TICS Y EL DESARROLLO DEL ARTE Y LA CULTURA ¿Una oportunidad para reducir la brecha entre norte y sur?
Marcelo Godoy1 El texto que a continuación se presenta, se trata de un conjunto de reflexiones sobre la relación de las tecnologías de la información y comunicación con la cultura y las artes, y que manera ha impactado el desarrollo de estas actividades a nivel regional. Lo primero que debo señalar es que se trata de un tema amplio y complejo, que para su análisis pormenorizado exige un trabajo de investigación de largo plazo, y en este caso, solo se realiza el recorrido conceptual y se muestran algunos datos presentes en bibliografía y en otros casos, en informaciones de carácter preliminar. Una segunda aclaración obedece al enfoque regional, que hace referencia a la región en el sentido de la realidad latinoamericana y también de provincias, acento relevante porque en ambas circunstancias la región se encuentra desplazada históricamente en una relación de centro-periferia, -o si se quiere- de campo-ciudad, desarrollosubdesarrollo. La aclaración no es menor, ya que el centro de esta discusión trata sobre la relación asimétrica entre norte y sur en su sentido hemisférico y de provincias en la producción y distribución de contenidos artísticos y culturales. Las tecnologías de información y comunicación surgen en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, y se observa un desarrollo sistemático durante la Guerra Fría, proceso del que finalmente surgirán aplicaciones civiles hacia fines de la década de los 70 (Castells, 1996)2. Desde aquellos primeros años hasta la fecha, vemos que su instalación ha generado un nuevo paradigma tecnológico, y a su vez, ha replanteado el concepto de desarrollo social, económico y cultural. Además, la penetración profunda de estas nuevas tecnologías viene acompañada de una expansión global del modelo neoliberal, trayendo consigo una serie de oportunidades y desafíos, que nos obligan a pensar y utilizar estas tecnologías para el desarrollo del arte y la cultura. Por lo tanto, cabe preguntarse, si este nuevo paradigma tecnológico es una oportunidad para salir de la exclusión de Latinoamérica, en relación a los beneficios económicos, sociales y comunicacionales que genera la circulación de contenidos, dejándonos relegados con un 5% de dichos beneficios a escala global. Además, debemos considerar que la implementación de los modelos de libre mercado, generaron un desarraigo de nuestras industrias culturales, que han sido traspasadas a corporaciones multinacionales, inhibiendo el acceso y distribución de contenidos latinoamericanos para Latinoamérica. Me pregunto, si este momento es una oportunidad para que desde la autogestión, desde la localía, puedan generarse y distribuirse contenidos que expresan una diversidad cultural, que hoy se encuentra en un punto de inflexión, entre la avalancha de contenidos globales y las inteligentes 1
Antropólogo, Dirección Museológica UACh, casilla 567 mail:
[email protected]
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Castells, M. 1996. La Era de la Información. Alianza editorial.
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acciones de marketing de la “glocalización corporativa”. Me pregunto, si las TICs facilitarán la producción y circulación de nuestros mensajes o contenidos, para salir de una posición de desigualdad estructural con respecto a Norteamérica, Europa y Asia. Tal vez. Se trata de una oportunidad en la medida que definamos una posición sobre el tipo de sociedad que queremos. Tendremos que optar por una sociedad de la información, entendiéndola como un modo de desarrollo informacional, con acento en la innovación tecnológica como motor del desarrollo económico, versus, una sociedad del conocimiento o del saber compartido, como motor del desarrollo humano. Las opciones dependerán del uso y los principios con los que hagamos uso de la tecnología. La tendencia mundial muestra una creciente expansión de uso de TICs en las actividades sociales, económicas, culturales y políticas a escala global, existiendo – obviamente- lugares donde la brecha tecnológica aún impide la implementación de este modelo de desarrollo. Por ende, los temas de arte, cultura y patrimonio, no están ajenos a la problemática de la producción y flujos de contenido en un mundo donde la información y el conocimiento forman la base de una nueva economía y una sociedad donde la experiencia cultural se ha transformado en un recurso económico, social, cultural y político. Donde los medios de difusión juegan un rol preponderante en la circulación y consumo de mensajes. Se trata de un momento en que la obra artística y/o cultural cobra relevancia en el mercado de contenidos no solamente físicos, sino también digitales3. La OCDE considera que los contenidos son un aspecto predominante del desarrollo socioeconómico, y afirma que las industrias y las actividades creativas son consideradas como estratégicas en la economía de la información (CAM, 2009: 43). Para fines de este documento consideraremos la industria de contenidos a los videojuegos, música, cine, televisión y radio, publicaciones y publicidad. Para referirnos a la región, habrá una particular dedicación a la música como manifestación artística y cultural, así como sector productivo. Los contenidos digitales presentan características que son particulares con respecto a los contenidos fijados en soportes físicos; son dinámicos más que estáticos, móviles, siempre disponibles, convergentes, horizontales e inalámbricos. Del mismo modo, el receptor de contenidos presenta un comportamiento activo, participante, productor, creador, desarrollador. Vale decir, se trata de contenidos en movimiento, sin territorio, en tiempo real, que pueden ser demandados o activados por cualquier persona, en cualquier dispositivo, momento o lugar. La expansión del uso de plataformas digitales es evidente, aunque todavía existen fuertes barreras legislativas (limitaciones geográficas, por ejemplo), de infraestructura (disponibilidad de las redes, velocidad, precio) y tecnológicas (interoperabilidad,
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Para detalles ver “Contenidos digitales: Estudio sobre el estado actual y perspectivas futuras”. Clúster audiovisual de Madrid, 2009.
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portabilidad, interactividad total, personificación, digitalización rápida y barata de archivos tradicionales, etc.) para su instalación y operación igualitaria. En el cuadro que vemos abajo, podemos apreciar el comportamiento de las industrias de contenidos en cuanto a su operación en plataformas de TICs, siendo común en todas, la categoría de alta a muy alta en el ítem de interoperabilidad y portabilidad, además manifiesta un creciente acceso móvil y el predominio del PC como principal dispositivo de acceso a contenidos y de retroalimentación de los usuarios.
Características de los contenidos en TICs.
Para el caso de la industria musical, según datos del Digital Music Report 2009 (IFPI, 2009), las ventas de música en Internet para el año 2008 crecieron un 25%. Esto supone una facturación de 3.700 millones de dólares, frente a los 3.000 del año anterior. En consecuencia, la música online representa ya el 20% del negocio de la industria, frente al 15% del año 2007. Sin embargo, en el mismo documento señala que el 95% de las descargas que se realizaron en 2008 fueron ilegales o no pagadas, por lo tanto, el aumento de la venta de música online todavía no es capaz de equilibrar los resultados de la industria, ya que las ventas globales de música han caído un 7% (CAM, 2009: 23).
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En consecuencia, el modelo de producción y distribución de la obra fonográfica en el soporte digital ha cambiado radicalmente la industria, al tener el artista la capacidad de poder generar su propia obra y red de distribución, al disponer el usuario acceso a descarga y promoción gratuita. Por lo tanto, se dispone de una cadena de valor donde las plataformas digitales se están transformando en un soporte que tiene injerencia desde la creación del contenido hasta la experiencia del receptor o consumidor de la obra, tal como lo muestra el cuadro.
El arte, cultura y TICs en Latinoamérica La sociedad de la información en Latinoamérica es fruto de la articulación públicoprivada, y del diseño e instalación de procesos de transferencia tecnológica, una de dichas iniciativas es el programa “Estrategias Nacionales de la Sociedad de la Información”, en base al acuerdo político de los estados de Latinoamérica y el Caribe con el Banco Interamericano de Desarrollo a fines de la década de los 904. Este programa propugnó un modelo de desarrollo que requirió y requiere de apoyo político de alto nivel, y que con el devenir de los años ha situado este nuevo paradigma tecnológico con distintos niveles de desarrollo para los países de la región (Piagessi, 2001). Parte de la discusión sobre la sociedad de la información, versa sobre si la instalación de estas tecnologías, plantea una continuidad o una ruptura con respecto a las revoluciones industriales europea y norteamericana de los siglos anteriores. A mi juicio, efectivamente hay ruptura en base a innovación tecnológica y aplicaciones, pero también se observan continuidades en la desigualdad territorial con que se producen dichas innovaciones, y para el caso que discutimos, Estados Unidos, Europa y Asia concentran el 95% de los contenidos, los medios para su circulación y los beneficios económicos y políticos derivados de dicha operación. En consecuencia, y al igual que
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Piagessi, D. 2001. Estrategias y recomendaciones para el desarrollo de la Sociedad de la Información en América Latina: Perspectivas del Banco Interamericano de Desarrollo. http://www.oei.es/salactsi/danilo.htm
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en el modelo de transferencia tecnológica de la industrialización, se nos impone un modelo frente al cual es necesario “actualizarse” para no quedar en condición de “brecha digital”. Por lo tanto, disponemos de un proceso de instalación de la sociedad de la información, articulado en torno a los ejes de acceso a la tecnología (económico y cultural), diseño e implementación de aplicaciones para el sector público y privado, y desarrollo de marcos normativos que permitan su operación. También, vemos un cambio en la concepción del arte, cultura y patrimonio como valor económico, político y simbólico del arte, entendidos como bienes y servicios con capacidad de rentabilidad económica y social. Del mismo modo, vemos surgir marcos jurídicos e institucionales que buscan fortalecer el desarrollo de estos ámbitos, aunque con enormes brechas de financiamiento e información. Mientras estos procesos ocurren, simultáneamente, el poder corporativo ha fagocitado nuestras industrias culturales, teniendo como ejemplo el traspaso de la industria editorial argentina y mexicana a multinacionales (García Canclini, 2002)5. Oscilamos entre el desarraigo o la auto-marginación de nuestros contenidos artísticos y culturales, y dependemos de la necesaria actualización de nuestros marcos normativo, institucional y tecnológico, para así evitar la continuidad de la exclusión de los circuitos de contenidos, y por ende, la invisibilización de nuestros contenidos culturales frente a la voluptuosa narrativa global. Por lo tanto, si queremos ocupar un lugar en la circulación de contenidos, el desafío es avanzar desde los modelos privatizadores impuestos por el modelo de mercado (majors) hacia modelos de autogestión local. En este sentido las TICs pueden constituir un nuevo instrumento para la creación y una oportunidad para mejorar nuestras condiciones de producción, distribución y uso/usufructo de contenidos. Por ejemplo, al analizar la distribución de las producciones fonográficas según tipo de sello discográfico, durante el año 2006, los sellos majors o multinacionales, en conjunto sumaron sólo el 22.8% del total de producciones, es decir, de los 497 títulos nacionales producidos en ese período, 384 fueron producidos por sellos independientes o por autoproducciones locales. En lo que se refiere a volúmenes de venta, los majors dominaron con un 82%, quedando el saldo en manos de los sellos chilenos. En este contexto, la venta de CD dominó ampliamente el mercado, sin embargo, en Chile, las ventas en unidades han disminuido en un 62,3% en el período 1996-20066 (CNCA, 2007). Existe un evidente desequilibrio entre la generación de obra fonográfica y circulación y acceso a usuarios locales, la situación se puede explicar por falta de recursos para mejorar el marketing, pero también por asumir el riesgo de poner en circulación contenidos que no necesariamente tienen una vocación estrictamente comercial, actitud que plantea la necesidad de innovar en los contenidos, en la filosofía de cómo se plantea la producción de obra fonográfica chilena.
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García Canclini, N. 2002. Sudamericanos buscando lugar en este siglo. Ed. Paidós. CNCA, 2007. Propuesta de Política de Fomento de la Música Nacional 2007-2010.
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Sobre el comportamiento de esta industria y TICs, el mismo documento señala un cambio en las cadenas de valor para este sector, indica que para el año 2005, las plataformas digitales fueron el canal de distribución de mayor crecimiento global, en solo dos años los ingresos por ventas digitales crecieron de cero al 6%, las descargas pagadas de canciones se duplicaron en un año y también se duplicaron los suscriptores de música en Internet, y en términos de portabilidad, el teléfono móvil se ha convertido en “el” dispositivo portátil para descarga y disfrute de música.
Cadena de valor de la industria musical en plataforma digital
Fuente: Diagnóstico PMV 2010. Industrias Creativas los Ríos
Entre las plataformas de distribución chilena, resalta www.portaldisc.com, cuyo catalogo está compuesto por 1.700 discos, con un volumen de visitas mensuales de 110.000, presentando un crecimiento del 100% entre el año 2009 y 2010, un ejemplo del crecimiento de las ventas se grafica en la descarga de 2.000 discos en septiembre del 2010. En lo que se refiere a una plataforma dedicada a la promoción destaca el trabajo de www.potq.cl, espacio que genera mensualmente 900.000 pages views, y acceso a los servicios de radio y tv con 250.000 visitas mensuales
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Gentileza de www.portaldisc.com y www.potq.cl
Una aproximación al comportamiento del sector musical con los medios digitales en la Región de los Ríos, es el trabajo desarrollado por Flores y Schwerter (2009), quienes realizaron un levantamiento de información sobre la gestión cultural asociada a la producción de obra musical en Valdivia. Los datos evidencian que internet es la plataforma de preferencia para la difusión de obras y eventos, tal como lo muestra el cuadro de abajo.
Fuente: Flores y Schwerter, 2009
Otro dato significativo, que da cuenta de las brechas a resolver en cuanto a distribución de los contenidos musicales regionales, es constatar a partir de este estudio, que el 50% de la música regional se distribuye en la región, aspecto positivo en el sentido que hay condiciones de acceso local, pero al mismo tiempo da cuenta de una débil penetración a otras audiencias y mercados, con un 29,26% a nivel nacional y un 19,51% internacional. En el estudio Diagnóstico Polo Musical Valdivia, que se ejecuta en el marco de las iniciativas del Clúster de Industrias Creativas, la información preliminar sobre medios de difusión a escala comunal, da cuenta de la presencia de 67 medios, con frecuencia de tres radios por comuna y un total de 11 websites, pero también se observa una clara concentración de medios y prensa especializada en la capital regional con un 42% (SCA, 2010). Los sitios de internet están mayoritariamente concentrados en Valdivia, y tiene a cubrir noticias de carácter cultural habiendo solo tres enfocadas a la difusión de música y ninguno hasta la fecha, abocado a la distribución digital. Desafíos y oportunidades en la Región de los Ríos.
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La región de los Ríos, es un territorio con alta diversidad cultural, ya que en él interactúan poblaciones originarias, numerosas colonias europeas y población mestiza, asentadas desde tiempos de la temprana colonia española. Durante los primeros años del siglo XX, la región, y en particular su capital, fueron un símbolo del desarrollo industrial, generándose una amplia oferta de bienes y servicios producidos bajo el paradigma tecnológico propio de la época. En este contexto, fue relevante la llegada de las primeras máquinas fotográficas y fonógrafos, tecnologías mediante las cuales se produjo un interesante registro de la realidad cotidiana y la reproducción de fonogramas en la incipiente industria musical global. Traigo a colación estos datos, porque de alguna manera simbolizan una antesala donde imagen y sonido atraerán el interés de investigadores y artistas para asentarse en Valdivia y la región. Los datos son escasos dada la falta de investigación cultural regular7, sin embargo, durante el proceso de instalación del programa de Mejoramiento de la Competitividad, Dallberg como consultora preocupada de generar la información y plan de trabajo, relevó que en la región de los Ríos hay 112 empresas audiovisuales (radio, tv y cine), 171 empresas del rubro diseño e impresión, 58 de publicidad, 7 del rubro fonográfico, 6 centros culturales, 5 empresas medianas de software de gestión, 13 empresas de diseño web. Estas empresas alcanzan ventas anuales por aproximadamente 7.615 MM$ y generan 1.441 empleos. Señalan que la ciudad cuenta con actividades culturales bien establecidas y reconocidas a nivel regional y nacional, tales como el Festival de Cine, Simposio de Escultura, Valdivia y su Río, Concurso Literario Fernando Santiván. También otras emergentes, tales como las muestras de Música Independiente, Encuentro de la Industria Musical Chilena, Festival de Música Electroacústica, Encuentro de Música Chilena Contemporánea, Festival de Cine de terror, entre otras. Además cuenta con una importante población universitaria, lo que le ha permitido dar a la ciudad un ambiente creativo y una identidad particular. A partir de este diagnóstico, se ha identificado un sector de desarrollo potencial, que necesita ser articulado, y para que dicho proceso cobrara forma se operó con el apoyo de la Agencia Regional de Desarrollo Productivo, institución que bajo un modelo de clúster, está promoviendo el mejoramiento para la competitividad del sector de industrias creativas (PMC), donde la innovación, el uso de plataformas TICs, el desarrollo de conocimiento avanzado y el talento, constituyen los ejes para un desarrollo social, económico y sustentable para la región. Según la consultora, la posición de Valdivia corresponde a la de un pre-clúster, en el sentido que son evidentes una serie de brechas que hay que subsanar para su mejoramiento competitivo, la región presenta un valor de 1,67 en una escala de 1 a 48, 7
Se trata de una brecha presente no solo en la región de los Ríos, sino que los temas de arte, cultura y patrimonio carecen de un estudio pormenorizado y estructurado para la toma de decisiones. Hay antecedentes de investigación cultural asociado a patrimonio cultural (FONDEF 3Di1166), así como investigaciones puntuales de CORFO y tesis de estudiantes.
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El nivel de clusterización se obtiene de la evaluación de los diferentes componentes de las dos dimensiones (estructural y dinámica) y su calificación en los rangos determinados para cada situación. Los elementos estructurales que se consideran en este análisis son la especialización geográfica, ventajas comparativas, condiciones de la demanda, cadena de Valor, economías de escala, economías de especialización y diferenciación. Los elementos dinámicos incluidos en el análisis con Grado de cooperación, liderazgo y capital social, cultura empresarial, desarrollo institucional y redes, desarrollo tecnológico y orientación competitiva, competencias laborales, interacción con la Política Pública (Dallberg, 2009).
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en una posición cercana a la emergencia de Valparaíso (2,0) y Santiago (2,5). Lo interesante de la situación regional es la existencia del interés y trabajo genuino desde la base social y empresarial, y la clara intención política administrativa por fortalecer el sector cultural y creativo como motor del desarrollo social y económico, tal como lo refleja la Estrategia Regional de Desarrollo Productivo para la Región de los Ríos (2009), y que esperamos tenga un compromiso público sistemático y continuo hasta el 2019, como lo plantea el plan de trabajo de este instrumento rector. Otra oportunidad para la industria musical es la existencia de la iniciativa Polo Musical Valdivia, que está en fase de diseño y contempla entre sus ejes contribuir a hacer de Valdivia y la región, una plataforma para espectáculos en vivo, plataforma de producción fonográfica, espacio de reflexión y formación en música chilena, y espacio para la convergencia con las TICs e industria audiovisual. Este plan de trabajo viene acompañado de ciertos principios de la institucionalidad cultural que promueve el desarrollo de polos regionales y la reconversión tecnológica de las industrias de contenido nacionales hacia las TICs. Si bien, quedan asuntos pendientes en cuanto acceso tecnológico, mejoramiento de marcos jurídicos y fortalecimiento de la institucionalidad, es evidente que se están dando particulares condiciones políticas, económicas, culturales y sociales, y una clara visión de modernización de las cadenas de valor para las industrias de contenidos en nuestro país y región de los Ríos.
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