TIEMPOS DE AVIVAMIENTO El mundo o El Reino

Más conferencias, videos, radio, T.V. cristiana y mucho más en www.alcanceizcalli.com.mx TIEMPOS DE AVIVAMIENTO “El mundo o El Reino” Santiago 4: 1 “

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TIEMPOS DE AVIVAMIENTO “El mundo o El Reino” Santiago 4: 1 “De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros? 2 Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” Introducción. Hemos conocido que Dios nos amó tanto que nos dio a Su hijo Jesús para quitar de en medio toda enemistad que nos separaba de Él. Jesús dijo que éramos sus amigos y nos envió al Espíritu Santo para que fuera nuestro amigo en estos tiempos. Conocemos la amistad de Dios con nosotros, pero; ¿podremos ser amigos de Dios y al mismo tiempo amigos del mundo? Pues por lo que dicen las escrituras esto es imposible. Se trata de un principio de lealtad, pues quien se hace amigo del mundo se coloca la posición de enemigo de Dios. El mundo y Dios no tienen nada en común, existe una enemistad entre ambos. Son mutuamente excluyentes. Jesús lo dijo así: Juan 17: 11 “Y ya no estoy en el mundo; mas

éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad” La oración de Jesús por todos nosotros, quienes creeríamos en Él, ratifica esta enemistad. “Yo les di Tu Palabra y como consecuencia: El mundo les aborreció”, porque dejaron de ser del mundo, como Yo tampoco soy del mundo.

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Si, Jesús había venido en carne y huesos, con una humanidad igual a la tuya y a la mía; sin embargo Él declara: “Yo no soy de este mundo” Y nosotros, los hijos de Dios, transformados por el Espíritu Santo en hijos a través de la fe en Jesús, tampoco somos del mundo; dijo Jesús. ¿De dónde somos entonces? Dice la Palabra de Dios por medio del apóstol Pablo: Filipenses 3: 18

“Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. 20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo” Sí, al nacer de nuevo lo hicimos en el cielo, allí hay una acta de nacimiento que acredita que tu nueva ciudadanía está en los cielos. Eres un ciudadano del cielo no por naturalización sino por nacimiento. Así que la fe en Cristo Jesús te ha hecho un ciudadano del cielo y por lo tanto, al igual que Jesús no eres de este mundo. Y la Palabra de Dios dada a tu mente y corazón crea una enemistad con el mundo.

El mundo acepta perfectamente todas las formas religiosas: Desde el budismo, el hinduísmo, la nueva era, y hasta han adoptado muchas de sus formas como el yoga, la meditación trascendental, la repetición de mantras, etc. Aceptan también el cristianismo cuando este solamente es una mera religión, pero lo rechaza inmediatamente cuando se habla de fe, de milagros, de comunión íntima con Dios, de unción y de santidad. Y Jesús, sabiendo que Su Palabra nos enemistaría con el mundo, no pidió que fueramos quitados del mundo, sino que fuéramos guardados del mal que hay en él. Es evidente que vivir en este mundo implica trabajar en diferentes empresas de este mundo, platicar y convivir con otras personas de este mundo, transportarse en los medios ofrecidos en nuestros tiempos, usar los avances tecnológicos disponibles, leer los diarios y libros de este mundo, ir a las escuelas de este mundo, etc. Pero Jesús dijo que no pertenecemos a este mundo, aunque todos los días convivamos con él porque vivimos en él. La oración de Jesús es: “Guárdalos del mal del mundo”, y la respuesta a dicha oración es: “El Reino de Dios” El mundo tiene un ambiente, una forma de pensamiento, muchas veces regional pero cada vez más global, formas de comportamiento aceptables, tendencias, etc. Todo esto es oposición y enemistad con Dios; pero tenemos a nuestra disposición el Reino de Dios. Un ambiente totalmente diferente, con pensamientos diferentes, con naturaleza diferente. Así que yo creo que ningún cristiano tiene siquiera cercano el pensamiento de ser un enemigo de Dios, por lo cual caber hacer la siguiente pregunta: ¿Qué significa entonces hacerse amigo de este mundo?

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DESARROLLO 1. Las grandes diferencias entre el Reino y el Mundo. He escuchado a muchos cristianos legalistas decir que el mundo es hacer uso de los avances tecnológicos o las modas en la forma de vestir o hasta la moda en las formas musicales. Algunos han dicho que la iglesia en lugar de llevar el Reino al mundo han metido al mundo a la Iglesia porque ya visten como el mundo, o porque se toca una música moderna dentro de ellas o porque se sirven de los grandes avances tecnológicos para sus cultos. De allí que muchas congregaciones cristianas prohíban a su gente tener televisores en sus casas, o hacer uso de internet, a las mujeres usar joyas, pantalones o artículos de vanidad, a los hombres tener el pelo largo, y a los jóvenes escuchar cualquier tipo de música. ¿Será que de esa forma habrían resuelto el problema de la amistad con el mundo? Quiero decirles que esta forma de pensamiento no es nueva. Ya desde el siglo XV, un fraile en la ciudad de Florencia, llamado Girolamo Savonarla, queriendo santificar a su ciudad para Cristo, persuadió con su predicación a la gente para que se alejaran de todo tipo de vanidad. Las mujeres tendrían que cortarse el pelo y dejar de usar adornos, llevaban sus vestidos de moda, espejos, pinturas de sus casas, adornos, libros y hasta instrumentos musicales a las famosas hogueras de vanidad. Pero ¿es esa la amistad con el mundo? Les sugiero que, para entender qué es esa amistad con el mundo, atendamos primeramente a las mismas palabras de Jesús: Ser guardados del mal del mundo implica ser santificados, o para que todos los comprendan, “apartados” del mundo por la verdad. “Santifícalos en tu verdad”, dijo. Si la verdad nos aparta del mundo, entonces podremos entender que el mundo está lleno de mentiras y perversión, algunas de ellas muy evidentes de distinguir pero otras más bien sutiles. Ahora bien, los instrumento que nos han sido dados para detectar las mentiras y apartarnos de ellas, son: la Palabra de Dios y el Espíritu Santo que es quien la revela. Juan 16: 13 “Pero cuando venga el Espíritu de

verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” El mundo y el Reino de Dios encuentran sus grandes diferentes en el pensamiento de las personas: Mientras que el mundo está lleno de gente que solo atiende a los sentidos de su carne y con ello toma decisiones de lo que es real y lo que no lo es, quienes somos del Reino de Dios no nos basamos en la realidad para la toma de decisiones sino en la verdad de la Palabra de Dios revelada por la fe mediante el Espíritu Santo. Sí, existe un férrea batalla en la mente: Hacerle caso a la lógica, a los argumentos bien razonados o a la locura de la fe. La primera demuestra la realidad, pero la segunda la verdad. El Espíritu Santo nunca nos revelará la realidad de las cosas, sino la verdad. Él nos guía hacia la verdad, el Reino de Dios es un Reino de Verdad.

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Así que podemos comprender que todo razonamiento, idea o pensamiento que se oponga a la verdad de la Palabra de Dios, es una mentira aunque sea real. Es por ello que dice el apóstol Pablo: Filipenses 3: 18 “Porque por ahí

andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; 19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal. Quien solo piensa en pensamientos terrenales pues es una persona que tiene amistad en el mundo y por lo tanto es enemigo de Dios o como lo dice aquí, enemigo de la cruz de Cristo. Creo que esto es bastante obvio, pero me gustaría que comprendieran al grave problema de la iglesia en nuestros tiempos: La simpatía de los pensamientos razonados del mundo y la simpatía también con los principios del Reino.

Apocalipsis 3: 15 “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca. Estas palabras fueron dichas en el marco del mensaje a las siete iglesias, en particular a la Iglesia de Laodicea. Jesús mismo les dar palabra profética a cada una de ellas, y a la Iglesia ubicada en esta ciudad le dice que es tibia, no caliente, no fría. El hecho, es que los habitantes de Laodicia podrían comprender muy bien lo que significaba tibieza. Sucede que el agua que alimentaba dicha ciudad era justamente así: Tibia. El origen de la tibieza del agua tenía lugar en dos afluentes: El primero era un río que descendía de las montañas cuya agua era fría; el segundo era un arroyo de agua muy caliente proveniente de un manantial que emergía desde lo profundo de la tierra. Ambos afluentes se mezclaban algunos kilómetros antes de que el río que abasteciera de agua a la ciudad. Si, el origen espiritual de una iglesia tibia es aceptar como buenos ambas formas de pensamiento: Las del mundo y las del Reino de Dios. Los cristianos que han adoptado ambas formas de pensamiento son cristianos sin poder, sin gloria, sin santidad, sin fuego en sus vidas. 2. Luz somos del mundo. Se que muchos cristianos tal vez preferirían haber sido quitados de este mundo para no quedar atrapados entre dos pensamientos, pero si Jesús no pidió que fuéramos quitados del mundo es porque tiene un propósito para nosotros. Dijo Jesús: Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado

al mundo

Si estamos en este mundo aún es porque hemos sido enviados por Jesús, de la misma forma en que Él fue enviado. Jesús no llegó al mundo por casualidad, sino con un propósito.

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Juan 9: 4 “Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. 5 Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo. Nuestro Reino es todo lo que toca la luz, le dijo el rey león a su hijo Simba. El preguntaba sobre aquel interesante lugar donde había sombras, y fue corregido por Su padre cuando el pequeño Simba dijo: “Yo creí que ser rey me permitía hacer lo que quisiera”. Ser rey es mucho más que hacer lo que quieras, es gobernar lo que está bajo tu autoridad. Jesús nos enseñó a pedir el Reino en lugar de estar pidiendo para nuestros propios propósitos e intereses. El Reino de Dios involucra nosotros ejecutemos la Voluntad del Padre y no que le Padre ejecute nuestros deseos. Si tu has sido hecho hijo de Dios, un rey dentro del Reino, donde Jesús es el Rey de reyes; entonces debemos comprender nuestro propósito de Reino en este mundo: “Ser luz de este mundo” Notemos por favor que el asunto ahora no es quedarnos en la posición de ser guardados del mal del mundo mediante la santificación por la verdad; sino de una posición de llevar la luz a este mundo en tinieblas. ¿Cómo se hace eso? Haciendo las obras de quien nos envió. La obra no es nuestra, es de Dios y nosotros colaboradores suyos. ¿Cómo puede haber luz en este mundo en tinieblas?

Isaías 60: 1 “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. 2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.3 Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento” Esta es la razón por la que aún estás aquí en este mundo. Porque aunque tinieblas cubran la tierra y haya oscuridad en las naciones, sobre ti ha amanecido el Señor, sobre tu Su Gloria puede ser vista. Su Gloria es luz para las naciones, Su santidad es luz, Su Palabra es luz, Su Espíritu es luz para las naciones. 3. Ministración. Mis amados, decidamos ahora mismo sembrar para el Espíritu para cosechar del Espíritu, demos a Dios el lugar que le corresponde en nuestro tiempo y en nuestras decisiones, busquemos con pasión la verdad de Su Palabra en el Espíritu. No nos permitamos una iglesia tibia donde pensamientos del mundo y Reino confluyan en tanto que nos creemos diferentes del mundo por la música, el vestido o la apariencia. Si eres un hijo de Dios entonces cree en Su Palabra y deja tus costumbres, pensamientos y sentimientos a un lado; porque sobre ti Dios ha prometido amanecer Su Gloria para que seas luz de este mundo. No te permitas la amistad con el mundo que te coloca como enemigo de Dios. Si has sido redimido por la sangre de Jesús, mantén tu lugar como Amigo de Dios.

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