2010 Novalis, entre dos siglos

EL MUNDO sábado 17/04/2010 Novalis, entre dos siglos Álvaro Valverde Con un París en fervor industrioso de guillotinas, la colmena de principados que

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EL MUNDO sábado 17/04/2010 Novalis, entre dos siglos Álvaro Valverde Con un París en fervor industrioso de guillotinas, la colmena de principados que ahora es Alemania alumbró a una serie de videntes institucionales, vástagos de la Ilustración del XVIII, y padres del Romanticismo decimonónico, en gestación. La dirección espiritual de estos afluentes se puede atribuir a Goethe, a Schiller, a Fichte, personajes que ya aparecieron en el último libro de Rüdiger Safranski. Entre los más jóvenes de esta bisagra de siglos está Novalis (1772-1801), que fue un adonis tuberculoso a perpetuidad, ya eterno. Antonio Pau, que ha escrito biografías de Hölderlin y Rilke, ofrece ahora, de nuevo en la inestimable editorial Trotta, 'Novalis. La nostalgia de lo invisible'. "Buscamos por todas partes lo absoluto, y siempre encontramos cosas", escribió el nostálgico. Pau, por su parte, comienza con una puntualización casi burlona: "La admiración a Novalis ha ido por delante, en España, de su conocimiento". Juan Ramón y Aleixandre lo citaban antes de que entraran ediciones en el país. En todo caso, Novalis fue un apodo de los dos últimos años de vida de Friedrich von Hardenberg, uno de los once hijos de un barón de Sajonia. Dos novias, dos novelas inacabadas, aforismos, un puñado de poemas, un solo retrato al óleo. Nació en un convento dominico reformado para castillo familiar en el siglo XVII, que en el dintel frontal, sobre la puerta, mostraba el escudo familiar con la efigie de un jabalí y un trébol.Con 9 años ya padeció disentería. Pau asegura que desde joven tuvo una especie de premonición de mortandad, pero el caso es que se le hizo tarde para terminar su obra maestra, 'Enrique de Ofterdingen' se quedó a medio hacer: "Se acerca la locura/ y nada la contiene./ El pulso de la vida/ y los sentidos cesan". Bebió cerveza en los mesones universitarios de Leipzig y fue funcionario de minas. En Jena acompañó junto a la cama, al maestro Schiller en sus horas de enfermedad. Se empapó del idealismo pujante de Fichte. En todo caso, las 200 páginas de Pau no registran ningún acontecimiento verdaderamente excepcional. Fue íntimo de Schlegel y de Tieck, trató a Schelling. una tarde coincidió con Hölderlin. Son dos poetas de "la noche sagrada", pero Hölderlin era el elegiaco pagano, y su vuelta a los dioses míticos no era una simple simbología artística, a la manera de Goethe, o del Schiller de 'Los dioses de Grecia'. En cambio, Novalis, el noble que se dignó a trabajar, algo tuvo de paladín cristiano. En 'La cristiandad o Europa' ensaya una paz perpetua teológica mirando a tiempos previos a la Reforma: "Hay que volver a la antigua fe católica". Aunque sus 15 'Cánticos espirituales' (si bien, con muchas referencias a la Virgen María) forman parte del cancionero litúrgico del protestantismo. Decía el romántico (perdón, pre-romántico) que el poeta es un sacerdote. Schubert musicó varios de estos 'Cánticos...' Sus dos títulos capitales, los 'Himnos a la noche' y 'Enrique de Ofterdingen', ambas compuestos entre 1798 y 1800, versan sobre la poética de alcanzar la plenitud del yo. Las

dos obras están marcadas por la muerte de su joven primera novia, Sophie von Kühn. "Y todo lo que me hizo feliz aquí en la tierra/ huyó,/ y también mi tristeza". El protagonista de 'Enrique...' termina la primera parte junto al sepulcro de su amada. Es un relato de formación de un joven, pero sin dramatismo, prosa poética. Acuciado por un sueño de una flor azul (símbolo de la Poesía), el protagonista, Enrique, indaga sobre la raíz última del arte, que desvela las armonías del yo con la Naturaleza. Su formación geológica le pudo brindar esta audacia: "¿Serán los cuerpos del sistema solar fosilizaciones… acaso de ángeles?"

Georg  Trakl  y  la  flor  azul   Georg Trakl (otro precoz cadáver, del siguiente siglo) tiene un poema póstumo dedicado a Novalis que dice así (en versión de Jenaro Talens): "Flor azul/ su canto vive aún en la casa nocturna del dolor". Los 6 'Himnos a la noche' son la transfiguración de un espíritu hacia un más allá de esa "casa nocturna". En 'Archipiélago', de Hölderlin, se concluye: "Entonces te pido que me dejes recordar el silencio en tus profundidades". Aquí, en los 'Himnos...' de nuevo, la inmersión: "Un sueño rompe nuestras ataduras/ y en el seno del Padre nos sumerge". Un romanticismo en marcha, esplendentes círculos de personalidades que pasean por los caminos, lecturas de Píndaro y Bürger en el pabellón acristalado de una mansión de Weissenfels, la enfermedad, lacerante, el trasfondo de una adolescente enterrada. Por estas estampas discurre el corazón cultural del espíritu de la futura Alemania. Así nos articula y demarca Pau al joven que habitó muriendo tras el apodo olímpico de Novalis.

LA MIRADA ACTUAL 10 de febrero de 2010 Novalis. La nostalgia de lo invisible Antonio Pau Editorial Trotta Madrid, 2010 (261 pags) Julia Sáez-Angulo Novalis es un poeta grande del Romanticismo. Un poeta de poetas por lo profundo de su magisterio. Antonio Pau, experto en poesía alemana, ha escrito el libro “Novalis. La nostalgia de lo invisible”, editado por Trotta en el que da cuenta de la vida y obra, tan imbricadas, del escritor germánico. Antonio Pau recuerda en su “Nota Preliminar” que Juan Ramón Jiménez eligió una cita de Novalis (1772 – 1801) al abrir su libro “Platero y yo”: “Donde quiera que haya niños, existe una Edad de Oro”.

“Novalis llegó a España a través de Maeterlinck. Maurice Maeterlinck desveló a Novalis a varias generaciones de franceses, y también –en menor medida- de españoles. Maeterlinck tradujo a Novalis en 1892. Poco después estuvo en Madrid y le recibieron los escritores del noventa y ocho”. “Novalis fue un hombre bueno, de una bondad infantil y madura a la vez. Friedrich Schlegel le escribía en una carta a su hermano August: “Novalis cree que no existe el mal en el mundo”, señala Pau. “La vida y la obra de Novalis están impregnadas de esa mirada de bondad –recia y enteriza, no blanda ni lacrimosa- con que Novalis lo contemplaba todo. Se suele asimilar lo romántico a una candidez pueril, a una ensoñación vaporosa y vaga. Y Novalis era riguroso y preciso. Por eso escribió: “La exactitud científica es lo absolutamente poético”. “Novalis. La nostalgia de lo invisible” es un libro que va siguiendo el pulso de la vida del poeta al ritmo de su composición poética. La vida del poeta se truncó muy pronto, lo que terminó con una obra hermosa que podría haber continuado y enriquecido. Una obra muy filosófica, de ahí el aprecio de la misma ha despertado en diferentes generaciones de vates. Romanticismo cristalizado en Novalis El romanticismo alemán está cristalizado en Novalis y así lo declaró Georg Lukács cuando dijo “Novalis es el último poeta auténtico de la escuela romántica. Sólo en él se transformó el alma entera del Romanticismo en poema. La vida y la obra de Novalis –es inútil tratar de huir del lugar común- forman una unidad inescindible, y como tal unidad es un símbolo del Romanticismo en su plenitud” El libro, de pastas duras, va ilustrado con fotografías de época, algo que enriquece notablemente el volumen y la comprensión del mismo. El autor, Antonio Pau, miembro del Instituto de España y premio de Ensayo y Humanidades Ortega y Gasset 1998 tiene en su haber más de cuarenta libros.

LA PORTA CLÁSICA 3.0 Novalis. La nostalgia de lo invisible Jacobo Zabalo 22-02-2010 de Antonio Pau Ed.Trotta, 2010

Friedrich con Hardenberg, más conocido como Novalis, es una figura fundamental para la comprensión profunda del movimiento que vino a llamarse Romanticismo. Los frutos de este movimiento en el campo del arte, la literatura o la composición musical deben entenderse a la luz de la espiritualidad que se encuentra ya en el poetizar de Novalis, aguas subterráneas cuyo

calado proporciona una buena medida de las aspiraciones de los creadores coetáneos. "La poesía es lo absolutamente real. Cuanto más poético, más verdadero", escribió el poeta. La verdad es entonces entendida como experiencia estética, experiencia íntima que abre la dimensión de lo absoluto. A través de la presente publicación, que cuenta con un subtítulo tan evocador como Nostalgia de lo invisible, Antonio Pau acerca al lector al contexto filosófico y espiritual de la época, relatando por ejemplo los encuentros mantenidos por Novalis con Fichte o el también poeta Hölderlin. El nuevo poder del yo, convertido por los idealistas en fundamento de lo real, hace que el sentir propio, el sentimiento, ocupe un lugar de privilegio, aunando -según se ha dicho, a raíz de la cita- percepción estética y existencia espiritual. La dimensión de lo invisible queda a disposición de una modalidad de percepción otra, una percepción interna que no es enteramente racional, pues incluye también la faz oscura del vivir. Poco antes de fallecer, con tan sólo 29 años, Novalis dejó escrito en sus Himnos de la noche: "lo que antes nos sumía en la tristeza / arrastra de nosotros con un dulce anhelo / En la muerte se anunció la vida eterna, / tú eres la muerte y sólo tú nos salvas". La vivencia estética del misterio, la paz espiritual más allá de la muerte se encuentra presente en la obra de Novalis como una reverberación literaria de cuando aconteció en su vida. El fallecimiento de su amada fue una indicación para realizar esa dimensión interna, que habría de conducirle a una situación semejante (sufrir y morir por causa de la misma enfermedad). Antonio Pau describe con gran sensibilidad sus últimos momentos: "cuando se despertó dijo algunas frases inconexas. Luego pidió a su hermano Carl que tocara el piano. Junto a su cabecera estaba Schlegel. El enfermo se quedó dormido, al poco rato, con gran serenidad. Y sin hacer el más mínimo movimiento y sin que se alterara la expresión de su rostro, murió". Puede, en efecto, tratarse de una recreación romántica del mito, pero ¿acaso hay algo más romántico? La autenticidad de la vivencia literaria, como la pregnancia de la poesía, anula las barreras entre realidad y ficción. Queda la participación espiritual del misterio del existir, en que se penetra a oscuras y con esperanza para que la experiencia fructifique

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