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4. M O T I V O S D E LA TEBAIDA E N LA ILÍADA
4.1. P L A N T E A M I E N T O
Sobre la base de lo concluido en la sección anterior (§ 3) v o y a tratar en ésta de verificar si la litada ha podido extraer de la Tebaida algunos motivos narrativos para insertarlos después en su propio contexto. El rastreo de estos "motivos recibidos" posee una importancia básica dentro del neoanálisis (cf. § 1.1). Es terminológicamente importante recordar (cf. ibidem) que el concepto de motivo empleado p o r los neoanalíticos n o coincide con el de los oralistas*'; o mejor dicho, los motivos (situaciones narrativas) que interesan al neoanálisis n o son los de carácter genérico, extraídos de u n repertorio común de escenas típicas, sino aquéllos que poseen una configuración más particular, que p o r tanto debieron de ser tomados de una obra concreta y n o de un acervo general'^. Cuando u n motivo de esta índole se encuentra en dos composiciones diferentes, la cuestión que se plantea el neoanálisis es la de en cuál de las dos obras es original el motivo y en cuál derivado. Para resolver este tipo de preguntas el neoanálisis trata de confrontar los contextos en que, dentro de u n o y otro poema, aparece el motivo examinado. En principio puede decirse que el motivo será original en el caso en el que se inserte mejor en su contexto. Esta afirmación, que guarda relación directa con el concepto de motivo semirrígido que se propuso en § 1.1, puede ejemplificarse en el caso siguiente'': En la Ilíada, en 2 35 ss., se refiere el duelo de Tetis y las Nereidas p o r los infortunios de Aquiles, a quien han oído lamentarse. D e otra parte, sabemos que en la Etiópida (cf. Proclo 20) también se narraba u n lamento similar, pero motivado por la muerte de Aquiles. Quienes creen que las épicas cíclicas han sido compuestas para complementar la Ilíada (cf. n. 73) verán en este ejemplo u n préstamo de material homérico p o r parte de la Etiópida. Los neoanalíticos, inversamente, recordarán que el llanto de Tetis n o se halla suficientemente motivado en S, dado que en este caso el canto fúnebre se inicia sin
" Sobre el concepto de motivo en los oralistas, cL la referencia clásica de
L O R D (1960,
68-98).
9° CL KULLMANN (1981, 16-17; 1984, 309, 316; 1991, 426). Que los motivos específicos
con que trabaja el neoanálisis sean esencialmente distintos de los motivos típicos del oralismo aparece discutido en F E N K (1968, 2 3 5 ss.). ' 1 CL KULLMANN (1960, 36-37, 331-332). Pero el ejemplo que voy a proponer no es original de KULLMANN, sino que procede de la obra de SCHADEWALDT (1959^, 166).
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LA TEBAIDA
HOMÉRICA COMO FUENTE DE
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ODISEA
que las Nereidas conozcan siquiera la causa de la aflicción de Aquiles (la muerte de Patroclo); de hecho, detrás de este treno de 2 se presiente un lamento anticipado por la caída de Aquiles. Por tanto, el neoanalítico entenderá que la escena de Etiópida (en tanto que más motivada lógicamente, y mejor adecuada a su situación) representa lo primario frente a la litada, donde la transformación del lamento por un muerto en el lamento por la aflicción de un vivo provoca dificultades. La confrontación de los motivos empleados en la Ilíada y la épica cíclica prehomérica (ciclo troyano) ha permitido al neoanálisis establecer una tipología de la adopción de motivos, tipología que en síntesis se deja concretar en una serie de puntos-clave: 1. El hecho de que un motivo no esté desarrollado con todas sus consecuencias es indicio de reelaboración de un pasaje primario (cf. KULLMANN 1960, 32). 2. La asunción de motivos del Ciclo por parte de la Ilíada suele comportar una psicologización de lo que en las épicas cíclicas era puramente factual (cf. KULLMANN 1981, 26; 1991, 434). 3. En el paso del Ciclo a H o m e r o , lo trágico (primario) suele convertirse en no trágico (secundario; cf. KULLMANN 1981, 19 y 20). 4. Por otra parte, la reelaboración de motivos posee un carácter diferente dependiendo de que el motivo se aplique o no al mismo personaje que en las fuentes. Cuando el personaje es distinto, se produce una generalización del motivo. De no ser así tiene lugar una variación cualitativa del motivo, que puede concretarse en una atenuación del mismo, o bien (cf. número anterior) en una transformación de lo trágico en no trágico (cf. KULLMANN 1981, 24 ss.). En relación con este último punto debe señalarse que, de entrada, cualquier reelaboración de motivos de la Tebaida en la Ilíada debería suponer una generalización de los mismos, puesto que los personajes del poema tebano no son los del troyano. Ahora bien, en la epopeya de H o m e r o intervienen los hijos de varios de los caudillos que combatieron en la Tebaida. Por ello, cabe preguntarse si la Ilíada, una vez aceptado que parece conocer la Tebaida, no ha podido transferir motivos de este poema a aquellos hijos de sus personajes que aparecen en la lucha contra Troya (Diomedes, Esténelo, Enríalo). C o m o veremos más adelante (§ 4.5) esta cuestión resulta especialmente interesante en lo que a Tideo y Diomedes se refiere'^. Hasta la fecha no se han examinado con todas sus consecuencias las posibilidades reales de que la Tebaida haya sido fuente de la Ilíada, y ello a pesar de que bastantes homeristas han aceptado que la epopeya tebana era anterior a la
Sobre la forma en que el poeta aprovecha los paralelos y antítesis entre padres e hijos, cf. KULLMANN (1960, 277); con referencia directa a la saga tebana, cf. KULLMANN (1991, 427).
MOTIVOS DE LA
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EN LA ILÍADA
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troyana, la cual debía de presuponer, en su opinión, a aquélla'^. Sí es verdad que en REINHARDT y KULLMANN se encuentran afirmaciones aisladas que guardan relación con este problema. En lo que se refiere al primero de ellos puede ser conveniente repasar las páginas 1 9 0 a 2 0 6 (y 2 6 7 - 2 7 7 ) de Die Ilias und ihr Dichter (REINHARDT 1 9 6 1 ) , donde se defiende la hipótesis de que el motivo del m u r o contruido en torno al campamento aqueo está tomado de la saga tebana (de la Tebaida y, quizás, de los Epígonos; cf. pp. 2 0 5 - 2 0 6 ) . Según REINHARDT, lo que habría movido al poeta a introducir este motivo sería el deseo de recrear en su poema la lucha en torno a un muro; ahora bien, este deseo provocó en la composición de la Ilíada algunas dificultades, no resueltas del todo satisfactoriamente, que permiten reconocer el carácter secundario de esa construcción dentro del poema homérico'*. La tesis de REINHARDT ha sido asumida en distintos trabajos por KULLMANN'5 quien ha defendido últimamente ( 1 9 9 1 , 4 2 6 - 4 2 7 ) que, en relación con el muro, también el motivo de la TeixooKoiTÍa de V fue tomado de la Tebaida, pues este episodio parece inmotivado en el décimo año de la guerra troyana, pero no así en el caso de la expedición contra Tebas. En las obras de REINHARDT pueden encontrarse además otras alusiones dispersas que atañen en mayor o menor medida al problema que nos ocupa'^. Ya ha habido antes (cf. § 1.1) ocasión de referirse a las dificultades que entraña una investigación como la que abordamos ahora. En las páginas siguientes (§§ 4 . 2 a 4 . 6 ) confrontaré una serie de escenas o motivos presentes en la Tebaida con lo que en mi opinión podría ser su reflejo en la Ilíada. La serie de motivos procedentes de la Tebaida habría podido ser más extensa e incluir otros de carácter
" Sirvan de ejemplo los siguientes autores y trabajos: WELCKER (1865-822, n 322); FRIEDLANDER (1914, 318); WILAMOWITZ (1920^, 339); SEVERYNS (1948, 68 ss.); V O N DER
MÜHLL (1952, 97, n. 27). Entre los trabajos más recientes cL BURKERT (1981, 31; 1984, 100); HÖLSCHER (1988, 166-167); DAVIES (1989a, 23-24). Recuérdese que, tradicionalmente, la presencia del muro (Y la zanja) en la Ilíada ha provocado muchas complicaciones a los homeristas, quienes han tratado de explicar ese elemento de diversos modos; cL REINHARDT (1961, 190-206, con observaciones bibliográficas). Una postura diversa en relación con el problema del muro la defendió, a principios de los ochenta, VAN THIEL (1982), quien supone, con un planteamiento analítico, que la Ilíada que nosotros conservamos reelabora, entre otros poemas, un poema sobre la lucha en torno al muro, el cual ha dejado su huella en los libros M a O: en opinión de VAN THIEL (1982, 15-32) estos textos previos a nuestra Ilíada existían en la forma de composiciones orales, meditadas Y memorizadas. Sobre el muro aqueo cL también TSAGARAKIS (1969); WEST (1969); SCODEL (1982); SINGOR (1992). '5 CL KULLMANN (1965, 23-24; 1981,12-13 Y n.25). ' 6 CL REINHARDT (1961, 249-250); en estas páginas se especula con la posibilidad de que la Tebaida (una presimta escena del poema en la que Tideo Y Pohñices llegaban cubiertos con las pieles de un jabalí Y un león al palacio de Adrasto: cf. Estacio, Tebaida I 483 ss.; Higino 69.4; Escol. A a //., A 376; Escol. a Eur., Fenicias 421) HAYA servido de modelo para la Bolonia, donde Agamenón, Menelao, Diomedes Y Dolón aparecen también revestidos con pieles de animales.
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más conjetural; sin embargo he preferido obviar estos motivos conjeturales puesto que no aportaban nada esencial para la argumentación. Reconozco, por otro lado, que los motivos examinados entre §§ 4 . 2 y 4 . 6 poseen una fuerza probatoria m u y diferente; el orden en que presento estos motivos no depende del grado de verosimilitud que me merecen sino de su presumible orden de aparición en la Tebaida.
4.2.
L A DISPUTA C O M O D E T O N A N T E DEL C O N F U C T O
El detonante de la guerra de Tebas es una disputa entre Eteocles y Polinices, a la cual aluden los versos 9 - 1 0 del segundo fragmento del poema {(hg ov di CJÌLXÓTTITL / SáooaLvr', áp.