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Internet y los niños ¿Cómo pueden los padres reducir los riesgos? Algunas normas de seguridad. Les advertimos que no deben hablar con personas extrañas o abrirle la puerta a un desconocido. Procuramos también controlar dónde juegan, qué ven en la televisión y qué videojuegos les permitimos tener. Y a menudo, nos olvidamos de las medidas preventivas cuando se agarran al ratón del ordenador y empiezan a viajar, como si lo hubieran hecho toda la vida, por las autopistas de la información. El mercado ya ha puesto a la disposición de padres diligentes, una serie de programas para restringir y controlar el uso que hacen los niños de Internet. Algunos le llaman "espacio cibernético", otros le llaman "vía digital". Cualquiera que sea el nombre, hay millones de personas hoy día que conectan sus computadoras personales a líneas telefónicas con el fin de estar "en línea". En sus inicios, los servicios "en línea" parecían destinados exclusivamente al mundo de los adultos, pero esto ha cambiado. La mayoría de escuelas están conectadas a este tipo de servicios y, en muchos hogares, los niños tienen acceso a las páginas web, los servicios comerciales, los foros de discusión, y los llamados "chats" que ofrece Internet. Muy poco les ha costado aficionarse a este fascinante universo, accesible a través de un módem y de una línea de teléfono, en el que hallan ingentes cantidades de información y múltiples posibilidades de interacción. Sin embargo, debemos estar atentos a algunos riesgos y peligros que corren los niños que navegan sin supervisión adulta. Ventajas de Internet Una gran parte de los servicios de conexión proporcionan recursos como enciclopedias, noticieros, acceso a bibliotecas y otros materiales educativos de valor, servicios de gran utilidad para la formación de nuestros hijos. Ésta es la cara más amable, útil y pedagógica de la red y la que convierte Internet en una herramienta de alto valor educativo. Por otra parte el ordenador y en especial las telecomunicaciones ofrecen una enorme facilidad de acceso a todo tipo de sucesos, personas e información de cualquier rincón del mundo. Los usuarios pueden obtener información acerca del tema que deseen sin desplazamientos ni gestiones. Esto es doblemente atractivo ya que además de útil, Internet se aleja de la televisión o del videojuego, que ofrece al niño información que él absorbe de una manera pasiva. Moviéndose por mares de información y posibilidades distintas, Internet les brinda la oportunidad de participar activamente para comunicarse con otros niños del mundo o elegir a qué tipos de información o distracciones desean acceder. El pequeño se convierte en un explorador activo del conocimiento y son su voluntad y su ansia de conocimiento las que le mueven y le guían por el océano virtual. Riesgos de Internet Sin embargo, son estos mismos atractivos los que pueden ser, en algunas ocasiones, perjudiciales. La fascinación que les provoca el ir de un lado para otro con un simple movimiento de dedo puede generarles una curiosidad casi compulsiva. La inmediatez con que se ejecutan los cambios de rumbo dentro de la red, les crea la necesidad de una urgente gratificación y de una constante retroalimentación. El no obtener esto de forma satisfactoria puede provocarles ansiedad y nerviosismo. Otros factores de riesgo que no debemos menospreciar es que puedan acceder a contenidos y materiales gráficos no aptos para niños sexo, violencia, drogas…. Debemos también advertir a nuestro hijo sobre los peligros que puede conllevar el hecho de que, por inconsciencia, facilite información personal o de la familia a otro usuario en ocasión de un encuentro por chat, u otra vía. Por último, si estáis suscritos a algún sitio de Internet en especial si son sitios de contenidos no aptos para niños y regularmente recibís sus Boletines por correo electrónico, tratad que vuestros hijos no tengan acceso a ellos. La mejor manera de asegurar que tus hijos tengan experiencias positivas al hacer uso de los servicios en línea es interesarse por lo que hacen. Una forma de hacer esto, es pasar tiempo con ellos mientras están usándolos. Pídeles que te muestren lo que hacen y que te enseñen cómo tener acceso a los servicios que ellos usan. Es muy posible y muy natural que por otra parte, pidan un poco de privacidad. Atendamos a su solicitud pero no les
dejemos a sus anchas. Dejémosles preparados los sitios aptos para visitar en el menú Favoritos y controlemos el historial de páginas visitadas. Las mismas habilidades y estrategias que somos capaces de desarrollar para controlarles en la vida diaria sin que ellos se sientan controlados, deben ponerse en funcionamiento cuando nuestros hijos se dispongan a descubrir lo que encierra el fabuloso UniversoInternet. Si tienes alguna preocupación en cuanto a tus hijos y sus actividades en el Internet, habla con ellos. Busca también el consejo y la orientación de otros usuarios de ordenadores y familiarízate con el uso de estos sistemas. La comunicación abierta con tus hijos, la vigilancia adecuada y el uso personal de los servicios en línea te ayudarán a obtener el máximo beneficio de estos sistemas y te alertarán sobre cualquier problema potencial que ocurre al usarlos. Existen algunos programas especialmente diseñados para ayudar a los padres a bloquear y controlar el contenido de los sitios en Internet para los niños. Estos programas pueden tener alguna o varias de las siguientes funciones: • • • •
Bloquean el acceso a sitios para adultos. Clasifican los sitios basados en contenido para adultos (pornografía, violencia, intolerancia racial, extremistas militares, apuestas, cultura de la droga, satanismo, etc). Establecen tiempos de control para usuarios individuales (por ejemplo, bloquean el uso del Internet después de cierta hora o durante horas específicas designadas a "hacer la tarea"). "Graban" las actividades de los usuarios que han navegado la Red, permitiendo así a los padres controlar las actividades de sus hijos en Internet.
Mientras los primeros ofrecen una mayor seguridad e impiden directamente que nuestros hijos accedan a sitios no deseables para ellos, los últimos brindan al niño la libertad de elegir, le hacen responsable del uso que le da a los servicios en línea. La elección de alguno de estos sistemas es muy personal y debe hacerse en función del carácter, el nivel de madurez y la personalidad de vuestro hijo. En todo caso, si optáis por sistemas de seguridad que no impidan el acceso a sitios peligrosos, debéis hablar con vuestros hijos y establecer juntos las reglas a seguir en el uso de Internet. Edgar Jordà
Los 'riesgos' de Internet Tanto los adultos como los jóvenes piensan que los ordenadores son una fuente de información exacta y fiable. El número creciente de usuarios y el acceso a Internet ha añadido una nueva dimensión al uso del ordenador personal. A través del módem y de una línea de teléfono, los niños tienen un acceso casi directo a una cantidad infinita de información. Sin embargo, esta información presenta riesgos reales y peligros para el niño que no tiene supervisión. Internet proporciona a los niños un gran número de recursos tales como enciclopedias, diarios, acceso a bibliotecas y otros materiales de gran valor académico. También pueden usar el ordenador para comunicarse con sus amigos y para jugar. Las posibilidades que ofrece Internet de ir de un lado a otro con un solo clic incitan a la impulsividad, la curiosidad y la necesidad de gratificación inmediata o realimentación que tiene el niño. La mayoría de los padres advierten a sus hijos que no deben hablar con personas extrañas, abrir la puerta a un desconocido si están solos en casa o facilitar ninguna información a cualquier persona que llame por teléfono. La mayoría de los padres también saben a dónde van a jugar sus hijos, qué programas de televisión ven y los libros y revistas que acostumbran a leer. Sin embargo, muchos padres no se dan cuenta de que Internet necesita el mismo nivel de supervisión y orientación. Los padres no deben suponer que los servicios de conexión a Internet protegerán y supervisarán las páginas que visiten sus hijos. La mayor parte de los "chats" o los "grupos de noticias" no están supervisados. Dado que los seudónimos son completamente anónimos, los niños no pueden saber si están "hablando" con otro niño o con alguna persona pervertida que aparenta ser un niño o un adolescente. A diferencia de las personas que
vienen de visita a casa, de las cartas que se reciben por correo, etc. los padres no pueden saber nada de las personas que conversan con sus hijos o Los padres deben tener presente que Internet no prepara al niño para las relaciones interpersonales reales. Si inicialmente dedicamos tiempo para ayudar al niño a explorar los servicios de conexión y si participamos periódicamente con él mientras "navega" por Internet tendremos la oportunidad de supervisar y encaminar el uso que hace el niño del ordenador. que escriben los mensajes que vienen por "correo electrónico". Desgraciadamente, puede haber consecuencias serias para los niños si son persuadidos de que den alguna información personal (por ejemplo, nombre, teléfono, dirección, contraseña) o si se han puesto de acuerdo con alguien para conocerlo en persona. Otros riesgos y problemas de Internet son: • • • • •
Fácil acceso para los niños a áreas que no son apropiadas o son abrumadoras. Información que fomenta el odio, la violencia y la pornografía. Anuncios intensivos que engañan y bombardean al niño con ideas nocivas. Invitación a que los niños se inscriban para ganar premios o se unan a un club que requiera facilitar información personal a fuentes desconocidas. El tiempo que se pasa frente al ordenador es tiempo perdido para el desarrollo de las destrezas sociales.
Para ayudar a los niños a utilizar Internet de forma segura y educativa, los padres deben: • • • • • • • • • •
Limitar el tiempo que pasan los hijos "navegando" por Internet. Enseñar a los niños que no deben "hablar" con desconocidos a través de Internet. Enseñar al niño que nunca debe dar ningún tipo de información personal que lo pueda identificar. Nunca dar al niño el número de ninguna tarjeta de crédito o cualquier contraseña que se pueda usar para comprar cosas o para tener acceso a servicios o páginas inapropiadas. Enseñarle al niño que nunca se debe ir a conocer en persona a alguien a quien conoció a través de Internet. Recordarle que no todo lo que ve o lee en Internet es verdadero. Usar las modalidades de control que el servicio de conexión ofrece a los padres, y obtener uno de los programas comercialmente disponibles que permiten que los padres limiten el acceso a los "chats", los grupos de noticias y otras páginas no apropiadas. Darle un "email" personal, sólo si el niño es lo suficientemente maduro para controlarlo. Supervisar periódicamente los mensajes que manda y recibe y planificar su actividad en Internet. Enseñarle al niño a que sea igual de cortés al "hablar" en Internet como lo es al hablar de persona a persona, que no use malas palabras, lenguaje vulgar o profano, etc. Insistir en que el niño obedezca las mismas reglas cuando use otros ordenadores a los que tenga acceso como en la escuela, biblioteca o en casa de sus amigos.
La American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (AACAP) representa a 6.500 psiquiatras de niños y adolescentes (psiquiatras infantiles) con cinco años como mínimo de experiencia en psiquiatría general y psiquiatría infantil. Kay Widdwson
Seguridad en Internet: los sistemas de filtraje
El mercado informático ya ha puesto a la disposición de los usuarios toda una serie de sistemas de filtraje para evitar que los niños accedan en Internet a contenidos no adecuados. Son distintos tipos de softwares que presentan distintas funcionalidades y que velan por un mismo objetivo: proteger a los niños. Además de aprender con nuestros hijos el manejo de Internet, acompañarles en la navegación, interesarnos por lo que visitan y establecer unas normas de utilización, podemos instalar en nuestro ordenador programas de prevención de acceso a páginas no deseadas en la red, es decir un sistema de filtraje de contenidos. ¿Qué es un filtro de contenidos? Un filtro de contenidos es un software concebido para proporcionar una separación física entre contenidos poco apropiados que están en Internet y los niños o adolescentes. El programa de filtraje impide que las páginas no aptas aparezcan en la pantalla del ordenador. ¿Cómo funcionan? Los hay de distintos tipos que describimos a continuación: Listas de páginas permitidas y páginas prohibidas.
Son programas que crean listas de páginas de contenido apto a las que se puede acceder sin restricciones, y otras listas de páginas de contenido inadecuado que no se podrán ver cuando el programa esté activado. Este software plantea sin embargo los siguientes problemas: El criterio para la selección de las páginas prohibidas lo suele fijar el productor del software y en muchos casos no se permite a los padres personalizar las listas, añadiendo y eliminando páginas que no deseen. La base de datos que alimenta la lista de páginas prohibidas debe actualizarse periódicamente. Algunas empresas permiten que se descarguen las actualizaciones de forma gratuita de la Red, mientras que otras cobran por la actualización. Las listas se quedan obsoletas desde el mismo momento en que son creadas ya que cada día se crean cientos de páginas. Es prácticamente imposible que ningún software las revise para incluirlas en sus listas de forma sistemática.
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Bloqueo de páginas no deseadas.
Son programas de software que se basan en un listado de palabras clave para bloquear el acceso a páginas que contengan dichas palabras. Algunos programas de filtrado permiten que los padres personalicen el listado de palabras, añadiendo o eliminando las que consideren oportuno. Los inconvenientes que presenta esta opción son los siguientes: o o o
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Si una página web contiene gráficos o imágenes, el filtro deja de ser efectivo. El idioma: la gran mayoría de los softwares disponibles en el mercado funcionan en inglés. Algunas palabras clásicamente incluidas en estas listas son tabaco, vino, droga, sexo, etc. Y, a menos que el software sea lo suficientemente inteligente, el resultado del bloqueo de palabras como fumar o vino puede ser prohibir el acceso a una página que informe sobre los riesgos para la salud que puede ocasionar el uso del tabaco o que trate sobre los vinos de La Rioja.
Programas que permiten hacer un seguimiento de la navegación de nuestros hijos. Permiten saber: a qué hora se ha realizado la navegación, cuánto tiempo ha durado y qué páginas han visitado. Programas que bloquean la entrada de información en el ordenador, a través pro ejemplo del correo electrónico.
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Programas que bloquean la información saliente, como el número de teléfono, dirección o datos personales, impidiendo que sus hijos rellenen encuestas o que los datos introducidos sean legibles. Programas que permiten registrar, palabra por palabra, las conversaciones que nuestros hijos mantienen en chats o en foros de discusión. Tanto lo que ellos envían como lo que reciben. Algunos productos permiten establecer diferentes configuraciones para los distintos usuarios que puedan acceder a Internet desde un mismo ordenador, lo que evita que niños de 14 años tengan el mismo nivel de bloqueo que niños de 6 años.
Así pues, la industria informática es capaz de ofrecer respuestas y soluciones a una de las inquietudes que están naciendo en la comunidad de padres con la progresiva implantación de Internet en los hogares españoles. Sin embargo, la eficacia de estos softwares depende mucho de las prestaciones que tengan desarrolladas y es aconsejable informarse exhaustivamente antes de adquirir cualquiera de ellos. *Ana Luiza Rotta es licenciada en Derecho, graduada en International Legal Studies por la American University Washington College of Law, project manager de la primera empresa europea que comercializa productos para la protección del menor en Internet y coordinadora de proyectos subvencionados por la Comisión Europea
Sandra Blanch Vidal Asesorada por: Susan Niessen
Cómo proteger a los niños de los peligros de Internet No se trata pues de criminalizar una red que nos brinda numerosas oportunidades y nos facilita la vida pero sí de evitar sus riesgos. Contenidos nocivos, toma de contacto con desconocidos y pérdida de la privacidad. Si los niños hacen un uso indiscriminado y sin vigilancia de la red, no sólo se exponen a peligros sino que es muy probable que pongan en jaque la intimidad del hogar. Los padres tenemos un papel fundamental a la hora de evitar los riesgos que conlleva el uso de Internet por parte de los niños. En el marco del seminario "Internet y los niños. Hacia un unos seguro de la red" organizado en diciembre de 2000 en Barcelona por la Fundació Catalana de la Recerca, Esther Pinilla* pronunció una charla en la que brindaba a los padres y educadores toda una serie de consejos prácticos para prevenir un mal uso de Internet por parte de los niños. Estas son, resumidas, las principales ideas que expuso. Las estadísticas muestran que tan sólo un 28% de los padres en la Unión Europea saben utilizar o moverse por la red. Para una navegación segura de nuestros hijos, los padres debemos ante todo, conocer el medio por el que nos sentimos amenazados. Es necesario que tengamos conciencia de los beneficios que tiene Internet y de los riesgos que conlleva para que podamos darles a nuestros hijos buenos consejos de utilización del mismo. Si no estamos familiarizados con Internet tratemos de: •
Perder el miedo al ordenador
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Ser humildes y reconocer ante nuestros hijos nuestra ignorancia para que nos ayuden con sus conocimientos y dominio a acercarnos a este mundo. Dejemos que sean ellos quiénes nos enseñen a utilizarlo y a navegar por Internet.
Una vez estemos familiarizados con el ordenador podemos atender a los siguientes consejos: Explicar y concienciar a los hijos: •
que si en una página web se solicitan datos personales, o datos de comportamiento, no deben facilitarlos o que nos pregunten antes de hacerlo.
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que no divulguen tampoco esta clase de información a personas que conozcan en la red a través de los chats o fórums.
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los peligros de citarse con personas que han conocido en la red, ya que existen redes de pederastas que utilizan este medio para reclutamiento de menores. Comentarles que una foto recibida no es ninguna garantía y que pueden mentirles en cuanto a sexo y edad. Si se encuentran en este caso deberán avisarnos, para poder comprobar de quien se trata.
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que para su navegación es mejor que utilicen una dirección de correo electrónico gratuita del tipo hotmail. Si son bombardeados por correo basura, mensajes ofensivos o intimidadores, podrán cambiarla sin ningún perjuicio para la familia.
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Tener instalados programas de filtraje de contenidos o utilizar la herramienta de desactivación de páginas inadecuadas del navegador (si el que utilizamos lo tiene incorporado). De todas formas, debemos tener en cuenta que a menudo son poco fiables ya que se basan en palabras claves inglesas y no interpretan las palabras españolas ni las imágenes).
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Explicarles la utilidad de los sistemas de filtraje. Convencerles que no se trata de invadir su intimidad, ni de ejercer una labor de censura sino de una protección ante la cantidad de casos ocurridos: violaciones, asesinatos etc.
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Insistirles en que la Red es una fuente inagotable de conocimiento, una buena herramienta para ayudarles en sus estudios y que su buen uso es algo que nos beneficia a todos. Pero que deben vigilar porque les expone a peligros.
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Si crean páginas web, que vigilen el contenido, fotos, e información personal insertada en la misma.
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Visitar algunas de las siguientes direcciones en las que hallaremos información sobre el tema de la seguridad en Internet. www.protegeles.com. Proyecto europeo de denuncia de páginas pornográficas. www.asociacionacpi.org. Contra la pornografía infantil www.childfocus.org. Web belga del centro europeo para niños desaparecidos y explotados sexualmente www.disney.fr. Contiene consejos para los menores y padres para una navegación segura www.getnetwise. org. Web realizada por corporaciones industriales y otras organizaciones , para aconsejar a los padres y tutores www.safekids.com y www.safeteens.com. Contienes consejos para los más jóvenes y los padres www.cyberangels.org. Actúan como protectores y contiene páginas en español www.safeweb.com. Introduciendo el sito web a visitar lo analiza, es un filtro gratuito
Esther Pinilla es Doctora en Ciencias económicas, abogada, miembro y representante de COFACE *(Confederación de Organizaciones Familiares y Asociaciones de Consumidores). Ha trabajado en numerosos proyectos de la Comisión europea y forma parte del grupo "Children and the Internet".
Sandra Blanch Vidal Asesorada por: Susan Niessen
¿Qué peligros y beneficios tiene Internet para los niños? Internet ha revolucionado el mundo de las comunicaciones y está en camino de modificar algunos hábitos sociales hasta ahora muy arraigados formas de adquirir bienes y servicios, modelos relacionales, modelos educativos, etc.. Aunque su penetración en los hogares españoles es todavía pobre, ya son muchos los padres y educadores que, aún reconociendo los inmensos beneficios educativos que puede tener el manejo de este medio por los niños, se muestran preocupados por los peligros que conlleva. Teresa Hernández* reflexionó sobre el tema en una charla pronunciada en el marco del seminario "Internet y los niños. Hacia un uso seguro de la red" organizado por la Fundació Catalana per a la Recerca en el mes de diciembre del 2000 en Barcelona. Solohijos.com estuvo presente en el acto y reproduce ahora las ideas esenciales que planteó. Internet además de igualar o superar el atractivo audiovisual de otros medios como la televisión, ofrece la posibilidad de interactuar y comunicarnos de forma rápida y barata con cualquier punto del planeta sin límite de espacio ni de tiempo. Internet es, cada vez más, un medio que contribuye a facilitarnos la vida: pone a nuestro alcance multiplicidad de información, nos brinda la posibilidad de hacer trámites, gestiones o compras sin movernos de casa y nos permite comunicarnos con quién queramos a un bajo coste. Los niños que se conectan a la red pueden aprovechar estos numerosos beneficios: •
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Acceden de forma inmediata a multitud y gran variedad de conocimientos. Esto revoluciona y sobretodo, rentabiliza el proceso educativo en la escuela, ya que el profesor puede dejar de ser un transmisor de conocimientos para dedicarse a ser un guía de acompañamiento en la obtención de la información, la persona que les ayuda a sacar el máximo provecho de esta nueva forma de adquirir conocimientos. Acceden a toda una serie de información relativa a sus hobbies, aficiones, cantantes, grupos favoritos, etc. La dimensión interactiva de Internet les permite intercambiar ideas con interlocutores de cualquier punto del planeta y gozar de una plataforma para expresarse o opinar, experiencias que les pueden resultar gratificantes y enriquecedoras.
Así pues, Internet puede tener pues repercusiones muy positivas en lo que a educación, tiempo libre, proceso de socialización y cultura se refiere. Pero la otra cara de la moneda pone en alerta a los padres. ¿A qué debemos estar atentos? ¿Qué peligros entraña el uso de Internet por los niños? Peligros menores pero que no debemos dejar de tener en cuenta como padres: • • •
La factura del teléfono: a no ser que hayamos contratado una tarifa plana, es muy probable que ellos no se den cuenta del tiempo que pasan conectados y que la factura del teléfono aumente de coste. El tiempo que pasa ocupado el teléfono de casa. Si nuestros hijos están conectados, nos impiden hacer y recibir llamadas que pueden ser importantes. Internet puede ser una vía de descarga de virus en nuestro ordenador.
Por otra parte, debemos tener en cuenta que Internet:
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Puede crear riesgo de adicción y aislamiento. Esto no es frecuente y no debemos alarmarnos. Sin embargo, deberemos estar especialmente atentos a este riesgo si nuestro hijo tiene ya algún problema que dificulte un proceso normal de socialización. De lo contrario, será poco probable que desarrolle síntomas de adicción o que prefiera refugiarse delante del ordenador antes que jugar con otros niños. Puede poner al alcance de los niños: contenidos nocivos: violencia, consumo de drogas, xenofobia, pornografía, etc. contenidos inexactos o poco fiables.
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Puede facilitar que entren en contacto con desconocidos. Se han registrado algunos casos de pederastas que han contactado por primera vez con sus víctimas a través de la red. No nos alarmemos pero hagamos que sea lo suficientemente desconfiado para que no se crea a pies juntillas que el amigo que ha conocido por chat se llama Alberto y tiene la misma edad que él. Es un medio en el que pueden facilitar datos e información personales o privados (nombres, dirección, teléfono, datos de tarjeta de crédito, hábitos de consumo o de comportamiento, etc.). Debemos advertirles del riesgo que esto supone. Es una plataforma de venta electrónica en la que pueden realizar compras que no deseamos. Nos parecerá inconcebible, pero no debemos descartar la posibilidad de que en un momento dado puedan coger nuestra tarjeta y comprar un juego, disco u otro bien deseado. Si nuestra tarjeta sufre cada mes varios movimientos sería muy probable que al final nos pasara completamente desapercibido ese pequeño gasto entre tantos otros. Puede suponerles el tener que enfrentarse a situaciones tensas o de conflicto (en los chats, por ejemplo). Los niños tienen un punto de inocencia y una gran sensibilidad. Unas palabras o ciertos tonos que sobrepasen el límite de lo aceptable puede afectarles más de lo que pensamos. Aunque a través de el ordenador no se vean las caras, esto no les exime de violentarse o vivir de forma negativa ciertas conversaciones. Hacernos perder la privacidad. Si entran en las páginas de comercio electrónico, es muy probable que nos envíen cookies unas señales con las que pueden interpretar nuestros gustos o hábitos. Y si facilitan nuestro correo electrónico, probablemente seremos objeto de bombardeos de publicidad no deseada.
Por todo esto es importante que padres y educadores conozcamos el potencial y sepamos usar las nuevas tecnologías. Debemos tomar conciencia de los peligros de la red sin caer en un excesivo alarmismo y tomar las medidas pertinentes. Saber en qué momento podemos dejar la responsabilidad de sus actos a nuestros hijos, establecer unas normas de uso de Internet y acompañarlo en la navegación por la red cuando sea necesario. *Teresa Hernández es pedagoga, profesora de la asignatura "Nuevas tecnologías aplicadas a la educación" de la Universidad Ramón Llull, Consultora de postgrados a distancia y técnica del equipo de proyectos en una empresa de servicios y proyectos de comunicación educativa.
Sandra Blanch Vidal Asesorada por: Susan Niessen Autor
www.mipadreesuncarca.com "Mi hijo de catorce años insiste en que pongamos Internet en casa. Yo lo utilizo en el trabajo y creo que es una gran herramienta, pero me asusta toda la basura que existe y las consecuencias que pueda tener en la formación de mi hijo adolescente. No hago más que preguntar a amigos y conocidos cómo podría optimizar el uso de Internet en casa, pero no acaban de darme respuestas satisfactorias. Mientras tanto, mi hijo, con el que tengo una buena relación, aprovecha cualquier tema relacionado con la red, para hacer un comentario sarcástico: visiten nuestra web: www.mipadreesuncarca.com."
La interconexión entre redes y la propia existencia de Internet se ha descubierto como una de las herramientas más potentes y versátiles de transmisión de contenidos y de servicios en los últimos años. Existen estadísticas que señalan que, al ritmo actual de crecimiento, en el año 2004, habrá más conectados a Internet que habitantes en el planeta. Bromas aparte, como padres no podemos volver la espalda a una herramienta que sentimos muy potente, pero que a la vez nos asusta. Nosotros mismos, y sobre todo nuestros hijos, tendremos que familiarizarnos con el uso de las posibilidades que Internet ofrece. Ya se está hablando de un nuevo analfabetismo: el analfabetismo digital, que puede limitar las posibilidades profesionales, culturales, económicas y sociales en muy breve espacio de tiempo. Además, en el mundo educativo existe una gran asincronía entre los esfuerzos económicos y personales que se realizan y los resultados obtenidos: gran parte de los profesores no saben o no pueden utilizar y familiarizar a sus alumnos con Internet. ¿Debo "poner" Internet en casa? La conexión a Internet de un equipo en un domicilio necesita de unos requerimientos mínimos, fáciles de alcanzar. Su mantenimiento, es decir, el consumo telefónico, mientras llega la prometida tarifa "plana real", también nos hará reajustar un poco, muy poco, la economía familiar. Hoy día se ofrece una "tarifa plana personal" de 18:00 a 8:00 horas y fines de semana completos por unas 3000 ptas./mes. También necesitaremos un antivirus actualizado para evitar sorpresas. De todas formas puedo asegurarte que lo rentabilizarás enseguida en forma de servicios, acceso a información, etc. Internet es una herramienta que complementa otras herramientas. En ella encontrarás recursos educativos, informativos, lúdicos y servicios que puede utilizar tu hijo. ¿Debo apuntar a mi hijo a alguna clase particular para que le enseñen a navegar? Te asombrarías de la facilidad con que tu hijo maneja el ordenador. Posiblemente ya sepa navegar y lo haya hecho en distintas ocasiones en casas de amigos, en algún "cibercafé" o en alguno de los locales específicos que están surgiendo. De cualquier forma considero que, como padre, esa es una tarea que debes realizar tú mismo. Si ya sabes utilizar los servicios de Internet (navegar por la World Wide Web, mandar correos electrónicos, conectarte y mantener un chat, hacer FTP o transferencia de archivos, etc.) es mucho mejor que seas tú mismo, como padre, quien dediques el tiempo para familiarizar a tu hijo con esos servicios. Será una nueva experiencia que compartir y otra cosa que tendréis en común. Si por el contrario no sabes manejar esos servicios, también sería bueno que compartieras con tu hijo el propio aprendizaje, asistiendo a alguna sesión introductoria (con eso valdría) o buscando algún familiar, amigo o conocido que pueda enseñaros lo básico. Después, la práctica hará todo lo demás. Cómo optimizar el acceso a Internet con adolescentes en casa. Un ordenador conectado a Internet es "una ventana abierta al mundo". Posiblemente no consideras oportuno que tu hijo tenga acceso a cualquier publicación que se venda en un quiosco de periódicos y lo mismo ocurre con el acceso a toda la información que hay en Internet. El continuo diálogo con tu hijo, la sinceridad entre ambos y la presentación y muestra de razonamientos coherentes serán el primer paso para hacer valer la autoridad que tienes como padre. Tu hijo necesita flexibilidad y comprensión, pero también unos límites. Como cualquier otra tarea que se realiza en casa, debe haber unas normas asumidas. Hablo de cuestiones tan sencillas como: • • •
Marcar un horario prefijado para poder conectarse, que el propio diálogo puede hacer flexible. Transparencia en las direcciones de Internet y en los contenidos que va a visitar tu hijo. Y transparencia también con los "amigos virtuales" que vaya haciendo (de la misma forma que como padres nos gusta conocer a sus "amigos reales"). Evitar mandar datos personales (dirección, colegio o instituto, teléfono, etc.), o incluso fotos, sin el conocimiento de los padres.
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Comunicarnos inmediatamente cualquier información que pueda hacerle sentir incómodo, y evitar responder a mensajes de esas características. Sólo quedar con alguien que haya conocido en la red, con tu consentimiento, y hacerlo acompañado y en lugares públicos.
¿Existe alguna manera de limitar los contenidos a los que tiene acceso mi hijo? Los mecanismos para limitar el acceso de tu hijo a algunos contenidos de Internet tienen grandes desventajas y limitaciones. La mejor forma de limitar los contenidos que tu hijo visita es su propio criterio, en el que tú tienes muchas cosas que enseñarle, desde la libertad hasta la responsabilidad. Existen tres formas informáticas de limitar los contenidos a los que tiene acceso un ordenador conectado a Internet: •
La navegación offline (desconectados). La mayoría de los navegadores admiten esta posibilidad. Son programas, como el Websnake, que guardan en el disco duro los contenidos de las páginas seleccionadas. Después, y una vez desconectados, las visualizas. El inconveniente es que limita mucho la libertad de movimiento de navegación, no funciona con los nuevos lenguajes y se muestra como un auténtico "sucedáneo" de lo que realmente es Internet.
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Sistemas de filtrado basados en etiquetas (PICS Platform for Internet Content Selection ). Es una norma desarrollada por el World Wide Web Consortium. Consiste en etiquetar los contenidos de las web por sus propios creadores y limitar o restringir con el navegador el acceso a determinados contenidos etiquetados. También puede permitir o no el acceso a contenidos no clasificados e incluso permitir, con una clave, el acceso a determinados contenidos. El inconveniente es que existen en la actualidad múltiples sistemas de etiquetas (RSACi, Safe Surf, etc.) además de contar con la posibilidad de que determinados creadores de contenidos no etiqueten sus web para evitar, en un primer momento, los filtros.
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Programas de filtraje de contenidos. Son programas especiales de navegación, ya mencionado en el artículo: "Seguridad en Internet: los sistemas de filtraje", que permiten controlar o bloquear determinados contenidos con muchas posibilidades: bloquea direcciones, limita horas de acceso, bloquea servicios a perfiles de usuario predefinidos (chat, news, correo, etc. ), impide la utilización de otros navegadores, etc. Son programas que se empezaron a utilizar en 1995; son muy potentes y, en ocasiones difíciles de configurar para padres que no tienen muchos conocimientos de informática. Además su filtrado puede ser excesivamente indiscriminado. Algún ejemplo de ellos: AUP Action Tools Cyber Patrol CyberSitter CyberSnoop Eoptionnet.com NetNanny XStop
Internet es una herramienta que puede ser muy útil en casa. De la misma forma que puede mostrar contenidos no apropiados también puede mostrar y ofrecerte otros contenidos educativos, solidarios, enriquecedores, en suma, para la formación del ambiente familiar y para la formación y recreo específico de tu hijo adolescente. Su utilización debe hacerse dentro de este contexto de enriquecimiento personal complementando otras herramientas que como padres ya utilizamos.
José María Lozano Salinas
Fomentar el espíritu crítico en nuestros hijos frente a la televisión, el cine e Internet Entonces, los hijos éramos nosotros. "Esta semana, gran programa doble". El sábado o el domingo por la tarde nos daban en casa las pesetas para pasar la tarde mágica junto a los amigos en el cine del barrio con "una de romanos", "una de selva", "una de convoys" queríamos decir "cowboys", pero la fiebre del inglés estaba aún por venir, "una de policías" y, si había mala suerte, "una de amor". ("Tarzán" y "El gordo y el flaco" tenían categorías aparte.) ¡Ah, y el bocadillo! Los olores a chorizo y a tortilla se mezclaban con el ambientador de ozonopino. La gloria, entonces, olía así. Cuando nosotros éramos los niños, las cuatro esquinitas de nuestra educación la sustentaban la familia, el colegio, la iglesia, la calle, los tebeos y el cine. Sí, salen seis. Y siete: la literatura, pero eso vendría luego. El teatro, entonces, ni olerlo, esto no era "la pérfida Albión", ni mucho menos. El cine: sobre todo, casi únicamente, Hollywood. Aquellas historias dejaban bien claro en nuestras mentes infantiles lo que estaba bien y lo que no, quiénes eran los buenos y quiénes los malos. Algún elemento hispánico a cargo de Tony Leblanc, Manolo Gómez Bur, Gracita Morales, José Luis López Vázquez, entre otros excelentes profesionales, hacían un cine pariente pobre del americano. Buena gente, más cercana a nosotros, y personajes tiernos que eran buenos hasta cuando hacían de malos. La "tele" tardó un poco en afianzarse. Primero, porque el dichoso aparato costaba un dinero. Era una marca de solvencia económica, como después lo sería el coche. "Los del segundo tienen tele". "Mi padre dice que no la compra porque con la tele en casa no voy a estudiar". Al final, compró la tele casi todo el mundo y se hizo con el mejor rincón de cada casa. Eso sí, no te la dejaban ver a todas horas. Además, la programación entonces era corta. Nuestros padres intentaron controlar un poco la invasión, "ayudados", entre otros innecesario mencionar la censura por la familia Telerín, que te mandaba a la cama si abultabas poco, y los rombos. Cuando llegaron los rombos (uno para mayores de catorce años, dos para mayores de dieciocho), marcaron territorios. En mi casa y en la de mis amigos, lo de los rombos se tomaba en serio: no había trampa que valiera. "Mariona Rebull" se oía de lejos, con el morbo de los susurros prohibidos, desde el dormitorio, poco antes de dormirte. "Historias para no dormir" lo conocías por lo que contaban los mayores en el barrio. Nos quedaba "Bugs Bunny, "El conejo de la suerte", "Valentina" y poco más. Podéis añadir vosotros mismos los nombres pertinentes, según la década en que nacisteis. Entonces, cuando los hijos éramos nosotros, la media de televisión que veíamos era, en el caso más extremo, una nimiedad frente a las tres horas y media por niño y día que he llegado a leer no hace mucho en una estadística. ¡Tres horas y media! ¿Cuántas y, sobre todo, qué películas ven nuestros hijos en una semana? ¿Cuántos programas de TV, cuántos vídeos ven en una semana? Y, sobre todo, ¿cuáles? ¿Quienes son ahora los héroes? ¿Se llaman, por ejemplo decidan ustedes Torrente, Picachu, Antonio David, Rociíto, Carmele, Tamara? ¿Qué hay de claridad y de confusión en ese juego eterno del héroe y del antihéroe? ¿Qué interruptores encienden y apagan en las cabezas de nuestros hijos? ¿En qué medida se hallan nuestros hijos preparados o desvalidos frente a ese enorme caudal de referencias cruzadas y confusas? El panorama es como para echarse las manos a la cabeza. Podríamos dimitir, si nos valiera, y dedicarnos a otra cosa. "Que paren el mundo, que me bajo", dijo el ocurrente. Pero no cuela. Ni se para el mundo, ni podemos bajarnos. Hay que hacer frente a todo esto: ahora nos toca a nosotros. Ahora somos nosotros los responsables del mundo en que crecen nuestros hijos. Responsables. Tenemos que responder. Marcar el camino, abrirlo, desbrozarlo. Y enseñarles para que cuando no estemos continúen ellos. Y claro, esto no se hace de la noche a la mañana. De eso hablamos, de educar. La tecnología y el desarrollo económico nos han regalado estos instrumentos magníficos de comunicación y de diversión. Se trata de aprovecharlos en nuestro beneficio. De que nos ayuden a vivir mejor y a hacernos mejores. No
podemos ser retrógrados y renunciar a los medios de comunicación porque su mal uso nos cree problemas, como no vamos a prescindir del automóvil porque se produzcan accidentes. Hay que aprender a manejarlos y reducir los errores al mínimo posible con sensatez y el comportamiento debido. Consideremos a este respecto unas cuantas verdades "del barquero". Primera: Y obvia, pero no por eso menos importante. El primer paso para resolver un problema es conocer su existencia. Seamos, pues, conscientes de que tenemos un serio problema social y educativo derivado del uso indebido de medios de comunicación tales como el cine, la televisión e Internet. Aceptemos que manejamos fuego. Y que ese fuego lo manejamos todos, cada uno en su medida. Está claro que hemos de ir por partes. En este primer artículo planteamos sólo algunas reflexiones generales sobre el problema, y apuntaremos el principio del camino de las soluciones posibles. En educación no hay milagros inmediatos. He dicho inmediatos. Observarán que soy optimista con respecto al poder de la educación. Segunda: Aunque toda la información de que dispusiéramos fuera buena, fiable y no lo es, intentar atender a toda ella generará en nosotros una confusión tal que invalidará cualquier información. ¿Hablamos de cantidad? Hablamos de cantidad, pero en el acto de decidir la cantidad de información a la que atenderemos, va a producirse la selección inevitable, y toda selección coherente requiere un criterio, que conduce a la valoración de calidad. Lo siento: hay que trabajar, hay que pensar. Podremos apoyarnos en algunas fórmulas, pero habremos de adaptarlas individualmente. ¿Reducir la cantidad de televisión que vemos al día, por ejemplo, o que ven nuestros hijos? Veamos: cada caso es distinto. (Hace poco invité a mi hija de quince años a que viera con asiduidad un determinado noticiario de televisión, como alternativa a sus pocas ganas de leer el periódico todos los días: me sorprendió su ignorancia de la actualidad mundial en los ámbitos que no son propios de adolescentes. Sus notas del Instituto son magníficas pero las lagunas de información general me parecieron preocupantes.) Os invito a un primer ejercicio: Averiguad qué programas de televisión ven vuestros hijos a lo largo de una semana. Tomároslo como un juego: es decir, en serio, sin saltarse las reglas. Abrid un estadillo en un cuaderno, y anotad, por cada sujeto, los nombres de los programas, películas, retransmisiones, vídeos o proyecciones cinematográficas vistas cada día. Anotad también la duración. Hacedlo con el margen máximo de libertad que podáis. No los cohibáis. No les pidáis todavía valoraciones de lo que han visto. Procurad ser meros notarios de la realidad. Y si quieres participar tu también en el juego... no es necesario que se entere nadie más. Propondremos más adelante otros ejercicios o variantes del mismo. Este es bien sencillo, pero ya veréis como hay sorpresas. No vayas a ser como el caso de aquél que engordaba mucho pero decía que no comía nada, "hasta el aire me engorda", y se metía en el cuerpo más de siete mil calorías al día. Ojalá sean positivas. Las sorpresas digo, no las calorías. A propósito, ¿cuántos televisores tenéis en casa? ¿Dónde están situados? (No, por nada, por nada. Ya volveremos sobre eso). Tercera: Le preguntaron al sabio qué había que aprender para ser sabio, y dijo: "Sólo aprender a ver y a oír". Parece fácil ¿no? Sucede que el lenguaje audiovisual se ha ido construyendo sobre nuestra capacidad de percepción consciente, pero también sobre nuestra incapacidad de percepción consciente. Los motivos han sido a veces comerciales, a veces políticos y a veces estéticos. Se ha generado una sintaxis extraordinaria, comunicativa, arrolladora. Tenemos que estudiarla, como estudiamos en su día el simple esquema de sujeto, verbo y predicado. No os asustéis. Es divertido y nos implica hasta la última fibra sensible. Podemos empezar, por ejemplo, con la noción de "plano". Distinguir planos. Contar planos. Valorar planos. Luego estaremos en condiciones de valorar comunicados audiovisuales complejos. Un ejercicio apasionante. Como dijo León Felipe: "Sistema, poeta, sistema. Primero cuenta las piedras, luego contarás estrellas". Cuarta: Sobre Internet. Cuando se inventó el cine, pasado el primer momento de utilización como diversión de "barraca de feria", creció como el llamado "séptimo arte". Luego llegaron las consideraciones mixtas como arte e industria. Y la rechazada por los puristas de que era un cúmulo de todas las demás artes, y no una con entidad propia. De todo hay, si a toda imagen en movimiento que se proyecta en una pantalla lo llamamos así.
Viene esto a colación de Internet y su poder aglutinante. Inmenso instrumento de comunicación donde cabe todo ya: texto, vídeo, audio. Donde la libertad no tiene casi fronteras. Que nos acerca a lo mejor y a lo peor. El mundo en nuestras manos. (¿Hasta qué punto? ¿Qué tipo de realidad virtual invade nuestra realidad "de carne y hueso"?). Recuerdo ahora aquel consejo de los padres a los hijos acerca de que no debían hablar con desconocidos. Lo primero es no dejarse aturdir. Volvemos a la idea del exceso de información, ya expuesta. Es difícil, incluso para los adultos, discernir la información en Internet. Hemos de ir con cuidado; en el mejor de los casos, para no perder el tiempo. Muchos de vosotros ya sabéis por qué lo digo. No dejemos solos a nuestros hijos frente a Internet. En este momento, en que se acaba de iniciar la maravillosa aventura que supone, podemos compartir con nuestros hijos la tarea de este descubrimiento universal. El menú "Favoritos" puede ser una senda marcada de gran utilidad: proponed a través de él los recorridos ideales para las edades de sus hijos. Pero vosotros tenéis que ir por delante. Hay recursos para acotar las conexiones: bloqueos de acceso a sitios no recomendables para niños, por ejemplo. Asociaciones gratuitas que elaboran listas de sitios valorados como más o menos recomendables, con explicaciones al respecto. No olvidéis la posibilidad de revisar el historial de los sitios a los que os habéis conectado desde vuestro ordenador en los últimos días, incluso semanas. Revisadlo: merece la pena. Para terminar por hoy, apuntadas ya algunas líneas maestras del discurso que el título evoca, añadiré dos consideraciones:
Una, que toda tarea educativa lleva implícito el aprendizaje correlativo del que educa. No valen las marcas en el agua del río que nos lleva. Otra, que la tarea fundamental alcanza su punto óptimo cuando enseñamos a manipular los instrumentos para el propio aprendizaje. Porque, a la postre, todo aprendizaje real y verdadero se produce como autoaprendizaje, como experiencia propia. Me aplico el cuento; os invito a que compartáis vuestras dudas, vuestras experiencias: seguiremos aprendiendo juntos si vosotros queréis.
Julián Escribano