1 duras de grandes cuantias e de gran muestra,

Capítulo 4 1 Si partimos de que la filosofía del vestido es, en cierto modo, la filosofía del hombre, éste contiene un conjunto de códigos —impuest

1 downloads 117 Views 3MB Size

Recommend Stories


GRANDES DESCUBRIMIENTOS E INVENTOS DE LA HISTORIA
DESCUBRIMIENTOS E INVENTOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS E INVENTOS DE LA HISTORIA ALUMNA_GMS Mayo de 2014 DESCUBRIMIENTOS E INVENTOS DESCUBRIMIENTOS E

MUESTRA
SOLICITUD CUENTA CORRIENTE EN PESOS SEGMENTO INDIVIDUOS - CARTERA DE CONSUMO CANAL DE VENTA CODIGO PROMOCION EJECUTIVO: SUC RADICACION: , NOMBRE/

ELABORACIÓN Y CONTROL DE CAPSULAS DURAS
FARMACIA PROCEDIMIENTO DE ELABORACIÓN DE FORMAS FARMACEUTICAS ELABORACIÓN Y CONTROL DE CÁPSULAS DURAS PN/L/FF/001/00 Página 1 de 9 Rev.: 0 Fecha de

Story Transcript

Capítulo 4

1

Si partimos de que la filosofía del vestido es, en cierto modo, la filosofía del hombre, éste contiene un conjunto de códigos —impuestos por los grupos dominantes que la promueven, es decir, cristianos versus judíos— que dependen de la esfera en que se aborde: intramuros de la judería, en la coexistencia multiconfesional y en el ámbito de la herejía. Tanto judíos como prostitutas se vieron abocados al cumplimiento cada vez más estricto de ciertas reglas indumentarias que señalaban su condición social —no exenta de marginalidad—, consolidada a mediados del siglo XIV, a la par que nace el traje personalizado.

Disposiciones rabínicas: honestidad y pudor Los rabinos, como garantes de la moral, aplican los postulados de la tradición talmúdica, mientras que las autoridades comunitarias frenan la inclinación de las clases acomodadas por el lujo y vigilan el pudor de la mujer en sus manifestaciones externas. Las primeras regulaciones conocidas proceden del último tercio del siglo XIII —coincidiendo con el endurecimiento de la política eclesiástica de Gregorio IX—, cuando unas aljamas (Tarazona) prohíben utilizar ropa de tonalidades pastel, mientras que otras limitan el escarlata y el blanco —ni siquiera eran admisibles entre los miembros de alto rango—, a la par que los ornamentos ostentosos. El capítulo de las taqqanot de Valladolid (1432, titulado Be-’inyan ha-malbusim (Acerca del vestir), define una línea de pensamiento extendido en Aragón. En él se alude a ciertos usos perniciosos en razon de los trages de las vestiduras de las mugeres, porque traen vesti-

duras de grandes cuantias e de gran muestra, asi de panyos ricos e de grandes cuantias, joyas de oro, plata y aljófar (perlas), y forraduras ricas, raíz de muchos males por el dispendio que suponen para algunas familias. Si la austeridad es antídoto de la envidia y el odio entre los pueblos, la indumentaria debe ser un acto permanente de penitencia en el exilio. El vestido ha de reflejar el status personal; de ahí la severidad mostrada con la muger que non fuere moça por casar y la novia en su primer año, a las que prohíbe los trajes de paño de oro, aceituní, cendal o tafetán, seda y chamelote; forros de oro o aceituní; broches de oro o aljófar, sartales o collares de perlas en la frente; colas de más de un tercio de vara de longitud, aljubas (túnica larga y ancha bordada en oro o en seda) y mantones con collares altos; ropa de paño bermejo —salvo sayas o calzas—; mangas de alcandoras (manto muy holgado de seda o lino hasta los pies, a rayas o con labores) o aljubas de más de dos palmos de anchura. Se admiten, sin embargo, las alhamías (túnicas de lino o seda cruda) y las aliharas, así como los broches, esmaltes y cintas de plata de hasta cuatro onzas de peso. En lo relativo a los varones mayores de quince años, las disposiciones son menos rigurosas, aunque en parte coincidentes, al vetar las puñetas y forros de paño de oro, aceituní o seda, así como los collares. No contemplan las prendas utilizadas en festividades litúrgicas o actos solemnes, ni las vestimientas que se vistieren en tienpo de alegrias o reçibimiento de senior o seniora [los soberanos], nin en danças ni semejante a esto.

Indumentaria: inferioridad y alteridad La imposición de signos distintivos e indumentos diferenciados forma parte de un plan segregativo que comienza a aplicarse al declinar

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

I N D U M E N TA R I A Y ATA V Í O S

117

la edad de oro del judaísmo peninsular (12131285). Con un doble contenido simbólico y emblemático, es una clave más en la nueva sintaxis mental que persigue una traducción inmediata de su inferioridad, intensificando su discriminación como sujeto supeditado y contaminante, ante el que se toman medidas profilácticas. La reiteración de estas disposiciones demuestra su inoperancia, asumida tanto por el legislador —que se reserva total discrecionalidad, coincidiendo con períodos de contracción o debilidad política, como cauce para paliar el descontento popular— como por sus administrados, fieles al principio obedézcase pero no se cumpla. El agravamiento de la segregación se produce al calor de la crisis otoñal de la Edad Media y la ascensión del problema converso, ante la inquietud por los bautismos insinceros y el proselitismo derivado de la convivencia.

EL COTIDIANO EXISTIR

Vestir al modo judiego

118

La Iglesia trazará el rumbo al dictado del IV Concilio de Letrán (1215) atendiendo al peligro de la promiscuidad sexual y de los matrimonios mixtos, siendo más rigurosa con los judíos que con los musulmanes, porque la coexistencia con esta minoría se adscribía sólo los reinos hispánicos, mientras que los primeros se hallaban dispersos en todo Occidente. La versión romance de las Decretales esclarece: por yerro que los christianos iazian con las mugeres de los iudios e de los moros, e los iudios e los moros yasien con las mugeres de los christianos, e porque no se puede escusar por tal yerro, estableze que todos estos varones e mugeres ayan departimiento en el abito, porque sean connoscidos entre todas las otras personas. Asimismo, se quiere erradicar la confusión creada por la similitud con las vestes de eclesiásticos y altos dignatarios. Dichas medidas no son igualitarias, pues las clases aristocráticas y los funcionarios,

precisamente los que despiertan mayor recelo, tienen medios de eludirlas a través de exenciones regias. Los elementos necesarios de uniformidad afectan a tabardos, gramallas, garnachas y capas en los hombres, y mantos y tocados en las mujeres. La primera resolución la adopta Jaime I para Barcelona (1268) —desde donde se extenderá a Valencia (1283)—, donde impone el uso de las capas rotundas (redondas) —capa juhega o glimá, en Navarra almasía— lisas (nunca teñidas de rojo, verde o púrpura) en el interior de la judería, reemplazadas por la capa pluvial con mangas fuera de aquéllas. No afecta a las comunidades con menos de diez familias, y aplica una moratoria a los estratos más débiles que no pueden procurarse dicha capa. Sin embargo, sólo se impondrá realmente en el siglo XIV. Las modalidades más características de guardapolvos o sobretodos masculinos —colocados sobre una túnica y confeccionados con cuero y lana, cosidos con hilo de lino— son el manto, el tabardo, la garnacha, la capa y el capuz. Se impone la garnacha combinada con una

Las clases elevadas emulan a las cristianas. Jesús ante Caifás. Museo Provincial de Zaragoza.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS Jacob recibe la noticia de que Josef permanece con vida en Egipto. Haggadah de Sarajevo.

119

gonela —manto típico de cuatro puntas— o sayas de mangas colgantes hasta el codo, como se plasma en las Haggadôt. Asimismo, gana terreno la garnacha talar con aletas para sacar las mangas y dos patillas sobre el escote cerrado, alternado con el tabardo mixto con dos grandes mangas transformadas en tiras pendientes de los hombros, es decir, aletas y mangas colgantes. Otro elemento citado es el capuz, heredero directo de los mantos con capuchón, cerrados o con maneras para sacar los brazos. Por último, el capirón o capirote sigue siendo el tocado más común, esencial cuando se les obliga a dejarse barba y largas cabelleras, ocultando parte de la cabeza y la sien.

La rota o rueda La rota o rodela, impuesta desde una lógica eclesiástica, suele aplicarse como alternativa a una ropa singularizada, siguiendo una tradición imperial romana y bizantina. Dados los perjuicios económicos y fiscales derivados de una emigración incontrolada a al-Andalus, y los problemas estratégicos que comportaba para la Reconquista, los soberanos obtendrán una moratoria papal hasta mediados del siglo XIII, aunque será bajo el influjo del Concilio de Vienne (1311) —que inaugura el rigorismo de la Curia de Avignon, que sólo remitirá con la conclusión del Cisma— cuando cobre carta de naturaleza. Ya que los judíos son cofres de su alteza, corresponde a los monarcas proveer e ordenar en e sobre aquellos e aquellas para que

EL COTIDIANO EXISTIR

Las mujeres usan un manto amplio —propio de la clase alta—, mantillo, mantonet o mantonina, complementado con tabardos y capuces que se engalanan con bordados y botonaduras. No se presta atención al hábito en sí mismo, ya que suele consistir en una saya lisa sin mangas, salvo si emplean la gonela de mangas ensanchadas, encordada lateralmente, bastante ablusada y con vuelo. Son capitales las tocas —de la que están exentas las doncellas—, cerradas por

lo general bajo la barbilla. Se distinguen dos tipos: la toca clásica, que cubre la cabeza hasta los hombros con una tira de refuerzo sobre la frente, a modo de diadema, y la toca de rollo, cuyo relleno de tela enmarca el rostro, dejando libre el cuello, donde se prenden dos agujas o pasadores laterales.

Tipología de tocados judíos plasmados en tablas góticas aragonesas del siglo XV.

120

vayan senyalados, porque sean reconoscidos, de idéntico modo a como se expresa Alfonso X respecto a Castilla: todos quantos judios et judias vivieren en nuestro señorio, que trayan alguna señal cierta sobre las cabezas, que sea a tal porque conoscan las gentes manifiestamente qual es judio o judia.

Túnica vergonzante: el sambenito La Inquisición conjuga en los autos de fe la pedagogía de la ignominia vergonzante y el miedo terapéutico, donde el sambenito refleja la calidad (gravedad) de la herejía. Este escapulario o saco bendito incluye códigos cromáticos progresivos (amarillo, cárdeno y verde) y determinados iconos (cruz de San Andrés, llamas infernales…) que acrecientan su valor emblemá-

Benedicto XIII impulsó la conversión masiva de los judíos. Libro de los Jueces. Archivo Histórico Provincial de Teruel.

tico. El Santo Oficio extiende la infamia a quien lo porta y a todo el linaje de modo inmemorial, mediante su pública exposición en la iglesia mayor. El orden observado en la comitiva responde a una rigurosa prelación —en cabeza los penitentes, seguidos por los reconciliados, cerrando la comitiva los relajados—, desfilando ataviados conforme a su condena: media aspa, un aspa, doble aspa (una en el sambenito y otra en la coroza), doble aspa y llamas, y doble aspa y diablos. Los relajados al brazo secular visten sambenito de doble aspa y llamas infernales (y en el scripto el nombre del reo y de donde es vecino, y al fin dice por el delito que es relajado y en el espacio que del sambenito sobra deste rotulo para arriba sobre los hombros llevan pintadas unas llamas y lo mismo se pintan en los brazos), señalando su conducción al quemadero, amén de una coroza o capirote. Las efigies de ausentes y difuntos van enlutadas, con unas arquillas

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

Se coloca en lugar visible; los varones en el pecho o sobre el hombro derecho, las mujeres sobre el manto en la cabeza o la frente, pero también en el hombro. Aunque en Francia o Inglaterra se establece que sea amarilla, y en Castilla tienda a ser bermeja, en Aragón prepondera el modelo bicolor rojo-amarillo —en especial cuando se aplique un código de designación a los musulmanes—, reservándose la luneta azul para las mujeres cuando se adopten divisas sexuadas. En cualquier caso, destaca sobre unos trajes de tonos oscuros (negros, grises y marrones). Para determinar sus dimensiones se emplean símiles sigilográficos (sello rodado) o numismáticos (dobla), apareciendo una reproducción en la bulas de Benedicto XIII. Afecta a los mayores de doce o catorce años cuando se encuentran fuera del recinto de la judería, pero no si están en viaje. Se castiga con la pérdida de la ropa que portaren y el pago de una multa que se incrementa en el siglo XV, pudiendo agravarse con la accesoria de prisión o de azotes.

121

con el osario para su incineración, y se acompañan de grandes rótulos con el nombre del condenado, además del sambenito amarillo y la coroza. Los reconciliados, que salen en cuerpo sin cinto ni bonete, llevan un sambenito que, a tenor de lo establecido por Torquemada en 1490, debía ser negro o pardillo, de paño de la tierra, de dos palmos de largo y uno de ancho, con dos cruces o aspas, una detrás y otra delante, pintadas o prendidas sobre el traje. Veinte años después, en 1511, se aclara que este lienzo, ahora amarillo, con dos aspas coloradas, se impone cuando se contempla la accesoria de confiscación de bienes. Sin embargo, en la Corona de Aragón existen costumbres dispares, como se colige de algunos autos de fe celebrados

en Teruel o Valencia, donde los condenados a cárcel perpetua ostentan mantillos cárdenos o verdes, respectivamente, pero siempre con cruces bermejas. Por último, los sambenitos de media aspa se reservan a los penitenciados —descubierta la cabeza, sin cinto, capa o manto (se citan en ocasiones las anguarinas o sacos con mangas largas)— con abjuración de levi o de vehementi, pudiendo quitárselo, según las circunstancias, una vez concluido el acto. Además de estas señales externas sobre un cuerpo que ha perdido identidad, los reos llevan velas apagadas —las amarillas distinguen a los judaizantes— que, concluidas las abjuraciones e impartida la absolución, se encienden. Se portan también en el marco de los autillos, que no pierden su naturaleza de acto público de arrepentimiento y abjuración al realizarse en las dependencias del propio tribunal, en el palacio de la Aljafería.

A L I M E N TA C I Ó N Los alimentos permitidos están rigurosamente detallados en el Pentateuco.

Y COMENSALIDAD

2

Las comunidades judías aragonesas poseen elementos socioculturales identificativos, uno EL COTIDIANO EXISTIR

de cuyos exponentes son las claves alimentarias. El entronque común bíblico no impedirá que se desarrolle un amplio mosaico de peculiaridades, fruto de la ósmosis con las culturas vecinas, sin perder las señas de identidad de su propia koiné. El cosmos alimentario es, por tanto, mucho más que un mero acto de ingesta, es un acto multisecular que confiere identidad en el mundo de las mentalidades y actúa de motor de actitudes sociales y vitales.

122

Calle Triperías. Épila.

Los alimentos Animales: carnes y pescados Un amplio abanico de prohibiciones incumben a la comida del reino animal, en una Europa esencialmente carnívora (cuando se lo puede permitir). Entre los invertebrados las únicas excepciones se centran en la langostas —sólo en momentos de penuria llegan a incorporarse—, mientras que los reptiles son excluidos en su totalidad. Hasta tal punto la regulación es escrupulosa, que los inquisidores pueden acusar a un converso de judaizar basándose en que no come toçino ni conejo, ni congrio, ni enguila, ni volatilia afogadas ni de las otras viandas prohibidas a los judios.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

La Torah, mediante una minuciosa reglamentación, esclarece los alimentos prohibidos (tame o impuros) y los idóneos (tahor o puros), así como el proceso sacrificial y de elaboración. En realidad, no se sabe con certeza cuáles son los motivos que la informan, si bien los estudiosos ofrecen explicaciones dispares: higiénicas (animales portadores de enfermedades), psicológicas (repugnancia hacia algunas especies transmisoras de instintos de crueldad y espíritus malignos), morales (la ingesta de la sangre, según los profetas, entrañaba pecado de idolatría y robo por un concepto animista) o nacionalistas (diferenciación de sus vecinos politeístas).

123

comer la carne desgarrada por las bestias salvajes; basta con que esté agonizante y sea incapaz de recobrarse de sus heridas. La carne con mayor presencia en las mesas judaicas es el carnero, la oveja, la cabra y el cabrito. Todos los indicios apuntan a que los aportes cárnicos de su dieta eran superiores a los cristianos. Si atendemos a los precios estipulados en los arrendamientos de las carnicerías, se establecen tres categorías que, según su calidad de mayor a menor serían: carnero, ternero lechal y cordero; cabrón y cordero (un 20% más barata); vaca, oveja y cabra (inferior en un 40% a las carnes de calidad extra).

Rebaño de corderos. Haggadah de Sarajevo.

EL COTIDIANO EXISTIR

La clasificación de mamíferos es inequívoca, a tenor de la zoología; sólo los rumiantes con las patas hendidas pueden ser consumidos: el buey, la oveja y la cabra; el ciervo, la gacela y el corzo; la cabra montesa, el antílope; el búfalo, la gamuza; todo animal que tenga la pezuña dividida y el pie hendido y rumie (Deuteronomio, 14,45). La falta de una de estas premisas lo convierte en impuro, contaminando tanto las vasijas como las mesas donde se depositen: no comeréis los que sólo rumian o sólo tienen partida la pezuña, el camello, el conejo, la liebre, el cerdo… ni tocaréis su cadáver (Levítico,11,4-8).

124

Complementariamente, ciertas partes del cuerpo son repudiables. En el caso de aves y mamíferos, la sangre ha de ser extraída —el Deuteronomio insiste en que la sangre es la vida y contiene el alma—, y la carne dispuesta para ser cocinada (kasher), siendo tratada con melihah o sal. Tampoco se consiente el consumo del helev del ganado —el sebo y la manteca— y el tendón del muslo. Asimismo, se prohíbe

La situación de las aves es más compleja. La tradición rabínica introduce más de veinte especies ineptas, amparada en el principio de que toda ave de rapiña es impura, y toda aquella que tiene un espolón de más, un buche y un estómago que puede ser despelado es pura; toda ave que tenga los dedos separados es impura (el ave que posándose sobre una rama coloca dos dedos hacia la parte delantera y dos hacia la trasera). En síntesis, se consideran comestibles las columbiformes (paloma), galliformes (gallinas, perdices, pavos), y anseriformes (patos, gansos, ocas). Los impuestos establecidos por la aljama de Huesca en 1389 nos colocan sobre la pista de su valor en la cesta de la compra: un par de ánsares, gansos o capones (4 dineros); un par de gallinas, pollas, perdices o patos (2 dineros); un par de gansas, sisones, pollos o palomas torcaces (1 dinero). Su valor es muy apreciado, hasta el punto de que, en prenda de buena vecindad, los dirigentes judíos de Tarazona obsequiaban cada Navidad a los jurados, prohombres y clérigos de la ciudad con treinta pares de capones y otros tantos de gallinas; lo que suponía un desembolso de unos 235-250 sueldos, a fines del siglo XIV y comienzos del XV.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS Ordinación de la sisa del vino de la aljama judía de Zaragoza (1465). Archivo Histórico de Protocolos de Zaragoza.

125

El pescado, de agua dulce o salada, puede ingerirse si presenta dos aletas y escamas, visibles al ojo humano y fácilmente exfoliables (kaskeset), según su clasificación en óseos y cartilaginosos. No todos pueden acceder al pescado fresco, por lo que se adquiere ahumado o salado (saladuras). Algunas aljamas obtendrán diversas libertades relativas a concesiones de pesquería en aguas reales. Conocidas son las aficiones de los judíos de Barbastro, Albarracín, Graus, Calatayud y Jaca, entre otras, de ir a pescar en los días de ocio. El pescado sólo tributa una miaja por cada seis dineros, es decir, un 0,1%, mientras que la carne lo hace a razón de 4 dineros por libra (1,6%).

Fragmento de un ánfora procedente de Calatayud. Museo Provincial de Zaragoza.

EL COTIDIANO EXISTIR

Vegetales

126

El consumo de vegetales forma parte hegemónica de la dieta. El pan es uno de los alimentos clave, junto con las legumbres (garbanzos, lentejas, habas, habichuelas, etc.) y las verduras, asociadas a los potajes, en especial cuando suplen los aportes proteínicos de origen animal. En las mesas judías la especie panificable más característica es el trigo, —en época de adversidad cebada, centeno, avena u ordio—,

consumido en forma de pan, sémola o fideos. Por motivos rituales se distinguen el pan ácimo o sin levadura y el levado. Una familia media de tres o cuatro miembros necesitaba una fanega de trigo para cocer el pan ácimo durante la Pascua. Según la tradición hay tres especies de pan ácimo: torta (de forma circular), laganum (pan muy ligero, de origen antiguo) y crustulum (de corteza de pan). Se confecciona sobre una placa o parrilla y tiene muy escaso grosor, como lo corroboran las fuentes: tortas delgadas horadadas, que se llaman pan cenceño, torta de pan delgada, blanca, como de papel, toda pintada y adornada con dedal. La presentación más popular en las panaderías los días ordinarios es el doblero o panecillo en forma de rosca, cuyo peso se ajustaba a las 18 onzas (medio kilo aproximadamente) en Uncastillo y Épila. El consumo de frutas y verduras —sujeto a estacionalidad— es, igualmente, esencial para mantener un equilibrio dietético; entre los productos de la huerta se recolectan berzas, lechugas, acelgas, coles, espinacas, berenjenas, apio, etc. Entre la fruta fresca, los cítricos (toronjas y limones) y las manzanas. Los nutritivos frutos secos son muy apetecidos por sus paladares, como lo rubrica un plato cocinado en Zaragoza para festejar el fin del Kippur: anoche cozieron dos dozenas de huevos en agua fasta que fueron duros, despues picaron parte dellos, y los otros por picar, todos rebueltos los mesclaron con miel, almendras, pasas, pinyones, castanyas secas y salsas molidas, olio e otras cosas, e lo fizieron todo junto bollir en una caçuela dos o tres horas. Bebidas En este campo presenta una absoluta primacía el vino —del que volveremos a ocuparnos a tratar su componente farmacológico—, con

una rica diversidad regional. Su consumo es el doble o el triple que el del pan; éste se toma a lo largo de todo el día, mientras que el pan se concentra en las horas de la comida. En Zaragoza se calcula que una persona consumía, por término medio, en torno a 15-20 sueldos anuales de este producto.

El vino se faze bueno —sin agregarle agua o yeso— e perfecto, e mas maduro que los restantes caldos, de ahí que tuviera una amplia demanda entre los estamentos privilegiados de la nobleza y el clero. Así se explican los edictos que en 1481 se imponían en Teruel y que afectan a los niños mayores de cinco años: los honorables regidores de la ciudat, en la sala del consello de aquella, con los regidores y clavario de la juderia, abenieron y concordaron por evitar clamores, que los judios no

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

Los responsa de Isaq ben Shéshet Perfet nos informan acerca de la extrema dificultad de garantizar el carácter puro o kasher del vino fabricado en trujales propios, en cuyo proceso de elaboración —prensado, adreçado, encubado y almacenaje— no podía interferir ninguna persona ajena a la grey judaica, por ningún motivo. Así, se elevan consultas a propósito de los perjuicios derivados de las vibraciones causadas por unas obras en casas colindantes (Uncastillo); uso de una jarra propiedad de un cristiano sin purificarla (Huesca); sospecha de que un cristiano curioso tocó el vino cuando el propietario había bajado a comprobar la fermentación (Zaragoza); allanamiento de una bodega y consumición del vino guardado en un tonel herméticamente cerrado (Belchite); inmersión durante un día de un cántaro que hacía más de un año había sido empleado para otro vino (Borja); presencia de un gentil en la bodega para acceder a un pozo donde extraer agua (Híjar); filtración de la bodega de un cristiano en la de un judío y corrupción ritual del vino (Belchite), etc.

Bodega de la Cuesta del Castillo. Albalate del Arzobispo.

127

vino elaborado en otras comarcas, por la constante emigración y el aumento demográfico de los siglos XIII y XIV. Ocasionalmente se suscitan conflictos intra comunitarios, como el que provoca la directiva de aljama de Monzón (1288) prohibiendo comprar vino elaborado por sus correligionarios de Barbastro, aludiendo a su ínfima calidad. Los lácteos y derivados —que no son almacenados por su carácter perecedero— han de poseer su propia vajilla por prescripción bíblica para no mezclarlos con la carne, que no se pueden cocinar conjuntamente: no cocerás el cabrito en la leche de su madre (Éxodo, 23,19 & 34,26). Por lo demás, existen bebidas refrescantes, apropiadas para aplacar los rigores del verano, como la pepitada, horchata elaborada con la carne de la pepita del melón, que presenta un color y textura lechosa.

EL COTIDIANO EXISTIR

Labores en un viñedo, Arquivolta de la iglesia de San Nicolás de El Frago.

128

abusaran vendiendone a christianos, mas que por el tiempo fasta la cogida del anyo venidero, se les da cada semana tres cargas de vino judayquo, pues tienen fecha provision de MCC cantaros de la cogida de vino de ciudat, con cominacion que con alatma que se eche en la sinoga hun sabado, por el rabi la promulgue que judio ni judia nonde pueda comprar ni vender a christiano ni dar sino en collacion en la juderia a personas que en ella treballen e dius pena de V sueldos; si chiquo alguno de judio de V anyos ariba contrafara, quel padre o amo enconrra en la dita pena de V sueldos. Por el contrario, tenemos constancia de los graves problemas que afrontaban las aljamas cuando la cosecha era insuficiente para satisfacer la demanda interna y tenían que importar

Ars coquinandi: gramática del paladar Los libros de cocina de las distintas culturas existentes en el Occidente medieval europeo presentan un claro sincretismo durante la Baja Edad Media. Entre estas características comunes, de las que participa la cocina hebrea, merecen destacarse: el gusto por las especias, la predilección por los sabores acídulos —obtenidos mediante la adición de vinagre, vino, agraz, jugo de limón o naranja, manzana verde, etc.—; indiferenciación entre los platos salados y los azucarados, etc. Prosiguiendo la tradición grecolatina, sólo se cocina con aceite de oliva, en detrimento de los cristianos, que alternan el aceite los días de abstinencia y las grasas de origen animal los restantes. La comida de esta minoría —cuyo menú cotidiano consiste básicamente en pan, col, ensalada, vino y aceite—, se muestra más equilibrada que la cristiana, en razón de las escasas proporciones de glúcidos, prótidos y

dia sabado ha ora de comer; tomando un pecho de carne e lavanlo mucho con muchas aguas e cuecian guebos, garbancos, azelgas y spinach et que de aquel amin comian el sabado.

Un apartado de especial relevancia lo integra el hamín o potage de judios, también denominado en Castilla adafina o cosa caliente. Entre sus ingredientes básicos figuran las legumbres (garbanzos), verduras y hortalizas de temporada (col, puerros), huevos, carne (ansarón, vaca, carnero o buey) y salsas a base de cebolla y especias (azafrán, pimienta y sal), todo ello ligado con pan. Los huevos se hacen jaminados en unas cazuelas de barro, hirviéndolos con cáscara, aceite y ceniza, imprimiéndoles un típico color parduzco. La elaboración es muy simple, puesto que sus ingredientes se introducen en una olla, guisándose a un tiempo hasta completar la cocción. Se mantiene caliente toda la noche sobre unas brasas, habida cuenta de que durante el Sabbath no se puede cocinar. Así lo describen sus protagonistas: guisava hamin con carne, garvanços y espinacas el viernes para el sabado; una olla de hamin con garbancos, verde, carne, salsas e otras cosas, e antes que vino el sol puesto el dia sacaron la dicha olla del fuego e la pusieron debaxo de una caldera con carbon e vrasada e asi se stuvo toda la noche fasta otro

Otros platos característicos que reciben la denominación genérica de comeres judaicos o guisados de judios son, entre otros, las cazuelas, las empanadillas y los albondaquillos. Los albondaquillos son bolas de carne picada (ternera o vaca) y especias; se pueden hacer fritas y después condimentadas con salsa, o bien cocidas en caldo: capolava la carne y con salsas fazia de la dicha carne unos redolinos y frialos en azeyte y comian; otras veces tomava los dichos albondaquillos y metialos dentro de unos alvillos de carnero y atados con filo echavanlos a cozer en el caldo. En lo relativo a las empanadillas admiten la dualidad dulce y salada, consumiéndose como postre o como plato principal. Las gallinas se preparan asadas —cubriendo el ave con aceite una vez limpio— o guisadas. Las noticias referidas a pescado son escasas, si bien en determinadas festividades se dispone de merluza con huevos o atún con berenjenas. Si se opta por hervirlo la salsa preferida para acompañarlo se compone de huevos, harina, limón y el caldo de la propia cocción.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

lípidos, y la ausencia de ciertas vitaminas. La especificidad del ars coquinandi adquiere carta de naturaleza cuando convergen componentes religiosos y mentales.

129

En fin, como signo de hospitalidad, se agasaja a los visitantes con dulces caseros de membrillo, albaricoque, melocotón, sidra, naranja o el clásico zarope, especie de jalea elaborada con jugos de frutas de coloración rosada. RITUALIDAD

EL COTIDIANO EXISTIR

Las ensaladas dependen de las viandas estacionales. En el Pesah no falta la compuesta de apio, lechuga y vinagre. Son típicas las berenjenas, guisadas como guarnición de los potajes o rellenas con carne y especias. Las fritadas más corrientes son las que se hacen con calabacines, espinacas o puerros, lo que no es óbice para que se puedan hacer también con calabaza o cebolla. Los vegetales se emplean con profusión como guarnición de carnes y pescados.

130

Las salsas, complemento de carnes y legumbres, se condimentan con hierbas aromáticas o se aliñan con aceite y especias comunes en el mercado local. Entre las especias más frecuentes se citan la sal, el ajo, el azafrán, el pebre o pimienta y el culandro. Los huevos se preparaban duros o en forma de tortillas; pueden también tomarse condimentados y acompañados de carne y verduras. Una judía estrellava huevos en una sarten de alambre y, apres que eran fechos, echava encima carne picada e sofreyda con cebolla, y apres batian otros huevos y los echava encima y tomava otra sarten con rescoldo y poniala encima. De la variada y nutrida repostería citemos los confites, garbanzos turrados, tortas cubiertas de membrillo o miel, rosquillas de queso o de almendras, turrones de cañamones y almendras, etc.

DE LA MESA: ABLUCIÓN Y BENDICIÓN

La mesa tiene su propia liturgia, ya que no sólo es un lugar donde se realiza el acto de ingesta, sino también un microágora donde concurren distintos actores unidos entre sí por lazos de parentesco o amistad, y donde se plasma la jerarquía de los comensales. La purificación y la ablución antes de pronunciar la beraha o bendición revela una influencia islámica. Para oficiar tanto la bendición preliminar como la epilogar, en acción de gracias, es necesario un quorum mínimo denominado mezuma. La bendicion al modo judayco, realizada antes de dar comienzo la comida, tenía como elementos consustanciales el pan y el vino, adoptados por los cristianos en la ceremonia de la misa: fazia la vendicion en la taula tomando una taça de vino en la mano y dezia ciertas palavras sobre el vino en ebrayco, y apres tomava un sorbo del vino y dava a todos los otros sendos sorbos de aquel, y apres tomava hun pan y le dava siete cortes que no acavava de cortar el pan diziendo siete palabras en ebrayco, y tomava de aquel pan que havia vendezido y cortado, y tomava un vocado y davande sendas vocadas a todos los otros, y dizia que era pan vendicho y cenavan apres, y que apres, quando havian cenado, fazia la vendicion y levantavanse. En otra bendición, no menos bella, se recita: bendigamos a Aquel que avemos comido de lo suyo e con su bien vivimos, a lo que los presentes replican bendito sea Aquel que avemos comido de lo suyo e con su bien vivimos.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS Retablo de San Salvador de Ejea de los Caballeros.

131

TIEMPOS DE OCIO HOMO LUDENS

3

De un modo u otro, casi la tercera parte del año era festivo —fiesta no es necesariamente sinónimo de tiempo libre— y se interrumpía la actividad productiva. Aunque los juegos y diversiones forman parte de muchas fiestas, su finalidad iba más allá y no eran un fin en sí mismo. De cualquier forma, constituye un elemento sociocultural de primer orden. La legislación talmúdica, a este respecto, discrimina el juego profesional —con afán de lucro— del ocasional, placentero y coincidente con ciclos anuales, acontecimientos extraordinarios o fechas singulares en la vida familiar, en cuanto mera actividad lúdica y distractiva, lo cual es social y moralmente aceptado.

EL COTIDIANO EXISTIR

Jugadores y tahúres El jugador profesional —que según Maimónides desarrolla una actividad próxima al latrocinio— está adornado de una galaxia de lacras típicas de un ser parasitario y marginal, pues ni se dedica al estudio de la Torah, ni acredita un trabajo digno con el que ganarse el sustento. Su talante —mendaz, bebedor, tramposo— lo inhabilita como testigo judicial, lo excluye de determinadas funciones religiosas (es indigno de ser llamado a la tribuna en la sinagoga), corporativas (no puede ingresar en la cofradía de Cabarim en Huesca) o políticas (inhábil para ejercer de adelantado en Tarazona o Calatayud). Cosa muy distinta es lo que sucede al ejerciente arrepentido, incidental o esporádico, con el que las autoridades se comportan con indulgencia, atendiendo a su deseo de reinserción. Esta regulación entra en colisión con las dispensas reales para jugar dentro de la judería

132

Los juegos de azar forman parte de la vida cotidiana. El Calvario. Museo Provincial de Huesca.

con apuestas moderadas (tablas, rifa, gresca). Asimismo son significativas, so pretexto de tratarse de ludum honestum, las exenciones a determinadas personalidades, como rabí Jehuda Abenlopiel e hijos, vecinos de Zaragoza, muy avezados en estas artes en los círculos cortesanos, frecuentadores del trato con los miembros de la familia real quienes, al tenerlos como contrincantes, disfrutaban en los envites de su pericia y recursos, lo que suponía un doble atractivo. A este respecto, y aunque no sea un ejemplo aragonés, un judío sardo, en el último cuarto del siglo XIV, transgrediendo una haskamah de la aljama que prohibía jugar a dados, había logrado unos beneficios de 160 florines de oro en una fiesta palaciega, lo que le costó la excomunión.

La adicción al juego, supuesta o explícita, que puede comportar el atributo de jugador empedernido (contumaz) —por lo general de baja extracción social, ya que los de clase privilegiada saben pasar inadvertidos— puede cerrar las puertas no sólo a posibles contratos de trabajo, negocios y préstamos, sino al matrimonio. Era preciso —y necesario— persuadir a la futura esposa —cuya dote siempre permanecerá a salvo—, maestro, socio o acreedor que en lo sucesivo no dilapidaría su patrimonio en estos azares mediante un instrumento público que lo dignificara, por lo general sujeto a un plazo prorrogable de uno a tres años. Uno de ellos es el suscrito por un judío de Alcañiz, donde jura ante el rabino local no participar en ninguna fiesta mundana (sehoq) durante dos años. El efectuado por Gento Abguy de Barbastro, en 1405, en el sentido de no jugar a seco ni a dados bajo pena de 20 sueldos, lo realiza a petición expresa de su acreedor Jaime de Azlor, que se repartiría con el rey el fruto de la multa.

Ley de Moisés, con quinyán (aval personal) y firma autógrafa, entraña perjurio, lo que se sanciona con flagelación y fuertes sanciones monetarias, amén de los castigos que el interesado hacía constar. Ello no obsta para que los incumplimientos sean notorios en según que casos (Borja). Para ser procesado se requería un mínimo de dos o tres testigos, tanto judíos como cristianos, para evitar la delación o malsindad de mala fe por causa de enemistad. El auge del juego —no tan extendido, al parecer, como en Valencia, donde existe verdadera devoción— queda certificado por el incremento de las cantidades fijadas, que de 50-60 sueldos en el siglo XIV, se multiplican por cuatro o cinco en la centuria siguiente.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

El quebrantamiento de este acto, realizado sobre la Torah y los Diez Mandamientos de la

La adicción al juego creaba problemas en las economías domésticas. Museo Provincial de Teruel.

133

Juegos dampnados, vedados e honestos En la jerarquía de los juegos se distinguen categorías diferentes. Las prácticas francas o reconocidas requieren destreza intelectual (ajedrez o scaques, difundido entre las clases más ilustradas) o habilidad física (bohordos, pelota, alfarda, aros, arandelas, dardos) o ninguna de las dos, si se mantienen dentro de ciertos límites, como las rifas, siempre y cuando se trate de carne, pescado o caza, y se realice una sola vez.

EL COTIDIANO EXISTIR

Los juegos vedados o tolerados exigen la expedición de licencias, mientras que los juegos prohibidos —ya sea en determinadas circunstancias o bajo ningún concepto— son aquellos donde se cruzan apuestas (naipes, dados, jaldeta, alcazara, gresca) o son peligrosos para la integridad de las personas si se efectúan intramuros (ballesta, bolas, etc.). En este último caso, los infractores eran castigados con un mínimo de tres días de reclusión, pena que alcanzaba hasta cien latigazos o idénticos días de privación de libertad. La flexibilidad del es-

Tablero de ajedrez trazado toscamente por un recluso de la Inquisición. Aljafería de Zaragoza.

134

parcimiento se produce en momentos específicos, en que se levantan de modo parcial las proscripciones, como son el Pesah (Pascua) y Sukkot (Cabañuelas), Purim y Hanukah —los cristianos levantan el interdicto entre Navidad y Pentecostés—, de igual modo que en las celebraciones de relieve social (bodas), pero sólo si las ganancias se destinaban a fines piadosos. Las tekanas judías de la segunda mitad del siglo XIV —vgr. Zaragoza (1361 y 1371) o Jaca (1389)— dejan fuera de la legalidad el juego de los dados o taxillorum (incluida una de sus variantes, la bufa o violeta). En los que se consideraba permitidos —me refiero al tejo o el juego de tablas, parecido a las damas, pues se lanzaban dados, incluidos los de habilidad anteriormente citados—, la apuesta lícita oscila entre dos y seis dineros por partida, equivalentes a las rondas de vino consumidas durante la misma, de ahí la expresión a seco (xutas) o a vino. Esta misma cantidad, seis dineros, es la que se tolera diariamente en las cartas o naipes, pasatiempo que se consolida en el siglo XV. A título meramente ilustrativo, en los arrendamientos de las tabernas firmados en esa época se permite una margen de ganancia de seis a once dineros el cántaro (10 litros), dependiendo de la calidad del caldo. Las ordinaciones y stablimientos aprobados por los jurados de diversas ciudades aragonesas —con una vigencia trienal o quinquenal, a reserva que de alli adelant tanto quanto al capitol e consello bien visto sera— quieren erradicar algunos elementos perturbadores para la convivencia: ociosidad (non querientes vevir de su justo treballo); juramentos vanos (renegadores de nuestro Senyor Dios); alteraciones del orden (muytos malefficios, escandalos e inconvenientes); y menoscabo de los patrimonios (grant danyo de faziendas). En efecto, la regulación quiere combatir la marginalidad que implica la

tenencia de casas de juego, apostando por el trabajo honrado, sabedores de los problemas que acarreaba la profesionalidad del ars ludendi: por la qual cosa han ocasion muytos dellos de ciudat e otros muytos de seyer bagabundos.

Tafurerías, tablajerías y tabernas La tahurería, nombre que recibe el recinto público donde se practican los juegos de azar, es una regalía que terminará por pasar a la órbita de los concejos. Su regimiento u officio es encomendado a hombres de confianza del monarca, escogidos entre miembros de la baja nobleza, en premio a los servicios prestados. En Aragón se viven unos períodos abolicionistas

Libro de Collidas de la taula de Calatayud (1448-49). Archivo de la Diputación Provincial de Zaragoza.

—el Privilegio General (1283) dictará que sian desfeitas a todos tiempos, mientras que las Cortes de Zaragoza (1414) establecerán un año de exilio a los licitadores de estos establecimientos— y otros permisivos, manteniendo los poderes públicos la capacidad reglamentista sobre ellos. En cualquier caso, y a pesar de las consecuencias morales y de orden público que se derivaban de los juegos de azar, los poderes públicos no aplicarán todo el rigor a su alcance para erradicarlo, manteniéndolos en las lindes de lo tolerable —como sucede con el prostibulum— por los réditos económicos que reportaba a sus arcas, parte de cuyos beneficios financian obras públicas. En ciudades importantes como Zaragoza, la aljama cuenta con su propio recinto lúdico, la tafureria judiega —al que acuden nativos y foráneos, francos y pecheros—, lo que no quita para que se susciten barallas y alborotos con los

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

Las ofensas y blasfemias proferidas al calor de una partida de dados constituyen uno de los argumentos blandidos en el fuero extenso de Jaca para vetar esta actividad, inaugurando una tradición coercitiva que se remonta al siglo XIII. La violencia originada en torno a una mesa desata la connatural agresividad de las personas, de lo que se han seguido e se siguen muertes, feridas, furtos, robos e otros inconvenientes e males. Tampoco se elude el atentado contra el orden económico, ya que las elevadas sumas que se ponen en circulación en las apuestas (dinero, alhajas, prendas, bienes patrimoniales, ajuares, etc.) pueden quebrantar seriamente la economía familiar —caldo de cultivo ideal para que se desate la violencia doméstica, el abandono del hogar conyugal, la desatención en la educación de los hijos, el alcoholismo, etc.—, sustraen recursos que de otro modo se destinarían a la actividad productiva y merman caudales para la limosna. Bajo determinadas circunstancias —falsificación de dados, uso de cebos, trampas, cartas marcadas— se califica de crimen (delito) de falsedad y de robo (o hurto).

135

les, en especial la flagelación, consistente entre cincuenta y cien azotes, bien en el Castillo de los judíos —si nos referimos a Zaragoza—, bien en las calles y plazas de la judería o de la ciudad, con lo que acarrea un acto público e ignominioso, convalidables por otros tantos días de cárcel a pan y agua. La entidad de los correctivos dependen de la gravedad del delito, el valor de la deuda y la condición social del implicado.

La aljama sanciona con elevadas multas el juego desmedido.

cristianos —comportamiento que se saldaba con 10 sueldos de multa por detención—, asunto éste más laxo en Teruel, donde estaba permitido jugar a taulas o a otro juego con los ditos christianos de la dita ciudat o otros qualesquiere. Como solución intermedia, en Huesca y Barbastro se habilitan locales para musulmanes y judíos, a fin de evitar peleas, riñas y malquerencias.

EL COTIDIANO EXISTIR

Multas, caloñas y aflixiones

136

En la penalización de estas conductas intervienen factores religiosos, morales y de orden público. Los rabinos quieren doblegar la pasión por el juego mediante penas espirituales —excomunión mayor y menor (herem y nidduy)—, elevadas multas (entre 50 y 100 sueldos) —recaudación que compete al merino o al baile, dado que no pueden beneficiarse de ellas los tribunales hebreos— y aplicación de castigos corpora-

También las autoridades civiles cristianas los sancionan con multas y penas corporales o privativas de libertad, aunque se observa una neta tendencia hacia las primeras. Pongamos por caso el juego incidental o profesional de dados, que ya está penado desde el siglo XIII en el fuero extenso de Jaca con 60 sueldos, incluyendo los encubridores. Las disposiciones concomitantes contempla la reclusión (como máximo de treinta días) si se trata de población sin recursos. Así, en 1450, en la capital del Reino, el que juegue a dados o a tafurerias y los que regenten estos locales serán encarcelados durante quince días, con la subsidiaria de que les seran tirados los tauleros et crebados sin remedio alguno. Pese a los interdictos, es un hecho que se jugaba —y mucho— en las tabernas, frecuentadas al anochecer —de ahí el incremento de las multas con la concurrente de nocturnidad—, donde se daba un cóctel ideal: timbas, jugadores y bebida. Entre las condiciones que debían reunir estos establecimientos figuran que los taverneros ayan de tener continuamente en la taverna buen vino de taverna, exponiéndose a una sanción elevada si transcurría un día sin abastecimiento. Tampoco se hurtaban de ello las hostelerías, cuyos rectores ayan de tener buena y linpia possada pora recoxer los guespedes y fazerles pagar lo justo, segunt se paga por la trena.

El juego de dados y naipes, o cualquiera en el que se crucen apuestas excesivas, está castigado en el primer tercio del siglo XV con 300 sueldos, sesenta días de cárcel o sesenta azotes. Idéntica sanción se aplica a los que en sus casas o abitaciones no permetan ni lexen jugar los ditos juegos. La clandestinidad obliga a reiterar las disposiciones, alterando, no obstante, el reparto y la cuantía de la caloña según el stablimiento: 5 sueldos para el rey, 5 sueldos para el acusador y 90 sueldos para la ciudad. Montante observado en la segunda porción del siglo, donde se incorpora la proscripción de la jaldeta y la taula bufa, aplicable tanto al actor como a quien lo consienta o fomente. La gresca se castiga con sesenta sueldos, repartidos en tres tercios, entregados al rey, al denunciante y al común de la ciudad; empero, su convalidación es idéntica a los dados: sesenta azotes o sesenta días de cárcel. Desde el primer tercio de la centuria se generaliza el arrendamiento de los derechos del tablaje et tafurería, ya que sus rectores confie-

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

En este sentido, la crida del vedamiento del juego (1411) contempla la tenencia de tauleros y tafurerias en los locales donde se expide vino, compañero indisoluble de este esparcimiento y aditivo de la conflictividad. La pena por desacato es elevada, ya que se fija en quinientos sueldos —paralela a la fijada en las Cortes de Zaragoza tres años después—, afectando a los jugadores o tauleros tenientes, a los que denomina alcahuetes, truchones, vagabundos o hombres otros usantes continuadament juegos facientes en officio. En ningún caso las taulas se asentarán fuera del establecimiento, y mucho menos en plazas, carnicerías, domicilios o lugares apartados. La multa se terciará entre los jurados, las obras del puente y los acusadores. Los insolventes penarán cien días en la cárcel sin posibilidad de apelar.

137

san su inoperancia para perseguir la práctica de los dados y la jaldeta, pretendiendo que los ditos juegos sian esquinados, e lo sobredito haya efficacia e valor. Ello es todavía más notorio en 1477 en la crida de las calonyas del juego, donde se ceden los derechos a un particular, visto que en la dicha ciudat se fazia grandissimo abuso de jugar, el sindico de la ciudat ha arrendado las penas que los dichos jugantes encorren en virtut de los estatutos de ciudat… certificando los que persona alguna no sia osada jugar a ninguna natura de juego de dados ni de naypes. En definitiva, se produce una privatización de la gestión recaudatoria.

EL COTIDIANO EXISTIR

SEXUALIDAD

138

4

Uno de los resortes sobre los que se asienta la sociedad afecta a las relaciones plurales mantenidas entre hombres y mujeres. Desde esta óptica, la actividad sexual entraña un dilema: es necesaria en la supervivencia generacional de las unidades familiares, pero posee un alto índice de riesgo, al punto que puede quebrantar la estabilidad y la armonía marital: nace una tensión dialéctica entre la legitimación de la ortosexualidad y el rechazo hacia la atracción libidinosa. Sin embargo, este territorio, cuyos aspectos sociológicos, mentales y antropológicos son decisivos, se resiente de la dispersión e inespecificidad de unas fuentes preocupadas por lo excepcional o por las clases dirigentes, silenciando por el contrario la vida cotidiana y postergando los estratos humildes, entre los que se incluye el ámbito de la feminidad. En estas coordenadas, la regulación religiosa y el marco legal constituyen un referente en su comprensión. El Talmud consagra diversos

Fragmento de una ketubah o contrato matrimonial originaria de Jaca (s. XV). Archivo Histórico Provincial de Huesca.

tratados a estos aspectos: Yebamot (cuñadas), Sotah (adulterio), Miqwaot (baños rituales de inmersión), Niddah (impureza de la mujer), etc. De igual modo, los responsa, nacidos de las consultas elevadas por las aljamas a los rabinos de prestigio para esclarecer la regulación aplicable en los casos planteados, permite estudiar la evolución de las costumbres a lo largo de la Edad Media, en que mejorará la condición de la mujer (repudio, cláusula de monogamia, etc.). Los procesos judiciales de los bet-din y las sentencias de los tribunales cristianos, que tienen la potestad de imponer multas o caloñas, son elocuentes, aunque reflejan una mínima parte de las transgresiones (adulterio, violencia sexual, etc.), dejando en el anonimato conductas morales ilícitas —sobre las que la familia ejerce un férreo control—, que representan la excepción frente a la práctica común. Y todo ello sin omitir el perjurio y las falsas imputaciones, movidos por rencor o enemistad. En la órbita amorosa y sexual, los textos morales, literarios y narrativos no proporcionan información sobre mujeres reales, sino que esculpen metáforas o estereotipos —seres de interior o periféricos, cuando no imaginados— que carecen de voz propia, presentando un dis-

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS Las relaciones sexuales son legítimas con el fin de procrear y únicamente en el seno del matrimonio.

139

curso netamente masculino, donde se descarta la posibilidad de que cobren identidad, no ya como autoras, sino tan siquiera como lectoras, y donde toda expresión femenina se filtra a través de la censura del varón, que la representa como objeto; plasmación, a la postre, de la posición social que desempeña en la comunidad hebrea. SEXUALIDAD

BENDECIDA:

CRECED

Y MULTIPLICAOS

El estado al que ha de aspirar todo hombre o mujer es el marital, bajo el imperativo de perpetuar la especie, según reza una de las primeras prescripciones o mitzvah contenidas en la Torah. El judaísmo consagra la legitimidad de la vida sexual sólo en los confines del matrimonio, erigido en el primer instrumento de control de la vertiente constructiva de los impulsos sexuales y freno de sus aspectos instintivos e irracionales. El que no engendra descendencia comete un pecado similar al derramamiento de sangre y causa que la Shejiná (presencia divina) abandone al pueblo de Israel. Cada criatura que viene al mundo reporta a sus padres una bendición y es el punto de partida de una nueva progenitura, esencial para la redención, que sólo se alcanzará cuando todas las almas hayan venido al mundo.

EL COTIDIANO EXISTIR

El débito conyugal: onah

140

Las fuentes bíblicas señalan como derechos inalienables de una esclava —aplicables, por tanto, a una mujer libre casada— el alimento (she’era), el vestido (kesutah) y el débito conyugal (onah). El marido tiene un deber compensatorio hacia su mujer con respecto a la frecuencia de las relaciones que han de ser complacidas, protegiéndola de la privación sexual. Como señala Nahmánides, es exigible intimidad, regularidad y una atmósfera apropiada, mientras

que Rashi defiende que el marido procurará placer a su mujer, aunque sólo como efecto. La doctrina rabínica establece la frecuencia del coito conforme a la actividad profesional del varón, fijándose un período de abstinencia no superior a una o dos semanas. Sin embargo, existe una corriente restrictiva o ascética que la considera un maximum. Los ritmos, no obstante, son estimativos y se basan en especulaciones sobre el deseo de la mujer, ante el cual el marido debe ser dócil. Por su parte, el tratado de Josef Albo, Shulhan Arukh, distingue entre los profesionales que trabajan en la misma ciudad, obligados a realizar el acto dos veces por semana, y los que la desarrollan fuera, cuya ratio se reduce a un encuentro marital, lo mismo que los estudiosos de la Ley. El Talmud tipifica las circunstancias en las que el marido ha de atender especialmente las necesidades sexuales de su mujer: antes de iniciar un viaje, en las vísperas de la menstruación, la noche de la inmersión en el baño ritual o mikveh, cuando advierta estrategias de seducción o en el período post partum. La importancia del deseo femenino es reconocido incluso durante el embarazo, cuando no existe posibilidad de una nueva concepción. El rabino Rabad enumera diversos propósitos o kavanot donde el encuentro de los esposos en el tálamo no sólo es recomendable sino deseable: procrear, mejorar la salud del feto, cumplir con el débito conyugal, restringir la pasión del varón hacia su esposa y prevenir enfermedades producidas por los impulsos no consumados. En cualquier caso, es inadmisible destruir la semilla —hashhatat zera— mediante la eyaculación en el exterior de la vagina, aunque los teóricos dudan sobre la licitud de las prácticas que incrementan el placer —realizar el coitus mediante la penetración por detrás, colocar a la

Leyes de pureza y menstruación: niddah El judaísmo comparte con otras culturas el temor a la sangre, disociando la fase menstrual con la concepción y la vida, lo que convierte a la mujer en niddah o excluida. Dichos patrones, que imponen períodos de abstinencia y un distanciamiento físico de los esposos, al que se pone fin en virtud de diversos actos de purificación coincidentes con una nueva ovulación, regula de una manera precisa la vida sexual de la pareja —operativa en torno a la mitad del año, si consideramos la etapa pre y postmenstrual—, favoreciendo en teoría la procreación, porque dichas limitaciones hacen a su mujer más deseable. Esta purificación ritual en el mikveh no se considera un deber salvo cuando depende de ello la reanudación de las relaciones sexuales. Por esta razón, la mujer soltera no lo frecuenta, realizando su primera tevilah antes de la boda. Tampoco puede procurar a su marido aquellas atenciones que sugieran intimidad, como rellenar su copa, disponer la cama y lavarle manos, pies y rostro. En la niddah —regulada en el Levítico— se diferencia la menstruación ordinaria (niddah) del flujo anómalo (zavah). La primera macula durante una semana a la mujer, en la que está prohibida cualquier relación. Una vez transcu-

rrido el séptimo día, si ha desaparecido el flujo vaginal, realizará un baño purificador de inmersión y lavará sus ropas, siendo considerada apta para la conyugalidad. Para evitar transgresiones accidentales se instauran los días impuros premenstruales, animando a la mujer a que realice una exploración de sus órganos reproductores antes de iniciar una relación sexual para que no sobrevenga una pérdida de sangre inesperada. Un caso especial se contempla en la

El baño ritual purifica a la mujer después de la menstruación. Judería de Sos del Rey Católico.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

mujer en la parte superior—, prefiriendo la postura del misionero, que las tres religiones monoteístas señalan como la más natural. En cualquier caso, en la Mishneh Torah de Maimónides, glosa universal del Derecho hebreo, frente a la creatividad de los actores, se apuesta por la pura procreación.

141

fase post partum —cuya explicación es puramente biológica, pues el sangrado prosigue durante cuatro o seis semanas—, donde el período establecido dependerá del sexo de la criatura: si alumbra un hijo es de una semana, más treinta y tres días adicionales de purificación; cuando se trata de una hija, el período se duplica (ochenta días), porque en su día se convertirá en mujer que menstruará y parirá.

SEXUALIDAD

MANCILLADA E ILÍCITA

Partiendo de la premisa de que únicamente es legítima la actividad sexual canalizada a través del matrimonio, cualquier otro género de comercio carnal oscilará entre lo éticamente objetable y la pura transgresión, dependiendo de la naturaleza del pecado y la cualidad del pecador. La Halakah lo engloba bajo el concepto de promiscuidad o zenut, que presenta numerosas acepciones, desde las relaciones sexuales de una mujer soltera sin el fin de desposar o comprometerse (kiddushin), pasando por el adulterio y culminando con el crimen nefando o contra natura.

EL COTIDIANO EXISTIR

Adulterio, ponzoña del honor Dada la importancia del vínculo endogámico, el adulterio recibe especial atención en el Derecho hebreo, que consagra la fidelidad exclusiva de la mujer hacia su marido. Esta unión es más restringida que la contemplada en el Derecho canónico, pues incluye las relaciones sexuales ilícitas y voluntarias con una mujer casada o comprometida mediante la determinación de una La familia es un dispositivo de control de la sexualidad.

142

dote, y con un hombre distinto a su marido. La deslealtad se sanciona con severidad y reporta graves consecuencias a los hijos bastardos o mamzerim, que hallarán muchos impedimentos cuando pretendan casarse. Sin embargo, el adulterio es una práctica relativamente extendida entre los judíos hispánicos, fruto de cierto grado de relajación moral —especialmente entre las clases elevadas—, y de la convivencia de familias extensas bajo el mismo techo. Originalmente, el marido tenía derecho a castigar a la adúltera y su amante, pero en cuanto ofensa a Dios, requiere la intervención del rabino y de los tribunales de justicia. Es posible redimirlo mediante el pago de una multa, aunque no es frecuente, pudiendo recaer pena de muerte si se realiza tras recibir una amonestación pública. En la Biblia se cita la lapidación, mientras que el Talmud señala el ahorcamiento. Han perdurado algunos procesos judiciales por este motivo, como el protagonizado en la sinagoga de Zaragoza el año 1368 por Lumbre, viuda de Salamon Anagni, pespuntero del rey, ante un tribunal integrado por don Mayl Alazar, don Salamon Almali y el rabino Jaco Figel, el qual crimen la dita Ley ha por muy fuert peccado et orrible entrellos, et esto solo pertenescia a jugar a los judges esleydos por la dita aljama. La imputada es tenida por convicta y confesa, ya que era probado y manifiesto dicho crimen según la norma aplicable, debiendo, con arreglo a ella, ser ejecutada a la pena capital. Sin embargo, existe un margen de discrecionalidad que permite conmutar dicha pena por azotes, exilio y trasquileo en cruz, es decir, dolor, destierro e ignominia. La ordalía de las aguas amargas se aplicaba —pronto entró en desuso— a las sospechosas de adulterio —tal y como se describe en el libro de Números— si fue advertida previamente por el marido, mientras que si sólo existen murmu-

raciones, puede obligarla a someterse o dispensarle y repudiarla. En cualquier caso, basta con que hubiese sido vista por la servidumbre o que existieran dos testimonios a favor del adulterio y uno en contra para que se prescindiera de este medio de prueba. Si es víctima de calumnia, parirá sin problemas, en tanto que si no, se hinchará en su vientre la masa del bebedizo —por motivos más psicológicos que otra cosa—, y experimentará un dolor inaguantable.

Bajo este epígrafe se contemplan dos comportamientos transgresores (karet): el incesto y la homosexualidad, en los que concluyen factores culturales, antropológicos, religiosos, y sociológicos. De hecho, la categoría de incesto tiene una base cultural en vez de biológica, pues garantiza unas reglas mínimas de exogamia. La lista de parentescos prohibidos dentro de la estructura de afines y consanguíneos es compleja, e ilustra los componentes del modelo familiar consagrado, cuyos impedimentos alcanzan hasta el cuarto grado (madre, madrastra, hija, hermana, sobrina, tía, cuñada y cuñada de la mujer), ampliándose fuera del círculo estrictamente consanguíneo (tía, cuñada, hermanastra, suegra, hijastra, las hijas de la cuñada, nueras y nietas). En este punto la Torah es inexorable: ambos han cometido una abominación, su sangre caiga sobre ellos. La homosexualidad, reflejada en la poesía hebrea, cuyos poemas contienen claras referencias al amor entre hombres —el lesbianismo es un arcano en este tipo de fuentes, maquillado como mucho en muestras de afectividad—, es un fenómeno extendido en al-Andalus que perdurará bajo dominio cristiano. Obvio es señalar que las condenas son durísimas en la legislación mosáica. La gravedad de la sodomía se

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

El tabú de la ignominia

143

pone de relieve en sucesivas disposiciones donde los monarcas se reservan la jurisdicción en los delitos de patente peligrosidad, enumerando, amén del ya expresado, la acuñación de moneda falsa, el asalto a mano armada en caminos públicos, la traición, el homicidio, la tahureria y la lesa majestad. En casos extremos, la sanción penal incluye la condena a muerte en la hoguera.

SEXUALIDAD

PROFESIONAL: FEMBRAS PUBLICAS

Los judíos insatisfechos con su vida marital o sin excesivos escrúpulos, requieren los servicios de meretrices cristianas o musulmanas —en el diwan del poeta Todros Haleví se ensalzan las sutilezas de éstas últimas—, disponiendo de numerosas oportunidades para consumar sus apetitos. De hecho, las fuentes ratifican la presencia de prostitutas judías en la mayoría de las aljamas importantes de Aragón.

EL COTIDIANO EXISTIR

Los tribunales regios no reprimen tanto el ejercicio de las fembras publicas cuanto que ofrezcan sus servicios fuera de la judería a personas inadecuadas, como sucedía en Zaragoza y Teruel. La Iglesia, enfática, denunciaba que en

144

ciertas juderías, se fasia pecado de forniçio, no tan solamente christianos con christianas, mas aun viniendo contra la fe nuestra yasian jodios con christianas, cosa muy aborreçible de Dios e de la nuestra santa fe. Asistimos a una doble moral que hace del prostibulum un mal necesario. Esta dualidad la ilustra rabí Yehuda ben Asher durante el siglo XIV, y que escindió la sociedad en dos corrientes: la primera anhelaba erradicar la prostitución y echar a las cortesanas por considerarlas fuente de pecado; la segunda —representada por el rabí Isaac Arama— era permisiva, porque así se evitaba acudir a meretrices cristianas y compartir la semilla divina con los gentiles, al tiempo que era un mecanismo de defensa de las doncellas y las mujeres respetables. Contribuía, pues, a mantener un equilibrio necesario. SEXUALIDAD

TRANSGRESORA:

GENTILES E INCIRCUNCISOS

Dentro del universo de la alteridad, el judío se inserta en la categoría de intocable (grandes dapnos e ocasiones de pecar que pueden acaescer por auer conversacion las christianas con los judios). Esta argumentación se apoya en que contamina cuanto toca, lo que les obliga —como sucede respecto a las prostitutas, con las que se homologan (iudei vel meretrices)— a portar señales distintivas fuera de sus respectivos espacios de confinamiento. No son razones profilácticas sino de higiene mental, moral y social. Para los casos de fornicación de judío con cristiana o de judío con judía, los tribunales conservaron su juridicción, al igual que sucedía con el divorcio, traduciéndose en fuertes multas o la confiscación de bienes. Visto desde el poder predominante cristiano, el límite se quebrantaba en cuanto entraban en liza varones de la mayoría y mujeres de la minoría, o bien mujeres

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS La mujer adúltera. Miguel Jiménez (1470-90). Museo Provincial de Huesca.

145

de la mayoría con hombres de las minorías. La gravedad de las acusaciones vertidas contra los judíos refleja la inquietud y la alarma social que engendran. Hasta tal punto, que en los indultos dictados en 1344 a favor de la aljama de Montalbán se excluyen las relaciones sexuales con cristianas, la hechicería, la sodomía o el amparo a herejes. En el ámbito eclesiástico, entre los pecados-delitos cuya absolución se reserva el arzobispo se cita de cohitu cum judea vel sarracena, equiparándolos al incesto o al bestialismo.

EL COTIDIANO EXISTIR

La prohibición de las relaciones sexuales de este género son comunes tanto al judaísmo como al cristianismo y se saldan siempre con castigo ejemplarizante, que en unos casos son pecuniarios, pero en otros se afronta la pérdida de la vida —la convivencia o crianza de su descendencia significa como mínimo azotes y destierro—, por norma general en la hoguera para el actor femenino. El fuero de Teruel, en su rúbrica De la mujer que sea sorprendida con un infiel, establece esta sanción por el mero hecho de yacer carnalmente si una mujer es sorprendida con un moro o con un judío y pueden ser capturados, ambos conjuntamente sean quemados.

146

Los varones judíos se acostaban con cierta frecuencia con musulmanas, ya que de este modo acarreaba a lo sumo una sanción formal por parte de ambas comunidades; pero era muy distinto cuando se veía implicada una mujer judía, donde intervenía el concepto de honor familiar —de ahí que se vigile celosamente las relaciones sexuales de las mujeres y no de los hombres—, desembocando en aflicciones corporales, exilio o pena capital. No en vano, se conocen casos en que se desfiguró el rostro de algunas judías de Zaragoza —lo que hacía inviable un futuro matrimonio y las conducía a la muerte social—, transterradas ulteriormente

para disociarlas del escenario del pecado. Precisamente, en el lupanar de Zaragoza, cuando una de las prostitutas se hallaba dispuesta a ofrecer sus favores a un judío, creyendo que era cristiano, la dita Johanna [sabiendo] que era jodio toda se altero, mandando llamar al zalmedina para su detención. En la vista, el procurador reprocha que el dito jodio es alienichena e bagabundo, e va por el regno d’Aragon en forma de cristiano, e enganyando muchas christianas pensando ellas seyer christiano. La agraviada insiste en que lo condempnase a muert, o le dase aquella pena o penas que por fuero se deviesen. En ciertos momentos, los testigos, especialmente las mujeres del vecindario, donde la intimidad es un bien voluble, tipifican perfectamente la calidad de los afectos, que no sólo se limita a compartir mesa y lecho, sino muestras de inconfundible cariño: poniendole la bianda

La intimidad entre judíos y cristianos era un tabú social perseguido. Fortaleza de Montalbán.

en la boca; la dita Violant star encima del dito jodio e tener la dita Violant los braços encima del jodio como abraçados, e cantando entramos ad altas vozes o Jeuda tenia las manos por el cuello a la dita Violant, e la dita Violant al dito jodio por encima los hombros sus manos, e que la dita deposant en su consiciencia crehe que se besaban entramos. La procesada, Violante de Fox, difamada de mala muller e de haver cometido adulterio con diversas personas, confiesa esta adicción alegando por quanto su marido era honbre que no le podia dar el recaudo que devia.

PA D E C I M I E N T O S Y C U R A S : HORTUS SALUS

5

Los tratamientos prescribían dietas, compresas calientes y frías, sudoración, curas de reposo y aeróbicas, baños de sol, cambios de clima, hidroterapia, psicoterapia, masajes y gimnasia, demostrando una gran pericia en el uso de las hierbas (estreñimiento, fertilidad, grastroenteri-

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

Tanto la alimentación como la higiene ocupan un lugar primordial en la Biblia. Durante el período talmúdico (siglo II a. C. hasta el VI d. C.) los rabinos —muchos de los cuales eran médicos— aclararán y ampliarán dichos conceptos (incluidos tópicos como el mal de ojo, amuletos y talismanes), mostrando una notable permeabilidad respecto a las influencias griegas, babilónicas y persas. Sus expertos consideraban el corazón como sede del alma —lo que recuerda las enseñanzas de Aristóteles—, y a la sangre el principio vital, soporte de la vida. Los maestros del Talmud conocían que el miedo incrementaba el ritmo cardíaco y que el contagio de numerosas enfermedades se producía a través de los alimentos en mal estado, el aire, las secreciones, el agua no potable, los vestidos, etc.

La ciencia médica experimentó un gran impulso gracias a la aportación judía.

147

las enfermedades. Aunque junto con la cosmología y la física formaba parte de la filosofía natural, alcanzan un particular incardinamiento dos vectores esenciales de relevancia social y personal: la salud y la enfermedad.

En Barbastro vivieron importantes linajes de médicos judíos. Calle de la Peña.

EL COTIDIANO EXISTIR

tis, etc.). Era una medicina eminentemente preventiva, como lo corrobora la implantación de medidas de salubridad en las ciudades, la desinfección del instrumental o un código higiénico riguroso, con indisociables componentes religiosos. En este sentido, son famosos los aforismos del nonagenario Semuel ben ha Kohen (siglos IIIII): el lavado matutino de manos y pies es más eficaz que todos los colirios del mundo y el cambio de una costumbre es el comienzo de una enfermedad.

148

Scientia & Ars medica El fenómeno universitario vive en pleno siglo XIII un período de fortalecimiento y reconocimiento social en la transmisión de la ciencia, alcanzando un auténtico monopolio entre 1250 y 1450. La medicina se transforma de una actividad empírica en una scientia, labrando su prestigio a través de los textos galénicos y una respuesta cada vez más satisfactoria al reto de

La medicina universitaria la transformó en un producto típicamente cristiano, a pesar de que una corriente racionalista tomó cuerpo entre los judíos, apreciando el método escolástico como un soporte científico válido. Dicha metodología analítica (sustentada en el género de las quaestiones y disputationes) y una mayor libertad intelectual —de la que no se goza en las aljamas, cuyos maestros no incorporan las artes liberales en la formación intelectual de sus estudiantes— permite una discusión pública de cuestiones de filosofía natural y de los textos de maestros griegos e islámicos, un estudio aislado de los problemas (la fiebre, por ejemplo) y un medio de comunicación académico. El fuste doctrinal de la medicina practicada en Aragón se nutre de la filosofía natural de Aristóteles y la biomedicina de Galeno (s. II), que la filosofía islámica dotó (ss. VII-XII), gracias a la contribución del persa Avicena (Ibn Sina) y del hispano Averroes (Ibn Rushd), de una elaborada estructura científica y una compleja terminología, enriquecida más tarde por el aporte de Al-Razi. A este contexto no son ajenos los judíos de formación filosófico-natural islámica, pero no pudieron sustraerse a los factores socio-religiosos que impregnaron el proceso intelectual. De hecho, se abre una honda brecha entre una minoría intelectual (traductores de escritos médicos del árabe o del latín al hebreo) con los dirigentes religiosos y espirituales (exégesis talmúdica, teosofía cabalista y teología). Los intentos de armonización propugnados por Maimónides a fines del siglo XII entre fe y racionalismo quieren aproximarse al fecho morboso (fenómeno natural de la enfermedad)

Existe un problema añadido: la creciente dificultad de hacerse con obras médicas en árabe —alguno de cuyos escritos reposan fragmentarios en las catedrales de Tarazona, Zaragoza y Huesca— y el paulatino desconocimiento de dicha lengua en el seno de las comunidades judías, cuando el latín garantizaba el acceso a la filosofía natural y al saber médico greco-árabe, pero impedía una correcta exégesis de los pasajes conflictivos, lujo que se permitían los más selectos, como Arnau de Villanova, profesor de Montpellier nacido en Villanueva de Jiloca. Todavía cuando se fundó el Estudio General de Lérida (1301), el titular de la cátedra pidió a Jaime II que recopilara algunos manuscritos árabes en ciertas colectividades judías de Aragón.

versión latina, por la seducción que la escolástica supone para la minoría científica —en la biblioteca de un médico judío de Monzón se expresa in latino christiano scripti (1381)—, de modo que en la segunda porción del Trescientos el árabe casi se había olvidado por completo. De una constelación árabe se pasa a una órbita latina hegemónica, con un repertorio científico muy extenso, como refrenda el influyente Judah ben Salamon ibn Labi (1380-1403); latín que no podían aprender en las Universidades, con lo que ocasionalmente no tenían otro remedio que traducir al hebreo versiones romances, lo que dio pie a resultados defectuosos. Es más, la posesión de una buena biblioteca se encontraba con numerosas dificultades, no sólo por la elevada inversión que suponía, sino por la escasez y dificultad de obtener ejemplares, máxime cuando los cristianos tenían prohibido vendérselos.

El movimiento latino-hebreo se inicia desde la segunda mitad del siglo XIII, cuando todavía está en vigor el proceso traductor árabo-latino y árabo-hebreo. Se transfiere directamente el producto latino o romance al hebreo; obras que antes sólo circulaban en árabe o hebreo entre médicos judíos, comienzan a ser consultados en

La autonomía intelectual, pues, está parcialmente garantizada con las traducciones al hebreo de los tratados galénicos —aclamados en Montpellier y Bolonia—, de los que existen ejemplares de una veintena de ellos en las primeras décadas del siglo XIV: Sobre el pulso para principiantes, Sobre la enfermedad y sus sínto-

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

mediante el estudio de Aristóteles, Ptolomeo, Galeno, Avicena y Averroes.

149

mas, Sobre la complexión patológica desequilibrada. La principal fuente de los judíos aragoneses con ambición intelectual es el Canon de Avicena, como lo determinan sendas bibliotecas de fines del siglo XIV pertenecientes a Mosse Avencida (Monzón) y Astruch Rimoch (Fraga): Avicena (Canon), Albucasis (Cirugía y Abreviamentum), Serapion (Practica), Averroes (Comentario a los Libri Fisicorum de Aristoteles) y Galeno (Comentarios a los Aphorismi de Hipócrates). Entre los livros judaycos inventariados en 1492 al físico Mosse Costantin, de Calatayud, se especifican, además de 52 volúmenes de medezina, un livro de medecina en paper, que comiença «De las complesiones»; un livro de paper de medecina, cosido en pergamino, llamado de Ypocras; un livro de medecina pequenyo, de Galieno. De sus títulos se infiere una tendencia innata a la aplicación práctica, complementada con tratados quirúrgicos, astrológicos, colecciones de recetas y antídotos —De medicinis contra venana de Maimónides— y Regímenes de salud. De éste último, por su singularidad, subrayo la versión escrita por Arnau de Villanova para Jaime II en 1300 del Regimen Sanitatis ad Regem Aragonum —de la que existe una traducción al hebreo en Avignon (1327)—, de una eficacia terapéutica probada.

MEDICINA

Y SOCIEDAD

A pesar del control universitario, la institución no aportaba suficientes licenciados, ante una demanda cada vez más creciente en el campo de la biomedicina y la sanidad. Porque esta ciencia se ponderaba mediante un tamiz social: la habilidad (tahbulah) o eficacia en los retos cotidianos, percepción utilitarista si se quiere del papel que debía desempeñar. Para ejercer la medicina no importaba tanto un complejo y sistemático estudio de la filosofía natural o un planteamiento especulativo de los problemas. Por ende, entre los judíos, predomina el médico práctico, de ahí su éxito. En el período comprendido entre 1285-1335, para toda la Corona de Aragón, la nómina de médicos es elocuente: 689 cristianos (85%), 108 judíos (13,5%) —en el período 1350-1391 se contabilizan más de dos centenares—, y sólo 12 musulmanes (1,5%). Su peso ponderado se advierte si sabemos que los judíos apenas superaban el 5% de la población. Ciñéndonos al reino de Aragón, entre 1300-1340 se identifican 86 médicos cristianos, 53 judíos y 5 musulmanes, con lo que elevan la cota a un 36%, —en Cataluña y Valencia son inferiores— es decir, uno de cada tres. La ratio que hubiera corres-

EL COTIDIANO EXISTIR

Panorámica de la judería de Daroca.

150

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS La práctica médica se halla muy extendida entre los rabinos. Retablo de San Salvador. Ejea de los Caballeros.

151

pondido a las aljamas, caso de que físicos y cirujanos se dedicaran sólo a la clientela judía, hubiera sido, a todas luces, irreal: Zaragoza (1/200 hab.), Huesca (1/170 habs.), Barbastro (1/90 habs.), Daroca (1/60 habs.), Calatayud (1/90 habs.), Jaca (1/60 habs.), Tarazona (1/80 habs.), etc. Por otro lado, la necesidad de estos profesionales explica el permiso concedido a maestre Vidal, físico de Barbastro, bajo el mandato de Pedro III, para trasladar su domicilio. Los contratos dominantes son los de prestación de servicio, cuyas percepciones pecuniarias son la mitad que sus colegas cristianos, tienen una vigencia que no suele superar la anualidad, como sucede en los resueltos con los concejos de Calatayud y Teruel. Los tratamientos de dolencias o malautias con asistencia domiciliaria —visitar en art de medicina en su enfermedat— costaban como promedio entre diez y veinte sueldos, aunque a veces los especieros no les van a la zaga, con una media de seis o siete sueldos en medezinas (la Iglesia prohibía adquirirlas a esta minoría, por temor a que fueran pócimas venenosas). En caso de necesidad, la atención era gratuita, como la cura aplicada en la pierna izquierda a la hermana de María Egido, que se desplazó hasta Alagón, donde halló remedio en Saúl Abenforna, previo consentimiento de los jurados.

EL COTIDIANO EXISTIR

Profesionales físicos, cirujanos y barberos

152

Así como los médicos cristianos adquirían sus conocimientos en los Studia Generalia a lo largo de un cuatrienio de enseñanzas teóricas, el judío no podía asistir a sus aulas, siéndole imposible alcanzar los grados universitarios (bachallarius, licenciatus o magister in medicina). El proceso de aprendizaje se realizaba al margen de la institución académica —era apertus y no scholar o clausus— en etapas sucesi-

Los médicos gozan de un notable prestigio social.

vas: estudio de la bibliografía, práctica forense bajo el magisterio de un médico y su reválida mediante un examen. Alguna de las familias más carismáticas en el ámbito de la medicina —los Alazar de Zaragoza o los Abinardut de Huesca—, sorteando estas dificultades, pusieron todo su empeño en que los miembros más jóvenes recibieran una educación esmerada (scolari medicina) que no parece se impartiera en la Yesivah. Es aleccionadora la prohibición del rabino de Barcelona Salomón ben Adret, cursada en 1305, desestimando el estudio de los textos griegos de ciencias naturales, medicina o metafísica para los varones que no hubieran cumplido los veinte años. Se sabe de algunos judíos que asistieron como oyentes a la Universidad de Montpellier y Salerno. Dentro de la sciencia medica existen, básicamente, tres rangos o grados. En la cúspide del escalafón, el físico (físigo, physicus o metge),

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS Los físicos judíos debían superar un examen, realizado ante tres expertos, para ejercer su profesión.

153

EL COTIDIANO EXISTIR

equivalente al médico propiamente dicho, ocupado de curar dolencias y fiebres; gozan de una alta consideración social entre sus correligionarios, no ahorrándoles que alguna de sus esposas no se condujera siempre con el suficiente recato (como su muller le fiziesse muytas injurias, que le cerrava las puertas e desonrava). Es a quien conviene, por tanto, prescribir los tratamientos: que nengun speciero ni cirurjano no pueda ordenar ni dar exaropes ni medecinas nengunas laxativas, menos de ordinacion de mejes. Suele llevar conferido el tratamiento de magister (Abenardut y Alazar de Zaragoza: Alpastán y Avayut de Calatayud; Abendaut de Ejea, etc.) e, incluso, maestre en medicina (Todroz Benvenist). Quede bien claro que especialistas hubo, ya muy afamados, en la corte tuyibí de Zaragoza (s. XI), como los eruditos Menahem ibn al-Fwwaly o Yoná ibn Yanah.

154

La regulación sobre el acceso a la práctica médica se intensifica a partir de los siglos centrales de la Edad Media. Ya las Cortes de Monzón (1289) dictaminan la inexorable concurrencia ante un tribunal calificador, formado por expertos en la materia —in arte medicine et fisice, sed etiam in metafisica, in naturis in alique parte astrologie—, que acredite su preparación en distintas disciplinas concomitantes, prestando luego juramento ante el baile. En la reunión de las cortes montisonenses del año 1363 se determina que tanto judíos como mudéjares debían superar un examen ante tres peritos para el desempeño de su profesión, dos de su ley, y un tercero cristiano —en su caso, los tres— (disposiciones idénticas son corroboradas por Pedro IV en 1369 y 1385), cuya licencia no era expedida sin la ratificación regia. De cuando en cuando —en el reinado de Martín el Humano— se comisionaba a bachilleres en artes y medicina plenipotenciarios para recorrer los distintos rincones de Aragón y eva-

luar tam medici quam cirurgici utriusque sexus et tam christiani, iudei quam sarraceni, así como sancionar a los que carecieran de justos títulos y combatir el intrusismo, muy perseguido en 1397 y 1398. Ello no quita para que algunos profesionales poseyeran una excelencia tan reconocida que eran omitidos de las listas de examinandos, como el alcañizano Astruch ha Lorqui. El vigor de ese diploma se extiende in universsis et singulis civitatibus, villis et locis etc., dominacionibus dicti domini regis, como le sucede a Juce Albo, físico de Tauste, y no a una ciudad dada. En teoría, el cirurgico o cirujano estaba subordinado al físico, cuyas prescripciones y despachos debía seguir fielmente (sangrías, lavativas, ventosas). Con un rango homólogo al barbero pero superior a éste, estaba habilitado para intervenir en dolencias anatómicas donde actuaba la cirugía (hernias, cataratas) y traumatología (fracturas, luxaciones, artritis), sin obviar enfermedades tan extendidas como el mal de gota y, si se terciaba que no hubiere quixaler, la extracción de piezas dentales. En suma, una vertiente de la medicina donde la praxis exigía una notable pericia manual. Así se determina con Junez Trigo (1372), adscrito a la casa real, eruditus en la industria et sciencia necnon practica ipsius et pericia. Es infrecuente encontrar profesionales que cuenten con la doble cualificación, si bien en las licencias regias —como la certificada por el médico real Juan de Bordalba en 1456 a favor de maestre Dolz Abnarrabi, judío de Zaragoza— se contemplan ambas, declarando al beneficiario ydoneum et sufficientem ac expertum in artibus fisice et cirurgie. De hecho, la cofradía de San Cosme y San Damián (que autoriza a sus componentes cristianos la disección de cadáveres para el estudio anatomatopatológico), agrupa a físicos y cirujanos. Incluso dentro de un

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

Extracción de una muela. Pórtico de Santa María de Uncastillo.

155

mismo linaje —transmitido de padres a hijos— existen miembros de un mester y de otro, como los Comparat de Barbastro (siglo XIV).

EL COTIDIANO EXISTIR

En un principio no están contemplados en los Actos de Corte, incorporando las destrezas necesarias a través de contratos de aprendizaje al lado de expertos, o apelando al autodidactismo que procuraban los manuales al uso —muy gráficos—, aceptándose la práctica libre hasta 1385, en que el infante Juan instaura la habilitación, extensiva a todo el reino, donde se expresa que el interesado (véanse miembros de la familia Trigo y Affia en Zaragoza) es idoneum, abilem et sufficientem ac condignum ad exercendum ubique artem cirugie memoratam. En definitiva, asistimos a un proceso de profesionalización, patente desde la peste negra. Al cabo, los barberos (rasores, barbitonsores), quienes además de las tareas propias de su oficio —aplicar sangrías y cortar el cabello—, practican la cirugía menor en pequeñas fracturas, dolores de muelas (morbis dentium), luxaciones o heridas abiertas. La mujer ejerce un papel indiscutible en la medicina doméstica y en la ginecología como comadronas o madrinas —incluidas las que trataron en diversos episodios a la reina doña Violante de Bar— por motivos de pudor y por la imposibilidad de que un varón examinara las partes íntimas femeninas. Nos consta que practicaron cesáreas cuando la madre había muerto en el parto, y operaciones quirúrgicas sencillas como abrir abscesos o extirpar pólipos de los órganos genitales externos.

Médico efectuando una sangría. Cambridge Medical Miscellany (s. XV).

156

Pacientes y dolientes La relación médico-paciente de distintas confesiones se considera perniciosa, siendo condenada en el IV Concilio de Letrán (1215) y en el concilio de Tarragona (1243). La Corona, mucho más reacia, pero presionada por el poder escolástico, también interpuso trabas para imposibilitar que se encomendara la curación de los cristianos a médicos judíos, so pena de multa y suspensión, como las reguladas por María de Luna en 1397, prohibiendo que pusieran a contribución sus conocimientos sin asistencia de un cristiano. El prestigio de muchos de ellos eludió esos interdictos, siendo contratados por la casa real, lo que entrañaba numerosas prebendas materiales y honoríficas (exenciones fiscales, concesión de salvoconductos, liberación de la rota para que en sus salidas nocturnas o desplazamientos fuera de la judería no fueran blanco de desaprensivos). Jaime II, que no gozó de buena salud —a los diez años es atendido por dos físi-

cos de Zaragoza (Azarías Abenjacob y Jucef Baron), y en su estancia en Teruel (1310) por Abraffim y Meyrona, físicos de la ciudad—, incorpora en su equipo de médicos reales a Jucef Alfogoy de Fraga y Bayel Constantín de Zaragoza. Alfonso III contrató a Alazar Abinardut de Huesca —que también atendió a su hermana Blanca, afligida por sarna, dolores estomacales y fiebre— y a su hijo Mosé. El puesto ostentado por la medicina hebrea se sintió perjudicada por la peste negra (1348), la muerte de Pedro IV (1387) y las persecuciones de 1391.

su relación con sus colegas cristianos. Si recapitulamos los personajes egregios que se sometieron a sus cuidados, advertimos el respaldo social con el que contaban: arzobispos de Zaragoza (don Lope de Gurrea y García Ferrández de Heredia) pensionan a Junez Trigo o Todroz Benvenist con retribuciones anuales que oscilan entre 400 y 500 sueldos en la segunda mitad del siglo XIV, equiparados a los ejercientes en Provenza; señores jurisdiccionales (Sobradiel, Mora y Alcalá); Órdenes militares (Juan Ferrández de Heredia); monasterios (San Francisco, Sigena); alamines (Rueda).

La realidad, tozuda, se impone, y cristianos de toda condición y extracción social se someten a sanadores judíos, al igual que fue muy fluida

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

Es muy esclarecedora, a este respecto, la intervención de cataratas practicada a Juan II por Cresques Abnarrabí, originario de Lérida pero formado en Zaragoza, donde vivía su hermano médico, y en la que obtuvo su licencia en 1459. En una carta autógrafa recuerda que le había operado en 1468 del ojo derecho con éxito —por gracia de Dios ve bien del ojo derecho, el cual se operó en aquel día elegidísimo de 11 de septiembre— y ante las pretensiones del soberano de someterse a idéntica operación en el izquierdo, a pesar de las reticencias iniciales del galeno —que tenía a bien correr algún riesgo a trueque de adquirir una cosas tan excelente como la vista: pero recobrada ésta, me parece conveniente esperar mejor tiempo—, después de consultas astrológicas considera idónea la luna menguante (el 12 de octubre) que aquel día os lo preparo nuestro Señor Dios, pues si bien vuestra señoría tenía dispuesta la operación para otros días, en todos menos en éste se presentaron inconvenientes. En cualquier caso, para que se produjera una conjunción óptima como la verificada en la primera intervención, debería transcurrir más de una década.

Arnaldo de Villanova, autor del Regimen Sanitatis ad Regem Aragonum, nacido en Villanueva de Jiloca.

157

MEDICINA

PRÁCTICA:

ARS SANATORIA

Medicina dividatur in duas partes, id est in theoricam et in practicam. La materia medica, en consecuencia, descansa sobre tres pilares elementales desde tiempos de Hipócrates: los regímenes de salud, las intervenciones quirúrgicas y los medicamentos. La dietética se ocupa de las personas sanas y del régimen saludable de vida (preventiva), mientras que las segundas son curativas, y se basan en la medicación y la terapia en sentido estricto, o intervenciones radicales mediante instrumental. El médico ha de elaborar un historial —conocer los síntomas y las causas de por qué ha caído enfermo—; diagnosticar —clasificar y determinar la enfermedad que le aqueja—; y hacer un pronóstico incluido en su prescripción. Una sentencia apócrifa resume los diversos estadios curativos: lo que no puede curar la palabra, lo cura una hierba: lo que no las hierbas, el cuchillo; lo que no el cuchillo, la muerte. El arte de curar, filosóficamente hablando, no consiste tanto en ahuyentar la enfermedad como en convertir el dolor en parte del proceso mismo de la vida.

DIETÉTICA

Y TERAPÉUTICA:

EL COTIDIANO EXISTIR

DIAETETICA SALUDABILIS

158

Su misión estriba en preservar la salud corporal mediante un régimen ordenado y velar por el cumplimiento de las leyes que la rigen: a) aire y luz, como elementos del entorno que vivifican; b) comida y bebida; c) ejercicio y reposo, así como la alternancia natural entre actividad (negotium) y descanso (otium); d) sueño y vigilia (imprescindibles para que la sangre y la médula se fortalezcan) imbricados en el ritmo cósmico de la noche y el día; e) excreciones y secreciones; y f) pasiones del ánimo (educación de las emociones y los afec-

tos). La salud, en cualquier caso, es sólo un estado relativo que debe ir acompañada de cuidados cotidianos como el de las extremidades inferiores: los soportes de los pies deben lavarse a menudo con agua tibia para conservar la salud de la vista, del oído y de la memoria, y frotarse. Y tal limpieza hágase por la tarde, cerca de la entrada en el lecho, aquellos dias en los que no se cena. En la capítulo del equilibrio metabólico cobran carta de naturaleza las dietas, las lavativas y las flebotomías. La alimentación es tan vital como el ritmo del yantar. Maimónides es partidario de que para fijar el momento en que se comerá, se esperará a que el alimento anterior haya salido del estómago, que no quede su sabor en el aliento, que se despierte el apetito verdadero y comience la saliva a juntarse en la boca, y después de todo esto, aún esperará media hora. En su Tratado del asma certifica: el vino —siempre y cuando no se tome más de tres o cuatro copas— es saludable, ya que entre sus beneficios está que mejora la digestión, hace crecer y brotar el calor natural, y hace salir las materias superfluas con el sudor y la orina. Determinados alimentos son muy nutritivos (puré de guisantes o acelga), otros están indicados para los ancianos (higos), subrayando el factor curativo de la fruta, que no deben usar [los cuerpos temperados] como alimentos, sino como medicinas, para preservarse de algún accidente dañoso. El lavativo, como medida profiláctica, es muy aconsejable y cotidiano, porque evacua los humores. Se fabrican preparados a base de plantas apreciadas por sus cualidades como vomitivos (cebolla, puerro); laxantes (cerezas, espinacas, tamarindo, eneldo); astringentes (granada, pasas, membrillo); purgantes (lirio, melón); digestivos (pistachos, achicoria), etc.

Las sangrías o flebotomías —sólo si existen síntomas de hinchazón— se encomendaban a especialistas, gozando de notorio favor como medio curativo contra el exceso de sangre, de modo que los humores corrompidos eran purificados y se enfriaba la sangre muy caliente. Unos calendarios precisos indican los días en que podía practicarse —la medicina astrológica desaconsejaba sanar enfermos en conjunciones lunares y en plenilunios—, siempre en el lado

opuesto a la parte del cuerpo enferma (revulsión), considerando también la edad, el sexo, el clima, la estación del año, la dirección del viento, sus hábitos y el estadio de la enfermedad. El paciente se acomodaba en un sillón, asiendo fuertemente en la mano un bastón para aumentar el flujo sanguíneo, después se le hacía un torniquete para que manara desde la parte inferior del codo, recogiéndose el drenaje en una palangana para ser analizada con posterioridad.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

Distintas prácticas religiosas tienen un trasfondo médico. Circuncisión de Cristo. Ayuntamiento de Tarazona.

159

SUSTANCIAS

CURATIVAS:

PHARMACEUTICA

EL COTIDIANO EXISTIR

El sistema farmacológico contiene todas aquellas sustancias medicinales que intervienen en el medicamento a partir de la naturaleza, ya sea del reino mineral, animal o del vasto dominio vegetal. Había diversos modos de elaborar y administrar los remedios: píldoras (de jugos de plantas y miel) de forma y tamaño determinados, que no debían endurecerse demasiado; pastillas para chupar, mezcladas normalmente con miel; y jarabes (etimológicamente poción o zumo) que se hervían después de echar las hierbas contenidas en saquitos de lino en el agua azucarada. Para uso tópico se recetan apósitos, lavativas, pomadas —para el insomnio se unta el occipital con aceite de almendra dulce—, enjuagues, supositorios —empleados en hemorroides—, cataplasmas —a base de hinojo y hiedra, aplicadas en muslos y espalda para los partos difíciles—, etc.

160

Han llegado a nosotros pequeñas colecciones de remedios o aqrabadin, donde se detallan los componentes aplicables a un elenco de posibles dolencias: afecciones de las vías urinarias o aguas malas (jarabe de anís); accesos febriles (endibia, marrubio, borraja, zumo de granada, tamarindo, culandro, almendras, agua de rosas o de cebada); expectorantes y antitusígenos (aceite de almendra, jarabe de azafrán); inapetencia sexual, disfunción eréctil o sexo flacido (raíz de hinojo, apio y cilandro, semilla de melón, calabaza y regaliz, polipodio, anís, col, grano de bálsamo, corteza de cidra, compota de sándalo, azafrán, rosas); perdida de temperamento (rosas, hinojo, apio, zumo de granada, vinagre, sándalo, azúcar, compota de bayas); hemorragias menstruales (tisana de zarzamora); dolor de estómago (tomillo); obesidad (higos frescos aliñados con cominos o menta); hidropesía (sándalo, regaliz); tuberculosis (agua de lino); disfunciones neurológicas (sándalo);

insomnio (adormidera); gota (perejil con aceite de oliva). Las fórmulas magistrales, no cabía de otro modo, se rubricaban con sentencias del tipo: con la ayuda de Dios, bendito sea. En última instancia, la enfermedad supone una ruptura temporal en el equilibrio de la Creación.

CIRUGÍA (CHIRURGIA): MANUS OPERATIO

Disciplina diferenciada de otras materias terapéuticas, el tratamiento con las manos es cultivada con éxito entre los judíos desde la Plena Edad Media. El Liber Cyrurgia Ypocratis, que utilizaban en su formación, definía este arte como oficio que interviene tanto desde fuera como desde dentro, y se basa en la anatomía y la fisiología. En las hemorragias, las heridas se taponan con algodón hemostático y se ligan los vasos con vendas y ligaduras; si revisten gravedad, se cosen o se cauterizan con hierro candente. La discusión sobre si era necesario dejar supurar la herida o cerrarla permaneció en vigor largo tiempo; pero según se deduce de la intervención de un médico oscense, se prefería aplicar vendajes de alcohol para que cicatrizara sin formación de pus. La anestesia se emplea antes de proceder a una amputación por gangrena (frío, bebedizos y vapores narcóticos). Un compuesto muy difundido es el formado por opio, raíces de mandrágora y beleño, machacado a partes iguales y diluido en agua, aplicado en un paño húmedo sobre la frente y las fosas nasales. Son consideradas medicinas stupefacientes. En las fracturas, además de tablillas —de pino o abeto— se empapaban las compresas con clara de huevo y aceite de rosas; en las luxaciones de columna vertebral era frecuente un artilugio a modo de parrilla, provista de una rosca, que permitía ir tensando el cuerpo a medida que

extendidos a causa de unos alimentos ricos en calorías pero deficitarios en vitamina A, eran combatidas con compresas, dietas, inyecciones y sondas en baños calientes. En las cataratas se perforaba la córnea y se extraía el cristalino endurecido.

La clase médica se Tarazona vivía en la zona residencial de la judería. Calle Rúa Alta.

ALABARAS AL SEÑOR TU DIOS

el médico corregía la disfunción con las manos, vendando al paciente, aplicándole cataplasmas de clara de huevo y manteniéndole a dieta. Las hernias, salvo las más graves, se trataban con cataplasmas y vendajes, mientras que los cálculos de vesícula y de riñón (pedras), muy

161

A expensas de la Diputación Provincial de Zaragoza e Ibercaja, Obra Social y Cultural se imprimió esta publicación, auspiciada por Aragón. Espacio Sefarad, en los talleres de la Imprenta Arilla (Ejea de los Caballeros), dándose por concluida en la festividad de Santa Teresa de Jesús, día 15 de octubre de 2002. Finis coronat opus

Get in touch

Social

© Copyright 2013 - 2024 MYDOKUMENT.COM - All rights reserved.