VIVIR EN LOS PÁRAMOS PERCEPCIONES, VULNERABILIDADES, CAPACIDADES Y GOBERNANZA ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO

VIVIR EN LOS PÁRAMOS PERCEPCIONES, VULNERABILIDADES, CAPACIDADES Y GOBERNANZA ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO @COLECTIVOSINESTESIA La designación de enti

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VIVIR EN LOS PÁRAMOS PERCEPCIONES, VULNERABILIDADES, CAPACIDADES Y GOBERNANZA ANTE EL CAMBIO CLIMÁTICO

@COLECTIVOSINESTESIA

La designación de entidades geográficas y la presentación del material en este libro no implican la expresión de ninguna opinión por parte del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia, la UICN, Tropenbos Internacional Colombia, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, la Corporación Ecopar, la Corporación Grupo Randi Randi, el Instituto de Montaña o de otra organización participante respecto a la condición jurídica de ningún país, territorio o área, así como de sus autoridades, o en lo referente a la delimitación de sus fronteras y límites. Los puntos de vista que se expresan en esa publicación no reflejan necesariamente los de la UICN, Tropenbos Internacional Colombia, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt, la Corporación Ecopar, la Corporación Grupo Randi Randi, el Instituto de Montaña y el Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia. Publicado por: UICN, Quito, Ecuador

Derechos reservados: © 2015 Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y de los Recursos Naturales. Se autoriza la reproducción de esta publicación con fines educativos y otros fines no comerciales sin permiso escrito previo de parte de quien detenta los derechos de autor con tal de que se mencione la fuente. Se prohíbe reproducir esta publicación para venderla o para otros fines comerciales sin permiso escrito previo de quien detenta los derechos de autor. Citación: Hofstede, R., Vásconez, S. y Cerra, M. (Ed.) (2015). Vivir en los páramos. Percepciones, vulnerabilidades, capacidades y gobernanza ante el cambio climático. UICN, Quito, Ecuador. Autores (por orden alfabético): Adriana Vásquez, Aldemar Néjer, Diana Duque, Fidel Torres, Gonzalo Duerto, Marcos Cerra, Patricia Pilco, Paul Jaramillo, Robert Hofstede, Sigrid Vásconez, Susan V. Poats y Xiomara Izurieta. Revisión del texto: Beatriz Herrero, Paola Vargas, Aracely Pazmiño, Marcos Cerra y María Victoria Arbeláez . Diseño: Sonia Terán Fotografía de portada: @ Colectivo Sinestesia Disponible en: http://www.uicn.org/sur y http://www.portalces.org/paramos ISBN: 978-9942-8544-1-4 El Proyecto Regional Comunidades de los Páramos es ejecutado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, Oficina Regional para América del Sur) e implementado, a nivel nacional, por las siguientes organizaciones: Tropenbos Internacional Colombia, Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt en Colombia, Corporación Ecopar y Corporación Grupo Randi Randi en Ecuador y el Instituto de Montaña en Perú. Esta iniciativa se lleva a cabo con el financiamiento del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia.

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contenido PARTE 1 Análisis comparativo regional sobre las percepciones y vulnerabilidades de la población, las políticas públicas, gobernanza y capacidad para la adaptación al cambio climático en cinco comunidades de los páramos de Colombia, Ecuador y Perú 1. Elementos para desarrollar una estrategia de adaptación al cambio climático

10

2.Metodología para el desarrollo de las investigaciones Metodología para el análisis de percepciones Metodología para el análisis de vulnerabilidades y capacidades Metodología para el análisis de gobernanza

12

3.Áreasdetrabajo

21

4.Páramo y cambio climático: Posibles escenarios de cambio climático a nivel de los sitios de intervención del proyecto Comunidades de los Páramos El clima en los páramos Escenarios y evidencias de cambio climático en diferentes zonas de páramo

27

5.Percepciones de la población del páramo sobre los efectos del cambio climático Clima Territorio Producción Alimentación Salud

35

6.Vulnerabilidad y capacidades de las comZunidades de páramo Vulnerabilidad Capacidades 7.Contexto institucional de gobernanza para enfrentarse al cambio climático: Políticas públicas regionales y nacionales Regional Nacional Del conocimiento a la política De la política a la práctica 8.Contexto local de gobernanza en las comunidades de páramo Contexto socioeconómico

4

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52 93

103

Contexto ambiental Actores identificados en las comunidades: números y tipo Elementos relevantes sobre la capacidad sociorganizativa en las comunidades 9.Análisis de género y gobernanza: algunos hallazgos y recomendaciones Sobre la composición de los actores (organizaciones) identificados y su liderazgo Sobre la situación socioeconómica y la capacidad material Sobre las percepciones del cambio climático desde la perspectiva de género Recomendaciones y futuras líneas de investigación

115

10.Conclusiones Las evidencias y escenarios de cambio climático en los sitios de intervención Percepciones sobre el cambio climático en comunidades Vulnerabilidad y falta de capacidades Gobernanza

124

11.Bibliografía consultada

142

PARTE 2 Estudios de caso para el análisis de percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza en las comunidades de los páramos de Colombia, Ecuador y Perú Análisis de percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza en las comunidades de los páramos del norte del Perú (Pacaipampa, provincia de Ayabaca, departamento de Piura)

149

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Análisis de percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza en las comunidades de los páramos de las faldas del volcán Chimborazo en Ecuador (Parroquia de San Juan, provincia de Chimborazo)

168

Cambio climático: percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza. Estudio de caso páramo de Chingaza (Cundinamarca, Colombia) El páramo de Guerrero (Cundinamarca, Colombia): Comunidades ante el cambio climático

192

Percepción y vulnerabilidad al cambio climático en la comuna de indígenas La Libertad, (Provincia de Carchi, Ecuador)

221

229

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@MARCOS CERRA, ECUADOR

Presentación La presente publicación forma parte de los resultados del proyecto regional “Comunidades de los Páramos”, financiado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia (MAEF) y ejecutado por la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en alianza con Tropenbos Internacional Colombia, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humboldt (Colombia), el Instituto de Montaña (Perú), la Corporación Grupo Randi Randi (Ecuador) y la Corporación ECOPAR (Ecuador). Este proyecto tiene como finalidad contribuir a la conservación de los ecosistemas de páramo andino, tanto por los valores naturales y culturales que atesora como por las funciones ecosistémicas que cumple y que son de vital importancia para la población que desarrolla su vida en estos espacios así como para otros ecosistemas y poblaciones humanas localizadas fuera. En este contexto el objetivo planteado para el desarrollo de este proyecto ha sido el de “fortalecer el aprendizaje e intercambios entre países y desarrollar las capacidades de los actores locales y decisores a nivel local, nacional y regional para implementar acciones de adaptación al cambio climático en los páramos de Colombia, Ecuador y Perú”. Dentro de este marco de intervención, en la primera parte del documento que aquí se presenta desarrolla un análisis comparativo a nivel regional acerca de las percepciones y vulnerabilidades de la población así como la capacidad para la adaptación al cambio climático en cinco comunidades de los páramos de Colombia, Ecuador y Perú. Así mismo se hace un balance de las políticas públicas al respecto y los espacios de gobernanza local como elementos relevantes para fortalecer la capacidad de adaptación de las comunidades. La segunda parte de esta publicación presenta los documentos de síntesis de los resultados específicos para cada uno de los lugares de intervención que han desarrollado los equipos de nvestigación de las organizaciones socias del proyecto (Tropenbos Internacional Colombia, Instituto de Montaña, Corporación Grupo Randi Randi y Ecopar). El cometido principal de este trabajo es el de contribuir a la valorización del saber local y su puesta en diálogo con el científico para ampliar el conocimientos sobre los páramos andinos y los efectos que el cambio climático tiene sobre estos ecosistemas y sus comunidades con el objeto de promover medidas de conservación y de adaptación adecuadas. Para ello se ha sistematizando la información analizada para hacerla accesible a las personas que realizan investigación o trabajo en este campo, los tomadores de decisiones y los habitantes de los páramos.

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@MARCOS CERRA, ECUADOR

PARTE 1

Análisis comparativo regional sobre las percepciones y vulnerabilidades de la población, las políticas públicas, la gobernanza y la capacidad para la adaptación al cambio climático en cinco comunidades de los páramos de Colombia, Ecuador y Perú

Análisis comparativo regional sobre las percepciones y vulnerabilidades de la población, las políticas públicas, la gobernanza y la capacidad para la adaptación al cambio climático en cinco comunidades de los páramos de Colombia, Ecuador y Perú Robert Hofstede, Sigrid Vásconez y Marcos Cerra

1. Elementos para desarrollar una estrategia de adaptación al cambio climático Conocer los escenarios reales del cambio climático así como sus consecuencias a nivel ecológico y social permite generar estrategias para mitigar los efectos y adaptarnos a los mismos de tal forma que los impactos sobre la población sean minimizados e, incluso, puedan ser aprovechados para mejorar las condiciones de vida. No obstante, los escenarios reales del cambio climático tienen dos falencias principales. Una es que todavía hay poca seguridad sobre cómo el cambio climático se manifiesta en los Andes tropicales, y mucho menos a escala local; por esto, es difícil concluir con certeza qué está pasando o qué pasará al nivel de una comunidad campesina particular expuesta al cambio climático. Por otra parte cabe destacar que la información académica es apenas parte de la realidad; sin embargo la percepción de la gente acerca de los cambios en el entorno es igualmente importante. El conocimiento científico, por su naturaleza de carácter objetivo, difícilmente capta el aspecto subjetivo del

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impacto ambiental sobre las sociedades rurales; este aspecto subjetivo, finalmente, es la realidad creada por la población. Por esta razón, una respuesta práctica al cambio climático no es posible cuando ésta no corresponde a la visión y percepción de la gente. Así, cualquier proyecto que tiene como objetivo desarrollar estrategias de adaptación debe confrontar los escenarios de cambio climático con la percepción de la población sobre este cambio. Otro aspecto clave para analizar y promover iniciativas de adaptación al cambio climático es entender la política pública sobre el tema y la forma en la que se toman las decisiones. Analizar de forma comparativa las políticas públicas sobre adaptación dentro de la región con los escenarios reales y la percepción del cambio climático de la comunidad permite comprender hasta qué punto las políticas públicas y los escenarios sobre las que éstas se basan recogen las necesidades locales de adaptación.

El conjunto de conocimiento sobre el actual y potencial impacto del cambio climático en el páramo, la percepción de la población, el contexto político y las estructuras de gobernanza son elementos importantes para identificar el criterio compuesto: la vulnerabilidad de la comunidad ante el cambio climático. La vulnerabilidad es el nivel en el que un sistema (natural o humano) es susceptible o no es capaz de soportar los efectos adversos del cambio climático, incluidos la variabilidad climática y los fenómenos extremos. La vulnerabilidad se percibe en función del carácter, la magnitud y la velocidad de la variación climática al que se encuentra expuesto un sistema, su sensibilidad y su capacidad de adaptación1. La vulnerabilidad es una combinación de exposición (la función físico-geográfica como el grado de calentamiento, más/ menos lluvia, viento, heladas) y sensibilidad (el grado en que una comunidad o ecosistema se afecta por el estrés climático en función de la densidad poblacional, medios de vida, nivel de pobreza por consumo, entre otros) a los efectos del cambio climático2. Por otra parte, la capacidad de adaptación es la habilidad de una comunidad o ecosistema de ajustarse al cambio

climático, mitigar los daños potenciales, hacer frente a las consecuencias y aprovechar eventuales oportunidades. El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático define la capacidad de adaptación como la capacidad de un sistema (humano o natural) para ajustarse al cambio climático (incluida la variabilidad climática y los cambios extremos) a fin de moderar los daños potenciales, aprovechar las consecuencias positivas o soportar las consecuencias negativas3. Uno de los factores más importantes que determina la capacidad de adaptación de las personas, hogares y comunidades es el acceso y control que puedan tener sobre los recursos naturales, humanos y financieros. Finalmente, entender la gobernanza comunitaria ayuda a conocer los mecanismos que puede aplicar la gente para enfrentar los desafíos de la realidad del cambio climático, reducir su vulnerabilidad y aprovechar las oportunidades que el contexto político le brinda. Una mirada a la gobernanza devela las oportunidades de alianza y cooperación, así como la multiplicidad de intereses y factores que influyen (o podrían influir) en las decisiones sobre el uso y aprovechamiento del páramo.

Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (PICC o IPCC, por sus siglas en inglés) Grupo de Trabajo 2, 2001. Third Assessment Report, Annex B: Glossary of Terms. www.careclimatechange.org/tk/integration/es/conceptosclave/vulnerabilidadalcambioclimatico.html 3 Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) Grupo de Trabajo 2, 2001. Third Assessment Report, Annex B: Glossary of Terms 1

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@PAOLA VARGAS, ECUADOR

2. Metodología para el desarrollo de las investigaciones El reto del proyecto “Comunidades de los Páramos4” es desarrollar las capacidades de los actores y tomadores de decisiones a nivel local, nacional y regional para implementar acciones de adaptación al cambio climático en los páramos de Colombia, Ecuador y Perú. Como parte de las actividades desarrolladas a través de este proyecto, se ejecutaron varias

investigaciones que, en conjunto, forman una aproximación regional que aporta insumos a la generación de conocimiento sobre la realidad de las comunidades de los páramos y, a partir de la cual, se puedan orientar acciones de conservación de los páramos y de adaptación a los efectos del cambio climático. Estas investigaciones son:

1 Un breve análisis del conocimiento existente de los escenarios reales del cambio climático. Consiste en el análisis y síntesis de los trabajos más relevantes sobre definición de los escenarios climáticos en las zonas andinas de páramos y sus consecuencias a nivel del país y para la región. El proyecto “Comunidades de los Páramos” es coordinado por la Unión para la Conservación de la Naturaleza, oficina regional para América del Sur (UICN-SUR) y es ejecutado en forma conjunta por la Fundación Tropenbos Internacional, el Instituto Alexander von Humboldt, la Corporación Grupo Randi Randi, la Corporación Ecopar y el Programa Andino del Instituto de Montaña.

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2 Un breve análisis de las políticas públicas sobre cambio climático y adaptación dentro de la región, identificando cuáles son los objetivos de éstas con respecto al cambio climático y cómo repercuten en el ámbito local. Se busca conocer si los escenarios climáticos generados con criterios científicos y la percepción de la población sobre estos cambios están siendo asumidos por los diferentes Estados para definir sus políticas públicas sobre cambio climático, así como su adaptación y la manera en que se realiza. 3 Un estudio comunitario sobre las percepciones de la población de las cinco zonas de trabajo en los tres países en que se ejecuta el proyecto “Comunidades de los Páramos” para conocer las percepciones de la gente sobre el cambio climático. Los datos obtenidos han sido integrados y comparados a nivel internacional para así obtener una visión regional de las percepciones de diferentes comunidades de páramo sobre el cambio climático. Esta información permitirá que el proyecto, en sus próximas fases, pueda desarrollar estrategias que atiendan estas percepciones. 4 Un estudio comunitario sobre la vulnerabilidad de las comunidades frente al cambio climático y las capacidades que poseen para la adaptación. Se realiza un análisis comparativo y participativo sobre la vulnerabilidad y las capacidades de las cinco comunidades en las que se desarrolla el proyecto, desglosando su exposición, sensibilidad y capacidades de adaptación a los efectos futuros del cambio climático. 5 Un estudio comunitario sobre la gobernanza en las mismas cinco zonas. A partir del análisis comparativo de los sistemas de gobernanza y liderazgo presentes en cada una de las localidades, se elaboran recomendaciones para orientar las estrategias de trabajo y fortalecimiento organizativo que se llevan adelante en cada una de las comunidades de manera compartida. Los estudios comunitarios han sido realizados en cinco comunidades de páramo y cuentan con informes detallados de cada uno de estos sitios (parte 2 de esta

publicación). Para el presente apartado se han integrado los informes de los casos de estudio de cada comunidad y se ha aplicado un diagnóstico comparativo regional.

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Metodología para percepciones

el

análisis

de

La investigación comunitaria sobre percepciones se basa en una serie de entrevistas a personas que han sido seleccionados porque son conocedoras de su medio. Ya que se requiere concentrar el análisis en las percepciones personales, se hicieron entrevistas personales e individuales. Se trabajó partiendo de la teoría de que la percepción es diferente según el género y la edad. Por ello, se seleccionó un grupo de aproximadamente 30 personas en cada una de las cinco comunidades, dividido entre hombres y mujeres y en tres grupos de edades. La edad no fue un requisito estricto, se tomó como regla indicativa a jóvenes entre 15 y 21 años, adultos entre 21 y 55 y mayores de 55

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años en adelante; no obstante, los criterios más importantes solteras, sin finca ni familia propia; los adultos padres de familia encargados de la finca; y que los mayores tuvieran a los hijos fuera de su casa. Esto implicó cinco réplicas con tres factores (edad, sexo, comunidad). En lo posible, se entrevistó a personas que han vivido por un largo período en el lugar, a una sola persona por familia y a personas que no están directamente involucradas con el proyecto para evitar sesgos. El estudio fue aplicado a 154 personas (tabla 1) y la representatividad de los grupos ha sido considerada positiva. Aunque no haya sido posible tener un balance exacto en la representatividad de los grupos de edad y género estas diferencias no son especialmente relevantes.

Tabla 1: Número de informantes por comunidad, género y edad

Guerrero Mujeres Hombres Chingaza Mujeres Hombres La Libertad Mujeres Hombres San Juan Mujeres Hombres Pacaipampa Mujeres Hombres Total

Jóvenes

Adultos

Mayores

Total

4 4

6 5

4 4

14 13

5 6

5 4

5 5

15 15

5 5

5 5

5 5

15 15

5 5

9 5

6 7

20 17

6 4 49

7 8 59

3 2 46

16 14 154

La técnica propuesta para las entrevistas consistió en mantener conversaciones alrededor de una serie de preguntas. Fueron preguntas relativamente cerradas sobre temas que potencialmente estuvieran relacionados con el cambio climático (producción, alimentación, salud, territorio y clima) y que permitieran un mayor análisis y diálogo (entrevistas semiestructuradas); es decir, se planteó mantener una conversación relativamente

abierta sobre los temas pero asegurando la inclusión de las preguntas concretas (en casi todas las comunidades se aplicaron las mismas preguntas, aunque con variaciones según la situación). Las conversaciones fueron manejadas de tal forma que no inducían a las respuestas. Si bien el tema general fue la percepción del cambio climático no se mencionó como tal; en el análisis posterior de las respuestas se buscaron las diferentes señales sobre la

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percepción del cambio. El tema “clima” fue incluido al final mediante preguntas directas sobre el clima y la percepción del cambio climático. Se registraron los datos en un formulario con todas las preguntas y espacios para las respuestas concretas, pero también con espacios para documentar la información con notas adicionales (tanto por pregunta como por tema). Las respuestas concretas fueron utilizadas para analizar la percepción comparando los tres factores (género, edad, comunidad); la información adicional (narrativa) sirvió para tener historias ilustrativas que permitieran complementar ciertas ideas sobre la percepción y las tendencias. No todas las personas tuvieron respuesta para todas las preguntas en la entrevista y, por ello, el análisis de cada pregunta se hizo sobre el número de respuestas. Metodología para el análisis de vulnerabilidades y capacidades Las investigaciones realizadas sobre vulnerabilidades y capacidades tienen dos alcances. En primer lugar, deben servir para conocer la vulnerabilidad y las capacidades de la gente frente a la adaptación al cambio climático y así generar insumos para desarrollar estrategias que fortalezcan las capacidades y reduzcan

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la vulnerabilidad; en segundo lugar, deben obtener información comparable e integrable a nivel internacional para lograr una visión regional de las capacidades y vulnerabilidad al cambio climático de las diferentes comunidades de páramo. Para llevar a cabo esta investigación se utilizaron dos fuentes de información. En primera instancia se analizó, de forma general y con base en información existente en cada sitio, la vulnerabilidad como función de exposición (la función físico-geográfica, como el grado de calentamiento, más/menos lluvia, viento, heladas) y sensibilidad (el grado en que una comunidad o ecosistema se afecta por el estrés climático en función de la densidad poblacional, medios de vida, nivel de pobreza por consumo, entre otros). Para esto, se recopiló la información secundaria sobre (a) evidencias del cambio climático (al nivel que existen); (b) percepción del cambio climático (identificada en otro estudio de este proyecto); (c) descripción general de la comunidad (datos demográficos, biofísicos, económicos, infraestructura); (d) organización social y gobernanza (identificada en otro estudio de este proyecto). Cada organización socia del proyecto hizo un ensayo con esta información y, en este informe regional, se compara la información proporcionada dando

énfasis en similitudes y diferencias. Una segunda fuente de información fue recolectada en terreno con el fin de identificar las capacidades existentes. La capacidad puede ser considerablemente diferente a nivel de individuo (género, edad), familia o comunidad. Para este estudio, nos concentramos en la capacidad a nivel de la comunidad, con base en las estadísticas de las familias. Para esto, se realizaron una serie de entrevistas individuales (a personas que pertenecen a unidades familiares o cumplen un rol/ cargo de liderazgo en la comunidad) y se organizaron grupos focales que representan el público meta. Los grupos focales eran relativamente pequeños y se formaron con informantes claves (gente que conoce bien la comunidad) para asegurar un buen volumen de información. Para realizar un análisis teniendo en cuenta el factor de género, se realizó un grupo focal de hombres y un grupo focal de mujeres. Un tercer grupo estaba conformado por representantes de autoridades locales (ej.: director-a del colegio, director-a del hospital o centro médico, presidente-a de la comunidad, de la junta de acción comunal o de la junta de regantes). Este último grupo focal de autoridades contaba con la participación de hombres y mujeres (con excepción de Pacaipampa). En algunos casos, el ejercicio con grupos focales se complementó con entrevistas personales directas a uno o dos informantes claves para

detallar la información y validarla a nivel de la comunidad. Para el levantamiento de la información en el grupo focal se realizaron entrevistas estructuradas sobre las diferentes capacidades. Los entrevistadores entregaron un formulario que combinaba preguntas absolutas (con respuesta sí o no) y preguntas cualitativas (que requieren una valoración, ya sea con un número -ej. distancia de carretera- o con un valor selectivo en que 1=malo/ poco; 2=promedio; 3=bueno/bastante). Dependiendo de la pregunta, se llenaron una o más casillas. Las preguntas se dirigieron a grupos focales, por lo que muchas veces fue necesario hacer un promedio de las calificaciones y números. Finalmente, se incluyó un espacio para notas. Se aseguró que, inicialmente, durante la reunión de cada grupo focal, las personas participantes llenaran el formulario de forma individual (para no dejarse influir por el grupo), pero con la asistencia de un funcionario de la organización ejecutora (especialmente para explicar ciertos términos). Posteriormente, se presentó y comparó la información en un taller de discusión para hacer un breve análisis con las personas asistentes y obtener ideas generales del grupo focal. El estudio fue aplicado a 113 personas (tabla 2). En todos los sitios se tuvieron cinco o más representantes por cada grupo

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focal (con excepción de La Libertad, Ecuador, donde decidieron no incluir un grupo de autoridades). En Guerrero y Chingaza (Colombia) y San Juan (Ecuador), los grupos focales de autoridades estaban igualmente divididos entre hombres y mujeres; en Pacaipampa (Perú), el grupo de autoridades estaba constituido únicamente

por hombres. No todas las personas tuvieron respuesta a todas las preguntas, por esto, el análisis de cada pregunta se hizo sobre el número de respuestas. En La Libertad, parte de las preguntas no fueron aplicadas ya que se disponía de los datos de una encuesta ejecutada sobre el mismo tema en 2011.

Tabla 2: Número de informantes por comunidad y grupo focal Mujeres

Hombres

Autoridades locales

Guerrero

5

5

Chingaza

6

7

5 (3 hombres, 2 mujeres) 6 (3 hombres, 3 mujeres)

La Libertad

15

15

San Juan

12

5

Pacaipampa

9

10

Metodología gobernanza

para

el

análisis

de

El proceso para identificar y analizar las estructuras, relaciones y actores que intervienen en la gobernanza de las comunidades fue posibilitado por las tres organizaciones implementadoras del proyecto a través de la elaboración de un mapeo de actores en cada comunidad, reuniones (grupos focales) y entrevistas.

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7 (3 hombres, 4 mujeres) 6 (6 hombres)

Para este análisis se acordaron dos elementos clave: el manejo del agua y el del territorio. En las cinco zonas analizadas, dependiendo del peso de la problemática específica, el análisis respondió a preguntas concretas para dar cuenta, con mayor claridad, de los arreglos de wgobernanza presentes. Hubo diferencias en la manera en que se aplicaron las herramientas metodológicas

y el nivel de uso de fuentes primarias y secundarias en las diferentes comunidades. La aplicación de la metodología varió en función de aspectos como recursos humanos, tiempo y logística en cada sitio de trabajo. Por otra parte, tanto para el caso del páramo de Piura (Perú) y de Carchi (Ecuador), las organizaciones utilizaron análisis previos, producto de la trayectoria que las organizaciones han mantenido en esas localidades. Para obtener una lectura comparativa de los ejercicios desarrollados a nivel de sitio, se realizó un análisis por elementos y factores comunes. La tipología resultante permite visualizar desafíos y tendencias compartidas, lo

que servirá para nutrir las estrategias de fortalecimiento de capacidades y de incidencia en las políticas públicas. Las organizaciones implementadoras desarrollaron los análisis de gobernanza de manera diferente para cada sitio (tabla 3). Como se detalla, el levantamiento de información en Pacaipampa no siguió los pasos metodológicos sugeridos. Para esta comunidad se utilizó información primaria levantada con anterioridad (en función de la construcción de un proyecto), dada la dificultad logística de acceder al lugar y el tiempo acordado para realizar el relevamiento.

Tabla 3: Pasos metodológicos utilizados en cada una de las comunidades para el análisis de gobernanza Comunidad de páramo Guerrero

Chingaza

Herramientas utilizadas Levantamiento de información primaria a través de grupos focales y/o entrevistas in situ. Se realizaron dos grupos Focales, uno con líderes y autoridades comunitarias y otro con residentes de las veredas. Se procuró la equidad de género. Levantamiento de información primaria a través de grupos focales y/o entrevistas in situ. Se realizaron dos grupos focales, uno con líderes y autoridades comunitarias y otro con residentes de las veredas. Se procuró la equidad de género. Coincidió que en el segundo grupo (residentes) participó sólo un hombre, pues los que fueron convocados no pudieron asistir.

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San Juan

La Libertad

Pacaipampa

Se levantó la información a través de un taller en el que participaron 31 personas, 30 miembros de las comunidades San Pablo y Chorrera Mirador (20 mujeres y 10 hombres adultos) y una representante institucional. Se levantó la información a través de un taller en el que se trabajó en 3 grupos de 8 a 10 personas. El taller, convocado por el Consejo de Gobierno de la Comuna, contó con la participación exclusivamente de actores internos de la comuna. Hubo alrededor de 33 participantes en total en el evento; en los grupos se procuró el balance de género. Se realizó el mapeo de actores aprovechando una actividad del proyecto en la que se presentó la iniciativa a realizarse en la localidad (i.e. “Producción de papa-semilla y de consumo mediante la tecnología de semilla botánica en las comunidades del páramo del distrito de Pacaipampa”). No se realizaron grupos focales adicionales para enriquecer el análisis previo. Para completar el ejercicio el equipo técnico del proyecto realizó un trabajo en taller para discutir la situación de gobernanza en las comunidades.

Si bien los análisis de gobernanza son herramientas bastante flexibles, es clave que el ejercicio permita saber dónde, con quién y cómo se aloja el poder en la comunidad. La gobernanza es fundamentalmente un conjunto de mecanismos, espacios, rutas y formas para la toma de decisiones. Entender este sistema de gobernanza permite identificar dónde (espacios, procedimientos, actores, etc.) y cómo (de manera jerárquica, de forma participativa, sin un orden establecido, sobre la base de recursos monetarios, etc.) se ejerce ese poder para la toma de decisiones. Para las investigaciones realizadas se realizó este

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análisis de poder (o influencia) de manera colectiva tras identificar el posicionamiento de los actores relevantes frente al manejo del agua y del territorio. El ejercicio de ubicación de los actores se realizó en tres de las comunidades (Guerrero, Chingaza y San Juan) a través de un diagrama de cuadrantes (oposición moderada, oposición, neutralidad, apoyo moderado, apoyo). En el caso de Pacaipampa el ejercicio de posicionamiento de los actores fue confeccionado por el equipo del Instituto de Montaña a cargo del proyecto en Pacaipampa. En el caso de

La Libertad el ejercicio de posicionamiento se realizó a través de la distribución de los actores de manera concéntrica, ubicando al actor dependiendo de su influencia (más influyente, más cerca al centro). En estos dos casos (Pacaipampa y La Libertad), la descripción narrativa permitió entender más sobre el poder e influencia de cada actor, aunque la forma en que se realizaron los ejercicios no fue la sugerida. En las cuatro comunidades donde se realizó el trabajo a través de grupos focales, se procuró mantener una participación equitativa por género. Se destaca, como se

detalla en la tabla 3, mayor participación de mujeres en varias comunidades (Chingaza, San Juan y La Libertad). Sin embargo, cabe destacar que para obtener un análisis de la gobernanza comunitaria no es suficiente tener una mayor participación de mujeres en la discusión grupal. Un análisis de gobernanza desde la perspectiva de género requiere de herramientas que profundicen en la discusión sobre cómo estas instituciones, organizaciones, espacios y mecanismos responden a la equidad tanto en su composición como en el tratamiento de la variable de género, tarea pendiente en el presente ejercicio.

3. Áreas de trabajo En Latinoamérica, los páramos forman un corredor interrumpido entre la cordillera de Mérida en Venezuela hasta la depresión de Huancabamba en el norte del Perú, con dos complejos más separados: los páramos centroamericanos en Costa Rica y Panamá y la Sierra Nevada de Santa Marta en Colombia. En el sur, existe continuidad hacia la jalca peruana. A lo largo de este rango geográfico, los páramos están distribuidos en las cimas de diferentes cordilleras. Los cinco sitios en que se ubican las comunidades con quienes se implementa el proyecto “Comunidades de los Páramos” se encuentran en la cordillera oriental colombiana (Chingaza, a la altura de Bogotá, principalmente en la vertiente oriental de esta cordillera y Guerrero, un poco más al

norte, en un ramal más occidental); en la cordillera occidental ecuatoriana (Carchi, en el extremo norte, y Chimborazo, en el centro del país); y en la cordillera de Piura en Perú, que, en esta latitud, forma la única división entre la costa del Pacífico y la cuenca amazónica. La presente investigación, a nivel local, fue ejecutada por la Fundación Tropenbos Internacional y el Instituto Alexander von Humboldt (IAVH; Chingaza, Guerrero), la Corporación Grupo Randi Randi (CGRR; Carchi), la Corporación Ecopar (Chimborazo) y el Programa Andino del Instituto de Montaña (TMI; Piura), bajo la coordinación de la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN-SUR).

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Figura 1. Mapa de distribución de páramos y zonas de trabajo en el proyecto

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El Macizo de Chingaza se encuentra ubicado sobre lacordilleraoriental.Tieneunaextensión de 76 000 ha y se considera como una de las regiones paramunas mejor conservada y con menor grado de intervención de Colombia: el 80% del área del macizo se encuentra protegida por reservas forestales protectoras y cuenta con un Parque Nacional Natural que comprende el 57% de su área. El proyecto “Comunidades de los Páramos” tiene influencia en el municipio de Choachí, en las veredas La Caja y El Rosario (veredas que hacen parte de uno de los territorios más intervenidos con ganadería y agricultura dentro del área del Macizo de Chingaza). Estos territorios son claves por pertenecer a la cuenca del Río Blanco de donde se provee de agua el acueducto de Bogotá. Solo el 12% de su área se encuentra protegida dentro del sistema de Parque Nacional Natural Chingaza y el 21% dentro del área de Reserva Forestal Protectora. Aunque Chingaza es un páramo muy húmedo, con precipitaciones anuales mayores a 2000 mm, la zona de estudio tiene una precipitación mediana (de 1200 y 1700 mm). La población de las dos veredas es de menos de 1000 habitantes, aunque es un área con alto crecimiento poblacional. Cuenta con cifras de pobreza relativamente bajas (25,5% de población pobre con necesidades básicas insatisfechas -NBI-). La zona se caracteriza por la agricultura en minifundios de tamaño mediano (1-3 ha). La ganadería de leche y la agricultura (papa, arveja, maíz

y haba) son las actividades productivas de mayor acogida. El aumento de la frontera agrícola y la ampliación de la ganadería extensiva han ocasionado la pérdida de un amplio porcentaje de espacios naturales de protección de la cuenca del Río Blanco. Existe una fuerte producción ganadera en el 30% del total del área de la cuenca, aunque también persiste páramo natural y bosque fragmentado. La población de Choachí está comunicada con la ciudad de Bogotá a través de una vía de 57 km. Por su cercanía a Bogotá y su importancia en la prestación de servicios ecosistémicos (agua), Chingaza ha sido objeto de varios proyectos e iniciativas importantes de conservación. Muy relevante para el presente estudio es la ejecución del Proyecto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC, IDEAM y EAAB). Guerrero es un sistema de páramos al norte de Cundinamarca (Colombia) que ocupa cerca de 40 000 ha, entre los 3200 y 3780 msnm. Es considerado el páramo con mayor tasa de transformación en Colombia con un índice de alteración del 70% de su superficie terrestre causada, principalmente, por la expansión de la frontera agrícola, cambios en el sistema de producción y actividades mineras. La agricultura se encuentra representada principalmente por el cultivo de papa, pero también hay pastizales destinados a ganadería bovina. Estas dos son las coberturas más extendidas y llegan hasta los 3500 msnm. En el desarrollo de la papa predomina el uso generalizado de paquetes

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de agroquímicos en las distintas etapas del cultivo, prácticas de labranza en zonas de ladera que afectan las condiciones del suelo, procesos de deforestación que incluyen la transformación de las cauces de ríos y quebradas y el uso de mano de obra foránea. La ganadería, en muchos casos alternada con el cultivo de papas, se practica principalmente sobre pastizales sembrados con gramíneas exóticas, aunque también hay ganadería extensiva en los pajonales naturales. Esta actividad ha generado impactos ambientales directamente relacionados con los cambios en la composición, estructura y dinámica de los suelos de páramo. El páramo tiene un acceso relativamente fácil, vía carreteras carrozables durante todo el año, desde ciudades pequeñas y medianas como Tausa, Zipaquirá y Carmen de Carupa. Por su cercanía a Bogotá y su importancia como fuente de agua para una amplia población con alta tasa de transformación, Guerrero ha sido objeto de muchos proyectos e iniciativas de conservación de páramos, algunas veces con el apoyo de la población y algunas otras con fuerte resistencia. La Libertad es una parroquia rural en la provincia de Carchi, en el extremo norte del Ecuador. La cabecera parroquial está ubicada en el cantón Espejo a 4,5 km al noroccidente de la ciudad de El Ángel, capital del cantón. La altura del parque central es de 3000 msnm y el territorio asciende a más de 4300 msnm. La parroquia tiene una superficie de 250 km2. Está ubicada en la cordillera

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occidental ecuatoriana, principalmente en su vertiente oriental. El clima está influenciado tanto por el lado húmedo del pacífico como por la Amazonia, dado que la distancia a la cordillera oriental es corta y esta cordillera es de baja altura en esta latitud. Por esta razón es una zona húmeda (aprox. 1100 mm/año, según datos de la estación La Libertad). La Libertad tiene aproximadamente 3500 habitantes actualmente. Solo el 0,3% se autoidentifica como población indígena, pertenecientes al pueblo pasto. A nivel parroquial, se reconoce un considerable porcentaje de personas pobres (74%) superando el promedio nacional (60%); no obstante, es un porcentaje menor en referencia a otras zonas de páramo. La principal actividad productiva está relacionada con el sistema agrícola, con mayor presencia de hombres que de mujeres. La segunda actividad es el comercio, que está relacionado con la frontera y el transporte de productos a la ciudad de Quito. En tercer lugar destaca la industria manufacturera con una participación mayoritaria de mujeres. El estudio está enfocado en la comuna La Libertad, una organización campesina con aproximadamente 250 socios y socias que representan alrededor de 180 familias repartidas entre los seis barrios de la parroquia. La comuna es dueña de un territorio colectivo de 3620 ha de páramo. Casi la totalidad del territorio está dentro del espacio declarado como Reserva Ecológica El Ángel (REEA). Por debajo de esta zona

tienen parcelas individuales (de menos de una hectárea hasta varias hectáreas), donde practican un sistema de rotación de ganadería lechera, cultivo de papa y otros cultivos. Los suelos están formados por cenizas volcánicas jóvenes, aunque no recientes, lo que da origen a un suelo negro muy profundo (de hasta dos metros). Esto, en combinación con la abundante lluvia y pendientes relativamente leves, ha dado lugar a que Carchi sea un reconocido sitio de producción intensiva de papa. El territorio, si bien no está muy cerca de ciudades grandes, tiene acceso relativamente bueno mediante carreteras pavimentadas a Ibarra y Tulcán (una hora y media) y varias carreteras de tierra y piedra dentro de la parroquia. Los páramos forman una fuente muy importante de agua que alimentan canales de riego hacía zonas agroindustriales de flores y caña en el árido Valle del Chota. San Juan (Chimborazo, Ecuador) es una parroquia rural altoandina localizada en las faldas del volcán Chimborazo (la montaña más alta del norte de los Andes). El centro parroquial se encuentra a 18 km de la ciudad de Riobamba, en dirección noroccidente. El territorio parroquial ocupa una superficie total de 21000 ha y cuenta con una población de 10 355 personas, integrantes de 1469 familias. San Juan es considerada una de las parroquias más pobres de la provincia y de la sierra central.

La pobreza local por necesidades básicas insatisfechas y pobreza extrema es alta (83 % y 58 % respectivamente). San Juan cuenta con una población predominantemente joven y presenta una reciente tendencia de emigración hacia ciudades con mayor posibilidad de empleo (construcción, servicios de hogar). El estudio se concentra en dos comunidades de San Juan: la comunidad de Pulinguí-San Pablo que está conformada por 48 familias (150 personas) y tiene una superficie de 3500 ha; y la comunidad de Chorrera Mirador que está constituida por 24 familias (110 personas) y un territorio de 1000 ha, aproximadamente. Parte de la parroquia se encuentra dentro de la Reserva de Producción Faunística Chimborazo(RPFCH), ubicada en las faldas del volcán, sobre los 4200 msnm. Los asentamientos poblacionales y sus parcelas se sitúan entre 3100 y 4200 msnm. Considerando la altitud, el paisaje vegetal del entorno, la pendiente, los asentamientos de población y los usos del suelo, se puede apreciar una vasta zona de páramo entre los 3700 y 4200 msnm. En el espacio inferior se localizan dos zonas agrícolas: una de cultivos de altura (papas, habas), con pendientes del 50% y 70% entre los 3400 y 3700 msnm, donde se encuentra la mayor concentración de la población; y, otra, de cultivos de valle (frutales, maíz), con pendiente moderada del 20% y 50% entre los 3100 y 3400 msnm. El valle está ocupado por las haciendas

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tradicionales (aunque quedan pocas y de reducida extensión), mientras que las comunidades indígenas se localizan a mayor altura. Así se explica la mayor concentración de la población en la zona agrícola en las cotas medianas. Las estrategias de reproducción de las economías minifundistas se realizan mediante rezagos de actividad agrícola y ganadera (alpacas, ovejas y vacas) en tierras de páramo. Desde el 2008, ambas comunidades suscribieron convenios con el Programa Socio Bosque para conservar 4000 ha, aproximadamente, entre las dos comunidades. En la comunidad de PulinguíSan Pablo, existe una organización de segundo grado que coordina las actividades de conservación desarrolladas en el marco de este programa. El territorio se encuentra atravesado por importantes rutas que conectan la parroquia con ciudades grandes como Riobamba, Ambato y Guaranda (una o dos horas). Por la presencia de comunidades indígenas y el alto grado de pobreza, la sierra central ha sido objeto de muchos proyectos de desarrollo rural. Actualmente, hay un proyecto para la conservación de la Reserva Faunística financiando por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) y ejecutado por el Gobierno Provincial de Chimborazo. El distrito de Pacaipampa (Piura, Perú) está ubicado en la microcuenca de Bellavista de Cachiaco, sobre la sierra de Piura, donde

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las zonas productivas se intercalan con bosque andino y páramo. En esta zona hay 722 familias con un total 4589 pobladores. Las comunidades del entorno del páramo están expuestas a grandes cantidades de precipitaciones que afectan la estabilidad de las laderas y las áreas de cultivo. Se encuentra lejos de centros poblados mayores (entre cinco y ocho horas de Piura) mediante caminos rurales carrozables en la época en la que no llueve y que quedan aislados durante las épocas de lluvia y especialmente durante fenómenos como El Niño. Estos páramos también son zonas de concentración de minerales en el subsuelo, situación que los convierte en blancos de potenciales explotaciones mineras en las que se utiliza el sistema de extracción de tajo abierto, altamente destructivo. Es una zona de agricultura a pequeña escala, principalmente para el autoconsumo, pero también hay excedentes para el intercambio o trueque. Se estima que cada familia tiene en promedio tres cabezas de ganado vacuno, incluyendo al menos una vaca en producción que permite tener leche y disponer de una fuente de ahorroeingresosmonetariospermanentesatravés de la venta de quesos. Debido a la gran diversidad del territorio, hay mayor variedad de productos que en otras zonas (incluidos maíz, yuca y camote). Otra fuente de ingreso es la venta de café, aunque esta actividad la realizan pocos pobladores y a pequeña escala. Es una zona bastante aislada que ha tenido limitado apoyo técnico de autoridades y organizaciones de desarrollo o conservación.

4. Páramo y cambio climático: Posibles escenarios de cambio climático a nivel de los sitios de intervención del proyecto Comunidades de los Páramos Los páramos forman una ecorregión neotropical de altura, entre el límite forestal superior y las nieves perpetuas. Se encuentran distribuidos a lo largo de los Andes húmedos entre Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela, con extensiones hasta Costa Rica y Panamá. Los páramos tienen una importancia fundamental para millones de personas y representan una multiplicidad de significados y valores: hábitats en los que sobreviven especies endémicas, ecosistemas capaces de brindar servicios ambientales fundamentales (agua principalmente), espacios de importancia cultural, entre otros. Así “Los páramos constituyen espacios de vida y territorios sagrados para los pueblos indígenas que habitan en o alrededor de ellos, además de lo cual juegan un papel fundamental en la subsistencia de diversas poblaciones tradicionales y locales asentadas en las zonas altas de las montañas […son ejes] de cohesión social y […determinan] los modos de vida de los habitantes de las tierras altas” (Maldonado & de Bièvre, 2011). Las actividades económicas como los cultivos agrícolas, la ganadería, las plantaciones forestales, la minería, el manejo inadecuado del agua y la expansión urbana plantean riesgos severos

para la integridad de los páramos y sus servicios ecosistémicos. Adicionalmente, los fenómenos asociados al cambio climático (aumento de temperatura, diferentes regímenes de precipitaciones y nubosidad) pueden aseverar esta presión y causar mayores impactos tanto en la funcionalidad y la estructura del ecosistema como en sus aspectos sociales y culturales. El impacto directo de las actividades humanas sobre el ecosistema ha sido sujeto de estudio durante las últimas décadas y ha generado un importante volumen de conocimiento técnico; sin embargo la sistematización de los aspectos sociales, económicos y culturales del paisaje es todavía pobre (Mujica, 2011; Hofstede et al., 2014). Adicionalmente, existe una gran incertidumbre sobre la magnitud de los efectos ambientales y sociales que tiene el cambio climático global sobre los páramos. Se sabe que el impacto del cambio climático global es mayor en los ecosistemas de alta montaña que en la mayoría de los otros ecosistemas tropicales (Beniston et al., 1997; Price, 2006). Las principales preocupaciones giran en torno a cómo se distribuirá el ecosistema en el futuro, cómo es la interacción entre el cambio

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climático y los procesos socioeconómicos y cómo seguirá cumpliendo el páramo sus funciones ecosistémicas. Estos impactos tienen que ver directamente con la vida y el sustento de las poblaciones humanas que dependen de este ecosistema, pero también con poblaciones que se sitúan geográficamente fuera de estos espacios, incluso a grandes distancias, aquéllas que se benefician de sus funciones ecosistémicas en temas tan básicos como el abastecimiento de agua dulce.

cordillera andina. Por esto, no es posible presentar escenarios precisos basados en información científica para cada sitio del proyecto. No obstante, se presenta información general relevante para la región, algunos datos sobre efectos parciales de los sitios de trabajo y supuestos lógicos de los efectos donde no existen datos pero sí modelos y ejemplos de otras zonas.

La base científica para los escenarios de cambio climático en páramo fue recopilada, dentro del proyecto “Comunidades de los Páramos”, por Hofstede et al. en el libro Páramos Andinos ¿Qué sabemos? (2014). La presente sección se basa en este estudio y representa un esfuerzo por aplicar, en lo posible, los escenarios de cambio climático a la escala local de los sitios de intervención del proyecto. Esta información general es complementada por las organizaciones socias del proyecto a través de estudios elaborados para analizar la vulnerabilidad y las capacidades locales ante el cambio climático. Un aspecto importante para tomar en cuenta es la conclusión a la que llegaron estos estudios: existe poca claridad sobre los posibles efectos del cambio climático en los páramos derivada de la falta de datos específicos y la dificultad de extrapolar los pocos datos existentes considerando la enorme diversidad paisajística de la

Los páramos tienen un clima frío y húmedo con alta irradiación y nubosidad. Sin embargo, esto es en realidad una generalización porque las condiciones climáticas de los páramos son muy variadas, no sólo en cuanto a la distribución de la precipitación, sino en relación con las variaciones de temperatura, irradiación, humedad relativa y vientos. La variación de la temperatura media durante el año es mínima, pero la variación diaria es alta: diferencias de temperatura de más de 20 °C entre la noche y el día son comunes (“verano cada día e invierno cada noche”). La variación típica de temperatura determina el papel de las heladas (temperaturas bajo cero). Debido al clima constante durante el año, el límite de hielo es constante y fijo, alrededor de los 5000 msnm. Entre los 4000 y 5000 msnm, ocurren frecuentemente heladas durante la noche, pero la temperatura durante el día es suficientemente alta para

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El clima en los páramos

@COLECTIVO SINESTESIA

evitar la acumulación de hielo. Por debajo de los 4000 msnm hay pocas heladas y, cuando ocurren, están restringidas a las horas antes del amanecer (Rangel, 2000; Buytaert et al., 2006). La precipitación en los Andes está determinada por la orografía andina y la influencia de los vientos prevalecientes localmente, lo que determina su alta variabilidad temporal y espacial (Buytaert et al., 2010). La circulación del aire en los Andes tropicales está influenciada por la interacción de la Zona de Interconvergencia Tropical (ITCZ por sus siglas en inglés) y los factores locales orográficos que controlan el clima. Los vientos tropicales del oriente traen masas de aire húmedo desde la Amazonia que chocan con el piedemonte de la vertiente externa de los Andes orientales a lo largo del año (Vuille & Bradley, 2000; Vuille et al., 2008). Los Andes tropicales evidencian un gradiente de humedad decreciente de norte a sur. En los Andes del norte, donde se encuentran los páramos, los flancos occidentales están influidos principalmente por las masas de aire originadas en el Pacífico (en el caso del estudio, los páramos de Carchi). De la línea ecuatorial hacia el sur, la corriente de Humboldt trae masas de aire más secas desde el Pacífico y los páramos de las cordilleras occidental, central y sur reciben menos precipitación (Chimborazo, de 500 a 800 mm) que en el norte. La

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cordillera oriental en toda su extensión está dominada por los vientos húmedos del Atlántico tropical y de la cuenca amazónica, por lo que predominan los climas pluviales húmedos e hiperhúmedos (Chingaza, de 1500 a 4000 mm). Los flancos interandinos se encuentran expuestos a influencias variables entre las masas de aire oceánicas y continentales; se genera un efecto de sombra de lluvia que define valores de precipitación anuales relativamente bajos (Guerrero, 750 a 1100 mm. Vuille & Bradley, 2000; Vuille et al., 2008; Buytaert et al., 2006; Cuesta et al., 2012). La cordillera de Piura, aunque muy cerca de las corrientes secas del pacífico, está también influenciada por corrientes de la Amazonia y por esto tiene una pluviosidad alta (hasta 2000 mm anuales, ATA, UNP, UNL; 2003). La entrada real de agua en el sistema hidrológico es probablemente mayor que la de las cifras publicadas. Eventos de lluvia en el páramo son típicamente de alta frecuencia y baja intensidad. Esto, en combinación con vientos fuertes y topografía accidentada, resulta en una alta variación espacial en lluvia y en grandes errores en estimaciones. Adicionalmente, la precipitación de neblina y su intercepción por la vegetación aumentan la entrada de agua al sistema, especialmente en páramos arbustivos o en presencia de pequeños bosquetes (Tobón & Gil, 2007).

El viento es otro fenómeno climático del páramo, muy variable pero particularmente fuerte en las vertientes expuestas a los valles interandinos (Guerrero y parte de Chimborazo, Buytaert et al., 2006; Morales et al., 2007). Por la gran altitud y ubicación ecuatorial, la irradiación en el páramo es de las más altas en el planeta5 . Los datos de Piura muestran que en el curso del año existe una variación intermensual regular debido a la presencia de nubosidades, con una mayor intensidad de radiación solar en septiembre con 468,1 cal/cm² por día y una menor intensidad en abril con 382,2 cal/cm² por día (ATA, UNP, UNL, 2003). Escenarios y evidencias de cambio climático en diferentes zonas de páramo El acelerado cambio del clima, causado por el efecto de un rápido aumento de gases de efecto invernadero originados por el uso de combustibles fósiles, la deforestación y la agricultura, es una realidad innegable y sus efectos son percibidos por grandes grupos de la sociedad. Sin embargo, las evidencias del cambio del clima son muy variables: si bien el aumento de temperatura es absolutamente evidenciado y presente en todo el mundo, la información cuantitativa sobre la conducta de los diferentes aspectos de la

temperatura (mínima/máxima, promedio o absoluta, diferencias diarias, variabilidad estacional) es escasa y no es uniforme. Además, la información existente sobre las características del cambio climático en cuanto a precipitación es menos uniforme que la referente a temperatura. Hay pocas tendencias comprobadas a nivel local y éstas son tan diversas (en ciertas áreas hay más lluvia y en otras hay menos) que no ayudan a identificar una tendencia clara a nivel de los Andes. En este aspecto tampoco han ayudado mucho los modelos matemáticos para simular posibles efectos del cambio climático, modelos que muestran una tendencia generalizada hacia mayores temperaturas, pero con tendencias divergentes frente a la precipitación (Buytaert et al., 2010; Anderson et al., 2011; Marengo et al., 2011; Buytaert & Ramírez, 2012). En el escenario donde las características propias al cambio climático (temperatura, lluvia) son apenas parcialmente conocidas, el efecto del fenómeno sobre la biodiversidad, hidrología, agricultura y sociedad relacionado a los páramos es bastante especulativo (Buytaert et al., 2010; de Bièvre et al., 2012). Teniendo en cuenta esta falta de información precisa y tendencias claras, es muy difícil presentar un estado de conocimiento sobre el impacto del cambio climático sobre el ecosistema y

Caldwell & Robberecht (1980) identificaron un aumento de hasta diez veces en radiación UV-B desde 70o latitud norte hasta el páramo ecuatorial.

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la sociedad del páramo. La escasez de la información es aún más crítica en áreas naturales y de difícil acceso como los páramos, porque hay menos estaciones climáticas disponibles. Además, la gran heterogeneidad del paisaje no facilita generalizar tendencias. Por esto, el análisis que se presenta a continuación está basado en un volumen limitado de información científica y en escenarios probables que surgieron de modelos climáticos. Las estaciones climáticas en los Andes tropicales confirman la tendencia global de un aumento general de temperatura: los datos muestran un aumento de 0,1 a 0,2 oC por década en el último siglo, pero un aumento mayor (hasta 0,5 oC por década) en los últimos 25 años (Anderson et al., 2011; Marengo et al., 2011). Especialmente relevante para los páramos es que existe un mayor aumento de temperatura a mayor altitud (Marengo et al., 2011; Urrutia & Vuille, 2009; Buytaert et al., 2010; Mountain Research Initiative, 2015). Por esto, existe una tendencia en los incrementos considerables de la temperatura en las estaciones climáticas de piso térmico frío y páramo. En las estaciones de páramo alto se presentan aumentos en la temperatura máxima cercanos a 1,0 C° por década, mientras que, en las de páramo bajo, el incremento registrado está entre 0,3 y 0,6 oC por década. Se observa que los incrementos más altos se presentan en el páramo alto (superpáramo) (Benavides,

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2010; Cabrera et al., 2010b). Para los lugares del proyecto “Comunidades de los Páramos” hay pocos datos exactos. En general, las estaciones climatológicas en la cordillera oriental colombiana muestran una ligera tendencia a menor precipitación. Cabrera et al. (2010) encontraron en los páramos colombianos una tendencia a la disminución de eventos extremos de lluvia contrario a lo evidenciado en los otros pisos térmicos. Pabón & Hurtado (2003) muestran que en la sabana de Bogotá, la cuenca del río Sogamoso y la vertiente del río Magdalena, donde se ubica el páramo de Guerrero, la temperatura ha venido aumentando a un ritmo entre 0,11 y 0,25 °C por decenio y la precipitación estaría aumentando entre el 1,5 y 3% en relación con el promedio multianual (1961-1990). Esta última (mayor precipitación) contradice la tendencia general de menor precipitación en la cordillera oriental y parece un efecto de variación local. Por ejemplo, Pabón (2007) menciona que en los páramos situados en el sector suroccidental de Cundinamarca (cerca de Guerrero), la precipitación ha venido disminuyendo, tanto en número de días como en volumen. Esto es confirmado por Ivanova y Marín Ramírez (2012), quienes demostraron que las estaciones en el altiplano cundiboyacense tienen una tendencia variable respecto a la precipitación anual en los últimos cinco décadas: un 70% tiene menor

precipitación mientras que el resto aumenta en precipitación. Pero las tendencias son más confusas cuando se analiza por década ya que varios muestran un aumento en precipitación hasta los años 1990 y una disminución posterior. Ellos mencionan que los ciclos, la actividad solar o el Niño/la Niña coinciden más con el volumen de precipitación que con el aumento progresivo de temperatura. Las estaciones más cercanas al páramo de Guerrero, en general, muestran una ligera tendencia a menor precipitación (estaciones Pradera, Neusa) o una cifra constante (Socotá, Salitre) en las últimas dos décadas; igualmente, hay evidencia de menores eventos de precipitación intensa (Ivanova & Marín Ramírez, 2012). El aumento de la temperatura promedio diaria en los páramos de Cundinamarca se incrementó entre 1 y 1,5 °C en el periodo de 1970 a 1990, cantidad que es un poco mayor frente al promedio nacional. Teniendo en cuenta la información suministrada por el componente A del Proyecto Nacional de Adaptación al Cambio Climático (INAP), según los escenarios del cambio climático, en el Macizo Chingaza y en especial la cuenca del Río Blanco, en las próximas cuatro décadas la precipitación disminuirá en el 30% con respecto a los valores actuales de acuerdo con un escenario pesimista, o entre el 10 y el 30% en un escenario optimista, y la temperatura aumentará entre 2 y 4

°C. En Chingaza se ha demostrado que la variación en precipitación causada por fenómenos anormales (El Niño y La Niña) es mucho mayor que la tendencia multianual. El año 2010 (fenómeno de El Niño) fue extremadamente seco mientras que 2011 (fenómeno de La Niña) fue muy húmedo. En resumen, en los dos páramos en los que el proyecto se está implementando en Colombia, la temperatura está aumentando con un ritmo de hasta 0,4 °C cada diez años y, en general, hay una ligera tendencia a una menor precipitación (aunque en algunas zonas hay aumento) y menos eventos de lluvias intensas. Sin embargo, la variación interanual en precipitación causada por anomalías (fenómenos del Niño y la Niña) es bastante mayor que el impacto del cambio climático en sí. Según datos de 39 estaciones en toda la sierra ecuatoriana, la temperatura media anual se incrementó en 0,8 °C, la temperatura máxima absoluta en 1,4 °C y la temperatura mínima absoluta en 1,0 °C en los últimos 50 años (MAE y Proyecto GEF/PNUD/MAE, 2011). Según ciertos modelos (PRECIS ECHAM, ESCENARIO A2) la sierra ecuatoriana tendrá un pronunciado incremento de la temperatura en la década 2020-2030, con un promedio de variación de +0,44 °C. Según el registro de estas estaciones, la

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cantidad anual de precipitación entre los años 1960 y 2006 muestra una tendencia hacia el incremento. En promedio, la precipitación anual se incrementó en un 8% en la región interandina (MAE y Proyecto GEF/PNUD/MAE, 2011). En ciertas zonas, no se encontró una diferencia en la cantidad de lluvia, pero sí un aumento en la estacionalidad (mayor concentración de lluvias en meses húmedos), (Timbe, 2004). Aunque la evidencia demuestra un aumento de precipitación en toda la sierra (incluyendo Carchi y Chimborazo) y hay modelos que confirman esta tendencia para el futuro (Buytaert & de Bièvre, 2012), otros modelos predicen una disminución de lluvias (-6,17 % para los Andes centrales), (Jiménez, 2010). En resumen, hay mucha incertidumbre en los escenarios del cambio climático en Ecuador; hay evidencias de aumento de la temperatura (0,2-0,3 oC/década), e indicadores sobre una precipitación ligeramente mayor y una mayor estacionalidad de precipitaciones. En Chimborazo existen datos de precipitación gracias a una estación pluviométrica ubicada cerca de la comuna San Juan, a 3220 msnm. Entre 1962 y 2013, no presentó ninguna tendencia; el promedio es de 684 mm. De todo el periodo, el total anual está en el rango de 400 a 1000 mm (con excepción de un año muy húmedo -1992- y uno muy seco -2001, los dos probablemente influenciados por errores de registro). Hay una leve

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tendencia hacía mayores extremos (años más húmedos seguidos por años más secos) en los últimos 10 años. No hay una tendencia hacia mayor presencia de meses secos (< 20mm) o húmedos (>100 mm). En cuanto a la temperatura, la estación San Juan no presenta suficientes datos, pero una estación relativamente cercana (Guaslán, a una altitud menor, 2850 msnm) muestra claramente una subida de la temperatura media de aproximadamente 1 °C en los últimos 50 años, consistente con la tendencia a nivel nacional. De La Libertad no existen datos específicos porque la estación San José de Carchi dejó de funcionar en el 1993. Los datos de los últimos 20 años de la estación El Ángel (de menor altitud) no demuestran una tendencia clara en cuanto a pluviosidad. El promedio es de 814 mm, con años secos de alrededor de 500 mm y años húmedos con más de 1300 mm. El año más húmedo (2001) y el más seco (1999) estaban justo en la mitad del periodo de observación. Tampoco había tendencias en precipitación máxima y mínima mensual, ni en volumen ni en periodicidad. En Piura, como en otras áreas, es evidente que existe una subida de temperatura. Para varios sitios en la sierra de Piura monitoreados por el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (SENAMHI), Yauri (2012) reporta tendencias diferenciadas de las principales variables

en tres pisos altitudinales. En Chalaco (1900 msnm), durante la última década, la lluvia total anual se ha incrementado en un 19 % respecto al periodo 1971-2000, situación que se refleja también en el comportamiento estacional. En Huarmaca (2142 msnm) la temperatura máxima de la última década se ha incrementado respecto al periodo 1971-2000 con aumentos de 0,4 a 0,8 °C entre los meses de agosto y octubre; igualmente, para esta década se observa un incremento significativo de la temperatura mínima, del orden de los 0,3 a 0,8 °C. La precipitación total anual de 1100 mm representa un incremento tanto a nivel estacional como anual del 10 % respecto al periodo 1971-2000. En la meseta andina (3100 msnm), una zona de páramo ocupado, se ha incrementado en un 15 % la lluvia total anual respecto al periodo 1971-2000. A nivel estacional este aumento es más significativo en verano y otoño. Marengo et al. (2011) demostraron

un aumento esperado de 0,7 °C por década para la cuenca del río Santa (Cordillera Blanca), no tan lejos de Piura, pero con una posición geográfica y un clima general muy diferente. Ellos muestran incrementos sistemáticos de la precipitación en el flanco occidental y reducciones en la parte de las porciones centro y sur del flanco oriental de los Andes. Las evaluaciones de los extremos de precipitación han establecido que en los Andes peruanos del norte hay un incremento de estos eventos. Tanto los pocos datos existentes y los escenarios (basados en el análisis regional) indican una probabilidad alta de que haya una subida de temperatura, mayor precipitación y mayores eventos extremos de precipitación (Estrategia Regional de Cambio Climático, Piura). Un aspecto muy relevante asociado al cambio climático en Piura son los efectos de anomalías climáticas (El Niño).

5. Percepciones de la población del páramo sobre los efectos del cambio climático La realidad es que el cambio climático tendría efectos importantes en los páramos andinos por el aumento de la temperatura, por los cambios en los regímenes hídricos, en los vientos y por la presencia de neblina. Esto, sin duda, tendrá efectos sobre la hidrología, la producción agrícola y finalmente sobre la alimentación, la salud y la cultura de la

población. Sin embargo, hay todavía muy pocas evidencias de la manifestación y los efectos directos del cambio climático y aún menos sobre los efectos indirectos en la sociedad. No obstante, con o sin evidencia, la población percibe cambios y parte de estos cambios pueden estar asociados al cambio climático (o por lo menos son percibidos así). Para apoyar a

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las comunidades en el desarrollo de una respuesta al cambio climático, se debe conocer tanto la poca registrada realidad de los efectos como la percepción de la gente para que las acciones tengan apropiación en la comunidad. Con el objetivo de registrar y analizar la percepción sobre el cambio climático en el páramo, se ejecutó una investigación social en los sitios donde se implementa el proyecto “Comunidades de los Páramos”. Este estudio parte del supuesto de que las comunidades perciben una serie de cambios en su entorno que tienen un impacto en su producción, salud, alimento, etc. Estos cambios pueden tener una serie de causas, de las cuales el cambio climático es solamente uno. Por esto, la investigación se concentró en la percepción de todos los cambios que perciben las personas en la comunidad y, mediante la interpretación de los datos, se trabajó en diferenciar los cambios relacionados al cambio climático de los cambios causados por otros factores. Esto requiere confrontar los cambios observados con el conocimiento de la dinámica de la comunidad y los efectos teoréticos del cambio climático y de otros factores. Para esto, se realizó un análisis comparativo de las percepciones, desde las comunidades locales del páramo, acerca de los efectos futuros del cambio climático y las propuestas de adaptación propias frente a las políticas públicas y las acciones de los Estados para

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la adaptación (estrategias justificadas en parámetros científicos de generación de escenarios climáticos). Clima La población de los páramos percibe diferentes cambios en el clima. En general, hay una fuerte percepción sobre la temperatura (aumento general, mayor diferencia entre día y noche, mayor incidencia de heladas, “el sol quema más”) y precipitación (en algunas zonas hay más lluvia, en otras menos). En todas las comunidades se han mencionado cambios en el régimen de lluvias (menos predecible, mayor incidencia de períodos secos). Sin embargo, en todos los fenómenos climáticos mencionados, siempre hay una cierta cantidad de personas que no percibe cambios. 128 de 150 entrevistados han escuchado del cambio climático, aunque al intentar precisar desde cuándo sucede esto, las respuestas varían mucho (desde hace 5 a 50 años). No hay diferenciación entre hombres y mujeres en la percepción del clima, pero sí es evidente que hay mayor conciencia del cambio climático entre los jóvenes (solamente 3 jóvenes no habían escuchado del tema, frente a 19 adultos y mayores) pero los mayores ponen mayor tiempo de incidencia sobre el tiempo de los cambios (10-30 años vs. 3-10 años entre los jóvenes). Las principales manifestaciones del cambio climático son el aumento en la temperatura, los cambios

en el régimen de lluvia y la existencia de menos heladas. En Chingaza hubo acuerdo entre hombres y mujeres de todos los rangos respecto a la disminución de las lluvias; esto coincide con los registros pluviométricos y escenarios climáticos para esta zona. 19 de los 30 entrevistados perciben que hay menos lluvia y en su mayoría lo asocian con el número de días que llueve. Aclaran que llueve menor número de días, pero que la intensidad de las lluvias a veces es muy fuerte. Esto puede explicar porque hay personas que perciben que hay menos aguaceros (16) y otras que afirman que hay más (11). Todas las personas están de acuerdo en que hay menos granizo. La observación de menor lluvia corresponde a mayores épocas secas, menos inundaciones y menor cantidad de agua en las quebradas (24 de 29 entrevistados). También casi todas las personas perciben menor incidencia de llovizna y neblina aunque las mujeres y hombres de más de 55 años se inclinan a pensar que es igual. 22 de 30 personas han escuchado hablar del cambio climático y coinciden en que sus principales manifestaciones tienen que ver con el aumento de la temperatura (más calor), la menor frecuencia en las lluvias con ocasionales aguaceros muy fuertes, un sol muy caliente y períodos lluviosos y secos impredecibles. En esta zona las heladas parecen ser menos frecuentes

pero igualmente, menos predecibles. Es posible que la percepción de las personas jóvenes entrevistadas esté fundamentada en el acceso que tienen a distintos medios de información/comunicación (incluido el internet). Entre tanto, las personas entrevistadas de más de 55 años tienen un registro de percepción amplio, basado en su experiencia de vida en el mismo territorio, con un referente para comparar los niveles de cambio desde 30 años atrás. En Guerrero, 23 de 25 personas reconocen que hay una disminución de lluvias en la zona. Aunque datos general es de Cundinamarca predicen generalmente mayor precipitación para la zona (con excepciones en la zona más oriental), esta observación contradice la tendencia general, pero confirma la especificidad local. La mitad de la gente considera que el número de aguaceros disminuyó, aunque la otra mitad no pudo responder la pregunta. También los demás fenómenos de precipitación (llovizna, granizo) tuvieron poca respuesta de la gente. En cuanto a la neblina, ninguno respondió que hay más neblina, algunos dijeron que hay menos (12 personas) o igual que antes (13 personas). En cuanto a la temporalidad, la mitad de la gente dijo que las lluvias llegan más temprano y la otra mitad que llegan más tarde (sin tendencias de género o edad); esto indica, ante todo, que la gente ya no sabe cuándo llegarán las lluvias lo que también confirman las historias de los

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entrevistados (“Ya no se sabe cuándo llueve o hace verano”. “En antes tiempo sí se podía decir voy a sembrar en enero, ahora no”. “El clima está tan variable que no tiene uno certeza del tiempo”). En lo referente a las observaciones sobre menor cantidad de lluvia, 23 de 26 entrevistados mencionaron que el caudal de los cuerpos de agua ha disminuido. 2 de estas personas, mayores, argumentaron que hay más acueductos y por tanto más demanda de agua y menos agua en las quebradas, mientras tanto, las otras 20 personas aseguraron que esta disminución se debe al cambio de clima y a la disminución de lluvias. Del total de entrevistados (27) solo 5 personas no han escuchado hablar del cambio climático: 4 de ellas son mayores de 55 años y 1 está entre los 25 y 50. En general, percibieron que el cambio climático se manifiesta en menor precipitación, mayor temperatura, mayor diferencia de temperatura entre día y noche y poca predictibilidad de las heladas. También en Guerrero, las personas de más edad percibieron que el cambio empezó hace más tiempo (20-30 años) mientras que los jóvenes dijeron que el cambio se produjo desde hace 3-10 años. En La Libertad, la totalidad de las personas indicaron que el clima ha cambiado; estos cambios fueron percibidos por la mayoría de personas desde hace 10 años (sin diferencia de

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edad). La población ha notado cambios importantes en el comportamiento del clima, especialmente, menor cantidad de lluvias y mayores temperaturas (“El frío se presenta de manera saltada, unos días con fríos muy fuertes y luego soles fuertes”), disminución de heladas (“No se han presentado de forma continua. Hace 2 o 3 años eran más frecuentes.”) y variaciones en los vientos (“más fuertes en verano, de mayo a agosto”). La gente, en general, percibió condiciones menos húmedas: 20 de las 30 personas mencionaron menos lluvia, llovizna y aguaceros (aunque narran que “los aguaceros son más intensos”). 7 personas dijeron que hay mayor precipitación y solo 3 que no ha habido cambios. No hay consenso sobre la presencia de granizos. La percepción de menor precipitación se refiere a que la mitad de los entrevistados percibió menos cantidad de agua en quebradas y acequias (la otra mitad, igual que antes). Una mayoría de la población entrevistada (21 de 30) afirmó que la zona sufre más de sequías que antes (además asociadas con más vientos) y que es la mayor amenaza a la producción agrícola. Un dirigente mayor, que fue entrevistado de manera más profunda, comentó que hace unos 50 años las lluvias en el territorio de la comuna La Libertad eran muy fuertes, causando inundaciones “pero ahora ya no: empieza un aguacero, pero

luego se corta”. En la actualidad las lluvias se concentran más en los páramos como tal. Este comportamiento se ve reflejado también en los ríos, crecen un poco en épocas de lluvia, pero luego disminuyen. Su hijo mencionó: “antes los meses eran más certeros, por ejemplo, desde octubre ya llovía y bastante”. Sin embargo, ante la situación actual comenta: “[ahora] llueve cuando quiere y hace bueno cuando quiere”. Esto ha provocado incertidumbre al momento de la siembra. En San Juan la percepción general de las personas entrevistadas fue que el clima está cambiando, lo que se refleja en la variación de la temperatura (temperaturas extremas en un mismo día) y en la disminución de la lluvia y los soles más fuertes. Casi todas las personas entrevistadas (36) estuvieron de acuerdo en que ha disminuido la lluvia en el páramo y una gran mayoría indicó que actualmente no existe un período o época fija de presencia de lluvias (“las lluvias llegan todo el año”, “antes venían lluvias en invierno, ahora ni en invierno”). Hubo un consenso llamativo sobre las manifestaciones del cambio climático: entre 30 y 37 personas (sin diferenciación de edad o género) respondieron que hay menos aguaceros, granizo y neblina, menos agua en acequias y quebradas, más sequías y menos viento. Es notorio que hubo un consenso total sobre menor lluvia y menor disponibilidad de agua, pero los datos climatológicos reales no mostraron

ninguna tendencia. A pesar de una clara percepción de cambios en el clima, la gente reconoce poco el término “cambio climático”. Las principales manifestaciones del cambio fueron: la temperatura (es más variable en un mismo día -alta y baja- y más extrema), la irradiación (“El sol ha aumentado y quema más”), las heladas (menos heladas, lo que relacionaron con mejores cosechas), y las lluvias (disminución de las lluvias, concentración en períodos cortos y llegada tardía). Hay una clara relación del período en que la gente dijo haber percibido los cambios con la edad de los entrevistados: las personas jóvenes perciben el cambio desde hace menos de 10 años, los adultos desde 10 a 20 años y los mayores desde hace varias décadas. En Pacaipampa, el cambio del clima se percibió principalmente a través de las alteraciones en las lluvias y el calor, ambos fueron relacionados con la producción de los cultivos y disponibilidad de pastos para la ganadería. Existe la percepción de que el clima actualmente es más caliente y más húmedo, por esto hay más hongos sobre los cultivos, especialmente sobre la papa y frijol. El incremento de la temperatura en zonas con alta vegetación también incrementa la humedad relativa propicia para el incremento de las poblaciones

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fungosas. 22 de los 30 encuestados percibió más lluvia, pero 15 dijeron que hay menos aguaceros y 13 que hay menos inundaciones. La expresión “llueve más pero hay menos aguaceros” se refiere al aumento de lluvias irregulares que se adelantan o se prolongan, pero no a lluvias de gran intensidad en cortos periodos de tiempo. A pesar de la percepción mayoritaria sobre mayor humedad, también se percibió que hay más sequías (17 de 29 personas) y menos agua disponible (13 de 30). La contradicción entre la percepción sobre mayor sequía y menos agua disponible se explica porque se refieren a que los periodos secos son más intensos. El número de personas que ha escuchado hablar de cambio climático es similar que en otras comunidades (20 de 27). Territorio Las percepciones de la gente sobre los cambios en el territorio fueron muy variables. En general, donde hay una mayor trayectoria de iniciativas de conservación (áreas protegidas como en Chingaza, San Juan y La Libertad o el programa Socio Bosque en Ecuador), más personas reconocieron un mejor estado de los páramos y los bosques y varias personas mencionaron mayor presencia de animales y plantas naturales. En Guerrero, fue al contrario. Sobre el estado de biodiversidad, las respuestas

fueron variables en todas las comunidades (en Chingaza 16 personas dijeron que actualmente hay mayor biodiversidad, pero 13 dijeron que no; en Guerrero 9 personas dijeron que hay menos páramo, pero 15 que es igual o hasta mayor que antes; en San Juan la mitad observó mayor biodiversidad). En Pacaipampa, donde la gente vive más lejos del páramo que en otros sitios, hubo tendencias poco claras en las percepciones de la gente respecto a la conservación de páramo. En todas las comunidades asociaron los cambios en el territorio con en el manejo (agricultura, quemas, cacería, conservación) y no con el clima; solo una persona mencionó que por cambios en la temperatura y las lluvias, el terreno ha cambiado (“Era más frío, ahora ha subido la temperatura, ya no llueve igual. El páramo en sí no crece, pero el matorral claro”). Se observó una tendencia general a percibir una disminución en la incidencia de quemas en todos los páramos. Con excepción de La Libertad (donde los hombres presentaron mayor preocupación por la degradación del páramo que las mujeres), no hubo tendencias claras relacionadas con género o edad. En Chingaza 12 personas dijeron que el páramo permanece igual, mientras 9 afirmaron que es más grande y 4 que es más pequeño. Aunque una ligera mayoría afirmó que el páramo y los bosques actualmente están más conservados y

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que hay mayor biodiversidad, hay otros que dijeron lo contrario. Esto se podría explicar porque hay una tendencia creciente a visualizar los efectos positivos de las medidas de conservación (área protegida, restricciones de uso) pero, al mismo tiempo, siguen rozando pajonal, tumbando árboles y cazando animales. Quienes percibieron que el páramo es más grande lo atribuyeron a que actualmente forma parte de una reserva, a que hay mayor desarrollo de los bosques y la vegetación nativa y a que ya no pueden tener ganadería -“nos quitaron los potreros de arriba”-, y esto hace que el páramo crezca. Las personas que percibieron que el páramo es menos grande afirmaron que una parte ha sido destruida para instalar potreros. La gente que percibió que hay más bosque y asocia esto a las restricciones normativas para el uso y aprovechamiento del bosque; no obstante, otros dijeron que todavía hay gente talando. No hubo una tendencia clara por género o por edad. Hubo una tendencia hacia la percepción del incremento de la cantidad de animales y plantas. Una mayoría mencionó que gracias a la presencia del parque y las restricciones en la cacería, ahora hay más animales silvestres, especialmente osos y venados. Parece que la presencia del oso ayuda a frenar el avance de la frontera agrícola porque algunos encuestados mencionaron que el oso acaba con el ganado y que por esta razón

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ya no tienen ganado en el páramo. En contraste, quienes dijeron que hay menos animales apoyaron su respuesta en la permanencia de la cacería: “Viene gente de otra parte y cazan los animalitos y se los llevan, el venado, el borugo, todos los animalitos”. Algunos respondieron que, si bien hay más animales y, especialmente, más plantas, éstas son de las mismas especies de siempre. En Guerrero, un páramo con mucha presión humana y larga historia de transformación, la gente opinó en su mayoría (13 personas, dentro de ellas el total de personas mayores) que el área de páramo sigue igual, aunque un número amplio de la muestra (10 personas) opinó que ha disminuido. En muchas de las respuestas obtenidas se menciona que ya hace un tiempo que se dejó de quemar y rozar el páramo, que “ahora se cuida”. La gente se expresó de manera muy similar sobre la transformación del bosque. 15 personas opinaron que está de igual tamaño, 7 que ha disminuido y solo 3 que ha aumentado (debido a las plantaciones). Igualmente se mencionó la conciencia actual frente a los cuidados del bosque y las prohibiciones vigentes sobre su uso. En cuanto a los animales que se encuentran en el páramo, se nota un bajo nivel en la naturalidad de éste; mucha gente no asoció fauna silvestre con el páramo y la gente que sí la reconoce mencionó solo animales menores (curíes, runches), con

una tendencia hacía menor frecuencia. Inclusive, entrevistados de una vereda solo pudieron mencionar a las vacas como animales del páramo. Las respuestas sobre el cuidado del territorio y las actividades actuales de quema y tala en Guerrero pueden estar influenciadas por los conflictos actuales sobre el uso de los páramos. La Corporación Autónoma Regional viene penalizando, hace ya un tiempo, las quemas, el aumento de la frontera agrícola y la tala de bosque; así, posiblemente, la gente no admitió que siguen pastando animales y talando bosque por temor a represalias. Según manifestaron los entrevistados, los más de diez años de esfuerzos de conservación de páramos de la Reserva Ecológica El Ángel y de su zona de amortiguamiento (incluyendo todos los páramos de La Libertad) han resultado en una mayor conciencia de la población sobre la conservación del páramo y una percepción generalizada de que el territorio está más conservado que antes. Con la participación de la comuna en el Programa Socio Bosque (desde 2012), la comunidad se vio obligada formalmente a conservar los páramos a cambio de un incentivo financiero. No obstante, casi la mitad de los entrevistados (13 de 30) dijeron que hay menos páramo y bosque que antes y el resto dijo que se ha mantenido igual (ninguno dijo que hay más páramo

o bosque). La percepción de pérdida de páramo y bosque (probablemente por el avance de la frontera agrícola) fue más fuerte entre los hombres (9 de 15) que entre las mujeres (4 de 15). La gente mencionó que la calidad del páramo ha mejorado porque dejaron de quemar la paja y hay mayor control ambiental. Sin embargo, ninguno de los entrevistados mencionó cambios en la flora o fauna en el páramo. De todas maneras, los cambios observados estuvieron relacionados al manejo del páramo y no con el cambio climático. También en San Juan la percepción fue que el páramo está en mejores condiciones debido a una mejor conservación, impulsada por el aumento de la efectividad de manejo de la Reserva Chimborazo y a la participación de la comunidad en el Programa Socio Bosque. Sin embargo, la percepción del tamaño del páramo varía: 12 personas dijeron que el páramo es más pequeño, 13 que es igual y 12 que es más grande. Los que dijeron que el páramo es más grande no necesariamente se refieren a un incremento en la extensión, sino más bien al tamaño de la paja y al grado de recuperación de las especies de páramo, atribuido al desarrollo de proyectos de conservación; ellos se refirieron a un “antes” de corto plazo (aproximadamente 5 años). Los que percibieron menos páramo hicieron referencia a un “antes” de más largo plazo (décadas) y afirmaron que los

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terrenos han sido parcelados por herencias y que les han obligado a bajar (por debajo de los 3800 msnm debido a la creación de la reserva); por esto, los terrenos que “poseen” han disminuido. Según un entrevistado: “Antes había más páramos, ahora poco porque sólo se trabaja en parte baja y se dedica agricultura”. Muchas de las personas entrevistadas (29 de 37) percibieron que hay más bosque que antes, esta percepción está relacionada con las plantaciones de pinos y de sistemas agroforestales en la zona. No existe mucho bosque nativo en la zona. La mitad de las personas entrevistadas observó un incremento de especies de flora y fauna, la otra mitad no. Las opiniones varían según los diferentes elementos de la biodiversidad: “Ya no se ven animales, especialmente el cóndor ya no se ve. Pero hay más plantas porque ya no se quema el páramo”. En Pacaipampa, la tendencia de la percepción sobre el territorio fue de precaria estabilidad y control. La opinión de que el estado de conservación del páramo se encuentra en condición igual o poco alterada es escasamente mayoritaria; sin embargo, una importante proporción de entrevistados (7 de 30) dijo que el páramo está en peores condiciones que antes. Se expresaron de manera notable (20 de 31) sobre el incremento de las plantas, incluyeron

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tanto especies cultivadas como silvestres debido a las condiciones favorables que han surgido para algunos cultivos que décadas atrás estaban limitados por las condiciones ambientales como la altitud y, especialmente, la temperatura. 14 de las 23 personas entrevistadas dijeron que actualmente hay menos quemas; esto probablemente es gracias a los acuerdos comunales del control de la quema. Producción En todas las zonas la gente percibió un cambio en la producción, aunque poco de este cambio parece estar relacionado directamente con el cambio climático. En general, la gente observó mayor producción, principalmente en los cultivos, que asoció con mejores técnicas agrícolas y mejor control fitosanitario. En casi todas las comunidades una gran mayoría de las personas entrevistadas mencionó que hay mayor cantidad de plagas y enfermedades en los cultivos. Esto puede estar relacionado indirectamente al cambio climático debido al aumento de la temperatura y los cambios en la precipitación. Fue ampliamente percibido que se requiere de una mayor aplicación de medidas fitosanitarias en la actualidad. El aumento de enfermedades en el ganado fue observado en solo dos comunidades (Chingaza y San Juan). En Colombia y en Ecuador la gente percibió un cambio en los cultivos (en Perú no), aunque de

forma diferente: en Chingaza dijeron que producen mayor diversidad, en Guerrero menor -en Chingaza expresaron que se pueden cultivar frutas que antes no podían (lulo/naranjilla, durazno y tomate) lo cual está claramente relacionado con el aumento de la temperatura-; en San Juan mencionaron que se siguen cultivando los productos tradicionales (oca, melloco, etc.), pero en menor cantidad porque es mayor la rentabilidad de pastos y maíz. Otras razones que explican el cambio en la producción están relacionadas con factores culturales y económicos. En varias comunidades, especialmente las mujeres mayores mencionaron que se perdieron los productos tradicionales. Sobre ganadería dijeron que se han presentado pocos cambios en las especies de animales, aunque sí han aumentado las razas vacunas de mayor productividad. En la comuna de San Juan sí que hubo una percepción de cambio frente a los animales productivos debido a que han hecho un esfuerzo por reemplazar el ganado ovino por alpacas y, actualmente, cuentan con una cantidad similar de camélidos y ovejas. En Chingaza, 21 de 31 personas (entre hombres y mujeres) dijeron que sí se cultivan nuevos productos; mencionaron hortalizas, frutas y pastos mejorados como cultivos recientes. Esto posiblemente obedece a la implementación de experiencias de agroforestería y huertas caseras en el marco de un proyecto anterior

(INAP, 2007-2011). Uno de los entrevistados (hombre entre los 21-45 años) dijo que se pueden sembrar otras cosas diferentes porque la temperatura subió: “Aquí últimamente puede usted sembrar lulo, aquí ya da el durazno, el tomate también pega. Todo por la temperatura, y antes no”. Curiosamente, el cambio en el tipo de animal fue solo percibido por mujeres adultas y mayores (6 de 10), mencionando la desaparición de las ovejas y los bueyes. Los hombres y jóvenes en general no han percibido cambios. Una gran mayoría de personas dijeron que hay más plagas y enfermedades en los cultivos (24 de 26 encuestados) y enfermedades en el ganado (24 de 29). Sólo algunos jóvenes entrevistados respondieron que no. Entre las plagas que han aumentado se destaca la polilla guatemalteca en la papa, plaga que apareció hace 12 años y que aumenta en épocas de verano. Esto puede estar relacionado con el aumento en la temperatura y la menor precipitación en ciertas zonas. La mayoría de las enfermedades del ganado parecen estar asociadas a la presencia de razas de mayor producción, que son más sensibles a enfermedades que las razas criollas. Igualmente la mayoría dijo que el aumento de las plagas se debe a un mayor uso de agrotóxicos. En Guerrero, para 18 de los 26 encuestados

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hay una disminución en la diversidad del cultivo que, actualmente, se reduce a la producción de papa. Aunque la producción subió por el uso de mejores paquetes tecnológicos, dijeron que hay menos áreas cultivadas debido al bajo precio de la papa y a las restricciones a su producción (por conservación de páramo). La gran mayoría (24 de 26) coincidió en que hay mayor cantidad de plagas y enfermedades en el cultivo, especialmente por la aparición de la polilla guatemalteca y la polilla del pasto. Se mencionaron algunas nuevas enfermedades del ganado (fiebre aftosa y carbón) que han aumentado en los últimos años. En La Libertad la gente percibió que los principales cultivos han cambiado un poco; el principal cultivo sigue siendo la papa y ahora se ha incrementado el cultivo de pastos para alimento del ganado vacuno. 7 de 30 personas mencionaron cambios, especialmente el incremento de la quínoa/ quinua desde hace aproximadamente 2 años, por la alta demanda de la agroindustria. En la parte pecuaria, hubo consenso en que no se han presentado cambios. Los principales animales son las vacas (lecheras), acompañadas por pocas ovejas y caballos. Entre las especies menores se identifican cuyes, gallinas y chanchos, todos para consumo doméstico. Es llamativo que La Libertad fue la única comunidad en donde apenas la mitad de

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los encuestados mencionaron que ahora hay más plagas y enfermedades en los cultivos. Esto puede ser porque es una zona donde históricamente ha habido cultivos intensivos de papa y la gente cree que las enfermedades “son de todos los tiempos”. Mencionaron la continua aplicación de fungicidas y plaguicidas en la papa. Hubo consenso casi general (27 de 30 entrevistados) frente a que no hay presencia de nuevas o más enfermedades en el ganado. Los pocos que percibieron mayor incidencia de enfermedades (todos hombres adultos) mencionaron la fasciola, los piojos, el panadizo y el carbunco. En San Juan, de los 37 entrevistados, 23 dijeron que en la actualidad se cultivan productos diferentes en comparación a años pasados. En general, fueron las mujeres de la comunidad quienes más percibieron los cambios relacionados con la agricultura (70 % de las mujeres vs. 50 % de los hombres); es probable que esta situación se presente porque son ellas las que están directamente involucradas en la preparación de alimentos. Además, manifestaron que si bien no se han dejado de producir cultivos tradicionales como papas, mellocos, habas, mashua, cebada y oca, sí ha disminuido la cantidad de producción. Los nuevos cultivos introducidos en la zona son maíz y pasto para el ganado, los cuales representan mayor rentabilidad. Una percepción general fue el cambio en los animales de

producción (por parte de todos los grupos, menos los jóvenes que no han conocido la situación anterior), debido a la promoción de cría de alpacas en las comunidades y la introducción de vicuñas en la Reserva de Producción Faunística. Varias personas mencionaron que hay mayor presencia de venados, probablemente asociada a un mejor estado de conservación de los páramos en la Reserva. 25 de los entrevistados percibieron que actualmente hay más plagas (incluyendo algunas nuevas) y enfermedades en los cultivos, este criterio es igual para hombres y mujeres. Mencionaron como enfermedades de “antes”, a la lancha (o tizón tardío, infección de Phytophthora infestans) y a las “heladas” (probablemente confundiendo el efecto de congelamiento con la lancha). Las plagas y enfermedades actuales incluyen gusano amarillo, blanco, negro y colorado (que ataca a la papa y al melloco), mosca negra y lancha negra o tizón. Debido al incremento en la diversidad de plagas y enfermedades, también se incrementó el uso de químicos en los sembríos para aumentar la producción. 2 de los entrevistados mencionaron que actualmente se usan más químicos porque antes el clima era más predecible y ayudaba a sembrar en ciertas épocas evitando enfermedades. El 70 % de los encuestados (sin diferenciación de género) percibió que

hay más enfermedades que atacan a los animales. Las enfermedades tradicionales (rabia, gripe y diarrea) se mantienen, pero se ha propagado la fiebre aftosa y el carbunco en el ganado. En general, las personas entre 21 y 55 años percibieron más los cambios en la producción, posiblemente por ser quienes se encuentran trabajando la tierra actualmente; de otra parte, las personas mayores de 55 años percibieron con mayor claridad los cambios en la presencia de plagas y enfermedades en el cultivo y en los animales. En Pacaipampa, 10 de 23 entrevistados mencionaron que la producción agrícola ha aumentado, 7 que afirmaron que permanece igual y 6 dijeron que se produce menos. La tendencia en la producción ganadera no es clara. El ligero aumento en la producción está asociado a una tendencia a la mejoría basada, principalmente, en la percepción de la mejora de la producción agrícola, la producción de nuevas cosas y el mayor control sanitario del ganado. Todos percibieron un aumento en plagas y enfermedades en los cultivos como efecto del incremento de la temperatura, situación que favorece el ascenso de plagas y parásitos provenientes de altitudes menores. Esta nueva condición de plagas y enfermedades y la falta de conocimientos

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para controlarlas con el uso de productos naturales induce al uso de mayores cantidades de pesticidas y fertilizantes: 23 de 31 de los entrevistados mencionaron que se usan más pesticidas para el control de estas enfermedades y 16 de 31 que hay más uso de vacunas para el ganado. Es llamativo que las pocas personas que no percibieron este mayor uso fueron hombres, posiblemente porque están menos preocupados por esta tendencia. Alimentación En todas las comunidades se tiene la percepción de que la dieta ha cambiado y la mayoría dijo que es más variada. Esto se debe principalmente a una mayor oferta (productos como fideos y arroz) y, en algunas partes, a la implementación de huertas familiares. Con excepción de Pacaipampa (por la distancia), las comunidades dependen cada vez más del mercado. Estos cambios no parecen tener relación con el cambio climático sino netamente con factores de accesibilidad del mercado. En la percepción frente a la alimentación, con excepción de San Juan, en todas las comunidades hubo una marcada diferencia entre hombres y mujeres, las últimas confirmaron en mayor porcentaje las tendencias de cambios en dieta y la diversificación de los alimentos. En Chingaza asociaron la mayor diversidad en producción con la alimentación,

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vinculados por vía del autoconsumo. Las mujeres y hombres jóvenes percibieron los cambios al comparar las diferencias entre la niñez y el momento actual, respondiendo que se cultivan más productos (algunas hortalizas que, por vía de proyectos, cultivan algunas familias). Sin embargo, los mayores dijeron que anteriormente la producción para autoconsumo era mayor y que ahora venden leche para comprar en el mercado. Actualmente, los espacios productivos están dedicados al pasto y la dependencia a la producción ganadera es alta. 20 de las 30 personas entrevistadas estuvieron de acuerdo en que se comen otros productos; sólo los hombres entre 15 y 21 años estuvieron en desacuerdo. La mayoría de los grupos dijo que la dieta es más variada. Entre los alimentos que se han introducido en la dieta mencionan pasta, arroz, harinas, verduras y frutas. Para las mujeres de más de 55 años la comida es menos variada que antes; esto está relacionado con la pérdida de cultivos tradicionales como los tubérculos andinos. Mencionaron que se come casi siempre lo mismo: arroz y papas. La mayoría (17 de 25 encuestados) dijo que hay mayor dependencia del mercado debido a que el mercado ofrece más variedad de alimentos que no necesariamente son producidos al interior de los predios; además, se compran cada

vez más productos procesados como la pasta, los enlatados y los embutidos. Hubo una marcada diferencia entre mujeres (12 de 15) y hombres (5 de 15) que mencionaron la dependencia del mercado. En Guerrero la tendencia es similar, pero sin la marcada diferenciación de género. 19 de 25 personas aseguraron que la comida es más variada mencionando productos de las huertas, como tubérculos andinos que se comían antes y la introducción de nuevos alimentos debido al acceso a los mercados; no obstante, dijeron que antes era más sana la alimentación pues no se usaban insecticidas. La mayoría coincidió en que sí hay acceso a más productos, pero que en su mayoría son comprados y no sembrados por ellos mismos. El 90 % de los entrevistados compran más productos ahora. A partir de los testimonios y los comentarios hechos en las entrevistas se puede concluir que estos cambios en la dieta y la “aparición” de nuevos y más variados alimentos se deben, principalmente, a la tendencia creciente hacia al monocultivo y al acceso al dinero en efectivo y los mercados, y no a la siembra de otras especies por cambios en el clima. En La Libertad, la percepción de 2 de cada 3 mujeres es que se comen productos diferentes a los de antes, que la dieta es menos variada y que se compra más en el mercado. En los hombres, la opinión

está dividida. Igual que en otras zonas, se mencionó que los productos nuevos son comidas procesadas y traídas del mercado como fideos, atún en lata, arroz y gaseosas. En San Juan, más del 90 % de las personas encuestadas estuvieron de acuerdo en que actualmente comen otros productos y que ahora la comida es más variada; no obstante, la mayor variedad se debe principalmente a la integración de alimentos procesados (“Antes todo hacíamos nosotros mismos, en cambio ahora es como que tenemos pereza” y por esto “La oca, la mashua y la cebada se están perdiendo”). Sin diferencia de edad, la gente manifestó que anteriormente se alimentaban más de granos secos y tiernos, tubérculos y coladas elaboradas con harinas de los granos producidos por ellos mismos y que, ahora, han introducido en su dieta una mayor diversidad de productos del mercado (arroz, tallarín, harinas). La comunidad adquiere casi todos los productos de su dieta afuera “porque cultivar es caro y es más fácil comprar en el mercado productos ya elaborados”; piensan que antes tenían una mejor calidad de vida por alimentarse, en su mayoría, con la producción de sus propias parcelas, cultivadas sin químicos. Sin embargo, es llamativo que casi la mitad de los entrevistados (14) mencionaron que ahora comen más frutas y verduras,

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debido al mayor acceso al mercado que, evidentemente, enriquece la dieta histórica de granos y papas. En Pacaipampa hubo una percepción general dispersa sobre la alimentación, las mujeres expresaron con mayor frecuencia un cambio en la dieta e incremento en la variedad. En esta zona, el aumento se explica por el incremento de los intercambios a los que se vinculan estas sociedades, tanto en la compra de otros alimentos en los mercados locales, como en la integración de nuevos cultivos a nivel de huertos familiares. La mayor frecuencia de la expresión positiva de las mujeres respecto a la alimentación se explica porque ellas son las que cocinan. También son ellas las que percibieron una mayor dependencia del mercado (11 de 16 mujeres vs. 6 de 14 hombres) debido a la importancia que han adquirido en su dieta actual algunos alimentos nuevos que solo se pueden conseguir en el mercado, como es el caso del arroz. Sin embargo, por la composición de los cultivos que se manejan en las chacras (5 a 8), los alimentos adquiridos en el mercado representan una minoría en la composición de la dieta de las familias. Salud La tendencia general registrada es que las comunidades en los páramos sienten que son sensibles a enfermedades (100

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de 124 entrevistados afirmaron que sufren frecuentemente de alguna enfermedad) y que se enferman más que antes (104 de 153). En Pacaipampa, el grupo de hombres discrepó de la tendencia general al afirmar que se enferman menos que antes. Las enfermedades que están probablemente asociadas con el clima (gripe, problemas respiratorios, dolor de huesos) fueron mencionadas como más frecuentes que otras enfermedades. No obstante, estas enfermedades no van en aumento; la gente dice que el cáncer, la diabetes, la hipertensión y los problemas cardíacos son mucho más frecuentes que antes. En las comunidades de Ecuador y Colombia fue notable el alto grado de percepción que relaciona estas enfermedades con la alimentación y el uso de agroquímicos: en Colombia, 24 de 56 encuestados lo mencionó como la causa de las enfermedades (“Antes era raro el que tenía cáncer. Ahora todas las personas que mueren es casi de cáncer… puede ser por el uso de químicos, insecticidas… porque tiene toxinas que hacen daño al cuerpo”). Solamente 5 personas en total asociaron mayor presencia de enfermedades con cambios en el clima (“Nos enfermamos de fiebre y gripa por el cambio de clima” y “Los viejitos sufren estas enfermedades por el pasar de los años y porque ha cambiado clima”). Con excepción de La Libertad, todas las comunidades percibieron que

las enfermedades afectan más a los niños y a los ancianos. La gripe afecta especialmente a los niños, mientras que las otras enfermedades afectan más a los mayores. En general, parece que hay poca diferenciación de enfermedades por género; solo en Pacaipampa se percibió que las mujeres padecen más enfermedades. La atención médica es mencionada, por un lado, como un factor de mayor incidencia de enfermedades (“antes no nos diagnosticaban”) y, por otro , como un factor de mayor control.

clima frío y la humedad. Es importante señalar que aunque los entrevistados consideraron que hay un aumento de las enfermedades de un tiempo a esta parte, no las relacionaron con el cambio climático; las razones que esgrimen tienen que ver con “el frío de páramo” y con el uso de agroquímicos (más en los alimentos que ingieren que por la exposición directa en las fumigaciones). Solo 4 personas opinaron que la gente se enferma igual que antes y lo relacionaron con una mejor atención médica.

En Chingaza se reconoce un incremento de enfermedades en la comunidad por la mala alimentación, porque se fumigan los cultivos y también (4 personas) por el cambio del clima; las gripes más fuertes, los nuevos virus y la artritis se asociaron con este hecho. 2 de las personas que dijeron que hay menos enfermedades, atribuyeron esta situación a que actualmente hay más medicamentos y medios para atender las enfermedades.

En La Libertad, un poco más de la mitad de las personas entrevistadas (17 de 30) dijo que la gente sufre bastantes enfermedades y en mayor cantidad que antes. Hace aproximadamente diez años las principales enfermedades eran la gripe, el sarampión, la viruela y los cólicos, mientras que en la actualidad aparecen el cáncer, la gastritis, la diabetes, la presión arterial y las enfermedades dermatológicas. Las enfermedades actuales son más graves y requieren de una atención especializada. La población mencionó que las razones más importantes están vinculadas a cambios en la alimentación y en el clima. Sin embargo, la lista mencionada de enfermedades más frecuentes en la actualidad no incluye muchas que suelen ser asociadas a cambios en el clima. Carchi es reconocido como una de las zonas con mayor incidencia de enfermedades relacionadas con el alto uso de agroquímicos (Yanggen et al.,

En Guerrero, sobre las enfermedades que se padecen con más frecuencia en la zona, 18 de 25 mencionaron la gripe y las enfermedades respiratorias, que achacan al frío y a los cambios bruscos de temperatura. En la zona más alta, en la vereda de Mortiño, también se mencionó la artritis y el reumatismo por el frío. Sin embargo, son consideradas enfermedades de todos los tiempos y las asocian con el

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2003). Según 20 de los 30 encuestados, los grupos más vulnerables a problemas de salud son los niños y los adultos mayores. En San Juan, 29 de los 37 entrevistados (90 % de las mujeres y 70 % de los hombres) afirmaron que en la comunidad se presentan frecuentemente enfermedades y, en similares porcentajes, consideraron que hay más enfermedades que antes; las personas adultas fueron quienes más afirmaron esto. Incluso, 13 entrevistados, dentro de éstos 8 hombres, comentaron que antes “no había enfermedades”. Las enfermedades más frecuentes identificadas (que existían antes y existen ahora) fueron gripe, dolores de hueso (ambas posiblemente asociadas a fenómenos climáticos), fiebre y dolores de cabeza. Aquí no hubo una clara diferenciación entre los grupos humanos a los cuales impactan más las enfermedades, aunque la gente sí mencionó diferenciación de tipos de enfermedad por edad: a los

niños les da más fiebre, gripe y diarrea y a los mayores problemas musculares y artritis. Entre las nuevas enfermedades reconocidas está el cáncer. Comentaron que las enfermedades se deben a la presencia de químicos en la comida, a la mala alimentación, a los cambios bruscos de clima y a la edad (“La gente vivía más porque comía granos duros” y “ahora hay mucho químico”). La gente mencionó los aspectos positivos de la mayor atención médica a la población (“A los niños, el centro de salud les cuida y viene a vacunar”). Respecto a la presencia de enfermedades en Pacaipampa, la opinión general fue indefinida en cuanto a la mayor o menor incidencia; no obstante, las mujeres opinaron que se han incrementado las enfermedades. Para los entrevistados fue complicado diferenciar entre enfermedades tradicionales y aquellas surgidas por el cambio climático.

6. Vulnerabilidad y capacidades de las comunidades de páramo En esta investigación se define la vulnerabilidad al cambio climático como el nivel al que un sistema (natural o humano) es susceptible o no es capaz de soportar los efectos adversos del cambio climático, incluidos la variabilidad climática y los fenómenos extremos. Los paisajes de alta montaña son notoriamente vulnerables

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al cambio climático porque combinan un clima extremo con una pobreza generalizada. El páramo no es la excepción: su posición en la alta montaña tropical le provee de un clima generalmente frío -pero con excepcionales diferencias entre la temperatura máxima y mínima diaria-, irradiación extrema, humedad durante

gran parte del año y vientos fuertes. Además, tiene suelos frágiles, topografía quebrada y actividad volcánica en gran parte de su extensión. Finalmente, se estima que los impactos del cambio climático, generalmente, se manifiestan de forma más intensa a mayor altitud. Es decir, la exposición y la sensibilidad son altas porque la mayoría de la población paramuna vive de la agricultura, el medio de vida que más relación tiene con el clima. Además, por las condiciones climáticas difíciles, el sistema productivo

no es muy variado ni muy productivo. El ingreso per cápita es relativamente bajo, la accesibilidad es baja y la infraestructura está en mal estado. Por estas y otras razones sociales, culturales y económicas, gran parte de la población vive bajo la línea de pobreza. La capacidad de adaptación se puede desglosar en diferentes categorías. Para el presente estudio las organizaciones socias del proyecto adaptaron las categorías propuestas por CARE6 y se definió la

1 Capacidad material (o física): tenencia de terreno, animales, vivienda, medios de transporte y comunicación. 2 Capacidad económica (o financiera): ingreso, ahorros, acceso a crédito, seguros e incentivos. 3 Capacidad técnica (o humana): prácticas productivas, uso del conocimiento tradicional/técnico, acceso a asistencia técnica, uso de insumos, conocimiento sobre cambio climático y medidas de adaptación, acceso a datos. 4 Capacidad física y natural (o geofísica/geográfica): tamaño y diversidad geográfica de áreas productivas y naturales, acceso a riego, electricidad, agua potable, transporte, mercado, disponibilidad y acceso a diferentes tipos de terreno, agua, recursos naturales, infraestructura, energía, etc. 5 Capacidad sociorganizativa: presencia, funcionamiento y efectividad de diferentes organizaciones formales e informales.

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Vulnerabilidad

En términos absolutos, todos los sitios de páramo tienen un alta exposición al cambio climático: por una parte todos se encuentran por encima de los 3000 msnm, lo que significa un clima generalmente frío; por otra, su posición alrededor de la línea ecuatorial (entre 5o norte -Guerrero- y 5o sur -Pacaipampa-) les da un carácter tropical, con grandes diferencias entre la temperatura máxima y mínima diaria. Aunque varían en presencia de nubosidad, todos tienen un clima predominantemente húmedo durante gran parte del año, irradiación alta en momentos sin nubosidad y vientos fuertes en ciertas épocas. Los suelos son muy variables, pero todos tienen características que les hacen frágiles (profundos y livianos en los casos de suelos de origen volcánico y delgados y friables en los otros casos).

Prácticamente, el único conocimiento comprobado empíricamente sobre los efectos del cambio climático en los páramos es el aumento de la temperatura promedio, en una tasa mayor que en otros ecosistemas. Hay indicios de que la temperatura máxima está subiendo aún más, mientras que hay señales contradictorias sobre la temperatura mínima: muchos autores reportan un aumento de las temperaturas mínimas pero otros mencionan mayor incidencia de heladas (temperaturas mínimas extremas). También hay consenso en que la estacionalidad pluvial es más pronunciada (mayor intensidad de precipitación en épocas de lluvia y épocas de estiaje más prolongadas), pero hay muy poca claridad sobre el total de la precipitación. En ciertas áreas habrá menos lluvia (comprobado para los páramos en el nororiente, en este estudio Chingaza, y con menor claridad, en Guerrero). Hay una tendencia poco clara sobre mayor precipitación en otras áreas de páramo (en este estudio, Piura) pero con mucha variabilidad a nivel local. En realidad, para la gran mayoría de las áreas de páramo es imposible afirmar si está lloviendo más o menos que antes (en este estudio, la Libertad y San Juan) y mucho menos podemos predecir qué pasará en el futuro.

En general, la exposición es poco comprobable con datos cuantitativos.

Dentro del rango de los cinco sitios, hay diferencias de exposición. En general, se

Exposición La exposición a la variación climática es, básicamente, una función de la geografía. Por ejemplo, las comunidades costeras están más expuestas a la subida del nivel del mar y a los ciclones, mientras que las comunidades de zonas semiáridas tal vez estén más expuestas a la sequía7 .

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puede considerar a Pacaipampa y Chingaza como los más expuestos a precipitaciones fuertes (el primero sin que haya datos cuantitativos de precipitación, pero con una conocida incidencia de El Niño). Por tener menos precipitación y un mayor grado de transformación del paisaje natural, Chimborazo está más expuesto a las sequías; el estado natural de los páramos en la reserva y la buena conexión biológica le dan mayor capacidad de resiliencia natural a cambios externos. Chingaza tiene una precipitación muy alta, aunque tiende a disminuir. Aquí, la variación en precipitación -causada por fenómenos anormales (El Niño y La Niña)- es mucho mayor que la tendencia multianual. La vegetación natural no consiste en paja sino en bambú y los suelos son delgados pero de alto contenido en materia orgánica y, generalmente, perhúmedos. Hay una alta presencia de humedales en este páramo. En el páramo de Guerrero, según la mayoría de las estaciones, hay una tendencia a menor precipitación aunque esto solamente se está produciendo en la última década. De hecho, la gente percibe una clara disminución. La zona está relativamente menos expuesta al cambio climático porque es uno de los sitios con clima y condiciones menos extremas. Tiene suelos relativamente profundos que se originan de cenizas volcánicas provenientes de la cordillera central. La topografía es menos inclinada que en otras zonas de páramo y

el clima es moderado dentro del rango de páramos. El alto grado de transformación del paisaje aumenta su exposición por tener menor resiliencia natural (regulación hídrica, conectividad biológica). En San Juan, hay condiciones climáticas relativamente secas, con años de menor sequía (alrededor de 400 mm). Es una zona expuesta a efectos de volcanismo: los suelos son jóvenes, formados en cenizas recientes, por lo que son delgados y no se ha acumulado mucha materia orgánica. Por la degradación ambiental y la presencia de arenales, los efectos de vientos fuertes en épocas secas causan erosión eólica. Al igual que Guerrero, La Libertad tiene una exposición intermedia en el rango de los cinco sitios. Los datos de la zona no evidencian un cambio en precipitaciones. Tiene una humedad (precipitación) relativamente alta, pero su topografía es menos inclinada que otros sitios y tiene suelos muy profundos y de alta cantidad de materia orgánica, que son menos frágiles que los humíferos (por ejemplo, Chingaza). Si bien una gran parte del territorio está transformado, existe una reserva natural en relativamente buen estado de conservación donde la resiliencia natural es aceptable. El páramo en el departamento de Piura se ubica en la cordillera andina sobre la frontera entre Perú y Ecuador. La zona no cuenta con datos que evidencien cambios climáticos en

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la zona andina, pero la tendencia general para los Andes del norte en Perú indica que hay un aumento de precipitaciones. Un aspecto muy relevante asociado al cambio climático en Piura es el efecto de anomalías climáticas (El Niño). Por tener una topografía muy quebrada y una posición sobre una cordillera angosta, está muy expuesto al clima extremo con lluvias y vientos fuertes. Debido a la óptima conservación del territorio, cuenta con una buena capacidad de resiliencia natural. Hay pocas evidencias de los efectos indirectos del cambio climático sobre el páramo, los sistemas productivos y la salud y alimentación de las personas. A nivel del ecosistema podría existir una subida de los cinturones altitudinales con el aumento de la temperatura. Esto expondría especialmente a los sitios con menor diversidad altitudinal, donde hay menos espacio para la adaptación natural (Guerrero, La Libertad) y al superpáramo (Chimborazo). La única evidencia del cambio climático sobre la agricultura está asociada a la mayor incidencia de plagas y enfermedades que exponen más a los sitios con agricultura intensiva y de poca diversidad (Guerrero, La Libertad). No se han podido encontrar evidencias de una relación directa entre el cambio climático y la alimentación y salud de las personas. Si bien estos factores cambiaron en las últimas décadas, éstas no son causadas por el cambio en el clima. La percepción de la población demostró

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claramente su exposición (véase capítulo sobre percepción en este documento). La gran mayoría conoce el término “cambio climático” y ve sus efectos. Casi todos perciben la subida de la temperatura media, mayores extremos de temperaturas máximas, menos cantidad de neblina y más irradiación; todo es consistente con los datos de las estaciones climáticas y los escenarios climáticos. En casi todas las comunidades, la gente percibe menor presencia de heladas en el páramo, escenario en el que la ciencia no ha podido dar datos concluyentes. A la población le preocupan más los cambios en la precipitación que los cambios en la temperatura porque éstos están más directamente relacionados con la producción agrícola, su principal medio de subsistencia. Es llamativo que la gente percibe, en casi todas las zonas, que hay menor cantidad de lluvia, aunque solo en una de las comunidades los datos científicos y modelos climatológicos dicen que efectivamente hay menos lluvia (Chingaza). En otros sitios (San Juan, La Libertad, Guerrero), los datos meteorológicos dicen que no hay ninguna tendencia clara pero las personas entrevistadas perciben menos lluvia. En la única comunidad donde los escenarios indican que hay mayor precipitación (Pacaipampa), la gente lo percibe así. En todos los lugares la gente percibe una mayor impredictibilidad, lo que en la mayoría de los casos está sustentado por datos: hay menos certeza de cuando lloverá

y mayores extremos en los eventos de lluvia (aguaceros más intensos y sequías más intensas). Esto último (mayor incidencia de épocas secas, inclusive extemporal) puede ser una de las razones por las que la gente percibe que hay menos lluvia, aunque no lo es en realidad. Finalmente, el agricultor está más afectado por el incremento de las épocas secas y la impredictibilidad, aunque la cantidad total de agua en un año sea igual. En todas las comunidades la gente percibe un aumento de la incidencia de plagas y enfermedades en los cultivos principales (notablemente en la papa). Aunque también hay más factores que pueden causar este aumento (variedades menos resistentes, prácticas agrícolas inadecuadas), es probable (y está comprobado en otras partes del mundo) que, efectivamente, el aumento en la temperatura cause mayor presencia de plagas y la mayor humedad cause más enfermedades. La mayor incidencia de plagas y enfermedades implica un mayor uso de agroquímicos y un mayor gasto (menor rentabilidad). Del otro lado, muchos de los agricultores encuestados mencionaron que actualmente hay mayores cosechas, pero solo uno de ellos lo asoció con los cambios en el clima (“menos heladas”), todos los demás lo asociaron al mejor material genético y a las mejores prácticas productivas e insumos (fertilizantes). 8

En tanto que el cambio climático es apenas uno de los múltiples cambios que ocurren en el entorno de las comunidades del páramo, los efectos de los cambios en el paisaje pueden causar cambios mucho más notorios que el cambio climático en sí. Además, existe una interrelación entre los efectos del cambio climático y los efectos de los diferentes cambios presentes. En este sentido, todos los sitios han estado expuestos a cambios, especialmente por la transformación del paisaje (por la agricultura o infraestructura) y por los procesos sociales y económicos. Guerrero es el lugar con mayor transformación del territorio, especialmente por la continua presión sobre los páramos. San Juan y La Libertad tienen también una fuerte transformación, pero la exposición es menor por la presencia de áreas protegidas y la efectiva conservación gracias los incentivos del Programa Socio Bosque8. Pacaipampa, por su difícil acceso y menor presión de la población, y Chingaza, por la efectiva conservación del parque, están menos expuestos a cambios en el territorio; en cambio Pacaipampa y, en menor grado, Guerrero, están expuestos a cambios causados por la minería. La presencia de infraestructura vial es mayor en Chimborazo (carretera de primer orden, interprovincial) y algo menor en La Libertad y Guerrero. En todos los sitios, no se prevén cambios en infraestructura vial.

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Sensibilidad La sensibilidad es el grado en el cual una determinada comunidad o ecosistema se ve afectado por el estrés climático. Por ejemplo, una comunidad dependiente de una agricultura de secano es mucho más sensible a los cambios en los patrones de precipitación que aquélla en la cual la minería es el medio de vida predominante. Igualmente, un ecosistema frágil, árido o semiárido será más sensible a una disminución de las precipitaciones que un ecosistema tropical a causa del posterior impacto en los flujos de agua9. Sumada a la alta exposición, los sitios en que se ejecutó el proyecto “Comunidades de los Páramos”, generalmente, tienen una alta sensibilidad al cambio climático. La población depende de la agricultura, actividad directamente relacionada al entorno natural, el clima y sus variaciones. Además, la agricultura en la mayoría de las zonas está poco tecnificada, escasamente diversificada y se aplican pocas técnicas tradicionales que ayuden a la adaptación. El tipo de agricultura es dependiente del riego, a veces en una gran proporción. La población se encuentra en situación de pobreza, generalmente con infraestructura (casa, medios de comunicación y transporte) en

precarias condiciones. Estas condiciones causan que la población en general sea sensible a los eventuales cambios en el clima (mayor temperatura, cambios en precipitación) y a sus efectos indirectos (afectación al territorio, enfermedades y plagas en los cultivos). Como en muchas otras zonas rurales, en varios lugares del páramo han tenido lugar procesos migratorios (especialmente de hombres en edad productiva) a ciudades cercanas, por esto la población de los páramos tiene una mayor presencia de jóvenes, ancianos y mujeres. Los dos primeros grupos son especialmente sensibles a enfermedades, incluyendo las relacionadas con el clima. Lo que reduce la sensibilidad son las condiciones de gobernanza participativa, que son relativamente buenas en la mayoría de los sitios, con presencia de estructuras compartidas en la toma de decisiones. Igual que la exposición, también la sensibilidad varía entre los diferentes sitios. Las comunidades más sensibles son las de mayor dependencia relativa de la agricultura, los de alta concentración de población y las que tienen altos índices de pobreza10. El páramo de Chingaza está en buen estado de conservación, lo cual reduce la sensibilidad al cambio climático; además, por sus condiciones de

www.careclimatechange.org/tk/integration/es/conceptosclave/vulnerabilidadalcambioclimatico.html Si bien “pobreza” es un concepto complejo, por la disponibilidad de datos en este estudio se utilizan las estadísticas que aplican las instituciones oficiales que únicamente utilizan el indicador de ingreso económico.

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humedad, no es tan dependiente del riego como las otras zonas de páramo. Teniendo en cuenta el estudio de cinco variables (pendiente, cambio de cobertura de la tierra, desequilibrio en el piso térmico, índice de fragmentación de la cobertura natural e índice de integridad ecológica) el Proyecto Nacional de Adaptación Integrado (INAP) realizó el estudio sobre el grado de sensibilidad de la cuenca del Río Blanco (en la zona del presente estudio) y concluyó que más o menos un tercio del territorio tiene una sensibilidad alta, un tercio una sensibilidad media y otro tercio una sensibilidad baja; esto puede calificarse como una sensibilidad intermedia del territorio. El sistema productivo se basa en la ganadería bovina y la agricultura (papas, habas, maíz, alverja). El 80 % de los predios tiene menos de tres hectáreas, en total ocupan solo el 25 % del territorio. Éstos son los predios más sensibles. Si bien un gran porcentaje de la población vive bajo la línea de pobreza, no es tan extrema como en otras zonas de páramo. La presencia cercana de Bogotá por una parte disminuye la sensibilidad, porque la porción que depende de la agricultura es relativamente baja y las condiciones de pobreza no son muy extremas; por otra, aumenta la sensibilidad, por la emigración de personas en edad productiva (dejando grupos más vulnerables en la zona rural). También existe una alta presión por la

demanda de agua de la ciudad de Bogotá. Se perfila entonces un panorama de posible vulnerabilidad por disminución en la disponibilidad hídrica para la cuenca. Aunque el sistema de organización social y gobernanza está funcionando, los índices de pobreza demuestran la falta de efectividad en las políticas públicas. En Guerrero, el páramo está bastante transformado y, exceptuando las zonas altas, hay poca cobertura natural. Las pendientes son menos pronunciadas que en Chingaza, pero la diversidad paisajística es menor al igual que la conectividad, lo que aumenta la sensibilidad. Los predios son mayores que en Chingaza: el 80 % tiene menos de 5 ha. El 90 % de la población depende de la agricultura, domina el cultivo de papa y hay poca ganadería. No hay sistemas de riego, lo que aumenta la sensibilidad. Los aspectos demográficos y de gobernanza ayudan a reducir la sensibilidad en cierta manera porque la densidad no es tan alta como en otras zonas, hay poca emigración y la organización social es fuerte. Sin embargo, varios conflictos con diferentes instituciones gubernamentales han generado preocupación en la comunidad y ésta ha demostrado fragilidad en sus organizaciones internas, que no logran interactuar con las instituciones. Este escenario ha promovido una mayor incidencia de grandes productores interesados en el alquiler de tierras,

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situación que está causando el aislamiento de la vereda y divisiones internas. En comparación con los otros sitios del proyecto, La Libertad tiene una menor sensibilidad relativa en su territorio por tener menos pendiente y una situación intermedia de conservación. La gran mayoría de la población vive de la agricultura. La sensibilidad del sistema productivo es intermedio: hay un sistema combinado de papa y ganadería, buena disponibilidad de riego (con sistemas de aspersión), conocimientos (tanto tradicionales como tecnificados) e insumos (semilla certificada, raza de ganado mejorada), lo que reduce la sensibilidad. De otro lado, el sistema tradicionalmente depende de altos insumos de agroquímicos y tiene parcelas relativamente pequeñas, lo que aumenta la sensibilidad. La población tiene moderados índices de pobreza, un poco más de pobreza que en Guerrero pero menor que en los demás sitios. La pobreza ha causado una emigración fuerte de jóvenes hacia las ciudades causando un problema de continuidad generacional en el sistema productivo. La organización social es fuerte y tiene una larga historia, lo que ayuda a disminuir la sensibilidad. Los páramos de San Juan muestran un alto índice de sensibilidad del territorio porque hay un alto grado de transformación del ecosistema natural; inclusive, dentro del área protegida, el páramo ha sido

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modificado por la ganadería y las quemas. El territorio de la propia comunidad no tiene remanentes de bosque, tiene menor diversidad que los otros sitios y los humedales remanentes de Pulinguí-San Pablo han sido alterados por la extracción de agua de la empresa Cemento Chimborazo y el soporte de carga ganadera. El sistema productivo es una combinación de la agricultura de sustento en parcelas pequeñas y la ganadería en el territorio común, en donde la ganadería está en aumento por aspectos sociales (mayor emigración). El sistema depende mucho del riego, que está en mal estado. La densidad de la población es relativamente alta y sufre de pobreza extrema. Los aspectos que reducen la sensibilidad son el hecho de que la población tiene un gran territorio común, hay una diversificación del sistema productivo (con alpacas, venta de artesanías, turismo) y una parte significante de la economía familiar proviene del trabajo no agrícola. La organización social es fuerte. En Pacaipampa la sensibilidad de los páramos a eventuales efectos del cambio climático es relativamente baja por su estado de conservación relativamente aceptable (sin agricultura y poca ganadería en el páramo) y la alta diversidad de ecosistemas y conectividad. La densidad poblacional en esta zona es baja, pero depende en un 100 % de la producción agrícola. Cultivan varios productos y tienen

la ganadería como sistema productivo adicional. Usan pequeñas parcelas, con técnicas sencillas y con precarios sistemas de riego. Todo esto aumenta su sensibilidad. El hecho de que tengan varias parcelas en diferentes altitudes y que la necesidad de riego sea aún limitada reduce un poco esta sensibilidad. La gente tiene un buen nivel de organización social pero la precaria infraestructura vial y material les da alta sensibilidad a eventuales impactos del cambio climático y otros cambios externos. Capacidades Se entiende por capacidades de adaptación las habilidades de una comunidad o ecosistema para ajustarse al cambio climático, mitigar los daños potenciales, hacer frente a las consecuencias y aprovechar eventuales oportunidades. Retomando y adaptando las categorías propuestas por CARE11 , se definieron la capacidad material, económicofinanciera, técnico-humana, natural-física y sociorganizativa de las comunidades en donde se desarrolla el proyecto (véase la introducción general de este apartado del documento). A continuación se presentan los resultados de las encuestas realizadas a los diferentes 11

grupos focales en cada sitio de estudio (uno de hombres, uno de mujeres y uno mixto de autoridades locales). Capacidad material En términos generales la capacidad material de las personas en los sitios de páramo estudiados es relativamente baja: son propietarios de predios pequeños a medianos, tienen unos pocos animales de producción (máximo 20 cabezas) y poca gente tiene medios de transporte propio. Sin embargo, hay muchas diferencias entre las zonas. Las encuestas en los cinco sitios revelaron que, en general, las personas entrevistadas son propietarias de sus propias casas y terrenos, pero de tamaños pequeños. En algunos territorios (San Juan, La Libertad) existen extensiones grandes de páramo de propiedad comunitaria. En Perú, la gente usa el páramo para pastoreo ocasional sin tenencia definida. Varias personas tienen animales de carga pero ninguno tiene maquinaria agrícola. Poca gente tiene medios de transporte propio, en cambio, la posesión de un celular es muy común. Otros artefactos que ayudan a la seguridad alimentaria (neveras) o en el ahorro de tiempo de principalmente las mujeres (lavadoras) son solo usados en las comunidades con mayores posesiones. La población de las zonas con mayor

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producción agrícola (Guerrero y La Libertad) en general tiene mayor capacidad material que los otros. Tienen terrenos más grandes (más de 10 ha) y más animales de producción de buenas razas (hasta 20). Se evidencia un mayor capital material en cierta presencia de medios de transporte propios. Chingaza está en una situación intermedia, mientras que San Juan y, especialmente, Pacaipampa, tienen poca capacidad material. En San Juan se advierte la historia de ocupación tradicional del territorio, cuenta con varios terrenos pequeños con “chozas”, rebaños pequeños de diferentes animales y un terreno comunal grande. En varios sitios (Chingaza, San Juan) es evidente que las mujeres tienen menos capacidad material que los hombres (menos propiedad de tierra, animales, medios de transporte). Sin embargo, las mujeres generalmente tienen más animales menores y, sin que exista una explicación

clara, más celulares. La tendencia entre los representantes de las autoridades es variable, en algunos sitios cuentan con mayor propiedad (Guerrero, Pacaipampa) y, en otros, con menor terreno por estar dedicados a otras actividades diferentes a la agricultura (Chingaza, San Juan). En Chingaza, todas las personas entrevistadas cuentan con terrenos propios para la producción, de un tamaño mediano (de 3 a 10 ha). Sin embargo, la calidad de estos terrenos es regular, están fraccionados y a larga distancia. Las mujeres están en desventaja por no tener las propiedades a su nombre. La gente tiene una capacidad relativamente buena de insumos productivos y comunicativos: todos tienen hato de ganado (hasta 24 cabezas) y la mayoría tiene moto y celular. Tienen casa propia y varias personas tienen insumos eléctricos que ayudan a almacenar o mejorar el uso del tiempo.

Todos (19 de 19) tienen terreno propio. La mayoría tiene entre 3 y 5 ha; 2 personas tenían entre 5 y 9 ha y 2 mujeres y 1 hombre tenían 1 ha o menos. Especialmente las mujeres hablaron de la dificultad de tener predios en los páramos a los cuales no pueden acceder o no deberían utilizar. Los lotes se encuentran fraccionados y dispersos en el páramo. Casi todos los encuestados cuentan con animales de producción (ganado de leche y doble propósito). Las personas tienen un número muy variable de ganado, de 1 res hasta 24. El grupo de autoridades (tanto hombres como mujeres) reportó entre 5 y 12 reses. Poca gente tiene animales de carga. Existen 3 tractores en la

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comunidad. 3 mujeres y 4 hombres referenciaron tener moto. La moto es el medio de transporte más importante; ninguno de los entrevistados tiene bicicleta o auto. Todos los participantes tienen celular, que es considerado de suma importancia para la comunicación y en casi todas las familias existe más de uno. Todos tienen casa propia; las viviendas no muestran diferencias notorias y los encuestados las consideraron en condiciones regulares y, en algunos casos, en mal estado. Más o menos la mitad de ellos mencionaron tener nevera, y una cuarta parte tiene lavadora. En Guerrero las familias son propietarias de terrenos relativamente grandes (más de 10 ha), la mayoría tiene títulos formales. La actividad principal es el cultivo de papa, pero la gente igual tiene ganado (aunque menos que en Chingaza), otros animales

productivos (ovejas, conejos) y animales de carga. Hay una relativamente buena capacidad material en cuanto a medios de transporte (la mayoría tiene moto y algunas personas tienen auto o camión). Todos tienen celular y casa propia.

Las personas entrevistadas tienen de 15 a 25 ha en zona de páramo con parches de bosque altoandino y páramo. Tienen algunas cabezas de ganado (hasta 6 vacas) y animales menores (gallinas, conejos). Los líderes mencionaron que en total hay unas 700 reses en la vereda, la gente tiene hasta un máximo de 20 reses por familia. Ninguno tiene tractor; este servicio normalmente es alquilado (existen 2 en la vereda). De cada grupo focal, 3 personas mencionaron tener animales de carga (burro, mula, caballo). Hay 5 personas con auto o camión (3 de ellos líderes) y 4 con moto (un líder tiene los dos).. La mayoría de las casas se encuentran en sus mismas fincas, excepto una que se encuentra a diez minutos. En general las condiciones de las casas son buenas y con acceso a servicios. 3 personas del grupo focal de mujeres tenían nevera y solo 1 mujer tenía lavadora. En La Libertad, la capacidad material también es relativamente alta: casi todos y todas tienen terrenos propios de varias hectáreas, además de un terreno comunitario

de miles de hectáreas. Tienen varios animales entre vacas, chanchos y animales menores. La mayoría tiene casa propia y celular y varias personas tienen medios de transporte.

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@COLECTIVO SINESTESIA

La mayoría de la población de la comuna La Libertad se dedica a la producción agropecuaria a pequeña escala, la cual se desarrolla en terrenos familiares, que cuentan con 0,5 hasta 13 ha distribuidas indistintamente en el territorio de la parroquia. Hay mayor predominio de pastos que de cultivos. Todas las mujeres y 14 de los 15 hombres tienen animales como vacas, chanchos, gallinas y cuyes. La encuesta ejecutada por la CGRR en 2011 demostró que el 78 % de las personas tiene vivienda propia, el 7 % en arriendo y el 16 % cedida o prestada. En cuanto a la disponibilidad de electrodomésticos como nevera, el 55 % de la población dispone de la misma, mientras que, tan solo el 5 % tiene lavadora. El 17 % de la población tiene vehículos (autos, camiones, camionetas), el 23 % motocicleta y el 11 % bicicleta. El 75 % de la población de la parroquia La Libertad dispone de celular (Encuesta CGRR, 2011). En general las familias de las comunidades de San Juan tienen 2 casas y una serie de terrenos pequeños en diferente estado y generalmente a gran distancia entre ellos. También hay un territorio comunal de varios miles de hectáreas. Es notable que los miembros del grupo focal de mujeres tienen menor capacidad material: tienen terrenos más pequeños y generalmente la casa y el

terreno no están a su nombre. Casi todas las personas encuestadas tienen animales de producción, normalmente, unas pocas vacas y un número mayor de ovejas. Hay 80 alpacas en toda la comunidad. La capacidad material para transporte es escasa, hay animales de carga pero nadie tiene moto, auto o bicicleta. La mitad tiene celular, no hay artefactos como neveras o lavadoras.

La casa principal o vivienda donde pasan la mayor parte del tiempo está ubicada principalmente en los centros poblados en la parte baja de la cuenca. Generalmente, alrededor de la casa tienen pequeños solares donde cultivan productos destinados para el autoconsumo y comercialización. En las partes medias de los terrenos de la asociación, entre los 3400 y 3800 msnm, gran parte de las familias tiene una choza o covacha de adobe con techo de paja que utilizan como rancho para el pastoreo y cuidado de ganado. Estas viviendas solían estar habitadas por miembros de la familia que se turnaban para cuidar el ganado; en la actualidad se utilizan como lugar para agrupar y amarrar los animales.

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La mayoría de los entrevistados tiene terreno(s) propio(s), aunque con una marcada diferencia de género: 4 de las 12 mujeres no tiene propiedad mientras que todos los hombres, sí. El tamaño varía entre 0,5 a 9 ha (las parcelas grandes en la zona alta). Esta distribución es el resultado de la partición en 19 lotes para los miembros fundadores de la comunidad San Pablito, cada uno de más o menos 11 ha, que luego se dividieron entre los miembros de las familias. En la actualidad se estima que en la comunidad de San Pablo hay 60 vacas y 100 ovejas distribuidas entre los distintos socios y 80 alpacas que pertenecen a la comunidad. Fue evidente que las personas en el grupo focal de los hombres tenían más animales que las mujeres. En las comunidades no existen medios mecanizados para la labranza o cosecha de productos, no hay autos o bicicletas, hay cobertura de servicio telefónico hasta los centros poblados ante la ausencia de líneas telefónicas. En Pacaipampa la mayoría de las personas entrevistadas tiene terrenos propios, generalmente, pequeños y distantes entre sí y destinados a la producción agrícola. Tienen poca capacidad material: cada

uno tenía un promedio de 3 cabezas de ganado y algunos animales menores. No tienen medios de transporte mecanizados; varios tienen animales de carga. No hay casi medios de comunicación.

La mayoría de las personas entrevistadas tiene terreno propio. El número de predios varía entre 1 y 4. No hay información del tamaño, pero se observó que son pequeños (menos de una hectárea). Se estima que cada familia tiene en promedio 3 cabezas de ganado vacuno, incluyendo al menos 1 vaca en producción, que permite tener leche y disponer de una fuente de ahorro e ingreso monetario permanente a través de la venta de quesos. La mitad de las personas en los grupos de hombres y mujeres, y todos los representantes de las autoridades locales, tienen animales de carga (acémilas). La única forma de acceso a Pacaipampa es a través de caminos rurales carrozables en la época seca; durante el periodo lluvioso, éstos son intransitables. Entre los encuestados solo hay mención de 1 moto y 2 bicicletas; ningún auto o tractor. Aproximadamente la mitad de ellos tenía celular, porcentaje relativamente bajo debido a la recepción irregular. Vale mencionar que el uso del radio es muy importante para la comunicación.

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Capacidad económica En términos generales, y en línea con la capacidad material, la gente vive en condiciones económicas desfavorables. Con excepción de San Juan, no se pudo estimar un monto de ingresos a nivel de familia; sin embargo, se asume que generalmente está por debajo y, solo en los mejores casos, un poco por encima del nivel de un sueldo mínimo por mes. La agricultura es la principal actividad económica, pero la ganadería presenta ingresos más constantes (inclusive en sitios que tienen tradicionalmente mayor vocación de cultivo de papas). La mayoría de la gente tiene otros ingresos: trabajando como guardias comunitarios de las áreas protegidas, como mano de obra en otras fincas, trabajando en la construcción y a través de la venta de artesanías. Hay subsidios estatales para familias pobres (Familias en Acción en Colombia, Bono de Desarrollo Humano12 en Ecuador, Programa Juntos en Perú). El ingreso del Programa Socio Bosque en Ecuador es una importante adición vinculada al cuidado del ecosistema. La gente aprovecha poco los sistemas financieros. El uso de cuentas bancarias, la posesión de ahorros y el acceso a crédito son escasos. La gente ahorra

mediante bienes (animales) y los créditos que tienen son bajos y están destinados a la producción o la construcción. Hay una buena cobertura del seguro social subsidiado (SISBEN13, IESS) pero muy poca gente tiene seguro de producción o seguro de vida. Las diferencias en la capacidad material entre los sitios se ven reflejadas en su capacidad económica: se estima que Guerrero y La Libertad tienen mayores ingresos, mientras que en Chingaza son algo menores. Es llamativo que San Juan, a pesar de tener poca capacidad material, tiene un considerable ingreso familiar gracias a actividades adicionales como la artesanía y el subsidio de Socio Bosque. Aunque no hay indicadores de ingresos en Pacaipampa, es fácil deducir que es el sitio con menor capacidad económica. En cuanto a capacidad económica, existe una notoria diferencia entre hombres y mujeres. Las personas de los grupos focales de hombres generalmente tienen más ingresos adicionales (jornaleros), aunque las mujeres mencionan otros ingresos por artesanías, venta de hortalizas y subsidios sociales. Las participantes de los grupos focales de mujeres de todas las comunidades están en desventaja en el manejo económico

www.inclusion.gob.ec/programas-y-servicios/servicio-de-proteccion-social/bono-de-desarrollo-humano/ Sistema de Identificación de Potenciales beneficiarios de Programas Sociales. www.sisben.gov.co

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ya que frecuentemente no tienen cuenta bancaria y tienen menos acceso a crédito y ahorros. Los representantes de autoridades tienen una posición relativamente buena en comparación con los grupos focales de género.

las respuestas aproximadas con otros indicadores, por ejemplo, la incidencia de subsidios o entidades de crédito. Con esto, se obtuvo una impresión general aceptable de la capacidad económica de las comunidades.

Las personas encuestadas fueran cuidadosos al responder las preguntas sobre la capacidad económica. En algunos casos prefirieron no dar respuestas exactas sobre su capital o situación de ahorro o deuda; a los entrevistados se les dio la oportunidad de dar respuestas aproximadas o descriptivas (“mucho” o “poco”). Sin embargo, en las ocasiones en las cuales prefirieron no dar esta información, se respetó su decisión. En ciertas ocasiones, fue posible verificar

En Chingaza la gente obtiene su ingreso principal de la ganadería; se estima un ingreso de 200-300 USD/mes. Las mujeres tienen pocas fuentes adicionales de ingresos y dedican más tiempo a los cultivos para el autoconsumo, mientras que los hombres trabajan también en construcción o como jornaleros. Poca gente maneja ahorros bancarios o créditos; el ahorro se manifiesta en la inversión en animales. Casi todos tienen seguro social, pero no usan seguro agrícola.

El ingreso de las personas entrevistadas es producto, principalmente, de la actividad ganadera. Consideraron frágil su capacidad económica ya que dependen en gran medida del levante de ganado y la venta de leche. Como producto de la venta de la leche pueden ganar entre 7-10 USD/día. Los pagos que reciben por la venta de la leche son intermitentes pues los intentos realizados para mejorar los canales de comercialización de la leche no han logrado consolidarse. El dinero que se ingresa se utiliza inmediatamente para el mercado familiar de la semana. La mitad de las mujeres mencionaron la siembra de maíz y hortalizas para el autoconsumo como otra fuente de ingresos. 2 mujeres reciben pagos por trabajos esporádicos como mano de obra y otras 2 mencionaron como otra fuente de ingresos los programas del gobierno (Familias en Acción y PAIPI). Los hombres cuentan, frecuentemente, con mayores ingresos por su trabajo en la construcción y como guardabosques en el Parque Natural Chingaza. Si bien los jornales son importantes para la economía familiar, su

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oferta es muy irregular. En general, consideran que sus ingresos no son suficientes para el sostenimiento de las familias. Las cuentas bancarias no son comunes. La estrategia más habitual de ahorro consiste en el levante de terneros y el mantenimiento de ganado. El acceso a crédito no es común, precisamente a causa de una escasa historia crediticia o, en casi todos los casos, por falta de garantías que respalden el crédito ya que muchas personas no tienen en orden los títulos de propiedad de sus predios. Ninguno de los participantes tiene acceso a seguros agrícolas, pero casi todos los hombres y autoridades locales así como la mitad de las personas en el grupo focal de mujeres están afiliados al régimen subsidiado en salud (calificados por el SISBEN). En el pueblo cercano (Choachí) no se cuenta con hospital, por tanto, para la atención de enfermedades complejas, tienen que ir hasta el hospital de Fómeque o a Bogotá. Algunas familias aún se apoyan en el uso de medicinas y tratamientos tradicionales. En Guerrero la economía se basa en el cultivo de papa y la ganadería de doble propósito (carne y leche). La gente no proporcionó datos de ingresos o ahorros, pero según la capacidad material, están en una situación menos precaria que otros sitios. Dependen de mercados fluctuantes (como el de la papa), pero el hecho común de arrendar terrenos a terceros amortigua

esta fluctuación. Hay buen acceso a créditos que son manejados, principalmente, por los hombres. No usan seguros agrícolas pero todos tienen seguro social e inclusive seguro de vida. Poca gente recibe apoyo en ingresos por programas solidarios (Familias en Acción) pero la mayoría gana extra por prestar mano de obra en otras fincas o para la construcción.

El cultivo de papa y la venta de carne y leche dependen del precio que se les ofrezca en la vereda. Los altos costos del paquete tecnológico, la competencia y la fluctuación de precios en el mercado de la papa no hacen permanente la rentabilidad de esta práctica e, incluso, han dejado deudas y quiebras. En los últimos años se viene arrendando la tierra a medianos y grandes productores de papa que están en capacidad de costear la inversión y de dar trabajo en jornal a hombres y mujeres de la vereda. 3 de las personas del grupo focal de autoridades locales aseguran que, aunque la siembra de la papa es la

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actividad económica tradicionalmente más importante, últimamente hay más ingreso de la venta de la leche porque es más estable. En la vereda es frecuente que las mujeres sean contratadas para preparar la comida de los obreros y algunas de ellas trabajan por jornal en la siembra o recolección de papa. 3 de las 5 personas del grupo focal de hombres trabajan como jornaleros en la cosecha de papa en fincas de otros y en obras de infraestructura, como carreteras. La mayoría de familias reportaron deudas con el Banco Agrario y otras entidades de crédito agrario; no se registró ningún uso de seguros sobre las cosechas, aunque esta política se viene implementando en Colombia desde el 2012. Solo 1 mujer joven, estudiante, tiene cuenta bancaria. Los créditos agrarios, aparentemente, los asumen los hombres, porque solo 1 mujer (39 años) de la muestra tiene crédito a diferencia de los 8 de los 10 representantes de los otros grupos focales. Ninguno de los hombres entrevistados tiene cuenta bancaria, pero 3 de ellos tienen crédito (no especificaron en que banco o institución financiera). Todos están afiliados al seguro médico (categorizado por SISBEN) y 2 tienen seguro de vida (para acceder a un crédito), pero ninguno mencionó tener seguro sobre actividades agropecuaria. En La Libertad el ingreso principal también es agrícola aunque varias personas tienen otros ingresos. La gente no dio información sobre sus ingresos, pero, teniendo en cuenta su capacidad material, se puede afirmar que su capacidad económica es relativamente mejor que en otros sitios; esto sucede porque la comuna recibe un subsidio del programa Socio Bosque que representa un ingreso adicional a nivel comunal diferente al ingreso agrícola. Además, cuenta con el apoyo del programa solidario del gobierno (Bono de Desarrollo Humano), que atiende principalmente a mujeres, mientras que los hombres mayores se benefician de una pensión de asistencia del Ministerio de Inclusión Social (un aseguramiento mínimo para quienes no tienen ninguna jubilación o atraviesan una calamidad doméstica). En esta zona, hay un acceso relativamente bueno a créditos, inclusive existe una caja comunitaria para ahorros y créditos. La mayoría tiene seguro social. Todas las personas entrevistadas reciben el ingreso principal de la agricultura. Solo 1 mujer y 3 hombres mencionaron otros ingresos (un chofer, una artesana y dos guardias de la Reserva Ecológica). No

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dieron información sobre su nivel de ingreso. El subsidio del programa Socio Bosque para la conservación de sus páramos está destinado a la implementación del plan de manejo de los páramos. A nivel familiar, la cobertura de seguridad social en la comuna alcanza el 63 %, bajo la modalidad del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Hay más mujeres (11 de 15) que hombres (8 de 15) con seguro. A su vez, 4 productoras y 4 productores mencionaron haber accedido a créditos para el desarrollo de sus actividades agropecuarias. En la comuna existe una caja que está compuesta por organizaciones de la misma localidad que guardan sus ahorros y ofrecen créditos a quienes lo requieran, éste es el caso de la Asociación Agropecuaria El Vicundo. En cuanto a los seguros agrícolas, las personas entrevistadas indicaron no disponer de éstos. En la parroquia La Libertad existen 768 beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano y la pensión asistencial: 375 personas para el primero (9 hombres y 366 mujeres) y 393 para el segundo (223 hombres y 19 mujeres entre adultos mayores y personas con capacidades especiales). En las comunidades de San Juan consideraron que su sustento sigue procediendo de la siembra de productos agrícolas y del manejo y pastoreo de ganado ovino y vacuno; no obstante, la mayoría de los productos son para autoconsumo y poca gente produce papas y habas para el mercado. El ingreso procedente de la leche es escaso, menos de la mitad de un sueldo mínimo. Sin embargo, gracias a diferentes programas de apoyo, tanto del Estado como de ONG, hay una variedad de ingresos adicionales, el principal es el programa Socio Bosque que, generalmente, da mayores ingresos a nivel familiar que la propia agricultura. Adicionalmente, hay ingresos procedentes de la artesanía y el

turismo. Muchas personas son beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano. El acceso a crédito es relativamente bueno y aunque la gente no admite tener cuenta bancaria, tienen ahorros relativamente altos (varios centenares de dólares). En general, es posible afirmar que San Juan, aunque tiene baja capacidad material, tiene una relativamente buena capacidad económica y financiera. Sin embargo, hay una gran diferencia entre hombres y mujeres: las mujeres tienen una capacidad económica considerablemente menor: no solamente tienen menos ingresos agrícolas, sino que tampoco tienen acceso directo a los ingresos del programa Socio Bosque y están menos informadas de los beneficios

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de los créditos y seguros sociales. Esta diferencia de género no existe en el grupo

de autoridades, donde hombres y mujeres están igualmente informados.

9 de las 12 personas en el grupo focal de mujeres y todas las personas en el grupo de hombres afirmaron que los ingresos provienen de la agricultura y la ganadería. Uno de los ingresos lo constituye la venta de leche, cuyo valor al mes aproximado está entre los 20 y 50 USD para mujeres y hasta 150 USD para hombres. Una de las mujeres mencionó que únicamente se dedica a la agricultura para el autoconsumo y, en el caso de la papa, la vende en los mercados de Riobamba. Hay una diversidad de ingresos adicionales. Algunos de los ingresos por familia provienen de la venta de artesanías, principalmente tejidos de fibra de alpaca y oveja. El turismo es otra de las actividades que complementan los ingresos de algunas familias. Otra parte de los ingresos de algunas personas de las comunidades provienen del Bono de Desarrollo Humano. Finalmente las comunidades reciben recursos provenientes del programa Socio Bosque. Anualmente la comunidad de San Pablo recibe 37 000 USD por año y la comunidad de Chorrera Mirador, 18 000 USD, los cuales son manejados por las comunidades y redistribuidos entre los socios de la comunidad (principalmente los hombres). De esta forma, cada familia recibe entre 800 y 1800 USD al año, lo que se convierte en varios casos en su principal ingreso. A pesar de tener varias fuentes de ingreso, muy pocas personas tienen cuenta bancaria y, cuando la tienen, la han creado a partir del convenio con Socio Bosque. Pocas personas dijeron tener ahorros monetarios. Sin embargo, una gran parte de la población considera como ahorro a las vacas y las ovejas. Gran parte de las personas mencionaron tener crédito en algunas cooperativas de ahorro y en el Banco de Fomento. Algunas de las personas de la comunidad tienen el seguro campesino del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). Muchas mujeres desconocen esta posibilidad y aseguran no tener seguro médico. La totalidad de las personas respondieron no tener seguro agrícola; sin embargo, en los casos de aquellas personas que han solicitado créditos en el Banco de Fomento, se desconoce que la entidad tiene un componente de aseguramiento de la producción para los beneficiarios de los créditos.

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La capacidad de la comunidad en Pacaipampa es menor que en los otros sitios. Tienen ingresos solo de la ganadería y la agricultura, actividades bastante marginales en comparación con Guerrero y la Libertad, por ejemplo. Tienen menos ingresos adicionales (por la distancia y

difícil acceso) y la gente tiene poco acceso a créditos y otros servicios financieros. En esta zona fue llamativo identificar que los representantes de las autoridades locales tienen mayor capacidad: tienen ingresos adicionales (negocios), cuenta bancaria y acceso a créditos.

En Pacaipampa los ingresos principales proceden de la ganadería y la agricultura, aunque esta última es de sustento. El ganado es considerado como una “fuente de ahorros” porque se vende ante emergencias obteniéndose dinero para gastos inmediatos como enfermedades, pago de estudios, compra de alimentos antes de las lluvias o compra de tierras. La venta de vacunos, ovinos, porcinos e, incluso, aves, es controlada principalmente por los varones. Las mujeres están a cargo de la venta de quesos, que constituye una fuente de ingresos diarios. Otra fuente de ingresos es la venta de café, aunque esta actividad es realizada por pocos pobladores y a pequeña escala. Aunque no proporcionaron datos sobre el ingreso total, la situación económica de las personas en los grupos focales de mujeres y hombres es notablemente diferente a la del grupo focal de autoridades. Solo 1 mujer (que maneja una tienda) y 3 hombres (1 albañil y 2 que reciben remesas) tienen ingresos adicionales. Solo 1 hombre tiene cuenta bancaria o ahorros y solo 1 mujer y 2 hombres mencionaron tener acceso a crédito. En cambio, la mitad de las personas del grupo de autoridades tiene ingresos adicionales (negocios menores), todos tienen cuenta, ahorros y acceso a crédito. La cobertura de seguridad médica está casi completa (solo 3 no tienen), pero solo las autoridades tiene seguros de vida y de producción. 4 de las 6 personas del grupo de autoridades y 3 de las 9 mujeres tienen recursos monetarios adicionales del programa “Juntos”.

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Capacidad técnica En general, la capacidad técnica para el manejo productivo y de conservación de páramo en las zonas de estudio es una combinación del conocimiento clásico de producción (poco innovado) y de algunas evidencias de conocimiento tradicional. El conocimiento sobre la producción es clásico, en cuanto al uso de agroquímicos, fertilizantes, vacunas, sales y minerales. Sin embargo, la aplicación del conocimiento tradicional es amplio, pero limitado a temas como la planificación espacial de la siembra y la aplicación del calendario lunar. El grado de tecnificación es mayor en Guerrero y La Libertad y se caracteriza por un mayor uso de agroquímicos y mecanización, debido a un mayor acceso al mercado. Pocas personas aplican técnicas innovadoras como el mejoramiento del ganado y uso de pasto sembrado. En San Juan hubo un cambio significativo en el reemplazo de ovejas por alpacas y la introducción de quinua. En varios sitios se mencionó un cambio progresivo hacia la ganadería por los problemas relacionados con la producción de la papa. El acceso a asistencia técnica es limitado, incluso en los sitios con mayor disponibilidad. Fue llamativo reconocer que áreas con mayor historia de acompañamiento de ONG (Chingaza, La Libertad) observen pocos cambios hacia sistemas productivos más innovadores.

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Sorprendentemente, en la zona de más difícil acceso (Pacaipampa) hubo mayor reconocimiento y aplicación de asistencia técnica. En varias zonas (Chingaza, Pacaipampa, San Juan) fue evidente que los hombres tienen mayor acceso a asistencia técnica que las mujeres, lo que también se ve reflejado en un mayor grado de tecnificación del manejo de cultivos y ganado por parte de los hombres. En todas las zonas hubo una percepción clara de la existencia, las manifestaciones y los impactos del cambio climático en la economía. Poca gente ha cambiado su agricultura en respuesta al cambio climático, algunas de las pocas estrategias que han implementado se dirigen a cambiar el tipo de cultivo, promover una mayor concentración en la ganadería y usar más insumos para producir más; no obstante, con excepción del cambio del cultivo, estas prácticas de adaptación no son muy sostenibles. La gran mayoría menciona que no sabe qué hacer si el cambio climático aumenta, aunque algunos mencionan prácticas que sí son recomendables (abonos agrícolas, diversificación de cultivos y animales, protección de cultivos). En ningún sitio se conocen sistemas de alarma temprana. La información al respecto es esporádica y se recibe a través de medios de comunicación o capacitaciones de ONG. El grado de tecnificación de la agricultura

en Chingaza es intermedio. Existe un uso generalizado de insumos básicos (sales y medicamentos) para el cuidado de los animales y hay algunas otras pocas alternativas más innovadoras como pastos de corte, alimentos concentrados, cercas vivas y mejoramiento genético de ganado. Hay un aceptable acceso al apoyo técnico,

pero concentrado en los hombres. Gracias a la presencia durante años del INAP, la gente es consciente de la existencia del cambio climático y la percepción de sus efectos es unánime. Sin embargo, poca gente ha cambiado sus prácticas agrícolas (tipo de cultivo) o ha apostado por la diversificación de animales.

La mitad de la gente maneja ganado de leche y ganado de doble propósito. El grado de innovación en el sistema ganadero es bajo: solo 2 personas en el grupo focal de mujeres usan cercas vivas, 2 mujeres, 1 hombre y 2 personas de las autoridades han aplicado mejoramiento genético en su hato (solo 1 hombre aplica inseminación artificial). Solo 5 entrevistados cultivan pastos de corte. El uso de concentrado para la alimentación animal fue mencionado sólo por 1 mujer. La asistencia técnica directa e individual es más frecuente entre los hombres que entre las mujeres; esto puede deberse a un cierto sesgo de género en la orientación del servicio por parte de las instituciones responsables que brindan el acompañamiento técnico. La mayoría aplica algún tipo de conocimiento tradicional en el manejo de la finca (seguir las fases de la luna para las siembras o la utilización de abonos orgánicos). Prácticamente todas las personas entrevistados han escuchado hablar del cambio climático y saben de sus efectos. La conciencia general sobre cambio climático refleja la presencia del proyecto INAP durante los últimos años. En este marco, es sorprendente que una gran mayoría responda que no han cambiado sus cultivos frente a los efectos del cambio climático. Los que sí lo han hecho dicen que han innovado por el acceso que han tenido a capacitaciones (INAP), no obstante, generalmente son medidas clásicas como la aplicación de control de plagas y el cambio en los momentos para la siembra. Solo 2 personas dijeron tener claro qué hacer para adaptarse.

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Las actividades productivas de la zona de Guerrero están centradas en el campo agropecuario, principalmente en el cultivo de papa, actividad que a partir de 1970 presenta transformaciones asociadas a cambios tecnológicos y acceso a mercados; por esta razón, hay bastante conocimiento tecnológico en la zona, pero a la vez, una base poco diversa de tipos y variedades de cultivos y mucha dependencia de insumos como fertilizantes y pesticidas químicos. Sin embargo, a pesar de este contexto, la gente percibe que no hay mucha innovación en este sistema tecnificado clásico. Los hombres tienen mayor conocimiento técnico del cultivo de la papa y están más dedicados a esta labor,

mientras que las mujeres se dedican con mayor frecuencia al manejo de los animales y están menos asociadas a innovaciones en las actividades agropecuarias. La gente percibe poca asistencia técnica, situación que puede estar asociada con la mala relación actual de la comunidad con las autoridades departamentales y nacionales (véase sección de capacidad organizativa). Es evidente que los representantes de las autoridades locales tienen más acceso a asistencia técnica de parte de programas gubernamentales. Todos los habitantes han escuchado del cambio climático, pero pocos han adaptado sus medios de vida y pocos saben qué hacer para confrontar el cambio climático en el futuro.

Franco (2014) mencionó que las principales transformaciones en el cultivo de la papa después de la “revolución verde” (1970) incluyeron: la disminución de la diversidad de especies de tubérculos sembradas, el cambio en la orientación de la producción del autoconsumo al mercado, la introducción de tecnología química y mecánica para la producción y la construcción de carreteras que comunican la vereda con los circuitos de mercado. Otro de los cambios, reconocido y mencionado por la comunidad, es la transformación en las épocas de siembra; antes éstas estaban marcadas por el clima y eran planificadas para evadir las heladas, ahora se siembra todo el año y se protegen las cosechas de los cambios de temperatura y las plagas que acarrean por medio de agroquímicos. Las mujeres aplican mayor diversidad en el sistema productivo. En cuanto a la ganadería (vacas, ovejas, conejos y gallinas), usan insumos como pasto, sal, vacunas y papas como alimento de especies menores. 3 personas mencionaron el cambio en la genética y razas del ganado, 1 persona en este grupo (mujer) señaló como cambio la aplicación de vacunas y la erradicación de la fiebre aftosa. Todos los hombres entrevistados (tanto en el grupo

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focal de hombres como en el grupo de autoridades) mencionaron la papa como principal actividad. Uno de ellos cultiva 6 variedades de papa, otro 3, todas con paquetes de agroquímicos. Una de las mujeres (22 años) habló del cambio a raza normanda para el ganado y las ventajas de mantener especies menores. Sobre el uso de conocimientos técnicos solo 2 mujeres dijeron aplicarlos, una en la elaboración de productos lácteos y otra (estudiante de agronomía) en el campo agropecuario. La presencia de asistencia técnica en la zona es poca. Las personas en el grupo de autoridades tienen mayor acceso a asistencia técnica, pero solo una de ellas dijo que aplica estos conocimientos en sus actividades productivas. Hoy en día no se utiliza mucho conocimiento tradicional; todas las mujeres coincidieron en que los conocimientos tradicionales funcionan y son buenos, pero no los aplican en la práctica. Todas las personas han escuchado hablar sobre el cambio climático pero solo 1 mujer sabía cuáles pueden ser los efectos en el territorio. Los hombres sí dijeron experimentar los cambios: menos heladas y menos lluvias. Solo 1 hombre reportó un cambio en sus actividades económicas que se pueda atribuir al cambio de clima (modificando la siembra y el cuidado de animales); ninguna mujer manifestó algo al respecto. Frente a la pregunta de qué hacer si el cambio climático aumenta, solo 1 mujer y 2 hombres expresaron: “adaptarse y organizarse”, “recurrir a instituciones”, “crear los reservorios de agua”. Los demás personas no sabrían cómo actuar. En La Libertad la tecnificación del sistema productivo es similar al de Guerrero. Es un sistema de papa y leche, con bastante uso de insumos clásicos como agroquímicos. Adicionalmente, es una zona donde hay un sistema de riego (en parte tecnificado) que beneficia mucho los cultivos. Sin embargo, existe la tendencia a una mayor concentración en pastos por la fluctuación del mercado

de la papa (principalmente percibido así por las mujeres). Hay relativamente poco acceso a asesoría técnica (un poco más entre hombres que entre mujeres) que puede ser una de las razones del uso amplio e indebido de agroquímicos. La gran mayoría de la gente ha escuchado del cambio climático y reconoce sus efectos, pero no se siente preparada para enfrentarlos.

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La agricultura en La Libertad está representada por la papa y el ganado bovino de leche. El 61 % de las personas entrevistadas en este estudio señaló que las áreas de pastoreo se han incrementado por el costo de los cultivos. La situación de riego tecnificado es positiva. Los productores cuentan con el respaldo para obras comunitarias como la concesión para agua de riego. El riego por aspersión ha empezado a utilizarse en los predios familiares; cerca de la mitad de las personas entrevistadas que disponen de agua para riego confirmó el empleo de esta técnica. Los sistemas productivos familiares de la comuna La Libertad hacen un uso amplio e inapropiado de productos agroquímicos para contrarrestar ataques de plagas y enfermedades en los cultivos. Tan solo el 23 % de las personas entrevistadas ha recibido capacitación en temas agroproductivos. Un poco más de la mitad de las personas entrevistadas (8 mujeres y 9 hombres) comentaron que aún persiste el uso de conocimientos tradicionales, como el empleo del calendario lunar para la planificación de ciertas actividades. El grado de tecnificación del sistema agrícola en San Juan siempre ha sido bajo, por falta de capacidad física (suelos y potreros más pobres) y económica (baja inversión). En los últimos años, gracias a proyectos de asistencia y organización, hubo un cambio hacia un tipo de producción más diversificada (hortalizas, quinua), otros animales (camélidos) y producción no agrícola (turismo, artesanías). En los cultivos, se usan tanto insumos químicos como orgánicos; los hombres notablemente tienen mayor capacidad para el uso de ambos tipos de insumo. El acceso a asistencia técnica brindada por el Ministerio de Agricultura es

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bueno, aunque hay una marcada diferencia entre hombres (todos tienen acceso) y mujeres (solamente la mitad tiene acceso). Ésta es una zona donde aplican bastante el conocimiento tradicional, especialmente entre los cultivos para el autoconsumo. El conocimiento sobre el cambio climático es ampliamente distribuido, especialmente entre hombres. La población ya se ha visto afectada por el cambio (se puede cultivar más pero la cosecha es menor) y están preocupados por vivir en una zona seca pues saben que con menos lluvias entran en graves problemas; a pesar de esto, reconocen no saber cómo adaptarse.

En los últimos años, los cultivos y los pastos en San Juan han sufrido transformaciones en función a los procesos de organización y acuerdos comunitarios logrados; así, por ejemplo, se ha limitado el ganado ovino en las zonas altas comunales y se promovió el abandono de cultivos en estas zonas. En este marco, la quinua está cobrando mayor importancia, mientras que otros productos tradicionales, como la mashua y la oca, poco a poco se han ido perdiendo. Se siembran pastos (raigrás y pasto azul) y hierbas (trébol) para el pastoreo de ovejas y, en menor número, de vacas. Todas las familias tienen animales de corral como gallinas, conejos, cuyes y chanchos. De igual manera, se han modificado los insumos y prácticas en el manejo de cultivos y pastizales, tanto con productos químicos como orgánicos. Existe una percepción importante (entre hombres y mujeres) que indica que antes se cultivaba sin necesidad de químicos y que ahora cada vez son más necesarios. En el caso de la ganadería, en algunas partes se prepara el terreno para la siembra de pastos y alfalfa. Se ha realizado una mejora en los tipos de pastos sembrados, adaptados a las condiciones biofísicas de la zona. Gran parte de la innovación en las prácticas ganaderas han sido realizadas con el apoyo del Ministerio de Agricultura Ganadería Acuacultura y Pesca (MAGAP). Las comunidades poseen y manejan los conocimientos ancestrales. Sin embargo, algunas están en desuso, principalmente por la incorporación de nuevos conocimientos y experiencias provenientes de su relación con los entornos sociales, técnicos, culturales y económicos (mercados). Solo 5 personas en la comunidad no han escuchado sobre el cambio climático; 3 de ellas son del grupo focal de mujeres. Mucha gente dijo que su actividad económica ha cambiado por el cambio climático: “ahora se pueden sembrar más cosas pero la cosecha parece menor”. La mayoría de las personas no saben qué hacer para enfrentar el cambio climático.

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La mayoría de productos agrícolas en la comunidad de son para el autoconsumo, pero también hay excedentes para el intercambio o trueque. La gente aplica insumos técnicos clásicos a sus animales y cultivos (fertilizantes químicos, abonos, pesticidas y vacunas), aunque en poca cantidad por falta de capacidad de inversión y baja rentabilidad económica del sistema en general. El acceso a la asistencia técnica es relativamente bueno,

pero acceden mayoritariamente los hombres. El conocimiento tradicional se aplica bastante en los cultivos. La mayoría ha escuchado del cambio climático y varias personas ya han aplicado ciertos cambios en el sistema productivo gracias al acompañamiento de la organización socia del presente proyecto (Instituto de Montaña). No obstante, la mayoría aún no se siente capaz de adaptarse al cambio climático.

Una minoría dijo que no se han presentado cambios innovadores en el sistema productivo. La mitad de los hombres -y una sola mujer- ha tenido acceso a asesoría técnica del municipio, ONG o el gobierno regional. Quienes lo han recibido, en general, lo han aplicado. Casi todos aplican el conocimiento tradicional, por ejemplo, el calendario lunar para determinar la periodicidad en las siembras para evitar las heladas. La mayoría de los entrevistados ha escuchado del cambio climático y conocen sus manifestaciones y efectos en la comunidad. Pocos (principalmente hombres) han cambiado su sistema productivo. Todas las personas manifestaron que no saben qué hacer si el cambio climático aumenta. Capacidad física y natural Se presentaron varios contrastes respecto a la capacidad física y natural de los cinco sitios en que se ejecuta el proyecto. En general, los habitantes no tienen terrenos muy grandes y los tienen distribuidos en varias parcelas a diferente altitud, lo que permite una diferenciación del uso. Además, en todas las zonas hay un páramo de propiedad comunal o del

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Estado, destinado a la conservación mediante diferentes formas. Muchos de los propietarios mencionaron tener elementos naturales en sus predios (páramo, chaparral, bosque y humedales) aunque en varias zonas también es notable la presencia de zonas erosionadas (especialmente en Chingaza, Pacaipampa y San Juan). Con excepción de Pacaipampa, la accesibilidad a los territorios es buena, no obstante, la gente no siempre se puede movilizar

fácilmente ya que hay dificultades de acceso al transporte público. La mayoría tiene acceso a la red eléctrica, pero el servicio de agua potable deja mucho que desear, inclusive en La Libertad (donde otros aspectos del capital natural están en relativamente buenas condiciones). Todos menos un sitio (Guerrero, por prohibición legal) tienen sistemas de riego, pero solamente en La Libertad están relativamente tecnificados. En los páramos con un mayor grado de tecnificación y capacidad económica (La Libertad y Guerrero), el tamaño de los predios es mayor pero tienen menos parcelas por familia. Aquí la infraestructura vial es mejor. Chingaza, a pesar de estar cerca a Bogotá, tiene un sistema precario de infraestructura vial, de transporte y agua de mala calidad. En San Juan y Pacaipampa, la gente tiene varias parcelas pero de pequeño tamaño. En Chingaza, un limitante es el bajo estado natural de los páramos y la ausencia de bosques, mientras que en Pacaipampa el acceso al territorio es muy difícil; en contraste, una ventaja de Pacaipampa es la mayor capacidad de diversidad altitudinal que permite sembrar mayor diversidad de cultivos. En cuanto a género, hay menos tendencias claras que en las otras categorías de capacidades. Esto es lógico considerando que en esta sección se considera más la diversidad natural y menos la posesión. De

todas maneras, hay diferencias notables: en San Juan las mujeres tienen menos predios, más pequeños y menos acceso a agua de riego; en Chingaza se observó una marcada diferencia en la presencia de plantaciones forestales (casi todos los hombres tienen y las mujeres no). Debido al mayor acceso a educación y asistencia técnica, el grupo focal de autoridades locales parece observar mejor ciertos aspectos del territorio, como la presencia de zonas de erosión o el estado de conservación de los páramos. Chingaza es una zona de bastante variedad ambiental, que se encuentra entre áreas agrícolas y vegetación natural. En esta zona, la gente tiene varios predios pequeños, distantes entre sí, en un rango altitudinal de unos 800 m. La mayoría de la gente tiene parcelas asociadas a páramo natural, arbustales, humedales y bosque andino, en relativamente buen estado. Por la alta pluviosidad e inclinación, hay varias zonas erosionadas. Hay plantaciones forestales pequeñas que se encuentran, sin excepción, en manos de los hombres. Los predios bajos tienen acceso a agua para riego, los altos no; los hombres tienen considerablemente más acceso a riego que las mujeres. El acceso a la carretera es bueno, pero el mismo está en mal estado. Lo mismo pasa con la electricidad, casi todos tienen, pero la mayoría dice que es de mala calidad. Más preocupante es la situación del agua potable, su cobertura no es completa y la calidad del agua es mala.

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Las familias generalmente tienen más de un predio ubicado en alturas entre los 2200 y 3000 msnm y cuentan con páramo natural, humedales, chuscales y bosques en recuperación o conservación, además de plantaciones forestales para cercas vivas. La distancia entre predios comúnmente es larga y su recorrido lo hacen a pie. Los predios más distantes representan un recorrido de hasta dos horas caminando. Las personas en el grupo de hombres calcularon las distancias en kilómetros como mínimo de recorrido entre 10 y 80 m (3 de 7 hombres) y como máximo recorrido entre 1 y 8 km (3 de 7 hombres). La vegetación está en buen estado de conservación (principalmente cerca a quebradas) pero 2 hombres mencionaron que “ya casi no queda” porque “se ha desaparecido por la ganadería”. Hay una marcada diferencia de género en la presencia de plantaciones forestales. Hay presencia de zonas erosionadas en los predios. Las manchas erosionadas son de 150 a 400 m2 por causa de actividades ganaderas y remoción de tierra. Realmente no se utiliza el riego, se lleva agua hasta los lotes, principalmente, para el ganado. La distancia al canal es de 50 a 200 m. El servicio de agua potable es malo “es apto para el consumo, pero no es potable”. Las 6 personas del grupo focal de mujeres dijeron que no tienen acceso a agua potable (acueducto con agua tratada). Solo 2 personas del grupo focal de hombres tienen agua potable proveniente del acueducto, sin embargo, uno de ellos afirmó que el agua no es tratada. Todas las personas encuestadas (con excepción de una mujer) tienen acceso a la electricidad. La diversidad geográfica en Guerrero es menor que en otras áreas de páramo: su rango altitudinal es más limitado y el estado de conservación del páramo en términos absolutos es más bajo que en otras zonas. Sin embargo, casi todos los predios tienen fragmentos de páramo natural y remanentes de bosques; no hay zonas erosionadas. La gente tiene predios más grandes que en otras zonas, algunas personas en diferentes altitudes. Los habitantes mencionan que el páramo y el agua están conservados, pero, probablemente, a causa de los conflictos con las autoridades ambientales, quienes han obligado a la gente a conservar y a no usar el agua para riego. No obstante, es un hecho que los nacimientos de agua (en humedales) son cercados y que todos tienen acceso a agua potable directamente del acueducto. Hay relativamente un buen servicio eléctrico y acceso a carretera para todos los habitantes.

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La vereda Mortiño en el páramo de Guerrero está ubicada entre los 3200 y 3400 msnm. La división de lotes y la propiedad de predios están relacionadas directamente con el derecho de sucesión. En lo referente a la vegetación natural y el agua, se evidencia que el contacto con autoridades ambientales ha influenciado el discurso de las personas pues muchas mencionaron que conservan páramo, bosque y humedales y que no usan riego. La conciencia sobre la importancia del agua se manifiesta cuando algunos habitantes de la comunidad afirman “los nacimientos corresponden a los acueductos, nosotros los cuidamos”. Nadie reportó zonas erosionadas. Todos dijeron que no usan el riego porque la Corporación Autónoma Regional (CAR) prohíbe el uso de agua para sistemas productivos. La vereda se encuentra ubicada a unos 40 minutos del casco urbano del Carmen de Carupa por una carretera destapada. Todos los predios se encuentran cerca de la carretera veredal. No existe un servicio de transporte público para desplazarse; los medios más comunes son las motos, el camión de la leche y los camiones que transportan papa. En la comuna La Libertad la diversidad geográfica es similar a la de Guerrero pero menor que en otras zonas. Es una franja altitudinal no tan amplia gracias al área protegida (una parte con protección formal y otra incentivada por Socio Bosque), con una gran diversidad biológica en buen estado de conservación y buena disponibilidad de agua. Normalmente, la gente tiene varios predios a cierta distancia entre sí, pero, gracias a una buena accesibilidad, el tiempo de viaje es corto; los predios son relativamente grandes en comparación con otros sitios de páramo. La gran mayoría de gente tiene acceso a riego y la mitad usa un sistema tecnificado. Hay carreteras pavimentadas hasta la cabecera parroquial y carreteras empedradas y de tierra hasta el páramo en relativamente buen estado. Todos tienen acceso a electricidad (en buen estado) y agua potable (entubada, no tratada). Las viviendas están ubicadas en un rango altitudinal que va desde los 3020 a 3245 msnm (Encuesta CGRR, 2011). La distancia de las casas a los terrenos (zona de cultivo o pastoreo) depende de la distancia de los barrios, en tiempo, aproximadamente diez minutos en automóvil o entre media hora y dos horas a pie. En cuanto a la presencia de vegetación natural, el 60 % de la gente entrevistada señaló disponer de un área de páramo en sus propios predios y el 40 % indicó contar con un área de bosque. A nivel comunitario,

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se cuenta con un área de reserva que está conservada, ahora con apoyo del programa Socio Bosque. Existen zonas erosionadas, principalmente en zonas bajas de casi todos los barrios. La situación del riego tecnificado es positiva; casi todos tienen acceso a riego. La ciudad más cercana a la comuna La Libertad es El Ángel, cabecera cantonal de Espejo, a 15 km por carretera asfaltada con buen servicio de transporte público. Del centro de La Libertad a otros barrios las vías son lastradas o empedradas y no están en buen estado. Todas las viviendas de las personas entrevistadas tienen acceso a electricidad con un servicio aceptable. La cobertura de agua entubada por red pública es del 82 % (INEC, 2010). El agua no recibe ningún tratamiento. Esto se refleja en la alta incidencia de enfermedades, principalmente en niños. La zona de San Juan es grande y variada (geográficamente) pero, en general, es relativamente seca con una historia larga de uso de tierra que ha causado deforestación, degradación de páramos y erosión. A pesar de la presencia de un área protegida, los páramos no están en buen estado de conservación y casi no hay bosque o arbustal natural. Los predios son relativamente pequeños, aunque con mucha diferencia por edad: los fundadores de la comuna (ahora adultos mayores) tienen predios mayores; también son los hombres los que tienen más predios y más grandes. Hay reforestación, pero pocas personas (representantes de autoridades) han aprovechado esta oportunidad.

El riego es necesario en esta zona relativamente seca por lo que muchos terrenos cercanos a las viviendas cuenten con diferentes sistemas para ello, no obstante, los predios a mayor altitud casi no tienen. Las mujeres tienen menos acceso al riego que los hombres y los representantes de las autoridades. La cobertura de agua potable no es completa, especialmente entre mujeres; el agua es entubada pero de buena calidad. La red eléctrica está casi completa (algunas mujeres no tienen) y mucha gente tiene acceso directo a la carretera que conecta la población con capitales provinciales.

Las personas mayores, que son los miembros fundadores y que compraron las tierras de la antigua hacienda, tienen los predios más grandes, mientras que las familias y herederos que se han ido incorporando a la organización comunitaria poseen menos terrenos (1 o

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2) y más pequeños (menos de 1 ha). Las diferencias en el uso están dadas por el tamaño y la localización. La mayoría de las personas entrevistadas tienen páramo natural en sus predios de mayor altitud. Dijeron que están en un estado “más o menos conservado”; 3 personas mencionaron que el páramo está degradado por la erosión pero otros dijeron que ahora está mejor conservado y recuperado porque hay menos pastoreo de ovejas. En esta zona hay pocos humedales, bosque o chaparral; los que mencionaron tener bosques se referían a cercas vivas o linderos. Los terrenos de la parte alta casi no tienen riego y los propietarios utilizan el agua de quebradas y vertientes. Solo 4 de las 12 mujeres entrevistadas tenían acceso a riego, pero a distancias largas, mientras que todos los hombres y 5 de las 7 personas en el grupo focal de autoridades sí tienen acceso. Poco más de la mitad de la gente tiene acceso a agua entubada, los otros mencionan que el agua está distante (1 a 4 km). La cobertura de agua para consumo humano es únicamente entubada (sin tratamiento). Las viviendas (“chozas”) que están fuera de los centros poblados o de las vías no tienen cobertura de este servicio. La mayoría de las viviendas tienen acceso a la red de energía eléctrica. El principal mercado, tanto para la venta de productos como para la adquisición de provisiones, está en la ciudad de Riobamba, aproximadamente a 40 minutos de sus viviendas en auto. La gente considera poco adecuada la calidad del transporte (cobro en exceso, no recogen pasajeros en la carretera). Pacaipampa es una zona de gran diversidad geográfica, los predios ocupan mayor rango altitudinal que en los otros sitios permitiendo cultivos varios, incluyendo frutales y café. La parte alta, con bosques y páramo, está en un estado de conservación relativamente bueno. Los habitantes tienen varios predios pequeños, distantes entre sí y asociados a vegetación natural (páramo o bosque

andino) con humedales y poca erosión. Recientemente, se han presentado varias actividades de reforestación. Muchas personas tienen acceso a riego a través de un sistema rústico. Hay poca cobertura de agua potable y la mayoría tiene acceso a red eléctrica, aunque en mal estado. Las carreteras están en muy mal estado, solo transitables en época seca.

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Las familias en Pacaipampa poseen en promedio 3 ha de terreno divididas en pequeñas parcelas en diferentes altitudes en el entorno de los páramos y bosques deforestados (2000 a 2700 msnm). La distancia desde la casa hasta los predios es de hasta 5 km. Casi todas las personas mencionaron tener páramo natural en sus parcelas altas (en buen estado de conservación) y humedales, chaparral o bosque (en estado intervenido o relativamente conservado). Parece que el esfuerzo reciente del comité de reforestación (véase sección capacidad sociorganizativa) ha dado fruto, pues casi todos los encuestados dicen tener árboles jóvenes de varias especies nativas y pinos. La mitad de los dueños de los terrenos dijeron tener algún grado de erosión. Se usa agua para riego durante el periodo seco con infraestructura rústica; la gran mayoría de entrevistados tiene acceso al sistema de riego. El acceso a agua potable (entubada) es muy bajo, solo 2 personas lo tienen. La cobertura del servicio eléctrico es mejor, 19 de 22 encuestados cuentan con ella. Las comunidades están conectadas con el pueblo de Curilcas por un camino de 20 km en mal estado que solo se puede usar en verano. Capacidad sociorganizativa A partir de las entrevistas a grupos focales, con un enfoque hacia el funcionamiento de la organización local y su contribución en la reducción de la vulnerabilidad, en esta sección se evalúa la capacidad sociorganizativa de las comunidades. La estructura de gobernanza (interna y externa), el mapeo institucional y un análisis más objetivo de esta estructura (para la identificación de liderazgos y espacios de influencia en el manejo de páramo) han sido objeto de otro estudio dentro de este mismo proyecto y sus

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resultados se encuentran en el capítulo de gobernanza. La capacidad organizativa de los habitantes en el páramo es relativamente buena pues hay una estructura local de representación de las comunidades en todos los sitios, ya sea a través de una figura institucionalizada como la Junta de Acción Comunal (Colombia), una persona jurídica como la comuna o asociación (Ecuador) o una organización tradicional legalmente reconocida, aunque más informal, como las Rondas Campesinas (Perú). Esta capacidad organizativa brinda

espacios de discusión, análisis y toma de decisiones. Además, es usada para las interacciones con agencias externas (públicas y privadas). Generalmente, la gente considera que estas organizaciones cuentan con buena representación y equidad en términos de edad y género. En varios casos, éstas han tenido una influencia marcada por el manejo del territorio mediante la formulación de planes de manejo, gestión de fondos y acciones concretas de conservación. Aparte de las organizaciones formales, existen otras organizaciones sectoriales (productivas, educativas) o informales (club de jóvenes, de adultos mayores). Éstas no tienen mucho impacto en el territorio pero en ciertos casos sí en la economía y en la sociedad local. Hay una marcada diferencia en la capacidad sociorganizativa entre los sitios. Los dos sitios de trabajo en Colombia tienen un escepticismo notablemente mayor sobre sus organismos de representación que en Ecuador o Perú. En Guerrero, debido a una situación de tensión con las autoridades ambientales, hay una baja percepción del funcionamiento y efectividad de la Junta de Acción Comunal (JAC). En Chingaza, los hombres y líderes consideran que estos organismos funcionan relativamente bien, pero casi todas las mujeres dicen que no son representativos, que no se reúnen frecuentemente y que no tienen influencia.

Sobre la falta de influencia, también coinciden varios hombres y, para los que sí hay influencia, ésta no es muy concreta pero ha logrado un cambio de mentalidad en los productores. La gente siente que no tiene autonomía para determinar el uso de su propio territorio. Del otro lado, las organizaciones sociales en los dos sitios de trabajo en Ecuador son fuertes, tienen historia, credibilidad y logran reunir con frecuencia todos los comuneros. Aunque con mayor representatividad de hombres que de mujeres, la gente considera a estas organizaciones representativas y democráticas. Estas organizaciones lograron impactos importantes como la gestión de fondos de Socio Bosque y el establecimiento de planes de manejo implementados de manera efectiva así como de organizaciones de turismo y artesanías. También en Pacaipampa, la Ronda Campesina cuenta con alta credibilidad y es considerada efectiva. En estos tres sitios la gente siente que tiene autonomía y control sobre su territorio. En Chingaza, todas las personas entrevistadas identificaron organizaciones que les representan localmente, especialmente la Junta del Acueducto y la JAC. Hay una clara diferencia de género en la percepción de la participación e influencia dentro de las organizaciones: los hombres y los propios miembros

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de estas organizaciones (participando en el grupo focal de autoridades) mencionaron que éstas son equitativas y funcionan con frecuencia adecuada; por el contrario, las mujeres consideraron que no son representativas de género y que no funcionan bien. Aunque todos dijeron que las organizaciones son buenos espacios para la reflexión y el análisis, también manifestaron que han tenido poca influencia en la comuna. Las organizaciones fueron consideradas poco efectivas por las mujeres mientras que para los hombres sí tienen un impacto importante y positivo. Hay presencia de asociaciones agrícolas identificadas

principalmente por los hombres. En los últimos años se ha presentado un mayor acercamiento a agencias nacionales o departamentales por la necesidad de resolver temas como la tenencia de tierra o el manejo del área protegida. Probablemente debido a la reglamentación vigente y a la presencia de agencias ambientales de diferente índole, la gente mencionó que siente poca autonomía sobre el manejo del territorio pues éste depende de sus decisiones solamente en algunos aspectos. Esta percepción fue mayor entre mujeres y menor entre los representantes de las autoridades.

En cuanto a los grupos que representan a la comunidad, las personas mencionaron especialmente a la Junta de Acueducto y ABSA Chingaza, la Empresa de Acueducto de Bogotá, la Alcaldía y la Junta de Acción Comunal. Las mujeres no creen que exista representación equitativa; por ejemplo, en la Junta de Acción Comunal sólo participa una mujer. En cambio, todas las personas en los grupos focales de hombres y de autoridades consideraban que sí existe representación equitativa de género y edad en las organizaciones. Todas las personas coincidieron en que existen procesos democráticos de toma de decisiones resaltando la votación y el consenso como los principales mecanismos. La influencia que han tenido las organizaciones de representación en espacios de incidencia política es valorada como media-baja, especialmente en el grupo de mujeres. Casi todos los hombres y representantes de autoridades aseguraron que la representación política de las organizaciones ha influido en las políticas públicas para la conservación del páramo, resaltando principalmente el trabajo de mejoramiento del territorio y las capacitaciones para la toma de conciencia de la comunidad.

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La presencia de asociaciones productivas es relativamente bien reconocida, aunque más por los hombres que por las mujeres. La percepción sobre su influencia en el manejo del páramo es baja. Hay consenso sobre el valor de la capacidad comunitaria para la organización, deliberación y el respeto por los acuerdos colectivos. Aunque hay un reconocimiento generalizado de los avances en los procesos participativos, también se afirmó que es necesario fortalecer estos espacios y tomar en cuenta una mayor presencia de las mujeres y los jóvenes. En Guerrero las organizaciones que representan la sociedad son la JAC y tres Juntas de Acueducto. Aunque la gente los considera espacios importantes que cuentan con mucha participación y se reúnen con relativa frecuencia, son considerados poco efectivos. Igual que en Chingaza, hay una marcada diferencia entre mujeres y hombres en la percepción de la equidad y el funcionamiento de las Juntas: las mujeres tienen una opinión más negativa de su influencia. En la vereda, son evidentes el malestar y la resistencia hacia las autoridades ambientales, principalmente hacia la CAR de Cundinamarca, debido a la desconfianza generada en los procesos de planificación y ordenamiento territorial realizados sin consulta previa o sin información suficiente. Así, existe un sentimiento de falta de autonomía y control sobre el territorio y también un escepticismo frente a la efectividad de la JAC. Los habitantes mencionan frecuentemente espacios no formales (como la asociación de padres de familia) que ahora tienen mayor poder de convocatoria, aunque sin

impacto en el territorio. La capacidad sociorganizativa en La Libertad es fuerte, considerando la historia de existencia de la comuna y su consejo, la frecuencia de asambleas y reuniones y la influencia que tiene en políticas locales (plan de manejo, acuerdos con municipio y provincia, comanejo en la Reserva Ecológica y acuerdo con Socio Bosque). Aunque las mujeres están aumentando su participación, todavía hay una subrepresentación en la asamblea y el consejo. Si bien la comuna tiene bastante influencia en el manejo del territorio y logró importantes hechos, siguen existiendo desafíos relacionados con el control del avance del límite agrícola. En complemento a la organización representativa general (comuna y consejo) hay varios grupos sociales informales de diferentes grupos de la comuna (jóvenes, mujeres, tercera edad) e inclusive asociaciones más formales de asistencia técnica agrícola y financiera. La gente considera que cuentan con autonomía frente al manejo del territorio.

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Actualmente el Consejo de la Comuna Indígena Pasto La Libertad tiene una presidenta, siendo la primera mujer que ocupa este cargo, después de 42 hombres. La comuna se reúne en asamblea el último domingo de cada mes. La asistencia a las reuniones de la asamblea es bastante buena, especialmente desde el ingreso de la comuna en el programa Socio Bosque. El consejo y la comuna han conseguido importantes logros concretos para la conservación del territorio: es reconocida jurídicamente como organización ancestral -el Plan de Ordenamiento Territorial de la parroquia La Libertad reconoce a la comuna ancestral Pasto dentro de su jurisdicción-, la comuna cuenta con un plan de manejo actualizado con regularidad y se han consolidado acuerdos con el Ministerio de Ambiente sobre el comanejo del área comunal dentro de la Reserva Ecológica El Ángel. Tener una comuna con un consejo funcionando y títulos reconocidos fue clave para ingresar al programa Socio Bosque, a través del cual se adquieren fondos para acciones comunales. Aparte del Consejo existen otras organizaciones sociales y productivas, conformadas por hombres y mujeres de diversos grupos de edad, que son compatibles con el esquema sociorganizativo de base. La Asociación Agropecuaria El Vicundo agrupa a pequeños productores y productoras y ha logrado establecer convenios con instituciones como el MAGAP para brindar asistencia técnica, semillas y equipos de riego; además, esta asociación ofrece pequeños préstamos a sus socios para cubrir la escasez de alimentos y la pérdida de animales en la producción agropecuaria. Las familias de las comunidades de San Juan reconocen como organizaciones más importantes a sus propias asociaciones (Pulinguí San Pablo y Chorrera Mirador). Son organizaciones establecidas desde décadas atrás, consideradas por los habitantes como espacios importantes para la reflexión, análisis y discusión y han alcanzado importantes logros como el acuerdo con Socio Bosque, la zonificación del páramo y el manejo de ganado vs. alpacas. Aunque

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son espacios cuantitativamente dominados por los hombres, inclusive la mayoría de las mujeres los considera equitativos. Son considerados como la principal autoridad de toma de decisiones y han tenido una importante influencia en el manejo del territorio. Otro aspecto importante es que se trata de las asociaciones que formaron subgrupos para un manejo eficiente de temas como artesanías, turismo y manejo de páramo.

El centro poblado de San Juan está conformado por más de 2000 personas agrupadas en unas 350 familias. De éstas, unas cuantas familias han conformado comunidades más pequeñas como son las de San Pablo y de Chorrera Mirador. La mayoría de los entrevistados consideraron que tienen representación equitativa de género y edad y brindan un espacio para debatir los principales problemas y encontrar soluciones a los conflictos que se presentan, a través de procesos democráticos en las asambleas. Han logrado acuerdos para el manejo del páramo, incluyendo la reducción del pastoreo, disminución de quemas y caza. De hecho, la firma de un convenio para la conservación del páramo con el programa Socio Bosque es uno de los resultados con mayor impacto en los territorios de las comunidades y en la economía familiar. En el interior de las comunidades existen otras organizaciones que han nacido buscando la posibilidad de emprender actividades complementarias a las prácticas agrícolas como es el caso del turismo comunitario y las artesanías de fibra de alpaca. La gente siente que puede determinar el uso de la tierra en la comunidad con libertad. Las personas entrevistadas manifestaron que los cabildos de las comunidades tienen autonomía y están orientados a un mejor manejo del páramo a través de la planificación de la comunidad y la promoción de la no expansión de la frontera agrícola. En Pacaipampa existe un determinado número de organizaciones locales de base que cumplen funciones específicas. La Ronda Campesina es la más importante y constituye la base social para el manejo de territorio. El control administrativo es realizado por personas designadas por entidades gubernamentales mayores (Teniente Gobernador por el Estado y Agente Municipal por el municipio) en coordinación con las rondas o la comunidad. Hay una organización específica para el manejo de páramos (Asociación de Agricultores

Conservacionistas de los Páramos y Bosques de Neblina de Pacaipampa). Entre la población hay una percepción positiva de la participación en la ronda y la asociación (equidad y frecuencia) y sienten que éstas tienen influencia concreta sobre el territorio. Hay algunos otros grupos más informales (Madres y Padres de Familia, Comité Vaso de Leche, Comité de Reforestación), cuya influencia es considerada variable. En general, los habitantes sienten que tienen autonomía para decidir sobre el manejo de su territorio.

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@COLECTIVO SINESTESIA

7. Contexto institucional de gobernanza para enfrentarse al cambio climático: políticas públicas regionales y nacionales Regional La evidente amenaza de cambio climático en los Andes ha incidido en varias políticas públicas relacionadas a este fenómeno en los tres países bajo consideración. Este marco de políticas fue analizado en el estudio Panorama Andino del Consorcio para el Desarrollo Sostenible de la Ecorregión Andina (CONDESAN) y la Comunidad Andina (CAN); algunos textos a continuación forman parte del trabajo mencionado (Maldonado et al. 2012), resumidos y complementados por el autor del presente documento. A nivel regional, el páramo es considerado un ecosistema estratégico y está incluido en varias decisiones y políticas de la CAN, incluyendo la Estrategia Regional de Biodiversidad para los Países Andinos Tropicales (Decisión 523) y la Estrategia Andina para la Gestión Integrada de Recursos Hídricos (Decisión 763). El mayor plan estratégico de la CAN (Agenda Ambiental Andina 2012-2016) hace un llamado a la promoción de la gobernanza social para la conservación de los ecosistemas andinos, el desarrollo de un plan de acción subregional para páramos

y la creación y fortalecimiento de un grupo de expertos en páramo. A nivel de la CAN, en coordinación con las Oficinas de Cambio Climático de los Países Andinos (SGCAN 2009), en el 2008 se realizó una propuesta de plan de acción en la que se establece un conjunto de lineamientos y acciones comunes para afrontar los retos que impone el cambio climático, con el propósito de fortalecer los esfuerzos desarrollados a nivel nacional y consolidar el posicionamiento de la subregión a nivel internacional. En la XVII reunión del Comité de Altas Autoridades Ambientales en 2009, se recomendó avanzar en el proceso de construcción de la Estrategia Andina de Cambio Climático -en coordinación con las instancias gubernamentales de cambio climático de cada país y con base en el plan de acción- logrando una coordinación como complemento a lo avanzado a nivel nacional y fortaleciendo los espacios de diálogo que existen para el desarrollo de una agenda de temas comunes. Los cancilleres de la CAN, en el marco de la Agenda Estratégica Andina aprobada en 2010, definieron en el punto 6 sobre Medio Ambiente la necesidad de desarrollar

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e implementar planes de trabajo sobre cambio climático y de desarrollar las capacidades comunitarias y nacionales para enfrentar los efectos del cambio climático mediante acciones concretas. Sin embargo, aparte de una serie de publicaciones y un evento internacional que resultó en una propuesta de acción (Clima Latina. 21 recomendaciones para el siglo XXI. CAN, 2009), la CAN no ha emitido políticas o estrategias concretas sobre cambio climático. Nacional Colombia, Ecuador y Perú forman parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC), el acuerdo multilateral internacional sobre medio ambiente. En respuesta a los compromisos internacionales adquiridos en este contexto, los tres países han incluido progresivamente la temática de cambio climático dentro de sus agendas nacionales y regionales (en sus planes de desarrollo) y han logrado avances importantes en cuanto al fortalecimiento institucional y la preparación de instrumentos de política, de acuerdo a sus características y contextos nacionales. La CMNUCC es un convenio para acordar, entre las partes, la disminución de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Inicialmente, proponía negociar medidas de reducción, especialmente

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para países desarrollados (incluidos en el protocolo de Kioto); en la actualidad, está desarrollando un acuerdo global que también involucrará la reducción de emisiones para los países en vía de desarrollo después de 2015. Un aspecto importante de la CNMUCC para los tres países andinos de este estudio son los mecanismos que propone para la colaboración internacional: Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL); Reducción de Emisiones de Deforestación y de Degradación de bosques (REDD); fondos de colaboración norte-sur para la adaptación; desarrollo y transferencia de tecnología; y fortalecimiento de capacidades para la aplicación de la convención (los últimos vía el Fondo para el Medio Ambiente Mundial -GEF- y mediante fondos bilaterales, principalmente). Un compromiso de los países ante la CMNUCC es hacer comunicaciones nacionales sobre el estado del cambio climático, las emisiones y las medidas de adaptación y mitigación en cada país. En años recientes, Colombia, Ecuador y Perú han entregado su segunda comunicación nacional (Cabrera et al., 2010; MAE y Proyecto GEF/PNUD/MAE, 2011; MINAM, 2010). Los tres países andinos participantes en este proyecto han hecho varios esfuerzos de fortalecimiento institucional y desarrollo de políticas públicas sobre cambio climático. Actualmente estos esfuerzos se han plasmado en un conjunto

de marcos institucionales y normativas que crean un ámbito de trabajo tendiente a la gestión integral e intersectorial del cambio climático a escala nacional y subregional. Colombia inició sus actividades en respuesta a los compromisos adquiridos ante la CMNUCC, designando su punto focal nacional a dependencias internas del Ministerio del Ambiente. En el marco del Sistema Nacional Ambiental (SINA), el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) asumió responsabilidades técnicas para el tema y coordinó la elaboración de las comunicaciones nacionales ante la Convención. En 2002 se creó la Oficina Colombiana para la Mitigación del Cambio Climático dentro del Ministerio de Ambiente. La arquitectura actual para la gestión del cambio climático en Colombia resulta del proceso de estructuración del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible impulsado en 2012, a partir del cual se crea la Dirección de Cambio Climático para asumir el liderazgo del tema a nivel nacional. Además, el tema ha sido incluido en diferentes entidades del Gobierno Nacional, creándose instancias especializadas como la Dirección de Gestión de Riesgos del Ministerio del Interior y de Justicia y la Red Interinstitucional de Cambio Climático y Seguridad Alimentaria, liderada por el Ministerio de Agricultura. En este contexto, como mecanismo de coordinación intersectorial se creó un

Sistema Nacional de Cambio Climático (SISCLIMA), conformado por altas autoridades de los ministerios públicos y grupos interdisciplinarios de trabajo especializados en distintas temáticas (CONPES 3700 del 2011). Adicionalmente, Colombia ha logrado la articulación de institutos de investigación asociados al SINA: el IDEAM, el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, el Instituto de Investigaciones del Pacífico, el Instituto de Investigaciones Amazónicas y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras, que están desarrollando proyectos en los diferentes temas relacionados con el cambio climático. En el año 2002, el Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial y el Departamento Nacional de Planeación (DNP) elaboraron los Lineamientos de Política de Cambio Climático, que definen las principales estrategias para la mitigación y adaptación al fenómeno, en el marco de la CMNUCC, del Protocolo de Kioto y de la Primera Comunicación Nacional sobre Cambio Climático. Colombia ha integrado la problemática de cambio climático en sus planes nacionales de desarrollo a partir del 2002, estableciendo, en un principio, metas relacionadas a la incursión del país en el mercado de carbono (Plan Nacional de Desarrollo 2002-2006); posteriormente,

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el Plan Nacional de Desarrollo 2010-2014 estableció las bases para la implementación de medidas de adaptación y una estrategia colombiana de desarrollo baja en carbono. Actualmente, con una nueva administración gubernamental (empezando en agosto 2014) se espera continuar con esta priorización nacional

del tema. En consolidación con los esfuerzos realizados a nivel político, en 2011, el DNP emite el CONPES 3700 con el fin de articular las acciones y políticas del país para hacer frente al cambio climático. Esta política busca:

“[…] generar espacios para que los sectores y los territorios integren dicha problemática [de cambio climático] dentro de sus procesos de planificación, articular a todos los actores para hacer un uso adecuado de los recursos, disminuir la exposición y sensibilidad al riesgo, aumentar la capacidad de respuesta y preparar al país para que se encamine hacia la senda del desarrollo sostenible, generando competitividad y eficiencia.” En el 2011, CONPES 3700 crea el Sistema Nacional de Cambio Climático (SISCLIMA). En el PND (luego conectado al SISCLIMA) se propone el desarrollo de un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC). La mesa técnica de este plan está formada por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el DNP, el IDEAM y la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos y Desastres (USGRD). La UNGRD es la institucionalidad que coordina el funcionamiento, desarrollo continuo y fortalecimiento del Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres. En 2001, el Ministerio de Ambiente impulsó una política de páramos específica (Programa para el Manejo Sostenible y

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Restauración de Ecosistemas de la Alta Montaña Colombiana) que invitaba a las Corporaciones Autónomas Regionales a caracterizar y mapear sus páramos y desarrollar planes de manejo. Varias leyes excluyen actividades económicas del páramo, tales como la minería o la reforestación comercial (Artículos 34 Ley 1.382 de 2010 y 7 Ley 1.377 de 2010 respectivamente). El Plan Nacional de Desarrollo (PND) hace un llamado a la delimitación del páramo para hacer factible la aplicación legal de estas normas, un esfuerzo que actualmente implementa y dirige el Instituto Alexander von Humboldt. Adicionalmente, la nueva política de biodiversidad promueve un enfoque ecosistémico para la gestión integrada de la biodiversidad e incluye

los servicios ecosistémicos como un foco. En este sentido, el Decreto 953 de 2013 modifica la Ley 99, que obligaba a las autoridades territoriales a invertir el 1 % de sus ingresos en la conservación de áreas naturales relevantes para la gestión del agua, y permite el destino del 1 % para el pago por servicios ecosistémicos, particularmente para propietarios de tierras de bajos recursos, haciendo énfasis en el páramo. Actualmente está en redacción una política para páramos (CONPES páramo). Debido a la emergencia por inundaciones en 2010 y 2011, Colombia decidió integrar el tema de adaptación con planes de ordenamiento territorial y planes de gestión de riesgos y desastres sin desarrollar planes específicos (territoriales o sectoriales) de adaptación. Se espera que a nivel descentralizado, cada autoridad territorial (departamento y municipio) desarrolle su plan de gestión de riesgos. En respuesta a las mencionadas emergencias, Colombia creó el Fondo Nacional de Adaptación como parte del SISCLIMA. Este fondo tiene la misión de facilitar los recursos (nacionales y de cooperación internacional) para la reconstrucción de las áreas afectadas por emergencias (2010 y 2011). Tiene tres ejes fundamentales: reconstrucción (transporte, saneamiento/ agua, vivienda, infraestructura de salud e infraestructura de educación), prevención y mitigación (medio ambiente,

macroproyectos) y reactivación económica de zonas afectadas. Este fondo financia, entre otros, el proceso de delimitación de páramos y humedales para la aplicación de la normativa especial de ecosistemas estratégicos. Para el departamento de Cundinamarca (donde se encuentra todo el páramo de Guerrero y parte del páramo de Chingaza), la gobernación, con ayuda de PNUD, está actualmente desarrollando una Plan Regional de Cambio Climático (PRICC). En 1993 se dio inicio al denominado Proceso del Cambio Climático en Ecuador (PCCE), liderado por el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), quien contribuyó a la conformación provisional del Comité Nacional del Clima (CNC) en el año 1999, instancia adscrita al Consejo Nacional de Desarrollo Sostenible de la Presidencia de la República. El Ministerio del Ambiente de Ecuador (MAE) creó la Unidad de Cambio Climático en el año 2000, que luego se convirtió en la Autoridad Nacional Designada para MDL. Al mismo tiempo, se creó la Corporación para la Promoción del Mecanismo de Desarrollo Limpio (CORDELIM), encargada de actividades de capacitación, difusión, tutoría y asistencia técnica de proyectos MDL (CORDELIM, 2007). En noviembre de 2008, se reemplazó la Unidad de Cambio Climático por la

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Dirección Nacional de Cambio Climático, Producción y Consumo Sustentable (DNCCPCS) y en 2009, por la Subsecretaría de Cambio Climático (SCC) -actualmente encargada de liderar las acciones del país en mitigación y adaptación para hacer frente al cambio climático-. Dicha Subsecretaría cuenta con una Dirección Nacional de Adaptación y una Dirección Nacional de Mitigación: la primera, encargada del diseño, coordinación y seguimiento de políticas y proyectos de adaptación al cambio climático; la segunda, encargada del análisis, aprobación, apoyo técnico y seguimiento a proyectos MDL, la actualización de inventarios de GEI y la elaboración de las comunicaciones nacionales ante la CMNUCC. Complementariamente, a partir del año 2010, existe el Comité Intersectorial de Cambio Climático, conformado por varios ministerios y secretarías de Estado, que está facultado para: coordinar, dictar y facilitar la ejecución integral de políticas; promover y solicitar la preparación de investigaciones, estudios y acciones para promover la mitigación y adaptación al cambio climático; y gestionar lo relacionado con el trabajo de grupos interinstitucionales, las actividades de generación de capacidades, comunicación y educación y la consecución de recursos de cooperación internacional. El primer instrumento de política desarrollado en el Ecuador es el Plan de Acción del CNC, aprobado en el

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2001, el cual orienta la formulación de lineamientos, políticas y estrategias sobre cambio climático; la priorización de sectores para el establecimiento de programas a corto y mediano plazo; el impulso de incentivos para la introducción de nuevas tecnologías; el establecimiento de programas de información y educación; el fomento a la investigación enfocada en reducir los niveles de incertidumbre; y el establecimiento de un mercado de tecnologías limpias, entre otros temas (MAE, 2001). Teniendo en cuenta la inclusión del tema en la Constitución Política del Ecuador aprobada en el 2008, el Gobierno Nacional declara la adaptación y mitigación del cambio climático como política de Estado a través del Decreto Ejecutivo No. 1815 del 2009. La problemática de cambio climático está incluida en los Planes Nacionales del Buen Vivir 2010-2013 y 2013-2017; en este último se establecen metas cuantificables para la reducción de la deforestación, el incremento de fuentes de energía alternativa promoviendo un cambio de la matriz energética y la reducción de la vulnerabilidad frente a los eventos hidrometeorológicos extremos. En el 2011, se aprobó la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC). Este instrumento, que se convertirá en el núcleo de trabajo sobre el tema, abarca Programas Nacionales de Adaptación y Mitigación y contempla algunos ejes transversales como financiamiento,

participación social, políticas sectoriales, fortalecimiento de capacidades y negociaciones internacionales. En Ecuador el páramo está regulado por el Plan Ambiental, la Estrategia Nacional de Conservación de la Biodiversidad y la Política de Ecosistemas Andinos. Ecuador ha adoptado una Constitución avanzada que reconoce los derechos de la naturaleza (Art. 71) y salvaguarda y promueve la conservación de la biodiversidad, suelos y ecosistemas frágiles (Art. 276; 404; 409). La Constitución reconoce explícitamente a los páramos y humedales como ecosistemas frágiles y críticos para el bienestar humano (Art. 406). También considera que los servicios ecosistémicos no pueden ser privatizados y su provisión, uso y aprovechamiento están regulados por el Estado (Art. 74). Estos compromisos están incluidos en el Plan Nacional de Desarrollo (Plan Nacional del Buen Vivir) al igual que otras estrategias y planes ambientales. El programa nacional de incentivos para la conservación Socio Bosque tiene un capítulo particular para páramos; su objetivo es conservar los ecosistemas naturales y sus servicios ecosistémicos, incluyendo la regulación hídrica y el almacenamiento de carbono. Perú creó en 1993, a partir de la ratificación de la CMNUCC, la Comisión Nacional sobre los Cambios Climáticos (CNCC) bajo

la presidencia institucional del Ministerio de Relaciones Exteriores. La CNCC tuvo por objetivo coordinar la implementación de la CMNUCC con los actores de los sectores público y privado a los que concernía la materia (MINAM, 2010). En 1996, el Consejo Nacional del Ambiente (CONAM), como organismo coordinador de la gestión ambiental, presidió la CNCC y fue designado como punto focal de la CMNUCC para Perú y Autoridad Nacional Designada para el MDL (CONAM, 2001). Desde 2008, tras la creación del Ministerio del Ambiente de Perú (MINAM) y la asociada desaparición del CONAM, las actividades relacionadas con la temática están lideradas por el MINAM a través de la Dirección General de Cambio Climático, Desertificación y Recursos Hídricos del Viceministerio de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales. Como autoridad rectora, el MINAM trabaja en coordinación con instituciones adscritas como el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (SENAMHI), el Instituto Geofísico del Perú (IGP), el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (SERNANP). La CNCC, presidida actualmente por el MINAM, tiene la responsabilidad principal de promover la actualización e implementación de la Estrategia Nacional de Cambio Climático, con actores públicos y privados del país.

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La CNCC, bajo la dirección del CONAM, inició en 2001 el proceso de elaboración de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), la misma que fue aprobada en octubre de 2003. Esta estrategia constituyó el instrumento orientador de las estrategias, planes y proyectos de desarrollo nacional, regional y local. De manera posterior a la creación del MINAM, la Política Nacional del Ambiente (aprobada en el 2009) establece los Lineamientos de Política sobre Cambio Climático, numeral 9 del eje de Política 1 “Conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos naturales y de la diversidad biológica”. Estos lineamientos contemplan incentivar la aplicación de medidas para la mitigación y adaptación al cambio climático, el establecimiento de sistemas de monitoreo, el desarrollo de proyectos que contribuyan con la mitigación de los efectos del cambio climático y la promoción del uso de tecnologías adecuadas. Con el fin de articular las acciones de las estrategias regionales de cambio climático en el marco de la ENCC, el MINAM publica la Guía Metodológica para la Elaboración de Estrategias Regionales en la cual se promueve una efectiva interacción con los niveles institucionales de gestión ambiental para el abordaje del tema de cambio climático (MINAM, 2009). El

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Gobierno Regional de Piura elaboró una estrategia regional de cambio climático (Gobierno Regional de Piura, 2013) con los objetivos de proponer medidas de adaptación; transversalizar el cambio climático en políticas, programas y planes de desarrollo; reducir emisiones y captura de carbono; promover la gestión integral de recursos hídricos; y generar información. En línea con la Política Nacional del Ambiente, en el 2010, el MINAM aprobó el Plan de Acción de Adaptación y Mitigación frente al Cambio Climático, que considera, bajo la forma de 68 proyectos en diferente estado de formulación, acciones de respuesta a las necesidades de mitigación y adaptación al cambio climático por parte de las regiones y sectores del país. Este documento ofrece herramientas a corto, mediano y largo plazo, para que los tomadores de decisiones en los tres niveles de gobierno puedan implementar acciones concretas orientadas a la adaptación y mitigación del cambio climático en su región o distrito. En el 2010, el MINAM lanza el Programa Nacional para la Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático (PNCB). Este programa tiene el objetivo de conservar mediante incentivos directos a personas que voluntariamente protegen sus bosques (similar al programa Socio Bosque) y a actividades REDD+ (PCBN es punto focal REDD+ en Perú).

Perú ha reconocido los ecosistemas húmedos altoandinos (páramo y su extensión sur: jalca) como ecosistemas frágiles en su ley general ambiental (28611, 20054), estableciendo la regulación de la conservación del páramo y la jalca, actualmente en desarrollo. Las regiones fronterizas (Carchi: ColombiaEcuador y Piura: Ecuador-Perú) tienen programas binacionales que incluyen capítulos ambientales apoyados en Comisiones Binacionales para la gestión transfronteriza de ecosistemas y cuencas compartidas (Mira-Guaytara-Putumayo y Catamayo-Chira, respectivamente). Perú ha reconocido los ecosistemas húmedos altoandinos (páramo y su extensión sur: jalca) como ecosistemas frágiles en su ley general ambiental (28611, 20054), estableciendo la regulación de la conservación del páramo y la jalca, actualmente en desarrollo. Las regiones fronterizas (Carchi: ColombiaEcuador y Piura: Ecuador-Perú) tienen programas binacionales que incluyen capítulos ambientales apoyados en Comisiones Binacionales para la gestión transfronteriza de ecosistemas y cuencas compartidas (Mira-Guaytara-Putumayo y Catamayo-Chira, respectivamente).

Del conocimiento a la política El marco político de los tres países demuestra que los Estados están preocupados por los efectos del cambio climático, esto ha sido traducido en institucionalidad, legislación y planificación sobre el tema. Es notable que cada uno de ellos haya desarrollado una estrategia nacional de cambio climático que es implementada a través de diferentes mecanismos e instrumentos. En general, se han priorizado ecosistemas de montaña y, en los casos de Colombia y Ecuador específicamente de páramo. Las tres estrategias están basadas en los escenarios incluidos en las comunicaciones nacionales ante la CMNUCC. En este sentido, contemplan el conocimiento existente al momento de formular estas estrategias. Sin embargo, el presente estudio demuestra que los escenarios de cambio climático son bastante inciertos (especialmente en cuanto a precipitación, que es el factor que más interesa a las comunidades rurales de páramo) y solo son aplicables a gran escala (región o país) sin mucho valor para la escala local (comunidades de páramo). Las estrategias nacionales poco han incluido estudios concretos a nivel local o análisis de datos históricos de forma sistemática ya que, de un lado, dependen de las comunicaciones nacionales (de por sí enfocadas a gran escala) y, de otro, se diseñaron de cinco

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a diez años atrás, cuando existían aún menos estudios concretos sobre los impactos locales.

En realidad, temas sociales como género y etnicidad son muy poco tratados en las estrategias de los tres países.

Así, la principal debilidad de las estrategias nacionales de cambio climático para su aplicación efectiva en el páramo es su falta de especificidad, solo se incluyen líneas de acción general para el país. Si bien las estrategias hacen alusión a una situación de mayor vulnerabilidad de la alta montaña, la alta montaña es muy diversa, y no se incluyen las diferentes manifestaciones del cambio climático de las diferentes zonas. Solo Perú tiene estrategias desarrolladas por zona, incluyendo Piura, la región con la mayoría de los páramos; no obstante, en Piura existen pocos datos que expliquen la gran variabilidad altitudinal de los Andes y la estrategia regional no se ha basado en datos reales. En Colombia, la estrategia regional para Cundinamarca está en proceso de desarrollo. Esta estrategia sí está incluyendo la riqueza de los datos que existen en esta región, la que probablemente tiene la mayor cantidad de información climática de los Andes.

Un aspecto del cambio climático que es comprobado en cada país y en cada zona donde se implementa el proyecto “Comunidades de los Páramos” es que los efectos extremos (asociados con El Niño y La Niña) tienen más impacto que el cambio climático a largo plazo. Esta realidad sí ha sido considerada en las estrategias nacionales de Colombia y Perú (no así en Ecuador). En Colombia, esto ha resultado en una visión que combina la estrategia de adaptación con la gestión de riesgos. En la estrategia nacional de Perú, y claramente en la estrategia regional de Piura, la gestión de riesgo frente a El Niño es claramente identificada. En Ecuador, aunque no se menciona la interacción entre cambio climático y eventos extremos, sí se considera la gestión de riesgos como un eje transversal.

Si bien las estrategias e instrumentos asociados están basados en información existente (comunicaciones nacionales), ninguno toma en cuenta las percepciones de la población y sus diferencias en relación al paisaje o al grupo poblacional.

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De la política a la práctica Los principales instrumentos para la implementación de las estrategias de adaptación en los países son análisis, estudios y zonificación. En realidad, hay todavía pocas acciones concretas que brindan apoyo directo a comunidades en el campo. En parte, esto es debido a que el

proceso de formular estrategias nacionales, crear plataformas institucionales para su gestión, buscar aprobación formal y traducirlo en acción es un proceso largo y aún no ha concluido. Del otro lado, es evidente que hay una brecha temporal entre la decisión de un país de considerar el cambio climático como una prioridad (incluido en leyes, instituciones y estrategias) y la decisión de destinar los recursos necesarios. No obstante, en los últimos años cada país ha creado programas importantes directa o indirectamente relacionados a la adaptación de cambio climático, entre ellos el Fondo de Adaptación en Colombia, el Programa Socio Bosque en Ecuador y el Programa Nacional para la Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático en Perú; los tres financiados, principalmente, con fondos nacionales.

Las principales maneras en que los países están apoyando directamente a comunidades locales para la adaptación al cambio climático son proyectos específicos, generalmente apoyados por entidades externas como GEF, Banca multilateral (Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, KfW, Corporación Andina de Fomento) y la cooperación técnica bilateral (Estados Unidos, Alemania, Suiza, Bélgica, Finlandia, España, Unión Europea). En conjunto con estos donantes, se han desarrollado varios programas relativamente grandes de capacitación, incentivos,apoyoaprocesosdeplanificación, conservación o proyectos productivos. En la ejecución de estos proyectos intervienen varias organizaciones de conservación y desarrollo sostenible (UICN, Conservación International, Fundación Avina, por ejemplo).

8. Contexto local de gobernanza en las comunidades de páramo En cada una de las comunidades en dónde se implementa el proyecto (Chingaza y Guerrero en Colombia, El Ángel y Chimborazo en Ecuador y Piura en Perú) se realizó un análisis de la gobernanza, el tejido sociorganizativo y el liderazgo, con

el propósito de obtener una impresión clara del sistema de toma de decisiones en la comunidad y así recoger insumos para orientar la intervención en el futuro (fortalecimiento de capacidades, aplicación de buenas prácticas y construcción de

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políticas) de acuerdo al contexto local. Los resultados de los análisis de gobernanza atienden a los contextos específicos en cada localidad y sirven como una ilustración de su situación actual. Una mirada regional permite visualizar elementos y dinámicas comunes en torno al sistema de toma de decisiones en las comunidades de páramo: tejido sociorganizativo e institucional, estructuras (formales e informales), formas y mecanismos que permiten o dificultan la toma de decisiones y actores involucrados (internos y externos, directos e indirectos). El presente capítulo representa un esfuerzo por integrar los análisis realizados en los tres países, con la clara perspectiva de aportar a la discusión y aprendizaje sobre los espacios, estructuras y dinámicas presentes en las comunidades, realidades que deben ser consideradas para el diseño y aplicación de buenas prácticas y la construcción de políticas para la adaptación al cambio climático a nivel regional. Se establecen elementos comunes y diferenciadores arrojados por los estudios locales sobre las características, los actores y las relaciones que existen entre ellos. La finalidad es reflexionar sobre lo que estos arreglos en la gobernanza comunitaria dicen de las comunidades en los páramos de los países que son parte del proyecto. Si bien las características del tejido organizativo y de las estructuras y

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mecanismos de toma de decisiones son “toponímicas” (propias para cada lugar), hay rasgos y prácticas comunes que se pueden resaltar. Contexto socioeconómico Las cinco comunidades comparten niveles considerables de pobreza y marginalidad. La situación socioeconómica de las familias es bastante precaria, en especial en relación a los ingresos monetarios. Al respecto se destaca la parroquia de San Juan que, de acuerdo a los indicadores de pobreza nacionales, cuenta con los niveles de incidencia más altos (83 % de pobreza y 53 % de extrema pobreza). A su vez, Guerrero se encuentra en el otro lado del espectro pues es una zona con dinamismo económico vinculado a una importante producción de papa para el mercado doméstico; no obstante, con la promulgación vigente de un nuevo marco regulatorio que prohíbe las actividades agrícolas sobre los 3000 msnm, esta comunidad enfrenta una serie de desafíos para la transformación productiva. Por otra parte, las comunidades presentan déficits en relación a servicios de salud y educación. En el caso de Pacaipampa, la distancia a centros poblados y la deficiente infraestructura vial constituyen factores de aislamiento económico. Estas condiciones influyen en las estructuras de gobernanza y en las relaciones entre los actores

presentes al interior de las comunidades y fuera de éstas. Se observa que la necesidad de conjugar estrategias de medios de vida sostenibles con la conservación del ecosistema es un desafío transversal en todas las comunidades. En las cinco comunidades, la agricultura y crianza de animales es la actividad predominante. Esta actividad es la principal fuente de ingresos, que varía entre las comunidades según su vinculación con el mercado y las opciones de venta. Pacaipampa es la comunidad con menor conexión con el mercado por la dificultad de acceso vial, mientras que Guerrero tiene una fuerte vinculación con la producción doméstica de papa. Además, el tamaño de las propiedades también influye en la capacidad productiva de las comunidades y, por ende, en su situación socioeconómica. Como se discute en el

capítulo de vulnerabilidad y capacidades, si bien, las familias tienen propiedades para la producción, ya sea a través de títulos formales o consuetudinarios, éstas son bastante pequeñas. Hay diferencias en cuanto a su capacidad material para la producción, donde dos de las comunidades -Guerrero y La Libertad- muestran mejores capacidades, tanto por el tamaño de sus predios como por la tenencia de ganado. En el otro extremo están las comunidades de San Juan y Pacaipampa donde esa capacidad material es mucho menor, elemento que aumenta su vulnerabilidad económica. Desde una perspectiva de gobernanza, las diferencias en la situación socioeconómica de las comunidades y sus capacidades materiales -elemento clave para su adaptación al cambio climático- revelan ciertos hallazgos:

En las comunidades hay poca presencia de instituciones financieras. Según la información compilada para el análisis de vulnerabilidad y capacidades, el uso de cuentas bancarias, la posesión de ahorros y el acceso a crédito son bajos. Esta situación se corrobora en el análisis de actores, donde se identificaron muy pocas instituciones y programas de apoyo financiero. Solamente en San Juan y La Libertad se mencionaron a los Gobiernos Provinciales, al Ministerio de Agricultura y al Programa Socio Bosque (Ministerio del Ambiente), como actores involucrados en la provisión de asistencia técnica y financiera. En Chingaza, gran parte de la discusión durante el ejercicio de gobernanza giró en torno a la necesidad de buscar el pago de los servicios hídricos a la comunidad por parte de la Empresa de Acueductos de Bogotá, lo cual es posible dado los lineamientos de políticas públicas que tiene

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el país al respecto33. En Guerrero, la discusión sobre gobernanza dio cuenta de la puesta en marcha de programas de transformación productiva debido a la gran dependencia que las familias tienen frente a la producción agrícola en los páramos y que ahora se ha restringido. Sin embargo, la comunidad (líderes y población en general) muestra un alto grado de resistencia a los actores gubernamentales y también no gubernamentales, por lo que esto es claramente un desafío. En Pacaipampa el ejercicio tuvo otra lógica, se observaron, sin embargo, varios actores gubernamentales con proyectos asistencialistas (Vaso de Leche) y proyectos vinculados a la conservación y manejo de áreas protegidas (Profonanpe). De acuerdo a lo descrito en el apartado de vulnerabilidad y capacidades, las comunidades tienen diferencias en su capacidad material, la misma que se establece en función del tamaño del predio y de la presencia de mayor cantidad de ganado. De esto se desprende que Guerrero y La Libertad cuentan con mejor capacidad material, Chingaza está en un nivel intermedio y San Juan y Pacaipampa tienen serios déficits (en especial este último). Desde el punto de vista de gobernanza, las discusiones comunitarias denotan ciertos elementos de interés. En Guerrero, se identificaron un número amplio de actores productivos clasificados como propietarios, arrendatarios y grandes productores de papa. La discusión en esta comunidad evidenció fisuras y niveles de conflicto entre estos actores, quienes tienen diferentes niveles de capacidad material para la producción. Dada la importante vinculación de esta comunidad con el mercado doméstico, se puede asumir que una razón para la conflictividad entre los actores tiene que ver con inequidades en la capacidad material y económica. Si bien en su conjunto esta comunidad presenta niveles buenos de acervo económico, la vulnerabilidad reside en que estos recursos no están distribuidos de manera equitativa. En La Libertad, la organización comunitaria (Consejo de Gobierno) es un espacio de gobernanza con importante nivel de legitimidad e influencia que

33 Decreto 953 de 2013 permite el destino del 1 % para el pago por servicios ecosistémicos, particularmente para propietarios de tierras de bajos recursos y enfatizando el páramo.

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actúa como un agente administrador, bastante ecuánime, de los recursos/ingresos comunitarios. Esto resulta clave para la distribución de ingresos (por ejemplo, provenientes del programa Socio Bosque) y para el cumplimiento de las normas internas previstas por el plan de manejo de la comuna en su relación con la Reserva Ecológica El Ángel (REEA). En el caso de San Juan, el déficit en la capacidad material para la producción se complementa con otras fuentes de ingreso. Las organizaciones comunitarias (juntas parroquiales, por ejemplo) juegan un papel muy importante en la distribución de los ingresos del programa Socio Bosque y la CORDTUCH (Corporación para el Desarrollo del Turismo Comunitario de Chimborazo) y son elementos clave para generar opciones adicionales vinculadas al turismo y la artesanía. Contexto ambiental Las cinco comunidades son cruciales en la conservación de fuentes hídricas y, por ende, en la provisión de servicios ecosistémicos tanto para poblaciones aledañas como para la producción agrícola. Así, en cuanto a su aporte a la provisión de servicios hídricos, destaca el páramo de Guerrero en donde más de 40 000 ha de superficie proveen el agua para la ciudad de Bogotá. A la par de la comunidad de San Juan nace la microcuenca del río Chimborazo que aporta al sistema hidrográfico de los ríos Sicalpa y Chibunga, este último pasa por la ciudad de Riobamba. Los análisis de gobernanza realizados denotan la importancia del manejo del agua en todos los sitios y cómo su aprovechamiento influye en la toma de decisiones.

Tres de las cinco comunidades están directamente conectadas a áreas protegidas. Chingaza tiene una superficie importante de su comunidad bajo régimen de protección (alrededor del 12 % de su área está dentro del Sistema del Parque Nacional Natural Chingaza y el 21 % dentro del área de Reserva Forestal Protectora). El páramo de Chingaza, por contener reservas estratégicas de agua para la ciudad de Bogotá, ha modificado sus prácticas de manejo en pro de la conservación, por lo que sus pobladores esperan recibir recursos económicos a través de esquemas de pago de servicios ecosistémicos por parte de las Corporaciones Ambientales Regionales (CAR). En Ecuador, la comuna de La Libertad tiene toda su extensión en el interior de la Reserva Ecológica El Ángel (REEA) y la parte alta de la parroquia de San Juan forma parte de la Reserva de

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Producción Faunística Chimborazo (RFCh). En estas tres comunidades, la presencia de áreas protegidas constituye un elemento articulador en la gobernanza, en especial en torno al manejo del territorio. Si bien existen avances positivos en torno al manejo participativo y el reconocimiento de la gestión comunitaria en la conservación, en particular en la REEA, el actor “administración del área protegida” se percibe como una influencia de control y restricción sobre el territorio comunitario. Por otra parte, las historias de fortalecimiento organizativo de las comunidades han estado ligadas a la declaración de las áreas protegidas. Si bien el ejercicio no realizó una línea de tiempo con los principales hitos para las comunidades, en la discusión de los resultados de los talleres se observó que la creación y elaboración de los planes de manejo y otros mecanismos surgidos con el área protegida son elementos claramente conocidos por la comunidad. Por ejemplo, la vida organizativa de comunidad de La Libertad ha tenido como hilo conductor la necesidad de conciliar medios de vida sostenibles para la población con las metas de conservación de la REEA. Como se destaca en el informe preparado para esta comunidad, solo a partir de la última década (2008) se logró la conciliación entre los intereses de la

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población con los de la administración del área protegida, mediante la elaboración del plan de manejo para la reserva de manera participativa. De manera general, la presencia del Estado a través de políticas para el manejo del territorio con fines de conservación es percibida con cautela por parte de las comunidades y puede llegar generar conflictos. Las tres comunidades que están vinculadas a áreas protegidas han tenido apoyos de organizaciones no gubernamentales y gubernamentales. Se destaca el caso de La Libertad, donde la Corporación Grupo Randi Randi y organizaciones afines han trabajado sostenidamente desde 1990. La presencia de proyectos y asistencia técnica ha repercutido en la gobernanza de las comunidades. Si bien el detalle de estos efectos no fue estudiado en profundidad en los análisis, se observan estructuras de gobernanza constituidas alrededor de intereses de conservación (Comité de Gestión de la REEA, Corporación para el Desarrollo del Turismo Comunitario de Chimborazo en San Juan). En Chingaza, la administración del Parque Nacional es una figura clave en la gobernanza del territorio comunitario. Este actor, conjuntamente con la Empresa de Acueducto de Bogotá, ha proporcionado asistencia técnica (vía capacitaciones) y apoyo a las comunidades en el manejo del páramo.

Además de estas tres comunidades (La Libertad, San Juan y Chingaza), que están en el interior de áreas protegidas, los páramos de Pacaipampa y de Guerrero son sitios prioritarios de conservación y manejo para sus países. Como se presentó en el capítulo de políticas, los tres países han puesto en marcha una serie de políticas públicas orientadas al manejo sostenible y la adaptación al cambio climático en estos ecosistemas. En Guerrero y Chingaza, las CAR son las instituciones públicas clave encargadas de llevar adelante el mandato para el Manejo Sostenible y Restauración de los Ecosistemas de Alta Montaña establecido en 2001. El accionar de las CAR en estas dos comunidades es reconocido como de gran influencia en el manejo del territorio y el agua. Además de las CAR, el IAvH tiene una importante influencia en estos dos páramos pues adelanta las investigaciones que se utilizan para recomendar medidas que permitan el manejo sostenible del ecosistema. El páramo de Guerrero presenta un alto grado de alteración (alrededor del 70 % de su superficie) provocada por la expansión de la frontera agrícola, cambios en el sistema de producción y actividades mineras. Este páramo es clave en la provisión de agua para Bogotá (es parte de la cuenca alta del río Bogotá) y para varios otros poblados en la región norte de Cundinamarca. Por estas

características, Guerrero ha sido un área de varias intervenciones de conservación, lo que ha incidido en la forma (negativa o positiva) en que los actores ven a las organizaciones y proyectos. Los grupos focales realizados mostraron una escalada de conflictividad entre los residentes de la comunidad y los actores gubernamentales debido a la reciente promulgación de la prohibición de actividades agrícolas por sobre los 3000 msnm. Desde el punto de vista de conservación, una medida como ésta es claramente entendible pues Guerrero enfrenta niveles muy graves de degradación; desde los ojos de la comunidad, tal medida amenaza sus medios de vida. Aunque el análisis de gobernanza no profundizó en el origen de esta prohibición, la población ve a la CAR y al IAvH como sus principales enemigos. La fragmentación y competencia que existe entre los actores productivos de Guerrero se suma a la ausencia de un actor con legitimidad e influencia positiva que permita entrar a un proceso de manejo de los conflictos. Esto redunda en que la situación de gobernabilidad en Guerrero sea muy volátil. Pacaipampa es un páramo distante de las zonas pobladas (se encuentra a 5-8 horas de Piura) y periódicamente permanece aislado por los efectos de una sobreabundancia de lluvias que

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provoca cierres en las vías carrozables. Las familias se dedican, fundamentalmente, a la agricultura de subsistencia, con pocos excedentes que intercambian entre ellos (trueque). Por su difícil acceso, las intervenciones de la cooperación han sido pocas. Este páramo se encuentra sobre recursos minerales importantes, lo que podría ser una fuente de presión severa. El aislamiento, al parecer, ha influido en las formas organizativas en esta comunidad: se observan grupos en torno a programas y servicios gubernamentales (Vaso de Leche, Asociación de Padres de Familia) y las Rondas Campesinas como

las instituciones legítimas en la toma de decisiones importantes. Actores identificados en comunidades: números y tipo

las

El ejercicio de gobernanza dio cuenta de una diversidad de actores involucrados en cada una de las comunidades. Por número de actores, las comunidades de La Libertad y Pacaipampa son las que tienen más actores identificados (tabla 4). En éstas, los ejercicios no diferenciaron los temas en los que estos actores tienen mayor involucramiento.

Tabla 4: Actores identificados en las comunidades durante el ejercicio de gobernanza Comunidades Pacaipamba La Libertad

Actores identificados 39 16

En La Libertad, como el informe de vulnerabilidad y capacidades menciona, se identificaron un sinnúmero de actores, en especial asociaciones productivas (Asociación El Voladero, Asociación Agropecuaria El Vicundo, Asociación de Mujeres Libertenses, Asociación de Jóvenes Libertenses). Solo dos de estas asociaciones fueron analizadas por los grupos focales durante el ejercicio de gobernanza en torno a su influencia en las decisiones sobre el manejo del territorio y

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Actores internos 13 5

Actores externos 26 11

del agua (Asociación Vicundo y Asociación de Mujeres). Entre los actores externos destacan aquéllos que están vinculados al Comité de Gestión de la REEA, que está conformado por: gobiernos locales (Espejo y Montufar) y Ministerio del Ambiente (administración de la REEA); otros actores gubernamentales como Bomberos, Policía, Cruz Roja, militares, Ministerio de Obras Públicas, etc.; y propietarios (colectivos -organizados en asociaciones y comunas- e individuales

-grandes y pequeños-). La comuna identificó a dos organizaciones no gubernamentales como entidades vinculadas en la gestión y manejo del territorio y el agua: Corporación Grupo Randi Randi (CGRR) y Ayuda en Acción. La CGRR es parte del Comité Técnico Asesor de la REEA. En el caso de Pacaipampa el mayor número de actores identificados son externos a la comunidad, esto tiene que ver con que el ejercicio fue desarrollado por el equipo del proyecto. Como se discute en el capítulo de vulnerabilidad y capacidades, las instituciones formales son las que tienen mayor peso e influencia en la toma de decisiones. Además de las rondas campesinas, las autoridades locales (Teniente Gobernador y Agente Municipal) son quienes velan por el cumplimiento de las actividades y regulaciones en la comunidad. Esto da cuenta de una estructura de mando coordinada verticalmente desde el gobierno local. Una organización específica para el manejo del páramo es la Asociación de Agricultores Conservación de los Páramos y Bosques de Neblina de Pacaipampa y la comunidad campesina de Samanga, en Espíndola, Ayabaca. Estos dos actores fueron identificados por el equipo del proyecto como aliados en la implementación de prácticas para la adaptación al cambio climático. Además

de estos actores, el ejercicio identificó una serie de actores privados, en especial emisoras radiales, que son claves en la gestión y conservación del páramo comunitario. Si bien no se discutieron las razones del peso de estos actores, se asume que tiene que ver con el hecho de su importancia como fuente de información y medio de comunicación. Considerando que esta comunidad está bastante aislada, las emisoras radiales ofrecen canales clave de comunicación y pueden influir mucho en la gestión sostenible y adaptativa del páramo. Por otra parte, se identificó a la empresa minera Río Blanco como un actor con gran poder sobre las decisiones territoriales. Se identificaron algunas ONG como aliados clave para la conservación del páramo: Instituto de Montaña, CEDEPAS, Prisma y Naturaleza y Cultura Internacional. También, dada la importancia de este ecosistema, hay varias universidades que están desarrollando proyectos de investigación en la zona y que, de acuerdo a lo discutido por el equipo, podrían apoyar en procesos de capacitación y formación a líderes comunitarios. En cuanto a las comunidades de San Juan, Chingaza y Guerrero, se identificaron varios actores que tienen influencia en las decisiones sobre el territorio y el manejo del agua (tabla 5). En San Juan se observó casi una paridad en el número de actores

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internos y externos que toman decisiones sobre el territorio; esto varía en función de su pertenencia a la Reserva de Producción Faunística Chimborazo (RPFCh). Los cabildos comunitarios, conjuntamente con la administración de la RPFCh, son los actores más importantes. En torno al agua, hay un peso importante en las decisiones de los actores externos a la comunidad; se resalta la presencia de la Secretaría Nacional del Agua (SENAGUA), el GAD Provincial de Chimborazo, el Municipio de Riobamba y el Ministerio del Ambiente. Sin embargo, las juntas de agua (actores internos) tienen mayor poder de decisión sobre el manejo del recurso, según el ejercicio realizado. En Chingaza y Guerrero se identificaron varios actores que se perciben en superposición respecto a sus funciones y competencias. Como ya se ha discutido anteriormente, el caso de Guerrero es complejo. Sobre el recurso del agua, la comunidad otorga mayores poderes a los actores internos (una junta de acción comunal y tres juntas de acueducto) que a sus contrapartes externas; sin embargo, de acuerdo al arreglo jurídico institucional, las CAR son las encargadas de supervisar el aprovechamiento del recurso hídrico que concesionan a la comunidad. En este caso la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (UMATA) es un actor clave pues operativiza la política de desarrollo

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productivo del municipio. En lo que respecta a cambio climático, la UMATA cumple un rol muy importante pues tiene como competencia la implementación de la política de adaptación en el territorio. El actor preponderante en Chingaza es la EAB, que tiene influencia en el manejo del territorio y del agua de la comunidad. La aspiración de la comunidad es que la EAB otorgue pagos a la población por su rol en la conservación del páramo como compensación de servicios hídricos. Por otra parte, otro actor externo que es clave para el manejo del territorio y el agua es la administración del Parque Nacional. Esta administración, que cumple un mandato nacional, debe coordinar a su vez con las CAR que tienen que velar por el cumplimiento de las políticas ambientales en su región. En Chingaza, además de los actores gubernamentales (Gobernación y Alcaldía), hay varias organizaciones no gubernamentales. Entre las ONG destaca FUNDESOT, que está vinculada a la gestión sostenible de los recursos hídricos. Finalmente, por ser un páramo de gran prioridad para la conservación, los actores comunitarios identificaron al Servicio Nacional de Educación (SENA) como un actor importante. En el informe, el equipo de Trobenbos analiza las posibilidades de establecer convenios con el SENA para el fortalecimiento de las capacidades de la población.

Tabla 5: Actores identificados en asociación a dos temas de gestión en las comunidades durante el ejercicio de gobernanza Para gestión del territorio Comunidad

San Juan Chingaza Guerrero

Actores Actores identificados internos 11 5 9 4 13 7

Para gestión del agua

Actores Actores externos identificados 6 9 5 17 6 13

De manera comparativa, en las cinco comunidades, los gobiernos locales (regionales/provinciales/departamentales, municipales/parroquiales) fueron identificados como actores clave en la gobernanza comunitaria. Aunque su relación muchas veces es conflictiva (como en el caso de Guerrero en donde la Alcaldía de Bogotá se identifica como ajena a los intereses de las “comunidades con derechos”), la acción de estos actores en el desarrollo y conservación de los páramos es cada vez más protagónica. En las comunidades de Ecuador (La Libertad y San Juan) y Perú (Pacaipampa), a los gobiernos regionales/provinciales se les adscribe un rol muy importante en el desarrollo económico de las comunidades -esto en función de los procesos de descentralización de competencias, donde los gobiernos locales se convierten en administradores claves de su territorio-. En este escenario, supone un claro desafío entablar un trabajo más cercano con estos gobiernos para generar proyectos

Actores internos 2 4 5

Actores externos 7 13 8

que apoyen a las comunidades en la adaptación al cambio climático. Elementos relevantes sobre capacidad sociorganizativa en comunidades

la las

De acuerdo al estudio de vulnerabilidad y capacidades, la capacidad organizativa en las comunidades es relativamente buena. Esta percepción también se corroboró en las discusiones de gobernanza realizadas en cada uno de los sitios. La población identificó actores (organizaciones formales y no formales) con influencia y poder de decisión sobre los aspectos de interés comunitario. Por un lado, todas las comunidades identificaron a organizaciones de representación comunitaria: en Chingaza y Guerrero las JAC; en La Libertad el Consejo de Gobierno de la Comuna; en San Juan las asociaciones comunitarias y las juntas parroquiales; y en Pacaipampa, las organizaciones campesinas (rondas). En general, los grupos

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focales que se realizaron con el grueso de la población (hombres y mujeres) y los líderes perciben a las instancias comunitarias con legitimidad y capacidad de movilización y convocatoria. Evidentemente, esta percepción debe ser corroborada con otras herramientas de investigación pues, como se ha mencionado, la herramienta “grupo focal” generalmente estandariza WW las calificaciones. En las comunidades de Guerrero y Chingaza, la reflexión comunitaria proporcionó un alto grado de influencia a las Juntas de Acción Comunal (JAC) vs. las organizaciones gubernamentales, situación que evidencia más una aspiración que una realidad. Esto se corrobora con el análisis realizado en el informe de vulnerabilidad y capacidades, donde la percepción general es que las organizaciones comunitarias tienen una calificación “de media a baja” en cuanto a su capacidad de incidencia. Claramente, la capacidad de las JAC y de las “comunidades con derechos” no es tan fuerte en la toma de decisiones en el territorio como las CAR, la EAB, la Alcaldía de Bogotá, el municipio de Choachí y la administración del Parque Nacional. En estos dos casos, los actores externos son quienes realmente tienen más poder sobre las decisiones en torno al manejo del territorio y agua comunitarios en correspondencia con sus mandatos y competencias. En cuanto a la eficacia en el trabajo de las organizaciones comunitarias, sobresale un fuerte cuestionamiento a

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la actuación de la JAC en Guerrero. Esta percepción está en línea con el conflicto existente, donde la capacidad de la JAC de defender y representar los intereses comunitarios se ha erosionado. En Chingaza, el grupo focal con población general estuvo conformado exclusivamente por mujeres. El resultado de éste contrasta con el realizado con líderes comunitarios. En el grupo focal de mujeres, la JAC también fue blanco de cuestionamientos por no ser representativa de los intereses comunitarios. En el caso de la comuna La Libertad, tras un largo proceso de fortalecimiento, el Consejo de Gobierno es claramente un espacio de mucha influencia reconocido por las instituciones gubernamentales. El liderazgo del Consejo ha logrado que éste se convierta en un actor clave en las decisiones de manejo de la REEA. Este caso da cuenta de lecciones positivas de fortalecimiento pues refleja cómo, tras años de trabajo, se logró que la comuna se reconociera legalmente como territorio ancestral con títulos de propiedad. Gracias a ese proceso, La Libertad logró obtener el convenio con el programa Socio Bosque. En el caso de San Juan, la organización comunitaria tiene características similares a la de La Libertad en cuanto es un espacio muy apreciado por la población para la deliberación y toma de decisiones (por consenso) del manejo del territorio comunitario. Esta comunidad también

cuenta con territorio reconocido como colectivo y el cabildo toma decisiones sobre su manejo. Además, destaca la Corporación CORDTUCH, organización que tiene un amplio acervo en las comunidades. En tanto que esta comunidad ha tenido una historia importante de proyectos de apoyo, es muy probable que la organización mencionada surgiera a partir de un proceso externo; sin embargo, actualmente, gracias a su trabajo a favor de la generación de opciones económicas para la comunidad, la población le otorga una calificación de gran importancia en la gobernanza. En los casos de trabajo en Ecuador, es clave la legitimidad que tienen las organizaciones de representación

política comunitaria pues han logrado proyectos y recursos para la comunidad, como por el ejemplo el programa Socio Bosque, la venta de artesanías y el turismo comunitario. En el marco del presente ejercicio no se indagó mucho en otros tipos de organizaciones o agrupaciones con fines diferentes a la gestión territorial y el manejo del agua. Si bien se identificaron, tanto en el análisis de gobernanza como en la investigación de vulnerabilidad y capacidades, actores como clubes de jóvenes y asociaciones de padres, entre otros; éstos presentan limitados niveles de influencia en las decisiones comunitarias sobre los recursos naturales.

9. Análisis de género y gobernanza: algunos hallazgos y recomendaciones Transversalizar el enfoque de género en la intervención del proyecto “Comunidades de los Páramos” es uno de sus objetivos principales. Esto se desprende de la importancia que la equidad de género tiene en las estrategias efectivas de adaptación al cambio climático en las comunidades altoandinas. El presente texto muestra una caracterización del liderazgo y gobernanza diferenciada por género en las cinco comunidades que participan del proyecto. El objetivo principal es

proporcionar un análisis de los hallazgos encontrados en las investigaciones sobre gobernanza comunitaria, incorporando los resultados de las investigaciones de percepciones y de vulnerabilidad y capacidades, identificando necesidades y problemáticas en perspectiva de género así como acciones puntuales para reducir la inequidad de género en el marco del proyecto. Los resultados encontrados en las tres investigaciones (gobernanza, percepciones y vulnerabilidad y capacidades) dan cuenta

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de la persistencia de la inequidad de género en las comunidades altoandinas. Esto corrobora los análisis que varios autores han realizado al respecto en estos ecosistemas: territorios donde las mujeres tienen un diferencial de acceso a la tierra, a ingresos monetarios permanentes y a crédito y, además, tienen una participación restringida en las estructuras y sistemas de gobernanza de sus comunidades. Desde la perspectiva del cambio climático, esta situación ubica a las mujeres en una posición de mayor vulnerabilidad para la adaptación, pues tienen menor capacidad material y sociorganizativa (poder político). Un análisis de género debería estudiar de manera detallada cómo los actores (organizaciones) identificados se desempeñan en relación a hombres y mujeres y cómo se configuran frente a la equidad de género (promueven la participación de las mujeres en la toma de decisiones, existen estructuras donde el liderazgo de las mujeres tiene representación equitativa, etc.). En este sentido, es importante destacar que la discusión aquí planteada no pretende ser un análisis exhaustivo de género para los sistemas de gobernanza y el liderazgo en las cinco comunidades, ya que los trabajos sobre los que se sustenta este análisis no implicaron una investigación en profundidad sobre las dinámicas de género que permean los sistemas y procesos de toma de decisiones en las comunidades;

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no obstante, aunque , por ejemplo, el análisis de gobernanza no estuvo enfocado específicamente al género, las investigaciones sobre percepciones y vulnerabilidad y capacidades obtuvieron resultados de relevancia en referencia a la equidad de género. Considerando estos elementos, el análisis que sigue a continuación tiene un carácter preliminar pues solo discute elementos manifiestos en un nivel superficial pero da cuenta de ciertas tendencias sobre el componente de equidad de género en las comunidades. Sobre la composición de los actores (organizaciones) identificados y su liderazgo Desde la perspectiva de género, tanto en el análisis de gobernanza como en las investigaciones de percepciones, vulnerabilidad y capacidades, se identifica un número reducido de organizaciones de mujeres dentro del universo de organizaciones que intervienen en las decisiones sobre los recursos naturales en las comunidades (territorio y agua). Como la investigación en las comunidades se orientó a identificar los actores que tienen influencia en la gobernanza del recurso, y las comunidades reconocen esta influencia en instituciones de carácter público (con recursos/bienes públicos), no se identifican organizaciones de mujeres en esta instancia y no se relaciona la gobernanza con el

tema de género. Sin embargo, hay una clara diferencia entre las organizaciones sociales identificadas, siendo la mayor parte de éstas representadas y formadas mayoritariamente por hombres. Solamente en la comuna de La Libertad (Carchi-Ecuador) se identificó una organización de mujeres como parte del sistema de gobernanza de los recursos del páramo, aunque se mencionó que está muy debilitada. En la comuna de La Libertad se observa un importante proceso de empoderamiento de las mujeres y su liderazgo a través del tiempo. La visibilización de las mujeres comuneras y su re-incorporación como participantes activas en la comuna ha sido un proceso en crecimiento a partir de 1999, año en que Corporación Grupo Randi Randi (CGRR) inició su trabajo en la localidad. Desde ese año, han sido las mujeres quienes mejor han valorado las pérdidas de la comunidad con la separación de su territorio paramero a través de la declaración de la Reserva Ecológica El Ángel (REEA). La narrativa de las mujeres en torno a su territorio, que supone un espacio clave para sostener sus medios de vida, ha sido un eje fundamental para la cohesión del manejo territorial en la actualidad. Esta visión se refleja en la afirmación de la necesidad de manejar al territorio de manera colectiva -como una herencia colectiva- y no como un espacio a ser dividido en herencias individuales.

Según las mujeres, solo de esta manera el territorio seguirá brindando un futuro mejor a sus herederos y herederas. Este nivel de empoderamiento y reconocimiento de la importancia del manejo sustentable del páramo por parte de las mujeres de La Libertad ha sido el resultado de un proceso de acompañamiento muy largo. Desde el inicio, las mujeres fueron explícitamente incluidas en las actividades auspiciadas por la CGRR y otras agencias, y las relaciones de género fueron consideradas y tratadas como asuntos de importancia en la búsqueda de caminos hacia la conservación. Algunas mujeres experimentaron con procesos pequeños de liderazgo y luego asumieron otros compromisos hasta ocupar posiciones dentro del Consejo de Gobierno de la Comuna. En esta misma línea, y como ejemplo del proceso señalado, la presidencia de la comuna está hoy ocupada por una mujer, siendo éste un claro indicador del cambio y ajuste en las relaciones de género y la aceptación, especialmente de parte de los hombres, de una mujer en la posición de máxima autoridad local. Una historia similar a la de La Libertad no se observa en el resto de comunidades. En éstas no se cuenta con mujeres en cargos directivos, lo que da cuenta de la permanencia de dificultades frente a opciones de liderazgo para ellas.

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En San Juan la severidad en los niveles de pobreza es un factor que incrementa la vulnerabilidad de las mujeres. Durante el taller de gobernanza, las mujeres (quienes fueron la mayoría participante) mencionaron que no hay estructuras o espacios para el trabajo solo con mujeres, jóvenes u otros grupos vulnerables; sin embargo, mencionaron que en las actividades comunitarias es usual que mujeres y hombres participen de manera igualitaria. En el páramo de Guerrero, debido a la reciente prohibición de actividad agrícola sobre los 3000 msnm, los actores tienen niveles bastante fuertes de conflictividad y desconfianza frente a las actividades e iniciativas convocados por actores externos. Esta conflictividad ha permeado las relaciones de género al interior de la comunidad. De acuerdo al análisis desarrollado por Tropenbos, en esta comunidad se identifica una profunda división de roles entre hombres y mujeres; esta división influye claramente en las actividades comunitarias y espacios de toma de decisiones en donde, según la percepción local, los hombres están mayormente interesados en temas relacionados con la producción y actividades económicas y las mujeres son quienes participan en reuniones, talleres y espacios de discusión con organizaciones e instituciones que tienen presencia en la vereda.

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Los hombres se muestran apáticos a participar en los espacios de discusión o talleres por estar atendiendo las labores productivas (cultivos de papa), situación que hace que la intervención a través de talleres y reuniones no logre convocar a la población masculina. Una hipótesis a ser indagada con mayor profundidad es que la población masculina exhibe un nivel importante de desconfianza hacia los procesos de diálogo y encuentro con entidades externas y, por ende, no les dan importancia relegando su participación en estos espacios. Sin embargo, en los espacios internos es evidente una mayor participación masculina; por ejemplo, los hombres participan de manera activa en las JAC, lo que evidencia que en las estructuras y espacios clave de decisión de la comunidad, los hombres tienen mayor presencia y un papel preponderante. Estas situaciones requieren de estrategias oportunas para lograr la equidad de género. Sin embargo, en Guerrero la gobernanza en general muestra mucha fragmentación y polarización, por lo que incorporar la discusión de género y tratar de reducir las asimetrías es un desafío importante. Sobre la situación socioeconómica y la capacidad material La situación socioeconómica y la capacidad material no son homogéneas entre

mujeres y hombres en las comunidades. Esto se evidencia claramente a través del análisis de vulnerabilidad y capacidades y se sustenta en varias investigaciones realizadas en las comunidades campesinas de los páramos andinos. Un elemento que incrementa la vulnerabilidad de las mujeres es la dificultad en el acceso a la tierra y la inseguridad sobre la tenencia de la misma. Para ilustrar esto se destacan los hallazgos de las comunidades de Chingaza y San Juan donde las mujeres mencionaron que su capacidad material es inferior a la de los hombres: en Chingaza, las mujeres hablaron sobre las dificultades de acceso a sus predios (ubicados en la parte alta de los páramos) y la falta de titulaciones a nombre propio (los títulos de los predios están a nombre de sus maridos, hermanos o padres). Esta situación se repite en San Juan, donde solamente 4 mujeres de un total de 12 mencionaron tener títulos de propiedad a su nombre, en contraste con la situación de los hombres. El análisis de la composición de los ingresos de hombres y mujeres en las cinco comunidades, también dio cuenta de importantes desventajas para las mujeres. Si bien las mujeres cuentan con fuentes de ingresos adicionales al trabajo agrícola (como la venta de hortalizas y artesanías) y son receptoras de beneficios sociales gubernamentales (Bono de Desarrollo Humano en Ecuador, Programa Juntos en Perú), estas ganancias son inferiores

en monto y periodicidad a las percibidas por los hombres. Aunque son cada vez más activas y tienen mayor participación en la generación de ingresos, las mujeres siguen manteniendo una posición desfavorable. De acuerdo a los resultados de la investigación de vulnerabilidad y capacidades, la capacidad material y la situación socioeconómica de las mujeres son peores que en el caso de los hombres, hay una clara brecha de género socioeconómica y material. Al analizar los actores e instituciones involucrados en la gobernanza de las comunidades, se observa que éstas no atienden de manera efectiva las diferencias socioeconómicas por género. Solamente en los grupos focales de las comunidades de Pacaipampa y La Libertad se identificaron organizaciones de mujeres como parte del mapeo de actores (la Asociación de Mujeres Protectoras de los Páramos de Huancabamba, en Pacaipampa y la Asociación de Mujeres de la Comuna La Libertad, en La Libertad). En Pacaipampa, durante el análisis de vulnerabilidad y capacidades, también se mencionó a la Asociación de Madres y Padres de Familia (AMAPAFA) como una organización clave para la comunidad. La reducida presencia de organizaciones de mujeres en las comunidades es un hallazgo a tener en cuenta. Las organizaciones de mujeres cumplen un papel importante para el empoderamiento de las mujeres

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y se constituyen como espacios sociales que brindan oportunidades de interacción para tratar temas cotidianos siendo claves en comunidades campesinas e indígenas del páramo. Ahora bien, parece claro que el solo incremento en el número de organizaciones de mujeres no repercute por sí solo en las dinámicas y relaciones de inequidad de género, sino que su conformación constituye un primer peldaño en la generación de espacios y mecanismos para reducir las brechas. Por otra parte, aunque durante el análisis de gobernanza no se realizó una evaluación detallada de cómo las comunidades y organizaciones actúan frente a la inequidad de género, y teniendo en cuenta la trayectoria de las organizaciones formales -sean estos espacios de gobierno comunitario, municipal, regional/provincial-, se puede asumir que se requiere un tratamiento más profundo y técnico para reducir las brechas de género en las comunidades tanto en lo socioeconómico como en los ámbitos de representación político-organizativa. Esto se respalda en los resultados del informe de vulnerabilidad y capacidades que recogió algunas percepciones sobre el funcionamiento de las organizaciones comunitarias de representación política. Los resultados revelan que las mujeres reconocen un déficit de representación equitativa en las instancias de decisión, especialmente en Chingaza. Tanto en San

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Juan como en Pacaipampa, las personas entrevistadas reconocieron que las organizaciones comunitarias (asociaciones comunitarias, rondas campesinas) tienen buena representación en cuanto a edad y género, se reúnen frecuentemente y toman decisiones de forma democrática; además, se señala que tienen influencia concreta en el manejo del territorio. Estas respuestas dan cuenta de una buena percepción frente a la inclusión equitativa de mujeres y hombres en las estructuras de gobernanza comunitaria. Finalmente, como ya se mencionó antes, La Libertad marca un hito para la inclusión de género en sus instancias de representación, con la elección de una mujer como presidenta de su Consejo de Gobierno. Sobre las percepciones del cambio climático desde la perspectiva de género Los hallazgos en relación a la percepción que tienen las comunidades frente al cambio climático se discuten a profundidad en el informe dedicado a este tema. Sin embargo, a continuación se presentan algunos hallazgos que dan cuenta de las diferencias en las percepciones entre hombres y mujeres, diferencias propias a las dinámicas de género comunitarias. Como se señala en el informe de percepciones, hay diferencias claras entre los sitios de estudio. En Chingaza

y La Libertad, por ejemplo, es claro que una hay una mayor conciencia sobre el cambio climático, situación que tiene que ver, en gran medida, con la historia de proyectos asociados a estos temas en las dos comunidades. En contraste, con una situación socioeconómica más compleja y precaria, en Pacaipampa y San Juan la comunidad está menos informada acerca del cambio climático. Ahora bien, de acuerdo a las investigaciones realizadas a nivel general acerca de los efectos directos del cambio climático sobre temperatura, precipitaciones, dinámica territorial o biodiversidad, no se han realizado estudios suficientes que incorporen el componente de género para evidenciar los efectos diferenciados que existen. Sin embargo, la percepción de los efectos indirectos (en producción, alimentación y salud) sí presenta diferencias dependientes del género. En Pacaipampa y San Juan son mayoritariamente las mujeres quienes mencionan los cambios ocurridos en los temas de alimentación y salud. Esto va en correspondencia con el protagonismo que tienen las mujeres en la reproducción familiar. Los hombres, en cambio, notan más cambios en el sistema productivo. Desde una perspectiva de género, es de especial interés la importante atención que ponen las mujeres a los cambios alimenticios que han ocurrido en sus comunidades. En casos como San Juan, son las mujeres quienes subrayan la pérdida

de productos tradicionales y su reemplazo por productos de afuera, transformando su dieta. Si a esta realidad se suma el hecho de que cuatro de las cinco comunidades (exceptuando Pacaipampa) muestran una creciente vinculación con el mercado, la modificación nutricional es explicable. Desde la perspectiva de género, es frente a estas dinámicas de cambio en la nutrición y salud comunitaria que las organizaciones de mujeres se convierten en espacios clave. La pérdida de la producción tradicional, como se menciona en el informe, es percibida, sobre todo, por las mujeres de mayor edad. Recomendaciones y futuras líneas de investigación Los hallazgos citados en la sección anterior no deben ser considerados concluyentes. Sin embargo, dan cuenta de cómo en Chingaza y La Libertad, donde se explicitó una dinámica positiva de género, hay mayores oportunidades para continuar el trabajo de fortalecimiento de mujeres líderes y su empoderamiento en las instancias de gobernanza comunitaria. En el caso de La Libertad, este trabajo significa la continuación y profundización del enfoque hasta ahora utilizado por la CGRR. En el caso de Chingaza, es necesario profundizar el análisis para verificar cómo los hombres y mujeres comparten de manera igualitaria los espacios de toma de decisiones, afirmación registrada

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en el ejercicio de investigación con la comunidad. En este contexto, se observa la necesidad de promocionar espacios para la discusión entre mujeres, en especial en torno a la problemática socioeconómica y la tenencia de tierra. Un análisis más amplio permitirá identificar mujeres que puedan propiciar procesos de liderazgo en los espacios de representación formal e informal de la comunidad. Esto significa que en Chingaza, como también ocurre en Guerrero y Pacaipampa, se requiere un proceso sostenido de acompañamiento al fortalecimiento organizativo en el que prime el diálogo. Visibilizar el aporte de las mujeres como agentes fundamentales para la conservación del páramo y, por ende, para sostener los medios de vida de la comunidad, es un factor clave para generar cambios a nivel comunitario y, por supuesto, en la situación específica de género. En el caso de Guerrero, es claro que las dinámicas socioeconómicas de la comunidad están atravesando niveles importantes de conflictividad debido a la delimitación y restricción de uso de los páramos, situación que afecta directamente a esta comunidad que vive, en gran medida, de la producción de papa. La polarización de la población y la desconfianza hacia los actores externos dificultan el desarrollo de proyectos, aunque la presencia de proyectos pueda suponer un fortalecimiento organizativo

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interno para la comunidad; en tanto que la conflictividad que vive la comunidad se basa en el impacto sobre las actividades agrícolas productivas -coto propio de los hombres- son ellos quienes toman las decisiones y las mujeres son apartadas de estos procesos. Sin embargo, y a pesar de esta situación, como señala Tropenbos, hay oportunidades de trabajo con las mujeres (en especial las jóvenes). Si bien el trabajo con mujeres jóvenes puede ser una buena oportunidad para iniciar la discusión sobre estrategias para la adaptación al cambio climático, será necesaria una investigación más profunda dadas las características de la comunidad. Se debe contar con información amplia sobre la percepción comunitaria y las dinámicas socioeconómicas diferenciadas por género, para tener una mejor idea de cómo proceder. Trabajar con el segmento de mujeres jóvenes sin un respaldo investigativo previo podría fomentar el incremento de la conflictividad y desconfianza interna. Finalmente, para los casos de Chingaza y Paicapampa, el análisis de género en el sistema de toma de decisiones comunitario es algo aún pendiente. Los informes presentados no permitieron visualizar la realidad de estas dinámicas. Para esto, se requiere un análisis sobre las instancias, las formas y los espacios en los que participan las mujeres, así como

@MARCOS CERRA, ECUADOR

una calificación de cómo las mujeres participan en estos espacios (toma de decisiones, posiciones de representación, acceso a recursos técnicos y económicos, etc.). Solo a partir de esta información se podrán generar estrategias para lograr la equidad de género en los sistemas de gobernanza comunitaria. La investigación de vulnerabilidad y capacidades señaló algunos elementos en la situación socioeconómica y material de las comunidades que afectan de manera diferenciada a mujeres y hombres. Profundizar en la compresión del diferencial socioeconómico y las restricciones que tienen las mujeres para

incrementar sus ingresos y asegurar su bienestar es muy importante. Es evidente que las diferencias socioeconómicas dejan a las mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad al cambio climático. Acciones para contrarrestar esta situación requieren de análisis más detallados para entender los arreglos institucionales (formales e informales) y los sistemas de restricción y promoción que están vigentes en las comunidades y que están en la raíz de la inequidad de género. Al entender estos factores, se podrán establecer estrategias más robustas que permitan generar cambios de una forma que no impacten negativamente el tejido social y comunitario.

10. Conclusiones Las evidencias y escenarios de cambio climático en los sitios de intervención Prácticamente el único conocimiento comprobado empíricamente sobre los efectos del cambio climático en los páramos es el aumento de la temperatura promedio, en una tasa mayor que en otros ecosistemas. Hay indicios de que la temperatura máxima está subiendo aún más, mientras que hay señales contradictorias sobre la temperatura mínima: muchos autores reportan un aumento de las temperaturas mínimas pero otros mencionan mayor incidencia de heladas (temperaturas mínimas más extremas). También hay consenso en que la

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estacionalidad pluvial es más pronunciada (mayor intensidad de precipitación en épocas de lluvia y épocas de estiaje más prolongadas) pero hay muy poca claridad sobre el total de la precipitación. Hay una tendencia de mayor precipitación en varias áreas de páramo (en este estudio, Piura) pero con mucha variabilidad a nivel local. Otras áreas muestran menos precipitación (en este estudio, Chingaza y, con menor claridad, Guerrero). Para la mayoría de las áreas de páramos es imposible afirmar si está lloviendo más o menos que antes (en este estudio, Carchi y Chimborazo). Por todo esto, es muy difícil predecir qué pasará en el futuro.

Debido a las incertidumbres sobre los patrones de precipitación bajo diferentes escenarios de cambio climático, la enorme variabilidad espacial y la falta de datos de monitoreo de los caudales, no se puede generalizar el efecto del cambio climático sobre la regulación hídrica y los caudales a futuro. Diferentes modelos han resultado en predicciones que varían entre poco cambio, mayor disponibilidad de agua o importantes reducciones. La única conclusión válida es que el cambio climático implica mucha incertidumbre sobre la hidrología en los Andes. Del efecto del cambio climático sobre la biodiversidad se sabe que la biodiversidad de ecosistemas de alta montaña es particularmente vulnerable al cambio climático por contar con una flora y fauna especializada (adaptada a condiciones extremas) y por tener un rango de distribución limitado y con barreras físicas para su eventual movimiento. Los aumentos de temperatura, los cambios en la humedad y la mayor irradiación solar pueden causar el movimiento de especies, adaptaciones fisiológicas y fenológicas, la extinción local o la combinación de todos estos factores. Sin embargo, no hay evidencias empíricas de estos fenómenos en los Andes. Un efecto del cambio climático sobre el páramo a nivel del ecosistema es el potencial ascenso de los cinturones altitudinales: debido al aumento de la temperatura es posible que biomas enteros tiendan a moverse a altitudes mayores. Cuanto más alto se encuentra un ecosistema, mayor será su afectación porque el espacio geográfico a altitudes mayores es limitado; por esto,

el superpáramo es más vulnerable a este desplazamiento altitudinal de biomas, seguido por el páramo propiamente dicho. Las estimaciones de pérdida de páramo por el desplazamiento altitudinal de los cinturones zonales varían del 30 al 50 % para el año 2050. En teoría, el páramo puede ser reemplazado por el bosque andino debido al ascenso del límite superior del bosque, pero, en la práctica, es probable que la presencia humana y la necesidad de tierras agrícolas traigan como resultado el incremento de cultivos y potreros en el espacio dejado por el páramo y no su ocupación por el bosque andino. En cuanto al efecto del cambio climático sobre la agricultura, debido a cambios en la aptitud climática, hay cultivos que perderán áreas aptas en los Andes, en especial cultivos tradicionales como granos y tubérculos. Por otra parte, cultivos que antes estaban restringidos a altitudes menores, como maíz y fréjol, podrán ahora ser cultivados por las comunidades cercanas a los páramos. Si bien hay evidencias anecdóticas de estos

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cambios, los estudios de impacto del cambio climático en cultivos están basados, principalmente, en modelos y supuestos lógicos. Hay una variedad de factores que arrojan mayor incertidumbre (ocurrencia de plagas, aptitud del suelo en zonas de potencial extensión nueva para cultivos, efecto de irradiación, presencia de especies invasoras) (Postigo et al., 2012). Percepciones sobre el cambio climático en comunidades El estudio sobre la percepción de la población del páramo arrojó algunas conclusiones sobre los cambios en el territorio causados por cambios en el clima, evidenciando que hay mucha incertidumbre y que las percepciones no son iguales entre los diferentes grupos humanos y las diferentes comunidades. Una razón importante que explica la incertidumbre es que el cambio climático es apenas uno de los múltiples cambios que ocurren en el entorno de las comunidades del páramo. Los efectos de los cambios a nivel social, político o económico, pueden causar cambios mucho más notorios que el cambio climático en sí; además, existe una interrelación entre los diferentes cambios por lo que, en las percepciones de la población, es difícil separar los efectos específicos del cambio climático frente a los efectos de otros cambios. El cambio climático no es un término

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desconocido por la población de los sitios de páramo donde se implementa el proyecto “Comunidades de los Páramos”. La gran mayoría conoce el término y sus efectos, inclusive en los mismos términos y con los mismos indicadores que las instituciones académicas y estatales. Casi todas las personas entrevistadas perciben el incremento de la temperatura media, mayores extremos de temperaturas máximas, menos cantidad de neblina y más irradiación, observaciones consistentes con los datos de las estaciones y escenarios climáticos. Además, se percibe menor presencia de heladas en el páramo, no obstante, en este punto la ciencia no ha podido dar datos concluyentes. A la población le preocupan más los cambios en la precipitación que los cambios en la temperatura porque éstos están directamente relacionados a la producción agrícola, su principal medio de existencia. Es de interés identificar que en casi todas las zonas se percibe menor cantidad de lluvia, aunque solo en uno de los sitios los datos científicos y modelos climatológicos dicen que efectivamente hay menos lluvia (Chingaza). Los datos de Guerrero también indican una tendencia hacia menos lluvia, pero no es tan clara. En San Juan y La Libertad, los datos meteorológicos no precisan tendencia alguna; sin embargo, sus habitantes perciben menos lluvia. En el único sitio donde el escenario indica que hay mayor precipitación (Pacaipampa),

la gente efectivamente lo percibe así. En todos los sitios la gente percibe una mayor impredecibilidad ante la lluvia, lo que en la mayoría de los casos está sustentado por datos: En resumen se podría afirmar que en la región hay menos certeza de cuándo lloverá y los eventos de lluvia son más extremos (aguaceros más intensos y sequías más intensas). Estos cambios en los patrones de lluvia pueden ser una de las razones por las que la gente percibe que hay menos lluvia, aunque no sea así la realidad. El agricultor en los páramos está afectado por el incremento de las épocas secas y la dificultad creciente para predecir las lluvias, aunque la cantidad total de agua en un año siga siendo la misma. Los otros cambios percibidos por la comunidad en su territorio, sus sistemas productivos, la salud y la alimentación, son claros. Sin embargo, con excepción de los efectos del cambio climático en los cultivos, la relación entre los otros cambios y el calentamiento global no es muy evidente: en todos los sitios hay un aumento de incidencia de plagas y enfermedades en los cultivos principales (notablemente en la papa). Aunque también hay otros factores que pueden causar este aumento (variedades menos resistentes, prácticas agrícolas inadecuadas), sí es probable (y comprobado en otras partes del mundo; Bebber et al., 2013) que el aumento en la temperatura cause mayor presencia de plagas y que la mayor humedad cause

más enfermedades. La frecuencia de enfermedades, especialmente micóticas (como la lancha), no se debe necesariamente a una mayor humedad, también puede ser causada por la impredictibilidad del clima que hace que el agricultor no pueda planificar la siembra para evitar épocas de mayor sensibilidad a enfermedades. La mayor incidencia de plagas y enfermedades implica un mayor uso de agroquímicos y un mayor gasto (menor rentabilidad). De otro lado, muchos de los agricultores encuestados mencionaron que hay mayores cosechas en la actualidad, pero solo uno de ellos lo asoció con los cambios en el clima (“menos heladas”), todos los demás lo relacionaron con que actualmente hay mejor material genético y mejores prácticas productivas e insumos (fertilizantes). Las personas entrevistadas percibieron claramente cambios en la alimentación y la salud, pero su relación con el cambio climático es poco evidente. Los cambios en la alimentación (menor incidencia de productos típicos andinos como granos y tubérculos a cambio de mayor consumo de productos procesados como fideos, atún en lata y gaseosas) los consideraron principalmente un factor de mercado y accesibilidad. La gente percibe este cambio como algo negativo y dijeron que puede ser una de las razones del aumento de las enfermedades. Algunos reconocieron que, debido a un mayor acceso al mercado, también hay una dieta más variada en

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frutas y verduras, elementos que son tradicionalmente subrepresentados en la cocina altoandina. Solo unas pocas personas (en Colombia y Perú) dijeron que la dieta se diversificó por la posibilidad de cultivar más productos en un clima más caliente. En cuanto a la salud, en todos los sitios la gente percibió una mayor incidencia de diferentes enfermedades, principalmente por dos razones que pueden estar relacionadas con el cambio climático: primero, debido a los cambios bruscos en el clima (más lluvia, por ejemplo), a la resistencia y a que las defensas de la gente bajan y podría haber una mayor incidencia de enfermedades respiratorias; segundo, porque el mayor uso de agroquímicos (en el cultivo de la papa, por ejemplo) ha sido asociado a una mayor incidencia de enfermedades graves en agricultores (Crissman et al., 1994) y, definitivamente, es posible que un mayor uso cause más y diferentes enfermedades en la población. Sin embargo, en ambos casos, la evidencia y la percepción de la relación del cambio climático con la salud son pocas: de un lado, la cantidad de enfermedades infecciosas y respiratorias parece ser igual que antes y, gracias a una mejor atención médica, son menos graves; por otra parte, las enfermedades causadas por el uso de agroquímicos sí son percibidas en aumento, sin embargo, hay que considerar que otros factores (económicos, agronómicos)

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pueden ser mucho más determinantes en el uso de agroquímicos que el cambio climático. El efecto del cambio climático en el territorio es poco percibido. Si bien la gente evidenció diferencias importantes en el estado de sus páramos, bosques y biodiversidad, las razones generalmente son atribuidas al manejo del territorio. Especialmente en sitios asociados a áreas protegidas (Chingaza, San Juan, La Libertad) o en sitios beneficiados por iniciativas de conservación (los anteriores, más Pacaipampa), las personas entrevistadas notaron que hay un mejor manejo del páramo, mayor conservación de bosques y más diversidad de flora y fauna. Una excepción clara es Guerrero, donde hay varios conflictos ambientales y la gente percibió una situación negativa del estado del territorio. En este estudio se encontró poca diferenciación por género en la percepción de los efectos directos del cambio climático (temperatura, lluvia, territorio, diversidad); hombres y mujeres percibieron que la temperatura ha aumentado y que el promedio de lluvia varía. En algunas zonas, los hombres tuvieron una percepción más clara frente de que el cambio climático afecta directamente al páramo y a los bosques. La percepción de otros cambios en la comunidad (producción, alimentación y salud) sí fueron diferenciados por género: las mujeres percibieron más los cambios

en la alimentación (menos productos tradicionales, más comida procesada, mayor dependencia del mercado) y se preocuparon más por las enfermedades en la gente; los hombres notaron más cambios en el sistema productivo (cambios en productividad, mayor incidencia de enfermedades en ganado). Sin embargo, estos aspectos, que fueron percibidos de forma diferente entre hombres y mujeres, son difíciles de asociar al cambio climático directamente. Por lo tanto, se puede concluir que hubo una percepción diferente entre hombres y mujeres sobre los cambios en el páramo, pero la percepción sobre el cambio climático no presentó diferencias marcadas por género. En cuanto a la diferenciación por edad, sí hubo percepciones disímiles frente al cambio climático. Mayoritariamente las generaciones jóvenes notaron más cambios en el clima que los adultos y mayores; no obstante, los mayores que sí reconocieron un cambio en el clima, indicaron que el cambio se inició hace más tiempo que lo indicado por los jóvenes: los jóvenes manifestaron que los cambios empezaron hace menos de 10 años, mientras que los mayores mencionaron que los cambios comenzaron hace varias décadas. Probablemente esta situación se presenta porque los jóvenes tienen menos experiencia vivencial y por esto han experimentado menos situaciones irregulares. Además, la percepción de las personas jóvenes sobre el cambio climático puede estar fundamentada en la información derivada del acceso que

tienen a distintos medios de comunicación (incluido el internet), mientras que las personas mayores tienen un registro de percepción más amplio, basado en su experiencia de vida en el mismo territorio. En general, los mayores y, en especial, las mujeres mayores percibieron mayor cambio en salud y dieta. Finalmente, un cambio que afecta a la comunidad y que presenta diferencias por edad es la salud: hubo una tendencia clara que reconoce que los niños y adultos mayores sufren más enfermedades. Las percepciones son bastante consistentes en los diferentes lugares en que se ejecutó el estudio; sin embargo, hubo algunas diferencias entre sitios o países. En las áreas donde se han desarrollado más proyectos asociados al cambio climático y al manejo de páramo (Chingaza, La Libertad), la conciencia de la gente sobre sus efectos fue mayor; en los sitios con menor acceso a medios de comunicación y con una situación socioeconómica más precaria (Pacaipampa, San Juan) la población estaba menos informada sobre los diferentes aspectos del cambio climático y mostró mayor preocupación por la situación en temas como salud y alimentación. En Ecuador, la presencia del programa Socio Bosque evidentemente ha influido sobre la percepción positiva del estado del páramo. En las comunidades, las políticas de Estado sobre cambio climático son poco notables. En los sitios de estudio la gente percibe

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que el cambio climático existe y les afecta de diferentes formas, pero, a pesar de vivir en zonas priorizadas por el Estado, en las estrategias de adaptación la gente afirma que la información sobre el cambio climático les ha llegado, principalmente, a través de medios masivos y no de manera directa a través entidades del Estado encargadas del tema. En Chingaza, en donde se ejecutó el Proyecto Nacional de Adaptación Integrado (INAP), el nivel de información directa suministrada a la comunidad fue mayor; no obstante, la gente no considera que haya aumentado su capacidad para responder a los efectos del cambio climático. Recientemente, el apoyo que el municipio de Bogotá está dando a los municipios alrededor de Chingaza parece que sí beneficiará directamente a la población del sitio en este estudio pero, por ser una acción reciente y hasta ahora en marcha, todavía no ha sido reconocida por la comunidad. En Guerrero, el efecto de la política nacional y local sobre el cambio climático sí se ha sentido en la comunidad: las medidas que la Corporación Regional ha tomado para la conservación de páramos en esta zona (en parte como respuesta al cambio climático) han sido percibidas como restrictivas y son la causa principal de la desconfianza de la comunidad frente a las autoridades. Otras iniciativas para la adaptación en Colombia (entre ellas el proceso de delimitación y la planificación de manejo de cuencas,

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financiados por el Fondo de Adaptación) no alcanzan aún acciones en el campo que sean percibidas por las comunidades. En Ecuador, la estrategia de cambio climático ha sido traducida en proyectos concretos, pero éstos se ejecutan en otras zonas de los Andes (Pichincha, Napo, Cotopaxi, Tungurahua) y no en los sitios de estudio del presente proyecto. Sin embargo, la gente ha percibido un apoyo considerable e importante de parte del programa Socio Bosque que, finalmente, es parte del paquete de iniciativas nacionales que componen la estrategia de cambio climático. Finalmente, aunque en Perú la región de Piura siempre ha sido una zona con mayor atención de gestión de riesgos climáticos (el Niño) y beneficiaria de varios programas de adaptación, cabe destacar que en la zona de los páramos, probablemente por su difícil acceso, no existían proyectos o iniciativas relacionadas al cambio climático antes del presente proyecto (con excepción de algunas iniciativas asociadas del Instituto de Montaña y Naturaleza y Cultura Internacional). Vulnerabilidad y falta de capacidades En términos generales las comunidades de páramo están altamente expuestas a los efectos del cambio climático y son sensibles a su impacto. Sin embargo, el grado de exposición y sensibilidad varían de sitio en sitio según parámetros meteorológicos, biofísicos, sociales y económicos. Estimar

la exposición no es fácil debido a la falta de datos reales y escenarios probables de cambio climático al detalle (para una comunidad). Para determinar la sensibilidad se cuentan con más insumos comprobables, como la ocupación y el grado de transformación del territorio, la actividad económica de la población y los datos demográficos, socioeconómicos y de organización. Exposición Aceptando que todos los sitios están expuestos al cambio climático en términos absolutos, de los cinco sitios de páramo incluidos en el presente estudio, posiblemente los relativamente más expuestos son los más húmedos, que además tienen evidencia de cambio en la precipitación (Chingaza y, en menor grado, Piura), y el más seco (San Juan). A nivel del ecosistema, podría darse un incremento de los cinturones altitudinales con el aumento de la temperatura. Esto expondría especialmente a los sitios con menor diversidad altitudinal, donde hay menos espacio para la adaptación natural (Guerrero, La Libertad) y al superpáramo (Chimborazo). La única evidencia del cambio climático sobre la agricultura está asociada a la mayor incidencia de plagas y enfermedades, situación que expone más a los sitios con agricultura intensiva y poca diversidad (Guerrero, La Libertad).

Sensibilidad Todos los sitios cuentan con un alto grado de sensibilidad porque todos tienen un sistema económico basado en la agricultura (demandando riego de manera permanente), un nivel económico entre bajo y muy bajo y terrenos en diferentes grados de conversión, generalmente, de topografía quebrada. Dentro de este rango hay diferentes grados de sensibilidad considerando diferentes aspectos. Probablemente, en comparación con los otros sitios del proyecto, La Libertad tiene una menor sensibilidad general: su territorio cuenta con buenas características (menos pendiente, conservación en estado intermedio); la sensibilidad del sistema productivo es intermedia (hay un sistema combinado de papas y ganadería y buena disponibilidad y técnica de riego, buenos conocimientos e insumos disponibles, aunque el sistema productivo sigue dependiendo de altos insumos de agroquímicos); y la organización social es fuerte y tiene una larga historia. Estas características ayudan a bajar los niveles de sensibilidad. En Chingaza, las buenas condiciones naturales (buen estado de conservación, menor dependencia de riego) ayudan a bajar la sensibilidad de este páramo. No obstante, al tener predios pequeños, pobreza, procesos de emigración e

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inefectiva gobernanza local, su sensibilidad aumenta. En Guerrero la situación es opuesta: la sensibilidad natural es mayor porque el páramo está bastante transformado y, exceptuando las zonas altas, hay poca cobertura y conectividad natural; sin embargo, las condiciones socioeconómicas son mejores, cuentan con predios de mayor tamaño, mayores ingresos familiares y poca emigración, situaciones que reducen la sensibilidad. Finalmente, su alto grado de dependencia de cultivos intensivos (papas) sin la posibilidad de acceder a riego, la tendencia de alquilar tierras y el conflicto sociopolítico sobre este tema (que logró la desarticulación social y organizativa) aumentan la sensibilidad. San Juan y Pacaipampa están al otro extremo del rango de sensibilidad, pero por características muy diferentes: San Juan tiene un alto grado de transformación en su ecosistema natural, parcelas pequeñas, riego precario y pobreza general. Paralelamente, cuenta con aspectos que reducen su sensibilidad como la presencia de un gran territorio común, organización local fuerte, diversificación del sistema productivo (con alpacas, venta de artesanías, turismo) y una parte significativa de la economía familiar que proviene del trabajo no agrícola. Por su parte, Pacaipampa tiene menor sensibilidad a eventuales efectos del cambio climático por el estado de conservación todavía aceptable, alta diversidad de ecosistemas y conectividad, una baja densidad

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poblacional y organizaciones sociales legítimas. Sin embargo, la gente tiene parcelas pequeñas, no tecnificadas y con precarios sistemas de riego que, aunados a la precaria infraestructura vial y material, producen una alta sensibilidad a eventuales impactos del cambio climático y otros cambios externos. Capacidad El estudio en las comunidades se concentró en las capacidades existentes para reducir la vulnerabilidad al cambio climático demostrando que, en general, las capacidades materiales en el páramo son bajas: si bien hay varias personas con posesión de parcelas y hatos considerables, la mayoría de la gente en los cinco sitios tiene parcelas pequeñas, pocos animales de producción y casas rústicas; además, no cuentan con otros bienes como medios de transporte propios o electrodomésticos para preservar alimentos o ahorrar tiempo en los quehaceres domésticos. Económicamente, la población del páramo es pobre: según los datos suministrados por las comunidades, las personas obtienen generalmente menos de un sueldo mínimo, pocas tienen cuenta bancaria o ahorros y, aunque algunas sí manejan créditos, éstos son bajos. La cobertura social está presente en todas las zonas, pero no hay seguro agrícola, una de las capacidades más obvias para reducir la vulnerabilidad. Un aspecto positivo en su capacidad

financiera es el hecho de que los ingresos están diversificados y progresivamente son menos dependientes de la agricultura. La capacidad técnica se basa en el conocimiento clásico de cultivos, el uso de insumos químicos y producción intensiva. Hay poca incidencia de innovaciones más adecuadas para la adaptación al cambio climático como el mejoramiento de razas de ganado, uso de pasto sembrado, manejo integral de plagas y diversificación de cultivos y razas. Llama la atención que la presencia de varios proyectos de asistencia técnica en diferentes sitios ha dejado pocos cambios reales en la capacidad técnica. La gente sabe qué es el cambio climático, muchos conocen sus manifestaciones y reconocen sus efectos, pero en general, no han cambiado su sistema productivo para adaptarse ni saben cómo hacerlo. En general, las comunidades de páramo tienen una buena capacidad sociorganizativa. Comunidades rurales, especialmente las indígenas, se caracterizan por un alto nivel organizativo que les permite establecer sus puntos de vista ante los diversos actores que se presentan en el territorio. Esta capacidad organizativa, si es traducida en acción real, logra impactos concretos (planes de manejo, fondos, control, capacitación) e influencia en la política pública (ordenamiento territorial, delimitaciones, incentivos). También la capacidad física y natural es alta. En

comparación con otros paisajes, el páramo tiene varias partes conservadas, muchas en conexión con bosque andino y humedales. Todos los sitios de este estudio tienen un área cercana de páramo conservada (formal o informalmente). La tenencia de diferentes parcelas a diferentes altitudes también reduce la vulnerabilidad. La relativamente baja capacidad física (agua potable, accesibilidad, electricidad, riego) aumenta la vulnerabilidad en la mayoría de los casos. Los diferentes tipos de capacidades varían mucho entre sitios, pero no es difícil establecer una especie de rango. La Libertad tiene mayor capacidad material y técnica que los otros sitios, una buena capacidad financiera y sociorganizativa y relativamente buena capacidad natural y física; sin embargo, aunque sus habitantes aplican algo de conocimiento tradicional e innovación tecnológica, su tecnificación está basada en sistemas clásicos con altos insumos químicos. Guerrero está en similares condiciones, aunque tiene poca capacidad sociorganizativa y peor capacidad natural. Chingaza se encuentra en un punto intermedio en todos los diferentes tipos de capacidades (con excepción de la capacidad natural que es más alta). San Juan tiene poca capacidad material pero, paradójicamente, relativamente buena capacidad financiera, no por monto de ingreso, sino por diversificación de fuentes. Su capacidad técnica es interesante, por la mencionada diversificación, el acceso

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a asesorías y los cambios en sistemas productivos. Su capacidad sociorganizativa es alta, pero su capacidad natural y física es relativamente baja. Finalmente, Pacaipampa tal vez se encuentra en las peores condiciones de capacidad. Cuenta con poca capacidad material, financiera, técnica y física; no obstante, tiene buena capacidad natural y sociorganizativa. Aunque este estudio trató de determinar la capacidad a nivel de la comunidad, con base en las estadísticas de los grupos familiares, la metodología por grupos focales permitió concluir que hay una diferencia de capacidad relacionada a género. En todos los sitios las mujeres tienen menor capacidad que los hombres. El ejemplo más notable es San Juan, donde las mujeres tienen menos predios y más pequeños, menos acceso a riego y agua potable y, en general, menos ingreso. En sitios como Guerrero y Chingaza, donde la capacidad material y económica es similar, las mujeres están en desventaja en capacidad organizativa (menor participación en los espacios de toma de decisiones) y técnica (menor acceso a asesoría técnica y menor aplicación de prácticas innovadoras). Las personas que participan como autoridades locales (teniente político, presidente de comuna, director de escuela, etc.) generalmente tienen mayor capacidad económica y técnica para el propio manejo del territorio, aunque también son personas

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que se ocupan de temas no agrícolas y pierden cierta capacidad de adaptación basada en el territorio. Por supuesto, en este caso también reducen su sensibilidad. Falta de capacidad El estudio sobre capacidades en los diferentes sitios arrojó varios vacíos en este ámbito. Algunos aspectos fueron generales para todas las zonas: la falta de capacidades técnicas para diversificar o innovar sistemas productivos como estrategias de adaptación; la falta de registros de clima y sistemas de alerta temprana; y la falta de capacidad financiera para tener créditos, ahorros o seguros agrícolas (para disminuir la dependencia de ingresos a corto plazo). Otros aspectos son más importantes dependiendo del lugar: la falta de capacidad natural (predios pequeños en Pacaipampa y San Juan, el regular estado de conservación en San Juan y Guerrero); dificultades en capacidad física (acceso y sistema de riego en malas condiciones en Pacaipampa y San Juan, estado de carretera precario en Pacaipampa, mala calidad de agua potable en La Libertad); o falencias en la capacidad sociorganizativa (resolución de conflictos en Guerrero, mejor organización, equidad y efectividad de gobernanza en Chingaza). En la zona de Chingaza, la capacidad técnica debe ser mejorada a través de un mayor acceso a la información climática que permita enriquecer la toma de decisiones. Se

necesita capacitación, desarrollo y difusión de estrategias de adaptación al cambio climático. Esto incluye la diversificación en sistemas productivos y emprendimientos (no agrícolas) para diversificar los medios de vida. Esta diversificación debe estar enfocada específicamente a las mujeres, por tener tradicionalmente menos capacidad técnica. Los conocimientos tradicionales, si bien son valorados, son escasamente incorporados en las prácticas de producción. Finalmente, hay carencias en la capacidad en el manejo de alimentos (de autoproducción) y en salud (prevención). En cuanto a la capacidad física, se requiere de mayor capacidad en infraestructura para mejorar el acceso a mercados y a los servicios de salud. Frente a la capacidad sociorganizativa, se ha identificado la necesidad de mejorar la representatividad en las juntas (especialmente la participación de mujeres), lograr acuerdos institucionales con agencias de gobierno para lograr acuerdos de gobernanza (con la Unidad de Parques) y recibir incentivos (modelos de compensación por servicios ambientales). En cuanto a la capacidad financiera, la gente necesita desarrollar alternativas y mecanismos de financiación a nivel local (escala veredal/grupal) de tal manera que puedan cofinanciar o autofinanciar las acciones de adaptación en el mediano plazo. Además, requieren de mayor acceso al mercado y fortalecer su cadena de valor de los productos agrícolas.

En Guerrero, se han identificado vacíos en varios tipos de capacidades. Probablemente la mayor falencia es la falta de capacidad sociorganizativa. Existe una falta de claridad sobre políticas públicas de planificación, manejo del territorio y competencias institucionales, además de una escasa cultura de participación ciudadana de los actores directamente implicados en la gestión y manejo del territorio. Se debe fortalecer la organización local para aumentar la gobernanza local. Hay una falta de capacidad técnica frente a la necesidad de crear capacidad para la innovación del sistema productivo de papa, hacerlo menos dependiente de agroquímicos y usar más variedades. Las mujeres demandan capacidad para el manejo de las enfermedades en animales, que generalmente están a su cuidado. Para aumentar la capacidad financiera se deben crear actividades económicas alternativas (vivero, lana, cerdos, truchas) y mejorar la capacidad de reacción ante la pérdida de cosechas o la caída de precios. Asociado a esto, se deben crear mecanismos de acceso a capital para asegurar reservas para eventualidades (ahorros, seguros o créditos) y depender menos de las fluctuaciones fuertes del mercado. Mediante una mejor capacidad física se puede lograr un ingreso estable y el fortalecimiento de cadenas de valor (asegurando el valor agregado de la leche y el queso). Lograr estas mejoras promoverá una mayor independencia

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económica y acceso a recursos (créditos, seguros) para las mujeres. Finalmente, en esta zona de gran transformación natural, existe una falta de capacidad física y natural que debe superarse con medidas de conservación de páramo, protección de fuentes de agua y restauración en predios agrícolas como cercas vivas. En La Libertad, la principal falta de capacidad está en el campo técnico. Hay un uso inadecuado de maquinaria agrícola, un empleo excesivo de productos agroquímicos y escasa rotación de cultivos. Son necesarias estrategias efectivas de implementación de más prácticas agroecológicas y aumento de la diversidad de productos. El sector ganadero requiere mayor innovación en la provisión de alimento para los animales, especialmente para superar periodos de sequía (pastos cultivados, ensilaje). A pesar de la presencia de diversas entidades en la zona durante largo tiempo, el acceso a asistencia técnica formal llegó a menos de la mitad de las personas encuestadas. En la capacidad física, es clave mejorar el servicio de agua potable. Otros vacíos en las capacidades de la población de La Libertad incluyen mejor acceso a servicios financieros que aumenten la resiliencia del sistema productivo (créditos y seguro agrícola). En San Juan, hay una fuerte falta de capacidad natural y física que se caracteriza por el pequeño tamaño de los predios.

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La superficie actual para cubrir con las demandas de los integrantes de las comunidades no será suficiente aunque se desarrollen procesos de repartición de tierras como lotes privados y el incremento paralelo de la población. Esto es especialmente importante para las mujeres, que tienen menos predios y más pequeños. Para ello se requiere de un plan de manejo conjunto o lineamientos de manejo de su territorio. Otro vacío en la capacidad natural es el regular estado de conservación; es urgente continuar con procesos de conservación y restauración de páramos y bosques para aumentar la resiliencia natural del paisaje. Además, el sistema de riego (y el acceso al mismo) es precario y amenaza tanto a la producción actual como a la seguridad alimentaria cuando haya menor predictibilidad de las precipitaciones en el futuro. Es importante señalar que son las mujeres quienes menos acceso a riego tienen, pero son las que más diversidad de alimentos producen. Finalmente, todavía falta acceso a agua potable para varias familias. También hay falencias en la capacidad material: si bien la casa y el terreno son propios, se encuentran en condiciones precarias y la gente (en especial las mujeres) tiene pocos insumos materiales que pueden ayudar a reducir la vulnerabilidad (animales de carga, medios de transporte, artefactos de hogar). Aunque la capacidad material es baja, la falta de capacidad financiera es

menos crítica por contar con varios ingresos adicionales. Sin embargo, esta relativa existencia de recursos opaca la posibilidad de mejorar las condiciones técnicas en el manejo de cultivos para el incremento y la variación de la producción. Esto también se refleja en la falta de capacidad técnica: si bien existen iniciativas de diversificación de los ingresos a través de actividades no agrícolas, faltan iniciativas para mejorar la producción agrícola y pecuaria con estrategias innovadoras de adaptación (mejoramiento de hatos, diversificación de animales y cultivos, agroecología). También hay una falta de capacidad para reconocer y anticipar el cambio climático, situación que se podría atender con campañas de comunicación y monitoreo participativo del clima. En cuanto a la capacidad sociorganizativa se nota la escasez de desarrollo de procesos a largo plazo que reduzcan la vulnerabilidad de la comuna frente a los efectos producidos por el cambio del clima o eventuales circunstancias de riesgo. Las familias del entorno de los páramos en Pacaipampa tienen una falta de capacidad en varios campos. Probablemente, la más crítica es la falta de capacidad en el campo natural y físico; igual que en Chimborazo los predios son muy pequeños y hay gran distancia entre ellos. También hay una necesidad de compensar la falta en el acceso y la calidad de los sistemas de riego y agua potable. Un problema fundamental

en esta zona de páramo es la poca accesibilidad, que reduce la capacidad de acceso al mercado y disminuye los ingresos. La gente tiene dificultades importantes en su capacidad financiera: el poco dinero que manejan no está en cuentas bancarias, no tienen ahorros y tienen poco acceso a crédito; solamente las autoridades tienen cuenta bancaria y mayor capacidad financiera. Una carencia en la capacidad técnica es la ausencia de innovación de sistemas de ganadería y agricultura, aprovechando la diversidad del territorio y la agrobiodiversidad existente. Aunque existen proyectos, la baja conectividad dificulta el acceso de entidades oferentes de asesoría técnica. Esto también influye en el tema sociorganizativo: debido a los problemas en el acceso, se presentan dificultades en la capacidad de las organizaciones locales para influir en las políticas públicas (municipio, región), atraer fondos e implementar proyectos. Finalmente, no hay capacidad de monitorear el clima localmente (falta de estaciones) y de anticipar cambios. Vulnerabilidad Tras analizar los diferentes elementos relacionados con la vulnerabilidad de las comunas ante el cambio climático (exposición, sensibilidad y capacidad), se pueden señalar algunas generalidades aunque, por varias razones, es difícil decir con certeza cuál de los sitios es más o

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menos vulnerable: los datos de exposición no son exactos y se incluye información descriptiva y basada en percepciones; la sensibilidad tiene varios aspectos que pueden ser contrarios en un mismo sitio; la identificación de los diferentes tipos de capacidad incluye mucha información subjetiva (depende de la valoración que tenga cada persona de una capacidad u otra). Dicho esto, y tomando en cuenta que todas las calificaciones a continuación son relativas, este estudio indica que los sitios de menor vulnerabilidad son La Libertad (exposición, sensibilidad y capacidad técnica moderadas; buenas capacidades materiales, financieras, naturales y físicas; y excelente capacidad sociorganizativa), seguido por Guerrero (baja exposición, moderada sensibilidad, buenas capacidades técnicas, materiales, financieras y físicas, moderada capacidad natural y baja capacidad sociorganizativa). Chingaza tiene una vulnerabilidad intermedia (alta exposición, moderada sensibilidad, todas las capacidades moderadas). San Juan (alta exposición, moderada sensibilidad, moderadas capacidades técnicas y financieras, bajas capacidades materiales, naturales y físicas, pero alta capacidad sociorganizativa) y Pacaipampa (alta exposición, moderada sensibilidad, bajas capacidades técnicas, financieras, materiales y físicas, moderada capacidad natural y sociorganizativa) son, en este orden, las comunidades más vulnerables.

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Gobernanza La gobernanza en cada una de las comunidades Hay una amplia diversidad en los sistemas de gobernanza entre las comunidades. Pacaipampa y Guerrero tienen sistemas más dispersos y fragmentados que debilitan los procesos de toma de decisiones. La Libertad mostró un nivel de cohesión organizativa bastante importante, Chingaza y San Juan en menor grado. En el caso de la consolidación organizativa de La Libertad resalta el acompañamiento sostenido por la CGRR, cuya intervención ha permitido acuerdos en torno al manejo de la REEA y el reconocimiento de los aportes de la comuna. Esta situación también se observó en menor medida en San Juan donde la organización de turismo comunitario se ha convertido en un dinamizador y facilitador importante. Por otra parte, como se mencionó anteriormente, en las cuatro comunidades que se encuentran al interior de áreas protegidas, la relación con la administración del área es un factor de vital importancia. La Libertad es el único sitio en el que la relación con la administración de la reserva no fue percibida de manera negativa, en tanto que los conflictos existentes ya han sido superados. En las otras comunidades, las entidades que administran las áreas protegidas son vistas con resistencia por la población. Las

comunidades de Guerrero y Pacaipampa no se encuentran en el interior de áreas protegidas, pero enfrentan conflictividad con actores productivos (en Guerrero con los productores grandes de papa y en Pacaipampa con la Empresa Minera Río Blanco). En el caso de Guerrero, La Corporación Autónoma Regional (CAR) es el principal actor de antagonismo para la población, porque es la autoridad encargada de controlar el cumplimiento de la normativa de prohibición de actividades agrícolas sobre los 3000 msnm. Este escenario de conflictividad también influye en la percepción de la comunidad frente a la actividad de Tropenbos y el proyecto. Finalmente, Pacaipampa presenta desafíos en su gobernanza interna, se encuentra amenazada por intereses mineros y, aunque hay oportunidades de alianza entre actores, éstos se muestran muy débiles frente al poder e influencia de la empresa. De acuerdo a los resultados del estudio de vulnerabilidad y capacidades, las comunidades muestran niveles bastante aceptables de capacidad sociorganizativa. Todas tienen un número diverso de actores que nutre claramente el tejido organizativo comunitario. Sin embargo, como se mencionó en casos como Guerrero y Pacaipampa, el gran número de organizaciones también puede significar fragmentación y poca coordinación. Especialmente en Guerrero, se ve la necesidad de una organización que pueda

canalizar de mejor manera los intereses de la población y colocarlos en diálogo con los intereses de las autoridades. El caso de La Libertad es un buen ejemplo de ese tipo de accionar. El Consejo de Gobierno ha logrado acuerdos en torno al manejo del territorio a través de planes de manejo y normativas internas. Desde el punto de vista de gobernabilidad (o buena gobernanza), definida como la capacidad de los actores involucrados en la toma de decisiones para acordar acciones en función del bien público, La Libertad se encuentra claramente en un extremo positivo, mientras que Guerrero se encuentra en el extremo negativo. Las comunidades de Chingaza y San Juan se encuentran en un nivel intermedio pues tienen debilidades en sus estructuras de gobernanza comunitaria, como fue mencionado durante las entrevistas para el informe de vulnerabilidad y capacidades. En el caso de Chingaza, por ejemplo, la demanda del pago del PES y la titulación de tierras sigue siendo un tema en el que los actores comunitarios aún no han logrado influir. La buena gobernanza de las comunidades también tiene relación con los niveles de capacidad sociorganizativa presentes. De acuerdo al estudio de vulnerabilidad y capacidades, La Libertad califica muy alto en referencia a sus capacidades (material, técnica y sociorganizativa) lo que la ubica en un rango muy positivo de buena gobernanza. Esta comuna alcanzó

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este estado tras un proceso sostenido de fortalecimiento de capacidades para el diálogo y una reflexión y construcción continua de institucionalidad receptiva a las necesidades comunitarias. Guerrero en cambio, a pesar de tener una alta capacidad material y técnica, califica de manera deficiente en relación a la buena gobernanza. En este caso, además del trabajo para la transformación de los conflictos, se requieren procesos que promuevan la disminución de la inequidad en la comunidad. Es difícil generar estructuras y espacios de gobernanza participativos y democráticos cuando hay niveles altos de conflictividad y de inequidad. Las otras tres comunidades tienen niveles aceptables de buena gobernanza, de acuerdo a los resultados de las investigaciones; sin embargo, al igual que en otras comunidades campesinas, el desafío es lograr un fortalecimiento sostenido. Se observa una gran diversidad de actores externos involucrados en la gestión de los páramos en las comunidades. La mayoría de estos actores son gubernamentales y corresponden a los Ministerios de Ambiente de los países (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia, Ministerio de Ambiente en Ecuador y Ministerio de Medio Ambiente en Perú). Los ministerios tienen mandatos claros sobre la conservación de los páramos y se encuentran desarrollando políticas específicas para la adaptación

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al cambio climático que se expresan en planes, estrategias y proyectos así como en herramientas para la conservación y manejo de los ecosistemas altoandinos. Estas instituciones tienen presencia en los territorios de acuerdo a las políticas de desconcentración y descentralización en cada uno de los países. En el caso de Colombia, las CAR son la autoridad ambiental en las regiones, mientras que en Ecuador, las oficinas provinciales del Ministerio ejercen la representación territorial; en Perú, los gobiernos regionales se encuentran en un proceso intensivo para asumir las competencias ambientales. Este ensamblaje institucional significa que los actores comunitarios deben coordinar con varias instancias gubernamentales provenientes de distintos niveles de manera simultánea. A veces esto representa dificultades, pues hay una recurrente debilidad en la coordinación interinstitucional. Un análisis de los cuellos de botella que existen entre las distintas instituciones que interactúan en las comunidades permitirá visualizar un escenario de gobernabilidad más completo. Sobre este escenario se podrán establecer estrategias más eficaces de coordinación y cooperación. Los análisis desarrollados tendrán, como ya se ha dicho, una validez de corta duración. En ese sentido se recomienda utilizar la herramienta de manera periódica y en el futuro utilizar entrevistas

y no solo talleres o grupos focales. Así se fortalecerán los hallazgos pues se obtendrá información de manera distinta y se podrán verificar las percepciones. Tanto para la comunidad de La Libertad como para Pacaipampa, es recomendable que se realice el análisis de gobernanza con los actores de la comunidad pues, si bien la visión del equipo técnico es válida, seguramente habrá diferencias sobre los actores clave, cómo éstos se relacionan y los mecanismos de toma de decisiones. Para el caso de La Libertad, se recomienda utilizar herramientas para cuantificar la influencia y para ubicar las posiciones de los actores. Así se pueden reducir los sesgos interpretativos del equipo que, en ausencia de datos cuantificables, realizó la interpretación sobre el posicionamiento y el poder relativo de los actores. Fortalecimiento de las capacidades de gobernanza en cinco sitios de páramo En Chingaza, en miras de un proceso de fortalecimiento de capacidades, se recomienda apoyar tanto a pobladores como a líderes de las veredas de La Caja y El Rosario en su capacidad de comunicación y negociación. El fortalecimiento permitirá reducir las asimetrías que generalmente existen en estos espacios, donde las autoridades tienen mayores conocimientos y destrezas que la población comunitaria.

En Guerrero, claramente se requiere fortalecer las capacidades de manejo y transformación de conflictos. Se observó que las mujeres, en especial las más jóvenes, están más dispuestas a procesos de este tipo siendo ellas, potencialmente, la puerta de entrada para iniciar procesos de diálogo y concertación. Un primer paso clave antes de iniciar procesos de capacitación para la adaptación al cambio climático es generar un ambiente de confianza. En San Juan se sugiere un trabajo específico de apoyo en la distribución del agua, con la intermediación no parcializada de una institución de gobierno (el Gobierno Provincial de Chimborazo, la Tenencia Política o la SENAGUA, por ejemplo). Para esto, se recomienda generar capacidades para el diálogo de múltiples actores donde la experiencia de La Libertad, a través de un intercambio/capacitación de pares, puede ser muy inspiradora. Otra estrategia recomendada para San Juan es el fortalecimiento de las organizaciones campesinas de segundo grado a través de apoyo técnico y financiero. Contar con organizaciones campesinas de nivel, medianamente fortalecidas, puede contribuir a que las organizaciones comunitarias tengan mayores posibilidades de negociación frente a las autoridades nacionales y el sector privado (empresa Cemento Chimborazo). Esto es especialmente relevante considerando que un conflicto mayor presente en el

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territorio gira en torno a que Cemento Chimborazo está aprovechando más del 80 % del agua de las dos comunidades, reduciendo así la capacidad de adaptación de las comunidades. Finalmente, se recomienda difundir y generar espacios de intercambio y aprendizaje entre las comunidades del proyecto para mejorar

los sistemas de gobernanza. Las lecciones de la comuna de La Libertad son especialmente inspiradoras y pueden dar pautas para que las otras comunidades reflexionen sobre cómo lograr mayor cohesión y consolidación organizativa. A partir de esa reflexión, los equipos técnicos podrán implementar las acciones de capacitación de manera más estratégica y efectiva.

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@FRANCISCO NIETO, COLOMBIA

@MARCOS CERRA, ECUADOR

PARTE 11

Estudios de caso para el análisis de percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza en las comunidades de los páramos de Colombia, Ecuador y Perú

Análisis de percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza en las comunidades de los páramos del norte del Perú (Pacaipampa, Provincia de Ayabaca, Departamento de Piura - Perú) Fidel Torres. Coordinador del proyecto “Comunidades de los páramos” en Piura, Perú. Instituto de Montaña (The Mountain Institute) Contexto territorial Los páramos peruanos se encuentran en las cumbres y valles altoandinos desde la frontera con Ecuador, al norte, hasta el hundimiento geológico denominado transversal de Huancabamba, al sur, el punto más bajo de la cordillera andina que constituye un corredor natural único por conectar los Andes, la costa y la Amazonia, ecosistemas y culturas diversas del norte peruano. Los páramos del norte peruano representan la frontera más occidental de influencia del ecosistema amazónico cuyos vientos húmedos han logrado establecer en las cumbres andinas de Piura y Cajamarca formaciones vegetales que hacen contacto con la vertiente del Pacífico. Desde los 3500 msnm, de los páramos corren las aguas que bajan por las cuencas de los ríos que desembocan en el Pacífico y en el Atlántico. Los páramos representan la última frontera de expansión de las sociedades vegetales y animales de la planicie amazónica que tiene como borde arbóreo final los bosques de neblina (1800 a 2800 msnm).

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En este límite altitudinal y biológico de influencia del bosque amazónico, la población está altamente especializada en términos de adaptación y función. En esta zona encontramos una vegetación que ha desarrollado estructuras y funciones para soportar condiciones de estrés ambiental, como fluctuaciones de temperatura diarias de 15 °C en el día y 6 °C en la noche (Yauri, 2011); la máxima velocidad de vientos a nivel regional en todo el año, superiores a los 10 m/s (Ministerio Energía y Minas, 2008);y altos niveles de radiación UV de hasta 468,1 cal/cm² por día, debido a la delgada atmósfera por encima de los 3000 msnm (ATA, UNP, UNL. 2003). Estos factores han influido en que algunas especies herbáceas, desarrollen la capacidad de producir sustancias bioactivas que resultan en propiedades medicinales para el uso humano; entre otras: Hypericum laricifolium, Bejaria mathewsii, Brachyotum sp, Gentianella sp, Pernettya prostrata, Muehlenbeckia hastulata, Clinopodium obovatum, Oenothera rosea, Halenia umbellata, Senecio sspp.,

Loricaria sp., Puya pigmaea y Huperzia brevifolia (Sánchez, 2012). Algunas de estas sustancias bioactivas se producen para proteger al individuo de la radiación (flavoniodes, polifenoles y taninos) y pueden medirse como indicadores del cambio del clima que también afecta a la Amazonia (Torres, 2013). Como territorio cultural, los páramos han sido escenario del tránsito de grupos étnicos originales que habitaron el territorio de la sierra ubicado hacia el norte de la depresión Huancabamba. Etnias protojíbaras como guayacundos, caxas, ayabacas y calvas circulaban en un territorio que comprendía tierras desde las estribaciones orientales hasta la costa y compartían un dialecto jíbaro que servía como lengua franca de este territorio amazónico-costero (Hocquenheim, 1998: 143). La conquista inca y luego la española empujan a estos grupos jíbaros de la sierra piurana y lojana hacia los territorios interiores de la Cordillera del Cóndor donde hoy habitan sus descendientes (Hocquenheim, 1998: 181). En aquel entonces, los pajonales Análisis de percepciones a)Producción y medios de vida Las familias dan cuenta de una tendencia a la mejoría basada, principalmente, en la percepción de mejora de la producción

del páramo eran las puertas de entrada a la “ceja de montaña” y a diferentes rutas para el intercambio de productos entre la acosta y la Amazonia. El distrito de Pacaipampa, en la Provincia de Ayabaca, es una de las zonas representativas de las sociedades rurales agrarias vinculadas a la dinámica y servicios ambientales de los páramos pertenecientes a la subcuenca del río Quiroz, la más importante de la vertiente del Pacífico influenciada por los páramos del norte peruano. Con 31 726 pobladores, la microcuenca de Bellavista de Cachiaco, espacio donde trabaja el Instituto de Montaña (IM) con el Proyecto Comunidades de los Páramos, reporta 722 familias con 4589 pobladores, de los cuales 2179 son hombres y 2140 mujeres (Plan de Ordenamiento Territorial). Los caseríos de San Juan, El Palmo y Totora, zonas de intervención del proyecto, cuentan con 166 familias con un total de 1049 habitantes: 283 hombres adultos, 184 niños, 340 mujeres adultas y 242 niñas (Plan Urbano Rural de OT del Distrito de Pacaipampa, 2005). agrícola (figuras 2 y 3) y ganadera, los nuevos productos y el mayor control sanitario del ganado, factores que representan bienes para la seguridad económica de familiar. No hay distinción notable en la opinión entre hombres y mujeres.

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Figura 2: Principales cultivos del distrito Pacaipampa bajo el cambio climático

Figura 3: Incremento de cultivos cálidos en Pacaipampa bajo el cambio climático

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Paralelamente, se percibe un crecimiento de condiciones desfavorables para la producción derivado de la mayor presencia de plagas y enfermedades y la consecuente necesidad de aplicar mayores cantidades de pesticidas y fertilizantes, situación que afecta no solo la salud de las familias, sino que también exige la consecución de nuevos ingresos para controlar la sanidad de cultivos y animales. Hombres y mujeres opinan de manera similar. b)Salud y alimentación Existe una percepción general dispersa sobre el estado de salud y alimentación en la comunidad. En cuanto a la alimentación, la percepción general es de una ligera mejoría. Las mujeres expresan, con mayor frecuencia que los hombres, un incremento en la variedad de los productos de la dieta . Este incremento tiene una explicación en el aumento de los intercambios mercantiles a los que se vinculan estas sociedades, tanto para la compra de alimentos en los mercados locales, como por la integración de nuevos cultivos a nivel de huertos familiares. Que las mujeres sean quienes perciben en mayor medida el incremento y variabilidad de la dieta se fundamenta en que ellas son las que cocinan y son también quienes sienten un crecimiento de la dependencia del mercado por la importante presencia de algunos nuevos alimentos que se encuentran en su dieta actual y que solo lo pueden adquirir afuera, como es el caso del

arroz. El reconocimiento de esta tendencia podría indicar vulnerabilidad en referencia a su seguridad alimentaria; sin embargo, por la diversidad en los cultivos que se manejan en las chacras (5 a 8), los alimentos adquiridos en el mercado representan una minoría en la composición de la dieta de las familias. Respecto a la presencia de enfermedades, la opinión general es indefinida en cuanto a la mayor y menor incidencia, no obstante, la mayoría de mujeres opinan que se han incrementado las enfermedades. Para los entrevistados es complicada la diferenciación entre enfermedades tradicionales y aquéllas surgidas por el cambio climático. c)Territorio La tendencia percibida sobre el territorio es de precaria estabilidad y control. La mayoría de las opiniones están divididas entre la idea de un estado de conservación del páramo igual o poco alterado en el presente y un páramo que está peor que antes. Se reconoce una ligera tendencia hacia un descenso en el número y diversidad de animales presentes en el ecosistema debido a que éstos son más sensibles al avance de la ocupación humana en los entornos del páramo. A la par, se expresa de manera notable un incremento de plantas, tanto cultivadas como silvestres,

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debido a que han surgido condiciones favorables para la incursión de cultivos que décadas atrás estaban limitados por las características ambientales propias de la altitud, especialmente, la temperatura. En este marco es preciso señalar que el incremento de especies procedentes de altitudes menores no necesariamente es una ventaja si se considera que especies silvestres propias del páramo, cumpliendo funciones en este ecosistema, son desplazadas o eliminadas.

para riego” y “menor cantidad de agua en los ríos”, esta realidad se puede explicar en relación al incremento de canales que capturan agua, no del río principal, sino de pequeñas quebradas, lagunas y afloramientos.

Por otra parte, una expresión importante referente al control del territorio son los acuerdos comunales del control de la quema, factor fundamental para el cambio de uso de las tierras, debido a que la quema es la condición para la expansión de la actividad agropecuaria de las zonas bajas hacia los bosques de neblina y luego hacia el páramo.

Respecto a las sequías, son los varones quienes tienen una percepción definida de su incremento. En estas zonas, la percepción de la sequía no es la de ausencia completa de lluvias, sino de la insuficiencia de éstas para los requerimientos de los cultivos que se siembran en la época de lluvias y frente a la duración que tendrá la vegetación herbácea que sostiene a la ganadería.

d) Agua Respecto al agua, también se registran aspectos cuya percepción de incremento significa bienestar. Éste es el caso de la opinión mayoritaria que apunta al crecimiento de la disponibilidad del recurso, especialmente para el riego, y el mejoramiento de la calidad del mismo. No obstante, también se registran opiniones que dan cuentan de una disminución de la disponibilidad del agua potable y en los ríos. Aunque parecieran contradictorias las ideas “mayor disponibilidad de agua

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Hay una opinión indefinida sobre la variabilidad del caudal de los ríos. Tampoco se constata una opinión definida sobre la intensificación o disminución de las inundaciones.

El incremento poblacional genera demandas insatisfechas frente a la necesidad de tuberías para la conducción del agua desde las vertientes a los puntos de instalación de grifos comunitarios o individuales (agua no tratada, no potabilizada). e) Clima Se perciben condiciones ambientales más calientes (sensación térmica), acompañadas de mayores lluvias que

provocan mayor presencia de neblinas, condición que propicia ataques de hongos que dañan los cultivos. Aunque se perciben mayores lluvias, éstas no se presentan en forma de aguaceros pues éstos son señalados como más escasos. También se percibe que ahora la lluvia llega más tarde y que, mientras no llueve, el sol es mucho más intenso que antes. En esta misma línea, se percibe menos viento que antes.

relativa propicia para la proliferación de las poblaciones fungosas.

El cambio en el clima se percibe, principalmente, a través de las alteraciones en las lluvias y el calor. De un lado, porque de ello dependen la producción de los cultivos y la disponibilidad de pastos para la ganadería; de otro, porque el incremento del calor que perciben se verifica a través de la presencia de nuevas plantas, la desaparición de otras, la integración de cultivos que pertenecían solo a altitudes menores y la aparición de plagas que encuentran el calor que antes no tenían y atacan a plantas y ganado.

La aparente contradicción entre la percepción de mayores cantidades de sol y de neblinas se explica porque no refieren el mismo momento del año para ambas situaciones; estas percepciones dan cuenta de cómo, en los periodos secos, los días de luminosidad son más intensos y “queman más que antes” y, cuando llega el periodo húmedo, la neblina se incrementa, incrementando a su vez la presencia de hongos o “hielo”.

Las percepciones predominantes en la actualidad (un clima “más caliente” y, a la vez, la presencia de “más heladas”) se explican porque la palabra “helada” para los agricultores y agricultoras de estas zonas no se refiere a temperaturas bajo cero sino al efecto de los hongos sobre los cultivos, especialmente sobre la papa y el frijol, que suele denominarse “hielo”. El incremento de la temperatura en zonas con abundante vegetación también aumenta la humedad

La expresión “llueve más pero hay menos aguaceros” se refiere a que se percibe un aumento de las lluvias irregulares -que se adelantan o se prolongan-, pero ya no se perciben lluvias de gran intensidad en cortos periodos de tiempo como en el pasado.

Un elemento fundamental en lo referente a las percepciones sobre el clima es la interpretación del clima a través de indicadores etnoclimáticos biológicos y ambientales abióticos (astros y entorno cercano), lecturas de expertos locales que han tenido -y mantienen en la actualidadgran importancia en las sociedades agrarias andinas por representar el conocimiento con el que los agricultores toman decisiones frente a la planificación de sus actividades agropecuarias al inicio de cada campaña anual, decisiones que

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determinarán su economía y controlarán el riesgo (Calverías, 2004; ITDG, 2009). Los agricultores hacen de la repetición de sus percepciones y observaciones -mediante ensayo-error aplicado a sus prácticas productivas- un conocimiento orientador de sus decisiones para planificar cada periodo productivo que se

inicia con la temporada de lluvias para los cultivos principales. En las zonas andinas del entorno de los páramos, los expertos en la interpretación de las condiciones atmosféricas se orientan principalmente por el comportamiento de la floración y fructificación de cinco especies arbóreas que son observados a partir de los meses de julio-agosto hasta octubre-noviembre.

Tabla 6: Frecuencia de observaciones de expertos locales sobre la floración y fructificación de especies arbóreas como indicadores predictores favorables de lluvia (periodo de observación: agosto a octubre).

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Tabla 7: Momento de observación de indicadores predictores de lluvia en la Sierra de Piura en el entorno de los páramos FENOLOGÍA

Agosto Guabo Mora Lúcumo

Floración

Septiembre

Fructificación

Octubre Arrayán Lanche

Noviembre

Guabo

Arrayán

Elaborac. F.Torres - IM

Análisis de vulnerabilidades a) Exposición Las comunidades del entorno del páramo están expuestas a la sobreabundancia periódica de precipitaciones que afecta la estabilidad de laderas y áreas de cultivo, sobre todo, en años en que ocurre el trasvase de intensas precipitaciones en la Amazonia. Durante eventos como El Niño, la población de las zonas bajas queda aislada y, en los periodos no lluviosos, se exponen a intensos vientos que destruyen casas y cultivos. Por otra parte, la zona de páramos es también

zona de concentración de minerales en su subsuelo, esta característica los convierte en blanco de potenciales explotaciones minerometálicas en las que se utiliza el sistema de extracción de tajo abierto, altamente destructivo. b) Sensibilidad En las comunidades existen factores internos, y especialmente externos (Hurtado, I. 2005), que las hacen especialmente débiles o más sensibles ante sucesos que pueden bloquear significativamente sus capacidades. A saber:

Factores internos: Las brechas constatadas entre varones y mujeres generan condiciones de injusticia y un desventajoso posicionamiento de las mujeres al momento de reconoce r su aporte al desarrollo de las comunidades a las que pertenecen. Los actores están desarticulados pero no logran organizarse para concertar acciones que permitan la obtención de recursos de diversas fuentes o para reaccionar colectivamente ante nuevas condiciones socioeconómicas y naturales, tanto favorables como desfavorables.

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Factores externos: Precarios sistemas de riego, artesanales y sin revestimiento, son vulnerables ante precipitaciones intensas. La deficiente disponibilidad de agua potable expone, especialmente a los niños, a diversas enfermedades infecciosas ante la llegada de nuevas poblaciones de insectos procedentes de pisos ecológicos de menor altitud. El deficiente sistema de electrificación causa la parálisis de las iniciativas de innovación productivas y de procesamiento con las que se busca generar nuevos ingresos familiares. Las precarias vías de transporte someten a la población a una incomunicación prolongada, sobre todo, bajo los impactos del El Niño. Esta situación se agrava con el incremento del costo de los productos y la continua amenaza de accidentes en los caminos andinos. Los reducidos niveles de educación impiden que la población utilice de manera efectiva la información disponible -y aquella aún no sistematizada- para la elaboración de nuevas propuestas. El escaso ejercicio de derechos ciudadanos expone a la comunidad a actos de corrupción de gobernantes que no son vigilados por las sociedades o que, en esta misma línea, facilitan el ingreso ilegal de industrias extractivas en las zonas de páramos sin la licencia social correspondiente. Análisis de capacidades A partir de los diagnósticos y planes de manejo de las comunidades de los páramos elaborados por el Instituto de Montaña en el 2010, se verifican capacidades instaladas como: a) Capacidad financiera y material Se estima que cada familia tiene en promedio 3 cabezas de ganado vacuno, incluyendo al menos 1 vaca en producción, esto les permite

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tener leche y disponer de una fuente de ahorro e ingresos monetarios permanentes a través de la venta de quesos. Los quesos se vendían a un precio promedio de S/6.00 kg.; no obstante, bajo la iniciativa organizativa de 25 familias, el precio ha mejorado en un 120 %. La iniciativa ha crecido en torno a una planta de procesamiento que influencia a 120 familias y ha articulado otras innovaciones tecnológicas de riego por aspersión (adoptado por 95 familias), pastos mejorados, tecnologías de procesamiento de calidad de

quesos y la oferta y procesamiento de un nuevo producto (yogur). Esta innovación organizativa y tecnológica se implementa con cofinanciamiento de la Asociación de Conservadores de los Bosques y Páramos de Pacaipampa (ACOBOSPA). El precio aún se puede elevar más a través de mejoras en el procesamiento tecnológico y la articulación con el mercado. Las radioemisoras locales y regionales representan el principal medio para recibir información. No obstante, la verdadera comunicación reside en los intercambios a través de telefonía móvil (celular), que han permitido al conjunto de las familias y a sus organizaciones vincularse mejor ahorrando tiempo y dinero para realizar transacciones. La mayor limitación se encuentra en los caminos rurales carrozables que solo son operativos en la época en que no llueve. Durante el periodo lluvioso se hacen intransitables por el barro y los deslizamientos; esto eleva significativamente los costos de comunicación, transporte y comercialización. b) Capacidad técnica y humana Un gran volumen de la producción agropecuaria se destina a la seguridad alimentaria familiar, los excedentes se destinan al intercambio o la comercialización local. Ante las necesidades inmediatas de

dinero en efectivo (abastecimiento antes de las lluvias, compra de tierras, gastos médicos), el ganado es considerado como una “fuente ahorros”, ya que se vende rápidamente y permite solventar los gastos. La venta de vacunos, ovinos, porcinos y aves es controlada, mayormente, por los varones. Las mujeres toman decisiones sobre la venta de quesos, actividad que constituye una fuente de ingresos diarios en los meses de invierno (diciembre-mayo) y destinan estos ingresos para comprar algunos productos alimenticios o suplir otras necesidades complementarias de la familia (IM, 2009). La capacidad más notable que muestran las familias del entorno de los páramos es la gestión de los territorios gracias al conocimiento y dominio de las características altitudinales de los agroecosistemas en los que cultivan diferentes especies según la disponibilidad de agua -sea de precipitación o riego-, las propiedades del suelo, la temperatura, la luminosidad y la exposición al viento. Esta capacidad se evidencia en la dispersión de las parcelas cultivadas como estrategia de diversificación del riesgo y permanente adaptación a los cambios del clima. Técnicamente, han creado variedades locales de maíz con características propias de adaptación que no pueden ser sustituidas por variedades híbridas procedentes de otras regiones; igualmente lo han logrado

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con el trigo. Cultivos que constituyen la base principal de la dieta diaria durante el año y que se siembran en el periodo lluvioso en pisos altitudinales diferentes (1500 a 2000 msnm para el maíz y de 2000 a 2500 msnm para el trigo), cuentan con características edáficas distintas en diferentes momentos del año (enero, maíz; marzo, trigo). A estos cultivos se le integran, en menor escala pero de manera permanente, otros como papa, arveja, ollucos, ocas, habas, café, frijol y camote. La ganadería vacuna y la crianza de animales menores complementan la producción agropecuaria familiar. Un aspecto a resaltar es la percepción de las familias sobre la importancia tanto del acceso y creación de nuevos conocimientos como de la valorización de los conocimientos propios como instrumentos para explorar nuevas oportunidades productivas, organizativas y de gestión. En este marco, algunos de los emprendimientos adelantados suman conocimientos y experiencias que potencian las capacidades locales; así, a partir de enero de 2014, 45 familias de ACOBOSPA adoptaron la tecnología de semilla sexual botánica de papa con la cual, de 400 g, produjeron 250 000 tubérculos-semillas para plantar 7 ha de producción de papa comercial con un rendimiento de 18 tn/ ha, lo que ha incrementado en un 50 % el

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rendimiento local, sin mejora de tecnología de manejo, solo por efecto de calidad de semilla. Además, junto con la Asociación de Mujeres Protectoras de los Páramos de Huancabamba (AMUPPA), se encuentran en el segundo año del proceso de selección y evaluación de 125 clones de papa con características adaptativas a montañas tropicales de baja altitud, proporcionadas por convenio entre el Instituto de Montaña y el Centro Internacional de la Papa (CIP); está investigación está orientada a la obtención de la primera variedad regional adaptada a las condiciones de la Sierra de Piura como respuesta de adaptación al cambio climático. ACOBOSPA, AMUPPA y la Comunidad Campesina Segunda y Cajas se encuentran involucradas en el proceso de valorización de los conocimientos tradicionales locales a través del registro organizado de sus saberes sobre las plantas silvestres de los páramos, los análisis fitoquímicos de las especies de su interés y el procesamiento in-situ -en fitopreparaciones- de las especies con potencial económico. Esta investigación se realiza con miras a diversificar su oferta de bienes con valor agregado garantizando la protección de su propiedad intelectual ante el Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad Intelectual (INDECOPI).

c) Capacidad física y natural • Agua, organización e infraestructura El agua de riego es el principal recurso con el que cuentan las comunidades que se encuentran en el entorno de los páramos. Esta condición les otorga la responsabilidad ambiental de conservar el servicio hídrico que los páramos proveen a toda una cuenca, como la del Quiroz, que además de proveer agua a las zonas andinas en su recorrido, abastece en su totalidad al reservorio de San Lorenzo, en la parte baja del valle, irrigando 45 000 ha agrícolas de la llanura costera de Piura. Para asumir esta responsabilidad, se hace necesaria la participación del conjunto de los agentes agrarios de toda la cuenca del río Quiroz, río que forma parte importante de la cuenca binacional Catamayo-Chira. Esta situación explica cómo los procesos de innovación en zonas de conservación de recursos estratégicos trascienden el esfuerzo particular de las comunidades para convertirse en un interés colectivo de los agentes públicos y privados que intervienen en la cuenca. • Recursos naturales Aunque en forma de relictos, en áreas reducidas aún se cuenta con fracciones de bosques de neblina, pero son los páramos las formaciones vegetales de alto interés que albergan diversas especies de gran potencial económico por su potencial

uso nutricional, medicinal, tintóreo, cosmético, insecticida, veterinario, como condimentos, etc. • Energía Como fuente de energía se utiliza la leña, que sirve para cocinar alimentos y también para producir chancaca, aguardiente y quemar tejas. La práctica de tala y quema del bosque, así como la eliminación de plantas y árboles pequeños en las parcelas, han originado la escasez de madera para leña y construcción. Cada día el acceso a la madera es más difícil, las áreas de árboles están cada vez más distantes y algunas de éstas tienen propietarios particulares. d) Capacidad sociorganizativa Los principales activos sociorganizativos con que cuentan las familias del entorno de los páramos de Pacaipampa son la ACOBOSPA, la Central de Rondas Campesinas y sus socios AMUPPA y Comunidad Campesina de Segunda y Cajas de Huancabamba, con quienes han conformado la Plataforma de Concertación de los Páramos de Ayabaca y Huancabamba. Este último arreglo organizativo se ha constituido desde 2014 para ejercer una eficiente gobernanza orientada al desarrollo de un sistema local de innovación basado en la conservación de los páramos y bosques de neblina.

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Percepciones en las comunidades sobre capacidades y vulnerabilidad En opinión de comuneras y comuneros se evalúan las capacidades y vulnerabilidades de la siguiente manera: • Baja capacidad material como expresión de dificultades en el acceso a ciertos mercados y escasa disponibilidad de dinero. Además, indican que lo que poseen no es óptimo. • El ingreso familiar es evaluado como deficiente, es considerado bajo porque depende básicamente de la producción familiar, sin apoyos complementarios. Según el Instituto Nacional de Estadística e Información (2014) en Pacaipampa se registra un 88,2 % de pobreza (considerando ingresos monetarios, acceso a servicios e infraestructura). • Aunque manejan 11 o 12 tipos de cultivos y 4 o 5 tipos de crianza en diferentes pisos altitudinales, su manejo se basa en sus conocimientos tradicionales. No cuentan con sistemas de información de alerta temprana ante cambios extremos. Aunque se reconoce la existencia del cambio climático, no se sabe qué hacer si los cambios se tornan más intensos. • Las mujeres discrepan con los varones respecto a la recepción de asistencia técnica y la implementación de cambios ante las nuevas condiciones de clima, dos aspectos en los que los varones afirman provisión y cambio, mientras las mujeres

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expresan lo contrario. • La diversidad de cultivos que manejan en diferentes pisos altitudinales les otorga capacidad para diversificar el riesgo ante el cambio de las condiciones del clima y eventos extremos. • En el entorno de los páramos y bosques deforestados, las familias poseen en promedio 3 ha de terreno divididas en pequeñas parcelas (4 a 5) en diferentes altitudes (2000 a 2700 msnm). Estos terrenos cuentan con caminos en mal estado y escaso acceso a riego y agua potable. Aunque ahora cuentan con electricidad y se ha reducido el tiempo de acceso a mercados, la calidad del transporte es deficiente. La fragilidad de esta infraestructura física la hace vulnerable ante eventos extremos como el fenómeno de El Niño. • La opinión general es que la comunidad cuenta con buenas capacidades sociorganizativas, instituciones legítimas, participativas, democráticas, con capacidades productivas y de incidencia política; sin embargo, en realidad estas capacidades pueden ser más débiles de lo que se piensa por la frágil formación educativa para utilizar la información disponible y ejercer derechos. Un ejercicio efectivo de información y derechos les ayudaría a lograr ventajas en términos de gobernanza para gestionar decisiones favorables a sus intereses. • Por otra parte, aunque sienten que pueden decidir sobre el uso de la tierra

en su comunidad, también evalúan que se necesitan mejores conocimientos y apoyos, por lo que su capacidad de decisión es parcial. • Las autoridades expresan que poseen nuevas capacidades físicas en términos de nuevos caminos, electricidad y acceso a riego pero, por las deficiencias técnicas de éstas, son calificadas como regulares. • La opinión general de las autoridades es que cuentan con buenas capacidades sociorganizativas, con procesos e instituciones legítimas, participativas, democráticas y con capacidades de incidencia política; además sienten que pueden decidir sobre el uso de la tierra en la comunidad. Sin embargo, se necesitan importantes mejoras, por lo que estos aspectos son calificados como regulares. Gobernanza El empoderamiento de los grupos sociales como meta del proyecto “Comunidades de los Páramos” promueve la incorporación de una visión propia del territorio (objetivos locales integrados de conservación y desarrollo) en las agendas políticas y económicas de múltiples actores (empresas de diversos sectores, gobierno nacional, regional y local). Este proceso de incidencia se está dinamizando desde las bases sociales: por un lado, fortaleciendo instrumentos de planificación existentes (por ejemplo,

los planes de manejo del páramo) o nuevos (por ejemplo, el Plan Estratégico Institucional de la nueva Mancomunidad del Páramo); por otro, dando un fuerte énfasis en acciones económicas concretas, propuestas por las propias organizaciones de las comunidades del páramo, logrando que éstas sean actividades prioritarias en donde se integran varones y mujeres desde sus intereses particulares. Las iniciativas solo pueden ser gestionadas desde asociaciones propias de la comunidad, como la organización de productores de papa que integra a 45 familias y es dirigida básicamente por varones; la cadena láctea con 24 familias trabajando de manera directa, que influye a más de 120 familias y que es dirigida fundamentalmente por mujeres; y la iniciativa de fitopreparaciones basadas en plantas del páramo, conducida por la organización de mujeres de Cajas Canchaque de la Comunidad Segunda y Cajas, con la participación de 17 familias. Estas iniciativas son tratadas bajo el enfoque de innovación. La colaboración y acciones coordinadas de las organizaciones (acciones colectivas) se producen en la medida en que los actores buscan objetivos comunes motivados por intereses particulares. La cooperación se produce o mejora cuando la interacción es repetida (el juego es repetido) y los jugadores mejoran su información para interactuar (jugar) mejor. La acción coordinada de las organizaciones

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(redes) permite disminuir el costo de la negociación en el intercambio económico (Glave y Jaramillo, 2007). Los grupos de interés van a pugnar por mantener o crear arreglos institucionales que les sean convenientes (reglas de juego convenientes). Cada arreglo institucional genera un volumen de rentas que induce a comportamientos entre los agentes para obtener la mayor participación en su distribución. Los arreglos institucionales resultan ser sumamente importantes como resultado de la acción colectiva en la provisión de servicios agrarios y la calidad de ellos, oferta que presentan a los gobiernos locales como su contribución al desarrollo local. La acción colectiva influye así en el adecuado desempeño de los municipios. Mancomunidad y Plataforma de Concertación: arreglos organizativos para facilitar los procesos de innovación conservadores de los páramos La Mancomunidad es un arreglo organizativo de asociatividad de las organizaciones económicas, sociales, políticas y educativas de los páramos que necesitan crear condiciones de facilitación o viabilidad de sus intereses. Entre estos actores, las organizaciones económicas y políticas serán las más activas por ser las generadoras, directa o indirectamente, de condiciones favorables de bienestar.

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La Mancomunidad es la organización política que representa las demandas de los actores del entorno de los páramos. Ésta tiene como fin generar condiciones favorables para el desarrollo de iniciativas que articulen procesos sostenibles de creación de riqueza y bienestar con estrategias de conservación de servicios ambientales, a través de la generación de propuestas de normas, políticas y, especialmente, acciones de servicio (proyectos de inversión pública). Estos procesos y estrategias refieren, principalmente, a las innovaciones tecnológicas u organizativas para la producción sostenible basadas en la conservación de los páramos, innovaciones apoyadas por el proyecto y el Instituto de Montaña. Debido a que toda innovación es una adaptación, los actuales cambios tecnológicos y organizativos implementados por las familias y organizaciones productivas bajo las condiciones cambiantes del clima para seguir produciendo y compitiendo constituyen formas de adaptación al cambio climático. Este enfoque de innovación se conecta conceptualmente sin dificultad con los tres tipos de medidas de adaptación al cambio climático que se suelen reconocer: adaptaciones de (i) institucionalidad, (ii) información, (iii) infraestructura. El enfoque institucional que se propugna es el de “economías

resilientes al cambio climático” (USAID 2014), que promueven el desarrollo de sociedades con capacidad de innovar en los tres frentes de manera simultánea e interconectada. No obstante, para que la Mancomunidad ejerza su función de manera efectiva, necesita de un plan estratégico que jerarquice, priorice y oriente los pactos colectivos y los arreglos institucionales convenientes a las entidades a quienes representa en un contexto de presiones y de tendencias de cambio (tanto de factores climáticos como etnoclimáticos). Estos instrumentos de planificación incorporan el componente de peligros climáticos y otras amenazas u oportunidades de cambio no climático (penetración de industrias extractivas, desarrollo de carreteras, etc.) Género La participación de las mujeres de las comunidades se explica en relación a su rol como miembro de una familia, unidad social fuente de las decisiones colectivas que se asumen en la comunidad; además, se expresa a través de organizaciones legítimamente aceptadas que representan intereses comunes como son las rondas campesinas y, actualmente, ACOBOSPA. Las mujeres de estas sociedades se sitúan en dos niveles: por una parte, el

que tiene que ver con sus tradiciones y estructuras culturales que les otorgan roles en la familia con responsabilidades y obligaciones propias de la mujer en la comunidad; por otra, el que se relaciona con nuevas perspectivas de oportunidades, escenarios que superan ciertas tradiciones de subordinación y fomentan, gracias a mujeres que están buscando nuevas opciones para mejorar el bienestar personal y familiar, la integración a cambios tecnológicos y organizativos que expandan sus capacidades. En los territorios de trabajo estos procesos son diferentes de una comunidad a otra. En Pacaipampa, una comunidad que se encuentra más alejada de los centros urbanos, las tradiciones ejercen mayor influencia y la participación explícita de las mujeres es escasa tanto en las organizaciones de innovación como en los procesos de toma de decisión. En comunidades como Ñangali y Cajas Canchaque, que tienen mayores conexiones con las ciudades aledañas, se identifican organizaciones de mujeres con propósitos explícitos de control de su destino (organización de procesos autogestionados, por ejemplo) y de participación en la toma de decisiones. Conclusiones • Las percepciones son formas de opinión parcialmente fundamentadas basadas en

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sensaciones momentáneas fuertemente influenciadas por las circunstancias en que se manifiestan. Sólo cuando las percepciones se repiten en el tiempo y se convierten en formas de comportamiento colectivo, éstas se convierten en tradiciones y representan un conocimiento con el cual se toman decisiones. Por tal motivo un estudio de percepciones adquiere solidez cuando el registro se repite en segmentos de tiempo significativos. • Es importante asumir una posición diferenciada respecto al significado de vulnerabilidad asumido por entidades oficiales. En Perú por ejemplo, se define vulnerabilidad como la incapacidad para soportar los efectos adversos del cambio climático. Aceptar esta posición parte de negar las tradiciones que tienen las sociedades para adaptarse a estos procesos. En este marco, es preciso reconocer que estas comunidades son portadoras de conocimientos que serán fundamentales para consolidar nuevas posibilidades regionales y nacionales para el futuro cercano, como es el caso del conocimiento experto que tienen sobre la diversidad vegetal de los páramos y la conservación de cultivos andinos de alto valor. Por ello, debemos diferenciar entre sensibilidades o debilidades internas (subordinación cultural de la mujer, por ejemplo) y debilidades inducidas externamente, como la deseducación provocada por el sistema educativo formal.

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• La percepción de desventaja ante la escasez de capacidades materiales por el acceso insatisfecho a ciertos bienes y servicios del mercado moderno es un aspecto que oculta las ventajas que poseen las familias rurales del entorno de los páramos: condiciones de calidad ambiental, autosuficiencia alimentaria, acceso y uso de la biodiversidad, bajos niveles de delincuencia, autoempleo y organizaciones legítimas reconocidas legalmente por derechos consuetudinarios. • Se verifica en las percepciones de hombres y mujeres que, a pesar de la exclusión a la que están sometidas las comunidades, existen capacidades internas para diversificar la producción, mejorar su capacidad de control del agua, concertar acuerdos comunales para la conservación de los páramos y controlar la destrucción de éstos por prácticas inadecuadas. • La percepción del cambio climático enfocado en el incremento de la temperatura se manifiesta en la integración de cultivos de pisos altitudinales inferiores a su sistema agropecuario familiar, pero también en la búsqueda de cambios tecnológicos con los cuales hacer uso intensivo de su territorio como estrategia para detener el avance hacia los páramos. • El proceso de integración de la mujer es diferente según las comunidades y

sus vínculos con la modernidad; éste es un proceso interno que puede ser acelerado a través de inducciones externas, especialmente a través de mujeres que se convierten en referentes

de su comunidad en tanto que, sin renunciar a su identidad cultural, son protagonistas en la toma de decisiones que les favorecen personal, familiar y comunitariamente.

Bibliografía consultada Almeida, G. y Sourdat, M. 1982. “Génesis geológica y morfológica de la amazonia, sus implicaciones actuales para el desarrollo de la región”. Conferencia en: Curso de capacitación ecológica. Programa de Apoyo a las Comunidades Nativas de la Amazonia peruana. Iquitos, noviembre de 1982. Asesores Técnicos Asociados S.A., Universidad Nacional De Piura, Universidad Nacional De Loja. 2003. “Caracterización territorial y documentación básica en el ámbito de la cuenca binacional Catamayo-Chira”. Estudio de Ecología. Vol. III. Estudios Básicos Tomo 3.1. Cooperación Española, Piura-Loja. Hurtado, I. 2005. “Diagnóstico Socioeconómico de la Cuenca Binacional CatamayoChira”. Proyecto Binacional Catamayo-Chira. Tomo 5. Desarrollo Humano. Hocquenghem, A. M. 1998. Para vencer a la muerte. Piura y Tumbes, raíces en el bosque seco y en la selva alta, horizontes en el Pacífico y en la Amazonía. Lima, Perú: CNRS, IFEA, ANCAH. Sánchez I. 2012. Diversidad Biológica de Cajamarca. Visión étnico-cultural y potencialidades. Cajamarca, Perú: Gobierno Regional de Cajamarca. Yauri, H. 2012. Evaluación del riesgo climático en la agricultura en la cuenca del río Piura. Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú Dirección Regional de SENAMHI-Piura. Torres, F. 2013. “Etnobotánica y sustancias bioactivas de las principales especies no maderables con potencial económico de los bosques de neblina del norte del Perú” En: Economía y Sociedad Revista de Investigación. N°82. Lima, Perú. pp. 61-71.

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Análisis de percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza en las comunidades de los páramos de las faldas del volcán Chimborazo en Ecuador (Parroquia de San Juan, Provincia de Chimborazo) Xiomara Izurieta. Coordinadora del proyecto “Comunidades de los Páramos” en la Provincia de Chimborazo, Ecuador ECOPAR

Contexto general San Juan es una parroquia rural altoandina de la provincia de Chimborazo localizada

en la cordillera occidental en las faldas del Chimborazo (el volcán más alto del Ecuador) en la sierra centro del país (Figura 4).

Figura 4. Mapa de ubicación de la parroquia San Juan

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La cabecera parroquial del mismo nombre de la parroquia se encuentra a 18 km de la ciudad de Riobamba. Ocupa una superficie de 21 084,31 ha, de la cual el 4 % corresponde a la cabecera. En 2010 San Juan contaba con una población de 7 370 personas de las 10 355 que habitaban en 2004. El promedio de personas por hogar es de 3,89, valor similar al nacional, y la mayor parte de la población es joven (15 a 29 años). Ésta es una parroquia rural en la que el 80 % de su población está bajo la línea de la pobreza. El porcentaje de analfabetismo en la parroquia es del 14,44 %, lo que es alto comparado con el promedio nacional (6,8 %) (INEC, 2010). San Juan es considerada una región en peligro crítico debido a que recibe las cenizas del volcán Tungurahua, que se ha mantenido en actividad desde 1999, y a que el Chimborazo es considerado un volcán activo. El territorio de San Juan se encuentra atravesado por tres importantes vías: la carretera Panamericana que pasa por Riobamba hacia Cuenca; la carretera que va por las faldas del Chimborazo hacia Guaranda; y la vía antigua, que atraviesa

los páramos de Gallo Rumi, también en dirección a Guaranda. Contexto histórico del área La actual parroquia de San Juan es fruto de una larga historia que fusiona los usos indígenas de múltiples pisos ecológicos tras la presencia inca34, la tradición extractivista, la incursión de monocultivos y el pastoreo intensivo iniciados a partir de la época colonial (época en la que esta región fue dedicada al cultivo principalmente de trigo, cebada, papas, maíz y frutas a mediados de 1700 [Coronel, 2009] para la alimentación del Corregimiento de Riobamba [fundado en 1534]) y la producción textil que funcionaba en esta comarca bajo el gran Obraje de San Juan) (Von Humboldt, 2005). Por lo tanto, los espacios andinos fueron severamente afectados desde la colonia, con la adopción de nuevos sistemas de producción que conllevaron la adaptación de especies vegetales y animales introducidos, así como la consecuente afectación de la flora y fauna andina por la creciente presión social y productiva. El amplio sistema de acceso a recursos

En la época del incario, esta zona era manejada de manera transversal, accediendo a ella desde el subtrópico, entre los 1200 a 1400 msnm en zonas como Pallatanga, Chimbo y Penipe de donde se proveían de algodón, ají y frutas; a las zona de valle andino, entre 2600 y 3200 msnm, donde los indígenas sembraban maíz y legumbres con la ayuda de técnicas de riego y terrazas muy bien construidas; a la zona de altura, es decir al páramo, desde los 3200 msnm hacia arriba, en donde sembraron de manera no intensiva papas, incorporaron camélidos y aprovecharon los recursos del páramo (paja, animales de caza y leña). (Ramón, 1993)

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naturales que tenían los señoríos andinos a través de complejos acuerdos organizados por los incas -acuerdos que incluían algunas formas de intercambiofue desbaratado con la invasión colonial española. Los señoríos, organizados en cacicazgos en la época colonial, perdieron este control reorganizándose en espacios muy limitados (Coronel, 2009). En los últimos años del XVI se conformaron los obrajes de comunidad y, años más tarde, los obrajes de hacienda que debían entregar suficiente tributación vía encomenderos y caciques a las Cajas de la Corona Real. Se calcula que para esa época, pastaban aproximadamente 1 400 000 ovejas en el Corregimiento de Riobamba35 debido a la existencia de mercados de consumo en las regiones mineras del Perú, Nueva Granada e incluso Chile -hasta donde llegaron los paños y bayetas riobambeñas- y a la existencia de una abundante mano de obra indígena -principalmente masculina- con conocimientos en el manejo de tejidos, ubicada en pueblos de la jurisdicción (Coronel, 2009).

Los territorios de páramo, al igual que el resto de la parroquia, fueron ocupados desde la época colonial por haciendas dedicadas a labores agrícolas y de pastoreo (EcoCiencia-Ecopar, 2008). Una de las haciendas más grandes de la región fue la de la familia García; la hacienda fue fraccionada para sus herederos y posteriormente vendida parcialmente a las recientemente constituidas Asociaciones de Trabajadores Agrícolas de Chorrera Mirador y Pulinguí-San Pablo en 1975, cuyos ancestros habían estado vinculados con el área en calidad de sitiajeros36 para el pastoreo de sus ovejas. Contexto político y organizativo San Juan está representada política y administrativamente por el Gobierno Autónomo Descentralizado de la parroquia de San Juan (GAD San Juan) el cual tiene atribuciones propias en la planificación y gestión de su jurisdicción conferidas por el Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD); éstas deben ser articuladas con las instancias municipales y

Xavier Ortiz de la Tabla, “El obraje colonial ecuatoriano. Una aproximación a su estudio”, en: Revista de Indias, Vol. XXXVII, Nos. 49-50, Madrid, España En: Coronel R. 2009. Obrajes y poder local en el Corregimiento de Riobamba. Quito, Ecuador. 36 Sistema de relacionamiento (yanapa) al que fueron obligados los indígenas y campesinos con la llegada de los españoles en la colonia por el que se les permitía el acceso a pastos para alimentar a sus animales a cambio de una renta en trabajo o en dinero por cada cabeza de ganado al año, (Meyer, 1996). Artesanos campesinos: Desarrollo Socioeconómico y Proceso de Trabajo en la Artesanía Textil de Otavalo. Banco Central del Ecuador. Quito, Ecuador. 35

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provinciales en el nivel regional y las políticas y procedimientos definidos por las organizaciones nacionales con las que tienen injerencia, como la Secretaria Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES), diversos ministerios y el Consejo Nacional de Gobiernos Parroquiales del Ecuador (CONAGOPARE), que vela por el fortalecimiento de este nivel administrativo de la función pública. La Unión de Organizaciones Campesinas de la Parroquia de San Juan (UCASAJ), que agrupa a las 23 comunidades que conforman la parroquia, es parte del Movimiento Indígena del Chimborazo (MICH) y como tal, miembro del Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE). Se conformó tras la reforma agraria, mostrando niveles importantes de protagonismo y capacidad organizativa. Es, quizá, una de las primeras organizaciones que contó con mujeres dirigentes históricas, destacadas en el movimiento indígena provincial y nacional (EcoCienciaEcopar, 2008). Por las razones señaladas, la UCASAJ es normalmente la instancia de negociación y coordinación frente a la incursión de proyectos, instituciones del Estado y organismos no gubernamentales de desarrollo que se aproximan al sector. En 1987, tras la declaratoria de la Reserva de Producción Faunística Chimborazo en la parte alta de la parroquia, se constituyó

la Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del Chimborazo (FOCIFCH) con la intención de velar por los derechos territoriales de las organizaciones indígenas dentro de la Reserva y en la zona de amortiguamiento. A la par, la FOCIFCH coordina, con el apoyo del Ministerio del Ambiente Ecuador (MAE), las acciones necesarias para conservar y recuperar el ecosistema de páramo apoyando procesos para sustituir el pastoreo de ovejas (introduciendo alpacas) y remarcando la necesidad de disminuir las quemas de pajonales. Un actor reciente, pero con reconocida influencia, es la Corporación para el Desarrollo del Turismo Comunitario de Chimborazo (CORDTUCH), que agrupa a 30 comunidades indígenas y campesinas que desarrollan actividades productivas y turísticas comunitarias fortaleciendo sus capacidades organizativas, promocionando sus productos y mejorando la calidad de sus servicios. Uso actual del suelo La parroquia de San Juan conserva solo pequeños reductos de bosque, flora y fauna diseminados en vertientes, quebradas y algunos nichos preservados dadas las limitaciones físicas al acceso humano. Esta situación se presenta puesto que los bosques nativos de esta región se redujeron (en un 50 % según datos

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de 1958) y sus valles han sido destinados a la agricultura intensiva. En los territorios sobre los 2000 msnm, solamente queda el 7 % de la vegetación natural y, en los valles interandinos, existe menos del 3 % de la vegetación nativa. La reforma agraria de los años 60 y 70 no favoreció a los sectores

indígenas y campesinos quienes accedieron a tierras en laderas de considerable pendiente, sometidas a intensas prácticas de monocultivo que aceleraron los procesos de deforestación, erosión y presión sobre la frontera agrícola ya presentes en espacios de mayor altitud (EcoCiencia-Ecopar, 2008).

“La conservación y manejo de estos reductos es un imperativo ecológico y cultural puesto que son reservas genéticas, protegen las cuencas hidrográficas, resguardan los suelos agrícolas de las partes bajas, evitan la erosión y son un ecosistema sustentador de vida, del cual dependen muchas comunidades andinas.” (Varea, 2005). La cobertura vegetal de la parroquia de San Juan (Figura 9) muestra amplias superficies de páramo: 10 313 ha (50,83 %); arenal: 3 079 ha (15,18 %); matorral seco: 45 ha (0,22 %); bosque natural: 18 ha (0,09 %); áreas dedicadas a pastos y cultivos: 5 941 ha (29,28 %); plantaciones forestales exóticas: 540 ha

(2,66 %); rocas: 98 ha (0,49 %); cuerpos de agua: 3 ha (0,01 %) y espacios dispersos sin cobertura vegetal que en total suman 251 ha (1,24 %) según la interpretación de la imagen satelital del 2004 realizada para el Plan de Ordenamiento Territorial (PDOT) de 2008 (EcoCiencia-Ecopar, 2008) 37.

Se presentan estos datos debido a que los generados en el PDOT de 2012 se basan sólo en estimaciones de uso de informantes comunitarios.

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Figura 5. Mapa de paisajes vegetales y uso del suelo

Fuente: ECOPAR. 2008. Plan de Uso y Ordenamiento Territorial de la Parroquia de San Juan. Quito, Ecuador.

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En 1987 se creó la Reserva de Producción Faunística Chimborazo (RPFCH) en los páramos de los volcanes Chimborazo y Carihuairazo -abarcando una superficie de 58 560 ha de las cuales 5 157 ha se encuentran en la parroquia de San Juan entre los 3880 y 4800 msnm (EcoCienciaEcopar, 2008)- con la finalidad de reintroducir las vicuñas andinas para

conservar y recuperar la condición de los ecosistemas naturales y fomentar la crianza de camélidos andinos. Desde la aprobación de esta declaratoria se ha restringido el pastoreo de ganado dentro del área protegida. Durante los últimos 20 años, se han introducido vicuñas silvestres y alpacas domésticas traídas desde el Perú y Bolivia.

Figura 6. Vicuñas pastando en la Reserva de Producción Faunística Chimborazo

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Caracterización de las comunidades de directa intervención Las comunidades seleccionadas para la intervención directa del proyecto son las Asociaciones de Trabajadores Agrícolas Pulinguí-San Pablo y Chorrera Mirador, localizadas entre los 3800 y 4200 msnm con territorios de 3500 y 997 ha. Están ubicadas en el interior y en la zona de amortiguamiento de la Reserva de Producción Faunística Chimborazo respectivamente. Sus miembros son indígenas kichwaspuruhaes que han usado ancestralmente el territorio como el ecosistema superior de su práctica de manejo vertical del paisaje, razón por la cual, posiblemente, aún reproducen esta estructura manteniendo el control y

la producción en dos zonas de vida, una localizada en una zona de valle y otra en el páramo. Esta estrategia, tener predios en diversas altitudes, tiene ventajas en la producción de alimentos y la diversificación de ingresos y recursos frente a la variabilidad climática. Los miembros de las dos asociaciones habitan en poblados a menor altura, especialmente, en Pulinguí-Centro localizado a 2900 msnm en el cantón Guano. Desde allí se desplazan diariamente a sus terrenos en el páramo para realizar actividades pecuarias y agrícolas a cargo, principalmente, de las mujeres y los adultos mayores (socios fundadores de las Asociaciones); además, realizan actividades turísticas y de comercialización de artesanías tejidas en fibra, principalmente, de oveja.

Figura 7. Vista superior de las comunidades Pulinguí-San Pablo y Chorrera Mirador

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La Asociación Pulinguí-San Pablo tiene 48 socios (19 fundadores) y está conformada por un total de 212 habitantes. Si bien casi todos habitan en Pulinguí-Centro en la parroquia de Guano, 8 familias habitan el área de manera permanente y otras van y vienen diariamente para realizar actividades productivas (agricultura, ganadería, entregar artesanías o por relacionamiento con la actividad turística). Los socios se reúnen cada jueves en la Casa Cóndor, donde cuentan con un espacio administrativo y una sala de reuniones. La Asociación Chorrera Mirador tiene 24 socios (15 fundadores) y está conformada por un total de 100 habitantes38. Al igual que los miembros de comuna PulinguíSan Pedro casi todos habitan en PulinguíCentro, 5 familias habitan el área de manera permanente y otras van diariamente para

realizar actividades productivas (agricultura, ganadería) o para comerciar artesanías en la guardianía de la RPFCH. Los socios, sin embargo, se reúnen con relativa frecuencia en la Casa Comunal para coordinar actividades y distribuir insumos y materiales. Mantienen el quichua como primera lengua y la mayoría entiende bien el castellano. Los hombres aprendieron mayormente castellano en la escuela, mientras que las mujeres aprendieron escuchando hablar a los mestizos puesto que sus oportunidades educativas han sido limitadas. Algunas mujeres mayores prefieren comunicarse en quichua porque consideran que sus habilidades para expresarse en castellano son precarias. Conservan el uso de los trajes típicos, en especial las mujeres y los adultos mayores que usan en ciertas ocasiones el poncho (Figura 8).

Figura 8. Miembros de la comunidad Pulinguí-San Pablo durante una reunión 38

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Ibíd

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Un importante porcentaje de la población considera nada o poco importante conservar las festividades y valores culturales andinos, esto se debe a que el 80 % de la población ha vivido un proceso de conversión a la fe cristiana evangélica en las últimas décadas por influencia de las misiones cristianas e instituciones de desarrollo comunitario con esta orientación religiosa que han trabajado en la zona 39. En 2011 las dos comunidades inscribieron parte de sus territorios (3200 ha en Pulinguí-San Pablo y 683 ha en Chorrera) en el programa Socio Páramo. Este fondo es usado para cubrir gastos en salud, alimentación y reparaciones de las casas de los socios fundadores que son adultos mayores, el resto del dinero se usa para gastos administrativos. Los beneficiarios están a su vez obligados a hacer recorridos (cuatro a cinco días) patrullando el páramo para garantizar que no se presenten quemas ni otro tipo de daños. Análisis de percepciones Las siguientes son algunas de las percepciones sobre los cambios en el clima y en algunos de los recursos del ecosistema de páramo registradas a través de 37 entrevistas semiestructuradas 39

realizadas a un miembro de cada familia en el territorio de trabajo. En total se aplicaron 37 entrevistas, 20 a mujeres y 17 a hombres, entre las edades de 15 a 20 años, de 21 a 55 años y mayores de 55 años, comparando la situación en el pasado (cercano y memoria colectiva) con la situación actual (ECOPAR, 2014). La información ha sido complementada con los conocimientos recabados durante el desarrollo del proyecto y los datos compartidos por los beneficiarios en diferentes espacios. Agua “Antes las quebradas tenían agua, había más caudal, era apta para el consumo humano y había todo el día en el servicio público. Actualmente hay menos disponibilidad de agua para el riego. Existe menos agua y está más contaminada. Han desaparecido las fuentes de agua, porque se han secado, tapado o destruido, el caudal es escaso en ríos y riachuelos además no son aptos para el consumo”. “Aunque sigue habiendo suficiente agua en el Chuscupogyo en el territorio de PulinguíSan Pablo, igual no podemos consumirla porque todo va solo para la Cemento Chimborazo [desde 1945]. En la actualidad se están dando charlas sobre la contaminación por parte de organizaciones públicas, pero

Consejo Provincial de Chimborazo. 2013. Plan de Manejo y Cogestión de la Microcuenca del Río Chimborazo. Riobamba. Ecuador.

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no todos hacemos conciencia.” Vegetación “Había mayores zonas cubiertas de vegetación propia del sector, también en las partes altas. Los árboles en los bosques nativos eran cuidados y se mantenían. Cuando éramos niños nuestros papás nos mandaban a traer leña del páramo, los fogones se prendían con ramas de chiquiragua, porque aquí habían grandes bosques de esta planta, ahora solo quedan unas chiquitas. Después de criar tantas ovejas todo se acabó, y esto era un desierto, sólo arena y unas pocas plantas (teníamos miles de ovejas, más de 100 por cada socio, ahora tenemos sólo 100 entre todos). Tuvimos que sembrar más pasto para alimentar a tanto animal. Más antes cuando íbamos a pastar, nosotros prendíamos candela para que rebrote la hierba. Como ya no había leña sembramos ciprés y pino (nos venían a ofrecer del Ministerio y nosotros aceptamos), en todas las casas se usa leña para cocinar, solo en la Casa Cóndor se tiene gas. En las zonas bajas y medias de San Juan hoy se ve más eucalipto, una vez a la semana vienen carros a vender leña de eucalipto”. “Desde que hay la Reserva, se ha ido recuperando la vegetación poco a poco, se está intentando sembrar para proteger vertientes en las partes altas. Como ahora hay menos borregos (porque el Ministerio del Ambiente nos obligó a reducir el número por

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la Reserva recientemente para acceder a Socio Páramo) el páramo se está recuperando, se puede ver cómo se va poblando nuevamente de paja la ladera de Pulinguí, hasta la chuquiragua está volviendo a crecer, ya no quemamos, ya no tocamos las plantas naturales, hasta sembramos yaguales al filo de la comunidad, pero todavía falta sembrar más. Sembrando estas plantitas se reduce el viento, bajan las heladas”. Animales “Antes se podían ver más animales como el zorro, raposa, torcaza, eran comunes. Había diversidad de especies mayores, menores y eran más sanas. Existían venados, osos perezosos, guantas y mayor cantidad de aves silvestres, bastantes curiquingues y cóndor había siempre. Ahora rara vez se observan animales hay menos especies, se ven pocas aves, se ve más ganado vacuno. En el terreno de Marco Cruz [Lodge Estrella del Chimborazo] junto a las comunidades siempre llegan venados, lobos y muchas aves, él no deja que nadie les espante. Arriba en el páramo ahora se ven las vicuñas que trajo el Ministerio, ésas están por todo lado. Hemos aumentado las alpacas que antes no criábamos [97 alpacas en Pulinguí-San Pablo y 145 en Chorrera Mirador], estamos aprendiendo a manejar. Dicen que ya está volviendo un cóndor y hasta que han visto un puma, claro ahora ya tienen que comer. Por los filos de las quebradas donde queda vegetación se ven nidos de quindes, se cogen

las lanitas de las alpacas para hacer los nidos, también hay chunguis, ligles, mirlos, a veces curiquingues”.

ver por la cantidad de neblina e incluso hasta se perdían los animales y ellos se desviaban del camino.

Clima

La percepción general de las personas entrevistadas es que el clima está cambiando, lo que se refleja en la variación de la temperatura (temperaturas extremas en un mismo día), así como en la disminución de la lluvia y los soles más fuertes. Si bien éstos son factores que reflejan el cambio climático, las personas de las comunidades no lo asimilan con esta terminología.

“Hace unos años se podía saber cuándo llegaba el invierno y el verano. Era definido el frío o el calor. La lluvia estaba acorde a las estaciones y había menos heladas. El clima se determinaba por meses, había períodos de seis meses exactos, las heladas eran específicas en el tiempo.” “Ahora hay temperaturas más altas, lluvias torrenciales y sequías seguidas. Actualmente el clima es irregular, indeterminado, no se acopla a los ciclos de siembra acostumbrados. El sol es más intenso, estamos entre soles y entre aguas, las heladas aparecen en cualquier día, los vientos son más fuertes, cuando llegan se llevan todo, los caminos de tierra se han erosionado profundamente por los fuertes vientos que ayudan a reducir la fuerza las colinas y las cortinas rompevientos”. El área comunal de Chorrera Mirador y Pulingui-San Pablo, según los informantes cuando eran niños, estaba cubierta frecuentemente por nieve, señalan que las lluvias cambiaron por la disminución de la vegetación. También perciben que hay menos cantidad de neblina, este criterio se distribuye entre todas las edades. Algunas personas expresan que antes no se podía

Suelo y cultivos “Antes los cultivos eran solamente para el consumo familiar, se abonaba naturalmente con la majada, se hacía rotación, los cultivos eran más diversos porque tratábamos de tener de todo un poco, todo lo que se necesitaba, las plagas se autocontrolaban por lo que teníamos que usar menos químicos; esto era parte del conocimiento cultural de la gente de la región. El suelo era más productivo en general y, como llovía regularmente, no hacía falta riego. Teníamos hasta maíz y caña, pero no sembrábamos hasta tan arriba. Antes para la siembra había un régimen, un tiempo para sembrar cada cosa, dependiendo de la época de lluvia. Había una zona arborizada sin cultivos que se dejaba así”. Entre las principales plagas y enfermedades

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que se identifican ahora están: gusano amarillo, blanco, negro y colorado, que atacan el cultivo de papa y melloco; hay presencia de la “mosca negra”, lancha negra o tizón y heladas (ésta también existía antes). Se pudo evidenciar que existe una confusión entre los efectos de las heladas y la lancha, ya que las heladas pueden causar el congelamiento de los tejidos de los cultivos y sus efectos pueden ser confundidos con los de la lancha. Debido a que ahora se ha incrementado la diversidad de plagas y enfermedades, se manifestó también haber incrementado el uso de químicos en los sembríos para aumentar la producción. Los que siembran tiene que usar mucho pesticida si quieren cosechar. Ahora los cultivos llegan a zonas altas. “Ahora los suelos no son tan productivos, están cansados, se ven más monocultivos. Es visible la erosión y la desertificación de los suelos. Han desaparecido las variedades de cultivos, las papas nativas, las ocas, la mashua… casi se están perdiendo. La gente ya no quiere sembrar, prefieren comprar las cosas en la plaza y no producir en su chacra. Prefieren dedicar las tierras al pastoreo porque hay menos riesgo de perder las cosechas. Siembran habas, papas, en cualquier fecha, pero nunca están seguros de si van a poder cosechar o no”. Aunque hay abono de las alpacas, se prefiere reunir todo y vender, ése es uno

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de los ingresos de las asociaciones. “Hoy hay menos producción, se usan más máquinas para arar, solo se usa la semilla conocida, la que se vende en Riobamba. La gente piensa que es mejor sembrar un solo producto y vender en el mercado y compran todo lo demás a otros productores aunque sea más caro”. Análisis de vulnerabilidades Los campesinos identificaron como una importante vulnerabilidad de la parroquia la pérdida de la fertilidad de los suelos debido a un mal uso de agroquímicos, un inadecuado riego, falta de protección del suelo, el mal uso de maquinaria agrícola y las prácticas de siembra de cultivos a favor de la pendiente en el mosaico de pisos climáticos y diversas formas de aprovechamiento de San Juan (EcoCienciaEcopar, 2008). Desde hace 12 años, el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) ha implementado diversos sistemas experimentales silvopastoriles, agrícolas y de propagación y manejo de especies forestales de fuentes semilleras locales certificadas en la Granja Agroforestal de la UCASAJ y en algunas comunidades. Por esta razón se ha convertido en un importante apoyo técnico para el manejo adecuado de los sistemas agropecuarios de la parroquia, a través de su asesoría y las

oportunidades de capacitación que brinda en coordinación con la UCASAJ. Una de las mayores vulnerabilidades identificadas en la parroquia es la baja disponibilidad de agua para uso humano pese a que, como se mencionó anteriormente, el 50,83 % corresponde al ecosistema de páramo caracterizado por la captación y distribución de agua. Los problemas de acceso al agua son provocados principalmente por el uso indebido, captaciones sin permisos e inequidad en la distribución de las concesiones, pues cerca del 30 % (434 l/s) del agua de vertientes se encuentra concesionada a empresas, particularmente a Cemento Chimborazo que aprovecha el 29,80 % del agua de la parroquia. También se han identificado considerables reducciones del caudal disponible y una deficiencia de 0,17 l/s en el agua de riego disponible por hectárea en la parroquia40 (Bustos y Bustos, 2005 En: EcoCienciaEcopar, 2008). Se considera que para la agricultura se usa el 85 % de agua de la microcuenca. El 96 % de la población tiene acceso a agua de riego, si bien los problemas antes descritos generan permanentes conflictos. Los terrenos dedicados a cultivos y pastos de

las comunidades de páramo funcionaban con el régimen histórico de lluvias, sin embargo, debido a los cambios climáticos percibidos (en especial a la incertidumbre del período de lluvias y a la existencia de grandes períodos secos), se han visto en la necesidad de utilizar el agua de quebradas y vertientes cercanas en sistemas de riego por gravedad y conexiones improvisadas desde los tanques de almacenamiento de agua41 . Esto provoca un grave problema de erosión del suelo y desperdicio significativo de agua. Pulinguí-San Pablo tiene dos adjudicaciones para riego: una de 6 l/s y otra de 2,73 l/s. Para uso doméstico cuentan con una concesión de 0,068 l/s que por medio de un acuerdo verbal fue concedida a la Asociación Chorrera Mirador. Por los territorios de Pulinguí-San Pablo cruzan los cauces de las concesiones a nombre de Cemento Chimborazo con 434 l/s provenientes de la vertiente Pampa Totorilla para generación eléctrica, las concesiones fueron adjudicadas en el 2008 para toda la vida de la empresa (SENAGUA, 2015); sin embargo, esta área viene siendo intervenida aproximadamente hace 45 años por la misma empresa, cuando todavía existía la hacienda, a través de la construcción de varias excavaciones,

Hasta el 2008 se encontraban asignados 2381,18 l/s que beneficiaban a 52 348 personas (10 470 familias) y regaban 6039 ha de superficie. Existen dos tanques de agua en la comunidad Pulinguí-SanPablo uno de los cuales fue construido en 2006 por ECOPAR con el proyecto Bio Andes.

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túneles y canales con la intención de extraer la mayor cantidad de agua posible para ser conducida a la central hidroeléctrica. Estas intervenciones han dado como resultado varios cauces superficiales secos y áreas

de asentamientos que han deteriorado la condición general de la turbera y su estructura interna reduciendo su función en la captación y conducción del agua (Figura 9).

Figura 9. Sector de Pampa Totorillas donde se aprecian los ojos de agua, las zonas de recarga y los canales excavados por la empresa Cemento Chimborazo para extraer el agua.

Cabe mencionar que los páramos de Pulinguí-San Pablo (en particular Pampa Totorilla) producen la

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mayor cantidad de agua de la microcuenca del río Chimborazo como se aprecia en la siguiente figura.

Figura 10. Cantidad total de agua retenida por los páramos de la microcuenca del Río Chimborazo

Fuente: PDOT 2010. Elaboración: Equipo técnico Tzeodaka

La comunidad Chorrera Mirador no cuenta con adjudicaciones de agua de riego y consumo reconocidas por la SENAGUA, por lo que mantiene un litigio con la Empresa Cemento Chimborazo por el uso consuetudinario (40 años) de la vertiente Curipogyo; pese a esta situación, utilizan el agua de esta vertiente para regar alrededor de 50 ha de cultivos de papa, haba y pastos introducidos para alimentar al hato de alpacas y ovejas. Utilizan el agua de la vertiente Celegpogyo para 42

consumo humano gracias a un acuerdo verbal logrado con la Asociación Pulinguí San Pablo. A pesar de que en Chorrera Mirador existen canales de riego antiguos basados en la técnica del pishku chaki42(pata de pájaro), práctica ancestral andina, éstos no están funcionando eficientemente por falta de mantenimiento y debido a que esperaban poder reemplazarlos por un sistema de riego por aspersión logrado con el apoyo

Esta técnica consiste en derivar tres líneas de riego a través de un eje central y subdividirlo las veces que sea necesario.

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de organizaciones a través de proyectos de desarrollo para optimizar la poca agua disponible. El proyecto BioAndes estableció en 2006 un sistema de cosecha de agua en Chorrera Mirador consistente en una pequeña piscina que capta y almacena el agua lluvia que es usada en los sistemas productivos a menor altura. Respecto a la actividad agrícola se ha evidenciado en las dos comunidades que el cultivo de melloco ha sido afectado por la fuerza de las heladas por lo que ya no puede sembrarse; además, el INIAP ha encontrado afectaciones negativas a algunas variedades comerciales de papa en el sector 43. Los fuertes vientos ocasionan erosión eólica, han cubierto los tanques de agua ubicados en el superpáramo, han erosionado caminos y están ocasionando cortes frecuentes de luz que usualmente duran hasta dos días. En el resto de la parroquia la mayor vulnerabilidad la constituye el mal estado de conservación de los páramos, que se encuentran amenazados constantemente por la quema de pajonal, el sobrepastoreo, la introducción de especies vegetales exóticas y la expansión de la frontera agrícola, que pone en riesgo la producción de agua, la estabilización de los suelos

y la prevención natural contra desastres naturales. Se destacan las crecidas en los ríos en la parte baja de San Juan, fruto del mal manejo de minas, la extracción de materiales para la producción de cemento en la parte alta de Shobol, la remoción de vegetación de ribera y el movimiento de tierra por la expansión de la frontera agrícola. Capacidades Los ingresos económicos de las familias de las dos comunidades dependen principalmente de los trabajos no agrícolas realizados en ciudades como Quito y Guayaquil o ciudades cercanas a la microcuenca como Riobamba o Ambato, lugares donde desempeñan labores relacionadas con la albañilería, son empleados de la empresa Cemento Chimborazo o comerciantes ambulantes, entre otras 44 ; estas labores se complementan con actividades agropecuarias y artesanales. Algunas personas (hombres y mujeres) trabajan como guías turísticos ocasionales para la Casa Cóndor o para el Hostal Estrella del Chimborazo vecina del área. Las tareas en las asociaciones se distribuyen de manera equitativa entre las familias de los socios alternando entre el pastoreo de alpacas, la preparación de alimentos, la atención a los turistas y mingas para propósitos específicos.

Raúl Ramos. Director Científico Programa de Forestación del INIAP 12-02-2015. Consejo Provincial de Chimborazo. 2013. Plan de Manejo y Cogestión de la Microcuenca del Río Chimborazo. Riobamba. Ecuador.

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Cada familia envía a sus delegados en función de su disponibilidad sin hacer distinciones de género. Desde 2008, las dos asociaciones son beneficiarios del Programa Socio Páramo por el cual reciben un incentivo económico anual por parte del MAE en función de las hectáreas comprometidas cuyas ganancias, en parte, se distribuyen en beneficio de las necesidades alimenticias y de salud de los socios fundadores. Las asociaciones se organizan a través de una directiva por comunidad (cabildo), que les permite tomar decisiones relacionadas con el desarrollo y bienestar de sus miembros. Las dos entidades estaban inscritas originalmente en el Ministerio de Agricultura

y Ganadería en donde los representantes mantenían la estructura clásica de presidente, vicepresidente, tesorero y secretario; posteriormente, fueron registradas en el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) en donde los miembros de las directivas se estructuran a nivel de diferentes vocalías. Pulinguí-San Pablo tiene una subasociación de turismo que se encarga del manejo y administración de la Casa Cóndor y los servicios varios que ésta proporciona. Las mujeres de las dos comunidades están organizadas en dos asociaciones de artesanas dedicadas a la elaboración de prendas en lana de oveja y alpaca que comercializan principalmente en la Reserva de Producción Faunística Chimborazo.

Figura 11. Mujeres artesanas de Pulinguí-San Pablo

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Pulinguí-San Pablo contaba con un Directorio de Agua integrado mayoritariamente por la dirigencia, que gestionó parte de las actividades asociadas con el acceso a este recurso. Chorrera Mirador no tiene hasta el momento una representación exclusiva para esta actividad. Ninguna de las dos organizaciones tiene personas particularmente encargadas del manejo de las alpacas, si bien coordinan actividades frecuentes con el Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca y la Fundación Heifer. Aunque la mayor parte del área se ha fraccionado para uso independiente de los socios fundadores, las asociaciones mantienen una pequeña área bajo el régimen comunitario, en especial las zonas de pastoreo y las de infraestructura de uso común y turístico. Pese a que la Reserva define los usos permitidos del territorio, algunos miembros le dan un uso no adecuado de acuerdo a sus propios intereses, como pastoreo de ganado vacuno y ovino, sin que las asociaciones puedan incidir en tales actividades. Solamente las áreas inscritas en Socio Páramo están sujetas a usos específicos. Las dos comunidades indican mantener buenas relaciones con el Gobierno Parroquial y Provincial y han recibido varios

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Olmedo Cayambe. CORDTUCH. Noviembre de 2014.

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beneficios de su gestión, situación que se debe a que sus principales representantes son indígenas, según opiniones locales. Las dos comunidades han colaborado en la elaboración del Plan de Ordenamiento Territorial de San Juan, perteneciente al Plan de Manejo y Cogestión de la Microcuenca del Río Chimborazo, y dos de sus líderes participan en el Comité de Cogestión de las Microcuencas del Chimborazo. Consideran que su pertenencia a la FOCIFCH, al igual que el apoyo que reciben de la CORDTUCH, ha ayudado a mantener su cultura e identidad indígena al sentirse parte de procesos organizativos mayores y nuevas actividades productivas asociadas a ellos45. Chorrera Mirador no es parte de la CORDTUCH sin embargo se beneficia de algunos apoyos por ser una de las comunidades localizadas en la zona de amortiguamiento de la RPFCH, además, uno de sus miembros es parte de esta organización. No estiman tener ningún beneficio de la UCASAJ y explican que, si bien ellos consideran representar a todas las comunidades de la parroquia, sus asociaciones no son parte de esta organización. Explican que las comunidades de páramo están representadas por la FOCIFCH por encontrarse en la zona de

amortiguamiento de la RPFCH. Gobernanza Los datos aquí suministrados se derivan del análisis de gobernanza realizado por Ecopar (2014) a partir de un taller que congregó a 31 personas (la Teniente Política de San Juan y 30 miembros de las comunidades Pulinguí-San Pablo y Chorrera Mirador) en donde se analizaron y categorizaron los actores involucrados en la gestión del territorio y del agua. En la gestión del territorio se identificaron cuatro organizaciones de alta importancia: las Juntas Parroquiales de San Juan y San Andrés, la Tenencia Política de San Juan, el Gobierno Provincial de Chimborazo y la Reserva de Producción Faunística Chimborazo. Las de importancia media son: La Asociación Pulinguí-San Pablo, La Asociación Chorrera Mirador, la Federación de Organizaciones Indígenas de las Faldas del Chimborazo (FOCIFCH), la Dirección Provincial del MAE y la Fundación Heifer. Finalmente, el Gobierno Cantonal de Riobamba se considera como una institución de baja importancia. Se evidencia la necesidad de impulsar un acercamiento institucional entre los tres actores que las comunidades identifican como importantes -Juntas Parroquiales,

Tenencia Política y Gobierno Provincial de Chimborazo- y con la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo, al fin de potenciar las oportunidades de acceso a recursos financieros y de apoyo técnico. En la gestión del agua se identifican la empresa Cemento Chimborazo y la CORDTUCH como los actores de mayor importancia, el primero debido a que es el principal responsable de las dificultades de acceso e indebida distribución del agua por acaparar el recurso, irrespetando la prelación de usos determinada en la Constitución; el segundo por ser la organización más cercana a las comunidades, si bien aclaran que su apoyo se centra más en las actividades turísticas. Como actores de importancia media se destacan las Juntas de Agua de PulinguíSan Pablo y Chorrera Mirador 46, el MAGAP, el INIAP y el Ministerio de Turismo. Finalmente la UCASAJ y la FOCIFCH fueron identificados como actores de baja y mediana importancia debido a que tienen problemas económicos y organizativos. La SENAGUA fue percibida como un actor de baja importancia porque no se ha establecido ningún tipo de acercamiento con esta institución. Los participantes en el análisis manifestaron una mayor y mejor relación del tema agua con las necesidades de ordenamiento del

Estas organizaciones no existen al momento en las comunidades de manera habitual, pero pueden constituirse en caso de necesidad delegando comisiones específicas.

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uso de recursos que exige la actividad turística. Claramente señalaron que las exigencias de conservación y manejo de los recursos naturales en el páramo planteadas por la Reserva de Producción de Fauna Chimborazo favorecen el desarrollo de la actividad turística como alternativa de ingresos económicos a las familias. Sin embargo, el sentimiento de haber sido despojados del control del páramo pesa más en las comunidades que los evidentes beneficios que proporciona el Ministerio del Ambiente y sus proyectos asociados; a este sentimiento se suma el malestar generado por la exigencia de compartir el puesto de venta con artesanas de 12 comunidades, pertenecientes a 3 provincias, para comercializar prendas tejidas en lana de oveja de bajo precio 47. Género (inequidades, fortalezas) Las mujeres son las que principalmente están a cargo de la producción agrícola de consumo familiar y de la preparación de alimentos dado que la mayoría de los hombres jóvenes trabajan habitualmente en oficios ajenos a la tierra para la generación de los principales ingresos familiares. En el manejo del agua se evidencia que los roles de gestión del recurso son asumidos

por los hombres adultos mayores, fundadores de las dos asociaciones, quienes frecuentemente forman parte de las Directivas de Agua o estuvieron a cargo de las obras de infraestructura por sus conocimientos de albañilería y ubicación precisa de los ojos de agua. Los terrenos individuales de la parte alta son regados por turnos por la persona delegada de la familia a estas labores. En las tareas familiares se aprecia una considerable carga de trabajo de las mujeres, tanto reproductivo como productivo, debido a que sus esposos pasan habitualmente largas jornadas lejos de casa. Estas actividades incluyen: preparación de alimentos, atención de los hijos, lavado de ropa, atención y alimentación de los animales domésticos y menores, arreglo de la vivienda y jornadas de trabajo en la zona alta en función de los turnos y las actividades previstas en los proyectos o emprendimientos (guianza, preparación de alimentos para socios o turistas, actividades agrícolas, pastoreo de alpacas, atención del ganado familiar, asistencia a talleres, mingas y reuniones, entre otras). No existen diferencias entre las tareas comunitarias asignadas a hombres y mujeres, si bien la elaboración de

47 Las comunidades consideran que compartir la venta con tantas comunidades reduce la posibilidad de venta y que, dada la competencia por vender, se promovería la crianza de más borregos que es contraria al interés de reducir su número para reemplazarlos con alpacas. Las prendas hechas en fibra de alpaca son más costosas y su valor no es reconocido por los visitantes habituales de la Reserva.

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alimentos y tejido son tareas generalmente femeninas, frecuentemente es un hombre joven el que debe preparar algunos alimentos para los visitantes de la Casa Cóndor (debido a que habita en la parte alta). Ocasionalmente los hombres de Chorrera apoyan con tareas de la cocina y algunos hombres, de ambas comunidades, saben tejer e hilar y están perfeccionando sus conocimientos en la utilización de fibra de alpaca por ver en esta actividad una alternativa productiva importante. En cuanto a posesiones personales, de las 12 mujeres entrevistadas48, una no tiene casa, pero habita en una que es parte de un grupo familiar mayor. 3 (mayores de 59 años) tienen una choza en la parte alta -que antes utilizaban para pernoctar junto al ganado para su cuidado-. Las mujeres que tienen únicamente las viviendas en las partes bajas utilizan las chozas de la parte alta que pertenecen a sus familiares o provienen de un núcleo familiar cuyo jefe de familia pastoreaba en la parte alta. Algo similar ocurre con lo relacionado a la posesión de terrenos, en donde 9 de las 12 mujeres tienen solares particulares en las partes bajas junto a las viviendas. Ninguna menciona tener terrenos en las partes altas. De 48 49

las

12

mujeres

entrevistadas,

únicamente 2 dicen no tener animales de producción, el resto tienen muy pocos animales, principalmente ovejas (mínimo 2 y máximo 10) y animales menores como gallinas, conejos y chanchos. 7 mujeres mencionan que tienen ganado vacuno, entre 1 y 3 cabezas. 5 mujeres tienen entre 1 o 2 animales de carga como burros y caballos. 4 de las 12 mujeres tienen celular, pero no tienen ningún otro medio de comunicación o de transporte. Los 5 hombres entrevistados49 mencionan que tienen 2 viviendas, una casa en donde habitan regularmente en la parte baja y la choza en la parte alta para ir al cuidado de los animales y el cultivo de ciertos productos. Todos tienen terrenos propios y 4 de 5 hombres mencionan tener 2 terrenos, en la parte baja y en la parte media. Los terrenos de la parte media son de entre 3 a 11 ha. Todos manifiestan tener animales de producción como vacas y ovejas; entre 8 y 26 animales. Ninguno menciona animales menores. También todos dicen poseer animales de carga como burros y caballos. Ninguno de los entrevistados tiene tractor, vehículo, moto o bicicleta. Únicamente uno de ellos tiene celular. Si bien no existen subasociaciones a cargo del manejo de las alpacas y

Encuesta realizada durante el análisis de percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza en 2014. Ibíd.

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sus subproductos, las directivas de las dos asociaciones (conformadas mayoritariamente por hombres) frecuentemente toman la decisión de cuándo hacer las esquilas, cuándo y dónde vender la lana 50 y el abono, cuándo comprar el hilo para tejer y deciden el uso del dinero de las ventas, esta situación reduce en gran medida la capacidad de decisión de las mujeres a pesar de que son ellas quienes usan y procesan la fibra. Conclusiones La parroquia San Juan está considerada como una de las parroquias más pobres de la provincia de Chimborazo y de la sierra central del Ecuador y una de las más secas debido a la incesante presión agrícola y pastoril que se ha mantenido en sus ecosistemas desde la época de la colonia. Pese a la amplitud de las actividades generadoras de ingreso y a la alta movilidad laboral de la población, la actividad agropecuaria sigue ocupando a la mayoría de la población, evidenciándose un claro desplazamiento de las actividades agrícolas tradicionales hacia la ganadería como una medida de adaptación al cambio climático, dado que de esta manera sienten que ponen menos inversión en riesgo tras la presión de las fuertes heladas. Esta tendencia se observa también en otros sectores de la sierra del Ecuador en donde las tierras agrícolas están siendo ocupadas

por ganado principalmente vacuno, lo que ha dado como resultado una sobreoferta de leche. La situación específica de las dos comunidades reproduce, de alguna manera, el manejo vertical del paisaje manteniendo el control y producción en dos zonas de vida, una localizada en una zona de valle y otra en el páramo. Esta estrategia tiene ventajas en la producción de alimentos y la diversificación de ingreso de recursos frente a la variabilidad climática, al igual que frente a la salida temporal de los jefes de familia para conseguir trabajo externo. Las mayores vulnerabilidades al cambio climático identificadas en las comunidades Pulinguí-San Pablo y Chorrera Mirador, analizadas durante los diagnósticos participativos realizados con sus miembros en función de los ejes de necesidades básicas y medios de vida, fueron para el primer eje: el acceso al alimento, la reducción del agua y el mal estado de conservación del ecosistema de páramo; para el segundo eje: los sistemas agropecuarios y la falta de otras alternativas productivas complementarias asociadas al ecosistema de páramo. Dado que el arraigo cultural se da particularmente en las mujeres (que son quienes crían y educan a sus hijos bajo los propios valores culturales como idioma,

Pulinguí-San Pablo generalmente vende la lana a las hilanderías de Guano a 2USD el kilo sin clasificar y compra hilo teñido (mezcla de oveja, alpaca y sintético), entregando a las mujeres el material para que elaboren las prendas.

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vestido, alimentación, prácticas de saberes ancestrales en las chacras y la crianza de animales, cuidado del agua, medicina y gastronomía ancestral y otros valores propios de la cosmovisión andina), la salida de los hombres y jóvenes no ha promovido la pérdida de estos valores; sin embargo, sí ha significado la introducción de otros patrones de comportamiento y formas de ver la vida, especialmente en cuanto a la alimentación y vestimenta. En este sentido, la presencia de organizaciones de mujeres es una condición favorable para aportar a

la adaptación al cambio climático a través de propuestas de conservación y manejo adecuado de los recursos naturales y, con ello, la sustentabilidad de sus modos de vida. Los procesos de liderazgo que puedan guiar y convocar las acciones para la adaptación al cambio climático de las comunidades deberían involucrar a la CORDTUCH, la Junta Parroquial, al Gobierno Provincial de Chimborazo y a la Tenencia Política de San Juan.

Bibliografía consultada Coronel, R. 2009. Obrajes y poder local en el Corregimiento de Riobamba. Quito, Ecuador. EcoCiencia-Ecopar. 2008. Plan de Ordenamiento Territorial de la Parroquia de San Juan. Quito, Ecuador. Ecopar. 2014. Análisis de percepciones sobre el cambio climático en las comunidades Pulinguí-San Pablo y Chorrera Mirador en la Parroquia San Juan, Chimborazo. Informe no publicado. Quito, Ecuador. Meyer, P. 1996. Artesanos campesinos: Desarrollo Socioeconómico y Proceso de Trabajo en la Artesanía Textil de Otavalo. Quito, Ecuador: Banco Central del Ecuador. INEC. 2010. Censo Nacional de Población y Vivienda. Quito, Ecuador. Ortiz de la Tabla X. 1977. “El obraje colonial ecuatoriano. Una aproximación a su estudio” En: Revista de Indias, Vol. XXXVII, Nos. 49-50, Madrid, España Ramón, G. 1993. Tierras y manos indias: La recuperación del suelo en las comunidades andinas del Chimborazo: Quito, Ecuador: Comunidec - Abya-Yala. Varea, A.M. 2005. Iniciativas para conservar la biodiversidad. PNUD. Quito, Ecuador. Von Humboldt, A. 2005. “Diarios de viaje en la Audiencia de Quito”, Editados por Segundo Moreno Yánez/ Traducidos por Christiana Borchart de Moreno, Colección Itinerarios de la Ciencia, No.1, OXY, Quito, Ecuador. En: Coronel, R. 2009. Obrajes y poder local en el Corregimiento de Riobamba. Quito, Ecuador.

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Cambio climático: percepciones, vulnerabilidad, capacidades y gobernanza. Estudio de caso páramo de Chingaza (Cundinamarca, Colombia) Diana Lucía Duque Marín Coordinadora del proyecto “Comunidades de los Páramos” en Colombia Tropenbos Internacional - Colombia

Contexto del páramo de Chingaza: Veredas La Caja y El Rosario

grande de Colombia después del páramo de Sumapaz.52

Ubicación geográfica

El estudio de caso del páramo de Chingaza se realizó en las veredas La Caja y El Rosario (Municipio de Choachí), veredas que forman parte de los territorios más intervenidos con ganadería y agricultura dentro del área del Macizo de Chingaza. La Caja y El Rosario son territorios clave dentro del complejo paramuno por pertenecer a la cuenca del Río Blanco de donde se provee de agua el acueducto de Bogotá. La cuenca, con un área de 40 528 ha, está ocupada en un 54 % por el municipio de Choachí. Se encuentra protegida por el sistema del Parque Nacional Natural Chingaza (PNNC) en un 12,4 % de su área, que corresponde a 5 006 ha, y el Área de Reserva Forestal Protectora Cuencas de Río Blanco y Río Negro en un 20,1 %, lo que corresponde a 8 155 ha.53

El Macizo de Chingaza está ubicado sobre la cordillera oriental, a 70 km de la ciudad de Bogotá. Se considera una de las regiones de páramo con menor grado de intervención en el país pues alrededor de un 80 % de su territorio está protegido por reservas forestales y cuenta con un Parque Nacional Natural 51 que comprende el 57 % de su área. Desde allí alimenta de agua al Sistema Chingaza que abastece cerca del 80 % de las redes de acueducto de la ciudad de Bogotá. Aunque este sistema provee de agua a seis millones de personas aproximadamente, su potencial hídrico se ve vulnerado dada la exposición que tienen los ecosistemas que lo sustentan a la deforestación, la variabilidad climática y al riesgo geológico (en algunas zonas donde se ubican las estructuras de captación). Por su parte, el páramo de Chingaza, con una extensión de 76 000 ha, es el segundo más 51 52 53

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En las veredas La Caja y El Rosario se encuentran asentadas familias campesinas que, en su mayoría, llevan dos o tres

El Parque Nacional Natural Chingaza Proyecto Nacional de Adaptación al Cambio Climático – INAP – Componente B. IDEAM 2011, Bogotá Ibíd.

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generaciones viviendo en la zona. Están organizadas alrededor de Juntas de Acción Comunal (JAC) y Juntas de Acueducto. Históricamente estas familias usaron el páramo para el cultivo de papa, el pastoreo extensivo de ganado y como espacio de cacería de animales silvestres; esto es especialmente referenciado por las personas de mayor edad. A partir de 1977, con la creación formal del Parque Natural Chingaza y de la Reserva Forestal, las familias de la vereda tuvieron que trasladar sus actividades productivas hacia una parte más baja de la montaña, zona de amortiguación del Parque Natural Chingaza. Aspectos biofísicos y ecosistémicos La cuenca del Río Blanco tiene en alta montaña un 60 % (24 272 ha) de su área total (40 528 ha) y el 40 % restante (16 256 ha) se encuentra por debajo de 2740 msnm. La temperatura media anual varía, se encuentra entre 18 °C en la parte baja (2700 msnm) y 4,5 °C en la parte más alta (3600 msnm). El régimen de precipitación es monomodal con un período de lluvias que va de abril a octubre y un período seco, o de menos lluvias, entre noviembre y marzo. La precipitación en la cuenca varía entre los 1200 y 1700 mm por año. La influencia de los vientos húmedos

54 55

procedentes de las llanuras orientales hace que la precipitación sea menor en la medida en que se disminuye la altura, alcanzando sus valores más bajos en el sector de Choachí 54. El aumento de la frontera agrícola y la ampliación de la ganadería extensiva han ocasionado la pérdida de un amplio porcentaje de espacios naturales de protección de la cuenca del Río Blanco. Para el año 2011, la cobertura predominante en la cuenca fueron pastos limpios (12 065 ha) lo que muestra una fuerte producción ganadera con el 30 % del total del área de la cuenca, seguido por bosque fragmentado con vegetación secundaria (4427 ha) y arbustal denso andino (4268 ha), en donde se refleja la recuperación natural del 22 % debido a la influencia del Parque Nacional Natural Chingaza, la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB) y algunos integrantes de la sociedad civil. Específicamente, en el Municipio de Choachí existen dos reservas de la sociedad civil: La Esperanza y Villa Paz con áreas de 101 ha y 37 ha respectivamente 55. Aspectos demográficos Para el año 2011, la población reportada en la vereda La Caja era de 208 personas y en la vereda El Rosario de 138 personas.

Proyecto Nacional de Adaptación al Cambio Climático – INAP – Componente B. IDEAM 2011, Bogotá Municipio de Choachí. Plan Integral Único. Gustavo Guevara Rodríguez, Alcalde 2008-2011

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Por su elevada vocación agropecuaria, el municipio de Choachí concentra el 71 % de su población en el área rural mientras que en el área urbana está el 29 % restante 56. Según el Censo del Departamento Nacional de Estadística (DANE) realizado en 2005, el mayor porcentaje de la población de Choachí se encuentra en edades jóvenes, entre los 4 y 24 años de edad. El municipio registra un 25,15 % de población pobre con necesidades básicas insatisfechas (NBI) en la cabecera municipal y un 46,89 % en el área rural, en contraste con los promedios departamentales (Cundinamarca) que registran un NBI en las áreas urbanas de 15,4 % y en las áreas rurales de 32,2 % para el mismo año. Servicios e infraestructura Las veredas La Caja y el Rosario tienen salida al municipio de Choachí por una vía terciaria en regular estado, sin pavimentar, en un trayecto que toma entre 45 minutos y una hora. También tienen salida al municipio de La Calera por una vía terciaria, no pavimentada y en buen estado. La comunicación con la ciudad de Bogotá es a través de una vía secundaria que se extiende 57 km, con algunos tramos en mal estado por problemas de deslizamientos. Existen dos empresas prestadoras de

servicios de transporte público desde Bogotá. También están comunicadas con el municipio de Fómeque (14 km) a donde tienen que acudir los pobladores de las veredas para acceder a los servicios de atención primaria en salud. Percepciones acerca de los efectos del cambio climático “[…]el cambio de los tiempos, ahorita el tiempo lo engaña a uno… Hace 60 años uno podía decir en tal mes empezó a hacer verano, y ahora no. Por lo menos este mes de marzo, que era en otros tiempo de verano, ahora fue casi de invierno, y ahora cambió y empezó a ser veranoso. Eso debe ser por el asunto del cambio climático, o algo pasa. Eso desconoce uno. Hace unos 60 años, la tierra era húmeda, pero con el calentamiento de la tierra y con una semana que caliente, la tierra se seca.” El estudio de percepciones se realizó mediante aplicación de entrevistas individuales a 30 personas, mujeres y hombres distribuidos en tres rangos de edades: 15 a 21 años, 21 a 55 años y de 55 años en adelante.57 Las personas entrevistadas identifican como la principal amenaza climática la sequía. Perciben que en general la temperatura aumentó (más calor), mientras las lluvias han disminuido al

Ibíd. Distribución de entrevistas: 4 mujeres mayores de 55 años; 5 hombres mayores de 55; 5 mujeres entre los 21 y los 55; 6 mujeres entre los 15 y los 21; 5 hombres entre los 15 y los 21 y 5 hombres entre los 21 y los 55 56 57

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igual que ha disminuido el caudal de ríos y quebradas. También perciben la presencia ocasional de aguaceros muy fuertes que asocian con eventos de deslizamientos. Coinciden en que el calendario de periodo de lluvia y de verano se ha modificado pues les resulta impredecible el tiempo para hacer sus planes de siembras. Esto concuerda con los estudios del Plan Regional Integral de Cambio Climático (PRICC) para Cundinamarca que reportan un aumento en la temperatura máxima diaria de alrededor 0,05 °C/ año. Igualmente, para la zona oriental del departamento, donde se ubican Choachí y la cuenca del Río Blanco, se reporta una tendencia a disminución en los valores de precipitación de -0,06mm/ diarios, indicando que en 10 años puede presentarse un déficit de 0,6mm/diarios y en 40 años de 2,4 mm/diarios. La mayoría de los entrevistados coinciden en que actualmente existen más plagas y enfermedades en los cultivos y, en algunos casos, lo asocian con la modificación del clima y lo ejemplifican con el comportamiento de la polilla de la papa que aumenta su incidencia en los períodos secos. Solo algunas personas jóvenes no alcanzan a percibir con precisión estos cambios. Es posible que las personas adultas entrevistadas tengan un registro de percepción más amplio, basado en su experiencia de vida en el mismo territorio,

con referentes para comparar los niveles de cambio desde hace 30 años. En las entrevistas se pone en evidencia la modificación de las prácticas de producción y, en consecuencia, de las costumbres alimentarias. Se refiere la pérdida de productos tradicionales como tubérculos andinos y ciertas variedades de papa, así como un aumento en la utilización de agrotóxicos para el control de las plagas. Cabe anotar que las dinámicas del mercado influyen fuertemente en estos cambios pues han conducido a la especialización de ciertos productos y a la marginalización de otros. Respecto al tema de salud, 26 de las personas entrevistadas perciben que actualmente hay más enfermedades y lo atribuyen a un mayor uso de agroquímicos, desequilibrios en la alimentación y a los cambios del clima. Las gripes más fuertes, los nuevos virus y la artritis son asociadas con el cambio del clima. Análisis de vulnerabilidad con enfoque en capacidades La indagación en vulnerabilidad se desarrolló a partir de entrevistas con 19 personas distribuidas en tres grupos focales: uno de mujeres, uno de hombres y otro con autoridades locales. En general la cuenca del Río Blanco

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presenta una alta presión por las demandas de agua de la ciudad de Bogotá. Según las proyecciones de población del DANE, Bogotá pasará de tener 6 840 116 habitantes en el año 2005 a tener 8 380 801 en el año 2020. Esto implicará un aumento considerable de la demanda de agua en contraste con los escenarios previstos de aumento de temperaturas y disminución de la precipitación. Se perfila entonces un panorama de posible vulnerabilidad por disminución en la disponibilidad hídrica para la cuenca. De otro lado, los deslizamientos pueden representar una amenaza en zonas frágiles y de alta pendiente, añadiendo que tanto las instituciones territoriales como la población tienen una baja capacidad para atender este tipo de eventos. El mantenimiento de los servicios ecosistémicos del Sistema Chingaza depende en gran medida de la participación de la población campesina en el ordenamiento ambiental del territorio y de su inclusión en los beneficios derivados por la provisión de agua a la ciudad de Bogotá. Sin embargo, esto no se ve reflejado en los índices de NBI que exhiben una marcada diferencia entre las cabeceras municipales y las zonas rurales. En el caso del municipio de Choachí, la población rural que representa el 69 % del total presenta un porcentaje de necesidades básicas insatisfechas del 46,89 % en contraste con el NBI de la cabecera calculado en el 25,15

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%. Esto puede evidenciar la deficiencia de políticas públicas efectivas para el fortalecimiento institucional y económico de las comunidades asentadas en la región proveedora del servicio de agua. Capacidad material y financiera Las 19 personas participantes de los grupos focales cuentan con terrenos propios para la producción. Los lotes se encuentran fraccionados a lo largo de la pendiente, algunos de ellos dispersos en el páramo. Aunque las personas no arriendan tierras, sí hay quienes trabajan la tierra de sus mayores y no tienen propiedades. Existen algunas diferencias en cuanto a la cantidad de tierra de la cual disponen y también respecto a su distribución. La cantidad promedio es de 4 ha, oscilando el rango mínimo en 1300 m y el máximo en 7 ha, las unidades familiares están ubicadas en un rango altitudinal promedio entre los 2300 y 3000 msnm. Las familias reciben ingresos principalmente por la actividad ganadera. También los jornales son importantes para la economía familiar, pero su oferta es muy irregular y en ocasiones los miembros de la familia tienen que ausentarse para trabajar en otras zonas. Consideran frágil su capacidad económica ya que dependen en gran medida del levante de ganado y la venta de la leche. El precio de venta de la leche es bajo 630 pesos/litro (0,24USD/

litro) y los compradores pagan de manera intermitente, en ocasiones dejan acumular pagos de hasta dos meses. La cantidad de leche diaria producida es considerada intermedia, como producto de la venta pueden ganar entre 13 000 y 21 000 pesos diarios (5,0USD y 8,0USD). Referencian que cada vez hay menos agricultores, aunque quienes manejan huertas ven en esta producción un apoyo para el consumo familiar, con algunos excedentes que son destinados a la venta informal y el intercambio con sus vecinos. Algunas familias reciben algún tipo de subsidio como el de “Familias en acción” y los programas de alimentación de niños y adultos mayores. Las estrategias de ahorro consisten en el levante de terneros y el mantenimiento de ganado, el ahorro en dinero es poco común. Estos ahorros se destinan principalmente para cubrir necesidades de educación, arreglos de vivienda e imprevistos. Las cuentas bancarias no son comunes y el acceso a crédito tampoco a causa de una escasa historia crediticia o, en casi todos los casos, por falta de garantías que respalden el crédito ya que muchas personas no tienen en orden los títulos de propiedad de sus predios. En general, consideran que sus ingresos no son suficientes para el sostenimiento

de las familias. Las mujeres hablan de deudas cuantiosas que tienen las familias por el pago del impuesto predial que, en su mayoría, no han pagado desde hace 20 años como una estrategia para revindicar su derecho a una compensación por el cuidado del páramo. Las mujeres cumplen un papel importante en la transformación de la leche y la preparación de quesos que son vendidos semanalmente a un intermediario en las mismas veredas o directamente en tiendas del pueblo (Choachí) y tiendas o plazas en la ciudad de Bogotá. El dinero que ingresan se utiliza inmediatamente para el mercado familiar de la semana. Capacidad técnica y humana Aunque las personas entrevistadas manifiestan tener algún tipo de conocimiento sobre el cambio climático y sus efectos58, sus respuestas frente a estrategias de adaptación son intuitivas o espontáneas. Algunas opciones mencionadas son el “sembrar otros cultivos” y, especialmente las mujeres, hacen referencia a que “es necesario diversificar y escalonar cultivos” o “de pronto tener menos ganado”, “pero en la práctica todos hacemos las mismas cosas de antes”. Dicen no conocer sistemas de alarma temprana. El conocimiento

Algunas de las personas entrevistadas han tenido acceso a información institucional acerca del cambio climático por vía del Proyecto Integrado de Adaptación Nacional (INAP) desarrollado en Colombia entre los años 2007-2011 por el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM).

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que tienen sobre cambio climático y sus afectaciones lo refieren principalmente a los efectos en la salud humana y animal, cambios en comportamiento de los cultivos, disminución de la lluvia y aumento de calor. La valoración y aceptación de los conocimientos tradicionales se ve reflejada en prácticas como seguir las fases de la luna para las siembras o la utilización de abonos orgánicos. Sin embargo, también existe el diálogo con el conocimiento técnico desde el cual han innovado prácticas como el uso de cercas vivas, el manejo de pasto de corte, el mejoramiento genético del ganado, la rotación de potreros y el uso de vacunas y medicamentos para el ganado. A pesar de su cercanía a Bogotá, los servicios en salud son precarios. Choachí, que es el municipio más cercano a las veredas, no cuenta con hospital, por tanto, para la atención de enfermedades complejas, se desplazan hasta el hospital del municipio vecino (Fómeque); esto aumenta los costos en salud por la inversión adicional en transporte, alimentación y tiempo de la jornada laboral. Igualmente, las familias se apoyan en el uso de medicinas y tratamientos tradicionales o se automedican. Por otro lado, el sistema de información en salud municipal (ASIS) no cuenta con un análisis de enfermedades por vereda que indique los principales factores de morbilidad, esto dificulta

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hacer planes en salud que respondan a la situación real de cada vereda. Capacidad física y natural En la región es muy común encontrar que las familias tienen más de un predio ubicado en alturas entre los 2200 y 3000 msnm, esto les permite manejar cultivos adaptados a diferentes ambientes, por ejemplo el maíz, algunas frutas y, en algunos casos, plátano. En estos terrenos tienen humedales, chuscales y bosques en recuperación o conservación, además de plantaciones forestales para cercas vivas (pero que no son calificadas favorablemente porque se hicieron con árboles exóticos -eucalipto, pino, urapán, acacia- obedeciendo a asesorías técnicas pasadas). La distancia entre predios, comúnmente, es larga y su recorrido se realiza a pie. Los lotes distribuidos en franjas en dirección ascendente no cuentan con servicio de agua, solo donde están ubicadas las casas; tampoco todos los lotes tienen acceso directo a la carretera. Realmente no se utiliza el riego, llevan agua hasta los lotes para darle de beber al ganado. Estas condiciones representan dificultades para las labores agrícolas y cuidado de los animales: implica tiempos y energía en la movilidad, van y vienen de lugares que pueden quedar a varias horas de distancia entre sí. Mencionan que el uso

de cercas vivas ha representado tanto una alternativa para la alimentación animal como una fuente de combustible para disminuir costos en el consumo de gas.

Consideran equitativas y democráticas las deliberaciones en los espacios de organización comunitaria, solo los niños y adolescentes no participan.

Al ser una zona muy intervenida y con topografía de moderada a fuertemente inclinada, la erosión es frecuente y, en tiempo de fuertes lluvias, se presentan deslizamientos, especialmente en la vereda El Rosario; también se presenta erosión en las riveras de las quebradas. En cuanto al acceso a servicios, la mayor parte de las casas quedan cerca de la carretera principal, pero su estado no es óptimo. Adicionalmente, el transporte público no cuenta con la frecuencia que requieren los pobladores para atender sus necesidades de movilidad. Por último, los servicios de agua y electricidad se prestan, pero la electricidad no es constante (dañando en ocasiones los electrodomésticos) y califican el agua como apta para consumo humano, pero no potable.

La influencia que han tenido las organizaciones de representación en espacios de incidencia política es valorada como media-baja, pero aclaran que “el cambio de mentalidad” en la comunidad es grande. En 2015 se creó la primera organización de productores, Asorosario, pero aún no reconocen impactos concretos de su acción.

Capacidad sociorganizativa En los tres grupos focales nombran como organizaciones de representación política de las veredas a las Juntas de Acción Comunal, la Junta de Acueducto e, igualmente, hacen mención al grupo de veedores ambientales que se ha creado recientemente con la participación de otros siete municipios donde tiene influencia el acueducto de Bogotá.

En los grupos focales hay consenso sobre el valor de la capacidad comunitaria para la organización, deliberación y el respeto por los acuerdos colectivos. Se reconoce que en los últimos cuatro años se ha fortalecido el relacionamiento con diversas instituciones públicas y privadas, las más nombradas son la Empresa de Acueducto de Bogotá, el Parque Natural Chingaza, la Alcaldía de Choachí y Fundesot. Aunque hay un reconocimiento generalizado de los avances en los procesos participativos (equidad de género y edad, frecuencia, democracia, discusiones), también se afirma que es necesario fortalecer estos espacios y tomar en cuenta una mayor presencia de las mujeres y los jóvenes. Identifican que la mayor influencia de las organizaciones comunitarias en la política pública ha sido lograr que la

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Empresa de Acueducto de Bogotá los apoye en la construcción del acueducto veredal (2011). Tienen mucha expectativa frente a la posibilidad de avanzar en la legalización de los títulos de propiedad de la tierra en las zonas de reserva y del Parque Natural Chingaza. En general, los grupos focales estuvieron de acuerdo en que las decisiones sobre el uso de la tierra no dependen de la comunidad, especialmente en la zona de reserva forestal y en la zona del Parque Natural. Incluso, en las partes más bajas de amortiguación del parque, las decisiones son fuertemente influenciadas por programas que intentan modificar los modos de producción locales. Los actores del páramo: análisis de gobernanza y liderazgo Para el análisis de gobernanza se partió de dos ejes: agua y manejo y uso del territorio. De manera preliminar se realizó un diálogo ampliado con mujeres y hombres líderes y pobladores de las dos veredas para identificar aquellos aspectos centrales o problemáticos en las dinámicas de la gestión del agua y del territorio. En vista de que la ciudad de Bogotá vive del recurso hídrico que toma del Sistema

Chingaza, los participantes valoraron como de gran importancia la compensación por servicios ambientales en el tema “agua”; las comunidades esperan que los esfuerzos hechos para readaptar sus sistemas productivos en función de la conservación sean retribuidos a través de un incentivo económico. Por su parte, en el tema “manejo y uso del territorio” los participantes consideraron importante abordar las relaciones que se tejen alrededor del saneamiento de la propiedad de la tierra en áreas de protección como el Parque Natural Chingaza, tema central puesto que más de 30 familias poseen predios no legalizados de manera formal dentro de la zona del Parque Chingaza y la Reserva Forestal Protectora. Posteriormente, y una vez definidos los temas de interés para el análisis de gobernanza, se trabajó por separado con dos grupos focales: uno con autoridades, líderes y lideresas59 y otro con pobladores y pobladoras de ambas veredas60. Con cada uno de los grupos se hizo un listado de actores que influyen en el territorio (tabla 8). En los grupos focales se analizan las relaciones con y entre instituciones, su importancia e influencia así como su poder y liderazgo.

59 Participaron los presidentes y presidentas de las Juntas de Acción Comunal (JAC), el presidente del Acueducto Veredal, un veedor ambiental y dos líderes estudiantiles del SENA. 60 Participaron mayoritariamente mujeres habitantes de la zona, entre los 25 y 65 años de edad.

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Tabla 8: Listado de Actores Veredas La Caja y El Rosario. TEMA PÁRAMOT Grupo focal con líderes

Personería

Parques Nacionales de Colombia Alcaldía Municipal (área de planeación) Comunidades con Derechos Líderes comunitarios

EMA AGUA Empresa de acueductos de Bogotá (EAB) Líderes comunitarios Coorporinoquía

GRUPOT

EMA PÁRAMO

TEMA AGUA

Grupo focal con pobladores

Empresa de acueductos de Bogotá (EAB) Parque Nacional Chingaza Alcaldía

Empresa de acueductos de Bogotá (EAB) Junta de acueducto veredal Junta de acción comunal (JAC) Inspectora

Gobierno de Cundinamarca Alcaldía de Bogotá

Comunidad

Fundación para el Desarrollo Sostenible Territorial (FUNDESOT)

Banco Mundial

Empresa de acueductos de Bogotá (EAB)

Comunidades con derechos

Fundación para el Desarrollo Sostenible Territorial (FUNDESOT) Personas que llevan animales

Parques Nacionales de Colombia Usuarios de agiua de Bogotá

Personería

Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) Fundación para el Desarrollo Sostenible Territorial (FUNDESOT) Tropenbos Internacional Colombia MANOB Reconocer

Fuente: Encuentro con dos grupos focales de las veredas La Caja y El Rosario.

Actores comunitarios posición e influencia

locales,

su

- “Comunidades con derechos”. En el grupo focal desarrollado con los líderes y lideresas de las veredas La Caja y El Rosario, se referían a sí mismos y a las comunidades a las que pertenecen como “comunidades con derechos”. Lo anterior supone un conocimiento de la importancia del territorio en el que habitan y de la necesidad de su participación e incidencia en las decisiones que se toman sobre el mismo,

pues la mayoría de personas coinciden en que no pueden decidir sobre el entorno en el cual habitan. Por lo anterior, el atributo de “derechos” refiere a una comunidad que se moviliza permanentemente para la protección, gestión y capacitación; reconocen sus propias prácticas, historias y conocimientos como importantes recursos para hacer de los proyectos que se desarrollan en la zona apuestas integrales. En cuanto al agua como bien común y recurso estratégico, el grupo focal con

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líderes resalta el papel de las “comunidades con derechos” en los procesos de protección y conservación, situación que invita a la acción para consolidar estrategias de pagos por servicios ambientales. Las comunidades han desarrollado mecanismos para el cuidado del ecosistema y han avanzado en la reconversión de sus sistemas productivos en función del cuidado del agua que posteriormente será consumida por la población de la ciudad de Bogotá. Para los líderes esto significa que las comunidades tienen un control sobre lo que puede suceder con el abastecimiento de agua en la ciudad. Frente a la propiedad de la tierra y el saneamiento de la misma, estas comunidades tienen una larga historia de asentamiento en la zona, sus propiedades han sido heredadas de sus abuelos y son fuente de sustento diario, por ello existe un fuerte vínculo y sentimiento de arraigo hacia esta región. La comunidad destaca la influencia e importancia de las Juntas de Acción Comunal (JAC) y las Juntas del Acueducto Veredal (JAV). Resaltan, en el marco de la gestión social del agua, el papel de la JAV por su capacidad para movilizar recursos destinados al mejoramiento de la infraestructura del acueducto y garantizar con ello el abastecimiento de este líquido vital. - Líderes. Hace referencia a las personas de la comunidad que desempeñan un rol de representación social o política;

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por ejemplo, presidentes de las JAC y presidentes de Juntas de Acueductos y veedores. Los dos grupos focales identifican a los líderes como un grupo de actores con importancia e influencia en el tema de la gestión de pagos por servicios ambientales. Se reconoce que el tiempo invertido en gestión por parte de los líderes es uno de los principales recursos que aportan; también se considera que movilizan grandes recursos representados en conocimientos, información acumulada como producto de su experiencia habitando el territorio. Enuncian que todos los otros actores se benefician de los recursos que la comunidad y los líderes despliegan en este sentido. El grupo focal con pobladores confiere un alto puntaje a los líderes en el campo de poder y liderazgo para la gestión del pago por servicios ambientales; así mismo, consideran que tienen iniciativa y legitimidad para avanzar en estos procesos. Sin embargo, no los identifican como actores con importancia e influencia para la gestión de saneamiento de la propiedad de la tierra. Esto puede deberse a que el saneamiento de la propiedad tiene vínculos no sólo con el Parque Chingaza, el Municipio de Choachí y las comunidades, sino también con familias de las veredas que desde hace muchos años tienen, sin precisar áreas, límites y linderos de sus fincas con las familias vecinas.

Actores institucionales, posición e influencia - Alcaldía Municipal de Choachí. Es la entidad encargada de la administración pública del ente territorial, forma parte de la llamada “Provincia de Oriente” dentro de las lógicas de distribución territorial promovidas por la propuesta de Bogotá-Región (contemplada inicialmente en el Plan de Ordenamiento Territorial vigente -Decreto 190 de 2004- ). Sin embargo, se percibe que las relaciones entre las diversas entidades son inequitativas pues el municipio presta diversos servicios a la ciudad de Bogotá, principalmente servicios ambientales que no son retribuidos adecuadamente. Las acciones de esta institución frente a la protección y gestión del agua y para el saneamiento de la propiedad están mediadas por las decisiones e iniciativas emprendidas por otras instituciones del orden regional y nacional como la Alcaldía Mayor de Bogotá, Parques Nacionales Naturales (PNN) y la Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB). Esta interdependencia comprende aspectos tanto financieros como normativos. - La Empresa de Acueducto de Bogotá (EAB). Para los dos grupos focales, la EAB está relacionada tanto con la gestión del agua como con la del territorio, teniendo más importancia e influencia en la primera 61. Se reconoce a esta institución como de alta y media capacidad de gestión y movilización de recursos. Se menciona que ha generado empleo en la zona y que aportó recursos para el diseño y construcción del acueducto veredal como parte de un acto compensatorio por las acciones de cuidado del ecosistema de páramo que prestan las comunidades de La Caja y El Rosario a la ciudad de Bogotá. Así mismo, esta entidad ha ejecutado proyectos en la zona con un amplio despliegue de capacitaciones técnicas y ambientales. Sin embargo, se considera que puede jugar un papel más activo y comprometido en lo relacionado a la compensación por la provisión de agua. - Parque Nacional Natural Chingaza (PNNC). Es considerado un

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Por su importancia e influencia este actor es calificado en 4 para el tema agua por el grupo focal de pobladores y en 6 por el grupo focal de líderes.

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actor institucional que moviliza recursos y tiene poder e iniciativa. Consideran que el PNNC tiene incidencia en “las decisiones de lo que sucede con la tierra”, esto es, en el levantamiento de planos topográficos, el proceso de saneamiento de la propiedad y también garantizando recursos técnicos. Cabe destacar que varias personas de las veredas trabajan como guardabosques en el PNNC, convirtiéndose entonces en un actor que dinamiza la economía veredal a partir de la generación de empleo. - Personería e Inspección. Estas instancias de la administración municipal ejercen acciones de seguimiento, control y vigilancia además de movilizar recursos principalmente técnicos. Por parte de la Personería se ha dado acompañamiento para indagar en las oficinas del catastro acerca de documentos de propiedad de la tierra y el estado de cuentas por deuda de impuestos prediales. - Corporinoquía. Este actor constituye la autoridad ambiental en la región. Ha sido calificado con una mediana influencia e importancia para la gestión del agua y del territorio. Aunque refieren una baja movilización de recursos por parte de esta entidad, se reconoce su importancia como instancia de control y vigilancia del manejo del agua en la región. - Gobernación de Cundinamarca. Se reconoce la importancia de este actor para la gestión territorial, sin embargo, se considera que tiene baja influencia ya que su presencia es más “virtual”; han escuchado de la Gobernación por las noticias: “la Gobernación de Cundinamarca sale en programas, o avances que han mostrado por noticias que debe proteger los páramos […] [salen mensajes] de que cuiden el páramo de Chingaza.” - Organizaciones no gubernamentales que han ejecutado proyectos productivos y de conservación en la zona 62. La relación más directa que tienen los pobladores con las instituciones es a través de las acciones que desarrollan las ONG en la zona, por esto valoran como alta la importancia de las mismas. Los líderes, en cambio, diferencian

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Mencionan a: Manob, Reconocer, Fundesot y Tropenbos

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entre quien es una institución asesora y quien es una institución decisora porque están más familiarizados con procesos de gestión y relacionamiento en términos de negociación en instancias de toma de decisiones. - Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Desde el sector de educación para el trabajo es un actor de gran importancia por su influencia en la formación técnica y media-técnica de los jóvenes en las dos veredas. - Usuarios del agua de la ciudad de Bogotá. El grupo focal con líderes considera que este actor es clave para sus propuestas de pago por servicios ambientales, no obstante se necesita mucho trabajo de capacitación con los usuarios para que comprendan de dónde se abastece de agua la ciudad de Bogotá, quiénes participan de este proceso y cómo se pueden construir relaciones de corresponsabilidad. - Banco Mundial. Para los líderes éste es un actor lejano, importante por los recursos que moviliza, pero que no tiene clara su acción en el territorio y actúa a través de otros. Por lo general es asociado a los proyectos de la EAB. - Alcaldía Mayor de Bogotá. Este actor fue identificado por los líderes pues consideran que, si bien aporta pocos recursos y tiene una baja capacidad de liderazgo, es un interlocutor necesario ya que es Bogotá la que se beneficia de las acciones de conservación y protección del agua en el páramo de Chingaza. Contexto de las relaciones entre actores e instituciones El arreglo institucional para la gobernanza en el Sistema Chingaza es complejo, relaciona organizaciones del nivel nacional, como el Ministerio de Medio Ambiente y la Unidad de Parques Nacionales, con entidades del orden regional como los son las Corporaciones Autónomas Regionales

y, del orden local, las administraciones de gobierno municipal, Juntas de Acción Comunal, Juntas Administradoras de Acueductos y propietarios privados. Se integra además la Empresa de Acueducto de Bogotá que actúa por fuera de la jurisdicción del distrito capital. El Sistema Chingaza como proyecto de ingeniería administrada por un solo

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actor, la EAB, tiene captaciones de agua en jurisdicciones de varios municipios63, esto hace que las concesiones de agua se tengan que tramitar con cinco autoridades ambientales que tienen influencia en esos municipios: CORPOGUAVIO, CAR, CORPORINOQUIA, Parques Nacionales y CORPOMACARENA64 . Estas corporaciones ambientales, junto con la Dirección de Parques Nacionales Naturales de Colombia (Territorial Orinoquía), convergen alrededor de la Comisión Conjunta para la adopción del POMCA (Plan de Ordenación y Manejo de la Cuenca Hidrográfica) del Río Blanco-Negro-Guayuriba. En el área de influencia del Sistema Chingaza se han desarrollado varias iniciativas formales de articulación institucional como el “Corredor de Ecosistemas Estratégicos de la Región Central de la Cordillera Oriental” y las comisiones conjuntas de cuenca. Así mismo, en un intento de articulación, se han suscrito convenios entre la EAB y el Municipio de Choachí y, recientemente, entre la misma y el Parque Nacional Natural Chingaza para la gestión del Sistema Chingaza y su zona de influencia. Por otro lado, ambas instituciones han realizado comités técnicos con las comunidades campesinas frente la

adquisición de predios estratégicos para la conservación y sobre la nueva zonificación del parque. Entre tanto, la EAB y la Alcaldía Municipal de Choachí tienen puntos de encuentro a través del Proyecto Corredor de Conservación Chingaza-GuerreroSumapaz y Cerros Orientales. En general, la Empresa de Acueducto de Bogotá y las corporaciones ambientales se relacionan a partir de los permisos y concesiones de agua para Bogotá. Esto conlleva algunas tensiones propias del control y conducción de agua de uso público. Implica trámites y conflictos en términos de disposiciones legales y reglamentarias para el uso de caudales, construcción de obras y ocupación de cauces para la captación. Se suma a la complejidad del sistema de gobernanza del Sistema Chingaza el hecho de que los ámbitos territoriales de acción de los actores públicos y privados no coinciden con los límites de las cuencas, lo que dificulta la acción coordinada de la gestión del agua. Específicamente, la cuenca alta del Río Blanco es jurisdicción de tres autoridades municipales (Guasca, Calera y Choachí) y cuatro autoridades ambientales (CAR, CORPOGUAVIO y CORPORINOQUIA y Parques Nacionales).

Los municipios Guasca, Calera, Choachí y Fómeque del departamento de Cundinamarca,Colombia. Corporación Autónoma Regional del Guavio – Corpoguavio; la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca- CAR; la Corporación Autónoma Regional de la Orinoquia- Corporinoquía; la Corporación Autónoma Regional y de Desarrollo Sostenible de la MacarenaCormacarena y la Dirección de Parques Nacionales Naturales de Colombia (Territorial Orinoquía). 63 64

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Esto sucede por la inadecuada distribución de los territorios municipales que sobrepasan o comparten el área de la cuenca. Todos estos actores tienen que ponerse de acuerdo para la reinversión de los recursos del sector eléctrico y los que proceden de las tasas por utilización de aguas.65 Igualmente, se plantean retos frente a la tenencia de la tierra para la conservación de los páramos y bosques altoandinos en zonas donde convergen la propiedad privada y la propiedad pública estatal. Es el caso de las veredas La Caja y el Rosario, donde propietarios privados (en su mayoría habitantes de la vereda) tienen derecho de tenencia y uso de la tierra sobre cerca de 3000 ha dentro de las zonas del Parque Nacional y la Reserva Forestal Protectora ubicadas en zona del abastecimiento hídrico del Sistema Chingaza. Una mirada percepciones, gobernanza

de género en vulnerabilidad

las y

Las mujeres aportan de manera significativa a la seguridad alimentaria a través de la producción para el autoconsumo de algunos productos como las hortalizas, los huevos y las gallinas. Estos suministros no gozan de un amplio reconocimiento a 65

pesar de su importancia para la economía familiar como estrategia de ahorro. De manera preliminar, se han identificado desventajosas condiciones de mercado para los procesos de producción de las mujeres, especialmente leche transformada en quesos y yogur, huevos y arepas que circulan a través de mercados informales en los cuales los precios no se comparan con los costos invertidos en la producción (insumos, mano de obra, conocimiento). Del mismo modo, ninguna mujer refirió tener ahorros en cuenta bancaria o acceso al crédito por cuenta propia; sus estrategias de ahorro dependen, en gran medida, del éxito que tengan en la gestión de mercado de los productos transformados (quesos, arepas, amasijos). Para las mujeres, los períodos de disminución de las lluvias implican un aumento en la jornada de trabajo ya que se ven sometidas a cargar agua hasta las partes altas donde desplazan el ganado en búsqueda de mejores pastos. La mujeres participantes en el estudio mencionan tiempos de desplazamiento entre un día y tres horas. La asistencia técnica directa/individual es más frecuentada por los hombres

Lora G, C. 2009. El agua como eje de desarrollo regional.

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que por las mujeres. Esto puede deberse a un cierto sesgo de género en la orientación del servicio por parte de las instituciones responsables de brindar el acompañamiento técnico. Los cursos y talleres ofrecidos por las ONG en la zona han sido asimilados por las mujeres como un servicio de asistencia técnica y consideran que gracias a estos encuentros se rescatan y valoran de los conocimientos ancestrales por parte de las comunidades.

Muy especialmente, las mujeres hablan de la dificultad de tener predios en los páramos a los cuales no pueden acceder o los cuales no deberían utilizar por cumplimiento a la normatividad. Aunque los terrenos son para la producción familiar, las mujeres no tienen a su nombre documentos de propiedad de la tierra, por lo general están a nombre del esposo, del padre o de los hermanos.

Para continuar indagando y a manera de conclusiones

d) El fortalecimiento de la capacidad de incidencia de las organizaciones comunitarias en los espacios de decisión, donde sean reconocidos sus aportes a la planificación y ordenamiento del territorio.

-A lo largo del estudio emergen desafíos para la gobernanza local que implican: a) La generación de mejores oportunidades para el desempeño productivo y sociopolítico de las mujeres dentro de sus comunidades y fuera de ellas. b) La armonización de las políticas de conservación (en este caso vinculadas a un importante ecosistema de páramo) con los procesos de ocupación históricos o de larga trayectoria asociados a economías campesinas de subsistencia. c) La conciliación de las agendas de desarrollo de adaptación y de conservación entre las instituciones estatales, públicoprivadas y de la sociedad civil, de tal manera que se promueva una gobernanza ambiental participativa, efectiva y que considere beneficios y responsabilidades compartidas entre las comunidades de las partes altas y bajas de las cuencas.

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- La zona de estudio tiene un alto valor ambiental y potencial ecoturístico por la cercanía al Parque Chingaza; esto constituye una oportunidad para avanzar con proyectos productivos, sostenibles y alternativos a la producción ganadera. Estas iniciativas necesariamente requieren de un fortalecimiento en la capacidad financiera, de gestión y de mercado de las comunidades y sus organizaciones. - Los conocimientos tradicionales, si bien son valorados, son escasamente incorporados en las prácticas de producción. Además, la mayoría de las personas participantes en el estudio, perciben cambios en la alimentación con un mayor consumo de productos semiprocesados adquiridos en los mercados del pueblo. Estos cambios

los asocian a una disminución drástica de la producción para el autoconsumo en los predios familiares. - En la región hay insuficiente oferta de crédito y de información sobre ello para los pequeños productores. De igual manera, no existen grupos de ahorro o fondos para inversión comunitaria; esta condición limita las posibilidades de sostenibilidad de las iniciativas ambientales o económicas

que emprenden las comunidades y las puede hacer muy dependientes de la financiación por proyectos. En este sentido, es necesario desarrollar alternativas y mecanismos de financiación a nivel local, escala veredal/grupal, de tal manera que puedan cofinanciar o autofinanciar en el mediano plazo las acciones de adaptación que consideren más pertinentes, por ejemplo mediante fondos rotatorios o fondos de pequeños proyectos.

Bibliografía consultada DANE. Proyecciones Nacionales y Departamentales de Población 2005-2020. Gaviria, S., Fierro, J. y Ordoñez, L. 2013. Páramos colombianos frente a cambio climático: calidad y sostenibilidad de los suelos y agua potable para Bogotá. Fase I. Aspectos geoambientales sistema Chingaza, Caracterización geológica, geoquímica y modelo estático de la cuenca del río Chuza. Bogotá, Colombia: Universidad Nacional de Colombia - Empresa de Acueducto de Bogotá. Hernández, L. 2010. Diagnóstico del contexto sociocultural local de la cuenca del Río Blanco. Contrato de Consultoría 179, Producto 3. INAP B–IDEAM. IDEAM. 2011. Sistemas Agroforestales y Restauración Ecológica como medidas de adaptación al cambio climático en alta montaña. Caso piloto. Bogotá, Colombia: Proyecto Nacional de Adaptación al Cambio Climático – INAP – Componente B. IDEAM. 2011. Aspectos del Cambio Climático y Adaptación en el Ordenamiento Territorial de Alta Montaña. Guía metodológica. Bogotá, Colombia: Proyecto Nacional de Adaptación al Cambio Climático – INAP – Componente B. IDEAM, PNUD, Alcaldía de Bogotá, Gobernación de Cundinamarca, CAR, Corpoguavio, Instituto Alexander von Humboldt, Parques Nacionales Naturales de Colombia, MADS, DNP. 2012. Algunas señales de cambio climático por medio del monitoreo de índices de extremos climáticos stardex para la Región Bogotá – Cundinamarca. IDEAM, PNUD, Alcaldía de Bogotá, Gobernación de Cundinamarca, CAR, Corpoguavio, Instituto Alexander von Humboldt, Parques Nacionales Naturales de Colombia, MADS, DNP. 2012. Identificación de medidas y formulación de proyectos de

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mitigación y adaptación a la variabilidad y al cambio climático en la Región Capital Bogotá-Cundinamarca. Lora G., C. 2009. El agua como eje de desarrollo regional. Estudio de caso: Región abastecida por el Páramo de Chingaza. Bogotá, Colombia: Centro Interdisciplinario de Estudios Regionales-CIDER. Morales M., Otero J., Van der Hammen T., Torres A., Cadena C., Pedraza C., Rodríguez N., Franco C., Betancourth J.C., Olaya E., Posada E. y Cárdenas L. 2007. Atlas de páramos de Colombia. Bogotá, Colombia: Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Rodriguez, A. Plan integral único del Municipio de Choachí. Gustavo Guevara Rodríguez. Alcalde 2008-2011. Secretaría de Desarrollo Salinas, C., Fuentes, L., Hernández, L. 2013. “Caracterización de los lepidópteros fitófagos asociados a la herbivoría de frailejones en la microcuenca de la quebrada Calostros del Parque Nacional Natural Chingaza”. En: REVISTA MUTIS. Volumen 3, Número 1, Universidad Jorge Tadeo Lozano. pp. 1- 22.

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El páramo de Guerrero (Cundinamarca, Colombia): Comunidades ante el cambio climático Adriana Vásquez Comunicadora del proyecto “Comunidades de los páramos” en Colombia Tropenbos Internacional Colombia

Antecedentes En Colombia existe una amplia conciencia sobre la importancia de los servicios ecosistémicos que prestan los páramos, en especial porque el 70 % de la población depende de los recursos hídricos que de allí provienen. Esta visibilidad ha generado la reacción del gobierno a favor de su conservación por lo que, desde hace unos años, viene instaurando políticas de protección y, en este último cuatrienio (2010-2014), se trazó como meta delimitar estos ecosistemas con el fin de reglamentar y definir su preservación. 66 Si bien esta gestión es apoyada por amplios sectores del país, ha generado conflicto y contradicción en otros sectores, entre ellos, importantes empresarios agrícolas y mineros, pero también en gran parte de la población tradicional de los páramos: indígenas y campesinos. En esta coyuntura que uso y conservación de

extrapola territorios

tradicionalmente habitados, se han visto enrarecidas las condiciones de gobernanza y gobernabilidad así como las estrategias de gestión locales; por tanto, consideramos que los resultados de investigación que se presentan en este documento están marcados de una u otra forma por el conflicto en el que se encuentran los diferentes actores presentes en el páramo, principalmente, sus habitantes. Contexto regional El páramo de Guerrero es un complejo montañoso ubicado al norte de Bogotá que ocupa cerca de 39 240 ha y cuya altura máxima es de 3780 msnm. Es considerado el páramo más transformado de Colombia con un índice de alteración de aproximadamente el 70 % de su superficie debido, entre otras razones, a la expansión de la frontera agrícola, cambios en los sistemas de producción y actividades mineras. Según estudios de la Universidad Nacional de Colombia, su transformación se aceleró en los últimos 60 años por el

La Ley 1450 de 2011 y el Proyecto de Ley 206 de 2013 instauran restricciones ante las actividades mineras, agrícolas y pecuarias en los ecosistemas de páramo.

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uso intensivo del suelo para la producción de papa (bajo el modelo de la revolución verde), la praderización y la pequeña minería de carbón y de materiales para construcción (Leon, 2011). Como en la mayoría de páramos del país, en Guerrero la actividad agrícola incluye el uso de paquetes de agroquímicos, prácticas de labranza en zonas de ladera, procesos de deforestación y deterioro de las fuentes hídricas, humedales, turberas y rondas de ríos y quebradas. Además, en muchos casos, los dueños de las tierras no tienen ni el capital ni el respaldo para asumir el cultivo de la papa con todos sus insumos y prefieren arrendar sus predios a empresarios del sector papero que cuentan con lo necesario para hacer la inversión. De esta manera, los campesinos no corren riesgo financiero y pueden recibir efectivo por los jornales de trabajo en sus propias tierras; sin embargo, en estas condiciones el deterioro del suelo resulta ser mayor. En cuanto a la ganadería, que complementa la agricultura de forma rotativa, genera impactos ambientales directamente relacionados con los cambios en “la composición, estructura y dinámica de los suelos” (Cubillos 2011: 27). A este panorama se suma la incertidumbre

acerca de las afectaciones que a corto, mediano y largo plazo puedan causar la variabilidad y el cambio climático. Según estudios del IDEAM, en la sabana de Bogotá, la cuenca del río Sogamoso y la vertiente del río Magdalena (donde se ubica el páramo de Guerrero) la temperatura ha aumentado entre 0,11 y 0,25 °C por decenio (Pabón, 2011). En los páramos de Cundinamarca la temperatura diaria promedio se incrementó entre 1970 y 1990 en 0,45 a 0,95 °C cada década (Ruiz et al., 2008). Por su parte, las estaciones climáticas muestran una tendencia general de menos precipitaciones en la cordillera oriental (Hofstede, 2014). El IDEAM (2010) encontró una tendencia a la disminución de eventos extremos de lluvia en los páramos colombianos, contrario con lo evidenciado en otros pisos térmicos; varios estudios coinciden en la disminución de nubosidad en áreas de montaña, mayor irradiación y mayor cantidad de días soleados. Contexto local: Vereda Carmen de Carupa67

Mortiño,

La vereda de Mortiño, donde se desarrolló la investigación, cuenta con aproximadamente 257 personas y un área de 15,6 km2 (SISBEN, 2008). Las personas de la vereda están distribuidas entre 60 y 75 familias y sus prácticas productivas se

El municipio de Carmen de Carupa presenta en el censo nacional de 2005 8491 habitantes (80 % de ellos en zona rural) y una vocación agropecuaria del 90 % (de éste un 70 % para producción de papa y un 30 % para producción ganadera). De acuerdo con la información del Esquema de Ordenamiento Territorial (Alcaldía Municipal de Carmen de Carupa, 2004), el 24,39 % de los predios es menor a 1 ha, los predios menores a 5 ha representan el 79,23 % y los predios mayores a 50 ha el 1,25 % del total de los predios. El 63,9 % de la población es propietaria y el 29,3 % es arrendataria.

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centran en la siembra de papa, la ganadería lechera y la producción de ovinos y bovinos. La venta de papa, leche, lana y el jornaleo generan los ingresos para comprar en el mercado, pagar la educación de los hijos, la salud, el vestuario, los insumos para la siembra y el ganado, entre otros gastos (Franco, 2013). En el 2009, la Corporación Autónoma Regional (CAR) de Cundinamarca declara la Reserva forestal y el Distrito de Manejo Integrado (DMI) del Páramo Guargua y Laguna Verde. Como consecuencia 25 familias quedan en el área de la Reserva forestal protectora mientras que las otras 50 se encuentran dentro de las áreas declaradas como DMI (Duarte, 2013). Estas declaratorias, que implican la modificación de las dinámicas sociales, económicas y culturales se han caracterizado por la falta de consulta a los distintos actores para la planificación territorial y el desconocimiento de las comunidades y sus medios de vida, generando desconfianza hacia las instituciones y promoviendo la desarticulación dentro de la comunidad debido a la desinformación y a los intereses de los grandes productores. Percepciones sobre transformaciones y efectos del cambio climático en la vereda Mortiño La investigación sobre percepciones se desarrolló en la vereda Mortiño y en

la vereda aledaña, Alisal. Tras hacer la selección de la muestra se entrevistó a 4 mujeres y 5 hombres entre los 15 -21 años, 6 mujeres y 3 hombres entre los 25- 55 años y 4 mujeres y 4 hombres mayores de 55. Los campos en los que se perciben mayores transformaciones son los sistemas de producción, la alimentación, la salud, el territorio y el clima. En cuanto al estado de los ecosistemas, no hay consenso pues la mitad de los entrevistados considera que la zona de páramo ha disminuido mientras la otra mitad dice que sigue igual. Muchos afirman que ya no se quema ni roza el páramo. Respecto al bosque, tampoco hay consenso aunque la mayoría opina que está de igual tamaño. En cuanto a la producción, la mayoría de las personas entrevistadas hacen referencia al cambio en los productos cultivados y, en especial, a la pérdida de diversidad pues se han dejado de cultivar muchas variedades de papa por no ser comerciales; igual sucede con las habas, un cultivo muy común en el pasado. Señalan que las huertas caseras han entrado en desuso en muchas familias. En la vereda Alisal, la tierra que se destinaba a la agricultura cada vez se ocupa más para ganado debido a la inestabilidad del precio de la papa, el alto costo del paquete tecnológico y los cambios del clima. Estas apreciaciones son generalizadas entre hombres y mujeres de distintas edades.

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Si bien los entrevistados coinciden en que se ha mantenido la variedad de animales en la vereda y los sistemas de producción (vacas, ovejas, gallinas y cerdos), algunos mencionan una mejora genética del ganado y por lo tanto un aumento de producción. La mayoría de los entrevistados señalan que han aumentado las plagas y enfermedades en los últimos diez años. Destacan la aparición de la polilla guatemalteca (que afecta la papa) y la polilla del pasto. En cuanto a las enfermedades de los animales, algunos consideran que han aparecido nuevas (carbón y garrapatas). Varios de los entrevistados reconocen el acceso a las vacunas como un avance en este sentido. Estos cambios en la producción se ven reflejados en la percepción de los cambios en la alimentación, la ausencia de tubérculos andinos y la introducción de nuevos alimentos debido al acceso a mercados; así lo expresa uno de los entrevistados: “antes comía habas verdes y rubas, ahora más papa y arroz. La comida cambió porque ahora cómo no se siembra”. La mayoría coincide en que esto se debe a un mayor acceso a productos diferentes, comprados (no sembrados por ellos). Se señala que ahora se compran más los alimentos, lo que muestra una mayor dependencia del mercado. Los cambios también se perciben a nivel

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de la salud. En general, señalan una serie de problemas de salud propios del páramo como la gripe y las enfermedades respiratorias que achacan al frío y a los cambios bruscos de temperatura. En la zona más alta, hay artritis y reumatismo por el frío. Un tercio de las personas entrevistadas afirman que los agroquímicos son un factor crucial en el aumento de enfermedades, con mayores impactos por su consumo a través de la alimentación que por la exposición directa cuando se fumiga. En cuanto a las enfermedades que han aumentado, hay referencias a la hipertensión y a la gastritis; también se mencionan problemas de azúcar, manchas en la piel y problemas respiratorios. En el aumento de algunas enfermedades las razones señaladas tienen que ver con el frío del páramo y el uso de agroquímicos, no necesariamente lo relacionan con cambios en el clima. La gran mayoría reconoce que hay cambios en el clima, por ejemplo la disminución de lluvias en la zona: casi todos afirman que el calendario de lluvias se ha alterado, ya no se sabe cuándo comienza o termina. Sobre la cantidad de agua en quebradas y ríos, se dice que el caudal de cuerpos de agua ha disminuido, asegurando que se debe al cambio de clima, a los veranos y a que casi no llueve. A veces se hacen referencias a crecientes en los ríos. Sobre

las sequías se dice que hay una tendencia a aumentar y sobre la neblina y los vientos no se aprecian cambios. Del total de personas entrevistadas, solo 5 no han escuchado hablar de cambio climático y 8 personas se han enterado a través de los medios de comunicación. Para la mayoría de las personas el cambio climático consiste en más calor, solo 2 de ellas responden que es el aumento de las temperaturas extremas: más calor y más frío. La mayoría de las personas no sabe si este fenómeno se relaciona con la disminución de lluvias o no. Vulnerabilidades y capacidades en el páramo de Mortiño Se indagó sobre la vulnerabilidad de la población ante los posibles impactos del cambio climático a partir de una lectura de las capacidades materiales, financieras, técnicas, humanas, físico-naturales y sociorganizativas. La información se compiló a través de tres grupos focales: un grupo de mujeres, otro de hombres y un tercero mixto de autoridades y líderes locales. A continuación se presenta la información compilada con los grupos focales mencionados. Capacidad material y financiera Las familias de Mortiño son propietarias de 15 a 25 ha en zona de páramo con parches

de bosque altoandino. Hay algunos casos de familias jóvenes con fincas de 1 a 3 ha que dependen del jornal en cultivos y de 1 a 3 vacas lecheras (Franco, 2013). La venta de leche se hace a intermediarios (no disponen de cuarto frío ni realizan transformación de alimentos, dependen del precio ofrecido). Aunque tradicionalmente han sido agricultores de papa -desde 1960-, los altos costos del paquete tecnológico, la competencia y la fluctuación de precios del mercado impiden una rentabilidad estable, producen deudas y quiebras. A menudo se siembra papa casi exclusivamente para fertilizar las praderas. En los últimos años se arrienda la tierra a medianos y grandes productores de papa con capacidad de inversión y ofertas de trabajo por jornal. La mayoría de familias reportan deudas con el Banco Agrario y otras entidades, además, carecen de seguros sobre las cosechas a pesar de que esta política se implementa en Colombia desde 2012. Por otra parte, la vereda no cuenta con transporte público. Todas las mujeres entrevistadas manifiestan ser propietarias de sus tierras aunque sean de tipo familiar (esposo, suegro o padre). La mayoría de las casas se encuentran en sus fincas, salvo una que se encuentra a 10 minutos. En general las condiciones de las casas se mencionan como buenas y

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con acceso a servicios. Todas las mujeres entrevistadas tienen ganado lechero: de 1 a 11 vacas y ovejas en pequeñas cantidades para esquilar; 2 mujeres reportan cría de conejos y, otras 2, de gallinas. Solo 1 mujer joven, estudiante, tiene cuenta bancaria. Los créditos agrarios aparentemente los asumen los hombres, aunque una mujer (39 años) de la muestra tiene crédito. Solo 1 persona señala ingresos distintos a actividades agropecuarias, sin embargo, en la vereda es frecuente que las mujeres sean contratadas para preparar la comida de obreros. Algunas de ellas trabajan por jornal en siembra o recolección de papa. En la vereda, el medio de transporte más común es la moto, sin embargo, para el caso de nuestro grupo focal, se reporta 1 moto y 1 auto manejado por el hombre de la familia. Todas están afiliadas a seguro médico y 1 tiene seguro de vida, pero ninguna menciona seguro sobre actividades agropecuarias. 2 de las entrevistadas están recibiendo ayudas del gobierno, del programa de Familias Aen Acción. En el grupo de hombres entrevistados, todos tienen casa propia a su nombre, menos 1 que aún vive con sus padres; sin embargo, solo 3 tienen terreno propio, uno de ellos tiene 3 predios. En cuanto a animales, todos tienen de 1 a 6 vacas, 1 reporta conejos y 2 personas, gallinas. Solo 2 personas tienen animales de carga y ninguno de los 5 tiene tractor. 1 de los

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entrevistados tiene auto y 2 de ellos moto; ninguno tiene bicicleta. Todos tienen celular. En cuanto a sus ingresos, 3 de ellos jornalean y de allí obtienen sus recursos; 1 de los 5 -con 75 años-, recibe ingresos de sus hijos y de la producción de ellos en el terreno; otro de los hombres -de 50 años- realiza actividades agropecuarias y jornales. Ninguno de los hombres entrevistados tiene cuenta bancaria, pero 3 de ellos tienen crédito. 2 de ellos, los mayores, reportan ahorros en especies, animales o terrenos. 1 persona menciona que su esposa recibe un auxilio monetario por estar inscritos a Familias en Acción. Todos los entrevistados tienen seguro médico pero ningún otro tipo de seguro. En el grupo de autoridades todos dicen tener casa propia y aseguran que es muy poca la gente de la vereda que no, salvo algunas parejas recientes que están comenzando. Sobre los terrenos se menciona que cada familia tiene, a veces, 2 predios (uno de éstos “más arriba”). Muchos predios se han obtenido por herencia y aún no cuentan con escrituras; algunos de éstos los trabajan arrendadores. Todos tienen ganado, 1 persona calcula unas 250 reses en toda la vereda, calculando 20 cabezas para el que más tiene; otro de los líderes, sin embargo, calcula unas 700 reses en toda la vereda, y afirma que el mayor propietario posee unas 4068 cabezas de ganado. Todos hacen referencia a ovejas, gallinas y conejos.

Sobre animales de carga solo 1 de las personas entrevistadas en esta muestra no tiene. Ninguno de ellos tiene tractor, la vereda cuenta con 2 tractores que se arriendan por horas para trabajar la tierra. De este grupo solo 2 personas no tienen auto y ninguna tiene moto; no obstante, aseguran que es este el medio más popular y que remplazó a la bicicleta, que ya no se ve en la vereda salvo en algunos niños de la escuela. En cuanto a los ingresos, todos afirman que se reciben de ambas actividades, del cultivo de papa y de la venta de leche, pero 3 personas aseguran que reciben más ingresos de la leche porque es más estable y 2 mencionan el jornaleo como su ingreso más importante. Ninguno de ellos recibe ingresos de otras fuentes, todos mencionan el vivero de una familia de la vereda como fuente de recursos. 2 personas de las entrevistadas tienen cuentas bancarias y 4 de ellas tienen créditos; ninguna tiene ahorros en banco, 1 persona menciona el ahorro en especies (animales). 4 de los entrevistados mencionan el programa Familias en Acción y subsidios para el adulto mayor. Todos están afiliados al seguro de salud y 1 persona menciona un seguro de vida que adquirió para acceder a un crédito. Capacidad técnica y humana Las tecnologías agropecuarias que se

manejan en la vereda son las heredadas de la revolución verde. Muy pocas personas mayores utilizan y conocen el calendario ecológico. Todos los grupos focales están de acuerdo en que la asistencia técnica es poca y está en manos de la UMATA69 y las casas comerciales de agroquímicos. En general, tienen poco acceso a capacitaciones. Algunas personas mencionan proyectos e instituciones como Humboldt, Tropenbos, Corpoica. En el caso de las mujeres entrevistadas, 4 de 5 mencionan huertas de más o menos 10 productos para autoconsumo trabajadas con insumos orgánicos. En cuanto a la ganadería (vacas, ovejas, conejos y gallinas), los insumos que se mencionan son pasto, sal, vacunas y papa (como alimento de especies menores). Solo 2 mujeres mencionan la siembra de la papa que está, en uno de los casos, a cargo de esposo y, en el otro, de los hermanos. Sobre el cambio y las innovaciones en especies y cultivos, las mujeres aseguran que no se han producido. 1 mujer (22 años) habla del cambio a raza normanda para el ganado y las ventajas de mantener especies menores. Todas las mujeres coinciden en que los conocimientos tradicionales funcionan y son buenos pero no los practican mucho; los relacionan con el calendario lunar, los remedios para los

Según el censo de vacunación de Fedegan, para Mortiño están reportados 648 vacunados y 9 no vacunados para un total de 657 cabezas de ganado. Unidad Municipal de Asistencia Técnica.

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animales, lo orgánico y la conservación. Sobre el uso de conocimientos técnicos, solo 2 mujeres dicen aplicarlos, una en la elaboración de productos lácteos y otra en el ámbito agropecuario (estudiante de agronomía). Todas han escuchado hablar sobre el cambio climático pero solo 1 sabe cuáles pueden ser los efectos en el territorio y hasta ahora ninguna reporta un cambio en sus actividades económicas que se pueda achacar al cambio de clima. Sin embargo, 2 de ellas afirman que ahora hay productos que antes no se daban y que han aumentado las plagas. Solo 1 mujer menciona como posible respuesta de adaptación a mayores efectos del cambio climático los reservorios de agua; las otras mujeres no sabrían cómo actuar. A la pregunta sobre tipo de cultivo y crianza de ganado, todos los hombres mencionan el cultivo de papa. 1 hombre cultiva 6 variedades; otro, 3; todas con paquete de agroquímicos. El mayor del grupo arrienda sus tierras para el cultivo de papa. 2 personas hablan sobre la entrada del tractor como el cambio más considerable que se ha dado en el trabajo de la tierra, desde 1987, cuando se hace la carretera. 2 de los entrevistados mencionan la aplicación de conocimientos tradicionales: uno en referencia a las fases de la luna para la siembra y otro señala que las huertas las trabajan “como se hacía antes”. En contraste, frente a la aplicación de conocimientos técnicos, ninguno dice

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aplicarlos. Las 5 personas de la muestra han escuchado hablar de cambio climático y todos dicen experimentar los cambios: menos heladas, menos lluvias, menos nevada. 1 hombre menciona el aumento de plagas por la falta de lluvia, sin embargo, solo 1 dice que ha modificado la siembra y el cuidado de animales debido a esto. Frente a la pregunta de qué hacer si el cambio climático aumenta, 3 personas dicen no saber y 2 de ellas expresan: “adaptarse y organizarse”, “recurrir a instituciones”. En el grupo de autoridades, 2 de sus integrantes tienen ganado criollo y normando además de las ovejas y especies menores como gallinas, conejos y cerdos. Sobre la papa como cultivo principal, dice uno de ellos: “el cultivo más[utilizado] es la papa de diferentes variedades: pastusa, tocarreña, española, sabanera, R12, suprema, superior... se ha desaparecido mucha variedad de papa, eso es el problema, éstas son las variedades que se mueven en el mercado”. Tanto para el cuidado de pastos y ganado como para la producción de papa, se utilizan fertilizantes y fumigantes, vacunas y sales para los animales. Sobre los cambios en cultivos y ganadería, se mencionan novedades en la genética y razas del ganado, la aplicación de vacunas y erradicación de fiebre aftosa y el cambio de variedades de la papa y el tractor que remplazó a los bueyes hace unos 25 años.

Sobre la aplicación de conocimientos tradicionales en la siembra y el cuidado de animales, todos señalan la importancia de este conocimiento y dicen aplicarlo; lo relacionan con la conservación y con utilizar las fases de la luna para la siembra. Todos los entrevistados han escuchado hablar de cambio climático pero solo 2 manifiestan conocer posibles afectaciones en sus cosechas debido a lo impredecible del clima y las heladas. Ninguno ha cambiado su actividad económica por esto, aunque 1 persona afirma que ya no siembra donde se dan heladas y otro ha cambiado pastos. No sabrían cómo responder ante los impactos del cambio climático. Capacidad física y natural La vereda está a 40 minutos del casco urbano de Carmen de Carupa, entre 3200 y 3400 msnm. Habitan 70 familias. La división de lotes y propiedad de predios están relacionadas directamente con el derecho de sucesión; en un análisis de parentesco y genogramas (Osejo y Escobar 2014) se identifican lazos consanguíneos de primer y segundo grado. Algunas familias reportan predios extras en zonas de pajonal y frailejonal en las que ordeñan a diario. Es común la rotación de ganado por predios. En cuanto al estado de transformación del territorio (Duarte, 2013), se identifican cuatro tipos de cobertura a partir de análisis

del paisaje y cartografía social: Páramo: paja y frailejonales en las franjas montañosas (30 % del área). Montes o bosques: presencia fragmentada, protegen los cursos del agua. Cultivos: distribuidos en parches y regularmente, mezclados con pastizales. Pastos: 70 % del área. Todas las viviendas cuentan con servicio de acueducto, con buena calidad de agua y electricidad. Todos los predios se encuentran cerca de la carretera veredal, a unos 40 minutos del casco urbano. Por ejemplo, 2 mujeres (68 y 22 años) tienen predios familiares de 22 y 17 fanegadas, de las otras 3, 1 vive en un terreno de 1 fanegada de su suegra, otra tiene 2 predios que suman 3 fanegadas y la otra 1 predio de 3 ha. Todas las mujeres tienen relictos de páramo en sus predios y las 5 aseguran que éstos se encuentran protegidos y en buen estado. A la pregunta sobre la presencia de humedales en sus predios, 3 de 2 mujeres, mencionan nacederos. 3 predios tienen relictos de bosques, 1 de ellos de 3 ha, según su propietaria “tiene más bosque que tierra para sembrar”. Las mismas 3 personas responden que tienen plantaciones forestales pequeñas, para uso de leña. Ninguna reporta zonas erosionadas. Sobre el riego, todas indican que no usan pues la CAR lo prohíbe.

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Los predios del grupo de hombres se encuentran entre los 3000 y los 3350 msnm. Aunque hay 1 persona que tiene un predio a 2500 msnm en otra vereda. Solo 3 personas respondieron a la pregunta por el tamaño de sus predios: 1 de 0,5 ha y otro de 13 fanegadas repartidas en 3 predios, esta última persona se encuentra a 3 km de uno y 36 km del otro. Sobre la presencia de páramo en los predios, 1 persona no responde y de las otras 4, 3 tienen zona de páramo bien conservado y en reserva. Sobre presencia de humedales, 1 persona dice tener un nacedero y otra un humedal cercado. 3 personas mencionan relictos de bosque, 1 de ellas en zona de ladera. 3 personas tienen pequeñas plantaciones de madera para uso. Ninguno tiene problemas de erosión. Ninguno dice usar agua para riego, por la prohibición de la CAR. Sobre el tamaño de sus predios la mayoría de líderes prefiere no responder, solo se tienen los datos de 2: de 1 fanegada y de 2,5 fanegadas. Sobre el número de predios responden que la mayoría de personas tiene 2. 1 de los líderes señala que casi todos los predios tienen relictos de páramos y que los conservan; sobre humedales 3 de los 5 dicen tener humedales y que es rara la finca que no tenga nacimiento. Los 5 aseguran que tienen bosques, presentes en casi toda la vereda hay; la gente los tiene como reserva.

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Capacidad sociorganizativa Las organizaciones sociales reconocidas son la Junta de Acción Comunal (JAC) y tres Juntas de Acueducto (JA). La elección de miembros es democrática, un gran número de habitantes ha tenido cargos en ambas. Estas organizaciones son el medio de comunicación entre comunidad, alcaldía y UMATA; además, se señala la presencia de otras instituciones de orden regional o nacional para la socialización de proyectos o divulgación de información y asesorías técnicas. Las JA se crearon entre 2000 y 2004, están encargadas del buen funcionamiento de acueducto, puntos de agua, protección de nacederos y gestión de las concesiones de agua con la CAR. La asociación de padres de familia de la escuela también goza de poder de convocatoria, celebran festividades y realizan trabajo comunitario como el mantenimiento de las instalaciones o la huerta de la institución. Es evidente el malestar y la resistencia hacia las autoridades ambientales debido a la desconfianza generada por la planificación y ordenamiento territorial, realizados sin consulta previa ni información suficiente, como en el caso del Acuerdo 022, que decreta la creación de un Distrito de Manejo Integrado y la Reserva Forestal protectora del páramo de Guargua. En el 2014, la CAR inició un programa de penalización de las

actividades agropecuarias en la región, ha retirado concesiones de agua para uso agropecuario y mantiene al aire, en emisoras radiales de amplia difusión, una propaganda que invita a denunciar a quien realice actividades productivas a partir de los 3000 msnm. Los grandes cultivadores de papa de la vereda ejercen su poder de influencia sobre los pequeños y medianos propietarios que arriendan sus predios y prestan su mano de obra. En cuanto a las organizaciones locales todas las mujeres nombran a la Junta de Acción Comunal, ninguna a la Junta de Acueducto. Sobre la JAC, 2 están de acuerdo con que hay equidad de género y edad entre sus representantes y 3 opinan que no. Están de acuerdo en que se reúnen periódicamente, pero no es claro cada cuánto. La JAC es considerada como un espacio de discusión y reflexión por todas ellas y están conformes con el proceso de selección de miembros por medio de votaciones y consenso. Sobre si tienen o no influencia en políticas, específicamente sobre procesos de conservación, 3 de las 5 creen que no se ponen de acuerdo entre sí o no saben si influyen o no, las otras 2 personas consideran que sí, pues han organizado siembras de árboles y racionamientos de agua. Sobre organizaciones locales los hombres

también mencionan en primera instancia a la Junta de Acción Comunal. Todos mencionan que es equitativa la selección y representación de miembros en cuanto a género y que sus reuniones son periódicas; son consideradas por todos como espacios participativos, aunque 1 de los entrevistados asegura que no hay interés por parte de toda la comunidad para asistir. Sobre asociaciones productivas se menciona Agrocampo, iniciativa del casco urbano en la que está participando 1 de los entrevistados. No existen otro tipo de organizaciones y los entrevistados opinan que las que hay no tienen incidencia en política para la conservación, aunque mencionan que la Junta ha promovido siembras de árboles y el cuidado de fuentes de agua. Se sienten autónomos en la toma de decisiones sobre su territorio como propietarios de los predios y coinciden en que es cuestión de cada uno cuidar o no. Solo 1 de ellos hace alusión a la reglamentación de uso y las leyes. Esta reacción parece deberse a un acto de autoafirmación y al reclamo de derecho al uso de la propiedad privada. Todos los líderes mencionan como organización de representación formal a la Junta de Acción Comunal y 3 de ellos mencionan también a las Juntas de Acueductos. 3 personas opinan que no hay equidad de género y edad en la elección de miembros de la junta y 2 personas opinan que sí. Las Juntas se reúnen periódicamente

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o cuando sucede algo extraordinario que requiere la reflexión de toda la comunidad. Según los líderes, la Junta brinda espacios de diálogo importantes pero, de un tiempo para acá, la comunidad ha perdido interés y ya no asisten todos a las asambleas. La pregunta sobre la existencia de procesos democráticos es enfocada a la participación en elecciones para cargos públicos: consejo, alcaldías, congreso, cámara y presidencia. Todos los líderes mencionan el envío de buses para ir a votar por los distintos candidatos. En su mayoría opinan que las organizaciones locales no tienen influencia en políticas públicas de ningún tipo, sin embargo,

algunos recuerdan una protesta que se hizo en Bogotá sobre el Acuerdo 022 promulgado por la CAR y las iniciativas de conservación y restauración que ha tenido la Junta. 2 de los líderes mencionan el grupo de bordados y tejidos como un tipo de organización. A la pregunta sobre si los miembros de la comunidad sienten que pueden determinar el uso de la tierra en la comunidad, uno de los líderes responde: “Sí, cada uno, pero hay gente que arrienda, que dañan las matas, ellos necesitan sacar su carga. Destruezan y otros la trabajan o se le arrienda a los mismos de aquí”. Se piensa que los arrendatarios también tienen poder de decisión sobre el cuidado

Análisis de gobernanza y liderazgo en el páramo de Mortiño

de la caracterización del conflicto con la Corporación Autónoma Regional, centrándose en la prohibició n de actividades agropecuarias en zonas de más de 3000 msnm, territorio en donde se encuentra la totalidad de la vereda. Con el grupo de la comunidad se realizó el diálogo partiendo de la identificación de actores por enfoque: territorio y agua.

Para la caracterización de dinámicas organizativas y de liderazgo se trabajó con grupos focales, uno con líderes y otro con habitantes de la vereda Mortiño. El diálogo en el caso del grupo de líderes partió

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Tabla 9: Actores identificados por grupos focales GRUPOT Grupo focal con líderes

TEMA PÁRAMO

EMA AGUA

Junta de Acción Comunal (JAC) Corporación Autónoma Regional (CAR)

Instituto Alexander Von Humboldt (IAvH) Alcaldía Municipal Comunidad Junta de Acueducto Arrendatarios

GRUPOT Grupo focal con pobladores

EMA PÁRAMO

TEMA AGUA

Junta de Acción Comunal (JAC) Unidadad Municipal de Asistencia Técnica (UMATA) Dueños de predios Usuarios de acueductos Instituto Alexander Von Humboldt (IAvH) Arrendadores Grandes paperos

Ministerio del Ambiente Corporación Autónoma Regional (CAR)

Fuente: Encuentro con grupos focales.

Conflictos territoriales En la vereda Mortiño se presentan conflictos por el uso y tenencia de la tierra vinculados a la existencia de áreas protegidas de orden regional con sus respectivos planes de manejo.

La comunidad de la vereda se encuentra en una coyuntura en la que las restricciones de uso implementadas por el Gobierno (ilegalización y sanción a las labores agropecuarias realizadas por encima de los 3000 msnm) amenazan el capital social y económico de las familias

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asentadas allí desde hace varias décadas. Estas labores de control realizadas por la autoridad ambiental competente (en este caso la CAR) dificultan las prácticas tradicionales propias de las economías campesinas de subsistencia; así mismo, promueven suspicacias sobre los derechos de propiedad de esta población y especulan sobre un eventual proceso de compra de tierras, expropiación o uso de estrategias coercitivas como las “multas”, acciones que en el mediano y largo plazo pueden concluir en un fenómeno de desplazamiento de esta población hacia las cabeceras municipales o hacia la ciudad de Bogotá. En este escenario se dejan ver liderazgos de varias índoles. Por una parte el liderazgo tradicional, de las personas mayores, fundamentado en el respeto a su trayectoria como gestores de los acueductos, de la escuela y, en general, de las mejoras para el bienestar de la comunidad. Estas personas se muestran dispuestas al diálogo y a la conciliación tanto en escenarios comunitarios como en espacios de interlocución con las instituciones. También son proclives a la conservación pues recalcan la importancia del agua y han sido testigos históricos del deterioro ambiental y sus impactos en la comunidad. Por otra parte, se presenta soterradamente la voz de otro actor con poder de

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movilización y liderazgo centrado en sus capacidades económicas y políticas: los grandes productores de papa que, a la par, son arrendatarios de pequeños y medianos productores. Estos actores, además de proporcionar trabajo por jornal a la gente de la vereda, en su mayoría minifundistas, toman en arriendo sus tierras aportándoles ingresos que con la sola actividad lechera no lograrían. En este sentido su opinión acerca de la legitimidad de la CAR como autoridad ambiental, y en general de cualquier discurso ambiental, tiene mucho peso dentro de la comunidad y genera resistencias. A causa del conflicto referenciado, las juntas locales son distantes frente a las posturas y agendas institucionales en el territorio, situación que incide tanto en la marginación de la vereda en proyectos y apoyos gubernamentales de distinta índole como en el poco acceso a la información sobre los procedimientos y escenarios de debate y decisión. Actualmente, el presidente de la Junta es convocado a los eventos del proceso de delimitación de páramos, sin embargo, el tema no se ha socializado de manera efectiva con la comunidad en general, en parte por incomprensión, malas interpretaciones, prejuicios y juicios bien fundados sobre las autoridades ambientales -por temor frente a posibles abusos de la autoridad ambiental, es

decir, por temor a perder sus tierras pero también a poner en riesgo sus relaciones con los grandes paperos-. En general, frente al proceso de delimitación de páramos, los mismos miembros de la Junta señalan no comprender en su totalidad las competencias de las instituciones y el proceso de la legislación, tampoco saben a quién recurrir y como organizarse.

instancia que solo cumple como autoridad ambiental punitiva pero que nunca asesora, educa o apoya las acciones que la población de Mortiño requiere para el manejo del agua. Esta visión de la CAR se extiende a casi todas las instituciones gubernamentales, como ya se ha mencionado, y genera un efecto de desobediencia civil expresado abiertamente en los grupos focales.

La Junta goza de credibilidad entre la comunidad porque una parte importante de sus habitantes han sido, en algún momento, miembros de la Junta; existe un reconocimiento de su gestión resaltando acciones como el arreglo de carreteras y la interlocución (ocasional) con otras instituciones en defensa de intereses comunes. Es importante señalar que la representación de la JAC a nivel municipal es limitada pues no cuenta con un espacio de diálogo o debate con las autoridades municipales que permita concretar acciones para el mejoramiento de la calidad de vida, exceptuando el tema vial.

En conclusión, la coyuntura que atraviesa la comunidad denota su fragilidad organizativa; la existencia de liderazgos en oposición genera confusión e inestabilidad en organizaciones internas, como las juntas, y coloca a la gente de la vereda en estado de alerta permanente generando zozobra (en gran parte por desinformación y desconfianza de todo lo externo).

En los grupos focales se resaltó el liderazgo e iniciativa de la Junta para la Protección del Agua por medio de siembras y mantenimiento de cercos vivos en nacederos y otros cuerpos de agua. Otro resultado visible en los dos grupos focales es la identificación de la CAR como opositora contundente del manejo y beneficio comunitario en relación con el agua y el territorio. La CAR es vista como una

En medio de este panorama es importante mencionar la actitud de las mujeres jóvenes, más abiertas a escuchar y trabajar en medioambiente, salud y alternativas económicas. Gracias a su persistencia, se han mantenido procesos en la vereda como el del Instituto Humboldt, con el proyecto “Sistemas de Vida”, y el proyecto “Comunidades de los Páramos” que desarrolló la presente investigación entre otras acciones. Conclusiones El cambio climático así como las fortalezas y debilidades con las que las comunidades del

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páramo abordan ahora -y podrán abordar en un futuro- sus impactos son vistas en esta investigación desde la perspectiva de una comunidad de pequeños propietarios en el páramo de Guerrero, municipio de Carmen de Carupa, resaltando tres aspectos particulares: percepción del cambio del clima, vulnerabilidad frente a sus impactos y capacidades organizativas y liderazgos para desarrollar estrategias adaptativas. Desde allí nos animamos a expresar algunas conclusiones.

En primera instancia, el hecho de hacer visibles las percepciones sobre el clima que van recabando mujeres y hombres cotidianamente a lo largo de sus vidas resalta al clima como factor clave de un frágil equilibrio de subsistencia; si bien hay muchos aspectos involucrados en la transformación del territorio, difíciles de aislar del cambio climático, se pueden hacer las siguientes afirmaciones:

-El calendario de producción que hace unos años estaba directamente relacionado a las épocas de lluvia y de verano se ha modificado completamente debido a la impredictibilidad climática. -Hay una notoria percepción de aumento en la intensidad del sol y la temperatura así como de disminución de las lluvias. En segunda instancia, sobre las capacidades con las que la comunidad estaría dotada para enfrentar los impactos del cambio climático, la investigación evidencia las problemáticas propias a un desarrollo histórico de lo rural -tradicionalmente marginado-, en el que fortalezas como el conocimiento tradicional del territorio, la solidaridad entre los miembros de la comunidad y las riquezas del ecosistema se han ido debilitando y se encuentran mermadas para enfrentar amenazas a sus medios de vida. Dentro de las problemáticas de la comunidad para enfrentar el cambio climático destacamos las siguientes: -Para el caso de los pequeños y medianos propietarios, la existencia de una economía precaria, “diaria”, sin ninguna reserva para eventualidades a la que se suman, en muchos casos, deudas para la reinversión en sus sistemas productivos; un contexto en el que cualquier desajuste o imprevisto puede conducir a la quiebra.

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- Una importante pérdida de conocimiento ecológico tradicional, remplazado por paquetes tecnológicos de insumos, que promueve la pérdida de agrobiodiversidad, seguridad alimentaria, salud y resiliencia. A esto se añade la pérdida de los vínculos con el territorio y el deterioro del “vivir bien”, en sus propias palabras. Por último, una amplia falta de claridad sobre competencias institucionales y políticas públicas de planificación y manejo del territorio, situación que genera vulnerabilidad en el marco de una escasa cultura de participación ciudadana de los actores directamente implicados en la gestión y manejo del territorio. A pesar de las problemáticas mencionadas, vale la pena llamar la atención sobre las fortalezas de esta comunidad, arraigada al territorio, consciente del deterioro ambiental y con una voluntad férrea para hacer de su vereda un territorio sostenible y con mejores condiciones de vida. En este sentido, es importante llamar la

atención a las diferentes instituciones gubernamentales y no gubernamentales sobre la importancia de acompañar y apoyar a estas comunidades tanto en los procesos de conservación y restauración de los páramos como en el diseño de estrategias de adaptación y mitigación de riesgos ante el cambio climático.

Bibliografía consultada Alcaldía Municipal de Carmen de Carupa. 2008. Plan de Desarrollo Municipal 20082011. Recuperado el 24 de septiembre de 2013, de Planeación Cundinamarca: http://www.planeacion.cundinamarca.gov.co/BancoMedios/Documentos%20PDF/ pdm_2008_2011%20carmen.pdf CAR. 2012. Plan de manejo de la Reserva Forestal Protectora Páramo de Guargua y Laguna Verde y los Distritos de Manejo Integrado Páramo de Guerrero y Páramo de Guargua y Laguna verde. CAR, Subdirección de Administración de los Recursos Naturales y Áreas Protegidas. CAR. Cubillos, A. 2011. El proceso de transformación del páramo de Guerrero por sistemas de ganadería bovina (1960-2010) con énfasis en políticas públicas. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia. Hofstede, Robert et al. (2014). Los Páramos andinos ¿Qué sabemos? Estado del conocimiento sobre el impacto del cambio climático en el ecosistema páramo. UICN. Quito, Ecuador

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Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt y Unión Europea. 2014. Informes del proyecto Estudio sobre la sostenibilidad de los medios de vida de las poblaciones locales que habitan o utilizan directamente los páramos y su relación la sostenibilidad del uso de estos ecosistemas. Equipo de investigación: Bibiana Franco, Componente Sistemas de producción; Bibiana Duarte, Componente socioecosistémico; Alejandra Osejo, Daniel Escobar y Tatiana Menjura, Componente Sociocultural; Alberto Rojas, coordinador. León Rodriguez, N. 2011. “El páramo de guerrero: conflictos entre conservación y reprimarizacion de su economía” En: Revista geográfica de América Central. Número especial EGAL, 2011 – Costa Rica II semestre. pp 1-17. Pabón, J. 2011. El cambio climático en el territorio de la CAR. Universidad Nacional de Colombia y Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca.

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Percepción y vulnerabilidad al cambio climático en la Comuna de Indígenas La Libertad, (Provincia de Carchi, Ecuador) Susan V. Poats, Gonzalo Duerto, Paul Jaramillo, Patricia Pilco y Aldemar Néjer Equipo implementador del proyecto “Comunidades de los Páramos” en la Provincia de Carchi, Ecuador Corporación Grupo Randi Randi (CGRR)

Introducción La Comuna Ancestral de Indígenas Pasto La Libertad está ubicada en la parroquia rural La Libertad (cantón Espejo, Provincia del Carchi) en la sierra norte del Ecuador. Es un territorio de páramo húmedo en la cuenca alta del río El Ángel y traslapa con la Reserva Ecológica El Ángel (REEA), que es parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP) a cargo del Ministerio del Ambiente del Ecuador (MAE). La Corporación Grupo Randi Randi (CGRR)70, una organización no gubernamental (ONG) legalizada en 2000, ha colaborado con la comuna en distintas actividades desde 1999 cuando apoyó a la colectiva de socios y socias a crear su primer plan de manejo comunitario para manejar más eficientemente sus recursos naturales y poder compartir la gestión del territorio colectivo que se encuentra dentro de la REEA. Recientemente, la CGRR apoyó a la comuna para ingresar en el programa nacional Socio Páramo del MAE que entrega

una compensación monetaria anualmente a la comuna por la conservación del territorio colectivo. Contexto territorial Breve historia y ubicación de la parroquia rural La Libertad 71 El territorio de la parroquia La Libertad, donde viven las familias de la comuna La Libertad, fue habitado en la época preincaica por la etnia conocida como pueblo pasto (o los pastos) que ocupaba una zona extensa desde el departamento de Nariño, en el sur de Colombia, y hasta las partes altas de la provincia del Carchi en Ecuador. El término “pasto” fue usado para referir a varias comarcas o naciones indígenas ubicados alrededor del sitio donde hoy está la ciudad de Pasto, Colombia. La nación que ocupaba la zona alta de Carchi fue conocida como Quillacinga (Padre Juan de Velasco, Cap. XII de la Historia del Reino de Quito, citado por

La CGRR trabaja en la conservación de los recursos naturales, el desarrollo sustentable y la equidad social y de género. Promueve la investigación y asistencia técnica en las comunidades y organizaciones locales asentadas en ecosistemas amenazados. El grupo adoptó la expresión “randi randi” - “dando y dando” en lengua kichwa-, porque expresa el sentido de reciprocidad que alimenta nuestro trabajo: ofrecemos nuestro conocimiento, apoyo y experiencia a sabiendas de que serán bien recibidos y devueltos de una forma u otra. 71 Esta historia es un resumen de información incluida en el Plan Estratégico de Desarrollo de la parroquia La Libertad 2003, el Plan de manejo comunitario de los páramos de la Libertad 2001, y la Etnografía de la zona alta de la cuenca del río El Ángel: Estudio de caso de San Isidro, parroquia La Libertad, 1997. 70

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Ibarra 2000:2). Lo que es hoy la parroquia La Libertad fue originalmente el caserío El Aliso de la comuna de indígenas El Ángel. Fue separada de “la común de los indígenas” y constituida como parroquia La Libertad el 2 de enero de 1930. Su nombre fue sugerido por el entonces presidente de la Republica, Dr. Isidro Ayora quien subscribió el decreto de creación. En este tiempo se llamaba a Carchi “cuna de los liberales.” En 1930 se eligió la primera directiva de la parroquia, conformada por un presidente, un secretario, un tesorero, un síndico y

vocales principales y suplentes. La parroquia rural La Libertad está ubicada en el cantón Espejo a 4,5 km al noroccidente de la ciudad de El Ángel, capital del cantón (Figura 12). La altura de la parroquia en el parque central es de 3000 msnm y el territorio asciende a más de 4300 msnm. La parroquia tiene una superficie de 250 km2 que incluye la parte sur de la REEA y las comunidades parameras que bordean el área protegida (Figura 15).

Figura 12. Mapa de la parroquia rural La Libertad

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La parroquia tiene 3502 habitantes actualmente (50,3 % mujeres y 49,7 % hombres) con tendencia de mayoría de población joven (Figura 13). En general la población de la provincia del Carchi

se identifica como mestiza con solo el 0,3 % de identificación indígena. A nivel provincial, 750 personas se identifican como pueblo pasto indígena, la mayoría habitantes de la parroquia La Libertad.

Figura 13. Pirámide poblacional de la parroquia La Libertad

Fuente: INEC, Censo de Población y Vivienda (CPV) 2010.

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El analfabetismo en la parroquia es más bajo para los hombres que la tasa nacional, pero más alto para las mujeres.

El promedio de años escolares de hombres y mujeres es más bajo que el promedio nacional.

Tabla 10. Indicadores de educación según sexo – La Libertad Parroquial Indicadores de educación Hombres Mujeres Tasa de analfabetismo Población de 15 años y más Promedio años de escolaridad Población de 24 años y más

Nacional Total

Hombres

Mujeres

Total

4,3

9,8

7,1

5,8

7,7

6,8

7,3

7,8

7,6

9,5

9,7

9,6

Fuente: CPV, 2010

Como indicador del estado de salud, la desnutrición crónica en la parroquia es similar

a la tasa cantonal y está por debajo de la tasa provincial, pero por encima de la tasa nacional.

Prevalencia de desnutrición crónica en parroquia La Libertad Nacional 26,00 %

Provincial 35,10 %

Cantonal 31,69 %

Parroquial 32,16 %

Fuente: Atlas de la seguridad alimentaria (PMA, 2012)

Según las estadísticas oficiales, el número de hombres que forman parte de la población económicamente activa (PEA) es casi el triple que el de las mujeres. Esto refleja una tendencia nacional de bajo reporte del trabajo de las mujeres debido a que sus

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actividades productivas (dentro del hogar y terrenos) no generan una remuneración formal y por lo tanto, no se las incluye en las estadísticas. Su participación laboral se torna visible en las actividades por cuenta propia en agricultura, ganadería y pesca.

Figura 14. Distribución según sexo de la población económicamente activa (PEA)

Fuente: INEC, CPV 2010

Las principales actividades productivas de la parroquia están relacionadas con el sistema agrícola. En la Tabla 12, se observa que la mayor parte de la población se dedica a la agricultura, ganadería y silvicultura (66,9 %), con mayor presencia de hombres Rama de actividad Hombres Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca Comercio al por mayor y por menor Industrias manufactureras Otras Total

que de mujeres. La segunda actividad es el comercio, que está relacionado con la frontera y el transporte de productos a la ciudad de Quito, y en tercer lugar se destaca la industria manufacturera con la presencia mayoritaria de mujeres.

Sexo

Total

Hombres 74,7 %

Hombres 44,3 %

66,9 %

1,4 %

5,9 %

2,5 %

2,4 %

5,3 %

3,1 %

21,6 % 100,0 %

44,6 % 100,0 %

27,5 100,0 %

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De acuerdo a la información del INEC (2010), cerca de la mitad de la población económicamente activa (41,6 %) de la parroquia trabaja como jornalero en labores no permanentes relacionadas con el sector agropecuario. La segunda categoría de ocupación es el trabajo por cuenta propia que incluye los dueños de terrenos dedicados a las actividades agropecuarias. Descripción de la Comuna Ancestral de Indígenas Pasto La Libertad La comuna es una organización que cuenta

actualmente con 250 socios y socias que representan alrededor de 180 familias repartidas entre los seis barrios de la parroquia La Libertad. La comuna es dueña de un territorio colectivo de 3620 ha de páramo dentro de la REEA, que representa el 20 % del espacio de la reserva (Figura 15). El hecho de que las personas que hoy conforman la comuna tengan propiedades particulares en la zona paramera y también un territorio colectivo de páramo es una situación particularmente interesante y relevante para un estudio de percepciones sobre el cambio climático en el ecosistema de páramo.

Figura 15. Mapa base de la comuna la Libertad y su ubicación en la Reserva Ecológica el Ángel

Fuente: CGRR. 2001

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El territorio de la comuna dentro de la REEA es un solo cuerpo. En la zona donde cruza la Acequia San Vicente de Pusir están las propiedades repartidas justo antes de la declaratoria de la REEA y donde aún existen reclamos por el no reconocimiento del lindero de la REEA. Debajo de esta línea, las propiedades son individuales y pertenecen tanto a socios y socias de la comuna, como a personas independientes o miembros de otras agrupaciones territoriales, como por ejemplo la Asociación 23 de Julio, vecinos al oeste de la comuna, con territorio también dentro de la REEA. En 1793, el territorio fue legalmente reconocido a través de una Cédula Real de España, el documento aceptado hoy como el título legal del territorio colectivo de la comuna. En 1930, se divide el territorio en dos comunas: la comuna San Francisco (hoy la parte noreste de la ciudad de El Ángel) y la comuna La Libertad. El territorio que pertenecía a la comuna San Francisco fue poco a poco dividido en tierras individuales o familiares y muchas propiedades fueron vendidas a personas, no comuneros. Hoy no tienen un territorio colectivo. En cambio, la comuna La Libertad solo repartió las tierras más bajas,

más aptas para agricultura de subsistencia, ubicadas por debajo de la acequia San Vicente de Pusir que corta el territorio en una línea horizontal de oeste a este. Arriba de la acequia, se mantuvo el territorio comunal para el pastoreo de ganado. La repartición de las tierras comunales entre socios y socias de la comuna fue paulatina desde 1933 hasta 1992 conforme fue creciendo su población y la demanda por tierras para cultivo. Una vez repartidas, se iba perdiendo la costumbre de pastorear el ganado de manera comunal. Además, hubo un incremento grande en el robo de ganado por cuatreros. Ambas situaciones habían resultado en una disminución notable del uso de las tierras del páramo para el pastoreo a principios de los 1990. En 1992, el Estado Ecuatoriano, a través del INEFAN, declara la Reserva Ecológica El Ángel (REEA) sobre el territorio colectivo de la comuna La Libertad y otras propiedades colectivas e individuales, conformando un espacio protegido de alrededor de 15 715 ha. No se informó o consultó con estos propietarios antes de la declaratoria. El malestar de los comuneros por esta acción del Estado es descrito en detalle por Ivette Vallejo (1997:81-83):

“En la creación de la Reserva los comuneros de La Libertad no tuvieron participación, siendo el proceso vertical; por otro lado no se resuelve la situación de propiedad sobre el sector del páramo alto de la Comuna, no se indemniza, ni se llega a acuerdos con el cabildo, e inclusive la Comuna

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continúa pagando el impuesto predial rural al Consejo, de las tierras comunales que ya no maneja. Desde la mirada local, lo que se dio es un proceso de apropiación de tierras comunales por parte del Estado, limitando su posibilidad futura en la lotización de estos terrenos y el acceso y manejo de sus recursos. No existe claridad en cuanto al conocimiento de por qué razones fue creada la Reserva, para qué y cómo la población local se puede beneficiar de la conservación del ecosistema de páramo.” En 1994 el INEFAN establece un equipo pequeño para administrar la REEA y, desde este momento, se vive una situación tensa, incómoda e incierta acerca de los límites verdaderos de la REEA y el uso que hace el Estado de lo que la comuna reclama como su territorio. Según Vallejo (Ibíd.), los comuneros creen que se creó la Reserva porque “el Estado pensó que el páramo había sido abandonado por la gente y que no se lo utilizaba, según ellos por esta razón el Estado se apropió de sus tierras comunales, como si fueran tierras baldías”. A partir de 1999, como parte de la iniciativa del Proyecto Páramo (U. Amsterdam, Ecociencia y el Instituto de Montaña, con financiamiento del gobierno de los Países Bajos), el equipo del Proyecto MANRECUR (financiado por IDRC Canadá) acercó al grupo de dirigentes de la vieja comuna para conversar sobre la posibilidad de elaborar un plan de manejo comunitario de los páramos de la zona. Era probablemente el momento más bajo del liderazgo de la comuna, un tiempo en el que pocas personas aún creyeron en el concepto de la colectividad social de una comuna.

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Entre 1999 y 2000, el equipo MANRECUR se convirtió en la Corporación Grupo Randi Randi y el cabildo de la comuna estableció un equipo técnico para liderar su proceso de planificación para el futuro. Ambas historias e intereses comunes por la conservación comunitaria se entrelazaron y se ha mantenido una colaboración entre las dos organizaciones, ONG y comuna, hasta el presente. El documento de Plan de Manejo Comunitario fue terminado en 2001 y aprobado por el cabildo y la asamblea de la comuna. A partir de este momento, la comuna empieza a recobrar su autoridad y liderazgo tanto en el contexto local como cantonal. Siguiendo la ruta trazada por el plan, el equipo técnico de planificación se convirtió en un grupo de liderazgo interno a favor de la conservación y buen manejo de los páramos y los recursos naturales. Con el apoyo de la CGRR y el MAE, se conformó el primer equipo de guardaparques comunitarios en la comuna. Actuando como una bisagra entre el MAE y la comuna, el equipo de guardaparques llevaba a cabo procesos

de educación ambiental barrio a barrio y vecino a vecina. En 2008, el MAE aprueba formalmente el Plan de Manejo Comunitario de la Comuna La Libertad como parte del proceso participativo de actualización del plan de manejo de la REEA. Se aumenta el número de guardaparques comunitarios y empiezan a convertirse en guardaparques contratados por el MAE. Al mismo tiempo, como resultado del proceso de actualización del plan de la REEA, se crea el Comité de Gestión de la REEA, un espacio formal de gobernanza para la conservación y manejo de los páramos y la REEA. La comuna es una de las primeras organizaciones locales que ingresan formalmente en el Comité. Tras una relación antagónica y conflictiva en 1997, el MAE y la comuna se reconocen como aliados 13 años después (en 2010) y experimenten iniciativas de mutuo beneficio. En este mismo año, se empieza a prestar atención al nuevo programa iniciado por el Estado para compensar a las personas y colectividades que protegen sus bosques. Poco después, el programa del MAE Socio Bosque abre un capítulo para propiciar la protección también de los páramos: Socio Páramo. La comuna, con el apoyo técnico de la CGRR, arma su aplicación y en 2011 es aprobado para recibir un primer aporte de fondos a cambio del compromiso de

protección y buen manejo de su territorio por 20 años. Las oportunidades que abren los fondos provenientes de Socio Páramo, combinados con las reglas que deben respetar para poder seguir recibiendo los fondos, están provocando cambios dentro de la comuna en su forma de organización y administración. Estos cambios son el objeto del análisis de gobernanza y liderazgo que está haciendo la CGRR como parte de su colaboración con el proyecto “Comunidades de los Páramos” (CdlP). La producción agropecuaria, la alimentación y la salud de la comuna La Libertad hace 10 años y ahora Dentro de lo que se refiere a la producción agropecuaria, a continuación se hace una descripción de los principales componentes en el sector agrícola y pecuario, sus características y principales problemas, así como una comparación hace diez años y como está en el presente. Hace 10 años se cultivaban cereales como el trigo y cebada; leguminosas como habas y arveja; y tubérculos como la papa, un poco de melloco y ocas. Actualmente, los principales cultivos han cambiado poco. El 30 % de las mujeres encuestadas indican que ahora cultivan además de la papa, pastos para alimentar el ganado vacuno. Mantienen cultivos como las habas y las arvejas y siembran en menor frecuencia cereales como trigo y cebada. En el caso

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de los hombres, cerca del 23 % registra un cambio en los cultivos sembrados hace 10 años con la actualidad y se observa un tendencia similar en las mujeres, con la diferencia de que 2 hombres indicaron la introducción del cultivo de la quinua desde hace aproximadamente 2 años, derivado de la alta demanda de la agroindustria para alimentos.

cultivo y el transporte de la producción. Entre las especies menores habían cuyes, gallinas y chanchos. Actualmente las vacas son la principal especie mayor, dedicada a la producción lechera. Las especies menores se siguen manteniendo tanto para el consumo familiar como para la venta, por lo que no se observa cambio en el tipo de animales en los últimos 10 años.

En lo pecuario, hace 10 años los principales animales eran las vacas, ovejas y caballos que utilizaban principalmente para el

Los principales componentes del sistema de cultivos son el riego, el uso de semillas, la maquinaria, los abonos y los agroquímicos.

Disponibilidad de riego. En la actualidad el riego es el factor más importante para la producción agrícola debido a los cambios registrados en el clima. Cerca del 87 % de los entrevistados tiene acceso a riego. De éstos, la gran mayoría lo realizan por inundación, es decir cubrir con una capa de agua el suelo. Sin embargo, este sistema presenta una eficiencia de uso de agua por debajo del 60 %. Un pequeño porcentaje realiza riego por aspersión, con una eficiencia del el 70 al 80 %. Uso de semillas. Las semillas son mantenidas por muchos de los agricultores. De las personas encuestadas el 57 % utiliza semillas nativas. Solo un 13 % utiliza semilla certificada y un mínimo porcentaje semilla mejorada, especialmente en lo referente a la semilla para pastos, que no se producen en el país. Uso del suelo. El tamaño de los terrenos varía desde 0,5 ha a 6 ha, es decir son productores de pequeña y media escala. Producen papas, pastos, habas y arvejas que van rotando con cada cosecha. Por el mal manejo del suelo existen zonas erosionadas. El mal uso y exceso de maquinaria junto con fenómenos como vientos fuertes y lluvias fuertes han incrementado la erosión especialmente en las partes más bajas de las tierras. Uso de maquinaria. En la actualidad todos los productores usan tractores para preparar los terrenos para la siembra. Tiempo atrás se

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utilizaban yuntas. Ahora, por la falta de mano de obra y el costo de la misma, han optado por el uso de maquinaria agrícola para las labores de los cultivos. Uso de abonos y agroquímicos. Al igual que el uso de maquinaria, el uso de abonos y agroquímicos ha venido aumentando durante los últimos 10 años. El abono de mayor uso es el abono químico, es decir, los procesados como la urea que aporta con nitrógeno, que es uno de los macroelementos importantes para los cultivos. Solo 4 personas encuestadas utilizan abonos orgánicos no certificados y certificados, como gallinaza. Uno de los principales problemas en los cultivos, es el incremento de enfermedades en épocas de alta humedad y de plagas durante las épocas de sequía. Esto ha provocado el uso y abuso de agroquímicos. Todas las personas encuestadas utilizan productos altamente tóxicos para tratar de controlar las plagas y enfermedades. Los agroquímicos son comprados por los hombres en La Libertad y en El Ángel. La cosecha es realizada por la familia en fincas más pequeñas y, cuando son extensiones grandes, se contrata mano de obra habitualmente local. Se transporta el producto a ciudades como Ibarra y Quito o

se vende localmente en ciudades de Carchi como Mira o El Ángel. En estas últimas la venta es “rallada”, es decir, de mínima cantidad. La entrega en Quito e Ibarra se realiza en función de las variedades más apetecidas. Las personas intermediarias son reconocidas como un problema pues son ellos quienes imponen los precios y pagan montos mínimos que no cubren los costos de producción. Para el sistema pecuario, esencialmente la ganadería de leche, se hace una descripción de los componentes, la problemática y como fue hace 10 años.

Área de pastoreo. Está destinada a los animales mayores, especialmente ganado de leche, algunas veces en sus casa o en otros terrenos localizados en la zona de páramo. Uso de abonos. En los pastos naturales es muy esporádico el uso de abonos, en el caso de pastos mejorados como raigrás, pasto azul u otros se utilizan abonos químicos, esporadicamente. Nutrición. Para la alimentación de la especies mayores, más de la tercera parte de los encuestados tienen lotes con pasto natural y el resto tiene pastos mejorados. En época de sequía o exceso de lluvia, las vacas reciben un suplemento con balanceado así como melaza

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y sales minerales. Cuando el clima es extremo y no se dispone de alimento se ven forzados a vender los animales. Sanidad. En cuanto al manejo de las especies mayores, la gente indica que es muy esporádica la presencia de enfermedades graves en el ganado, las pocas enfermedades que se registran son el panadizo y el carbunco, causados por bacterias y parásitos. Éstos son tratados con medicamentos comprados en almacenes veterinarios en las ciudades cercanas como El Ángel, Ibarra y Tulcán. Algunos barrios tienen puestos de venta locales de productos veterinarios. En lo que se refiere a consumo de alimentos, hace 10 años las personas de la comuna consumían principalmente mellocos, papas, arroz de cebada, trigo, habas, maíz, quinua, morocho y ocas. En las encuestas, las mujeres indican una mayor variedad de productos consumidos en el pasado: granos, cereales y leguminosas. Los hombres en cambio indican el consumo de leche, queso, huevos y carne que las mujeres no mencionaron. Hoy, según las personas encuestadas, la alimentación ha cambiado. El consumo de papas es mayor mientras el consumo de granos, cereales y leguminosas es de menor frecuencia. Se ha incrementado el consumo de fideos, arroz, atún y gaseosas. Un producto ancestral que no se registraba hace 10 años y que va en aumento es el consumo de chochos. Además, los hombres mencionan el consumo de café y de productos como la quinua y las frutas. Más del 70 % de la producción está destinado a la venta, el 20 % es para el consumo familiar y cerca del 10 % se

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almacena para semilla. De la venta de la producción se obtiene el dinero para la compra de los demás alimentos que no producen (alimentos procesados, enlatados y gaseosas). El agua de consumo en la comuna es entubada y percibida como de mala calidad debido a fallas en el manejo y tratamiento del sistema. Esto se refleja en la alta incidencia de enfermedades, principalmente en niños y niñas. La población de la comuna atribuye el incremento de los problemas de salud al cambio en la alimentación y a los cambios en el clima, especialmente en lo que se refiere a las gripes que ahora son más difíciles de curar. Antes se tomaban remedios caseros y era suficiente, pero hoy en día deben acudir al médico. Hace 10 años las principales enfermedades eran la gripe, el sarampión y la viruela, según las mujeres; una de ellas indicó la tos ferina. Los hombres también mencionaron como principal enfermedad en el pasado la gripe

y también mencionaron la frecuencia de dolores musculares y de estómago. Actualmente, las mujeres indican como principal enfermedad la gripe, pero como ellas mencionan “ahora son más fuertes y botan a la cama”. Otras enfermedades que ocurren con frecuencia son el cáncer, la gastritis y la parasitosis. Los hombres también indican que la principal enfermedad es la gripe y, en segundo lugar, el cáncer y la diabetes. Otras enfermedades mencionadas son las de la próstata, artritis, varicela y problemas de presión. Algunas de estas enfermedades hace 10 años no se registraban. Las enfermedades actuales son más graves y requieren de una atención especializada. El subcentro de salud de la comuna corrobora un aumento del número de atenciones por la gripe y registra un incremento de casos de cáncer a la piel. Todos, sin distinción de género o grupos de edades, sufren de estas enfermedades. Las personas encuestadas de la comuna manifiestan que en su territorio tanto los páramos como los bosques han mantenido su superficie. En el pasado era común la quema de la paja del páramo pensando que lo que brotaba nuevamente servía de mejor alimento para los animales. En la actualidad, con el impulso de gestión de la reserva, los controles ambientales y la gestión e incidencia de los guardaparques, las quemas han disminuido de manera

importante. Se reconoce el trabajo de los guardias ambientales de La Libertad (14 guardias). En general, se evidencia una concienciación de la población frente a la protección del páramo. Metodología para el análisis de percepciones de cambio climático, vulnerabilidad y capacidad adaptativa en la comuna La Libertad Para poder analizar las percepciones locales de cambio climático en la Comuna La Libertad, la vulnerabilidad al fenomeno y la capacidad adaptativa se aplicó un proceso metodológico basado en una guía creado por el proyecto CdlP. El proceso incluyó tres pasos analíticos descritos abajo. Análisis documental. Esta actividad contempló la sistematización y análisis de información secundaria, principalmente la correspondiente a fuentes oficiales, como el último Censo de Población y Vivienda (2010) y otros datos estadísticos relevantes como violencia de género, a partir de la Encuesta de Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU, 2012), así como de pérdidas agropecuarias, con base en la Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (ESPAC, 20042012). A nivel de planes de ordenamiento y desarrollo territorial, se revisaron los documentos oficiales del GAD de Carchi, el cantón Espejo y la parroquia

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La Libertad, así como bibliografía para establecer el marco conceptual en torno a cambio climático, conservación de páramos y agroecología. Análisis cuantitativo. Esta actividad se refiere exclusivamente al levantamiento de información primaria a partir de una encuesta dirigida a 30 personas (15 hombres y 15 mujeres) de acuerdo a los rangos de edad establecidos en la metodología desarrollada por la UICN. Las encuestas se realizaron en los 6 barrios de la comuna Pasto La Libertad. Para tener una muestra representativa se aplicaron 4 encuestas en cada barrio, a diferencia del barrio San Isidro donde, por ser más grande que los otros, se realizaron 10 encuestas. Cabe señalar que la encuesta fue diseñada en función

del banco de preguntas planteadas en el mismo documento metodológico facilitado por la UICN. Análisis cualitativo. Esta fase comprendió la realización de entrevistas semiestructuradas y grupos focales, para así complementar la información levantada a través de la encuesta. De igual manera, esta actividad estuvo guiada por las preguntas clave planteadas en la guía metodológica de la UICN. Los resultados están organizados en tres subsecciones dentro de la siguiente sección de acuerdo con el concepto de vulnerabilidad empleado por el IPCC (Vulnerabilidad = Exposición + Sensibilidad – Capacidad adaptativa):

Figura 16: Componentes de la vulnerabilidad al cambio climático

Fuente: IPCC, 2001

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Percepciones, vulnerabilidades y capacidad adaptativa en la comuna La Libertad Exposición basada en percepciones Desde la última década, los agricultores de la comuna La Libertad han percibido cambios en el clima traducidos en problemas y dificultades en la producción. En primer lugar, se hace referencia al incremento de temperatura como una de las variaciones más evidentes en vista de que cerca del 83 % de personas entrevistadas afirmaron dicho cambio (Figura 17). Al respecto, los comuneros señalaron que el calor en

ciertos momentos del día es insoportable, pero en las primeras horas de la mañana o al caer la noche, la temperatura desciende bruscamente. En segundo lugar, están las variaciones en el régimen de lluvias, el 67 % de las personas encuestadas estima que éstas han disminuido. A su vez, las lluvias en la actualidad se distribuyen indistintamente en los meses del año. En este sentido, uno de los comuneros de La Libertad mencionó lo siguiente: “llueve cuando quiere y hace bueno cuando quiere”. A continuación se representa gráficamente el comportamiento de ciertas variables climáticas.

Figura 17: Comportamiento de variables climáticas en los últimos 10 años

Fuente: Encuesta sobre percepciones de cambios en el clima en la Comuna La Libertad – 2014.

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En el caso de los fenómenos climáticos, se identifican la sequía y los vientos fuertes como los más representativos ya que han aumentado en los últimos diez años según el 70 % de los productores entrevistados (Tabla 13). Respecto de las heladas y las granizadas,

se puede observar una tendencia a disminuir en los últimos diez años. De todos modos, es importante corroborar esta información con el análisis de las causas en las pérdidas de producción agropecuaria, que se presenta más adelante.

Tabla 13: Comportamiento de fenómenos climáticos en los últimos 10 años en la comuna La Libertad

Tendencia Sequía Heladas Inundaciones Granizadas Vientos fuertes Derrumbes

Ha aumentado 70,0 % 16,7 % 0,0 % 16,7 % 70,0 %

Ha disminuido 13,3 % 26,7 % 0,0 % 33,3 % 3,3 %

Se ha mantenido 16,7 % 53,3 % 3,3 % 46,7 % 26,7 %

No ocurre

Total

0,0 % 3,3 % 96,7 % 3,3 % 0,0 %

100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 % 100,0 %

0,0 #

0,0 %

10,0 %

90,0 %

100,0 %

Fuente: Encuesta sobre percepciones de cambios en el clima en la Comuna La Libertad – 2014.

Los problemas que se asocian con los cambios en el clima son relacionados con sus principales medios de vida: producción agrícola y pecuaria. Si bien los datos de los niveles de pobreza, desnutrición e infraestructura básica (alcantarillado, agua potable) inciden directamente en los problemas estructurales de esta población, lo que se intenta mostrar es la trascendencia de los factores climáticos que, a su vez, exacerban tales condiciones socioeconómicas. La población de la comuna La Libertad ha experimentado algunos cambios en sus medios de producción, tanto en la parte

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agrícola como pecuaria, a consecuencia de los cambios en el clima en la última década. El 59 % de las personas entrevistadas mencionó haber tenido pérdidas en sus cultivos en el último año, entre los cuales se destaca la papa y, en mínima proporción, la arveja. De estas pérdidas, el 53 % lo atribuyó a causas asociadas directamente con los cambios en el clima como son: exceso de lluvia, escasez de lluvia y heladas. El 17,6 % de las pérdidas fueron adjudicadas al ataque de plagas y enfermedades. A su vez, estos problemas también dependen de los factores climáticos, por tanto, se podrían considerar como una consecuencia indirecta de los

cambios percibidos. Finalmente, cerca del 30 % de productores señaló la disminución del precio del producto como otra causa

de pérdidas de sus cultivos. En la figura 18, se presentan los detalles de las principales causas de pérdidas en cultivos.

Figura 18: Principales causas de pérdidas en cultivos en el último año

Fuente: Encuesta sobre percepciones de cambios en el clima en la Comuna La Libertad – 2014.

En cuanto a las causas asociadas a los cambios en el clima, resalta la incidencia de las heladas, las cuales han sido frecuentes en esta zona, pero ahora, posiblemente sean más evidentes al haberse incrementado la temperatura durante el día. Así mismo, se observa que la escasez de lluvias ha provocado importantes problemas en el desarrollo de los cultivos, esta situación se siente con mayor fuerza en los meses secos, entre mayo y agosto. Consecuentemente, los comuneros han

evidenciado cierta disminución del caudal de las fuentes naturales de agua en dicho periodo. Al respecto se debe indicar que la comuna La Libertad cuenta con una concesión de agua para riego, la cual sirve de sustento en épocas secas. De todos modos, se puede observar que esta provisión de agua no abastece a la totalidad de los productores. Una causa importante en la pérdida del principal cultivo, la papa, es la

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incidencia de plagas y enfermedades, las cuales se han incrementado en los últimos años. Así, más de la mitad de los productores entrevistados indicó que han aparecido nuevas plagas, como la polilla guatemalteca y enfermedades como: rizotonia y sectoria. Para contrarrestar este tipo de problemas en los cultivos, cerca del 50 % de los agricultores utilizaron productos químicos, mientras que otra buena parte no realizó ninguna acción. También, la disminución del precio de los productos -en este caso, la papa- ha ocasionado serias pérdidas en los ingresos de las familias productoras. En lo referente a la producción pecuaria, el nivel de pérdidas en el último año fue menor, ya que el 70 % de los entrevistados de la comuna La Libertad declaró no haber experimentado afectaciones importantes en la crianza del ganado. Sin embargo, cerca de la tercera parte de los entrevistados indicaron haber tenido problemas, principalmente por la incidencia de enfermedades y, en menor proporción, accidentes mortales y cambios bruscos de temperatura. Entre las enfermedades más comunes en el ganado se encuentra el carbunco y el panadizo, que han sido tratadas con productos químicos. Destacan los accidentes mortales, producto del manejo 72

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inadecuado del ganado por parte de los productores. Aunque los cambios bruscos de temperatura no tienen una representatividad alta, no dejan de ser llamativos pues están asociados con la generación de enfermedades respiratorias en el ganado, como neumonía. En suma, las mínimas pérdidas en la producción pecuaria se deben, en parte, a la mayor resiliencia de este sistema frente a los cambios en el clima en la crianza de animales y, sobre todo, a la estabilización de los precios, especialmente de la leche. Los productores se han visto atraídos por esta última actividad al tener ingresos más estables y con menor probabilidad de pérdidas. Este comportamiento se refleja en el incremento de las áreas destinadas al cultivo de pastos en los últimos diez años en la comuna La Libertad. En otro ámbito, los cambios en el clima han afectado también la salud de la población de la comuna La Libertad. Han aumentado las enfermedades respiratorias, lo que se refleja en el número de atenciones del subcentro de salud de la parroquia.72 De igual manera, las personas entrevistadas mencionaron que, en la actualidad, enfermedades como el cáncer de piel son más frecuentes que hace diez años. Las personas han sentido los cambios

En el año 2011 el resfriado común fue la enfermedad más frecuente que se reportó en el subcentro de salud de la parroquia La Libertad.

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del clima y las consecuencias que éstos acarrean en los medios de vida que se suman a otros aspectos estructurales, como la pobreza por necesidades básicas insatisfechas (NBI)73 y otros factores de orden local. En el caso de la pobreza a nivel parroquial se evidencia un alto porcentaje de personas pobres (73,8 %) que supera el promedio nacional equivalente al 60,1 % (INEC, 2010). De manera general, se pudieron establecer algunos efectos importantes que inciden en los sistemas productivos de pequeña escala en las familias de la comuna La Libertad. En primera instancia, se puede observar que, al existir pérdidas en el sistema agrícola, las familias ven disminuidos sus ingresos y también la proporción y calidad de los productos destinados al consumo familiar. Esta disminución de ingresos incide en la compra de alimentos diversos y de calidad, la cual está fundamentada en tres grupos de alimentos: cereales; legumbres y leguminosas; y raíces y tubérculos. Cabe recalcar que en este problema también intervienen los cambios en los hábitos alimenticios, sujetos a una tendencia de índole global de consumismo. De igual forma, la disminución de ingresos conlleva a una reducción de

la capacidad adquisitiva para otros gastos del hogar como salud, educación, vivienda, transporte, entre otros. A su vez, esta situación limita aún más la posibilidad de reinvertir los ingresos en la producción agrícola, principalmente para la contratación temporal de mano de obra que, por cierto, es muy escasa en esta zona y en otras áreas rurales del Ecuador. En resumen, toda esa acumulación de problemas ha generado un desincentivo en la población de la comuna para la producción, especialmente agrícola. Este particular se puede corroborar con la alta migración de jóvenes existente a nivel de la parroquia La Libertad, la cual se estima en un 70 %, según manifestaron el presidente de esta jurisdicción y algunos comuneros. En el caso de las personas adultas, quienes se desplazan a otros lugares son los hombres y lo hacen por motivos de trabajo, situación que genera una sobrecarga de trabajo en las mujeres ya que tienen que dedicar más tiempo a las labores productivas y reproductivas. En la misma línea, una gran mayoría de productores (64 %) señalaron que las áreas de cultivo se han mantenido y han disminuido en superficie, contrariamente a las áreas de pastos que han experimentado un notable crecimiento en los últimos diez

73 Según el Sistema Integrado de Indicadores Sociales del Ecuador (SIISE), la pobreza o ser “pobre” equivale a una o varias personas que pertenecen a un hogar que presenta carencias persistentes en la satisfacción de sus necesidades básicas incluyendo: vivienda, salud, educación y empleo.

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años. El 61 % de personas entrevistadas afirmaron este cambio de uso del suelo. Además, al colindar gran parte del territorio de la comuna La Libertad con los límites de la Reserva Ecológica El Ángel (REEA), se presentan conflictos con las familias que pretenden ampliar la frontera agrícola hacia zonas más altas y no intervenidas. Este particular es común en el resto de territorios colectivos e individuales que colindan con la REEA. Otro elemento básico para la producción agropecuaria que se ve amenazado por los cambios en el clima es el riego, el cual se origina en las partes altas y conservadas del territorio de la comuna La Libertad. El caudal de muchas fuentes de agua ha disminuido notablemente en los últimos diez años según uno de los guardias ambientales de la comuna. Esta reducción es más notoria

en los meses secos (mayo a diciembre). Naturalmente esta disminución repercute en la población beneficiaria del recurso, localizada en las partes bajas. Adicionalmente, la disminución del caudal en las fuentes naturales también afecta la provisión del agua de consumo humano. Al respecto, es de suma importancia mencionar que la calidad del agua es deficiente, lo que tiene consecuencias en la salud de las personas, según manifestó la directora del subcentro de salud de la parroquia La Libertad. Un indicador de esta problemática es la alta incidencia de parasitosis en niños y niñas y, en general, de enfermedades diarreicas agudas en personas adultas. A continuación, se presentan las consecuencias más importantes asociadas a los cambios en el clima:

Tabla 14. Consecuencias asociadas a los cambios en el clima en La Libertad IMPACTO

Disminución de ingresos en las familias

GRADO DE SENSIBILIDAD

INTERPRETACIÓN

Los ingresos en 2010 de los pequeños productores (61,5 %) de la parroquia La Libertad no superaron los 2000 USD/ año, esto significa que sus ingresos no alcanzan ni siquiera el salario mínimo vital vigente 75 .

La sensibilidad los pequeños productores de la comuna se acrecentaría ante una eventual disminución de los ingresos para las familias. Esta situación profundizaría los efectos de otros impactos.

75 Estos datos fueron tomados de la Encuesta de cambio en la cuenca del Río El Ángel y su zona de influencia. Carchi, Ecuador. 1997-2011, realizada por la Corporación Grupo Randi Randi (CGRR), en el año 2011.

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Disminución en la diversidad y La dieta principal de las calidad de la alimentación familias de la comuna se sustenta en tres principales grupos de alimentos: cereales; legumbres y leguminosas; y raíces y tubérculos. En cambio, el consumo de carnes, pescado, huevos y lácteos no es continuo en la semana.

La dieta de las familias de la comuna se vería afectada al disminuir la cantidad de los productos principales, mucho mayor si solo se cultivan los productos antes mencionados.

Mayor incidencia de enfermedades respiratorias y otras

En el año 2011, en el subcentro de salud de La Libertad se reportaron 968 causas de morbilidad. El 73,6 % de las mismas correspondieron a infecciones respiratorias agudas.

La salud de las familias de la comuna La Libertad se vería seriamente afectada por el incremento paulatino de enfermedades respiratorias y de la piel.

Desincentivo para trabajar en la producción agrícola

Los pobladores de la parroquia La Libertad mencionaron que el 70 % de la población joven sale a buscar otras oportunidades laborales en diversas ciudades del país. Entre ellas: Quito, Ibarra y Cayambe.

En la parroquia La Libertad y en otros sectores rurales del país, la escasez de mano de obra es un fenómeno generalizado. Tal situación incrementaría la sensibilidad en estas poblaciones.

Disminución de caudal en las fuentes naturales de agua

El caudal de muchas fuentes de agua ha disminuido notablemente en los últimos diez años, de manera puntual, en los meses secos. Esta situación afecta a la provisión de este vital recurso tanto para el consumo humano como para riego.

La sensibilidad de las familias de la comuna y de otras poblaciones beneficiarias de este recurso se incrementaría ante una imprevista disminución del recurso hídrico.

Incremento de la frontera agrícola hacia zonas más altas y conservadas

El 64 % de productores entrevistados señalaron que las áreas de cultivo no han crecido mayormente en superficie en tanto que las áreas de pastos han

La ampliación de la superficie de los terrenos para actividades ganaderas genera cierto bienestar temporal a las familias.

76

Según el SIISE la morbilidad permite evaluar el estado de salud de la población, es decir, contar el número de personas que se enferman y las causas en un sitio y un periodo de tiempo determinado.

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Sobrecarga de trabajo en las mujeres

experimentado un notable crecimiento en los últimos diez años. Tal situación los obliga a ampliar la frontera agrícola, en algunos casos, hacia zonas de conservación.

No obstante, dicho incremento, va en contra de la normativa ambiental. En tal caso, su sensibilidad se acrecentaría ante la recurrencia de este impacto.

Los datos de la encuesta “Uso del Tiempo” (INEC, 2012) -a nivel de Carchievidenciaron una mayor dedicación (2 horas diarias) de las mujeres al trabajo total (productivo y reproductivo). En las actividades del hogar, el número de horas/día aumenta en las mujeres pero disminuye en los hombres. Además, el trabajo en la huerta y cuidado de animales no es reconocido ni cultural ni económicamente.

Las mujeres en la provincia del Carchi dedican mayor tiempo a las actividades productivas y reproductivas. En este sentido, su situación se vería seriamente impactada al aumentar las responsabilidades que culturalmente le han sido asignadas. Consecuentemente, aumentarían las horas al día de trabajo.

Análisis de sensibilidad Para poder evaluar el desempeño de las prácticas agropecuarias, se construyó un cuadro con rangos de evaluación a partir de ciertos principios de la agroecología y la agricultura tradicional, planteados por Altieri y Nicholls (2012). Estos autores rescatan el potencial de los pequeños sistemas agrícolas como una forma para solucionar problemas globales como el cambio climático en tanto que se han adaptado bien a las condiciones locales. De cierta forma, dichas prácticas podrían requerir, en ciertos casos, algunas modificaciones y aportes para mejorar su efectividad y aplicabilidad. En este sentido, la agroecología se convierte en una herramienta muy útil e interesante

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para mejorar las prácticas agropecuarias tradicionales, según manifiestan Altieri y Nicholls (2012). La finalidad principal de la agroecología es sustituir los insumos externos por aquellos generados por procesos naturales. Es decir, esta ciencia aplicada se fundamenta en sacar “[…] el mayor provecho de los procesos naturales y de las interacciones positivas en las explotaciones agrícolas con el fin de reducir el uso de insumos externos y crear sistemas agrícolas más eficientes” (2012: 70). Según ese planteamiento, se han desarrollado algunos parámetros de calificación dentro de las fases más importantes que comprende la producción agropecuaria de pequeña escala. En el siguiente cuadro se muestran dichos parámetros y su calificación.

Tabla 15: Parámetros de evaluación de prácticas agropecuarias PRÁCTICAS AGRO-PECUARIAS

Preparación del suelo

Acceso a riego

PARÁMETRO DE EVALUACIÓN

CALIFICACIÓN SENSIBILIDAD

Más del 50 % de productores practica labranza cero

Baja

Más del 50 % de productores utiliza la yunta

Media

Más del 50 % de productores utiliza tractor

Alta

Eficiente, abastece al 100 % de productores

Baja

Medianamente eficiente, abastece al 50 % de productores Poco eficiente, abastece al 25 % de productores Tipo de riego

Uso de abonos

Uso de semillas

Alta

Eficiente, más del 50 % tiene riego por goteo

Baja

Medianamente eficiente, más del 50 % de productores tiene riego por aspersión

Media

Poco eficiente, más del 50 % de productores tiene riego por inundación

Alta

Más del 50 % de productores utiliza abonos orgánicos con certificación

Baja

Más del 50 % de productores utiliza abonos orgánicos sin certificación

Media

Más del 50 % de productores utiliza abonos químicos

Alta

Más del 50 % de productores utiliza semillas nativas y certificadas

Baja

Más del 50 % de productores utiliza semillas nativas no certificadas Empleo de prácticas tradicionales

Alta

Más del 50 % de productores utiliza el calendario lunar

Baja

Alta

Más del 50 % de productores ha recibido asistencia técnica

Baja Media

Menos del 20 % de productores ha recibido asistencia técnica

Alta

Más del 50 % de productores utiliza productos de etiqueta verde y bioinsumos

Baja

Más del 50 % de productores utiliza productos de etiqueta verde y azul y bioinsumos

Diversidad de cultivos

Media

Menos del 20 % de productores utiliza el calendario lunar Entre el 20 % y 49 % de productores ha recibido asistencia técnica Control de plagas y enfermedades

Media

Más del 50 % de productores utiliza semillas importadas

Entre el 20 % y 49 % de productores utiliza el calendario lunar Asistencia técnica

Media

Media

Más del 50 % de productores utiliza productos de etiqueta amarilla y roja, sin bioinsumos

Alta

Diversidad alta: más de ocho productos representativos

Baja

Diversidad media: entre cinco y siete productos representativos Diversidad baja: menos de cinco productos representativos

Media Alta

Elaboración: CGRR (2014). Fuente: Altieri y Nicholls (2012)

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251

Estos rangos de evaluación permiten determinar el grado de sensibilidad de los sistemas productivos frente a los cambios en el clima ya que, según el planteamiento de Altieri y Nicholls (2012), el fortalecimiento de los sistemas productivos de pequeña escala, bajo criterios agroecológicos, podría

constituirse en una respuesta contundente de adaptación al cambio climático. Bajo esa premisa, se evaluaron las prácticas agropecuarias de la comuna La Libertad, a través de los resultados obtenidos de la encuesta aplicada en julio de 2014.

Tabla 16: Evaluación de prácticas agropecuarias de la comuna La Libertad PRÁCTICAS AGROPECUARIAS

DESCRIPCIÓN

CALIFICACIÓN SENSIBILIDAD

Preparación del suelo

El 100 % de agricultores utiliza tractor.

Alta

Acceso a riego

Más del 75 % tiene acceso a riego.

Baja

Tipo de riego

El 50 % utiliza riego por aspersión.

Media

Uso de abonos

El uso de abonos químicos es el más representativo, con más del 75 % de prevalencia.

Uso de semillas

El 15 % utiliza semilla certificada.

Empleo de prácticas tradicionales

El 55 % de agricultores indicó utilizar el calendario lunar y de ellos el 88 % señaló que fue efectivo.

Asistencia técnica

Más del 75 % de productores indicó no haber recibido asistencia técnica.

Media

Control de plagas y enfermedades

Los productos de etiqueta amarilla y roja tienen gran prevalencia, con el 48 %. No se utilizan bioinsumos.

Alta

Diversidad de cultivos

El principal cultivo es la papa y se complementa con productos como: habas, pasto, mellocos y arveja.

Alta

Alta Media Baja

Fuente: Encuesta sobre percepciones de cambios en el clima en la comuna La Libertad – 2014.

De los nueve aspectos evaluados, cuatro corresponden a la categoría de sensibilidad alta. Estos aspectos tienen que ver principalmente con el uso de productos agroquímicos, tanto de abonos como de plaguicidas. A esto se debe sumar el hecho de que la mayoría de productores no utiliza elementos de protección personal al momento de administrar los productos,

252

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lo cual incrementa aún más los niveles de sensibilidad. También se destaca dentro del rango de sensibilidad alta el predominio en la utilización de maquinaria agrícola para la preparación del terreno, situación que se ve influenciada por la escasez de mano de obra. Finalmente, la disminución en la

diversidad de los cultivos es cada vez más evidente, la papa constituye el principal producto, acompañado de otros que son cultivados en mínimas cantidades. Las variables para explicar la disminución en la diversidad de cultivos son múltiples; entre ellas las más importantes son: la inestabilidad en la variación de precios de los productos, el poco reconocimiento al trabajo de los agricultores y los cambios en los hábitos alimenticios.

Además, el 97 % de las personas entrevistadas señaló tener animales como: vacas, chanchos, gallinas y cuyes. Tan solo una persona posee caballos (animales de carga), es decir, menos del 3 % de entrevistados. En cuanto a la disponibilidad de maquinaria pesada (tractor), todas las personas entrevistadas no disponen de la misma, únicamente lo alquilan cuando se requiere preparar el terreno para la siembra.

Capacidad adaptativa de la población

Respecto de la vivienda, el 77,9 % de las personas entrevistadas respondió que la vivienda es propia, el 6,6 % la tiene en arriendo y el 15,6 % la tiene cedida o prestada. En cuanto a la disponibilidad de electrodomésticos como la nevera, el 55 % de la población de la parroquia La Libertad dispone de la misma, mientras que, tan solo el 5 % de la población dispone de lavadora (Encuesta CGRR, 2011).

Al igual que la identificación de impactos y consecuencias asociados a los cambios en el clima, los socios y socias de la comuna La Libertad han desarrollado estrategias de adaptación que, si bien no han respondido a la magnitud de los impactos en su totalidad, han logrado mantener sistemas productivos relativamente equilibrados en ecosistemas de páramo. Capacidad material y financiera Un elemento que favorece el desarrollo de la producción agropecuaria familiar es contar con terrenos propios, que van desde 0,75 a 13 ha, con un mayor predominio de pastos que cultivos. A su vez, el 60 % de los predios familiares cuentan con áreas de páramo y bosque, que sencillamente dan cuenta del grado de responsabilidad hacia la conservación ambiental.

Muy pocas personas (17,2 %) de la población de la parroquia La Libertad, disponen de vehículos (autos, camiones, camionetas), mientras que el 23 % de la población dispone de motocicleta. Finalmente, tan solo el 10,7 % de la población de la parroquia La Libertad dispone de bicicleta. En cuanto al uso de nuevas formas de comunicación, el 75 % de la población de la parroquia La Libertad dispone de celular (Encuesta CGRR, 2011).

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253

A nivel familiar, la cobertura de seguridad social en la comuna alcanza el 63 % bajo la modalidad del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (seguro campesino y seguro general). A su vez, productoras y productores mencionaron haber accedido a créditos para el desarrollo de sus actividades agropecuarias, tanto en entidades locales como en cooperativas, así como a través de las líneas crediticias impulsadas por el Banco Nacional de Fomento. Estas entidades solo prestan cantidades limitadas de dinero, hasta 5000 USD. Existe una caja que está compuesta por organizaciones de la misma localidad, ésta cuenta con un ahorro y ofrece créditos a quienes lo requieran; éste es el caso de la Asociación Agropecuaria El Vicundo. Cabe señalar que la Cooperativa de Ahorro y Crédito Santa Anita, próximamente pondrá una sucursal en la parroquia para ofrecer sus servicios. En cuanto a seguros agrícolas, las personas entrevistadas indicaron no disponer del mismo. En la parroquia La Libertad existen 768 beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano (9 hombres y 366 mujeres) y de la pensión asistencial (223 hombres y 19 mujeres) según el Ministerio Coordinador de Desarrollo Social (2014). Capacidad técnica y humana El cultivo mayoritario es el de la papa;

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a nivel pecuario el ganado bovino de leche es el más representativo. Existen cultivos menos representativos como: mellocos, ocas, habas, arveja y cebada, entre otros. Entre los animales secundarios destacan: chanchos, gallinas y cuyes. En los últimos diez años se puede evidenciar una disminución de las áreas de cultivo, en comparación de las áreas dedicadas al pastoreo. El 61 % de las personas entrevistadas señaló que las áreas de pastoreo se han incrementado. Esta decisión constituye una de las principales estrategias para sobrellevar las pérdidas en la producción agrícola, especialmente de la papa. En los sistemas productivos familiares de la comuna La Libertad se pueden aún identificar algunas falencias, como el uso excesivo e inapropiado de productos agroquímicos para contrarrestar ataques de plagas y enfermedades en los cultivos; lo mismo modo ocurre en el tratamiento de enfermedades en el ganado. Se evidencia la necesidad de asistencia técnica continua para los comuneros sobre buenas prácticas ambientales en la producción agropecuaria, ya que tan solo el 23 % de las personas entrevistadas ha recibido capacitación en temas agroproductivos. Por otro lado, los entrevistados comentaron que aún persiste el uso de conocimientos tradicionales, como es el empleo del calendario lunar para la planificación de ciertas actividades por personas jóvenes y adultos mayores.

Los productores cuentan con el respaldo de obras comunitarias como la concesión para agua de riego, que incluso favorece a las familias que no son socias de la comuna. Además, cabe destacar que el riego por aspersión ha empezado a utilizarse en los predios familiares ya que cerca del 50 % de los entrevistados que disponen de agua para riego confirmó el empleo de esta técnica. En lo referente al conocimiento sobre cambio climático, el 97 % de los pobladores de la parroquia La Libertad indicó que el clima ha cambiado.77 Esta información fue ratificada en las entrevistas grupales e individuales con los pobladores de la comuna. Estos cambios se evidencian en los últimos cinco y diez años. La mayoría de los entrevistados relacionan el cambio climático con el calentamiento global, con la contaminación de las fábricas y la tala de árboles. Por otro lado, identifican con claridad fenómenos como las sequías, las heladas y los vientos fuertes. Así mismo, describen los cambios percibidos de temperatura y precipitación, los cuales influyen en su producción agropecuaria. Si bien no se puede establecer una relación directa del cambio climático con el desarrollo de las actividades

agropecuarias, se pudo identificar que el 61 % de las personas entrevistadas ha ampliado sus áreas de pastos, lo que en parte obedece a la estabilidad del precio de la leche en comparación con el precio de la papa. Capacidad física y natural En la comuna La Libertad las viviendas se hallan ubicadas en un rango altitudinal que va desde los 3020 a 3245 msnm (Encuesta CGRR, 2011). La distancia de las casas a los terrenos (zona de cultivo o pastoreo) depende de la distancia de los barrios; en tiempo, se podría estimar unos 10 minutos en automóvil y entre media hora y 2 horas a pie. El 80 % de los entrevistados indicó tener 2 predios (cultivos y pastos), mientras que el 17 % cuenta únicamente con 1 solo predio (cultivos o pastos). Respecto de la presencia de vegetación natural, el 60 % de la gente entrevistada señaló disponer de un área de páramo y el 40 % indicó contar con un área de bosque. A nivel comunitario, se cuenta con un área de reserva que está dentro del programa Socio Bosque. Adicionalmente, en el territorio de la comuna no existen plantaciones forestales, ni florícolas. No obstante, en la parroquia La Libertad existen zonas erosionadas, como algunas zonas bajas de los barrios Centro, Centro

77

Según datos levantados por la Encuesta de cambio en la cuenca del Río El Ángel y su zona de influencia, Carchi, Ecuador, el 72,1 % de los pobladores de la parroquia La Libertad ha escuchado hablar sobre el cambio climático. Mientras que el 86,1 % de los entrevistados mencionó no estar preparado para enfrentar los problemas que puede traer.

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Alto, San Francisco, Jesús del Gran Poder, Eloy Alfaro y Santa Teresita. En estas zonas se puede evidenciar el reflejo del manejo inadecuado de maquinaria agrícola, según expresó el presidente del GAD parroquial. La ciudad más cercana a la comuna La Libertad es El Ángel, cabecera cantonal de Espejo, a solo 15 o 10 minutos en automóvil. En esta ciudad está la feria (el mercado). Además, en cada barrio hay tiendas de víveres. La movilización desde La Libertad a la ciudad de El Ángel o viceversa, se realiza por medio de taxis (0,50 USD). También existen camionetas, que son fletadas por la población

la parroquia La Libertad es la presencia de enfermedades diarreicas provocadas por el consumo de agua de mala calidad. El agua de consumo es entubada, por tanto, no recibe ningún tratamiento. Esto se refleja en la alta incidencia de enfermedades, principalmente en niños y niñas. En la parroquia La Libertad, el 81,2 % de las viviendas dispone de agua entubada por red pública (INEC, 2010). En el caso del servicio de energía eléctrica, en la parroquia La Libertad, el 97,6 % de las viviendas dispone de este servicio (INEC, 2010). Además, en los últimos tres meses no se han producido cortes. Capacidad sociorganizativa

En cuanto a la accesibilidad, la carretera que une la ciudad de El Ángel con la parroquia La Libertad es asfaltada, en algunos tramos existen irregularidades y rompe-velocidades en mal estado. La distancia es de 15 km aproximadamente. Desde el centro de La Libertad a otros barrios, las vías son lastradas o empedradas y no están en buen estado. En otros tramos, las carreteras se hallan en proceso de adoquinado. Respecto a la salud, la doctora del subcentro de salud mencionó que un problema recurrente en la población de

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Actualmente el Consejo de la Comuna IndígenaPastoLaLibertadincluye8personas: 2 mujeres y 6 hombres. Marlene Caicedo fue electa presidenta el 13 noviembre de 2013, siendo la primera mujer que ocupa este cargo. Los últimos 42 presidentes han sido hombres. Antes, la comuna se reunía en asamblea cada domingo, pero ahora lo hacen el último domingo de cada mes. La asistencia a las reuniones de la asamblea es bastante buena desde el ingreso de la comuna en el programa Socio Bosque. Así mismo, se han

establecido nuevas reglas de participación o asistencia obligatoria. De forma progresiva, las mujeres se han ido incorporando a las reuniones y les gusta exponer sus criterios. En general, se cuenta con buena asistencia y participación de ellas a las convocatorias realizadas. El acceso a Socio Bosque ha permitido que la comuna desarrolle un plan de inversión basado en cuatro ejes: económicoproductivo, ambiental, cultural y fortalecimiento. En el eje ambiental, se realizó un programa de reforestación con plantas nativas que sirven como cortinas rompe- vientos. Además, se compraron árboles frutales con el resto del fondo. A través del mismo eje se financió el equipo de guardias ambientales. Respecto del control de la frontera agrícola, en el territorio comunal de conservación aún hay gente que quiere seguir avanzando según señalan algunos líderes. Algunas personas quieren que se les permita cultivar a cambio de reforestar una parte de sus terrenos. Así mismo, existen algunas familias que están en zonas más alejadas y que no fueron incluidas en el actual Plan de inversión de Socio Bosque. Éstas se ubican en la zona conocida como de amortiguamiento, que alberga a un aproximado de 40 familias. En general, la población está consciente de la

importancia del cuidado del páramo; sin embargo, ha costado años que la gente cambie su forma de pensar. Finalmente, en la comuna La Libertad coexisten otras organizaciones sociales y productivas, conformadas por hombres y mujeres de diversos grupos de edad, que son compatibles con el esquema sociorganizativo de base. Entre ellas destacan: la Asociación El Voladero, grupos de la tercera edad, la Asociación Agropecuaria El Vicundo, la Asociación de Mujeres Libertenses y la Asociación de Jóvenes Libertenses. De estas organizaciones, la que se mantiene en operación es la Asociación Agropecuaria El Vicundo, que agrupa a pequeños productores y productoras. Entre sus actividades ha logrado establecer convenios con instituciones como el MAGAP, consiguiendo asistencia técnica, semillas y equipos de riego. Además, esta asociación ofrece pequeños préstamos a sus socios, de hasta 500 USD, que son destinados para cubrir la escasez de alimentos y la pérdida de animales en la producción agropecuaria, principalmente. A continuación, se presentan las consecuencias más importantes derivadas y asociadas a los cambios en el clima:

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Tabla 17. Consecuencias derivadas y asociadas a los cambios en el clima en La Libertad a nivel organizativo ASPECTO

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GRADO DE CAPACIDAD ADAPTIVA

INTERPRETACION

Reconocimiento jurídico

Un elemento importante de la comuna Pasto La libertad es su reconocimiento jurídico como organización ancestral. Tal situación le ha permitido desarrollar las actividades productivas y de conservación con cierta normalidad.

El autorreconocimiento intercultural de la comuna Pasto les ha permitido conservar sus territorios. Esta situación, sin duda, les ha permitido conservar algunas costumbres y tradiciones ligadas al cuidado de la naturaleza y su entorno.

Nivel sociorganizativo

El alto nivel de compromiso de los socios con la conservación del páramo les ha permitido acceder a ciertos incentivos otorgados por parte de gobiernos de turno. A la par, la presencia de ciertas organizaciones no gubernamentales ha ido consolidando un proceso de concienciación en temas de conservación, interculturalidad y género. Un ejemplo de ello lo representa el Plan de Manejo Comunitario.

El acceso de los territorios de la comuna al programa Socio Bosque del Ministerio del Ambiente, en cierta forma, ha retribuido el trabajo que realizan sus socios en acciones de conservación del ecosistema de páramos. En esta misma línea, la CGRR ha realizado un trabajo sostenido por más de 10 años, sobre todo en procesos de sensibilización de los temas antes mencionados.

Otras organizaciones

La presencia de diversas organizaciones de base dentro de la organización comunitaria ha generado espacios para discusión, difusión y realización de emprendimientos socioproductivos y de conservación que abarcan a diferentes grupos poblacionales y de género de la comuna.

Si bien existen otras organizaciones al interior de la comuna, su presencia no ha debilitado la organización ancestral. Más bien, todas estas formas de asociación apuntan hacia el manejo sustentable de los recursos naturales. Entre ellas: la Asociación El Voladero, la Asociación Agropecuaria El Vicundo, la Asociación de Mujeres Libertenses y la Asociación de Jóvenes Libertenses.

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Nivel de conocimiento de cambio climático

Cerca de la tercera parte de la población de la parroquia La Libertad reconoce los impactos que ocasionan los cambios del clima en los medios de vida y los ecosistemas. Sin embargo, el 86,1 % mencionó no estar preparado para enfrentarlo. 78

Si bien los pobladores realizan diversas actividades de adaptación de carácter reactivo, las mismas no se ajustan a acciones planificadas a corto, mediano y largo plazo. Por lo tanto, estas actividades resultan insuficientes ante un problema global y local como el cambio climático.

Inclusión de cambio climático en los instrumentos de gestión (GAD parroquial)

El Plan de Ordenamiento Territorial (PDOT) de la parroquia La Libertad reconoce a la comuna ancestral Pasto dentro de su jurisdicción; sin embargo el tema de cambio climático no ha sido incorporado dentro su planificación territorial.

Si bien dentro de la planificación local se incluyen temas de conservación de recursos naturales, la variable climática está ausente dentro del diagnóstico y por ende, en la planificación y gestión territorial.

IV Gobernanza de la comuna La Libertad El proyecto CdlP incluye los procesos locales de gobernanza en el análisis de la resiliencia frente al cambio climático y la capacidad para adaptar. Para analizar la situación y tendencias actuales de gestión y manejo del territorio de la comuna La Libertad - cómo

78

está siendo gobernado (gobernabilidad) y cómo funcionan los procesos de gobernanza ambiental (participación e interacción)- es útil separar su territorio en tres espacios, cada uno con distintos procesos de gobernabilidad y gobernanza con respecto a lo ambiental (figura 19).

Encuesta CGRR (2011).

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Figura 19. Mapa Base de la comuna La Libertad.

Fuente: CGRR. 2001

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El primero y más grande es el espacio comunal, ubicado arriba de la acequia de San Vicente de Pusir. Tiene 3620 ha y está completamente dentro de los límites de la REEA. También atraviesa dos cantones de Carchi: Espejo y Tulcán. El análisis de la gobernanza territorial y liderazgo de la comuna se concentra en este espacio; sin embargo, para entender esta gobernanza es importante primero entender la organización de los otros dos espacios del territorio. El segundo espacio comprende la zona debajo de la acequia de San Vicente de Pusir, de 1910 ha que han sido repartidas paulatinamente entre socios y socias de la comuna La Libertad entre 1933 y 1992. El trazado de esta acequia es hoy reconocido por el MAE como el lindero de este sector de la REEA con la comuna. Este espacio está dentro de la parroquia rural de La Libertad y se compone de pequeñas y medianas fincas, muchas de las cuales aún mantienen parches de una hectárea o más de bosque nativo altoandino y páramo. Con la repartición, la comuna perdió su autoridad sobre esta parte del territorio ancestral y su gestión comunal y el uso común de recursos cedió a una gestión familiar. Con el tiempo, se produjeron compras, ventas y transferencias por herencias de las tierras repartidas, sobre todo las tierras más productivas en la zona baja y las tierras lotizables cerca del creciente casco urbano de la sede

de la parroquia en el barrio Centro, que hoy es el pueblo de La Libertad. Poco a poco, los barrios de la parroquia fueron ocupados también por personas no socias de la comuna. Las antiguas familias comuneras crearon lazos y relaciones con sus vecinos barriales y organizaron nuevas agrupaciones para fines económicos o sociales. La parroquia como unidad más pequeña de gobierno estatal crece en su función y dominio, se va relacionando cada vez más con las organizaciones de cada barrio y sus cabildos y reduce su relación con la comuna como organización de importancia territorial. Este crecimiento se acentúa a partir del año 2000 con la ejecución de la Ley de Parroquias Rurales y las elecciones locales para las autoridades de la Junta Parroquial. Es importante subrayar que en este segundo espacio las propiedades de los socios están intercaladas con propiedades cuyos dueños ahora no son socios o socias. El territorio de los socios es intercalado o discontinuo, no necesariamente contiguo. Las familias vecinas pueden ser socias de la comuna o de distintas organizaciones sociales territoriales locales como la Asociación 23 de Julio, la Asociación San Luis o la Asociación Germán Grijalva. También hay familias que tienen una finca propiedad de los esposos (hombre y mujer) pero cada una pertenece a una organización diferente de territorio colectivo. Por ejemplo, el esposo puede

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ser socio de la Asociación 23 de Julio cuyo territorio es vecino al oeste de la comuna y también se encuentra dentro de la REEA, mientras la esposa puede ser socia de la comuna por herencia de su madre o su padre, quien fuera socia o socio. Los hijos y las hijas de este matrimonio tienen derechos de ingreso tanto a la comuna como a la asociación, de acuerdo a las reglas internas de cada agrupación social. En la actualidad este segundo espacio es gobernado directamente por la Junta Parroquial de la parroquia La Libertad y la gobernanza general es efectuada a través de la Asamblea Parroquial para los asuntos de planificación territorial (crear y aprobar el PDOT) y la determinación del presupuesto anual. Hay relaciones entre la Junta Parroquial y los cabildos de los barrios legalmente reconocidos para ejecución de obras, cumplimiento de servicios y participación en eventos o festejos culturales y políticos. Los socios de la comuna La Libertad participan en estos procesos sobre todo como habitantes de los barrios. Desde que la comuna entró en el programa Socio Bosque y tiene fondos para destinar a eventos culturales, hay mayor relación con la parroquia La Libertad y actividades de coparticipación y cofinanciamiento. Por medio de su Plan de Manejo Participativo Comunitario (1991, actualizado en 2008 y en proceso de nueva actualización), la comuna promueve la conservación de los recursos

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naturales con énfasis en los bosques nativos, el ecosistema paramero y el agua. Para los comuneros y sus propiedades individuales, el programa es una estrategia de persuasión o incidencia, pero no de autoridad, obligación o sanción. Promueve un manejo amigable de sus fincas con el entorno ambiental a través de actividades de capacitación, educación ambiental, oportunidades alternativas productivas, compensaciones y el trabajo continuo “vecino a vecino” por parte del equipo de guardias ambientales. El tercer espacio de la comuna es la franja conflictiva, señalada en la figura 19. Esta franja incluye alrededor de 40 propiedades o fincas que reclaman personas que han sido consideradas socias en el pasado. Fueron los últimos socios que recibieron tierras en el proceso de repartición que ocurrió entre 1933 y 1992. La declaración de la REEA se produjo en el mismo período en el que la comuna estaba repartiendo las propiedades que están entre la acequia San Vicente de Pusir y otra acequia más arriba llamada Cunquer. Sin embargo, como el gobierno ecuatoriano (representado por el Ministerio del Bien Estar Social y el Ministerio de Agricultura, MBS y MAG en este tiempo) no socializó la declaración localmente, la comuna no sabía del declaratorio sobre su propio territorio y continuó con la repartición de las tierras al norte de la acequia San Vicente de Pusir, marcada en el mapa. Posteriormente, entre

1993 y 1994, cuando los supuestos nuevos dueños trataron de inscribir sus tierras, se encontraron con el freno del IERAC (luego INDA) ya que su finca estaba dentro de la REEA y no era posible su inscripción como propiedad individual. Esta situación causó muchos conflictos y fue el contexto al que se tuvo que enfrentar el primer equipo delegado a manejar la REEA por parte de NEFAN/MAG. Parte del problema se debe al mismo Acuerdo Ministerial No. 415 que declara 15 715 ha como la REEA y publica y ratifica sus límites en el Registro Oficial No. 21 del 8 de septiembre de 1992. Dichos limites, rezados en el Registro y el Acuerdo, son citados textualmente en el primer plan de manejo aprobado y publicado en Marzo de 1994. Este límite de la REEA es casi el

mismo que el límite este de la comuna así que hoy ambas instituciones consideren que es una sola. El límite oeste de la comuna es compartido con la Asociación 23 de Julio dentro de la REEA y no hay conflictos ni propiedades particulares por medio. El límite norte del territorio de la comuna también está dentro de la REEA y colinda con el territorio de la comuna Esperanza, ubicado en el cantón Tulcán. Este límite nunca ha sido trazado de manera adecuada y persiste cierta incomodidad entre las comunas. Hoy, esta situación está siendo manejada a través de procesos culturales del pueblo pasto, con el apoyo del Ministerio de Cultura y sus oficinas provinciales en Tulcán. Pero el límite con mayor conflicto es el del sur, entre la Comuna La Libertad y la REEA. Citamos el texto del Registro Oficial sobre este límite:

Por el sur, desde este último punto en Loma Seca, el límite sigue en dirección suroeste hasta una acequia y luego por esta en dirección noroeste, noreste y noroeste, hasta la Quebrada de Baños; el límite continúa por esta quebrada aguas abajo en aproximadamente 3 km hasta la Quebrada Cariyacu, por ésta aguas arriba y luego por la Quebrada Puerta de Piedra aguas arriba en aproximadamente 800 metros; el límite sigue en dirección oeste por la Loma el Mirador, la Cuchilla del Mayordomo, y luego el recorrido de la acequia que viene desde la Quebrada Puernal [nombre verdadero es Puermal]desde esta quebrada por la Loma Puyurco a 3769 msnm, y luego por una quebrada sin nombre hasta la Quebrada Curiquingue o Chimbo, por esta aguas abajo hasta el río Mal Paso, continúa por esta aguas abajo en aproximadamente 1 km hasta la unión de una quebrada sin nombre y continúa por esta aguas arriba en aproximadamente 800 metros hasta un sendero; continúa en dirección sur por este sendero que conduce al camino que va a Palo Alto [nombre verdadero Palo Blanco] por las faldas del Cerro Chiltazón, luego toma por este camino hasta la Quebrada del Rosario.

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La palabra “acequia” en el texto citado está en negrita porque, al no establecer el nombre de la acequia considerada como límite y, al existir dos acequias paralelas que corren juntas en la zona, San Vicente abajo y Cunquer arriba, se generó y se sigue generando confusión y conflicto. Muchos comuneros afirmaban que la acequia límite debe ser el Cunquer, mientras que otros aceptaron la posición del INEFAN (ahora MAE) de que el límite es la acequia San Vicente de Pusir. Esta situación de conflicto ha persistido hasta el presente y ha causado dificultades en la linderación oficial de la REEA con mojones marcadores. Mientras tanto, por estar en conflicto, este grupo de personas que antes fueron consideradas como socias de la comuna no han participado en la renovación de la comuna a partir del ingreso en Socio Bosque; es decir, no están dentro de las 250 personas legalmente consideradas como socias de la comuna, y por ende, no participan en las reuniones y no perciben los beneficios establecidos con el financiamiento anual del programa. Estado actual de la gobernanza y gobernabilidad de la comuna La Libertad y análisis de las relaciones de poder y liderazgo La actualización del Plan de Manejo Comunitario de la comuna en 2008 coincide con la publicidad en el norte del

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país del Programa Nacional Socio Bosque. El MAE, desde la región I (Esmeraldas, Imbabura, Carchi y Sucumbíos) promociona el programa y tanto comuna como la CGRR hacen contactos para entender su contenido y su potencial para áreas de bosque y páramo en la provincia del Carchi. Inicialmente la información no fue alentadora. Se iba a iniciar en Esmeraldas con el territorio Chachi y con ciertos territorios indígenas en la Amazonia. Personas técnicas del programa, incluso el mismo director nacional, se mostraban interesadas en el caso de la comuna y otras organizaciones sociales con amplias tierras de páramo y de bosques de altura como potenciales beneficiarias; sin embargo, el hecho que las tierras de la comuna estuviesen dentro de un área protegida fue inicialmente un obstáculo. No obstante, en 2009, Conservación Internacional (CI) empezó a financiar a ONG nacionales para apoyar a comunidades del norte del Ecuador en la preparación de sus aplicaciones al programa Socio Bosque. Altrópico, ONG con actividades de largo tiempo en Carchi, logró apoyar a varias comunidades a ingresar al programa y logró un hito histórico al lograr que la comuna Esperanza, en el extremo norte de la REEA, ingresara en los acuerdos incluyendo su territorio dentro de la REEA. Este logro estableció un precedente importante y desde entonces, el programa acepta a grupos con territorios

traslapados con áreas protegidas dentro del SNAP Ecuador.

fondos que recibe la comuna del programa Socio Bosque es de 45250 USD.

CI firmó un pequeño convenio de donación con la CGRR para apoyar a cuatro comunidades a preparar sus aplicaciones a Socio Bosque, entre ellas la comuna La Libertad. Para la comuna, el ingreso tuvo sus dificultades y resoluciones interesantes, situaciones que implicaron paciencia y persistencia para superar cuestiones legales. Tras un año de gestiones debidas a dificultades con el equipo jurídico encargado, en 2011 la comuna entró en el programa Socio Bosque.

Tanto la directiva de la comuna como sus socios reconocen que la colaboración con Socio Bosque ha significado un renacimiento de la comuna y ha encendido un nuevo interés en ser parte de ella.

La comuna hizo su primer plan de inversión para el periodo junio 2012-mayo 2013 con el apoyo técnico de la CGRR y APRODIC (otra ONG local) y el segundo plan fue para 201314. La comuna logró aprobar su tercer plan de inversión (2014-15) con el apoyo técnico del mismo programa. El apoyo de Socio Bosque ha financiado varias actividades de mucho interés para sus socios como: los guardias ambientales, créditos para la entrega de vacunas mejoradas para cada socio, actividades de asistencia como la entrega de canastas de comida para personas ancianas o de escasos recursos, la afiliación de todos los socios y socias de la comuna al Seguro Campesino, la participación en el primer encuentro del pueblo pasto y becas universitarias para estudiantes hijos de socios. El total anual de

El gobierno interno de la comuna hoy es responsabilidad de su consejo directivo, anteriormente conocido como cabildo, compuesto por ocho personas. Actualmente el consejo incluye dos mujeres y seis hombres. Por primera vez en su historia, la presidencia es ocupada por una mujer. Aunque las mujeres siempre han sido socias legítimas de la comuna y siempre han gozado de voz y voto nunca habían logrado ser elegidas como la autoridad máxima. Antes, la comuna reunía en asamblea cada domingo, pero han decidido que esto es demasiado frecuente y desde 2014 se reúnen el último domingo de cada mes. En el libro de actas de la comuna se puede ver en detalle la historia de las acciones y decisiones de la comuna. La asistencia a las reuniones de la asamblea es bastante buena actualmente, mucho mejor que en el pasado (antes de 1999). Además, con el apoyo de Socio Bosque, y para cumplir con sus requisitos y políticas, han establecido nuevas reglas de participación y asistencia obligatoria en las asambleas. Si un socio pierde tres sesiones en el año, pierde el

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beneficio establecido por la comuna con los fondos de programa. Actualmente hay 250 socios y socias reconocidos formalmente como parte de la comuna por el CODENPE. Este reconocimiento formal fue un requisito para poder ingresar en el programa. Los 250 socios representan alrededor de 180 familias. Dependiendo de la historia y parentesco de cada familia, los socios pueden ser tanto esposos como esposas e hijos adultos reconocidos como socios. En el tercer plan de inversión de fondos de programa Socio Bosque para el año presupuestario de mayo 2014 a abril 2015, los programas financiados son cinco: el programa ambiental, que está enfocado en financiar las actividades y honorarios del equipo de guardias ambientales; el programa productivo, que continúa lo iniciado con la entrega de vacunas y pagos a la caja de ahorro de la comuna; el programa social, que incluye una agenda compartida de actividades con la parroquia y la entrega de canastas de comida para personas ancianas; el programa de salud, con el que la comuna logró afiliar a las 250 personas socias al Seguro Campesino; y, finalmente, el programa educativo y de capacitación, que desarrolló una iniciativa en 2013 para financiar ocho becas universitarias de un año para estudiantes hijos e hijas de socios. En 2014 becaron a cuatro personas más. Tras la finalización sus estudios, las personas

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becadas tienen que hacer un aporte de retribución a la comuna relacionado con lo aprendido. En el programa ambiental de la comuna, actualmente existen 14 guardias, 13 hombres y 1 mujer, presidenta de la Comuna. Hay 4 mujeres interesadas en ingresar como nuevas guardias ambientales. Cada guardia hace 4 rondas o giras de monitoreo por mes. Cada ronda dura más o menos 12 horas y tienen rutas establecidas para cuidar y monitorear el territorio de la comuna dentro de la REEA, especialmente; también observan asuntos ambientales (por ejemplo fuegos) en el territorio ya repartido a socios (en la zona productiva de la comuna). 2 personas van juntas en las rondas y llevan su propia comida. La comuna les paga 12 USD por ronda. Los guardias hacen informes de la ronda y los entregan al coordinador. Los informes son aprobados por la presidenta, presentados en asamblea y archivados. Aparentemente no comparten estos informes con el MAE. Según la presidenta, el Consejo de la Comuna opina que el trabajo de protección del páramo y de las fuentes de agua que hace la comuna debería ser reconocido por los municipios que se benefician, especialmente Espejo y Bolívar. El Consejo de la Comuna está analizando la posibilidad de solicitar un apoyo de los municipios para este servicio. Desde 2009 los tres municipios de la cuenca del río El

Ángel, en reconocimiento de los servicios ambientales e hídricos, han aportado al MAE con el pago de personas como guardaparques adicionales al personal contratado por el mismo MAE. La comuna quiere promover el pago de un incentivo adicional a esta contribución. Existe una propuesta, en marcha lenta, promovida por la Mancomunidad de la cuenca del río Mira (MCRM) para establecer un fondo de agua para la cuenca. A la par, el gobierno provincial ha promovido la creación de un fondo de agua a nivel provincial; esta iniciativa tampoco ha prosperado. La MCRM ha logrado firmar convenios institucionales para crear el fondo, pero no ha demostrado la capacidad de liderazgo para hacer que funciones el fondo como algo más que un pequeño proyecto piloto. Es posible que, con el apoyo de la comuna, se vuelva a considerar una propuesta más amplia de fondo de agua para la cuenca del río El Ángel o, tal vez, para apoyar a todas las comunidades de páramo alrededor de la REEA, lo cual podría ser una unidad de gestión de agua más interesante.

La comuna no maneja un padrón de distribución permanente sino que se trata de una distribución por necesidad. Este tipo de gestión es más coherente con las formas de gestión del agua en el pasado, antes de la Ley de Aguas de 1972. Actualmente, la comuna es la única organización en la cuenca del río El Ángel que mantiene esta forma de manejo del agua: un socio de la comuna solicita un turno de uso de agua, estas solicitudes son dirigidos a la comuna y el síndico otorga el uso o un turno. El turno es de 24 horas y la cantidad de agua es, más o menos, la mitad del caudal total. Para este uso se pagan 10 USD por el “alquiler”. Este dinero ingresa a la comuna y es utilizado para el mantenimiento de la acequia (compra de cemento, limpiezas, etc.) o para otras actividades fuera del plan de inversión que solo contempla los fondos de Socio Bosque. Pueden acceder al agua dos personas a la vez (o sea más o menos 5 l/s durante 24 horas.). La comuna también permite a particulares usar el agua (alquiler de un turno) pero el costo es 15 USD en este caso.

La comuna tiene una concesión de agua de 10 l/s para fines productivos, riego y bebederos de los animales. Es distinto de las concesiones para agua para consumo humano que tienen sus propias juntas regionales o juntas de agua potable comunitarias. En el caso de la concesión de la comuna, el agua es solicitada mayormente en épocas secas o de estiaje.

La comuna reconoce dos grupos de actores relacionados con su gestión y manejo del territorio común. El primer grupo está compuesto por agrupaciones del interior de la comuna, formados únicamente por socios. En el taller que organizó la CGRR con la comuna, el grupo de trabajo sobre gobernanza produjo el siguiente cuadro de análisis (tabla 18):

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ACTOR Socios de la comuna

¿QUÉ HACE? Existe un proceso de ingreso como socio de comuna en donde conocen sus obligaciones reglamentadas que incluyen: -Participar en limpieza de acequias -Ahorrar en el banco comunitario -Elaborar y cumplir el plan de inversión de la comuna con relación a Socio Bosque -Asistir a reuniones mensuales el último domingo de cada mes -Aprobar y decidir con voz y voto en asambleas -Participar en eventos culturales con la parroquia La Libertad.

Guardias ambientales (conformado a partir de 2013 con fondos del Programa Socio Bosque)

-Cuidar y proteger el páramo y los bosques del territorio de la Comuna -Proteger los animales y mantener lo natural -Elaborar y presentar informes de monitoreo al consejo y la asamblea de la comuna -Participar en talleres de capacitación Son 14 personas (como en taller actual de 80 horas comuneras (13 liderado por GAD Prov. Carchi) hombres y 1 -Promoción ambiental (entre la mujer que es población de los barrios de la parroquia) actualmente la -Cuidar el agua, “recurso que nos vale presidenta de la a todos y todas” ** Actividad calificada comuna) como más importante.

Consejo de gobierno de la comuna La Libertad

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-Dirige la asamblea de la comuna -Convoca a las reuniones de asamblea mensuales (último domingo) -Invita a la asamblea a participar en eventos de la comuna -Organiza capacitaciones para la asamblea de comuneros -Dirige la asamblea -Hace la gestión y administración de inversiones con los fondos de la comuna de acuerdo a Plan de Inversión (Socio Bosque) -Lleva las actas o memorias de la comuna

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¿TOMA DECISIONES SOBRE TERRITOTRIO?

TOMA DECISIONES SOBRE AGUA?

La asamblea de socios toma todas las decisiones sobre el territorio de la comuna La Libertad. Estas decisiones son guiadas por el Plan de Manejo Comunitario y el Plan de Manejo de la REEA.

El consejo de gobierno de la comuna determina los turnos de agua para agricultura y ganadería. Un comunero puede solicitar un turno de agua de acuerdo a sus necesidades. Esto ocurre más en época de verano. La concesión de agua está a nombre de la comuna, no de una junta de regantes.

El equipo de guardias ambientales informa a la asamblea de su trabajo para ayudar a tomar decisiones. El equipo de guardias no toma las decisiones como tal, sino que participan como socios y socias en la asamblea y en el consejo toman decisiones en estos espacios.

Su rol más importante es cuidar la “esponja de agua” que es el páramo de la comuna.

-Liderar los procesos de toma de decisión de la asamblea de la comuna

El síndico del consejo es quien otorga las órdenes a socios y socias que soliciten el agua para fines productivos.

-Organiza capacitaciones para la -Administra asamblea de comuneros judicial y extra-Dirige la asamblea judicialmente. -Hace la gestión y administración de inversiones con los fondos de la comuna de acuerdo a Plan de Inversión (Socio Bosque) -Lleva las actas o memorias de la comuna Asociación Vicundo (18 comuneros son socios)

-Manejo un sistema de ahorro y crédito para producción ganadera en la comuna -Tiene relación con los proyectos productivos auspiciados por el GAD Provincial Carchi

-No toma decisiones sobre el territorio

-No deciden sobre el agua. Son beneficiarios del agua cuando soliciten, pero como individuos, no como asociación.

Asociación de Mujeres de la Comuna La Libertad (21 mujeres)

-Son socias de la comuna que hacen tejidos. -No toma decisiones -Está bastante decaída, ya no venden en sobre el territorio asociación porque pagan muy poco por los productos (refieren a compradores externos, sobre todo que vienen de Otavalo)

-No deciden sobre el agua. Son beneficiarias del agua cuando lo soliciten, pero como individuos, no como asociación.

El otro grupo de actores sociales son las instituciones u organizaciones fuera de la comuna con las cuales se mantienen

relaciones. El grupo que trabajó sobre este tema ubicó dichos actores en dos círculos.

Figura 20. Mapa de actores sociales externos a la Comuna La Libertad. Ministerio   de  Cultura   Carchi  

Apoyo   moderado  

Junta   Parroquial  

GAD   Municip al  Espejo  

Comité   de   gesAón   REEA  

Corporación   Grupo  Randi   Randi  

Ayuda  en   Acción  

MAGAP  

Apoyo   MAE  REEA   Provincial  

COMUNA   PASTO  LA   LIBERTAD   Seguro   Campesino  

Pueblo  Pasto   Binacional  

MAE   Sociobosque   Junta   regional   San   Isidoro   y  Santa   Teresita  

Unidad   EducaAva  

Sistema  de   agua   potable   Espejo   Bolívar   Bomberos  

Subcentro   La  Libertad  

Oposición  

Consejo   Municipal   Montufar  

Industrias   Lácteas  La   FronAer   Enfriadesa  

Policía  

Oposición   moderada  

Fuente: Elaboración propia. CGRR

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Un círculo más próximo al centro (la comuna) con actores que interactúan con frecuencia con la comuna o que financian actividades; CGRR, MAGAP, MAE-PSB y el comité de gestión de la REEA ocupan este círculo próximo con las dos juntas de agua potable que dan servicio a las familias socias de la REEA y otras personas no socias de los mismos barrios (figura 20). El grupo ubicó a la CGRR en este círculo debido a la relación de apoyo en la planificación e implementación de varias iniciativas locales desde 1999. El MAGAP está incluido por sus varios programas de apoyo productivo, incluyendo el apoyo para las actividades productivas financiadas por el programa Socio Bosque (vacunas, botiquín veterinaria, etc.). El MAE está ubicado en el círculo cercano por su relación con el programa Socio Bosque y el comité de gestión. Inicialmente el grupo dividió el MAE en dos actores: la jefatura de la REEA con los guardaparques y el MAE provincial con su oficina en Tulcán; no obstante, en la discusión se reconoció que realmente es un solo actor a nivel provincial. Reconocen que ahora tienen relaciones cercanas con la REEA sobre todo a través de los guardaparques del MAE que son también comuneros; institucionalmente, las relaciones son más amplias a través del comité de gestión. Debido a la capacitación que brinda el equipo de la REEA/MAE al equipo de guardias ambientales de la comuna, dicen que se han fortalecido las acciones conjuntas.

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El grupo no indicó muchas ONG que colaboran con la comuna, pero señalaron que Ayuda en Acción, desde su oficina en El Ángel, está abriendo apoyos para la comuna y les ayudó a mejorar el equipamiento de la sede. Una ONG que incluye personas socias de la comuna, pero en sus funciones como guardaparques o promotores, es APRODIC. Sin embargo, su relación en los últimos años con la comuna se facilita a través de iniciativas individuales de su presidente quien trabaja también para la CGRR como asistente de campo y promotor social. En cuanto al manejo del territorio común de la comuna, el grupo focal enfatizó que las decisiones sobre la gestión son tomadas internamente, con el liderazgo del Consejo pero siempre en consulta y con la decisión de la Asamblea (decisiones tomadas en votación). Entidades como el MAE, la CGRR y el MAGAP pueden sugerir o apoyar o advertir, pero la decisión es interna. Es por eso que el grupo de trabajo no encontró mucho sentido en el análisis de poder entre los actores sociales porque estos actores no toman decisiones sobre el territorio. Actualmente la comuna está en un proceso de negociación de límites con la comuna Esperanza en la zona norte del territorio dentro de la REEA. El Ministerio de Cultura en Tulcán y el liderazgo del Pueblo Pasto Binacional están apoyando a este

proceso como parte de las actividades en marcha para la conservación del corredor binacional Quitasol entre Carchi y Nariño (Colombia). El Consejo de Comunas de Montúfar, otra organización con trazado ancestral pasto, también está apoyando este proceso. En cuanto a los demás actores en el segundo círculo, fue interesante ver que el grupo opinó que tienen más relaciones con la Junta Parroquial y el Gobierno Provincial, como GADs, que con el municipio de Espejo. El actual presidente de la Junta Parroquial es también socio de la comuna, pero el relacionamiento cercano se debe más a la pertenencia de las familias socias a los barrios que conforman la parroquia y la posibilidad actual de financiar actividades en conjunto con los fondos de la parroquia y lo que recibe la comuna a través de Socio Bosque. Aunque son más periféricos, el grupo reconoció el apoyo de la Tenencia Política al recibir la promesa del Consejo Directivo de la comuna en momentos de elección, el apoyo del GAD Carchi y GAD Espejo con el Museo de la historia de la comuna, la participación del Cuerpo de Bomberos en momentos de fuegos o en las capacitaciones sobre cómo evitar fuegos y el apoyo de Seguro Campesino a los 250 socios afiliados. Para cerrar esta sección, es importante

analizar la situación actual de la gestión del agua desde la comuna. Como ya se describió, la comuna tiene una concesión propia de agua (10 l/s) desde las vertientes llamadas Collaq y Toro Muerto en el territorio de la comuna dentro de la REEA. Esta concesión consta entre las registradas por el INERHI (ahora SENAGUA) y, actualmente, en el Gobierno Provincial del Carchi, resultado de los últimos procesos de desconcentración y descentralización de la gestión y administración nacional del agua. El GAD Carchi está haciendo el registro, análisis e inspección de todas las concesiones de agua en la provincia para todos los usos (doméstico, consumo animal, riego, industrial). La comuna siempre ha manejado su concesión sin una junta de regantes formal, a través de la distribución en tiempos de necesidad por medio de peticiones como se explicó arriba. Sin embargo, el GAD Carchi, bajo políticas nacionales, quiere uniformizar la distribución del agua para riego y aclarar las cantidades de uso. Para la comuna esto representa un dilema. Su administración ancestral ha permitido múltiples usos según necesidades sin tener cuotas fijas de tiempo o cantidad. Frente a los impactos muy probables del cambio climático, su sistema ancestral parece lo más adecuado porque permite compartir equitativamente la escasez y la abundancia; aunque privilegia a los socios de la comuna, permite el uso por otros a través de un pago que es utilizado para

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financiar las reparaciones, mantenimiento u otras necesidades para tener en buen funcionamiento de la boca toma, la acequia y los accesos. Ahora se está analizando cómo diseñar e implementar las políticas nacionales en cuanto a la gestión comunitaria del agua, situación que si bien aún no cuenta con una resolución final, preocupa a la población de la comuna por lo que pueda implicar este cambio profundo en el manejo del agua. Conclusiones La investigación de la CGRR con la comuna La Libertad confirma que la gente reconoce con certeza el incremento de temperatura y, a la vez, variaciones en el régimen de lluvías. Por lo tanto, el fenómeno conocido como sequía fue el más común entre las percepciones de la población entrevistada conjuntamente con la incidencia de vientos fuertes. De todas maneras, al analizar las principales causas de pérdidas en cultivos, aparecen otras variables como el exceso de lluvia, la ocurrencia de heladas y una variable importante: la disminución de los precios en el mercado. Esto quiere decir que si se trabaja sobre alguna de las causas de tipo climático o biológico, debe considerarse también la fluctuación de precios y las formas de negociación en la comercialización de los productos. Respecto de la sensibilidad de las prácticas agropecuarias, se evidencian

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importantes falencias que tienen que ver con el uso inadecuado de maquinaria agrícola, el empleo excesivo de productos agroquímicos y la escasa rotación de cultivos; en los últimos diez años la diversidad de productos ha disminuido y se ha enfocado en la producción de papa. Si bien se identifican prácticas adecuadas en el riego y en la aplicación del calendario lunar, no compensan el gran impacto provocado en el suelo por el mal manejo del mismo. Toda esta situación pone en un riesgo mayor este medio de vida ante los evidentes cambios en el clima. Como se pudo observar en los resultados, el nivel de afectación de los cambios en el clima en el sistema pecuario son notablemente menores que en la agricultura. En gran medida, la estabilidad en los precios de la leche ha sido un elemento clave que ha sostenido la producción ganadera; con ello se ha logrado, en cierta forma, reaccionar ante las pérdidas en los cultivos. En las épocas más secas (mayo–agosto) se pueden identificar problemas importantes, principalmente por la falta de riego, vinculados a la escasez de alimento para los animales. Finalmente, en lo que respecta a la capacidad adaptativa, sobresale el tema sociorganizativo. En este marco, un elemento clave es su reconocimiento como comuna indígena pasto La Libertad. Esta forma particular de asociación les ha

permitido continuar realizando acciones de conservación y producción inherentes a su cosmovisión ancestral asociadas a distintos enfoques como la interculturalidad y el respeto generacional y de género. Sin embargo, los impactos actuales de los cambios en el clima demandan mayores conocimientos, compromisos y acciones concretas por parte de la población, las organizaciones, las autoridades y las instituciones circunscritas a este territorio.

a la sostenibilidad del páramo y la REEA. El trabajo de concientización continuo, de vecino a vecino, promovido por el equipo de guardaparques comunitarios con el apoyo de organizaciones externas, empezó a romper los esquemas destructivos y los reemplazó por un compromiso cada vez más fuerte con la conservación de los recursos naturales y el agua, junto con el uso de prácticas agropecuarias más amigables con el ambiente.

El proceso de elaboración del primer plan de manejo comunitario de la comuna provocó cambios importantes en la capacidad de la comuna para gobernar y gestionar su territorio. Antes de esto, muchos socios y socias consideraban que la declaración de la REEA implicaba la perdida de su territorio y por ende la razón de mantener la comuna como espacio colectivo de organización. El plan re-estableció la importancia de la comuna y los beneficios de su territorio. La capacidad sociorganizativa de la comuna ha incrementado a través de la experiencia ganado en la gestión de los fondos y actividades auspiciados desde el programa SocioBosque.

Desde afuera otros actores reconocen la recuperación de la comuna y su gestión sirve de modelo para otras organizaciones. Ya no es una agrupación de viejos habitantes añorando un pasado perdido sino un ente admirado cuyo membresía es valorada y buscada.

La creación del programa de guardaparques comunitarios demostró la capacidad de las personas de la comuna para vigilar su territorio, monitorear procesos y cambios ambientales y detener el fuego, considerado como la amenaza más grande

A lo largo del proceso de cambio, ha sido importante la visibilización de las mujeres comuneras y su reincorporación como participantes activas en la comuna. Las mujeres fueron explícitamente incluidas en las actividades auspiciadas por la CGRR y otras agencias durante este proceso de cambio, las relaciones de género fueron consideradas y, en momentos, tratadas como asuntos de importancia en la búsqueda de caminos hacia la conservación. Ciertas mujeres experimentaron procesos pequeños de liderazgo y luego asumieron otros compromisos hasta ocupar posiciones dentro del Consejo de Gobierno de la

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comuna. Que la presidencia sea hoy ocupada por una mujer es un buen indicador del cambio y ajuste en las relaciones de género y la aceptación de una mujer en la posición de máxima autoridad local, especialmente por parte de los hombres. El proceso de cambio en la comuna ha sido acompañado por un proceso mucho más amplio de reivindicación cultural y ancestral de las comunidades descendientes de los indígenas pasto, tanto en Carchi como en el sur de Colombia. La comuna ha participado en los encuentros con otras comunidades del norte con ascendencia indígena y han aprendido a apreciar y utilizar los valores del pasado en los desafíos del presente y futuro. Estos cambios de gobernanza y liderazgo han incidido en cambios y mejoras en la

gestión local del páramo. El equipo local del MAE reconoce que el territorio de la comuna está en mejores condiciones actualmente y que han logrado casi eliminar la incidencia de fuegos y cacería. Los incidentes de ambos tipos son promovidos hoy solo por externos. Las giras diarias de observación y monitoreo territorial del equipo de guardabosques de la comuna comunitarios hacen que el territorio de la comuna sea el espacio más controlado de toda la REEA. Durante la actualización del Plan de Manejo de la REEA en 2015, la comuna fue la única organización social que ha reconocido explícitamente el cambio climático como la amenaza más fuerte a la sostenibilidad de los páramos en el futuro. El monitoreo del comportamiento del páramo contribuye a crear conciencia y observación fina sobre los efectos de los disturbios climáticos actuales que promueven la construcción de medidas de adaptación adecuadas.

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@MARCOS CERRA, ECUADOR

El proyecto “Comunidades de los Páramos” busca contribuir a la conservación de los ecosistemas del páramo andino como unidad ecológica de especial importancia, tanto por los valores naturales y culturales que atesora como por las funciones ecosistémicas que cumple y que son de importancia vital para las poblaciones humanas localizadas en su área de influencia. Para desarrollar esta estrategia se trabaja desde el conocimiento científico y la valorización del conocimiento tradicional para aumentar y consolidar las capacidades locales para ejercer incidencia política y social, así como la implementación de prácticas locales para la adaptación al cambio climático, con un enfoque de alcance regional que permita que el trabajo local, con sus avances, y los nuevos retos que surgen en la gestión de los páramos con los actores locales, se vea reflejado a este nivel. El Proyecto Regional Comunidades de los Páramos es ejecutado por la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza e implementado, a nivel nacional, por las siguientes organizaciones: Tropenbos Internacional Colombia y el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander Von Humbolt en Colombia, la Fundación Ecociencia en Ecuador y el Instituto de Montaña en Perú. Esta iniciativa se lleva a cabo con el financiamiento del Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia.

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