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VIACRUCIS SACERDOTAL CON TEXTOS DE PAPA BENEDICTO XVI SOBRE EL SACERDOCIO
Por la señal + de la Santa Cruz, de nuestros enemigos + líbranos, Señor, Dios nuestro. + En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN INICIAL: Señor Jesucristo, que te entregaste a la muerte en la cruz y resucitaste glorioso para salvar a todos los hombres, concédenos que al contemplar tu camino hacia el Calvario, se avive en nosotros el propósito de configurarnos contigo hasta la cruz para irradiar entre tus ovejas tu caridad de buen pastor. A ti que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos. Amén.
I. ESTACIÓN JESÚS ES CONDENADO A MUERTE V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “¿Cómo no recordar tantos sacerdotes ofendidos en su dignidad, obstaculizados en su misión, a veces incluso perseguidos hasta ofrecer el supremo testimonio de la sangre?”(1). Y sin embargo, “El sacerdote tiene la misión de velar. Debe estar en guardia ante las fuerzas amenazadoras del mal, debe mantener despierto al mundo para Dios, debe estar de pie frente a las corrientes del tiempo, de pie en la verdad, de pie en el compromiso por el bien”. (2) 1. Carta de convocación para el año sacerdotal. 2. Homilía en la Misa crismal del año 2008.
Breve pausa de silencio Oremos: Concede, Señor a tus sacerdotes, ser testigos valientes de la verdad y de la justicia, incluso a costa de su propia vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: Amén.
II. ESTACIÓN JESÚS CARGA CON LA CRUZ V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “Queridos hermanos en el Episcopado, en el horizonte pastoral y evangelizador que se abre ante nosotros, es de capital relevancia cuidar con gran esmero de los seminaristas, animándolos a que no se precien «de saber cosa alguna, sino a Jesucristo, y éste crucificado»” (1 Co 2,2). Celebración de las II vísperas del V Domingo de cuaresma con los obispos de México y América Latina, Viaje apostólico a México, 25 de marzo de 2012.
Breve pausa de silencio Oremos: Señor Jesús, ayúdanos a comprender que participar de tu sacerdocio es también a participar de tu pasión y de tu cruz y danos la gracia para abrazar la cruz en la forma que tú lo dispongas. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
III. ESTACIÓN JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “El apóstol, y por lo tanto el sacerdote, recibe su propia identidad de Cristo. Todo lo que hace, lo hace en su nombre. Su "yo" es totalmente relativo al "yo" de Jesús. En nombre de Cristo, y desde luego no en su propio nombre, el apóstol puede realizar gestos de curación de los hermanos, puede ayudar a los "enfermos" a levantarse y volver a caminar” (cf. Hch 4, 10). Homilía en la Misa de ordenación sacerdotal de 19 diáconos de la diócesis de Roma, 3 mayo 2009.
Breve pausa de silencio Oremos: Concede, Señor, a todos los sacerdotes, ser siempre compasivos con el rebaño que tú les has encomendado, especialmente con las ovejas caídas bajo el peso del sufrimiento o del pecado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: Amén.
IV. ESTACIÓN JESÚS ENCUENTRA A SU SANTÍSIMA MADRE V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor». “María, la esclava del Señor, que conformó su voluntad a la de Dios, que engendró a Cristo donándolo al mundo, que siguió a su Hijo hasta el pie de la cruz en el acto supremo de amor, nos acompaña cada día de nuestra vida y de nuestro ministerio. Gracias al afecto de esta madre podremos ser gozosamente fieles a la consigna […] de configurarnos con Cristo sacerdote, que supo obedecer la voluntad del Padre y amar al hombre hasta el extremo. Ordenación sacerdotal de 14 diáconos de la diócesis de Roma, 20 de junio de 2010.
Breve pausa de silencio Oremos: Señor Jesús, que la intercesión y el auxilio de tu Santísima Madre, fortalezca a cada sacerdote en la entrega generosa a sus hermanos. Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
V. ESTACIÓN SIMÓN AYUDA A LLEVAR LA CRUZ DE JESÚS V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor». Hermanos sacerdotes: “La fidelidad a la propia vocación exige arrojo y confianza, pero el Señor también quiere que sepan unir sus fuerzas; muéstrense solícitos los unos con los otros, sosteniéndose fraternalmente […] Qué importante es que se ayuden mutuamente con la oración, con consejos útiles y con el discernimiento. Estén particularmente atentos a las situaciones que debilitan de alguna manera los ideales sacerdotales o la dedicación a actividades que no concuerdan del todo con lo que es propio de un ministro de Jesucristo. Por lo tanto, asuman como una necesidad actual, junto al calor de la fraternidad, la actitud firme de un hermano que ayuda a otro hermano a “permanecer de pie”. Celebración de vísperas con diáconos, sacerdotes, seminaristas y religiosos, 12 de mayo de 2010, viaje apostólico a Portugal.
Breve pausa de silencio Oremos: Padre bondadoso, ayúdanos, a crecer en la fraternidad sacerdotal, para que cuidemos y fortalezcamos juntos, la vocación que tú nos has regalado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: Amén.
VI. ESTACIÓN LA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “La unción para el sacerdocio significa también el encargo de llevar la misericordia de Dios a los hombres. En la lámpara de nuestra vida nunca debería faltar el óleo de la misericordia. Homilía en la Misa crismal del año 2010
Breve pausa de silencio Oremos: Señor Jesús, ayuda a todos los sacerdotes, a estar siempre dispuestos a servir generosamente a tu rebaño y ser valientes para dar testimonio de tu amor en el mundo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
VII. ESTACIÓN JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ R. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras V. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “Dios se vale de un hombre con sus limitaciones para estar, a través de él, presente entre los hombres y actuar en su favor. Esta audacia de Dios, que se abandona en las manos de seres humanos y que, aun conociendo nuestras debilidades, considera a los hombres capaces de actuar y presentarse en su lugar, esta audacia de Dios es realmente la mayor grandeza que se oculta en la palabra «sacerdocio»”. Homilía en la Misa de clausura del año sacerdotal, 11 junio 2010.
Breve pausa de silencio Oremos: Ayuda, Padre bondadoso, a todos tus sacerdotes, para que en el sacramento de la reconciliación muestren la inmensidad de tu amor a tus hijos que yacen caídos bajo el peso del pecado. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos: Amén.
VIII. ESTACIÓN JESÚS CONSUELA A LAS HIJAS DE JERUSALÉN R. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras V. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “Dios quiere que nosotros como sacerdotes, en un pequeño punto de la historia, compartamos sus preocupaciones por los hombres. Como sacerdotes, queremos ser personas que, en comunión con su amor por los hombres, cuidemos de ellos, les hagamos experimentar en lo concreto esta atención de Dios”. Misa de clausura del año sacerdotal, 11 junio 2010.
Breve pausa de silencio Oremos: Te pedimos, Señor, que todos los sacerdotes estén siempre dispuestos a consolar a quienes sufren, y sean portadores de la paz que solamente tú puedes otorgar. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
IX. ESTACIÓN JESÚS CAE POR TERCERA VEZ V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor». “La fidelidad a lo largo del tiempo es el nombre del amor; de un amor coherente, verdadero y profundo a Cristo Sacerdote”. Celebración de vísperas con diáconos, sacerdotes, seminaristas y religiosos, 12 de mayo de 2010, viaje apostólico a Portugal.
Breve pausa de silencio Oremos: Señor, levanta con tu gracia a los sacerdotes que han caído en alguna infidelidad o han dejado que su ministerio se debilite por la rutina, el desanimo o la desesperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: Amén.
X. ESTACIÓN JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “El sacerdocio jamás puede representar un modo para alcanzar la seguridad en la vida o para conquistar una posición social. El que aspira al sacerdocio para aumentar su prestigio personal y su poder entiende mal en su raíz el sentido de este ministerio. Quien quiere sobre todo realizar una ambición propia o alcanzar el éxito personal, siempre será esclavo de sí mismo y de la opinión pública”. Homilía en la Misa de ordenación sacerdotal de 14 diáconos de la diócesis de Roma, 20 junio 2010.
Breve pausa de silencio Oremos: Señor Jesús, llena a tus sacerdotes de humildad y sencillez y ayúdales a despojarse de todo lo que oscurezca tu imagen en ellos. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Todos: Amén.
XI. ESTACIÓN JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor». “Configurarse con Cristo comporta, queridos seminaristas, identificarse cada vez más con Aquel que se ha hecho por nosotros siervo, sacerdote y víctima. Configurarse con Él es, en realidad, la tarea en la que el sacerdote ha de gastar toda su vida”. XXVI Jornada mundial de la juventud, Misa con los seminaristas, 20 agosto 2011.
Breve pausa de silencio Oremos: Infunde, Señor, en el corazón de todos los sacerdotes los mismos sentimientos de tu Hijo, para que se entreguen sin reservas a la enseñanza, la santificación y la conducción de tu pueblo. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos: Amén.
XII. ESTACIÓN JESÚS MUERE EN LA CRUZ V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor». “Al igual que Jesús, también el sacerdote "da su vida" por las ovejas que le han sido encomendadas. Nadie se la quita: él mismo la da, en unión con Cristo Señor, que tiene el poder de dar su vida y el poder de recuperarla no sólo para sí, sino también para sus amigos, unidos a él por el sacramento del Orden. Así, la misma vida de Cristo, Cordero y Pastor, se comunica a toda la grey mediante los ministros consagrados”. Homilía en la Misa de ordenación sacerdotal de 19 diáconos de la diócesis de Roma, 3 de mayo de 2009.
Breve pausa de silencio Oremos: Señor, que a ejemplo de tu Hijo que se entregó a la muerte por nosotros, tus sacerdotes no duden en sacrificarse por la salvación del pueblo que les has encomendado. Por Jesucristo, nuestro Señor. Todos: Amén.
XIII. ESTACIÓN JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y ENTREGADO A SU SANTÍSIMA MADRE V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor». Queridos sacerdotes: “En todas las circunstancias de vuestra vida contemplad a María, la Madre del buen Pastor, la estrella de vuestro sacerdocio. Como a los sirvientes en las bodas de Caná, también a vosotros María os repite: "Haced lo que él os diga" (Jn 2, 5). Siguiendo el ejemplo de la Virgen, sed siempre hombres de oración y de servicio, para llegar a ser, en el ejercicio fiel de vuestro ministerio, sacerdotes santos según el corazón de Dios”. Homilía en la Misa de ordenación sacerdotal de 19 diáconos de la diócesis de Roma, 3 mayo 2009.
Breve pausa de silencio Oremos: Señor, que la intercesión de la Madre de tu Hijo ayude a tus sacerdotes a mantenerse fieles a su ministerio y que, muriendo santamente, sean presentados ante ti por las manos de María. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos: Amén.
XIV. JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO V. «Considera lo que realizas, imita lo que conmemoras R. y conforma tu vida con el misterio de la cruz del Señor» “Las almas cuestan la sangre de Cristo y el sacerdote no puede dedicarse a su salvación sin participar personalmente en el “alto precio” de la redención”. Carta de convocación al año sacerdotal.
Oremos: Concede, Señor, a todos los sacerdotes que ya han dejado este mundo, la abundancia de tu misericordia para que puedan gozar eternamente de tu hermosura en el cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Todos: Amén. ORACIÓN FINAL: Gracias, Señor, porque nos has permitido meditar tu camino hacia el Calvario. Te pedimos que, íntimamente unidos a ti, todos los sacerdotes estén dispuestos a entregarse sin reservas a la salvación del pueblo por el cual padeciste, moriste y resucitaste. Amén.
OTRAS TEXTOS: Nadie elige el contexto ni a los destinatarios de su misión. Cada época tiene sus problemas, pero Dios da en cada tiempo la gracia oportuna para asumirlos y superarlos con amor y realismo. Por eso, en cualquier circunstancia en la que se halle, y por dura que esta sea, el sacerdote ha de fructificar en toda clase de obras buenas, guardando para ello siempre vivas en su interior las palabras del día de su Ordenación, aquellas con las que se le exhortaba a configurar su vida con el misterio de la cruz del Señor. XXVI Jornada mundial de la juventud, Misa con los seminaristas, 20 agosto 2011.
En este camino de fidelidad, amados sacerdotes y diáconos, consagrados y consagradas, seminaristas y laicos comprometidos, nos guía y acompaña la Bienaventurada Virgen María. Con Ella y como Ella somos libres para ser santos; libres para ser pobres, castos y obedientes; libres para todos, porque estamos desprendidos de todo; libres de nosotros mismos para que en cada uno crezca Cristo, el verdadero consagrado al Padre y el Pastor al cual los sacerdotes, siendo presencia suya, prestan su voz y sus gestos; libres para llevar a la sociedad moderna a Jesús muerto y resucitado, que permanece con nosotros hasta el final de los siglos y se da a todos en la Santísima Eucaristía. Celebración de vísperas con diáconos, sacerdotes, seminaristas y religiosos, 12 de mayo de 2010, viaje apostólico a Portugal. Unirse a Cristo supone la renuncia. Comporta que no queremos imponer nuestro rumbo y nuestra voluntad; que no deseamos llegar a ser esto o lo otro, sino que nos abandonamos a Él, donde sea y del modo que Él quiera servirse de nosotros. San Pablo decía a este respecto: «Vivo yo, pero no soy yo, es Cristo quien vive en mí» (Ga 2,20). En el «sí» de la Ordenación sacerdotal hemos hecho esta renuncia fundamental al deseo de ser autónomos, a la «autorrealización». Pero hace falta cumplir día tras día este gran «sí» en los muchos pequeños «sí» y en las pequeñas renuncias. Homilía en la Misa crismal del jueves santo de 2009 El sacerdote debe estar de pie, impávido, dispuesto a sufrir incluso ultrajes por el Señor, como refieren los Hechos de los Apóstoles: estos se sentían «contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el nombre de Jesús» (Hch 5, 41). Misa crismal 2008 La total y generosa disponibilidad para servir a los demás es el signo distintivo de quien en la Iglesia está revestido de autoridad, porque así sucedió con el Hijo del hombre, que no vino "a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos" (Mc 10, 45). Homilía en el consistorio público del 24 de marzo de 2006.
Elaborado por Pbro. Lic. Luis Manuel Pérez Raygoza Imágenes: Via Crucis de la Capilla del Seminario Conciliar de México, Casa Tlalpan.