Terapia Gestalt Recopilación de artículos y demás Por Bruno Bassán
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Contiene: 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7.
Liberación. Declaración Universal. Alejandro Spangenberg. 3 La terapia Gestalt. 6 ¿Qué es la Terapia Gestalt? Carmela Ruíz de la Rosa. 12 Gestalt y Clínica 19 Terapia Gestalt: Salud, Enfermedad y... ¿Santidad? Albert Rams. Apuntes sobre Terapia Gestalt. Carmen Vázquez Badín. 25 La Deflexión como una Retroflexión “metafórica”. Carmen Vázquez Badín. 33 8. La depresión: Comparación entre la Gestalt y otros puntos de vista. Gary Michael Tyson y Lillian Miller Range. 41 9. Ideas para el vivir. Contribución para una actitud “gestáltica”. Myriam Sas de Guiter. 51 10. Las raíces filosóficas de la terapia Gestalt. 62 11. Friedrich Salomon Perls (1893-1970) Fundador de la Terapia Gestalt. Sandra Isella, Mª Eugenia Grau y Carlos Rodríguez. 65 12. Joyitas de Perls. Aporte hecho por Jaime Marchant. 72 13. Un homenaje a Laura Perls. (El apoyo terapéutico en Terapia Gestalt) Carmen Vázquez Badín . 75 14. Bibliografía. 88
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Liberación - Declaración Universal En acto unilateral e inconsulto declaro hoy la independencia total de mi ser De aquí en adelante habitaré en el territorio libre de mi espíritu y sentaré las bases para la construcción de la República Separatista de la Existencia Digna Libre al fin de toda opresión no importa donde esté ni que nombre lleve mi lucha y el sentido de mi vida estarán en la liberación de los niños la defensa implacable e inflexible de la naturaleza y todo lo que existe en este mundo maravilloso Anarquista y amante me declaro por tanto no obedeceré a nadie y no pediré ser obedecido Mi cabeza inclino sólo ante la muerte y el misterio infinito de la vida Mi humildad será la del guerrero nacida del respeto y el asombro ante la creación ni más ni menos que todo lo que existe No habrá poder humano que doblegue mis convicciones y en mi vida no habrá espacio para las concesiones salvo para aquellas dictadas por el corazón y escritas con la mano de la ternura A mis hijos acunaré con mis propios brazos y cuando estén listos los dejaré partir libres como pájaros
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volando hacia su destino Sólo ante Dios decreto y reivindico mi derecho a ocupar un lugar entre los misterios del Universo y mientras las fuerzas incomprensibles que rigen mi destino no determinen lo contrario declaro que viviré mi vida con total intensidad sin sujetarme al pensamiento ajeno ni a las condicionantes de la sociedad y el tiempo en que me haya tocado vivir Asumiré mi destino cualquiera que éste sea sin quejas ni renunciamientos y aunque nunca lo logre lucharé con todas mis fuerzas por merecer y no desperdiciar esta única e irrepetible oportunidad de estar vivo Como sé que he de morir cualquiera sea la forma de vida que elija hoy con plena conciencia decido vivir una vida con significado sólo por placer no porque espere recompensa alguna Desde hoy en adelante sólo creeré en los actos de los hombres y no en sus palabras Mis enemigos son y serán los que luchan por la muerte aprisionan la imaginación persiguen la belleza acumulan riqueza castigan a los niños humillan a los desposeídos y pisotean la verdad Sepan todos ellos que hoy Ha comenzado la Revolución Declaro que desde ahora no me importará estar solo y que únicamente aceptaré la compañía de quienes amen la canción y el vino vivan sin pedir permiso 4
y estén dispuestos a vivir por sus convicciones. Por último decreto y asumo mi derecho irrenunciable a existir y elegir ser quien soy libre al fin de las identidades heredadas digo que mi hogar es el mundo mi hermana la libertad y que todas las noches sin el más mínimo pudor hago el Amor Así termino esta multitudinaria asamblea unipersonal porque cada hombre que se libera redime a toda la humanidad donde con absoluta irrespetuosidad he decidido desobedecer a todos los poderes y autoridades para convertirme en el único conductor de mi vida Con toda la autoridad que emana de este acto ante mí sello y firmo este compromiso Alejandro Spangenberg 14 Agosto 1989 Año de la Serpiente
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La Terapia Gestalt Es de orientación humanista y está dirigida, sobre todo, al desarrollo personal. Aquí se muestra una breve descripción de esta forma de trabajo.
La Terapia Gestalt, más que una teoría de la psiquis, es un eficaz abordaje terapéutico y una filosofía de vida que prima la conciencia (awareness, darse cuenta), la propia responsabilidad de los procesos en curso y la fe en la sabiduría intrínseca del organismo (la persona total que somos) para autoregularse de forma adecuada con un medio cambiante. Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos...y requiere del terapeuta un uso de sí como instrumento (emocional, corporal, intelectual) que transmita una determinada actitud vital en vez de practicar únicamente una técnica útil contra la neurosis.
Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica. 1ª. El darse cuenta: sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de cómo lo hace podrá cambiar su conducta. 2ª. La homeostasis: proceso mediante el cual el organismo interactúa con el ambiente para mantener el equilibrio. 3ª. El contacto: es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo del ser humano.
1. Darse cuenta El darse cuenta es la capacidad que tiene cada ser humano para percibir lo que está sucediendo, aquí y ahora, dentro de sí mismo y del mundo que le rodea. Dentro de esta experiencia en el aquí y el ahora, se pueden distinguir tres tipos de darse cuenta, que se denominan como "áreas del darse cuenta" o "zonas de contacto". a) El darse cuenta del mundo o zona externa
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Se relaciona con el contacto sensorial. Nos permite ponernos en contacto con los objetos y acontecimientos del mundo que nos rodea, de todo aquello que está fuera y de lo que ocurre más allá de nuestra piel. Fórmulas: "Yo veo, toco, oigo, huelo,..."; "yo percibo, aquí y ahora,...";... b) El darse cuenta de sí mismo o zona interna Comprende todas aquellas sensaciones y sentimientos que ocurren dentro de nosotros. Nos permite ponernos en contacto con nosotros mismos. Fórmulas: "Yo siento, me siento..."; "yo siento, aquí y ahora,...";... Para ponerse en contacto con uno mismo es conveniente hacerse las siguientes preguntas: ¿qué estoy sintiendo?, ¿dónde lo estoy sintiendo?, ¿cómo lo estoy sintiendo?. c) El darse cuenta de la fantasía o zona intermedia Incluye toda la actividad mental (pensar, imaginar, recordar, planificar,...). Nos permite ponernos en contacto con nuestras fantasías. Fórmulas: "Yo pienso, imagino, recuerdo, deseo,..."; "yo pienso, aquí y ahora,...";...
2. Homeostasis Ningún organismo es autosuficiente, sino que en todo momento forma parte de un campo que lo incluye tanto a él como a su ambiente. Este equilibrio homeostático (o proceso de autorregulación) es sinónimo de salud, puesto que si el organismo permanece en estado de desequilibrio con su entorno durante mucho tiempo enferma, al no poder satisfacer sus necesidades.
3. Contacto Cada persona tiene su espacio vital dentro del cual, y dependiendo del momento, puede recibir o abrirse a determinadas personas, pero nadie puede invadir su espacio. Si esto ocurre, nos sentimos amenazados en nuestra integridad e individualidad. Cuando hacemos demasiado hincapié en sostener rígidamente ese espacio vital, corremos el riesgo de reducir el contacto con los demás. Esta reducción del contacto conduce al hombre a la soledad que, sin embargo, elige como opción más segura y menos generadora de angustia. La mayoría de las veces esta reducción del contacto se realiza por temor o miedo y, aunque el deseo de contactar con los demás sea grande, ese temor que sentimos cuando alguien se acerca nos impide retirar nuestros límites y abrirnos.
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Cuando sucede lo contrario, es decir, cuando nuestro yo está en continuo contacto con el mundo, mostrando una extraversión compulsiva, se pierde esa intimidad creativa y de concentración, diluyéndose los límites del yo, haciéndose a veces difícil distinguir entre el ambiente y el yo.
El trabajo guestáltico El objetivo de un encuentro guestáltico es descubrir e incrementar el darse cuenta; no está diseñado para lograr una catarsis, aunque si la expresión es honesta no se interfiere con ella. El terapeuta se centra en el "qué" y "cómo". Qué y cómo proceden de la observación exacta, por qué conduce a la especulación.
Pasos por los que atraviesa un experimento o trabajo guestáltico: 1º) Preparación del campo de trabajo. a) Tener la voluntad de explorar la perspectiva de la otra persona. b) No interrumpir a la persona, sino permitirle que desarrolle los sentimientos e ideas que espontáneamente surjan en él, en ese momento, con el propósito de entender más plenamente que está sucediendo con el paciente. 2º) Negociación o consenso entre el terapeuta y el paciente. a) Hacer saber al paciente que la terapia guestáltica implica experimentación. b) Que el paciente acceda a llevar a cabo la experimentación. c) Hacer notar al paciente que no está solo en este proceso, sino que el terapeuta lo acompaña en su aventura. 3º) Generación de autoapoyo tanto para el paciente como para el terapeuta. El terapeuta debe establecer las condiciones tanto en su cuerpo como en el ambiente, que den un apoyo óptimo para él y para el paciente (cuidar su posición, su respiración, así como los distractores potenciales; de tal manera que
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todo lo que de él emane esté bien fundamentado y plenamente basado en su organismo total). 4º) Exploración del nivel del darse cuenta. Sólo cuando el terapeuta puede atender a la conducta no verbal del paciente y, casi en forma simultánea, a sus propias sensaciones, será capaz de tener una figura clara de lo que está sucediendo con él y con el paciente. 5º) Graduación y selección del experimento. a) Focalización (da el proceso y la dirección de la sesión terapéutica) y Tema (da el contenido de la misma). Un tema traerá a colación otro y otro, de entre los que el terapeuta escogerá el que considere más importante. b) Graduar el nivel de dificultad del experimento, para alcanzar el nivel óptimo de ejecución para el paciente en ese momento. 6º) Localizar y movilizar la energía congelada en el paciente. Encontrar dónde está activada la energía del paciente o dónde está estancada (por lo general, una persona va a tener la necesidad de sacar a flote áreas de su vida en las que ha invertido grandes cantidades de energía o donde, por el contrario, siente una carencia de esta). 7º) Focalización. Para poder desarrollar un experimento o trabajo terapéutico se necesita encontrar un suceso que necesite seguimiento o ser trabajado. La focalización será la que defina el proceso a llevar a cabo y la dirección que este tendrá durante la sesión terapéutica. 8º) Actuación. Actuar la situación inconclusa que está emergiendo en la conciencia generalmente conlleva un alto grado de ansiedad, que tiene la posibilidad de expresarse libremente dentro de la actuación, lo que favorece que la energía antes bloqueada pueda al fin expresarse. 9º) Relajación.
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a) En posición cómoda, respirar profunda y lentamente hasta lograr un estado de serenidad interior. b) Enfocar la atención en cada una de las partes del cuerpo. 10º) Asimilación de lo sucedido. a) Preguntarle al paciente cuál fue su experiencia. b) Facilitar que integre esa vivencia en su vida diaria.
Trabajo con las polaridades Todo evento se relaciona con un punto cero a partir del cual se realiza una diferenciación de opuestos. Estos opuestos manifiestan, en su concepto específico, una gran afinidad entre sí. Al permanecer atentos al centro, podemos adquirir una capacidad creativa para ver ambas partes de un suceso y completar una mitad incompleta. Al evitar una visión unilateral logramos una comprensión mucho más profunda de la estructura y función del organismo. En términos de polaridades, los sentimientos negativos suelen coincidir con el opuesto que no logra emerger como figura y desequilibra la percepción de su otra polaridad (la aceptada y aceptable). Las emociones negativas son ciertamente esenciales para la dicotomía de la personalidad. No sólo tenemos el deber de exponerlas, sino también el de transformarlas en energías cooperadoras. Durante este proceso encontramos una fase transitoria: el disgusto, vía la codicia, se transforma en discriminación; la ansiedad, vía la excitación, en un interés específico como la hostilidad, excitación sexual, entusiasmo, iniciativa, etc.; el miedo, vía la sospecha, se transforma en experimentación, esto es, en una ampliación de las órbitas de la propia vida; y la vergüenza, vía el exhibicionismo, en autoexpresión. La filosofía básica de la terapia gestalt es la diferenciación e integración de la naturaleza. La diferenciación conduce por sí misma a polaridades. Como dualidades, estas polaridades se pelearán fácilmente y se paralizarán mutuamente. Al integrar rasgos opuestos, completamos nuevamente a la persona. Por ejemplo: debilidad y bravuconería se integran como una silenciosa firmeza. Tal persona tendrá la posibilidad de ver la situación total (una gestalt) sin perder los detalles. De este modo, obtiene una mejor perspectiva que le permite enfrentar la situación mediante la movilización de sus propios recursos.
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Trabajo con los sueños. Los sueños ocupan un lugar especial en la terapia gestalt por la inmediatez con que pueden ser vividos y experimentados por el soñante. La técnica que se utiliza para trabajar los sueños y llegar a darse cuenta de su significado para la persona que sueña, consiste en (1º) pedirle primeramente al soñante que relate el sueño en primera persona y en presente; es decir, que lo relate como si estuviera pasando en este mismo momento. Mediante este sencillo mecanismo, la persona se compenetra más íntimamente con su sueño que si habla simplemente de él. (2º)A continuación, se trata de localizar el sueño en el espacio, distribuyendo las distintas partes de que se compone como si se estuviera representando en un escenario. Así, el sueño se convierte en una experiencia nueva y viva que hace que la persona adquiera un mayor compromiso con lo que está sucediendo en su sueño. Se trata de que la persona se dé cuenta de aquellas partes suyas que están proyectadas, ya sea en personas, en objetos o conceptos. La alienación se produce cuando la persona niega la existencia en ella de partes que le pertenecen. "Ese no soy yo" decimos cuando algunos aspectos de nosotros no nos gustan. Esto empobrece al individuo y sus intercambios con el mundo se hacen más reducidos y deformes. Pero los sueños no son simples proyecciones, sino que también podrá verse a través de él, el tipo de contacto que está estableciendo el paciente con los demás, la activación de sus angustias, temores y todas las características que puede asumir el contacto en cada persona y en cada momento.
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¿Qué es la terapia Gestalt? Carmela Ruiz de la Rosa
INTRODUCCIÓN La Palabra Gestalt se traduce como “forma” o “configuración”. La gestalt se refiere a los fenómenos de percepción, estudiados por investigadores alemanes que demostraron el carácter global de la percepción, como una totalidad que integra figura y fondo. La figura es aquello que se percibe como sobresaliente en el campo perceptual, y que tiene una forma definida; mientras que el fondo es algo indefinido, cuya función es servir de base envolvente a la figura. (Por ejemplo una charla de un bar y logotipo I.P.G.). Esta relación figura-fondo es dinámica. Si la figura capta la atención del observador, la gestalt será definida, y el fondo tendrá escasa presencia. Por ejemplo, cuando quiero echar una carta, y busco un buzón en la calle. El buzón es una figura emergente del fondo indiferenciado del paisaje urbano. Luego, cuando el objeto pierda interés para el observador, se confundirá de nuevo con el fondo, del cual podrá emerger otra figura distinta, y así crearse una nueva gestalt, una nueva entidad perceptiva. Esta noción de organización de lo perceptivo se extendió posteriormente a lo mental. Se descubrió que los pensamientos, sentimientos y recuerdos se organizan también en gestalts, con una figura dominante sobre el fondo. Esta organización dependerá de las motivaciones o necesidades de la persona. Así, por ejemplo, cuando me enfado, mi ira es la figura relevante que destaca del fondo constituido por mis sentimientos, pensamientos,.. Igualmente el color de la cara, las mandíbulas apretadas, los puños cerrados...son la figura que ocupa totalmente el campo de percepción corporal. Cuando se me pasa el enfado, cuando ha encontrado su forma de expresión o de reconocimiento, entonces emerge de mi campo de conciencia otra gestalt, que podría ser un sentimiento de cariño por la persona con quien antes me enfadé o una mayor serenidad y comprensión de la situación. Pero si mi enfado, por la razón que sea no pudo expresarse, o ni tan siquiera reconocerse, se quedará enquistado, como un resentimiento pendiente, tanto en lo físico como en lo emocional. A menudo
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experimentamos reacciones ante personas o situaciones cuyo origen desconocemos y probablemente tengan que ver con situaciones pendientes o sentimientos no expresados. Cuando ocurre que una experiencia no se completa, queda una gestalt inconclusa, y la persona no puede estar disponible para otra experiencia, o sólo tendrá una disponibilidad parcial hasta que complete dicha experiencia. En tanto que la gestalt no esté concluida, la persona tenderá a repetirla en un intento de resolución. Por ejemplo, en todos los trabajos realizados termino siempre peleándome con el jefe. Es probable que esté repitiendo un esquema antiguo de comportamiento infantil. Otra manera de explicar las pautas repetitivas de comportamiento es que en su momento las aprendimos para sobrevivir y adaptarnos a una situación. Y aunque en el presente no sean adecuadas seguimos repitiéndolas por lo que la necesidad seguirá insatisfecha. Por ejemplo, “el refrán del pobre: reventar antes que sobre”. Frente a esta manera de repetirse, la terapia Gestalt enseña a la persona que puede cambiar y ampliar sus recursos, eligiendo el más conveniente para ella.
PRINCIPIOS DE LA PSICOTERAPIA GESTALT La psicoterapia Gestalt es una corriente dentro de la psicología humanista y se caracteriza porque considera que la persona cuenta con los recursos necesarios y suficientes para vivir feliz. Y desde esta perspectiva, el terapeuta no es sino el que acompaña a la persona en el proceso de descubrimiento personal. No da consejos ni consignas, sino herramientas para explorar nuestra vida y encontrar las propias soluciones. Se valora el aquí y ahora, es decir, la actualidad, el presente, lo que a la persona le está ocurriendo en este momento de su vida. Es obvio que muchas veces hablamos de acontecimientos del pasado o expectativas hacia el futuro, sin embargo en Gestalt estos recuerdos o expectativas se traen al presente, para darnos cuenta de cómo está repercutiendo en el momento actual. Por ejemplo, un duelo no resuelto por una muerte o una separación amorosa, observamos cómo está influyendo y cómo continua vivo en el presente aunque pertenezca al pasado. A veces una película nos trae a la memoria asuntos del pasado. De igual modo el miedo al futuro nos puede incapacitar y es conveniente darse cuenta de qué tiene que ver con los miedos u otras emociones del 13
presente. Por ejemplo, los hijos que nunca terminan la carrera o que no encuentran trabajo por miedo a enfrentarse a las responsabilidades de la vida adulta. En la terapia Gestalt se valora, también, el darse cuenta, es decir, la capacidad que tiene cada ser humano para percatarse de lo que está sucediendo dentro de sí mismo y en el mundo que lo rodea. El ponerse en contacto con uno mismo y darse cuenta de lo que realmente uno siente y desea, es el primer paso para conseguir lo que queremos. Podemos distinguir 3 aspectos en el darse cuenta: ·
Darse cuenta de sí mismo, es decir de la zona interna, que comprende todos aquellos acontecimientos que ocurren dentro de uno mismo: sensaciones, sentimientos, emociones...
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Darse cuenta del mundo exterior o zona externa que incluye todo lo que está fuera, más allá de mi piel. Se relaciona con los sentidos: lo que oigo, veo, toco, huelo....
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Darse cuenta de la zona intermedia o zona de la fantasía, que abarca todas las actividades mentales: pensar, adivinar, imaginar, planificar, recordar, anticipar.
Por último, se fomenta la integridad y responsabilidad de las personas. La gestalt invita a tomar conciencia de lo que nos está sucediendo en cada momento, sin pretender cambiarlo, detenerlo o evitar algo que hay en mí y que no me gusta. Cuando nos ponemos en contacto auténtico con lo que sentimos, el proceso de cambio se produce por sí solo. El frustrarse con exigencias de ser distinto de lo que se es, sólo nos lleva a sensaciones de malestar. Por ejemplo, a veces estamos enfadadas con el marido por algo que hizo que nos molestó. Si me exijo estar amable sin sentirlo mi resentimiento va a ir creciendo y cada vez me sentiré más alejada. Si por el contrario me doy cuenta de lo que me está pasando y lo expreso es posible que el resentimiento desaparezca y el cariño vuelva sin forzarlo. Una manera de asumir la responsabilidad es dejar de culpar sistemáticamente a los demás por lo que nos impiden hacer y asumir que, más a menudo de lo que creemos, “Si quiero, puedo”.
EL CICLO DE LAS NECESIDADES Para satisfacer sus necesidades la persona sigue un ciclo llamado de autorregulación, que se recorre en siete etapas:
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1. Sensación: La persona experimenta un déficit del organismo, por ejemplo, sequedad de boca. 2. Toma de conciencia: La persona pone nombre a la necesidad. En el caso del ejemplo, tengo sed. 3. Energetización: La persona se prepara para la acción, en nuestro caso, decidir qué es lo que quiero y dónde voy a conseguirlo. 4. Acción: Dirigirse al objeto que satisface la necesidad. 5. Contacto: Es el encuentro, la unión, es decir, beber el vaso de agua. 6. Consumación: Supone conducir el proceso hasta su plena realización. No quedarse a medias. 7. Retirada: La plena satisfacción de la necesidad emergente lleva a un periodo de repliegue hacia uno mismo hasta que surge otra nueva necesidad. Sólo se está disponible para las necesidades emergentes cuando se completaron las anteriores. Por ejemplo, si me voy a la cama con sed hasta que no bebo no puedo dormir. Este ciclo se repite, no sólo en lo fisiológico sino también en lo psicológico, una y otra vez de manera espontánea y podemos interrumpirlo inconscientemente por muchos factores. Por ejemplo, a menudo nos encontramos con normas sociales o familiares que interfieren en la satisfacción de nuestras necesidades. ¡Cuántas veces hemos ido de visita, o a un cumpleaños, incluso a un velatorio, sin que nos apetezca y hemos dejado de hacer lo que realmente queríamos!. Nuestra necesidad se ve, a menudo, interferida por mensajes familiares. Por ejemplo, si nuestra madre nos dijo que una mujer debe ser siempre sumisa, complaciente y servicial con su marido, aunque estemos cansadas o en desacuerdo o enfadadas, seguiremos actuando tal como ella nos dijo, aunque sea perjudicial para nosotras.
LAS POLARIDADES Otro modo de interferir en la satisfacción de nuestros deseos y necesidades es pensar que no somos capaces de realizar determinadas tareas o actividades, porque nos sentimos inútiles o inadecuados por nuestra cultura o nuestra edad, o cualquier otra característica personal. Nos identificamos con una forma de ser concreta y rechazamos todo lo que no cuadre con esa imagen. Por ejemplo, si me considero una persona torpe no me meto a aprender nuevas cosas aunque me apetezca. Si me considero 15
una persona “fuerte” no puedo apoyarme en otras personas y compartir mis penas. En Gestalt entendemos que la persona es un todo indivisible y que en la medida en que somos capaces de asumir esos aspectos negados, nuestro funcionamiento será más sano. Todos somos al mismo tiempo listos y torpes, fuertes y débiles, buenos y malos, cariñosos y agresivos y la salud consiste en poder emplear una u otra característica en función de la situación ante la que se está. Por ejemplo, si alguien me está amenazando responder cariñosamente no es lo más adecuado a la situación. Todas las emociones son valiosas para el ser humano porque nos dan información acerca de lo que nos está ocurriendo a nosotros y a nuestro alrededor, de ahí que sea tan importante recuperar las emociones que consideramos negativas: alegría, tristeza, agresividad, deseo sexual,... Estos aspectos rechazados nos cuesta sacarlos porque nos disgustan, o nos dan vergüenza o miedo o ansiedad. La terapia invita a vivir plenamente cada aspecto de lo que llamamos una polaridad: ser flexible-ser firme, ser alegre-ser triste, interesarse por lo de dentro del hogar y por lo de fuera. La polaridad no aceptada se sepulta o bloquea por temor a lo que podría desencadenar, como ocurre por ejemplo en el temor bastante generalizado a hacerse cargo de la propia agresividad y a manifestarla. Una de las polaridades básicas a descubrir es la llamada: perro de arriba y perro de abajo. El perro de arriba representa las normas dadas por padres, maestros, y personas importantes de nuestra vida, mientras que el perro de abajo se rebela ante dichas exigencias. Por ejemplo, las exigencias sobre las tareas de la casa y las constantes excusas para no hacerlo que ponen los hijos. Este mecanismo aprendido en la relación con las figuras de autoridad se produce constantemente en nuestro interior. (Ejemplo: debería llamar a la cuñada-no quiero porque es una pesada).
SALUD Y PATOLOGÍA Como se desprende de todo lo dicho hasta ahora, la salud tiene que ver con la capacidad de contactar, con lo interno y con lo externo para así conocer la realidad. La salud también es aceptación e integración de lo que somos, de nuestros sentimientos, pensamientos y conductas, aunque a veces nos resulten contradictorios. Y, por último, la salud supone la posibilidad de ampliar nuestros recursos en lugar de repetir siempre lo mismo que aprendimos y que en su momento nos sirvió, pero que ahora es excesivamente rígido.
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La enfermedad, por contra, aparece cuando no hay un bueno contacto ya sea con el mundo interno o externo, cuando negamos características o aspectos personales que nos pertenecen y cuando nuestro comportamiento es excesivamente rígido o repetitivo frente al comportamiento saludable que tiene mayor flexibilidad y creatividad.
LOS RECURSOS TÉCNICOS La gestalt emplea diversas técnicas para ayudar a la persona. La más conocida es la llamada “silla caliente”. Se trata de situar frente a la persona una silla vacía donde se coloca imaginariamente a la persona con la que tenga el conflicto o bien un aspecto de si misma rechazado, estableciendo un diálogo que le lleve a la resolución del conflicto o a la integración del aspecto rechazado. Otro de los recursos con los que cuenta el terapeuta gestáltico son las fantasías dirigidas que nos sirven para explorar temores, darnos cuenta de lo que nos pasa y, a menudo, a encontrar soluciones a situaciones aparentemente sin salida. Trabajamos los sueños no interpretándolos según un significado fijo sino facilitando que la persona descubra el mensaje que tiene para ella lo que ha soñado. Utilizamos también herramientas artísticas, como el dibujo, la poesía, o el baile y para nosotros la atención al cuerpo supone una referencia básica para comprender que le está pasando a la persona. En el trabajo terapéutico, ya sea individual o en grupos de crecimiento personal, no atendemos sólo a lo verbal, a las palabras que se dicen, sino también a lo corporal, a todo lo que se expresa mediante gestos, actitudes, movimientos, etc. que completan el sentido de lo que las personas comunican.
PARA QUE SIRVE LA TERAPIA GESTALT No es preciso sentirse enfermo para solicitar ayuda psicológica; simplemente hay periodos de crisis en la vida en los que la persona hace balance de lo vivido y se replantea nuevos valores o formas de vida. Puede ocurrir que este sea un proceso gradual de maduración o que se deba a un suceso más externo o repentino como puede ser la muerte de un ser querido, un divorcio o la pérdida de un trabajo. En estos momentos, la ayuda que te prestan las personas cercanas puede no ser suficient0e y no por la falta de interés o de cariño, sino porque la propia cercanía impide una visión más objetiva o imparcial de las situaciones. 17
Las personas acuden a terapia por malestar o insatisfacción en sus vidas. A menudo refieren que tienen ansiedad sin saber porqué o que no duermen, que lloran por cualquier cosa, que no tienen ilusión por nada como ocurre en las depresiones. Muchas personas asisten a terapia coincidiendo con una crisis con su pareja o en su familia. Los jóvenes se presentan por problemas en los estudios o en las relaciones con los demás, porque no saben qué hacer con sus vidas, falta de alicientes, etc. A la terapia gestalt acuden no solamente personas en crisis sino también personas que desean mejorar su calidad de vida que, a través del trabajo en grupos de crecimiento personal incrementan la satisfacción que experimentan en su vida cotidiana. En este tipo de trabajo se exploran las relaciones interpersonales, descubriendo qué limites nos impiden disfrutar del contacto con los demás o con nosotros mismos, abriéndonos a experiencias e intereses hasta ahora desconocidos. En definitiva, la terapia gestalt persigue la felicidad de los seres humanos, pretende aceptar a la persona sin excusas, sin juicios, sin valoraciones, respetando el ritmo y el proceso de cada uno. No se trata de empujar a la persona sino de acompañarla.
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Gestalt y clínica La psicología de la gestalt se transforma en Psicoterapia cuando F. Perls introduce el concepto de motivación. Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica. 1) La primera premisa es el darse cuenta, que tiene que ver con el "qué" y el "cómo" de la conducta y no con el "porqué". Sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de cómo lo hace podrá cambiar su conducta. Esto introduce un cambio sustancial en el modo de concebir al paciente, el cual pasa de echar la culpa de lo que le sucede a algo o alguien externo a hacerse responsable de sus conductas y de sus consecuencias. 2) La segunda es la homeostasis, que Perls identificó con autorregulación organísmica y lo definió como el proceso mediante el cual el organismo interactúa con el ambiente para mantener el equilibrio. 3) La tercera es el contacto, que ya va implícito en la anterior premisa de homeostasis. El contacto es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo del ser humano.
Salud y enfermedad La salud y la enfermedad vendrán determinadas, pues, por una alteración en cualquiera de estas tres expresiones del ser humano. A partir de esa concepción, la persona que asiste a terapia ya no es un enfermo irrecuperable y la enfermedad no es una fijación en una etapa infantil –como lo era para el Psicoanálisis– o una mera conducta observable –como lo era para las terapias conductuales–, sino un desajuste en el intercambio con el ambiente.
Los objetivos de la Terapia Gestalt son: - Pasar del apoyo externo al autoapoyo. - Aprender a darse cuenta de lo que hace y cómo lo hace (autoresponsabilidad).
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- Lograr la mayor integración posible, ya que esto facilita el crecimiento y desarrollo del individuo. - Fomentar en el paciente una actitud activa y responsable que le permita aprender a observar sus conductas y a experimentar otras nuevas.
Lo novedoso de la terapia Gestalt Hay mucho de novedoso en la Terapia Gestalt y en su abordaje desde la práctica clínica. A saber: 1. Concepto de "paciente" como persona que viene a terapia en contraposición con el "enfermo incurable". 2. La cualidad del terapeuta como el que "enseña a aprender". 3. El proceso terapéutico como experiencia de contacto esencialmente fenomenológico. En cuanto al primer punto, la persona es tratada como una totalidad y es coresponsable del proceso terapéutico; es por eso que ha de ser particularmente activo y capaz de descubrir y lograr sus objetivos a través de sus propios esfuerzos.
un terapeuta gestáltico: No interpreta, no condiciona ni descondiciona: acompaña. Atiende a la conducta, no a los mentalismos. Atiende al darse cuenta y no a preguntas especulativas; al aquí y ahora en lugar del allá y entonces. Tiene un estilo directo y activo en el trabajo terapéutico y una preocupación por crear una relación horizontal. Paciente y terapeuta son dos personas embarcadas en una tarea en la que el foco de atención es el paciente; no se fomenta la dualidad de que el sano es el terapeuta y el enfermo el paciente. El uso del terapeuta como herramienta de cambio, el que apoya lo genuino y confronta lo neurótico del paciente. Sus devoluciones oscilan entre el apoyo y la frustración. Por último, un terapeuta gestáltico no le dice al paciente lo que ha descubierto acerca de él, sino que le enseña a aprender acerca de sí mismo.
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En lo que se refiere al proceso terapéutico, éste no es un producto terminado sino que ha generado una persona que ha aprendido a desarrollar el "darse cuenta" que necesita para solucionar sus propios problemas. El criterio de éxito no es la aceptación social, sino el incremento de la capacidad de darse cuenta del paciente, que se ve reflejado en un aumento y recuperación de su vitalidad y en una conducta más integrada de acuerdo a sus necesidades esenciales y a sus posibilidades. La última aportación a la que quiero referirme está contenida en una frase de Perls: "La Terapia Gestalt es algo demasiado bueno como para acotarlo exclusivamente a los neuróticos”.
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Terapia Gestalt: Salud, Enfermedad y ... ¿Santidad? Por Albert Rams
En toda filosofía terapéutica subyace una idea de salud, y es hacia ese lugar adonde el terapeuta orienta o hace encaminar, de uno u otro modo, a su paciente. Asimismo, subyace una idea de enfermedad que, además de utilidades diagnósticas y pronosticas, implica a toda la estructura o pautamiento del proceso terapéutico. Entonces: ¿ qué es estar sano y qué es estar enfermo...?. El punto de vista del enfoque gestáltico se caracteriza en mi opinión por incidir en tres aspectos fundamentales : la capacidad de “ser sustantivamente” en lugar de “ser adjetivamente”; un ritmo de contacto-retirada pleno, fluido y adecuado a la necesidad dominante del individuo; y el tránsito del heteroapoyo al autoapoyo, del apoyo ambiental al autosoporte. Fritz Perls (1893-1970), el fundador de la Terapia Gestalt, entiende la neurosis –y por extensión la enfermedad psicosomática– como una estrategia de evitación del dolor psíquico que lo transforma, paradójicamente, en sufrimiento crónico. Y el dolor más grande fue seguramente el dolor de no ser, la temprana experiencia de separación de Aquello que fue nuestro origen y será nuestro destino. 1) Es decir que la salud pasa en primer lugar por la consciencia de ser, más allá de cómo uno sea a cada momento. La enfermedad empieza cuando uno decide “...Esto no lo pensaré, esto no lo sentiré y esto no lo haré… porque produce dolor, desagrado o disforia… y esto, o así, no soy yo...”. Y “…Esto sí lo pensaré, esto sí lo sentiré, o esto sí lo haré… porque produce placer, agrado o euforia… y esto, o así, soy yo”. Aunque también puede ser justo al revés. De tal suerte que se produce, en todo caso, una escisión fundamental entre el ser en sí y el ser de una u otra manera específica (poco importa cuál), con toda la carga y el esfuerzo al que uno se condena para mantener la barrera que garantiza la escisión. Así pues, el estado saludable requiere de la no identificación del ser o
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del no-ser con ningún aspecto de uno mismo en particular. Fritz utiliza un hermoso concepto para explicar esto, el de “nothingness”, palabra compuesta por “nothing”, nada o ninguna cosa, y el sufijo “ness”, que lo sustantiva. Su traducción literal sería “nadidad”, “cualidad de la nada”, o “capacidad de ser nada”. El camino hacia la salud pasará entonces por volver a poseer las partes desposeídas o alienadas de la personalidad, sobre todo aquéllas que uno colocó en el cajón de “esto no soy yo”. Ese proceso conduce a una autoactualización, lo cual faculta , tal como señala Fritz, para vivir cada nueva situación del presente como nueva que es, yendo más allá de los automatismos y condicionamientos con los que uno vivió hasta ese momento, y que hacen reaccionar frente a una nueva situación con un patrón viejo y crónico, como si fuera “aquella otra”. 2) El segundo criterio de salud para Perls es la adquisición de un ritmo de contacto-retirada con el entorno pleno, fluido y adecuado a la necesidad dominante del individuo. Pleno, puesto que el neurótico se caracteriza por no hacer ni un verdadero contacto ni una verdadera retirada. Fluido y adecuado porque la interacción individuo/entorno es siempre cambiante, y no valen programas prefijados ni actitudes rígidas . El precio de querer ahorrarse la atención constante, de querer economizar pilas de la linterna del estar presente en el aquí y ahora de lo que uno experimenta –de ser consciente de lo uno vive, piensa o hace; y de responsabilizarse de todo ello–, suele ser la interrupción del contacto, el ausentarse; la consiguiente victoria del automatismo egoico sobre el verdadero estar, y su consecuente carga de malestar o enfermedad. 3) El tercer criterio, ligado íntimamente con lo que acabo de comentar, es el tránsito del heteroapoyo al autoapoyo, del apoyo ambiental al autosoporte. Dirigirse hacia la salud es pues, desde este tercer aspecto, el proceso por el cual el individuo aprende a caminar sobre sus propios pies, solicitando del entorno lo verdaderamente necesario en una perspectiva de interdependencia, pero no lo innecesario y manipulativo. Así que podemos entender el carácter –la estructura fija, repetitiva y crónica con la que nos identificamos cuando éramos niños– como el conjunto organizado de los medios de manipulación aprendidos para obtener apoyo actualmente innecesario. Y el autosoporte o maduración, como compuesto de “...disminución del apoyo ambiental, aumento de la tolerancia a la frustración, y desmoronamiento de roles infantiles y adultos…”.
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Me parece que los tres criterios citados se reúnen, en realidad, entorno a algo que los engloba y que podríamos entender como una disolución del ego, o personalidad adquirida. Claro, si constato que sigo viviendo sin aquello que se suponía que era imprescindible y que, en parte, constituía mi identidad (el apoyo ambiental realmente innecesario, conseguido fundamentalmente a base de manipulaciones); si sobrevivo a aquello tan terrible (que me digan que no, que no haya aquello... y en general a la disforia); si experimento que yo soy algo más que mis máscaras… entonces no tengo más remedio que concluir que yo soy algo más o algo menos, en todo caso algo diferente, de lo que creía ser. Transitar estos momentos con consciencia nos permite cambiar el punto de vista subjetivo, preñado de automatismos distorsionadores de nuestra realidad interna y externa, por un punto de vista más próximo a lo que Friedlander definía como el punto cero o punto de “indiferencia creativa”, en el que, a través de la atención al vacío interpolar, muchas más opciones de una determinada situación o de una determinada respuesta son posibles y aceptables como propias. Recordando por último que “sano” y “santo” comparten el mismo campo semántico –y que ambos vienen a significar “íntegro”– ¿no será ésta de Perls una hermosa manera de entender la santidad…?.
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Apuntes sobre Terapia Gestalt Carmen Vázquez Bandín
La Terapia Gestalt estudia las relaciones que se dan en la frontera entre el organismo y su entorno, esta relación es el contacto. La relación es sociocultural, animal y física. Si estudiamos solo el organismo y sus aspectos, estaremos haciendo psicología, fisiología, anatomía, etc. o cualquier otra disciplina que se refiera solo al organismo. Si estudiamos solamente al entorno, estaremos haciendo sociología, antropología, historia, etnología, etc. o cualquier otra disciplina si se refiere a los seres humanos en su conjunto, o zoología, botánica, meteorología, etc. si se refiere a cualquier otro aspecto del entorno en sí mismo. El proceso de hacer y retirarse del contacto en la frontera-contacto es la experiencia. Y "todo contacto es el ajuste creativo entre el organismo y el entorno". La creatividad y el ajuste, son dos polos. Si solamente hubiera creatividad no tendríamos en cuenta el entorno. Solamente con el ajuste estaríamos excluyendo al organismo. Por lo tanto, se necesitan el uno al otro. La espontaneidad es la capacidad de captar, de entusiasmarse y de crecer con lo que es interesante y nutritivo en el entorno. Solo la novedad es nutritiva. Pero sin asimilación no se sobrevive. El resultado de sobrevivir, su consecuencia, es el crecimiento. "El contacto es la realidad más simple e inmediata". Es la consciencia inmediata y el comportamiento motor hacia la novedad asimilable y también el rechazo de la novedad no asimilable. Ya que solamente la novedad es nutritiva. Y cuando estamos hablando de consciencia inmediata y respuesta motora, estamos incluyendo "el deseo y el rechazo, el acercarse y el evitar, la sensación, el sentimiento, la manipulación, la comunicación, … y todo tipo de relación viva que tiene lugar en la frontera, en la interacción del organismo con el entorno". El proceso de un ajuste creativo a un nuevo material o a nuevas circunstancias incluye siempre una fase de agresión y de destrucción, ya que es mediante el acercamiento, la apropiación de y la alteración de las estructuras antiguas como lo desigual se convierte en igual. Un organismo vive fundamentalmente en su entorno manteniendo su diferencia y asimilando el entorno para nutrir su diferencia y es en la frontera donde realiza sus intercambios. "El contacto, la actividad que tiene como resultado la asimilación y el crecimiento, consiste en la formación de una figura de interés que se destaca contra un fondo o contexto del campo organismo/entorno".
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La terapia consiste, por lo tanto, en analizar la estructura de la experiencia real, en el aquí y ahora de la situación presente, "sea cuál sea el grado de contacto que se tenga"; no tanto lo que se está experimentando, recordando, haciendo, diciendo, etc. sino cómo es recordado lo que se recuerda, ó cómo se ha dicho lo que se ha dicho, con qué expresión facial, con qué tono de voz, qué sintaxis, qué postura, qué sentimiento, qué omisiones, qué atención o falta de atención se tiene hacia la otra persona. Esto acrecienta el contacto, amplía la consciencia inmediata o awareness de la vivencia de la relación organismo/entorno en el aquí y ahora de la situación real y energetiza el comportamiento, dando lugar a una gestalt fuerte, que es, por sí misma, curativa ya que es "la integración creativa del problema". Ninguna realidad es indiferente o neutra.
El Self Hablamos de ajuste creativo como la función esencial del self, o mejor dicho, "el self es el sistema de ajustes creativos". Ya que el self solo se descubre y se realiza a sí mismo en el entorno. "Y vamos a considerar al self como la función de contactar el presente real efímero", teniendo en cuenta que el self es el contacto. "Al complejo sistema de contactos necesarios en el campo, lo llamamos ‘self’. […] Se sitúa en la frontera del organismo y del entorno; […] y pertenece a ambos, al entorno y al organismo. […] no es una institución fija, sino que existe en donde y cuando existe una interacción en la frontera". El self como proceso de hacer y retirarse del contacto es siempre temporal, dinámico y cambiante. La inhibición del self, en la neurosis, es la incapacidad de concebir una situación como cambiante o, al revés, la neurosis es la fijación sobre un pasado incambiable e inmutable. "Ya que la función del self es algo más que aceptar las posibilidades, es también identificarlas y rechazarlas, llegar creativamente a una nueva figura, es distinguir entre las ‘respuestas obsoletas’ y el comportamiento único y nuevo, que requiere cada situación". Como ya hemos dicho antes, la terapia supone concentrarse en la estructura de la figura/fondo proporcionándole al self múltiples oportunidades de integrarse progresivamente. Ya que "la finalidad del tratamiento no es resolver la mayoría de los complejos [del paciente] sino llegar a un punto tal en la técnica de la consciencia inmediata de sí mismo que el paciente pueda continuar sin ayuda". La curación solamente puede venir de uno mismo (mediante la flexibilidad de la regulación organísmica), en el entorno. 26
En Terapia Gestalt no atacamos las "defensas" o "resistencias", "en lugar de tratar de eliminarlas, se acepta su lado positivo, son tenidas en cuenta" y se las apoya, abordándolas en la sesión terapéutica, de persona a persona. Tampoco le pedimos al paciente que no se censure, sino que se concentre en la manera en cómo se censura, se retira, se encierra en el silencio, qué músculos, imágenes o bloqueos emplea para esto. "De esta manera, construimos un puente para que empiece a sentir que se reprime de manera activa y pueda, entonces, empezar a relajar por sí mismo su represión". Apoyar las resistencias o interrupciones, sacar el conflicto de la represión y aumentar la consciencia inmediata produce ansiedad. La ansiedad es la excitación frenada en la frontera-contacto. Pero el sufrimiento y el conflicto no son ni innecesarios, ni carentes de sentido: son el índice de la destrucción (des-estructuración) que se produce en toda formación figura/fondo, para que una nueva figura pueda emerger. Tratar de proteger al paciente de esto supone "que el terapeuta, desde lo alto de su superioridad, juzga tal o cual material humano como no merecedor de recuperar una existencia plena". Si el terapeuta deja su actitud de superioridad, el paciente se convierte, entonces, en un aprendiz de terapia y por lo tanto en un elemento activo de su proceso. Y puesto que es un elemento activo de su propio proceso y puesto que es él quien ha acudido a terapia y ha continuado en terapia, debe ser él quien decida cuándo dejarla. Si ampliamos la idea de apoyar las "resistencias" o "defensas", necesariamente debemos hacer un esbozo de tres conceptos fundamentales, a los que ya hemos aludido: el proceso de hacer y retirarse del contacto y sus fases, el self y sus funciones, y las interrupciones del proceso de hacer y retirarse del contacto. El proceso de hacer y retirarse del contacto es, en general, una secuencia continua de figuras y fondos. Todo el proceso es una excitación creciente consciente y proviene de los dos polos del campo: el organismo y el entorno. El proceso de hacer y retirarse del contacto es una totalidad única, pero se puede distinguir, por comodidad, la siguiente secuencia de figuras y fondos: Precontacto: el cuerpo es el fondo; el apetito, las sensaciones o el estímulo ambiental es la figura. Es lo dado o "ello" de la situación. Es de lo que se es consciente. Toma de contacto: la excitación del apetito se convierte en fondo, y algún "objeto" o conjunto de posibilidades es la figura. El cuerpo disminuye.
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Hay elección y rechazo de las posibilidades, agresión para acercarse y superar los obstáculos; orientación y manipulación deliberadas. Estas son las identificaciones (aceptaciones) y alienaciones (rechazos) del "yo". Contacto final (ó Contacto pleno): sobre un fondo que comprende el entorno y el cuerpo indiferentes, un objetivo vivo se destaca como figura y se contacta con él. Se relaja cualquier actitud deliberada. Postcontacto: hay una interacción flotante entre el organismo y el entorno que no es una relación figura/fondo; el self disminuye. Se da la asimilación y por lo tanto el crecimiento, modificando la "personalidad". De las fases o etapas del proceso de hacer y retirarse del contacto podemos deducir las tres principales funciones del self, según la Terapia Gestalt, y cómo pasa el self, temporalmente, de una función a otra. La función "ello", correspondería a la fase de Precontacto. "Es el segundo plano dado, que se disuelve en posibilidades" incluyendo las excitaciones orgánicas, las sensaciones, las situaciones inacabadas del pasado que se vuelven conscientes, el entorno vagamente percibido y los incipientes sentimientos que conectan al organismo con el entorno. La función "yo", en la fase de Toma de Contacto, "es la identificación con y la alienación de las posibilidades, la limitación o el acrecentamiento del contacto en curso". Es la aceptación o el rechazo de las posibilidades de la situación presente y real. Incluye el comportamiento motor, la agresión, la orientación y la manipulación. La función personalidad, activa en las fases de Contacto Final y Postcontacto, "es el sistema de actitudes asumido en las relaciones interpersonales, es la asunción de lo que uno es". Cuando el comportamiento interpersonal es neurótico, la personalidad consiste en un cierto número de conceptos equivocados sobre uno mismo, introyecciones, ideales del yo, máscaras, etc. Pero cuando se ha terminado la terapia, la personalidad es una especie de entramado de actitudes con el que se comprende uno a sí mismo y que se puede utilizar para cualquier tipo de comportamiento interpersonal ya que, la personalidad es "una réplica verbal del self". La personalidad se forma con la lealtad, la moralidad y las actitudes retóricas, siendo estas últimas "la propia manera que tiene uno de manipular las relaciones interpersonales". Cuando las "situaciones inacabadas del pasado" hacen su aparición, interrumpen la secuencia del proceso de hacer y retirarse del contacto. Esto tiene lugar mediante procesos que, en principio, son sanos cuando se emplean en su momento oportuno. Dicho de otra manera, "los comportamientos neuróticos son los ajustes creativos de un campo en el que hay represiones".
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Esta creatividad va a actuar y a aparecer espontáneamente en cualquier situación presente, por eso, el terapeuta no tiene que ir a buscar nada por debajo del comportamiento "ordinario", ni hurgar en él para poner de manifiesto el mecanismo. Su trabajo consiste sencillamente en plantear una relación basada en el contacto, dando por sentado que el paciente no va a poder mantenerla de manera adecuada y por cuyo fracaso, se siente insatisfecho. Debido a esta insatisfacción, le va a surgir el interés y la excitación, que generalmente va a vivirlos como ansiedad. Entonces, esta necesidad, real y presente, del paciente, con ayuda del terapeuta, va a destruir y asimilar los obstáculos y va a crear formas más viables, "como ocurre en cualquier otro aprendizaje". No olvidemos que la ansiedad es la interrupción de la excitación creativa en curso. Y que la neurosis es, a la vez, una situación de miedo crónico y de frustración crónica. Puesto que la frustración es crónica, el deseo no aprende a activar las funciones prácticas importantes; y puesto que el miedo es crónico, el individuo se controla, se inhibe y se frustra. El terapeuta necesita su propio criterio para mantener sus referencias, para saber en qué dirección mirar. Y no debe olvidar que la situación real y presente, representa siempre un ejemplo de toda la realidad que ha sido o será. Por eso, el terapeuta necesita, además de sus propias referencias, estar atento a la estructura del comportamiento del cliente: ¿cómo atiende a su propio organismo? ¿Cómo satisface una necesidad? Si basamos nuestro modo de hacer terapia a partir de los momentos de un proceso presente y en curso, y en concreto, en sus interrupciones, "podemos esperar que, con la consciencia inmediata, estas interrupciones, se van a convertir en otras interrupciones, y la continuidad del proceso no se habrá perdido". Así, el paciente, en un entorno seguro, como es su relación con el terapeuta, podrá resolver satisfactoriamente el "experimento" de hacer contacto. Como terapeutas, solo necesitamos ayudar al paciente a desarrollar su identidad creativa a través de ese "pasaje ordenado" de una interrupción a otra. Ya que el comportamiento del paciente en terapia, o en cualquier otra cosa, es un ajuste creativo que continúa resolviendo un problema de frustración y de miedo crónicos, la terapia consiste en "proporcionarle unas circunstancias concretas en donde estas soluciones habituales (inacabadas) ya no sean las posibilidades de solución más adecuadas". Para localizar las interrupciones en la secuencia del proceso de hacer y retirarse del contacto, lo que llamamos pérdidas de la función yo, la pregunta es la siguiente: ¿cuál es el momento en el que el paciente empieza a no mantener el contacto en la sesión terapéutica? ¿Cómo, concretamente, se lo impide?
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Y una vez identificada la interrupción, apoyarla hasta la siguiente y así sucesivamente hasta el final de la secuencia del proceso de hacer y retirarse del contacto. "La diferencia entre los diversos tipos [de personalidad] está relacionada con el momento en el que se produce la interrupción: Antes de la nueva excitación primaria: confluencia. Durante la excitación: introyección. Al enfrentarse al entorno: proyección. Durante el conflicto y la destrucción: retroflexión. En el contacto final: egotismo." No debemos olvidar que una interrupción de la secuencia de hacer y retirarse del contacto es debida a un estado del self, empleado de manera inadecuada. Esto es, la confluencia, la introyección, la proyección, la retroflexión y el egotismo son estados temporales adecuados y necesarios en determinas fases de la secuencia de hacer y retirarse del contacto. Solo cuando han perdido su función espontánea y se convierten en estructuras rígidas que interrumpen el proceso de hacer y retirarse del contacto es cuando se convierten en disfuncionales. La confluencia es el estado de no contacto, no hay frontera del self. Todos los hábitos y los conocimientos son confluyentes. La distinción entre las confluencias sanas y las confluencias neuróticas consiste en que las primeras están potencialmente sujetas a contacto, mientras que las segundas no se pueden contactar, debido a la represión. "En el plano neurótico, la actitud presente –no reconocer del todo la nueva tarea- consiste en agarrarse a la no consciencia, como si se aferrara a un comportamiento acabado para encontrar en él alguna satisfacción, y como si la nueva excitación fuera a arrebatársela. […] El objetivo es conseguir que el otro haga todos los esfuerzos". La interrupción se puede producir durante la excitación, el self, entonces, introyecta: desplaza su propio deseo potencial por el de algún otro. Esto sirve para evitar la sensación de "no pertenencia". La actitud hacia el entorno es resignada y, por lo tanto, infantil y sumisa (o la contraria, rebelde y agresiva pero sin sentido). La satisfacción conseguida es la frustración. La introyección sana es el paso previo a la asimilación, necesaria en cualquier situación de aprendizaje. Está caracterizada por el interés, la motivación y la consciencia inmediata. En la (¿intro?)proyección patológica, el individuo siente la emoción pero flotando a la deriva, "en el aire" y ya que no siente que surge de él, la atribuye a la otra realidad posible: el entorno; dirigida contra él por el
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otro. Produce rigidez muscular e inhibe los poderes motores para dejarse llevar libremente por las emociones libres. En el ajuste creativo, es un factor alucinatorio necesario en los primeros acercamientos. Esto es la intuición o el presentimiento, y es así "como nos ponemos en guardia o nos sentimos invitados por medio de un significado que todavía no es manifiesto". Cuando las energías de la orientación y la manipulación están plenamente comprometidas en el entorno pero el individuo no puede hacerles frente porque tiene miedo a herir o a ser herido, "necesariamente, se va a sentir frustrado" y, entonces, las energías comprometidas se van a volver contra los únicos objetos disponibles y seguros en el campo: su personalidad y su propio cuerpo. Esto son las retroflexiones. Podemos incluir aquí los remordimientos, los arrepentimientos, las reconsideraciones, las enfermedades psicosomáticas, los dolores musculares sin "causa", el pensamiento obsesivo, la rumia, etc. El retroflectador trata de evitar quedar comprometido con el entorno. Cualquier acto de autocontrol deliberado durante un compromiso difícil es una retroflexión, generalmente sana. El entorno tangible del retroflectador está formado únicamente por sí mismo. Y su satisfacción directa es la sensación de control activo. Cuando, en las fases de contacto final y de postcontacto debería haber una relajación del control o de la vigilancia, cuando se trataría de abandonarse al comportamiento que llevaría a la asimilación y al crecimiento, "hay un esfuerzo por controlar lo incontrolable y lo sorprendente", esto es el egotismo disfuncional. La preocupación del egotista no es contactar con el entorno, asimilar y crecer holísticamente sino "multiplicar sus conocimientos científicos y técnicos para poner cada vez más cosas del entorno a su alcance y en su poder para ser irrefutable". La satisfacción del egotista disfuncional es el aburrimiento y la soledad; es vanidoso y creído, sabe de todo y lo va diciendo. Desconfía de la humanidad y siempre tiene "enfrentamientos". No obstante, normalmente, el egotismo es sano e indispensable en la elaboración de cualquier proceso de maduración largo, difícil y complejo; dicho de otra manera, se sienten las ganas de comprometerse y se aplaza esto, desanimándolo, ya que, en ese proceso concreto, no es adecuada ni la espontaneidad ni la capacidad de correr riesgos. Los tipos de interrupciones pueden multiplicarse hasta el infinito combinando cada clase con otra, como "confluencia de introyectos", "proyección de retroflexiones", etc. Por ejemplo, "la confluencia con los introyectos es la culpabilidad; […] la retroflexión de los introyectos es la rebeldía…". 31
Hay que tener en cuenta que, en Terapia Gestalt, no trabajamos con el contenido, sino con el proceso, con la secuencia de hacer y retirarse del contacto y sus interrupciones en el aquí y ahora de la situación real en curso, en la sesión de terapia, entre el paciente y el terapeuta. El significado creativo de la situación, no es lo que se piensa por anticipado, "lo que se trae a terapia", sino lo que surge al traer al primer plano las situaciones inacabadas, cualesquiera que sean y al descubrir-e-inventar su pertinencia en la situación presente, que se muestra interrumpida y por lo tanto desprovista de excitación, energía e interés. El neurótico, en la sesión y en su vida, empieza a perder el contacto con la realidad, se da cuenta, pero no tiene las técnicas que le permitirían continuar el contacto y persiste en un proceso que le lleva, cada vez, más lejos de la realidad, y entonces, se pierde. Es necesario que, en la sesión de terapia, ayudado por el terapeuta, aprenda a reconocer con precisión, en qué momento y cómo deja de estar en contacto y dónde y cuál es la realidad, de tal manera que pueda seguir contactándola. La teoría de la Terapia Gestalt es la teoría del self y por lo tanto, la práctica de la Terapia Gestalt es la teoría del self aplicada. Bibliografía BLOOM, Daniel: Estructura y funcionamiento del self, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. BLOOM, Daniel: La canción del self, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. HODGES, Carl: Teoría del campo, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. KLEPNER, Perry: Interrupciones del contacto, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. MEYER, Kenneth: Self & Egotismo, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. PERLS, F., HEFFERLINE, R. y GOODMAN, P.: Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana; Ed. Sociedad de Cultura Valle-Inclán, Ferrol, 2002. SPAGNUOLO LOBB, Margherita: La teoría del self en Terapia Gestalt, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología de Madrid, España. ZEVY, Lee: Resumen del Proceso de Contacto, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. Este artículo ha sido publicado en la revista "Figura-fondo", número 13, primavera del año 2003, pág. 69-76, del Instituto de Psicoterapia Gestalt A.C. de México.
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La Deflexión como una Retroflexión "metafórica" Carmen VÁZQUEZ BANDÍN
Abstract: This paper redefines the Polster term "Deflection" as a Retroflection in the process of contact according to Perls, Hefferline and Goodman, in an individual therapy session. The author considers that when the patient undergoing therapy changes the topics of conversation during the session; speaks about the weather and so on, ... he/she abandons the course of the contact of here and now in the therapeutic relationship; thereby avoiding saying anything important to the therapist. The author proposes that this be considered a Retroflection and can be undone using the content of this Retroflection as a "metaphoric" message aimed at the therapist. Erving y Myriam Polster (1973) en su libro Terapia guestáltica (Gestalt Therapy Integrated) (1) definen la Deflexión como "una maniobra tendente a soslayar el contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real. Se quita calor al diálogo mediante el circunloquio y la verborrea; tomando a risa lo que se dice; evitando mirar al interlocutor; hablando abstractamente en lugar de especificar; yéndose por las ramas; saliendo con ejemplos que no vienen al caso, o prescindiendo de ejemplos; prefiriendo la cortesía a la franqueza; las emociones débiles a las intensas; hablando de cosas pasadas cuando el presente es más importante… Todas las deflexiones destiñen la vida". No dicen los Polster si este "desvío" del contacto se hace de una manera consciente o no pero, sea como fuere, el sujeto no es consciente, no está aware de que el contacto le resulta imposible, por no decir intolerable. Más adelante, en el mismo párrafo, los Polster añaden: "Si se puede conseguir que la energía deflexionada dé de nuevo en el blanco, el sentido de contacto aumenta considerablemente". Tampoco dicen cómo podemos hacer para que "de nuevo dé en el blanco". Si tratamos de llevar este mecanismo de evitación al modelo propuesto por Perls, Hefferline y Goodman en su obra fundacional Gestalt Therapy (1951), (2) veremos que no está citado ni una sola vez. Los autores de Gestalt Therapy hablan de cinco mecanismos que interrumpen, de un modo
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u otro, el contacto, a saber, la confluencia, la introyección, la proyección, la retroflexión y el egotismo. Leyendo atentamente el Capítulo XV del PHG veremos que la Deflexión de la que hablan los Polster puede entenderse como una Retroflexión. Dicen Perls y Goodman: "Supongamos ahora que la energía de la orientación y la manipulación está plenamente comprometida con la situación ambiental, ya sea el amor, la rabia, la piedad, la pena, etc. El individuo debe intervenir pero tiene miedo de herir o ser herido (destruir y ser destruido)… Normalmente la retroflexión es un proceso de reforma, de corrección del acercamiento impracticable o la reconsideración de las posibilidades de la emoción, el reajuste con vistas a otra acción". (3) De este modo podemos considerar que cuando el paciente, en el transcurso de una sesión cambia de conversación, habla del tiempo, desvía el contacto en el aquí y ahora de la relación terapéutica, es que en otro momento de su vida, cuando aprendió a relacionarse, la excitación para la acción no encontró el apoyo necesario en el entorno y no pudiendo ya esa excitación dar marcha atrás, no pudiendo ya romper el compromiso con el entorno, "reformó" la orientación y la manipulación hacia una retroflexión. O efectivamente, completó la acción y el entorno no le dio apoyo sino frustración. Si podemos definir el objetivo de la Terapia Gestalt como establecer contacto ya que "el contacto es la realidad más simple y primera"(4) y "recordemos que no importa cómo se teorice acerca de los impulsos, emociones, etc., ya que siempre nos estaremos refiriendo a un campo de interacción –el campo organismo-entorno- y no a un animal aislado",(5) la sesión terapéutica –el campo organismo-entorno en el aquí y ahora- tiene que estar encaminada al contacto entre terapeuta y paciente. Hablar de otra cosa ajena a la sesión, a la relación entre el paciente y el terapeuta sería, en palabras de Isadore From, "una comunicación perturbada o retroflectada"(6) y por "perturbada" entiende "que el contacto entre el paciente y el terapeuta, de alguna manera, está perturbado", ya que "no existe ninguna función ni animal ni humana que se complete a sí misma sin objetos y entorno".(7) En tanto que terapeutas gestálticos, lo que nos interesa es lo siguiente,: por un lado, la información contenida en la deflexión. Y esta información estaría dada de una manera metafórica, metafórica. Pero por otra parte –y a mi entender resulta más importante-, el hecho es que la deflexión está teniendo lugar en el aquí y ahora del espacio terapéutico. Mi pregunta interna sería: ¿qué es lo que le hace en este momento decir lo que está diciendo, contarme a mí lo que está contando o hacer lo que está haciendo (por ejemplo, mirar hacia otro lado, no mirarme)? Me hago esta pregunta basándome de nuevo en Perls y Goodman que dicen sobre la Retroflexión: "la energía de la orientación y de la manipulación está plenamente 34
comprometida con la situación ambiental", pero "entonces se vuelve hacia el único objeto inofensivo", uno mismo, "quedándose con la frustración del no contacto... Entonces, sentimos remordimientos y arrepentimiento; damos vueltas a lo pasado, lo reconsideramos, etc... Se arrepiente de no haber invadido el entorno".(8) Y mi conclusión es que, de alguna manera, lo que me está contando o haciendo, y que aparentemente no tiene que ver con nuestra relación, es algo que quiere decirme acerca de su relación conmigo en el momento presente. Este no decir algo referente a la relación no es porque sea inconsciente; simplemente es algo no consciente, algo de lo que no se da cuenta. ¿Qué es lo que ocurre para que le resulte difícil a mi paciente vivirme directamente? ¿Es un ajuste conservador que repite en otros momentos de su vida? ¿Qué ocurre cuando se deshace la retroflexión y se retoma el contacto? Lo que le ocurre al paciente para que le resulte difícil vivirme directamente es que está repitiendo un ajuste conservador. Al no encontrar suficiente apoyo emocional en el entorno durante su infancia, resolvió creativamente evitar la mirada, no expresar lo que sentía, pero con la repetición de este esquema lo convirtió en un ajuste conservador. De esta forma aprendió a cambiar la frustración por satisfacción ya que "la satisfacción directa de la retroflexión es la sensación de autocontrol".(9) ¿Cómo hacer para que mi paciente retome el contacto con el entorno, el contacto conmigo? Deshacer la Retroflexión. ¿Y cómo deshacer la retroflexión? Dicen Perls y Goodman "la reforma (en la orientación) no puede ser asimilada ni cambiada, a menos que se le incluya un nuevo material ambiental".(10) Y este "nuevo material ambiental" solo podemos aportarlo en forma de apoyo emocional y redirigiendo la energía de la retroflexión del paciente hacia el entorno, hacia mí como terapeuta, mediante la pregunta: "Si eso que estás diciendo o haciendo me lo dijeras o me lo hicieras a mí, ¿qué me estás diciendo o me haces?". De esta manera deshacemos la retroflexión y volvemos al contacto puesto que el paciente al verbalizar o hacer lo que estaba evitando realiza "un ajuste creativo entre el organismo y el entorno",(11) siendo ésta otra de las definiciones de Perls y Goodman para el contacto. En el título del artículo he denominado a la deflexión "retroflexión metafórica" porque, como es obvio, el contenido de lo verbalizado nunca se refiere directamente a la relación terapéutica sino que es un contenido metafórico: hablan de "un tiempo estupendo", "un encuentro casual con alguien cercano en el pasado", "una cucaracha asquerosa en la escalera"…, y es este contenido el que debe de "adaptarse" a la relación terapéutica o a mí como terapeuta. ¿Qué ocurre cuando se deshace la retroflexión y se retoma el contacto? Al deshacer la retroflexión, y como respuesta a mi sugerencia, el paciente retoma los sentimientos de la infancia que al no poder asimilarlos había 35
anulado por el ajuste conservador mediante la retroflexión. "Es completamente desconcertante ver cómo se paran bruscamente por culpa de la inseguridad y la timidez"(12) dicen Perls y Goodman. Mi experiencia es que el paciente efectivamente se vuelve "tímido" y contacta con la vergüenza ya que, como dice Kaufman,(13) la vergüenza "supone un fracaso interpersonal significativo". Esta vergüenza es " sobre todo, una ruptura en el campo de la experiencia de sí mismo; pero esta ruptura, aunque enraizada en la historia, se vive en el presente y está necesariamente presente, si quiere uno tomarse la molestia de verla, en la relación terapéutica misma", "y debe de concedérsela prioridad ya que es una fisura o una brecha en el campo de la experiencia presente del paciente",(14) de su experiencia en la relación terapéutica. Una vez que el paciente vive sus sentimientos y me los expresa, los comparte conmigo, es obvio que hay un abundante material en el aquí y ahora para poder reparar esa "brecha o fisura" de la que habla Wheeler, posibilitando así al paciente el que cada vez le resulte más fácil hacer contactos en la sesión terapéutica y que como resultado de la asimilación de estas experiencias, pueda generalizar este funcionamiento a otros aspectos de su vida. Un ejemplo práctico Josefina es una mujer de 40 años, casada, madre de dos hijos, en formación en Terapia Gestalt. Lleva 60 horas de formación conmigo, ha solicitado ella empezar una terapia individual. Esta es su primera sesión de terapia individual. Yo vivo a Josefina como una mujer silenciosa, cordial, que trata de no llamar mucho la atención en el grupo, que se esfuerza por participar, por aprender, "por aprovechar el tiempo", "por ser sincera consigo misma". Josefina es alta y larga, sus formas de mujer está diluidas, anda sin hacer ruido, como sin querer "molestar". Me llaman la atención sus ojos; son profundos pero cuando los miro siento una profunda sensación de tristeza. Es la mayor de tres hermanas. Sus padres trabajaban los dos cuando ella era pequeña. Volviendo a aquella primera sesión, Josefina está contándome sus dificultades para intervenir en el grupo, para relacionarse espontáneamente con los otros participantes. La dejo hablar. Unos momentos después le pregunto qué puede querer de la terapia, qué quiere de mí. Josefina desvía la mirada, se queda mirando fijamente mi estantería con la cabeza totalmente girada a la izquierda de donde yo estoy sentada y, sin venir a cuento, me dice llena de melancolía:
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"Mi abuela se ocupaba muchas veces de mí. Venía del pueblo y pasaba temporadas con nosotros. Era fantástico. Yo la quería mucho. Me cuidaba, me mimaba, me enseñaba cosas… De joven había sido maestra. Debía de valer mucho porque para ser maestra en aquella época es que tenía las cosas muy claras…". Aprovecho el silencio de Josefina para decirle: "Josefina, ¿querrías decirme a mí lo que estás diciendo y mirarme al decírmelo? A ver si te resuena…". Me mira desconcertada. Me dice: "¿A ti?". Y súbitamente enrojece. "Pues… -empieza a decir y vuelve a desviar la mirada- … Tú te ocupas de mí…". Le pido que trate de mirarme mientras me habla. Me dice que le resulta muy difícil, por no decir imposible, "es como si se me fuera sola la cabeza". "Pues… Tú te ocupas de mí… Nos vemos un fin de semana al mes y me gusta venir, me gusta mucho… Me gustan tus explicaciones… Tu forma de trabajar… Me da apuro decirte que te quiero…". Mientras me ha ido diciendo esto su cara ha ido enrojeciendo y sus ojos se han ido llenando de lágrimas y al llegar aquí, rompe a llorar. Baja la cabeza y se tapa la cara con las manos. "Me cuesta mucho decirte estas cosas…". Y levanta la vista, con la cabeza todavía medio bajada y me mira con unos ojos diferentes. Yo siento en ellos una mezcla de ilusión, expectativa, alivio y le brillan, le brillan mucho mientras me sonríe con una mezcla de miedo y alivio. "¿Qué sientes ahora, Josefina?" "No sé. Primero vergüenza, mucha vergüenza … y miedo a que te rieras de mí, a que te enfadaras por mi atrevimiento… Ahora me siento mejor…". Otro ejemplo Carlos es un hombre de 37 años. En la actualidad está divorciado desde hace 12 años. Su matrimonio fue forzado ya que dejó embarazada a la chica con la que salía y el padre de esta les obligó con amenazas a casarse. Duró dos años de peleas constantes e intimidaciones por parte de su mujer. Tiene una hija a la que casi no ve y a la que no tiene especial cariño, según él. Es el hijo mayor de un matrimonio en el que los padres eran algo mayores cuando nació él. El dice que el padre trabajaba y la madre "no tenía nada mejor que hacer que dedicarse a malcriarme". Tiene una hermana diez años menor que él. El padre murió hace unos años. Carlos vive solo pero va con regularidad a ver a la madre. Ha mantenido esporádicamente relaciones con otras mujeres, pero no acaba de comprometerse con ninguna. "Las mujeres son tremendas –dice– empezando por mi madre. En cuanto te descuidas quieren controlarte la vida". (Cuando me cuenta esto, decido no darme por aludida, estamos en la fase de establecer nuestro acuerdo terapéutico). 37
El motivo de consulta es una hipersensibilidad a los ruidos, al jaleo. Últimamente todo le irrita, la música alta, las voces de los vecinos, las bocinas de los coches, … Carlos es un hombre con buena planta. Algunas canas por las sienes hacen que me resulte atractivo. La boca es demasiado grande y la tiene siempre contraída en una mueca. Los ojos me parecen saltones y hundidos al mismo tiempo. Todos sus rasgos faciales están contraídos, crispados. Siento que está a la defensiva de forma constante. Se lo comento y me dice que conmigo está cómodo, que es su forma habitual de estar. Yo siento ambivalencia: es como si quisiera y no quisiera. El se define, a su pesar, como sensible, demasiado emotivo, "blando". Después de unos seis meses de terapia, Carlos se siente más suelto. Ha descubierto muchas cosas de su vida y de cómo reacciona, de su desconfianza. Llega a su sesión puntual, como siempre. Empieza hablando de sus planes de vacaciones. Es el mes de Junio y en Agosto quiere ir a "una playa tranquila". "Me gustan las playas tranquilas, en donde no haya mucha gente. Tener el mayor espacio posible. El sol y el agua solo para mí" –dice- "Me hace sentirme en paz conmigo y soy capaz de pensar bien de mí. Porque la naturaleza no te pide nada, no te exige nada, puedes estar a tu aire sin tener que fingir constantemente una forma de ser que no es la tuya". Cuenta todo esto con la mirada perdida, sin mirarme. Me planteo interiormente: ¿qué le hace decirme esto de sus vacaciones en este momento?; ¿por qué, entre todos los acontecimientos de esta semana, entre todas sus vivencias, entre todos sus pensamientos…, me cuenta precisamente esto? Voy a considerarlo como una retroflexión, a ver qué pasa. Y le digo: "Carlos, si lo que estás diciendo de la playa me lo dices a mí, a nuestra relación terapéutica, ¿puede encajar? Y, si no te importa, mírame al decírmelo". Me mira, se pone colorado, se ríe abiertamente y me dice… "Venir aquí… digo mejor venir aquí, porque si te digo que tú eres como una playa tranquila… (enrojece más) es de lo más cursi… Sí, me gusta venir aquí, me siento cómodo…". Le interrumpo "¿qué te pasa, qué sientes si eres cursi conmigo…?" "Te vas a reír y eso me va a enfurecer…, y se va a acabar el estar relajado y a gusto contigo…" Tiene los ojos humedecidos y le resbalan unas lágrimas que trata de contener. ¿Ajuste conservador?. Ajuste conservador. Ha descubierto qué pasaba cuando de pequeño era tierno y cariñoso con su madre… Conclusión 38
Así tendría para ofrecer cientos de situaciones en las que, al tomar la deflexión como una retroflexión con un contenido simbólico y al sugerir al paciente la posibilidad de deshacerla, este retoma, en el aquí y ahora, el contacto y recupera el proceso emocional que interrumpió cuando el entorno no le dio el apoyo emocional suficiente como para aprender a manejar sus emociones. NOTAS 1 .- POLSTER, E. Y M.: Terapia guestáltica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1976; pág. 95. 2 .- PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P. (1951): Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, The Julian Press, 1994. En adelante PHG. 3 .- PHG, Volumen I, Capítulo XV, apartado 7, pág 235 (a partir de este momento, todos los textos citados de PHG son traducción mía) 4 .- PHG, I, I, 1 5 .- PHG, I, I, 2 6 .- Entrevista a Isadore From por Mark Stern y Don Lathrop, publicada en "Voices", The Art and Science of Psychotherapy, Journal of the American Academy of Psychotherapists, 1978, Vol. 14, nº 1. (Traducción mía). 7 .- PHG, I, I, 2 8 .- PHG, I, XV, 7. 9 .- Ibid. 10 .- Ibid. 11 .- PHG, I, 1, 5 12 .- PHG, I, 15, 7 13 .- G. KAUFMAN: Psicología de la vergüenza, Ed. Herder, Barcelona, 1985. 14 .- G. WHEELER, The Voice of Shame, Jossey-Bass Publishers, San Francisco, 1996, pág. 51 Bibliografía KAUFMAN, G.(1978): Psicología de la vergüenza, Ed. Herder, Barcelona, 1985. PERLS, F., HEFFERLINE, R.F. y GOODMAN, P.(1951): Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, The Gestalt Journal Press, Highland, 1994. POLSTER, E. y M.(1973): Terapia guestáltica, Ed. Amorrortu, Buenos Aires, 1976.
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STERN, M. y LATHROP.: Interview with Isadore From, en "Voices", The Art and Science of Psychotherapy, Journal of the American Academy of Psychotherapists, 1978, Vol. 14, nº 1. WHEELER, G. y LEE, R. (comp.)(1996): The Voice of Shame, JosseyBass Publisher, San Francisco, 1996.
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LA DEPRESION: COMPARACIÓN ENTRE LA GESTALT Y OTROS PUNTOS DE VISTA Gary Michael Tyson & Lillian Miller Range Artículo publicado en The Gestalt Journal, Vol. IV, No. 1 Traducción de Manuel Sorando Martínez, psicólogo psicoterapeuta.
Durante los últimos años ha habido un creciente interés por las teorías y el tratamiento de la depresión. Este interés es el resultado de la incidencia de la depresión clínica que, de acuerdo con un informe especial sobre la depresión llevado a cabo por el NIMH1 (1973), ha empezado a rivalizar con la esquizofrenia, en todo el país, como el problema mental más importante y de más incidencia. El propósito de este artículo es establecer las similitudes y diferencias entre la teoría de la Gestalt y el tratamiento que ésta aplica y otras formas de teoría y tratamiento de la depresión. Existen diferentes teorías acerca de la depresión. La teoría del psicoanálisis tradicionalmente ha contemplado la depresión como la agresión hacia un objeto interiorizado con un significado ambivalente (Freud, 1917). Recientemente, otras teorías más avanzadas ven la depresión como el reflejo de: (a) un problema cognitivo (Beck, 1974); (b) desamparo aprendido o de no contingencia (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978; Seligman, 1974); (c) paradigmas de la extinción (Ferster, 1974; Lazarus, 1968; Lewinshon, 1974); (d) un fracaso en la autorregulación (Mathews, 1977); (e) relaciones interpersonales ineficaces (Coyne, 1976; Salzman, 1974); o (f) una protección contra los efectos normales del desamparo o la desesperanza (Benton, 1972). En la teoría de la Gestalt, la neurosis (de la que la depresión podría constituir un aspecto) puede ser conceptualizada en términos de lo que Perls llamó “el perro de arriba y el perro de abajo”, escisión de la personalidad en la que el individuo fracasa en la resolución, o no es totalmente consciente, del conflicto planteado entre dos componentes diametralmente opuestos de su personalidad. Estos componentes representan actitudes introyectadas y 1
National Institute of Mental Health. Organo oficial de la Administración norteamericana para las enfermedades mentales. (N. del T.)
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creencias que le fueron impuestas al individuo durante su primera infancia y que fueron aceptadas sin crítica por él. En una persona deprimida neuróticamente, uno de los componentes de la personalidad estaría representado por una conciencia o superego muy severo (el perro de arriba), que sería el resultado de un entorno que originalmente impuso sus preceptos al individuo bajo las amenazas del castigo, retirada de afecto, etc. Por tanto, el individuo interioriza estos preceptos (ambientales) en la forma de una conciencia que asume la función de vigilar que la persona piense y se comporte como “debe”. La agresión desplazada es proyectada hacia la conciencia del individuo, y la propia persona, en esencia, es la creadora de su propio “dictador” interno. (Ward & Rouzer, 1974, p. 25) Sin embargo, en contraste con la naturaleza autoritaria del “perro de arriba”, el segundo componente de la personalidad (el perro de abajo) representa actitudes y creencias que hacen referencia al supuesto desamparo, incompetencia y falta de adecuación del individuo. Así, sin la plena conciencia de este conflicto, el neurótico fracciona su personalidad entre lo que debería hacer y lo que hace, entre el amo y el esclavo, entre el agresor y la víctima. El neurótico se manipula a sí mismo y a los demás, a través de la expresión alternada y la proyección de estas polaridades. Sin embargo, debido a que ninguna de estas partes es expresada o experimentada completamente, el conflicto queda sin resolver y, por tanto, se prolonga como algo inacabado. En consecuencia, el individuo neurótico continua siendo el objetivo de su propia agresión. El mismo Perls (1976) reconoció la similitud del punto de vista de la Gestalt respecto a la depresión, con el del psicoanálisis. Los autores psicoanalíticos (como Chadoff, 1974), al observar la dependencia de la persona depresiva respecto de otros para el mantenimiento de la autoestima, anotaron que [las personas depresivas] emplean varias técnicas -la sumisión, la manipulación, la coerción, la lástima, la súplica, la conciliación- para mantener estas relaciones, que necesitan desesperadamente y son esencialmente ambivalentes, con los objetos externos o interiorizados de sus requerimientos (p. 94). Estas observaciones son sorprendentemente parecidas al contenido y estilo de la lucha entre las polaridades de ”el perro de arriba” y el “perro de 42
abajo”, y son consistentes con las aserciones de la teoría de la Gestalt en cuanto a que la persona neurótica manipula, tanto a sí mismo como a su entorno y a los demás, más que experimentar y reconocer sus necesidades de una manera directa. Un autor psicoanalista (Dorpat, 1977) observó que la aparente contradicción en el individuo enfermo por depresión entre la omnipotencia y actitudes de desamparo y desesperanza, queda parcialmente explicada por el fraccionamiento del ego. La organización del ego respecto a sentimientos y actitudes de desamparo y desesperanza es mantenida rígidamente por separado de aquella otra organización referida a las ideas de omnipotencia que tiene el sujeto, de la importancia que le da a los objetos o de ambas al mismo tiempo (pp. 23-24). Mientras que las teorías de la Gestalt y el psicoanálisis referidas a los orígenes de la depresión son bastante parecidas, sin embargo las estrategias para su tratamiento son muy diferentes. El psicoanálisis es un enfoque esencialmente del “allí y entonces” acentuando la exploración en la memoria precoz como inductora de la ansiedad. En el otro lado, la Terapia Gestalt es un enfoque del “aquí y ahora”, que hace hincapié en la toma de conciencia de la forma en que el individuo evita su propia y plena experiencia del momento (Naranjo, 1970). Este enfoque subraya la confianza en la sabiduría inherente del propio organismo y en su capacidad de autorregulación. (Polster & Polster, 1973). Por el contrario, el enfoque psicoanalítico enfatiza la naturaleza inconstante, tanto del id como del superego, y la habitual debilidad del superego para controlarlos. Ambos enfoques poseen en común la tendencia a indagar en busca de los sentimientos de agresión que subyacen en la exteriorización de la depresión. También existen paralelismos entre la visión de la depresión por parte de la Gestalt y las observaciones de autores de otras convicciones filosóficas. Por ejemplo, la teoría cognitiva de Beck (1974) establece que la depresión es la evidencia de los problemas cognitivos que tiene el sujeto en la evaluación de si mismo, de su mundo y de su futuro (tríada cognitiva). La naturaleza de los problemas de la persona depresiva en esta tríada, según Beck, está relacionada con un pensamiento extremo y de términos absolutos, con el establecimiento de objetivos rígidos y perfeccionistas. Además, cuando fracasa en alcanzar esos objetivos, “la tendencia depresiva del individuo tiende a culpar de la causa del hecho 43
adverso a alguna deficiencia presente en sí mismo” (p. 9), tendiendo a contemplar este presunta deficiencia en términos exagerados, y empleándose en una excesiva autocrítica acerca de las causas de estas deficiencias asumidas. La teoría de Beck establece que la depresión no es un desorden afectivo, como podría parecer a primera vista, sino un problema cognitivo. El tratamiento, por tanto ha de llevarse a cabo a ese nivel, a través de una reestructuración del pensamiento erróneo del individuo. La teoría de la depresión de Beck, al igual que lo expresado por la Gestalt, propone el auto apoyo en lugar del apoyo ambiental. En términos de la Gestalt, la persona neurótica deprimida necesita apoyo de su entorno, y con tal de obtener este indispensable soporte, utiliza toda suerte de manipulaciones neuróticas incluyendo (a) negación de aspectos del sí mismo (Carmer & Rouzer, 1974), (b) dependencia de otros (Thorne, 1974), (c) rigidez (Ward & Rouzer, 1974), y (d) la creencia de que le ocurrirán las cosas más terribles si no consigue apoyo del exterior (Hartman & Narboe, 1974). La estrategia de tratamiento que se desarrolla a partir de este punto de vista, pasa por la “frustración creativa” de estos esfuerzos neuróticos, con el fin de llegar al auto apoyo (Levin & Sephard, 1974; Smith, 1978). Los diferentes puntos de vista tienen en común su aspiración hacia una actitud más realista y de aceptación del self, junto con el enfoque de Beck, de estilo más autoritario. Posteriormente, Beck establece que una razón por la que el individuo tendente a la depresión desarrolla estas cogniciones erróneas, en primer lugar, está causada por la experiencia de una gran pérdida, en el momento en que ésta resulta abrumadora para la persona. Esta formulación es muy parecida al concepto de asunto inacabado que preconiza la Gestalt. Los modelos, no obstante, discrepan en este punto en lo referente al tratamiento. El trabajo desde la Gestalt implica “trabajar con” la plena expresión de las emociones de la situación inacabada, con el fin de facilitar una resolución más integradora del asunto (Dublin, 1978). El acercamiento cognitivo de Beck, deja de lado la expresión de los aspectos emocionales del tratamiento y se centra en el intelecto o sistema de creencias del individuo, tratando de reestructurar el pensamiento del sujeto de forma más adecuada.
Otro popular modelo de depresión mantiene que la esencia de la depresión reside en que
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el paciente depresivo ha aprendido o cree que no puede controlar aquellos elementos de su vida que le previenen del sufrimiento o que son gratificantes para él. Resumidamente, cree que es ineficaz (Seligman, 1974, p. 98) Así pues, en su forma original, el modelo de Seligman se centra casi exclusivamente en el componente de la personalidad llamado “perro de abajo”. Una revisión posterior (Abramson, Seligman & Teasdale, 1978) añade un aspecto importante de la teoría de la atribución, diciendo que la persona depresiva debe atribuir su ineficacia a algún aspecto de sí mismo. Debe creer que la culpa de su incompetencia la tiene él mismo. El tratamiento, en la teoría de Seligman, se centra esencialmente en el comportamiento,(a) enseñando al individuo a discriminar entre aquella situación en la que fue incompetente y aquellas otras en las que no lo fue, y (b) haciendo que la persona experimente su propia eficacia. El concepto de la Gestalt sobre la aptitud personal está directamente relacionado con el modelo de Seligman. En la teoría de la Gestalt, el individuo neurótico no puede entrar en contacto o es incapaz de utilizar su propia energía. Por tanto el tratamiento consistirá en ayudar al paciente a volver a entrar en contacto, o controlar, sus capacidades personales La persona puede experimentar, bien tener el control de su potencialidad (ser apto), o no poseer ese control (depresivo). El tratamiento en ambos acercamientos está basado en la experiencia personal de la situación y no en la realidad externa de la misma. Las teorías del comportamiento sobre la depresión señalan que ésta es el resultado de (a) una reducción en el refuerzo de determinadas conductas (Ferster, 1974), (b) la escasa disponibilidad de refuerzos apropiados (Lewinsohn, 1974), o (c) la perdida de efectividad de los refuerzos disponibles (Lazarus, 1968). El concepto de la Gestalt de asuntos inconclusos se hace aquí imprescindible. Estos asuntos inconclusos hacen uso de las reservas de energía del organismo, por lo que el individuo (a) dispone de menos energía para conseguir refuerzos apropiados por su conducta, (b) no tiene la capacidad suficiente para seleccionar de forma efectiva y eficiente un entorno favorable a su conducta, o (c) no puede experimentar apropiadamente los refuerzos del entorno que si se encuentran presentes (por lo que estos refuerzos parecerán poco eficientes o inadecuados).
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El tratamiento del comportamiento depresivo, consiste típicamente en restablecer en la persona la elaboración de conductas que proporcionen refuerzo adecuado. El tratamiento desde la Gestalt consiste en intensificar la toma de conciencia del presente de la persona depresiva (Polster, 1966), y su flexibilidad para manejar este presente (Knopp, 1974). Por tanto, el enfoque de la Gestalt adjudica más responsabilidad al individuo y más confianza en su inherente capacidad para ayudarse. La teoría de la Gestalt comparte con el modelo de autorregulación de la depresión la hipótesis de que los humanos funcionamos de acuerdo al principio de homeoestaticidad. El modelo de la autorregulación mantiene que cuando una cadena comportamental no se completa convenientemente, todos los organismos pasan por las fases de autorevisión, autoevaluación, y autorrefuerzo. Para el individuo depresivo, sin embargo, las autoevaluaciones tienden a ser excesivamente inflexibles y los autorrefuerzos claramente inadecuados. Por tanto, la natural autorregulación del organismo queda obstruida. El punto de vista de la Gestalt es que el neurótico no permite que pueda tener lugar el proceso natural de contacto y retirada, por lo que mantiene el contacto cuando necesita retirarse, o se retira cuando necesita el contacto (Perls, 1978). El tratamiento desde la Gestalt anima al paciente a escuchar su propio proceso natural. Salzman (1974) y Coyne (1976) hacen hincapié en los aspectos interpersonales de la depresión. Salzman (1974) afirmó que la depresión tiene lugar cuando el individuo siente que “ha perdido la estima y la buena disposición de los demás porque ha fracasado en vivir de acuerdo con sus ideales y objetivos perfeccionistas” (p.50). El contenido de la depresión, sugiere, “consiste en una variedad de dispositivos de coacción, exigencia, suplica, y extorsión, que procuran obligar a retornar al objeto o valor perdido” (P. 50). Ya se ha comentado antes que los individuos neuróticos depresivos, de acuerdo con la teoría de la Gestalt, manipulan a los demás como a sí mismos, y tratan de comprometer a amigos, familiares, o al terapeuta para que interpreten unos u otros aspectos de si mismos (más a menudo con las peculiaridades del “perro de arriba”), a través de la manipulación y/o proyectando características de esos componentes (Perls, 1973). Como indicaba Coyne (1976), la persona depresiva “es capaz de comprometer a los demás en su entorno de tal manera que se pierde cualquier apoyo y se elicitan los mensajes depresivos” (p. 29). En términos de la Gestalt, la persona depresiva ha aprendido con eficacia cómo emplear los aspectos del “perro de arriba” del entorno, para poder adoptar la polaridad del “perro de abajo”. Esta práctica justifica el apoyo en el entorno
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mientras que obstaculiza el desarrollo de la propia autoayuda y, como consecuencia, impide que pueda ocurrir un cambio. Salzman y Coyne no argumentan sobre el proceso. La Terapia Gestalt se basa en el procedimiento, subrayando la importancia, paradójicamente, de alentar a la persona a ser lo que realmente es (Beisser, 1970). Por tanto, mientras que el cambio no es el objetivo inmediato, esta orientación permite al individuo atenderse y hacerse cargo de si mismo, una actitud que, a menudo, es la causa de notables cambios.
Finalmente, también existen paralelismos entre la formulación de la Gestalt y la postura adoptada por Benton (1962), quien sugirió que la depresión podría representar un intento por parte del individuo de defenderse de la experiencia o de reexperimentar la perdida y la aflicción. El “juego de la depresión” , decía Perls (1970), tiene lugar en la capa del “como si” de la neurosis, donde nuestro miedo al dolor y a la desesperanza nos disuade de tener la experiencia y de expresar emociones más sinceras y genuinas. Estas posturas parecen bastante afines. El tratamiento en ambos casos conlleva facilitar en el paciente la plena experiencia de estos sentimientos. La revisión en la búsqueda de tratamientos nos hace concluir que, mientras varias de las aproximaciones han tenido éxito reduciendo la depresión, aquellas que han obtenido un mayor triunfo, incluyen (a) la corrección de las distorsiones cognitivas, (b) la modificación de patrones de interacción social, o (c) la experiencia y/o expresión de la emoción. Los terapeutas Gestalt pueden afirmar que la plena integración de la personalidad, que es el objetivo de la Terapia Gestalt, incluye todos estos componentes.
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IDEAS PARA EL VIVIR* Contribución para una actitud "Gestáltica" Por Myriam Sas de Guiter
Quisiera comenzar citando un pensamiento de George Groddeck que es muy significativo para el tema que voy a presentar. Se encuentra en un artículo escrito por Paul Weiz publicado por The Gestalt Journal, en el número de Otoño de 1990. Dice:
"Conocer y amar es lo mismo. Del amor surge el nacimiento. Y quien se conozca a sí mismo renacerá." ¿Cuánto se tarda en alcanzar ese renacimiento? ¿Hay modos de vivir que ayuden a disminuir la brecha entre amar y conocer? Vivo en Argentina, país que ha desarrollado en los últimos 25 años situaciones políticas, sociales y económicas que han producido un fuerte deterioro en la población. En la actualidad la orientación neoliberalista en nuestra economía hace difícil alcanzar una mejor calidad de vida. En Argentina y en otros países sudamericanos este modelo económico deja a muchas personas sin trabajo, sin amparo social y sin asistencia sanitaria y psicológica suficiente. En estas circunstancias, la Terapia Gestalt nos provee de recursos teóricos y prácticos de gran eficacia para trabajar en pos de la integración de la personalidad y de la creatividad. Perls (1971) expresó: "Aprender es descubrir: des-cubrir lo que tenemos delante." Esta idea esperanzada llamó particularmente mi atención cuando me Presentación a la Conferencia Internacional "Una visión global: Llevando la Terapia Gestalt hacia el siglo XXI". Realizada del 6 al 10 de Noviembre de 1996 en Cambridge, Massachusetts (USA). Organizada por la International Gestalt Therapy Association, El Boston Gestalt Institute y The Gestalt Journal. Fue editado por la revista "The Gestalt Journal" Tomo XX, nº 2., que realizó modificaciones mínimas para poder así conservar el estilo con que fue expuesto en la reunión. *
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puse en contacto con la obra de Perls, ya que para desafiar las vicisitudes de nuestro tiempo, la persona necesita descubrir sus potencialidades y construir su integridad cada día. Necesitamos poner el acento en la importancia de aprender a crecer, como un aspecto esencial de la autopreservación. Las condiciones políticas y económicas que he mencionado producen cambios significativos en la conducta y una disminución de la capacidad creativa; factores tales como la falta de reconocimiento y la desigualdad de oportunidades para el desarrollo personal, inciden negativamente en los individuos y en las comunidades. La creciente mercantilización altera los valores personales. Estamos permanentemente bombardeados por mensajes que incitan al consumo, al mismo tiempo que la capacidad adquisitiva disminuye en forma alarmante. Este panorama, que produce una acumulación considerable de situaciones traumáticas, constituye el contexto en el que trabajan psicólogos y educadores argentinos en la actualidad. Puedo observar en mi práctica clínica que para alcanzar la adaptación creativa que proponen Perls y Goodman, la persona necesita resignificar algunas pautas, a fin de no aceptar situaciones inadmisibles. Esta necesidad de re-significar puede carecer de palabras y, en ocasiones, estar constituida sólo por sentimientos expresados coroporalmente. ¿Qué haremos con nuestras fronteras de contacto?, ¿Les daremos más espesor?, ¿Las haremos más flexibles? La idea de optimizar en vez de maximizar -como expresa Bateson (1972)- podría constituir un cambio hacia una solución más saludable.
Necesitamos, entonces, estar atentos a nuestras ideas para el vivir. Los psicoterapeutas seremos eficaces trabajando en la prevención, asistiendo a las personas para que mantengan claras las lentes con las que miran, antes de que se empañen. En Julio de 1996 asistí a una Conferencia que reunió a psicólogos de mi país así como de Uruguay, Brasil y Chile. Me impresionó en esa ocasión que, más allá de las diferencias teóricas, acordáramos con total claridad mantener la capacidad de utopía y no desistir en proveer asistencia para mejorar la manera de vivir. Si bien el contenido de mi presentación de hoy ya estaba esbozado casi en su totalidad en aquel momento, ha sido fuertemente influenciado por mis impresiones de aquella reunión. Hoy puedo decir que yo misma necesité resignificar mis ideas después de aquel encuentro, en forma muy similar a la que espero que realicen mis consultantes con sus propios puntos de vista.
Sentí necesidad de ofrecerles esta introducción para ubicarlos en el contexto en el cual elaboré esta presentación. En la actualidad mi interés se centra en comprender cómo abordar el estilo de conocer y de 52
relacionarse que tiene cada uno, así como en tratar de captar el significado particular que determinadas acciones tienen en el contexto de la vida de una persona. Tratando de entender desde el modelo de la Terapia Gestalt las dificultades que algunas veces persisten, a pesar de haber trabajado profundamente para recuperar emociones y completar situaciones inconclusas, encontré que las ideas de Gregory Bateson son complementarias a la apreciación de Perls sobre la conducta humana. Ambos, Gregory Bateson como biólogo, antropólogo y filósofo y Fritz Perls como clínico, nos invitan a descubrir nuestra propia
epistemología: nuestro propio modo de generar conocimiento sobre nosotros mismos y sobre la relación que mantenemos con otros y con las circunstancias de la vida. El modo en que organizamos nuestras observaciones nos permite recibir y procesar información que incide en nuestro crecimiento, ya sea para facilitarlo o para entorpecerlo. Para que la comunicación y el aprendizaje pueda ocurrir de acuerdo a un punto de vista "gestáltico" (Gestaltist outlook) la interacción y el contacto requieren ser privilegiados respecto de la influencia y la sumisión.
En 1948, el Amercan Journal of Psychotherapy publicó "Teoría y técnica de la integración de la personalidad" un artículo en el cual Perls expone lo esencial de su pensamiento. Refiriéndose a un posible cliente dice el autor:"integrará sus relaciones interpersonales ya no mediante una adaptación servil o con el sacrificio de su autorrealización, sino seleccionando vínculos que le permitan organizar una existencia rica y productiva." Retomando el tema de la situación social que describí antes: dado que los terapeutas no somos meros espectadores, sino también participantes en contextos de vida más abarcativos, necesitamos estar atentos para poder discriminar los modos que tienden a precipitar a la gente en una adaptación servil en vez de acompañarla hacia una adaptación creativa (?) La idea que sostengo es que incluyamos en nuestra práctica asistencial la investigación de pautas, creencias y modos por medio de los cuales las personas generamos conocimiento, y que investiguemos también sobre los errores sobre la apreciación de la realidad que ya existen en las modalidades de nuestras culturas. Creo que es necesario "leer" las dificultades psicológicas no sólo desde el ángulo de los procesos de las fronteras del yo, sino que también hay que tomar en cuenta opiniones previas, que se han transformado en creencias y que
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pueden requerir para su modificación una profunda redefinición del sí mismo. La idea de contexto (una acomodación espacio-temporal de relaciones) incluye la conducta de la persona así como los hechos externos; pero la persona está relacionada también con su propio "fondo", el reservorio de su aprendizaje anterior que puede haberse transformado en esas "verdades" o creencias como hemos expresado. En tal caso, lo ya aprendido será de tal naturaleza que podrá modelar el contexto para que se acomode a la expectativa creada por esos contenidos previos. Bateson señala, que la autovalidación hace difícil el cambio. Es difícil des-aprender. En mi práctica clínica observo reiteradamente que hay ciertas lealtades que una persona no siempre está preparada para abandonar. Podemos someternos o condicionarnos a la información que nos rodea pero muy a menudo también, podemos someternos a nuestra díada interna sometedor-sometido, cuando nos adherimos a significados o nos identificamos con significados que restringen nuestro desarrollo. En la introducción al "Gestalt Therapy" (1951), Perls y Goodman se refieren a la necesidad de adquirir o reapropiarse de una mentalidad "gestáltica" (gestaltist mentality). Dicen "pensamos que el punto de vista gestáltico es un modo natural, no distorsionado, de la vida del pensamiento, de la acción y del sentimiento del hombre." No necesito desarrollar ante esta audiencia las ideas de Perls y Goodman. En cambio deseo presentar los puntos de vista de Bateson sobre nuestros modos de producir conocimiento, para luego relacionarlos con nuestros puntos de vista desde la Terapia Gestalt, ya que pienso que hay entre ellos una importante complementariedad. De acuerdo con Bateson la información ocurre en todas partes y a cada momento en el proceso bio-psico-social y ecológico. Pautas y significados inciden en cómo nos relacionamos con el ambiente y en como se produce el contacto. Al recibir la información entrante ocurre una selección activa, ya que cada persona estructura su percepción reuniendo la estimulación que proviene del exterior con el significado que le es asignado. Es entonces cuando tienen lugar, por un lado lo que Bateson denomina "redundancia", la predicibilidad de unos sucesos dentro del marco más amplio de otros sucesos, y, además un consenso de validez (Sullivan) respecto a los valores. Los valores tiene una importante presencia en el contacto. En su libro "Pasos hacia una ecología de la mente" (1972), Bateson escribe "si decimos que un mensaje tiene 'significado' o 'versa' sobre algún referente, lo que queremos decir es que existe un universo mayor, de mensaje-mas-referente y que la redundancia, o patrón o predicibilidad es introducida en ese universo por el mensaje." Tres páginas más adelante dice:"Todo lo que no es información, ni forma, ni control es ruido, la única fuente posible de nuevas configuraciones. "
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Esta ocasión de estar juntos en Boston puede ser una oportunidad de producir algún "ruido" -como dice Bateson- y también una ocasión de comunicar nuestras ideas en común, nuestras redundancias. Dado que las teorías modernas sobre el conocimiento consideran que creamos nuestro mundo con nuestros propios significados y premisas, y que la redundancia produce mediante algunos códigos compartidos, puentes que disminuyen el aislamiento individual, deseo proponerles ahora una experiencia. Es una exploración sobre los acuerdos que mantenemos con otros significativos en nuestra vida. Podría ser una contribución a nuestra Visión Global. Les invito a probar este ejercicio. Por favor cierren los ojos y traten de retroceder a sus primeras experiencias en Terapia Gestalt, fuera un taller, una conferencia, una primera lectura, una sesión. Traten de recuperar las impresiones de aquellas primeras experiencias. Ahora quisiera que evoquen una palabra o una expresión en el vocabulario gestátltico que tuviera en aquel momento un significado especial. Tómense tiempo para buscar un concepto que haya sido muy significativo, que en aquel primer contacto con la Terapia Gestalt aludía a algo importante para ustedes. Traten de seguir el rastro de esa palabra para descubrir si hay alguna persona significativa, un miembro de su familia, un personaje de la historia o de la literatura, un actor, una amigo, un terapeuta, que a través de sus mensajes sobre el vivir incidiera en la selección de aquella palabra en el marco de la Gestalt. Si la han encontrado, tomen el lugar de esa persona por un momento, y jueguen ese rol expresando las opiniones de él o ella, aquellas opiniones que ustedes tuvieron en cuenta para seleccionar la palabra. Traten de prestar atención al estilo de la relación y al mensaje. Vuelva cada uno a ser quien es y si lo desea, mantenga, en fantasía, un diálogo con aquella persona sobre aquel tema que fue significativo para ustedes. Ahora retornen al presente y comprueben si esta palabra continúa siendo significativa o si otra puede ocupar su lugar o ser agregada a sus puntos de vista sobre la Terapia Gestalt en la actualidad.
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Si gustan, compartan su experiencia de este breve viaje con alguien de esta sala.
Comentario de la experiencia ¿Cuál fue la palabra que surgió? ¿Cuál fue su referente? ¿Cuál es la palabra actual? ¿Si son diferentes la palabra original y la actual, en qué consiste la diferencia? Comentario de los conceptos de Bateson relevantes para nuestro trabajo La redundancia incluye normas y modelos (patterns) producidas en una relación, es información relevante que acontece en el espacio y en el tiempo. En "Espíritu y naturaleza" (1979) Bateson expresa: "El aprendizaje de los contextos de la vida es una cuestión que debe ser examinada, no internamente, sino como relación externa entre dos seres. Una relación es siempre un producto de doble descripción." La asignación de validez está ligada a un consenso sobre qué es lo verdadero. Una red de validaciones consensuadas de determinados puntos de vista, costumbres o ideas puede ser oprimente si no la consideramos nuevamente para comprobar su actualidad. Perls y Bateson vivieron la última parte de sus vidas en contextos culturales similares. Coincidieron en su énfasis en la autenticidad, en su respeto por el conocimiento tácito y en el acento que han puesto en la autorregulación así como en el crecimiento. Las ideas batesonianas son útiles para explicar la dinámica de las relaciones y del proceso de conocer, ya que se asemejan en su espíritu con el modelo de la Terapia Gestalt. Ambas teorías comparten la actitud holísitica y fenomenológica para explicarlos hechos psicológicos. Bateson afirma que la epistemología está constituida por los procesos mediante los que se adquiere el conocimiento en el seno de la cultura. Este conocimiento se obtiene con una estructura universal común a todos los seres humanos. Al comienzo dije que en la actualidad necesitamos a más de un desafío para sobrevivir. ¿Qué proponemos desde el punto de vista de la Terapia Gestalt para que estemos mejor equipados para afrontar estas circunstancias de la vida? Creo que la respuesta está ligada al retorno a la apreciación de lo obvio, a reparar la brecha entre el cuerpo y la mente, a captar claramente la diferencia entre percepción e imaginación, a explorar las polaridades para producir la 56
integración de la personalidad, a prestar atención a los procesos de defensa que acontecen en el yo, y muchos otros de nuestra permanente metodología. Necesitamos considerar los modos en que la persona que se encuentra en este desafío produce conocimiento, así como examinar los complejos procesos involucrados en sentir, pensar y decidir. Podemos aplicar el punto de vista de Bateson e incluir no sólo el concepto de redundancia sino también los de causación circular, recursividad y retroalimentación. La observación de la dinámica de la comunicación preserva la descripción de los procesos sin transformarlos en sustantivos. Los procesos son esencialmente relaciones con otros significativos, con situaciones y objetos con los que nos vinculamos emocionalmente, cognitivamente y volitivamente tanto de modo espontáneo como deliberado. Hay un funcionamiento polinivelado que puede ser descrito como una unidad, desde un punto de vista holístico, como ya lo había descrito Perls en su artículo de 1948. Consideremos ahora estas actividades mentales: Si percibimos la conducta en un contexto dinámico no es suficiente referirse a un estímulo y una respuesta, ya que la respuesta actúa sobre la fuente del estímulo y afecta la próxima producción (output). Esta es la causación circular. P. Pentony (1982) dice sobre la causación circular "(…) Es decir que ningún elemento de la secuencia controla la totalidad de la misma, ya que ese elemento está supeditado al modo en que operan otros elementos del sistema". Los seres vivos se adaptan y aprenden, no proceden por meras reacciones. El concepto de recursividad que desarrolla Bateson nombra el movimiento de la mente por el cual una nueva experiencia se incorpora agregando o modificando un significado, de modo que aunque una experiencia se repita nunca será la misma. La repetición nos permitirá llegar a una solución, esta solución podrá llegar a ser relevante en situaciones nuevas porque podrá proveernos con la autonomía que dan las destrezas. La recursividad explica la repetición que se observa en las situaciones inconclusas que buscan un cierre. Cuando no llegan a una resolución, hay un punto que no se ha captado, como Perls señala. Es el atribuir al medio la razón que determina la dificultad en vez de incluir la circuitoriedad en ese movimiento de la mente. Este podría ser un error epistemológico, que impida la resolución esperada. Citaré a Perls en "Sueños y Existencia", Charla IV, (1974): "No queremos hacernos responsables de que somos exigentes, por lo que proyectamos
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nuestras exigencias hacia afuera para luego vivir en un mundo de eternas exigencias que debemos aceptar, so pena de ser rechazados". No es sencillo des-aprender, y resulta aún más difícil si se generan errores epistemológicos que son influidos, a la vez, por la recursividad. Los conceptos de causación circular, recursividad y redundancia ofrecen una guía sobre cómo una persona produce y organiza su experiencia basada en su capacidad de sentir, pensar, decidir y actuar. Estas ideas nos advierten sobre lo inútil de "sacudir" las emociones de nuestros consultantes; Perls lo expresa en la misma Charla que mencioné antes de esta manera: "Las emociones no son molestias que deban ser descargadas". La resistencia es apreciada desde una perspectiva más amplia si incluimos que puedan existir pautas y metapautas que apoyen una conducta. Un sistema viviente tiene una capacidad autocorrectiva hacia la optimización, pero puede también cronificarse y optar por el sometimiento si mantiene un diseño rígido en vez de incluir tanto nuevas necesidades como los cambios del entorno. Las personas pueden aproximarse a cosas y a situaciones nuevas con una actitud vieja, a pesar de sus deseos de cambio. He observado ésto con claridad en los alumnos de nuestro Programa de Postgrado. El modelo autoritario que hemos vivido continúa presente en ellos cuando llegan a mi curso en el segundo año de entrenamiento, a pesar de su profunda búsqueda para el cambio. Con frecuencia analizo con mis consultantes sus ideas sobre el cambio proponiéndoles un encuentro entre su deseo de cambiar algún rasgo de su personalidad y ese rasgo. Generalmente las acciones y sentimientos relacionados con el cambio corresponden a modelos vinculares internalizados que requieren ser concientizados para que la persona pueda encontrar mejores soluciones para lograr una modificación. El acento está puesto en captar el estilo de esa relación interior. En ella encontramos todos esos movimientos del comportamiento que he mencionado: causación circular, recursividad y redundancia. Perls asignó importancia al hecho de encontrar un ritmo apropiado entre espontaneidad y deliberación. En relación a este tema, Bateson argumenta: "Existe evidentemente un problema, no es cuestión de evitar el pensamiento y el uso del intelecto porque es malo para la espontaneidad del sentimiento, sino que es necesario determinar qué tipo de pensamientos son malos para la espontaneidad, y qué clase de pensamientos son el verdadero material del que está hecha la espontaneidad".
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En el mismo capítulo, con espíritu similar al de Perls, Bateson reflexiona sobre la importancia de la expresión analógica y del descubrimiento: "Por el momento, digamos simplemente que hay muchos asuntos y muchas circunstancias en que la conciencia es indeseable y el silencio es oro, de suerte que el secreto puede ser una señal para recordarnos que nos estamos aproximando a un terreno santo. Luego, si tuviéramos suficientes casos de lo no expresado podríamos comenzar a lograr una definición de lo "sagrado". En un estadio posterior, será posible yuxtaponer con los relatos expuestos aquí ejemplos de una no comunicación necesaria que acaece en el terreno biológico, que creo es formalmente comparable". (1988, Capítulo VII). Una actitud es la parte "visible" de los valores. Añadiremos que hechos y valores están íntimamente relacionados con los contextos de aprendizaje. Las actitudes - incluyendo la actitud Gestáltica - sobrepasan toda tecnología, ya que constituyen la relación que logramos entre la emociones, los pensamientos y los valores. Tengo la impresión a través de mi práctica clínica y de mi experiencia como docente en Gestalt, que es difícil mantener un punto de vista unitario, una aproximación fenomenológica, una lectura no lineal de los hechos y una disposición a no juzgar. Lleva tiempo y refuerzos en el tiempo que la actitud Gestáltica continúe. Sin embargo, ya que "conciencia es la habilidad de ir hacia atrás (to loop back) y llevar la información necesaria para liberar a los modelos y al diseño de modelos de un determinismo fortuito" (Pentony, 1982), tenemos felizmente este antídoto para prevenir las intervenciones que perturben la creatividad, la solidaridad y el respeto a la vida. La posibilidad de una toma de conciencia en estos temas puede producir un salto a un nuevo nivel, una evolución psicológica a un estadio ético donde podamos producir más respuestas para no someternos, para no ceder ante sistemas totalitarios, estando esclarecidos acerca de la armonía entre cantidad y cualidad y poseyendo mayor cohesión interior, de modo que podamos evitar el deterioro que produce la relación con los otros desde los aspectos menos diferenciados de nosotros mismos. De este modo, los vínculos serán la oportunidad para la salud, y la tensión y el exceso en los propósitos darán paso a la espontaneidad cuando sea necesario. A esta altura, estaremos más cerca de la idea de Groddeck sobre el renacer, ya que habremos adquirido también sabiduría.
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Las raíces filosóficas de la terapia Gestalt Si la Terapia Gestalt es ante todo, en palabras de Claudio Naranjo, la forma de hacer terapia originada por Fritz Perls, la pregunta acerca de las bases filosóficas de este tipo de terapia necesariamente nos remite a aquéllas en que pudo beber o inspirarse el propio Perls (1893-1970). Los intereses del Fritz adolescente no se orientaban precisamente a lo teórico. Rebelde, enfrentado a la tradición religiosa judía familiar –que consideraba hipócrita–, y fascinado por su temprana experiencia teatral con Max Reinhardt, ve interrumpidos sus estudios de medicina , iniciados como compromiso social frente a la presión paterna, para pasar por la terrible experiencia de las trincheras en la Primera Guerra Mundial. Graduado como neuropsiquiatra una vez terminada ésta, su espíritu inconformista, desencantado, y a la vez vitalista, le pone en contacto con la vanguardia del movimiento de la Bauhaus en Berlín. Aquí, entre una pléyade de artistas, poetas, arquitectos y pensadores disidentes, encuentra al filósofo neokantiano Solomon Friedlaender, en cuya teoría sobre la "indiferencia creativa" –basada en la afinidad de los contrarios y la existencia entre ellos de un "punto cero" de equilibrio– iba a encontrar Fritz, en sus propias palabras, "un antídoto contra mi confusión y extravío existenciales". Por esta época, no obstante, iba a acudir también en busca de solución a la que habría de ser su primera psicoanalista, y a la vez la primera introductora crítica al mundo del psicoanálisis: Karen Horney. Los influjos se superponen. Por un lado, el de su tratamiento y ulterior formación psicoanalítica en Frankfurt, Berlín y Viena, de la mano de otros famosos analistas que le llevan a establecerse él mismo como psicoanalista ortodoxo por más de diez años, primero en Berlín y luego, huyendo de los nazis, en Sudáfrica, donde irá fraguándose su propia síntesis terapeútica. Particular importancia ejerció en él como terapeuta Wilheim Reich, que habría de agudizar su consciencia de la importancia del cuerpo como factor de anclaje y expresión de los conflictos neuróticos. Por otra parte, aún en Alemania, coincidiendo con sus inicios psicoanalíticos, resultará decisivo su contacto –sobre todo a través de Laura, su futura mujer–
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con la escuela de la "Psicología de la Gestalt" de Frankfurt ( Köhler, Wertheimer, Kurt Lewin...) y sus conclusiones en el estudio de los mecanismos de la percepción: organismo y medio concebidos como un "todo" donde el organismo percibe el medio como conjunto significativo (Gestalt), estructurado en términos de "figura" y "fondo", en función de su interés o necesidad en cada momento dado. Cuando el organismo satisface su necesidad, vuelve a un punto cero de equilibrio (coincidencia con Friedlaender), hasta que la tensión surgida de una nueva necesidad vuelve a reestructurar la percepción del medio en orden a satisfacerla y alcanzar así un nuevo equilibrio dentro del ciclo permanente de "autorregulación organísmica" que caracteriza la vida. Estos gestaltistas no tenían propósito alguno de utilizar sus invetigaciones para fines terapéuticos, pero Perls, guiado por su agudo instinto práctico, rescataría más adelante como eje de su futuro sistema terapeútico una fe inquebrantable en la capacidad humana individual y social de autorregulación organísmica, y el concepto dinámico operativo de "gestalt inconclusa", orientando la terapia a la detección y resolución en el presente de "situaciones inacabadas" en la vida del individuo, origen del estancamiento de su energía y, por tanto de su neurosis. De aquí también el adoptar tardíamente para su específica forma de terapia el nombre de "Terapia Gestalt" (hacia 1950). A estos influjos hay que añadir, todavía en la etapa alemana, algún contacto más episódico que sistemático con el movimiento existencial ( Buber, Tillich, Scheler...) y con la fenomenología de Husserl. "Al menos me había compenetrado de una cosa: la filosofía existencial exige que uno tome la responsabilidad de su propia existencia ", dice en su autobiografía, donde también califica a su terapia de "existencial", al lado de la Logoterapia de Frankl y la terapia del Dasein de Binswanger. Rasgos existenciales de la terapia Gestalt son también concebir la relación terapeútica como una relación "Yo-Tú" (Buber), y el énfasis en el aquí y ahora . La raigambre fenomenológica , presente ya en la misma escuela de la "Psicología de la Gestalt", se hace más patente aún en Perls con su insistencia en el desarrollo de la conciencia de lo obvio ("awareness"), sin interpretaciones, como vía de captación de la realidad, y en su alejamiento de todo interés por el inconsciente. Por cierto, Perls, que siempre admiró mucho a Freud, comenta en su autobiografía: "Estoy profundamente agradecido de lo mucho que me desarrollé oponiéndome a él". De esta forma, Perls, poseedor de una mente poderosa, dotada de una fuerza lógica, crítica e integradora de primer orden , pese a no ser ante todo un teórico, iba a adscribirse –más por olfato e instinto vital derivados de su propia personalidad y experiencia que como fruto de una trabajosa decantación intelectual– a las nuevas corrientes filosóficas de su tiempo (fenomenología y existencialismo, sobre todo), separándose así de las corrientes asociacionistas , mecanicistas y positivistas que dominaban la filosofía y la ciencia en el cambio de siglo y que estaban en la base de toda la concepción psicoanalítica freudiana.
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La síntesis personal de Perls, que empezó a tomar cuerpo tardíamente (con casi 50 años), no dejaría de enriquecerse con nuevos aportes hasta en sus últimos años, lo que de por sí pone de relieve, además de su admirable vitalidad, la estrecha coherencia con su propia vida que presidió desde siempre su particular forma de trabajo terapeútico. Entre esos nuevos elementos, aparte el psicodrama de Moreno o los trabajos de Ida Rolf y Eric Berne, cabe destacar como más importantes, en el orden filosófico, la concepción holística de Jan Smuts (con quien trabó amistad en Sudáfrica) y, sobre todo, el contacto directo que tuvo con la filosofía oriental a lo largo de su estancia de dos meses en un "dojo" japonés. En los principios taoístas de integración de opuestos –Ying y Yang–, y la atención centrada en el presente y el valor del vacío, propios del Zen, encontraría una confirmación amplificadora de posiciones ya anteriormente establecidas por él en la misma dirección. De esta forma, su enfoque terapeútico, firmemente encuadrado dentro del Movimiento de la Psicología Humanista o de Desarrollo del Potencial Humano surgido en California en los años 60 de la mano de Abraham Maslow, Alan Watts y Carl Rogers, entre otros, acaba asomándose así a la dimensión espiritual transpersonal, que estaba en germen en ese movimiento, transcendiendo con ello los estrechos plantemientos psicologizantes en que había estado inmerso el mundo de la psicoterapia freudiana hasta el momento.
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Friedrich Salomon Perls (1893-1970) Fundador de la Terapia Gestalt (*) Sandra Isella, Mª Eugenia Grau, Carlos Rodríguez
Nació el 8 de julio de 1893 en un gueto judío de los alrededores de Berlín. Fue el tercero y último hijo, después de dos niñas, Else y Grete. Su padre, Nathan, era fraccionador de vinos, viajante de comercio y masón, pasaba mucho tiempo fuera de su casa y siempre tuvo muy mala relación con su único hijo varón. Su madre, Amalia, judía practicante, proveniente de la pequeña burguesía, influenció decisivamente a su hijo transmitiéndole su pasión por la ópera y el teatro. En relación a sus padres, Fritz anotará en su autobiografía: " Mis padres eran judíos "asimilados", en especial mi papá. Esto significa que, por un lado vivía avergonzado de su pasado y que por otro, mantenía algunas de sus costumbres tradicionales; iba al templo los días festivos, por si acaso dios estaba en alguna parte. Yo no podía soportar esta hipocresía y tempranamente me declaré ateo... mi padre odiaba a mi madre y amaba a otras mujeres jugando al maestro francmasón. En público, ambos aparecían como amistosos." Fue un alumno brillante pero poco trabajador en la escuela. Lo expulsaron por su mala conducta a los 13 años. Su padre lo obligó a trabajar entonces en una tienda como aprendiz. Sus relaciones se resintieron cada vez más. A la muerte de su padre, no asistió a su funeral. Retomó sus estudios pero en una escuela liberal, el Askanischer Gymnasium, con un profesorado humanista, donde comenzó a tomar contacto con el mundo del teatro más directamente, vocación que más tarde iría 65
incrementando. Uno de los encuentros significativos de su adolescencia se produjo con el director teatral Max Reinhardt, director del Deutsches Theater, con el cual tomó clases. Comenzó sus estudios de medicina y cuando se declaró la guerra del 14, una afección cardíaca lo eximió del servicio militar. A pesar de ello, se alistó como voluntario en la Cruz Roja sirviendo en el frente belga, en 1915 y con veintidós años. Al año siguiente estuvo en el mismo frente, como médico en un batallón de zapadores. La experiencia de la guerra quedará registrada en él como una de las peores de su vida: "La vida en la agonía de los fosos: horror de vivir y horror de morir." Muere entonces su mejor amigo, Ferdinand Knopf. En 1920 obtuvo el doctorado en medicina de la Universidad Frederick Wilheim de Berlín. Su vida se desplegó entonces entre su nueva profesión, como neuropsiquiatra y la estrecha conexión que mantuvo con círculos de la izquierda política y la bohemia artística, principalmente teatral. (Brücke, Bauhaus) Se sintió también profundamente influenciado y fascinado por el filósofo Friedlander: "La filosofía era para mí una palabra mágica, algo que uno tenía que comprender, para entenderse a sí mismo y al mundo, un antídoto para la confusión existencial y el desconcierto". A partir de 1923 empezó la saga de sus viajes. Perls será, entre muchas otras cosas, un trotamundos. Viajó por primera vez a Estados Unidos con el fin de expandir sus conocimientos y profesión, pero retornó rápido y decepcionado con ese país. En 1925, con treinta y dos años aún vivía en casa de su madre. Época de inseguridad y penalidades. Conoció a Lucy, su primer relación sentimental importante. En 1926 comenzó su primer análisis con Karen Horney, con quien establece un vínculo que sostendrá a lo largo de su vida. Fascinado por el psicoanálisis se planteó la posibilidad de convertirse en analista. Se trasladó a Frankfurt, un año después, donde trabajó un año como ayudante de Kurt Goldstein, médico gestaltista,
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investigador de problemas perceptivos en lesionados cerebrales. Allí conoció a su futura esposa y estrecha colaboradora, Lore Posner (Laura) con quien entablará una larga e interrumpida relación profesional y sentimental. Continuó su análisis con una segunda psicoanalista: Clara Happel y se instaló en Viena para recibir a sus primeros pacientes, supervisado por Helen Deutsch y Hirschman. También tomó una ayudantía en un hospital junto a WagnerJauregg y Paul Schilder. De vuelta a Berlín, en 1928, se estableció como psicoanalista, continuando su análisis con Eugen Harnik, psicoanalista húngaro ortodoxo. El 23 de agosto del año siguiente se casó con Laura (Lore), teniendo él 36 y ella 24 años. Por consejo de K. Horney, inició su cuarto análisis, esta vez con Wilhelm Reich, por quien se sentirá entendido y con el que mantendrá admiración y amistad toda su vida. Dirá: "De Reich recibí desfachatez, de Horney, compromiso humano sin terminología complicada." La década del 30 marca el ascenso de Hitler al poder. Las ideas de Fritz lo impulsaron primero a militar en filas antifascistas, luego a huir. Al año siguiente nació su primer hija, Renate. Continuó trabajando, bajo la supervisión de Otto Fenichel. En 1933 y para evitar ser detenido por los nazis, cruza la frontera hacia Holanda, dejando a su familia al sur de Alemania, en la casa de sus suegros durante un tiempo. Ya reunidos en Amsterdam, vivirán tiempos de innumerables penurias económicas. Allí supervisa con Karl Landanner, otro refugiado, a quien recuerda como un hombre "...de gran calidez que hizo todo lo posible por hacer más comprensible el sistema freudiano.". A Ernest Jones lo recordaba como quien hizo mucho en esa época a favor de los psicoanalistas judíos que eran perseguidos. Jones, le aconsejó ir a Sudáfrica, en 1934 y le consiguió un cargo como psiquiatra en Johannesburgo, adonde, según cuenta en su autobiografía fueron muy bien acogidos. Junto con Laura fundan el Instituto Sudafricano de Psicoanálisis. Vienen tiempos de prosperidad económica y reconocimiento profesional, lejos del fragor de la guerra. En 1935 nace su segundo hijo Steve.
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El año 1936 es crucial en cuanto a su decepción, más que ante el psicoanáilisis, ante los psicoanalistas de la época, dirá después "Durante años fui un tanto exagerado en mi oposición. Me hacía falta la apreciación por Freud y sus descubrimientos". Acude a Checoslovaquia al Congreso Internacional de Psicoanálisis, en Marienbad. Lleva un trabajo sobre «Resistencias orales» que no será bien recibido. Se suma un encuentro breve y personal con Freud, que después de haber suscitado muchas expectativas en él, resultó frío y distante. Regresó decepcionado. En 1942, publicó su primera obra: "Ego, hambre y agresión" en Durban, en la cual Laura tuvo una participación activa, a pesar de que no intervino como coautora. Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, se alistó como médico en la Armada. Será psiquiatra del ejército durante cuatro años. Esto le llevó a un progresivo alejamiento de Laura y de sus hijos. Con cincuenta y tres años, aburrido de su vida burguesa, en 1946, decidió dejarlo todo y establecerse en Estados Unidos. Karen Horney le ayuda a instalarse en Nueva York; Erich Fromn y Clara Thompson le introducen en el Instituto William Allanson White. No fue bien acogido por los psicoanalistas norteamericanos. Frecuentó los ambientes contraculturales donde conoció a Paul Goodman, Merce Cunningham, John Cage y los fundadores de Living Theatre: Julian Beck y Judith Malina. Al año siguiente Laura y su hijos, llegaron a vivir con él. En 1950 se constituyó el conocido como "Grupo de los Siete": Fritz Perls, Laura Perls; Paul Goodman, Paul Weisz, Elliot Shapiro, Sylvester Eastman e Isadore From. Más tarde se incluirían Ralph Hefferline y Jim Simkin. En 1951, se publicó "Gestalt Therapy" (Terapia Gestalt), escrito por Paul Goodman (Parte II) y Hefferline (Parte I) sobre notas manuscritas de Fritz y como producto de las conversaciones y encuentros en la casa de los Perls. Un año después los Perls fundan el Gestalt Institute of New York y al año siguiente otro en Cleveland. Fritz delegó la 68
dirección de ambos en Laura y sus colaboradores, mientras tanto viaja por todo el país haciendo grupos y demostraciones de terapia gestalt. Comienzan los desacuerdos con Laura y sus discípulos acerca de la ortodoxia de la terapia gestalt. De Cleveland saldrá la segunda generación de gestaltistas: Joseph Zinker, Erving y Miriam Polster... En 1956 deja a Laura (aunque sin separarse nunca legalmente de ella) y se retira a Miami. Tiene sesenta y tres años, dolencias cardíacas y un profundo desaliento. Al año siguiente conoce a Marty Fromm, la tercera mujer más importante de su vida y esta relación lo reanima. Durará dos años, entre medio de viajes para difundir la gestalt. Al separarse de Marty en 1958 se traslada a California. Colabora con Van Dusen en San Francisco y con Jim Simkin en Los Ángeles. En 1962 pasa un año viajando alrededor del mundo. Estuvo en Israel (Ein Hod, en una comuna de artistas) y en Japón (recibiendo dos meses de enseñanza zen en el monasterio Daitokuji de Kioto). La estancia en Israel significó una profunda transformación a través del trabajo sistemático sobre sí mismo bajo los efectos del LSD. En 1964 se instala en Esalen. Ha conocido meses antes a Michael Murphy, heredero de la fincabalneario, y a Dick Price, ambos discípulos de Alan Watts, que tenían como proyecto crear un Centro de Desarrollo del Potencial Humano. Pese a que en su primera visita no le gustó el lugar, acepta ser residente y hacer demostraciones de terapia gestalt. En 1965 Fritz tiene setenta y dos años y se encuentra muy afectado en su salud. Ida Rolf le ayudará a mejorarla mediante sus ejercicios. Le va llegando el reconocimiento y la fama, se filman sus talleres. En 1966 se construye su propio hogar: la casa de la media luna. En 1968 los celos por el éxito paralelo de sus colegas de Esalen (W Schutz, Virginia Satir...) así como la politíca reaccionaria de Nixon le deciden a abandonar Esalen y trasladarse a Canadá. En 1969 se publica Gestalt Therapy 69
Verbatim (Sueños y existencia) y poco después su autobiografía "Dentro y fuera del tarro de la basura". En Esalen ha dejado la terapia gestalt en manos de cuatro de sus discípulos: Dick Price, Claudio Naranjo, Bob Hall y Jack Downing. En 1969 crea el Instituto Gestáltico de Lago Cowichan (Isla de Vancouver). Lo denomina "Kibbutz gestáltico" y a él vendrán una treintena de discípulos de Esalen (Teddy Lyon, Barry Stevens, Janet Lederman entre otros). En diciembre viaja a Europa estando ya muy enfermo. Regresa a América en febrero del año siguiente ya con la salud muy quebrantada. Ingresa en el Weiss Memorial Hospital de Chicago. Laura viene a visitarle. Tras ser operado, muere de un ataque cardíaco el 14 de marzo. La autopsia revelará cáncer de páncreas. La contracultura hippie de la época le despide como a uno de sus gurús. Notas *Texto adaptado y modificado a partir de lo escrito en: "Terapia Gestalt, la vía del vacío fértil" . Francisco Peñarrubia.Alianza Editorial. Citas autobiográficas tomadas de "Dentro y fuera del tarro de la basura", Fritz Perls. Ed. Cuatro Vientos.
Bibliografía en español: PERLS, Fritz: Sueños y Existencia. Ed. Cuatro Vientos, S. de Chile. 1974 PERLS, Fritz: Dentro y Fuera del Tacho de Basura. Ed. Cuatro Vientos, S. de Chile.1975 PERLS, Fritz: El Enfoque Gestáltico. Ed. Cuatro Vientos, S. de Chile.1976 PERLS, Fritz y BAUMGARDNER, Patricia.: Terapia Gestalt. Árbol Editorial 1994, Mexico, DF. PERLS,Fritz, GOODMAN, Paul y HEFFERLINE, R.F.: Terapia Gestalt: Excitación y Crecimiento de la Personalidad Humana, Ed. Los Libros del CTP, Madrid, 2002
Bibliografía en inglés:
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PERLS, Fritz: Ego, hunger and aggression. London: Allen an Unwin, 1947; Nueva York: Random House, 1969 Obras sobre Fritz Perls en español: -
GAINES, Jack: Fritz Perls. Aquí y Ahora. Ed. Cuatro Vientos, S. de Chile, 1999.
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Joyitas de Perls Aporte hecho por Gastón Gandolfi y Jaime Marchant
"Fritz Perls, el creador de la Terapia Gestalt, escribió acerca de una experiencia que resulto fundamental para la labor de toda su vida: Era sicoanalista y estaba ejerciendo en África. Le iba muy bien porque era el único sicoanalista que había allí. Tenia un gran coche, una gran casa con jardín, piscina -y todo lo que desea tener una mente mediocre, los lujos de la clase media. Y un día fue a Viena para asistir a una conferencia mundial de psicoanálisis. Por su puesto era un hombre de éxito en África, así que esperaba que Freud le fuera a recibir, que habría un gran recibimiento. Y Freud era la figura paternal para los psicoanalistas, así que Perls quería que le felicitase. Había estado escribiendo un articulo, trabajando en él durante meses, porque quería que Freud supiese quien era él. Freud leyó el articulo; no hubo respuesta. Freud era muy frío, los demás psicoanalistas eran muy fríos. Su documento pasó casi inadvertido, nadie lo comentaba. Perls se sintió muy sacudido y deprimido, pero todavía confiaba en que algo sucedería cuando fuera a visitar a Freud. Y fue a verle. Estaba en las escaleras, ni siquiera había entrado en la casa, y vio que Freud estaba allí, y Perls dijo, para impresionarle, "He recorrido miles de millas para venir". Y en vez de darle la bienvenida, Freud le dijo, "¿Y, cuándo se va?" Eso le hirió muchísimo: "¿Es esta una bienvenida? -¿Cuando me voy?". Y ese fue el único diálogo -¡Se acabó! Y Perls se fue, repitiendo continuamente en su cabeza, como un mantra: "¡Ya verá, ya verá, ya verá!". E intentó que viese: Creó el mayor movimiento en contra de la psicoanálisis -La Gestalt." (El Sutra del Corazón: Bhagwan Shree Rajneesh) ------------------------------------------------------------------------------1) el enfoque clásico es que la persona tuvo un problema y la resolución de ese problema es el enfoque de la psicoterapia. para la gestalt se trata de una persona que tiene un problema CONTINUADO, aqui y ahora, EN EL PRESENTE,
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aunque tal vez se comporta así porque algunas cosas le ocurrieron en el pasado, sus dificultades de hoy se relacionan con el modo en que se comporta AHORA, no se lleva bien en el presente (tiene problemas) y a menos que los resuelva a medida que surgen no se llevara bien en el futuro. 2) responsabilidad es la habilidad de responder, de elegir la reacción propia, el terapeuta debe desafiar cualquier reacción del paciente que no sea representativa de si mismo; ejemplo si el paciente aprieta los puños, el terapeuta puede decir: a quien te gustaría golpear. la respuesta probable seria a nadie es un tic nervioso... después a través de las técnicas surgirá la real figura, padre madre, etc.3) la gestalt pretende convertir personajes de cartón en personas, encarar con honestidad situaciones desagradables, si alguien nos ha hecho algo malo y queremos venganza, pero de momento no podemos será algo que nos jorobará hasta que esta gestalt (la venganza) sea concluida, deje de rumiar... no hay que excavar en el subconsciente como Freud... SOLO HAY QUE DARSE CUENTA, de que, por ejemplo lo que nos molesta del niño que grita mientras juega no es que grite... sino que juegue mientras nosotros no podemos/queremos hacerlo. 4) una paciente china llega a la consulta por problemas que según ella la afectaban, descubrimos que en realidad el asunto era los cánones rígidos y circunspectos de su cultura... le pedí que me dijera que cultura ella consideraba la opuesta a la suya.. dijo que la italiana... le pedí entonces que actuara como si fuera italiana... entonces le sugerí que en las ocasiones que necesitare expresarse actuara como si fuera italiana... tiempo después me escribió diciendo que sentía que vivían dentro de si 2 personas la mujer china y la italiana juntas, de ahí que se sentía distinta pues si la situación requería un despliegue emocional surgía la personalidad como herramienta para superar los limites que nosotros mismos nos imponemos. Porque ambas personalidades son en realidad una sola, no es que en verdad "otra" se apodere 73
de ella. la escuela de la gestalt es una herramienta extremadamente útil y efectiva por quienes realmente saben emplearla.
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Un homenaje a Laura Perls (El apoyo terapéutico en Terapia Gestalt) Carmen VÁZQUEZ BANDÍN
Abstract Laura Perls says:"Contact is possible only to the extent that support for it is available". This phrase and other paragraphs from "Living at the Boundary" by Laura Perls provide the opportunity to relate the therapeutic support to the process of contact according to Perls/Hefferline/Goodman. This paper proposes that the therapeutic support be considered as one function of the field. Then, the author analizes the self-support not only in the patient but in the therapist also. This is following by some examples of case studies and finally the conclusions are presented.
Mi homenaje a Laura Fritz Perls ha sido y es la figura relevante con la que se identifica a la Gestalt. Pero no hay duda de que la creación de la Terapia Gestalt se debe, con la misma intensidad, a Laura (Lore) Perls y a Paul Goodman. La aportación de Laura Perls no suele mencionarse, aunque desde un principio estuvo implicada en el desarrollo de la Terapia Gestalt de un modo decisivo. Y no solo esto, Laura Perls aporta un estilo muy concreto y totalmente distinto del de su marido.
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Laura Perls se comprometió especialmente en tres aspectos de la Terapia Gestalt: el "apoyo" (support), el "compromiso" (commitment) y la dimensión corporal desde la Terapia Gestalt. No voy a contar la vida de Laura Perls, no creo que esa sea la mejor manera de rendirla homenaje, creo que, de estar aún entre nosotros, le hubiera gustado que ocupara este tiempo compartido en hablar de alguno de los temas que fueron su fuerza. Voy a tratar del apoyo, en concreto, del apoyo terapéutico
Pero antes de centrarme en el tema quiero resaltar la capacidad personal de Laura, la "Grande Dâme de la Gestalt", como la llama Stella Resnick, para el "apoyo" y para el "compromiso", su coherencia en vivir aquello que transmitía y no lo voy a hacer con mis palabras, sino con algunos testimonios personales de quienes la conocieron. "Me sentí bastante abrumado por esta personita que irradiaba una tremenda energía especialmente a través de sus ojos. Sus ojos eran vivaces, atentos, indagadores, curiosos, sonrientes, comunicadores, ..." (Yaro Starak) "Recuerdo su sensualidad y su chispeante y genuina manera de mostrar su entusiasmo. Hablábamos de meditación, de su vida y cotilleábamos sobre algunas personas de la comunidad gestáltica..." (Steven Hendlin) "Su interés por la vida y por los demás, su curiosidad casi infantil siempre me intrigaron". (Zelda Schemaille) "Laura Perls para mí, personifica lo que Buber describe como el punto álgido del Yo-Tú, el que se refiere a 'la elegancia de su aparición y la solemne tristeza que deja su partida'". (Eileen Abigail Wright) "Laura era una mujer tierna y de movimientos armoniosos... con un discreto movimiento de asentimiento de la cabeza, una mirada concreta o con un simple gesto, Laura apoyaba nuestros más difíciles esfuerzos". (Micki Balaban) 76
Gracias, Laura, por haber sido siempre un apoyo básico imprescindible para que la Terapia Gestalt creciera y se desarrollara. De la teoría de la Terapia Gestalt he aprendido que no es posible una figura si no existe un fondo para contenerla, para sostenerla, para apoyarla; pero tú me has hecho vivir, experimentar esta verdad: tu vida ha sido el fondo, el apoyo sostenido y continuado para que Fritz y la misma Terapia Gestalt pudieran llamarnos la atención como figuras. Gracias por enseñarme la fuerza y la discreción del apoyo continuado.
Advertencia Lo que viene a continuación es un borrador, un intento de pensar en voz alta como una segunda fase de mi proceso de pensar y escribir sobre el apoyo terapéutico en Terapia Gestalt.
Generalidades El concepto de apoyo, implícita o explícitamente, parece que a todos nos resuena de una manera especial. Es una de las palabras que, rápidamente evoca una respuesta emocional cuando la oímos ("Me he sentido apoyado", "No me apoyas") e incluso es un término que desencadena otras asociaciones de contenido fuertemente emocional ("Me he sentido abandonado", "Necesito sentirte cercano", etc.). Pero en mi opinión, es un concepto al que no hemos dedicado la atención que se merece, ni en Terapia Gestalt ni en otras escuelas terapéuticas. En una sociedad como la nuestra, en la que se fomenta y se valora la autonomía, la fuerza, la independencia, el "hágalo usted mismo" parece que el concepto de apoyo va cobrando fuerza como una figura que poco a poco se va imponiendo en la conciencia. Y como ocurre con cualquier figura nítida y clara pone activa nuestras energías para reclamar nuestra atención y buscar su resolución. Quizás nuestras estructuras de personalidad, fuertemente narcisistas, están empezando a resquebrajarse ante tanta autoexigencia, tanta fortaleza, tanto disimulo de las emociones. Por todas partes se
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empieza a oír hablar de solidaridad, de hermandad, de equipo, de compartir, ...y no deja de ser una forma velada de buscar apoyo. Pero no es del apoyo en general de lo que quiero hablar sino de una forma concreta de apoyo: el apoyo terapéutico. Y del apoyo terapéutico según la Terapia Gestalt. Laura Perls, en 1953, decía: "El contacto solo puede ser bueno y creativo cuando existe el apoyo necesario para permitirlo". Y en Pascua de 1986, seguía diciendo: "La orientación y la manipulación en el contacto solo es posible cuando existe un buen apoyo disponible... Los conceptos más importantes son frontera, contacto y apoyo. Pero el apoyo es el más urgente".
¿Qué es el apoyo terapéutico según la Terapia Gestalt? Generalmente, cuando, en Terapia Gestalt, hablamos del apoyo, nos estamos refiriendo al apoyo a las interrupciones del contacto pero olvidamos que el apoyo terapéutico es un requisito esencial en el campo. Pero cuando trato de centrar el tema, para poder escribir con claridad, me aparecen varios conceptos que me cuesta diferenciar: apoyo a las interrupciones del contacto, autoapoyo por parte del paciente, autoapoyo del terapeuta, apoyo terapéutico, ... ¿dónde empieza uno y acaba otro? ¿son todos lo mismo? ¿en que se diferencian? Creo que el apoyo en general es el conjunto de todos ellos y estos, a su vez, son matices del mismo. Voy a poner un ejemplo desde la teoría de la Terapia Gestalt. Si queremos plantar árboles, remolachas o flores o cualquier otra cosa que queramos que germine y que crezca, es necesario que se cumplan unos requisitos básicos. Estos requisitos formarían parte del campo y corresponderían a sus dos componentes principales: la semilla y la tierra. La semilla debería cumplir sus propias funciones: estar viva, preparada para germinar, esto sería el autoapoyo del propio paciente. La tierra, necesita estar abonada, suelta, húmeda, aireada, con sol, etc...; esto correspondería al autoapoyo del terapeuta. Juntas, tierra y
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semilla, forman el campo en donde la semilla crecerá. Son indispensables los dos elementos para hacer posible el crecimiento y el cambio de la semilla; cada uno, debe de reunir determinadas condiciones y cumplir determinadas funciones en el proceso. Como dice el libro PHG: estos dos elementos se unen, a pesar de sus diferencias (eso es el contacto) para que la semilla sobreviva y la consecuencia de ello es el crecimiento. Y Laura Perls expresa esta misma idea cuando dice: "El contacto es reconocer y hacer frente al otro, a lo que es diferente, nuevo o extraño... no es un estado... sino que es una actividad". Pero por muy viva que esté la semilla, requiere de la tierra para poder germinar, la tierra debe acogerla para poder hacer todo su desarrollo, ya que puede empezar a germinar por sí misma pero sin la tierra no puede completar su proceso. Esta acogida de la tierra con unas condiciones determinadas y una intencionalidad genuina es lo que yo considero, en la terapia, el apoyo terapéutico. Yo veo así el proceso terapéutico, el acogimiento genuino a la persona que es el paciente; ser un "entorno privilegiado" donde el paciente pueda correr riesgos. En el proceso terapéutico, la finalidad de la terapia es apoyar las interrupciones al contacto, en el aquí y ahora de la sesión, para que este se restablezca pero, como dice Laura Perls, "el objetivo de la terapia es crear el apoyo necesario para permitir que reorganicemos y reencaucemos nuestra energía". No es posible el contacto si no hay apoyo terapéutico. Efectivamente, no se puede construir una casa, si no se cuenta con el suelo, con el terreno para poderla construir. Cada sesión terapéutica tendrá sus propias peculiaridades para permitir, potenciar y restablecer el contacto pero es necesario, como paso primero, el apoyo, esto es, que tanto el terapeuta como el paciente aporten al campo de interacción una serie de condiciones. El apoyo en general son todas las condiciones del campo, todas las funciones del campo. Por lo tanto, el apoyo terapéutico ES un requisito del campo, ES una función del campo. "El apoyo es el fondo sobre el que se destaca (existe) y se forma una gestalt significativa: la experiencia actual" Es algo compartido, es algo que el terapeuta debe aportar y algo, diferente, que el paciente tiene que aportar por su parte.
Un paseo por el autoapoyo
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Haciendo una división "didáctica" para poder continuar con mi explicación, ya que el campo gestáltico es la "totalidad" y "es una abstracción", podemos hablar de tres matices en el apoyo: el apoyo del paciente, el apoyo del terapeuta y el apoyo terapéutico. ¿Qué deben aportar paciente y terapeuta? A nivel general, el primer requisito por parte del paciente es su necesidad de crecer, su motivación para "germinar", pero ambos, paciente y terapeuta, deben "ser capaces de correr riesgos"; aunque en cada sesión, si seguimos a Laura Perls, esta dice: "La función más importante del autoapoyo es la respiración", más adelante, en el capítulo 12 dice: "El (auto)apoyo consiste en todo lo que fomenta un proceso continuo de asimilación e integración por parte de una persona, una relación o una sociedad; la fisiología primaria (la respiración, la digestión...), la postura erguida y la coordinación, la sensibilidad y la movilidad, el lenguaje, los hábitos y las costumbres, los modales y las relaciones sociales y cualquier otra cosa que hayamos aprendido y hayamos experimentado a lo largo de la vida ". Pero es obvio que, en esto, no hay una relación de igualdad, por regla general, el paciente no es muy capaz de autoapoyarse, ni física ni psicológicamente "Me pongo en tus manos" Partimos de la base de que el motivo por el que un paciente acude a terapia es porque tiene un problema. En mi opinión, ese no es el motivo principal. El paciente, efectivamente, tiene un problema pero, lo que le hace acudir a terapia es que no es capaz de solucionarlo por sí mismo. Busca aprender a resolver su conflicto. Ha agotado sus posibilidades y pide ayuda. En este pedir ayuda y en cómo aprende a resolver su problema está la clave del proceso terapéutico. Es la interacción de las relaciones entre paciente y terapeuta, en el aquí y ahora de la situación, lo que le va a posibilitar, en primer lugar, desplegar con todo su poderío, los recursos empleados hasta ese momento para resolver sus conflictos en sus relaciones interpersonales cotidianas. (Recordemos que no existe ningún problema humano ni personal que no se de en un campo organismo/entorno. "Recordemos que cuando hablamos... siempre nos referimos al campo de interacción organismo/entorno, y no a un animal aislado" ), va a mostrarle al terapeuta, cómo hace para relacionarse, cómo hace para satisfacer sus necesidades, cómo hacer
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para conseguir de su entorno lo que necesita y, por lo tanto, va a enseñarle cómo fracasa al hacerlo. Pero cuando llega a terapia, de alguna manera, es consciente de su fracaso, es consciente de su incapacidad para darse cuenta de qué quiere o para saber qué puede hacer para conseguirlo, su autoestima está por los suelos. No solo sus introyectos, sino su incapacidad diaria para satisfacer sus necesidades (necesidad de reconocimiento, de intimidad, de valoración, ...) le han ido disminuyendo la confianza en sí mismo. Sus insatisfacciones cotidianas, le han hecho dudar de sus capacidades, de sus recursos, en definitiva, le han hecho dejar de creer en él. La función básica de la terapia es restablecer la confianza en uno mismo, la confianza en la propia capacidad para conseguir satisfacer las propias necesidades, en una palabra, confiar en la autorregulación del organismo. Luego, el paciente irá aprendiendo cómo aprender, específicamente, a conseguir satisfacer estas necesidades, aprenderá a mantenerse en contacto gracias al apoyo del terapeuta a cada interrupción del contacto. Recuperar la confianza en uno mismo, recuperar la fe en las propias capacidades solo es posible con un buen apoyo terapéutico. El terapeuta necesita estar atento a cuidar los "detalles" en el campo. No se trata de resolverle al paciente los problemas, no se trata de aconsejarle o de decirle lo que tiene que hacer; esto, lo único que haría sería aumentarle más su falta de confianza en sus propios recursos. En eso consiste la terapia, recordémoslo, en su aprendizaje. Cuidar los "detalles" significa creer en la propia capacidad del paciente, valorar el esfuerzo del paciente, disfrutar con su presencia, entusiasmarse con sus aportaciones, ver siempre lo bueno y lo "creativo" de sus acciones, hayan sido acertadas o no. Apoyar al paciente es hacerle sentir que, en ese aquí y ahora, de cada sesión, "él es único en el mundo para ti y tú eres único en el mundo para él". Después, cada uno volverá a sus quehaceres cotidianos, a sus relaciones interpersonales, sintiéndose pleno, sintiéndose que, después de todo, merece la pena estar vivo y relacionarse, porque, en definitiva, uno se siente querido y aceptado. En el apoyo terapéutico apoyamos a la persona por lo que es, no por lo que hace, para poder cumplir el propósito de la Terapia Gestalt "... ejercer el yo, con ayuda de las distintas experiencias, para tomar consciencia de sus diferentes funciones hasta hacer revivir
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espontáneamente la sensación de 'yo soy quien está pensando, sintiendo, haciendo'". Sigue diciendo Laura: "reforzar y aumentar las funciones del apoyo, moviliza las emociones alienadas y las posibilidades de establecer contacto, permite acceder fácilmente al material del fondo que había sido reprimido".
El terapeuta es el apoyo terapéutico ¿Qué debe aportar, específicamente, el terapeuta al campo de la relación terapéutica? Su propio autoapoyo, y la capacidad de brindarle al paciente la posibilidad de establecer un contacto adecuado. "El apoyo para entrar en contacto procede de todo lo que se ha asimilado e integrado". Continua diciendo Laura: "... sólo lo que ha sido asimilado e integrado en el funcionamiento del organismo se convierte en apoyo... la postura, los hábitos, las costumbres, el lenguaje, los modales, etc." El terapeuta, como "tierra" imprescindible para la posibilidad de establecer el contacto debe, por un lado ser capaz de autoapoyarse, creer en él y ser capaz de dar y recibir. "La sensación del propio valor se nos da cuando uno se siente competente en una actividad en curso en la relajación que sigue al terminar la situación... ya que la sensación del valor propio no puede conseguirse ni inventándose explicaciones, ni comparándose con un valor externo". Cuando Perls y Goodman en el capítulo V de Gestalt Therapy hablan de la oposición inadecuada de "Infantil/Maduro" creo que están postulando de una manera contundente las características personales que debe tener el terapeuta: "capacidad para 'esperar el momento oportuno'", "capacidad para alucinar", esto es, vivir que "el centro de la realidad está en la acción", y capacidad para cambiar la "responsabilidad" en "fascinación", teniendo en cuenta que la fascinación goodmaniana "es la actividad en la que uno se compromete y le cuesta abandonar, ya que el self, en su totalidad está implicado". Cito palabras textuales de Perls, Hefferline y Goodman, que me 82
parecen especialmente hermosas, "... la relación contractual no se toma tanto como un deber sino como un desarrollo del sentido de la simetría... Y en la etapa en la que se convierte él mismo en autoridad, en profesor, en padre, el campo se modifica de nuevo: el individuo independiente lo es ahora menos, ya que otras personas se encariñan espontáneamente de él o dependen de él simplemente por sus actitudes. Y estas personas, a su vez, le ofrecen la ocasión de expresarse mediante otras acciones nuevas. Son raras las personas que se vuelven maduras hasta el punto de aconsejar, guiar y cuidar, sin avergonzar, sin dominar, etc., abandonando simplemente sus intereses 'independientes' como si, en ese momento, fueran menos interesantes". Y Laura vuelve a matizar estos conceptos y matiza esta "relación de simetría" diciendo que, "dar y recibir ("Give and Take") comprende toda la gama de posibilidades del proceso social, cuyo fin es mantener el equilibrio social mientras tiene lugar un crecimiento continuo". El terapeuta, si es serio, en el sentido goodmaniano, va a concentrar su atención en la realidad del objeto y en su relación (la cursiva es mía) con él, lo que supone un movimiento de crecimiento personal. Un irresponsable es alguien que no toma en serio lo que le es necesario. Un diletante juega caprichosamente con su arte, disfruta, pero no se responsabiliza de los resultados. El aficionado se ocupa seriamente de su arte, se siente responsable de él pero no necesita comprometerse con ello. El artista toma su arte en serio y se compromete con él".
¿Qué puede hacer, concretamente, el terapeuta? 1º.- Debe ser capaz de autoapoyarse, aceptarse y quererse, sin depender de la respuesta del paciente. Que su autoestima esté a prueba de "sobornos". 2º.- Debe "dejarse impresionar" por lo genuino de cada ser humano. 3º.- Que sea educado: saludar cordialmente, saber agradecer, ... 4º.- Debe ser capaz de valorar al paciente y de contenerle, esto es, ponerle límites de una manera adecuada. 5º.- Debe ser "detallista": dejar salir una sonrisa cálida, tener una palabra amable, hacer sentir al otro cómodo y en confianza. 83
6º.- Su función personalidad debe ser rica y estar al servicio de la terapia (no la terapia al servicio de su vanidad). Laura dice, "Una postura erguida es el principal soporte. Todo lo adquirido, lo realmente aprendido es soporte. Todo lo indigestado, no lo es".
Tres peligros hay en esto, por parte del terapeuta: 1º.- Fingir; debido a una falta de apoyo personal, no ser capaz de aceptar genuinamente al otro como un ser "único e irrepetible", fascinante y atractivo. Dice Laura: "la persona que hace un sacrificio (al dar), le falta autoestima y acaba exagerando lo que da... ya que proyecta su propia necesidad insatisfecha...". 2º.- Excederse y dejar de ser uno mismo. Como dice Laura: "El contacto supone reconocer al 'otro', supone estar consciente de que existen diferencias... estar en contacto se refiere a un estado continuo que conduce poco a poco hacia la indiferencia (confluencia). Establecer contacto es una función de la formación de la figura, supone estar consciente, atento, etc." 3º.- Ser excesivamente rígido, frío y autoritario, dando consejos y marcando constantemente la distancia y las diferencias. Generando desigualdad y vergüenza. Gordon Wheeler habla de que de que la falta de apoyo por parte del entorno, tiene como consecuencia la vergüenza. En mí opinión, y siguiendo este razonamiento, podríamos decir que cuando hay suficiente apoyo adecuado por parte del entorno, cualquier ser humano obtiene como resultado la autoestima. La autoestima es el producto final de la estima, la aceptación y la valoración, por parte del entorno. Sería una aplicación concreta del principio gestáltico, de que "gracias al contacto sobrevivimos y la consecuencia de sobrevivir es el crecimiento" (PHG)
"Me siento abandonado por ti" Pero el apoyo, por encima de todo, es una relación de igualdad. Si no existe el suelo, la tierra difícilmente me puedo sostener en pie, ni
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tampoco puedo caminar, pero si no tuviera esqueleto, o me faltara el tono muscular... tampoco podría sostenerme ni caminar. ¿Qué es más importante, el suelo o mis recursos? Uno y otro son necesarios por igual. El paciente, la mayor parte de las veces, ávido de apoyo y no creyendo en sus recursos, reacciona aferrándose al terapeuta, trata de agarrarse a él como la única fuente de apoyo disponible. Reproduce una forma arcaica de apoyo, la relación cuidador/niño. Es el terapeuta quien debe fomentar el proceso de awareness del paciente hacerle sentir su propia capacidad de autoapoyo. Pero, lamentablemente, en muchas ocasiones, el terapeuta olvida esta función. Olvida esta relación de igualdad, olvida la propia capacidad del paciente para autoapoyarse y movido por sus propias necesidades insatisfechas, proyecta en él sus abandonos y fomenta la relación de desigualdad. En ese momento, el paciente deja de ser persona para el terapeuta y pasa a ser "su objeto". Se ha perdido la posibilidad de compartir y de crecer. Como una "madre" posesiva le atiborra no ya de comida real sino de consejos, normas, sugerencias.
Algunos ejemplos No resulta fácil poner ejemplos concretos de apoyo terapéutico ya que, la mayor parte de las veces, son detalles no verbales difíciles de describir y que pierden su calidez fuera de contexto pero quiero contar uno especialmente significativo ya que ha tenido lugar en una planta de un Hospital Psiquiátrico y fuera de un marco específicamente terapéutico. Pilar, auxiliar de clínica es, además, terapeuta gestáltica. Lleva dos semanas trabajando en la planta de mujeres del Departamento de Psiquiatría de un gran hospital. Lleva las cenas a las habitaciones de las pacientes. Entra en una de las habitaciones y despues de dejar a la paciente la bandeja de la cena, le pregunta que cómo está y la habla con cariño. La paciente la mira con asombro y después la dice: "No debes tratarme así, porque no estoy acostumbrada a eso y ahora no sé que hacer con esto".
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Otro ejemplo. En la primera cita, una paciente me cuenta que su hijo pequeño, Javier, tiene la gripe. A la semana siguiente, cuando vuelve a su sesión, le pregunto por su hijo Javier, me contesta que ya está bien y me sonríe. Tiempo después, me comenta que cuando volvió la segunda vez y le pregunté por su hijo, recordando el nombre y preguntando con tanto cariño, se sintió conmovida y pensó: "Si se acuerda de mi hijo y de su nombre y me pregunta con tanto interés y cariño por él, también debe sentir interés y cariño por mí. Quiero seguir viniendo con ella". Conclusiones Mucho más podría seguir escribiendo sobre el apoyo terapéutico y su utilidad fundamental en el proceso terapéutico. Debo seguir estructurando y dando forma a las ideas que me surgen cada día sobre este tema. Considero que es un tema básico y me siento especialmente movida por el tema.
En esta ocasión me conformo con resaltar algunas ideas:
que el apoyo, en general, son todas las funciones del campo terapéutico; que el apoyo terapéutico es una función del campo terapeutapaciente; que sin apoyo no hay contacto; que la calidad del apoyo terapéutico depende de la calidad del terapeuta para ser persona en el sentido goodmaniano.
Y no puedo, por menos que acabar este escrito, con unas palabras de Laura Perls como colofón. "si queremos ayudar a nuestros pacientes a realizarse como seres realmente humanos, nosotros también hemos de tener valor suficiente como para exponernos a los peligros de ser humano". Gracias a todos.
Referencias
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SAINT-EXUPÈRY, Antoine: El Principito, Ed. Alianza, Madrid, 1965. PERLS, F; HEFFERLINE, R. y GOODMAN, P.: Gestalt Therapy: Excitement and Growth in the Human Personality, The Gestalt Journal Press, Hhighland, 1994 (en español, Terapia Gestalt: Excitación y Crecimiento de la Personalidad Humana, Col. Los Libros del CTP, Madrid, 2002; en prensa). PERLS, Laura: Viviendo en los límites, Ed. Promolibro, Valencia, 1994. Laura Posner Perls: In Memoriam: Website from The Gestalt Journal Press.
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Bibliografía Terapia Gestalt -----------------------La primera colección de nuestro proyecto editorial, con textos que dan aliento a esta importante escuela psicoterapéutica y de vida.
Paul Goodman; Aquí, ahora y lo que viene, Taylor Stoehr El darse cuenta, John O. Stevens Dentro y fuera del tarro de la basura, Friedrich S. Perls Los Diálogos del cuerpo, Adriana Schnake El enfoque gestáltico & Testimonios de terapia, Fritz Perls Esto es gestalt, Compilación de John Stevens Fritz Perls, aquí y ahora, Jack Gaines Fundamentos de la Gestalt, Dr. Joel Latner No empujes el río porque fluye solo, Barry Steve Proceso y diálogo en psicoterapia gestáltica, Gary Yontef Sueños y existencia, Fritz Perls Ventanas a nuestros niños, Violet Oaklander La vieja y novísima Gestalt, Claudio Naranjo Contacto & Relación en Psicoterapia, Jean-Marie Robin La Voz del Síntoma, Adriana Schnake Sonia, te envío los cuadernos café, Adriana Schnake
Editorial Cuatro Vientos Av. Jaime Guzmán E. 3293, Ñuñoa, Santiago, Chile teléfonos: (56 2) 225 8381 - 269 5343 fax: (56 2) 341 3107
[email protected]
Bibliografía recomendada comentada Perls, F.; Hefferline, R.F. y Goodman, P. (1951): Gestalt Therapy, excitement and growth in the Human Personality, Ed. Julian Press, New York, 1994 (Versión española inédita del Centro de Terapia y Psicología, Madrid, 1997) Es el libro "fundador" de la Terapia Gestalt. Es un libro difícil de leer y de comprender ya que sus autores no querían que las ideas contenidas en él 88
se "introyectaran" sin más, sino que se "rumiaran" y se asimilaran o se descartaran de una manera madura. Consta de dos partes, la primera es la teoría mientras que la segunda son ejercicios (muy elementales y sin demasiada consonancia con la primera parte) como una manera de fomentar el awareness (darse cuenta).
Robine, J.-M.: Terapia Gestalt; Ed. Gaia, Madrid, 1998. Un librito de tan solo noventa páginas pero, en mi opinión, una de las mejores muestras, traducidas al español, de lo que es la Terapia Gestalt. Tiene un fallo: la traducción es muy mala e inexacta.
Moreau, A.: Ejercicios y técnicas creativas de Gestalterapia; Ed. Sirio, Málaga, 1999. Aborda la Terapia Gestalt en su conjunto, con muchas explicaciones, ameno, fácil de leer y con propuestas de ejercicios sobre cada uno de los puntos teóricos que expone.
Bibliografía BLOOM, Daniel: Estructura y funcionamiento del self, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. BLOOM, Daniel: La canción del self, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. HODGES, Carl: Teoría del campo, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. KLEPNER, Perry: Interrupciones del contacto, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. MEYER, Kenneth: Self & Egotismo, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España.
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PERLS, F., HEFFERLINE, R. y GOODMAN, P.: Terapia Gestalt: Excitación y crecimiento de la personalidad humana; Ed. Sociedad de Cultura ValleInclán, Ferrol, 2002. SPAGNUOLO LOBB, Margherita: La teoría del self en Terapia Gestalt, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología de Madrid, España. ZEVY, Lee: Resumen del Proceso de Contacto, Documento del CTP, Centro de Terapia y Psicología, Madrid, España. Este artículo ha sido publicado en la revista "Figura-fondo", número 13, primavera del año 2003, pág. 69-76, del Instituto de Psicoterapia Gestalt A.C. de México.
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