Teruggi, Marco Augusto. Tesis para la obtención del grado de Licenciado en Sociología Director: Muñoz, María Antonia

Teruggi, Marco Augusto Los consejos comunales en Venezuela (2006-2010): Análisis de una experiencia de organización y participación impulsada por el

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Teruggi, Marco Augusto

Los consejos comunales en Venezuela (2006-2010): Análisis de una experiencia de organización y participación impulsada por el Estado, desde la perspectiva del poder popular Tesis para la obtención del grado de Licenciado en  Sociología Director: Muñoz, María Antonia

Cita sugerida: Teruggi, M. A. (2012) Los consejos comunales en Venezuela (2006-2010): Análisis de una experiencia de organización y participación impulsada por el Estado, desde la perspectiva del poder popular. En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.864/te.864.pdf Documento disponible para su consulta y descarga en Memoria Académica, repositorio institucional de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FaHCE) de la Universidad Nacional de La Plata. Gestionado por Bibhuma, biblioteca de la FaHCE. Para más información consulte los sitios: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN DEPARTAMENTO DE SOCIOLOGÍA

LICENCIATURA EN SOCIOLOGÍA TESINA

Los consejos comunales en Venezuela (2006-2010). Análisis de una experiencia de organización y participación impulsada por el Estado, desde la perspectiva del poder popular.

Alumno: Teruggi Marco Augusto Legajo: 88457/3 Correo electrónico: [email protected] Directora: Muñoz María Antonia Co-directora: Villar Lidia Fecha: 17/12/2012 1

RESUMEN: En este trabajo se realiza una aproximación al proceso de conformación de los consejos comunales en el contexto político venezolano, intentando dar cuenta en su descripción y análisis, en primer lugar, si es posible identificar elementos de poder popular y qué características asumen, y, en segundo lugar cómo son las relaciones que se establecen con las instituciones estatales. El análisis aborda el proceso que comprende la creación de los consejos comunales en el año 2006, hasta el año 2010, año en que es impulsado desde el Estado la conformación de las comunas, el paso que le sigue a los consejos comunales en el proyecto del Socialismo del Siglo XXI, cuya ley –Ley Orgánica de las Comunas- los enmarca en un proceso diferente, al proponer avanzar en la unificación de diferentes consejos comunales para dar lugar a nuevas estructuras organizativas, las “comunas”. Así, se analiza la conformación de los consejos comunales y sus objetivos en el contexto histórico de la denominada “Revolución Bolivariana”, proceso iniciado en el año 1998 con el triunfo del presidente Hugo Chávez, que, a partir del 2005 será llamado “Socialismo del Siglo XXI”. Se analizan también las formas en que los consejos comunales son concebidos por el marco normativo en la Ley de los Consejos Comunales dictada en el 2006, luego Ley Orgánica de los Consejos Comunales en el 2009. Abordamos entonces, cómo son creados los consejos comunales en el proceso político en curso en Venezuela, experiencias de organización y participación que indican tanto por la situación histórica como por lo que el posibilita el marco normativo, que podrían desarrollarse elementos de poder popular en su interior, y, a la vez, abordamos los tipos de relaciones que se construyen con las instituciones estatales. Palabras claves: Venezuela - Estado – poder popular – socialismo del siglo XXI – consejos comunales.

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ÍNDICE: Introducción Capítulo I

…………………………………………………………....…. Pág. 5 ………………………………………………………………….. Pág. 10

I.I Debates sobre el Poder Popular

...……………………………………….. Pág. 10

I. II El Estado en la perspectiva gramsciana

...…………………………….... Pág. 15

I. III Posibles vinculaciones entre Poder Popular y Estado para pensar el caso venezolano

………………………………............................... Pág. 19

Capítulo II

….………………………………………………………………. Pág. 25

Capítulo III

..……………………………………………………………….. Pág. 28

III. I Antecedentes del Caracazo (1958-1989) ………………………………. Pág. 28 III. II El Caracazo y los levantamientos militares (1989-1992) ……………… Pág. 30 III. III El triunfo de Hugo Chávez: el inicio de la Rev. Bolivariana (1998)

……………………………………………………………………….. Pág. 33

III. IV Organización y movilización popular (1998-2006)

…………………... Pág. 35

III. V Organización y participación impulsada desde el Estado III VI Principales características del “Socialismo del Siglo XXI” Capítulo IV

…………….. Pág. 38 ………….. Pág. 44

………………………………………………………………….. Pág. 49

IV. I Ley Orgánica de los Consejos Comunales

……………………………... Pág. 49

IV. II Diferentes puntos de vista teóricos acerca de los consejos comunales Capítulo V

………………………………………………………….. Pág. 53

…………………………………………………………………... Pág. 59

V. I Organización de los consejos comunales

……………………………….. Pág. 59

V. II Participación en los consejos comunales

………………………………. Pág. 61

V. III Acerca de los valores que se construyen en los consejos comunales

…………………………………………………………………… Pág. 67

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V. IV Campo de acción de los consejos comunales

………………………… Pág. 69

V. V Relación entre los consejos comunales y las instituciones estatales Conclusiones Anexo

....... Pág. 73

………………………………………………………………... Pág. 81

……………………………………………………………………….. Pág. 91

Bibliografía

…………………………………………………………………. Pág. 120

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INTRODUCCION: En este trabajo se intenta reflexionar sobre el funcionamiento de los consejos comunales (de ahora en adelante CC) en el contexto político venezolano. En particular, nos preguntaremos acerca de la existencia de elementos de poder popular en aquellos y las características que éstos asumen. Consideramos que es importante para abordar el análisis de los CC, enmarcarlos en el contexto histórico de su creación, la denominada “Revolución Bolivariana”, un proceso político, iniciado en 1998 con el triunfo de Hugo Chávez en las elecciones presidenciales. Los CC son concebidos a través de la Ley de los Consejos Comunales en el año 2006 y en el 2009 se refomulan a través de la Ley Orgánica de los Consejos Comunales. Los CC surgen en el marco de profundas transformaciones anteriores y en desarrollo, tanto en el ámbito del Estado como de la sociedad civil.En primer lugar, en 1999 se sanciona una nueva Constitución. En esta, se expresa la voluntad de construir una “democracia protagónica y participativa”, abriendo la posibilidad formal de transferir poder del espacio estatal a la sociedad civil. En segundo lugar, los CC se enmarcan en el contexto de una sociedad que viene atravesando un proceso de fuerte movilización y politización, que tuvo como un momento central las protestas que impidieron el golpe de estado en el año 2002 y el siguiente paro petrolero. Con esas transformaciones en curso se genera un proceso de multiplicación de diversas experiencias de organización, impulsadas por los sectores populares, como por iniciativas del gobierno. Por ejemplo, las Misiones Sociales implementadas desde el 2003. Estas son experiencias que están orientadas a construir un proceso de organización y participación popular acompañado por las instituciones estatales y con la declarada intención de que asuman cada vez más independencia de ellas. En este contexto es anunciado en el 2005 (un año antes de la creación de los CC) la perspectiva

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“socialista” del proyecto, denominada Socialismo del Siglo XXI. Por último, en el año 2010 la Ley Orgánica del Poder Popular los concibe como los primeros pasos en la conformación de “poder popular”: “Instancias del Poder Popular: Constituidas por los diferentes sistemas de agregación comunal y sus articulaciones, para ampliar y fortalecer la acción del autogobierno comunal: consejos comunales, comunas, ciudades comunales, federaciones comunales, confederaciones comunales y las que, de conformidad con la Constitución de la República, la ley que regule la materia y su reglamento, surjan de la iniciativa popular.” (Ley Orgánica del Poder Popular, 2010; artículo 15) Teniendo en cuenta este contexto, los CC están concebidos para ejercer “(…) el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades (…) en la construcción de un nuevo modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y justicia social” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; artículo 2) Según la ley, un consejo comunal debe estar organizado alrededor de una Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, instancia de participación abierta de la comunidad, quién toma decisiones de carácter vinculante. El consejo comunal debe también formar tres órganos, el ejecutivo, el financiero y el contralor, a la vez que vocerías. Estas últimas representan los ámbitos de acción del consejo comunal –como por ejemplo salud, educación, medios de comunicación, vivienda y hábitat etc.-, y cuentan con sus respectivos voceros de carácter revocable, también elegidos por la Asamblea. Teniendo en cuenta este contexto històrico nos preguntamos si en estas experiencias es posible hacer referencia a “elementos de poder popular”.

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Para abordar el concepto de poder popular, tomaremos la perspectiva desarrollada por Rauber y la de Mazzeo, este último lo define en líneas generales como: “(…) el proceso a través del cual los lugares de vida (de trabajo, de estudio, de recreación, etc.) de las clases subalternas se transmutan en célula constituyente de un poder social alternativo y liberador que les permite ganar posiciones y modificar la disposición de poder y las relaciones de fuerza y, claro está, avanzar en la consolidación de un campo contrahegemónico” (Mazzeo, 2007; 12) Desarrollaremos en el marco teórico este concepto, y, buscaremos indagar si en los CC, como instancia de organización y participación popular, se desarrollan “elementos de poder popular”. Al hablar de estos elementos nos referimos a a. a la construcción efectiva de nuevas instituciones donde se desarrolle el poder popular. b. a la participación tendiente a la horizontalidad y a formas de mando “legítimas (de tipo mandar-obedeciendo) subordinadas a una comunidad consensual y crítica.” (Mazzeo, 2007; 73). c. al desarrollo de valores donde primen aquellos ligados al “altruismo, la solidaridad y la cooperación” (Mazzeo, 2007; 73). Como se dijo más arriba, una característica de los CC es haber sido creados desde el Estado, rasgo que pone en tensión la idea de que el poder popular “nace y se desarrolla desde abajo” (Rauber, 2012; 125) y permite pensar que las instituciones estatales son claves para impulsar al mismo. Por ello, también tendremos en cuenta; d. el campo de acción, es decir, sobre qué aspectos de la realidad tienen incidencia los CC. e. el tipo de relaciones que sostienen con las instituciones estatales.

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Para analizar las relaciones que se construyen entre los consejos comunales y las instituciones estatales, traeremos una distinción entre dos formas posibles que sirven como guías para este análisis. El primer caso es denominada “forma blanda” (Mazzeo, 2007) y se trata de una situación donde aparece una dependencia de los espacios de organización y participación popular respecto de las instituciones estatales. Estas son quienes definen los objetivos para estos espacios que solo se encargan de identificar necesidad y elaborar proyectos, una forma que aparece como “conducida por el Estado.” (Chaguaceda, 2008). El segundo caso es denominado “forma dura”, esto es cuando la relación no es de auxiliar de las instituciones estatales, es decir que se trata de: “(…) participar del proceso de elaboración y toma de decisiones y de la realización posterior de las mismas, compartiendo responsabilidades.” (Rauber: 2012; p.186). En este caso veremos que la relación puede tomar rasgos de cooperación, pero también pueden aparecer situaciones de conflictividad. También recurriremos a tres aportes realizados por Gramsci a la hora de pensar el Estado: la relación sociedad política y sociedad civil, el concepto de hegemonía y el de bloque histórico. A continuación el lector se encontrará con el esfuerzo de analizar si es posible que se desarrollen elementos de poder popular en los CC enmarcados en las particularidades del proceso de la Revolución Bolivariana y poniendo

en

diálogo y discusión con el concepto de poder popular desarrollado por Mazzeo y por Rauber. A lo largo de los capítulos iremos abordando los diferentes aspectos de este fenómeno. En el capítulo uno se desarrollan los conceptos teóricos relevantes para abordar este análisis: poder popular, Estado y “transición”.

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En el segundo capítulo, se realiza la presentación del caso a estudiar y sus particularidades. Se ponen de manifiesto en este capítulo también, los modos en que el caso fue construido, seleccionado y recortado, repasando las motivaciones para su estudio, así como también se explicitan los contextos en que la información fue relevada, y los límites principales que encontramos para realizar este trabajo. En el capítulo tercero, se realiza un análisis de la Revolución Bolivariana, a partir de la dinámica de las clases subalternas así como de los cambios operados en las instituciones estatales, dando cuenta de la relación entre ambas a la vez que poniéndolas en discusión y tensión. Se aborda también en este capítulo algunos puntos del proyecto del Socialismo del Siglo XXI que resulta necesario para poder entender la perspectiva en que fueron creados los CC. En el capítulo cuatro daremos cuenta del marco normativo de los CC así como de las diferentes perspectivas que sobre ellos se han desarrollado. En el capítulo cinco analizaremos tres CC para dar cuenta del posible desarrollo de elementos de poder popular en su interior así de las relaciones que se construyen con las instituciones estatales. Por último se plantean las conclusiones de este análisis y se dejan esbozados núcleos problemáticos para abordar en futuros análisis.

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CAPÍTULO I I.I. Debates sobre el Poder Popular. El concepto de poder popular está, como muchos otros de la teoría política, sujeto al debate. Muchos autores han reflexionado sobre éste, así como los dos elementos que lo componen. Como no podemos abarcar a todos los autores y a la discusión acerca del mismo, a continuación intentaremos solo definir las dimensiones que componen al mismo para terminar desarrollando al concepto en general. Popular remite al sujeto de la acción, es decir al posible sujeto político de la acción, en una perspectiva que lo concibe como plural, no definido a priori sino que se conforma en la acción política y social: “El sujeto (social, político, histórico) del cambio, es plural; se expresa como actor colectivo se autoconstituye como tal en el proceso mismo de la resistencia, lucha y transformaciones sociales” (Rauber, 2012; 129) Esta visión de lo popular se diferencia de una perspectiva que contiene rasgos deterministas –que encontramos por ejemplo en la mirada de Lenin- donde existe un sujeto principal, el proletariado industrial, que aparece como portador de la capacidad transformadora debido a su posición en la relación de producción. El sujeto popular no puede ser concebido a priori, sino que es un colectivo que se constituye y define por un conjunto de acciones y valores guiados por la eliminación de una o más relaciones sociales de desigualdad y opresión. En nuestro contexto, éste puede ser comprendido por la definición que desarrolla Chaguaceda: “Lo popular resulta una categoría que, en nuestro contexto regional, identifica a sujetos que sufren asimetrías sociales, y que al movilizarse son susceptibles de devenir movimientos liberadores. La noción de sujeto popular engloba a un conjunto de sectores y clases sociales susceptibles de ser integrados orgánicamente a un proyecto de cambios anticapitalista, en relación con lo comunitario, tomando en cuenta una identificación de

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esto con niveles mínimos de organización y autonomía frente al mercado y al Estado: sindicatos, asociaciones vecinales, organizaciones femeninas o juveniles, clubes culturales con presencia pública, etcétera.” (Chaguaceda, 2008; 26) Si bien en esta definición aparece la noción de anticapitalista, esto no parece ser siempre así. En torno a qué proyecto se va conformando el colectivo es algo que está en movimiento y en disputa, como veremos al dar cuenta de los diferentes actores que hacen vida dentro del chavismo. El concepto de poder popular implica también la noción de poder. La noción que se encuentra aquí desarrollada por Mazzeo concibe al poder como “una relación social y no un objeto, una sustancia o una propiedad. Se trata de una noción inscripta a fuego en el marxismo (lo dialéctico piensa la relación, no la sustancia) (…) Toda relación de poder vincula dominadores y dominantes.” (Mazzeo, 2007; 50) De esta manera, se discute con una perspectiva que concibe al poder como un objeto, es decir algo que puede “agarrarse”, “asaltarse”, que está situado geográficamente, es decir una concepción –presente en gran medida en Lenin y en consecuencia la idea del partido que “toma el poder”- que proyecta que el poder debe ser tomado, como afirma Dri al señalar que en esa perspectiva, “No se tiene el poder, no se lo ejerce hasta que no se lo ha tomado.” (Dri, 2007; 70) También se discute con lo que Dri denomina “la huida del poder” una visión desarrollada fuertemente en los años noventa, en el contexto de la caída de las experiencias del “socialismo real”, del avance del neoliberalismo, una perspectiva que, como señala Borón plantea que –haciendo referencia a Negri y Holloway- “De lo que se trata, nos dice este autor, es de disolver para siempre las relaciones de poder. Nada se gana con intentar “tomar el poder”, o “conquistar el poder del estado,” porque tal estrategia ha fracasado rotundamente.” (Borón, 2004; 8) Así, esta visión reconoce que el

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poder no es un objeto pero niega al Estado como un terreno de disputa, como terreno desde el cual pueden operarse transformaciones. El poder ni como un objeto ni como la huida, el poder entonces entendido como: “(…) una determinada interrelación de fuerzas (políticas, económicas, culturales, morales, sociales) en la que una (o el conjunto de ellas) se constituye en hegemónico-dominante entre un conjunto de relaciones

sociales, culturales,

económicas, políticas (…) Se trata de una interrelación dinámica, en movimiento y regulación constante.” (Rauber, 2012; 123) Es importante remarcar que esta concepción de poder está presente en el pensamiento de Gramsci, autor que presentaremos a la hora de pensar el Estado, como da cuenta Portantiero: “El poder como relación de fuerzas sociales que debe ser modificada y no como una institución que debe ser “tomada”.” (Portantiero, 1981; 78) De esta manera llegamos a la noción de poder popular, noción que plantea el vínculo entre sujeto y poder de manera que: “Las clases subalternas, para contradecir las determinaciones del capitalismo, para no someterse pasivamente al mundo tal como se presenta, para convertirse en sujeto histórico no tienen más alternativa que crear las condiciones sociales, económicas, políticas, ideológicas y culturales que hagan posible esa conversión. Entre poder y sujeto existe, evidentemente, una relación dialéctica.” (Mazzeo, 2007; 35) Se trata de la construcción de un poder de las clases subalternas: “Un poder propio, que de modo pedagógico llamamos aquí poder popular, nace y se desarrolla desde abajo; se produce, reproduce y expresa en el modo de vida cotidiana individual, comunitaria y social, y las organizaciones sociales y políticas, en sus formas orgánicas de funcionamiento y relacionamiento interno, así como en sus construcciones concretas, (…) nuevas formas que constituyen modos de empoderamiento local-territoriales, bases

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de

la

creación

y

creciente

acumulación

de

un

nuevo

tipo

de

poder

participativo-conciente –no enajenado- desde abajo, de desarrollo de las conciencias, de las culturas sumergidas, oprimidas y excluidas, en múltiples y entrelazadas formas y modalidades encaminadas a la transformación global de la sociedad.” (Rauber, 2012; 125) El poder popular requiere para su desarrollo, la constitución de una institucionalidad propia –sus relación con las instituciones estatales será analizado más adelante-, construir nuevas instituciones: “Para las clases subalternas la construcción de una nueva institucionalidad debería asumirse como una perspectiva estratégica” (Mazzeo, 2007; 73) ya que “(…) no hay participación popular, ni autogobierno, ni autonomía sin instituciones.” (Mazzeo, 2007; 178) Esta nueva institucionalidad debe desarrollarse a través de una de participación donde: “(…) las formas de mando deben ser legítimas (del tipo mandar-obedeciendo) subordinadas a una comunidad consensual y crítica.” (Mazzeo, 2007; 54). Esto significa que exista una tendencia a la horizontalidad sin negar la división de tareas y responsabilidades, siempre que el espacio de participación sea abierto y toma de decisiones centrales colectiva: “La asamblea como método de construcción implica el mutuo reconocimiento de sus componentes, el debate horizontal, la fijación de los grandes ejes políticos.” (Dri, 2007; 82) A su vez, son centrales los valores a través de los cuales se desarrolla su práctica, ya que en estas experiencias deben construirse sobre “(…) nuevas relaciones sociales en las que priman el altruismo, la solidaridad y la cooperación. Por eso la construcción de relaciones sociales críticas y alternativas a las del capital, es construcción de poder popular.” (Mazzeo, 2007; 73). Esos tres elementos son los que buscaremos en los casos de los CC que estudiaremos, elementos que irán acompañados por los de campo de acción, es decir sobre que ámbitos de la realidad existe capacidad de decisión o de

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influencia, y el de vínculos con las instituciones estatales, para dar cuenta de las formas en que se construyen esos relacionamientos. El poder popular es una construcción, esto indica que no es algo fijo, al contrario es un proceso en el cual se conforma un sujeto que, a la vez, puede ir adquiriendo mayor capacidad de decisión tanto sobre aspectos de la vida cotidiana local como sobre aspectos generales –formas de producción en el campo, de organización de los medios de comunicación etc.-. Hablamos de un mayor empoderamiento no como un proceso de desenlace necesario sino como una lucha para que esto suceda, lo que también indica que esto puede no acontecer. Pensar el poder popular es entonces situarlo en un contexto particular. En Venezuela está definido de la siguiente manera a través de la Ley: “El ejercicio pleno de la soberanía por parte del pueblo en lo político, económico, social, cultural, ambienta, internacional, y en todo ámbito del desenvolvimiento y desarrollo de la sociedad, a través de sus diversas y disímiles formas de organización” (Ley Orgánica del Poder Popular, 2010; artículo 2). Desde el Estado aparece declarada la intención de que el poder popular adquiera un protagonismo creciente, que en término del presidente de la República esto significa que: “Desde el poder constituido debemos ir transfiriendo poder social, económico y administrativo al poder comunal” (Chávez, 2007; 18), refiriéndose a través de “poder comunal” principalmente a la organización de los CC. El poder popular se expresa como bien dijimos en la construcción de las nuevas instituciones pero también puede observarse, “en posiciones consolidadas en el marco de instituciones públicas. Esas posiciones de poder popular, a través de una praxis constituyente, pueden contribuir a una profunda transformación de esas instituciones, a su radical democratización por vía de la creación de condiciones para una dirección colectiva.” (Mazzeo, 2007; 68) Esto nos lleva al concepto de bloque histórico y de

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transición que veremos en los apartados siguientes, pero remarquemos aquí que podemos pensar entonces al poder popular como un proceso de construcción que puede ser impulsado tanto por iniciativa de las clases subalternas desde sus diferentes organizaciones, lugares de trabajo etc., como por algunas instituciones públicas que expresan a su vez el proceso de avance del poder popular. También podemos pensar que al ser un proceso, ese avance que puede darse en ciertas instituciones estatales puede no ocurrir en otras, lo que abre la posibilidad de diferentes formas de relaciones según cada institución en particular.

I.II. El Estado en la perspectiva gramsciana. La perspectiva de Estado que tomamos en este trabajo está centrada en el análisis de Gramsci, autor que desarrolla su pensamiento sobre el Estado en un contexto de

cambios

-podemos

señalar

principalmente

los

intentos

revolucionarios

insurreccionales fracasados en Alemania y en Italia en la postguerra, y la capacidad de €resistencia y de recomposición de la dominación demostrada por el capitalismo frente a crisis, políticas y económicas- Estas transformaciones lo llevan a desarrollar un análisis sobre las formas modernas de los Estados en Europa Occidental. El contexto en el cual desarrolla sus análisis el intelectual italiano es importante ya que como remarca Thwaites Rey: “Antes que perseguir el escarpado – ¿e improbable?- objetivo de producir una teoría del Estado (como generalidad totalizante, universal y ahistórica que describe la naturaleza de todo poder político), parece más provechoso referirse a las teorías que dan cuenta del moderno Estado capitalista, y mucho más aún, remitirse a las formas históricas del Estado capitalista.” (Thwaites Rey, 2007; 13) Gramsci desarrolla entonces su análisis sobre las formas modernas del Estado en Europa “occidental” –contrapuesta al “oriente” como el caso de Rusia-, análisis que

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puede ser aplicado, como sostiene Portantiero, a ciertos países de América Latina, entre los cuales se encuentra Venezuela, ya que: “(…) esa América Latina no es “Oriente”, es claro, pero se acerca mucho más al “Occidente” periférico y tardío” (Portantiero, 1981; 127) analizado por el intelectual Italiano. Gramsci discute en su pensamiento con las concepciones instrumentalistas del Estado –principalmente presentes en Lenin y algunos escritos de Marx-, que lo conciben como simple instrumento en manos de una clase, como un conjunto de aparatos que se encuentran por encima y al margen de la sociedad. Este autor difiere con esta concepción y ancla su teoría en la situación de “occidente”, es decir, en aquellos países donde no existe una situación como la que imperaba en Rusia -con una sociedad civil débil y un Estado eminentemente represivosino que se ha desarrollado una transformación en la relación entre la sociedad civil y el Estado, dando “entre Estado y sociedad civil existía una justa relación y bajo el temblor del Estado se evidenciaba una robusta estructura de la sociedad civil. El Estado sólo era una trinchera avanzada, detrás de la cual existía una robusta cadena de fortalezas y casamatas.” (Gramsci, 2003; 83) Gramsci detiene su mirada sobre la sociedad civil donde opera “un denso entramado de instituciones reproductoras de los valores ideológicos y culturales de la sociedad capitalista.” (Thwaites Rey, 2007; 177) Busca comprender su relación con la sociedad política –el Estado en sentido restringido- que refiere al conjunto de instituciones que toman decisiones vinculantes, las llevan adelante o administran y ejercen sanción, incentivos o coerción sobre la población. Esta es la situación que opera en occidente donde “la supremacía de la burguesía en el capitalismo desarrollado no se debe únicamente a la existencia de un aparato de coerción sino que logra mantener su poder mediante una compleja red de instituciones y organismos en el seno de la

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sociedad civil que, además de organizar/expresar su propia unidad como clase, organizan el consenso de las clases subalternas para la reproducción del sistema de dominación.” (Thwaites Rey, 1994; 30) Esto lo lleva a desarrollar una “concepción ampliada” del Estado - el Estado es ahora la articulación entre sociedad política y sociedad civil- para dar cuenta de cómo se sostiene el dominio de una clase, para “saber cómo, a través de qué mecanismos la dominación se convierte en hegemonía, es decir, incluye la aceptación del dominado, el consenso.” (Thwaites Rey, 2007; 176) Este es un aporte central de este autor, su concepción de hegemonía, entendida como la dirección política y cultural, la capacidad de las clases dominantes de imponer su visión del mundo, el “sentido común”, es lo que permite el reconocimiento de su dominación por las clases dominadas. La capacidad hegemónica permite que las clases dominantes presenten al Estado capitalista – es decir, garante de una relación social desigual- como representante del conjunto de la sociedad. Esta perspectiva abre a la vez la posibilidad de la transformación por parte de las clases subalternas que, a través del partido y los intelectuales orgánicos pueden disputar y detener la hegemonía, en una lucha que se desarrolle sobre el Estado en el sentido ampliado, es decir, tanto en la sociedad civil como en la sociedad política El análisis de Gramsci tiene por objetivo comprender las modernas formas de dominación y la conformación del Estado capitalista moderno, pero también, de proyectar las vías a través de las cuales se pueden desarrollar las transformaciones. De esta manera aparece planteada la posibilidad y necesidad de construir una contrahegemonía por parte de las clases subalternas –que Gramsci denomina clase trabajadora- para conformar un nuevo bloque histórico. Así, según Portantiero, Gramsci ofrece la posibilidad de desarrollar: “(…) una estrategia para la constitución de un

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bloque histórico alternativo, capaz de sustituir la dominación vigente e instalar un nuevo sistema hegemónico.” (Portantiero, 1981; 116) La vía de transformación que toma forma a partir de estos análisis es la denominada “guerra de posición”, en discusión y contraposición con la “guerra de movimiento” –una asalto único y decisivo- adecuada a sociedades como la zarista o como aquella donde se desarrolló la experiencia de la Comuna de Paris, ahí donde la sociedad civil cumplía un rol secundario. La guerra de posición: “(…) requiere sacrificios enormes y masas inmensas de población; por ello hace falta en ella una inaudita concentración de la hegemonía.” (Gramsci, 2004; 292) De esta forma Gramsci plantea cual debe ser la vía del cambio, y esto guarda relación con lo mencionado anteriormente acerca de la concepción del poder: “(…) como relación de fuerzas sociales que debe ser modificada y no como una institución que debe ser “tomada”.” (Portantiero, 1981; 78) La guerra de posición descarta la posibilidad de un único ataque frontal y sostiene la necesidad de entablar una lucha contra hegemónica –que busca llegar a conformar una nueva hegemonía de las clases subalternas-, una reforma intelectual y moral, en estrecha relación con la reforma económica, que, según Campione “rescata así el concepto de revolución, pero con la forma de un proceso de laboriosa gestación y no de acontecimiento único e irreversible” (Campione, 2005; 9-10) La guerra de posición permite proyectar articulada con el concepto de poder popular, la posibilidad de la combinar la lucha por el desarrollo de poder popular en perspectiva de la conformación de una nueva institucionalidad junto con “las luchas por la nacionalización del petróleo, la nacionalización de los ferrocarriles, etc.” (Mazzeo, 2007; 55), es decir por la soberanía. Esta dinámica es la que parece desarrollarse en Venezuela como veremos al estudiar el marco histórico, donde aparecen por un lado iniciativas que ofrecen un marco para el desarrollo de organización y participación por

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fuera de las instituciones estatales –e impulsadas por las mismas en algunos casos como las Misiones Sociales- a la vez que luchas por la recuperación del petróleo en manos del Estado como fue el caso de la nacionalización de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA)

I.III. Posibles vinculaciones entre poder popular y Estado para pensar el caso venezolano. Al referirnos a esta relación estamos hablando de los posibles vínculos entre los espacios de organización y participación popular con las instituciones estatales. Estos vínculos deben estar situados en un bloque histórico determinado, donde ambas partes tienen rasgos particulares debido a su desarrollo propio y a las trayectorias anteriormente construidas. Para abordar este aspecto es necesario abordar entonces el período que atraviesa Venezuela, que es caracterizado por Mazzeo como de transición: “La Revolución Bolivariana nos convoca a pensar-actuar en términos de transición (…) El pasaje de la necesidad a la libertad no se puede concebir como un acto único, abrupto y unidireccional. Existen mediaciones. Y existen porque el proceso de construcción del socialismo no se desarrolla en el vacío, sino en el marco de una determinada realidad histórica.¨ (Mazzeo, 2006; 51) Uno de los rasgos de la transición, sostiene Mészáros, es que se instituyen por un lado “órganos de control social no estatales y una creciente autogestión que pueda ir asumiendo progresivamente el manejo de las áreas de actividad social más importantes”, mientras, se produce “un cambio consciente en los órganos estatales mismos –conjuntamente con lo primero (…)- a fin de hacer factible la realización de las perspectivas históricas definitivas del proyecto socialista” (Mészáros, 2009; 801). En este doble movimiento aquí planteado aparece, por un lado, el nacimiento de una nueva

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institucionalidad que pueda generar condiciones para el desarrollo de la organización y participación popular. Esto es, “un Estado que en vez de sustituir a la sociedad en la resolución de los problemas que tiene, la convoque, la vuelva partícipe de ellos. Un Estado que pueda servir para expandir el cambio social y para continuar construyendo poder popular.” (Rodríguez, 2007; 124) Este concepto de transición es el camino de “(…) restituir o devolverle al cuerpo social los poderes usurpados” (Casas, 2011; 37), proceso que puede ser concebido como el momento que se abre luego de la toma del poder político por parte de los clases subalternas, aunque, es importante resaltar que este corte presenta la limitación de dejar de lado el movimiento que hace posible esa toma del poder. Esto es importante a la hora de analizar los puntos de partida de la transición en una experiencia histórica concreta, y no debe hacer perder de vista el carácter procesual, ininterrumpido de los procesos de transformación: “La verdadera ambigüedad concierne a la “liberación” misma. ¿Cuál es su temporalidad precisa? No puede ser la conquista del poder solamente (aunque en el sentido primario del término podría serlo), ya que Marx la vincula a la “estructura definitiva” (schliessliche Konstitution) del proletariado. Esto significa, de hecho, que el actor de la liberación (la revolución política) está bastante distante de ser la liberación como tal (…) para convertir al proyecto socialista en una realidad irreversible tenemos que efectuar muchas “transiciones dentro de la transición”, al igual que bajo otro aspecto el socialismo se define como una constante autorrenovación de “revoluciones dentro de la revolución.” (Mészáros, 2009; 800) Pensar la transición excluye la idea de necesidad, es decir, que el proceso político que atraviesa en este caso Venezuela no lleva necesariamente al socialismo, al denominado “Socialismo del Siglo XXI” que veremos más adelante. Los puntos de llegada de la transición en curso son resultado de luchas en múltiples planos, económico, cultural, de género etc., con el horizonte de

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salir del capitalismo, de terminar “con la lógica del capital” (Rauber, 2012; 42), proceso de temporalidad incierta como indica Mészáros. Dentro de la transición, uno de las aspectos es entonces el surgimiento de nuevos espacios de organización y participación popular, cuyos relacionamientos con las instituciones estatales es el punto que buscamos abordar. Debemos enmarcar el análisis en el contexto en curso en Venezuela, en el marco de una transición, donde la relación entre el Estado y la sociedad civil toma rasgos específicos. Rauber analiza esta articulación de la siguiente manera: “El Estado –en manos de representantes del poder popular emergente- resulta un instrumento clave para impulsar –junto con el gobierno- cambios radicales (…), para ello resulta vital la articulación de sus espacios de poder (y del poder de estos espacios) con el poder que se ha ido construyendo y que se construye desde abajo por los sectores populares organizados.” (Rauber, 2012; 186) Buscamos analizar las relaciones entre los nuevos espacios de organización y participación popular y las instituciones estatales donde también puede expresarse el proceso de crecimiento de poder popular. “La revolución bolivariana se decide por la manera en que pueda articular la voluntad de Chávez y el Estado con la movilización del pueblo, con las instituciones surgidas desde el llano social.” (Acha, 2007; 34) Aquí reside un aspecto nodal de los CC, y es que, a diferencia de lo que afirma Acha en esta cita, no surgieron “desde el llano social” sino que fueron creados desde el Estado, elemento que como veremos tiene influencia en sus relaciones con las instituciones estatales. Los CC en el marco del proceso de la Revolución Bolivariana están insertos en la institucionalidad dominante, no son una experiencia de resistencia contra la institucionalidad en curso sino parte del proyecto político del bloque histórico chavista –del cual señalaremos las

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particularidades más adelante- y los vínculos entre ambos espacios pueden tomar diferentes formas. Para pensar estas posibles articulaciones en esta etapa, utilizamos la distinción de Mazzeo sobre “formas blandas” y “formas duras¨ de poder popular, como guías para este análisis. En el primer caso se trata de una situación donde aparece una subordinación de los espacios de organización y participación popular respecto de las instituciones estatales quienes son las que definen los objetivos y los caminos de desarrollo. El campo de acción aparece limitado tanto en su presente como en su perspectiva, quedando restringido a no incidir en aspectos cada vez más amplios y estratégicos –por ejemplo en discusiones sobre el uso los recursos naturales o la distribución de la riqueza-. Aparece así una relación de dependencia hacia las instituciones estatales, y de subordinación en caso de no contar con niveles mínimos de autonomía en el plano económico y político. Esto también es analizado por Chaguaceda al estudiar el caso de Cuba donde señala esta forma como: “Un modelo denominado «conducido por el Estado», caracterizado por el protagonismo de este, que administra el bienestar ciudadano y deviene virtualmente el único proveedor de servicios sociales, mientras que la sociedad civil solamente se encarga de identificar necesidades y las asociaciones se subordinan a la planeación estatal.” (Chaguaceda, 2008; 16) En el segundo caso espacios de organización y participación popular no son concebidos como auxiliares de las instituciones estatales, esto significa según Rauber, que: “No están solo para aceptar, apoyar, convalidar o materializar (ejecutar) ideas y decisiones, sino ante todo para protagonizarlas. Esto quiere decir: participar del proceso de elaboración y toma de decisiones y de la realización posterior de las mismas, compartiendo responsabilidades.” (Rauber, 2012; 186) Esto implica dos aspectos, en

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primer lugar, el campo de acción, cuyo desarrollo apunta a ir asumiendo progresivamente el manejo de las áreas de actividad social más importantes y a asumir funciones políticas y no solo tareas económicas y administrativas. En segundo lugar, la idea de la autonomía, tanto en aspectos económico (no depender enteramente del financiamiento estatal para poder funcionar) como en políticos. Aquí es importante resaltar que la autonomía en este marco histórico puede y debe funcionar junto a la cooperación con las instituciones estatales, siendo la autonomía un resguardo frente a posibles cambios en aspectos económicos o políticos. Por ejemplo en el primer caso podemos pensar que sucediera un cambio de gobierno o un cambio de actores dentro de las instituciones estatales, hecho que llevaría a dejar de transferir recursos hacia las nuevas instituciones, que si no contaran con un nivel mínimo de autonomía se quedarían sin recursos económicos. En el aspecto político pensamos por ejemplo en un desacuerdo frente a una decisión del gobierno o una política de Estado, donde, si existiera autonomía en el espacio de organización y participación popular, éste podría manifestarse en contra, expresar el desacuerdo públicamente. De esta manera, pueden aparecer situaciones de cooperación en el caso de un funcionamiento basado en una relación de incentivo por parte de las instituciones estatales junto con un respeto por la autonomía de las nuevas instituciones y la apertura a su mayor incidencia en campos de acción cada vez más grandes –decisiones sobre políticas públicas de mayor tamaño o sobre aspectos ligados a decisiones sobre aspectos nodales como el petróleo, leyes, defensa armada, formación política-. También pueden aparecer relaciones conflictivas, donde las nuevas instituciones frente a una posible cerrazón por parte de las instituciones estatales de proporcionar recursos, respetar la autonomía o por estar en desacuerdo con alguna medida decidan por ejemplo recurrir a la movilización.

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Una vez establecidas las coordenadas conceptuales podemos avanzar sobre la metodología a través de la cual desarrollaremos esta investigación.

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CAPÍTULO II Consideraciones metodológicas. Este trabajo fue realizado a partir del análisis de fuentes secundarias y primarias. En ese sentido, fueron materiales de análisis diferentes leyes -la Ley Orgánica de los Consejos Comunales como las diferentes leyes que dan cuenta de la perspectiva de los CC-, entrevistas -realizadas por un grupo de investigación en el cual me vi involucrado-, y estudios realizados sobre los CC. Las entrevistas seleccionadas para este trabajo fueron realizadas en el año 2010 ya que en ese momento se sanciona la Ley Orgánica de las Comunas, la cual incentiva a que los CC se disuelvan en la conformación de las “Comunas”. De esta manera, realizaremos una investigación descriptiva y no causal: “Describir consiste, en parte, en inferir información sobre hechos no observados a partir de aquellos que si se han contemplado. Otro aspecto de su capacidad para distinguir lo que tienen de sistemático y no sistemático los hechos observados”. (King et al.: 2005; p.45) Para llevar adelante esta investigación, tomamos tres CC e indagaremos si en estos se desarrollan elementos de popular. En caso de que se desarrollen, nos preguntaremos si a partir de los mismos, es posible la construcción de poder popular y por tanto, qué tipo de poder popular podría estar en curso, con miras a pensarlos en las posibles perspectivas de la Revolución Bolivariana: “Hay acontecimientos concretos que pueden tener un interés intrínseco: suscitan nuestra curiosidad y si fueran condiciones previas para que tuvieran lugar acontecimientos posteriores quizás fuera preciso conocerlas para comprender dichos conocimientos” (King et al.: 2005; p.47). Por último, indagaremos la relación entre los Consejos Comunales y las instituciones estatales. Es decir indagaremos sobre:

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1. Los CC como el inicio de la conformación de una nueva institucionalidad 2. El tipo de participación que se da en los CC. 3. Los tipos de valores que priman al interior de los mismos 4. Sus campos de acción. 5. Los tipos de relaciones que se construyen entre los CC y las instituciones estatales.

Los CC que tomamos para este trabajo son tres: El consejo comunal Explosión Campesina, el consejo comunal Luchemos por la verdad y el consejo comunal Cuicita. Todos comparten las características de estar ubicados en el Estado de Zulia, cuya gobernación y alcaldía están gobernados por la oposición al chavismo. Además, los tres casos están situados en zonas de bajos recursos. De los tres consejos, dos –Luchemos por la Verdad y Cuicita- están ubicado en zonas urbanas, en barrios populares de la capital del estado Zulia, Maracaibo. En cambio el caso de Explosión Campesina está situado en una zona rural, cercana a Maracaibo. Esta última decisión se debe a la intensión de incluir un caso con características territoriales diferentes, de modo de poder establecer comparaciones entre distintos tipos de experiencias. Acerca de las limitaciones de este trabajo podemos señalar que no es posible dar cuenta –por no contar con las fuentes necesarias- de la dinámica de las instituciones estatales, información que sería necesaria para profundizar en las relaciones con los CC y las instituciones estatales ya que pensamos que dichas relaciones podrían tomar diferentes dinámicas según qué sectores del chavismo estén ocupando las instituciones estatales. Sin embargo, analizaremos el modo en que los propios actores en estudio,

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conciben los vínculos con dichas instituciones. Otra dimensión que no nos es posible abordar en este análisis, es una descripción detallada del perfil sociodemográfico de los entrevistados. Señalamos también que, dado que se trata de una experiencia de vasto desarrollo –el número de 30 mil CC formados en los tres primero años y la dinámica del proceso venezolano permite pensar que se han seguido multiplicando estas experiencias-, su abordaje a partir de tres casos sólo puede brindar algunos ejes de descripción y análisis, a partir de los cuales continuar profundizando el estudio. Otra limitación que nos resulta importante presentar, es que las voces con las que contamos en las entrevistas son las de voceros, los que le confiere la particularidad de ser personas con responsabilidades dentro del consejo comunal, de ocupar un lugar diferencial al resto de los participantes. Por último, al finalizar el trabajo incluimos un anexo con las citas de todas las entrevistas. Luego de haber expuesto las consideraciones metodológicas de este trabajo, presentaremos un recorrido por los antecedentes históricos de Venezuela y por algunos aspectos centrales de la Revolución Bolivariana, para comprender el contexto en el cual surgen los CC.

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CAPÍTULO III Marco histórico para el análisis de la experiencia de los consejos comunales.

III. I. Antecedentes del Caracazo (1958-1989). La historia venezolana está estrechamente ligada al petróleo, desde que se descubrieron los grandes yacimientos petrolíferos a principios del siglo XX, el país se convirtió en uno de los mayores exportadores de petróleo del mundo. En ese camino, el Estado cumplió un rol central en la acumulación, sobredeterminado por el peso de la renta petrolera, como señala Denis: “Mientras que en el sistema capitalista el Estado es un instrumento de las clases pudientes para garantizar la acumulación de capital (…) en Venezuela se convirtió en el lugar de la acumulación capitalista porque la renta petrolera es la única fuente de ingresos reales de este país. Todos los que se movían dentro del Estado se convirtieron en meros componentes del sistema de acumulación.” (Denis, 2006; 6) Se conformaron entonces los rasgos centrales del Estado venezolano, un Estado que: “(…) a través de su historia económica monoproductora de petróleo favoreció la desproporcionada importación, el abandono de las tierras y el éxodo rural a las grandes ciudades, conformando eso que hoy son llamados los ‘barrios’. Nacieron entonces las zonas de extrema pobreza.” (Pérez Pirela, 2008; 11) Esto dio lugar a un modelo centrado en la renta petrolera y su consecuente dependencia hacia Estados Unidos, dando lugar a una configuración donde “las empresas extranjeras, la burguesía local y el Estado se imbricaron a través de una compleja relación donde la porción –cada vez mayor- de la renta petrolera apropiada por el Estado era derivada, en parte, a través de caminos indirectos hacia las empresas privadas.” (Stratta y Nicanoff, 2006; 6)

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En términos políticos, el país comenzó su tránsito hacia la democracia formal el 23 de enero de 1958, con la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez. Ese año se realiza el Pacto de Punto Fijo; “un acuerdo de unidad de cooperación” firmado entre Acción Democrática (AD) –de tendencia socialdemócrata-, el Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI) –de tendencia socialcristiana- y Unión Republicana Democrática (URD). Este pacto representó la fundación, a partir del 31 de octubre de 1958, de un bipartidismo fundado en la alternancia del poder y encabezado por los dos primeros partidos citados, que se extiende hasta 1998, creando las estructuras políticas y sociales dominantes hasta la irrupción del Caracazo: “La clave residía en la cohabitación de cuadros de ambas estructuras

dentro del aparato estatal,

independientemente de quién gobernara, para garantizar el acceso común al reparto establecido a través del patronazgo –utilización del empleo público con fines políticosy a una amplia red de entrega de planes de vivienda, alimentos subvencionados por el Estado, becas, subsidios y una diversa gama de mecanismos clientelares. Esos mecanismos sólo podían ser financiados por medio del reparto de la renta petrolera, lo cual articulaba a los funcionarios de los partidos mayoritarios con los grupos económicos extranjeros y locales asentados en Venezuela.” (Stratta y Nicanoff, 2006; 14) El pacto estableció la alternancia en el poder de los partidos firmantes, excluyendo al Partido Comunista de Venezuela y requirió e implementó la condena/eliminación de toda forma de organización de las clases subalternas que estuvieran por fuera de los mecanismos de controles clientelares del Estado. Thwaites Rey al referirse a las décadas neoliberales en América Latina –instaladas en los años ochenta y profundizadas en los noventa- acerca de la subordinación de los Ejecutivos de los Estados nacionales, ilustra la situación de ese largo período venezolano: “Porque si los Parlamentos deben limitarse a aceptar y

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aprobar lo que envía el Ejecutivo y este acota su papel a transmitir las exigencias externas, no hay lugar alguno para la acción política democrática en los términos clásicos de funcionamiento institucional. Los partidos se vacían así de todo sentido de trascendencia y quedan convertidos en meras agencias de colocaciones de empleo público.” (Thwaites Rey, 2011; 27) Este cuadro político de cerrazón a las posibilidades de organización y participación popular, de deslegitimación del sistema político institucional, de la ausencia de canales institucionales, de deslegitimación de partidos políticos y gremios, sucedió mientras se profundizaba el éxodo rural, la sobrepoblación urbana, y los cinturones de pobreza, donde: “una parte mayoritaria de la población no solamente era pobre, sino que además vivía sin las garantías sociales e institucionales mínimas para subsistir (…) La devaluación de la moneda y la caída de la economía –refiriéndose a la década del ochenta- mostraron, de manera más clara, la dimensión de la corrupción existente.” (Pérez Pirela, 2008; 23)

III. II. El Caracazo y los levantamientos militares (1989-1992). El Caracazo fue una revuelta popular de carácter nacional que sucedió el 27 de febrero de 1989, desencadenada frente al anuncio de un nuevo paquete de medidas neoliberales -endeudamiento externo bajo control del FMI, liberalización del mercado, incremento de las tarifas de los servicios públicos, privatización de las empresas estatales, aumento del precio del combustible- que buscaba aplicar el gobierno del presidente Carlos Andrés Pérez. Este anuncio generó la movilización de las clases subalternas que salieron a ocupar las calles de las principales ciudades del país, encontrando como respuesta del gobierno una represión que dejó un saldo de miles de muertos. El Caracazo apareció como una revuelta sin una conducción ni un proyecto

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político claro, pero puso en evidencia a través de la acción masiva de las clases subalternas, según Stratta y Nicanoff, la existencia de una crisis orgánica: “en este sentido, la rebelión pone de manifiesto la crisis de dominación de la oligarquía venezolana y su imposibilidad de encarnar la representación del interés común de la sociedad.” (Stratta y Nicanoff, 2006; 23) Esta crisis -crisis, en el sentido desarrollado por Gramsci, donde lo viejo no muere y lo nuevo no puede nacer, donde está cuestionada la relación entre el Estado y las masas- abrió en Venezuela un campo de disputa hegemónica con dos elementos que son necesarios recalcar. En primer lugar como señala Pérez Pirela: “El Caracazo generó no solo una fractura a nivel del gobierno de aquella época, sino sobre todo en el Estado y la percepción que los venezolanos tenían (y tendrían) de él. (…) Si bien es cierto que el gobierno de Carlos Andrés Pérez se vio mermado y herido de muerte, también el Estado terminó por ser considerado sin más como un Estado represor. Ese Estado que ya existía en el imaginario venezolano como corrupto e ineficiente (y opresor de movimientos alternativos foráneos a los partidos de puntofijismo), durante el Caracazo desplegó sin mediaciones su poder contra el pueblo.” (Pérez Pirela, 2008; 11) En segundo lugar que esta crisis abierta a partir de 1989 tuvo como elemento central “(…) una constante movilización. Una oleada de protestas tan intensas que su promedio supera dos movilizaciones diarias (…) a la vez que el repertorio de la lucha de clases subalterna incorpora un crecimiento de las protestas violentas, sobre todo entre el Caracazo y la llegada de Chávez al gobierno.” (Stratta y Nicanoff, 2006; 25) Una irrupción en el Caracazo que se extiende, contrastando con las décadas anteriores, dando lugar a una movilización que aparece como elemento fuerte para comprender los hechos venideros.

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En 1992 aparece el segundo hecho central del ciclo previo a la victoria electoral de 1998: los dos intentos de golpe de Estado en febrero y noviembre, encabezados por militares que conformaban el Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR-200). El golpe que en horas de la mañana asaltaba el palacio de gobierno, fue encabezado por jóvenes oficiales descontentos políticamente –entre los cuales se encontraba Hugo Chávez que apareció como una figura pública del hecho- , con fuertes cuestionamientos al rol de violenta represión llevado a cabo por el ejército (y la guardia nacional) durante el Caracazo. Pérez Pirela analiza este hecho de la siguiente manera: “Más allá de atacar el gobierno de turno, se trata de mermar un sistema estatal desgastado, corrupto e ineficiente. De hecho, no es casual que siete años más tarde, cuándo Hugo Chávez llega por vía democrática a la Presidencia, él mismo llama rápidamente a una Constituyente para reestructurar el alma misma del Estado venezolano.” (Pérez Pirela, 2008; 12) Así surgieron estos levantamientos mientras la movilización popular continuó su desarrollo, formando: “Un campo de organizaciones y de espacios de ejercicio de poder popular en múltiples ciudades, que presiona por el protagonismo colectivo e horizontal del pueblo al mismo tiempo que exige la marca de su propia insurrección de orden popular y masivo.” (Denis, 2011; 29) Estos dos elementos fueron confluyendo hasta el triunfo de Chávez en 1998, como afirma Iturriza: “El 27 de febrero del 1989 puso al descubierto el profundo antagonismo que dividía –y continúa dividiendo- a la sociedad venezolana, el 4 de febrero del 1992 aportó a los sujetos sociales de 1989 un liderazgo nacional que los partidos políticos de izquierda habían sido incapaces de asumir. Además, contribuyó decisivamente a la conformación de un discurso anti status quo que agudizaría el antagonismo preexistente.” (Iturriza, 2007; 8)

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III. III. Triunfo de Hugo Chávez: el inicio de la Revolución Bolivariana (1998). El 6 de diciembre de 1998 Chávez obtiene el triunfo en las elecciones con el 56% de los votos, cerrando de esta manera el ciclo abierto con el Caracazo y abriendo el ciclo de la llamada Revolución Bolivariana. Esta victoria es analizada por Stratta y Nicanoff de la siguiente manera: “Lo que coagula en las elecciones de diciembre es un proceso lento, subterráneo, de recomposición desde debajo de organizaciones de base que, a través de un trabajo territorial y local muy importante, generaron un acervo de prácticas democráticas, participativas y comunitarias. (…) En definitiva, lo que asoma detrás del triunfo popular de la coalición liderada por Hugo Chávez Frías es aquel germen de proyecto propio de los sectores populares que había comenzado a esbozarse una década atrás.” (Stratta y Nicanoff, 2006; 31) La primera medida llevada adelante es la nueva Constitución, que, aprobada por referendo con el 71,78% de los votos en 1999, inaugura la V República, dejando atrás la IV República, proponiendo terminar con ese Estado cuestionado y deslegitimado masivamente a partir del Caracazo. Este proceso de construcción de una nueva Constitución también se da en períodos cercanos en Bolivia y en Ecuador y tiene el carácter de la búsqueda de “un proceso de refundación del Estado y sus instituciones que garantizara mayor control y participación popular.” (Coelho et al, 2011; 74) Este proceso refundacional aparece en Venezuela teniendo a la Constitución como la cristalización de una nueva correlación de fuerzas entre los sectores populares y las clases dominantes, correlación que venía teniendo como escenario la movilización y que se encuentra expresada institucionalmente en este paso. La nueva Constitución como un “(…) sustrato jurídico, político y social para abrir paso a una nueva institucionalidad, engendrada embrionariamente en los proceso de luchas sociales” (Rauber, 2012; 198) introduce un cambio sustancial, la noción de

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“democracia participativa y protagónica”, y desde el preámbulo aparece la voluntad –que se expresará luego en diferentes iniciativas- de transferir poder del espacio estadal y municipal a la comunidad organizada: “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directamente o por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, tanto individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica.” (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 1999; artículo 62) La constitución abre la posibilidad de nuevas formas de participación – ya no se limita a los términos de elector en un referéndum- que involucran una participación en forma permanente, en procesos de planeación y gestión, toma de decisiones sobre asuntos de la comunidad. Esto que aparece como la posibilidad de participación más directa y cotidiana, tendrá su herramienta para su efectiva construcción a partir de lo que analizaremos más tarde, los CC, cuya ley de creación data del 2006. La segunda medida central tomada por el gobierno sucede en septiembre del 2001: la emisión de 49 leyes habilitantes decretadas por Chávez, que desarrollan entre otros aspectos un inicio de reforma agraria, la garantía de soberanía sobre el petróleo, la protección de la pesca artesanal, el ordenamiento sustentable del litoral, la responsabilidad social de las entidades financieras y el impulso al cooperativismo. De esas leyes, tal vez las dos que mayor conflicto generaron fueron la Ley Orgánica de Hidrocarburos, destinada a otorgar mayores facultades al Estado venezolano en la administración de los recursos petroleros, para de esta manera limitar la apertura iniciada en este sector a partir de los años 90, con la que se favorecía el saqueo de los

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recursos en detrimento del bienestar de la población. Es decir que el Estado se entrometía en la empresa PDVSA, empresa creada luego de la nacionalización del petróleo por Carlos Andrés Pérez en 1976, empresa que había tomado “(…) rasgos de una suerte de Estado dentro del Estado.” (Stratta y Nicanoff, 2006; 18) La otra ley que desencadenó la violenta reacción de la oposición que tendrá lugar entre el 2001 y el 2002 con el paro petrolero y el intento de golpe de Estado, fue la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario, dirigida a eliminar el latifundio y a promover una justa distribución de la riqueza en cuanto a la tenencia y uso de tierras, y el desarrollo de la actividad agraria. Así, en los primeros años del gobierno liderado por Chávez podemos ver un doble movimiento. Por un lado la recuperación en manos del Estado de los resortes claves de la economía que hacen a la soberanía nacional como son los recursos naturales, en particular la tierra y el petróleo, este último, motor de la economía y la configuración histórica del Estado y los partidos políticos. Por otro lado, la apertura a la participación popular, plasmada en la Constitución, participación y movilización que es la fuente de la llegada del chavismo al poder y que de esta manera queda cristalizada en la refundación del Estado de la V República. Así, lo remarca Thwaites Rey: “(…) la recuperación de los recursos naturales estratégicos, redistribución de la renta petrolera, reforma agraria y desarrollo endógeno” y “a partir de las reformas constitucionales, generar un nuevo tipo de participación popular desde abajo.” (Thwaites Rey, 2011; 31)

III. IV. Organización y movilización popular (1998-2006). En los años 2002 y 2003 se dan los intentos por parte del bloque opositor al chavismo –un bloque con actores cambiantes a lo largo del proceso pero que conserva siempre a una parte de la burguesía ligada al petróleo, la oligarquía, parte de las clases

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medias y la clase alta-, intentos que utilizan métodos centrados en la desestabilización callejera violenta. Es de resaltar que las respuestas y los desenlaces de la Revolución Bolivariana frente a estos intentos, se encontraron en gran medida en las acciones emprendidas por el pueblo movilizado. Como señala Guerrero: “La historia, cuando está determinada por las masas oprimidas, suele dar alguna sorpresa. En vez de otra derrota como la chilena, Venezuela vivió 48 horas de insurrección social que paralizó el frágil poder establecido por el golpismo en Miraflores. Ese acontecimiento impactó en las Fuerzas Armadas, avanzó sobre la desmoralización y retracción de la clase media y le dio aliento a un sector del Ejército y la Fuerza Aérea para actuar a favor del gobierno depuesto.” (Guerrero, 2006; 6) De la misma manera, las razones expuestas para explicar las derrotas del golpe hacen hincapié en la movilización popular: “Si el desenlace es otro que el dictaminado por el manual que la CIA aplicó en Chile en 1973, se debe fundamentalmente a tres factores: la movilización de masas, que se incrementa hora tras hora a pesar de la represión; el accionar de buena parte de las Fuerzas Armadas que, enfrentadas a la posibilidad de ser instrumento de un nuevo genocidio, se rebela contra el golpe; y la firmeza de Chávez que se niega a avalar la asonada convalidándola con su renuncia.” (Stratta y Nicanoff, 2006; 37) Esta característica de movilización –al igual que las décadas de aplacamiento de la organización popular en el período del Pacto de Punto Fijo- debe ser tenida en cuenta a la hora de pensar el desarrollo tanto de las diferentes iniciativas de organización y participación como del rumbo que pueda ir tomando el proceso de la Revolución Bolivariana en cada uno de sus pasos. “Ciertamente, las diversas coyunturas políticas por las que ha atravesado el país desde 1999, y en particular aquellas de los años 2002 y 2003, han precipitado la

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radicalización revolucionaria del proceso. Pero esta precipitación no ocurre de manera inexorable, a la manera de un fenómeno natural que obedece a determinadas leyes: el cielo encapotado anuncia tempestad. Son precisas las fuerzas sociales y políticas que susciten esta tempestad. Por esto, lo correcto sería afirmar que si la radicalización del proceso ha ocurrido, es principalmente en razón del protagonismo democrático y popular, la permanente movilización de calle y la defensa decidida del mismo proceso.” (Iturriza: 2007; 10) Esta movilización señalada es acompañada por un proceso de organización popular como lo indica Denis: “comienzan a multiplicarse geométricamente los espacios organizados del movimiento popular. (…) el espacio abierto y de base del “movimiento bolivariano”, repartido entre: los “círculos bolivarianos”, los primeros poderes populares de base, experiencias alternativas de comunicación, el nacimiento lento pero constante de un nuevo movimiento obrero y campesino, etc.” (Denis, 2011; 31) De esta manera para la fecha del 2002: “Los Círculos Bolivarianos eran el principal organismo social de agrupación de luchadores bolivarianos. Antes del golpe decenas de miles se organizaban en unos 1.500 círculos, después del golpe centenares de miles de militantes los nutrieron hasta convertirlos en la principal herramienta de lucha en los barrios, oficinas y algunas fábricas. Esta prueba –refiriéndose a las campañas mediáticas contra las organizaciones- se repitió en 2004 contra tres nuevos organizamos emergidos en el proceso revolucionario: el Movimiento Campesino Ezequiel Zamora, los Batallones de militancia barrial y obrera que llevaron adelante la campaña de referéndum ese año y la Unión Nacional de Trabajadores aparecida en 2004 y convertida en pocos meses en la vanguardia proletaria del país. Desde 2006 la batalla se ha centrado en otros organismos sociales de lucha, como los Comités de Agua, los

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Comités de Tierra Urbana, los Comités de Salud en fábricas, y sobre todo contra el más importante y extendido: el Consejo del Poder Popular.” (Guerrero, 2009; 9) Esto da cuenta de una multiplicación de espacios de organización, de participación popular, sustento cotidiano de la movilización, un proceso de organización que venía conformándose al poco del Caracazo pero que se profundiza a partir del triunfo de Chávez en 1998. Esto ocurre porque las condiciones para la organización son favorables –disminución de la represión estatal por ejemplo- pero también y en buena medida porque existe un impulso desde el Estado –como vimos con la nueva Constitución- para promover instancias de organización y protagonismo popular. Así es advertido por Cieza: “Es indudable que hay bolsones de organización popular de nivel muy avanzados, pero estos están fuertemente localizados en barrios, fábricas o localidades pequeñas. (…) En realidad, las únicas organizaciones populares venezolanas de alcance nacional son las promovidas desde el Estado.” (Cieza, 2011; 118) Esta indicación sobre las características de las diferentes organizaciones en Venezuela resulta central para nuestro análisis -en esta cita Cieza hace referencia a los CC- porque permite dimensionar la magnitud de los impulsos de organización gestados desde el Estado, así como las limitaciones de las organizaciones surgidas “desde abajo” (Rauber, 2012; 125), lo que en otros términos es también una muestra de la poca experiencia organizativa del pueblo venezolano, inexperiencia que será un punto de partidas a la hora de la conformación de CC.

III. V. Organización y participación impulsada desde el Estado. Existe desde el inicio de la Revolución Bolivariana la búsqueda de generar diferentes espacios para fomentar la organización y la participación popular, podemos nombrar por ejemplo el caso de los consejos locales de planificación pública a partir del

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2001 hasta el 2006, los círculos bolivarianos entre el 2001 y el 2002, los comités de tierras urbanas y comités de tierras rurales en el 2003, las misiones sociales a partir del 2003, las mesas técnicas de agua en el 2003, las mesas técnicas de energía en el 2004 y las unidades de batalla electoral en el 2005. En términos generales estas experiencias tuvieron gran aceptación en sus inicios y luego decayeron como indica una investigación: “comparten el haber experimentado un similar proceso de desarrollo caracterizado por una primera etapa de apogeo y apropiación por parte de las comunidades y una segunda etapa de declive o debilitamiento.” (Evans, 2009; 39) Pero no es el caso en todas las experiencias, por ejemplo los comités de tierras urbanas o las misiones sociales siguen funcionando hoy en día, y algunas de estas experiencias son importantes por lo generado y como antecedentes de los CC. Antes de detenernos en dos de estas experiencias –los consejos locales de planificación pública y las misiones sociales- es importante indicar como: “Bajo el gobierno del presidente Chávez se inicia una profunda reformulación de instituciones y estructuras para habilitarlas como entidades promotoras y conductoras de la participación de la comunidad.” (López y Martínez, 2011; 99) Para dar sustento e impulso a lo trazado en la Constitución, en el año 2001 se aprueba la Ley Orgánica de Planificación, donde en el artículo 27 se introduce la figura de los Consejos Locales de Planificación Pública que tendrán la función de “asegurar la coordinación y participación social en la elaboración y seguimiento del Plan Local de Desarrollo y asegurar que los mismos estén debidamente articulados con los planes estatales de desarrollo.” (Ley Orgánica de Planificación, 2001; artículo 27) Estas instancias de participación prometían la participación de la comunidad en la elaboración de los planes de desarrollo a nivel municipal, y bajo esta figura estaba planteado que la comunidad

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podía participar de la planificación pública presentando proyectos, elaborados y discutidos por la propia comunidad reunida en Asamblea. Sin embargo, estas experiencias presentaron limitaciones como es indicado aquí: “A pesar de que la comunidad organizada podía participar bajo el esquema jurídico de los consejos locales de planificación pública, lo cierto es que estos no eran de la comunidad, sino un medio para que la comunidad participara. Mantenían la estructura de división de poderes, dándole preeminencia a las autoridades definidas por el sistema delegativo.” (López y Martínez, 2011; 100) Y, sumado a este carácter mencionado, es decir no poder conformarse en instituciones propias de la comunidad, estas experiencias contuvieron el problema que también recorrerá los CC y del cual intentamos dar cuenta, esto es, las relaciones con las instituciones estatales, como bien indica Evans: “(…) la concepción prevaleciente entre funcionarios de la Alcaldía según la cual la organización, instalación y funcionamiento de los consejos locales de planificación pública debería ser conducida desde los niveles institucionales hacia las comunidades, y no a la inversa, agravio que impedía un proceso más democrático y participativo que contemplara las inquietudes y demandas de las comunidades.” (Evans, 2009; 43) La segunda experiencia que ofrece herramientas para comprender los CC es la de las misiones sociales, como estrategias masivas orientadas a garantizar los derechos fundamentales a la población, saldar la enorme deuda social, con un formato de atención a problemas sociales prioritarios en las áreas de educación, salud, alimentación, trabajo y vivienda. Podemos citar por ejemplo la Misión Barrio Adentro, de atención primaria gratuita, y Misión Barrio Adentro II y III que profundizan en un servicio de salud integral gratuito, la Misión Robinsón de alfabetización, Misión Robinsón II de educación básica, la Misión Ribas de educación media y Misión Sucre de educación superior, Misión Mercal de comercialización de productos básicos para

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garantizar la seguridad alimentaria, y Misión Hábitat de vivienda. Esta iniciativa es concebida no sólo como una respuesta a estas demandas sino que tiene dos rasgos centrales: -

el impulso a la organización y participación popular

-

la construcción de las misiones sociales de forma complementaria a la institucionalidad estatal, pero también por fuera de la misma.

Hasta ese momento, no todas las iniciativas estaban atravesadas por esa concepción, tal como es remarcado en la investigación de Evans: “Por otro lado, tal como lo señala (El Troudi), el asistencialismo adoptado durante los primeros años de Revolución puede ser en parte atribuido al sublime deseo de ayudar a las personas de forma contingente y a la inexperiencia del gobierno. Una muestra de las medidas asistencialistas que se adoptaron durante ese período es el Plan Bolívar 2000, el cual distribuyó lentes a la población y arregló las escuelas deterioradas pero con la debilidad de no dejar saldos organizativos y no permitir que la gente fuera protagonista en la edificación de las soluciones a sus necesidades, “es decir (…) soluciones con paños fríos sin apuntar a las raíces de las dificultades”.” (El Troudi, citado por Evans, 2009; 60) Esta nueva iniciativa, de alcance nacional y masivo, marca una búsqueda de ruptura con una concepción asistencialista, poniendo en un plano principal de las misiones sociales el objetivo de fomentar y profundizar la participación activa y protagónica de las comunidades apuntando, a que comiencen a organizarse en caso de no estarlo. De esta forma el protagonismo está direccionado a las comunidades y movimientos populares, ideados como actores centrales para la ejecución y el seguimiento de esta iniciativa. Se busca así promover la organización y la participación popular a la vez que reconociendo las diversas organizaciones locales existentes en el

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territorio los círculos bolivarianos y diversos movimientos sociales como actores con los cuales llevar adelante las misiones sociales. Así desde el Estado se reconoce –al igual que se hará al conformarse los CC- las formas de organización popular ya existentes en los territorios lo que puede indicar una concepción que permite cierta autonomía de estos espacios al integrar actores que no guardan una ligazón directa con las instituciones estatales. El otro aspecto central de las misiones sociales es su relación con las instituciones estatales. Podemos señalar en este punto varios motivos posibles de las razones de esta construcción novedosa. En primer lugar, como señala Pérez Pirela: “La burocracia e ineficiencia del Estado hubiera hecho imposible la puesta en práctica de método de educación que, en pocos años, aplacara el problema del analfabetismo o muertes por enfermedades curables en los barrios más desfavorecidos.” (Pérez Pirela, 2008; 13) Es decir que al seguir existiendo las estructuras estatales burocráticas e ineficientes, la manera de lograr llevar a cabo las misiones sociales fue buscar conferirles un carácter extra-institucional: “En este sentido, podían ofrecer la oportunidad al gobierno de prefigurar el funcionamiento de un nuevo Estado desburocratizado en cuanto a sus capacidades de respuesta, comprometido con sus funciones sociales, y abierto a incorporar las líneas estratégicas del gobierno en sus estructuras y acciones.” (D’Elia, 2006; 208) De esta manera las misiones sociales aparecen como un intento de generar organización y participación popular que es analizado por Denis como una búsqueda de generar lo que denomina un campo de poder anti-Estado, es decir que el pueblo avance en un proceso de empoderamiento que si bien es impulsado por las instituciones estatales se busca que tenga autonomía respecto a ellas: “Por ejemplo, las Misiones en sus inicios –luego se institucionalizan muchísimo- tenían explícitamente una intención

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de forjar un campo de poder Estado anti-Estado, anti-burocrático. Es decir que la gestión de gobierno esté en manos de los movimientos populares.” (Denis citado por Guerrero, 2009; 141) Aquí aparece nuevamente la tensión que recorre, como en los consejos locales de planificación pública, estas experiencias diseñadas desde el Estado, aun sabiendo las particularidades del Estado venezolano, donde la relación entre el espacio de organización y participación popular y las instituciones estatales oscila entre el apoyo con impulso a un mayor desenvolvimiento –cooperación entre las dos partes- y el apoyo que asfixia la capacidad de iniciativa propia, de autonomía, -dependencia con rasgos de subordinación-. Podemos preguntarnos acerca de cual era la intención de la conformación de las misiones sociales como un ámbito de carácter extra-institucional, es decir, sabiendo la imposibilidad de lograr el impacto logrado llevando a cabo las misiones sociales a través de las instituciones estatales –por su carácter en gran parte corrupto e ineficiente-, podemos preguntarnos acerca de la perspectiva de estas iniciativas. Es decir, la valoración de Denis puede ser justa pero deja abierto el interrogante acerca de si por ejemplo el proyecto de las misiones sociales era avanzar en un campo de construcción con autonomía del Estado con miras a profundizarse, o trabajar en forma de complementariedad como en el caso de los consejos locales de planificación pública –aunque subordinada al ser “el último eslabón en la cadena de división territorial de poder” (López y Martínez, 2011; 102)-, o si por el contrario su carácter extra-institucional fue planificado de forma temporaria, esto sería, hasta lograr una modificación en las instituciones estatales para que logren desburocratizarse y ser el vehículo

de

las

transformaciones.

Aquí

es

necesario

pensar

las

posibles

heterogeneidades entre las diferentes instituciones estatales entre si por un lado, y la el hecho que podrían darse desarticulaciones entre por ejemplo lo que es proyectado por el

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ejecutivo y lo que luego es realmente aplicado: “En Venezuela vemos cómo el estado se construye como contradicción, como espacio de disputa y campo de batalla, lo que se expresa en la desarticulación entre las políticas que impulsa Chávez y las que implementan los gobernadores y alcaldes” (Mazzeo, 2006; 52) . Esto se liga a lo que veremos en el apartado siguiente, que es la existencia varios actores dentro del chavismo. Para profundizar el análisis y adentrarnos en los CC, es necesario abordar el proyecto de lo que a partir del 2005 será denominado Socialismo del Siglo XXI, consigna que según Iturriza puede ser interpretada de la siguiente manera: “La consigna "socialismo del siglo XXI", formulada por Chávez en 2005, viene precedida de esta intensa, incesante y decidida movilización popular, nunca a la inversa. Si la consigna en cuestión es indicador de la radicalización del proceso, lo es en función de una radicalización previa, que ha sido protagonizada por el chavismo democrático, popular y revolucionario.” (Iturriza: 2007; 15)

III. VI. Principales características del “Socialismo del Siglo XXI”. Antes de marcar algunos elementos del denominado Socialismo del Siglo XXI, es importante tener presente que en el chavismo se desenvuelven varios actores, es decir que es un espacio en disputa como marca Iturriza: “es preciso asumir que en el chavismo se desenvuelven sujetos sociales de diversa procedencia, con demandas, agendas y objetivos específicos. En otras palabras, el pluralismo y la diversidad que están en la base de la conformación del chavismo, es también la precondición para que una o varias de estas particularidades pretendan asumirse como la cabeza de la totalidad del movimiento. Y no necesariamente la dirigencia del movimiento corresponderá a aquellos sujetos sociales que le apuestan a la radicalización democrática del proceso

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bolivariano.” (Iturriza, 2007; 13) Esta diversidad del chavismo debe ser tenida en cuenta para comprender luego la dinámica por ejemplo entre los CC y las instituciones estatales –por ejemplo para pensar qué actores del chavismo ocupan determinadas instituciones estatales- así como para no pensar que el proyecto del Socialismo del Siglo XXI es un proyecto cerrado sino que está en disputa a su vez entre lo que Iturriza denomina “chavismo democrático, popular y revolucionario” –que nombraremos en este trabajo como “chavismo popular” en contraposición a lo que podemos denominaremos “chavismo burocrático”. Luego del anuncio del proyecto socialista en enero de 2005, surgen las líneas para marchar hacia ese horizonte, líneas que en diciembre de 2006 quedan plasmadas en el Proyecto Nacional Simón Bolívar: Primer Plan Socialista de la Nación, que traza el camino hasta el 2013. Uno de los ejes del proyecto es la “democracia protagónica revolucionaria”, democracia que es planteada como aquella donde el poder popular es intransferible y se ejerce de manera directa a través de la comunidad: “El cambio debe estar orientado a poner de relieve los elementos en común, que permitan construir una comunidad, no individuos aislados y egoístas atentos a imponer sus intereses a la comunidad, a esa entidad –la comunidad- a la que se le entrega todo el poder originario del individuo, lo que produce una voluntad general en el sentido de un poder de todos al servicio de todos (…). Dado que la soberanía reside en el pueblo, éste puede por sí mismo dirigir el Estado sin necesidad de delegar la soberanía popular (…). La soberanía popular reunida en la asamblea pública de ciudadanos (Asamblea Constituyente) única depositaria legítima del poder legislativo, la Soberanía no puede ser representada.” (Primer Plan Socialista de la Nación, 2007; 41-50) Aparece entonces en el proyecto una voluntad de profundizar la participación y el protagonismo popular, reflejado en dos iniciativas que le siguen. En primer lugar el

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anuncio de los 5 motores del socialismo que son la ley habilitante, la reforma socialista constitucional, moral y luces, la nueva geometría del poder y la explosión revolucionaria del poder comunal, donde Hugo Chávez otorga a los recientemente fundados CC –Ley de los Consejos Comunales aprobada en el 2006- no solamente la función de autogestión y resolución de los problemas de la comunidad, sino además el rol protagónico de servir de “(…) combustible de los cinco motores constituyentes” de cara a avanzar hacia el Socialismo del Siglo XXI: “Progresivamente, nosotros el poder constituido debemos ir transfiriendo poder político, social, económico y administrativo al poder comunal para que así marchemos rumbo al estado social y salgamos de las viejas estructuras del estado capitalista burgués, que lo que hace es frenar los impulsos revolucionarios.” (Chávez, 2007; 18) Aquí comienza a delinearse lo que Chávez concibe como el proyecto estratégico que debe ponerse en marcha, proyecto con un protagonismo creciente de lo que denomina el “poder comunal”, poder que tiene una de sus principales expresiones en los CC. Pero, como analizan López y Martínez “el aspecto más importante para poner en marcha el poder comunal era la reforma constitucional. En ese punto del proceso la Constitución de 1999 se convirtió en un freno para la profundización del bolivarianismo, porque conservaba la “estructura del Estado burgués” y mantenía la división tradicional de los poderes en el ámbito federal (Ejecutivo, Legislativo, Judicial, moral y electoral) y territorial (federal, estatal y municipal). Ello representaba una estructura limitante para que el pueblo pudiera ejercer el poder de manera directa y sin delegación.” (López y Martínez, 2011; 113) La reforma de la Constitución aparecía como un paso necesario para avanzar en este camino e incluía al poder popular como un nivel del poder público, un poder que se añadía al poder nacional, estadal y municipal.

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Aunque la reforma no fue aprobada en las elecciones –excede a este trabajo el análisis de la derrota en las elecciones-, aparecen plasmados formalmente los trazos del Socialismo del Siglo XXI, donde se plantea la profundización de un poder popular que en este proyecto es: “El ejercicio pleno de la soberanía por parte del pueblo en lo político, económico, social, cultural, ambienta, internacional, y en todo ámbito del desenvolvimiento y desarrollo de la sociedad, a través de sus diversas y disímiles formas de organización, que edifican el estado comunal.” (Ley Orgánica del Poder Popular, 2010; artículo 2) La definición aquí planteada de poder popular nos puede remite en parte a lo que Mazzeo denomina “formas duras” ya que su desarrollo no se limita a lo económico y administrativo sino que por el contrario la ley plantea avanzar hacia lo “(…) político, económico, social, cultural, ambiental, internacional” y plantea que la relación entre el poder popular y el poder público se da de la siguiente manera: “Los órganos, entes e instancias del poder público promoverán, apoyarán y acompañaran las iniciativas populares para la constitución, desarrollo y consolidación de las diversas formas organizativas y de autogobierno del pueblo.” (Ley Orgánica del Poder Popular, 2010; artículo 23) Aquí no aparece el poder popular como conducido desde las instituciones estatales –como sería una “forma blanda”- sino como promoción y apoyo en miras de un autogobierno popular con pilar en las diferentes formas de organización popular. Remarquemos como marcábamos en la iniciativa de los 5 motores que Chávez afirma la necesidad transferir poder desde el Estado al “poder comunal”, poder que estaría expresado y en conformación en las diferentes instancias de organización y participación popular. Podemos aquí pensar que aparece manifestada de esta manera la posibilidad un camino donde la expansión del poder popular debe sea promovido desde el Estado, quién a su vez debiera transferir poderes que le son propios,

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cediendo atribuciones y funciones, impulsado un mayor protagonismo y alcance del poder popular. Entre las diferentes instancias de poder popular, la Ley Orgánica del Poder Popular incluye como primer paso los CC, como espacio primero de organización, el primer paso de una nueva institucionalidad en miras de avanzar hacia lo que en el 2010 aparecerá como proyecto de la Comuna –Ley Orgánica de la Comuna- seguido de la Ciudad Socialista hasta llegar al Estado Comunal. Una vez establecidas las herramientas para comprender el contexto de surgimiento de los CC y el proyecto del cual forman parte, pasaremos a describir el marco normativo y diferentes puntos de vista sobre estas experiencias.

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CAPÍTULO IV

IV. I Ley Orgánica de los Consejos Comunales Antes de avanzar sobre el análisis de las entrevistas presentaremos lo que establece la ley sobre los CC: En el año 2006 surge la Ley de los Consejos Comunales que en el 2009 será remplazada por la Ley Orgánica de los Consejos Comunales. En la ley, los CC son definidos de la siguiente manera: “El consejo comunal, como instancia de participación, articulación e integración entre los ciudadanos, ciudadanas y las diversas organizaciones comunitarias, movimientos sociales y populares, que permiten al pueblo organizado ejercer el gobierno comunitario y la gestión directa de las políticas públicas y proyectos orientados a responder a las necesidades, potencialidades y aspiraciones de las comunidades, en la construcción del nuevo modelo de sociedad socialista de igualdad, equidad y justicia. (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; 13) La ley dicta que los CC deben conformarse territorialmente en el ámbito de una comunidad, entendida: “núcleo espacial básico e indivisible constituido por personas y familiar que habitan en un ámbito geográfico determinado vinculadas por características e intereses comunes; comparten una historia, necesidades y potencialidades culturales, económicas, sociales, territoriales y de otra índole” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; artículo 4) lo que se traduce en zonas urbanas en una conformación de 200 hasta 400 familias, en zonas rurales con alrededor de 20 y en regiones indígenas con unas 10 familias. Los CC deben surgir de Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, un espacio de participación planteado como abierto a la comunidad: “La Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas es la máxima instancia de deliberación y decisión para el ejercicio del poder comunitario, la participación y el protagonismo popular, sus

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decisiones son de carácter vinculante para el consejo comunal.” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales. 2009: 22) A su vez, la ley dicta que su estructura organizativa como consejo comunal tiene como base la forma asamblearia, y debe estar estructurado en tres órganos para su funcionamiento: En primer lugar, el “órgano ejecutivo” que es el que debe llevar a cabo las decisiones tomadas por la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas, órgano que se debe dividir en comités de trabajo sectoriales, de los cuales la ley indica una cantidad posible -15 en total, entre los cuales están por ejemplo el comité de salud, de tierra urbana, de vivienda y hábitat, de medios alternativos comunitarios, de recreación y deportes- pero deja abierto a que cada consejo comunal tenga los comités que la Asamblea decida, pueda agregar los comités que defina la Asamblea. A su vez, los comités deben tener sus respectivos voceros -“persona electa mediante proceso de elección popular, a fin de coordinar el funcionamiento del consejo comunal, la instrumentación de las decisiones de la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; 15)- determinados y revocables en todo momento por la Asamblea, que no pueden ser reelectos. En segundo lugar debe formarse la “unidad de contraloría social” que es “la instancia del consejo comunal para realizar la evaluación en la gestión comunitaria y la vigilancia de las actividades, recursos y administración de los fondos del consejo comunal.” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; artículo 33) En tercer lugar, la “unidad administrativa financiera comunitaria” que es “la instancia del consejo comunal que funciona como un ente de administración, ejecución, inversión, crédito, ahorro e intermediación financiera de los recursos y fondos de los consejos comunales, de acuerdo con las decisiones y aprobaciones de la Asamblea de

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Ciudadanos y Ciudadanas, privilegiando el interés social sobre la acumulación de capital.” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; artículo 30) Entre las funciones de la unidad financiera figura la administración de los fondos del consejo comunal. La ley indica por último, que los CC deberán regirse por los principios y valores de: “(…) participación, corresponsabilidad, democracia, identidad nacional, libre debate de las ideas, celeridad, cooperación, coordinación, solidaridad, transparencia, rendición de cuentas, honestidad, bien común, humanismo, territorialidad, colectivismo, eficacia, eficiencia, ética, responsabilidad social, control social, libertad, equidad, justicia, trabajo voluntario, igualdad social y de género.” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; artículo 3) Acerca del aspecto económico, es decir, de dónde provienen los recursos con los que cuentan los CC para llevar adelante las iniciativas decididas en la Asamblea, la ley indica que estos deberán provenir de: “Los que sean transferidos por la República, los estados y los municipios; los que provengan de lo dispuesto en la ley que crea el Fondo Intergubernamental para la Descentralización (Fides) y la Ley de Asignaciones Económicas Especiales Derivadas de Minas e Hidrocarburos (Laee); los que provengan de la administración de los servicios públicos que les sean transferidos por el Estado; los generados por su actividad propia, incluido el producto del manejo financiero de todos sus recursos; los recursos de donaciones (…) y; cualquier otro generado de actividad financiera que permita la Constitución de la Republica y la Ley.” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; artículo 47). La mayor parte de los recursos aparecen en la ley como provenientes de las instituciones estatales y en un apartado estipula que éstos también deben surgir de los generados por el propio CC. El funcionamiento para conseguir recursos debe darse a

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través de la presentación de proyectos a alguna institución estatal –por ejemplo el Ministerio de Poder Popular para las Comunas, el Fondo de Desarrollo Microfinanciero (Fondemi), la Fundación para el Desarrollo y Promoción del Poder Comunal (Fundacomunal), o el Servicio Autónomo Fonda Nacional de los Consejos Comunales (Safonac) ente otros- que debe aprobarlo y luego transferir los recursos para realizar el proyecto, lo que significa que la decisión de la Asamblea debe ser aprobada. El otro elemento central que aparece en la ley, es el de la relación entre los CC y las instituciones estatales. Aquí, la ley dicta la creación de un Ministerio del Poder Popular –que en un primer momento toma el nombre de Ministerio de Poder Popular para la Participación Ciudadana y luego el de Ministerio de Poder Popular para las Comunas y Protección Social- encargado de la relación con los Consejos Comunales: “El Ministerio del Poder Popular con competencia en materia de participación ciudadana dictará las políticas estratégicas, planes generales, programas y proyectos para la participación comunitaria en asunto y acompañará a los consejos comunales en el cumplimiento de sus fines y propósitos y facilitará la articulación en las relaciones entre estos y los órganos y entes del Poder Público.” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; artículo 56) En este Ministerio deben registrarse los CC para poder funcionar como tales, requieren de su reconocimiento para tener existencia legal. Entre las tareas del Ministerio se encuentran entre otras, las de: -

”Diseñar y dirigir la ejecución de los programas de capacitación y formación de los consejos comunales.

-

Promover los proyectos sociales que fomenten e impulsen el desarrollo endógeno de las comunidades articulados al plan comunitario de desarrollo.

-

Prestar asistencia técnica en el proceso de ciclo comunal.

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-

Fomentar la organización de los consejos comunales.

-

Financiar los proyectos comunitarios, sociales y productivos presentados por los consejos comunales en sus componentes financieros, con recursos retornables y no retornables, en el marco de esta ley.” (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 2009; capítulo 57)

En este artículo se diseñan políticas de acompañamiento, apoyo e incentivo a los CC, planteando un rol activo del Ministerio en el fomento y crecimiento de estas experiencias.

IV. II Diferentes puntos de vista teóricos acerca de los consejos comunales. Los CC enmarcados en la experiencia de transformación en curso en Venezuela son una experiencia que rápidamente alcanzó un desarrollo veloz como indica la investigación de Evans sobre estas experiencias: “El lanzamiento de los consejos comunales en el país tuvo gran acogida entre los sectores populares, los cuales adoptaron masivamente esta nueva forma de organización. También, aunque en menor medida, en algunas ciudades del país, la clase media conformó consejos comunales. A mediados del año 2007 existían más de 26 mil consejos comunales registrados en el Ministerio del Poder Popular para la Participación Ciudadana” (Evans. 2009; 41) Así también lo indica López y Martínez: “(…) se produjo una auténtica “explosión comunal”, y aunque es difícil obtener cifras exactas coincidentes en las diferentes fuentes, por lo general se habla de aproximadamente 30 mil consejos comunales creados en apenas tres años desde la aprobación de la Ley de los Consejos Comunales.” (López y Martínez, 2011; 106). En cuanto al presupuesto estatal destinado a los CC, no disponemos –como indicamos en la metodología- de datos, solo un trabajo que da cuenta según el autor de que existe una: “(…) enorme inyección económica (itálicas en el original) que el

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gobierno de Chávez ha brindado a los consejos comunales ya a los proyectos habitacionales de cada uno de ellos en el último período. Recientemente se han informado la aprobación de mi millones de bolívares fuerte –una suma cercana a 400 millones de dólares- para distribuir a más de 800 consejos comunales.” (Karg, 2010; 101) Existen diferentes perspectivas sobre estas experiencias novedosas. Encontramos una visión desarrollada por Denis, quién los concibe como limitados a las dinámicas, espacios y reglas pautadas por la ley, esto significa que están delimitados por el marco normativo que indica las posibilidades y los límites, lo que impide que puedan desarrollarse con autonomía y dar pasos de avances hacia un mayor protagonismo: “El poder popular pierde desde el principio (…) el derecho, la voluntad y la conciencia de normarse y formatearse a sí mismo y con ello normar y formatear las bases de un verdadero orden de liberación aunque sea en múltiples y cambiantes formas de organización de base experimentales y transitorias.” (Denis, 2011; 98) Esta imposibilidad estaría signada entonces por su propio nacimiento –esa ley- y porque Denis analiza que a partir del 2006 se desarrolla una ofensiva de los sectores del “chavismo burocrático” que ocupan los puestos de gobierno y las diferentes instituciones. Es importante marcar que esta perspectiva puede ser contrastada con la de Iturriza quién analiza como vimos más arriba que la consigna del Socialismo del Siglo XXI indica la radicalización del proceso, una radicalización en manos del “chavismo democrático, popular y revolucionario.” (Iturriza, 2007; 13) es decir que el protagonismo, aunque en disputa dado esta heterogeneidad del chavismo, no está en manos exclusivas del chavismo burocrático sino que al contrario está dinamizado por los sectores populares que logran profundizar el rumbo que se expresa en las sucesivas leyes e iniciativas mencionadas en el apartado sobre Socialismo del Siglo XXI.

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Desde el punto de vista de Denis, los CC serían entonces la forma del chavismo burocrático de controlar al poder popular naciente desde los inicios de la Revolución Bolivariana, ese poder popular que logró construir “un terreno de conciencia, de autogobierno, de autogestión, de liberación territorial, que se ha ganado y sigue ganado por el pueblo organizado y no administrado por las maquinarias inmediatas del sistema estatal y capitalista.” (Denis, 2011; 47) De esta manera caracteriza que: “Nace entonces un verdadero “movimiento popular administrado” pero organizado en series homogéneas (consejos comunales, cooperativas, comités de tierra, consejos de trabajadores, etc.) que van a tener una función primordial para los agentes corporativos del gobierno: cada serie no será más que una suma de unidades de un mismo formato de organización que en ningún momento se plantearán romper la lógica de la serie fragmentada y hacer de ese conjunto un espacio autónomo de poder popular que se reúne y decide como conjunto abierto y político, por lo tanto diferenciado y hasta enfrentado al estado.” (Denis, 2011; 101) Otro punto de vista que encontramos el de Azzellini, quién en lugar de ver los CC como una experiencia que cierra las posibilidades de avance de la construcción de popular en lugar de potenciarlas, caracteriza a estos como parte de las estrategias ya implementadas –por ejemplo con las misiones sociales- de construir una nueva institucionalidad que adquiere la siguiente perspectiva: “En vez de ir a una confrontación frontal con los aparatos y estructuras existentes, el proyecto bolivariano ha empezado a construir instituciones paralelas hasta que éstas vayan sustituyendo o absorbiendo a las anteriores (en sentido gramsciano, construyendo lo nuevo antes de que lo viejo haya muerto).” (Azzellini, 2007; 15) En cuanto a lo que podría aparecer como una dependencia con las instituciones estatales debido a que el financiamiento principal –como se señaló en la ley- debería provenir del Estado, Azzellini caracteriza

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que eso es, por el contrario, una posible fuente de autonomía. Esto sería ligado al hecho de que al existir un entramado institucional complejo, es decir varias instituciones con atribuciones para transferir financiamiento, los CC no dependen de una sola institución, y de esa manera pueden buscar financiamiento en diferentes partes: “(…) también un poco de caos del lado del financiamiento, a veces difícil de entender, pero al mismo tiempo también ha sido una ventaja para muchos consejos. (…) Entonces, también tiene sus lados positivos y negativos, lo negativo en el sentido de que es muy difícil de entender porque es así, es caótica, pero al mismo tiempo, eso también te da la posibilidad de que no estés dependiendo de una sola institución.” (Azzellini, citado por López y Martínez, 2001; 114) Por último, este autor no caracteriza que los CC tengan una limitación ligada a su creación y a un avance del chavismo burocrático, sino que por el contrario son una posibilidad de conformar un poder popular “duro”. El desarrollo de estas experiencias estarían más ligados a las dinámicas propias de cada territorio en particular: “Es evidente, dadas las experiencias históricas de organización muy desiguales en diferentes lugares, de educación, de acceso a informaciones y de inclinación política, los consejos comunales son muy diferentes entre sí.” (Azzellini, 2007; s/r) Esta última apreciación parece compartida por Cieza: “(…) se plantea la creación de los consejos comunales en todos los barrios, pensando en que estos consejos constituirán formas más avanzadas, las comunas, que permitirán gobernar zonas enteras, pero ocurre que hay barrios y regiones donde no hay asambleas de base, ni organización popular previa. Entonces una consigna valiosísima como: “¡gobiernen ustedes!”, -en referencia a un discurso de Chávez- es asumida por vecinos que, incluso movilizados por cuestiones reivindicativas y por el apoyo de Chávez, no tienen planteado en el desarrollo de su conciencia que ellos pueden gobernar. En esos vacíos entre lo que se 56

propone y lo que efectivamente se hace, anidan burócratas, arribistas y obsecuentes que no tienen problema alguno en apuntarse en cargos de representatividad y reemplazan procesos de conciencia por la repetición de determinadas palabras: revolución, socialismo, poder popular, que actúan como contraseña para acceder al aparato estatal.” (Cieza, 2011; 119) Aquí Cieza destaca al igual que Azzellini la posible heterogeneidad existente entre las diferentes experiencias, ya que por un lado nos todos los territorios poseen el mismo recorrido anterior en términos organizativos y por otro lado existe también una heterogeneidad en los actores que ocupan las instituciones, lo que puede influir en el desarrollo de los CC. Cieza menciona casos donde se desenvuelven actores ligados a la burocracia pero también podrían darse situaciones donde las instituciones estén ocupadas por sectores del chavismo popular y se genere una relación de cooperación entre ambos espacios. Por último remarquemos que al estar los CC inmersos en la dinámica general de las transformaciones se torna necesario pensarlos enmarcados en la generalidad y el curso de la Revolución Bolivariana, como bien indican López y Martínez: “Los consejos comunales son una experiencia muy reciente, todavía en construcción. Al formar parte del socialismo del siglo XXI, que es, a su vez, un concepto en construcción, mantiene un nivel de innovación constante que dificulta su valoración y que cuestiona la idea de un modelo de planificación cerrado. Los consejos comunales como proceso vivo están inmersos en un modelo nacional de creación donde prima la máxima “o inventamos o erramos”, idea que por un lado remite a la necesidad de crear algo nuevo y original latinoamericano, pero por otro lado alude a cierta dinámica de prueba y error, donde equivocarse y corregir es parte intrínseca del proceso.” (2011; 125)

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Una vez presentada la ley y diferentes concepciones de los CC, podemos avanzar al análisis de las experiencias utilizadas en esta investigación.

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CAPÍTULO V Análisis de la experiencia de tres consejos comunales, a partir de las dimensiones de organización, participación, valores, campo de acción y relación con las instituciones estatales.

V.I. Organización dentro de los consejos comunales. Al abordar la dimensión de la organización buscamos dar cuenta de la estructuración de estos CC, teniendo presente que la ley dicta que deben estar conformados por tres órganos –ejecutivo, financiero y contralor-, las vocerías y la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas. En este sentido, el recorrido por las experiencias arroja varios elementos. La estructura organizativa de los tres CC aparece en la voz de los entrevistados como desarrollada y funcionando en la existencia tanto de los órganos, como de las vocerías y de la Asamblea. En el caso de de los CC “Cuicita¨ y “Luchemos por la Verdad” funcionan los tres órganos, y en el caso de “Explosión Campesina” no sabemos si funcionan efectivamente los tres órganos, aunque, como veremos en el punto siguiente, podemos suponer que existe el órgano ejecutivo ya que existen vocerías:

“Nuestro consejo comunal está constituido por tres órganos, el ejecutivo, el contralor y el financiero que establecido por ley es para el manejo de los recursos y su administración y para eso debe constituirse en cooperativa.” (Vocero del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita) “Existen los tres órganos, y el órgano financiero, llamado Banco Comunal integrado por cinco integrante de la comunidad, y la contraloría.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Como indica la ley, el órgano ejecutivo debe estar conformado junto con las diferentes vocerías, comités de trabajo sectoriales que deben llevar adelante las

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decisiones en los ámbitos de acción del consejo comunal sobre el territorio. En las entrevistas aparece en los tres casos la existencia de estas vocerías:

“Hay quince vocerías en el consejo comunal.” (Coordinadora de la unidad financiera del consejo comunal Explosión Campesina) “Aquí funcionan varias vocerías, y son 25 voceros, 15 ejecutivo, 5 contralores, 5 financieros.” (Vocera del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita) “En este consejo comunal hay 16 vocerías.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Por último, en lo que respecta a la Asamblea, en los tres casos aparece como funcionando desde la conformación del consejo comunal, y es mencionado en dos de los tres casos como un espacio abierto a la participación: “En la asamblea puede participar todo aquel del ámbito geográfico que lo desee. Nosotros cuando empezamos armamos la asamblea para que se acercara la gente.” (Vocero de vivienda del consejo comunal Explosión Campesina) “Aquí funciona la asamblea desde que empezamos a formarnos.” (Vocera del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita) “La gente que quiere puede participar de la asamblea, la que esté en el ámbito geográfico del consejo comunal.” (Vocera de finanza del consejo comunal Cuicita) “Desde el inicio del consejo comunal siempre hemos hecho asambleas.” (Vocera de vivienda Luchemos por la Verdad)

A través de las entrevistas aparecen entonces dos CC -“Cuicita” y “Luchemos por la Verdad”- con una organización que cuenta con los tres órganos, varias vocerías y una Asamblea que según es contado por los voceros, funciona desde el inicio del consejo comunal. Esto es así también para “Explosión Campesina”, sin embargo no contamos dentro de las fuentes de análisis, con la información necesaria para afirmar si en este último caso se encuentran efectivamente conformados los tres órganos.

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V.II. La participación en los consejos comunales. Buscamos analizar la participación dentro de los CC, a partir de la frecuencia con que se realizan las asambleas, la cantidad de participantes en las mismas, las dificultades que se presentan para el desarrollo de la participación y le tipo de participación que se observa en las mismas. Sobre la frecuencia de reunión de la Asamblea, podemos indicar que surgen dos aspectos relacionados: Por un lado, en los tres casos, la Asamblea se reúne semanal o quincenalmente. Por tanto aparece, una regularidad de reunión en la instancia que debería ser la central, en el funcionamiento del consejo comunal. Pero por otro lado, mientras que en el caso del CC “Luchemos por la Verdad” la Asamblea mantiene un día de reunión fijo, en los otros dos casos el día de reunión, es variable. “Todo los sábados se reúne toda la gente, todos los sábados, comunicación directa, los órganos subordinados, tenemos que obedecer a la asamblea. El reglamento nunca salió en la ley.” (Vocero de vivienda del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

“En si no hay una fecha de decir… “vamos a reunirnos todas las semanas, todos los meses, todos los años”. Sale de la necesidad pues sale una reunión. Generalmente la idea de ellas es reunirnos cada semana. Pero realmente si nos reunimos seguidamente.” (Miembro de la contraloría social del consejo comunal Explosión Campesina) “No está reglamentado cada cuánto, se convoca cuándo se necesita, si dos en una semana se hace. La máxima dirección del consejo es asamblearia, pero a la asamblea llevan los temas. Cada decisión importante pasa por la asamblea.” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita) Aquí aparece efectivamente la existencia de la Asamblea que se reúne –incluso hasta “dos veces en la semana”- pero, el hecho de no tener una periodicidad estipulada puede dar lugar a una situación –como veremos más adelante- donde, como aparece dicho más arriba por un Miembro de la Contraloría Social de “Explosión Campesina”, la Asamblea “es idea de ellas” (ellas hace referencia a las que veremos, son

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identificadas como “líderes” del CC). De esta manera podemos pensar que esto puede debilitar la Asamblea y la participación al poder quitar capacidad de decisión real. En lo que respecta a la cantidad de participantes, oscila entre un mínimo de 15 personas hasta un máximo de 300, variación que responde según indican los actores, a tres motivos. En primer lugar debido a la concreción o no de los proyectos que se definen en el consejo comunal. Eso está ligado a que una parte importante de la participación en el consejo comunal se debe a la posibilidad de avanzar en la elaboración de proyectos y de llevarlos adelante. Así cuando los proyectos no llegan a concretarse, se produce un desaliento, que genera, un decaimiento en la participación:

“Mucha gente se sumó para poder conseguir mejoras, y en el consejo comunal armamos los proyectos pero cuándo no salen entonces la gente participa menos” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

En segundo lugar, evidenciamos que la posibilidad de llevar adelante proyectos está relacionada en parte a las diferentes dinámicas con las instituciones estatales –como profundizaremos más adelante-, pero es importante señalar que ésta posibilidad depende de que tengan financiamiento. La relación entre estos CC y las instituciones estatales está marcada por lo que los entrevistados indican como el problema de la burocracia:

“Ellos –se refiere a Fundacomunal- nunca, que fuimos allá, nos recibieron el proyecto. (…) Que esto también trae desanimo. Cuando tu vez que una entidad te ofrece algo y que a la final es puro, como quien dice, hablar y no te ayuda. Llega un momento que sin querer el consejo comunal como que se va desanimando.” (Miembro de la contraloría social del consejo comunal Cuicita)

La lentitud o la falta de respuestas genera una situación de cansancio y desanimo de la participación. Esta es la principal fuente de desaliento a la participación marcada en las entrevistas ya que al no encontrar las respuestas esperadas la concreción de los proyectos se dificulta: 62

“La burocracia, por ejemplo en Fundacomunal, en menos de un año cambiaron 6 directores, y eso pierde los proyectos, disminuye la asamblea porque tardan un año para elaborarlo –porque no somos proyectistas, eso implica presupuesto etc.- y cuándo vamos a presentarlo cambian el director etc. hay que volver a presentar, a convocar la gente y ya la gente no quiere. La burocracia no hace mucho daño.” (Vocero de vivienda del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

En tercer lugar, aparece otra dificultad que es aquella ligada a la situación general del proceso político en Venezuela. Así lo marca la vocera de “Luchemos por la Verdad”, indicando cómo los CC son atacados por los medios de comunicación opositores al gobierno:

“Acá bajó la participación de la gente, este año empezamos con 50 o 60 personas y ahora vamos por 30, porque los medios de comunicación opositores que no están a favor y se han dado la tarea por televisión, radio, de engañar a la gente sobre los consejos comunales y eso ha generado apatía y no hay capacidad de respuesta. Eso disminuye la asamblea.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Esta situación de campaña contra los CC enmarcada en la dinámica general del chavismo-antichavismo, se ve agudizada en estos casos ya que la oposición al chavismo gobierna la gobernación y la alcaldía:

“La gobernación tiene promotores pagados para destruir, les pagan para que digan que los consejos comunales no hacen nada.” (Vocero de vivienda del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Acerca de los tipos de participación que parecen generarse en los CC según relatan los entrevistados, aparece en primer lugar que en todos los casos la Asamblea es descrita como el ámbito de discusión y resolución central de los CC. Esta aparece como el punto de referencia nodal en la organización del consejo comunal, así es señalado por ejemplo:

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“Todo lo que se plantea, y todo lo que queramos hacer lo consultamos con todos en la asamblea.” (Coordinadora de la unidad financiera del consejo comunal Explosión Campesina) “Cada decisión que toma el consejo comunal tiene que ser decidido por la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas.” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

O en el caso del consejo comunal “Luchemos por la Verdad”:

“La dirección es de tipo asamblearia, la máxima dirección es de la asamblea.” (Vocero del órgano ejecutivo del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Esto aparece mencionado en los tres casos, y nos sirve para pensar si la participación es tendiente a la “horizontalidad” o a la “verticalidad”. Sin embargo esto que aparece en los diferentes entrevistados no coincide en todos los casos con las prácticas descritas. Cuando nos referimos a horizontalidad tomamos dos elementos En primer lugar, que la Asamblea, además de aparecer como un lugar abierto a la participación –en ninguna entrevista se hace mención a alguna restricción- sea el lugar de toma de decisión real. En segundo lugar que los cargos de voceros sean efectivamente rotativos, y revocables en caso de que sea decidido por la Asamblea –como lo indica la leypermitiendo así una mayor participación en las tareas de responsabilidad del consejo comunal y evitando –o colaborando a evitar- que se centralicen tareas o informaciones en pocas personas. Cuando nos referimos a verticalidad, tomamos como elemento que la Asamblea no sea realmente el lugar de toma de decisiones, que ésta por el contrario no sea el espacio resolutivo, y, en segundo lugar, que los cargos no sean rotativos, es decir que exista una permanencia de las mismas personas en los lugares de responsabilidad dentro del consejo comunal.

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En el caso de “Cuicita” y “Luchemos por la Verdad” aparece señalado en voz de los voceros la importancia de la Asamblea como el lugar central para la toma de decisiones, siendo desde dónde se deciden qué proyectos se van a intentar llevar adelante y quiénes son las personas que van a asumir la tarea de voceros, supervisando dichas tareas:

“El órgano ejecutivo monta su proyecto de acuerdo al diagnóstico de las necesidades que la asamblea le dijo, lo monta, lo presenta, el gobierno deposita la plata y se ocupa la parte de contraloría (…) la asamblea es la máxima autoridad (citan al artículo 6), la asamblea es la que forma el consejo comunal, decidió quienes iban a ser los 5 miembros del banco, los órganos están subordinados a la asamblea, hay un proceso de elección.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad) “Cada decisión que toma el consejo comunal tiene que ser decidido por la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas.” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

Esto aparece en varias entrevistas de estos CC junto a la existencia de la rotatividad de los cargos:

“Se hicieron otras elecciones del consejo comunal para el nuevo período, gente vieja y gente nueva, se renovaron las mesas técnica de agua, de energía, hicimos una asamblea para decidir.” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita) “Por ejemplo la asamblea decide que aquí falta un comité de cultura, o de comunicación e información, eso lo crea la comunidad. Es recomendable que se tenga todo y luego se elijan los voceros que hay que ir renovando. Aquí se hicieron elecciones el año pasado para elegir los nuevos voceros.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

De esta manera en estos dos CC parece existir una participación con tendencia a la horizontalidad, con Asambleas presentadas como el espacio real de toma de decisión, junto a una efectiva rotación de los voceros bajo mandato de la Asamblea en su elección y sus tareas. Sin embargo, esto no es descrito de la misma manera en el caso de “Explosión Campesina”, donde surgiría una participación de tipo vertical en la que la Asamblea aparece como efectivamente existente pero –recordemos que mencionábamos 65

anteriormente lo que podría implicar la falta de una regularidad en la Asamblea- ese espacio aparece como conducido por pocas personas:

“Este es un consejo comunal, pero consideramos que la líderes, por llamarlo de alguna forma, Brigi, Chala y Francisca, aquellas morenitas que están allá, que ellas son las que de alguna forma ellas llevan como la batuta, y con el señor Andrés que la traslada para todos lados en su carrito. Ellas son unas líderes. Manejan la información, unen. Esta convocatoria la hicieron ellas.” (Coordinadora de la unidad financiera)

Esto a su vez se entrelaza con el aspecto de la rotación de los voceros, donde si bien se menciona en las entrevistas que éstos deben ser renovados, no tenemos información de si esto sucede:

“Porque actualmente, aunque ya estamos vencidos, tenemos que postular otras personas, para que ocupen los cargos, de la nueva directiva.” (Miembro de la contraloría social)

Pero sí podemos señalar que en este consejo comunal, las “líderes” son al mismo tiempo las fundadoras y todas son voceras, esto podría indicar que la renovación no se lleva a la práctica ya que los voceros por ley no pueden ser reelectos. De esta manera, podemos contrastar los dos primeros CC con “Explosión Campesina”, de forma que en los primeros casos aparece a través de los entrevistados la existencia de dos elementos que indicarían una participación abierta, real en cuanto a capacidad de incidencia de los participantes a través de su Asamblea, espacio de toma de decisiones vinculantes para el funcionamiento de los voceros. Esto, como acabamos de ver, contrasta con el caso de “Explosión Campesina” donde existen liderazgos reconocidos y marcados que parecen conducir el consejo comunal. Por último aparece como frente a los conflictos relatados por los entrevistados, una forma de resolución que busca construirse desde la Asamblea, como espacio de decisión ante la dificultad: 66

“Conflicto por los que no pagan, la sanción la pone el consejo comunal: no reciben otro beneficio mientras no paguen, es más hasta aprobamos en una asamblea que el que tenía préstamo de vivienda no accedía a ningún otro para darle chance a los demás.” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

Esto puede dar lugar por ejemplo a sanciones creadas por el consejo comunal como lo muestra el caso siguiente:

“Tomamos una sanción de tipo moral, (muestra el periódico que hace el consejo comunal: informativo mensual) donde se felicitaba a los que hicieron bien y los demás no aparecían.” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

V.III. Acerca de los valores que se construyen en los consejos comunales. En cuanto a los valores que se construyen en estos CC podemos indicar que parecen predominar aquellos ligados a la solidaridad, valores que son marcados por los entrevistados en los tres casos:

“Toda la comunidad participó, porque la gente al ver que hay movimiento comienza a colaborar.” (Coordinadora general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

Los participantes mencionan la existencia de estos valores en varias prácticas del CC:

“Y de hecho nosotros tenemos un pozo que colectivamente estamos trabajando, porque nos reunimos unas diez personas, reunimos el dinerito, compramos la bomba porque la primera se quemó, o se la robaron, y de este pozo se está persiguiendo, o sea se está tomando agua diez personas. Eso es socialismo. Al menos de que la persona nosotros los diez que estemos ahí vemos que la señora no tiene, no tiene la manera, nosotros le damos agua, que también es socialismo.” (Miembro de la contraloría social del consejo comunal Explosión Campesina)

Resulta interesante lo que menciona un entrevistado al remarcar que se trata de un proceso, esto podríamos inferir como un aprendizaje en la construcción del CC:

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“Necesidad de ética, de moral, al principio se dio la ética como un hecho existente pero la ética hay que construirla.” (Vocera de vivienda del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Estos valores ligados a la solidaridad aparecen en las entrevistas como “tolerancia”, “voluntario”, o “colaboración”, y son marcados como elementos positivos, que deben desarrollarse en el CC. También podemos observarlos en algunos casos de resolución acerca de la forma en que se otorgan los beneficios de un proyecto, por ejemplo, cuando deben decidir a quiénes entregar los recursos obtenidos para mejoras de vivienda:

“El criterio es la necesidad de la persona y la discusión colectiva de “si hace falta”, si el pana es de confianza.” (Vocera de finanza del consejo comunal Explosión Campesina)

Antes de adentrarnos en el campo de acción de estos CC podemos retomar los puntos analizados hasta este momento, que son los que nos permiten indagar sobre el desarrollo de elementos de poder popular en la conformación interna de estas experiencias. A lo largo de las entrevistas, en el caso de los CC “Luchemos por la Verdad” y “Cuicita”, ha sido señalado por los voceros entrevistados el proceso de construcción de instancias de participación de carácter estable, con epicentro en una Asamblea abierta a la participación. Estas Asambleas que funcionan junto a los tres órganos, definen las vocerías y sus voceros, que deben responder al espacio de toma de decisiones colectivas. Por último, es posible señalar que aparece una participación tendiente a la horizontalidad, con una búsqueda de hacer de la Asamblea el espacio de decisión colectiva, con capacidad de mandatar y renovar los voceros. Podemos en este punto pensar que estaríamos en estos dos CC frente a la conformación de una nueva institucionalidad con desarrollo de algunos elementos de poder popular.

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Esto no parece poder aplicarse al caso de “Explosión Campesina”, pues si bien aparece en las entrevistas la construcción de espacio de carácter permanente como es la Asamblea, junto con las vocerías, no parecería conformase como una construcción que tiende hacia la participación horizontal, con un espacio de toma de decisiones abierto y real que tenga capacidad de decidir las líneas de acción, que pueda mandatar y supervisar los voceros decididos de manera colectiva. No parece estar en marcha un proceso de conformación de nuevas prácticas al interior del consejo comunal donde en este caso prima un grupo pequeño que centraliza información, tareas y la dinámica misma de la Asamblea. Los demás elementos aparecen compartidos en todos los casos, a saber, una participación estable pero que enfrenta dificultades para no decaer cuando no pueden concretarse las diferentes iniciativas. Participación que también está enmarcada en el proceso general de transformaciones en curso y puede ser golpeada por ejemplo por las campañas de los medios de comunicación. El otro aspecto compartido en el interior de los CC son sus valores, incluyendo el caso de “Explosión Campesina”, que posee la característica de aparecer construido por valores como la solidaridad o la cooperación, y los integrantes del consejo comunal entrevistados narran un proceso de aprendizaje construido colectivamente.

V. IV. Campo de acción de los consejos comunales. Como fue señalado anteriormente, es en la Asamblea donde se realizan los diagnósticos y la elaboración de los distintos proyectos que los CC buscan llevar adelante. Acerca de los problemas identificados por los entrevistados, predomina la necesidad de vivienda en el ámbito urbano y legalización de tierra en ámbito el rural:

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“Necesitamos aquí de todo, de todo necesitamos nosotros aquí, del parcelamiento, necesitamos casa. Aquí está la señora presente…vive en un rancho. Yo vivo en un rancho, este es un rancho. Y casi todos, principalmente, vivimos en puro ranchos. Tenemos niños, no los podemos inscribir en la escuela, porque la escuela de aquí te piden una mochila, para que la lleves, y hasta… y no tengo la manera.” (Vocera de vivienda del consejo comunal Explosión Campesina)

Estos problemas señalados están acompañados por múltiples dificultades de carácter infraestructural, como son los problemas vinculados a la falta de agua, el alumbrado público, o como aparece en el caso de la entrevista siguiente, de empleo:

“Necesitamos la construcción de los drenajes, proyecto que ya se presentó, elaborado antes vía alcaldía antes de que pierda el chavismo. Otra, la vivienda, asignación urgente de vivienda y otra, el empleo, a pesar de que hemos entregado créditos a la comunidad, financiando panaderías, ferreterías etc.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

De esos proyectos, una parte de ellos son de infraestructura, es decir de viviendas, proyectos de tanques de agua, arreglo de calles, luminaria, proyectos socioproductivos, casas de alimentación y proyectos de siembra o regularización de tierras en el ámbito rural. Estos proyectos son de los que mayormente hablan los entrevistados y son los que más espacio ocupan en las entrevistas, en particular como decíamos aquellos ligados a la vivienda, sea construcción o mejoramiento. Otra parte de los proyectos y las actividades abarcan otros aspectos de trabajo dentro de los territorios, cómo es por ejemplo la implementación de misiones sociales de educación, actividades deportivas, culturales, con niños, con jubilados, o la publicación de periódicos para el ámbito del CC. Esto se refleja en la formación de vocerías cómo las de salud, educación, madres del barrio, cultura o recreación, vocerías creadas a partir del diagnóstico de las Asambleas, es decir que responden a lo que desde el ámbito de decisión colectiva aparecen cómo los temas sobre los cuales se debe intervenir para mejorar. Esto crea una intervención del consejo comunal en su territorio

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que además de poder brindar posibles respuestas a problemas materiales de los habitantes, abre la posibilidad de construir una dinámica de participación e integración:

“El comité que mejor funciona es el banco comunal, negra Hipólita, funciona desde el comité de protección e igualdad social, un comité dentro del órgano ejecutivo, hacen por ejemplo apoyo al anciano, para que tenga su silla de ruedas, un festejo, y también niños, eventos culturales.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Acerca de la realización de los proyectos aparecen diferentes casos. “Explosión Campesina”, no ha logrado realizar ningún proyecto. Los otros dos, han podido avanzar en varios tales como: la realización de viviendas, de mejoras en viviendas, de la conformación de talleres sociolaborales. En una entrevista lo muestra la vocera de “Luchemos por la Verdad”:

“Los principales avances, éxitos del consejo comunal: uno fue la sede donde estamos, esta casa, la comunidad cuenta con la computadora, la impresora, el equipo, un avance organizacional, la comunidad puede interactuar, hacer cursos, talleres de formación, de capacitación etc., lo que es un avance organizacional. Otro avances son las 10 familias que antes en un rancho o viven en casas dignas. Casi 100 personas que fueron beneficiadas con créditos personales hoy tienen su taller, producen, tienen empleo. Hemos hecho arborización de la plaza, lograron tener gas, cloacas.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la verdad)

Sin embargo, también en el caso de estos dos CC que han logrado avanzar en algunos proyectos –un proyecto de vivienda, varios recursos menores y los talleres sociolaborales- aparece en las entrevistas la existencia de una imposibilidad de llegar a realizar varios de los proyectos. Esto se debe en parte a motivos del propio consejo comunal como indican los entrevistados: “Porque a nosotros nos dicen formemos los consejos comunales… “Hay, pero ¿que es eso?” “¿Que va a ser el órgano de vivienda, que va a ser esto?” La gente no estaba capacitada.” (Coordinadora de la unidad financiera del consejo comunal Explosión Campesina)

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Al conformarse estos CC los entrevistados señalan que existía una inexperiencia organizativa que se tradujo en dificultades para elaborar proyectos y presentarlos:

“Nos tiraron hagan esto, pero no sabíamos hacer.” (Vocero de vivienda del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Si bien los problemas internos, como la falta de capacitación de los CC, aparece señalado como un obstáculo a la hora de elaborar los proyectos, los entrevistados mencionan a las instituciones estatales como el principal problema para llevarlos adelante. Esto es compartido por los tres CC: “Asistimos a reuniones, hicimos proyectos, y esos proyectos se cayeron… Realizamos un proyecto de vivienda, con Fundacomunal. Reunimos todos los requisitos, fuimos varias veces a Fundacomunal regional. Nunca nos atendieron, nos decían… por cualquier cosita nos rechazaban… que “había mucha gente” que “estaba colapsado” (Coordinadora de la unidad financiera del consejo comunal Explosión Campesina) así “Aquí las cosas no caminan, los proyectos que hemos presentado no caminan por la burocracia.” (Vocero del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita)

Como veíamos al analizar los problemas de participación de estos CC, las instituciones estatales aparecen también en este punto, como el principal problema ya que como veremos más adelante, son las principales fuentes de financiamiento para poder realizar las iniciativas:

“Aquí la burocracia nos hace daño, frena los proyectos, no nos permite avanzar como decidimos.” (Vocero de vivienda del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

A través de los diferentes casos investigados aparece como estos CC tienen por lado, un campo de acción ligado a la resolución de problemas de infraestructura, problemas cuyas soluciones son, luego, beneficios para personas o familias pero cuyo diagnóstico es fruto de la Asamblea, al igual que la decisión de a quienes van asignados los recursos. Por otro lado, aparece un campo de acción ligado a actividades culturales, 72

con niños, jubilados, pedido de diferentes misiones sociales etc., acciones que tienen menor desarrollo en el caso de “Explosión Campesina”, consejo comunal mayormente abocado al intento de resolver el problema de la regularización de tierras, problema que por el momento no han podido solucionar y que parecen darle un dinamismo mayor al consejo comunal dentro de la comunidad. En este punto se unen diferentes aspectos, por un lado como veíamos anteriormente, la participación y la realización de proyectos guarda una relación en la que la primera puede modificarse –esto es marcado en los tres CC- según se logren concretar los proyectos. A su vez, la concreción de los proyectos está ligada en mayor medida a la relación con las instituciones que a problemas internos del consejo comunal.

V. V. Relaciones entre los consejos comunales y las instituciones estatales. Como señalamos en el apartado anterior, la razón principal por la cual los proyectos no se realizan se debe a la burocratización de las instituciones estatales. A este aspecto se une el hecho de que al estar los proyectos en gran parte ligados a mejoras de infraestructura, requieren financiamiento para llevarse adelante. Esto abre la pregunta acerca de las fuentes de ingreso de los consejos ya que recordemos que la Ley Orgánica de los Consejos Comunales dicta en el artículo 47 que el financiamiento de los CC debe venir por parte de las instituciones estatales pero también por las actividades generadas por el propio CC. En las entrevistas analizadas aparecen los casos de “Explosión Campesina” y “Cuicita” donde no existen mecanismos de ingreso propio. Situación que es remarcada como una limitación:

“Se le ha presentado a las instituciones lo de las casas, la electricidad. Pero no es algo que nosotros decidimos, sino que es algo de lo que estamos esperando el apoyo. Porque decir

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“El consejo comunal va a instalar los postes”. No hay el recurso económico para hacerlo” (Vocera de vivienda del consejo comunal Explosión Campesina)

Esto, en el caso del consejo comunal “Cuicita”, no es visto como un problema ya que aquí, el consejo concibe que no debe generar ingresos propios:

“Los consejos comunales ejecutan proyectos dependiendo del financiamiento que reciben del gobierno.” (Coordinador general del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

El caso de “Luchemos por la Verdad” aparece como el único caso donde se logra generar un ingreso a partir de la acción del consejo comunal:

“Si hay empleo fue creado por la organización (el que atiende, el que despacha, porcentaje de la vente etc.), fue aprobado por la asamblea, por ejemplo si se hizo la farmacia impulsada por el comité de salud. Comité de servicio (…) textilería y bloquera, nos transfieren los recursos y empezamos a hacer bloques, ¿quién los va a hacer? Alguien del comité, de la comunidad, los va a vender. Hay empleo pero tienes que generarlo con la organización y decidido por la asamblea.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Esta experiencia indica cómo a partir de un recurso obtenido por una institución estatal –la textilería, la bloquera o la farmacia comunitaria son fruto de proyectos presentados y aprobados por una institución estatal, en este caso por el Fundación para el Desarrollo y Promoción del Poder Comunal (Fundacomunal)- se logra generar empleo, lo que permite dar respuesta a algunas necesidades laborales. Sin embargo este empleo no representa un ingreso para el consejo comunal, es decir, no representa un fondo que permita autofinanciar nuevos proyectos, sino que es para personas de la comunidad. Esto indica, al igual que en los otros dos CC, que el financiamiento para los proyectos depende exclusivamente de las instituciones estatales. De esta manera existe una situación de dependencia económica de los CC, situación que aparece como una limitación para llevar adelante las diferentes iniciativas

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decidas por el CC. Así lo indican los entrevistados al señalar, como también vimos en los apartados anteriores, la existencia de una burocracia en las instituciones estatales que frena o traba los proyectos presentados:

“Este consejo comunal recibió financiamiento dos años y medio después de estar constituido, incluso a algunos se les vence el período y todavía no han recibido. Hay mucha lentitud y eso tiene que ver con la burocracia.” (Vocero del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita)

La burocracia aparece como el principal problema en la relación entre estos tres CC y las instituciones estatales. También existe un obstáculo en lo que es mencionado como la centralización en la relación con pocas instituciones. En este punto aparece una situación contradictoria, ya que por un lado, existen muchas instituciones a las cuales los CC presentan proyectos –Fundacomunal, Safonac, Ministerio de Hábitat y Vivienda, Ministerio de Educación, Energía Eléctrica de Venezuela, Corpozulia, Pdvsa, o en el caso de Explosión Campesina relaciones con el Instituto Nacional de Tierras (INTI) o el Banco Agrícola- pero en la práctica, las respuestas efectivas a los mismos, provienen de pocas instituciones, Fundacomunal y Safonac. Esto restringe por un lado las posibilidades de los CC de concretar los proyectos al limitarse los organismos que realmente proporcionan soluciones, y por otro de respuesta por parte de las instituciones estatales que efectivamente dan curso a los proyectos:

“Todos los proyectos van vía Fundacomunal, nosotros queremos que se amplíe, si tienes un ministerio de hábitat y vivienda, quién mejor que ellos para trabajar con el tema de vivienda, si tienes un ministerio de salud que mejor que ellos para bajar recursos para la farmacia comunitaria. Entonces el ministerio de cultura por ejemplo debería tener recursos para bajar a los comités de cultura, se trabajaría mejor, que no todo lo haga Fundacomunal.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Esto es señalado como un problema ya que, a pesar de contar con la posibilidad de presentar proyectos en varios organismos estatales, en la práctica las respuestas son 75

dadas por escasas instituciones Esta situación se agudiza en estos tres CC al estar la alcaldía y la gobernación en manos de la oposición, cerrándose estos espacios como fuentes posibles de financiamiento:

“Acá en el estado de Zulia y en Maracaibo no tenemos nada de gobernación ni alcaldía en cuánto a la transferencia de recursos pero en los otros estados y provincias los alcaldes y gobernadores bolivarianos transfieren recursos a los consejos comunales, además del Safonac. Donde hay alcaldes bolivarianos están haciendo mucho mejor las cosas.” (Vocera de finanza del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Así, se encuentran imposibilitados de acudir a esos espacios -incluso desde la alcaldía como veíamos anteriormente se generan campañas contra los CC- y la relación se da centralmente con Fundacomunal y Safonac, entes que dependen del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y la Protección Social. El problema de la burocracia –lentitud, pérdida de proyectos, falta de respuesta etc.- aparece señalado como principal obstáculo en la relación con los organismos estatales. Esto parecería suceder tanto con las instituciones que no dan respuesta a los proyectos presentados, como con aquellas que sí permiten llevarlos adelante como Safonac y Fundacomunal. Actualmente no contamos con la información necesaria para identificar aquí quiénes son los actores que predominan en esas instituciones, es decir si son actores ligados al “chavismo burocrático” o al “chavismo popular”, pero es un elemento que no debe perderse de vista, ya que puede influir en la relación entre ambas institucionalidades. Podemos señalar que existen casos donde las instituciones estatales sí brindan una respuesta a los proyectos presentados. Esto, como lo vimos en el caso donde se pudo avanzar en mejoramiento de viviendas o los emprendimientos sociolaborales, puede indicar que existen también relacionamientos que se dan en términos de apoyo de parte de ciertas instituciones estatales –en estos casos Fundacomunal es la institución 76

central- generando situaciones de cooperación con el consejo comunal. Así lo indican dos experiencias narradas:

“Iba caminando el consejo comunal y Fundacomunal por el barrio, casa por casa para determinar las necesidades, si ver si era verdad las fotos presentadas, parecía una asamblea general.” (Vocero de vivienda del consejo comunal Luchemos por la Verdad)

Esto refiere al proyecto de viviendas presentado y ejecutado por este consejo comunal. Esto también es narrado en el caso del consejo comunal” Cuicita” que indica un trabajo conjunto, también ejecutado:

“Fuimos al Ministerio de Hábitat y Vivienda, dieron las indicaciones, volvimos de nuevo a la asamblea, le dijimos a la gente cuales eran los requisitos, se hizo un estudio de necesidades, vino Fundacomunal, nos entregaron los formatos en un cd, nosotros hicimos la parte administrativa, se les lleno su ficha, vinieron a inspeccionar, esas personas pasaron la inspección, vinieron los bomberos también casas por casa y calificaron 39 personas.” (Vocero del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita)

Al preguntarnos acerca de la dependencia económica por parte de CC hacia las instituciones estatales, nos interrogamos también en relación a las posibilidades o limites que se desprenden de esta situación. Al reflexionar sobre esto, indagamos en la capacidad de estos CC de decidir de qué manera utilizar los recursos obtenidos. Esta reflexión solo es posible para el caso de “Luchemos por la Verdad” y “Cuicita” ya que “Explosión Campesina” no dispone de recursos por no tener proyecto aprobado en alguna institución estatal. Por un lado, la capacidad de decisión propia aparece en las entrevistas como el poder decidir por ejemplo los modelos de las viviendas a construir, a quienes son repartidas o que éstas sean construidas por albañiles designados por la Asamblea, llegando generar sistemas propios e innovadores como muestra la siguiente experiencia:

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“Fuimos a la asamblea y le hicimos la propuesta a los beneficiados: les vamos a entregar el dinero en tres porciones, y vamos a tener un sistema de control, hicimos formatos, acta compromiso, sistema de control propio. Acta con cláusula donde decía los deberes y los derechos de ellos como usuarios de crédito y el de nosotros como dándolos, eso no lo hacía nadie y el modelo lo tomaron en Fundacomunal, y fue iniciativa del órgano financiero.” (Coordinadora del órgano financiero del consejo comunal Cuicita)

En el caso de “Luchemos por la Verdad” esto es retratado de la siguiente manera:

“Proyecto de vivienda esperando a ser aprobado, 10 casas, la gente determinó a quienes iban las casas, algunos consejos comunales decían que sea por sorteo pero eso no puede ser, se puso el criterio de cuánto años viviendo en los ranchos y la situación.” (Vocero de vivienda)

Pero por otro lado, existe también debido al vínculo de dependencia, situaciones donde la posibilidad de decisión del consejo comunal a través de su Asamblea se ve puesta en cuestión. Así surgen en el caso de “Luchemos por la Verdad” donde la asamblea debe modificar su línea de acción para poder realizar un proyecto, adecuar su diagnóstico y decisión a lo que se está impulsando desde una institución estatal:

“Muchas veces el estado dice su política por ejemplo crédito de vivienda, pero en el diagnóstico de la asamblea vivienda estaba en el cuarto lugar, entonces te tienes que montar en eso.” (Vocera de finanza)

Para profundizar en las relaciones entre los CC y las instituciones estatales es interesante analizar cuál es la reacción de éstos, frente a la trabazón en el avance de los proyectos. Sobre este aspecto podemos observar, a través de las entrevistas, que en el caso de “Explosión Campesina” y de “Cuicita”

aparecen diferentes acciones

emprendidas –esto no aparece en el caso de “Luchemos por la Verdad”- para intentar lograr ser escuchados y conseguir una respuesta favorable:

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“(…) vino el presidente del INTI a nivel nacional. Y a ese señor lo tuvimos, no secuestrado pero si retenido, para que nos atendiera y nos diera respuesta.” (Coordinadora de la unidad financiera del consejo comunal Explosión Campesina)

El caso de “Cuicita” aparece retratado de la siguiente manera:

“Hay que saltar, a veces se logra vía institucional pero a veces a ir que por la otra vía, hacerle por ejemplo en un acto a una ministra un volante, la gente va cazando a los ministros que tienen que ver con su área. Y la cosa a veces funciona porque a los días llaman desde Caracas, entonces hay que recurrir a veces a eso, nosotros tuvimos que ir por esa vía para algunos proyectos.” (Vocero del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita)

Esto puede indicar que frente a la dependencia y la falta de respuestas, estas acciones son un intento no solo de destrabar los proyectos y encontrar una respuesta, sino también una muestra de que los actores hacen una distinción entre las instituciones y sus diferentes actores. Esto lo indica la intención de ir directamente hasta los ministros “saltando” de esta manera la institución intermedia que caracterizan de burocratizada que debería dar una solución. Por último, también existen situaciones de apoyo de las instituciones estatales a los CC en un sentido de ayudarlos en su conformación o brindándoles elementos de formación:

“Fuimos buscando a la gente de Fundacomunal. (…) Y comenzamos, y empezamos a buscar la ayuda de ellos. E hicimos el consejo comunal.” (Coordinadora de la unidad financiera del consejo comunal Explosión Campesina)

Esto también es señalado con el ejemplo de los cursos de capacitación que son brindados a los integrantes del CC, que parecen tener el objetivo de revertir lo que ellos marcan como la falta de formación para llevar adelante determinadas tareas que impiden desarrollar los proyectos:

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“Fundacomunal nos ha dado capacitación en materia de contraloría social, en materia fiscal como todo lo que es presupuesto.” (Vocero del órgano ejecutivo del consejo comunal Cuicita)

A través de este apartado, podemos ver que la relación entre los CC y las instituciones estatales es permanente y toma un carácter de dependencia debido a ser la única fuente de posible respuesta a los proyectos de estos CC. Surgen varios relacionamientos en cada caso, tanto experiencias negativas como también de cooperación –económica, de formación-, o de conflicto, relaciones que pueden existir de manera no excluyente. En este capítulo recogimos las voces de los actores entrevistados para indagar si existe un desarrollo de elementos de poder popular en estos CC. Pasaremos ahora a las conclusiones de esta investigación, intentando dar cuenta de los límites y posibilidades de los CC analizados a través de estos casos, así como posibles interrogantes para seguir profundizando sobre estas experiencias novedosas en marcha en la Revolución Bolivariana.

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CONCLUSIONES.

En esta investigación nos propusimos dar cuenta del surgimiento de una experiencia de organización y participación novedosa en el marco de la Revolución Bolivariana, proceso de transformación en curso en Venezuela que se propone avanzar hacia el Socialismo del Siglo XXI. Dar cuenta de esa experiencia e indagar si en su interior se desarrollan elementos de poder popular, hipótesis surgida por el recorrido histórico del proceso de la Revolución Bolivariana, la situación de movilización y politización del pueblo, lo que permite el marco normativo, y el lugar en que son puestos dentro del proyecto que apunta hacia la conformación del Estado Comunal. A su vez, debido a la forma de surgimiento de los CC, es decir por ser definidos a través de una ley e impulsado por el Estado, nos propusimos pensar que formas de relacionamiento pueden existir entre los CC que aparecen como una nueva institucionalidad en conformación y las instituciones estatales. Analizando las entrevistas pudimos observar que en las experiencia de los CC “Luchemos por la Verdad” y “Cuicita” aparecen los primeros pasos de la construcción de una nueva institucionalidad, es decir la conformación de un espacio de carácter permanente, abierto a la participación comunidad, que funciona a través de un mecanismo de participación tendiente hacia la horizontalidad, espacio donde las decisiones buscan ser fruto de las discusiones en la Asamblea. Esto da cuenta de la conformación de un espacio de búsqueda de horizontalidad, de una estructura que indica la existencia de un elemento de poder popular, que refiere al funcionamiento interno donde: “Las formas de mando deben ser legítimas (de tipo mandar-obedeciendo) subordinadas a una comunidad consensual y crítica.” (Mazzeo, 2007; 73)

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En los casos analizados se puede observar la existencia de elementos que también pueden encontrarse en la investigación realizada por Evans en CC en Caracas, donde afirma que dentro del CC: “La democracia se construye a partir de un verdadero ejercicio de poder a través de la incidencia en la toma de decisiones desde el ámbito de lo colectivo, siendo éste respetuoso de las ideas particulares.” (Evans, 2009; 194) Como apareció en las voces de lo actores, parecen primar valores ligados a la solidaridad, la cooperación o la ética, elemento central a la hora de pensar el poder popular y del proyecto de Socialismo del Siglo XXI, como también lo remarca Borón (2009) al afirmar que en ese proyecto deben primar –retomando las ideas de Chávez-: “(…) valores altruistas, solidarios, radicalmente democráticos, y en el respeto a la naturaleza y la sociodiversidad.” (Borón, 2009; 111) Sin embargo, esta realidad en desarrollo contrasta con el caso de “Explosión Campesina” donde si bien aparecen estos tipos de valores en el recorrido que narran los participantes, no aparece por el contrario una participación abierta en la posibilidad de toma de decisiones, de que la Asamblea sea en la práctica el espacio resolutivo del consejo comunal. Así se asemeja más a un espacio donde se reproduce una forma de mando centralizada en pocas personas que a un proceso que tienda hacia la horizontalidad o un “mandar-obedeciendo” como sí aparece en los otros dos casos, dando lugar a discusiones internas sobre cuales son los límites en la capacidad de toma de decisiones de las vocerías o los órganos en su relación con la Asamblea por ejemplo. Esto debe ser tenido en cuenta porque indica por un lado que el desarrollo de elementos de poder popular no es similar en todos los casos y también porque permite pensar que si bien desde el Estado se pueden propiciar “las condiciones sociales, económicas, políticas” (Mazzeo, 2007; 35) para el desarrollo de poder popular, esto no significa un construcción automática de las mismas, y por el contrario pueden existir

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experiencias menos “avanzadas” que lo que plantea la misma ley, al tiempo que otras donde efectivamente se den los pasos en la dirección de construir poder popular. En cuánto al campo de acción resulta también necesario entenderlo en su proceso, donde las necesidades ocupan un lugar importante en las diferentes iniciativas que decide la Asamblea, espacio que aparece en “Luchemos por la Verdad” y “Cuicita” como el que efectúa los diagnósticos y define los proyectos. La realización de otras actividades que están ligadas a lo que podemos pensar como una transformación de las diferentes realidades de la comunidad como son eventos culturales, búsqueda de implementar misiones sociales de educación, trabajo con niñez, personas ancianas o publiquen un periódico del consejo comunal para la comunidad, dan cuenta de que estas experiencias amplían su campo de acción. Este elemento resulta importante debido a que cada vez más temas de la comunidad son decididos por la comunidad en la Asamblea, lo que abre la perspectiva de acción del consejo comunal quién puede ir efectivamente transformándose en el espacio de referencia para decidir sobre los asuntos de la comunidad. Pero su importancia radica también en la posibilidad de ser un elemento para hacer frente a uno de los problemas principales que aparece en el análisis, la relación entre la participación y la realización de los proyectos, y, como veremos seguidamente, la relación de esto con las instituciones estatales. Como apareció en las entrevistas, una parte importante de la participación en estos CC se debe a la posibilidad de obtener mejorías en las condiciones de vida, causa que afecta negativamente la participación cuándo estos proyectos no logran realizarse. La realización de otras actividades que no requieran un financiamiento como el que es necesario para construir viviendas por ejemplo, podría permitir a estos CC mantener la participación ya que esas iniciativas no se verían frenadas al depender mayoritariamente de los CC y no del financiamiento de las instituciones estatales. Aquí se desprende el

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otro elemento importante de lo que aparece como un problema: al estar la participación relacionada en buena medida con la posibilidad de realizar proyectos y esta realización está ligada al financiamiento de las instituciones –estos CC no tienen recursos propios-, se genera una situación de dependencia negativa del consejo comunal hacia estas instituciones, donde, como bien es marcado en las entrevistas, la participación baja y cunde desanimo en la comunidad por lo que señalan la lentitud debido a la burocracia. Esta dependencia, que en una oportunidad llegó a cuestionar la autonomía de las decisiones de la Asamblea –la necesidad del consejo comunal “Luchemos por la Verdad” de llevar adelante un proyecto definido y priorizado en el Ministerio y no por su Asamblea- aparece en los tres casos analizados. Recordemos el análisis de Azzellini (2007) -quien indica que la multiplicidad de instituciones estatales abre mayores posibilidades para conseguir financiamiento, y de esta forma no se ve afectada la autonomía del consejo comunal- , y contrastándolo con los casos estudiados aparece que, si bien existe varias instituciones estatales a las cuales los CC pueden presentar proyectos, son en realidad pocas –dos- las que efectivamente dan respuestas. Surge así una situación de congestión de estas instituciones y una autonomía que puede aparecer cuestionada ya que dependen dos instituciones estatales para poder desarrollarse en términos de realizar proyectos. Así lo indica también Evans en su investigación sobre un CC en Caracas: “La ausencia de un poder fáctico, ya que el consejo comunal termina subsumido por procesos burocráticos institucionales para la ejecución de sus proyectos, lo que hace evidente el bajo nivel de maniobrabilidad que poseen los consejos comunales en cuanto al manejo aprobado de los recursos financieros.” (Evans, 2009: 196) Esta situación tiene además la particularidad que, al estar la gobernación y la alcaldía en manos de la oposición al chavismo, esas instancias están cerradas e incluso

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trabajan contra los CC. Sin embargo, este marco resulta una riqueza a la hora de pensar los límites que tienen ahora estas experiencias, ya que deja ver como un problema la inexistencia de una autonomía de estos CC en términos económicos, lo que abre interrogantes acerca de ¿qué podría suceder con estas experiencias en caso de perder el chavismo el gobierno nacional? La situación analizada en estas páginas nos remite al análisis de Chaguaceda (2008), quién al pensar los posible vínculos, desarrolla la idea de una participación que es conducida por el Estado: “Modelo denominado «conducido por el Estado», caracterizado por el protagonismo de este, que administra el bienestar ciudadano y deviene virtualmente el único proveedor de servicios sociales, mientras que la sociedad civil solamente se encarga de identificar necesidades y las asociaciones se subordinan a la planeación estatal.” (Chaguaceda, 2008: 16) Sobre este aspecto podemos señalar que no resulta extraño, en un primer momento de desarrollo de los CC, que exista una situación de “conducción por parte Estado” debido a ser impulsados justamente desde el Estado lo que genera una necesidad de acompañamiento para la conformación de estas experiencias –no debemos perder de vista las débiles raíces organizativas del pueblo venezolano como indica Rauber (2012)- sin embargo si no se generan mecanismos de autonomía económicos y un crecimiento del campo de acción de los CC, esta situación puede permanecer. Resultan

interesantes

en

esta

situación,

los

diferentes

mecanismos

implementados por los CC cuándo se encuentran frente a la trabazón de los proyectos, tanto lo que lleva a cabo “Explosión Campesina” llendo a la institución en particular a protestar o el caso de “Luchemos por la Verdad” quienes –y señalan que otros CC también lo hacen- en los actos de Chávez van directamente a los diferentes ministros, para de esta manera saltear las instancias burocratizadas.

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Esto muestra por un lado que: “En Venezuela vemos cómo el Estado se construye como contradicción, como espacio de disputa y campo de batalla, lo que se expresa en la desarticulación entre las políticas que impulsa Chávez y las que implementan los gobernadores y alcaldes” (Mazzeo, 2006; 52) y por otro lado indica no solo que estos CC reconocen el problema de la burocracia sino que no se quedan en la pasividad y conciben que es posible realizar acciones para presionar a las instituciones estatales como mecanismo para llevar adelante sus iniciativas. Es decir que a pesar de un cuadro donde aparece una participación “conducida por el Estado”, existen mecanismos propios de estos CC para intentar afirmar la decisión de la Asamblea y no quedarse en la imposibilidad ligada a la negativa de una institución estatal. Este cuadro de situación debe ser complementado también con los casos donde sí se desarrolla una situación de colaboración, como en el caso de la capacitación en el manejo de herramientas técnicas, de trabajo conjunto en el territorio del consejo comunal, o cuándo se respeta desde las instituciones estatales la autonomía de los CC a la hora de decidir cómo se distribuyen los recursos o de generar su propios reglamentos internos. Sin embargo, pensando estas experiencias en donde en dos casos parece existir una nueva institucionalidad en conformación donde se desarrollan elementos de poder popular -por lo que aparece aquí marcado en cuanto a las formas de organización y de participación internas de los CC o los valores a través de los cuales se desarrollanpodemos señalar que existe una distancia entre lo aquí analizado y la perspectiva de poder popular planteada en la ley de poder popular: “El ejercicio pleno de la soberanía por parte del pueblo en lo político, económico, social, cultural, ambienta, internacional, y en todo ámbito del desenvolvimiento y desarrollo de la sociedad”. (Ley Orgánica del Poder Popular, 2010; artículo 2).

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La ley, al definir el poder popular, lo hace a través de sus diferentes instancias –CC, comunas, ciudades comunales- es decir, no pensando exclusivamente en los CC sino concibiéndolos como la primera instancia de organización y participación en proyección hacia el Estado Comunal. Remarquemos también que al incluir el reconocimiento de la participación en los CC de las otras organizaciones que hacen vida en el territorio –movimientos sociales urbanos, campesinos, medios de comunicación alternativos, partidos etc.-, la concepción de poder popular no se restringe a las iniciativas impulsadas por el Estado. Los CC que por su propia ley tienen un campo de acción que abarca lo local, la comunidad –recordemos que la ley dicta que en zonas urbanas se forman con 200 hasta 400 familias, en zonas rurales con alrededor de 20 y en regiones indígenas con unas 10 familias- son entendidos desde la perspectiva de construir poder popular en esa primer escala, de ir conformando los primer paso de la nueva institucionalidad como un proceso que permita la organización y la participación protagónica del pueblo organizado. Así podemos pensar como indica Rauber (2012) que los CC son los pasos para transitar de “lo pequeño a lo grande”: “Desde el punto de vista político, lo “pequeño” significa pensar/realizar una acción mínima que posibilite la mayor participación de la población en un determinado momento. Esto supone combinar las demandas sectoriales con la construcción de nuevas formas de participación política” donde lo importante es “la profusión de pequeñas actividades donde participe la mayoría de la población” Esto permite “(…) un proceso de formación de conciencia, de constitución de actores-sujetos, de construcción, y consolidación de organización.” (Rauber, 2012; 165) De esta forma los CC pueden ser vistos como el primer paso de organización de la comunidad en la conformación de una nueva institucionalidad donde se desarrolle poder popular, donde la mayoría se conforme como protagonista en la toma de

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decisiones, en su ejecución. Esto remite a la estrategia elaborada por Gramsci de “guerra de posiciones” es decir la construcción de un proyecto hegemónico –el Socialismo del Siglo XXI- que dispute el sentido común –contra aquel heredado de décadas de la IV República-, que se afiance en la sociedad política y en particular en la sociedad civil, conformando nuevas instituciones a la vez que un sujeto protagónico dentro de ellas, y, agregamos, que construye un poder propio, un poder popular que vaya creciendo. Pero -y teniendo en cuenta la proyección de los CC en el Socialismo del Siglo XXI-, es preciso señalar que en los casos estudiados aparece un campo de acción de los CC centrado en aspectos económicos, de elaboración de proyectos, talleres culturales, de recreación, o de comunicación como un periódico desarrollado por un consejo comunal, pero existe la ausencia de un campo de acción que se involucre en actividades estrictamente políticas. Al hablar de este aspecto pensamos en un involucramiento –sin desconocer los límites propios debidos a un campo de acción local- en aspectos del proyecto de Socialismo del Siglo XXI, como podría ser por ejemplo que desde los CC agrarios se pueda discutir sobre como puede o debe ser la producción comunitaria en la perspectiva de este proyecto, es decir que desde estas experiencias concretas se puedan generar insumos para armar programas de desarrollo agrario. Es decir que los CC vayan introduciéndose en aspectos más generales, de cara a dar los pasos en ese proceso nuevo para que su campo de acción vaya incluyendo -además de los económico y culturalaspectos más generales, aportando desde el lugar pequeño por sus dimensiones pero grande si pensamos en la cantidad de CC que se construyen en Venezuela. Esto sería ir transitando los pasos hacia un poder popular “duro”, que no esté “(…) solo para aceptar, apoyar, convalidar o materializar (ejecutar) ideas y decisiones, sino ante todo para protagonizarlas. Esto quiere decir: participar del proceso de elaboración y toma de

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decisiones y de la realización posterior de las mismas, compartiendo responsabilidades.” (Rauber, 2012; 186) Estas posibilidades podrían estar ligadas a dos cuestiones centrales. En primer lugar al impulso y la direccionalidad que se le pueda dar desde el Estado, es decir, si se avanza en “(…) potenciar la capacidad de autoorganización de las masas.” (Borón, 2009; 94), se incentiva la ampliación del campo de acción hacia los estrictamente político. Esto debe ser pensado reconociendo que el Estado no es homogéneo, dando así lugar a situaciones donde existen leyes que permiten estos avances al tiempo que prácticas en ciertas instituciones estatales que avanzan hacia frenar el crecimiento, a subordinar: “El Estado construido como contradicción refleja relaciones de fuerza y la situación de la lucha de clases y la lucha hegemónica. Por lo tanto, el Estado sirve como instrumento para apuntalar o directamente impulsar la organización desde abajo pero también para sabotear las mejores iniciativas, subordinando la participación popular, impulsando la direccionalidad arriba-abajo.” (Mazzeo, 2006; 53) En segundo lugar, que se de un camino de maduración propio de los CC, donde exista la conformación de un poder popular que vaya adquiriendo rasgos de mayor protagonismo en aspectos que incluyan también lo estrictamente político no depende del Estado sino de la misma organización popular. En este sentido, las comunas, que son la instancia siguiente a los CC, pueden permitir ampliar el campo de acción en términos geográficos pero no resuelven este aspecto, ya que consideramos el poder popular puede ser incentivado desde el Estado pero éste no puede suplantar el proceso de maduración propio de la organización popular. Así, en la relación contradictoria y necesaria entre el poder popular y las instituciones estatales existe una parte de los posibles caminos que pueda tomar la Revolución Bolivariana. El avance del poder popular en las instituciones estatales

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–democratizándolas en la apertura a la participación de los diversos actores de movimientos y organizaciones populares- debe permitir profundizar las iniciativas que permitan la autoorganización protagónica del pueblo, concibiendo como sostiene Mazzeo que es necesario abrir; “un campo enorme para la acción política porque (…) la lucha por el poder sigue pendiente” (2007; 148). El poder popular expresado en la construcción de una nueva institucionalidad, movimientos sociales, campesinos, medios de comunicación comunitarios y diferentes expresiones de organización debería empujar para adquirir un protagonismo creciente, que no le será necesariamente ofrecido desde el Estado y que por lo tanto deberá conseguir por sus propios medios. El poder popular en desarrollo desde el Estado, en el Estado y contra el Estado, el poder popular desarrollándose desde la búsqueda de construcción del Estado Comunal, estas sean tal vez algunas claves para comprender la riqueza del proceso en curso en Venezuela.

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ANEXOS:

Entrevistas I. Organización del cc. 1. En relación a la estructura del cc: A. Cantidad de órganos: A. 1. Ninguno: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

A.2. Uno: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

A.3. Dos: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

A.3. Tres: Consejo comunal Cuicita: -“Nuestro consejo comunal está constituido por tres órganos, el ejecutivo, el contralor y el financiero que establecido por ley es para el manejo de los recursos y su administración y para eso debe constituirse en cooperativa. El órgano financiero se rige por dos leyes: la ley de asociaciones cooperativas y la de CC. Los dos otros sólo por la ley de CC.” (Vocero del órgano ejecutivo) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -Existen los tres órganos, y el órgano financiero, llamado Banco Comunal integrado por cinco integrante de la comunidad, y la contraloría.” (Vocera de finanza)

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-“El órgano financiero es el único que maneja recursos, nosotros –órgano financieropor ejemplo llevamos una propuesta a la asamblea para un sistema de créditos a la asamblea y ésta lo aprobó.” (Coordinadora general del órgano financiero)

B. Cantidad de vocerías: B.1. Ninguna: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

B. 2. Entre uno y cinco: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

B.3. Entre seis y diez: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

B.4. Entre once y quince: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Hay quince vocerías en el consejo comunal.” (Coordinadora de la unidad financiera) Consejo comunal Cuicita:

B.5. Más de quince: -“Aquí funcionan varias vocerías, y son 25 voceros, 15 ejecutivo, 5 contralores, 5?, de los 25 trabajan activamente algunos, 5 están fríos (de los recién electos), los activistas son unos 20.” (Vocera del órgano ejecutivo) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“En este consejo comunal hay 16 vocerías.” (Vocera de finanza)

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-“Conformados por el ejecutivo es decir los comités de trabajo: salud, educación etc. donde cada uno tiene un vocero y emite proyectos y se transfieren al órgano correspondiente.” (Vocera de vivienda)

C. Existencia de la Asamblea: C.1. Sí: Consejo comunal Explosión Campesina: -“En la asamblea puede participar todo aquel del ámbito geográfico que lo desee. Nosotros cuando empezamos armamos la asamblea para que se acercara la gente” (Vocero de vivienda) Consejo comunal Cuicita: -“Aquí funciona la asamblea desde que empezamos a formarnos.” (Vocera del órgano ejecutivo) -“Cuando se convoca a una asamblea la gente de la comunidad viene, nunca tuvimos que suspender una asamblea.” (Vocero del órgano ejecutivo) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Desde el inicio del consejo comunal siempre hemos hecho asambleas.” (Vocera de vivienda)

C.2. No: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

II. Tipo de participación en el cc. 1. Respecto a las Asambleas A. Cantidad de veces que se reúne la Asamblea:

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A.1 No se reúne: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

A.2. Una vez cada dos semanas: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Cada quince días. Cuando hay que resolver cosas…Porque en realidad, como se llama, la ley no te establece que “tienen que reunirse cinco, tienen que reunirse veinte veces…” Nosotros tenemos un proyecto, y hasta que no esta ese proyecto nos estamos reuniendo constantemente. Semanalmente…" (Miembro de la contraloría social)

A.3. Una vez por semana: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Si (semanalmente), a veces sí. Cuando hay un proyecto muy cercano si nos reunimos constantemente” (Coordinadora de la unidad financiera) -“En si no hay una fecha de decir… “vamos a reunirnos todas las semanas, todos los meses, todos los años”. Sale de la necesidad pues sale una reunión. Generalmente la idea de ellas es reunirnos cada semana. Pero realmente si nos reunimos seguidamente.” (Coordinadora de la unidad financiera) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Todo los sábados se reúne toda la gente, todos los sábados, comunicación directa, los órganos subordinados, tenemos que obedecer a la asamblea. El reglamento nunca salió en la ley.” (Vocero de vivienda)

A.3. Más de una vez por semana: Consejo comunal Cuicita:

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-“No está reglamentado cada cuánto, se convoca cuándo se necesita, si dos en una semana se hace. La máxima dirección del consejo es asamblearia, pero a la asamblea llevan los temas. Cada decisión importante pasa por la asamblea.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Durante el período de ejecución del proyecto hicimos asambleas de evaluación, y asambleas todo el tiempo, hasta asambleas para discutir una sola cosa.” (Vocero del órgano ejecutivo)

B. Cantidad de participantes de la asamblea: B.1. Ninguno: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

B.2. Entre uno y treinta: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

B. 3. Entre treintaiuno y sesenta: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

B.4. Entre sesentaiuno y noventa: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado

B.5. Más de noventaiuno: Consejo comunal Cuicita: -“Van 90, 100 y pico personas, somos 200 familias, de 20 para arriba es válida la asamblea.” (Coordinadora general del órgano financiero)

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Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Al principio venía 219 personas.” (Vocera de finanza) -“También participan comité de salud, comité de tierra y mesa técnica de agua que ya existían antes de la ley de los CC.” (Vocero de vivienda)

B.6. No se sabe el número: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Si, la mayoría participa. Por lo menos en las reuniones generalmente van casi todos.” (Coordinadora de la unidad financiera)

2. Participación. A. Problemas identificados para la participación. A1: no se identifican problemas -Debido a las instituciones estatales: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Bueno, reunimos todos los requisitos. Se hizo el proyecto, se escaneo en CD y se enviaron… o sea se hicieron los tres sobres que tenía que hacerse, para Fundacomunal. Ellos nunca, que fuimos allá, nos recibieron el proyecto. (…) Que esto también trae desanimo. Cuando tu vez que una entidad te ofrece algo y que a la final es puro, como quien dice, hablar y no te ayuda. Llega un momento que sin querer el consejo comunal como que se va desanimando.” (Miembro de la contraloría social) Consejo comunal Cuicita: -“Mucha gente se sumó para poder conseguir mejoras, y en el consejo comunal armamos los proyectos pero cuándo no salen entonces la gente participa menos” (Coordinadora general del órgano financiero)

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Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“La burocracia, por ejemplo en Fundacomunal, en menos de un año cambiaron 6 directores, y eso pierde los proyectos, disminuye la asamblea porque tardan un año para elaborarlo –porque no somos proyectistas, eso implica presupuesto etc.- y cuándo vamos a presentarlo cambian el director etc. hay que volver a presentar, a convocar la gente y ya la gente no quiere. La burocracia nos hace mucho dañó.” (Vocero de vivienda) -“Acá hay un 60% que participa, golpeado porque no hay apoyo de un alcalde o un gobernador, dependemos sólo del fondo de Safonac pero Safonac atiende a todos los consejos comunales de Venezuela, Fundacomunal se congestiona, aprueban proyectos productivos. Dependemos del fondo de Safonac.” (Vocera de finanza) -“La participación ahora ha bajado por el proceso de la burocracia.” (Vocera de finanza)

A.2. Internos: Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“A veces la gente no participa porque dice que no tiene tiempo para eso, que no puede porque no está formada para eso, pero les decimos que se dediquen un día a la semana, dos horas.” (Vocera de finanza) -“De las dificultades que tiene trabajar en colectivo. Se ha hecho muy duro eso… Nosotros hemos, ya como consejo comunal, hemos tenido muchas decepciones.” (Miembro de la contraloría social)

A.3. Otros: -“La gobernación tiene promotores pagados para destruir, les pagan para que digan que los consejos comunales no hacen nada.” (Vocero de vivienda)

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-“Acá bajo la participación de la gente, este año empezamos con 50 o 60 personas y ahora vamos por 30, porque los medios de comunicación opositores que no están a favor y se han dado la tarea por televisión, radio, de engañar a la gente sobre los consejos comunales y eso ha generado apatía y no hay capacidad de respuesta. Eso disminuye la asamblea.” (Vocera de finanza)

B. Modo en que se toman las decisiones en Asamblea. B.1. Decisiones tomadas por los participantes en deliberación: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Todo lo que se plantea, y todo lo que queramos hacer lo consultamos con todos en la asamblea.” (Coordinadora de la unidad financiera) Consejo comunal Cuicita: -“Cada decisión que toma el consejo comunal tiene que ser decidido por la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Mecanismo para hacer los diagnósticos de las necesidades: los hacemos por iniciativas de los voceros y por la comunidad que lo plantea en la asamblea.” (Vocero del órgano ejecutivo) -“Deciden en la asamblea el proyecto a realizar, van los encargados a las instituciones y luego vuelven a la asamblea a charlar lo que les explicaron ahí.” (Vocero del órgano ejecutivo) -“La dirección es de tipo asamblearia, la máxima dirección es de la Asamblea.” (Vocero del órgano ejecutivo) -“Hubieron asambleas todos los semanas, asambleas de evaluación. Cada cosa que se hacía era vía asamblea.” (Coordinadora general del órgano financiero) Consejo comunal Luchemos por la Verdad:

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-“El órgano ejecutivo monta su proyecto de acuerdo al diagnóstico de las necesidades que la asamblea le dijo, lo monta, lo presenta, el gobierno deposita la plata y se ocupa la parte de contraloría (…) la asamblea es la máxima autoridad (citan al artículo 6), la asamblea es la que forma el consejo comunal, decidió quienes iban a ser los 5 miembros del banco, los órganos están subordinados a la asamblea, hay un proceso de elección.” (Vocera de finanza) -“La gente que quiere puede participar de la asamblea, la que esté en el ámbito geográfico del consejo comunal, el consejo comunal tiene la responsabilidad de convocar a asambleas regularmente.” (Vocera de finanza) -“Los órganos estamos subordinados a la asamblea.” (Vocera de finanza) -“La asamblea luego de tomar la decisión en un momento tiene que controlar la decisión, pero el control necesita un proceso sistémico, la asamblea decide que hace si hay desviaciones.” (Vocero de vivienda) -“Los proyectos deben salir de los diagnóstico que hace la comunidad en la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas.” (Vocero de vivienda) -“El banco está subordinado al consejo pero según la ley.” (Vocera de finanza) -“El órgano ejecutivo monta su proyecto de acuerdo al diagnóstico de las necesidades que la asamblea le dijo, lo monta, lo presenta, el gobierno deposita la plata y se ocupa la parte de contraloría.” (Vocero de vivienda) -“La asamblea te da el derecho de decidir cosas operativas, arreglar esto o lo otro, luego hay que informar y la asamblea te dice lo hiciste bien o no.” (Vocero de vivienda) -“Acá tenemos una forma peculiar de organización, como la sede le queda lejos a la gente entonces hacemos asambleas de calle en cada manzana y cada manzana tiene su vocero y ese vocero tiene la capacidad y autorización asambleística, así la manzana tiene su vocero ahí inmediatamente, se hacen reuniones de manzana con la gente. El

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vocero debe informar el día de reunión, los requisitos para los proyectos et. Es decir todo lo que decante de los comités.” (Vocera de finanza) -“En la asamblea se eligen los voceros pero los voceros tienen la tarea difícil de formar su comité, porque cuando se va a registrar el comité se tiene que registrar, eso se tiene que modificar.” (Vocera de finanza)

B.2. Decisiones tomadas por los líderes del consejo comunal: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Este es un consejo comunal, pero consideramos que la líderes, por llamarlo de alguna forma, Brigi, Chala y Francisca, aquellas morenitas que están allá, que ellas son las que de alguna forma ellas llevan como la batuta, y con el señor Andrés que la traslada para todos lados en su carrito. Ellas son unas líderes. Manejan la información, unen. Esta convocatoria la hicieron ellas.” (Coordinadora de la unidad financiera) -“Las líderes del consejo comunal son Brigitte, Chala y Francisca. Que son tres mujeres que realmente tienen como fuerza dentro del consejo comunal. Ellas participan, llaman a la gente, son las que convocan a las reuniones, son las que más asisten a cualquier actividad con las organizaciones, bien sea llámese Enelven, Planimara, todas estas empresas que de alguna forma son organizaciones macro y ayudan al consejo comunal.” (Vocero de vivienda) -“Dudo que hayan hecho una reunión que no me hayan dicho…Ellas informan todo.” (Vocero de vivienda) -“Son las tres que van a las reuniones con las instituciones y las que convocan a las reuniones del consejo comunal.” (Coordinadora de la unidad financiera) Consejo comunal Cuicita:

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-“Coordinadora general del banco que termina siendo la coordinadora general del consejo comunal porque el ejecutivo no tiene sino puro voceros, y el contralor puro contralores entonces el coordinador termina asumiendo la coordinación del todo el consejo comunal. Eso se da en la práctica porque eso no está en la ley pero termina siendo la práctica de los consejos comunales.” (Vocero del órgano ejecutivo) -“Hay una formalidad, el consejo comunal no tiene que ver con la cuestión partidista pero eso es la formalidad que en la realidad, como un hecho político concreto el consejo comunal de alguna manera tiene que estar impulsado por una visión política e ideológica y ahí es donde debe intervenir el partido. El consejo comunal como en toda la sociedad el partido va interviniendo, marca.” (Vocero del órgano ejecutivo)

C. Rotación de voceros. C.1. Sí: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Si, porque tiene un lapso de tiempo. Tiene un lapso de tiempo para tomar nuevamente las riendas otras personas. O si la asamblea decide continúan las mismas.” (Vocero de vivienda) -“Todo aquel que tiene un cargo puede ser removido cuando se vence o por que alguna persona que no haya querido participar. Algo que haya hecho ahí, que a la asamblea no le guste.” (Vocero de vivienda) Consejo comunal Cuicita: -“Se hicieron otras elecciones del consejo comunal para el nuevo período, gente vieja y gente nueva, se renovaron las mesas técnica de agua, de energía, hicimos una asamblea para decidir.” (Coordinadora general del órgano financiero) Consejo comunal Luchemos por la Verdad:

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-“El órgano ejecutivo está integrado por diferentes comités que varían en número según la realidad de la comunidad (24 según la ley pero decide la asamblea). Por ejemplo la asamblea decide que aquí falta un comité de cultura, o de comunicación e información, eso lo crea la comunidad. Es recomendable que se tenga todo y luego se elijan los voceros que hay que ir renovando. Aquí se hicieron elecciones el año pasado para elegir los nuevos voceros.” (Vocera de finanza)

C.2. No: Consejo comunal Explosión campesina: -“Porque actualmente, aunque ya estamos vencidos, tenemos que postular otras personas, para que ocupen los cargos, de la nueva directiva.” (Miembro de la contraloría social)

D. Modo en que se resuelven los conflictos. D.1. De forma colectiva: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Todo lo que se plantea, y todo lo que queramos hacer lo consultamos con todos. Claro, puede haber personas que estén en contra. Y se vota, y entonces ahí en el momento que se haga, el por qué quiere y por qué no quiere…Por mayoría, por mayoría. Claro, si la mayoría está de acuerdo se le encuentra una solución. Si no está de acuerdo vamos a ver que más se puede hacer. O se le busca una solución a la persona que está en contra, y se le explica.” (Miembro de la contraloría social) -“La verdad, nosotros no hemos tenido conflicto. Pero donde se puede presentar conflicto es cuando nosotros trabajemos en colectivo y cada quien no aporta el trabajo que tiene que aportar. Ahí por ejemplo se pueden presentar conflictos. Pero hasta ahora

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no hemos tenido conflictos, en el consejo comunal.” (Coordinadora de la unidad financiera) Consejo comunal Cuicita: -“Conflicto por los que no pagan, la sanción la pone el consejo comunal: no reciben otro beneficio mientras no paguen, es más hasta aprobamos en una asamblea que el que tenía préstamo de vivienda no accedía a ningún otro para darle chance a los demás.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Tomamos una sanción de tipo moral, (muestra el periódico que hace el consejo comunal: informativo mensual) donde se felicitaba a los que hicieron bien y los demás no aparecían.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Frente a un conflicto hacemos una asamblea.” (Vocero del órgano ejecutivo) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Hay consejos comunales donde muchos eran de oposición y los revocaron por mala gestión y se llevaron los libros, los rompían.” (Vocero de vivienda) -“Cuándo había que determinar para quién iban las casas asignadas se tomó una decisión en colectivo y ahí mismo la gente decidió. Por ejemplo, no se podía llevar por sorteo esa situación y había gente que decía eso, así que se debatió. Tiene que ser un criterio que tenga varios aspectos: el tiempo que vive en la parroquia, las necesidades y cuanta gente vive.” (Vocero de vivienda)

D.2. De forma individual: No se encontraron ejemplos de este tipo de resolución de conflictos en el material sistematizado y analizado.

III. Valores

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1. En relación al tipo de valores: A: Ligados a la solidaridad A.1 Presencia de valores ligados a la solidaridad Consejo comunal Explosión Campesina: -"Todos participamos. En este caso la encargada de vivienda es ella. Pero ella ha tenido problemas con su familia, ha tenido a su esposo enfermo, y ella no ha podido participar. Pero igualito vamos nosotros.” (Coordinadora de la unidad financiera) -“Y de hecho nosotros tenemos un pozo que colectivamente estamos trabajando, porque nos reunimos unas diez personas, reunimos el dinerito, compramos la bomba porque la primera se quemó, o se la robaron, y de este pozo se está persiguiendo, o sea se está tomando agua diez personas. Eso es socialismo. Al menos de que la persona nosotros los diez que estemos ahí vemos que la señora no tiene, no tiene la manera, nosotros le damos agua, que también es socialismo.” (Miembro de la contraloría social) -“No hay ese egoísmo, que yo sepa. No lo he visto, no lo he vivido, y espero no verlo.” (Vocero de vivienda) Consejo comunal Cuicita: -“Toda la comunidad participó, porque la gente al ver que hay movimiento comienza a colaborar.” (Coordinadora general del órgano financiero) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Necesidad de ética, de moral, al principio se dio la ética como un hecho existente pero la ética hay que construirla.” (Vocera de vivienda) -“En el consejo se trabajan ad honorem, por eso es un problema ético moral, asumimos ese compromiso, no hay remuneración en el consejo comunal, tiene que ser voluntario.” (Vocera de finanza)

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A.2 Ausencia de valores ligados a la solidaridad: Presencia de valores ligados al individualismo Consejo comunal Explosión campesina: -“Todavía no nos hemos deslastrado del individualismo y que es cosa cultural y que desde la noche a la mañana uno no puede salirse de eso, de que digan “ese tanque te lo vas a compartir”, como te estoy diciendo “esos cochinos los tienes que compartir conmigo.” (Coordinadora de la unidad financiera)

IV Campo de acción: 1. Problemas A. Tipos de problemas identificados: A. 1 De infraestructura: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Necesitamos aquí de todo. De todo necesitamos nosotros aquí, del parcelamiento, necesitamos casa. Aquí está la señora presente…vive en un rancho. Yo vivo en un rancho, este es un rancho. Y casi todos, principalmente, vivimos en puro ranchos. Tenemos niños, no los podemos inscribir en la escuela, porque la escuela de aquí te piden una mochila, para que la lleves, y hasta… y no tengo la manera.” (Vocera de vivienda) -“Vamos a formar un consejo comunal para que consigamos las mejorías, porque hay muchos proyectos para ayudarnos." (Miembro de la contraloría social) -“Necesitamos tanques para agua potable, vivienda, proyecto para siembra, las cartas agrarias, electricidad, agua, productivos, centro de salud.” (Miembro de la contraloría social) Consejo comunal Cuicita:

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-“Necesitamos agua, alumbrado público.” (Vocero del órgano ejecutivo) -“Un proyecto de vialidad presentado en Pdvsa, presentado con croqui, plano, historia de la comunidad, aval de la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas.” (Vocero del órgano ejecutivo) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Necesitamos la construcción de los drenajes, proyecto que ya se presentó, elaborado antes vía alcaldía antes de que pierda el chavismo. Otra, la vivienda, asignación urgente de vivienda.” (Vocera de finanza) -“Tenemos un proyecto de vivienda presentado, 70 viviendas que están esperando para ser aprobadas, 28 casitas que entran en el plan que creó el presidente, el de sustitución de ranchos por viviendas dignas, ya hubo esas experiencias en barrios cercanas. Esto lo presentamos a Fundacomunal, el órgano rector, el encargado de la conformación, seguidor, veedor.” (Vocero de vivienda)

A.2. Culturales: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado.

A.3. Empleo: Consejo Comunal Luchemos por la verdad: “Necesitamos conseguir empleo, a pesar de que hemos entregado créditos a la comunidad, financiando panaderías, ferreterías etc.” (Vocero de vivienda)

A.4. Otros: No se encontraron casos en el material sistematizado y analizado.

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2 En relación a los problemas para llevar adelante los proyectos: B. 1 Por razones internas: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Por eso muchos consejos comunales han fracasado. Porque a nosotros nos dicen formemos los consejos comunales… “Hay, pero ¿que es eso?” “Que va a ser el órgano de vivienda, que va a ser esto” La gente no estaba capacitada. Y esta es una empresa social. Un consejo comunal es una empresa social. Una empresa social que maneja recursos, y la gente que maneja esa empresa debe tener conocimientos. La de la parte administrativa debe tener conocimientos administrativos. Y luego es que Fundacomunal empieza a bajar talleres para capacitar a esa gente, y no en todas partes. Porque aquí en la Cañada, todavía hay gente, o hay consejos comunales, que no ha recibido esa capacitación.” (Coordinadora de la unidad financiera) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Nos tiraron hagan esto, pero no sabíamos hacer.” (Vocero de vivienda) -“Realidad cuándo empezaron que había inexperiencia de los miembros del consejo comunal, costó demasiado por ejemplo, cometimos errores administrativos o asambleísticos, pero no fueron de concepción, por ejemplo se compraban cosas y después se le decía a la gente. Ahora lo que se quiere es que la gente decida primero y después se haga cualquier cosa.” (Vocero de vivienda) - “Problema también que a veces nosotros como pueblo nos falta formación, el pueblo no sabe dónde llevar sus peticiones por ejemplo.” (Vocera de finanza)

B.2. Por razones ligadas a las instituciones estatales: Consejo comunal Explosión Campesina:

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-“Bueno, reunimos todos los requisitos. Se hizo el proyecto, se escaneo en CD y se enviaron… o sea se hicieron los tres sobres que tenía que hacerse, para Funda Comunal. Ellos nunca, que fuimos allá, nos recibieron el proyecto.” (Miembro de la contraloría social) -“Asistimos a reuniones, hicimos proyectos, y esos proyectos se cayeron… Realizamos un proyecto de vivienda, con Fundacomunal. Reunimos todos los requisitos, fuimos varias veces a Funda Comunal regional. Nunca nos atendieron, nos decían… por cualquier cosita nos rechazaban… que “había mucha gente” que “estaba colapsado” (Coordinadora de la unidad financiera) -“Nos han engañado por 20 veces. “Vayan a buscar las máquinas”, y cuando estamos allá (en la alcaldía) se las dan a otros. Nos dicen que si pero después nada.” (Coordinadora de la unidad financiera) -“Luego los bancos no nos quería recibir la carta colectiva. Él llamó al Banco Agrícola, delante de nosotros, y ordenó que se recibiera esa carta colectiva. Pero no ha sido siempre así. Porque hay algunos bancos… Banco Agrícola en algunas sucursales las reciben, en otras han puesto peros… O sea que siempre hay una traba para todo. Yo pienso que por eso es que no se le ha dado viabilidad a toda la gente… Porque siempre hay peros.” (Vocero de vivienda) Consejo comunal Cuicita: -“Aquí las cosas no caminan, los proyectos que hemos presentado no caminan por la burocracia.” (Vocero del órgano ejecutivo) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“El principal obstáculo que tuvo el consejo comunal: la burocracia, por ejemplo en Fundacomunal, en menos de un año cambiaron 6 directores, y eso pierde los proyectos.” (Vocera de finanza)

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-“Aquí la burocracia nos hace daño, frena los proyectos, no nos permite avanzar como decidimos.” (Vocero de vivienda)

2. Proyectos Tipos de proyectos presentados: A1. Infraestructurales: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Y así como ellos hay otros consejos comunales que también han conseguido los créditos agrícolas” (Miembro de la contraloría social) Consejo comunal Cuicita: -“Rehabilitaron 40 viviendas, mejoras, 907 mil bolívares fuertes.” (Vocera del órgano ejecutivo) -“Fundacomunal nos dio un equipo de computación.” (Coordinadora general del órgano financiero) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Los principales avances, éxitos del consejo comunal: uno fue la sede donde estamos, esta casa. Otro avances son las 10 familias que antes en un rancho o viven en casas dignas. Casi 100 personas que fueron beneficiadas con créditos personales hoy tienen su taller, producen, tienen empleo. Hemos hecho arborización de la plaza, lograron tener gas, cloacas.” (Vocera de finanza)

A.2. Culturales: Consejo comunal Cuicita: -“Realizamos actividades educativas, formativas, deportivas, culturales (en menor medida) que tienen mayor desarrollo con la Misión Cultura que con los consejos

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comunales, porque las vocerías más débiles en los consejos comunales son las de cultura.” (Coordinadora general del órgano financiero) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“El comité que mejor funciona es el banco comunal, negra Hipólita, funciona desde el comité de protección e igualdad social, un comité dentro del órgano ejecutivo, hacen por ejemplo apoyo al anciano, para que tenga su silla de ruedas, un festejo, y también niños, eventos culturales.” (Vocera de finanza)

A.3. Empleo: Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Hay empleo que fue creado por la organización (el que atiende, el que despacha, porcentaje de la vente etc.), fue aprobado por la asamblea, por ejemplo se hizo la farmacia impulsada por el comité de salud, falta la textilería y la bloquera.” (Vocera de finanza) -“Nos dieron recursos para financiar micro-empresarios como por ejemplo la ama de casa que es panadera, y así cada quien según iban saliendo los préstamos. Préstamos mancomunados y no individuales, fue gente que se unió. Se lograron doce créditos de un millón y elaboramos textileras, moldes de aluminio, agricultura y cosas así.” (Vocera de finanza)

A.4. Otros: Consejo comunal Explosión Campesina: -“Presentamos para la Misión Robinson, Misión Barrio Adentro, Misión Sucre, y becas para personas mayores de 60.” (Coordinadora de la unidad financiera)

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-“Hicimos jornadas de vacunación, jornadas médicas casa por casa.” (Vocero de vivienda) Consejo comunal Cuicita: -“Una guardería maternal y una casa comunal para el consejo comunal, proyectos presentados en la vicepresidencia de la Nación, vicepresidencia que da beneficio a nivel del Psuv donde el partido tiene militante para dar recursos. El resto de los proyectos están metidos en Pdvsa, Corpo Zulia, Hidrolago.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Tenemos un periódico, un informativo mensual.” (Coordinadora general del órgano financiero) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“la comunidad cuenta con la computadora, la impresora, el equipo, un avance organizacional, la comunidad puede interactuar, hacer cursos, talleres de formación, de capacitación etc., lo que es un avance organizacional.” (Vocera de finanza)

V. Relaciones con las instituciones estatales 1. Tipos de relación. A: Respecto del tipo de financiamiento: A.1: Estatal Consejo comunal Explosión Campesina: -“Ahorita se están haciendo muchas jornadas para informar a la gente, para educarla. Para decirle “tienes que hacer esto, tienes que hacer esto otro”. Entonces si hay dinero, si se le está dando dinero a los consejos” (Miembro de la contraloría social) Consejo comunal Cuicita:

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-“Fuimos al Ministerio de Hábitat y Vivienda, dieron las indicaciones, volvimos de nuevo a la asamblea, le dijimos a la gente cuales eran los requisitos, se hico un estudio de necesidades, vino Fundacomunal (un ente adscripto al Ministerio de las Comunas) nos entregaron los formatos en un cd, nosotros hicimos la parte administrativa, se les lleno su ficha, vinieron a inspeccionar, esas personas pasaron la inspección, vinieron los bomberos también casas por casa y calificaron 39 personas.” (Vocero del órgano ejecutivo) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“El gobierno nacional de verdad creyó en la gente, por eso bajó los recursos, los que antes eran que manejaba el alcalde o el gobernador ahora van directo a las comunidades y la comunidad contrata sus obreros etc. entonces el gobierno invirtió muchísimo en los consejo comunal. Entonces, recursos que son para viviendas que antes lo manejaba un alcalde y contrataba contratistas que normalmente hacen las cosas a medias (…) ahora los recursos van directamente a la comunidad y ésta contrata sus albañiles.” (Vocera de finanza) -“Iba caminando el consejo comunal y Fundacomunal por el barrio, casa por casa para determinar las necesidades, si ver si era verdad las fotos presentadas, parecía una asamblea general.” (Vocero de vivienda)

A.2. Mixto: No se encontraron ejemplos de este tipo de financiamiento en el material sistematizado y analizado.

A.3. Propio: Consejo comunal Explosión Campesina:

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-“Se le ha presentado a las instituciones lo de las casas, la electricidad. Pero no es algo que nosotros decidimos, sin que es algo de lo que estamos esperando el apoyo. Porque decir “El consejo comunal va a instalar los postes”. No hay el recurso económico para hacerlo” (Vocero de vivienda) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Si hay empleo fue creado por la organización (el que atiende, el que despacha, porcentaje de la vente etc.), fue aprobado por la asamblea, por ejemplo si se hizo la farmacia impulsada por el comité de salud. Comité de servicio digo por falta textilería y bloquera, nos transfieren los recursos y empezamos a hacer bloques, ¿quién los va a hacer? Alguien del comité, de la comunidad, los va a vender. Hay empleo pero tienes que generarlo con la organización y decidido por la asamblea.” (Vocera de finanza)

B. Respecto de los impedimentos al consejo comunal B.1: Burocracia Consejo comunal Explosión Campesina: -“Asistimos a reuniones, hicimos proyectos, y esos proyectos se cayeron… Realizamos un proyecto de vivienda, con Funda Comunal. Reunimos todos los requisitos, fuimos varias veces a Funda Comunal regional. Nunca nos atendieron, nos decían… por cualquier cosita nos rechazaban… que “había mucha gente” que “estaba colapsado” (Coordinadora de la unidad financiera) -“La idea era nosotros organizarnos para poder gestionar los recursos para nuestro parcelamiento. Bueno, hicimos el proyecto de vivienda, nunca nos atendieron, y fue un proyecto que nos costo, porque hay que reunir una serie de requisitos que expide Funda Comunal. Luego como no nos recibía Fundacomunal la Alcaldía de Maracaibo nos dijo que nos iba a ayudar. Y ella nos tomó el paquete, ella lo fue a presentar el proyecto a

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Funda Comunal. Tampoco se lo recibieron porque tenía que ser… habían cambiado ya la metodología y había llegado un nuevo director de Funda Comunal… Y ya no aceptaba que la Alcaldía metiera, porque ella ya había metido muchos proyectos. Total que el proyecto nunca llegó a su fin.” (Vocero de vivienda) Consejo comunal Cuicita: -“Aquí las cosas no caminan, los proyectos no caminan por la burocracia.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Este consejo comunal recibió financiamiento dos años y medio después de estar constituido, incluso a algunos se les vence el período y todavía no han recibido. Hay mucha lentitud y eso tiene que ver con la burocracia.” (Vocero del órgano ejecutivo) -“En el diagnóstico de necesidades, el área de viviendas no era una prioridad, la prioridad eran agua, alumbrado público y seguridad, de bienes y personas. Pero en el censo que hace el consejo comunal cuando se constituye, fuimos viendo el estado de las casas, los pisos rotos, las paredes, los espacios tan reducidos etc. fuimos viendo y aparece el gobierno con un programa de mejoras e hicimos una asamblea y la gente dijo que si.” (Coordinadora general del órgano financiero) Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Principales obstáculos que tuvo el consejo: la burocracia, por ejemplo en Fundacomunal, en menos de un año cambiaron 6 directores,

y eso pierde los

proyectos.” (Vocera de finanza) -“Muchas veces el estado dice su política por ejemplo crédito de vivienda, pero en el diagnóstico de la asamblea vivienda estaba en el cuarto lugar, entonces te tienes que montar en eso.” (Vocera de finanza)

B.2. Centralización institucional:

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Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Todos los proyectos van vía Fundacomunal, nosotros queremos que se amplíe, si tienes un ministerio de hábitat y vivienda, quién mejor que ellos para trabajar con el tema de vivienda, si tienes un ministerio de salud que mejor que ellos para bajar recursos para la farmacia comunitaria. Entonces el ministerio de cultura por ejemplo debería tener recursos para bajar a los comités de cultura, se trabajaría mejor, que no todo lo haga Fundacomunal.” (Vocera de finanza) -“La capacidad es un problema, hay demasiados CC para la capacidad de respuesta de Fundacomunal que es limitada.” (Vocera de finanza) -“Uno de los problemas con las instituciones es la descoordinación entre ellos.” (Vocero de vivienda)

B.2. Oposición política: Consejo comunal Luchemos por la Verdad: -“Acá en el estado de Zulia y en Maracaibo no tenemos nada de gobernación ni Alcaldía en cuánto a la transferencia de recursos pero en los otros estados y provincias los alcaldes y gobernadores bolivarianos transfieren recursos a los CC, además del Safonac. Dónde hay alcaldes bolivarianos están haciendo mucho mejor las cosas.” (Vocera de finanza)

C. Respecto de la toma de decisiones del consejo comunal sobre los recursos. C.1. Sí: Consejo comunal Explosión campesina:

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-“Nosotros mismos. Nosotros elegimos el modelo de la vivienda y nosotros mismos, el consejo comunal, que hay albañiles, hacemos las casas. Eso es lo que se hace y eso es lo que veníamos planificando hacer.” (Vocera de vivienda) -“Una vez que aquí bajen los recursos colectivos, ahí si decide la asamblea que hacer.” (Miembro de la contraloría social) Consejo Comunal Cuicita: -“En una asamblea se decidió que se iba a pagar (las cuotas al banco) en 10 y no 20, y fue unánime.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Fuimos a la asamblea y le hicimos la propuesta a los beneficiados: les vamos a entregar el dinero en tres porciones, y vamos a tener un sistema de control, hicimos formatos, acta compromiso, sistema de control propio. Acta con cláusula donde decía los deberes y los derechos de ellos como usuarios de crédito y el de nosotros como dándolos (eso no lo hacía nadie y el modelo lo tomaron en Fundacomunal) y fue iniciativa del órgano financiero.” (Coordinadora del órgano financiero) Consejo Comunal Luchemos por la Verdad: -“El criterio es la necesidad de la persona y la discusión colectiva de “si hace falta”, si el pana es de confianza.” (Vocera de finanza) -“Las normas van surgiendo a partir de las necesidades y los proyectos que van surgiendo porque por ejemplo una ley no puede regular todo entonces después que está la ley tenemos que como consejo comunal establecer las normas, y los estatutos para el consejo comunal.” (Vocero de vivienda) -“Por eso se arman reglamentos internos mientras se van solucionando problemas, perfeccionar los estatutos. Habrá tanto reglamentos internos como problemas, es perfeccionar estatutos.” (Vocero de vivienda)

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-“Proyecto de vivienda esperando a ser aprobado, 10 casas, la gente determinó a quienes iban las casas, algunos CC decían que sea por sorteo pero eso no puede ser, se puso el criterio de cuánto años viviendo en los ranchos y la situación. Por eso la aprobación debe pasar por criterio con varios factores: grado de la necesidad, cantidad de personas que se favorecen con el criterio, nivel de compromiso de la gente con el trabajo.” (Vocero de vivienda)

C.2. No: Consejo Comunal Luchemos por la Verdad: -“Muchas veces el estado dice su política por ejemplo crédito de vivienda, pero en el diagnóstico de la Asamblea, vivienda estaba en el cuarto lugar, entonces te tienes que montar en eso.” (Vocera de finanza)

D: Acciones ante los impedimentos. D.1. Sí: Consejo Comunal Explosión Campesina: -“Eso fue lo que nos prometieron (el INTI), todavía no nos lo han dado (…) el miércoles vamos unos. Ese señor (había prometido la carta agraria) lo ha protestado mucha gente. Es más, nosotros tuvimos la oportunidad de conocerlo porque vino en presidente del INTI a nivel nacional. Y a ese señor lo tuvimos, no secuestrado pero si retenido en el MAT, para que nos atendiera y nos diera respuesta.” (Coordinadora de la unidad financiera) -“Porque a veces uno tiene que armar el alboroto allá para que nos puedan escuchar.” (Coordinadora de la unidad financiera)

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-“Acontece que a ellos no los van a escuchar hasta que nosotros no formemos el vainero allá. Porque así es.” (Miembro de la contraloría social) -“Para hacer lo de ellos nosotros trajimos la institución hasta acá. ¿Pero sabes lo que tuvimos que hacer? Reunir 400 productores, 400. Para poderle hacer los papeles a todos los que le han dado créditos en estos días.” (Coordinadora de la unidad financiera) - “Por lo menos ahora le dije a ellos que si la Alcaldía no nos ayudaba con la vialidad, a arreglar la vialidad pues que nosotros hiciéramos una…que nosotros mismos nos organicemos y limpiemos las calles, con esfuerzo propio, que animemos a la gente… y si se puede.” (Miembro de la contraloría social) Consejo Comunal Cuicita: -“Necesidad de mucha insistencia a las instituciones, por ejemplo presentar 22 oficios/cartas de reclamo para la luz, a veces designamos a alguno que no es vocero ni directivo a la institución a arrecharse.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Hay que saltar, a veces se logra vía institucional pero a veces a ir que por la otra vía, hacerle por ejemplo en un acto a una ministra un volante, la gente va cazando a los ministros que tienen que ver con su área. Y la cosa a veces funciona porque a los días llaman desde Caracas, entonces hay que recurrir a veces a eso, nosotros tuvimos que ir por esa vía para algunos proyectos” (Vocero del órgano ejecutivo)

D.2. No: No se encontraron ejemplos en el material sistematizado y analizado

E. Respecto al apoyo en formación: E.1. Sí Consejo Comunal Explosión Campesina:

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-“Fuimos buscando a la gente de Funda Comunal. En aquel tiempo era Funda Común, no era Funda Comunal, ahora tiene el nombre cambiado. Y comenzamos, y empezamos a buscar la ayuda de ellos. E hicimos el consejo comunal.” (Coordinadora de la unidad financiera) -“Fundacomunal da cursos de capacitación. Enelven también, hemos hecho muchos. Yo creo que llevamos como 19. Y ahora me pasaron una lista, que hay como veinte más.” (Coordinadora de la unidad financiera) -“Ahorita se están haciendo muchas jornadas para informar a la gente, para educarla. Para decirle “tienes que hacer esto, tienes que hacer esto otro”. Entonces si hay dinero, si se le está dando dinero a los consejos” (Miembro de la contraloría social) Consejo Comunal Cuicita. -“Hay una sala de batalla social en esta parroquia, que es donde van los CC, miembros de patrullas del Psuv, Fundacomunal y generalmente la gente que está trabajando para la comunidad, y ahí cada uno plantea sus asuntos, sus problemas, los proyectos nuevos etc.” (Coordinadora general del órgano financiero) -“Fundacomunal nos ha dado capacitación en materia de contraloría social, en materia fiscal como todo lo que es presupuesto.” (Vocero del órgano ejecutivo) Consejo Comunal Luchemos por la Verdad: -“Ideas nuestras, del pueblo, que le hacemos llegar a Safonac, por ejemplo como debe darse la relación con sus promotores en las parroquias para evitar pasos burocráticos.” (Vocero de vivienda)

E.2. No: No se encontraron ejemplos en el material sistematizado y analizado.

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Ley Orgánica del Poder Popular, Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Protección Social, 2010.

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