UN OPPIDUM CARPETANO EL LLANO DE LA HORCA ENRIQUE BAQUEDANO, MIGUEL CONTRERAS Y GABRIELA MARTENS RECONSTRUYEN LA VIDA COTIDIANA

LA EDAD DEL HIERRO PENINSULAR EL LLANO DE LA HORCA UN OPPIDUM CARPETANO HABITABAN EN POBLADOS CON APARIENCIA DE CIUDAD, SE DEDICABAN A ACTIVIDADES A

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LA EDAD DEL HIERRO PENINSULAR

EL LLANO DE LA HORCA

UN OPPIDUM CARPETANO HABITABAN EN POBLADOS CON APARIENCIA DE CIUDAD, SE DEDICABAN A ACTIVIDADES AGRÍCOLAS Y GANADERAS Y DESARROLLARON RICAS Y VARIADAS ARTESANÍAS CON PERSONALIDAD PROPIA. GONZALO

RUIZ-ZAPATERO,

ENRIQUE BAQUEDANO, MIGUEL CONTRERAS Y GABRIELA MARTENS RECONSTRUYEN LA VIDA COTIDIANA DE LOS CARPETANOS, QUE ABANDONARON EL CENTRO PENINSULAR EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO I A.C. ¸ GONZALO RUIZ-ZAPATERO, CATEDRÁTICO DE PREHISTORIA UCM. ENRIQUE BAQUEDANO, DIRECTOR DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO REGIONAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID. MIGUEL CONTRERAS Y GABRIELA MARTENS, MARCM. ILUSTRACIONES Y FOTOGRAFÍAS: MAR DE LA COMUNIDAD DE MADRID.

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LAS CLAVES OPPIDA . Así llamaban los roma-

nos a los grandes asentamientos de la Edad del Hierro. El Llano de la Horca tenía diez hectáreas y entre 400-500 habitantes. ESTILO DE VIDA. Habitaban en casas compartimentadas en torno a un hogar central, donde se cocinaba, comía y dormía. CULTURA. Además de herra-

mientas, vestimenta y algunas armas, desarrollaron un amplio conjunto de artesanías.

LA VIDA FAMILIAR giraba en torno a la vivienda, con acceso a través de porches. En el zaguán se realizaba la molienda y el hilado, y en el taller lateral, se producía y reparaba el utillaje menor. Al fondo de la casa estaba la despensa-almacén.

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¸

ESDE EL AÑO 2001 se vie-

ne desarrollando un proyecto de investiD gación en el poblado carpetano de El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid) por parte del Museo Arqueológico Regional de la Comunidad de Madrid con el concurso de la Universidad Complutense y la decidida financiación de la Comunidad de Madrid. El objetivo central es recuperar la anatomía del asentamiento, el tipo de sociedad que lo ocupó y abrir, en definitiva, una amplia ventana a las comunidades de finales de la Edad del Hierro en el sector central peninsular, el área de los antiguos carpetanos. Además, el ambicioso proyecto de excavación en el área persigue crear un Centro de Interpretación anexo al yacimiento arqueológico y la consolidación y adecuación del mismo para su visita pública. Los grandes centros de finales de la Edad del Hierro con apariencia de ciuSITUACIÓN GEOGRÁFICA DEL OPPIDUM Alcobendas

Alcalá de Henares

Llano de la Horca Santorcaz

MADRID

San Fernando de Henares

40.478007, -3.234507 (Introduzca las coordenadas decimales en su buscador)

dades se llamaron oppida por los roma- jarros y tienen marcas de las ruedas nos. Son núcleos de mayor o menor de carros. Las soleras de las calles han extensión, en cualquier caso por enci- sufrido reparaciones y rectificados, tesma de las cinco hectáreas, con una po- timonio de su importancia para la coblación que se cuenta por munidad de El Llano. En muchos cacentenares, que desasos tuvieron aceras sobre las que se rrolla artesanías, se imabrieron porches que precedían a las plica en intercambios entradas de las casas. Fueron espaa larga distancia y cios de vida e interacción socontrola el territorio cial: intercambios, transaccircundante. ciones, manufacturas, El Llano es uno pero también de ocio y de estos oppida, juego como prueban las con cerca de canicas y fichas halladas. FÍBULA DE BRONCE. Los 10 hectáreas y En la actualidad imperdibles de una poblase está comprola Edad del Hierro ción de, al bando el sistema sujetaban la menos, unos de cierre del vestimenta y expresaban 400 o 500 haoppidum, que pareidentidades de bitantes. Por las exce debió de tener un pequeestatus social. cavaciones en área y las prospecño muro de piedra, probableciones de magnetometría que hemos mente rematado con adarve de marealizado, sabemos que el oppidum se or- dera o tal vez un refuerzo de las propias ganizó en torno a un gran espacio cen- traseras de las casas, que pudo servir tral, en la zona más alta del cerro, con a modo de muralla. una plano reticular de calles espaciosas que se cruzan y orientan en sentido no- LAS UNIDADES DOMÉSTICAS. El moroeste-sureste y noroeste-suroeste y de- delo de casa tiene espacios funciolimitan manzanas cerradas de casas. Las nales –acceso, área de actividades doviviendas se disponen con muros media- mésticas, almacén y despensa– distriniles adosados y las fachadas, con las buidos en tono a una habitación cenpuertas abiertas hacia la calle. Las trase- tral con el hogar; sin duda, el núcleo de ras de las casas se unen entre sí forman- la vida doméstica. Por norma general, do una especie de nervio central para- las viviendas son de planta rectangular lelo a la calle, que funciona como ele- o trapezoidal, compartimentadas y con una superficie media entre 70 y 90 memento definidor y divisor de espacios. Las calles llegan a tener 5 metros tros cuadros, pensados para acoger fade anchura, están empedradas con gui- milias nucleares. EL LLANO DE LA HORCA (Santorcaz,

Madrid) se emplaza sobre un espacio amesetado, en la zona más alta del cerro, con una red de calles que delimitan manzanas.

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LAS VIVIENDAS

tenían muros medianiles adosados y las fachadas abrían sus puertas hacia las calles, empedradas, con aceras y con marcas de carros.

Los muros exteriores se construyen gunas carbonizadas– y con entramado fachada, como molienda, hilado y tecon un zócalo de mampostería sobre el vegetal revestido de barro. jido y, probablemente, también sirque se colocan postes de madera uniLa entrada a las viviendas se hacía vieron como ámbitos de almacenados con adobes y, todo ello, enlucido a través de porches o accesos portica- miento ocasional. La habitación conticon barro. Las cubiertas eran de elementos vegetaLAS CALLES DEL LLANO FUERON ESPACIOS DE VIDA les y vertían aguas a un solo lado, siempre con la SOCIAL, DONDE HABÍA INTERCAMBIOS, TRANSACCIONES Y MANUFACTURAS, PERO TAMBIÉN ACTIVIDADES DE OCIO parte más alta del tejado en la zona trasera. En la fachada, además de puerta, se abrían pe- dos. El primer espacio doméstico era el gua era la estancia central, presidida queñas ventanas. Las separaciones in- vestíbulo o zaguán, donde se realiza- por un gran hogar de arcilla de planta teriores de departamentos se realiza- rían tareas que exigían luz natural a tra- cuadrada o rectangular. Era el punto ron con tablas –han sido halladas al- vés de la puerta y las ventanas de la central del grupo, donde se procesaba y preparaba el alimento, alrededor del cual se comía, se hablaba y, por la noche, desplegando algunas esteras, se transformaba en confortable dormitorio familiar. En torno a la estancia central giran los otros departamentos: almacén-despensa, vestíbulo y áreas de trabajo. En algunos departamentos laterales, tipo taller, se producía y reparaba el utillaje menor. Al fondo de la casa se encontraba, finalmente, la despensa-almacén. El almacenaje de alimento, especialmente el grano de cereal en grandes tinajas, dolia (tipo de alfarería de la antigua Roma) LA APARIENCIA PERSONAL. Las cuentas de pasta vítrea formaron vistosos colgantes y collares que prueban el gusto por el ornamento individual. o vasijas de gran capacidad, era ¸ LA AVENTURA DE LA

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LA EDAD DEL HIERRO PENINSULAR LA EXCAVACIÓN recupera

el contexto de los hallazgos mediante un trabajo minucioso, tarea fundamental para la interpretación de los equipos domésticos.

¸ fundamental para la unidad familiar. La supervivencia estaba ligada a ese almacén de alimento, por eso en esta parte más profunda de la vivienda también se guardaban otros elementos muy preciados, como las herramientas y buena parte del utillaje agropecuario. LAS BASES DE SUBSISTENCIA. El entor-

no del oppidum estaba constituido por campos de cereal en las planicies que lo rodean y, sobre todo, en las tierras más fértiles de las vegas, entre espacios de

bosque abierto con pinos, encinas y enebros, como indican los análisis polínicos y carpológicos. Las gentes de El Llano de la Horca estuvieron fundamentalmente ocupadas en una agricultura cerealista extensiva de secano basada en distintos tipos de trigos desnu-

dos (Triticum estivium/durum) y cebada (Hordeum vulgare) y una cabaña ganadera de ovejas y cabras, con algo de vacuno y de cerdo. La importancia de la agricultura cerealista de secano, además de los restos carbonizados de grano, se reconoce en los hallazgos de abundantes molinos de piedra (de vaivén y circulares), instrumental de hierro –como rejas de arado, hoces, layas y otras herramientas– y de numerosos recipientes de gran tamaño hallados en las despensas de las casas para el almacenaje de grano. Algunas legumbres, frutales y, con seguridad, algunos productos de la

LA VIDA EN TORNO AL CÍRCULO ESTACIONAL El ciclo agrario constituye la mejor forma de acercarse a la vida de las sociedades de la Edad del Hierro. Probablemente, sea la metáfora organizativa más importante de las comunidades carpetanas. La agricultura y la ganadería dominaban el mundo cotidiano de la gente y estructuraban su universo cognitivo. El ciclo agrario venía a organizar la manera en que las poblaciones comprendían su entorno y a sí mismas. La vida giraba continuamente en torno a las actividades marcadas por las estaciones. La naturaleza, el tiempo y las necesidades de los campos y el ganado constreñían a las comunidades de la Edad del Hierro. Una rueda de las estaciones que giraba así: a comienzos del verano se recogía la cosecha de cereal y, ya en el estío propiamente dicho, las ovejas y cabras pastoreaban en

los frutos del bosque. Durante el invierno, se alimentaba y cuidaba el ganado, y al final de la estación, se apuraba el grano de las despensas y se extremaba el cuida-

los rastrojos. Al principio del otoño se laboreaba la tierra y sembraba el cereal, y a finales de otoño-principios del invierno, se vigilaban los campos y se recolectaban

LA NATURALEZA, EL TIEMPO, EL CAMPO Y EL GANADO constreñían las

necesidades de la comunidad.

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do del ganado. En primavera se buscaban productos del bosque como complemento de las escasas reservas de grano, y, a la llegada del estío, con los campos de cereal granados, la rueda de las estaciones empezaba de nuevo a girar. Pero, además, el almacenaje efectivo del grano, la reparación de útiles y aperos y el mantenimiento y cuidado de los animales domésticos –especialmente en alumbramientos y enfermedades–, ocupaban el resto del tiempo de los campesinos del oppidum. La gente y los animales, incluso las casas: todo tiene una vida finita, o una duración que se acaba. Pero el ciclo agrícola es diferente, no termina, no se rompe, renace siempre: es perpetuo. Las semillas producen plantas y estas a su vez más semillas que se perpetúan indefinidamente. El grano es una metáfora de la vida humana, y la gente, como el grano, está en un continuo ciclo de muerte y renacimiento. I

huerta se obtendrían en la en las tareas ganaderas, comLAS CASAS estaban divididas en espacios funcionales: acceso, área de actividades domésticas y despensa, donde vega del río Anchuelo y apro- se pletan el espectro faunístico. almacenaban legumbres, frutas y productos de la huerta. vechando los numerosos maLa importancia de los ovinantiales de la zona. También se recoLos restos de animales cazados, como cápridos y de la agricultura cerealista de lectaban –sobre todo en las estaciones complemento a los domésticos, son secano hace muy verosímil un sisteoportunas– los productos de los bos- bastante escasos, apenas llegan a un ma de barbecho extensivo y abonado ques: bellotas, frutos silvestres, setas 6 por ciento. El más abundante es el con rebaños como se ha planteado para y hongos. La miel, obtenida en tos- ciervo –con huellas de descarnado–, y otros sitios de la región. Los análisis del cas colmenas de troncos de árbol vacia- hay restos de cabra montesa, jabalí, contenido de algunos recipientes cerádos y en cilindros de cerámica, era el zorro, conejos y liebres. La presencia de micos prueban la importancia en la aliproducto utilizado para endulzar los caballos, como animales de tiro, mon- mentación de gachas de trigo, cebada y alimentos. tura y transporte y restos de cánidos do- bellota con carne de conejo y perro, La ganadería incluyó, sobre todo, mésticos, con seguridad empleados en algún caso concreto; en otros ¸ ovejas y cabras, que constituyen más del 50 por ciento de los restos de fauna recuperados en las excavaciones, con algunos bóvidos (alrededor del 13 por ciento) y cerdos (aproximadamente un 15 por ciento). El patrón de sacrificio de los ovicápridos –entre dos y cuatro años, con pocos restos de individuos infantiles/juveniles y, menos todavía, seniles– revela un modelo mixto de aprovechamiento, para derivados (leche, lana y piel) y aprovechamiento cárnico. La curva de mortalidad del vacuno sugiere una cría orientada a la producción láctea y, en menor medida, al consumo de carne. No existen huellas en sus huesos de que se utilizaran como tracción en las LOS HOGARES contaron con un amplio equipo alfarero. Las cerámicas de cocina eran labores agrícolas. importantes, pero también se importó vajilla de mesa romana. LA AVENTURA DE LA

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LA EDAD DEL HIERRO PENINSULAR El VASO DE LOS CABALLOS denota la fuerte influencia celtibérica en la decoración de algunas piezas de cerámica, la artesanía más relevante de El Llano de la Horca.

para unir partes rotas o resquebrajadas de vasos– expresan, a su vez, el valor que se les daba y su trabajo para que duraran.

¸ contenedores se han detec-

CONTACTOS E INTERCAMBIOS. Las

tado productos fermentados de cereales o al menos elaborados a base de cereales.

monedas de otras áreas más allá de la Carpetania y restos de la vajilla itálica constituyen algunos indicadores de HERRAMIENTAS Y amplias relaciones coORNAMENTO. A nimerciales y de intervel doméstico o cambio. La mayoría en pequeños tade las monedas halleres, la comulladas son celtibénidad de El ricas, procedenLlano desarrotes de cecas del lló una amplia valle medio del gama de arteEbro, y expresan sanías para cufuertes relaciones brir sus necesicon la Celtiberia. dades básicas. Un conjunto de Los elementos monedas que es imde adorno persoportante y que revela nal y vestimenta la importancia del oppiestán representados dum. sobre todo por las disPor otro lado, distintos tipos tintas fíbulas de bronce de cerámicas de barniz negro –los imperdibles para las indican importaciones de la Camropas de la Edad del Hierro–, pania y Etruria, llevadas por las troespecialmente las llamadas de pas romanas que, a partir de mediatipo La Téne y en omega. Los anillos, dos del siglo II a.C., empiezan a presiodiscos perforados, hebillas y otras pienar por toda la región. A ello se suman zas completan los ornamentos de bron- narse algunas puntas de flecha y lan- prendas de vestir y objetos de adorno ce, a los que hay que sumar las cuentas za y regatones, ya que los cuchillos po- personal que fueron transformando la de pasta vítrea y las pulseras de vidrio drían haber tenido un uso culinario y comunidad de El Llano. de atractivos colores. Incluso ha apare- doméstico más que otra cosa Las fechas de radiocarbono, las mocido alguna pinza de depilar. La producción de cerámica sería una nedas y la cronología de las importaciones romanas indican que LAS FECHAS DE RADIOCARBONO Y LAS MONEDAS INDICAN alrededor del primer tercio del siglo I a.C. –o, QUE LOS CARPETANOS ABANDONARON EL OPPIDUM como mucho, a mediados EN EL SIGLO I A.C.: LA CONQUISTA ROMANA ERA UN HECHO de dicha centuria– la población del oppidum abanLas herramientas constituyen el de las artesanías más relevantes. Algu- donó el enclave. La conquista romana equipamiento más importante de esta na tobera (tubo de cerámica para insu- era un hecho y el mundo indígena carcomunidad. Se ha hallado instrumental flar aire al horno) prueba la existen- petano tocaba a su fin. I relacionado con la ganadería (tijeras de cia de hornos y alfares en ciertos secesquilar y cencerros), la carpintería tores del asentamiento. Se producían RUIZ ZAPATERO, G.; MARTENS, G.; (clavos, abrazaderas y herrajes), la ela- grandes recipientes de almacenaje, CONTRERAS, M., Y BAQUEDANO, E. boración textil (peines cardadores, agu- prácticos servicios de cocina y piezas (eds.), Los últimos Carpetanos. El jas, fusayolas y pesas de telar) y la for- de sofisticado menaje para la presenoppidum de El Llano de la Horca (Santorcaz, Madrid), Madrid, Comunidad de Madrid-Museo ja (grandes pinzas). Un equipamiento tación y el consumo de alimentos. Arqueológico Regional, 2012. que se completa con algunos enmanLa decoración de algunas de estas gues, pesas, láminas, varillas y –en el piezas tiene influencias celtibéricas, EXPOSICIÓN LOS ÚLTIMOS CARPETANOS. EL OPPIDUM DE caso de algunos hogares– parrillas de caso del Vaso de los caballos, cuya cuiEL LLANO DE LA HORCA (SANTORCAZ, hierro. dada elaboración indica la existencia MADRID), Museo Arqueológico Regional de la El capítulo de armas tiene poca en- de talleres especializados. Las lañas de Comunidad de Madrid (Alcalá de Henares). Hasta el 25 de noviembre de 2012. tidad, ya que apenas pueden mencio- algunas cerámicas –grapas de plomo LA AVENTURA DE LA

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