suprema, y el hombre era parte de la naturaleza. Heráclito, por ejemplo, pensaba que el hombre era parte del fuego universal; está sujeto a la ley del universo. Según Empédocles, el hombre, como todas las demás cosas en el universo, está compuesto de los elementos del universo: tierra, aire, fuego, y agua. Todas las cosas en el universo están vivas y tienen el poder del pensamiento. Sócrates cambió sus ideas en una dirección diferente con respecto al hombre. Saber lo correcto y vivir lo correcto es más importante que conocer cómo se creó el universo. El hombre, para Sócrates, es el centro, el pivote, de todo lo que es digno de pensar. Platón pensaba que el hombre era verdaderamente la medida de todas las cosas, porque había en él ciertos principios universales, nociones, conceptos o ideas que básicas para todo saber.
¿Está el hombre destinado a maestro del universo, o es un “gusano de la tierra”? ¿Es el hombre el centro del universo, el objetivo de toda creación, o es un simple incidente de no más importancia para el universo que una partícula de polvo? Para contestar estas preguntas y otras que surjan para ellos, uno debe ir al lugar correcto para obtener la respuesta correcta: ese lugar es la Biblia, la Palabra de Dios.
E
“Dios vio que era necesario, si el hombre debía entender su verdadera naturaleza, que fuera dada una revelación para tal cosa, explicando al hombre lo que él es, de dónde viene, y adónde va”. Una presuposición básica para este artículo y la presentación de la naturaleza del hombre, es que la Biblia da respuestas verdaderas a las preguntas cruciales que han sido planteadas por los hombres de toda edad y que esas respuestas son de vital importancia para toda persona. Esto significa que cualquier punto de vista que la Biblia da es el correcto y que cualquier opinión con respecto al hombre, el pecado, la salvación, la vida, la muerte, etc., que contradiga la Biblia, o es inconsistente con lo que la Biblia enseña, o necesariamente es un falso punto de vista. Dios vio que era necesario, si el hombre debía entender su verdadera naturaleza, que fuera dada una revelación para tal cosa, explicando al hombre lo que él es, de dónde viene, y adónde va. El hombre puede llegar a entender algunas cosas de la naturaleza y del mundo que lo rodea; sin embargo, para que el hombre tenga suficiente entendimiento, es necesaria una revelación divina. Dios ha dado una completa y suficiente revelación al hombre – la Biblia. Por lo tanto, este
Esta breve introducción servirá para ilustrar el punto de que el hombre, no importa cuán antiguo o moderno sea, ha buscado conocerse y entenderse muy seriamente. No importa quién sea, egipcio, babilónico, asirio, fenicio, europeo moderno o americano, el hombre se ha esforzado por entenderse en relación a su universo. También ilustra los muchos divergentes puntos de vista que el hombre ha inventado una vez que empezó a estudiar tan crucial pregunta como la naturaleza del hombre sin la ayuda de la Biblia. 37
artículo presentará el punto de vista bíblico del hombre. Presentará cuatro características esenciales acerca del hombre. Veremos de esta presentación lo que la Biblia enseña: Primero, que el hombre es un ser creado; segundo, que el hombre es un ser racional; tercero, que el hombre es un ser moral libre; y cuarto, que el hombre tiene un destino eterno.
Puede referirse tanto a carne animal (Núm. 11:4) como al cuerpo humano (Gen. 2:24). La palabra griega sarx puede significar simplemente el cuerpo físico como Pablo la usó en 1 Cor. 15:39 y en 2 Cor. 11:7. La carne del cuerpo físico del hombre obviamente está sujeta a la muerte y a la descomposición (1 Cor. 4:11). La palabra hebrea nephesh a menudo se traduce como alma. Es una palabra que puede ser usada en diferentes maneras, y uno debe ser cuidadoso para considerar el contexto del pasaje específico que está siendo estudiado como para deducir el uso apropiado del término. Esta palabra, nephesh, del Antiguo Testamento frecuentemente se vierte en el Nuevo Testamento como psuche. Resulta claro que hay veces cuando el Nuevo Testamento enseña que este lado espiritual del hombre (alma) puede perderse debido al pecado (Mat. 16:26). Puede recibir salvación divina (Sant. 1:21; 5:20), y se dice que debe ser más preciada que todo el mundo (Mat. 16:26).
El Hombre es Un Ser Creado “Hagamos al hombre a imagen, conforme a semejanza”. (Gen. 1:26)
nuestra nuestra
El punto de vista bíblico del hombre es que ha sido creado tanto de materia física como siendo también un ser espiritual eterno. Es una afirmación básica y fundamental de la Biblia que el hombre fue creado (Gen. 1:26-27) y que fue creado a la imagen de Dios (Gen. 16-27). El hombre fue creado varón y hembra desde el principio mismo (1 Tim. 2:13). Cuando la Biblia dice que el hombre fue creado se refiere al hecho de que el hombre es un ser material mientras que al mismo tiempo, cuando la Biblia dice que el hombre fue creado a “la imagen de Dios”, quiere decir que fue creado con una naturaleza espiritual también. La frase “a la imagen de Dios” es la forma hebrea de expresar la naturaleza eterna del hombre. Por lo tanto, el punto de vista bíblico del hombre en cuanto a su origen es que el hombre es un ser creado.1
“Las Escrituras nos dicen que hemos sido hechos con la habilidad para distinguir entre lo correcto y lo equivocado. En otras palabras, el hombre debe hacer decisiones éticas, y el hombre será tenido como responsable por las decisiones que haga”.
En el sermón del Areópago, al apóstol Pablo afirma también que Dios hizo al mundo y todas las cosas que en él hay (Hch. 17:24-28). De este pasaje, hay un punto adicional que necesita ser hecho, que la Biblia enseña que Dios sigue sosteniendo al hombre como su creación. Pablo dice que Dios “no está lejos de cada uno de nosotros”, y debemos ver por Él. Dios no creó al mundo y lo dejó que se sostuviera solo (Deísmo); tampoco el mundo debe ser identificado como Dios y Dios como el mundo (Panteísmo). Más bien, Dios es “quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”. (Heb. 1:3). Sigue interviniendo providencialmente en la vida de su creación.
Estas palabras únicas encontradas en las Escrituras atestiguan el hecho de que el hombre es tanto un ser físico como un ser espiritual, que el hombre es más que “moléculas en movimiento”. Tiene, además de sus características físicas, una naturaleza espiritual a la que los escritores de la Biblia se refieren como “alma”, una parte del hombre que vive para siempre en algún lugar en la eternidad (Mat. 10:28) Por lo tanto, el hombre en cuanto a su origen es un ser creado; esto es, Dios tomó del polvo de la tierra y formó al hombre, haciéndolo a su propia imagen. El hombre no vino a la existencia por medio de un desarrollo y cambio gradual, como lo enseñan los evolucionistas.2 Después de haber creado al hombre, “vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Nada de lo que Dios había hecho, incluyendo al hombre, estaba en un estado imperfecto,
Hay varias palabras diferentes usadas en la Biblia que nos ayudarán en un mejor entendimiento de la esencia de la naturaleza del hombre. La palabra hebrea basor, se usa para referirse al hombre y es comúnmente traducida “carne”. 38
incompleto. Dios hizo todas las cosas perfectas desde el principio, y no había necesidad de revisión o mejora durante largos períodos de tiempo. En el Sal. 100:3, el salmista declara, “Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado”. El hombre es un ser creado.
árbol de la ciencia del bien y del mal, debía ser dejado en paz, y de él no debía comer el hombre (Gen. 2:16). Al hombre se le dio la oportunidad de pesar las consecuencias de sus acciones – un acto que presupone habilidad racional. Al hombre se le dio la tarea de ponerle nombre a las bestias y aves que Dios creó – una vez más, una tarea que presupone los poderes racionales del hombre.5 Por lo tanto, el hombre fue creado con la habilidad de pensar y se espera que use apropiadamente esa facultad otorgada por Dios.
El Hombre es Un Ser Racional “para que busquen a Dios…”. (Hch. 17:27)
El Hombre es Un Ser de Libre Moral
El hombre no solo es un ser creado, porque la Biblia también enseña que el hombre ha sido creado con una naturaleza racional (Rom. 1:1920). Hch. 17:26-27 afirma, “para que busquen a Dios”, en la esperanza de que palpando, le encuentren. Para hacer lo que este pasaje sugiere, uno debe tener habilidad mental para buscar a Dios. La Biblia presenta al hombre como un ser creado con capacidad para razonar intelectualmente – algo que el mundo animal no tiene. Observe de qué manera presenta la Biblia al hombre como un ser racional. 1 Tes. 5:21, declara, “Examinadlo todo; retened lo bueno”. La palabra griega “examinadlo” significa “probar, examinar, poner a prueba, escudriñar” (para ver si una cosa es genuina o no).3 Uno debe examinar toda proposición en cuanto a su valor de verdad. Es decir, el hombre debe pesar cuidadosamente lo que se dice y enseña para ver si realmente se conforma a la verdad, y cuando se ve que lo hace, debe ser aceptado, y cuando se ve que no lo hace, debe ser rechazado. Para hacer esto, el hombre debe tener la habilidad racional y el carácter necesario para hacer tal juicio basado en la evidencia que se la da. En otras palabras, Dios ha creado al hombre con una naturaleza racional, y Dios espera que el hombre use esa naturaleza racional adecuadamente para llegar al entendimiento de la verdad de Dios. 4
“De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí”. (Rom. 14:12)
Las Escrituras nos dicen que hemos sido hechos con la habilidad para distinguir entre lo correcto y lo equivocado. En otras palabras, el hombre debe hacer decisiones éticas, y el hombre será tenido como responsable por las decisiones que haga. El hombre es moralmente responsable. El Antiguo Testamento enseña que Dios bendeciría a Israel si escogían guardar sus mandamientos, y Dios los maldeciría si no lo hacían (Deut. 11:27-28) El Nuevo Testamento, de manera consistente con el Antiguo también enseña de la responsabilidad moral del hombre. Jn. 7:17 muestra que hay una porción de libre albedrío que un hombre tiene y también que el hombre será tenido como responsable por las decisiones hechas. La Biblia contradice la noción humana de que uno nace en pecado y hereda el pecado de sus ancestros cuando enfatiza repetidamente que cada individuo es responsable por cómo vive delante de Dios. Ezequiel afirma, “El alma que pecare, esa morirá” (Ez. 18:20). Gál. 6:5 afirma, “porque cada uno llevará su propia carga”. Pablo está hablando aquí de cada hombre siendo tenido como responsable por su propia vida y obra. Pablo nos dice que “cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí” (Rom. 14:12).
En la creación del hombre, una de las características que se distinguen entre el hombre y el mundo animal fue el poder de la razón del hombre. La Biblia enseña que el hombre ha tenido esa habilidad incluso desde el principio mismo. Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín que había preparado para él, y le dio al hombre el trabajo de “guardarlo” y “labrarlo”. Esta responsabilidad no podría haber sido dada a una criatura no racional. Dios le dio al hombre la mayor parte del jardín, por así decirlo, pero el
Inseparablemente relacionado al tema de la obligación moral del hombre está el tema de su libertad de elección entre lo bueno y lo malo, porque si el hombre no es libre, entonces no puede ser tenido como responsable porque no es libre para hacerlo. Solo si el hombre es libre puede haber obligación verdadera puesta sobre el hombre. La Biblia presenta al hombre como libre moralmente. Por libertad queremos decir que el 39
hombre tiene la habilidad para aceptar o rechazar cualquier actividad y la capacidad para hacer ya sea esto o aquello. Las Escrituras claramente enseñan que el hombre es libre para decidir entre lo bueno y lo malo.
El versículo mencionado enseña claramente que hay dos destinos, vida eterna y castigo eterno. Hemos visto que la Biblia enseña que el hombre es un ser creado, que es un ser racional, uno que ha sido creado moralmente libre, dándole la habilidad de tomar decisiones entre lo malo y lo bueno. La extrema importancia de sus decisiones puede ser vista cuando uno se da cuenta que su destino eterno está decidido según si acepta o rechaza el evangelio (2 Tes. 1:7-9). La habilidad racional del hombre, su naturaleza moralmente libre, adquiere un importante nuevo significado ahora que uno ve que la eternidad está en perspectiva. Si el hombre fuera a simplemente dejar de existir como ciertas denominaciones religiosas alegan, entonces las decisiones que haga con respecto a estos importantes temas pierden su importancia. Pero, puesto que el hombre tiene, realmente, un destino eterno, es de crucial importancia entender la enseñanza bíblica acerca de ello.
En Génesis, capítulo 2, al hombre se le dio la opción ya sea de obedecer o desobedecer a Dios con respecto al árbol de la vida (Gen. 2:16-17). En Jos. 24:25 está implicada en el mandamiento de Josué la habilidad del hombre para escoger libremente. Está implicado que el hombre tiene libre opción en el incidente que involucra a Caín y Abel (Gen. 4:7).
“En la creación del hombre, una de las características que se distinguen entre el hombre y el mundo animal fue el poder de la razón del hombre”. Hay algunos pasajes en el Nuevo Testamento que enseñan de la habilidad del hombre para hacer decisiones morales libres. Observe Mat. 11:28-30, que afirma, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Si el hombre no es un ser de libre moral, entonces la invitación de Jesús no tiene sentido para el pecador. Pero, puesto que esta invitación tiene sentido para el pecador, entonces el hombre es un ser de libre moral. Ciertamente es claro que el hombre es libre para escoger ya sea venir o no a Cristo.
Hebreos 9:27 afirma, “Y de la manera que está establecido a los hombres que mueran una sola vez; y después de esto, el juicio”. Aprendemos dos verdades cruciales de este pasaje. Primera, todo hombre debe morir (a menos que Cristo regrese antes de la muerte de uno), y segundo, todo hombre enfrentará el juicio. En la escena del juicio de Mat. 25:34, 41), el Señor pone las ovejas a su mano derecha, y los cabritos a su mano izquierda. A las ovejas se les dice que hereden el reino preparado para ellas desde la fundación del mundo; a los cabritos se les aparta al fuego eterno. Así, el destino final de los implicados será un período sin fin.6 Jesús habla del mendigo pobre y del hombre rico, hombres que vivieron y murieron (Luc. 16:19). De la discusión de Jesús aprendemos que hay un lugar de consuelo y un lugar de castigo (Luc. 16:22-23). Uno aprende que no hay alivio en el castigo, ni siquiera una “gota de agua” (Luc. 16:24-25). Hay una “gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá”. (Luc. 16:26). Es claro que este punto destruye la idea del “purgatorio”, porque sus destinos fueron sellados, y no hay manera de revertirlos después de la muerte.
Jesús nunca forzó a los hombres a venir a Él y obedecer. Nunca forzó a los hombres a aceptar ya sea a Él o a sus enseñanzas. Esto es indicado por el hecho de que discípulos suyos se echaron atrás y “y ya no andaban más con él” (Jn. 6:6668). Es claro por ahora que se trata de una enseñanza consistente por toda la Biblia que el hombre es libre ya sea de aceptar a Dios y obedecerlo o rechazarlo y desobedecer. También es claro que las opciones que hace ahora determinarán en donde pasará la eternidad.
El Destino del Hombre “E irán estos al suplicio eterno, y los justos a la vida eterna”. (Mat. 25:46)
De la clara enseñanza bíblica, uno puede concluir correctamente que quienes alcanzan el cielo vivirán para siempre. Algunos pasajes de la 40
Escritura que prueban esto (Jn. 6:51, 58; 8:51; 10:28; Ap. 21:4).
su corazón para vivir en armonía con esa enseñanza (Jn. 14:15).
Conclusión
NOTAS 1. Se ha supuesto que los otros relatos del origen del hombre, como enseñados por el mundo religioso, son poco fiables puesto que sus libros religiosos están llenos de errores y contradicciones. Si no pueden ser confiables en un punto, no son confiables en ninguno.
Este artículo ha demostrado que la Biblia enseña que el hombre fue creado por Dios. Dios formó al hombre del polvo de la tierra y lo hizo a su propia imagen. Esta es la única verdad lógica con respecto a la llegada del hombre a la tierra. Ha sido demostrado que el hombre es libre de decidir entre lo correcto y lo equivocado. Para ser capaz de escoger entre lo que es bueno y lo que es malo, el hombre debe ser racional. El hombre tiene dos destinos ante él. El hombre, basado en sus decisiones, escogerá ya sea la vida eterna con Dios o el castigo eterno con el diablo y sus ángeles (Ap. 20:10; Mat. 25:46). Con esto, este artículo ha dado el punto de vista bíblico al importante tema de la naturaleza del hombre. Porque la Biblia habla específica y correctamente acerca de este tema tanto como cualquier otro tema que la Biblia aborda, entonces por una comprensión de la enseñanza bíblica, el hombre puede tener una existencia significativa. La Biblia da respuestas verdaderas a nuestras preguntas. Una vez que uno aprende lo que la Biblia enseña, entonces todo hombre debe esforzarse con todo
2. Para una discusión con respecto a la debilidad de la explicación evolucionista considerando el origen del hombre, por favor consulte LA ESPADA ESPIRITUAL, “¿Creación o Evolución?” Vol. 21, Octubre de 1989, No. 1. 3. Joseph Henry Thayer, Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento Ed. 1962, Reimpreso, Grand Rapids; Zondervan Publishing Co., 1973) p. 154. 4. Por favor considere 1 Ped. 3:15. 5. Se remite al lector a pasajes tales como Isa. 1:18; Job 12:3; 2 Cor. 4:6; Efe. 1:18; Fil. 1:9-10. Estos pasajes muestran que el hombre es un ser racional. 6. La misma palabra griega aionios es traducida “sin fin” o “eterno”. La vida eterna será tan larga como el castigo eterno y viceversa. Jim Laws dirige las Conferencias Anuales de LA ESPADA ESPIRITUAL y es Editor Adjunto de esta Revista
Un Análisis del Armstrongismo Tommy J. Hicks
H
erbert W. Armstrong nació en Des Moines, Iowa, el 31 de Julio de 1892. La familia de Armstrong era Cuáquera, pero en 1917, cuando se casó con la Srita. Loma Dillon, se convirtió en metodista. Armstrong entró en el negocio de la publicidad. Aprendió este oficio rápidamente y fue excepcionalmente exitoso en poco tiempo. Sin embargo, la depresión arruinó su negocio. Posteriormente, Armstrong consideró esto como venido de Dios preparándole el camino para un servicio especial.
Antes de que su negocio fracasara, Armstrong (vía su esposa) fue enormemente influenciado hacia el sabatismo por la Sra. Ora Runcorn, una devota miembro de un grupo disidente de la iglesia adventista del 7º día. Armstrong se adhirió al la guarda del Sabbath, la observancia de las fiestas del Antiguo Testamento, las restricciones dietéticas de comidas “inmundas”, y otras doctrinas adventistas. En 1927, Armstrong se hizo miembro de la iglesia de Dios del 7º día, con sede en Stanberg, Missouri. Cuatro años después, en 1931, esta organización ordenó a Armstrong para predicar. Su afiliación con esta denominación no duró mucho. Dejaron de apoyar a Armstrong porque enseñaba doctrinas consideradas 41
también dijo, “Porque también yo soy israelita” (Rom. 11:1). Juan dijo que Nicodemo era un “principal entre los judíos” (Jn. 3:1), pero Jesús dijo que era “maestro de Israel” (Jn. 3:11). Escrituralmente, los términos “judío” e “israelita” fueron usados intercambiablemente y aplicados a la misma nación o pueblo. Pablo, Juan y Jesús refutaron el alegato de Armstrong de que los judíos nunca fueron israelitas y que los israelitas nunca fueron judíos.
heréticas. Esas doctrinas incluían: (1) La posibilidad de que el hombre se convirtiera en dios; (2) La negación de la “Trinidad”; (3) la negación de la resurrección “corporal” de Cristo; y (4) los verdaderos israelitas son los anglosajones. La observancia de Armstrong de estas doctrinas lo llevó a establecer su iglesia de Dios Universal.
La “Clave” del Entendimiento Armstrong pretendió haber descubierto la “Clave Maestra” necesaria para el entendimiento de la profecía bíblica. Dijo, “La CLAVE vital necesaria para abrir las puertas cerradas de la profecía bíblica ¡había estado perdida!”1 Sin embargo, declaró, “Pero la CLAVE MAESTRA crucial ha sido encontrada”.2 Armstrong pretendió que Dios le dió esa clave y que las “profecías fueron escritas para NUESTRA GENTE EN NUESTRO TIEMPO, y ¡no para gente o tiempo previo!”3 ¿Cuál era esta clave? Armstrong exclamó, “Esa CLAVE es el conocimiento de la asombrosa identidad de los pueblos americano y británico – igual que el germano – en la profecía bíblica”.4 Armstrong afirmó, “Por lo tanto, debemos enfrentar el increíble hecho de que nuestra gente blanca de habla inglesa – NO LOS JUDÍOS – ha heredado las fases física y nacional ¡de esas PROMESAS!”5
La Tribus del Norte Según Armstrong, cuando las diez tribus del norte fueron llevadas cautivas por los asirios, en el 721 AC, fueron esparcidos al norte y al oeste. Ocho tribus “llegaron a naciones del noroeste de Europa tales como Holanda, Bélgica, Dinamarca, el norte de Francia, Luxemburgo, Suiza, Suecia, Noruega. El pueblo de Islandia es también de raza vikinga”.8 Más específicamente, Efraín se estableció en Gran Bretaña y los Estados Unidos fueron establecidos por Manasés. Todos los que deben ser llamados anglosajones son los israelitas de hoy.
“Armstrong pretendió haber descubierto la “Clave Maestra” necesaria para el entendimiento de la profecía bíblica”.
Armstrong no fue el primero en presentar tales teorías. Un caballero inglés, Richard Brothers, predicó el anglo-israelismo a finales del siglo XVIII y principios del XIX. J. H. Allen publicó Judah’s Sceptre and Joseph’s Birthright (El Cetro de Judá y los Derechos de Primogenitura de José) en 1902. De este libro, Alan Highers dijo, “J. H. Allen tenía la misma clave ya en 1902, y una comparación del libro de Allen con el material publicado por Armstrong levanta la sospecha de que Armstrong recibiera su clave de Allen y no de Dios”.6
Usando Rom. 9:7 y Heb. 11:18, Armstrong recalcó que la simiente de Abraham sería llamada “en ISAAC”. Enfatizando la frase “la casa de ISAAC”, en Amós 7:16, concluyó que puesto que ellos descendían de Isaac, eran “HIJOS DE ISAAC”. Luego, explicó que suprimiendo la “I” de “Isaac”, tenemos ¡SAJONES! [N. T. En inglés “hijos de Isaac” se escribe ISAAC’S SONS, frase que, al perder la “I”, se convierte en SAAC’S SONS o SAXONS, que significa precisamente “sajones”, según la falacia de Armstrong] Además, Armstrong tomó la palabra hebrea para pacto, BRITH, y la palabra hebrea para hombre, ISH, y concluyó que el pueblo del pacto de Dios son los BRIT-ISH, o British [N. T. Es la palabra que se traduce como “británicos”]. Armstrong razonó que originalmente eran doce tribus, pero cuando José se dividió en dos tribus, Manasés se convirtió en la tribu número trece; por lo tanto, puesto que Estados Unidos surgió de las trece colonias, debe ser Manasés.
Judíos, No Israelitas Armstrong declaró, “LA CASA DE ISRAEL ¡no es judía! Quienes la conforman no son judíos, ¡y nunca lo fueron!”7 Armstrong enseñó que cuando el reino se dividió, el derecho de la primogenitura (promesa de raza, nacional) vino a Efraín y Manasés, pero que el cetro permaneció en Judá por causa de la promesa de Dios al rey David (2 Sam. 7:4-5, 12-16). Numerosos ejemplos bíblicos demuestran que los términos “israelita” y “judío” fueron aplicados al mismo pueblo. Pablo dijo, “Yo de cierto soy hombre judío…” (Hch. 21:39), pero 42
dió ninguna prueba histórica o bíblica para tales afirmaciones. Sin embargo, aun si pudiera, no probaría nada.
“Al día de hoy, 1992, ninguna de las cosas que Armstrong describió en su libro, han ocurrido. De acuerdo a Deut. 18:22, Armstrong fue un falso profeta”.
Ni la hija de Sedequías pudo haber trasladado el trono de David a Irlanda. Sedequías no era heredero al trono de David. Dios renunció a Sedequías diciendo, “Depón la tiara, quita la corona” (Ez. 21:25-27). Conías fue el último hombre en ocupar el trono terrenal de David (Jer. 22:28-30).
¿Debía la tribu de Efraín conseguir una tierra y tener la estima nacional como Armstrong enseñó? ¡No! Antes de hacer tal pretensión, Armstrong y otros anglo-israelistas deben hacer algo que no pueden hacer: “Deben probar que Dios escogió a las diez tribus por encima de Judá. En el Sal. 78:67-68, David dice muy específicamente que Dios „Desechó la tienda de José‟, y „Y no escogió la tribu de Efraín‟, sino que „escogió la tribu de Judá‟”.9 En el 733 AC, Isaías dijo, “…dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo”. (Isa. 7:5-8). Salmanasar, rey de Asiria, cumplió la profecía de Isaías cuando capturó a la nación de Israel y esparció al pueblo. ¿Perdonaría Dios a Efraín y lo restauraría? ¡No! Oseas 1:1-4 declaró que Dios haría “cesar el reino de la casa de Israel”, porque no se compadecería “más de la casa de Israel”, y “los quitaré del todo”. Efraín nunca más sería una nación; por lo tanto, Gran Bretaña no puede ser Efraín.
La Medida de Un Profeta Las profecías de Armstrong fallaron. En 1967, pretendiendo “la dirección y autoridad de Dios”13 para hacerlo, Armstrong escribió, “LOS EVENTOS PARA LOS PRÓXIMOS cinco años pueden probar que este libro debe ser el más importante del siglo”.14 Nuevamente, dijo, “UN ASOMBROSO CAMBIO en la actualidad mundial está programado para estallar en los próximos 4 a 7 años. Implicará violentamente a los Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa Oriental, el Medio Oriente”.15 Cinco años pasaron, pero las profecías de Armstrong fallaron. Así, en 1972, Armstrong revisó su libro, omitiendo los tiempos específicos cuando los eventos ocurrirían. En vez de eso dió estimaciones vagas tales como “pronto”, y “en los próximos años”. Al día de hoy, 1992, ninguna de las cosas que Armstrong describió en su libro, han ocurrido. De acuerdo a Deut. 18:22, Armstrong fue un falso profeta.
El Trono de David Según Armstrong, cuando Sedequías fue denunciado, el trono de David fue secretamente removido. Afirmó, “El lugar preciso, exacto, ¡está revelado en la profecía bíblica! Podemos seguir la pista de Jeremías en la historia actual, ¡por si fuera poco!”10 Dijo que Jeremías trajo a Tea-Tefi, una hija de Sedequías, a Irlanda, para perpetuar el “trono eterno” de Dios prometido a David. TeaTefi supuestamente se casó con Herremón, que era de la realeza Efraínica y posteriormente llegó a ser rey de Irlanda. Armstrong enseñó que el trono fue movido a Escocia y finalmente a Londres.11 El ejemplar de Junio de 1953 de La Pura Verdad, afirmó, “Elizabeth II realmente se sienta en el trono de ISRAEL – porque ella es una descendiente directa, continuando la dinastía de David – el TRONO MISMO en el cual Cristo se sentará después de su retorno…”12
NOTAS 1. Herbert W. Armstrong. The United States and British Commonwealth in Prophecy. (Los Estados Unidos y la Comunidad Británica de Naciones en la Profecía, Ambassador College Press; Pasadena, CA, 1968, p. 3) 2. Ibid, p.4 3. Ibid, p. 6 4. Ibid, p. 4 5. Ibid, p. 15 6. Alan Highers, “Armstrongism”, en The Church Today, Current Issues, Problems and Challenges, (El Armstrongismo, en La Iglesia Hoy, Asuntos, Problemas y Retos Actuales, William Woodson, ed. FreedHardeman College; Henderson, TN, 1975, p. 70)
Armstrong habló de Jeremías yendo a Irlanda, pero ¿en dónde la Biblia o la historia dicen tal cosa? ¿En dónde estaba la sana evidencia histórica o bíblica de Armstrong de que Sedequías tenía una hija llamada Tea-Tefi? No
7. Armstrong, p. 76. 8. Ibid, p. 128
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9. Foy E. Wallace, Jr., God Prophetic Word (La Palabra Profética de Dios, Foy E. Wallace Jr. Publications: Oklahoma City, OK, 1960, p. 408-409.
13. Armstrong, p. 212.
10. Armstrong, p. 110.
bid., p. vii
14. I
11. Ibid, p. 121.
Tommy J. Hicks predica para la iglesia Broadway en Gainsville, Texas.
12. Salem Kirban, Armstrong’s Church of God (La Iglesia de Dios de Armstrong, Moody Press: Chicago, IL., 1973, p.14)
Un Examen de Mateo 24 Alan E. Highers
o hemos escuchado una y otra vez. Alguien dice, “Las señales de Mateo 24 están sucediendo, así que la segunda venida y el fin del mundo están cerca”. Hal Lindsey, en su libro La Agonía del Gran Planeta Tierra, fechó las señales a partir del establecimiento de la nación de Israel en 1948. Sugirió que “dentro de 40 años más o menos a partir de 1948 todas estas cosas podrían ocurrir”.1 Aplicó las señales de Mateo 24 a los eventos “que justamente precederían” la segunda venida de Cristo.2
¿Cuál es, entonces, el significado de Mateo, capítulo 24?
L
El Entorno Los discípulos vinieron a Jesús para mostrarle los edificios del templo (v. 1). Sin duda se sobresaltaron cuando le oyeron decir, “no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada” (v. 2). El templo era un símbolo de su orgullo nacional y religión – “Maestro, mira qué piedras, y qué edificios”. (Mar. 13:1). Poco sorprende, por lo tanto, que se acercaran a Él privadamente, y le preguntaran: “Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” ¿Qué “cosas” tenían ellos en mente? Obviamente, las “cosas” acerca de las cuales el Señor los había instruido – la destrucción del templo cuando no quedaría “piedra sobre piedra, que no sea derribada”. También preguntaron, “¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”
Ha sido dicho que los terremotos, hambrunas, guerras, rumores de guerras, y todas las demás señales mencionadas en este capítulo, son indicaciones de que el fin está cerca y que Cristo vendrá pronto. Mucha gente se sorprendería de enterarse que las señales de Mateo 24, tomadas dentro de su contexto, ¡no tienen en absoluto ninguna referencia a la segunda venida de Cristo o al fin del mundo! No hay “señales” a partir de las cuales fechar su segunda venida, porque las Escrituras claramente afirman que “el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”. (Mat. 24:44).3
Hubo al menos dos preguntas hechas por los discípulos: (1) ¿Cuándo serán “estas cosas? (2) ¿Qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? Los discípulos pudieron haber pensado que todas estas cosas ocurrirían al mismo tiempo, esto es, que el único evento catastrófico que podría 44
destruir el templo sería la segunda venida de Cristo y el fin del siglo; pero, el texto deja en claro que Jesús considera las preguntas separadamente, ¡y las contesta por separado! Las contesta en el orden en que fueron hechas: primero, explica cuándo ocurrirían “estas cosas” (esto es, la destrucción del templo), y segundo, les responde la pregunta acerca de la segunda venida y el fin del siglo.
bien conocido para los judíos en el primer siglo. Un marco de referencia similar fue hecho con respecto a Babilonia (Isa. 13:10), e implicaba la caída de la nación. Jesús vino sobre las nubes en el mismo sentido que Jehová vino sobre una ligera nube en juicio sobre Egipto (Isa. 19:1). Los eventos en el 70 DC resultaron no solo en la destrucción de la ciudad de Jerusalén, sino también en la devastación del templo y la caída del sistema judío.
Estas dos preguntas deben ser tenidas en mente durante el estudio de Mateo 24. Mucha de la confusión con referencia a este capítulo ha surgido por causa de no reconocer las preguntas que fueron hechas y ver la manera en que Jesús contestó cada una.
El Significado Jesús ahora ha contestado la primera pregunta de los discípulos en cuanto a cuándo ocurrirían “estas cosas” (esto es, la demolición del templo). Les da “señales” en cuanto a “cuándo” sucederían estas cosas. Las señales son de suficiente claridad como para que supieran huir de la ciudad de Jerusalén y buscar refugio fuera de ella cuando esa terrible destrucción estuviera cerca.
Las Señales Recuerde que la pregunta con respecto a la destrucción del templo fue una pregunta en cuanto a cuándo ocurrirían “estas cosas”. En respuesta, Jesús empezó a exponer las señales de la destrucción venidera de Jerusalén, un evento que sucedería bajo el comando de Tito, el general romano, en el 70 DC. Él habló de engañadores (vs. 4-5), guerras y rumores de guerras, hambrunas y terremotos (vs. 6-7), persecuciones, falsos profetas, y fría indiferencia (vs. 8-13). Él indicó que habría una gran oleada de evangelismo luego de la cual vendría el fin (v. 24).
“El hecho es, sin embargo, que Jesús no dio “señales” del fin del siglo, y los colocadores de fechas y fijadores de tiempos, han fracasado uniformemente en sus intentos de torcer este capítulo para acomodar sus especulativas teorías”. Sin embargo, para que no hubiera duda en cuanto al significado, Jesús afirma: “De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca” (v. 34). Este pasaje claramente identifica las señales con la generación entonces existente. Tenga en mente que los discípulos preguntaron cuándo ocurrirían “estas cosas”, teniendo referencia a la destrucción del templo cuando no quedaría piedra sobre piedra. Jesús dió las señales por la cuales ellos podrían saber la venida de tan notable evento. Ahora, les dice que no pasará “esta generación” hasta que “todo esto” acontezca. La destrucción de Jerusalén sucedió en esa generación. La segunda venida y el fin del siglo no.
Jesús mencionó la “abominación desoladora” profetizada por medio de Daniel el profeta (v. 15; vea también Luc. 21:20), y advirtió a sus discípulos a no demorarse (vs. 17-18). Dijo, “Orad, pues, que vuestra huida no sea en invierno” (v. 20) ¿Por qué advertir de su “huída” si estaba hablando de la segunda venida y el fin del siglo? ¡No haría nada bien “huir” de esos eventos! Pero tiene perfecto sentido si Él está hablando de su huída de la ciudad de Jerusalén cuando las “señales” indiquen que la destrucción está cercana. Jesús indica que “viene” en retribución sobre la ciudad de Jerusalén (vs. 27-28) Se refiere al oscurecimiento de las constelaciones (v. 29) y la venida del Hijo del hombre en las nubes (v. 30). Algunos piensan que esto debe significar la segunda venida de Cristo, pero realmente es la misma venida ya mencionada en el contexto – a saber, su venida en destrucción sobre la ciudad de Jerusalén. El lenguaje incluyendo las constelaciones de los cielos era
Muchos intentos han sido hechos para escapar a la fuerza de este pasaje. Algunos han dicho que generación significa raza, linaje o nación. Concluyen que el versículo significa “no pasará esta generación (nación de Israel) hasta que todo esto acontezca”. No hay razón sin embargo, para que la palabra “generación” deba ser tomada en 45
cualquier otro sentido que no sea el usual, en referencia a los entonces vivientes (vea mat. 11:16-17; 12:41-42; 23:26). Se deduce que las señales de Mateo 24 serían cumplidas dentro del lapso de vida de la generación entonces existente. En consecuencia, estas señales no se refieren y no pueden referirse a algún hecho en el fin del siglo.
segunda venida de Cristo y el fin del siglo, sin embargo, les advirtió que sucedería como en los días de Noé, cuando “no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos” (v. 39). El contraste en estas dos secciones muestra que ¡no podían estar hablando de las mismas cosas!
La Segunda Pregunta
Aunque Mateo 24 ha sido un capítulo de la Biblia maltratado y mal entendido, su significado no es oscuro o inasequible. Algunos lo han hecho difícil porque quieren adaptarlo a una agenda de eventos relacionados con el fin del siglo. El hecho es, sin embargo, que Jesús no dió “señales” del fin del siglo, y los colocadores de fechas y fijadores de tiempos, han fracasado uniformemente en sus intentos de torcer este capítulo para acomodar sus especulativas teorías.
Resumen del Tema
Hemos visto que Jesús contestó la pregunta de los discípulos en cuanto a “cuándo” serían “estas cosas”. Dió ciertas señales que indicarían cuándo vendría la destrucción de Jerusalén (y el templo). Pero, ¿qué de la segunda pregunta? “¿qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?” Será visto que su respuesta a la segunda pregunta fue completamente distinta a su respuesta de la primera pregunta. En cuanto a la primera, dió “señales” por las cuales determinar cuándo ocurriría ese evento. Cuando vino a la segunda, sin embargo, no dió señales. En vez de eso, dijo “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre”. (v. 36)
Cuando entendemos las preguntas hecha por los discípulos, y las diferentes respuestas a cada pregunta como dadas por Cristo en su discurso, el significado del capítulo se hace claro. Los discípulos podían saber cuándo estuviera cerca la destrucción de Jerusalén para que pudieran huir de la llegada del ejército romano, pero no podían saber el día y la hora cuando Cristo vendría otra vez; por lo tanto, debían “velar” y “estar listos”.
La diferencia en las dos secciones debe ser obvia. En respuesta a la primera pregunta (vs. 434), Jesús dió señales. Les dijo a sus discípulos cómo reconocer el tiempo de los eventos: “Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas”. (v. 33). Les advirtió que huyeran, y hacerlo tan rápidamente que ni siquiera regresaran a sus casas (vs. 16-18). Sin embargo en la segunda sección, no ofreció señales. Les dijo que nadie sabe el día ni la hora (v. 36); los previno que velaran, porque no sabían la hora (v. 42); y afirmó que, “el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis” (v. 44). En cuanto al primer asunto (la destrucción de Jerusalén en el 70 DC), les indicó que podrían saber su llegada lo suficiente como para abandonar la ciudad. En cuanto a la
Hay una aplicación práctica para todos nosotros. Puesto que no sabemos cuando regresará el Señor, debemos estar preparados para cuando sea que venga ese día. NOTAS 1. Hal Lindsey, The Late Great Planet Earth (La agonía del Gran Planeta Tierra, Grand Rapids: Zondervan, 1970, p. 54) 2. Op. Cit., p. 44 3. Todas las citas Escriturales son de la Versión Reina Valera 1960. Alan E. Highers es editor de LA ESPADA ESPIRITUAL.
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