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La Constitución Española de 1978: estructura y contenido. Las atribuciones de la Corona. Las Cortes Generales: composición, atribuciones y funcionamiento. La elaboración de las leyes. El Tribunal Constitucional: composición y funciones
1.1. La Constitución Española de 1978: estructura y contenido La Constitución Española (CE), atendiendo a su contenido, es el conjunto de normas cuyo objeto es la organización del Estado, los poderes de sus órganos, las relaciones entre éstos, entre sí y sus relaciones con los ciudadanos, las normas que regulan la creación de normas por los órganos del Estado. Es la norma suprema del ordenamiento jurídico que ocupa, respecto de las demás normas una posición jerárquica superior. Asegura la garantía de los derechos y determina la separación de poderes. Asimismo, para garantizar su estabilidad y permanencia y que las demás normas del ordenamiento jurídico puedan vulnerarla establece rígidos mecanismos para su reforma y mecanismos que permiten controlar la constitucionalidad del resto de las normas que integran el ordenamiento jurídico. Está constituida por los preceptos que regulan la creación de las normas jurídicas generales y, especialmente, la creación de las leyes. Desde este sentido o concepto material de la Constitución como conjunto de normas como éstas están por escrito, se desprende el concepto formas de la misma: la norma suprema del ordenamiento jurídico; un contrato social que fundamenta al Estado; un contrato social que fundamenta la unidad del orden jurídico estatal y comprende las situaciones fácticas de poder como relaciones jurídicas normadas. Es la norma fundamental.
El 27 de septiembre de 2011, se publicó la reforma del artículo 135 de la CE. Esta reforma persigue garantizar el principio de estabilidad presupuestaria, vinculando a todas las administraciones públicas en su consecución, reforzar el compromiso de Es-
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Nuestra Constitución de 1978, en sentido material, está integrada por un total de 169 artículos, cuatro disposiciones adicionales, nueve disposiciones transitorias, una disposición derogatoria y una disposición final. Esta última establece que entraría en vigor el mismo día de la publicación de su texto oficial en el Boletín Oficial del Estado. La anterior disposición derogatoria dispuso la derogación, dejándola sin efecto, de cuantas disposiciones se opusieran a lo establecido en la Constitución. Sus 169 artículos están estructurados en un título preliminar y diez títulos subdivididos en capítulos.
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paña con la Unión Europea y, al mismo tiempo, garantizar la sostenibilidad económica y social de España. La entrada en vigor tuvo lugar el mismo día de su publicación en el Boletín Oficial del Estado.
1.1.1. Titulo Preliminar Está integrado por nueve artículos en los que se establece (art. 1) que “España se constituye en Estado social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político. Asimismo reconoce que la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado cuya forma política es la monarquía parlamentaria. En su artículo 2 proclama la indisoluble unidad de la nación española y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre ellas. Reconoce asimismo, la lengua castellana o español como oficial del Estado, que todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla (art. 3).
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Los partidos políticos que expresan el pluralismo político y concurren a la manifestación y formación de la voluntad popular siendo instrumento fundamental de la participación política, debiendo ser su estructura interna y funcionamiento democráticos (art. 6).
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Asimismo reconoce a los sindicatos de trabajadores y a las asociaciones empresariales como instrumentos que contribuyen a la defensa y promoción de los intereses económicos y sociales que les son propios. Su estructura y funcionamiento deberán ser democráticos (art. 7). Asigna a las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, la misión de garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional (art. 8). En su artículo 9 establece el principio de legalidad al disponer que los ciudadanos y los poderes públicos están sujetos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico. Asimismo revela su carácter garantista al decir que corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; garantiza asimismo la seguridad jurídica, la responsabilidad y la interdicción de la arbitrariedad de los poderes públicos.
1.1.2. Título I El Título I, que regula los derechos y deberes fundamentales está subdividido en cinco capítulos que integran los artículos 10 a 55, ambos inclusive.
En su artículo 10 proclama que “la dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamentos del ordenamiento político y de la paz social. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificadas en España”. Cabe añadir aquí, entre los últimos tratados internacionales a los que se ha adherido España al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos.
1.1.2.1. Capítulo I. De los españoles y los extranjeros Se intitula “De los españoles y los extranjeros”, y comprende los artículos 11 a 13. Reconoce a todo español de origen, la nacionalidad, de la cual no podrá ser privado. Así mismo recoge que la obtención, conservación y pérdida de la nacionalidad viene establecido por la ley y por los tratados de doble nacionalidad (art. 11). Establece la mayoría de edad de los españoles a los dieciocho años (art. 12) y reconoce a los extranjeros (art. 13) el derecho a gozar en España de las libertades públicas que garantiza el Título I en los términos que establezcan los tratados y leyes. Regula asimismo, este artículo 13, la extradición de la que excluye a los delitos políticos y la basa en la reciprocidad, así como el derecho de asilo en España.
1.1.2.2. Capítulo II. Derechos y libertades Este Capítulo, subdividido en dos secciones, comprende los artículos 14 a 38. Tras proclamar en su artículo 14 la igualdad de los españoles ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social, distingue entre los derechos fundamentales y las libertades públicas, que regula en su Sección I y los derechos y deberes de los ciudadanos, que regula en su Sección II.
En esta Sección, que se extiende desde el artículo 15 al 29, se reconocen los derechos a la vida y a la integridad física y moral (art. 15) quedando prohibida la tortura, los tratos inhumanos o degradantes y se abole la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes militares para tiempos de guerra. El derecho a la libertad ideológica y de culto individual y colectivo. Proclama la aconfesionalidad estatal y tendrán en cuenta los poderes públicos las creencias religiosas de la sociedad española cooperando con la Iglesia Católica y las demás confesiones (art. 16).
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1.1.2.2.1. Sección I. De los derechos fundamentales y de las libertades públicas
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En su artículo 17, reconoce a toda persona el derecho a la libertad y a la seguridad; se garantiza la detención preventiva en duración estrictamente necesaria, la asistencia de abogado al detenido y el procedimiento de “habeas corpus”. Asimismo señala que la ley determinará el plazo máximo de la prisión provisional. En el artículo 18 se garantiza el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar y a la propia imagen, la inviolabilidad del domicilio, salvo en caso de flagrante delito; el secreto de las comunicaciones, salvo resolución judicial; y el uso no ilegal de la informática. El artículo 19 reconoce el derecho a elegir libremente residencia y a circular por el territorio español a todos los españoles, y a entrar y salir libremente de España. En el artículo 20 se reconocen los derechos, que asimismo se protegen: a) A expresar y difundir libremente los pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción. b) A la producción y creación literaria, artística, científica y técnica. c) A la libertad de cátedra; y d) A comunicar y recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. Regula la cláusula de conciencia y el secreto profesional. Deroga la censura previa y pone como límite el respeto de los derechos fundamentales.
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El artículo 21 reconoce el derecho de reunión pacífica y sin armas; en el supuesto de reunirse en lugares de tránsito público deberán ser comunicadas previamente a la autoridad que podrá prohibirlas cuando existan razones fundadas de alteración del orden público, con peligro para personas o bienes.
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El artículo 22 reconoce el derecho de asociación y el registro de las mismas a los sólo efectos de publicidad; y se prohíbe las asociaciones secretas y las de carácter paramilitar. El artículo 23 reconoce el derecho de los ciudadanos a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal y a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos con los requisitos que señalen las leyes. El artículo 24 reconoce a todas las personas el derecho a obtener la tutela judicial efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que en ningún caso pueda producirse indefensión; así como el derecho al juez ordinario predeterminado por la ley, a la defensa y a la asistencia de letrado, a utilizar los medios de prueba pertinentes para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables, a la presunción de inocencia y a ser informados de la acusación formulada contra ellos. El artículo 25 establece el derecho de irretroactividad de las normas penales; la orientación de las penas privativas de libertad hacia la reeducación y reinserción so-
cial; prohíbe los trabajos forzados y la prohibición a la Administración civil de imponer sanciones que directa o indirectamente impliquen privación de libertad. El artículo 26 prohíbe los tribunales de honor civiles y profesionales. El artículo 27 reconoce el derecho de todos a la educación y reconoce la libertad de enseñanza. Garantiza la educación religiosa y la educación básica como obligatoria y gratuita. La libertad de creación de centros docentes y la inspección y homologación del sistema educativo por los poderes públicos. El artículo 28 reconoce el derecho de todos a sindicarse libremente y el derecho a la huelga. El derecho a fundar sindicatos y a afiliarse libremente. Las Fuerzas o Institutos Armados y los funcionarios podrán tener limitado o exceptuado este derecho. El artículo 29 establece el derecho de petición individual o colectiva.
1.1.2.2.2. Sección II. De los derechos y deberes de los ciudadanos El artículo 30 establece el derecho y el deber de los españoles de defender a España y de ayudar en casos de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública. El artículo 31 establece la obligación de todos a contribuir al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que en ningún caso tendrá alcance confiscatorio. El artículo 32 reconoce el derecho del hombre y la mujer a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica. El artículo 33 reconoce el derecho a la propiedad privada y a la herencia. El artículo 34 reconoce el derecho de fundación para fines de interés general. El artículo 35 dice que todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, en la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia. En ningún caso puede hacerse discriminación por razón de sexo.
El artículo 37 garantiza el derecho a la negociación colectiva laboral y a adoptar medidas de conflicto colectivo en el ámbito laboral sin afectar los servicios esenciales de la comunidad. El artículo 38 reconoce la libertad de empresa en el marco de la economía de mercado.
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El artículo 36 se refiere a los colegios profesionales y a la regulación del ejercicio de las profesiones tituladas.
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1.1.2.3. Capítulo III. De los principios rectores de la política social y económica Este Capítulo, que se extiende del artículo 39 al 52, recoge los principios de asegurar la protección social, económica y jurídica de la familia y de los niños (art. 39), promover las condiciones favorables para el progreso social y la formación y readaptación profesionales (art. 40), el régimen público de la Seguridad Social (art. 41) para todos los ciudadanos que garantice la asistencia y las prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad; y la salvaguardia de los derechos económicos y sociales de los trabajadores españoles en el extranjero y su retorno. El artículo 43 reconoce el derecho a la protección de la salud y el artículo 44 la promoción y tutela del derecho a la cultura; la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general. El artículo 45 reconoce el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona y el deber de conservarlo. El artículo 46 se refiere a la protección del patrimonio histórico, cultural y artístico. El artículo 47 reconoce el derecho de todos los españoles a disfrutar de una vivienda digna y adecuada.
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El artículo 48 encarga a los poderes públicos promover la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural.
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El artículo 49 se refiere a la protección y atención a los disminuidos físicos, sensoriales y psíquicos. El artículo 50 garantiza, mediante pensiones adecuadas y actualizadas periódicamente la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. El artículo 51 garantiza la defensa de los consumidores y usuarios protegiendo la seguridad, la salud y los intereses legítimos de los mismos. El artículo 52 hace referencia a las organizaciones profesionales y a la defensa de los intereses que le sean propios.
1.1.2.4. Capítulo IV. De las garantías de las libertades y derechos fundamentales El artículo 53, tras establecer que el respeto y la protección de los principios reconocidos en el capítulo anterior (Capítulo III), informarán la legislación positiva, la práctica judicial, la actuación de los poderes públicos, hace referencia al procedimiento de amparo ante el Tribunal Constitucional y a un procedimiento preferente y sumarial
ante los tribunales ordinarios para recabar su tutela por los ciudadanos. Reserva a la ley la regulación exclusiva de tales derechos. En el artículo 54 se refiere a la figura del Defensor del Pueblo como alta comisionado de las Cortes Generales designado por éstas para la defensa de los derechos comprendidos en el Título I, y reserva a la ley orgánica su regulación.
1.1.2.5. Capítulo V. De la suspensión de los derechos y libertades El artículo 55 regula el estado de excepción o de sitio y la suspensión de los derechos a la libertad personal (detención), a la inviolabilidad del domicilio y al secreto de las comunicaciones; a elegir el lugar de residencia y a circular por el territorio español; a las libertades del artículo 20; al derecho de reunión y manifestación; al derecho de huelga y al de conflicto colectivo. Asigna a una ley orgánica regular esta materia.
1.2. Las atribuciones de la Corona Título II El artículo 56 proclama que el Rey es el Jefe del Estado, símbolo de la unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales y ejerce las funciones que le atribuye expresamente la Constitución y las leyes. Estas funciones y competencias vienen concretadas en los artículos 62 y 63.
“Corresponde al Rey: a. Sancionar y promulgar las leyes. b. Convocar y disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en los términos previstos en la Constitución. c. Convocar a referéndum en los casos previstos en la Constitución. d. Proponer el candidato a Presidente del Gobierno, y en su caso, nombrarlo, así como poner fin a sus funciones en los términos previstos en la Constitución. e. Nombrar y separar a los miembros del Gobierno, a propuesta de su presidente. f. Expedir los decretos acordados en el Consejo de Ministros, conferir los empleos civiles y militares y conceder honores y distinciones con arreglo a las leyes. g. Ser informado de los asuntos de Estado y presidir, a estos efectos, las sesiones del Consejo de Ministros, cuando lo estime oportuno, a petición del Presidente de Gobierno. h. El mando supremo de las Fuerzas Armadas. i. Ejercer el derecho de gracia con arreglo a la ley, que no podrá autorizar indultos generales. j. El alto patronazgo de las Reales Academias”.
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El artículo 62 señala:
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Por su parte, el artículo 63 establece: “1. El Rey acredita a los embajadores y otros representantes diplomáticos. Los representantes extranjeros en España están acreditados ante él. 2. Al Rey corresponde manifestar el consentimiento del Estado para obligarse internacionalmente por medio de tratados, de conformidad con la Constitución y las leyes. 3. Le corresponde también, previa autorización de las Cortes Generales, declarar la guerra y hacer la paz”. A continuación, el artículo 64 indica: 1. Los actos del Rey serán refrendados por el Presidente del Gobierno y, en su caso, por los ministros competentes. La propuesta y el nombramiento del Presidente del Gobierno, y la disolución prevista en el artículo 99, serán refrendados por el presidente del Congreso. 2. De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden”. La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo (art. 56.3). Los artículos 58 y el 59 prevén la regencia cuando no haya Rey mayor de edad o se inhabilite al monarca.
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El Rey recibe de los presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su familia y casa, y distribuye libremente la misma.
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Nombre y releva libremente a los miembros civiles y militares de su casa (art. 65).
1.3. Las Cortes Generales: composición, atribución y funcionamiento Título III Este Título III está subdividido en tres capítulos, que acoge a los artículos 66 a 92.
1.3.1. Capítulo I. De las cámaras Las Cortes Generales que son inviolables, representan al pueblo español y están formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado. Ejercen la potestad legislativa del Estado, aprueban sus presupuestos, controlan la acción del Gobierno y tienen las demás competencias que les atribuye la Constitución (art. 66).
El Congreso se compone de un mínimo de 300 y un máximo de 400 diputados (en la actualidad y desde 1978, de 350), elegidas por sufragio universal, libre, igual, directo y secreto. La circunscripción electoral es la provincia. Ceuta y Melilla están representadas cada una de ellas por un diputado. Los diputados de cada circunscripción son en número proporcionales a la población con una representación mínima inicial. El Congreso es elegido por cuatro años y el mandato de los diputados termina cuatro años después de su elección o el día de la disolución de la cámara. El Senado es la cámara de representación territorial. En cada provincia se elegirán cuatro senadores; Ceuta y Melilla dos cada una y Gran Canaria, Mallorca y Tenerife, tres cada una. Las Comunidades Autónomas designarán además un senador y otro más por cada millón de habitantes de su respectivo territorio. El Senado es elegido por cuatro años. El mandato de los senadores termina cuatro años después de su elección o el día de la disolución de la cámara. Los diputados y senadores gozarán de inviolabilidad por las opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones. Durante su mandato gozarán así mismo de inmunidad y sólo podrán ser detenidos en caso de flagrante delito. No podrán ser inculpados ni procesados sin previa autorización de la cámara respectiva. Serán juzgados por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo. Cada cámara establece sus propios reglamentos y eligen sus respectivos presidentes y los demás miembros de sus mesas. Se reúnen anualmente en dos períodos ordinarios de sesiones: el primero, de septiembre a diciembre; y el segundo, de febrero a junio.
Las Cortes se reunirán en sesión conjunta para ejercer las competencias no legislativas que el Título II atribuye expresamente a las Cortes Generales. Las decisiones de las Cortes Generales previstas en los artículos 94.1, 145.2 y 158.2, se adoptarán por mayoría de cada una de las cámaras. En el primer caso, el procedimiento se iniciará por el Congreso y en las otras dos por el Senado. Si no hubiera acuerdo entre ambas cámaras se intentará obtener por una comisión mixta compuesta de igual número de diputados y senadores. Si no se aprueba el texto que presente, decidirá el Congreso por mayoría absoluta (art. 74).
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También pueden reunirse en sesiones extraordinarias a petición del Gobierno, de la Diputación Permanente o de la mayoría absoluta de los miembros de cualquiera de las cámaras; estas sesiones extraordinarias deberán convocarse sobre un orden del día determinado y serán clausuradas una vez que se haya agotado.
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Las cámaras funcionarán en pleno y por comisiones y podrán delegar en las comisiones legislativas permanentes la aprobación de proyectos o proposiciones de ley. El pleno, no obstante, podrá recabar en cualquier momento el debate y votación de cualquier proyecto o proposición de ley que haya sido objeto de esta delegación (art. 75). El Congreso y el Senado, y en su caso ambas cámaras conjuntamente, podrán nombrar comisiones de investigación sobre cualquier asunto de interés público. Sus conclusiones no serán vinculantes para los tribunales ni afectarán a las resoluciones judiciales, sin perjuicio de que el resultado de la investigación sea comunicado al Ministerio Fiscal para el ejercicio, cuando proceda, de las acciones oportunas. Será obligatorio comparecer a requerimiento de las cámaras (art. 70). En cada cámara habrá una Diputación Permanente compuesta por un mínimo de veintiún miembros que representará a los grupos parlamentarios en proporción a su importancia numérica. Estarán presididos por el presidente de la cámara respectiva y tendrá como funciones las que correspondan como funciones las que correspondan a las cámaras sobre aprobación o derogación de los decreto-leyes y de los estados de alarma, de excepción y de sitio, en caso de que las cámaras hubiesen sido disueltas o hubiese expirado su mandato, así como la de velar por los poderes de las cámaras cuando éstas no estén reunidas; expirado el mandato o habiéndose disuelto las cámaras las Diputaciones Permanentes seguirán ejerciendo sus funciones hasta la Constitución de las nuevas Cortes Generales.
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La Diputación Permanente dará cuenta de los asuntos tratados y de sus decisiones a la cámara correspondiente (art. 78).
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Para adoptar acuerdo las cámaras deben estar reunidas reglamentariamente y con asistencia de la mayoría de sus miembros. El voto de los diputados y senadores es personal e indelegables y los acuerdos, para ser válidos, deberán ser aprobados por la mayoría de los miembros presentes, si no requieren mayorías especiales. Las sesiones plenarias de las cámaras serán públicas de cada cámara adoptado por mayoría absoluta (art. 79 y 80).
1.4. La elaboración de las leyes Título III, Capítulo II El artículo 81 de la Constitución define las leyes orgánicas diciendo que son las relativas al desarrollo de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, las que aprueban los Estatutos de Autonomía y el régimen electoral general y las demás previstas en la Constitución. Estas leyes orgánicas requieren para su aprobación, modificación o derogación mayoría absoluta del Congreso, en una votación final sobre el conjunto del proyecto.
Su elaboración sigue el mismo procedimiento, en lo demás, que las leyes ordinarias (art. 81). La iniciativa legislativa corresponde al Gobierno, al Congreso y al Senado. Las asambleas de las Comunidades Autónomas podrán solicitar del Gobierno la adopción de un proyecto de ley o remitir a la Mesa del Congreso una proposición de ley, delegando ante dicha cámara un máximo de tres miembros de la asamblea encargados de la defensa. Las proposiciones de ley por iniciativa popular necesitan, como mínimo, 500.000 firmas acreditadas. No procederá esta iniciativa en materias propias de la orgánica, tributaria o de carácter internacional, ni en lo relativo a la prerrogativa de gracia (art. 87). Los proyectos de ley serán aprobados en Consejo de Ministros, que los someterá al Congreso, acompañados de una exposición de motivos y de los antecedentes necesarios para pronunciarse sobre ellos (art. 88). Las proposiciones de ley que tome en consideración el Senado se remitirán al Congreso para su trámite en éste como tal proposición (art. 89). Una vez aprobado un proyecto de ley orgánica u ordinaria por el Congreso de los Diputados, su presidente dará inmediata cuenta del mismo al presidente del Senado, el cual lo someterá a la deliberación de éste, y en el plazo de dos meses, a partir del día de la recepción del texto, puede, mediante mensaje motivado, oponer su veto o introducir enmienda al mismo. El veto deberá ser aprobado por mayoría absoluta. El Congreso, en caso de veto, deberá ratificar el texto inicial por mayoría absoluta, o por mayoría simple una vez transcurridos dos meses desde la interposición del mismo, o se pronuncie sobre las enmiendas, aceptándolas o no por mayoría simple, antes de ser sometido el proyecto de ley para su sanción en el plazo de quince días desde la aprobación de la ley por las Cortes Generales, y las promulgará y ordenará su inmediata publicación (art. 91). Las decisiones políticas de especial relevancia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos. El referéndum será convocado por el Rey, mediante propuesta del Presidente del Gobierno previamente autorizado por el Congreso de los diputados (art. 92).
Las disposiciones del Gobierno que contengan legislación delegada recibirán el título de decretos legislativos (art. 85). En caso de extraordinaria y urgente necesidad, el Gobierno podrá dictar disposiciones legislativas provisionales que tomarán la forma de decretos-leyes y que
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1.4.1. Legislación delegada
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no podrán afectar al ordenamiento de las instituciones básicas del Estado, a los derechos, deberes y libertades de los ciudadanos reguladas en el Título I, al régimen de las Comunidades Autónomas, ni al Derecho electoral general. Deberán ser inmediatamente sometidos a debate y votación de totalidad en el Congreso de los Diputados convocado al efecto en el plazo de los treinta días siguientes a su promulgación. En dicho plazo deberá pronunciarse el Congreso expresamente sobre su convalidación o derogación siguiendo un procedimiento especial y sumario (art. 86).
1.4.2. Los decretos legislativos Son la legislación propiamente delegada. Las Cortes Generales podrán delegar en el Gobierno la potestad de dictar normas con rango de ley sobre materias determinadas que no sean objeto de ley orgánica. La delegación legislativa deberá otorgarse mediante una ley de bases cuando su objeto sea la formación de textos articulados o por una ley ordinaria cuando se trate de refundir varios textos legales en uno sólo.
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La delegación legislativa habrá de otorgarse al Gobierno de forma expresa para materia concreta y con fijación del plazo de ejercicio.
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Las leyes de bases delimitarán con precisión el objeto y alcance de la delegación legislativa y los principios y criterios que han de seguir su ejercicio. Podrá, en su caso, presentarse una proposición de ley para la derogación total o parcial de la ley de delegación cuando una proposición de ley o una enmienda fuera contraria a una delegación legislativa en vigor (art. 82 y 84).
1.4.3. De los Tratados Internacionales Capítulo III Corresponde a las Cortes Generales o al Gobierno, según los casos, la garantía del cumplimiento de los tratados internacionales, que requerirán de la autorización de las Cortes Generales para que el Estado preste su consentimiento para obligarse por medio de tratados o convenios que sean de carácter político, militar, que afecten a la integridad territorial del Estado o a los derechos y libertades fundamentales; o que impliquen obligaciones financieras para la Hacienda Pública; o que supongan la derogación o modificación de alguna ley. Si el tratado internacional contuviera estipulaciones contrarias a la Constitución exigirá la previa revisión constitucional. Los tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno (art. 94 y 96).
1.5. El Tribunal Constitucional: composición y funciones Título IX
1.5.1. Composición y funciones El Título IX, que comprende, los artículos 159 a 165, regula la composición del Tribunal Constitucional en los siguientes términos: Se compone de 12 miembros nombrados por el Rey, de ellos, cuatro a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial. Deberán ser nombrados ante magistrados y fiscales, profesores de universidad, funcionarios públicos y abogados, todos ellos juristas de reconocida competencia con más de quince años de ejercicio profesional (art. 159). Los miembros del Tribunal Constitucional serán designados por un período de nueve años y se renovará por terceras partes cada tres. Serán independientes e inamovibles, en el ejercicio de su mandato (art. 159). El presidente del Tribunal Constitucional será nombrado entre sus miembros por el Rey, a propuesta del tribunal en pleno y por un período de tres años. El Tribunal Constitucional tiene competencia en todo el territorio español.
1.5.2. Competencias
El Gobierno podrá impugnar ante el Tribunal Constitucional las disposiciones y resoluciones adoptadas por los órganos de las Comunidades Autónomas. La impugnación provocará la suspensión de la disposición o resolución recurrida, pero el Tribunal, en su caso, deberá ratificarla o levantarla en un plazo no superior a cinco meses (art. 161). Cuando un órgano judicial considere, en algún proceso, que una norma con rango de ley, aplicable al caso, de cuya validez dependa el fallo pueda ser contraria a la
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El Tribunal Constitucional es competente para conocer: a) Del recurso de inconstitucionalidad contra leyes y disposiciones normativas con fuerza de ley. b) Del recurso de amparo por violación de los derechos fundamentales y de las libertades públicas. c) De los conflictos de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas o de las de éstas entre sí. d) De las demás materias que le atribuyan la Constitución o las leyes orgánicas.
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Constitución, planteará la cuestión ante el Tribunal Constitucional en los supuestos, en la forma y con los efectos que, establezca la ley, que en ningún caso serán suspensivos (art. 163). Están legitimados para interponer el recurso de inconstitucionalidad, el Presidente del Gobierno, el Defensor del Pueblo, 50 diputados, 50 senadores, los órganos colegiados ejecutivos de las Comunidades Autónomas y, en su caso, las asambleas de la misma.
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El recurso de amparo lo podrá interponer cualquier persona natural o jurídica que invoque un interés legítimo, así como el Defensor del Pueblo y el Ministerio Fiscal.
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