Vencimos nuestro miedo Yamila al-Shanti, 9 de noviembre de 2006 Traducido por Javier Fdez. Retenaga
Ayer, al amanecer, la fuerza aérea israelí bombardeó y destruyó mi casa. Yo era el objetivo, pero a quien mató el ataque fue a mi cuñada, Nahla, una viuda que tenía ocho niños a su cuidado. En ese mismo ataque, la artillería israelí bombardeó un barrio residencial en la ciudad de Beit Hanun, en la franja de Gaza, dejando 19 muertos y 40 heridos, muchos de ellos mientras dormían. Una familia, los Azamnas, perdió 16 miembros en la masacre: la mayor de los que murieron, Fátima, tenía 70 años; la más joven, Dima, uno; siete eran niños. La cifra de muertos en Beit Hanun ha superado los 90 en una semana. Esta es la décima incursión de Israel en Beit Hanun desde que anunciaron su retirada de Gaza. La ciudad se ha convertido en una zona militar cerrada, castigando así colectivamente a sus 28.000 habitantes. La ciudad ha estado rodeada por tanques y tropas israelíes y ha sido bombardeada durante días. Cortaron el suministro de agua y electricidad, y mientras la cifra de muertos seguía aumentando se impedía la entrada de las ambulancias. Los soldados israelíes irrumpían en las casas, encerraban a las familias y los tiradores se instalaban en los tejados disparando a todo lo que se moviera. Todavía no sabemos qué ha sucedido con nuestros hijos, maridos y hermanos desde que el jueves pasado se llevaron a todos los hombres mayores de 15 años. Les obligaron a quedarse en ropa interior, los esposaron y se los llevaron. No es fácil para una madre, hermana o esposa ver cómo los que amas desaparecen ante tus ojos. Quizás eso fue lo que el pasado viernes nos ayudó, a mí y a tras 1.500 mujeres, a vencer el miedo y desafiar el toque de queda israelí, para tratar de liberar a alguno de nuestros jóvenes que estaban sitiados en una mezquita defendiéndonos a nosotras y a nuestra ciudad de la maquinaria militar israelí. Nos enfrentamos desarmadas al ejército más poderoso de la región. Los soldados estaban provistos del armamento más moderno y nosotras no teníamos nada, excepto las unas a las otras y nuestro anhelo de libertad. Cuando atravesamos la primera barrera cobramos más confianza y más determinación para romper el sofocante asedio. Los soldados de las, así llamadas, fuerzas de defensa israelíes, no dudaron en abrir fuego contra mujeres desarmadas. La imagen de mis íntimas amigas Ibtissam Yusuf abu Nada y Rayaa Ouda, bañadas en sangre y exhalando su último aliento, permanecerá conmigo para siempre. Más tarde, un avión israelí bombardeó un autobús que llevaba a unos niños a la guardería. Murieron dos niños y el profesor que los acompañaba. En la última semana han muerto 30 niños. Cuando voy al atestado hospital es profundamente conmovedor ver el gran número de pequeños cuerpos con cicatrices y miembros amputados. A la hora de dormir abrazamos fuertemente a nuestros hijos, esperando en vano poder protegerlos de los tanques y aviones israelíes. Pero, como si esta ocupación y castigo colectivo no fueran suficientes, los palestinos nos encontramos con que somos el objetivo de un asedio sistemático impuesto por el llamado mundo libre. Se nos hacen pasar privaciones y se nos asfixia como castigo por atrevernos a ejercer nuestro derecho democrático a elegir quién nos gobierna y representa. Nada socava tanto las alegaciones occidentales de defender la libertad y la democracia como lo que está sucediendo en Palestina.
Poco después de anunciar su propósito de democratizar Oriente Medio, el presidente Bush hizo todo lo que estuvo en su mano para ahogar nuestra naciente democracia arrestando a nuestros ministros y diputados. Todavía tengo que oír la condena occidental, yo, una diputada electa que ha visto su casa demolida y a sus parientes asesinados por las bombas israelíes. Cuando destrozaron los cuerpos de mis amigas y compañeras, los que en el Capitolio y en el 10 de Downing Street dicen defender los derechos de las mujeres no pronunciaron una sola palabra. ¿Por qué los palestinos tenemos que aceptar el robo de nuestra tierra, la limpeza étnica de nuestro pueblo, encarcelado en campos de refugiados, abandonado a su suerte, y la privación de los más elementales derechos humanos, sin protestar ni resistir? La lección que el mundo debería aprender de lo sucedido la semana pasada en Beit Hanun es que los palestinos nunca abandonaremos nuestro país, nuestros pueblos y ciudades. No renunciaremos a nuestros derechos legítimos por un trozo de pan o un puñado de arroz. Las mujeres palestinas resistiremos esta monstruosa ocupación que nos han impuesto a punta de pistola, resistiremos el asedio y el hambre. Nuestros derechos y los de las generaciones futuras no son negociables. Quien quiera la paz en Palestina y en la región debe dirigirse con sus palabras y sanciones al ocupante, no al ocupado, al agresor, no a la víctima. Lo cierto es que la solución está en manos de Israel, su ejército y sus aliados, no de las mujeres y niños palestinos.
«Disparan contra todo lo que se mueve»
Silvia Cattori, 3 de noviembre de 2006 Traducido por Juan Vivanco
«Beit Hanun, con sus 30.000 habitantes, ya sufría agresiones diarias y ataques aéreos desde el 25 de junio. Ahora está asediado por el ejército de tierra israelí. Hemos visto avanzar los carros de combate, colocarse en posición. Ahora estamos cercados por unos 70 carros y por lo menos 450 soldados, que han declarado la ciudad “zona militar cerrada”. Lo que significa que nadie puede salir. Nadie puede huir. Es una ofensiva del estilo de las que lanzaron en 2002 en Cisjordania. No tenemos agua ni electricidad. Nos refugiamos en los rincones más apartados de las casas. No se permite que entren ambulancias en esta zona ocupada y cerrada. Los soldados han rodeado algunas casas, las han ocupado y han encerrado a las familias en un cuarto. Ahora se han hecho fuertes en ellas. Rompen las paredes
con explosivos, vuelan las puertas y la gente está aterrorizada. Disparan contra todo lo que se mueve. Ayer dispararon contra unas personas que intentaban ponerse a cubierto, que no estaban armadas, no estaban en posición de combate. Les dispararon por la espalda y cuando el herido quiso huir, le remataron, y también dispararon contra los que quisieron llevárselo de allí. En muchos casos las ambulancias no pudieron acudir en ayuda de los heridos. Los niños que burlaban la vigilancia de sus padres o miraban por la ventana también fueron blanco de los soldados israelíes apostados en los tejados y balcones de las casas que ocupan. Bush y esos políticos que han declarado que “Israel tiene derecho a defenderse” les han dado carta blanca para matarnos. Usan unas armas que transforman a los muertos y heridos en algo monstruoso. Son impresionantes las heridas causadas por los cohetes disparados por los aviones teledirigidos. Son como cortes de cuchilla, piernas, pies y manos cortadas de cuajo; también son espantosas las heridas de los fusiles M 16. Los soldados tienen órdenes de disparar de cintura para arriba, apuntan al pecho, junto al corazón, y a la cabeza. La mayoría de las víctimas son civiles, muertos o heridos en la garganta, el cuello, el pecho, la cabeza, cuando estaban en casa. Disparan contra los que huyen atemorizados, disparan contra los heridos que intentan salvarse. Hemos perdido la noción del tiempo, ya no sabemos cuánto tiempo llevamos atrapados en esta guerra. Estamos perdidos. La aviación nos bombardea, los teledirigidos disparan sus cohetes sobre nuestras cabezas. Controlan toda la zona. El zumbido de los aviones teledirigidos es como tener una abeja revoloteando todo el tiempo junto a la oreja. Es muy angustioso. Nadie nos defiende. No tenemos ejército. Sólo tenemos a nuestros padres para defendernos, a sabiendas de que les espera la muerte, de que no pueden hacer nada. Esta nueva agresión es terrible sobre todo para los niños pequeños, muy numerosos aquí. Tienen que quedarse encerrados, están aterrorizados y gritan cuando oyen las bombas. Continuamente nos llegan noticias de muertos, de heridos que se desangran sin que la gente sepa detener la hemorragia, y las ambulancias no pueden socorrerles. La Cruz Roja debería obligar a los israelíes a permitir que las ambulancias palestinas acudian en ayuda de los heridos sin trabas. Los israelíes dicen que es una ofensiva para impedir que se introduzcan armas desde Egipto. No es verdad. No puede entrar nada. En Gaza no hay más que unos fusiles que son inútiles contra los Apaches y los carros Merkava del ejército israelí. Las armas de guerra que han entrado en Gaza son las que Estados Unidos entregó a Dahlan, que es el hombre de Abu Mazen, el hombre más temido de Gaza. Es el cabecilla de las fuerzas que desde hace meses provocan disturbios para derrocar el gobierno de Hamás. Ayer los soldados ordenaron con altavoces que todos los hombres mayores de quince años salieran de sus casas. Fueron casa por casa, los esposaron y se llevaron a cientos de hombres a un lugar donde seguramente les habrán obligado a desnudarse, como hicieron en Betlaya en junio. Dejan a los hombres en calzoncillos. Para un oriental es la peor de las humillaciones. Es como si nos mataran. Creemos que después de Beit Hanun atacarán Betlaya y luego Yabaliya, y que harán lo mismo que aquí: registrar casa por casa. Beit Hanun, como Rafá, son zonas muy vulnerables, porque están separadas geográficamente de otras zonas
habitadas y son más fáciles de aislar del resto de Gaza. Esta mañana las mujeres salieron para ayudar a sus hijos y maridos amenazados por los blindados que rodeaban la mezquita. Las mujeres desafiaron a los Apaches y los tanques. Para nosotros fue un momento portentoso. Nos sentimos como envueltos en un velo de humanidad. Era impresionante ver a esas mujeres que arrostraban la muerte para salvar la vida de sus hijos, de sus maridos. Avanzaron sin vacilar y los soldados, que no se lo esperaban, estaban desorientados. Gracias al efecto sorpresa lograron salvar la vida de los combatientes. Demostraron que el ejército más poderoso del mundo puede ser derrotado por gente desarmada. Lo percibimos como un mensaje dirigido a los hombres de los países árabes que guardan silencio. Estas mujeres dijeron, con su gesta: “Dada vuestra cobardía, las mujeres palestinas son las únicas que luchan para liberar a sus hombres asediados por el enemigo de los árabes, Israel.» (Fin del testimonio.)
Es una guerra contra civiles y el mundo no lo sabe El joven palestino que nos contó todo esto en voz baja nos parte el corazón. No podía rendir un homenaje mejor a estas mujeres heroicas. Creo que todos los que han visto las imágenes de estas mujeres se han conmovido. Avanzaron por la gran avenida, a descubierto, desarmadas, desafiando a los helicópteros y blindados para proteger a sus hombres. Los soldados dispararon contra ellas, pero siguieron avanzando y lograron su propósito. Los soldados que disparaban desde sus blindados sobre esas mujeres inofensivas son unos monstruos. «Israel tiene derecho a defenderse», respondía esta mañana el embajador Elie Barnavi al periodista de France culture cuando este le preguntó qué significaba la ofensiva israelí en el norte de Gaza. Pero ¿derecho a defenderse contra qué? No hay un ejército palestino enfrente. Hay un pueblo masacrado día tras día por el ejército mejor pertrechado del mundo. Y los palestinos no tienen derecho a defenderse. Es al pueblo palestino, víctima de estas matanzas, a quien habría que preguntarle qué significa vivir bajo una ofensiva militar israelí, y no a los embajadores del estado judío de Israel. Unos embajadores que, cuando se trata de vidas árabes, jamás nos hablarán del sufrimiento y la angustia de los niños aterrorizados, de las mujeres que no saben cómo protegerles, de los ancianos que padecen impotentes, de los bebés que gritan, de las mujeres encintas que temen por su embarazo, de los heridos, de los muertos, de las madres que lloran a los suyos, de los hombres que se sienten humillados al no poder defender a sus hijos, de los médicos que no soportan ver tanta sangre y llegar más heridos a sus hospitales repletos y mal equipados. Esos «terroristas», esos «activistas» contra los que lucha Israel, son palestinos, son los auténticos residentes de una nación que Israel ha borrado del mapa, un pueblo desterrado, recluido en campos míseros. Son mujeres de todas las edades que se enfrentan a los tanques para proteger a sus hijos. Son niños que mueren en su cama o jugando delante de su puerta. Son padres, hermanos, primos, esposos ejecutados sumariamente porque Israel les ha puesto en la lista de los «buscados». Son jóvenes desesperados que defienden su dignidad con fusiles y cohetes
niño Bara’ Riyad Fayyad, de 4 años, al que mataron el jueves pasado delante de su casa. Son personas normales que han votado de un modo absolutamente democrático contra las autoridades corruptas de Fatá. «¿Dónde están nuestros hermanos árabes?» gritaba una palestina ante una cámara. Sí, ¿dónde está el mundo? La «comunidad internacional» calla, ante el pasmo de las personas que ven todo esto con espanto y no comprenden este silencio. Pero la cacareada «comunidad internacional» sólo es una palabra vacía de sentido. Y la ONU, desde que se vino abajo la URSS, no es más que un instrumento de la superpotencia usamericana. En realidad la «comunidad internacional» somos todos; son las asociaciones que por desgracia se preocupan más de proteger las conquistas del estado judío de Israel que el derecho de los palestinos a existir y a volver a sus casas; son los partidos políticos de todas las tendencias que están demasiado ocupados colocándose en la línea de salida para la contienda electoral; son los cargos elegidos que no se atreven a criticar a Israel para que no les acusen de antisemitismo; son los periodistas que desinforman y encubren los crímenes de estado.
Residentes expulsados de Cisjordania Ken Ellingwood, 21 de octubre de 2006 Traducido por Nadia Hasan y revisado por Caty R.
Ramala, Cisjordania. Abdelhakeem Itayem, palestino con ciudadanía estadounidense, contaba con quedarse solamente una noche cuando viajó de Cisjordania a Jordania en un viaje de negocios. Seis meses después sigue ahí, atrapado en un limbo burocrático. "Vine a Amán para estar sólo un día. Traía un traje y una muda de ropa para un día. Y ahora no puedo volver," informa Itayem por teléfono desde la capital jordana, donde ha alquilado una casa mientras espera que le den una solución. Itayem, de 41 años, afirma que esta larga espera lo ha separado de su esposa, Lisa, y de sus siete hijos, que se quedaron en la casa familiar cerca de Ramala. Esta situación le ha costado, incluso, su trabajo como director de una compañía palestina de distribución de productos extranjeros. "Se me rompe el corazón," dice. Su difícil situación no es única. Los activistas señalan que a un gran número de palestinos que poseen pasaportes extranjeros, especialmente estadounidenses, se les ha denegado la entrada este año desde que Israel ha cerrado un resquicio legal que alguna vez permitió a los residentes entrar repetidamente o renovar sus visas de turista en Israel. Esta política ha creado un dilema para los palestinos estadounidenses que quedan: si se marchan para obtener un nuevo permiso de tres meses, quizás no les permitan volver. Si se quedan, sus actuales visas israelíes caducarán. Muchos de
ellos señalan que sus solicitudes anteriores de residencia formal en los territorios palestinos fueron rechazadas por Israel. "Los israelíes los están expulsando sin ninguna lógica" señala Adel Samara, a cuya esposa, Enayeh, se le denegó el ingreso en mayo, después de que cruzara a Jordania para obtener el sello en su pasaporte estadounidense con una nueva visa de turista israelí. Samara, economista y escritor palestino, dice que su esposa, Enayeh, de 56 años, está en Chicago con una hermana, después de haber vivido en Cisjordania durante 31 años gracias a sucesivas visas israelíes de corto plazo. Por si fuera poco, dice, Israel no lo autoriza a él a irse debido a su pasada participación en grupos nacionalistas palestinos. "Yo no puedo salir y ella no puede entrar," nos dice Samara, de 62 años, en Ramala. "Es como un divorcio". Los oficiales israelíes señalan que las visas de turista no pretendían servir como documentos de residencia o trabajo para palestinos en Cisjordania y la Franja de Gaza. Las nuevas restricciones han causado incertidumbre y rabia entre los palestinos estadounidenses, especialmente en Cisjordania, donde hay más de 30.000 y están situados en lugares importantes en el mundo de los negocios y de la vida académica. Un grupo de palestinos con ciudadanía estadounidense está negociando con los diplomáticos y ha lanzado una campaña para llamar la atención sobre este problema. Samara, que también es ciudadano estadounidense, está trabajando junto a un grupo de apoyo israelí para desafiar la legalidad de estas nuevas normas. Él, junto a otros, señala que la imposición israelí de estas medidas estrictas tiene como objetivos castigar al pueblo palestino por haber elegido al grupo militar Hamás en las elecciones parlamentarias el pasado mes de enero y reducir la población palestina en Cisjordania y la Franja de Gaza. Israel rechaza esas afirmaciones. La Secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice se refirió al asunto de las visas en una reunión celebrada este mes con los oficiales israelíes en Jerusalén. Algunos diplomáticos de Estados Unidos señalan que han pedido explicaciones a Israel por esta política. Israel reconoce que estas reglas, supervisadas por el Ministerio del Interior, han causado problemas. Los oficiales dijeron que este cambio es un intento de refrenar el mal uso de las visas de turistas, que se han convertido en el medio de entrada predilecto para miles de palestinos con ciudadanía extranjera. "El gobierno decidió que burocráticamente este método no era correcto. ¿Cómo vamos a permitir a esas personas que estén aquí cuando es obvio que no son turistas? Es un abuso de la visa de turista," dice Mark Regev, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. Esta estricta política, sin embargo, está teniendo "consecuencias inesperadas" que los oficiales ahora están tratando de corregir, agrega Regev. Israel ha señalado que los palestinos que viven en Cisjordania deberían solicitar un permiso de residencia –entregado por el estado judío- en vez de continuar solicitando visas de turista. Sin embargo muchos palestinos se quejan de que se les ha denegado la residencia.
Sholomo Dror, vocero de la oficina que sirve de puente con los palestinos, señaló que después de la firma del acuerdo de paz interino de Oslo a comienzos de los 90, Israel acordó permitir que 3.000 personas por año puedan mudarse a Cisjordania y la Franja de Gaza, cuota anual que luego aumentó a 10.000 y después a 20.000 personas. Pero añade que la Autoridad Palestina, creada en 1994, fracasó al proporcionar los nombres de aquellos que se encontraban viviendo en los territorios palestinos y necesitaban permisos formales de residencia. Desde el estallido de la violencia en el año 2000, Israel ha congelado las solicitudes para reunificación familiar. Y desde que Hamás ganó las elecciones el pasado mes de enero, Israel –que considera a este grupo como una organización terrorista– ha rechazado tener cualquier tipo de relación con el gobierno de la Autoridad Palestina. Dror señala que el número de personas sin estatus de residencia apropiado ha crecido a 60.000, en parte debido al congelamiento por parte de Israel del proceso de reunificación familiar. "Estamos tratando de resolver el problema y encontrar una vía diferente", agrega. Itayem que nació en Cisjordania pero se trasladó a Chicago a los 15 años, dice que deberá reubicar a su esposa e hijos en Amán durante las vacaciones escolares de invierno. Pero al hacerlo, no quedará nadie para hacerse cargo de su madre, de 75 años y de su hermana, discapacitada, de 38. Este episodio ha dejado a enfadado y desorientado Itayem. Ha encontrado trabajo en Amán, en una empresa relacionada con su antiguo trabajo en Cisjordania. Por el momento, se encuentra en un apartamento vacío y no tiene respuestas claras de por qué no puede volver a Cisjordania, su hogar de los últimos años. ¿Qué clase de vida es esta? se pregunta. "Mi esposa está en un país, y yo estoy solo en otro".
PARTE 1: Ganando la guerra de la inteligencia El experto militar estadounidense, Anthony Cordesman publicó, cinco años después de
los ataques del 11 de septiembre de 2001, un informe sobre el conflicto entre Israel y Hezbolá. El texto, titulado "Lecciones preliminares sobre la guerra entre Israel y Hezbolá" suscitó gran interés en el Pentágono, donde fue analizado por profesionales del equipo de jefes de personal y corrió de mano en mano entre los expertos militares de Washington. Cordesman no ocultó sus modestas conclusiones al reconocer que su estudio no sólo era "preliminar", sino que además no había tenido en cuenta cómo luchó Hezbolá en el conflicto y tampoco había analizado sus resultados. "Este análisis es… limitado" apuntó Cordesman, "porque no se llevó a cabo ninguna visita de comprobación a Líbano y a Hezbolá". Aunque incompleto, el estudio de Cordesman cumplió dos objetivos: ofreció las bases para entender la guerra desde el punto de vista israelí y planteó algunas cuestiones acerca de cómo y lo bien que luchó Hezbolá. Cerca de dos meses después del fin de la guerra entre Israel y Hezbolá, es posible rellenar algunos de los espacios en blanco que dejó Cordesman en su informe. El análisis que ofrecemos aquí también es limitado. Los oficiales de Hezbolá no hablarán ni en público ni para la prensa, acerca de cómo lucharon en el conflicto; no detallarán su despliegue y no discutirán su estrategia futura. Pese a todo, las lecciones sobre la guerra desde la perspectiva de Hezbolá están surgiendo ahora y los estrategas israelíes y estadounidenses empiezan a sacar algunas pequeñas enseñanzas gracias a ellas. Nuestras conclusiones se basan en valoraciones sobre el terreno llevadas a cabo durante la guerra -gracias a entrevistas con expertos militares israelíes, norteamericanos y europeos-, en análisis del conflicto efectuados en discusiones con estrategas militares y en una red de oficiales de alto rango en Oriente Próximo con los que hemos hablado, que estaban muy interesados en el resultado de la guerra. Nuestra conclusión global contradice el punto de vista actual de algunos oficiales de la Casa Blanca e israelíes: que la ofensiva de Israel en Líbano perjudicó significativamente la habilidad de Hezbolá para proseguir la guerra, que Israel mermó la capacidad de Hezbolá de ganar la guerra en un conflicto futuro y que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, en sus siglas en inglés), una vez desplegadas en gran número en el sur del Líbano, fueron capaces de vencer a sus adversarios y dictar un acuerdo favorable para el sistema político israelí. La verdad es exactamente lo contrario. Desde los comienzos del conflicto hasta las últimas operaciones, los comandantes de Hezbolá penetraron satisfactoriamente en el ciclo de toma de decisiones tácticas a través de una red de operaciones de espionaje, militares y políticas, con el resultado de que Hezbolá consiguió una decisiva y completa victoria en la guerra contra Israel. PARTE 2: Ganando la guerra por tierra La decisión de Israel de lanzar una guerra por tierra para lograr lo que su fuerza aérea no pudo conseguir, se desarrolló de forma vacilante y caótica. Mientras las unidades de las IDF llevaban a cabo incursiones en el sur de Líbano durante la segunda semana del
conflicto, el mando militar israelí permaneció indeciso sobre cuándo y dónde –e incluso si- desplegar sus unidades terrestres. En parte, la indecisión del ejército sobre cuándo, dónde y si desplegar sus unidades terrestres más importantes estaba en función de las posibilidades de la fuerza aérea para alcanzar la victoria. La IAF estuvo todo el tiempo declarando que tendría éxito desde el aire con sólo un día más, y después de éste, otro más. Esta indecisión se reflejó en la incertidumbre de los medios occidentales sobre cuándo se produciría una campaña terrestre o si, de hecho, se había producido ya. Los altos oficiales israelíes continuaron diciendo a sus contactos en la prensa que el inicio de una ofensiva terrestre era un secreto tan celosamente guardado que ni ellos mismos lo sabían. Las vacilaciones también eran producto de la experiencia de las pequeñas unidades de las IDF que ya habían penetrado al otro lado de la frontera. Por lo menos desde el 18 de julio, las unidades especiales de las IDF que operaban en el sur del Líbano estaban informando a sus comandantes de que las unidades de Hezbolá estaban luchando con tenacidad para mantener sus posiciones en primera línea frente a Israel. En ese momento, el Primer Ministro Ehud Olmert tomó una decisión política: desplegaría todo el potencial de las IDF para derrotar a Hezbolá al mismo tiempo que sus altos colaboradores daban a conocer la voluntad de Israel de aceptar un alto el fuego y el despliegue de una fuerza internacional. Olmert determinó que Israel no daría su brazo a torcer: aceptaría el despliegue de una fuerza de Naciones Unidas, pero sólo como último recurso. PARTE 3: Ganando la guerra política
Con motivo del conflicto IsraelHezbolá, en Egipto se realizó un sondeo público transversal con su ciudadanía dándoles a elegir entre los dos dirigentes políticos que más admiraban. Un número abrumador de egipcios eligió a Hassan Nasralá. Y en segundo lugar al presidente iraní Mahmud Ahmadineyad. El resultado del sondeo suponía no sólo un claro rechazo al presidente egipcio Hosni Mubarak, que había dado a conocer sus puntos de vista en contra de Hezbolá al comienzo del conflicto, sino también de los dirigentes sunníes, incluyendo al Rey saudí Abdulá y al Rey jordano Abdulá II, que criticaron al grupo chií en un intento confesado de que el mundo sunní dejara de apoyar a Irán. "Al finalizar la guerra, esos tipos se tiraban de los pelos", dijo un diplomático estadounidense a finales de agosto desde la región. "¿A qué no han oído hablar mucho de ellos en los últimos tiempos?" Mubarak y los dos Abdulás no son los únicos que se tiran de los pelos por el colofón del conflicto: la política exterior de EEUU en la región, incluso a la luz de su cada vez más
desesperado despliegue en Iraq, es un desastre total. "Eso significa que todas las puertas se nos cierran, en El Cairo, Ammán, Arabia Saudí", afirmó otro diplomático. "Nos han reducido los contactos. Nadie nos quiere ver. Cuando llamamos por teléfono, nadie contesta". Como talismán de ese colapso puede observarse el itinerario de la secretaria de estado estadounidense Condoleezza Rice, cuya incapacidad para persuadir al presidente George W Bush para que detuviera los combates y sus referencias al conflicto como que marcaba "las contracciones del nacimiento" de un nuevo Oriente Próximo, destruyeron en efecto su credibilidad. EEUU ha dejado claro que intentará recuperar su posición apoyando un plan de paz israelopalestino que anunciará, pero el continuo estrangulamiento que llevan a cabo contra el gobierno democráticamente constituido de la Autoridad Palestina, ha transformado esa promesa en un programa político que nace muerto. Y eso se ve ya nítidamente. En medio de la guerra, un funcionario europeo en El Cairo dijo lo siguiente sobre las emociones que enturbiaban el entorno político egipcio: "Los dirigentes egipcios bajan por una acera de la calle y el pueblo egipcio baja por la otra".
Conclusión La victoria de Hezbolá en su reciente conflicto con Israel es mucho más importante de lo que piensan muchos analistas de EEUU y Europa. La victoria de Hezbolá revoca la tendencia de 1967: una derrota contundente de Egipto, Siria y Jordania que cambió las ilustraciones políticas de la región, colocando en su lugar regímenes que se doblegaban adaptando sus políticas exteriores para reflejar el poder estadounidense e israelí. Ese poder ahora se ha mancillado y revocado y está surgiendo un nuevo liderazgo en la región.
A los miembros de la sociedad civil y de las universidades del mundo
Rectores de las instituciones palestinas de educación superior Traducido por Vicente Romano
Nosotros, rectores de las instituciones palestinas de educación superior, deseamos llamar su atención sobre la política israelí, alarmante pero no anunciada, que afecta a Cisjordania y la Franja de Gaza en general y a la educación en particular, a saber: la denegación de entrada, salida y residencia a palestinos con pasaporte extranjero y a familiares no palestinos, docentes, trabajadores de ONG y expertos internacionales en desarrollo. Desde la ocupación militar de Cisjordania y la Franja de Gaza en 1967, Israel ha controlado unilateralmente el registro civil de la población palestina y ha restringido las entradas y salidas del territorio ocupado de Palestina para palestinos y otras personas no israelíes, privando así a los palestinos de su derecho básico a la libertad de movimiento y residencia.
Desde comienzos de 2006, y esencialmente tras las elecciones parlamentarias, a muchos miles de personas de origen palestino y no palestino con pasaporte extranjero que viven y trabajan en los territorios palestinos ocupados se les ha negado de repente la entrada o incluso se los ha amenazado con la deportación. Israel se ha arrogado a sí mismo la prerrogativa de otorgar o negar permisos de trabajo a extranjeros en los territorios palestinos ocupados. La mayoría de estas personas han nacido en Palestina y tienen pasaportes extranjeros porque sus documentos de identidad no se los renovaron mientras estudiaban o trabajaban en el extranjero, o las autoridades de ocupación israelíes les rechazaron sus solicitudes de reunión familiar con diversos pretextos desde el año 2000. Sin embargo, son ciudadanos que han construido sus vidas en Palestina, pagado sus impuestos locales y votado en elecciones regionales y nacionales en su Estado embrionario. La mayoría de las personas con pasaporte extranjero a quienes se les niega la entrada tienen vínculos familiares en Palestina y tienen derecho a la integridad familiar conforme a las convenciones internacionales y normas reconocidas. Israel ha firmado también acuerdos de reciprocidad diplomática y de inmigración con otros países, que ahora viola mientras incumple consecuentemente su obligación de dar una razón adecuada de su comportamiento, privando a las personas amenazadas de sus derechos básicos a la justicia, la transparencia y la responsabilidad estatal. Sin embargo, los ciudadanos israelíes gozan de ilimitada libertad para entrar en la mayoría de los países del mundo, mientras que a los ciudadanos de estos países se les niega un tratamiento similar cuando cruzan las fronteras israelíes. La comunidad económica también se ha visto muy afectada. A varios hombres de negocios de la diáspora que han efectuado fuertes inversiones en la construcción de su comunidad durante más de una década se les niega ahora la entrada o se los deporta con un preaviso de un mes. Los palestinos de la diáspora y los extranjeros han sufrido interrogatorios humillantes en los puntos de entrada, han sido amenazados continuamente con la incertidumbre de no recibir su visado turístico o de renovar el permiso de visita cada tres meses. La mayoría de ellos forman parte de la clase educada local, cuyas aportaciones a la sociedad civil, a las instituciones educativas y al sector privado han sido inapreciables para la construcción de un país plural viable y las bases de un futuro Estado palestino. Ha habido, al menos, cinco casos de académicos y personal universitario a los que se les ha negado la entrada en Cisjordania, el más reciente en julio de 2006. Hasta a fideicomisarios de varios consejos universitarios se les han dado sus últimos permisos y se les ha dicho que abandonen el país. Apelamos a ustedes para que apoyen una acción colectiva apropiada contra esta peligrosa política que amenaza vaciar los territorios palestinos ocupados de su clase educada: A fin de lograr la revocación de estas medidas ilegítimas, discriminatorias e inmorales y garantizar la total libertad de acceso a la educación y a otras actividades en Palestina. Rectores de universidades palestinas
Informe apocalíptico de la Guerra de los 33 días
Khiam Rehabilitation Center for the Victims Of Torture (KRC), 14-9-2006 Traducido por Sinfo Fernández y Ulises Juárez Polanco, revisado por Caty R.
Nota de los traductores: Presentamos un informe completo sobre la Guerra de los 33 días de Israel contra Líbano que realizó el Khiam Rehabilitation Center for the Victims Of Torture (KRC) y se ha utilizado por el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra la semana pasada para sus deliberaciones. El título de esta traducción corresponde a los traductores. Hay más información e imágenes del KRC en su página: www.khiamcenter.org. Para contacto: Khiam Rehabilitation Center for the Victims Of Torture (KRC), Beirut, Líbano. Móvil 00961 3 379612. Fax: 00961 1 701692. P.O.Box: 14-5843 Email:
[email protected]/
[email protected].
La Guerra de los 33 días de Israel contra Líbano no fue una reacción por la captura de dos de sus soldados por Hizbolá el 12 de julio de 2006. Algunas noticias redactadas en Israel y Estados Unidos revelaron una intención disimulada de motivar la guerra contra Líbano, dirigida a destruir su infraestructura para desplazar las aldeas sureñas y acabar con Hizbolá como resistencia. La captura de los dos soldados israelíes fue la oportunidad perfecta de Israel para llevar a cabo su proyecto. La atrocidad de la guerra manifestó con claridad el odio de Israel contra Líbano, su pueblo y su resistencia. Los bombardeos no diferenciaron niños, hospitales, ambulancias o centros de culto; ni siquiera personal de prensa.
El precio que ha pagado Líbano durante la guerra y después de ella. Víctimas Israel perpetró un horrendo genocidio en Líbano. El elevado número de carnicerías contra civiles en sus camas, carros o calles sólo se puede describir como salvaje. Las masacres: no exageramos al decir que cada uno de los 33 días de guerra fue una carnicería. El número de víctimas llegó a 1.283, de los que un tercio eran niños, y 4.055 heridos. Jueves 13 de julio de 2006: Dweirs: Al amanecer, los aviones militares israelíes destruyeron la casa de Sheikh Ali Akaches sobre las cabezas de sus residentes que dormían. Número de víctimas: la familia completa, compuesta por el padre, la madre y sus hijos, cuyas edades iban de 1 a 18 años. Las víctimas fueron enterradas el mismo día en su pueblo. Bafflays: La aviación ataca la casa de Mounir El Zein. Número de víctimas: 8 civiles, entre ellos dos ciudadanos de Kuwait, un hombre y su hijo. Los cuerpos de las 6 víctimas libanesas se depositaron en un cementerio colectivo en Sour el 21 de julio de 2006. Después los exhumaron y enterraron en su pueblo cuando acabó la guerra.
Shours: La aviación ataca la casa de Ali Khassabs. Número de víctimas: siete civiles asesinados. Sus cuerpos yacieron al aire libre varios días antes que fueran transportados por los rescatadores de la Defensa Civil de Sour. Los depositaron en un cementerio colectivo en Sour el 21 de julio de 2006. Después los exhumaron y enterraron en su pueblo cuando acabó la guerra. Viernes 14 de julio de 2006: Zebkine: Al amanecer, los aviones atacan la casa de tres pisos del alcalde Naim Bzel. Número de víctimas: once civiles asesinados, además de Naim Bzel, sus hijos, su esposa y siete de sus jóvenes nietos. Se enterraron los cadáveres en un cementerio colectivo en Sour, el 21 de julio de 2006. Después los exhumaron y enterraron en su pueblo cuando acabó la guerra. Zahra Bzei, uno de los vecinos, señala que los visitó justo antes de la masacre y regresó a su casa. Minutos después escuchó un gran estallido y supo que estaban bombardeando la casa. Corrió hacia allí. Salvó a una pequeña y la llevó lejos de la escena de la masacre para evitarle que viese sus padres despedazados. Después regresó con otros civiles a buscar supervivientes. Desgraciadamente todos los residentes estaban muertos. Los niños durmiendo en sus camas y los adultos sentados en sus sillas, pero despedazados. Yatters: La aviación ataca la casa de la familia Souwaydans. Número de víctimas: cinco muertos. Los cuerpos se depositaron en un cementerio colectivo en Sour el 21 de julio de 2006. Después los exhumaron y enterraron en su pueblo cuando acabó la guerra.
Sábado 15 de julio de 2006: Marwahine o New Kanas: A las 10 a.m., aviones y buques de guerra atacan brutalmente a las personas que tratan de huir de Marwahine. Número de víctimas: 23 civiles, entre ellos 18 niños a los que quemaron vivos en una camioneta, cuando trataban de sacarlos de Marwahine. De hecho, los israelíes antes advirtieron a los residentes a través de altavoces que debían evacuar la región. Mientras se dirigían a Sour, buques de guerra y aviones israelíes los bombardearon intensivamente y los despedazaron. Los transportaron en un vehículo refrigerado al hospital público de Sour. Depositaron a las víctimas en un cementerio colectivo en Sour el 21 de julio de 2006. Después los exhumaron
y enterraron en Marwahine, el 17 de agosto de 2006, es decir, cuatro días después de terminar la guerra. Todavía el día anterior al entierro colectivo, el CICR encontró los restos de Fawzia Abu Hadla (de 70 años), que habían volado varios metros de la escena del crimen por un misil. Zeinab Abdelallah (19 años) sobrevivió de milagro, pero perdió a su padre, su hermano menor, seis de sus sobrinos más jóvenes, su hermano mayor y su esposa embarazada de cuatro meses. Su sobrina Lara (6 años) sobrevivió, y el único familiar que le queda es su padre, que no estaba con ella en ese momento. Marwa Abdelallah (10 años) sobrevivió. Perdió a su madre, a su hermana Mirna (12 años) y a su hermano Hady (6 años). Su hermano Wissam aún se recupera de las quemaduras de tercer grado que le causaron las bombas de fósforo. Zeinab recuerda que cuando que se dirigieron a las instalaciones centrales de la UNIFIL (Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en Líbano) cerca de la aldea, para refugiarse, los rechazaron. Como consecuencia, se dirigieron a Sour. Cuando llegaron a la intersección de Shameh y Albayada, cerca de las faldas del Nakuras, la artillería Israelí los bombardeó. La primera bomba no hirió a nadie, después el bombardeo masivo de los aviones elevó el número de víctimas a 23. Zeinab todavía no entiende cómo pudo sobrevivir mientras su padre fue desbaratado en pedazos sentado a su lado. La tormenta creciente la cegó. Cuando llamó a su padre él no respondió, sólo escuchaba los lamentos de Lara y Marwa, sus sobrinas. Las tomó y fueron hacia los bosques. Corrieron durante hora y media. En un camino cercano se encontraron con un hermano de una aldea próxima que las llevó al hospital e informó al CICR. Los rescatadores llegaron a la escena de la masacre horas después. Afortunadamente ¡Wissam aún estaba vivo! Relata cómo escuchó a las tres niñas gritando y las miró huir. Quería seguirlas pero estaba muy herido. Trató de ponerse de pie varias veces, pero por encima de su cabeza los aviones estaban listos para atacar a cualquier cuerpo que se moviera. Cuando el CICR lo encontró había estado sangrando durante seis horas. Lo que realmente duele es que Wissam supo 30 días después, que había perdido a su madre, su hermana y su hermano. Se enteró por casualidad de que los habían asesinado cuando sus cuerpos, enterrados en un cementerio colectivo de Sour, fueron exhumados al final de guerra para enterarlos en la aldea. El Jefe del Parlamento, Sr. Nabih Berry acusó a la ONU de conspiración con Israel y la responsabilizó por este baño de sangre. Domingo 16 de julio de 2006: Múltiples masacres en Sour, Jbshit y Aitaroun. 2 masacres en Sour: La primera por la mañana. Destruyeron un edificio de tres pisos con todos sus residentes. 9 víctimas de la familia Alawia, entre las que había cinco niños. El segundo baño de sangre fue por la tarde: las bombas atacaron el edificio de 9 pisos de las fuerzas civiles. Murieron 10 civiles y otros 50 resultaron heridos. En el edificio estaba la sede central de defensa civil con oficiales políticos y religiosos. Después de la masacre, los cuerpos que se encontraron en el primer piso se enterraron en un cementerio colectivo de Sour, el 21 de julio de 2006. Aparecieron más víctimas al final de la guerra, por ejemplo Zeinab Fakhoury (60 años), dos mujeres de Sri Lanka y un ciudadano de Nigeria. Jbshit: La aviación ataca la casa de Adel Melhem.
Número de víctimas: 8 de una familia, entre ellas varios niños. Aytarouns: Ataque a la casa de dos pisos de Ali y Hassan Al Akhrass, ciudadanos de Canadá. Número de víctimas: 8, entre ellas 5 niños y 6 severamente heridos. Burj El Chemalys: La aviación ataca la casa de Ramez Al Zayat. Número de víctimas: 5 ciudadanos asesinados y enterrados en Sour el 21 de julio de 2006. Abbas: Ataque a la casa de Abdel Aziz Tarhyni. Número de víctimas: 8 muertos y 12 heridos. Lunes 17 de julio de 2006: Ramliehs: Los israelíes rompieron expresamente las convenciones internacionales. Usaron bombas químicas prohibidas internacionalmente. Los aviones persiguen a los grupos de refugiados que huyen de sus aldeas en Deir Kanoun El Nahr y Kfar Dounin. Su autobús se dirigía al Monte Líbano y a Beirut. Las bombas caen sobre ellos en el Puente de Rmeliyeh. Número de víctimas: 12 muertos, todos mujeres y niños. El doctor que examina sus cuerpos señala que las bombas químicas que lanzaron sobre ellos penetraron en el interior de sus cuerpos y causaron el efecto de piel negra sin quemaduras. Los cuerpos se depositaron en un cementerio colectivo en Saida, el 8 de agosto hasta el final de la guerra. Los pedazos siguieron moviéndose durante varios días. Segunda masacre de Aytarouns: La aviación ataca dos casas de Mohammad y Hassan Awada que sirven como refugio a los habitantes de los pueblos vecinos que huían de los bombardeos de sus aldeas. Número de víctimas: 13 civiles, la mayoría, niños. Sus cuerpos permanecieron sin enterrar, bajo las ruinas, hasta el final de la guerra. De hecho, era peligroso intentar recogerlos ya que las ambulancias del CICR no estaban autorizadas. Shims: Ataque a una casa situada en los límites de la aldea. Número de víctimas: 5 muertos y 10 heridos. Miércoles 19 de julio de 2006: Srifas: Srifas está de luto por su juventud. Los ataques israelíes han destruido completamente su infraestructura y sus hogares. Número de víctimas: 42 jóvenes mártires, asesinados en los refugios. Los que intentaron huir no fueron perdonados por los aviones, que los asesinaron en los patios. Sus cuerpos se quedaron al aire libre y los comieron los perros. Entre las víctimas, nombramos a Abbas Dakrub de 20 años, el único hijo de Mariam Haidar, quien dijo que esa noche permanecerá para siempre grabada en su mente. Las bombas cayeron del cielo como gotas de lluvia. Los jóvenes ayudaron a los ancianos a refugiarse y esconderse en las casas vecinas. Los aviones los siguieron bombardeando casa por casa sistemáticamente y destruyeron completamente la aldea. Al día siguiente forzaron a los aldeanos a abandonar los pueblos. Ni siquiera podían distinguir quiénes de sus seres queridos estaban vivos o muertos bajo las ruinas. Oum Abass nos contó que se colocó encima de donde estaba el cuerpo de su hijo, pero no pudo hacer nada para sacarlo. Rezó.
Najla Shami perdió a sus dos hijos, Fady de 30 años y Mohammad de 22 años. No lo supo hasta dos semanas después de que murieran, pues había huido de la villa con la joven esposa de Fady, Zeinab, de18 años, embarazada. Le dijeron que sus dos hijos salieron de las aldeas, pero nadie les dijo que Fady y Mohammad estaban muertos. Primera masacre de Nabatieh: Ataque a una ambulancia que circulaba por un pueblo cerca del edificio del Capitolio. Número de víctimas: 5 ciudadanos muertos y otros 5 heridos. Nabi Shits: La aviación ataca la casa de Hassan Cheker, en la que están refugiados él y sus amigos que huyeron de la aldea fronteriza sureña de Mayss Al Jabal. Número de víctimas: 7 civiles muertos y otros 3 heridos. Maarabouns – West Bekaa: Las aeronaves VTOL (vertical take-off and landing, tecnología de despegue y aterrizaje vertical) atacan una camioneta que transportaba verduras. Número de víctimas: 5 ciudadanos muertos y otros 2 heridos. Selaa: La aviación ataca la casa de Hassans Ayoub. Número de víctimas: 6 civiles, cuyos cuerpos permanecieron bajo los destrozos hasta el final de la guerra por la dificultad de rescatarlos. Aynata (Beint Jbeil): Ataque a la casa de Sami Darwish. Número de víctimas: 4 civiles, cuyos cuerpos permanecieron bajo los destrozos hasta el final de la guerra, por la dificultad de rescatarlos. Tercera masacre de Aytarouns: Ataque a un grupo de desplazados en la carretera de Burj El Chemaly. Número de víctimas: 4 civiles muertos y otros 2 heridos. Martes 25 de julio de 2006: Segunda masacre de Nabatieh: La aviación ataca la casa de Saad Hamza, donde se refugiaban varias familias. Número de víctimas: 7 civiles, enterrados el mismo día. Suburbios sureños: Los aviones atacan a una familia constituida por 4 miembros que inspeccionaban su casa. Mueren todos. Viernes 28 de julio de 2006: Hadatha: La aviación ataca la casa de Houssein Sabra, cuando su objetivo era el Houssaynieh (lugar de culto chiíta) de la aldea. Número de víctimas: 6 civiles, cuyos cuerpos permanecen bajo los escombros. Kfar-Jouzs (Nabatieh): Ataque al edificio de Danat Al Khalij causando destrozos en las construcciones vecinas. Número de víctimas: 6 civiles, entre ellos un ciudadano de Jordania. Deir Kanoun El Nahr: La aviación atacala casa de Abd Ezzedine.
Número de víctimas: 4 civiles. 25 personas del mismo pueblo perecen en la masacre y ataques de Rmeilehs. Segunda masacre de Yaters: Varios ataques contra casas y en los caminos. Número de víctimas: 4 civiles. Dorghayas: Bombardeo de un vehículo turístico conducido por Sheick Mohamad el Husseini. Todos los pasajeros mueren, incluyendo a su familia y su hijastro. Todos los cadáveres se retiran el 11 de agosto de 2006, excepto el cuerpo de Mohamad. Sábado 29 de julio de 2006: Nmairieh (Nanbatieh): La aviación ataca la casa de Adnan Al Haraka Las víctimas: su esposa y 5 de sus hijos asesinados. Milagrosamente él sobrevive, porque unos minutos antes salió a comprar pan. Ain Arabs: Múltiples ataques sobre varias casas cerca de la planta de agua en Wazani. Número de víctimas: 6 civiles. Domingo 30 de julio de 2006: Segunda masacre de Kanas: Los aviones atacan masivamente un edificio en construcción de la familia Shalhoubs, donde un número de niños, mujeres e inválidos de las familias Shalhoub y Hachems estaban refugiados. Número de víctimas: Kanas llora nuevamente a sus residentes. Se perpetra otro baño de sangre después del primero de 1996. Se cuentan como víctimas 50 mártires entre ellos 30 niños que nacieron después de la primera masacre. Estaban dormidos en un refugio cuando los aviones atacaron su refugio a la 1 p.m. Mona Al Hachem, una superviviente, perdió a sus tres hijos. Hawra Al Hachem y Zeinab Shalhoub perdieron a todos los miembros de sus familias. Por una masiva presión internacional, Israel respetó un alto el fuego de 48 horas. Yarouns: Los aviones atacan una casa donde los aldeanos están refugiados. Número de víctimas: 6 civiles, cuyos cuerpos permanecen bajo la destrucción, debido a la dificultad del CICR de rescatarlos. Lunes 31 de julio de 2006: Bint Jbeils y Aynatas: Durante el primer día del alto el fuego los equipos de voluntarios de la Cruz Roja y Defensa Civil recuperan 50 cadáveres de entre los destrozos, de los caminos y muertos en sus vehículos en Sour, Bint Jbeil, Aynata , Tayba… Miércoles 2 de agosto de 2006: El Jmaliehs - Baalbeck: ¡Masacre perpetrada durante una fallida operación militar en la que se pretendía secuestrar al Secretario General de Hizbolá! Número de víctimas: 17 civiles. Viernes 4 de agosto de 2006:
Kaas (en la frontera de Líbano con Siria): Bombardeo de un almacén de frutas y verduras mientras los trabajadores sirios disfrutan de su tiempo de descanso para comer. Número de víctimas: 50 trabajadores sirios. El CICR no pudo rescatarlos. La Cruz Roja/Media Luna Roja los traslada a hospitales en Homes, Siria. Al Tibas: Los aviones atacan una casa. Número de víctimas: 17 civiles, cuyos cuerpos permanecen bajo las ruinas hasta el final de la guerra. Domingo 6 de agosto de 2006: Ansars: La aviación atca casa de Ibrahim Assi. Número de víctimas: 6 civiles. Durante la operación de rescate, aviones VTOL atacan de nuevo y milagrosamente muchos de los rescatadores y periodistas sobreviven. Al Nakouras: Los aviones atacan la casa de la familia Ghoreib. Número de víctimas: 3 civiles. Lunes 7 de agosto de 2006: Al Ghassaniehs: Ataque al hogar de Abdallah Tohme. Número de víctimas: 8 civiles. Primera masacre de Ghazieh: Bombardeo del centro y los barrios de la ciudad. Número de víctimas: 15 civiles entre ellos varios niños. Martes 8 de agosto de 2006: Segunda masacre de Ghazieh: Durante el entierro de los mártires de la primera masacre, los aviones atacan la caravana del entierro y matan a 16 civiles. Sheyahs: Un ataque aéreo sobre un edificio de 8 pisos donde se refugiaban muchas familias sureñas desplazadas de Ainata. Número de víctimas: 50 mártires, entre ellos varios niños. Britals: Ataque a los barrios. Número de víctimas: 15 civiles, entre ellos varios niños. Maaroubs: Los aviones VTOL atacan Mabarat AL Imam Ali, una escuela afiliada al mabarat de Sheick Mohamed Hussein Fadlallah. Número de víctimas: Muere toda la familia del guardián de la escuela. Su esposa, cuatro niños y un invitado. El padre superviviente nos dice que todos podrían estar vivos, pero el CICR no puede asistirlos y mueren. El 11 de agosto, el CICR se dirige al sitio con el padre Ibrahim Moussa pero los aviones impiden que lleven a cabo su misión humanitaria.
Arassals: Los aviones VTOL atacan la periferia de Arssal en Bekaa Norte. Número de víctimas: 4 civiles. 2 libaneses de la familia AL Hujeiri (Arssal) y dos sirios. Miércoles 9 de agosto de 2006: Machgaras: Los aviones VTOL atacan la casa de dos pisos de la familia Saders. Número de víctimas: 7 civiles entre ellos algunos niños. Viernes 11 de agosto de 2006: Akkars: La aviación ataca el puente de El Hissa. Cuando los civiles tratan de inspeccionar la escena, los aviones militares atacan de nuevo. Número de víctimas: 11 civiles. Convoy de Marjeyouns: La aviación ataca a un convoy de desplazados que huyen de Marjeyoun después de que los israelíes ocuparan sus casas. El convoy estaba formado por 50 vehículos militares y 551 turismos civiles. 350 soldados y 4.000 desplazados se dirigían a Beirut con el consentimiento previo de las fuerzas israelíes. A pesar de ello atacan al convoy en Kefraya–Bekaa Gharbi. 4 civiles y soldados mueren, así como un rescatador en acción de la Cruz Roja, asesinado durante un segundo ataque aéreo sobre la escena del crimen. Domingo 13 de agosto de 2006: El Kharayebs: La aviación ataca a un buque costero. Número de víctimas: 3 pasajeros, entre ellos 2 rescatadores. El Rueiss: La aviación ataca el complejo residencial de El Hassan, en los suburbios sureños de Beirut, y la residencia Mazloum, donde varias familias que viven en edificios próximos han regresado pensando que la guerra había ha terminado al día siguiente de la declaración de alto el fuego. Número de víctimas: 50 civiles asesinados o heridos. Bourj El Chemalis: Los aviones atacan una casa residencial en la que se refugian varias personas. Número de víctimas: 6 civiles, entre ellos una mujer y 3 niños. Jebchits: La aviación ataca casas residenciales. Número de víctimas: 3 civiles, enterrados bajo las piedras. Britals: La aviación ataca casas residenciales. Número de víctimas: 3 civiles. Ali Nahris: Número de víctimas: 3 pasajeros. Fuentes: Periódicos de El Safir & An Nahar: noticias publicadas del 12 de julio al 14 de
agosto.
Pérdidas en infraestructura Los israelíes atacaron: Bases y radares militares del ejército libanés en el sur, Monte Líbano y en el norte. Instituciones de Hizbolá y civiles libanesas localizadas en los suburbios sureños de Beirut, incluyendo el Cuartel General de la Secretaría General de Hizbolá, del Choura (Consejos), oficinas de Archivos, Estudio e Investigación, oficinas ejecutivas, centros educacionales, sociales y políticos en Beirut, Bekaa y en el sur. Centros de culto: la mezquita de Imán Alys en Baalbak, múltiples centros de culto chiíes en el sur y en Bekaa. Iglesias en Safad Al Batikh y en Rashaya AL Fakhar localizados en el suroeste de Líbano.
Recursos vitales Carreteras y arterias de comunicación: 77 puentes importantes y otros puentes menores por todo Líbano Decenas de autopistas y carreteras importantes e internacionales por todo Líbano, por ejemplo, la autopista internacional de Masnaa, que conecta Siria con Líbano y los pasos fronterizos entre Siria y Líbano. Los puertos en Trípoli, Ouzay, Beirut y Jmayel en Jounieh. Las pistas del Aeropuerto Internacional de Beirut desde el segundo día de la guerra, así como las de los aeropuertos militares de Klayat y Ryak. Por todo el territorio libanés, 80 estaciones de fuel y 5 de gas. Las centrales eléctricas en Siblin, Sultanieh y Hlalieh. Los tanques de fuel en la central eléctrica de Jieh: desde los primeros días de la guerra, la corriente eléctrica se interrumpió en casi todas las regiones libanesas a causa del bombardeo, el viernes 14 de julio, de los tanques de fuel de la central eléctrica de Jieh. Estuvieron ardiendo durante semanas, formando una inmensa nube negra en el cielo libanés. El olor del fuel quemado era horrible y provocó muchos problemas de respiración en los vecinos de las cercanías. 10 toneladas de fuel se arrojaron al mar, lo que causó un desastre ecológico que no se podrá remediar en años. En el sur, la Bekaa, Monte Líbano y en el norte destruyeron las antenas para las transmisiones de teléfonos celulares y teléfonos fijos. Las conexiones se interrumpieron en muchas zonas. Destrozaron unas 15.000 viviendas, otras 15.000 parcialmente dañadas y casi 30.000 ligeramente dañadas, sobre todo en los suburbios del sur de Beirut, la Bekaa y el sur de Líbano. Destruyeron 450 camiones de transporte de tamaño medio y pequeño que estaban operando en Líbano o cruzando de Siria a Líbano. Israel también atacó convoyes humanitarios de países árabes u organizaciones internacionales.
Decenas de fábricas en Beirut, la Bekaa y en el sur, incluidas la mayor industria de lácteos (Leche Libanesa) y la segunda granja de aves de Líbano (tanmiya), así como muchas otras de fabricación de productos de mármol y papel. Fuentes: Periódico Sal Safir A.I. (Asociación de Industriales) D.R.C. (Consejo para la Reconstrucción y el Desarrollo) S.F.S.O. (Sindicato de propietarios de gasolineras) Informe del ejército libanés Pérdidas financieras Regresión en la exportación: 200 millones de dólares USA. Regresión en las importaciones generales: 66,3 millones $USA Pérdidas en el sector del transporte: 386 millones $USA. Pérdidas en el sector eléctrico: 180 millones $USA. Pérdidas en el sector de las comunicaciones: 85 millones de $USA Pérdidas en las canalizaciones de agua: 70 millones $USA Pérdidas en los sectores de la construcción y comercial: 1.144 millones $USA. Pérdidas en el sector industrial: 180 millones $USA.Pérdidas en gasolineras: 10 millones $USA. Pérdidas en bases militares: 16 millones de $USA. Grandes pérdidas directas en infraestructura y construcción; en el sector turístico y en inversiones que ya no se podrán realizar, así como una gran regresión en el crecimiento económico. Tasa de desempleo La guerra lanzada por Israel ha hecho que aumente de forma muy significativa la tasa de desempleo, que ya era alta en Líbano a causa de la coyuntura económica. Los expertos económicos señalan que la tasa de desempleo puede subir desde el 9% hasta alcanzar el 20% en los próximos seis meses. En todos los sectores, 55.000 empleados perdieron sus puestos de trabajo. Por ejemplo en el sector de la industria, según la Asociación de Industriales, 90 instituciones fueron total o parcialmente destruidas durante la guerra. El sector del turismo ha sido el más devastado. Más del 15% de los empleados de hoteles y restaurantes, unos 50.000, están sin trabajo. Más de mil restaurantes probablemente se cerrarán. Fuentes: Periódico Al Safir Ministerio de Trabajo Ministerio de Turismo Informe de Amnistía Internacional
Instituciones pedagógicas y culturales Los israelíes destrozaron muchas instituciones culturales o pedagógicas en el Sur, Baalbeck y los suburbios situados al sur de Beirut, fundamentalmente aquellos que contaban con más partidarios de Hizbolá, por ejemplo, las escuelas Al Madhi y las que pertenecían al Sheik Mohamad Hussein Fadlallah, como la de Al Hadi, para disminuidos ciegos y sordos, Al Mabarat en Bint Jbeil, Cheam, Maaroub y las situadas en los suburbios al sur de Beirut.
50 colegios quedaron parcialmente destruidos. Fuente: Ministerio de Educación y de Educación Superior
Hospitales y equipos paramédicos La aviación israelí bombardeó los alrededores del Hospital Jabal Amel, en Sour, lo que causó una destrucción masiva en las casas colindantes. El hospital estaba lleno de pacientes y víctimas. También atacaron los alrededores del Hospital Najem, en Sour, lo que causó una destrucción masiva en las casas vecinas y en gasolineras y provocó grandes incendios que afortunadamente no se extendieron hasta el hospital. Bombardearon el Hospital Hikmeh, en Sour. Las tropas israelíes llevaron a cabo una operación militar allí el 2 de agosto para intentar secuestrar al Secretario General de Hizbolá. Esta operación no tuvo éxito. Pero asesinaron a todas las personas que había en el interior del hospital. Ambulancias del CCRI. Elie Jebrail, un trabajador de una ambulancia, pereció mientras intentaba socorrer a las personas heridas en Bekaa Al Gharbi. Ambulancias de la defensa civil en servicio que transportaban víctimas o llevaban ayuda a zonas bombardeadas con bombas de racimo. Muchos de los que acudían al rescate resultaron heridos, entre ellos Jodr Ghazal (de 38 años). Bombardearon su vehículo en la carretera Borj Rahal mientras transportaba a los heridos de Srifa. Un avión de reconocimiento le atacó directamente y le amputó un brazo. Hussein Jbeili (de 39 años) resultó herido mientras intentaba salvar a dos civiles en el puente El Zahrani. Perdió las dos piernas. Salam Daher (60 años) resultó herido en Sour. El 23 de julio, bombardearon un convoy en servicio del CCRI en Tebni, con resultado de seis heridos. El 25 de julio un ataque alcanzó a un convoy de la defensa civil en Nabatieh El Fawka, el equipo de rescate se salvó milagrosamente. El Hospital Bahman, en los suburbios del sur de Beirut tuvo que cerrar. Sede de la defensa civil en Sour: Numerosos heridos, entre ellos Ali Safieddine y su mujer Nadine Samra. Su única hija murió. También bombardearon la sede de la defensa civil en Deir Seryan dañando muchas ambulancias. Destrozaron la Casa de los Detenidos Libaneses y el Centro de Rehabilitación Khiam para las Víctimas de la Tortura en el pueblo de Der Seryan (en el sur de Líbano). Fuentes: Periódico Al Safir Informe del Ministerio de Sanidad Pública
Equipos de prensa, periodistas y medios Atacaron convoyes y equipos de prensa afiliados a medios internacionales o libaneses que estaban cubriendo la guerra en el sur. Israel declaró que constituían un objetivo a pesar de la naturaleza de su misión. Durante los primeros días, los proyectiles alcanzaron al equipo de la NTV mientras trabajaba. Dañaron seriamente hí l hi i l O i b i i l
milagrosamente. Una víctima registrada fue Layal Najib, de 22 años, mientras trabajaba en Sour. Bombardeo de las antenas y satélites de la NTV, TL, LBC, Manar, LS y Lobnan El Hor en el sur, la Bekka y Kesrouan. En los suburbios de Beirut destruyeron las estaciones de radio de El Manal y El Tour, controladas por Hizbolá.
Cuarteles de UNIFIL El 25 de julio los aviones israelíes bombardearon los cuarteles de UNIFIL en Khiam (sur del Líbano). Alcanzaron los cuarteles en catorce ocasiones a pesar de los contactos con los oficiales israelíes pidiéndoles que pararan el fuego. Murieron cuatro soldados de UNIFIL (un australiano, un chino, un canadiense y un finlandés). Se repatriaron los cadáveres el 8 de agosto. La comunidad internacional condenó esta masacre, ¡aunque la Secretaria de Estado de EEUU Condoleeza Rice valoró como inaceptable la declaración del Consejo de Seguridad!
Personas desplazadas Desde los primeros momentos de la guerra, los ciudadanos del sur de Líbano empezaron a huir hacia Beirut y zonas más seguras. Los últimos en hacerlo fueron los de la Bekaa y los suburbios del sur de Beirut, que se dirigieron hacia Beirut Este, Monte Líbano, el norte y Saida donde las familias acogieron a unos 750.000 desplazados, otros 150.000 se refugiaron en escuelas, 350.000 huyeron a Siria y 70.000 a países extranjeros. 180.000 siguen aún en Siria. Una vez que se anunció el alto el fuego, la mayoría volvió a su patria y a sus pueblos. Algunos pueblos quedaron completamente abandonados a causa de la destrucción total que habían sufrido y de la amenaza permanente de los explosivos de fragmentación o de los proyectiles sin explotar que dejó Israel. Fuente: UNRWA
Secuestros de civiles Las tropas israelíes secuestraron a muchas personas durante la guerra y después de ella. Arrancaron de sus casas o pueblos a muchos de ellos alegando que eran activistas de Hizbolá. El miércoles 2 de agosto, un comando israelí trató de secuestrar a altos mandos de Hizbolá. Pero Hizbolá y los habitantes del pueblo los atacaron. Murieron 18 civiles y secuestraron a 5. Estos cinco no tenían ninguna relación con Hizbolá y sus nombres eran: Hassan Nasralá y su hijo Bilal, Hassan Burgi, Mohamad Diab y Ahmad Al Kotta. Los esposaron y los llevaron a Israel en helicópteros. Bilal Nasralá cuenta cómo los sacaron de sus casas esposados y con los ojos vendados. Los oficiales del Mossad los interrogaron uno tras otro en una habitación diminuta. También los torturaron psicológicamente. El objetivo de la investigación era averiguar si estaban o no afiliados a Hizbolá ya que pensaban que este Nasralá era el secretario general del movimiento Hizbolá y
Bilal su hijo. Los deportaron a las prisiones de Affola y Nassra. Veinte días después los soldados israelíes los liberaron cuando tuvieron la certeza de que no tenían nada que ver con el movimiento. A Mohamad Slim, un pastor de 14 años lo secuestraron en Taraya el lunes 31 de julio. Dijo que tres soldados israelíes lo apuntaron con sus armas y lo llevaron a bordo de un helicóptero a Palestina. Le confinaron en una célula y le dieron una inyección que contenía una sustancia amarilla y una cápsula con un líquido. Seis días después lo liberaron. Incluso después del alto el fuego, los soldados israelíes continuaron deteniendo a civiles e interrogándolos en Israel o en el sur de los territorios ocupados durante horas. Hemos recogido episodios de ese tipo con civiles de Al Taybe, Maroun el Rass, Al Kantara y Adchit. El 8 de septiembre, las tropas israelíes secuestraron a cinco nacionales libaneses de un centro para minusválidos en el pueblo fronterizo de Aita El Chaeb, donde estaban inspeccionando los establecimientos. Entre ellos había un oficial de las fuerzas de la seguridad general libanesa, Hasan Dakuk. Los condujeron a Israel. A Fares Obeid lo secuestraron después pero todos los anteriormente mencionados, incluido Fares, fueron liberados más tarde. Fuentes: Periódico Al Safir: artículos publicados durante y después de la guerra. Resultados negativos Las amenazas israelíes de lanzar una guerra de larga duración provocaron que muchos libaneses hicieran acopio de alimentos o sustancias vitales como fuel. Con el refuerzo del bloqueo, los transportistas de fuel no pudieron hacer los repartos. A continuación hubo una atroz carencia de gasolina. Los propietarios de las gasolineras subieron los precios. Los ciudadanos almacenaron todo tipo de alimentos, pan y velas ya que temían que sobreviniera una gran carencia de provisiones, sobre todo en las zonas más peligrosas. A causa del embargo, se produjeron gran cantidad de desastres humanos, sobre todo en los pueblos del sur de Líbano. El bombardeo masivo del puente de Al Kassimieh y de muchas carreteras con las que conectaba aislaron Sour y otros pueblos fronterizos del resto de Líbano. El bombardeo intensivo de ambulancias, camiones e incluso convoyes humanos impidió que los productos vitales llegaran a los ciudadanos. Los que no huyeron sufrieron grandes penalidades. Estuvieron privados de alimentos, agua, electricidad y medios de transporte. Ainata, cuya población está constituida fundamentalmente por ancianos, fue la que sufrió mayores carencias. Sus residentes se cobijaron en refugios muy precarios, bebieron aguas residuales y comieron pan duro. Decenas de ellos murieron de hambre debido al bloqueo de Bint Jbeil y Ainata o bajo los escombros de sus casas. La miseria campaba por doquier cuando los vecinos volvieron y se encontraron con todas sus pertenencias convertidas en montones de escombros, como en Siddikin, Taibe, Bin Jbeil y Aita Chaeb. No había condiciones para vivir, sin agua, electricidad, alimentos, ni siquiera pan. Abu Nayef, de 80 años, dijo que había vivido los peores días de su vida durante el bloqueo. No dejó Marwahin, ni tampoco su amigo. Se escondieron primero en los valles y comieron hierbas durante cuatro días. Luego volvió a su casa y comió Borghol y agua. Abu Hassan se escondió en el tanque de agua de su casa en Bint Jbeil, donde sobrevivió sólo con agua durante 33 días. En Taibe, sobre todo los ancianos, sufrieron mucho con la invasión israelí. Bebieron agua del lago de regadío y comieron los alimentos caducados que encontraron en las casas vecinas. Cuando los ataques se intensificaron, huyeron a pie a otras regiones más seguras. Los aviones aún siguieron bombardeándolos. Se
encontraron los huesos de un hombre y su mujer, de la familia Nahle, en la calle en Deir Seryan. Otro hombre fue asesinado y su hija violada en Taieb. La hija permaneció junto al cadáver de su padre durante diez días. Deir Seryan quedó arrasado. Las tropas israelíes entraron en el pueblo y de forma deliberada destrozaron muchas casas y robaron los enseres. Los ataques a los cuarteles de la defensa civil destruyeron muchas ambulancias, lo que imposibilitó trasladar a las víctimas a zonas seguras. Samir Nasser, un voluntario informó que se vieron obligados a trasladar a los ancianos de una orilla a otra del río Kaekaiet al Jessr, cuyo puente fue destruido el primer día de la guerra. La Casa de los Detenidos [en Israel] Libaneses fue salvajemente destruida. Efectos de la barbarie de la guerra israelí sobre la salud y la sanidad Las enfermedades que han proliferado durante la primera semana tras el alto el fuego son: Alergias dermatológicas que se extendieron por los pueblos bombardeados con misiles israelíes. Hemos registrado casos de irritación, inflamaciones, picor en las manos, piernas y en otras zonas expuestas del cuerpo. Inflamación de la garganta y del sistema respiratorio al inhalar el aire cargado de polvo de las zonas bombardeadas. Graves diarreas registradas tras comer los frutos expuestos en los campos y jardines bombardeados. Vómitos, enfermedades nerviosas, ansiedad, reumatismo… En Zebkin hemos recibido las consultas de 40 pacientes. Sus edades oscilan entre 1 y 14 años. Todos ellos sufrían irritación en la piel y alergia, diarrea y vómitos. La segunda categoría la componían mujeres jóvenes de unos 30 años. Todas ellas sufrían inflamación vaginal, ansiedad y dolores en los hombros. Los hombres de 30 años o más sufrían dolores de espalda. Los que tenían 50 ó más que ya tenían enfermedades crónicas como diabetes, enfermedades coronarias e hipertensión necesitaban tratamiento permanentemente. La destrucción de farmacias y el bloqueo de carreteras imposibilitó la aplicación de los tratamientos.
Utilización de armas prohibidas internacionalmente Bombas de fósforo: Bombas abrasadoras de las que emana un intenso humo blanco que provoca ahogos en los que lo inhalan y quemaduras en la piel. El civil libanés A.B. estaba en el refugio con su esposa cuando su casa fue alcanzada en 1993 por una bomba de fósforo. Inhalaron el humo blanco y padecieron una crisis asmática grave. Él tuvo una alergia respiratoria crónica que le duró más de un año. Trece años después sigue sufriendo los mismos síntomas cuando inhala algo que huela como gasolina hirviendo, pintura o pesticidas. Bombas químicas: Contienen gas de cianuro que se evapora rápidamente y provoca la asfixia y la muerte de cualquier persona que lo inhale. Horas después causa enfermedades, mareos y debilidad general en aquellas personas que se encuentren cercanas a los lugares bombardeados. Esas bombas químicas fueron lanzadas sobre Qana y mataron a muchos niños y mujeres que dormían en sus
camas sin que aparecieran restos de proyectiles. Los equipos de rescate tuvieron los mismo síntomas cuando intentaron llevar a cabo sus misiones. No podemos constatar evidencias de lo relatado ya que este tipo de bombas se evapora y no hay análisis de laboratorio que pueda probar su existencia. Este gas huele como las almendras amargas. Bombas químicas que contienen gas mostaza: Estas bombas explotan en el aire incendiando la tierra que tocan y formando un humo muy denso. Provocan quemaduras de segundo grado. Traspasanlos guantes de goma. Muchos de los heridos admitidos en los hospitales sufrieron graves quemaduras. Ningún análisis de laboratorio pudo revelar de qué de sustancia se trataba. Este gas huele como la mostaza, el ajo o la cebolla. Las precauciones a adoptar consisten en ponerse una máscara sobre la nariz y la boca y lavar la piel expuesta antes de que pasen dos minutos del momento de exposición. Bombas de fragmentación o racimo, que contienen miles de fragmentos que se extienden por todas partes. Tienen muchas formas, piedras, muñequitos, campanas, todas ellas llevan una cinta blanca. Explotan al tocarlas o cuando se agarra la cinta. La población más vulnerable son los niños y los agricultores. Se lanzaron miles de estas bombas en el sur, el 90% durante las últimas horas de la guerra y después de haberse anunciado el alto el fuego. Bombas de tornillo, que contienen tornillos envenenados. Pueden proyectarse a una distancia de 500 m. y causan la muerte. Gas nervioso. Causa parálisis y la muerte a todos aquellos que lo inhalan. En cuanto a estas bombas no tenemos ninguna evidencia de que hayan sido usadas durante la guerra Una nueva generación de bombas: Su contenido aún es desconocido. La piel de la persona afectada se vuelve de color negro aunque no aparecen quemaduras y es causa de muerte inmediata. Eso ocurrió en la fábrica de envasado de comida en el valle de la Bekaa donde trabajaban empleados de nacionalidad siria. La guerra de Israel contra el Líbano no sólo destrozó la infraestructura del país, también causó daños importantes en el ámbito de la sanidad. Nos tememos un aumento en el número de víctimas y cánceres o enfermedades crónicas.
Bombas de fragmentación La guerra no se detuvo el 14 de agosto de 2006. Miles de bombas de fragmentación o racimo y minas terrestres se lanzaron sobre las tierras situadas al sur de Líbano. A diario se informaba de muchas víctimas, muertos o heridos. La herencia que dejaron las minas terrestres en los territorios libaneses durante 22 años, hasta el 2000 no ha desaparecido aún. Los dispositivos de fragmentación están extendidos por todas las zonas del sur del país, en campos e incluso en jardines. Impiden que los campesinos puedan cosechar el tabaco, las aceitunas y las uvas Muchos niños han muerto ya por estas bombas que tienen forma de muñecas o regalos para atraer la atención. Una inspección y sondeo recientes de la tierra revelaron la presencia de 180.000 dispositivos de fragmentación en zonas bombardeadas. Hasta ahora se han registrado 17 personas muertas y 17 heridas. Las víctimas empezaron a aparecer el primer día después de que los desplazados regresaran a sus tierras. El 14 de agosto, el pastor Ibrahim Amacha murió en Ansar. Se trasladó desde Froun hasta la localidad más segura de Ansar. Dos horas después Hadi Hattab murió mientras
se fue alargando después de que en Blida cuatro niños resultaran heridos y en Zawtar Al Gharbi murió Ali Torkiye. Había desactivado antes 150 bombas abandonadas en calles y campos. El número de víctimas aumentará fundamentalmente entre los agricultores, ya que esos dispositivos se lanzaros en campos y jardines. Fuentes: Equipos del Centro de Rehabilitación de Khiam durante sus visitas a los pueblos El Diyar: artículo del 10 de septiembre de 2006 Según un oficial israelí que participó en la guerra contra Líbano, se lanzaron sobre el sur más de 1.200.000 dispositivos de fragmentación. Calificó este acto de “barbarie” y dijo que un solo misil propaga más de 1.800 dispositivos, que a su vez contienen 1,2 millones de bombas de fragmentación. Declaró: “Lo que hicimos en el sur de Líbano fue un acto de barbarie, cubrimos totalmente algunas zonas con bombas de fragmentación”. El comandante en jefe de la sección de misiles dijo: “Se utilizaron intensivamente los misiles multi escape Organ Stalin, a pesar de su poca precisión. Aclaró que los dispositivos de fragmentación se usaron a pesar de su imprecisión y a pesar de la desviación de 1.200 metros que pueden tener. Muchas decenas de miles de tales dispositivos permanecen sin explotar”. Los expertos confirman que las bombas de fragmentación no diferencian entre bases militares y civiles. Están prohibidas en zonas pobladas. Añadió que sus fuerzas compensaron la imprecisión de las bombas inundando la región con bombas de fragmentación. Estas acciones han arrasado toda la tierra en el sur del país, y afirmó “no hay posibilidad de alcanzar un blanco definido y el oficial lo sabía” Un soldado contó que sus aviones bombardearon los territorios libaneses con bombas de fósforo que están prohibidas internacionalmente desde hace diez años. Bombardearon con misiles de fósforo para provocar incendios por todas partes. Terminó diciendo: “Como soldado en el campo de batalla yo no dispongo de toda la información relativa a los cuarteles de Hizbolá que tenían las fuerzas aéreas. Pero sentí que era inaceptable destruir completamente las calles o barrer totalmente una barriada entera del mapa Fuente: Periódico Al Safir, artículo del 13 de septiembre de 2006
CONCLUSION La guerra que Israel emprendió contra Líbano tenía un único objetivo: DESTRUIRLO. La destrucción de un país miembro de las Naciones Unidas y de la Liga Árabe. Esta guerra ha tenido terribles secuelas en los sectores financiero, social, pedagógico y también en las posibilidades de desarrollo. Sus efectos psicológicos son incalculables. Muchos sectores fueron exhaustivamente destruidos o paralizados. Ésta no es la primera guerra lanzada por Israel contra Líbano. No es la primera vez que Israel viola las convenciones internacionales con la bendición implícita de la Comunidad Internacional. No es la primera vez que Israel destaca por socavar los principios de los derechos humanos. Israel tiene detenidos a más de 10.000 libaneses, palestinos y otros nacionales árabes. Algunos de ellos llevan encarcelados treinta años. Han repartido a las
Cuando la resistencia detuvo a dos soldados israelíes, todas las naciones del mundo se escandalizaron y no repararon en esfuerzos para liberarlos. Israel atacó salvajemente a civiles, destruyó de forma inexorable la infraestructura y llevó a cabo horrendos baños de sangre en los pueblos del sur. Estados Unidos y sus aliados contemplaron durante semanas esta guerra sin mover ni un solo dedo. ¡Querían un nuevo Oriente Medio! ¡Los principios de su nuevo Oriente Medio están escritos con la sangre de los niños de Marwahin, Wana, Siddikin, Srifa y Zebkin! Israel ha venido cometiendo carnicerías inhumanas desde el primer momento de su fundación: Deir Yassim en 1948, Sabra y Chatila, Sinaí, Qana, Rmeileh, Aitaroun, Jebchit, Nabi Chit (La Bekaa), Ainat, Bint Jbeil, Chiyah… y esta lista no es exhaustiva. Esta alarmante situación nos impele a reclamar lo siguiente: Establecer un tribunal internacional que condene a los políticos y soldados israelíes por los crímenes de guerra cometidos contra la humanidad. Se conocerá como Tribunal Internacional de Qana. Condenar a Israel a pagar indemnizaciones por las destrucciones de la guerra de julio de 2006 e indemnizar a las familias de los mártires. Se pedirán disculpas a Líbano por los bestiales ataques. Suspender a Israel como miembro de Naciones Unidas y de sus organizaciones, ya que es un país terrorista que viola todas las convenciones y tratados internacionales y amenaza la paz en la región y en el mundo. Condena de los países que pusieron su veto a la resolución adoptada por el Consejo de Derechos Humanos que condenaba las violaciones de Israel el 11 de agosto de 2006 en la sede de Naciones Unidas en Ginebra. Apelamos al Consejo de Derechos Humanos así como a todas las demás organizaciones de Naciones Unidas a preservar los derechos humanos y a empeñarse en la lucha contra la tortura, la violencia y la discriminación. Liberar a todos los prisioneros árabes y libaneses de los campos de detención y prisiones de Israel, revelando el paradero de los desaparecidos y devolviendo sus restos.
«Líbano podría hacer que se embarguen los bienes israelíes» Simon Petite, 6 de octubre de 2006 Traducido por Rocío Anguiano
En la ONU, la guerra de Líbano no ha acabado. De regreso de su misión, varios expertos presentaban esta semana sus conclusiones ante el Consejo de Derechos Humanos. Entre ellos, el suizo Jean Ziegler, relator especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación. Su informe atrajo los elogios de los países árabemusulmanes y la ira de Israel, que no había invitado al sociólogo a ir a comprobar los daños causados por los cohetes lanzados por Hizbulá sobre Galilea. ¿Se ha ensañado usted con el gobierno israelí? Jean Ziegler: Eso es absurdo. Voy allí donde se vulnera el derecho a la alimentación. Es el caso de Gaza, debido al aislamiento casi hermético impuesto por el Estado hebreo. En Líbano, un millón de personas han perdido sus medios de subsistencia a causa de los bombardeos israelíes. También quiero investigar en Darfur, pero el gobierno sudanés no quiere ni oír hablar de ello. ¿Por
qué se le considera un indeseable en Israel?
Creo que al gobierno no le gustó nada mi informe de 2003 sobre la infraalimentación galopante en los territorios ocupados. Tel Aviv se niega a admitir las consecuencias de la ocupación. Más del 15 % de los niños palestinos padecen malnutrición, el 65 % de los habitantes solo come una vez al día y el 85 % de la población depende de la ayuda internacional. ¿Qué es lo que más le ha impresionado de su misión en Líbano? La costa mediterránea está negra de petróleo debido al bombardeo israelí de los depósitos de Jieh. La capa, además de ser altamente cancerígena, ha arruinado a los pescadores. Ha sido un acto deliberado, al igual que la destrucción de la red de agua potable y del sistema de riego. Asimismo, centenares de niños han sido asesinados. Porque la estrategia militar consistía en “sembrar el pánico en todo Líbano” para hacerle pagar el secuestro por parte de Hizbulá de los dos soldados. No lo digo yo, sino el escritor israelí Michel Warschawski. ¿Cree que Israel debe compensar a Líbano? Yo lo único que hago es dejar constancia de las violaciones del derecho a la alimentación. Apelar al Tribunal Internacional de Justicia le corresponde a Líbano. En 2004, los jueces de La Haya admitieron el principio de indemnizaciones para los palestinos expropiados por la construcción del muro. Esta sentencia sigue siendo papel mojado ya que los palestinos no tienen medios para conseguir que se cumpla. Líbano es un estado soberano. Mediante un fallo judicial, tendría la posibilidad de hacer que se embargasen los bienes israelíes en el extranjero.
¿Ha tenido contactos con responsables de Hizbulá? Hizbulá forma parte del gobierno libanés y yo me he entrevistado con el Ministro del Agua, que es un miembro del partido chií. El embajador israelí me reprocha que no considere a Hizbulá una organización terrorista. No me he reunido con nadie de su brazo armado. El desarme de esta o su integración en el ejército libanés es asunto de Líbano. Tampoco me corresponde pronunciarme sobre la legalidad de Hizbulá o sobre la conveniencia de excluirlo del gobierno.
El eje arabo-israelí
Abdul Sattar Kassem, 1 de octubre de 2006 Traducido por Manuel Talens
Tras los recientes sucesos en el sur del Líbano y el auge del poder iraní, los regímenes árabes ya no podrán esconder más su alianza objetiva con Israel. Se dirigen hacia una subjetiva coordinación pública de envergadura con Israel. Han sido aliados objetivos porque Israel y los poderes occidentales -USA en particularprotegen y salvaguardan la continuidad de sus dictaduras. Hezbolá ganó la guerra, lo cual es algo que aterra a los regímenes árabes y necesita una rápida reacción. Una victoria significa fuerza en el plano nacional, un alentador incentivo psicológico y un aumento de la moral pública árabe, todo ello peligroso para regímenes que se han nutrido de las sempiternas derrotas y de la humillación. Tales regímenes son marionetas que únicamente se preocupan de sus propios intereses privados. Hasta cierto punto, la victoria que logró Hezbolá es indicativa del poder sirio e iraní. Israel, USA, Jordania, Arabia Saudita, Egipto, los estados de Golfo, algunos libaneses y algunos palestinos están interesados en aplastar tanto a Siria como a Irán. Ninguno de ellos puede ocultar más su alianza y el eje arabo-israelí está gradualmente saliendo a la luz. Los saudíes visitan Israel, los egipcios hablan de una tecnología nuclear propia, los jordanos adiestran a individuos libaneses contrarios a Hezbolá, los palestinos liderados por Mahmoud Abbas se unen a la presión sobre Hamas orquestada por árabes, europeos, usamericanos e israelíes. La zona será testigo de dos ejes: el sirio-iraní, apoyado por Hezbolá, Hamas y la soñolienta opinión pública árabe, y el arabo-israelí, apoyado por USA y Europa.
¿Por qué reconocer a Israel?
Danny Rubinstein, 26 de septiembre de 2006 Traducido por Chelo Ramos
La posición asumida por Israel de negarse a reconocer un gobierno palestino integrado principalmente por miembros de Hamás, que no reconocen a Israel, parece totalmente comprensible. ¿Por qué debe Israel reconocer al movimiento Hamás, que ha sido declarado como una organización terrorista por los países del mundo y cuya carta fundacional expresa que “la entidad sionista” no tiene derecho a existir? La carta fundacional de Hamás fue redactada cuando nació la primera Intifada en 1987 –es decir, hace casi 20 años- y refleja una realidad política palestina distinta de la que existe hoy en día. Pero esto le tiene sin cuidado al Estado de Israel. En el pasado, Israel y otros países se esforzaron por convencer a la OLP de que revisase su carta fundacional y reconociese a Israel. Actualmente se le exige lo mismo a Hamás. ¿Es capaz de cambiar este movimiento? Hace poco algunos voceros de Hamás señalaron que el liderazgo del movimiento estaba sorprendido por el alcance de su victoria en las elecciones. Los activistas de Hamás esperaban (según lo proyectado por las encuestas) que su movimiento obtuviese un poco más de la tercera parte de los votos y dirigiese un importante sector de la oposición. Pero, ¿ganar alrededor de las dos terceras partes del parlamento y ser capaces de formar gobierno por sí mismos? Ni siquiera lo habían soñado y no estaban preparados para ello. Si se hubiesen preparado, podrían haber revisado un poco su rígida ideología, suavizado en cierta medida su línea política y aceptado, por ejemplo, la iniciativa árabe de reconocer a Israel con las fronteras de 1967, una iniciativa que ha sido aceptada por todos los Estados árabes. ¿Qué clase de héroes son ustedes, que se oponen a todos los Estados árabes?, podríamos preguntarle algún día a Ismail Haniyeh, primer ministro de Hamás. En vista de la realidad política que existe en Palestina, podemos afirmar que, a pesar de los múltiples trucos lingüísticos, los líderes de Hamás no aceptarán la exigencia de reconocer a Israel, y la brecha entre ellos será cada vez más profunda. Esto lo entienden los representantes del Cuarteto (incluso los diplomáticos usamericanos) que se reunieron antes del feriado, cuando se reunía la
Asamblea General de las Naciones Unidas. Algunos de ellos, sin duda influidos por las explicaciones del presidente Mahmoud Abbas. La mayor parte del público palestino no le pide a Hamás que reconozca a Israel. Al menos esto es lo que indica una encuesta confiable realizada en los territorios. La explicación de esta actitud la dan los voceros de Hamás en todas las esquinas, de Rafá a Yenín, y es bien aceptada en los territorios: Yasser Arafat y la OLP reconocieron al Estado de Israel en los Acuerdos de Oslo, ¿y qué ganaron? Sólo sufrimiento y desgracias. El asedio económico impuesto a Cisjordania y a la Franja de Gaza, los asesinatos selectivos, las incursiones y los puestos de control, pueden explicarse como la defensa de Israel contra ataques terroristas. Pero, ¿cómo puede explicarse que la cantidad de colonos en Cisjordania y Jerusalén se haya duplicado desde la Conferencia de Madrid y los Acuerdos de Oslo? Desde las elecciones de 1996 en Israel y casi hasta el final del gobierno de Ehud Barak, hubo un período bastante largo de calma en lo referente a la seguridad. Casi no se produjeron ataques terroristas. Durante ese período, al igual que antes, el ímpetu de los asentamientos continuó. La población de colonos creció de 100.000 a más de 200.000 en la década de 1990. Cuando los israelíes construyen nuevos barrios en la zona este de Jerusalén (Har Homa y Reches Shlomo), amplían los barrios y asentamientos de la parte musulmana de la Ciudad Antigua, en Silwan, Ras al-Amud y Sheij Yarrá, expulsan a los árabes de la ciudad y los rodean de decenas de miles de colonos judíos en la estrecha franja que va de Beitar Alto en el sur, vía Ma’ale Adumim en el este y Givat Ze’ev en el norte, envían un claro mensaje: no hay ninguna posibilidad de que la capital del Estado Palestino se establezca en Jerusalén. Si a esto le añadimos el crecimiento de los asentamientos en Samaria, Ariel, los suburbios de Ramala, en la ampliada Gush Etzion y en Monte Hebrón, el mensaje israelí es inequívoco: ustedes, palestinos, no tienen salida. Reconocieron a Israel y lo que recibieron a cambio fue la liquidación de sus esperanzas como nación. Entonces, ¿por qué Hamás debería otorgar un reconocimiento cuyos resultados ya conocemos?
Genocidio en Gaza
Ilan Pappe Traducido por Chelo Ramos
En Gaza está ocurriendo un genocidio. En la mañana de hoy, 2 de septiembre, otros tres ciudadanos han sido asesinados y una familia
completa ha sido herida en Beit Hanoun. Estas son apenas las muertes de la mañana; antes de que termine el día serán masacrados muchos otros. Un promedio de ocho palestinos mueren diariamente en los ataques israelíes a la Franja. La mayoría son niños. Cientos resultan heridos, paralizados, mutilados. Los líderes israelíes no saben qué hacer con la Franja de Gaza, y tienen algunas vagas ideas respecto a Cisjordania. El gobierno actual supone que, al contrario de la Franja, Cisjordania es un espacio abierto, al menos el sector oriental. Entonces, si Israel, de acuerdo con el programa de consolidación que tiene el gobierno, se anexa la parte que desea –la mitad de Cisjordania- y la limpia de su población nativa, la otra mitad se inclinaría naturalmente hacia Jordania, al menos por un tiempo, y no molestaría a Israel. Esta suposición es una falacia, pero sin embargo ha obtenido el voto entusiasta de la mayoría de los judíos en el país. Un arreglo como éste no funcionaría en el enclave de Gaza, pues Egipto, contrariamente a Jordania, desde 1948 logró convencer a los israelíes de que la Franja de Gaza sería un problema para ellos y nunca formará parte de Egipto. Así, un millón y medio de palestinos están atrapados en Israel, pues aunque geográficamente la Franja está situada en los límites del estado, psicológicamente se encuentra en pleno centro. Las inhumanas condiciones de vida del área más densamente poblada del mundo, y uno de los espacios más pobres del hemisferio norte, han evitado que quienes viven allí se resignen a aceptar el encarcelamiento que Israel les ha impuesto desde 1967. Ha habido períodos relativamente mejores en los que se permitía que los habitantes de Gaza fuesen a Cisjordania y a Israel a trabajar, pero esos tiempos ya pasaron. Desde 1987 la realidad es mucho más cruel. Mientras hubo colonos judíos en Gaza se permitió cierto acceso al mundo exterior, pero desde que fueron retirados la Franja ha sido cerrada herméticamente. Es irónico, pero de acuerdo con encuestas recientes, la mayoría de los israelíes consideran que Gaza es un estado palestino independiente cuyo nacimiento ha sido graciosamente permitido por Israel. Los líderes y, especialmente, el ejército, lo ven como una prisión con presos extremadamente peligrosos a los que hay que eliminar de una forma u otra. Las políticas convencionales de limpieza étnica que Israel usó con éxito en 1948 en contra de la mitad de la población palestina y en contra de cientos de miles de palestinos en Cisjordania, no sirven en este caso. Es posible sacar lentamente a los palestinos de Cisjordania y, especialmente, del área del Gran Jerusalén, pero eso no puede hacerse en la Franja de Gaza después de haberla sellado como a una prisión de máxima seguridad. Al igual que con las operaciones de limpieza étnica, la política genocida no se formula en el vacío. Desde 1948, el ejército y el gobierno israelíes han necesitado un pretexto para iniciar dichas políticas. La ocupación de Palestina en 1948 produjo la inevitable resistencia local que, a su vez, permitió la ejecución de la política de limpieza étnica que ya había sido planificada en la década de 1930. Veinte años de ocupación israelí en Cisjordania produjeron, con el tiempo, cierta resistencia palestina. Esa lucha contra la ocupación desencadenó una nueva política de limpieza que se sigue aplicando hoy en día en Cisjordania. El encarcelamiento de Gaza en el verano de 2005, presentado como el generoso retiro de Israel, produjo los ataques con cohetes de Hamás y la Jihad Islámica y un caso de secuestro. Pero ya antes del secuestro de Giald Shalit, el ejército israelí bombardeaba la
Franja de forma indiscriminada. Desde el secuestro, los asesinatos masivos han aumentado y se han sistematizado. El asesinato diario de palestinos, niños en su mayoría, aparece ahora en las páginas interiores de la prensa local, generalmente en letra microscópica. Los principales culpables son los pilotos israelíes, que están de fiesta ahora que uno de ellos es el jefe del Estado Mayor. En la guerra contra Líbano de 1982, la fuerza aérea israelí ordenó a sus pilotos que abortasen la misión si divisaban civiles inocentes a 500 metros cuadrados de su objetivo. No es que estas órdenes se cumpliesen, pero mantenían las apariencias para consumo moral interno. La fuerza área israelí lo llama el “Procedimiento Libanés” (Nohal Levanon). Cuando hace un año los pilotos preguntaron si se aplicaba a Gaza, la repuesta fue no. La misma respuesta se dio a los pilotos en la segunda guerra contra Líbano. La guerra contra Líbano sirvió por un tiempo como cortina de humo para cubrir los crímenes cometidos en la Franja de Gaza. Pero después de haberse acordado el cese al fuego en el norte Israel sigue aplicando los mismos métodos brutales. Parece que el frustrado ejército israelí está más decidido que nunca a aumentar los campos de extermino en la Franja de Gaza. Ningún político puede o quiere detener a los generales. Una matanza de diez civiles por día dará como resultado algunos miles de muertos cada año. No es igual que matar un millón de personas en una sola campaña, que es la única restricción que Israel está dispuesto a aceptar en memoria del Holocausto. Pero si se doblan los asesinatos, el número aumenta en una proporción espantosa y, más importante, se pueden estar creando las condiciones para forzar la salida masiva de los habitantes de la Franja, bien en nombre de la ayuda humanitaria, la intervención internacional o por el propio deseo de la gente de huir de ese infierno. Pero si la respuesta es la resolución que suelen mostrar los palestinos, y no tenemos por que dudar de que esta será la reacción de las habitantes de Gaza, entonces los asesinatos masivos continuarán y aumentarán. Mucho depende de la reacción internacional. Cuando se le absolvió de toda responsabilidad por la limpieza étnica de 1948, Israel convirtió esta política en una herramienta legítima de su programa de seguridad nacional. Si el mundo tolera la actual adopción y escalada de políticas genocidas, Israel las ampliará y las usará de manera aún más drástica. Sólo la presión en forma de boicots, sanciones, y aislamiento podrá detener el asesinato de civiles inocentes en la Franja de Gaza. Nada de que lo que hagamos nosotros en Israel puede detenerlos. Algunos valientes pilotos se negaron a participar en las operaciones, dos periodistas –de ciento cincuenta- no dejan de escribir sobre ello, pero eso es todo. En nombre de la memoria del Holocausto, esperemos que el mundo no permita que el genocidio en Gaza continúe.
Todo lo que pasa en Palestina se oculta
Françoise Germain-Robin Traducido por Caty R.
El profesor de la universidad de Lovaina, Bichara Khader recuerda que en el nudo del conflicto de Oriente Próximo sigue el problema palestino y se pronuncia por una vuelta a las negociaciones. Durante toda la guerra israelí contra Líbano, no hemos hablado prácticamente en los medios de comunicación de la guerra que sigue contra la población palestina de la Franja de Gaza que comenzó en junio, no ha cesado en ningún momento y ha causado más de 200 muertos palestinos. ¿Cómo explica este silencio y el hecho de que la Unión Europea y la ONU parezcan desinteresadas de la cuestión? Bichara Khader. Uno de mis últimos artículos, publicado en la prensa española, se titula "Destruir Líbano para conservar Palestina" [1]. Ese título resume mi análisis de lo que acaba de pasar. Los ojos de la comunidad internacional han estado clavados en Líbano desde mediados de julio. La mayoría apuesta por que, durante las próximas semanas, estará preocupada sobre todo por el despliegue de la fuerza internacional y la definición de su mandato. El resultado es que todo lo que pasa en Palestina se oculta: los doscientos muertos que usted señala y además las cuantiosas destrucciones, los diarios asesinatos premeditados, los millares de heridos y desahuciados. Mi tesis es que cualquier conflicto reciente eclipsa los anteriores y que Israel siempre jugó esta baza. Así, el conflicto de 1967 hizo olvidar la guerra de 1948 y desplazó el interés. La ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza se convirtió en el foco de atención de todo el mundo, lo que hizo olvidar la situación anterior. Todas las discusiones se refirieron sólo al 22% de la Palestina histórica, olvidando que al principio era el 56% el que estaba destinado al Estado Palestino. El hecho de que no se hablase más que del 22% se convirtió en la norma y ya no se iba a volver atrás. Resumiendo, ¿es una eterna huida hacia delante desde entonces? Bichara Khader. Se ha convertido en una constante de la política israelí. La retirada unilateral de la Franja de Gaza eclipsó la cuestión del muro, el muro que separa Palestina de Palestina y cuya construcción continúa, a pesar de que la Corte Internacional lo ha declarado ilegal y ha pedido su desmantelamiento. Y Líbano ha hecho olvidar la Franja de Gaza. En realidad, Israel jamás dejó la Franja de Gaza. Los colonos se fueron, pero la Franja de Gaza es un enclave cerrado con doble llave y todas sus fronteras -terrestres, aéreas y marítimas- están cerradas a cal y canto por Israel que puede continuar allí actuando a su antojo. Sin embargo, lo que ha pasado en Líbano ha demostrado una cosa: el fracaso de cualquier
proyecto unilateral. Igual que la retirada unilateral de Líbano en 2000, la retirada unilateral de la Franja de Gaza en 2005 no resolvió nada. ¿Cómo explica la actitud de la Unión Europea que parece haber abandonado la búsqueda de una solución negociada? Bichara Khader. Pienso que es porque Israel ha conseguido convencerla de que su combate forma parte de la guerra contra el terrorismo de la administración Bush. Occidente tiende a tragarse esta tesis que hace de Israel su abanderado en la guerra contra el terrorismo. Así hemos llegado a no distinguir entre Hamás, Hezbolá y Al Qaeda. Y hoy no son lo mismo. Pero actuar como si lo fueran hace correr el riesgo de que ciertas facciones palestinas, hartas de no poder realizar sus objetivos de liberación nacional, se dejen tentar por Al Qaeda. Es necesario que los europeos vuelvan a lo que es el problema central de toda esta región, es decir, el problema palestino y se apliquen urgentemente a su solución. Por el momento comprobamos que hay una conciencia muy nítida, en los dirigentes europeos, de la importancia fundamental de este problema -incluso en el gobierno de Tony Blair que trata de lavar su reputación haciéndolo su caballo de batalla-. Pero todo queda en el terreno de los discursos y los deseos piadosos. Como si no hubiese solución posible, cuando en realidad la receta es muy simple. ¿Qué receta? Bichara Khader. Hay que volver a las negociaciones; si es necesario, en el marco de una conferencia internacional bajo los auspicios del "cuarteto" [2]. Es responsabilidad de la comunidad internacional empujar a Israel, pero también es responsabilidad de los palestinos mostrarse como interlocutores. Para eso deben ponerse de acuerdo y presentar un frente unido, lo que facilitará la tarea de la comunidad internacional. Creo que ha llegado la hora de la verdad. También para Israel que no puede seguir contemporizando.
El fracaso del proyecto sionista
Olivia Zémor Traducido por Caty R.
Cualquiera que sea el número de bombas arrojadas sobre Líbano y Palestina, cualquiera que sea el número de muertos, de palestinos y de libaneses saqueados y torturados, cualquiera que sea la arrogancia del conjunto de los gobiernos
israelíes y la impunidad de la que gozan, hay un hecho evidente: el proyecto sionista está en un atolladero. «Nuestros líderes y sus criados intelectuales parecen incapaces de comprender que la historia no se puede borrar como una pizarra para escribir en ella nuestro futuro e imponer nuestro modelo de vida a los “pueblos inferiores”» Edward Said. Con malos comienzos, el Estado de Israel, nacido de una mentira («una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra»), -muy cómodo para las grandes potencias que se lavaban la conciencia por sus crímenes contra el pueblo judío con poco gasto y al mismo tiempo disponían de un peón en esta parte estratégica del planeta-, habría podido elegir integrarse en el mundo de Oriente Próximo donde decidió instalarse. Una elección que habría podido asegurarle un desarrollo económico, científico y cultural extraordinarios. En lugar de eso, Israel siempre eligió otras vías: la de la brutalidad y el desprecio. Apostó por la desaparición de los palestinos, por el lavado de los cerebros (los de su población y los de todo el mundo), e intentó reescribir la historia. Y perdió. El proyecto sionista está en un atolladero y los actuales ataques desenfrenados del ejército israelí a Líbano y a los territorios palestinos ocupados es el resultado y la prueba de este fiasco. El fracaso del negacionismo El sionismo se empeñó en la desaparición del pueblo palestino pensando que bastaba con negar su existencia y después echarlo y desesperarlo hasta que abandonase todos sus derechos. Procuró, en vano, deshumanizarlo. La negación del otro es una constante en toda empresa colonial. Pero ni el negacionismo ni la limpieza étnica dieron los frutos esperados. El pueblo palestino existe. Ha conseguido resistir a 40 años de ocupación y 60 de expulsiones, destrucciones y boicoteo. Ni las matanzas ni las humillaciones han conseguido erradicar a la población palestina. Es más, se ha desarrollado, cultivado y curtido utilizando como armas, además de las piedras, la demografía y la educación. Ni peores ni mejores que otros, los palestinos, enfrentados a la corrupción de más de un dirigente y a un cierto repliegue en los valores religiosos -que se puede observar por todas partes en un mundo espantado por tanta barbarie-, siguen luchando. A pesar de todas las estratagemas, presiones, represiones y argucias desplegadas para incitar a la división o a la colaboración, los israelíes no han conseguido quebrantar la unidad ni instaurar el caos. Los palestinos resisten. Israel: una sociedad maltrecha La población israelí vive siempre en pie de guerra. Mientras que las exigencias se plantean en nombre de la "seguridad de Israel”, los israelíes jamás han conocido la seguridad. Como todo ocupante, viven inmersos en el miedo. Los jóvenes y los menos jóvenes padecen esta situación, obligados a dedicar tres años de su vida (dos para las chicas) a la guerra, y a regresar a ella regularmente como reservistas. La violencia doméstica, consecuencia inevitable de los comportamientos que pretenden deshumanizar a los palestinos en los territorios ocupados, no deja paralelamente de crecer en Israel, como señalan alarmados numerosos sociólogos israelíes. La situación económica es desastrosa. Israel sólo sobrevive gracias al maná estadounidense. Su economía gira totalmente en torno a la guerra en detrimento de todos los demás sectores; y la guerra no atrae a los inversores. Las divisiones y desigualdades entre diferentes grupos de población y sectores de inmigrantes: judíos orientales, askenazíes, rusos y palestinos del 48, son patentes.
Aunque reciben mejor trato que los árabes israelíes, los judíos orientales son ciudadanos de segunda (hasta el punto de que eso los hizo volverse masivamente hacia el Likoud y los partidos religiosos tradicionales, mientras que los askenazíes nutrían tradicionalmente a las formaciones de la izquierda laica). La inmigración de un millón de rusos (judíos o supuestos judíos) originó un clan poco apreciado por los otros grupos sociales. En cuanto a los 250.000 esclavos no judíos traídos para sustituir a la mano de obra palestina, no van a reforzar precisamente la cohesión de la sociedad israelí. Lo único que sustenta hoy la cohesión es el miedo al "enemigo común", fomentado con esmero por los dirigentes israelíes. El famoso «ellos o nosotros» utilizado hasta la saciedad, es el nexo de unión. Israel se despojó, como de una costra malsana que le impedía cambiar de vida, de casi de todas las tradiciones judías de la diáspora (prescindió del yiddish, de la cultura judeoárabe, de las especialidades culinarias y hasta del humor judío, el arte de burlarse de sí mismos, ligado a «la mentalidad del gueto» y por tanto inadmisible en Israel). Y ¿cómo las ha reemplazado? ¿Sólo con el reconocimiento de la fuerza, con la cultura militar? Muchos israelíes se hartan de este ambiente, lo que se traduce en un número nada despreciable de fugas. Por supuesto las cifras se esconden cuidadosamente, pero el hecho está ahí: un número considerable de israelíes, a menudo entre los más capacitados académicamente, se expatría, provocando una inquietante fuga de cerebros, asunto sobre el que Israel se abstiene de hacer comentarios y prefiere poner énfasis en los nuevos emigrantes, los que hacen su Alya. ¿Compensan el número de israelíes que se van, sin bombo y platillos, anunciando la mayoría de las veces que van provisionalmente a estudiar o trabajar en el extranjero (principalmente a Estados Unidos, Canadá y Europa) y no vuelven, o sólo lo hacen brevemente para ver a sus familias? Es muy dudoso. Una imagen desastrosa ante el mundo Israel también ha perdido en términos de imagen. Estamos ya muy lejos de las simpatías, ampliamente extendidas en el mundo occidental, de que gozaba el valiente pueblecito que deseaba, después de tanto sufrimiento, instaurar el socialismo desarrollando los kibutz, el país que alardeaba de grandes principios de democracia, igualdad y laicidad. Israel es hoy el país el más odiado del mundo. Repelen su brutalidad, su desprecio a los demás, su voluntad de crear el caos en todo Oriente Próximo, su estigmatización permanente de los árabes y su descaro ilimitado cuando se trata de agitar el espantajo de la religión… de otros. Estado religioso fundado sobre la desigualdad, sobre la noción de pueblo elegido, que no concede los mismos derechos a sus ciudadanos según sean judíos o no, fagocitado por peligrosos fanáticos religiosos que no sólo hacen de las suyas en los asentamientos de los territorios palestinos sino también en los niveles más altos del aparato del estado y del sistema educativo, Israel es un estado integrista, dotado de la bomba atómica, que sólo inspira simpatía a los aprendices de brujo. El chantaje del antisemitismo: un verdadero bumerán La simpatía hacia Israel de los que tienen intereses allí o los que se arriman sistemáticamente al sol que más calienta, no debe hacer olvidar la aversión creciente, incluso de los que se callan, por la vergonzosa ley del embudo y la increíble impunidad. Aversión que, por una desafortunada mezcolanza, puede recaer sobre todos los judíos, particularmente en países como Francia donde se ve mucho a los judíos famosos que se salen en defensa de la política israelí y muy poco a los que se desmarcan. Así, el estado que se presentaba como un remanso de paz y seguridad para todos los judíos del mundo, ha enfangado a su población en la inseguridad permanente y
se ha convertido en «la mayor fábrica de virus del antisemitismo», según la expresión del militante israelí de Gush Shalom, Uri Avnery. Israel está atrapado en una lógica satánica: sus dirigentes necesitan apelar al antisemitismo para presentarse como "las" víctimas, con el riesgo instaurarlo, de fomentarlo. Con esto pretenden distraer la atención de su crueldad con los palestinos, o por lo menos inhibir las críticas, e incitar a más judíos a que vayan instalarse en Israel, de manera “preventiva”. Pero el chantaje del antisemitismo, ese terrorismo intelectual y moral, esas constantes mentiras fomentadas por los políticos y los medios de comunicación, exasperan a un número cada vez mayor de ciudadanos. Y la inmensa mayoría de los judíos de la diáspora, que no tienen ganas de instalarse en Israel, corren peligro de sufrir las consecuencias, sin que los pirómanos se preocupen de extinguir los fuegos que encendieron. La manipulación permanente del genocidio de los judíos por los sionistas también acaba por gastarse y perder eficacia. Todos los que militan para que aquellos crímenes contra la humanidad no se repitan nunca, rechazan que el Holocausto transforme el estudio del nazismo y el ascenso del fascismo en “temas tabú”. Actualmente la recuperación de la memoria histórica ha dado paso a la prohibición de averiguar cómo fueron posibles aquellos horrores. Hitler = Satanás, y punto. Prohibido analizar, comparar, descubrir que Hitler no era un lobo caído del cielo que los dirigentes del mundo entero, por ingenuidad o por atolondramiento, dejaron entrar en el redil. Ni hablar de plantearse que el ascenso del fascismo no se hizo en un día, sino que duró una decena de años durante los que las atrocidades y el exterminio de judíos, comunistas y miembros de la resistencia fueron encubiertos por los obsequiosos regímenes democráticos que, en general, veían en el nazismo una buena muralla contra el contagio comunista. El lobo Hitler fue cebado tranquilamente, ninguna potencia occidental rompió sus relaciones diplomáticas con él antes del final del 39 y entonces ya existían los campos de concentración. Silencio. Tema tabú. Nadie quiere remover el montón de basura. Pero, ¿hasta cuando el genocidio de los judíos, el genocidio de nuestros padres y nuestros abuelos, tendrá como principal función encubrir las artimañas criminales del Estado de Israel? Nuestros "filósofos" y otro plumíferos, elocuentes partidarios del derecho de injerencia cuando se trata de someter a los pueblos, unánimes para justificar la agresión contra Líbano y satanizar a Hezbolá, igual que aprobaron la estrangulación del pueblo palestino, satanizaron a Hamás y aplaudieron la agresión contra Iraq, siempre podrán cantarnos la canción del "choque de civilizaciones” y de la "superioridad de la cultura judeocristiana". El hecho es que la razón del más fuerte no siempre es la mejor. Israel, enfrentado a las derrotas que infligen a su poderoso y sofisticado ejército los pueblos que se niegan a someterse a su yugo, lo está comprobando. Que nuestro Sarkozy y compañía, tan diligentes para hacerles el caldo gordo a los ocupantes, y para rodearse de titiriteros como Finkielkraut y Klarsfeld, tomen nota. Quizá no hayan hecho la mejor elección. La voluntad de autodeterminación de los pueblos no deja de asombrarlos.
¡¡Abajo la Resolución 1701 de la ONU!! Militant FSE Traducido por Caty R.
En la noche del viernes 11 al sábado 12 de agosto el Consejo de Seguridad de la ONU votó y aprobó, por unanimidad de sus 15 miembros, la Resolución 1701. Esta resolución satisface totalmente a Israel y al imperialismo. Simon Peres declara: "Hemos obtenido satisfacción para casi todas nuestras exigencias. Sin precedentes”. El examen del texto le da toda la razón: La ONU considera que fue Hezbolá quien desencadenó las hostilidades y, por tanto, que Israel no hizo más que defenderse: "se declara profundamente preocupada por la continua escalada de las hostilidades entablada por Líbano e Israel desde el ataque de Hezbolá a Israel el 12 de julio de 2006". Es decir, por apresar a dos soldados israelíes (para conseguir la liberación de cientos de libaneses, incluidos niños, encarcelados en Israel) –que según Hezbolá y el Gobierno de Líbano fueron capturados en territorio libanés-, la resistencia libanesa es responsable de la campaña israelí de terror y destrucción de Líbano. Para la ONU, los resistentes son los culpables e Israel no hizo más que responder (la resolución ni siquiera dice que Israel lo hizo de manera "desproporcionada", sólo habla de escalada por parte de los dos bandos). Así que después de haber destruido Líbano, Israel puede lavarse las manos, la ONU ni siquiera le exige una participación económica para la reconstrucción del país. Al identificar la causa principal de esta crisis, la ONU reclama "la liberación incondicional de los [dos] soldados israelíes capturados". Es decir, obliga a la resistencia a liberar en el acto y sin contrapartida a los dos soldados israelíes. Por el contrario, la ONU no exige la liberación de los resistentes libaneses encarcelados en Israel, se contenta con una fórmula hueca, limitándose a decir que es "consciente del carácter delicado de la cuestión de los presos y fomentando los esfuerzos destinados a regular urgentemente el asunto de los prisioneros libaneses encarcelados en Israel". Resumiendo, Israel puede quedarse con los prisioneros libaneses con la bendición de la “comunidad internacional”. La resolución no exige la retirada inmediata de las tropas de ocupación de Líbano. La ONU dice simplemente que "hay que actuar de modo que esta retirada se produzca cuanto antes". Es decir, la ONU deja que el Estado de Israel termine tranquilamente el trabajo sucio. Al final de las operaciones "ofensivas" destinadas a conquistar toda la zona comprendida entre la frontera y el río Litani, Israel anuncia su voluntad de permanecer algún tiempo (dos semanas según las últimas declaraciones) para “limpiar" (según su expresión) la zona conquistada. Y la ONU se lo permite, ya que sólo le pide que cese la "ofensiva militar". Cuando acabe la "limpieza", Israel podrá pasar el relevo a una fuerza internacional (FINUL) de 15.000 hombres. Aunque Israel ha devastado y ocupa una parte de Líbano, la ONU considera que la gran amenaza que hay que neutralizar es la resistencia. Así pues, las tropas internacionales no se desplegarán en el Estado de Israel para neutralizar sus veleidades bélicas, sino en el sur de Líbano (precisamente en la parte de Líbano que Israel va "a limpiar" antes de pasarle el relevo a la ONU) para ayudar al Gobierno libanés a aplicar la Resolución 1559 de la ONU, es decir, a desarmar a la resistencia. La ocupación imperialista de Líbano tiene por objeto impedir todas las operaciones de la resistencia libanesa contra Israel, dejando completamente aislada a la resistencia palestina. La resolución no exige que Israel deje la parte de Líbano que ocupa desde 1967 (las granjas de Chebaa). Se limita a decir que: "toma debida nota de las propuestas presentadas en el plan, de siete puntos que conciernen al sector de las explotaciones de Chebaa (...)". Por tanto Israel podrá seguir ocupando esta parte del territorio libanés y la fuerza internacional lo protegerá de la resistencia libanesa. Por último, recordemos que la ONU no tiene estrictamente nada que decir sobre las operaciones de Israel en Gaza y Cisjordania. En estos territorios Israel sigue con
sus operaciones armadas que destrozan a la población, secuestra a los representantes elegidos por el pueblo palestino, etcétera, sin que la "comunidad internacional" se conmueva. Detener a dos soldados de un Estado racista y colonial es para la comunidad internacional mucho más grave que la opresión del pueblo palestino y las exigencias que conlleva.
¿Allana Israel el camino para una guerra de EE.UU. contra Irán?
Gareth Porter Traducido por Germán Leyens
Israel ha argüido que la guerra contra el arsenal de cohetes de Hezbolá fue una reacción a la amenaza de la organización chií para la seguridad israelí, pero la evidencia apunta a un objetivo mucho más ambicioso: debilitar el disuasivo de Irán contra un ataque a sus instalaciones nucleares. Al planificar la destrucción de la mayor parte del arsenal de Hezbolá e impedir toda recepción de suministros provenientes de Irán, Israel parece haberse propuesto la eliminación de un importante motivo que condujo al gobierno de George W. Bush a dejar de lado la opción militar para encarar el programa nuclear de Irán – el temor de que los cohetes de Hezbolá causarían numerosas víctimas en Israel como represalias por un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán. Un destacado experto en temas de la política de defensa nacional israelí cree que el objetivo de la campaña israelí contra Hezbolá fue cambiar la opinión del gobierno Bush sobre un ataque contra Irán. Edward Luttwak, consultor superior del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales basado en Washington, dice que en el pasado funcionarios del gobierno Bush descartaron en privado la opción de ataques aéreos contra las instalaciones nucleares iraníes, citando cálculos de que un ataque de cohetes de Hezbolá en represalia mataría a miles de personas en el norte de Israel. Pero funcionarios israelíes consideraron que una guerra en Líbano para destruir el arsenal de Hezbolá e impedir un suministro ulterior en el futuro era un modo de eliminar esa objeción a la opción militar, dice Luttwak. El riesgo para Israel en el lanzamiento de una ofensiva semejante era que provocaría precisamente la lluvia de cohetes de Hezbolá sobre Israel que se proponía evitar. Pero Luttwak cree que los israelíes calcularon que podían degradar las fuerzas de cohetes de Hezbolá sin sufrir demasiadas pérdidas al atacar de modo
preventivo. “Sabían que un ataque cuidadosamente preparado y coordinado de Hezbolá con cohetes sería mucho más catastrófico que si era realizado bajo el ataque de Israel,” dice. Gerald M. Steinberg, un especialista israelí en asuntos de seguridad en la Universidad Bar Ilon, que refleja el pensamiento del gobierno israelí, no aludió al vínculo entre la destrucción del arsenal de cohetes de Hezbolá y un posible ataque contra Irán en una entrevista con Bernard Gwertzman del Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York la semana pasada. Pero dijo que existen “ciertas expectativas” en Israel de que después de las elecciones al Congreso en EE.UU., Bush “decidirá que tiene que hacer lo que tiene que hacer.” Steinberg dijo que Israel quería “obtener una evaluación” de si EE.UU. “presentaría un ataque militar contra las instalaciones nucleares de Irán como la única opción.” Si no, sugirió que Israel seguía considerando sus propias opciones. Especialistas en Irán y Hezbolá han considerado desde hace tiempo que los misiles que Irán ha suministrado a Hezbolá tenían el propósito explícito de disuadir a Israel de un ataque contra Irán. Ephraim Kam, especialista en Irán en el Centro de Estudios Estratégicos de Israel, escribió en diciembre de 2004 que la amenaza de Hezbolá contra el norte de Israel era un elemento crucial en la fuerza de disuasión de Irán contra un ataque de EE.UU. Ali Ansari, profesor adjunto en la Universidad de St. Andrews en Escocia, y autor de un nuevo libro sobre la confrontación de EE.UU. con Irán fue citado en el Toronto Star el 30 de julio, diciendo: “Hezbolá fue siempre la fuerza de disuasión de Irán contra Israel.” Irán también ha amenazado con represalias directas contra Israel con el misil Shahab-3 desde territorio iraní. Sin embargo, Irán podría estar preocupado por la posibilidad de que el sistema Arrow de Israel podría interceptar a la mayoría de estos, como señaló Kam del Centro Jaffe en 2004. Eso eleva la importancia para Irán de la capacidad de Hezbolá de amenazar con represalias. Hezbolá recibió algunos cohetes Katiusha de la era soviética, con un alcance de sólo 8 kilómetros, y cientos de misiles de más alcance, después de que Israel se retiró del sur de Líbano en 2000. Pero el periódico israelí Haaretz ha informado, citando un informe del servicio de inteligencia militar israelí, que la cantidad de misiles y cohetes en manos de Hezbolá aumentó a más de 12.000 en 2004. Eso fue cuando funcionarios iraníes consideraron que el gobierno Bush podría considerar seriamente un ataque contra sus instalaciones nucleares, porque sabía que Irán comenzaría a enriquecer uranio. Fue también cuando funcionarios iraníes comenzaron a insinuar que Hezbolá podría tomar represalias en caso de algún ataque contra Irán, aunque nunca lo hacen de modo tan explícito. El primer indicio de preocupación iraní por posibles implicaciones estratégicas de la campaña israelí por degradar la fuerza de misiles de Hezbolá en el sur de Líbano vino en un informe de Michael Slackman en New York Times el 25 de julio. Slackman citó a un funcionario iraní con “estrechos vínculos con los niveles más elevados del gobierno”, diciendo: “Quieren cercenar uno de los brazos de Irán.” El mismo artículo citó a Mohsen Rezai, ex jefe de los Guardias Revolucionarios de Irán, diciendo: “Israel y EE.UU. sabían que mientras Hamas y Hezbolá existieran, la confrontación con Irán sería costosa” – una referencia obvia al valor disuasivo de los misiles en Líbano. “Así que, para encarar a Irán, quieren eliminar primero a las fuerzas cercanas a Irán que se encuentran en Líbano y Palestina.”
Israel ha estado planificando su campaña contra el arsenal de misiles de Hezbolá durante muchos meses. Como informó Matthew Kalman desde Tel Aviv en el San Francisco Chronicle el 21 de julio: “Hace más de un año, un alto oficial del ejército israelí comenzó a hacer presentaciones usando PowerPoint, sobre una base extraoficial, a diplomáticos, periodistas y gabinetes estratégicos de EE.UU. y otros, describiendo el plan para la actual operación en detalles reveladores.” El principal propósito del primer ministro israelí Ehud Olmert en su reunión con Bush del 25 de mayo fue evidentemente empujar a EE.UU. para que aceptara el uso de la fuerza, si era necesario, para detener el programa de enriquecimiento de uranio de Irán. Cuatro días antes de la reunión, Olmert declaró a CNN que “el umbral tecnológico” de Irán está “muy cercano”. En respuesta a una pregunta sobre la diplomacia de EE.UU. y Europa al respecto, Olmert respondió: “Prefiero adoptar las medidas necesarias para detenerlo, a descubrir más adelante que mi indiferencia fue tan peligrosa.” En su reunión con Bush, según Yitzhak Benhorin de ynetnews de Israel, Olmert presionó a Bush respecto a la evaluación del espionaje israelí de que Irán obtendría la tecnología necesaria para construir una bomba dentro de un año y expresó temores de que los esfuerzos diplomáticos no darían resultados. Parece probable que Olmert discutió los planes de Israel para degradar las capacidades de los misiles de Hezbolá como un medio para reducir dramáticamente el riesgo de una campaña aérea contra las instalaciones nucleares de Irán, y que Bush dio su aprobación. Eso explicaría el comentario de Olmert a periodistas israelíes después de la reunión, mencionado por ynetnews de Israel, pero no por los medios noticiosos de EE.UU., de que: “Estoy muy, muy, muy satisfecho.” La negativa de Bush de hacer algo para limitar la libertad de Israel de sembrar la destrucción en Líbano sugiere además que alentó a los israelíes a aprovechar cualquier pretexto para lanzar la ofensiva. El plan israelí debe haber dado al vicepresidente Dick Cheney y al secretario de defensa Donald Rumsfeld nuevos argumentos para propugnar un ataque contra las instalaciones nucleares de Irán. Rumsfeld fue el vocero de la política del gobierno frente a Irán de 2002 a 2004, y a menudo parecía estar preparando la base política para un eventual ataque militar contra Irán. Pero fue silenciado respecto a Irán desde que la secretaria de estado Condoleezza Rice se hizo cargo de la política ante Irán en enero de 2005.
Las organizaciones humanitarias piden al mundo que no se olvide de Gaza IRIN Traducido por Rocío Anguiano
“Las organizaciones de ayuda y la ONU piden a la comunidad internacional que no se olvide de la crisis humanitaria en la Franja de Gaza que, dicen, es al menos tan grave como la del sur de Líbano” “Es inevitable que el centro de atención se haya desplazado a Líbano, pero la crisis en Gaza es de las mismas dimensiones” dice Charles Clayton, el director de la organización humanitaria “World Vision”.
Un escrito firmado por 30 organizaciones de ayuda pide a los miembros de la comunidad internacional que presionen para que se produzca un alto el fuego entre los militantes de Hamas y el ejército israelí, así como que se garantice completamente el acceso humanitario a Gaza y la protección de la vida de los civiles. Gaza es una franja de tierra bajo administración palestina situada entre Israel y Egipto, que estuvo completamente ocupada por Israel desde 1967 hasta mediados de 2005, momento en el que fue devuelta a la Autoridad Palestina. El ejército israelí entró de nuevo en Gaza después de que militantes de Hamas capturaran el 25 de junio de 2006 a un soldado israelí. A pesar de los esfuerzos de los mediadores egipcios para negociar la liberación del soldado, este sigue preso. Desde el 28 de junio, en Gaza han sido asesinados 141 palestinos, 30 de ellos niños, y ha habido 511 heridos, según datos de la ONU. Durante ese mismo periodo, las fuerzas de defensa de Israel contabilizan 1 soldado israelí muerto y 7 heridos así como 7 civiles israelíes heridos por cohetes lanzados por los militantes de Hamas desde Gaza. La ONU dice que durante ese margen de tiempo, el ejército israelí ha lanzado aproximadamente 250 obuses diarios sobre Gaza, mientras que los militantes palestinos han lanzado unos 9 cohetes al día sobre Israel. “En Gaza viven 1,4 millones de personas y los obuses caen sobre ellos”, declara Clayton a IRIN. “Son tan vulnerables como las 750 000 personas que huyen en Líbano, pero en Gaza no tienen a donde huir porque todas las fronteras están cerradas y porque el mundo mira a otro lado.” “En una noche, durante los combates en Líbano, murieron más de 20 personas en Gaza y creo que esto no habría sido así si el mundo no tuviera la mirada vuelta hacia Líbano” afirma Liz Sime, responsable en la zona de CARE International. “Nos preocupa que Israel aproveche la oportunidad para aumentar sus acciones en Gaza y provocar todavía más destrozos”. William Dufourcq, responsable de la Misión para Israel, Cisjordania y la Franja de Gaza de la organización sanitaria Médicos del Mundo, ha informado a IRIN de que las heridas que sufren los palestinos son mucho más graves en la actualidad que hace algunos años. “Hoy, en comparación con el pasado, hay muchas más mutilaciones que requieren amputaciones así como quemaduras graves” dice. “Esto supone que los hospitales estén llenos más tiempo y que haya una gran necesidad de especialistas cualificados así como de medicamentos cuyo abastecimiento ya es deficitario. Estas personas quedarán lisiadas para toda la vida.” Desde Gaza, Joe Stork, de la organización Human Rights Watch, insiste en que da la impresión de que Gaza ha sido olvidada. “Hoy Líbano está eclipsando a Gaza, pero es importante no perder de vista Gaza y por eso estamos aquí. Los bombardeos están destruyendo casas y vidas y en algunos casos sobre los que investigamos, parece que la única razón es intimidar a la gente. Además, hay un empobrecimiento enorme.”
Según la ONU, solo el 30% de la fuerza de trabajo palestina en Gaza percibe hoy un sueldo y sus informes indican que más del 40% de los palestinos trabajan para la Autoridad Palestina, pero no han cobrado desde hace meses. La ayuda económica a la Autoridad Palestina procedente de Estados Unidos y la Unión Europea se suspendió a raíz de la victoria de Hamas en las elecciones de enero de este año. Israel y Estados Unidos consideran a Hamas una organización terrorista. David Shearer, director de OCHA (Office for the coordination of Humanitarian Affairs) en Jerusalén dice que tuvo que discutir con el ejército para garantizar que la ayuda entrara en Gaza. “El ejército hablaba de un máximo de 150 camiones diarios” dice Shearer. “Ese es el mínimo imprescindible que se necesita para ocuparse de una población de 1,4 millones de personas vivas. El paso reservado a la ayuda se ha abierto de forma intermitente estas últimas semanas. La situación en Gaza no es como la de Darfur. Es una sociedad urbanizada, avanzada y productiva, pero poco a poco se está convirtiendo en una sociedad de mendigos.” Israel dice que su actual ofensiva sobre Gaza es una acción militar necesaria. “Israel entró en la Franja de Gaza tras el secuestro de un soldado israelí en territorio israelí en una acción organizada por terroristas palestinos”, ha dicho un portavoz del ejército a IRIN. “Se debe negociar un alto el fuego por las dos partes. Las negociaciones no han conseguido la liberación del soldado.” “El objetivo en Gaza ahora es limpiar la zona fronteriza al igual que en la frontera del sur de Líbano. Debemos proteger a nuestros civiles. Nuestros soldados destruyen los escondites de armas y los túneles y luchan contra los grupos terroristas. El fin de nuestra acción en Gaza será el fin de los actos terroristas, es así de sencillo. Pero al mismo tiempo somos conscientes de que la población palestina sufre. Hacemos todo lo posible para convencerles de que abandonen las zonas de combate y de que no permanezcan en las casas en las que hay armas” ha dicho el portavoz.
Los colonos atacan a internacionales en Hebrón
Programa de Acompañamiento Ecuménico en Palestina e Israel (EAPPI) Traducido por Carlos Sanchis
A primeras horas de la mañana del jueves 20 de Abril, dos acompañantes ecuménicos, trabajando en representación del Programa de Acompañamiento Ecuménico en Palestina e Israel (EAPPI) fueron atacados en el distrito de Tel Rumeida en Hebrón. Karin Laier (Alemania ) y Tore Ottesen (Noruega) estaban esperando al final de la escalera de la escuela de niñas Córdoba, donde cada día acompañaban a las alumnas a la escuela, cuando un autobús se detuvo a unos 100 metros de donde se hallaban. Quince jóvenes colonos salieron y comenzaron a caminar hacia Karin y Tore gritando: ¡ Os vamos a matar!. Los jóvenes tenían entre 18 y 20 años de edad . Los Acompañantes corrieron escaleras arriba hacia la escuela, seguidos por los jóvenes. Cuando estos estuvieron a unos 10 metros les comenzaron a arrojar piedras. Tanto Tore como Karin fueron alcanzados en la espalda por piedras que pesaban aproximadamente medio kilo. Sufrieron contusiones pero no heridas de gravedad. Mientras tanto, otros tres internacionales, trabajando en el Movimiento Internacional de Solidaridad y Equipos de Pacificadores Cristianos fueron atacados por jóvenes que les dieron patadas y les arrojaron piedras. Uno de los voluntarios tiene diecisiete años de edad. No se produjeron heridas graves y la policía fue informada. Este incidente es solo uno de la oleada de ataques a palestinos e internacionales en Hebrón, a continuación de un ataque a la acompañante Silvana Hogg, el 1º de Abril a la que hubo de dar siete puntos de sutura en la cabeza. El equipo actual de cuatro Acompañantes Ecuménicos estaba en Hebrón desde Febrero.. El equipo acompaña a las niñas de la escuela Córdoba, que se halla enfrente del asentamiento de Beit Hadassah. Las niñas y sus maestros sufren un hostigamiento y ataques constantes de los colonos.
Foro Social Mundial de 2006, Foro Social Europeo y más allá: nuevas energías para la búsqueda de la justicia y la libertad en Palestina
Badil Traducido por Beatriz Morales
La conciencia de la Nakba palestina de 1848 y la necesidad de restaurar los derechos de millones refugiados palestinos, junto con una campaña global de boicot, desinversiones y sanciones contra Israel hasta que acate el derecho internacional, campaña basada en principios y derechos, han venido a representar la respuesta de los movimientos sociales globales al fracaso de la diplomacia internacional en Oriente Medio. En el sexto Foro Social Mundial (FSM) celebrado el pasado mes de enero en Caracas, Venezuela, la Asamblea de Movimientos Sociales adoptó el llamamiento de la Sociedad Civil Palestina al boicot, desinversión y sanciones (BDS). Al encuentro de Caracas, uno de los tres FSM que tienen lugar en 2006 y que reúne organizaciones de la sociedad civil y movimientos de todo el mundo, asistieron más de 100.000 participantes. La Asamblea de Movimientos Sociales en el FSM-Caracas hizo un llamamiento al boicot, desinversión y sanciones hasta que Israel: * acabe con la ocupación y colonización de la tierra palestina y desmantele en Muro, * reconozca hasta la completa igualdad los derechos fundamentales de los ciudadanos árabo-palestinos de Israel y * respete los derechos de los refugiados palestinos a retornar a sus hogares y recuperar sus propiedades, tal como estipula la resolución 194 de NNUU. La Asamblea también hizo un llamamiento a participar globalmente en la conmemoración de la Nakba palestina, el 15 de mayo de 2006. La conmemoración de este año marcará el 58° aniversario del desplazamiento de unos 800.000 palestinos y de la despoblación/destrucción de al menos 500 pueblos y ciudades palestinos que acompañaron al establecimiento del Estado de Israel en 1948. El FSM ha dado lugar a muchos foros sociales regionales, incluyendo el Foro Social Europeo (FSE) que se celebrará en Atenas entre el 4 y 7 de mayo. Un llamamiento hecho por 29 organizaciones hizo hincapié en la importancia de que este FSE trate entre sus temas la situación en Palestina y el papel de la sociedad civil europea en la lucha por la realización de la libertad y la justicia en Palestina. Una amplia coalición de organizaciones de la sociedad civil palestina y libanesa, y la Coalición global palestina del Derecho al Retorno se van a reunir en Beirut los próximos 20 y 21 de mayo en una Conferencia ÁraboInternacional en Solidaridad con el Derecho al Retorno y a la Autodeterminación del pueblo palestino para estrechar los lazos entre las campañas árabe y occidental de la sociedad civil. Irá seguida, del 26 al 28 de mayo en Ginebra, por la "Conferencia Internacional para una Paz Justa en Palestina e Israel: Hacer cumplir el Derecho Internacional" organizada por el Comité Europeo de Coordinación de las ONGs en Palestina. El objetivo de esta conferencia es fortalecer y expandir las campañas para crear una presión política y económica sobre Israel, la Comunidad Europea y los Estados con el objetivo de hacerles acatar sus obligaciones de acuerdo con el derecho internacional, tal como ha reiterado en su opinión
consultiva del 9 de julio de 2004 el Tribunal Internacional de Justicia . Participan y contribuyen a estos eventos organizaciones de la sociedad civil palestina, miembros de la Iniciativa de Juristas de la Palestina ocupada y los Altos de Golán sirios (OPGAI, en sus siglas en inglés) y la Campaña Palestina por el Boicot, la Desinversión y las Sanciones a Israel .
Lo que la OLP tiene para ofrecer Saeb Erakat Traducido por Carlos Sanchis
Muchos han defendido que haber ganado Hamas una firme mayoría firme en el Parlamento Palestino proporciona todavía otro retroceso a la paz y a la democracia en el Oriente Próximo. Algunos incluso han sugerido que hace valer el unilateralismo israelí. Yo, sin embargo, pienso que la verdad es lo contrario: Una negociación de paz duradera puede estar ahora más cerca de lo que muchos de nosotros pudiéramos imaginar hace sólo semanas. Las elecciones parlamentarias podrían verse como un referéndum a la dirección del presidente Mahmoud Abbas que llegó hace un año al cargo tras ganar casi dos tercios del voto popular. El Sr. Abbas concurrió con una plataforma de creación de empleo, seguridad interior y una resolución negociada del conflicto con Israel basada en dos estados viviendo al lado en paz. Muchas personas creen que Abbas no cumplió. Hoy, hay menos trabajos, no más seguridad para los palestinos de la ocupada Cisjordania, incluyendo Jerusalén Oriental, y la ocupada Franja de Gaza ocupada está peor, no mejor; y las negociaciones, como la solución de los dos estados, están estancadas. Abbas, sin embargo, no es finalmente culpable. Cuando él llamó a Israel a levantar las restricciones sobre la movilidad palestina y comerciar dentro y entre las áreas palestinas, Israel se negó —a pesar de llamamientos similares del Banco Mundial, Naciones Unidas, la Unión Europea y la Secretaria de Estado Condoleezza Rice. Las restricciones no se tradujeron sólo en más pobreza sino también en menos seguridad, el Sr. Abbas no podía mover las fuerzas policiales siquiera dentro del territorio palestino. El presidente Abbas entregó, y mantuvo largamente, una "tahdia"; un " periodo de calma" entre las facciones palestinas e Israel. Y pudo hacerlo a pesar de las cifras de muertes palestinas y de los millares de correrías militares y arrestos que Israel dirigió en violación de acuerdo de no emprender tales actividades. Israel también estrechó su control sobre el territorio clave, los recursos y los mercados—principalmente en la Jerusalén Oriental ocupada—que nosotros necesitaremos para construir un
estado económicamente viable. Así que, el presidente Abbas, el líder del partido Fatah, del conjunto de promesas que hizo en campaña; vino, por consiguiente, a darse con regodeo lo contrario y los palestinos eligieron la única alternativa: Hamas. En realidad, sin embargo, el voto no fue ni un rechazo al presidente Abbas y a su programa de paz ni un apoyo a la carta constitucional de Hamas. Según las recientes encuestas, casi el 70 por ciento de los palestinos apoyan todavía al Sr. Abbas como presidente. Y el 84 por ciento de los palestinos todavía desean un acuerdo de una paz negociada con Israel. Incluso entre los votantes de Hamas, más del 60 por ciento de los encuestados apoyan un "inmediato" reinicio de las negociaciones. La aparente contradicción entre el apoyo palestino a la paz y la victoria electoral de Hamas se explicada fácilmente por el enojo popular a la corrupción percibida del antes nunca desafiado Fatah. Considerando que Hamas tendrá que aceptar ahora que la mayoría de sus propios votantes rechazan el núcleo central de su ideología, Fatah debe emprender una limpieza doméstica, largamente retrasada, para erradicar la corrupción y recobrar la confianza del electorado. Al tiempo que la mayoría de los palestinos están comprometidos con la paz, se han desencantado con un proceso que no les ha llevado más cerca de los estaban en 1993 de su sueño de libertad e independencia. En los 12 años desde que el proceso de Oslo fuera iniciado, Israel se ha atrincherado más que lo ha estado nunca en la tierra Palestina. Y la comunidad internacional lo ha consentido todo el tiempo. El electorado nos castigó a todos por permitir las condiciones de deterioro hasta este nivel. La colonización acelerada de la Cisjordania ocupada por Israel—a través de la cual ha trazado el 80 por ciento de su Muro—no está ayudando. Están destruyéndose las comunidades palestinas cristianas y musulmanas en absoluto detrimento de cualquier perspectiva de una solución de los dos estados. Recientemente, el primer ministro israelí en funciones, Ehud Olmert, anunció su plan para determinar las fronteras finales de Israel unilateralmente, al tiempo que conservaba el control de partes estratégicas de la Cisjordania ocupada: Jerusalén oriental, el Valle del Jordán y tres bloques de ilegales asentamientos—un plan que resultaría ser el final efectivo de nuestro proyecto de construcción del estado. Las falsas declaraciones de Israel de que no tiene "ningún compañero" para negociar la paz, y que el Sr. Abbas no es " relevante por más tiempo" debe verse en esa luz del unilateralismo. La Organización para la Liberación de Palestina, que Abbas también dirige, es el único representante de los palestinos en todas partes y por consiguiente el único auténtico compañero de negociaciones. Su mandato permanece inalterado por las elecciones parlamentarias. Si Israel continúa aprovechándose de la victoria de Hamas para afirmar que no tiene "ningún compañero" para conversaciones y evita las negociaciones—y si la comunidad internacional permanece indiferente—el conflicto sólo se puede deteriorar.
Esto sería una pérdida imperdonable para la paz. Mientras que la democracia palestina no supone ningún desafío a la resolución del conflicto, el mantra israelí de "ningún compañero" y la cobardía política de la comunidad internacional si lo son. La victoria de Hamas no puede permitir disimular la realidad: el pueblo palestino quiere una paz negociada, y en el Sr. Abbas tiene un presidente de la Autoridad Palestina y de la OLP que comparte su visión, tiene un mandato para actuar y tiene la capacidad de entrega. Para aquellos comprometidos en alcanzar una solución de los dos estados, el apoyo público a ambos lados del conflicto proporciona la última oportunidad de ver que nuestra visión probablemente se materialice. Ahora todos nosotros tenemos el deber de responder inmediatamente a las demandas de nuestros pueblos para una paz negociada.