Velia Salas Espinoza Profesora de Literatura En el Plantel 2 de la ENP Lourdes García Fernández Lilia del Carmen Serrano

La envidia: eje principal de algunas obras literarias Velia Salas Espinoza [email protected] Profesora de Literatura En el Plantel 2 de la ENP

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La envidia: eje principal de algunas obras literarias

Velia Salas Espinoza [email protected] Profesora de Literatura En el Plantel 2 de la ENP Lourdes García Fernández Lilia del Carmen Serrano La envidia entra por los ojos. Dante Alighieri

El Cristianismo la contempla como la raíz del pecado. Para la Filosofía es el origen del drama. La Literatura, al presentarla, combina lo anterior.

Desde tiempos inmemoriales el hombre se ha dejado llevar por sus pasiones, el amor y el odio dependen de sus ambiciones, virtudes y pecados; hemos d preguntarnos, ¿son intrínsecos al hombre? El objetivo principal de esta conferencia es analizar tres obras literarias. Un cuento de José Emilio Pacheco titulado La zarpa, una novela de Miguel de Unamuno que lleva por título Abel Sánchez y por último una obra de teatro de William Shakespeare titulada Otelo.

Elegimos estas obras por ser trabajos literarios representativos de las algunas de las debilidades humanas, en este caso la pasión o pecado llamado envidia; del mismo modo, creemos que es importante investigar los

puntos de vista que sobre esta cuestión tienen las siguientes disciplinas: la religión, la filosofía y obviamente la literatura.

En esta conferencia expondremos brevemente los conceptos que han utilizan para el estudio de la envidia, la religión y la filosofía enfocado como sentimiento de carácter universal. Posteriormente, la disertación se conducirá, principalmente a establecer semejanzas y diferencias entre las obras que hemos propuesto y cómo ha planteado la literatura el conflicto de la envidia. Las obras propuestas contienen un espiritualismo laico, de soledades concentradas, recluidas en sus celdas interiores. El Otro a quien se envidia es una ficción necesaria, para el monólogo dialogado del envidioso consigo mismo con su pasión. La envidia.

Mencionaremos en primer lugar al escritor José Emilio Pacheco por ser un autor mexicano, contemporáneo; después mencionaremos a Miguel de Unamuno, escritor español de la Generación del 98 y, por último, a William Shakespeare, autor inglés, representativo del Renacimiento.

Antes de emprender nuestro propósito, y para mayor conocimiento de los autores y las obras mencionadas anteriormente, se hará una breve semblanza de los mismos.

José Emilio Pacheco (México, 1939) Autor de Las batallas en el desierto, El viento distante y La sangre de Medusa, libros publicados en Biblioteca Era, a la que se incorporará también Morirás lejos y El principio del placer, ésta última recibió el premio Xavier Villaurrutia, en 1963 en el campo de la narrativa. El Principio del Placer reúne cinco cuentos y una novela corta (o cuento largo, en opinión de algunos críticos), la cual da título al libro. El tema “La zarpa” se presta para hacer diferentes interpretaciones, aunque algunos críticos han señalado ente cuento como fantástico, es notorio que tiene mucho de realidad, circunstancia y actualidad, pues se trata de examinar en las tres obras ya mencionadas, la envidia, sentimiento que no pasa de moda, no se constriñe al paso de tiempo o lugar, sobrevive a todas las épocas y solamente se acaba cuando los involucrados también lo hacen. Cuando dejan de existir. (Nótese que cada autor que se va a trabajar pertenece a una nacionalidad diferente y cronológicamente también

a

tiempos diferentes) Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864 - Salamanca, 1936) Escritor, poeta y filósofo español, principal exponente de la Generación del 98. Su narrativa progresó desde sus novelas primerizas: Paz en la guerra (1897), y Amor y pedagogía (1902), Niebla (1914), Abel Sánchez (1917), La tía Tula (1921). Abel Sánchez (1917), y sobre todo Tres novelas

ejemplares y un prólogo (1920), libro que ha sido considerado por algunos críticos como autobiográfico, si bien no tiene que ver con hechos de su vida, si con su biografía espiritual y su visión esencial de la realidad: con la afirmación de su identidad individual y la búsqueda de los elementos vinculantes que fundamentan las relaciones humanas. Miguel de Unamuno concibió la envidia como una pasión única, ontológica, metafísica. En su historia Abel Sánchez podemos ver las etapas del proceso de esa envidia total, dominante, estática, intemporal.

William Shakespeare (Stratford on Avon, Reino Unido, 1564-id., 1616) Dramaturgo y poeta inglés. Tercero de los ocho hijos de John Shakespeare, un acaudalado comerciante y político local, y Mary Arden, cuya familia había sufrido persecuciones religiosas derivadas de su confesión católica, poco o nada se sabe de la niñez y adolescencia de William Shakespeare. A partir de 1600, Shakespeare publica las grandes tragedias y las llamadas «comedias oscuras». Los grandes temas son tratados en las obras de este período con los acentos más ambiciosos, y sin embargo lo trágico surge siempre del detalle realista o del penetrante tratamiento psicológico del personaje, que induce al espectador a identificarse con él. Otelo, personaje “principal” de la obra que lleva el mismo nombre en realidad no lo es (nótense las comilla) el que desencadena toda la tragedia

es un personaje antagónico nombrado Yago, éste tiene sus razones para odiar al Moro que no le ha escogido como su ayudante militar. También sospecha que se acostó con Emilia, su mujer, que ha seducido a Desdémona y a otras mujeres. Yago es el envidioso que cela por naturaleza y como buen cobarde pasivo, capaz de actuar por sí mismo, infiltra a otro su envidia. Yago con mucha astucia y perfidia calculada despierta los celos de Otelo. Así, la pasión amarillenta engendra otra verdosa, turbia, más violenta. La envidia. (Recuérdese el dicho, “si la envidia es amarilla, los celos son verdes”)

Mencionaremos grosso modo algunas definiciones o conceptos sobre la envidia, eje principal de las obras a tratar en la conferencia. La Biblia nos dice que Caín Mató a Abel. ¿Cuál fue la razón? La envidia. Caín admira a su hermano porque los frutos que cosecha suben al Cielo, mientras el se consume trabajando la tierra. Ver día a día, hora a hora como disfruta Abel la dicha que Caín desea, esto despierta la envidia que le llevará al crimen. “Caín presentó al señor ofrendas de los frutos de la tierra. Ofreció asimismo Abel de los primerizos, y de lo mejor de ellos; el señor miró con agrado a Abel y a sus ofrendas. Pero de Caín y de las ofrendas suyas no hizo caso” Décimo mandamiento “No desearas los bienes ajenos. Exige que se destierre del corazón humano la envidia.” El profeta Natán, le contó al rey

David la historia del pobre que sólo poseía una oveja, a la que trataba como una hija; y del rico que a pesar de tener numerosos rebaños envidiaba al primero y acabó por robarle la cordera. Revisemos lo que dice Aristóteles sobre la envidia “llamo pasiones, al deseo, la cólera, el temor, la audacia, la envidia […] el celo por la justicia es el término medio entre la envidia y la alegría del mal ajeno […] El justiciero se aflige de que prosperen quienes no lo merecen, mientras que el envidioso, exagerando en esto, de todo se contrista” Ahora examinemos la opinión de Descartes “Lo que se llama comúnmente envidia es un vicio que consiste en una perversión de naturaleza, que hace que algunos se disgusten por el bien que ven que les ocurre a los demás […] La envidia, pues, considerándola como una pasión, es una especie de tristeza mezclada de odio, que viene […] un bien a quienes se considera que son indignos de él” Carlos Gurméndez opina sobre el tema lo siguiente: “la envidia es una pasión atormentada por la dualidad: odia con violencia, desea suprimir al otro y al mismo tiempo se preocupa, vela por él, no puede vivir sin su presencia” y por último el discernimiento de otro filósofo Spinoza Baruch “Esas afecciones del odio y las que se le asemejan, se reconcentran en la envidia, que no es otra cosa que el odio mismo en cuanto se le considera como disponiendo a un hombre a alegrarse del mal del otro, y a contristarse con su bien”

En pocas palabras, la envidia, según las definiciones presentadas. Es un sentimiento que destruye a quien lo padece.

La envidia en la literatura En la literatura, en todos sus géneros en donde centraremos nuestra atención, por la importancia que tiene para nuestro trabajo. Tradicionalmente, la envidia la vamos a encontrar en los primeros cuentos populares trasmitidos en forma oral y con carácter didáctico; ejemplo de éstos son los cuentos árabes, persas, indios, egipcios etc. Las narraciones de las diversas mitologías: griega, china, rusa y muchas más. De los cuentos más divulgados y conocidos, tenemos “Blanca Nieves y los siete enanos”, “La Bella Durmiente”, “La Cenicienta”, “Ali Baba y los cuarenta ladrones”, “ Aladino y la lámpara maravillosa” y muchos más que representan un enorme muestrario sobre el tema señalado. La envidia, como eje principal de las obras quedará más claro cuando se dé un breve resumen sobre los textos y al mismo tiempo confrontaremos los diálogos, los personajes y demostraremos que la envidia es eterna, universal, nace con el hombre y muere con él.

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