1. Lagrimita Joe. Quien cultiva la alegría cada día encuentra la felicidad TEMA: Aplicación: Alegría-Felicidad

TEMA: 1. Lagrimita Joe Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Lagrimita Joe era un niño con una habilidad especial: podía ponerse a llorar en menos

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TEMA 1 LA PREHISTORIA
TEMA 1 LA PREHISTORIA Proceso de hominización: hace 6.000.000 de años, debido al calentamiento de la Tierra que provocó la desaparición de los bosques

Story Transcript

TEMA:

1. Lagrimita Joe

Aplicación: Alegría-Felicidad

HECHOS: Lagrimita Joe era un niño con una habilidad especial: podía ponerse a llorar en menos de un segundo. Si algo no le gustaba, o le resultaba difícil, o si alguien le contrariaba, Lagrimita Joe no tardaba en poner cara de pena y mostrar grandes lagrimones rodando por sus mejillas. Así conseguía prácticamente todo lo que quería, porque no había quien resistiera la pena que daba su carita llena de lágrimas. Pero un día, Lagrimita Joe conoció a Pipo. Se lo encontró pidiendo unas monedas a cambio de ayudar en lo que fuera a las personas que caminaban por la calle. Pipo era muy pobre y no tenía casa ni familia, así que se ganaba la vida como podía. Sin embargo, siempre mostraba una gran sonrisa de oreja a oreja. A Joe le pareció simpático aquel niño, así que decidió echarle una mano para conseguir algo de dinero. Se acercó al lugar en que estaba Pipo, se quitó el sombrero, lo puso junto a sus zapatos, y comenzó a llorar poniendo su penosísima cara de pena. ¡Gran éxito! En unos pocos minutos, el sombrero de Lagrimita Joe estuvo lleno de monedas y golosinas. Pero cuando se lo ofreció a Pipo, éste lo rechazó. - Prefiero merecerme lo que tengo- respondió con su habitual sonrisa-. Es mucho más divertido esforzarse por conseguir las cosas. ¿Sabes? Hoy he bañado a un perro, he recogido cientos del clavos con un imán, he ordenado un armario de pinturas, he acompañado a un señor ciego por el parque... puede que no haya conseguido todo lo que quería, pero he hecho muchas cosas interesantes ¿Y tú? ¿Te lo has pasado bien…? Lagrimita Joe no contestó, y se marchó triste. Había conseguido todo lo que quería, pero no había hecho prácticamente nada interesante en todo el día. Ni siquiera se lo había pasado bien: casi todo el tiempo había estado llorando. Aquella tarde, ya en su casa, Joe pidió cenar un riquísimo pastel. Cuando su mamá le dijo que no, trató de echarse a llorar, pero al recordar al alegre Pipo y ver su propia cara de pena reflejada en el espejo, no pudo hacerlo. ¿Cómo desaprovechar aquella ocasión de hacer algo interesante? Así que trató de conseguir el pastel de otra forma. Y para sorpresa y alegría de sus padres, dedicó toda la tarde a ayudar a su mamá a ordenar y etiquetar la despensa, a regar las plantas y a colocar los libros de la biblioteca… Sin embargo, al final no hubo pastel. Pero tampoco fue tan terrible, pues Joe descubrió que había sido mucho más divertido hacer todas aquellas cosas que haber pasado la tarde llorando sólo para conseguir cenar un pastel que ni siquiera se habría merecido. MENSAJE: Aprendamos a encontrar la alegría en las diferentes actividades que día con día llevamos a cabo, pues además de disfrutarlas podemos también aprender muchas y muy interesantes cosas. MÁXIMA:

“Quien cultiva la alegría cada día encuentra la felicidad”

COMPROMISO: Hoy ayudaré con alegría en las tareas de casa ORACIÓN:

Gracias, Señor Dios, Por la alegría de cada día. Que nos sintamos siempre contentos con nuestros hermanos. Amén 1

TEMA:

2. La bascula de las cosquillas Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Cierto día en la selva apareció una báscula, de esas que se utilizan para medir el peso. Los animales jugaron con ella durante algún tiempo, hasta que un papagayo que había escapado de un zoológico les explicó cómo funcionaba, y todos por turno fueron pesándose. Al principio todo era un juego, cada animal veía cuánto engordaba o adelgazaba cada día, pero pronto muchos comenzaron a obsesionarse con su peso, y cada mañana lo primero que hacían era correr a la báscula, pesarse, y poner muy mala cara el resto del día, porque marcara lo que marcara la balanza, siempre pesaban lo mismo: "más de lo que querían". Según pasaron los meses la báscula comenzó a sufrir las iras de los animales, que le regalaban pataditas y malas miradas cada día, hasta que un día decidió que a la mañana siguiente las cosas cambiarían. Aquella mañana la primera en correr a pesarse fue la cebra. Pero en cuanto se subió a la báscula, ésta comenzó a hacerle cosquillas en sus pezuñas descalzas. Pronto encontró el punto justo, y la cebra no dejó de reír a carcajadas. Aquello le pareció tan divertido, que ese día ni se preocupó de su peso, y se marchó alegremente a tomar su desayuno por primera vez en mucho tiempo. Lo mismo ocurrió con cuantos fueron a pesarse ese día, y el siguiente, y el siguiente... de forma que en poco tiempo nadie estaba ya inquieto por su peso, sino por comentar lo divertidas y simpáticas que eran aquella balanza y sus cosquillas. Con los meses y los años, la báscula dejó de marcar el peso para marcar el buen humor y el optimismo, y todos descubrieron con alegría que esa era una forma mucho mejor de medir la belleza y el valor de las personas, de modo que en aquella selva nunca más hubo nadie preocupado por aquella medida anticuada y pasada de moda que llamaban kilo. MENSAJE: Esforcémonos cada día por ser alegres y mantener el buen humor, pues esto siempre nos ayudará a sentirnos mejor, haremos sentir bien a los demás y haremos juntos un entorno más feliz. MÁXIMA:

“El buen humor y la alegría dan buen sabor a la vida”

COMPROMISO: Hoy sonreiré con mis compañeros y haré mis trabajos con alegría. ORACIÓN:

Niño Jesús: Ayúdanos a disfrutar los deberes de cada día. Haz que en nuestro corazón haya alegría y que la compartamos con los demás. Amén

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TEMA:

3. Lagrimas de chocolate Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Romina Comila era una niña golosa y comilona que apenas tenía amigos y sólo encontraba diversión en los dulces y los pasteles. Preocupados, sus papás escondían cualquier tipo de dulce que caía en sus manos, y la niña comenzó una loca búsqueda de golosinas por todas partes. En uno de sus paseos, acabó en una pequeña choza desierta, llena de chacharros y vasos de todos los tipos y colores. Entre todos ellos, se fijó en una brillante botellita de cristal dorado, rellena de lo que parecía chocolate, y no dudó en bebérselo de un trago. Estaba delicioso, pero sintió un extraño cosquilleo, y entonces reparó en el título de la etiqueta: "lágrimas de cristal", decía, y con pequeñísimas letras explicaba: "conjuro para convertir en chocolate cualquier tipo de lágrimas". ¡Romina estaba entusiasmada! Corrió por los alrededores buscando quien llorase, hasta encontrar una pequeña niña que lloraba desconsolada. Nada más ver sus lágrimas, éstas se convirtieron en chocolate, endulzando los labios de la niñita, que al poco dejó de llorar. Juntas pasaron un rato divertido probando las riquísimas lágrimas, y se despidieron como amigas. Algo parecido ocurrió con una mujer que había dejado caer unos platos y un viejito que no encontraba su bastón; la aparición de Romina y las lágrimas de chocolate animaron sus caras y arrancaron alguna sonrisa. Pronto Romina se dio cuenta de que mucho más que el chocolate de aquellas lágrimas, era alegrar a personas con problemas lo que la hacía verdaderamente feliz, y sus locas búsquedas de dulces se convirtieron en simpática ayuda para quienes encontraba entregados a la tristeza. Y de aquellos dulces encuentros surgieron un montón de amigos que llenaron de sentido y alegría la vida de Romina. MENSAJE: Interesarnos por los demás y ayudarlos en sus necesidades son acciones que siempre nos dejarán como recompensa un sentimiento de alegría. MÁXIMA: “Hay mayor alegría en dar que en recibir” COMPROMISO: Hoy compartiré alegremente mi desayuno con algún compañero. ORACIÓN:

Virgen María. Enséñanos a encontrar la alegría que trae el compartir generosamente con los demás. Gracias por tu amor Amén 3

TEMA:

4. La increíble lluvia negra Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Gustavo Gruñetas nunca estaba contento con nada. Tenía muchos amigos y unos papás que le querían con locura, pero él sólo se fijaba en lo que no tenía o lo que estaba mal. Si le regalaban un cochecito, era demasiado grande o demasiado lento; si visitaba el zoológico, volvía triste porque no le habían dejado dar de comer a los animales, y si jugaba al fútbol con sus amigos, protestaba porque eran muchos para un solo balón… Pero no contaba Gustavo con Jocosilla, la nube bromista. Un día que paseaba por allí cerca, la nube escuchó las protestas de Gustavo, y corrió a verle. Y según llegó y se puso sobre su cabeza, comenzó a descargar una espesa lluvia negra, pues era esa su broma favorita para los niños gruñones. A Gustavo aquello no le gustó nada, y protestó aún mucho más. Y se enfadó incluso más cuando vio que daba igual a dónde fuera, porque la nube y su lluvia negra le perseguían. Y así estuvo casi una semana, sin poder escapar de la nube, y cada vez más enfadado. Gustavo tenía una amiguita, una niña alegre y bondadosa llamada Alegrita, que fue la única que quiso acompañarle aquellos días, porque los demás se apartaban por miedo a mojarse y acabar totalmente negros. Y un día que Gustavo estaba ya cansado de la nube, le dijo: - ¿Por qué no te animas? Deberías darte cuenta de que

eres el único niño que tiene una nube para él, ¡y encima llueve agua negra! Podríamos jugar a hacer cosas divertidas con la nube, ¿no te parece?- Como Alegrita era su única compañía, y no quería que se fuera, Gustavo aceptó de muy mala gana.

La niña le llevó hasta la piscina, y allí le dejó hasta que toda el agua se volvió negra. Entonces fueron a buscar otros niños, y aprovechando que con el agua negra no se veía nada ¡estuvieron jugando al escondite! Aún a regañadientes, Gustavo tuvo que reconocer que había sido muy divertido, pero más divertido aún fue jugar a mojar a otros niños con su nube Gustavo corría junto a ellos, y en cuanto sentían el agua, daban unos saltos increíbles y huían de allí a todo correr haciendo gestos divertidísimos. En muy poco tiempo, todos los niños del pueblo estaban con Gustavo proponiendo e inventando nuevos juegos para la nube. Y por primera vez, Gustavo empezó a ver el lado bueno de las cosas, incluso de las que al principio parecían del todo malas. Entonces la nube Jocosilla pensó en despedirse e ir con otros niños, pero antes de abandonar a Gustavo, le regaló dos días enteros de lluvias de colores, con las que inventaron los juegos más brillantes y divertidos. Y cuando desapareció, Gustavo ya no protestó; esta vez sabía fijarse en las cosas buenas, y se alegró mucho porque por fin estaba seco y podía volver a jugar a muchas cosas más. MENSAJE: Si únicamente nos ocupamos en encontrar cosas negativas cada día, terminaremos enojados y sin ganas de divertirnos. En cambio, si nos esforzamos por encontrar el lado bueno de cada situación, cosa o persona, podremos sentirnos contentos y felices con mayor facilidad. MÁXIMA: “Todas las cosas tienen su lado bueno y su lado malo, pero somos más felices cuando buscamos las cosas buenas en todo” COMPROMISO: Hoy me esforzaré por permanecer de buen humor con mi maestra y compañeros. ORACIÓN: Niño Jesús, que en tu corazón llevas tanto amor y alegría, llena también el de nosotros para compartirlo con todos nuestros hermanos. Amén 4

Tema:

5. El tesoro de Madi

Aplicación: Alegría-Felicidad

HECHOS: Madi era una medusa curiosa que durante uno de sus paseos por el fondo del mar, descubrió una cueva muy escondida, en cuyo interior había un cofre brillante y misterioso. A su lado, un cartel decía "no podrás llevar joyas más valiosas". Aunque el cofre era pesadísimo, Madi lo llevó a su casa, convencida de haber encontrado un gran tesoro. Una vez en casa, lo abrió llena de nervios y emoción... pero no contenía joya alguna. Tan sólo un bonito y sencillo vestido que brillaba con ese tono especial que tienen las cosas mágicas. Cuando se recuperó de la desilusión, Madi decidió probarse el vestido y salir a dar un paseo. No era el vestido más bonito que había visto, y era un poco pesado y difícil de vestir, pero le sentaba muy bien, y al momento se sintió más alegre y animada que nunca. Sentía ganas de hablar y saludar a todos, de gastar bromas y contar chistes, y todos cuantos se cruzaban con ella la encontraban realmente encantadora... Pero Molvorón, el terrible y gigantesco pulpo malvado, tenía que fastidiarla, y sólo unos días después, en el fondo del mar todos corrían a esconderse al enterarse de su llegada. Madi se quedó allí sola, tan contenta, pues con su vestido mágico sólo sentía alegría. - ¡ Hola, pulpito ! dijo alegre y divertida - ¿quieres jugar conmigo? Molvorón se sintió bastante contrariado al ver que la pequeña medusa no huía como los demás - ¿es que no tienes miedo? - dijo con una voz terrible- ¿Por qué iba a tenerlo, si te tengo a ti para defenderme? - respondió confiada. - ¡Vente, vamos a jugar…! El malvado pulpo mostró sus tentáculos amenazadores, moviéndolos ligeramente a un lado y otro. A Madi aquello, más que asustarle, le recordó una danza india. - ¡Qué buena idea! ¡Vamos a bailar! - ¡¡GRRRR!!- gruñó Molvorón, furioso al ver que la medusa no hacía caso de sus amenazas, se inclinó hacia adelante sobre ella, con su gran boca abierta, los ojos rojos de sangre y las ventosas echando burbujas de ira... Era el aspecto más fiero que nadie recordaba haber visto en aquel pulpo malvado, cuyo nombre bastaba para sembrar el terror en aquellos mares. Un gran silencio se hizo mientras Madi observaba el terrible aspecto del pulpo: -¡Guapo! ¡Más que guapo! ¡Anda, que no tendrás novias! - respondió finalmente. Molvorón, deprimido por la falta de miedo de la pequeña, no dijo nada. Sólo se quedó escuchando sus palabras, palabras y palabras. Era tanta la alegría de aquella pequeña, que se contagiaba; y el pulpo comenzó a sentir, por primera vez en su vida, ganas de estar alegre. Y se marchó de allí, dispuesto a conseguir que dejaran de llamarle "pulpo malvado"; cuando se alejó, todos salieron de sus escondites y fueron a felicitar a Madi por su valentía. Ella, comprendiendo lo que había pasado, contó los poderes que tenía aquel vestido para alegrar a quien lo llevaba... y pensó que era el vestido quien la había salvado, pero entonces varios peces saltaron a la vez: ¡¡Pero si hoy no llevas tu vestido nuevo…!! Y era verdad: no lo llevaba; estaba tan alegre que se le había olvidado en casa. Así que Madi, la pequeña medusa, se había enfrentado a Molvorón llevando únicamente su sonrisa y su alegría. Y ya nunca más necesitó aquel vestido, al comprender que una sonrisa tenía tanto poder como su vestido mágico, pero... ¡¡era mucho más cómoda y fácil de llevar!! (Pedro Pablo Sacristán) MENSAJE: Vivamos cada día con alegría y procurando sonreír, pues de esta manera podremos compartirla con los demás y enfrentar de mejor manera las dificultades que se presenten. MÁXIMA: “La alegría del corazón es la belleza del alma” COMPROMISO: Hoy sonreiré con mis compañeros y haré mis trabajos con alegría. ORACIÓN:

Señor Dios, gracias por la alegría y por las sonrisas que cada día recibimos. Que también nosotros compartamos con lo demás la felicidad. Amén 5

Tema:

6. Los últimos mil dragones Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Hay muchas leyendas que hablan sobre la extinción de los dragones, pero sólo una cuenta la historia de Sir Esmile, el valiente caballero que acabó con los últimos mil dragones. Sir Esmile estudió durante años los crueles y malvados comportamientos de los dragones de su tiempo, como muchos otros, pero sus conclusiones fueron únicas e increíbles: los dragones vivían en un enfado constante, tan grande, que les hacia echar fuego por la boca. Así que cuando se decidió a acabar con los dragones, cambió las armaduras y espadas de los demás caballeros por algo insólito: un chiste y un carrito de helados. Cuando el primer dragón se acercaba a devorarle, Sir Esmile contó su chiste a voz en grito. Era un chiste tan bueno, que hasta el dragón sonrió, apagándose al momento su fuego, tal y como había previsto el valiente caballero. En ese instante, mientras el dragón reía, le ofreció también el helado... ¡qué fresquito tan agradable sintió el dragón!, después de años y años de llevar el fuego en la garganta. Y aprovechando la tranquilidad de aquel dragón que minutos antes parecía de lo más feroz, Sir Esmile le ofreció a probar un poco de fruta, que al dragón le supo a gloria (y es que los dragones no comían ni fruta ni verdura, porque el fuego de sus bocas las quemaba de tal forma que no tenían ningún sabor, así que preferían comer otras cosas, que aunque un poco quemadas, al menos les sabían a algo... pero claro, cuando el dragón probó frutas frescas, sintió tanta alegría y felicidad, que incluso su terrible aspecto fue cambiando, pues también tenían tan mala cara por comer tan mal, y en sólo unos días de vida alegre y sana, una noche el dragón desapareció, y el único rastro que quedó de él fue una linda mariposa de grandes alas de colores...y así, cuenta la historia que Sir Esmile, con la única ayuda de sus buenos chistes y un carrito de helados, hizo desaparecer los últimos mil dragones, a quienes una nueva vida, alegre y sana, desembrujó para siempre, convirtiéndolos en bellas y adorables mariposas. (Pedro Pablo Sacristán) MENSAJE: Todos podemos ayudar en algo a las personas cuando aportamos un poco de alegría y felicidad. MÁXIMA: “La alegría es una doble bendición de Dios: tanto para el que la lleva como para quien la recibe” COMPROMISO: Hoy me esforzaré por no enfadarme con mi maestra y compañeros. ORACIÓN:

Virgen María. Gracias por ser nuestra madre amorosa. Que cada día aprendamos a querer más a nuestros compañeros. Amén 6

TEMA:

7. El barrio de los artistas Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Miguel era un chico alegre, optimista y simpático. Nadie recordaba haberle visto enfadar, y daba igual lo que le dijeran, parecía incapaz de insultar a nadie. Hasta sus maestros se admiraban de su buena disposición para todo, y era tan extraño que incluso se corrió el rumor de que era debido a un secreto especial; y bastó que fuera secreto para que nadie pensara en otra cosa. Tanto preguntaban al pobre Miguel, que una tarde invitó a merendar a don José Antonio, su profesor favorito. Al terminar, le animó a ver su habitación, y al abrir la puerta, el maestro quedó como paralizado, al tiempo que una gran sonrisa se dibujaba en su rostro: ¡La enorme pared del fondo era un único collage de miles de colores y formas que inundaba toda la habitación! Era el decorado más bonito que había visto nunca. - Algunos en la escuela creen que yo nunca pienso mal de nadie -comenzó a explicar Miguel-, ni que nada me molesta o que nunca quiera insultar a nadie, pero es mentira. A mí me pasa como a todo el mundo. Y antes me enfadaba mucho más que ningún niño. Sin embargo, hace años con ayuda de mis padres, comencé un pequeño collage especial: en él podía utilizar todo tipo de materiales y colores, siempre que con cada pequeña pieza pudiera añadir algún mal pensamiento o acción que hubiera sabido contener. Era verdad. El maestro se acercó y en cada una de las pequeñas piezas se podía leer en letras finísimas "tonto", "bruto", "pesado", "aburrido" y otras mil cosas negativas. -Así que comencé a convertir todos mis malos momentos en una oportunidad de ampliar mi collage. Ahora estoy tan entusiasmado con él, que cada vez que alguien me provoca un enfado no dejo de alegrarme por tener una nueva pieza para mi dibujo. De muchas cosas más hablaron aquel día, pero lo que el buen maestro no olvidó nunca fue cómo un simple niño le había mostrado que el secreto de un carácter alegre y optimista está en convertir los malos momentos en una oportunidad de sonreír. Sin decírselo a nadie, aquel mismo día comenzó su propio collage, y tanto recomendó aquel secreto a sus alumnos, que años después llamaron a aquel barrio de la ciudad, "El barrio de los artistas" porque cada casa contenía las magníficas obras de arte de aquellos niños alegres y optimistas. (Pedro Pablo Sacristán) MENSAJE: De cada situación de nuestra vida podemos obtener gran provecho si aprendemos a encontrar el lado amable, pues de esta manera podremos solucionarlas con gusto y alegría, lo cual hará que las resolvamos y enfrentemos de forma más fácil. MÁXIMA: “La alegría es un tesoro que sólo lo encuentra quien decididamente lo busca cada día” COMPROMISO: Hoy me esforzaré por mantener la alegría y no molestarme con mis compañeros. ORACIÓN: Niñito Jesús: llena nuestro corazón de bondad y alegría, para compartir estos sentimientos con nuestros hermanos. Amén 7

TEMA:

8. La pócima y el viento Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Es noche cerrada en el bosque. El viento sacude las hojas de los árboles, como queriendo extraer su esencia para llevarla lejos, y unirla a su gran colección de sonidos, tomados cada uno de un lugar distinto. Hoy el viento viene cargado de cosas tristes y negativas. "Nada de provecho", piensa el mago, justo antes de que el viento traiga a sus dominios una risa; es una risa simple, con ganas de existir, y el mago, rápido, la atrapa sin dudar. "¡Ya está!", dice satisfecho. Su mayor secreto, su conjuro más potente, su pócima más valiosa, está por fin completa. Como siempre, ayudará a quien la reciba a superar mil adversidades, dando al mago aún más fama en la comarca (si es que se puede ser más famoso). Y como siempre, también, se preguntarán qué hechizo habrá utilizado para tan poderosa poción. Pero el mago no revelará su secreto ¿cómo decir que son sólo 3 sonrisas y buen humor bien tierno, y que con eso basta para hacer frente a todos los males? ¡nadie le creería, así que no perderá el tiempo con explicaciones! y volverá a viajar al bosque, de noche, a esa zona junto al roble, donde el viento trae de vez en cuando alguna sonrisa fresca. ( Pedro Pablo

Sacristán)

MENSAJE: El buen humor y una sonrisa son los mejores ingredientes para hacer frente a las adversidades de cada día. Procuremos pues comenzar nuestro día con una sonrisa y en lo posible tomar con buen humor lo que nos suceda. MÁXIMA:

“Nada como una gran sonrisa para dar al día un toque de alegría”

COMPROMISO: Hoy procuraré disfrutar las actividades de este día. ORACIÓN: Señor Jesús: Que eres bueno y nos amas, llena nuestro corazón de paz y de alegría para compartirla con nuestros hermanos. Amén 8

TEMA:

9. Regalos de navidad Aplicación: Alegría-Felicidad

HECHOS: La Conferencia de Regalos de Navidad de aquel año estaba totalmente llena. A ella habían acudido todos los jugueteros del mundo, y muchos otros que no eran jugueteros pero que últimamente solían asistir. Como todos los años, las discusiones tratarían sobre qué tipo de juguetes eran más educativos o divertidos, cosa que mantenía durante horas discutiendo a unos jugueteros con otros, y sobre el tamaño de los juguetes, que era un tema sobre el que discutían siempre, porque que cada año se hacían juguetes más grandes y ocasionaba verdaderos problemas transportar todo aquello... Pero algo ocurrió que hizo aquella conferencia distinta de las anteriores: ¡se coló un niño…! Nunca jamás había estado algún niño durante aquellas reuniones, y para cuando se dieron cuenta, el pequeño estaba sentado, justo al lado de unos fabricantes de juguetes, sin que nadie fuera capaz de decir cuánto tiempo llevaba allí (que seguramente ya era mucho) Y mientras algunos discutían sobre el tamaño de una muñeca muy de moda y otros gritaban acaloradamente, el niño se puso en pie y dijo: -¡Está bien, no discutan! Yo entregaré todo lo que resulta un problema entregar- Los asistentes rieron a carcajadas durante un buen rato sin hacerle ningún caso. Mientras reían, el niño se levantó, dejó escapar una lagrimita y se fue de allí cabizbajo... Aquella Navidad fue como casi todas, pero algo más fría: en la calle todo el mundo continuaba con sus vidas y no se oía hablar de todas las historias y cosas preciosas que ocurren en Navidad, y cuando los niños recibieron sus regalos, apenas les hizo ilusión, parecía que ya a nadie le importase aquella fiesta… A la conferencia de regalos del año siguiente asistieron también los Reyes Magos y Santa Claus; todos estaban muy preocupados ante la creciente falta de ilusión con se afrontaba aquella Navidad y nuevamente comenzaron las discusiones de siempre, hasta que de pronto apareció por la puerta el niño de quien tanto se habían reído el año anterior, triste y cabizbajo. Esta vez iba acompañado de su madre, una hermosa mujer. Al verla, los tres Reyes dieron un brinco: -¡María!- dijeron y corriendo fueron a abrazarla. Luego, la mujer se acercó al estrado, tomó la palabra y dijo: - Todos los años, mi hijo celebraba su cumpleaños con una gran fiesta, la mayor del mundo, y lo llenaba todo con sus mejores regalos para grandes y pequeños. Ahora dice que no quiere celebrarlo, que a nin9

guno de ustedes en realidad le gusta su fiesta, que sólo quieren otras cosas... ¿se puede saber qué le han hecho?La mayoría de los presentes empezaron a darse cuenta de lo que habían provocado. Entonces, un anciano juguetero, uno que nunca había hablado en aquellas reuniones, se acercó al niño, se puso de rodillas y dijo: - Perdón, mi niñito Jesús; yo no quiero ningún otro regalo que no sean los tuyos. Aunque no lo sabía, tú siempre habías estado entregando aquello que no podían llevar nadie más que tú: el amor, la paz, y la alegría… Y el año pasado los eché tanto de menos...perdóname. Y así, uno tras otro, todos fueron pidiendo perdón al niño, reconociendo que eran suyos los mejores regalos de la Navidad, esos que colman el corazón de las personas de buenos sentimientos, y hacen que cada Navidad el mundo sea un poquito mejor...(Pedro Pablo Sacristán) MENSAJE: En muchas ocasiones creemos que al obtener cosas materiales encontraremos la felicidad, lo que no es así. Aprendamos mejor a valorar los regalos de cada día, como el amor y la alegría que podemos encontrar en nuestra familia y amigos. MÁXIMA:

“Una eficaz medicina para el alma es recibir diariamente una buena dosis de amor y alegría”

COMPROMISO: Hoy diré a mis compañeros que los quiero.

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TEMA:

10. Ganar o perder Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Pepito odiaba perder en lo que fuera. Sus papás, maestros y muchos otros decían que no sabía perder, pero lo que pasaba de verdad es que no podía soportar perder en nada, ni a las canicas. Era tan estupendo, y se sentía tan bien cuando ganaba, que no quería renunciar a aquella sensación por nada del mundo; además, cuando perdía, era justamente todo lo contrario, pues le parecía lo peor que a una persona le puede ocurrir. Por eso no jugaba a nada que no se le diera muy bien y en lo que no fuera un fenómeno, y no le importaba que un juego durase sólo un minuto si al terminar iba ganando. Y en lo que era bueno, como el futbolito, no paraba de jugar. Cuando llegó al colegio Alberto, un chico nuevo que era experto en ese mismo juego, no tardaron en enfrentarse. Pepito se preparó concentrado y serio, dispuesto a ganar, pero Alberto no parecía tomárselo en serio, andaba todo el rato sonriente y hacía chistes sobre cualquier cosa. Pero era realmente un fenómeno, marcaba goles una y otra vez, y no paraba de reír. Estaba tan poco atento, que Pepito pudo hacerle trampas con el marcador, y llegó a ganar el partido. Pepito se mostró triunfante, pero a Alberto no pareció importarle: "ha sido muy divertido, tenemos que volver a jugar otro día". Aquel día no se habló de otra cosa en el colegio que no fuera la gran victoria de Pepito. Pero por la noche, Pepito no se sentía feliz. Había ganado, y aún así no había ni rastro de la sensación de alegría que tanto le gustaba. Además, Alberto no se sentía nada mal por haber perdido, y pareció disfrutar perdiendo. Y para colmo, al día siguiente pudo ver a Alberto jugando al baloncesto; era realmente malísimo, perdía una y otra vez, pero no abandonaba su sonrisa ni su alegría. Durante varios días observó a aquel niño alegre, buenísimo en algunas cosas, malísimo hasta el ridículo en otras, que disfrutaba con todas ellas por igual. Y entonces empezó a comprender que para disfrutar de los juegos no era necesario un marcador, ni tener que ganar o perder, sino vivirlos con ganas, intentando hacerlo bien y disfrutando de aquellos momentos de juego. Y se atrevió por fin a jugar al escondite, a hacer un chiste durante un partido de futbolito, y a sentir pena porque acabara un juego divertido, sin preocuparse por el resultado. Y sin saber muy bien por qué, los mayores empezaron a comentar a escondidas, "da gusto con Pepito, ahora que sí sabe perder" (Pedro Pablo Sacristán) MENSAJE: Para sentirnos alegres con lo que hacemos es muy importante que aprendamos a disfrutar las diferentes actividades que realizamos cada día. MÁXIMA:

“La alegría de vivir llega cuando aprendemos a disfrutar lo que hacemos”

COMPROMISO: Hoy no pelearé con mis compañeros. ORACIÓN:

Concédenos, Dios nuestro, tu paz y tu amor para vivir siempre con alegría y armonía con nuestros hermanos. Amén 11

TEMA:

11. Una fiesta diferente de monstruos Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Hace mucho tiempo, la mayoría de los monstruos eran seres simpáticos, golosos y peludos que vivían felizmente en su monstruoso mundo. Hablaban y jugaban con los niños y les contaban cuentos por las noches. Pero un día, algunos monstruos tuvieron una gran discusión por un caramelo, y uno se enfadó tanto que sus furiosos gritos hubieran asustado a cualquiera. Y entre todos los que quedaron terriblemente asustados, las letras, que también se encontraban ahí en el momento, se asustaron y las más miedosas, como la L, la T y la D, salieron corriendo de aquel lugar. Como los monstruos no dejaron de gritar, las demás letras también huyeron de allí, y cada vez se entendían menos las palabras de los monstruos. Finalmente, sólo se quedaron unas pocas letras valientes, como la G y la R, de forma que en el mundo de los monstruos no había forma de encontrar letras para conseguir decir algo distinto de " GRRR!!!", "AAAARG!!!" u "BUUUUH!!!". A partir de aquello, cada vez que iban a visitar a alguno de sus amigos los niños para platicar y jugar, terminaban asustándoles, lo cual los entristecía mucho; y con el tiempo, se extendió la idea de que los monstruos eran seres terribles que sólo pensaban en asustar a los demás. Un día, una niña que paseaba por el mundo de los monstruos buscando su pelota, encontró escondidas bajo unas hojas a todas las letras, que vivían allí dominadas por el miedo. La niña, muy preocupada, decidió hacerse cargo de ellas y cuidarlas, y se las llevó a casa. Aquella era una niña especial, pues aún conservaba un amigo monstruo muy listo y simpático, que al ver que nada de lo que decía salía como quería, decidió hacerse pasar por mudo, así que nunca asustó a nadie y hablaba con la niña utilizando gestos. Cuando aquella noche fue a visitar a su amiga y encontró las letras, se alegró tanto que le pidió que se las dejara para poder hablar, y por primera vez la niña oyó la dulce voz del monstruo. Juntos se propusieron recuperan las voces de los demás monstruos, y uno tras otro los fueron visitando a todos, dejándoles las letras para que pudieran volver a decir cosas agradables. Los monstruos, agradecidos, les entregaban las mejores golosinas que guardaban en sus casas, y así, finalmente, fueron a ver a aquel primer monstruo gruñón que organizó la discusión. Estaba ya muy viejecito, pero al ver las letras, dio un salto tan grande de alegría que casi se cae del gusto. Y mirando con ternura a las asustadas letras, escogió las justas para decir "perdón". Debía llevar esperando años aquel momento, porque enseguida animó a todos a entrar en su casa, donde todo estaba preparado para grandísima fiesta, llena de golosinas, caramelos y diversión. (Pedro Pablo Sacristán) MENSAJE: Tratar de mantener la armonía con quienes nos rodean es una tarea a veces complicada; sin embargo, si cada uno contribuye y se esfuerza por mantener el buen humor y el entendimiento será sin duda mucho más fácil permanecer con ánimo y alegría. MÁXIMA:

“El mejor adorno del alma es la alegría”

COMPROMISO: Hoy jugaré con todos mis compañeros. ORACIÓN:

Ayúdanos, Padre bueno, a mantener la alegría y la fraternidad con nuestros hermanos. Gracias por tu amor. Amén 12

TEMA:

12. El dibujo parlante Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Pintín Tilirín era un niño pequeño que disfrutaba yendo a la escuela y haciendo cualquier cosa, menos pintar y escribir. A Pintín no se le daba muy bien eso de usar los lápices, así que sus dibujos no le salían muy bonitos, él se disgustaba y no quería seguir pintando. Pero un día, Pintín encontró un lápiz de colores tan bonito, que no pudo resistirse y se puso a pintar un círculo. Como siempre, no le salió muy bien, y ya estaba a punto de tirar el lápiz cuando el dibujo comenzó a hablar: - Pssst, pssst, no irás a dejarme así, ¿verdad? ¡Píntame unos ojos por lo menos!- Pintín, asustado y muy sorprendido, dibujó dos puntitos dentro del círculo. -Mmm.. Mucho mejor, así ya puedo verme - dijo el círculo mientras se observaba... El niño hizo un intento por borrar parte de lo que había trazado, pero el dibujo exclamó: - ¡¡¡Argggg!!! Pero, ¿qué me has hecho?- El pequeño comenzó a excusarse: - Es que yo no dibujo muy bien...- le dijo. -¡Bueno, bueno, no pasa nada! -le interrumpió el acelerado dibujo-. Seguro que si lo vuelves a intentar te sale mejor. ¡Vamos, puedes borrarme!- Pintín borró el círculo y trazó otro nuevo que como el anterior, no era muy redondo. - ¡Hey! ¡los ojos, que se te olvidan otra vez! - ¡Ah, sí!- dijo el niño. -Mmm, creo que voy a tener que enseñarte a pintar hasta que me dejes bien -dijo el muñeco con su vocecilla rápida y gritona. A Pintín, que seguía casi paralizado, no le pareció mala idea, y enseguida se encontró dibujando y borrando círculos. El muñeco no paraba de decir, "borra aquí, pero con cuidado que duele", o "¡píntame un poco de pelo, anda, que parezco una paleta", y otras cosas divertidas. Después de pasar juntos casi toda la tarde, Pintín ya era capaz de dibujar el muñeco mucho mejor que la mayoría de sus compañeros de clase. Estaba tan contento, que no quería dejar de pintar con aquel dibujo tan chiflado que tenía por profesor, y antes de acostarse, le dio miles de gracias por haberle enseñado a pintar tan bien. - ¡Pero si yo no he hecho nada, tontuelo!- respondió con su habitual tono acelerado-. ¿No ves que has estado practicando mucho y con alegría? Seguro que nunca antes lo habías hecho, ¿o me equivoco?Pintín se paró a pensar. Realmente antes dibujaba tan mal que nunca había practicado más de 10 minutos seguidos, y siempre lo hacía enfadado y protestando. Sin duda, el muñeco tenía razón. - Bueno, tienes razón, pero gracias de todas formas- dijo el niño, y antes de meterse en la cama, guardó con mucho cuidado el lápiz en su mochila. A la mañana siguiente, Pintín se levantó de un salto y fue corriendo a buscar su lápiz, pero no estaba. Buscó por todas partes, pero no había rastro del lápiz, y la hoja en que había dibujado el muñeco, aun13

que seguía llena de borrones, estaba blanca. Empezó a ponerse nervioso, y ya no sabía si había estado toda la tarde anterior hablando con el muñeco o lo había soñado. Así que para salir de dudas, tomó un lápiz y una hoja, y se puso a dibujar un muñeco... No le salió nada mal, sólo se le torcieron un par de esquinas; entonces se imaginó al muñeco mandón pidiéndole que “redondeara esos bordes, o que parecía que le quería poner granos” y con alegría borró ese tramo y lo rehízo. Y se dio cuenta de que su loco dibujo tenía razón: daba igual o no tener el lápiz mágico, pues para aprender a hacer las cosas bastaba seguir intentándolas con alegría; y desde aquel día, cada vez que pintaba, dibujaba o hacía cualquier otra cosa, no dejaba de divertirse imaginando sus dibujos protestando y diciendo "¡arréglame un poco, chico, que así no puedo ir a la fiesta!" . (Pedro Pa-

blo Sacristán)

MENSAJE: Hay ocasiones en que las tareas o actividades que debemos hacer no resultan tan bien como esperamos y comenzamos a caer en la molestia y la impaciencia, dejando así de intentar realizarlas nuevamente. Es importante que especialmente en esos momentos nos esforcemos por permanecer alegres y hacer las cosas con entusiasmo y paciencia, pues sólo así podremos mejorarlas. MÁXIMA:

“Todo se puede hacer mejor cuando se practica con esfuerzo y alegría”.

COMPROMISO: Hoy ayudaré a algún compañero que lo necesite.

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TEMA:

13. Un loco en la ciudad

Aplicación: Alegría-Felicidad

HECHOS: Julián vino del pueblo cuando ya no quedaba nadie allí. Jamás había salido de su querida aldea, pero intrigado por el hecho de que todos fueran a la ciudad, decidió ir él mismo a investigar qué cosa tan maravillosa tenían las ciudades. Así que preparó un pequeño equipaje que consistía un par de cambios, sacó brillo a su mejor sonrisa, y se fue para allá. Nada más al entrar tuvo un recibimiento inesperado: ¡un par de agentes le detuvo, y le preguntaron hasta la talla de calzoncillos! Al final, resultó que Julián iba "sospechosamente alegre" para no tener casi nada, ni siquiera venir de compras, pero finalmente tuvieron que dejarle ir, sin dejar por un momento de sospechar de aquel tipo tan alegre. Lo primero que llamó la atención de Julián en la ciudad fue la prisa, pues todos iban con tanta prisa que pensó que aquel día ocurriría algo tan especial que nadie quería perdérselo, así que comenzó a seguir a un hombre que parecía dirigirse allí. Pero después de varias horas siguiéndole, terminó el individuo en un pequeño departamento sin haber llegado a hacer nada interesante en todo el día. Julián, después de seguir a ese señor, durmió en un parque que estaba lleno de papeles y plásticos, y como los botes de basura estaban vacíos, creyó que tal vez lo genial de la ciudad era que habían inventado plantas con flores de papel y plástico. Pero sólo pensó esto hasta la mañana siguiente, cuando un hombre dejó caer el papel del chocolate que acababa de terminar mientras caminaba tranquilamente entre decenas de botes de basura. Andaba Julián tratando de entender lo que pasaba cuando llegó a unos grandes almacenes en los que entraba muchísima gente. "Esto debe ser el mejor museo del mundo", pensó al ver la cantidad de cosas inútiles que había allí. Pero luego vio que la gente cogía todas aquellas cosas, pagaba por ellas y se las llevaba. "¿Para qué querrá alguien un reloj en el que no se ven los minutos?" se preguntó al ver cómo una mujer salía toda contenta con un reloj modernísimo en la muñeca, y lo mismo pensó de unos zapatos con los que sería imposible caminar y un aparato electrónico que hacía mil cosas pero ninguna bien. Nuevamente, decidió seguir a la mujer del reloj, para comprobar desilusionado que su gran alegría se tornó en decepción en cuanto sus amigas vieron su flamante reloj con gesto de desaprobación. Julián comenzaba a sentir pena por haber dejado el pueblo y llegar a aquel sitio donde habiendo tanta gente nadie parecía feliz. Entonces vio a unos niños jugando: ellos sí parecían estar alegres, correteando y persiguiéndose; excepto uno que estaba muy entretenido con una maquinita a la que llamaban videojuego. La golepaba fuertemente con los dedos, poniendo todo tipo de gestos enfurecidos, y cuando alguno de los otros se acercaba para invitarle a jugar con todos, le alejaba con malos modos. Julián pensó que el niño trataba de destruir aquella maquinita que le hacía tan infeliz, y decidió ayudarle; se acercó, tomó la maquinita, la arrojó contra el suelo y la pisó, mirando al pequeño con gran satisfacción. El niño se enojó enormemente por la destrucción de su juguete, y no sólo él, sino sus amigos y casi todos los mayores que había por allí. Tanto le reclamaron, que tuvo que salir de allí corriendo, y ya no paró hasta tomar el camino de vuelta al pueblo y mientras regresaba, no dejaba de preguntarse si todos se habrían vuelto locos, pues parecía que esas personas creían que en las cosas materiales se puede encontrar la felicidad. (Pedro Pablo Sacristán) MENSAJE: En algún momento, todos hemos pensado que nos sentiremos felices al tener algún objeto que deseamos, pero luego descubrimos que no es así. Recordemos siempre que la alegría y la felicidad se encuentran en otras cosas, como la amistad y la convivencia con nuestros seres queridos. MÁXIMA: “La felicidad no se encuentra en las cosas materiales, sino en el corazón” COMPROMISO: Hoy compartiré mi desayuno con otros compañeros. 15

TEMA:

14. El caballero y el mundo Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Había una vez un heroico caballero, de los que triunfan en cuentos de todas las lenguas y lugares. Su valentía era tan grande, y su espada tan temida, que cansado de buscar dragones, ogros y monstruos de cuento en cuento, decidió abandonar los cuentos y venir a probar su valentía y su destreza al mundo real. Pero cuando llegó aquí, no encontró temibles criaturas, ni malvados brujos, ni siquiera una pobre madrastra a la que atemorizar con su espada. Y era muy raro, porque lo único que vio fue gente preocupadísima, con la misma cara de susto de todos aquellos que alguna vez había salvado de un dragón o un ogro. Sin embargo, no parecía haber nadie que les atemorizara o les obligara a vivir con aquella angustia: todos iban de un lado a otro, con prisa y sin hablar con nadie, como si algo terrible fuera a ocurrir, pero al acabar el día, nada malo había ocurrido. Y así pasó un día, y otro, y otro. El caballero pensó que aquella podría ser su aventura más heroica, y resolvió dedicarse por completo a encontrar el misterio de la angustia del mundo real. Buscó, preguntó, indagó, navegó y trepó, pero no encontró nada. Dispuesto a no rendirse, regresó a su mundo de cuentos para hablar con el gran sabio. - Dime, gran sabio ¿cuál es el gran enemigo invisible que atemoriza a las gentes del mundo real? Aún no he podido encontrarlo, pero no descansaré hasta vencerle y liberarlos a todos, como hice con tantas ciudades-. El gran sabio calló durante largo rato, y finalmente dijo: - No tienes fuerza ni coraje suficientes para vencer esta batalla. El enemigo no existe, pero es poderoso, y tan numeroso como las estrellas del cielo. - ¡¿cómo?! protestó el caballero - ¿es eso posible?- En el mundo real, como no había dragones ni ogros, se inventaron los enemigos, y ahora los llevan dentro. Cada uno tiene un enemigo hecho a su medida, y está dentro de su corazón. Para unos se llama enojo, para otros tristeza, para otros egoísmo o preocupación. Han sembrado su interior de esos sentimientos, llevándolos consigo a todas partes, y no es nada fácil arrancarlos de allí. - ¡Yo lo haré! -repuso el caballero- ¡yo los libraré!Y el caballero regresó al mundo, llevando consigo todas sus armas. Y uno tras otro, se fue ofreciendo a cuantos encontraba para liberarles de su mal interior. Pero nadie le hizo caso, sólo encontró indiferencia y caras de extrañeza. Finalmente, agotado y confundido, arrojó sus armas al suelo y se dirigió hacia una piedra del camino para descansar. Pero al hacerlo, tropezó con la espada y fue a parar al suelo, dándose de cabeza contra un pollo que cacareaba por allí. Al verlo, un hombrecillo triste que pasaba por aquel lugar, comenzó a reír a carcajadas, tanto que casi no podía mantenerse en pie. El caballero se enojó, pero al mirar al hombrecillo, observó en sus ojos el brillo alegre que no había encontrado en el mundo real... Y así fue como el caballero encontró por fin la solución al mal de los habitantes del mundo; sólo necesitaban una sonrisa, una pequeña ayuda para desterrar sus malos sentimientos y disfrutar de la vida.... Y desde aquel día, el caballero, armado con una gran sonrisa, se dedicó a formar un ejército de libertadores, un numeroso grupo de gente capaz de recordar a cualquiera la alegría de vivir. Y vaya si ganó la batalla, tan brillantemente como siempre había hecho, pues cada día encontraba a más gente sonriente y dispuesta a compartir con todos los demás esa sonrisa. (Pedro Pablo Sacristán) Mensaje: Hay ocasiones en las que podemos sentirnos muy enojados o tal vez tristes, al punto de que ya no nos percatamos de todo lo bello y bueno que hay a nuestro alrededor; valoremos mejor todo aquello que nos hace sentir mejor, como lo es el estar con nuestra familia y amigos, así como el jugar, reír, cantar, bailar, etc. Máxima: “Grandes efectos tiene una sonrisa, pues es fuente de buen humor y de alegría”. Compromiso: Hoy no me molestaré con mis compañeros y trataré de estar alegre. 16

TEMA:

15. La sopa de letras

Aplicación: Alegría-Felicidad

HECHOS: Había una vez un villano muy malvado y desagradable, que sólo pensaba en ganar dinero y al que ver contento a alguien le molestaba muchísimo. Y lo que menos aguantaba era que las personas fueran educadas y corteses al hablar, y pidieran las cosas por favor, dijeran "gracias" y "de nada", que sonrieran al decir algo. El villano pensaba que todas esas palabras eran un gasto inútil y no servían para nada, así que dedicó mucho tiempo a inventar una gran máquina de robar palabras. Con su máquina, planeaba robar todos los "por favor", "gracias" o "de nada" que la gente dijera, convencido de que nadie lo notaría, para luego separar las letras y venderlas a los fabricantes de libros. Así que cuando encendió su máquina, todo el mundo abría la boca para ser amable y educado, pero no decía nada, y todas aquellas palabras robadas iban a parar a la gran máquina. Tal y como esperaba, al principio no pasó nada, parecía que la gente no necesitaba ser cortés. Pero al poco tiempo, la gente se empezó a sentir siempre de mal humor, haciendo todas las cosas de mala gana, y todos pensaban que estaban hartos de que los demás fueran siempre con exigencias, así que en unos días todo el mundo se enfadaba y se peleaba por cualquier cosa. El villano estaba terriblemente contento de su éxito, pero no contaba con unas niñas muy especiales. Aquellas niñas, además de hablar, podían comunicarse también por signos y gestos. Y como la máquina no podía robar gestos, las niñas seguían siendo amables y de trato cortés; ellas en seguida se dieron cuenta de lo que pasaba con el resto de la gente, y descubrieron los planes del villano. Así que las niñas le siguieron hasta su guarida, en lo alto de una colina junto al mar, donde encontraron la enorme máquina almacenando letras y letras. Aprovechando que el villano dormía la siesta, se acercaron a la máquina y empezaron a ser corteses y amables entre ellas. La máquina no podía robar aquellas palabras, y empezó a sufrir una gran sobrecarga, tan grande, que el aparato no pudo soportarla, y explotó, lanzando al cielo todas las letras guardadas, formando una lluvia de letras que fueron cayendo poco a poco, hasta acabar en el mar. Entonces todos pudieron volver a ser amables y corteses, y los enfados y peleas acabaron, demostrando que los buenos modales son muy útiles para mantener más unidas y felices a las personas. Y así fue como surgió la primera sopa de letras, que dio la idea a las niñas para montar una fábrica de sopas de letras con la que tuvieron muchísimo éxito. MENSAJE: El ser atentos y educados con los demás es también una manera de fomentar un ambiente agradable y de cordialidad con los demás, pues facilitan la convivencia en general. MÁXIMA:

“La alegría también se encuentra donde hay respeto y armonía”

COMPROMISO: Hoy pediré las cosas diciendo “por favor” y “gracias”. ORACIÓN:

María, madre de ternura y llena de amabilidad. Ayúdanos a ser buenos y atentos con nuestros hermanos, para fomentar así entre todos un ambiente de alegría y fraternidad. Amén

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TEMA:

16. La primera discusión Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Hace muchos, muchos años, tantos que ya nadie sabe precisar, Dios creó el mundo. En él colocó las maravillas más increíbles: el agua, las montañas, las nubes, las estrellas, el sol y el cielo, entre tantas otras. Dicen que cuando el sol y la luna fueron creados, se conoció la primera discusión. Como ambos brillaban, Dios consideró que sería mejor que cada uno iluminara en momentos diferentes del día. A la luna le asignó la noche y por ser ésta tan oscura, creó las estrellas para que la ayudasen a iluminar con sus mejores destellos. Las estrellitas estaban felices con su misión, pero no así el sol y la luna. En lugar de agradecer y cumplir con alegría la tarea que Dios les había asignado, empezaron a discutir sobre cuál de los dos era mejor y más importante: – ¡Sin mí no habría día! – Decía el sol presumido. – ¡Sin mí la noche no sería lo mismo! – Contestó la luna. – ¡Eres pálida! – Gritó él. – ¡Y tu pareces una bola de fuego! – Replicó ella. Las estrellas miraban a uno y a otro sin poder creer tan inútil discusión. – Yo iluminaré las noches de los enamorados – Dijo la luna en forma desafiante. – Y yo haré crecer la vegetación con mi luz – contestó el sol. Cansadas ya de tanta pelea, las pequeñas estrellas intentaron que ambos entraran en razón, sin mucho éxito por cierto. – Los dos son hermosos y por igual importantes. Dios no crea seres feos o inútiles. Todos tenemos una misión que cumplir en este mundo, cada uno la suya y ninguna por encima de la otra – Les dijo una de las estrellitas, mientras le guiñaba el ojo a todo el resto. Dicen que cuando las estrellas titilan, es que le están guiñando un ojo a otra. Ni el sol, ni la luna depusieron actitudes. Uno creía que era más importante que el otro y ninguno estaba dispuesto a ceder. Sin saber cómo terminar con tan tonta pelea, las estrellitas se juntaron en grupos a pensar una posible solución. Parece ser que, de esa manera, se formaron las primeras constelaciones. – ¡Tengo la solución! – Gritó el lucero – ¡Llamaremos a las nubes! – No entiendo en qué nos podrían ayudar – Contestó otra estrellita. – Ya verás – Dijo el lucero, quien aún brillando mucho más que todas las demás, no hacía alarde del don que había recibido. Y partió a encontrarse con las nubes. Para su sorpresa, vio que todas estaban muy tristes: – ¿Por qué esas caritas? – Preguntó preocupado. – No tenemos claro para qué hemos sido creadas – Contestó la nube más gordita de todas – No damos luz, ni calor, tampoco brillamos. – Estamos todas desparramadas – Agregó otra muy pomposa, pero desanimada – Unas por aquí, otras por allá. – Ese es el problema – Dijo el lucerito – Que están todas desparramadas. Si se unen y se quedan muy, pero muy juntas, producirán lluvia y con ella algo indispensable para el planeta. Las obedientes nubes probaron unirse unas con otras y ese fue el primer día que llovió en el mundo. Ya más tranquilas y contentas, las nubecitas preguntaron: – ¿En qué podemos ayudarte? ¿Necesitas que 18

hagamos llover en algún lado? – No precisamente – Contestó la estrella – Las necesito para poner fin a una discusión absurda. Sin entender demasiado, pero dispuestas a ayudar a su nuevo amigo, las nubes emprendieron el viaje hacia donde estaban el sol y la luna. En el camino, el lucerito les contó sobre la discusión que mantenían y también acerca de la idea que él había tenido para que se pusieran de acuerdo de una vez y para siempre. Al acercarse, ya se escuchaban los gritos: – ¡Yo soy el rey sol! – ¡No es verdad! Mi brillo no se iguala a ningún otro – Dijo la luna. – ¡Sin mí no habría vida! – gritó el sol. – Es hora de intervenir – Dijo el lucero a las nubes. Pidió a todas: gordas, delgadas, pomposas, finitas, más claras y más oscuritas, que se pusieran mitad delante del sol y la otra mitad, delante de la luna. Las nubes obedecieron y de pronto, el único brillo que se vio en el cielo fue el de las estrellas Ambos quedaron opacados por las nubes y sin saber qué decir. De pronto, aquel brillo que cada uno de ellos sostenía era el mejor, había desaparecido. Ya no había de qué jactarse. – Ahora falta que se empiecen a pelear a ver quién de los dos brilla menos – Pensó el lucerito. Por suerte, nada de ello ocurrió. Seguían mudos, sin entender cómo de repente, en un abrir y cerrar de ojos, eran iguales el uno al otro, opacos, sin destellos, ni luz. – ¿Han visto que no había de qué presumir? – Preguntó triunfante el lucerito y continuó: – Si las nubes se lo proponen, los opacan por completo. Eso les demuestra que todos tenemos una razón de ser y un por qué, no hay uno más importante que el otro. Todos y cada uno de nosotros, tenemos una misión que cumplir en esta tierra y un lugar que ocupar. Dicen que, detrás de las nubes, el sol se puso más rojo de vergüenza y la luna empalideció por la actitud que había tenido. Ambos entendieron lo que el lucerito les había querido demostrar y cada uno fue a ocupar su lugar, en paz y sin molestar al otro. Las nubes estaban felices por haber encontrado su misión y haber podido ayudar. El sol y la luna no volvieron a pelear jamás, aprendieron la importancia que cada uno tenía y a respetarse mutuamente; esto les permitió convivir alegremente y en armonía. El lucero, aún hoy, guiña el ojito a todos y cada uno de nosotros que por cierto, somos todos iguales de importantes. MENSAJE: Parte de la felicidad consiste en aprender a reconocer la importancia que todas y cada una de las personas tiene así como el respetarse de manera mutua, aunque pensemos o actuemos de manera diferente, pues esto nos permitirá convivir siempre en armonía. MÁXIMA:

“El secreto de la felicidad se encuentra en amar, aceptar y respetar”

COMPROMISO: Hoy escucharé con atención y respeto a mi maestra y compañeros. ORACIÓN: Señor Jesús: Gracias por tu amor para nosotros. Enséñanos a encontrar la felicidad en el respeto y aceptación de nuestros semejantes. Amén

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TEMA:

17. El delfín saltarín Aplicación: Alegría-Felicidad HECHOS: Cuentan que en el inmenso mar que rodea una lejana isla tropical, en sus cálidas aguas habita un peculiar personaje al que la gente del lugar lo conoce como “el delfín saltarín”, pero nadie sabe que ese hermoso delfín tiene un nombre, porque una tortuga bonita lo llama “Gael” y ella lo cuida y juega con él. “Gael, el delfín saltarín” sale todas las tardes a la superficie del mar y recorre la isla con singulares movimientos lanzando pequeños gritos para llamar la atención, la gente lo ve y se mete al agua para jugar, pues a Gael no le dan miedo las personas, por el contrario le encanta acercarse y que lo acaricien. Su pasatiempo favorito llega cada domingo, porque las familias van a la playa y los niños se meten al mar, entonces le gritan y aplauden; Gael está esperando ansioso en el fondo del mar oír que sus amiguitos ya están listos para jugar, nada velozmente y da unos enormes saltos girando y haciendo ruidos con su voz, no existe nada mejor para él que divertirse con sus amiguitos. Un día la fama de Gael llego a oídos de un señor dueño de un circo, que fue a la isla para atraparlo, pues quería llevarlo como atracción acuática en la gran ciudad. Muchas lanchas invadieron el mar y cuando Gael salió a la superficie pensando que eran sus amiguitos, ¡¡¡zas!!! Quedó atrapado en una fea y gruesa red que no lo dejaba moverse. La gente de la isla ya no veía al delfín saltarín, los niños estaban tristes porque ya no tenían a su amigo para jugar. En el circo, el pequeño delfín no era feliz, pues ya no podía nadar con libertad y extrañaba mucho a sus amigos… Ya no saltaba ni hacía piruetas de la misma manera que en cuando estaba en la playa…El dueño del circo entendió su error y decidió liberarlo. A Gael esto lo puso muy contento y al volver a la playa, nadó velozmente hasta donde se encontraban las personas reunidas; el delfín comenzó a saltar alegremente en el agua y la gente al verlo también se llenó de alegría. A partir de ese día, todos los días las personas acuden a ver a su amigo el delfín saltarín; también acude el dueño del circo, quien se divierte mucho con las graciosas piruetas que realiza Gael. MENSAJE: Si aprendemos a compartir generosamente lo que somos y lo que tenemos, podremos encontrar una maravillosa forma de ser felices. MÁXIMA: “El que comparte con alegría lo que tiene, será bendecido abundantemente” COMPROMISO: Hoy jugaré con mis compañeros sin enojarme. ORACIÓN:

Señor Dios: Gracias por el regalo de la vida. Que aprendamos a compartir con gusto y a encontrar felicidad en ello. Amén 20

TEMA:

18. El regalo

Aplicación: Alegría-Felicidad

HECHOS: Érase una vez una niña llamada Camila a la que le encantaba salir a pasear. Un día la invitaron a una fiesta pero ella no tenía dinero para el obsequio, fue por ello que ideó un plan para obtener el dinero que necesitaba y así comprar algo especial. Y se disfrazó de payaso poniéndose una bola roja en la nariz, así caminó por la vereda con un gorro en la mano y una enorme sonrisa. La gente que pasaba por la calle al ver a aquella payasita tan pequeña y linda les causaba gracia y le daban muchas monedas y billetes. Camila estaba feliz no pensó tener tanta acogida con su disfraz de payaso, así que ahora se disponía a encontrar un regalo al tener ya el dinero suficiente para comprar algo para el cumpleaños. Pero nada le llenaba el corazón, había en las tiendas muchos juguetes y muñecas que podría obsequiar a su amiga pero ninguna parecía suficientemente especial para Camila. Y fue entonces que llegó la hora de ir a la fiesta y no tenía aun ningún regalo comprado, fue así que llegó a la fiesta disfrazada de payaso sin nada en las manos. Su amiga la recibió con alegría y se puso muy feliz pues su amiga había venido disfrazada y ya no necesitaba ningún show ni animación, su amiguita alegraba a todos con su sola presencia. Camila entendió que los mejores regalos son los que se dan con el corazón cuando uno menos se lo imagina. MENSAJE: La alegría más grande que podemos recibir es aquella que viene con los pequeños detalles de cada día. MÁXIMA:

“Un corazón lleno de alegría es capaz de regalar los más bellos sentimientos”

COMPROMISO: Hoy estaré muy atento a las indicaciones de mi maestra. ORACIÓN: Gracias, Dios nuestro, por el regalo del amor, la alegría y la amistad. Concédenos ser buenas personas con quienes nos rodean. Amén 21

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