12 DIAS EN VENEZUELA Por: Jaime Ernesto Salas Bahamón [email protected] Beneficiario COLFUTURO 1998. MSc Enviromental Technology, University of London - Imperial College

Como muchas personas, por circunstancias de nuestra vida tuve la oportunidad de conocer primero Estados Unidos y varios países europeos, antes de visitar el primer país vecino de Colombia. De ahí surgió el interés de planear un viaje a Venezuela, el país con el que compartimos más de 2000 km de frontera, el primer socio comercial, un territorio con el que en tiempos de la independencia formábamos la Nueva Granada. Me interesé en visitar tres puntos: Primero Caracas y los museos donde había información del libertador Simón Bolívar con la expectativa de encontrar valiosa información, dadas las continuas citas y presunta cercanía del actual jefe de estado venezolano con su legado. El segundo lugar, Ciudad Guayana y la infraestructura de desarrollo de la minería de hierro dada la circunstancia de que Venezuela tiene más altos niveles de desarrollo que Colombia en la industria siderúrgica y en la explotación y procesamiento de mineral de hierro. De igual manera mi interés era conocer el segundo proyecto hidroeléctrico más grande del mundo, la central de Guri o Raul Leoni, sobre el rio Caroní, ubicado a poca distancia de Puerto Ordaz, ciudad que pertenece al estado de Bolívar. El tercer punto de interés fue el Parque Nacional Natural Canaima, donde se encuentra el Salto Ángel que es la cascada más alta del mundo y el paisaje natural autentico y único que representan los Tepuyes, las montañas que parecen mesas con paredes verticales de hasta 2000 m de altura, que tienen la particularidad de poseer flora y fauna única e independiente del resto del planeta. En Caracas tuve la impresión de una ciudad con poco dinamismo económico, pues difícilmente se observan torre grúas, que son un indicador de la actividad de construcción de oficinas, viviendas y establecimientos comerciales. Esto es un reflejo de la baja confianza económica que hay debido a que pocos empresarios se encuentran incurriendo en este tipo de proyectos por la incertidumbre política del gobierno actual y sus políticas públicas. De hecho conversando con caraqueños me indicaban que en el periodo del gobierno de Chávez es muy poco lo que ha cambiado la capital. Gran desilusión, pues me imagine que con los inmensos recursos económicos que devenga Venezuela por la exportación de más de dos millones de barriles al día de crudo, Caracas debía ser la Dubai de Suramérica, un emporio de desarrollo tecnológico, empresarial, un robusto mercado de valores, un centro de negocios regional. De igual manera observe problemas de movilidad graves, aun peores que los de Bogotá, en una ciudad con metro. El centro de la ciudad muy desorganizado y sucio, pues el actual gobierno haciendo eco a su populismo, ha permitido la invasión completa del espacio público de vendedores ambulantes. Y la mayor desilusión fue la visita de la Casa Natal del Libertador, una instalación muy sencilla sin información histórica, sin referencias ni textos sobre Simón Bolívar. En definitiva, encontré más información en Bogotá. Entonces se empieza a oler el tufo de populismo del gobierno actual venezolano, el uso indiscriminado del nombre del libertador ante los medios de comunicación mientras en casa el gobierno le presta poca atención a su legado. Luego de revisar en varias librerías de Caracas termine comprando la biografía del colombiano Indalecio Liévano sobre el libertador, y un escrito del expresidente Rafael Caldera sobre el mismo.

En Puerto Ordaz, que junto con la población de San Félix forman Ciudad Guayana, encontré mucho orden urbano y una ciudad con dinamismo económico, vías en buen estado, construcción de nuevos centros comerciales y diferentes edificaciones. Curiosamente, tanto los taxistas como los meseros de Caracas, Puerto Ordaz y San Félix se expresaron en términos de inconformismo por el régimen de Chávez. En general todos iniciaron apoyando el gobierno con entusiasmo durante los primeros años, pero se han dado cuenta que dicho régimen es una dictadura disfrazada de democracia, con un dictador disfrazado de presidente demócrata, el cual no acepta la oposición, y sus actitudes reflejan el deseo de perpetuarse en el poder de manera indefinida. Bueno, al menos en ese aspecto si se parece al del pensamiento bolivariano plasmado en la constitución de Bolivia, donde se proponía claramente un gobierno autoritario centralizado con un presidente con poder vitalicio y no falto más que digiera en dicha constitución que el presidente se llamaba Simón Bolívar. Tome un auto alquilado último modelo y viaje a Ciudad Piar a conocer las minas de hierro que controla la estatal CVG Ferrominera, filial de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), empresas que son controladas por militares sin preparación ni experiencia gerencial, al igual que PDVSA y la mayoría de las entidades estatales de Venezuela. A pesar de la amabilidad de los funcionarios, la verdad que para llevar medio siglo de operaciones, se pudo observar una utilización baja del potencial de producción de la mina, y unos estándares mineros distantes de BHP Billiton, Anglo American o la misma brasilera Companhia Vale del Rio Doce (CVRD). El ritmo de trabajo que se respiraba era de empresa estatal, algunos funcionarios antes de brindarme información técnica de la empresa me regalaron el libro rojo de la propuesta de reforma a la constitución del gobierno, no sin antes dejar en claro su inconformismo por verse obligados a votar la reforma, so pena de ser identificados por el régimen por no apoyar la ‘causa’ y sufrir represalias. Pues dijeron que Chávez controla con lista los funcionarios públicos que no votan por las propuestas de él, para tomar medidas sobre el personal posteriormente. El reflejo del autoritarismo, la antidemocracia que tiende a anular el derecho a pensar y expresarse libremente. Luego viaje a la central hidroeléctrica Raul Leoni, o presa Guri, que con una capacidad instalada de 10.000 MW, representa casi el 80% de la capacidad total de Colombia. De nuevo la atención fue muy grata del personal, con tratamiento como lo que somos, de países hermanos. En sus instalaciones la presencia de Chávez se reflejo en una placa cambiándole el nombre a la presa de Raul Leoni, a presa Simón Bolívar. Como el puente sobre el rio Orinoco a la altura de Puerto Ordaz, al que también le coloco el mismo nombre. Este proyecto hidroeléctrico es el segundo en generación a nivel mundial, luego de la central de Itaipu entre Brasil, Argentina y Paraguay. Esto sin tener en cuenta el proyecto de las Tres Gargantas en la China, que luego de 20 años de construcción no se ha culminado aun, y será el más grande del mundo. Es interesante el mapa eléctrico de Venezuela que presenta un rio, el Caroni, en el Estado de Bolivar, que desemboca en el Orinoco a la altura de Ciudad Guayana, de cuyo potencial se tienen las centrales de Guri, Caruachi, Macagua y Tocoma con capacidad instalada de 17.200 MW, 4.000 MW mas que la capacidad total instalada en Colombia. Esta enorme riqueza hidroeléctrica hace necesario la presencia de líneas de transmisión de hasta 800 Kv para llevar de la manera más eficiente posible la energía desde el sur-oriente hasta el nor-occidente del país. De esta manera Venezuela es uno de los cinco países del mundo con líneas de transmisión de dicha capacidad. En Colombia hay hasta 500 kV. De regreso a Ciudad Guayana me detuve en San Félix a disfrutar de los parques Cachamay y la Llovizna, donde se pueden observar monos de manera silvestre entre los arboles del mismo parque. Un gusto difícil de igualar y que refleja la cultura de respeto y la educación ambiental de

la población de Ciudad Guayana. Ojala en Colombia nos pudiéramos dar ese lujo de respetarle la vida silvestre a especies de este tipo, y pudiéramos tener una convivencia pacífica y en fraternidad con la flora y fauna de los parques públicos y el campo colombiano. Luego en visita al Parque Nacional Natural Canaima me encontré con varios pilotos Venezolanos que habían estudiado en Guaymaral, Bogotá, y son quienes hacen los vuelos de Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar hasta la población de Canaima. Centro visitado por turistas extranjeros en su mayoría, incluyendo las estrellas de Hollywood que han ido a disfrutar de la exuberante belleza del Auyantepui, que es el tepuy donde se encuentra el Salto Ángel, y su nombre significa “montaña del diablo” en el lenguaje Pemon, que es la etnia indígena nativa de dicha región. La seguridad y la atención es formidable y brindada por ciudadanos de origen Pemon que hablan francés, japonés, inglés, portugués y muchas otras lenguas. Fue impresionante el talento de los motoristas Pemones que en canoas con motor logran superar los rápidos del rio que lleva al campamento desde donde se puede caminar hacia el Salto del Ángel, pasando por rocas y piedras a 5 cm sin que toque el casco de la embarcación en ningún momento. Se constituye en un ejemplo de incorporación de la población nativa en la industria del ecoturismo. Otro modelo digno de imitar en los múltiples parque nacionales naturales de Colombia. Esperemos que los ciudadanos venezolanos puedan escoger mejores líderes, que lleven a desarrollar el inmenso potencial que siempre ha tenido nuestra hermana república de Venezuela, y dedicar las energías con Colombia a realizar proyectos de desarrollo común que integre a los países en todos los sectores económicos, a cambio de un populismo anacrónico y de insultos e improperios contra la democracia, la paz y el progreso.

Canaima

Canaima

Laguna Canaima

Canaima, cima Auyantepui. Río colores

Canaima, Salto Ángel

Canaima. Salto El Sapo

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