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Wolfgang Haberland
Informe preliminar de investigaciones arqueol6gicas en la gruta de Corinto y sus alrededores
Durante los meses de enero a abril de 1977, tuvimos la grata oportunidad de dirigir excavaciones e investigaciones arqueologicas en el area contigua al pueblo de Corinto, en el departamento de Morazan. El programa de trabajo abarcaba dos aspectos: en primer lugar, proseguir con las investigaciones de las pinturas rupestres de la famosa "cueva del Espiritu Santo" 0 "gruta de Corinto", y luego realizar excavaciones en tierras ubicadas ligeramente hacia el este. 1 En cuanto al primer aspecto, se han registrado y anotado dibujos precolombinos antes desconocidos; un estudio sobre la manera mas practica y segura de conservar todas estas obras artisticas se encuentra en preparacion; un informe futuro reportara sobre ellas, con las indicaciones del caso. El segundo aspecto, las excavaciones arqueo16gicas realizadas -que son el tema principal del presente informe- se concentraron en los terrenos inmediatos a la cueva; este terreno declina hacia el este, desde la entrada de la cueva hasta la planicie de Sabana Grande, a una distancia de unos quinientos metros. Dicha declinacion a veces es pronunciada, especialmente en la parte occidental -la mas cercana a la cueva- alcanzando alrededor de 20° de inclinacion. Cerca de la entrada se encuentran unos bloques rocosos, que posiblemente formaban parte del techo de la cueva, la cual fue, indudablemente, mas grande en la antiguedad. Algunos de nuestros sondeos revelaron que a corta distancia de la entrada de la cueva, hacia el este, se encontraban unos bloques a cierta profundidad y otros ubicados mas abajo, siempre hacia el este, los cuales ni siquiera sobresalen de la superficie actual.
De nacionalidad alemana, Wolfgang Haberland es portador de un doctorado en arqueologia de Centroamerica, que obtuvo en la Universidad de Hamburgo en 1952. Entre 1956 y 1971, fue conservador del Hamburgisches Museum fiir Volkerkunde y, a partir de 1971, paso a ser adem as jefe del departamen to de las Americas del museo, donde todavia ejerce despues de jubilado. EI trabajo que se describe aqui fue patrocinado por el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Republica Federal de Alemania y apoyado por la Administracion del Patrimonio Cultural de EI Salvador. Manuel Roberto Lopez, de dicha dependencia del Ministerio de Educacion, sirvio como ayudante tecnico en el proyecto. 1 Para informacion sobre las pinturas descubiertas anteriormente, veanse Wolfgang Haberland, "The Cave of the Holy Ghost", Archaeology 25 (1972): 4: 286-291; y Wolfgang Haberland, "La cueva del Espiritu Santo") Anales del Museo Nacional "David 1. Guzman" 49 (San Salvador, 1976), pp. 93-106 .
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Mesoamerica 21 (junio de 1991)
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Investigacion posterior a 1 Al final
Figura 1. Puntas de obsidiana: (a) punta de flecha pequefia de 1.9 centimetros de longitud, proveniente del pozo PI a una profundidad de 55-80 centimetros; (b) punta de proyectil de 3.2 centfmetros de longitud (pozo PI, entre la superficie y 55 centimetros de profundidad).
En busqueda de posibles restos arqueologicos y de la estratigrafia asociada con ellos, hicimos nueve pozos de sondeo, de los cuales abandonamos dos a poca profundidad, por haber encontrado en ellos gran des bloques de piedra imposibles de mover, al menos por nuestros equipos. De los siete sondeos restantes, tres de ellos (P, P1 y P2) se ubi caron entre la hondonada y el penasco; los demas terrenos al este (Figura 1). Estos pozos de prueba fueron distribuidos de tal manera que permitieran determinar la extension y las diferentes capas estratigraficas del sitio. Sin embargo, se encontraron restos arqueologicos en todos los pozos; por este motivo no llegamos a definir los Hmites origin ales del mencionado sitio. La estratigrafia mas clara aparecio en los pozos 1, 3 y 5, mientras que en el pozo 6 la distribucion de los restos arqueologicos fue bastante irregular; este es el mas cercano a la entrada de la cueva y el que se encuentra ubicado mas al occidente. Los objetos de sus dos estratos superiores indicaron que habian sido trasladados desde su posicion original en la cueva debido a la erosion ocurrida en algun periodo indeterminado; posiblemente, esta reubicacion 0
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CUADRO 1
Principa1es materia1es encontrados en los pozos excavados
Pozo y eapa Totalob (en em .) sidiana Pozo 1 0-80 80-165 165-175 2 175-190 110 190-220 55 220-230 30 Pozo 3 0-50 50-70 1 70-180 180-190 57 190-220 33 220-240 4 Pozo 5 0-32 1 32-100 4 100-155 5 155-180 20 180-200 14 200-220 Pozo 6 0-25 25 25-90 46 90-155 36 155-165 7 165-190 3 Pozo P 0-83 121 83-103 54 103-120 15 Pozo Pl 0-55 5 55-80 21 54 80-110 Pozo P2 0-70 13 Totales 736
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Investigacione
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nuestra opinion , pertenece tambien a la fase lepa, ya que no encontramos objetos 0 fragmentos de piedra afilada en capas inferiores . El Cuadro 1 senala que tambien se encontraban lascas de obsidiana y de pederna.l en los estratos superiores, aunque siempre en cantidades menores. En los pozos 1, 3 y 5, las capas inferiores siguien tes, de m as 0 menos 70 a 180 centfmetros de profundidad, carecfan de m ateri al arqueologico 0 tenfan so lamente unas pocas lascas de obsidiana 0 de pedernal. Gener almente, la tierra en estas comparte las mismas caracteristicas de los estratos sup eriores; es de cir, es tierra negra vegetal. Los componentes ubicados a mayor profundidad en esta capa, variable en espesor en los distintos pozos estratigraficos, mues tran una ligera mezcla de arena con la tierra vegetal. A una profundidad que varia entre 155 y 180 centimetros, aparece un cambio importante en el tipo de suelo: comienza con una mezcla de barro (mas 0 menos de color cafe) yarena fina, la misma que se encuentra al norte de la hondonada, 0 sea, entre esta y el penasco rocoso donde cavamos las pruebas P, PI, y P2. E n un sondeo personal (P), observamos que los dos componentes no estaban distribuidos uniformemente, ya que en unos lugares se encontraba arena casi pura y en otros, barro con muy poca arena. Esta distribucion tomada en conjunto con una laminacion fina de 1a tierra deposit ada, da 1a impresion de que el material constituye una sedimentacion por accion de agua, posiblemente de agua viva. Otra indicacion que conduce a esta conclusion es 1a presencia de numerosas piedras redondeadas de diversos tamaiios. En esta capa, cuyo espesor es de unos sesenta centimetros, encontramos la mayor parte de nuestros hallazgos arqueologicos: lascas 0 instrumentos de obsidiana 0 de pedernal. La palabra "pedernal", tal como aparece usada aqui, qui ere decir solamente que el ma terial asi denominado no es de obsidiana. Se observaron diferentes colores y consistencias de dicho pedernal. Una consulta con minerologos producira una lista detallada de las diferentes clases de piedras usadas por el hombre durante este tiempo remoto para la confeccion de sus instrumentos. Esperamos incluir dicha lista en nuestro informe final. En un informe preliminar sobre la industria Utica no es posible discutir todos sus detalles, ni hay posibilidades de hacerlo en este momento, ya que estin pendientes las investigaciones detalladas necesarias, por 10 que limitaremos la informacion aqui incluida a 1a divulgacion de las noticias mas generales. Nos llama la atencion el hecho de que no exista ningun utensilio bifacial entre los restos liticos de esta capa profunda, ni siquiera uno que muestre signos de percusion controlada. Tampoco encontramos lascas de tipo regular o prismatico. Andrews, refiriendose a sus excavaciones en Quelepa, menciona este tipo de lascas en los estratos mas hondos explorados, es decir, en los de la fase Uapala, fechada entre 500 a. C. y 150 d.C., al occidente de El Salvador y en las capas inferiores de otros pozos estratigraficos. 4 Reuniendolos todos, tenemos entonces un total de 22 raspadores 0 fragmentos de ellos. Catorce 4 The Archaeology of Quelepa, El Salvador, pp. 158-160 Y apendice VI.
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Figura 4. Raspa. Figura 2. Raspador de pedernal de 3.5 em de longitud (pozo P, 65-83 em).
Figura 3. NUcleo-raspador de pedernal de 7.7 em de longitud (encontrado en la superfieie) .
rasp adores (Figura 2) pertenecen al tipo "raspador terminal". Algunos no fueron hechos de fragmentos, como era 10 normal, sino que los elaboraron despues de haber separado las lascas de la piedra original, para poder utilizar el micleo del mismo como el implemento deseado (Figura 3); a este tipo se Ie conoce algunas veces como "raspadores formados del micleo" y se caracteriza
Figura 5. Ras]
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Figura 4. Raspador lateral de pedernal de 6 em de longitud (pozo 1,175-190 em) .
P, 65-83 em) .
Figura 5. Raspador redondo de pedernal de 4.6 em de longitud (pozo 6, 25-90 em) .
Algunos no los elaboraron poder utilizar a este tipo se Ie y se caracteriza
por el empleo de una tecnica utica no muy desarrollada. Otros rasp adores han sido confeccionados de lascas irregulares, con dimensiones que varian entre 3 y 7.5 centimetr~s para los ejemplares completos. Otros tres rasp adores (Figura 4) pertenecen al tipo "raspador lateral". Encontramos, ademas, un "raspador redondo" (Figura 5) y un "rebajador de rayos" (Figura 6), un tipo especializado de rasp adores laterales que presenta una cavidad lateral. Estos
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Figura 6. "Rebajador de rayos" de pedernal de 5 em de longitud (pozo 6, 2590 em). Figura
Figura 7. Buril de pedernal de 2.5 em (pozo P, 0-65 em).
ultimos dos tipos, as! como los dos rasp adores laterales y los tres terminales, se encontraron en el pozo 6. Deberiamos incluir otros cinco fragmentos mas, que han sido clasificados tentativamente como "hachuelas". Todos los raspadores, con una sola excepci6n, estan hechos de pedernal. EI tinico ejemplar de obsidiana es muy pequeno y posiblemente no constituye un implemento.
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(pozo 6, 2590 em).
Figura 8. Perforador de pedernal de 4.2 em (pozo 1, 175-190 em).
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!s terminales, se ~entos mas, que los raspadores, co ejemplar de ~plemento.
Nueve de los once buriles encontrados fueron elaborados de pedernal; los otros dos, de obsidiana. Todos muestran el golpe tipico de este instrumento (Figura 7) y son bastante pequeiios (de 2 a 4 centlmetros de longitud los de pedernal y de 1.5 a 2 centlmetros los de obsidiana). Otros siete instrumentos de pedernal se pueden clasificar como perforadores (Figura 8); sus dimensiones son iguales a las de los buriles. En el sondeo PI, entre 0 y 55 centlmetros de profundidad, encontramos un instrumento de obsidiana que tambien puede haber sido un perforador; pertenecia a un estrato que contenia bastantes fragmentos de ceramica. Encontramos tambien una de las puntas de fiecha que posiblemente provenla del complejo joven de la fase lepa. Andrews encontr6 un instrumento para grabar en Quelepa mucho mas largo que uno encontrado en Corinto. 5 Sin embargo, este hallazgo indica que existla este tipo de instrumento en la fase lepa. Los tip os de instrumentos, asi como tambien las indicaciones tecnicas respecto a su fabricacion, demuestran que el complejo preceramico encontrado en estratos interiores en frente de la cueva del Espiritu Santo -que se denomino el "complejo Zuncuyo"- es de considerable antigiiedad. Notamos no solamente la ausencia de lascas prismaticas, de puntas de proyectil, de retoques finos y de objetos bifaciales, sino tambien, por contraste, la presencia de buriles y de raspadores gruesos, hechos que sugieren la posibilidad de que el complejo Zuncuyo se reladone con una epoca bast ante remota, quizas anterior aun al periodo preproyectil. Sin embargo, se requieren 5 The Archaeology of Que/epa, pag. 160, figura 163n.
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todavia mas estudios, tanto de los hallazgos obtenidos durante la temporada de 1977 como de los productos de futuras investigaciones en el campo para definir bien el complejo sobre bases solidas.
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