“Ya no los llamo siervos, sino amigos” “Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre” (Jn 15,15) En el mes de julio tenemos la sana costumbre de celebrar el día del amigo. Es así que buscamos encontrarnos con aquellos “hermanos de la vida”, para compartir una rato de distención cargado del afecto que nos une. Cada uno de nosotros podrá hacer su propia lista con las características de una verdadera amistad, de acuerdo a la vivencia que ha tenido. Me animo a subrayar tres que –a mi parecer– no deben faltar en una relación de amistad sincera. Ustedes seguramente podrán completar la lista. La primera es la del conocimiento mutuo. Al amigo no hace falta explicarle mucho, él te conoce y puede intuir tu estado interior con sólo verte. Otra característica es la disposición a jugarse totalmente por el otro, buscando siempre el bien común. Se me ocurre un tercer acento: la apertura a nuevas relaciones. La amistad no es una especie de club privado donde sólo pueden estar unos pocos. Muy por el contrario, una relación de verdadera amistad genera permanentemente nuevas redes de relaciones. Una relación de amistad que se cierra sobre sí misma lentamente va perdiendo su brillo y corre el riesgo de sofocarse. La amistad es una relación que se funda en el amor y, por esa razón, se brinda totalmente, no esconde nada, se juega por el otro y siempre es fecunda en nuevas relaciones: “Yo los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros” (Jn 15,16). El mismo Jesús nos eligió como amigos suyos. Esto significa que nos abrió la puerta a su propia intimidad, nos hace participar de su diálogo con el Padre y de la fuerza del Espíritu Santo. Significa que nos conoce en la profundidad de nuestros anhelos y en el dolor de nuestros fracasos. Siempre genera nueva vida en nuestro entorno. Antes de su ascensión al cielo sella su relación con Pedro en aquella triple confesión de amor seguida por la misión de apacentar al rebaño, es decir, de cuidar de sus amigos. Jesús no dice que cuidemos de este o aquel, sino más bien su pedido es por todos. En ese grupo también estamos incluidos cada uno de nosotros. Estamos todos en el mismo camino, como discípulos y amigos de Jesús. Hemos sido invitados a caminar con Él por las calles del mundo para ser amigos de muchos que hoy necesitan ser liberados de la tristeza, el vacío interior, el aislamiento. Quién ingresa al Pequeño Cottolengo puede experimentar la gratuidad del cuidado de Dios por sus amigos más pequeños. El cálido abrazo de bienvenida de sus residentes nos hace experimentar la veracidad de sus palabras: “Ya no los llamo siervos, los llamo amigos”. Queridos lectores, queridos bienhechores, queridos amigos de Don Orione: ¡Feliz día!

P. Gustavo Aime Superior Provincial

SUmario

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80 años del Pequeño Cottolengo

Puertas abiertas a la misericordia Don orione y el papa

¿Cómo está la familia de Don Orione? vida de la obra

El abrazo de la misericordia y los derechos

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Familia orionita

Un momento único para todos Familia orionita

Adiós a una “Nena”grande VIDA DE LA OBRA

80 años de la llegada de los Hijos de Don Orione a Itatí

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VIDA DE LA OBRA

El cottolengo se hizo escuela NOTICIAS DE LA OBRA

Mirador Orionita Don orione

Pensamiento

Familia Orionita

Servidores de Cristo y de los pobres

Se celebró el 14º Capítulo General de la Obra Don Orione para preparar las principales líneas de acción de la Familia Orionita. El P. Tarsicio Vieira fue elegido nuevo Superior General. Por. P. Fernando Fornerod

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ajo el lema “Servidores de Cristo y de los pobres; La persona del religioso: Fidelidad y profecía en diálogo con las periferias de la pobreza y de la evangelización”, tuvo lugar el 14° Capítulo General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, que se desarrolló en el Centro de Espiritualidad de Montebello de la Battaglia (Pavia, Italia), del 16 de mayo al 5 de junio. Un Capítulo General es una ocasión especial que tiene una familia religiosa para escuchar las llamadas del Señor en favor de su Pueblo. Los 44 delegados del Capítulo General, junto a los invitados religiosos y laicos, han vivido esta experiencia con alegría y compromiso. Las primeras actividades estuvieron destinadas al análisis de la situación de la Vida Consagrada en el mundo de hoy. Posteriormente, los P. Amadeo Cencini y P. Vito Orlando, expertos en temas de formación y de sociología religiosa, indicaron importantes líneas de acción en torno al nuevo paradigma de la formación permanente; como así también sobre los recursos y urgencias relevadas por la encuesta llevada a cabo a todos los Hijos de la Divina Providencia. Esta fase de escucha incluyó el análisis del informe del gobierno general que concluía y de los aportes llegados de los distintos capítulos provinciales. Estudio, escucha atenta, discernimiento y oración fueron las acciones contantes a lo largo de esta primera etapa.

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En un segundo momento los capitulares indicaron algunas líneas de trabajo para que la congregación entera y sus religiosos sean auténticos “servidores de Cristo y de los pobres”,como rezaba el lema del encuentro. Otra fase importante fue la elección de las nuevas autoridades de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Así fueron elegidos el Superior General P. Tarcisio Vieira de Brasil, vicario P. Oreste Ferrari de Italia, los consejeros pp. Fernando Fornerod (Argentina), Pierre Koassi (Costa de Marfil) y Laureano de la Red (España) y el P. Fulvio Ferrari ecónomo. El encuentro con el Papa Francisco y su mensaje inspirador, contribuyó en gran manera a renovar el compromiso de nuestra Congregación a caminar con Jesús en las calles del mundo para encontrar a la humanidad de hoy y ofrecerle el “pan del cuerpo y el divino bálsamo de la fe”. En los próximos meses tocará a cada Provincia Religiosa, reunida en Asamblea de programación, decidir las acciones concretas para llevar a cabo las orientaciones emanadas de este momento privilegiado. Con el Capítulo concluido, todos damos gracias por los que nos acompañaron a lo largode esta experiencia de familia con sus rezos y mensajes. Quiera Dios darnos lasfuerzas y la pasión para vivir una caridad sin fronteras siendo servidores de Cristo y delos pobres.

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Mensaje a la Familia Orionita del 14º Capítulo General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia Queridos hermanos y hermanas Ya casi termina el 14° Capítulo General, iniciado en el Santuario de la Virgen de la Guardia de Tortona, cercanos a nuestro Fundador y a sus primeros colaboradores: Don Sterpi, Don Pensa, Don Goggi y el Canónigo Perduca. Animados por nuestros santos de familia, hemos iniciado los trabajos capitulares con el deseo de recorrer, si bien en un contexto social, eclesial y económico muy diverso, sus pasos, para continuar siendo signo en el mundo, como servidores de Cristo y de los pobres. Queriendo absorber hasta el fondo la gran riqueza carismática que nuestra historia nos dejó, aprovechando el lugar significativo donde nos encontramos, hemos iniciado los trabajos en la misma Sala del Capítulo general que eligió al primer sucesor de Don Orione. Durante las semanas pasadas hemos querido soñar una Congregación nueva, nueva en la fidelidad al carisma, en la comunión fraterna y en el celo apostólico. Para realizar este proyecto hemos vuelto al sueño de Don Orione, donde muchas personas, de cada pueblo, nación y lengua, se reunían, en una sola familia, bajo el manto de María. Aquella gente, protegida por el mando azul, conservando la propia cultura, la propia lengua y el color de la propia piel, hacía experiencia de unidad. También nosotros, perteneciendo a Provincias diferentes, hemos experimentado la alegría del encuentro y de un trabajo que nos pidió abrazar e integrar nuestros dones y nuestros límites. Un momento particularmente positivo del Capítulo fue la participación de las hermanas, de las consagradas del ISO, de algunos amigos del Movimiento Laical Orionita y otros colaboradores. Su presencia renovó la alegría de pertenecer a una Familia que respira un único carisma para trasmitir al mundo entero, “con el paso rápido de quien tiene prisa” (Papa Francisco a los participantes del 14° Capítulo general). En efecto, nuestro carisma es un don que no podemos tener para nosotros mismos, y para no marchitarse, necesita ir por los caminos del mundo, hacia los humildes, sumergido en el fuego de los tiempos nuevos. Queriéndolo encarnar en el hoy de la Iglesia y del mundo, hemos buscado expresar Líneas de acción que enfoquen nuestra identidad de Servidores de Cristo y de los pobres, teniendo unidas, como nos recomendó el Papa Francisco, las tensiones espirituales de nuestra identidad: “Fueron llamados y consagrados por Dios para permanecer con Jesús (cfr. Mc 3,14) y para ser

virlo en los pobres y en los excluidos de la sociedad. En ellos, ustedes tocan y sirven la carne de Cristo y crecen Superior General P. Tarcisio Vieira en la unión con Él”. (Papa Francisco a los participantes del 14° Capítulo general). La formulación del itinerario que marcará la vida de la Congregación en los próximos seis años nos ha convencido aún más del valor precioso de nuestra llamada, vocación que hay que mantener, renovar y donar. Como sucede en cada Capítulo general, hemos elegido los superiores que nos guiarán en el próximo sexenio. Ellos, como lo repitieron varias veces, desean servirnos, hablando a nuestro corazón, convencidos que algunos reinicios personales, comunitarios y de Congregación, no podrán tener lugar si no es ofreciendo a ellos nuestra plena disposición. Ésta requiere, de nuestra parte, actitudes de apertura y colaboración. Queridos hermanos y hermanas, sentimos la exigencia de agradecer la participación de ustedes en el Capítulo general, iniciada con la contribución elaborada en las comunidades y continuada, en estos últimos días, con el acompañamiento de la oración. Aunque si físicamente no estuvieron con nosotros, los hemos sentido muy cerca. Esta actitud fraterna, que muchos nos manifestaron, hizo posible que el Capítulo general fuese un valioso tiempo de Congregación, donde todos, y no sólo los delegados, fuimos protagonistas en el recibir y abrazar un don que nos supera, que “genera vida… y suscita nuevas vocaciones” (Papa Francisco a los participantes al 14° Capítulo general). Ahora nos queda la tarea más importante, la de llevar a la práctica las indicaciones que el Señor nos regaló en estas semanas de reflexión. Es una tarea que pide la adhesión y la participación de todos, para volver al origen de nuestra vocación, al calor del primer amor. Estamos seguros que desde el cielo Don Orione nos impulsará a realizar lo que él mismo ha implorado para nosotros. María, Madre de la Divina Providencia y nuestra patrona, interceda por nosotros.

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Don Orione y el Papa

“Lleven el perfume de la caridad de Cristo a los ambientes más lejanos” Discurso del Santo Padre Francisco a los participantes del Capítulo General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia, en la Sala Clementina del Vaticano, 27 de mayo 2016.

A ustedes los llamaban “los curas que corren”, porque los veían siempre en movimiento, en medio de la gente. Con Don Orione, yo también los exhorto a salir “afuera”.

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ueridos hermanos y hermanas Me alegra encontrarlos en ocasión de vuestro Capítulo General. Los saludo cordialmente, comenzando por el nuevo Superior General, al que agradezco por sus palabras y a quien deseo un buen trabajo, junto a sus Consejeros. Estamos todos en camino como discípulos de Jesús. La Iglesia entera está llamada a caminar con Jesús por las calles del mundo, para encontrar a la humanidad que hoy necesita –como escribía Don Orione– del “pan del cuerpo y del divino bálsamo de la fe” (Lettere II, 463). Para encarnar en el presente estas palabras de vuestro Fundador y vivir lo esencial de su enseñanza, ustedes colocaron en el centro de las reflexiones del Capítulo General vuestra identidad, resumida por Don Orione en la expresión “siervos de Cristo y de los pobres”. El sendero justo es tener siempre unidas estas dos dimensiones de vuestra vida personal y apostólica. Ustedes han sido llamados y consagrados por Dios para permanecer con Jesús (cfr. Mc 3,14) y para servirlo en los pobres y excluidos de la sociedad. En ellos, ustedes tocan y sirven la carne de Cristo y crecen en la unión con Él, vigilando siempre que la fe no se transforme en ideología y la caridad no se reduzca a la filantropía, y la Iglesia no termine siendo una “ONG”. Ser siervos de Cristo califica todo lo que ustedes son y hacen, garantiza vuestra eficacia apostólica y hace fecundo vuestro servicio. Don Orione les pedía “buscar y sanar las llagas del pueblo, curar las enfermedades, hacerse cargo de ellos tanto en lo moral como en lo material: de este modo vuestra acción no solamente será eficaz, sino también profundamente cristiana y salvadora” (Scr. 61,114). Los exhorto a seguir estas indicaciones; ¡son ciertamente verdaderas! De hecho, obrando así, no solo imitarán a Jesús buen Samaritano, sino también ofrecerán a la gente la alegría de encontrar a Jesús y la salvación que Él trae a todos. De hecho, “aquellos que se dejan salvar por Él son libe-

© L’Osservatore Romano

rados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Cristo Jesús siempre nace y renace la alegría” (Evangelii gaudium, 1). El anuncio del Evangelio, especialmente en nuestros días, requiere tanto amor al Señor, como una particular audacia. He sabido que, todavía viviendo el Fundador, en ciertos lugares los llamaban “los curas que corren”, porque los veían siempre en movimiento, en medio de la gente, con el paso rápido de quien tiene apuro. “Amor est in via”, recordaba San Bernardo, el amor está siempre en la calle, el amor está siempre en el camino. Con Don Orione, yo también os exhorto a no permanecer encerrados en vuestros ambientes, sino a salir “afuera”. Hay tanta necesidad de sacerdotes y religiosos que no se detengan solo en las instituciones de la caridad –también necesarias– sino que sepan ir más allá de sus fronteras, para llevar a cada ambiente, incluso al más lejano, el perfume de la caridad de Cristo. No pierdan jamás de vista ni la Iglesia ni vuestra comunidad religiosa, es más, el corazón debe estar allá en vuestro “cenáculo”, pero después es necesario salir para llevar la misericordia de Dios a todos, sin distinción. Vuestro servicio a la Iglesia será mucho más eficaz, cuanto más se esfuercen en cuidar vuestra adhesión personal a Cristo y vuestra formación espiritual. Dan-

Ser siervos de Cristo califica todo lo que ustedes son y hacen, garantiza vuestra eficacia apostólica y hace fecundo vuestro servicio. do testimonio de la belleza de la consagración, la buena vida de los religiosos “siervos de Cristo y de los pobres”, serán un ejemplo para los jóvenes. La vida genera vida, el religioso santo y contento suscita nuevas vocaciones. Confío vuestra Congregación a la materna protección de la Virgen María, venerada por ustedes como “Madre de la Divina Providencia”. Les pido, por favor, rezar por mí y por mi servicio a la Iglesia, para que yo también me mantenga en el camino. Imparto la Bendición Apostólica sobre vosotros, sobre vuestros hermanos, especialmente aquellos ancianos y enfermos, y sobre todos aquellos que comparten el carisma de vuestro Instituto.

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Don orione y el papa

La Eucaristía en el corazón del país Del 16 al 19 de junio, San Miguel de Tucumán fue el escenario del Congreso Eucarístico Nacional. La familia orionita estuvo presente y, con la reliquia de la sangre del Fundador, hizo que Don Orione compartiera esa multitudinaria convocatoria de fe una vez más. Por Germán Cornejo

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ajo el lema “Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos”, la Iglesia argentina celebró su 11er. Congreso Eucarístico Nacional (CEN), y contó con la presencia del cardenal Giovanni Battista Re, enviado especialmente por el Papa Francisco con su bendición para todo el Pueblo argentino. El altar principal fue montado en el Hipódromo de la ciudad, que fue renombrado como “Campo Eucarístico”. “Era muy conmovedor ver tanta cantidad de gente proveniente de tantos lugares distantes, de Argentina y otros países, con experiencias tan diferentes que se notaban sobre todo en los religiosos y religiosas con sus hábitos particulares”, recuerda el P. Cristina Ducloux, que acompañó a un grupo orionita de Godoy Cruz, Mendoza. Todas las actividades comenzaron con una celebración donde fueron recibidas las imágenes de las principales advocaciones del Noroeste Argentino: el Señor y la Virgen del Milagro (Salta), el Señor de Mailín (Santiago del Estero), la Virgen del Valle (Catamarca), la Inmaculada Concepción y Nuestra Señora del Río Blanco y Paypayá (Jujuy). Entre ellas también estuvo presente la Reliquia de la Sangre de San Luis Orione, que las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad llevaron espe-

La Familia Orionita se hizo presente en las distintas propuestas del Congreso. En el Vía Crucis de la Reconciliación Argentina (arriba) y en la Ciudad Eucarística (derecha), donde se dio a conocer el carisma.

cialmente desde Buenos Aires y estuvo presente durante las tardes de las cuatro jornadas. Esto rememora que, durante su segunda estadía en la Argentina, el fundador de la Pequeña Obra de la Divina Providencia participó del Congreso Eucarístico Internacional que se hizo en la Ciudad de Buenos Aires en 1934.

Fervor por la Eucaristía El programa de actividades del CEN contempló propuestas para todas las realidades, miradas y misiones diversas de la Iglesia. Las conferencias y catequesis se organizaron según 13 temas que fueron brindados en más de 20 sedes, incluyendo parroquias, colegios, clubes, teatros y hasta

las facultades de la Universidad Nacional de Tucumán. El jueves 16 se inauguró la “Ciudad Eucarística”, una gran carpa inspirada en el relato bíblico de los discípulos de Emaús, en la que se instalaron stands de congregaciones y movimientos religiosos, espacios de formación, oración y recreación tan diversos como la propia Iglesia. Nicole participa del Movimiento Juvenil Orionita en Tucumán y cuenta que prepararon un puesto y pudieron “dar a conocer nuestro carisma, a nuestro padre fundador, y se pudo ver el fruto porque mucha gente que no conocía la Obra Don Orione se fue contenta de saber el trabajo que se hace y de ver a tantos jóvenes comprometidos”. Agustina Valdez participó en otra propuesta del CEN, el “Espacio Joven”, donde por primera vez en www.donorione.org.ar

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Don Orione y el Papa

Parte de la Delegación Orionita de Mendoza junto a la reliquia de la Sangre de Don Orione

El gesto eucarístico de la hospitalidad

El Cottolengo de Tucumán fue la sede orionita donde confluyeron distintos grupos llegados desde Mendoza, Barranqueras, Sáenz Peña y Buenos Aires. Cada mañana compartían la oración, el desayuno, para luego realizar sus actividades hasta las tres de la tarde, momento en el que se volvían a encontrar. Para Luz –que está iniciando un oratorio de niñas en Mendoza– la convivencia en el Cottolengo también fue una experiencia eucarística porque la hospitalidad de los anfitriones hizo que se sintiera “como en nuestra propia casa”. Y Nicole –del Movimiento Juvenil Orionita de Tucumán– coincide con ella, porque “en estos encuentros tan lindos, aunque no nos conozcamos, uno se siente en familia”.

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la historia de los congresos eucarísticos se realizaron actividades que abordaron temas específicos para ellos. “Hubo distintos grupos musicales, que realmente conmovían con sus canciones, y distintas charlas de congresistas de todo el país; pero lo que más me conmovió fue ver a Jesús en todas partes”, dijo la joven tucumana. El viernes 17 fue dedicado especialmente a la Misericordia y se invitó a que los sacerdotes dediquen un tiempo especial y privilegiado al sacramento de la Reconciliación, por lo que recibieron a miles de congresistas. “Fue muy fuerte ver cuánta gente venía a confesarse, en busca de la gracia de Jesús y del perdón”, valoró el P. Cristian. La jornada terminó con un “marcha de antorchas” y el Vía Crucis de la “Reconciliación Argentina”. “La Eucaristía y María” fue el eje temático del sábado 18, cuando se oró especialmente por los jóvenes. Este fue uno de los momentos más emotivos para Luz, de 22 años, “por todas las cosas que están pasando, con las adicciones, las familias y la falta de valores”.

La Eucaristía nos envía “al encuentro del otro” El domingo 19 fue el último día del Congreso Eucarístico y la ocasión de un gran reencuentro para toda la Familia Orionita. Luego de cuatro días de intensa oración en torno a Jesús Sacramentado, la Reliquia de la Sangre de Don Orione volvió a la parroquia San José Benito Cottolengo, donde se celebró una misa colmada de gente. Es que, como dijo el enviado del Papa en la misa de clausura, “la Eucaristía es el gran motor de la vida cristiana”, y “se explica solo porque Cristo nos ha amado”. Como conclusión de las cuatro jornadas por las que el cardenal no ahorró elogios para la fe y la devoción de los argentinos, el cardenal Re hizo una expresión que actualiza el impulso que sintió Don Orione en el Congreso Eucarístico Internacional de 1934 para iniciar la obra del Pequeño Cottolengo: “Reconocer a Cristo en la hostia santa, en efecto, lleva a saber reconocerlo también en los hermanos y abre nuestro corazón para servir a los pobres, los ancianos, los sufrientes, los pequeños y los marginados”.

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vida de la obra

La Eucaristía y el Pequeño Cottolengo Argentino Por P. Facundo Mela

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a Eucaristía es uno de los pilares de espiritualidad de Don Orione. El Cottolengo, el servicio a los pobres y la caridad se basan en ella, como les escribía a los PP. Adaglio y Montagna en la “Carta Magna sobre el Cottolengo y la Eucaristía”: “El Pequeño Cottolengo debe estar basado total y solamente sobre la Ssma. Eucaristía: no hay otra base, no hay otra vida ni para nosotros ni para nuestros queridos pobres. Sólo en el altar y en la mesa de aquel Dios que es humildad y caridad aprenderemos a hacernos niños y pequeños con nuestros pobres y a amarlos como el Señor quiere. Sólo así formaremos un solo corazón con Jesús y con nuestros hermanos, los pobres de Jesús. No basta pensar en darles el pan material; antes que en el pan material debemos pensar en darles el pan eterno de vida, que es la Eucaristía”.

El Congreso Eucarístico y el Pequeño Cottolengo Argentino

Don Orione da la eucaristía en la capilla del Sagrado Corazón, en Casa Provincial.

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Los inicios del Pequeño Cottolengo Argentino están estrechamente ligados al 32º Congreso Eucarístico Internacional, celebrado en Buenos Aires entre el 9 y el 14 de octubre de 1934. Don Orione experimentó el Congreso Eucarístico como un verdadero triunfo de Cristo y un grandioso espectáculo de fe, que quedaría marcado en su corazón. Él era consciente que el Congreso traería muchos frutos de caridad, entre ellos el Pequeño Cottolengo Argentino. Como le escribía al P. Sterpi en junio de 1935: “El Nuncio, al concluir su magnífico discurso quiso, evidentemente, señalar al Pequeño Cottolengo Argentino, cual institución de caridad florecida de la gran fe del Congreso, y que perpetuará el recuerdo con bendiciones”. El 21 de mayo de 1936, día de la inauguración del Cottolengo de Claypole, Don Orione lo consagraba a la Divina Providencia y recordaba su relación con la Eucaristía y el Congreso: “A Vos –humildemente y de rodillas– ofrezco y consagro, por las manos de la Purísima Madre de Dios, el «Peque-

ño Cottolengo Argentino». Esta pobre y última obra de vuestra Providencia, oh Dios mío, ha nacido a los pies de Jesús-Hostia, en los días del memorable Congreso Eucarístico de Buenos Aires. Ella no es más que una humilde flor de caridad brotada bajo el esplendor de aquella Fe grande, inmortal, benéfica, que ha conmovido a todo el mundo cristiano y civil”. En su visita al Cottolengo de Claypole en 1996, el Cardenal Agostino Casaroli –quien fuera Secretario de Estado del Vaticano en tiempos de Juan Pablo II– definía al mismo como “un monumento vivo de la caridad y que aún sigue manifestando el amor que generó aquel Congreso de hace 50 años”.

La eucarística en el Cottolengo En el Cottolengo siempre existió la preocupación que los residentes puedan participar de la misa y comulgar. Mientras que en algunos ambientes se debatía si darle o no la comunión a las personas con discapacidad, el Cottolengo siempre les dio a Jesús; pues había la intuición: el residente no solo necesitaba cuidados, sino también a Jesús. La tradición oral relata que Don Orione repetía una frase de San José Benito Cottolengo acerca de los cottolengos: “mientras que los copones estén vacíos, las despensas estarán llenas”.

Para Don Orione, la Eucaristía y el servicio a los pobres en el Cottolengo, forman una única realidad. La presencia de capillas, la misa, las procesiones y adoraciones eucarísticas siempre han formada parte de la vida cotidiana del Cottolengo. Junto a esto, la presencia de la comunidad de las Hermanas Sacramentinas no videntes en el Cottolengo de Claypole es un gesto elocuente de esta relación servicio y adoración. Ellas adoran a Jesús Sacramentado entre los pobres. Bajo el mismo techo, se unen el servicio a Jesús y la adoración eucaristía, se alaba y sirve a Jesús en el pobre y en la eucaristía. Para Don Orione, la Eucaristía y servicio a los pobres en el Cottolengo, forman una única realidad. Sus hijos e hijas han continuado su legado de Eucaristía y Caridad. En el pobre y en la Eucaristía se produce el encuentro con Jesucristo; y el Cottolengo es casa del encuentro con Cristo, pues allí se lo adora, sirve y recibe en la Eucaristía y en sus hermanos más pequeños, los pobres.

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vida de la obra

Especiales, entre las

especiales Las escuelas especiales orionitas son la expresión del carisma de Don Orione: servicio a las personas con discapacidad y respeto de sus derechos. Por Profesor Carlos Gómez, miembro del Secretariado Educativo Obra Don Orione.

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a Escuelas Especiales Orionitas nacen en distintos sitios de nuestro país (Córdoba Capital, San Francisco, Claypole, Itatí, Gral Lagos, Saenz Peña) con un mandato fundacional común a todas: ofrecer educación a nuestros residentes de los diversos hogares y cottolengos. Partiendo de estrategias de adecuación curricular, desde sus inicios las EEO buscaron que los alumnos lograran aprendizajes significativos que les permitieran recibir educación, teniendo como premisa que esto es un derecho inalienable de cualquier persona. Así, a lo largo de los años el trabajo tomó como punto de partida los intereses y necesidades de las personas con discapacidad, apuntando al logro de nuevas capacidades y buscando ofrecer una propuesta pedagógica acorde a estos aspectos. La demanda proveniente de las zonas cercanas a las escuelas les requirió a las instituciones orionitas la apertura de sus puertas a la comunidad. Esto, sumado a los cambios en los criterios de admisión de los hogares y la modificación en las políticas educativas de las diversas jurisdicciones –sobre todo en lo que refiere a edad límite de un joven para asistir a un centro educativo– hizo que gradualmente una tras

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otra las Escuelas Especiales Orionitas fueran ampliando su propuestas a alumnos externos. Aquí empiezan a producirse cambios significativos hacia dentro de los diversos centros educativos, puesto que esta apertura implicó un cambio de la propuesta: había que pensar en nuevos objetivos, actividades y contenidos asociados al cambio de la población.

Puertas abiertas A partir de este cambio, las EEO comenzaron a recibir a aquellos niños y jóvenes con discapacidad, que además estaban atravesados por situaciones socio-económicas y culturales complejas. Fieles al mandato de Don Orione se priorizó la atención al más necesitado. No resultó un detalle menor reconocer que la apertura a la comunidad implicó atender situaciones mucho más complejas que la de nuestros residentes. El abordaje pedagógico que actualmente se ofrece en nuestras instituciones abarca la adecuación de la curricula de las diversas jurisdicciones, transversalizando el desarrollo de los contenidos con la impronta particular de nuestras escuelas orionitas;

buscando que nuestros educandos puedan conocer, aprender, convivir, jugar, pensar, leer, escribir y abrazar la fe católica. De esta forma, desde el proceso de enseñanza apuntamos a ofrecer todas las herramientas que estén a nuestro alcance para que los niños y jóvenes puedan desarrollar su proyecto de vida, sin perder de vista en ningún momento que son personas de derecho, ofreciéndole también una formación laboral por medio de actividades que les permitan adquirir técnicas y hábitos que favorezcan una futura inserción laboral y social. Esta tarea se hace desde la particular mirada del carisma orionita, que incluye al otro, al prójimo atendiendo a sus capacidades y discapacidades; la diversidad en cada una de las instituciones; y los diferentes recorridos pedagógicos necesarios y acordes a las características de las zonas en que las escuelas están insertas. Se propicia así la integración, procurando mediante diversas estrategias y modos de abordaje facilitar la inserción de alumnos con necesidades educativas especiales derivadas de la discapacidad en las escuelas de modalidad común. En las Escuelas Especiales Orionitas se conjuga el

Las Escuelas Especiales Orionitas atienden los intereses y necesidades de las personas con discapacidad y el logro de nuevas capacidades.

amor transmitido por nuestro fundador, su método paterno-cristiano, con un alto nivel profesional para el máximo desarrollo y la realización de los alumnos. Esta característica le da a nuestras escuelas un cariz específico que las distingue de otras ofertas pedagógicas. Nos animamos a afirmar sin duda que en nuestras escuelas especiales –donde se enraízan los valores más profundos que encarnan el espíritu orionita– se generan propuestas tan diversas como diversos son aquellos sujetos que las transitan.

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FAMILIA ORIONITA

Paraguay, tetã mboajepapyre La Familia Orionita celebra los 40 años de presencia en tierra guaraní, una historia que nació en 1939 cuando Don Orione le anticipó a un joven sacerdote paraguayo que sería obispo y los Hijos de la Divina Providencia la primera congregación en su diócesis. Por Germán Cornejo

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l primer religioso de Don Orione en llegar como misionero a la ciudad de Asunción fue el P. Ángel Pellizzari, por una motivación tan determinada como desconocida. Corría el año 1976 y nadie se había comunicado con la Casa Provincial de Buenos Aires para solicitar la presencia de la congregación. Sin embargo, el flamante obispo de San Juan Bautista de las Misiones, monseñor Ramón Bogarín Argaña lo estaba esperando (ver “Una historia llena de mensajes”), y el 1 de agosto de ese año encargó al P. Pellizzari la atención de las tres parroquias de la región de Ñeembucú. Así se inició la misión permanente en esa zona del sur paraguayo, donde la Obra Don Orione ahora cuenta con cuatro parroquias: Santa Rita (General Díaz), Nuestra Señora del Rosario (Mayor Martínez), Nuestra Señora del Carmen (Desmochados) e Inma-

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culada Concepción (Villalbin). Una década después comenzaron las tratativas para la fundación del Pequeño Cottolengo paraguayo. Así, en 1986 se concretó la llegada de Rolando, el primer joven con discapacidad que fue recibido en las instalaciones de Mariano Roque Alonso, una localidad vecina de Asunción. Hoy viven 72 personas con discapacidad distribuidas en los dos hogares del Pequeño Cottolengo, que también atiende a más de 400 beneficiarios en los servicios de Educación Especial, Rehabilitación y Atención Odontológica. No sólo eso, sino que siguen adelante con el proyecto de albergar a 40 nuevos asistidos cuando quede concluida la construcción del tercer hogar. Otro signo de que la generosidad del Paraguay no es sólo cuestión del hábitat sino de los corazones de

Con una misa presidida por el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, se recordó el aniversario de la llegada de los primeros misioneros orionitas a Ñeembucú en 1976.

Una historia llena de mensajes Por P. Ángel Pellizzari*

su gente, es la cantidad de vocaciones religiosas y sacerdotales que allí han surgido, que en la actualidad suman dieciséis. En noviembre de 2015 se ordenaron dos sacerdotes, Agustín Gauto Villalba y Regino Espínola Rodi, y en agosto, el diácono Abel Olmedo Riveros recibirá el Orden Sagrado. En la misa de celebración del 40º aniversario realizada en la localidad de Puerto Botánico, el arzobispo de Asunción, Mons. Edmundo Valenzuela, destacó que Don Orione “no escondió su mirada ante el sufrimiento ajeno”. Justamente así fue como se cumplió la promesa del Apóstol de la Caridad: el P. Pellizzari contó muchos años después que llegó a Paraguay “motivado solo por saber que en esta tierra hay muchos pobres”. Desde entonces, el carisma de Don Orione vive en el Paraguay generoso, el de la tierra colorada y de la promesa cumplida.

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La noche anterior al traspaso de las parroquias a los Hijos de la Divina Providencia, en 1976, tuve un encuentro inolvidable con el obispo local, mons. Ramón Bogarín Argaña. Me contó cómo llegó al episcopado, en tiempos muy feos para la Iglesia, tanto que el dictador Stroessner llegó a alejarlo de Asunción con la aprobación del Nuncio Apostólico, creando una nueva diócesis en San Juan Bautista de las Misiones, de la que fue elegido obispo. La nueva diócesis tenía solamente tres sacerdotes diocesanos y un regimiento militar. Frente a esa realidad, Mons. Bogarín comenzó a buscar misioneros dando vuelta de congregación en congregación. También llamó sin resultado a la puerta de la Casa General de la Pequeña Obra de la Divina Providencia. “Pero Don Orione, en el adiós de 1939 en Génova, me había dicho que cuando llegara a ser obispo sería el primero de todos en abrirle las puertas del Paraguay a su congregación”, recordó. (**) Luego, monseñor Bogarín comentó que Don Orione le había dicho una tercera cosa cuando lo bendijo antes de regresar al Paraguay (las otras dos fueron que llegaría a obispo y que recibiría a su congregación): que moriría enseguida de nuestra entrada en Paraguay. El 1 de agosto de 1976, monseñor Bogarín me vistió con la estola leyendo el decreto de nombramiento como párroco en las tres parroquias de la zona. Así, la congregación recibió esa porción de la diócesis de San Juan Bautista de las Misiones. Después de todos los actos, nos dijo: “El tiempo va pasando y llevo conmigo la luna, pero la claridad del día se acerca”. Monseñor Ramón Bogarín Argaña falleció el 3 de septiembre de ese año y supe con claridad que mi presencia allí se debía, sin dudas, a un decreto desde lo alto. * Publicado en Revista Don Orione nº 21 (Noviembre 2001) ** El conmovedor relato de Mons. Ramón Bogarín Argaña sobre su encuentro con Don Orione se puede leer completo en goo.gl/W9C3oz

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VIDA DE LA OBRA

El desafío de la Calidad de Vida Por P. Aníbal Quevedo fdp Director del Pequeño Cottolengo de Tucumán

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alidad de Vida, lejos de ser un concepto nuevo, es un término ampliamente utilizado en nuestros días y que aparece cada vez con más frecuencia para hacer referencia a aspectos positivos y deseables de la vida –materiales y espirituales– aún en las conversaciones cotidianas. En los últimos treinta años se ha convertido en un centro de atención para la investigación y la aplicación en distintos campos y, entre ellos, el de la discapacidad. Un momento determinante en todo el mundo para las personas con discapacidad y su calidad de vida lo marcó la “Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad”, promulgado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en diciembre de 2006. En Argentina esta convención fue sancionada como ley en mayo de 2008. El principio rector de esta Convención es, según su art 1, inciso 1: “Promover, Proteger y Asegurar el goce pleno y en condiciones de igualdad de todos los derechos humanos y libertades fundamentales por todas las personas con discapacidad, y promover el respeto de su dignidad inherente”. Además, propone una nueva definición de personas con discapacidad que incluye a “aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras, puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de condiciones con las demás”; dicho de otra manera, la disca-

pacidad de una persona surge cuando su entorno le genera barreras, físicas o mentales, en lugar de ayudas necesarias. Este concepto responde a un nuevo y actual modelo de concepción de la discapacidad llamado “Modelo Social”. Los hijos de Don Orione sabemos por enseñanza y ejemplo de nuestro padre fundador que en la persona con discapacidad brilla la imagen de Cristo; y por eso nos comprometemos fuertemente con su bienestar y Calidad de Vida. Estamos convencidos que no es suficiente brindar alojamiento y tratamiento médico; queremos brindar mucho más que eso: queremos entregar nuestro corazón y nuestra vocación de servirlos todos los días en cada uno de nuestros hogares y cottolengos distribuidos por todo el mundo.

La vida en el pequeño cottolengo Don Orione nos enseñaba, en una carta/folleto llamada “El Pequeño Cottolengo Argentino - ¿Qué es?”, escrito en Argentina en 1935, “que ellos (los residentes) eran nuestros patrones y nosotros sus sirvientes”. Hoy, más de 80 años después de aquella hermosa carta, utilizando términos actuales se dice que las personas con discapacidad son “usuarios que demandan nuestros servicios”. Formamos parte de la gran familia que, siguiendo las huellas de San Luis Orione, quiere responder a las demandas de derechos de las más de 1000 personas con discapacidad residentes en nuestros hogares y cottolengos de Argentina, Paraguay, Uruguay y México. El Papa Francisco, cuando visitaba la Pequeña Casa, gran hogar de personas con discapacidad fundada por San José Benito Cottolengo en Turín, decía: “La razón de ser de esta Pequeña Casa no es el asistencialismo, o la filantropía, sino el Evangelio: el Evangelio del amor de Cristo es la fuerza que le dio origen y la que le hace ir hacia adelante: el amor de predilección de Jesús por los más frágiles y los más débiles. Esto está en el centro. Y por eso una obra como ésta no sale adelante sin la oración…”. ¡No nos olvidemos nunca de este pedido del Santo Padre, rezar por las personas con discapacidad y de rezar por los cottolengos y hogares! Rezar por el trabajo que se realiza y por tantas personas que, de una u otra manera, ayudan a nuestras instituciones (empleados, profesionales, voluntarios, visitantes). Si queremos saber cómo se vive en los cottolengos nos responde el mismo Don Orione en su carta de 1935 antes citada: “En el Cottolengo se vive alegremente: se ora, se trabaja en la medida que las fuerzas de cada uno; se ama a Dios,

En la persona con discapacidad brilla la imagen de Cristo; y por eso nos comprometemos fuertemente con su bienestar y Calidad de Vida.

se ama y se sirve a los pobres. En los desamparados se ve y se sirve al mismo Cristo, en santa y perfecta alegría. ¿Quién más feliz que nosotros? Y también nuestros queridos pobres viven contentos: ellos no son nuestros huéspedes, no son asilados, sino que son los patrones y nosotros sus sirvientes, ¡así se sirve al Señor! ¡Cuán hermosa es la vida en el Cottolengo! Es una sinfonía de oraciones por los bienhechores, de trabajo, de alegría, de cantos y de caridad!”. Para la Familia Orionita, uno de los desafíos que nos plantea el siglo veintiuno es extender las fronteras de la caridad también dentro de nuestras obras asistenciales, haciendo vida y acción cotidiana las palabras de Don Orione, para que nuestros “patrones” crezcan como personas con la Calidad de Vida que merecen.

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Noticias comunidades de lade Provincia Ntra. Ntra. Sra. deSra. la Guardia Noticiasde delaslas comunidades la Provincia de la Guardia (Argentina, Paraguay y México) (Argentina,Uruguay, Uruguay, Paraguay y México)

Ochenta velitas en Claypole Con una misa presidida por el obispo Auxiliar de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Vázquez, en la que estuvo acompañado por el Vicario Provincial, P. Héctor Pazos, el Ecónomo Provincial, Jorge Torti, el ex Superior General, Roberto Simionato, y demás sacerdotes de la Obra Don Orione, se celebró el 80º aniversario de la inauguración del Pequeño Cottolengo de Claypole. Durante la homilía, monseñor Vázquez destacó que “el Cottolengo es una expresión concreta del amor de Dios que es cercano y se hace carne”. “Hay una manera de unirnos a Jesús que es tan importante como la Eucaristía, y es encontrarnos con Él en el otro, porque el cuerpo del pobre es el Cuerpo de Cristo”, explicó. En ese sentido, concluyó que “en el Cottolengo se anuncia el Evangelio todos los días”. Después llegó el momento de presenciar “El sueño de Don Orione”, una obra de teatro escrita e interpretada por residentes, profesionales y los amigos del Cottolengo. Por último, el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares, junto a Roberto Fernández y Angélica Guevara –dos jubilados que dedicaron su vida laboral en el Cottolengo de Claypole–, descubrieron una placa de agradecimiento a los bienhechores que hicieron sus aportes al proyecto “Siempre un poco más”, gracias al cual se pudieron concretar cambios de gran magnitud para mejorar las condiciones de accesibilidad de las instalaciones.

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La Sangre de Don Orione lleva consigo fe y alegría El 31 de mayo una multitud de fieles y devotos de Don Orione esperó la llegada de la Reliquia de la sangre de Don Orione en el Aeropuerto de Ezeiza. Desde entonces, la reliquia traída desde Italia por la Superiora General de las PHMC, Madre María Mabel Spagnuolo, lleva consigo fe y alegría a las diferentes comunidades que la reciben. Las hermanas ya llevaron su presencia a dos geriátricos porteños y tuvo un emotivo paso por los hospitales Piñero y Santojanni, ubicados también en la Ciudad de Buenos Aires. Más adelante, la reliquia llegó a Tucumán, donde permaneció durante el desarrollo del Congreso Eucarístico Nacional. Desde el domingo 26 al miércoles 29 de junio se exhibió en la Catedral de Buenos Aires, desde donde retornó a la Casa Provincial de las PHMC. Desde allí continuará con el itinerario previsto para julio, que incluye la Misión Santa Fe - Tostado, el Cottolengo de Claypole y Asunción, Paraguay. Ya en agosto y septiembre visitará Entre Ríos, nuevamente Santa Fe (Rafaela), Sáenz Peña (Chaco) y los hogares de Tigre y San Fernando (norte del GBA). En octubre, antes de su partida hacia Chile, la reliquia será parte de la Peregrinación Juvenil a Luján y permanecerá dos días en la Basílica de la Patrona de nuestro país, para luego llegar al Instituto Don Orione (Congreso, CABA) y finalmente al Capítulo Provincial de las PHMC.

Festejos y solidaridad en la mesa de Don Orione Durante el mes de Junio, el Cottolengo de Avellaneda, el Hogar de Rosario, el Cottolengo de San Francisco y el Hogar de Gerli abrieron sus puertas para compartir la mesa, disfrutar de números artísticos y juegos y ayudar a Don Orione. - El Pequeño Cottolengo de Avellaneda invitó a un “Pizza Show”. - En Rosario tuvo lugar el Almuerzo Anual a beneficio de Hogar Don Orione Rosario (foto). - En Gerli, el Colectivo Solidario preparó su segunda cena a beneficio del Hogar Juan XXIII de Gerli (parte de la Fundación Alandar). - En San Francisco, el Cottolengo Don Orione llevó adelante su Gran Locro anual. www.donorione.org.ar

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Encuentro de la Familia Orionita 2016

Don Orione santo en Mar del Plata Desde la canonización de Don Orione en 2004, cada 16 de mayo ha pasado a ser para las Comunidades Orionitas, día de celebración y reflexión que, en muchos casos, se extiende a un tiempo mayor, para abarcar la semana o el mes. El Colegio Don Orione de Mar del Plata compartió una reflexión que refleja la alegría y el sentir de esa fecha y que ayuda a iluminar la presencia de Don Orione en este Año de la MIsericordia. Estos son algunos de sus pasajes: Pensar cada SEMANA ORIONITA implica para nosotros pensar en la misión, en el mensaje y en el legado que nuestro querido Padre Fundador ha transmitido en cada uno de sus pasos, ha hecho carne en cada una de sus palabras y gestos y ha hecho vida en cada una de sus obras. Pensar y proyectar esta SEMANA ORIONITA nos abrió las puertas para seguir descubriendo a un Don Orione que caminó, que se encontró con la gente, que escuchó y que comprendió las necesidades de sus “amadas almas”. Encontrar en sus cartas reflexiones sobre la Misericordia y entender que sólo podemos hablar de Caridad, cuando acontece el encuentro, el amor y el perdón, nos sigue mostrando la sencillez de un hombre que se dejó interpelar por Dios e instauró toda su vida en Cristo. Y porque… “lo mirarán a Él, nos mirarán a nosotros buscando la continuidad de su obra” es para nosotros un faro siempre prendido para transitar juntos el mismo camino. Que San Luis Orione siga abriendo las puertas de nuestro corazón para que allí y sólo allí se produzca el Encuentro. ¡Ave María y adelante!

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Ya está en marcha la fiesta de encuentro y unidad de todas las realidades que conforman la Familia de Don Orione. Bajo el lema “Orionitas, misioneros de la Misericordia”, el encuentro se desarrollará del sábado 26 hasta el lunes 28 de noviembre al mediodía, en Huerta Grande, Córdoba. Para comunicarse con la organización: [email protected]

Un Pequeño Mundo de 55 años El Oratorio Juvenil Pequeño Mundo, de Mar del Plata, celebró sus 55 años de vida durante todo el mes de mayo junto a la familia orionita y la comunidad de la Parroquia San José. El mes aniversario estuvo cargado de actividades. Uno de los festejos más importantes fue el 13 de mayo, día de Nuestra Señora de Fátima, fecha en que el P. Pablo Marinacci fundó el oratorio. En la misa, los chicos dieron gracias a Dios por tantos años de vida. En la homilía, el P. Pablo Almado, asesor del Oratorio, animó a los jóvenes a seguir creciendo y trabajando para poder formar “una juventud mejor por un mundo mejor”, tal como lo soñó el P. Marinacci.

Año XVIII- Número 67 Julio 2016

Director Ejecutivo: Lázaro M. Maisler Coordinador Editorial: Alberto Pelagallo Diseño y Diagramación Marcos Pampin Colaboraron en la producción de este número: Germán Cornejo Cristian Ducloux María Constanza Ledesma Hernán Martín Facundo Mela Flavio Peloso Beatríz Pérez

El baile borra fronteras El pasado 24 de abril se llevó adelante la cuarta edición de la Tertulia Folklórica Pueblo Esther, en el Anfiteatro Comunal de esa localidad santafesina. Como es habitual, el Taller de Danzas Folklóricas Borrando Fronteras del Cottolengo de General Lagos formó parte de la nutrida grilla de artistas participantes. Bajo la conducción de Hugo y Liliana, voluntarios del Pequeño Cottolengo, el taller hace un aporte fundamental para la integración social de los residentes.

para el Mirador Orionita: José Aldair De Lima Lucas Delmonte Juan Manuel González Mariela Goyechea María Sandra Meza Eduardo Pasteris Aníbal Quevedo Micaela Tercero Foto de tapa: Gerardo Pereira

Secretaría y Distribución Area de Recursos y Comunicación Cachí 566 (1437) CABA Tel.: (54-011) 4912-2037 [email protected] Revista Don Orione es una publicación de la Pequeña Obra de la Divina Providencia de Argentina. Carlos Pellegrini 1441 C1011AAC Buenos Aires, Argentina. www.donorione.org.ar

Registro Nacional de la Propiedad Intelectual Nº 62114

Aniversario del Cottolengo de Itatí El 20 de mayo el Pequeño Cottolengo Don Orione de Itatí, ubicado a sólo unos metros de la Basílica y bajo la protección de la Madre de Dios, cumplió 48 años de su inauguración. Junto al Instituto Especial Don Orione (creado en el año 1984) cristaliza el anhelo de la Pequeña Obra de la Divina Providencia de hacer surgir en la inmediata vecindad del Santuario de la Santísima Virgen de Itatí, una obra de

contenido social para atender y brindar fraternal asilo a los más pobres entre los pobres de la región. Bajo la protección de la Madre de Dios, la obra del Cottolengo de Itatí significa para quienes trasponen sus puertas siempre abiertas, la posibilidad de recibir amor y atención para alcanzar el máximo de progreso como personas, como hijos del Padre de la Vida.

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