Vicisitudes del Arte Popular Mexicano

Vicisitudes del Arte Popular Mexicano. Conferencia sobre la problemática de algunas comunidades alfareras de la República Mexicana. Primer Simposio Na

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Vicisitudes del Arte Popular Mexicano. Conferencia sobre la problemática de algunas comunidades alfareras de la República Mexicana. Primer Simposio Nacional sobre la Aplicación del Vidriado sin Plomo en la Alfarería Popular Mexicana. Tlaxcala, Tlaxcala . Diciembre de 2008.

Por David Zimbrón Ortiz.

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 1

Vicisitudes del Arte Popular Mexicano. 1. El diseño original y su evolución. Función expresiva grupal. La repetición vs. la creatividad. El concepto de innovación. El problema de la percepción visual y la conceptualización. El rechazo de las comunidades hacia los cursos de diseño artesanal. El problema del aislamiento y el abandono educativo.

Sin embargo, esta tendencia natural de la mente para construir “acuerdos dogmáticos” – necesaria en algunos casos para la subsistencia comunitaria –produce un efecto reductivista sobre las concepciones generales de la vida y de las cosas, es decir, que tiende a eliminar todo aquello que no constituye su esencia primordial y pone en evidencia la predisposición del pensamiento a las caracterizaciones esquematizantes.

Dentro de los procesos de formación interna de cualquier comunidad vamos a encontrar un conjunto de valores y formas de percibir y abordar el mundo que se van consolidando a muy largo plazo constituyendo la identidad. Una de las manifestaciones más evidentes de este proceso lo encontramos en el lenguaje y en el habla de cada una de estas comunidades y que responde, principalmente a la necesidad de comunicación y de pertenencia a un grupo específico con leyes y normas de interacción social que le confieran cierta permanencia.

Piezas tradicionales y no tradicionales. Chililico, Hidalgo.

Diversas piezas de Arte Popular Mexicano.

Estos valores y formas de percibir, para funcionar tienden a convertirse en convenciones de orden plural, y ponen en acción un conjunto de “signos” en los que se espera que el emisor y el receptor reconozcan de la misma forma el modo de utilización, la traducción y la interpretación.

Puesto que el hombre tiene gran necesidad de conservación y estabilidad interpretativas, que utiliza para disminuir la confrontación y la angustia causada por la indeterminación, esta acción reductivista se traduce en una especie de “estereotipia” de algunos procesos perceptivos y del pensamiento que regulan las relaciones del individuo con su entorno valiéndose únicamente de las actividades racionales preestablecidas y que, consecuentemente, estancan las conductas creativas. Por ello, al menos en parte, la destreza de muchos artesanos va dirigida a la repetición de los esquemas tradicionales e ideológicos, ya que inventarse nuevas formas y procedimientos implica rompimientos con las estructuras establecidas y renuncias que

2 VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO dejan al individuo solo y tambaleante en su aventura creativa. Mientras que el “estereotipo interpretativo” cumple una función inminentemente comunicativa, el que llamamos “estereotipo de la monocausa” – que es una tendencia a vincular una situación a una sola causa y que hace que consideremos inaccesibles ciertos lenguajes individuales o grupales – es el que mayormente condiciona las relaciones humanas y sociales. La evidencia más frecuente de ello aparece cuando se nos incita a proponer alternativas comunes (cambiar o complementar la alopatía con la homeopatía o la acupuntura, etc.) o cuando tenemos que emitir un juicio recurriendo a una sola razón (por ejemplo, creer que tener un buen auto o un celular es el único requisito para tener clase) Este tipo de estereotipo ejerce un papel más coercitivo, cuando condiciona las creencias, los sistemas teóricos y las ideologías. La consecuencia son los presupuestos axiomáticos, los dogmas y las hipóstasis , que se alimentan con la rigidez de los procesos deductivos, lo que confluye en la construcción de un modelo social o de un paradigma cultural, que nos lleva a una unilateralidad formal obstaculizante y estéril. Para comprender por qué un producto artesanal debiera evolucionar hacia una manifestación innovadora, es indispensable dedicarse intencionalmente a buscar varias causas, diversas hipótesis y aceptar distintos puntos de vista, con miras a construir una actitud que permita participar en el proceso renova-

Representación de un cristo por un artesano totonaco.

dor de la conciencia, lo que culmina, entre otras cosas, en el poder defender la propia opinión sin rigidez ni dogmatismos, respetando, e incluso asimilando, las ideas de los demás. Pero este cambio de actitud, que a veces aparece de manera espontánea, sólo se produce a través de una educación expresamente encausada a esos fines: característica inherente a la educación artística, y cuya función central ha sido abandonada desde hace mucho tiempo, tal vez, en todos los centros de educación básica del país.

Alberto Damián Hernández Muñoz. Juguetes torneados. Raku - Yaki.

El diseño artesanal, está concebido originalmente, a partir de una ideología extremadamente local y que cumple, o que cumplió en algún momento de su historia un papel cosmogónico cohesionante entre todos los individuos de esa comunidad particular y que para los individuos externos a ella, es poco familiar e incluso incomprensible; y no obstante estar fincado en un estereotipo, constituye una forma importante de concebir, percibir, construir y mostrar

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 3 las relaciones intrínsecas del individuo con su entorno inmediato. En general, podemos decir que el producto resultante funciona en la medida que sus signos se apoyan en convenciones de orden cultural, es decir, acuerdos sobre esquemas comunes de interpretación o de pensamiento preestablecidos o innatos. Visto desde afuera, el fenómeno y sus productos nos pueden parecer bellos, pero difícilmente poseemos los elementos necesarios para comprender su forma y su fondo. Nosotros vemos el mundo que nos rodea con distracción, pasivamente, con cierta ensoñación, con ligereza y sin cuidado; es decir, sin consecuencias. Desde luego, es también posible atender minuciosa y curiosamente aquello que se ve, con concentración y con conocimiento. La mirada no puede ser testigo pasivo de un evento: es necesario que ella profundice, acentúe, depure, incorpore, elimine, aísle, o confunda para hacer visible una realidad: la realidad del otro, nuestra realidad. El simple ver permanece en el umbral de la apariencia.

Piezas prehispánicas purhépechas. (Museo Michoacano, I.N.A.H.), y réplicas contemporáneas elaboradas por David Zimbrón.

Casa de Alfareros. Chililico, Hidalgo.

Mirar es también comprender, incorporar, hacer propio, integrar algo. Es entrar en comunión visual con tal o cual artesano, con tal o cual obra, con tal o cual cosmogonía. Mirar es entonces una operación sin duda obscura, infinitamente compleja que procede de una maduración subterránea imposible de explicar, que culmina en una traducción de lo observado y una conversión del sujeto en su condición cultural y afectiva; en resumen, en un vuelco de sus disposiciones mentales.

4 VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO Entonces, el primer paso para aprender a mirar el arte en general es evitar que el sujeto intérprete se proyecte de manera inconsciente, con su historia de vida en la obra, e indagar, en la medida de lo posible, por ejemplo, el significado del decorado exhaustivo en una piña de San José de Gracia, Michoacán; descubrir su valor ideológico o simbólico en ese espacio y en su tiempo. Una obra de este tipo permanecerá enigmática y confusa mientras que no se tengan las “claves” adecuadas: su procedimiento, su filosofía, sus evasiones, y mientras que no hayamos experimentado en carne propia la exactitud rigurosa, incluso, la intransigencia.

Cántaro en forma de Piña. San José de Gracia, Michoacán.

Molcajete de gres rugoso. Gabriel Guerrero Soto, Distrito Federal.

En resumen, la concepción que nosotros tenemos respecto de la evolución que el diseño artesanal debiera seguir, responde a un cúmulo de información previa del orden formal y de las exigencias de nuestros mercados globalizados, y está en relación con una cultura visual a la que tenemos mayor o menor acceso, pero que, para el artesano – troquelado por su idiosincrasia y aislado del mundo, de las oportunidades y de la información – no tienen significado, razón por la cual, tiende a rechazar una capacitación que le exige disposiciones intelectuales afectivas y cognitivas que en realidad no posee. Tratar de imponernos a hacer algo que para nosotros mismos no tiene razón de ser ni sentido, sólo puede ser asimilado si, por alguna razón, acaba por resolver un problema mayor, que es auténticamente nuestro y ello requiere de gran inversión de tiempo y recursos para la experimentación. En la actualidad, la mayoría de los alfareros tradicionales no disponen ni del tiempo ni de los recursos materiales para experimentar, sapientes que el producto final puede perderse sin producir ningún dividendo. Sabemos todos que el arte popular objetual abandona la comunidad que lo origina para transformarse en suntuaria artesanía por una elemental necesidad económica cuya disfunción analizaremos más tarde. Pero ¿dónde se queda entonces el alma y la idea que le dio su forma y dónde están los signos y vivencias que nos acercan a su adecuada interpretación?

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 5 2. La calidad. Calidad estructural y calidad visual. Pérdida de la tecnología original e influencias del medio externo: arbitrariedades de una imposición sin fundamento. Desinformación de los artesanos y del público consumidor: merma en la calidad; idiosincrasia vs. renovación formal y tecnológica: el problema de la miseria. Los lenguajes de las distintas etnias. Cuando nos referimos a las distintas expresiones artísticas de las distintas etnias debemos, en principio, partir de la idea que la calidad de cualquier producto elaborado posee dos vertientes igualmente importantes que definen sus acabados. Por un lado, tenemos la calidad estructural, de la que se espera que cada producto cumpla cómoda y eficientemente su función durante el mayor tiempo posible; y la calidad perceptual, es decir, que la obra posea las características estéticas y estético funcionales que se espera encontrar en cualquier adquisición nueva de su género. Una pieza dicha “defectuosa” será entonces aquella que deje de cumplir con alguno o varios de estos satisfactores. El problema radica ahora en que estos dos tipos de calidad requi-

Jarrón de Talavera. Puebla.

eren, para su interpretación, de un entrenamiento arduo en la materia. Por un lado, se requiere del conocimiento tecnológico propio a cada disciplina de producción y uno o varios sistemas de evaluación o control, y por el otro, de un entrenamiento visual, tanto en productores como en compradores, que permita establecer criterios adecuados de aceptabilidad o de rechazo de los productos. Una de las características más notables de la producción artesanal, hasta hace incluso algunos años, radicaba en el conocimiento tecnológico que los integrantes de cada comunidad poseían – sui generis – para elaborar sus productos artesanales. Pero su inmersión dentro de un sistema capitalista industrializado ha hecho que este conocimiento tecnológico tan valioso se pierda, lo que impide a los artesanos resolver los problemas técnicos de su campo de trabajo. Los casos que a continuación se muestran, son ejemplos claros de esta problemática, que requiere de trabajos importantes de investigación experimental in situ, con el fin de poner en evidencia y comprender el comportamiento de los materiales de la mejor forma posible, y desarrollar

Investigación de la composición y el comportamiento termodinámico del barro de Jalpa de Méndez, Tabasco.

6 VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO las capacidades para producir resultados calificados y originales. Estas investigaciones se vuelven más factibles cuando se hacen por grandes grupos. Por ejemplo, en Dolores Hidalgo, Guanajuato veinticinco artesanos hicieron cerca de tres mil variaciones sobre el esmalte MC- 097 de MACESA, con el fin de adaptar el vidriado a cada uno de los cuerpos cerámicos que se emplean en la región.

Curso Taller de investigación de esmaltes libres de plomo. Dolores Hidalgo, Guanajuato, 2005.

Estas otras pruebas de vidriado muestran la compatibilidad de los vidriados borácico calcáreos cien por ciento libres de plomo con diversos barros nacionales. Los ocho ejemplos son barros procedentes de Patamban y Tzin tzun tzan, en Michoacán; Tonalá, en Jalisco; Distrito Federal; Atzompa y Asunción Ixtaltepec en Oaxaca; Tlayacapan, en Morelos; y San Miguel Tenextatiloyan en Puebla.

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Estas pruebas fueron realizadas en la Escuela de Artesanías del INBA, entre 1991 y 1995, antes que se produjera el Esmalte MC- 097 que remplazó al plomo por un borato cálcico aderezado con sales de bario y de estroncio, que son casi tan tóxicas como el plomo, pero cuyas consecuencias y restricción no figura entre los intereses gubernamentales. Las pruebas originales, derivadas de los boratos cálcicos naturales y las fritas borácico sódico calcáreas, fueron cocidas en un horno rudimentario a gas entre los conos 012 – 850° C y 05 – 1035°C. El trabajo realizado en Dolores Hidalgo es, además, una confirmación de la hipótesis que supone que un único esmalte no puede utili-

zarse sobre un sinnúmero de barros cuyos índices de tensión superficial, adherencia y expansión térmica varían inconmensurablemente. Esta modesta investigación tuvo la fortuna de ser publicada por la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas del INBA en la revista “Educación Artística No. 6, de Abril de 1996, y desde luego, no representa un paso final, sino un inicio para futuras investigaciones. El costo de ella, financiado por profesores y estudiantes de la Escuela de Artesanías, durante 1993 y 1995 fue de $12,000.00.

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Por su lado, la responsable del “Programa Estratégico Para la Sustitución del Plomo y Combustible en la Alfarería Tradicional”, C. Esperanza Salinas, en el período en que la Lic. Esther Echeverría Zuno fungiera como Directora General de FONART, solicitó a la Secretaría de Programación y Presupuesto la cantidad original de $ 4, 209,165.04 para los mismos fines; presupuesto que a la postre quintuplicó, y que además dispendió viajando a Marruecos y a otras partes del mundo para embriagarse con Cognac hasta que se murió. Cuando en la Primera reunión Organizada por Secretaría de Salud en el plantel de Cuernavaca en 1993, se presentaron los trabajos elaborados en Escuela de Artesanías, los encargados de llevar a cabo esta investigación enviados por Doña Esperanza desconocieron todos los proyectos presentados alegando no saber si la tecnología que tenían frente a sus narices existía o no, con la seguridad de que, si se sabía que en el mundo entero se han elaborado vidriados borácico alcalinos y calcáreos desde la Persia Antigua, Programación y Presupuesto no les

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 9 hubiera soltado un centavo. Para ello, se valieron de acusaciones impertinentes que excluyeron toda posibilidad de derivar un análisis serio de los resultados presentados y que pudieron traducirse en un ahorro significativo de recursos aplicables a otras áreas del problema. Pero sobre todo, como ya lo mencionamos en la primera parte, nunca pensaron en las condiciones físicas, psíquicas y espirituales de la gente a quien iba dirigido tal proyecto. Si analizamos desde el punto de vista estilístico la preterición planteada en el quinto párrafo de la segunda página de la advertencia, podemos concluir que, por debajo del agua – como es menester de cualquier buen diplomático – nos acusaron de charlatanes. Me parece que ya es el tiempo de comenzar a hacer las cosas de otra manera.

FRISO DE LOS ARQUEROS. Ladrillo vidriado con esmalte borácico alcalino teñido con caspa de cobre. Originario de Susa. 522 – 486 A.C. Museo del Louvre.

Composición de dos esmaltes alternativos comerciales para remplazar la greta.

Reproducciones fieles de los documentos originales. FONART, 1996.

10 VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO Estas otras fotos muestran los resultados de la investigación para obtener vidriados opacos para rescatar las extintas mayólicas de Sayula. El taller se desarrolló en el Centro de Capacitación y diseño Artesanal de la Universidad de Colima, y al mismo tiempo, los participantes aprendieron los sistemas de cálculo de materias primas y de aplicación de los vidriados en sus barros locales. Los verdes transparentes aplicados en mosaicos de barro rojo decorado con engobe blanco son réplicas elaboradas con borato sódico cálcico, arcilla y cuarzo que podrían suplir las necesidades de comunidades como Patamban y San José de Gracia.

Mosaicos cocidos.

Macetas con el vidriado en crudo.

Aparte del problema de los vidriados, en la región Norte del Estado de Veracruz, se impartió un curso especial para conformar un cuerpo cerámico de buena calidad. Las minas naturales de arcilla de la región están contaminadas con partículas mac-

roscópicas de caliza y dolomita que hacen que una pieza acabe por desintegrarse alrededor de una semana después de haber sido cocida. Se utilizaron bolsas de mandado de retícula de nylon fina para eliminar estas partículas.

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Una alfarera carga un Tlecuil con sus obras. Santa Ana Chumatlán, Veracruz.

El Profesor Zimbrón Ortiz muestra una técnica constructiva a base de cuerdas vistas. Santa Ana Chumatlán, Veracruz.

Quema de las piezas de Josefa Pérez de Luna.

Investigación del comportamiento termodinámico y de compatibilidad con los vidriados excentos de plomo del barro amarillo de Santa Ana Chumatlán, Veracruz.

12 VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO Al mismo tiempo, se apoyó a los artesanos a construir pequeños hornos en el interior de un espacio cerrado en el que se colocarán las piezas terminadas para que, con el calor de las quemas, la extrema humedad ambiental se desplome y las piezas sequen más rápido consiguiendo una producción más veloz.

En Paquimé, Chihuahua, un curso sorprendente se dio para resolver el problema de la excesiva ruptura de las piezas durante la cochura. Los alfareros Mogollones son tan magníficos decoradores que sería más prudente aprender algo de ellos más que enseñarles. Su problema radica principalmente en que, para lograr el bruñido perfecto, tamizan sus barros y colorantes en cedazos tan finos, que eliminan casi todos los agentes desgrasantes, incrementando el encogimiento al secado de las piezas hasta un 13 por ciento.

Elaborando una olla. Juan Mata Ortiz, Chihuahua.

Pruebas de encogimiento al secado y de plasticidad de los barros negro, rosado y blanco de Mata Ortiz, Chihuahua.

Los alfareros suponen que las rupturas se deben al malicioso embrujamiento que sus envidiosos congéneres imputan a sus piezas. Pero la realidad es que la mayor causa de rupturas es el estrés que tal encogimiento provoca en las piezas que, por su alto grado de plasticidad y de cohesión no se muestra hasta que la pieza es cocida. Las fuentes termales de San Diego sugieren

Ruptura debida al estrés generado durante el encogimiento de la pieza. Juan Mata Ortiz, Chihuahua.

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 13 la presencia antiquísima de actividad volcánica en la que se desarrollan arcillas del tipo de la bentonita cuyo encogimiento por secado es descomunal. Unos polvos mágicos serían necesarios para neutralizar tal embrujamiento. El agregado de un diez a un quince por ciento de la ortoclasa molida a 325 mulas, que se utiliza principalmente en la porcelana, actúa como excelente desgrasante sin provocar granulación que pudiera mermar la belleza del bruñido. ¡Ah! Pero hay que conseguirla fuera de la comunidad.

Minas de dolomita. Amatenango del Valle, Chiapas.

Hacienda de San Diego. Paquímé, Chihuahua.

En Amatenango del Valle, Chiapas, dos problemas tenían que resolverse. Por un lado, los alrededores de la comunidad están formados principalmente por minas de arenas dolomíticas y los alfareros utilizan esta arena como agente desgrasante, con lo que, una vez que sobrepasan los 650° C, las piezas se desintegran. Por otro lado, y como consecuencia, las piezas son cocidas a tan baja temperatura, que quedan muy frágiles y los almagres naturales con que son decoradas quedan crudos y se levantan y embarran al más leve toque.

Algunas fuentes de arena de San Cristóbal y de Betania proveen una arena alumino-silicatosa que puede perfectamente remplazar a la arena dolomítica. Las pruebas fueron realizadas, primero con jugo de limón y con vinagre para descartar la presencia de rastros calcáreos, y luego con ácido muriártico para detectar la presencia de rastros feldespáticos. Al mismo tiempo, se construyeron hornos cerrados de gas. Lo más triste de este proyecto es que se detectó que las artesanas siempre han sabido que la arena es el problema, y no están dispuestas a hacer nada para remediarlo. Esta mentalidad cerrada por las condiciones de Alberto, uno de los raros alfareros de género masculino de Ammiseria, y manipulada y explotada por los partidos políticos reatenango, elaboraba estos jaguares decorados con almagres naturales de hierro / manganeso. En la actualidad, Alberto decora gionales es, quizás, la problemática más grave de Amatenango. sus jaguares en frío con pinturas acrílicas.

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Arcillas, arenas y colorantes locales. Amatenango del Valle, Chiapas.

La Ceramista Gabriela Becerra Guillén prueba con ácidos suaves y fuertes las distintas materias primas locales para detectar la presencia de componentes calcáreos y alcalinos. Amatenango del Valle, Chiapas.

Otro problema muy frecuente es el de incompatibilidad de los vidriados industriales con los barros regionales. Esta problemática de compatibilidad, cuya solución tecnológica es bastante simple, comenzando por el agregado de pequeñas cantidades del barro local al vidriado, no es tan dramática como las condiciones de miseria que han orillado a muchos artesanos locales a no fabricar más sus propios materiales, sino que, por ahorro de tiempo (que como se verá más tarde, dentro de los mercados capitalizados es la materia prima más costosa y de valor agregado más alto) y de esfuerzo, se atienen a los productos que el mercado externo ofrece. Es, a final de cuentas, esta miseria, con la consecuente desleal competencia, la que obliga a acorrientar el producto al punto de desvirtualizarlo, no

Taller de construcción de hornos a gas, con el ingeniero Julián Villaseñor. Amatenango del Valle, Chiapas.

Loza contemporánea de Santa Fe de la Laguna, Michoacán.

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 15 sólo disminuyendo, sino también arruinando su calidad estructural, y haciéndolo victima del “baratismo”, fenómeno de economía de recursos mal entendida porque ya va en detrimento de la calidad final de las piezas y que lamentablemente afecta hasta los productos de los cuales nos alimentamos. En otra dirección, tenemos el problema de la calidad perceptual, es decir, todo aquello que involucra la imagen del producto. En Chililico, Hidalgo, se impartió un breve curso destinado a multiplicar las formas sin perder la apariencia original de la loza local. Es realmente sorprendente, cómo los alfareros de Chililico pueden hacer su loza con sólo dos o tres herramientas rudimentarias. Sin embargo, el tiempo invertido en cada una hace poco menos que imposible su adecuada comercialización.

Alfareros de Chililico, Hidalgo. a) Retorneando un cántaro con un trozo de lámina. b) Elaborando un molde de escayola.

Luego, una familia de artesanos importó moldería elaborada en Metepec, lo que generó una búsqueda de las demás familias para conocer cómo se hacen los moldes de escayola y poder producir más y más variadas piezas en menos tiempo. El mismo problema de falta de cultura visual tanto en productores como en compradores, favorecieron el hecho que las nuevas formas importadas – que se venden mejor por ser Loza tradicional y no tradicional de Chililico, Hidalgo.

distintas – hayan sido de los productos de peor gusto y con acabados tan corrientes, que la producción general se vuelca hacia el “horriblismo”. Este término fue acuñado a partir de un comentario hecho por Mateo López, un trabajador purépecha, refiriendo alguno de los productos que se comercializan actualmente en Quiroga: -“Ese florero está muy horriblísimo”- decía. Mas para aquel que no distingue las distintas calidades de un mismo producto, es como si no existieran. La visión misma necesita pues, sujetarse a un arduo entrenamiento que ponga en evidencia por qué una pieza de excepcional orfebrería cuesta diez mil veces más que un “pewter glorietero”. Jarrón de cerámica moldeada y decorada en frío. Quiroga, Michoacán. “¡Sin comentarios!”.

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Cazuelas y ollas tradicionales. Plaza de Santa Fe de la Laguna, Michoacán.

Así, la importancia del impacto visual que una obra artesanal genera en el espectador es importantísima, ya que pone de manifiesto el complejo proceso de su elaboración, partiendo desde la selección de los materiales de base y la laboriosa manufactura, hasta la elección armoniosa de los tintes, que en el caso de los textiles se ha visto acorrientada con el empleo inadecuado de las fibras sintéticas y de los colores fluorescentes. ¿Cuánto – nos preguntamos – es posible mantener el aspecto original de tal o cual producto? Pensando en la gente, y sobre todo, en la posibilidad de mejorar su calidad de vida, la pregunta debiera ser: ¿Qué tan pertinente resulta tratar de conservar artificialmente esta apariencia?

Un ejemplo de fractura importante lo encontramos con la Conquista, en la que aparecieron por primera vez las lozas vidriadas, pero que, a la postre, produjeron obras originalísimas y de excepcional calidad que hoy en día podemos considerar también como tradicionales. En este sentido, podemos aseverar que los productos artesanales pueden modificar en algún momento su apariencia sin perder su esencia, pero sobre todo, se trata de que no pierdan ni la calidad estructural ni la calidad visual que los hacen tan disfrutables. El concepto de que un producto puede estar mal acabado porque está elaborado artesanalmente, es decir, manualmente, es una justificación inaceptable de su manufactura insipiente.

Pieza híbrida de forma hispana con decoración al almagre bruñido.Museo del Templo Mayor.

Piezas de manufactura mediocre y decoración de mal gusto. Quiroga, Michoacán.

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 17 3. Concepto aberrado de competencia. Saturación de los mercados locales. El concepto de Empresa Integradora y sus estigmas (Individualismo egocéntrico). Los canales de distribución son insuficientes. La coexistencia de productos capitalizables y no capitalizables: el concepto de Valor Agregado. Tiempo: la materia prima más costosa; búsqueda de la producción masiva. Tendencias al “baratismo” y al “horriblismo” como consecuencia de las afectaciones expuestas en los capítulos anteriores. Un tercer punto a tratar es la problemática de comercialización de los productos artesanales. Una de las dificultades de base radica en el concepto que cada quien tiene sobre lo que significa el término “competencia”. Las ideas que tienen algunos artesanos locales, producto de su desesperada necesidad de bienes materiales, sobre lo que significa “producto competitivo en el mercado” y “competencia”, forman parte importante del deterioro de sus creaciones”. Sin tener realmente una idea de las múltiples posibilidades de comercialización externa, el artesano común piensa que el producto competitivo es aquél que se vende lo más inmediatamente posible después de la producción. Si bien hay mucho de cierto en ello, el referente para determinarlo es muy estrecho, pues se trata de reproducir de manera idéntica el producto que su vecino vende con mayor facilidad. Este producto tiende a replicar valores que no son intrínsecos a la comunidad, sino que derivan más de una concepción impuesta por el comprador casual. Como consecuencia de ello, el reproductor enfrenta la necesidad de ofrecer sus trabajos a menor precio que su vecino, con lo que, en la mayoría de los casos, se ve obligado a mermar la calidad de su producto. Esta concepción de la competencia, que no propone ideas ni productos diferentes, además de ser un ataque desleal, suele saturar nuevamente las demandas regionales con un mismo producto de acabados cada vez menos refinados, dirigidos ya exclusivamente a los compradores incidentales.

Piezas “innovadoras”. Santa Fe de la Laguna, Michoacán.

Otro de los factores que afectan estas concepciones es una tendencia idiosincrásica al individualismo egocentrista, resultante, entre otras cosas, de la exacerbada lucha por procurarse más oportunidades. Este es el rasgo más marcado de una gran parte de la civilización mexicana contemporánea. Pareciera que la avidez por incrementar nuestro poder, nuestro monedero, y nuestra imagen, implicara necesariamente el tener que salir adelante a contra corriente, valiéndonos del consecuente recurso de pisotear al prójimo. Esta mentalidad, tan lamentablemente difundida en todos los ámbitos sociales, impide que se generen proyectos análogos a la empresa integradora, que serían de gran beneficio para las comunidades mismas. Un ejemplo sorprendentemente efectivo de este tipo de empresa lo encontramos en las cooperativas bien organizadas, como aquellas de las textileras chiapanecas: cada persona dentro de la cooperativa realiza una función distinta pero igualmente importante; y un comité instruido, dictamina los precios mínimos a los que debe comercializarse el producto.

18 VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO Un tercer elemento que obstruye el buen comercio de los productos artesanales es la escasez de canales de distribución y de difusión. El problema puede comenzar desde la falta de un vehículo que lleve la producción de una comunidad a los lugares adecuados para su venta, pasando por el excesivo manejo de intermediarios, hasta la escasez de mecanismos de comercialización y puntos de venta. La otra cara de este problema radica en que el comprador promedio desconoce qué se produce y dónde, o tampoco posee los recursos para procurarse un bien suntuario de este tipo: una bellísima tina de barro bruñido de Tonalá puede y debe costar cerca de veinticinco mil pesos. Una de las dificultades que debe también superarse es el saber encarar que dentro de un sistema capitalizado de producción industrial y de cultura de masas, el factor tiempo es la materia prima más costosa, y además, la que produce el valor agregado más alto en los productos cuya elaboración no puede sujetarse a los procedimientos y los ritmos de la producción masiva. A Josefa Pérez de Luna, excepcional alfarera de la comunidad totonaca de Santa Ana Chumatlán, pocos la conocen por lo difícil que resulta sacar en perfecto estado su loza de la comunidad.

de ello, lo podemos mostrar como sigue: si una familia de cinco alfareros puede producir veinte platos decorados a mano de alta calidad en una semana, mientras que un torno rotativo industrial con los mismos cinco empleados puede producir mil platos en el mismo tiempo y de la misma calidad aparente, el plato artesanal debiera costar alrededor de cincuenta veces lo que vale el industrial, descontando proporcionalmente los Artesano de Juan Mata Ortiz afinando la superficie de una olla. costos de las materias primas y de los gastos de producción. Pero esto casi nunca sucede así. Una confrontación terrible Aquí entendemos como valor agregado el valor adicional que aparece cuando esta situación exige que el producto artesanal adquieren los bienes y servicios al ser transformados durante el sea cincuenta veces más valioso por su calidad, su belleza y su proceso productivo. El valor agregado o producto interno bruto significado. Desde luego, ese producto artesanal puede comes el valor generado durante el proceso productivo, es decir, petir perfectamente en un mercado así, debido a que sus vael valor de los bienes y servicios utilizados como insumos in- lores operativos, es decir, la belleza natural de aquello que ha termedios, entre los que figuran la remuneración de asalaria- sido hecho a mano, jamás pueden ser igualados por los prodos, el consumo de capital fijo, el excedente de operación y, cesos mecánicos, y este es su valor agregado más precioso. en su caso, los impuestos a la producción. Un ejemplo burdo

VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO 19 Un último efecto que merma las condiciones de producción de una buena artesanía es la lentitud de su comercialización como consecuencia de los obstáculos mencionados anteriormente. En un sistema de vida que, por su estructura crediticia, requiere más del movimiento constante de su economía que de un pago

importante pero aislado, cualquier producción cuyos mercados se estancan tiende a producir pérdidas. Los artesanos dejamos de producir, o nos volvemos víctimas del baratismo y del horriblismo porque no vendemos al ritmo requerido, más que por que no se nos pague el precio justo en un momento dado.

De esta producción, solamente la forma y el vidriado de los tarros de la izquierda es original. Su decorado, así como el resto de las piezas, son “perversiones” Santa Fe de la Laguna, Michoacán.

4. Misiones y misioneros al rescate. El problema del interés y el financiamiento. Psicoterapia encubierta. Vinculación innovación - comercialización: el éxito como factor motivador. pero no creo que lo sea. Cierto es que en determinado tipo de proyectos, siempre se sacrifica algo, y quizás, aquí habrá que sacrificar algo del anhelo individual con el fin de promover un mejor funcionamiento grupal. Pero ya vimos que ello requiere necesariamente de un cambio radical en la dirección del pensamiento general que se ha venido forjando gracias a los modelos En un país poli cultural como el nuestro, un proyecto integrador y las carencias educativos que hemos padecido en las últimas que permita la subsistencia de esta pluralidad en una estruc- décadas. tura de funcionamiento común, pareciera, a veces, imposible, Esta no es la primera vez, ni será la última, en la que nos preguntemos qué podemos hacer con un problema tan complejo. Desde luego, cada uno de los puntos conflictivos debe ser atendido, mas el comienzo está en ubicar correctamente cuáles son los orígenes reales de este enredo.

20 VICISITUDES DEL ARTE POPULAR MEXICANO Los medios comunicativos promueven el crecimiento de las concepciones individualistas y favorecen la dispersión mental hacia lo superfluo demostrable, bloqueando el vital esfuerzo de concentración hacia la riqueza interior no demostrable; los medios imperialistas, por su lado, pueden llegar a ser buenos como alternativa, pero nunca, como sustitución; los medios publicitarios y la falta de marcos de referencia en el hogar y en la escuela desvirtúan los valores culturales; el ahisevaísmo, el baratismo y el horriblismo, promueven la desconfianza en los valores y los productos nacionales, y son el resultado, tanto de la ceguera como de una mala voluntad procedente de una creciente falta de amor por el trabajo y de lo bien hecho; y la corrupción provoca la desintegración de los valores civiles.

PUBLICIDAD SEDUCCIÓN. El artículo basa su éxito en el impacto que producen los llamados “shifters” (cf. Roland Barthes, “Sistema de la moda”) que vinculan el producto real con una idea manifiesta en su imagen fotográfica y el enunciado,que marca la aspiración real que se está publicitando.

Taller de investigación de esmaltes. CENCADAR, Colima. Al frente, los ceramistas Gorki González, Pedro Alba y Jorge Luis Quevedo procedentes de Dolores Hidalgo, Guanajuato.

Esto nos revela entonces que el problema no es local, sino que se extiende a una actitud general que debe ser modificada, es decir, que la solución depende de un proyecto nacional y no, de esfuerzos parcelarios dedicados a atender una sola vía del problema en una localidad específica. Pecando de panfletista, afirmo que los mexicanos tenemos que amar, valorar y promover aquello que nos identifica, en lugar de vilipendiarlo. Si no lo sabemos, tenemos que aprenderlo, y esto último nos remite nuevamente al proyecto educativo nacional. Y justamente lo importante de este proyecto son sus objetivos y justificaciones, tanto individuales como sociales, y que han quedado en el abandono en los últimos ochenta años. El objetivo de la educación artística en los niveles básicos, por ejemplo, no es el de llenar una hora sin maestro con un ratito de entretenimiento, sino promover la interacción de las distintas vías del pensamiento complejo por medio de la observación, la imaginación y la ejecución. De estos elementos surge pues, la idea de las misiones y de los misioneros; instancias e individuos que, con una visión global del problema, concentren sus esfuerzos en resolver, al mismo tiempo, cada una de sus inconsistencias para que, a la postre, pueda comenzar a superarse dentro de un esquema armónico que elimine o por lo menos disminuya, entre otras cosas, la necesidad de buscarse unos dólares haciendo cualquier otra actividad y manteniendo una calidad de vida infame.

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Curso Taller de técnicas constructivas y decoración de cerámica con los artesanos de San Miguel y Emilio Carranza; municipio de Zautla, Puebla. Año de 1995.

Misioneros de las Universidades Autónoma Metropolitana (UAM) D.F. y Autónoma de Puebla (UAP); prestatarios del Servicio Social de la Escuela de Artesanías del INBA; y alfareros del Centro Alfarero de San Miguel Tenextatiloyan, Puebla. Año de 2009.

Una artesanía de calidad necesita un comprador que sepa valorarla; un comprador que sepa valorar una artesanía de calidad necesita un sistema de ingreso que le permita adquirirla; un sistema de ingreso que permita adquirir una artesanía de calidad, necesita un flujo económico fuerte y estable, no una única tienda de ralla que concentre e inmovilice los recursos y las oportunidades; un flujo económico fuerte y estable requiere de una producción creciente y polivalente que genere empleos estables y autosuficientes; una producción creciente y polivalente requiere de obreros instruidos y bien capacitados; unos

obreros instruidos y bien capacitados requieren de un sistema educativo dirigido a la materialización y la valoración de una producción de calidad; una artesanía de calidad necesita… y volvemos a empezar. Entonces, casi tenemos que volvernos todos misioneros y psicoterapeutas de nuestra cultura para que podamos volver a disfrutar esas magníficas obras que se hacen aquí y allá en todo el territorio nacional. Ahora pregunto ¿por dónde le vamos a seguir?

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