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6 Señora ama de casa: Si Vd. quiere economizar Acuda siempre a comprar
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1-\ Supermercados Supermercado. RICASA quiere decir CALIDAD
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GARANTIA ....• •. ECONOMIA
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Arrabal del Carmen, 22 San Juan Bosco, 6
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VIL LAR R E A L 9
Arrabal Son Pascual, 57
SAN
PASCUAL
Adm iniv rac i ón y Direcci ón : Ar ra ba l Sa n Pa scual, 70- Telé fono 320 YILLARREAL (Castell ón)
P recio suscrip ción : Al año 60 ptas. - Al mes 6 ptas. E. 14 publlCAcló D ~ . a beDellclo de
¡". obras del Temp lo Voll yo I!uea rl. llco IDtern T1pogrsn. UIlI.rro.'.n ...·m lr. II••
elo Dal de SaD Pucual aalló• .
BOLETIN INFORMATIVO DE LAS OBRAS DEL DE P OS IT O LEGAL CS .
138 1961
AÑO XVI
TE~IPLO
(C ON LICENCIA ECLESIASTlCA )
FEBRER01965
N.o 163
EDITORIAL Un Ce ntenario de hondo significad o religioso abre sus puertas a la devoción de los num erosos devotos de San Pascual Baulán y de las generaciones todas de hoy para hac er present e, como una vive ncia perman ente, la memoria de una escena protagoni zada hace 400 años en la ciudad de Monforte del Cid por un iooen sencillo, en la florida primavera de su vida, pero todo él ansioso de vivir el amor di vino y qu e en el correr del tiempo sería el "L oco de la Eucaristía" y refulgent e lucero de santidad que iluminaría las generaciones venideras, era Pascual Baylón . El humilde pastorcito tleia en la maiada el rebaño qu e pastoreaba y él se consagra por entero a Dios, cubierto su débil cuerpo con el burdo sayal de Francisco de Asís, a qui en oyera y viera en su compañía por los campos de Almansa, y asi entregarse todo él al servicio santo de Aquel qu e se le había dado todo. Cent enario que viene a dar un aldabonazo al corazón del hombre de hoy qu e vive acuciado por las ansias de hender los espaci os y llegar a [(1 111 na, cual si le faltara espacio para vivir en este mundo, pero [(1 idea de conseguir la [elicidad. de 1Ina vida material le domina y arroba los sentid os y el corazón. Desandando el camino de los siglos, 1I0S si'uaremos en aquel 2 de febrero de 1565, día trascendental en la vida de nuestro Santo de la Eucari stía y seremos espe ctador es de la escena vivient e en qu e un iooen en la flor de su vida, postrado ante el Altar de Dios y en las mallos del Cuartli án del Con vento de Monjort e del Cid , pronuncia can ardiente fervor la Profesión religiosa COlI la qu e se consagra por entero a Dios, eligiendo desde aqu el mom ento vivir sólo para El, llenando así las aspiracion es tanto tiempo acariciadas, vestir el saqal de Francisco de Asís y despoiado de todo lo terreno, abrazarse a Cristo pobre en la Cruz. Ahora sí halló la felicidad que buscaba SIl corazó n por el mundo y correr el camino qu e le lleoará a Dios y conseguir la santidad, renovando allí las
ansi edades d e su alma, ser a su paso por la tierra "lámp ara ardiente día y noch e d e la E ucarist ía y allí consum ir, cual cirio, su vida toda cantarillo las glorias de l Sacram ent o del A m or d e 1111 Dios a los hombres", Q lIizás a prime ra vista parezca una cosa insignificante el recu erdo d e ese cu arto ce nte na rio d e la Prof esión religiosa, de Pasc ual Baylón e n la Orden Fran ciscan a, pero es necesario en estos tiempos de conq uistas espaciales que ab sorb en al hombre d e hoy, desempol car fecha s m em orables com o la d e la Profesión religiosa de Pascual Baylón , para patentizaría a las ge neraci ones pr esentes, sob re todo de la iu oen tud. d e hoy, qu e insensibiem ente se can poco a poco mat erializando y sólo ansían apu rar la copa d e la falsa felicidad y eepei ism os de la vida , pu es cuand o se les llega a palp ar y qu erer sab orear se desvanecen t odos esos espeiismos, deiando en el fo ndo del alma la desilusl án y una acibarada amargura. La ardorosa [ucentud. d e hoy necesita de refulgentes lu ceros d e oirt ud qu e les g uíen en el abandono de lo material de la vid a para abrazar ant e todo lo espiritual d e la mi sma, tod o aq uello qu e acerca y lle va el hombre a Di os. iQ lIé esce na mara villosa ce r a / TI! [ooen en la plenitud d e la prima vera d e SlI vid a d ejarl o todo allá abai o para , ligero, sub ir hasta la cúspide d e la mon fluía del sacrif icio y ent regarse totalmente a Dio s! Pascual Baylón , a quien le sonreía la. vid a, era iooen y, sin em bargo, aband ona todo para abra za rse a la "locura d e la Cru z d e C risto", enriq uecié ndose en el esp írit u d estruye esa d es nud a pobr eza co n qu e ve nim os a la vida. Pascual Baylón intuyó profundam ente el dicho d e la do ct ora d e Avila, Salita T eresa, "Q lIien a Dios tien e, nada le falta" y él, q ue abandonó su reba ño, lo tiene ah ora to d o e n Di os y iunio a Dios en el Sac ram e nto d el Amor, la E ucaristía . Es así com o tod o ce nte nario d eb e encerrar dentro d e sí /lila finalidad , na sólo hacer co noc er lo qu e fu e, no sólo la d e reco rdar a las ge neraciones presentes lo qu e hicieron esos santazos, nuestro s antepasados, sino de serv ir d e espeio a las gene raciones d el presente y d el futuro para qu e e llas admiren en ese espeio d e la vid a de los Santos lo qu e pu ede ser el hombre y hasta dónde llega cuand o se entrega por entero a Dios y Di os ciene hasta él. Estas son las sublim es leccion es qu e nos tra e y nosotros d eb em os aprender d e este C entenario d e la Profesión reli gio sa d e San Pascual Baql án y cuyo recu erdo y celeb ración d eben an ima rnos a todos a seguir por la senda qu e él [ue para así v ivir abrazados a Cr isto com o ab razado vi vió Pascu al Btujlon. P. FER NANDEZ
EL PASTOR DE TORREHERMOSA 110 1' 01 Hvdu, P. Anlonio M: Marcol
LVII. - j l FELIZ DE MI I
Fray Pascua l llega ría a Parí s en un os momen tos crí ticos por las c ircunsta ncias. La Paz de Monsieu r no habí a satisfecho a ningun o de los dos ba ndos . E l príncipe d e Cond é reorganizaba sus tropas con los hu gonotes, mient ras q ue en La Picardía los gen tilhombres , p relad os y ciudadanos ca tólicos organizaban la Santa Liga, cn cuyo fren te figura ban Don Enrique, duque de Gui sa, "El Balafré" (como le llam aban) ; Jaime de l lum íer es, gob ern ador de P éron ne , el duq ue de Thouars, don Lu is T rem oville , Ped ro de la B r uyen e y otros. Con esto se e ncontró la Francia dividida en dos gra nd es y pod erosas confed eraciones . La de los católicos ave ntajaba a la p rotest ante por Sil orde n, orga nización regular, obed iencia y número . Las calles de la capital parisien se veíanse anima das por caballeros d e ambos grupos, los cu a l e~, montados en sus corceles, S{~ ahrian paso, mientras sus lan zas hlandían haces de luz a los rayos d el sol d el medi odí a. Er a peligroso circular por las avenidas, y los tr anseún tes tomaban SIlS cau te las p ara no ser molestad os. El hum ild e lego fra nciscano, a jeno a todo este movimi en to, absorto e n la contemplación d(' lo div ino, con su aco stumbrada modestia,
iba cruz ando las calles en busca del convento de los fran ciscan os. De pr ont o, un caballero le cierra el paso, se de tien e del an te d e él y con la lanza en ristre v e n actitud amenazadora, le increpa: -" . - i :-' Ionje! ¿ Dios está en el cielo? Fray Pascual no vaci la ni un momen to. Acaso es tá asombrado de aquella p re gunta tan inesperada. y a la cu al responde sin titubeos : - j Sí, Dios está en el cielo I El ca ba llero, al oir tal respue sta, llena de firmeza y serenida d asomb rosa, volvió grupas y par tió a galope. ¿ Quié n e ra aquel personaje? ¿A qu é ba ndo pert enecía ? Si hem os de d ar cr édi to a lo q ue el m ismo San to manifestó a fray Ju an Xirn énez, que es qui en nos relata este episod io, se trat ab a de un caballer o hugonote. No obstante, ca be la posibilidad de que fu era más bien uno de los ca balleros de la San ta Liga , ya que un os y otros procedían en la confesión d e sus creencias d e un a man era similar. Lo cie rto es qu e aq uel hecho inopi nado sembró e n el ánimo d e fra y Pascual un desconcierto d e dudas y con fusiones qu e amargaro n su espíritu. - j Desdi chado d e mí! -exclamó- o Ah ora comprendo q ue debí añadir : " En el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar ." Con ans ias de eorregi r su error, otea de una parte a otra para ver de descu brir a l caballero qu e le formuló la pregunta. E l persona je había desaparecido. Entonces , la tris teza y el desaliento se apoderan d e él, y se d esata en un torrente d e lágri mas : - j Infe liz de mí! j Infe liz de mí! Si yo no hubiera ca llado la verdad, él me habria atra vesado con su lanza, y yo sería mártir . en defensa d el Santísimo Sacramen to qu e ellos niegan. Se recon oce cobarde y desdichado al con side rar qu e tení a a las pu ertas el martirio, y por una p recipitaci ón, por una irreflexión dejaba escapar esta opo rtu nidad. - j Infe liz de mí! - volvía a repetir-o I No me he hecho d igno d e un a gracia tan singularl Los transeúntes q ue circulaban por las ca lles ele la ciudad no se daban cuenta del dra ma doloroso qu e se cons umía en el corazón de aqu el frail e. Pasab an indiferente s por
su lad o, sin ha cer caso d e aquellas lágrimas qu e era n fruto d e un amor sob rehumano. Sólo un a iglesia ah ierta al culto le ofr eci ó un re manso de p az. Allí pa sará hora s en adoraci ón an te cl Sagrario, re pa rando su silen cio. Nad ie verá su silue ta qu e se dibuja en la penumbra. l ad ie oirá sus lam entos : - j Inf eliz de mí! i Inf eliz de mí ! .. . La iglesia estaba vacía . Sólo los ánge les
qu e forman la C orte de hon or a Jesús en su tab ernáculo fueron los testigos d e los lame ntos d el Santo.
LVIIJ. -~IlSIO:--'
CU :-'IPLID A
La Com unidad Francisca;m de París rec ih i ó co n asomhro al humilde frail e español qu e
en aq ue lla tarde otoñal 'llamab a a las pu ertas del .claustro. Fray . Pa scual , con su hábito burdo y polv oriento, co n sus modales rústicos y sen cilios, era la ad m iraci ón de aquellos tem eros os religiosos, qu e apen as si se at revían a salir d el co nvento. - ¿Cómo se ha atrevido - se pr eguntabana desafiar tantos pe ligro s a trav és de una naci ón en gu erras y re vueltas, ha sta llegar a l corazó n d e Francia, Pa rís, lugar dond e se maqui nah an las intrigas más od iosas a la sombra misma de la monarquía ? Má s de la mayoría tildaron d e lmprudencía la ges ta hero ica d el h erm an o lego, no vien do en e! fiel cump limiento de una obedienci a
siuo una haza ña quijotesca, prop ia de esp aiio!es. Otros , pasando por más cu erd os, cc nsu ra ha n el proced er indiscreto d e los Superior es por esa dictadura q ue impo nen en sus cargos. A las mu chas pr eguntas c uriosas y un p oco atre vidas con qu e le asediaron, respondía fray Pa scual : - ¡Qué buen os católicos son los fran ceses ! . . , j Qu é admirable es la Providen cia de D ios para sus humildes servidores ! . . . Ni una qu eja, ni un reproche, ni un a palahra de cuanto le había acontecido. Aqu ella s respuesta s evasivas desconc ertaro n de ta l forma a los r eligi osos d e Par ís, qu e en cajaron p erfectamente una lección de hu mildad y val entía, de ob ediencia y fidelidad , de virtud y santid ad, qu e les forz ó rendirse an te la evide nc ia del frail e español. Pero qu ien se di o cu enta d e las pr en da s esp iritua les qu e ocultaba el Santo fu e el Padre C eneral de la Orden, fray Cr istóbal de Cheffonta ines. Este le recib ió paternalmente en su celda. Tomó el pliego d e d ocum entos qu e tra ía de! Padre Custodio, y luego entabló conversació n co n el hermano lego. - j Cuántas fati gas y cuántos sacrificios hasta llegar ha sta aq uí ! La Providencia de Dios no me ha abandonado en n ingún m omento. La gente se ha mostrado muy gene rosa co nm igo, Padre Gen eral. - Sí, los franceses saben cumplir con los pobres y peregrinos. Ma s en est e t iempo de guerras civil es se ha ce duro el viajar y mu y expues to a ser insultado y maltratado por algunos d esalmados. ¿ H ahéis recibido algun a molestia ? - Las finezas qu e nos depara el Señor en nuestros caminos nos ayudan a servirle con má s fidelidad. - 1\le gu stan vuestras disposicion es . ¿ Pe nsúis reg resar pron to a vuestra patri a ? - M:ui ana m ism o, si vuestra p atern id ad me lo permite. - Os veo muy d esfall ecido y conv ien e qu e repongá is vuestras fu erzas. Pa sar éis un os día s co n nosotros , y os servirán d e reposo y de pa z. Lu ego, cuando empre ndáis de nu evo vu estra rut a, os daré recomendaciones para nu estros co nve ntos, y podréis decir a vuestro Padre Cu stodio qu e me ocuparé de sus asuntos con ver dadero interés.
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De gran consuelo fueron , para la Comunidad Franciscana, los días que fray Pascual convivió con ellos. El porte humilde y pia doso del santo lego les fascinaba . Las hora s qu e
tiemp o, pero la obediencia imperaba . Aún le esperaban mayores amarguras para aquel corazón anhelan te de martirio. El Padre General cum plió su prom esa, y en el Capítulo celebrado en el conven to de San Juan de la Ribera, en Valencia, el 11 de agosto de 1577, por Bula de Gregorín XIII , la Custodia del Bau tista quedaba eregtda en Provincia . Fray Pascual había cum plido su misión flclmente, desafiand o peligros y la misma muerte. Pero sus cabellos, a la flor de sus 37 años, habían encanecido como la blancura de su alma eucarística.
(Continuará)
pasaba junto al Sagrario eran para todos fuentes de bendició n. Le forzaron a quedarse má s
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R~pORTAns
iibrerte Católica
Sucesor de Vda. de
6.... Roses
MARTI NEZ
BO DAS BAUTIZOS (OMUNION~S REPORTER EXCLUSIVO DEL TEMPLO VOTIVO EUCARISTICO INTERNACIO -
Colón, 11
Teléfono 216
CA5TELLON
NAL DE SAN PASC UAL BAYLON
Mayor Sto. Dom ingo, 47
VILLARREAL
MIS MEMO R I AS
LA
LLAMADA
DIVINA
Capítulo X.-PEREGRINANDO A ROMA
(Conttnuacton)
Seg uía en pleno apogeo mi vida piadosa . "'lisa y comunlO n diaria . V~~ itll al Santísim o, las tardes . Dirección espiritual y confesión semanal con un experto Director, el cual sembró en mi alma la semilla ele la lJocación religiosa. Este serd el primer sace rdo te a q ute n siem pre de beré la in mema felicidad que actualmente poseo. El apostolado activo lo e jercía así: trabajando en la Asociación de Hijas de María de mi Cole gio. Ya he referido qu e oste ntaba el cargo ele secretaria de la Junta (u na hermCltUl mía era la presidenta] hasta qu e ingresé en el claustro. Colaboraba en el Secretariado de la Mi~ión de Cuttack (India), de los Padres Paúles e H ijas de la Carid ad. Perten ecía a las Conferencias de San V ice nte de Paúl, establec idas para señoritas en la Basílica de la Milagrosa de Madrid. T amb i én pertenecía a las Damas de 111 Caridad de mi Co legio. Una vez al me s no.s desplazáb amos a los sub urbios madril eñ os 11 fin de socorrer a familias indigentes. M e ent usiasma ba el trabajo qu e red undase en bien de las al ma~, ¡Jues al mLw lO tiempo qu e subveníamos algo las necesidades materiales de los pobre s, con nu estras charlas ace rca de Dios y de la religiá ¡ alimenteíhamos sus N1Jíritus. Asistía todos los meses a los Círculo s ele Estudio (u na vez presenté yo la pOllencill) !J retirns espirituales de las Hijas de María. Con ello (UÚ¡u iríamas la formación religiosa, y daba lugar a fomenta r mús !J mds nuestra piedad. )'0 puedo decir que el manto azul de la V irge n Milagrosa lu: cob ijado siem pre mí infan cia, adolescencia !J iu oentud. Ella, la Sa ntísinUl V irge n, ha sido la singular protec tora de mi ex iste ncia. ¿Có mo no he de amarla entrañable me nte? H iia ingrata hubiese sido . Algu ien podr á argüi r qu e, iniciada mi entrega al Seríor !J dado el plan de vida q ue llevaba , resultaria sumamente sencillo dar el paso de cisi co y renuncia" por com pleto al mundo . . . Así parecía .. . Sin embargo, el mundo tenía que darme "su batalla". Ha cerme "la gue rra". Mas In gracia ele Dios me asistln, Luché con denuedo y obtllVe v ictoria sobre el mundo. Fue preciso UII lap so de tiempo . . ., y sonó por fin "la hora ele Dios" , q ue ya va acercá ndose para tomar cuer po en este relato de .\Hs Memorias. E ntretllnto se des liza ba mi oida normalm en te, porqu e las luchas eran sólo internas. Prueb as del corazó n q ue el Señor permite para ajinnr mlÍs las almas en el cam ino de su intimidad. Co mo bu ena patriota , cumplí el Servici o Socil/l ele la Mui er. Es este Servicio Social, CO IIIO sabemos, un deb er nacional de trabaiar voluntariame nte , seis meses, la muier es paiiola com pre nd ida entre los d iecisiete !I treinta !J cinco arios ele edad, salvo las qu e pueda n ten er exe rlCióII para ello. El certificado ele hab er cUl/lplido el Servici o Social se ex ige en di cersas [un clones socia les !! para obte ner pctm]Jorte al ex tranjero. Y o cUIII ]J1í el Servicio asistie ndo tres meses a un curso ele 111 Escu ela H ogar de 11/ Secció n Femenina ele Falan ge . Los tres restantes los hice e n 111 Asesoría Na cional Reli giosa de Auxilio Social , baj o las órde nes del recere ndo asesor religi oso, hoi] el actual Ar zobi s/10 de Zaragoza , Ex cmo. !! R cdmo. Sr. D. Pedro CI/nte ro, ele qu ien conseno con re llera1' 0 1'
ción gratistmo recuerdo.
M IS MEMORIAS
r ha lleg ad o el mom ento de narrar UIIO de los rec uer dos más felices de mi vida. La peregrinación a Roma . Co n goz o inde cible , pu es "recorda r es volver a viv ir", ex pond ré la s mura cillas qu e mis ojos conte mp laro n e n la C iudad Eterna y las profundas e mociones qu e m i alm a iba expe rime nta ndo. l' o co nside ro es U/l{/ gracia espe cia íisima del Señ or la q ue otorga a las per son as q ue , siq uiera un a vez en la oida , han visitado la "c apital de l mundo cristia no": Roma. Corría el mí o 1947 . Co n motivo de la sole m ne ca no nizació n de la Beata Ca tali na Lab ou r é, vide nte de la V irgen y [unda d ora de la A sociación de Hi jas de M aría de la Medalla M ilagrosa, las H ijas de la Caridad organizara u lHUI pe regrÍlUlci ón naciona l a Roma para asistir a la proclamación de la nu e va Sa nta. La peregrinación se realizá ell las fecha s co m pren didas del 21 de julio al 8 de agost o de 1947. Se es tablec iero n tres clases de itill erari os. El va por especial fletado para la pere grina ción COII salida de Barcelona hasta Civitavecch ia. Otro viaje en vapor co rreo desde el pu erto bar celonés a Génova, y el ter cer itin era rio, ell a vión , Madrid-R oma. EII total , su maro ll seiscientos pere grinos. La peregrinación fu e presidida por el e nto nces ob ispo de V itoria, Excmo. y R vdm o. Sr. D. Ca rme lo Ballester t q, e . p . d.). M i bu en padr e, q ue nUlICa nos q uitó ca pricho, pe rmitió que mi herm ana y yo realizáse m os este precioso viaje, q ue tan to nos ilusionó, pri nc ipal me nte por asistir a UlUI ca non iZ'¡¡CiÓ'1 y poder co nte m plar al Pa pa Pío XII, de fel iz mem oria. H ech os los requisitos necesarios y ob te nido el pasaporte !I demás pre parativos q ue un oiaie de tal e nvergadura ocas io naba, nos di spu sim os a e m pre nde r la peregrirll/ción. COII es píritu de fe deseábamos im plorar gracia y misericordia de D ios, allí, en la ciuda d salita, donde tantos y tant os lIIártires die ron ,\'U sangre ell los prim e ros ti empos del cr istia nismo, La eta pa ini cial del viaje fu e e l l tren , de M ad rid a Barcel ona , parando ell Zara goza , d onde se llegó a las siete de la 111 aria na . EII el templo del Pilar, a los pie s de la Salltí sim a V irgen , daba co m iellz o esta gran rutu ha cia R oma . Se celeb ró 11110 Mi sa de Comunión , oficiada por el se iíor OM~¡)(). Lu ego, e n el Palacio Arzob is¡lCll, fuimos recibidos los peregrinos por el serior Ar z obispo. Se allll orzú ell la llosuederia del Pilar, y a las tres y media de lt! tarde cOllti,lua lllOS otaie a Barcelona , lle gando a la una de la madrugada . Pern octalilas ell colegios de las H fías de la Ca rida d. DIA 22 DE JULI O DE 1947.- A las lIuece de la IIWIÜ/lll/ 1I0S trasladaron e n auto cares al puerto barcelonés. Pe rmanecim os cerca de cuatro horas para cu m plimenta r requisitos de pasup ort e (q ue lo llecáha mos individu al) y ad ua na, tiempo q ue se nos h iz o pesadí sim o por el calor 'lil e suiri mos !I uor los deseos tCIII grandes q ue tell íam os ya de e mbarcar. Por [in , a la UIlCl lIIen o s cuarto, :w r¡ }(í el "Plu s Ultra" . La desp edida fu e e mocio na nte. Hi ja" de María de Barcel ona hubiun ido al puert o a decirnos tuli ás, Se e nto nó el himno "Ace, Mur ls St ella " !I la Sal ve . El lIIar estab a IIII1Y seren o. Pedim os Cl Dio s y a la Santísima Virgen qu e realizáse mos III Ul feli z tra ce.\·ía. Dos dios estaría /llos na vegando... Ciel o y mar, a nuestra nista . . . M oti cos proi un dos para m editar la inmen sidad del poder del Crea dor. X E M E L 1T A
(C ontinuar á)
Balcón a la calle 10 pu ed o... Ant e la blancura mat e del pap el, no sé qué decir , no sé q ué p ensar y siento la nostalgia d e un p ensami ento, aunque sea fuga z, para qu e haga mover mi pluma co n el fin d e saber h ilvana r p alabras, decir cosas, cosas que llegn en al cora zón de las g ntes, com enturios qu e.apo rte n un peque ñísimo grano d e ar ena a la magna obra de renovación cristiana qu e el Con cili o Ecu méni co d esea para el bi n gen eral de tod os los h ombres. Yo sé, Se ñor, qu e todavía resuen a grabada en la cinta magn et ofóni ca de l cielo azul , el clamor d e tu s palabras que pronun cia ste en tu Crucifixión d oloro sa . T engo se d, d ecí as, y esa sed no era mús qu e el d eseo ardi ente d e las almas al ejadas d e Ti ,