X JORNADAS SOBRE ALTERNATIVAS RELIGIOSAS EN AMERICA LATINA SOCIEDAD Y RELIGIOSIDAD EN EL TERCER MILENIO TITULO PONENCIA

X JORNADAS SOBRE ALTERNATIVAS RELIGIOSAS EN AMERICA LATINA SOCIEDAD Y RELIGIOSIDAD EN EL TERCER MILENIO TITULO PONENCIA FIESTAS RELIGIOSAS POPULARES

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X JORNADAS SOBRE ALTERNATIVAS RELIGIOSAS EN AMERICA LATINA SOCIEDAD Y RELIGIOSIDAD EN EL TERCER MILENIO

TITULO PONENCIA

FIESTAS RELIGIOSAS POPULARES EN EL NOROESTE ARGENTINO Prof. Celia Aiziczon de Franco Facultad de Artes Universidad Nacional de Tucumán

El carácter de un pueblo está dado por la cosmovisión, es decir, por el modo que ve el orden de la realidad que lo rodea. La visión del cosmos equivale a la concepción de una sociedad, que dará lugar a una cosmogénesis social, que es la generación de un nuevo tipo de armonía en el mundo de las relaciones entre los seres humanos. Es difícil pensar que el hombre puede prescindir en alguna medida de lo sagrado; lo que en este caso no equivale a decir que por ello tenga que estar integrado o pertenecer a una religión determinada, porque como dice Mircea Eliade: “religión puede ser una palabra útil todavía, siempre y cuando tengamos bien claro que no implica necesariamente creer en Dios, dioses o espíritus, sino que se refiere a la experiencia de lo sagrado y por lo tanto estará relacionado a las ideas de existir, de tener significado y de lo verdadero.(1)

(1) Mircea Eliade, “La Búsqueda”, Editorial Megápolis, Buenos Aires, 1972, pág. 7

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Religioso sería según su etimología – religare – estar ligado a algo, inserto en una trama de relaciones, una dimensión totalmente constitutiva de la existencia, “caracterizada por la búsqueda constante de un fundamento absoluto, de un supremo valor que de sentido, no solo a la vida humana, sino a la totalidad del universo, búsqueda que puede llevar a la plenitud del encuentro con lo sagrado, a la obstinada negación de su presencia, o que puede desarrollarse en una dialéctica afirmación y de duda ante el misterio” (2) Por ello podemos decir que la religión es lo Otro, lo Sagrado, dotado de un poder superior al del hombre. Por lo tanto la religión no incluye solo el conjunto de creencias y dogmas, lo que llamamos las “religiones constituidas” sino también las normas morales para la conducta individual y social y las prácticas rituales con sentido de adoración o propiciatorio, que es lo que se ha dado en llamar religiosidad. Así al lado de las religiones constituidas formadas por un ”hábeas” de dogmas o creencias, está la otra religiosidad, presente en el inconsciente colectivo, en el imaginario social, que es la religiosidad popular, que puede tomar hechos prácticas de las religiones “oficiales” pero que los recrea libremente y los transforma para hacerlos suyos; se trata de un conjunto complejo y a veces contradictorio, como la vida misma y en donde el elemento esencial es su vitalidad, su permanente ebullición y movimiento. Detrás de las religiones constituidas, el pueblo tiene sus propias formas religiosas, que se distinguen a través de los rituales, sus ceremonias y sus fiestas. EL SENTIDO DE LA FIESTA La fiesta es el tiempo que se destaca, de la totalidad de la duración como particularmente potente y se realiza en un momento especial de la sucesión, marcando un cambio total frente al tiempo cotidiano. Durante las fiestas el hombre se comporta de un modo totalmente diferente que en los días comunes y corrientes. (2) María Eugenia Valentié, “Para una Definición de lo Relligioso”, Revista Ensayos y Estudios n° 1 Facultad de Filosofía y Letras, Tucumán, Argentina, 1973

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El calendario es por esencia, calendario de fiestas, esto ya así en la más remota antigüedad egipcia y lo fue también en Grecia y Roma. Pero también el calendario de nuestros campesinos es un calendario festivo que destaca las épocas sagradas, el tiempo de la siembra y de la trilla, de la orgía. La fiesta es el perfeccionamiento de una creación, es ese su sentido: "volver a empezar, anular el pasado, para renacer con mayor vigor". Por ello son importantes los rituales, donde el hombre vuelve a situarse en el momento mismo de la creación, en el comienzo del tiempo, con la imitación y la repetición.(3) El rito religioso comprende una serie de actos que se cumplen para actualizar una realidad sagrada y provocar ciertas emociones, crear una atmósfera distinta y atraer hacia el centro de lo sagrado.

Mediante los rituales el hombre vuelve a situarse en el momento mismo de los hechos, con la imitación y la repetición quedan aseguradas la realidad y la duración de todas las cosas. "Debemos hacer lo que los dioses hicieron al principio, así hicieron los dioses, así hacen los hombres" tanto de los pueblos primitivos, arcaicos, como de los más evolucionados. La celebración de la fiesta junto con el ritual opera un corte en el tiempo profano o cotidiano, que le permite situarse en lo mas profundo del espíritu humano. Tiempo que irrumpe en la horizontabilidad de lo profano, cotidiano o rutinario. Este corte vertical opera una transformación en el tiempo homogéneo, esta incisión perpetra "un tiempo sagrado", "una fiesta", así nace el calendario de fiestas e indica que puntos del tiempo tienen valor y poseen poder. El hombre al "instalarse" en el tiempo sagrado de la fiesta, se evade del tiempo cotidiano, para "vivir" un "tiempo" que parece que se eterniza en cada punto.

(3). ELIADE, Mircea: El Mito del eterno retomo. Editorial Sudamericana. 1968.

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La celebración del ritual opera un corte en tiempo profano que introducen las hierofanías, los ritos, las fiestas, el éxtasis, ya sea colectivamente

o

en

forma

individual,

presente

en

las

sociedades

secularizadas, es el índice significativo de la íntima necesidad que siente el hombre de retomar a los "orígenes".

Según Gusdorf, puede definirse a "la fiesta" como la "reprise" del mito, en su plena actualidad;- como el juego del mito jugado por la sociedad entera. Expresa así, bajo una forma privilegiada, la ontología de la repetición, característica de la existencia primitiva.(4)

Del mismo modo toda fiesta, toda "hierofanía" cambia el espacio común, en un espacio sagrado. Un lugar se tomará sagrado porque allí se cumplió un acto ejemplar, se hizo presente la divinidad y el espacio, lugar sagrado por excelencia es la imitación de un modelo celestial. En ese lugar deben realizarse las fiestas y los ritos para mantener la presencia de lo sagrado. Es el sitio del culto. Estos sitios no son elegidos por los hombres, se manifiestan a ellos, los hombres no tienen "libertad" para elegir el emplazamiento de un lugar sagrado, no hacen sino buscarlo y descubrirlo mediante la ayuda de signos misteriosos, así ocurrió con Jerusalén, la Meca, Roma, El Cuzco, etc.

Respecto del espacio sagrado es importante lo que expresa Van Leeuw, en su obra Fenomenología de la Religión: "El espacio sagrado es un lugar que se transforma en "sitio" cuando se repite en él el efecto del poder o cuando lo repite el hombre. Es el sitio del culto. El santuario natural es el mas antiguo que conoce el hombre entre los diversos sitios, el mas primitivo, fue seguramente la gruta o la caverna. Pero pronto surgen al lado santuarios artificiales. Muchas veces lo "construido" y lo "dado", la "casa" y el "bosque" permanecen unidos."

(4) George Gusdorf, “Mito t Metafísica”, Editorial Novoa, Buenos Aires, 1970.

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Mito, magia, religiosidad se presentan como manifestaciones fundamentales del hombre, que lo pone frente al misterio, que lo acomete y lo sobrecoge en determinados momentos y que busca un cauce para expresarse. De esta manera aparecerá el rito o el culto donde el hombre será protagonista, actor, participante activo y comprometido y no sólo espectador.

"El rito aparece como una forma objetivada, extraindividual, se trata de una acción social, la comunidad está presente en la ejecución del rito, que comprende una serie de actos que se cumplen con vistas a la actualización de cierta realidad sagrada, repiten un hecho arquetípico protagonizado en un tiempo mítico o divino".(5)

Toda fiesta junto con su ritual está expresado a través de un lenguaje simbólico que se manifiesta por medio de la danza, la música, la vestimenta, la palabra. La fiesta es un medio de comunicación, comunicación que se establece a partir de un "culto" o "ceremonia" que une a toda una comunidad y que se percibe por la transmisión de generación en generación. Gracias a ello han llegado hasta nosotros los conocimientos de las mas diversas y remotas culturas.

El pueblo construye sus propios mitos y sigue celebrando las fiestas, su calendario está regido por ellas, por un "antes" y un "después" de su celebración. Las espera y se prepara para participar en ellas, se nutre con sus vivencias y ellas alimentan su esperanza.

La fiesta es la expresión culminante del ritual, que tiene la función de poner en movimiento la energía vital de los hombres que participan de ella. Toda fiesta religiosa da lugar a la fiesta orgiástica, donde todo exceso es permitido.

(5) VAN DER LEEUW: Fenomenología de la Religión. F.C.E. – México.

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Mircea Elíade expresa en su Tratado de Historia de las Religiones, respecto de la función ritual de la orgía que: "Los excesos cumplen un papel preciso y provechoso en la economía de lo sagrado. Rompen las barreras que separan al hombre, la sociedad, la naturaleza y los dioses; ayudan a que circule la fuerza, la vida, los gérmenes de un nivel a otro, de una zona de la realidad a todas las demás. Lo que estaba vacío de sustancia, se colma; lo que estaba fragmentado, se reintegra a la unidad; lo que estaba aislado, se funde en la gran matriz universal. La orgía hace circular la energía vital y sagrada. Toda "fiesta" lleva en su estructura la vocación orgiástica".(6)

La fiesta es una forma específica de utilizar los espacios en orden a representar las obras mas arraigadas, donde se exponen los misterios mas profundos, donde se liberan los tabúes mas estrictos. “Es la clásica dialéctica entre dos formas de ver el espectáculo: la que intenta imponer el poder establecido y la que trata de manifestarse desde lo popular. La fiesta constituye así la liberación ritualizada y tras su videncia el individuo puede de nuevo reintegrarse liberado de tensiones, a lo cotidiano, con la esperanza de la repetición. Mediante la orgía se intenta restaurar un derecho de manifestación que exige el principio del placer” (7)

En América Latina la fiesta religiosa continúa vigente y en ella se mantienen los elementos propios de los pueblos indígenas como los aportados por el Cristianismo a través de la conquista, la fiesta religiosa y la orgiástica no son sino dos caras de una misma moneda que buscan expresar aquella parte íntima y misteriosa del hombre.

(6) Mircea Eliade, Tratado de Historia de las Religiones, Cristiandad, Madrid, 1974. (7) José Fernández Arenas (coordinador), “Arte Efímero y Espacio Estético”, Editorial El Hombre, Barcelona, España, 1988

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IRUYA: SU GENTE Y SU FIESTA

Iruya es un pequeño y hermoso pueblo situado en la provincia de Salta. Se dice que su nombre proviene de un arbusto de la zona llamado "iru" o "iro", pertenece a la lengua aymará y significa: "urga": cara, "iru": paja, "cara de paja" o también "yoc": abunda; "lugar donde abunda la paja".

Según cuenta la tradición, Iruya surgió por la aparición de una imagen de la Virgen del Rosario bajo un iro, en un monte próximo a Pueblo Viejo (primer centro poblado de Iruya) lugar al cual iban los pobladores a buscar leña. Trasladada la imagen, volvió a aparecer en el monte y así repetida veces, lo que el espacio donde se ha hecho presente lo sagrado, como diría Mircea Elíade una "hierofanía". Este espacio que no es elegido por el hombre, sino que se le manifiesta, el hombre solo lo descubre mediante la ayuda de signos. Lo primero que se hizo fue entonces construir una capilla, lugar donde ahora se levanta la Iglesia, que con su blancura, se destaca entre los cerros que la resguardan y rodean.

Sus primeros habitantes fueron los ocloyas, integraban diversas tribus dependientes de los omaguacas, poseían un moderno sistema de riego, aprovechando el agua del río y de vertientes. Cultivaban papas, maíz, quinua, jocones, y aprovechaban la algarroba y la tuna.

La llama era utilizada como un animal de carga, y proveedora de lanas. La vicuña era de uso exclusivo del inca y su círculo de nobleza. Entre las artesanías se destacan la cerámica, cestería y trabajos en madera del lugar. Conocían algunas técnicas para trabajar el metal: oro y plata, con lo que fabricaban brazaletes y adornos.

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Sus casas de piedra, eran rectangulares, con techos de paja y barro con una sola entrada.

Los ocloyas constituían un pueblo pacífico, doméstico; en el siglo XVI este pueblo fue otorgado en encomienda, cuando se fundó Jujuy en 1593 Argañaráz sometió a los ocloyos y encargó su evangelización a los jesuítas, pero éstos no realizaron una labor fructífera, fueron los franciscanos que en el siglo XVII logran una eficaz obra de evangelización.

La Fiesta Grande divide el calendario de Iruya ...

La fiesta se realiza en honor de la Virgen del Rosario, patrona del pueblo. La misma comienza con un novenario y tiene su punto culminante el primer domingo de octubre con la solemne procesión. La fiesta puede considerarse de carácter religioso popular y los elementos que intervienen en el ritual muestran su prominencia del culto católico, de la influencia y de la dominación española en su doble aspecto: el poder de la iglesia, por un lado, y el grupo de las "máscaras" o "coreográfico", por el otro, residuo en parte de la cultura popular con raíces en la Edad Media que trajeron los españoles en el período de la conquista y la colonización, y elementos propios de los pueblos indígenas conquistados y sometidos.

Las máscaras que se usan sólo en esta fiesta permanecen durante el año guardadas en la iglesia. Los "disfrazados" son todos hombres que están cumpliendo una promesa: "promesantes". Es un conjunto compuesto por dos caballeros, un torito, un negro (que es llamado también rubio) y seis "cachis". Los disfraces están compuestos de la siguiente forma:

NEGRO La máscara es negra, con rasgos muy marcados de la raza africana. Faja ancha de cuero, recubierto de monedas de diferentes tamaños completa 8

el atavío. ¿Sería la presencia de la raza negra, que llegó con los conquistadores? Símbolo del mal, del desorden, del caos. TORITO Sobre la cabeza, sin cubrirle la cara, tiene una gran máscara de un torito completo, sentado, con larga cola de crin blanca que cae sobre la parte de atrás. El toro es blanco y negro y sobre las astas tiene una pequeña guirnalda de flores. Lleva un tiento para darte movimiento. Símbolo de la fertilidad que será capado y sus testículos enterrados y la sangre regada para obtener abundancia de ganado, trabajo y cosechas. CABALLEROS Uno de ellos tiene camisa azul, el otro camisa colorada. En la cintura tienen una ancha faja de cuero con las iniciales V.R. -Virgen del Rosario- que termina en la parte de adelante con la cabeza de un pequeño caballo. En la mano izquierda tienen un cuchillo, cuyo mango está envuelto con un pañuelo blanco y la hoja pintada simula que está ensangrentada. No tienen máscaras como corresponde a los caballeros que cuidan a la Virgen. Sus cuchillos están tapados con un pañuelo blanco.

CACHIS Es el conjunto formado por seis personas de ambos sexos que representarían a la comunidad: viejos, jóvenes y niños. Sus máscaras pintadas de blanco simbolizarían su conversión al cristianismo y su defensa a las normas establecidas por la comunidad. El latiguillo que llevan sería el instrumento a través del cual imponen las normas y alejan al hombre de las tentaciones. Sus vestimentas presentan rasgos típicos de la usada por los lugareños, por ejemplo: poncho, pañuelos, polleras anchas las mujeres, pantalón chiripa los hombres.

Estas manifestaciones populares actuaban en los patios o "atrios" 9

como complemento de las fiestas que realizaban los señores. De la misma manera este grupo sólo actúa delante de la puerta de la iglesia, sin penetraren ella por considerarse como elementos no propios del culto católico, pero que tuvo que ser aceptado por imperio de una tradición que pesaba fuertemente en el pueblo como un componente fundamental para la realización de la fiesta. Dentro del grupo coreográfico solo los "cachis" pueden ser considerados como los únicos elementos que aportaron los indígenas quienes se adecuaron a las nuevas formas impuestas por la conquista, tratando de conservar la danza, la música y las máscaras.

En estas fiestas siempre se rinde culto a la Pachamama, la Madre Tierra, ofreciéndole "coca" y "alcohol", mezclados en algunos casos con agua bendita, para que proteja sus cosechas,

Por ello no podría hablarse de un sincretismo sino de una yuxtaposición de elementos cristianos y pre-cristianos; la fiesta muestra la relación entre una cultura hegemónica y la dominada indígena, los verdaderos fundamentos de la cultura derrotada parecen emerger en la fiesta orgiástica, en el baile ceremonial, en una vuelta al caos original, donde el hombre del pueblo volverá a integrarse con el todo primordial.

"La fiesta restablece la situación límite, donde el orden ha nacido del desorden; donde caos y cosmos se hallan todavía contiguos. Las potencias vitales, de ordinario comprimidas y estilizadas por imperativos de la vida en común, pueden desplegarse y manifestarse en la plenitud de su exigencia".(8)

(8). GUENON, Reneé: Símbolos fundamentalles de las Ciencias Sagradas, Eudeba – Buenos Aires 1976.

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Se pone así de manifiesto la fiesta como acontecimiento es decir como espectáculo y puesta en escena. Dado a ver. A oir. A tocar. Propio para bailar y comer. Bueno para gozar; apropiación común de la que se sacia la vida colectiva y que es como el espejismo de los sueños. La fiesta remite al conjunto de la experiencia imaginaria. Ni la antropología ni la filosofía pueden explicar esa manifestación subversiva que opone a la cohesión de los conjuntos, la destrucción de las formas instituidas. (9)

LA FIESTA DEL SEÑOR DE MAILIN

Entre las grandes devociones santiagueñas, la dedicada al Señor de Mailín puede considerarse como una de las más importantes fiestas de carácter religioso-popular por la magnitud que la misma alcanza y su grado de irradiación que trasciende los límites de las provincias argentinas cercanas hasta llegar a naciones limítrofes como Paraguay y Brasil, logrando una concentración humana que ha llegado a superar los sesenta mil peregrinos, que movidos por la fe, vienen a buscar "protección" o a cumplir "promesa" con el Señor de Mailín. Geográficamente la localidad de Mailín se encuentra situada en la provincia de Santiago del Estero, en el Noroeste de Argentina.

El calendario de la fiesta es móvil y se celebra con la que coincide con el día de la Ascensión del Señor, precedida de un novenario, que culminará ese día con la solemne procesión en honor al Señor de Mailín.

(9) Jean Duvignaud, “El Sacrificio Inútil”, Fondo de Cultura Económico, México, pág. 213.

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Mailín es una palabra de origen quichua y se dice que proviene de "mayllín", palabra que significa represa natural o laguna, también "lugar donde se lava" o "puede lavarse" y sobre este nombre "mayllín" se cuenta una leyenda conservada por la tradición oral que dice que es el nombre legendario de una "bruja" con cabellos de casi dos metros de largo y que tenia el poder de atraer, mediante los mismos, a quien ella quería, hacia las aguas del estanque para luego ahogarlo.

¿Cuál es el origen de la devoción del Señor de Mailín?. El mismo parece remontarse a fines del siglo XVIII cuando Juan Serrano, un antiguo vecino del lugar, vio una luz en el hueco de un algarrobo y atraído por la misma se dirigió junto con otros lugareños hacia el árbol y encontró una cruz de madera con la imagen de Cristo pintada. Ante esta milagrosa aparición, decidieron trasladar la imagen y llevaría a la casa de Don Juan Serrano, y según se cuenta no fue posible hacerlo, a pesar de su reducido tamaño y su poco peso, la cruz mide 70 cm. de largo en brazo mayor por 40 cm. en el otro brazo. Ante esta resistencia que mostraba la imagen, se decidió dejarla allí y construir una pequeña ermita, obedeciendo a la inequívoca señal por la cual la imagen quería permanecer en ese lugar y ser venerada allí. Esta hierofanía muestra como el espacio físico se transforma, se sacraliza, se impone al hombre, recortándose sobre el espacio profano.

El árbol, un viejo algarrobo, y el espacio que lo circunda es uno de los espacios "sagrados", donde todos los que concurren a la fiesta se acercan con gran devoción a prender una vela y dejar alguna ofrenda dentro del hueco del árbol, que se encuentra protegido para evitar su destrucción. Así el árbol se convierte como dice Mircea Elíade "en objeto religioso en virtud de su fuerza, el árbol está cargado de fuerzas sagradas. Puede llegar a ser un símbolo del Universo, que constituye en su conjunto - piedra-altar - un macrocosmos efectivo, símbolo de la vida, centro del mundo y soporte del cosmos". 12

Cirlot es un Diccionario de Símbolos que expresa: "Coincide el árbol con la cruz de la Redención y en la iconografía cristiana la cruz está representada muchas veces como el árbol de la vida. La línea vertical de la cruz es la que identifica con el árbol, ambos como ejes del mundo, implica otro agregado simbólico: el del lugar central".

Ese lugar será sagrado porque allí se manifestó la divinidad, se produjo el "milagro" y así lo seguirá considerando toda esa multitud que se congrega para expresar su devoción y su fe.

La cruz, que para algunos historiadores, podría haber pertenecido a la Reducción de Petacas y, según otros, a la escuela de Quito, se encuentra protegida por un imponente relicario en forma de custodia trabajada en oro y plata y depositada en una urna dorada que preside el altar mayor del Santuario.

El árbol y Santuario constituyen dos espacios sagrados, en ambos está presente la divinidad, y el pueblo rinde su culto en ambos espacios.

Conjuntamente con la fiesta religiosa y la devoción al Señor de Mallín, una inmensa feria que ocupa casi 60 manzanas muestra una increíble variedad de artículos que van desde algunas piezas de platería, artesanías realizadas en cuero, pasando por ropa, flores de papel, los infaltables cuadritos con las imágenes del Señor de Mallín, y una variedad infinita de los mas diversos objetos, imposibles de describir, y por la cual circulaba esta inmensa muchedumbre que buscaba comprar algo para llevar de recuerdo o de regalo de esta verdadera fiesta popular. Se preparan también platos de comidas típicas, locro, empanadas, chanfainas con chipaco y el infaltable cabrito santiagueño. A la noche, en inmensas carpas instaladas, la música popular transmitida a todo volumen, inundaba el lugar y convocaba al baile que duraba 13

hasta el amanecer y que competía con los sermones que desde los altos parlantes se dejaban oír en cada misa. Así lo sagrado y lo profano se hacían presente en esta verdadera fiesta que expresaba la religiosidad popular.

La iglesia estaba allí mostrando la belleza y simpleza propias de las obras de principios del siglo XVIII.

Concluida la procesión, esta multitud comenzaba a dispersarse y Mallín retornaba al silencio y al olvido hasta la próxima celebración.

La fiesta como conjunto de manifestación colectiva se hace presente como el perfeccionamiento de una creación, es ese su sentido: "volverá empezar, anular el pasado, para renacer con mayor vigor". De allí la importancia del ritual, donde el hombre vuelve a situarse en el momento mismo de la creación, en el comienzo del tiempo, con la limitación y la repetición.

Las fiestas sagradas se distinguen de otros juegos o fiestas porque en ellas se establece una relación mas profunda y esencial con la realidad y por un estado anímico especial que está dado por la relación que se establece con lo sagrado, con los dioses, con la trascendencia.

La fiesta religiosa cohesiona a todo un pueblo, a toda una comunidad, ésta las espera y se prepara para participar "eternamente" en ellas, se nutre con sus vivencias y alimentan sus esperanzas, permanece mas allá de lo que suscita. Como lo expresa Durkheim en su obra "Las formas elementales de la vida religiosa" "La fiesta es el canal por que el que las sociedades engendran lo sagrado y el principio constituye al dios, oculto en la trama común". En el noroeste de nuestro país la fiesta religiosa de carácter popular continúa vigente y en ella se mantiene los elementos propios de los pueblos indígenas como los aportados por el Cristianismo a través de la 14

conquista.

LA FIESTA DEL MILAGRO EN SALTA La fiesta del Milagro se celebra en Salta, ciudad situada al Noroeste de la República Argentina, durante el mes de septiembre, desde el año 1692. Esta fiesta es una manifestación de la religiosidad popular, que en toda América Latina se expresa en la vida social y constituye un elemento clave para la comprensión de la cultura latinoamericana. Junto al Africa tal vez sea América Latina la región donde las fiestas religiosas populares alcancen su mayor expresividad.

Durante muchos años la religiosidad popular fue considerada un factor de atraso pero actualmente han sido revalorizadas puesto que ellas constituyen una de las manifestaciones mas importantes para comprender la vida de los pueblos.

Durante milenios, los hombres de todas las grandes culturas se han puesto en marcha peregrinando a lugares santos, la Fiesta del Milagro es una muestra de la vigencia de este hecho, que a 400 años continúa convocando a la fe popular, porque toda existencia humana ocurre en un pueblo que tiene un estilo de vida común, un conjunto de valores y símbolos, un proyecto de felicidad, una historia compartida, una cultura que le es propia.

Toda manifestación de lo sagrado marca el calendario y el mapa. Así en Salta la irrupción milagrosa de las imágenes del Cristo del Milagro, ante los terribles terremotos que sacudieron a la ciudad, al ser sacados en procesión cesaron, según cuenta la tradición. A partir de este 15

hecho el pueblo realiza un pacto de fidelidad que se renueva - desde entonces - todos los años a través de oraciones durante nueve días y culminan en una solemne procesión, donde el pueblo vive momentos de gran emotividad.

Las imágenes son verdaderas obras de arte, pertenecientes a la imaginería española de los siglos XVI y XVII. Son de una admirable perfección, tanto la talla como el encarne. Sufrieron a lo largo del tiempo toques efectuados por artistas locales por ello se puede decir que el Cristo es española por su talla y criolla por su encarne.

La Iglesia Catedral donde se encuentran las imágenes, es una de las construcciones más bellas de Sudamérica, constituye una joya arquitectónica de gran valor.

Según cuenta la tradición recogida por Mons. Miguel Angel Vergara (2° Ed. 1983), los días 13,14 y 15 de Septiembre de 1692 la ciudad fue sacudida por una serie de fuertes temblores de larga duración que produjo pánico en los pobladores quienes acudieron inmediatamente a las Iglesias para pedir misericordia y rogar porque la tierra dejara de temblar. Cuando se abrieron las puertas de la Iglesia Mayor y los sacerdotes junto con vecinos notables del pueblo entraron al altar donde estaba el Santísimo Sacramento encontraron que éste había caído violentamente al piso y que estaba roto en algunas de sus partes, y por otro lado notaron que la imagen de la "limpia y pura concepción" que se encontraba en un nicho superior, se había caído al pie del altar echada con la cara para arriba, como mirando el Sagrario, sin haber sufrido daño alguno, salvo que la corona y el pelo se habían deslizado hacia los pies, pero, si notaron un cambio de color en su fino rostro y que según expresiones de algunos vecinos estaba como "desfigurado y descolorido", "pálido y macilento" manteniéndose así durante los tres días. Para evitar que la imagen sufriera algún daño posterior, ya que los temblores no cesaban, fue sacada de la Iglesia y llevada al estrado de una casa principal, y luego 16

trasladada a la Plaza donde se congregaba permanentemente una multitud que venía a pedir sus favores y a partirde allífue llamada "Virgen del Milagro".

Por otro lado, cuenta la tradición que la hermosa imagen del Cristo enviada desde el Alto Perú por el Obispo Victoria en ocasión de la fundación de Salta se encontraba "olvidado" y que el padre Camón tuvo como una "advertencia secreta" para que se sacara al Cristo de este olvido y fuera llevado en procesión para que cesaran los terremotos. Sacada la Imagen de la iglesia fue llevada hasta la Plaza y puesta al frente de la Virgen. Desde entonces cesaron los temblores y la población "habló del Milagro del Cristo y de la Virgen", a partir de ese día y previo a un novenario la Fiesta del Milagro en Salta continúa celebrándose cada mes de Septiembre, cuando los azahares perfuman el aire, la primavera se renueva, florece el amor y el pueblo entero, venido desde los lugares más lejanos rinde en un novenario que ahora comienza el 6 de Septiembre, continúa el 13,14 y 15 con el triduo y culmina ese último día con la solemne procesión. Miles de fíeles acuden a cumplir sus promesas y el pacto de fidelidad se cumple una vez más. Todo Salta acompaña esta celebración y aún los no creyentes "viven estos días de fiesta", cuando el aire tibio de Septiembre, el perfume de los naranjos en flor, detiene el tiempo cotidiano, se abre un "nuevo tiempo" en la espera de un mundo mejor, el tiempo de la solidaridad perdida, del trabajo no encontrado, del amor que ansían los corazones, añoranza del "paraíso perdido" que quizás alguna vez fue y que en lo mas recóndito del hombre permanece como una esperanza.

Salta es antes y después del Milagro. La dureza de la vida, la injusticia, el dolor, la enfermedad y la muerte esperan "el Milagro". La gente del pueblo en su simpleza espera que sus "heridas" sean restañadas y que los poderosos, sean capaces por efecto del "Milagro" bajar desde su omnipotencia, desde su insensibilidad y comprender el corazón y las necesidades de quienes sufren y tienen "hambre y sed de justicia".

El pueblo "vive" su celebración, las ferias se instalan cerca del 17

Mercado y los "coyas" traen sus vasijas de barro, sus "yuyos" que curan todo s los males, sus comidas y sus dulces. Las mujeres de las familias tradicionales, "las cholas" como las llaman son "las hijas de María" que ornamentan el altar de la Virgen con claveles blancos y que van a su paso custodiando la imagen, mantienen la distancia con el pueblo, a pesar que el tiempo y las condiciones sociales han suavizado algo las diferencias. El Cristo con sus claveles rojos señala el camino de la procesión y su pesado altar es llevado por los que promesan, cambiando cada tanto el lugar, disputado por quienes, esperan cargaren sus hombros la sagrada imagen. El ritual continúa llevándose a cabo cada año, aunque se ha modificado su recorrido. Realizada la procesión las imágenes son saludadas en el atrio de la Catedral, antes de entrar para volver a ser entronizadas, con los pañuelos que marcan un punto culminante pleno de emoción. La noche cae sobre la ciudad de Salta, una vez mas el pueblo con su fe inalterable, a pesar de los dolores y sufrimientos mantiene la esperanza de un tiempo mejor y renueva el pacto de fidelidad con sus santos patrones.

LA PACHAMAMA ¡Pachamama, santa tierra, Haz tú que nos vaya bien! Danos vicuñas y no nos mezquines Danos fortuna y no nos hagas enfermar, ¡Haz tú que nos vaya bien...!

¡Pachamama! ¡Madre Tierra! Divinidad que extiende sus raíces desde la época prehispánica hasta nuestros días. Su culto tiene tugaren todas las regiones andinas del Noroeste argentino, del Perú y Bolivia.

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Esta divinidad "tchónica" es invocada para pedir su "ayuda" en cada siembra y en cada cosecha, para que maduren los frutos y multipliquen los ganados, para conjurar las fuerzas de la naturaleza toda vez que esta puede dañar la agricultura, como las sequía, las heladas o las inundaciones.

Dios femenina de la fecundidad, simboliza el poder generador de la tierra, habita en las alturas de los cerros protegiendo las llamas y las vicuñas y en los valles bendiciendo los cultivos. Acompaña al caminante para llegara buen destino.

El hombre le rinde culto en las "apachetas" de los caminos, montículos de piedra levantados, donde se depositan las ofrendas que consisten en agua, alcohol, chicha y "acullicos" de hojas de coca.

En Tucumán durante el carnavales la zona de los valles, especialmente en Amaicha del Valle, se elige la "Pachamama" entre las mujeres mas viejas del lugar y se la entroniza cada año. Pasea su reinado junto con el Llastay, dios de las llamas, vicuñas, guanacos, cóndores de las altas cumbres y con el Pusllay, dios de la chaya, de la farsa, que preside la fiesta del carnaval, del baile, de la orgía.

La Pachamama es un culto permanente y su vigencia no se alteró con la llegada de los conquistadores y la creencia del cristianismo. El hombre de nuestros cerros sigue recurriendo a ella para solicitar su protección y está siempre presente al comienzo de cada fiesta, derramando en la tierra, el primer chorro de bebida,alimentando así la madre tierra, vientre fecundo, al que vuelve para cobijarse de las penas, de las tristezas de este mundo, el regreso a los orígenes.

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CONCLUSIONES: A pesar de la constante desacralización del mundo contemporáneo, la religiosidad popular tiene en nuestro país, en América Latina y en otras regiones del mundo plena vigencia. Así lo muestran las múltiples manifestaciones que congregan a miles de fieles, en la celebración de festividades religiosas.

El hombre común posee el sentimiento y la conciencia, de su finitud, de su manquedad metafísica y necesita de esta “religazón”, con lo Otro, con aquello que es diferente de él y que se encuentra en una dimensión que lo trasciende. Necesita expresar y exteriorizar a través de rituales, de fiestas, de mitos, de orgías, esta finitud que lo comprende.

Al margen de las religiones institucionales, organizadas con sus sistemas de creencias y dogmas el hombre de pueblo, a veces sin apartarse de ellas recrea con nuevas manifestaciones estas formas religiosas, las dinamiza, les otorga nuevo sentido y esta forma constituye la “religiosisdad popular”, que en algunos casos no es comprendida por quienes ven en estas manifestaciones un “peligro” para el dogma establecido.

Sin embargo, la religiosidad popular se muestra en estos momentos plena de vitalidad y pujanza y la tolerancia de las instituciones oficiales, va aceptando estas formas de expresión, que laten en lo más profundo de los hombres.

Las fiestas religiosas populares constituyen así una expresión auténtica del sentir del pueblo y su vigencia muestra la necesidad de constante

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búsqueda del ser humano para luchar contra la desesperanza y la finitud que lo acecha.-

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