VIAJEROS SIDERALES EN BOGOTÁ GACIÓN ARTÍCULOS DE IVESTI

18 GACIÓN ARTÍCULOS DE IVESTI VIAJEROS SIDERALES EN BOGOTÁ El Gran Cometa de Septiembre de 1882, tal como se le vio en Bogotá, grabado de Rodrígue

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GACIÓN

ARTÍCULOS DE IVESTI

VIAJEROS SIDERALES EN BOGOTÁ

El Gran Cometa de Septiembre de 1882, tal como se le vio en Bogotá, grabado de Rodríguez con base en un dibujo de Urdaneta, publicado en el Papel Períodico Ilustrado del 28 de octubre de 1882.

El Astrolabio

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REPORTE DE COMETAS DESDE SANTAFÉ DE BOGOTÁ ENTRE LOS SIGLOS XVI Y XIX Freddy Moreno Cárdenas Coordinador CEAF [email protected] Recibido: 28 de septiembre de 2005 Aprobado: 3 de noviembre de 2005

RESUMEN

SUMMARY

La observación de cometas ha llamado la atención desde los albores de la humanidad. En Colombia se han reportado éstos fenómenos desde el período colonial, algunas de la cuales son referencias anecdóticas de cronistas o noticias en periódicos y revistas de la época que narran las expectativas de las gentes que de ellos se tenían. A partir del siglo XIX, con el trabajo de Francisco José de Caldas, José María González Benito y otros intelectuales, se tornaron en materia de estudio científico. Durante ésta investigación se encontraron 21 reportes los cuales se compararon con los registros observacionales tabulados por Vsekhsvyatskii, se reconstruyó su observación a partir de las fuentes documentales de la época y se verificaron las fechas y condiciones descritas con la simulación del fenómeno, utilizando el programa de Astronomía Guide 6.0, para comprobar la veracidad del fenómeno.

The observation of comets has gotten people´s attention from the beginning of humanity. In Colombia these phenomena have been reported from the colonial period, some of which are columnists’ anecdotic references or news in newspapers or magazines. Starting from the XIX century, with the work of Fransisco José de Caldas, José María González Benito and other intellectuals, comets became important for scientific study. During this investigation there were 21 reports which were compared with the observational registrations tabulated by Vsekhsvyatskii. These observations were reconstructed based on information taken from documents of that time and the dates and conditions were verified described with the simulation of the phenomenon, using the program of Astronomy Guide 6.0, to prove the veracity of it.

Palabras clave: Santafé de Bogotá, cometas, perihelio, núcleo, cola, magnitud.

Key words: Santafé de Bogotá, comets, perihelion, tail, magnitude.

Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre

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INTRODUCCIÓN L

os cometas son grandes bolas de nieve congeladas en el espacio compuestas de hielos de agua, cianógeno y otros materiales, que los científicos denominan partículas CHNO, un material que contiene Carbono, Hidrógeno, Nitrógeno y Oxígeno. Cada cometa que vemos es uno de los billones de cuerpos pequeños de una gran nube que rodea el Sol, más allá de los planetas llamada nube de Oort. Algunas veces un impulso gravitacional de una estrella que pasa cerca del sistema solar causa que esos cuerpos caigan hacia el Sol. La energía solar los calienta y el cuerpo empieza a expeler gas y polvo. Un cometa está constituido por un núcleo, más o menos brillante, rodeado de una nube luminosa, llamada cabellera; el núcleo y la cabellera forman la cabeza. La cola se produce cuando el hielo comienza a sublimarse, es decir, pasa al estado gaseoso por el calor recibido del Sol. La cola empieza en la cabellera, de la que es una prolongación y se extiende en dirección opuesta al Sol. Existen dos tipos básicos de colas en los cometas: el gas ionizado forma una cola de iones, de aspecto azulado, mientras que las partículas de polvo forman una cola de color amarillento. El polvo sale en dirección curva del cometa debido a la presión de la luz solar. La cola de iones reacciona frente a las partículas con carga del viento solar y es impulsada en dirección contraria la Sol1. Los cometas pueden aparecer en cualquier lugar del cielo; sin embargo, la mayoría de ellos sólo se iluminan cuando están próximos al Sol (perihelio) y pueden verse, bien al oeste, durante el anochecer, o bien al este en el amanecer. El paso junto al Sol hace que su brillo cambie día a día, por lo tanto la estimación de esta propiedad se vuelve de gran importancia y debe hacerse comparándolo con el brillo de estrellas conocidas utilizando diferentes métodos. Recordemos que la escala para la medición de esta propiedad es inversa así: a la estrella más brillante de nuestro cielo, Sirio, le corresponde una magnitud de –1.43m mientras que a las más débiles que puede observar el ojo humano, les corresponde 6m. Las órbitas de los cometas pueden ser de varios tipos: elíptica, parabólica e hiperbólica. Dependiendo de sí la excentricidad de su camino alrededor del Sol es menor, igual o mayor a uno respectivamente. Estos astros también se clasifican en cometas con período menor a 15 años, como el cometa Encke, períodos entre 15 y 1000 años como el Halley de 76 años, y de largo período, mayor a 1000 años2. Es bien sabido que los cometas eran considerados mensajeros de guerras y catástrofes para la humanidad, su aparición era considerada como un telegrama de los dioses, para los reyes y príncipes casi siempre con malos augurios. De hecho, la palabra desastre significa mala estre-

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lla. Este concepto empezó a cambiar en el siglo XVI, cuando algunas mentes iluminadas daban la mejor batalla como en el caso de Isabel I de Inglaterra, quién se hizo famosa en la historia de su país por haberlo salvado de la Armada Invencible, pero ya mucho antes había demostrado su valor ante sus súbditos. En 1577 apareció un gran cometa2 y los atolondrados cortesanos quisieron advertir a la reina que no tentara a la providencia mirándolo. En tono de desafío, se montó en la ventana y estuvo mirándolo con firmeza, declarando: “¡¡asunto concluido!!”. Al mismo tiempo, en una isla de Dinamarca, Tycho Brahe, calculando la paralaje del cometa, demostró que éste estaba mucho más lejos que la Luna y que no podía ser un fenómeno de la atmósfera terrestre3. La observación de estos viajeros causaba preocupación en todas las civilizaciones y las americanas no fueron la excepción. En 1517 un gran cometa fue visto en Méjico2. Moctezuma, el emperador azteca, confundido por la llegada de los españoles, la cual coincidió con la profecía del retorno del dios azteca Quetzalcoatl, como un hombre de piel blanca que arribaría del este y por mar, hizo ejecutar a sus astrólogos por no haber predicho la aparición de ese astro2. En noviembre de 1680 Kirch,4 astrónomo inglés, descubrió el primer cometa por telescopio, su paso cercano por el Sol le hizo ganar gran brillo, mientras que la cola abarcaba 70º en el cielo, su paso dejó una huella importante en la imaginación de Isaac Newton5, profundizada por el paso de otro viajero celeste, el cometa de 1682 hoy llamado de Halley, lo que lo llevó a revisar el concepto sobre las órbitas de éstos viajeros. En el cierre de su libro los “Principios Matemáticos de la Filosofía Natural” y con base en un estudio muy dedicado del paso de este cometa, confirmó que las órbitas de estos astros eran cónicas y comprobó que la segunda ley de Kepler también se cumplía en ellos. Según sus palabras5;” esta parte había sido la más difícil de todo el libro”. En Europa la aparición del cometa de 1680, el segundo más largo visto por la humanidad en tiempos recientes1, causó gran temor y motivó la publicación de escritos en contra de la visión astrológica de estos viajeros. En Méjico la conmoción no fue menor y fue la ocasión para la publicación de “La Libra Astronómica y Filosófica” del sacerdote mejicano Carlos de Sigüenza6 en la que también se desmiente el carácter trágico de éstos fenómenos, se hace una defensa del sistema copernicano y se rechaza la arcaica concepción tolemaica, que aún en esa época era defendida por algunas autoridades eclesiales españolas como el padre Kino. Situación similar tendrá que afrontar Mutis 80 años después, al llegar a la Nueva Granada.

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METODOLOGÍA La base de esta investigación es un pequeño capítulo que Eduardo Posada7 dedica a los cometas en su libro Apostillas a la Historia de Colombia. Este escrito recoge una serie de notas sobre observaciones de cometas hechas en la Nueva Granada desde el siglo XVI hasta finales del siglo XIX. La recopilación de Posada es de tipo anecdótico y por lo tanto la finalidad al escribir este artículo es identificar cada cometa, por dos vías; primero, comparando dichos apuntes con los registros observacionales tabulados por Vsekhsvyatskii4 y segundo verificar las anotaciones con la simulación del fenómeno, utilizando el programa de Astronomía Guide 6.0 8, el cual posee una base de datos importante de cometas. Además de las fuentes primarias citadas por dicho autor se revisaron periódicos, revistas de la época y libros especializados en el tema.

OBSERVACIONES REPORTES ENTRE 1550 Y 1800 La primera nota recogida por cronistas e historiadores que presenta Eduardo Posada7 proviene del Memorial de la Fundación de la Provincia de Santafé, del Nuevo Reino de Granada, del orden de San Francisco, 1550-1585, por el padre E. De Ascencio9: “Tienen estos indios moscas grandes alusiones sobre cometas, y descifran los que significan hambre y guerras, y en este mes de octubre de 55 años, a prima noche, se vió el cometa chiquito, del cual se presume algún gran suceso en Europa.” Vsekhsvyatskii4 no posee reporte respecto a la observación de un cometa en 1555, lo mismo sucede con la base de datos del programa Guide, por lo tanto puede tratarse de un cometa que alcanzó su mayor brillo en el hemisferio sur y difícilmente visible desde Europa. La siguiente mención fue recogida por Vargas Jurado10, dice: “desde el día 3 de febrero de este año (1744), a la oración, se vio a la parte del poniente una grande estrella con su cola blanca muy resplandeciente; duró 14 noches”. Este cometa es el único reportado durante 1744, fue descubierto en Europa por Klinkenberg4 el 9 de diciembre de 1743 y por El Astrolabio

Chéseaux el 13 del mismo mes, poseía una magnitud de entre 3m y 4m y por lo tanto visible a ojo desnudo, fue inicialmente descrito como un objeto con una envoltura nebulosa y con cola, localizado en la constelación del Triángulo. Fue observado en Inglaterra, Bolonia, y Paris (Cassini 4). A mediados de enero la cola medía 7º, para el 1º de febrero el núcleo era más brillante que cualquier estrella, incluyendo Sirio y para la fecha del reporte de Vargas Jurado, la cola alcanzaba los 20º, era amplia y curvada4. El 21 de febrero el cometa se encontró a 0.854 unidades astronómicas de la Tierra y dejó de verse en las primeras horas de la noche. Alcanzó su perihelio el 1º de marzo de 1744, el 3 atravesó la eclíptica y el incremento en brillo permitió para el 6 de marzo, ver un sistema múltiple de colas con once rayos visibles a la vez4. Hay reportes hechos en Europa, del 18 de marzo que nos cuentan que la cola alcanzaba 90º de longitud4. La observación de este cometa llamado “de las seis colas” debió haber sido un cuadro de excepcional belleza para haber llamado la atención del cronista, figura 1. El tercer reporte encontrado por Posada7 es muy importante: “El jueves 26 de abril de 1759 se vio encima de La Peña un cometa con la cola hacia Guadalupe, muy larga y esparramada; ha durado 27 y 28, y hasta 18 de mayo duró”. Este relato es interesante porque se trata del tan esperado retorno del cometa, previsto por el astróno-

Figura1. Dibujo del cometa de 1744 hecho por Chesseaux, astrónomo suizo. Durante las noches del 7 al 9 de marzo la cabeza del cometa se encontraba por debajo del horizonte.

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mo Edmund Halley y finalmente visto el día de Navidad de 1758 a través de telescopio por el astrónomo aficionado Palitsch de Dresden4. Fue visible a ojo desnudo a finales de enero y recorrió las constelaciones de Piscis, Acuario, Capricornio, el Microscopio, el Telescopio, el Pavo, Ave del Paraíso, el Triángulo Austral, la Cruz del Sur, el Centauro y el Sextante, en donde desapareció de la vista en mayo de 1759, Figura 2.

Figura 2. Posición del cometa Halley desde Bogotá, el 26 abril de 1759 a las 10 p.m. en la constelación de la Cruz del Sur a una altura de 22º sobre el horizonte y 177º de azimut.

El Halley alcanzó el perihelio el 13 de marzo; un mes después pasó la eclíptica y se sumergió en el hemisferio sur para acercarse a nuestro planeta. Para el 25 de abril se encontraba a 0.123 U.A, su menor distancia5. La narración de Vargas Jurado concuerda con la simulación de la órbita, durante la noche del 26 abril el cometa recorrió casi 7º y el curioso cronista pudo verlo pasar por el centro de la Cruz del Sur. Su cola sobrepasó los 25º de longitud y su núcleo brilló como una estrella de magnitud cero4. Como puede notarse, el reporte de cometas desde la Nueva Granada es bastante escaso durante los siglos XVII y XVIII. Vsekhsvyatskii4 recogió para el siglo XVII 19 observaciones de cometas, todas ellas con magnitudes superiores a 5m, es decir, que se

podían ver a ojo desnudo, cuatro de ellos fueron vistos desde Brasil. Para el siglo siguiente, el mismo autor recopiló 63 observaciones de cometas, de ellos sólo 20 necesitaron de telescopio para descubrirse, la mayoría a partir de 1766, época en que se desarrollaron nuevas técnicas para el mejoramiento de la óptica. Este vacío se debe a que los temas científicos no eran de interés público en el Virreinato de la Nueva Granada, como nos lo comenta Acevedo Latorre11;“Los centros culturales de Santafé y Popayán seguían consagrados a los estudios de la Filosofía, Teología y Jurisprudencia con un débil barniz de ciencias físicas basadas en conceptos anticuados. Cuando don José Celestino Mutis llegó al país, en 1761, se asombró del estado de ignorancia en que se hallaba la colonia y así exclama: Parece increíble que en nuestro tiempo pueda haber país en donde sus individuos piensen tan erradamente. Yo en tales ocasiones, no hallo otro recurso que tomar sino el silencio, por no exponerme a unas contrariedades insoportables”. Mutis reanimó el estudio de las ciencias naturales en Bogotá al iniciar clases como catedrático de matemáticas en el Colegio Mayor del Rosario. Por enseñar las teorías de Copérnico casi fue llevado ante el Supremo Tribunal de la Inquisición, afortunadamente la prestancia del sabio se impuso. Otro esfuerzo en éste tema lo hizo el maestro javeriano de Filosofía, Francisco Javier Trías12 que en 1755 escribió la Física Especial y Curiosa en donde se explica el modelo copernicano y detalla los errores de la astrología. Trías llegó a la Nueva Granada en 1743 y dictó la cátedra de Filosofía en la Javeriana entre 1752 y 1755 no hace alusión al cometa de 1744. Es probable que algún otro documento de la época se encuentre algún rastro de estos visitantes siderales. OBSERVACIONES ENTRE 1801 Y 1860 Tras la inauguración del Observatorio Astronómico en agosto de1803 y la muerte de don José Celestino Mutis en 1808, le corresponde a Francisco José Caldas dirigir sus actividades. En la correspondencia del Sabio Caldas fechada el 6 de noviembre de 1807, encontramos una referencia de las observaciones que él hizo de un cometa muy brillante que se vio en ese año13. “Es verdad que este nuevo astro ha llenado mis momentos ha más de un mes, y creo no lo dejaré hasta su total desaparición. Tiempo falta para calcular to-

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Este astro fue llamado el Gran Cometa de 1807, fue dos los elementos de mis observaciones; pero las descubierto el 9 de septiembre en Sicilia.4 En las tarverá con el tiempo. Desde su aparición ha disminuides de mediados de septiembre el cometa hacia pardo en diámetro y de luz. La cola que estaba en la te de una conjunción de 5 astros luminosos: Venus, inclinación de la eclíptica el 23 de septiembre, está Saturno, Marte y la estrella Spica8. Para el 26 del hoy al contrario y vuelta al norte. El abanico que formismo mes, Flaugergues estimó el brillo del núcleo maba se ha dilatado más; esta es la forma que hoy cercano al de una estrella de 2ª magnitud, con diátiene. Su curso bien caprichoso; se vio en Virgo, cormetro de 6 minutos de arco y 1,5º para la longitud tó el ecuador entre el 28 y 29 de septiembre, pasó al de la cola4. Ese día también alcanzó la distancia míMonte Menelao, tocó en la cabeza del Serpentario, y nima a nuestro planeta 1,15 U.A. aproximadamente, está ahora sobre el dorso de Hércules. ¡Quién sabe el periodo de este viajero se estima en 1713 años8. donde desaparecerá!” Las apreciaciones de Caldas fueSegún Arias de Greiff13 este coron compatibles con las obsermeta es el Nº 120 del catálogo vaciones hechas en diferentes de Arago. En marzo de 1808 el partes del mundo. periódico El Redactor AmericaEl editor del periódico también no14 y El Semanario del Nuevo informó que el cometa fue idenReino de Granada15, publicaron tificado a simple vista el 10 de una noticia sobre la observación septiembre desde Santafé y rede este cometa, visible sin necibió correspondencia de otro cesidad de instrumento, figura avistamiento desde Cartagena14. 3. El siguiente es el relato: En mayo de 1811 apareció un “Desde el 23 de septiembre se cometa visible a ojo desnudo en advirtió al fin de la constelación el hemisferio norte, visto por de la Virgen un Cometa, y se Humboldt4 en junio desde París, comenzó a observar el 25 en se le conoce como el Gran Coel Observatorio Astronómico de meta de 1811. Su acercamiento con la Tierra ocurrió el 15 de esta Capital. El encargado de octubre, época para la cual deeste establecimiento Don Fransarrolló dos grandes colas, una cisco Joseph de Caldas, ha code las cuales alcanzó hasta 23º menzado una serie de observade longitud y 7º de ancho4. Es ciones, y el 26 fixó el lugar del muy probable que Caldas haya mismo astro para 6 horas. 37 realizado observaciones de este minutos. 17 segundos. Tiempo magnífico fenómeno, que es Figura 3: Hoja del periódico El Semanaverdadero del meridiano del rio del Nuevo Reino de Granada donde considerado como el tercer coObservatorio, el resultado fue: Caldas publicó las observaciones del meta más largo de la historia seDeclinación austral: 1º 53’ 12, cometa de 1807. gún De Vaucoleurs1, figura 4. En ascensión recta: 217º 57’ 00, las Cartas de Caldas13, existe un vació entre el 5 de latitud geocéntrica 6º 19’. 59”, latitud boreal 12º 25’ 25”. agosto de 1811 y el 6 de marzo de 1812, lapso que El cuerpo del cometa pareció bastante terminado y coincide con la mejor vista del cometa. Verificar esta del diámetro de Marte poco más o menos. Su luz hipótesis completaría el conocimiento del trabajo de era roxiza, débil y como dentro de nieblas. En mucho este sabio, que terminó temprano y trágicamente y estaba rodeado de una atmósfera luminosa prolonque supuso el más grande obstáculo para el joven gada en abanico ácia la parte opuesta del Sol, y Observatorio, que además habría de sufrir la pérdida cuya fuerza disminuía por grados insensibles hasta y destrucción de sus equipos además de la inestadesaparecer. Esta ráfaga de luz, que puede llamarse bilidad política16. barba por proceder del cometa en su curso, era oblicua y seguía en dirección de la Eclíptica en fin, su El siguiente reporte de un cometa corresponde al salongitud pareció de 38 a 40 minutos15.” bio Jean Baptiste Boussingault quien estaba en miEl Astrolabio

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sión científica en territorio colombiano junto con el peruano Mariano Rivero, reconociendo las riquezas minerales y geológicas de nuestro país. La mención de este fenómeno nos la recuerda Eduardo Posada7: “En los primeros días de octubre de 1825 se vio el cometa en el hemisferio austral, su cola era muy extensa y brillante.” A mediados de octubre y desde Abejorral (Antioquia) el sabio francés dice17: “Por la noche vimos el cometa que había perdido su brillo.” Después de haber recorrido por un mes y medio más el territorio antioqueño y haber llegado cerca de Medellín nos cuenta14: “Por la noche, a pesar de mi fatiga, tomé una altura meridiana de Acharna (Achernar) y obtuve una latitud Norte de 60º 14’ 52” y una latitud Oeste de Bogotá de 1º 26’, era el 3 de diciembre y el cometa brillaba en todo su esplendor”. El nombre de este cometa es el Pons (1825 IV) en honor a su descubridor, quien lo vio el 14 de julio de 1825, posteriormente fue identificado por Biela en la constelación de Taurus4, poseía una magnitud de 6m. La aproximación con la Tierra ocurrió el 11 de octubre cuando pasó a 0.617 unidades astronómicas. Para esta fecha y según observaciones de Olbers el cometa tenía una espléndida vista, con una magnitud

Figura 4: Grabado europeo del Gran Cometa de 1811, el tercer más grande viajero visto por la humanidad en tiempos recientes.

entre 2m y 3 m, con una cola que alcanzaba entre 7º y 8º, lo cual no corresponde con la observación de Boussingault quien dice que para la mitad de mes había perdido su brillo. Es posible que el sabio haya visto otro cometa, el Pons (1826 II), el cual tenía una trayectoria similar pero de un brillo inferior (8.7m) 4. A partir de 26 de septiembre el cometa entró en el hemisferio sur y recorrió las constelaciones de la Ballena, el Escultor, la Grulla, el Microscopio, Sagitario y el Escorpión, su perihelio ocurrió el 11 de diciembre, para volver en 4475 años8. El año 1825 al parecer no fue muy bueno para la agricultura y por su puesto la aparición de este cometa, que por sobrenombre lo llamaron “el caraqueño,” dio la oportunidad para que las desgracias de la humanidad se le achacaran, aunque tiene tintes de un reclamo político. En la publicación La Miscelánea,18 un periodista describe la situación desesperada por la que pasaban los cultivadores criollos que tituló, Los estragos del Cometa: “Mienten los astrónomos cuando nos cuentan que los cometas son unos astros inocentes y vagabundos, y sóbrale razón a la gente a que los sabios llaman vulgo, en temerlos como animalazos dañinos y de mal agüero. ¡No es nada la que acaba de hacernos el cometa caraqueño! Amaneció o anocheció atufado el 9 del mes anterior; alzó su rabo, y descargando una furibunda coleada sobre el país que su cometal afectada ignorancia llama Nueva Granada, acabó de una mano a otra con su decadente agricultura; no dejó rastros de plantíos de algodón, arrancó los cañaverales, destruyó los ingenios de azúcar, desapareció nuestros inmensos trigos, taló nuestros bosques de quina, arrasó las plantaciones de tabaco y arrancó los cacaotales, para que nada de esto volviese a ser , como lo ha sido, objeto de grande exportación y de comercio activo en otros tiempos”. El autor también le ruega al cometa que no golpee de nuevo los campos y la economía del gobierno y termina haciendo una súplica a este azote de Dios: “¡Volvednos, pues, a vuestra gracia, o cometa del cielo, o donde quiera que procedáis, y permitidnos comer el pan, aunque no lo merezcamos, pues no tenemos haciendas de añil, ni de café. Y añadimos a esta culpa la debilidad de amar y sostener la unidad de la república !! - Amen.” El cometa Halley tiene un periodo de 76.9 años y por lo tanto su siguiente visita al Sol ocurrió en 1835. PoInvestigación y Ciencia del Gimnasio Campestre

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sada3 quiso verificar si de ello dejaron noticia en alguna parte, pero nada encontró. Para esta investigación se revisaron algunos periódicos y sólo se encontró un párrafo en La Crónica Semanal19, en la cual se comenta una noticia originada en Ciudad del Cabo, escrita por el astrónomo Herschel: “El cometa Halley se aguardaba en el mes de agosto del presente año (anunciado por nuestro almanaque para el 16 de octubre del mismo), no será visible por que hace mucho tiempo que ha variado su curso, y ahora gira en órbita diferente.” Este viajero se observó a simple vista a partir de finales del septiembre, su cola medía en ese momento medía 34 minutos de arco y se podía observar en la madrugada. El 12 de octubre alcanzó la menor distancia con respecto a la Tierra con 0,187 U.A5. Sobresalía como una estrella de 1m y su cola tenía 106 minutos de largo y un grado de ancho4. El perihelio ocurrió el 16 de noviembre, recorrió las constelaciones de Géminis, el Auriga, el Lince, la Osa Mayor, para desaparecer en Ofiuco. Los años 1843 y 1844 fueron generosos con estos fenómenos, pues permitieron ver cometas con vistas excepcionales como ocurrió en 1744. El lunes 6 de marzo de 1843 la primera página del periódico El Día20, figura 5, hace eco de la aparición de un brillante cometa, el escrito es firmado por J. A. (Joaquín Acosta): “Desde el día 4 del presente mes de marzo a las seis y media de la tarde apareció sobre nuestro horizon-

Figura 5: Primera página del periódico El Día, del 6 de marzo de 1843, donde se da la noticia de la aparición de un gran cometa el día 4 en las primeras horas de la tarde.

El Astrolabio

te hacia el poniente, un cometa de los más grandes y brillantes que se hayan visto jamás. Espesas nubes hasta hoy han impedido ver su núcleo o terminación, más como la cola se extiende más de 40 grados en el firmamento debe ocupar un espacio de 60 millones de leguas, igual al doble de la distancia de Tierra al Sol. Todas las apariencias indican que es el mismo que apareció en 1244 y al cual se atribuyó que venía a anunciar la muerte del papa Urbano IV por haber sido el único acontecimiento de importancia que tuvo lugar entonces,... y que reapareció en 1556, después de un periodo de 292 años, el cual asustó tanto al entonces emperador Carlos V que exclamó: His ergo indiciis me mea fata vocat. Este cometa me indica que mi muerte se acerca, y resolvió abdicar a la corona imperial. Es cierto que la vuelta periódica de este cometa no corresponde hasta 1848, más si observamos que estos cuerpos están sujetos a perturbaciones tales aún que aquellos de período corto y cuyas órbitas de han calculado por buenos astrónomos y con instrumentos perfeccionados, no han llegado nunca si no con un atraso o adelanto de días...” Este viajero celeste es conocido como el Gran Cometa de Marzo (1843 I), se descubrió el 5 de febrero de 1843, en la constelación de la Ballena4, tenía un brillo entre 3m y 4m. Fue visto como un punto muy brillante al amanecer y anochecer del 11 de febrero. Su perihelio ocurrió el 27 de febrero, rasando el Sol a tan sólo 0,055 unidades astronómicas y como cosa curiosa con la Tierra en oposición5. Bowring desde Méjico aseguró haberlo visto desde las 9 de la mañana hasta el atardecer4. Al amanecer del día siguiente el núcleo era muy brillante (entre –6m y –8m) tanto como la Luna y su cola se veía como una nube blanca alargada con una longitud de 1º. El 4 de marzo, el mismo día que referencia Acosta desde Colombia, fue observado desde un barco en el Océano Atlántico cerca al ecuador con una cola que alcanzaba los 70º de larga 4. Al día siguiente se encontraba a 0,842 unidades astronómicas, la menor distancia que alcanzó con respecto a la Tierra5. Para el 8 de marzo su núcleo era más grande que Júpiter y tan brillante como él (0m). Después del perihelio el cometa recorrió las constelaciones de Acuario, la Ballena, Eridano y Orión. El 26 de marzo Acosta publica otra nota que dice21: “Continúa nuestro brillante y gigantesco huésped su carrera, más por desgracia la estación de lluvias no nos ha permitido observarle sino uno que otro día en las tres semanas que hace que apareció por la primera vez, y eso en cortos intervalos. Actualmente se

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halla el núcleo o disco en la constelación de Eridano y su cola se prolonga por 37º pasando por entre las constelaciones de Orión y la Liebre: Su dirección es SE como lo indicamos desde la 2ª noche que apareció el 5 del presente mes de marzo y forma un ángulo de sólo de nueve grados con el ecuador”. Las observaciones de Acosta son correctas para el 26 de marzo, según Schmidt (Hamburgo) la cola medía 56º. Este cometa posee el record de haber tenido la cola de mayor extensión dentro de los observados en los últimos siglos, según De Vaucoleurs1 alcanzó los 320 millones de kilómetros, además de pertenecer según Calder2 a una familia de cometas muy sui géneris llamada “filosolares”, los cuales comparten órbitas muy similares, dado que se engendraron a lo largo de muchos siglos, mediante sucesivas roturas, a partir de un único cometa progenitor, al pasar muy cerca del Sol, como se dijo anteriormente. El Gran Cometa de Marzo no es el mismo de 1294 y 1556 ya que su período es de 515,2 años8, figura 6. La fiebre cometaria se mantendría alta por la aparición de un nuevo viajero muy brillante en el hemisferio sur. Benedicto Domínguez y Joaquín Acosta publicaron la siguiente noticia en el periódico El Día22 del 29 de diciembre de 1844: ”El jueves 26 del corriente apareció por la primera vez hacia el sudoeste y muy poco elevado sobre el horizonte un hermoso cometa cuya cola, sólo en parte visible, abrazaba cerca de 15 grados. Como las nubes se cargaron pronto al ocaso, no pudo observarse sino por corto tiempo, y la lluvia abundante de la noche del viernes tampoco permitió verlo. No podemos, pues, saber todavía si este cometa es el mis-

Figura 6: Dibujo del Gran Cometa de Marzo de 1843 visto en Francia23.

mo que comenzó a verse pequeño en Europa en septiembre último o si es huésped exclusivo del hemisferio austral. De todos modos parece estar inmediato a su perihelio y ocupa un lugar en el cielo no muy distante de la constelación del Altar.” Domínguez y Acosta habían identificado la nueva maravilla en el cielo, correspondía al Cometa 1844 III, visto por primera vez desde Guinea en la tarde del 16 de diciembre y desde el Cabo de Buena Esperanza en la tarde de 18, en la constelación de Sagitario, cerca de 6 grados sobre le horizonte4. La cola alcanzaba de 3 a 4 grados de longitud y efectivamente el 14 de diciembre había pasado por el perihelio por lo que había ganado gran brillo. El día 26 del mismo mes a las 6 p.m. se encontraba a una unidad astronómica y a 15º de altura sobre el horizonte, muy cerca de la constelación del Microscopio.8 Benedicto Domínguez y Joaquín Acosta, quienes habían sido encargados del Observatorio Astronómico Nacional estuvieron pendientes de este viajero celeste y el día 12 de enero de1845 publicaron la siguiente nota24: Observación

Domínguez y Acosta

GUIDE 6.0

Ascensión Recta

21h 22’

21h 42’

Declinación Austral

52º 40’

43º 47’

Longitud

310º 10’

Latitud

38º 56’

Distancia a Folmahaut

25º 5’

20º 32’

Tabla 1 Observaciones del Cometa 1844 III el 2 de enero de 1845 a las 7 horas y10 de la noche. Cálculo de la posición del cometa según el programa Guide 6.0 para Bogotá.

“Hasta el día 29 de diciembre no pudo volver a observarse por el estado de la atmósfera y las lluvias continuas. Este día apareció claramente su núcleo en la constelación del Yndus; pero desapareció pronto y no se observó bien sino el día 2 de enero de este año de 1845, ver Tabla 1. El día tres había andado cerca de tres grados al oriente hacia la constelación de la Grulla. A las 7 horas 15’ de la noche se hallaba a 4º 18’ de alfa de la Grulla al occidente en dirección del grupo de tres estrellas del escudo del Yndus (el Indio)... El núcleo, aunque no bien terminado en su disco ha sido siempre muy distinto y del tamaño al parecer de un estrella de segunda magnitud; la cola en Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre

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dirección opuesta al Sol es de 10 grados y de uno a uno y medio de ancho, de un color blanquecino así como el núcleo. Alrededor de este y del lado del Sol, también se ha observado un segmento del espesor del núcleo y vaporoso como la cola. La terminación de esta menos clara, es tan bien más extendida hasta disiparse en el firmamento.” Las últimas frases nos llevan a pensar que Domínguez y Acosta observaron el fenómeno llamado anticola, visto en pocos cometas y reportado por astrónomos de El Cabo el 11 de enero4, como un rayo tenue de 1.25 grados de largo, que salía del núcleo en forma opuesta a la cola. De acuerdo con Bredikhin, el ancho de esta cola anómala era de dos minutos cerca de la cabeza y supremamente delgada4. El 5 de enero de 1845 el cometa alcanzó la menor distancia con nuestro planeta, 0.959 unidades astronómicas5. A través del telescopio este astro era más grande que Júpiter y su núcleo brilló más que el Gran Cometa de Marzo4 de 1843. Este astro recorrió además de las constelaciones antes mencionadas la Grulla, el Fénix y el Escultor. En la figura 7 se muestra el cometa Arend-Roland visto en 1957, mostrando un apéndice dirigido al Sol llamado anticola.

Figura 7: La anticola del cometa ArendRoland, vista en 1957, fenómeno similar descrito por Domínguez y Acosta en el cometa 1844 III. Imagen publicada en Sky and Telescope, abril de 1957.

El Astrolabio

Más adelante los autores nos cuentan que lo vieron nuevamente el 8 de enero y 9 de enero23: “está saliendo de la constelación de la Grulla con la cola en el Fénix. La cola aparece más delgada y vaporosa, aunque sus dimensiones sean las mismas en extensión. El núcleo no ha variado en los últimos seis días. En ellos ha andado al parecer el cometa diez y nueve grados”. El período calculado para este astro es de 6800 años5. El cometa que se vio en septiembre de 1844 desde Europa y sobre el cual llaman la atención Domínguez y Acosta, fue el de Vico–Swift (1844 I), cuyo perihelio ocurrió el 2 de septiembre, alcanzando un

brillo de 5.5 m y localizado en la constelación de Cetus para esas fechas4. A mediados de 1857 se puso a la venta en Londres, al precio de seis peniques, un libro con el título de ¿Chocará con la Tierra el gran cometa que actualmente se acerca a gran velocidad?2 En él se predecía al público la aparición de un cometa ya visto en 1264 y en 1556 y se advertía a la gente para que se cuidara del calor generado por el impacto. La masificación de los medios escritos y la aparición del telégrafo permitieron que esta noticia llegara a Bogotá; El Comercio24 del 12 de octubre de 1858 publicó el siguiente artículo: “El huésped anunciado desde 1857, está ya a nuestra vista, recorre nuestro cielo; esto es, el cometa que debía chocar con la Tierra ha hecho su primera aparición ayer entre 6 y 7 de la noche: para los crédulos, pues, los momentos son terriblemente supremos. ¿Qué deberá hacerse en tan terrible emergencia? El enemigo está en frente de nosotros y avanza con paso de ataque a una velocidad de 800000 millas por hora...” Al parecer se había creado cierta inquietud en los santafereños la noticia originada en Londres ya que en este artículo se había publicado como hoja suelta en los días anteriores. 24 Más adelante el autor explica las razones matemáticas y astronómicas por las cuales el paso de la Tierra por la cola del cometa no debería causar temor: “Pero hay una cosa y es que la atmósfera de la Tierra es más densa que la del cometa, y que por lo tanto, este no podrá romperla para llegar hasta el haz de nuestro planeta... Somos de opinión, pues, que durmamos tranquilos...” A este astro se le conoce como el cometa Donati (1858 VI), Figura 8. Fue descubierto con la ayuda de telescopio el 2 de junio en Leo4, recorrió las siguientes constelaciones: Leo Menor, la Osa Mayor, el Boyero, Ofiuco, el Escorpión, la Corona austral y el Telescopio. Visible a simple vista desde finales de agosto alcanzó el perihelio el 30 de septiembre, alcanzando un brillo máximo de 0m. Su acercamiento con la Tierra ocurrió el 9 de octubre a 0,539 u.a.8 COMETAS ENTRE 1861 Y 1897 Posada7sigue en orden cronológico la aparición los viajeros celestes que se han reportado desde el terri-

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torio colombiano desde la conquista hasta el siglo XIX. Acerca del año 1861 y escribe: “En un libro inédito de apuntes del siglo pasado, obra del señor B. Torrente, que poseemos, anota que el 1 de julio de 1861 apareció un cometa de gran magnitud por el lado del oeste, cuyo núcleo era en dirección suroeste.” Desafortunadamente no se encontró otra información sobre la observación de este astro ya que su aparición constituye uno de los fenómenos cometarios más interesantes junto con el de 1843. Su nombre oficial es el cometa Tebbutt (1861 II), bautizado en honor de su descubridor, un astrónomo aficionado de Australia, quien lo vio por primera vez el 13 de mayo de 1861 en la constelación de Eridano4, poseía un brillo entre 4m y 5m. Puesto que fue más brillante en el hemisferio sur, numerosos observatorios de esta zona lo reportaron, como: Ciudad del Cabo, Chile (Santiago) y Brasil4. El 12 de junio alcanzó el perihelio a 0,82 unidades astronómicas. A finales de junio era muy brillante con una magnitud similar a Saturno (0m) y con una cola que tenía entre 90º y 120º (Secchi y Brorsen) 4. El 29 y 30 de junio la Tierra pasó a través de la cola del cometa y esto permitió observar con mayor detalle su estructura, figura 9. La influencia de la cola del cometa sobre la Tierra fue casi imperceptible, salvo por algunos fenómenos observados en la atmósfera, que fueron reportados en Inglaterra en 1861. “E. J. Lowe25 en Beaston cuenta: El cielo era amarillento,

con un resplandor como el de las auroras, y el Sol aunque brillaba, daba una luz tenue... en nuestra iglesia parroquial, el vicario tenía candelabros en el púlpito para iluminar aunque eran las 7 de la mañana (verano), esto es una prueba de la sensación de oscuridad que era sentida aunque el Sol brillaba. El cometa se vio antes que el Sol se ocultara, (7:49 p.m.) no se le observaba la cola y se parecía a Júpiter dentro de neblina, figura 10. Hacia las 10:30 pm. tenía 45º de longitud, se elevaba casi verticalmente y su cola se desplegó hasta un ancho de tres veces el diámetro de la Luna.” En la tarde del día 30 el núcleo llegó a estar a tan sólo 0,1327 unidades astronómicas de la Tierra, es decir casi 20 millones de kilómetros. Esta distancia puede

Figura 9. El cometa Tebbutt como se observó desde Europa a finales de junio de 1861.

Figura 8. El cometa Donati de 1858 con su cola de polvo y dos estelas de gas muy finas.

ser fácilmente alcanzada por la cola de un cometa de tamaño pequeño1. John Hippisley25 reportó que en la noche de ese día, el cometa era tan brillante que podía producir sombras que se podían proyectar sobre un papel blanco, su cola era curvilinear, pasaba sobre la estrella polar y alcanzaba la constelación de la Lyra, tenía por lo menos 90º de larga. Schweiser (Moscú) reportó un cambio radical en el núcleo del cometa y en las características de los chorros que de él salían4. El 1 de julio el núcleo del cometa Tebbutt fue visible en Bogotá durante la primera hora del anochecer, pero su cola, que media cerca de 97º según el reporte de Littrow4 pudo verse hasta cerca de la media noche sobre el horizonte noroeste de la sabana, en la Osa menor y el Dragón, volverá en 408,8 años. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre

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Figura 10. Estructura del cometa Tebbutt durante el paso de la Tierra por su cola. Tomado de La Astronomie de Flammarion26.

El siguiente cometa fue reportado por José María González Benito, Figura 11, quien lo observó entre el 12 y el 24 de julio de 1881, este es el informe encontrado en los Anales de Ingeniería27: “Situado en el límite de la constelación del Dragón con la de la Jirafa, no lejos, de la Estrella Polar cuya posición astronómica es: ascensión recta 11h 15m, declinación boreal 81º 10’.” A este viajero se conoce como el cometa 1881 III. Fue descubierto por Tebbutt desde Australia, el 22 de mayo de ese año en la constelación de la Paloma4. Su perihelio ocurrió el 16 de junio a 0,736 unidades astronómicas y su máxima aproximación a la Tierra fue el 19 del mismo mes, a 0,282 u.a con un período de 2439 años5. El 11 de junio Gould vio dos objetos nebulosos, al parecer de dividió en dos partes desapareciendo una de ellas rápidamente4. Para el 12 de julio el cometa era difícil de observar desde Bogotá en las primeras horas de la noche, por que se encontraba muy al norte, en la constelación de Camelopardalis (Jirafa), en dirección al polo norte y unos 12º sobre el horizonte, razón por la cual González B. informó las horas más adecuadas para observarlo y la dificultad para su estudio ya que nuestro horizonte está casi siempre cubierto de nubes. José María González Benito por entonces director del Observatorio Astronómico informó sobre otro visitante El Astrolabio

Figura 11. Fotografía de José María González Benito (1843-1903) director del Observatorio Astronómico Nacional.

en la nota que le dirigió al Secretario de Instrucción pública el 22 de junio de 1882, la que dice así. 27 “He observado esta tarde a las 6 h y 30 m, un gran cometa situado al sur del planeta Venus, no lejos de Procyon, en el lugar donde limitan las constelaciones de Cáncer, Can Menor y Géminis. Su núcleo es brillantísimo, tiene la intensidad de una estrella de segunda magnitud, y su cola, de un blanco mate uniforme, se extiende más de 10º. Largo tiempo hace que no se observa un cometa de tal magnitud y belleza. Su cola se dirige a Sigma de la constelación de la Hidra”. A este se le conoce como el Cometa de Wells (1882 I) quien lo descubrió el 18 de marzo de ese año desde Albany (USA), en la constelación de Hércules4. Recorrió las constelaciones de la Lira, Cefeo, Dragón, Jirafa, Perseo, Auriga y el Toro hasta llegar a su perihelio, el 11 de junio a una distancia de 0.06 unidades astronómicas. Luego pasó por Orión, Géminis y Cáncer. Varios observatorios reportaron haberlo visto durante el día muy cerca del Sol. Para el 17 de junio su cola medía cerca de 40º de longitud. El día 22 del mismo mes, Pakl informó que su núcleo era bien definido y tenía un brillo equivalente al de una estrella de 2ª magnitud, con cola en forma de abanico de 2,5º de ancha, características similares a las observadas por el astrónomo colombiano y difícilmente repetibles pues su período es de más de un millón de años.8

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Zaldúa28 en junio de 1883 publicó un pequeño libro en el que cuenta algunas anotaciones sobre un nuevo viajero, muy brillante que se convirtió en espectáculo mundial. “La aparición del majestuoso, bello e imponente cometa de mediados de septiembre (1882), llamando la atención por su magnitud, me presentó la oportunidad de estudiarlo, aunque a simple vista. La anticipación diaria de su aparición sobre el horizonte, así como la aparición en este del punto de su salida que se notaba inclinado hacía el sur, me dieron a conocer un movimiento retrógrado de oriente a poniente a la vez que de norte a sur. Se le vio ocupando diariamente de septiembre a diciembre (91 días). Llegó al trópico de Capricornio y lo cortó con ángulo de 8º a 10º lo que da una diferencia de 15º a 13º con respecto a la eclíptica, lo que explica la dirección de sur a norte que en diciembre se le notó a la cauda.., a la vez que disminuía de longitud... Se observó a simple vista a principios de septiembre de 1882, por Flammarión, los días 17,18,19 en pleno día y viéndolo cerca del Sol, llegando el día 17 por el sudoeste tocando aparentemente ese mismo día con su disco y pasando por detrás de él.” Zaldúa se refiere a la aparición del cometa 1882 II, también llamado el Gran Cometa de Septiembre. Fue visto por primera vez en Nueva Zelanda, el 3 de septiembre y por Gould desde Córdoba (Argentina), el 6 del mismo mes en la constelación de la Hidra4. Alcanzó el perihelio el 17 siguiente, pasando a tan sólo 0,01 unidades astronómicas del Sol, es decir 1.5 millones de kilómetros, por lo cual se le considera como otro de los cometas filosolares3. El 16 de septiembre fue observado por Tebbutt en pleno día como un objeto blanco más brillante que Venus, cuya cola media 20 minutos de arco4. El día siguiente a partir de las 15:25 de Greenwich hizo un rápido tránsito por el Sol que duró 1 hora y 45 minutos aproximadamente después de lo cual su brillo estaba entre –5m y –7m 4. En esa fecha alcanzó la mínima distancia con nuestro planeta, 0,978 U.A. Su paso rasante por el Sol posiblemente lo fraccionó, Barnard y Schmidt vieron un núcleo de estructura compleja, con seis objetos elongados4, a partir del 14 de octubre, los cuales fueron vistos con telescopio hasta principios de febrero de 1883. Desde el punto de vista de la Tierra la órbita

de este cometa tenía una forma bastante cerrada, es decir alejándose casi por el mismo camino por el que había llegado, recorriendo las constelaciones del Unicornio, el Sextante, la Hidra, el Compás, la Popa y el Can Mayor, Figura 12. El cometa fue observado con facilidad desde Bogotá. En el Papel Periódico Ilustrado29 de octubre 28 de 1882, aparece un grabado hecho por Rodríguez con base en un dibujo de Urdaneta, ver figura al empezar el artículo. En él se representa el paso del cometa a finales de septiembre sobre el cielo oriental de Bogotá pocas horas antes de la salida del Sol. Fue visible sin instrumentos hasta febrero del 83, y la longitud de su cola se estimó en cerca de 80 millones de kilómetros, su período es de 760,9 años5. Los siguientes cometas reportados en Colombia ya no son fruto del azar si no del trabajo disciplinado de José María González Benito, quien se preocupó por tener instrumental adecuado para su búsqueda y seguimiento. El doctor Jorge Arias30cuenta la siguiente anécdota: “No faltó en ese año de1893 un cometa. González Benito observó en Bogotá desde el 1º de julio un cometa; también lo observó Quénisset desde el Observatorio de Juivisy el día 9 de ese mes, cosa que comunicó a la comunidad astronómica. El cometa se llamó Rordame-Quénisset (1893 II), Figura 13,

Figura 12. Posición del Gran Cometa de Septiembre de 1883 tal y como se observó desde Bogotá en la madrugada del 26 de septiembre a las cinco de la mañana a un azimut de 94º y 18º sobre el horizonte. También se representa su camino desde principios de septiembre hasta finales de octubre, atravesando las constelaciones de la Hydra, el Sextante y la Copa.

Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre

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y don José María perdió su oportunidad.” Sin embargo el reporte de González Benito apareció en el Boletín de la Sociedad Francesa de Astronomía31 no es muy claro porqué no fue válido dicho informe, que hubiera dado la posibilidad de tener el primer nombre de cometa con nacionalidad colombiana. El perihelio de este astro ocurrió el 7 de julio, pasando a 0.67 U.A. y su período es de 44150 años5. Durante su mejor visibilidad recorrió las constelaciones del Auriga, Lince, Leo Minor, Leo y Virgo. Fue descubierto el 9 de julio en la constelación del Lince4, su brillo correspondía a una estrella de 3ª magnitud. Para la segunda mitad de este mes su núcleo era excéntrico, la cola alcanzó a medir 15 grados, mostrando inhomogenidades y notables cambios. El 14 de septiembre de 1898 se reportó un cometa a simple vista desde Bogotá, que llamó la atención de varias personas, las cuales pidieron explicaciones a González Benito, quien escribió lo siguiente:27 “No es únicamente uno el cometa que se halla visible en la actualidad, son nada menos que cinco en ese orden: 1º El cometa Caddington, el S.E. de Antares o Alfa del Escorpión, visible desde las seis y media de la tarde; muy tenue y para observarle bien, es preciso el telescopio. 2º Uno telescópico en la constelación de Capricornio, visible desde la misma hora que el anterior. 3º El cometa de Encke, cuyo período es de cerca de tres años y cuarto, es visible a simple vista en la actualidad, desde las dos de la mañana entre Géminis y el Can mayor. 4º Otro telescópico entre la estrella polar y Alfa de Perseo, en la constelación de la Jirafa, observado en Bogotá desde las 11 de la noche; y 5º el cometa Wolf, visto en 1891, y visible ligeramente en la constelación de Aries desde las 10 de la noche, y pasa por el meridiano a las 3 de la mañana. Los cometas más interesantes de este año sin duda fueron el Encke y el Coddington, el perihelio del primero ocurrió el 27 de mayo, días después logró un brillo máximo de 6m, apenas distinguible por el ojo, se aproximó a la Tierra a principios de julio, a una distancia de 0,27 U.A. Al segundo también se le conoce como 1998 VII, fue muy brillante el 14 y 15 de junio4 muy cerca de Antares, su perihelio ocurrió el 14 de septiembre a 1,7 U.A. y no volverá más ya que su órbita es hiperbólica. Los demás cometas sólo eran El Astrolabio

visibles a través del telescopio, como el Wolf (1891 II), visto en la madrugada durante junio en la constelación de Aries. Es muy posible que González Benito haya observado la conjunción de dos cometas descubiertos por Perrine, llamados 1998 I y 1998 VI, o uno de los dos, durante los últimos días de junio en la constelación de la Jirafa.8 El perihelio de estos viajeros ocurrió el 16 marzo y el 16 de agosto respectivamente. El cometa observado en Capricornio corresponde al 1998 V descubierto por Giacobini4 y visto en esta constelación entre el 7 y el 21 de junio, caracterizándose por tener un núcleo supremamente tenue.4 El siglo XIX termina en un momento estelar de la Astronomía Colombiana, la cual había sido duramente golpeada por la barbarie durante la independencia y la república. Por una parte el trabajo de González Benito había sido lo bastante constante y entusiasta como para ser reconocido a nivel internacional al ser aceptado como miembro fundador de la Sociedad Astronómica de Francia. Por otro lado Julio Garavito por entonces director del Observatorio Nacional continuaría con la observación de cometas y publicaría el cálculo de los elementos orbitales del cometa de 1901.

Figura 13. Dibujo del cometa Rordame-Quénisset (1893 II) visto desde el Observatorio francés de Juvisy31.

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CONCLUSIONES Las observaciones y reportes de cometas durante los siglos XVI y XVIII fueron bastante escasos y meramente anecdóticos, pues no había el interés por las ciencias naturales en la Nueva Granada salvo algunos autores Jesuitas como Trías; sin embargo, ellos no reportaron la aparición de cometas. La fundación del Observatorio Astronómico en 1803 por parte de Mutis, crea un importante espacio para el estudio de los fenómenos celestes, los que empieza a desarrollar Caldas pero debido a su fusilamiento quedan truncos. Caldas reportó los movimientos del gran cometa de 1807 y es probable que haya observado el de 1811. A la muerte de Caldas los reportes de cometas fueron dados por personas relacionadas con el Observatorio Astronómico Nacional que habían sido auxiliares de Mutis y Caldas y a quienes les correspondió a su tiempo ser los encargados del Observatorio, como Benedicto Domínguez y Joaquín Acosta. En general se puede decir que los reportes de cometas corresponden en las fechas y con las características vistas por otras entidades y aficionados de otros países. Como en el caso del cometa de 1842 cuando Acosta y Domínguez lograron observar el fenómeno de la anticola también visto Bredikhin. El observador más interesado por estos fenómenos fue sin duda alguna José María González Benito quien trató siempre de tener los equipos más adecuados para la observación astronómica y quien se preocupó por reportarlos a la Sociedad Francesa de Astronomía, entidad en la que fue aceptado como miembro. La mayoría de los reportes encontrados corresponden a publicaciones hechas en revistas y periódicos de la época y en pocos casos en publicaciones especializadas.

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AGRADECIMIENTOS Expresamos nuestro agradecimiento al Archivo Histórico Javeriano por el apoyo prestado durante la realización de esta investigación. Investigación y Ciencia del Gimnasio Campestre

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