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15 obstáculos para enseñar responsabilidad, normas y limites a los niños
1
Los sentimientos de culpabilidad de los padres
La mayoría de las dificultades de comportamiento de los niños forman parte de un JUEGO al que los hijos juegan con los padres. En este juego, el hijo intenta manipular a los padres: El niño hace algo malo o que disgusta a sus padres, se produce la reacción excesiva por parte de éstos, y posterior arrepentimiento e intención de congraciarse mediante una recompensa. El hijo siempre gana, consigue que los padres se sientan culpables y obtiene beneficios. Resultado final: los padres acaban siendo sutilmente controlados por los hijos. Mantener el control sobre sus padres es el premio más deseado para el niño; “no le interesa nada”, “no responde a los castigos”, dirán los padres angustiados. Lo único que le interesa es… salirse con la suya.
2
A algunos padres les cuesta castigar.
No se deben dejar sin respuesta infracciones a las normas. Los niños no nacen sabiendo cómo comportarse, aprende por ensayo error. “Castigo”, es una palabra “fea”, pero real. Es un deber paterno llevar al niño desde “el principio de placer” al “principio de realidad” que rige el mundo. Sois padres, no amigos de vuestros hijos. Evitad ser colegas en vez de padres. “Para que una familia funcione educativamente es imprescindible que alguien en ella se resigne a ser adulto” (F. Savater).
3
La incoherencia o arbitrariedad
Cuando no existen normas claras, no hay manera de ser coherentes. No es conveniente hacer tratos con los hijos. Lo que para ti es un trato, para el niño es una norma que no deja de cambiar. Cuando los padres se muestran indecisos, los hijos lo perciben; ofreciéndoles la oportunidad de mostrarse caprichosos y dominantes.
4
Sermonear y gritar
• No debemos responder a sus provocaciones o ponernos a su nivel. • No grites, usa “la voz de autoridad”: Acércate al niño, ponte a su altura, sujeta al niño por los brazos, busca su contacto visual, adopta un tono de voz grave, firme y autoritario, dile claramente con calma y firmeza qué es lo que quieres que haga o lo que ha hecho mal. La voz de autoridad es grave, firme y controlada; la de aprobación es todo lo contrario. • Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación (Proverbio árabe).
5
La inconstancia; tirar la toalla
Mostrar seguridad y determinación. Creer en nosotros mismos “La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito” (Emerson). Actuar con convicción, con calma, pero con decisión. Jo Frost, la Supernany inglesa, explica cómo conseguir que un niño no se quite el gorro: “Es fácil. Cuando se lo quita, le dices que se lo vuelva a poner. Se lo vuelve a quitar, le dices que se lo vuelva a poner. Se lo vuelve a quitar, le dices que se lo vuelva a poner…”
6
Cerrar los ojos
Tendemos a ver lo que queremos ver; a no querer reconocer la mala conducta del niño; buscar el problema en otro sitio: cónyuge, colegio, familiares… No ver sólo lo bueno, tampoco sólo lo malo. Hay que observar sin ser vistos o presentidos. Preguntar a otros observadores.
7
Los desacuerdos y desavenencias entre la pareja
Todos los miembros de la familia deben actuar en sintonía. “Divide y vencerás”, esta es una de las estrategias de manipulación que dominan hasta los niños más pequeños. El niño frecuentemente maneja a los padres para que discrepen. Es necesario un acuerdo sobre las normas a imponer y las consecuencias de no cumplirlas.
8
Pretender que hagan lo que les decimos que hagan, no lo que nosotros hacemos.
Para que ellos cambien, debemos cambiar nosotros. “Lento es el enseñar por medio de la teoría, breve y eficaz por medio del ejemplo” (Séneca). Hechos, no palabras. Los niños hacen lo que ven, no lo que nosotros les digamos que hagan.
9
Sobreprotección
• Erase unos padres a un niño pegados • Si sobreproteges a un niño, lo haces vulnerable. Son niños incapacitados para afrontar los problemas porque alguien se los ha resuelto siempre, les ha estafado. • Evitarles todo esfuerzo. Los niños de hoy día no tienen que esforzarse por conseguir las cosas; independientemente de cómo se porten, lo tienen todo, ¿para qué se van a esforzar? Quien de pequeño no se esfuerza, tampoco lo hará cuando sea adulto. La sociedad actual genera la falsa ilusión en los niños y jóvenes de alcanzar sin esfuerzo objetivos ambiciosos. (Aprenda alemán sin esfuerzo….) • Evitarles cualquier frustración. Los niños desde pequeños deben aprender a frustrarse, y a asumir y superar el fracaso o la frustración de una manera positiva y enriquecedora. Los éxitos complejos están siempre basados en continuos fracasos parciales… afrontados y superados (resiliencia).
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Darles todo y más
• “Niño regalado, siempre está enojado”. • No es bueno darles todo aquello que nos piden; deben valorar las cosas, aprender a esperar, a soñar, a desear lo que quieren, a esforzarse por conseguir lo que anhelan y a no frustrarse cuando no lo pueden obtener. • Muchos padres y profesores se sacrifican y ofrecen a sus hijos o alumnos una vida irreal, inexistente, donde los niños acaban pidiendo lo imposible.
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Resulta más fácil hacerlo nosotros mismos
• Es necesario enseñar a los niños a hacer las cosas por sí mismos. Los niños salen perdiendo cuando a los padres les parece que es más fácil hacerlo ellos mismos. • El deseo de evitar conflictos es un motivo para “hacer yo las cosas”. • Debemos permitir que sus hijos cometan errores para que aprendan de ellos. • Las tareas y obligaciones sirven para crear responsabilidades. Esto les ayudará a aprender a organizarse, fijarse objetivos y llevar a cabo tareas complejas.
12
Las expectativas negativas
• Las expectativas se cumplen. Todos los niños pueden comportarse como se espera de ellos. • Creer en ellos y en nosotros mismos. • No ponerles etiquetas negativas, no tener expectativas negativas sobre ellos; transmitir seguridad, nos deben sentir seguros. • Dar oportunidades de obedecer mediante avisos y recordatorios.
13
El resentimiento
• El resentimiento hacia el niño es síntoma de que existe un conflicto de poder entre padre (o madre, claro) e hijo que está sin resolver y en el que el padre (o madre) se siente perdedor. • El exceso de expectativas dificulta la relación con los hijos; a un niño le es complicado asimilar tanta atención regalada y tanta expectación inmerecida.
14 La protesta y la queja como estilo cognitivo
• Protestar y quejarse son dos armas poderosísimas para no hacer nada. • Si quieres que algo cambie, empieza por lo que puedes fácilmente cambiar: tú mismo.
15 El síndrome del cuaderno nuevo
• Comprobar si el número está no está premiado. • Si la galleta está rota, ya no la quiero. • Es bueno que las herramientas se muestren deslucidas por el uso. Cometer errores, fracasar, frustrarse… es parte del precio que hay que pagar por vivir.