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VESTIDOS DE FIESTA
Tiempo actual. Primera escena niño solo llorando: Sebastián.- Llora y llora, nadie me quiere… Entra otro niño vestido de diablito y se le queda viendo Pepe.- ¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? Sebastián.- Nadie me quiere, me siento muy triste. Pepe.- ¿Por qué dices que nadie te quiere? Te ves muy saludable, tienes chapas, vistes bien, seguramente alguien se ha ocupado de ti, tienes una familia. Sebastián.- Pero me siento solo. Pepe.- ¿Cómo te puedes sentir solo, no sabes que es Navidad? Sebastián.- Sí, es cuando te dan regalos. Pepe.- Bueno si te dan regalos y ¡viene Santa Claus! Entra una niña disfrazada. Sofía.- Santa Claus o San Nicolás, ellos traen regalos, hace unos años yo le cambie a San Nicolás mis biberones y me dio un perro muy bonito, pero no era de verdad, y este año, como ya no vivo en Alemania, no vino a verme en los primeros días de diciembre. Yo me voy a poner a llorar, navidad no será igual aquí. Pepe.- Tú has conocido a San Nicolás en persona, ¡genial! Creo que también me voy a poner triste, yo no lo conozco. Sofía y Pepe se ponen a pelear, mientras que Sebastián sigue llorando. Entran dos niños más grandes: Perico e Isabel. Perico.- Qué carita tan triste y ¿Ustedes porque pelean? ¿Que les pasa? Isabel.- Ya ni ganas dan de hacer la posada con esas caras y esas lágrimas. Sebastián.-Yo me siento solo. Sofía.- San Nicolás no vino en este año.
Pepe.- Yo nunca he visto a San Nicolás. Perico.- Yo tampoco he visto a San Nicolás. Isabel.- Yo tampoco. Los cinco se ponen tristes y discuten, mientras que Sebastián sigue llorando. Entra un joven disfrazado de blanco. Manolo.- Que les pasa, hicieron el club de los tristes, peleoneros y llorones, ¿Como pueden comportarse así si ya va a ser navidad? Isabel.- ¿Qué tiene eso que ver? Perico.- Si nosotros estamos tristes porque no hemos visto a San Nicolás Pepe.- Bueno, por lo menos podemos poner nuestra cartita a Santa Claus. Sofía.- ¿Cómo es eso de ponerle la cartita a Santa Claus? Pepe.- Sí, en NAVIDAD tu le pides un regalito a Santa Claus y él te lo trae, por eso los niños esperamos muy contentos en la navidad. Sebastián.- Aunque me traiga un juguete muy bonito, yo de todas formas me siento solo, sigue llorando. Pepe.- Como sigues llore y llore, yo creo que a ti no te va a traer nada de todas formas, pues no te has portado bien y a ustedes dos: Isabel y Perico tampoco, ya están muy grandes y no han estudiado mucho. A ti Sofía, tampoco te va a traer regalo, no has sido muy buena niña y yo creo que no te lo mereces, solo a mí me va a traer un regalito, así que me voy a escribir mi carta. Manolo.- A ver Pepe, tú crees que Navidad es el que te traigan un regalito. No Pepe, eso será en un cumpleaños y eso si sí te portas bien, sino ni esperes nada. No navidad significa otra cosa. A ver ustedes dos, los ya no tan pequeñitos ¿Qué significa Navidad? Perico.- Pues que nació el niño Jesús. Isabel.- Sí, recordamos el cumpleaños del Niño Dios, por eso se hacen las posadas, para recordar como el Niño Jesús nació en un pesebre, en una noche estrellada, con una estrella que guiaba a todos. Perico.- Si y estaba dormidito en un pesebre, en donde le daban calor un burro y un buey. Sebastián.- Pobre niño Dios y que festejamos si estaba el pobre allí con tanto frió y pequeñito, me siento muy triste y creo que él se sentiría también triste y solo. Otros niños tienen muchas cosas, cunita, ropa,
Pepe.- Juguetes, él no tenía ni hermanos. Pepe y Sebastián. Sí, que festejamos. Isabel.- Bueno, al niño Dios lo acompañaron muchos pastores, tenía una estrella enorme que iluminaba su camino: la estrella de David y los tres reyes magos llegaron desde lejos a conocer al Salvador. Manolo.- Festejamos el inmenso amor de Dios, que se hizo humilde, más humilde de lo que somos todos y cada uno de nosotros y a pesar de ser todopoderoso y no tener ningún limite de tiempo, riqueza, espacio, etc. Escogió el estar con nosotros y venir a salvarnos. Sebastián.- ¿A salvarnos de que? Manolo.- A salvarnos de un alejamiento con Dios, a acercarnos a Él, para que nunca nos sintiéramos solos, para que nuestra felicidad no dependa de cosas materiales, para que nuestra ilusión no sea el tener, sino el ser. Pepe.- Pero a mí me gusta mucho tener juguetes. Perico.- A mí me gustan mucho los cochecitos. Isabel.- A mí la ropa. Sofía.- A mí los perros y tengo uno que me hace muy feliz, se llama Tito. Sebastián.- A mí también me gustan los juguetes, aunque me hacen feliz solo un ratito. Manolo.- Precisamente, la felicidad no viene de algo externo. Los juguetes se hacen viejos o ya no son tan bonitos el segundo día como el primero o a lo mejor sale otro más nuevo que me guste mas y yo quiera. Sin embargo, el saber que existe un Dios que me quiere siempre, eso me hace sentir tranquilo. No importa que no tenga juguetes nuevos o que no tenga todo lo que quiero, si se de su amor, eso me llena y el Niño Dios vino a demostrarnos el amor de Dios a nosotros. ¿Cuántos de ustedes se harían más pobres, sencillos y humildes, feos, más insignificantes por amor, cuantos darían sus juguetes, su ropa? Sebastián.- Para mí el amor es muy importante. Isabel.- Para mí también. Perico.- Yo si he hecho cosas por otros, pero no se si dejaría de ser quien soy por amor. Pepe.- A mí me gusta ser Pepe, no me gustaría ser otro y cuando regalo mis juguetes, me cuesta trabajo escoger lo que voy a dar. Sebastián.- A mí me gustan mis cosas.
Manolo.- Pues Jesús se hizo hombre por ustedes, padeció por ustedes, por cada uno y ¡que creen? Él no los quiere menos porque se porten mal. Pepe.- ¿A poco quiere a Sebastián cuando llora? Manolo.- Claro que sí, Él lo quiere. Pepe.- ¿A poco quiere a Sofía cuando me empuja? Manolo.- Sí, claro que la quiere. Sofía.- ¿A poco quiere a Pepe cuando me molesta? Manolo.- Sí, si lo quiere. Sofía.- ¡Que chiste! Isabel.- ¡Genial! Manolo.- Jesús los quiere siempre y quiere que no se sientan solos, pues su amor los cubre. No importa que sean malos, Él siempre los espera con los brazos abiertos. Sebastián.- Ya me siento acompañado. Pepe.- Hay que bueno que me dices que Dios siempre me quiere y me salva, yo me voy a quedar viendo la tele toda la noche y desobedeceré a mis papás en eso, al fin que Él me quiere y ya me voy a ir al cielo. Perico.- Yo no me voy a portar mal, pero no voy a obedecer tan rápido y haré el menor esfuerzo de cumplir mis tareas, lo suficiente para no bajar de 8, pero eso esta bien, al fin también me voy a ir al cielo. Isabel.- Ah… qué bueno que no tengo que estudiar mucho. Sofía.- Yo voy a pedirle a mi mamá que me compre muchas cosas y que me de de comer sólo lo que me gusta. Manolo.- Momentito, a Jesús le gusta que se porten bien, pero él los quiere siempre. Ahora bien, si quieren ir al cielo, eso es otra cosa. Dios siempre los recibe con los brazos abiertos, queda claro. Siempre. Pero el que reciba, quiere decir que ustedes van para donde Él esta. Él nos invita siempre a su banquete, a su fiesta, al cielo. Pero nosotros tenemos que vestirnos adecuadamente, no con ropas, sino con un vestido del alma, ser puros y limpios, tratar siempre de ser buenos, de ser los mejores, intentar llegar a ser como Él, puros, cercanos a Dios. Pepe.- Cuando yo hago lo que me toca hacer y lo hago gustoso, me siento cerca de Dios.
Perico.- A mi no me gusta saber que Jesús fue crucificado por nosotros, me hace sentir triste y no quiero ni ver su imagen. Pero creo que como decía cuando era yo pequeñito y supe de su muerte, él debe estar contento pues ya esta con su Padre, Nuestro Padre y si él se sacrificó por mí, yo no quiero que sea en vano. Isabel.- Yo me siento contenta de saber que Dios me quiere e hizo cosas extremas por mí, al grado de dar su vida. Sebastián.- Creo que yo debo sentir su amor siempre y con Él, se que nunca estoy solo. Aunque a veces me parezca. Hoy tengo mucha gente que me quiere y el Niño Jesús es el más importante, le voy a cantar para que se duerma y representare la posada. Sofía.- Yo nunca he ido a una posada, yo quiero llevar a la Virgen María. Pepe y Sebastián-Y yo al Señor San José. Manolo.- Pero Pepe si estas vestido de diablito. Pepe.- La ropa no es lo importante. Sebastián.- ¿Y la cartita a Santa Claus? Manolo.- Cuando tu vas a un cumpleaños de un amigo, requieres que él te de un regalito para estar contento, de hecho le llevas tu el regalito para felicitarlo Sebastián.- Claro que no, la fiesta es lo bonito, estar con mi amigo. Pepe.- Si ir a la fiesta es lo bueno. Manolo.- Pues entonces vamos a la fiesta del Niño Dios. ¿Qué le van a dar al Niño Dios? Vamos a escribir una cartita con lo que nosotros le ofrecemos por su cumpleaños, para ir a su fiesta.
Patricia Eugenia Ortega Cubas