TEORÍA GENERAL D E LA RENTA EN MARX

TEORÍA GENERAL D E LA RENTA EN MARX MARIANO ARANGO CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONOMICAS UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA 1    Centro de Investigaciones

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TEORÍA GENERAL D E LA RENTA EN MARX

MARIANO ARANGO

CENTRO DE INVESTIGACIONES ECONOMICAS

UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA

1   

Centro de Investigaciones Económicas. CIE. Facultad de Ciencias Económicas Universidad de Antioquia Apartado Aéreo 1226 Medellín – Colombia Edición al cuidado de:

Jorge Pérez Restrepo Ricardo Arango Acevedo

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Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier sistema de impresión y con cualquier finalidad (comercial o académica) sin autorización previa del editor.

Primera edición, octubre de 1983 Carátula: Mario Peláez V. Artes Gráficas Universidad de Antioquia Mariano Arango Restrepo Centro de Investigaciones Económicas Universidad de Antioquia Impresión: L. Vieco & Cia Ltda.. Calle 57 No. 54-93 Medellín - Colombia

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TABLA DE CONTENIDO Página Prólogo

6

Introducción. Los precios de producción

7

Capítulo I. Teorías marxista y ricardiana de la renta

17

Capítulo II. Supuestos y objeto de la teoría marxista de la renta

29

Capítulo III. La renta diferencial. Generalidades

39

Capítulo IV. Primera forma de la renta diferencial. Renta diferencial I

44

Capítulo V. Inversiones en mejoras permanentes de la tierra y renta diferencial I

53

Capítulo VI. Segunda forma de la renta diferencial: Renta diferencial II

57

A. La base de la renta diferencial II es la renta diferencial I

58

B. La formación de los precios medios es la condición de la transformación De las ganancias extraordinarias adicionales en renta

58

C. Conversión de la ganancia excedente en ganancia media por la competencia De capital e interposición de la propiedad territorial, como renta diferencial I, En la inversión intensiva de capital

60

Capítulo VII. Renta diferencial en tierras peores: formas de tránsito a la renta absoluta

65

A. Regulación del precio en las tierras mejores

65

1. Regulación del precio de producción por la inversión en las tierras B

65

2. Regulación del precio de producción por el precio promedio en la tierra B

66

B. Regulación del precio en las tierras a peor cultivadas, con rendimientos crecientes del capital

66

C. Regulación del precio de producción en las tierras a mejor cultivadas con Rendimientos decrecientes del capital

68

Capítulo VIII. La Renta Absoluta

69

A. Necesidad de renta absoluta de una agricultura capitalista donde existe gran Propiedad territorial

69

B. Explicación de la renta absoluta de Marx

71

C. La Renta de monopolio

74

D. Regulación de la renta absoluta por el valor

79

E. Los sistemas de arriendo e hipotecario de la renta

86

4   

Capítulo IX. La renta urbana

89

A. El problema de la renta urbana

89

B. Anotaciones sobre la renta urbana

91

1. Elementos para el estudio de la renta urbana planteados por la teoría marxista

92

2. Renta Urbana por situación y calidad de la vivienda obrera

94

3. Renta diferencial de las viviendas en que se ha cancelado el valor de la Inversión de capital

97

4. Renta Diferencial II

98

5. Renta de Monopolio

100

6. La especulación urbana

101

a. Los lotes de engorde

101

b. Venta de la renta derivada de las mejoras permanentes de la tierra

101

c. Especulación con la ganancia extraordinaria

101

Bibliografía

102  

5   

PRÓLOGO La mayor parte del presente trabajo se realizó entre agosto de 1982 y julio de 1983. El Capítulo IX sobre la renta urbana es la reproducción de parte de un artículo aparecido en la revista Cuadernos Colombianos en 1975; éste no es incompatible con el resto del escrito sino que más bien lo completa. La idea que me animó fue la de elaborar un material útil para la cátedra de economía agrícola, lo que justifica la inclusión de ciertos temas necesarios para una exposición didáctica de la teoría, pero de los que se podría haber prescindido en un texto más polémico (Capítulo V y partes de los Capítulos IV, VI y VIII). La introducción es una versión mejorada de la transformación de valores a precios de Marx que se justifica por la confusión de los dos conceptos en Ricardo y su distinción por Marx, a través de la cual éste explica la renta absoluta. El Capítulo I pretende mostrar las limitaciones de la teoría ricardiana que le impiden dar cuenta de la renta absoluta. El Capítulo II discute los supuestos y objeto de la teoría de la renta y en especial la forma de propiedad territorial adecuada a la agricultura y la producción capitalistas. El III se refiere a las generalidades de la renta diferencial y el V a la renta diferencial asociada a las mejoras permanentes de la tierra. Del Capítulo IV, sobre la renta diferencial, debe destacarse sobre todo la discusión sobre la naturaleza de ella como deducción de la ganancia media. En cuanto a la renta diferencial II (Capítulo VI), y la renta diferencial en las tierras peores (Capítulo VII), es necesario insistir en el papel de la propiedad territorial en la conservación de la renta diferencial, que tiende a ser transformada en ganancia media por el capital. Del Capítulo VIII, sobre la renta absoluta, debe ponerse atención principalmente a los puntos relativos a la renta de monopolio y a la regulación de la renta por el valor. Finalmente, en el Capítulo IX, debe ponerse atención a la regulación de la renta por el costo de producción de la fuerza de trabajo y a la intervención de la tierra como espacio. Mis agradecimientos a Rafael Aubad, Hugo López, Jorge Pérez y Ricardo Arango por su colaboración en la aparición de este trabajo.

Septiembre de 1983 Mariano Arango

6   

INTRODUCCIÓN

Los precios de producción En cierto estado de la productividad del trabajo la masa de medios de producción por trabajador y el valor de los mismos están dados en las distintas esferas productivas. El movimiento de la fuerza de trabajo entre ellas iguala la cuota de plusvalía. La composición orgánica del capital de las distintas esferas depende de la composición técnica, o sea, de la relación entre las masas de medios de producción y de fuerza de trabajo, y del valor del capital constante y del capital variable. Partamos de la cuota de ganancia, g = pv/(c + v) (1) en la cual se mide la plusvalía en relación a todo el capital comprometido en la producción, el capital fijo más el capital circulante. Multiplicando y dividiendo por v tenemos, g' = p'/((c/v) - 1); es decir que dada la cuota de plusvalía la cuota de ganancia varía en razón inversa a la composición orgánica de capital: (c/v). Si las mercancías se vendiesen a sus valores las cuotas de ganancia serían distintas en las diversas esferas productivas, según la composición orgánica del capital. El movimiento del capital y la fuerza de trabajo entre las distintas esferas productivas tendería a distribuir el capital social de modo que se igualasen las cuotas de ganancia entre ellas. ¿Lo anterior es compatible con la regulación en última instancia de los precios por el valor? Marx resuelve el problema considerando que la cuota media de ganancia se obtiene de la plusvalía y del capital totales del conjunto de las esferas productivas2. Los precios de producción se obtienen agregando al precio de costo expresado en valor una ganancia media, calculada con el capital de la rama y la cuota media de ganancia. Estos precios de producción igualan el valor y el precio totales. Bortkiewicz mostró que el método de Marx no iguala el precio de producción de los insumos y los productos por ramas. La transformación matemática que propuso resuelve este problema y cuestiona la ley de la tendencia descendente de la cuota de ganancia en función de la composición orgánica media del Capital (3).                                                              1

 g' = cuota de ganancia; p’ = cuota de plusvalía; c = capital constante; v = capital variable.   La plusvalía y el capital agrícolas no entran en la determinación de la cuota media de ganancia, ésta se  forma en los sectores urbanos.  3  Bortkiewicz, Ladislaus Von: "Contribución a una rectificación de los fundamentos de la construcción teórica  de Marx en el Volumen III de *El Capital'." En: Sweezy, Paul (Ed.) Economía burguesa y economía socialista.  Córdoba, Cuadernos de Pasado y Presente (No. 49), 1974. pp. 191‐213.  2

7   

Marx era consciente del defecto de su transformación; así, comenta al respecto en la Historia crítica de la teoría de la plusvalía: el precio de producción del capital constante -o sea el de las mercancías empleadas como materias primas, materias auxiliares o medios de trabajo- en una palabra, como medios de producción que entran en el valor de una nueva mercancía, puede ser mayor o menor que el valor de la mercancía que se produce. Todas las mercancías que se emplean como capital constante para producir otras son, a su vez, el resultado o producto de otro proceso de producción. De este modo, las mercancías aparecen unas veces como condición y otras como resultado de la producción (4).

En varios pasajes de El Capital Marx se refiere a este puto: ...aparte de que el precio del producto del capital en B, por ejemplo, difiere de su valor porque el plusvalor realizado en B puede ser mayor o menor que la ganancia agregada en el precio de los productos de B, también vale la circunstancia a su vez, para las mercancías que constituyen la parte constante del capital B, e indirectamente, como medios de subsistencia de los obreros, constituyen también su parte variable (5)

Marx no resolvió el problema aunque, como se verá, plantea correctamente su solución. La transformación de Bortkiewicz es muy limitada pues sólo iguala valor y precio totales cuando el sector productor de bienes de lujo tiene una composición de capital igual a la media social. Anwar Shaikh señala que la transformación no se opera del valor al precio de producción sino de la forma dinero del valor, o sea del precio directo, a la forma precio de producción lo que dejaría inalterado el sistema real en valor. Esto es cierto, pero no porque subsistan dos sistemas paralelos, como él parece pensar, sino porque el precio es una forma del valor. Veamos brevemente el método de Shaikh (6). La producción total se divide en tres sectores: I de medios de producción, II de bienes salariales y III de bienes de lujo. Ci, Vi, Pi y Wi son respectivamente el capital constante, el capital variable, la plusvalía y el valor en términos de trabajo; DCi, DVi, ∆Di y Di las mismas variables expresadas en precios; Di, precio de costo; ri%, cuotas de ganancia; Ý, la relación entre el precio del insumo y del producto por sectores, y la jornada de trabajo equivale a 2 libras esterlinas.                                                              4

 Citado por Meek, Ronald L. Smith, Marx y Después. Diez ensayos sobre el desarrollo del pensamiento  económico. México, Siglo Veintiuno Editores, 1980, p.124.  5  Ibíd p. 132. Véase además: Marx, Karl.  El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III,       p.  167.  6  Shaikh, Anwar. "La teoría del valor de Marx y el 'problema de la transformación' ". Investigación  Económica, México, 1978. pp. 225‐274. 

8   

En la producción simple de mercancías, donde los productores directos son poseedores o propietarios de los medios de producción, las mercancías se venden en promedio por sus precios -valores o precios directos (7). Esto ocurre también en un régimen capitalista no muy desarrollado, donde existe una movilidad reducida del capital y la fuerza de trabajo(8). La competencia entre las unidades productivas al interior de las distintas esferas productivas tiende a imponer como centro o punto de equilibrio de los precios de mercado los precios-valores o precios directos que a su vez están regulados por los valores promedios en las diversas esferas; los valores se transforman en precios directos. (Véase Tabla No. 1) Tabla No. 1 VALORES A PRECIOS DIRECTOS

A partir de los precios directos el progreso de la movilidad de capitales y de la fuerza de trabajo va imponiendo la distribución social de la plusvalía, la cuota de ganancia media y los precios de producción: los capitales se retiran de las ramas poco lucrativas y entran a las más lucrativas imponiendo a la larga los precios de producción como centro de los precios de mercado. Las ramas de baja composición se pueden componer de unidades productivas más pequeñas, donde existe menos dificultad a la entrada de capital, mientras las de alta composición está integrada por grandes unidades, lo que hace difícil la competencia. Una primera fase de transformación sería la de Marx donde se modifican los precios de los productos de acuerdo a la cuota de ganancia del 29.6%, pero los insumos se mantienen en valor: el precio de I se eleva de 750 a 816.6, el de II baja de 600 a 570.4 y el de III de 400 a 363. (Véase Tabla No. 2).

                                                             7

 Marx, Karl. Op. cit. Vol. III. Cap. X.    Hilferding, Rudolf. "La crítica de Böhm‐Bawerk a Marx”. En: Sweezy, Paul M. (Ed.). Op. cit. pp. 129‐189. 

8

 

9   

Tabla No. 2 TRANSFORMACION DE MARX

Los precios del capital constante y del capital variable quedan expresados en precios directos hasta que los productores compran en el mercado su capital constante a precios de producción y el costo de producción de la fuerza de trabajo se ajusta a los cambios de los precios de las mercancías que integran el salario. Por tanto, los capitales constantes y los capitales variables se deben multiplicar por el exceso o déficit del precio de las mercancías respecto a los insumos (9), lo que da por resultado la igualación de los precios de producción de los insumos y productos por sectores y del producto del sector III con la masa de ganancia, en 816.7 para el sector I, 570.3 para el sector II y 363 para el sector III. Tabla No. 3 PRIMER AJUSTE DE LOS PRECIOS DE LOS INSUMOS

La igualación de los precios de los insumos y los productos hace diferir de nuevo la cuota de ganancia entre los sectores, lo que obliga a los capitalistas a ajustar sus precios de nuevo para ponerlos en concordancia con la nueva cuota de                                                              9

 En el sector III, del exceso del precio respecto a la masa de ganancia. 

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ganancia del 26.17%, con lo cual el precio de I pasa de 816.6 a 834.1, el de II de 570.4 a 562.6 y el de III de 363 a 353.3; distintos a los precios de los insumos: Tabla No. 4 AJUSTE A LA NUEVA CUOTA DE GANANCIA

Al cabo de cierto tiempo los capitalistas ven cambiados el precio de sus insumos y el precio de producción de su fuerza de trabajo, que se multiplican por 1.021, 0.986 y 0.986 respectivamente para I, II y III, igualando los insumos y productos, pero haciendo diferir de nuevo las cuotas de ganancia. Tras unas cuantas iteraciones se llega a unos precios de producción que igualan insumos y productos, con una cuota de ganancia común del 25%, como se ilustra en la tabla No. 5. Debe destacarse que el precio total de producción de 1750 permanece igual al precio directo inicial a lo largo de todo el proceso. Tabla No. 5 PRECIOS DE PRODUCCION CORRECTOS

 

Se obtiene así un método de transformación general de valores en precios que iguala los precios de los insumos y los productos y la cuota media de ganancia sin hacer variar valor y precio totales. No se usó una alternativa al método de Marx sino uno que lo aplica en forma repetida. Cabe agregar que el método sigue siendo válido cuando I y II se desglosan en subsectores y ramas, lo que no se 11   

considera necesario hacerlo aquí. En cuanto al sector III su desglose no tiene objeto pues el resultado no refleja relaciones técnicas sino el patrón de demanda de los capitalistas, que debe ser muy similar si el grado de concentración del capital y de la plusvalía es parecido en las distintas esferas productivas. La ganancia total bajó en 50, de 400 a 350, porque el sector III, de bienes de lujo, redujo su precio y el sector I, de medios de producción, lo aumentó de acuerdo a las relaciones entre sus composiciones orgánicas de capital y la composición orgánica media social. La reducción de la ganancia total parece restar importancia al método y parece preocupar a Shaikh. Pero, bien mirado el problema, no es así: en el ejemplo bajó la ganancia total y su cuota porque la composición orgánica del capital de los bienes de lujo es inferior a la media social, pero cuando las composiciones orgánicas son iguales la ganancia no cambia y cuando la composición orgánica del sector III es mayor que la composición orgánica social la ganancia sube. Ilustremos el segundo caso con el ejemplo utilizado por Paul Sweezy para exponer la transformación de Bortkiewicz y en el cual difieren las cuotas de ganancia en precios directos y en precios de producción (10). Precios directos. Véase Tabla No. 6. Tabla No. 6 PRECIOS DIRECTOS

Las composiciones orgánicas de III y media son iguales (100 / 50 = 400 / 200). El primer paso es calcular la cuota media de ganancia del 33.34% y calcular los precios de Marx, que son 433.2 en I, 166.6 en II y 200 en III. La ganancia total de 200 y la cuota media del 33.34% no cambian a lo largo del proceso y tras diez iteraciones se llega al resultado descrito en la tabla No. 7.

                                                             10

  Sweezy, Paul M. Teoría del desarrollo capitalista. México, Fondo de Cultura Económica, 1960. Cap. VIL 

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Tabla No. 7 PRECIOS DE PRODUCCION CORRECTOS

Podría pensarse, en base al resultado anterior, que la transformación de Shaikh sólo es válida cuando la composición orgánica de los bienes de lujo es igual a la media social. Pero no, más bien debe afirmarse lo contrario: si no cambiara la cuota de ganancia con la composición orgánica de los bienes de lujo distinta de la composición orgánica social se contradiría la determinación del valor por el trabajo socialmente necesario, que estaría regulado en las esferas de composición orgánica media, no por el trabajo individual de las distintas esferas. Es decir, que mientras predomina el cambio a precios directos la determinación del valor de la rama está a cargo del productor promedio de la misma, pero cuando la competencia de capitales impone los precios de producción, el trabajo socialmente necesario se determina en las esferas de composición orgánica de capital promedia. Las ramas de composición mayor a la media representan más trabajo social que el trabajo particular invertido en ellas y las ramas de menor composición menos trabajo social. El sector de bienes de lujo no es una excepción y cuando su composición es inferior a la media el trabajo social que representa la ganancia es menor al trabajo individual en precios directos. Se podría expresar la idea anterior diciendo que no existe una transformación de valores en precios de producción distintos a ellos sino un cambio en la regulación del valor, del productor promedio de cada esfera productiva a las esferas de composición orgánica promedio. Con lo que llegamos a que la movilidad del capital no impone precios de producción distintos a los valores sino formas precio del valor de las esferas de composición orgánica media. La idea anterior está claramente expuesta por Marx al comienzo del capítulo X de El Capital: Una parte de las esferas de producción presenta una composición media, por lo que se refiere a los capitales en ellas invertidos, es decir una composición que corresponde íntegra o aproximadamente a la composición del capital medio de la sociedad.

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El precio de producción de las mercancías producidas en esas esferas coincide total o aproximadamente con el valor expresado en dinero. Si no pudiéramos llegar al límite matemático por otros medios, podríamos llegar por éste. La competencia divide el capital de la sociedad entre las distintas esferas de la producción de tal modo que los precios de producción en cada una de las esferas se establece tomando como pauta los precios de producción vigentes en estas esferas de composición social media... Pero esta cuota media de ganancia no es sino la ganancia porcentualmente calculada que se obtiene en aquellas esferas de composición social media en que por tanto la ganancia coincide con la plusvalía... (11).

El resto del capítulo lo consagra Marx al punto que verdaderamente le preocupa, cual es el de la posibilidad teórica de que las mercancías se vendan a sus valores haciendo diferir las cuotas de ganancia, pues la transformación es un resultado que tiene como punto de partida la venta de las mercancías a precios directos. La transformación no se opera en el corto o mediano plazo en los países capitalistas avanzados pues la competencia de capitales impone permanentemente los precios de producción. Como exponen atinadamente Ronald Meek (12) y Friedrich Engels (13) la transformación de valores en precios supone un extenso y complejo proceso. Expongamos brevemente los puntos centrales considerados por Marx en El Capital y por Engels en el "Complemento al Prólogo" del volumen III de El Capital (14) El problema de la transformación surge porque las mercancías se producen como productos de capitales que reclaman una participación igual en la plusvalía social, en los regímenes capitalistas desarrollados. Si se parte de la producción simple de mercancías, de pequeños agricultores y artesanos poseedores o propietarios de sus medios de producción, como se presenta a fines de la edad media en Europa, las mercancías se pueden vender a sus valores sin que exista problema por las discrepancias en las relaciones entre trabajo excedente y valor de los medios de producción -que en el capitalismo sería cuota de ganancia-, pues la finalidad de la producción es el consumo y no la ganancia. Si se suponen iguales jornadas de trabajo de los productores en las distintas ramas, por lo tanto igual valor agregado, no tiene importancia la diferencia en las "cuotas de ganancias" pues el ingreso neto de los productores es igual en las distintas esferas (15): los productores de las esferas productivas de mayor composición de "capital" obtienen un mayor ingreso bruto, pero tienen que separar una parte más elevada del mismo para reponer sus medios de producción consumidos, poseen                                                              11

 Marx, Karl. Op. cit. Vol. III, p. 178.   Meek, Ronald L. Op. cit. pp. 166‐180.   13  Engels, Friedrich. "Complemento al prólogo". En: Marx, Karl. Op. cit. Vol. III, pp. 25‐40.  14  Marx, Karl. Op. cit. Vol. III. pp. 179‐201.  15  Salario más plusvalía en el régimen capitalista.  12

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por lo tanto un igual nivel de vida que los productores en las esferas de menor composición. Pero, ¿por qué para exponer el problema de los precios en el régimen capitalista se hace referencia a otro régimen de producción? Porqué, de un lado, éste lo precede y de su descomposición surge el capitalismo, y del otro, la producción simple de mercancías sirve de base al nacimiento de las formas primitivas del capital, del capital comercial que se interpone en las compras y las ventas explotando a los productores y consumidores. En los gremios de artesanos se va desarrollando progresivamente la diferenciación social, transformando a los maestros capitalistas y a los aprendices en obreros. Pero subsisten las restricciones a la entrada de capital y de fuerza de trabajo a las distintas ramas; existe muy poca movilidad de capital. Entonces, las mercancías pueden venderse a sus valores aunque difieran las cuotas de ganancia entre las ramas. Si el capital no se mueve entre las esferas productivas, ¿cómo puede el valor constituirse en el punto de equilibrio de los precios de mercado? Esto se logra mediante el cambio de las proporciones de los productos de diferente productividad al interior de la rama (16). El valor comercial de la esfera o valor social está determinado por el valor promedio ponderado de los valores individuales de los diferentes grupos de productores de la esfera. El valor de ésta puede ser mayor, igual o menor a los valores individuales de los productores; aquellos que tienen un valor individual menor al valor obtienen una ganancia extraordinaria y los que tienen un valor individual mayor no obtienen la cuota de ganancia de la rama. Los capitalistas innovadores introducen mejores sistemas de producción aumentando su participación en la producción de la rama y bajando su valor individual respecto al promedio, obteniendo así ganancias extraordinarias, pese a que la innovación hace bajar el valor promedio. Los productores rezagados quedan en condiciones precarias. El precio de mercado también baja pues aumenta la producción respecto a una demanda dada. Si la disminución en el precio de mercado es superior a la ocurrida en el valor, el equilibrio entre oferta y demanda se restablece mediante la ruina de los capitalistas más ineficientes y la baja adicional del valor promedio. En las esferas de largo período de producción, como los bosques, puede ocurrir que un alto precio de mercado se conserve por largo tiempo encima del valor aumentando la proporción de capitalistas ineficaces, y con ella el valor de la rama, restableciendo así equilibrio de oferta y demanda. Los capitalistas más dinámicos hastiados de las restricciones gremiales fundaron nuevas ciudades industriales donde establecieron unidades productivas                                                              16

 Esta ley sigue vigente en el capitalismo desarrollado confrontando precios de producción individuales con  el precio de producción medio de la rama. 

15   

con las técnicas más avanzadas. Abarrotaron así el mercado dé mercancías baratas haciendo decaer los gremios y sus viejas ciudades. El capital industrial fue reivindicando para sí todo el mercado nacional e imponiendo la libertad de entrada de capitales a todas las esferas productivas. No sólo se trata de las restricciones gremiales si no de los privilegios de los Estados Nacionales a ciertos comerciantes e industriales. El flujo y reflujo de capital entre las esferas productivas reduce los valores a los precios de producción. De ahí en adelante los precios de mercado no van a rotar alrededor de los valores sino de los precios de producción: si la oferta es menor a la demanda los capitalistas de la rama en cuestión obtienen ganancias excedentes de mercado por el importe de la diferencia del precio de mercado respecto al precio de producción; entonces los capitales fluyen a la rama produciendo una sobreoferta e imponiendo pérdidas de mercado; en promedio los precios de mercado coinciden con los precios de producción. Es posible también que mientras se opera la compensación de los precios de mercado en los precios de producción cambien las proporciones de los productores, haciendo subir o bajar los precios de producción.

16   

CAPITULO I

TEORÍAS MARXISTA Y RICARDIANA DE LA RENTA David Ricardo niega la renta absoluta y considera que la renta diferencial se presenta bien por el cultivo de tierras progresivamente menos fértiles o bien por las inversiones sucesivamente infraproductivas de capital, con precio agrícola al alza y cuota media de ganancia descendente. Esto hace compatible su explicación de la renta con su confusión del precio de producción y el valor, es decir, él considera que las mercancías se venden a sus valores en el régimen capitalista y que éstas coinciden con los precios de producción. Para Marx las mercancías se venden a precios de producción distintos de los valores y el valor rige al precio, no en forma directa sino indirectamente, lo que le permite explicar la renta absoluta por el exceso del valor agrícola sobre su precio de producción. Esto, a su vez, hace compatible el cultivo inicial de las tierras más fértiles, de fertilidad intermedia o menos fértiles con la existencia efectiva de la propiedad territorial, lo que libera la teoría de la renta diferencial de la infraproductividad creciente del capital agrícola, donde la había situado Ricardo. Así, la teoría marxista de la renta diferencial se desarrolla con el paso de tierras más fértiles a menos fértiles o a la inversa, con rendimientos constantes, crecientes y decrecientes del capital y por tanto con precios agrícolas constantes, crecientes y decrecientes. La única condición de la renta diferencial es la inversión del capital total agrícola en distintas condiciones de productividad y la imposición social del precio de la inversión de capital más improductiva, y ello no implica un proceso descendente de las tierras mejores a las peores, con precios agrícolas al alza y cuota media de ganancia decreciente. Ricardo identifica valor y precio de producción, en efecto: El señor Malthus parece entender que la identidad entre el costo y el valor de una cosa constituye una parte de mi teoría; y así es, en efecto si por costo se entiende "costo de producción", incluyendo la ganancia. (17)

La identificación del precio de producción, es decir del capital gastado más la ganancia media en base a la cuota general de ganancia, con el valor no es en Ricardo un resultado del análisis sino un presupuesto de su teoría:                                                              17

 David Ricardo, citado por: Marx, Karl. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. La Habana, Editorial  Venceremos, 1971. Vol. I, p. 253.   

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...En esta investigación, Ricardo establece como premisa una cuota general de ganancia media de magnitud igual para diversos capitales de la misma magnitud... En vez de presuponer ésta cuota general de ganancia, lo indicado habría sido investigar en qué medida la existencia de esta cuota obedece a la determinación del valor por el tiempo de trabajo, y entonces Ricardo habría descubierto que, lejos de obedecer a ella, lo que hace es contradecirla a primera vista, por cuya razón es necesario desentrañar su existencia por medio de una serie de eslabones intermedios... Por este camino se habría formado una idea muy distinta de la ganancia y no habría identificado plenamente la ganancia con la plusvalía. (18)

Porque la ganancia y la plusvalía sólo coinciden para las ramas de composición igual a la media social y respecto al total de mercancías. A partir de esta hipótesis el análisis ricardiano arriba a resultados contradictorios con la misma. Se trata de su investigación sobre el efecto de la variación del salario en los valores relativos, cuando el capital fijo y circulante se emplean en distintas proporciones: ...Y llega, naturalmente, al resultado de que, según la menor y mayor proporción de capital fijo, el alza o la baja del salario ejercerá una influencia muy distinta sobre los capitales con arreglo a la parte mayor o menor de capital variable, es decir del capital invertido directamente en salario que entre en ellos... En vez de lo cual hubiera debido decir: aunque estas diferencias no afectan para nada los valores de por sí, al influir de distinto modo sobre la ganancia en las diversas ramas, determinan precios medios distintos a los valores, o dicho de otro modo, precios de producción que no obedecen directamente a los valores de las mercancías, sino al capital invertido más la ganancia media. Hubiera debido decir que estos precios medios de producción difieren de los valores de las mercancías... (19)

Más adelante sigue Marx: Ricardo se equivoca así mismo cuando cree llegar, a través de los casos que examina, a las variaciones de los valores relativos independientemente del tiempo de trabajo contenido en ellos, cuando cree establecer de este modo la diferencia, entre los precios de producción y los valores de las mercancías. Diferencias que había dado ya por supuestas al sentar la premisa de la cuota general de ganancia y, por consiguiente, la hipótesis de que el capital, pese a la diferente proporción entre sus elementos orgánicos reporta una ganancia proporcional a su magnitud, mientras que la plusvalía rendida por estos elementos se determina en términos absolutos por la cantidad de trabajo no retribuido que absorben, la cual, partiendo de un salario dado, depende por entero de la masa de capital invertido en salarios…(20)

Para Ricardo la competencia de capital, su movimiento de unas ramas a otras, hace que las mercancías se vendan en promedio a sus valores, que coinciden con el capital consumido más la ganancia media, es decir, con el precio de producción.                                                              18

 Ibíd. Vol. I, p. 234 (subrayados nuestros).   Ibíd. VoL I, p. 235.  20  Ibíd. Vol. I, pp. 235‐236.  19

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Esto es, si se toma el promedio de los precios de mercado durante el período en que se compensan sus alzas y sus bajas, dicho promedio es igual al valor (21) Ricardo considera que el valor de la rama, en cualquier tipo de producción, lo determinan los productores en peores condiciones que tienen un valor individual mayor; al respecto dice: El valor de cambio de todas las mercancías, ya sean productos industriales, productos de las minas o productos de la tierra, se regula siempre, no por la cantidad mínima de trabajo que basta para producirlas en las condiciones más favorables, de las que se benefician quienes disfrutan de condiciones excepcionales de producción, sino por la cantidad mayor de trabajo que necesitan invertir en producirlas quienes no disponen de semejantes facilidades, quienes siguen produciéndolas en las condiciones más desfavorables; y, al decir esto, nos referimos a las condiciones más desfavorables en que la cantidad de productos reclamados por el mercado obliga a mantener en marcha la producción. (22)

Marx replica que la competencia al interior de las ramas reduce los valores individuales al valor promedio de la rama. La movilidad de capital entre las ramas reduce los valores a precios de producción distintos a los primeros: ... Lo que la concurrencia hace dentro de la misma esfera de producción es determinar el valor de las mercancías, dentro de esta rama concreta, por la media del tiempo de trabajo necesario; es decir, fijar el valor comercial. Y entre ramas de la producción distintas, lo que hace es fijar la misma cuota general de ganancia en las diversas ramas mediante la reducción de los diversos valores comerciales, que representan los precios de producción y difieren de los valores comerciales efectivos. Por tanto, en el segundo caso la concurrencia no tiende en modo alguno a asimilar los precios de las mercancías a los valores, sino, por el contrario, a reducir sus valores a precios de producción diferentes a aquéllos… (23)

Ricardo se encuentra en la situación de hacer compatible su hipótesis de la coincidencia del valor y del precio de producción con la explicación de la renta del suelo, de tal manera que ésta no contradijera la determinación del valor por el trabajo socialmente necesario para producir las mercancías. Lo anterior obliga a Ricardo a negar la renta absoluta en las tierras fértiles cuando fueron puestas en cultivo y en las tierras peores últimamente cultivadas. Porque si el capital por el mero hecho de invertirse en un campo de inversión, la tierra o las minas, produce más valor que el precio de producción (capital fijo + salario + ganancia), el valor no se puede determinar por el trabajo, puesto que el valor coincide con el precio de producción. Entonces, ¿de dónde surge la renta? La renta es mera renta diferencial y el precio de producción está regulado por las tierras peores en cultivo que no dan renta, ya que el precio se reduce a salario                                                              21

 Ibíd. Vol. I, pp. 329‐330.   David Ricardo, citado por Marx: Ibíd. Vol. I, p. 256.  23  Ibíd. Vol. I, p. 259.  22

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más desgaste de capital fijo más ganancia. Este precio es el precio de producción o el valor comercial de la rama. La renta surge en las tierras más fértiles, donde el valor individual es inferior al valor comercial o valor general de la rama. Las tierras primitivamente cultivadas no dan renta porque son sólo tierra, su precio se reduce solamente a precio de producción; dice Ricardo: En un país recién colonizado, en que hay abundancia de tierras ricas y fértiles, de las cuales sólo se necesita cultivar una parte muy pequeña para atender el sustento de la población existente o que sólo en pequeña proporción puede ser cultivada por el capital de que dispone esa población, no existirá renta, porque nadie se prestaría a pagar por el uso de la tierra cuando hay cantidad tan grande de ésta aún no apropiada y que se haya, por tanto, a disposición de todo el que sienta deseos de cultivarla. (24)

Ricardo parte de la inexistencia efectiva de la propiedad, pues ésta no se presenta como una potencia que condiciona la producción a una renta, ya que todo el que lo desea puede apropiarse de tierras. Esta situación puede coincidir con la de Estados Unidos o Australia en la primera mitad del siglo pasado, pero no con la de Europa donde la producción capitalista encuentra desde su origen toda la tierra del país apropiada. En las condiciones de que parte Ricardo no hay renta absoluta porque no existe efectivamente la propiedad en cuanto traba a la inversión. Sigue Ricardo: Según los principios de la oferta y la demanda, el uso de estas tierras no puede tributar renta alguna, por la misma razón ya expuesta de que no se paga nada por el uso del agua y del aire ni de ningún otro de los bienes de la naturaleza que existen en cantidades ilimitadas... el uso de estos bienes naturales no cuesta nada, pues son inagotables y se hayan a disposición de todo el mundo… si toda la tierra tuviese las mismas propiedades, si fuese ilimitada en cuanto a la cantidad, su uso no costaría nada, salvo allí donde se reuniesen ventajas especiales por su situación...(25)

Si la tierra existiese en esas condiciones no habría sino renta diferencial por situación. Pero si la tierra es limitada y se halla apropiada el capital se encontrará con la propiedad territorial como premisa, y esto es lo que acontece allí donde la producción capitalista se desarrolla como en Europa, o se crea la propiedad como en Estados Unidos. Pero, además, si la tierra es un campo a libre disposición del que quiera falta una de las condiciones de producción capitalista, pues la fuerza de trabajo no se puede enfrentar como proletariado desposeído al capital puesto que todo obrero potencial podría apropiarse su pedazo de tierra. (26) Aquí Marx piensa en una baja productividad del trabajo agrícola, pues un obrero podría                                                              24

 David Ricardo, citado por Marx: Ibíd. Vol. I, p. 473.   David Ricardo, citado por Marx: Ibíd. Vol. I, pp. 473‐474.  26  Ibíd. Vol. I, pp. 474,344.  25

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competir con el capital, por tanto, en una subordinación formal y no real del trabajo al capital. La tierra primitivamente cultivada no da renta hasta que la creciente población y demanda de trigo obliga a cultivar tierras menos fértiles o peor situadas, donde con el mismo capital se obtiene un producto menor. El valor individual en las tierras peores es mayor al de las tierras fértiles y determina el precio comercial porque su oferta es necesaria para satisfacer la demanda. Al aumentar el valor del trigo se eleva el valor de la fuerza de trabajo y cae la cuota general de ganancia. El arrendatario original se ve perjudicado porque se enfrenta a una cuota general de ganancia reducida, pero se encuentra favorecido porque su valor individual es inferior al valor comercial de la rama, regulado por las tierras peores; se encuentra en posesión entonces de una ganancia extraordinaria que la competencia transforma en renta del terrateniente. Se ha explicado así la renta diferencial en base a un doble precio de producción y admitiendo que el precio de producción de la tierra inferior, de la categoría II, es el mismo precio comercial de la tierra mejor I cuyo precio individual es menor (27). Sigue Ricardo: Al entrar en cultivo tierras de tercera calidad, inmediatamente empiezan a dar renta las segundas, renta regulada como en el caso anterior por la diferencia entre sus fuerzas productivas. Al mismo tiempo, sube la renta de las tierras de segunda calidad... proporcionalmente a la diferencia entre la cantidad respectiva de productos que rinden con una cantidad dada de capital y trabajo... (28)

Ricardo niega la renta absoluta en razón de que contradice el valor que él identifica con el precio de producción. Por lo mismo su renta diferencial se produce por el paso de tierras mejores a peores, con valor agrícola al alza y cuota media de ganancia descendente: Ricardo prescinde del problema de la renta absoluta, que niega en razón de su teoría, porque parte del supuesto falso de que si el valor de las mercancías se determina por el tiempo de trabajo, los precios de producción de las mercancías tienen que ser necesariamente iguales a los valores... Pero si los valores de las mercancías fueran idénticos a los precios de producción, la renta absoluta del suelo -es decir, la renta de la tierra peor cultivada o de la tierra primitivamente cultivada- sería imposible... si un capital, simplemente por producir un elemento especial de la naturaleza, por ejemplo la tierra, produjese un valor superior al precio de producción, el valor de la mercancía excedería a su valor y su plusvalía se hallaría en contradicción con el concepto de valor, equivalente a una determinada cantidad de tiempo de trabajo… y si la tierra mejor arroja una renta esto sólo demuestra que la diferencia entre el trabajo individualmente necesario y el trabajo socialmente necesario se plasma en la agricultura porque aquí tiene una base natural.(29)

                                                             27

Ibíd. Vol. I, pp. 335-336.  David Ricardo, citado por Marx: Ibíd. Vol. I, p. 475.  29  Ibíd. Vol. I, p. 411. (subrayados nuestros).  28

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La tierra peor no puede dar renta porque es sólo tierra y la tierra no produce valor: La tierra peor no puede arrojar renta alguna. Respecto a las tierras mejores, la renta se explica por el precio comercial, que es el mismo ya se trate de productos obtenidos en tierras de condición más favorable a más desfavorable. Pero, la tierra peor es sencillamente tierra... Sólo se diferencia de la base de inversión industrial como una rama específica de inversión de capital. Si arrojase una renta se debería al hecho de que la misma cantidad de trabajo se expresaría en diferentes valores cuando se invirtiesen en distintas ramas de la producción... (30)

La tierra primitivamente cultivada tampoco produce renta porque es simplemente tierra: ... ¿qué es la tierra primitivamente cultivada? No es tierra mejor ni tierra peor. Es, sencillamente, tierra. Primitivamente la inversión de capital en la agricultura sólo puede distinguirse de la inversión de capital en la industria por las ramas de la producción en que se invierten. Pero si cantidades iguales de trabajo se expresan en valores iguales, no hay absolutamente ninguna razón para que el capital invertido en la tierra rinda, además de una ganancia, una renta; al menos que la misma cantidad de trabajo en la rama produzca un valor superior de tal modo que el remanente de ese valor sobre el valor producido en la industria cree una renta. Pero esto equivaldría a que la tierra como tal cree un valor... (31)

Las consideraciones anteriores constituyen una crítica de Marx a Ricardo porque éste justificaba la inexistencia de renta en la tierra primitivamente cultivada en la superabundancia inicial de tierras buenas y de que el cultivo empezaba por ellas. Es decir, él parte en su explicación de la renta de Ia inexistencia efectiva de propiedad territorial porque la propiedad de unos no se opone a la de otros y no constituye una traba a la inversión de capital en la agricultura. Esta situación podría existir en tiempos de Ricardo en Estados Unidos, Canadá y Australia, pero no en la vieja Europa donde arranca el capitalismo encontrándose toda la tierra del país apropiado. Adam Smith reconoce en cambio que el capital se enfrenta con la propiedad de la tierra y debe tributar renta por las tierras peores, y que por tanto el precio del producto agrícola se descompone en salario, ganancia y renta del suelo: dice Smith: Aquella parte del producto o, lo que es lo mismo, de su precio que rebasa esa suma [ la que representa la ganancia usual del capital invertido ], procura el terrateniente naturalmente retenerla como renta... Esta parte puede considerarse siempre como renta del suelo (32)

Smith distingue la renta en sentido estricto con los intereses del capital invertido en la tierra; la renta es el pago por el uso del suelo:

                                                             30

 Ibíd. Vol. I, p.412.   Ibíd.  32 Adam Smith, citado por Marx: Ibíd. Vol. I, p. 502. 31

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El terrateniente reclama renta también por la tierra no cultivada, y la supuesta ganancia sobre los gastos de las mejoras es, por lo general, un complemento de la renta primitiva. La renta del suelo es, por tanto, el precio que se paga por el uso del suelo y constituye, naturalmente, un precio de monopolio. (33).

Ricardo se refiere al caso de América cuando pone ejemplos de tierras peores que no dan renta, sino el capital y la ganancia media. Es decir, ejemplos donde efectivamente no existe la propiedad territorial como traba a la inversión de capital; sin embargo, el caso de Inglaterra, donde el capital encuentra la tierra efectivamente apropiada, le preocupa. Cuando todas las tierras cultivadas dan una renta, incluso las peores, Ricardo considera que se presenta renta diferencial en estas últimas con relación al valor comercial regulado por la inversión adicional de capital; es decir el capital adicional más improductivo regula el precio sin renta y la parte del capital anteriormente invertido presenta un valor individual menor que le permite pagar una renta: Pero aunque fuese cierto que Inglaterra ha progresado tanto en el cultivo agrícola que no existe en la actualidad tierra alguna que no dé una renta, no dejaría de ser exacto que antes existían esas tierras y que para los efectos de nuestro problema no interesa el que realmente existan o no, pues desde el momento en que hay en la Gran Bretaña capitales invertidos en tierras que sólo producen lo necesario para reponer el capital con sus ganancias habituales, es indiferente que esos capitales se inviertan en tierras viejas o nuevas. Si un arrendatario firma un contrato de arriendo en una tierra por siete o catorce años, puede hacerlo con la mira dé invertir un capital de 10.000 libras esterlinas, sabiendo que con el precio que tiene el trigo y las materias primas, podrá reponer la parte del capital que se vea obligado a desembolsar, pagar la renta y obtener, además, la cuota habitual de ganancia. No invertirá 11.000 libras a menos que las mil restantes puedan invertirse tan productivamente que le aseguren la ganancia usual. Para calcular si debe invertirlas o no, tendrá en cuenta solamente si el precio de las materias primas alcanza a reponer sus desembolsos y su ganancia, pues sabe que no tendrá que pagar renta adicional por esta inversión. Y ni siquiera se le podrá subir la renta al expirar el contrato vigente, pues si el terrateniente le exigiese una renta por la inversión de estas 1.000 libras adicionales, las retiraría, ya que con su empleo sólo obtiene, según nuestro supuesto, la ganancia habitual que podría sacar en cualquier empleo del capital; por eso no puede acceder a pagar una renta por ese concepto, a menos que el precio de las materias primas siguiese subiendo... (34)

Tratemos de desentrañar la lógica del argumento: aunque “… no existe ya en la actualidad tierra alguna que no dé renta, no deja de ser exacto que antes existían estas tierras…", que se cultivaban, por ejemplo, invirtiendo 10.000 libras de capital y, de las que sólo se podía sacar el precio de producción sin renta, es decir, el capital más la ganancia habitual. El crecimiento de la demanda eleva el precio del trigo de tal manera que los capitalistas pueden invertir 1.000 libras adicionales con una productividad menor a las 10.000 precedentes. A las 1.000                                                              33

Adam Smith, citado por Marx: Ibíd. Vol. I, p. 502.  David Ricardo, citado por Marx: Ibíd. Vol. I, p. 493. Ver también: David Ricardo. Principios de Economía  Política y tributación. México, Fondo de Cultura Económica, 1958. 34

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libras adicionales corresponderá un precio de producción mayor al de la inversión anterior y regularán el precio de producción de las 11.000 libras; en base a este precio las primeras 10.000 libras con un precio individual menor pagarán una renta. El producto de las 1.000 libras adicionales se venderá al precio de producción sin renta. Consecuencia: las tierras peores empiezan a dar una renta, pese a que su producto sólo se vende al precio de producción. El argumento expresado del modo anterior es lógico aunque poco realista. Por eso Ricardo deja deslizar que por las 10.000 libras ya se pagaba renta y por las que no se paga es por las 1.000 adicionales; esto es, presenta un resultado como un punto de partida. Queda entonces en pie la pregunta: ¿Las primeras 10.000 libras pueden invertirse aunque el precio del trigo sólo rindiera el precio de producción sin renta, o aquél debe crecer adicionalmente para que los capitalistas puedan pagar un tributo a los terratenientes por su autorización a invertir en las tierras peores? En base al mismo argumento podría responderse afirmativamente: el arrendatario en lugar de invertir 10.000 libras que no le permiten pagar renta invierte 11.000 y como las 1.000 adicionales regulan un precio de producción más alto que el individual de las primeras 10.000, por éstas se puede pagar una renta diferencial. El cálculo al margen unido a los rendimientos decrecientes del capital permiten generar lógicamente una renta diferencial. Tal punto de vista es, sin embargo, poco realista porque no tiene en cuenta la demanda necesaria para absorber el producto adicional al precio de producción más alto. Pero este tropiezo se puede superar desplazándonos a las tierras más fértiles anteriormente cultivadas: los terratenientes exigen renta a los arrendatarios por las tierras menos fértiles y éstos no pueden cultivarlas. A consecuencia de esto se produce un déficit de oferta que hace elevar el precio de mercado del trigo, lo cual hace rentable las inversiones adicionales infraproductivas en las tierras más fértiles. El producto necesario producido por las inversiones adicionales en las tierras fértiles, a un precio de producción más alto que el de las tierras menos fértiles, permite pagar una renta diferencial en estas tierras. La propiedad territorial no puede restringir las inversiones adicionales mientras éstas no bajen la renta. Así, el cálculo al margen y la ley de los rendimientos decrecientes permiten explicar satisfactoriamente la renta diferencial en tierras peores. Quedarían en cuestión los casos de tierras de calidad homogénea y del cultivo de sólo las tierras más fértiles y mejor situadas. Ahora bien, cabe preguntarse si los capitalistas pueden distinguir los resultados parciales de las distintas partes del capital invertido, es decir, sobre el realismo del cálculo al margen. Puede pensarse, por el contrario, que los capitalistas tienen en cuenta el precio medio del rendimiento total obtenido respecto al precio de costo global, como hace Marx, por lo general. Este señala que los capitalistas consideran los precios medios de producción y que la renta diferencial I supone una inversión normal de capital por el capitalista promedio. En tal caso, bien la renta diferencial en las tierras peores presupone la renta diferencial I con las tierras mejores... regulando el precio de producción, o bien la renta en tierras peores hace abstracción de la renta absoluta y se transforma en ella cuando abarca todas las tierras de esta clase. La primera posibilidad es considerada por 24   

Marx en la renta en tierras peores con la regulación del precio en las tierras más fértiles y la renta diferencial II, con regulación del precio de producción en parte de las tierras peores y renta en la otra parte. Aquí la renta diferencial en tierras peores, sólo sustituye a la renta absoluta cuando Marx acepta el cálculo al margen. Debe observarse que lo que es posible para el cálculo al margen no lo es para el cálculo promedio; así, bajo el supuesto de rendimientos decrecientes de las inversiones sucesivas de capital, con el primero es posible que una parte del capital regule el precio y la otra dé renta diferencial en tierras peores, mientras en el segundo se forma un precio más reducido que no origina renta diferencial. Volvamos a la polémica de Ricardo con Smith en torno a la renta absoluta: Adam Smith se da cuenta de que, en ciertas circunstancias, el terrateniente tiene la posibilidad de oponer al capital una resistencia eficaz, de hacer valer la propiedad territorial y de exigir, por tanto, una renta absoluta... En el pasaje citado por Ricardo dice Adam Smith: 'La relación entre el producto y la renta se halla en proporción a su fertilidad absoluta y no a su fertilidad relativa' (Adam Smith. Riqueza de las naciones. Libro I, Cap. II)'. En su réplica, Ricardo se acerca lo más posible al principio real de la renta cuando dice: 'Pero supongamos que no exista ninguna tierra que no dé renta alguna; en este caso, la cuantía de la renta percibida en la tierra peor se hallaría en proporción al excedente del valor del producto sobre el capital invertido y la ganancia usual de éste; y el mismo principio regiría la renta de las tierras de calidad algo superior o mejor situadas, renta que, por tanto, excedería de la de las tierras inferiores por sus ventajas mayores...' Ricardo expone aquí el verdadero principio de la renta. Si la tierra peor paga una renta; si, por tanto, se paga una renta independientemente de las diferencias que puedan existir en cuanto a la fertilidad natural del suelo -renta absoluta-, esta renta tiene que ser igual al excedente del valor del producto sobre el capital invertido y la ganancia usual de éste; es decir, igual al excedente del valor del producto sobre su precio de producción. Que este excedente no puede existir es cosa que supone Ricardo, porque erróneamente y en contra de su propio principio acepta el dogma de Smith según el cual el valor es igual al precio de producción del producto. (35).

Pero el valor no es idéntico al precio de producción sino que éste puede ser mayor, menor o igual al valor según sea su composición orgánica mayor, menor o igual a la medida social. Entonces desaparece el problema y no tienen razón las hipótesis formuladas para resolverlo. El precio regulador agrícola puede ser entonces mayor a su precio de producción pero menor o igual a su valor. Esto supondría que la composición orgánica del capital y la productividad del trabajo son inferiores en la agricultura respecto a la media social: El hecho de que la plusvalía de una mercancía se exprese solamente bajo la rúbrica de ganancia normal no demuestra, sin más, que esta mercancía se venda por su valor; ni el hecho de que además de la ganancia arroje una renta para el terrateniente demuestra tampoco, por sí

                                                             35

 Marx, Karl, Op. cit, Vol. I, p. 497 

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sólo, que se venda a un precio superior a su valor inmanente... si las mercancías de una rama especial de la producción producen, además de esta cuota media de ganancia, otra cantidad de plusvalía, a la que se da un nombre especial, por ejemplo, el de renta del suelo, la ganancia más la renta del suelo... no tiene que ser forzosamente mayor que la plusvalía que en la propia mercancía se contiene,... quedaría por explicar indudablemente el fenómeno de por qué esto sucede en una rama especial de la producción a diferencia de lo que ocurre en las demás. Pero con ello se facilitaría ya mucho la solución del problema. (36).

El concepto de precio de producción y cuota general de ganancia implica que las mercancías con baja composición orgánica cedan parte de su propia plusvalía, reduciendo su precio de producción por debajo de su valor, mientras que las de composición alta elevan su precio de producción por encima de su valor. ¿Por qué en la agricultura se materializa el excedente de valor respecto al precio de producción? Porque una potencia extraña, al capital, la propiedad territorial, no cede sus tierras peores hasta tanto los capitalistas no le paguen una renta. Ahora bien, la parte de dicho excedente que se trasforme en renta depende de la oferta y la demanda, de la competencia de los valores individuales de las tierras mejores (37), de la competencia entre los terratenientes, de la situación global del mercado de capitales, del poder de los terratenientes en el Estado y de la importación de productos agrícolas. La identificación de precio de producción y valor lleva a Ricardo a negar la renta absoluta y considerar la renta diferencial por el cultivo de tierras más fértiles a menos fértiles, porque así puede existir renta sin contradecir la regulación de los precios por el valor. Hay renta diferencial pero las tierras peores y las tierras mejores primitivamente cultivadas no dan renta. En cuanto a la renta diferencial producida por inversiones sucesivas de capital en la misma tierra, éstas se producen en las tierras peores cultivadas y están sometidas a los rendimientos decrecientes del capital adicional. La teoría de la renta juega un papel central en la teoría ricardiana pues constituye uno de los factores que explicarían la tendencia descendente de la cuota media de ganancia, el otro factor explicativo de dicho descenso es la identificación de las cuotas de plusvalía y de ganancia. Ya se ha visto que de la concepción ricardiana de la formación de la renta diferencial en un proceso descendente depende su negación de la renta absoluta. En lo referente al otro punto, la cuota de ganancia puede bajar con una cuota de plusvalía constante o ascendente si aumenta la composición orgánica del capital. Para Smith la cuota media de ganancia baja debido a la concurrencia de capitales producida por la acumulación. En cambio Ricardo considera que la concurrencia nivela las ganancias en las distintas esferas productivas pero no afecta la ganancia media. Sólo cuando la acumulación supera al crecimiento de la población la demanda de trabajo excede la oferta, lo que haría subir el salario real y caer la cuota media de ganancia: pero                                                              36 37

 Ibíd., Vol. I, p. 337.   Ibíd, Vol. I, pp. 462‐471. 

 

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... Ricardo no es un optimista que crea en estas fábulas. Como, según él, la cuota de ganancia y la cuota de plusvalía -de la plusvalía relativa, partiendo del supuesto de que la jornada de trabajo permanece invariable- son idénticas, resulta que la baja permanente de la ganancia o la tendencia de ésta a la baja sólo podrá explicarse por las mismas razones que condicionan la baja permanente de la plusvalía o una tendencia de ésta a la baja. Ahora bien ¿cuáles son estas condiciones? Partiendo de una jornada de trabajo dada, la parte de ella en que el obrero trabaja gratis para el capitalista sólo puede descender, disminuir, cuando aumenta la parte durante la cual el obrero trabaja para sí. Y para esto, suponiendo que se pague el valor del trabajo es necesario que aumente el valor de los medios de subsistencia en que el obrero invierta su salario. El valor de los artículos industriales disminuye constantemente a medida que se desarrolla la productividad del trabajo. Por tanto, la explicación sólo puede estar en el hecho de que la parte fundamental de los medios de subsistencia -los víveres- aumentan constantemente de valor. Lo que, a su vez, se explica por la circunstancia de que la agricultura va haciéndose constantemente más estéril. Es la misma razón, según la explicación de Ricardo de la renta del suelo, que explica la existencia y desarrollo de ésta... ya hemos puesto de manifiesto que el modo como Ricardo concibe la renta del suelo es falso. Con ello desaparece por tanto una de las bases en que descansa su explicación de la baja de la cuota de ganancia. La otra premisa falsa es la identificación de la cuota de ganancia y la cuota de plusvalía... La cuota de ganancia baja -aunque la cuota de plusvalía permanezca idéntica o suba- porque el capital variable disminuye en proporción al capital constante, a medida que se desarrolla la capacidad productiva del trabajo... (38)

La cuota de ganancia baja porque el trabajo se hace más productivo y se explota más al obrero: ... La cuota de ganancia baja no porque el trabajo se haga más improductivo, sino por el contrario porque gana en productividad. No porque el obrero sea menos explotado, sino porque se le explota más, bien porque crezca la plusvalía absoluta o porque, allí donde el Estado impide esto, la producción capitalista lleva implícita la tendencia del valor relativo del trabajo a disminuir y por tanto la de la plusvalía relativa a aumentar (39)

La caída tendencial de la cuota media de ganancia es lo que está en el corazón del enfrentamiento de Marx con Ricardo en torno a la renta absoluta. Para éste la cuota media de ganancia se reduce porque el trabajo agrícola se hace cada vez más improductivo, lo que eleva los precios agrícolas y los salarios transformando en renta parte de la ganancia media. Mientras en Marx la cuota media de ganancia disminuye porque el trabajo social se hace más productivo, a consecuencia del crecimiento de la composición orgánica del capital media social; por tanto, él no puede aceptar una teoría de la renta que implique la reducción de la productividad. La renta absoluta hace aumentar el precio agrícola en unas condiciones dadas pero no implica una cuota de ganancia descendente porque el precio no se desvincula del valor sino que cuando la composición orgánica agrícola aumenta, bajan el valor y el precio agrícola y crece la cuota de plusvalía; la creación de plusvalía relativa sigue en manos del capital. Al mismo tiempo la                                                              38 39

 Ibíd, Vol. 1, pp. 533‐534.   Ibíd, Vol. l,p. 534 

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renta absoluta libera la renta diferencial del paso de tierras mejores a peores con cuota de ganancia descendente porque hace compatible la existencia de la renta con cualquier orden de cultivo de las tierras de distinta calidad. Existe otra razón fundamental de la existencia de la renta absoluta en las tierras peores, y a partir de ellas en las mejores, que es la necesidad de la existencia de la propiedad territorial enfrentada al productor directo como condición del trabajo asalariado, de trabajadores privados de medios de producción obligados a vender su fuerza de trabajo para poder vivir. La propiedad territorial supone una renta que le dé un contenido económico y esto responde a una necesidad del capital porque la propiedad crea al trabajo asalariado en una fase incipiente del capitalismo.

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CAPÍTULO II SUPUESTOS Y OBJETO DE LA TEORÍA MARXISTA DE LA RENTA El propósito del presente texto es aclarar los supuestos históricos de la teoría marxista de la renta y resaltar ciertos temas que aparecen un poco relegados en la exposición de Marx y que, sin embargo, parecen constituir lo específicamente marxista con relación a Ricardo. Las referencias a éste sólo buscan mostrar los elementos nuevos introducidos por Marx a la teoría de la renta. La teoría marxista de la renta se refiere a una agricultura capitalista en la cual el capitalista es el productor de mercancías, quien organiza y dirige la producción. Los productores directos son obreros asalariados, privados de la posesión de la tierra y demás medios de producción. El capitalista es un arrendatario que arrienda la tierra a un terrateniente. Este tipo de agricultura presupone que la industria moderna haya adquirido cierto perfeccionamiento, lo cual ocurre empero tanto más rápidamente cuanto más se haya desarrollado la propiedad moderna (40). La inversión de capital en la agricultura presupone la formación de la cuota media de ganancia en el comercio urbano y la manufactura (41). La forma de propiedad territorial tenida en cuenta es una forma histórica específica de esta clase de propiedad, que desvincula al productor directo de la dirección y control del proceso productivo y al terrateniente de la extracción coactiva del pIustrabajo del primero como renta. La acción violenta del capital transforma las formas de propiedad feudal y campesina individual y comunal, basadas en el trabajo del productor directo, en una forma de propiedad que hace enfrentar a éste con el capital como asalariado. Se trata de la acumulación originaria de capital: ...la propiedad es producto del capital. En todas partes encontramos, pues, que allí donde por la reacción del capital sobre las viejas formas de propiedad de la tierra éstas se transforman en renta en dinero... y donde paralelamente la agricultura explotada por el capital se convierte en agronomía industrial, necesariamente los Cottiers [En la Inglaterra medieval, villano al que, en compensación por su trabajo, el señor le permitía el usufructo de una choza ("cot") y una parcela. Trad.], siervos de la gleba, campesinos sujetos a prestaciones, enfitéutas, inquilinos, etc. se transforman en jornaleros, en asalariados.... (42).

                                                             40

  Marx, Karl. Elementos fundamentales para la crítica de la Economía Política (borrador) 18571858. México, Siglo Veintiuno Editores, 1975. Vol. I, p. 219 (citado de aquí en adelante como: Elementos...).  41 Marx, Karl. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica 1972. Vol. III, pp. 741-742.  42 Marx, Karl. Elementos... Vol. I, p. 218.  

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Las manufacturas laneras holandesas produjeron la demanda de lana que hizo transformar en pasto las tierras expropiadas a la iglesia católica durante la Reforma y las tierras comunales en Gran Bretaña y convertir los productores campesinos en asalariados de las manufacturas urbanas inglesas. Cuando Marx se refiere a la moderna propiedad territorial correspondiente al régimen capitalista considera el caso de Inglaterra como ejemplo de la vía más pura. A propósito del asombro que producía entre los observadores del continente europeo el contraste entre el punto de vista de Ricardo y otros autores ingleses sobre la libre inversión de capital en la agricultura con miras a la ganancia y el supuesto mantenimiento de la propiedad territorial feudal en aquel país dice lo siguiente: en ningún país del mundo la producción capitalista ha campado por sus respetos tanto como en Inglaterra, desde Enrique VII, imponiéndose a las condiciones tradicionales de la agricultura y obligando a ésta a acomodarse a ella y a sometérsele. Inglaterra es en este respecto, el país más revolucionario del mundo. Allí donde estorbaban a las condiciones de producción capitalista... fueron barridas despiadadamente todas las condiciones históricas tradicionales del campo, no sólo la situación de las aldeas sino las aldeas mismas, no sólo las sedes de población campesina sino incluso la misma población... Los alemanes, por ejemplo, se encuentran con las condiciones económicas, determinadas por el régimen tradicional de las marcas, por la situación de los centros económicos, por determinadas aglomeraciones de población, etc. En cambio, los ingleses se encuentran con que desde fines del siglo XV, las condiciones históricas de la agricultura son creadas progresivamente por el capital. En ningún estado continental nos encontramos con un término técnico como el de Clearing of states, empleado en el Reino Unido ¿Qué significa esto de Clearing of states? Significa que, sin preocuparse para nada de la población establecida, a la que se barre de las aldeas existentes, suprimidas en un plumazo de los edificios y locales destinados a la explotación, destruidos de las modalidades agrícolas transformadas de golpe y porrazo para convertir, por ejemplo, las tierras de labranza en pastos... En este sentido puede afirmarse, pues que no existe propiedad territorial; esta deja que el capital -el arrendatario- explote libremente la tierra, pues lo único que le preocupa es el rendimiento en dinero que de ella puede sacar. (43)

El otro factor que tenían en cuenta los autores ingleses eran las colonias capitalistas, donde se obtenían productos comerciales como algodón, azúcar y tabaco; los colonos no iban a conseguir su sustento sino a negociar, lo que decidían partiendo de la situación de fertilidad, y partiendo de ésta la situación respecto al mercado mundial; estas colonias eran fundadas por hombres que eran producto del régimen capitalista(44). Al mismo tiempo que la propiedad territorial se va convirtiendo en simple fuente de renta frente al capital que explota la tierra, separa el producto directo de la producción agraria y lo transforma en asalariado frente al capital. No cabe duda de que el trabajo asalariado... no es creado sino por la moderna propiedad de la tierra, esto es, por la propiedad de la tierra en cuanto valor creado por el

                                                            

(43) Marx, Karl. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. La Habana. Editorial Venceremos, 1971. Vol. l. p.430. (44) Ibíd, p.431.

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capital mismo. De ahí que la propiedad de la tierra nos vuelva a llevar al trabajo asalariado (45).

Se trata de que la propiedad territorial se erige en monopolio frente a los productores directos, impidiéndoles explotar la tierra como poseedores y obligándolos así a enfrentarse como obreros asalariados al capital agrícola e industrial. A propósito del planteamiento de Ricardo en el sentido de que si la tierra estuviese a libre disposición de todos, como el aire y el agua, no habría renta. Dice Marx: ... Si la tierra se hallase como un bien elemental a disposición de cualquiera, faltaría uno de los elementos fundamentales para la formación del capital... [porque] no podría enajenarse ni apropiarse, ni por tanto enfrentarse al obrero como propiedad de otro y convertirle en obrero asalariado... (46)

La separación de la fuerza de trabajo respecto a la tierra también se podría conseguir, al menos en teoría, mediante la nacionalización de la tierra por el Estado burgués, lo que produciría la desaparición de la renta absoluta y la captación de la renta diferencial por el Estado: Partiendo del régimen capitalista de producción... el capitalista es el funcionario más importante de la producción. En cambio el terrateniente es una figura superflua. Todo lo que aquél necesita es que la tierra no sea de libre disposición, que se enfrente a la clase obrera como un medio de producción que no le pertenece, y esta finalidad la alcanza perfectamente declarando la tierra de propiedad del Estado... que este perciba la renta... Por eso el burgués radical... niega teóricamente la propiedad privada sobre el suelo, que desea ver convertida en propiedad común de la clase burguesa bajo la forma de propiedad del Estado. Sin embargo, en la práctica siente flaquear su valor, pues sabe que todo ataque a una forma de propiedad... podría acarrear consecuencias muy delicadas para la otra... (47)

La nacionalización de la tierra, posibilidad teórica, pero imposible histórico: era posible expropiar a los pequeños productores ingleses a nombre de la propiedad privada y de un derecho feudal nominal pero no declarar la tierra de propiedad común del capital, lo que habría enfrentado masivamente al pueblo inglés con el Estado. Los grandes terratenientes fueron los encargados históricamente de separar los trabajadores de la tierra y de enfrentarlos como proletarios al capital: La depredación de los bienes de la Iglesia, la enajenación fraudulenta de los bienes de dominio público, el saqueo de los terrenos comunales, la metamorfosis llevada a cabo por la usurpación y el terrorismo más inhumano de la propiedad feudal y del patrimonio del clan en la moderna propiedad privada; he ahí otros tantos métodos idílicos de la acumulación originaria. Con estos métodos se abrió paso la agricultura capitalista, se incorporó el capital a la tierra y se crearon los contingentes de proletarios libres y privados de medios de vida que necesitaba la industria en las ciudades. (48).

                                                             45

Marx, Karl. Elementos... Vol. I, p. 218.  Marx, Karl. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. Vol. I, p. 344.  47 Ibíd.  48 Marx, Karl. EL Capital Vol. I, p. 624.   46

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Marx considera que el capitalista es un arrendatario que paga la renta al terrateniente por el uso de la tierra. Esto, porque él tenía a Inglaterra, la nación más avanzada de su época, como el modelo que seguiría el resto de Europa (49). Existe, sin embargo, una razón importante para la separación del capital y la propiedad territorial: la gran inmovilización de capital dinero necesaria para adquirir la propiedad dejaría al capitalista escasos recursos para explotar adecuadamente la tierra. Lo anterior no excluye la transformación del terrateniente en capitalista en algunos casos, siempre que se desarrollen previamente la industria, el comercio y la ciencia. Si es rico, el antiguo propietario de la tierra no necesita de capitalista alguno para convertirse en terrateniente moderno. Le basta con transformar sus trabajadores en asalariados y producir con vistas a la ganancia en lugar de con vistas a la renta. En su persona están presupuestos el arrendatario y el terrateniente moderno. Que la forma en que percibe su renta se modifique, o la forma en que paga al trabajador, no es por cierto una diferencia formal, sino que supone el trastrocamiento total del modo de producción... tiene pues supuestos que se basan en determinado desarrollo de la industria, del comercio y de la ciencia... (50)

La norma en Europa continental durante el siglo pasado fue la conversión de los grandes terratenientes en empresarios capitalistas, como señala Karl Kautsky, pero se opera, sin embargo, una separación real entre el capital y la propiedad territorial mediante el crédito hipotecario: los grandes propietarios se convierten en capitalistas-propietario nominal de la tierra, hipotecando la renta del suelo y el banco hipotecario se transforma en terrateniente real-capitalista nominal (51). Marx admite también el caso de que los capitalistas sean propietarios de la tierra: y que ésta esté disponible para el capital ampliamente, como en Estados Unidos aproximadamente hasta 1863. Bajo este supuesto no existiría renta absoluta y los productos agrícolas se venderían a precios de producción: Supongamos que, en un país como los Estados Unidos, el número de agricultores que compiten entre sí sea tan reducido y la apropiación de la tierra tan poco efectiva que todo el que quiera invertir en la agricultura pueda hacerlo libremente... En esas condiciones puede darse perfectamente el caso... de que la plusvalía producida por el agricultor por encima de la ganancia media no se realice en el precio del producto, sino que haya de repartírsela con sus hermanos capitalistas... En este caso la cuota general de ganancia aumentaría, pues el trigo y los demás productos se venderían... por debajo de su valor... (52)

Marx no considera que las condiciones anteriores sean más adecuadas para el desarrollo capitalista que las inglesas, donde la tierra estaba apropiada por grandes propietarios y había por tanto renta absoluta, pese a que, en el primer                                                              49

Marx, Karl. Elementos... Vol. I. p. 219 Ibíd.  51 Kautsky, Karl. La cuestión agraria. Bogotá, Editorial La Chispa, 1973, pp. 77-99.  52 Marx, Karl. Historia critica de la teoría de la plusvalía. Vol. I, pp. 339-340.   50

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caso, existe una cuota media de ganancia más alta y una mayor acumulación de capital. Lo anterior porque la existencia de grandes propietarios permite una separación más adecuada de los trabajadores respecto a la tierra que el acceso libre a ésta del capital, ya que en el segundo caso muchos obreros podrían cultivar su pedazo de tierra, restringiendo agudamente la oferta de fuerza de trabajo y el mercado agrario de la industria urbana. Dice Marx, refiriéndose a la colonización de Estados Unidos, Australia y otros territorios por inmigrantes europeos durante el siglo pasado, que mientras la tierra está a libre disposición de la masa del pueblo existen condiciones poco propicias para el desarrollo capitalista; así, la mayor parte de la población trabajadora inglesa era obrera hacia 1830 y sólo un décimo de la norteamericana es asalariada: Como veíamos, al expropiar de la tierra la masa del pueblo se sientan las bases para el régimen capitalista de producción. La característica esencial de una colonia libre consiste, por el contrario, en que en ella la inmensa mayoría de la tierra es todavía propiedad del pueblo, razón por la cual cada colono puede convertir en propiedad privada una parte de ella, sin cerrar el paso a los que vengan detrás. (53).

Las pequeñas explotaciones de los colonos no permiten una amplia oferta de asalariados y restringe el mercado agrario para la industria: Como en las colonias no se ha impuesto todavía o sólo se ha abierto paso de un modo esporádico... el divorcio del trabajador y sus condiciones de trabajo, con su raíz, la tierra, no existe tampoco el divorcio entre la agricultura y la industria, no se ha destruido la industria doméstico rural, y, siendo así, ¿dónde va a encontrar el capital su mercado interior? 'Ninguna parte de la población de América es exclusivamente agrícola, exceptuados los esclavos y sus propietarios... Los americanos libres, que cultivan la tierra por sí mismos, emprenden al mismo tiempo muchas otras ocupaciones. Muchas veces, construyen ellos mismos sus casas, una parte de los muebles y herramientas...y llevan al mercado, por muy alejado que este, los productos de su propia industria'... (54).

Inglaterra aplicó en Australia durante largos años el sistema de reproducir artificialmente la propiedad territorial, poniéndole un precio tal que el inmigrante debía pagar por la tierra lo suficiente para traer otro que lo reemplazara como obrero, lo que desvió la corriente de migración de las colonias inglesas a Estados Unidos. En este país la inmensa masa de migrantes que lanzaba la gran industria de Europa todos los años no podía ser absorbida a la misma velocidad por la emigración al oeste, al tiempo que se monopolizaban enormes extensiones de tierra a partir de la guerra civil lo que dio gran vuelo al capital: La guerra civil ha dejado en Norteamérica la herencia de una gigantesca deuda nacional, con su consiguiente agobio de impuestos, la creación de la más vil de las aristocracias financieras, el regalo de una parte inmensa de los terrenos públicos a sociedades de especuladores para la explotación de ferrocarriles, minas, etc.; en una

                                                             53 54

Marx, Karl. El Capital. Vol. I, pp. 652-653. Ibíd, Vol. I, p. 653. 

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palabra, la más veloz centralización del capital. La gran república americana ha dejado, pues, de ser la tierra de promisión de los emigrantes obreros. La producción capitalista avanza aquí a velas desplegadas... (55)

Respecto a Australia y otras colonias inglesas señala Marx: Aquel despilfarro de las tierras coloniales regaladas por el gobierno inglés a aristócratas y capitalistas... ha creado, sobre todo en Australia, unido a la corriente humana de inmigración atraída por los Gold-Diggings [yacimientos auríferos]... 'una superpoblación obrera relativa' en cantidad suficiente; por eso, apenas hay correo que no traiga a Europa el triste mensaje del abarrotamiento del mercado de trabajo australiano (56)

La gran propiedad surgía en Inglaterra de la apropiación de terrenos comunales, de tierras públicas y de tierras de la Iglesia y en los nuevos países capitalistas mediante el regalo de las tierras públicas a aristócratas y especuladores. Este movimiento arrojaba grandes masas del pueblo trabajador a manos del capital como asalariados. La propiedad territorial nutre así al capital a través de la creación del trabajo asalariado. No basta con que la gran industria urbana reproduzca continuamente el trabajo asalariado, sino que es necesario que la gran propiedad territorial le impida a éste explotar la tierra; por tanto, se está admitiendo implícitamente que el capital agrícola no logra una subordinación real del trabajo sino solamente formal, pues si no se interpusiera la propiedad territorial cualquiera que quisiera explotar la tierra podría hacerlo. Como la agricultura capitalista no se ha organizado como gran industria, ni siquiera como manufactura aunque utilice medios de producción modernos, es necesaria la propiedad territorial como monopolio frente a los trabajadores. Además, se supone una baja productividad del trabajo agrícola de los posibles productores independientes adicionales para que su entrada no conlleve el abarrotamiento de productos agrícolas en el mercado. Marx cree hablar de un régimen capitalista desarrollado al poner el ejemplo de Inglaterra, pero está realmente refiriéndose a un régimen relativamente incipiente, con una baja productividad agrícola, que requiere de la gran propiedad territorial para obligar al trabajador privado de medios de producción a enfrentarse como obrero asalariado al capital. Así, la propiedad territorial colabora en la explotación de la clase obrera por el capital en una fase del desarrollo capitalista en que éste no es capaz todavía de poner todas las condiciones de producción y, por lo mismo, tiene derecho a participar en la plusvalía extraída por el capital a la clase obrera y dicha participación no es un mero rezago feudal: la propiedad territorial recibe la renta absoluta por las tierras peores, porque tanto en éstas como en las mejores vela por los intereses del capital, prohibiendo su uso al trabajador directo. La propiedad territorial tiene derecho a integrar la fórmula trinitaria con el capital y el trabajo asalariado, más que como una mera encarnación de la ganancia extraordinaria agrícola, como ocurre en Ricardo. A medida que se desarrolla el                                                              55

Ibíd, Vol. I, p. 657.

 

56

Ibíd, Vol. I, p. 657- 658.

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régimen capitalista la función proletarizadora va perdiendo importancia, así como la renta y la gran propiedad. La renta se investiga respecto al producto agrícola principal en Europa, el trigo. La renta del suelo en ganadería, materias primas y otros alimentos se haya determinada por la renta de aquél. Es decir, se considera que los usos del suelo son sustituibles y que los precios de los productos secundarios deben ser lo suficientemente elevados para pagar la renta triguera. Las leyes de las rentas mineras o forestales coinciden en su esencia con la renta agrícola (57). La renta debe estudiarse teóricamente, es decir, libre de los aditamentos e interferencias que suelen encontrarse en las formaciones sociales concretas donde coexiste el modo de producción capitalista con otros más atrasados y donde actúan las clases sociales en el Estado. En primer lugar, debe distinguirse la renta que se paga por el uso del suelo como tal, en estado natural o de cultivo, de los intereses del capital invertido en la tierra. A este respecto deben distinguirse el capital de explotación, que es el necesario para adelantar el proceso normal de producción, como maquinaria, abonos, simiente, salarios, que siempre es desembolsado por el arrendatario, del capital en mejoras que se incorpora en forma más permanente a la tierra, como canales de desagüe, obras de irrigación, desmontes, edificios, etc.. Los intereses del capital en mejoras puede constituir una parte del canon de arrendamiento, pero no es la renta por el uso de la tierra como tal. Las inversiones temporales que conllevan el proceso normal de producción agrícola mejoran la tierra, acrecientan su producto y la convierten de mera materia en capital-tierra. Tales inversiones las realiza el arrendatario. También las inversiones en capital fijo son muchas veces aportaciones exclusivas del arrendatario. Pero, una vez amortizadas y vencido el contrato "las mejoras entran como accidente inseparable de la tierra misma en poder del terrateniente". El terrateniente recibe un "capital" que no le ha costado nada, de tal manera que los ingresos adicionales atribuibles a las mejoras no son interés, sino adición a la renta. (58) El proceso anterior se ve más claro en el uso de terrenos para edificación que son arrendados en Inglaterra. Una vez vencido el contrato el arrendatario debe entregar el edificio en buen estado, después de haber cubierto una renta excesiva. Esto demuestra: 1o.) que el interés y la amortización, del capital corresponden al capitalista y son distintos a la renta. 2o.) como, a la par de la tierra, el capital incorporado, a ella revierte en último término al terrateniente y como los intereses correspondientes pasan a incrementar la renta. (59).

                                                             57

Ibíd, Vol. III, p. 574.  Ibíd, Vol. III, pp. 577-578. 59 Ibíd, VoL III, pp. 579-580 58

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En otro sentido puede confundirse la renta con el interés, es el caso del capital invertido en comprar la tierra. Todo ingreso puede capitalizarse, es decir, considerarse como interés de un capital imaginario. Si la renta es de 2.000 y la tasa de interés anual es del 10%, dicha renta puede considerarse como el interés de 20.000; si el interés se reduce al 8% la misma renta corresponde a un capital imaginario de 25.000. Lo que se presenta como precio de la tierra es la renta capitalizada y es una categoría tan irracional como el precio del trabajo pues la tierra no es producto del trabajo y no puede tener un valor. El desconocimiento de la renta del suelo conduce a las ideas más absurdas, por ejemplo, en los países de vieja organización capitalista se considera la inversión en tierra como una inversión muy segura, por tanto puede rendir menos que la inversión a largo plazo, por ejemplo el comprador percibe el 8% en vez del 10%. Los apologistas de la propiedad tratan de justificar la renta diciendo que se invirtió dinero en comprarla, pero el capital dinero pasa del comprador al vendedor. Es un razonamiento circular porque se justifica la renta en la compraventa de tierras cuyo mercado se basa en la renta capitalizada, que presupone la renta en dinero y la propiedad en que se basa. De manera análoga se justificaría el sobretrabajo esclavo como los intereses del capital invertido en comprarlo. Es esencial investigar la renta del suelo libre de los aditamentos que la falsean y desfiguran y que sin embargo, aparecen como modalidades de su existencia. (60) Uno de los elementos extraños incrustados en la renta del suelo es el interés del capital incorporado a la tierra "que tiende a representar un aditamiento cada vez más considerable en el total de rentas del país a medida que avanza el desarrollo económico". Pero, prescindiendo del interés del capital incorporado a la tierra, ... cabe la posibilidad de que en el canon de arrendamiento entren, en parte y en ciertos casos en su totalidad, es decir con ausencia total de la verdadera renta del suelo... una deducción de la ganancia media, del salario normal o de ambos a la vez. Estas partes de la ganancia o del salario aparecen aquí bajo la forma de renta del suelo porque en vez de adjudicarse al capitalista industrial o al obrero asalariado como sería lo normal, se le pagan al terrateniente bajo la forma de canon de arrendamiento. Económicamente hablando ni una parte ni la otra constituye una verdadera renta del suelo; pero, prácticamente constituyen una renta del propietario de la tierra... (61)

Entre los casos de deducción en la ganancia media están, de un lado, pequeños capitalistas que no disponen de capital sino para invertir en la agricultura, de otra parte arriendos precapitalistas en los que la renta absorbe todo el plustrabajo, y finalmente, deducción de parte de la ganancia media a todos los arrendatarios por el poder estatal de los terratenientes, como con las leyes anticerealistas en Inglaterra de 1815 a 1846.

                                                             60 61

Ibíd, Vol. III, p. 582. Ibíd, Vol. III, p. 583 (subrayados nuestros).

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Pero un hecho mucho más general e importante es el que consiste en la deducción del salario de los verdaderos obreros agrícolas por debajo de su nivel normal; por medio del cual se sustrae al obrero una parte de su salario para convertirla en parte integrante del canon de arrendamiento, adjudicándosela al terrateniente en vez de al obrero, bajo la 62 máscara de renta del suelo. ( )

Los arrendatarios ingleses sostenían en 1814 y 1815 que la elevación de los jornales agrícolas al nivel normal de la industria los arruinaría si no bajaban las rentas, lo que muestra que parte de éstas escondían deducciones del salario. Cuando los jornales agrícolas subían los arrendatarios mecanizaban. La renta tiende a confundirse con el trabajo y el producto agrícola sobrantes porque la plusvalía presupone cierta productividad del trabajo agrícola, es decir, es necesario que los trabajadores agrícolas produzcan en su jornada de trabajo no sólo para cubrir sus necesidades sino todos los alimentos y materias primas para la sociedad. Pero esto no explica la renta corresponddiente a una agricultura capitalista, que está representada por el remanente de plusvalía una vez deducida la ganancia media de capital y debe asumir la forma monetaria. Es completamente inadecuado hablar de la renta como plusproducto, porque el capitalista tiene que hacer sus gastos en dinero y obtener la ganancia media, y el terrateniente comprar los bienes de lujo, que están representados por una parte específica del trabajo social. Tres errores deben evitarse al estudiar la renta: Primero: Confundirla con formas de renta correspondientes a otros regímenes de producción, pues en todos ellos la renta se basa en el monopolio de ciertas porciones del planeta por ciertos individuos. Esto es así en la esclavitud, en la servidumbre del feudalismo y en la agricultura capitalista. Segundo: Explicar la renta por las condiciones de existencia de la plusvalía, que son: una suficiente productividad del trabajo agrícola, una jornada de trabajo mayor que el trabajo necesario y en cuanto a la realización de la plusvalía que el trabajo social se distribuya en ramas según las necesidades sociales. Tercero: Considerar como específico de la renta el desarrollo del mercado agrícola. El desarrollo de éste es al tiempo desarrollo del mercado industrial, pues a partir de la explotación agrícola artesanal se van desglosando ramas productivas formando recíprocamente su mercado. Desarrollo del mercado agrícola es desarrollo del mercado industrial. Se considera que el crecimiento industrial lleva aparejada una creciente demanda de productos agrícolas y usos no agrícolas del suelo que obliga a utilizar tierras progresivamente improductivas haciendo crecer el valor agrícola y la renta diferencial. Pero lo característico de la renta correspondiente a una agricultura capitalista es que la forma específica de propiedad y la competencia del capital por la ganancia media hace crecer la renta,                                                              62

Ibíd, Vol. III pp. 584-585.

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sin que ella implique precios al alza y cuota de ganancia a la baja pues es compatible con precios constantes y descendentes.

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CAPÍTULO III

LA RENTA DIFERENCIAL

GENERALIDADES Ricardo investiga la renta agrícola en estricto sentido, a la que considera como la parte del producto de la tierra pagada al terrateniente por el uso de las fuerzas "originales e indestructibles" de la tierra. A lo que replica Marx advirtiendo que no existen fuerzas "indestructibles" ni tampoco "originales" pues dichas fuerzas son producto de un proceso histórico natural. Para Marx se paga renta por el uso de objetos naturales, ...ya recaiga este uso sobre las fuerzas 'originales' de la tierra, sobre la fuerza de gravedad de un salto de agua, sobre un terreno para construir o ya se refiera a tesoros escondidos en el agua o en las entrañas de la tierra (63)

Marx considera que la renta por el uso de objetos naturales se rige por las mismas leyes. En el caso en que se trate de otros usos posibles de las tierras trigueras, como ganadería, bosques artificiales, terrenos para construcción, etc. el precio de los productos debe ser tal que permita pagar la renta triguera, además del costo de producción de la rama, sigue pues el criterio de Adam Smith. Cuando Ricardo se refiere a los bosques naturales y las minas cae en graves contradicciones con la teoría del valor. Dice refiriéndose a los primeros: ¿No es evidente que quien paga lo que Adam Smith llama renta lo paga con vistas a la mercancía valorable existente en la tierra, de la que se reembolsa con una ganancia, mediante la venta de la madera? (64)

En este caso no habría renta pues la compensación no se paga por el "uso de fuerzas originales e indestructibles de la tierra", sino que constituye el pago de la "mercancía valorable existente en la tierra". Es decir, se paga por algo que no tiene un valor, pues no se ha invertido trabajo en él, y ni siquiera por un valor de uso, pues todavía no se ha extraído.

El mismo argumento lo aplica a las minas y canteras:

                                                             63

Marx, Karl. Historia critica de la teoría de la plusvalía. La Habana, Editorial Venceremos, 1971. Vol. I. p. 436. 64 David Ricardo, citado por Marx: Ibíd, Vol. I, p. 437.

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La compensación abonada por la mina o la cantera se paga por el valor del carbón o de la piedra que pueden extraerse de ellas y no guarda relación alguna con las fuerzas originales e indestructibles de la tierra (65)

Con el fin de ilustrar el carácter general de la teoría de la renta Marx elabora un ejemplo en que una parte de las fábricas del país usan como fuerza motriz los saltos naturales de agua y la generalidad de ellas las máquinas de vapor. (66) En su análisis parte Marx del supuesto general de que los productos que pagan renta se venden en promedio a sus precios de producción, es decir, que el precio de venta medio coincide con la suma del precio del costo más la ganancia media. Este precio de producción no es el precio individual de cada capitalista sino el del grueso de capitalistas que tienen acceso a las condiciones normales de la rama productiva, sin ventajas especiales. ¿De dónde puede surgir así la renta? De la ganancia extraordinaria normal surgida de la diferencia entre el precio individual de los capitalistas privilegiados y el precio general de producción que rige el precio de venta de la rama. ¿Por qué empieza Marx abstrayendo la renta absoluta y considerando sólo la renta diferencial si ésta es una de las principales críticas suyas a Ricardo? De un lado, por simplificar el análisis ya que él sabe, y lo demostrará al comienzo del capítulo sobre la renta absoluta, que la existencia de ésta no afecta las leyes de la renta diferencial. Y, de otra parte, porque la interposición de la propiedad territorial en la renta diferencial surgida de inversiones sucesivas de capital conduce a la renta absoluta. Considérese que el precio de costo de los capitalistas privilegiados con saltos de agua es 90 y de los que tienen acceso a las condiciones normales de la rama y producen con máquinas de vapor 100. Si la cuota general de ganancia es de 15%, el precio de producción individual de los primeros es 103.5 y de los segundos 115. El precio medio general de venta de todos los capitalistas es 115. Trátese, en realidad, del precio de producción de mercado, del precio comercial independiente de sus fluctuaciones. La naturaleza de valor de las mercancías se revela, en efecto, bajo la forma de precio comercial, y aún más, bajo la forma de precio comercial regulador o precio comercial de producción... en que se determina, no por el tiempo individualmente necesario para producir una determinada cantidad de mercancías, sino por el tiempo de trabajo necesario para crear, bajo el promedio dado de condiciones sociales de producción, el total socialmente necesario de las distintas clases de mercancías que figuran en el mercado. (67)

Se trata, entonces, del precio de producción accesible a cualquier nuevo capitalista que entre a la rama que tiene a su disposición las condiciones normales de producción, no las excepcionales.

                                                             65

David Ricardo, citado por Marx: Ibíd Marx. Karl. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III, p. 596.  67 Ibíd. 66

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Si todas las mercancías de la rama productiva se venden por el precio general de 115 los capitalistas privilegiados que la producen a un precio individual de 103.5 obtienen una ganancia extraordinaria de 11.5 (115 - 103.5) La ganancia extraordinaria anterior está en el mismo plano de toda ganancia extraordinaria normal que no es resultado de fluctuaciones fortuitas del precio de mercado respecto al precio de producción, sino de la diferencia entre el precio general y el precio individual de producción. Sus límites dependen entonces de los precios de costo y de la magnitud de la cuota media de ganancia. La ganancia extraordinaria no surge del salto de agua, que sólo representa su base natural. Dada ésta, el valor y el precio de costo de las mercancías producidas con fuerza hidráulica es menor que con máquinas de vapor porque en las primeras se invierte menos trabajo vivo y materializado para una masa dada de mercancías ya que no hay que comprar el carbón ni la caldera ni pagar salario a los obreros que la manejan. Pero, dado el precio de costo individual de estos productores, la magnitud de la diferencia con las máquinas de vapor, que regulan el precio de costo general, no depende de la fuerza natural del salto de agua sino del nivel social de las fuerzas productivas, de las que dependen el valor de la caldera y el carbón; así, las mejoras en la industria productora de calderas y en la minería del carbón podrían reducir el precio de costo general a 95 lo que haría bajar el precio general de producción de 115 a 109,25 y la ganancia extraordinaria de 11.5 a 5.75. Cuando cambia la cuota general de ganancia también varía la ganancia extraordinaria; por ejemplo, si la primera pasa del 15% al 10%, el precio individual con saltos de agua es de 99 y el general con vapor 110 y la ganancia, extraordinaria 11 en vez de 11.5. Hasta aquí la ganancia extraordinaria de los capitalistas que usan saltos de agua coincide con cualquier ganancia extraordinaria normal que no procede de diferencias entre el precio de mercado y el precio de producción; ¿cuál es la diferencia? Se debe empezar señalando que la ganancia excedente procede en el presente caso del uso de una fuerza natural, de la fuerza motriz de un salto de agua, creada por la naturaleza, que no es producto del trabajo como el carbón utilizado para convertir el agua en vapor, que tiene un valor y debe ser pagada por un equivalente. Pero el fabricante que emplea máquinas de vapor utiliza y se beneficia de fuerzas naturales que no le cuestan nada y que hacen más productivo el trabajo: el capitalista compra el carbón y la caldera pero no la energía liberada por la transformación del agua en vapor y la siguiente elevación de la capacidad productiva del trabajo; el valor y precio de producción de los medios de producción suele ser inferior al trabajo que sustituyen en el proceso productivo donde se emplean. La mayor capacidad productiva del trabajo, derivada del empleo del vapor, es adquirida por el capitalista medio cuando compra sus medios de producción, por lo tanto, la mayor productividad es monopolizada por el conjunto del capital: crece la parte del valor agregado por el obrero que se convierte en plusvalía a costa de la 41   

que repone el salario, lo que puede elevar la ganancia media, pero no produce una ganancia extraordinaria que representa un excedente de la ganancia individual de ciertos capitales respecto a la ganancia media. Por consiguiente, la ganancia extraordinaria de los capitalistas que utilizan saltos de agua no puede provenir exclusivamente de la mayor capacidad productiva del trabajo derivada del empleo de fuerzas naturales por el capital. La ganancia excedente usual en la industria procede, de un lado, de la utilización de más capital que el promedio en la rama productiva, lo que permite disminuir los falsos gastos de producción (almacenamiento, administración, etc.), utilizar mejor los locales, motores centrales y mecanismos de transmisión, actuar más ampliamente la cooperación y la división del trabajo y aprovechar los desechos industriales. Y, de otra parte, de la utilización de mejores métodos de producción y medios de producción más perfeccionados, lo que tiende a traducirse en una elevación en la composición técnica del capital para el capitalista individual: ...La disminución del precio de costo y la consiguiente ganancia extraordinaria responde, aquí, al modo como se invierte el capital en funciones. No nacen ni del hecho de que el capital se concentre en una mano en proporciones excepcionalmente grandes, circunstancia que queda neutralizada tan pronto como se empleen por término medio masas igualmente grandes del capital, ni al hecho de que a un capital de determinada magnitud funcione de algún modo especialmente productivo, circunstancia que desaparece tan pronto como este método excepcional de producción se generalice... La causa de la ganancia extraordinaria reside, pues, aquí, en el capital mismo... sin que de por sí haya nada que se oponga a que todo el capital empleado en la misma rama de producción se invierta del mismo modo. La competencia entre los capitales tiende por el contrario a ir borrando esas diferencias; la determinación del valor por el tiempo de trabajo socialmente necesario se impone en el abaratamiento de las mercancías y en obligación de producirlas en condiciones igualmente favorables... (68)

La ganancia excedente en que se basa la renta surge de la productividad excepcional del trabajo para ciertos capitales que utilizan una fuerza natural monopolizable y monopolizada, unida a la imposición de un precio de producción comercial único para la rama: Nace de la mayor capacidad productiva del trabajo, unida al empleo de una fuerza natural pero no …que se halle a disposición de todos los capitales invertidos en la misma rama de la producción... trátese de una fuerza natural monopolizable que, como los saltos de agua, sólo se halle a disposición de quienes pueden disponer de determinadas porciones del planeta... los fabricantes que poseen saltos de agua excluyen a quienes no los poseen del empleo de esta fuerza natural, porque el suelo y más aún, el suelo dotado de saltos de agua, es limitado... (69)

Características de esta forma de renta:

                                                             68 69

Ibíd. Vol. III, pp. 599-600 (subrayados nuestros).  Ibíd. Vol. III, p. 600. 

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Primero: Es renta diferencial pues no determina el precio de la mercancía sino que presupone el precio general de producción. Segundo.: Esta renta no surge de la mayor productividad del trabajo controlado por el capital, sino de la mayor productividad de ciertos capitales invertidos en condiciones excepcionales. Tercero. La fuerza natural no es la causa de que brota la ganancia extraordinaria sino su base natural ...Del mismo modo que el valor de uso es siempre exponente del valor de cambio, pero no es su causa... (70)

si los valores no se nivelasen en precios de producción y los precios individuales de producción en un precio general de producción la mayor productividad de quienes poseen saltos de agua haría bajar el valor de sus mercancías en lugar de rendirles una ganancia extraordinaria. Debe señalarse así mismo que la magnitud de ganancia extraordinaria y su propia existencia dependen de las condiciones generales de producción que determinan la diferencia en los precios de costo y la magnitud de la cuota general de ganancia. Cuarto: La propiedad territorial no tiene que ver con la creación de esta ganancia extraordinaria pues ella existiría aunque los terrenos fueran libres, lo que hace la propiedad es transformar la ganancia extraordinaria de ingreso de capital en renta del suelo (71). Quinto. El precio del salto de agua es la renta capitalizada a la tasa de interés normal.

                                                             70

Ibíd. Vol. III, p. 402.

 

71

Esto en cuanto a la renta diferencial I, porque en la renta diferencial II la propiedad si interviene como veremos más adelante.  

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CAPÍTULO IV

PRIMERA FORMA DE LA RENTA DIFERENCIAL

RENTA DIFERENCIAL I La renta diferencial puede producirse por la inversión de capitales iguales en superficies iguales de tierra de distinta calidad, como renta diferencial I, o realizando inversiones sucesivas de capital en la misma tierra, como renta diferencial II. Los factores generales de la renta diferencial, independientes del capital, son la fertilidad natural de la tierra y su situación. Ricardo parte, en la exposición de su teoría, de unas condiciones en que las tierras fértiles son superabundantes respecto al capital y la población de un país recién colonizado, razón por la cual se cultivan primero dichas tierras y no existe renta. A medida que se desarrollan el capital y la población es necesario ir incorporando tierras menos fértiles, que regulan el precio, haciendo surgir renta en las tierras más fértiles cuyo precio individual es menor. Marx señala que en los países modernamente colonizados el factor decisivo es la situación, y si se escogen primero las tierras más fértiles es entre las disponibles dentro de las tierras mejor situadas, pudiéndose cultivar después tierras más fértiles pero peor situadas: El factor primordial decisivo para ellas [ los colonos ] es la situación de las tierras, su proximidad al mar, a los grandes ríos, etc. Cualquiera que fuese la fertilidad de las tierras del occidente de los Estados Unidos, los colonos prefirieron, naturalmente, establecerse en la Nueva Inglaterra, en Pensilvania, en la Carolina del Norte, en Virginia, etc.; en una palabra en las costas orientales del Océano Atlántico. Y si es cierto que buscaban las tierras más fértiles, las buscaban sólo en estas regiones. Lo cual no les impidió cultivar más tarde las tierras más fértiles del occidente, tan pronto como el crecimiento de la población, la existencia de capital, el desarrollo de los medios de comunicación, la creación de ciudades, etc., hicieran asequibles las tierras más productivas de aquellas lejanas regiones... (72)

Ricardo, dándose cuenta de la debilidad de su argumento, agrega a la fertilidad la mejor situación: Las tierras más fértiles y mejor situadas son las que primero se cultivan (73).

                                                             72

Marx, Karl. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. La Habana, Editorial Venceremos, 1971. Vol. I, p. 476.  73 David Ricardo, citado por Marx: Ibíd, Vol. I, p. 476. 

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Cae así en el absurdo de que las tierras por azar mejor situadas respecto a la metrópoli sean al mismo tiempo las más fértiles, en un país en gran parte inexplorado. …Se trata, pues, de meter de contrabando la hipótesis de la línea descendente, el tránsito de las tierras más fértiles a las menos fértiles... (74)

Tierras más fértiles en regiones mal situadas pueden encontrar compensada su mayor fertilidad con su peor situación. Esto posibilita el paso del cultivo de tierras relativamente poco fértiles pero bien situadas a otras más fértiles pero peor situadas, porque la situación es un factor que cambia históricamente, con el desarrollo económico, el crecimiento de la población, la apertura de vías, la creación de nuevas ciudades, etc. La compensación de la situación permite que las tierras más fértiles vayan imponiendo su calidad frente a otras menos fértiles mejor situadas y pasen así de regular el precio a dar renta (75). La preferencia de las tierras mejor situadas en la ocupación de nuevos territorios y la compensación del factor situación con el desarrollo económico y de los mercados, pueden explicar el tránsito histórico de tierras menos fértiles a más fértiles, en contradicción con el proceso descendente en el proceso de apropiación de las tierras, de tierras mejores a tierras peores postulado por Ricardo. Se dice: causas independientes del capital porque, de un lado, las inversiones en mejoras permanentes de la tierra pueden producir diferencias en tierras de igual fertilidad natural, que revierten al terrateniente gratuitamente al concluir el contrato de arriendo y pueden incrementar su renta. De otra parte, las diferentes magnitudes de capital de explotación de los arrendatarios pueden originar diferencias de rendimiento en tierras de igual calidad, a través de la renta diferencial II. Debe señalarse así mismo que en las formaciones sociales concretas pueden existir circunstancias en las cuales se presentan cánones de arriendo diferenciales sin existir renta. Así, cuando los impuestos se pagan localmente, donde ellos son más bajos la diferencia respecto a los lugares en que son más altos se convierten en canon de arriendo. También el diverso grado de desarrollo agrícola dentro de un país en el cual coexisten formas de producción precapitalistas y capitalistas: los productores precapitalistas suministran una parte elevada del producto agrícola con una baja productividad, determinando un precio medio comercial alto. Los productores capitalistas, con un rendimiento superior y un precio individual menor, obtienen a aquel precio una ganancia extraordinaria. El factor situación es decisivo en el orden de cultivo de tierras en países nuevos. Pero, Marx estudia los viejos países de Europa donde las tierras están efectivamente apropiadas y existe un desarrollo considerable de los mercados, la                                                              74

Ibíd.

 

75

Ibíd. Vol. I, pp. 476-477.

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población y las comunicaciones. Por tal razón Marx abstrae la situación y estudia la renta respecto a la fertilidad diferencial. Marx se refiere a la fertilidad natural-económica o fertilidad efectiva de la tierra; es decir, se trata de la fertilidad natural-social de la tierra, no de "... las fuerzas originales e indestructibles de la tierra..." como considera Ricardo. De un lado, la fertilidad natural es un producto social ya que el continuo cultivo de la tierra la convierte de tierra-materia en tierra-capital y las inversiones en mejoras permanentes agregan nuevas cualidades a suelos inferiores elevando su fertilidad natural. Y, de otra parte, la fertilidad efectiva hace relación al aprovechamiento verdaderamente conseguido de las cualidades naturales en una época y país determinado, lo que depende del desarrollo biológico, químico y mecánico de la agricultura. Es decir, se hace referencia a una fase determinada del desarrollo agrícola en un país dado y a una cierta inversión de capital de explotación por unidad de superficie; lo anterior permite determinar las fertilidades diferenciales de las tierras. El desarrollo de la tecnología agrícola es otro factor importante que incide en el orden histórico de cultivo de las tierras pues el progreso tecnológico permite que tierras que antes eran de mala calidad se conviertan en tierras buenas, que se cultiven después de tierras inferiores en la actualidad. La introducción de medios químicos (por ejemplo, el empleo de determinados abonos fluidos en tierra arcillosa y rígida o el quemado de la tierra arcillosa y pesada) o de recursos mecánicos (por ejemplo, de arados especiales para tierras pesadas) pueden eliminar los obstáculos que en la práctica esterilizan tierras de fertilidad igual... También el orden en que se cultivan las distintas clases de tierras puede cambiar por el empleo de estos recursos, como ocurrió por ejemplo durante un período de desarrollo de la agricultura inglesa entre las tierras arenosas y ligeras y las tierras arcillosas pesadas...

Más adelante observa Marx: Con el desarrollo de las ciencias naturales y de la agronomía cambia también la fertilidad de la tierra... Gracias a ello se han colocado en primer rango, no hace mucho en Francia y en los condados del Este de Inglaterra, ciertas clases ligeras de tierras que antes estaban consideradas de mala calidad. (76)

Así mismo, se pueden sustraer las buenas tierras del cultivo por factores institucionales: En todos los viejos países civilizados se dan antiguas condiciones históricas y tradicionales, por ejemplo, en forma de terrenos del Estado, de terrenos comunales, etc., que sustraen al cultivo, por causas puramente fortuitas, grandes extensiones de tierra, hasta que poco a poco van incorporándose a la agricultura. El orden por el que se incorporan al cultivo no depende ni de su calidad ni de su situación, sino de factores completamente externos. A la luz de la historia de los terrenos comunales ingleses, que nos enseña como los Enclosure Bills [ Leyes de Cercamiento ], van convirtiéndose poco a poco en propiedad privada y abriéndose al cultivo... El factor decisivo aquí es la ocasión,

                                                             76

Marx, Karl. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III, pp. 606, 714.

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que hace al ladrón; los pretextos jurídicos más o menos plausibles de los grandes terratenientes para usurparlos" (77)

En resumen, el orden histórico de cultivo de las tierras según su fertilidad depende de la situación del desarrollo de la tecnología agrícola y de factores institucionales. Dados estos factores, la renta puede formarse igual de las tierras mejores a las peores o a la inversa. Considérese que como resultado de la inversión de capital en la agricultura se termine con cuatro capitales de 2,5 libras esterlinas invertidos en tierras A, B, C y D, de distinta fertilidad, que rinden respectivamente 1, 2, 3 y 4 quarters de trigo. La cuota media de ganancia es 20% y la ganancia media 0.5 libras. Por tanto, el costo de producción es de 3, de los cuales 2,5 de capital y 0,5 de ganancia media. El precio de producción individual resulta de dividir el costo de producción por el rendimiento de cada tierra. En cambio el precio de producción comercial o social de la rama es igual para todos los productores, cualquiera que sea su productividad, pues todos producen la misma mercancía y coincide con el precio individual del productor más improductivo pero necesario para satisfacer la demanda. La renta resulta de confrontar el costo de producción con el precio de producción comercial del rendimiento total obtenido en cada clase de tierra. Tabla No. 1. DESARROLLO DE LA RENTA DIFERENCIAL I

 

El orden descendente de las tierras mejores a las peores: se inicia la producción en D con un precio individual y general de 0.75 (3 ÷ 4) sin renta. Si la demanda aumenta, haciendo necesario el cultivo de un acre de C, el precio general debe subir a 1 libra (3 ÷ 3) y se produce una renta de 1 en D (4 x 1 - 3). Aumentos sucesivos de la demanda que hagan necesario cultivar A, elevan el precio de producción general a 3 libras y las rentas a 3 en B, 6 en C y 9 en D. Este proceso supone cuota media de ganancia a la baja, pues aumenta el precio de las subsistencias y el costo de producción de la fuerza de trabajo y baja la plusvalía.                                                              77

Ibíd. p. 714.

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Orden ascendente, de las tierras peores a las mejores: se inicia la producción en A, con un precio de producción de 3 libras esterlinas. Si el aumento de la demanda obliga a roturar la tierra B y el mercado puede absorber 3 quarters a 3 libras, éste seguirá siendo el precio general de producción de la rama; mientras el precio individual de B es de 1.5, lo que permite una renta de 3 (2 x 3 - 3). Si la demanda aumenta a 10 quarters y el quarter producido en A es necesario para satisfacer la demanda, el precio general sigue siendo 3, igual al individual de A; el precio individual baja hasta 0.75 en D y se producen rentas de 3 en B, 6 en C y 9 en D. El precio de producción y la cuota media de ganancia permanecen constantes en este proceso. Si se considera que al mismo tiempo que se forma la renta crece la productividad de tal manera que 2.5 libras de capital rindan 2 quarters en A, 4 en B, 6 en C y 8 en D; en este caso el precio general regulado en A baja de 3 a 1.5 (3 ÷2) y los precios individuales a 1.5 en A, 0.75 en B, 0.5 en C y 0.375 en D. Las rentas seguirán siendo 3 en B, 6 en C y 9 en D con un precio rebajado a la mitad, porque la masa de mercancías en que se materializa la renta se duplica. Este proceso es con precios descendentes y cuota de ganancia al alza pese a lo cual igualmente se forma la renta. En resumen, la renta diferencial puede formarse por el cultivo de tierras cada vez menos fértiles, de tierras peores a mejores o con aumento simultáneo de la productividad; por lo tanto con precios agrícolas y cuotas de ganancia descendentes, constantes o ascendentes. Lo único que requiere el surgimiento de renta es que el capital total agrícola (o minero) se invierta en distintas condiciones de productividad y que las mercancías de una misma clase se vendan al precio general de producción. Esto muestra claramente que la formación de la renta diferencial no implica el cultivo de tierras progresivamente peores, precios agrícolas crecientes y, a causa de éstos, tendencia descendente de la cuota media de ganancia como sostienen Ricardo, West y Malthus. Queda en pie, sin embargo, el hecho de que la ganancia media es menor con renta a la que predominaría en los casos de que sólo se cultivasen tierras fértiles o se impusiera en la agricultura el precio de producción promedio en lugar del de la tierra peor. Por supuesto que es distinto decir que la cuota de ganancia es menor de la que regiría si se regulase el precio agrícola de otro modo, a afirmar que la formación de la renta implica cultivar tierras cada vez peores, con precios ascendentes y cuota media de ganancia decreciente. La renta total agrícola puede aumentar con precios constantes por el crecimiento meramente extensivo del capital en la agricultura, a través de la vinculación de nuevas superficies con una inversión por unidad de superficie invariable. Así, si en lugar de 1 acre de cada tipo de tierra se cultivan 2, el precio de 3 libras regulado en A no cambia, y las rentas van a pasar de 3 ( 3 x 2 - 3 ) a 6(3 x 4 - 6) en B, de 6 a 12 en C, de 9 a 18 en D y de 18 a 36 libras en total. La magnitud del crecimiento de la renta total depende de la distribución del capital agrícola en tierras de distinta calidad, a mayor proporción de éste en tierras fértiles más crecimiento de la renta: así, si de cultivar 1 acre de cada tierra se pasa a 48   

cultivar 4 acres de A, 4 de B, 2 de C y 2 de D, el capital agrícola aumenta 200% y la renta sólo en un 133.3%, de 18 a 42 libras. Mientras si el capital agrícola se reparte en 1 acre de A, 2 de B, 5 de C y 4 de D, con un aumento total del mismo 200%, de 10 a 30 libras; la renta total se eleva en un 300%, de 18 a 72 libras (78). La cuantía media de la renta es la renta total respecto a la superficie cultivada y puede variar sin que lo haga el precio ni la renta por tipos de tierra con el simple cambio de la distribución del capital total agrícola por tipos de tierra. Si el capital total agrícola se duplica, de 10 a 20 libras, sin variar su distribución, es decir, se cultivaba 1 acre de las distintas tierras y ahora se cultivan 2, entonces, la cuantía de renta media no cambia, Rs = 4.5 = 18 ÷ 4 = 36 ÷ 8. Mientras, si el capital total se triplica, de 10 a 30 libras, pero la mayor parte se invierte en A y B, la renta pasa de 18 a 42 libras al tiempo que la superficie cultivada cambia de 4 a 12 acres; por tanto, la renta media por acre pasa de 4.5 libras a 3.5. Finalmente, si la mayor proporción de nuevo capital se invierte en tierras buenas, el capital se triplica, la renta pasa de 18 a 72 libras, la superficie de 4 a 12 acres y la cuantía media de la renta de 4.5 libras por acre a 6. El aumento en la cuantía media de renta no supone cambios en el precio de la tierra, que depende de los cambios de cuantía de renta por tipos de tierra. La cuota media de renta es la renta medida respecto al capital invertido en la agricultura. Este puede variar también con la distribución del capital total en la superficie cultivada, sin cambiar los precios agrícolas ni las rentas por tipos de tierra: en el primer caso, la cuota media de renta es 180% = (18 ÷ 10)100; cuando el capital se duplica sin variar su distribución no cambia; en el tercer caso, baja al 140%, y en el último sube al 240% = (72 ÷ 30) 100. La inclusión del factor situación no es difícil. Basta considerar que el precio de producción comercial en el mercado de consumo debe ser suficiente para cubrir el costo de producción más el costo de transporte de la tierra más alejada; las tierras más próximas al mercado tienen un precio individual menor y rinden una renta. Sean 4 tierras de calidad A, a 5; 10; 20 y 40 millas del mercado, que con 2.5 libras de capital y 0.5 de ganancia media, es decir 3 libras de costo de producción, rinden 1 quarter de producto; dichas tierras se distinguen por un subíndice según su distancia al mercado. El costo de transporte del producto es 0.5 chelines por milla (79). (Véase Tabla No. 2). El precio individual en el mercado crece a medida que la tierra está más alejada del mismo. El precio de producción comercial regulador de todo el producto debe aumentar hasta el precio individual de la tierra más alejada A0, para que ella pueda cultivarse. A tal precio, las tierras A1, A2 y A3, más cercanas, dan respectivamente 0.5, 0.75 y 0.875 libras dé renta.

                                                             78

Para el cálculo de la renta de cada tipo de tierra basta multiplicar la renta por acre de la tabla No. 1 por el número de acres. 79  1 Libra esterlina = 20 Chelines. 

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Tabla No. 2 RENTA DIFERENCIAL POR SITUACION

El crecimiento de la población y la producción tienden a aumentar la renta por situación obligando a recurrir a tierras más alejadas. Al contrario, la formación de mercados locales y el mejoramiento de los sistemas de transporte tienden a reducirla. La fertilidad y la situación pueden obrar en sentido contrario compensándose. Conclusiones en nuestro estudio de la renta diferencial I: Primero. La renta diferencial puede presentarse igualmente con el cultivo de tierras progresivamente menos fértiles, de las tierras peores a las mejores o con una mejora simultánea de la productividad. La única condición de la renta diferencial es la inversión del capital total agrícola en distintas condiciones de productividad y la existencia de un precio de producción comercial único que coincide con el de la inversión más improductiva. De ahí que la renta diferencial puede formarse con precios agrícolas crecientes, constantes o decrecientes y cuota media de ganancia descendente, constante o ascendente. La renta también puede crecer por el aumento extensivo de capital en la agricultura con la incorporación de tierras iguales y precios agrícolas constantes. Queda así refutado el punto de vista de Ricardo, West y Malthus de que la formación de la renta diferencial implica el cultivo de tierras progresivamente menos fértiles, con precios agrícolas al alza y cuota media de ganancia descendente. Segundo. El precio de las tierras no cultivadas es igual al de las cultivadas de similar fertilidad y situación, menos los gastos de roturación. Esto es así porque en ambos casos el precio de la tierra expresa la propiedad como fuente de rentas futuras. Tercero. El precio general de producción coincide con el de las tierras menos fértiles bajo cultivo, no con el promedio del capital invertido en la agricultura, como en la industria fabril. Esto surge de que el capital agrícola se invierte en la tierra, 50   

que es un bien natural, heterogéneo, limitado y no reproducible por el capital, por tanto, monopolizable por quienes invierten en ella o por la propiedad territorial. Como las tierras mejores no están al acceso de todos, los que se ven obligados a cultivar las tierras menos fértiles o peor situadas sólo pueden hacerlo al precio de éstas y no al promedio. Ahora bien, ¿qué constituye la renta? Para Marx la diferencia entre el precio en las tierras peores y el precio promedio agrícola representaría un falso valor social. En el ejemplo del cuadro No. 1 tendríamos: un precio promedio de 1.2 libras (12 ÷ 10), un precio de producción comercial de 3 libras; igual al individual de A, y con excedente del segundo sobre el primero de 1.8 libras por quárter; respecto a 10 quárter de producto total son 18 libras de renta. Según él, la competencia de capitales, cuando se invierten en un medio de producción natural monopolizable, crea un falso valor social, la renta diferencial: se cambian 12 libras de trabajo agrícola por 30 de trabajo de los sectores no agrícolas. Ricardo considera, en cambio, que la renta diferencial representa una deducción de la ganancia media del capital agrícola e industrial; su punto de vista es correcto. Mientras el "falso valor social" de Marx parece derivarse de un ejemplo numérico mal concebido. Tiene razón Armando Bartra cuando dice: La renta diferencial constituye una participación en la plusvalía total que reduce la cuota media de ganancia (80).

Ilustremos lo dicho con un ejemplo. De un capital social de 100 se invierten 70 en la industria, con composición de 42C + 28V, y 30 en tres capitales de 10 en la agricultura, con composición 5C + 5V. Estos rinden 10 unidades de producto en la tierra A, 12 en B y 14 en C. La cuota de plusvalía es 100% y la plusvalía total 43. La cuota media de ganancia inicial es 43% (43 ÷ 100) 100. Al final, la cuota media de ganancia es del 34.9% y la cuota de renta diferencial del 8.1%. El punto en que hay acuerdo entre Ricardo y Marx es el de la existencia de la renta diferencial independientemente de la propiedad territorial. El primero considera que si no hubiera terratenientes los arrendatarios capitalistas vivirían como señores mediante la renta. Para Marx la renta diferencial surgiría lo mismo en tierras libres, con propietarios territoriales y en tierras nacionalizadas por el Estado burgués. La competencia de capitales invertidos en distintas condiciones de productividad impone el precio de la tierra peor, creando la ganancia extraordinaria, que puede transformarse en renta diferencial de la propiedad territorial o mantenerse como ingreso extraordinario de la burguesía agraria. Algunos autores, que han escrito recientemente sobre la renta, como Pierre Philippe Rey, Samir Amin, Roger Bartra y Michel Gutelman, consideran que la renta es una supervivencia feudal en las formaciones sociales dominadas por el modo de producción capitalista. A esto responde Armando Bartra señalando que la renta diferencial es, en cuanto a su base, la ganancia extraordinaria, producto                                                              80

Bartra, Armando. "La renta capitalista de la tierra". Cuadernos Agrarios. México, 1979. p.69.

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de la competencia del capital invertido en un medio de producción natural escaso y monopolizable. La propiedad territorial es la materialización de este ingreso creado por el capital: ...en estas superganancias radica la condición de posibilidad de los terratenientes, no sólo como clase heredada del pasado... sino como producto y resultado natural que adopta la apropiación de la tierra en el modo de producción capitalista (81).

Más adelante anota: No se trata de que el modo de producción capitalista se adapte a la existencia del monopolio jurídico [de la propiedad], se trata de que su propia operación en la agricultura hace posible que este monopolio exista y se valorice... (82).

La renta diferencial en cuanto renta I, es decir la asociada a la inversión de capital total en tierras de distinta calidad en base a un determinado capital por unidad de superficie, es un producto de la competencia de capital. La propiedad territorial, en cuanto materialización de la ganancia extraordinaria agrícola como renta diferencial, nace del capital. En este punto de vista ricardiano coinciden Ricardo, Marx y Armando Bartra. La renta diferencial II, producto de inversiones sucesivas de capital en la misma tierra, tiende, en cambio, a negar la ganancia extraordinaria agrícola, reduciendo el precio agrícola, a través del desplazamiento de las tierras menos fértiles y peor situadas y directamente, transformando la ganancia extraordinaria en ganancia media. Por tanto, la existencia de la renta diferencial, en base a una inversión intensiva de capital supone la propiedad territorial como veremos en los capítulos VI y VII. Armando Bartra considera que la renta absoluta es diferencial respecto al costo de producción en las tierras menos fértiles que las peores cultivadas o al costo de producción de las inversiones adicionales en las tierras más fértiles; por tanto, niega la renta absoluta (83). Este autor, que pretende desarrollar la teoría marxista, cae por caminos tortuosos al campo ricardiano.

                                                             81 82

Ibíd, p. 62.  Ibíd, p.63.

 

83

Ibíd, pp. 105, 107.

 

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CAPÍTULO V

INVERSIONES EN MEJORAS PERMANENTES DE LA TIERRA

Y RENTA DIFERENCIAL I Para empezar es necesario distinguir al capital de explotación del capital en mejoras permanentes. El capital involucrado por los procesos normales de producción es el capital de explotación, que se incorpora en forma transitoria a la tierra, como el capital variable, los abonos, el ganado, la maquinaria, etc. El capitalista después de cada ciclo de producción recupera en el precio de las mercancías las partes de este capital consumido en la producción. De otro lado está una parte del capital fijo que se incorpora en forma más permanente a la tierra, como los canales de desagüe, obras de irrigación, roturación, cultivos permanentes, edificios de explotación, caminos internos, etc. En la Miseria de la Filosofía Marx denomina esta segunda forma de capital, la terre-capital. Las inversiones normales de capital, que son recuperadas por el capitalista en el precio de las mercancías, mejoran la tierra y acrecientan su producto. En este punto Marx parece identificarse con James Anderson, descubridor de la teoría de la renta, que atribuye las diferentes calidades de la tierra al tiempo que llevan sometidas a un cultivo racional: La tierra puede mejorarse cada vez más por medio de influencias químicas y por el cultivo. Por medio de un sistema racional de explotación, puede conseguirse que la productividad de la tierra aumente de año en año... hasta alcanzar un nivel del que no podemos formarnos una idea... (84)

No se trata pues de "fuerzas originales e indestructibles de la tierra", como piensa Ricardo, sino que una parte considerable de la fertilidad de la tierra le es infundida por su continuo cultivo racional. Esta fertilidad adquirida por la tierra es apropiada por los terratenientes al finalizar los contratos de arriendo y, lo mismo que la fertilidad natural, en virtud de la propiedad. Los capitales fijos incorporados a la tierra como mejoras permanentes tienen un plazo más largo de desgaste que el capital de explotación. Pero el tiempo durante el cual la mejora rinde una utilidad, haciendo la tierra más productiva, es por lo general mayor a su duración como capital, que depende del ciclo de reproducción                                                              84

James Anderson, citado por Marx, Karl. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. La Habana, Editorial Venceremos, 1971. Vol. I, p. 419.  

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de capital. Al terminar los contratos de arriendo la utilidad de las mejoras pasa a manos del terrateniente lo mismo que las cualidades naturales de la tierra y no representan un capital pues ya han sido amortizadas como tal: También los capitales fijos incorporados a la tierra, capitales más permanentes y que tienen un plazo más largo de desgaste, son en parte y en ciertas esferas casi exclusivamente aportaciones hechas por el arrendatario. Pero una vez expira el plazo contractual de arrendamiento... las mejoras incorporadas a la tierra entran, como accidente inseparable a la sustancia de la tierra misma, en propiedad del terrateniente... (85).

Se deben distinguir las mejoras permanentes que sólo ponen la tierra al nivel de las condiciones usuales de producción, esto es, los gastos de roturación, de las que mejoran la tierra, atribuyendo a cierta tierra lo que tiene otra en forma natural. Cuando es necesario incorporar nuevas tierras yermas al cultivo y como consecuencia de ello se eleva el precio de producción comercial del trigo, ello no implica de que sean menos fértiles que las antes cultivadas, sino que en el precio hay que recuperar un costo que en las otras ya ha sido cancelado: ... si en un determinado período de tiempo se produce en las tierras yermas puestas en cultivo una parte grande de los medios de vida adicionales exigidos por la creciente población y si al mismo tiempo sube o permanece estacionario el precio del producto, esto por sí no demuestra que haya disminuido la fertilidad de la tierra sino simplemente que no ha aumentado en la medida necesaria para compensar el nuevo elemento de coste de producción que representan los intereses del capital empleado con miras a elevar las tierras yermas al nivel de las condiciones usuales de producción en que se cultivan las tierras antiguas, dentro de una fase de desarrollo dado. Por consiguiente, ni el mismo hecho de que el precio se mantenga constante e incluso aumente, demuestra que las nuevas tierras cultivadas sean menos productivas o arrojen menos producto, sino simplemente que en el valor de sus productos entra un elemento de coste ya cancelado en las tierras cultivadas con anterioridad y que este elemento de coste eleva el coste de producción… (86).

En el análisis anterior deben destacarse dos puntos: uno, el alza de precio no implica menos productividad de las tierras nuevamente cultivadas, sino que en el precio de su producto debe incluirse un coste que ya no existe en las tierras antiguas, el coste de roturación. Y dos, el capital invertido en roturación se amortiza en cierto tiempo, entonces, las tierras antiguamente roturadas rinden una renta respecto a las tierras recién abiertas que tienen que recuperar en el precio su costo de roturación. El ingreso de los propietarios de las tierras antiguas no es interés, sino renta del suelo, pues se presenta en estas tierras: y no en las nuevamente roturadas donde se está recuperando el capital en mejoras con sus intereses. De otro lado, la magnitud del alza del precio no depende del costo de roturación de las tierras antiguas sino del de las nuevas, normalmente menor:                                                              85 86

Marx, Karl. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III, p. 578. Marx, Karl. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. Vol. I, pp. 417-418.

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... Para elevar a este nivel de fertilidad potenciada las tierras no cultivadas de la misma fertilidad originaria no son necesarios, gracias al desarrollo de la fuerza productiva del trabajo en general, los mismos gastos que costó colocar la fertilidad originaria de las tierras cultivadas en el plano de su fertilidad actual... (87)

Las mejoras permanentes en las tierras antiguas ya no funcionan como capital, pues han sido recuperadas por el arrendatario durante el ciclo de reproducción de su capital, y han sido recibidas gratuitamente por el terrateniente, como cualidades nuevas incorporadas a la tierra, al vencer el contrato de arrendamiento. ... Supongamos que toda la tierra de un país necesita de esta inversión de capital; entonces, toda la tierra que aún no la hubiese recibido tendría necesariamente que pasar por esta fase y la renta (o el interés que rinde en determinados casos) que arrojasen las tierras ya dotadas de su inversión sería renta diferencial ni más ni menos que si poseyesen esa ventaja por obra de la naturaleza, y las otras tuviesen que adquirirla por la mano del hombre. También esta renta susceptible de ser reducida a un interés se convierte en una renta diferencial pura, una vez que el capital invertido queda amortizado. De otro modo, habría que admitir la necesidad de que el mismo capital existiese como capital dos veces. (88)

Las inversiones en mejoras permanentes, distintas a la roturación, obran en la renta diferencial convirtiendo la tierra en una esfera más productiva del capital de explotación, atribuyendo a una tierra lo que tiene otra naturalmente, no porque la amortización y los intereses de las mejoras determinen necesariamente un precio general de producción agrícola elevado: Las llamadas mejoras permanentes -que modifican la condición física y en parte la composición física de la tierra mediante operaciones que suponen una inversión de capital y pueden ser consideradas como incorporación de capital a la tierra- tienden casi todas a atribuir a una determinada tierra, a la tierra de un determinado lugar concreto, cualidades que posee por naturaleza otra tierra, en otro lugar y no pocas veces en la inmediata vecindad... Es en verdad una teoría peregrina y regocijante el que en unas tierras cuyas ventajas comparativas son adquiridas la renta sea un interés, mientras en otras que poseen estas ventajas por obra de la naturaleza, no sea así... Pero la tierra, después de realizar en ella una inversión de capital, arroja una renta no porque se haya invertido en ella capital, sino porque la inversión de capital convierte a la tierra en un campo de inversión más productivo del que era antes... (89)

El capital en mejoras y sus intereses se amortizan en el precio de la mercancía; después de amortizado el capital, el producto adicional produce una renta si el precio no cambia. Por ejemplo, una inversión en mejoras aumenta la fertilidad de una tierra hasta la de otra. La tierra reguladora produce 12 bushels, con los cuales cubre el costo de producción de 3 libras esterlinas (2,73 libras de capital y 0.27 de                                                              87

Ibíd, Vol I, p. 422. Marx, Karl. El Capital. Vol. III, p. 692 (subrayados nuestros). 89 Ibíd, (subrayados nuestros). 88

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ganancia media). La tierra más fértil produce 20 bushels, de los cuales paga 8 de renta por valor de 2 libras esterlinas: ... supongamos ahora que el arrendatario haya de introducir en una tierra no cultivada, del mismo grado de fertilidad que tenía originariamente la que ahora produce 20 bushels, mejoras de todo género que le abren a un grado de cultivo en consonancia con el nivel medio de la agricultura. Y que esto le cueste, además de la inversión de 2.73 libras esterlinas, o incluyendo entre los gastos la ganancia, además de las 3 libras esterlinas, una inversión de 1.82 libras, el 10% de esto sería 0.18 de libra, y sólo podría pagar una renta a la vuelta de 10 años, cuando vendiese constantemente 20 bushels a razón de 5 chelines cada uno; es decir, sólo después del ciclo de reproducción de su capital. A partir de entonces, la fertilidad artificialmente infundida a la tierra se consideraría como una cualidad originaria de ésta y se adjudicaría al terrateniente... (90)

                                                             90

Marx, Karl. Historia critica de la teoría de la plusvalía. Vol. I, p. 422.

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CAPÍTULO VI

SEGUNDA FORMA DE LA RENTA DIFERENCIAL:

RENTA DIFERENCIAL II La renta diferencial puede producirse con inversiones iguales de capital que rindan productos distintos en superficies iguales de tierra de distinta calidad, como renta diferencial I, o aumentando la inversión de capital en la misma superficie de tierra por encima de la inversión normal, como renta diferencial II. Cuando se habla de renta diferencial II se trata del capital de explotación. Las inversiones de capital en mejoras permanentes obran a través de la renta diferencial I, como se discutió en el capítulo V. La renta diferencial II puede considerarse en cuanto formación de la ganancia extraordinaria y a la transformación de ésta en renta del suelo. Respecto a la formación de la ganancia extraordinaria: considérese un capital de 10 libras esterlinas que se invierte simultáneamente en cuatro capitales de 2.5 libras en cuatro tierras, A que produce 1 quárter, B, 1.2, C, 3 y D, 4 y en cuatro inversiones sucesivas de 2.5 en D, con los mismos rendimientos; la cuota media de ganancia es 20% y la ganancia media 0.5 libras. La inversión menos productiva, que con una inversión de 3 libras esterlinas produce 1 quárter, regula el precio de 3 libras, en los dos casos (91). Con las dos alternativas un capital de 10 libras arroja una renta de 15.6 libras (92) y una cuota de renta de 156%. La ganancia extraordinaria surge en los dos casos de las distintas productividades de los capitales invertidos en un medio de producción escaso y monopolizable, unidos a un solo precio de venta, el precio de producción de la inversión menos productiva. Entonces las rentas diferenciales I y II coinciden en su esencia que es la ganancia extraordinaria. Pero la renta diferencial II presenta dificultades para transformar la ganancia excedente en renta. La renta se fija al comienzo del contrato de arriendo, de acuerdo a la inversión media de capital vigente en el país; entonces, las ganancias excedentes adicionales que se presentan con las inversiones sucesivas de capital en la misma tierra son apropiadas por el arrendatario durante la vigencia del contrato de arriendo.                                                              91

Debe tenerse en cuenta que las 10 libras en D no pueden fraccionarse y si dan renta es porque el precio está regulado en A, en base a la renta diferencial I.  92 (1.2 x 3 - 3) + (3 x 3 - 3) + (4 x 3 - 3).

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Lo que ocurre al finalizar éste depende de si las nuevas inversiones se imponen como nueva inversión más alta de capital o se mantienen como algo excepcional; en el primer caso las ganancias excedentes adicionales aumentan la renta y en el segundo se conservan como ingreso del capitalista. A. LA BASE DE LA RENTA DIFERENCIAL II ES LA RENTA DIFERENCIAL I. El desarrollo de la renta diferencial II en un momento dado depende de la renta diferencial I, del cultivo simultáneo de tierras de diferente fertilidad en base a una intensidad normal de capital vigente en el país. La renta diferencial II se desarrolla a partir de tal intensidad de capital y de los precios medios individuales y general determinados por ella, agregando dosis adicionales de capital a la inversión normal. Volvamos al ejemplo mencionado antes, pero suponiendo que la inversión de las 2.5 libras en cada una de las tierras A, B, C y D, con un precio general de 3 libras en A y 15.6 libras de renta, es la situación inicial. A partir de la inversión normal de 2.5 libras se eleva el capital en las tierras D a 10 libras y el producto aumenta de 4 quarters a 9.2; si el mercado absorbe la producción creciente, entonces el precio de 3 libras esterlinas regulado en A no cambia y la renta en D pasa de 9 libras a 15.6 y el total agrícola de 15.6 a 122.2. Pero supongamos que al llegar la inversión en D a 7.5 libras el producto adicional de 1.2 quarters desplace la producción a la tierra A. Esto tiene por consecuencia que B pase a regular el precio general de producción, que baja de 3 libras a 2.5 (3 ÷ 1.2). La renta diferencial II se desarrolla en forma muy distinta con el nuevo precio de 2.5 libras, pues en lugar de arrojar D 15.6 libras de renta, ésta sólo arrojará 11.5 y la renta total no será 22.2 libras sino 16. Con los mismos rendimientos en D se desarrolla en forma muy distinta la renta diferencial II según la renta diferencial I. Detengámonos brevemente en el último resultado: rendimientos decrecientes de las inversiones sucesivas de capital en las tierras fértiles D son compatibles con precio de producción agrícola descendente, cuota media de ganancia ascendente y renta total creciente, pues ésta pasa de 15.6 libras iniciales a 16. Esto contrasta con la forma simplista como concibe Ricardo el desarrollo de la renta diferencial: con inversiones sucesivas de capital sólo en tierras menos fértiles, con precios ascendentes y cuota media de ganancia decreciente. El desplazamiento de las tierras menos fértiles por las inversiones adicionales de capital con rendimientos constantes o decrecientes en las tierras más fértiles, permite reducir el precio de producción y aumentar la cuota media de ganancia aunque crezca la renta en las tierras mejores y en total. B. LA FORMACION DE LOS PRECIOS MEDIOS ES LA CONDICION DE LA TRANSFORMACIÓN DE LAS GANANCIAS EXTRAORDINARIAS ADICIONALES EN RENTA. Este punto puede ilustrarse con los rendimientos crecientes de las inversiones sucesivas de capital. Si al aumentar la inversión de 2.5 libras por acre a 5, los productos se elevan de 1 quárter a 2.2 en A, 2 a 4.4 en B, 3 a 6.6 en C y de 4 a 8.8 en D. Si se pudiese separar la inversión total de 5 libras en A en 2.5 libras con 58   

un producto de 1 quárter y 2.5 libras con 1.2 quarters, esta última inversión daría una renta de 0.2 quarters y 0.6 libras. Pero la inversión de 5 libras no puede fraccionarse y los 2.2 quarters deben venderse a su precio medio de 2.73 libras esterlinas por quárter. El producto de la tierra A... sólo podría venderse a un precio superior en vez de venderse al precio medio mientras una superficie considerable de la clase A siguiese cultivándose con un capital de 2.5 libras esterlinas solamente... (93)

Mientras el cultivo perfeccionado sea relativamente excepcional no cambia el precio de producción, se produce una ganancia extraordinaria en las tierras A mejor cultivadas y se eleva la ganancia excedente en las tierras fértiles. Tan pronto como se generalice la nueva proporción de 5 libras esterlinas de capital por acre y con ella el cultivo perfeccionado, el precio de producción descendería necesariamente a 2.73 libras esterlinas... la existencia de un acre de la tierra A que sólo se cultivase con 2.5 libras esterlinas representaría en realidad algo anormal e incongruente con las nuevas condiciones de producción... representaría la diferencia entre una inversión suficiente y otra insuficiente en la misma tierra... (94)

Lo mismo podría decirse de las tierras más fértiles: mientras la inversión de 5 libras se realice en una parte relativamente pequeña de las tierras B, C y D las ganancias excedentes adicionales de 4.2 libras esterlinas en B, 7.8 en C y 11. 4 en D se conservan como ingreso de los arrendatarios. Una vez que la nueva inversión de 5 libras se generalice en todas las tierras, la ganancia extraordinaria de 0.6 libras esterlinas en A desaparece y disminuye en 1.2 libras en B, 1.8 en C y 2.4 en D. La restante ganancia extraordinaria adicional en las tierras fértiles se transforma en renta diferencial, que aumenta de 3 libras iniciales en B a 6, de 6 a 12 en C y de 9 a 18 en D. Marx dice, refiriéndose a la inversión media: ... esta inversión media de capital que en Inglaterra, por ejemplo, era de 8 libras esterlinas por acre antes de 1848 y de 12 libras esterlinas por acre después de esa fecha, sirve de pauta en la celebración de los contratos de arriendo. Para el arrendatario que utilice más capital la ganancia excedente no se convertirá en renta durante la vigencia de su contrato. El que ocurra esto o no al expirar el contrato dependerá de la competencia entre los arrendatarios que se hallen en condición de realizar esta inversión extraordinaria... (95).

El señala más adelante en relación a la necesidad de formarse precios medios para transformar la ganancia excedente en renta: ... Pero, cualquiera que sea la procedencia de esta ganancia excedente, su transformación en renta y, por tanto, su desplazamiento del arrendatario al terrateniente, presupone siempre una condición que los precios individuales de producción... que corresponden a los productos parciales de las distintas inversiones sucesivas de capital, se compensen previamente para formar un precio medio individual de producción. Aquello en                                                              93

Marx, Karl. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III, p. 653.  Ibíd, pp. 653-654.  95 Ibíd, p. 655.  94

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que el precio general regulador de producción del producto por acre exceda de este precio medio individual de producción es lo que forma y lo que mide la renta por acre... (96).

C. CONVERSION DE LA GANANCIA EXCEDENTE EN GANANCIA MEDIA POR LA COMPETENCIA DE CAPITAL E INTERPOSICION DE LA PROPIEDAD TERRITORIAL, COMO RENTA DIFERENCIAL I, EN LA INVERSION INTENSIVA DE CAPITAL (97) Si se parte de una productividad decreciente del capital adicional invertido en la misma tierra, el límite al aumento de la ganancia excedente lo constituye la inversión cuyo precio individual es igual al precio general de producción en la tierra A. El límite a partir del cual una tierra que da renta deja de darla es la inversión total cuyo precio medio coincide con el precio general de producción en las tierras reguladoras. Cuando las inversiones adicionales de capital en las tierras que dan renta tienen un precio individual igual al precio comercial en A, aumentan el precio medio individual y reducen el excedente de precio pero no afectan la ganancia excedente alcanzada hasta allí, porque la reducción en el excedente de precio es compensada por el crecimiento de la producción. Por ejemplo, si las tierras A con una inversión de 3 libras de costo de producción (2.5 de capital y 0.5 de ganancia media), que rinde 1 quárter regula el precio de producción de 3 libras. En las tierras B se producen 2 quarters de trigo con 3 libras de costo de producción, 3.5 quarters con 6 libras y 4.5 con 9 libras. La primera inversión en B tiene un precio medio individual de 1.5 libras (3 ÷ 2) y rinde una ganancia excedente de 3 libras ( 3 x 2 - 3). Al cabo de 6 libras de inversión el precio medio individual ha subido a 1,714 libras (6 ÷ 3.5) pero pese a ello la ganancia excedente se incrementa en 1.5 libras a 4.5 libras (3.5. x 3 - 6), porque la producción se ha elevado un 75% mientras el excedente del precio general respecto al medio individual ha bajado en un 14.3%. Al cabo de la tercera inversión el producto se incrementa a 4.5 quarters, es decir, las 3 libras adicionales de costo de producción sólo rinden 1 quárter igual que el rendimiento del capital en A: el precio medio individual en B crece a 2 libras (9 ÷ 4.5), pero la ganancia excedente no cambia, sino que se conserva en 4.5 (4.5 x 3 - 9), porque la caída del excedente de precio se compensa exactamente con el alza en la producción. Así mismo, si aumentamos la inversión a 15 de costo de producción y el rendimiento asciende a 6.5 quarters, el precio individual en B sube a 2,308 (15 ÷ 6.5) y el excedente del precio baja a 0,692 libras, pero la ganancia excedente sigue siendo 4.5 libras (6.5 x 3 - 15). Se puede expresar lo anterior en forma más general así: ganancia extraordinaria en B = precio de producción en A x producción en B - costo de producción en B; como el precio de producción es                                                              96 97

Ibíd. p. 675.  Ibíd, pp. 676-683.

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constante, si el aumento de la producción es igual al del costo de producción, la ganancia excedente no cambia. La desaparición de la ganancia excedente en las tierras que dan renta exige que las inversiones adicionales sean infraproductivas, es decir, que tengan un rendimiento inferior al del promedio del capital en las tierras reguladoras A. Pero dentro de ciertos límites pueden realizarse inversiones de productividad menor a la de las tierras reguladoras sin que el precio medio individual en las tierras que dan renta supere al precio de producción en A y por tanto que la renta no desaparezca sino que disminuya. Así, si las inversiones 4a. y 5a. de 3 libras de costo de producción en B rinden respectivamente 0.75 y 0.5 quarters los precios medios individuales ascenderán a 2,29 (12 ÷ 5.25) y 2,609 (15 ÷ 5.75), pero siguen siendo inferiores al precio de producción de 3 libras. La ganancia extraordinaria no desaparece, sino que disminuye a 3.75 al fin de la 4a. inversión (5.25 x 3 - 12) y a 2.25 después de la 5a. (5.75 x 3 -15). La desaparición de la ganancia excedente en B y la consiguiente igualación de su precio medio individual con el precio general de producción en A exige que la infraproductividad de las últimas inversiones compense la superproductividad de las primeras (98). Por ejemplo, si consideramos además de las 9 libras de costo de producción que rinden 4.5 quarters en B, se invierten 9 libras de costo de producción adicional con 1.5 quarters de rendimiento solamente. En este caso el precio medio en B se eleva de 2 libras (9 ÷ 4.5) a 3 libras (18 ÷ 6) igual al precio de producción en A, haciendo desaparecer la renta en B. Sólo a partir de las nuevas inversiones en B debería aumentar necesariamente el precio general de producción regulado ahora en B. La condición matemática es que la relación entre los rendimientos de las inversiones superproductivas e infraproductivas sea igual a la inversa de sus excedentes de precio (99). En condiciones de infraproductividad del capital adicional respecto al rendimiento en las tierras reguladoras, la competencia de capitales impulsaría la inversión de capital en B, aumentando el precio medio en B y haciendo desaparecer progresivamente la ganancia excedente si no se interpone la propiedad territorial: el arrendatario transformaría la ganancia extraordinaria de las dos primeras inversiones en B en 1.5 libras de ganancia media y 3 libras de capital de las últimas tres inversiones, pues el valor comercial de las últimas tres                                                              98

Superproductividad: como mayor rendimiento que en las tierras reguladoras A, e infraproductividad: como menor rendimiento que tales tierras. 99 PPA = Precio de producción A; PPB = Precio medio en B; PPSB = Precio en inversión superproductiva; PPlB = Precio en inversión infiaproductiva; QSB = Rendimiento en inversión superproductiva; QIB = Rendimiento en inversión infraproductiva; CPB = Costo de producción en B; PPA = PPB = CPB/QB = (PPSB x QSB + PPlB * QlB)/(QSB + QlB)  PPB (QSB + QIB) = PPSBQSB + PPIBQIB  QSB (PPB - PPSB) = QIB(PPIB - PPB) reemplazando PPB por PPA: QSB/QIB = (PPIB - PPA)/(PPA - PPSB)  

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inversiones es de 4.5 libras (1.5 qts. x 3 lbs) mientras el costo de producción es de 9 libras. La compensación de los resultados parciales de las inversiones sucesivas en un precio medio del producto total obtenido transforma la ganancia excedente en ganancia media, haciendo coincidir el precio medio en B con el precio de producción general de 3 libras en A. El precio de producción de 3 libras sólo tendría que subir a partir del séptimo aumento de capital infraproductivo en B, que pasaría desde entonces a regular el precio de producción. La competencia de capital en un medio de producción escaso y monopolizable convierte en ganancia excedente una parte de la ganancia media, en base a una inversión extensiva de capital sobre la tierra. La competencia capitalista, cuando el capital se concentra en la misma tierra, tendería a revertir el proceso anterior si no se interfiriese la propiedad territorial, convirtiendo la ganancia extraordinaria en ganancia media. Pero, la propiedad territorial existe y va transformando la ganancia extraordinaria agrícola en renta diferencial I al fin de los contratos de arriendo, entonces, la renta I constituye un límite a la inversión de dosis sucesivas de capital en la misma tierra y a la compensación de los resultados parciales de las inversiones sucesivas en un precio medio individual de producción en las distintas tierras, y consiguientemente, un límite al precio de producción comercial agrícola formado por la competencia capitalista, que lo obliga a subir antes y más rápidamente. Deben hacerse unas precisiones: Primera. Si a las inversiones superproductivas de 2 quarters y 1.5 siguen inversiones en las que 3 libras de costo de producción rinden 1 quárter, la ganancia excedente de 4.5 libras, convertida en renta diferencial I, no se reduce sino que permanece constante. Entonces, la propiedad territorial no constituye un límite al avance de las inversiones sucesivas de capital en B, cuando éstas son igualmente productivas que el capital en A, ni presiona el precio de producción que sigue siendo regulado en las tierras peores. Segunda. Si a las inversiones superproductivas siguen otras infraproductivas, que harían descender la renta, la propiedad territorial impediría transformar la ganancia excedente anterior en ganancia media de las inversiones infraproductivas, porque dicha ganancia excedente ya es renta diferencial I; si el capitalista lo hiciera tendría que sacrificar la ganancia media y aún parte de su capital. Si no se trata de una revolución agrícola, el cultivo intensivo se desarrolla de un modo gradual, de manera que los terratenientes van convirtiendo las ganancias excedentes en renta a medida que se vayan presentando. Tales rentas se van fijando a la iniciación de los sucesivos contratos de arriendo y aparecen para el capitalista como otro costo cualquiera, de tal manera que al elegir las técnicas de producción más intensivas debe tener en cuenta que le permitan pagar la renta diferencial 1 y no puede suponer que puede transformarla en ganancia media si no existiese la propiedad territorial. Volvamos al ejemplo: las 3 libras de 62   

costo de producción con rendimiento de 2 quarters se transforma al tiempo en inversión normal en B, y con ello las 3 libras de ganancia extraordinaria se transforman en renta, que se fijan en el contrato siguiente. Posteriormente la competencia de capital impone la inversión normal de 6 libras de costo de producción en B, con un rendimiento de 3.5 quarters, convirtiendo la ganancia excedente adicional de 1.5 libras en renta, que se eleva de 3 a 4.5 libras. Esta renta se fija al comienzo del nuevo contrato, y si el rendimiento de 3 libras de costo de producción adicional es de 0.75 quarters, el capitalista no puede contar con las 4.5 libras de renta diferencial I para sacar de allí su ganancia media. Si la inversión de 9 libras de costo de producción con un rendimiento de 4.25 quarters es la alternativa de producción más barata, el precio general de producción debe subir por encima de 3 libras por quárter, regulado hasta ahí en las tierras A, y pasa a ser regulado en B, en base a 9 libras de costo de producción; las tierras A pasan a dar una renta con el nuevo precio. En cuanto al nuevo precio de producción, regulado en B, digamos por ahora que es el de la inversión adicional en B, que con 3 libras de costo de producción rinde 0.75 quarters, es decir, PP = precio de la inversión adicional en B, 4 libras (3 ÷ 3/4). Volveremos sobre este punto en el capítulo VII. Marx generaliza su punto de vista así: Por tanto, aunque la renta diferencial no es sino la transformación de la ganancia excedente en renta y la propiedad de la tierra sólo permite aquí al terrateniente apoderarse de la ganancia excedente del arrendatario, vemos que la inversión sucesiva de capital en la misma superficie de tierra o, lo que es lo mismo, el incremento del capital invertido en la misma superficie de tierra, a base de una cuota decreciente de productividad del capital y de un precio regulador invariable, tropieza mucho antes con su límite y, por consiguiente, encuentra en realidad más o menos, un límite artificial como consecuencia de la transformación puramente formal de la ganancia excedente en renta del suelo, que se deriva de la propiedad privada de la tierra. El alza del precio general de producción, que se desenvuelve aquí dentro de límites más estrechos que en general, no es, pues, en este caso la razón de que aumente la renta diferencial, sino que la existencia de esta renta diferencial como tal renta es, al mismo tiempo, la razón de que aumente antes y más rápidamente el precio general de producción, para asegurar de este modo la oferta de la mayor cantidad de producto, que ahora se hace necesaria. (100)

Marx todavía no se atreve a dejar de considerar la renta diferencial como mera transformación de la ganancia excedente agrícola. Pero, del análisis anterior se desprende que la existencia misma de la renta diferencial depende de la acción de la propiedad territorial por conservarla, porque las inversiones sucesivas de capital tenderían a transformar la ganancia excedente en ganancia media si la propiedad territorial no se interpusiera. Entonces, la renta diferencial supone la concurrencia de capital, pero también la propiedad territorial. El desarrollo de procesos de producción complejos y cambiantes permite al capital oponerse con éxito a la propiedad territorial, transformando una parte significativa de la ganancia, extraordinaria agrícola en ganancia media. Esto nos permite comprender el caso reciente del Sasso nais, mencionado por Pierre                                                              100

Ibíd. pp. 683-684. (subrayados nuestros). 

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Philippe Rey, en el cual los capitalistas que cultivan las tierras más fértiles pagan las rentas más bajas (101). Amédée Mollard señala que la renta de la tierra pagada por los capitalistas agrarios es menor a la renta territorial campesina porque la gran agricultura capitalista consigue bloquear el crecimiento de la renta (102). Él explica este hecho porque los capitalistas consiguen apropiarse la renta diferencial II, a través del ocultamiento de secretos productivos a los propietarios territoriales (103). Tercero. El crecimiento del precio de producción, que es regulado ahora en las tierras fértiles B, no es un resultado necesario, porque las rentas diferenciales I y II se limitan recíprocamente ... lo que hace que algunas veces sea necesario realizar inversiones sucesivas de capital en la misma tierra y otras realizar inversiones simultáneas en tierras adicionales... (104)

Así, si existiesen tierras A o B sin cultivar, la tercera inversión con un precio de producción de 4 libras esterlinas en B no sería posible. También, si la oferta adicional de 0.75 quarters de trigo pudiese producirse en tierras A-l, a un precio menor de 4 libras esterlinas, ella no podría producirse en las tierras B.

                                                             101

Rey, Pierre Philippe. "Les alliances de clases". París, Ed. Maspero, 1973. p. 213. [Edición en español: Las alianzas de clase. México, Siglo Veintiuno Editores, 1976] Citado por Klimansky, Edith. "Renta, tasa de ganancia y valor". Cuadernos Agrarios. México, 1979, p. 8.  102 Mollard, Amédée. Paysans exploités. Grenoble, Presses Universitaires de Grenoble, 1978. pp. 130,132,133,134.  103 Ibíd. p. 134.   104 Marx, Karl. Op. cit. Vol. III. p. 684.  

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CAPÍTULO VII

RENTA DIFERENCIAL EN TIERRAS PEORES:

FORMAS DE TRÁNSITO A LA RENTA ABSOLUTA Como se recordará Ricardo considera que la renta en las tierras A era renta diferencial en las tierras peores, donde el precio era regulado por la inversión adicional. El análisis de Marx de la renta diferencial en dichas tierras va a desembocar en la insuficiencia de la teoría de la renta diferencial. El analiza tres casos: regulación del precio de producción en las tierras mejores, regulación del precio en las tierras peor cultivadas entre las tierras peores con rendimientos crecientes de las inversiones adicionales de capital y regulación del precio por las peor cultivadas entre las menos fértiles con rendimientos decrecientes del capital. En la primera variante la existencia de la propiedad obliga a elevar el precio, pero todavía se puede hablar de renta diferencial, mientras en las dos últimas, cuando culmina la transformación de la ganancia excedente en renta se pasa de la renta diferencial a la renta absoluta. A. REGULACION DEL PRECIO EN LAS TIERRAS MEJORES Debe partirse de que no existen tierras disponibles de las mismas calidades de las cultivadas, pero siempre debe tenerse en cuenta que las rentas diferenciales I y II se limitan recíprocamente y de que la oferta adicional sólo puede atenderse con un precio de producción creciente; es decir, con inversiones infraproductivas en las tierras fértiles B, C, D, inversiones infraproductivas en las tierras reguladoras A o por la incorporación de tierras aún peores A-1. Deben considerarse dos variantes: precio regulado por la inversión adicional y precio regulado por la inversión media. 1. Regulación del precio de producción por la inversión en las tierras B. Sea B la representante de las tierras que dan renta. Si la demanda exige 1 quárter adicional y éste sólo puede producirse a más de 3 libras esterlinas de precio de producción y si la forma menos costosa de producirlo es en las tierras B, entonces allí se regulará el precio de producción. Esto significa que la producción adicional no puede producirse más barata en las tierras A-1 o con inversiones adicionales infraproductivas en A. En estas condiciones el precio de producción de la inversión infraproductiva en B pasa a regular el precio de producción. Pero esta alza de precio de producción depende de la existencia de la propiedad territorial y de la ganancia excedente como renta diferencial I, pues en base a la competencia capitalista solamente se podría convertir parte de la ganancia excedente en ganancia media del capital y el precio subiría después y menos rápidamente. 65   

Partamos de una situación en la que el precio general de producción es de 3 libras esterlinas, regulado en A donde 1 quárter tiene un costo de producción de 3 libras; en las tierras B se producen 3.5 quarters con 6 libras esterlinas de costo de producción y una renta de 4.5 libras. Si la demanda exige un quárter adicional y la forma más barata de producirlo es invirtiendo 3.5 libras de costo de producción en B, el costo de la inversión adicional de 3.5 libras esterlinas se convierte en precio de producción. Con dicho precio, las tierras A dan 0.5 libras de renta y la renta en B asciende a 6.25 libras. Pero el resultado anterior depende de la existencia de las 4.5 libras esterlinas como renta diferencial I porque en base a la competencia capitalista solamente se impondría un precio medio en B de 2.11 libras (9.5 ÷ 4.5) y se convertirían en ganancia media 0.5 libras de ganancia excedente en base al precio de producción de 3 libras regulado en A (105). 2. Regulación del precio de producción por el precio promedio en la tierra B. Engels señala correctamente que lo único exigido por los terratenientes es que se les respete la cuantía de renta fijada al comienzo del contrato de arriendo. Según esto, el precio regulador es el precio medio de producción en B, incluyendo en él la renta diferencial I como un costo: costo de producción más renta, 14 libras (9.5 + 4.5), producto 4.5 quarters de trigo, el precio general de producción (igual al precio en B) es 3.11 libras esterlinas (14 ÷ 4.5) y renta en A, 0.11 libras; la renta en B no cambia (106). B. REGULACION DEL PRECIO EN LAS TIERRAS A PEOR CULTIVADAS, CON RENDIMIENTOS CRECIENTES DEL CAPITAL En las condiciones anteriores las tierras A mejor cultivadas devengarían una ganancia excedente. Supóngase que 3 libras esterlinas de costo de producción rinden un quárter de trigo en A y 6 libras rinden 3 quarters. Formación de una ganancia excedente en las tierras A mejor cultivadas y desaparición de ella cuando el método perfeccionado se generaliza: en condiciones normales, la inversión de más capital en A, por ejemplo 5 libras esterlinas por acre, en vez de 2.5, produce una ganancia extraordinaria en las tierras A mejor cultivadas y las peor cultivadas regulan el precio de producción, mientras la inversión de 5 libras se restringe a una parte relativamente reducida de tierras A. Así, las tierras cultivadas con 2.5 libras esterlinas de capital (y 0.5 de ganancia) regulan el precio de producción de 3 libras, pero las cultivadas con 5 libras de capital (más 1 de ganancia media) tienen un precio individual de 2 libras (6 ÷ 3), que permite una ganancia extraordinaria de 3 libras (3 x 3 - 6) a los capitalistas innovadores. Tan pronto se generalice la nueva inversión normal de 5 libras en A, el precio de producción baja a dos libras, las tierras A mejor cultivadas dejan de dar ganancia excedente y baja ésta en las tierras más fértiles. Las                                                              105 106

Renta anterior: 3.5 = 3.5 x 3 - 6; renta actual: 4 = 4.5 x 3 - 9.5.  Marx, Karl. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III, p. 687.

 

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inversiones superproductivas en A en lugar de elevar la renta, como en las tierras mejores, haría descender el precio general de producción. Consolidación de la ganancia excedente como renta en las tierras A: si no se trata de una revolución agrícola, como en el caso anterior, sino que la inversión de más capital se restringe inicialmente a una pequeña parte de las tierras A, los terratenientes podrían confiscar como renta la ganancia excedente en las tierras A mejor cultivadas. Si la demanda crece al mismo ritmo de la oferta agrícola no bajaría de 3 libras esterlinas y podría formarse renta en toda la tierra A a medida que el método más productivo se haga extensivo a todo este tipo de tierra (107). La transformación de la ganancia excedente en renta podría impedir la compensación de los precios parciales de producción en un precio medio en la tierra A. En este caso sería la existencia de la ganancia excedente como renta por la acción de la propiedad territorial lo que elevaría el precio agrícola, en vez de que la renta diferencial presuponga el precio general de producción. Para Marx, la propiedad territorial ... impediría que en la tierra A coincidieran ambos precios, al impedir que el precio de producción fuese regulado en A; mantendría un precio de producción más alto que el necesario, creando con ello una renta. (108)

La exposición de Marx se vuelve en este punto confusa: ¿Cómo pueden existir dos precios de producción en A, pese a que la mayor parte de ella se cultiva con 5 libras esterlinas de capital? Esto sólo podría ocurrir cuando la mayoría de A se cultiva con 2.5 libras y una parte relativamente pequeña con 5. Marx, en lugar de llegar a que la propiedad territorial impone un precio agrícola mayor al precio de producción de 2 en A, pasa a decir que la importación libre de alimentos restringe la cuantía de la renta (109). Si se lleva el análisis a sus últimas consecuencias deberíamos decir: una vez impuesta la inversión de 5 libras esterlinas por acre de A como normal, el precio de producción baja a 2 libras esterlinas, y si persiste la renta en A no es renta diferencial sino renta absoluta. Supongamos que los terratenientes imponen la renta de 3 libras a todas las tierras A, entonces todos los capitalistas que quieran seguir en la competencia deben invertir 5 libras en vez de 2.5 para pagar como renta, convirtiendo la inversión de 5 libras en inversión normal. Entonces el precio general de producción es 2 libras. Si persiste el precio agrícola de 3 libras, para poder pagar la renta en A, ese precio no está regulado por el precio general de producción sino por la exigencia de una renta para poder invertir en A; por tanto, la renta de 3 libras en A no sería diferencial sino absoluta.

                                                             107

Ibíd. p. 689. Ibíd, p. 690. 109 Ibíd. p. 690.   108

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C. REGULACION DEL PRECIO DE PRODUCCION EN LAS TIERRAS A MEJOR CULTIVADAS CON RENDIMIENTOS DECRECIENTES DEL CAPITAL. Supóngase que se requiere 1 quárter adicional de trigo para satisfacer la demanda y la forma más barata de producirlo es invirtiendo 3.75 libras esterlinas adicionales de costo de producción en tierras A. En condiciones normales los 2 quarters requieren 6.75 libras de costo de producción, con un precio medio de 3,375 libras (6.75 ÷ 2); entonces, el precio de producción subirá a 3,375 libras. Mientras sólo una parte de las tierras A se cultive con 6.75 libras de costo de producción, las tierras A peor cultivadas devengarán una ganancia excedente de 0.375 libras por acre. Esta ganancia excedente desaparecería cuando la competencia de capital impusiera 6.75 de costo de producción como inversión normal en A. Pero, si el producto se vendiese al precio de 3.75 libras de la inversión adicional en A, todas las tierras A devengarían una renta: 0.75 libras las peor cultivadas y 0.375 libras las mejor cultivadas. Sin embargo, el precio sólo puede subir transitoriamente a 3.75 libras mientras existan tierras A disponibles. Agotadas las tierras A, si los terratenientes logran convertir en renta las 0.375 libras en las tierras A peor cultivadas, bien, impiden la generalización de la técnica más intensiva de capital de 6.75 libras, el precio de producción es regulado por las tierras A mejor cultivadas en 3.375 libras y las tierras A cultivadas con 2.5 libras devengarían una renta de 0,375 libras; o bien, la competencia de capital impone la inversión de 6.75 libras de costo de producción en A porque este método, lo mismo que el de invertir 3 libras de costo de producción, rinden a los capitalistas la ganancia media. En esta variante 3,375 libras será el precio general de producción y si subsiste la renta de 0.375 libras, el precio agrícola llegaría a 3.75 libras y la renta sería renta absoluta.

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CAPÍTULO VIII

LA RENTA ABSOLUTA Las leyes de la renta diferencial son independientes del supuesto de la venta de las mercancías a sus precios de producción. Supóngase que el producto agrícola se vende a un precio, P = Pp + r donde Pp es el precio de producción y r la renta absoluta. Los precios de producción individuales y general se obtienen con el costo de producción, CP, y el producto, qi. CP es igual para todas las tierras, dada una inversión normal de capital y qi es creciente según la fertilidad de la tierra. Entonces, los precios individuales de producción, pi = CP / qi (i = A, B... N) y el precio general de producción es Pp = pA = CP / qA. La cuantía de la renta por acre de la tierra i es r, si = (qi - qA)CP/qA y la renta por unidad de mercancía (quárter, kilo, etc.) es d = (qi - qA) CP/qA. qi La renta diferencial no afecta al precio de producción sino que lo presupone, Pp = pi + d; sustituyendo por sus valores: CP/qA = CP/qi + (qi -qA)/qAqi = CP/qA +qi qA)/ qiqA = CP/qA Si el precio regulador agrícola no es Pp sino P = Pp + r, como Pp = pi + d, entonces, P = pi + r + d: la renta absoluta r sólo se suma a la renta diferencial d. A. NECESIDAD DE RENTA ABSOLUTA DE UNA AGRICULTURA CAPITALISTA DONDE EXISTE GRAN PROPIEDAD TERRITORIAL. Es necesario resolver esta pregunta: ¿Deben los arrendatarios capitalistas pagar un tributo a la propiedad para poder cultivar las tierras de peor calidad A, independiente de la productividad diferencial del capital invertido en distintas condiciones de producción? Si la decisión de cultivar la tierra A dependiera solamente de los capitalistas agrarios, evidentemente podrían invertir su capital en dichas tierras a un precio que les rindiera el precio de producción. Además, la competencia de capitales no permitiría que el precio medio agrícola superara el precio de producción en A, siempre que la tierra fuera un medio de producción natural a libre disposición del capital. Pero, la inexistencia de renta en A implica la desaparición efectiva de la propiedad territorial, un monopolio cuya base de existencia real es la renta. Si consideramos que la propiedad no puede valorizarse con la renta, no queda de ella sino un título, una expectativa de llegar a ser propiedad cuando el desarrollo social se lo permita.

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Las situaciones en las cuales no existe renta en A, pese al desarrollo de la agricultura capitalista en tierras de grandes propietarios, suponen la desaparición efectiva de la propiedad en cuanto traba a la libre inversión del capital en la tierra. En primer lugar, cuando el capitalista es propietario de la tierra puede tomarla como un medio natural donde valorizar su capital de modo normal con vistas a la ganancia media. La propiedad de la tierra no funciona aquí como un monopolio que exige un tributo para permitir la inversión de capital en la tierra sino como una condición que permite realizarla libremente. Pero esto no resuelve el problema, pues cuando se agoten las tierras A de propiedad de capitalistas se deben pasar a cultivar las de terratenientes que exigen un tributo para permitirlo. De otro lado, cuando las tierras A están enclavadas en un conjunto de tierras más fértiles, puede no pagarse renta por ellas, porque el capitalista cobra la renta media. Pero lo que se investiga es si debe pagarse renta por tierras A cultivadas independientemente. Cuando se invierte capital en una misma superficie de tierra no se paga renta por las inversiones que tienen rendimientos iguales al promedio en las tierras reguladoras. Se pagaría renta por el capital superproductivo y no por aquel de rendimiento igual a la tierra reguladora. Pero lo anterior presupone el precio de producción en A, es decir, que se puedan cultivar estas tierras sin pagar renta. Si el cultivo de las tierras A exige que el precio agrícola suba por encima del precio de producción para pagar una renta, pueden presentarse dos situaciones en las tierras fértiles B, C, D: una, que todas las inversiones adicionales rinden una ganancia excedente, y dos, que las últimas inversiones sólo cubran el precio de producción. En el segundo caso puede decirse que la renta en A es diferencial respecto a las inversiones en B, C, D al costo de producción; ... pero, la circunstancia de que las tierras A arrojasen una renta diferencial sería el resultado de que no podrían incorporarse a la superficie cultivada a menos que arrojasen una renta... la renta en la tierra A no es aquí una consecuencia del alza del precio sino la renta la causa del alza de precio... (110).

Las inversiones adicionales en tierras fértiles y en las tierras A se limitan recíprocamente: El límite dentro del cual puede invertirse capital adicional en la misma tierra arrendada bajo condiciones más desfavorables lo señalan las nuevas inversiones concurrentes... en A; de otra parte, la renta que esta clase de tierra puede arrojar se haya limitada por las inversiones adicionales de capital que concurren en las antiguas tierras arrendadas (111).

En cuarto lugar, el análisis de la renta se hace para situaciones donde la tierra del país está efectivamente apropiada. Entonces, no pueden aducirse ejemplos                                                              110 111

Marx, Karl. El Capital México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III; p. 700.  Ibíd, p. 699.

 

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donde la propiedad es sólo nominal, en que no existe de hecho la propiedad como traba a la inversión de capital, como en los casos de Estados Unidos, Canadá y Australia en la primera mitad del siglo pasado, en los cuales existían grandes extensiones de tierra apropiable y la propiedad de unos no excluía la de otros. Finalmente, deben abstraerse casos en que existe un canon de arriendo, pero no hay renta en un sentido teórico pues los pagos al propietario constituyen deducciones en el salario o la ganancia normales: Si el canon pagado por el arrendatario representa una deducción del salario normal de sus obreros, o de su propia ganancia media normal, este canon no será renta, es decir, no será una parte integrante del precio de su mercancía distinto del salario y de la ganancia... (112).

B. EXPLICACION DE LA RENTA ABSOLUTA DE MARX No basta que el precio agrícola suba hasta el precio de producción para que se puedan cultivar las tierras A. Los terratenientes no ofrecerían estas tierras hasta que el mercado no les permitiera cobrar un tributo. La propiedad jurídica del suelo no rinde por sí una renta, pero da potestad al terrateniente sacar las tierras de la explotación mientras no le den un tributo: El mero hecho de la propiedad jurídica sobre la tierra no procura renta alguna al terrateniente... le da en cambio la potestad de sustraer su tierra de la explotación mientras las condiciones económicas no le permitan valorizarlo, de tal modo que le deje un remanente. .. El terrateniente no puede hacer que aumente o disminuya la cantidad absoluta de este campo de inversión, pero sí puede hacer que aumente o disminuya la cantidad de tierras que se hallen en el mercado. Nos encontramos pues, ante el hecho característico... de que en todos los países civilizados se sustrae del cultivo una parte relativamente grande de la tierra... (113).

Cuando la propiedad territorial está firmemente establecida en un país se las arregla para cobrar una renta por el cultivo de las tierras peores A obligando a subir el precio del producto agrícola por encima del precio de producción del mismo. Marx se pregunta si la renta por el cultivo de las tierras menos fértiles A implica necesariamente un precio de monopolio, en el sentido de un precio independiente del valor y del precio de producción, en el que la renta entra como un impuesto pagado a los terratenientes en vez de al Estado. Antes de responder él precisa que tal renta está limitada por: las inversiones adicionales en las tierras anteriormente arrendadas; la competencia de los productos agrícolas del extranjero, cuando entran libremente; la competencia entre los terratenientes, y la necesidad y solvencia de los consumidores, es decir, la demanda. No es necesario... que ocurra así, y si se lo ha afirmado es porque no se ha comprendido la diferencia entre el valor de la mercancía y su precio de producción.

                                                             112 113

Ibíd, p. 701 (subrayados nuestros).  Ibíd, p. 702.

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El precio de producción de una mercancía puede ser mayor o menor a su valor y sólo excepcionalmente coincide con él. Por tanto, el hecho de que los productos agrícolas se vendan por encima de su precio de producción, no demuestra por sí solo que se venden por encima de su valor... cabe la posibilidad de que los productos agrícolas se vendan por encima de su precio de producción y, sin embargo, por debajo de su valor (114).

La diferencia entre el valor y el precio de producción de las mercancías depende de cómo sea su composición orgánica de capital respecto a la media social. Una composición orgánica baja implica un valor superior al precio de producción y una baja productividad del trabajo agrícola: Si en la agricultura en sentido estricto la composición orgánica del capital es más baja que la del capital social medio, esto querrá decir prima facie que en los países de producción desarrollada la agricultura no alcanza el mismo grado de progreso que la industria de transformación. Este hecho, prescindiendo de algunas circunstancias económicas, algunas de ellas decisivas, podría explicarse por el desarrollo anterior y más rápido de las ciencias mecánicas principalmente en lo relativo a su aplicación, comparado con el desarrollo posterior y en parte muy reciente de la química, la geología y la fisiología, principalmente el de su aplicación a la agricultura... (115).

Pero, el mero hecho de que el valor del producto agrícola exceda su precio de producción no basta para explicar la renta en las tierras peores A. Muchas mercancías están en el mismo caso, pero en lugar de realizar una parte de su excedente de valor se venden a sus precios de producción, pues el concepto mismo de cuota general de ganancia y precios de producción implica que las mercancías se vendan a precios distintos a sus valores: la competencia de capitales, su flujo y reflujo de unas ramas de la producción a otras compensa las diferencias entre los precios de producción y los valores, reparte la plusvalía total en forma proporcionalmente igual, haciendo que los precios medios de las mercancías coincidan con los precios-valores de las ramas de composición social media. Se da por supuesto aquí que ante la competencia de capital no se interpone ninguna barrera o... sólo la entorpezcan barreras fortuitas y temporales... (116).

La realización de parte del excedente del valor sobre el precio de producción en las mercancías que usan medios de producción naturales, monopolizables, implica que el capital tropieza con una potencia extraña que restringe su inversión. La propiedad territorial es aquí la barrera que no permite ninguna nueva inversión de capital, en una tierra hasta ahora no cultivada o no arrendada sin percibir un tributo, es decir, sin exigir una renta... La traba que opone la propiedad territorial hace que el precio

                                                             114

Ibíd, p. 703-704.  Ibíd, p. 705. 116 Ibíd, v. 706. 115

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comercial tenga que subir hasta un punto en que la tierra arroje un remanente sobre el precio de producción... en que pueda devengar una renta... (117)

La parte del remanente del valor sobre el precio de producción agrícola que absorba la renta absoluta no depende de la voluntad de los terratenientes sino de: la competencia entre los propietarios, la competencia de las inversiones adicionales en las tierras fértiles, las importaciones y la magnitud de la demanda. ... Mientras la renta no sea igual al remanente del valor del producto agrícola sobre su precio de producción, una parte de este remanente entrará siempre en la corriente de compensación general y distribución proporcional de toda la plusvalía, entre los diversos capitales individuales. Tan pronto como la renta equivalga al remanente del valor sobre el precio de producción, la parte de la plusvalía que exceda la ganancia media quedará íntegramente al margen de este juego de compensación (118).

Lo dicho hasta aquí se resume en el siguiente texto de la Historia crítica de la teoría de la plusvalía: ... Al distinguir entre el valor de la mercancía y su precio de producción, las mercancías se dividen necesariamente en tres grupos: aquellas cuyo valor coincide con el precio de producción, las que tienen un valor inferior a éste y, finalmente, las que valen más de lo que cuesta producirlas; con lo cual el hecho de que el precio de los productos agrícolas arroje una renta sólo demostrará una cosa: que estos productos figuran en el grupo de mercancías cuyo valor excede de su precio de producción. El único problema que restaría sería el siguiente: ¿por qué a diferencia de las demás mercancías cuyo valor excede también su precio de producción, el valor de los productos agrícolas no se reduce a su precio de producción por la competencia de capitales? Pero la contestación a esta pregunta ya va implícita en ésta. Porque, según el supuesto de que se parte, ese efecto sólo se produce cuando la concurrencia entre los capitales puede operar esta nivelación, caso que, a su vez, sólo puede darse cuando las condiciones de producción son todas obras del mismo capital o factores puestos por igual a disposición de éste. Este supuesto no se da tratándose de la tierra, porque lo impide la propiedad territorial, y porque la producción capitalista no inicia su carrera bajo una propiedad territorial creada por el mismo... En estas condiciones, el capital no tiene más remedio que ceder al terrateniente el sobrante del valor sobre el precio de producción (119).

En la ganadería en gran escala la masa de fuerza de trabajo es relativamente pequeña respecto al capital constante invertido en el ganado, lo que podría representar un argumento decisivo contra la tesis de la baja composición orgánica respecto a la media social; pero, en este caso debe tenerse en cuenta que el precio del ganado está regulado por la renta agrícola del alimento básico de la población: Ya Adam Smith demostró -y es uno de sus méritos- que en la ganadería, y en general en el promedio de todos los capitales invertidos en la tierra que no se destinan a la producción de los medios fundamentales de subsistencia, del trigo por ejemplo, el precio se determina de un modo completamente .distinto. Aquí se determina, concretamente, por

                                                             117

Ibíd, p. 707. Ibíd, pp. 705-707 119 Marx, Karl. Historia critica de la teoría de la plusvalía. La Habana, Ediciones Venceremos, 1971. Vol. I, pp. 434-435. 118

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el hecho de que el precio del producto de la tierra empleada, por ejemplo, coma pasto artificial para el ganado y que lo mismo podría convertirse en tierra labrantía de determinada calidad, tiene que subir lo suficiente para arrojar la misma renta de una tierra de labor de calidad igual; esto quiere decir que la renta de las tierras trigueras contribuye de un modo determinante en el precio del ganado. Cuando el cultivo se extiende, las tierras incultas llegan a ser insuficientes para atender la demanda de carne para sacrificio. Entonces es necesario dedicar una gran parte de terreno cultivable a la cría y ceba de ganado, y los precios, por lo mismo, deben ser suficientes, no sólo para pagar el trabajo de criarlos, sino también la renta del propietario y además el beneficio que podría haber obtenido el colono de haberlas dedicado a la labranza. El ganado que se cría en terrenos incultos se vende en el mercado, teniendo en cuenta el peso y calidad, al mismo precio del otro, criado en las tierras mejor cultivadas. Los propietarios de aquellos terrenos se aprovechan de esas circunstancias; y elevan la 120 renta de sus tierras en proporción al precio del ganado que crían... ( ).

La renta absoluta permite explicar fenómenos que a primera vista surgirían de un precio de monopolio, como en el caso de los bosques naturales que no son producto de la forestación: Tratándose de un producto que es obra exclusiva de la naturaleza, como en los bosques, parece que estamos ante un recargo nacido puramente del monopolio. Pero, en realidad, el capital aquí empleado está formado casi exclusivamente de capital variable, por capital invertido en trabajo que, por tanto, pone en movimiento más trabajo sobrante que cualquier otro capital de la misma magnitud. Esto quiere decir que en el valor de la madera se encierra un remanente de trabajo no retribuido o de plusvalía mayor que en el producto de capitales de composición orgánica más alta. Así se explica que la madera pueda cubrir la ganancia media y, además, dejar al propietario del bosque un remanente considerable en forma de renta... (121).

La renta minera también se explicaría por la baja composición orgánica del capital: Esta renta absoluta desempeña un papel todavía más importante en la industria extractiva en sentido estricto, en que desaparece por completo un elemento del capital constante, las materias primas, y donde, si se exceptúan las ramas en las que la parte formada por la maquinaria y otro capital fijo es considerable, predomina incondicionalmente la más baja composición orgánica del capital. En esta industria, donde la renta parece nacer de un precio de monopolio, se necesitan precisamente circunstancias extraordinariamente favorables para que las mercancías puedan venderse por su valor o para que la renta sea igual al remanente íntegro de la plusvalía de la mercancía sobre su precio de producción. Y lo mismo acontece, por ejemplo, con la renta de aguas dedicadas a la pesca, de canteras, de bosques silvestres, etc. (122).

C. LA RENTA DE MONOPOLIO Sea que la renta absoluta absorba toda o parte de la plusvalía excedente en la agricultura, el producto se venderá a un precio de monopolio, porque es el monopolio de la propiedad territorial el que impide la nivelación del precio agrícola                                                              120

Marx, Karl El Capital Vol. III, pp.711-712.  Ibíd, p.712. 122 Ibíd. p. 716.  121

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con el precio de producción, como ocurre en otros productos industriales en que el valor es superior al precio de producción. Pero, en este caso se trata de un precio de monopolio relativo, pues aunque se sobrepone al precio de producción está regulado por el valor y por el excedente de éste respecto al precio de producción; así, cuando se igualan las composiciones orgánicas del capital agrícola y media social coinciden valor y precio y desaparece la renta absoluta (123). Marx reconoce dos formas normales de renta, la absoluta, nacida del excedente del valor agrícola respecto al precio de producción y la renta diferencial, surgida de la transformación de la ganancia extraordinaria normal en renta. Aparte de ellas la renta surge de un verdadero precio de monopolio: ... En todo caso, esta renta absoluta nace del remanente del valor sobre el precio de producción, es simplemente una parte de la plusvalía agrícola... del mismo modo que la renta diferencial nace de la transformación de la ganancia excedente, de su confiscación por el terrateniente, a base del precio general de producción regulador. Fuera de ellas, la renta sólo puede responder a un verdadero precio de monopolio, no determinado por el precio de producción ni por el valor de las mercancías sino por las necesidades y solvencia de los compradores, y cuyo estudio tiene lugar en la teoría de la competencia... (124).

Más adelante, en el capítulo sobre la renta urbana y precios de la tierra, Marx aclara lo que entiende por renta surgida de un precio de monopolio: Cuando hablamos de precio de monopolio, queremos referirnos a un precio que se determina exclusivamente por la apetencia de compra y la capacidad de pago de los compradores, independientemente del precio general de producción o por el valor de los productos. Una viña que produce un vino de una calidad excepcional y que sólo puede producirse en una cantidad relativamente escasa, podrá imponer un precio de monopolio. Gracias a él y al remanente que dejará sobre el valor del producto, debido exclusivamente a la riqueza y a la pasión de los bebedores de exquisito vino, el cosechero obtendrá una considerable ganancia excedente. Esta ganancia excedente, nacida de un precio de monopolio, se convertirá en renta y será apropiada bajo esta forma por el propietario de la tierra... dotada de virtudes especiales. En estos casos como se ve, es el precio de monopolio el que crea la renta. Y a la inversa, la renta creará el precio de monopolio cuando el trigo se vende no sólo por encima de su precio de producción, sino también por encima de su valor gracias a la traba que la propiedad territorial opone a la inversión no rentable de capital en las tierras no cultivadas (125).

Marx distingue en el pasaje anterior dos clases de renta de monopolio: la primera, en la que el precio de monopolio crea la renta, se refiere generalmente a situaciones excepcionales en que los recursos naturales son absolutamente escasos y da origen a bienes lujosos, que integran el consumo de burgueses y terratenientes y son necesariamente secundarios en la canasta obrera y en el salario. Se trata, por tanto, de bienes en que se consume la plusvalía y no de los que integran los medios de producción o el salario. Y, la segunda, cuando la renta triguera determina un precio de venta por encima del valor del producto alimenticio básico de la población, y a través de él, de los demás alimentos y materias primas.                                                              123

Ibíd. p. 709.  Ibíd. p. 708-709.  125 Ibíd. p. 719. 124

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En este caso estaría en manos de la propiedad territorial la regulación del precio de la fuerza de trabajo y la plusvalía así como del precio de las materias primas agrícolas. La renta triguera que crea un precio de monopolio más bien parece una distinción de Marx con respecto a la renta nacida de un precio de monopolio que una explicación de la renta alternativa a la renta absoluta. Sólo en dos pasajes más de El Capital menciona Marx, de pasada, este tipo de renta (126), mientras en la explicación de las principales situaciones donde podría interpretarse la renta a través de un precio de monopolio, como en la explotación de bosques naturales, la minería y demás industrias extractivas, recurre a la renta absoluta. De otra parte, en los extensos pasajes de la Historia crítica de la teoría de la plusvalía; donde Marx confronta su teoría con la de otros autores, sólo recurre a la teoría de la renta absoluta, la que enfrenta con la renta de monopolio triguera. Las alusiones de Marx a la renta de monopolio han originado interpretaciones tendenciosas y abusivas de la teoría marxista de la renta en las cuales se toma la renta de monopolio como la última explicación de Marx a la renta de las tierras peores: Marx introduce la renta de monopolio como última explicación del aumento de los precios agrícolas. La renta de monopolio no es más que un substituto de la renta absoluta que permite paliar el irrealismo de su condición de existencia y la arbitraría limitación del nivel de la renta absoluta impuestos por Marx. Esta renta de monopolio es una herejía en relación al valor trabajo, pues ella hace referencia al deseo y a la demanda de los consumidores y no más a la oferta y a las condiciones de producción como habitualmente hace este autor (127).

Pero Marx restringe la renta de monopolio a bienes que constituyen artículos de lujo y a la renta urbana: ... existen rentas que sólo pueden explicarse absolutamente a base de un monopolio, v.gr., las rentas de aguas de Lombardia y en una parte de Asia, así como también la renta urbana, en la medida en que es renta de terrateniente... (128).

En El Capital señala como una de las características de la renta urbana: ... el predominio de un precio de monopolio en muchos casos, y, especialmente, por la explotación más desvergonzada de la miseria... (129).

La renta urbana forma parte del alquiler de la vivienda, que es un componente importante de la canasta obrera. Marx deja la determinación de esa parte del costo de producción de la fuerza de trabajo en manos de la propiedad territorial, lo que constituye un error. En realidad no existe una sólida base para la renta de                                                              126

Ibíd. pp. 715, 745. Guigou, Jean Louis. Le rente fonciére: les théories et leur évolution depuis 1650. París, Ed. Económica, 1982. pp. 248-249.  128 Marx, Karl. Historia critica de la teoría de la plusvalía. Vol. I, p.333. 129 Marx, Karl. El Capital Vol. III, p. 717.   127

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monopolio a la clase obrera, sino para vivienda de lujo, porque el capital industrial la contrarresta eficazmente desplazando las fábricas a zonas rurales y pequeños pueblos, mejorando los sistemas de transporte urbano y multiplicando el espacio útil a través de la construcción de edificios altos. Marx niega la existencia de precios de monopolio en la producción del alimento básico de la población porque el capital y el trabajo encuentran allí una base abundante y fácil; dice al respecto: Puede también ocurrir que su precio aumente de tal modo que arroje más de lo que corresponde a la cuota media de ganancia. Es la que acontecía, por ejemplo, cuando se trata de verdaderos precios de monopolio. Pero, tratándose de ramas de producción en que el capital y el trabajo encuentran una base de inversión abundante y fácil y en las que la producción por lo que se refiere a la masa de capital invertido, se halla sometido a las leyes generales, esta petición no sólo significaría una petición de principio, sino que se hallaría en directa contradicción con los fundamentos de la ciencia y de la producción capitalista, de que esta ciencia es mera expresión teórica. En efecto, semejante hipótesis daría precisamente por supuesto lo que se trata de explicar, a saber: la circunstancia de que en una determinada rama de la producción el precio de las mercancías tiene necesariamente que arrojar una ganancia a la cuota media, para lo cual deben venderse a más de su valor. Daría por supuesto, consiguientemente, que los productos agrícolas se hallan sustraídos a las leyes generales de la plusvalía y de la producción capitalista. Y esto simplemente porque el fenómeno específico de la coexistencia de la renta y la ganancia produciría, a primera vista, semejante apariencia. Sería pues, como vemos, algo totalmente absurdo. Por consiguiente, no queda más camino sino admitir que en esta rama especial de la producción existen circunstancias especiales, por virtud de las cuales los precios de las mercancías realizan en su precio la plusvalía total contenida en ellas, en vez de realizar solamente aquello que corresponde a la cuota general de ganancia; influencias a las que se debe que los precios de producción de esta clase de mercancías no desciendan lo suficiente por debajo de su plusvalía para no reportar más que la cuota general de ganancia o no rendir una ganancia media superior a la de las demás ramas de producción del capital. Ya no se trata de explicar cómo del precio de una mercancía puede salir, además de la ganancia, una renta para el terrateniente, infringiéndose así, aparentemente, la ley del valor y arrojando, mediante el alza de su precio por encima del nivel trazado por su plusvalía inmanente, más de la que, según la cuota general de ganancia, corresponde a un capital de determinada magnitud. Lo que hay que explicar ahora es, por el contrario, como en la nivelación de las mercancías a base de sus precios de producción, éstas no necesitan ceder parte de su plusvalía inmanente para no arrojar sino la correspondiente a la cuota media, sino que realizan además de ésta, una parte de su propia plusvalía que representa un superávit sobre la ganancia normal... (130).

Más adelante Marx contrapone a la explicación de la renta del trigo por un precio de monopolio su teoría de la renta absoluta: ... Buchanan... lo que dice es que cuando el trigo da una renta se vende a un precio de monopolio y que este precio es... 'el precio más alto que el consumidor se encuentra dispuesto a pagar por esta mercancía'. Esto es falso. El trigo que da una renta (y al decir esto, no nos referimos a la renta diferencial) no se vende a un precio de monopolio, en el sentido de Buchanan. Sólo se

                                                             130

Marx, Karl. Historia crítica de la teoría de la plusvalía. Vol. I, p. 338. 

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vende a un precio de monopolio cuando se vende por encima de su precio de producción, es decir por su valor. Su precio se determina por el tiempo de trabajo realizado, no por el costo de producción, y la renta es el remanente del valor sobre el precio de producción... Todas las mejoras hacen que baje el valor del trigo al reducir el trabajo necesario para su producción... Si el trigo se abarata, al igual que el salario, aumentará la plusvalía. Además el arrendatario gastará menos en simiente y en forraje. La cuota de ganancia aumentará en las ramas no agrícolas, también por lo tanto en la agricultura... la renta bajará al subir la cuota de ganancia. El trigo se abaratará, pero aumentará el precio de producción. Se reducirá pues la diferencia entre su valor y su precio de producción (131).

La renta absoluta surge del hecho histórico del atraso de la productividad agrícola respecto a la industria y puede desaparecer en una etapa superior de desarrollo: Y esta distinción, a su vez, nace simplemente de la diferencia en cuanto a la composición orgánica del capital. Todas las mercancías cuyo valor, con arreglo a la composición orgánica, es superior al precio de producción, revelan con ello que son relativamente más improductivas que aquellas otras que tienen un valor inferior a éste, ya que exigen una cantidad mayor de trabajo vivo, en proporción al trabajo pretérito contenido en el capital constante; es decir, requieren una cantidad mayor de trabajo para poner en movimiento un determinado capital. Pero, esta diferencia es de carácter histórico, puede por tanto desaparecer. El mismo razonamiento que demuestra también su realidad, su existencia como mero hecho histórico, inherente a un cierto grado de desarrollo de la agricultura y susceptible, por consiguiente de desaparecer en una etapa superior de desarrollo. Ricardo... negaba la renta absoluta porque partía del supuesto de que la composición orgánica de capital era la misma en la agricultura que en la industria, lo que equivale a negar el mero hecho histórico del más atrasado desarrollo de la productividad del trabajo en la agricultura, en comparación con la industria... (132).

Cuando la composición orgánica de capital se iguala con la composición media social desaparece la renta absoluta. Es posible, sin embargo, que el propietario explote sus tierras sin renta, o que el canon de arriendo consista en deducciones de la ganancia media del arrendatario o del salario normal, pero allí no se puede hablar de renta en sentido económico. Ahora bien, donde la industria está poco desarrollada no existen arrendatarios capitalistas: No ocurriría así en un país en que la composición orgánica del capital agrícola fuese la misma que la del capital industrial, lo que implica un gran desarrollo de la agricultura o un rezagamiento de la industria. En estas condiciones, nos encontraríamos con que el valor del producto agrícola equivaldría a su precio de producción, por lo cual las tierras no podrían tributar más que la renta diferencial. . , La cosa es lógica. Si el arrendatario vende los productos de estas tierras por su valor, no alcanzará a cubrir más que su precio de producción y no podría pagar renta. Por tanto, el terrateniente no tendría sino dos caminos: o cultivar estas tierras personalmente, o cobrar como canon de arriendo una parte de la ganancia o incluso del salario de aquel a quien se las arrienda. Puede ocurrir que este caso se dé en algún país, sin que ello impida, naturalmente, que en cualquier país se dé el caso contrario. Sin embargo, allí donde la industria -y por tanto, la producción capitalistase halla poco desarrollada, no hay arrendatarios capitalistas, pues éstos presuponen la existencia de la producción capitalista en el campo... (133).

                                                             131

Ibíd, pp. 527-528.  Ibíd, p. 435. 133 Ibíd, pp. 532-533. 132

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En El Capital también se insiste en esta idea: Si la composición media del capital agrícola fuese la misma o más alta que la del capital social medio, desaparecería la renta absoluta, siempre en el sentido que lo hemos expuesto; es decir, la renta que se distingue tanto de la renta diferencial, como de la renta basada en un verdadero precio de monopolio... (134).

Pueden presentarse situaciones en las que se eleva la composición del capital agrícola y simultáneamente sube el precio del producto agrícola suficientemente para que tierras nuevas y peores a las ya explotadas devenguen renta, que sólo podría surgir de un precio comercial sobre el valor o del precio de monopolio del producto. Marx considera dos explicaciones al respecto: de un lado, no se eleva la composición técnica del capital agrícola, sino sólo su composición de valor, debido a alzas en los precios de las materias primas, el ganado o la maquinaria. Por lo tanto, el sector conserva su misma base técnica y productividad del trabajo respecto a otras ramas productivas: Un capital de composición orgánica baja podría colocarse en apariencia al mismo nivel de un capital de composición orgánica alta, considerado desde el punto de vista de la composición de valor simplemente, por el mero hecho de que aumentasen los valores de sus elementos constantes... Por consiguiente, el mero hecho de que el capital agrícola se hallase al nivel general en cuanto a la composición de valor no demostraría que se hallare igualmente desarrollada en él la productividad social del trabajo... (135).

De otro lado, debe tenerse en cuenta la peculiaridad de la agricultura y la minería, en las que la productividad no depende sólo de un factor social, la composición orgánica del capital, sino también de un factor natural, la fertilidad de las tierras y la riqueza de las minas: Suponiendo que la maquinaria economizadora de trabajo, los medios químicos auxiliares, etc., ocupen aquí un lugar importante y que por tanto, el capital constante aumente con respecto a la masa de fuerza de trabajo empleada desde un punto de vista técnico, no sólo en cuanto a valor, sino también en cuanto a la masa, en la agricultura (lo mismo que en la minería), habrá que tenerse en cuenta, además de la productividad social, la productividad natural del trabajo, que depende de las condiciones en que éste se desarrolle. Es posible que el aumento de la capacidad productiva social de la agricultura se limite a compensar o no compensar siquiera el descanso de la capacidad natural -compensación que sólo puede surtir efectos durante algún tiempo- de tal modo que, a pesar del desarrollo técnico, el producto agrícola no se abarate, sino que simplemente se evite su mayor encarecimiento... (136).

D. REGULACION DE LA RENTA ABSOLUTA POR EL VALOR La renta absoluta materializa en parte o en todo el excedente del valor agrícola respecto a su precio de producción, según las condiciones del mercado agrícola y de la acumulación de capital. Entonces, ¿el nivel de la renta absoluta es indeterminado? Un autor tan duro con Marx como Jean Louis Guigon dice:                                                              134

Marx, Karl. El Capital. Vol. III, p. 709.  Ibíd, pp. 709-711. 136 Ibíd, p. 211. 135

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Es difícil admitir que el nivel de la renta absoluta esté determinado por la diferencia entre el valor y el precio de producción, pues bien mirado, si el nivel de la renta absoluta depende de un regateo entre el propietario y el arrendatario, nada se opone a concebir una extremada variedad de niveles y una indeterminación total de la renta absoluta (137).

Supongamos que los propietarios territoriales son rentistas que alquilan la tierra a capitalistas que la explotan. Los primeros consumen toda su renta y no acumulan capital, aunque pueden comprar más tierras o edificios. Esto puede parecer irreal, pero en todo caso es cierto que los terratenientes no tienen que invertir parte de su renta para reproducirse como tales, sino que les basta con que existan las condiciones sociales para la conservación de la propiedad y el desarrollo de la acumulación y la población que haga necesario cultivar sus dominios. Lo anterior no excluye la conversión de capitalistas en propietarios o viceversa, sino que una vez en una clase los primeros acumulan y los segundos consuman su renta o compran con parte de ella nuevas propiedades. Cuando la renta absoluta crece se generan fuerzas en el sistema económico que restringen su crecimiento. Consideremos que la canasta obrera necesaria para reproducir la fuerza de trabajo ha llegado al límite físico. Los terratenientes restringen la oferta de tierras impulsando los precios agrícolas hacia arriba para tratar de ajustar la renta al nivel deseado. El salario agrícola e industrial nominal crece recortando la plusvalía, la alimentación de la burguesía se hace más costosa restringiendo la plusvalía acumulable y la renta urbana es empujada hacia arriba, porque su base depende de la renta agrícola, con los mismos efectos. Esto restringe la acumulación de capital, lo que reduce la inversión de capital circulante adicional, y consiguientemente, el crecimiento de la demanda de alimentos y materias primas. De otro lado se reduce la oferta de capital respecto a la que existía con una renta más reducida, lo que aumenta la tasa de interés, al mismo tiempo que la cuota media de ganancia ha bajado; entonces, se reduce la cuota de ganancia del empresario y la demanda de tierras adicionales en arriendo. El alza de la renta genera fuerzas que tienden a contrarrestarla. La extensión de la agricultura está limitada por la acumulación y el crecimiento de la población y depende del estado del mercado de capitales: Prescindiendo del hecho de que la fase de desarrollo del incremento de la población y del capital... opone un límite aunque sea elástico a la extensión de la agricultura... la extensión de la agricultura en el espacio depende del estado del mercado de capital en su conjunto y de la situación en los negocios dentro del país. En períodos de escasez no bastará con que la tierra inactiva dé al arrendatario la ganancia media -tributo o no rentapara incorporar a la agricultura nuevo capital. En otros períodos de plétora de capital éste afluye a la agricultura sin necesidad de que suba el precio comercial, siempre y cuando que por lo demás se den las condiciones normales... entre las nuevas tierras y las últimas cultivadas media siempre una diferencia de costo que supone la roturación, y del nivel de los precios comerciales y de las condiciones de crédito dependerá el que esta operación se emprenda o no... (138).

                                                             137 138

Guigou, Jean Louis. Op. cit. p. 248 Marx, Karl. El Capital. Vol. III, p. 714.

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Ahora bien, el título de propiedad no deviene en propiedad efectiva mientras no concurran circunstancias que permitan valorizar aquél con una renta, lo que no depende del terrateniente sino de que existan capitales que concurran por el cultivo de las tierras peores: "El terrateniente se halla siempre dispuesto a percibir una renta, es decir, a obtener algo sin dar nada a cambio; pero el capital para poder satisfacer su deseo, necesita que concurran ciertas circunstancias. La competencia de unas tierras con otras no depende, pues de que el terrateniente quiera echarlas a competir, sino que se encuentre el capital necesario para competir con otros sobre las nuevas tierras (139).

De ahí que no sea necesaria un alza considerable del precio agrícola para que los terratenientes estén interesados en arrendar sus tierras, en recibir algo por el uso de una tierra, cuya propiedad era hasta ahí nominal. Por eso señala seguidamente Marx: ... del mismo modo, que aquí la renta absoluta, en circunstancias normales, sólo puede ser pequeña, cualquiera que sea el remanente del valor del producto sobre su precio de producción... (140).

A medida que se desarrolla la agricultura aumenta su composición orgánica del capital y se reduce la plusvalía excedente agrícola, si no aumenta en igual proporción o más rápidamente la composición orgánica industrial. ¿Pero, los terratenientes van a consentir que se reduzca su renta absoluta porque ha disminuido la plusvalía excedente de donde se origina? Por supuesto que no lo harán de buen grado, sino que es una necesidad que se les impone, como veremos en seguida. Una composición orgánica de capital más elevada en la agricultura lleva aparejada una mayor productividad del trabajo, siempre y cuando aumente la composición técnica y no sólo el precio del capital constante o el aumento en la composición técnica no se limite a compensar un descenso en la componente natural de la productividad del trabajo. Esta última posibilidad es más frecuente en las industrias extractivas que en la agricultura; aquí se hace abstracción de ella. Cuando la composición orgánica agrícola crece no sólo se reduce la masa de valor para una inversión de capital dada, sino que la masa de mercancías en que dicho valor se materializa aumenta porque se ha desarrollado la productividad del trabajo. Esto permite rendir una oferta creciente de producto en una superficie de tierra dada, o una cantidad constante de mercancías en una superficie menor, o una combinación de las dos anteriores. La cantidad demandada se incrementa al bajar el precio de mercado y si el desarrollo técnico de la agricultura ocurre en el curso de varios años el mercado agrícola aumenta. Aceptemos que la cantidad de productos absorbidos por el mercado crece, pero no en la proporción suficiente para mantener bajo cultivo todas las tierras peores A utilizadas antes, debido a que las bajas elasticidades ingreso y precio de la demanda no permitieron elevar                                                              139 140

Ibíd, p. 715.  Ibíd.

 

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ésta suficientemente; en este caso se rendiría una oferta mayor de producto con una demanda menor de tierras A, lo que presionaría hacia abajo la renta absoluta, en concordancia con la disminución de la plusvalía excedente agrícola. Detengámonos en el proceso de ajuste entre el valor promedio y el precio de mercado: al aumentar la composición orgánica de capital crece la oferta agrícola, lo que con una demanda dada e inelástica significa una aguda baja del precio del mercado. El valor unitario por mercancía también se reduce, porque ha disminuido la masa de valor y aumentado la cantidad de mercancías que se materializan en ese valor; pero el valor unitario baja en menor proporción que el precio de mercado (141). A este precio los productores más tecnificados que el promedio obtienen a duras penas la ganancia media, mientras al nuevo valor más bajo obtendrían ganancias extraordinarias; en tanto que los grupos de productores con productividades iguales o menores a la media no obtienen la ganancia media en unos casos y en otros tienen pérdidas, lo que los lleva a la ruina o al abandono de la agricultura. Esto tiene una doble consecuencia: de un lado, baja la oferta agrícola al reducirse el número de productores, y del otro, disminuye el valor promedio, al aumentar la proporción de productores tecnificados; lo que a la larga produce la igualación del precio de mercado, que aumenta, y del valor promedio que disminuye. La renta absoluta tiene una tendencia descendente, en concordancia con la baja de la demanda de tierras peores A. Parece improbable que con precios agrícolas descendentes y demanda decreciente de tierras A los terratenientes puedan imponer como renta todo el nuevo excedente del valor sobre el precio de producción, sino que parte del mismo se conserve como ganancia extraordinaria de los capitalistas innovadores; entonces, después de un período de salida de capital de la agricultura, este volvería a entrar en búsqueda de ganancias excedentes. Esto haría bajar el precio de mercado hasta el punto en que desaparezcan las ganancias extraordinarias y el precio agrícola coincidiera aproximadamente al precio de producción más la renta absoluta. Según la parte de las tierras A puestas en cultivo, el progreso de las técnicas de producción agrícola, la velocidad del proceso global de acumulación de capital, la competencia del cultivo intensivo en tierras fértiles, el mercado interno de productos agrícolas y el comercio internacional de los mismos, el precio de mercado agrícola se acercará al precio de producción o al valor agrícola y la renta absoluta abarcará una parte mayor o menor del excedente del valor sobre el precio de producción agrícola. Entonces, el precio de mercado agrícola es una línea sinusoidal que avanza entre las líneas convergentes constituidas por el valor y el precio de producción agrícolas, y alrededor del eje del precio regulador agrícola. La renta absoluta es el excedente de este precio respecto al precio de producción, y lejos de ser una cifra arbitraria es una magnitud determinada, contrariamente a lo sostenido por Grigou.                                                              141

En caso contrario el mercado estaría absorbiendo la producción adicional al nuevo valor y estarían entrando capitales a la agricultura.

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Un ejemplo numérico permite ilustrar lo que se ha dicho, así como las compensaciones que se operan en la renta absoluta por la reducción de la cuota media de ganancia, producida por el cambio en la composición orgánica agrícola y por el alza en la cuota de plusvalía, derivada de la disminución del valor de los bienes agrícolas que integran el salario. Sea una producción de 320.000 toneladas de trigo, absorbidas completamente por el mercado interno, las cuales 160.000 se originaron en 320.000 hectáreas de tierra de calidad A, donde rinde el capital 0.5 toneladas por hectárea, y una cantidad igual en tierras B, con rendimientos de 0.8 toneladas. Se invierten 100 unidades monetarias por hectárea, con una composición orgánica de 50 de capital constante y 50 de capital variable; la composición industrial es 92.8C + 7.2V y la media social 80C + 20V, pues el 70% del capital está invertido en la industria y el 30% en la agricultura. La cuota media de ganancia es del 20%, la de plusvalía del 100% y la participación de bienes agrícolas en la canasta obrera del 50%. El valor inicial por hectárea de A era 150 = 50C + 50V + 50P y el costo de producción 120 = 100 precio de costo + 20 ganancia media. Si se supone que el precio regulador del trigo coincide con el valor y la renta absoluta absorbe todo el exceso del valor sobre el precio de producción, el precio por tonelada es 300 (150 ÷ 0.5), la renta por hectárea de A es 30 = 150 - 120, la cuota de renta respecto al capital es 30% y la participación de la renta en la producción del 20%. La renta total por hectárea de B es 120, 90 renta diferencial y 30 renta absoluta. Si la composición orgánica agrícola aumenta a 60C + 40V, y a consecuencia de ello se incrementa el rendimiento en 20%, a 0.6 toneladas por hectárea de A y a 0.96 en B; la inversión por hectárea no cambia. Con unas cuotas de plusvalía y ganancia invariables, el valor de la masa en A se reduce a 140 = 60C + 40V + 40P, el costo de producción se mantiene en 120, la renta por hectárea baja a 20. El precio unitario pasa de 300 a 233.3. Pero, el alza de la composición orgánica agrícola eleva la composición orgánica media a 83C + 17V y hace bajar la cuota media de ganancia al 17%. Esto hace recuperar la renta absoluta por hectárea a 23 (140 - 117); el descenso de la cuota de ganancia no obedece aquí a la pérdida de productividad agrícola, como en Ricardo, sino al aumento de la misma. Ahora bien, la disminución del valor de las subsistencias conduce a la larga a bajar el salario monetario y con éste el capital variable, si la jornada de trabajo no varía, la cuota de plusvalía cambia del 100% al 125.8% y con ella la cuota de ganancia al 19,3% (142). La renta absoluta por hectárea se eleva de nuevo de 23 a 27.5 (146.8 - 119.3). Los cambios compensatorios en las cuotas de plusvalía y de ganancia permiten recuperar en este caso el 75% de la renta perdida por la baja del valor. La cuota de renta se reduce del 30% al 27.5% y la participación de la renta en la producción del 20% al 18.7%. La producción total aumenta de 320.000 a 384.000 toneladas. Si la baja de precio sólo consigue aumentar la producción absorbida por el mercado en el 10%, quedarían 32.000 toneladas restantes que reducen el                                                              142

 El valor agregado del capital promedio es 34 y el capital variable baja de 17 a 15.1. Se considera que la inversión por hectárea es 100, lo que aumenta el valor, porque se emplea fuerza de trabajo más barata. 

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precio de mercado por debajo del valor de 233.3, haciendo retirar capital de 53.333 hectáreas de A. Los propietarios de estas tierras ociosas presionan la baja de la renta absoluta por debajo del excedente de 27.5 del valor sobre el precio de producción, tratando de encontrar capital que las cultive. El aumento en la composición orgánica del capital lleva aparejado a menudo el crecimiento de la inversión de capital necesaria. Supongamos que ésta se eleva de 100 a 150 unidades monetarias por hectárea. El rendimiento del capital pasa entonces a 0.9 toneladas por hectárea de A, y 1.44 en B (143). El valor de la masa es ahora 220 = 94.2C + 55.8V + 70P y el costo de producción 179 = 150 precio costo + 29 ganancia media y la renta por hectárea 41 (220 - 179) (144). Esta pasa, de 30 inicialmente a 41, gracias a la intensificación de la inversión, pese a la baja del precio de 300 a 233.3. La cuantía de la renta absoluta por unidad de superficie puede aumentar, y con ella el precio de la tierra, a medida que se eleva la composición orgánica agrícola. Sin embargo, el progreso agrícola debería presionar la baja de la renta al dejar tierras ociosas: si toda la superficie inicial se mantuviera en cultivo la producción aumentaría a 576.000 toneladas, pero como el mercado sólo absorbe al nuevo valor comercial el 10% más, se debe retirar capital de 248.900 hectáreas de A (77.8% de ellas) lo que presionaría la renta absoluta a la baja. Nos encontramos ante la forma que asume el desarrollo agrícola en los países capitalistas desarrollados: descenso permanente del valor y de los precios agrícolas, abandono de las tierras menos fértiles y peor situadas, descenso de la importancia de la renta respecto al valor de la producción y crecimiento de la cuantía de renta por hectárea y precio de la tierra. Bortkiewicz critica a Marx porque admite que la renta absoluta puede ser inferior al excedente total del valor agrícola respecto al precio de producción, lo que en su opinión decapita su teoría. Esto lo lleva a concluir que el valor no constituye un límite objetivo a los precios de mercado: ... por qué los precios de mercado de los productos del suelo no pueden ir más allá de su valor, si este aumento está condicionado por el hecho de que la propiedad de la tierra tiene el poder de oponerse a que los productos del suelo estén subordinados a las reglas generales de la formación capitalista... (145).

La objeción anterior no es válida pues, como hemos visto, el precio de mercado agrícola puede ser mayor al valor en un momento dado, pero está regido por él, ya que gira alrededor del precio regulador agrícola, que es un eje que pasa entre el valor y el precio de producción. Bortkiewicz acepta, sin embargo, que debe haber una renta por las tierras peores cultivadas, pero considera correcta la explicación de Ricardo de que esta renta es diferencial respecto a las inversiones adicionales al costo de producción                                                              143

Se supone, para simplificar los cálculos, que el rendimiento crece proporcionalmente a la inversión. 144 La composición orgánica en el sector agrícola es 62.8C + 37.2V 145 Bortkiewicz, Ladislaus Von. "La teoría de la renta de Rodbertus y la doctrina de Marx acerca de la renta de la tierra absoluta". Cuadernos Agrarios. México, 1974, p. 217.

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en las tierras más fértiles (146). No se debe desestimar este argumento, pues el mismo Marx considera al comienzo de su exposición de la renta absoluta en El Capital que la renta en las tierras peores puede aparecer como diferencial respecto a las inversiones adicionales en las tierras más fértiles y de que éstas limitan la renta absoluta (ver supra). Más adelante señala que cuando todas las tierras están bajo cultivo toda la renta es diferencial respecto a las inversiones adicionales en las tierras fértiles: ... sólo en este caso se convertiría toda la renta en renta diferencial, no en renta diferencial determinada en cuanto a la calidad de la tierra, sino por la diferencia entre las ganancias excedentes producidas en una determinada tierra después de las últimas inversiones de capital y la renta que se tributa por la tierra de peor clase... (147).

Como primera aproximación, podemos decir que la renta de las tierras peores es absoluta o diferencial, según las circunstancias, pues la concurrencia de capital impone a la larga la oferta más barata: la renta de las tierras peores en cultivo es renta diferencial cuando el precio de producción de la inversión adicional está comprendido entre el precio de producción y el precio regulador en A; en caso contrario, la renta es renta absoluta. Esta también rige la renta de A en las situaciones en las cuales todas las tierras son de la misma calidad o hay diversas clases de tierra pero la demanda social se cubre con una parte de las tierras más fértiles, sin necesidad de las demás. Una consideración más a fondo de la renta de las tierras menos fértiles, desde el punto de vista de la oferta más barata, nos lleva a cuestionar la regulación del precio por el precio de producción adicional en B, cuando éste es inferior al precio regulador de A. Bajo estas condiciones la renta de A será una renta absoluta diferencial: absoluta por el pago mínimo necesario para el cultivo independiente de A y diferencial respecto al costo de producción en las tierras más fértiles. El precio regulador del precio de mercado será en este caso igual a la suma del costo de producción total en B, incluida la inversión adicional, un pago mínimo por el cultivo de A y la renta diferencial I, dividida por el producto total. Un ejemplo numérico, permitirá precisar el punto de vista anterior. Supongamos que el precio regulador en A, cuando el cultivo de estas tierras ha alcanzado una extensión considerable, coincide con el valor mientras no se interpongan inversiones menos costosas procedentes de las tierras más fértiles B. El capital agrícola tiene una composición orgánica de 50% constante y 50% variable; la cuota de plusvalía es 100%; la cuota de ganancia es 20%; un precio de costo de 100, da un producto de 120 unidades en B y 100 en A. El valor del volumen producido de mercancías es 150 y el precio de producción 120, mientras el valor por unidad de mercancía es 1.5 y el precio de producción unitario en A es 1.2 y en B de 1.0. Al comienzo del cultivo de A los terratenientes aceptan cederlas por un pago mínimo, por ejemplo recargando el precio de producción de A un 1%, es                                                              146 147

Ibíd, pp. 217-218. Marx, Karl. El Capital. Vol. III, p. 709.

 

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decir, elevando el precio a 1.21, con una renta por hectárea de A de 1. A medida que se hace necesario cultivar tierras A el precio de mercado agrícola se eleva hasta el valor porque los arrendatarios no pueden pagar una renta más alta por el cultivo de A lo que restringe la oferta agrícola. Pero esta alza es transitoria porque surge una oferta más barata de las tierras fértiles B, donde una inversión adicional de 120 de costo de producción rinde un producto de 86 y un precio de producción individual de 1.4. De acuerdo al cálculo al margen de Ricardo el precio de producción regulador del mercado es 1.4, con una renta diferencial en las tierras A de 20. Pero esta situación sólo puede ser transitoria, porque la renta diferencial I en las tierras B era 24 (120 x 1.2 - 120) y al precio de 1.4 los arrendatarios obtendrían además una ganancia excedente de 24, que desataría una competencia en tales tierras, que aumentaría la oferta y haría bajar el precio de mercado. ¿Cuál sería el nuevo precio regulador de la agricultura? Un precio tal que permitiera pagar la renta y el costo de producción en B, es decir: (240 de costo de producción + 24 renta diferencial I + 1 renta absoluta) ÷ 206 = 1.29. A este precio, las tierras peores A dan una renta diferencial de 8 (129 - 121) y una renta absoluta de 1. De acuerdo a la teoría ricardiana la renta en A es diferencial hasta que el precio de producción de la inversión adicional alcance 1.5, correspondiente a un producto de 80 unidades. Si se impone la renta absoluta diferencial el precio de producción de la inversión adicional en B puede subir hasta 1.56, con una productividad de ésta de 76.7 unidades; la renta diferencial en A subiría a 29 y la absoluta a 1, en base a un precio promedio de 1.5, igual al valor. En síntesis, la renta absoluta está limitada por la renta absoluta diferencial hasta el punto que el precio promedio en B sea menor al precio regulador agrícola en A, que discurre entre el valor y el precio de producción. La competencia de otros sustitutos agrícolas, la pesca, los procesos productivos economizadores de materias primas y la importación de alimentos y materias primas son otros límites al crecimiento de la renta absoluta. E. LOS SISTEMAS DE ARRIENDO E HIPOTECARIO DE LA RENTA (148) El régimen de producción capitalista avanza en la agricultura mediante el arriendo de tierras y la hipoteca. En el primero se presentan separadas las tres clases características de la sociedad burguesa, obreros asalariados, capitalistas y terratenientes: el arrendatario capitalista organiza y dirige la producción, que es llevada a cabo por obreros asalariados explotados por él, por lo cual aquél se apropia en primera instancia la totalidad de la producción y la plusvalía. Pero, como la tierra es arrendada, el capitalista sólo se apropia de la ganancia media, y paga la plusvalía excedente al terrateniente como renta del suelo. Este sistema es característico en Inglaterra.

                                                             148

Kautsky, Karl. La cuestión agraria. Bogotá, Editorial La Chispa, 1973. pp. 79-99.

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La explotación directa del propietario de la tierra predomina sobre el sistema de arriendo en la mayoría de los países capitalistas desarrollados, pero la agricultura también se desarrolla en forma capitalista basada en el crédito. La agricultura capitalista sólo se presenta donde existe previamente el régimen capitalista y la organización moderna del crédito en las ciudades. El crédito hipotecario separa realmente la explotación de la propiedad porque el propietario nominal de la tierra debe hipotecar la renta del suelo para conseguir capital-dinero para mejorar la tierra y comprar modernos medios de producción industriales. El sistema hipotecario separa efectivamente la explotación capitalista de la propiedad territorial pero velada bajo formas jurídicas: el terrateniente aparece nominalmente como capital bancario, pero como el banquero recibe la renta bajo la forma de interés del capital y la hipoteca como garantía de la propiedad, se convierte en propietario real de la tierra. El empresario capitalista es el propietario jurídico o nominal de la tierra que organiza y dirige la producción, explota directamente los obreros asalariados, se apropia la ganancia media y paga la renta del suelo al acreedor hipotecario. La condición de propietario nominal de este último se manifiesta en las fases de depresión agrícola cuando el empresariopropietario tiene pérdidas y debe entregar su propiedad nominal al banco hipotecario. Los cambios de renta se acompañan por variaciones en el canon de arriendo en el sistema de arriendo y en el hipotecario no: los pagos al banco hipotecario se fijan de acuerdo al interés en el mercado de capital a largo plazo a la iniciación del contrato y permanecen fijos aunque cambie la renta. El desarrollo capitalista con su creciente acumulación ha hecho subir la renta, por la creciente demanda de alimentos y materias primas y de la tierra como espacio construible, mientras produce una reducción de la ganancia media y del interés; esto ha favorecido al terrateniente en el sistema de arriendo y al capitalista-propietario nominal en el hipotecario. Para resarcirse, los bancos hipotecarios cobran un interés alto en períodos de alza de la renta con lo que consiguen participar en ésta. Expliquemos cómo lo consiguen: el precio de las tierras es la capitalización de las rentas, pero de las rentas futuras, de tal manera que si éstas crecen en el tiempo crecerá aquél. Lo anterior se consigue simplemente capitalizando la renta a una tasa de interés inferior a la vigente en el mercado de capital a largo plazo. Como los intereses hipotecarios se pactan a esta tasa, el capital-dinero entregado al propietario es inferior a la renta capitalizada, lo que permite al banco hipotecario percibir parte del alza de la renta. Sea r, la renta; i, tasa de interés en el mercado de capital; i', tasa de capitalización de la renta, donde i' < i; P, precio de la tierra; C, capital hipotecario. C = r/i y P = r/i', como i > i', entonces C < P. Con un capital menor al precio de la tierra se percibe toda la renta. Cuando la renta baja en el sistema de arriendo se reduce el canon de arrendamiento mientras en el hipotecario no bajan los pagos al banco hipotecario, 87   

que en ocasiones salen de la ganancia media del empresario y en momentos críticos de parte de su capital, lo que hace perder al capitalista la propiedad nominal de la tierra a favor del banco. Marx considera que en la propiedad campesina libre no hay renta absoluta, pues la propiedad no funciona como un poder ajeno que reclama una parte de la plusvalía como renta sino como una condición de la inversión libre de la fuerza de trabajo campesina. Sin embargo, cuando los campesinos están endeudados con el capital usuario una parte de su trabajo excedente se debe materializar en el precio de los productos agrícolas, la correspondiente a los pagos de "intereses" al usurero, o la renta del usurero: ... Claro está que, en estos casos, existe el límite de los intereses del precio pagado por la tierra, que generalmente han de hacerse efectivos a una tercera persona, el acreedor hipotecario. Pero, estos intereses podrán pagarse, precisamente, a costa de la parte de trabajo sobrante que bajo el régimen capitalista constituiría la ganancia. Por tanto, la renta anticipada con el precio de la tierra y con los intereses correspondientes no puede ser otra cosa que una parte del trabajo sobrante capitalizado del campesino después de cubrir el trabajo necesario para su subsistencia, sin que ese trabajo sobrante se realice en una parte del valor de la mercancía equivalente a toda la ganancia media y menos aún en un remanente sobre el trabajo realizado en la ganancia media, en una ganancia extraordinaria... (149).

Es decir, aunque la renta del usurero es la realización de parte del trabajo excedente campesino, los productos agrícolas podrán venderse más baratos que los de productores capitalistas en condiciones similares y aún más, cuando éstos pagan renta a grandes propietarios. El propietario real de la tierra, que percibe la renta bajo la forma de interés, es el acreedor hipotecario, mientras el campesino endeudado deviene en propietario nominal. Recientemente se ha considerado esta forma de renta en la agricultura campesina moderna de Francia, denominándole correctamente renta territorial campesina: La propiedad territorial, entidad abstracta, está personificada no por el vendedor nominal [el coheredero], sino por el organismo prestamista que recibirá cada año el equivalente de la renta de la tierra y de los intereses bajo la forma de anualidades. Esta suerte de mixtificación jurídica es un efecto de la aplicación a los trabajadores de la tierra, reglas de apropiación privadas dictadas por el derecho burgués en contra de las clases trabajadoras (150).

Mollard estima la renta territorial campesina en 1968 entre 3.800 y 5.700 millones de francos. Esto representa entre el 6.6 y 13.7 por ciento del valor de la producción, según la superficie y los sistemas de producción (151).

                                                             149

Marx,Karl. El Capital. Vol III. p.746 Mollard, Amédée. Paysans exploités. Grenoble, Presses Universitaires de Grenoble, 1978. p. 135. 151 Ibíd. pp. 135-136.   150

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CAPÍTULO IX

LA RENTA URBANA*

A. EL PROBLEMA EN LA RENTA URBANA La explicación de la renta urbana es importante sobre todo en cuanto al alquiler de la vivienda, es una parte integrante del costo de producción de la fuerza de trabajo urbana. El problema es de importancia secundaria cuando se trata del suelo urbano ocupado por la burguesía y las demás clases dominantes pues, en este caso, la renta urbana está asociada a la redistribución de la plusvalía ya producida entre la burguesía y los propietarios territoriales; no afecta así las condiciones de reproducción del régimen de producción, ya que la demanda por suelo urbano de la burguesía es el resultado de su decisión previa sobre la división de la plusvalía entre el consumo y la acumulación de capital. A diferencia de lo que ocurre en la agricultura, la ganadería y las industrias extractivas, la tierra urbana no opera como un medio de producción natural sino como el espacio obligado para el desarrollo de la vida humana y la realización de todas las actividades productivas y no productivas que ésta supone (152). Pero la necesidad del espacio no se puede satisfacer gratuitamente, es necesario pagar un tributo a la propiedad territorial, la renta del suelo urbano. La tierra urbana no interviene en el proceso de producción de las mercancías, por lo tanto no puede ser el resultado de la formación de un precio de producción regulador del mercado, ni constituir una parte del valor de las mercancías convertido en renta por la acción de la propiedad territorial. De aquí que la explicación de la renta urbana deba partir de que ésta es una transferencia de plusvalía de los sectores productivos a los terratenientes, independiente del precio de las mercancías. Volviendo a lo que se decía al principio: si aumenta el precio de los componentes de la canasta obrera a la larga debe aumentar el salario y viceversa: ... cuando el obrero es engañado por su panadero o por su tendero en el precio o en la calidad de la mercancía... tan pronto como cierto grado medio de engaño se convierte en algún sitio en regla social, es inevitable que, con el tiempo, este engaño quede compensado por un aumento correspondiente en el salario... (153).

                                                             * Tomado de Cuadernos Colombianos No. 6,1975. pp. 208-223. 152 Marx, Karl. El Capital. México, Fondo de Cultura Económica, 1972. Vol. III, p. 718. 153 Engels, Friedrich. Contribución al problema de la vivienda. Bogotá, Ediciones Los Comuneros, s.f. p. 8.  

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Ahora bien, si el obrero satisface por sí mismo parte de los medios de vida necesarios para reproducir su fuerza de trabajo, el costo de los mismos no interviene en la determinación del salario. Friedrich Engels dice al respecto: ... Supongamos que en una región industrial determinada sea normal que cada obrero posea su propia casita. En este caso la clase obrera de esta región está alojada gratuitamente; los gastos de vivienda ya no entran en el valor de la fuerza de trabajo. Pero toda disminución de los gastos de producción de la fuerza de trabajo, es decir, toda reducción por largo tiempo de los precios de los medios de subsistencia del obrero equivale, 'en virtud de las férreas leyes de la economía nacional' (154), a una baja del valor de la fuerza de trabajo y lleva, en fin de cuentas, a una baja correspondiente en el salario. El salario descendería así, por término medio, en una cantidad igual a la economía realizada en el alquiler corriente, es decir, que el obrero pagaría el alquiler de su propia casa, no en dinero al propietario, sino bajo la forma de trabajo no pagado que iría al fabricante para el cual trabaja. De esta manera, las economías invertidas por el obrero en la casita se convertirían, efectivamente y en cierta medida, en capital, pero no para él, sino para el capitalista de quien es asalariado (155).

La propiedad de la clase obrera sobre la vivienda no es la norma general, sino más bien el alquiler de la misma; la cita anterior no pretende probar lo primero. Lo que se trata de hacer resaltar es la relación planteada por Engels entre el alquiler, el costo de producción de la fuerza de trabajo y el salario; por lo tanto, la que existe entre el primero y la plusvalía apropiada por el capital en la producción de mercancías. Es necesario esclarecer este punto porque, de un lado, la renta urbana es un componente del alquiler, y del otro, constituye una transferencia de trabajo de los sectores productivos a los terratenientes, independiente del precio de producción o del valor de las mercancías. Pero entonces, ¿si la renta urbana no depende del precio de las mercancías, significa que puede ser fijada arbitrariamente por los terratenientes? De ser así, la renta urbana determinaría el salario, la plusvalía en poder de los capitalistas y la acumulación de capital; lo que estaría en contradicción con la determinación de la demanda de tierra urbana por la acumulación de capital. En efecto, el capital variable crea la demanda solvente por vivienda obrera y el capital constante la de tierra urbana para usos no residenciales. Entonces, no queda más que sentar la hipótesis de la determinación de la renta urbana por el costo de producción de fuerza de trabajo. Pero ¿centrar la investigación de la renta urbana en su relación con el costo de producción de la fuerza de trabajo no es ignorar el otro componente principal de la demanda por suelo urbano, el capital constante? Esto se justifica por ser un problema de importancia secundaria. De una parte, como el suelo industrial no se demanda en cuanto medio de producción, sino como espacio, es posible concentrar enormes capitales en terrenos relativamente reducidos; de donde la presión ejercida por la acumulación de capital constante sobre la demanda de tierra urbana sea muy pequeña en relación a su magnitud. De otra parte, el precio de producción regulador en las industrias que reducen costos por situarse en el mercado urbano, en lugar de hacerlo cerca de las fuentes de materias                                                              154 155

Está criticando aun tal señor Sax. Ibíd. p. 59 (subrayados nuestros).

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primas, está determinado por los fabricantes peor ubicados en la ciudad; aquellos que ocupan lugares ventajosos presentan un precio individual de producción más reducido y obtienen una ganancia extraordinaria, igual a la economía efectuada en el costo de transporte; dicha ganancia se transforma en renta por la competencia de los capitalistas para ocupar los lugares más ventajosos. Si la renta excediese la economía en el costo de transporte de los industriales favorecidos, la rama industrial se saldría del perímetro urbano, pues allí pagaría solamente la renta agrícola y el costo de transporte al mercado. Algo similar puede decirse de los locales comerciales; los comerciantes peor situados determinan el precio al consumidor y los mejor ubicados obtienen una ganancia extraordinaria que la competencia de capitales transforma en renta. Antes de entrar en materia se debe precisar el concepto de lo urbano. Aquí se entiende por tierra urbana la que se demanda, como espacio, no en tanto que medio de producción natural, y por renta urbana la asociada a tal uso de la |tierra. B. ANOTACIONES SOBRE LA RENTA URBANA Se parte de que se está en un régimen de producción capitalista competitivo donde, por lo tanto, los capitales pueden desplazarse sin obstáculo de los sectores económicos menos lucrativos a los de más elevadas cuotas de ganancia y obtienen, en promedio, la ganancia normal a base de la cuota media de ganancia. Pero cuando se dice capitalismo de competencia no se alude tan sólo al capital sino también a la fuerza de trabajo. En efecto, si se asume una cuota de plusvalía común para todas las ramas de la producción se está admitiendo implícitamente el libre movimiento de los asalariados de los sectores y regiones de bajos salarios y malas condiciones de trabajo hacia donde se presente una situación más favorable. Esto significa, de un lado, un salario real obrero único para todo el país, aunque éste pueda diferir en términos de valor regional y sectorialmente debido a la renta diferencial agrícola por situación, al diferente costo de la canasta obrera, consecuencia de las particulares costumbres alimenticias locales (por ejemplo, el consumo de papa en lugar de trigo) y por la distinta magnitud que pueda tener la renta urbana entre una ciudad y otra. Pero, de otro lado, las diferentes cuotas de ganancia regionales deben nivelarse a largo plazo ya que las distribuciones del capital y la fuerza de trabajo totales en el país harán repartir estas ganancias excedentes entre todo el capital igualando, al mismo tiempo, los salarios regionales en términos de valor (y de dinero). La competencia de capitales únicamente es restringida cuando la inversión de capital implica la utilización de objetos naturales y escasos, es decir, monopolizables y monopolizados; porque la propiedad de la tierra impone un tributo al capital, la renta, por el permiso que le concede por la utilización de tales objetos.

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1. Elementos para el estudio de la renta urbana planteados por la teoría marxista. Marx no investiga en detalle la renta del suelo en los usos secundarios de la tierra agrícola, incluida ahí la tierra urbana, ni la relativa a las industrias extractivas. En cuanto a lo primero acepta la explicación de Adam Smith de que la renta agrícola en la producción del alimento básico de la población es la base de la renta en los demás usos de la tierra: ... en la ganadería, y en general en el promedio de todos los capitales invertidos en la tierra que no se destinan a la producción de los medios fundamentales de subsistencia, del trigo por ejemplo, el precio se determina de un modo completamente distinto. Aquí se determina, concretamente, por el hecho de que el precio del producto de la tierra... tiene que subir lo suficiente para arrojar la misma renta que una tierra de labor de calidad igual... (156).

Respecto a lo segundo dice que la renta de minas, de bosques naturales, etc., está sometida a las mismas leyes de la renta del suelo agrícola. Sin embargo el marxismo plantea los aspectos principales a considerar en el estudio de la renta urbana. Marx menciona en El Capital los siguientes: Primero: la tierra urbana no se demanda para fines de reproducción o extracción, sino cómo espacio, como elemento indispensable en toda producción y en toda actividad humana (157).

Segundo: ... por lo que se refiere a los terrenos empleados como solares, ya Adam Smith puso en claro que la base de la renta, como la de todos los terrenos no agrícolas, se regula por la renta agrícola en sentido estricto... (158).

De la consideración anterior se desprende lo siguiente: si se abstraen los fenómenos especulativos presentes en las ciudades de rápido crecimiento y la renta diferencial asociada a la cancelación del valor de las inversiones en mejoras permanentes de la tierra, de que se hablará más adelante, la renta en las tierras del perímetro urbano debe coincidir, aproximadamente, con la renta agrícola en las tierras contiguas; pues si la primera es menor que la segunda las tierras se dedicarían a la agricultura, y si es mayor la competencia entre los terratenientes se encargaría de reducirla. En las ciudades de acelerado crecimiento se pueden presentar fenómenos especulativos consistentes en la retención de la oferta de tierras suburbanas para urbanizar lo que permite a los pocos terratenientes que arriendan (o venden) sus tierras percibir parte del aumento futuro de la renta urbana (diferencial y/o de monopolio). Algunos tal vez se extrañarán al confrontar la afirmación de la igualdad de la renta agrícola y la renta urbana en la periferia de la ciudad con "los hechos". A este respecto se pueden observar dos cosas: 1º.) La                                                              156

Marx, Karl. Op. cit. pp. 711-712. Ibíd. p. 718. 158 Ibíd, p. 717 (subrayados nuestros). 157

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renta agrícola por situación alcanza su máximo en las tierras contiguas a los centros urbanos, y 2º.) El cultivo intensivo de la tierra en las afueras de las grandes ciudades (hortalizas, lecherías, etc.), implica una elevada renta diferencial (en su forma II). Tercero: La influencia predominante del factor situación sobre la calidad en la renta diferencial (159). Cuarto: ... La renta urbana aumenta necesariamente, no sólo con el crecimiento de la población, que lleva implícita la necesidad creciente de habitación, sino también con el desarrollo del capital fijo que se incorpora a la tierra o echa raíces en la tierra o descansa sobre ella, como ocurre con todos los edificios industriales, con los ferrocarriles, los almacenes, los edificios fabriles, los muelles, etc... (160).

Quinto: ... por el predominio del precio de monopolio en muchos casos... (161).

Es necesario aclarar lo que entiende Marx por la renta nacida de un precio de monopolio. Se debe distinguir entre la renta nacida de un precio de monopolio y la imposición de un precio de monopolio por la existencia de la renta absoluta en las tierras donde se produce el alimento básico de la población. En el primer caso se trata de un monopolio en sentido estricto, de la apropiación por un grupo muy reducido de terratenientes de tierras o productos naturales existentes en cantidades muy limitadas. Aquí el precio y la renta de monopolio surgen de la desaparición de la competencia de capitales. La renta absoluta, en cambio, se refiere a la mercancía esencial para producir la fuerza de trabajo y el régimen de producción. Sé presentan condiciones relativamente abundantes para la inversión de capital, con la restricción impuesta por la limitación de la tierra y la imposibilidad para reproducirla. Veamos lo que se dice en El Capital: Hay que distinguir según que la renta proceda de un precio de monopolio porque existe un monopolio de los productos o de la tierra misma independiente de aquélla, o según que los productos se vendan a un precio de monopolio por imponerlo así la existencia de una renta. Cuando hablamos de un precio de monopolio, queremos referirnos a un precio que se determina exclusivamente por la apetencia de compra y la capacidad de pago de los compradores, independientemente del precio determinado por el precio general de producción o por el valor de los productos. Una viña que produce vino de excepcional calidad y que sólo puede producir en una cantidad relativamente escasa podría imponer un precio de monopolio. Gracias a él y al remanente que dejará sobre el valor... el cosechero podrá obtener una considerable ganancia excedente. Esta... se convertirá en renta y será apropiada bajo esta forma por el propietario de la tierra, por virtud del título que lo asiste sobre esta porción del planeta dotada de virtudes especiales. En estos casos es el precio de monopolio el que crea la renta. Y, a la inversa, la renta creará el precio de monopolio

                                                             159

Ibíd.  Ibíd, pp. 717-718 161 Ibíd, p. 717. 160

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cuando el trigo se venda no sólo por encima de su precio de producción, sino por encima del valor gracias a la traba que la propiedad territorial opone a la inversión no rentable de capitales en las tierras cultivadas... (162)

La renta absoluta y el precio de monopolio considerados en este último sentido son negados en forma explícita por Marx (163). Cuando aquí se mencione la renta de monopolio se estará aludiendo a la que nace de un precio de monopolio. ; Engels, en Contribución al Problema de la Vivienda, analiza otros aspectos esenciales para la comprensión de la renta urbana. En primer lugar, la relación que existe en el régimen capitalista entre el alquiler de la vivienda, el costo de producción de la fuerza de trabajo y el salario. En segundo término, distingue los elementos constitutivos del alquiler de la vivienda: ... el alquiler ha de cubrir los intereses de los gastos de construcción de la casa. . ., las reparaciones y el término medio de las deudas incobrables, de los alquileres no pagados, así como las pérdidas ocasionadas por las viviendas que queden temporalmente vacantes y, ... la amortización anual del capital invertido en la construcción de la casa que no es eterna... En segundo lugar... una parte de los alquileres consiste, pues, en renta del suelo... (164)

Por último, las grandes ciudades modernas no son algo inherente a la naturaleza de las cosas sino un producto del desarrollo del régimen de producción capitalista: ... y llegamos aquí al nervio mismo del problema. La cuestión de la vivienda, no podrá resolverse hasta que la sociedad esté lo suficientemente transformada para emprender la supresión del contraste que existe entre la ciudad y el campo, contraste que ha llegado al extremo en la sociedad capitalista de hoy. Lejos de poder remediar este contraste, la sociedad capitalista tiene que aumentarlo cada día más... Estas grandes ciudades modernas podrán ser suprimidas sólo por la abolición del modo de producción capitalista,.. (165)

2. Renta Urbana por Situación y Calidad de la Vivienda Obrera Partamos de la localización de un grupo de industrias en la zona rural, pero cuya ubicación allí no esté determinada por condiciones naturales especialmente favorables sino que tenga numerosas posibilidades de elegir en un amplio territorio. En estas condiciones la renta de las tierras ocupadas por las factorías es igual a la renta agrícola; lo mismo puede afirmarse de los terrenos de las casitas obreras. Aunque como en este caso se enfrentan dos clases de poseedores de mercancías muy desiguales, los terratenientes y los obreros asalariados, los primeros podrán imponerles a los segundos una renta de monopolio que, con el tiempo, significará un alza en el salario. Pero como en el país existe un solo salario, el bolsillo del capitalista comprende pronto el engaño de los terratenientes,                                                              162

Ibíd. p. 719 (subrayados nuestros) Ibíd, pp. 703, 705, 709 y Marx KarL. Historia critica de la teoría de la plusvalía. La Habana, Editorial Venceremos, 1971. Vol 1, pp. 339-340.   164 Engels, Friedrich: Op. cít. pp. 12-13. 165 Ibíd, pp. 63-64 (subrayados nuestros 163

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lo que impulsará al buen fabricante a salir en defensa de sus obreros; indignado compra la renta agrícola capitalizada de la tierra (paga su precio) al propietario de ésta, convirtiéndose así en terrateniente de su asalariado. Esto le permite, a la vez, satisfacer su filantropía y reducir el salario obrero a su nivel normal, por la igualación de la renta urbana y la renta agrícola: ... Los grandes fabricantes rurales, especialmente en Inglaterra, han comprendido, desde hace mucho tiempo que la construcción de viviendas obreras no solamente es una necesidad, sino que es, además, muy productiva. En Inglaterra pueblos enteros surgieron de esta manera y algunos de ellos más tarde se convirtieron en ciudades. .. (166).

Pero, en un primer momento, el interés principal del capitalista por las urbanizaciones obreras no debe ser el de mantener la renta urbana a un nivel razonablemente bajo por la sencilla razón de que ella constituye una parte reducida del alquiler de la vivienda (167). La renta agrícola puede ser alta y la renta urbana pequeña porque en un caso la tierra interviene como medio de producción natural y en el otro como espacio; una hectárea puede ser una extensión irrisoria para la agricultura pero un espacio considerable como tierra urbana. Veamos un ejemplo: sea la renta agrícola de una hectárea en cuestión (168) $300 mensuales, los que capitalizados a un interés normal del capital del 1% representan un precio de la tierra de $30.000, notablemente elevado para uso agrícola; si cada casita obrera ocupa 100 metros netos (167 mts. brutos), deberá pagar $4.01 de renta 300 (167 ÷ 10.000), una parte reducida del alquiler total de la casa. El capitalista (169) pretende, ante todo, al construir barrios obreros colocarse en una situación ventajosa frente al obrero en la lucha por el salario o, lo que es lo mismo, asegurarse una fuerza de trabajo escasa; ... los obreros, en vez de estar agradecidos a sus capitalistas filántropos, no dejaron de hacer importantes objeciones a este sistema de cottages, [ viviendas obreras ] pues... a cada huelga se encuentran sin casa, ya que el fabricante los expulsa sin más ni más y hace de este modo más difícil la resistencia... (170).

Si al obrero le queda parte de su salario después de cubrir el costo de producción de su fuerza de trabajo (incluido el alquiler), el capitalista puede concederle crédito para comprar la renta capitalizada y la casita, y pagarse con esa parte del salario. De esta forma consigue dos cosas importantes: de un lado, mientras el obrero paga el crédito al capitalista la fuerza de trabajo queda atada a éste y pierde capacidad en la lucha por el salario; de otra parte, una vez pagada la casa, el alquiler sale de los costos de producción de la fuerza de trabajo lo que                                                              166

Ibíd, p. 67. Se debe tener en cuenta que la renta del suelo es solamente una parte del alquiler de la vivienda. Además de ésta entran los intereses del capital invertido en la urbanización y en la vivienda, la depreciación del capital a precios de reposición, los gastos de mantenimiento y administración de la casa y de la urbanización y el lucro cesante por las habitaciones temporalmente desocupadas y por los alquileres incobrables 168 10.000 metros cuadrados de tierra agrícola y 6.000 metros de tierra urbanizada (el 40% restante se dedica a calles y zona social). 169 O el Estado como representante del capital. 170 Engels, Friedrich, Op. cit. pp. 67-68. 167

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crea, por tanto, la condición para una reducción del salario en la cuantía del alquiler. Si el obrero ahorra lo hace para el capitalista que lo explota (171). Cuando las viviendas van estando más alejadas del lugar de trabajo los habitantes de ellas incurren en un costo monetario adicional por el transporte y les aumenta el tiempo para trasladarse al lugar de trabajo, por tanto, se eleva su jornada laboral. En cuanto a lo primero, un nuevo costo debe ser cubierto con el salario; entonces, con el tiempo éste aumentará para los trabajadores peor situados. Estos tratarán de mejorar su nivel de vida desplazándose al centro de la ciudad, pero con esto sólo consiguen incrementar la demanda por las viviendas mejor ubicadas y la renta urbana de las mismas, hasta el punto en que se trague la economía en el costo de transporte de los obreros mejor situados y con el tiempo coloque su salario al nivel de los primeros. En el costo de la fuerza de trabajo entrará en unos casos el costo de transporte y en otros la renta diferencial urbana por situación. Respecto a lo segundo, los habitantes de la periferia presionarán la demanda por las habitaciones del centro para reducir su jornada de trabajo, pero con esto sólo consiguen empujar hacia arriba la renta en estas casas hasta que absorba el costo del tiempo de transporte ahorrado por los trabajadores mejor situados, lo que debe producir a su vez un aumento correspondiente en su salario para pagar esa renta. Los obreros más alejados del centro urbano deberán emigrar a otras ciudades o a la agricultura hasta que consigan nivelar sus ingresos con los habitantes mejor situados pues, en caso contrario, trabajarían más y ganarían menos que ellos. Los residentes de los suburbios consiguen aumentar su ingreso real porque trabajan más y pagan menos renta urbana lo que renueva la presión sobre la demanda en las viviendas del centro. En cambio los habitantes del centro pueden tender hacia las afueras con el fin de elevar su salario real a costa de un aumento en su jornada laboral. La burguesía se defiende de estos costos crecientes en las grandes urbes con el desarrollo de rápidos y baratos medios de transporte masivo y el desplazamiento de las fábricas a los suburbios de las ciudades (172). Hasta aquí se ha supuesto el desarrollo de las ciudades en tierras de la misma calidad. Si en lugar de esto se considera un espacio heterogéneo, donde existen toda clase de accidentes topográficos (montañas, tierras anegables, etc.), la misma clase de edificación obrera presenta costos diferentes según donde se la construya, que dependen de los obstáculos más o menos grandes para urbanizar los terrenos, dotarlos de servicios públicos y construir las viviendas. Por lo tanto los obreros estarán alojados a distinto costo, unos deberán pagar un alquiler más elevado que otros. El salario estará determinado por los obreros ocupantes de las viviendas más costosas quienes tratarán de mejorar su nivel de vida desplazándose a las más baratas; pero con esto sólo consiguen convertir en renta urbana del suelo el exceso de salario sobre el costo de producción de la fuerza de trabajo de los obreros que disponen de las mejores viviendas.                                                              171 172

Ibíd. pp. 30, 57,58-61. La burguesía colombiana se ha inclinado más bien por la jornada continua.

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3. Renta diferencial de las viviendas en que se ha cancelado el valor de la inversión de capital. La inversión de capital sobre la tierra urbana no funciona en cuanto medio de producción, junto con la naturaleza, en la producción de mercancías, tal como interviene en la agricultura, la ganadería y las industrias extractivas; sino en tanto condición necesaria en la habilitación del espacio requerido para realizar la vida humana y las demás actividades productivas y no productivas que ella supone. La función cumplida aquí por el capital es similar a la inversión en mejoras permanentes de la tierra en las ramas productivas donde la tierra entra en calidad de medio de producción. En ambos casos se confiere cualidades nuevas a la tierra las que, una vez recuperada la inversión de capital con sus intereses, pertenecen al terrateniente como la tierra misma a la que se encuentran indisolublemente unidas. Pero las mejoras de la tierra no entran en el precio de las mercancías o en el alquiler de la vivienda en tanto consumo de capital, pues éste ya ha sido recuperado por el capitalista, sino porque permiten una renta diferencial a ciertos precios que no son determinados en estas viviendas sino por el alquiler de aquellas en las que la inversión de capital no ha sido cancelada aún; este alquiler depende, a su vez, de la variación ocurrida en los precios de reposición de la vivienda, la urbanización y la dotación de servicios públicos. Este aspecto es considerado por Marx en El Capital, cuando explica las razones por las cuales los terratenientes son los más favorecidos con las mejoras permanentes de la tierra: Este proceso no se ve tan claro en la verdadera agricultura como en el empleo de los terrenos para la edificación. La mayoría de las tierras que en Inglaterra se venden para la construcción, pero no como freehold [en libre propiedad] son arrendadas por los propietarios por un plazo de noventa y nueve años, o por un término menor si es posible. Pasado este plazo, los edificios revierten con el suelo al propietario de éste. Los arrendatarios quedan obligados, al expirar el contrato de arriendo, a entregar al gran terrateniente la casa en buen estado de habitabilidad, después de haberle entregado entre tanto una renta excesiva por el suelo. Apenas expira el contrato de arriendo, se presenta el agente o el inspector del propietario, inspecciona vuestra casa, vela porque la pongáis en buen estado y la anexiona al territorio de su señor. No cabe la menor duda de que, si este sistema se mantiene en pleno vigor durante algún tiempo más, la propiedad de todas las casas del Reino Unido pasará, al igual que la propiedad rústica, a manos de los grandes terratenientes. Todo el Westend de Londres, al norte y al sur de Temple Bar, pertenece ya casi exclusivamente a una media docena... de grandes terratenientes... Este ejemplo referente a la propiedad urbana es importante: 1o. porque indica claramente la diferencia que existe entre la verdadera renta del suelo y el interés del capital fijo incorporado a la tierra y que puede constituir una adición de la renta. El interés de los edificios, al igual que el del capital incorporado a la tierra por el arrendatario agrícola, corresponde durante la vigencia del contrato de arriendo al capitalista industrial, al especulador en fincas urbanas o al arrendatario, y no tiene de por sí nada que ver con la renta del suelo que debe abonarse todos los años, en los plazos estipulados, por el uso de la tierra. 2o. porque demuestra que, a la par de la tierra, el capital incorporado a ella

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revierte en último término al terrateniente y cómo los intereses correspondientes pasan a incrementar la renta (173).

4. Renta Diferencial II Hasta aquí se ha supuesto la inversión extensiva de capital en viviendas unifamiliares. Así mismo se consideraron casas de la misma calidad que sólo diferían en cuanto a su localización y al efecto desfavorable que pudiera tener la calidad del terreno en los costos de urbanización, dotación de servicios públicos y la edificación propiamente dicha. Ahora, por el contrario, se trata de analizar la relación entre los cambios en la intensidad de capital y la renta diferencial. Pero se sigue considerando invariable la calidad de la vivienda obrera, es decir, la inversión intensiva no implica cambios en el tamaño y la calidad de los servicios públicos ni en la urbanización (tamaño y calidad de las calles, áreas de recreación por habitante, etc.). Cuando se habla de inversión intensiva en la tierra como medio de producción se está aludiendo al capital de explotación; mientras que en el suelo considerado como espacio siempre se invierte el capital en la forma de mejoras permanentes de la tierra. Esto es importante en cuanto al proceso de transformación de la ganancia extraordinaria del capitalista en renta del suelo, en ingreso del terrateniente. En el primer caso esta transfiguración depende de la generalización del nuevo método más intensivo en capital a la mayoría de los capitalistas en la rama en cuestión. En cambio la ganancia extraordinaria de un edificio en una parte de la ciudad donde sólo se construyan casas pasa al terrateniente como renta tan pronto como vence el contrato de arriendo de la tierra o se cancela la deuda hipotecaria; ya que el edificio queda unido indisolublemente al suelo y el terrateniente recupera la posesión de la tierra con todos sus aditamentos. La inversión intensiva de capital en edificios permite multiplicar el espacio habitable a disposición de los capitalistas arrendadores por n, donde n es el número de pisos de la edificación. El área susceptible de devengar renta aumenta (n-1) veces, pero no para el terrateniente sino para el capitalista, pues el primero le cedió la posesión de la tierra al segundo a cambio de la renta cuya magnitud está referida al arrendamiento de la tierra para construir casas unifamiliares pero en el terreno se van a colocar edificios multifamiliares. El capitalista paga arrendamiento por una área de a, pero le cobra a los usuarios de la vivienda por una superficie de na; entonces, dispone de (n-1)a para obtener una ganancia extraordinaria; él no es un capitalista como todos sino un innovador con suficiente dinero como para poder comprar un edificio. El terrateniente puede cobrarle renta únicamente por a; si pretendiese obtener más por su tierra no podría arrendarla pues muchos de sus colegas estarían dispuestos a cobrar el precio correcto. El propietario de la tierra sólo puede cobrar renta por una superficie de na en un terreno de extensión a cuando el promedio de los capitalistas propietarios de casas de alquiler puedan comprar edificios de n pisos. A partir de este momento la                                                              173

Marx, Karl. El Capital. VoL III, pp. 579-580 (subrayados nuestros).

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norma será cobrar una renta de nr por un lote de un área de a, en lugar de r. La ganancia extraordinaria de (n-1) se habrá transformado en renta debido a que la intensidad normal de capital en la vivienda ha cambiado de K a nK. Sin embargo los afortunados terratenientes en cuyos terrenos "se construyeron edificios mientras esto ocurría verán aumentada su renta de r a nr cuando termine el contrato de arriendo o se cancele la deuda hipotecaria porque en ese momento recuperan la posesión de la tierra con todas las cualidades conferidas a ella por la inversión de capital. La renta urbana se distingue ... por el carácter tangible que presenta en este casó la total pasividad del propietario, cuya actividad se reduce (sobre todo tratándose de minas) a explotar los progresos del desarrollo social, a los que, a diferencia del capitalista, no contribuye en lo más mínimo y en los que no arriesga nada... (174).

Si se llama rs a la renta diferencial por situación rc a la renta diferencial por calidad de terreno y rk a la renta diferencial por la cancelación del valor del capital invertido en la tierra, entonces la renta devengada por la tierra con viviendas unifamiliares es r = rs + rc + rk. Cuando se construyen edificios de n pisos la renta aumenta a nr al vencimiento del contrato de arriendo en ciertos terrenos o al generalizarse la inversión de capital nk en una zona de la ciudad. Todas las innovaciones realizadas por el capital redundan a la larga en el crecimiento de la renta urbana. Pero el crecimiento vertical de la ciudad se debe presentar primero y con más fuerza en el centro que en otros lugares de la misma. Por un lado, allí alcanza el máximo la renta diferencial por situación y el capital invertido sobre la tierra es relativamente más elevado que en otras zonas; en cambio en el perímetro urbano la renta es igual a la renta agrícola (175). Por tanto la ganancia extraordinaria respecto al capital (su tasa) es mucho mayor para los capitalistas que invierten intensivamente en el centro y en las demás zonas de la ciudad donde la renta es alta. De otra parte, arriba se vio que existe una demanda más intensa por las viviendas centrales; se encontró así mismo una cierta tendencia en los residentes del centro hacia las afueras, tendencia que no debe ser muy fuerte pues el traslado implica para los obreros el aumento de su ingreso real a costa del crecimiento de la jornada laboral en la parte de ésta consistente en tiempo de desplazamiento al lugar de trabajo. Hasta aquí la demostración de que en la ciudad considerada como centro de producción y de concentración de fuerza de trabajo la renta urbana está determinada por la renta agrícola y por el costo de producción de la fuerza de trabajo urbana. Queda por analizar: 1º. La renta urbana asociada a la residencia en la ciudad de la burguesía, los terratenientes, y en general de todos los que                                                              174 175

Ibíd. p.717.  Más la renta por cancelación del valor capital invertido en mejoras permanentes.

 

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viven de la producción y redistribución de la plusvalía, y 2º. La especulación en tierras urbanas. 5. Renta de Monopolio Por efecto de factores históricos como son la existencia en el centro de la ciudad y en otras partes de ésta de buenas calles, parques, teatros, museos, comercio, eficientes servicios públicos, etc., por la belleza del paisaje, o simplemente por separarse y diferenciarse de las clases trabajadoras, la burguesía, los terratenientes y los estratos sociales que viven de la plusvalía (burocracia, clero, publicistas, etc.) eligen para residir ciertas partes restringidas de la ciudad. La demanda de estas clases, que disponen de elevados ingresos, por zonas limitadas de la ciudad debe crear una renta de monopolio para los propietarios de unas tierras dotadas de la especial virtud de haber sido escogidas como lugar de residencia por las clases dominantes. La calidad de los barrios burgueses se mide por la elevada renta urbana pues esto asegura que sólo personas de muy alta calidad (monetaria) los habiten. Pero la magnitud de esta renta no depende de la voluntad omnímoda de los terratenientes urbanos porque los residentes de estos barrios están en capacidad de comprar la renta capitalizada de la tierra y las clases propietarias son propensas a cambiar sus gustos sobre los barrios de moda. También se puede presentar una renta diferencial en retroalimentación en los barrios burgueses debido a que allí se concentra la mayor capacidad de consumo. Por esto tienden a localizarse en estos barrios los servicios de recreación y el comercio de lujo. Donde se encuentran estos subcentros de la ciudad se presenta una nueva renta diferencial por calidad respecto a las tierras de los barrios que no disponen de estos servicios. En el mismo barrio se produce una renta diferencial por situación en relación al subcentro. En los barrios obreros no se debería presentar una renta de monopolio ya que la parte del ingreso obrero dedicado al alquiler de vivienda está limitado por el salario que el burgués no está interesado en que exceda los gastos de reproducción de la fuerza de trabajo. Sin embargo cabe hacer varias observaciones: primera, la nivelación del salario urbano deja una parte de éste a disposición de los obreros más alejados del centro de la ciudad, que presiona la demanda por las viviendas centrales en un intento por reducir la parte de la jornada de trabajo consistente en el tiempo de transporte al lugar de trabajo. Esto crea una renta de monopolio en las viviendas centrales que presiona el salario. Pero el espíritu práctico del burgués y su amor a la estética -los barrios obreros "afean" el centro de la ciudad- lo llevan a expulsar la clase obrera a los suburbios por medio de la construcción de grandes avenidas, centros administrativos, parques, etc. Segundo, si la burguesía deja a los proletarios resolver por sí mismos el problema de la vivienda se puede presentar una renta de monopolio. Como el obrero se enfrenta solo al gran terrateniente, éste puede imponerle una 100   

renta de monopolio que, en última instancia, sale del bolsillo del capitalista al aumentar el salario para poder pagar esa renta. Tercera, cuando el salario está reducido al límite físico para reproducir la fuerza de trabajo se puede presentar un progresivo hacinamiento de los trabajadores en inmundas zahúrdas; así pues la vivienda es un componente de los gastos de producción de la fuerza de trabajo más elástico que otros, que la alimentación, por ejemplo. 6. La especulación urbana La especulación urbana se basa principalmente en la retención de la oferta de tierras urbanas y suburbanas en lotes de engorde, en la venta de la renta diferencial II capitalizada y en la venta de la renta asociada a la terre-capital. a. Los lotes de engorde Ya se dijo en otra parte cómo los terratenientes urbanos y rurales restringían la oferta de tierras para poder obtener parte de las rentas futuras derivados del rápido crecimiento de las ciudades. Existe otro factor para reducir la oferta de tierras urbanas: la infraestructura vial básica y los servicios públicos se distribuyen en realidad en forma muy desigual en el espacio urbano y su desarrollo depende casi siempre de la política y la acción directa de los organismos del Estado. Los terratenientes urbanos lo saben perfectamente, por eso dejan sin arrendar o vender una parte importante de sus tierras para obtener el aumento futuro de la renta por aquellas que entren al mercado. b. Venta de la renta derivada de las mejoras permanentes de la tierra Cuando el especulador en vivienda la vende, en lugar de arrendarla, le puede cobrar al comprador la renta que éste va a obtener una vez que sea recuperado el capital invertido en la casa y en la urbanización, con sus respectivos intereses. Aquí el período de recuperación del capital (la depreciación económica) no se determina por la duración del contrato de arriendo de la tierra pues la renta capitalizada de ésta "se vende". En este caso el período de depreciación del capital debe coincidir aproximadamente con el plazo normal a que se pactan los préstamos hipotecarios; pues en este tiempo el capitalista (o el consumidor) adquiere la propiedad plena de la tierra, incluida la edificación unida a ella, o la insolvencia le hace perder la propiedad nominal que había adquirido. A quienes les parezca extraño este razonamiento se les invita a reflexionar sobre el sistema UPAC en boga en el país. c. Especulación con la ganancia extraordinaria El especulador urbano que compra edificios de apartamentos para vender, puede cobrar a los compradores, además del precio de producción de la casa y la terre-capital actualizada, la renta diferencial II capitalizada.

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