1. Un mural fabuloso

TEMA: 1. Un mural fabuloso Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: La maestra había encargado un trabajo a sus alumnos: debían colorear lo mejor

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MURAL JACKSON POLLOCK
MURAL JACKSON POLLOCK LA ENERGÍA HECHA VISIBLE ENERGY MADE VISIBLE 21.04 - 11.09.2016 Palacio de Buenavista C/ San Agustín, 8. 29015 Málaga Informac

MURAL Soporte constructivo
MURAL Soporte constructivo SOPORTE CONSTRUCTIVO ADHERIDO NA: Elementos adheridos con diferentes tipos de adhesivos y/o morteros a un muro. Clasifi

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1. Un mural fabuloso Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: La maestra había encargado un trabajo a sus alumnos: debían colorear lo mejor que pudieran el dibujo en su libro. Raúl, que era un niño muy dedicado en todo lo que hacía, terminaba su tarea cuando Manuel tomó un crayón negro y le rayó la página que con tanto esmero había hecho. Manuel también realizaba muy bien sus trabajos, pero no podía permitir que hubiera alguien mejor que él. Raúl, ofendido, rompió el dibujo de Manuel; ahora ninguno tendría la felicitación de su maestra, quien al ver la escena, se entristeció y pidió a los dos se disculparan uno con el otro, lo que hicieron no muy convencidos. A consecuencia de ello, su profesora les pidió una nueva tarea: hacer juntos el periódico mural para el salón; toda la tarde tuvieron que quedarse para poder terminarlo. Durante el gran encargo asignado tuvieron que ponerse de acuerdo en lo que harían, qué colores y materiales utilizarían, etc., cada uno dio lo mejor de sí. Al día siguiente, cuál sería la sorpresa de sus compañeros y maestra que al llegar al salón, nadie podía dejar de admirar tan colorido mural. Al llegar Manuel y Raúl recibieron un gran aplauso y las felicitaciones de todos. Ellos aprendieron la lección: no es mejor aquel que se esmera en recibir el éxito, sino aquel que acepta sus fortalezas y debilidades poniendo al servicio de los demás lo mejor de sí mismo. Ese día los dos se perdonaron y sintieron una gran felicidad. MENSAJE: Todos cometemos equivocaciones y nos duele mucho cuando recibimos una ofensa, la cual en ocasiones cuesta mucho trabajo olvidar. Es mejor aprender a perdonar y reconocer siempre las cosas buenas que hay en cada persona. MÁXIMA:

“Al perdonar, podremos dar lo mejor de nosotros mismos”.

COMPROMISO: Le pediré a Dios me ayude a perdonar sinceramente cuando alguien me ofenda. ORACIÓN:

Señor: Gracias por tu amor y tus bendiciones. Gracias por la amistad. Bendice hoy a nuestros amigos y a la gente que queremos. Ayúdanos a perdonar siempre las ofensas que recibimos y también a saber disculparnos cuando nos equivoquemos. Amén 1

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2. Una enseñanza maravillosa Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: Durante el recreo hubo un conflicto entre dos niños, discutieron y hasta se golpearon a causa de un desacuerdo en el juego de fútbol por un gol que no aceptaba el equipo perdedor. Su entrenador habló con cada uno de ellos, pero ni así logró disipar la discusión; tanto fue el enojo de ambos que no había posibilidad de arreglar el asunto a pesar que aparentemente se perdonaron los dos, en su mirada se notaba que no eran sinceros. El abuelo de uno de los niños, que era una persona muy sabia y que había presenciado el inicio de la riña, percibió la situación y una vez en casa, le contó a su nieto acerca del valor del Perdón. Comenzó diciendo: “Existen tres tipos de personas: Las que habiéndose sentido ofendidas, perdonan, pero que en el fondo de su corazón desean buscar la ocasión para vengarse. Hay otro tipo de persona: la que ha recibido una ofensa y sabe que es de buen cristiano perdonar, pero en su mente y corazón le claman a Dios justicia divina, pidiéndole que castigue a quien lo ofendió.” “Hay un tercer tipo de persona, que habiendo recibido una ofensa, perdona de corazón y además le pide a Dios misericordia para aquél que le ha ofendido, deseo que proviene del sentimiento de un verdadero cristiano de imitar el gran ejemplo de Jesús, que aún en la cruz padeciendo la tortura y burla de aquellos que no creyeron en Él, le pidió a su Padre Celestial que los perdonara pues no sabían lo que hacían. Si pensamos de esta manera nos sería más fácil perdonar, pues en verdad quien ofende no sabe que se daña a sí mismo. Esta maravillosa enseñanza nos dejó y aún cuando es difícil hacerlo, nuestra lucha contra el mal debe prevalecer por amor a Dios. El abuelo finalizó diciéndole con una expresión de amor y sin juzgar sus acciones: -“Sé con toda certeza que sabrás hacer lo correcto.” Le dio un beso y se despidió de él. Al día siguiente el niño fue a pedirle perdón a su compañero por haberle gritado y golpeado. A cambio recibió un abrazo que hizo que se volvieran los mejores amigos, pues su perdón era mutuo y en verdad sincero. MENSAJE: En la vida diaria enfrentamos muchos conflictos y situaciones desagradables en las que participan en ocasiones nuestros amigos o miembros de nuestra familia y nos enojamos tanto que decimos o hacemos cosas que en realidad no sentimos, lastimando así a quienes más queremos. Es muy importante que reconozcamos el error cometido y pidamos perdón por nuestra conducta y expresemos nuestro amor. MÁXIMA: “Dios abre el corazón de nuestros enemigos cuando nuestro perdón es sincero” COMPROMISO: Hoy perdonaré con todo mi corazón a quien me ofenda. ORACIÓN:

Señor: Ayúdame a amar más a mi familia, a mis amigos y a aquellas personas que están cerca de mí. Que aprenda a ser más paciente y también a ser respetuoso con los demás para no hacer o decir cosas que los hieran. Amén. 2

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3. El mejor castillo Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: Estaba Paulina jugando con su mejor amigo Eduardo con la arena que se encontraba afuera de su casa, que estaba en remodelación. Decidieron hacer una competencia para ver quien hacía el mejor castillo; como la niña tenía cerca su casa, podía ir y venir por agua para hacer más fácil la tarea. –Eduardo es un gran constructor-, pensaba Paulina, -si no tiene agua, él no podrá ganar-. Así que decidió no compartir la idea. Después de un rato de estar entretenidos cada uno en su tarea, Eduardo le preguntó a su amiga: “¿Cómo vas con tu castillo?”, la niña, para que su amigo no se diera cuenta del uso que le daba al agua contestó: “pues más o menos, esta arena está muy seca, ¿y tú?”, - Yo también estoy batallando mucho, pero lo lograremos amiga-. Después de un rato de trabajar, la niña se dio cuenta de que su amigo no estaba y pensó: “se dio por vencido, le voy a ganar”. Cuál sería su sorpresa que al escuchar los pasos de su amigo, Paulina volteó y le dijo: -“¡te gané!” –“Pero si no me he rendido”- dijo Eduardo- “solamente fui a mi casa por 2 botes de agua: uno para ti y otro para mí; disculpa la tardanza, pero caminar 3 cuadras lleva tiempo”. Paulina se sintió muy mal por lo que había pasado y llorando le contó a su amigo lo sucedido y pidió disculpas. Eduardo, por su puesto la perdonó, porque fue sincera y entre los dos construyeron el mejor castillo. MENSAJE: En muchas ocasiones no nos damos cuenta del daño que podemos hacer a nuestros amigos o familiares con nuestras acciones negativas; lo importante es darnos cuenta, no repetirlo y saber pedir perdón, así como el perdonar cuando alguien nos hace daño y se arrepiente. MÁXIMA:

“Si no existiera el perdón, sería imposible seguir confiando en los demás”.

COMPROMISO: Hoy perdonaré a algún amigo o familiar aunque no me lo pida. ORACIÓN: Señor: Ayúdanos ser buenos con nuestros amigos y a estar dispuestos a ayudarlos. Haz que nuestra amistad sea fuerte para saber amarnos y perdonarnos siempre. Amén

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4. Mi amiga Rosita Aplicación: Perdón - Reconciliación

Hechos: Recuerdo ese año escolar con mucho cariño: era mi primer año en primaria y logré tener muchas amistades. Me llevaba bien con todos, pero había alguien muy especial en ese salón, Rosita, quien no tenía amigas, era retraída y además nunca entendía las actividades y tareas que se encargaban, por eso la maestra le llamaba mucho la atención. En una ocasión, esta niña llevó una bolsita de dulces, que eran de mis favoritos y por descuido los dejó tirados en medio del salón y yo sin perder tiempo los tomé, ella no se dio cuenta y comencé a comerlos; de pronto, Rosita los vio y me dijo que se los devolviera, pero ¿cómo iba yo a aceptar que no eran míos, si me los pidió delante de todo el salón? Sin yo mencionar una palabra las demás niñas, me defendieron (yo era la líder) y fueron a decirle a la maestra lo sucedido. La maestra, como no sabía de quién eran, puso a votación la decisión que tomaría y preguntó: ¿Ustedes a quién le creen, de quién son los dulces?, como era de esperarse todas votaron por mí y Rosita sin poder decir más nada se fue a sentar a su lugar. Desde ese día prometí no volver a hacerle algo así a ninguna persona, comencé a jugar con Rosita y por lo tanto las demás niñas con ella. Después de varios años, no había podido olvidar ese evento y en la Secundaria, entre broma y juego, le recordé lo que había pasado en ese primer grado y le pedí perdón por lo ocurrido, pero por mala suerte ella ya no lo recordaba, me hubiera gustado que fuera lo contrario y me dijera algo, pero no fue así. Mensaje: Dios nos pide, y da la oportunidad, de que además de perdonar a nuestros semejantes, también perdonemos nuestros errores, verlos como experiencias y salir adelante, para tratar de ser mejores personas. Máxima:

"El perdón es un don que tenemos que poner en práctica”.

Compromiso: Hoy trataré de ser mejor persona perdonando y superando mis errores. Oración: Señor Ayúdame, con tu amor, a mejorar como persona siendo consciente de mis errores y que esté dispuesto a superarlos. Amén 4

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5. Leyenda árabe Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: Dice una leyenda árabe que dos amigos viajaban por el desierto y en un determinado punto del viaje discutieron y uno le dio una bofeteada al otro. El otro ofendido, sin nada que decir, escribió en la arena: “HOY MI MEJOR AMIGO ME PEGÓ UNA BOFETADA EN EL ROSTRO”. Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse. El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo. Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: “HOY MI MEJOR AMIGO ME SALVÓ LA VIDA”. Intrigado el amigo preguntó: “¿Por qué después que te lastimé, escribiste en la arena y ahora escribes en una piedra?“ Sonriendo, el otro amigo respondió: "Cuando un gran amigo nos ofende, deberemos escribir en la arena, donde el viento del olvido y el perdón se encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado, cuando nos pase algo grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del corazón donde ningún viento en todo el mundo podrá borrarlo". MENSAJE: Pase lo que pase debemos siempre de perdonar a nuestros compañeros y a toda las personas que en alguna ocasión nos han ofendido, porque es más importante lo bueno que ellos hagan por nosotros y el apoyo que nos brinden. MÁXIMA:

"El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe”

COMPROMISO: Hoy pediré perdón a un compañero que haya ofendido con mis palabras o mi conducta. ORACIÓN:

Señor: Haz que estén siempre presentes en nuestra memoria los momentos más bonitos que vivimos con las personas, y que olvidemos pronto las ofensas y las cosas desagradables que nos sucedan. Amén 5

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6. El saco de plumas Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: Había una vez un hombre que habló mal de un amigo suyo, todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que este había alcanzado. Tiempo después, se arrepintió de lo que había hecho a su amigo y visitó a un hombre muy sabio a quien le dijo: "Quiero arreglar todo el mal que hice a mi amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?", a lo que el hombre respondió: "Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suelta una por donde vayas”. El hombre, muy contento por aquella respuesta, tan fácil tomó el saco lleno de plumas y al cabo de un día las había soltado todas. Volvió donde el sabio y le dijo: "Ya he terminado"; el sabio contestó: "Esa es la parte más fácil. Ahora debes volver a llenar el saco con las mismas plumas que soltaste. Sal a la calle y búscalas". El hombre se sintió muy triste, pues sabía lo que eso significaba y no pudo juntar casi ninguna. Al volver, el hombre sabio le dijo: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de revertir lo que hiciste". MENSAJE: Debemos de tomar en cuenta que cuando decimos o hacemos algo negativo, el daño está hecho; por eso, es mejor evitar lastimar a nuestros compañeros y ser buenos con ellos. MÁXIMA:

"Cometer errores es de humanos y de sabios pedir perdón".

COMPROMISO: Hoy perdonaré a la persona que me ofenda. ORACIÓN: Señor: Ayúdanos en este día A ser buenas personas, A sentirnos llenos de tu amor Para compartirlo con los demás Y llenar así nuestro día De acciones que te agraden. Amén 6

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7. Jonás y las ballenas Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: Había una vez un hombre que se llamaba Jonás; era muy bueno y Dios le pidió el favor de que fuera a una ciudad llamada Nínive para que les dijera a todas las personas que vivían ahí que se portaran bien y se arrepintieran de todas las cosas malas que habían hecho, porque si no lo hacían Dios destruiría por completo la ciudad. Jonás no obedeció a Dios, porque le daba miedo ir hasta Nínive. Entonces, se fue a pasear en un barco que iba a otra ciudad, pero Dios envió un fuerte viento y lluvia que provocaron que Jonás se cayera del barco y se lo tragara una ballena. Jonás estaba muy asustado dentro del cuerpo de la ballena y se puso a orar pidiendo perdón a Dios por no obedecerlo; de este modo, fue como Dios lo perdonó y le ordenó a la ballena que lo expulsara. La ballena expulsó a Jonás en Nínive y él se puso inmediatamente en pie y fue a cumplir lo que Dios le había pedido. MENAJE: Experimentar el perdón de Dios nos trae la paz, pues nos damos cuenta de que somos objeto de su misericordia. Muchas veces, desobedecemos a Dios cuando nos pide que anunciemos a los demás su palabra o cuando nos dice que no hagamos cosas malas, pero siempre debemos saber pedir perdón y también tenemos que perdonar a todas las personas que nos ofenden, así como Dios nos perdona. MÁXIMA:

“El perdón no cambia el pasado, pero sí el futuro”.

COMPROMISO: Pediré perdón a mis papás y maestros por las ocasiones en que no he cumplido con mis obligaciones. ORACIÓN:

“Para pedir perdón” Señor Jesucristo: hoy te pido la gracia de perdonar a todos los que me han ofendido alguna vez en mi vida. Sé que tú me darás la fuerza para perdonar porque me amas más de lo que me amo a mí mismo, y quieres mi felicidad más de lo que yo mismo la deseo. Amén 7

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8. “Parábola del hijo Pródigo”

Aplicación: Perdón - Reconciliación

HECHOS: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: "Padre, dame la parte de la herencia que me corresponde." Y él les repartió todos sus bienes. Pocos días después, el hijo menor se fue a un país lejano donde malgastó su dinero y cuando ya no tenía nada, comenzó a pasar necesidad. Entonces, fue y se ofreció a trabajar con uno de los ciudadanos de aquel país, que lo envió a sus fincas a cuidar puercos. Como no tenía qué comer, le daban ganas de comerse la comida de los puercos, pero el dueño no lo dejaba. Entonces se puso a pensar: "¡Cuántos trabajadores de mi padre tienen pan para comer en abundancia, mientras que yo aquí me muero de hambre! Me levantaré, iré con mi padre, le pediré perdón y le diré: “Padre, pequé contra el cielo y contra ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus trabajadores." Se levantó y se fue con su padre. «Estando él todavía lejos, lo vio su padre y, conmovido, corrió, lo abrazó y le dio un beso. El hijo le dijo: "Padre, pequé contra el cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo." Pero el padre dijo a sus siervos: "Traigan aprisa el mejor vestido y vístanlo, pónganle un anillo en su mano y unas sandalias en los pies. Traigan un becerro, mátenlo, comamos y celebremos una fiesta, porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido encontrado". Y comenzaron la fiesta. Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y llamó a uno de los criados, le preguntó qué era lo que se escuchaba. Él le dijo: "Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado un becerro, porque ha regresado sano." El se enojó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. Pero él le dijo a su padre: "Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha malgastado todo lo que le diste, has matado para él el becerro!". Pero su padre le dijo: "Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; pero era necesario celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido encontrado." MENSAJE: Tal vez hemos tenido la experiencia de esto en algún momento de nuestra vida: al inicio notamos que todo va de maravilla. No tenemos a nadie que nos diga lo que tenemos que hacer, pero puede ser que actuamos así porque no consideramos las consecuencias que pueden tener nuestros actos. Uno de los grandes retos de la vida espiritual consiste precisamente en reconocernos pecadores delante de Dios y pedirle su perdón. Esta historia no es una simple parábola. Es la historia de cada una de nuestras vidas llamadas a reconciliarnos con el Padre. Él nos espera con los brazos abiertos para darnos de nuevo su amor. MÁXIMA: “Si todos nos reconociéramos como hijos pródigos, podríamos experimentar el amor misericor-

dioso y el perdón del Padre”

COMPROMISO: Pediré perdón por las ofensas que he hecho a las personas que me quieren. ORACIÓN:

Señor: ayúdame a vivir y gozar del presente, a amar siempre a mis hermanos y perdonar las ofensas que reciba. Amén. 8

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9. Los tendederos Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: En un viejo barrio vivía una esforzada mujer llamada María con su esposo Galdino y sus seis hijos. A María le gustaba que su modesta casa siempre estuviera limpia y que sus pequeños lucieran impecables. Todos los días, cuando Galdino se iba a trabajar, María se ponía a lavar un montón de ropa en los lavaderos de la vecindad. Era un esfuerzo muy pesado, pero se sentía feliz cuando terminaba de hacerlo. Un día, estaba en especial agotada, así que cuando terminó de enjuagar blancas camisas, sábanas y manteles, los colgó en dos tendederos colocados de un lado al otro del patio y fue a recostarse. Un momento después, llegó a la vecindad la señora Angélica, una mujer enojona que vivía sola con su esposo, pues no tenían hijos. Aquel día andaba de mal humor y la enfureció ver la ropa en los tendederos. ¡Es increíble que la gente obstruya el paso con tanto roperío! ¡Pero no volverá a suceder! - gritó muy airada aunque nadie la oyera. Fue a su casa por unas tijeras y cortó los dos tendederos. La ropa cayó al suelo y quedó más sucia que nunca, con manchas difíciles de quitar. Cuando despertó y salió al patio, María halló las prendas en el piso. Sintió mucha tristeza y no tardó en darse cuenta de que fue Angélica quien las había tirado. Pensó en ir a reclamarle, pero reflexionó: “Allá ella. Se ha ido amargando de tanto estar sola y por eso hace cosas así”. Angélica miraba todo desde la ventana, temerosa de la venganza de María. La sorprendió mucho que ésta, en vez de ir a pedirle cuentas, se pusiera a lavar de nuevo todas las prendas. “De seguro está esperando que su esposo llegue del trabajo para acusarme con él”, se dijo. Pero eso tampoco ocurrió. María pensó que si le contaba a su esposo daría lugar a un pleito más grande que no iba a remediar nada. “Si me vengo de esa pobre sólo haré que sea cada vez peor”, concluyó. Admirada al ver que nada pasaba, Angélica se arrepintió de lo que había hecho y al día siguiente fue a visitar a María para ofrecerle una disculpa. 9

Estaba segura de que te ibas a vengar de mí – le dijo. No lo hice porque no gano nada si te devuelvo mal con mal. Quedaría tan sucia como tú, o como la ropa que tiraste – le explicó María. Perdóname –suplicó Angélica-, y como en mi familia sólo somos dos, te prometo ayudarte a lavar toda la ropa de tus hijos. Y yo te ofrezco algo a cambio –respondió María-, todas las tardes puedes venir a casa para estar con nosotros, así no te sentirás sola. Muchos años después, cuando ambas mujeres eran ancianas, solían recordar con lágrimas cómo había surgido su hermosa amistad. MENSAJE: Cuando enfrentes un conflicto manéjalo con serenidad. Si necesitas reclamar algo injusto, hazlo buscando acuerdos, no enfrentamientos. Si alguien te provoca con violencia verbal o física, no seas su espejo. No olvides que el perdón y la comprensión van de la mano. Trata de entender qué motiva las malas conductas: por ejemplo, tal vez el compañero que siempre busca pleitos sólo ha visto eso en su casa. MÁXIMA:

“El perdón es una gran bendición que podemos dar”.

COMPROMISO: Hoy me acercaré a quienes les haya hecho daño y les ofrecerá una disculpa. ORACIÓN: Señor: Que tu amor y tu paz llenen nuestros corazones para estar dispuestos siempre a dar y recibir el perdón y encontrar así la felicidad. Amén

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10. El pulgar rencoroso Aplicación: Perdón - Reconciliación

HECHOS: Los dedos de una mano eran amigos. El dueño de la mano empezó a hacer un trabajo de herrería y, a pesar del cuidado que ponían los dedos, el pulgar se lastimaba. Los otros dedos le pedían disculpas y él los perdonaba, pero luego decidió apartarse. Al principio iba recto y separado, una posición tan rara que el dueño tenía que esconder la mano en el bolsillo. El pulgar entendió que era su culpa y pidió perdón a los otros dedos. Éstos lo aceptaron, pues sabían que todos podemos equivocarnos. Desde entonces, los dedos trabajaron juntos y la mano salió del bolsillo donde estaba escondida. MENSAJE: Hay ocasiones en que cometemos errores de manera involuntaria, pero lo importante es darnos cuenta de ellos y hacer lo posible por enmendarlos y mantenernos en armonía con los demás. MÁXIMA:

“El perdón es una actitud que nos ennoblece y nos da salud en cuerpo y alma”

COMPROMISO: Hoy daré un apretón de manos a la persona con la que esté enojada, como símbolo de perdón. ORACIÓN:

Señor: Gracias por tu amor y la felicidad Que día a día a nos regalas. Ayúdanos a compartir esa dicha Con todas las personas que están cerca de nosotros y a disfrutar juntos de la paz que otorga el perdonar nuestras fallas los unos a los otros. Amén.

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11. La ley del bosque iluminado Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: El bosque iluminado era el mejor lugar en que se podía vivir, donde las fiestas llenaban de luz las noches y todos disfrutaban. En aquel bosque sólo había una ley: "perdonar a todos" y nunca tuvieron problemas con ella, hasta que un día la abeja picó al conejo por error, quien sufrió tanto que no quería perdonarla. Pidió al búho que reuniera al consejo y revisaran aquella ley. Todos estuvieron de acuerdo en que no habría problema por relajarla, así que se permitió una única excepción por animal: si alguien se enfadaba de verdad con otro, no tenía por qué perdonarle si no quería. Y así siguieron hasta la gran fiesta de la primavera, la mejor del año, que resultó un grandísimo fracaso, pues sólo aparecieron el búho y unos pocos animales. Entonces, el señor búho decidió investigar el asunto, y fue a ver al conejo. Este le dijo que no se había presentado por si iba la abeja, a la que aún no había perdonado. Luego, la abeja dijo que no había ido por si iba la ardilla, a la que no había perdonado por tirar su colmena. La ardilla tampoco fue por si iba el zorro, a quien no había perdonado porque robara su comida... y así sucesivamente todos contaron cómo habían dejado de ir por si se presentaba aquel a quien no habían perdonado. El búho entonces convocó una asamblea, y mostró a todos cómo aquella pequeña excepción a la ley había acabado con la felicidad del bosque. Unánimemente decidieron recuperar su antigua ley, "perdonar a todos", a la que añadieron: "sin excepciones" MENSAJE: No perdonar, aunque sólo sea una vez, tiene siempre consecuencias sobre la convivencia. Aprendamos pues a aceptarnos y aceptar a los demás, para poder así perdonar y olvidar los errores cometidos. MÁXIMA:

“Aprender pedir perdón y a perdonar es la sabiduría del que cree en Dios”.

COMPROMISO: Evitaré molestarme con mis compañeros de clase. Oración:

Señor Dios: ¡Concédenos experimentar en nuestros corazones la dicha y la felicidad que trae el perdón! Amén 12

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12. Todos cometemos errores

Aplicación: Perdón - Reconciliación

Hechos: La rana Renata era la mejor cocinera de los pantanos y a su selecto restaurante acudían todas las ranas y sapos de los alrededores... Sus "moscas en salsa de bicho picante" o sus "alitas de libélula caramelizadas con miel de abeja" eran delicias que ninguna rana debía dejar de probar, y aquello hacía sentir a Renata verdaderamente orgullosa. Un día, apareció en su restaurante el sapo Sopón dispuesto a cenar; Sopón era un sapo grandote y un poco bruto, y en cuanto le presentaron los exquisitos platos de Renata, comenzó a protestar diciendo que aquello no era comida y que lo que él quería era una buena hamburguesa de moscardón. Renata acudió a ver cuál era la queja de Sopón con sus platos y cuando este dijo que todas aquellas cosas eran "platillos sin chiste", se sintió tan furiosa y ofendida, que sin mediar palabra le arreó un buen sartenazo. ¡Menuda trifulca se armó! y pesar de que Renata enseguida se dio cuenta de que tenía que haber controlado sus nervios, y no dejaba de pedir disculpas a Sopón, éste estaba tan enfadado, que decía que sólo sería capaz de perdonarla si él mismo le devolvía el sartenazo. Todos trataban de calmarle, a sabiendas de que con la fuerza del sapo y la pequeñez de la rana, el sartenazo le partiría la cabeza. Y como Sopón no aceptaba las disculpas y Renata se sentía fatal por haberle dado el sartenazo, ésta comenzó a hacer de todo para que le perdonara: le dio una pomada especial para golpes, le sirvió un exquisito licor de agua de charca e incluso le preparó ¡una estupenda hamburguesa de moscardón! Pero Sopón quería devolver el porrazo como fuera para quedar en paz. Ya estaban a punto de no poder controlarle, cuando apareció un anciano sapo caminando con ayuda de unas muletas - Espera, Sopón-dijo el anciano- podrás darle el sartenazo cuando yo te rompa

la pata. Recuerda que yo llevo muletas por tu culpa.

Sopón se quedó paralizado. Recordaba al viejo que acababa de entrar: era Sapiencio, su viejo profesor que un día le había salvado de unos niños gamberros cuando era pequeño, y que al hacerlo dejó una de sus patas. Recordaba que todo aquello ocurrió porque Sopón había sido muy desobediente, pero Sapiencio nunca se lo había recordado… hasta ahora. Entonces, Sopón se dio cuenta de que estaba siendo muy injusto con Renata y que todos cometemos errores alguna vez, y que devolver golpe por golpe no hacía sino más daño. Así que, aunque aún le dolía la cabeza y pensaba que a Renata se le había ido la mano con el sartenazo, al verla tan arrepentida y haciendo de todo para reparar su error, decidió perdonarle. Y entonces pudieron dedicar el resto del tiempo a reírse de la historia y saborear la rica hamburguesa de moscardón y todos estuvieron de acuerdo en que aquello fue mucho mejor que liarse a sartenazos. Mensaje: La ley de "ojo por ojo, y diente por diente" no es solución a nada; si algo puede solucionar las cosas, es saber perdonar Máxima: “Es muy fácil ofender a los demás, pero es más valorado saber pedir perdón sinceramente” Compromiso: Hoy pediré perdón a aquellas personas que haya ofendido en el pasado, como amigos, hermanos, padres o maestros. Oración:

Señor: Que tu paz y tu amor llenen siempre nuestros corazones para estar siempre dispuestos a perdonarnos unos a otros, y estar así felices y plenos en ti. Amén 13

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13. El ratón y el león Aplicación: Perdón - Reconciliación

HECHOS: Había un ratón que andaba jugando en el bosque y por descuido tropezó con la cola de un león que dormía profundamente; el león se despertó furioso y por lo tanto se iba a devorar al pobre ratoncito, quien estaba tan asustado que rogó e imploró por su vida. Le prometió al león que si lo perdonaba un día le iba a pagar su perdón. El león se rió y le dijo: “¿yo que puedo necesitar de ti si eres tan pequeño?, pero te perdono de corazón” y lo dejó ir. El ratón agradeció el perdón que el león le brindó y se retiró a su hogar. Pasaron los días y al bosque llegaron unos cazadores logrando atrapar al león en una red; luchó y luchó, pero su esfuerzo fue inútil. En el camino, el ratón vio al león en problemas, así que se acercó y con sus filosos dientes comenzó a romper la red liberando al león. El león estaba muy contento y se dio cuenta que por perdonar a alguien ganó un buen amigo. MENSAJE: Dios siempre nos da la oportunidad de encontrarnos en la vida a personas que tal vez sin querer nos lastimen, pero si sabemos perdonar de corazón lo que nos causaron, podremos encontrar el agradecimiento y valor de estos. MÁXIMA: “El perdón siempre traerá beneficios tanto al que lo otorga como al que lo recibe”. COMPROMISO: Hoy perdonaré a las personas que me hagan alguna ofensa. ORACIÓN:

Padre bueno: Sabemos que tú quieres nuestra felicidad; ayúdanos a encontrarla en el perdón. Regálanos en este día la humildad y la sencillez necesaria para dar y recibir el perdón. Amén. 14

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14. El pescador y la ballena Selkie Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: Al norte de Escocia las personas que viven ahí se mantienen de la pesca gracias a las especies de sus aguas transparentes; en estas aguas suele haber grandes ballenas a las que llaman “Selkie”. Un pescador odiaba a las grandes ballenas, porque cada vez que echaba sus redes al agua las ballenas las rompían sin querer o mordisqueaban los peces. Un día el pescador, que estaba furioso, decidió solucionar el asunto: tomó un filoso cuchillo y esperó que viniera una ballena. Se puso el cuchillo entre los dientes y se echó al agua. Sin pensarlo, hirió a la ballena pero en el momento, el cuchillo del pescador se le escapó de las manos y se hundió hasta el fondo del mar. Al día siguiente, llegó a la costa y tendió sus redes y ningún pez logró atrapar; la situación se repitió 6 días, había caído sobre él “La maldición de Selkie”. Más tarde, se le presentó un hombre muy extraño y le pidió que lo ayudara a conseguir piel de ballena, lo que el pescador aceptó muy gustoso. Cuando llegaron a la costa el hombre comenzó a hacer ruidos muy extraños y en eso aparecieron muchas ballenas; el hombre se convirtió en una de ellas y con la fuerza de su cola lo hundieron al mar. En una piedra estaba recostado un hombre casi muerto y la ballena dijo: “este es mi hijo, lo has herido”. El pescador le dijo: “¿te vas a vengar?” y la ballena le contestó: “No, yo sólo quiero que lo cures, pues en nuestro mundo la persona que hiere tiene el poder de sanar a quien le causó dolor”. El pescador puso su mano en la ballena y la curó, las ballenas felices lo llevaron a la superficie y le prometieron no molestarlo más. MENSAJE: Dios nos da la oportunidad de curar las heridas que dejamos o provocamos en otras personas, así como lo hizo el hombre con la ballena, quien pudo curar las heridas que provocó y a cambio recibió el perdón. MÁXIMA:

“El perdón sirve para olvidar ofensas de cualquier dimensión y origen”.

COMPROMISO: Pediré perdón a las personas que he herido el día de hoy. ORACIÓN:

Dios nuestro: Ayúdanos a reconocer y a aceptar tanto nuestras diferencias como las de nuestros hermanos, para vivir así en armonía y estar siempre dispuestos a perdonarnos unos a otros nuestras fallas. Amén 15

TEMA:

15. Una lección que no olvidarán jamás Aplicación: Perdón - Reconciliación HECHOS: En un río muy grande, 7 ranitas saltaban alegremente de un lado a otro, disfrutando de un día soleado y de mucho calor, cuando de repente una lluvia de piedras empezó a caer sobre ellas. Los animalitos se sumergían rápidamente para huir de los terribles golpes, pero los niños empeñados en esa terrible travesura, arrojaban una piedra tras otra. Las ranitas gritaban desesperadamente: “¡Deténganse! ¡Deténganse! ¡Perdónennos la vida!” Pero los niños seguían riéndose, dedicados en cuerpo y alma a aquella travesura. De pronto, un granjero que se percató de lo que sucedía y recogiendo un puñado de piedras, comenzó a tirárselas a los niños. Cuando las piedras lastimaron sus piernas, los niños se echaron a llorar del dolor y suplicaron al granjero que no les tirara más. Él les contestó: “¿Por qué he de detenerme? ¿Ustedes se detuvieron cuando apedreaban a las ranas?”. En ese instante, los niños reconociendo su error, pidieron perdón a las ranitas y ellas, con una sonrisa, perdonaron a los pequeños. El granjero, al ver que verdaderamente habían aprendido la lección, se retiró no sin antes decirles: “recuerden que lo que divierte a algunos puede causar dolor a otros y tenemos que ser capaces de pedir perdón para que otros también nos perdonen”. MENSAJE: El reconocer cuando cometemos una falta y corregir lo que se sabe que está mal, nos hace mejores seres humanos y aún más el saber perdonar a otros cuando existe alguna dificultad. MÁXIMA:

“Perdona y serás perdonado”

COMPROMISO: Hoy antes de dormir, le pediré perdón a Dios por los errores cometidos. ORACIÓN: Señor: Tú sabes de nuestras cualidades y de nuestros defectos. Te pedimos que en este día los tomes en tus manos para nos ayudes a ser mejores personas, con el corazón listo para amar y perdonar. Amén 16

TEMA:

16. Un pecador arrepentido Aplicación: Perdón - Reconciliación

HECHOS: Cierto día por la mañana, Dios conversaba con una pequeña a la que le hizo la siguiente pregunta: “¿Qué crees que es lo que me hace más feliz?”, a lo que la niña no supo que contestar. Pensó inmediatamente en buscar en todos los lugares posibles la respuesta para Dios y se encontró con dos personas que compartían el pan con otros y dijo: “esto es lo que le hace feliz a Dios: la caridad”. Se los presentó a Dios, y Dios le dijo: “Sí, me gusta que las personas ayuden al necesitado, pero no es lo que me hace más feliz”. Nuevamente, siguió buscando en los lugares más bonitos que había y vio a un grupo de niños jugando alegremente y pensó: “los niños es lo que hace más feliz a Dios”. Pero Dios le dijo: “Yo quiero mucho a los niños, pero existe algo que me hace aún más feliz”. La niña, cansada de buscar y buscar y no encontrar aquello que le pedía Dios, decidió descansar bajo la sombra de un árbol y comenzó a escuchar el llanto de alguien. Se acercó y vio a un hombre muy triste y desconsolado; le preguntó: “¿por qué lloras?”, a lo que el hombre le contestó: “lloro porque he hecho cosas muy malas que no le agradan a Dios y estoy arrepentido por todas esas acciones que he cometido y quiero que me perdone”. Entonces, la niña tomó una lágrima de su rostro y se la llevó a Dios. Dios le dijo: “Esto es lo que más me hace feliz: las lágrimas de un pecador arrepentido que pide perdón y desea hacer un cambio en su vida”. MENSAJE: Es importante reconocer cuando cometemos un error o una mala acción hacia los demás y tomar conciencia para no volverlo hacer. Dios desea que mostremos una actitud de perdón y arrepentimiento para que sigamos su ejemplo de amor y bondad. MÁXIMA:

“Hoy seremos mejores que ayer y mañana mejores que hoy”

COMPROMISO: Hoy le pediré perdón a Dios por las acciones malas que he hecho. ORACIÓN: Dios de amor y de bondad: Gracias por la felicidad que nos regalas en tu perdón y por la oportunidad para mejorar que cada día. Que hoy podamos reconocer tu amor y tu compañía en cada una de las personas que están junto a nosotros. Amén. 17

TEMA:

17. Un puente de unidad

Aplicación: Perdón - Reconciliación

HECHOS: No hace mucho tiempo, dos hermanos que vivían en granjas adyacentes cayeron en un conflicto. Una mañana, alguien llamó a la puerta de Luis, quien al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero. -Estoy buscando trabajo por unos días-, dijo el extraño, -quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso-. "Sí", dijo el mayor de los hermanos, "tengo un trabajo para usted: mire al otro lado del arroyo aquella granja, ahí vive mi vecino; bueno, de hecho es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros y el tomó su buldozer y desvió el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros. Él pudo hacer esto para enfurecerme, pero le voy a hacer una mejor: ¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca, una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más." El carpintero le dijo: "Creo que comprendo la situación. Muéstreme donde están los clavos y la pala para hacer los hoyos de los postes y le entregaré un trabajo que lo dejará satisfecho." El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. El carpintero trabajó duro todo el día midiendo, cortando, clavando. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo. El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó: ¡No había ninguna cerca de dos metros! En su lugar había un puente -¡un puente que unía las dos granjas a través del arroyo!Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos. En ese momento, su vecino, que era su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano le dijo: "¡Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho!". Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas. "¡No te vayas, espera!", le dijo el hermano mayor al carpintero, "quédate unos cuantos días. Tengo muchos proyectos para ti". "Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir" MENSAJE: Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos. El perdón es una expresión de amor. El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. MÁXIMA:

“Si quieres triunfar en la vida ama, perdona y olvida”

COMPROMISO: Hoy me acercaré a alguien que me haya hecho daño y le daré mi perdón. ORACIÓN:

Gracias, Dios bueno, por la paz y la dicha que nos concedes siempre en el perdón. Amén. 18

TEMA:

18. Los gorilas bondadosos

Aplicación: Perdón - Reconciliación

HECHOS: “Los gorilas bondadosos” eran un grupo de niños que se reunían todos los domingos para limpiar el desorden que había en el parque. Estaban divirtiéndose mucho hasta que llegó Tomás con su perro Brutus. Tomás lanzó una sonora carcajada cuando Brutus mordió el pantalón de Jessica y gruño a todos los niños; caminó hacia el montón de latas que los “Gorilas bondadosos” habían reunido para reciclarlas y las levantó una por una, arrojándolas por todo el parque. -“¡Hey, Gorilas tontos, vayan a buscarlas!”, gritó Tomás. -¿Por qué Tomás tiene que ser siempre tan malo? – preguntó Tina. Los “Gorilas bondadosos” recogieron todas las latas una vez más, pero ya no lo hicieron con la misma alegría de antes. Durante el recreo en su escuela, se reunían para hablar sobre nuevas ideas para difundir gentileza. Y también todos los días, Tomás bailaba alrededor del grupo, gruñendo y rascándose las costillas. -¡Oo-oo-oo-oo! ¡Mírenme! ¡Soy un gorila! ¡Soy un gorila grande y tonto que se hace el bueno y dulce con todos! - Qué desagradable- dijo Eduardo -. Todo lo que hace es causar problemas. - ¡Vete de aquí, Tomás! – dijo Jessica. – Si no puedes ser agradable, no te queremos aquí. Después de esto, Tomás se quedó muy triste porque sus compañeros no lo querían por ser desagradable y por molestarlos; pensó un poco y decidió pedir perdón a sus amigos. Se acercó a donde se encontraban sus compañeros y les pidió perdón por todo lo que les había hecho y que lo aceptaran como miembro de su equipo. MENSAJE: A veces hacemos cosas desagradables que no consideramos que molestarán a los demás. Es importante aprender a respetar y ser conscientes de lo que hacemos para no ofender a quienes están junto a nosotros. MÁXIMA:

“El perdón demuestra una madurez interior”.

COMPROMISO: Hoy voy a jugar en el recreo con todos mis amigos y trataré de no pelear con ellos. ORACIÓN:

Gracias, Señor Dios, porque a través del perdón nos permites obtener regalos tan maravillosos de tu corazón como son la amistad y la alegría. Ayúdanos a conservarla y a mantener la armonía perdonándonos siempre unos a otros. Amén. 19

TEMA:

19. El árbol y las verduras

Aplicación: Perdón - Reconciliación

HECHOS: Había una vez un precioso huerto sobre el que se levantaba un frondoso árbol. Ambos daban a aquel lugar un aspecto precioso y eran el orgullo de su dueño. Lo que no sabía nadie es que las verduras del huerto y el se llevaban fatal, pues las verduras no soportaban que la bra del árbol les dejara la luz justa para crecer, y el árbol ba harto de que las verduras se bebieran casi toda el antes de llegar a él, dejándole sólo la justa para vivir.

árbol somestaagua

La situación llegó a tal extremo, que las verduras se cansaron y decidieron absorber toda el agua para secar el árbol, a lo que éste respondió dejando de dar sombra para que el sol directo de todo el día resecara las verduras. En muy poco tiempo, las verduras estaban tristes, sin vida; el árbol, por su parte, comenzaba a tener las ramas secas. Ninguno de ellos contaba con que el granjero, viendo que toda la huerta se había echado a perder, decidiera dejar de regarla. Y entonces, tanto las verduras como el árbol supieron lo que era la sed en verdad y estar destinados a secarse. Aquello parecía no tener solución, pero una de las verduras, un pequeño calabacín, comprendió la situación y decidió hacer algo para cambiarla: a pesar de la poco agua y el calor hizo todo lo que pudo para crecer, crecer y crecer… Consiguió hacerse tan grande, que el granjero volvió a regar el huerto, pensando en presentar aquel hermoso calabacín en algún concurso. De esta forma, las verduras y el árbol comprendieron su error y se pidieron perdón mutuamente por el daño que se habían estado haciendo; se percataron de que era mejor ayudarse que enfrentarse y que debían aprender a vivir lo que les tocaba, haciéndolo lo mejor posible y manteniendo el respeto. Así que, juntos, decidieron colaborar con la sombra y el agua justos para dar las mejores verduras, con lo que el premio vino después, pues el granjero dedicó a aquel huerto y al árbol los mejores cuidados regándolos y abonándolos mejor que ningún otro en la región. MENSAJE: A veces nos resulta difícil aceptar y comprender a las personas que son o piensan diferente a nosotros, asumiendo actitudes que pueden resultar ofensivas. Lo mejor será reconocer nuestras diferencias y los errores que cometemos así como disculparnos; el mantener una actitud de respeto es también necesario para mantener la armonía. MÁXIMA: “El perdón es una medicina muy eficaz para sanar el corazón”. COMPROMISO: Hoy pediré perdón a quien haya ofendido. ORACIÓN:

Señor Dios: Maestro de amor y de misericordia, enséñanos a perdonar y también a reconocer nuestras conductas ofensivas. Ayúdanos a querernos, a aceptarnos y a mantener el respeto con nuestros semejantes. Amén 20

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