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LITERATURA CONSULTADA Allen, G.R. & D.R. Robertson, 1994. Fishes of the tropical eastern Pacific. Crawford House Press, Bathhurst, Australia. 332 p. A

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Individuo vs. Cultura de masas en las Sociedades Actuales

P Paassccuuaall R Ruuiizz M Maarrttíínneezz LLiicceenncciiaaddoo eenn H Hiissttoorriiaa yy P Puubblliicciiddaadd yy R Reellaacciioonneess P Púúbblliiccaass

El individuo vs. las masas en las sociedades actuales

1. Introducción. .......................................................................... 3 1.1. Objeto de análisis. ............................................................. 3 1.2. Aproximación a los conceptos básicos............................... 4 1.3. Algunas consideraciones sobre las teorías, estudios y análisis sobre la cultura y la sociedad de masas........................ 8 2. El individuo frente a las masas. .............................................10 2.1. El estado actual de la “sociedad de masas”. ..................... 10 2.3. ¿La desaparición de la cultura de masas?......................... 12 2.4. ¿Comunicación para las masas o para el individuo? ....... 14 2.5. El papel de los nuevos medios y formas de comunicación. ................................................................................................... 16 2.6. La autoafirmación del individuo...................................... 18 2.7. El resultado de la dialéctica. ............................................. 20 3. Conclusiones. .........................................................................21 4. Bibliografía consultada. .........................................................22 5. Recursos electrónicos. ...........................................................23

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales

1. Introducción. En este apartado trazaré de manera breve las líneas argumentativas del presente ensayo para contextualizar y delimitar el tema que se va a abordar a continuación, de igual modo, subrayaré y definiré los conceptos que se postulan como claves para entender y analizar los aspectos básicos que vertebran todo el análisis del papel que juegan el Individuo y la Cultura de Masas en la sociedad contemporánea y que me van a permitir discutir sobre las principales teorías y teóricos que han abordado la temática para poder comprender de manera más particular la relevancia de la Información y de la Comunicación en el mundo actual.

1.1. Objeto de análisis. Con este sucinto ensayo pretendo realizar un discreto acercamiento a la profunda, extensa y compleja realidad que suponen las masas, como elemento cultural, social y antropológico clave para entender el papel que juega la Información y la Comunicación (con mayúsculas) en la configuración de las sociedades actuales. Pero, para ello, he decidido confrontarle su antítesis (a modo de dialéctica hegeliana1) que es el individuo para crear un campo de discusión lo suficientemente sugestivo capaz de arrojar algo de luz sobre la importancia que aún conserva la cultura y la sociedad de masas en el mundo actual o si, por el contrario, estamos ante una sociedad donde prevalece el individualismo y el pensamiento propio disociado de la poderosísima artillería de la comunicación y de la información masiva en la actualidad. Por tanto, el enfrentamiento Individuo-masa es el que interesa en este trabajo ya que precisamente esta confrontación ha determinado toda la cultura contemporánea y se postula como clave para comprender las principales teorías de críticos, antropólogos, filósofos y sociólogos acerca de la conformación de un ente social asociado a los medios de comunicación e información conocido como “sociedad de masas” y todo la programación artística, comunicativa, política, económica, etc., dirigida como producto a ese colectivo uniforme conocida como “cultura de masas”. 1

En la que se podría decir que la tesis es el individuo y su antítesis es la “masa”, la sociedad sistematizada, estandarizada y estereotipada que lo anula y lo oprime.

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1.2. Aproximación a los conceptos básicos. Antes de abordar el análisis detallado de las principales teorías acerca de las “masas” y su confrontación con el individuo es necesario precisar y definir algunos términos que se van a repetir con frecuencia a lo largo de estas páginas y que dada su aparente “ambigüedad” y lo difuso de su especificación es conveniente esbozar unas breves ideas acerca de las mismos a través de las principales aportaciones de los pensadores de las teorías de la Información y la Comunicación.

-sociedad de masas: Muchos teóricos han aportado su análisis a la hora de definir este concepto. Desde Ortega y Gasset en su Rebelión de las Masas (Gasset, 1930) pasando por el enorme tratamiento que de él hicieran Adorno y Horkheimer con su obra Dialéctica de la Ilustración publicada poco después de la Segunda Guerra Mundial hasta llegar a la publicación de Apocalípticos e Integrados (Eco, 1965) con la que el semiólogo italiano pretende clarificar el sujeto “masa” a través de aquellos que ven en él la destrucción del sistema o los que piensan que va a servir para “democratizar” la cultura. Otros autores como Mcluhan siguieron tras Eco aportando teorías y propuestas para explicar el concepto de “masas” y sociedades de masas. Lo cierto es que uno de los primeros en acuñar el término sociedad de masas fue el francés Émile Durkheim, maestro del Funcionalismo, que veía un organismo indiferenciado del que los individuos formarían parte a la manera de los átomos. Las ideas funcionalistas tuvieron su continuación en las teorías de Talcott Parsons que también desarrollará una significativa contribución a la Sociología2. Por tanto las “masas” o las sociedades de masas (que vendrían a ser conceptos análogos) se caracterizan por estar conformadas por una agregación homogénea de individuos y por mostrar un comportamiento común aunque, los individuos en su particularidad sean diferentes entre sí en relación a su procedencia social o económica, gustos, pensamientos, etc. Para Ortega3, que veía en las masas un peligro inminente que conllevaría la desaparición de la alta cultura, este era el poder de las masas o masa:

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A través de su importante obra El sistema social (1951) en la que expone las bases de su conocida teoría sistémica para explicar las relaciones sociales. 3 ORTEGA Y GASSET, J., La rebelión de las masas, Espasa-Calpe, 2005, Madrid.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales “la masa arrasa todo lo que es diferente, individual, singular, cualificado y seleccionado”. La Escuela de Frankfurt, cuyos máximos representantes fueron Adorno y Horkheimer aunque también habría que incluir a Marcuse y Walter Benjamin, ven en las masas, en términos generales, la forma social dominante caracterizada por la homogeneización de individuos alienados mantenidos por una serie de industrias culturales al servicio del capitalismo. Otros autores, más modernos, opinan que las masas ya han desaparecido y que ahora hay que abogar por otros términos más relacionados con los soportes electrónicos y la globalización como el que acuñó Mcluhan en 1968 de las famosas “aldeas globales”4en su libro Guerra y Paz en la Aldea Global. La discusión sobre la permanencia o no de la sociedad de masas se llevará a cabo más abajo en el cuerpo principal de este ensayo. Para finalizar esta breve introducción al término señalaré una buena definición que hace Salvador Giner en su obra Mass Society (Giner, 1976): “La sociedad de masas es una sociedad predominantemente moderna o, en todo caso, bajo el impacto del industrialismo moderno, en el seno de la cual se ha producido un resquebrajamiento general de los elementos de diferenciación que diversificaban internamente las sociedades tradicionales: la técnica, la abundancia económica y el igualitarismo político han creado una sociedad de rasgos homogéneos, automatizada e impersonal, yerma de vida comunitaria a merced de una serie de nuevas tiranías que van desde la impuesta por los modernos medios de comunicación de masas hasta los nuevos totalitarismos, también de masas”.

-cultura de masas: Se puede afirmar que la cultura de masas es producto de la anterior. Los medios de información y comunicación5 contribuyeron de manera decisiva a principios del siglo XX a desarrollar una cultura a escala masiva capaz de formar parte del mercado y venderse como un producto o servicio más. Es una cultura estandarizada, producida en serie y preparada para ser vendida (a través de medios cada vez más sofisticados de publicidad) a una multitud ávida de productos con una 4

La concepción que tiene Mcluhan sobre las “masas” es bastante más positiva que la de los teóricos anteriores ya que cree en una sociedad más participativa a través de las tecnologías y capaz de desarrollar un estilo de vida más confortable e interconectado. González Martín en su obra Teoría General de la Publicidad define a la corriente encabezada por Mcluhan como la de la “utopia”. 5 Además, por supuesto, de las condiciones materiales propias de la sociedad industrializada y de la formación de la élite burguesa que fue capaz de desarrollar y promover una sociedad de consumo.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales amplia significación social. En términos más técnicos se puede decir que la cultura de masas es el desarrollo de un nuevo modelo en el que se refuerzan las diferencias de los “productos culturales” y las desigualdades con estrategias e instrumentos mercadológicos cada vez más elaborados. La ciencia y el conocimiento se ponen al servicio de la producción de unos valores y símbolos estandarizados. En relación a esto aparece el conocido término de “industrias culturales” que nace en la Escuela de Frankfurt a través de los teóricos mencionados Adorno y Horkheimer en la ya citada Dialéctica de la Ilustración6. En esta obra estos autores asocian la cultura a formas de producción industrial y a su puesta en circulación en un mercado masivo de obras de arte. Para ellos suponía la banalización de la cultura y la tendencia a la reafirmación, a la legitimación de las formas de dominación social7. Baste para clarificar esto el suculento fragmento de la obra que se está comentando: El amo ya no dice: “pensad como yo o moriréis”. Dice: “Sois libres de pensar como yo. Vuestra vida, vuestros bienes, todo lo conservaréis, pero a partir de ese día seréis un extraño entre nosotros”8. Ya no se trata solo de dominar el cuerpo sino de dirigir el “monopolio privado de la cultura” hacia el alma. Se trata de convertir en extraño todo aquello o aquél que no participe de esa industria, de la alineación por seducción, por hacer sublime, deseable todo aquello que se comercializa como cultura a través de la “colonización de las mentes”.

-individualismo: Se trata de enfrentar a la uniformidad y unidimensionalidad de las masas la idea del pensamiento crítico, personal y razonado. Frente al hombre que actúa sin personalidad y al ritmo de la muchedumbre se impone el hombre con capacidad de decisión, de evitar la alienación social, y por lo tanto, de construir su pensamiento y su propia moral al margen de las producciones culturales de las sociedades de masas. Pero, ¿es posible realmente que el individuo sea capaz de no verse influenciado por la cultura de masas?, es decir ¿Se puede imponer el individuo y

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Véase: ADORNO, T.W., HORKHEIMER M., Dialéctica de la Ilustración: fragmentos filosóficos, Editorial Trotta, Madrid, 1994. El término “industria cultural” será introducido en Europa por E. Morin en 1962. 7 Esa inserción de la cultura en los circuitos comerciales de consumo suponía una concepción negativa ya que para estos teóricos y otros como Zallo suponía que esos “productos culturales industriales” tenían la función de reproducir la dominación ideológica y social. 8 Op.cit. pág 178.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales su pensamiento, sus creencias y su propia cultura al margen de la cultura universalmente difundida, la cultura del consumo? o más bien ¿existe una cultura que sea capaz de responder a las necesidades específicas y personales del individuo?. Eco en la obra ya comentada9 piensa que el individuo puede utilizar esa “cultura industrial” para su provecho propio sin que eso suponga su alienación, manipulación, ni su dominación por parte de otros. Sobre este objeto se discutirá de manera más extensa más abajo.

-medios de comunicación de masas (mass media): Son aquellos que surgen a partir de la Revolución Industrial en el marco de las sociedades contemporáneas y que encontraran herramientas idóneas para su difusión en la radio, el cine y la televisión. Para aclarar este término es requisito obligatorio pararse en las atribuciones que otorgan los funcionalistas al mismo. Lazarsfeld y Merton atribuyen al concepto su capacidad de disfunción narcotizante. Es decir, que los medios de masas pueden actuar como ciertas drogas provocando la inacción, la actitud pasiva en los sujetos receptores. Por su parte, Lasswell piensa que el papel de los medios de comunicación de masas es el de actuar como vigilantes de un orden establecido, establecer relaciones entre los distintos grupos de la sociedad (hacerlos “masa”) y transmitir una serie de mensajes que funcionen como “influencias”10. Mcluhan en su obra Comprender los Medios de Comunicación (Mcluhan, 1964) acuñará la frase que le hizo célebre “el medio es el mensaje” atribuyendo una enorme importancia y significación al medio que es el que va a marcar la diferencia, más allá de su propio contenido, de su mensaje que es el mismo (el intercambio simplificado en extremo), haciéndolos la misma cosa.

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Veáse: ECO, U ., Apocalípticos e Integrados, Debolsillo, Barcelona, 2004. Véase también: LASSWELL, H., La política como reparto de influencia, Aguilar, Madrid, 1974.

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1.3. Algunas consideraciones sobre las teorías, estudios y análisis sobre la cultura y la sociedad de masas. Son incontables la cantidad de libros, artículos, tesis y ensayos que nos hablan sobre la cultura de masas, los medios de comunicación de masas y de las industrias culturales. Desde la Escuela Funcionalista americana pasando por la Teorías Críticas hasta llegar a los análisis más recientes realizados por McLuhan, Habermas, Macdonald, Daniel Bell o Abraham Noles que siguieron aportando numerosas ideas para poder explicar la cultura de masas, su recorrido histórico y su pervivencia o desaparición. Serán estos autores los que tenga en cuenta a la hora de analizar sí la cultura de masas sigue presente en nuestra sociedad actual (sociedad conocida como postindustrial o posmoderna) o si por el contrario, y en la opinión de autores como Eco, Bell o Mcluhan se ha transformado en otro tipo de sociedad vinculada a las nuevas tecnologías como en la opinión de este último autor: “El hombre masa es un concepto de velocidad electrónica no la cantidad física”

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por lo que ya la masa no sería esa agrupación

homogénea de hombres sino la capacidad de difundir el mensaje de forma masiva. El interés que ha suscitado el desarrollo de las sociedades y cultura de masas en antropólogos, sociólogos, economistas, filósofos, etc. se ha traducido en una cantidad ingente de material y en la pluralidad y heterogeneidad en las teorías que estudian ese fenómeno de la modernidad como uno de los cambios más importantes en la Historia de la Humanidad. Es cierto, la capacidad de generar, transmitir y manipular información ya en los inicios del siglo XIX supuso que la difusión de la información se hiciese a gran escala y que pudiese llegar a gran parte de la población. Con la posterior aparición de la radio, el cine y la televisión la capacidad de difundir los mensajes aumentaría exponencialmente contribuyendo al desarrollo y formación de una sociedad mucho más igualitaria,

(en cuanto al acceso a la información),

interconectada y consumista creando un sistema que se ha acelerado en nuestros días gracias, sobre todo, a Internet. Hoy día, nos situamos ante una sociedad de la inmediatez, una sociedad ávida de noticias al minuto y que vive más interconectada que nunca gracias a las nuevas 11

En McLUHAN, M., Comprender los medios, Paidós Comunicación, Barcelona, 1996. En este libro el autor también define dos conceptos trascendentales como es el de los “medios fríos” y los “medios calientes” que tanta repercusión tuvieron posteriormente.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales tecnologías. Los medios de comunicación han crecido y la información se produce a escala macroindustrial. ¿Qué poder siguen teniendo los medios de comunicación para restar capacidad de decisión al individuo? ¿Somos una sociedad estandarizada y homogénea? O más bien ¿se está llevando a cabo un proceso de personalización de la información y de los procesos comunicativos? Sobre estas cuestiones pretendo discutir a continuación.

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2. El individuo frente a las masas. En este apartado analizaré la capacidad del individuo para poder enfrentarse al poder alienatorio y persuasivo de la cultura de masas y desarrollar una cultura propia, autónoma y única. Para ello debatiré y reflexionaré sobre si se ha producido el fin de la cultura de masas y el sistema actual en el que viven la gran mayoría de las sociedades avanzadas permite al hombre, al ser humano, poder modificar e interpretar la información que recibe de manera libre o lo hace según unas pautas de conducta que sirven para todo el grupo, para toda la “masa” y que son indiferenciables. Se trata de dilucidar si el hombre es sujeto o víctima ante la cultura actual, es decir, si la cultura viene impuesta y no es más que un “valor añadido” de los productos para facilitar su consumo industrial12

2.1. El estado actual de la “sociedad de masas”. ¿Podemos seguir hablando de “sociedades de masas” o ese término debe ya desecharse? ¿Sigue existiendo una sociedad de masas o nos encontramos ante nuevas formas sociales ante la comunicación y la información? Daniel Bell en su obra El advenimiento de la sociedad post-industrial13, nos habla de una ruptura importante que supone el fin de la sociedad de masas y la aparición gracias a las tecnologías de la información de los años 60 y 70, de una sociedad basada en la propia información y el conocimiento. Con la aparición de esas tecnologías el individuo empieza a participar y a interactuar con lo información con lo deja de ser un ente meramente pasivo. McLuhan también veía el camino hacia una tecnocracia en la que el papel de los recursos tecnológicos y electrónicos sería motivo de una verdadera revolución: “el hombre verá acrecentarse las capacidades sensoriales propias, 12

Véase, GÓNZALEZ MARTÍN, J.A., Teoría general de la Publicidad, Fondo de Cultura Económica, México, 1996, pp. 418-419. 13 BELL, D., El advenimiento de la sociedad post-industrial, Alianza, Madrid, 1991. En este libro el autor advierte de un cambio histórico, de la transición hacia un modelo basado en la información y el conocimiento, cuyas consecuencias alcanzan a las relaciones de poder, la estratificación social y la reconfiguración de los valores políticos, sociales y culturales. Para Bell, son las tecnologías de la información las que dan proyección a la ruptura histórica sobre los modelos y períodos previos, y discrepa de la validez de los planteamientos ideológicos de la izquierda, sobre todo, los de los neomarxistas.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales dilatándose en el espacio gracias apéndices electrónicos creados por la nueva tecnología” Este discurso sobre los efectos positivos de la tecnología en la sociedad también encontró sus detractores. Herbert Marcuse es un ejemplo de ello, ya que él hablaba de la pérdida de libertad y valores en las sociedades industrializadas. Sus palabras recogidas en Final de la Utopía (1968)14 son demoledoras y visionarias “De nuevo nos encontramos ante uno de los aspectos más perturbadores de la civilización industrial avanzada: el carácter racional de su irracionalidad. Su productividad y eficiencia, su capacidad de incrementar y difundir las comodidades, de convertir lo superfluo en necesidad […]. La gente se reconoce en sus mercancías, encuentra su alma en su automóvil, en su aparato de alta fidelidad, su casa, su equipo de cocina. El mecanismo que une el individuo a su sociedad ha cambiado, y el control social se ha incrustado en las nuevas necesidades que ha producido”.

Independientemente de si en la actualidad debemos hablar todavía de sociedad de masas o de sociedad de la información y del conocimiento, nos encontramos, efectivamente, ante una fragmentación evidente de la información y de los medios de comunicación que las difunde. Parece ser que la “masa” ha resultado ser más activa de lo que parecía y ahora son los medios los que deben conocer los gustos, apetencias y necesidades de los receptores para elaborar sus “productos”, es decir, que esas masas homogéneas e indiferenciables en su unión en la actualidad se han fragmentado y son ellas las que ahora dictaminan las reglas del juego. Los mass media se han visto obligados a especializar y a segmentar sus mensajes porque estos están dirigidos a unos grupos con cada vez más capacidad de decisión, de elección y, sobre todo, de renuncia.

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También destaca su obra, El Hombre Unidemensional (1964) en la que nos habla de la alienación y del pensamiento único en las nuevas sociedades.

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2.3. ¿La desaparición de la cultura de masas? ¿Ha desaparecido una cultura creada a escala industrial, estandarizada y diseñada para su consumo inmediato? La respuesta nos puede llevar rápidamente hacia el no. Efectivamente, algunos autores como Walter Benjamin15 nos indican que la tecnología ha servido para reproducir las obras de arte de manera sistemática e industrial de tal forma que el sentido de lo que es único e irrepetible desaparece. En la actualidad la cultura a gran escala viene impuesta y reproducida gracias a la tecnología. Por tanto, y en consonancia con los pensamientos del autor vemos que la tecnología somete a la cultura en beneficio del poder que busca legitimarse y autoafirmarse. Estimo que hoy día la cultura de masas sigue de plena vigencia y que ha encontrado nuevos y poderosísimos cauces para imponerse y llegar hasta el público. Cultura de masas es el cine, la televisión, la novela y la música entre otros. Es una cultura diseñada en serie y apta para todos los públicos. Eso no impide que esa cultura de masas no conviva con una “alta cultura”. Lo vemos en las teorías de Mac Donald y en su diferenciación de la “masscult” y la “midcult”16. Por lo tanto, podemos hablar de una cultura diseñada para la gran parte de la población y otra más específica, más elitista que, por definición, debe permanecer al margen de los medios de comunicación de masas. Algunos autores ya no atribuyen a las “masas” sus habituales características de pasividad, inacción, homogeneidad, etc. sino que dan cierto protagonismo a las masas. A partir de los ochenta con los estudios de Stuart Hall y también de Angela McRobbie con obras como Posmodernidad y cultura popular (McRobbie, 1994) se comienza a hablar de un consumidor activo, capaz de interpretar y descodificar el mensaje. A partir del siglo XXI, los teóricos abandonan el término de “cultura de masas” y apuestan por uno desprovisto de las connotaciones negativas del anterior. Es la “cultura participativa” en la cual el público ya no actúa como un consumidor pasivo, sino también como productor. Este salto se ha podido dar, como ya se ha indicado, gracias a los avances tecnológicos que han posibilitado, por un lado,

crear una

comunicación mucho más personalizada y selectiva y por otro, han introducido nuevos

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BENJAMIN, W., La obra de arte en la era de su reproducibilidad técnica, Taurus, Madrid, 1973. MACDONALD, D., “Masscult y Midcult”, en La industria de la cultura, Madrid, Alberto Corazón, 1969. 16

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales formatos que permiten la autoedición y la producción de objetos culturales a pequeña escala. Internet y las redes sociales, blogs, chats, por su parte, han contribuido a fragmentar los procesos de comunicación y a reducir la amplitud y cobertura de difusión de la gran “seudocultura” o cultura industrial.

1.2. El papel del individuo en las sociedades actuales.

El individuo tiene en la actualidad la capacidad de seleccionar, discriminar y priorizar unas informaciones sobre otras. La cantidad de información que se genera hoy día es enorme y la capacidad de llegar a los receptores es mucho mal alta gracias al abaratamiento de los canales de difusión de los mensajes. Por tanto, eso ha obligado a personalizar la información y a difundirla en espacios que tienden a ser más reducidos y previamente seleccionados. De este modo, el individuo vuelve a ser sujeto activo tras ser víctima porque ahora tiene la capacidad de decidir, de valorar, de elegir lo que quiere consumir y lo que no, lo que ha obligado a replantear y redirigir las estrategias encaminadas a la venta de “productos culturales”. El fenómeno por el cuál el sujeto pasivo y alienado de los años 50 y 60 se ha convertido en un sujeto activo con capacidad de influir y de modificar las estrategias y los procesos de producción y distribución de los contenidos por parte de los medios es bastante complejo de explicar pero se podría sintetizar así: en las sociedades industriales surge el excedente de producción y se desarrolla una cultura consumista a través de la publicidad y la propaganda capaz de vender esos productos excedentarios a un gran número de individuos y a la vez introducir métodos sugestivos para hacerles ver la necesidad de adquirir más productos y de este modo desarrollar la “industria cultural” que a la misma vez serviría para vigilar el orden social establecido. La maquinaria de la cultura de masas empezó a engranarse así, pero en el mismo momento que se le dio la posibilidad al individuo de entrar a formar parte de un proceso masivo pero que solo beneficiaba a una élite sólo sería cuestión de tiempo que ese individuo encontrará los medios necesarios para invertir ese proceso que estaba dirigido hacia él y obligar a los productores industriales de cultura a cambiar sus pautas según las necesidades de los receptores. Ahora se imponen nuevas formulas en las que parece que el individuo asume un papel mucho más destacado pues no responde a las atribuciones de 13

El individuo vs. las masas en las sociedades actuales pasividad y de recepción de los mensajes de manera inconsciente propias de la sociedad de masas sino que es un sujeto crítico, como ya apuntaba Bell, capaz ahora de interactuar, modificar y rechazar el mensaje, e incluso de penetrar en los propios medios de comunicación dejando atrás la función de mero receptor, algo que era impensable hace unas décadas.

2.4. ¿Comunicación para las masas o para el individuo? ¿Se siguen produciendo formas de comunicación dirigidas a las masas o cada vez más orientadas al individuo? En este apartado pretendo reflexionar sobre la importancia de la personalización del mensaje para poder seguir vendiendo “productos culturales” bajo los visos de una pretendida personalización de esos productos. Se trata de llevar toda la maquinaria de persuasión y de sublimación de los productos a través de los medios para hacer creer al receptor que ese producto es necesario exclusivamente para él. A través de la exclusividad y de la personalización del producto se está produciendo un nuevo tipo de comunicación de masas con un público más especializado, al que se conoce más y al que se intenta seducir con mecanismos cada vez más sofisticados y relacionados con su estilo de vida, con sus creencias, con sus ideas y sobre todo, con sus deseos. La publicidad hoy día busca el individuo concreto en una suerte de proceso al revés: ya no son las masas lo que interesan para llegar al individuo sino el individuo es el que interesa para llegar a las masas. Creo que, hoy día, las personas buscan ser únicas, diferenciarse de los demás y ser especiales a través de unas determinadas costumbres, formas de actuación, etc. precisamente porque en un mundo en el que todos conducimos coches similares, vestimos ropas de tiendas similares y consumimos productos casi idénticos se busca cada vez más el poder diferenciarse del resto. Pero esa propia búsqueda de la identidad se hace dentro del sistema y es el sistema el que diseña y produce de manera organizada y regulada esos productos que aparentemente nos van a hacer diferentes. Se crean millones de productos como perfumes, novelas, ordenadores o coches que nos van a hacer diferentes de los demás porque son los que más se

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales adaptan a nuestros estilo. Pero, paradójicamente, ese estilo tan personal y único es el que poseen más de un millón de personas en todo el mundo por usar una cifra. Por lo tanto, podemos hablar de que la comunicación y la información se dirige igualmente a las masas y se apoya en las tecnologías y los nuevos dispositivos electrónicos para llegar de forma más rápida e inmediata al receptor. Al ser la oferta tan sumamente alta, los medios de comunicación tienen que especializarse para poder seguir vendiendo sus “productos” y no hay mejor manera de llegar a todo el público que es la de pasar por un individuo concreto. “Se tú mismo”, “Una fragancia sólo para ti” y eslóganes similares se centran en el receptor de manera concreta, pero su intención es la compra masiva. Con las industrias culturales sucede algo similar. Se venden libros y música que contribuye al receptor a sentirse único al poseerla pero que es producida en serie y su impacto sobre la audiencia es brutal. Un ejemplo de esto es la proliferación de la literatura de consumo con obras como “El Código Da Vinci” o series de TV de culto como “Lost”. Lo que se pretende es dar la sensación que esos productos no están dirigidos a las “masas” sino que están enfocados en un público muy selectivo y reducido. Internet y los otros medios han contribuido a personalizar los procesos de información y comunicación para hacer un consumo mucho más personalizado y dirigido directamente al receptor casi sin intermediaciones. Esto entronca directamente con lo que en el siguiente punto se va a desarrollar.

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2.5. El papel de los nuevos medios y formas de comunicación. En los últimos años han proliferado nuevas formas de comunicación que han privilegiado las comunicaciones horizontales17 sobre las tradicionalmente impuestas verticales y que servían para reafirmar el orden impuesto y las formas de dominación. Esas comunicaciones horizontales encuentran su máximo desarrollo a través de los chats, de los foros y, sobre todo, de las redes sociales. En estos formatos de comunicación no hay ninguna intención de establecer relaciones de consumo por lo que son canales meramente de intercambio de comunicación. En ellos, son los iguales los que intercambian información sólo con la pura intención de comunicarse. Esto significa que en Internet y en sus aplicaciones han encontrado las masas su forma de controlar y manipular la información y de comunicarse entre ellas sin necesidad de utilizar los medios tradicionales. Por tanto, este hecho es trascendental porque supone la verdadera democratización del acceso a la información y a la comunicación aunque no exenta de los posibles efectos adversos derivados del mal uso intencionado de estos espacios. El individuo es ahora capaz de llegar de manera personal hasta la información que desea y ya no es por tanto, un ser que espera a recibir los mensajes de manera totalmente pasiva y dentro de un grupo bastante amplio y homogéneo. Sin embargo, pienso que estos nuevos soportes sirven también para consolidar la tradición consumista y el sistema social configurado pues en sí no constituyen herramientas lo suficientemente potentes para desbaratar el actual estado de cosas. Pueden actuar como correctores pero no tienen la influencia ni la capacidad para llegar a la mayoría de la población como todavía sigue teniendo la TV, la radio o incluso la propia prensa escrita. Esto no quiere decir que haya que menospreciar su importancia pues todos estamos viendo la capacidad de influencia que están teniendo, sobre todo, las plataformas sociales. Baste recordar el hecho de aquella señora inglesa que fue grabada cuando arrojaba un gato en un contenedor y cerraba inmediatamente la tapa. Al día siguiente

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Manuel Castells en su obra Comunicación y Poder desarrolla toda una teoría acerca de los medios y de las nuevas formas de comunicación a través de las redes sociales que privilegian la comunicación horizontal. Véase, CASTELLS, M., Comunicación y Poder, Alianza Editorial, Madrid, 2009.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales de aparecer el vídeo en Internet, en Facebook se había creado una página en la que se pedía la muerte de esta señora y tenía nada menos que 100.000 seguidores18. Pero dentro de la lógica discursiva de este ensayo, estas plataformas sociales no contribuyen a la afirmación del individuo en cuanto a la capacidad de permanecer al margen de la cultura y de los estereotipos diseñados para gran parte de la población. Existe demasiada publicidad y contenidos superfluos dentro de esas redes que sólo contribuyen a seguir legitimando y sustentando una cultura predominantemente de masas. Un ejemplo significativo de esto es el papel de la formación de grupos, club de fans, y club de me gusta (determinada cosa). Así tenemos el club que “ve Gran Hermano aunque no lo reconozca”, el club de fans de Brad Pitt y el me gusta (por ejemplo, determinada marca conocida). Estos contenidos sólo contribuyen a reafirmar esa “cultura industrial” de la que se esta hablando. Por un lado, estas redes contribuyen a crear nuevos cauces de comunicación, de información y de opinión pero no son lo suficientemente fuertes para ni tan siquiera modificar un ápice el sistema consumista que es el que sustenta de manera efectiva la actual sociedad capitalista. Por otro, sirven para consolidar las interrelaciones entre los grupos humanos a escala global. Nunca tuvo más sentido el término de McLuhan de “aldea global” que en las redes sociales pues estas contribuyen de manera indefectible a la construcción de una sociedad profundamente intercomunicada no en un nivel físico, de contacto diario sino a un nivel de relaciones sociales formales: ya no se pide el número de teléfono sino que se solicita tu perfil de tu red social para comenzar una relación humana que puede más o menos estable.

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Se puede afirmar que algunas plataformas sociales sirven como trampolín para la exposición de determinadas opiniones colectivas con el riesgo que eso puede llegar a entrañar.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales

2.6. La autoafirmación del individuo. ¿Es posible que las personas permanezcan al margen de la sociedad de consumo y de la información masiva? ¿De qué manera restringe la libertad y desarrollo intelectual de una persona la proliferación de una cultura industrial que lo inunda todo? ¿Es mejor tener una cultura de masas que no tener acceso a la cultura?

Podrían plantearse infinidad de preguntas y a muchas de ellas no se les podría dar una respuesta clara. Lo cierto es que algunos autores afirman que la cultura de masas puede tener su lado positivo (Eco o McLuhan) ya que permite el acceso a la cultura por parte de un número importante de individuos que antes se habían visto privados de ella. Piensan que mejor esta cultura que ninguna y que además la difusión de esta cultura puede contribuir a la difusión de un estado de bienestar. Otros autores, como los clásicos de la primera etapa de la Escuela de Frankfurt opinan que el individuo sufre un proceso de negación frente a la masa en lo que se ha conocido como disfunción narcotizante de los medios. Una sociedad unidimensional como la definiría Marcuse caracterizada por un comportamiento idéntico, uniforme y sujeta a las promesas de placer de los medios que nunca se llegan a constatar. Pero aunque a gran escala, la “masa” presenta un comportamiento global19, el individuo por sí mismo puede declararse rebelde al sistema impuesto. Así sucedió, de hecho, cuando los receptores empezaron a tomar parte activa del proceso social en el que estaban inmersos y obligaron a las grandes empresas a modificar sus estrategias para poder seguir vendiendo sus productos a unas “masas” cada vez más exigentes e inconformistas. Hoy día, es el individuo el que asume un papel activo en los procesos de comunicación e información. Elige los medios y los soportes que quiere consumir y discrimina unos tantos, obliga a cerrar grandes multinacionales cuando las deja de lado y participa cada vez más en esos procesos a través de las plataformas digitales ya comentadas. En el fondo sigue siendo un individuo potencialmente consumidor de las “industrias culturales” pero ese “narcotizante” del que hablaban los teóricos ha disminuido en intensidad y ha permitido a los sujetos tomar un papel que se ha vuelto en contra de aquellos planificadores y diseñadores de unos medios difusores de unas 19

Aunque es profundamente heterogénea en su composición y procedencia.

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El individuo vs. las masas en las sociedades actuales ideas y apetencias de manera unidireccional e impuesta. Los grandes medios de comunicación sí quieren vender sus productos tienen que elaborar estrategias cada vez más elaboradas, más innovadoras y sugestivas para convencer a un público que ya no es masa porque es sujeto activo y con capacidad de discriminación como apunta Stuart Hall20. La gran mayoría de autores piensa que los efectos de la posmodernidad tuvieron sus consecuencias en una profunda transformación de la sociedad de masas que dio pasos hacia una nueva sociedad mucho más compleja y poliédrica que no podía ser simplificada como hasta ese momento se había hecho.

Un individuo ahora elige el que concierto que quiere oír, el libro que quiere leer y la película que quiere ver de entre una serie casi infinita de posibilidades. La “industria cultural” vive de la difusión de esos contenidos pero es el hombre el que ahora elige unos y descarta otros. La cultura está sometida a la tecnología y a las influencias del poder actual pero el individuo tiene acceso a ella y eso ha sido, en parte, muy beneficioso pues ha contribuido a la formación intelectual de gran parte de la sociedad aunque como contrapartida ha dado lugar a una sociedad con una cultura de bajo perfil, consumista y potencialmente homogénea.

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Este autor afirma que la “sociedad de masas” ha tendido a una sociedad más fragmentada y con unas características muy concretadas aunque plenamente interconectada con las otras sociedades a través de las tecnologías. Hall, S. "Notas sobre la deconstrucción de lo popular" en SAMUEL, R. (ed.) Historia popular y teoría socialista. Barcelona: Crítica, 1984.

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2.7. El resultado de la dialéctica. ¿Cuál es el resultado que se obtiene tras enfrentar a las masas y al individuo?

Probablemente obtengamos las contradicciones propias de la sociedad actual: una sociedad cada vez más interconectada, con amplio acceso a una información incalculable, profundamente democrática y participativa en los cauces de la opinión pública pero cada vez más egoísta, más autónoma y con menos habilidades sociales derivadas de la menor comunicación física y la imposición de las relaciones sociales a través de las plataformas digitales.

Una sociedad profundamente individualista que busca la originalidad y la exclusividad en un mundo cada vez menos diverso, más estandarizado y con menos cultura de calidad. El individuo puede caminar fuera de la “corriente” impuesta a las masas pero el final del camino parece ser el mismo para todos: un mundo en el que la cultura o más bien la pseudocultura (como la bautizaron los teóricos neo-marxistas) no es más que un valor añadido.

Unas relaciones humanas, como afirma González Marín,

imbuidas de un halo consumista en el que la Televisión e Internet sirven para difundir miles de estereotipos, que antes o después, terminaran por hacer mella en los individuos a través del propio poder que los medios han depositado en las masas para beneficio propio. La propias “industrias culturales” nos venden una presunta libertad y exclusividad para hacernos aún más esclavos de ese sistema de dominación y control. El individuo tiene que buscar una salida a esa situación pero eso pasa por reconocer que está intentado ser dominado y controlado para que piense y actúe de una manera determinada. Ese sigue siendo el gran poder de los medios de comunicación que tiene que ser derrotado por los individuos bajo la óptica desde la que se contempla el fenómeno en este ensayo.

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3. Conclusiones. Con este ensayo he pretendido, por un lado, analizar los pensamientos y supuestos de algunos de los principales teóricos de las “masas” para intentar delimitar y centrar un estudio que, per se, es amplísimo y ha sido abarcado desde multitud de ópticas. Por otro, he querido trazar sucintamente el papel que siguen teniendo las masas en la actualidad enfrentándolo al individuo que tiene, si quiere asumirla, la difícil misión de defenderse y de luchar contra la “tiranía” de los medios y de los estereotipos y normas impuestas por estos. He tratado de ver la importancia que asumen ambos en el marco de una sociedad en plena transformación, que navega a la velocidad de la luz y que probablemente mañana sea aún más compleja y diferente de lo que lo es hoy. Una sociedad que inmersa en sus propias contradicciones, se esta haciendo cada vez más egoísta e individualista pero que no puede prescindir de los mecanismos para anclar unas relaciones sociales que hoy más que nunca dependen de las nuevas tecnologías y de la “industria cultural” que se nos impone. Terminaré aludiendo a unas palabras del sociólogo español Manuel Castells sobre la capacidad que tiene el individuo de poder liberarse de esa dominación “oculta”: “Participando en la producción cultural de los medios de comunicación de masas y desarrollando redes independientes de comunicación horizontal, los ciudadanos de la Era de la Información son capaces de inventar nuevos programas para sus vidas con los materiales de sus sufrimientos, miedos, sueños y esperanzas.” Sigue diciendo el autor, “si no conocemos las formas de poder en la sociedad red, no podremos neutralizar el ejercicio injusto de dicho poder; y si no sabemos exactamente quienes tienen el poder y dónde encontrarlos, no podremos desafiar su oculta pero decisiva dominación”.

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4. Bibliografía consultada.

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ECO, U ., (2004). Apocalípticos e Integrados, Debolsillo, Barcelona.

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BORDERIA ORTIZ E., LAGUNA PLATERO, A., MARTÍNEZ GALLEGO, F.A, (1998). Historia de la Comunicación Social. Voces, Registros y Conciencias, Síntesis, Madrid.

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GONZALEZ MARTÍN, J.A. (1996). Teoría general de la publicidad, Fondo de Cultura Económica, México.

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LASSWELL, H., (1974). Madrid.

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BENJAMIN, W., (1973). La obra de arte en la era de su reproducibilidad técnica, Taurus, Madrid.

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McLUHAN, M., (1996). Comprender los medios de comunicación, Paidós Comunicación, Barcelona.

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BELL, D., El advenimiento de la sociedad post-industrial, Alianza, Madrid, 1991.

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RUANO LÓPEZ, S., (2006). “Cultura y Medios. De la Escuela de Frankfurt a la convergencia multimedia” en: Ámbitos, nº15, pp. 59-74.

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ABRUZZESE, A., (2004). “Cultura de masas” en: CIC (Cuadernos de Información y Comunicación), Universidad Complutense de Madrid, 9, 189192.

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GINER, S., (1976). Mass Society, Academic Press, Londres.

ROSITI, F., (1980). Historia y teoría de la Cultura de Masas, Gustavo Gili, Barcelona.

La política como reparto de influencia, Aguilar,

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5. Recursos electrónicos. -Muñoz, B., (2008), Sociología de la Comunicación de Masas, Comunicación & Medios, Universidad Carlos III de Madrid. http://www.comunicacionymedios.com/comunicacion/teorias/textos/blanca_munoz_ sociologia_masas.htm Fecha de consulta: 23-11-2010. -Información sobre los pensamientos de Umberto Eco acerca de la “cultura de masas”. http://comunicacion.idoneos.com/index.php/336369 Fecha de consulta: 23-11-2010.

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