Copyright © Organización Internacional del Trabajo 2006 Primera edición 2006 Las publicaciones de la Oficina Internacional del Trabajo gozan de la protección de los derechos de propiedad intelectual en virtud del protocolo 2 anexo a la Convención Universal sobre Derecho de Autor. No obstante, ciertos extractos breves de estas publicaciones pueden reproducirse sin autorización, con la condición de que se mencione la fuente. Para obtener los derechos de reproducción o de traducción, deben formularse las correspondientes solicitudes a Publicaciones de la OIT (Derechos de autor y licencias), Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza, o por correo electrónico a:
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OIT – IPEC Flores, Daysi Sagot, Montserrat Lineamientos para promover el trabajo decente de jóvenes extrabajadores infantiles en zonas urbano-marginadas. San José, Oficina Internacional del Trabajo, 2006. Trabajo infantil, Trabajo decente, Empleo de jóvenes, Recolector de basura, Formación profesional, Buenas prácticas, Metodología, Modelo, El Salvador, Guatemala, Honduras 14.02.2 ISBN 978-92-2-319593-9 (impreso) ISBN 978-92-2-319594-6 (web pdf ) Datos de catalogación de la OIT
CREDITOS: Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) Guillermo Dema, Coordinador Subregional del Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) para América Central, Haití , México y República Dominicana. Coordinación y revisión general por parte de OIT-IPEC: Laura Addati, Coordinadora del Proyecto para la prevención y erradicación del trabajo infantil en basureros y mercados de El Salvador, Honduras y Guatemala Autoras: Daysi Flores Montserrat Sagot Las denominaciones empleadas, en concordancia con la práctica seguida en las Naciones Unidas, y la forma en que aparecen presentados los datos en las publicaciones de la OIT no implican juicio alguno por parte de la Oficina Internacional del Trabajo sobre la condición jurídica de ninguno de los países, zonas o territorios citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras. La responsabilidad de las opiniones expresadas en los artículos, estudios y otras colaboraciones firmados incumbe exclusivamente a sus autores, y su publicación no significa que la OIT las sancione. Las referencias a firmas o a procesos o productos comerciales no implican aprobación alguna por la Oficina Internacional del Trabajo, y el hecho de que no se mencionen firmas o procesos o productos comerciales no implica desaprobación alguna. Las publicaciones de la OIT pueden obtenerse en las principales librerías o en oficinas locales de la OIT en muchos países o pidiéndolas a: Publicaciones de la OIT, Oficina Internacional del Trabajo, CH-1211 Ginebra 22, Suiza. También pueden solicitarse catálogos o listas de nuevas publicaciones a la dirección antes mencionada o por correo electrónico a:
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Tabla de Contenidos Lista de acrónimos 3 RESUMEN EJECUTIVO 4 I. INTRODUCCIÓN Y ESTRATEGIA METODOLÓGICA 8 II. RELACIONES PROBLEMÁTICAS: TRABAJO INFANTIL EN BASUREROS Y EMPLEO JUVENIL 14 2.1 El trabajo infantil en la basura 16 2.2 Consecuencias del trabajo infantil en el desempleo juvenil 20 2.3 Otros factores asociados al desempleo juvenil 22 III. PROYECTO “PREVENCIÓN Y ERRADICACIÓN DEL TRABAJO INFANTIL EN LOS BASUREROS DE EL SALVADOR, GUATEMALA Y HONDURAS 26 3.1 Logros relevantes para el proyecto 30 3.2 Logros y buenas prácticas del componente de formación profesional y alternativas económicas 31 3.2.1 Principales logros 32 3.2.2 Identificación de buenas prácticas 35 3.3 Principales retos del componente de formación profesional y alternativas económicas 37 IV. ENFOQUES ORIENTADORES DEL MODELO DE ATENCIÓN 42 4.1 Enfoque de derechos 42 4.2 Enfoque de género 42 4.3 Enfoque del ciclo de vida 43 4.4 Enfoque contextual 43 4.5 Enfoque sistémico 43
Tabla de Contenidos
Tabla de Contenidos
V. LINEAMIENTOS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO DE ATENCIÓN 46 5.1 Componente 1: Prevención en los territorios de influencia 50 5.1.1 Capacitación y sensibilización 50 5.1.2 Creación de redes 52 5.1.3 Fomento de procesos de matriculación 54 5.1.4 Formación de clubes de derechos 56 5.1.5 Trabajo directo con las familias 57 5.2 Componente 2: Estrategias y guías para la captación y selección de personas jóvenes 59 5.2.1 Identificación y captación 59 5.2.2 Criterios de selección 60 5.3 Componente 3: El proceso de capacitación y formación profesional 61 5.3.1 Pasos previos a la formación ocupacional 62 5.3.2 Características de la capacitación y la formación 65 5.4 Componente 4: Servicios adicionales 70 5.5 Componente 5: Capacitación a personas encargadas de los procesos 72 5.6 Componente 6: Monitoreo y seguimiento 73 5.7 Componente 7: Sistematización y evaluación 75 5.8 Conclusión: Principios de sostenibilidad 76 BIBLIOGRAFÍA 80 ANEXOS Anexo 1: Lista de personas entrevistadas Anexo 2: Guías de entrevista utilizadas Anexo 3: Ficha para el seguimiento del plan de atención integral
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ILO OIT IPEC ONG SIMPOC BID MOVIMONDO CARE ODHAG PADECOMSM ISCOS-MAIS INTECAP INFOP RSE OLE COMISEGREHL OPS/OMS PRAF ETS SCREAM UNFPA AJOMES WASTE
International Labor Organization Organización Internacional del Trabajo Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la OIT Organización no gubernamental Programa de Información, Monitoreo y Seguimiento del Trabajo Infantil de la OIT Banco Interamericano de Desarrollo ONG Italiana con trabajo en Honduras ONG Internacional con funcionamiento en Honduras Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala Patronato para el Desarrollo de Comunidades de Morazán y San Miguel de El Salvador (ONG) ONG italiana con trabajo en Guatemala Instituto Técnico de Capacitación y Productividad de Guatemala Instituto Nacional de Formación Profesional-Honduras Responsabilidad Social Empresarial Oficina Local de Empleo Cooperativa Mixta de Segregadores, Tegucigalpa, Honduras Organización Panamericana de la Salud de la Organización Mundial de la Salud Programa de Asignación Familiar de Honduras Enfermedades de transmisión sexual Acrónimo inglés del título de la metodología educativa de IPEC basada en la participación juvenil “Defensa de los Derechos de los niños y niñas a través de la Educación, las Artes y los Medios de Comunicación”. Fondo de Población de las Naciones Unidas Asociación de Jóvenes del Mercado de San Miguel, El Salvador Advisers on Urban Environment and Development (ONG de Holanda)
Lista de Acrónimos
Lista de Acrónimos
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Resumen Ejecutivo
Esta propuesta de lineamientos para promover el acceso al trabajo decente de jóvenes ex-trabajadores infantiles de zonas urbano-marginadas se enmarca dentro del Proyecto “Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala y Honduras”, que desarrolló el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, IPEC-OIT, con el apoyo económico de la Cooperación Italiana. Según estimaciones de la OIT, alrededor de 1.5 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y los 17 años trabajan en El Salvador, Guatemala y Honduras, generalmente en condiciones de explotación. Entre las peores formas de trabajo en las que está involucrada la población infantil se encuentra el trabajo relacionado con la manipulación de la basura y en los mercados. Este trabajo se realiza en ambientes insalubres y de alto riesgo, que ponen en peligro no sólo la salud, sino la propia vida de las personas que lo realizan. El trabajo infantil, particularmente el que se desarrolla bajo las peores formas de explotación, como es el caso del trabajo en los basureros o en los mercados, se convierte en un factor determinante que agrava el desempleo y subempleo juvenil. Debido a la cantidad de limitaciones y privaciones que conlleva el trabajo infantil, en particular el que tiene lugar con la basura, este se convierte en un factor que aumenta desproporcionadamente las posibilidades del desempleo y el subempleo juvenil. El trabajo en los basureros o mercados les niega a niños, niñas y adolescentes su acceso a los servicios básicos (salud, educación, recreación, etc.) y a los bienes, actividades y recursos asociados con la ciudadanía. Como consecuencia, estas personas generalmente presentan graves deficiencias educativas, reducidas destrezas sociales, baja autoestima, altos niveles de agresividad, baja tolerancia a las frustraciones e incapacidad para
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visualizar un proyecto de vida alternativo. Muchos y muchas han sido afectados por el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar, los embarazos precoces y por otras formas de abuso y negación de derechos, como la explotación sexual comercial. En ese sentido, el trabajo infantil configura las condiciones para la exclusión social desde una etapa muy temprana, lo que tiene consecuencias de corto, mediano y largo plazo en la empleabilidad de las personas. Por las anteriores razones, el objetivo principal del proyecto “Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala y Honduras” es contribuir a la erradicación del trabajo infantil en los basureros y los mercados de los tres países participantes. Asimismo, el proyecto se plantea los siguientes objetivos específicos: 1. Incluir la erradicación y prevención del trabajo infantil en los basureros y mercados en las normativas, estrategias, políticas y planes formulados a nivel nacional y local en materia de reducción de la pobreza, niñez y adolescencia, desarrollo económico y social, y manejo de los residuos sólidos urbanos. 2. Retirar del trabajo en los basureros y mercados, al menos, a 2,500 niños, niñas y adolescentes, y prevenir de ingresar en esta ocupación a 2,000 niños y niñas en riesgo por medio de la garantía y el respeto de sus derechos fundamentales. Debido a la situación específica de los y las adolescentes (entre los 14 y los 17 años) participantes en el proyecto, a partir del 2005, también se ha priorizado el componente de formación profesional e inserción laboral para esta población, ampliando su grupo de participantes también a jóvenes madres y padres. Las lecciones aprendidas hasta ahora han mostrado que existen pocas herramientas conceptuales y
prácticas específicas para definir los pasos, elementos y estrategias que requeriría un modelo de atención exitoso para promover el acceso al trabajo decente de esta población de adolescentes y jóvenes que se encuentra en severas condiciones de exclusión social. En este documento se pretende ofrecer elementos para la construcción de un modelo de atención para promover el acceso al empleo decente de adolescentes y jóvenes ex-trabajadores infantiles de la basura y los mercados. Un modelo de atención exitoso para esos efectos debe entenderse como: 1) un proceso orientado al cambio social, cultural y personal, sobre la base de la creación de oportunidades y de relaciones equitativas, solidarias y empoderadoras y 2) un sistema de carácter interdisciplinario, interinstitucional e intersectorial, de alcance local y nacional. Los enfoques orientadores del modelo son cinco, a saber: a) el enfoque de Derechos, b) el Enfoque de Género, c) el enfoque del Ciclo de Vida, d) el Enfoque Contextual y e) el Enfoque Sistémico. En el proceso de elaboración de estos lineamientos se han tomado en consideración las diferentes etapas de un proceso de atención específico para esta población, a saber, la prevención, la protección y garantía de derechos, las características de los servicios de formación y capacitación que se deben proveer, la forma en que esos servicios deben ser ofrecidos, los servicios adicionales que deben complementar los procesos de formación, el seguimiento, y las estrategias para la sistematización y evaluación de las experiencias. Los lineamientos también toman en consideración e integran de forma expresa las diferencias (de género, etnia, edad, nivel educativo, etc.) que hacen que las
Con la puesta en práctica de estos lineamientos para promover el acceso al trabajo decente de las personas jóvenes se pretende contribuir con el alcance de los siguientes objetivos:
Resumen Ejecutivo
situaciones de unas y otros varíen sensiblemente. Asimismo, con esta propuesta se intenta promover la participación activa de las y los jóvenes y de sus comunidades en todas las etapas del proceso, con el objetivo de contribuir a su empoderamiento y de darles protagonismo en la construcción de su proyecto de vida alternativo.
• Prevenir la incorporación de las personas menores de edad a las peores formas de trabajo infantil, en particular al trabajo con la basura y en los mercados. • Fortalecer la capacidad de las comunidades y las instituciones sociales para prevenir el trabajo infantil, y ofrecer protección y oportunidades para las personas jóvenes con el fin de garantizar sus derechos, dignificar sus medios de vida y mejorar su acceso al trabajo decente. • Potenciar el bienestar, las oportunidades y las capacidades de los ex-trabajadores infantiles y jóvenes trabajadores por medio de su reincorporación en el sistema escolar y de su fortalecimiento personal y social. • Promover la formación profesional con el fin de fomentar la empleabilidad y la inserción laboral de los y las jóvenes en empleos dignos. • Incidir en el desarrollo de legislación, políticas públicas y programas para garantizar y promocionar los derechos de la niñez y fomentar el desarrollo de capacidades y la empleabilidad en las personas jóvenes con el fin de mejorar sus condiciones de vida y apoyar sus procesos de movilidad y ascenso social. Desarrollar y aplicar el enfoque sistémico de manejo integrado y sustentable de los residuos, incorporando a las y los trabajadores en el proceso.
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I. Introducción & Estrategia Metodológica
I. Introducción & Estrategia Metodológica Esta propuesta de lineamientos para promover el acceso al trabajo decente de jóvenes ex-trabajadores infantiles de zonas urbano-marginadas se enmarca dentro del Proyecto “Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala y Honduras” 1, que desarrolló el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, (IPEC), con el apoyo económico de la Cooperación Italiana. Según estimaciones de la OIT, alrededor de 1.5 millones de niños, niñas y adolescentes entre los 5 y los 17 años trabajan en El Salvador, Guatemala y Honduras , generalmente en condiciones de explotación. Entre las peores formas de trabajo en las que está involucrada la población infantil se encuentra el trabajo relacionado con la manipulación de la basura. Este trabajo se realiza en ambientes insalubres y de alto riesgo, que ponen en peligro no sólo la salud, sino la propia vida de las personas que lo realizan. El trabajo con basura implica el contacto con sustancias peligrosas, elementos en descomposición, objetos punzo-cortantes, exposición a gases altamente tóxicos, así como a una serie de vectores de transmisión de enfermedades (ratas, moscas, zancudos, aves de rapiña, etc.). También, existen otros riesgos como la muerte por atropellos, los aplastamientos por el derrumbe de las montañas de basura y la amputación de miembros por las máquinas compactadoras. Asimismo, la situación de los niños, niñas y adolescentes que trabajan en estos espacios se ve agravada por la disposición indiscriminada en los basureros de los residuos sólidos domésticos, hospitalarios e industriales, así como por altos riesgos causados por el dióxido de carbono y el metano que se producen en el proceso de descomposición de los residuos orgánicos, lo que puede generar serios accidentes e incendios. Bajo estas condiciones, el trabajo infantil y adolescente
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en la basura violenta derechos fundamentales a la libertad, a la salud y a la vida. Este tipo de trabajo, además, condena a las personas menores de edad a mantenerse en el círculo vicioso y perverso de la pobreza, porque les resta oportunidades para el estudio, para el desarrollo personal y para construir un proyecto de vida digno y satisfactorio. Por otra parte, además de privaciones a sus derechos a la integridad física, mental y psicológica, lo que puede resultar en conductas autodestructivas, los niños, niñas y adolescentes que trabajan con la basura se enfrentan a otras formas de exclusión social como resultado de la marginación y el rechazo de las que son objeto. Esta marginación se presenta claramente en los centros educativos y en los diferentes espacios comunales, donde estas personas son estereotipadas y estigmatizadas con todos los referentes negativos asociados a la suciedad, a la contaminación y a la degradación. Por eso, desde niños, fácilmente se les define como potenciales delincuentes y se les cierran oportunidades, con lo que se inicia un círculo interminable de rechazo, exclusión y pobreza. El caso de las personas adolescentes y jóvenes trabajadoras y ex-trabajadoras de la basura y de otras ocupaciones peligrosas representa retos adicionales para la promoción y garantía de derechos de esta población. La adolescencia es el período en que se transita del referente eminentemente familiar a uno más amplio, social, y por tanto se va construyendo una personalidad y una imagen propia cada vez más alejada de la tutela de los padres o de los adultos a cargo. En esta etapa se comienzan a desarrollar planes de mayor envergadura, proyectos de vida y se va construyendo ese espacio propio en el que la persona se hace autónoma y responsable de si misma. Se trata
En todo Centroamérica existen 2.5 millones de niños, niñas y adolescentes trabajadores entre los 5 y los 17 años. Programa de Información, Monitoreo y Seguimiento del Trabajo Infantil (SIMPOC) de la OIT-IPEC, 2003.
de una etapa específica del desarrollo de las personas en la que hay necesidades particulares que deben ser atendidas para poder garantizar los derechos humanos de quienes la viven. Desde esa perspectiva, la garantía de condiciones y oportunidades que permitan obtener un empleo digno son fundamentales en este período. Sin embargo, los adolescentes y jóvenes trabajadores o ex-trabajadores de la basura y de otras ocupaciones peligrosas, principalmente si son mujeres o miembros de algunos grupos étnicos, sufren condiciones de desempleo vinculadas a su situación de estigmatización y exclusión social, y corren un riesgo sustancialmente mayor de no acceder a un empleo digno. Así, el trabajo infantil, particularmente el que se desarrolla bajo las peores formas de explotación, se convierte en un factor determinante que agrava el desempleo y subempleo juvenil. Estas personas jóvenes y adolescentes, -por su misma historia de exclusión y falta de oportunidades-, generalmente presentan graves deficiencias educativas, reducidas destrezas sociales, baja autoestima, tendencias autodestructivas, altos niveles de agresividad, baja tolerancia a las frustraciones e incapacidad para visualizar un futuro más allá de las urgencias del día a día. Lo anterior se produce en el contexto de sociedades, como las centroamericanas, que han enfrentado históricamente situaciones de pobreza, guerra, conflicto social, desastres naturales, violación de derechos humanos e inequidad. Si bien durante la década de los años 90 se produjo en la región una ola de democratización formal, caracterizada por la firma de acuerdos de paz y la celebración de elecciones libres, las condiciones sociales y económicas siguen siendo
Las condiciones antes descritas tienen serias consecuencias para el desarrollo integral y el cumplimiento de los derechos de la ciudadanía, en particular de los derechos de la niñez y la adolescencia. Asimismo, muchos países de la región presentan una gran fragilidad institucional que afecta las capacidades de los Estados para garantizar y velar por los derechos de la población. Las condiciones de pobreza, los altos niveles de corrupción, las migraciones rural-urbanas, las inequidades sociales y de género, los desastres naturales y la fragilidad institucional producen muchas formas de exclusión social, como el trabajo infantil y el desempleo juvenil, que se entrelazan con otras problemáticas sociales como los altos índices de violencia, la inseguridad, la drogadicción, el alcoholismo, la explotación sexual comercial, el embarazo adolescente y otros, para terminar produciendo un destructivo círculo que atrapa a muchos niños, niñas, adolescentes y jóvenes en un destino sin esperanzas. Aunado a lo anterior, los basureros a cielo abierto todavía existentes en las principales ciudades centroamericanas, incluyendo aquellos en los que este proyecto está interviniendo, -Ciudad de Guatemala, Tegucigalpa, San Pedro Sula, San Miguel y Gotera-, tienen una vida útil limitada. Dadas las condiciones higiénico-sanitarias en que se encuentran, se han iniciado procesos de cierre técnico de estos basureros con el fin de crear rellenos sanitarios en el futuro. Por otro lado, los municipios que están operando bajo los criterios establecidos por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para estos fines, como es el caso del municipio de San Pedro Sula en Honduras y de San Miguel en El Salvador, también han emprendido procesos de cierre técnico y reubicación de los botaderos en el marco de una iniciativa apoyada por el mismo BID.
I. Introducción & Estrategia Metodológica
precarias en la mayoría de las naciones. La pobreza afecta a más del 50% de las familias en Guatemala, Honduras y El Salvador, y su incidencia es mayor entre las mujeres, las niñas y los niños.
Aunque no se han establecido fechas precisas para el cierre técnico y la consecuente privatización de la gestión de los rellenos sanitarios, este contexto deja en gran incertidumbre a las personas que trabajan
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en el proyecto, a partir del 2005, también se priorizó el componente de formación profesional e inserción laboral para esta población, ampliando su grupo de participantes también a jóvenes madres y padres.
en los basureros. Por lo tanto, es de fundamental importancia empezar a crear nuevas oportunidades y perspectivas de inserción laboral para las personas adultas, así como para el retiro definitivo de los niños y niñas trabajadoras. En particular, es crucial desarrollar nuevas opciones para las personas adolescentes y jóvenes, que les faciliten su acceso a un trabajo y una vida digna, en consonancia con la meta 8 de los Objetivos del Milenio y con la Agenda Hemisférica de la OIT para Generar Trabajo Decente 2006-2015, que ha planteado como uno de sus objetivos: “reducir a la mitad, en un plazo de 10 años, el porcentaje de jóvenes mayores de 15 años que no estudia ni trabaja.” Por todas las anteriores razones, el Proyecto “Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala y Honduras” ha impulsado una serie de acciones de prevención, educación, formación profesional, inserción laboral, sensibilización, movilización social y difusión sobre la problemática del trabajo infantil y adolescente con la basura con el fin de incorporarlo en la agenda social de los países participantes. Los objetivos principales del proyecto son incluir el tema de la prevención y eliminación del trabajo infantil con la basura en las leyes, políticas y programas nacionales y locales, y retirar e insertar en el sistema educativo a niños, niñas y adolescentes trabajadores en basura o que realizan actividades peligrosas en los mercados y prevenir el involucramiento de personas menores de edad en estas actividades. Dicho proyecto se desarrolla tomando como base los Convenios 138 de la OIT sobre la Edad Mínima de Admisión al Empleo y el 182 sobre las Peores Formas de Trabajo Infantil. Debido a la situación específica de los y las adolescentes (entre los 14 y los 17 años) participantes
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Las estrategias de intervención bajo este componente se han traducido en diferentes actividades que han sido desarrolladas por el proyecto en conjunto con una gran cantidad de instituciones públicas y privadas en los tres países participantes. Cada institución seleccionada ha ejecutado los programas de formación y capacitación desde su propia propuesta y todas han enfrentado importantes retos a la hora de trabajar con la población de adolescentes y jóvenes extrabajadores de los basureros o los mercados. Las lecciones aprendidas hasta ahora han mostrado que existen pocas herramientas conceptuales y prácticas específicas para definir los pasos, elementos y estrategias que requeriría un modelo de atención exitoso para promover el acceso al trabajo digno de esta población de adolescentes y jóvenes. Desde esa perspectiva, la estrategia metodológica para la elaboración de estos lineamientos se basó en la recopilación y revisión de documentos producidos tanto por el proyecto como por otros programas e instituciones que, en diferentes partes del mundo, se han dedicado a la atención de niños, niñas y adolescentes que trabajan en la basura o en otras actividades urbanas peligrosas. Particular énfasis se puso en la recopilación de literatura relativa al fomento del empleo juvenil y a las opciones para crear alternativas de trabajo decente para este grupo etario. Asimismo, se realizaron visitas de campo a los lugares de ejecución del proyecto con el fin de tomar cercanía con esta realidad y de entrevistar a los principales actores involucrados, entre ellos, los encargados de los programas de atención, personal de las instituciones del estado, de organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios, así como a adolescentes y jóvenes que se encuentran participando en los programas de formación. En resumen, las principales fuentes y técnicas de investigación se pueden plantear así:
a. Documentos: documentos del proyecto, planes de acción, investigaciones de línea basal, informes de avance, material de capacitación y difusión, evaluaciones realizadas, estadísticas, documentos nacionales relevantes. b. Publicaciones sobre la temática del empleo juvenil y la creación de condiciones para el trabajo decente de esta población. c. Actores sociales: personal del proyecto, encargados de los programas de acción, representantes de instituciones del Estado, personal de organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios, adolescentes jóvenes y personas adultas participantes en las actividades del proyecto.
I. Introducción & Estrategia Metodológica
1. Fuentes:
creación de oportunidades y de relaciones equitativas, solidarias y empoderadoras y 2) un sistema de carácter interdisciplinario, interinstitucional e intersectorial, de alcance local y nacional. En el proceso de elaboración de estos lineamientos se han tomado en consideración las diferentes etapas de un proceso de atención específico para esta población, a saber, la prevención, la protección y garantía de derechos, las características de los servicios de formación y capacitación que se deben proveer, la forma en que esos servicios deben ser ofrecidos, los servicios adicionales que deben complementar los procesos de formación, el seguimiento, y las estrategias para la sistematización y evaluación de las experiencias. Los lineamientos también toman en consideración e integran de forma expresa las diferencias (de género, etnia, edad, nivel educativo, etc.) que hacen que las situaciones de unas y otros varíen sensiblemente. Asimismo, con esta propuesta se intenta promover la participación activa de las y los jóvenes en todas las etapas del proceso, con el objetivo de contribuir a su empoderamiento y de darles protagonismo en la construcción de su proyecto de vida alternativo.
2. Técnicas a. Análisis documental b. Observación de campo c. Entrevistas semi-estructuradas (se elaboraron guías de entrevista que se adaptaron dependiendo del tipo de informante). d. Grupos focales con adolescentes y jóvenes (estos grupos focales se organizaron con el fin de propiciar la construcción colectiva de las visiones y las opiniones de las personas jóvenes que participan en el proyecto). Para los efectos de este documento, un modelo de atención para promover el acceso al empleo decente de adolescentes y jóvenes ex-trabajadores infantiles debe entenderse como: 1) un proceso orientado al cambio social, cultural y personal, sobre la base de la
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II. Relaciones Problemáticas: Trabajo Infantil con Basura & Empleo Juvenil
II. Relaciones Problemáticas: Trabajo Infantil con Basura & Empleo Juvenil La recolección y manipulación de la basura en gran escala, como un trabajo desempeñado por millones de personas en todo el mundo, es un fenómeno que surge como resultado de la conjunción de una serie de factores, entre otros, la inequidad social, la pobreza, el desempleo, la falta de controles sanitarios en la disposición de los residuos sólidos en muchas ciudades del mundo y el hecho de que es un trabajo que se puede desempeñar sin necesidad de muchos recursos. Es decir, que puede ser fácilmente aprendido, que no necesita formación previa y que no requiere destrezas particulares (Furedy, 1997). Las crisis económicas, la ampliación de la desigualdad social, los desastres naturales, las migraciones internas, -en particular de las zonas rurales a las urbanas-el deterioro ambiental y social de las áreas urbanas, y los aumentos en las tasas de desempleo tienen un impacto crucial en el número de personas que se dedican al trabajo con basura. Por ejemplo, en Argentina, como resultado de la crisis del año 2001, muchas más personas tuvieron que dedicarse a estas labores, incluyendo familias de la clase media. De esta forma, niños, niñas y adolescentes que solían asistir a la escuela regularmente, comenzaron a trabajar en los basureros con sus familias (ILO-IPEC, 2004). La misma situación ocurrió en Europa del este después de la caída del socialismo. Cuando los sistemas de apoyo social fueron desmantelados en estos países, muchas más personas recurrieron a las labores asociadas con la manipulación de basura como una medida para compensar la reducción de los ingresos y de los beneficios sociales.
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Ahora bien, es importante destacar que las y los trabajadores de la basura juegan un importante papel, -usualmente no reconocido-, en el manejo de los residuos sólidos de muchas ciudades de los países en desarrollo, especialmente en las tareas de separación, selección y reciclaje de los materiales (ILO-IPEC, 2004). De esta forma, las personas que trabajan con la basura recogen materiales reciclables, los seleccionan y los venden, con lo que proveen a las industrias locales de insumos reciclados necesarios para su producción. Sin embargo, a pesar del importante papel que juegan estas personas en el manejo sustentable de los residuos sólidos, las condiciones bajo las que se realiza este trabajo implican severos riesgos y graves peligros, que atentan contra su derecho a la integridad física y psicológica. Las y los trabajadores de la basura, principalmente si realizan sus labores en botaderos a cielo abierto, se exponen a una gran cantidad de problemas de seguridad ocupacional, así como a problemas ergonómicos, psicológicos y de violencia (Eerd, 1996). Además, estas personas sufren de estigmatización y rechazo porque la manipulación de los materiales de desecho es mirada con desprecio por el resto de la sociedad. Por otra parte, la represión y el acoso también son comunes por parte de las autoridades encargadas del manejo de los botaderos, así como la presencia de drogas, la explotación sexual y diversas manifestaciones de la violencia.
2 Tomado y adaptado de: Addressing the exploitation of children in scavening (waste picking): a thematic evaluation of action on child labor. ILO-IPEC, 2004.
II. Relaciones Problemáticas
PROCESO DE RECOLECCIÓN Y MANEJO DE LA BASURA EN LAS CIUDADES CENTROAMERICANAS2
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Asimismo, el trabajo con la basura es fijo, predecible y disponible todo el año, y se puede realizar de una forma relativamente libre en términos de las horas, días y lugares de trabajo. Para muchas mujeres, a pesar de las dificultades y riesgos asociados, esta forma de trabajo se convierte en una oportunidad de percibir un ingreso independiente, que de otra forma no tendrían. También, un número importante de parejas jóvenes encuentran en los basureros una forma de subsistencia que les permite sobrevivir durante los primeros años de su convivencia. Por eso, el trabajo con la basura puede transformarse fácilmente en una forma de vida, difícil de cambiar, sobre todo cuando los ingresos en esta actividad son relativamente altos y los empleos alternativos difíciles de encontrar. Si las personas involucradas en este tipo de tareas no están en condiciones de mejorar sus ingresos por medio de otros trabajos o de obtener algunos beneficios adicionales, como empleos de mayor prestigio o con mejores condiciones laborales, es probable que continúen inmersas en los basureros.
2.1. El trabajo infantil en la basura En todo el mundo, niños, niñas y adolescentes se encuentran involucrados en las diferentes tareas asociadas al trabajo con la basura. Lo más común es encontrar a niños y niñas participando junto con sus familias en la recolección en los botaderos. Si bien muchos países ya han prohibido explícitamente la participación de personas menores de edad en estas tareas, en especial en los basureros municipales (Honduras, Guatemala y El Salvador, por ejemplo), todavía se puede encontrar a muchos niños y niñas recogiendo basura en las calles o en sitios menos controlados.
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Según estudios realizados por OIT, la participación mayoritaria de niños y niñas en esta actividad tiene lugar en las tareas de separación y clasificación de la basura en sus propias casas o en pequeños centros de acopio en los alrededores de los grandes botaderos (ILO-IPEC, 2004). Si bien tanto niños como niñas están involucrados en este tipo de trabajo, es más común que los varones participen en la recogida de la basura en las calles o en los botaderos y que las niñas se dediquen a las tareas de separación y clasificación en los espacios privados (ILO-IPEC, 2004). Las niñas, niños y adolescentes trabajadores pueden contribuir con un monto considerable del ingreso familiar. Sus ingresos pueden representar desde un 10% hasta un 50% del total del ingreso familiar (ILO-IPEC, 2004). De hecho, conforme crecen, tanto niños como niñas desarrollan destrezas para recuperar objetos de mayor valor e incrementan el número de horas trabajadas, con lo que aumentan su contribución económica. Desde esa perspectiva, las posibilidades de que dejen la escuela para dedicarse exclusivamente al trabajo en la basura o en otras actividades peligrosas aumentan dramáticamente. Además de lo anterior, existen numerosas causas interrelacionadas que generan la explotación laboral infantil, incluyendo la que se da alrededor del trabajo con la basura o en otras actividades peligrosas en los espacios urbanos. Algunas de estas causas son: • La pobreza y la exclusión social, que producen bajos ingresos familiares, migraciones internas e internacionales, limitado acceso a los mercados de trabajo, a la propiedad, a los servicios y a los recursos productivos. Estas condiciones se han visto agravadas en la región por las situaciones de guerra vividas durante muchas décadas y por los desastres naturales ocurridos en los últimos años. • La ausencia de políticas sociales redistributivas que le garanticen a las familias oportunidades de desarrollo, acceso a buenos servicios sociales (educación, salud, etc.) y a empleos de calidad. También, la falta de políticas sociales dirigidas específicamente a la niñez y la adolescencia, y que contemplen de manera plena la erradicación del trabajo infantil.
• Problemas en los sistemas de manejo de los residuos urbanos y ausencia de una cultura de reciclaje domiciliario. • La ausencia de servicios de guardería y redes sociales comunales que le permitan a las madres dejar a sus hijos e hijas en un lugar seguro mientras van a trabajar. • Las deficiencias en el sistema educativo, que no garantiza la cobertura, la calidad y la pertinencia adecuadas, además de los altos costos indirectos que la asistencia a la escuela representa para las familias de escasos recursos. • La creencia cada vez más arraigada entre ciertos sectores de que la educación no es relevante. • Las percepciones sociales y patrones culturales que ven en el trabajo infantil una forma de preparación de niños y niñas para enfrentarse a la vida adulta. • La irresponsabilidad paterna, el alcoholismo, las drogas y la violencia intrafamiliar que deja a las madres a cargo de familias enteras, lo que las obliga, muchas veces, a enviar a hijos e hijas al trabajo como un mecanismo de supervivencia.
• Cuando el trabajo es realizado por niños y niñas que no han cumplido la edad mínima para trabajar, según la legislación nacional y las normas internacionales en la materia. • Cuando el trabajo es realizado por adolescentes con la edad mínima de admisión al empleo, pero es desempeñado bajo condiciones que son dañinas para la salud, su seguridad o la moralidad.
II. Relaciones Problemáticas
Todos los anteriores factores impulsan a niños, niñas y adolescentes al trabajo en la basura o en otros espacios urbanos peligrosos, lo que genera amplias condiciones para la violación de sus derechos y para limitar sus oportunidades de desarrollo presentes y futuras. Es por esto que el trabajo en la basura ha sido definido como una las formas intolerables de trabajo infantil. Según la OIT-IPEC, se puede hablar de explotación y de formas intolerables de trabajo infantil cuando se cumple, al menos, alguna de las siguientes condiciones:
• Cuando el niño, niña o adolescente se encuentra sometido a alguna de las incuestionables peores formas de trabajo infantil, definidas en el Convenio 182 como la esclavitud, condiciones análogas a la esclavitud, trata, servidumbre por deudas, trabajo forzado o en condiciones de abuso físico, emocional o sexual, así como cuando la persona es obligada a participar en actividades ilícitas, tales como la venta y tráfico de estupefacientes. De hecho, prácticamente todas las condiciones que la OIT reconoce como peligrosas en el párrafo 3 de la Recomendación 190 que acompaña al Convenio No.182 se encuentran presentes en el trabajo infantil y adolescente en basura, según se expresa en el siguiente cuadro:
• La concepción de que el trabajo en los basureros es un modo de vida y de que la basura es un medio de subsistencia, lo que produce una cultura con valores propios y reglas específicas, que termina generando incapacidad para imaginar un proyecto de vida alternativo.
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Trabajos peligrosos según la Recomendación No.190 del Convenio No.182 de OIT
Condiciones de niños, niñas y adolescentes en el trabajo en basura
a) Trabajos en los que el niño o la niña quedan expuestos a abusos físicos, psicológicos o sexuales.
El ambiente y las condiciones en que se realiza este trabajo pueden generar baja autoestima, tendencia a la autodestructividad, alucinaciones, estigma social, y riesgo para el abuso y el acoso sexual, principalmente de las niñas y las adolescentes.
b) Trabajos que se realizan bajo tierra, bajo el agua, en alturas peligrosas o en espacios cerrados.
Muchas veces este trabajo implica escalar las montañas y pilas de basura, lo que pone en grave riesgo a niños, niñas y adolescentes. Asimismo, las tareas de separación y clasificación de la basura generalmente se realizan en espacios cerrados sin ventilación y con mala iluminación.
c) Trabajos que se realizan con maquinaria, equipos y herramientas peligrosas o que conllevan la manipulación o el transporte de cargas pesadas.
El trabajo con basura implica la manipulación y el transporte de cargas pesadas, muchas veces de materiales contaminados o peligrosos. También, implica estar en contacto cercano con la maquinaria pesada y los camiones que se utilizan para transportar y manipular la basura.
d) Trabajos realizados en un medio insalubre en el que los niños y niñas estén expuestos, por ejemplo, a sustancias, agentes o procesos peligrosos, o bien a temperaturas o niveles de ruido o de vibraciones que sean perjudiciales para la salud.
El trabajo con la basura representa la quintaesencia del trabajo que se desarrolla en un medio insalubre y que expone a las personas que lo realizan a sustancias, agentes y procesos peligrosos (tóxicos, objetos punzo-cortantes, materia en descomposición, residuos hospitalarios, vectores de transmisión de enfermedades, incendios, colapso y explosiones de las montañas de basura, etc.).
e) Trabajos que implican condiciones especialmente difíciles, como los horarios prolongados o nocturnos, o los trabajos que retienen injustificadamente al niño o niña en los locales del empleador.
El trabajo con la basura expone a niños, niñas y adolescentes a las condiciones climáticas, a riesgos ergonómicos, a los accidentes y las enfermedades, y puede implicar largas jornadas sin ningún control.
Por otra parte, es importante destacar que en el Convenio No.138 de la OIT se define que la edad de admisión al empleo no debe ser inferior a la edad en que finaliza la escolarización obligatoria, es decir, a los 15 años. Sin embargo, este Convenio prevé cierta flexibilidad para que los países establezcan una edad
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mínima inferior a los 15 años cuando su economía y su infraestructura educativa no tengan un desarrollo satisfactorio. Este es el caso de Guatemala, Honduras y El Salvador, que se acogieron a la excepción y establecieron los 14 años como la edad mínima de admisión al empleo.
Por todas las razones mencionadas, es evidente que el trabajo en basuras cae, sin duda, dentro de la categoría de “trabajo peligroso” y de “forma intolerable” de trabajo infantil. De hecho, esta manifestación del trabajo infantil es uno de los principales factores expulsores de los niños y niñas del sistema educativo. Según estudios realizados en el botadero de Ciudad de Guatemala, el 53% de los niños y niñas menores de 13 años y el 74% de los y las adolescentes de entre los 13 y los 18 años habían dejado de estudiar para dedicarse
exclusivamente al trabajo en la basura (García y Duque, 2002). En Honduras, por su parte, se logró determinar que el 72% de los niños y niñas pepenadores en el basurero municipal de Tegucigalpa no asistían a ningún centro educativo (OIT, 2004). Por tanto, resulta claro que el trabajo infantil en la basura o en otros espacios urbanos peligrosos es totalmente perjudicial para el desarrollo integral y para la inserción de los niños, niñas y adolescentes al sistema educativo. El trabajo peligroso también afecta la autoestima de las personas involucradas e incluso puede provocar cambios en su estructura personal, llenándolas de resentimiento y volviéndolas autodestructivas, y proclives a la violencia y al abuso de sustancias psicoactivas. Asimismo, la marginación, el estigma y el rechazo de los que son objeto van creando las condiciones para la exclusión social y para una vida totalmente ajena al ejercicio de la ciudadanía activa.
II. Relaciones Problemáticas
El Convenio No.138 también define lo que se debe entender por “trabajo peligroso”, según se explicó arriba, y establece que para la incorporación a ese tipo de trabajos las personas no deben tener una edad inferior a los 18 años. Este Convenio también deja abierta la posibilidad para que las legislaciones nacionales permitan a las personas mayores de 13 años y menores de 15 realizar trabajos denominados “livianos”, siempre y cuando no afecten su asistencia a los centros educativos. Por trabajo liviano se entiende aquel que “no daña la salud o el desarrollo del niño o la niña y que no perjudica su asistencia o desempeño en la escuela.” Para los países que se acogieron a la excepción y establecieron los 14 años como edad mínima de admisión al empleo, el trabajo “liviano” se puede realizar a partir de los 12 años. Sin embargo, el concepto de “trabajo liviano” siempre está ligado al imperativo de la educación (OIT-IPEC, 2004).
En ese sentido, se convierte en una responsabilidad moral, jurídica y ética del Estado y de los diferentes sectores de la sociedad civil el velar porque los derechos de estos niños, niñas y adolescentes sean cumplidos con el fin de garantizarles su pleno desarrollo y evitar así que el ciclo de la pobreza y la inequidad se repita y se profundice.
Responsabilidades de los Estados según el Convenio No.182 de la OIT Artículo 7 Todo estado miembro deberá adoptar, teniendo en cuenta la importancia de la educación para la eliminación del trabajo infantil, medidas efectivas y en un plazo determinado con el fin de: • Impedir la ocupación de las personas menores de edad en las peores formas de trabajo infantil. • Prestar la asistencia directa necesaria y adecuada para librar a las personas menores de edad de las peores formas de trabajo infantil y asegurar su rehabilitación y su reinserción social. • Asegurar a todas las personas menores de edad libradas de las peores formas de trabajo infantil el acceso a la enseñanza básica gratuita y cuando sea posible y adecuado, a la formación profesional. • Identificar a los niños y niñas que están expuestos a riesgo y en particular tomar en cuenta la situación de las niñas y las adolescentes.
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y son las mujeres jóvenes las que se encuentran con mayores barreras para ingresar al mercado laboral y para mantener los empleos en los períodos de crisis económica (Brewer, 2005; OIT, 2003).
2.2 Consecuencias del Trabajo Infantil en el Desempleo Juvenil Si bien la problemática del empleo juvenil (15 a 24 años)3 está en estrecha relación con la situación del empleo en general , también tiene sus propias dimensiones y características particulares que demandan respuestas específicas. Por ejemplo, las tasas de desempleo juvenil en todo el mundo duplican o hasta triplican las tasas de desempleo general4 (Internacional Labor Conference, 2005). Según estimaciones de la OIT, menos de la mitad de los y las jóvenes con disposición para trabajar, encontraron empleo en el 2004. La gran mayoría de las personas jóvenes que trabajan en el mundo, lo hacen en el sector informal de la economía, con bajos salarios, en precarias condiciones, sin acceso a los sistemas de seguridad social y sin libertad de asociación. Asimismo, muchas de estas personas están subempleadas,5 en trabajos temporales y de baja productividad. Por otra parte, un estimado de 52 millones de adolescentes de entre los 15 y los 18 años se encuentran inmersos en labores consideradas peligrosas en todo el mundo (OIT, 2006). En este contexto, las mujeres son las más afectadas, ya que el desempleo es más alto para ellas en casi todas las regiones del planeta. De hecho, ser mujer y joven puede constituir una doble fuente de discriminación
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El desempleo juvenil no es simplemente un estadio de transición hacia el empleo, sino un proceso largo y complejo durante el cual los y las jóvenes se enfrentan a condiciones adversas que pueden terminar por dejarles fuera del mercado primario, lo que limitará sus opciones presentes y futuras de vida. Es decir, el desempleo juvenil puede deteriorar permanentemente la empleabilidad6 y condenar a estas personas a un futuro de trabajos mal pagados y de poca calidad. Como lo demuestran muchas investigaciones, los patrones de comportamiento y las actitudes fijadas a temprana edad persisten a lo largo de la vida, por lo que el desempleo entre los jóvenes puede generar inestabilidad y serios problemas, tanto personales como sociales (Brewer, 2005). Desde esa perspectiva, los costos sociales del desempleo juvenil pueden ser muy altos ya que este contribuye a crear una gama de problemas como la mala salud, la ruptura de las relaciones familiares, la aparición de conflictos interpersonales, el incremento de la violencia, de la delincuencia y del consumo de alcohol y drogas. El desempleo erosiona la estabilidad de las comunidades y pone en peligro la cohesión social ya que conduce a la perdida de la autonomía personal y de los derechos a la participación ciudadana, a la frustración, a la vida de subsistencia y a la alienación social (Brewer, 2005; Mroz & Savage, 2001). Además, el desempleo de las personas jóvenes implica una perdida de oportunidades para muchas sociedades ya que no les permite aprovechar el “bono demográfico” que representan el gran número de jóvenes que viven en los países en desarrollo. Si se tomara en cuenta esa
3 Según la definición de las Naciones Unidas, jóvenes son las personas con edades comprendidas entre los 15 y los 24 años de edad (OIT, 2004). 4 Según la OIT, las tasas de desempleo juvenil, aunque siempre mayores que las de las personas adultas, tienden a evolucionar en la misma dirección que las tasas de desempleo adulto (OIT, 2004). 5 Se considera que una persona está subempleada cuando se cumplen tres condiciones: a) trabaja menos de la jornada normal para la actividad correspondiente, b) lo hace de forma involuntaria y c) desea trabajo adicional y está disponible para el mismo durante el período de referencia (OIT, 1998). 6 El término “empleabilidad” se refiere a las competencias y calificaciones transferibles que refuerzan la capacidad de las personas para aprovechar las oportunidades de empleo y formación que se les presentan con miras a encontrar y conservar un trabajo decente, a progresar en el mundo laboral o al cambiar de empleo y a adaptarse a la evolución de la tecnología y de las condiciones del mercado de trabajo (Conferencia Internacional del Trabajo, 2004).
En resumen, el desempleo y el subempleo juveniles guardan estrecha relación con la exclusión social, con la precariedad y con la infelicidad personal. Además, tienen que ver con recursos desaprovechados y con potenciales sin desarrollar, y afectan el centro neurálgico donde se crean y mantienen las condiciones para la cohesión social, el bienestar colectivo y la estabilidad política. Es importante destacar que los y las jóvenes más desfavorecidos socialmente son los que generalmente enfrentan mayores problemas para obtener empleos de calidad. Es decir, el desempleo no se reparte de manera uniforme entre los y las jóvenes. Las personas que no han tenido posibilidades de recibir una buena educación básica o que sufren discriminación por razón de clase social, origen étnico o sexo están más expuestas al desempleo, a la inactividad o a ingresar al sector informal de la economía, el cual padece de un déficit generalizado de trabajo decente. Debido a la cantidad de limitaciones y privaciones que conlleva el trabajo infantil, en particular el que tiene lugar con la basura o en otras actividades urbanas peligrosas, este se convierte en un factor que aumenta desproporcionadamente las posibilidades del desempleo y el subempleo juvenil. Este tipo de trabajo les niega a niños, niñas y adolescentes su acceso a los servicios básicos (salud, educación, recreación, etc.) y a los bienes, actividades y recursos
El trabajo infantil es, en ese sentido, un precursor del problema del desempleo juvenil. Según el Informe Global de OIT “La eliminación del trabajo infantil: un objetivo a nuestro alcance”, la mera existencia del trabajo infantil priva a los y las jóvenes de ciertas oportunidades de trabajo que hubieran podido aprovechar si los niños y niñas no hubiesen tenido que trabajar. El trabajo infantil tiende a agravar el problema del desempleo juvenil en la medida en que impide que los niños adquieran la educación y las calificaciones profesionales necesarias para competir como jóvenes en el mercado laboral (OIT, 2006).
II. Relaciones Problemáticas
ventana de oportunidad demográfica y se invirtieran los recursos necesarios para aprovecharla, dando acceso a las niñas, niños y jóvenes a una educación y formación integral apropiadas, los países podrían garantizar su futuro crecimiento económico y reducir la pobreza y la desigualdad social.
asociados con la ciudadanía. Como consecuencia, estas personas generalmente presentan graves deficiencias educativas, reducidas destrezas sociales, baja autoestima, altos niveles de agresividad, baja tolerancia a las frustraciones e incapacidad para visualizar un proyecto de vida alternativo. Muchos y muchas han sido afectados por el maltrato infantil, la violencia intrafamiliar, los embarazos precoces y por otras formas de abuso y negación de derechos, como la explotación sexual comercial. En ese sentido, el trabajo infantil configura las condiciones para la exclusión social desde una etapa muy temprana, lo que tiene consecuencias de corto, mediano y largo plazo en la empleabilidad de las personas.
Como se discutió arriba, el trabajo infantil en la basura o en otros espacios y actividades urbanas peligrosas también se convierte en un potenciador del rechazo social y la discriminación, con lo que se abren nuevas vetas que colocan a las personas adolescentes y jóvenes en una situación de gran vulnerabilidad para enfrentarse al mercado de trabajo, en particular al formal. Además, según se planteó, la situación de las mujeres generalmente es mucho más difícil que la de los varones. Estas, además, se tienen que hacer frente a una sociedad determinada por las diferencias y jerarquías de género, que llevan a sub-valorar todo lo femenino. En particular, las adolescentes y las jóvenes tienen que lidiar con los roles tradicionales de género y la división sexual del trabajo que les limitan su participación en el mundo de lo público, les restringen su inserción en el mercado laboral a cierto tipo de empleos definidos
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cotidiana de sus sociedades. Por esas razones, las mujeres, y en particular las jóvenes, merecen particular atención y estrategias específicas en cualquier intervención de desarrollo.
2.3 Otros Factores Asociados al Desempleo Juvenil
como “femeninos” y las recarga mayoritariamente con las tareas relacionadas con la reproducción humana. En ese sentido, situaciones como el embarazo adolescente, implican una mayor limitación para las mujeres, que puede interrumpir el curso de su desarrollo y alterar sus planes en forma drástica. No ocurre lo mismo con los varones adolescentes ya que estos pueden eludir fácilmente la responsabilidad de un embarazo de sus novias o compañeras o reducirla a un mínimo en el plano económico. Finalmente, las niñas y adolescentes tienen que enfrentarse con la creencia muy extendida de que para las mujeres no es tan importante estudiar ni prepararse para trabajar, como sí lo es para los hombres. De esta forma, si bien el trabajo infantil coloca a los y las jóvenes en una posición de mucha vulnerabilidad, que les reduce sus oportunidades de desarrollo y su empleabilidad, los roles tradicionales de género y la división sexual del trabajo, empeoran la condición particular de las mujeres. Por esto, no es casualidad que las tasas de desempleo y subempleo de las mujeres jóvenes sean sustancialmente mayores que las de los hombres de sus mismos grupos de edad en prácticamente todas las regiones del mundo (OIT, 2004; Brewer, 2005). Sin embargo, es un error fundamental el conceptualizar a las mujeres solo como víctimas. El hacerlo, oscurece el hecho de que las mujeres también son y han sido actoras imprescindibles en los procesos de desarrollo de sus sociedades. De hecho, a pesar de las duras condiciones materiales y culturales que enfrentan las mujeres, en muchas ocasiones, estas asumen la responsabilidad principal por sacar adelante a sus familias y por garantizar la supervivencia de todos sus miembros, con lo que contribuyen a la construcción
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Los factores que afectan el empleo juvenil pueden ser agrupados dentro de tres categorías: 1. Factores macroeconómicos relacionados con las tasas de crecimiento, la inversión social y la redistribución social de la riqueza. 2. Factores relacionados con las políticas públicas relativas al empleo, a la legislación laboral, a la promoción de inversiones y a las regulaciones del mercado de trabajo. 3. Factores relacionados con la empleabilidad, incluyendo la educación, la formación profesional, el desarrollo de destrezas, la información sobre el mercado de trabajo y la intermediación laboral. Ahora bien, está demostrado que incluso con altas tasas de crecimiento económico y con políticas efectivas para el crecimiento del empleo, el desempleo juvenil puede persistir (International Labor Conference, 2005; Brewer, 2005). Este es el caso cuando las personas jóvenes presentan un déficit educativo o formativo, cuando no poseen suficiente información sobre el mercado de trabajo o cuando tienen que enfrentar situaciones de discriminación o rechazo. La falta de información sobre el mercado laboral, la inexperiencia con respecto a los procesos de búsqueda y solicitud de empleo, la falta de acceso a las redes de información del mercado de trabajo y los obstáculos sociales, como el pertenecer a grupos estigmatizados, se convierten así en factores menos tangibles, pero igualmente determinantes del desempleo juvenil. En el caso de las personas trabajadoras o extrabajadoras infantiles de la basura, a los factores antes mencionados se suma el hecho de que este es un trabajo relativamente lucrativo, que no requiere de mayor preparación y que se puede desarrollar en
Así, además de los factores macroestructurales y de las carencias educativas, las y los trabajadores infantiles de la basura y de otras ocupaciones peligrosas tienen que enfrentarse a una serie de situaciones adversas, incluidas las actitudes negativas y presunciones erróneas por parte de los empleadores sobre su honorabilidad y su capacidad de trabajo. En estas actitudes negativas y de rechazo hacia cierto tipo de jóvenes parecen condensarse también muchos de los estereotipos que el mundo adulto guarda en relación con la juventud, la que muchas veces es entendida como “un problema.” La adolescencia y la juventud frecuentemente son vistas y tratadas por el mundo adulto como conflictivas y no como una etapa de oportunidades y desarrollo. Es decir, ciertos grupos de jóvenes, como los y las pobres, los que residen en zonas humildes, los que pertenecen a grupos étnicos o culturales particulares, las adolescentes embarazadas, etc., son considerados “problemáticos” por lo que se les rechaza y se les niega de entrada las oportunidades educativas y de empleo.
Por tanto, siguiendo la Convención de OIT para el Desarrollo de los Recursos Humanos, 1975, (No. 142), con el fin de mejorar el acceso de las personas jóvenes a empleos de calidad, a la par de una sólida educación formal, es fundamental el establecer y desarrollar sistemas complementarios de educación técnica y vocacional que sean abiertos, flexibles, efectivos y ligados al mercado de trabajo. Asimismo, como parte de esos sistemas, se debe proveer servicios de consejería sobre el mercado laboral y sobre los procesos de búsqueda de empleo, incluyendo el reforzamiento personal y el apoyo psico-social, así como servicios de intermediación laboral, elementos clave para aumentar la empleabilidad y garantizar una inserción exitosa en el mercado de trabajo.
II. Relaciones Problemáticas
condiciones de bastante libertad con respecto a horarios y días trabajados. Es una alternativa accesible cuando no se puede aspirar a otras opciones laborales. Por eso, el trabajo relacionado con la manipulación de la basura puede convertirse fácilmente en un modo de vida ya que permite salir de las urgencias de la vida cotidiana sin necesidad de muchos recursos adicionales.
participantes. Además, en muchos de esos cursos se enseñan a menudo destrezas propias de los estereotipos sexuales, como coser o cocinar, que no son efectivas para entrar en esferas laborales más productivas o de mayor rendimiento. Por otra parte, estos procesos de formación en pequeña escala, -que muchas veces son los únicos disponibles en algunas comunidades- generalmente no están pensados para hacer corresponder la oferta con la demanda de trabajo, por lo que terminan produciendo mayor frustración en las personas jóvenes, y no un aumento en su empleabilidad (Brewer, 2005).
A todos estos elementos se suma el hecho de que muchos programas que intentan mejorar la empleabilidad de estos adolescentes y jóvenes son desarrollados por organizaciones pequeñas, con personal y recursos limitados, por lo que los cursos suelen ser poco relevantes, de poca calidad y no adaptados a las características sociales de los y las
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III. Proyecto “Prevención & Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala y Honduras”
III. Proyecto “Prevención & Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala Y Honduras” En noviembre del 2002, con fondos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Italia, se inició el Proyecto “Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala y Honduras”, cuyo cierre está previsto para diciembre del 2006. En el 2003, el proyecto fue revisado para incluir en sus actividades la atención de niños, niñas y adolescentes que trabajan en los mercados de San Miguel, El Salvador. El objetivo principal de este proyecto es contribuir a la erradicación del trabajo infantil en los basureros y los mercados de los tres países participantes. Asimismo, el proyecto se plantea los siguientes objetivos específicos: 1. Incluir la erradicación y prevención del trabajo infantil en los basureros y mercados en las normativas, estrategias, políticas y planes formulados a nivel nacional y local en materia de reducción de la pobreza, niñez y adolescencia, desarrollo económico y social, y manejo de los residuos sólidos urbanos. 2. Retirar del trabajo en los basureros y mercados, al menos, a 2,500 niños, niñas y adolescentes, y prevenir de ingresar en esta ocupación a 2,000 niños y niñas en riesgo por medio de la garantía y el respeto de sus derechos fundamentales. Las acciones de proyecto se han concentrado en los basureros más grandes existentes en los países involucrados (Ciudad de Guatemala, Tegucigalpa, San Pedro Sula, San Miguel y San Francisco Gotera), así
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como en los mercados Municipal y Parque Barrios de San Miguel, El Salvador. Con base en los estudios realizados por IPEC, el proyecto ha desarrollado los siguientes ejes estratégicos:
a. Fortalecimiento institucional Este eje está dirigido al establecimiento de políticas, planes y normativas para la erradicación del trabajo infantil. El proyecto ha sido presentado ante las ComisionesNacionalesparalaPrevenciónyErradicación del Trabajo Infantil de los países participantes y se ha logrado insertar la temática del trabajo en basuras y mercados en los planes de trabajo de los organismos técnico-operativos vinculados con las comisiones nacionales (Secretaría Técnica en Guatemala, el Consejo Técnico en Honduras y el Comité Nacional en El Salvador). Asimismo, se han establecido vínculos importantes con otras instituciones gubernamentales y no gubernamentales a escala nacional, tales como: ministerios de trabajo, de educación y de salud, los institutos nacionales para la defensa y promoción de los derechos de la niñez, sindicatos, organizaciones de empleadores empresariales y diversas instancias de formación profesional. También, se han establecido relaciones con los gobiernos locales y con una serie de organizaciones de las localidades, con quienes se trabaja para la constitución de redes interinstitucionales comunitarias en cada ciudad o territorio de influencia del proyecto.
Las redes locales funcionan bajo los siguientes objetivos: 1) fortalecer la comunicación/intercambio entre las instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil que operan en las comunidades; 2) establecer prioridades de intervención y coordinar las acciones de cada institución en el tema de prevención y erradicación del trabajo infantil, garantizando una provisión de servicios coordinada y articulada, en línea con las políticas municipales y nacionales; 3) promover la inserción del tema de la erradicación del trabajo infantil y de la reinserción social de los recolectores informales adultos en las políticas, planes y normativas municipales relevantes; 4) dar seguimiento a las actividades del proyecto y fungir como referentes para el monitoreo y la evaluación comunitaria participativa. En general, estas redes son lideradas por los gobiernos locales con la participación de las dependencias locales de otras instituciones públicas claves, así como de la sociedad civil. Algunos de los principales integrantes de las redes son: municipalidades, institutos de formación vocacional, representantes de centros educativos, organizaciones no gubernamentales, operadores de salud, sindicatos, inspectores de trabajo, asociaciones comunitarias y de beneficiarios, entre otros.
b. Acción Directa • Educación y recreación. Este componente pretende asegurar el proceso de retiro del trabajo peligroso y reinserción escolar de los niños y niñas menores de 14 años. Dentro de este componente se han realizado las siguientes actividades:
III. Proyecto
o Creación de un programa de apoyo y reforzamiento escolar mediante la dotación de paquetes escolares, incentivos a la educación y actividades recreativas y deportivas para asegurar el ingreso de niños y niñas en la escuela, así como su retención dentro del sistema educativo. o Sensibilización de los y las docentes acerca de las necesidades pedagógicas particulares y de atención requeridas por los niños y niñas retirados del trabajo infantil o en riesgo de insertase en este. o Capacitación de los y las docentes en la metodología didáctica SCREAM para la promoción de los derechos de la infancia por medio de la educación, las artes y los medios de comunicación. o Sensibilización de los padres y madres de familia sobre la importancia de la educación y las consecuencias dañinas del trabajo infantil. • Asistencia en salud y nutrición. Para el desarrollo de este componente el proyecto ha establecido acuerdos de cooperación con instituciones locales y nacionales de salud, públicas y privadas, con el fin de llevar a cabo programas de atención preventivos y curativos para los niños, niñas y sus familias. Con este propósito, se han ofrecido servicios médicos, odontológicos y nutricionales, y se han llevado a cabo eventos como ferias nutricionales y de salud, campañas de prevención en diferentes ámbitos (vacunaciones, desparasitación, salud reproductiva, VIH/SIDA, entre otros) y la creación de huertas escolares. También se ha promovido la creación de comités locales de salud y la instalación de un sistema de salud mental comunitario mediante la coordinación de profesionales de la salud, psicólogos, asistentes sociales y promotores locales que operarán de manera permanente en las comunidades para detectar y referir casos de deserción escolar, de peores formas de trabajo infantil, de violencia intrafamiliar y de uso de sustancias psicoactivas en personas menores de edad.
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• Formación profesional y alternativas económicas. Tomando en consideración las condiciones de pobreza y exclusión social en las que vive esta población, así como el hecho de que muchos adolescentes ya son padres o madres y que las leyes laborales de los tres países permiten a las personas mayores de 14 años dedicarse a realizar trabajos no peligrosos, el proyecto ha priorizado la oferta de servicios de formación profesional para estos jóvenes con el fin de asegurarles un futuro laboral digno. También, se han desarrollado iniciativas para ofrecerles alternativas laborales decentes a los padres o madres de los niños y niñas participantes. Los componentes estratégicos de esta actividad son: o Oferta de becas para cursos de formación profesional y apoyo a la inserción laboral de adolescentes. Con este propósito se han sucrito acuerdos de cooperación con varios institutos nacionales de formación profesional (INTECAP en Guatemala e INFOP y PRAF en Honduras), así como con otras instituciones privadas para que se destinen espacios para estas personas jóvenes, a quienes se les proveen becas a fin de que puedan participar en el proceso y continuar apoyando a sus familias al mismo tiempo. También, el proyecto ha trabajado para sensibilizar a las organizaciones de empleadores de los países y a las cámaras de industria y comercio para que en el ámbito de su Responsabilidad Social Empresarial (RSE) colaboren con la inserción laboral de los y las jóvenes que reciben la formación laboral. o Oferta de cursos cortos de capacitación para padres y madres de los niños y niñas participantes. Estos cursos se han enfocado
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fundamentalmente a proveer herramientas con el fin de que las personas adultas puedan iniciar, mejorar, ampliar o diversificar sus negocios. De esta forma, se han desarrollado talleres de capacitación sobre atención a la clientela y mejoría de los negocios, lo que se ha acompañado con micro-créditos para fortalecer las actividades del negocio, monitoreo y asesorías puntuales. También, se han ofrecido cursos de formación vocacional, principalmente dirigidos a madres de familia para que estas puedan mejorar sus oportunidades de empleo. Las experiencias más importantes en este sentido se han desarrollado en El Salvador. o Apoyo a la creación y fortalecimiento de oficinas locales de empleo (OLE). De forma paralela a los procesos de formación profesional, el proyecto ha apoyado la creación o fortalecimiento (si ya existentes) de instancias municipales o nacionales de intermediación laboral con el objetivo de facilitar el encuentro entre la demanda y la oferta de trabajo. Estas iniciativas se ha desarrollado en coordinación con las municipalidades, los ministerios de trabajo, los institutos de formación profesional, las cámaras y las organizaciones de empleadores y sindicatos. Además de las tareas de intermediación laboral, se espera que estas oficinas puedan gestionar un sistema de fondos rotatorios que ofrezcan microcréditos para los y las jóvenes que prefieren el autoempleo y necesiten un capital semilla para adquirir las herramientas necesarias y así iniciar su propio emprendimiento. o Creación de cooperativas de reciclaje. Mediante la capacitación empresarial y el aporte inicial de un capital semilla, el proyecto ha procurado el establecimiento de empresas de reciclaje de carácter cooperativo con el propósito de ofrecer alternativas dignas de empleo a las personas adultas que se dedican al trabajo con la basura. De esta forma, se espera poder incrementar los ingresos de las personas adultas y así prescindir del aporte derivado del trabajo de los niños y niñas. Con la creación
de estas cooperativas se promueven también los procesos de reciclaje mediante sistemas formalizados y seguros. La experiencia más relevante en este campo es la Cooperativa Mixta de Segregadores (COMISEGREHL), en Tegucigalpa, Honduras, la que agrupa a más de 100 miembros y cuenta con su personería jurídica debidamente establecida.
c. Sensibilización Con este eje se ha pretendido insertar el tema del trabajo infantil en los basureros y mercados, a través de un amplio proceso de sensibilización, en las normativas, estrategias, planes y políticas nacionales sobre reducción de la pobreza, niñez y trabajo. También, se ha tratado de incidir en las normativas y planes municipales de desarrollo, de carácter social y en materia de gestión de residuos sólidos urbanos. Además, se ha impulsado la toma de conciencia en las comunidades y en la sociedad en general sobre los riesgos, las causas y consecuencias del trabajo infantil y la necesidad de erradicarlo mediante el compromiso de todos los actores. Para lograr todo esto, se desarrolló dentro del proyecto un amplio proceso de sensibilización, que incluyó una campaña subregional titulada: “¡En esta ciudad se puede!,” la que involucró la participación de los medios de comunicación, las universidades, los grupos comunitarios, padres y madres de familia, personal de los centros educativos y personalidades de notoriedad pública, entre otros.
Este eje se ha realizado como un complemento a la atención directa de los y las participantes y con el objetivo de garantizar la sostenibilidad de las acciones. Se ha desarrollado un sistema de monitoreo el cual pretende ser participativo y autosostenible, mediante la acción y coordinación de diferentes actores sociales como la OPS/OMS, ministerios de trabajo, de salud y de educación, organismos no gubernamentales locales, asociaciones de base y los municipios. Como parte de este sistema, se ha fomentado la creación de redes locales de salud mental integral comunitaria, con la participación de profesionales en psicología (Ministerio de Salud), asistentes sociales (Ministerios de Trabajo y Municipios), promotores comunitarios (organizaciones locales) y docentes de los centros educativos (Ministerio de Educación). Asimismo, en El Salvador se creó un sistema de monitoreo del trabajo infantil denominado CIPOTES. La existencia de estos mecanismos de monitoreo permite la detección, referencia y atención de niños, niñas y adolescentes en las peores formas de trabajo infantil, con discapacidades, con problemas de violencia intrafamiliar o en consumo de sustancias psicotrópicas, con el fin de garantizar un seguimiento personalizado y un monitoreo cruzado para apoyar la reinserción y mantenimiento en el sistema escolar de los niños y niñas, y apoyar a sus familias.
III. Proyecto
d. Establecimiento de un sistema de monitoreo del trabajo infantil peligroso en el nivel territorial
Finalmente, es importante destacar que algunas de las principales agencias e instituciones encargadas de ejecutar los diferentes componentes del proyecto han sido: CARE International y MOVIMONDO (Honduras), PADECOMSM y las municipalidades de Gotera y Sonsonate (El Salvador), Municipalidad de la Ciudad de Guatemala, ODHAG, INTECAP, Fundación Pediátrica e ISCOS-MAIS (Guatemala).
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3.1 Logros relevantes para el Proyecto Antes de iniciar la presentación de los logros y buenas prácticas en el componente de formación profesional y alternativas económicas, es importante mencionar una serie de otros elementos que si bien no pertenecen directamente a este componente, se convierten en puntos de referencia de suma importancia y que le darán una mayor fortaleza a todas las acciones de prevención y erradicación del trabajo infantil en los basureros y mercados. Entre los elementos que se pueden considerar como logros relevantes que fortalecerán los procesos para prevenir el trabajo infantil e incrementar la empleabilidad y la calidad de vida de las personas jóvenes se encuentran: • El reglamento gubernamental sobre la implementación del Convenio 182 de la OIT que contiene un listado de los trabajos peligrosos, entre los que se encuentra el manejo de los desechos sólidos, así como las ordenanzas municipales emitidas por las municipalidades de la Ciudad de Guatemala, Tegucigalpa, San Pedro Sula, San Miguel y San Francisco Gotera prohibiendo el ingreso de personas menores de 18 años y de mujeres embarazadas a los botaderos. Las ordenanzas también establecen sanciones a los transportistas de basura que involucren a personas menores de edad en las tareas de recolección. Asimismo, con la promulgación de esta normativa se trata de regular y ordenar el ingreso a los botaderos por medio del otorgamiento de carnés de identificación a las personas mayores de edad. La existencia de estas ordenanzas ha
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sido divulgada en las ciudades involucradas, lo que ha contribuido a sensibilizar a la sociedad sobre las realidades y consecuencias de esta forma de explotación infantil. Si bien estas medidas no eliminan completamente el trabajo infantil en la basura, se convierten en importantes factores que le indican a la sociedad el compromiso de los gobiernos locales y nacionales con la erradicación de las peores formas de trabajo infantil y su voluntad para hacer realidad los Convenios 138 y 182 de la OIT. • La creación de redes locales territoriales contra el trabajo infantil. La existencia de estas redes ha permitido el fortalecimiento de las relaciones entre el proyecto y una serie de instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil que funcionan en los territorios de influencia. El trabajo conjunto con estas instituciones y organizaciones permite establecer prioridades de intervención y articular la respuesta local frente a las realidades de la problemática en cada comunidad o territorio. Asimismo, la existencia de estas redes es no solo fundamental para garantizar la continuidad de las acciones del proyecto, sino que, a su vez, aporta directamente a la generación y fortalecimiento de las capacidades de las instituciones involucradas para sus tareas de prevención y atención a la problemática, y promueve la responsabilidad compartida hacia el alcance de objetivos comunes. De hecho, las redes se han convertido en importantes espacios políticos para insertar la problemática del trabajo infantil en los basureros y mercados en la agenda de las diferentes instituciones y para crear sinergias que permiten maximizar los recursos técnicos y económicos. Finalmente, estas redes locales permiten dar seguimiento a las actividades del proyecto y sirven como referentes para la auditoria social de todas las instituciones del territorio; asimismo, facilitan las labores de monitoreo del trabajo infantil peligroso, promueven la incidencia política y la participación ciudadana, y ayudan al intercambio de experiencias y a la evaluación comunitaria participativa.
• Procesos de sensibilización y capacitación en las comunidades con la metodología SCREAM. Como parte de las actividades de sensibilización desarrollado por el proyecto con el fin de visibilizar los riesgos, las causas y consecuencias de las peores formas de trabajo infantil y la necesidad de erradicarlas mediante el compromiso de todos los actores relevantes, también se han llevado a cabo procesos de capacitación con la aplicación de la metodología didáctica SCREAM. Estas actividades han estado dirigidas a maestros, maestras, líderes comunitarios e instructores de los centros de capacitación, entre otros. La metodología SCREAM fue desarrollada por IPEC, a través del proyecto “Campaña Global para sensibilizar y informar sobre el trabajo infantil”, con el apoyo de la Cooperación Italiana, con el fin de contribuir a la formación y movilización social de docentes y líderes comunitarios en la lucha contra el trabajo infantil. De esta forma, se promueven los derechos de la niñez y la adolescencia por medio de la educación, las artes y los medios de comunicación. Una vez recibida la capacitación, se pretende que los maestros, maestras, instructores y líderes comunales puedan preparar a los y las jóvenes, utilizando métodos creativos e innovadores, para que participen activamente en las acciones por la erradicación del trabajo infantil. Los procesos de capacitación con esta metodología han sido sumamente valorados por los y las participantes, y han contribuido a aumentar las capacidades individuales e institucionales, sobre todo de los centros y personal educativo.
7 Guías de DED: “Buenas Prácticas”. OIT-IPEC, Ginebra, 2001.
III. Proyecto
• El establecimiento de sinergias y convenios de cooperación entre el proyecto y las instituciones educativas para la reinserción y mantenimiento de niños y niñas en el sistema escolar. En este campo cabe resaltar el convenio con el Ministerio de Educación de Guatemala que permitió otorgar más de 2000 “Becas para la Paz” a la niñez involucrada en el manejo de la basura, en el período 2005-2006. También, el acuerdo establecido con el Patronato Nacional de la Infancia de Honduras para que los niños y niñas trabajadores de la basura fueran incorporados en el “Bolsón Escolar.” Asimismo, en Honduras y El Salvador se han gestionado otros pequeños fondos de becas que, junto con los aportes directos del proyecto, permitieron favorecer a más de 1300 niños y niñas. Estas iniciativas, junto con los procesos de reforzamiento escolar y otros incentivos a la educación que también se ofrecen, han permitido la reinserción escolar y la permanencia dentro del sistema educativo de miles de niños y niñas, lo que les permitirá mejores oportunidades de vida, incluyendo un incremento en su empleabilidad en el futuro.
3.2 Logros y buenas prácticas del componente de formación profesional y alternativas económicas. Después de la revisión documental y de las visitas realizadas a los países participantes, así como del análisis de las acciones del componente de formación profesional y alternativas productivas, se realizó un esfuerzo por identificar logros y algunas buenas prácticas. Es importante destacar que una buena práctica puede ser definida como: “cualquier
experiencia que, en su totalidad o en parte, funciona para combatir el trabajo infantil y que puede tener implicaciones para la práctica a cualquier nivel en otro contexto o situación.” 7 Una cuestión clave es que una buena práctica es algo que realmente ha sido
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experimentado y que se ha comprobado que funciona. El principio fundamental de una buena práctica es la utilidad para estimular nuevas ideas o para actuar como guía sobre cómo conseguir mayor eficacia en algún aspecto relacionado con la prevención o eliminación del trabajo infantil. Tomando como base los criterios arriba mencionados se presentan primero los logros y luego aquellas acciones exitosas que pueden ser definidas como buenas prácticas.
3.2.1 Principales logros • Establecimiento de convenios e incorporación de un grupo de jóvenes extrabajadores a los institutos nacionales de formación técnica (INTECAP en Guatemala e INFOP en Honduras). Esto es un logro importante ya que estas son instituciones de larga trayectoria en la temática de la formación profesional, que tienen credibilidad nacional y altos estándares en sus procesos de formación. Así, por medio de las becas ofrecidas por el proyecto, muchas personas jóvenes extrabajadoras de la basura, incluyendo un buen número de mujeres, que de otra forma estarían excluidas de la posibilidad de recibir formación técnica de calidad, ahora han podido matricularse en cursos certificables en instituciones de reconocido prestigio. Como parte del proceso, estos jóvenes también reciben instrucción sobre normas y principios en relación con la vestimenta, puntualidad, comunicación oral, presentación personal y convivencia social. También se ha desarrollado un sistema de seguimiento para cada uno de los y las participantes con el fin de verificar la asistencia, la puntualidad y el rendimiento, y
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de definir los apoyos adicionales que pueden necesitar. Es importante destacar que además de formación profesional, en estas instituciones también se les ha ofrecido a los y las jóvenes capacitación empresarial para que puedan organizar su propio emprendimiento, si tienen las condiciones para hacerlo. Todo lo anterior se constituye en un logro sustantivo del proyecto ya que contribuirá a incrementar las capacidades y las oportunidades de empleo decente en el futuro para estas personas jóvenes. • Apertura de una bolsa de empleo especial para jóvenes extrabajadores(as) de los mercados y basureros en El Salvador. En coordinación con la oficina departamental del Ministerio de Trabajo se logró incluir a un grupo de jóvenes y mujeres de San Miguel y San Francisco Gotera, que han participado de la formación vocacional, en las actividades de formación empresarial, empleabilidad y autoempleabilidad que promueve dicho ministerio. A estas personas el Ministerio de Trabajo les ha impartido dos tipos de talleres: a) emprendedurismo y autoempleabilidad y b) inducción al mundo laboral. Como resultado, se creó, además, una bolsa de empleo especial para estos jóvenes extrabajadores(as). Desde esa perspectiva, esta actividad se convierte en un importante logro ya que combina la formación vocacional, la capacitación sobre emprendedurismo e inducción al mundo laboral y la creación de una bolsa especial de empleo, lo que abrirá mayores opciones de encontrar trabajo decente para estas personas jóvenes que anteriormente se desempeñaron en labores peligrosas. • Acuerdo para la inclusión de un grupo de jóvenes extrabajadores de la basura en los proyectos de formación del Programa de Asignación Familiar de Honduras (PRAF). Esta iniciativa denominada “Manos Solidarias” está dirigida específicamente a brindar oportunidades de formación a personas jóvenes que están ligadas con el trabajo en basuras o en riesgo de estarlo. Los procesos de formación son ofrecidos por diferentes instituciones, tales como la Escuela Técnica del Ejército, el
Instituto Rimas y otras academias privadas. Los y las jóvenes son capacitados en áreas como electricidad, soldadura, enderezado y pintura, mecánica, serigrafía, cocina, computación, corte y confección, repostería y belleza. Esta iniciativa se constituye en un importante logro ya que se pudo establecer una relación directa entre las estrategias de reducción de la pobreza del estado hondureño y las actividades del proyecto para incrementar la empleabilidad de las personas jóvenes. • Organización de un grupo de promotores juveniles extrabajadores para las acciones contra el trabajo infantil en la basura. Esta experiencia se ha desarrollado fundamentalmente en Guatemala y se ha convertido en un destacable logro ya que estos promotores y promotoras son claves en los procesos de monitoreo del trabajo infantil, como capacitadores en la metodología SCREAM y como reclutadores de otros jóvenes para las actividades del proyecto. Es importante destacar que estos promotores juveniles estuvieron directamente ligados con el trabajo en la basura e incluso algunos de ellos todavía lo están. La mayoría fueron reclutados por el proyecto por medio de la ONG ISCOS-MAIS y del Centro Educativo Municipal, y se les ha capacitado en una serie de temáticas relativas a los derechos de la niñez y la adolescencia, la prevención del trabajo infantil y el desarrollo comunal. Asimismo, han recibido capacitación en la metodología SCREAM, lo que los ha convertido en excelentes instrumentos para la formación de formadores. Todos ellos reciben un estipendio mensual por sus labores en el proyecto. El equipo de promotores juveniles se ha consolidado como un mecanismo de enlace entre “la sociedad guajera”, como ellos llaman a su
• Creación de la Organización AJOMES (Asociación de jóvenes del Mercado de San Miguel). Esta agrupación fue creada en El Salvador por un grupo de jóvenes extrabajadores del Mercado de San Miguel, quienes se organizaron después de participar en un proceso de educación no formal denominado “Proyección de vida” en donde se trataron temas relacionados con la autoestima, la proyección de futuro y los retos de las personas jóvenes. Esta actividad se convierte en un logro relevante ya que no solo ha contribuido a construir un espacio colectivo de reflexión y agrupación para los y las jóvenes, sino que la organización se ha vinculado con la Secretaría Nacional de la Juventud, instancia de gobierno, la que le dará seguimiento a sus acciones a futuro.
III. Proyecto
comunidad, y las instituciones y organizaciones ahí presentes, lo que posibilita una mejor relación entre el proyecto y su territorio de influencia.
• Actividades artísticas y recreativas para jóvenes trabajadores y extrabajadores. Las personas jóvenes que han tenido una vida determinada por las peores formas del trabajo infantil, generalmente están alejadas de sus derechos al juego, a la recreación y al tiempo libre. Desde esa perspectiva, es fundamental implementar este tipo de actividades para que estas personas puedan recuperar el contacto con las actividades expresivas que les permiten un desarrollo integral. Por otra parte, estas actividades se convierten en una excelente vía de comunicación con las y los jóvenes, y un medio creativo para la construcción de conocimientos y habilidades sociales. Asimismo, les garantiza su derecho a la diversión y al esparcimiento. Como parte de estas actividades, por ejemplo, en Honduras se desarrolló un curso de fotografía en asociación con la ONG “Libre Expresión”, que le permitió a las y los participantes acercarse a este medio de expresión artística y capturar su visión de la realidad vivida. El hecho de que los y las participantes pudieron conservar las cámaras se convirtió en un estímulo adicional para el futuro desarrollo de habilidades artísticas.
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• Desarrollo de un programa de capacitación para padres y madres en El Salvador. Como parte de esta iniciativa se han ofrecido una serie de talleres de capacitación en estrategias de atención a la clientela y mejoras en los negocios para más de 100 participantes, principalmente mujeres adultas. Asimismo, se desarrolló un plan de asistencia técnica para monitorear el comportamiento de los negocios a partir de los conocimientos adquiridos en los talleres y ofrecieron asesorías puntuales. También, se otorgaron microcréditos para fortalecer las actividades del negocio. Asimismo, una importante cantidad de madres de familia participó en cursos de formación vocacional. Como parte de estos procesos, se coordinó con la Municipalidad de San Miguel con el fin de incluir a jóvenes y madres de familia a los diferentes cursos que ofrece el Centro de Formación de la Mujer de dicha municipalidad. También, en San Francisco Gotera se ha desarrollado un proceso de capacitación en corte y confección en un taller instalado en una casa de la propia comunidad y haciendo uso de una instructora local, quien, con diferentes estrategias de enseñanza, consigue que las mujeres analfabetas se capaciten con los mismos resultados que las alfabetizadas. Estas actividades se convierten en un logro relevante ya que están contribuyendo a generar capacidades en los padres y madres de familia, incluyendo un grupo importante de jóvenes, lo que contribuye directamente a la prevención del trabajo infantil. • Elaboración de un Plan de Salud Mental Territorial en Guatemala. Como resultado de la definición de un nuevo plan operativo para el proyecto después de la evaluación de medio período (2005), se vio la
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8 ONG encargada de ejecutar el Programa de Acción por parte del Proyecto 1.
necesidad de poner en marcha un mecanismo de monitoreo que activara, entre otros, un sistema de salud mental integral y comunitaria para dar seguimiento a la inclusión escolar y social de la niñez ligada al trabajo con la basura, así como a sus familias. La creación de dicho sistema se inició con la elaboración de un mapeo del tejido social y económico del territorio de la Zona 3 (zona de ubicación del botadero municipal de la ciudad de Guatemala) por parte de la Red Interinstitucional contra el Trabajo Infantil Peligroso. También, se realizó un mapeo de la infraestructura y servicios con que cuenta dicha zona, lo que se materializó en un directorio institucional. Con base en la información recopilada, y con la participación de los integrantes de la Red, incluyendo a la ONG ISCOS-MAIS,8 se instaló un sistema de salud mental integral y comunitario cuyos objetivos son: 1) crear un sistema de alerta precoz que permita prevenir o intervenir rápidamente en caso de situaciones que pongan en peligro la salud psicofísica de los habitantes de la Zona 3, en especial los del grupo meta; 2) Identificar a la niñez y la adolescencia en situaciones de riesgo, que trabajen en actividades peligrosas o víctimas de la exclusión escolar o de la violencia; 3) brindar ayuda a la niñez víctima de la violencia intrafamiliar, con dificultades de inserción social y escolar, con discapacidades o que utilicen sustancias psicoactivas, así como orientar a la población juvenil sobre la salud reproductiva para evitar embarazos no deseados y prevenir las ETS y el VIH/SIDA. En este sistema participan el personal del Centro de Salud de la Zona 3, los directores y docentes de las escuelas, operadores de bienestar social del Ministerio de Trabajo, promotores sociales de la municipalidad, promotores de la Fundación Pediátrica y el grupo de promotores juveniles del proyecto. La elaboración de este plan de salud mental territorial es un importante logro ya que no solo ayuda a darle estabilidad y coherencia a las acciones de la red local, sino que promueve el monitoreo cercano de los principales problemas psicosociales que enfrentan los habitantes de la zona, principalmente la niñez trabajadora y sus familias, y la respuesta coordinada de las instituciones.
3.2.2 Identificación de Buenas Prácticas Las acciones exitosas del proyecto que pueden ser identificadas como buenas prácticas se presentan a continuación: • Apoyo al programa de capacitación en los viveros y huertos municipales de la ciudad de Guatemala. Esta es una iniciativa desarrollada por la Municipalidad de la Ciudad de Guatemala que contó con el respaldo del proyecto para cubrir el costo de becas para varios jóvenes, quienes fueron ubicados en el Vivero Municipal en un proceso de capacitación técnica en el manejo y cultivo de plantas ornamentales. Este proceso de capacitación ha demostrado ser uno de los más exitosos ya que integra la capacitación técnica, la inserción educativa y la posibilidad de un futuro empleo en la propia municipalidad. De hecho, después de un proceso de aproximadamente 5 meses de capacitación, 15 jóvenes, tanto hombres como mujeres, han sido contratados como jardineros municipales, a cambio de que continúen los sábados con sus estudios en el sistema de educación abierta. Los y las jóvenes que participan en esta iniciativa son reclutados principalmente en el Centro Educativo que tiene la municipalidad en la Zona 3 (ver descripción más adelante). Así, se establece un control cruzado entre la coordinadora del centro educativo y el agrónomo encargado del programa de capacitación técnica para darle seguimiento a las personas que están participando en el proceso. De esta forma, el programa combina la capacitación técnica en
III. Proyecto
un ambiente sumamente agradable, -que saca completamente a los y las jóvenes del mundo de los desechos y los traslada al terreno del cuidado y reproducción de la vida-, la provisión de un estipendio durante el período de formación, la inserción escolar, el seguimiento y la posibilidad de un empleo formal. Según el análisis realizado, todas las personas jóvenes que han sido contratadas han roto totalmente su relación con el trabajo en basuras. Desde esa perspectiva, esta iniciativa se convierte en una buena práctica exitosamente demostrada ya que es eficaz y pertinente para mejorar la empleabilidad de los jóvenes y alejarlos del trabajo peligroso. • Apoyo a la creación de las oficinas locales de empleo (OLE) con el compromiso de las municipalidades y los ministerios de trabajo, y coordinación con las ya existentes. La instalación de estas oficinas se convierte en un importante logro para todos los actores involucrados ya que suma esfuerzos y descentraliza los procesos de intermediación laboral, los que empiezan a ser entendidos no solo como un problema del gobierno central, sino también municipal. La coordinación con estas instancias ha permitido, además, el reconocimiento del proyecto por parte de los diferentes sectores, tanto en el gobierno central como en el local, de los empresarios y de la comunidad en general. Estas oficinas funcionan bajo el patrocinio municipal o del Ministerio de Trabajo y responden a las necesidades específicas de las comunidades o territorios donde están localizadas. Además de la intermediación laboral, en algunos países, estas oficinas también se han propuesto como meta el acompañamiento de las personas jóvenes en los procesos de búsqueda de empleo y la dotación de microcréditos e información para aquellos que deseen emprender un negocio. La existencia de estas oficinas es un elemento determinante ya que según la OIT (Convención No. 142) para aumentar la empleabilidad y garantizar una inserción exitosa en el mercado de trabajo es necesario proveer servicios de consejería sobre el mercado laboral y sobre los procesos de búsqueda de empleo, así como servicios de intermediación laboral. En ese
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sentido, la creación de oficinas locales de empleo se convierte en una buena práctica ya que estas son importantes instrumentos para que las personas jóvenes y la comunidad en general puedan ampliar sus posibilidades de encontrar un empleo decente y mejorar sus opciones de vida. Por otra parte, el hecho de que estas oficinas hayan sido creadas o asumidas por los gobiernos locales o los ministerios de trabajo garantiza su institucionalización y su sostenibilidad en el mediano plazo, lo que refuerza su definición como una buena práctica. • Apoyo a la instalación del Centro Educativo y Recreativo Municipal de la Zona 3 de la ciudad de Guatemala. En el ámbito de la educación informal, el reforzamiento educativo y la recreación, este Centro se convierte en un importante logro para retirar a niños, niñas y adolescentes del trabajo en la basura y para apoyarlos en su transición hacia el sistema educativo formal. En este Centro, por medio de una atención cercana y personalizada, se apoya la nivelación escolar de niños, niñas y adolescentes involucradas en el trabajo peligroso, se ofrece primaria acelerada y primero básico. También, se ofrecen actividades recreativas, deportivas y apoyo psicológico, como un complemento importante de los procesos educativos. De hecho, este es el lugar donde los adolescentes y jóvenes que participan en los procesos de capacitación en los viveros y huertos municipales tienen que cumplir con su compromiso de seguir ligados al sistema educativo. Por encontrarse en los límites del basurero municipal, este Centro se ha convertido en un espacio fundamental para la acogida de las personas menores de edad que están involucradas en el trabajo con la basura, y para brindarles estímulos
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y oportunidades educativas y recreativas que les facilitarán su mantenimiento en el sistema escolar. Las labores que desarrolla la institución son sumamente valoradas por la comunidad en general y por los niños, niñas y adolescentes que reciben sus servicios, dado que no solo se atienden los problemas educativos, sino que también se aborda la problemática social y familiar. De hecho, más allá de un centro educativo, este es un espacio de contención y apoyo para las personas menores de edad que están relacionadas con el trabajo peligroso. Por su innovación, su eficacia, su pertinencia y su sostenibilidad, este Centro se convierte en una práctica exitosa para mantener a niños, niñas y adolescentes en el sistema educativo y para brindarles los estímulos adicionales que se requieren para que puedan imaginar una vida diferente. • Creación de la Cooperativa Mixta de Segregadores de Honduras (COMISEGREHL). Esta cooperativa está constituida legalmente desde julio del 2005, momento en que adquiere su personería jurídica. La cooperativa tiene más de 100 asociados y ha logrado establecer su junta directiva, sus estatutos, reglamento, así como un sistema administrativo y contable. En términos operativos, ya tiene habilitado un centro de procesamiento y acopio, y ha establecido varios contratos con compañías recicladoras para la comercialización de sus materiales. Esto ha significado un incremento de un 38% en los precios de los materiales reciclables (Informe de Logros, Honduras, 2006). La cooperativa también ha tenido una importante labor social ya que está coordinando con el Programa de Asignación Familiar (PRAF) y dando seguimiento a las actividades de capacitación dirigidas a jóvenes y adultos ligados con el trabajo en la basura. Esto se convierte en una herramienta valiosa para las personas que participan de los procesos ya que les da seguridad y respaldo, permitiéndoles fortalecer sus capacidades. En el caso de los y las jóvenes, la presencia de la cooperativa y sus procesos de seguimiento se convierten en un referente importante. Asimismo, la cooperativa ha colaborado con el censo de las familias
trabajadoras del basurero para ser asistidas con las transferencias económicas por medio del PRAF (bono educativo, bono juvenil, bono materno infantil, etc.). Es importante destacar que dentro de las estrategias de la cooperativa también está la incorporación de la juventud, no solo como socios, sino como beneficiarios de los empleos que generan sus actividades. Es así como dos jóvenes, capacitados por el proyecto, son los encargados de las labores administrativas y de inventario de la organización. También, como cooperativa, se han integrado en la red local contra el trabajo infantil en el basurero de Tegucigalpa. La creación de esta cooperativa constituye una buena práctica no solo porque se ha convertido en una alternativa de generación de ingresos para muchas familias, sino porque también empieza a cumplir una importante función social en el área, incluyendo su contribución a la gestión sustentable de los residuos sólidos, al monitoreo del trabajo infantil y a la sensibilización comunitaria.
• Salas de atención educativa en el Mercado Municipal y basurero de San Miguel. Como parte del proceso de apoyo y reforzamiento escolar de niños, niñas y adolescentes, en El Salvador se crearon dos salas de atención educativa, una en las propias oficinas del programa y otra en el Auditórium del Mercado de San Miguel. Asimismo, también fueron creadas otras salas para la atención de los niños, niñas y adolescentes relacionados con el basurero de Las Peñitas en esta misma localidad. Estas salas se constituyen en un espacio para el estudio y la realización de tareas escolares con apoyo tecnológico (computadoras, Internet, libros de texto etc.) y el de una o dos
III. Proyecto
personas que facilitan y ayudan a niños, niñas y adolescentes en sus labores. Hasta el momento, se han implementado dos programas, el de técnicas de estudio y un programa de inglés básico. Es importante destacar que en estas salas también se apoya a los y las jóvenes que están en los procesos de formación profesional, garantizando su permanencia en el sistema educativo regular. Lo anterior se debe a que en El Salvador la formación profesional se ofrece de forma paralela a la educación formal. Es importante anotar que las y los facilitadores de estas salas son voluntarios de las universidades o jóvenes del proyecto que están en grados superiores y ayudan a sus compañeros y compañeras, lo cual contribuye a crear una conciencia de solidaridad entre ellos. La aplicación de las técnicas de estudio le ha permitido a muchos niños, niñas y adolescentes mejorar notablemente su rendimiento académico. Esta actividad se convierte en una buena práctica ya que facilita la permanencia de los y las jóvenes en el sistema educativo mientras que realizan sus procesos de formación profesional. De esta forma, la educación formal no es sacrificada, lo que aumentará la empleabilidad de estas personas una vez que finalicen sus procesos de formación laboral. Asimismo, esta es una práctica pertinente, eficaz y eficiente ya que utiliza fundamentalmente trabajo voluntario, lo que permite optimizar su impacto con una utilización mínima de recursos financieros.
3.3 Principales retos del componente de formación profesional y alternativas económicas • Definición de los pasos previos y de una ruta clara de acceso al empleo decente para una persona joven trabajadora o extrabajadora, a fin de que sirvan como elementos de referencia básicos a la hora de diseñar alternativas para mejorar la empleabilidad de esta población. • Incrementar y solidificar las acciones de reforzamiento y apoyo académico de las y los jóvenes para garantizar tanto su rendimiento
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• Lograr la participación activa de las personas jóvenes y de todos los actores interesados en los procesos, desde la etapa del diseño mismo de los programas, con el objetivo de que las acciones previstas respondan mejor a sus necesidades ; y demandas.
escolar como el rendimiento y la permanencia en los procesos de formación laboral. Es importante recordar que estas personas jóvenes generalmente presentan un bajo nivel educativo, problemas de adaptación social, falta de competencias básicas e innumerables problemas familiares, por lo que los procesos de reforzamiento y apoyo académico son fundamentales para el éxito de cualquier programa que intente aumentar la empleabilidad de esta población. • Dar mayor impulso y énfasis a los procesos de desarrollo personal, cambios de hábitos, perspectivas de vida y estrategias de búsqueda de empleo, así como acompañamiento personalizado de los y las jóvenes que participan en los procesos de formación profesional. Las acciones de fortalecimiento personal deberán prestar especial atención a los estereotipos de genero para evitar la reproducción de los roles tradicionales a la hora de la escogencia de las alternativas de formación por parte de los y las participantes. Asimismo, es necesario incorporar de manera permanente las actividades deportivas y recreativas como parte de los procesos de reforzamiento personal, con el objetivo de facilitar el acceso al derecho a la recreación, al esparcimiento y al tiempo libre de las personas jóvenes. • Búsqueda de alternativas y estrategias para empatar la oferta de formación laboral con las demandas de las empresas, a fin de ofrecer carreras pertinentes que fomenten y realmente mejoren la empleabilidad de las personas jóvenes ex-trabajadoras infantiles.
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• Necesidad de que las diferentes instituciones de formación profesional incorporen mayores elementos prácticos y no tradicionales en sus procesos de capacitación, incluyendo pasantías en las empresas. Asimismo, necesidad de adaptar los programas de formación a las realidades de las personas jóvenes a las que se dirigen, dejando de lado las posturas y reglamentaciones rígidas que fomentan la deserción. • Definición de estrategias para no reproducir los roles tradicionales de género en la oferta de los programas e instituciones de formación laboral. • Búsqueda de opciones y estrategias para lograr un mayor acercamiento con las empresas y grupos de empleadores para promover su involucramiento en los procesos de formación laboral y fomentar su Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Asimismo, necesidad de desarrollar estrategias dirigidas a las empresas y empleadores en general para combatir sus ideas estereotipadas y discriminadoras, que no les permiten aprovechar las capacidades desarrolladas por las personas jóvenes extrabajadoras en sus procesos de formación profesional. • Necesidad de una mayor participación y compromiso de las municipalidades y ministerios de trabajo, en particular en lo relativo a los procesos de intermediación laboral y fortalecimiento de las Oficinas Locales de Empleo (OLE´s). • Incrementar los subsidios económicos para los y las participantes en los programas de formación laboral, a fin de que se reconozca los costos de transporte, alimentación, materiales de estudio, así como las cargas y responsabilidades familiares.
Estos apoyos deben ser entregados a tiempo y compensar, al menos, el haber dejado el trabajo. • Fortalecer el trabajo con las familias ya que muchas de estas personas jóvenes todavía se encuentran inmersas en sus núcleos familiares primarios. En ese sentido, si se quiere lograr un proceso definitivo de retiro del trabajo peligroso y un aumento de la empleabilidad de los y las jóvenes, por medio de la educación y la formación laboral, es fundamental contar el apoyo y el convencimiento de las familias.
III. Proyecto
• Necesidad de diseñar programas de acción de mayor alcance y duración dado que se está trabajando con problemas complejos que no tienen solución en un corto plazo. Los procesos de escolarización, capacitación, formación profesional e inserción laboral de las personas que han estado atrapadas en las peores formas de trabajo infantil no se logran en corto tiempo. Por eso, los programas deben tomar en consideración las dificultades inherentes a estos procesos para planificar sus cronogramas y el uso de los recursos de acuerdo con las realidades complejas que se están abordando. Por otra parte, proyectos tan cortos no promueven los procesos de institucionalización por parte del Estado, debido a que se requiere de mayor tiempo antes de obtener resultados. Búsqueda de opciones efectivas para, de forma permanente, intercambiar y compartir experiencias entre los diferentes países participantes en el proyecto, con el fin de aprender mutuamente y fortalecerse con los ejemplos de los otros y otras.
• Creación de cooperativas de reciclaje y servicios mixtos, en los países donde todavía no existen, formadas por trabajadores y ex-trabajadores de la basura, incluyendo a las personas jóvenes mayores de 18 años, con el fin de ayudar a formalizar el sector de reciclaje y apoyar la reconversión laboral de las personas que trabajan en este sector. • Diseño de una estrategia integral de salud mental, apoyo psicosocial y restitución de derechos, en conjunto con los otros actores institucionales relevantes, para abordar los problemas del alcohol, drogas y la violencia en las personas jóvenes que trabajan en la basura o en otras actividades urbanas peligrosas. • Mayor capacitación para el personal de los diferentes programas que van a trabajar con los y las jóvenes trabajadores de la basura y mercados, con el objetivo de evitar los prejuicios y dificultades que puedan presentarse.
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IV. Enfoques Orientadores del Modelo de Atención
IV. Enfoques Orientadores del Modelo de Atención 4.2 El Enfoque de Género En este apartado se hace referencia a los enfoques orientadores y supuestos conceptuales que sustentan la propuesta de lineamientos para mejorar el acceso al trabajo decente de jóvenes extrabajadores de la basura y en los mercados.
4.1 El Enfoque de Derechos El enfoque de derechos implica un cambio sustantivo en la concepción tradicional de la niñez y la adolescencia centrada en la doctrina de la situación irregular, la cual define a este grupo etario como personas que deben ser tuteladas en virtud de su vulnerabilidad social. Este enfoque nos lleva, más bien, a reconocer a todos los niños, niñas y adolescentes, independientemente de su género, cultura, situación social o cualquier otra condición propia, como titulares de toda la gama de derechos inherentes a la persona humana, así como de aquellos llamados especiales o específicos. En ese sentido, el enfoque de derechos llama a dejar atrás la noción de las personas menores de edad como seres no ciudadanos, jurídicamente incapaces y, por tanto, receptores pasivos de protección, para considerarlos sujetos de derechos y deberes, de acuerdo a su condición particular de desarrollo. Es decir, desde este enfoque se deben revisar las formas de interacción entre el mundo adulto y las personas menores de edad, con el fin de darles a estas últimas su propia voz y hacerlas visibles en los procesos de gestión de cualquier intervención de desarrollo. Por tanto, es imperativo promover la participación activa de las y los adolescentes y jóvenes en todas las etapas de los procesos, con el objetivo de contribuir a su empoderamiento y de darles protagonismo en la construcción de su proyecto de vida.
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El enfoque de género es fundamental para cualquier intervención de desarrollo ya que permite identificar y enfrentar los obstáculos particulares que unas y otros enfrentan en razón de su sexo. Una perspectiva de género implica analizar las relaciones sociales entre mujeres y hombres en todas las dimensiones de las actividades sociales, económicas y políticas, y en el contexto de las realidades institucionales En ese sentido, nos obliga a mirar cualquier situación social o programa de intervención desde una posición que tome en cuenta las diferencias históricas, culturales y situacionales entre los géneros y los posibles efectos diferenciales de esas intervenciones. Un análisis de género permite entonces poner en evidencia: • Las brechas entre mujeres y hombres fundadas en razones de género y que devienen en relaciones de desigualdad. • Los factores y condiciones que producen esas situaciones de discriminación y falta de oportunidades. • Las necesidades, opciones, oportunidades y limitaciones diferenciadas de hombres y mujeres que deben ser consideradas en el diseño de los programas de intervención y las políticas públicas. • Las capacidades de las instituciones involucradas y de sus mecanismos para llegar por igual a varones y mujeres. 9 El enfoque de género resulta de gran importancia ya que se ha comprobado que las estrategias “neutras”, es decir que no persiguen explícitamente el objetivo
9 Adaptado de Proyecto Estado de la Nación. 2002. Aportes para el análisis de las brechas de equidad entre los géneros. San José, Costa Rica: Proyecto Estado de la Nación y OIT-IPEC. 2002. Integrando el género en las acciones contra el trabajo infantil: las buenas prácticas. Ginebra.
4.3 El Enfoque del Ciclo de Vida Este enfoque toma en consideración el momento del desarrollo de la persona en su ciclo vital, con el fin de identificar las formas en que las personas adultas han de relacionarse con las menores de edad en función de las posibilidades, expectativas, necesidades y prioridades de estas últimas. De igual manera, obliga a que las intervenciones institucionales se ajusten en todos sus alcances a la identidad y características de cada grupo etario. Este enfoque también considera los procesos adoptados por distintas sociedades para educar y socializar a las generaciones jóvenes. Esto tiene gran importancia por el hecho de que en muchos grupos humanos, incluyendo los centroamericanos, una forma socialmente aceptada de educar a niños y niñas es introducirlos tempranamente al mundo del trabajo y a los roles diferenciados de género, lo que tendrá serias consecuencias en la empleabilidad de estas personas. Por otra parte, existe una creciente preocupación internacional por la incorporación de los asuntos intergeneracionales en las discusiones sobre las políticas relativas al empleo, en particular de los asuntos
4.4 El Enfoque Contextual
IV. Enfoques Orientadores
de la igualdad de género, tienden a mantener e incluso a agravar las asimetrías entre los sexos (UNFPA, 2003; ILO, 1999). Desde esa perspectiva, cualquier proyecto que intente mejorar la empleabilidad de los y las jóvenes debe incorporar medidas específicas dirigidas a las mujeres, con el fin de contribuir a equipar las condiciones y oportunidades de estas con las de los varones.
relacionados con las transiciones de las personas jóvenes de su mundo infantil al mundo del trabajo. Esto porque se ha demostrado que las transiciones exitosas al trabajo están íntimamente asociadas con otras transiciones importantes de la infancia a la vida adulta, como el desarrollo de la autonomía personal, de un sentido de independencia, de la capacidad de formular un proyecto de vida, de establecer un hogar propio, etc. En ese sentido, cualquier intervención que pretende mejorar la empleabilidad de los y las jóvenes debe necesariamente que tomar en cuenta esos elementos adicionales que ayudan a completar las transiciones entre la niñez, la adolescencia y la vida adulta.
Cualquier estrategia de intervención en la temática del trabajo infantil debe tomar en cuenta la problemática particular de las comunidades donde se desarrollan los proyectos, las condiciones sociales, económicas y culturales que afectan al conjunto de la población residente en la zona de intervención, las actitudes de las familias, el apoyo –o posible apoyo- institucional existente y la existencia –o node políticas públicas nacionales o locales relativas a la temática. Según la experiencia desarrollada por IPEC, el trabajo en basura, tanto el infantil como el adulto, es normalmente la expresión de condiciones severas de marginación, precariedad y exclusión social. Por esta razón, cualquier intervención debe realizarse tomando en cuenta las características específicas de las comunidades urbano-marginadas, sus problemáticas sociales y las realidades familiares, las que terminan afectando tanto las dinámicas sociales, económicas e institucionales, como las dinámicas psicológicas e interpersonales de sus habitantes.
4.5 El Enfoque Sistémico Este enfoque parte del concepto de “manejo integrado y sustentable de los desechos” 10 y llama a considerar el papel de las personas que trabajan
10 El concepto de “manejo integrado y sustentable de los desechos” fue desarrollado por WASTE, Advisers on Urban Environment and Development, una organización holandesa sin fines de lucro, en cooperación con muchas organizaciones de países en desarrollo. Este concepto parte del principio de que la gestión de los desechos implica a un complejo sistema de actores y actividades con diferentes intereses y prioridades que requiere de un manejo apropiado, coordinado e integrado en todos los niveles (ILO, 2004).
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condiciones favorables para que los niños y niñas sean enviadas a la escuela y no a trabajar. También, este tipo de intervenciones crea oportunidades de empleo decente para los y las jóvenes extrabajadores infantiles mayores de 18 años dentro de sus propias comunidades, en labores con las que están familiarizados, solo que ahora bajo condiciones de seguridad e higiene laboral, con mayores oportunidades de desarrollo y con capacidad de ejercer sus derechos ciudadanos. en la basura como parte de un sistema de gestión de los residuos sólidos (ILO, 2004). El objetivo principal de este enfoque es tratar de cambiar los sistemas de manejo de los residuos sólidos de manera tal que las personas adultas que trabajan con la basura puedan ser incorporadas en el proceso. Esta incorporación se hace por medio de la formalización de su participación, creando cooperativas u otras formas organización, y ligándolos con otros sectores involucrados, como el gobierno local y la empresa privada. Este enfoque generalmente incorpora aspectos técnicos, ambientales, políticos e institucionales. En primer lugar porque trata de cambiar los sistemas de recolección, separación y clasificación de los residuos sólidos con el fin de aumentar las tasas de reciclaje (aspectos técnicos y ambientales); asimismo, trata de mejorar la condición de los y las trabajadoras de la basura al darles el papel formal de miembros de una cooperativa o de empresarios. Finalmente, desde la creación de organizaciones de las personas trabajadoras, trata de incorporarlas en la formulación de las políticas relativas al manejo y gestión de la basura y en el control ciudadano de las mismas (aspectos institucionales y políticos). Por sus mismas características e implicaciones, el enfoque sistémico tiene un efecto indirecto en la reducción del trabajo infantil. Esto ocurre porque al ser incorporadas formalmente al sistema de gestión de los desechos, las personas adultas tienden a mejorar sus ingresos y su posición social, lo que crea
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V. Lineamientos para la Construcción de un Modelo de Atención
V. Lineamientos para la Construcción de un Modelo de Atención Con la puesta en práctica de estos lineamientos para promover el acceso al trabajo decente de las persona jóvenes se pretende contribuir con el alcance de los siguientes objetivos: • Prevenir la incorporación de las personas menores de edad a las peores formas de trabajo infantil, en particular al trabajo con la basura y en los mercados. • Fortalecer la capacidad de las comunidades y las instituciones sociales para prevenir el trabajo infantil, y ofrecer protección y oportunidades para las personas jóvenes con el fin de garantizar sus derechos, dignificar sus medios de vida y mejorar su acceso al trabajo decente. • Potenciar el bienestar, las oportunidades y las capacidades de los extrabajadores infantiles y jóvenes trabajadores por medio de su reincorporación en el sistema escolar y de su fortalecimiento personal y social. • Promover la formación profesional con el fin de fomentar la empleabilidad y la inserción laboral de los y las jóvenes en empleos dignos. • Incidir en el desarrollo de legislación, políticas públicas y programas para garantizar y promocionar los derechos de la niñez y fomentar el desarrollo de capacidades y la empleabilidad en las personas jóvenes con el fin de mejorar sus condiciones de vida y apoyar sus procesos de movilidad y ascenso social. • Desarrollar y aplicar el enfoque sistémico de manejo integrado y sustentable de los residuos, incorporando a las y los trabajadores en el proceso. Es importante destacar que la experiencia de OITIPEC muestra que el enfoque preventivo debe
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ocupar un lugar preferente dentro de cualquier estrategia para enfrentar el problema del trabajo infantil y el desempleo juvenil. Esto porque los costos de brindarle una segunda oportunidad a las personas adultas son mucho mayores que los costos de proveer intervenciones a tiempo. La prevención tiene, además, más probabilidades de llevar a resultados sostenibles y de largo plazo. Sin embargo, en el caso de las personas jóvenes mayores de la edad mínima nacional de admisión al empleo (14 años en Honduras, Guatemala y El Salvador), las medidas de protección y oferta de servicios pueden cambiar su situación haciendo que pasen de un trabajo peligroso a un empleo decente. Por lo tanto, las medidas de protección y la provisión de servicios son importantes para este grupo de edad. Las acciones previstas en el marco de este modelo de atención parten, además, de los siguientes principios específicos: • Prevención, protección y garantía de derechos para niñas, niños y adolescentes. Desarrollo de opciones y capacidades para la obtención de un empleo digno y para la construcción de un proyecto de vida alternativo. • Reconocimiento e integración de las diferencias (género, edad, nivel de escolaridad, etnia). • Participación activa de las personas jóvenes en el proceso de atención. • Empoderamiento y desarrollo de capacidades personales, sociales y laborales para los y las jóvenes. • Articulación e integración de las acciones y servicios con el fin de que las respuestas frente a la problemática no se planteen de forma aislada.
V. Lineamientos • Complementariedad de los recursos y acciones con el objetivo de no duplicar esfuerzos y de no sustituir las iniciativas tomadas por otras organizaciones o instituciones. • Flexibilidad para desarrollar acciones ajustadas a las condiciones particulares y necesidades de las personas jóvenes. • Gradualidad para generar confianza en las personas jóvenes, sus familias y la comunidad, y así garantiza el éxito de las acciones. • Participación de la comunidad en el manejo integrado y sustentable de los residuos. Asimismo, la propuesta contendrá los siguientes componentes: 1. Prevención en las comunidades y territorios de influencia. 2. Estrategias y guías para la captación y selección de las personas jóvenes. 3. Capacitación y formación laboral. 4. Servicios adicionales (complementarios a los procesos de capacitación y formación laboral). 5. Capacitación a personas encargadas de estos componentes. 6. Monitoreo y seguimiento. 7. Sistematización y evaluación. 8. Principios de sostenibilidad.
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ESQUEMA GENERAL DEL MODELO DE ATENCIÓN
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V. Lineamientos
COMPONENTES DEL MODELO DE ATENCIÓN
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• Adversarios. Son personas o grupos que mantienen visiones opuestas o en conflicto con los objetivos que se quieren alcanzar por parte del proyecto. Las tareas de prevención en los territorios de influencia de los proyectos deben incluir, al menos, las siguientes acciones:
5.1 Componente 1: Prevención en los territorios de influencia de los basureros y mercados La prevención en las comunidades debe contener una serie de elementos indispensables y el primero de ellos es un análisis de situación para identificar y clasificar a las personas del entorno territorial. Es importante recordar que las personas jóvenes que desarrollan labores peligrosas en los espacios urbanos se encuentran inmersas en un contexto que tiene que ser analizado y entendido por cualquier instancia o grupo de instituciones que van a realizar una intervención con ellos y ellas. En ese sentido, un mapeo de actores sociales es de suma importancia para tener claridad sobre el panorama social e institucional que se enfrentará. Como parte del mapeo de actores sociales es importante identificar, al menos, cuatro grupos para así dirigir acciones específicas y diseñar estrategias para cada uno de ellos. • Beneficiarios y beneficiarias. Estas son las personas o grupos que se beneficiarán directamente de las acciones del proyecto. • Aliados potenciales. Estas son las personas o grupos que tienen visiones u objetivos similares a las del proyecto en relación a la problemática del trabajo urbano peligroso desempeñado por niños, niñas y adolescentes. • Tomadores de decisiones. Son personas de influencia o que ostentan cargos de poder o autoridad en el territorio cuyas acciones podrían tener un efecto positivo –o negativo- en la problemática y acciones del proyecto.
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5.1.1 Capacitación y sensibilización sobre la temática del trabajo infantil y sus consecuencias. Estos procesos deben estar dirigidos a: o o o o o o
Niños, niñas y adolescentes de los territorios. Padres y madres de familia. Empresarios locales. Maestros, maestras y otro personal educativo. Asociaciones comunales y de base. Sindicatos y otras organizaciones de trabajadores y trabajadoras. o Municipalidades. o Iglesias. o Instituciones gubernamentales y no gubernamentales. El primer paso en los procesos de capacitación y sensibilización debe ser el realizar un diagnóstico que permita definir y agrupar en segmentos al público al que se dirigirán las acciones. Para cada público, será importante escoger una estrategia de sensibilización específica que se adapte a sus características específicas y necesidades. También, es necesario hacerse una serie de preguntas sobre los conocimientos, percepciones, actitudes y prácticas sobre la problemática del trabajo infantil que existen en los diferentes segmentos del público, así como sobre las organizaciones presentes en el territorio que podrían servir como aliadas. En el siguiente cuadro se plantean algunas de las preguntas claves que deben ser respondidas antes de iniciar los procesos de sensibilización y capacitación:11
11 Tomado y adaptado de: “Contribución al ABC de la comunicación para prevenir y eliminar el trabajo infantil en Sudamérica.” Lima, Perú, OIT, 2004.
Preguntas Clave
Conocimiento percepciones
¿Qué conoce o percibe la población sobre la problemática? ¿Qué tipo de creencias se identifican en la población sobre la problemática? ¿Existe alguna propuesta en algún sector para solucionar el problema? ¿Las personas identifican los niveles de daño o de riesgo de la problemática?
Actitudes valoraciones
¿Está consciente la población de la existencia del problema? ¿Los diferentes actores sociales presentes en el territorio se sienten involucrados con el problema? ¿La población reconoce a quienes afecta el problema? ¿Qué grado de interés tiene la población sobre la problemática?
Organizaciones instituciones
¿Qué organizaciones presentes en el territorio pueden influir en el público para que escuchen y respondan a los mensajes sobre el problema? ¿Qué organizaciones pueden actuar como obstáculos e impedir la divulgación de la información?
Una vez respondidas estas preguntas, es necesario desarrollar acciones con el fin de ofrecer elementos para entender las causas, consecuencias y dimensiones del trabajo urbano peligroso realizado por niñas, niños y adolescentes, y las consecuencias de la estigmatización social. Estas acciones requieren de, al menos, tres actividades que deben realizarse simultáneamente: • Desarrollo de un programa de charlas, videoforos, mesas redondas y talleres adaptados a las necesidades y características de cada grupo. Como parte de estos procesos, se puede utilizar la metodología SCREAM, la que ha dado resultados muy positivos, en particular con el personal de los centros educativos. Estas actividades pueden ser desarrolladas por promotores comunitarios que,
V. Lineamientos
Categorías
dada su cercanía con el entorno, serán capaces de comunicarse más fácilmente con las audiencias locales. • Producción de material escrito y audiovisual para mostrar las realidades del trabajo infantil urbano y sus consecuencias, y ser distribuido en todos los espacios relevantes de las comunidades. Los materiales pueden ser cartillas, folletos, brochures, calcomanías, afiches, cuñas de radio y televisión y también deben estar diferenciados dependiendo de las distintas audiencias. • Ejecución de campañas de sensibilización sobre las peores formas del trabajo infantil urbano en los medios de comunicación locales y nacionales.
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El programa de talleres y charlas, los materiales y las campañas deben ser diseñados con el fin de que cumplan los siguientes propósitos: • Ofrecer información veraz sobre las realidades, riesgos y potenciales daños de las peores formas del trabajo infantil urbano y sus consecuencias en la vida de las personas involucradas. La información que se ofrecerá debe tomar en consideración al público al que va dirigida, en particular a sus condiciones de edad, género, etnia, nivel educativo, posición institucional, etc. • Ofrecer información sobre recursos y opciones de apoyo para niños, niñas y adolescentes, en particular sobre las opciones educativas y de formación profesional disponibles (números de teléfono, lugares donde acudir, requisitos, etc.). • Cambiar actitudes negativas, derribar mitos y fomentar el interés en la población por proteger los derechos de la niñez y la adolescencia, en particular el derecho a la educación, a la formación laboral y a una vida digna.
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de capacitación dirigidos a los diferentes sectores. Para lograrlo, es fundamental construir alianzas con organizaciones o instituciones que cuenten con recursos complementarios y experticia en las labores de comunicación y sensibilización. Lo anterior porque no siempre las organizaciones ejecutoras de los proyectos van a contar con personal calificado en este campo. De esta forma, se contribuye además a la formación de alianzas y al trabajo en equipo con otros sectores y organizaciones, lo que fortalece la respuesta institucional y la posibilidad de aumentar la oferta de servicios integrales y articulados para la población beneficiaria. Finalmente, antes de organizar una campaña de sensibilización o acciones de capacitación hay que prever cómo serán evaluados sus impactos con el fin de que los recursos invertidos sean utilizados de forma efectiva. Asimismo, es importante asumir responsabilidades por las expectativas que puedan generar este tipo de campañas en los y las trabajadoras infantiles y sus familias, a fin de no crear esperanzas que luego no podrán ser satisfechas por los proyectos.
5.1.2 Creación de redes de protección y vigilancia comunitario-territorial con todos los actores sociales relevantes
• Modificar prácticas negativas, como la de enviar a niños y niñas a trabajar tempranamente, y fomentar las acciones tendientes a proteger a las personas menores de edad, en particular a las más vulnerables y explotadas.
La primera acción que facilitará la conformación de redes territoriales es la sensibilización y capacitación de todas las personas, instituciones y organizaciones sociales que han sido identificadas como aliadas potenciales. Para esto se requiere realizar el mapeo de las diferentes instancias gubernamentales, no gubernamentales y de grupos comunitarios que podrían involucrarse y participar en una red de esta naturaleza. Los objetivos principales que deben guiar la creación de estas redes son:
Con el fin de aumentar la efectividad de las actividades de capacitación y sensibilización, es necesario que cualquier proyecto o programa cuente con personal especializado que sea capaz de realizar los análisis pertinentes, de diseñar las estrategias de comunicación, de preparar los materiales y los procesos
• Crear un sistema de alerta precoz y monitoreo del trabajo infantil que permita prevenir o intervenir rápidamente en caso de situaciones que pongan en peligro la integridad psicofísica de las personas que habitan en los territorios de influencia de las redes.
• Identificar a la niñez y adolescencia en situaciones de riesgo, en actividades laborales peligrosas, víctimas de la exclusión escolar o de cualquier forma de violencia y explotación. • Brindar ayuda y protección de forma articulada a niños, niñas, adolescentes y sus familias que se encuentren en situaciones de violación a sus derechos humanos fundamentales (víctimas de la violencia, de la exclusión escolar, del trabajo peligroso, de la explotación sexual comercial, del embarazo adolescente, personas con discapacidades o que utilizan sustancias psicoactivas). • Fomentar procesos de incidencia política con el fin de brindar aportes desde la realidad local al diseño e implementación de políticas públicas y legislación a favor de la niñez trabajadora, de protección de la persona joven, del fomento del empleo decente y del manejo sustentable de los residuos sólidos. En el terreno de la incidencia política es de fundamental importancia desarrollar una serie de acciones desde las redes territoriales, tales como: o Inserción de la problemática del trabajo infantil en los basureros, mercados y todas las formas de trabajo urbano peligroso en los planes nacionales contra el trabajo infantil y en los planes municipales de desarrollo social con el fin de incorporar el tema particular en las agendas de las organizaciones relevantes e incluso en las políticas locales y nacionales.
o Promoción de marcos jurídicos y ordenanzas que contemplen las realidades y necesidades de niños, niñas y adolescentes en el trabajo en los basureros y mercados. Estos marcos jurídicos deben contemplar, al menos, la prohibición de la entrada de personas menores de edad y de mujeres embarazadas a los botaderos, así como el control riguroso de todos los espacios donde se trabaja y manipula la basura, tales como camiones recolectores, centros de acopio, lugares de reciclaje, etc. Estas normas jurídicas deben abrir la posibilidad de realizar inspecciones en las casas de habitación o espacios privados donde se sospecha que laboran personas menores de edad en la manipulación de la basura.
V. Lineamientos
o Incorporación de la temática del manejo integrado y sustentable de los residuos sólidos en las políticas municipales y nacionales.
o Fortalecimiento de las relaciones entre la sociedad civil, el Estado y los organismos internacionales relevantes para compartir el conocimiento y posibilitar el desarrollo de visiones consensuadas sobre el trabajo infantil en los espacios urbanos y sobre las políticas que deberían implementarse con el fin de prevenir, monitorear y enfrentar la problemática. o Promoción de la participación activa y la inclusión de las voces y experiencias de los y las trabajadoras infantiles en los procesos de reforma legal y propuesta de políticas públicas. Las personas menores de edad que se desempeñan o se han desempeñado como trabajadoras en la basura o en otras labores peligrosas deben ocupar un papel importante en las actividades de defensa de su causa, como protagonistas y portavoces de sus propias experiencias. Los siguientes elementos son importantes de tomar en cuenta en los procesos que llevan a la creación y articulación de las redes territoriales: • Una convocatoria abierta e incluyente que permita la participación de todas aquellas personas e instancias que podrían estar
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desde el inicio se deben definir los mecanismos de coordinación, articulación y comunicación entre los miembros de la red.
interesadas en ser parte de la red. Para realizar la convocatoria se debe involucrar a todos los actores institucionales identificados en el mapeo. Es fundamental incorporar a los gobiernos locales, centros educativos, centros de salud, instancias locales de los ministerios de trabajo, centros de capacitación y formación profesional, organizaciones que luchan por los derechos de la niñez, sindicatos, asociaciones empresariales y cooperativas, representantes de los recolectores de basura adultos, asociaciones de jóvenes y de padres y madres, grupos religiosos, líderes y organizaciones comunales, periodistas y figuras públicas. • Es necesario elaborar un plan de acción consensuado que le permita a los integrantes de la red tener metas claras y una medida concreta de los avances realizados con el fin de que la red se mantenga unida y en funcionamiento. En este sentido, debe existir claridad sobre las responsabilidades y tareas que le competen a cada persona, sector o instancia participante, de modo que el plan de acción sea elaborado con base en una definición realista de las capacidades de cada miembro de la red. • Es importante identificar a una instancia local (preferiblemente las municipalidades) que tengan el suficiente peso, liderazgo y reconocimiento para que pueda realizar las convocatorias, dar seguimiento al plan de acción y movilizar a los miembros de la red en caso de situaciones urgentes. • Con el fin de garantizar la transparencia y las buenas relaciones entre todos los participantes,
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Finalmente, es importante destacar que la participación e integración de estos actores locales es fundamental en las tareas de prevención, detección, protección, seguimiento y monitoreo de los niños, niñas y adolescentes que participan en los diferentes programas de atención directa. De hecho, la existencia de estas redes es crucial para darle sostenibilidad y respaldo institucional a las iniciativas de provisión de servicios para esta población.
5.1.3 Fomento de procesos de matriculación y mantenimiento de todos los niños y las niñas en el sistema educativo Es importante tener presente que para mantener e incrementar la matricula escolar, así como para reintegrar a los niños y niñas en el sistema educativo formal, se requiere de un conjunto de acciones de carácter externo que tomen en cuenta las realidades de los problemas económicos y sociales que presentan las familias de los sectores empobrecidos, así como, en muchos casos, la falta de pertinencia y atracción de los programas de estudio y el poco estimulo que se les ofrece a niños, niñas y adolescentes en el sistema educativo. Además de esto, hay que considerar que se requiere de un seguimiento sistemático que considere estas condiciones y realidades, las cuales pueden implicar la negación sistemática de derechos, el analfabetismo completo o funcional, condiciones de explotación y la valoración equivocada del trabajo como un medio de formación para los niños y las niñas. Por tanto, cualquier programa de escolarización dirigido a estos niños y niñas, debe contemplar también acciones de alfabetización, para quienes así lo necesiten, procesos de reforzamiento escolar y de apoyo psicosocial. Algunas de las acciones mínimas que deben realizarse para garantizar el acceso y mantenimiento de los niños, niñas y adolescentes en el sistema escolar son:
• Coordinación con las autoridades educativas con el fin de crear sistemas abiertos y alternativos de educación de calidad. Se puede fomentar el establecimiento de sistemas a distancia y escuelas nocturnas o dominicales. Hay que tomar en consideración que las personas menores de edad que se encuentran en estos sistemas abiertos son las que más necesitan apoyo extracurricular y fortalecimiento de sus habilidades para el aprendizaje. • Provisión de becas para niños, niñas y adolescentes de los sectores más vulnerables, en particular para aquellos y aquellas que por diversas razones como el género, la edad, la etnia, las historias familiares o la condición socioeconómica pueden verse mas fácilmente expulsados o impedidos de asistir a los centros educativos. En este marco, es importante promover la adopción de mecanismos de transferencias condicionadas por parte de los Estados. • Creación de unidades psicopedagógicas en los centros educativos con el fin de facilitar la nivelación y la integración de los niños y niñas con problemas de aprendizaje o con eventuales discapacidades. Para esto se requiere contar con equipos interdisciplinarios que puedan brindar una atención integral, incluyendo el diagnóstico de los problemas, el apoyo psicosocial, el reforzamiento escolar y las adecuaciones curriculares. Para que estas unidades tengan éxito y sean efectivas, deben ser dotadas de los recursos materiales y humanos necesarios.
V. Lineamientos
• Provisión y adecuación de espacios en la comunidad que puedan servir como centros de estudio y bibliotecas para niños, niñas y adolescentes con el fin de contrarrestar las condiciones materiales o sociales adversas que pueden existir en sus hogares y que no les permiten estudiar o hacer tareas o desarrollar otras habilidades necesarias para la vida escolar. Es de suma importancia que estos espacios cuenten con una ubicación y horarios adecuados a las necesidades de la población, garantizando el acceso real a las niñas, niños y adolescentes. Como parte integral de las actividades de estos centros, se deben implementar programas permanentes y sistemáticos de apoyo extraclase, con la utilización de técnicas creativas y lúdicas para fomentar el desarrollo de hábitos de estudio que les permitan mejorar su rendimiento escolar y disminuir la posibilidad de expulsión por bajo rendimiento académico. Es importante involucrar en estas actividades a estudiantes avanzados o universitarios, docentes jubilados u otras personas de la comunidad que estén interesados en apoyar programas de este tipo. • Sensibilización y capacitación a maestros y maestras y a sus organizaciones gremiales para que presten especial atención a los niños y niñas que están en riesgo de ser expulsados del sistema educativo. Hay que poner énfasis en la modificación de métodos pedagógicos, la implementación creativa de los planes estudios, la adecuación curricular, y la relación horizontal con los y las estudiantes para que el personal docente tenga más herramientas y pueda convertirse en un estimulo para sostener a los niños y niñas en el sistema educativo. Además es importante sensibilizarles y capacitarles sobre el concepto de trabajo infantil, las condiciones y consecuencias de esta forma de explotación, las estrategias de prevención, detección y atención, y el papel que debe jugar la educación en la prevención del trabajo infantil. Todo esto ayudará a un cambio de actitudes dirigido a eliminar de los sistemas escolares las prácticas discriminatorias hacia niños y niñas en condiciones particularmente desventajosas.
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niños y adolescentes. Esto se puede lograr con la participación activa y directa de los niños, niñas y adolescentes, por medio de la búsqueda del placer, de lo lúdico y de la apropiación de significados y derechos. De esta forma, los grupos de pares se constituyen en pieza fundamental en la construcción de un proyecto de vida y en la apropiación de derechos por medio de espacios de construcción y reflexión colectiva. La metodología SCREAM puede ser una excelente herramienta para ser utilizada en estos espacios. • Es fundamental prestar atención particular a las personas más vulnerables como las niñas o personas menores de edad de los sectores más excluidos socialmente, quienes por razones culturales o de ingresos, corren mayor riesgo de abandonar la escuela. Es por eso necesario ofrecerles programas especiales de apoyo psicosocial dentro del sistema educativo que les fortalezcan su autoestima, su identidad de genero y su capacidad de verse como personas con derechos, en especial el derecho a la igualdad, a la educación y a una vida digna.
5.1.4 Formación de clubes y facilitadores-facilitadoras de derechos de la niñez y la adolescencia en los centros educativos Para el mantenimiento de niñas y niños en el sistema educativo e incluso en la reincorporación de los que han sido expulsados, es necesario diseñar estrategias que impliquen su participación activa, directa y creativa. La formación de clubes infantiles y juveniles de derechos en las comunidades y centros escolares son un buen ejemplo de esto. Los clubes son agrupaciones de niños, niñas y jóvenes de entre 7 y 18 años que se organizan y establecen espacios de encuentro para identificar colectivamente intereses, necesidades y aspiraciones, que les permitan consolidar bases para edificar sus proyectos de vida, para conocer y ejercitar sus derechos y para promover una cultura de participación y responsabilidad ciudadana. 12 El objetivo principal de estos clubes es la construcción de un proyecto de vida en las niñas,
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Es fundamental contar con el apoyo de las autoridades educativas para promover la formación de estos clubes ya que muchos funcionarán en los espacios de las escuelas y colegios, aunque también se pueden usar otros locales de la comunidad. Los clubes se forman con el fin de alcanzar los siguientes objetivos: • Fortalecer y favorecer el rendimiento escolar de las y los miembros de los clubes. • Desarrollar, afianzar y fortalecer la creatividad y el talento infantil y adolescente con el desarrollo de acciones artísticas, culturales, deportivas, cívicas, recreativas y formativas. • Promover espacios de reflexión individual y colectiva que le permita a sus miembros interiorizar y profundizar sobre sus condiciones de vida, su relación con los pares, la familia, la comunidad y la escuela, así como la apropiación de sus derechos universales y particulares de acuerdo a su género, su edad, su etnia, condición económica, etc. • Promocionar la salud mental integral, así como la salud sexual y reproductiva. • Fomentar e impulsar procesos preventivos del consumo de sustancias psicotrópicas. • Apoyar y fomentar la formulación y ejecución de proyectos grupales al interior de los clubes. • Motivar la participación de los padres y madres de familia en acciones realizadas por clubes juveniles.
12 Tomado de “Proyecto asistencia integral al joven a través de clubes juveniles. Lineamientos técnicos administrativos.” Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Santa Fe de Bogotá, Colombia, 1999.
Para la formación y el funcionamiento de los clubes de derechos se requiere una persona que facilite el proceso. Esta persona facilitadora, también debe ser joven, gozar de un reconocimiento en la comunidad y aceptación por parte de los miembros del club. Es de suma importancia que tenga experiencia en el trabajo con niñas, niños y adolescentes, en la construcción de redes y en la formación de líderes, así como en la temática de la promoción de los derechos de la niñez y la adolescencia. Asimismo, debe ser una persona capaz de organizar y promover actividades lúdicas, artísticas y culturales para que la construcción del proyecto de vida y la apropiación de los derechos se realice como parte del juego y la recreación. El facilitador o facilitadora, además, canaliza ideas y el descubrimiento de actitudes y aptitudes que les permita a los miembros del club, individual y colectivamente, reinventar, cuestionar y construir las bases de su proyecto de vida desde una perspectiva centrada en los derechos universales y particulares. Finalmente, es necesario recordar que todo este proceso debe desarrollarse con perspectiva de género y con sensibilidad frente a las diversas realidades económicas, sociales y culturales que puedan presentarse en las comunidades.
V. Lineamientos
5.1.5 Trabajo directo con las familias de niñas, niños y adolescentes trabajadoras para el desarrollo de estrategias efectivas de generación de ingresos y para promover la construcción de relaciones respetuosas y protectoras de los derechos humanos de todos los miembros El trabajo con las familias más vulnerables en los territorios de influencia de los proyectos debe tener como principal objetivo el evitar el ingreso al trabajo en basuras o mercados de las personas menores de 18 años y retirar de forma permanente a aquellas que se encuentran trabajando antes de la edad permitida. En ese sentido, en términos preventivos, el trabajo con las familias debe estar dirigido a la consecución de dos metas complementarias: a) Generación de ingresos. b) Fortalecimiento familiar para construir relaciones respetuosas y protectoras de los derechos humanos de todos los miembros. El trabajo con las familias implica el desarrollo de una serie de tareas previas con el objetivo de identificar a los grupos más vulnerables y elaborar un listado o una base de datos preliminar. Estas tareas pueden ser realizadas por promotores comunitarios, trabajadoras (es) sociales o personal del salud. Los pasos que de deben seguir en este proceso son: • Recorridos por las zonas en condiciones más precarias y establecimiento de contactos con las instituciones y líderes comunales con el fin de identificar a las familias. Las redes territoriales contra el trabajo infantil son fundamentales en esta tarea. • Acercamiento y contacto de forma respetuosa a la familia para no levantar resistencias o temores.
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• Apoyo y asesoría para el fortalecimiento y creación de unidades productivas o pequeños negocios. • Apoyo para la vinculación al empleo. • Apoyo y asesoría para la creación de cooperativas de reciclaje y servicios mixtos.
• Exploración de las necesidades y problemáticas generales de la familia, así como de cada miembro. • Atención prioritaria de necesidades básicas o situaciones de crisis. • Remisión a los servicios sociales de la zona (si es del caso y si están accesibles). • Construcción de un plan de acción para la familia en su conjunto y para cada miembro (si es del caso).
a) Generación de ingresos En términos de la generación de ingresos algunas de las alternativas que se pueden desarrollar son las siguientes: • Formación profesional para los miembros de la familia mayores de 14 años. Es posible que antes de entrar a la formación profesional sea necesario ofrecer apoyos para cursar la primaria acelerada o ingresar a algún sistema de educación formal abierta, en particular para las personas más jóvenes. En el caso de las mujeres, es fundamental ofrecer alternativas que no reproduzcan los roles tradicionales de género en el empleo. • Formación empresarial para las personas interesadas en iniciar pequeños negocios o emprendimientos. • Acceso a pequeños préstamos o capital semilla para los emprendimientos.
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Es importante recordar que diversos estudios han demostrado que cuando las mujeres adultas de la familia poseen un relativo mayor control de los recursos familiares y más bienes propios, hay mayores probabilidades de que los niños y niñas sean enviados a la escuela y no a trabajar. En otras palabras, cuando las mujeres aumentan su nivel de bienestar y tienen acceso a mejores ingresos, ello conduce a una reducción progresiva del trabajo infantil (Sagot, 2004; Ilahi, 2000; Grootaert & Patrinos, 1999). En ese sentido, importantes esfuerzos de las acciones relativas a la generación de ingresos deben focalizarse en las mujeres ya que ellas tienden, más que los hombres, a invertir los ingresos en el bienestar de la familia y en la protección de sus hijos e hijas.
b) Fortalecimiento familiar El primer elemento a tener en cuenta cuando se desarrollan programas de fortalecimiento familiar y promoción de relaciones respetuosas es que la familia no es un grupo estático y homogéneo. Más bien, la familia es una institución marcada por las jerarquías y las relaciones de poder. Desde esa perspectiva, cuando se trabaja con grupos familiares no se puede asumir que existe una unidad de intereses y necesidades, sino que se deben reconocer las diferencias producidas por el género, la edad y por otros factores. Es decir, hay que reconocer que unos miembros de la familia, por ejemplo las niñas y las adolescentes, son más vulnerables que otros. Por lo tanto, para iniciar el trabajo preventivo con las familias, se deben realizar cuatro tareas muy importantes: • Realizar una evaluación integral de los factores que más afectan la situación general de la familia.
• Prevención del abuso y la violencia. • Toma de decisiones consensuadas y resolución alternativa de conflictos. • Protección de la niñez y la adolescencia, en particular en el marco del trabajo infantil.
• Recopilar información sobre la historia familiar. • Analizar los roles diferenciados por género y edad, los vínculos, el tipo de relaciones que se establecen entre los miembros, el manejo de las relaciones de poder y autoridad, los logros y dificultades particulares de cada uno de los miembros. • Dar atención en crisis y remitir a las instancias adecuadas en caso de que se detecte una situación que así lo amerite (abuso sexual, incesto, explotación sexual comercial de una persona menor de edad, violencia física o cualquier forma de explotación o abuso). En estos casos, según el Enfoque de Derechos Humanos, la atención de la persona que está siendo directamente afectada tiene prioridad sobre cualquier otra acción y deberá desarrollarse de inmediato un plan para su seguridad y protección. El proceso de fortalecimiento familiar y promoción de relaciones respetuosas y protectoras de los Derechos Humanos de todos los miembros deberá incluir una serie de temáticas que se presentan a continuación: • Reconocimiento y apropiación de derechos de cada miembro, según su condición de género, edad, etnia, capacidades, etc. Un elemento fundamental de esta temática es ayudar a reconocer la importancia y el valor de la educación para el desarrollo integral de los integrantes del grupo familiar y para evitar la reproducción del ciclo de la pobreza. • Técnicas para la comunicación horizontal y democrática.
El desarrollo de alternativas de generación de ingresos y fortalecimiento para las familias más vulnerables requiere de la coordinación con todas las instancias gubernamentales y no gubernamentales capaces de apoyar en situaciones de crisis (violencia intrafamiliar, incesto, explotación sexual comercial, presencia del VIH/SIDA, drogadicción, embarazo adolescente, etc.), así como de la oferta de programas de capacitación y formación, subsidios, créditos, transferencias condicionadas, vivienda y servicios de salud, entre otros programas de protección y asistencia social. Para el trabajo con las familias también es importante el desarrollo de actividades recreativas y culturales, así como la vinculación de estas con las redes territoriales.
V. Lineamientos
• Pautas de crianza no autoritarias.
5.2 Componente 2: Estrategias y guías para la captación y selección de las personas jóvenes 5.2.1 Identificación y captación La identificación de una persona menor de edad que se desempeña en el trabajo en basuras, mercados o cualquier otra forma de trabajo urbano peligroso debe ser el inicio de un proceso de evaluación de la situación, de riesgos y búsqueda de soluciones pertinentes para ofrecerle a esta persona alternativas viables de formación profesional y de garantía de derechos. En ese sentido, el principio fundamental que debe orientar las tareas de identificación es que esta no es un fin en sí mismo, sino un medio para iniciar un proceso de provisión de servicios y garantía de derechos. Está demostrado, por múltiples experiencias en muchos países del mundo, que las personas idóneas
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ser grandes colaboradores en los procesos de identificación, así como en el seguimiento a los participantes de los procesos formativos.
para realizar las tareas de identificación y captación son jóvenes que se han desempeñado como trabajadores infantiles y que tienen mayor capacidad para la empatía y para entablar conversaciones en los mismos códigos que las personas que se desea contactar. Para estos propósitos, la creación de grupos de promotores juveniles, conformados por jóvenes que han sido retirados del trabajo urbano peligroso, es fundamental ya que estos y estas están en mejores condiciones para aproximarse a la población meta, ganar su confianza y promover los procesos de formación laboral. La identificación de las personas jóvenes que serán incorporadas en los procesos de capacitación y formación debe seguir varios caminos, dependiendo de la condición de escolarización o no de estos y estas. • Población escolarizada: en este caso es fundamental el trabajo con maestros y maestras dado que estos generalmente tienen información de primera mano sobre las condiciones de sus estudiantes; asimismo, los maestros y maestras, directores de escuela y supervisores escolares son las personas capaces de detectar si una persona se ausenta o se retira de la escuela; es decir, pueden proveer información que permita darle seguimiento a estas personas que han sido retiradas del sistema educativo o están en riesgo de hacerlo. Es importante tener presente que las personas jóvenes que se encuentran inmersas en el trabajo en basuras o mercados y que todavía asisten a la escuela generalmente lo hacen en las modalidades educativas abiertas, a distancia, educación nocturna o primaria acelerada. En ese sentido, hay que prestar particular atención al personal educativo que labora en estas modalidades abiertas, ya que estos pueden
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• Población no escolarizada: en estos casos, es necesario recurrir a una serie de instancias comunales como iglesias, asociaciones vecinales, promotores comunales y líderes juveniles. También es necesario recurrir a estrategias más informales, como visita a los mercados, botaderos y los centros de acopio, y la utilización de la técnica de “bola de nieve”, es decir, la identificación de otras personas jóvenes por medio de las que ya han sido identificadas previamente. También se puede recurrir a la distribución de volantes y afiches en las zonas de influencia, anunciando las oportunidades y estableciendo los requisitos.
5.2.2 Criterios de selección El inicio de cualquier programa que intenta mejorar el acceso al empleo decente de la población joven en condiciones particularmente vulnerables debe partir de un cuidadoso proceso de selección para no terminar con una iniciativa que no llega a los beneficiarios a los que quería dirigirse. Los criterios mínimos son los siguientes: - Las personas deben tener de 14 a 24 años para incorporase a los procesos de capacitación y formación profesional. Las personas de 12 a menos de 14 años, pueden incorporarse siempre que no se interrumpan sus estudios regulares. En ningún caso, la asistencia a la escuela o el proceso de formación vocacional podrán finalizar antes de los 14 años, que es la edad mínima de admisión al empleo. - Las personas deben ser extrabajadores infantiles o estar trabajando en ese momento en actividades definidas como peligrosas o estar en riesgo de hacerlo, fundamentalmente en el trabajo relacionado con la basura y en los mercados o cualquier otra forma de trabajo urbano peligroso.
Una vez establecido el contacto y realizado el proceso de selección, se debe proceder tomando en consideración los siguientes elementos:
• Debe explicarse a la persona joven la naturaleza de su participación en el proceso de formación, los beneficios que se otorgarán, las condiciones establecidas y los requisitos. • No se deben hacer promesas que no pueden cumplirse. • No se deben crear expectativas que no pueden satisfacerse.
5.3 Componente 3: El proceso de capacitación y formación profesional Es fundamental tener en cuenta que si bien el objetivo final de los procesos de formación profesional debe ser el incremento de la empleabilidad de los y las jóvenes y la dignificación de sus condiciones de vida, lo anterior no se puede lograr si antes no se cumplen una serie de objetivos intermedios, tales como, la protección, la garantía de derechos (a la educación formal, a la salud integral, a la recreación, a no trabajar antes de la edad permitida, a gozar de condiciones adecuadas de trabajo después de la edad permitida y a la exigibilidad de estos derechos), así como el fortalecimiento personal y el empoderamiento. Como parte importante de la garantía de derechos y provisión de servicios se debe prestar particular
V. Lineamientos
atención a las condiciones de edad, género y nivel educativo. Las y los jóvenes no constituyen un grupo homogéneo. En ese sentido, en cualquier proceso de atención directa es importante reconocer los subgrupos para comprender las necesidades especiales de cada uno. En particular, se deben establecer estrategias para dar una atención diferenciada a las personas jóvenes que tienen las siguientes condiciones: • Jóvenes que no han finalizado su educación básica y personas de 12 a 14 años. En este caso, el primer paso es garantizar su mantenimiento o reincorporación al sistema educativo formal o a sistemas a distancia o abiertos. En todos los casos, se debe primero realizar un diagnóstico individual como punto de partida para la ubicación de la población en el sistema educativo y el tipo de apoyo que necesitan (adecuaciones curriculares, apoyos especiales, etc.). El diagnóstico debe ser realizado por personal especializado que puede identificar posibles problemas de aprendizaje o discapacidades físicas y cognitivas. Una vez realizado el diagnóstico, se deben diseñar estrategias de acompañamiento, reforzamiento y apoyo socioeducativo y económico con el fin de prevenir el abandono o el fracaso escolar. • Jóvenes que ya cuentan con educación primaria completa. En este caso, también se debe realizar un diagnóstico con el fin de determinar las falencias educativas y las necesidades con miras al proceso de formación laboral. Es recomendable también promover la permanencia en la educación formal para todas las personas adolescentes, ya que el ideal sería que puedan continuar con su proceso educativo formal de forma paralela a la formación profesional. En muchas ocasiones, aunque los y las jóvenes hayan finalizado su educación primaria o incluso hayan avanzado en la secundaria, serán necesarias las estrategias remediales para reforzar, por ejemplo, los conocimientos y habilidades matemáticas y de lecto-escritura o para atender los posibles problemas de aprendizaje o discapacidades.
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implica, en muchas ocasiones, adaptar los perfiles de los programas de formación profesional a la demanda. Todo este proceso debe ser, además, participativo e incluir consultas continuas a los y las participantes.
• Mujeres jóvenes. Especial atención merecen las mujeres dadas las condiciones previas de discriminación de género y la vulnerabilidad. En adición a lo anterior, las mujeres jóvenes van a necesitar apoyos especiales para enfrentar situaciones particulares, como el embarazo adolescente, la violencia, el acoso sexual, y las representaciones y estereotipos sociales, tanto de ellas como de la sociedad en general, que no le dan mayor importancia a la educación y formación profesional de las mujeres. • Jóvenes en condiciones especiales y particularmente vulnerables (drogadicción, alcoholismo, explotación sexual comercial, pandillas). En estos casos, además de las intervenciones educativas y de formación laboral, es necesario que cualquier programa de atención desarrolle estrategias especiales e integrales para el tratamiento, rehabilitación y protección efectiva de derechos de las personas jóvenes involucradas en estas problemáticas.
5.3.1 Pasos previos a la formación ocupacional Antes de que el proceso de formación profesional se inicie propiamente, es fundamental desarrollar tres acciones previas: • Elaboración de un estudio de las necesidades de las y los jóvenes, y de un estudio del mercado laboral, así como de las posibilidades para el autoempleo en la zona o territorio de influencia de los proyectos, con el fin de empatar la oferta, las demandas de las personas jóvenes y el mercado laboral. Lo anterior
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• Elaboración de un diagnóstico y evaluación de cada persona joven que participará en el programa con el fin de establecer las dimensiones y características de la situación específica que vive y de elaborar un plan para cada persona. En este diagnóstico se debe recopilar información sobre los siguientes aspectos: - - - - -
Estado físico y emocional. Necesidades básicas. Nivel y condición educativa. Situación laboral actual. Identificación de situación familiar.
Con base en la información recopilada, se deben explorar las alternativas disponibles y se debe establecer un plan para cada persona, según las necesidades detectadas (reinserción en el sistema educativo formal, reforzamiento escolar, atención en salud, ingreso a programa de formación profesional, etc.) • Implementación de un proceso de fortalecimiento personal y empoderamiento. Es importante tener en cuenta que dadas las características particulares de esta población y las condiciones de exclusión social en las que han vivido, el primer paso de cualquier estrategia de capacitación y formación laboral debe ser un proceso de fortalecimiento personal y empoderamiento. Este debe ser entendido como el primer módulo del programa de capacitación y formación laboral, y debe ser desarrollado de forma paralela a los procesos de reinserción escolar y reforzamiento educativo. Este componente se concibe como un sistema que garantizará mejores resultados en el proceso de formación laboral. Una parte fundamental de este componente es el que sea impartido por personal sensibilizado y capacitado, que asegure la integralidad del mismo y que tome en cuenta las características particulares de las personas involucradas. El fin
V. Lineamientos último de este proceso es facilitar un espacio para la construcción de un proyecto de vida que trascienda el trabajo peligroso como única y exclusiva opción. Los ejes temáticos propuestos para este componente deberán incluir actividades dirigidas al reforzamiento personal en tres niveles: cognoscitivo, afectivo y de comportamiento. El proceso de intervención especializada para el fortalecimiento personal y empoderamiento está planteado para tener una duración aproximada de doce a quince encuentros (sesiones). Algunos de los elementos planteados para este componente son: - Refuerzo de la autoestima, la autoimagen, el auto concepto y la capacidad de verse como sujetos de derechos. - Refuerzo de la capacidad para tomar decisiones y resolver problemas. - Liderazgo. - Iniciativa. - Relaciones equitativas de género. - Fijación de la atención. - Derechos y deberes ciudadanos. - Respeto a las normas sociales y adecuación de su presentación personal. - Formación para la constitución de redes de apoyo conformadas por los mismos jóvenes. - Orientación vocacional enfocada a la toma de decisiones sobre el futuro laboral.13
13 La orientación vocacional u orientación para la carrera se define como “los servicios y actividades dirigidos a asistir a los individuos a tomar decisiones en relación con su educación, su formación y sus opciones ocupacionales, y a manejar sus carreras de la forma más adecuada y satisfactoria” (Hansen, 2006).
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PASOS PARA GARANTIZAR UN PROCESO DE FORMACIÓN PROFESIONAL EXITOSO PARA PERSONAS JÓVENES EXTRABAJADORAS
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5.3.2 Características de la capacitación y la formación profesional Una característica importante de cualquier proceso de capacitación y formación es que este no debe llevar a crear oportunidades de segunda clase que no conducen a mejorar la empleabilidad, lo cual produce mayor frustración y desengaño en la población meta. Actualmente, muchas opciones de formación laboral, sobre todo las existentes en los países más pobres, como los centroamericanos, están orientadas a ocupaciones definidas de forma demasiado rígida y se concentran en desarrollar unas destrezas técnicas muy limitadas. Lo anterior es sumamente problemático en una época en que existen enormes cambios en las necesidades de los empleadores. Desde esa perspectiva, es necesario desarrollar nuevos modelos de formación vocacional con el fin de no perpetuar la práctica de ofrecer entrenamiento en oficios o destrezas para los que existe una demanda limitada. Asimismo, es fundamental conectar los procesos de formación profesional con las necesidades de los empleadores para que esta formación responda a esas necesidades, sea relevante y de forma fehaciente ayude aumentar la empleabilidad de las personas jóvenes. Esto permitirá ofrecer a los y las participantes alternativas vocacionales mucho más viables en cuanto a los perfiles y habilidades que se necesitan para el empleo. También es de suma importancia el no repetir y perpetuar los estereotipos de género, ofreciéndoles a las mujeres oportunidades de formación que se alejen de las tareas tradicionalmente femeninas.
• Una que prepare a las personas para el empleo formal. En este caso se debe proporcionar a las personas jóvenes no solo con las destrezas y herramientas tradicionales, sino con otras que le permitan adaptarse a las cambiantes condiciones del mercado de trabajo formalizado (más adelante se detallan las destrezas necesarias para la incorporación al mercado de trabajo formal).
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Los procesos de formación profesional deben ser preferiblemente certificados, de duración adecuada para una buena capacitación para el desempeño laboral y deben tener dos salidas:
• Otra para el desarrollo de microemprendimientos. Para las personas que tienen habilidades e interés en formar sus propios negocios, se debe proporcionar herramientas para la planificación, administración y gestión, elaboración de presupuestos, producción, mercadeo, atención a la clientela y otras que les permitan llevar adelante sus negocios o microemprendimientos de forma exitosa. Es importante ofrecer estas opciones ya que no todas las personas tienen las capacidades para formar microempresas exitosas. Además, esta última salida fomenta la incorporación en el sector informal, el que generalmente ofrece empleos de menor calidad y expuestos a mayores condiciones de inseguridad y de falta de protección social. Desde esa perspectiva, es importante tomar en cuenta los deseos e intereses de las personas jóvenes, así como brindarles consejería e información para que puedan ubicarse en la salida más adecuada para ellos o ellas. Estas salidas no deben interpretarse como separadas, sino que son complementarias y deben ofrecerse de forma interrelacionada. Diversos estudios realizados en muchas partes del mundo han demostrado que el llamado sistema dual es el más efectivo para mejorar la empleabilidad de las personas jóvenes (Axmann, 2004; Brewer, 2004; International Labour Conference, 2005). Este es el sistema que combina el aprendizaje en el trabajo con la formación y tiene las siguientes características:
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una persona-recurso con disposición para colaborar con el proceso.
• Se enfatiza el contenido práctico de la formación y las metodologías de “aprender haciendo.” • Si bien no se descuida la formación en el aula, se trata de ser innovador y de no repetir el ambiente de un aula convencional. • Se trata de garantizar la obtención de herramientas prácticas, en los propios centros de trabajo, que les proporcionan a las personas jóvenes no solo mayor seguridad, sino mayores destrezas para enfrentarse al mundo del empleo. • Las evaluaciones están basadas en los progresos individuales y existe el otorgamiento de incentivos por el buen progreso personal. Este sistema ha demostrado ser el más efectivo porque las recientes investigaciones acerca de los ciclos del aprendizaje vocacional han indicado que los procesos de formación y de adquisición de las destrezas prácticas no deben estar separados (Axmann, 2004). Más bien, deben ser organizados en un proceso de aprendizaje conjunto, con el fin de que los intereses de las personas que participan del proceso puedan ser desarrollados y satisfechos de forma continua. Por eso, los procesos de entrenamiento deben desarrollarse tanto en los centros de formación como en las empresas o centros de trabajo de manera simultánea. Hay experiencias exitosas en varios lugares del mundo, incluyendo los propios territorios de influencia del proyecto, que demuestran que las personas jóvenes también pueden desarrollar de manera exitosa sus experiencias de aprendizaje en talleres familiares o comunitarios. Es decir, la definición de centro de trabajo en esta modalidad es amplia y solamente se requiere de un espacio para la formación práctica y de
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El requisito fundamental para establecer un sistema dual es que exista coordinación y convenios con diferentes empresas, instituciones o centros de trabajo con el fin de que reciban a los y las estudiantes, y que se comprometan a respetar las reglas del juego de su proceso de formación. En particular, deben existir procesos definidos y supervisados para evitar la explotación de las y los jóvenes. En algunos países incluso se ha puesto en práctica la firma de contratos de aprendizaje con el objetivo de regular las condiciones de trabajo, tales como, tiempos, horas, pagos y derechos laborales. Además de lo planteado, los criterios que debe seguir una buena práctica de formación profesional son: o Innovación: posee características para abordar los puntos débiles de otras prácticas de formación en relación con los jóvenes vulnerables y apela al interés de todas las partes interesadas. o Factibilidad: puede ejecutarse realmente porque existe suficiente apoyo, financiamientos y capacidades para hacerlo. o Consciencia de las diferencias entre los sexos: toma en consideración los intereses y necesidades diferenciadas de ambos sexos para no perpetuar la inequidad de género. o Adecuación: la práctica es coherente con las necesidades señaladas por los jóvenes de ambos sexos y se emplea un enfoque basado en el consenso. Además, responde a los intereses y deseos de los participantes y demás actores relevantes. o Pertinencia: la práctica contribuye directa o indirectamente a satisfacer las necesidades del mercado y las demandas de los y las participantes.14 En algunos países, además, se está implementando un nuevo enfoque en la formación vocacional
14 Tomado y adaptado de Brewer, Laura. 2005. Jóvenes en situación de riesgo: la función del desarrollo de calificaciones como vía para facilitar la incorporación al mundo del trabajo. Ginebra, OIT.
denominado “aprendizaje reflexivo” (Axmann, 2004). Este enfoque se basa en procesos de aprendizaje que sean relevantes para los participantes, según sus necesidades y condiciones, y trata de estimular y promover el trabajo grupal y el desarrollo de estrategias de aprendizaje que llevan a resultados concretos, los que pueden ser fácilmente evaluados. Así, se desarrollan nuevas formas de aprender y nuevas estrategias para la evaluación y la calificación de los resultados. En ese sentido, es importante promover cambios en los sistemas e instituciones de formación vocacional con el objetivo de que los y las instructoras cada vez se conviertan más en moderadores y facilitadores de los procesos de aprendizaje colectivos y dejen de ser los maestros tradicionales que solo dispensan información. En los sistemas modernos de formación vocacional las capacidades de los instructores para ser verdaderos facilitadores y entrenadores pueden pesar más que sus conocimientos técnicos, ya que lo determinante es poner énfasis en desarrollar las capacidades de las personas de “aprender a aprender.” Aunado a lo anterior, también debe existir, de forma paralela y como parte de los procesos de formación integral, una serie de otros elementos. Esto debido a que según la OIT, los individuos son más empleables cuando tienen una educación y entrenamiento integral, un conjunto de habilidades que incluyen el trabajo en equipo, la resolución de problemas, los conocimientos tecnológicos básicos y rudimentos de otros idiomas. Además, es importante que las personas tengan habilidades para aprender y destrezas para protegerse a sí mismos y a sus compañeros de los riesgos y accidentes ocupacionales, así como conocimiento de sus derechos laborales (ILO, 2004). Por esas razones, como parte de estos procesos, también se debe ofrecer a las personas jóvenes lo siguiente:
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• Formación sobre el mercado laboral. Es importante que todos los y las participantes de los procesos de formación profesional tengan conciencia de lo que el mercado laboral ofrece y necesita. Esto les ayudará en la escogencia de una carrera que les garantice un empleo digno al concluir el proceso de formación. Para lograr esto se puede coordinar con las instancias que hacen estudios y capacitaciones sobre el mercado laboral, ya sean del estado o de las organizaciones empresariales y de comercio. Es importante destacar que el contenido y lenguaje de estos cursos deben estar adecuado al nivel educativo y comprensivo de los y las participantes para lograr el resultado esperado. • Orientación para la búsqueda de empleo. Este es uno de los elementos complementarios más importantes que se deben ofrecer, ya que del desarrollo de las habilidades necesarias para orientarse así mismos durante el periodo de búsqueda dependerá la obtención de un empleo. Se debe poner un especial énfasis en el dónde, el qué y el cómo buscar un empleo y desarrollar habilidades de administración de los recursos personales disponibles para poder hacer un uso planificado y adecuado de ellos. Además, se les debe proporcionar toda la información en cuanto a organizaciones u oficinas que les pueden dar apoyo y ofrecer servicios técnicos, de orientación o de bancos de datos de empleos disponibles. La coordinación con las oficinas locales o nacionales de empleo es fundamental para esta actividad. • Motivación y valoración del trabajo decente. Para los y las participantes de los procesos de capacitación es vital ver, entender e interiorizar que el trabajo puede realizarse en condiciones de seguridad y protección, y sin que perjudique su desarrollo integral. Por eso, se debe fomentar, a través de procesos creativos, el desarrollo de un proyecto de vida que implique el respeto de sus derechos universales y específicos como personas y como trabajadores. Esto se puede desarrollar como una visión de continuidad de los procesos de fortalecimiento personal y empoderamiento,
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reforzando lo que ya aprendieron, pero centrándose en la valoración del trabajo decente. • Habilidades asociadas al desempeño laboral. Algunas de las habilidades que los jóvenes podrían necesitar en el desempeño laboral son la disciplina, la puntualidad, el trabajo en equipo, las habilidades verbales para expresar lo que piensan en un marco de respeto y tolerancia hacia las y los otros, así como para seguir instrucciones, la responsabilidad y la planificación del tiempo. • Planificación de las tareas. Para desarrollar habilidades para la planificación es necesario guiar a las personas para que desarrollen el pensamiento lógico necesario para ejecutar en un cierto orden y con eficiencia las actividades que se desean realizar. Es importante que las personas sepan el “cómo se hace”, el “por qué” y el “para qué.” Es decir, para poder planear y ver los resultados de la planificación realizada. Además, se debe buscar que los participantes tomen conciencia de lo importante del uso de su tiempo y la buena distribución del mismo, así como de los beneficios que podrían obtener en la vida cotidiana al aplicar estos principios. • Capacidad de solución de problemas. Este es uno de los componentes a los que más se le debe poner atención ya que para los empleadores es una característica muy apetecida. Para desarrollar, fomentar y fortalecer la capacidad de resolver problemas de forma ordenada, clara y oportuna es de suma importancia tomar en consideración las fortalezas con las que cuentan los y las jóvenes para que puedan ponerlas en práctica y se sientan cómodos usándolas.
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• Habilidades sociales necesarias para conseguir y conservar un trabajo. Se debe preparar a los y las jóvenes de forma que sus habilidades se vean fortalecidas, en especial las verbales, el desarrollo atencional, las actitudes corporales y la presentación personal dado que a la hora de buscar empleo necesitan tener los recursos necesarios para presentarse y venderse ante el o la contratante potencial. Asimismo, todas las habilidades de desempeño personal y laboral discutidas arriba son fundamentales para conservar un empleo. • Capacidad de adaptación al medio laboral. Para las personas, en general, los cambios implican un proceso de adaptación y para los y las jóvenes el salto del trabajo peligroso al proceso de formación y de ahí al empleo pueden ser problemáticos si no se les prepara de forma adecuada. En ese sentido, las pasantías profesionales se convierten en una herramienta valiosa de transición y unión entre los dos mundos. • Capacidad de trabajo en equipo. Se debe proporcionar a los y las jóvenes la oportunidad de hacer actividades en conjunto que les permitan ensayar y ejercer el trabajo en equipo con resultados concretos. Por otra parte, es importante que dentro de este proceso se busque la consolidación de liderazgos inclusivos y diversos, que fortalezcan y tomen en cuenta las capacidades de los miembros del grupo. • Elaboración del currículo vitae. Este elemento es de suma importancia ya que el saber presentar las habilidades con las que cuentan los y las jóvenes es una herramienta trascendental al momento de solicitar un trabajo. • Salud y seguridad ocupacional. Los programas de salud y seguridad ocupacional juegan un papel importante como parte de las destrezas que todo trabajador o trabajadora debe tener. Esto no solamente será de gran ayuda para su propia protección, sino que les aumenta la empleabilidad y les permite actuar de forma acertada en
eventuales emergencias e incluso brindar protección a sus compañeros y compañeras. • Nociones sobre manejo integrado y sustentable de los desechos. Dado que muchas de estas personas jóvenes han estado en contacto o continúan estándolo con la basura, es importante que tengan nociones básicas del manejo integrado y sustentable de los desechos. Eventualmente, estas nociones pueden ser de gran utilidad para las personas que quieran formar o participar en las cooperativas de reciclaje o en otros emprendimientos relacionados con el manejo de los desechos.
Formación básica en idiomas y nuevas tecnologías. Está demostrado que la empleabilidad de las personas en los nuevos mercados de trabajo aumenta considerablemente si poseen conocimientos básicos de otros idiomas, fundamentalmente del inglés, así como del uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación.
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• Derechos laborales y mecanismos de exigibilidad. Es importante que cualquier persona que se prepara para ingresar al mundo del trabajo tenga claridad sobre sus derechos y deberes laborales, lo que plantean las convenciones internacionales y las leyes nacionales en ese respecto, así como sobre los mecanismos de exigibilidad de los derechos.
Elementos Comunes que tienen los Programas Exitosos de Formación Vocacional, según la OIT (Axmann, 2004) • Uso de técnicas de aprendizaje “reflexivas” como una vía de enfrentarse a los nuevos retos del mundo de trabajo. • Enfoques que parten de la participación directa de las empresas o instituciones en los procesos de formación vocacional. • Utilización del sistema “dual” que combina la formación con las prácticas en los centros de trabajo. • Utilización de nuevos métodos de entrenamiento para maestros e instructores con el fin de revitalizar los esquemas formativos. • Re-diseño de la curricula de los procesos de entrenamiento laboral para hacerlos más relevantes y con mayores capacidades de potenciar la empleabilidad. • Énfasis en destrezas claves, tales como: trabajo en equipo, solución de problemas, manejo de las técnicas de gestión empresarial y desarrollo de habilidades para “aprender a aprender”. • Diseño de espacios de aprendizaje para promover la educación continua y la educación para la vida. • Participación de estructuras tripartitas (estado-empresarios-organizaciones sindicales) en la administración de los nuevos modelos.
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así como herramientas de la motivación para el estudio. Es importante adecuar espacios, en los propios centros de capacitación o en otros lugares de la comunidad, con el fin que puedan servir como centros de estudio o bibliotecas para los y las jóvenes para compensar las condiciones sociales o materiales adversas que puedan existir en sus hogares y que no les permiten estudiar o hacer tareas.
5.4 Componente 4: Servicios adicionales que complementan los procesos de capacitación y formación ocupacional Además de los servicios de formación laboral, con el fin de obtener resultados exitosos, a las y los jóvenes se les debe ofrecer una serie de otros servicios que incorporan, al menos, los siguientes elementos: • Subsidios de transporte, alimentación y estipendios básicos. Esto con el objetivo de facilitar la asistencia y permanencia de los y las participantes en los programas, teniendo en cuenta que las duras condiciones sociales y materiales de los y las jóvenes no les permitirán finalizar los programas si no cuentan con estos apoyos. Los subsidios ofrecidos deben ser entregados a tiempo y compensar, al menos, el haber dejado el trabajo. • Servicios de apoyo educativo. Preferiblemente de reincorporación al sistema educativo formal cuando sea necesario para los mayores de 14 años y para todos los niños y niñas menores de 14 años. En caso de que esto no sea posible, se deben garantizar las condiciones para el ingreso a los sistemas educativos a distancia o abiertos para aquellos que no hayan completado la educación primaria. El ideal sería que todos los niños, niñas y adolescentes puedan continuar sus estudios formales y concluir su educación básica e incluso la secundaria. En todos los casos, incluyendo a las personas que ingresan directamente a la formación profesional, se deben diseñar estrategias de acompañamiento y apoyo psico-socio-educativo,
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•
Servicios de intermediación laboral. Por medio de la creación y apoyo a las oficinas locales de empleo para que puedan efectuar diagnósticos de las necesidades de las empresas, mantener bases de datos tanto de las ofertas de empleo como de las personas disponibles y facilitar el contacto entre las empresas y los jóvenes que han sido formados. Estas oficinas también deberían garantizar los instrumentos y el apoyo institucional para la protección y defensa de sus derechos laborales. Asimismo, desde estos espacios se pueden gestionar y activar fondos para capitales semilla y emprendimientos de las personas jóvenes.
• Servicios básicos de salud. Se debe ofrecer educación en salud, atención médica y referencia a centros de salud para problemas particulares que puedan sufrir las personas jóvenes, incluyendo problemas de alcohol y drogas. Asimismo, se debe proveer información y servicios dirigidos a garantizar los derechos reproductivos y derechos sexuales de los y las participantes, según su condición de desarrollo, así como garantizar la atención prenatal para las embarazadas. Como parte de los servicios de atención en salud, se deben garantizar, al menos, los siguientes elementos: - Información sobre autocuidado y prevención de conductas riesgosas en lenguaje claro y apropiado. - Servicios de revisión y control médico y odontológico. - Acceso a medicamentos, si así se requiere. - Educación para la sexualidad e información y acceso a métodos anticonceptivos seguros. - Salud ocupacional y medidas de seguridad en el empleo.
• Guarderías para jóvenes madres y padres. Muchas de estas personas ya han emprendido una vida familiar y son responsables de sus propios hijos o hijas o de otras personas menores de edad de sus familias. En ese sentido, el no contar con servicios adecuados de guardería puede imposibilitar que muchos de ellos, pero principalmente de ellas, puedan asumir compromisos como los que se requiere en un proceso de formación laboral. En ese sentido, es importante establecer coordinaciones con diferentes instancias locales con el fin de facilitar espacios y servicios de guardería para padres y madres mientras que asisten a los procesos de capacitación, educación y formación laboral. • Recreación y actividades lúdicas, deportivas y artísticas. Es fundamental garantizarles a las personas jóvenes su derecho a la recreación y al esparcimiento. Además, está demostrado que las actividades deportivas, lúdicas y artísticas ayudan al buen desempeño educativo ya que estimulan la creatividad, la abstracción, las habilidades manuales y las destrezas sociales. Como parte de estas actividades se pueden crear espacios para las actividades artísticas, tales como la poesía, la música, la pintura, el teatro y el baile. Asimismo, es importante que las personas jóvenes puedan realizar visitas a espacios como los museos, centros culturales, teatros, parques de diversiones y otros, cuando sea posible. Con el fin de lograr un desarrollo integral de esta población es también fundamental la práctica de algunas actividades deportivas. • Atención psico-social. Es importante garantizarle a las personas jóvenes espacios individuales y colectivos para que puedan recuperarse
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de los problemas enfrentados en su historia personal, tales como abuso sexual, maltrato, violencia intrafamiliar, embarazo adolescente, explotación sexual comercial y otras formas de violencia. Asimismo, estos espacios sirven para el acompañamiento, el desahogo y para sentir que tienen el apoyo de personas que se preocupan por ellos o ellas. Como parte de un proceso de atención psicosocial integral y para garantizar la salud mental de esta población es necesario también desarrollar estrategias para enfrentar los problemas relacionados con las adicciones a las sustancias psicotrópicas. • Formación de redes de apoyo o asociaciones conformadas por las mismas personas jóvenes. El intercambio mutuo, el compañerismo, la amistad y el sentido de pertenencia contribuyen a romper el ciclo de exclusión y aislamiento en que generalmente se encuentra esta población. Esto también contribuye a que las personas jóvenes mejoren la percepción de sí mismos, lo que aumenta sus posibilidades de mejorar la situación que viven. Por medio de estas redes también se puede conformar un grupo de promotores juveniles para que acompañen y faciliten los procesos de capacitación y formación. Estas redes de apoyo pueden ser el inicio para la creación de asociaciones de ayuda mutua o hasta la organización de movimientos sociales constituidos por esta población, así como para la formación de líderes que luego pueden jugar un papel protagónico en las acciones de incidencia política. • Articulación del trabajo de los programas de capacitación y formación laboral con las redes institucionales comunitarias. Esto favorece el éxito de los programas y los hace más sostenibles al distribuir las responsabilidades de prevención, atención y seguimiento a las personas jóvenes. Asimismo, la articulación con los espacios comunitarios crea mayores niveles de participación y responsabilidad en la comunidad y facilita que esta se apropie del proceso.
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de conceptos y criterios se hará desde los enfoques de derechos, de género, del ciclo de vida, contextual y sistémico. • El fortalecimiento de las herramientas teóricas y metodológicas para la adecuada atención del trabajo peligroso en espacios urbanos y de sus consecuencias sobre el desempleo juvenil.
• Fomento de la creación de cooperativas y otras formas de organización colectiva para el manejo de la basura. Este tipo de intervenciones crea oportunidades de empleo decente para los y las jóvenes extrabajadores infantiles mayores de 18 años dentro de sus propias comunidades, en labores con las que están familiarizados, solo que bajo condiciones de seguridad e higiene laboral, con mayores oportunidades de desarrollo y con capacidad de ejercer sus derechos ciudadanos. En general, es importante apoyar y dar seguimiento técnico a la creación de microempresas juveniles de diferente naturaleza, que podrían ofrecer oportunidades de organización y empleo de calidad para esta población.
5.5 Componente 5: Capacitación a las personas encargadas de estos procesos La calidad de la atención en materia de formación profesional a esta población se hace posible utilizando un plan de capacitación estructurado que brinde herramientas para enfrentar el problema del trabajo infantil y el empleo juvenil. Este componente contempla el desarrollo de procesos de capacitación dirigidos a las personas encargadas de implementar el modelo, con el propósito de sensibilizar sobre el problema, promover el respeto a los derechos de esta población y homologar los criterios técnicos básicos para el cumplimiento de los objetivos del modelo. Este proceso de capacitación permitirá: • La construcción de un “lenguaje conceptual común” entre todas las personas que participarán en la implementación del modelo. Esta unificación
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• Fortalecimiento del trabajo en equipo a nivel institucional, interinstitucional, intersectorial y comunitario. • El impulso para la creación de redes comunitarias que contribuyan a promover oportunidades de fortalecimiento personal y social de las personas jóvenes. El programa de capacitación deberá contener ejes temáticos relacionados con lo siguiente: • Conceptualización del trabajo infantil peligroso. • Características del trabajo infantil en la basura, mercados y otros espacios urbanos peligrosos. • Relaciones de género y discriminación. • Mitos, actitudes, prejuicios y estereotipos en torno al trabajo infantil en la basura y otros espacios urbanos peligrosos. • Peligros y factores de riesgos ocupacionales en el trabajo infantil peligroso. • Consecuencias del trabajo infantil en el desempleo juvenil. • Herramientas para el trabajo con personas jóvenes. • Manejo de situaciones especiales como el alcohol, las drogas y las diferentes manifestaciones de la violencia. • Normas y procedimientos necesarios para la atención integral del problema. • Monitoreo, seguimiento y sistematización de las experiencias. • Evaluación de la calidad de los servicios de capacitación y formación profesional y los complementarios.
Todo modelo de atención debe desarrollar mecanismos de monitoreo y seguimiento que permitan garantizar un proceso sostenible de retiro del trabajo peligroso, así como una formación profesional de las personas jóvenes con acompañamiento continuo. El objetivo principal es registrar de forma sistemática la información sobre la población meta. Esto implica la construcción de un sistema de información configurado como una red intersectorial e interinstitucional. El monitoreo y el seguimiento, como parte esencial del proceso de implementación de un modelo de atención para mejorar la empleabilidad de las personas jóvenes, tiene las siguientes finalidades: • Registrar de forma continua la información sobre la población meta. • Verificar que las personas jóvenes detectadas continúen en los procesos de capacitación y formación. • Asegurar la eficacia y eficiencia de la implementación del modelo. • Detectar de forma oportuna las dificultades en la implementación del modelo. • Priorizar actividades y acciones en la población más vulnerable. • Proporcionar información para reorientar o consolidar las acciones del modelo. • Contar con información relevante para evaluar los diferentes componentes del modelo. Con el objetivo de cumplir con las finalidades del monitoreo y seguimiento se requiere lo siguiente:
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5.6 Componente 6: Monitoreo y seguimiento
• La construcción de un sistema de indicadores para valorar el cumplimiento de las responsabilidades institucionales, diseñado y aplicado con la participación de todos los sectores involucrados. • Diseño de indicadores precisos para definir, entre otras cosas, los servicios prestados a las personas jóvenes y su efectividad. • El diseño de procedimientos administrativos de seguimiento. • Identificación de recursos de apoyo. • Diseño de procedimientos de transferencia de información interinstitucional. Es importante recordar que un indicador es una medida cualitativa o cuantitativa usada para monitorear los avances en la consecución de las metas u objetivos planteados. En este caso, el sistema de indicadores cuantitativos debe contener información específica en, al menos, las siguientes áreas:
Prevención:
• Número y tipo de funcionarios y personas de los territorios de influencia y organizaciones sensibilizados y capacitados en la temática. • Número y tipo de actividades de capacitación y sensibilización desarrolladas. • Número de declaraciones públicas de figuras importantes contra el trabajo infantil en basureros, mercados y otras actividades urbanas peligrosas. • Número de noticias o programas noticiosos sobre la temática. • Número de maestros, maestras y personal educativo sensibilizado y colaborando en las tareas de prevención y detección. • Número de niños y niñas prevenidos y que se mantienen en el sistema educativo, por género y rangos de edad. • Número de niños y niñas participantes en los clubes de derechos, por género y rangos de edad. • Número y tipo de instituciones que brindan servicios de forma articulada o participan en las redes comunitarias territoriales. • Número de familias fortalecidas y conectadas a actividades de generación de ingresos. • Número de mujeres de las familias
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• Número de personas jóvenes capacitadas que inician su propio negocio o microemprendimiento, por género. • Número de personas jóvenes que después de 6 meses de haber finalizado la formación profesional se encuentran en un trabajo decente, por género.
participantes a las que se les facilitó procesos de formación y de generación de ingresos. • Número y tipo de acciones de incidencia política desarrolladas. • Resultados concretos de las actividades de incidencia (ordenanzas municipales, decretos ejecutivos, políticas públicas, etc.)
Identificación y Detección:
• Número de niños, niñas y adolescentes en trabajo urbano peligroso identificadas, por género y rangos de edad.
Atención:
• Número de personas jóvenes atendidas en el programa de acción en los servicios de educación, proceso de fortalecimiento personal y empoderamiento, formación profesional y servicios complementarios, por género y rangos de edad. • Número y tipo de consultas realizadas a los y las participantes en las diferentes etapas del proceso. • Número de niñas, niños y personas jóvenes participantes que finalizan la educación primaria o secundaria, por género y rango de edad. • Número de niños, niñas y personas jóvenes referidas a otras instituciones, por género, rangos de edad y servicios provistos. • Número de personas jóvenes que finalizan los procesos de formación profesional, por género y ocupación en la que se graduaron. • Número de personas jóvenes atendidas en las oficinas municipales de empleo. • Número de personas jóvenes capacitadas que consiguen trabajo en sus áreas de formación, por género.
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A estos indicadores cuantitativos hay que adicionar otros de carácter más cualitativo que permiten tener una visión de proceso y de valoración cualitativa del modelo de atención para promover el trabajo decente en personas jóvenes extrabajadoras infantiles. Lo anterior porque los indicadores deben ser sensibles y reflejar las percepciones y perspectivas de las personas cuyas experiencias intentamos medir. Algunos de los indicadores cualitativos que se pueden usar son los siguientes: • Valoración por parte de las personas jóvenes de los servicios recibidos, por género y rango de edad. • Procesos de cambio en las personas jóvenes, tales como: a) mayor capacidad de tomar iniciativas para enfrentar las situaciones de explotación; b) proactividad frente a la solución de problemas y conflictos, c) mayor capacidad para asumir nuevos retos frente al mercado laboral; d) cambios detectados en su autoimagen, en su apariencia personal, en sus conductas y en su capacidad para visualizar un proyecto de vida alternativo. • Valoración por parte de las familias participantes del proceso y de los servicios recibidos, por género y edad. • Valoración por parte de los miembros de la comunidad y del personal de las instituciones involucradas del modelo de atención y de las acciones realizadas. • Cambios en la legislación local, nacional o en las políticas públicas en relación con el trabajo infantil en basuras, mercados u otros espacios urbanos peligrosos , sobre la generación de empleo decente o sobre el manejo sustentable de los desechos sólidos.
5.7 Componente 7: Sistematización y evaluación Cualquier modelo de atención requiere de un proceso de documentación y seguimiento sistemáticos, de manera que al finalizar la intervención se pueda contar con un documento que describa y analice críticamente el proceso de implementación y que proporcione elementos para mejorar la efectividad de los modelos de intervención. La sistematización incluye la recolección de información, la descripción del proceso y el análisis de los diversos momentos de trabajo. La calidad de la información recopilada garantizará posteriormente una evaluación acertada del proceso. La sistematización y la evaluación, como partes esenciales del proceso de implementación de un modelo de atención, tienen las siguientes finalidades:
• Identificar el estado de los procesos y pronosticar sus tendencias, con el fin de mejorar la toma de decisiones. • Identificar dificultades, deficiencias y limitaciones. • Ofrecer oportunidades para aprender de la experiencia. • Obtener información sistemática para la toma de decisiones. • Orientar futuras acciones para enfrentar el problema del trabajo infantil en espacios urbanos peligrosos y para proponer soluciones tendientes a mejorar el acceso al empleo decente de los y las jóvenes extrabajadores.
• Descripción de la propuesta: enfoque, objetivos y principales estrategias. • Descripción y diagnóstico de la población meta. • Abordaje metodológico del proyecto, incluyendo los procedimientos e instrumentos utilizados para el registro de la información. • Resultados de la intervención en todos los niveles, basada en el cumplimento de metas y objetivos. • Factores que facilitaron u obstaculizaron el proceso. • Recomendaciones y lecciones aprendidas.
V. Lineamientos
Cualquierprocesodesistematizacióndebeincluir,almenos, los siguientes elementos (Sagot y Cheng Lo, 2005):
Por su parte, la evaluación implica una emisión de juicios sobre el trabajo realizado y, a la vez, un proceso de investigación. En principio, la evaluación es sinónima de apreciación, estimación o valoración y se asocia con la comprobación del logro de los objetivos previstos y con la posibilidad de introducir cambios y ajustes en los procesos realizados. La evaluación pretende analizar, en forma global, los logros, dificultades o limitaciones, tanto de las personas como de los procesos que se desarrollan, teniendo en cuenta las circunstancias que inciden en el cumplimiento de los objetivos propuestos. La evaluación de cualquier modelo atención o propuesta de intervención debe ser un proceso permanente, continuo y contemplar los impactos a corto, mediano y largo plazo. La evaluación del impacto debe incluir tanto aspectos objetivos como subjetivos de la situación, y la condición inicial y final de las personas jóvenes participantes. Asimismo, debe incorporar el análisis de los factores que apoyaron y que obstaculizaron el proceso, así como el impacto de las intervenciones en los territorios de influencia y en las propias instituciones que estuvieron involucradas. Finalmente, es importante destacar que la apertura de espacios de intercambio permanente entre los diferentes sectores involucrados en el proceso permitirá identificar las fortalezas y debilidades del modelo y desarrollar medidas efectivas para realizar las correcciones necesarias de forma oportuna.
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Consciencia de las diferencias entre los sexos:
capacidad de tomar en consideración los intereses y necesidades diferenciadas de ambos sexos para no perpetuar la inequidad de género. Garantía de derechos:
capacidad de proteger y garantizar los derechos de la niñez y la adolescencia, y de crear condiciones para garantizar el derecho al trabajo decente. Algunas categorías relevantes que podrían ser usadas para la evaluación de la aplicación del modelo son (Sagot y Ramellini, 2006, Brewer, 2005):
Empoderamiento:
capacidad de aplicación concreta de los enfoques en los que se basa el modelo.
posibilidad real de fortalecer la capacidad de niñas, niños y personas de jóvenes para tomar decisiones y cambiar sus perspectivas de vida, apropiarse de sus derechos y fortalecer su autoimagen y su seguridad personal.
Eficacia:
Cambios en la vida cotidiana: capacidad del modelo
Accesibilidad:
para modificar la situación particular de las personas jóvenes extrabajadoras infantiles, las conductas y visiones de sus familias y de la comunidad en general en relación con el trabajo infantil y el derecho a la educación.
Coherencia:
capacidad de alcanzar los objetivos que se propone. capacidad de atraer e incorporar a la población a la que se dirige, eliminando las barreras materiales, económicas, físicas y sociales que pudieran existir.
Articulación institucional: Amigabilidad:
capacidad de ser incorporado como parte de la vida cotidiana de las de las personas participantes y de las comunidades o territorios donde se implementa el modelo. Adecuación:
capacidad de ser coherente con las necesidades señaladas por los jóvenes de ambos sexos y de responder a los intereses y expectativas de los participantes. Voz y participación: capacidad del modelo de darle
voz y participación a las personas jóvenes, así como a la comunidad en general, en las diferentes etapas del proceso. Empleabilidad:
capacidad de incidir positivamente en la vida laboral de las personas jóvenes y de aumentar su empleabilidad y sus niveles de ocupación en empleos decentes. Innovación:
capacidad para introducir nuevas metodologías y enfoques, y de apelar al interés de todas las partes interesadas.
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capacidad del modelo para desarrollar sinergias y relaciones de cooperación interinstitucionales para su implementación. Eficiencia:
capacidad de utilizar los recursos materiales y humanos de la manera más apropiada para la ejecución pertinente del modelo. Pertinencia:
capacidad del modelo de contribuir directa o indirectamente a satisfacer las necesidades del mercado de trabajo, y las demandas de los y las participantes.
5.8 Conclusión: Sostenibilidad
Principios
de
Las acciones para mejorar la empleabilidad de las personas jóvenes extrabajadoras de la basura, mercados y de otras actividades peligrosas en espacios urbanos podrán alcanzar un impacto significativo cuando la atención de la problemática haya sido asumida de forma permanente por las diferentes instituciones
sociales. Desde esa perspectiva, el establecimiento de sinergias y relaciones de cooperación institucional es de fundamental importancia para atender las necesidades inmediatas de los y las jóvenes, así como para contribuir a erradicar los factores económicos y culturales que empujan a las personas menores de edad al trabajo de forma prematura (Sagot y Ramellini, 2006). En ese sentido, la sostenibilidad de un modelo de atención descansa en los siguientes principios:
• Construcción de alianzas y relaciones de cooperación entre las instituciones clave, incluyendo las instancias del estado, los centros de formación, las empresas y las organizaciones sindicales.
V. Lineamientos
• Ampliación de la oferta de formación vocacional con el fin de ofrecer más y mejores opciones profesionales, con mayor pertinencia y capacidad para aumentar la empleabilidad de las personas jóvenes.
• Creación de oficinas locales y nacionales de empleo encargadas de las tareas de intermediación laboral. • Promoción de procesos de institucionalización por parte del estado de los programas de atención integral para esta población.
• Refuerzo de la prevención del trabajo infantil en espacios urbanos peligrosos en todos los niveles.
• Conformación de redes territoriales de incidencia, prevención y monitoreo.
• Desarrollo de normas legales, locales y nacionales, y de políticas públicas para enfrentar la problemática, así como la asignación de recursos públicos para cumplir con las normas y políticas.
• Articulación de los programas de capacitación y formación con las instituciones públicas, sector privado y los diferentes actores locales.
• Producción de conocimientos sobre la problemática.
Desarrollo de estrategias integrales y de largo alcance para enfrentar los problemas del trabajo infantil y el desempleo juvenil.
• Desarrollo de políticas públicas para el fomento del empleo de calidad, en particular, políticas para el fomento del empleo decente de las personas jóvenes. • Formación de recursos humanos especializados en las tareas de prevención, protección y provisión de servicios educativos y de formación vocacional para esta población. • Aplicación de nuevas metodologías y herramientas teóricas y prácticas para la ejecución de los programas de capacitación y formación profesional que busquen el desarrollo de nuevas destrezas acordes con el desarrollo tecnológico y social, y con las cambiantes necesidades del mundo laboral.
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Bibliografía
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Anexos
Anexos ANEXO 1 LISTA DE PERSONAS ENTREVISTADAS Costa Rica Laura Addati, Coordinadora Sub-Regional Proyecto: “Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil en los Basureros de El Salvador, Guatemala y Honduras.”
Guatemala Miriam de Celada, Coordinadora Nacional del Proyecto, OIT-IPEC Mariela Bautista, Oficina Local de Empleo, Zona 3 María Sandoval, Ministerio de Trabajo Héctor Flores, Ministerio de Educación, Zona 3 Verónica Muralles de Toledo, INTECAP Elvia de Orizabal, INTECAP
Otoniel y Joel, estudiantes INTECAP Mayte Rodríguez, ISCOS-MAIS Emanuela D` Andolfo, ISCOS-MAIS Rosario Villagrán, Centro Educativo, Zona 3 Silvia, Bernardo, Susana, Juana. Julia, Cecilia, Leonel y Paola, Promotores Juveniles del Proyecto Onelia Roca, Municipalidad de la Ciudad de Guatemala
Honduras Dardo Justino Rodríguez, Coordinador Nacional del Proyecto, OIT-IPEC Carlos Larios, CARE Isabel Ferrufino, MOVIMONDO Socorro Cruz Avila, MOVIMONDO Dioni Gómez, COMISEGREHL Remigio Chávez, COMISEGREHL Leonel Ramos, Alcaldía Municipal
José Mencías, Junta Directiva, COMISEGREHL Cynthia Lagos, Junta Directiva COMISEGREHL Rolando Tábora, Escuela Técnica del Ejército Dinora Alcerro Benítez, Asociación RIMAS Carlos, Leslie, Dilcia, Norma, José Luis, Marcia, Cynthia, Leticia y Ana, jóvenes participantes en el proyecto José Trejo, Taller Trejo Jewel García, Hotel Escuela Madrid
El Salvador
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Cecilia Hernández, Coordinadora Nacional del Proyecto, OIT-IPEC Ingrid Díaz, PADECOMSM Mario Claros, PADECOMSM David Chávez, Ministerio de Trabajo Luis Mario Ramos, Academia Annie Liliana, Angélica, Glenda, Catherine, César, Karla, Rosibel, Luis Alberto, Milena y Luisa, jóvenes
participantes en el proyecto de capacitación (Proyecto Mercados) José, Reinaldo, José René, Tomás y Santos, grupo de jóvenes participantes en el proyecto (Uluazapa) Reyna Díaz, Municipalidad de Gotera José Candelario Joya, Municipalidad de Gotera Milagro Argueta, Municipalidad de Gotera Mayra, Idalia, Francisca y Glenda, jóvenes participantes en el proyecto (Gotera)
Anexos
ANEXO 2 GUÍAS DE ENTREVISTA UTILIZADAS
Guía de entrevista para coordinadores de Programas de Acción 1
¿Cuando se inició el programa de acción?
2. Antecedentes: ¿Por qué y cómo se inicia? ¿Con qué propósitos? Principales objetivos. Metas a alcanzar. ¿Cuáles son las principales acciones que se ejecutan? ¿Qué metodología se utiliza? ¿Quiénes participan en la implementación? 3. Principales logros obtenidos: ¿Cuáles son los resultados alcanzados? Reporte de metas cumplidas en relación con los y las jóvenes. 4. Principales dificultades que se han enfrentado: Situaciones externas e internas del proyecto, situación de las familias, situación particular de las y los jóvenes, situación del mercado de trabajo, de los posibles empleadores. 5. ¿Cuáles son las condiciones necesarias para tener éxito en un proyecto como este en relación con las personas jóvenes? Precauciones que hay que tener, limitaciones, advertencias, circunstancias a tomar en cuenta. 6. ¿Qué factores podrían facilitar el éxito del proyecto? 7.
¿Qué lecciones se han aprendido hasta el momento?
8. ¿Qué instrumentos se utilizan para el seguimiento de los y las jóvenes, quienes lo hacen, con que instrumentos, con que frecuencia? 9. ¿Qué relación cree UD. que existe entre el trabajo infantil y el desempleo o subempleo de los y las jóvenes? 10. ¿Ud. cree que las acciones del proyecto permiten o permitirán un retiro sostenible del trabajo peligroso de estos jóvenes? ¿Por qué?¿Cuáles son los indicadores? 11. ¿Cree que los programas de formación que se están ofreciendo permitirán una mejora en la empleabilidad de los y las jóvenes? ¿Por qué? 12. ¿Qué respuestas han obtenido por parte de los y las jóvenes? 13. ¿Qué respuestas por parte de las familias? 14. ¿Qué respuesta por parte de las instituciones públicas y de los empleadores? 15. ¿Cómo definiría Ud. el éxito con los y las jóvenes en un proyecto como éste?
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Guía de entrevista para autoridades sectoriales 1.
Relación de la institución con el proyecto.
2. ¿Quiénes participan directamente con el proyecto? 3. ¿Cuán pertinente o importante considera que es el proyecto? 4. ¿Considera que las acciones implementadas por el proyecto son eficaces para combatir el trabajo infantil en los basureros o mercados? Por qué? 5. ¿Qué opinión tienen de las acciones del proyecto dirigidas a capacitar y fomentar la empleabilidad de los y las jóvenes? 6. ¿Cuáles considera que son los principales logros del proyecto? 7.
¿Cuáles las principales dificultades?
8. ¿Cuáles son las políticas de su institución en relación con el trabajo infantil y en particular con el trabajo de personas menores de edad en los basureros o mercados? 9. ¿Cómo se podría mejorar la capacitación de los y las jóvenes y su inserción en un trabajo decente? 10.
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Sugerencias para enfrentar el problema del trabajo de personas menores de edad en los basureros o mercados.
1.1. ¿Cómo y cuando empezaron a trabajar?
Anexos
Guía de entrevista para personas jóvenes
1.2. ¿Tuvieron que dejar la escuela por el trabajo en algún momento? 1.3. ¿Que les parecía o les parece la escuela? 1.4. ¿Cómo entraron a este proyecto? Por qué entraron? 1.5. ¿Qué les parece este proyecto? 1.6. ¿Cómo cuántos de sus amigos, amigas o conocidos que trabajaban con ustedes están participando en este proyecto? 1.7. ¿Qué les parecen los temas (oficios) en los que están recibiendo capacitación? 1.8. ¿Quién escogió los temas? 1.9. ¿Quisieran capacitarse en otra cosa? 1.10. ¿Cuáles son los problemas que ustedes han tenido o tienen para poder estar aquí? 1.11. ¿De todas las cosas que les han dado, que les ha gustado más? 1.12. ¿Qué les ha ayudado más? Que valoran más? 1.13. ¿Que necesitarían para que la vida fuera más fácil para ustedes? 1.14. ¿Que dicen sus familias de que ustedes estén aquí? 1.15. ¿Cómo se imaginan la vida dentro de 10 años, que les gustaría ser?
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Guía de entrevista para empleadores 1.
Relación de su empresa con el proyecto
2. ¿Cómo conoció Ud. de la existencia de este proyecto? 3. ¿Cuán pertinente o importante considera que es el proyecto? 4. ¿Considera que las acciones implementadas por el proyecto son eficaces para combatir el trabajo infantil en los basureros o mercados? ¿Por qué? 5. ¿Qué opinión tienen de las acciones del proyecto dirigidas a capacitar y fomentar la empleabilidad de los y las jóvenes? 6. ¿Cuáles considera que son los principales logros del proyecto? 7.
¿Cuáles las principales dificultades?
8. ¿Cuáles son las políticas de su empresa para la contratación de personas jóvenes? ¿Qué requisitos se piden? 9. ¿Cómo se podría mejorar la capacitación de los y las jóvenes para insertarse en un buen trabajo? ¿Qué se necesita para eso? ¿Qué sugerencias tiene?
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Anexos
ANEXO 3 FICHA PARA EL REGISTRO, MONITOREO Y SEGUIMIENTO DE LAS PERSONAS JÓVENES Fecha del monitoreo: Período que abarca el monitoreo: Institución que realiza el monitoreo: Persona encargada del monitoreo: Fecha de ingreso al programa: Nombre de la persona participante: Edad: Sexo: Lugar de procedencia: Forma de contacto: Servicio
Acción
Realización del diagnóstico personal
• Situación laboral actual • Estado Físico • Estado emocional • Nivel y condición educativa • Situación familiar • Necesidades básicas
Educación formal Proceso de fortalecimiento personal y empoderamiento
¶ Ingreso o reingreso al sistema educativo ¶ Apoyo socio-económico ¶ Apoyo y reforzamiento educativo ¶ Espacio para estudio ¶ Participación en las sesiones (No. de sesiones a las que asistió) ¶ Temáticas tratadas
Formación profesional
Institución: • Curso o carrera a la que asiste • Certificable o no certificable • Modalidad de formación • Pasantía en empresa o institución • Formación para búsqueda exitosa de empleo
Servicios complementarios
¶ Subsidios, estipendios ¶ Apoyo educativo ¶ Intermediación laboral ¶ Servicios básicos de salud integral ¶ Servicios de guardería para madres y padres ¶ Actividades recreativas y deportivas ¶ Atención psicosocial ¶ Participación en redes o asociaciones juveniles
Resultado
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