TRAYECTORIA INVESTIGACIÓN MUERTE DE GALÁN Feb 15

TRAYECTORIA INVESTIGACIÓN MUERTE DE GALÁN Feb 15 INTRODUCCIÓN Por razón de los múltiples testimonios allegados al proceso, en especial durante el últi

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LUNES 15 FEB MARTES 16 FEB MIÉRCOLES 17 FEB JUEVES 18 FEB VIERNES 19 FEB
PRIMER GRUPO PRIMER CURSO-SEGUNDO CUATRIMESTRE Lugar de impartición: Facultad de Derecho Seminario 2810 (hasta viernes 18 marzo) Aula Máster Abogacía,

8. LA PENA DE MUERTE. (Art. 15)
8. LA PENA DE MUERTE (Art. 15) YOLANDA GÓMEZ SÁNCHEZ Profesora Titular de Derecho Constitucional UNED 165 SUMARIO 1. L A PENA DE MUERTE: CONCEPT

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TRAYECTORIA INVESTIGACIÓN MUERTE DE GALÁN Feb 15 INTRODUCCIÓN Por razón de los múltiples testimonios allegados al proceso, en especial durante el último año, relacionados con la monstruosa maquinaria criminal que se organizó para asesinar a Luis Carlos Galán, tomé la decisión de publicar el primer tomo de Mis Memorias, el cual comprende mi desempeño como Jefe de Debate, precandidato en la Consulta Popular del Partido Liberal, candidato oficial del Liberalismo y Presidente electo de Colombia. En él también procuro consignar los que, creo, fueron los principales aportes de Galán a nuestra vida institucional y las actuaciones que, en mi opinión, contribuyeron a interpretar su legado. He dejado a un lado, temporalmente, los borradores sobre mi vida personal, los que abarcan mi infancia y mi temprana vida pública, para adentrarme en este doloroso episodio de nuestra historia, motivado por las múltiples publicaciones, documentales y series de televisión relacionados con ella, al punto que me han llevado a creer que es mi deber poner en blanco y negro lo que, en relación con esos fatídicos episodios, me tocó vivir. Cuando examino los impresionantes descubrimientos que afloran de las investigaciones relacionados con la estrategia urdida para asesinar a Galán, me doy cuenta de que hay que estar prevenidos para impedir que ocurra, con esta porción de nuestra historia, lo que sucedió con otro 'mito' de la historia que ha sido 'pródigo en falsificaciones', como lo afirmara Jon Juaristi, sobre la historia del País Vasco. También me asalta la preocupación de que las nuevas generaciones, nacidas a partir de la década de los años 80, poco conocen de semejante catástrofe, así como del horror que padecimos los millones de colombianos, por cuenta de la perversa actividad del jefe del Cartel de Medellín y de la larga sombra que de Pablo Escobar aún se proyecta sobre nuestras vidas. Las series de televisión que sobre ese período de la vida colombiana están llenando ese vacío –en particular 'El patrón del mal', producida por Caracol

Televisión, con la colaboración de Héctor Abad y de Juanita Uribe, tomando como base el libro 'Profeta en el Desierto' de Alonso Salazar, además de la serie 'Los Narcos', producida por Netflix–han ahondado en la problemática alrededor de Escobar y la multitud de crímenes y atentados terroristas que caracterizaron sus actividades como Jefe del Cartel de Medellín. Los que vivimos esa época y creíamos entenderla, sabemos que haberla vivido no equivale a conocerla. Aun para mí, que he seguido de cerca la investigación relacionada con todos esos acontecimientos, ha sido sorprendente ver cómo los organismos de seguridad e inteligencia, fueron infiltrados al más alto nivel y puestos al servicio de los dos carteles (el de Cali y el de Medellín), los cuales, a pesar de vivir en guerra, tenían objetivos comunes y colaboraban para su alcance. Es preocupante que estos organismos en vez de protegernos fueran la principal amenaza para quienes protagonizamos la vida pública y logramos sobrevivir. Más aun, que hayan sido determinantes en la realización de los magnicidios y sin duda en el de Luis Carlos Galán. Ni como candidato, ni como presidente, ni despojado de las investiduras del poder, me llegué a imaginar que habíamos perdido, casi por completo, la capacidad de influir sobre muchas acciones y operativos oficiales, cruciales en todos los magnicidios. Esta publicación es un subproducto de Mis Memorias, corresponde a un texto que resultó de haber transcrito, en orden cronológico, las noticias y los testimonios publicados por El Tiempo, El Espectador y Semana, desde el asesinato de Galán. No corresponde a la metodología que he usado para escribir el primer tomo de mis memorias y es más bien un trabajo de investigación, no exhaustivo, de fuentes secundarias. Sólo los jueces pueden valorar la validez y el alcance de los testimonios aquí consignados y muchos otros que deben reposar en los expedientes y que no han sido publicados. No obstante estas restricciones, de las noticias y de los testimonios, se infiere sin mucha dificultad lo que ya ha establecido la Unidad de Análisis y Contexto de la Fiscalía General de la Nación y que ha sido corroborado con la condena de Alberto Santofimio Botero, proferida por la Corte Suprema de Justicia, y

con la reapertura de la investigación en contra del General Miguel Alfredo Maza Márquez, la que se encuentra en etapa de recolección de pruebas, como antesala de un fallo definitivo de esa Corporación. También es consistente con este trabajo, la reciente acusación de la Fiscalía en el juicio de Felipe Montilla, jefe de la policía de Soacha, y de Manuel González, jefe inmediato de Jacobo Torregrosa.

EN EL TOLIMA SE PLANEÓ CRIMEN DE GALÁN: TESTIGO http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-137342 15 de agosto de 1991 Si las afirmaciones de los testigos ocultos resultan confiables, la justicia de orden público podría probar que Pablo Escobar Gaviria planeó el 14 de junio de 1989 el asesinato de Luis Carlos Galán, consumado dos meses y cuatro días después. Uno de ellos dijo, bajo la gravedad del juramento, que el jefe del Cartel de Medellín, su socio José Gonzalo Rodríguez Gacha y los narcotraficantes llaneros Jesús Humberto y Guillermo Laverde Muñoz y Jesús Cortés, se reunieron ese día en una finca próxima a Ibagué para acordar cómo se ejecutaría el complot criminal. El juez sin rostro que conduce la investigación por el magnicidio concedió a esa versión fuerza vinculante y por eso el 13 de junio último, seis días antes de la entrega de Escobar, produjo en contra de este un auto de detención. La decisión se tomó en medio del boom periodístico que en ese momento era estimulado por la inminente comparecencia voluntaria de Escobar, pero las razones que le sirvieron de fundamento no habían sido conocidas hasta hoy. Pese al sigilo que rodea la investigación, EL TIEMPO conoció la providencia radicada con el número 015-048. El auto está edificado sobre las afirmaciones de un testigo encubierto (así lo llama el juez) que dijo haber trabajado para el Cartel de Medellín, a través de Jaime Gaviria, de quien dice es sobrino de Escobar. Según el testigo, su relación con la organización de Escobar fue tan estrecha, que tuvo participación en proyectos como la construcción del barrio Medellín

sin tugurios y en otros de envergadura, en días en que el capo actuaba todavía públicamente. El nombre de la finca y el de su propietario no aparecen mencionados en la providencia, pero actualmente se hacen averiguaciones para confirmar datos que sobre el particular fueron suministrados, bajo declaración formal, por un funcionario de Instrucción Criminal. El juez sin rostro cita también los resultados de un análisis de inteligencia del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) que dijo que la reunión realizada en el Tolima estuvo precedida por otras en el Magdalena Medio y que un atentado frustrado por la Policía, el 5 de agosto de 1989, era apenas una de las múltiples alternativas consideradas por la mafia para segar la vida del líder liberal

El cargo específico contenido en la medida de aseguramiento lo presenta como presunto responsable de los delitos de homicidio y lesiones personales consagrados en los artículos 29 y 30 del Decreto 180 de 1988 (Estatuto Antiterrorista). Dos años después, los cargos directos contra Escobar, que, según abogados que intervienen en el proceso, se fundan en bases endebles, marca el principal avance de la investigación contenida hoy en 35 cuadernos de más de cerca de 10.000 folios.

Testimonio acallado... La versión del testigo encubierto, que aparece identificado con un número de cédula, guarda coincidencias con la que en su momento entregó, a cambio de su libertad, José Orlando Chaves Fajardo, el hombre que con una pancarta cubrió la acción de fuego de los sicarios. Chaves, asesinado el 6 de agosto del año pasado en Bogotá (1990), en compañía de su primo Enrique Chaves Vargas, dijo en su momento que los Laverde y Cortés, a quienes presentó como narcotraficantes de Arauca y el Meta, participaron en una colecta para el pago de sicarios, abierta por Gonzalo Rodríguez Gacha

La diferencia radica en que en su primer interrogatorio, rendido el 21 de septiembre de 1989 ante el Juzgado 113 de Instrucción Penal Militar y posteriormente en su indagatoria ante el juez sin rostro, Chaves no mencionó a Pablo Escobar, sino que se limitó a hablar de otros narcotraficantes distintos de los mencionados inicialmente. El segundo testigo, que entró en escena después del asesinato del hombre de la pancarta, dijo que inicialmente los cinco hombres que habrían patrocinado el complot acordaron que este se realizaría el 5 de agosto de 1989 en Medellín, aprovechando la visita de Galán a la Universidad de Medellín, donde dictaría una conferencia. Allí mismo, según él, se acordó que si ese intento fallaba, como ocurrió, habría otro en la plaza pública, aprovechando que la campaña presidencial entraba en vigor. El intento fue frustrado por la Policía de Antioquia, bajo la Dirección de Vladimir Franklin Quintero, que descubrió aquel día, sobre la ruta que tomaría el dirigente en la capital antioqueña, un vehículo Mazda de Placas ARK 330, dentro del cual fueron halladas dos bazucas de seis milímetros y otras armas que irían a ser empleadas por los sicarios. El dinero de la colecta fue entregado a Jaime Rueda Rocha y a José Ever Rueda Silva, los dos hombres que dispararon contra Galán. Antiguos empleados de Rodríguez Gacha, los Rueda invitaron a Chaves Fajardo, con quien habían trabajado antes en Rionegro (Cundinamarca), para que tomara parte como auxiliar en la ejecución del crimen. Jaime Eduardo Rueda Rocha, quien el año pasado se fugó de la cárcel de la Picota; José Ever Rueda Silva y los primos Chaves fueron capturados un mes después durante allanamientos practicados en la transversal 62B # 39-34 sur y en la calle 81A # 47A-19, de Bogotá. Los cuatro, según piezas que obran en el expediente, confesarían luego en busca de beneficios judiciales. En este punto sería importante destacar un hecho que quedé en evidencia en la audiencia pública llevada a cabo en contra de GONZALEZ HENRIQUEZ y MONTILLA en el Juzgado Primero Especializado y es: que en el proceso existe prueba documental de que en esos allanamientos se incautaron armas que aparecían relacionadas como de propiedad de la DIJIN. Con todo, ninguna investigación

se llevó a cabo en relación con ello ni llamó la atención de las autoridades en su momento que se enfocaron en culpar a toda costa a JUBIZ JAZBUM y otros. Esto demostraba desde el año 1989 la relación de agentes del Estado con los reales sicarios. (Los abogados). Desde la segunda de esas casas, Rueda Rocha se comunicó permanentemente con teléfonos de Pacho, sede de El Mexicano, Medellín y Armenia, mientras realizaba la coordinación del plan. Rueda estaba enterado desde el comienzo de la intención del Cartel de asesinar a Galán y, según lo establecieron organismos de seguridad, sus llamadas a Armenia tuvieron como propósito dar instrucciones a Henry Sánchez, el hombre que compró el vehículo descubierto en Medellín. Su última llamada, comprobada en los registros de Telecom, se produjo el 19 de agosto. Ese día habló en presencia de Chaves Fajardo y le dio parte a Rodríguez Gacha sobre el cumplimiento de la misión. Sin puente de unión para los investigadores, el asesinato de los Chaves y de Jesús Laverde, ocurrido entre agosto y septiembre del año pasado, son, por sí solos, una confirmación tácita de su responsabilidad en este crimen. En relación con el magnicidio, hay un segundo grupo de detenidos: Alberto Alfredo Hubiz Hasbum, Luis Alfredo González Chacón, Pedro Telmo Zambrano Delgado y Norberto Murillo Chalarca. Quizá uno de los vacíos de la investigación, en aquel momento, se encuentra en que no se ha logrado determinar la relación de estos sindicados con el grupo coordinado por Rueda Rocha. Según la Digin, bajo la dirección del entonces capitán Oscar Peláez Carmona, Hazbum y sus compañeros fueron capturados pocas horas después de la muerte de Galán, con base en una llamada telefónica hecha desde un teléfono público a la Estación Cien de Policía. Una comisión policial allanó una oficina situada en la carrera 4a. # 19-78 y los halló en posesión de una subametralladora sin salvoconducto. Según ese reporte policial cinco testigos que declararon ante el juez aseguraron que al menos Hazbum y Pedro Zambrano estuvieron la noche del crimen en

una heladería de Soacha, y uno de los declarantes aseguró haberlos visto huir armados, con otros hombres, a bordo de un vehículo de placas LG 1653. Hazbum aparece mencionado en la providencia mediante la cual fue dictado el auto de detención contra Pablo Escobar. En ella, el juez dispone realizar pruebas técnicas para establecer una falsedad documental, ya que Hazbum portaba dos cédulas con su foto, una de ellas a nombre de Félix Ortiz Blanco, expedida en Los Patios (Norte de Santander). Efectivamente Hazbun tenia un pasado judicial obscuro. Pero fue por eso que se facilito su sindicación, sin fundamento. ( Esto lo digo yo) Recientemente, los servicios de seguridad descubrieron un plan para asesinar a Hazbum en la cárcel. Por este hecho está siendo investigado Norberto Hernández Romero, contador de un conocido hotel de Bogotá, a quien se sindica de haber contratado a un sicario con ese propósito. Quien a finales del año pasado dio entrevistas a medios de comunicación con ocasión del acto público de excusas que llevó a cabo la FGN por su detención ilegal. Ese testimonio resulta vital para la tesis del desvío de la investigación. (Abogados) Dos años después, el proceso contra Pablo Escobar plantea, a juicio de los investigadores, el reto de esclarecer quién mató a Galán.

Un cierre aplazado... Una Comisión de Apoyo a la Unidad de Orden Público de Medellín, integrada por la Dirección de Instrucción Criminal, la Dijin, el DAS y la Procuraduría hicieron una selección de las principales actuaciones cumplidas en este proceso para enriquecer el acervo que será presentado contra Pablo Escobar, convertido hoy en reo voluntario de la justicia.

GALÁN: MÁS INDICIOS QUE PRUEBAS http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-139280 18 de agosto de 1991 Desde el pasado viernes Medellín es el epicentro de la investigación por el

asesinato de Luis Carlos Galán, muerto hace dos años en la plaza pública. El cambio de radicación fue provocado por el testimonio de un desertor del Cartel de Medellín que , acusó a Pablo Escobar de haber planeado directamente el magnicidio durante una reunión con otros narcotraficantes en una finca cercana a Ibagué. El expediente será pieza central del gran sumario que el Estado abrirá formalmente contra Escobar, que hace 59 días se confinó voluntariamente en la cárcel de Envigado. El 13 de junio seis días antes de la entrega de Escobar el juez dictó medida de aseguramiento (auto de detención) y estimó que hay indicios para pensar que en verdad Escobar se reunió el 14 de julio de 1989 con Gonzalo Rodríguez Gacha y los capos llaneros Jesús Humberto Laverde Muñoz, Guillermo Laverde Muñoz y Jesús Cortés, con el fin de determinar varias opciones para acallar la voz de Galán. Los seis detenidos enviados a Medellín son Héctor Manuel Cepeda Quintero, Alberto Alfredo Jubiz Hazbum, Pedro Telmo Zambrano, Norberto Murillo Chalarca, Alfredo González Chacón y José Ever Rueda Silva. Las imputaciones contra los cinco primeros los presentan como auxiliadores del crimen.. José Ever Rueda Silva, el sexto, trabajó en 1987 en fincas de El Mexicano en la región cundinamarquesa de Rionegro y fue alumno de la escuela de Campo 50, uno de los centros de instrucción de sicarios manejado por mercenarios extranjeros en el Magdalena Medio. Dos años después, la investigación está próxima a cerrarse y en concepto de funcionarios de la jurisdicción de orden público, no está perdida en la impunidad. Se ha logrado descorrer el velo en cuanto a la responsabilidad de la mafia dijo uno de ellos. Eso es innegable.

La cara oculta... Durante 731 días de averiguaciones, el proceso ha servido para poner a prueba el régimen de testigos ocultos y el sistema de protección de los delatores. La experiencia inicial no fue afortunada: José Orlando Chaves Fajardo, el hombre que negoció su libertad a cambio de la delación, fue asesinado el 6 de agosto en Bogotá. En la Sección de Policía Judicial e Investigación (Sijin) existe una constancia según la cual, Chaves, reconocido en las fotografías como el hombre que sostenía una pancarta en la primera fila de manifestantes en la plaza de Soacha, rehusó protección. Su primo, Enrique Chaves Vargas, fue asesinado a su lado, pero alcanzó a dejar como aporte a la investigación la que según él era la lista de los narcotraficantes que participaron en la colecta de dinero para financiar el complot criminal. .El 4 de febrero de 1990 Rueda Rocha fue cuestionado por los investigadores sobre esos puntos. Su respuesta fue lacónica y cortante: No me vendo... Óptica crítica El Tribunal Superior de Orden Público ha destacado el encomio de los investigadores, sin llegar al elogio. De hecho, sus apreciaciones han sido puestas bajo una óptica crítica. El 9 de marzo del año pasado, el tribunal, superior jerárquico de los jueces sin rostro, formuló reparos a los procedimientos utilizados y en una providencia en la que resolvía la apelación contra un auto de detención dijo: Equivocado y peligroso será, desde todo punto de vista, pretender ignorar o disimular las irregularidades extraprocesales sucedidas alrededor de la captura de Hubiz, Bernal, Murillo, González y Delgado y específicamente su presentación pública nacional a través de todos los medios de comunicación electrónica del país, antes de que estos fueran dejados a órdenes de la autoridad judicial que ya se ocupaba de su investigación.

Tamaña irresponsabilidad de las autoridades investigativas uniformadas del Estado, que entre otras cosas son ilegalmente una constante diaria, entraña, desde luego, un desobedecimiento a las normas legales vigentes.

ASESINADO OTRO IMPLICADO EN EL MAGNICIDIO DE GALÁN http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-144764 25 de junio de 1992 Heber Rueda Silva, uno de los implicados en el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, ocurrido el 18 de agosto de 1989, resultó muerto durante un ataque registrado en la Cárcel Nacional Modelo. Fuentes carcelarias indicaron, además, que en el momento del ataque Rueda se encontraba en compañía de Jesús Laverde, quien está detenido bajo la sindicación de haber participado en el atentado contra el avión HK 1803 de Avianca, en el que murieron 107 personas. Las autoridades dijeron que Rueda es medio hermano de Jaime Eduardo Rueda Rocha, otro de los acusados por la muerte del dirigente liberal y quien fue abatido durante un enfrentamiento con el Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Policía el pasado 24 de abril en Honda (Tolima). Rueda Silva fue sindicado por el DAS, pocos días después del asesinato de Galán como uno de los presuntos autores materiales del crimen ejecutado en la plaza principal de Soacha durante una manifestación política.. Además aparecía comprometido como presunto miembro del grupo criminal que asesinó al dirigente sindical Teofilo Forero, y también figuraba en la lista de implicados en el atentado contra las instalaciones de El Espectador.

Cero y van cuatro Otras tres personas sindicadas por el DAS de pertenecer a la organización criminal que ejecutó el magnicidio, han sido asesinadas. El primer turno fue para José Orlando Chávez Fajardo, el hombre que, la noche

del 18 de agosto de 1989, portaba una pancarta simulando ser un manifestante cuando Galán fue asesinado. Chávez, quien fue capturado, se acogió a beneficios judiciales y acusó a Jaime Eduardo Rueda Rocha y a José Eber Rueda Silva, como cabezas visibles del grupo criminal. Tiempo después, tras obtener la libertad por su testimonio, fue asesinado en Bogotá, el 5 de agosto de 1990, junto a su primo Enrique Chávez Vargas, también vinculado en la investigación inicial. El pasado 23 de abril, en una operación del Grupo de Operaciones Especiales (GOES), Jaime Eduardo Rueda Rocha, el principal acusado, fue muerto cerca de Honda. Rueda había sido capturado en septiembre de 1989, pero había huido de La Picota un año después.

A JUICIO ESCOBAR POR MAGNICIDIO DE GALÁN http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-266257 31 de diciembre de 1992 La Fiscalía General de la Nación llamó ayer a juicio a Pablo Escobar como autor intelectual del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento. Los cargos contra el jefe del Cartel de Medellín son homicidio, lesiones personales con fines terroristas y concierto para delinquir. A la vez, la Fiscalía ordenó la libertad de seis personas detenidas en la Cárcel La Picota como sospechosas de participar en el magnicidio y pidió reabrir la investigación contra otros cuatro sindicados. Una vez en firme la decisión, recobrarán la libertad inmediata Luis Alfredo Jubiz Hazbum, Pedro Telmo Zambrano, Norberto Murillo, Alfredo González, Héctor Manuel Cepeda y Jesús Humberto Laverde. Crimen de Galán: juicio a Escobar La Fiscalía General de la Nación profirió ayer resolución de acusación (auto de llamamiento a juicio) contra Pablo Escobar como autor intelectual del asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento. La Fiscalía concluyó que son infundados los cargos que los organismos secretos hicieron contra quienes en breve deben recobrar la libertad.

Los investigadores concluyeron que en el magnicidio participaron, además, Gonzalo Rodríguez Gacha, El Mexicano, como autor intelectual, y José Orlando Chávez, Jaime Rueda Rocha y Heber Rueda Silva, como autores materiales. Los cuatro están muertos. Escobar, además, está llamado a juicio por los asesinatos del director de El Espectador, Guillermo Cano Isaza, y del magistrado de la Corte Suprema de Justicia Hernando Baquero Borda. Además, en la Fiscalía cursan procesos contra Escobar por el atentado contra el avión de Avianca, en diciembre de 1989, que dejó 115 muertos, y el carro bomba detonado frente al edificio del DAS, que produjo sesenta muertos y 300 heridos. Asimismo, figuran el expediente por las masacres de las fincas Honduras y La Negra, los crímenes que implican al Departamento de Orden de Ciudadano (DOC), el asesinato de 200 policías en Medellín, procesos relacionados con los homicidios de Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo Ossa, el secuestro de periodistas y el asesinato de Marina Montoya. El llamamiento a juicio a Escobar se produce 48 horas después de que la Fiscalía Regional de Medellín dictó orden de captura contra el capo por la muerte del periodista Jorge Enrique Pulido y por lesiones personales. Itinerario del caso Galán Agosto 18 de 1989:. Septiembre de 1989: capturado Norberto Hernández Romero, contador del Hotel Cosmos 100. Cargos infundados. Septiembre 22 del 89: fueron capturados en Bogotá, Jaime Eduardo Rueda Rocha (muerto), José Ever Rueda Silva y los primos Enrique Chaves Vargas (muerto) y José Orlando Chaves Fajardo, conocido como el hombre de la pancarta (muerto). Septiembre 18 de 1990: se fuga de La Picota Jaime Eduardo Rueda Rocha. Septiembre 24 de 1990: es vinculado Pablo Escobar Gaviria como autor intelectual del asesinato.

Junio 21 de 1992: fue asesinado en la Cárcel Modelo José Ever Rueda Silva.

"Yo no maté a Galán" http://www.semana.com/nacion/articulo/yo-no-mate-galan/19075-3 11 de enero de 1993 En los próximos días la Fiscalía General ordenará dejar en libertad a Alberto Jubiz Hazbum y a otras cuatro personas, detenidas desde hace tres años y tres meses bajo la sindicación de haber asesinado a Luis Carlos Galán. Con tal motivo, SEMANA acordó una entrevista con Jubiz Hazbum. Jubiz responsabiliza al entonces coronel y hoy general Humberto Peláez Carmona, y al general Miguel Maza Márquez, por lo sucedido. Los siguientes son los principales apartes de la entrevista de SEMANA con Jubiz Hazbum. SEMANA: ¿Quién era Alberto Jubiz Hazbum antes de ser sindicado del asesinato de Luis Carlos Galán? ALBERTO JUBIZ: Un químico farmacéutico, egresado de la Universidad del Atlántico en 1959, miembro de la sociedad colombiana de químicos farmacéuticos, profesor de la facultad de química farmacéutica de la Universidad del Atlántico y secretario general de la misma facultad. Estuve vinculado a las droguerías Olímpicas, y colaboré con la familia Char en diferentes negocios. Todos los estratos sociales de Barranquilla sabían y saben quién es Alberto Jubiz. SEMANA: Pero cuando se produjo el asesinato de Galán, usted ya no vivía en Barranquilla... A.J.: Yo estaba radicado en el barrio La Esmeralda de Bogotá desde un año antes de mi detención. Me dediqué a asesorar empresas farmacéuticas y de pronto se me ocurrió meterme en un curso de cultivos hidropónicos, tratando de rebuscar alternativas para salir del descalabro que había tenido en Barranquilla.. SEMANA: ¿El negocio que usted estaba haciendo era cerca de Soacha?

A.J.: No, era muy lejos. Era en la carrera 4 con la avenida 19. En pleno centro de Bogotá. Ahí fue donde me capturaron. A la plaza de Soacha he ido una sola vez en mi vida. SEMANA: ¿Dónde eran los cursos sobre los cultivos hidropónicos? A.J.: Eran dictados por la empresa Nutricol, en la calle 69A No. 9A-21. Allí asistí, entre el lunes 14 y el viernes 18 de agosto, todos los días desde las seis de la tarde hasta las 8:30 de la noche. SEMANA: ¿Con cuántas personas? AJ.: Éramos 20 estudiantes de los cuales 14 fueron a declarar que yo estaba con ellos la noche del asesinato de Galán. SEMANA: ¿Asistió todos los días al curso? A.J.: Todos, menos uno: el miércoles 16. Ese día el Junior vino a jugar a Bogotá contra Millonarios. Yo me instalé en el Hotel Dann de la 19 con el equipo a departir con los jugadores, a muchos de los cuales conocía. Me fui con ellos en la misma buseta para el estadio, estuve en El Campín con ellos en el camerino, vi el partido desde la cabina de transmisión de Edgar Perea. Pero los organismos de seguridad aseguraron entonces que tenían en su poder testimonios de personas que me habían visto esa noche calculando desde qué ángulo iba a dispararle a Galán, que me habían oído hablar desde una cabina telefónica en un idioma raro y que sin darme cuenta había dejado caer un periódico que después resultó ser el Ahram de Egipto. Pero yo estuve toda la tarde y la noche con el Junior. Edgar Perea fue a declarar. Iván Chalela, el médico del Junior fue a declarar. Varios jugadores del Junior fueron a declarar que yo estaba ese día con ellos y no en Soacha. SEMANA: ¿Qué hizo usted el día 18 de agosto cuando asesinaron a Luis Carlos Galán? A.J.: Ese día salí a las 10:30 de la mañana del apartamento y me fui a la oficina de Carlos Obando Velasco, quien fue ministro de Obras Públicas en la

presidencia de Guillermo León Valencia. Con ellos estuve hasta faltando un cuarto para las seis de la tarde, tomándonos unos tragos, y me despedí a esa hora, tomé un taxi en la carrera 7 para ir a la calle 69 al curso de hidropónicos. SEMANA: ¿A qué horas llegó al curso de hidropónicos? A.J.: Llegué a las seis y cinco de la tarde, con algo de tufo a licor. Hay una declaración de la conferencista de esa noche, en la que dijo que estaba tan segura de que yo había asistido que recordaba muy bien que al encender la luz después de la proyección de un video, me había visto medio dormido en mi pupitre. SEMANA: ¿A qué horas terminó el curso? A.J.: El curso terminó a las 8:30 de la noche. SEMANA: ¿Para dónde cogió? A.J.: Salí caminando, bajé por la 13 hasta la 62 más o menos, hasta el restaurante Pinos del Mar, a donde entré a tomarme un coctel de camarones. Fue allí donde oí la noticia del atentado contra Galán. SEMANA: ¿Usted estaba solo? A.J.: Solo, solo. Salí del restaurante, pasé la calle y tomé un taxi y le pedí el favor al taxista que pusiera una emisora donde dieran noticias del atentado a Galán. Llegué a mi casa en La Esmeralda a las 9:30 de la noche. SEMANA: ¿Con quién vivía usted en el apartamento? A.J.: Con mi señora. Era un apartamento de dos pisos y lo compartía con un ingeniero químico amigo mío, Tulio Hernán Narváez, y con su esposa y un niño de un año. Éramos los cinco. Nos hemos cansado de que el juzgado llame al doctor Narváez a declarar si fue verdad o no que él me abrió la puerta esa noche. Si es verdad o no que estuvimos tomando aguardiente esa noche. Si es verdad o no que salimos a Carulla a buscar licor y había una franja negra que decía ley seca. Que si es verdad o no que pasamos a la tienda de un amigo costeño y nos

vendió aguardiente y nos devolvimos al apartamento. Eso fue lo que ocurrió esa noche. Al otro día me fui al barrio 20 de Julio para finalizar el curso de hidropónicos en la parte práctica. Ese día estuve con los mismos profesores y me firmaron el diploma. SEMANA: ¿Por qué el juzgado no aceptó la declaración de su vecino de vivienda para demostrar que usted esa noche había estado en la casa? A.J.: Eso comprueba cada día más la parcialidad del juez en el caso para enredarme y enredar la investigación. Se solicitó no una sino varias veces que mi vecino declarara. Y él estaba viviendo acá en Bogotá en el mismo sitio. Ahora hace un mes vino de Medellín una comisión a tomarle declaración pero él ya no vive aquí ahora está radicado en Santander de Quilichao. Pero uno no entiende cómo se dejaron pasar más de tres años para hacer esta diligencia. SEMANA: ¿Cuántas personas declararon en el juzgado para demostrar que lo que usted había dicho en su indagatoria era cierto? A.J.: Catorce compañeros de curso tres conferencistas, Carlos Obando Velasco, su secretario privado y la mecanógrafa; Edgar Perea, el celador del edificio donde yo vivía... más o menos unas 30 personas que estuvieron conmigo. El día primero de agosto de 1990, casi al año de haber sido detenido, mi señora se fue con mi abogado en el carro blindado del señor juez que llevaba mi caso e hicieron el recorrido que yo había hecho el 18 de agosto de 1989, y en cada uno de esos sitios las personas que me vieron afirmaron que si me habían visto. Entonces el juez concluye algo absurdo: que efectivamente yo había faltado un día a las conferencias, pero que no había sido el miércoles 16 de agosto sino el 18 de agosto, el día que maté a Galán. SEMANA: ¿Cómo explica usted la actitud del juez? A.J.: El pecó, prevaricó por omisión. Yo creo que el coronel Peláez Carmona y el general Maza Márquez fabricaron pruebas en mi contra y presionaron al juez. El juez hubiera debido, desde un principio, tener en cuenta la petición que el primero de septiembre de 1989, a los 15 días del crimen, le hizo el fiscal Sotelo Carreño en el sentido de que las pruebas anexadas y los diferentes testimonios

demostraban mi inocencia. SEMANA: ¿Ese concepto del fiscal fue una semana después de su detención ? A.J.: Sí. Pero desafortunadamente la prensa publicó el concepto del fiscal con mi foto. SEMANA: ¿Cómo así que desafortunadamente ? A.J.: Sí, desafortunadamente porque la noticia la vio el coronel Peláez Carmona, quien fue entonces a mi celda y me dijo: "Oiga, por ahí estoy viendo que usted se va pasado mañana". Yo le respondí que si, que no tenía nada que ver con el crimen, que era inocente. Y él me respondió: "Le voy a demostrar que no se va". Y entonces le contesté: "Pues si usted puede más que el fiscal y el juez, entonces si se jodió este país... ". Y se había jodido, pues me demostró que había podido más que el fiscal y que el juez; a pesar de que una semana después de mi detención mi inocencia ya estaba demostrada, me quedé más de tres años en prisión. SEMANA: ¿Por qué cree que sucedió eso? A.J.: Posteriormente a esa advertencia del coronel Peláez fueron uno supuestos testigos al juzgado a declarar espontáneamente que yo me encontraba esa noche y parte del día 18 de agosto tomando aguardiente en la cantina donde ellos trabajaban con damiselas. Y el juez aceptó la declaración de los testigos sin investigarlos, sin saber de dónde venían. Aceptó la dirección, el número de la cédula y posteriormente hubo necesidad de llamarlos para que sustentaran la declaración y nunca aparecieron porque no existía dirección ni nada. Yo le dije a Peláez Carmona: " Usted me mandó los testigos falsos. Me prefabricó esas pruebas". SEMANA: ¿Quiere usted decir que el coronel Peláez Carmona, ascendido esta semana a general, fabricó pruebas falsas en su contra? A.J.: Fueron la Dijin y el DAS. Ellos recogieron las pruebas. El general Maza Márquez acolitó a su compañero de armas y dijo en una rueda de prensa que el árabe que estaba detenido en la Dijin había intervenido en la muerte de Galán. Sacó un organigrama donde me situó a mi como autor material. En un informe

del 19 de diciembre del 89, dijo que Alberto Jubiz había dado apoyo logístico, y que con la ayuda de su banda había sido el asesino de Galán. Pero nunca me hicieron la prueba de guantelete para demostrarlo. SEMANA: ¿Qué pasó después? A.J.: Cómo será la justicia en Colombia que una señora fue a la Dijin para un reconocimiento y dijo que yo era su amante y que le había advertido que no fuera a Soacha la noche del 18 de agosto porque se iba a formar una balacera. Yo estaba detenido con Armando Bernal, quien también se encontraba en la ofcina, pues él me había presentado a Jaime Valencia. La señora dijo que Bernal era su primo y que también le había hecho esa advertencia. Cuando nos identificó, la señora se desmayó y el abogado de Bernal pidió que la llevaran a medicina legal para saber qué estaba pasando. También se estableció que había cambiado dos veces de cédula ante el juzgado y la dirección que dio no existía. Entonces el juzgado ordenó la libertad de Armando Bernal, pues el alegato de su abogado era que la señora testigo estaba loca. Pero ese alegato no me sirvió a mí. A mí me dejaron adentro. Lo que ellos querían demostrar era que sí tenían a los asesinos de Galán. SEMANA El informe presentado entonces por el DAS y la Dijin dice que en el momento de la detención de ustedes se encontró en la o cina una ametralladora mini Uzi, un chaleco antibalas, una pistola calibre nueve milímetros, un revólver, dos chaquetas negras de cuero y munición para todas las armas. ¿Es eso cierto? A.J.: Es totalmente falso. El 31 de mayo de 1990 el juzgado tercero de orden público de Bogotá y el Tribunal Superior de Bogotá, dictaron una sentencia donde dicen que la mini Uzi no estaba en la oficina el día del allanamiento y que además, según el concepto de balística, nunca fue disparada. ¿Cuál chaleco antibalas? ¿Cuál pistola nueve milímetros? ¿Dónde están? Nunca las hemos visto. Nunca han sido presentados esos elementos en el proceso ¿Dónde están las balas de las armas? SEMANA: ¿Qué acusación le hicieron a usted? A.J.: Que por tener aspecto de extranjero, de árabe, estaba vinculado con Yair

Klein y que yo había participado en el asesinato. Nos tomaron unas fotos el 22 de agosto en la Dijin, y esa noche las repartieron en el CAI de Soacha. Cuentan que los policías las estaban rifando en la plaza para que la gente fuera a la Dijin y dijera que nosotros habíamos estado en Soacha el 18 de agosto. A quien lo hiciera, le darían una recompensa. SEMANA: ¿Qué más pruebas había en su contra? A.J.: El 16 de agosto montaron lo de la cabina telefónica. El 18 de agosto, lo de la cantina tomando trago con unas mujeres. Luego me montaron lo de la supuesta amante Luz Angela García. Luego, un colombiano llegó deportado de París después de pagar cinco años de cárcel por llevar droga. Llegó el 21 de septiembre de 1989. Al día siguiente vino mi hermano, quien era mi abogado y me dijo: "Hoy llega el señor a reconocerte. Dijo que tú, Alberto Jubiz Hazbum, habías disparado contra Galán". A las dos de la tarde llegó un testigo en compañía del juez . Mi hermano le pidió al juez que no me sacara en la primera rueda de reconocimiento y yo me quedé en el pabellón. Para rellenar la columna de reconocimiento, pusieron al deportado de París y el testigo lo señaló y dijo: " El fue quien disparo " Le preguntaron varias veces y se reafirmó. Me salvé por no salir en la primera rueda. SEMANA: ¿Después de estar en la Dijin para dónde se los llevaron? A.J.: Nos llevaron al DAS para dictarnos medida de aseguramiento y auto de detenci6n y nos dejaron allá porque dijeron que en la Modelo nos iban a matar. Estuvimos en el DAS hasta el 6 de diciembre cuando pusieron la bomba. SEMANA: Usted fue acusado de haber disparado contra Galán y de haber distribuido la plata entre los sicarios que colaboraron. ¿Cómo fueron sustentadas esas dos acusaciones? A.J.: El administrador y contador del Hotel Cosmos de Bogotá, Norberto Hernández, llegó detenido al DAS el 13 de septiembre porque según los organismos de investigación, me había entregado a mí 200 millones de pesos para que los repartiera a los demás que participaron en el complot. Yo no lo

conocí, pero el día de la bomba nos llevaron a todos a la Dijin y decían que yo tenía que matarlo a él o él a mí. Sin embargo, cuando llegamos a la Dijin quedamos en la misma celda. Y llorando me dijo: "Don Alberto, quiero que sepa que yo contra usted no tengo nada, esto es un montaje que nos han hecho. Yo soy administrador y contador del hotel y de confianza de la firma". En mayo de 1990 salió libre Hernández, se despidió y pasó por las narices del coronel Peláez Carmona y yo le grité al coronel: "Hágame el favor de explicarme quién es más culpable, quien paga por pecar o quien peca por la paga. Si él me dio a mí los 200 millones de pesos, según usted, ¿por qué se va libre y me quedo yo".

CONVERSACIONES EN LA CÁRCEL http://www.semana.com/nacion/articulo/conversaciones-en-la-carcel/34093-3 3 de noviembre de 1997 En su libro, próximo a publicarse, Santiago Medina cuenta lo que 'Popeye' le dijo en la cárcel sobre cómo fue asesinado Luis Carlos Galán. Fue una mañana, cuando después de las actividades de rigor de las primera horas del día en el pabellón de máxima seguridad, surgió el tema del asesinato de Luis Carlos Galán. Yo sabía que John Jairo Velásquez Vásquez, alias 'Popeye', estaba en prisión acusado, entre otros delitos, de participar en el magnicidio. No obstante y casi como un mecanismo de evasión, procuraba no pensar en eso y evitar el tema. Pero cuando la charla tomó ese rumbo, no tuve opción. Con eso que al principio me costó gran trabajo concentrarme en las palabras de 'Popeye'. Me resultaba difícil asimilar lo insólito de la circunstancia. Yo, en la cárcel, frente a una de las personas que participaron en el asesinato de Galán, escuchando los sucesos que terminaron por modificar importantes aspectos de mi vida. Por momentos creí no poder escuchar. De acuerdo con 'Popeye', de lo que no hay duda es que el de Galán fue un crimen político manejado por narcotraficantes. La historia de su magnicidio comienza el mismo día en que nació el Nuevo Liberalismo. En la Convención de Medellín, realizada el 19 de septiembre de 1981, el Partido Liberal se dividió ante el triunfo de la candidatura presidencial de Alfonso López Michelsen, quien competía por esa investidura con Alberto Santofimio Botero y Virgilio Barco Vargas. Galán Sarmiento apoyaba la posible nominación de Carlos Lleras Restrepo. Su relación con López no era la mejor.

Una semana después de la convención del Partido Liberal que eligió a López como candidato a la Presidencia, Galán organizó la que se llamó Convención de Rionegro en la que fundó el Nuevo Liberalismo, decisión que había tomado el día que eligieron a López. Galán recibió varias adhesiones, entre ellas la del político Jairo Ortega y su movimiento. Para ese entonces, Pablo Escobar, un hombre del que el mundo entero tendría noticia por su activa participación en el narcotráfico y su acción criminal y terrorista, operaba bajo el amparo de su movimiento, 'Medellín sin tugurios'. Hacía proselitismo político a punta de dádivas al pueblo. Construyó canchas de fútbol, rehabilitó zonas verdes que se convirtieron en espacios de recreación popular, iluminó tugurios de la ciudad y construyó casas en sectores deprimidos. Era un hombre con gran popularidad. La suficiente para que Jairo Ortega lo tuviera como su suplente en la lista con la que aspiraba a una curul en la Cámara de Representantes. Llegaron las elecciones. Galán obtuvo muy buena votación para el Senado; Ortega y Escobar lograron lo propio en la Cámara. Sin embargo, no pasó mucho tiempo entre ese día y el momento en que los medios de comunicación empezaron a informar sobre la vinculación de Escobar con el narcotráfico. La noticia de un camión procedente de Ecuador cargado con 10 kilos de cocaína, que fue retenido en Ibagué y que supuestamente formaba parte de una operación organizada por Pablo Escobar, alertó a las autoridades, a la opinión pública y a quienes tenían alguna relación con él. Cuando Galán se enteró, expulsó del movimiento a Ortega y, en consecuencia, a Escobar. Con esta acción emprendió la depuración del movimiento y a su lucha contra la corrupción se sumó la batalla frontal contra el narcotráfico. Escobar perdió su investidura y Galán se convirtió en su peor enemigo; éste, además, recibió numerosas críticas por haber contado con el apoyo político del narcotraficante. Corría el mes de junio de 1989 cuando Galán asistió a la Convención de

Cartagena, convocó a su movimiento y resolvió retornar al Partido Liberal sobre la base de que se llevase a cabo una consulta popular. Fue cuando hizo públicas sus ideas sobre la extradición, que consideraba un arma efectiva para combatir al narcotráfico. No pasarían muchos días para que empezara a recibir de nuevo amenazas de 'Los Extraditables'. Escobar y Rodríguez Gacha acordaron impedir, a como diera lugar, que Galán llegara a la Presidencia. Consideraban que era la mayor amenaza para ellos y sus emporios delictivos. También decidieron que la organización de Escobar tendría a su cargo la operación. De la  finca de 'El Mexicano', Escobar y 'Popeye' salieron directamente a una caleta localizada a pocos kilómetros de la hacienda Nápoles. 'El Patrón' comisionó a 'Popeye' para que fuera a Medellín y trajera a Ricardo Prisco Lopera. A los dos días, mi interlocutor regresó a la caleta con Prisco a quien Escobar puso al frente de la operación que debía terminar con la muerte de Galán el viernes 3 de agosto en Medellín. "En ese momento pensábamos que nada podía fallar", me dijo 'Popeye'. Y recordó que para cuando Escobar y Rodríguez Gacha decidieron atentar contra Luis Carlos, ya algunos políticos, hoy sujetos de investigación por la justicia colombiana como consecuencia de sus actividades relacionadas con el narcotráfico, habían hecho saber a los dos capos la urgente necesidad que existía entre un sector de la clase política de quitar a Galán de su camino. El 3 de agosto Luis Carlos tenía programada una conferencia en la Universidad de Medellín. Minutos antes de arribar, las autoridades de la ciudad descubrieron una camioneta Mazda Station Wagon parqueada en alrededores del establecimiento docente y cargada con armamento pesado. 'Popeye' señaló que la camioneta había sido comprada por Ricardo Prisco Lopera, siguiendo órdenes de Escobar, quien le dio una cédula con el nombre de Helmer Herrera Buitrago y la instrucción de comprar el vehículo en Armenia a nombre de éste, con el fin de atribuirle el atentado al cartel de Cali. Los acontecimientos de Medellín desmotivaron profundamente a Luis Carlos. Sentía que quienes querían asesinarlo estaban dispuestos a todo. 'El Mexicano' tomó las riendas del operativo. Se movió rápidamente, contrató sicarios y activó contactos al más alto nivel para que la próxima vez el atentado no fallara.

Jaime Rueda Rocha, primero guerrillero y luego paramilitar, fue el escogido por Rodríguez Gacha para dirigir el atentado. Se le pagarían 200 millones de pesos provenientes del fondo común de 'Los Extraditables', del que 'Popeye' era tesorero. Hasta este momento, la narración de los pormenores del asesinato de Galán no me sorprendía de manera extrema. Quedé horrorizado con lo que vino después. Otro de mis interlocutores de esa mañana en La Modelo me preguntó: ¿Sabe por qué el elegido fue Jaime Rueda Rocha? Contesté negativamente. "Por varios motivos. Se necesitaba una persona audaz, con un grupo de sicarios a su servicio que conocieran Bogotá y, sobre todo, que tuviera conexiones dentro del DAS". El plan empezó a rodar cuando la campaña anunció la realización de la manifestación de Soacha para el viernes 18 de agosto. 'El Mexicano' y Rueda decidieron que esa era la oportunidad ideal.

LAS VERDADES DE ROMEL http://www.semana.com/nacion/articulo/las-verdades-de-romel/39813-3 5 de julio de 1999 Romel Hurtado estuvo en medio de la guerra de los carteles y supo con anticipación que iban a matar a Luis Carlos Galán. Romel Hurtado se le conoció en el ambiente político como un conservador consagrado. En varias oportunidades desempeñó cargos públicos y durante muchos años estuvo al lado de Alvaro Gómez. De un tiempo para acá, sin embargo, su imagen cambió completamente. Después de dar algunas explicaciones en la Fiscalía por el hallazgo en su casa de unos documentos que dejaban en evidencia la posibilidad de un golpe de Estado contra el presidente Ernesto Samper, fue capturado en los primeros días de marzo, en su finca, por agentes del CTI de la Fiscalía por haber recibido 10 cheques de las empresas de fachada del cartel de Cali. Cuando Hurtado intentó explicarles a los fiscales el porqué de esos cheques los investigadores quedaron sorprendidos.

Al parecer este político conservador tiene en sus manos buena parte de la historia reciente de este país. SEMANA revela apartes del testimonio que le dio a la Fiscalía, la versión de Miguel Rodríguez Orejuela en el mismo caso y la respuesta de algunos personajes mencionados en la indagatoria. Al final del gobierno de Belisario Betancur, según Romel Hurtado, una persona llegó a su casa para entregarle un paquete. "Me dijo que eran unos documentos muy delicados, que los leyera y que como yo era amigo de los militares buscara la manera de hacérselos llegar". En uno de esos casetes Escobar le decía a su hermano: "Esos oligarcas de Medellín a quienes tanto les hemos ayudado ahora que nos ven jodidos ya no nos atienden, entonces vamos a empezar a quemarles las casas, las fincas etc.". Y así sucedió. Después de eso fue citado en Cali: "Me dijeron que me parara al frente del Hotel Dann, que una persona me recogía. Me montaron en un carro, me pusieron unas gafas oscuras y me llevaron donde el señor Miguel Rodríguez Orejuela. Miguel Rodríguez me dijo que él era el que me había mandado esos casetes, que alguien les había dicho que yo era muy amigo de los militares y que ellos estaban interesados en que cesara la ola de muertes que estaba anunciando y ejecutando el señor Pablo Escobar". Miguel Rodríguez en su declaración dijo que conoció a Romel Hurtado por referencias de Alberto Giraldo y que en 1984, cuando Pablo Escobar anunció su guerra, empezaron a hacerle inteligencia para combatirlo. Fue cuando decidió contactar a Hurtado. Dijo el capo que en los ocho años se le cancelaron cerca de 150 millones de pesos. Durante varios años Romel Hurtado estuvo al servicio del cartel de Cali como intermediario. "Yo estuve pasando esta información al general Maza y al general Botero (comandante del Ejército) por algo más de cuatro años, período en el cual se le hicieron al señor Pablo Escobar allanamientos, redadas, se le cogieron amigos suyos, etc. Quiero que conste aquí que lo hice por un fin altruista con la convicción plena de que estaba realizando algo lícito, algo que iba en defensa de la sociedad para tratar de parar la barbarie de sangre que ocasionó este sicópata". Romel dijo que por todas estas situaciones el DAS le dio seguridad. Según afirmó: "Dado lo delicado del tema que estaba manejando y en el cual me solicitaron ayuda autoridades de la República, el DAS, en cabeza de su director, me puso escolta permanente. Se infiere de lo anterior que yo al pasar esta serie de informaciones estaba poniendo en peligro mi vida y la de mi familia".

En la versión que Miguel Rodríguez dio en la Fiscalía quedó claro que las autoridades supieron todo el tiempo de dónde provenía la información contra Pablo Escobar y su organización: "Deseo dejar en claro que después de la cuarta o quinta conversación con el señor Romel Hurtado no sólo le preguntamos sino que él nos lo manifestó que estas altas autoridades y muchas otras en su debido momento siempre estuvieron enteradas de que éramos nosotros y nadie diferente los que poníamos en conocimiento y a su servicio toda esta valiosa información". Rodríguez dijo que contactaron al hermano del presidente Virgilio Barco, Jorge Barco, y le mostraron todos los documentos. Según el capo, Barco le llevó todas las pruebas de las acciones de Escobar al presidente. Este, dice Rodríguez, llamó al general Maza y le dejó oír los casetes. Entonces se convino que se pusiese un teléfono en el escritorio del general "para que tuviésemos una comunicación inmediata, así sucedió y para identificarnos se nos puso el seudónimo los 'canarios'. El general Miguel Maza aseguró que Romel Hurtado llegó al DAS a instancias del entonces ministro de Defensa, general Oscar Botero, y se presentó como ex viceministro de Estado y como amigo personal de Álvaro Gómez Hurtado. El general retirado dijo que Romel se acercó con el fin de dar información que, según dijo, recibía del Ejército y de lo que oía en la zona del Quindío. "Ahí no hubo ningún compromiso ni personal ni profesional con él, fueron informaciones que no tuvieron mayor eco". Y agregó, "esa plata que dice que le pagaron fue completamente desconocida para nosotros. Yo no me imaginaba que una persona de su nivel, como decía tener, estaba trabajando en esa dirección, como estafeta". Maza advirtió además que se le dio escolta debido a su condición de ex viceministro y no por los supuestos trabajos como informante. (Declaración difícil de creer. En esos tiempos no se protegía un viceministro por la única razón de solicitarlo). Otra prueba en el proceso que contradice la versión de Maza: Debe recordarse que dentro del proceso que se le adelantó a ROMMEL HURTADO por enriquecimiento ilícito hasta los escoltas del DAS que le fueron asignados declararon a su favor y desmintieron al Director del DAS. No sólo ellos, el mismo Miguel Rodríguez y Jorge Barco Vargas (hermano del presidente). Además, Rommel en el año 2010 (mismo año en que fue asesinado) los desmintió al conocer que Maza había dicho que si alguna vez le puso escoltas

(lo que antes negó) fue porque los del Cartel de Cali lo iban a asesinar. (Los abogados). Maza agregó que en los 10 años de lucha contra Pablo Escobar habló con Romel en tres o cuatro ocasiones y que si hubiera dado información importante sobre Escobar las cosas hubieran sido distintas. El general aseguró que lo de los 'canarios' nunca existió. Romel le dijo a la Fiscalía que alcanzó a advertir sobre la muerte de Luis Carlos Galán. "En una de las tantas llamadas que recibía del señor Miguel Rodríguez me contó que había interceptado unas comunicaciones entre Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha en las que éstos hablaban del asesinato del doctor Luis Carlos Galán. Si no recuerdo mal esto me lo informaron el martes anterior al asesinato". Aseguró que de inmediato trató de localizar a Galán, pero que fue imposible. Entonces dijo, contactó a Alfonso Valdivieso, su primo y secretario privado, y le advirtió sobre lo que iba a pasar. "Me dijo, Romel, quién te dio esa información, y le conté, hay unas personas que me la están haciendo llegar y créeme que tiene porqué saberlo". Rodríguez Orejuela asegura que supieron del atentado contra Luis Carlos Galán por una conversación entre Escobar y 'El Mexicano'. "Este atentado se pretendía hacer en una manifestación en la ciudad de Soacha, debido a que en anterior oportunidad se había fracasado en este mismo intento en Medellín, al tener la certeza de que esto podía suceder le pusimos en conocimiento al señor Romel Hurtado a través mío y no sólo le hicimos oír dicha conversación sino que le entregamos el correspondiente casete para que lo pusiera en conocimiento de las autoridades competentes y del mismo doctor Luis Carlos Galán". Alfonso Valdivieso le dijo a SEMANA que Romel Hurtado sí se comunicó con él pero que la información que recibió fue genérica, sin detalles o datos precisos. De todos modos, según Valdivieso, le contó sobre la llamada a Luis Carlos Galán y sobre las advertencias de un posible atentado. El ex fiscal asegura que no volvió a tocar el tema con Romel Hurtado. (Yo tengo la hipótesis de este aviso sin ningún detalle era como una coartada para el Cartel de Cali tomar distancia del asesinato en el que posiblemente estaba involucrado. La cercanía de Maza con el Cartel de Cali y el desmantelamiento de la seguridad personal de Galán así lo hacen pensar). También quiero expresar que personalmente pongo en duda el alcance de las declaraciones de Romel en relación con algunas personas: particularmente el presidente Barco, el general

Oscar Botero, y aun lo del teléfono directo con Maza). Como se comprobó después que el si trabajaba para el cartel de Cali le interesaba involucrar a la mayor cantidad de personas de alto nivel.

EL HOMBRE DE LA PANCARTA http://www.semana.com/portada/articulo/el-hombre-pancarta/67567-3 15 de agosto de 2004 SEMANA publica una carta desconocida de uno de los hombres que disparó contra Galán en la que cuenta cómo se planeó y ejecutó ese magnicidio hace 15 años. El testimonio de José Éver Rueda Silva es una revelación escalofriante sobre la muerte del precandidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, ocurrida el viernes 18 de agosto de 1989. En la carta que le escribió de su puño y letra Rueda a su mamá, narra con lujo de detalles cómo se coordinó el asesinato, quiénes debían intervenir y revela además, los nombres de miembros de las Fuerzas Militares que, según el asesino confeso, participaron en dos cumbres de la mafia en las que se ultimaron los detalles y se repartieron el dinero y las armas que acabaron con la vida de Galán hace 15 años. Rueda, quien dice en su relato ser el hombre de la pancarta, decidió contar la verdad porque sentía la muerte muy cerca. La carta tiene fecha 9 de mayo de 1992. Y en efecto, un mes después fue asesinado en el pabellón de máxima seguridad de la cárcel La Modelo, cuando un sicario ingresó a su celda y le propinó un tiro en la cabeza. "Si llegado el caso me asesinan, ya que soy la última persona que me encuentro detenida, porque a casi todos mis compañeros los han asesinado por estar comprometidos en el caso del doctor Galán, dejo este escrito para que mi mamá, Lilia Silva, lo entregue a la justicia en el caso de que no alcance a confesar ahora en julio que empieza a funcionar la Fiscalía". Así comienza su testimonio. Luego relata cómo se inició con sus hermanos medios Jaime Eduardo (el otro hombre que le disparó a Galán) y Bayardo Rueda en el mundo de la delincuencia. "Trabajamos en la guerrilla en el frente 22. Mi hermano Jaime era el comandante de esa red urbana. El Ejército nos capturó a los tres por porte de armas y estuvimos presos aquí en La Modelo. Yo me hice cargo de las armas y me condenaron a dos años. Entonces las autodefensas dirigidas por

Henry Pérez y Gonzalo Rodríguez Gacha, apodado 'El Mexicano', pusieron la persecución a mi hermano para matarlo. Como era imposible seguir en el frente, mi hermano se entregó a las autodefensas en Puerto Boyacá a un comandante que él conocía cuando eran muchachos en Yacopí. Por eso le perdonaron la vida. Pero lo tuvieron tres meses amarrado hasta que le pusieron como condición que Bayardo y yo nos entregáramos a las autodefensas para trabajar con ellos. Así poco a poco nos fueron dando trabajo para hacer vueltas hasta que nos ganamos la confianza de los patrones". "Nos llevaron a hacer el curso en la escuela de entrenamiento 'la Cuarenta'. Duramos tres meses. Después nos enviaron a Bogotá a hacerles la guerra a los de la UP (Unión Patriótica). Mi hermano Jaime reclutó a amigos que eran sicarios como Martín Olarte, Gonzalo Montero, Orlando y Enrique Chávez, estos familiares de Nubia Chávez, amante de Jaime". "Nuestro enlace principal, ordenado por 'El Mexicano' y Henry Pérez, era el teniente Flórez, quien dirigía la red de inteligencia del B-2 de la Decimotercera Brigada, así que operábamos con carné de esa brigada. Por eso tuvimos éxito en la muerte del doctor Galán, del doctor Teófilo Forero y Antequera, la bomba de 'El Espectador' y la muerte del hijo de Víctor Carranza". Rueda cuenta que a su hermano Jaime le tocaba ir hasta Pacho, Cundinamarca, a recibir órdenes de 'El Mexicano'. Unas veces iba solo y otras, él lo acompañaba con el teniente Flórez. Las reuniones eran en las fincas Chihuahua, Cuernavaca y Mazatlán, también denominada Trescientos. "En estos sitios conocimos a los capitanes Barreto, Bautista y Atanasio. A Víctor Linares, Helí Muñoz, Ramón Rodríguez, a 28 y a Javier Rodríguez, J.R. (hermano y sobrinos de 'El Mexicano'). También al calvo Bernal, a Chucho Cortés, a Alfonso Caballero, a Leonidas Vargas, a Libardo Muñoz, alias 'El Flaco' y a Poca Pena. Conocimos además a Justo Pastor Perafán, a la Reina de la coca, a Ángel Gaitán Mahecha, a Santofimio Botero, y a Humberto Madero.

Primera cumbre de la mafia Más adelante Rueda relata que en abril de 1989, sus patrones, 'El Mexicano', Pablo Escobar y Henry Pérez, les pusieron una cita a él, a su hermano Jaime y

al teniente Flórez, en una finca llamada La Isla de la Fantasía. "Era una cumbre de toda la mafia. Estaban Leonidas Vargas, 28, los Galeano, Kiko Moncada, Jairo Correa Alzate, Chucho Cortés, los hermanos de Henry Pérez, Hernán Darío Henao, Popeye, Gustavo Gaviria, primo de Pablo Escobar, el Arete, la Chirusa, el Chopo, Pinina, Tyson, el Palomo, Poca Pena, Helí Muñoz y Jaime Castilla. Allí se trató sobre la guerra que había que hacerle al gobierno y especialmente hablaron los patrones de matar al doctor Galán. Que por eso era que estaba como estaba el país y que tenían que evitar que los extraditaran. Entonces ahí fue que Jairo Correa, Leonidas Vargas y Chucho Cortés dijeron que ellos también aportaban plata para la guerra. Entonces 'El Mexicano' dijo que se encargaba con su gente en Bogotá y Pablo dijo que él trabajaba con su gente en Medellín. Le dieron la orden a Jaime, mi hermano, y al teniente Flórez para que empezaran a hacer inteligencia de los movimientos del doctor Galán. Plata no nos ofrecieron cuánto había por el doctor Galán, porque nos dijeron los patrones que tocaba hablar con otros duros para que aportaran plata. Nos devolvimos para Bogotá a cumplir la orden de los patrones de hacerle inteligencia al doctor Galán y al poco tiempo se nos pegó otro combo tras el mismo objetivo. Ellos eran dirigidos por Poca Pena y Helí Muñoz. También estaba alias Pantera Loco, Germán Peñalosa y alias Cali. Ellos tuvieron más éxito porque Helí Muñoz logró torcer a varios escoltas del doctor".

Segunda cumbre de la mafia "Cuando ya todo estaba listo, se le comunicó a 'El Mexicano' y en julio hubo otra cumbre de la mafia y volvimos a estar los mismos de la primera reunión. Fue en Pacho, Cundinamarca, en la finca Mazatlán. Allí Pablo Escobar dijo que sus hombres se encargarían de matar al doctor Galán en un viaje que iba a hacer a Medellín. Como no sucedió nada (4 de agosto de 1989), esto complicó más las cosas porque creíamos que el doctor Galán se iba a ir del país, pero no fue así. Estuvimos de buenas porque le cambiaron algunos escoltas y metieron a otros que trabajaban con Helí Muñoz aquí en Bogotá: José Antonio Téllez a quien le decíamos Pantera, Pájaro Loco, Germán, Peñalosa y Cali. Entonces todo fue mucho más fácil. Ramón Rodríguez (hermano de 'El Mexicano') nos entregó las armas. Una metra Atlanta calibre 9 milímetros, una metra Ingram, un fusil Galil, una metra MP-5 y 20 millones de pesos. Así que empezamos a trabajar para dar muerte al doctor Galán. Pero mi hermano Jaime y el teniente Flórez acordaron que para esa vuelta no se le podía contar a los otros

muchachos cómo se iba a hacer el plan. Entonces empezaron a trabajar Jaime, Flórez, Bayardo, Piña, Enrique y Orlando Chávez. Las armas se quedaron todas en un solo sitio, en la casa de Enrique Chávez".

El crimen Después, en su carta, Rueda cuenta que se reunían con frecuencia en el apartamento del teniente Flórez en el barrio Metrópolis, al noroccidente de Bogotá. Allí se asignaron las funciones que debía cumplir el grupo del que formaban parte miembros de las Fuerzas Militares. En el último encuentro se dispuso que el miércoles 16 de agosto, dos días antes del atentado, se fuera todo 'el combo' para Soacha para tener en cuenta qué le tocaba hacer a cada uno y no fallar. Su misión: matar a Luis Carlos Galán. "Todo consistía en que Jaime se infiltrara junto a la tarima con su carné del B-2 y con la ayuda de los dos escoltas torcidos del doctor Galán. Todos debíamos usar un sombreo blanco. Mi misión era meterme junto a ellos y tenía que tener una pancarta para disimular y al mismo tiempo con una pistola haría tiros después de que Jaime le disparara al doctor Galán. Esto con el ánimo de crear pánico y que la gente corriera para así poder escapar. Los Chávez, Enrique y Orlando se instalarían en la entrada de Soacha para hacer hostigamiento, el sargento Herrera, que trabajaba con Flórez en la Brigada, nos recogía a los Chávez, a Piña y a mí, para no tener problema, aunque todos portábamos carné del B-2. El combo de Poca Pena también se instalaría a la entrada de Soacha, con eso, si no se lograba matar al doctor, ellos le dispararían un 'rocket' al carro en que sacarían al doctor Galán. Y los otros muchachos se instalaron dentro de una volqueta para entrar a rematar, todos con armas largas. Mi hermano nos decía: tómense un aguardiente pero no se emborrachen que ya casi llega el paciente. Eran como las 6 y media de la tarde. Así lo matamos".

La fiesta de la mafia Según su relato, después del crimen él se fue con su hermano Jaime y con el teniente Flórez para su apartamento. Los otros se fueron cada uno para su casa. La orden era que ninguno hablara por teléfono, ni portara armas. Al otro día José Éver Rueda se fue con su esposa María del Carmen Mahecha para Granada, Meta. Allí permanecieron 20 días hasta que su hermano le ordenó que regresaran a Bogotá a una reunión. "Nos reunimos con todos los del combo y después me fui con Jaime y el teniente para Puerto Boyacá. Cuando llegamos

allá estaban 'El Mexicano', Pablo Escobar, Gustavo Gaviria, Roberto Escobar, Henry Pérez, Ariel Otero y todos sus escoltas. Nos felicitaron y hubo una fiesta muy grande a la que trajeron a un grupo de modelos de Cali para nuestra diversión". Este testimonio de Rueda Silva les da validez a las sospechas que durante 15 años ha tenido la familia Galán Sarmiento de que se trató de un complot en el que no sólo participó la mafia. Fueron 37 personas las que la investigación involucró con el crimen. Poco a poco fueron siendo liberadas y muchas de ellas asesinadas. Hoy, nadie está detenido. Los primeros en salir fueron los del grupo de Alberto Jubis Hazbum y otros cuatro hombres que pasaron tres años en prisión y quienes lograron demostrar su inocencia. Según Semana, La ligereza con la que actuaron los generales Miguel Maza Márquez, director del DAS de la época, y Óscar Eduardo Peláez Carmona, como director de la Dijin, fue con el tiempo muy cuestionada. En ese entonces, el fiscal Gustavo de Greiff sostuvo que se habían montado pruebas falsas en contra de los detenidos y anunció que castigaría a los responsables. Cuando Jubiz Hazbum salió de la cárcel en 1993, instauró una demanda a la Nación por 5.000 millones de pesos, pero cinco años después murió de un infarto. A todos los sicarios, , el asesino de Galán, los mataron. Y el 6 de abril de 2000, el Consejo de Estado condenó al Inpec (Instituto Nacional Penitenciario) a pagar la suma de 500 gramos de oro puro a Lilia Silva Cifuentes, la madre de José Éver, por los perjuicios morales que le ocasionaron con la muerte violenta de su hijo en La Modelo. Por el fracaso del operativo de seguridad policial en Soacha, en donde ese 18 de agosto de 1989 se vivió un carnaval de licor, pólvora y juerga, no se produjo ni una sola sanción disciplinaria. Toda vez que en la audiencia del juzgado primero se ventiló ésto, podría incluirse con toda contundencia. El mismo acusado (comandante de la policía del Distrito de Soacha para 1989, Luis Felipe Montilla, primero sostuvo que fue un gran operativo de policía dispuesto para la protección del candidato y luego, acepto en ampliación de indagatoria y en el juicio que mintió, y que los libros de minuta fueron falseados esa noche. Dijo, que ello se hizo porque sus

comandantes o superiores así se lo ordenaron; que le quitaron deliberadamente apoyo ese día y esto en últimas demuestra que el informe que presentó al Congreso en el año 89 la Policía y el Ministro de Defensa en relación con estos hechos es falso. (Los abogados).

CAPTURADO ALBERTO SANTOFIMIO BOTERO http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1624765 13 de mayo de 2005 La Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación emitió el miércoles la orden de captura contra el ex ministro liberal Alberto Santofimio Botero, sindicado de ser el presunto autor intelectual del asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, ocurrido el 19 de agosto de 1989, en Soacha (Cundinamarca). Una carta de José Evar Rueda, uno de los asesinos de Luis Carlos Galán, señala a Santofimio Botero de haber participado en las reuniones que los carteles de la droga organizaron para planear el magnicidio. John Jairo Velásquez, alias Popeye, uno de los lugartenientes del narcotraficante Pablo Escobar, también señala al ex ministro como presunto autor intelectual del homicidio del fundador del Nuevo Liberalismo y más firme candidato a la Presidencia en 1990.

CARLOS A. LUCIO, A DECLARAR EN CASO GALÁN http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1622817 24 de junio de 2005 La investigación por el magnicidio del dirigente Luis Carlos Galán Sarmiento contará con la declaración de uno de los más controvertidos ex miembros del M-19: Carlos Alonso Lucio. La investigación por el magnicidio del dirigente Luis Carlos Galán Sarmiento contará con la declaración de uno de los más controvertidos ex miembros del M-19: Carlos Alonso Lucio. El fiscal de la Unidad Nacional de Derechos Humanos que conduce el caso acaba de fijar el primero de julio como fecha para escucharlo. Su testimonio

podría entrar a hacer parte del proceso que se abrió contra el ex senador y ex ministro Alberto Santofimio Botero, detenido desde el pasado 12 de mayo por su presunta participación en el homicidio. De acuerdo con informaciones reveladas por este diario, en julio de 1988 se realizó una reunión, con la asistencia de Lucio, en la que Galán dejó ver su preocupación por un posible atentado en su contra por parte de oscuras alianzas entre un sector de la política y los narcotraficantes. La reunión buscaba que Lucio -que acababa de llegar de Cuba discutiera con Galán salidas para la crítica situación del país. En esos días, el grupo subversivo había secuestrado al dirigente conservador Alvaro Gómez Hurtado. Lucio dijo que el escala-miento de la violencia lo estaba generando la guerra sucia desatada contra la izquierda y habló sobre los vínculos de políticos con las nacientes fuerzas paramilitares y dio como ejemplo el Tolima, contaron asistentes al encuentro. Esas personas también dijeron que Galán, al escuchar esto, dijo: "Habrá alguna forma de evitar de que Santofimio me asesine?". Luego, les relató varias versiones que le habían llegado sobre las intenciones del dirigente con el fin de asesinarlo, incluida una supuesta reunión con narcotraficantes. Lucio -actual asesor de una facción del paramilitarismo que negocia con el Gobierno- le dijo a este diario en mayo pasado, que recordaba lo sucedido en esa reunión aunque indicó que no tenía muy clara la frase de Galán: "Lo que sí recuerdo muy bien es que expresó sus grandes temores por un sector del liberalismo". La Fiscalía, en la declaración, le solicitará a Lucio que explique todo lo que sepa sobre estos hechos y si tiene alguna información adicional sobre el magnicidio de Galán, ocurrido el 18 de agosto de 1989 durante una manifestación política en la población de Soacha (Cundinamarca). El llamado de la justicia a Lucio no significa que esté implicado en el proceso o sea motivo de investigación.

Los secretos de “Popeye” http://static.iris.net.co/semana/upload/images/2005/11/2/177757_12232 14 de agosto de 2005 Para la Fiscalía, el valor jurídico de lo que contó 'Popeye' consistió en que no se trata sólo de un testimonio verbal, ni de una versión de oídas, sino de uno de los protagonistas de la historia. Pues no sólo participó en las reuniones decisivas de los crímenes planeados por el cartel de Medellín, sino que él mismo fue uno de los autores de estas acciones delictivas. En el caso concreto de Galán, 'Popeye' planificó la logística y ayudó a conseguir las armas de los sicarios. Y, como si fuera poco, posteriormente fue él quien les pagó y los felicitó. Durante años, fue el encargado de llevara Santofimio Botero a los escondites para que se encontrara con Escobar. El testimonio de 'Popeye' llevó a Santofimio a la cárcel. "Lo que yo sé fue lo que yo dije ante la Fiscalía y lo que escribí en mi libro", dijo el ex lugarteniente de Escobar cuando le preguntaron por qué había decidido hablar después de tantos años de silencio.

Con 23 argumentos contra Popeye se cerró ayer el juicio a Santofimio http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2094744 8 de julio de 2006 * Los argumentos. Teniendo en cuenta este desfase, Salazar expuso en el papelógrafo 23 argumentos contra igual número de afirmaciones del ex sicario. Entre ellos están que no es creíble que la reunión haya ocurrido, que es falso que el sicario comprara el carro y que no es cierto que Santofimio le haya pronunciado la frase a mátalo, Pablo , cuando ya el jefe del cartel de Medellín había decidido la muerte de Galán antes del 22 de junio. Igualmente, dijo que durante el proceso la Fiscalía nunca demostró que existió un ala militar del cartel ni que Santofimio tuviese mando para ordenar un magnicidio. La Fiscalía le ha dado plena credibilidad al testimonio de Popeye, por ser el único condenado por la muerte de Galán y con elementos para señalar a

quienes participaron. Para la Fiscalía es obvio que Velásquez era del círculo íntimo de Escobar e hizo parte del magnicidio, contrario a lo que declararon algunos ex generales y ex miembros de organismos de seguridad. Con el alegato del defensor,el juicio terminó y se espera que en 15 días haya sentencia.

Como historiador de la vida de Escobar, ¿cree en la versión de Virginia Vallejo? http://www.semana.com/nacion/articulo/como-historiador-vida-escobar-creeversion-virginia-vallejo/80237-3 29 de Julio de 2006 En una entrevista de Maria Isabel Rueda a a Alonso Salazar autor de ¨La parábola de Pablo¨el responde y en el que MI trata de conseguir opiniones sobre el testimonio de Virginia Vallejo Alonso Salazar Se da, por ejemplo, el caso de periodistas como Juan José Hoyos, que publicó apenas hace un par de años sus crónicas sobre Pablo Escobar. Él fue llamado por la Fiscalía en el caso Santofimio porque fue testigo un fin de semana en la Hacienda Nápoles de la convivencia estrecha y amistosa de Santofimio con Escobar y otros políticos. La hipótesis que el Fiscal le presenta al juez es que Santofimio no tenía una relación episódica con Escobar sino que hacía parte del brazo político de una organización criminal, y constatar toda esa convivencia de una época con bases documentales es uno de los fundamentos de la acusación. Hoyos incluso fue el que tomó esa foto muy famosa en la que están montados Santofimio y Lucena Quevedo y otros políticos en uno de esos juguetes acuáticos que le encantaban a Escobar.

M.I.R.: ¿Alguien podía influir sicológicamente sobre Pablo Escobar hasta el punto de inducirlo a cometer un magnicidio? A.S.: Hay una anécdota que incluso es narrada por ballero. Santofimio llevó a Escobar a la posesión de Felipe González como presidente del gobierno español. Caballero dice que ahí vio a un señor (Escobar) que le servía a

Santofimio, que siempre estaba atento a sus deseos. Es que Escobar, al lado de esa prepotencia que se manifestó en sus acciones violentas, era un hombre muy susceptible, y parte de su tragedia es que su gente más cercana, especialmente sus sicarios, lo empujaron sistemáticamente a la guerra porque su negocio era matar y dinamitar, y no el narcotráfico. Esas influencias hacen pensar que no era tan inteligente y racional en sus decisiones. M.I.R.: Pero la idea que tenemos es toda la contraria, que era supremamente inteligente y muy frío… A.S.: Un hombre que tiene como cuerpo asesor a un grupo de matones funciona muy distinto a las mafias italianas, que tenían a su consiglieri. Gente que fue cercana a él le señala esta gran debilidad: no tenía buenos consejeros, sino gente que desataba sus pasiones. M.I.R.: ¿Que Virginia Vallejo haya salido a estas alturas a decir que fue testigo de las varias veces que Santofimio le dijo a Escobar que matara a Galán, cuadra en el marco de sus investigaciones? A.S.: Me parece totalmente coherente. He hablado con abogados que fueron muy cercanos a Escobar y ellos en su debido momento también me narraron esa función azuzadora de Santofimio y lo describían desde ese punto de vista como un criminal, así apareciera en la escena política y fuera senador de la República. M.I.R.: ¿Para usted hay alguna diferencia entre ser azuzador y determinante del crimen de Galán? A.S.: Cuando una persona es inherente a una estructura, que es la hipótesis muy razonable del Fiscal, ese azuzar corresponde a una premeditación. Y no sólo Santofimio sino otros sectores de la clase política estuvieron implicados en ese complot. Pero no hay duda de que Santofimio tuvo un rol esencial en el crimen de Galán y que el punto de partida de ese camino inevitable hacia su muerte fue la convención en la que se aprueba la consulta popular. Galán tenía una grandísima posibilidad de triunfo y por eso la argumentación de Santofimio ante Escobar, que recogí de diversas fuentes, era la de que había que matar a Galán porque lo iba a extraditar. M.I.R.: Usted, como historiador de esa convulsionada época del país, ¿qué

pensaría si le tocara presenciar la absolución de Santofimio? A.S.: Tendría un desencanto, pero no podría decir que se debería a una mala actuación del juez. Existiendo un convencimiento de la responsabilidad de Santofimio en esos episodios, esperamos que la Fiscalía haya sido lo suficientemente juiciosa en la recolección de pruebas, en la organización testimonial, para que el juez pueda obrar cabalmente en el juicio. M.I.R.: ¿Se equivocan entonces quienes desprecian el testimonio de Virginia Vallejo porque era una diva, la amante de un capo y porque es tardío? A.S.: Es un testimonio, desde el punto de vista periodístico, muy valioso. No hubiera dudado en publicarlo. Yo intenté buscarla en una época, pero ella estaba totalmente resguardada y nunca logré hablar con ella. El ser diva es un hecho circunstancial. Al testimonio hay que verle su verosimilitud con los hechos y las circunstancias y desde ese punto de vista, yo lo valido. Virginia Vallejo es una imagen trágica de mucha gente en este país que aun teniéndolo todo, se deja seducir por el oro y el poder y va al precipicio. Es una imagen muy nacional, que marca un poco nuestra desgracia.

Báez dice que Castaño implicó a Maza Márquez en muerte de Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2462544 20 de abril de 2007 En su segundo día ante el Fiscal de Justicia y Paz en el Palacio de Justicia de Medellín, Iván Roberto Duque, Ernesto Báez, siguió enredando a ex miembros del Estado en crímenes de los paras y el narcotráfico. El miércoles dijo que militares intrigaron para que las Auc secuestraran a Piedad Córdoba, y ayer sorprendió con su versión del magnicidio de Luis Carlos Galán. Báez aseguró que en conversaciones con el desaparecido Carlos Castaño escuchó que hubo una alianza para cometer el magnicidio entre Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez, el Mexicano, miembros del B2 de la Brigada 13 del Ejército y el DAS, entonces bajo la dirección del general Miguel Maza Márquez.

El ex jefe para dijo que los hombres seleccionados para participar en el crimen, cuyo autor material fue Eduardo Rueda Rocha, recibieron identificaciones del B2 que les permitieron ubicarse en la plaza de Soacha (Cundinamarca) y cerca a la tarima desde la cual hablaría esa noche el candidato presidencial. La complicidad del DAS habría consistido, según Báez , en que su entonces director, Maza Márquez, no solo cambió la escolta del dirigente, días previos al asesinato, sino a algunos hombres encargados de la seguridad de la manifestación política en Soacha. El ex para aseguró que cuatro meses antes del magnicidio hubo una reunión para planearlo en la Isla de la Fantasía, un islote de Puerto Boyacá de propiedad del extinto jefe para Henry Pérez. A la reunión habrían asistido Escobar, Rodríguez Gacha y supuestos contactos del DAS y el Ejército. Un hecho que llama la atención es que Báez dijo que no tiene conocimiento directo del crimen, a pesar de que desde esa época estaba relacionado con paras y narcos del Magdalena Medio y Medellín.

Condenan a 24 años de prisión al ex senador Alberto Santofimio por homicidio de Luis Carlos Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-3762281 11 de octubre de 2007 La condena fue proferida por un juez especializado de Cundinamarca por el delito de homicidio con fines terroristas. La sentencia puede ser apelada. El juez dio validez a varios testimonios que comprometen al político tolimense como coautor del homicidio del dirigente liberal, entre ellos el del John Jairo Velásquez ('Popeye). La decisión fue confirmada al fiscal Mario Iguarán. Según la sentencia, conocida por EL TIEMPO, "es claro que el tema de la extradición no fue el que movió al doctor Santofimio a la eliminación del doctor Luis Carlos Galán Sarmiento sino que utilizó este problema que tenían los extraditables, de manera artera, para empujar al capo máximo -Escobar- en este crimen". De acuerdo con esta la sentencia, quedó plenamente establecida la cercanía de

'Popeye' con el político tolimense. Además se le impuso interdicción de derechos y funciones públicas por 10 años, después de pagar su condena. El fallo le niega los subrogados penales, detención domiciliaria y libertad condicional- lo que implica que debe permanecer en la cárcel. El crimen de Luis Carlos Galán ocurrió en la plaza central del municipio de Soacha el 18 de agosto de 1989. La resolución de acusación contra el ex dirigente liberal, proferida el 22 de diciembre del 2005, constituyó la primera decisión de la justicia contra un político como responsable de uno de los magnicidios que sacudió la historia reciente del país. El fiscal del caso, Eduardo Mesa, acusó a Santofimio de ser coautor de homicidio con fines terroristas, en concurso con lesiones personales y concierto para delinquir. "Nada de lo que dice corresponde a la verdad", dijeron los investigadores que aseguró Santofimio al día siguiente de su indagatoria, cuando un investigador le entregó el documento que contenía la declaración de John Jairo Velásquez ('Popeye'), en la que lo relacionó con el asesinato del líder liberal.

Condena a Santofimio por empujar a Escobar en magnicidio de Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2688514 12 de octubre de 2007 Cuando hace dos meses el Juez Primero Especializado de Cundinamarca absolvió al teniente (r) Carlos Flórez Franco porque consideró que existía una duda razonable acerca de su participación en el magnicidio de Luis Carlos Galán, la defensa del ex senador Alberto Santofimio Botero creyó que había ganado una batalla jurídica. ¿La razón? A Flórez la Fiscalía lo acusó de haber participado directamente en la logística del asesinato y los testimonios de dos de los sicarios lo ponían en los hechos del 18 de agosto de 1989 en la plaza de Soacha.

La acusación por homicidio con fines terroristas contra el antiguo cacique político del Tolima, en cambio, se refería a la planeación del crimen y se basó principalmente en lo que dijo Popeye , uno de los sicarios de Pablo Escobar, más de quince años después del asesinato. A lo largo de todo el proceso, Santofimio hizo gala de su conocida artillería oratoria para desacreditar a Popeye. Sin embargo, el testimonio del gatillero de la mafia fue clave en la condena a 24 años que ayer impuso el juez Jesús Antonio Lozano contra el ex congresista y ex ministro liberal por la muerte de Galán y del escolta Santiago Cuervo. Según la decisión, conocida en su totalidad por EL TIEMPO, hay evidencias contundentes de la malquerencia de Santofimio hacia Galán y de su cercanía con el narco más buscado del mundo. Entre el hoy acusado y Escobar existía el mismo interés por segar la vida del candidato dice la sentencia. La idea del asesinato fue concretada definitivamente cuando Santofimio Botero llegó a la conclusión, dados su conocimientos políticos, de que la víctima sería seguro ganador de la Presidencia en 1990. Y agrega: El tema de la extradición no fue el que movió al doctor Santofimio a la eliminación del doctor Galán, sino que utilizó este problema grande que tenían los Extraditables de manera artera, para empujar al capo en ese crimen que ya tenía en mente. La decisión es histórica, porque por primera vez la justicia colombiana parece llegar hasta los autores intelectuales de un magnicidio y hace cumplir la condena. En las Fiscalías de Luis Camilo Osorio y Mario Iguarán el proceso tomó un rumbo bien diferente al que se planteó en la primera etapa de la investigación, cuando hubo evidentes maniobras para desviar la acción de la justicia. Procuraduría pide absolución En criterio del juez, la versión de Popeye encaja perfectamente con los testimonios entregados por otros testigos del proceso. Por ejemplo, con el del detenido ex congresista Carlos Alberto Oviedo, quien fue abogado de narcos y aseguró que, en una visita a La Catedral, el mismo Escobar le dijo que cometió un grave error al hacerle caso a Santo (como le

decía a Santofimio) y haber matado a Galán. Fue algo similar a lo que le contó a la justicia el recientemente fallecido ex representante Alberto Villamizar. El día de su entrega a las autoridades, Escobar le dijo a Villamizar que había matado a Galán, pero que no era el único responsable y que algunos políticos amigos suyos habían participado en el complot. El Mugre, otro sicario, aseguró haber visto varias veces a Santofimio en los refugios del capo y mencionó que presenció cuando el político recibió 30 mil dólares del cartel. El juez también validó los testimonios de allegados a Galán, que recordaron que el caudillo guardaba reservas frente a las relaciones de Santofimio con la mafia de Medellín. También fue clave en la condena la manifestación del 28 de julio de 1989 en Ibagué, en la que apareció una pancarta que decía: Los santofimistas van al entierro de Galán. Eso fue tres semanas antes del magnicidio y en los años posteriores hubo esfuerzos de desconocidos por borrar todo rastro de la pancarta. Al interior del movimiento liderado por Santofimio se estaba al tanto de la posibilidad de muerte de Galán, dijo el juez. La declaración de la ex diva Virginia Vallejo, amante de Escobar, no fue tenida en cuenta. Ni siquiera aparece mencionada en las 93 páginas de la sentencia. La condena será apelada ante la Sala Penal del Tribunal Superior de Cundinamarca. La defensa tiene a su favor el concepto de la Procuraduría, que se mantiene en la posición que ha defendido en el proceso: que hay dudas sobre la participación de Santofimio como coautor del crimen. El Ministerio Público pidió la absolución porque, en su concepto, no hay evidencias de que Popeye fuera un miembro importante de la banda de Escobar. Además, asegura, incluso si Santofimio hubiera dicho Pablo, mátalo (como lo contó Popeye), no podría demostrarse que esa afirmación fue la que decidió al capo a ordenar el magnicidio.

POPEYE , EL TESTIMONIO CLAVE. A través de su abogado, Jhon Jairo Velásquez, Popeye , dijo ayer: Le pido al Presidente y a las autoridades que no me vayan a desmontar la seguridad que me han dado hasta hoy. Para mí es más importante la seguridad que la libertad. Soy consciente de que fui un gran criminal y la decisión tiene dos caras: es mi puerta a la legalidad y mi adiós al crimen, por otro es triste porque ser un delator es una carga muy pesada. Jhon Jairo Velásquez Vásquez, Popeye, detenido en la cárcel de Cómbita (Boyacá). DUDAS QUE AÚN NO HAN SIDO ACLARADAS. Tranquila, serena... A pesar de los alcances históricos y judiciales de la condena contra Alberto Santofimio Botero, la esposa de Luis Carlos Galán Gloria Pachón de Galán asumió con sorprendente calma la noticia. Este es solo un paso fundamental dentro de una lucha de 18 años que pensamos llevar hasta el final, dijo. Y agregó que es una buena señal para el país, ahora que se están desempolvando viejos casos judiciales que se quedaron sin respuesta. ¿Este es el principio o el final del proceso por el asesinato de Luis Carlos Galán? No es ni el principio ni el final. Es un momento fundamental después de un trabajo y de una lucha de 18 años. Para nosotros, lo que ocurrió hoy (ayer) es importante y fundamental. Desde un principio creímos que la justicia tenía que llegar. ¿Hasta dónde están dispuestos a llegar? Desde que asumimos este caso, como una responsabilidad hacia Luis Carlos y hacia el país, decidimos que iríamos hasta el final. Y así va a ser. Lo decisión judicial nos da mayores esperanzas para seguir adelante. ¿Cuál es el precio que han pagado por librar esa batalla? Estar constantemente pensando en cómo encontrar la verdad de lo que pasó.

Pero familiarmente nos ha unido más. Es un lazo adicional para mantener juntos a los Galán Pachón. ¿Qué significa esta decisión ahora que el país está desempolvando viejos y graves expedientes sin final, como el de la toma al Palacio de Justicia, el del magnicidio de Álvaro Gómez, el proceso 8.000...? Que hay un gran progreso en la justicia de nuestro país. Es una esperanza para la sociedad, que no puede desarrollarse, no puede ser feliz y no puede lograr la paz si no tiene justicia, si no se hace justicia. Algunas personas hablan de la fragilidad del proceso contra Santofimio. ¿Qué les responde? No nos podemos referir a aspectos puntuales del expediente. Pero para mí no hay fragilidad alguna. Si pudiera decirle algo a Luis Carlos Galán, ¿qué le diría? Es él quien me está diciendo cosas. Que así sea difícil, la justicia siempre va a llegar. ¿Qué sigue ahora para usted y para sus hijos? Solo queremos pensar en el momento, en lo que acaba de ocurrir. Lo que venga después, ya veremos cómo se afronta.

LA LECCIÓN DEL CASO GALÁN http://www.semana.com/nacion/articulo/la-leccion-del-caso-galan/103885-3 6 de junio de 2009 Los nuevos testimonios sobre el magnicidio, que involucran a políticos y agentes del Estado, demuestran que la macabra alianza que mató a Galán es la misma que 15 años después hizo metástasis y se tomó buena parte del Congreso. Cuando sólo faltaban 45 días hábiles para que cese la acción penal sobre posibles culpables del magnicidio de Luis Carlos Galán que no hayan sido acusados, el fiscal general Mario Iguarán tuvo que catalogar el crimen como de lesa humanidad para evitar la impunidad.

Cuando Luis Carlos Galán iba a salir de su oficina para encontrarse con la muerte pidió que le bajaran de su casa sus dos chalecos antibalas. Nunca antes los había utilizado, pero esta vez los presagios lo obligaban. Su apartamento, por razones de seguridad, quedaba en el mismo edificio de su oficina. Su hijo Carlos Fernando, hoy concejal de Bogotá y quien en ese entonces tenía 12 años, se ofreció a llevárselos. Galán se probó uno de los chalecos y dejó el otro a un lado. Su jefe de escoltas, el agente del DAS Jacobo Torregrosa, lo tomó y trató de medírselo. Carlos Fernando recuerda que su padre hizo un gesto, con una mezcla de desconcierto y desconfianza, y le dijo: "No, déjemelo a mí". "Él tenía la obsesión de tener algo a la mano para protegerse la cabeza", explica hoy el concejal. Esa imagen, del 18 de agosto de 1989, da una idea del grado de zozobra en el que se encontraba Luis Carlos Galán. Pero sobre todo, pone la luz sobre una figura, Jacobo Terragrosa, que es clave para esclarecer el nuevo capítulo que se acaba de abrir en la investigación por el magnicidio del líder Luis Carlos Galán: el de la participación de los agentes del Estado. Puede resultar difícil de creer, pero la verdad es que hoy, cuando sólo faltan dos meses para que se cumplan 20 años de uno de los crímenes más impactantes en la historia de Colombia, no se ha investigado el papel que jugó el DAS, y en particular el jefe de escoltas asignado a Galán, a pesar de todas las evidencias que se han recogido en su contra y a pesar de todas las denuncias que ha hecho la familia Galán. En lo que va corrido de estas dos décadas se han esclarecido algunos de los autores intelectuales del crimen (los capos del narcotráfico Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha), algunos de los autores materiales (comandos paramilitares que para esa época estaban floreciendo en el Magdalena Medio) y aún hay un grueso interrogante sobre la vinculación de políticos (la condena impuesta al ex ministro Santofimio Botero en 2005, y revocada en 2008, está siendo revisada desde esta semana en casación por la Corte Suprema). Pero lo más significativo es que en todo este tiempo no se ha abierto una sola investigación sobre los vasos comunicantes de esa conspiración criminal con agentes del Estado que, según testimonios y pruebas de gran credibilidad, sirvieron para facilitar las ráfagas de metralla que esa noche se escucharon en Soacha y dejaron aturdido a todo el país.

Ese nuevo hilo conductor de la investigación deja al descubierto verdades aterradoras de lo que se encuentra en varios callejones de la institucionalidad. El magnicidio de Luis Carlos Galán no fue un hecho aislado que tiñó de luto en un momento dado al país. Fue la expresión más rabiosa y violenta de un fenómeno que para ese entonces estaba tomando cuerpo, la macabra alianza de narcotraficantes, paramilitares, políticos y agentes del Estado, para imponer un particular proyecto político y mafioso. El mismo proyecto que hizo metástasis 15 años después, y que hoy el país está padeciendo con la para-política, cuyas tenazas ilegales abarcaron un gran porcentaje del Congreso y de poderes locales.

¿Otra vez el DAS? La alarma que encendió esta semana el procurador general, Alejandro Ordóñez, no es de poca monta. Ya sólo le quedaban a la Fiscalía 45 días hábiles para desentrañar cuáles fueron las cuerdas que se movieron para el asesinato de Luis Carlos Galán. Gracias a la advertencia de Ordóñez, el fiscal general, Mario Iguarán, se ingenió una salida para evitar que la acción penal en este magnicidio prescriba el próximo 18 de agosto, como lo ordenan los códigos después de 20 años: catalogó el crimen como de lesa humanidad con el argumento de que lo que se dio fue un exterminio del grupo político Nuevo Liberalismo. "No es necesario aniquilar la totalidad del grupo. Es suficiente con que se ultime o se asesine al líder", dijo Iguarán para explicar su decisión. Aunque sólo esta semana el país se enteró del nuevo rumbo que tomó el caso Galán, en realidad este nuevo capítulo se abrió hace dos años, cuando el jefe paramilitar 'Ernesto Báez' dijo que "sin la estrecha participación del DAS y del B-2 (inteligencia del Ejército) no se habría ejecutado el crimen". Un fiscal de la justicia ordinaria decidió llamarlo para que ampliara su testimonio en el expediente Galán, y 'Báez' no sólo ratificó lo dicho, sino que añadió que desde cuando se planeó el crimen en la 'Isla de la Fantasía', en Puerto Boyacá, los asesinos estaban conectados con los agentes del Estado que les facilitarían sus movimientos y que cuando el sicario en jefe del crimen, Jaime Rueda Rocha, se fugó de la cárcel La Picota, dos agentes del DAS lo escoltaron para que llegara sano y salvo hasta Puerto Boyacá. Tras la declaración de 'Báez', según pudo establecer SEMANA, vinieron como en cascada unos 20 testimonios más, entre ellos de funcionarios del DAS de la

época y de personas cercanas a Luis Carlos Galán que han mostrado las sospechosas fallas del jefe de escoltas y los cambios que hizo en el equipo semanas antes del crimen. Esos testimonios coinciden con la carta que, a manera de testamento, escribió uno de los sicarios a su mamá un mes antes de ser asesinado en la cárcel Modelo. Refiriéndose a la operación que montaron para matar a Galán, escribió: "Estuvimos de buenas porque le cambiaron (a Galán) algunos escoltas y metieron a otros que trabajaban con Helí Muñoz (otro de los sicarios) aquí en Bogotá. Entonces todo fue mucho más fácil". Los investigadores también tienen en su poder el video de la noche del asesinato en el que se ve cómo el jefe de escoltas, Jacobo Torregrosa, se mantiene a una distancia de su protegido mucho mayor de la que indican los cánones del buen guardaespaldas, y el libro del periodista Alonso Salazar que muestra cómo Torregrosa no tenía las credenciales para ocupar ese cargo. En esa misma declaración, 'Báez' hizo un detallado relato de la creación de 'Morena', el partido que se creó a la sombra de los paramilitares, y dio nombres de las figuras políticas que se involucraron con esa aventura. Y el 'negro Vladimir', alumno aventajado de los mercenarios, que pagó 16 años de cárcel por la masacre de La Rochela y les ha contado a los fiscales, por ejemplo, cómo Henry Pérez, el jefe de los paramilitares del Magdalena Medio para la época de la muerte de Galán, los reunía y les decía: "Tenemos que hacerles favores a los políticos".

Los tres momentos ¿Por qué es importante el destape de la semana pasada? Porque hasta ahora, en 20 años, la investigación Galán ha tenido hitos importantes que al final del día resultan ser piezas sueltas del rompecabezas, mientras que este nuevo capítulo del proceso las haría encajar. El primer hito en la investigación del caso Galán resultó ser uno de los más monumentales 'falsos positivos' de la historia de Colombia. Como si se tratara de una lotería, la Policía recogió en las calles de Bogotá y Soacha a 17 personas, entre ellos el barranquillero Alberto Jubiz Hazbum, y cinco días después del crimen las presentó al mundo como los asesinos de Galán. El entonces director de la Dijín, coronel Óscar Peláez Carmona, dijo que más de 40 testigos los habían identificado, y el entonces director del DAS, general

Miguel Maza Márquez, explicó en detalle el papel que desempeñó cada uno en el operativo. Hay quienes se atrevieron a testificar a favor de ellos, como un ex ministro de Estado que abogó por Jubiz diciendo que había estado con él la tarde del crimen y sufrió todo tipo de acoso para que cambiara su declaración; según su testimonio, lo llamaron agentes del DAS y de la Dijín, y luego se salvó de un atentado. Tres años y medio después todos demostraron su inocencia. La gran paradoja es que mientras se aplicaba todo el rigor de la ley a gente inocente, se trataba con altas dosis de elasticidad a los verdaderos autores materiales. El segundo hito de la investigación del caso Galán se dio más por azar que por mérito de los investigadores. Un esmeraldero, al ver las fotografías del momento del crimen, publicadas en exclusiva por la revista Cromos, identificó a uno de los asesinos como José Orlando Chávez Fajardo. Chávez sostenía la pancarta que estaba en la tarima donde cayó Galán, impávido y sin moverse, mientras tronaban las ráfagas de metralla. Con los datos del esmeraldero capturaron a Chávez en Bogotá, y en sus primeras declaraciones dejó al descubierto a otros compañeros del operativo, entre los que se encuentran sus primos Víctor Manuel y Enrique, y sobre todo Jaime Rueda Rocha, y sus hermanos José Everth y Bayardo Rueda Silva. El más importante de todos ellos resultó ser Jaime Rueda Rocha, un gatillero graduado con honores en las clases que dio el mercenario israelí Yair Klein a los paramilitares en el Magdalena Medio. La tesis que se maneja en la investigación es que Pablo Escobar, que era uno de los más interesados en matar a Galán, y tras el atentado fallido contra el líder político en Medellín, se dio cuenta de que no tenía el equipo necesario para un atentado tan sofisticado, los suyos eran sicarios de barrio y se necesitaban mercenarios. Por eso dejó el operativo en manos de sus socios, ya fogueados con los asesinatos de líderes de la UP, y en particular de Rueda Rocha, que se había encargado ese mismo año de asesinar a Teófilo Forero, dirigente del partido político de izquierda, con un modus operandi similar al de Galán. La importancia del sicario Rueda Rocha era tal y lo que podría confesar tan peligroso para los intereses de muchos, que duró apenas un año en la cárcel. Se fugó fácilmente de ella, con un simple disfraz, y se fue de vuelta a su región del

Magdalena Medio. Un año y medio después, en abril de 1992, murió en un intercambio de disparos con agentes del Grupo Antiextorsión y Secuestro en un bar a dos kilómetros de Honda. Ninguno de los seis sicarios detenidos sobrevivió más allá de ese año. A José Orlando y Enrique, el juez les dio libertad condicional y el 5 de agosto de 1990, en una calle del barrio Estrada de Bogotá, los acribillaron desde una moto, hombres vestidos con uniformes de la Policía. Y en junio de 1992, un ex sargento que se entregó como paramilitar mató en la cárcel Modelo a José Everth, el que dejó la ya mencionada carta en la que no sólo reveló la ayuda del DAS, sino también dejó claro el papel protagónico que jugó el teniente del Ejército Carlos Humberto Flórez Franco, quien para entonces era jefe de inteligencia de la Decimotercera Brigada, que tiene su sede en Bogotá. No sólo era, con Rueda Rocha, el coordinador de la operación, sino que les facilitaba los carnés del B-2 para que tuvieran acceso a la tarima de Galán y prestaba su casa en el barrio Metrópolis para hacer los ajustes necesarios al plan ya diseñado. "Nuestro enlace principal, ordenado por el 'Mexicano' y Henry Pérez, era el teniente del Ejército. Por eso tuvimos éxito en la muerte del doctor Galán, del doctor Teófilo Forero y de Antequera, la bomba de 'El Espectador' y la muerte del hijo de Víctor Carranza". La justicia abrió investigación contra el teniente Flórez Franco, como reo ausente, pero fue absuelto. Unos años después, en 1995, apareció en el radar de la justicia otro autor material, José Édgar Téllez, alias 'Pantera'. Un juez lo condenó y el tribunal de Cundinamarca lo dejó en libertad en 1999 porque si bien 'Pantera' admitió estar en la plaza de Soacha la fatídica noche del asesinato de Galán, el Tribunal no pudo sufragar los costos de una prueba técnica que se le debía hacer a una fotografía y por eso lo dejó libre. Y el tercer y último gran capítulo de la investigación es el del ex ministro Alberto Santofimio Botero, quien fue condenado por un juez a 24 años de prisión en 2007 y dejado en libertad el año pasado por el mismo Tribunal de Cundinamarca porque no pudo probar su culpa. Ya desde 1983 había dicho Semana: El carisma de Santofimio, respaldado por el dinero de Escobar, están transformando las costumbres políticas del país. En el "Revista Semana, Edición No. 50, 19-25 de abril de 1983

Así las cosas, todavía hay mucha tela por cortar sobre este crimen que hace 15 años el fiscal general del momento, Gustavo de Greiff, ya había dado por esclarecido.

Un crimen de cuatro caras Los nuevos testimonios que han aparecido en la investigación del magnicidio de Luis Carlos Galán muestran que los males que asesinaron al líder liberal siguen tan vivos ahora como entonces. El Congreso que tenemos hoy, donde uno de cada tres senadores está investigado o condenado por sus vínculos con paramilitares, es el resultado de esa alianza que se comenzó a gestar a finales de los 80 con la muerte de Luis Carlos Galán. ¿Fueron los narcos y los paramilitares los que corrompieron a los políticos, o fueron los políticos los que corrompieron a paramilitares? Para la época de la muerte de Galán estaban llegando a su clímax de violencia el narcotráfico y los paramilitares, cada uno en su versión más pura: ni los narcos disfrazaban su negocio criminal de lucha antisubversiva, ni los paramilitares habían dejado a un lado su guerra contra las Farc por las millonarias ganancias de la coca. El narcotráfico había declarado la guerra contra la extradición y por esos días a nadie le negaban una bomba. En esa misma semana habían asesinado al comandante de la Policía de Medellín, el coronel Valdemar Franklin Quintero, y al magistrado Carlos Valencia García lo mataron minutos después de firmar un fallo contra Pablo Escobar. Y en el Magdalena Medio se entrenaban y armaban ejércitos completos para combatir la guerrilla, de paso acabar con la UP, su brazo político, y en el entretanto le daban forma a 'Morena', su expresión política. La misma semana en que asesinaron a Luis Carlos Galán, paradójicamente, esta revista, Semana, publicaba un informe especial con el título de 'Morena se destapa', una foto del entonces Iván Roberto Duque, que luego sería el alias 'Ernesto Báez', una frase destacada que decía "la extrema derecha pide pista electoral" y datos según los cuales sus simpatizantes controlaban 16 alcaldías de la región en ese entonces. En ese final azaroso de los años 80 también tenía gran protagonismo en el país Luis Carlos Galán, quien después de liderar por años un movimiento rebelde dentro del liberalismo y de ser el símbolo de la batalla contra los dineros del

narcotráfico en la política, estaba de regreso en el Partido Liberal, y con el 60 por ciento de favorabilidad en las encuestas se vislumbraba como el ganador de la consulta roja. Su partido, el Nuevo Liberalismo, se había convertido en un gran escollo para Pablo Escobar. Sin duda había mucho en juego. Era la lucha de dos países. Esa alianza de narcotraficantes y paramilitares, alentada por políticos sin escrúpulos, tenía que acabar con la amenaza ideológica de la UP y la amenaza ética del Nuevo Liberalismo. Como dijo 'Ernesto Baez' esta semana a La FM de RCN: "El Nuevo Liberalismo antes de la muerte del doctor Galán estaba herido de muerte, porque la consigna era esa, acabar con el galanismo en el país". Son cuatro fichas de un mismo rompecabezas. Los capos del narcotráfico, los cuales tenían motivos probados para eliminar a Galán del mapa y sobre los cuales hay grabaciones y testimonios que los inculpan. 'Popeye', sicario de Escobar, es el único condenado que está pagando cárcel por el magnicidio. La segunda ficha son los paramilitares del Magdalena Medio, para quienes el Nuevo Liberalismo era una amenaza en la región. Los asesinatos de concejales de ese partido así lo demuestran. Nada muy distinto de lo que ocurrió a finales de la década de los 90 en muchas regiones del país, y en particular en la Costa Atlántica, donde se borraba con balas el adversario político que no estuviera en la alianza paramilitar. La tercera ficha, los agentes del Estado, y en particular el DAS, es ahora el desafío de la justicia. No tiene que ser necesariamente el general Miguel Maza Márquez el que termine implicado en el caso. En ese entonces, como está ocurriendo ahora con el caso de las chuzadas, también habrá que examinar las poderosas mafias de mandos medios enquistadas en las institución. Y la cuarta ficha es la de los políticos. Este capítulo también sigue abierto en dos: el caso de Santofimio, que la Corte Suprema entrará a resolver, y el de los políticos del radio de acción de 'Morena', que hacen parte de la nueva investigación. ¿Qué tan parecido puede ser a la para-política de ahora? ¿Qué tanto los políticos incidieron en la muerte o tal vez fueron parte del proyecto político o de la empresa criminal? Sería un error pensar que el magnicidio de Luis Carlos Galán fue producto de una conspiración fríamente calculada por cada uno de los cuatro sectores involucrados. Lo que se dio fue una confluencia de intereses para evitar que un

líder como Galán, con su inquebrantable fuerza moral, rompiera el statu quo reinante y perjudicara a los narcos, a los paras y a ciertos sectores políticos. También tiene una poderosa carga simbólica el hecho de que este nuevo capítulo sobre el magnicidio de Galán se haya dado por una declaración de un jefe paramilitar como es 'Ernesto Báez' en el marco de la Ley de Justicia y Paz. Él, como pocos otros, ha sido testigo excepcional de cómo nació y creció ese monstruo del narco paramilitarismo. Y una ley que se hizo para develar la tragedia que le ocurrió al país en la década de los 90 es la que permite ir a esclarecer hechos como el de Galán, que ocurrieron más atrás pero que son la semilla de nuestra tragedia. La familia, con una constancia admirable, ha tratado de utilizar el impacto de su nombre para empujar cada aniversario el paquidérmico aparato de la justicia. Y a pesar de los intentos por desviar la investigación, del asesinato de los autores materiales y de los largos silencios que por años ha tenido la investigación, todas las sospechas que la familia Galán ha expresado desde un comienzo se han ido confirmando.

'Me están cobrando estar vivo', dice Miguel Maza Márquez por vinculación a caso por muerte de Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-5470267 18 de junio de 2009 Desde el momento mismo del crimen, el 18 de agosto de 1989, familiares y allegados a Luis Carlos Galán cuestionaron los cambios ordenados por la Dirección del DAS al esquema de seguridad del líder liberal. A días del asesinato, y poco después de que Galán se salvó de un atentado dinamitero en Medellín, su jefe de escoltas durante siete años, Víctor Julio Cruz, fue relevado por Jacobo Torregosa. Los videos revelan que, sospechosamente, el jefe de seguridad de Galán se aleja del hombre que debía proteger minuto a minuto en el instante del atentado. Desde ese momento Torregosa está desaparecido. El desvío de la investigación (el caso de Alberto Hubiz Jazbún, que estuvo casi cuatro años detenido como autor de crimen sin tener ninguna responsabilidad)

y, sobre todo, el testimonio que Iván Roberto Duque ('Ernesto Báez') dio en Justicia y Paz también enredan al general Maza, quien siempre ha negado cualquier responsabilidad con el magnicidio. La Fiscalía también investiga cómo el sicario, Jaime Rueda Rocha, logró escapar de la cárcel La Picota de Bogotá y llegar hasta el Magdalena Medio, donde murió en un enfrentamiento con la Policía. 'Vladimir', uno de los sicarios más temidos de los 'paras' de esa región, sostiene que Rueda Rocha se ufanaba de haber sido escoltado por el DAS para llegar hasta allí.

Maza Márquez cuestiona vinculación El general (r), quien para la época del magnicidio se desempeñaba como director del DAS, aseguró que la noticia lo "toma con enorme tristeza de patria" porque asegura que por más de 10 años fue el abanderado en la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. "Me causa mucha tristeza verme ahora sindicado en un hecho en el que fui abanderado en combatir", dijo. Añadió que si la Fiscalía lo requiere irá de nuevo a explicar su conducta y que resaltará los atentados de los que fue objeto y en los que murieron muchos por estar a su lado. "Si todas esas circunstancias de vida no son suficientes para demostrar lo que se hizo, entonces no sé que hubiese podido haber hecho para que me creyeran", dijo. Asegura que no sabe no encuentra una razón para ser vinculado por lo que cree que "pareciera que le estuvieran cobrando el estar vivo" luego de los atentados de los que, fijo, fue víctima. "Muchos de los atentados eran por matarme, y como creen que yo haya estado al lado de las personas que querían matarme", dijo. Agregó que hay "gente que hoy en día trata de inculparme valiéndose de chismes, de conjeturas, de lo que dijo 'Báez', de que lo que dijo 'el negro Vladimir'".

Finalmente, el general (r) Maza señaló que no conoce "nada nuevo" dentro del proceso por la muerte de Galán, y que a su consideración el trabajo que realizaron con prontitud Alfonso Valdivieso, Alfonso Gómez Mendez y Luis Camilo Osorio fue "garantía para que la investigación se hubiere llevado a cabalidad".

Condena para Alberto Santofimio por el magnicidio de Luis Carlos Galán pediría la Procuraduría http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-5784907 5 de agosto de 2009 El organismo dirigido por Alejandro Ordóñez está a punto de decidir si se aparta de los conceptos que había dado en el mismo caso su antecesor, Edgardo Maya. A menos de dos semanas de cumplirse el vigésimo aniversario del crimen, la Procuraduría está a punto de pedir a la Corte Suprema que mantenga la condena que inicialmente impuso un juez de Bogotá en el 2007 y que se cayó en la revisión del Tribunal Superior de Cundinamarca, el año pasado. El juez Jesús Antonio Lozano condenó en primera instancia a Santofimio a 24 años como determinador (coautor intelectual) del magnicidio perpetrado por el cartel de Medellín el 18 de agosto de 1989. A lo largo de todo el proceso, la Procuraduría sostuvo que las pruebas en contra del político tolimense, en especial el testimonio de Jhon Jairo Velásquez, jefe de sicarios del capo Pablo Escobar, eran débiles y no daban para condenarlo. Así lo sostuvo ante el juez Lozano y ante la Sala Penal del Tribunal Superior. Pero ahora, los delegados del procurador Ordóñez evalúan otra interpretación de las pruebas y consideran que la primera decisión fue acertada. Ese es el sentido del concepto que podría dar ante la Corte el Ministerio Público. La última palabra la tendrá Ordóñez. Santofimio fue capturado por la Fiscalía el 12 de mayo de 2005 y el fiscal Carlos Augusto Mesa lo acusó de intrigar para que el capo ordenara la muerte,

en la que al parecer intervinieron también el cartel de Cali y representantes del Estado colombiano.

4 nuevas pistas podrían esclarecer el asesinato de Luis Carlos Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-5854523 14 de agosto de 2009 Una de ellas la tiene un jefe paramilitar preso en Estados Unidos. Dice saber qué oficial del Ejército suministró la subametralladora con la que se ejecutó al líder liberal el 18 de agosto de 1989. A finales de la semana pasada, un emisario de alto nivel dijo que el paramilitar manifestó su voluntad de testificar dentro del proceso si la justicia de E.U. lo permite, pues el oficial señalado aún está vivo. Por esos mismos días, Alejandro Villamizar, hijo del fallecido zar antisecuestro Alberto Villamizar, le pidió una cita formal al fiscal del caso, Emidio Vargas, para hacerle entrega de un documento que, en su criterio, debía estar en poder de las autoridades desde hace más de una década. Se trata del original de una carta, hecha a máquina, que hace parte del intercambio de comunicaciones que el capo Pablo Escobar sostuvo con Alberto Villamizar, luego que la mafia secuestró, a finales de 1990, a varias personalidades, entre ellas a Maruja Pachón (esposa de Villamizar y cuñada de Galán), para presionar la no extradición. "El documento está intacto y señala que detrás del crimen estuvo la cúpula del DAS", dice uno de los investigadores y recuerda que antes de morir, en julio del 2007, el ex zar antisecuestro ya se había referido a la carta. Estos son tan sólo dos de los más recientes hechos que han surgido en torno del crimen de Galán y que, a estas alturas del proceso -casi 20 años después del magnicidio-, la justicia no ha verificado ni desvirtuado a pesar de que testigos coinciden en que en el crimen participaron políticos (tres de ellos aún vivos), el narcotráfico y miembros del DAS y de la Dijín de la Policía.

Tampoco se han establecido los alcances de los informes que el Gobierno de E.U. le entregó al entonces presidente César Gaviria -a través de su embajador Thomas MacNamara- en los que manifiestan sus reservas en torno de la gestión del general Miguel Maza Márquez como director del DAS, señalamientos que Maza rechaza mostrando las condecoraciones que recibió a lo largo de tres Gobiernos y citando a testificar hasta a un sacerdote de Puerto Boyacá (Carlos Ciro Parra), que da fe de uno de sus intentos por capturar a Escobar. Para completar el cuadro de episodios inconclusos, hace 10 días la presentadora Virginia Vallejo (cercana al capo Pablo Escobar) involucró con la gran mafia al esmeraldero Víctor Carranza. Otra denuncia, la última carta.

¿Prescribirá el caso? Hoy, a pocos días de que el caso prescriba, la expectativa se centra en saber si el martes la Fiscalía lo sepulta, decretando su prescripción o le da estatus de crimen de lesa humanidad, para que no muera. La posibilidad de evitar su cierre con una resolución de acusación en contra de uno los implicados ya está descartada. El otro camino que queda es que la Procuraduría General, en cabeza de Gabriel Jaimes, su delegado para asuntos penales, instaure una denuncia -por crimen de lesa humanidad- contra Maza Márquez; contra el entonces jefe de la Dijín, general Óscar Peláez Carmona.La propuesta de denuncia estaba lista el viernes en el escritorio del procurador Ordóñez. Sin embargo, aún los Galán y el país tienen abierta la posibilidad de que tribunales internacionales hagan lo que no han podido los nacionales: justicia.

'Hermanos Ochoa aportaron dinero para el asesinato de Luis Carlos Galán', afirmó 'Popeye' http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-5860987 15 de agosto de 2009 'Hay una persona que nunca ha respondido por los asesinatos del cartel de Medellín, se llama Jorge Luis Ochoa Vásquez, era el tercero al mando del cartel de Medellín y de los extraditables", afirmó.

John Jairo Velásquez Vásquez, uno de los jefes de sicarios de Pablo Escobar, le aseguró a la Fiscalía que los hermanos Jorge Luis y Fabio Ochoa Vásquez, como miembros del cartel de Medellín, aportaron dinero para el asesinato. "'Popeye', en la última declaración que rindió ante la Fiscalía, desde su celda de la cárcel de Cómbita (Boyacá), en agosto del año pasado, agregó que de los 2.500 integrantes del cartel de Medellín, solo quedan vivos 'el Arete' (Carlos Mario Urquijo), 'la Quica' (preso en E.U.), Luis Carlos Molina, Carlos Ledher (extraditado a E.U.) y Jorge Ochoa. Este último, según 'Popeye', "tiene mucho que contarle a la justicia". "Solo pagó por narcotráfico, pero los asesinatos, las bombas, la muerte de los policías y la voladura del avión de Avianca no los ha pagado", agregó el jefe de sicarios del cartel de Medellín. 'Popeye' relató en la declaración que los Ochoa Vásquez aportaban 250 mil dólares mensuales a un fondo de 'Los Extraditables', del que hacían parte Pablo Escobar, Gonzalo Rodríguez Gacha, alias 'el Mejicano'; Gerardo Moncada, Fernando Galeano, Albeiro Areiza y Jairo Mejía, entre otros. De ese fondo, agregó, salió el dinero para financiar el asesinato de Luis Carlos Galán. En la diligencia, el jefe de sicarios de Pablo Escobar ratificó que el ex ministro Alberto Santofimio fue uno de los instigadores del crimen. "La muerte de él (de Galán) se dio por una gran confabulación de la clase política que manejaba Alberto Santofimio Botero", dijo. En la diligencia también contó que el homicidio se empezó a planear en una reunión realizada en una caleta de Pablo Escobar en el Magdalena Medio, conocida como Marionetas, a la que asistió el ex ministro Santofimio. Añadió que los detalles del plan se ultimaron en la finca conocida como la Isla de la Fantasía, que era de propiedad de 'el Mejicano' y que quedaba en un lago ubicado entre Doradal y Puerto Boyacá. A la reunión asistieron, además de los capos del cartel de Medellín, Henry Pérez, jefe de los 'paras' en el Magdalena Medio, y dos de los sicarios, los hermanos Jaime Eduardo Rueda Rocha y José Evert Rueda Silva. "De la organización nuestra, del fondo de los extraditables, se pagó la suma de 200 millones de pesos y se aportó una sub ametralladora Mini Atlanta 380 (el arma que usó Rueda Rocha para dispararle a Galán en Soacha, la noche del 18 de agosto de 1989)", afirmó el el jefe de sicarios del cartel de Medellín.

El crimen que apagó una esperanza http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-5858047 16 de agosto de 2009 Su asesinato marcó a toda una generación de colombianos, que vieron en su candidatura presidencial una oportunidad para cambiar al país. El 18 de agosto de 1989, en la plaza principal de Soacha, la mafia de Pablo Escobar y de José Gonzalo Rodríguez Gacha aliados con sectores del paramilitarismo y algunos políticos acabó con la vida de Luis Carlos Galán, el político que cautivó a una clase media urbana que se cansó de las prácticas clientelistas del Frente Nacional y que sembró una semilla de esperanza en un país que empezaba a sentir el creciente poder amenazante de los narcotraficantes. Galán fue un joven político excepcional, que sorprendió por su liderazgo, su rápido ascenso y su coraje para expulsar a Escobar de la política y para denunciar sus intentos de infiltrar las instituciones. Su crimen, del que aún faltan piezas por armar, se convirtió en el tercer magnicidio de un líder liberal en la historia del siglo XX antes fueron Rafael Uribe Uribe y Jorge Eliécer Gaitán. Homenaje a un hombre que intentó cambiar la forma de hacer la política en Colombia. Las cuatro nuevas pistas del caso Galán Sarmiento UNIDAD INVESTIGATIVA A finales de la semana pasada, un emisario de alto nivel les hizo saber a funcionarios judiciales que uno de los jefes paramilitares presos en los Estados Unidos tenía la identidad plena del oficial del Ejército que suministró la subametralladora Ingram 380 con la que se ejecutó el crimen de Luis Carlos Galán. El paramilitar manifestó su voluntad de testificar dentro del proceso si la justicia de E.U. lo permite, pues el oficial señalado aún está vivo.

Por esos mismos días, Alejandro Villamizar, hijo del fallecido zar antisecuestro Alberto Villamizar, le pidió una cita formal al fiscal del caso, Emidio Vargas, para hacerle entrega de un documento que, en su criterio, debía estar en poder de las autoridades desde hace más de una década. Se trata del original de una carta, hecha a máquina, que hace parte del intercambio de comunicaciones que el capo Pablo Escobar sostuvo con Alberto Villamizar, luego que la mafia secuestró, a finales de 1990, a varias personalidades, entre ellas a Maruja Pachón (esposa de Villamizar y cuñada de Galán), para presionar la no extradición. “El documento está intacto y señala que detrás del crimen estuvo la cúpula del DAS, dice uno de los investigadores y recuerda que antes de morir, en julio del 2007, el ex zar antisecuestro ya se había referido a la carta. Estos son tan sólo dos de los más recientes hechos que han surgido en torno del crimen de Galán y que, a estas alturas del proceso 19 años y 363 días después del magnicidio, la justicia no ha verificado ni desvirtuado a pesar de que testigos coinciden en que en el crimen participaron políticos (tres de ellos aún vivos), el narcotráfico y miembros del DAS y de la Dijín de la Policía. Tampoco se han establecido los alcances de los informes que el Gobierno de E.U. le entregó al entonces presidente César Gaviria a través de su embajador Thomas MacNamara en los que manifiestan sus reservas en torno de la gestión del general Miguel Maza Márquez como director del DAS, señalamientos que Maza rechaza mostrando las condecoraciones que recibió a lo largo de tres Gobiernos y citando a testificar hasta a un sacerdote de Puerto Boyacá (Carlos Ciro Parra), que da fe de uno de sus intentos por capturar a Escobar. Para completar el cuadro de episodios inconclusos, hace 10 días la presentadora Virginia Vallejo (cercana al capo Pablo Escobar) involucró con la gran mafia al esmeraldero Víctor Carranza. Otra denuncia, la última carta. Hoy, a tres días de que el caso prescriba, la expectativa se centra en saber si el martes la Fiscalía lo sepulta, decretando su prescripción o le da estatus de crimen de lesa humanidad, para que no muera. La posibilidad de evitar su cierre con una resolución de acusación en contra de uno los implicados ya está descartada.

El otro camino que queda es que la Procuraduría General, en cabeza de Gabriel Jaimes, su delegado para asuntos penales, instaure una denuncia por crimen de lesa humanidad contra Maza Márquez; contra el entonces jefe de la Dijín, general Óscar Peláez Carmona; y contra los políticos Tiberio Villarreal y César Pérez, mencionados por testigos. La propuesta de denuncia estaba lista el viernes en el escritorio del procurador Ordóñez. Sin embargo, aún los Galán y al país tienen abierta la posibilidad de que tribunales internacionales hagan lo que no han podido los nacionales: justicia. 'LA LEY FUE CÓMPLICE' Hace cuatro meses, El ex jefe para Iván Roberto Duque señaló a Henry Pérez y a los capos Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha, como los cerebros del magnicidio y a Jaime Eduardo y José Évert Rueda Rocha, Orlando Chávez Fajardo y Enrique Chávez Vargas, como los autores materiales, en una indagatoria. Duque señaló que estas personas contaron con la complicidad de miembros del DAS, del Ejército y de la Policía. Cuando dialogué con Jaime Rueda Rocha, me decía que ninguna vuelta grande podía hacerse en el país sin el apoyo de la ley. Se refería a los organismos de seguridad del Estado. En estas conversaciones, Rueda Rocha le habría dicho a Duque que Jacobo Torregrosa, escolta de Galán, era uno de los cómplices. Duque aseguró que el grupo de sicarios se paseaba por algunas instalaciones militares. EL FONDO DE LOS NARCOS Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias Popeye, jefe de sicarios de Pablo Escobar, le aseguró a la Fiscalía que los hermanos Jorge Luis y Fabio Ochoa Vásquez, miembros del cartel de Medellín, aportaron dinero para el asesinato de Luis Carlos Galán. "Aquí, hay una persona que nunca ha respondido por los asesinatos del cartel de Medellín. Se llama Jorge Luis Ochoa Vásquez. Era el tercero al mando del cartel de Medellín y de los extraditables", afirmó Popeye en la última declaración que rindió ante la Fiscalía, en agosto del año pasado.

Popeye sostuvo que Jorge Ochoa tiene mucho que contarle a la Justicia. Velásquez aseguró que los narcos constituyeron un fondo del que salieron los dineros para el crimen de Galán. También dijo que Santofimio fue uno de los instigadores del asesinato. ESTUVE EN UNA REUNIÓN Hace una semana, la Fiscalía recogió en el Consulado de Miami el testimonio de la ex presentadora Virginia Vallejo. En esencia, Vallejo le ratificó al fiscal Emidio Vargas las infidencias que Pablo Escobar le contó de sus supuestas relaciones con organismos de seguridad para ejecutar el asesinato de Galán. Vallejo relató su presencia en una cumbre, en mayo de 1983, en la que al parecer estuvieron narcos , políticos y miembros de la Fuerza Pública y del DAS. En este, se habría acordado acabar con todo lo que sonara a comunismo. Dijo que, desde ese momento, se empezó a fraguar el crimen de Galán y que en tres ocasiones habría escuchado a Alberto Santofomio instigar a Escobar para que matara a Galán. Vallejo habría sostenido que el DAS estaba bajo la influencia de los Rodríguez Orejuela y el B2 del Ejército, bajo la del Mexicano.

Con la tesis de genocidio, Fiscalía salva el caso Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-3575872 19 de agosto de 2009 Faltando menos de seis horas para que prescribiera y en manos de un Fiscal General encargado, el asesinato del precandidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento ejecutado el 18 de agosto de 1989, fue elevado anoche a la categoría de crimen de lesa humanidad. La tesis jurídica sostenida por el fiscal General (e.), Guillermo Mendoza Diago, y por sus asesores más próximos es que el magnicidio hizo parte del exterminio sistemático de miembros del Nuevo Liberalismo, movimiento político fundado por Galán para llegar a la Presidencia. Según fuentes de la Fiscalía, el crimen de lesa humanidad por exterminio sistemático está fundamentado en los postulados del Estatuto de Roma que en 1998 creó la Corte Penal Internacional.

Dicha categoría lo hace imprescriptible y deja abierta la posibilidad jurídica de que se anexen nuevas piezas procesales que no se tuvieron en cuenta en los 20 años que duró la fallida investigación. Para sustentar el genocidio, el fiscal 25, Emidio Vargas, se refirió a otros crímenes de los que fueron víctimas miembros de este movimiento, como el asesinato del ex ministro Rodrigo Lara Bonilla, y de Benjamín Quiñónez, Martín Torres y Luis Silva, dirigentes del Nuevo Liberalismo en Puerto Boyacá. También figuran en el listado el secuestro de Maruja Pachón de Villamizar y el atentado en Budapest del que fue víctima Enrique Parejo. Indicios contra Maza De manera paralela, la Fiscalía ordenó anoche la captura, por homicidio agravado, del general (r.) Miguel Alfredo Maza Márquez, entonces director del DAS. En su caso, la justicia intenta establecer por qué cambió la escolta de Galán semanas antes del crimen, nombrando como jefe de escoltas a un oscuro personaje sin experiencia Jacobo Torregrosa, a quienes sus propios compañeros acusan de haber distorsionado el informe del crimen. Además, tal como lo informó EL TIEMPO este domingo, se indagan los informes entregados por la embajada de E.U. en Bogotá al entonces presidente César Gaviria según los cuales había dudas en torno a la conducta de Maza. En este sentido, el canal Caracol reveló anoche la declaración de Gaviria a la Fiscalía. El gobierno de E.U., cuando soy Presidente, me dice que quizás el general Maza tenía vínculos con el cartel de Cali. Me generó preocupación porque en el cargo del DAS no existiera una persona de confianza para E.U. y conservé a Maza hasta que terminó la Constituyente y puse una persona civil (....), afirmó en el expediente. Luego, Gaviria señala que se sintió indignado cuando vio a Maza aliado en política con Alberto Giraldo. Eso me confirma lo de los americanos. Cómo se le ocurre a Maza generar una campaña con Alberto, se sabía que ese señor estaba con el cartel de Cali y ahí digo que los americanos tenían razón de que

Maza era del cartel de Cali, el señor Giraldo era un delincuente, añadió. El general (r.) ha negado de manera insistente las sindicaciones y reclama ser el oficial que más persiguió a la mafia, incluso a costa de su vida. Pero nuevos testimonios, entre ellos el del ex para Iván Roberto Duque, Ernesto Báez, aseguran que este crimen fue ejecutado por la mafia, paras del Magdalena Medio, políticos (tres aún vivos) y miembros de la cúpula del DAS (entre ellos Maza) y de miembros de la Dijín. En ese contexto han sido mencionados los ex senadores Tiberio Villarreal, César Pérez y el ex jefe de la Dijín Óscar Peláez. Todos, sin excepción, han negado cualquier nexo con el caso y exhiben fallos en los que sus conductas fueron examinadas. Otro ex paramilitar, Alonso de Jesús Baquero, Vladimir, le aseguró hace tres meses a la Fiscalía que Jaime Rueda Rocha, el sicario que disparó contra Galán, se había fugado de prisión en 1990 con la ayuda del DAS. Baéz coincidió en la declaración. Maza, se entregó anoche en la Escuela Aquimindia del DAS y luego fue llevado al Centro de Estudios de la Policía (Cespo). De enemigo de Escobar a sindicado de un crimen del cartel. El general Miguel Maza Márquez, quien se retiró de la Policía en 1993 con la intención de dedicarse a la política, es hoy el nuevo implicado en el magnicidio del líder liberal Luis Carlos Galán Sarmiento. La decisión de la Fiscalía se produce 20 años después del crimen por dudas de la justicia en la labor que realizó cuando estuvo en la dirección del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), a donde llegó el 23 de mayo de 1985, durante el gobierno de Belisario Betancur. Lo paradójico es que ahora está preso por uno de los crímenes ordenado por el enemigo que combatió sin descanso desde el DAS: el cartel de Medellín.

El atentado más grande ocurrió la mañana del 6 de diciembre de 1989, cuando frente a las instalaciones del DAS, en la carrera 27 con calle 19, explotó un bus bomba cargado con 500 kilos de dinamita que le ocasionó la muerte a más de medio centenar de personas. Maza ha dicho que se salvó de milagro porque en el momento de la explosión estaba en su despacho, que contaba con blindaje especial. Siete meses antes, el 30 de mayo, se había salvado de otro carro bomba que fue activado en el instante en el que se movilizaba en su vehículo por la carrera Séptima con calle 57. El hecho ocasionó la muerte de siete personas que transitaban por el lugar. . Procuraduría pide acusar a Maza Márquez por asesinato de Galán http://www.semana.com/nacion/articulo/procuraduria-pide-acusar-mazamarquez-asesinato-galan/121949-3 14 de septiembre de 2010 El Ministerio Público dice que hay "testimonios creíbles, indicios, inspecciones judiciales y otros medios de prueba" que apuntan a que el ex director del DAS es presunto coautor del asesinato del ex candidato presidencial, en 1989. El General Maza contra toda la lógica de lo que eran sus responsabilidades de proteger a Galán y quien lo asumió frente a Galán y Gloria, su esposa, ha dado la explicación que el jefe de seguridad lo escogió González, recientemente condenado a la máxima pena y quien testificó que fu el General Maza quien dio la orden. Para la familia y para mí esta explicación no corresponde en absoluto a lo que Maza nos dijo. Él reiteró una y otra vez que esa había sido una decisión tomada por y que él respondía. Poner de Jefe de Seguridad a un delincuente de Puerto Boyacá con pésima hoja de vida y quien fue detenido en Estados Unidos por narcotráfico, nos parece que no tuvo otro objetivo que el de ubicar un delincuente en la seguridad de Galán que facilitara su asesinato. A mí el caso de Maza me trae a la memoria el del exprimer Ministro de Italia Guilio Andreotti. Para mí ha sido una sorpresa también que el ex director de la DEA, Joe Toft, haya expedido hace apenas tres meses (aclarar la fecha, el día que yo declare

en la Fiscalía la última vez) una certificación enalteciendo y exaltando la labor del general Maza en la lucha contra el narcotráfico, a pesar de que él sabe que el Gobierno de Estados Unidos pidió su remoción de la Dirección del DAS, señalando que tenía vínculos con el Cartel de Cali. Fue además por esta razón que le había retirado la visa americana. Con el conocimiento de que Maza ya estaba condenado en primera instancia por la muerte de Galán, ¿por qué hizo una declaración de esa naturaleza? La defensa incondicional que Toft hace de Maza, amerita que tanto las autoridades estadounidenses y las colombianas investiguen la relación que ambos tuvieron, y hasta dónde pudo enterarse el señor Toft de los autores del exterminio de la UP y de los asesinatos de nuestros dirigentes políticos que le estorbaban al Cartel de Cali, incluido Galán. La Procuraduría General de la Nación le pidió este martes a la Fiscalía acusar al general (r.) Miguel Maza Márquez por su presunta coautoría del asesinato del ex candidato presidencial del Partido Liberal, Luis Carlos Galán Sarmiento, quien fue baleado en Soacha el 18 de agosto de 1989. Según el procurador 29 judicial penal, Jairo Enrique Mejía, de este organismo de control, dijo que “existen testimonios creíbles, indicios, peritaciones, inspecciones judiciales y otros medios de prueba, (que surgieron posterior a la medida de aseguramiento), que aunados a la presunta responsabilidad del ex director del DAS, se constituyen en los requisitos que exige la ley para que se dicte resolución de acusación”. De acuerdo con su concepto, la muerte de Galán puede ser considerada como un homicidio con fines terroristas y como un delito de lesa humanidad. “Las pruebas apuntan a la participación de varios servidores del Estado que, como el general en retiro, se enteraron con antelación del atentado que se preparaba en contra del candidato presidencial, y en lugar de evitarlo, coadyuvaron a que se cometiera el hecho cambiando y debilitando el esquema de seguridad”. El año pasado, 2009, justo el día que se cumplían 20 años de la muerte de Galán, la Fiscalía le dictó medida de aseguramiento, al general Maza, por dos razones principalmente: la primera es por su responsabilidad en el nombramiento de Jacobo Torregrosa como jefe de escoltas de Luis Carlos Galán, un mes antes del magnicidio, y el segundo es la supuesta relación que

existía entre Maza Márquez y uno de los autores intelectuales del crimen, Henry Pérez, en ese entonces jefe paramilitar del Magdalena Medio. En cuanto a lo primero, tres testigos, el negro ‘Vladimir’ –Alonso Baquero, quien en 1989 era comandante del frente Gavilanes de los paras del Magdalena Medio–, Ernesto Baéz –uno de los paramilitares más veteranos del país– y ‘Popeye’ –sicario favorito de Pablo Escobar– dicen que el entonces jefe de escoltas de Galán facilitó el macabro atentado. El 17 de julio de 1989, el DAS le informó a Galán del cambio de su jefe de escoltas. Víctor Julio Cruz, quien lo había acompañado en otras campañas, tenía ocho años de experiencia y había sido capacitado para el oficio, fue sustituido por Jacobo Torregrosa, un hombre a quien ese mismo día trasladaron de la oficina de “servicios y suministros” a la de “protección de mandatarios” y no tenía la preparación exigida para el cargo. Tenía en el DAS un rango menor que Cruz. Torregrosa era subteniente retirado de la Policía, en la hoja de vida de esa institución le aparecen sanciones, ninguna felicitación y un récord de bajo rendimiento, además de la acusación de haber matado un niño. El cambio no fue de TORREGROSA por CRUZ. Quien era el jefe del esquema para ese momento era ORLANDO FORERO ALVAREZ. TORREGROSA entra por FORERO el 17 de julio y el 24 hace cambiar a CRUZ. Esto lo prueba el proceso, pero lo importante de ello es que demuestra que: 1) es falsa la supuesta motivación que adujo MAZA para el cambio de Cruz (inexperto, chismoso, etc) y, además, que lo importante no era remover a un escolta en particular, sino poner a alguien que debilitara la escolta como lo hizo. Que entró e hizo más cambios (así los procesados lo negaran) y que contrario a lo que sostienen, en cuanto a que la escolta de GALAN se reforzó dado el grado de amenaza, el proceso prueba que ese día acudió con 5 escoltas a Soacha. Algo más, puede destacarse en ello que fue el propio GALAN el que desmintió en el año 1989 al DAS cuando una vez frustrado el atentado en Medellín (14 días antes de su muerte) tuvo que salir a desmentir a El Tiempo que había publicado que el DAS le había recomendado a GALAN no asistir a Medellín, esto es, igual que ahora se dice se le advirtió con la ida a Soacha y ha quedado desmentido directamente a lo largo del proceso. (Los abogados). Ya en su tarea de escolta de Galán sacó a dos agentes del equipo y cuando intentó sacar a otros dos, entre ellos Santiago Cuervo, el que murió en el atentado en Soacha, la familia Galán se opuso. Y esa fatídica noche, cuando era

más necesario que nunca blindar al personaje, Torregrosa desmanteló el esquema de seguridad, decidió mandar a dos escoltas a una avanzada en Villeta, de tal suerte que sólo cinco acompañaban en Soacha a Galán. Lo segundo es que el negro ‘Vladimir’ aporta un detalle peculiar. Según él, algunos de los sicarios llegaron hasta la tarima de la plaza de Soacha en el carro del DAS porque no había otra manera de atravesar la multitud. “Es tan así –dice ‘Vladimir’–, que uno de los muchachos cambió el arma accidentalmente y la Uzi con que mataron a Galán era un arma del DAS y la del muchacho, que iba con Rueda Rocha, se quedó dentro del carro del DAS” y, según él, por esta razón Jaime Rueda Rocha, quien dirigió el atentado, cayó en desgracia con el departamento y por eso lo detuvieron. Unos meses después de que ‘Vladimir’ dio ese testimonio, la Fiscalía hizo un hallazgo que le da mayor credibilidad a lo dicho por el paramilitar. En un registro hecho a los archivos del DAS el 3 de junio pasado, encontraron un escrito del 22 de agosto de 1989 en el que Torregrosa decía que el día del asesinato de Galán se había perdido una Ingram 1831. El nivel de incompetencia de Torregrosa es monumental y su comportamiento se podría interpretar como una infiltración de la mafia en la institución. Lo cual, si bien deja mal parado a Maza, no necesariamente lo implica, dijo en su momento la revista Semana. Sin embargo, los conocedores se preguntan ¿cómo es posible que el general Maza Márquez haya cambiado al jefe de escoltas del hombre más amenazado del país, que tenía incluso experiencia en protección a ex presidentes, por un aparecido con dudosos antecedentes como Torregrosa? Maza dice que fue el propio Galán el que le pidió el cambio, pues, según él, Cruz le estaba generando conflictos conyugales, lo cual quedó desmentido en el proceso por el comentario anterior. (Esto lo digo yo). Eso nadie lo puede probar. Pero lo que sí ha dicho la esposa de Galán, y lo ratifica uno de los escoltas de la época, es que hicieron una cita con Maza exclusivamente para decirle que Torregrosa no les inspiraba confianza. “Luis Carlos le manifestó su preocupación por el nuevo jefe de escoltas”. Y el general los calmó diciéndoles que era un hombre de toda su confianza.

Por último, el procurador asegura que “el acto criminal contra el candidato protegido, fue montado en un verdadero concierto con participación de las autoridades municipales, quienes avalaron la readaptación de una tarima de madera con cierta altura, desechando la de cemento que existía, ya que necesitaban esconder los autores materiales, sus armas, y salir sorpresivamente a la ejecución del plan criminal”. Agregó que para ejecutar el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento, al parecer, se configuró la unión de varias fuerzas del Estado que debieron prever las medidas necesarias para el ex candidato presidencial, sobre todo por su situación de peligro que rodeaba el ejercicio de las actividades que desplegaba al momento en que fue asesinado.

PARTICIPACIÓN DE SANTOFIMIO Quince pruebas que tienen a Alberto Santofimio en la cárcel http://noticias.terra.com.co/colombia/quince-pruebas-que-tienen-a-albertosantofimio-en-lacarcel,b220f679a8222310VgnVCM10000098f154d0RCRD.html 1 de septiembre de 2011 Terra tuvo acceso al documento radicado por Fiscalía General de la Nación ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia que contiene la demanda de casación en contra de la sentencia del 22 de octubre de 2008 que dejaba en libertad a Alberto Santofimimo. El documento de 49 páginas fue radicado el 13 de febrero de 2009 y cuenta en detalle todas las pruebas que existieron en contra del exministro de Justicia en relación con su responsabilidad del magnicidio de Luis Carlos Galán. Aquí le contamos cuáles son. Es importante recordar que Alberto Santofimio fue acusado por la Fiscalía de los delitos de homicidio con fines terroristas, lesiones personales con fines terroristas y concierto para delinquir. LAS PRUEBAS 1. Santofimio convenció a Escobar de matar a Galán: JHON JAIRO VELASQUEZ VÁSQUEZ alias Popeye dijo desde la Cárcel de Máxima Seguridad de Cómbita en abril de 2005 que siempre ALBERTO SANTOFIMIO le decía a PABLO ESCOBAR que LUIS CARLOS

GALAN era su peor enemigo. “Si GALAN es presidente, te extradita, utiliza todo el poder del Estado para llegar a ti, esta vez te lo digo con todo el conocimiento de causa. PABLO mátalo” . El testimonio de este personaje fue avalado por la Fiscalía debido a su cercanía con el abatido líder del narcotráfico. 2. Lo convenció argumentando la muerte de Lara Bonilla : ‘Popeye’ insistió en que SANTOFIMIO le repetía a ESCOBAR que debía matar a GALÁN. Dijo que “se analizó lo que pasó con la muerte de LARA BONILLA, se analizó lo que pasaría en caso de la muerte de un hombre como LUIS CARLOS GALÁN, delante de mí ALBERTO SANTOFIMIO le dijo a PABLO: “GALAN, te va a cobrar la muerte de RODRIGO LARA BONILLA, ellos eran amigos inseparables, tienes que matarlo ahora que es vulnerable, cuando sea Presidente no le podrás llegar”. Posteriormente “PABLO le preguntó que el próximo Presidente quién sería, SANTOFIMIO le contestó que “no importa el que fuera, el peligro era LUIS CARLOS GALAN, ya que era su enemigo personal”. PABLO se quedó en silencio por espacio de cinco minutos, yo me acuerdo mucho de esto ya que ahí se estaba jugando el futuro de todos nosotros. Cuando el patrón pensaba ALBERTO SANTOFIMIO lo miraba y le decía: “PABLO, mátalo”. El Patrón le devolvía la mirada y no le contestaba nada”. 3. Santofimio era miembro del Cartel de Medellín: Alias Popeye aseguró también que SANTOFIMIO era “miembro orgánico del Cartel de Medellín y cuando se fundó el grupo de Los Extraditables fue asesor político bajo cubierta y en la clandestinidad de esta organización”. 4. El jefe de Santofimio era Escobar: La Fiscalía asegura que “ era el político quien estaba al servicio de aquel (de Escobar), como su asesor en materia política, ello en virtud de su extraordinaria capacidad intelectual y su privilegiada posición en la escena de la política nacional”. Al respecto, ‘Popeye’ dijo que “él cumplía su función con PABLO ESCOBAR y yo la mía, podría decirse que ambos éramos compañeros de trabajo, ya que nuestro patrón era el mismo, el señor PABLO EMILIO ESCOBAR GAVIRIA. Yo ganaba un sueldo y él recibía comisiones”. 5. ‘Popeye’ cambió su versión, por miedo: En testimonios del 26 de agosto y 18 de octubre de 1.994, ‘Popeye’ no había involucrado a SANTOFIMIO en la muerte de Galán, ante su cambio de posición el lugarteniente de Escobar aseguró que temía por su vida. “Para la época en que rendí estas declaraciones

lo hice temiendo por mi vida, porque yo conocía las capacidades de SANTOFIMIO, y muy fácilmente el podría manejar mi traslado de cárcel para que mis enemigos de la mafia me mataran, por eso fui tan obvio y lo excluí con nombre propio ”. 'Popeye' también dijo que el exministro Santofimio debía responder ante el país por la muerte de GALÁN. "Él es el único que no ha pagado por el crimen que torció la historia de la República de Colombia, del cual hoy me arrepiento de haber ayudado a ejecutar y me fustigo severamente por haber sido tan cobarde hace años de encubrir a SANTOFIMIO”. 6. Un narcotraficante dijo que Escobar lo mató por influencia de Santofimio: CARLOS ALBERTO OVIEDO ALFARO, ex congresista conservador condenado por doble homicidio, quien era además mensajero del reconocido narcotraficante Orlando Henao Montoya, alias ‘el Hombre del Overol’, dijo desde la Cárcel de Máxima Seguridad de Cómbita que por SANTOFIMIO, según una vez le dijo PABLO ESCOBAR, se hizo “lo de GALÁN pues cuando se falló en el primer intento en Medellín, me insistió en que tenía que matarlo, porque me extraditaba GALAN si era presidente”. ‘El Hombre del Overol’ también le dijo a OVIEDO ALFARO que “sin el interés de SANTOFIMIO en la suerte del doctor GALÁN, PABLO ESCOBAR no lo hubiera matado”. Oviedo Alfaro fue asesinado por un sicario, el 18 abril de 2009, cuando se encontraba en una cafetería de la ciudad de Armenia. 7. Diversos políticos influían en la cabeza de Escobar: LUIS ALBERTO VILLAMIZAR CÁRDENAS, esposo de la cuñada de Luis Carlos Galán, Maruja Pachón, y quien participó con el padre Rafael García Herreros en la entrega de Pablo Escobar a la justicia, cuando fue recluido en la cárcel de La Catedral dijo el 8 de julio de 2005 que “respecto al asesinato de GALÁN la respuesta de ESCOBAR fue que él aceptaba haber tenido una participación directa en este hecho, pero que él no era, ni mucho menos, el único que había tomado esa decisión. Que en esa decisión participaron los narcotraficantes de su organización y algunos miembros de la clase política amigos suyos, quienes le dijeron que la elección presidencial de GALÁN era inminente y que sin lugar a dudas GALÁN iba a desatar una guerra frontal contra ellos, utilizando la extradición como arma fundamental. De tal manera que la única manera de detener a GALÁN era asesinándolo y así se tomó la decisión” . Esto comprobaba, según la Fiscalía que sí “existían políticos capaces de mover la

voluntad de PABLO ESCOBAR al punto de determinarlo a cometer un homicidio, al aprovechar su ignorancia en temas espinosos y de difícil entendimiento”. Alberto Villamizar murió en Bogotá, 26 de julio de 2007, fue el primer Zar antisecuestro del país. 8. Santofimio recibió dinero del narcotráfico: LUIS CARLOS AGUILAR GALLEGO, alias El Mugre, dijo el 28 de septiembre de 1.994 en la cárcel La Picota : “me di cuenta de varias reuniones que tuvo el señor ESCOBAR con el señor SANTOFIMIO, donde el señor ESCOBAR le aportaba dineros para la campaña e inclusive uno de mis compañeros de reclusión llamado Gustavo Gutiérrez, le entregó 30.000 dólares, para su campaña al Senado”. Dijo haber estado con ellos (con Gutiérrez y Escobar) una vez que se vieron con Santofimio en una finca de Kiko Moncada. 9. Santofimio negó incluso haberse reunido con narcotraficantes: la Fiscalía asegura que SANTOFIMIO mintió al asegurar que sólo se había reunido con Escobar en eventos privados, incluso negó haber estado en la casa del reconocido narcotraficante. Sin embargo, en la investigación se conoció la existencia de una fotografía en la que aparece Pablo Escobar con Alberto Santofimio en la finca Nápoles. La fotografía fue tomada por el periodista Juan José Hoyos, y publicada en la edición No. 44 de marzo de 2003, en la revista El Malpensante. 10. El periodista que vio a Santofimio con Escobar en la finca: Juan José Hoyos dijo el 30 de junio de 2005 que ese fin de semana que él estaba recogiendo material para una crónica (Un fin de semana con Pablo Escobar), “el primero que llegó a Nápoles ese día fue Santofimio. Media hora después llegaron en su orden los congresistas Ernesto Lucena Quevedo, Jorge Tadeo Lozano y Jairo Ortega Ramírez. No reconocí a ninguno de los otros, pero había visto sus fotos en la prensa. Todos se sentaron a tomar whisky bajo unos parasoles en los alrededores de la piscina”. Escobar se los llevó a dar un paseo por el río. “Cuando regresaron, llamó aparte a SANTOFIMIO y le dijo “venga, doctor, le presento un amigo. Él es periodista de El Tiempo”. Santofimio me dio la mano a regañadientes, tragando saliva y sin mirarme a la cara. “¿Y usted qué está haciendo aquí hombre?” – me preguntó con un gesto de disgusto. Yo le contesté: “Lo mismo que usted, doctor...”.

11. Un expresidente sabía que Escobar y Santofimio eran amigos: la Fiscalía asegura que no sólo antiguos narcotraficantes sabían de la relación entre Escobar y Santofimio, sino también "personas de reconocido prestigio como el expresidente ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN y el doctor ALBERTO CASAS SANTAMARÍA”. De hecho, López dijo el 14 julio de 2005 que “yo tengo la idea de que a través del senador CARLOS NÁDER se estableció una relación personal entre PABLO ESCOBAR y ALBERTO SANTOFIMIO, en el sentido de que SANTOFIMIO desde cierto momento en adelante estuvo al servicio de ESCOBAR”. 12. "Para encontrar al culpable miren hacia el Tolima": Esta frase que Galán le dijo a algunos amigos del Cauca, antes de ser asesinado, fue muy tenida en cuenta dentro de la investigación. Gloria Pachón, esposa de Galán, dijo que “ en la última etapa de la vida de LUIS CARLOS, fueron numerosas las informaciones que le suministraron sobre la relación o la amistad del doctor SANTOFIMIO con PABLO ESCOBAR. Dichas informaciones indicaban que el doctor SANTOFIMIO haría cualquier cosa para frustrar o detener la carrera de LUIS CARLOS hacia la presidencia de la República” . De hecho, , “que si a él lo asesinaban para encontrar al culpable miraran hacia el Tolima”. 13. Galán sabía que Escobar y Santofimio iban a matarlo: El ex presidente César Gaviria Trujillo dijo el 22 de agosto de 2005 que “tan pronto ocurrió el atentado la familia no tuvo dudas de que el atentado tenía su origen en ESCOBAR y de que SANTOFIMIO era parte de eso”; también agregó que “ lo que me impresionaba más , era como una información que tenía GALÁN que lo iban a matar, se volvió rápidamente realidad. Y yo creo que él trasmitió no solo a mi sino a su familia y sus allegados la convicción que tenía que SANTOFIMIO y ESCOBAR lo querían matar”. 14. Galán no quería cerca a Santofimio, por temor: Alfonso Valdivieso Sarmiento le dijo a Galán que hicieran una reunión con SANTOFIMIO “ante lo cual el doctor GALÁN me dijo que no consideraba del caso hacerlo con él por cuanto tenía informaciones de que él pudiese haber estado en conversaciones respecto a su eliminación física”. 15. El cartel público: el médico de Galán, Augusto Leiva Samper, aseguró que “en la manifestación que se llevó a cabo con ocasión del lanzamiento de la candidatura del doctor ALBERTO SANTOFIMIO a la Presidencia de la República en el parque Murillo Toro de Ibagué, como muestra de intolerancia

se exhibía una pancarta en tal acto público en la que se leía “LOS SANTOFIMISTAS ASISTIREMOS AL ENTIERRO DE GALÁN”.

Punto final http://www.semana.com/nacion/articulo/punto-final/245891-3 3 de septiembre de 2011 ¿Por qué el fallo contra Santofimio por el magnicidio de Galán es histórico?, se pregunta Semana El reingreso de Alberto Santofimio a La Picota, el jueves pasado, es el último capítulo de una larga carrera que osciló entre la política y los vínculos con los carteles de la droga. La condena a 24 años de cárcel para Alberto Santofimio Botero por el asesinato de Luis Carlos Galán, por parte de la Corte Suprema de Justicia, marca un hito histórico en un país en el que los grandes magnicidios nunca habían sido esclarecidos. Ni la muerte del líder liberal Rafael Uribe Uribe a golpes de hacha en las escaleras del Congreso hace cien años, ni la de Jorge Eliécer Gaitán, asesinado a bala en plena carrera séptima de Bogotá en 1948, se han resuelto. En el primer caso, un juicio público concluyó, cuatro años después del asesinato, que los dos sicarios a sueldo habían sido los autores solitarios. En el segundo, el oscuro pistolero -Juan Roa Sierra- fue linchado por la turba el 9 de abril y nunca se supo quién estuvo detrás del crimen. En ambas ocasiones terminaron pagando los matarifes del momento y las investigaciones de fondo fueron desviadas desde el primer día. Por eso el fallo de la Corte Suprema que dejó en firme la condena de 24 años de cárcel para el ex senador y ex ministro Santofimio Botero es tan significativo. Los nueve magistrados de la Sala Penal del alto tribunal confirmaron la condena de Santofimio como "coautor responsable" del homicidio y ordenaron que fuera capturado para que pague los 21 años que le restan. En este momento, a sus 69 años, está en el patio de los parapolíticos en la cárcel La Picota de Bogotá.

La Corte Suprema cuestiona y rectifica el criterio del Tribunal Superior de Cundinamarca, que había absuelto en 2008 a Santofimio Botero, y confirma la decisión del juez de primera instancia que lo había condenado en 2007. El fallo le da plena credibilidad al testimonio de Popeye, uno de los sicarios más cercanos a Pablo Escobar, y al refuerzo que a ese testimonio le dieron otros testigos como el ex congresista Carlos Oviedo Alfaro, quien fue asesinado seis meses después de salir de prisión; otro sicario de Pablo Escobar, el Mugre, y Pablo Elías Delgadillo, quien fue la mano derecha del zar de las esmeraldas Víctor Carranza. La condena es histórica, también, porque al tratarse de un peso pesado de la política contradice la percepción de que en Colombia la justicia sólo funciona para los de ruana. Santofimio es un nombre que no les dice mucho a las nuevas generaciones, pero que fue un gran protagonista de la política colombiana. La pregunta, en la década de los setenta, no era si Santofimio iba a ser presidente, sino cuándo. En ese entonces se perfilaba como uno de los más brillantes políticos del momento y el orador más arrollador de su época. A los 21 años ya era secretario de Gobierno de Ibagué, a los 32 llegó a ser ministro de Justicia y, dos años después, presidente de la Cámara de Representantes. Santofimio estaba en el primer lugar de la fila india de una nueva generación liberal y se llegó a pensar que tenía despejado el camino a la Presidencia. Pero lo traicionó su ambición, que lo llevó a despreciar principios y a desconocer barreras legales, y se le cruzó Luis Carlos Galán, un contemporáneo suyo en la vida pública empeñado en demostrar que el ejercicio del poder se podía hacer enarbolando la ética y luchando contra los poderes mafiosos de la política. Para comienzos de los ochenta, Santofimio ya era reconocido como uno de los grandes oradores que había dado la política, y amigos y enemigos reconocían su inteligencia, su cultura y su maquiavelismo. La primera falta grave de Santofimio fue a los 35 años, cuando ya era presidente de la Cámara de Representantes. En ese entonces fue a dar a la cárcel por la firma de cerca de seiscientos contratos de prestación de servicios técnicos que tenían como beneficiarios a menores de edad, personas fallecidas o gente que definitivamente no iba a trabajar. Estuvo seis meses en la cárcel. En febrero de 1979 el Tribunal Superior de Bogotá lo absolvió. Si mal no

recuerdo mostro una resolución en la que señalaba al jefe de personal como delegatario para esos nombramientos. En 1982 tuvo otro episodio oscuro cuando recibió en su movimiento político Alternativa Liberal, una tendencia que arrollaba en su departamento, el Tolimaa Pablo Escobar. El capo había sido expulsado del Nuevo Liberalismo, la fuerza que había creado Galán como disidencia del oficialismo de su partido. Escobar era suplente del representante Jairo Ortega. Y aunque Santofimio ha dicho que también lo expulsó, hay varios testimonios de que su relación con Escobar se mantuvo. Entre ellos, una foto que se hizo famosa de un paseo en la Hacienda Nápoles, en mayo de 1983. Su cercanía con la mafia no se agotó con sus vínculos con Pablo Escobar. Santofimio es uno de los pocos políticos que tuvieron vínculos con los carteles de Medellín y de Cali a la vez. El exministro volvió a la cárcel en 1995, cuando era senador, por el Proceso 8.000. Fue uno de los primeros en admitir que recibió dinero de los hermanos Rodríguez Orejuela para su campaña. Pagó tres años y medio de prisión. Y como si todo esto fuera poco, Santofimio también hizo parte de uno de los primeros escándalos en que resultaron involucrados varios congresistas por el pago exagerado de mesada pensional. Lo que hacían era incluir factores no salariales, como viáticos y pasajes aéreos, para inflar la mesada. Se pensionó en 1996, mientras estaba en la cárcel, y en 2005 el Consejo de Estado le rebajó la mesada de 18,3 millones de pesos a 14 millones. A pesar de estos episodios reprochables, Santofimio despertaba fascinación entre sus seguidores. "Cada vez que salía de prisión era recibido con manifestaciones de apoyo, cual Diomedes Díaz en Valledupar", escribió alguna vez El Nuevo Día, de Ibagué. También cosechaba votos: desde la cárcel, en 1978, sacó 180.000, una suma que aun 30 años después muy pocos alcanzan. Marcó récord para la época: sacó tres senadores y seis representantes a la Cámara. Abogado de la Universidad del Rosario y especialista en Ciencia Política y Administración Pública, llegó a tener tanto poder en Tolima que era común oír que en el departamento no se movía una hoja sin su autorización. Con su labia llevaba a las masas al paroxismo, despertaba pasiones, pero también polarizaba.

La antítesis de este luchador que nunca dio su brazo a torcer era Luis Carlos Galán. Solo le llevaba un año de edad. Aunque también de provincia -nació en Bucaramanga-, fue ídolo del electorado bogotano pero fue igualmente precoz en la política: ministro de Educación a los 26, en el gobierno de Misael Pastrana. Galán era el revés del carisma de Santofimio y llegaba a otro tipo de audiencias, más urbanas, universitarias y jóvenes. Y más que un hábil manejador de la mecánica clientelista, era un idealista que quería limpiar la política del narcotráfico, una especie de quijote que pretendía combatir a las mafias que se estaban empezando a tomar el país. Santofimio y Galán chocaron como dos enormes planetas en el escenario político de los años ochenta. En 1982, Santofimio acusó a Galán de haber ocasionado el fracaso del Partido Liberal en las elecciones que ganó Belisario Betancur. En 1984, la mafia asesinó al ministro galanista Rodrigo Lara Bonilla. Este había desenmascarado a Pablo Escobar ante la opinión pública y el capo había respondido con una denuncia por un cheque del narcotraficante Evaristo Porras Ardila, que supuestamente había llegado a las arcas de la campaña de Lara. Galán señaló a Santofimio de ser el jefe de las maniobras para destruir la honra de Rodrigo Lara Bonilla. Los enfrentamientos entre estos dos se extendieron y subieron de tono, y para nadie era un secreto que ambos se encontrarían nuevamente en la recta a la Presidencia en 1990. Para ese momento Santofimio había perdido gran parte de su magnetismo con las masas y Galán, en cambio, al regresar al Partido Liberal para buscar ser candidato único se encontraba en la cumbre de su carrera. La ofensiva sangrienta de los carteles de la droga contra el Estado y la sociedad solo hacía subir como espuma el discurso beligerante y moralista de Galán. En 1989, el terrorismo de Escobar tenía acorralado al país. Santofimio estaba en plena campaña y percibía a Galán como su gran obstáculo para alcanzar el poder. El fallo de la Corte Suprema contra Santofimio le concede gran importancia al testimonio de Popeye, quien afirma que oyó a Santofimio cuando le dijo al capo, en repetidas ocasiones, que si Galán era presidente lo extraditaría para vengar la muerte de Rodrigo Lara. Luis Carlos Galán, con su vehemente discurso contra la penetración de la mafia en la política, era un enemigo común de Alberto Santofimio y Pablo Escobar. El fallo de la Corte Suprema así lo resalta y por eso es tan valioso. Porque más allá de castigar la culpabilidad del determinador de un magnicidio que conmocionó al país hace 22 años y cercenó su esperanza, pone de presente que

el asesinato de Galán no fue un episodio aislado sino un capítulo de la larga lucha entre la ley y la mafia, entre el Estado de derecho y el poder de la violencia, y de los repetidos intentos del narcotráfico por infiltrar la política y las instituciones mediante instrumentos diversos, como los carteles de la droga de los años ochenta, los paramilitares de los noventa y las Bacrim del siglo XXI. Este fallo deja al descubierto verdades aterradoras de lo que corre por entre las venas de la estructura de la nación colombiana. El asesinato de Galán fue la expresión más palpable y delirante de la alianza de narcotraficantes, paramilitares, políticos y agentes del Estado para imponer un proyecto político mafioso. Para la época del asesinato de Galán estaban llegando a su clímax de violencia el narcotráfico y los paramilitares, cada uno en su versión más cínica: ni los narcos disfrazaban su negocio criminal de lucha antisubversiva ni los paramilitares habían dejado a un lado su guerra contra las Farc por las millonarias ganancias de la coca. En el Magdalena Medio se entrenaban y armaban ejércitos completos para combatir a la guerrilla y, de paso, acabar con la UP, su brazo político. En el entretanto le daban forma a Morena, su expresión política, que ya contaba con una decena de alcaldías. Es el mismo proyecto parapolítico y militar que se reproduce 15 años después con la toma de un gran porcentaje del Congreso y de poderes locales y regionales por parte de esta tenaza ilegal y armada, pero esta vez con el rostro de jefes paramilitares más mediáticos como Carlos Castaño o Salvatore Mancuso. En el crimen de Galán se combinaron todos los ingredientes que han azotado a Colombia en los últimos 25 años. Los narcotraficantes, que quieren sacar a quienes se les atraviesen en su camino, pues no hay duda de que Pablo Escobar fue el autor intelectual. Los paramilitares, que desde entonces tenían figuras como Henry Pérez, que "les hacían favores a los políticos", según declaró hace dos años el Negro Vladimir, que pagó 16 años de cárcel por la masacre de La Rochela. El asesinato de Galán se planeó en la Isla de la Fantasía, en Puerto Boyacá. Los matones estaban conectados con los agentes del Estado que les facilitarían sus movimientos hasta el punto que cuando el sicario en jefe del crimen, Jaime

Rueda Rocha -un gatillero entrenado por el mercenario israelí Yair Klein-, se fugó de La Picota, dos agentes del DAS lo escoltaron para que llegara sano y salvo hasta Puerto Boyacá. También hubo infiltración de la mafia en organismos del Estado, fenómeno que se ha repetido de forma dramática en los años siguientes. Están demostradas las sospechosas fallas del jefe de escoltas y los cambios que hizo en el equipo semanas antes del crimen. Esos testimonios coinciden con la carta que a manera de testamento escribió uno de los sicarios a su mamá un mes antes de ser asesinado en la cárcel Modelo. Refiriéndose a la operación que montaron para matar a Galán, escribió: "Estuvimos de buenas porque le cambiaron (a Galán) algunos escoltas y metieron a otros que trabajaban con Helí Muñoz (otro de los sicarios) aquí en Bogotá. Entonces todo fue mucho más fácil". El director del DAS de la época, Miguel Maza Márquez, está actualmente detenido por esa razón. El caso Galán también ilustra las fallas protuberantes de la justicia, que solo pudo llegar después de cojear durante 22 años. Este puede ser uno de los más monumentales falsos positivos de la historia de Colombia. Como si se tratara de una lotería, la Policía recogió en las calles de Bogotá y Soacha a 17 personas, entre ellas el barranquillero Alberto Jubiz Hazbún, y cinco días después del crimen las presentó como los asesinos de Galán. Y a pesar de que mataron a todos: desde el gatillero Rueda Rocha -que se fugó con un disfraz y un año y medio después lo asesinaron a sangre fría-, hasta el congresista Oviedo Alfaro, pasando por los otros seis sicarios detenidos, dieron el caso por esclarecido. Este fallo de la Corte Suprema muestra que los males que condujeron al asesinato de Galán siguen vivos y que los tentáculos del narcotráfico siguen acechando. El último capítulo de esta historia es el fenómeno de la parapolítica, que ahora evolucionó hacia unas bandas criminales y mafiosas que buscan tomarse el poder local y regional en las próximas elecciones. En los años ochenta, se dio un primer duelo entre dos concepciones sobre la política: Santofimio y Galán. Con el magnicidio de este último, esa batalla no la ganó Santofimio pero sí la perdió el país. Veintidós años después, con el fallo de la Corte contra Santofimio, no se puede decir que la batalla entre política y mafia la haya ganado el país -está lejos de hacerlo-, pero es un gran paso.

3 capos declararán en caso Maza Márquez http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-4887893 11 de octubre de 2011 Tres de los delincuentes más buscados en la historia judicial de Colombia serán testigos en el juicio contra el ex director del DAS general (r.) Miguel Antonio Maza Márquez por el crimen de Luis Carlos Galán. A partir del 5 de diciembre empezarán a declarar el ex jefe de las Auc Iván Roberto Duque, 'Ernesto Báez'; el extraditado narcotraficante Hernando Gómez Bustamante, 'Rasguño', y el ex sicario de Pablo Escobar John Jairo Velásquez, 'Popeye'. Los tres condenados por distintos delitos acudirán personalmente o por videoconferencia a las citaciones. El Juez Primero Especializado no aceptó la petición de la defensa para que el proceso fuera devuelto a la etapa de instrucción, para que lo asumiera la fiscal General, Viviane Morales, y realizara la acusación ante la Corte Suprema de Justicia. Y señaló que el crimen de Galán es de lesa humanidad e imprescriptible, por lo que tampoco validó la tesis que pedía la libertad de Maza por vencimiento de términos.

Carlos Castaño fue responsable de la muerte de Luis Carlos Galán: Don Berna http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-11134383 14 de febrero de 2012 El exparamilitar relató detalles del asesinato del excandidato presidencial en agosto 1989. "Si se hiciera un estudio de las armas que se usaron para los casos de Carlos Pizarro, Luis Carlos Galán, de Bernardo Jaramillo, de José Antequera, llegarían a la conclusión de que todos los hizo una misma organización", dijo el exparamilitar. Don Berna, aseguró que en todos estos casos, del determinador fue Carlos Castaño y --dice-- se usó el mismo modus operandi. El exparamilitar también habló del secuestro por parte de las Auc del esposo de la Fiscal General, al que contó que insultó y golpeó. Además, explicó que Lucio llegó a proponerle al jefe paramilitar un acuerdo de paz con la guerrilla del Eln, sin embargo, las cosas se salieron de control y varios jefes

paramilitares terminaron pidiéndole a Castaño que no matara a Lucio. "Se hicieron tres reuniones con Lucio. Una de ellas fue en La 21 (cuartel general de Castaño). También se quedó en una finca que yo tenía. Estuvimos hablando mucho rato de la problemática del país. Recuerdo que en uno de esos viajes, al Sur de Bolívar, se le facilitó helicóptero de las Auc. Él no cobró dinero por ser intermediario de las Autodefensas, su mérito era el de buscar alternativas diferentes a la guerra", indicó. El exparamilitar aseguró que Carlos Castaño puso este acercamiento en conocimiento de su grupo asesor, entre ellos, el ganadero Rodrigo García, quien se negó rotundamente y le dijo a Castaño que su objetivo "era exterminar a la guerrilla". "Nos regresamos a La 21, Castaño estaba molesto porque tenían muchas ilusiones con el acuerdo de paz y comienza a tomar. Y molesto dice que lo amarren en un árbol. Comenzó a insultarlo, a tratarlo mal, que él era guerrillero y lo trata mal", aseguró. Según 'Don Berna', varios del estado mayor de las Auc, entre ellos Salvatore Mancuso, intervinieron para que no lo matara.

CTI capturó a exjefe del DAS por caso Luis Carlos Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12671921 10 de marzo de 2013 Detención se produjo luego de que Fiscalía profirió dos órdenes de captura. Uno de los oficiales a quien la Fiscalía ordenó detener por el magnicidio de Luis Carlos Galán fue capturado en la noche de este domingo, en el barrio Colina Campestre del norte de la capital del país. Se trata del coronel (r.) Manuel Antonio González, entonces jefe de la Oficina de Orden Público del DAS. La captura se produjo luego de que en la tarde de este domingo, la Unidad de Derechos Humanos de la Fiscalía dictó orden de captura contra el entonces comandante de la Policía de Soacha, el mayor (r.) Luis Felipe Montilla Barbosa,

y contra González Henríquez. Los dos exfuncionarios deberán responder por el delito de coautores de homicidio agravado por el magnicidio del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, ocurrido el 18 de agosto de 1989, y la muerte de los miembros del esquema de seguridad Santiago Cuervo Jiménez y Pedro Nel Bonilla Anguilo, ambos funcionarios del DAS. Tras conocer la decisión, Carlos Fernando Galán, uno de los hijos del líder asesinado, afirmó: "Siempre he confiado en que se hará justicia". Según la Fiscalía, el mayor (r.) Montilla Barbosa era el directo encargado de manera legal y constitucional de la seguridad de Galán Sarmiento durante la manifestación política que ese día se realizaba en la plaza principal de Soacha. Así mismo, la decisión también cobija a González Henríquez, cuya función era la de dirigir y coordinar la seguridad del aspirante a la presidencia, lo que infiere el mayor cuidado y atención en esta actividad de seguridad hacia el líder político. Según fuentes de la Fiscalía, hay indicios de que los dos exfuncionarios, vinculados al caso en octubre del 2011, no cumplieron con su deber de custodiar al entonces candidato durante la manifestación. EL TIEMPO había publicado hace una semana que la Procuraduría le había dado un ultimátum a la Fiscalía para que tomara decisiones de fondo frente a la supuesta responsabilidad de dos oficiales de la Policía en el asesinato de Galán. Aunque el 6 de diciembre del año pasado el fiscal general, Eduardo Montealegre, dijo que “en poco tiempo” daría a conocer decisiones en la investigación, el caso seguía quieto y el Ministerio Público advirtió que, de mantenerse esa situación, compulsará copias “para establecer si hay lugar a investigaciones disciplinarias”. Después de 23 años de investigación, los representantes de las víctimas examinan incluso llevar el caso a instancias internacionales. La misma defensa de los uniformados, que ha insistido en su inocencia, considera que no se puede mantener esa situación y que la Fiscalía debe resolver su responsabilidad judicial lo antes posible.

Montilla señaló a un general Sobre esta acusación, el mayor (r.) Montilla le ha dicho a la Fiscalía que sí intentó proteger a Galán, pero que sus comandantes, entre ellos el general (r.) Argemiro Serna, inexplicablemente le quitaron policías y hasta lo cuestionaron por pedir refuerzos para esa tarea. "Yo no debilité ningún esquema de seguridad (...) Por el contrario, a mí me debilitaron. No fue por orden mía que ese personal (15 contraguerrillas) salió de Soacha hacia el Comando del Departamento. Fue por orden de los coroneles Leal Pérez o Serna", dijo Montilla. Según la investigación, esos policías no cumplieron ninguna tarea urgente ese día ni los siguientes. Y el mayor (r.) dijo que el general Serna y otro oficial le negaron el apoyo de 50 policías de contraguerrilla que normalmente eran enviados a los pueblos de Cundinamarca para los eventos de las campañas presidenciales de ese año. "A mí me dejaron solo y prácticamente desamparado –dijo Montilla- ¿Qué hubiera pasado si el coronel Serna hubiera aceptado la solicitud que le hice de reforzarme con el personal de la Contraguerrilla, que ese día lo vi acantonado en la base del Comando del Departamento sin hacer absolutamente nada? ¿Qué hubiera pasado si no me sacan el personal que tenía en la estación de Soacha?". Por el magnicidio está condenado a 24 años el exsenador y exministro Alberto Santofimio Botero, preso en la cárcel La Picota, y es investigado el general Miguel Maza Márquez, exdirector del DAS.

Caso Galán: Procuraduría le dio ultimátum a la Fiscalía http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12632606 4 de marzo de 2013 Ministerio Público exige que se esclarezca responsabilidad de dos oficiales en el homicidio.

La Procuraduría le dio un ultimátum a la Fiscalía para que tome decisiones de fondo frente a la supuesta responsabilidad de dos oficiales de la Policía en el asesinato del excandidato presidencial Luis Carlos Galán. Se trata del capitán Luis Felipe Montilla y del coronel Manuel Antonio González, vinculados al caso en octubre del 2011. Casi año y medio después de que fueran escuchados en indagatoria por los delitos de homicidio con fines terroristas y tentativa de homicidio, la Fiscalía no define su situación jurídica. En agosto de 1989, cuando Galán fue asesinado en la plaza de Soacha (Cundinamarca), Montilla era comandante de la Policía local y González era el jefe del programa de protección del DAS y fue quien cambió parte de la escolta del político liberal. La Procuraduría considera que hay evidencias serias para señalar que ellos no cumplieron su deber de garantizar la seguridad del candidato y, por tanto, deben ser llamados a juicio por el magnicidio. Aunque el 6 de diciembre del año pasado el fiscal general, Eduardo Montealegre, dijo que “en poco tiempo” daría a conocer decisiones en la investigación, el caso sigue quieto y el Ministerio Público advirtió que, de mantenerse esa situación, compulsará copias “para establecer si hay lugar a investigaciones disciplinarias”. Después de 23 años de investigación, los representantes de las víctimas examinan incluso llevar el caso a instancias internacionales. La misma defensa de los uniformados, que ha insistido en su inocencia, considera que no se puede mantener esa situación y que la Fiscalía debe resolver su responsabilidad judicial lo antes posible. Estudian recaptura del exdirector del DAS Maza Márquez En 15 días, la Fiscalía tendría que decidir si recaptura al exdirector del DAS Miguel Maza Márquez, señalado de ser el presunto responsable de las decisiones que llevaron a debilitar la escolta de Galán. Hace una semana terminó el interrogatorio a Maza y ahora el fiscal del caso tendrá que resolver su situación jurídica.

Se entregó mayor (r.) de la Policía vinculado al caso Luis Carlos Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12674431 11 de marzo de 2013 Fiscalía había emitido este domingo orden de captura contra Luis Felipe Montilla Barbosa. Montilla, excomandante de la Policía en Soacha, deberá responder por el delito de coautoría de homicidio agravado por el magnicidio del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento el 18 de agosto de 1989, al igual que por la muerte de los miembros del esquema de seguridad Santiago Cuervo Jiménez y Pedro Nel Bonilla Anguilo, ambos funcionarios del DAS. El domingo, el coronel (r.) Manuel Antonio González, exjefe de Orden Público del DAS, fue capturado por el CTI para responder por el caso Galán. La detención fue en su casa, en el sector de Colina Campestre, en el norte de Bogotá. El fiscal determinó que González debía ser trasladado al Centro de Estudios Superiores de la Policía, en Bogotá. por su avanzada edad y porque está enfermo. Según la Fiscalía, el mayor (r.) Montilla Barbosa era el directo encargado de manera legal y constitucional de la seguridad de Galán durante la manifestación política que ese día se realizaba en la plaza principal de Soacha. Así mismo, González Henríquez tenía la función de dirigir y coordinar la seguridad del aspirante a la presidencia, lo que infiere el mayor cuidado y atención en esta actividad de seguridad hacia el líder político. EL TIEMPO había publicado hace una semana que la Procuraduría le había dado un ultimátum a la Fiscalía para que tomara decisiones de fondo frente a la supuesta responsabilidad de dos oficiales de la Policía en el asesinato de Galán. Sobre esta acusación, el mayor (r.) Montilla le ha dicho a la Fiscalía que sí intentó proteger a Galán, pero que sus comandantes, entre ellos el general (r.) Argemiro Serna, inexplicablemente le quitaron policías y hasta lo cuestionaron

por pedir refuerzos para esa tarea.

Las pruebas contras los dos nuevos capturados del caso Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12674660 12 de marzo de 2013 Conozca detalles de la investigación que enredan Felipe Montilla y a Manuel Antonio González. El 17 de agosto de 1989, un día antes del magnicidio de Luis Carlos Galán, Jacobo Torregrosa, cuestionado jefe de escoltas del candidato presidencial, y el capitán Luis Felipe Montilla acordaron que, supuestamente para proteger al candidato, algunos policías de civil portarían grandes pancartas para impedir la visibilidad permanente sobre el político y las personas que lo acompañarían en la tarima en el parque de Soacha. Horas después, los sicarios del cartel de Medellín y los 'paras' del Magdalena Medio que asesinaron a Galán utilizaron una pancarta similar para perpetrar el ataque. Ese es uno de los detalles inéditos del crimen del candidato presidencial que, según la Fiscalía, demuestran la responsabilidad del capitán Montilla en el magnicidio. El oficial, que era jefe de la Policía en Soacha, se entregó ayer a las autoridades, bajo cargos de participar en el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento. "¿Por qué una de esas pancartas termina siendo portada por uno de los homicidas del doctor Galán?", se preguntan los fiscales en el documento de 76 páginas que ordena la captura de Montilla y de Manuel Antonio González, jefe de protección del DAS a finales de los 80. González, quien ya cuenta 75 años, fue compañero de curso del general Miguel Maza Márquez, exdirector del DAS también procesado por el crimen. Los dos, a su vez, eran coterráneos y conocidos de Jacobo Torregrosa, el jefe de seguridad de Galán que según las autoridades fue una especie de infiltrado de la mafia. Torregrosa, sin experiencia alguna en labores de protección, fue designado jefe del equipo que debía proteger al que en ese momento era el hombre más amenazado del país. Lo nombró González y esa decisión, dice la Fiscalía, fue "estratégica para debilitar la coordinación del esquema de seguridad" de Galán.

En la hoja de vida de Torregrosa figuraba que llevaba 17 años retirado de la Policía y que su último cargo antes del DAS fue revisor de documentos de un Liceo Nacional. Maza y González, dice la Fiscalía, consideraron sin embargo que debía reemplazar a Víctor Cruz, el hombre de confianza de Galán en la dirección de su esquema, y lo mantuvieron incluso después de las quejas del candidato. Meses después de la muerte del candidato, salió de la institución. Apenas duró un año en ella. González, dice la Fiscalía, "fue esencial" en el éxito del plan criminal. La modificación del esquema de seguridad, con el nombramiento de Torregrosa y los cambios de otros escoltas, "fue trascendente para acabar con la vida del doctor Galán". El día del atentado, 18 de agosto de 1989, Torregrosa decidió enviar a dos de los guardaespaldas como avanzada a otro municipio y dejó a su protegido solo con cinco. Y en la plaza de Soacha no había plan alguno para custodiar a Galán, a pesar de que sobre el papel se habían hecho todas las coordinaciones. El capitán Montilla, según la Fiscalía, era "el directo encargado de las medidas de seguridad en la plaza", a donde los asesinos entraron sin el menor obstáculo. El oficial aseguró que para proteger a Galán había 50 policías, incluidos varios francotiradores. Pero, dice la Fiscalía, los planes "solo quedaron registrados en el papel". El fiscal del caso menciona que en los videos del momento trágico se evidencia que en el sitio no había un solo policía. No hubo avanzada, no hubo protección durante el acto político y tampoco operativo de emergencia una vez se produjo el ataque. El suboficial Josué Oved Ariza, jefe del escuadrón de motorizados, negó el operativo al que aludió Montilla. Aseguró que minutos antes de que llegara Galán, solo él y otros ocho uniformados estuvieron a cargo de la protección perimetral, y que él manifestó que era una fuerza totalmente insuficiente para cumplir la misión. Después del atentado, asegura, Montilla le exigió firmar un documento en el que se hablaba de un plan de seguridad que "nunca fue real". Cuando se negó, dice, empezaron a presionarlo. "Ahí es donde entra el coronel (Argemiro)

Serna a obligarme, a presionarme, que tenía que decir lo que ellos querían". Montilla también ordenó la partida de 15 miembros de la contraguerrilla que usualmente permanecían en Soacha. Sin explicación alguna, los policías se fueron por la mañana y solo volvieron cuando estaba ejecutado el plan mortal. Ese movimiento también intentaron ocultarlo, y cuando la Fiscalía lo puso en evidencia Montilla aseguró que la orden de sacar a la contraguerrilla de Soacha la dieron los entonces coroneles Serna y Leal Pérez, máximos jefes de la Policía de Cundinamarca. 'No tuve nada que ver': general (r.) Serna El general (r.) de la Policía Argemiro Serna asegura que irá a la Fiscalía “cuantas veces sea necesario” para demostrar que nada tuvo que ver con la muerte del candidato presidencial Luis Carlos Galán. Serna era jefe de la Policía de Cundinamarca en agosto de 1989. El mayor Luis Felipe Montilla asegura que Serna y otros de sus superiores debilitaron el equipo que debió proteger a Galán la noche del magnicidio. “A mí me dejaron solo y prácticamente desamparado”, cuestionó Montilla en una declaración a la Fiscalía. El general Serna, que ha dado versión en la Fiscalía sobre esos señalamientos, dice que va a demostrar la transparencia de sus actuaciones. “Yo no podía dar esas órdenes (mover la contraguerrilla); nada tengo que ver con el crimen de Galán”, anotó Serna. Añadió que no sabe por qué Montilla lo señala y resaltó que “no hay ninguna evidencia”. “Respeto esa decisión que ha tomado la Fiscalía sobre los uniformados que habrían resultado involucrados en el crimen. Ellos tendrán que responder por lo que hicieron o dejaron de hacer”, añadió.

Se complica situación para el general Argemiro Serna en caso Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13006831 21 de agosto de 2013 Comisión Colombiana de Juristas pidió que sea vinculado al proceso por el magnicidio.

Después de 24 años del magnicidio de Luis Carlos Galán, y cuando la Fiscalía acaba de decidir que unirá ese caso con los de los asesinatos de los también candidatos presidenciales Carlos Pizarro y Bernardo Jaramillo Ossa, la situación del general de la Policía Argemiro Serna sigue complicándose. Como lo había hecho la familia de Galán, la Comisión Colombiana de Juristas, que representa a los sobrevivientes del concejal Julio César Peñalosa, quien murió con el jefe del Nuevo Liberalismo el 19 de agosto de 1989 en Soacha, le acaba de pedir a la Fiscalía que vincule formalmente a la cúpula de la Policía de Cundinamarca al proceso por el magnicidio. Serna tenía el grado de coronel y era el subcomandante para la época. La Comisión dice que en el expediente hay indicios claros de que Argemiro Serna y los coroneles Gustavo Alfonso Leal y Gentil Vidal Sarria no solo no tomaron medidas para proteger al candidato, sino que alteraron informes entregados a otras autoridades sobre supuestos movimientos de policías para custodiarlo. Serna, quien ya ha tenido que hablar ante la Fiscalía, y los coroneles, eran los superiores del capitán Luis Felipe Montilla, comandante de Policía de Soacha y responsable de la seguridad en la plaza durante el acto en el que fue asesinado Galán. Montilla, capturado el año pasado, ha declarado que la orden de sacar un grupo contraguerrilla de Soacha, justo ese día, llegó de sus jefes inmediatos. Acaba de ser condenado a la máxima pena que prevee la Justicia colombiana El pasado 18 de junio, el CTI inspeccionó las actas del Comando de Policía de Cundinamarca, que muestran que, a pesar de que la manifestación del candidato era conocida, solo el 19 de agosto se asignó la responsabilidad de la protección perimetral a un oficial de rango medio. Además, se recabó un informe al Congreso en el que la Policía sostiene que para ese evento se asignaron 2 oficiales, 3 suboficiales y 81 agentes. La investigación de la Fiscalía contradice tal informe de la policía y señala que menos de una docena de policías estaban en el sitio.

Los abogados de la Fiscalia aseguran que las versiones de Serna y del coronel Leal Pérez, que eran los superiores para la época, no son creíbles. El primero dijo que hubo una unidad contraguerrilla para la seguridad de Galán, versión desmentida por testigos y por el comandante de Soacha. Leal Pérez declaró que estuvo personalmente en la plaza de Soacha para coordinar el dispositivo. Allí nunca lo vieron. En el expediente está la declaración del policía Mario Rueda León, quien afirmó que solo después del crimen la contraguerrilla que debía proteger la plaza volvió a Soacha y que se montó una falsa orden de trabajo para asignar a 15 hombres para hacer inteligencia, algo que no ocurrió. “Yo estaba a dos metros del oficial que dio esa orden. Él dijo: ‘Por si mañana nos piensan joder, tenemos con qué comprobar que sí hubo personal de servicio’ ”, dijo el testigo, que señala a Serna de impedir que la contraguerrilla apoyara la seguridad del evento. Familia Galán pide investigar a policías El senador Juan Manuel Galán, hijo de Luis Carlos Galán, dijo que a lo largo de los años se ha logrado establecer que hubo una cadena de hechos criminales cometida por las mismas personas. “Asesinaron a personas de la UP, del M-19 y del Nuevo Liberalismo, y todo con el objetivo de consolidar un proyecto político de los narcotraficantes y paramilitares”, agregó. Afirmó que esperan que se tomen decisiones contra ex integrantes de la fuerza pública que hasta a hora han estado al margen de las investigaciones. “Hay policías que tenían una responsabilidad clara en la protección de mi padre y no lo hicieron y otros que hicieron parte de los ‘falsos positivos’ para desviar las investigaciones”, anotó Galán.

Asesinato de Galán, agente de policía revela que sus compañeros celebraron http://www.elespectador.com/noticias/judicial/asesinato-de-galan-agente-depolicia-revela-sus-compane-articulo-442199 24 de agosto de 2013

Un suboficial le dijo a la Fiscalía que fue amenazado cuando se enteró del presunto montaje que hizo la Policía para hacerle creer a la justicia que sí le había prestado seguridad a Luis Carlos Galán. “Uno de los oficiales le manifestó al resto una frase poco usual en estos casos: ‘Por fin cayó este hijo de puta’. Y acto seguido se entraron a la oficina del F-2 tres oficiales, destaparon una botella de whisky y se pusieron en forma de brindis. Ahí se tomaron la botella. Posteriormente se trasladaron al comando del departamento y continuaron tomando”. Estas palabras hacen parte del escalofriante relato de un ex suboficial de la Policía de Cundinamarca que fue testigo de lo que sucedió en esta unidad el día del asesinato de Luis Carlos Galán, el viernes 18 de agosto de 1989. Este testimonio y dos más recaudados por la Fiscalía en los últimos meses motivaron esta semana a la familia del inmolado líder liberal a pedirle a la justicia que investigue la participación de oficiales y suboficiales de la Policía en la desviación de la investigación del crimen, y si hubo agentes que deliberadamente omitieron sus responsabilidades de proteger al candidato presidencial. A la petición se sumó la Comisión Colombiana de Juristas, que con nombre propio pidió vincular al general (r) Argemiro Serna Arias y dos oficiales (r) más. El Espectador tuvo acceso a las declaraciones de dos de los testigos de la Fiscalía en el caso Galán. El primero, pensionado desde 1993, fue cabo segundo y para la época del magnicidio era jefe de información de la Sijín de la Policía de Cundinamarca. Su nombre es Mario Rueda León, hoy tiene 71 años y, según él, admitió ser testigo porque admiraba a Galán y le dolió lo ocurrido, pues “si hubiera habido un pequeño esquema de seguridad por parte de los mando del departamento”, nada hubiera sucedido. Rueda León aseguró que ese 18 de agosto de 1989 estaba disponible en las oficinas del F-2, situadas en la Policía de Cundinamarca, pero no desarrolló ninguna actividad de inteligencia ni antes ni después del crimen de Galán. En la mañana, el subcomandante de esta unidad policial, el entonces coronel Argemiro Serna, citó a una reunión para evaluar lo sucedido en Medellín a raíz del asesinato del coronel Valdemar Flanklin Quintero, perpetrado por el cartel de Medellín. Sin embargo, se quedó esperando órdenes para reforzar la seguridad del candidato Galán.

Para ese día estaba previsto un acto político en la plaza central de Soacha. Rueda León preguntó a su comandante directo, el teniente José Florencio Calvache, qué debía hacerse para que el candidato presidencial no tuviera ningún contratiempo. La respuesta fue decirle que el comandante de la Policía de Soacha, capitán Luis Felipe Montilla, “se hizo putear” del coronel Argemiro Serna por haber pedido apoyo de la Policía para la concentración política. Según el testigo, el coronel Serna le dijo que si tenía miedo “entonces se comprara un perro”. Además, Serna le expresó que necesitaba los 15 hombres de contraguerrilla de la Policía de Soacha para adelantar un operativo en esa noche del 18 de agosto. En efecto, insistió Rueda León, hacia la una de la tarde se llevaron a los 15 experimentados policías, que sólo regresaron después del asesinato de Galán. Ante la insistencia de la Fiscalía para aclarar si la Policía de Soacha sí reforzó la seguridad antes del acto político, el testigo declaró enfáticamente: “Ni antes, ni el día del atentado, ni al otro día” hubo uniformados o personal de la Sijín. En cambio, el ex suboficial pensionado reveló que hacia las 10 de la noche de aquel 18 de agosto, un oficial de la Sijín mandó a simular una orden de trabajo, incluyendo entre 12 y 15 hombres, “para demostrar ante la opinión pública o ante los mandos superiores que habían estado en servicio en el momento del atentado a Galán”. Rueda aclaró que él se encontraba a menos de dos metros de distancia del oficial que dio esa orden y que además le oyó decir en referencia a ese documento aparentemente falso: “Esto es por si mañana nos piensan joder”. La Fiscalía le preguntó una y otra vez a Rueda León por qué tenía conocimiento de todas estas cosas. Su respuesta fue que como jefe de información de la Sijín en la Policía de Cundinamarca, a él era a quien debían darle los datos de nombres, armamento y sitio donde se iban a desarrollar las misiones. Por eso que el testigo reconociera que supo de órdenes de la Policía para cubrir su responsabilidad en el asesinato de Galán es tan grave. Y más aún al aportar detalles sobre cómo se vivió en esta unidad policial la muerte del candidato presidencial. Según Rueda León, es parte de la investigación, “la reacción de los señores oficiales no era de que hubiera sucedido algo extra normal. Algunos pareciera como si estuvieran satisfechos con el hecho sucedido. Tanto, que una vez

tuvieron conocimiento por los medios o por la radio de la Policía (del atentado), uno de los oficiales le manifestó al resto una frase poco usual en estos casos: ‘Por fin cayó este hijueputa’”. Después, relató, ellos sacaron el whisky. Antes de terminar su declaración, manifestó que “cuando Galán tomó la decisión de pisar los predios de la plaza de Soacha, ya estaba muerto porque todo estaba planeado”.

El segundo testigo Su nombre es Josué Oved Ariza Lancheros. Para 1989 era cabo segundo y estaba asignado a la Policía de Cundinamarca. Su primera declaración ante la Fiscalía la dio en septiembre de 2009 y según él, a los pocos meses empezó a recibir llamadas amenazantes a su celular. Aún así, volvió a comparecer ante un fiscal de derechos humanos para ratificarse y aportar nuevos elementos. En esencia, Ariza Lancheros contó que salió de la Policía después del magnicidio de Galán por las presiones para que se tapara la verdad sobre la desprotección al candidato. El testigo manifestó que ese 18 de agosto, desde temprano, le causó curiosidad el poco personal de agentes que había para asegurar el área de la plaza de Soacha. No obstante, su jefe, el capitán Luis Felipe Montilla, le dijo que dejara así y lo envió a recibir la caravana de Galán. Después le dio una contraorden: “Deje a los motorizados en la Alcaldía y vamos a ver qué dice este mechudo, refiriéndose al de la manifestación”. Así lo hizo, quedó situado a unos tres metros de la tarima, y vivió el caos cuando se produjo el atentado fatal. Entonces, reveló Ariza Lancheros, vio cuando una persona recogió un arma. El personaje le dijo que era el fotógrafo personal de la campaña Galán y se la entregó a él. Cuando ingresó con el arma al comando de Policía, un capitán le exigió que le entregara el arma. Él se negó y pidió que se hiciera una notación en el libro de minuta. El capitán lo amenazó con una pistola, según su relato, pero él sólo accedió cuando le firmaron un recibido. Era una subametralladora Ingram con un proveedor y 12 cartuchos. Después del atentado, el capitán Montilla empezó a exigirle que le firmara una orden donde constara que él (Ariza Lancheros) había recibido a Galán en la línea divisoria entre Bogotá y Cundinamarca. Como se negó, lo amenazaron diciéndole que si no firmaba “todos nos jodíamos”. Fue a partir de ese

momento cuando se empezó a planear la forma de hacerle creer a la justicia y a sus superiores que sí se había prestado seguridad al candidato Luis Carlos Galán en la plaza de Soacha. Es ahí “donde entró el coronel Serna a obligarme, a presionarme que tenía que decir lo que ellos querían que nosotros dijéramos. Yo me negué repetidas veces al punto que las palabras fueron groseras y les dije: ‘Si ustedes recibieron plata por la muerte del doctor, a mí me dejan sano, a mí me dejan por fuera porque yo no quiero ir a la cárcel’”. Después volvió el coronel Serna con una hoja de papel escrita a mano con el libreto de lo que se le debía decir a la justicia. Según él, por eso salió de la Policía. Lo paradójico es que años después, en 1996, cuando buscaba trabajo como escolta, pidió una certificación laboral a la Policía y le dijeron que no aparecía en sus archivos y que su hoja de vida en la institución no existe. No obstante, hoy sostiene que fue testigo de las adulteraciones que se hicieron después del atentado de Galán, que se las ha dicho a la Fiscalía y la Procuraduría, y recordó que esa misma noche del 18 de agosto un oficial, textualmente, le dijo: “Si esto se sabe yo lo mato”. Ante la pregunta de la Fiscalía de por qué dio una declaración mentirosa en agosto de 1989, el testigo aclaró que lo hizo por miedo a que lo mataran y por obedecer las presiones del coronel Serna y de otros oficiales. Ariza insistió en que hubo adoctrinamiento para establecer qué debía decirse. Según él, el roce más fuerte lo tuvo con el coronel Serna y fue él quien le dijo qué debía contestar ante el juez en 1989. Desde que dio su declaración, Ariza dice sentirse amedrentado y por eso cambia permanentemente de lugar de residencia. Estos dos testimonios llevaron a la Fiscalía a ordenar la detención del ex comandante de la Policía de Soacha, capitán Luis Felipe Montilla, quien ya entregó su versión y permanece en el Centro de Estudios Superiores de la Policía, en Bogotá. En criterio de la Comisión Colombiana de Juristas, estas declaraciones y otras pruebas son más que suficientes para vincular al expediente al general (r) Argemiro Serna y a los oficiales retirados Gustavo Alfonso Leal y Gentil Vidal Sarria, pertenecientes a la plana mayor de la comandancia de la Policía de Cundinamarca en agosto de 1989. La carrera del general (r) Argemiro Serna

Argemiro Serna era coronel y comandante de Policía de Cundinamarca el 18 de agosto de 1989 cuando el candidato presidencial Luis Carlos Galán fue asesinado en la plaza de Soacha. A inicios de los 90 se desempeñó como comandante de Policía en Tolima. En 1994 pasó al Comando Especial Conjunto en Cali y luego al Bloque de Búsqueda que operaba en esa misma ciudad. Serna fue uno de los responsables de la captura del jefe del cartel de Cali, Gilberto Rodríguez Orejuela, realizada el 9 de junio de 1995. Ese mismo año se desempeñó como comandante de Policía de Cali y a finales de año se fue como agregado a Venezuela. En 1996 inició su curso para general y en 1997 subió de cargo. Ese año fue designado como comandante de Policía de Bogotá, cargo en el que estuvo hasta 2001 cuando se retiró tras más de tres décadas de servicio. Hoy su hoja de vida se ve empañada por el proceso en su contra que denuncia una supuesta omisión respecto al en el magnicidio de Luis Carlos Galán.

El expediente de Galán, Pizarro y Jaramillo Tras varios meses de investigación, la Fiscalía encontró 25 coincidencias en los hechos que rodearon las muertes de los candidatos presidenciales Luis Carlos Galán, ocurrida el 18 de agosto de 1989, de Carlos Pizarro, acaecida el 26 de abril de 1990, y Bernardo Jaramillo Ossa, ocurrida el 22 de marzo de 1990. Por ello, decidió juntar las investigaciones por estos tres magnicidios en un mismo caso que será dirigido por tres fiscales de la recientemente creada Unidad de Contexto y un grupo de Policía Judicial. Entre las coincidencias encontradas se hallan, por ejemplo, “la calidad de las víctimas, la coincidencia en los móviles, y el modo en que fueron perpetrados los homicidios. (También son coincidentes) el tipo de arma, los escoltas en común que habrían servido a los tres políticos, la participación de agentes del Estado y el asesinato de los autores materiales de los magnicidios”, indicó la Fiscalía en un comunicado.

Nuevas acusaciones por crimen de Luis Carlos Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13179463 12 de noviembre de 2013

La Fiscalía llamó a versión libre a cuatro oficiales de la Policía. La Fiscalía General de la Nación acusó por el delito de homicidio con fines de terrorismo al capitán Luis Felipe Montilla, excomandante de la Policía de Soacha, y a Manuel Antonio González, jefe de Protección del DAS, por el homicidio de Luis Carlos Galán, cometido el 18 de agosto de 1989 en Soacha (Cundinamarca). Así mismo, fueron llamados a diligencia de versión libre los coroneles de la Policía Nacional Gustavo Adolfo Leal Pérez y Argemiro Serna Arias, y los mayores de la misma institución José Fernando Calvache y Gentil Sarria. Con estas diligencias, la Fiscalía pretende establecer si los oficiales, por línea de mando, conocieron algún detalle de la actuación de los acusados en el debilitamiento del esquema de seguridad de Galán. El 17 de agosto de 1989, un día antes del magnicidio de Luis Carlos Galán, Jacobo Torregrosa, cuestionado jefe de escoltas del candidato presidencial, y el capitán Luis Felipe Montilla acordaron que, supuestamente para proteger al candidato, algunos policías de civil portarían grandes pancartas para impedir la visibilidad permanente sobre el político y las personas que lo acompañarían en la tarima en el parque de Soacha. Horas después, los sicarios del cartel de Medellín y los 'paras' del Magdalena Medio que asesinaron a Galán utilizaron una pancarta similar para perpetrar el ataque. Ese es uno de los detalles inéditos del crimen del candidato presidencial que, según la Fiscalía, demuestran la responsabilidad del capitán Montilla en el magnicidio. El oficial, que era jefe de la Policía en Soacha, se entregó este lunes a las autoridades, bajo cargos de participar en el asesinato de Luis Carlos Galán Sarmiento. "¿Por qué una de esas pancartas termina siendo portada por uno de los homicidas del doctor Galán?", se preguntan los fiscales en el documento de 76 páginas que ordena la captura de Montilla y de Manuel Antonio González, jefe de protección del DAS a finales de los 80. González, quien ya cuenta con 75 años, fue compañero de curso del general Miguel Maza Márquez, exdirector del DAS también procesado por el crimen. Torregrosa, sin experiencia alguna en labores de protección, fue designado jefe del equipo que debía proteger al que en ese momento era el hombre más amenazado del país. Lo nombró González y esa decisión, dice la Fiscalía, fue

"estratégica para debilitar la coordinación del esquema de seguridad" de Galán. En la hoja de vida de Torregrosa figuraba que llevaba 17 años retirado de la Policía y que su último cargo antes del DAS fue revisor de documentos de un Liceo Nacional. Maza y González, dice la Fiscalía, consideraron sin embargo que debía reemplazar a Víctor Cruz, el hombre de confianza de Galán en la dirección de su esquema, y lo mantuvieron incluso después de las quejas del candidato. Meses después de la muerte del candidato, salió de la institución. Apenas duró un año en ella. González, dice la Fiscalía, "fue esencial" en el éxito del plan criminal. La modificación del esquema de seguridad, con el nombramiento de Torregrosa y los cambios de otros escoltas, "fue trascendente para acabar con la vida del doctor Galán". El día del atentado, 18 de agosto de 1989, Torregrosa decidió enviar a dos de los guardaespaldas como avanzada a otro municipio y dejó a su protegido solo con cinco. Y en la plaza de Soacha no había plan alguno para custodiar a Galán, a pesar de que sobre el papel se habían hecho todas las coordinaciones. El capitán Montilla, según la Fiscalía, era "el directo encargado de las medidas de seguridad en la plaza", a donde los asesinos entraron sin el menor obstáculo. El oficial aseguró que para proteger a Galán había 50 policías, incluidos varios francotiradores. Pero, dice la Fiscalía, los planes "solo quedaron registrados en el papel". El fiscal del caso menciona que en los videos del momento trágico se evidencia que en el sitio no había un solo policía. No hubo avanzada, no hubo protección durante el acto político y tampoco operativo de emergencia una vez se produjo el ataque. El suboficial Josué Oved Ariza, jefe del escuadrón de motorizados, negó el operativo al que aludió Montilla. Aseguró que minutos antes de que llegara Galán, solo él y otros ocho uniformados estuvieron a cargo de la protección perimetral, y que él manifestó que era una fuerza totalmente insuficiente para cumplir la misión. Después del atentado, asegura, Montilla le exigió firmar un documento en el que se hablaba de un plan de seguridad que "nunca fue real". Cuando se negó,

dice, empezaron a presionarlo. "Ahí es donde entra el coronel (Argemiro) Serna a obligarme, a presionarme, que tenía que decir lo que ellos querían". Montilla también ordenó la partida de 15 miembros de la contraguerrilla que usualmente permanecían en Soacha. Sin explicación alguna, los policías se fueron por la mañana y solo volvieron cuando estaba ejecutado el plan mortal. Ese movimiento también intentaron ocultarlo, y cuando la Fiscalía lo puso en evidencia Montilla aseguró que la orden de sacar a la contraguerrilla de Soacha la dieron los entonces coroneles Serna y Leal Pérez, máximos jefes de la Policía de Cundinamarca.

'Policías que debían proteger a Galán estaban en nómina de la mafia' http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13181451 13 de noviembre de 2013 Nota: Jucio Público. Fiscalía llamó a juicio al exjefe de Policía en Soacha y al exjefe de protección del DAS. Manuel Jacobo Torregrosa, el oscuro exdetective del DAS señalado de debilitar el esquema de protección de Luis Carlos Galán y facilitar la acción de los sicarios que lo mataron en agosto de 1989, estuvo a punto de ser ascendido por sus jefes por “su capacidad y eficaz desempeño en su trabajo”. Ese mismo personaje, que sin experiencia alguna fue designado para proteger al hombre más amenazado del país y casi fijo Presidente de la República, “tuvo vínculos” con el sicario que asesinó a Galán, y además “trató de desaparecer la chatarra del bus en el que se puso la bomba del edificio del DAS”, apenas cuatro meses después del magnicidio. Esas revelaciones hacen parte del histórico llamado a juicio contra dos ex servidores del Estado acusados de colaborar con el crimen: el capitán Luis Felipe Montilla, quien era comandante de la Policía de Soacha por la época del atentado, y el coronel Manuel González, el exjefe de Protección del DAS quien también recomendó a Torregrosa como jefe de escoltas de Galán. Es la primera decisión de fondo de la nueva Unidad de Análisis y Contexto de la

Fiscalía, que asumió el caso y que unió la investigación a las de otros grandes crímenes de la época. ‘Plan criminal’ En un documento de 108 páginas, que es un borrador porque se define como contexto, la Fiscalía considera probado que el magnicidio del líder del Nuevo Liberalismo “fue cometido por una alianza criminal de narcotraficantes, paramilitares, políticos, algunos representantes y algunos agentes del Estado que en la década de los 80 actuaron de manera conjunta para ejecutar variedad de planes criminales”. Esos mismos planes, agrega, los llevaron a asesinar meses después a Bernardo Jaramillo Ossa y a Carlos Pizarro, candidatos presidenciales de la UP y del M19. “Se pudo establecer la existencia de coincidencias en la planeación y ejecución de estos atentados –dice el documento, conocido por EL TIEMPO– (...) Hubo dos escoltas en común (uno que trabajó con Galán y Jaramillo Ossa y otro que trabajó con Jaramillo y Pizarro). Igualmente, dos escoltas del DAS que trabajaron con Jaramillo Ossa y Pizarro Leóngomez dispararon contra los autores materiales de estos dos magnicidios”, cuando ya habían sido sometidos, y segaron así la posibilidad de que hablaran. La Unidad de Contexto hizo una larga relación de militares y policías que, para la época, trabajaron con los ‘paras’ y los narcos. Otro testimonio recabado en el proceso, de un antiguo empleado de los capos del cartel de Medellín: Moncada Galeano (asesinado por Pablo Escobar en ‘La Catedral’), fue clave contra Montilla y refuerza la tesis de la responsabilidad de oficiales de la Policía en el plan contra Galán. Como lo había revelado EL TIEMPO hace varios meses, la Fiscalía investiga formalmente al general retirado Argemiro Serna, quien para la época era el segundo al mando en la Policía en Cundinamarca. Ese testigo les dijo a los investigadores que su función en la mafia era “pagar sueldo a oficiales, suboficiales y agentes de la Policía” en zonas claves, y aseguró que el entonces comandante de la Policía del departamento estaba en la nómina de la mafia, así como jefes del F-2 y de la Sijín.

Sobre Montilla, que debía proteger con una contraguerrilla el perímetro de la plaza de Soacha donde Galán fue asesinado en total indefensión, dijo: “En dos ocasiones le entregué de a millón de pesos, y para los agentes les lleve dos nóminas de 700.000 pesos cada una; esa cantidad era para todos los agentes”. La Fiscalía dice que la Policía de Soacha “estaba arreglada” para facilitar la acción de los asesinos.

El caso de González La acusación cuestiona a toda la cúpula del DAS y señala que entre el coronel González y Torregrosa “existía un vínculo, que no es otro diferente al hecho de que eran parte de una misma empresa delictiva que pretendía, y en efecto logró, quitarle la vida a Galán”. Torregrosa fue trasladado de la Unidad de Protección a Inteligencia apenas cuatro días después del asesinato, y nunca le pidieron un reporte juicioso de los hechos de Soacha, al punto de que incluso González recomendó su ascenso. La Fiscalía dice que un agente del DAS, Orlando Monroy Rivera, recibió entrenamiento con el mercenario Yair Klein y fue parte del esquema de seguridad de la familia del general Maza.

Testigo clave dice que alertó del crimen Los fiscales viajaron hasta Perú, esto ya fue aportado en el juicio público, para tomar una versión clave en el esclarecimiento del magnicidio: la del detective Héctor Ernesto Muñoz, alias la ‘Bruja’. Él era cercano a otro del DAS, Orlando Monroy, ‘Trapero’, el mismo hombre que según la Fiscalía fue entrenado por Yair Klein y asignado a la protección de la familia del general Maza. ‘Trapero’, dice la acusación, hacía “el trabajo sucio de una organización oscura al interior del DAS cuyos miembros no se han establecido totalmente”. La ‘Bruja’ afirma que ‘Trapero’ le dijo, días antes del crimen, que estaban preparando “un bombazo a nivel mundial”. “Esta semana le van a dar a mi paisano, venimos de una finca cerca de Ibagué donde se reunió toda ‘la pesada’

de Medellín y mi patrón (Rodríguez Gacha). Le van a dar a Galán, de ésta no se salva”, fueron, según el testigo, las palabras de ‘Trapero’. Él era, para la época, uno de los hombres más temidos del DAS. El detective Muñoz asegura que se comunicó con Alberto Romero, el exjefe de Inteligencia, para entregarle esa información y que lo amenazaron con trasladarlo al Chocó. Romero murió en el 2011, cuando estaba vinculado ya al proceso. La ‘Bruja’ afirma que días después del crimen lo contactó un oficial de la Policía y le dijo que si quería “seguir vivo” se olvidara de todo y que a ‘Trapero’ “lo iban a ‘levantar”. La Fiscalía comprobó que Monroy fue desvinculado del DAS y que desde entonces está desaparecido

LOS EXMIEMBROS DEL ESTADO CUESTIONADOS POR EL MAGNICIDIO DE GALAN http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13182235 13 de noviembre de 2013 Fiscalía dice que en el asesinato participaron políticos, narcotraficantes y uniformados. En el llamado a juicio que les hizo la nueva Unidad de Análisis y Contexto de la Fiscalía, que asumió el caso del magnicidio de Luis Carlos Galán, al capitán Luis Felipe Montilla, comandante de la Policía de Soacha para la época, y a Manuel González, exjefe de protección del DAS, la Fiscalía citó también a declarar al general Argemiro Serna, a los coroneles Gustavo Adolfo Leal y Gentil Vidal Sarria y al mayor José Fernando Calvache, este ultimo en proceso de investigacion. Todos eran cabezas de la Policía de Cundinamarca para la época y en el expediente hay indicios de que mandos de ese cuerpo no solo no cumplieron con su misión de proteger a Galán en Soacha sino que alteraron registros para aparentar un dispositivo de seguridad que nunca existió. La Unidad de Contexto de la Fiscalía dice que en el asesinato participaron políticos, narcotraficantes y uniformados “que facilitaron el plan criminal”.

EL CAMBIO DE LA ESCOLTA La Fiscalía reitera la posible responsabilidad del general Miguel Maza Márquez, ex director del DAS, cuyo caso lo lleva un fiscal delegado ante la Corte Suprema. En el documento se reafirman los testimonios de la viuda de Galán, Gloria Pachón, y del ex presidente César Gaviria (quien era su jefe de campaña) sobre el malestar del candidato por el cambio de su jefe de escoltas. Maza ha insistido en que fue el mismo Galán quien pidió el relevo y dice que el dirigente estaba tranquilo con la llegada de Torregrosa. A mí me consta que esto es totalmente falso y así se lo dije al fiscal investigador en dos ocasiones. Maza estuvo una noche en la casa de Galán tratando de convencerlos a él y a Gloria de que la persona escogida era de toda su confianza y que sobre todo porque Víctor Cruz era una persona muy inexperta. Galán me expresó su molestia en muchas oportunidades. Además, este nuevo jefe de escoltas había creado indisposición en los demás escoltas de su confianza y había traído nuevos que no la inspiraban (Esto lo digo yo). Por eso, las declaraciones del General Maza tratando de tomar distancia del nombramiento de Torregrosa son carentes de verdad. La versión que él le dio a la familia Galán fue totalmente la opuesta. Para mi hay otro elemento de juicio en este asunto. Víctor Cruz, el jefe de la escolta inexperto, según Maza, fue el refuerzo que enviaron a mi escolta el día que triunfe en la consulta popular del liberalismo. Difícil creer que era inexperto en el caso de la escolta de Galán pero, en cambio era el mejor refuerzo para el candidato único del liberalismo, y virtual presidente. Víctor Cruz es el único detective que llego a la Dirección de la Interpol. Hoy presta sus servicios como jefe de seguridad de la familia Otro nombre cuestionado en el expediente es el del exjefe de Orden Público del DAS Alberto Romero Otero, fallecido en el 2011. De este hombre, uno de los más poderosos en ese organismo por dos décadas, se documentaron sus contactos con Carlos Castaño para la época. El mismo exjefe de las AUC aseguró que visitó a Romero en su oficina del DAS, y la Fiscalía lo había emplazado para que explicara esos contactos. Los Castaño están señalados por los crímenes de Bernardo Jaramillo y Carlos Pizarro, que según la Fiscalía fueron parte de la misma estrategia criminal que mató a Galán. Sobre el agente Orlando Monroy Rivera, alias ‘Trapero’, la Fiscalía dice que trabajaba para el cartel de Medellín.

Fiscalía insiste en que Maza facilitó el crimen de Luis Carlos Galán http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13209479 21 de noviembre de 2013 El general (r) Miguel Maza Márquez, exdirector del DAS en la época del crimen contra Luis Carlos Galán, vuelve a prisión por tercera vez desde que la justicia lo señaló por el magnicidio. En un documento de 167 páginas, elaborado con el apoyo de la nueva Unidad de Contexto, la Fiscalía no solo insiste en la supuesta responsabilidad de Maza en el plan que permitió el asesinato de Galán, sino que asegura que el general fue pieza clave en un complot de la extrema derecha que incidió también en los crímenes de los candidatos presidenciales Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro Leongómez. El miércoles, el general le dijo a EL TIEMPO que va a demostrar su inocencia y que la determinación es “injusta y basada en falsos testigos”. Maza sostiene que no tiene lógica que él, que fue víctima de varios atentados de la mafia, se hubiera unido con su archienemigo, Pablo Escobar, para matar a Galán. Por primera vez, la Fiscalía relaciona abiertamente en la muerte de Galán al fallecido exministro y exalcalde de Bogotá Hernando Durán Dussán, abierto enemigo del líder del Nuevo Liberalismo y uno de sus competidores por la Presidencia para las elecciones de 1990. El documento incluye a Durán, junto con otros como Alberto Santofimio, Ernesto Lucena, Tiberio Villarreal y César Pérez, entre los “miembros del brazo político de la mafia”. De hecho, señala que no fue casual que la Asociación Campesina de Ganaderos y Agricultores del Magdalena Medio (Acdegam), fachada política de los grupos ‘paras’ que pusieron los sicarios para el magnicidio, le hubiera hecho campaña a Durán Dussán tras la desaparición de Galán. Contra lo que sostiene Maza, la Fiscalía dice que está probado que fue el entonces jefe del DAS quien decidió relevar al jefe de escoltas de Galán y reemplazarlo por Jacobo Torregrosa, a quien señala de ser un infiltrado de la mafia.

El caso de Torregrosa La Fiscalía cuestiona cómo la protección del hombre más amenazado del país se dejó en manos inexpertas. Torregrosa había sido expulsado de la Policía y tenía como antecedentes un proceso por la muerte de un menor de edad y 76 faltas contra el servicio. Tenía “tendencia a la cleptomanía”, según su expediente en la Policía, que conoció el DAS, y a pesar de esto le dieron la dirección de la escolta de Galán. El día del crimen, 18 de agosto de 1989, Torregrosa sugirió que Galán usara un chaleco corto, que a la postre facilitó el ataque mortal porque las balas que lo mataron ingresaron a la altura de la pelvis, y la investigación apunta a que un día antes se reunió con Jaime Eduardo Rueda Rocha, el asesino. La Fiscalía señala que en el caso Galán hubo un complot en el que participaron la mafia, los paramilitares y altos mandos de la Policía y el DAS, así como miembros del Ejército. Y asegura que Maza envió a varios de sus detectives a entrenarse con Yair Klein y que creó un grupo que solo le respondía a él para labores especiales. “Maza Márquez –dice el documento– acordó con los paramilitares desproteger al candidato con el debilitamiento de su esquema de seguridad, designando dolosa y premeditadamente a Torregrosa, persona de su absoluta confianza”. Además de Maza, la investigación señala al también general Argemiro Serna (que era segundo en el Comando de la Policía de Cundinamarca) y al coronel Óscar Peláez Carmona de hacer parte del complot. De Serna, junto con otros oficiales del departamento, dice que no protegió a Galán y que montó después falsos informes para aparentar que la Policía sí cumplió su misión en Soacha. Y de Peláez, que también fue general, dice que desvió la investigación para proteger a los verdaderos autores del magnicidio. n ese plan se llegó incluso a atentar contra un exministro, Carlos Enrique Obando, que estaba con Alberto Hubiz Jasbún en el momento del atentado. Hubiz Jasbún estuvo preso más de un año como supuesto autor del crimen, a pesar de todos los testimonios y declaraciones

El caso Galán, de nuevo sobre el general Maza Márquez http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-13218583 24 de noviembre de 2013 Por tercera vez, va detenido como supuesto cómplice en el magnicidio registrado en agosto de 1989. Su cumpleaños número 76, el próximo 4 de diciembre, encontrará al general Miguel Maza Márquez privado de la libertad. Por tercera vez, va detenido como supuesto cómplice en el magnicidio de Luis Carlos Galán, uno de los tres candidatos presidenciales asesinados por la mafia entre 1989 y 1990 y cuya protección estaba a cargo del DAS. Maza, que en los 80 fue uno de los principales símbolos de la guerra contra las mafias y que se salvó de varios de los más violentos atentados dinamiteros del cartel de Medellín, es señalado por la Fiscalía de ser una ficha clave en el complot de narcos, ‘paras’, políticos y miembros de la Fuerza Pública que el 18 de agosto de 1989 segó la vida del hombre que iba a ser presidente. Según la Fiscalía, el general terminó aliado con Pablo Escobar, el capo que más de una vez ordenó su muerte, en una enredada trama que partió de su supuesta cercanía ideológica con Gonzalo Rodríguez Gacha, el ‘Mexicano’, que puso la plata de la mafia al servicio de la lucha anticomunista. “Maza Márquez auspició el entrenamiento de las escuelas de sicariato en donde se capacitaron los asesinos que mataron a Galán –dice la Fiscalía–; acordó con los paramilitares desproteger al candidato con el debilitamiento de su esquema de seguridad, haciendo para ello acuerdos con los grupos paramilitares que les permitieron movilizarse por la región del Magdalena Medio y Cundinamarca sin ser perseguidos, de manera especial, luego de ejecutar el crimen”. En todos estos años, el general ha negado cualquier cercanía con ilegales. La Fiscalía, en el expediente, asegura que Maza siempre mantuvo contactos con el cartel de Cali y le da credibilidad a una versión del capo Miguel Rodríguez Orejuela, según la cual existió una línea telefónica directa con el jefe del DAS, supuestamente autorizada por el gobierno Barco, para dar información sobre los planes de Escobar.

Los malos pasos de Torregrosa Uno de los principales señalamientos contra Maza es el debilitamiento del esquema de seguridad de Galán con el nombramiento de Jacobo Torregrosa como jefe de escoltas. En su hoja de vida aparecían un proceso por el homicidio de un menor y su “tendencia a la cleptomanía”. Eso no lo tuvo en cuenta el DAS al entregarle la seguridad del hombre más amenazado del país. El día del atentado no tomó ninguna medida para proteger al candidato. Incluso, lo convenció de llevar un chaleco antibalas corto, lo que permitió que los balazos fueran mortales. Uno de los escoltas testificó que, mientras el líder liberal estaba en la tarima en Soacha, Torregrosa se escondía detrás de una “renoleta azul” y, cuando Galán cayó herido, desapareció, con la excusa de buscar una ambulancia “especial” que nunca llegó. Momentos después, el entonces concejal Juan Lozano lo sorprendió en una oficina hablando por teléfono y cuando le arrebató el auricular escuchó que preguntaban “si Galán al fin sí estaba muerto”. Hubo hasta un intento de asesinato para desviar la Investigación La Fiscalía dice que para afinar el plan criminal contra Luis Carlos Galán la mafia destinó, durante varios años, 250.000 dólares mensuales. El plan –señala la determinación de esta semana contra Maza Márquez– no solo incluyó el magnicidio, sino acciones criminales para desviar la investigación. Además de los generales Maza y Argemiro Serna (que era segundo comandante de la Policía de Cundinamarca), la Fiscalía implica en el complot al general Óscar Peláez Carmona, exdirector de la Dijín. La investigación indica que el DAS y la Dijín montaron allanamientos direccionados y, contra todas las pruebas, señalaron por el crimen a un grupo de personas que nada tenían que ver con el crimen. Entre ellos estaba Alberto Jubiz Hasbum. Carlos Enrique Obando Velasco, exministro de Justicia, quien testificó a favor de Hasbum, fue víctima de un atentado.

Los del DAS, ¿entrenados por Yair Klein? Orlando Monroy Rivera, alias “Trapero”, habría formado parte de un grupo especial que trabajaba para Maza Márquez. Además sería uno de los hombres

entrenados por Yair Klein. Lucila Rivera de Monroy, madre de ‘Trapero’, contó que su hijo le había dicho que lo iban a desaparecer y que fue al DAS para preguntar por él. Según ella, cuatro días después llegó a la casa de su nuera un hombre del DAS a preguntar si su esposo había dejado algún casete o una carta. El testimonio de Bertha Rodríguez, esposa de ‘Trapero’, asegura que “Orlando sí debía saber algo del DAS, y tenían que desaparecerlo para que no hablara. Por eso lo del supuesto casete, me imagino que él había dicho que si le pasaba algo, dejaba algo grabado”. Agregó Rodríguez que estaban advertidos de que si su esposo regresaba debía salir del país, para lograr sobrevivir. Según Héctor Ernesto Muñoz, alias la ‘Bruja’, ‘Trapero’ sabía delicados detalles como la forma en que estarían vestidos los sicarios y la plata que se había repartido para el magnicidio.

UNA SEMANA DE REVESES PARA MAZA MARQUEZ http://www.semana.com/nacion/articulo/caso-galan-maza-marquez-pelaezcarmona-hicieron-falsas-acusaciones/378777-3 27 de febrero de 2014 Por cuenta de falsas acusaciones hechas por el DAS y la Dijín a tres personas, en el caso Galán, la Nación deberá pagar $3.000 millones. Parece que esta es la semana de pasión para el general (r) Miguel Maza Márquez, tan sólo 24 horas después de que la Corte Suprema de Justicia le negó su libertad. Ahora el Consejo de Estado en una sentencia lo señala como responsable de la privación injusta de la libertad de tres hombres que fueron señalados de ser autores materiales del crimen de Luis Carlos Galán. El Consejo de Estado condenó a la Policía Nacional y a la Fiscalía General a pagar una indemnización de más de 3.000 millones de pesos por la privación injusta de la libertad de Alberto Alfredo Júbiz Hasbum, Héctor Manuel Cepeda Quintero y Norberto Hernández Romero, quienes fueron sindicados de haber

participado en el homicidio Luis Carlos Galán, ocurrido el 18 de agosto de 1989 en Soacha, Cundinamarca. Los tres hombres permanecieron detenidos por más de tres años, en diferentes cárceles, sindicados de ser los autores materiales del homicidio con fines terroristas del entonces candidato presidencial y de otras dos personas que lo acompañaban el día de los hechos. El Consejo de Estado también encontró demostrado en el proceso el actuar gravemente culposo de los generales Miguel Alfredo Maza Márquez y Óscar Eduardo Peláez Carmona, quienes para la época de los hechos se desempeñaban como director del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) y director de la Dijin de la Policía, respectivamente, debido a que actuaron de manera ligera al culpar a los demandantes del magnicidio, sin que existiera una decisión judicial. “De los máximos responsables de los principales organismos de seguridad, inteligencia e investigación del Estado, para la época de los hechos, no se podía esperar, ni exigir, sino actuaciones ponderadas, extremadamente prudentes y particularmente cuidadosas, máxime en un asunto tan delicado, de tanta trascendencia y de tan graves repercusiones tanto para la vida institucional y democrática del país, como para quienes resultaron ser señalados por esos organismos estatales de la realización de semejante magnicidio”, afirma la sentencia. Por tal motivo, los generales Maza Márquez y Peláez Carmona fueron condenados a reintegrarle al Estado, en el 50 % cada uno, las sumas de dinero que las entidades demandadas deben pagar como consecuencia de la condena impuesta por el Consejo de Estado. Igualmente, el fiscal general de la Nación y el director de la Policía Nacional tendrán dos meses para realizar un acto solemne de presentación de excusas públicas a las víctimas y sus familias por haber trasgredido sus derechos a la libertad personal, al debido proceso, a la presunción de inocencia y al buen nombre y la honra.

Por caso Galán, citan a general Argemiro Serna http://www.eltiempo.com/politica/justicia/caso-luis-carlos-galan-citan-apolicia-de-cundinamarca/14150101 20 de junio de 2014 La cúpula de la Policía de Cundinamarca que en agosto de 1989 tenía que garantizar la seguridad del entonces candidato presidencial Luis Carlos Galán, en Soacha, fue citada a la Fiscalía para que explique qué hizo para proteger al político. Uno de los primeros que tendrá que ir es el general Argemiro Serna, quien era el segundo comandante en Soacha; el coronel Gustavo Adolfo Leal Pérez, quien fungía como comandante de la seccional, y el mayor Gentil Vidal, el jefe operativo. Los uniformados tendrán que decir qué operativos desarrollaron para establecer anillos de seguridad que fortalecieran la protección de Galán durante el acto político que se cumplía el día de su asesinato, y qué labores se desplegaron para capturar a los responsables. Durante la investigación, la Fiscalía ha señalado que hubo debilitamiento de la seguridad y que se cometieron irregularidades y falsedades para justificar operativos que en realidad no se pusieron en marcha. En el expediente está el testimonio del entonces jefe de la Policía en Soacha, mayor Luis Felipe Montilla, en el que señala que intentó proteger a Galán pero que sus comandantes le quitaron policías y lo cuestionaron por pedir refuerzos. Como parte de la nueva investigación, la Fiscalía ya escuchó al ex director de la Dijín, el general Óscar Peláez Carmona, y prepara nuevas citaciones.

Más generales a dar explicaciones por crimen de Galán http://www.eltiempo.com/politica/justicia/mas-generales-a-dar-explicacionespor-crimen-de-galan/14147639 20 de junio de 2014

El coronel en retiro Gustavo Adolfo Leal Pérez, uno de los que será escuchado. La Fiscalía llamó a declarar a la cúpula de la Policía de Cundinamarca para la época en la que fue asesinado el candidato presidencial Luis Carlos Galán. A partir de la próximas semana serán escuchados por fiscales de la Dirección de Análisis y Contexto el coronel en retiro Gustavo Adolfo Leal Pérez, quien fungía como comandante de la Policía de Cundinamarca; el general (r) Argemiro Serna Arias, quien era subcomandante del comando de Policía de Cundinamarca y el mayor Gentil Vidal Sardia quien fungía como comandante operativo de ese mismo comando. La Fiscalía investiga el debilitamiento de la seguridad en Soacha que facilitó el crimen y las labores que se desplegaron para desviar la investigación. Todos eran cabezas de la Policía de Cundinamarca para la época y en el expediente hay indicios de que mandos de ese cuerpo no solo no cumplieron con su misión de proteger a Galán en Soacha sino que alteraron registros para aparentar un dispositivo de seguridad que nunca existió. La Unidad de Contexto de la Fiscalía dice que en el asesinato participaron políticos, narcotraficantes y uniformados “que facilitaron el plan criminal”.

Álvaro Sierra, el ex gobernador llamado a declarar por el caso Galán http://www.eltiempo.com/politica/justicia/el-exgobernador-llamado-a-declararpor-el-caso-galan-/14161197 23 de junio de 2014 Nota: tema aun en investigación. La Fiscalía lo citó para que dé su versión dentro del proceso. Diligencia será el 21 de agosto. El expediente por el caso del crimen de Luis Carlos Galán, asesinado el 18 de agosto de 1989, sigue involucrando nombres y generando citaciones ante la justicia.

EL TIEMPO conoció que la Fiscalía llamó en este caso al ex gobernador del Tolima, Álvaro Sierra, para que dé su declaración en estos hechos. La diligencia será el próximo 21 de agosto en las instalaciones de la dirección seccional de Ibagué. El nombre del ex gobernador del Tolima, quien ocupó ese cargo entre 1988 y 1989, se suma al de varios miembros de la cúpula de la Policía de Cundinamarca, que en agosto de 1989 tenían que garantizar la seguridad en Soacha para el entonces candidato liberal por la Presidencia Luis Carlos Galán. Entre los llamados están el segundo comandante para la época, en Soacha, Argemiro Serna; el coronel Gustavo Adolfo Leal Pérez, quien fungía como comandante de la seccional, y el mayor Gentil Vidal, jefe operativo. El abogado Rafael Murillo Guarnizo, cuyas declaraciones han sido tenidas en cuenta por las autoridades en medio de la investigación, mencionó hace algunos años los supuestos encuentros que involucrarían al ex gobernador del Tolima, Álvaro Sierra con el magnicidio. Según su versión, Sierra habría tenido varias reuniones con el entonces senador Alberto Santofimio Botero –condenado a 24 años de prisión por el caso Galán–, los narcotraficantes Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha. Dichos encuentros habrían sido en la finca del ex gobernador, cerca de Ibagué, y supuestamente tenían el propósito de gestionar varias tareas, entre ellas, la de pedirle a Juan Benito Rodríguez (sobrino de Rodríguez Gacha) conseguir las armas y los sicarios para asesinar a Galán. No es la primera vez que políticos de Tolima están en la mira por el caso Galán. En 1995, el periódico Nuevo Día recordó una declaración hecha por el líder liberal en Popayán: “Si muero asesinado, para detectar a los culpables miren hacía el Tolima”. Creo que esta declaración de Galán correspondía a una versión del Dr. Augusto Leyva Samper, activo dirigente del Nuevo Liberalismo del Tolima y quien fue el primero que hablo de la reunión de dirigentes políticos y narcotraficante celebrada en el Tolima para decidir la muerte de Galán Dentro de los nuevos citados por la Fiscalía también figuran Alfonso Parra Pérez, Gabriel Arcángel López Ramos, Édgar Prieto Higuera y Artemio Olarte.

RECIENTES DECLARACIONES POR ESTE CASO En el expediente por el crimen de Luis Carlos Galán está el testimonio del entonces jefe de la Policía de Soacha, mayor Luis Felipe Montilla, en el que señala que intentó proteger a Galán pero que sus comandantes le quitaron policías y lo cuestionaron por pedir refuerzos. Como parte de la investigación, la Fiscalía escuchó recientemente al ex director de la Dijín, el general Óscar Peláez Carmona. Él tuvo que explicar por qué bajo su mando fueron capturadas tres personas, señaladas como autoras materiales del homicidio de Galán, quienes, años después, quedaron libres por no tener ninguna responsabilidad en el hecho.

Un cuarto de siglo, y nada... http://www.semana.com/nacion/articulo/el-asesino-de-galan-un-cuarto-desiglo-impune/399271-3 16 de agosto de 2014 El 18 de agosto de 1989 es una fecha que ha quedado guardada en la memoria y grabada para siempre en las páginas de la historia de Colombia. Y no es para menos. A las 8:45 de esa noche asesinaron a Luis Carlos Galán Sarmiento. Acababa de subir a una improvisada tarima en la plaza del municipio de Soacha, Cundinamarca, para acudir a un acto político cuando se sintieron las ráfagas de las ametralladoras y las balas acabaron con su vida. Con su muerte el país no solo perdió a quien, según las encuestas de la época, sería elegido presidente de la República en las elecciones del año siguiente. Con su asesinato Colombia se quedó sin uno de los más brillantes y valientes políticos de su generación. Un líder que por su talante, sus ideas y sus propuestas era la única ilusión de cambio y la luz al final del túnel para una nación que en esa época, por cuenta del narcotráfico y la violencia, había perdido el rumbo y la esperanza. Ese asesinato devastó al país. Pero la investigación por el crimen fue una vergüenza plagada de irregularidades desde el comienzo. Unos días antes del

magnicidio Galán se había salvado de ser asesinado el 4 de agosto en Medellín en un ataque planeado por hombres de su peor enemigo y a quien había denunciado y combatido: Pablo Escobar, jefe del cartel de Medellín. Sin mayor explicación y ante las reservas de la familia del propio líder del Nuevo Liberalismo unos días antes de ir al acto en Soacha el jefe de su esquema de seguridad fue cambiado por el entonces jefe del Departamento Administrativo de Seguridad -DAS-, el general Miguel Maza Márquez. Inexplicablemente la plaza a la que acudiría el hombre más amenazado del país en ese momento brillaba por el pobre dispositivo de seguridad por parte de la Policía. Tan solo cuatro días después del magnicidio comenzó el largo camino hacia la impunidad. El 22 de agosto el director de la Dijín, el entonces coronel Óscar Peláez Carmona, anunció la captura de cinco personas en Bogotá que fueron presentadas como los asesinos de Galán entre los que estaba el farmaceuta barranquillero Alberto Jubiz Hazbum. Un mes más tarde se descubrió que un esmeraldero vinculado al narcotraficante alias el Mexicano, socio de Escobar, llamado Orlando Chávez confesó que él junto con los hermanos Jaime Eduardo y José Everth Rueda fueron los responsables del crimen. Insólitamente un juez otorgó libertad provisional en septiembre de 1990 a Chávez y José Everth y fueron asesinados al poco tiempo. Jaime Eduardo escapó de prisión de la cual salió por la puerta principal por medio de una suplantación y también fue asesinado en 1992. Hazbum y sus compañeros permanecieron en la cárcel 42 meses, hasta que un juez los dejó en libertad al comprobar que nada tenían que ver con el asesinato de Galán. Salieron en marzo de 1993 y el crimen quedó en la impunidad. Quizá uno de los vacíos de la investigación de ese entonces es que no se ha logrado determinar la relación de estos sindicados con el grupo coordinado por Rueda Rocha. Tal vacío se resolvió posteriormente al eximir de responsabilidad al grupo de Hazbun. Pasaron casi dos décadas en las que gracias a la incansable lucha de la familia la Justicia volvió a poner sus ojos sobre el caso declarado delito de lesa humanidad. En agosto de 2011 la Corte Suprema de Justicia condenó a 24 años de prisión al exsenador tolimense Alberto Santofimio al considerar que se había aliado e instigado al jefe del Cartel de Medellín para matar a Galán, quien era su principal rival político. Desde entonces, está preso en la cárcel La Picota de Bogotá. En noviembre de 2013 la Fiscalía ordenó la detención del general Maza para llevarlo a juicio al considerar que pudo tener una

participación en el asesinato, entre otras razones por cambiar el esquema de seguridad de Galán. Otros dos generales, Peláez, y Argemiro Serna, comandante de policía de Cundinamarca para la fecha del crimen, también fueron llamados por la Fiscalía a dar explicaciones sobre sus actuaciones. En junio de este año las autoridades también vincularon a Ezequiel Sanabria, el juez que en su momento ordenó la injusta detención de Hazbum y sus compañeros. Con estas recientes determinaciones la Justicia trata de armar el incompleto rompecabezas del crimen que hace 25 años enlutó a Colombia.

EL APOYO QUE NUNCA LLEGÓ A LA PLAZA DE SOACHA EL DÍA QUE MATARON A GALÁN http://www.elespectador.com/noticias/judicial/el-apoyo-nunca-llego-plaza-desoacha-el-dia-mataron-gal-articulo-546031 25 de febrero de 2015 Pese a que el comandante de Policía de Soacha solicitó la presencia de la unidad contraguerrilla de Cundinamarca, a última hora fue enviada a un operativo al municipio de Mesitas del Colegio. El cabo segundo (r) de la Policía Mario Rueda León aseguró que en una oportunidad escuchó que el entonces mayor Luis Felipe Montilla le había solicitado a sus superiores que le autorizarán el apoyo de la unidad contraguerrilla de Cundinamarca para el evento que estaba programado para la noche del 18 de agosto de 1989 en la plaza del municipio de Soacha en el que iba a participar el precandidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento. Sin embargo en esa reunión un teniente de apellido Calvache le llamó la atención al capitán frente a dicha petición. "El ‘huevón’ ese de Montilla se ganó una vaciada porque pidió apoyo para la manifestación en Soacha" escuchó el testigo en uno de los pasillos de las instalaciones de la Sijín en Cundinamarca. El asunto estuvo así por muchos años hasta que el suboficial en retiro rindió indagatoria ante la Fiscalía General el 24 de octubre de 2011 recordando lo que en esa ocasión le comentaron. Debido a la magnitud del evento y la gran cantidad de personas que iban a asistir se podía presentar una alteración del orden público, hecho por el cual era necesaria contar con la presencia de la unidad contraguerrilla del departamento que contaba con la experiencia para controlar y manejar ese tipo de situaciones.

Sin embargo a última hora este grupo fue enviado a un operativo contra “una olla” en el municipio de Mesitas del Colegio. Sin embargo, luego se conoció que el operativo en contra del narcotráfico había sido un fracaso puesto que eran “ollas viajas” y tuvieron que esperar la mayor parte del tiempo para que llegara un juez con el fin de legalizar los elementos que habían sido incautados. Los 40 o 50 hombres que conformaban dicha Unidad se quedaron en dicha zona la noche del 18 de agosto de 1989. “Desconozco quién dio la orden de trasladarse hasta allá”. Ante la preguntas de la delegada de la Fiscalía General el testigo aseguró que igualmente escuchó que en la noche del asesinato de Galán Sarmiento un grupo de oficiales se reunieron en una de las oficinas de la comandancia para tomar whisky. El hecho no tenía nada de extraño puesto que “tomaban todos los días” si no fuera por el hecho que uno de ellos manifestó en el brindis “"por fin cayó". Sin embargo, hasta el día de hoy no sabe con certeza a quien se estaban refirieron. El testigo aseguró que nunca dijo nada al respecto de eso en ese momento puesto que para la época hablar o denunciar ese tipo de cosas no era nada fácil en la Institución. "Para preservar la vida había que callar muchas cosas”, aseguró el cabo segundo en retiro durante su declaración bajo la gravedad de juramento durante el juicio que se adelanta contra el coronel (r) de la Policía Manuel Antonio González y el capitán (r) Luis Felipe Montilla por su presunta participación en los hechos que rodearon el crimen de Luis Carlos Galán Sarmiento.

¿Amenazas? El testigo relató que después de su declaración en la Fiscalía General, “la cual fue publicada en los medios de comunicación pese a que me dijeron que iba a ser reservada”, se presentaron una serie de visitas de “personas extrañas” al edificio donde vive. Sin embargo, debido a la inexperiencia del personal de vigilancia no se pudo hacer el registro o seguimiento de esas personas que preguntaban por él de manera insistente. Igualmente en otra oportunidad fue abordado en la calle por un “señor oficial” cuando salía del hospital luego de sufrir un paro cardiaco. “Me preguntó que si

había echado al agua a mi general (Argemiro) Serna Arias. Que quien me había inducido a eso? ”. Ante esto, él le aseguró que lo único que había hecho era rendir una declaración en el marco de la investigación que se adelantaba. En la audiencia el exjefe de información de la Sijín de la Policía de Cundinamarca aseguró que de manera extraña ninguno de los oficiales se dirigió al municipio de Soacha después de conocer la noticia del crimen de Galán.

Uno de los sicarios que disparó a Galán se habría infiltrado en sede http://www.eltiempo.com/politica/justicia/luis-carlos-galan-uno-de-lossicarios-que-disparo-se-habria-infiltrado-en-sede/15328335 2 de marzo de 2015 Testigo narró que asesino llegó como lustrabotas y se ganó la confianza en sede política en Soacha. Uno de los sicarios que dispararon contra el candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento el 18 de agosto de 1989 en la plaza de Soacha (Cundinamarca) se habría infiltrado en su campaña política un mes antes del magnicidio. Así lo manifestó uno de los testigos citados contra el mayor Luis Felipe Montilla, comandante de la Policía de Soacha para la época de los hechos, y el coronel (r) Manuel Antonio González, exjefe de Orden Público del DAS, quienes son procesados por su presunta responsabilidad en el asesinato de Galán Sarmiento. El testigo, Pedro Julio Sánchez, quien era concejal de Soacha y compañero de Julio César Peñaloza Sánchez, asesinado junto a Galán, dijo en el juicio contra los uniformados que un mes antes del homicidio llegó a la sede del candidato presidencial en la localidad un joven que se presentó como Wilson y quien prestaba sus servicios como lustrabotas a los funcionarios y políticos que visitaban la sede.

Según su relato, ante el juez primero especializado de Cundinamarca, el joven se ganó la confianza de las personas de la sede y terminó haciéndoles mandados a los funcionarios. Él permanecía casi todo el día en la concentración de campaña. Allí –dijo el testigo– el hombre se enteró de los detalles de la marcha que se organizaba para Galán Sarmiento, pues en el sitio se hicieron varias reuniones para coordinar la manifestación en la que finalmente se cometió el crimen. El ex concejal Sánchez, que fue una de las personas que recibió a Galán cuando llegó a Soacha y luego se subió junto al candidato en la camioneta destapada en la que fue trasladado a la plaza de la localidad, afirma que volvió a ver a Wilson ese día cuando, desde un costado de una de las tarimas, disparaba contra Galán Sarmiento y luego huía en medio de la confusión generada en el lugar. Igualmente, señaló que desde ese día el supuesto lustrabotas, del que solo sabían su nombre y que al parecer tenía un hermano militar en Tunja, desapareció y nunca se volvió a saber de él. La inédita versión de Sánchez ya había sido entregada a mediados del año pasado a los fiscales de la Dirección de Contexto, que llevan la investigación. Sin embargo, hasta ahora no se ha avanzado en la hipótesis de la supuesta infiltración de la campaña de Galán en Soacha. No obstante, fuentes de la Fiscalía señalaron que no se ha descartado como línea de investigación que además de uniformados y agentes del DAS otros particulares hubieran participado en el magnicidio. De hecho, varias de las personas que organizaron la marcha ya fueron llamadas a versiones en la Fiscalía, pues los investigadores creen que el desorden que se registró durante la manifestación, que incluyó el uso de pólvora en exceso, la repartición de licor y la presencia de dos tarimas en la plaza, pudieron ser factores que terminaron por facilitar el plan para asesinar al líder liberal. En el juicio también declaró el mayor Óscar Echandía, alcalde militar de Puerto Boyacá, quien ya pagó condena por sus nexos con grupos ilegales y quien señaló que en la zona fueron escondidos los sicarios que asesinaron a Luis Carlos Galán.

La misteriosa llamada del jefe de seguridad de Luis Carlos Galán http://www.eltiempo.com/politica/justicia/caso-maza-marquez-la-misteriosallamada-de-jefe-de-seguridad-de-luis-carlos-galan/15885415 3 de junio de 2015 El exsendor Juan Lozano, testigo en el juicio del general (r) Maza Márquez, se refirió al hecho. Con el testimonio de Álvaro Jiménez Millán se inició en la tarde de este miércoles la tercera sesión del juicio en contra del general (r) Miguel Maza Márquez, investigado por su presunta responsabilidad en el crimen de Luis Carlos Galán. Jiménez Millán, segundo testigo en el juicio, fue integrante del M-19 y en su momento adelantó una investigación sobre las Autodefensas del Magdalena Medio. De allí que la mayoría de los interrogantes que le plantearon en la Corte estaban relacionados sobre si conoció o no de posibles vínculos de los paramilitares con funcionarios del DAS, organismo del que Maza Márquez era director. Al respecto, el testigo dijo que comprobó los nexos entre fuerzas legales amparadas por la Constitución y grupos ilegales. No obstante, Jiménez Millán aseguró que no tuvo conocimiento de que estos llegaran al general Maza Márquez. Luego, el turno en el estrado en condición de testigo fue para el ex senador Juan Lozano, quien para la época de los hechos era el secretario privado de Luis Carlos Galán. Lozano entregó en su declaración apartes de lo que sucedió en la plaza de Soacha. Recordó que cuando llegó observó que no había suficiente presencia policial, tampoco se realizaron requisas para evitar el porte de armas y calificó de "precaria" la seguridad para el candidato presidencial. Al percatarse de la situación, intentó, según dijo, impedir la llegada del candidato. Sin embargo, como para 1989 las comunicaciones eran incipientes no tuvo forma de avisar del

Para Lozano fue algo sorprendente que Galán se hubiera bajado del carro para subirse a un camioncito de estacas en el que llegó a la tarima. Sobre el hecho de haberse encontrado en algún momento con Jacobo Torregrosa durante la manifestación, el ex senador dijo que hizo contacto visual con él antes de subir a la tarima. Luego agregó que la siguiente vez que lo vio fue en el hospital de Bosa, centro asistencial al que fue trasladado el candidato tras el ataque de los sicarios. Lozano relató que después de ese episodio se encontró con Torregrosa en un teléfono público donde el jefe de escoltas hacía una llamada. Al percatarse de la presencia del secretario privado, Torregrosa se mostró nervioso y colgó. Según relató Lozano, decidió tomar la bocina y al otro lado de la línea escuchó la voz de un hombre que dijo: "¿se murió?". Cuando el entonces secretario privado de Galán dijo "¿aló?", sintió que le colgaron.

Asegura la viuda de Luis Carlos Galán “Nunca se pidió cambio de escolta”: Gloria Pachón. http://www.elespectador.com/noticias/judicial/nunca-se-pidio-cambio-deescolta-gloria-pachon-articulo-565891 11 de junio de 2015 Lo dice en referencia a los cambios en el interior del esquema de seguridad del candidato presidencial, asesinado en agosto de 1989, por los que se investiga al exdirector del DAS general (r) Miguel Maza Márquez. “Luis Carlos nunca pidió el relevo de Víctor Cruz ni de ninguno de sus escoltas”. Así lo dijo Gloria Pachón, la viuda del candidato presidencial Luis Carlos Galán, asesinado el 18 de agosto de 1989, en Soacha (Cundinamarca), en referencia a los cambios que hubo semanas antes en el esquema de seguridad de quien se perfilaba como el nuevo presidente de Colombia. Puntualmente, aludió a la salida de Víctor Cruz como jefe de escoltas y a la llegada de Jacobo Torregrosa a ese cargo. Cambios por los que hoy la Corte Suprema procesa al exdirector del DAS, el general (r) Miguel Maza Márquez.

Pachón –desde un atril en la Corte y acompañada por sus hijos, los senadores Juan Manuel y Carlos Fernando Galán– sostuvo ayer que la preocupación de Galán era que se fortaleciera su esquema de seguridad debido a la cantidad de amenazas de la mafia en su contra, pero que su esposo jamás supo de los cambios en su esquema de escoltas. “A él ni le consultaron ni apoyó la escogencia de esta persona”, dijo. Pachón insistió en que Galán no conoció a Torregrosa, sino hasta que ya fue presentado como su jefe de escoltas. Respecto a Torregrosa, la viuda de Galán señaló que su llegada debilitó la seguridad del candidato “y en forma grave, pues las cosas se deterioraron al punto que ocurrió lo que ocurrió”. También manifestó que Torregrosa trataba muy mal a los escoltas y que incluso algunos de ellos se le acercaron a ella y a Galán porque temían que Torregrosa los iba a echar o iba a pedir su traslado para otro esquema de seguridad. Según Pachón, Galán en su momento le dio a conocer esta molestia al general (r) Maza, pero éste, en respuesta, dijo que Torregrosa era de su entera confianza. Pachón añadió ante la Corte que su esposo llegó a tenerle “mucha desconfianza” a Torregrosa, pero que nunca sospechó de él y que, tras la conversación con Maza, las cosas siguieron su curso. Respecto a ese 18 de agosto de 1989, dijo que ninguna autoridad le advirtió a Galán que no fuera a Soacha y que Torregrosa, pese a que horas antes había dicho que tenía todo controlado, incumplió con su deber esa aciaga noche. No estuvo al lado de Galán y “sólo apareció cuando ya estaban ingresando el cuerpo de Luis Carlos al auto”. Agregó que después del atentado, Torregrosa se desapareció. Una versión que difiere profundamente de la que ha dado el exdirector del DAS, el general Maza Márquez, sobre el cambio de escolta del candidato presidencial. Maza ha sostenido que ese cambio fue pedido por el mismo Galán en una reunión con el entonces presidente Virgilio Barco, porque, según él, el candidato presidencial desconfiaba de Víctor Cruz porque éste era muy chismoso y le contaba a Gloria Pachón detalles sobre su vida privada. “Me dijo que los escoltas se la pasaban de juerga y le llevaban a su esposa detalles de su vida privada (…) Después de 20 años dicen que fue nombrado de manera inconsulta”, ha dicho Maza. Aún más, que a Galán sí se le consultó sobre el cambio y que él mismo aprobó la designación de Torregrosa.

El aval a Torregrosa se dio, según Maza, tras un encuentro del candidato con el entonces jefe de la Oficina de Orden Público del DAS, el coronel (r) Manuel Antonio González, hoy investigado y detenido por su presunta participación en el magnicidio. A diferencia de lo dicho por Pachón, Maza ha asegurado en todos los escenarios posibles que a Galán sí se le advirtió que no fuera a Soacha, sobre todo por la hora a la que se iba a realizar el evento. Para Maza esto es un complot en su contra. El juicio continuará la próxima semana.

'Quien más combatió a las autodefensas fui yo'. http://www.elespectador.com/noticias/judicial/quien-mas-combatioautodefensas-fui-yo-articulo-563954 1 de junio de 2015 En el inicio de la audiencia de juzgamiento del exdirector del DAS, por el crimen de Luis Carlos Galán, el general (r) Miguel Maza arrancó defendiéndose con una declaración de un exdiputado de Cundinamarca que dice que la campaña de Galán fue infiltrada. Durante el inicio del juicio contra el general (r) Miguel Maza Márquez por su presunta participación en el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán, ocurrido el 18 de agosto de 1989, el exdirector del DAS reiteró que es inocente y que todas las irregularidades que llevaron a la muerte de Galán fueron culpa de la Policía e, incluso, de la campaña misma del candidato, pero el DAS poco o nada tuvo que ver con los hechos. Además dio a conocer una declaración que, según él, prueba que esa campaña fue infiltrada. Se trata de la declaración rendida en su momento por el exdiputado Julio Sánchez, la cual reposa, según Maza, en el expediente contra el coronel (r) Manuel Antonio González y el mayor (r) Luis Felipe Montilla por estos mismos hechos. Maza dijo que, según Sánchez, mes y medio antes de la visita de Galán, llegó ante el exdiputado cundinamarqués “un jovencito blanquito, paisita, con una caja de embolar nueva, y se convirtió en su persona de confianza. Era la persona que compró los voladores, todo lo que se necesitaba para la campaña”. E indicó, siempre citando a Sánchez, que el exdiputado “le dio plata para que hiciera unas compras. Y el día que el doctor Galán estuvo en Soacha, en una

tribuna mal elaborada, vio al tipo debajo de la tribuna disparándole al doctor Galán”, aunque en ningún momento menciona el nombre del supuesto asesino. Asimismo dijo que “ese señor Sánchez habla también de la tribuna de madera que fue elaborada por la misma campaña por un compadre suyo de apellido Meza, una tribuna que se prestaba para todo. Allí le colocan una escalerita y hacen subir al doctor Galán, y se convirtió en un objetivo preciso, y ahí fue donde lo mataron”. Y agregó: “Dicen que fui el que construyó la mesa, pero ahora me doy cuenta de que fue la campaña galanista, el señor Sánchez con un compadre”. Maza repitió esta historia, por lo menos una vez durante el interrogatorio, al que asistieron, entre otros, dos hijos de Luis Carlos Galán, los senadores Juan Manuel y Carlos Fernando Galán. Luego se refirió a los testigos en su contra, pero primero dijo que el DAS no tuvo nada que ver con el injusto proceso que se les armó a Alberto Júbiz Hazbum, Héctor Manuel Cepeda y Norberto Hernández, quienes fueron presentados en su momento como los asesinos de Galán. Dijo que el exjefe paramilitar Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez, quien se ha referido a los supuestos vínculos de Maza con los paramilitares del Magdalena Medio, era “un mentiroso de nacimiento. A quienes combatí, hoy se están convirtiendo en nuestros jueces. El colombiano que más las combatió (a las autodefensas del Magdalena Medio) fue Miguel Maza. Yo fui quien dio muerte al Mexicano (Gonzalo Rodríguez Gacha); nosotros revelamos las irregularidades en el batallón Bárbula. Una persona que esté con esos bandidos no es objeto de cinco atentados. Yo no conozco el Magdalena Medio, no conozco Puerto Boyacá”, dijo el exdirector del DAS. Igualmente dijo que tres días antes del hecho hubo una reunión entre las autoridades locales, la Fuerza Pública y el DAS, en la que se decidió tomar algunas medidas que, según él, luego no se cumplieron, como reforzar el pie de fuerza en el municipio. En ese caso, el DAS cumplió con aquello a lo que se había comprometido, que era llevar a Galán sano y salvo hasta Soacha. Pero, ya sobre la tarima, la seguridad de Galán no dependía exclusivamente de la central de inteligencia. El interrogatorio continúa hoy a las 8 de la mañana, cuando el fiscal del caso, el procurador y las víctimas le hagan preguntas al general (r) sobre este caso

que lleva casi 26 años sin resolverse. Maza Márquez permanece detenido en el Centro de Estudios Superiores de la Policía (Cespo), donde se encuentra recluido desde noviembre de 2013.

Durante el proceso contra el general (r) Maza ¿Protegió el DAS al asesino de Galán? http://www.elespectador.com/noticias/judicial/protegio-el-das-al-asesino-degalan-articulo-565440 9 de junio de 2015 Según el exjefe paramilitar “Ernesto Báez”, dos agentes de la extinta central de inteligencia ayudaron al sicario Jaime Rueda Rocha a escapar de la cárcel y regresar a Puerto Boyacá. “Tenga la certeza de que toda vuelta grande, si no es con el apoyo de la ley, no es posible”, le dijo Jaime Rueda Rocha, el asesino del candidato presidencial Luis Carlos Galán, al exjefe paramilitar Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez, a los pocos meses del magnicidio, ocurrido en Soacha (Cundinamarca) el 18 de agosto de 1989. Así lo recordó Báez en declaraciones dadas a la Corte Suprema de Justicia durante el proceso contra el general (r) Miguel Maza Márquez por su presunta participación en la muerte de Galán. Según Báez, Rueda se refería a la ayuda que supuestamente recibió de agentes del DAS para escapar de la cárcel La Picota, en Bogotá, en septiembre de 1989. De acuerdo con el exjefe paramilitar, Rueda Rocha, subalterno del asesinado jefe paramilitar Henry de Jesús Pérez, se reunió con él a los “tres o cuatro meses” de perpetrado el magnicidio, en Puerto Romero, zona rural de Puerto Boyacá (Boyacá), en ese entonces bastión de los paramilitares. En esa ocasión, Rueda Rocha le contó los pormenores de su escape cómo, al parecer, fue ayudado por dos agentes del DAS, no sólo para escapar de prisión, sino también para llegar hasta Puerto Boyacá. “Él mismo me expresó que la fuga de La Picota había sido posible porque dos miembros del DAS lo habían acompañado en el carro”, dijo, y que “andaba muy bien ‘chapeado’”, al parecer, en referencia a que estaba bien protegido.

“Recuerdo que Rueda me dijo que volarse de la cárcel no era tan difícil. Que lo difícil era salir de la ciudad y llegar a donde uno quería”. No obstante, Rueda “no tuvo problemas”, gracias a la ayuda recibida de los agentes, cuyos nombres Báez dijo desconocer: “Mis averiguaciones llegaron hasta ahí”. El testigo sostuvo, además, que en un momento escuchó a Rueda referirse con rabia a Jacobo Torregrosa, en ese entonces jefe de la escolta de Galán, pero que nunca lo escuchó referirse a la posible participación de Torregrosa en el plan criminal. Y dijo que en Puerto Boyacá nadie dudaba que “ese homicidio lo cometieron las autodefensas de Henry Pérez, direccionadas por Pablo Escobar y Gonzalo Rodríguez Gacha”. A lo que añadió que, tras el asesinato de Galán, Pérez tuvo que irse “a la clandestinidad”. No es la primera vez que Báez se refiere a la supuesta colaboración de agentes del DAS en la fuga de Rueda Rocha. Hace tres años el exjefe paramilitar declaró que no podía afirmar que el DAS, en cabeza de Maza, hubiera ordenado la muerte de Galán, “pero a mi juicio Maza Márquez cuidó la vida del asesino de Galán”. Rueda Rocha murió en combates con la Policía a las afueras de Honda (Tolima) el 23 de abril de 1992. Al respecto, Báez ha dicho que su muerte, en realidad, fue ordenada por el difunto zar de las esmeraldas, Víctor Carranza. “Me llama la atención por qué siendo que se trataba de un operativo contra Rueda Rocha, que era quien era, no se tuvieran precauciones para capturarlo con vida”, sostuvo Báez hace tres años. Este miércoles continuará el juicio contra Maza Márquez y se espera que Báez responda las preguntas que le formulen la Fiscalía, el abogado del exdirector del DAS, el abogado de las víctimas y los magistrados de la Corte Suprema.

Agentes del DAS encubrieron a implicado en crimen de Galán: 'Báez' http://www.elespectador.com/noticias/judicial/agentes-del-das-encubrieronimplicado-crimen-de-galan-b-articulo-565333 9 de junio de 2015 El excomandante paramilitar aseguró que el asesinato de candidato

presidencial fue presionado por los narcotraficantes Pablo Escobar Gaviria y Gonzalo Rodríguez, ‘El Mexicano’. Ante la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, Iván Roberto Duque Gaviria, alias ‘Ernesto Báez’ aseguró que era por todos conocidos que el entonces comandante paramilitar Henry de Jesús Pérez, el jefe del cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria y el narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, alias ‘El Mexicano’ estuvieron detrás del crimen del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento registrado el 18 de agosto de 1989. Indicó que cuando se desempeñaba como un líder político en Puerto Boyacá era un “secreto a voces” que estas tres personas habían tenido una amplia participación en el asesinato del dirigente liberal. Para ‘Báez’ a nadie en la región le quedaba duda que este homicidio fue perpetrado por las Autodefensas comandantes por Henry Pérez por iniciativa y direccionamiento de dichos narcotraficantes. Aseguró que Jaime Eduardo Rueda Rocha, señalado por las autoridades de participar en el crimen de Galán Sarmiento, se refugió en Puerto Boyacá después de escapar de la cárcel. Todos en el Magdalena Medio conocían de las reuniones que sostuvo Henry Pérez con narcotraficantes de todo el país en dicha zona. En una conversación con Rueda Rocha, este le manifestó que “la fuga de la cárcel La Picota había sido posible porque dos miembros del DAS lo habían acompañado en el carro y que él andaba muy bien ‘chapiado’”, explicó bajo la gravedad de juramento ‘Ernesto Báez’ quien se encuentra privado de su libertad en la cárcel de Itagüí. El exjefe político del Bloque Central Bolívar de las AUC aseguró que era evidente que Rueda Rocha había participado en el crimen de Galán. En las conversaciones que sostuvieron el sicario también hizo varias referencias al teniente Jacobo Torregrosa, sin embargo nunca lo relacionó con el asesinato sino con un incumplimiento. Siempre hablaba del jefe de escoltas de Luis Carlos Galán de manera despectiva sin embargo no dio detalles de los incumplimientos a los que éste hacía referencia. “Nunca me habló a mí de haber pactado este magnicidio, él se refirió a que le había incumplido y que en ese desarrollo de los acontecimiento

habían intervenido personas del DAS y mencionó a ese señor Torregrosa”. Finalmente agregó que meses después Henry Pérez se mostró arrepentido de haber seguido las presiones de los narcotraficantes para ordenar el asesinato del candidato presidencial. “La muerte de Galán fue un episodio que conmovió el alma de la nación”, precisó ‘Báez’. El juicio continuará el próximo miércoles.

Exclusivo: el hombre clave del caso Galán estaría vivo http://www.semana.com/nacion/articulo/caso-galan-jacobo-torregrosa-estariavivo/438635-3 15 de agosto de 2015 Jacobo Torregrosa, el misterioso hombre a cargo de la seguridad del inmolado líder político, no estaría muerto como se ha creído hasta ahora. El caso del magnicidio de Luis Carlos Galán Sarmiento, cometido hace 26 años, se encamina hacia insospechadas revelaciones judiciales. La principal de todas ellas es que Jacobo Alfonso Torregrosa Melo, el misterioso ex oficial de la Policía Nacional que asumió a última hora la jefatura de seguridad del líder liberal días antes de su asesinato, no está muerto, como se ha dicho durante años, sino que, al parecer, vive en Venezuela bajo otro nombre. Tras 12 años de ausencia absoluta, en entre 1973 y 1985, Torregrosa llegó a Colombia en silencio, deportado de Estados Unidos, donde estuvo preso por narcotráfico. Se reincorporó a la mafia, a los escuadrones de la muerte del narcotraficante Fidel Castaño Gil y trabajó allí hasta abril de 1989, cuando ingresó al Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, con extraordinarias recomendaciones de oficiales de la Policía Nacional (incluido el entonces coronel Luis Ernesto Gilibert Vargas, que luego sería director de la institución) y asumió, sin impugnaciones, la protección del hombre más amenazado en el mundo por las mafias de la cocaína. Después del magnicidio, volvió a esfumarse, esta vez para siempre. El DAS fue la policía secreta abolida por el Presidente Juan Manuel Santos debido a un cúmulo indefensable de corrupción y actos criminales consuetudinarios.

El paradero real de Torregrosa Melo, vivo o muerto, comenzó a ser buscado de manera intensa en 2013 por la recién creada Unidad de Contexto, de la Fiscalía General de la Nación, un órgano judicial que intenta sacar de la impunidad viejos y graves crímenes mediante el estudio de las marañas de hechos, noticias y situaciones extemporáneas y circunstanciales que los rodearon. “No existe una sola prueba seria de la muerte de Torregrosa ni un solo testigo creíble que haya visto su cadáver”, aseguró a este periodista un investigador judicial que lleva cerca de un lustro descifrando el caso más serio y complejo de su carrera profesional. La figura de este sombrío ex oficial investigaciones como actor material responsables del magnicidio, en asocio general de Policía Miguel Alfredo Maza Suprema de Justicia por esos hechos.

de Policía se alza en las nuevas fundamental entre los posibles con el entonces director del DAS, Márquez, hoy en juicio en la Corte

A Torregrosa Melo hoy no se lo juzga porque, de todas maneras, se presume muerto. Un informe reservado de inteligencia de la Policía Nacional (titulado El Caso Galán), copia del cual reposa en poder de este periodista, sostiene que el ex oficial de policía Jacobo Torregrosa Melo, último jefe de escoltas de Galán, diez meses después del magnicidio se fue a trabajar con el narcotraficante Pablo Escobar, su rastro se perdió y en el año 2000 murió en la ciudad caribeña de Santa Marta, en circunstancias que no han sido esclarecidas. La Registraduría Nacional del Estado Civil, en 2000 emitió la resolución No. 3156 por medio de la cual dio de baja, por muerte, la cédula de ciudadanía de Torregrosa Melo: 2911249. El reporte de esa decisión, advierte: “El ciudadano afectado por Cancelación de cédula de ciudadanía por Muerte, sin estarlo, deberá acercarse a cualquier Registraduría a fin de tramitar la reseña decadactilar, material que deberá ser remitido por el Registrador a la Oficina de Novedades de la Dirección de Identificación de la Registradora Nacional del Estado Civil”. La Fiscalía y la Procuraduría determinaron inicialmente que la esposa de Torregrosa Melo, Amparo Beltrán Niño, obtuvo, en 2004, pensión de jubilación de su esposo con documentos de defunción de ese año, expedidos en Santa Marta. Uno de ellos provino de la clínica El Prado, según el cual pereció como consecuencia de un infarto cardíaco fulminante.

“El acta la firmó un médico cubano sin registro legal al que nunca pudimos encontrar”, indicó uno de los investigadores judiciales que lleva años consagrado a escudriñar los misterios aun no resueltos del asesinato de Galán. Varios años después del magnicidio, la viuda de Torregrosa Melo, Amparo Beltrán Niño (hoy de 63 años), fue localizada por el Cuerpo Técnico de Investigaciones -CTI- en un apartamento de clase media baja del conjunto Palma 1 Afidro, en la localidad bogotana de Suba. Con ella tuvo cinco hijos: una mujer -la mayor- y cuatro varones. Beltrán Niño rehusó de plano hablar con los investigadores que trataban de localizar los despojos mortales de su esposo y siempre se ha negado a dar detalles sobre su muerte a cualquier otra instancia oficial o privada. No obstante, su tesis es la de que su esposo murió en 2000 y ella trasladó a Bogotá los restos y los depositó en un cementerio, no especificado, de Suba. La documentación que Niño Beltrán aportó para reclamar la pensión de jubilación de su esposo Torregrosa Melo indica que este fue velado en la Funeraria La Fe, de Santa Marta, y luego sepultado en esa ciudad dentro de un mismo plan de pompas fúnebres. A partir de esta información, la Fiscalía General y la Procuraduría fueron a buscar la primera tumba del oscuro jefe de escoltas de Galán para tratar de confirmar su muerte. Para ello fue emitida una orden judicial de exhumación pero no pudo cumplirse, pues la funeraria alegó que, en realidad, no fue sepultado sino cremado, cinco días después de su muerte, y sus cenizas enviadas a Bogotá por medio de encomienda en el correo de Avianca. No obstante, de nada de esto hay constancia alguna. “En la Secretaría de Salud de Santa Marta nunca se registró la muerte de Torregrosa”, reveló un investigador. Un acta de defunción firmada por un supuesto médico cubano sin inscripción profesional y la cremación sin constancia oficial empujaron a los investigadores a excavar más hondo. Así que un hermano de Torregrosa Melo fue interrogado y depuso una versión desconocida e inesperada: fue sepultado en Ciénaga, Magdalena, donde había nacido el 21 de febrero de 1944 (hoy, si vive, debería tener 71 años). Empero, en esa localidad de la costa caribe no apareció rastro ni registro alguno del cuerpo o las cenizas del virtual difunto.

“Tenemos que la mamá de Torregrosa (Martha Melo Polo, hoy difunta) aseguró que su hijo Jacobo Alfonso fue sepultado en Santa Marta, en fecha no especificada; un hermano alega que los despojos están en Ciénaga pero no pudo probarlo y la esposa insiste en que descansa en un cementerio de Suba”, explicó uno de los investigadores consultados. “Es, por lo menos, absurdo que en una misma familia existan tres relatos diametralmente distintos sobre el lugar en donde tienen sepultado a un ser querido”, opinó una fiscal que estuvo ligada al caso Galán. Ninguna de las tres versiones tiene respaldo probatorio. El CTI y la Procuraduría examinaron todos los camposantos y osarios de la localidad de Suba y en ninguno figuran los restos de Torregrosa Melo. Tampoco hay nada en los archivos de Bogotá que llevan la cuenta de las defunciones y sepelios ocurridos en su jurisdicción. Los investigadores judiciales optaron por escudriñar aspectos de la pensión de jubilación de Torregrosa Melo que obtuvo la esposa y el más llamativo fue que ella suele viajar a Cúcuta, donde cobra en ocasiones la mensualidad, pasa a Venezuela y allí permanece algunas temporadas. Amparo Beltrán, en apariencia, carece de pariente alguno en Venezuela que no sea su presunto difunto esposo para el caso de que, en verdad, viva allí. –A estas alturas, ¿qué creen que pasó con Torregrosa? –pregunté a un equipo de investigadores ligado al caso. –Nuestra hipótesis es que está en Venezuela, donde vive con otra identidad –respondió uno de ellos.

–¿Cómo pueden comprobarlo? –Bueno, estamos en eso. No es conveniente publicar qué estamos haciendo – agregó. Con las diferencias crecientes de valor entre el robustecido peso colombiano sobre el depreciado bolívar venezolano, una pensión modesta de jubilación colombiana se convierte en una pequeña fortuna en Venezuela, observó una de las fuentes que trata de encontrar a Torregrosa Melo. QUIEN ES TORREGOSA

¿Quién es Torregrosa?

Jacobo Alfonso Torregrosa Melo nació en Ciénaga, Magdalena, el 21 de febrero de 1944. Vivió allí hasta los 18 años, cuando se hizo bachiller. En 1966 ingresó a la Escuela de Policía General Santander, en Bogotá, donde alcanzó el grado de teniente y estudió algo de inglés y manejo de personal. Una funcionaria de la campaña política de Galán describió a Torregrosa como “ordinario, de tipo guajiro, fornido y de un metro con 77 centímetros de estatura”. Ella segura que, “donde lo vea, lo reconozco”. Sus primeras funciones fueron administrativas en las instalaciones de la Policía situadas en el Centro Administrativo Nacional, CAN, en Bogotá. Fue retirado porque compañeros suyos lo acusaron de robarles dinero en las noches y los utensilios de aseo que cada uno guardaba en los dormitorios colectivos. También, fue investigado por el asesinato de un niño y su despido ocurrió antes de que terminara el proceso. Enseguida, pasó a la abolida y corrupta Aduana Nacional, donde tuvo el cargo de teniente de aduanas, fue declarado insubsistente e ingresó a la Contraloría General de la Nación con funciones de revisor delegado. También fue declarado insubsistente. Mantuvo estrechos lazos de amistad, entre otros, con el hoy ex director Nacional de la Policía, general Luis Ernesto Gilibert Vargas, desde cuando este fue comandante de la Policía Aeroportuaria, en Bogotá; el coronel Luis Camejo Puerta, quien llegó hasta la comandancia de la Policía Nacional en Bogotá y el coronel Marco Augusto Báez Báez, que desempeñó cargos relevantes en la Dirección General de la Policía Nacional. Estos tres le extendieron sendas cartas elogiosas de recomendación que él aportó en su registro de ingreso al DAS. Adicionalmente, los funcionarios del propio DAS que Torregrosa citó como conocidos suyos y personas que daban fe de sus capacidades, fueron el coronel (r) Luis Germán León Briceño, jefe de la División de Policía Judicial; Manuel González Enríquez, jefe de la División de Orden Público y el mayor (r) Joaquín Téllez Posada, subdirector de Aquimindia, Academia de detectivismo del DAS en Suba.

No obstante, su más grande protector en el DAS, a quien guardaba probada fidelidad, fue el director principal, el general Maza Márquez. Tras haber salido despedido de su último cargo en la Contraloría, Torregrosa Melo desapareció. “Pero ya se sabe, eso sí, que estuvo preso en Estados Unidos por narcotráfico”, indicó un investigador que le ha seguido los pasos. “Fue deportado hacia 1985 y llegó a Colombia a trabajar con la mafia”. Ingresó al DAS en abril del 89 (cuatro meses antes del asesinato de Galán). En julio, el coronel (r) de Ejército Homero Rodríguez (jefe de Inteligencia de la División de Orden Público del DAS), por orden de Maza Márquez adiestró a Torregrosa como guardaespaldas en un curso rápido y accidentado. Con esa única preparación, en agosto pasó a dirigir el esquema de seguridad del candidato más amenazado de Colombia y con las mayores probabilidades de ganar la Presidencia. En 2002, este periodista entrevistó al coronel Homero Rodríguez sobre el magnicidio. Entonces, manifestó que tuvo la oportunidad de recomendar, por escrito, que Galán no fuera a Soacha. Además, conceptuó que su esquema permanente de seguridad debería ser tipo “F-11”, con 17 personas: once escoltas, tres conductores para tres vehículos, uno de ellos blindado, y tres motos. Estas instrucciones quedaron en el papel. Al referirse a Torregrosa, Homero Rodríguez, exclamó: “Ese tipo era una porquería”. Recientemente, el coronel Rodríguez salió del olvido en este proceso para declarar en el juicio contra el general Maza Márquez. Pero enseguida recibió en su casa una amenaza de muerte con un chaleco antibalas embadurnado de sangre fresca. Fue lanzado por encima de la tapia de su casa, en Bogotá, erizada de rollos de alambres de púas, y corrió a asilarse en Estados Unidos. En el libro Palabras Guardadas, Gloria Pachón viuda de Galán cuenta que horas antes de la muerte de su esposo ella asistió a una reunión para conversar sobre la peligrosidad que podría representar la manifestación política que iba a celebrarse en Soacha, donde fue sacrificado su esposo. “Estábamos en aquella reunión cuando, intempestivamente, agitado y hablando duro, entró el nuevo jefe de la escolta del DAS, Jacobo Torregrosa. Aseguró que no había por qué preocuparse, pues la policía tenía totalmente tomada la plaza, y él garantizaba la seguridad. Por unos minutos nos quedamos en silencio. Torregrosa era el

personaje que más nos inquietaba en esos días y el que menos confianza nos daba”. Dentro de las primeras actuaciones judiciales por el asesinato de Galán, el comandante de la Policía Nacional en Soacha, capitán Luis Felipe Montilla, contó que dos días antes del magnicidio se reunió con Torregrosa Melo para coordinar la seguridad que necesitaría Galán durante la manifestación política que tendría lugar en esa plaza, donde encontró la muerte. En la declaración reveló que Torregrosa pidió fabricar pancartas para desplegarlas con puntales gruesos de madera que él mismo ya tenía dispuestos. Con ellas, según dijo, cubriría a los agentes secretos que vigilarían celosamente al candidato durante la manifestación.( Yo pienso que esas fueron las pancartas de que hablan los medios para esconder a los sicarios. A uno de los asesinos se lo apodo el hombre de la pancarta) El día del crimen, 18 de agosto de 1989, Torregrosa Melo se puso un chaleco antibalas que nunca usaba y tan pronto comenzó la manifestación política los sicarios dispararon en ráfaga contra Galán Sarmiento. Se cubrieron con una pancarta para cometer el magnicidio y, mientras disparaban, Torregrosa Melo se alejó del lugar y se agazapó entre el carro blindado del candidato. El capitán Montilla, de Soacha, hoy está preso por efecto de las nuevas indagaciones judiciales de contexto: pruebas y testimonios indican que estuvo en la nómina de sobornos a policías que pagaba la organización de José Gonzalo Rodríguez Gacha, alias “El Mexicano”. Recibía los pagos en efectivo en la cafetería PanPaYa de la Avenida Boyacá con Avenida 68, en Bogotá. JAIRO LOZADA RAMOS, sicario de contrainteligencia de Rodríguez Gacha, era quien entregaba el dinero de la nómina de los sobornos y entre los beneficiarios figura el teniente de Policía José Fernando Calvache, entonces de la Seccional de Investigaciones Criminales, SIJIN, en Cundinamarca, y hoy Fiscal de Derechos Humanos en Medellín, hallazgo que dentro del proceso el Ministerio Público ha pedido investigar e informárselo al Fiscal General. De acuerdo con el testimonio del propio Jairo Lozano, el dinero que recibía el teniente Calvache Reyes debía repartirlo con los coroneles Gustavo Adolfo Leal y Argemiro Serna Arias, comandante y subcomandante de la Policía en Cundinamarca. El segundo de estos llegó al grado de general. Conforme al testimonio de Lozano Ramos, otro que recibía pagos de Rodríguez Gacha era un capitán Correa, comandante de la SIJIN de la Policía en Cundinamarca. A

cambio del reparto de estos dineros, dijo el testigo, la Policía Nacional le brindaba protección y movilidad al aparato sicarial del Cartel de Medellín. En un caso bastante parecido al de Torregrosa Melo, Lozano Ramos duró 25 años perdido, al punto que también se presumió muerto, aunque no fue dado de baja en la Registraduría. El año pasado, no obstante, agentes del Cuerpo Técnico de Investigaciones, de la Fiscalía, lo descubrieron en Granada, Meta, donde vivía bajo el nombre de Alvaro Rodríguez y servía de portero en un motel de baja estofa. Inicialmente, negó su identidad real y quiso huir pero se lo impidieron y en el transcurso de una diligencia rápida de dactiloscopia le probaron que sus propias huellas dactilares lo delataban. Desde ese momento decidió colaborar con la justicia como testigo con reserva y ahora será plenamente identificado en los estrados. Las nuevas informaciones que ha suministrado este viejo operario del Cartel de Medellín han esclarecido enormes porciones del magnicidio que todavía hoy continúa arrojando sorpresas. Una de las personas del staff del candidato que en Soacha ayudó a cargarlo de pies y manos, aun herido, hasta su carro blindado para trasladarlo a un hospital, en conversación con este periodista reveló que, enardecida, al ver que Torregrosa se mostraba evasivo en medio de la urgencia y el pavor del momento, le gritó: –¡Hijueputa, al menos ayúdenos a subir al doctor! El jefe de escoltas no obedeció esa noche al llamado de auxilio para su ilustre protegido moribundo. En los días siguientes al sepelio de Galán, la persona que increpó a Torregrosa comenzó a encontrar mensajes diarios en el contestador automático del teléfono de su casa: “¡Vieja gran hijueputa, cuídese mucho!”, decía una misma voz masculina de acento costeño. “Siempre he creído que era la del mismo Torregrosa”, relató ella durante la charla. Llegaron a ser tantas estas amenazas que la víctima de ellas optó por exiliarse en Europa. Los sicarios en Soacha fueron 18, todos entrenados por los mercenarios israelíes, británicos y surafricanos que el cartel de Medellín contrató con el coronel Yair Klein para entrenar a sus ejércitos. Entre ellos mismos se reconocían en la plaza de Soacha porque llevaban como señas sombreros blancos de pajilla y credenciales militares legítimas.

El magnicidio no menoscabó la estabilidad laboral de Torregrosa. Continuó empleado en el DAS sin inconvenientes. No fue investigado, reconvenido, ni sancionado por el homicidio del principal protegido de Colombia, cuya vida le había sido confiada. En diciembre de 1989, Torregrosa vendió, para fundición y de manera abiertamente abusiva, los escombros de un bus-bomba, Chévrolet-600, modelo 1986, que el día 6 de ese mes presuntamente la mafia detonó contra el edificio de esa policía secreta y lo echó parcialmente abajo. Los hierros enroscados, impregnados de explosivos, marcados por los fabricantes y remarcados por quienes cargaron la dinamita, eran piezas claves de hondo interés judicial. Por este negocio ilícito con un elemento de juicio fundamental, tampoco hubo en el DAS sanción, investigación ni llamado de atención alguno. A mediados del año siguiente (1990), Torregrosa Melo desapareció. El informe de inteligencia de la Policía Nacional citado arriba, titulado El Caso Galán, comienza por rememorar: “El día 18 de agosto de 1989, a las 20:40 horas, en la plaza pública de Soacha [departamento de] Cundinamarca [sur de Bogotá], sicarios del cartel de Medellín atentaron contra la integridad del candidato presidencial LUÍS CARLOS GALÁN SARMIENTO, dejando como resultado el asesinato del Dr. GALÁN y de su escolta SANTIAGO CUERVO y herido el escolta PEDRO NEL ANGULO”. De acuerdo con esta información policial de inteligencia, el esquema de protección de Galán, suministrado por el DAS, estuvo infiltrado por el cartel de Medellín y consistió en “15 escoltas(El proceso prueba que ese día tan solo iban 5 escoltas y dos conductores, pues a dos de ellos pertenecientes al esquema (a diferencia de lo que se hizo para la manifestación en Soacha) TORREGROSA los envió desde el día anterior para Villeta a “hacer la avanzada” los abogados). al mando del teniente PONAL [Policía Nacional] JACOBO TORREGROSA MELO, el conductor particular, RAFAEL RINCON, de confianza del PMI [Galán]; 5 hombres del equipo de avanzada”, los cuales tenían “3 vehículos; 1 carro blindado y armas de dotación; miniuzis [subametralladoras], pistolas y revólveres”. “Por el fracaso del sistema de protección y del dispositivo de seguridad en Soacha no se produjo ni una sola

sanción disciplinaria, muy a pesar de todas las pruebas que comprometían a escoltas y a directivos (del DAS)”, revela el mismo informe. Además, “a todos los sicarios (18 en total), los mataron”, poco a poco, después del magnicidio. El sicario que finalmente asesinó a Galán, dice el informe, fue “Jaime Eduardo Rueda Rocha [quien] se infiltra junto a la tarima [en la que estaba Galán] con un carné del B-2, con la ayuda de 2 escoltas torcidos [traidores] del Dr. Galán, todos los sicarios debían usar un sombrero blanco, cuando Jaime le dispara al Dr. Galán, los Chávez (dos hermanos sicarios) debían hacer hostigamiento para generar pánico y cubrir la retirada de los sicarios”. “El combo [grupo] de [alias] Pocapena, se instala en la entrada de [la población de] Soacha, con eso, si no logran matar al Dr. Galán, ellos le dispararían un roket al carro del doctor y el teniente Flórez y el sargento Herrera sacarían a los sicarios con carné del B-2 [inteligencia militar]”. El narcotraficante y jefe de los escuadrones de la murete del Magdalena Medio Iván Roberto Duque Gaviria, alias Ernesto Báez, declaró a la Fiscalía que Torregrosa Melo “fue puesto en el DAS como una de las personas claves para debilitar la escolta y facilitar el crimen”. John Jairo Velásquez (alias Popeye), jefe de sicarios de Pablo Escobar, fue el encargado de conseguir la ametralladora que utilizarían sicarios del Magdalena Medio para asesinar a Galán. Este testigo también asegura que el general Maza Márquez constituyó parte vital de la organización articulada por el narcotráfico para cometer el crimen. En la acusación a Maza Márquez, la Fiscalía dice de manera reiterada que el asesinato de Galán fue producto de una alianza estratégica en la que participaron: a) Altos oficiales del DAS, la Policía Nacional, el Ejército de Colombia y políticos. b) El cartel de Medellín (liderado por Pablo Escobar, José Gonzalo Rodríguez Gacha, alias El Mexicano y los hermanos Juan David, Fabio y Jorge Luis Ochoa Vásquez).

c) Los escuadrones de la muerte del Magdalena Medio, conocidos como “autodefensas” de Henry Pérez. d) Empresarios del crimen. e) Narcotraficantes de Puerto Boyacá. Entre todos los que tomaron parte del gran crimen, sólo uno de ellos sabía a ciencia cierta quiénes actuaron por lo alto, quiénes protegerían la acción sicarial en Soacha y quiénes la ejecutarían: Jacobo Alfonso Torregrosa Melo.

La CIDH aceptó estudiar el caso de Alberto Santofimio Botero http://www.eltiempo.com/politica/justicia/alberto-santofimio-botero-lleva-a-sucaso-a-la-cidh/16483650 17 de enero de 2016 Defensa busca tumbar la condena de 24 años por la muerte de Luis Carlos Galán Sarmiento. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) admitió en las últimas horas la demanda que presentó hace tres años ante este organismo el abogado Ricardo Cifuentes Salamanca, representante jurídico del ex senador Alberto Santofimio Botero, preso en la cárcel La Picota, al sur de Bogotá. La petición del jurista busca ante esta comisión, con sede en Washington, tumbar la condena que pesa en contra de su defendido, de 24 años de prisión como autor intelectual de la muerte del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento. La respuesta a dicha solicitud fue dirigida el pasado martes a la ministra de Relaciones Exteriores, María Ángela Holguín Cuellar, en la que se transmite “copia de las partes pertinentes” de la petición que recibió la CIDH el 29 de febrero de 2012. La solicitud de este organismo al Gobierno Nacional busca una respuesta que

según el reglamento interno tiene un plazo de tres meses, a partir de la fecha de recibimiento por escrito de la solicitud. Aclara la misma, que esta no “constituye prejuzgamiento con relación a la decisión que la CIDH eventualmente adopte sobre la admisibilidad de la petición”. Es decir, que desde ya la Cancillería debe preparar los documentos que soportan la condena en contra de Santofimio Botero y enviarlos dentro del plazo establecido a la Secretaría Ejecutiva del organismo internacional. Uno de los apartes de la acción interpuesta por la defensa indica que la misma va dirigida contra la sentencia de casación de fecha 31 de agosto de 2011, en la que se solicita se aclare la votación que se conoció muchos días después en contra de Botero. Advierte además, ue “hubo vacancia judicial desde el 19 de diciembre hasta el 12 de enero de 2012”. Agrega, que se cumple con el requisito de inmediatez. También precisa la solicitud del abogado de Santofimio, que ha existido vulneración reiterada de los Derechos Humanos de su defendido.

'Había un plan criminal para matar a Luis Carlos Galán': Fiscalía http://www.eltiempo.com/politica/justicia/crimen-luis-carlos-galan-pidencondenar-a-luis-felipe-montilla/16507217 11 de febrero de 2016 Según la investigación, todo estaba sistemáticamente planeado para no fallar en el asesinato. Ante el juez primero especializado de Cundinamarca se adelanta la audiencia de alegatos finales por el crimen del candidato presidencial Luis Carlos Galán, en agosto de 1989. La Fiscalía pidió condenar al excomandante de la Policía de Soacha, Luis Felipe Montilla. Según el órgano acusador, existieron varias irregularidades que harían parte de un ‘plan criminal’ con la función de "debilitar las fuerzas de seguridad del

candidato presidencial la noche de la manifestación política de Soacha". En la investigación, según la Fiscalía, se encontró que todo estaba sistemáticamente planeado para asesinar líder político esa noche. “Se permitió reventar la pólvora indiscriminadamente para que se confundiera con las ráfagas de las detonaciones, la falta de controles en el parque para evitar la entrada de armas, se sabe que estuvieron más de 18 sicarios con toda clase de armamentos, incluso con rockets en caso que Jaime Eduardo Rueda Rocha fallara”. El ente acusador señaló que el oficial (r) Luis Felipe Montilla, en su condición de comandante de Soacha, tenía pleno conocimiento de los protocolos y funciones que debía realizar antes, durante y después de la visita del candidato presidencial a la plaza principal de ese municipio, además contaba con todos los mecanismos necesarios para protegerlo. La Fiscalía señaló 23 funciones ante el estrado judicial como requerimientos que debía cumplir tanto el uniformado como los hombres que tenía a su cargo, "¿por qué no se aplicaron esos protocolos de seguridad?", se preguntó. "La Policía Nacional entonces en cabeza del aquí procesado y presente Luis Felipe Montilla Barbosa como comandante del primer distrito de Policía de Soacha y los más que resulten involucrados hizo su esencial aporte en el asesinato (...).Se corrobora la teoría de que en la muerte del doctor Galán Sarmiento el papel de algunos miembros de la Policía fue imprescindible”, manifestó la fiscal del caso. De la misma manera, la Fiscalía dice que Montilla actuó en forma dolosa y ha faltado a la verdad en reiteradas oportunidades. La Fiscalía citó que un día antes del magnicidio de Luis Carlos Galán, Jacobo Torregrosa, cuestionado jefe de escoltas del líder político, y el capitán Luis Felipe Montilla acordaron que, supuestamente para proteger al candidato, algunos policías de civil portarían grandes pancartas para impedir la visibilidad permanente sobre el político y las personas que lo acompañarían en la tarima en el parque de Soacha. "La andanada de pancartas que portaban no sólo los seguidores políticos sino los sicarios para escudarse en ellas e impedir la visibilidad tanto del mismo

momento del atentado como en la huida de los delincuentes", expresó la Fiscalía. Horas después, los sicarios del cartel de Medellín y los 'paras' del Magdalena Medio que asesinaron a Galán utilizaron una pancarta similar para perpetrar el ataque. El senador Carlos Fernando Galán, hijo del líder político, dijo que la Fiscalía ha sido contundente presentando los alegatos finales en manifestar que fueron una "acción deliberada" para permitir el asesinato de su padre. "Siempre supimos qué había un complot donde habían participado diferentes actores que tenían que ver con el narcotráfico, la política, paramilitares y agentes del Estado. Lo que hemos oído hasta hoy de la Fiscalía aterriza muy bien eso en la responsabilidad de dos personas en concreto", dijo el senador.

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