UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN ESCUELA DE PSICOLOGÍA ESTUDIO PSICOLÓGICO II

1 UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN ESCUELA DE PSICOLOGÍA ESTUDIO PSICOLÓGICO II UNA MIRADA AL JUEGO DEL NIÑO CON
Author:  Belén Acuña Sosa

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1 UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE HUMANIDADES Y EDUCACIÓN ESCUELA DE PSICOLOGÍA ESTUDIO PSICOLÓGICO II

UNA MIRADA AL JUEGO DEL NIÑO CON PADRES DIVORCIADOS

Profesor: Ramón Ochoa

Alumnos: Andreína Fajardo Jessica Goncalves

Caracas, 30 de julio de 2014

2 I. II. III. IV. V. VI. VII. VIII. IX. X. XI.

INTRODUCCIÓN RESEÑA HISTÓRICA DEL JUEGO ¿QUÉ ES EL JUEGO? EL JUEGO DESDE EL PUNTO DE VISTA COGNITIVO TERAPIA DE JUEGO PSICOANALÍTICO TÉCNICAS Y ESCENARIOS DE TERAPIAS DE JUEGO ¿CÓMO INFLUYE EL DIVORCIO EN LOS NIÑOS? EL JUEGO COMO HERRAMIENTA PARA AFRONTAR DIVORCIO CONCLUSIONES REFERENCIAS ANEXOS INDICE

3 4 5 6 7 10 11 EL 12 16 17 18

3 I.

INTRODUCCIÓN

El niño es un ser que se encuentra en proceso de desarrollo, tanto física como psíquicamente. Se encuentra experimentando un proceso evolutivo de cambios físicos, así como también se encuentra experimentando un proceso de percepción del ambiente que lo rodea, adquiriendo una cantidad de experiencias que lo ayudarán al proceso de formación de su psique. Es así como el niño resulta ser una persona maravillosa, que toma estímulos del ambiente para su propia formación, lleno de fantasías, que le van a permitir organizar todos los significantes que percibe de su ambiente, logrando hacer simbolizaciones. El niño necesita tener un espacio para lo imaginario, sin que ello lo aleje de la realidad. Siendo así, el juego resulta para el niño una actividad placentera, el estimulo inconsciente de una energía que busca expresarse. A través de la fantasía, el niño es capaz de contener y expresar la riquísima vida imaginaria, proyectando muchos aspectos inconscientes, como angustias, temores, rabia, felicidad, tristeza, que muchas veces para el niño es difícil expresar con palabras (Papalia, 2005). De esta manera, mediante el juego y, con la ayuda y apoyo de un terapeuta, todo este contenido psíquico se puede procesar mejor, pudiendo pensar y elaborar cualquiera información o acontecimiento que le suceda al niño. Así, entre los diversos problemas que pueden afectar a los niños, se explicará en el presente trabajo todo lo referente al divorcio de los padres, y cómo esto afecta intensamente en los infantes, llegando inclusive a sentirse culpables de tal ruptura. Por lo que, la importantísima labor del terapeuta es lograr que a través del juego los niños puedan elaborar el trauma generado por la separación física de ambos padres, buscando que logren expresar y manejar sus angustias, para que éstos puedan continuar con su desarrollo y crecimiento de manera más óptima y eficaz.

4 II.

RESEÑA HISTÓRICA DEL JUEGO La psicoterapia de niños fue intentada primero por Freud (1909), con la finalidad

de disminuir la fobia del pequeño Hans, que sin tratarlo directamente le sugirió al padre formas de resolver sus principales problemas. Sin embargo, el juego no se usó directamente en la terapia infantil hasta el año 1919 por Hug-Hellmuth quien consideraba el juego como algo esencial en los infantes. Luego Anna Freud y Melanie Klein escribieron sobre la adaptación del juego a la terapia psicoanalítica. Más específicamente, Anna Freud usó el juego en las sesiones terapéuticas para fomentar la alianza entre ella y su paciente niño, utilizó juegos y juguetes para interesar al niño en la terapia para luego lentamente hacer interacciones verbales con el niño. Hizo esto porque se dio cuenta que la asociación libre y el análisis de sueño era ajeno a la mayoría de las formas de relacionarse de los niños. Por otra parte, Melanie Klein, en 1932 usaba el juego como un substituto directo de las verbalizaciones, ya que pensaba que las habilidades verbales de los niños se encontraban poco desarrolladas para ser expresadas adecuadamente en la terapia, los pensamientos y afectos que podían experimentar éstos. Los cuales sí se lograban a través del juego como medio de expresión natural del niño, de hecho Klein hacía interpretaciones directas de la conducta del juego del niño. Posteriormente, a finales del año 1930 se creó una técnica de terapia de juego conocida como la “terapia estructurada”, ésta se basaba en la teoría psicoanalítica. Luego, Levy, para 1938, desarrolló una técnica llamada “terapia de liberación” para tratar niños que habían pasado por sucesos traumáticos específicos. Levy les daba juguetes y materiales dirigidos a recrear el suceso traumático para que al repetirlo una y otra vez fuesen capaces de asimilar sus pensamientos y sentimientos relacionados al trauma. También Salomón, en 1938 desarrolló técnicas para ser usada con niños impulsivos o con tendencias acting out. Hambridge en 1955, diseñó sesiones de juegos similares a las de Levy pero fue mucho más directivo en establecer la situación de juego. Luego, se produjeron diversas técnicas conocidas como “terapias de relación” basadas en Otto Rank (1936), quien le daba importancia al trauma del nacimiento. Donde Taft (1933), Allen (1942) y Moustakas (1959), enfatizaron el papel negativo del trauma del nacimiento sobre las habilidades del niño para establecer relaciones profundas.

5 Como se puede ver, existen diversos enfoques de la Terapia de Juego, sin embargo se debe elegir una estrategia específica para cada niño entre la gran variedad de teorías, técnicas y variaciones de la terapia. Dentro de la terapia de juego, la teoría psicodinámica demostró ser la más eficaz en niños moderadamente perturbados.

¿QUÉ ES EL JUEGO?

III.

Según Erikson (1950, cp. Schaefer y O’Connor, 1988) el juego “es una función del yo, un intento por sincronizar los procesos corporales y sociales con el sí mismo”, explica que es divertido y que “está libre de compulsiones de la consciencia y de impulsos de irracionalidad”. Por otra parte, para Winnicott (1978, cp. Larotonda, s.f.) jugar es una cualidad del aparato psíquico sano, cualidad que se construye a partir de la relación primordial del bebé con su madre, "Para asignar un lugar al juego postulé la existencia de un espacio potencial entre el bebé y la madre.." Basándose en Schaefer y O’Connor (1988) hay varios elementos que se consideran típicos de la conducta del juego, tales como: que es placentero, no depende de otras personas, es motivado intrínsecamente (lo que lo hace muy variable frente a situaciones y a niños), no tiene metas o propósitos distintos de la diversión, la conducta de juego no ocurre en situaciones nuevas o de temor. El juego incluye simulación, fantasías y juegos con reglas. Al niño jugar, emplea elementos inconscientes y es precisamente esto lo que fue inducido históricamente a los terapeutas al incluir el juego a las terapias con niños. En las terapias psicoanalíticas, el juego tiene la función de comunicación, ya que ayuda a que el niño se exponga y plantee sus problemas emocionales, conflictos o traumas. Por el contrario, en otro tipo de terapias usan el juego para promover el crecimiento del desarrollo. Como se mencionó anteriormente, existen diversos juegos propios de cada edad, en el caso de los bebés, el juego de las escondidas se practica en diversas culturas usando rutinas similares. Consiste en que la madre se cubra los ojos con las manos y pregunta dónde está el bebé, luego la madre descubre sus ojos y responde “¡aquí está!”. Este juego suele ser marcado por gestos y tonos de voz exagerados. El placer que el

6 bebé recibe de la estimulación sensorial inmediata del juego es aumentado por su fascinación con los rostros y voces. (Papalia, Ols y Feldman, 2005). Estos autores mencionan los diversos propósitos del juego para los bebé, así plantean que los psicoanalistas consideran que el juego ayuda a los bebés a dominar la ansiedad cuando su madre desaparece y por otra parte, para los psicólogos cognoscitivos el juego es una forma en que el bebé juega con las ideas en desarrollo acerca de la permanencia del objeto. Por otra parte, entre los tres y cinco meses el bebé sonríe y se ríe cuando la cara del adulto aparece y desaparece de su vista señalando su creciente expectativa de lo que pasará después. Entre los cinco y ocho meses el bebé muestra anticipación mirando y sonriendo a medida que la voz del adulto lo alerta de su pronta reaparición. Para el año de edad los bebés ya no son meros observadores sino que inician el juego involucrando activamente a los adultos. IV.

EL JUEGO DESDE EL PUNTO DE VISTA COGNITIVO Según Piaget (1951), la forma más simple de juego que empieza en la infancia es

el juego que él denomina funcional y es aquel que implica movimientos musculares repetitivos, como rodar una pelota, de modo que a medida que mejoran las habilidades motoras gruesas de los niños estos corren, saltan y brincan. Luego, está el juego que involucra el uso de objetos o materiales para hacer algo, por ejemplo hacer una casa con cubos, este tipo de juego es llamado constructivo. El juego de simulación se basa en la función simbólica, se da cerca del final de la etapa sensioromotora (del nacimiento a los 2 años), e involucra a personas o situaciones imaginarias, con este juego los niños enfrentan situaciones incómodas, logran entender el punto de vista de otras personas y construyen una imagen del mundo social. Y, por último, se presentan los juegos formales con reglas que son juegos organizados con procedimientos y castigos. Dentro de la dimensión social, Parten (1932; cp. Papalia, Ols y Feldman, 2005) identificó tipos de juego temprano que se daban del menos al más social, así se encuentra la a) Conducta desocupada, donde el niño no parece estar jugando, b) Conducta espectadora, aquel niño que pasa la mayor parte del tiempo mirando jugar a otros niños, c) Juego solitario independiente, el niño que juega solo y no hace esfuerzo por acercarse a otros, d) Juego paralelo, el niño juega solo pero junto a otros niños, e)

7 Juego asociativo, aquel niño que juega con otros niños y f) Juego cooperativo, el niño juega en un grupo organizado para hacer alguna meta. Otro factor relevante de ser mencionada es cómo influye el género en el juego; de esta manera según Papalia, Ols y Feldman (2005), los niños y las niñas juegan de manera diferente, los niños juegan de manera más bulliciosa y las niñas más cooperativamente, en los niños, los juegos involucran peligro y discordia, como batallas simuladas, a diferencia de las niñas que se concentran más en juegos como “la casita”, donde buscan mantener las relaciones sociales. Sin embargo, sería muy importante preguntarse, a modo de reflexión: ¿qué pasaría con los niños y/o niñas que no juegan de estas particulares maneras?, ¿qué haría diferente este tipo de juegos a otros no tan estereotipados que pudieran hacer un niño/niña?, ¿es posible que un niño/niña que no juegue de esta manera esté pasando por una situación conflictiva?. Es probable que las interrogantes planteadas anteriormente puedan ser contestadas por la gran influencia cultural que tengan los niños y en primera instancia, puede que sea influida por los ambientes de juego que los adultos establecen para los niños. V.

TERAPIA DE JUEGO PSICOANALÍTICO Según Schaefer y O’Connor (1988) el juego se utiliza como un recurso para

establecer contacto con el niño, como un medio de observación, como fuente de información y a veces para promover la comunicación interpretativa. Adicionalmente, el juego no se utiliza como medio para lograr abreacción, tampoco para proporcionar al niño recreación ni como un medio para educarlo. La función es la de resolver los conflictos que pueden interferir con su habilidad para utilizar al máximo su capacidad en recursos educativos comunes. Esto no significa que el niño no pueda obtener beneficios educativos secundarios a partir del tratamiento, a través de la identificación con el terapeuta o de la práctica de ciertas actividades de juego. Es importante resaltar que, para los Kleinianos el juego del niño se considera totalmente equivalente a las asociaciones libres de los adultos en el tratamiento psicoanalítico y accesible para la interpretación del desarrollo y formación del síntoma. No obstante, para el terapeuta freudiano el juego se ve como una conducta mediadora que sirve para una variedad de propósitos psicológicos y que produce información que se

8 complementa con fuentes adicionales, de este modo, el juego sirve como una de las fuentes de inferencias del niño y que también es muy útil para la evaluación diagnóstica inicial y durante el tratamiento. Usar el juego como un medio de interpretación en niños puede ser difícil y a veces imposible, debido a la organización cognoscitiva inmadura de los infantes y a las limitaciones en el uso del lenguaje, a las resistencias y a la dependencia de quienes figuran en sus conflictos. De esta forma, se puede usar un modo de comunicación denominado por Ekstein y Caruth (1966) como “interpretación dentro de la metáfora”, que comprende el uso de la situación de juego y las figuras representadas por el niño como una oración interpretativa. Por otra parte, Schaefer y O’Connor (1988) afirman que los materiales de juego deben estar disponibles para el niño y que el terapeuta debe cuidarse de sugerir su uso, éste debe tener una posición más permisiva que directiva y debe tener presente el objetivo del tratamiento, que es el de ayudar al niño. También se explica que una gran cantidad de materiales para ofrecer al niño provocará más confusión que involucración al juego y tendería a representar al terapeuta como un gratificador inagotable, en lugar de un colaborador terapéutico, de modo que se recomienda tener juguetes simples y duradedor, que tengan un mínimo de desorden y que “se haga lo más con lo menos”. Los materiales deben ser diversos, incluir una muñeca que se vista y desvista, un biberón, títeres, pelotas, una familia con papá, mamá e hijos, entre otros. Deben alentar y no restringir al juego libre de la imaginación del niño, promover la verbalización de fantasías, la expresión de afectos y revelación de mecanismos de defensas. Por otra parte, Johanna Trip (2014) señala que mientras la fantasía inconsciente se exprese mediante los juegos, el niño nos muestra sus recursos para comprender, aprender y evolucionar. He aquí una de las funciones más importantes del juego, la de simbolización e internalización de la fantasía inconsciente, con la finalidad de buscar comprensión y crecimiento. Es así como el juego resulta ser una historia contada, actuada, no escrita, y es una actividad placentera del niño, que está asociada al contacto con situaciones muy dolorosas o ansiosas que buscan salida a través de la expresión. Esta ansiedad se alivia en la medida en que se simboliza lo que genera conflicto, lo que no se ha podido integrar al pensamiento, permitiendo así su elaboración, compartiendo la

9 fantasía con otros. Si la ansiedad es intensa, el juego puede inhibirse, volverse repetitivo o simplemente es insuficiente para encontrar distensión. Se necesita entonces de una persona capaz de entrar en el mundo simbólico del niño que le dé continencia y lo ayude a sentir y pensar en lo que está expresando mediante la comprensión del contenido de sus fantasías. Este vendría siendo el uso terapéutico del juego. Resulta importante señalar, como bien lo explica la Dr. Johhana Trip, cada edad tiende a determinados juegos. Los bebés juegan con el pecho de la madre, con el pelo, con sus dedos, en su búsqueda de introyectar a la madre en sus distintas cualidades emocionales y senso-perceptivas. Juagan con la leche y la comida, en su intento de conocer, reconocer e incorporar lo que simbolizan las cosas, dándole cualidades maternas. El bebé realiza exploraciones sensoriales pre-simbólicas que una vez desarrollada la función del YO, hallarán otras vías de expresión. Más adelante, este bebé comienza a gatear, juega explorando, agarrando, soltando y lanzando objetos en una búsqueda de dominar el espacio e irse alejando de la madre e ir tolerando sus ausencias, juegos que lo van llevando a introyectar sus hallazgos y fortalecer su personalidad. Luego, cuando este bebé ya es un niño que se encuentra en la fase edípica, el niño está intentando identificarse con la figura del mismo sexo y expresando su deseo por el de sexo opuesto, lo cual se ve en los juegos con muñecas en las niñas, jugar a la cocinita, a mamá, a la casita, y en los varones los carros y aviones, las guerras, las persecuciones de policías y ladrones. Adicionalmente, según Corredor (2011), al niño jugar, esperamos encontrar que nos muestren qué es lo que está haciendo, así como las fantasías de curación acerca de lo que harán, los temores y angustias acerca de lo que creen que les pasará en la sesión terapéutica, cómo son sus relaciones con sus hermano, amigos y figuras de autoridad, y por último, qué cosas le pasan en el colegio. Así, Corredor (2011), basándose en Abraham, plantea la clasificación de las etapas libidinales en relación al juego, de modo que, se da primero el Juego Narcisista, éste se da hasta el 1er año de edad, corresponde a la fase oral, y donde los juego son básicamente las partes corporales del bebé, así por ejemplo el niño se ve las manitos, o usa la sonrisa como un juego consigo mismo y con los demás, luego se encuentra el Juego pre-edípico, (de 2 a 3 años de edad), corresponde a la fase anal, hay un predominio de la angustia de separación, de modo que el niño realiza juego como el escondite, recoger todos su peluches y llevarlos a otro lugar (teniendo funciones de

10 cuidados maternas), juegos de clasificar y ordenar. El Juego Edípico se da entre los 3 y 6 años de edad, aquí aparecen los roles sexuales, agresiones y rivalidades, Corredor recomienda tener en el consultorio legos o piezas para construir, y por último está el Juego post-edípico, que se da partir de los 6 años de edad e

implica juegos

estereotipados como los de mesa. VI.

TÉCNICAS Y ESCENARIOS DE LA TERAPIA DE JUEGO Han sido diversos los terapeutas que a lo largo de los años han incluido el juego

como método auxiliar en la evaluación y diagnóstico para niños no susceptibles a las técnicas tradicionales de entrevistas verbales, y lo lograron observando cómo el juego de los niños podía revelar los niveles cognoscitivo, social y emocional del desarrollo (Schaefer y O’Connor, 1988). Por otra parte, la utilización de la terapia de juego fuera del consultorio ha permitido que se haga más disponible, así los terapeutas han asistido a escuelas, hospitales e instituciones comunitarias. Esto aumenta la consistencia a permanecer en las sesiones terapéuticas, además de que el niño se puede encontrar más motivado a acudir a la terapia, también permite al terapeuta influir en aspectos adicionales de la vida del niño, ya que al dirigirse a los distintos lugares logra contar con aquellas personas que rodean la vida del niño, por ejemplo, si asiste al hospital tiene mayor contacto con la enfermera y los médicos. En relación a las técnicas y materiales usados, Schaefer y O’Connor (1988) explican que los terapeutas han usado materiales estructurados y no estructurados (corriente psicoanalítica). Sin embargo, lo que se busca es hacer el juego atractivo para el niño, estructurarlo de modo que no sea amenazador y crear materiales apropiados específicos para un escenario y niño. De esta forma, se puede hacer, entre otros escenarios, terapia del juego en escuelas, cuyo fundamento básico es aprovechar al máximo las oportunidades de aprendizaje de los niños ayudándolos con aquellos problemas que interfieren con éste aprendizaje, además de ofrecer una oportunidad única para que los niños experimenten el crecimiento bajo las condiciones más favorables. En otro escenario, la terapia de juego para niños hospitalizados ayuda a disminuir el daño emocional que generan las enfermeras y la hospitalización per se, la pérdida de

11 control de los niños, las ansiedades de separación y las confusiones sobre el dolor y la enfermedad de los mismos. De modo que, la terapia de juego ayuda a los niños a confrontar las ansiedades provocadas en este lugar, para que éstas no se vuelvan abrumadoras. Como ya se pudo observar, la terapia de juego se puede utilizar con aquel niño que se encuentre dentro de una situación perturbadora como las anteriormente señaladas, sin embargo, a lo largo de los capítulos siguientes se hará mayor énfasis en el caso de los niños con padres divorciados, cómo viven ellos esta separación y de qué manera lo expresan en el juego. VII.

¿CÓMO INFLUYE EL DIVORCIO EN LOS NIÑOS? Cada año, las cifras de divorcio aumentan dentro de las familias de todo el mundo,

triplicando su frecuencia por año. Debido a esta creciente situación y a la influencia que ejerce ésta sobre los hijos, existe un mayor número de niños que son referidos a terapia a causa del proceso de divorcio en los padres. El divorcio es un evento único dentro de una familia, y cada una de ellas lo vive de manera distinta, al igual que cada niño lo vivencia de una manera completamente diferente o con mayor o menor intensidad. Papalia (2005) explica que el divorcio no ocurre de manera imprevista, antes de que ocurra esta separación, hay todo un proceso y toda una secuencia de experiencias estresantes para la pareja y los hijos que lo viven. Esta situación puede llegar a reducir el bienestar para los niños, viéndose afectados éstos en primer lugar. Principalmente, los niños son afectados por el dolor del divorcio, el cual es vivido intensamente, y que perturba el desenvolvimiento típico en el desarrollo, ya que priva al niño de una relación personal, casi siempre con el padre, que resulta necesario para el niño en esta fase de la infancia. De igual forma, el trauma de hostilidades entre los padres y la pérdida de uno de ellos en el hogar puede sobrecargar las habilidades emocionales y cognitivas del niño. Según Papalia (2005), el grado en el que divorcio es una transferencia para el desarrollo del niño va a depender de los siguientes factores: -

La edad y el nivel de desarrollo del niño antes del divorcio.

12 -

Las naturalezas del ambiente del niño y las interferencias en el desarrollo antes del momento del divorcio.

-

La madurez de los padres y sus habilidades por mantener al niño fuera de las hostilidades matrimoniales.

-

La disponibilidad, salud relativa y madurez del padre sin custodia

-

El apoyo disponible en términos de otros miembros de la familia

-

La disponibilidad de algún familiar y en quien el niño pueda confiar, que, en cierta forma, haga las veces del padre que falta. Es obvio que presenciar las peleas de los padres es difícil para los niños,

causando angustias, malestar, temores y ansiedades en los hijos, por esto, a veces la mejor solución para no seguir lastimando al niño, es que los padres tomen la decisión del divorcio. Los niños no se acostumbran a los conflictos matrimoniales, entonces mientras más expuestos estén a éste, más sensible pueden volverse. Por lo general, los niños que suelen crecer en una atmosfera de enojo, suelen crecer con problemas de agresividad y conductas disruptivas, así como también con un gran sentimiento de inseguridad y abandono por parte de estos padres. Sin embargo, es probable que luego de que ocurra la separación de los padres, el niño presente estas conductas disruptivas, a causa de todo el sufrimiento que esta separación le ocasiona. Es así como el divorcio suele funcionar como una interferencia en el desarrollo, en una etapa temprana o tardía en el niño, predisponiéndolo al desarrollo de ciertas estructuras de carácter o ciertos conflictos neuróticos, llegando a presentar problemas de agresión en la escuela. Estos pensamientos angustiantes del niño, así como su comportamiento agresivo o acting out, puede tener un abordaje dentro de la terapia de juego, siendo éste un componente clave del tratamiento (Schaefer, 1988).

VIII.

EL JUEGO COMO HERRAMIENTA PARA AFRONTAR EL DIVORCIO La terapia de juego resulta un componente importante en el enfoque total del

tratamiento que se le aplique al niño que se encuentra perturbado por la separación de los padres. La terapia de juego con orientación analítica es la mejor forma para permitir que

13 las fantasías del niño se desdoblen en el contexto de un ambiente “seguro”, y pueda de esta forma desarrollar, a medida que pase el tiempo, una relación de confianza, para que la naturaleza de los conflictos del niño y la estructura de la personalidad sean comprendidas por el terapeuta y el mismo, mediante la interpretación, permitiendo así la intervención de ambiental apropiada a través de la orientación a los padres. Cuando un terapeuta selecciona esta herramienta del juego, se deben haber observado ya ciertos temas del divorcio, directamente con el niño y en la entrevista con los padres. Luego de haber recabado suficiente información, la terapia de juego permitirá que el niño exprese mediante su fantasía, todo lo que piensa y siente, sin necesidad de recurrir al idioma extraño de las palabras, que para los niños es muchas veces un mundo difícil de explorar. Es tarea entonces del terapeuta poder tomar la mayor cantidad de mensajes y contenidos que el niño representa en el juego, para luego poder trabajar en ellos (Schaefer, 1988). El concepto del divorcio puede manejarse como la pérdida parcial de una relación, por lo general con el padre, aunque, sin duda alguna, el niño deberá soportar ahora la disponibilidad disminuida de ambos padres. Esta pérdida es permanente, y el niño puede vivirla como un trauma, como algo insoportable, quizás es posible que lo viva con mucha culpa, fantaseando que fue por su culpa, mostrando mucho dolor como reacción ante esta pérdida, teniendo que comenzar un proceso de duelo, que muchas veces no es posible hacer sin la compañía debida. De este modo, Schaefer (1988) explica que el Yo del niño no se encuentra lo suficientemente formado para soportar la presión de este duelo, y por lo tanto, trata de burlar el proceso mediante una regresión infantil, o también a través de la movilización de defensas primitivas como es el caso de la omisión del afecto. De igual forma se encuentra la negación y el uso de la fantasía, para contrarrestar la represión de afectos dolorosos, fracasando así en el reconocimiento de la situación real que lo abruma. También, en algunos casos es posible observar la escisión del Yo, en donde el niño puede dar fe de que se encuentra bien cognitivamente, y que está consciente de la realidad de la pérdida pero emocionalmente se rehúsa a aceptarla. Esto último se evidencia con frecuencia en que el niño se encuentra fantaseando un reencuentro de los padres, una reunión o reconciliación entre éstos y un rechazo desafiante al aceptar a un padre substituto.

14 Cuando el terapeuta ve reflejado en las terapias de juego alguno de estos mecanismos de defensa, se debe ayudar al niño a tolerar y expresar el dolor, la molestia, la tristeza y el temor que acompañan la pérdida de estos padres, evitando de esta forma, que el niño en un futuro, cuando sea adulto, no sufra la disminución del afecto con el tratar de evitar sentimientos dolorosos o no sea capaz de culminar procesos de duelo, dejándolos incompletos. Schaefer (1988) explica que la regresión del niño por la pérdida de una relación importante puede servir no sólo como evitación defensiva del afecto doloroso, sino que también puede ser la manifestación de una incapacidad para tratar un cierto estado de desarrollo sin la presencia de la relación objetal del desarrollo. Es aquí cuando el terapeuta cumple un papel de "facilitador del desarrollo". El proceso terapéutico le brinda al niño una nueva oportunidad con un "objeto nuevo" para completar muchas tareas del desarrollo que se vieron interferidas por el divorcio de los padres. Es probable que estos niños en lugar de lidiar con el conflicto, más bien, sientas la necesidad de tener a alguien que pueda facilitarle las tareas psíquicas interrumpidas por el divorcio. Es entonces cuando el terapeuta pasa a reemplazar el objeto perdido. Es importante que el terapeuta tenga presente que sólo puede ser un "objeto de reemplazo parcial”, por esto, el terapeuta debe confrontar al niño con su realidad y ayudarlo a enfrentar el dolor del deseo no correspondido Durante la hora de juego, el terapeuta puede llegar a observar en el niño cierto temor al abandono así como también el surgimiento de la culpa. En muchos casos, el niño ha llegado a representar la angustia de que "si papá fue expulsado de casa, también puedo ser expulsado yo" o también "así como papá me abandonó, mamá también pude hacerlo". Estas angustias edípicas y tareas psíquicas del niño interrumpidas a causa del divorcio, en donde el terapeuta, dentro de la psique del niño, pasa a reemplazar a ese objeto-padre perdido, se puede ver claramente en sesiones de juego. Es entonces cuando la niña, dentro de su juego de fantasía, debe seducir al príncipe para que éste la lleve consigo y no la abandone. O en el caso del niño, si éste cree que su comportamiento fue la causa del divorcio, se ve representado un juego en donde hay policías muy estrictos que sancionan los comportamientos ilícitos de ladrones. En el juego, el niño proyecta todas sus angustias y temores acerca de la separación de los padres (Schaefer, 1988).

15

De igual manera, cuando ocurre un divorcio, es posible encontrar en el niño problemas relacionados al proceso de la identificación. La identificación se define como una transformación del yo (Papalia, 2005), en donde éste se vuelve similar al objeto exterior. El "sentido del Yo" de una persona se debe en gran parte a la identificación con figuras paternas que se hagan durante la etapa de la infancia.

El proceso de

identificación en el desarrollo normal, se da, en parte, a causa de separaciones naturales diarias del objeto, y mediante la identificación el niño puede, en cierto sentido, mantener el objeto añorado ausente con él. Así, la identificación juega un papel importante para la formación del Superyó del niño, ideal del Yo e identidad sexual. Explica Papalia (2005), que se ha observado un fenómeno común, que los niños traten de retener al padre divorciado ausente a través del proceso de identificación. Encontrando que bajo el estrés de una ruptura familiar grave, numerosos niños, luchando con los aspectos agudos de la pérdida simbólica de los padres, se vuelven ellos el objeto perdido. En donde hay una identificación parcial pero también hay un proceso de un duelo por la pérdida del objeto de identificación. De modo que el terapeuta es el encargado de ayudar al niño al niño a tolerar el duelo de perder una relación como la de sus padres, así como también es aquel que acompaña al niño a renegociar las tareas del desarrollo necesarias que se vieron interferidas por la disolución de los padres.

16 IX.

CONCLUSIÓN

El juego promueve la relación de trabajo entre el paciente y terapeuta, permitiendo la comunicación de deseos, fantasías y conflictos en una forma en que el niño puede tolerar afectivamente y expresar al nivel de sus capacidades cognoscitivas, y donde la función del terapeuta es la de observar, intentar entender, integrar y comunicar los significados del juego del niño con la finalidad de promover el entendimiento del mismo sobre su conflicto hacia el fin de una resolución más adaptativa. De esta forma se puede entender que el juego forma parte fundamental de la vida psíquica del niño, contemplando todas las etapas de su infancia temprana y de latencia. Es así como podemos ver al bebé de pocos meses de nacido, que juega con el cabello de la madre, con el pecho y con la comida. Hay un juego entre madre y bebé que los vincula a ambos como una pareja única, una célula simbiótica que va a formar parte fundamental y necesaria para el desarrollo del Yo de este bebé. Más adelante, se desarrollan los juegos del descubrimiento, el bebé juega a tomar, lanzar, soltar objetos, con la finalidad de hacer una exploración de su ambiente, logrando así algo de independencia de la madre. Luego está el juego del niño con las heces, así como también la exploración de sus órganos genitales. Como éstos, se podrían mencionar muchos otros juegos, correspondientes a cada etapa de la temprana infancia y que dan cuenta del proceso maravilloso de formación de la psique humana. El niño resulta ser una persona extraordinaria llena de fantasía, a través de la cual es capaz de elaborar toda una representación del contenido de su psique, haciendo posible la proyección de todas sus angustias, malestares y temores.

Siendo así, se

puede decir que a través del juego, es posible conocer muchos aspectos de la vida psíquica del niño, como es el caso de los niños con padres divorciados. Mediante la terapia de juego, el niño puede proyectar en escena toda la angustia de separación que esto le provoca, todo el temor y la incertidumbre sobre esta nueva situación familiar. El juego resulta una herramienta fundamental dentro de la técnica del terapéutica, con la cual podrá recabar suficiente información sobre la problemática, así como también podrá visualizar el tipo de defensas que está utilizando el niño, y podrá comprender lo que éste está sintiendo tras la situación abrumadora. Sería necesario que más allá de las teorías propuestas en los libros, el terapeuta trate de visualizar al niño como un ser emocional, cargado de angustias propias para la edad o según la situación que el pequeño esté transitando, intentando así meterse en el

17 juego de este niño, tratando de observar y comprender lo que éste está mostrando y representando a través de ese juego. Se trata de que el terapeuta pueda captar cada detalle dentro del juego del niño, ya que a través de éste, el niño le está mostrando al terapeuta toda su problemática y ansiedad, y que al descubrir esto, el terapeuta sea capaz de interpretar esto, brindando contención a este pequeño.

X.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Corredor, M.A (2011) Juego diagnóstico. Clase universitaria del 2do año, de la escuela de Psicología. Universidad Católica Andrés Bello, Caracas, Venezuela. Larotonda, P. (s.f.) El Jugar de Winnicott. Recuperado es Julio 27, 2014, de http://www.espaciopotencial.com.ar/lacocina/seg_anio/eljugarde.html Papalia, D., Olds, S. y, Feldman. R (2005). Desarrollo Humano. México: McGraw-Hill. Schaefer, C.E. y, O’Connor, K.J. (1988). Manual de terapia de juego. México: El manual moderno. Trip, J. (2014). El cuento y el juego: expresiones de la vida anímica del niño. Trabajo presentado en las XXXV Jornadas Sigmund Freud. Caracas, Venezuela.

18 XI.

ANEXOS

11.1 Anexo 1 SESIÓN DE JUEGO DE LIAM SALAZAR Inició la sesión como los otros días, donde buscaba en el salón a Liam, él a la espera de mi llamado y del permiso de la profesora, se acerca preguntándome qué haríamos ese día, le contesté que algo muy divertido. Apenas le mostré todos los juguetes se emocionó mucho, y estaba muy interesado en empezar a jugar, me dijo: “sí, vamos a jugar, empieza pues” a lo que respondí que yo deseaba era verlo jugar. Enseguida tomó todos los juguetes. Inició tomando unas diversas cajas (como cajas chinas) las sacó, las volvió a colocar y pude observar la motricidad fina y sus habilidades espaciales, a lo que al principio era un poco torpe, pero no desistía en armarlas y desarmarlas adecuadamente y continuar hasta lograr que entren todas por orden. Luego, tomó una especie de caja que al introducir el dedo por debajo y empujar hacia arriba salía un león, le gustaba mucho, e intentaba de varias maneras manipularla a lo que lo decidí ayudarlo, explicándole cómo funcionaba. Lo hacia una y otra vez, me dijo que era como un títere y que le encantaban los títeres. Después agarró varios juguetes y los metía en las cajas “estas son las casas de estos juguetes”. Así, tomaba uno y sondeaba en cuál de las cajas entraba mejor sin que quedara descubierto, sino en un espacio donde podría brindarles protección y hogar. El juguete que más le gustaba era un gorila, al que manipulaba con gusto y que “era fuerte”, y un peluche pequeño. A este peluche le “daba miedo las cosas” y gritaba siempre “¡aaaaaaaah!”. En seguida, me facilitaron más juguetes los cuales contenían muchos bebés pequeños, un hombre moreno y delgado tipo lepsomático, una familia, entre otros. Se alegró y sorprendió muchísimo con más juguetes y en seguida volteó la bolsa que los contenía tirándolos a la mesa, al ver tantos bebés, los tomaba uno a uno y se fascinaba y decía expresiones de alegría y sorpresa, “¡no puede ser otro bebé!”, luego los ponía en la cajas dándoles un hogar y buscaba otros lugares para que “durmieran”.

19 Jugaba a que el gorila y el peluche iban a competir con una plancha y unos bebés, poniéndolos enfrente: los bebés y la plancha juntos contra el gorila fuerte y el peluche miedoso (como si dos partes de Liam, lo temeroso y fuerte, debían competir con el mundo aplastante –plancha-). El gorila mataba a los bebés pero estos saltaban y caían en las cajas ¿muertos pero salvándose? era como si deseara eliminarlos y protegerlos a la vez, produciendo una ambivalencia entre un deseo de independencia y temor por la pérdida. Luego toma a uno de los bebés y decide que este iba a competir con el gorila y un peluchito (sin la plancha), el peluche ganó, pero tenía mucho miedo por su victoria, haciendo alusión al temor por sus futuros éxitos y donde no está presente lo infantil de ser un bebé, sino el crecer. Agarra al “chico flaco” (el muñeco delgado y moreno) que junto con un bebé competiría contra el gorila y el peluche. El peluche gana, pero éste tenía miedo, no demostrando ningún afecto de alegría, sino temor al éxito. A seguir toma una muñeca, la golpeó contra la mesa con mucha seriedad y mostrando afectos de ira, dijo “¡soy una niña y soy fuerte!”. Tomó brevemente a una familia, solo a una mujer y hombre y de forma casi comprensible dijo algo refiriéndose a una crítica que le hacía el esposo a la esposa. En general fue una sesión bastante fructífera, llena de emociones, ganancias, muertes, pérdidas, alegrías e ira. Donde Liam logró mostrar sus deseos regresivos infantiles, deseos de continuar siendo el niño pequeño, un bebé que necesita un aliado, protección y cuidado y a la vez tiene rivales propios que son más fuertes y amenazan con su desplazamiento de ser el bebecito, inclusive hace referencia a sus deseos de búsqueda de independencia.

20 XI.2.

ANEXO 2

SESIÓN DE JUEGO DE JUAN PABLO BATISTA Juan pablo comienza la sesión muy animado, sin saber aún que para ese día trabajaría con juguetes, finalmente, cuando el evaluador se los muestra, el niño se emociona mucho, exclamando “¡waaoo! ¡¿Y este montón de juguetes?!”. Comienza entonces a sacar cada juguete, los observa uno a uno, y los va colocando sobre la mesa a medida que los va sacando de la bolsa. Dentro de los juguetes que se le proporcionaron se encontraba: varios carritos, muñecos de acción, una barbie y un ken, una familia completa, con papá, mamá e hijos. Varios bebés, algunas ollas y sartenes, una especie de cohete, un avión y una pelota, entre otros. Luego, Juan Pablo toma 4 carritos y los ubica en la mesa uno al lado del otro, haciendo una carrera con todos ellos, pidiéndole al evaluador que tome dos de los carros, y Juan Pablo toma los dos carros restantes. Le pide al evaluador que hagan una carrera juntos. A medida que la carrera transcurre, Juan Pablo va colocando en el camino ciertos obstáculos, como otros carros, algunos muñecos y satenes, los cuales sus dos carritos saltan sin mayor dificultad. Diciendo de manera repetida “¡Yo gané, tu perdiste!”. Después de terminar con la carrea de carros, deja éstos a un lado para luego tomar una especie de cohete que tiene adentro una flor carnívora, a este juguete Juan Pablo lo llamó “La bomba nuclear”, la cual va a utilizar con mucha frecuencia el resto de la sesión. Toma esta “bomba nuclear” y comenta: “esta bomba nuclear es para destruir todo el mundo, y todos los muñecos que se encuentran alrededor de ella se mueren”. Posteriormente, agarra dos muñecos musculosos y simula que ambos están peleando, con puños y patadas. A su vez, agarra un cuchillo de plástico que se encontraba dentro de los juguetes, y hace que les corta la cabeza, los brazos y las piernas con este cuchillo. Luego, toma uno de estos muñecos musculosos y le clava el cuchillo al otro diciendo: “y este hombre le dio en su parte íntima al otro” y se ríe. Mientras Juan Pablo se encuentra jugando con estos juguetes, está parado, imitando muchas veces con su propio cuerpo cómo sería la pelea de estos dos sujetos. Dando patadas y puños al aire. Sobre la mesa coloca boca arriba a todos los muñecos que se encuentran, tanto hombre, como mujeres y niños, para luego tomar el mismo cuchillo de plástico y hacer el

21 gesto de que le está cortando la cabeza y extremidades a todos éstos. Repite este juego con mucho énfasis, durante un largo tiempo. Después, tomas a todos los bebés y decide meterlos dentro de un sartén, jugando a que los está cocinando, los pone en un plato y dice: “la comida ya está servida”. Posteriormente, toma a la mamá y al papá de la familia que tenía, y los coloca dentro de una de las ollas, diciendo: “la basura va en su lugar”. Estos muñecos van a permanecer metidos en esta olla el resto de la sesión de juego. Posteriormente, agarra a todos los muñecos de acción y comienza a jugar a que ellos se encuentran en el planeta Marte, y todos están peleando para ver quién que se queda con esa tierra, luego de una larga batalla entre todos, nada queda vivo, todos se mataron unos a otros. Inmediatamente de culminar este juego, Juan Pablo le pide al evaluador que juegue con él, pidiéndole que escoja nuevamente un carrito para jugar a las carreras. Al iniciar la carrera, el niño comienza a poner nuevamente obstáculos en la pista de carrera, que es todo el borde de la mesa. Coloca muñecos y otros juguetes, y le pide al evaluador que voltee su propio carro al pasar cada obstáculo, para así poder ganar él. Cuando la sesión está próxima a culminar, Juan Pablo le quita la ropa a una de las Barbies diciendo: “mira las bubys de esta mujer” y se ríe. La viste nuevamente y la cola en la mesa. Cuando ya la sesión se acaba, Juan Pablo le pide al evaluador que le regale uno de los carritos con los que él había estado jugando a las carreras, así como también le pide que para el próximo encuentro que tengan el examinar se asegure de llevar nuevamente todos esos juguetes.

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