Varones en su tiempo (Madrid fin de siglo): Expedientes de tropa, un paso más allá de la historia militar

Varones en su tiempo (Madrid fin de siglo): Expedientes de tropa, un paso más allá de la historia militar ∗ . - Introducción. La Historia militar en n

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Varones en su tiempo (Madrid fin de siglo): Expedientes de tropa, un paso más allá de la historia militar ∗ . - Introducción. La Historia militar en nuestros días va poco a poco quitándose la carga que la unía simplemente con batallas, uniformes y armas. Aunque en ese espacio de estudio evidentemente prima lo bélico, están despegando investigaciones que pretenden extenderse hacía los sujetos de análisis humanos que se congregaban en el área castrense. No es una tendencia general debido a que todavía continúan produciéndose esos estudios de “superficie” que exponen la esfera más evidente del mundo de las armas 1 . Lo que aquí importa son esos otros trabajos que van más allá de lo superficial y descienden hacia la realidad que se presentaba en el mundo armado. Y fue en los años ochenta cuando lo militar, como objeto de investigación, empezó a estar de actualidad. Obras como las de Fernando Fernández Bastarreche y Gabriel Cardona 2 , fueron pioneras en esta línea de trabajo, aunque tomando lo militar como una esfera amplia, evitando detenerse en aspectos concretos. Ambos autores (aunque con periodos cronológicos diferentes de trabajo) presentaban al Ejército como un organismo que permitía diversos tipos de investigaciones, indiscutiblemente, por la cantidad ingente de información que se custodiaba en los archivos y bibliotecas militares. Nuria Sales de Bohigas 3 unos años antes, y muy influida por las escuelas historiográficas francesas, presentó una investigación que descendía, aún más, en el mundo militar. Inició los estudios que tenían como sujeto principal a los individuos de tropa y, en concreto, fijó su atención en los casos de prófugos y desertores. La tropa ganaba un espacio en esas investigaciones en la línea de la historia militar contemporánea. Normalmente, al limitar como objeto de investigación al mundo armado, el investigador, que va a acometer tan magna aventura, se ve abrumado por una gran cantidad de documentación tanto de archivo como de bibliotecas. El problema justo puede ser éste, una desmesurada información de casi cualquier aspecto que acaeciera dentro las fronteras militares, pero también tiene sobre la base un error de partida, presuponer que lo que se custodia en esos archivos, tan específicos, sólo afectaba a ese espacio tan concreto. La dificultad se deriva del mismo concepto de Historia militar, como una disciplina, en cierta manera aislada de los adelantos o nuevos puntos de referencia que se dan desde la historiografía, un inmovilismo que en absoluto se sustenta en la información que puede arrojar la documentación. Lo relativo al mundo militar actualmente tiene una fuerte presencia, no como sujeto principal de estudio sino como “sujeto represor”. Los estudios sobre la represión militar ∗

Archivo Militar de Guadalajara. El balance sobre las divisiones que presenta la Historia militar y sus tendencias lo desarrolló GONZÁLEZ-POLA DE LA GRANJA, Pablo, Perspectivas actuales de investigación sobre Historia Militar, en Fuentes para la Historia militar en los Archivos Españoles, VI Jornadas Nacionales de Historia Militar, Editor: Cátedra General Castaños, Madrid, 2000. 2 FERNÁNDEZ BASTARRECHE, Fernando, El Ejército español en el siglo XIX, Alianza, Madrid, 1978. CARDONA, Gabriel, El poder militar en la España contemporánea hasta la Guerra Civil, Siglo XXI, Madrid, 1983. 3 SALES DE BOHIGAS, Nuria, Sobre esclavos, reclutas y mercaderes de quintos, Ariel, Barcelona, 1974. 1

a la población superviviente después de la Guerra Civil están ganando, cada vez más, un terreno muy importante en los estudios históricos. Pero, quizás, de nuevo el inconveniente es que esos trabajos no prestan demasiada atención a lo que se fraguó en el mundo militar antes de la Guerra Civil que, en muchos casos, puede ser una pista para comprender cómo funcionaba la maquinaria represiva castrense (sobre todo en los primes años de la dictadura franquista) 4 . El peligro no es que los investigadores sobre la represión no tengan en cuenta el precedente anterior, sino que, como se ha apuntado, los estudios sobre el mundo militar todavía carezcan de una amplia lista de trabajos de referencia. Y de ese intento -porque lo anterior a la dictadura franquista quede un poco mas claronace esta comunicación. Es imprescindible conocer las posibilidades que puede tener una fuente tan concreta relacionada con el mundo de las armas y que no sólo habla de ese espacio sino también del lado humano de los varones que acudían allí. Quizás, describiendo a la fuente y explicando las características que presenta, investigadores alejados de la órbita militar acudan a los archivos militares para contrastar diferentes tipos de informaciones extraídas de otros centros de documentación. El marco cronológico en el que se mueven nuestros intereses es ese final largo del siglo XIX y el espacio concreto Madrid. Creemos que es útil delimitar a ambas coordenadas especiales y temporales para facilitar el estudio de la realidad social militar. La documentación a la que se hace referencia (expedientes militares de individuos de tropa) se custodia en el AMG, su sistema de catalogación se basa en la topografía militar (zonas militares en las que estaba dividida España). Cada una de estas zonas, a su vez, con divisiones en función de las provincias donde entraban los varones como quintos (cajas de reclutamiento) y el orden interno en función del primer apellido. Esta organización de los documentos es un tanto complicada, ya que si no se conoce el lugar donde los individuos fueron tallados o sus apellidos, las búsquedas son complicadas, pero en ningún caso infructíferas. Cuando se inicia un sondeo donde no interesa tanto encontrar a varones concretos, este sistema de catalogación no supone ninguna molestia. La cronología que tienen estos documentos es muy heterogénea, encontrando expedientes militares desde principio del siglo XIX (y antes) hasta casi la actualidad. Si centramos el objeto de esta comunicación en la fuente que facilita una investigación es porque creemos que las investigaciones que se presentan (aunque son muy valiosas porque se conjuga investigación en archivos con tratamientos de esas informaciones y las conclusiones) en muchos casos la propia fuente, que ha sido el vehículo de trabajo, pasa a un segundo plano. Una misma fuente documental puede dar para diversos criterios de selección conducen a otro tipo de trabajos o complementar otras informaciones. Si a veces esto no ocurre es justo por el desconocimiento de la fuente en sí. Por este motivo, es conveniente hablar aquí de las posibilidades que dan los expedientes militares de tropa, para intentar seguir ampliando horizontes desde la propia Historia militar y poder llegar a otras ramas del conocimiento sobre el pasado, ya que en la Historia todo tenía unas fronteras difusas, y crearlas desde el futuro sería construir anacronismos.

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Ayer, num. 57, 2005.

- “Pliegos de vida”: Expedientes militares de tropa una descripción posible 5 . Los expedientes militares de tropa son una fuente documental muy rica, a rasgos generales, se puede decir que constan de un número variable de páginas. Siendo la tónica habitual que tengan de una hoja inicial (remitida por la autoridad municipal encargada de revisar a los quintos) y del expediente militar en sí (rellenada por la correspondiente militar); nivel descriptivo que alude a dos administraciones diferentes. Cuando todavía el futuro soldado no había hecho efectiva su entrada en el cuartel eran los ayuntamientos los encargados de “censar” a los posibles aspirantes. Los individuos que oficialmente pasaban a formar parte del reemplazo –su filiación- se remitían a la competencia castrense. En el ámbito militar, el expediente que se abría al varón -que acudía a filas- constaba de un formato único y que apenas presenta variaciones internas en el tiempo. Podemos describir a esa apertura física (en el papel) como una carpeta donde se iba a almacenar todo lo que concerniera a ese individuo durante su estancia en el mundo militar. Lo representamos de esta forma porque en su interior se adjuntaban todos los documentos importantes tanto de carácter propiamente militar (Hojas de castigos) como civil (certificado de legitimidad). Por tanto, el expediente militar es una fuente que recoge la vida de unos muchachos durante el periodo que empezaban a formar parte de la Milicia hasta que oficialmente dejaban de tener una obligación con las armas españolas 6 Desde que el varón pasaba a formar parte del reemplazo la primera hoja que se rellenaba (en su localidad de origen) ya aparece de qué naturaleza era su relación con las armas, si acude de manera obligada por las prescripciones de la ley o si por el contrario lo hacia de forma voluntaria e incluso si redimía o sustituía a otro. Información que tiende a quedar constatada en la primera hoja del “dossier militar”, tal cual era remita por la administración civil. Antes de enumerar los datos que aparecen en unas y otras es conveniente aclarar quienes eran los que redactaban esos papeles, ya que la crítica -hacia la fuente- debe estar siempre presente cuando se inicia una investigación y más, en este caso, que hay dos administraciones de naturaleza diferente. Cuando los quintos pasaban al sorteo para ver si entraban en el cupo de su zona o no, los mozos debían sobrevenir un examen médico 7 . En ese proceso (sorteo) de selección debían estar presentes: personal del ayuntamiento, eclesiástica y una representación de lo militar. Esta triple cabeza de autoridad congregaba a los pilares más visibles del poder en el final del siglo XIX, su función conjunta era que no se produjera ningún tipo de alteraciones en ese proceso. La autoridad civil (alcalde y secretario del ayuntamiento) supervisaba que todo se produjera acuerdo con la ley, la eclesiástica (sínodo) verificaba que tal individuo era el que se presentaba y la militar observaba que no se produjera ningún fraude respecto al cupo de hombres que debían incorporarse a filas castrenses de una zona concreta. Esta presencia institucional aporta al expediente cierta fiabilidad, pero al manejar tal documentación se observa como en la redacción se pueden encontrar ciertas pistas que conducen a pensar en cierto tipo de irregularidades, pero no sólo que implicaban a esa administración civil sino también a la militar. Un caso muy 5

Este aparatado está basado en el análisis del Reemplazo de 1896 zona Madrid (AMG). FREYRO DE LARA, Beatriz, De campesino a soldado. Las quintas en Granad (1868-1898), Universidad de Granada, Granada, 2002. 7 ANTA FÉLEZ, José Luís, Cantina, garita y cocina. Estudio antropológico de soldados y cuarteles, Siglo XXI, Madrid, 1990. 6

significativo es que se insertara delante del nombre de los padres la abreviatura D. y Dñ. de puño y letra de los encargados de elaborar esa hoja de registro de quintos 8 . Es significativo porque no es abundante en la serie documental. Cuando se apuntaba, normalmente, parece que estaba ligado a administraciones rurales donde el anonimato no existía. Traducido, en los datos incorporados al expediente, en qué un individuo con una familia acomodada, con estas abreviaturas de trato eran una llamada de atención sobre la autoridad y respeto hacia el núcleo familiar progenitor; esto para el nivel civil. Esta diferencia en las formas podría dar a los reclutas un destino más desahogado en las fronteras castrenses; esto en el nivel militar. Por tanto, ambas administraciones aunque alejadas espacialmente se nutrían mutuamente de lo recopilado, de aquí qué se intentara que ese proceso de sorteo y selección de quintos contara con la suficiente legalidad para que se evitaran el menor número de fraudes. Hasta ahora se ha apuntado lo concerniente a aspectos generales sobre la documentación, es conveniente comenzar a desenmarañar la información que se recoge en esos expedientes militares de tropa y para ello es eficaz organizar los mensajes que se apuntaban en esas hojas (en muchos casos) innumerables. Organización interna del expediente de tropa. EXPEDIENTE DE TROPA HOJA DE ALISTAMIENTO

Datos personales

Rúbricas

FILIACIÓN MILITAR

Comentarios

Impreso Oficial

Datos libres

Militares

Datos oficiales

Personales

Notas de toda clase

Físico-fisiológicos

Fuente: Elaboración propia a partir del reemplazo 1896 (AMG. R-1896 Madrid)

La división interna propuesta para los expedientes militares de tropa es la siguiente: la hoja de alistamiento (remitida por la autoridad municipal) y la filiación militar del futuro soldado. La hoja de alistamiento suele constar de un pliego de papel con un número variable de hojas (entre dos a tres hojas). Los datos que se encuentran incluidos son los siguientes: personales, rúbricas (de las autoridades correspondientes y del interesado) y comentarios sobre el paso de quinto a soldado activo. Los personales, a su vez, se dividen en datos militares, personales y físicos-fisiológicos. Como muestra el cuadro I cada uno de los apartados contiene información relativa a ese quinto, destacan (dentro de los que se han agrupado como “militares”): el número que obtenía el quinto en el sorteo. Es un dato muy importante ya que en función del número obtenido el quinto podía o no incorporarse al reemplazo y quedar excedente. Esto no quería decir que se “salvaran” de acudir “a filas” porque los quintos podían quedar excedentes de 8

AMG. R-1896 Madrid.

cupo y en otro momento ser llamados al contingente. Dentro de los “personales”: el dato relacionado con la fe venía ya impreso y aparecía con la abreviatura “C.A.R” (Católico Apostólico Romano), otro dato a resaltar es el de la “instrucción” que aludía a si sabía leer y/o escribir, se separaban ambas opciones y se solían rellenar con un simple sí o no 9 . Los “físicos-fisiológicos”, la talla indicaba la altura del quinto justo en el momento de pasar por la caja de reclutamiento. Lo que se indica como “señas” son los datos fisiológicos del muchacho, como color del pelo, los ojos, la forma de la nariz, la frente o color en general del sujeto (indicando sano, saludable o moreno) y por último las señas particulares que tuviera en el rostro o en alguna parte del cuerpo (cicatrices o cualquier otra peculiaridad que destacase en el examen medico visual). Cuadro I. Hoja de alistamiento. Datos personales. MILITARES Año de alistamiento Número del sorteo del quinto

PERSONALES FÍSICOS-FISIOLÓGICOS Nombre completo del quinto Talla Nombre de los progenitores Señas Residencia Juzgado al que está adscrito Fecha de nacimiento Oficio Edad exacta en el momento de quinto Religión Estado civil Instrucción Fuente: Elaboración propia a partir del reemplazo 1896 (AMG. R-1896 Madrid)

En los comentarios que se apuntaban sobre el paso de quinto a soldado activo, solían ir escritos a mano por los encargados de la redacción. Estos renglones se insertaban a continuación de la primera hoja. En algunos casos encontramos un formato único donde estaba vacío sólo el año del reemplazo, esto denota una tendencia hacia la regularización administrativa en este proceso de selección. Al estar colocados en la hoja del alistamiento conduce a plantear la siguiente reflexión: lo que se apuntaba en esta sección eran datos de carácter informativos generales que podían servir a la administración civil para conocer la evolución del muchacho que acudía al ejército. Legitimado porque se localizan dos rúbricas diferentes; por un lado, la del Jefe de Caja y, por otro, la del Comandante Mayor. La del Jefe de Caja coincide con las informaciones que hacían referencia a cuando el quinto pasó el sorteo, el reconocimiento médico y su tránsito hacia situación activa. La del Comandante Mayor coincide, a su vez, con la entrada del quinto al cuartel, y se registran aquellos movimientos significativos del mismo por el mundo militar (cambios de destinos, por ejemplo, la salida con su batallón fuera de la Península). La hoja de alistamiento es un documento muy rico por la información que recoge, buen resumen de la vida del joven-varón justo en el momento que el muchacho pasaba a quinto y de quinto a soldado. Los datos se acopiaban en el instante preciso que debía enfrentarse el futuro hombre con su obligación a las armas. Ahora bien, la siguiente parte de la que constan estos expedientes, la filiación militar, podía o no copiar directamente lo remitido por los ayuntamientos, ya que la autoridad que confería legalidad al proceso parecía lo suficientemente sólida para que tales informaciones 9

GARCÍA MORENO, José F., Servicio militar en España (1913-1935), Adalid, Madrid, 1988.

fueran fiables, pero se hace imprescindible la constatación de ambas para apoyar o no la legalidad o verosimilitud del proceso llevado a cabo en los ayuntamientos para la administración castrense. La filiación militar contiene la información recogida durante toda la vida militar del muchacho. Organizada en dos grupos generales (Impreso Oficial y Datos libres), que -a su vez- se dividen en una serie de apartados, que tienen como criterio de agrupación interna, que se escribían siguiendo el impreso oficial, y los que se colocaban libremente sin atender a ningún espacio determinado El primer grupo (impreso oficial) consta de dos grandes apartados, el primero que se puede denominar como “datos oficiales” que incluye aquellos que se insertaban siguiendo el referido impreso, donde simplemente se rellenaban las casillas con la información pertinente del soldado; y el segundo, “Notas de toda clase” narraba las andanzas en el ejército. Tal y como indica el cuadro II la información que se recoge es muy completa tanto a nivel personal (de cada uno de los reclutas) como de su estancia en el ejército. Aunque hay que apuntar que no siempre todos los datos eran anotados y esto puede ser un serio inconveniente para poner en marcha un trabajo de investigación, aunque con el elevado número de expedientes de tropa que se custodian en el AMG no es difícil suplir las carencias. Lo que se denomina como “generales” incluyen muchos de los datos que se han apuntado en el cuadro I aunque ampliando la información como, por ejemplo, diferenciando el lugar de nacimiento del de residencia. Se incluyen también lo referente a la talla y las señas aunque también se recogía en “Estatura”. Este último indicaba los datos justo cuando el joven pasaba por la caja de reclutamiento y después se le volvía a medir en el cuartel. Tanto “Nomenclatura del filiado” como las fechas de entrada en caja y de ingreso efectivo en el cuartel hacen referencia a de qué manera era filiado el quinto y la diferenciación, entre las dos fechas, indica el tiempo transcurrido entre que se le tallaba y se incorporaba al cuartel. Desde que estaba en la caja de reclutamiento el individuo estaba sujeto a las leyes militares. La clase indica cómo iba a ser su servicio militar como soldado voluntario o sustituto. La duración del servicio estaba en función de si su relación con las armas era de forma obligada o voluntaria; la primera tenía una duración de doce años y la segunda de tres. Por último, “Cuerpos y dependencias donde ha servido” hace referencia a la movilidad interna del soldado y los destinos militares que había tenido, es interesante resaltar como en este apartado no se indicaban las fechas exactas sino qué simplemente el tiempo que estuvo en cada una de ellas. El siguiente grupo “Abonos” indica los descuentos en el servicio que había obtenido el soldado, diferenciando aquellos que hubieran sido fruto de las campañas (Cuba, Puerto Rico, Filipinas…) o por los premios recibidos. En “Hospitalizaciones” llama la atención que se contabilice el número de estancias dato, qué después se debía remitir a la autoridad militar sanitaria para elaborar la correspondiente estadística. “Premios” enumeraban las cruces y demás condecoraciones que podían recibir, especificando de qué clase eran y el motivo de la concesión. “Castigos” diferenciaba aquellos que se pueden definir como menores (amonestaciones) y los mayores (causas). Los “conceptos del capitán” es un apartado muy interesante, se distinguen tres conjuntos que hacen referencia a diversas realidades; el primero “Relación con el espíritu militar” evaluaba la disposición demostrada por el soldado a las máximas militares (valor, amor al servicio,…); el segundo, “Datos generales” unía información sobre su estado civil, edad

en ese momento, la salud y si sabia leer y/o escribir. “Instrucción” indicaba el grado de comprensión en relación con las materias militares (ordenanzas, fortificaciones,…). Cuadro II Hoja de filiación. Datos oficiales. GENERALES

ABONOS

HOSPITALIZACIONES

Nombre completo del quinto Nombre de los progenitores Lugar de nacimiento Lugar de residencia Juzgado al que pertenecía Fecha de nacimiento Oficio Edad exacta en el momento de quinto Religión Estado civil Talla Señas Nomenclatura del filiado Fecha entrada caja Fecha ingreso en Cuerpo Clase Duración del servicio Cuerpos y dependencias donde ha servido Estatura

Campaña

Motivos

Cruces y otros

Entradas Salidas

PREMIOS

Cruces y condecoraciones

LICENCIAS TEMPORALES

CASTIGOS

Inicio

Amonestaciones y correcciones

Final

Causas y sentencias

CONCEPTOS DEL CAPITÁN Relación con el espíritu militar Datos generales Instrucción

Número de estancias

Fuente: Elaboración propia a partir del reemplazo 1896 (AMG. R-1896 Madrid)

Dentro del grupo “Impreso Oficial” el segundo apartado (“Notas de toda clase”) describe la estancia del soldado en todos los cuerpos que ha servido. Se rellenaban a mano y siguiendo un orden cronológico; destacando en cada año aquello más sobresaliente (si había) como por ejemplo las estancias en hospitales, los exámenes que hubiera pasado para ascender de grado (cabo o sargento), las faltas que hubiera cometido, etc. Destaca como en los años finales de la estancia en las fronteras castrenses aparecen sellos normalizados donde se rellenaba la fecha qué, por ejemplo, pasaba a segunda reserva. En este primer nivel que se ha descrito de la filiación militar sobresale la ingente cantidad de información recogida que permite durante esos doce años de vida militar reconstruir casi año por año avances, movimientos y obstáculos que vivió el muchacho que acudía al ejército. Por último, sólo queda por apuntar a lo que se ha denominado como información “libre”.

Este segundo grupo comprendería a aquellos datos que se han definido como “Datos libres”. Son anotaciones sin ningún orden, es posible que los introdujeran los encargados de revisar estos expedientes. Se localizan datos numéricos sobre cuando tuvo la segunda reserva o -por ejemplo- si el individuo había muerto durante su servicio militar. Son datos complejos porque no tienen ningún orden y sobre todo porque están redactados con materiales qué, con el paso del tiempo, han hecho difícil su trascripción. Para finalizar esta descripción se debe apuntar a que estos datos libres se encuentran sólo en la primera hoja de la filiación militar y (en algunos casos) en la hoja de alistamiento. Si se ha descrito al conjunto que representa el expediente militar de tropa como un “dossier” es por la documentación complementaria que normalmente solía introducirse y que se ha conservado, en la mayoría de los casos, intacta hasta la actualidad. Hay un tipo de documentación que es común para los tres casos (obligatorio, voluntario y sustituto) de cómo podía ser su relación con el ejército y otra que sólo aparece en los dos últimos. La documentación común es la siguiente: Media filiación, certificado de licencia absoluta, certificado de licencia ilimitada, certificado de soltería, carta reclamando certificado de soltería, hoja de hospitalizaciones, hoja de baja, hoja de castigos, carta de castigo, hoja de liquidación del tiempo de servicio, pase a segunda reserva y relación de prendas que reciben durante su primera puesta de servicio. Estos documentos se suelen encontrar (a veces) con información escrita y en otros casos vacíos. Dentro de este apartado según las características personales de cada uno las siguientes: certificado médico, carta alegando motivos por los cuales el recluta no se personó en el cuartel, carta personal pidiendo la autorización para un cambio de residencia, carta de la autoridad militar alegando que tal individuo queda excedente de cupo, expediente judicial de la causa instruida, hoja del presidio donde cumplió condena y certificado judicial de defunción. En el caso de los voluntarios: autorización familiar para que acuda a filas militares, certificado de buena conducta, cerificado de legitimidad, cédula personal, certificado de penales, carta personal para ser voluntario y certificado de utilidad para desempeñar el servicio a las armas. Para los sustitutos: certificado médico de utilidad y una foto del individuo. De nuevo más información sobre ese preciso momento de la vida del soldado que sirve de complemento para “dar vida” a todos los datos que se habían apuntado, tanto en la hoja de alistamiento como en la fijación militar. Se puede decir que este conjunto documental tiene un carácter totalizador ya que se recoge lo sobresaliente para el mundo militar con respecto a la actividad del soldado que se encontraba en sus filas. El servicio militar en ese final largo del siglo XIX era muy extenso (doce años) de los cuales, el individuo hasta que no se licenciaba, no rompía sus lazos con la milicia, esto quiere decir que su vida (o parte de ella) estaba regulada por las disposiciones legales propias del ejército (como el Código de Justicia Militar 1890). Aunque se debe aclarar qué, de estos doce años, sólo una media de dos desempeñaba un servicio activo. Insistir en las dos administraciones que se conjugan en estos expedientes militares tiene como fin presentar esos dos mundos que aunque alejados espacialmente en los documentos no lo estaban tanto en la realidad. Dos administraciones (que en cierta

manera) ilustran sobre los momentos más importantes en la vida de un varón; cuando la administración civil actuaba el varón era un muchacho (quinto) y cuando lo hacia la militar era sobre un soldado que evolucionaría hacia un hombre de pleno derecho 10 . Para concluir sólo queda apuntar que la riqueza de información que se puede obtener de esta serie documental es totalmente compatible con el cruce de otra tipología, y al revés igual, ya que hay datos de todo tipo que enriquecerían muchas investigaciones 11 . - Reconstrucción de un pasado militar: Líneas de investigación. El título de esta comunicación tiene dos partes: por un lado, en la que se alude a un ámbito más teórico (expediente militar en sí) y por otro, la que se desarrolla en este apartado, que hace alusión a las posibilidades reales que puede dar esa documentación que se ha ido definiendo y describiendo para facilitar su compresión. Aludir en el encabezado a “varones en su tiempo” tiene como objetivo insistir sobre esa característica que se ha ido registrando en la descripción de la fuente: ese “paso” por el ejército de un joven. Al margen de qué naturaleza fuera su relación con las armas es indiscutible que ese expediente describe un momento muy preciso en la vida de esos varones de finales del siglo XIX. Ese momento concreto coincidía con la travesía biológica del joven a adulto. El quinto cuando se pesaba y media, pasaba el reconocimiento médico: se convertía en un “potencial soldado”. En el momento que llegaba al cuartel, para la terminología militar, era un recluta y un soldado activo cuando juraba fidelidad a las banderas. Este cambio de nomenclatura, quizás, también puede indicar, en ese muchacho, una evolución que marcaba el alejamiento con su lugar de origen 12 . Transformación mental que era lenta y en la fuente no dejaba constancia física porque era algo totalmente normal que el que había sido soldado cambiara sus hábitos de vida y residencia y no significaba ningún tipo de novedad. El muchacho pasaba por una transformación biológica de adolescente a adulto, y porque no, aludir a una evolución que traspasaba el umbral biológico y afectaba a su definición cultural como tal sujeto masculino: pasaba de muchacho a hombre de pleno derecho. En el expediente se recoge información sobre su evolución física que sustenta esa transformación biológica, pero ese otro avance, el cultural, no queda tan nítidamente recogido pero hay ciertas pistas que pueden conducir a plantearlo, como por ejemplo el cambio de estado civil, de soltero a casado y el momento exacto en que se producía. Todo esto coloca a la información recopilada en los expedientes como fuente muy precisa de los ciclos vitales de la población, pero de la masculina, pudiendo obtener un cuadro muy ilustrativo sobre cuando empezaba la edad adulta y el momento que se podía considerar a un hombre como tal. Pero, en menor medida, también de las mujeres, ya que cuando se solicitaba el certificado de soltería -en algunas ocasiones- se especificaba con quién se casaba y la edad de los contrayentes. No sólo en este tipo de documentación se pueden encontrar informaciones dobles (que afectaba a varones y 10

ROYNETTE, Odile, “Bons pour le service”. L´expérience de la caserna en France à la fin du XIX siècle, Belin, París, 2000. 11 Véase JIMÉNEZ GUERRERO José, El reclutamiento militar en el siglo XIX. Las quintas en Málaga (1837-1868), Servicio de Publicaciones, Málaga. 12 CAPDEVILA, Luc. “L´identité masculine et les fatigues de la guerre (1914-1945), Vingtieme Siecle, num. 75, 97-108.

mujeres) sino también, por ejemplo, en los certificados de defunción: describían la situación civil del soldado que había fallecido y, en el caso de que estuviera casado, la información del consorte. Los expedientes militares, seleccionando criterios que aludían al ciclo vital, se pueden definir como fuentes de masculinidad ya que como tales, aportaban la evolución cronológica de los cambios y metamorfosis de esos varones. Muy útiles para estudios sobre demografía histórica e incluso para los estudios sobre historia de las mujeres ya que como se ha apuntado la mujer quedaba reflejada no como sujeto principal pero sí de una manera indirecta. Pensando en la estructuración social de la población se puede plantear lo concerniente a las elites locales y urbanas junto con la marginación social. ¿Quién acudía a las filas militares? Se ha apuntado como en algunos casos se antecedía a los nombres de los progenitores la abreviatura D. y Dñ. que indicaban un estatus alto dentro de la población de la que procedía ese quinto. En el caso de los voluntarios se podría plantear el porque de alistarse en el ejército: si respondía a déficit económicos en el seno familiar (que con la partida de uno de los miembros al ejército la subsistencia era más fácil) o, si por el contrario, esos muchachos veían un atractivo en la carrera de las armas y un modo de alcanzar una mejor posición social. La marginación social se apunta en la fuente en la línea argumentativa de las estructuras familiares, el expediente, al marcar el nombre de los progenitores hacía difícil encubrir a hijos nacidos fuera de la “normalidad” de la institución matrimonial. La fuente ilustraba a esos hijos fuera de la normalidad con los apelativos de “hijo de padre o madre desconocido”. De nuevo, información útil para complementar estudios sobre economías familiares. Trabajos sobre la actuación de las elites caciquiles o sobre las actividades sexuales al margen de la norma establecida. También -reflejo de la violencia de la población masculina española- esas hojas de castigo y las sentencias que pudieran aparecer dentro del dossier militar son buen indicador de esa estabilidad o inestabilidad social que pudo existir. Hay dos niveles, por un lado, el militar, que reflejan las hojas de castigos, y por otro, el civil, por las sentencias. Aunque, esta diferencia, de nuevo, no es tan clara, sobre todo en las sentencias ya que pueden encontrar juicios militares que tenían su correctivo correspondiente siguiendo lo legislado y recogido en el código de justicia militar. Las hojas de castigo pueden ser referentes de cómo se respetaban realmente las leyes y la ordenanza que regían el orden interno militar. Normalmente, los delitos que se pueden encontrar son aquellos relacionados con la insubordinación, faltas en el servicio o en los trabajos que debían desempeñar los soldados (guardias) e incluso violación de los horarios establecidos. Los correctivos que se aplicaban dentro del espacio del cuartel, castigándose con estancias medianamente breves en el calabozo o con recargas en el servicio militar. El incumplimiento del orden interno preestablecido aporta pistas sobre la verdadera adecuación del soldado con su nuevo espacio y la correcta asimilación con la identidad militar que le venía impuesta desde la escala profesional. El otro tipo de información sobre la violencia son las sentencias judiciales, son una documentación muy valiosa no sólo para conocer que delitos se juzgaban a la población militar por la civil, sino también por las alegaciones que hacían los acusados y los testigos sobre los hechos acaecidos. La pena que se imponía se cumplía en los penales establecidos por la ley y a la autoridad militar se le remitía el expediente carcelario que relataba la evolución del acusado. Estos datos colocan a una investigación en dos líneas de trabajo: la primera podría ser la evolución de la identidad establecida por el ejército y cómo era

su verdadero calado en los individuos que componían la tropa; y la segunda, sobre estudios que tengan como núcleo central la violencia y el sistema de castigos que el poder articulaba para castigar a los infractores de la norma. Pero, incluso, prestando atención a cómo se llevaba a cabo los procesos judiciales poder tender hacia estudios sobre la evolución de las instituciones y la normalización legal de la cotidianidad, penando legalmente todo aquello que se saliera de lo establecido. Pero, incluso dentro de esta última línea, poder llegar hacia la nómina de las personas encargadas de la administración de la justicia, tanto en la esfera militar como en la civil. Y por último, destacar como esta fuente compleja documental es un rico referente para cualquier aspecto que se quiera analizar desde la órbita militar, por ejemplo, la movilidad interna de los batallones, la formación social de la tropa, e incluso la verdadera labor de alfabetización que se pudiera llevar a cabo dentro del mundo militar, ya que en muchos casos cuando el soldado quería reclamar algún documento debía enviar una carta ala autoridad encargada de solventa su problema. Normalmente este documento se adhería al dossier del solicitante y se podría observar si era suyo si por el contrario lo había redactado otra persona. Al especificar como lugar geográfico específico Madrid se pretende ilustrar sobre los movimientos continuos de población entre la capital y los núcleos que la rodeaban. Madrid como ciudad que atraía a personas el ejército y su continuo movimiento de personas podía ser el mecanismo por el cual cierta población al estar una temporal en la capital decidiera abandonar sus núcleos de residencia para instalarse allí. Pero, al centrar, la búsqueda de expedientes en individuos que residieran en la capital también se puede tener un referente bastante colorido sobre los movimientos de la población dentro de una misma ciudad y si se fijaba una residencia estable en la ciudad o, por lo contrario, la población urbana también cambiaba habitualmente de residencia. Los estudios urbanos se pueden enriquecer mucho con los datos de los expedientes, y aquí el diálogo entre la documentación militar y las custodiadas en archivos municipales y regionales se hace una necesidad imperiosa para ese acercamiento con la verdadera realidad social que acontecía en una ciudad de las características de Madrid. Se han apuntado una serie de ideas sobre lo que puede dar de sí este tipo de documentación, pero la dificultad que este tipo de acercamientos a la fuente presenta es de qué manera se puede transformar una información tan rica en datos que se puedan cuantificar o aquellas informaciones que estén narradas extraer lo más significativo y poder trabajar con ellas. Es conveniente generar una buena base de datos lo suficientemente clarificante para que no se disperse el objeto de estudio seleccionado o, quizás, también para que con el material que se seleccione pueda ser útil para complementar otros estudios que tengan algún punto en conexión con lo que se pueda trabajar desde el expediente militar de tropa. Cuando una investigación se mueve en los límites de lo social puede tender hacia diversas interpretaciones y más cuando dentro de una sola fuente documental posee una cantidad ingente de información: hablamos de lo social como algo que incluso traspasa esas fronteras a las que se ha aludido que separaban el mundo de lo castrense del que no lo era.

- Balance final. La fuente que hemos intentado describir e intentar presentarla como un recurso útil para diversas investigaciones podemos concluir definiéndola como una fuente viva. Esto quiere decir que entendemos que durante el periodo que se recoge en el expediente encontramos seriada la vida de un varón durante un periodo de tiempo nada desdeñable. El expediente es un cruce de voces del pasado porque por un lado tenemos al que recogía la información y se dedicaba a insertarla debidamente, por otro, aparecen diversos personajes que de alguna manera debían insertar su firma por algún fin determinado, por ejemplo en el caso de los voluntarios, sus padres. La cotidianidad del cuartel ha llegado hasta nuestro momento presente de una manera muy particular ya que lo que el expediente militar recoge no es el testimonio directo de los actores sociales de la tropa sino el testimonio que decía incluir encada una de las casillas que se habían estipulado para controlar a ese grupo. Por esto, hemos creído conveniente describir esta fuente e intentado darle una aplicación que traspase las fronteras de a denominada Historia militar. Pero para que tal hecho se pueda producir tienen que seguir apareciendo estudios que desenmarañen lo que se conjugaba en las fronteras castrenses.

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