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Reinado de Felipe II Curso 2009/2010 Política interior de Felipe II Alteraciones en Aragón Levantamiento del reino de Aragón en defensa de sus fuer

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ISSN 0121-3709 V14N2/2010 Tarifa Postal Reducida No 2010-180-4-72 La Red Postal de Colombia, vence 31 de Dic. 2010 Revista Orinoquia ISSN - 0121 - 3

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Reinado de Felipe II Curso 2009/2010

Política interior de Felipe II Alteraciones en Aragón

Levantamiento del reino de Aragón en defensa de sus fueros, que se produjo en 1591 contra el rey Felipe II. La revuelta se originó el 24 de mayo de 1591, cuando el Rey mandó trasladar a Antonio Pérez (su antiguo secretario, acusado de asesinar en 1578 a Juan de Escobedo) de la cárcel de ‘manifestados’ del justicia mayor de Aragón (figura política que defendía los fueros del reino) a la de la Inquisición, único tribunal al que no afectaban los fueros aragoneses. El pueblo de Zaragoza rescató violentamente a Antonio Pérez, mientras sus partidarios pretendieron separar aquel territorio de la Monarquía Hispánica. En octubre, un ejército de 12.000 hombres al mando de Alonso de Vargas acudió a pacificar el reino, sin encontrar más resistencia que la de los zaragozanos. En represalia, el justicia mayor Juan de Lanuza fue ejecutado el 20 de noviembre, aunque el antiguo secretario Pérez había logrado refugiarse en Francia.

Sublevación de las Alpujarras

Alzamiento de la población morisca que tuvo lugar, entre 1568 y 1571, en el antiguo reino español de Granada (perteneciente a la Corona de Castilla). En 1567, el rey Felipe II aplicó un edicto para cristianizar a los hijos de los moriscos. La agitación consiguiente de éstos encontró un caudillo, don Fernando de Córdoba y Válor, de familia noble, el cual se refugió en Las Alpujarras (comarca de las provincias de Granada y de Almería) y se coronó rey con el nombre de Abén Humeya. Sucesivas expediciones para reducirle no dieron resultado, hasta que el Rey envió a don Juan de Austria, mientras los rebeldes recibían ayuda militar del Imperio otomano, deseoso de establecer una cabeza de puente en la península Ibérica. Pero estallaron disidencias internas: Abén Humeya fue acusado de traidor y ahorcado. Los partidarios del nuevo 'rey de los andaluces', Abén Aboo, sufrieron sucesivos descalabros hasta que éste fue también asesinado por sus propios seguidores. Finalmente, la rebelión fracasó y los moriscos granadinos fueron repartidos en grupos por la Corona de Castilla.

Política exterior de Felipe II Conflicto con Francia

Felipe II siguió la política de enfrentamiento con Francia que ya llevara su padre. En el año 1557 Francia invadió territorio italiano, contando con el apoyo del papado y de los turcos. El duque de Alba, al mando de las tropas españolas, invadió los Estados Pontificios, y el duque de Saboya penetró en territorio francés y atacó San Quintín, consiguiendo una destacada victoria sobre las tropas francesas. Por otro lado, los turcos atacaron la costa de Nápoles, Mallorca y Menorca, mientras que Francia

ocupó algunas plazas. Tras estos movimientos se produjo la batalla de Gravelinas y la victoria española. Este conflicto finalizó con la Paz de Cateau-Cambresis. Esta paz se firmó el 3 de abril de 1559 entre Enrique II de Francia y Felipe II. También participó Inglaterra, aliada en esos momentos de la monarquía española. Por esta paz, Francia devolvía a España la mayor parte de sus conquistas italianas, entre ellas el Piamonte y Saboya. Francia se quedó con el puerto de Calais y el obispado de Toul, contra las pretensiones de Inglaterra, Verdún y Metz. El tratado reafirmó el control español sobre la mayor parte de la península italiana, así como una clara hegemonía española en Europa.

Conflicto con los turcos

Además del peligro francés se mantenía la amenaza turca en el Mediterráneo. En el año 1556 los turcos arrebataron Trípoli a los caballeros Hospitalarios, asegurando la supremacía mahometana en el Mediterráneo. En el verano de 1558 se organizó una expedición para la reconquista de Trípoli que terminó en un completo desastre. Años después, en 1563, Orán es salvada de un ataque musulmán, en 1564 se produjo una revolución en Córcega, en contra de Génova, apoyada por los turcos y franceses; y en mayo de 1565 una gran escuadra turca atacó Malta, que resistió el asedio durante cuatro meses, replegándose las fuerzas turcas ante la llegada de la flota española al mando de García de Toledo. Ante el creciente peligro de un ataque turco desde el mar, Felipe, en enero de 1567, emitió una pragmática, por la que se ordenaba a los moriscos que usaran solamente el idioma español y prohibiendo todos sus usos y costumbres de origen arábigo. La resistencia morisca estalló en la rebelión de diciembre de 1568 bajo el mando de Aben Humeya. La zona levantisca fue la región de Granada, y especialmente la franja de tierra situada entre Sierra Nevada y el Mediterráneo. Contaron con la ayuda de Uluch Ali, gobernador turco de Argel. A fines de 1570 se pudo sofocar la rebelión. A partir de entonces la asistencia a las escuelas parroquiales se hizo obligatoria. En el verano de 1570 el sultán Selim II conquistó Chipre. Los venecianos que no consiguieron defender la isla, se mostraron dispuestos a entrar en una Liga cuya creación fue propuesta por el papa Pío V. La escuadra de la Liga, formada por barcos españoles, genoveses, papales y venecianos, bajo el mando de Juan de Austria, aniquiló a la flota turca cerca de Lepanto, frente a la costa oriental de Grecia (7 de octubre de 1571). Fueron destruidos unos 200 barcos turcos, muertos unos 30.000 hombres, 3.000 prisioneros y 10.000 cristianos esclavos de las galeras turcas obtuvieron su liberación. Chipre no pudo volver a ser liberada. En 1573 Venecia abandonó la Liga y firmó la paz por separado con los turcos. Esta victoria cristiana marcó el fin de la supremacía turca en el mar. En los veinte años siguientes se mantuvo el statu quo relativamente pacífico.

Conflicto con los Países Bajos

El problema central de la política exterior de Felipe II lo constituyó el conflicto de los Países Bajos. El conflicto se desarrolla ante el espíritu independentista de estos territorios, las ambiciones de la nobleza, encabezada por el príncipe de Orange, y el problema religioso de la Reforma, los holandeses buscaban una reforma del episcopado y suavizar la persecución contra los herejes calvinistas. En el año 1556 la alta nobleza holandesa dimitió de sus cargos y la baja nobleza exigió la libertad religiosa y la eliminación de la Inquisición de los Países Bajos, instaurada en el año 1522. en este mismo año Felipe II realizó concesiones en materia religiosa, pero entonces los calvinistas, en agosto de 1556 destruyeron cientos de iglesias y monasterios, y miles de tesoros. Así, a finales de verano Felipe opinaba que habría de mandar tropas a los Países Bajos para controlar la situación.

A comienzos de 1567 Felipe decidió nombrar al duque de Alba comandante de una fuerza expedicionaria que sería enviada a los Países Bajos. La primera medida adoptada por Alba fue la creación del Tribunal de los Tumultos o de la Sangre, que sirvió para ejecutar a algunos de los cabecillas del levantamiento.

En el año 1572 Alba propuso crear un nuevo impuesto - con lo que se recrudecieron las protestas y la oposición al gobierno español. En abril de ese mismo año una pequeña flota bajo la bandera de Guillermo de Orange ocupó los puertos de Brill y Flushing, y a consecuencia de ello los calvinistas lograron ocupar toda la región del NO de los Países Bajos.

Alba no pudo frenar a los rebeldes y Felipe decidió enviar a los Países Bajos a Luis de Requeséns (1573) que defendía la aplicación de una política moderada.

Requeséns fracasó con su política y tras su muerte, en el año 1576, Felipe envía a Juan de Austria. En el año 1575 las tropas españolas se amotinaron ante la falta de dinero para cobrar sus soldadas, y en el año 1576 saquearon la ciudad de Amberes (8.000 muertos). Será ahora cuando las diecisiete provincias, reunidas en la ciudad de Gante, decidan su propio destino. Las provincias negociaron una paz generalPacificación de Gante- y exigieron a Felipe aceptar la situación religiosa y retirar las tropas españolas. Don Juan aceptó y promulgó el Edicto Perpetuo, retirando las tropas. Los calvinistas no respetaron la tregua y don Juan llamó al ejército, derrotando a las fuerzas de los Países Bajos en Glemboux (1578).

Al poco tiempo murió don Juan, siendo sustituido por Alejandro Farnesio, príncipe de Parma. A partir de 1579 mejoraron las cosas, pues Farnesio, mediante la Liga de Arras, logró que las provincias católicas del sur establecieran una alianza firme con España. En el mes de junio capturó la ciudad de Maastricht. Por el contrario, las provincias del norte formaron la Unión de Utrecht con Orange a la cabeza. En 1581 denunciaron la soberanía de Felipe II y eligieron como gobernante al duque de Anjou. En 1580, tras la anexión de Portugal y la renuncia turca a la expansión hacia el oeste, Felipe se marcó un nuevo objetivo: convertir a España en una Potencia Atlántica. La razón de este objetivo era triple: proteger las rutas de los metales preciosos de los piratas, frenar las ambiciones inglesas y reducir a la obediencia a los rebeldes holandeses. En 1584 Orange fue asesinado y un año después Felipe recupera Bruselas y Amberes. Ese mismo año España se apoderó de todos los navíos ingleses atracados en puertos españoles en represalia por los actos de piratería ingleses. Ante este panorama, Inglaterra pasa a la ofensiva y envía 6.000 hombres en ayuda de los holandeses, además de atacar Vigo. Tras estos actos bélicos se planteó la invasión de Inglaterra, que dependía de varios factores: la logística, la capacidad de Farnesio en los Países Bajos para aportar un puerto para buques de altura en el que las galeras pudieran embarcar al ejército de Flandes y los suministros- nunca llegó a realizarse- y la inmovilización de Francia para no intervenir en los Países Bajos mientras las tropas estuvieran en Inglaterra. Para la invasión de Inglaterra se formó la llamada Armada Invencible, armada que fue derrotada a causa de factores meteorológicos y militares, fue superada en naves y artillería. Los barcos que pudieron huir lo hicieron por el mar del Norte, volviendo a España circundando Escocia e Irlanda. Murieron unos 15.000 hombres. Los intentos por invadir Inglaterra no terminaron ahí, pues en 1596 se envió una flota contra Irlanda y en 1597 contra Inglaterra, aunque ambas fracasaron. Tras el fracaso en Inglaterra, en 1589 en Francia aparece como heredero al trono galo Enrique de Navarra, un protestante, por lo que Felipe decide invadir Francia. Farnesio invade Francia en 1590 y levanta un cerco sobre la ciudad de París, a la vez que penetra en Bretaña y Languedoc. Los gastos militares eran enormes y los holandeses consiguen tener un nuevo y enérgico jefe: Mauricio de Nassau, que en el año 1591 tomó varias ciudades importantes. En el año 1593 Enrique de Navarra se convierte al catolicismo, en el año 1595 declara la guerra a España y en 1596 se alía con Inglaterra y los holandeses. La campaña de los Países Bajos- desde 1596 el gobernador es el cardenalarchiduque Alberto de Austria- se había quedado estancada, y en el año 1598 el Tratado de Vervins pone fin a la guerra entre España y Francia. El tratado de Vervins fue firmado el 2 de mayo de 1598 entre Felipe II y el monarca francés Enrique IV y puso fin a la intervención española en las guerras de Religión de Francia. Asentado sobre las bases de la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), restituyó a cada uno de los contendientes

los territorios conquistados en la contienda: a Francia, Calais y las plazas ocupadas en Picardía y Bretaña, y a España, el Charlerois. Felipe II renunció explícitamente a la candidatura de su hija Isabel Clara Eugenia al trono francés, y reconoció como rey de Francia al ya católico Enrique IV. España, aunque no logró que el monarca francés dejara de ayudar a los sublevados de los Países Bajos, se vio libre de uno de sus frentes bélicos, y Francia, concluidas sus últimas crisis internas, mantuvo su unidad e independencia.

Finalmente, ante esta compleja situación se decidió poner en efecto el plan de dar a los Países Bajos la autonomía bajo el gobierno de Alberto de Austria, esposo de Isabel clara Eugenia, hija de Felipe II.

Guerra de los Países Bajos

Conflictos durante el reinado de Felipe II

Genealogía de Felipe II

María Manuela de Portugal 1527-1545 Princesa de España 1543-1545

Carlos de Austria 1545-1568

María I Tudor 1516-1558 Reina de Inglaterra 1553-1558 Casada en 1554

Isabel de Valois 1546-1568 Reina de España 1559-1568

Isabel Clara Eugenia 1566-1633 Infanta de España y gobernadora de los Países Bajos 1598-1633

Ana de Austria 1549-1580 Reina de España 1570-1580

Felipe III 1578-1621 Rey de España 1598-1621

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