USO DE CONTENEDOR PROFUNDO EN EL CULTIVO DE QUERCINEAS. EFECTOS SOBRE EL CRECIMIENTO Y DISTRIBUCIÓN DE BIOMASA. E. CHIRINO MIRANDA, A. VILAGROSA CARMONA, R. FERNÁNDEZ MARTÍNEZ Y R. VALLEJO CALZADA Fundación Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM). Departamento de Ecología. Apdo. 99. 03080 – Alicante. Correspondencia: [email protected] Resumen En especies con una importante raíz pivotante, la utilización de envases profundos favorece un mayor desarrollo de la raíz principal, lo que puede resultar ventajoso en ambientes de fuertes limitaciones hídricas. El objetivo del presente trabajo fue evaluar los efectos de la utilización de un contenedor profundo sobre el crecimiento, distribución de biomasa y adaptación al campo de tres especies del género Quercus (Quercus coccifera, Quercus ilex y Quercus suber). Estas especies se cultivaron en vivero en envases de paperpot de diámetro 5 cm, con profundidad de 16 y 24 cm en Q. coccifera y de 18 y 30 cm en Q. ilex y Q. suber. Tanto en vivero como en campo, no se observó un patrón común en crecimiento y distribución de biomasa entre las especies. Los brinzales cultivados en envases profundos desarrollaron una raíz principal más larga y tendieron a presentar mayor biomasa de raíces colonizando el hoyo de plantación en las profundidades de 30 a 60 cm; lo que puede favorecer el acceso a la humedad de los horizontes más profundos del suelo. Palabras claves: envase forestal, raíz pivotante, sistema radical, biomasa INTRODUCCIÓN En la zona mediterránea, el éxito de las actuaciones de reforestación o restauración forestal se relacionan frecuentemente con la calidad de planta, las particularidades pluviométricas del año y el tipo de suelo (VILAGROSA et al. 1997; ALLOZA, 2003). Las particulares del cultivo en vivero determinan las características morfofuncionales de los brinzales y su adecuado establecimiento en el campo. La producción de plantas en vivero depende de múltiples factores, entre los que se destacan el origen y conservación de la semilla, el tipo de substrato y contenedor, el riego y la fertilización, la micorrización de las plantas, el control de plagas y enfermedades, y las condiciones climáticas del año de cultivo, entre otros. El contenedor constituye uno de los principales factores a considerar. La materia prima utilizada en su fabricación limita su durabilidad y reutilización. En cambio, su diseño determina las características morfológicas y funcionales de los brinzales y en general, la calidad de las plantas producida (LANDIS, 1990). La selección del contenedor deberá estar acorde con las características morfológicas de la especie. Estos aspectos condicionan la supervivencia de los brinzales tras la plantación en campo (DOMÍNGUEZ et al., 2000), lo que le confiere una apreciable importancia en la producción de especies forestales para la reforestación o la restauración forestal. El uso de plantas de vivero, y particularmente de brinzales en contenedor, es con frecuencia la mejor técnica para la introducción de especies leñosas en medios semiáridos (CORTINA et al. 2004). Actualmente existe en el mercado una gran variedad de tipos de contenedores. La forma, volumen, profundidad, abertura de las celdas superior e inferior, la densidad de plantas/m2 y la presencia de costillas interiores antiespiralizantes, definen las características de los contenedores y la calidad de la planta obtenida. Investigaciones realizadas con más de 25 modelos de contenedores en diferentes especies, indicaron que el volumen del contenedor fue la variable que mostró mayor correlación con la altura de la planta y la supervivencia en campo (DOMÍNGUEZ, 1997; DOMÍNGUEZ et al., 1997). Esta misma autora indicó que la profundidad del contenedor no fue una variable que influyera por sí misma sobre la

supervivencia; pero destacó su importancia en el cultivo de especies que desarrollan una fuerte raíz pivotante, como las especies del genero Quercus. Evidentemente, la profundidad del envase determina la longitud de la raíz principal de las plantas y la profundidad de colocación del sistema radical en el campo (PEÑUELAS y OCAÑA, 1996). Durante el cultivo en vivero, las especies de raíz pivotante verán beneficiado el crecimiento de su raíz principal en envases más profundos, lo cual puede favorecer una colonización del hoyo de plantación más rápida y eficiente; contribuyendo a un mejor establecimiento y supervivencia tras la plantación. Partiendo de esta hipótesis, el objetivo del presente trabajo fue evaluar los efectos de la utilización de un contenedor profundo sobre el crecimiento, distribución de biomasa y adaptación al campo de tres especies del género Quercus (Q. coccifera, Q. ilex y Q. suber). MATERIALES Y MÉTODOS El envase utilizado fue paperpot debido a que en el mercado nacional no encontramos envases con las dimensiones previstas en la investigación, principalmente referidas a la profundidad. El paperpot es un envase cilíndrico, con envoltura de papel biodegradable, rellenado de substrato y que no presenta estrías antiespiralizantes en sus paredes interiores. El método de fabricación de este envase permite obtener contenedores con diferentes longitudes. Los trabajos se iniciaron en el año 2001 en coscoja (Quercus coccifera, Qc; origen sierras ibéricas valencianas). El cultivo se realizó en envase paperpot de diámetro 5 cm y profundidad de 16 y 24 cm (Tabla 1). Posteriormente, en el año 2003, se continuó esta línea de trabajo en carrasca (Quercus ilex ssp. ballota, Qi; origen Campo de Montiel) y alcornoque (Quercus suber, Qs; origen Sierra de Espadán, Castellón). En estas dos especies se utilizó el mismo tipo de envase (envase paperpot de 5 cm de diámetro) pero con diferente profundidad. El envase paperpot corto (PC) de 18 cm simuló la longitud de los envases más comunes en el cultivo de estas especies. El envase de paperpot largo (PL) de 30 cm correspondió a la innovación tecnológica introducida. Las dimensiones de la superficie del envase (diámetro: 5 cm) condicionaron una densidad de planta/m2 relativamente alta comparada con otros envases (DOMÍNGUEZ et al., 2000). El envase largo presentó un volumen superior al envase corto, siendo en coscoja 1,5 veces y en carrasca y alcornoque 1,7 veces (Tabla 1). El substrato empleado fue turba rubia y fibra de coco (50:50 v/v) enriquecido en origen (57 mg NO3, 69 mg NH4, 60 mg de P y 344 mg de K por dm3 de substrato). Durante el cultivo en vivero se aplicó igual fertirrigación a los brinzales de la misma especie en diferentes envases Se ajustaron las dosis y tipo de fertilizante soluble, en función de la respuesta del cultivo, con la finalidad de obtener brinzales con una altura y biomasa adecuada. Al finalizar el cultivo en vivero se procedió a la evaluación morfológica de los brinzales.

Tabla 1.- Características de los contenedores. Especie

Quercus coccifera (Qc) Quercus ilex ssp. Ballota (Qi) Quercus suber (Qs)

Tipo de contenedor Qc -PC Qc -PL Qi -PC Qi -PL Qs -PC Qs -PL

Diámetro (cm) 5 5 5 5 5 5

Características del contenedor Prof. Volumen (cm) (cm3) 16 638 24 940 18 707 30 1178 18 707 30 1178

Densidad (Plantas/m2) 509 509 509 509 509 509

Las plantaciones fueron realizadas de acuerdo con los requerimientos ecológicos de las especies y siguiendo un gradiente latitudinal en el litoral valenciano. Se establecieron las parcelas en laderas de orientación Sur (exposición solana), pendiente moderada y matorral bajo degradado como vegetación preexistente. La coscoja fue plantada en enero de 2002 en clima semiárido en Albatera (Alicante), la carrasca en diciembre de 2003 en clima sub-húmedo en La Granadella (Alicante) y el alcornoque en marzo de 2004 en clima húmedo en la Sierra de Espadán (Castellón). Dada la profundidad de los envases, los hoyos se realizaron con las dimensiones de 60x60x60 cm; mediante ahoyado mecánico en Albatera y La Granadella. En la Sierra de Espadan se realizó ahoyado manual con ayuda de martillo neumático. Se efectuaron 6 campañas de supervivencia y crecimiento (altura y diámetro) en coscoja y 3 campañas en carrasca y alcornoque. Se evaluó la colonización del hoyo de plantación y la morfología de los brinzales en el campo mediante un desentierro. En carrasca y alcornoque se efectuó el desentierro a los 3 meses de

la plantación y en coscoja a los 5 meses. El análisis estadístico en crecimiento (altura y diámetro) y distribución de biomasa se realizó mediante ANOVA de un factor. En el análisis de la supervivencia se utilizó el Test de Kaplan Meir. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Caracterización de los brinzales al finalizar el cultivo en vivero. Al finalizar el período de cultivo en vivero, no se observó un patrón común en las características morfológicas de los brinzales de las tres especies respecto al cultivo en envases largos. Los brinzales de coscoja y carrasca no mostraron diferencias en cuanto al crecimiento en altura y diámetro (Tabla 2). Solamente se constató mayor diámetro (p