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Tu huella diaria Comienza la Cuaresma Iniciamos un tiempo de desierto... Tiempo para buscar la paz, la justicia y el derecho para todos. Tiempo para confiar en Dios y para trabajar en solidaridad. Tiempo para que brote la Palabra en nuestras vidas. Cuaresma, tiempo para caminar... El póster propuesto para hoy, miércoles de ceniza, sugiere varias posibilidades para nuestro caminar: Caminar durante este tiempo de Cuaresma: con el color rojo de la entrega y el amor, con el color verde de la esperanza, con el color azul del sosiego y la interioridad, con el color amarillo de la oración. ¿Cómo mejorar en solidaridad? ¿Cómo crear un ambiente optimista y lleno de esperanza a nuestro alrededor? ¿Cómo regresar de tanto en tanto al interior de nuestra persona? ¿Cómo recuperar la oración? Preguntas de debemos responder cada día. Tiempo de Cuaresma. Un camino marcado por huellas y pisadas que nos llevan al encuentro con los demás y con Dios. Jesús de Nazareth, con sus palabras y gestos, es el guía que orienta y marca el camino de nuestra cuaresma.

Palabra de Dios Sencillez y humildad Guardaos de hacer las obras buenas en público para ser contemplados. De lo contrario no os recompensará vuestro Padre del cielo. Cuando hagas limosna, no hagas tocar la trompeta por delante, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para que los alabe la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú hagas limosna, no sepa la izquierda lo que hace la derecha. De ese modo tu limosna quedará oculta, y tu Padre, que ve lo escondido, te lo pagará. Cuando oréis, no hagáis como los hipócritas, que aman rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para exhibirse a la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Cuando tú vayas a rezar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre en secreto. Y tu Padre, que ve lo escondido, te lo pagará. Cuando recéis, no seáis palabreros como los paganos, que piensan que a fuerza de palabras serán escuchados. No los imitéis, pues vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de que se lo pidáis. Mateo 6, 1-8

Plegaria Señor, ayúdanos a comenzar la Cuaresma abriendo para nosotros nuevas metas y poniendo en nuestras vidas el deseo de ser cada vez mejores. Señor, ayúdanos a comenzar la Cuaresma con la escucha atenta de tu voz, que nos llama por nuestro nombre, nos propone salir de la rutina y derribar los muros que nos separan. Señor, ayúdanos a comenzar la Cuaresma. Abre nuestros los ojos para que descubran que hay gente a nuestro lado necesitada de ayuda y de nuestros gestos solidarios.

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Tu huella diaria Solidaridad La Solidaridad es aquella actitud que inclina a la persona a sentirse unida a sus semejantes y a la cooperación con ellos. Somos solidarios cada vez que procuramos el bienestar de los demás: dedicando nuestro tiempo a los otros, visitando a los enfermos, colaborando en las campañas que se realizan en el colegio para ayudar a los más necesitados, acogiendo y ayudando a inmigrantes, prestando nuestros servicios en la creación de mejores condiciones de vida... La Solidaridad no consiste en un servicio extraordinario; debe concretarse en acciones de vida diaria. · En la escuela y en el trabajo: poniendo alegría y empeño por hacer todo lo mejor posible, colaborando con quienes estudian y trabajan a nuestro lado... Creando grupo y fraternidad. · En la familia: tratando con amabilidad y afecto a padres y hermanos; comunicándonos con sencillez; colaborando en las tareas comunes de la casa; interesándonos por los problemas de nuestra familia... La solidaridad nos ayuda a descubrir y comprender que las personas tienen algo interesante que aportar y que enseñarnos. Cuando nos interesamos por el bienestar de las personas estamos siendo solidarios. Los cristianos tenemos en Jesús de Nazareth el mejor modelo de entrega generosa y solidaridad. Él miraba con «ojos solidarios» a quienes estaban en necesidad. Sus palabras y gestos fueron acogida y ayuda desinteresada hacia los necesitados. Él nos anima a romper las barreras del egoísmo y a hacer, de nuestra vida, entrega generosa.

Palabra de Dios Compartir lo que se tiene Al desembarcar, vio una gran multitud y sintió lástima, porque andaban como ovejas sin pastor. Y se puso a enseñarles. Los discípulos le dijeron: – El lugar es despoblado y la hora es avanzada; despídelos para que vayan a las aldeas del contorno a comprar qué comer. Él les respondió: – Dadles vosotros de comer. Replicaron: ¿Tenemos que ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer? Les contestó: –¿Cuántos panes tenéis? Id a ver. Lo averiguaron y le dijeron: – Cinco y dos peces. Ordenó que los hicieran recostarse en grupos sobre la hierba verde. Tomó los cinco panes y los dos peces, alzó la vista al cielo, bendijo y partió los panes y se los fue dando a los discípulos para que los sirvieran; y repartió los peces entre todos. Comieron todos y quedaron satisfechos. Marcos 6, 35--44

Plegaria Señor, mientras iniciamos este día sereno y lleno de paz... hay millones de personas esperando el milagro del pan compartido. Señor, mientras comenzamos esta mañana llena de alegría… hay millones de personas refugiadas, sin techo ni hogar, esperando el milagro del regreso. Señor, mientras abrimos los libros con aburrida indolencia… hay millones de niños y jóvenes que aguardan el milagro de un poco de cultura que les ayude a progresar. Señor, abre nuestros corazones a la solidaridad. Queremos ser pan compartido.

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Tu huella diaria Cuidado con la prisa Es necesario que en esta cuaresma nos paremos un poco y reflexionemos sobre cómo empleamos nuestro tiempo que debe ser oportunidad para crecer, como dice el evangelio que crecen las semillas. Primera trampa: la rapidez. Es una virtud pero puede generar el vicio de la prisa. Realizar las tareas a última hora nos impide hacer las cosas bien y prestar atención a lo que ocurre a nuestro lado. Segunda trampa: eliminar actividades gratificantes. El trabajo más productivo es el que sale de las manos de una persona contenta. Es imprescindible cuidar un estado de ánimo positivo. Tercera trampa: no buscar un hueco para reflexionar, ordenar y planificar nuestra vida. Cuarta trampa: tiempo solamente para nosotros. El tiempo se enriquece cuando se comparte con los demás. El mejor regalo que podemos hacer a quien está a nuestro lado es «el tiempo». Escuchar, conversar, atender con paciencia, ayudar, colaborar... Evita los "ladrones del tiempo": Interrupciones, falta de organización, pesimismo en la valoración de las propias habilidades, entorno desordenado,

Palabra de Dios Jesús les decía: – El Reino de Dios es como un hombre que sembró un campo: de noche se acuesta, de día se levanta, y la semilla germina y crece sin que él sepa cómo. La tierra por sí misma produce fruto: primero el tallo, después la espiga, después grana el trigo en la espiga. En cuanto el grano madura, mete la hoz, porque ha llegado la siega. Decía también: – ¿Con qué compararemos el reinado de Dios?, ¿con qué parábola lo explicaremos? Con una semilla de mostaza: cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de las semillas; después de sembrada crece y se hace más alta que las demás hortalizas, y echa ramas tan grandes, que las aves pueden anidar a su sombra. Marcos 4, 26-32

- Dedica tiempo a tu familia, dando a los tuyos la atención y el afecto que les corresponde. - No andes a «salto de mata»: establece un horario fijo para el descanso, para el trabajo y el estudio, para tus aficiones y tiempo libre... - Reserva algún espacio de tiempo para rezar, para dar gracias a Dios, para leer el evangelio... y para hacer un poco de silencio en el interior de tu persona.

Plegaria Señor, gastamos el tiempo comprando cosas. Llenamos nuestros días con productos que no sacian nuestra sed. Señor, tenemos tiempo para todo menos para recorrer el camino que conduce a tu casa y a la de los demás. Señor, tenemos muchos objetos pero seguimos siendo pobres. Nuestro corazón está a la intemperie porque nuestros momentos están vacíos de afecto, perdón y ternura. Señor, ven a llenar nuestras horas. Regresa para enseñarnos que más allá de las cosas hay alegría, felicidad y una vida tan profunda como la tuya.

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Tu huella diaria Aprovecha cada momento Nuestra vida está llena de oportunidades. Saber aprovecharlas, y obtener los frutos deseados, constituyen el centro de nuestras aspiraciones. La cuaresma es un buen tiempo para mirar detenidamente las cualidades (talentos) que Dios ha puesto en nuestra vida y valorar cómo las desarrollamos. La superación es el valor que motiva a la persona a perfeccionarse, en lo humano y espiritual, venciendo las dificultades y desarrollando la capacidad del esfuerzo. El entusiasmo y la visión positiva de la vida facilitan el aprovechamiento de cada momento. La pereza y el pesimismo son propios del conformista. Los momentos de nuestra vida: · la atención que prestamos a nuestra familia; · la amabilidad con que tratamos a las personas; · el aprovechamiento de nuestro tiempo libre; · el cuidado de las cosas personales y ajenas; · el orden en comidas, diversiones y descanso... ¿son tiempos vividos con intensidad? Hacer fructificar nuestros «talentos» supone: · conocer y aplicar nuevas técnicas de estudio que faciliten un mejor aprendizaje y trabajo; · desarrollar la investigación y las aficiones; · aprender a convivir con respeto y compañerismo; · implicarnos en actividades escolares voluntarias, especialmente en las solidarias... La Cuaresma es una buena oportunidad para profundizar y mejorar tanto en los aspectos humanos de la vida como en la dimensión religiosa. Y para preguntarnos: ¿estoy aprovenchando las oportunidades y los «talentos» que tengo, o me conformo con ver pasar el tiempo sin implicarme en nada?

Palabra de Dios Parábola de los talentos Jesús les contó esta parábola: El reino de los cielos es como un hombre que, a punto de viajar a otro país, llamó a sus criados y los dejó al cargo de sus negocios. A uno le entregó cinco talentos, a otro dos y a otro uno: a cada cual conforme a su capacidad. Luego emprendió el viaje. El criado que recibió los cinco talentos negoció con el dinero y ganó otros cinco. Del mismo modo, el que recibió dos ganó otros dos. Pero el que recibió uno, fue y escondió el dinero de su señor en un hoyo que cavó en la tierra. Al cabo de mucho tiempo regresó el señor de aquellos criados y se puso a hacer cuentas con ellos... Mateo 25, 14-30

Plegaria Gracias, Señor, por las cualidades y talentos que has puesto en mi vida. Dame la fuerza necesaria para hacerlos fructificar. Gracias, Señor, por las personas que me ayudan, por mi familia y por mis amigos. Enséñame a corresponder al afecto que de ellos recibo. Gracias, Señor, por las oportunidades que tengo. Dame la fuerza necesaria para aprovechar la vida siendo cada día un poco mejor.

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Tu huella diaria Vivir en alegría Tener y transmitir alegría, es una de las situaciones más grandes que puede vivir una persona. Donde falta la alegría entra la pena, la tristeza y el pesimismo. Con caras largas, modales bruscos, actitudes agresivas y aire antipático, no se puede agradar a nadie. Cuando alguien ríe, todas sus virtudes ríen; porque la alegría es la mejor forma de expresar la felicidad. La alegría está relacionada con el sentido de la vida. La alegría crece y se hace más profunda cuando se comparte con los demás. Para gozar de la alegría, hay que saber dónde encontrarla y cómo cultivarla. · La fuente más común y profunda de la alegría es el amor, la amistad, la acogida a los demás... Quien no quiere a los demás, no ríe. El egoísta sufre, y nunca podrá estar alegre. · El evangelio nos muestra a Jesús, «Buen Pastor», alegre por haber hecho el bien, ayudando a quien sufre y liberando a quien está excluido. · Hacer las cosas pequeñas (en casa, en la escuela, en el grupo de amigos...) nos trae alegría. · La armonía y el orden son fuente de alegría. El valor de la alegría está lejos del desorden, la apatía, el desarreglo personal y el egoísmo cerrado. · Cuando vivimos abiertos a los demás, crecemos, maduramos, y brota la alegría en nuestra vida.

Palabra de Dios

· Las alegrías ficticias son poco duraderas. Es imposible vivir en alegría a fuerza de «hacer tonterías» para «alegrarse», o faltar al respeto a los demás.

Alegraos conmigo Todos los recaudadores y los pecadores se acercaban a escuchar. Los fariseos y los doctores murmuraban: – Éste recibe a pecadores y come con ellos. Jesús les contestó con las siguientes parábolas: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿no deja las noventa y nueve en el páramo y va tras la extraviada hasta encontrarla? Al encontrarla, se la echa a los hombros contento, se va a casa, llama a amigos y vecinos y les dice: Alegraos conmigo, porque encontré la oveja perdida. Os digo que lo mismo habrá en el cielo más fiesta por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no necesitan arrepentirse. Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende un candil, barre la casa y busca diligentemente hasta encontrarla? Al encontrarla, llama a las amigas y vecinas y les dice: Alegraos conmigo, porque encontré la dracma perdida. Lucas 15, 1-9

Plegaria Señor, ayúdame a convertir cada día en una fiesta. Señor, que mi corazón no conozca el aburrimiento ni los enfados, ni las quejas continuas. Señor, que mi vida sea como una lámpara con reflejos de risas y sonrisas para alumbrar a mis amigos y a mi familia. Señor, viste de colores mi corazón para que sus latidos marquen el ritmo de una canción de fiesta compartida. Señor, que mi vida nunca sea como la de aquellos que tienen muchas cosas pero olvidaron el nombre de sus amigos.

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Tu huella diaria Nuevas formas de vida Se considera que una persona es creativa cuando vive abierta a la novedad y es capaz de pensar y proponer nuevos modos de vivir. Muchas personas viven aburridas y sin ningún aliciente porque se encerraron en una rutina que, aunque es cómoda, sólo genera monotonía y falta de oportunidades para vivir con entusiasmo. Otras, por el contrario, consideran que cada día es una nueva oportunidad para hacer realidad nuevas experiencias, encuentros y situaciones. Quienes seguimos las huellas de Jesús de Nazareth, sabemos que Él inició con sus discípulos una nueva forma de vivir, más aténtica y comprometida. Como no estaba de acuerdo con el sufrimiento y la exclusión a la que estaban sometidos pobres y enfermos, propuso nuevas formas de relación personal. Eliminó barreras y vivió una acogida incondicional capaz de crear fraternidad. En esta cuaresma sigue enseñándonos estas novedades. Intentamos vivir una «creatividad constructiva»: · Procuramos ser flexibles, sin permanecer atados a comportamientos rígidos y estereotipados . · Creamos una escala de valores propia. Así no seremos esclavos de estilos de vida que no facilitan el crecimiento personal. · Abandonamos una conducta egoísta que persigue la satisfacción personal por encima de todo. La apertura a los demás, la comunicación y el desarrollo grupal nos hacer abiertos y capaces para descubrir nuevas ideas, experiencias y formas de vivir.

Palabra de Dios Vino nuevo en odres nuevos Decía Jesús: «Nadie remienda un vestido viejo con un trozo de tela nueva, porque lo nuevo encoge y tira del vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, y tanto el vino como los odres se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos, para que se conserven ambas cosas» Mateo 9, 16-17

Plegaria Señor, guía nuestros pasos por los caminos nuevos que abriste con tus palabras de vida… Palabras de nuevas oportunidades para quien se dobla por el peso de la vida. Palabras de consuelo para los ojos anegados en lágrimas. Palabras de alegría para quien tiene herida el alma. Palabras de perdón para quien tiene las manos manchadas. Palabras de afecto para quien perdió el amor. Palabras de verdad para quien vive entre falacias y mentiras. Ayúdanos a caminar por los nuevos senderos que Tú abriste. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Sencillos y humildes La humildad es el conocimiento que tenemos de nuestras fortalezas y debilidades. Este valor nos impide creernos superiores a los demás. Los que son humildes no se sobreestiman ni maltratan a los menos favorecidos que ellos. La humildad es condición indispensable para aprender cosas nuevas y superarmos permanentemente en todos los aspectos, ya que gracias a ella tomamos conciencia de nuestra pequeñez frente a la inmensidad del universo, a la sabiduría y conocimientos atesorados por la Humanidad a lo largo de su historia. La humildad nos enseña a valorar lo bueno y lo positivo de cada uno de nosotros y en los demás. Es indispensable para una convivencia en fraternidad. La humildad nos ayuda a aprender de nuestras equivocaciones. Todos cometemos errores. Los humildes sacan de ellos enseñanzas para el futuro, mientras que los vanidosos y preponderantes, tan sólo obtienen amargura y pesimismo. Las dificultades de la vida juegan a favor de quien ha adquirido el valor de la humildad. El fracaso presenta ante uno mismo la propia limitación, pero, al mismo tiempo, brinda la oportunidad de la superación y la mejora continua. La persona que es capaz de reconocer sus limitaciones y trabajar por superarlas, refuerza su carácter y adquiere fuerza y autenticidad. La humildad fue una enseñanza que repitió Jesús a sus discípulos con mayor insistencia. Es valor imprescindible para acoger y ayudar a los demás; para ponerse a nivel de los humildes; para comprender y sentir sus dificultades.

Palabra de Dios Los humildes serán ensalzados Jesús contó esta parábola por algunos que confiaban en su propia honradez y despreciaban a los demás: «Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, el otro recaudador. El fariseo, en pie, oraba así en voz baja: Oh Dios, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres, ladrones, injustos, adúlteros, o como ese recaudador. Ayuno dos veces por semana y pago diezmos de cuanto poseo. El recaudador de impuestos, de pie y a distancia, ni siquiera alzaba los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Oh Dios, ten piedad de este pecador» Os digo que éste último regresó a casa absuelto y el otro no. Porque quien se ensalza será humillado, quien se humilla será ensalzado. Lucas 18, 9-14

Plegaria Señor, desde la altura de nuestro orgullo hemos tirado muchas piedras contra quienes están caídos en las cunetas del mundo. Señor, nuestras piedras son: silencios altivos que hunden, palabras que hieren, miradas que desprecian, puertas que se cierran, amenazas que asustan, fronteras que excluyen, ironías que humillan, risas que son burlas, éxitos que insultan… Señor, quita de nuestras manos las piedras del orgullo. Enséñanos a ser sencillos y humildes como Tú. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Vivir en libertad La libertad es la capacidad que tienen las personas para elegir responsablemente entre el bien y el mal. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia. Es un derecho de todo ser humano. El mal uso o abuso de este derecho tiene repercusiones en nuestros semejantes. Es inconcebible pensar que nuestro proceder es independiente y único; no podemos obrar como si fuéramos los únicos en el mundo o imponer, sin ton ni son, normas a las cuales deben sujetarse los que nos rodean. Durante esta Cuaresma reflexionamos sobre este valor. Jesús de Nazareth pasó haciendo el bien; su bondad consistía en liberar a quienes sufrían la enfermedad, el dolor, la exclusión, la tristeza... Nos enseñó a pasar de la esclavitud a la libertad, tanto personal como socialmente. La Pascua fue pasar de la muerte a la vida. Algunas propuestas de acción sobre la libertad: · Descubrir críticamente las propias esclavitudes. · Valorar como negativas las situaciones de opresión que existen en el mundo. · Comprender la fe cristiana como fuerza liberadora. · Comprendernos como personas que buscan liberarse de las situaciones que impiden el crecimiento y descubrir situaciones que lo impiden. · Contrastar el plan de la Creación con las situaciones de opresión y violencia actuales. · Conocer los esfuerzos que han realizado personas de buena voluntad para construir un mundo sin opresión.

Palabra de Dios Una misión de vida y libertad Jesús fue a Nazaret, al pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga, como era su costumbre, y se puso en pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde está escrito:

Plegaria

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado y elegido para llevar la buena noticia a los pobres; me ha enviado a anunciar libertad a los presos y a dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; y anunciar el año de gracia del Señor»

Señor, ayúdanos a hacer realidad nuestros sueños de libertad.

Luego Jesús cerró el libro, se lo entregó al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los presentes le miraban atentamente. Él comenzó a hablar, diciendo: «Hoy se cumple esta Escritura delante de vosotros»

Señor, ayúdanos a hacer realidad nuestros sueños de libertad.

Lucas 4, 16-21

Muchas veces nos dejamos atrapar por el brillo de las cosas. Con frecuencia el egoísmo cierra nuestros ojos y nos hace ciegos.

Líbranos de las cadenas de la pereza y de las mentiras que nos amordazan. Líbranos del miedo de ser nosotros mismos. Señor, ayúdanos a vivir en libertad; una libertad compartida y solidaria como la que viviste Tú.

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Tu huella diaria La justicia El valor de la justicia se fundamenta en la dignidad que tiene cada persona. Este valor está reconocido en los derechos Humanos y tiene un alcance muy amplio. Como ciudadanos debemos colaborar, en la medida de nuestras posibilidades, a construir una sociedad donde habite la justicia. Jesús de Nazareth fue justo y equitativo. Se indignó con los fariseos y escribas que no respetaban el sufrimiento de enfermos, pecadores y excluidos. Consciente de la dignidad de las personas, se esforzó por tratar a cada una de ellas a con el respeto que merece todo ser humano. Cada día se nos presentan ocasiones para ser justos y dar a cada cual lo que es suyo. Ser justos con quienes comparten la vida con nosotros, tanto en casa como en la escuela, no puede reducirse a no causar daño. Vivir la justicia con quienes nos relacionamos habitualmente significa: · Respetar el derecho que todos tenemos al buen nombre y a la intimidad, hablando bien de los demás, manifestando sus cualidades y evitando subrayar defectos y limitaciones. · Practicar la honradez. Esto supone evitar hacer trampas y respetar las normas de convivencia. · Informárnos bien para emitir palabras y juicios verdaderos. Frecuentemente hacemos caso de rumores, habladurías... y los afirmamos como ciertos, convirtiéndonos en verdugos del buen nombre de quienes viven a nuestro lado. · Respetar las normas del juego cuando practicamos deporte. Ser justos es saber perder sin malos modos y ganar sin humillar a los compañeros que han perdido.

Palabra de Dios Practicad la justicia «¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que separáis para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacéis caso de las enseñanzas más importantes de la ley, como son la justicia, la misericordia y la fidelidad. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello!» «¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que limpiáis por fuera el vaso y el plato, pero por dentro estáis llenos de lo que habéis obtenido con el robo y la avaricia. Fariseo ciego, ¡limpia primero el vaso por dentro, y así quedará limpio también por fuera!» «¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que sois como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera pero llenos por dentro de huesos de muerto y toda clase de impurezas. Así sois vosotros: por fuera, ante la gente, parecéis buenos, pero por dentro estáis llenos de hipocresía y maldad» Mateo 23, 25-28

Plegaria La justicia que nos pide el Señor no se halla en las promesas altisonantes. Habita en gestos sencillos de acogida. No viaja en primera clase. Viene en el humilde vagón de la sencillez de los pequeños La justicia que nos pide el Señor no viste ropajes de última moda, mientras cierra los ojos ante el hambre, la miseria y el sufrimiento de millones de hermanos y hermanas nuestros. La justicia que nos pide el Señor no se impone con la fuerza del grito y la violencia. Se propone con la verdad y el respeto. La justicia que nos pide el Señor no está esperándonos fuera: sus raíces están en nuestro corazón. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Amabilidad y empatía La empatía y la amabilidad son valores que nos llevan a comprender los sentimientos y circunstancias que afectan a una persona para tratarla con respeto, afecto y dedicación. El valor de la empatía y la amabilidad nos ayuda a recuperar el interés por las personas que nos rodean y a consolidar la relación que tenemos con ellas. Jesús de Nazareth era un maestro en al arte de la acogida y la empatía. Sabía cómo acercarse a quienes le necesitaban. No pedía nada a cambio por su ayuda. Devolvía salud, alegría, esperanza... Se mantenía cercano, asequible... Nuestra Cuaresma es una buena oportunidad para seguir el camino de la acogida, amabilidad, empatía... Agunas actitudes concretas: · Procura sonreír siempre; esto genera un ambiente de confianza y cordialidad. · Considera primeramente como importantes los asuntos de los demás y después los propios. · No tengas prejuicios negativos sobre las personas. Si alguien se acerca a ti, es porque necesita con quien hablar... No lo defraudes. · Evita demostrar prisa, aburrimiento, cansancio, respuestas tajantes o distracciones... Aprende a escuchar a los demás siempre con interés. · Infunde ánimos con palabras y gestos amables, sobre todo si la persona tiene problemas.

Palabra de Dios Jesús cura a dos ciegos Cuando salían de Jericó, mucha gente seguía a Jesús. Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que pasaba Jesús, se pusieron a gritar: – ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! La gente los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban más: – ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! Jesús se detuvo, llamó a los ciegos y les preguntó: – ¿Qué queréis que haga por vosotros? Le contestaron: – Señor, que recobremos la vista. Jesús tuvo compasión de ellos y les tocó los ojos. En el mismo momento, los ciegos recobraron la vista, y siguieron a Jesús. Mateo 20, 29-34

Plegaria Señor de la Vida y el Amor, que no se termine la solidaridad. Que cada día haya más personas capaces de abrir su ojos, para contemplar el sufrimiento de los demás y unir las manos para la ayuda. Señor, que nuestros pies nunca se cansen de recorrer un camino de amabilidad hasta hasta llegar unidos en la casa de la alegría y la esperanza. Señor de la Vida y el Amor, necesitamos personas que, siguiendo tu ejemplo, se entreguen, sin esperar nada a cambio, para construir un tiempo de paz.

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Tu huella diaria La paz interior Vivir en paz y fraternidad es una larga aspiración de la Humanidad. La paz no comienza desde fuera, sino desde dentro. No es un valor pasivo, consecuencia de «no meterse con nadie». Es una actitud personal comprometida y activa. Jesús nos invita a ir más allá. La paz que propone es amor a los enemigos y perdón de las ofensas. Actitudes de no-violencia. Para llegar a ese ideal de paz, en esta Cuaresma, damos pequeños pasos. Para crear paz en la escuela: · Tratar a todos con respeto y afecto. Evitando motes, burlas y desprecios. · No desconfiar de los demás por sistema, viendo en ellos mala voluntad. · Evitar el orgullo que nos lleva a imponer nuestra opinión y deseo, aunque esté equivocado. · Evitar gritos y salidas de tono; hacer trampas... Para crear un ambiente de paz en la familia

Palabra de Dios Una paz que es perdón y no-violencia

· Evitar discusiones, gritos y malos modos. · Evitar silencios incómodos y la tensión que genera la falta de un mínimo de comunicación. · Saber sonreír aún en las dificultades. · Evitar que padres y hermanos sufran las consecuencias de nuestro mal humor. · Perdonar y disculpar. · Colaborar con buen ánimo en las tareas comunes. · Agradecer los detalles. · Alegrarse de los triunfos y éxitos de los miembros de la familia como si fueran propios. Apoyar en los fracasos.

Dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que antes se dijo: ‘Ojo por ojo y diente por diente.’ Pero yo os digo: No resistáis a quien os haga algún daño. Al contrario, si alguien te pega en la mejilla derecha, ofrécele también la otra. Si alguien te demanda y te quiere quitar la túnica, déjale también la capa. Y si alguien te obliga a llevar carga una milla, ve con él dos. Al que te pida algo, dáselo; y no le vuelvas la espalda a quien te pida prestado» Mateo 5, 38-42

Plegaria Señor, que la humanidad entera transforme las espadas en arados y las lanzas en podaderas. Que se destruyan para siempre los misiles que hieren a inocentes. Que se rompan las ametralladoras y que el cañón enmudezca de una vez por todas. Que eliminemos para siempre las riñas, las peleas y los odios. Que destruyamos los insultos, las amenazas y la exclusión. Que detengamos las balas que van directas al corazón de la amistad. Señor, que la humanidad entera transforme las espadas en arados y las lanzas en podaderas.

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Tu huella diaria Una sencillez que enriquece la persona La persona sencilla es transparente, recia, sin adornos ni artificios; no precisa alardear de sus cualidades y logros porque son evidentes y naturales. La cultura dominante quiere hacernos creer que valemos por la ropa, por ir a la moda, por disponer de un móvil, ipad o iphone de última generación, o porque podemos humillar a los otros... Caminar por estas sendas nos quita espontaneidad, nos hace insoportables y genera en nuestro interior un gran vacío. ¿De qué me sirve estar comparandome constantemente con los demás? La persona sencilla y segura de sí misma no compite, comparte, crea grupo y fraternidad. Para hacer de Cuaresma, camino hacia la sencillez:

Palabra de Dios Dios conoce vuestras necesidades

· Utiliza la palabra con criterio. Evita acaparar las conversaciones · Evita hablar en todo momento de tus logros, aciertos y reconocimientos alcanzados. · Escucha a los demás, interesándote por sus cualidades, logros y preocupaciones · No desconfíes de los demás ni busques siempre una segunda intención. · Viste sencillamente, sin esclavizarte a la moda. · Mantente disponible y asequible para que todos puedan contar contigo y se atrevan a pedirte un favor. · Posee y utiliza aquellos bienes que sean necesarios. Evita los caprichos y los lujos inútiles. · Practica la sencillez solidaria. Piensa en los millones de jóvenes que no tienen tus mismas posibilidades. Austeridad voluntaria.

Dijo Jesús a sus discípulos: «Fijaos en los pájaros: no siembran, ni siegan, ni tienen almacén ni granero. Sin embargo, Dios les da de comer. ¡Cuánto más valéis vosotros que las aves! De todos modos, por mucho que uno se preocupe, ¿cómo podrá prolongar su vida ni siquiera una hora? Pues si no podéis hacer ni aun lo más pequeño, ¿por qué preocuparos por las demás cosas?» «Fijaos cómo crecen los lirios: no trabajan ni hilan. Os digo que ni el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como uno de ellos. Pues si Dios viste así a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, ¡cuánto más habrá de vestiros a vosotros, gente falta de fe! Por tanto, no andéis afligidos buscando qué comer y qué beber. Porque todas esas cosas preocupan a la gente del mundo, pero vosotros tenéis un Padre que ya sabe que las necesitáis. Buscad el reino de Dios y esas cosas se os darán por añadidura»

Plegaria Señor, haz sencillas nuestras palabras para que todos sientan el afecto que les tenemos. Señor, haz sencillos nuestros pensamientos para que todos comprendan el significado de nuestros gestos. Señor, haznos sencillos como las flores del campo para que todos experimenten el calor de nuestra acogida sincera.

Lucas 12, 22-31

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Tu huella diaria Ayuda desinteresada La generosidad es pensar y actuar hacia los demás. No hacia adentro. Cuando la atención se vuelca hacia el «yo», se hace un doble daño: a los demás, a quienes se olvida; y a uno mismo, porque la persona se empobrece en su soledad egoísta. Recuperar la ayuda y la generosidad nos ayuda a seguir las huellas de Jesús en Cuaresma. En los Evangelios la entrega a los demás se subraya de tal manera que ayudar a quien está en necesidad es ayudar a Dios mismo: «porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recibisteis, anduve sin ropa y me vestisteis, caí enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y vinisteis a verme» (Mt 25, 35-36) Dar sin esperar nada a cambio, entregar tiempo y presencia, acoger con afecto, volcarse hacia los demás, ayudar, consolar a los que sufren... eso es generosidad. Y no es un valor pasado de moda. Podemos ser generosos muy fácilmente. ¿Cómo? · Sonriendo y escuchándo con atención. · Conociendo a los compañeros y compañeras y llamándoles por su nombre. Evitando los motes. Incluyendo a quienes quedan al margen. · Regalando nuestro tiempo y ayuda. · Poniéndonos en el lugar del otro. Intentando sentir sus dificultades. · Teniendo detalles con nuestra familia...

Palabra de Dios Jesús cura a muchos enfermos Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Al momento se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos. Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados, y el pueblo entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente y expulsó a muchos demonios; pero no les dejaba hablar porque le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar apartado. Marcos 1, 29-35

Pero la ayuda no debe quedarse en nuestro entorno. Formamos parte de una Humanidad con terribles desigualdades y exclusiones. Tomamos conciencia y participamos de campañas solidarias hacia quienes menos tienen y más lo necesitan.

Plegaria Señor, bendice mis manos para que sean delicadas y sepan tomar sin aprisionar. Señor, bendice mis ojos para que sepan mirar la vida; y para que los demás se sientan felices por mi modo de mirarles. Señor, bendice mis oídos para que sepan oír tu voz y perciban el grito de los afligidos. Señor, bendice mi corazón para que sea generoso en el perdón y la comprensión. Dame un corazón capaz de compartir el dolor y la alegría. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Personas construidas sobre roca firme La cuaresma es ocasión para revisar aspectos de nuestra vida que deben mejorar. Un tiempo oportuno para poner manos a la obra y emprender las reformas necesarias en nuestra persona. En cuaresma nos proponernos objetivos y trabajamos para alcanzarlos en la medida de nuestras posibilidades; cultivamos los mejores valores de la persona; nos esforzamos por edificar nuestra vida sobre sólidos comientos. Una persona con carácter y sólidos fundamentos mantiene retos constantes, no contra los demás, sino consigo mismo. Cada reto personal es una manera de forjar un carácter firme y decidido, incapaz de detenerse ante los obstáculos, de lamentarse por el cansancio o cuando las cosas salen mal. La poca fortaleza interior se refleja en las quejas por todo: la cantidad de trabajo, el frío, el calor, el aburrimiento y la monotonía, las incomodidades... Nuestro carácter se fortalecen poco a poco: · Haciendo pequeños esfuerzos que nos ayuden a dominar gustos y caprichos. · Hablando siempre bien de las personas. · Llegando al colegio o a casa con una sonrisa. · Saludando con educación y cortesía a todos. · Aprendiendo a escuchar y considerar las opiniones y consejos que nos dan. · Pediendo perdón si ofendimos a alguien. · Realizando, con empeño y eficacia, aquellas tareas que nos resultan poco agradables.

Palabra de Dios Parábola de los cimientos

· Cumpliendo con la palabra dada, aunque cueste.

Decía Jesús: «Todo el que oye mis palabras y hace caso a lo que digo es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía sus cimientos sobre la roca. Pero el que oye mis palabras y no hace caso a lo que digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos, y la casa se derrumbó. ¡Fue un completo desastre!» Cuando Jesús acabó de hablar, la gente estaba admirada de cómo les enseñaba. Mateo 7, 24-28

Plegaria Señor, no permitas que me quede echado en el suelo de mis desánimos. No me dejes caído como una tapia derruida. Tómame de la mano y levántame de la tristeza y del cansancio.. Señor, no permitas que me quede postrado en el suelo de la pereza, la comodidad y el desengaño. Señor, reconstrúyeme de nuevo. Enséñame a ponerme en pie cada mañana porque eres la roca firme que sostiene los cimientos de mi vida y mi esperanza.

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Tu huella diaria La amistad, valor universal No podemos sobrevivir en soledad y aislamiento. Necesitamos alguien en quién confiar, con quien compartir los buenos momentos y la alegría, a quién llamar cuando las cosas se ponen difíciles... Jesús de Nazareth, en el inicio de su tarea y misión, llamó a un grupo de personas en las que confió y con quienes compartió la tarea de anunciar la Buena Noticia de Dios, curar, ayudar, compartir... Fueron los apóstoles y discípulos. Para cuidar nuestros amigos y amigas: · Desinterés. Para que una amistad sea verdadera, no basta con caerse bien; hay que ayudar sin esperar nada a cambio. No es amigo quien busca aprovecharse del otro. La amistad no es comercio de beneficios. · Confiar. No solamente se cree lo que dice el amigo o la amiga, hay que creer en su persona. Confiar en el amigo significa tener la seguridad moral de que responderá a las esperanzas de amistad que hemos depositado en él. · Dar con generosidad. El dar y el darse es esencial en la amistad. · Ser leales. Ser leal supone ser persona de palabra, discreta, capaz de guardar secretos... la amistad es una llamada constante a la fidelidad · Ser agradecidos. La gratitud es propia de los verdaderos amigos.

Palabra de Dios Jesús escoge a los doce apóstoles Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado también Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el que cobraba impuestos para Roma; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que traicionó a Jesús. Jesús los envió con las siguientes instrucciones: «Id y anunciad que el reino de los cielos está cerca. Sanad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad de su enfermedad a los leprosos y expulsad a los demonios. Gratis habéis recibido este poder: dadlo gratis. No llevéis oro ni plata ni cobre ni provisiones para el camino. No llevéis ropa de repuesto ni sandalias ni bastón, pues el obrero tiene derecho a su sustento. Cuando lleguéis a un pueblo o aldea, buscad a alguien digno de confianza y quedaos en su casa hasta que salgáis de allí.» Mateo 10, 1-11

La amistad tiene un enemigo mortal: el orgullo y el egoísmo terminan por destrozar la amistad.

Plegaria Señor, hoy queremos darte gracias por la amistad y la fidelidad de nuestros amigos y amigas. Gracias por las veces que saben guardar nuestros secretos. Gracias por las palabras de ánimo que nos dan cuando estamos tristes. Gracias por las sonrisas que nos ayudan a ser un poco más felices. Que la generosidad abunde en nuestras vidas como la luz del sol que alumbra la tierra. Señor, que seamos fieles a la palabra dada y construyamos un mundo de amistad. Que aprendamos juntos el valor inmenso de la ayuda sincera y generosa. Que en nuestros días florezcan las sonrisas.

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Tu huella diaria Trabajar con esfuerzo y responsabilidad La capacidad de trabajo significa realizar con cuidado y esmero nuestras tareas, labores y deberes. Pero laboriosidad no significa únicamente «cumplir». La laboriosidad requiere atención y ejercicio continuo. Quien pasa demasiado tiempo en el sofá viendo televisión o inmerso en los videojuegos «hasta que el cuerpo aguante», poco a poco perderá la capacidad de esfuerzo hasta ser incapaz de permanecer mucho tiempo trabajando o estudiando en lo que no le gusta o no le llama la atención. Pequeñas acciones que ayudan a trabajar mejor y a cultivar el valor de la laboriosidad: · Comenzar y terminar las tareas en las horas previstas, garantiza orden para llegar a todo. · Establecer un horario y una agenda de actividades donde se contemple el estudio, el descanso, el tiempo libre con los amigos y amigas, el tiempo para la familia y el destinado a cumplir con las obligaciones domésticas o encargos. · Terminar en orden, y de acuerdo a su importancia, todo lo empezado: encargos, trabajos y deberes. · Cumplir con nuestros deberes, aunque no nos gusten o impliquen un poco más de esfuerzo. · Tener ordenado y dispuesto nuestro material y equipo de trabajo antes de iniciar cualquier actividad. Evitando así poner pretextos para buscar lo necesario y la consabida pérdida de tiempo e interés.

Palabra de Dios Parábola de los dos hijos Jesús preguntó los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judíos: ¿Qué os parece esto? Un hombre que tenía dos hijos le dijo a uno de ellos: ‘Hijo, ve hoy a trabajar a la viña.’ El hijo le contestó: ‘¡No quiero ir!’, pero después cambió de parecer y fue. Luego el padre se dirigió al otro y le dijo lo mismo. Este contestó: ‘Sí, señor, yo iré’, pero no fue. ¿Cuál de los dos hizo lo que el padre quería? – El primero –contestaron ellos. Mateo 21, 28-32

Plegaria Señor, Tú conoces mis cansancios. Tú sabes el tiempo que pierdo, los caprichos y comodidades que me atan; y mi falta de entrega y compromiso. Dame la fuerza suficiente para seguirte de cerca esforzándome cada día. Señor, Tú conoces mis cansancios; Tú sabes que a veces mis pies se detienen al borde del camino, renunciando a seguir tus huellas. Señor, hoy vengo a pedirte el coraje necesario para ser responsable en mi trabajo y no cansarme nunca de hacer el bien.

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Tu huella diaria Paciencia para ver los frutos Nuestra vida se desenvuelve a un ritmo vertiginoso: prisa para hacer las tareas, para llegar, para marchar, para aprender en el estudio... prisa para disfrutar del tiempo libre. Esta Cuaresma nos ofrece la oportunidad de hacer un alto en el camino y reflexionar sobre la paciencia; ese valor que nos proporciona el sosiego necesario para aprender a construir poco a poco, sabiendo manejar el tiempo de las cosas y situaciones. Ser como el sembrador de la parábola que trabajó pacientemente y al final tuvo la satisfacción de ver cómo la tierra había producido abundante cosecha. Uno de los grandes obstáculos que impiden el desarrollo de la paciencia, es esperar resultados a corto plazo, sin considerar el tiempo y esfuerzo requeridos para alcanzar el fin. Alguna pospuesta: · Hacer demasiadas actividades produce ansiedad y prisa, quedando un amargo sabor y mal humor por no terminar todo lo iniciado. Mide tus fuerzas y tus compromisos. · No quieras tener las cosas tan sólo con desearlas. Acostúmbrate a esperar y a ganar con tu esfuerzo aquello que deseas. Técnicamente: aprende a postergar el deseo. · Soportar las molestias del clima sin quejas. · Tener paciencia con los demás ante su falta de destreza, conocimiento o pericia. Ayúdales una y otra vez. Ofrecerles nuevas oportunidades.

Palabra de Dios

Exígete a ti mismo la misma paciencia que te gusta que tengan contigo.

Parábola del sembrador Como se reunió mucha gente, subió Jesús en una barca y se sentó, mientras la gente se quedaba en la orilla. Y se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas. Les dijo: «Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: unas espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta. El que tenga oídos para oír, que oiga» Mateo 13, 4-9

Plegaria Señor, arranca la mala hierba de la pereza y la desgana del campo de nuestra vida. Líbranos de la plaga del engaño y del granizo de la dejadez. Cuida las semillas de vida que Tú has sembrado en nuestra tierra. Riéganos con el agua limpia de tu Palabra que es amor. Así las semillas de bondad que sembraste en nuestro campo bratarán como espigas repletas de futuro. Ayúdanos a ofrecer una cosecha de sinceridad, lealtad y de trabajo paciente y constante.

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Tu huella diaria Alegría compartida Es fácil confundir la felicidad con el bienestar. Muchas personas tienden a creer que los bienes materiales les darán una felicidad que nunca encuentran. La felicidad es un concepto mucho más profundo. No es la falta de problemas o la ausencia de dificultades. El primer sitio donde debemos encontrarla es en nuestro interior. Es muy difícil ser feliz con una actitud de resentimiento o de pesimismo ante la vida. Tampoco se puede ser feliz si depositamos nuestro corazón en cosas materiales. La felicidad no está únicamente en nosotros mismos, también está en la entrega a los demás: la generosidad en la amistad, la ayuda al necesitado, el apoyo en los momentos difíciles. Volcarnos hacia los demás es una de las fuentes más preciosas para una genuina felicidad.

Palabra de Dios Vuestra tristeza se convertirá en alegría

· Aprender a disfrutar de las pequeñas y cotidianas cosas de nuestra vida: la conversación, el descanso, el trabajo, la naturaleza, la amistad... · Ver en nuestras ocupaciones diarias un motivo de felicidad. · Aceptar serenamente nuestras cualidades y limitaciones sin renunciar a mejorar. · Tener una actitud positiva ante las personas y las circunstancias. · Ser perseverantes en las dificultades, esforzándonos por descubrir lo positivo de los problemas, tratando de sacar provecho de la experiencia. · Hacer lo posible por crear un ambiente agradable a nuestro alrededor.

Jesús dijo a sus discípulos: «Os aseguro que vosotros lloraréis y estaréis tristes, mientras que la gente del mundo se alegrará. Sin embargo, aunque estéis tristes, vuestra tristeza se convertirá en alegría. Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero cuando ya ha nacido la criatura, la madre se olvida del dolor a causa de la alegría de que un niño haya venido al mundo. Así también, vosotros os angustiáis ahora, pero yo volveré a veros y entonces vuestro corazón se llenará de alegría, de una alegría que nadie os podrá quitar. Juan 16, 20-22

Plegaria Que nuestras gargantas sean como trompetas que pregonan un día grande de fiesta. Que nuestras voces no se cansen de proclamar que Tú eres el Dios de la Vida. Que nuestras manos se alcen a lo alto y aplaudan porque Tú has vencido al dolor y a la muerte y nos ha enseñado el brillo de la alegría. Gracias, Señor, porque no te quedaste en la cruz. Gracias porque podemos sentirte vivo, presente entre nosotros y resucitado. Gracias por dibujar una sonrisa en lo más profundo de nuestros corazones.

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Tu huella diaria Esfuerzo humilde La voluntad y el esfuerzo con capacidades humanas que nos mueve a hacer cosas de manera intencionada por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo. Nuestra voluntad actúa principalmente en dos sentidos: · De manera espontánea, cuando nos sentimos motivados y convencidos a realizar algo. · De forma consciente, cada vez que debemos esforzarnos por realizar las cosas. La capacidad de esfuerzo debe ir acompañada de una buena dosis de humildad y sencillez. Quien se esfuerza, pero hace ostentación de ello, se convierte en orgulloso y preponderante. Algunas formas de mejorar la voluntad: · Controlando nuestros gustos personales. · Cuidadando las tareas diarias: por prioridades, no dejando a medias lo comenzado; corrigiendo los errores; guardando ordenadamente las cosas al terminar... · Aprendiendo cosas nuevas: Infórmate, estudia, pon en práctica las nuevas técnicas y medios; desarrolla con seriedad una afición. · Haciendo algo por los demás: en casa siempre hay tareas que hacer. · Evita poner pretextos de cansancio, falta de tiempo u ocupaciones ficticias; llega puntual a tus compromisos.

Palabra de Dios Los humildes serán engrandecidos Al ver Jesús que los invitados escogían los asientos de honor en la mesa, les dio este consejo: «Cuando alguien te invite a una fiesta de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que llegue otro invitado más importante que tú, y el que os invitó a los dos venga a decirte: ‘Deja tu sitio a este otro.’ Entonces tendrás que ir con vergüenza a ocupar el último asiento. Al contrario, cuando te inviten, siéntate en el último lugar, para que cuando venga el que te invitó te diga: ‘Amigo, pásate a este sitio de más categoría.’ Así quedarás muy bien delante de los que están sentados contigo a la mesa. Porque el que a sí mismo se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido»

Plegaria Señor, aleja de nosotros y nosotras el orgullo que nos hace creernos mejores al tiempo que despreciamos a los demás. Señor, danos un corazón humilde. Que las personas que viven a nuestro lado se sientan siempre acogidas y valoradas. Que nunca nuestros esfuerzos se encaminen a competir para dejar atrás y humillar a quienes viven a nuestro lado.

Lucas 14, 7-14

Señor, que sintamos la alegría de compartir esfuerzos y caminar hacia metas comunes... construyendo un tiempo de fraternidad.

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Tu huella diaria Sinceros La sinceridad es un valor que caracteriza a las personas por mantener una actitud coherente en todo momento. Las acciones de quien es sincero, reflejan sus pensamientos. La cuaresma es tiempo para reforzar la sinceridad. Jesús de Nazareth fue sincero hasta el final. Criticó con fuerza la hipocresía y la falsedad. En Él encontramos un modelo y ejemplo de coherencia. La persona sincera procura decir siempre la verdad. Algunos errores más comunes: · Frecuentemente utilizamos «mentiras piadosas» de baja intensidad: decir que llevamos un trabajo adelantado, cuando no hemos comenzado... etc. · A veces agrandamos los defectos de alguien porque le tenemos envidia. Con aires de ser «sincero», aumentamos las carencias de los demás. · Cuando aparentamos lo que no somos, mostrando una personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres... En este momento hacemos realidad el viejo refrán: «dime de que presumes... y te diré de que careces»... . Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando hacer suposiciones, sobre todo cuando éstas se refieren a las personas. Al ser sinceros aseguramos la amistad, somos honestos con los demás y con nosotros mismos. Nos convertimos en personas dignas de confianza por la veracidad que hay en nuestra conducta y nuestras palabras.

Palabra de Dios No seáis hipócritas Dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis a nadie,a para que Dios no os juzgue a vosotros. Pues Dios os juzgará de la misma manera que vosotros juzguéis a los demás; y con la misma medida con que midáis, Dios os medirá a vosotros. ¿Por qué miras la paja que tu hermano tiene en su ojo y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en el ojo, ¿cómo podrás decirle a tu hermano: ‘Déjame sacarte la paja que tienes en el ojo’. ¡Hipócrita!, sácate primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. Mateo 7, 1-5

Plegaria Señor, que nuestros labios pronuncien siempre palabras sinceras y transparentes... como el agua del arroyo que, aunque se rompe entre piedras, desciende cantando ritmos de libertad. Señor que nuestros deseos sean siempre sinceros. Que nunca anide en nuestra vida la envidia y el orgullo. Que seamos como agua de un lago donde todos puedan mirar serenamente su propia imagen.

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Tu huella diaria La bondad La bondad es una inclinación a hacer el bien, comprendiendo a las personas y sus necesidades con paciencia, entrega y ánimo equilibrado. Desarrolla en la disposición para agradar y complacer en justa medida a todas las personas y en todo momento. Durante la Cuaresma nos preguntamos por el respeto que mostramos a los demás... y, sobre todo, por el cariño y delicadeza con los que somos capaces de acoger y ayudar a quienes viven a nuestro lado. ¿Cómo nos alejamos de una actitud bondadosa? · con actitudes agresivas, malos modales y palabras altisonantes; · con la indiferencia ante las preocupaciones o inquietudes que tienen los demás, juzgándolas de poca importancia o como producto de su falta de habilidad para resolver problemas. · con actitudes de superioridad y orgullo. · con la falta de escucha atenta a los que acuden a nosotros buscando comprensión y acogida. Para fomentar este valor debemos: · Sonreír siempre y acoger a todos. · Evitar el pesimismo: ver lo bueno y positivo de las personas y circunstancias · Tratar a los demás como quisiéramos que nos trataran: con amabilidad, educación y respeto. · Corresponder a la confianza y buena fe que se deposita en nosotros. · Procurar dar ayuda a los necesitados, sea con trabajo o económicamente. · Servir y ayudar desinteresadamente, sin esperar nada a cambio.

Palabra de Dios Haced el bien a todos Habéis oído que antes se dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padree que está en el cielo, pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y envía la lluvia sobre justos e injustos. Porque si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¡Hasta los que cobran impuestos para Romaf se portan así! Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¡Hasta los paganos se portan así! Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro Padre que está en el cielo es perfecto. Mateo 5, 43-48

Plegaria Señor, líbranos de las palabras que ofenden, hieren y molestan. Que de nuestros labios broten palabras-paloma y seamos mensajeros de paz. Señor, líbranos de creernos superiores a los demás. Que nunca humillemos a nadie bajo nuestro orgullo y desprecio. Muéstranos la senda de la sencillez y la humildad. Señor, líbranos del poder que brota de la violencia. Enséñanos a ser constructores de respeto y bondad.

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Tu huella diaria Orientar la vida La Cuaresma nos ofrece una excelente oportunidad para orientar la existencia. La vida se hace más profunda y feliz cuando sabemos hacia dónde nos dirigimos, porqué hacemos las cosas y qué sentido tiene todo. Muchos son los aspectos sobre los que podemos actuar: · La fe es el mejor regalo que nos ha hecho Dios. Mediante ella, Dios orienta nuestra vida. Nuestro Dios es un Dios cercano, que se ha hecho presente en Jesús de Nazareth. Él es nuestro amigo y nos llena de amor para que seamos capaces de amar a los demás. Nos propone un camino para que seamos felices. · Los talentos y las cualidades. Hacer fructificar los talentos, forma parte de una vida orientada. · Honrados ciudadanos. Trabajar es una de las principales tareas que una persona puede realizar para sí y para la sociedad. Merece la pena formarse, dominar una profesión y no perder su sentido. · La familia. Cuidarla, es cuidarse de uno mismo. La familia es amor y proyecto. Cada miembro tiene una misión en el seno de la familia. · Hay muchos hombres y mujeres para los demás y cuya orientación es el servicio. La solidaridad es importante. Abrir la vida a quienes nos necesitan, ayuda a superar el egoísmo.

Palabra de Dios Jesús llama a cuatro pescadores Paseaba Jesús por la orilla del lago de Galilea,v cuando vio a Simón y a su hermano Andrés. Eran pescadores y estaban echando la red en el lago. Les dijo Jesús: – Seguidme, y os haré pescadores de hombres. Al momento dejaron sus redes y se fueron con él. Un poco más adelante, Jesús vio a Santiagoy y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca reparando las redes. Al punto Jesús los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con sus ayudantes, se fueron con Jesús. Marcos 1,16-20

· La amistad precisa dedicación. Resulta difícil en una sociedad marcada por la prisa. Pero es imprescindible orientar nuestra persona hacia la convivencia, el encuentro personal y la amistad.

Plegaria Señor, quiero seguirte. Quiero acercarme contigo hasta las aldeas perdidas donde los excluidos de la vida sufren en silencio Señor, quiero aprender de Ti a curar las oscuras heridas que taladran el alma y desdibujan la esperanza. Señor, quiero aprender de Ti a devolver la dignidad, a ofrecer nuevas oportunidades, a ser sembrador de alegría. Señor, orienta mis días hacia el bien. Enséñame a seguir tus caminos.

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Tu huella diaria Para comenzar a rezar Orar es hablar con Dios y unirnos con Él de forma sencilla y confiada. Hay que cuidar algunos detalles: El silencio interior · Para orar es preciso crear un ambiente de «silencio interior»: la atmósfera necesaria para que la Palabra de Dios resuene en nosotros, y para que nuestras palabras nazcan desde dentro. Para crear este «silencio interior» hay que dejar a un lado los ruidos exteriores. Sencillez · Orar no consiste en decir muchas palabras y dar grandes explicaciones. Es dirigirse a Dios con sencillez y naturalidad, sintiéndonos hijos dispuestos a entrar en diálogo con Dios, su Palabra. No hace falta erudición, estudios. Tampoco es imprescindible hacer zen o yoga. Orar es mucho más sencillos que todo eso. Gratuidad · Dios nos regala su amor porque nos quiere, sin pedir nada a cambio. La oración tiene mucho que ver con dar gracias a Dios por lo bueno y hermoso que hay a nuestro alrededor, sobre todo lo que Dios ha hecho en la creación, en la historia y en los acontecimientos. También para pedir ayuda a Dios en los momentos de dificultad. Actitud corporal y gestos · El gesto exterior expresa una actitud interior de la persona. Es importante cómo dispongas tu cuerpo para rezar.

Palabra de Dios Orar con sencillez «Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las las plazas, para que la gente los vea. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa. Y al orar no repitas palabras inútilmente, como hacen los paganos, que se imaginan que por su mucha palabrería Dios les hará más caso. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis aun antes de habérselo pedido. Vosotros debéis orar así: ‘Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que necesitamos. Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a quienes nos han ofendido. Y no nos expongas a la tentación, sino líbranos del maligno.’ Porque si vosotros perdonáis a los demás, vuestro Padre que está en el cielo os perdonará también» Mateo 6, 5-8

Plegaria Padre nuestro y también de todas las personas del mundo. Que estás en el cielo para mirarnos y comprendernos. Que tu nombre sea respetado. Que podamos conocer tu Reino y todo lo bueno que Tú has creado en el cielo y en la tierra. Danos hoy el pan de cada día: pan conseguido con nuestro esfuerzo Que todas las personas del mundo tengan el alimento necesario para vivir. Enséñanos a perdonar y a sentirnos perdonados por los demás. Aparta de nosotros todo mal y ayúdanos a vivir con sinceridad.

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Tu huella diaria Abiertos a la novedad La creatividad es una cualidad que las personas poseemos desde el nacimiento. Se activa o permanece oculta dependiendo de las circunstancias y del uso que hagamos de ella. La creatividad implica originalidad, flexibilidad, visión futura, iniciativa, confianza... Jesús de Nazareth se atrevió a ser creativo. Frente a una sociedad anquilosada en multitud de ritos y preceptos repetidos de forma rutinaria, anunció la acogida, el perdón, la cercanía de Dios Padre... como novedades capaces de cambiar a las personas por dentro y mejorar las estructuras sociales injustas. Para mejorar tu creatividad: · Vence la pereza y aprende cosas nuevas. Busca respuestas a lo que te llaman la atención. · Atrévete a pensar que las cosas y situaciones pudieron ser de otra manera. Fomenta un espíritu crítico y respetuoso. · Ante errores o fracasos, no te pierdas en lamentaciones. Busca las causas y no te des por vencido. · Muéstrate flexible. Escucha nuevas opiniones. Asocia unas ideas con otras. · No te dejes llevar por la moda o por lo criterios comunes. Replantéate lo conocido y elabora nuevas formas de pensar. · No te dejes llevar por pensamientos negativos y derrotistas.

Palabra de Dios

· Reflexiona con frecuencia. Para ello es imprescindible que aprendas a crear espacios de silencio interior, tranquilidad y paz.

Vivir la novedad Decía Jesús: «Nadie remienda un vestido viejo con un trozo de tela nueva, porque lo nuevo encoge y tira del vestido viejo, y el desgarrón se hace mayor. Tampoco se echa vino nuevo en odres viejos, porque los odres revientan, y tanto el vino como los odres se pierden. Por eso hay que echar el vino nuevo en odres nuevos, para que se conserven ambas cosas» Mateo 9, 16-17

Plegaria Señor, hoy nos presentamos ante Ti cansados de tanta rutina y monotonía. Los ojos de nuestra vida, cegados por el brillo de las cosas, dejaron de mirar en profundidad. Queremos tener muchas cosas para aparentar lo que no somos. Queremos vestirnos con prendas de marca para aparentar el prestigio que no tenemos. Nos disfrazamos poniendo viejas máscaras sobre nuestro rostro. Señor, abre nuestros ojos a la novedad. Que sobre la rutina crezca el entusiasmo. Que donde abunda la monotonía pongamos creatividad. Queremos ser personas nuevas.

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Tu huella diaria Flexibles y respetuosos La flexibilidad es la capacidad de adaptarse a las circunstancias, los tiempos y las personas, rectificando oportunamente nuestras actitudes y puntos de vista para lograr una mejor convivencia y entendimiento con los demás. En ocasiones se ha entendido a la flexibilidad como un «ceder» siempre para evitar conflictos. Pero ser flexible no significa dejarse llevar y ser condescendiente con todo y con todos. Aprender a escuchar y a observar con atención todo lo que ocurre en nuestro entorno, constituye el punto de partida para tomar lo mejor de cada circunstancia y dejar a un lado todo aquello que no es conveniente. Para identificar y corregir algunas de las actitudes que nos impiden vivir este valor: · Procura que tu primer impulso no sea dar un sí o un no como respuesta. Escucha, observa, reflexiona y actúa. · Habla cuando sea necesario, y calla si las circunstancias así lo aconsejan. · Trata a cada persona según su peculiar forma de ser, lo cual se traduce en respeto. · Rectifica tus opiniones o actitudes cuando sea necesario. Reconocer los propios errores, pedir perdón o aclarar una equivocación, demuestra sencillez y honradez. · Respeta las reglas o normas que rigen en los distintos lugares a los que asistes, a menos que afecten la integridad y seguridad de las personas.

Palabra de Dios Agradecimiento En su camino a Jerusalén, pasó Jesús entre las regiones de Samaria y Galilea. Al llegar a cierta aldea le salieron al encuentro diez hombres enfermos de lepra, que desde lejos gritaban: – ¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros! Al verlos, Jesús les dijo: – Id a presentaros a los sacerdotes. Mientras iban, quedaron limpios de su enfermedad. Uno de ellos, al verse sanado, regresó alabando a Dios a grandes voces, y se inclinó hasta el suelo ante Jesús para darle las gracias. Este hombre era de Samaria. Jesús dijo: – ¿Acaso no son diez los que quedaron limpios de su enfermedad? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Únicamente este extranjero ha vuelto para alabar a Dios? Y dijo al hombre: – Levántate y vete. Por tu fe has sido sanado. Lucas 17, 11-19

Plegaria Señor, ayúdanos a ser personas acogedoras, capaces de preparar para los demás una fiesta de esperanza en la que podamos compartir sonrisas y amistad. Queremos ofrecer el agua limpia de la acogida a quienes vagan sin rumbo por el desierto de la soledad. Queremos ofrecer la sombra fresca de la alegría a quienes tan sólo conocen las lágrimas amargas del fracaso personal. Señor, ayúdanos a preparar una fiesta de esperanza y amistad. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Silencio interior Estamos llenos de palabras y sensaciones, de imágenes brillantes y en movimiento, de prisas, ruidos, publicidad y reclamos consumistas... Por fuera se nos invita a evitar todo encuentro con uno mismo y a hacer silencio interior. Pero dentro de nosotros mismos escasea también ese gusto y capacidad de silencio y de encuentro con uno mismo. Jesús de Nazareth pasaba el día rodeao de gente. Les acogía, les curaba, les bendecía... Peri siempre encontraba momentos para estar a solas consigo mismo y en oración con Dios Padre. El ruido exterior es fácil de evitar. Pero el interior es el que más estorba. Las piedras que más molestan para cambiar no son las que hay en el camino, sino las que se han metido dentro del zapato... La mayor dificultad para lograr el silencio interior la encontramos en el miedo al silencio. Nos asusta quedarnos a solas con nosotros mismos, con lo que realmente somos. Cuando uno va quitando una a una las capas que ocultan el centro de su persona (los trabajos, la imagen que uno da, la agitación, las prisas que aturden)... surge el núcleo de la persona. Y, aunque parezca extraño, es gratificante. Una de las mejores experiencias que podemos tener en esta cultura del ruido y la prisa, es encontrarnos con nosotros mismos. El silencio interior «sabe» a presencia, apertura, paz, confianza, paciencia, esperanza, encuentro. Es imprescindible para reflexionar sobre las cosas importantes de la vida y para acercarnos a Dios en la oración.

Palabra de Dios Jesús ora en un lugar apartado Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados, y el pueblo entero se reunió a la puerta. Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente y expulsó a muchos demonios ( ) De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar apartado. Marcos 1, 35

Plegaria Señor, tu llegabas a lo profundo de las personas. Les invitabas a encontrarse consigo mismas y con Dios. Y así descubrían las riquezas que atesoraba su interior: alegría y esperanza, generosidad y buenos sentimientos, sinceridad y capacidad de superación. Señor, ayúdanos a llegar a nuestro interior. Queremos descubrir la bondad, la amistad y la felicidad que brota desde lo más íntimo de nuestras personas. Señor, ayúdanos a encontrarnos contigo. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Ser luz, ser sal La imagen de la luz y de la sal son utilizadas por Jesús en el Evangelio para definir actitudes de sus discípulos. En esta Cuaresma reflexionamos sobre las actitudes que se derivan de estas dos comparaciones. · La luz que ilumina en el hogar, es discreta. Una luz adecuada ilumina la casa y a quienes en ella están. Una luz dirigida a los ojos, deslumbra. Iluminar a los demás requiere sencillez. · La luz es un símbolo positivo. La claridad del amanecer vence la oscuridad de la noche. Si deseas ser «luz», muestra el brillo de la esperanza y la alegría. · El sol es la gran luz que ilumina el día. Las pequeñas lámparas y velas, en su humildad, también son de gran ayuda en medio de la noche. · La luz vence a la oscuridad. Ser luz supone un esfuerzo continuo por vencer las tinieblas que existen a nuestro derredor: la tristeza, la soledad, la amargura... Ser luz es llenar de alegría y bienestar a quienes viven a nuestro lado. · Nadie es capaz de dar lo que no tiene. Para iluminar hay que tener la claridad en el interior: sinceridad, autenticidad, coherencia, ayuda... · La sal da sabor. Ser sal supone un compromiso por animar la vida propia y la de los demás. Vencer los momentos de desaliento, ayudar a superar las dificultades.

Palabra de Dios Ser luz y sal del mundo Jesús dijo a sus dicípulos: «Vosotros sois la sal de este mundo. Pero si la sal deja se vuelve sosa, ¿con qué le devolverán el sabor? Ya no sirve para nada, así que se la arroja a la calle y la gente la pisotea» «Vosotros sois la luz de este mundo. Una ciudad situada en lo alto de un monte no puede ocultarse; y una lámpara no se enciende para taparla con alguna vasija, sino que se la pone en alto para que alumbre a todos los que están en la casa. Del mismo modo, procurad que vuestra luz brille delante de la gente, para que, viendo el bien que hacéis, alaben todos a vuestro Padre que está en el cielo» Mateo 5, 13-16

Plegaria Gracias, Señor, por los momentos de luz que borran esa oscuridad que a veces hace nido en mis pupilas. Gracias, Señor, porque cuando sólo veo tinieblas y pienso que ya nunca nacerá en mis labios una sonrisa, me inunda tu claridad. Gracias por regalarme el amanecer de tu vida y compañía. Ilumina mi vida para que descubra todas las cosas buenas que me regalas continuamente. Gracias, Señor porque tu amor y presencia me convierte en humilde lámpara para alumbrar a quienes caminan a mi lado. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Confianza En Cuaresma ponemos nuestra confianza en Dios, Padre Bueno que nos quiere y ayuda. Confiar en Dios nos lleva a confiar también en la bondad de los demás. Confiamos en una persona cuando sabemos que en sus palabras no existe doble sentido; cuando jamás hace un juicio a la ligera sobre las actitudes de los demás; cuando trabaja con responsabilidad; cuando sus expresiones no son queja y crítica constante; cuando sabemos que llegará puntual; cuando tenemos la certeza de que guardará el secreto que le hemos confiado... Todos somos capaces de generar confianza en los demás... Para ello es necesario: · Atender con paciencia a los demás ayudándoles a mejorar y adquirir seguridad en lo que están haciendo. · Escuchar la opinión de los demás con respeto y atención, sin prisa, dedicándoles el tiempo necesario, comprendiendo su situación... · Comprender los errores y equivocaciones, sabiendo disculpar y estando dispuestos a ayudar para que mejoren. · Hablar con sinceridad, sin hacer trampas en el juego diario de la vida. · Evitar que se hagan burlas o lancen calumnias sobre otras personas, defendiendo el honor y el buen nombre de todos.

Palabra de Dios El que pide, recibe; el que busca, halla Por eso os digo: «Pedid a Dios y Dios os dará, buscad y encontraréis, llamad a la puerta y se os abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso algún padre entre vosotros sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado? ¿O de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre que está en el cielo dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan! Lucas 11, 9-13

· Cumplir con las promesas que hacemos y la palabra que empeñamos.

Plegaria Aunque muchos me adviertan que es mejor no fiarse ni de nada ni de nadie… Señor, yo seré profeta de la confianza en los demás. Aunque muchos me digan que la vida es un asunto vacío y sin sentido… Señor, yo seré profeta de la esperanza. Aunque muchos me griten que mire por mí mismo que recele de todos lo que me rodean... Señor, ayúdame a confiar en Ti. Enséñame a confiar en los demás.

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Tu huella diaria Optimismo El optimismo es la actitud que nos ayuda a comprender a las personas, cosas o situaciones, desde su aspecto más favorable. Está unido a la alegría, la felicidad y el entusiasmo. El pesimismo, por el contrario, lleva a considerar las cosas desde su cara más desfavorable, con tristeza, insatisfacción y disgusto. Los cristianos miramos la vida con la mirada esperanzada de Jesús que pasó por la vida haciendo el bien, mostrándonos el amor de Dios Padre, confiando en las posibilidades de la gente, devolviendo la esperanza y construyendo un mundo mejor. Para vivir con optimismo: · Analiza los acontecimientos desde los puntos buenos y positivos. Evita actitudes derrotistas ante las dificultades y considera a éstas como oportunidades. · Haz el esfuerzo por dar soluciones, en vez de obcecarte en críticas y quejas. · Descubre las cualidades y capacidades de las personas. Reconoce su esfuerzo, interés y dedicación. · Aprende a ser sencillo y pide ayuda. · No hagas alarde de seguridad tomando decisiones a la ligera. No confundas el optimismo con la imprudencia.

Palabra de Dios Parábola del crecimiento de la semilla Jesús dijo también: «Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra en la tierra: que lo mismo si duerme que si está despierto, lo mismo de noche que de día, la semilla nace y crece sin que él sepa cómo. Y es que la tierra produce por sí misma: primero brota una hierba, luego se forma la espiga y, por último, el grano que llena la espiga. Y cuando el grano ya está maduro, se siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha." También dijo Jesús: “¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos compararlo? Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas; pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra» Marcos 4, 26-32

No es más optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido encontrar en la adversidad un estímulo para superarse, fortaleciendo su voluntad y empeño; y en los errores y equivocaciones una experiencia positiva de aprendizaje.

Plegaria Señor, no nos dejes caer en la tentación del temor y la cobardía. No permitas que vivamos esclavos de nuestros miedos; agobiados por la tristeza o distraídos por las cosas. Señor, levanta nuestro ánimo. Transforma el gris de nuestra tristeza en un arco iris de esperanza. Pon en nuestras pupilas el brillo de la alegría. Fortalece nuestras manos para ayudar a quien cayó. Señor, no nos dejes caer en la tentación de la desesperanza.

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Tu huella diaria Una mirada crítica y porfunda Mediante la crítica constructiva las personas buscamos un cambio favorable que mejore situaciones y beneficie a quienes viven a nuestro lado. La actitud crítica debe estar fundamentada en el respeto y en el deseo sincero y honesto de colaboración. Si algo no nos gusta o puede mejorarse, no hay que generar murmuraciones o crear conflictos. Lo correcto es expresar con delicadeza nuestro punto de vista y estar dispuestos a escuchar y llegar a un resultado provechoso para todos. La Cuaresma es un tiempo oportuno para «abrir los ojos» y mirar la vida en profundidad. Muchas gentes pasan por la vida «distraidas», sin prestar atención ni a sí mismas ni a los demás. Mirar con atención y profundidad. Antes de ponerse a criticar, conviene ser críticos con nosotros mismos. Para ello: · Observa las situaciones con atención, escucha y pregunta. Obten los elementos necesarios para formar un juicio correcto. · Infórmarte bien y acostúmbrate a hablar de los hechos, evitando las suposiciones y prejuicios. · Antes de criticar a una persona, examínate a ti mismo con el mismo rigor. · Descubre lo bueno que hay en las personas. · Examina tus sentimientos y estado de ánimo antes de hablar. Si estás enfadado o alterado, espera a un mejor momento para pronunciarte.

Palabra de Dios Jesús abre los ojos a un ciego Cuando ya salía Jesús de la ciudad de Jericó seguido de sus discípulos y mucha gente, un mendigo ciego llamado Bartimeo, estaba sentado junto al camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, comenzó a gritar: – ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí! Muchos le reprendían para que se callara, pero él gritaba más aún: – ¡Hijo de David, ten compasión de mí! Jesús se detuvo y dijo: – Llamadle. Llamaron al ciego y le dijeron: – Ánimo, levántate. Te está llamando. El ciego arrojó su capa, y dando un salto se acercó a Jesús, que le preguntó: – ¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: – Maestro, quiero recobrar la vista. Jesús le dijo: – Puedes irte. Por tu fe has sido sanado. En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús. Marcos 10, 46-52

· Acepta con madurez las críticas que te hagan, considerándolas una oportunidad de mejora.

Plegaria Señor, Tú pasaste por esta vida con la mirada atenta para descubrir el sufrimiento y la exclusión. Tú contemplabas el sufrimiento con ojos de compasión y misericordia. Señor, Tú curaste a los leprosos, abriste los ojos a los ciegos, levantaste a los caídos... Ayúdanos a ser como Tú. Danos una mirada como la tuya, capaz de mirar con profundidad a los rostros marcados a fuego por el dolor. Haznos capaces de ayudar a quienes necesitan una mano amiga que ofrece todo sin esperar nada a cambio.

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Tu huella diaria Honradez y honestidad La honestidad es aquella actitud que nos ayuda a vivir de forma coherente entre nuestros pensamientos y nuestros actos. Cuanta mayor identidad hay entre ideas y acciones, mayor nivel de honestidad. Son actitudes deshonestas: la hipocresía, aparentando una personalidad que no se tiene para ganarse la estimación de los demás; el mentir continuamente; simular trabajar o estudiar para no recibir una llamada de atención; no guardar el secreto que nos han confiado; no cumplir la palabra dada; hacer trampas para obtener ventaja; hablar mal a la espalda de las personas dañando su honor y buen nombre... Jesús de Nazareth vivió de forma coherente. La gente decía que tenía una nueva autoridad, porque había identidad entre las palabras que pronunciaba y las acciones que realizaba. Hablaba de acogida y misericordia y con sus gestos la hacía realidad. En la convivencia diaria podemos vivir la honestidad · No causando daño al buen nombre de los demás, atribuyéndoles defectos que no tienen o juzgando con ligereza su actuar. · Defendiendo de calumnias y difamaciones a quienes no están presentes. · Evitando obtener un beneficio a base de trampas: en el juego, copiando en las evaluaciones o exámenes, poniendo excusas falsas, rehuyendo la responsabilidad, culpando a los demás... · Guardando como propios los secretos que nos han sido confiados. · Devolviendo las cosas que no nos pertenecen y restituyendo todo aquello que por descuido hayamos dañado.

Palabra de Dios Que tu luz sea clara Decía Jesús a sus discípulos: «Nadie enciende una lámpara y la pone en un lugar escondido o debajo de una vasija, sino en alto, para que los que entran tengan luz. Tus ojos son como la lámpara del cuerpo. Si tus ojos son buenos, todo tu cuerpo será luminoso; pero si son malos, tu cuerpo permanecerá en oscuridad. Ten cuidado de que la luz que hay en ti no resulte oscuridad. Pues si todo tu cuerpo es luminoso y no hay oscuridad en él, todo en ti será tan claro como cuando una lámpara te alumbra con su luz» Lucas 11, 33-36

Plegaria Señor, quiero pasar por esta vida como una persona honrada. Quiero vivir sin hacer trampas; fiel a las reglas del juego y leal. Ayúdame a jugar limpio con los demás y a cumplir la palabra dada. Señor, quiero cimentar mi vida sobre la generosidad que es entrega; sobre la fraternidad que es acogida; y sobre el perdón que cura las heridas. Señor, enséñame a saber perder y a saber ganar. A ser generoso y humilde al mismo tiempo; comprometido con levantar una casa donde habite la justicia y la honradez; la nobleza y la sinceridad... www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Tender puentes Tender puentes hacia las personas es una tarea positiva y hermosa. Tender puentes, y sobre todo hacer de puente, requiere esfuerzo y dedicación. Quien hace de «puente» debe estar dispuesto a vivir la alegría de la acogida y a soportar el peso de los que pasan por él. La resistencia, el aguante, la solidez son sus virtudes. El servicio, el diálogo y la disponibilidad están en sus cimientos. Los Evangelios subrayan cómo Jesús de Nazareth acogía a quienes más lo necesitaban. Tendía puentes entre Dios y las personas. Integraba humana, social y espiritualmente a quienes sufrían la exclusión. Para vivir tendiendo puentes: · Haz el propósito de ayudar en casa y en la escuela. · Alégrate de los éxitos de quienes viven a tu alrededor. Comparte su alegría. · No olvides echar una mano a quienes no te caen simpáticos. Tal vez son quienes más lo necesitan. · Intenta olvidar resentimientos, envidias y juicios negativos respecto a los demás. · Perdona con generosidad. Te sentirás mejor y, quienes viven a tu lado, serán más felices. · Escucha a los demás con interés. Descubre las cualidades que tienen.

Palabra de Dios Aceptar a quienes hacen el bien Juan dijo a Jesús: – Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, pero como no es de los nuestros se lo hemos prohibido. Jesús le contestó: – No se lo impidáis, porque el que no está contra nosotros está a nuestro favor. Lucas 9, 49-50

· Con prudencia y delicadez, ayuda a quienes están enemistados para que olviden el rencor y regresen a la amistad.

Plegaria Señor ayúdanos a… Tomar la mano de quien nunca sintió una caricia. Pronunciar el nombre de quien vive en soledad. Defender al débil que sufre burlas y desprecios. Llenar de esperanza a quien perdió la ilusión. Sonreír a quien naufragó entre lágrimas. Levantar a quien cayó víctima del odio y el rencor. Contagiar coraje y valentía a quien tiembla de temor. Tender puentes para descubrir el bien y la bondad.

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Tu huella diaria Respeto y tolerancia El respeto es la base de toda convivencia. Para garantizarla se han establecido las leyes. Sin embargo, el respeto no puede estar fundamentado solamente en el cumplimiento de leyes y reglamentos. El respeto es una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración de los demás. Sin una profunda actitud de respeto y afecto a la dignidad de cada persona, no podrá existir respeto. Es admirable la actitud de Jesús hacia los excluidos, enfermos, necesitados y extranjeros. En una sociedad, que no se caracterizaba por el repeto y la tolerancia, Jesús cuidó profundamente la dignidad de cada ser humano, y a cada persona le ofreció nuevas oportunidades para vivir feliz y realizada su interior e integrada socialmente. · Una idea central: Somos diversos, con opiniones, estilos de vida y valores diferentes. La diversidad es una riqueza. · Comenzar por el entorno inmediato: padres y hermanos, amigos y compañeros, maestros y profesores, vecinos... Tratamos a cada cual como corresponde, siempre con amabilidad. · Aprender a ver lo positivo que tiene cada persona. Alegrándonos con sus alegrías, participando en sus sufrimientos y ayudándoles. · Evitar las palabras y los gestos que hieren, molestan y ofenden la dignidad de los demás.

Palabra de Dios

· Agradecer los esfuerzos de los demás. · No confundir respeto y tolerancia con indiferencia y despreocupación.

Respetad y quered a todos Después de esto, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «Los maestros de la ley y los fariseos son los encargados de interpretar la ley de Moisés. Por lo tanto, obedecedlos y haced todo lo que os digan. Pero no sigáis su ejemplo, porque dicen una cosa y hacen otra. Atan cargas pesadas, imposibles de soportar, y las echan sobre los hombros de los demás, mientras que ellos mismos no quieren tocarlas ni siquiera con un dedo. Todo lo hacen para que la gente los vea. ( ) Desean los mejores puestos en los banquetes, los asientos de honor en las sinagogas, ser saludados con respeto en la calle y que la gente los llame maestros. Pero vosotros no os hagáis llamar maestros por la gente, porque todos sois hermanos y uno solo es vuestro Maestro.( ) El más grande entre vosotros debe servir a los demás. Porque el que a sí mismo se engrandece, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido» Mateo 23, 1-12

Plegaria Señor, nos queman las lágrimas de las personas que lloran. Haznos generosos para la solidaridad. Señor, nos hieren los gemidos de quienes no tienen libertad. Haznos fuertes para exigir sus derechos. Señor, nos preocupa el dolor de los pequeños que viven entre violencia. Haznos constructores de paz. Señor, se nos clava el hambre de quienes carecen de cultura, cariño y pan. Haznos fuertes para luchar por la justicia. Haznos valientes para construir fraternidad.

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Tu huella diaria Sinceridad Ser sincero significa expresarse sin fingimiento, con sencillez y veracidad, sin hipocresía ni simulación. La sinceridad es necesaria para establecer relaciones personales con quienes nos rodean. Y es precisa para construir un mundo más justo. Jesús criticó frecuentemente la hipocresía. Invitó a sus discípulos a vivir con sinceridad. Vivir sinceramente significa: · Comprometerse en conocer la verdad escuchando a los padres, maestros, compañeros... · Enmendar lo más pronto posible el daño causado por una mentira. · Mentir para salir de una dificultad o librarse de responsabilidades... es iniciar una cadena de mentiras progresivas que terminan por enredar a quien miente. · Comportarse de acuerdo con la verdad sin avergonzarse de lo que digan o piensen los demás. · Reconocer sincera y humildemente las equivocaciones sin buscar justificaciones falsas o echar la culpa a los demás o las circunstancias. · Hablar bien de los demás, poniendo el acento en las cualidades positivas. Evitar a toda costa que se critique a alguien a sus espaldas.

Palabra de Dios

· No inventar cosas buenas de mí mismo... ni lanzar falsos testimonios sobre los demás.

¡Ay de vosotros fariseos...!

· Comportarse de la misma manera siempre y con todas las personas, evitando la hipocresía.

Jesús dijo a los fariseos: ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que separáis para Dios la décima parte de la menta, del anís y del comino, pero no hacéis caso de las enseñanzas más importantes de la ley, como son la justicia, la misericordia y la fidelidad. Esto es lo que se debe hacer, sin dejar de hacer lo otro. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que limpiáis por fuera el vaso y el plato, pero por dentro estáis llenos de lo que habéis obtenido con el robo y la avaricia. Fariseo ciego, ¡limpia primero el vaso por dentro, y así quedará limpio también por fuera! ¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que sois como sepulcros blanqueados, hermosos por fuera pero llenos por dentro de huesos de muerto y toda clase de impurezas. Mateo 23, 23-27

Plegaria Señor, el mundo está lleno de discursos vacíos y huecos. Señor, escuchamos a diario palabras que son verdades a medias. Los hipócritas malvenden la verdad por unas cuantas monedas. Señor, Dios de la sinceridad, pon en nuestros labios el silencio comprometido. Aleja de nosotros la hipocresía. Que cada mañana nos vistamos con el traje de la honradez. Que abandonemos las máscaras que ocultan nuestras verdades. Señor, ayúdanos a cumplir con las promesas que hacemos y la palabra que empeñamos. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Una cosecha de ayuda desinteresada La compasión nace en el interior de las personas como el deseo de procurar el bien de nuestros semejantes, especialmente a quienes están sufriendo física o moralmente. Esta actitud puede hacerse consciente y ser desarrollada. Muchos relatos del Evangelio que narran coraciones de Jesús comienzan con los verbos: vio, sintió compasión, se acercó... También nosotros, en esta Cuaresma, abrimos nuestro corazón a los demás. · Evita criticar y juzgar las faltas y errores ajenos. Procura comprender que muchas veces las circunstancias o la falta de formación hacen que las personas se equivoquen. · Participa en las campañas solidarias que se organizan en tu escuela. Únete activamente a tus compañeros y compañeras en estas acciones. · Observa quienes a tu alrededor padecen una necesidad o sufren contratiempos. Ayúdales. · Centra tu atención en las personas, en sus necesidades y carencias, sin discriminarlas por el afecto que les tengas. Ayuda a todos por igual. · Rechaza la tentación de alardear de tu solidaridad. Acostúmbrate a no esperar nada a cambio de tu ayuda. La gratuidad es importante.

Palabra de Dios Servicio y ayuda Entre cuatro le llevaron un paralítico. Había mucha gente y no podían llegar hasta Jesús. Entonces quitaron parte del techo, y por la abertura bajaron en una camilla al enfermo. Cuando Jesús vio la fe que tenían, dijo al enfermo: – Hijo mío, tus pecados quedan perdonados. Algunos maestros de la ley que estaban allí sentados pensaron: “¿Cómo se atreve este a hablar así? Sus palabras son una ofensa contra Dios. Nadie puede perdonar pecados, sino solamente Dios.” Pero Jesús se dio cuenta de lo que estaban pensando y les preguntó: – ¿Por qué pensáis así? ¿Qué es más fácil, decir: 'Tus pecados quedan perdonados' o decir: 'Levántate, toma tu camilla y anda'? Pues voy a demostraros que el Hijo del hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados. Entonces dijo al paralítico: – A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. El enfermo se levantó en el acto, y tomando su camilla salió de allí a la vista de todos. Así que todos se admiraron y alabaron a Dios diciendo: – Nunca habíamos visto nada semejante.

· Descubre a las personas buenas que ofrecen su ayuda desinteresada a los demás... Misioneros que marcharon a otros países; voluntarios que dedican su tiempo a los demás. No olvides a las personas buenas que son ejemplo de entrega y generosidad cerca de ti, en tu familia, en tu escuela...

Plegaria Dichosas las manos prestadas a Dios; manos que cuidan las semillas de la vida hasta que crecen y ofrecen una cosecha de bondad. Dichosas las manos que sostienen al que cae; manos que curan las heridas, que lavan los pies de los hermanos, que estrechan otras manos amigas. Dichosas las manos abiertas en gesto de paz; manos que rompen las armas, que borran fronteras y construyen solidaridad. Dichosas las manos prestadas a Dios; manos que amasan un pan compartido sobre la mesa de la fraternidad.

Marcos 2, 1-12

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Tu huella diaria Abre tu corazón al servicio Servir es ayudar a alguien de manera espontánea. La persona servicial lo es en su trabajo, con su familia, en la calle ayudando a otras personas en cosas aparentemente insignificantes... Su actitud crea un ambiente positivo a su alrededor. Las personas serviciales viven continuamente atentas, observando y buscando el momento oportuno para ayudar a alguien, aparecen de repente con una sonrisa y las manos por delante dispuestas a hacer la vida más sencilla. El servicio desinteresado es una actitud muy propia de Cuaresma. Los cristianos estamos llamados a tratar a los demás con el mismo amor de Jesús. «Tratad a los demás como queréis que os traten a vosotros» Los verbos de la parábola del buen samaritano son como un programa de ayuda desinteresada a los demás. · Ayuda en las tareas domésticas de casa, sin permitir que todos los trabajos recaigan sobre una sola persona; mantene tus cosas ordenadas; cede el paso o el lugar a una persona; crear un ambiente positivo evitando salidas de tono y críticas amargas. · Observa cuántas cosas hacen los demás por ti de forma amable y gratuita y sin que se las hayas pedido. Acostúmbrate a dar sinceramente las gracias. · Deja de pensar «siempre me piden los favores a mí». Ayudar a los demás no es una pesada carga sino una forma de vivir la vida con sentido e intensidad.

Palabra de Dios El buen samaritano Jesús dijo a un maestro de la Ley: «Un hombre que bajaba por el camino de Jerusalén a Jericó fue asaltado por unos bandidos. Le quitaron hasta la ropa que llevaba puesta, le golpearon y se fueron dejándolo medio muerto. Casualmente pasó un sacerdote por aquel mismo camino, pero al ver al herido dio un rodeo y siguió adelante. Luego pasó por allí un levita,y que al verlo dio también un rodeo y siguió adelante. Finalmente, un hombre de Samaria que viajaba por el mismo camino, le vio y sintió compasión de él. Se le acercó, le curó las heridas con aceite y vino y se las vendó. Luego lo montó en su propia cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente, el samaritano sacó dos denarios, se los dio al posadero y le dijo: ‘Cuida a este hombre. Si gastas más, te lo pagaré a mi regreso.’» Dijo Jesús, ¿cuál de aquellos tres te parece que fue el prójimo del hombre asaltado por los bandidos? El maestro de la ley contestó: El que tuvo compasión. Jesús le dijo: – Ve y haz tú lo mismo. Lucas 10, 30-35

Plegaria Señor, cambia mi corazón de piedra -frío, orgulloso y distante-, por un corazón de carne capaz de palpitar con latidos de bondad. Señor, dame un corazón sabio para valorarme a mí mismo y para ser generoso queriendo a los demás. Señor, detén mis pies samaritanos para levantar y curar a quien fue pisoteado y despojado de felicidad y dignidad. Señor, muéstrame las llaves para abrir la las puertas y ventanas de mi vida, a veces, egoísta y cerrada. Quiero que entre en ella la luz de tu Palabra, y el canto nuevo de mis amigos y hermanos. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Capacidad de esfuerzo Debemos comprender que el esfuerzo, -aunque suene drástico el término-, es un valor muy importante para superarnos en nuestra vida. Imprime fuerza en nuestro carácter. Compromiso, perseverancia, optimismo, superación y servicio, son algunos de los valores que se perfeccionan a un mismo tiempo. La capacidad de esfuerzo ayuda a desarrollar la persona. La capacidad de esfuerzo no se logra con las buenas intenciones, se desarrolla con pequeños compromisos diarios. · Aprende a equilibrar prudentemente tiempo para el trabajo y para el descanso. · Procura no hablar de tus esfuerzos, ni poner cara de sufrimiento para que los demás se den cuenta de lo mucho que haces. · Haz un poco más de lo habitual en casa, en la escuela, en el tiempo libre... · Modera tu carácter y estados de ánimo. · Antes de comprar algo reflexiona sobre el motivo de la adquisición: si es necesidad o capricho. · No adquieras objetos creyendo que con ellos mejorará tu prestigio o el aprecio que te tienen los demás. Aprende que los demás te aceptan por lo que eres. · Evita el deseo de ser el centro de atención.

Palabra de Dios La puerta estrecha «Esforzaos por entrar por la puerta estrecha. Porque la puerta y el camino que conducen a la perdición son anchos y cómodos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que conducen a la vida son estrechos y difíciles, y pocos los encuentran» «¡Cuidado con los falsos profetas! Vienen a vosotros disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Por sus frutos los conoceréis, pues no se recogen uvas de los espinos ni higos de los cardos. Así, todo árbol bueno da buen fruto; pero el árbol malo da fruto malo. El árbol bueno no puede dar mal fruto, ni el árbol malo dar fruto bueno. Todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego. De modo que por sus frutos los conoceréis»

· Aprende a divertirte con sentido. Procura un tiempo libre compartido con amigos y amigas, positivo, respetuoso contigo mismo y con los demás... Equilibra tiempo de trabajo y ocio.

Plegaria Señor, cuando la tentación de la pereza llame a mi puerta y yo esté a punto de olvidar mis tareas... ayúdame a ser fuerte y responsable. Señor, cuando la tentación de la violencia llame a mi puerta y yo esté a punto de despreciar a los demás... ayúdame a ser lugar de acogida. Señor, cuando la tentación del orgullo llame a mi puerta y yo esté a punto de auparme sobre los demás... ayúdame a vivir con humildad. Señor, cuando la tentación de los caprichos llame a mi puerta y yo esté a punto de ser como una marioneta... ayúdame a ser libre y fuerte.

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Tu huella diaria El valor de la familia La familia se convierte en un valor cuando cada uno de sus miembros asume con afecto, responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar, procurando el bienestar y la felicidad de los otros miembros. El valor de la familia se fundamenta en el amor que se traduce en acogida incondicional y en presencia física y espiritual, con disponibilidad para el diálogo y la convivencia. En un ambiente de amor y alegría, fatigas y esfuerzos se aligeran. La responsabilidad deja ser una pesada carga para convertirse en entrega generosa en beneficio de los seres más queridos. · Aprender a compartir. Vivir en familia supone compartir mi tiempo, mi trabajo, mi diversión, mis gustos, mi descanso... · La generosidad y la atención es de vital importancia. Estar atentos para escuchar a los otros miembros. Comprender sus palabras y su lenguaje no verbal. Apoyar en la dificultad, dialogar y compartir con sinceridad. Trazar futuro. · Unidos en la diversidad. En casa todos son importantes, no existen logros pequeños, nadie es mejor o superior. Se valora el esfuerzo y dedicación, el trabajo, el estudio y la ayuda en casa. Se comparten alegrías y fracasos. Saberse apreciado, respetado y comprendido, favorece a la autoestima, mejora la convivencia y fomenta el servicio. · Muchas familias comparten su fe cristiana y hacen de la familia un lugar de la presencia de Dios, que es amor y ternura y acogida.

Palabra de Dios Vida en familia en Nazaret Jesús volvió con sus padres a Nazaret, donde vivió con sus padres obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba todo esto en el corazón. Y Jesús seguía creciendo en cuerpo y mente, y gozaba del favor de Dios y de las personas. Lucas 2, 51-52

Plegaria Señor, hoy vengo a pedirte por mi familia. Cuida a mi padre y mi madre. Ayúdales para que vivan unidos, y su amor sea la luz que guíe a todos los de la casa. Señor, hoy vengo a pedirte por mis hermanos. Que crezcamos juntos como las ramas de un árbol que se preparan para ofrecer frutos de ayuda solidaria. Señor, hoy quiero rogarte por todas las familias del mundo: que tengan un hogar digno adornado con la ternura y el amor. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Ecología y cuidado de la vida La ecología es el valor que nos hace considerar y actuar en favor de la protección del medio ambiente, los recursos naturales y toda forma de vida, incluyendo la propia. En primer lugar somos responsables de cuidar nuestra vida: adecuada alimentación, debido descanso, ejercicio, prevención de enfermedades y tratamiento oportunamente, evitar excesos, trabajar con orden... Como cristianos, estamos convocados a cuidar la creación. Las personas somos responsables de la vida que Dios nos encargó proteger y desarrollar. La vida que hay en la naturaleza y la que late en cada persona. Para reforzar este valor puedes comenzar por: - Cuida tu salud prudentemente y sin caer en exageraciones. Procura una alimentación sana. Una calidad de vida cimentada en hábitos saludabes. - Refuerza el orden y la limpieza, personalmente y socialmente. Sé un ciudadano responsable. - Respeta las normas de cuidado ambiental en todo lugar. Separa la basura para su reciclado. - Infórmate sobre los aspectos fundamentales de la cultura ecológica. Aplica lo aprendido. - Participa activamente en las campañas organizadas en la escuela. - No olvides que la persona es el centro de la naturaleza... y que hay millones de seres humanos que viven sin acceso a una alimentación suficiente, al agua potable, a médicos y medicinas... Refuerza la idea de una ecología centrada en las personas.

Palabra de Dios Todos los que le tocaban quedaban curados Jesús y sus discípulos atravesaron el lago y llegaron a la tierra de Genesaret, donde amarraron la barca a la orilla. Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús. Recorrieron toda aquella región, y comenzaron a llevar enfermos en camillas a donde sabían que estaba Jesús. Y dondequiera que él entraba, ya fueran aldeas, pueblos o campos, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su manto. Y todos los que la tocaban quedaban sanados. Marcos 6, 53-56

Plegaria Señor, ayúdanos a pasar por esta Tierra cuidando la vida y defendiendo lo vivo. Líbranos de la contaminación que ensucia el aire, el cuerpo y el corazón. Danos fuerzas para construir un mundo en que sea posible vivir con dignidad. Líbranos de convertirnos en máquinas. Que mantengamos la capacidad de asombrarnos ante las cosas sencillas. Líbranos de las fronteras que separan a las personas. Danos un corazón amplio para acoger a todos Señor, ayúdanos a pasar por esta Tierra cuidando la vida y defendiendo lo vivo. www.salesianos.edu · cuaresma 2014

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Tu huella diaria Amor y amistad Compartir los buenos momentos y las dificultades con los amigos es una de las satisfacciones más grandes del ser humano. Los apóstoles encontraron en Jesús de Nazareth su mejor amigo. Era alguien que les quería, a quien podían comunicar sus penas y alegrías, y preguntar con confianza. Él compartió con ellos el anuncio del Reino de Dios, les ofreció la posibilidad de seguirle y dar sentido a sus vidas Jesús buscó la amistad de todos aquellos que encontró por los caminos de Palestina. Aprovechaba siempre el diálogo para llegar al fondo de sus vidas y llenarlas de afecto y esperanza. La amistad, personal o en grupo, se refuerza con: · Generosidad: Ofrecer nuestro tiempo, recursos, conocimientos y cualidades. Acompañando en los malos momentos; gozando de los triunfos y las alegrías, sin envidias. · Flexibilidad: ceder la palabra; rectificar la opinión, pedir disculpas; participar de las actividades y aficiones que gustan a los otros; aceptar los consejos y recomendaciones con sencillez y serenidad. · Espacios de comunicación: participar de nuestro yo a nuestros amigos, con la sinceridad. Manteniendo contactos frecuentes. · Lealtad: Los amigos nobles no critican, ni traicionan un secreto. Dicen la verdad y defienden los intereses y el buen nombre de sus amigos.

Palabra de Dios El mandamiento más importante Un maestro de la ley, se acercó a Jesús y le preguntó: – ¿Cuál es el primero de todos los mandamientos? Jesús le contestó: – El primer mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.’ Y el segundo es: ‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ Ningún mandamiento es más importante que estos. El maestro de la ley dijo: –Muy bien, Maestro. Es verdad lo que dices: Dios es uno solo y no hay otro fuera de él. Y amar a Dios con todo el corazón, con todo el entendimiento y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los sacrificios del altar. Al ver Jesús que el maestro de la ley había contestado con buen sentido, le dijo: – No estás lejos del reino de Dios. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Mateo 22, 34-40

· Agradecimiento: Dar las gracias sinceramente foprtalece la amistad.

Plegaria Señor, que siempre estemos atentos, y con el corazón dispuesto, para echar una mano allí donde haga falta. Aleja de nuestros párpados la modorra de quien tan sólo piensa en sus problemas. Señor, espabila nuestros oídos para escuchar el gemido de quien sufre a nuestro lado. Señor, dame un corazón que palpite fuerte cuando me sienta cansado, cuando me invada la duda, cuando me duelan las cosas, cuando me falte el amor… Señor, dame un corazón tan abierto a la vida como el tuyo.

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