Story Transcript
BASURA
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Manuela Oyarzún Grau. Todas las cosas que deseché y aún servían de algo.
1. “R” DE RADIO.
Flora: A mi no me gusta hablar, me cuesta, … hay veces que me cuesta hasta pronunciar muchas palabras, por vergüenza, se me van de la boca ¿se da cuenta...? cuando se me traba la lengua me tapo, es que me da mucha vergüenza. No me amurro pero la verdad es que si,
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me da rabia no poder expresarme como una persona normal, que las frases se den vuelta y sale cualquier cosa, Es terrible empezar algo y no poder terminar, saludo a alguien cuando voy al almacén y se me olvida el nombre, me muerdo la lengua nomás. ¡Estamos como estancados creo yo!… es como un oasis, le dicen la tierra de hoyos, desde lejos peor, un tremendo sitio horacio. Si usted le saca a este pueblo los postes y el asfalto, nos vamos (derechito) al año de la ñauca y nos volvemos picunches… Cuando vinieron hace años desenterraron montones de huesos allá en la cuenca en el estero, nadie sabía, que anduvieron callados, nos engañaron diciendo que era un vertedero para que fueran a descargar allá nuestros excrementos, basura entiende, basura piensan que son nuestros cuerpos, los tiraron como caca en ese hoyo y ahí se desperdiciaron, nos trataron de cagones. gente que le faltaban cosas para ser cuerpos, los sacaban en bolsas pláticas negras para que no viéramos, estaban deformes, se veía grotesco, feo, querían que pensáramos que era nuestra mugre la que estaban excavando, no somos tontos, no somos tontos, nadie se acuerda de eso. Eso… era eso. Gracias.
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(la radio se apaga, silencio total. Pausa)
2. “R” DE RUTH Televisor prendido tras una puerta con espaldas de hombre y mujer cansados.
(una mesa de diario, un mantel de plástico, Sergio sentado a la mesa mirando la paila de huevos sin comer. Una puerta abierta al fondo deja ver una tele encendida, Ruth no ha dormido en toda la noche, él piensa en la bandera y ella lo quiere para él).
Sergio: Prende la radio.
(pausa)
…Cambia el canal...
(Pausa. Sergio se levanta a buscar...)
Ruth: No hay pan…
(Sergio vuelve a la mesa, se sienta inmóvil)
no comas con casaca…
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Sergio: La sal
(a ella se le cae, tira tres puños hacia atrás y se la ofrece con brusquedad) Ruth: espérate, nos podemos pelear… (le da risa a sí misma)…
Sergio: ¿qué pasa?
Ruth: Nada, como siempre nada. (silencio) … come luego mejor…
(Sergio la mira mientras mastica)
¿qué me trajiste? (saca objetos a materiales y hace algo con ellos)... ¿y esto?
Sergio: No sé, puede servir…
Ruth: …Tengo que ir donde la Gilda para ayudarle con las cortinas…
Sergio: ¿Y el vestido?
Ruth: Sácate la casaca
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Sergio: No.
Ruth: Entonces no.
Sergio: No... (piensa) ¿y cuando? Ruth: Hoy día no, te dije… mañana
Sergio: No.
Ruth: Si.
Sergio: ¿y ayer?
Ruth: ¿Ayer? sí
Sergio: si qué
Ruth:
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Bien…
Sergio: Qué bien
Ruth: Nada
Sergio: ¿cómo nada?
Ruth: Nada.
Sergio: No vale nada
Ruth: ¿y que querís?
Sergio: Todo
Ruth: ¿pá qué?
Sergio: No sé.
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Ruth: Viste…
Sergio: Te estoy diciendo
Ruth: Si ya te oí
Sergio: ¿Entonces?
Ruth: Entonces qué
Sergio: Dime tú… (Ruth lo mira fijamente) ¡¿qué?!
Ruth: …estay metiendo la manga en la comida.
Sergio: Ah…
Ruth: Cuidado…
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Sergio: Mañana…
Ruth: Quizás
Sergio: No sirve guardado en una caja.
Ruth: Mañana te dije… (pausa)
Sergio: No sirve de adorno.
Ruth: Me compré mis tinturas…
Sergio: Es lo único valioso en esta casa.
Ruth: Cállate.
Sergio: hazme caso
Ruth:
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ya mami
Sergio: ¿qué?
Ruth: Mami…
Sergio: ¿qué?
Ruth: Nada. (Sergio deja el plato, Ruth inmóvil. pausa) Sergio: Floja.
Ruth: Soy floja.
Sergio: mmm…
Ruth: tengo las raíces asomadas de tanto pasar rabias con vó…
Sergio: (pausa) ¿Cuánto costará mandarle a hacer a tu amiga unas banderas tricolor… sin estrella?
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Ruth: Cinco lucas, ¿Por qué?
Sergio: Por nada…
Ruth: (Extrañada) Puta que me caís mal…
3. (Sergio llama al gato por debajo de la mesa tapada por el mantel de plástico)
Ruth: ¿para qué haces eso? No tenemos gato… Tengo que limpiar tu camisa.
Sergio: (con una calma parecida a la nada…) Limpiar tu camisa. Ruth: Si… ¿qué dije?
Sergio: Limpiar tu camisa…
Ruth: Levanta el ala…
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Sergio: Levanta el ala…
Ruth: La otra…
Sergio: (continua) limpiar tu camisa levanta el ala la otra
Ruth: …bájala…
Sergio: limpiarte el ala levanta la otra baja tu camisa …
(la mira desde abajo, ella aprovecha de limpiar su cuello. Es una escena amorosa)
Ruth: Agacha la piñata… (el se deja limpiar un tiempo) tenís un hoyo… (lo palpa minuciosamente)… qué raro, que será… Sergio: Nada.
(Sergio se corre delicado. Ruth lo mira, se tocan, se besan detrás de un refrigerador, cosa de ellos) Sergio: …háblame…
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Ruth: …el gato quiere entrar…
Sergio: …eso…
Ruth: …El gato tiene hambre…
Sergio: …otra cosa…
Ruth: …Pobre gato…
Sergio: …Me gusta…
Ruth: …¿dónde está la leche?... ¿dónde está?..
Sergio: mas…
Ruth: ¿la leche del Tito?... ¡¿dónde está?!
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Sergio: …Es un gato nomás…
Ruth: …anda triste…
Sergio: Cuando se ha visto que un animal tenga pena…
Ruth: Yo tengo pena.
Sergio: ah...
4.
Ruth: ¿qué pensai? (su seco y quebrado pelo) …cacha la ensalada que tengo en la cabeza.
Sergio: Es por el polvo…
Ruth: ¿Cómo me vería color zanahoria?…
Sergio:
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Todavía no entregan las mascarillas…
Ruth: (desinteresada) mmm…
Sergio: No te puedo contar… (Ruth lo mira sin expresión) ayer se intoxicaron los del segundo turno, se están enfermando. Hay alguien que está dejando unos bultos contaminados, los abren pensando que son para reciclaje y se contagian.
(pausa)
Ruth: Mentira…
Sergio: Yo no miento…
Ruth: Yo tampoco.
Sergio: ¿Y quién te preguntó?
Ruth: Estoy triste Sergio: Triste…
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Ruth: No, triste no, aburrida.
Sergio: Aburrida…
Ruth: Se me enferma el pelo, se me enreda, cacha, cacha…
Sergio: Déjate de alegar.
Ruth: Voy a salir a tomar aire…
Sergio: Toma la bolsa, no quiero verte fumando, ponte sostenes y sécate ese pelo que te vas a enfermar.
Ruth: ¿Cómo me vería color zanahoria?…
Sergio: Horrible...
Ruth: Tú.
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(ruth sale. Sergio solo por unos instantes, la visión de un presidente)
5.
Sergio: Basura.
Ruth: No sabís hablar de otra cosa
Sergio: ¿Qué te hiciste?
Ruth: ¿Porqué?
Sergio: Tu pelo, está distinto
Ruth: Me creció
Sergio: No me había dado cuenta
Ruth: Me imagino. Cuando me lo corte alguna vez voy a vender el moño para que hagan una peluca y con la plata la voy a comprar y te la voy a regalar.
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Sergio: No necesito
Ruth: Nosé… nosé, Sergio…
Sergio: (agobiado) Nos están envenenando con los químicos de los deshechos.
Ruth: ¿y rubia?
Sergio: Hoy tenemos junta para ver qué pasa y mañana votamos…
Ruth: mañana es feriado…
Sergio: ya hay 12 detenidos…
Ruth: No vayas…
Sergio: Los tarros están llenos.
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Ruth: ¿Cómo que están llenos?
Sergio: La vecina dijo que la basura lleva acumulada 3 días.
Ruth: ¿La Gilda? ¿3 días? Una vez demoró 14 días y… (suspenso) La Gilda nos invita a almorzar…
Sergio: 9 millones de kilos de basura al día.
Ruth: nunca vamos…
Sergio: Se viene el paro, mataron a un hombre, parece que venía en el camión todos los días… afuera están diciendo que pasarán dos semanas antes que venga alguien a retirar los escombros.
Ruth: No te estoy escuchando…
Sergio: Dos semanas… Eso es mucho, nos vamos a rodear de contaminación... las bacterias… el contagio, qué vamos a comer…
Ruth:
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No comamos, adelgacemos
Sergio: Vamos a desaparecer
(pausa) Ruth: Da lo mismo, quién nos va a echar de menos
Sergio: Los que nos conocen
Ruth: no conoces a nadie
Sergio: trabajo todo el día
Ruth: trabajas toda la noche
Sergio: es mi día
Ruth: en el día no se duerme, o sea la siesta, pero yo estoy cansada
Sergio:
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en la noche eres vieja, tu te acuestas y yo soy joven, yo no paro.
Ruth: No paras detrás de un camión
Sergio: Es mi máquina
Ruth: Es de la Municipalidad, y tu vas detrás de ella como perro.
Sergio: Me encantan los perros
Ruth: Mentiroso, te gustan los gatos.
Sergio: Me gusta todo lo que se toma entre los brazos
Ruth: Agarra la aspiradora…
Sergio: Hace poco éramos jóvenes, parece que ya no.
Ruth: No. No somos.
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(Pausa. Ambos realizan acciones cotidianas. Se tiran las bolsas de un lado a otro Sergio se viste y agarra la aspiradora, Ruth piensa mientras ayuda) 6.
Sergio: ¿sabes que encontré ayer?
Ruth: no Sergio: Un feto como de tres meses, lo pusieron adentro de una bolsa de plástico y lo descubrí en la medianoche cuando revisaba la basura en el tercer turno. Era deforme, no tenía piernas y la cabeza venía pegada a la costilla derecha… lo dejaron envuelto con el punto verde.
Ruth: ¿porqué?
Sergio: No sé, esperarían que alguien lo recogiera para reciclaje por si servía de algo.
Ruth: Es raro.
Sergio: Las almas raras no las quiere nadie.
Ruth:
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yo te quiero a ti, yo, que soy rara.
Sergio: no podemos quedarnos con la basura en la casa, van a llegar las hormigas y después otros bichos…
Entra Gilda, la mujer barbuda.
7.
Sergio: Buenas tardes caballero, ¿que busca?
(Gilda sonríe)
Ruth: ¡¿qué te pasó?!
(Sergio le da la mano a Gilda como si no la conociera)
Sergio: No sabía que se conocían.
Ruth:
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¡¿qué hiciste?!
Sergio: ¿quiere pasar?
Ruth: Pobrecita, querida…
Sergio: ¿Querida?
Ruth: Sergio es la Gilda, mira lo que le pasó.
Sergio: ¿usted? (la mira con curiosidad como si no creyera)
Gilda: No me pasó nada.
Ruth: ¿porqué tienes esa barba?
Sergio: Sientese cómodo… perdón, cómoda
Gilda: No importa, ya me acostumbré
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Ruth: De cuando no nos vemos
Gilda: Hace un mes
Ruth: Y que es de tu vida, ¿todavía coses cortinas?
Gilda: Si, y me pagan más, creen que soy hombre que cose y eso funciona bien, es raro.
(Ruth la abrasa con compasión, Sergio se pone nervioso.)
Sergio: Señor, nosotros íbamos a…
Gilda: Tan maleducado siempre
Ruth: No le digas señor
Sergio: Parece señor
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Ruth: Es la Gilda
Sergio: La Gilda con cara de señor, que quieres que haga.
Ruth: No le digas señor.
Gilda: Venía para avisarte que estoy terminando el vestido pero necesito que te lo pruebes. Voy a venir mas tarde. (sale misteriosa)
Ruth: La ofendiste
Sergio: Cómo no nos dimos nunca cuenta que era un señor… Ruth: No es, algo le pasó…
Sergio: Ahora entiendo porqué viene tanto…
Ruth: ¿qué?
Sergio:
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Nada. (Pausa. Suena el teléfono)
8.
Sergio: Yo contesto
Ruth: Es para mi.
Sergio: No.
Ruth: Si, es del concurso
Sergio: No, es para mi.
Ruth: ¿tu sabes quién es?
Sergio: No, pero ¿aló?… (atiende el teléfono) cortaron de nuevo.
Ruth: ¿ves? Es para mi.
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Sergio: ¿porqué no preguntan?
Ruth: Porque no saben que no vivo sola.
Sergio: ¿y qué les dijiste?
Ruth: Qué te importa.
Sergio: ¿para qué te haces la interesante?
(suena el teléfono Sergio sólo escucha y viene un sonido como de interferencia, le hace escuchar a Ruth que también lo encuentra raro)
Ruth: puede que llamen de otro país Sergio: Imposible (corta)
Ruth: ¿y porqué no?
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Sergio: nos quieren asustar.
Ruth: ¿porqué?
Sergio: Porque nos estamos organizando (Suena el teléfono)
Sergio: a ver, contesta.
Ruth: Contesta tu..(Sergio la insta y Ruth levanta el auricular) ¿aló? ¿quién?... ¿el presidente? Que ocurrente…No, equivocado. (Sergio se abalanza sobre el teléfono)
Sergio: ¡Servicios higiénicos básicos y que se regulen las condiciones mínimas de nuestra labor. Eso es lo único que estamos pidiendo!
Ruth: Pero Sergio…
Sergio: Nos enseñaron a doblar votos y mañana…
Ruth:
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¿qué te pasa?
Sergio: Son ellos los que quieren
Ruth: Los que quieren qué
Sergio: Me necesitan
Ruth: Quiénes
Sergio: Ellos
Ruth: ¿Quienes son ellos?
Sergio: Esos (por sus compañeros)
Ruth: ¿cómo? entonces quiénes son estos (por los del teléfono)
Sergio: ellos no, otros.
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(suena el teléfono) Ruth: son ellos.
Sergio: Lo que pase va a ser mejor para nosotros
Ruth: ¿qué está pasando? Sergio: Me quieren nombrar presidente… (Ruth se ríe) ¿aló? Si, está acá… un momento… (le pasa el teléfono). La señorita caballero…
(Ruth toma el teléfono, escucha) Ruth: Cortó…
Sergio: Me quieren nombrar presidente…
(suena el teléfono)
es para mi… ¿aló? Del concurso… (le pasa el teléfono a Ruth)
Ruth: ¿Alo?... no, todavía no, seis centímetros más…, no se preocupe, seguro, disculpe... si (se ríe para si misma), gracias. Eran ellos.
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Sergio: ¿y?
Ruth: Me van a llamar el otro mes
Sergio: Siempre dicen igual. No entiendo.
Ruth: No importa, yo estoy contenta.
Sergio: Si. Que bueno, te dejas crecer el pelo hasta los muslos, te felicito, te dejas crecer el pelo y no te crece, y a mi me quieren nombrar presidente. Voy a salir y voy a volver.
(Ruth se tapa la cara con el pelo, Sergio sale.)
Ruth: Nada te turbe. Nada te espante. Todo se pasa. La paciencia todo lo alcanza… (Ruth se levanta, toma un ula ula, dolor de estómago)
9.
Sergio:
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Afuera está la Gilda, se pasea orgullosa con esa barba rara que le cuelga, me mira de reojo, nos espía, no me gusta. Está esperando que salga para entrar, no me da confianza, preferiría que no entre, que no conversen acá, no la conocemos tanto. Ruth: La conocemos hace 7 años
Sergio: 7 años sin barba, ahora la desconozco
Ruth: Racista
Sergio: Es una mujer, una señora, porqué tiene barba como un hombre
Ruth: Pregúntale.
Sergio: No, no me da confianza.
Ruth: Hoy viene a coser las cortinas, va a entrar y se va a sentar acá y la vamos a tratar como siempre.
Sergio: No, que no venga, o que se afeite.
Ruth:
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Que haga lo que quiera
Sergio: No es normal.
Ruth: Tu tampoco (pausa)
Sergio: …Encontré algo, estaba afuera de un contenedor desparramándose, tenía una forma extraña, era la cabeza de una mujer decapitada en el basurero. Primero pensé que era un lámpara, pero miré el bulto y la vi.
Ruth: Qué raro
Sergio: Eso fue lo que pensé, qué raro. A veces las cosas más extrañas pasan desapercibidas, pero yo la descubrí entre medio de las bolsas, alguien sin curiosidad no se hubiera dado cuenta, yo estaba en el minuto exacto, la suciedad no deja ver las cosas, pero ella me esperaba, me coqueteó, me hizo una señal, las cosas llegan cuando llegan, la tomé y la llevé al camión y mis compañeros espantados me aplaudieron. Volví a la central a contar la historia, no era el único, otros no se atrevieron a confesarlo… ¿me estás escuchando?
(Ruth lo mira sin hablar) Ruth: Quizás donde me teñí que no me crece…
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Sergio: …si seguimos encontrando cuerpos extraños en la máquina, mañana vamos a descargar un camión en plena vía pública frente al Palacio… a mi se me ocurrió… en la central me van a nombrar Presidente… ¿Que te pasa?
(nada, Ruth sólo hace un gesto absurdo con su cara) Sergio: Loca
Ruth: está hediondo…
(pausa larga)
Sergio: Voy a salir.
Ruth: ¡Me voy a matar Sergio!
(Ruth se saca los calzones y los deja sobre la mesa. Sergio saca mil quinientos pesos y los deja sobre la mesa. Entra Gilda que interrumpe el paso de Sergio)
10.
Gilda:
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Volví.
Sergio: Volvió
Gilda: ¿Estaban peleando?
Sergio: no se meta señor.
Gilda: No me meto señor.
Sergio: ¿qué me mira?
Gilda: Las cejas, no combinan con su vestuario
Sergio: No es un vestuario, es mi ropa de trabajo y no se elige el color
Gilda: Ah, por eso, no tiene opción…
Sergio: Su barba tampoco se ve bien
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Gilda: A mi me gusta
Sergio: No le creo
Gilda: Tóquela, apuesto a que a usted no le sale tan suave, es porque soy mujer y tengo el pelo delicado. Me lo dejo crecer porque una mujer jamás debería cortarse el cabello, es muy femenino.
Ruth: (desde el fondo) Cuesta secar el pelo largo…
Gilda: ¡Hay que ir al peluquero!
Ruth: (de espaldas) Me lo lavo yo misma… es una tortura loca estar debajo de un secador. El cepillado exige mucho y yo soy la única que tiene paciencia para hacerlo. (sale pensando) Se me enredan las pesadillas, me echo bálsamo y se me enredan igual…permiso… Alma, buscarte has en mí, y a mi buscarme has en ti.
Gilda: Está enferma
Sergio: Enferma de floja
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Gilda: no se da cuenta…
Sergio: Se está dejando crecer el pelo para cumplir un record, cuando lo cumpla va a viajar a recibir un premio y la harán firmar en un libro que quedará en la historia, todo eso nunca va a pasar.
Gilda: Usted no sabe
Sergio: Usted no se meta (Pausa. Sergio prende un cigarrillo)
Gilda: …lo estaba mirando y… ¿Se acuerda cuando le tocó limpiar la caca que botaban los caballos en la Parada Militar? (Sergio no la mira con odio) lo hacía bien…
Sergio: no hablemos de política
Gilda: … puedo contaminar el aire con usted
(Sergio hace un gesto afirmativo,
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Gilda saca una pipa y la prende con gracia)
Gilda: Si yo fuera tu madre, no permitiría que hables así, (Sergio no se lo pasa obviamente) te apagaría ese cigarro en el pómulo, te marcaría niño malo, eres malo te diría, y tonto, no me importaría humillarte una vez, sería por un bien mayor. Eres una persona mala Sergio, Sergio significa protector, y tú no tienes nada de romántico, yo si que me enamoro (piensa en sus mil amantes, pausa)… Si yo fuera tu madre… te habría hecho estudiar, leer la historia, revisar los atlas con los paisajes que nunca ibas a recorrer, contar sus habitantes, investigar su artesanía, sus indígenas, qué belleza, para que en un futuro pudieras hablar de ellos con conocimiento y reconocer su historia y sus costumbres. Te compraría lentes que ampliaran tu vocabulario pobre de 500 palabras, tendrías pocos amigos, que te encontrarían raro, y los verías poco, la diferencia te obligaría a pensar que tienes que aprender a leer y escribir antes que ellos, porque tienes que ser inteligente, y ellos después en tu adolescencia serían una mala influencia para ti…
Sergio: No te creo nada, vieja cínica…
Gilda: Aprenderías a ser tolerante… compartiendo con personas de todas las edades en los talleres de violín, de danza, jardinería o canto lírico… no dejaría que nadie se burle de ti.
Sergio: Conmigo no te hagas la simpática.
Gilda: habrías construido una fortaleza alrededor tuyo, un cuero de chancho que te sirve de vestimenta… y si el Estado con la pobre pensión que percibo…
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Sergio: no te creo nada esa barba pegote…
Gilda: ¡Déjame hablar! …si el Estado me permite anotarte en la clase de judo que ofrecen en el municipio, te inscribiría horas extras para que nadie nunca te lastime. Te despertaría todas las mañanas con un vaso de agua fría y en tu cepillo de dientes pondría una arveja de pasta para que tengas una dentadura sana y completa… (sigue hablando sin escucharlo)
Sergio: Tu eres horrible Gilda, me das asco, más asco que la basura.
Gilda: Frente al espejo haríamos muecas para reírnos de nuestra familia. (ríe). Esperaría que fueras atleta pero si no, me contento con que conozcas lo que son las hazañas. Vayas al cine, inventes revistas, escribe, forma una escuela, pero no la vendas. Corre con tu uniforme al liceo y de vuelta al vaso de leche después de un largo día de pruebas y ecuaciones matemáticas que nunca vas a saber donde aplicar, sin quejarse te acuestas, no tendríamos tele, tendríamos pocas cosas, como aquí, pero selectas, de colección...
Sergio: Te haces la señora de mundo, la buena onda, la víctima, no tienes nada…
Gilda: ¡Déjame terminar! no creo en las víctimas, las víctimas son la parodia de la sociedad. Yo soy una artista, yo coso con arte… y si fueras mi hijo habría puesto en tu velador un libro para que te leyeras como mínimo dos veces, Fausto, Medea o El divino narciso de Sor Juana Inés de la Cruz
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que por supuesto no conoces… ¿qué?
Sergio: Deberías irte a un circo vieja bruja donde te aplaudan, ¿le diste comida a los caimanes? ¿le cambiaste la paja a la jirafa? ¿le sacudiste la trompa al elefante? pareces hombre, viaja lesli. Eres sólo una costurera, no dan ganas de encargarte ni una basta, seguro se te junta basura entremedio de esa barba, no te la tiro porque me da pene dejarte en vergüenza No te metas con la Ruth porque te descoso ese chivo que seguro tu misma te zurciste, vieja ridícula, vieja de mierda. Pésimo tu show “milagroso” de la barba que crece, vieja loca… Yo, Yo sé, yo sé lo que hago, yo sé lo que soy.
Gilda: Usted está celoso, nada mas… quédese tranquilo, sólo tengo barba. (se pone nerviosa) ¡Ruth! Apúrate, algo le pasa a tu marido.
Ruth: (despacio casi no se escucha) la náusea te da por los químicos.
Sergio: Tu y tu pelo que parece gato, que se mete a la cama cuando duermo, se me sube a la cara y me da alergia. Sabís que más, ese pelo nunca va a crecer, nunca, y sabes que, siempre vas a ser miserable y yo me voy a cansar, y tu… tu… tu… ya te dije lo que pensaba, tu eres una mujer con barba. Buenas noches, perdón, buenos días…
Ruth: Sergio, me traerías un zapallo, tengo unas ganas de comerme una calabaza entera…
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Gilda: Cuando yo estaba embarazada tenía unos antojos…
Ruth: Yo no.
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Gilda: Ruth, (acaricia su pelo), ¿porqué vives esta vida?
Ruth: porque es mía… y a ti ¿Porqué te sale barba Gilda?
La tele encendida en la pieza de al lado. Vemos los colores sobre ellos a contraluz. Una atmósfera musical compuesta de máquinas de coser se funde con las noticias. Ruth se rasca insistentemente los genitales.
Gilda: Me cansé de afeitarme todos los días. Me crece barba desde que tengo 20 años, no sé por qué.
Ruth: ¿Eres un hombre o una mujer?
Gilda: Ninguna de las dos cosas. No tengo la menor idea de lo que quiere decir “simplemente un hombre”, ni estoy segura de lo que significaría ser “una mujer”. De lo que estoy absolutamente
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segura es de que no siento ser un hombre, cualquier cosa que eso signifique, al contrario creo que soy muy femenina,. ¿y a ti, qué te pasa?
Ruth: A mi, me pica desde el miércoles… a mi me hubiese gustado tener barba… (llora calladamente)
Gilda: ¿Terminemos las cortinas? (Ruth y Gilda extiende una enorme tela roja y comienzan a coser) Ruth: Quiero tener barba, pero no me crece el pelo. ¿Será que perdí mi fuerza Gilda?
Gilda: No creo…
Ruth: Pareces un hombre, a veces quisiera ser hombre también.
Gilda: Tu puedes tener hijos… (pausa) Ruth: ¿y tu?
Gilda: Eso es para las obras de arte. Yo ya no puedo.
Ruth:
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Tienes barba por lo menos.
Gilda: Es un legado de la naturaleza. Yo no conozco el amor. Lo primero que aprendí fue que una mujer no es un hombre. Y cuando me desangré y estuve cansada me di cuenta que ya era vieja. Aprendí a conformarme que una mujer vieja vive en un mundo que desprecia a las viejas, nunca tuve un trabajo que tuviera que ver conmigo, pero siempre hay algo que se acomoda y ya no importa.
Ruth: Tienes razón, que importa, uno puede hacer cosas, como hacer cortinas y venderlas, también es inútil tapar el sol que entra por la ventana, para qué si se necesita luz, usamos las ampolletas, yo las uso, las prendo cada vez que se va el día, las cortinas entonces no las necesitamos, para esconderse, yo no necesito esconderme, yo no salgo que es distinto. Me levanto y me peino y me escondo en mi chaleco, cada uno tiene su vestido con el que se esconde, yo con mi chaleco… Podrías haber sido un hombre Gilda, yo me habría enamorado de ti.
Gilda: Enamórate, yo podría ser tu amante, nada lo impediría. Son siempre apuestas, expectativas, esperanzas. Cuando yo tenía tu edad, me gustaba salir con muchos hombres y no volver hasta el otro día, crecí y empecé a ver a las mujeres y las quise tocar, de mas grande ya no te cuento... pero viví, he vivido demasiado y nunca es suficiente.
Ruth: Cuando entraste la primera vez pensé que venías a buscarme, por el asunto del pelo, te vi tan tranquila que supuse que eras dueño de algo por eso pensé en el concurso, mi pelo seguía con el mismo corte, pero fue raro, me dio lo mismo si venías a pedirme que me retirara de la competencia porque no tenía ninguna posibilidad, y agradecí que te hubieran enviado para eso. Miré tu barba y era extraño, me atrajo tu rareza, ese pelo pegado a la pera, como un hombre, pero
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a la vez… Gilda, ¿serías el padre de un hijo mío? Serías un buen padre, crecería feliz… No sé que digo. Yo pensaba que la vida era distinta, me veo y ahora sólo tengo hambre, me eché la caja de pastillas anticonceptivas en la cabeza pensando que así me iba a crecer el pelo, ahora estoy embarazada, perdón, no me siento muy bien… discúlpame…
Gilda: te felicito
Ruth: No, no me felicites nada, no tengo mucho que decir. (sale) Gilda: Entonces aborta…
(Gilda medita mientras entiende la trascendencia de la vida y Ruth vuelve después de un rato)
Ruth: No se. No me interesa la basura ni lo que hay adentro de las bolsas. No me interesa el Sergio en ese sentido. Lo amo, pero no me interesa esa parte de él, ¿podrá ser eso? ¿se puede amar a alguien por la mitad? ¿qué se hace con la otra? ¿dónde se guarda?...
Gilda: Se guarda en un cajón, se visita, se viste de memoria… yo no tengo hijos y estoy muy contenta, con la situación mundial, habría sido un problema. (le acaricia el pelo en sus rodillas), tienes un pelo hermoso Ruth.
Ruth:
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Tengo miedo. Hay miedos que están presentes varias veces al día y me empiezan a preocupar. Y miedos que me aturden, que no dejan pensar y me generan mucha angustia, pienso en la enfermedad, en la deformación…
Gilda: Algunas personas creen que los hijos con lindas estatuas que huelen a nenuco…
Ruth: Los monstruos, Tu como padre, ¿aceptarías eso?
Gilda: Aceptaría como mujer.
Ruth: Pero tienes barba.
Gilda: Es falsa. (ríe)
Ruth: ¿qué?
Gilda: Nada, no lo voy a repetir, quería decirlo en voz alta nomás.
Ruth: Quiero decir que a veces los padres ni siquiera tienen barba como tú, tu tienes las condiciones naturales.
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Gilda: Los padres no siempre son hombres, y no todos los hombres son buenos padres.
Ruth: Puede ser.
Gilda: Tal véz si los padres que trataron de vender a su hijo por Internet, hubiesen conocido los métodos para no tenerlo…
Ruth: Puede ser.
Gilda: Tengo una página web… todocortinas.cl…
Ruth: Mi apio ya creció… voy a desenterrarlo…
(Gilda le toca la guata) Gilda: Va a ser especial…
Ruth: ¿Cómo sabes?
Gilda:
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Yo se cosas…
Ruth: No quiero cosas raras ni que vengan problemas. Quiero una vida tranquila, una vida que no cambie. Si el pelo es algo mío porqué funciona solo, y ahora cómo puede el cuerpo mandar a crecer algo dentro de mi si yo no se lo he pedido, y yo que lo cuidé, pelo maricón…
Gilda: Se mueve…
(un sonido luz inunda el lugar y otra atmósfera se traslada. Gilda y Ruth cosen apresuradas como si tocaran en una sinfonía de máquinas de coser. Las bolsas respiran. Oscuridad. Sergio en otro tiempo entra bastante mas deteriorado)
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Ruth: llegaste
Sergio: ¿Ah?
Ruth: llegaste
Sergio: Me estoy quedando sordo, estuve nervioso todo el discurso porque no escuchaba bien y me hacían preguntas. Me siento completamente incomunicado ¿y tu?
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Ruth: No te has afeitado…
Sergio: Es una cuestión política.
Ruth: ¿te vas a dejar barba?
Sergio: Tengo ganas de tener barba y no me crece nada. Me dijeron que si me afeito mucho los cachetes me va a brotar la cara de pelos…
Ruth: mentira…
Sergio: ya me afeite una nalga para probar, pero no me creció nada, no se si los cachetes de atrás funcionan igual que los de la cara…
Ruth: pero tu odias la barba
Sergio: Si, quizás, pero una barba tipo cortina, como Lincoln…
Ruth:
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¿cómo quién?
Sergio: Mientras mis compañeros aplauden yo no dejo de pensar en la barba de esta mujer, se me levantan los pelos con la idea de que si las mujeres (se dejaran crecer todo) serían como monstruos y que uno podría desearlas así. Necesito algo como eso.
Ruth: Imagínate lo que puede ser levantarse cada mañana y mirarse al espejo, como si te castigaran todos los días por algo, cuánto habrá gastado…
Sergio: En todo caso es bien increíble conocer a alguien así, en otro tiempo nos habría costado plata poder tocarle la barba y conversar con ella. ¿cómo lo hará? ¿qué habrá hecho para tener esa barba? No la necesita, ¿qué te ha dicho?
Ruth: nada…
Sergio: No puede ser, si una mujer puede tener barba cómo yo no lo voy a hacer. No lo entiendo, no lo entiendo, Hoy día levanté los brazos y algunos gritaron, si logro tener barba van a vociferar.
(Entra Gilda desde algún lugar de la casa)
Gilda:
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¡Sergio! Estábamos hablando de usted, justo Ruth me contaba cuando se conocieron. Que maravillosa historia…
Sergio: ¿y porqué ahora se viste así?
Gilda: Es que no me gusta esta época… prefiero otra, soy una persona que adora la estética, me encanta Rubens, me encanta el barroquismo, imaginarme las lámparas, las cortinas velludas de terciopelo, pisar alfombras persas, caminar por los adoquines, la literatura, la música, en fin, algo que usted no conoce… porqué nos hemos de reprimir, porqué, durante tantos años la represión y la máscara…
Sergio: Mire, usted no me cae bien, pero la respeto.
Gilda: Mire, ahora que nos reconciliamos, puedo invitarlo a ver mi espectáculo.
Sergio: ¿su espectáculo? en el circo.
Gilda: Veo que no se ha afeitado…
Sergio: ¿ah?... No…, es que cuando salí no alcancé, me crece muy rápido…
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Gilda: ah… no lo había notado.
Sergio: Es que tal vez se mira su barba demasiado
Gilda: Es que así adivino el futuro.
Sergio: Qué ridículo…
Ruth: Es verdad, ella adivina…
(Ruth le dice en secreto a Sergio y no dejan de mirarse) Ruth: …Con la Gilda terminamos las cortinas
Gilda: ¿cómo encuentra que quedaron?
Sergio: Bien… bien…
Gilda: ¿Probémosla?
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Ruth: Bueno… Gilda: Voy a colocar los flecos y las vemos… (se va feliz)
(Sergio a entrado en un estado de paz inédito para él, por primera vez ve los ojos de Ruth y se da el tiempo de escuchar conscientemente)
13.
Sergio: ¿qué quieres hacer?
(pausa)
Ruth: Nada. Vender mi pelo, comprar una barba, regalártela y que te dediques a tu sindicato. Lo haces bien.
Sergio: Pero tu, qué quieres.
Ruth: No sé. Podemos regalarlo.
Sergio: Podemos… A quién
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Ruth: A una familia que esté sola.
Sergio: Nosotros estamos solos.
Ruth: Somos raros y a nadie le interesa lo que hagamos. Vamos a educar a alguien para que después se burlen de él…
Sergio: o de ella…
Ruth: Vendámosla
Sergio: (ríe) ¿y en cuánto?
Ruth: ¿Trescientas lucas?
Sergio: ¿Tan barato? Yo la compraría
Ruth:
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Si, en realidad yo también… ¿Y si sale enano?
Sergio: Que no sea tonto
Ruth: ¿o albino? Sergio: Eso me gustaría. Alguien muy diferente a los dos.
Ruth: nunca he conocido un albino.
Sergio: No va a poder salir de día
Ruth: Igual que yo, lo habrá sacado de mi
Sergio: Y podemos trabajar juntos de noche
Ruth: Tienes razón. No es tan malo…
Sergio: Estás bonita…
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Ruth: Es por el peinado, te tengo un regalo… (le pasa una barba)
Sergio: Secreto…
Gilda: ¡Ahí voy! Preparen las cortinas…
Sergio: Me estoy quedando sordo
Ruth: Shhht… viene la Gilda
Sergio: Que empiece.
(Avanza Gilda al umbral del escenario, y cierra las cortinas probándolas, al cerrarse tapa todo. Mientras tanto, Sergio se pone su barba, Ruth se pone otra peluca con peinado de época o con canas, aparece manco elegante como todo pianista, y el teclado que no sé como avanza… todos parecen una extraña familia. La música empieza y Gilda…)
Gilda: (al manco) soy mezzo-soprano dramática… qué bonita esas figuras, que bonita esas cortinas, de qué me tengo que disfrazar ahora, de qué,
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de una qué me tengo que disfrazar ahora, de una qué, Es que he estado actuando toda la noche y ya no puedo mas, no puedo más con esta sociedad, que no puedo mas, no puedo mas,
(Las cortinas se cierran delante de ellos.)
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