67 GUERRA PSICOLOGICA Y DIVISIONISMO. "Retorno", abril de 1966

|LAIR_66-67 JUAN DOMINGO PERON Artículos, informes y reportajes AÑO 1966/67 |Cabr-66 GUERRA PSICOLOGICA Y DIVISIONISMO "Retorno", abril de 1966 |p1

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|LAIR_66-67 JUAN DOMINGO PERON Artículos, informes y reportajes AÑO 1966/67 |Cabr-66

GUERRA PSICOLOGICA Y DIVISIONISMO

"Retorno", abril de 1966 |p1 El "Gobierno" de "puntos de comité" que el país está sufriendo y soportando en la actualidad, cree que todo se puede solucionar mediante las viejas triquiñuelas políticas así, ahora con el asesoramiento de lo que pomposamente se ha dado en llamar los "Servicios de Guerra Psicológica", planearon la división del Peronismo, utilizando para ello el concurso consciente o inconsciente de algunos dirigentes sindicales, del Neoperonismo y del famoso "Frentismo" que viene pujando por no morir como corresponde. Pero el experimento debía entrar en órbita en las elecciones del 15 de abril en Mendoza. Para ello se echó mano al recurso de reformar la Constitución Provincial entre gallos y media noche por una Constituyente fantasma. Sin embargo, los resultados electorales arrojaron otras consecuencias que las esperadas: el Neoperonismo no voló y la "estantería se les vino abajo". El Ministro del Interior, con sus afirmaciones tan optimistas, comenzará ahora a mirar hacia adelante. Los "acuerdos" pecaminosos por detrás del verdadero Peronismo, con dirigentes de la cocina, parecen fallidos y hasta el Embajador de U.S.A., Mister Edwuin Martin, "que según suele confesar, realizó todos los esfuerzos para cooperar a la división del Peronismo" emulando al inefable Soruille Braden, ha metido el dedo en el ventilador. Pero no han estado más acertados que el mencionado Embajador los dirigentes del Secretariado Nacional del Partido Justicialista y de las "62 Vandoristas" que enviaron a Perón sendos documentos tratando de justificar lo injustificable. Esos documentos se han vuelto así verdaderos monumentos a la hipocresía o a la incapacidad y están en manos de la Delegada del Comando Superior a la espera de las renuncias que les permitieran "salvar la cara" porque es evidente que los mencionados documentos estaban destinados a engañar a Perón, complicándolo en una maniobra despreciable o eran el fruto de la más manifiesta incapacidad. Los "socios" que trabajan ahora para el "Gobierno", el Neoperonismo y el Frentismo trasnochado, ensayarán entre tanto, no sabemos si con la misma fortuna, nuevas formas "constitucionales" para burlar la voluntad popular. La odisea que la pobre Constitución ha vivido en la "democracia gorila" no es para contar, porque nunca anduvo más vapuleada que en esta etapa que viene durando, por la fuerza o por el fraude, desde 1955, a través de los simuladores de una democracia que ni sienten ni practican. Se comienza por derogar la Constitución Nacional de 1949 por un bando que nadie conoce, seguido de una "reforma constitucional" sin Convención Constituyente y sin Congreso para convocarla y en consecuencia, nula de toda nulidad, cosa que no parece tener importancia para estos desaprensivos demócratas del gorilismo. ¿Por qué se hace esto? Algunos dicen que huele a petróleo y a "Artículo 40". ¿Qué valor tiene? Ninguno legal. Si mañana llega un gobierno legal y constitucional, es decir, sin el empleo de la fuerza o el fraude, puede dejar sin efecto semejantes aberraciones. Ahora parece que les ha tocado el turno a las constituciones provinciales. El ensayo de Mendoza, que constituye una atrocidad jurídica y constitucional, da el "puntapié inicial" a una etapa que nos recuerda los buenos tiempos del radicalismo, esta vez con el concurso de los conservadores como el de la "Década Infame". Dice el diario "Clarín", generalmente bien informado, que el Gobierno Argentino estudia una maniobra política por la que se podría impedir las elecciones de 1967 porque, según las elecciones de Mendoza, se habría demostrado que el Peronismo mantiene su vitalidad. Se teme por ello que, en 1969, las provincias que deben elegir gobernadores pasen a manos peronistas y el Gobierno no ve otra solución que impedir tales elecciones, pero para ésto no tendría mas remedio que la reforma constitucional, para dar tiempo a realizar las alianzas políticas que impidieran la avalancha peronista. Todo ello se intentaría mediante las mismas "combinaciones" usadas en Mendoza. Y esta noticia se ha hecho circular por el mundo con la mayor impudicia. Todo lo anterior, según el "Gobierno Argentino" sería para evitar que el Ejército interviniera con un golpe de estado. Es decir, que se trata de cargar las culpas de este sucio manejo sobre los militares, pretendiendo así colocar al Ejército frente al Pueblo. ¿Qué clase de solución puede buscar el Ejército en semejantes trapizondas? No creo que los militares ignoren que existe una evolución en el mundo que ha de llevarnos, nos guste o no, hacia un cambio de estructura, como asimismo que, en el futuro, nadie podrá gobernar sin el concurso del Pueblo. Les bastará para entenderlo la triste y elocuente experiencia de estos diez años.

Según enseña la Historia, tales cambios estructurales siguen dos caminos, el incruento, por evolución y el cruento, por lucha. El intento justicialista tomó el primer camino y se negó a provocar el segundo. Los hechos han demostrado que la reacción internacional e interna, provocada por las grandes internacionales y las minorías vernáculas, han resistido a esa evolución y se aprestan a resistirla en el futuro mediante cualquier recurso. En consecuencia, parecería que se intenta provocar el segundo camino revolucionario y cruento, es decir, la lucha armada. En ese caso, los argentinos deben tener en cuenta lo que tal lucha presume como consecuencias. La Revolución Francesa costó la mitad de la población de París; la Guerra Civil Española se llevó un millón de españoles; la Revolución Mexicana costó millón y medio de muertos, en Rusia, sólo en el primer año, se mataron más de doce millones, en China, hace poco se acusaba a Mao del asesinato de doce millones de chinos y, según algunos conocedores, los chinos mismos han corregido: se mataron veinte millones y no sería difícil que hubiera que matar otros veinte por inadaptados. Finalmente, según se afirma, en Indonesia, que es la última revolución de este tipo, ya se han fusilado alrededor de medio millón. ¿Es este el camino que se trata de imponer en el futuro argentino mediante todo este conjunto de provocaciones? |C24-may-66

PERON OPINA SOBRE EL GOLPE DE ESTADO

Primera Plana, 24 de mayo de 1966 |p1 Madrid - Jorge Taiana, ex rector de la Universidad de Buenos Aires, fue presentado así a Primera Plana: "Desempeñará funciones importantes en el peronismo". Quien lo presentaba era el propio Juan Domingo Perón, que añadió: "Algunos hombres se están quemando en escaramuzas de vanguardia, pero el peronismo dispone de prestigiosas reservas para cuando entre en acción el grueso del Ejército". Primera Plana sorprendió a Perón, el martes pasado *, cuando él y Taiana terminaban de cenar en un restaurante céntrico de Madrid; la sobremesa duró dos horas: el ex Presidente, quebrando su costumbre para agasajar al visitante, se ausentó de su residencia por la noche. Perón recordó, alegre, las caricaturas de Flax y comentó los entretelones y consecuencias del comunicado emitido el 1§ de abril pasado por el Secretario de Guerra de su país, general Castro Sánchez. La posibilidad de un golpe de Estado en la Argentina, fue analizado por el ex Presidente en un largo monólogo. "La tregua -dijo - concluye a mediados de junio. Entonces, habrá golpe. O en agosto. No en julio, porque los militares son respetuosos de las fiestas del Sesquicentenario y de la presencia de misiones extranjeras". Luego, con una sonrisa: "¿Qué pasaría si Pablo VI quiere ir a Tucumán?" El gobierno que se instale después del golpe no sería capaz - según Perón - de solucionar los problemas argentinos bajo la oposición de radicales, conservadores y gorilas. "Vendrán a pedir el apoyo del peronismo. Con elecciones o sin ellas, el peronismo siempre es el árbitro de las situaciones", definió. El ex Presidente dejó traslucir que existieron gestiones para obtener tal apoyo, de parte de los mandos del Ejército. "Me ofrecieron devolverme el grado de general. ¿Para qué lo quiero? El grado lo obtuve sin hacer nada, con sólo dejar correr el tiempo. En cambio, ser Perón me costó". * martes 17 de mayo. N. del E. |C7-jun-66

PERON Y EL GOLPE

Primera Plana, 7 de junio de 1966 |p1 En la última semana de mayo llegó a Buenos Aires una carta de Juan D. Perón que fue publicada el 26, en forma de artículo y con la firma "Descartes", por el semanario Retorno. Se supone que Perón escribió esas líneas luego de entrevistarse con el general Adolfo Cándido López, cuya estada en Madrid ("para cobrar una herencia") ha sido descripta como un sondeo al ex Presidente encargado por los altos mandos del Ejército. El general López regresó a la Argentina el pasado miércoles 1§. En su carta, Perón ahorra a los militares la culpa del golpe de Estado que terminó con él y su régimen en 1955, aunque los Gobiernos de "Aramburu, Frondizi, Guido y finalmente éste que soportamos, han sido consecuencia o han obrado bajo la tutela y dirección de los militares". Para el ex Presidente, un "golpe

militar en frío, después de lo que venimos presenciando desde hace tantos años, es difícil. En cambio, el mismo golpe militar como consecuencia de una situación caótica puede llegar a ser inobjetable tanto desde el punto de vista interno como internacional, pero preocupa la idea de algunos jefes en el sentido de realizar una acción exclusivamente militar que dé nacimiento a un gobierno de fuerza, porque en la República Argentina ya nadie podrá gobernar sin el concurso del pueblo y, para fracasar en el Gobierno, es preferible no llegar a él si como en esta ocasión se trata de la `última oportunidad'". Perón niega las versiones sobre pactos: "El peronismo no hace pactos políticos que sabe que son inocuos porque las situaciones son las que deciden. Ante el rumor de un golpe de estado, el peronismo tiene una conducta de expectación". Perón estima que las soluciones que los militares pongan en práctica seguirán "caminos similares" a los de 1943: es un consejo para que los actuales mandos trabajen en forma coordinada, inclusive a partir de una labor de logia, con el fin de impedir salidas individuales. Así se evitarán los errores del comienzo, que "no podrán ser corregidos en el curso de los acontecimientos". Su juicio de que "ya nadie podrá gobernar sin el concurso del pueblo" deberá entenderse como un ofrecimiento del peronismo para respaldar a un futuro régimen castrense. Pero el ex Presidente deja a salvo su responsabilidad al declarar que "no hay pactos"; tiene que precaverse del posible fracaso de un golpe o de que no estalle. |C21-jun-66

EL PENSAMIENTO DE PERON

(21 de junio de 1966) Ramón S. Hereñú |p1 Periodista: - General, al revisar los acontecimientos de los últimos años en la República Argentina usted aparece, siempre, como figura central. No sólo como General Perón - jefe de un movimiento político popular, de indiscutible gravitación en la vida del país -, sino como ciudadano argentino, tiene una responsabilidad histórica tanto sobre los hechos pasados como en los del porvenir. Esa responsabilidad, a nuestro criterio, se origina en el hecho de que con su llegada al gobierno éste se modificó sustancialmente. Se transformó tanto en el estilo de vida, con en el manejo de la cosa pública y en la aplicación de las estructuras clásicas a la vida nacional, General Perón: ¿Cómo interpreta, usted, el momento argentino, la situación de la República? ¿Cuáles son las causas que habrían determinado esta situación realmente de crisis, y qué remedio le ve en el futuro inmediato. |p2 Una situación que vive el mundo Perón: "Comenzaré por decirle que la situación argentina no es absolutamente intrínseca de la República Argentina. Es una situación que está viviendo el mundo entero como consecuencia de una evolución general, contenida por los sectores reaccionarios, que luchan por ir llevando por delante a esa evolución, chocando con los naturales incidentes de la vida de todos los países. "Es decir que para encuadrar el problema argentino - ya que la República Argentina no vive en la estratósfera sino que vive en esta tierra que se ha empequeñecido como consecuencia del progreso de las comunicaciones y el transporte - hay que tratar del problema mundial. Dentro de él considerar nuestro país y, en nuestro país, analizar lo que ha ocurrido últimamente. A continuación, cuál es la situación actual y qué es lo que hay que hacer para salir de esa situación. "Yo creo que ése es el orden de exposición que se puede hacer". |p3 Proceso evolutivo en el mundo Perón: "En primer lugar - con referencia a lo que pasa en el mundo, que es de una importancia extraordinaria - debe aceptarse que los países están, todos, agitados interiormente por un proceso evolutivo, que no se ha realizado con toda la intensidad que debía efectuarse y que se está produciendo aceleradamente en este momento". Y, en el orden internacional - el segundo factor que gravita - es la decadencia de los imperialismos.

"Los imperialismos actuales cumplen un determinismo histórico y, en consecuencia, así como el hombre que también cumple un determinismo histórico -, nacen, se desarrollan, progresan, están en su intensidad y luego decaen, envejecen y mueren... A los imperialismos actuales les está ocurriendo eso. Que ya han entrado en el proceso de la descomposición, es decir, al proceso de decadencia". Estos dos factores son los que están gravitando en esta agitación profunda dentro de los países. En el orden interno por una evolución, y en el orden internacional por la decadencia de los imperialismos, ya que ni la evolución interna, de los países, se realiza sin lucha, ni tampoco los imperialistas se entregan sin pelear. "Ahí está, para mí, el módulo fundamental de toda esta alteración que existe en el mundo". |p4 Estructuras políticas del año 1800 "En cuanto al proceso interno, lo que está ocurriendo es una cosa muy simple: este mundo está influenciado por las organizaciones de todo tipo, es decir, por las estructuras políticas, sociales y económicas nacidas en el año 1800. En la Revolución Francesa. Vale decir en una época perimida por el tiempo y por la evolución. "Son instituciones hechas para una Europa de pastores, de agricultores y de artesanos que, ya en Europa no tienen, casi en ninguna parte, ni recuerdo de ello. "A nuestros países, descentrados a zonas tan lejanas - como Argentina - la evolución tarda en llegar. Entonces, nosotros estamos allá, con un siglo de retraso con referencia a la evolución que ya, en Europa, se ha producido y se está produciendo aceleradamente. "Los partidos demoliberales, burgueses... ¿qué son? Son un producto de la Revolución Francesa. Que no han evolucionado en sus estructuras... Por eso no están a tono con los tiempos. |p5 La Revolución Francesa como fenómeno evolutivo Perón: "La Revolución Francesa es un hecho que da nacimiento a toda esta etapa que hemos vivido y que, en parte, estamos viviendo. ¿Qué es la Revolución Francesa como fenómeno, diremos, evolutivo? Es el pasaje de la Edad Media a la etapa Contemporánea. "¿Y las instituciones que provocaron esa revolución? Los doctrinarios fueron los enciclopedistas, pero los que la realizaron fueron las grandes corporaciones que venían de la Edad Media. Corporaciones que estaban especialmente, en el campo, porque Europa, en ese entonces, era eminentemente agraria. "Esas corporaciones tenían poder político y poder sindical. Sus orígenes están en las primeras creaciones de este tipo para resistir a los abusos del feudalismo. Luego, después, viene la lucha entre los estados feudales, que obliga - al señor feudal - a dar cierto poder a las corporaciones. ¿Por qué? Porque tienen que defender el Estado. Y entonces tienen que nombrar jefes. Y se conocen las primeras autoridades, diremos así, que el señor feudal delega para la lucha. "Viene después la creación de los famosos "condottieri" italianos, que alquilaban sus ejércitos para la lucha. Los alquilaban a los Estados Feudales que tenían medios para pagar, porque eran mercenarios. "Los Estados pobres - que son la mayoría - no tienen dinero y entonces producen el levantamiento en masa. Es decir lo que se llamó la "leva en masa". Esa leva era la movilización total, de todos, para luchar en defensa del Estado Feudal. Esto intensifica y da mayor incremento a la autoridad de esas Corporaciones, que eran las organizaciones de la Gleba. Esas organizaciones son las que llevan a la Revolución Francesa y triunfan en la Revolución Francesa. |p6 Organización del Estado

"Viene la etapa de la anarquía inicial de esa revolución. Se hacen las liquidaciones - como en todo este tipo de revoluciones cruentas - hasta el 14 de Brumario en que Napoleón da su golpe de estado y toma el poder. "Al tomar el poder, Napoleón actúa en nombre de la revolución, son también sus enemigos. De manera que Napoleón queda en el medio. En una situación bastante comprometida. "Para evitar los riesgos consiguientes, el gran corso echa mano a la burguesía que no ha intervenido en la Revolución y que ha quedado casi intacta. |p7 Un Estado nuevo: Burgués "Esa burguesía es la que tiene la mayor parte del dinero francés. Entonces, para conquistarla, Napoleón, que es un hombre de un talento extraordinario, los toca, a los burgueses, por el lado más sensible. Es decir, les toca la víscera más sensible que ellos tienen que es el bolsillo. "Pone en venta las grandes posesiones que les ha quitado a los monárquicos, al clero y a la milicia, y las vende baratas. La burguesía - que es la única que tiene poder adquisitivo en la Francia se ese momento, las compra. Compra esas posesiones y cuando las tiene en su poder están ya ellos transformados en los dueños de Francia. Napoleón los llama tranquilamente y les dice: "Bueno... muy bien... Ustedes tienen esas posesiones, pero, ¿hasta cuándo las van a tener? Las tendrán mientras dure yo. El día que yo caiga pierden las posesiones y tal vez las orejas..." Entonces los encarga de la organización del Estado Nuevo. El Estado Nuevo surge eminentemente burgués. En manos de la burguesía. |p8 Orígenes de los partidos políticos Perón: "La burguesía que teme a las corporaciones con poder político y con poder sindical, divide ese poder. Crea los Partidos Políticos, (ese es el origen, el nacimiento de los partidos políticos demoliberales, burgueses) y por otro lado los sindicatos que son también una creación de la Revolución Francesa. Divide a las Corporaciones en dos, quitándoles el poder político y quitándoles el poder sindical que ejercían simultáneamente. Pero la acción gremial que le otorga, en el Estado Nuevo, a los sindicatos, es sólo para discutir por 20 o 80 centavos de aumentos de salarios, mientras los Partidos Políticos orquestan las Leyes y hacen realmente toda la legislación. Consecuencia de la Revolución: que es una creación eminentemente burguesa, como es una creación eminentemente burguesa el partido demoliberal y el sindicato actual. Ahí está la realidad. |p9 La lucha contra la acción burguesa Perón: "Esto se produce en el año 1800. Desde entonces, los partidos demoliberales comienzan a extenderse, y esta institución transciende al mundo; pero, tan pronto transciende comienza la lucha contra esa acción burguesa. El mundo entero está luchando, actualmente, contra esa burguesía. "Los primeros en luchar son los rusos, que ya vienen con una orientación doctrinaria nueva. Hasta 1905 que se produce la primera revolución comunista que fracasa y tienen que exiliarse sus jefes. Lenin se va a Inglaterra... Trostky se va a París... y, en fin, los que quedaron allí los liquida, a todos, el poder de los zares. Así se posterga la Revolución contra la acción burguesa. Pero sigue trabajando hasta 1917 en que triunfa la Revolución Rusa. ¿Qué es lo primero que hace la Revolución Rusa? Suprimir los partidos políticos. ¿Por qué? Porque son una institución burguesa. Luego, después, vienen otros movimientos... Viene el fascismo en Italia. ¿Qué es lo que hace el fascismo en Italia?... Suprime inmediatamente los partidos políticos. ellos van más allá. Crean las corporaciones que vienen de la Edad Media. Restituye, Mussolini, el poder a esas organizaciones. Atrás de él viene Hitler que hace lo mismo. Lo primero que hace es liquidar a los partidos políticos.

Pero... es que eso ha seguido extendiéndose en toda Europa. A pesar de que Italia, Alemania y el comunismo han sido resistidos, esas instituciones (los partidos políticos) se han ido perdiendo. Inglaterra, que no ha sido partidaria nunca de una revolución cruenta, violenta, ni profunda, hace evolucionar también sus formas hacia un partido único. Es decir hacia la supresión de los partidos políticos. ¿Y qué es lo que crea?... Crea el Partido conservador y el Partido Laborista. Pero no son partidos. Son alas que están manejadas por la masonería desde atrás, y que toman el poder cuando le conviene a los conservadores. La prueba está que, ¿cuándo gobiernan los laboristas?... Cuando la situación de Inglaterra ha sido muy mala: después de la primera guerra, Ramxay Mc Donald está seis meses en el gobierno; después de la segunda guerra, entra Beaven. Y ahora que Inglaterra "está p'al gato" le entregan a Wilson. Son las únicas tres veces que ha gobernado el Partido Laborista. Después, siempre han gobernado los "tories", es decir los conservadores. ¿Qué quiere decir eso? Que eso está manejado desde la masonería. Vale decir un partido con dos alas. Tampoco allí existen partidos políticos. |p10 Estados Unidos: una plutocracia Perón: "En Estados Unidos - que son dignos hijos de Gran bretaña - también tienen dos partidos. Pero allí, como son una plutocracia, han hecho dos partidos de derecha: republicanos y demócratas, que se alternan en el poder como se alternan los grandes capitales que representan estas dos tendencias... Y los tontos que creen que eligen... Pero no eligen nada... Pero... ¿qué partido Político...? Bueno, hombre... es una plutocracia... Cualquiera que esté en el poder, son ellos los que gobiernan... los grandes capitales... |p11 Hacia formas socialistas Perón: "Pero Europa, atrás de todo este proceso, ha seguido evolucionando y hoy, por ejemplo, todos los nórdicos, ¿qué son? Monarquías socialistas. Es decir, monarquías con un gobierno socialista. Como es Inglaterra, actualmente, una monarquía con un gobierno socialista. "Aquí, en España, han erradicado la política. En todo el sector del otro lado de la "cortina", no hay sino un solo partido: el comunista. ¿Y en los demás países?... En Italia son dos grandes movimientos nacionales - ya no hay partidos allí -: la democracia cristiana, que es un movimiento nacional italiano, y el partido comunista- socialista que es la otra tendencia. Uno obedece a la filosofía cristiana y el otro a la filosofía marxista, que son las únicas dos filosofías que quedan, ya, en el mundo político actual. ¿Y Alemania?,,, Es lo mismo. en Alemania hay un gran movimiento demócrata cristiano y un gran movimiento socialista. Pero... ¡Francia!, que es la inventora de los partidos demoliberales burgueses, ¿a qué ha llegado?... A dos grandes movimientos: el movimiento "degaullista" y el movimiento de Mitterand. Uno es liberal progresista y el otro es socialista o comunista, porque acaban de agregarse a ellos los comunistas... ¿¿A dónde queda aquí partido político?... Aquí ya el partido político es un artículo de museo. Solamente en nuestros países, allá lejos, con un siglo de atraso, todavía están sosteniendo cuarenta partiditos y le dan representación proporcional... Es decir, la mejor manera de anarquizar, políticamente, a un país es dividirlo en innumerables partidos políticos y así, entonces, nadie sabe qué pasa en ninguna parte... |p12 Movimientos nacionales Perón: "Ahí está la realidad de este campo evolutivo. Entonces... ¿Hacia dónde debemos ir...? Hacia los Movimientos Nacionales, que son las formas modernas de la organización política. ¿No es que el mundo entero es eso? El Comunismo en Rusia, no es nada más que un Movimiento Nacional. Aquí en España, la falange y la orientación del gobierno, no es nada más que un movimiento nacional. Nosotros, allá, en la Argentina, hace veinte años, con esa experiencia que yo había vivido en Europa - en los años que residí durante la guerra - ya tenía un concepto sobre todo esto. Fui allá y con veinte años de anticipación, les traté de hacer esa organización. Creé, primero, un Movimiento Nacional con una filosofía propia dentro de la

filosofía cristiana. Porque hay dos filosofías, nada más en este mundo: o la marxista o la cristiana. Dentro de la filosofía cristiana, nosotros hicimos una doctrina política que responde a ella. Quieran o no el mundo va al socialismo. O un socialismo nacional - como el que yo intenté crear con el justicialismo - o un socialismo internacional dogmático: comunista. |p13 Los que no evolucionan van a la violencia "Ahí están las dos alternativas. Al demoliberalismo del año 1800 el mundo no va a volver... Es imposible, porque la historia va hacia el siglo XXI, no va hacia el siglo XVIII. "Muy bien... El enfrentamiento de esa tendencia evolutiva con la contumacia de la reacción es lo que está produciendo estos grandes fenómenos de alteración del orden en los países. Aquellos que no evolucionan van a la gran violencia. Porque la evolución es una fuerza de la naturaleza como lo es el agua. Porque El agua pasa siempre. El agua cae, corre por la línea de menor pendiente... usted le pone un dique la para; ella trata de pasar por arriba, si no, pasa por debajo, o rodea y cuando no puede, golpea, hasta que rompe el dique y un día pasa... Pero a medida que se acumula más el agua el dique está más sometido a presión... La evolución es lo mismo. Se detuvo en la primera guerra cinco años. Se detuvo en la segunda, pero después vino con una violencia tremendal. Es lo que nos ha llevado a esta situación de alteración, diremos así, del Estado que nosotros consideramos normal... |p14 Liberalismo y democracia "Y uno de los grandes errores que se han cometido, en los países, es igualar la palabra "liberalismo" con "democracia". ¡No! ¡No! Hay una democracia liberal, pero han habido doscientas democracias desde la "demos" griega, que eran tan democráticas como esa, y se postulan, hoy, otras en el mundo entero, tan democráticas como la liberal que son los socialismos de todas partes. Todos están luchando por la Democracia, pero por una democracia a medida del hombre de hoy, de las necesidades del hombre de hoy. "Ahí está el proceso que nosotros estamos enfrentando en la Argentina". |p15 Revolución cruenta en la Argentina Perón: "Hace veinte años, nosotros, los justicialistas, ya quisimos hacer estos cambios por evolución dirigida y racional. Porque si no se hace por evolución se hace después por Revolución; sólo que la evolución permite hacerla incruentamente. ¡Si nosotros no matamos a nadie...! ¡Ni hicimos nada...! ¿No quisieron eso...? Bueno... Ahora viene la etapa de la Revolución. Pero una revolución tiene sus consecuencias. La Revolución Francesa "se comió" la mitad de la población de París. La revolución mejicana mató un millón y medio de hombres. Aquí (en España) se mató un millón. en Rusia, la comunista, solo el primer año mató a doce millones alrededor de Moscú para instalar los "koljoses". Hace poco le decían a Mao que era un asesino porque había muerto a doce millones de chinos y dijo: "no ¿qué doce?, ¡veinte!... y vamos a matar otros veinte, porque son inadaptados..." Es que las revoluciones pagan ese precio. Por eso, me temo yo que la República Argentina, que no aceptó la evolución racional, que nosotros quisimos imponerle, hacia un cambio de estructuras más acorde con la necesidad del hombre de hoy, tenga que desembocar en una revolución cruenta, que le costará un millón de hombres Lo mismo que les ha costado a los demás, porque nosotros no vamos a hacer, en ese sentido, un milagro dentro de la historia. La historia está diciendo eso. Entonces todo ese problema hay que conjugarlo y considerarlo, también, como lo que altera el orden interno. |p16 Ya ha comenzado la Tercera Guerra Mundial Perón: "Pero todo eso hay que considerarlo en el orden internacional. ¿Qué pasa en el orden internacional? El asunto es un poco más complejo.

Si el primer factor de alteración interno son los cambios estructurales en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural, etc., están también - los países - interferidos por la acción de los imperialismos, que, en cierta medida, gravitan también en lo interno. Estamos viendo al Embajador de los EE.UU., al Presidente de los EE.UU., metiéndose en el problema interno argentino. ¿Qué quiere decir? Que el imperialismo gravita también en los problemas internos. "Pero el imperialismo tiene otro problema. Que él ha llegado al vértice de su parábola y comienza a decaer. La decadencia imperialista es su propia descomposición. Ellos no se entregan sin pelear. Por eso estamos amenazados con una Tercera Guerra Mundial. ¡Que ya ha comenzado en el Asia! Eso no es otra cosa que es por casualidad; ni i como dicen ellos, por defender la libertad. a los yanquis les interesa tanto la libertad como cualquier otra pavada de esas que no tienen ningún valor... Ellos están luchando allí, simplemente porque están defendiéndose del avance de las fuerzas QUE DESTRUIRAN el imperialismo. "Los imperialismos, en fin, tienen su historia y ellos hacen su organización. El mundo se ha empequeñecido como consecuencia del progreso de las comunicaciones y del transporte. Lo que pasa en el polo norte se sabe en el polo sur, diez minutos después. Usted almuerza en este hemisferio y cena en el otro sin que la cause la menor extrañeza. Quiere decir, entonces, que el mundo se ha achicado. No en el espacio... pero sí en el tiempo, que es lo mismo. Ahora, naturalmente, para esa tierra que se ha comprimido, las cosas han variado. La política es "internacional". Que juega dentro o fuera de los países pero siempre política "internacional". |p17 Las internacionales del mundo Perón: "Pero esa política internacional. está obligada a que la manejen. ¿Cuáles son esos instrumentos? Las grandes internacionales. Está la internacional Comunista y la internacional Capitalista. Aparentemente contrapuestas entre sí pero, en realidad de verdad, completamente de acuerdo. Y si no hay que retroceder a la Historia. En 1938 cuando aparecen Italia y Alemania, que son terceros en discordia, dentro de ese acomodamiento imperialista, se unen esas dos fuerzas aparentemente antagónicas, para aplastar a ese tercero que va contra ellos. Pero es que no son solamente esas dos fuerzas internacionales. Está la masonería internacional, está el sionismo internacional, está la Iglesia católica, que también es una fuerza internacional. Y qué casualidad... cuando combatían contra esa fuerza, las cinco estaban unidas... aún cuando, normalmente, ellas aparecen: la Masonería como contrapuesta a la Iglesia, el comunismo contrapuesto a la Iglesia, los comunistas contrapuestos a los capitalistas, todos ellos están, entre ellos, aparentemente contrapuestos. Pero cuando se aparece un tercero en discordia, se unen las cinco grandes fuerzas para aplastarlo. ¡Son las fuerzas internacionales, que en el fondo están manejadas desde una sola central! Que ha penetrado en todas las demás. Esa es la realidad de la instrumentación internacional. |p18 Decadencia de los imperialismos Perón: "Ahora, ¿De quiénes son instrumentos las cinco?... De los imperialismos que son los dominantes. Pero, es claro, el imperialismo está viendo que él decae... y se va dando cuenta... Hace poco, el senador de los EE.UU. Fulbright les ha dicho que están entrando en la misma etapa que entró Atenas y que entró Roma cuando comenzó su descomposición y su decadencia. Y que han de terminar en lo mismo... ¡Lo ha dicho en el Senado! Tiene razón ese hombre. Estados Unidos ha comenzado su decadencia. Yo les decía que les escribiría los "Idus de Marzo" como se lo escribieron a César... La decadencia del Imperio Romano empieza con el asesinato de Julio César. Después entra "en picada" con toda esa lucha que el imperio provoca y deja una situación pavorosa hasta la llegada de Marco Aurelio. Marco Aurelio fue, quizás, el más intelectual de todos los emperadores. Era un escritor, además un filósofo; y él arregla la situación. Llama a los disconformes del Imperio, que en realidad eran todos, les da grandes

fiestas en Roma, los invita a que vivan con ellos un tiempo,, y al final les dice: "¿Por qué vamos a andar peleando... si somos todos romanos...?" Y toda esa gente que vino a tirar una piedra contra el Emperador, salió gritando: ¡Viva Roma! Y aseguró la tranquilidad del Imperio por otros diez años. Pero muere Marco Aurelio y lo hereda su hijo que era un hombre formado en las Legiones Romanas. Y, naturalmente, cuando Marco Aurelio mandaba un Embajador para arreglar un problema, su heredero mandaba una Legión para que le trajera la cabeza del que hablaba mal de Roma. Y así terminó con Roma. Bueno..., lo que entonces se llamaban "legiones" hoy se llaman "marines". Estados Unidos está haciendo lo mismo. ¿En Santo Domingo no le quieren entregar la producción de azúcar que tiene ese país, gratis, como ellos la quieren?, entonces le mandan los "marines"... Como los manda al Vietnam, como los mandan a todas partes... Bueno..., es el signo más acabado de la decadencia de los imperialismos. ¡Los imperialismos no se mantienen nunca por la fuerza! Dicen los yanquis que ellos no van a ceder porque son ricos. Cartago era el imperio más rico que ha habido en la historia de la humanidad y Escipión el Africano terminó en una semana con Cartago. Dicen que son fuertes. ¡Bendito sea Dios! Más fuerte que el Imperio Romano no ha habido ninguno. Sin embargo, también el Imperio Romano ha quedado reducido a su mínima expresión. De una palabra, de un término, de un calificativo... de italianos... De manera que a nadie lo salva la fuerza. ¿Por qué? Porque los imperialismos se pudren por dentro. Vea el estado de Inglaterra -que ha sido un imperio poderoso - acaba de hacer una ley para que el homosexualismo sea una cosa legal, siempre que se practique en privado... ¡Pero si eso mismo pasaba en Roma y pasaba en Grecia en la época de la descomposición!! ¡Son los signos de la decadencia!!! |p19 El mundo está luchando contra los imperialismos Perón: "Bueno... ¿qué quiere decir todo eso? que esos imperialismos - pero ya imperialismos en decadencia - no se entregan sin pelear. Por esa razón Roma tampoco se entregó sin pelear. Y ningún Imperialismo, cuan poderosos como son, no se entregan sin pelear. Pero... al final sucumben. ¿Por qué? Porque la historia del mundo ha sido la historia de los pueblos contra los Imperialismos. Desde los fenicios hasta nuestros días, la tierra no se ha librado nunca de la férula de los imperialistas. Pero tampoco los pueblos han dejado de pelear contra ellos.

En este momento de la historia los pueblos están luchando por liberarse de los imperialismos. Se lucha al Este o al Oeste de la "cortina de hierro". ¿Por qué? Porque en Yalta el imperialismo yanqui y el imperialismo ruso, dividieron al mundo en dos para explotarlo y escarnecerlo en su beneficio. Para eso enza" que trazaron ese "muro de la verg han hecho de acuerdo tanto los yanquis, como los ingleses y los rusos. Porque allí estuvieron Stalin, Churchill y Roosevelt. Esos son los que dividieron al mundo en dos. Si eso es una verg enza, la enza es pa verg esos que están al este, tanto Polonia como Alemania Oriental - que se ve ahora que ya están luchando por su liberación -, Rumania, Hungría, Bulgaria, Yugoslavia, Checoslovaquia, en fin..., todos esos países están luchando por liberarse de la férula imperialista rusa. Y de este lado estamos luchando, todos, por liberarnos de la férula imperialista yanqui. Así, en el sur nosotros, los líderes populares, encabezamos la lucha contra el poder imperialista que nos está sujuzgando y que nos está sacando el dinero. Por eso estamos endeudados y descapitalizados. Porque ellos nos roban la plata... No nos dejan capitalizar y nos mantienen divididos y subdesarrollados, como nos llaman ahora, por no llamarnos incivilizados, siendo de que el problema en Argentina no es un problema de subdesarrollo, sino un problema de infracapitalización. Nos han descapitalizado y nos mantienen descapitalizados. |p20 Componentes del Tercer Mundo

Perón: "Por estas razones nos levantamos todos los líderes populares contra el imperialismo en América. Se levanta, aquí en Europa, encabezando todo esto De Gaulle, que está enfrentándose contra los imperialismos; en Medio Oriente, usted, tiene a Nasser capitalizando todo esto; en Asia está Mao Tsé Tung e Indira Gandhi que también luchan contra el imperialismo; en el Africa usted tiene a Haile Selasie y todas las Repúblicas Negras que están luchando contra la dominación imperialista, sea Rusa o Norteamericana. Es decir que es el Tercer Mundo que ha de integrarse. Trata de formar una internacional de los pueblos para oponerse a las otras cinco internacionales que han estado dominando. Y ese Tercer Mundo es el mundo del futuro. Es el mundo del porvenir. |p21 Si China quiere ser comunista, que sea Perón: "Yo he hablado mucho de esto. Esta lucha por la liberación ha superado las ideologías. Es que a nosotros no nos interesa que el que lucha por liberarse sea o no burgués, sea capitalista o no. Si los chinos quieren ser comunistas... que sean comunistas... A nosotros qué nos importa. No los vamos a hacer felices a la fuerza a setecientos que están, por luchar contra el que va a venir...? ¡Son cosas tan, tan claras! Ahora, dicen que China es el peligro en el futuro... Sí, pero frente a un peligro presente no sé quién se pone a luchar con un peligro futuro... Es cierto... Es probable que China quiera ser el futuro imperialismo. Pero ya lo combatirán nuestros biznietos. Pero es que nosotros tenemos dos imperialismos que nos están escarneciendo y explotando y manejando. ¿Por qué no vamos a luchar contra estos millones de chinos que quieren ser comunistas! ¡Son cosas que son simples!... |p22 La Argentina no escapa a estos problemas Perón: "Bueno..., ésta es la situación del mundo y dentro de ella la Argentina no escapa a ninguno de estos problemas que se conjugan fuera de la Argentina y que están gravitando, también, en su situación interna, ya sea a través de la presión imperialista o porqué la evolución del mundo es una evolución común. Hace veinte años yo lancé la Tercera Posición. Tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes en esos momentos. Yo fui precursor en el mundo... Pues bien, han pasado veinte años... Eso cayó, aparentemente, en el vacío en esa época. El mundo era incapaz de comprender todavía... Pero han pasado veinte años y hoy las dos terceras partes del mundo está pujando por meterse en esa Tercera Posición. ¿Por qué? Porque no quieren ser pasto de la lucha imperialista. Que se agarren los imperialismos y se destruyan... Pero los imperialismos, entre ellos, no quieren agarrarse porque saben que después quedan liquidados y van a liquidar sus imperios... Entonces se ponen de acuerdo para luchar contra los demás que no quieren someterse a ellos... Esa es la situación del mundo... |p23 La Guerra Mundial ya empezó Perón: "Indudablemente que todo este proceso es el que está llevando a una tercera guerra mundial. Tercera guerra mundial que algunos la anuncian; que dicen que la Paz, que, en fin... Pero... con Naciones Unidas, sin Naciones Unidas; con gestiones, sin gestiones, la guerra ya empezó. ¿O es que no nos damos cuenta que la guerra ya empezó? ¿Contra quién es la guerra? Por ahora es contra el Vietcong, pero no nos imaginemos que Estados Unidos va a hacer el despliegue de fuerzas y el gasto inmenso que está realizando - que lo pagamos nosotros, entre paréntesis, todos los tontos que le damos la plata a Estados Unidos y nos dejamos descapitalizar - por luchar contra el Vietcong. Ese golpe es un golpe contra China. Ahora, allá, se van a tener que enfrentar. en el futuro, con fuerzas muy poderosas. por que la China y la India, solas - que están allí y están de acuerdo a pesar de sus pequeños líos territoriales - suman la mitad de la población de la tierra... Y detrás de ellos hay muchos que se están integrando en ese Tercer Mundo.

En América del Sur, nosotros, los líderes populares de América del Sur, estamos unidos en esa posición. Algún día, nosotros estaremos en el gobierno. Ya tenemos algunos lugares tomados... Algunos países donde estamos en el gobierno y en muchos otros vamos a estar en el gobierno en el futuro. De manera que esa es una lucha que no es para ahora. Es una lucha que es para largo. Y una lucha que nadie puede evitar. ¿Por qué...? Porque, vea; las grandes agrupaciones y las grandes orientaciones; los grandes esquemas de la política internacional son suerte de fatalismos históricos. Esa lucha que se viene, ha sido la lucha de la humanidad de todos los tiempos. si eso sucedió con los fenicios; si eso sucedió con los egipcios; si eso, sucedió con los griegos; eso sucedió con los romanos; eso sucedió con los españoles; eso sucedió con los ingleses. ¿por qué no va a suceder con los norteamericanos...? Que es un pueblo de advenedizos, de ignorantes, sin tradición, sin historia, producto de un aluvión que llegó allí, porque llegó... Si eso sucedió con todos los demás con arraigo, con grandes antecedentes históricos... ¿Cómo no va a suceder con estos advenedizos a ignorantes...? Es una cosa clara. Yo la veo tan clara. Muy bien... juntemos esos dos fenómenos. Esa evolución que agita interiormente a los países y esta evolución internacional con la decadencia imperialista y tendremos la levadura que ha preparado todo este fermento que estamos viviendo. Dentro de eso la República Argentina juega un papel infinitidecimalmente pequeño con sus problemas internacionales y con sus problemas internacionales y con sus problemas internos. Encuadrada así la República Argentina, recién podremos considerar el problema de nuestro país. Establecido este panorama general, creamos una situación general y dentro de esa situación general vamos, ahora, a esbozar la situación particular de Argentina. Siempre esto conviene hacerlo porque la vida de relación, hoy, es tan intensa que nada puede considerarse, en los problemas internos de Argentina, que no esté ligado al problema, al gran problema del panorama mundial. |p24 ¿Qué ha pasado en la Argentina? Perón: "Qué ha pasado en la Argentina? Es la primera pregunta que nos tenemos que hacer, porque indudablemente sabiendo lo que ha pasado, vamos a deducir mejor qué es lo que está pasando, para después poder decir qué remedio podemos poner a eso, para solucionar la grave situación que se le plantea a la Patria. Lo que ha pasado en la República Argentina es simple. En 1946, cuando yo me hice cargo del gobierno, lo primero que hice fue estudiar, minuciosamente, todo lo referente a este problema internacional. Y encajar a la República en una situación justa para que pudiese continuar por largo tiempo, en esa posición ideal, dentro del panorama internacional. Por eso hicimos la Tercera Posición... Y fuimos precursores... Si bien hemos pagado el precio que pagan los precursores, pero nadie puede pensar que hemos estado equivocados al fijar nuestra ubicación. Porque el mundo actual y la historia actual nos está demostrando que la humanidad va a eso. Va hacia lo que nosotros determinamos hace veinte años. ¿Qué es lo que nosotros pretendíamos hace veinte años? Colocarnos, ya, en la posición futura del mundo... no en la pasada, ni en la presente. Porque eso es efímero. Es el futuro que pesa en estas grandes situaciones. ¿Y dentro del orden interno? Realizar esa evolución que el tiempo viene imponiendo perentoriamente y que las reacciones están parando con grave estado de peligrosidad para el país y para la paz interna.

¿En el orden internacional? Bueno, fijamos una política congruente con esta manera de pensar. En el orden interno impulsamos una evolución para poder llegar a nuevas estructuras en lo político, en lo económico, en lo social, en lo cultural, etc., en forma de transformar nuestra comunidad en una comunidad moderna, ya que la veíamos con un siglo de atraso, luchando todavía por mantener y sostener las formas demo-liberales, burguesas, que ya habían perimido en el mundo entero. Que eran artículos de museo acá, en Europa, cuando yo estuve allá por el año 1938. ¡Cómo no lo van a ser ahora! p25 Hacerlo cruenta o incruentamente Perón: " A mí se me presentó un problema muy grave, en ese momento. Hacer eso incruentamente o hacerlo cruentamente. Yo, con cierto grado de ingenuidad, pensé que era posible hacerlo incruentamente y entonces estudié profundamente el problema. Reuní gente capacitada para ello y entre todos, elaboramos un programa, para realizarlo en el tiempo que yo estuviera en el gobierno. Dentro de ese programa lo básico era llegar hacia los cambios estructurales, en forma incruenta, por evolución racional, provocada e impulsada por el propio gobierno. |p26 Millones de hombres estaban sumergidos Perón: "Yo recibí un país que estaba parado. Había que ponerlo en marcha. Claro que para ponerlo en marcha tenían que mediar muchas circunstancias favorables que había que crearlas porque no existían. Entonces, toda esa evolución incruenta, es decir, sin matar a nadie, sin pelear, poniéndonos de acuerdo; mostrando una realidad que persuadiera a la gente que era necesario hacerlo, era la meta fundamental. Había que entender que ya no se podía seguir con peones con cinco pesos por mes, ni con quince pesos mensuales, porque ése era el fermento que nos iba a llevar, un día, a que nos cortaran la cabeza a todos... y con razón. Es decir, arreglando todas esas enormidades que sucedían en los quebrachales de Chaco, o en los yerbatales de Misiones, o en los ingenios azucareros de Tucumán, Salta y Jujuy; como también con todos los peones del resto de la República... Es decir que millones de hombres estaban sumergidos y no ganaban, en algunas partes, ni para los cigarrillos que fumaban. Por otra parte, el estado social de esa gente era lamentable. Un peón, en la Provincia de Buenos Aires, decían que había que castrarlos para que no tuvieran familia. Porque no los tomaban si tenían familia. Y en fin... enormidades que en una etapa moderna, como estamos viviendo, ya no son aceptables... Y si algunos las imponen... bueno... se someterán a las consecuencias. Porque..., los que siembran esos vientos, pueden llevarnos a una cosecha de tempestades. Como la que está planeándose actualmente para ejecutar en el mundo. En el orden económico, por ejemplo, había que cambiar las instituciones. En el orden político había que hacer desaparecer esos anacronismos, demoliberales, burgueses que, como digo, fueron hechos en el año 1800 para una Europa de pastores, de agricultores y de artesanos. sobre eso, ya américa ha evolucionado tremendamente. Hoy ha aparecido el "hombre masa" con otra imposición que antes, en que el pobre diablo, en el individualismo, resultaba un ente casi desconocido y casi inapreciable. Hoy no, el hombre, los hombres esos, se han unido, han formado masas, con sus derechos y con sus imposiciones lógicas. Hay que resolverles el problema o de lo contrario exponerse a las consecuencias, que es la violencia. Todo esto considerado dentro del problema argentino nos llevaba a una evolución racional... incruenta. Pero, es claro, eso lo han resistido y los que lo resistieron contaron con el apoyo de las fuerzas internacionales desde afuera. Ahí entraron a jugar las cinco grandes fuerzas ocultas de la revolución del mundo. Y ustedes lo vieron: que contra nosotros estaban unidos todos... los cinco. Estaban los comunistas, los capitalistas, la masonería, el sionismo... y la Iglesia católica también estaba contra nosotros... Igual que estaban contra los demás que quisieron acelerar la evolución. ¿Porqué? Porque esas son cinco fuerzas que están al servicio de otras cosas y no de la evolución del mundo. Entonces, naturalmente frente a ese problema ahora no le queda a la República Argentina, otro camino que el de la violencia...

¿Porqué? Y... si no aceptaron la acción incruenta, tienen que aceptar la cruenta. Esa es la historia del mundo. Si en todas partes ha pasado lo mismo. |p27 El de Argentina es un problema político Perón: "En el orden general de la Argentina, el problema es eminentemente político. ¿Porqué? Porque hoy nadie puede gobernar en el mundo sin el concurso popular. Sin la gente del Pueblo. Por eso los gobiernos, actualmente, constituyen dos acciones que son fundamentales: primero un gobierno administrativo y segundo un gobierno humano que se llama conducción. Lo primero se consigue fácilmente con un equipo de tecnócratas más o menos capaces y una dirección experimentada. Pero, a su vez, eso no se puede realizar si no hay un gobierno humano que conduzca al pueblo y lo lleve a participar en la tarea. Sin ese concurso (conducción) no se puede realizar nada útil. Pero la conducción ya es harina de otro costal. La acción de conducir no es fácil. Conducción es un arte. Conducir es un arte que tiene su teoría y tiene su técnica. La teoría tiene los grandes principios de la conducción y la técnica son las formas de ejecución. El que conduce tiene que saber algo de eso. Así como nadie se pone a pintar, ni a esculpir, sin tener la teoría de la pintura y de la escultura y la técnica de la pintura y de la escultura; en política a nadie se le podría ocurrir ponerse a conducir un pueblo sin tener, como en las demás artes, la teoría del arte y la forma de conducción, o sea la técnica del arte. Pero nosotros estamos conducidos por "amateurs". Tipos que no saben nada... Es como esos que pintan ahora, con rayas cuadradas... Ahí está lo que está pasando... Claro que la teoría y la forma de ejecución solamente dan la parte inerte del arte. La parte vital es el artista que debe realizarlo. Hay muchos que han pintado y han esculpido conociendo, profundamente, los principios de la teoría y de la técnica de la pintura y de la escultura; pero, es claro, a esos no les ha salido una "Cena" de Leonardo da Vinci o una "Piedad" de Miguel Angel... Porque les faltó Leonardo y porque les faltó Miguel Angel. En política hay que considerar ese factor tan fundamental o más fundamental que el político administrativo. |p28 Se hace un gobierno a la de Dios es grande Perón: "Dentro de la República Argentina se mantienen formas donde estas cosas se desconocen y se está haciendo un gobierno así; a la de Dios es Grande... Y hoy, eso ya no puede ser. ¿La riqueza de nuestro país? Si somos inmensamente ricos; pero eso no tiene ningún valor si la misma no está organizada. Y éstos... ¿qué han hecho? Han desorganizado, pero no han organizado nada. Ahora el problema político, sin el concurso de este pueblo no lo resolverán. Para tener el concurso de este pueblo, hay que resolver el problema político. ¿Cuál es el problema político? Que las minorías quieren imponerse a las mayorías a la par que sostienen el concepto de la democracia. ¿Cómo es posible eso?

Y... para ello, tienen que recurrir al fraude, a la proscripción, a un montón de cosas. Lo que hay que hacer en la República Argentina, para resolver este problema, es dejarse de fraudes y dejarse de proscripciones y llamar a elecciones y entregar el gobierno al que gane. Y ese gobierno va a poder gobernar. Y ese gobierno va a poder resolver todos los problemas. Mientras no se haga eso tendrán al país levantado, insubordinado. No llegarán a ninguna conclusión y seguirá el país cada vez más hacia el abismo. Ahí está el problema fundamental. |p29 El problema económico y social Perón: "¿El problema económico y el problema social?" Son consecuencias de ese propio problema político. Ya no son problemas fundamentales. Son las consecuencias de éste. Resuélvase lo político y todo lo demás tiene solución. ¿Por qué ellos no han resuelto esto? Bueno... en lo económico podemos hablar algunas palabras. Cuando yo llegué al gobierno, en 1946, me encontré con un país descapitalizado y endeudado. Debía 3.500 millones de dólares. Era la deuda externa. Reserva financiera, cero. Balance de pagos; todos desfavorables. y al año teníamos que pagar servicios financieros por más de 1.000 millones de dólares. ¿De dónde salían esos compromisos? Bueno... de la deuda 800 millones (eran pesos de tres pesos por dólar en esa época) era la amortización de la deuda externa. Otros 800 millones pagábamos por los transportes marítimos, por no tener marina mercante. Ciento cincuenta millones los seguros. Cincuenta millones los reaseguros. Los ferrocarriles nos llevaban de 120 a 130 millones anuales. Los transportes de la ciudad de Buenos Aires - el monopolio inglés - nos llevaba entre 120 y 130 millones. La comercialización de las cosechas, que era hecha por las compañías extranjeras antes de que constituyéramos el IAPI, se robaban 2.000 millones de pesos en cada comercialización. Bueno... todo eso salía al exterior en divisas. Esa era la situación que yo recibí. Había mil quinientos millones de dólares de crédito, que teníamos pero que estaban bloqueados. Vale decir que teníamos 1.500 millones de dólares pero no nos pagaban. El problema era simple... Más simple no podía ser. Llegué allí y enseguida empecé a estudiar la situación económica. Llamé a una cantidad de técnicos, les planteé el problema, les dije que teníamos que comprar los servicios públicos porque si no las obligaciones financieras, al año, nos comían todo lo que nosotros producíamos durante ese año. Si no compramos los servicios públicos - les agregué - estamos pagando el valor de los mismos cada año. Para eso se necesitaban unos cuantos cientos de miles de millones de pesos y uno de los señores técnicos, que yo llamé para consultarle, me dijo: "bueno, señor Presidente, si no tiene plata, ¿cómo quiere comprar...? Yo le respondí: "bueno, amigo, si yo tuviera plata no lo llamo a usted. Con plata compra cualquiera. Nosotros tenemos que comprar y sin plata... Tenemos que hacer la plata para comprar..." Pero me di cuenta que con esta gente no íbamos a ninguna parte. Lo tenía al lado mío a Miguel Miranda quien me dijo: "Y que quiere que hagan esos "cagatintas" que están ganando 350 pesos mensuales para asesorar al gobierno... Si fueran economistas serían millonarios..." |p30 Los Bancos y las cosechas Perón: "Me di cuenta, allí, que con esa gente no iba a ninguna parte. Entonces comencé a utilizar a los comerciantes y a los negociantes, gente que era hábil en eso. Así compramos todos los servicios públicos, sin un centavo. ¿Cómo? Maniobrando bien con el dinero y con lo poco que teníamos. Mediante eso, ya nosotros nos liberamos. Repatriamos toda la deuda pública. La deuda externa. Entonces, ya comenzamos a tener una forma de negocio. Un negocio chico pero nuestro y sin trampa, para empezar a levantar la República, para empezar a capitalizar. ¿Cómo íbamos a capitalizar, si no, con deuda externa...?

Una vez que yo tomé esa decisión y se realizó ya no pagábamos los mil millones de servicio financiero anuales; es decir, ya no nos descapitalizábamos. Pero no nos dimos cuenta, después, que nos estaban descapitalizando a través de los bancos. A través de los bancos se llevaban el dinero argentino. Transformado en divisas se lo llevaban al exterior. Otra forma de descapitalizarnos. Fue cuando hicimos la reforma bancaria. ¿En qué consistió? ¿La nacionalización de los bancos? No. En la nacionalización de los depósitos, es decir de la plata argentina, porque aunque sea en el banco de Canadá el dinero que se deposita allí es de los argentinos, no es canadiense. Por otra parte sucedía por aquel entonces, que un banco quebraba y dejaron en la calle a la mitad de los argentinos que habían depositado su plata allí. El estado dijo: "nosotros garantizamos los depósitos". El estado se hacía responsable, es decir que nadie podía ser estafado por un banco que quebrara. Pero a cambio de eso controlábamos nosotros las operaciones bancarias. Esa fue la estructura bancaria que realizamos. Se creó un Banco Central que manejaba todo el movimiento de depósitos, indicaba operaciones a los bancos y controlaba los redescuentos. Al poco tiempo de andar nos dimos cuenta que los que nos robaban las divisas eran los exportadores, que mandaban trigo y vendían en mil y se hacían hacer recibos, falsos, por quinientos y nos robaban quinientos millones que radicaban en divisas, en el exterior. Se hizo, entonces, la Ley Nacional de Cambios que impedía eso. Cuando hicimos eso habíamos tapado ya, todos los agujeros que tenía ese colador por donde nos descapitalizaban por ese conducto, empezó a capitalizarse. Esa capitalización ya no permitió poner en marcha al país, que estaba detenido. Porque, es claro, la economía de un país es como la economía de la familia, pero amplificada. Si hace buenos negocios se enriquecen. Si hacen malos se funden. Por otra parte ese esfuerzo inicial, para poner en marcha un país parado, necesitaba mucho más capitalización que después para mantener la marcha. Es como pasa con el ferrocarril, con una máquina, que para ponerse en movimiento necesita de 15 a 20 atmósferas, pero, después que está en marcha usted, con cuatro atmósferas aún, aumenta la velocidad. Lo mismo pasa con esto. Usted para desarrollar un país y para ponerlo en marcha necesita un combustible. ¿Cuál es ese combustible? El dinero. Hay que invertir. Es la inversión la que pone en desarrollo, en marcha, al país. |p31 El país tiene hoy 7.000 millones de deuda Perón: "Cuando pusimos en marcha al país, las consecuencias, ¿cuáles fueron? Nosotros no tenemos que mirar en la estadística. En 1946, tres mil quinientos millones de deuda externa; reserva financiera, cero. Balance de pagos desfavorables y servicio financiero 1.000 millones al año. En 1955, cuando caímos, no teníamos deuda externa, habíamos pagado toda la deuda externa; teníamos 1.500 millones de reserva financiera, cash, billetes y en oro; los balances de pesos nos eran todos favorables y los servicios financieros no alcanzaban a noventa millones por año. Ese era el estado final. ¿Qué es lo que ha pasado después? Vamos a ver cuál es el estado actual. El país tiene hoy una deuda externa de 7.000 millones de dólares; cuatro mil de deuda estatal, externa, directa del gobierno; se deben por lo menos 1.500 millones de dólares en documentos descontados en compañías financieras norteamericanas con el aval de los bancos oficiales y se deben servicios financieros por otros 1.500 millones a las empresas petroleras y a las empresas radicadas en el país a los que no se les ha pagado por falta de divisas. ¡Son siete mil millones de dólares!!! Esa es la deuda externa. Reserva financiera: cero (igual que yo recibí hace 20 años). Balance de pagos: todos desfavorables. Servicio financiero: ya están en los 500 o 600 millones de dólares al año. |p32 Rompieron una estructura y no crearon otra Perón: "Si usted analiza esto, se pregunta: ¿Por qué ha pasado esto? Veamos porqué. Esto es lo que ha pasado: Nosotros teníamos organizaciones financieras que defendían al país contra la descapitalización. ¿Qué hicieron éstos, al llegar? Suprimieron la reforma bancaria, vale decir, le sacaron la llave a la caja de

hierro. Suprimieron la Ley de Cambios, es decir, le sacaron la combinación... Y la caja se abrió. Y todo el mundo metió la mano. ¿Se da cuenta? Por otra parte, rompieron las estructuras y no crearon otras para reemplazarlas y esto provocó un desequilibrio terrible dentro del país. Que es lo que llaman ahora crisis estructural... ¡No...! Es una crisis de falta de estructuras. Así descapitalizaron al país y así contrajeron la deuda de 7.000 millones de dólares que están debiendo actualmente. |p33 El cuento de la economía libre Perón: "En el orden interno procedieron peor. Vea, ese cuento de la economía libre, es un cuento chino, que nunca ha sido, ni será, ni es. ¿Cómo se va a hablar de economía libre en un mundo donde hay un Mercado común Europeo que maneja los precios de Europa? Y cuando tiene los Comody Credit norteamericanos que manejan los precios de toda américa? ¿De qué economía libre se está hablando? Si todo es mentira. La economía es siempre manejada por el Estado, en beneficio del pueblo; o, por el contrario, es manejada por los consorcios internacionales en perjuicio del pueblo. Eso es lo único que se puede decir de la economía. ¿Qué es lo que nosotros hacíamos como control de la Economía Argentina? Nosotros no manejábamos las pequeñas cosas. No hacíamos lo que hacen muchos que cuando entran hormigas en el jardín, las juntan de a una en un plato y después las queman. Nosotros fuimos al hormiguero. En esto hay que controlar el ciclo económico general del país, que está formado por la producción, por la transformación - o sea la industria -, por la distribución - o sea el comercio - y por el consumo. Son cuatro factores de ese ciclo. Cuando alguno de ellos cae, caen los otros tres porque están encadenados. Imagínense lo que le pasaría a los Estados Unidos - con toda su potencia económica y financiera - en este momento si el consumo americano bajara el 25 por ciento. ¿Qué le pasaría a Estados Unidos? Lo que le pasó en el año 1929; se le produce una crisis y se viene abajo. Y a nosotros, que tenemos una economía bastante débil y apuntalada, nos pasó eso. ¿Qué hicieron estos señores? Llegaron y se encontraron con una economía de abundancia. Economía de abundancia que se conseguía manteniendo el poder adquisitivo de la masa popular. ¿Mediante qué? Mediante un control de precios que impedía la especulación y el agio que empobrecía a la economía popular. ¿Y qué hicieron estos bárbaros? Quitaron el control de precios y congelaron los salarios y provocaron una inflación desenfrenada, a través de la cual descapitalizaron al Pueblo. Y cuando fundieron la economía popular, comenzaron a fundirse todos los que viven de la economía popular: que somos todos. Así cayó el comercio, tras él la industria y ahora cae la producción. Ahí está lo que ha pasado en la Argentina desde el punto de vista económico. Claro está que la consecuencia de eso, en la economía estatal, fue funesta. Porque el Estado vive del impuesto a los réditos y cuando el consumo bajó a la mitad - porque la economía popular no tuvo poder adquisitivo - los impuestos a los réditos bajaron a mitad y empezaron a acumularse déficits de presupuesto. En el año 1956 ya tienen 50.000 millones de déficit. Fíjese que el presupuesto total del gobierno peronista nunca pasó de 20.000 millones de pesos al año. Con veinte millones nosotros hicimos setenta y seis mil obras públicas el primer Plan Quinquenal. Calculen ustedes, estos señores llevaron enseguida el presupuesto a trescientos mil millones de pesos. De veinte mil a trescientos mil millones, y solo en el año 1964 acumularon un déficit de 120.000 millones... Es decir, seis veces el total del Presupuesto peronista.

Y, ahora, andan en déficit pavoroso y acaban de presentar un presupuesto cuyo déficit, calculado sobre los recursos, ya acumula los 399 mil millones de pesos. Por eso el Congreso no se los ha requerido aprobar. Como consecuencia de ello han tenido falta de liquidez, por que no le dan los recursos. Fíjense que 20 mil millones que era el presupuesto nuestro, significaba el 10 por ciento de la renta nacional llevándolo a trescientas veces más, bueno... se comen la renta nacional en un año... Y eso no puede ser... Se están comiendo el capital. No están trabajando sobre los réditos. |p34 400.000 millones de emisión Perón: "La consecuencia inmediata de su falta de liquidez fue la emisión. Nosotros con 28.000 millones dábamos dinero para todo y sobraba. Estos están llegando ya a los cuatrocientos mil millones de emisión. Claro que el peso, que valía 16,50 cuando yo caí, está hoy en doscientos y tantos, porque le meten aspirina; porque echan dólares al mercado. El día que éstos dejen de echar aspirina al mercado, el dólar se va a cuatrocientos. Es decir en la Argentina porque fuera del país no lo cotizan ni le cambian pesos nacionales en ninguna parte, porque todo el mundo sabe que eso es ficticio. |p35 Deuda interna incalculable Perón: "La deuda interna, que en la época mía era de 11 mil millones de pesos, totalmente consolidada en títulos del Estado -que nosotros rescatábamos a razón de dos mil quinientos millones al año, que lo dedicábamos en reinversión de títulos a los planes quinquenales - hoy es un pasivo inamortizable de tantos cientos de millones de pesos que representan...; en fin... no se puede ni calcular siquiera... Ahora todo el mundo se agarra la cabeza y dice: "El país se hunde..." Y estos que hablan de inundación aclaran: "No, no es que las aguas suban... es que el país se hunde..." Sí. Es claro que se hunde. Pero... ¿por qué? Por eso que han hecho. Ellos provocaron la inflación. Rompieron la organización financiera, destruyeron la estructura económica y crearon una crisis tremenda de desequilibrio, que está gravitando todos estos años. Ahora, esa crisis de falta de estructuras o anarquía en la economía, durante unos años lo resiste un país rico como el nuestro; pero después empieza a comerse la cola. Empieza a destruir las fuentes de riqueza. |p36 Las vacas no paren por decreto Perón: "¿Qué es lo que ha pasado, por ejemplo, con las carnes?" Nosotros con sesenta millones de vacas exportábamos casi un millón de toneladas al año y con eso hacíamos divisas. Pero manteníamos el stock en sesenta millones de cabezas. Esta gente lo llegó a bajar a la mitad, a 30 millones... Carnearon terneritas, vaquitas, vendieron ganado en pie, que eso no se le ocurre ni al que asó la manteca porque se pierde la mitad del subproducto. Y...? Cuál es la consecuencia? Que ahora no tienen carne para exportar. Y tendrán que esperar que se repueblen los planteles, porque las vacas no paren por decreto... ¿sabe? tienen que dejarla que hagan su cría. |p37 Los convenios bilaterales Perón: "Pero peor ha sido en la industria. En el año 1954, nosotros ya del total de la exportación argentina, casi el 25 por ciento eran manufacturas. Exportábamos a toda América lámparas eléctricas, artefactos eléctricos, televisores, radios, electrodomésticos de distinto tipo, máquinas para fabricar maquinarias, etc. etc. Pero... ¿merced a que exportábamos eso? Por los tratados bilaterales que obligaban a comprarnos - para cobrarse - a aquellos que nosotros le comprábamos. Así nos compraba Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil, etc. Nos compraban esa producción para cobrarse lo que nosotros le habíamos comprado. ¿Qué hicieron estos señores?

La primera estupidez que hicieron, fue suprimir los convenios bilaterales. Desde ese momento nadie nos compró más. Compraban en Norteamérica y la balanza de pagos se nos vino abajo... Fíjese, usted, la Fábrica Siam Di Tella que elaboraba un número de heladeras por año, la mitad la destinaba a la exportación y la mitad al consumo interno. Y se las arrebatan, en ese entonces. Porque la masa popular tenía poder adquisitivo. Llegó un momento que, fundida la masa popular, no compraron más heladeras y las de exportación, por la supresión de los tratados bilaterales, tampoco salieron y se quedó con todo el stock de heladeras. Tuvo que cerrar la fábrica y despedir cinco mil obreros. Ha seguido defendiéndose malamente porque no puede exportar y no puede vender. Una economía popular arruinada y una exportación cerrada han sido la causa de este descalabro. Y bueno acaba de cerrar Siam Di Tella. Siam Di Tella son treinta y cinco o cuarenta años de trabajo, que se vienen abajo en un día, por la inconsecuencia de los gobernantes. Es decir, están destruyendo las fuentes de riqueza. Y estas fuentes de riqueza que seguirán destruyendo mientras se mantenga este estado de cosas. Entonces, no vengan a decir que la economía es pavorosa, que todo es coima, que todo es "así o asau"... y bueno... estas cosas se pudren como el pescado. Empiezan a podrirse por la cabeza... Los allegados de Illia son los agentes de los negocios y de las coimas, y de todo... Sí. El pescado se pudre por la cabeza igual que las instituciones... O las instituciones se pudren, igual que el pescado, por la cabeza. |p38 Repercusión social Perón: "Si este estado de cosas, en la economía, se ha producido, la consecuencia es el mal estado social. Porque todo esto refluye en la masa popular. En la masa popular a la que le han fundido su economía. Y naturalmente que eso transciende llevando la inquietud a todos los hogares argentinos. Inquietud que, indudablemente, se traduce en esas alteraciones que estamos presenciando. A mí me dicen, aquí, los dirigentes: "Nosotros nos damos cuenta que nos hundimos..." Y yo les digo: "Y por qué no trabajan..." Y responden: "¿Para qué vamos a trabajar? Sabemos que estamos trabajando para mandar el producto de nuestro trabajo afuera, al exterior. Si trabajáramos para el país y para nosotros, trabajaríamos día y noche. No ocho oras, sino doce y le damos cuatro... Pero para el país o para nosotros. No para el exterior. No para el imperialismo..." Ellos tienen razón. Yo tampoco trabajaría en esas condiciones. Trabajaría lo indispensable para comer y nada más. Si la gente, solamente, produce lo que consume, el país no va a poder tener ahorro y no se va a capitalizar en el futuro. Para capitalizar hay un solo camino: trabajar. Porque nadie se hace rico pidiendo prestado o siendo objeto de la explotación ajena. |p39 Como nos roban a través de los empréstitos Perón: "Cuando yo llegué al gobierno la primera declaración que hice en el balcón de la Casa rosada fue: "Me corto una mano antes de firmar un empréstito". ¿Por qué dije eso...? Porque tenía temor de caer en la tentación y quemé las naves, para no caer en la tentación. ¿Por qué, dije yo...? Porque en cada empréstito de estos nos roban la mitad. El proceso es muy simple: cuando uno pide un préstamo a los Estados Unidos, por cien millones de dólares, al finalizar el empréstito usted está ya, perdiendo el 25 por ciento. ¿Porqué? porque el dólar está

sobrevalorado... El valor fiduciario del dólar no es su representación en oro, si no que ellos fijan el valor del oro por el dólar. No el valor del dólar por el oro. Ellos utilizan la misma técnica de los ingleses cuando tenían el área esterlina. Ahora tienen el área-dólars. El área-dólars no es más que un país que tiene reservas, que da respaldo a las monedas que no lo tienen. Pero ese servicio no se hace gratis! Hay que pagar un "Royalty" del 25 por ciento. Y si no vaya usted a la Reserva Federal y diga: "Cuanto vale la Onza Troy?" Le van a decir 35 dólares. Usted saca los treinta y cinco dólares y pide: "Me da una Onza Troy?" Le contestarán: "No. Nosotros no vendemos. Nosotros somos el gobierno. Cómprela en el mercado libre". Entonces, usted se dirige al mercado libre y compra una Onza Troy. Al pedir el precio le dirán: "cuarenta y cinco dólares". ¿Qué quiere decir esta diferencia? Que el poder adquisitivo de una moneda no es su valor fiduciario, si no el oro que representa. Entonces, ustedes, piden 100 millones, pero ahí van perdiendo 25, porque es la sobrevaloración del dólar sobre su poder adquisitivo. Después, como no le dan dinero si no que le dan créditos, usted tiene que comprar obligatoriamente en los Estados Unidos. Ya no puede hacer licitación internacional. Y en Estados Unidos, con los "Cartels" no hay licitación interna, entonces paga precios de catálogo. el precio de catálogo es el 15 por ciento más que el precio de licitación... por lo menos. Y si suma el 25 por ciento y el 15 por ciento ya tiene perdido un 40 por ciento del empréstito. Pero después le obligan a transportar la mercadería en bancos norteamericanos. Ahí pierde otro cinco por ciento porque su marina no lo puede retirar todo... Pero, además, le obligan al seguro en puerto de embarque. Ahí pierde otro cinco por ciento y ya lleva perdido el cincuenta por ciento... Es decir el empréstito de 100 millones se ha reducido a cincuenta millones. Ya ha perdido en esas operaciones el 50 por ciento. Ahora la ejecución de créditos, por parte de los funcionarios, ahí se roban otro tanto... ¡Y el país recibe de beneficio, de 100 millones, 25 millones! ¡Después tiene que pagar los 100, más los intereses! ¡Cómo va a firmar empréstitos! Es decir que todo esto tiene sus trucos, que tienen que conocerlo el hombre que está en el gobierno. Imagínese, estos que han hecho empréstitos por ¡7.000 millones!, de los cuales no han recibido ni tres mil quinientos... Cómo va a estar arruinado el país...? Si lo están explotando de todos lados. Lo asaltan desde el exterior y lo saquean desde el interior. ¿Cómo no va a estar fundido el país...? Claro que ésta es consecuencia, en fin... el Pueblo argentino tampoco ha hecho lo posible... ¿Por qué? Porque no está preparado. Yo traté de politizar al país, de elevar la cultura social. Para elevar la cultura social de un pueblo hay que comenzar por politizarlo. algunos dicen: "Qué suerte tiene Francia... Cuando necesita un hombre le aparece". Desde Napoleón, Clemencear, De Gaulle..." No es suerte... Es cultura política. Es como si usted quiere buscar un músico en Italia. Lo encuentra en cada esquina... Tiene una gran cultura musical... Entonces, naturalmente, lo que nos está haciendo falta es elevar la cultura social y política. Ahora, esa cultura, no es que haya cinco o seis hombres sabios, muy sabios o muy cultos políticamente y después muchos millones de ignorantes... ¡No! Hay que levantar la cultura popular. Y esa cultura política que se levanta, es la que va haciendo evolucionar al país. Para levantarla hay que politizarla. Eso es lo que hice yo. Para elevar esa cultura se empezó a hablar a la gente, a formar Escuelas Políticas, y... bueno... es la tarea que hicimos nosotros. Indudablemente que, con eso, hemos formado una masa de opinión que está en la verdad. Y esa gente que está en la verdad y esa realidad. Es por eso que el Movimiento Peronista no tiene revisión posible. ¡Nadie lo va a poder dominar! Primero porque frente a partidos demoliberales constituye un movimiento -es decir está en el siglo 20 y los otros están en el siglo 18 - cuando ellos están tirando con el fusil de chispa, nosotros estamos empleando las cabezas atómicas! Entonces, no serán nunca nada al lado nuestro. Mientras no constituyan otro movimiento nacional que se oponga o que juegue dentro del panorama nacional. Es decir la falta de evolución estructural, los está perjudicando a ellos no a nosotros que ya hemos cambiado las estructuras. Hemos cambiado la concepción económica y hemos cambiado la concepción

social, y hemos cambiado la concepción política. Esa es la realidad del problema argentino, tal cual lo veo yo. Es esto lo que ha pasado en la Argentina, con muchas otras para hablar días enteros sobre esto... |p40 Cuáles son las soluciones Perón: "Visto esto así, nos queda por pensar qué es lo que hay que hacer para encontrar soluciones. Es claro, es muy fácil criticar, pero no es tan fácil decir cómo se resuelven los problemas... En primer lugar, como he dicho antes, hay que resolver el problema político. El problema político tiene que ir hacia nuevas estructuras políticas más acordes con las necesidades del hombre de hoy. Y sobre todo no basarlo en el fraude, en las proscripciones y todas esas triquiñuelas políticas que ya no engañan a nadie. Y si se habla de democracia y se emplean esos métodos, ese anacronismo entre lo que se dice y lo que se hace tiene que ser tremendamente perjudicial para la paz interna. Porque la gente se levanta contra la injusticia. Se levanta contra la mentira. Se levanta contra la arbitrariedad. Por lo tanto, un proceso de ecuanimidad es indispensable. Para pacificar hay que obrar con ecuanimidad y con justicia, y no con arbitrariedad. Y para poder institucionalizar el país, hay que pacificar... Si no se pacifica al país, la institución no será jamás respetada. Sobre esto, indudablemente, es fundamental pensar qué es lo que está pasando y cuántos son los intentos de solución que se están buscando. El gobierno busca la solución por el fraude y por la arbitrariedad. Es decir, proscribiendo el peronismo que es una fuerza popular poderosa y que representa la mayoría indiscutible en el país. Entonces la quiere mantener afuera. ¡Mientras sostiene el concepto de la Democracia! Bueno... si la Democracia es el gobierno del pueblo para el pueblo, el mantener la mayoría de la opinión popular fuera de ese concepto, es desvirtuar totalmente la base de la Democracia. Si se defiende la Democracia y se lo hace a través del fraude y la arbitrariedad, hacen poco favor a esa Democracia. De manera que las soluciones no están por ese camino. Se barajan otras que es la intervención militar y el golpe de estado para sacar este gobierno y tratar de solucionar el problema. Pero si los militares toman el gobierno y quieren, desde allí, seguir con el juego del actual gobierno, no se ha adelantado nada. O toman para solucionar, o para fracasar... ¿Cuál puede ser la solución? ¡Si la solución es una sola! No hay otra solución! Que los militares tomen el gobierno por el tiempo indispensable para llamar a elecciones, correctamente, y entregar el gobierno al que gane y ellos pasarán como salvadores del país, como realmente serían... Pero si ellos andan con las mismas soluciones trasnochadas y subterfugios, para mantener un estado de cosas que ya no resiste y... fracasarán... como han fracasado los demás... |p41 Yo he tenido insinuaciones aquí Perón: "Yo he tenido insinuaciones aquí, de parte del gobierno para que les dé ayuda, y les he dicho simplemente, que ellos han fracasado y que nosotros no jugamos al fracaso. Jugamos al éxito. Los militares, a su vez, también han insinuado la posibilidad de que nosotros los apoyemos, porque ellos se dan cuenta que sin apoyo popular tampoco irán a ninguna parte, tomando el gobierno. Nosotros le hemos dicho lo mismo. Para nosotros no hay pactos; no hacemos pactos. Los pactos políticos sabemos el valor que tienen. Si ustedes proceden bien los apoyaremos, y si proceden mal, y... nos opondremos. Porque nosotros estamos en defensa del país. No de ustedes, ni de nosotros. Los hombres para nosotros no cuentan. Lo que cuenta es el país. |p42 Proyectos que son desastrosos

Perón: "He visto algunas cosas, que se han publicado, que son desastrosas desde el punto de vista político. ¿Por qué? Porque son hombres que no interpretan el momento político que vive el mundo y menos que vive el país. En esto, mi opinión, se la voy a leer, que en pocas palabras ya la va conociendo. Se ha publicado ya y dice el título: "Descartes habla sobre el golpe militar y cambios de estructuras". El texto es el siguiente: "Hace unos días se han dado a publicidad una serie de esquemas, que se propondría resolver el problema estructural en un nuevo ordenamiento institucional del gobierno argentino, que, a base de conceptos áulicos, se proponen realizar los que amenazan con un golpe de estado, que todas las circunstancias parecen aconsejar en nuestro país, como medio de escapar a la inercia suicida que lo consume. Es indudable que como van las cosas en la Argentina, su incierto destino no puede desembocar sino, en el caos más absoluto. Aunque falta establecer si las causas de semejante amenaza se debe atribuir a las instituciones o a los hombres que la manejan. Yo personalmente creo que no hay instituciones malas con hombres buenos y capaces, como tampoco hay buenas con hombres malos y mentirosos. Si se piensa en la reforma institucional, ha de ser tan racional como conforme a las necesidades reales. Nada puede realizarse sin tener en cuenta lo que la institución debe realizar. Como así mismo el designio de los hombres que lo han de constituir y conducir. La institución es sólo un instrumento destinado a realizar un trabajo, y ha de hacerse orgánica y racionalmente, pensando en esa finalidad. No existen organizaciones que sirvan para todo. Aunque toda organización ha de someterse a la objetividad del que la realiza, pensando en lo que la institución ha de hacer. Es decir, por el objetivo que persigue. La simplicidad impone la necesidad racional de que los organismos sean simples para su manejo, y en la ejecución perfectibles, para que puedan ser adaptadas en la ejecución misma. Ya es tarde para que nos pase como a los locos que están todos los días empezando. Así la organización ha de ser congruente, que permita concebir en forma centralizada y ejecutar en forma descentralizada. Los esquemas rígidos no encajan en las necesidades siempre cambiantes, de la situación evolutiva. Si fuera posible crear recetas orgánicas, como las que algunos pretenden, la organización sería muy fácil y aparecerían muchas "doña Petronas" que podrían tener éxito en la tarea de forjar instituciones orgánicas. El mundo ofrece la experiencia más variada en lo que a instituciones estatales se refiere. En el orden de la Democracia se escalonan formas y formas, desde la "demos" griega, al socialismo actual, practicadas y superadas. De lo que se infiere que sin estrictas condiciones de tiempo y de lugar, nada puede organizarse, ni por esquemas más o menos ingeniosos, ni por sistemas que el tiempo y la evolución han rechazado. Es que en la organización como en todas las cosas, la ejecución estará siempre por sobre la concepción. Afirma el sociólogo español Jesús Suevo, que uno de los más perniciosos equívocos de nuestro tiempo radica en la identificación de los vocablos "democracia" y "liberalismo". Hay, sin duda, una Democracia Liberal. Pero hubo muchas otras en el pasado y se postulan otras en el presente, tan legítimas e importantes como ellas. El comunismo soviético; los fascismos; el nacional-sindicalismo español; la nacional o cumunismo que se esboza detrás de la cortina de acero; los socialismos árabes, etc. son propuestas muy diferentes entre sí, pero todas coinciden en el deseo de conseguir una democracia a medida de los hombres del siglo XX. Si por un momento nos liberamos de los yugos propagandísticos que uncen a las sérviles llamados mundo libre, comprobamos que casi las tres cuartas partes de la población mundial, busca su constitución democrática fuera de los cotos cerrados del liberalismo. Es que el racionalismo liberal, producto del gobierno de la burguesía que dominó al mundo durante más de un siglo, imagina haber alcanzado fórmulas invariables que sirven a la convivencia humana en todos los lugares y para todos los tiempos. Según ellos lo que fue bueno para el siglo diez y nueve, debe serlo también para el actual y para los venideros. Para ellos no son formas temporales, sometidas a las circunstancias, sino principios permanentes e invariables. No desean comprender que el desarrollo demográficoa e industrial de los últimos años, ha cambiado radicalmente la situación y que la presencia del hombre masa, ha producido una serie de problemas, que presionan de tal modo las formas de vida, que ya no es posible el individualismo de otros tiempos, reemplazada, ahora, por la conciencia y una acción mancomunada.

El hombre ya no puede ser considerado como un ente aislado, sino como un elemento integrante del conjunto. Esto explica lo que parece sorprender a muchos: la decadencia de los partidos políticos y su reemplazo por organizaciones mayores y más naturales, tendientes a hacer una democracia, también, más natural en la que los hombres opinan y viven lo que conocen y no lo que conocen y viven unos cuantos intermediarios. Por otra parte la Democracia de nuestros tiempos no puede ser estática. Desarrollada en grupos cerrados de dominadores por herencia o por fortuna. Si no dinámica y en expansión para dar cabida y sentido a las crecientes multitudes que van igualando en condiciones y posibilidades a los grupos privilegiados. Esas masas, ascendentes, reclaman una democracia directa y expeditiva, que las viejas formas ya no pueden ofrecer. En otras palabras: antes de pensar en los cambios estructurales, que la situación argentina plantea impostergablemente, es preciso decidirse por una ideología que, como estrella polar, ha de servir de guía a nuestra marcha futura. Hoy el mundo solo ofrece dos filosofías en las que podemos inspirar las creaciones con que muchos teóricos empiezan a soñar. La cristiana y la marxista. Dentro de la primera sólo cabe una doctrina nacional, ya que el demo- liberalismo burgués, que muchos intentan recauchutar, ha sido superado por la evolución que nos impulsa a nuevas formulaciones sociales, que la misma Iglesia Católica - tan conservadora - ha terminado por reconocer y aconsejar en el Concilio Ecuménico recientemente realizado. El Justicialismo no es sino un sistema inspirado en la filosofía cristiana que se anticipó, en veinte años, en la retardada evolución que hoy agita a muchos argentinos. Lo contrario sería caer en la línea filosófica marxista. La única que nos queda, y en la que fatalmente caeremos si se persiste en imponer fórmulas perimidas por la evolución, o sistemas trasnochados, en experiencias que pueden llevar a las soluciones como las del sofá-cama, en el que se sienta mal y se duerme peor. Sin tener una idea clara de lo que queremos y sin establecer, previamente, los objetivos que perseguimos, no se puede pensar en organizaciones institucionales. Lo contrario resulta irracional y puede conducirnos solamente a remedios que resultarán, a la larga, peor que la enfermedad. Pero por sobre toda consideración, ateniéndonos al fatalismo evolutivo, no nos queda otra alternativa que la que se presenta al mundo entero de nuestros días; un socialismo nacional o un socialismo internacional dogmático (comunismo). Insistir en salvar el demo-liberalismo burgués, es pretender volver al siglo XIX de una Europa de pastores, agricultores y artesanos, que la evolución ha desahuciado, irremediablemente. Y es que la evolución simplemente histórica, se empieza a imponer. A pesar de la contumacia de los menos y de la incomprensión de una reacción, tan ciega como ignorante y egoísta. En este sentido, para mí es bien claro. La solución del problema argentino está en encarar todas las reformas de la manera más racional posible, para poder sacar al país, con la experiencia de esos enormes errores que se han cometido, de la actual situación. Reformando políticamente lo que sea necesario para ponerse al día, y su consecuencia será la reforma económica y la reforma social, que llevará, irremisiblemente a la solución integral del problema argentino. Si esto no se hace, cada día iremos perdiendo terreno, y cada día iremos más hacia el desastre que está amenazando a la República, y no habrá fuerza alguna que lo pueda detener. En este concepto creo que las soluciones se encaminan en esa dirección. Si alguien las promueve y las realiza, el país estará salvado. Si no cada día entrará en una encrucijada más grave y más peligrosa que puede desembocar como las demás revoluciones que conocemos en la historia del mundo, que han costado millones de muertos. No me asustan a mí los millones de muertos, porque ya estamos acostumbrados con estos tiempos a millones de muertos, pero, me parece a mí que lo natural y lo patriótico sería evitarle a la República una hecatombe semejante". De acuerdo a sus manifestaciones, general, no sólo se trata, acá, de un problema de técnica y organización, sino también de un problema humano. ¿El que se interpreten debidamente los problemas argentinos y se les dé la solución que corresponde? Perón: "Naturalmente, yo cuando mencioné el aspecto gubernamental de este problema, dije: Se trata de un problema político- administrativo - que se cumple fácilmente con equipos - y de un problema de conducción. La conducción es el problema humano. El conductor es el que resuelve ese problema humano. Con el otro plan se lleva adelante el país, que da los medios y las posibilidades para que este problema humano, que se debe resolver en la conducción, se resuelva. Como dije antes, esta es cuestión ya, de hombres de gobierno.

Sí, el equipo puede realizar una política y realizar un plan, que hay que planificar, pero tiene que ser conducido. Yo no sé como estos gobiernos pueden realizar un gobierno sin plan. Esta gente no tiene ningún plan. Van tapando los agujeros que se le presentan, pero ellos no tienen ningún objetivo. Marchan a la deriva. No saben para dónde van; qué es lo que quieren. Ese plan administrativo está destinado a eso: a estudiar los problemas argentinos, planificar una ejecución y poner al país en marcha. Porque el país está detenido. Nosotros encontramos un país parado. Lo pusimos en marcha. Ellos lo volvieron a parar y, entonces, hay que romper de nuevo la inercia. Lo más difícil, para un gobierno, es romper la inercia. Pero es que en esa inercia, cuando el país se para, no sólo se queda parado sino que se va hundiendo. El peso del país es demasiado grande para que quede flotando ahí. No se para, se hunde. Mientras se desliza va adelante, no se hunde, va levantándose como todas las fuerzas de la naturaleza. Ahora, indudablemente que el problema es humano porque en el fondo el gobierno, gobierna hombres. Estos gobiernos en vez de realizar un "gobierno humano" se han puesto en contrapelo; van en contra del pelo. Van nadando contra la corriente. Están contra el pueblo. Y todos esos choques y todas esas cosas que se están produciendo están demostrando, palpablemente, que estos gobiernos colocados en la posición que están, del fraude político, las trampas, las proscripciones, las persecuciones, sanciones violentas contra el pueblo, y el pueblo que siente las necesidades y las reclama, se las niegan a palo, que no perciben la realidad. Cómo pueden gobernar si en vez de unir y poner a los argentinos a patear todos para un mismo arco ellos se han encargado de dividirlos y cada uno patea para donde quiere. Y bueno..., el escándalo que se ha producido en el país es la consecuencia de que esta gente no tiene plan, no sabe lo que hace, no sabe lo que quiere, no sabe hacia dónde va. Mientras esto siga, el país seguirá cada vez más abajo y no le veo yo una reacción para que se ponga a flote. |p43 Se necesita suficiente grandeza Pregunta: ¿No sólo la clase dirigente del gobierno, si no la clase dirigente de todos los sectores, económicos, sociales, culturales y demás, deberían reaccionar desde el punto de vista espiritual? Porque daría la impresión de que existe un poco de insensibilidad, de falta de grandeza, de poco desprendimiento por parte de los poderosos o de parte de los que tienen todo con respecto a los que no tienen nada o sufren problemas. Perón: "Efectivamente, para arreglar estos problemas, lo primero que se necesita es la suficiente grandeza para poder comprender y para sobreponerse a las pasiones que han estado dominando. Ese es el primer problema. Sin grandeza, no se resuelve ninguno de los otros problemas. Después se necesita sentido de justicia y de ecuanimidad para juzgar el problema. porque aquí no se trata de trabajar para el Partido Radical del Pueblo. Se trata de trabajar para la República Argentina. Como nosotros hemos establecido la escala de valores es: primero el país, después del movimiento para servirlo y después los hombres para servir al movimiento. Ellos no. Para ellos es que hagan cualquier cosa, aunque hundan el país, con tal de salvar el Partido Radical del Pueblo. Eso no puede ser... Naturalmente que eso conduce a estas enormidades que estamos presenciando. Y al final de esto, el epílogo de esto, va a ser la destrucción de ellos también, porque cuando el país se hunde nadie va a quedar flotando. Nos vamos a hundir todos. Eso es lo que esta gente no comprende. Que para realizarse ellos, primero ha de realizarse el país. Porque nadie va a realizar un destino, dentro de un país que no realice el suyo... |p44 Se está a tiempo para lograr la evolución Pregunta: ¿Quiere decir, General, que todavía el país está a tiempo para intentar el camino de la evolución paulatina, siempre y cuando se cambie la mentalidad de los hombres de gobierno; no los hombres, sino la mentalidad de los hombres encargados de gobernar? Perón: "Yo creo que todavía se está a tiempo. Todavía no han empezado a producirse, si no esporádicamente, las reacciones de violencia. Porque generalmente la violencia encarna la violencia. La

violencia es ciega. La violencia - como dice Sartre - es analfabeta. No sabe nada. Y cuando se inicia la violencia, entonces ya es muy difícil pararla porque no sabe a donde va... Creo que todavía los indicios de violencia actual no son tan graves como para producir los males mayores. Y creo que se está a tiempo de reaccionar, inteligentemente, hacia una evolución más o menos bien dirigida que permita salvar el terrible escollo que resultaría de embarcar al país en una guerra civil, que eso es en lo que generalmente terminan estos problemas cuando falta esa grandeza, esa racionalidad, para apreciar estas alternativas. |p45 Papel de la opinión pública Pregunta: De acuerdo con algunos términos de su exposición general, ¿usted adjudica, en alguna medida, como factor del problema argentino, la falta de una opinión pública bien realizada, auténticamente plasmada y manifestada, a través de aquellos organismos que pueden ser tanto partidos políticos, como prensa u otras entidades, universidades y demás? ¿Cuál es su impresión acerca de la opinión pública? ¿Se ha ido elaborando eficientemente o deficientemente en el país? Perón: "En el país se ha producido un proceso de descomposición que, indudablemente, ha tomado todos los estamentos nacionales. Cuando la descomposición se empieza a producir desde el gobierno hacia abajo, es natural que nade escapa a esa descomposición. La corrupción ha invadido al país. Y esa corrupción ha tomado, en primer lugar a los poderes públicos y a sus instituciones. Corrupción que empieza en el orden político, con el fraude, con la arbitrariedad, con la mentira, con la infamia en todas sus manifestaciones. Indudablemente que este gobierno ha tomado la prensa. El que no le responde a ellos lo cierra. Se incautan de los diarios de una forma u otra. En el orden político los persigue, de manera que la prensa ha caído en la descomposición de los demás factores. A ellos les han seguido los estamentos superiores. Han ido cayendo, cayendo, y esa descomposición está invadiendo todo el país. Por eso, notoriamente, el culpable de todo eso es el Gobierno. ¿Por qué el gobierno? En fin..., porque en cierta medida la opinión pública ha sido influenciada, en un sector, por la pasión infiltrada por el propio gobierno. Y por otro por la reacción contra eso, que es la que levanta al pueblo. Se puede decir que es un proceso de corrupción generalizada. Yo hablo aquí con comerciantes que me dicen: "no se puede hacer nada. Para todo hay que pagar coima. Todo allí son negociados y si usted no va a pagarle a los funcionarios, allí no consigue nada". Y bueno... la corrupción cuando entra, es como cuando se pudre una cosa. Comienza a pudrirse y sigue pudriéndose, hasta quedar íntegramente descompuesta. Ese es el proceso de corrupción que se ha producido en el país. La consecuencia de eso es lo que estamos presenciando, y las causas, están siempre lanzadas desde los estamentos superiores hacia los inferiores. Ese es mi parecer. La prensa no escapa a eso, porque la prensa está dominada. Hoy no hay prensa en el país que no sea del gobierno, y la que es independiente está un poquito limitada. No puede decir lo que quiere, no puede decir la verdad... Y nuestros diaritos, que salen de cuando en cuando, como "Retorno", esos están amenazados de que lo cierren en cualquier momento. No le dan papel... Presionan a las imprentas que los imprimen, en fin... toda esa persecución en cierta medida indisimulada ya. |p46 Situación interna en el Peronismo Pregunta: Bien, General, yendo a otro plano. Descendiendo algo del escenario amplio del país, en el orden de la política interna de su movimiento, ¿le otorga usted mucha trascendencia a la situación, no digo de enfrentamiento, sino a la discusión que se ha originado en el peronismo? Perón: "Relativamente... Porque aquí hay que mirar bien el problema de que se trata. En nuestro país existen los partidos demoliberales. Esos se perfeccionaban y se removaban por fallecimiento. En cambio, en nuestro movimiento existe otra dinámica interna. Nosotros renovamos y perfeccionamos por la lucha entre los dirigentes. La renovación es por una eliminación selectiva, pero ésta se muestra en la lucha entre los dirigentes, para ver quién va a conducir en el futuro. al contrario de lo que les pasaba a los otros, que allí no ocurría nada hasta que se moría alguno para reemplazarlo por otro. Si esto es así, como lógicamente sucede en los movimientos nacionales, nosotros no le podemos dar mucha importancia a esa lucha. Eso que está pasando en el Movimiento Peronista ha pasado veinte veces,

ya. En los veinticinco años que yo estoy en esta tarea, lo he visto muchas veces. ¿Se acuerdan de Gay? ¿Se acuerdan de Espejo? ¿De Vuletich? Todos han sido objeto de lucha. |p47 La masa no está luchando Perón: "¿Qué es lo que ocurre actualmente en el Movimiento Peronista? La masa peronista que está en sus bases, esa no está, en ninguna manera, inhibida ni influenciada, ni luchando. Esta es una lucha, exclusivamente de dirigentes y desgraciadamente, es una lucha por apetitos personales y de intereses de círculos, y esto se ha producido, preferentemente, en el campo sindical, no en el político. ¿Qué es lo que ha pasado en el campo sindical? Vea, el movimiento sindical argentino ha constituido, siempre, la columna vertebral del justicialismo. Porque está toda la organización hecha. En cambio, en la organización política, no han tenido fuera de la ley, no nos han dejado actuar políticamente y el Movimiento ha estado un poco en asamblea en este sector. Los dirigentes sindicales que son designados para la defensa de los intereses profesionales de los sindicatos, se han desviado hacia el campo político y han empezado a querer hacer ellos la parte política, transformando, en cierta manera, al movimiento en un movimiento clasista, que no resiste el menor análisis. Naturalmente que esto tiene su explicación. |p48 Porqué conducían los gremialistas Perón: "En 1962, cuando se plantean todos esos grandes problemas de la elección de Buenos Aires, antes de que cayera Frondizi, los dirigentes políticos, encabezados por el Ingeniero Iturbe, no querían ir a la elección. Querían que el Movimiento se abstuviera. Y esto no era por idea solamente, era por influencia de Frondizi, Frigerio, y sus amigos que lo habían influenciado, probablemente al Ing. Iturbe. Y éste estaba más bien con ellos, contemplando las cuestiones de ellos. Entonces él se oponía como delegado del Consejo Superior Peronista a ir a las elecciones en Buenos Aires. Los dirigentes sindicales vinieron aquí y me plantearon el problema. No - dijeron - las elecciones se ganan... Y como en el Movimiento siempre tienen que tomar el mando aquel que triunfa, no el que fracasa, se hicieron las elecciones, se ganaron las elecciones y volteamos a Frondizi que era lo que se perseguía en ese momento. ¿Quiénes ganaron?. Ganaron los dirigentes sindicales. Los dirigentes políticos perdieron. entonces yo les entregué el mando, es decir la dirección del movimiento, a los dirigentes sindicales que habían acertado, como es lógico. |p49 Se combinaron con el Ing. Iturbe Perón: "Estos señores en vez de cumplir con la misión que se les había encomendado, en combinación ya con el mismo ingeniero Iturbe, comenzaron a meterse en el campo político, a desplazar a los políticos y a tomar ellos las decisiones. Estos dirigentes sindicales deben darse cuenta que proceden de la fábrica. Llegan allí, tienen un escritorio, un auto en la puerta, un buen sueldo, dinero para disponer, una secretaria buena moza a lo mejor, entonces, se agarran con uñas y dientes a ese cargo que tienen y no lo quieren perder. Desde ese momento ya no quieren "más lolas". Ya no quieren pelear, ya no quieren luchar. Se burocratizan y se aburguesan sin darse cuenta que ellos representan los intereses profesionales de los sindicatos. El sindicato los está observando y los va a sacar, por que no sirven. Por otra parte detrás de él hay un segundo que está para sacarlo también. Entonces ellos se sienten débiles. Como personalmente no tienen un predicamento fuerte, hacen una trenza para defenderse. Combinan con amigos o con gente que pagan, para sostenerse y así extienden su campo de acción y mantienen su nominal predicamento. Porque ellos no han sido designados para una función política, sino para una función sindical. Y la gente que tienen detrás, que es su organización no los sigue en la política, los sigue en lo sindical. Pero en la política no. Y, naturalmente, esa gente se hace así y forman bandadas. Vuelan bajito. Hacen juego de gorriones. Los gorriones siempre vuelan en bandadas, en tanto las águilas van solas. Pero aquí no hay ningún águila. Entonces, se presenta allí, que cuando la realidad sale a superficie ellos están destruidos. Que por otra parte es lo único que se puede hacer, porque para sacar a ese hombre de ahí, ¿cómo tiene que hacer usted?, destruirlo...

|p50 Los sindicatos deben arreglar sus problemas Perón: "Yo jamás me he metido en la cuestión sindical. Yo prefiero que sean los sindicatos los que arreglen sus problemas y designen sus dirigentes. ¿En razón de qué?... Porque yo en veinte años he seguido esa conducta que siempre me ha dado buen resultado. Claro que si se trata del campo político, eso es otra cosa... En el campo político esa gente se destruye. No los destruyo yo, son ellos los que se destruyen... Siempre he tenido, en ciertas medida, cuidado de no destruir dirigentes, porque nosotros no debemos destruir nuestros dirigentes, pero las circunstancias los destruyen. Ellos se colocan en una falsa posición y se liquidan solos. Es lo que ha pasado a Vandor, a Izzeta, a Coria y a Cavalli. Se están destruyendo y terminarán irremisiblemente... En el campo político ya están destruidos, y en el campo sindical no pasará mucho tiempo sin que ocurra lo mismo. Porque han procedido mal y el que procede mal se destruye víctima de su mal procedimiento... |p51 Yo no mando, yo gobierno Perón: "Yo siempre he seguido una conducta imperturbable. Yo no mando, porque mandar es obligar... Yo gobierno. Gobernar es persuadir, y al hombre siempre es mejor persuadirlo que obligarlo. Pero en esto actúo mejor como providencia. Yo hago de Padre Eterno, que bendigo a unos y bendigo a otros, "Urbi et orbi", como dicen los latinos, y contemplo todas las situaciones y trato de solucionar esas cosas, sin que lleguen a cosas violentas. Pero en el ambiente sindical no es como en el ambiente político. En el ambiente político se dialoga. En el ambiente sindical no... Ya ve como terminó en Avellaneda, se arreglan a balazos... Una cosa lamentable... Bueno... todas esas cosas, son hechos que me duelen a mí más que a nadie, pero indudablemente cuando un dirigente se planta en esa situación, no queda otra solución que destruirlo. Y hay que destruirlo, porque si no él va a destruir los sectores del movimiento en el cual está actuando. Indudablemente que yo, en esto, nunca actúo directamente, sino como Providencia. Eso lo copio del Padre Eterno que si bajara todos los días, acá a la tierra, a dirimir los problemas que tenemos los hombres, ya le habrían perdido el respeto. No faltaría algún tonto que hubiera querido reemplazar a Dios... también... De manera que, nosotros, ya tenemos la inspiración para la conducción política. La conducción política está aquí. Indudablemente que planteado ese problema, ¿en que terminó eso? Que estos dirigentes sindicales hicieron su trenza, y después se extendieron hacia los movimientos neoperonistas del país dominándolos y colocándolos, frente al resto del Movimiento. Claro que cuando las bases se dieron cuenta de lo que estaba haciendo esta gente, los aplastaron. Porque las bases están en la realidad, están en la verdad. |p52 El problema de Mendoza Perón: "El problema de Mendoza es suficientemente elocuente, como para demostrar que eso se había planeado. La prueba está que todo ese "entourage" de Vandor, Izzeta, Cavalli, fueron a Mendoza para luchar por Serú García. Pero Serú García no es un peronista. Los partidos de esta naturaleza, fueron autorizados por mí, para servir como continente, porque como el Justicialismo está proscripto, nosotros podríamos encaminar la acción por distintas siglas, que servían de continente a nuestro Movimiento. El contenido es peronista. El continente es, solamente, una sigla. Pero como estos señores creían que ya tenían el predicamento suficiente para poder actuar por su cuenta, se colocaron frente a la conducción. Al colocarse frente a la conducción, ella no tiene más remedio que decir: no. Estos señores no están haciendo lo que deben hacer. Los desautoriza y cuando la conducción dice eso, las bases, no les obedecen a ellos, obedecen a la conducción. Y eso es lo que les ha pasado y les seguirá pasando... Yo no obro nunca discrecionalmente. Yo políticamente soy un aficionado. En lo que soy un profesional, es en la conducción. Y, entonces, en la conducción cumplo la misión que tengo de conductor. Es claro, soy un peronista. ¿Soy el jefe? Sí, pero el jefe tiene su misión y el resto tiene la suya. Yo cumplo la mía, que es la

de mantener unido al movimiento, que es la de darle una orientación también en el orden internacional congruente con su posición. Que, además de eso, cuido que se mantenga la doctrina y sobre todo eso reviso, algunas veces, las soluciones tácticas que se toman allá, para que no se cometan errores... |p53 Yo quiero que el Movimiento se institucionalice Perón: "Porque lo que yo quiero es que el movimiento se vaya institucionalizando. Entonces, ¿qué es lo que ocurrió? Yo hace años que vengo luchando porque el movimiento deje de ser un movimiento totalmente gregario y se haga un poco institucional. Porque yo tengo ya setenta años, puedo morirme el día menos pensado y el movimiento quedar formando una institución que se prolongue. El hombre no vence al tiempo; el tiempo lo vence al hombre. Lo único que vence al tiempo es la organización. Ello crea la necesidad de institucionalizar. Pero, naturalmente, cuando yo ordené la institucionalización del movimiento y creé los organismos necesarios para esa institucionalización, estos vivos los utilizaron para intentar hacerlo en su provecho. Cuando las bases se dieron cuenta de eso... y bueno... los aplastan... El movimiento no debe institucionalizarse en provecho de ningún hombre, sino en provecho de la Nación, del país, que es al que nosotros debemos servir. Si este Movimiento ha sido gregario es porque yo lo creé así, pero yo quiero ahora, que siga funcionando a pesar de que yo haya desaparecido. No lo hago para que ningún hombre lo aproveche. Si cualquiera de estos hombres fuera un hombre capaz, yo no me opondría, lo apoyaría... Si yo creyera que cualquiera de estos hombres que están pretendiendo reemplazarme, tuviera las cualidades necesarias y las virtudes indispensables para mantener al Movimiento, ¡sí! Pero yo sé que están llenos de trampas, de vicios, llenos de cosas... En fin... yo veo que ese hombre va a destruir el Movimiento y, entonces, yo digo no... ¡Cómo le voy a entregar el Movimiento a un hombre que lo va a destruir! O se lo entrego a una organización que lo mantenga, o a un hombre que tenga las virtudes, las cualidades y las calidades necesarias para llevarlo al triunfo y no al fracaso transformándolo en un movimiento sectario. El sectarismo es un síntoma de debilidad. Si cada vez más sectario es, más se debilita, y en política el proceso es cuantitativo. Hay que llevarlos a todos, buenos y malos, ricos y pobres, sabios e ignorantes... A todos hay que llevarlos. Porque el proceso político es cuantitativo. Si quisiéramos llevar, solamente, a los buenos llegaríamos con muy poquitos, ¿sabe?..., y en política muy poquitos no hacen nada... |p54 La misión de Isabel Martínez Perón: " Esa es la misión mía, llevarlos a todos unidos hacia los objetivos, hacia el éxito del movimiento. Pero estas divisiones tienen su importancia a pesar de ello. Es el proceso de una dinámica especial que tienen los movimientos populares, que es su renovación y eliminación selectiva a través de una lucha entre los dirigentes. Yo creo que esto se va a superar perfectamente bien. La misión que yo le di a la señora es, precisamente, la de evitar esa lucha entre los dirigentes y colocar un fusible entre esos dirigentes que se pelean en masa, para que ésta no se contamine en la lucha. Por eso ella fue y habló directamente con la masa y después empezó a actuar entre los dirigentes. Ahora se organizará allí un comando, ya que se ha tranquilizado este asunto. Se llamará a la gente a la prudencia y a la comprensión y se volverá a estructurar una institución que será la que gobierne y maneje el movimiento en la lucha táctica, mientras yo sigo manejándolo en la acción estratégica, en la acción grande. Para mí eso es todo. La señora se ha desempeñado admirablemente bien. Es una buena alumna de la conducción. Porque hay un principio de la conducción que dice que hay que ser más fuerte y en el lugar en que se produce la decisión. Principio de la teoría de la conducción que se llama: "de la economía de la fuerza". Ella lo ha aplicado maravillosamente, en Mendoza; porque todo lo que se ha hecho en Mendoza se ha hecho por consejo de ella, no por consejo mío. Ella apreció que allí se producía la decisión y entonces trató y consiguió de ser más fuerte en el lugar y en el momento que se producía la decisión. Por eso triunfó. Esa es la teoría de la conducción, tiene sus principios y hay que cumplirlos. Ahora, en la técnica, ella sigue más o menos la misma técnica mía de conducción en la forma de ejecución. Claro, hace diez años que está conmigo y yo le he ido haciendo ver todas estas cosas y ella es inteligente, es capaz, ha asimilado bien y

se comporta perfectamente bien allá como delegada. Por otra parte, en este momento, ¿qué delegado mejor podría haber mandado, que ella? En nuestro país la mujer tiene los mismos derechos que el hombre y no hay diferencia política, entre el hombre y la mujer. De manera que mandar un hombre o una mujer es lo mismo. Sobre todo en un movimiento como el nuestro que está formado por hombres y mujeres, que son más las mujeres que los hombres, entre paréntesis. Por otra parte en el mundo se inicia actualmente un vigoroso movimiento en favor de la participación de la mujer en la acción política. Lo de Indira Gandhi en la India, como primer ministro, no es una cosa que se haya hecho de casualidad. Ni por casualidad hay ocho ministros que son mujeres, en Inglaterra. La mujer está actuando en política en todas partes, ya. Nosotros también en eso hemos sido precursores... |p55 Un problema: los ferrocarriles Pregunta: General, en la Argentina existe un problema serio desde el punto de vista económico y que está afectando grandemente las finanzas del Estado, y que se llama ferrocarriles. Los ferrocarriles los adquirió el peronismo. ¿Qué habría pasado si hubiera estado usted en el gobierno? ¿Se tendría ese déficit extraordinario de setenta u ochenta mil millones de pesos? ¿Cómo solucionará una situación de esta naturaleza? Perón: "La historia de los ferrocarriles desde ese punto de vista es muy interesante y yo se la voy a exponer con cierta amplitud, porque es un problema que no todos conocen. Los ferrocarriles representaban para la República Argentina, cuando yo me hice cargo del gobierno, un grave problema en manos de los ingleses. En primer lugar porque nos fijaban toda la política de transportes y toda la política económica. Los precios los fijan los transportadores, especialmente, no los que producen ni los que trafican. Inglaterra había establecido un sistema de sol. Como un sol, para llevar todo hacia Buenos Aires, porque era el puerto de exportación que los abastecía. Pero, es claro, ellos seguían una política proteccionista a los productos que ellos consumían. Por ejemplo, un vagón de ganado que venía de Mendoza a Buenos Aires y corría mil doscientos kilómetros a Buenos Aires y mil doscientos kilómetros de vuelta, porque los vagones de hacienda no se pueden utilizar para otra cosa. De manera que recorría dos mil cuatrocientos kilómetros por dos mil pesos el vagón completo. Pero en cambio un vagón de mercadería que iba del puerto de Buenos Aires a Mendoza y recorría 1.200 kilómetros, llevando productos que a lo mejor venían de Inglaterra, costaba 4.000 pesos. Por la mitad del recorrido pagaba el doble del destinado a la hacienda. ¿Por qué...? Porque la hacienda era para los ingleses y la mercadería era para los mendocinos, entonces, les hacían pagar a los mendocinos... Los ferrocarriles estaban llenos de esos anacronismos. En segundo lugar nos representaba un fuerte sector de divisas que se iban del país todos los años. Sumaban casi mil millones en divisas. Había que tomar, por ello los servicios públicos y entre ellos los ferrocarriles. |p56 Como se compraron los ferrocarriles Perón: "Cuando hubimos de comprar los ferrocarriles por algo lo compramos nosotros. Porque se podía hacer el negocio en esos momentos. Había terminado la guerra y los ingleses estaban muy mal económicamente. Necesitaban por otra parte abastecimientos y nosotros hicimos correr la voz de que el gobierno compraría los ferrocarriles. En seguida se vinieron los ingleses a querer venderlos. Los recibimos con Miranda. El inglés nos dijo: "¿Ustedes quieren comprar los ferrocarriles? Miranda les contestó: "es la primera noticia que tenemos, pero si ustedes lo ponen a buen precio... los compramos".

"¿Cuál sería el precio de los ferrocarriles?" dijo Miranda. Y el inglés contestó: "El precio sería de diez millones de pesos. Es lo que consideramos nosotros el valor de libras". Miranda se sonrió y les dijo que no rea posible, "esto es todo hierro viejo", replicó... Es decir la política del que compra... Los ingleses, después, se enojaron porque Miranda les dijo algunas otras cosas un poco desagradables y se fueron a Londres. Claro... en seguida sobrevino la huelga de los ferrocarriles, el reglamento de trabajo por el cual difícilmente se podía trabajar... Ellos llegaron a perder tres o cuatro millones de pesos por día. Entonces se vinieron los ingleses, entrando más en razones. Ofrecieron venderlos en seis mil millones. Pero cometieron un error: le ofrecieron a Miranda una coima de cien millones de dólares, depositados en Bancos de Inglaterra a la orden de Miranda y mía, si se los comprábamos en ese precio. Miranda vino inmediatamente y me dijo: "Han ofrecido 100 millones de dólares para el Movimiento Peronista, en un banco de Londres a la orden suya y mía, si se los compramos en seis mil. Quiere decir que no valen seis mil". Y él siguió discutiendo en el precio y se los sacó por 1.020 millones. Ese fue el precio de los ferrocarriles. Les compró bienes directos e indirectos de los ferrocarriles. Mil millones eran una cosa formidable. Porque los ferrocarriles eran 48 mil kilómetros de material rodante, estaciones, etc., etc. y muchas propiedades, porque la Ley Mitre les había dado seis kilómetros a cada lado de la vía para que construyeran. Cuando se ajustó este asunto Miranda, nos dijo: "ya hemos vencido en el precio, ahora vamos a ver como nos va en las condiciones de entrega". |p57 Le pagamos con trigo Perón: "El hace un boleto de venta donde establece - como los ingleses tenían un tratado con nosotros mantener la convertibilidad de la libra que nos permitía el negocio triangular con Estados Unidos. Si se mantiene la convertibilidad de la libra, pagamos "casch" mil veinte y nueve millones. Si no se mantiene, entonces, pagaremos en mercadería. porque ese dinero lo teníamos en Estados Unidos y se lo podríamos pagar a los ingleses. Cuando terminó eso vino Miranda y me dijo: "Bienes directos e indirectos en estas condiciones". Yo le contesté: "¿Y si no declaran la convertibilidad de la libra? Vamos a tener que pagar los mil veintinueve millones... vea que esos no los tenemos". "No se aflija..., acotó Miranda, los ingleses van a declarar la convertibilidad de la libra". A los dos meses declararon la convertibilidad de la libra. Ya no pagábamos en dinero. El dinero lo necesitábamos para pagar algunos equipos industriales que estábamos, en esos momentos, trayendo al país para abastecer a la industria que se encontraba sin maquinarias. Ya ese no era problema para nosotros porque en 1947, empezamos a comprar la cosecha con el IAPI. A los chacareros que le pagaban seis pesos el quintal, le pagamos veinte, con lo que estaban eufóricos... Pero Miranda había previsto que se venía la crisis del trigo del año 1948. Ustedes recuerdan, se había agotado los "stoks" durante la guerra y en vez de vender metió en silos subterráneos y dejó que se valorizara. De manera que ese trigo que él compró a veinte y dejó eufórico a los chacareros, se los vendíamos a los ingleses a setenta... Vale decir que de los mil veintinueve millones que debíamos pagar por los ferrocarriles, le pagamos en trigo porque habían declarado la convertibilidad de la libra. Trigo que comprábamos a veinte y vendíamos a setenta, era el treinta y tres por ciento. de 1.029 millones el 33 por ciento menos, quedaba como precio total setecientos cincuenta millones. Eso se emitió.

Cuando se tomaron los ferrocarriles, se vendieron algunas de las propiedades que tenían y se sacaron 1.000 millones. Esos setecientos millones que habíamos emitido, se retiraron de circulación y nos quedamos con todas las propiedades. Fíjese que desde el puerto de Buenos Aires, desde la Casa de Gobierno hasta el Dock Sud, era todo de los ferrocarriles y veintitrés mil propiedades... Todo pasó al Estado. Y... ¿qué pagamos nosotros? ¡Ni un centavo!!! Con la plata de ellos, nosotros les pagamos a ellos. ¿Se da cuenta usted por qué se compraron los ferrocarriles? |p58 Los déficits ferroviarios Perón: "Recibimos los ferrocarriles y tenían un déficit de mil doscientos millones al año. Esto era porque el material era anticuado; porque, en fin, había muchas deficiencias. Se hizo un gran esfuerzo, se pusieron los ferrocarriles a punto y se racionalizó el personal. Esa racionalización del personal nos bajó matemáticamente el déficit a setecientos millones. Cuando había llegado a setecientos millones la racionalización no era posible seguirla haciendo. Nosotros habíamos establecido que cuando moría un ferroviario o se jubilaba era reemplazado por otro ferroviario y no tomábamos gente de afuera. Así se bajó casi en un cincuenta por ciento el personal. Los ferrocarriles funcionaban mejor que antes. Bueno... ¿qué ocurrió? Ese déficit de setecientos millones lo quería bajar la Comisión de Racionalización aumentando los fletes y los transportes. Dije: "no" pagamos de una partida del Presupuesto y no aumentamos los fletes, ni los pasajes, porque eso gravita sobre todo el resto de la economía". Y mantuvimos siempre a los ferrocarriles con un déficit de seiscientos o setecientos millones de pesos. |p59 Políticos en el ferrocarril Perón: "Caímos nosotros... Estos se encontraron con 150.000 ferroviarios y empezaron a meter políticos de comités y los llevaron caso a cuatro cientos mil. Y entonces, naturalmente, el déficit está en relación directa. Fueron modificando el déficit. porque esto no es una empresa ferroviaria. Esto es una sociedad de beneficencia para los políticos de los comités. Además de eso porque no pagan a la gente, han provocado conflictos, la pagan mal, entonces el déficit ha ido aumentando. De setecientos millones que tenía en el año 54, los ferrocarriles han llegado, ahora, a 80.000 millones de pesos. Ese es el problema de los ferrocarriles. Que estos lo han convertido en un comité político. Y un comité político no creo que puede ser muy apto en asuntos ferroviarios. Y mientras sigan en eso el déficit será cada vez mayor. Porque ahí meten a todos los políticos desplazados. para tener el voto de ellos, los meten en los ferrocarriles... ¡cómo no van a tener déficits...! Pregunta: ¿Y la solución cuál sería? Perón: "Y la solución es la misma que hicimos nosotros. Hay que poner un proceso de racionalización en los ferrocarriles y despedir a toda esa gente que ellos han tomado, que no tienen nada que ver en los ferrocarriles, que son gente de comités. Reajustar eso. Poner el material en condiciones. Pagar los sueldos a los ferroviarios y volver a tomar el ritmo anterior. Nosotros prestamos un excelente servicio ferroviario, a todo el país, durante los diez años de mi gobierno y los déficits, eran insignificantes, al lado de los que tienen esta gente. Hay que racionalizar... Eso se arregla en seis meses... |p60 Peronismo, Iglesia y ejército Pregunta: "Una última pregunta le voy a hacer. General. ¿Cuál es la posición del peronismo frente a la Iglesia y el ejército, en estos momentos?

Perón: "Nosotros constituimos un movimiento cristiano. Nuestra doctrina, en la parte una, dice: "el movimiento peronista es, profundamente humanista y profundamente cristiano". Porque nosotros creemos que en el mundo, hay sólo dos filosofías que pueden encajar, direccionalmente, a las grandes orientaciones ideológicas: una es la filosofía cristiana - que tiene ya dos mil años y que ha venido sometiéndose a través de veinte siglos - y la otra la filosofía marxista que es la del comunismo. Y hoy, ¿cuál es la filosofía que podemos seguir para fundar una doctrina política? Es una de esas dos. No hay otra. El justicialismo es la doctrina política del cristianismo que nosotros entendemos. Yo soy un hombre católico, de manera que pertenezco a la Iglesia. Ahora yo considero que en la Iglesia ha habido, siempre, dos tendencias: los que agarran para el lado de Dios y los que agarran para el lado de la Iglesia. Que no siempre están de acuerdo. Yo agarro para el lado de Dios y trato de servir a Dios en su doctrina. Yo soy un católico de esa naturaleza. En cambio hay otros que agarran para el lado de la Iglesia, que juntan plata. Yo no soy de esos, ni me presto para eso, porque creo que eso no es nuestra religión. Yo soy mercedario, hermano mayor de la orden, he sido educado en las escuelas mercedarias en Buenos Aires, y fui de chico allí. Estoy ligado a instituciones de la Iglesia y todas esas cosas. Pero, naturalmente, que yo defiendo a la Iglesia; pero defiendo a la Iglesia en la doctrina y no en esas desviaciones que todos conocemos, y que ahora han puesto muy al tanto en el Concilio Ecuménico que se ha realizado recientemente. Es decir, sirvamos a Dios en su doctrina, no en los intereses parciales de organizaciones que no son Dios, aunque crean en Dios. De manera que mi relación con la Iglesia está perfectamente encuadrada dentro de esa concepción, que creo debe ser la concepción de todo hombre de gobierno. |p61 La institución militar Perón: "En cuanto a los militares, bueno, es una institución del país que, yo creo, que nadie la consideró, ni la trató, ni la dejó mejor que yo la dejé. Después se ha venido abajo porque la metieron en política, porque la deformaron... Las instituciones militares, viven en base a dos sustentaciones: una es el prestigio que ellas tengan ente el Pueblo, que las paga y las mantiene, y otra es la disciplina que ellas tengan y que es la columna vertebral que mantiene enhiesta a la institución. Como prestigio lo han perdido todo las fuerzas armadas, como consecuencia de que han estado apoyando la arbitrariedad, la mentira, la falsedad, el fraude... Y la disciplina porque se metieron en política y comenzaron a hacer cosas ajenas a la institución. Y la institución, perdida la disciplina y perdido el prestigio no tiene nada que la sustente. Aunque ellos mantengan la autoridad, que tienen dentro de la institución, esa autoridad no la tienen dentro del país. Ahora tienen la fuerza. Si circunstancialmente pueden tener la fuerza. Pero esos no son problemas de fuerza, son problemas de derecho y mientras ellos reemplacen al derecho por la fuerza, construirán algo... pero transitorio... Y el país no vive de cosas transitorias, vive de cosas permanentes. De manera que la institución tiene que entrar por sus cabales y cumplir con su misión específica... Mientras se salga de esa misión específica, y... estarán siempre delinquiendo. Estarán en el campo de la delincuencia... y no se puede concebir que en el campo de la delincuencia pueda haber un poder que se afirme. El militar que hace un acto de rebelión, como en 1955, levanta sectores del ejército, porque tampoco se levantó el ejército, esas fueron las fuerzas internacionales y la marina que actuó en eso, cae dentro de la jurisdicción amparando un estado de cosas irregulares y ahora han estado amparando a Guido, a Frondizi, que, todos, han estado irregularmente en el gobierno. Han permitido que se hiciera una opción en vez de una elección y ahora han permitido el fraude, la violencia, la represión violenta. todo eso carga sobre las

espaldas de la institución y la desprestigian. Los militares tienen que volver por su prestigio ante el pueblo. Como en la época nuestra en que el ejército y el pueblo estaban unidos y entonces había un prestigio para el ejército. Los oficiales eran mas bien mimados por el pueblo. Ahora son resistidos... ¿por qué? Porque ellos han procedido mal... Si ellos fueran capaces de salvar esta situación, quizás pudieran emprender el camino de reconquistar ese prestigio que han perdido. Y reorganizar su disciplina que también la tienen perdida. En cuanto hubieran reconquistado ese prestigio, ante el Pueblo, y hubieran retomado la disciplina que la institución impone ya estaría en su puesto. Si la institución sirve para el desorden, para amparar arbitrariedades, injusticias, falta de ecuanimidad de los gobiernos, y, bueno, no puede ser respetada. Yo en ese caso no puedo apoyar al ejército ni estoy con el ejército. Pero si el ejército cumple una función patriótica y, además de eso, con su función específica bien... Bueno..., Si yo soy un General. Si este ejército que hoy existe lo he formado yo junto con muchos otros... Yo empecé de subteniente en el año 1910, cuando eso era un ejército y no un Cuerpo de Bomberos... Todo lo que es el ejército lo hemos hecho nosotros. Yo he sido desde subteniente hasta General de Ejército y he ocupado todos los cargos, desde subteniente hasta Presidente de la Nación, como jefe total de las Fuerzas Armadas. De manera que si habré intervenido en la formación de ese ejército... Fui quince años Profesor de la Escuela Superior de Guerra. He sido profesor de la Escuela de Guerra Naval. En fin... algo he hecho por ese ejército... Soy General con cincuenta años de servicios continuados... De manera qué... vamos... cómo me van a hablar mal de la institución. No... Yo hablo mal de los hombres que han deformado, han desprestigiado a la institución y que han roto la disciplina. Sí, contra esa gente yo estoy; pero no contra la institución. De manera que cuando se dice los militares, pues yo estoy contra los militares malos y mentirosos, y estoy con los militares que cumplen, honestamente, con su función dentro de la Institución. Ese es el concepto mío". |C30-jun-66

PERON: TRES HORAS CON PRIMERA PLANA

30 de Junio de 1966 |p1 En la noche del domingo 26, Perón recibió en la Puerta de Hierro un cable que decía textualmente: "Llegaré a Madrid entre el veintiocho y el veintinueve, pero probablemente anticiparé viaje veinticuatro horas". Era la comunicación oficial de que el alzamiento contra Illia iba a estallar. Al anochecer del martes 28, asediado por la prensa española, a la que finalmente no recibió, Perón se encerró tres horas con el enviado especial de Primera Plana, Tomás Eloy Martínez. Parecía animoso, fumando un cigarrillo detrás de otro, bebiendo té y jugo de naranjas, con un pantalón blanco, cuya pulcritud cuidaba al sentarse, y una camisa de mangas cortas. Antes de la conversación, Jorge Antonio le informó que Onganía asumiría el poder a las 22, hora española. Al terminar, su secretario Giménez le anunció la suspensión de las relaciones de Estados Unidos con la Argentina: "Es la gran ocasión que tienen estos muchachos para ganarse ahora el afecto popular. ¿Sabe qué haría yo en estos momentos? - le dijo al cronista -. Lanzaría un llamamiento nacional explicando al país que Estados Unidos nos aisló y que somos lo bastante fuertes como para salir adelante solos. Ya vería usted cómo inmediatamente el pueblo no vacila en engrosar las filas detrás de Onganía". El entusiasmo de Perón por la revolución lo había hecho levantar la voz, guiñar picarescamente el ojo izquierdo, encenderse y abrir los brazos con vehemencia, como en los buenos tiempos. "Para mí, éste es un movimiento simpático - dijo - porque se acortó una situación que ya no podía continuar. Cada argentino sentía eso. Onganía puso término a una etapa de verdadera corrupción. Illia había detenido el país queriendo imponerle estructuras del año mil ochocientos, cuando nace el demoliberalismo burgués, atomizando a los partidos políticos. Si el nuevo gobierno procede bien, triunfará. Es la última oportunidad de la argentina para evitar que la guerra civil se transforme en la única salida." "Cuando los jefes militares me visitaron por interpósita persona, descubrimos algunas coincidencias. Pero hace poco escribí con seudónimo (firmo Descartes porque el filósofo francés usaba el seudónimo Astrónomo Perón, y yo le devuelvo así la gentileza) que el peronismo no pacta con nadie . Si el nuevo Gobierno apoya los intereses populares, nosotros apoyaremos al Gobierno. La proscripción del peronismo no nos interesa porque es imposible proscribirnos por decreto. No nos interesa nuestra existencia legal, sino nuestra existencia real. Tampoco nos interesa el acceso al poder porque no luchamos por nosotros

sino por el país. Hemos aprendido a tener paciencia; será dentro de un año, dentro de diez. Creemos, como Confucio, que una hormiga no puede matar a un elefante, pero que puede comérselo. Tenemos buenos nervios". Perón habló largamente sobre el arte de la conducción y juzgó a Onganía en ese sentido. Especificó: "Un conductor político es una cosa y un conductor militar, otra. Este manda, vale decir, obliga. El conductor político persuade. para mandar se necesita voluntad y carácter, para gobernar, sensibilidad e imaginación. Si el general Onganía tiene sensibilidad e imaginación, entonces el país saldrá adelante. No conozco suficientemente a Onganía. Es un hombre que habla poco y, por lo tanto, difícil de definir. Tengo la impresión de que es un buen soldado; sé que es un hombre patriota, bienintencionado y honesto, y ésas son las condiciones esenciales para un hombre político. Reconozco la calidad de Onganía como hombre de mando del ejército. Si Onganía se comportase en el terreno político como en el terreno militar, el país podrá andar bien". "Simpatizo con el movimiento militar porque el nuevo gobierno puso coto a una situación catastrófica. Como argentino hubiera apoyado a todo hombre que pusiera fin a la corrupción del Gobierno Illia. La corrupción como el pescado, empezó por la cabeza. Illia usó fraude, trampas, proscripciones; interpretó que la política era juego con ventaja. y en política, como en la vida, todo jugador fullero va a parar a Villa Devoto. El hombre que acabó con eso, por supuesto, tiene que serme simpático, pero no sé si también lo será en el futuro. El defecto del actual Gobierno es no saber exactamente lo que quiere, pero la cosa va a ser cuando desate el paquete, porque ellos tampoco saben lo que hay allí". "Argentina - prosiguió -, cuando trabaja, equilibra en seis meses lo estructural y en dos años resuelve todos los problemas económicos. En economía no hay milagros. En economía, la misión fundamental del Gobierno es dar posibilidad a la gente para que se realice. El Gobierno anterior fracasó porque intentó gobernar sin concurso popular. Pero para eso hace falta grandeza, olvido de las pasiones. Yo ya estoy más allá del Bien y del Mal. Fui todo lo que se puede ser en mi país, por eso puedo hablar descarnadamente. No tengo interés en volver a la Argentina para ocupar cargos públicos. Quiero, claro, volver a la patria, pero sin violencias". "Llegó el momento en que los argentinos deben ponerse de acuerdo. Si no, habrá llegado el momento de tomar las armas y pelear. El camino de la unidad es cada vez más difícil; el camino de las armas, cada vez más fácil. Los argentinos debemos ponernos de acuerdo, porque la disyuntiva es la guerra civil. Si permanecí impasible durante diez años ante el retroceso nacional, es porque no creo en la violencia ni en la destrucción de las obras realizadas, porque lo que ya está hecho puede prosperar. Tuve importantísimos ofrecimientos de armas y tropas, pero me negué por no entregar el alma al diablo ni provocar derramamientos de sangre. El nuevo Gobierno tiene una buena intención. El problema político sólo se soluciona haciendo los padrones de nuevo (han borrado los padrones a nuestra gente). Deben, también, organizarse fuerzas políticas. Es tarea para un año y medio o dos. Hay que romper con los estatutos de la trampa y convocar luego a elecciones con la Ley Sáenz Peña o cualquier otra Ley justa. Y quien sea que gane, nos comprometemos a ponerle el hombro todos". "Si Onganía, luego de las elecciones, entrega el Gobierno al ganador legítimo, pasará como prócer a la historia; si se quiere perpetuar, fracasará irremisiblemente. Pero el que haga bien al país contará con nuestro apoyo. El movimiento peronista no podrá ser destruido con proscripciones ni decretos. Los gorilas intentaron la destrucción por la violencia, Frondizi por la integración, Illia por la disociación; los tres fracasaron. La organización del peronismo tiene como base de adoctrinamiento la búsqueda del bienestar nacional". Luego, Perón adelantó el mensaje enviado a través del periódico Retorno, que se publicará la semana próxima. Allí recuerda: "Uno de los hombres más sagaces de la historia política argentina, el general Roca, decía que para que los radicales se hundieran bastaba con dejarlos gobernar". Alzándose de la pequeña silla, Perón apagó el cigarrillo y vaticinó: "Esta es nuestra última oportunidad, y por eso necesitamos que el nuevo Gobierno tenga grandeza. En caso contrario, podemos desembocar en la guerra civil y en esa guerra tendremos que entrar todos. Dios quiera iluminar a Onganía y sus muchachos, y que estos muchachos acierten a tomar la mano que la fortuna les está tendiendo". Afuera, la noche de pesado calor había caído en Madrid, y Perón, acompañado por Jorge Antonio, hizo atisbar la entrada de la casa del Paseo de la Castellana, y sorteando la vigilancia del periodista se escabulló en un automóvil verde.

A pocos metros, en la Embajada Argentina, Gauna acababa de anunciar que si el Gobierno Illia había cesado en su misión, la del representante argentino también llegaba a su fin. |C12-jul-66

APOYO CRITICO Y CONDICIONADO

(Primera Plana, 12 de julio de 1966) |p1 Tras las primeras declaraciones de Juan Perón sobre el nuevo Gobierno argentino - hechas a Primera Plana, en Madrid, hacia el crepúsculo del martes 28 de junio -, la Puerta de Hierro ha elaborado una proclama dirigida a "los compañeros y compañeras del Movimiento". Llegó al país en la mañana del jueves pasado, en una grabación fonoeléctrica que dura aproximadamente 40 minutos, y en ella, por primera vez, el ex presidente menciona una posibilidad: la de oponerse a la acción de Juan Carlos Onganía. Básicamente, la arenga contiene un apoyo crítico y condicionado a la gestión del actual régimen; éstas son las ideas fundamentales: * El gobierno militar "surgido del golpe de Estado del 28 de junio" ha expresado "propósitos acordes con los principios del Movimiento; si ellos se cumplen, los peronistas estamos obligados a apoyarlo". Se inicia una nueva etapa - añade el ex presidente -. En los 10 años anteriores, ante la presencia extrañada de la Nación, hubo cuatro gobiernos que fracasaron: "El que ahora se instala tiene la responsabilidad de un futuro que ya tarda en llegar". Los mandatarios anteriores "acudieron a procedimientos tan monstruosos cono el genocidio; de allí que la reconciliación expresada por estos militares, resulta saludable. Sin pacificación nada podrá realizarse". Ellos le pedirán al pueblo nuevos sacrificios. "Yo no quisiera estar en la piel de quien ha de pedirlo". Por eso, "no podemos apoyar a priori" a Onganía; "esperamos testimonios fehacientes: que se tomen medidas en bien del país, que se haga justicia al movimiento y que sus hombres sean tratados como lo merecen. Si ello ocurre, apoyaremos al Gobierno; si no, tenemos la obligación de oponernos a él. Dios quiera que no sea preciso". * Según Perón, para Juan Carlos Onganía, la solución es simple: debe "conducir a un Gobierno popular elegido por la mayoría - repite - en comicios sin proscripciones". La nueva administración produciría los cambios necesarios en la estructura nacional, por el advenimiento de las partes. "Romper esquemas sin consideración es la mejor manera de institucionalizar el caos". Por otra parte "entregar el manejo del Estado a los tecnócratas, hombres sin representatividad, sería aún peor". Así como ningún lego se permitiría asumir la paleta del artista y pintar un cuadro sin saber hacerlo, "a nadie se le debe permitir gobernar si no tiene los conocimientos indispensables en el arte de gobernar". Advierte el exilado sobre las posibilidades de que la revolución sea entregada al imperialismo por obra de los "cipayos que nunca faltan". No obstante, opina que la historia de los últimos años muestra cómo esos "vendepatrias" resultan aplastados por los mismos intereses imperiales que los encumbraron, ya que - según Perón - "los estreñidos mueren siempre de curso". |C15-jul-66

PALABRAS PARA TODOS LOS ARGENTINOS

(Suplemento especial de "Retorno") Buenos Aires, julio 15 de 1966 |p1 Producido el golpe de estado que destituyó al gobierno que, en conciencia tenía jurídicamente ni más ni menos derecho que cualquier otro de "facto" ya que, su existencia legal y constitucional era tan discutible afirmada en el fraude de una opción que apenas le arrimó una quinta parte del electorado, comienza una nueva etapa del proceso que, desde 1955 se viene produciendo en el país con evidente deterioro y descomposición de las formas institucionales y de las condiciones morales, políticas, económicas, sociales, etc. Todo parece haber sido quebrado ante los ojos atónitos de un pueblo que ha venido contemplando crueldades tras desatinos con una calma superior a toda ponderación. Cada uno de los cuatro gobiernos que en ese lapso de diez años sucumbieron, pasaron ante la presencia extraña de la nación que convencida de su fracaso tenía la esperanza en un futuro que tarda en llegar.

Las fuerzas armadas que, en cierta medida compartieron esa responsabilidad, se declaran ahora depositarias de la soberanía nacional que emerge del pueblo se disponen a poner fin a este negro período de nuestra historia política caracterizada por procedimientos tan monstruosos que no se detuvieron ni ante el genocidio. Es saludable que en boca de soldados aparezca la palabra reconciliación porque están aún presentes en la memoria de los miles de argentinos sacrificados sin piedad a las pasiones más subalternas en actos de verdadera irresponsabilidad y las crueldades inauditas que sembraron el odio que fructificó y que ha de tardar mucho en extinguirse, porque esas heridas son las que más tardan en restañarse ya que se transmiten y se heredan. Los pueblos que hablan de pacificación nacional a menudo no se percatan lo que ella significa cuando hay que vencer enconos generados mediante repugnantes torturas morales y físicas, fusilamientos y masacres. Sin embargo, sin una pacificación de los espíritus nada podrá realizarse. Para que ello llegue a producirse será preciso recurrir a procedimientos muy diferentes de los que han venido empleando hasta ahora por las personas en quienes la arbitrariedad depositó la tarea de gobernar. Esa tremenda responsabilidad es la que asumen hoy los militares que tomaron en sus manos el gobierno por la fuerza que anhelan ejercerlo en beneficio de la Nación y de su pueblo. Como he repetido muchas veces, el problema argentino es político. Lo económico y lo social son solo sus consecuencias. Hemos de partir de la base que hoy es imposible gobernar sin el concurso decidido del pueblo y que este concurso no ha de conseguirlo nadie que no sea representativo y luche por su felicidad y la grandeza de la Nación. Sin embargo, la vida de relación moderna con sus exigencias originales, hace que los fenómenos mundiales de todo orden tengan influencia decisiva en la vida nacional. Eso sucede especialmente con la evolución ideológica y la situación que mueve a los grandes imperialismos. Por eso no es lógico ni racional contemplar aisladamente cuanto aquí ocurre sin relacionarlo a lo que sucede en el mundo que nos comprende y nos influencia. La evolución ideológica nos somete, querramos o no, a dos filosofías políticas: la cristiana y la marxista. En una de ellas debemos caer porque el liberalismo surgido en las transformaciones iniciadas en el siglo XVIII han sido superadas por el tiempo y la evolución y porque la historia marcha hacia el siglo XXI y no retrocede hacia el XVIII. Este concepto que, las perimidas formas creadas para una Europa de pastores, agricultores y artesanos, han cerrado su ciclo. En el mundo actual, las formas demoliberales han sido barridas y reemplazadas por otras estructuras mayores y más naturales, a tono con las modernas necesidades del hombre de hoy. En nuestros días los grandes movimientos nacionalistas han reemplazado a los caducos partidos demoliberales burgueses. Existen monarquías socialistas como las nórdicas y la inglesa que significan la coexistencia de dos grandes movimientos: uno cristiano y otro marxista. España, que ha erradicado la política transiciona hacia un nuevo estado sindicalista. Alemania Occidental e Italia se equilibran entre la fuerza marxista y la Democracia Cristiana. Francia, que fue la inventora de los partidos políticos, se articula en dos grandes movimientos, uno de De Gaulle y otro de Mitterant, nacional el primero y marxista el segundo. Detrás de la Cortina no hay sino Partido Comunista. El mundo árabe tiene sus repúblicas bajo un socialismo nacional y otro tanto parece estar creándose en el Africa negra. Pero, cuando los partidos demoliberales burgueses van siendo un artículo de museo en todo el mundo civilizado, nosotros los argentinos, con un siglo de retraso en la evolución, los estamos presentando como de palpitante actualidad, tenemos 225 partiditos y les asignamos representación proporcional; la mejor manera de anarquizar un país. En casi todo el mundo se encamina hacia un socialismo nacional o hacia un socialismo internacional dogmático. Es lo único que nos queda en la síntesis realista de una evolución indetenible. O elegimos el camino del socialismo nacional cristiano, como lo ha auspiciado el Concilio Ecuménico Segundo, o terminaremos en el socialismo internacional comunista. Ese es el dilema que esta segunda mitad del siglo XX ofrece al mundo para que se decida. El Justicialismo no es sino lo primero: una evolución incruenta que por una reforma nacional lleva imperceptiblemente hacia las estructuras indispensables a la vida y los problemas que la evolución de la humanidad plantea vernácula y la presión foránea despojaron al Pueblo Argentino de su gobierno legal y constitucional en 1955 se abandonó el camino de la ejecución incruenta y se echaron las bases para una revolución cruenta. Desde entonces nos hemos ido acercando peligrosamente a la guerra civil porque, despreciadas las formas incruentas, es lo único que nos queda como forma de ejecución.

Lo mismo pasó en 1789 con la revolución francesa que costó la mitad de la población de París, o en la revolución mexicana que se llevó un millón y medio de sus hijos, o en la guerra civil española un millón de muertos, o en la Revolución Comunista que, solo en el primer año, produjo doce millones de víctimas o en la Revolución China que, según datos aproximados señalan, va en veinte millones el número de los sacrificados. Es que, al decir de los vascos, "el que no tiene buena cabeza para proveer, deberá tener luego buenas espaldas para aguantar". Solo la ignorancia de lo que está pasando en el mundo puede llenar de asombro a los tontos que no saben explicarse el porque se producen las graves alteraciones internas en todas partes. Lo que muchos creen, es que el problema argentino es intrínseco cuando en realidad se trata del "problema del mundo", que los cuerdos, los prudentes, los inteligentes, tratan de resolver por las vías de una transformación pacífica y los locos, los brutos y los ignorantes se empeñan en hacerlo sobre las pirámides de cadáveres que estas luchas llegan a producir. Una influencia tan importante como la que venimos señalando suele tener la acción de los imperialismos, ya en decadencia, que se disputan dominios y hegemonías tanto en el mundo como en el interior de sus países satélites. Escapar a esta influencia no es fácil en nuestros días en que parecen proliferar los cipayos que, desconociendo el verdadero problema se dispone a obedecer sin percatarse que en ello llevan todas las de perder, porque el estreñido muere de curso. Para darnos cuenta de este fenómeno bastaría echar una mirada al mundo del presente y a los países que "cabrestean" a las pasiones de los imperialismos dominantes. Considerando lo anterior empieza a jugar lo intrínsecamente argentino en la triste situación a que nos ha conducido la fatalidad en la que no han estado ausentes ni la ignorancia, ni la pasión, ni la ambición, ni muchas otras excrecencias negativas que los hombres suelen cultivar. Tomado así el problema, con todas sus implicancias internas y externas se nos plantea el "tema" como se encaran las cuestiones castrenses: con una situación general y, dentro de ella, con una situación particular. La primera es clara y puede coincidir perfectamente con los demás problemas locales. La situación particular, en cambio, plantea el "caso correcto" sometido a circunstancias de tiempo y lugar, aunque influenciado por una situación general dentro de la cual juegan factores determinantes y que no se pueden despreciar del todo. La situación particular implica la solución de tres problemas fundamentales: el político, el económico y el social. Nadie que observara la situación actual imaginaría que el problema político, dentro de la concepción democrática que se intenta realizar, es de una simplicidad desconcertante. Todo consiste en llegar a un gobierno popular, es decir, elegido y que gobierne por y para el pueblo. Para ello bastaría que se realizaran elecciones libres y luego que ese gobierno, así legítimo, realizara los cambios estructurales impuestos por la situación, por el camino incruento de la evolución, contemplando de la mejor manera los intereses nacionales y privados, como asimismo realizando una acción tendiente a asegurar la justicia social, la independencia económica y la soberanía nacional. Quedaría por establecer cómo se agrupan y articulan las fuerzas políticas y gremiales que han de hacer posible todo lo anterior. Este enunciado tan simple de concebir como difícil de realizar, debería ser la tarea del actual gobierno de "facto" si es que anhela realmente alcanzar el éxito que merece. Para ello deberá tener en cuenta que no hay instituciones malas con hombres buenos y capaces, como que no hay instituciones buenas con hombres malos e incapaces. Romper inicialmente todos los esquemas sin consideración es sólo una forma de pronunciar más el caos que comienza a reinar ya en las estructuras argentinas. Entregar el manejo de la cosa pública a hombres que no sean una garantía de capacitación puede ser la garantía de un fracaso por que, en esta materia, la experiencia es la parte más efectiva de la sabiduría. La tecnocracia, por ilustrada que sea, es por sí sola ineficaz en el gobierno, especialmente humano, que es el fundamental. Desde que gobernar es un arte todo de ejecución, comprende una teoría que escalona principios para la acción y obedece a una técnica que fija las formas de ejecución. Ambas conforman la parte inerte del arte. La parte vital es el artista. Es una conjunción de ambas cosas donde puede estar en germen la obra maestra de éste como de las demás artes. Así como a nadie se le ocurriría pintar o esculpir desconociendo la teoría y la técnica de la pintura y la escultura, a ninguno se le debería ocurrir gobernar sin tener por lo menos los conocimientos indispensables de este difícil arte y así como no llamaríamos a un matemático o a un físico para que pintara en nuestro lugar, tampoco podemos llamar a un técnico para que gobierne por nosotros. Uno como otro pueden ser útiles para asesorar, pero la ejecución no puede estar sino en manos del artista.

Como quiera que sea, el problema político argentino requiere más que nada la grandeza necesaria que aspire a soluciones permanentes, sacrificando simultáneamente todo otro interés mezquino que pueda oponerse, procediendo con la más absoluta ecuanimidad en la apreciación y realizando la mayor justicia sin ocultaciones ni "triquiñuelas" políticas subalternas que todo lo corrompen. Estoy absolutamente persuadido que si las soluciones que se buscan están así inspiradas, el Pueblo Argentino estará dispuesto a cualquier sacrificio para resolver los problemas que están en sus manos y que todos los argentinos nos pondremos a trabajar y luchar para sacar a la Patria de la encrucijada que una política inferior y amañada le han creado. En cambio si se persistiera en los mismos errores, las consecuencias no podrían ser diferentes. Una política insidiosa, por mucha que sea la habilidad del que la realice, en las actuales circunstancias, no conducirá sino a nuevas y cada día más graves situaciones. Los cambios estructurales impuestos por la evolución en lo político, como en lo económico y social, están al alcance de todos los que, por lo menos, conocen lo que está pasando en el mundo moderno y, en especial, en los países más civilizados. La neutralización de las influencias foráneas, siempre maléficas en sus efectos, no son más difíciles de conjurar cuando se piensa en los objetivos de la Patria y no en los intereses de círculos o en los apetitos personales. Pero, cada uno de estos dos graves problemas que accionan en el mundo de nuestros días, debe ser objeto de estudio desapasionado y sereno con el único objetivo del bien nacional, no para salvar la situación de un gobierno sino para superar la crisis que todos los argentinos sufrimos como consecuencia de pasados errores por ignorancia, falta de grandeza y patriotismo. La situación económica no es problema así que se proceda convenientemente. Debemos persuadirnos que no somos un país subdesarrollado sino descapitalizado y endeudado que no es lo mismo. Es preciso que si queremos capitalizarnos procedamos primero a impedir la descapitalización galopante en que nos han metido y luego nos pongamos a trabajar en firme porque nadie se hace rico pidiendo prestado o siendo objeto de la explotación ajena. Debemos comprender que la empresa nacional es como cualquier otro negocio aunque amplificado y que, en consecuencia, si aspira a desarrollarse ello ha de ser a base de inversión, para lo cuan necesita capitalizarse liberándose de toda evasión oculta o visible como las que nos han empobrecido y endeudado. Cuando en 1946 el Justicialismo llegó al gobierno se encontró con un cuadro similar: 3.500 millones de dólares de deuda externa, sin reserva financiera y con un crédito de 1.500 millones de dólares bloqueado, con balances de pago desfavorables y servicios financieros en divisas que pasaban de los 1.000 millones de dólares anuales (dólares de tres pesos moneda nacional). En otras palabras, endeudados y descapitalizados. Los servicios financieros en divisas se llevaban todo el esfuerzo argentino y nosotros trabajábamos solo para las deudas. (800 millones de pesos para el pago de la deuda externa, 800 millones en los transportes de ultramar como consecuencia de no disponer de una marina mercante, los servicios públicos en manos de capitales foráneos se llevaban otro tanto por los ferrocarriles, la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires, seguros, reaseguros, teléfonos, etc., como asimismo la comercialización de la cosecha, operación en la que perdíamos ingentes sumas). Fuera de ello el sistema bancario era un medio de descapitalización permanente y la exportación no lo era menos. La compra de los servicios públicos, la creación de la Marina Mercante, la comercialización de las cosechas por el Instituto para la Promoción del Intercambio, la nacionalización de los seguros y reaseguros, la reforma bancaria y la Ley de Cambios, etc., pusieron remedio a los males. Así el país que estaba detenido pudo romper la inercia y se puso en marcha el Primer Plan Quinquenal que lanzó el programa de la industrialización, terminó con la desocupación y realizó solo en cinco años más de 76.000 obras de beneficio nacional. Cuando en 1955 cayó nuestro gobierno la situación era la siguiente: se había repatriado toda la deuda externa, teníamos una reserva financiera de 1.500 millones de dólares, nuestros balances de pago al exterior nos eran invariablemente favorables y los servicios financieros en divisas no alcanzaba al diez por ciento de los de 1946. Han pasado desde entonces solo diez años y la situación se ha tornado así: una deuda externa que duplica la que nosotros recibimos como herencia de los gobiernos anteriores a 1946 que ha de llegar fácilmente a los 4.000 millones de dólares en la deuda estatal directa, más los documentos descontados en compañías financieras norteamericanas con el aval de los bancos oficiales y los servicios financieros impagos por falta de divisas. Reserva financiera, balanza de pagos al exterior desfavorable y servicios financieros alrededor de los 700 millones anuales. En otras palabras, al cabo de diez años de esta clase de gobiernos hemos vuelto a fojas uno: estamos endeudados, descapitalizados, desorganizados y se ha perdido la confianza. Como consecuencia de que el trabajo ha vuelto a ser una maldición y nadie quiere trabajar. Un día, me decía un dirigente obrero: "si pudiéramos tener confianza como antes, trabajaríamos dos horas gratis, pero sabemos que nuestro trabajo

no es para nosotros ni para el país, sino para pagar lo que se ha hipotecado con nuestros explotadores foráneos" y tenía razón. Muchos se preguntan ¿cómo ha sucedido esto? La respuesta es muy simple: en 1955 se disponía de una organización financiera internacional y de una estructura económica interna que defendían nuestra riqueza organizada. Cuando los depredadores entraron como un elefante en un bazar, destruyeron todas las estructuras y no crearon otras para reemplazarlas y provocaron un tremendo desequilibrio. Desaparecidos los controles, la consecuencia no se hizo esperar y una descapitalización galopante dejó en poco tiempo al país sin un céntimo. Luego siguieron los empréstitos que acumularon una deuda externa que antes no había conocido. En lo interno no procedieron mejor: destruyeron todo lo organizado suprimiendo también todos los controles permitiendo así que la especulación fundiera a la economía popular mediante una inflación desenfrenada y a renglón seguido comenzaron a fundirse todos los que viven de la economía popular que, en el fondo, somos todos. Mataron así la "gallina de los huevos de oro". El Estado comenzó así a acumular déficit de presupuesto y deuda interna, porque una economía popular sin poder adquisitivo bajó el consumo a límites inconcebibles y los impuestos a los réditos, de los cuales vive el presupuesto, bajaron en proporción directamente proporcional. Como careció de liquidez echaron mano a la emisión y el peso comenzó a desmoronarse, bajando en poco tiempo a la décima parte de su valor. Los presupuestos elefanteásicos terminaron la obra hasta acumular en deuda flotante un pasivo inamortizable de tantos cientos de miles de millones de pesos que es hasta difícil de expresar, la emisión pasó de 32.000 millones en 1955 a unos 400.000 millones en 1966. Así comenzó a venirse abajo y la desconfianza justificada hizo el resto. ¿Qué hay que hacer? Comenzar de nuevo, como les ocurre a todos los que se funden, si es que les queda voluntad de salir adelante. Es claro que ahora, como siempre, el pueblo ha de ser el que pague los platos rotos con trabajo, dolor y sacrificio, después de haber aguantado estos diez años de pesadilla, en los que, desaparecidas todas las garantías, vivieron en sus hogares con el Jesús en la boca, esperando la visita poco grata de la policía o la noticia de que, como le sucedió a Vallese, "nunca más se supo", soportando las represiones violentas de la policía brava que reaparecieron o las torturas del Plan Conintes o simplemente la masacre en masa como tienen recuerdo los basurales que usaron como Camposanto. Quien no tenga en cuenta estas cosas y muchas otras que en favor de la verdad no comentamos, podrá darse cuenta que no es tan fácil "aparejar" el estado social en el pueblo argentino. Los pobres trabajadores que "echaron el alma" trabajando hasta 1955 para su Patria y sus familias pudieran vivir en una economía de abundancia, al cabo de diez años de depredación, comen una sola vez al día y ahora se les pide nuevos sacrificios con los mismos objetivos que hace veinte años, cuando tienen fresca la experiencia de lo que les está pasando. Yo quisiera ver al que les va a pedir estas cosas a los ingenios azucareros de Tucumán, que hace un año trabajaban sin cobrar sus salarios y que comían salteado desde hace un mismo tiempo, mientras los mismos culpables de su desgracia, como descargo de conciencia, los acusan injustamente de comunistas. Hay que darse cuenta que esos pobres trabajadores saben perfectamente que somos nosotros, los que pomposamente nos hacemos llamar "gobernantes" o "dirigentes nacionales", los culpables de que sus hijos mueran tuberculosos, de que sus familias estén en la más terrible miseria y que pasen "hambruna" que no se ven ya en la misma China. Y ahora les vamos a pedir que se sacrifiquen de nuevo, tal vez para que los ricos sean cada vez más ricos y ellos sean cada vez más pobres. Francamente, no quisiera estar en la piel del que tiene que ir a pedirlo. Sin embargo, es tanta la grandeza de la gente humilde, que estoy seguro que, a pesar de todo, ellos responderán una vez más al llamado de la Patria. Todo estriba ahora en que no les volvamos a hacer lo mismo. Frente a este panorama tan poco "confortable", nosotros los peronistas tenemos también nuestra responsabilidad que gravita en la conducta que hemos de observar en el futuro. Sabemos que somos la inmensa mayoría del pueblo argentino y lo que nosotros hagamos influenciará en gran parte al éxito o al fracaso de esta empresa en marcha, pero sabemos también que no podemos a "priori" apoyar lo que no conocemos en sus verdaderos designios. Por lo tanto debemos mantenernos a la expectativa en espera de testimonios fehacientes que pongan en evidencia esos designios y cristalicen en hechos las promesas que hemos escuchado. NOSOTROS QUEREMOS QUE SE TRABAJE PARA EL BIEN DEL PAIS EN PRIMER TERMINO. QUE SE HAGA JUSTICIA AL MOVIMIENTO PERONISTA EN SEGUNDO Y QUE SUS

HOMBRES SEAN TRATADOS EN LA MEDIDA QUE LO MEREZCAN, EN TERCERO. Si estas cosas se realizan tendremos la obligación de apoyar esta Revolución, pero si el tiempo no demuestra lo contrario, tendremos también la obligación de oponernos a ella. Dios quiera que no sea preciso. |C15-ag-66

APRECIACION DE LA SITUACION

15 de agosto de 1966 |p1 El objetivo del Movimiento Peronista impone la toma del poder como único medio de hacer efectivas su ideología y su doctrina en procura de las reformas indispensables que saquen al país del abismo en que lo han metido las fuerzas de la antipatria que vienen dominando desde 1955. Para ello cuenta, además de las fuerzas del Peronismo, con una opinión pública favorable, formada a través de más de diez años de sucesivos fracasos de los sucesivos gobiernos que en ese lapso actuaron en la opinión pública y que finalmente llevaron al pronunciamiento militar del 28 de junio, origen de la actual dictadura. Sin embargo, siguen siendo las grandes internacionales, manejadas por el imperialismo yanqui, el principal enemigo del Movimiento Peronista. A ellas se uncen los restos del demoliberalismo desplazado y las fuerzas dispersas del sistema que aun piensan en un retorno; suprimidos el comunismo y el socialismo amarillo, son las más efectivas. La actual dictadura militar, su orientación efectista y su falta de ideología, constituyen el enemigo (...) de este momento, porque a pesar de su abierto reaccionarismo, delatado por los agentes que se han nombrado para efectivizarlo, trata de mimetizarse con las formas populares de acción y mientras destruye las organizaciones políticas declama un respeto que no aparece en ninguno de sus actos. Su primer gestión internacional ha sido, como era de esperar, a los EE.UU. en procura de una solidaridad que presagia una entrega. El denodado empeño de la dictadura militar por aparecer como protectora de la unidad orgánica de la clase trabajadora, su apoyo en los conflictos gremiales y su conducta permanente de tolerancia marca este (...) a mostrar un juego peligroso hacia la captación de dirigentes gremiales que se dejen embaucar por la simulación. La enumeración generalizada de objetivos que gente del gobierno ha realizado lleva implícitamente el empeño de ganar apoyo en los sectores nacionales porque se han percatado que sin el apoyo nacional y popular no podrán hacer nada de cuanto dicen. Pero si con ello pudieran lograr algo en el sentido de una cooperación momentánea, los hechos que se evidencian, y que se evidenciarán aún más en el porvenir, terminarán por descubrirlos en lo que realmente valen. Frente a este panorama que venimos observando, anotamos como factores desfavorables al Peronismo, el cansancio de la gente por estos diez años de desatinos gubernamentales y las condiciones restringidas en que se desarrollará la lucha futura de predominio. En cambio, nos son ampliamente favorables, las condiciones ambientales, la organización y doctrinarismo peronistas, una juventud pujante que luchará firmemente, las probadas y eficientes autodefensas con que cuenta el Movimiento y la decisión de la mayor parte de los dirigentes políticos y sindicales de llevar adelante la lucha. Es indudable que, como ha sucedido antes, si el Peronismo enfrenta a la dictadura militar ésta sucumbirá como les ha sucedido a sus predecesores. Pero, dada la forma en que esta lucha se está desarrollando, corresponde pensar muy seriamente en la manera que debemos actuar para no anular ventajas posibles que se puedan capitalizar. Es lógico pensar que en los momentos actuales se está integrando una oposición compuesta por los desplazados políticos, por los económicamente perjudicados y los ideológicamente adversos que no tardarán en aparecer en la lucha que aun no ha podido comenzar por falta de preparación. Si nosotros nos lanzáramos a una lucha abierta contra la dictadura militar es muy posible que ellos buscaran su colocación al lado de ella porque han demostrado ya ser nuestros irreconciliables enemigos, en cambio fueron aliados en 1955 de casi todos los que están siendo desenterrados por la dictadura para ocupar los cargos directivos.

De la misma manera, las divisiones imperantes entre grupos de dirigentes peronistas, pone en peligro nuestra unidad de acción pues se viene comprobando que algunos de estos dirigentes sindicales parecen haber iniciado una carrera para ver quien se acomoda antes con la dictadura. Si, en el orden general, no fuéramos capaces de una conducción apropiada, es posible que ahondáramos más estos peligros en vez de neutralizarlos mediante una conducta prudente y muy apropiada. El juego de la dictadura militar es simple: para destruir políticamente a las fuerzas que se les pueden oponer, ellos saben que sólo cuentan por ahora los peronistas y si se lanzaran con todo contra nosotros tropezarían con todo el país. Por eso han procedido a disolver el partido justicialista que es la rama política del Peronismo y tratan de absorber a las organizaciones obreras que representan la rama sindical. Si lo consiguieran, nos habrían dispersado y se habrían apoderado del verdadero arsenal del Peronismo. Es natural que ellos piensan que apoderándose de los dirigentes estará todo logrado porque ignoran que nuestras bases adoctrinadas y conducidas pueden muy bien repudiar a los malos dirigentes que las abandonen. Pero, contra este juego capcioso de la dictadura no podemos reaccionar abiertamente, porque mejor será poderlo aprovechar convenientemente para los fines del movimiento obrero como asimismo, a largo plazo, para el Peronismo. Todo consiste en que los dirigentes estén en claro sobre lo que deben hacer; sacar todas las ventajas posibles porque ello colocará a la dictadura frente a las fuerzas patronales y reaccionarias que comenzarán a combatirla abiertamente. Habrá entonces llegado el momento de nuestra verdadera acción. Lo importante está en que cada dirigente gremial coordine su acción con las demás fuerzas del peronismo y sepa que, en este juego, nuestro apoyo a la dictadura "no va en serio". Sin embargo, como no nos conviene aparecer apoyando a una dictadura militar que terminará como todas las otras será preciso mantener por largo tiempo nuestra posición reticente y de expectación que si bien no nos da las ventajas oportunistas, tampoco nos somete a los peligros de un fracaso irremisible que nos perjudicaría gravemente. Nuestra conducta será normal: a una hipócrita conducta de captación lo único que cuadra es contestarle con una oposición insidiosamente disimulada. Seremos opositores efectivos cuando ellos no nos vean y pegaremos cuando duela y donde duela, pero sin mostrar la mano. Ellos lo han querido así porque pudiendo obrar caballerescamente han preferido proceder deshonestamente, como sus antecesores, y nosotros deberemos proceder de manera que lleguen a sus mismos resultados. Si llegaran a cambiar, nosotros siempre estaríamos en condiciones de proceder en consecuencia. Es de suma importancia para la conducción peronista considerar la posición que la dictadura militar tome en su juego entre las fuerzas capitalistas o reaccionarias y las fuerzas populares. Llegará un momento en que se le obligará a definirse y, en ese caso, dada la gente que compone los elencos de la dictadura, no debemos dudar que han de decidirse en favor de las fuerzas que ellos mismos representan. En ese caso poco tardarán en colocarse en contra del movimiento sindical que ahora pretenden catequizar. El juego más hábil de nuestra parte consistirá en mantener una posición de espera para intervenir recién en el momento oportuno, si bien no debemos perder detalle mientras todo eso se produce con la finalidad de impedir desviaciones en nuestros dirigentes y sacar las ventajas posibles y que circunstancialmente se vayan presentando. Dentro de lo que ya se puede ir viendo, la dictadura ha comenzado como todas ellas si bien busca colocarse como no violenta. Según mi opinión hay que cambiarlo todo. Su "buena intención" tan difundida no será la mínima garantía porque como la experiencia afirma, "el camino que conduce al infierno también está empedrado de buenas intenciones". Es que las buenas intenciones no cuentan si no son seguidas por las buenas acciones y, para eso, no sirven los hombres que se han elegido y que ya enterraron a Aramburu, a Frondizi, a Guido y a Illia. Las reformas de todo orden que anuncia la dictadura no se podrán realizar "por cambio" sino por evolución. Es muy fácil leer un catálogo de reformas que van desde la minifalda hasta la política internacional pero otra cosa muy diferente es realizar tales reformas. Para ello ha de contarse en primer término con una ideología definida que fije los objetivos de conjunto, luego con una doctrina que dé las formas de ejecución que permitan presuponer una acción armónica por la unidad de criterio de los ejecutantes adoctrinados para que de una misma manera de ver se llegue a un mismo modo de apreciar, base para resolver, planificar y realizar. Luego se necesitará una base informativa fehaciente y segura que fije la situación en que cada cosa se encuentra, como asimismo fijar todos los objetivos que se desean alcanzar y con ambos elementos planificar la acción. Quedaría todavía el rabo por desollar: la ejecución descentralizada de toda

la concepción centralizadamente realizada. Para ello habrá que formar equipos capacitados y adoctrinados que sean una garantía de buena y armónica ejecución de cada cosa. Nosotros pasamos ya por eso en 1946 y pese a que veníamos trabajando desde 1944 en esta preparación en el Consejo Nacional de Posguerra, tuvimos que improvisar muchas cosas y abandonar otras ante la imposibilidad de realizarlas bien y racionalmente. Me imagino lo que pasará a la dictadura que espera improvisarlo todo bajo la presión de las terribles condiciones en que el país se encuentra y cuando el andar de los acontecimientos le convenzan que lo difícil en el Gobierno no es hacer el bien sino impedir que los demás hagan el mal. Estas ideas descabelladas provienen de una tecnocracia desenfrenada que pretende saberlo todo pero a menudo ignora en absoluto como hay que hacerlo. Yo he tenido en mi presencia a miles de estos "diletantes" hasta el día en que se me ocurrió decir a cada uno de ellos: hágalo. Allí terminaron las peregrinas iniciativas y las pretensiones de estos "aprendices de brujo". Por eso, cuando observo el optimismo de la dictadura y de algunos que creen en ella no puedo menos que sonreírme. Por todo lo anterior me inclino a pensar en el fracaso de la dictadura que provocará a corto plazo acontecimientos imprevisibles que han de tener una influencia marcada en el desempeño ulterior del gobierno. Con ello hemos de vivir etapas sucesivas de alteración si no aparece el hombre que encauce las cosas por su camino más racional y lógico. En otras palabras, pienso que en lo tocante a la dictadura misma, nada debe ser tomado aun como definitivo: una razón más para que mantengamos nuestra actitud actual de expectación y observancia, dentro de la cual puede caber muy bien una oposición tan disimulada como la observan ellos con el Peronismo y que nos obliga a no ser enemigos abiertos pero sí encubiertos. Dentro de esta actitud que considero la más apropiada a la de la dictadura y a las circunstancias, la existencia de algunos dirigentes gremiales del peronismo ligados con personas que actúan en la dictadura, puede ser muy provechosa a los fines de la información y de la actitud que, en definitiva, nos conviene tomar. Por eso, lejos de reaccionar contra ello debemos tratar de infiltrarlos en la mayor medida posible, en especial a los dirigentes que nos merezcan más confianza. Para aprovechar al máximo a nuestra gente en esta lucha insidiosa de la simulación es preciso tenerles confianza. Por otra parte, teniendo asegurada la masa por una intensa acción de las bases, la defección de algunos no representa sino un peligro muy relativo. En cambio, las posibilidades de todo orden pueden ser muy grandes, aprovechando las mismas oportunidades que nos brinda la dictadura con su conducta decididamente capciosa pero que nos permite meternos en su propio dispositivo de conducción. Dentro de este concepto creo que lo mejor sería encargar a nuestros dirigentes gremiales la mayor infiltración posible desde que las circunstancias nos permiten llegar por allí al meollo de la dictadura y disponer de hombres seguros para influenciar. Todo depende de asegurarse el mayor secreto en la "Operación Infiltración" que ha de ser planeada y ejecutada con la mayor prudencia y efectividad, porque no ha de imaginarse que los que actúan en la dictadura son todos tontos. Muchas veces por medio de una oportuna infiltración se obtienen ventajas insospechadas. De todas maneras será más lógico y natural que nosotros nos infiltremos a ellos que dejemos que ellos nos infiltren a nosotros, lo que no debemos descartar que también ocurra. En cada caso, nosotros deberemos pensar que si bien disponemos de un movimiento medianamente organizado y adoctrinado, ellos disponen de todos los recursos del Estado que les brindan un apoyo ilimitado del que nosotros no disponemos. Allí ellos son extraordinariamente fuertes como nosotros podemos serlo en el Pueblo si procedemos inteligentemente en la conducción. Su recurso extremo es la fuerza, el nuestro ha de ser la habilidad. De allí la importancia que la conducción táctica adquiere en el desarrollo de la lucha en que estamos empeñados y la necesidad de que los organismos directivos generales, como los de las distintas ramas del Movimiento, se convenzan de la necesidad de un trabajo constante, de una preocupación permanente y de una coordinación perfecta que nos asegure la unidad de acción indispensable. Dentro de los conceptos enunciados en esta apreciación fríamente realizada de acuerdo con los hechos producidos, queda aun por pensar, fuera de lo objetivo, que Onganía tenga una intención distinta con respecto al Peronismo y que las diversas presiones lo estén impulsando negativamente, como así también que existan algunos jefes militares proclives a un entendimiento con nosotros. Por esta razón me afirmo más en la conveniencia de mantener una conducta prudente, evitando "romper lanzas" por ahora y

dejándonos engañar siempre que no nos engañen efectivamente. De cualquier manera, nada perderemos en el presente con una simulación amistosa si ella nos permite preparar mejor el futuro. Yo no creo en las buenas intenciones porque, de haberlas habido, se hubieran efectivizado en un acuerdo previo, aunque sea secreto. En cambio, la actitud abiertamente contraria, manifestada por Alzogaray en los Estados Unidos, es un índice revelador de la verdad, por cuanto es de suponer que este Embajador Extraordinario antes de partir habrá conversado y recibido instrucciones de Onganía en todo lo que se refiere al Peronismo es otro indicio fehaciente de que se trae algo entre manos que no es favorable a considerarlo como un amigo. La experiencia nos dice que ya anteriormente tomó una actitud semejante con su famoso comunicado 150, que luego se tradujo en un engaño. Abona todo lo anterior el hecho de que este golpe de estado del 28 de junio haya sido considerado por todos como un modo de asegurar que el Peronismo no pudiese llegar al Gobierno por medios electorales, lo que es real a pesar de la incógnita que resultaba, ello en manos de un gobierno como el de Illia. Pero el hecho en sí subsiste como afirmación que en ningún caso ha sido desmentido ni por afirmaciones de la dictadura ni por los hechos que evidencian sus verdaderas intenciones. Muchas más podrían ser las circunstancias que abonarán la presunción de que nos encontramos en presencia de un intento de engaño, lo que no tendría otra importancia que la que implica una maniobra política más pero, esa importancia depende actualmente de lo que nosotros hagamos en este comienzo que pudiera comprometer falsamente nuestro proceder futuro. En casos como éste conviene siempre pensar en lo peor y proceder en consecuencia a preparar el mejor futuro. Ello también aconseja "seguir el juego" pero tomando las providencias necesarias a fin de asegurar y no de hipotecar el futuro. Sin embargo, si nos prestamos al juego, no ha de ser con un apoyo directo ni indirecto, sino con una actitud prescindente que ya representa un apoyo para ellos. Deberemos emplear la misma reticencia que Onganía emplea con respecto a nosotros. No estamos en contra de la dictadura abiertamente porque todavía no sabemos lo que quiere y por la misma razón no podemos estar a favor. Esta que ha sido nuestro posición inicial deberá ser la norma hasta que los hechos nos inclinen definitivamente a una de esas dos actitudes. Dentro de esa realidad nos toca jugar. Al hacerlo, deberemos pensar que el éxito de nuestra conducción dependerá de la habilidad con que lo hagamos y de la preparación que realicemos para ser más fuertes y estar mejor colocados en el momento y en el lugar en que la decisión se produzca. De acuerdo con la anterior apreciación, como resolución de conjunto, podemos establecer las siguientes conclusiones: 1) El Movimiento Peronista debe seguir firmemente en su objetivo de tomar el poder como corresponde a su predicamento y a la misión que se ha impuesto. 2) Afirmar la posición doctrinaria en la masa y aprovechar toda circunstancia para mejorar su adoctrinamiento empleando todos los métodos posibles e imaginables para mantener latente la vigencia peronista. 3) Organizar las fuerzas políticas en todo el país y mantener alerta a todas las fuerzas sindicales del Movimiento para asegurar la coordinación indispensable y la unidad de acción necesaria especialmente para el futuro inmediato. 4) Con referencia a la actual dictadura militar, seguir su juego en la forma más hábil posible, mediante una conducción inteligente que permita neutralizar su intento de captación y de atracción peronista, para finalmente imponerle nuestra ley de acción. 5) Evitar una oposición abierta que nos coloque frente a la dictadura, como asimismo una cooperación efectiva que nos haga aparecer complicados con ella. Oponer a la fuerza la habilidad y a la intención aviesa la simulación insidiosa. Dentro de una conducta similar, seguir firmemente con nuestra misión y nuestros objetivos. 6) Estrechar filas entre los dirigentes peronistas en forma de asegurar las mejores relaciones de comando y la más absoluta cooperación armónica entre las diversas ramas del Movimiento. Destruir cuanto antes todo

divisionismo existente o en germen y afirmar cuanto antes una real y efectiva unidad y solidaridad peronista. El mundo occidental y cristiano en decadencia permanente, donde la falsedad, el engaño y la hipocresía son la regla, está amenazado por la desaparición de todas las virtudes y los valores reales. La evolución histórica nos lleva hacia la necesidad de cambios que la reacción decadente no puede aceptar en defensa de los intereses creados. El dilema está fijado por las dos únicas filosofías que el mundo de nuestros días ofrece a los hombres: la cristiana y la marxista. No existe otra alternativa. La evolución nos lleva fatalmente hacia un socialismo como lo reconocen hoy todos los pueblos. Queda entonces por determinar si hemos de lanzarnos por un socialismo nacional o por un socialismo internacional dogmático (comunismo). También queda por determinar las formas de ejecución que también nos ofrecen dos alternativas: la evolución como forma incruenta o la revolución como forma cruenta. El Justicialismo intentó hacerlo por la primera pero los hechos dijeron no. Queda ahora por establecer si el camino que se sigue conduce a cambios incruentos o si terminará en una fuerza civil que se "comerá" a un millón de argentinos. Pero, por sobre todo esto, la dramática situación del mundo occidental cristiano no está solo en el hecho de su indecisión, sino en el que nos muestra a otro mundo que, con valores reales, avanza desde oriente con la decisión mística de dominarnos. Los actuales imperialismos que nos arrastran hacia la decadencia en que ellos, por una razón de determinismo histórico, han caído, tratan de defenderse, pero los hechos que presenciamos todos los días nos demuestran que tal defensa es aleatoria frente a los acontecimientos en que ven arrastrados. Por otra parte, las necesidades del mundo entero, los ha llevado paulatinamente a la creación de las "Grandes Internacionales" que no son sino los instrumentos para el manejo de las distintas acciones con que ellos tratan de defenderse. Así vemos que a pesar de las apariencias, el comunismo ruso y el capitalismo yanqui, están unidos y como fuerzas internacionales actúan colaborando la masonería, el sionismo y la Iglesia Católica por medio de sus colaterales. Todo ello hace que existan factores que, en la consideración de la política interna no se pueden descartar. La acción de la política interna que, en ningún caso, puede escapar por completo a los factores que influencian la política internacional, porque las mismas fuerzas ocultas de la revolución y de las grandes internacionales son las encargadas de mantener una situación de dependencia a la que es difícil escapar aun en el aspecto intrínseco de nuestra propia acción. Dentro del esquema fijado, se encuadra lo que viene sucediendo en el país desde 1943 con nosotros y desde hace más de un siglo con la política interna argentina. El golpe de estado militar del 28 de junio de 1966, no es un caso nuevo en la historia política argentina sino la continuación de lo que viene ocurriendo desde 1955. El Justicialismo que en 1946 rompió la línea de Caseros, liberando al país del colonialismo en que venía viviendo desde entonces, fue abatido, no por el Pueblo Argentino, sino por las grandes fuerzas internacionales apoyadas por los sectores internos del privilegio y su guardia pretoriana. Pero interesa observar que entonces se coaligaron el "jesuitismo" de Lonardi, con la masonería de Busso, con el leninismo sionista de Frondizi y el liberalismo estúpido de los demás, para liquidar la voluntad nacional y reemplazarla por un régimen sinárquico. Ese sinarquismo se consolida a través de los gobiernos de Aramburu, Frondizi, Guido e Illia que pretendieron hacer una revolución simulada que ante el fracaso, retrocede y se dedica a liquidar al Peronismo como fuerza nacional e instaurar una tecnocracia para sostener el poder sinárquico que les permite alcanzar una estructura y poder militar, una estructura y poder eclesiástico, una estructura civil y un instrumento intelectual. Es en este momento en que llega el golpe de estado militar como una nueva fase del desenvolvimiento del poder sinárquico hacia los mismos objetivos que desde 1955 vienen persiguiendo los agentes diversos de la "Libertadora". Por eso, ante el asombro de los tontos, aparecen los mismos hombres de la línea gorila que desde 1955 vienen depredando el país con sus desatinos más absurdos y sus procedimientos más descabellados en la apariencia pero que, en la realidad, buscan alcanzar los objetivos que han sido permanentes en la lucha de la reacción. Por eso la acción monopolista contra la pequeña burguesía y el Pueblo caracterizan ya la acción de la economía de la "Revolución Argentina", por eso se busca apaciguar el sector sindical y atraerlo en beneficio de la mencionada sinarquía y, por eso, se trata de destruir al Peronismo mediante la captación gremial, de la misma manera que los gorilas quisieron hacer por la violencia con Aramburu en 1955, Frondizi con su intento de "integración" o Illia con su ensayo de disociarlo. Dentro de este panorama se encuadrarán los futuros acontecimientos que caracterizarán la nueva lucha y también dentro de ellos debemos fijar la conducta del Peronismo en sus diversas ramas. La dictadura

militar ha llegado al gobierno con el apoyo del Ejército porque la fuerza puede muy bien hacer esto, pero ahora no le sirve para gobernar porque ese es otro problema que obedece más a la opinión que a la fuerza. Así vemos que, en el aspecto de opinión, aun dentro del Ejército existe una línea nacionalista y otra liberal. La primera está y estará en desacuerdo con lo que se está haciendo y su lucha actual es contra el liberalismo que ha tomado posiciones y maneja con la intención que ha fijado el poder sinárquico. Ese es el germen de su disociación y su lucha interna porque no todos los que han participado del golpe están en esa tendencia. Todas las luchas actuales, aun en el mismo caso de la Universidad, es lucha entre gorilas, en la que no nos conviene entrar. Ya llegará el momento de fijar nuestra posición y descargar nuestra acción. Existe en el arte de la conducción un principio fundamental, llamado de la economía de la fuerza, que establece que el éxito en toda lucha se alcanza "siendo más fuerte y estando en mejores condiciones en el lugar y en el momento en que la decisión ha de producirse". Es momento aun no ha llegado ni llegará por un tiempo considerable, según van las cosas. Corresponde entonces al Peronismo esperar, pero esa espera no ha de ser estática sino del mayor dinamismo en la tarea de organizar y preparar nuestras fuerzas para cuando el momento de la decisión se presente poder empeñarse con unidad de concepción y proceder con la mayor unidad de acción posible. Por eso sigue siendo indispensable cultivar la afirmación peronista de "UNIDOS VENCEREMOS". Esa unidad ha de alcanzarse mediante la organización clandestina de la rama política y el reordenamiento de la rama sindical. En esta tarea, la Juventud, ha de unirse y organizarse porque representará en el futuro el arma decisiva de nuestro triunfo en el tiempo. No he querido, a pesar de la premura de mi tiempo, dejar sin contestar vuestra carta personalmente y con una síntesis quizá demasiado apretada, que les lleve mi profundo interés por todo lo que la juventud representa en esta lucha. Me llena de alegría al ver vuestro entusiasmo y vuestra fe porque yo sé apreciar la importancia que la juventud tiene para nuestro futuro y para el porvenir de la Patria. Por eso, junto con mi abrazo más cariñoso, he querido arrimarles unas ideas que espero les puedan ser de alguna utilidad. Cualquier duda que tengan o cualquier cosa que necesiten lo pueden gestionar con el Doctor José Campano o con el Doctor Héctor Lannes que están en permanente contacto conmigo, de lo contrario directamente conmigo, que tendré gran placer en contestarles. Sobre cuanto me dicen con referencia a la actitud que debemos adoptar frente a los desaciertos gubernamentales como también en presencia de abusos de fuerza, en que no nos podamos quedar callados, y les rogaría que se apersonaran a la Junta Coordinadora Nacional que tiene instrucciones al respecto y les podrá informar. Como norma general, hemos establecido una conducta retenida por ahora, dentro de la cual se pueden desarrollar numerosas acciones de todo tipo libradas a las organizaciones que, perteneciendo al Peronismo, pueden actuar como tales sin comprometer al Movimiento Peronista que, el día que sea preciso, tomará una actitud definida y procederá con decisión y energía. Sobre el asunto de la Universidad comparto en absoluto el criterio de Ustedes: allí también la lucha es entre gorilas y como en los demás casos hay que dejar que peleen y, si es posible, que se aniquilen entre ellos. Alguna vez había de tocarnos también a nosotros presenciar los toros desde la barrera como acá dicen todos los días los gaitas. Entre tanto preparémonos nosotros no contra la armada sino contra la que se va a armar. Les ruego hagan llegar mis más afectuosos saludos a todos los muchachos. Un gran abrazo. |C14-set-66

A UNA AGRUPACION

Madrid, 14 de setiembre de 1966 |p1 A los compañeros D. Florencio Tancoff, D. Hugo R. Chumbita, D. César Aníbal Mendieta, D. Esteban Tancoff, D. Juan C. Lorenzo, D. antonio Sproc, D. Horacio Pilar, D. Ricardo Alvarez, D. Luis F. Guerrero y D. Oscar Balestieri. Mis queridos compañeros: He recibido y contesto vuestra carta del 6 de setiembre pasada y les agradezco las informaciones como retribuyo el saludo con mi mayor afecto. Quedo impuesto de la idea excelente de la constitución de F.A.N.D.E.P. a base de los excelentes resultados de la acción de A.N.D.E. como ustedes me dicen. Es preciso que nuestros muchachos se persuadan de la necesidad de unirse en todo el país y prepararse para el futuro en forma orgánicamente funcional y en condiciones de proceder con unidad de concepción y

unidad de acción. Los otros sectores de la juventud peronista que se encuentran en una tarea similar para alcanzar la unidad y solidaridad indispensable a una acción de conjunto, podrán integrarse luego con ustedes y formar la nueva generación peronista en cuyas manos ha de caer tarde o temprano el destino del Movimiento Peronista. Esa es la responsabilidad de nuestra juventud que, además de defender su futuro, debe ir teniendo la conciencia de un transvasamiento generacional que el Peronismo anhela y que se ha de realizar por una acción decidida de todos ustedes. La juventud de nuestros días debe romper la barrera que trata de encerrarla en los esquemas mezquinos de una lucha de enanos y lanzarse con la mayor grandeza en procura de los objetivos de liberación que tanto en el orden internacional como interno cierran el camino a los pueblos y a las naciones. Tres son los aspectos en que ha de enfocarse la concepción de nuestra lucha presente el del mundo occidental y cristiano, el de los imperialismos dominantes y, la acción de la política interna del demoliberalismo. |C3-Jul-67

PERON, UN HOMBRE VITAL

|p1 Juan Domingo Perón, coronel entonces, fue electo presidente constitucional de la Argentina el 24 de febrero de 1946 y gobernó hasta el 21 de setiembre de 1955, fecha en que se asiló en la sede de la embajada paraguaya. Eran las 7 de la mañana, y no había ningún funcionario, todavía, en la casa. El primero en llegar fue el doctor Stanley, primer secretario. Enterado de la novedad, el embajador, doctor Juan Ramón Chávez, consideró poco segura la Embajada para proteger al General Perón, y lo invitó a trasladarse, inmediatamente, a su residencia, que también tiene inmunidades diplomáticas, cosa que el visitante hizo. Ocasionalmente, se encontraban en el puerto y dos cañoneras paraguayas, que iban a ser reparadas en Buenos Aires y, ese mismo día, Perón se trasladó a una de las naves de guerra, en donde permaneción durante doce días. Concedido el salvoconducto por el gobierno provisional del General Lonardi, el 1 de octubre, Perón partió en un hidro paraguayo a Asunción, el 1, a las 13,1. La máquina era un "Catalina" conducida por Leo Novak, que, apresuradamente se había interiorizado de su manejo precisamente para este vuelo. En 1957, Leo Novak cayó con otro "Catalina", frente a Asunción, en el río. El destino había puesto fecha a su muerte partiendo de una circunstancia histórica. Después, Juan Domingo Perón vivió una larga odisea: es exilió en Panamá, en Venezuela, en República Dominicana y, ahora, está en España; desde enero de 1960. Su itinerario en la península ibérica tiene estas etapas: Sevilla, Torremolinos, Málaga y Madrid, lugares en los que fijó su residencia. Desde 1960 reside en la capital española. Su primera casa, la "María Luisa", estuvo en "El Plantío", zona residencial sobre la carretera a La Coruña, la segunda en Arce 11, en Madrid, muy cerca de la vivienda de Alfredo Di Stefano y, por último, vive en su residencia propia, "Quinta 17 de Octubre", en "Puerta de Hierro", en las afueras de la ciudad, en una zona de selección. La casa de Perón es grande. La hizo construir él, de acuerdo con su gusto personal. Es de piedra, como la que tenía en San Vicente, provincia de Buenos Aires, y algunas de sus habitaciones tienen las paredes recubiertas de madera. Es muy confortable, pero no suntuosa. Aunque tiene una hectárea de parque muy bien cuidado, no es "principesca" como muchos sostienen. En los árboles, que Peron hizo plantar adultos, se advierten jaulas con las puertas abiertas, para que los pájaros, también ellos, tengan su vida propia. Perón se conserva mentalmente muy lúcido. Es mesurado en sus juicios y todos sus pensamientos están encuadrados en un ámbito internacional, convencido como está que todo el país está influido por el exterior, si es débil; o influye sobre los demás si es poderoso. Y dice: - El tiempo va hacia los objetivos populares, En consecuencia, marcha hacia nosotros. No quiere hablar de política argentina por respeto a la hospitalidad que le brinda España. Le decimos: - Sin embargo, usted expresa su pensamiento político en su nutrida correspondencia. - Es verdad, Eso es una manera de hacerlo en privado, Nadie me lo puede prohibir - responde, y agrega -: En términos generales, se puede obtener un triunfo episódico gobernando para una minoría o para una potencia extranjera, pero solamente habrá un triunfo perdurable cuando se gobierna para el pueblo y para el país. Además, es lo patriótico. Es lo decente.

Su aspecto físico es el de una persona que rebosa salud. Tiene 72 años, pero es ágil. Su voz es rotunda. Sus gestos, enérgicos. Es un hombre vital. Y dice: - Para conservarme bien hago una vida metódica, organizada. Me acuesto temprano, madrugo, camino tres horas diariamente, entre la mañana y la tardecita. Y como con sobriedad. Antes fumaba mucho. Ahora no paso de 5 cigarrillos. - ¿Lo inquietan los sucesos dramáticos? Es decir, ¿se impacienta, se pone nervioso? Perón ríe con espectacular franqueza. Suelta una carcajada. - Vea, m'hijo: yo ya estoy más allá del bien y del mal. Soy como un fakir. ¡Hasta un lecho con clavos de punta me puede parecer una buena cama! - ¿Quisiera volver a la Argentina? Perón se pone serio. Su respuesta no contiene ni la centésima parte de lo que quisiera decir: - Eso será cuando la providencia lo disponga. - ¿Cómo es la vida de un exiliado? - Es como la de quien está forzadamente lejos de los seres queridos. Pero tiene una faceta amable: la solidaridad y el afecto de los extranjeros que, en mi caso, lo hacen todo para que me sienta aquí como en mi país. - ¿Tiene dinero? - Hacemos un negocio, de vez en cuando. Pero no nací para eso. No me gusta. Julio César le dejaba los negocios a Craso. El estaba en otra cosa. - ¿Quién es su Craso, general? - No lo tengo. Fue un adversario político: el que me ayudó económicamente. - ¿Puede decirme su nombre? - ¡Cómo no! Se llama... En ese instante interrumpieron para invitarlo a caminar. Ya de pie, abriéndonos paso entre los saludos de los recién llegados, alcanzamos a disparar la última pregunta: - General: ¿usted es partidario de la economía libre o de la economía dirigida? Nos miró paternalmente, y sonriendo respondió: - No hay economía libre. La dirige el Estado o la dirigen los consorcios financieros internacionales. Es el patriotismo el que decide en la elección... Quedamos comprometidos a tomar un café a corto plazo. Y nos fuimos. En la Puerta de Hierro queda Perón, que fue 9 años presidente de la Argentina y lleva 12 de destierro.

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"NACI PARA MANDAR"

"Siete Días" Diciembre 5 de 1967 Reportaje exclusivo de Adriana Civita |p1 Rojo y negro. Roja su campera. Negro su pelo. Roja y negra su corbata. Negro su pantalón...

Juan Perón me esperaba, debajo del arco entre su living y su estudio. Simpático, sonriente, amigo... Sí, esa es la palabra: uno lo sentía amigo. Y sin embargo... no sé. ¡Cuántas veces había visto yo esa misma sonrisa, esos mismos brazos extendidos, esos mismos gestos! ¡Cuántas veces había escuchado esa misma voz!... La voz de un hombre que lo había tenido todo: el mejor momento, la mejor oportunidad, el cariño de los humildes, la simpatía de los esperanzados, la fe de los necesitados!... ¡Mi Dios! ¿Cómo había podido perder todas esas posibilidades? Tuvo la ocasión única, maravillosa, casi milagrosa de realizarlo todo. Entonces... ¿cómo pudo haberse dejado destruir? ¿Cómo pudo haberse escondido, escapado, huido para siempre en la cañonera? Aún hoy me parece imposible. Nos parece imposible... Y nos preguntamos: ¿como? Aquí está ahora. Tranquilo, sereno, como siempre. ¿No tiene sangre en las venas? ¿Mi presencia argentina, no le trae recuerdos? ¿Cómo? ¿Cómo puede extenderme los brazos si se ha escapado? ¿Cómo, cómo puede recibirme con tanta serenidad, hablarme con tanta tranquilidad? Me pregunto si es de verdad un hombre. Mi pregunto si es de verdad un ser humano este señor de campera roja, de cabello tan negro y de corbata roja y negra. ¿Cómo demonios puede vivir tan tranquilo?. ¿Salir de su garganta una voz tan impávida? ¿Repetir esos gestos cordiales? ¿Estoy frente a un hombre? ¿ O estoy frente a un ser extraño, totalmente privado de sensibilidad? Lo escucho, señores. Lo escucho para descifrar este misterio. Para saber. Les pido que sean objetivos, que lean con atención cada palabra, que la piensen, que la analicen. Y recién después, mucho después... juzguen. |p2 Blanco y negro, buenos y malos - "Lei é nata in Italia? Oh, io l'italiano l'ho parlavo abbastante bene... beh, piuttosto bene. Adesso, non piú tanto. Una volta cuando andava a Roma mi credevano piamontese. Ah, che bei tempi! Che tempi lontani!"... ¿Sabe? Yo pertenezco a una familia de la clase media. Del tipo normal de aquellos tiempos. Mi padre tenía una estancia en el pueblo de Lobos. Allí, mi querida, nací yo... En esa época se comenzaba a desarrollar la Patagonia y había muy poca gente aún. Mi padre, que había sido estudiante de medicina - mi abuelo médico lo había hecho estudiar, un poco a la fuerza - se fue al campo cuando mi abuelo murió. A la estancia de Lobos... Luego vendió todo eso y con las ganancias compró un campo en la Patagonia. En 1905 me envió allá... y allá estuve. ¡En Río Gallegos! ¡38ø bajo cero! De manera que me crié en ese duro ambiente de la Patagonia. Claro, usted me entiende... llegó la edad en que un maestro de allá no me podía enseñar mucho. Entonces fue cuando vine a Buenos Aires. ¡Ah, qué soledad en Buenos Aires! Viví totalmente solo. Estuve en el Colegio Internacional Politécnico... ¡Qué soledad! Era un colegio de internado, ¿sabe? Primero en la Capital y luego en Olivos. Estuve hasta los quince años, edad en la que entré en el Colegio Militar. Allí estuve los años que establece el reglamento... Le pregunto lo que cualquiera de ustedes preguntarían: - Por qué eligió la carrera militar, general? - Bueno... yo... Tenía inclinaciones para ser médico, y estaba preparándome para el ingreso a la Facultad de Medicina... ¡Me acuerdo todavía de los tres tomos de anatomía que me querían hacer tragar! Eso me descorazonó un poco de entrada... Pero estaba en el Internacional Politécnico cuando varios compañeros míos ingresaron en el Colegio Militar. Y a mí la carrera militar no me disgustaba... Claro que me interesaba más la medicina... Pero vi a esos muchachos que salían a pasear de uniforme y que estaban encantados con su carrera... Bueno, rendí examen de ingreso y entré en el Colegio Militar. No, mi querida... mi dedicación a la carrera militar no era excesiva. Porque, sabe usted... yo soy un hombre polifacético. Me gustan muchas cosas, pero no me canaliza en una sola. De lo contrario, hubiera sido un militar como todos los demás... Y yo he tenido otras inclinaciones... Me ha gustado mucho estudiar, viajar con los ojos bien abiertos. No he ido a Italia para ver la Torre inclinada de Pisa... sino otras cosas mucho más importantes que había en esa época en Europa... Pero como todas las cosas, mi vida ha tenido un principio. Ese principio ha sido mi madre. Ella descendía de españoles: Toledo Sosa. Eran argentinos de cuarta generación. Me contaba mi abuela - aún lo recuerdo vívidamente -que cuando Lobos era apenas un Fortín ellos ya estaban ahí. Cuando la vieja solía relatar que había sido cautiva de los indios, yo le preguntaba: "Entonces, abuela... ¿yo tengo sangre india?" Me gustaba la idea, ¿sabe? Y creo que en realidad tengo algo de sangre india... Míreme: pómulos salientes, cabello abundante... En fin, poseo el tipo indio. Y me siento orgulloso de mi origen indio, porque yo creo que lo mejor del mundo está en los humildes. No creo en

los evolucionados. El mundo tiene solamente hombres buenos y hombres malos. Son las únicas categorías que acepto. El hombre más evolucionado puede llegar a ser más perverso que el humilde, porque cuanto más inteligencia tiene el ser humano, cuantos más medios económicos y culturales disfruta... más peligro puede traer a sus semejantes. Ahora bien, usted se preguntará acerca de mi padre. Mi padre no era humilde. Mi abuelo paterno era un médico de la oligarquía argentina, fue famoso. Diputado, senador, presidente del Consejo Nacional de Higiene, Practicante Mayor de Ejército del Paraguay... Fue un hombre de excelente posición económica... Contrastaba con mi madre, cuya única fortuna consistía en su carnicería de Lobos. Mi abuelo fue respetable. Fue un estanciero, mi padre también... Le repito: para mí lo mejor que tienen los países son los pueblos. Todo lo demás, mi querida, se divide en dos categorías: buenos y malos. Hagamos una pausa. Juan Perón nos ha proporcionado algunos datos importantes. Nos ha dicho que se enorgullece de su origen indio -que por otra parte es bastante cierto -. Nos ha destacado la humildad de su madre. Y rodeó a la historia de su abuela cautiva de los indios con una aureola romántica... Nos ha especificado que es hijo de un médico fracasado. Nos ha dicho claramente que es el fruto de un varón oligarca con una mujer humilde. Nosotros sabemos que esto, dentro de nuestra estructura social habitual, es un hecho insólito y propicio a consecuencias conflictuales. Conflictuales para el matrimonio en sí y conflictuales para los hijos de ese matrimonio, que, como en el caso de Juan Perón, pueden llegar a ver el mundo de dos colores: blanco y negro; o dividido en dos categorías, buenos y malos. Ricos y pobres. Cultos e incultos. Para Juan perón no existieron, no existen ni existirán jamás el gris, los hombres capaces de actuar bien y mal al mismo tiempo, los de la clase media, los de mediana cultura... Todo lo compara inconscientemente con lo que observó desde el primer momento en que abrió sus ojos al mundo: los padres. Y sus padres no eran grises. Eran blanco y negro. Su padre rico, su madre pobre. Su padre culto, su madre inculta. Su padre severo, su madre buena. "El hombre más evolucionado puede llevar a ser más perverso que el humilde, porque cuanto más inteligencia tiene el ser humano, cuanto más medios económicos y culturales disfruta... más peligro puede traer a sus semejantes". Evidentemente... Juan Perón temía a su padre. El admite haber padecido esa triste enfermedad llamada soledad. Y la soledad ha influido en la elección de su profesión. La medicina - es evidente - significaba largas horas de estudio, el aislamiento. Significaba seguir la línea paterna - que él, en el fondo, despreciaba -. Mientras que seguir la carrera militar significaba entrar en una institución bien estructurada, adquirir padres nuevos, una especie de familia en la cual él se sentiría amparado, protegido. El uniforme mismo lo identificaba con otros muchachos, integrándolo a un grupo familiar. Y así Juan Perón, el niño cuyos ojos veían sólo dos tonalidades, logró en el Colegio Militar reemplazar la figura paterna por otras autoridades, adiestradas en el mando... Con ellas se quiso identificar. |p3 Los hombres sirven o no sirven - Yo soy igual que Alejandro el Grande, un profesional de la conducción - dice -, y eso es lo que me ha llevado toda mi actividad. Siempre estuve en mi oficio: conducir. Conducir pueblos, conducir ejércitos, conducir gente... En mi concepto, no hay hombres que sirvan para una sola cosa. Los hombres sirven o no sirven (nuevamente observamos la total carencia de términos medios_. Si sirven, sirven para todo... Y si no sirven... no sirven para nada. Yo he tratado de ser un hombre que sirviera para todo. Sí, sirvo para todo... De pronto Juan Perón recuerda la existencia de su hermano. Me habla de él con cierta ternura y al mismo tiempo con cierto desapego, con cierta actitud desdeñosa: - ... se enfermó de una pleuresía, el pobre, y tuvo que irse al campo. Desde entonces permaneció allí. Cuando yo llegué al gobierno, él regresó a Buenos Aires y entonces fue cuando le dije: - "Aquí van a trabajar todos, y vos que sos mi hermano no te vas a quedar sin trabajar". Y él me contestó: - "Bueno... pero ¿qué es lo que puedo hacer yo?. Elegí - le contesté -, elegí alguna cosa que quieras hacer para trabajar con nosotros". Y él, que era un hombre un poco introvertido, como son todos los hombres de la Patagonia, un hombre tranquilo, con gran prudencia, me contestó: "Mirá, lo único que yo puedo pedir para trabajar - y no me interesa ni sueldo ni nada porque no tengo necesidad -, el único lugar en el cual sé que voy a andar bien... es el Jardín Zoológico. Porque con los únicos con los que me he podido arreglar en esta vida, son los animales... Así fue como nombré a mi hermano director del Zoológico. Aquí, en este punto, aprovecho para preguntar a Juan Perón si él en cambio se llevaba bien con la gente, si cree haber actuado siempre bien con sus semejantes, si cree haber procedido bien, si cree haber cometido mayor número de aciertos que de desaciertos... |p4 Locos y cuerdos

- El éxito - me dijo -, no está compuesto solamente de aciertos. El éxito se construye con aciertos y desaciertos. Cuando los desaciertos son más numerosos que los aciertos, uno ha fracasado. Yo siempre he tratado de acertar en la mayor medida posible, pero aún así reconozco que he cometido algunos errores... ¡Por supuesto que los he cometido! Le pregunto entonces - como le preguntaría cualquiera de ustedes - cuál ha sido, según él, el más grande, del más inmenso, el más colosal error que ha cometido. Y Juan Perón me responde: - El de haber creído que se puede hacer una revolución incruenta. El de haber pensado que se puede hacer una revolución sin matar a nadie. La experiencia me ha demostrado ahora que eso es imposible. Ese fue el motivo por el cual me fui del gobierno. Me fui porque soy un hombre que piensa mucho en las consecuencias, y las consecuencias de una acción cruenta en la República Argentina hubieran sido la muerte de un millón de ciudadanos. Yo no quería cargar sobre mi conciencia con la muerte de un millón... Y Juan Perón, setenta y dos años de edad, residente en Madrid (España), exiliado... cambia de voz. Asume un tono retórico. Sorpresivamente se produce en él una especie de amnesia. Un olvido total. No, él no ha temido por su propia vida. Según él, sólo ha temido por la vida de un millón de argentinos. - Me fui porque no quise que se derramara más sangre - dice. Y yo le pregunto lo que le hubieran preguntado ustedes: - Pero usted, general... usted que afirma conocer tanto al ser humano... ¿usted no sabía que tarde o temprano eso es lo que iba a suceder? - Yo no he hecho otra cosa en la vida que mandar hombres, es cierto. Piense usted que a los 18 años era subteniente y que desde entonces hasta ahora no he hecho otra cosa que mandar hombres... Como decía Alfonso el Sabio: "El que ha de mandar hombres, lo primero que ha de conocer es el hombre". Pero a veces el ser humano es imprevisible. No, no sabía lo que iba a suceder. Y creo conocer al hombre en la medida en que el hombre es congnoscible. Porque cada individuo tiene sus particularidades que no se pueden encuadrar dentro de reglas o de principios... ¡Y fíjese si yo conoceré a los hombres! Comencé a mandar a los 20 años, luego estuve de profesor en la Escuela Superior de Guerra muchos años y he alcanzado el más alto grado que se puede alcanzar en la institución. Además de todo eso he sido presidente de la República. O sea que he sido Comandante en Jefe de todas las fuerzas y he gobernado a todos los argentinos. Han pasado delante de mí miles y miles de hombres con quienes he tratado, con quienes he conversado... Eso le da a uno cierta capacidad para la interpretación del individuo, ¿no le parece? Por eso le puedo asegurar que de cien individuos que se reciben, cincuenta están atravesando cierto grado de demencia - son medio locos -, mientras que los otros cincuenta son centrados y ponderables (nuevamente se observan los dos extremos: locos y cuerdos). Perón prosigue: - Hay que saber distinguir. Hay que hacer caso a los cuerdos y no hacer caso a los locos. Yo hablo diez minutos con un individuo y le voy a decir si es loco y en qué dirección lo conduce su locura, o si es cuerdo hasta dónde llega su capacidad y su preparación. - General: usted, con su capacidad para interpretar a los hombres, ¿aún cree que los individuos se demuestran tales como son? ¿Que es tan sencillo, tan fácil detectar la locura? - Para un hombre con gran experiencia como la que yo poseo, para un hombre que ha tratado con miles y miles de personas... no es difícil. No es difícil ya que uno los tiene colocados en casilleros, en series... Porque, aunque no existan dos hombres iguales, existe una cantidad de hombres que obedecen a una ponderación propia, y que se pueden encolumnar dentro de un margen que permite un cálculo de probabilidades. Es decir: la interpretación de un ser humano no es tan difícil cuando uno procede ordenada y metódicamente. Los hombres se conocen e interpretan. |p5 Los ficheros

- Fíjese usted - continúa Juan Perón -. Cuando yo estaba en el gobierno me venían a ver y a consultar miles y miles de hombres... Por lo tanto mi memoria no podía retener todos los diálogos de todas las entrevistas. Para solucionarlo yo tenía un fichero. Cada persona que hablaba conmigo tenía su ficha con el día de la entrevista, el tema que había tratado... y con mi juicio sobre ese individuo. Yo estudiaba las fichas detenidamente y cuando un hombre venía a verme por cuarta vez (generalmente el...

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PROLOGO AL LIBRO "EL TERCER MUNDO"

20 de julio de 1968 |p1 El compañero Don Miguel Angel Tuosto Puertas me ha brindado el placer de ser el primer lector de su libro "El Tercer Mundo", "compendio historiado de los principios, medios y fines del Justicialismo Internacional", según su propia interpretación. Una nueva generación justicialista se ha puesto en marcha. Tuosto Puertas pertenece a esa nueva generación que, tomando nuestras banderas, se decide a llevarlas al triunfo. Ellos tienen el derecho de hacerlo desde que serán quienes han de gozar o sufrir las consecuencias del quehacer actual. En 1950, numerosos jóvenes latinoamericanos, reunidos en Buenos Aires con motivo de la "Organización Mundial Universitaria" (O.M.U), hicieron llegar al Consejo Directivo del Justicialismo la iniciativa de realizar una "Internacional Justicialista" con la finalidad de llevar a los países hermanos del Continente, junto con la solidaridad peronista, los esquemas ideológicos y doctrinarios en que se afirmaba nuestro Movimiento, con la finalidad de crear un gran movimiento internacional justicialista. El Consejo Superior Justicialista consideró el asunto y resolvió no amparar la iniciativa porque, tratándose de una concepción nacionalista argentina, no era apropiada para transformarse en un ideario internacional. En cambio se aconsejaba que los grupos de patriotas que en cada uno de los países hermanos compartieran los postulados justicialistas, se organizaran en ellos para echar nuevas bases de acuerdo con sus necesidades y conveniencias, realizado lo cual, sería posible una integración que, por una hermandad consolidada, pudiera llenar los mismos fines. Las inquietudes del compañero Tuosto Puertas, repiten una aspiración que no es nueva en el Justicialismo. Pronto se cumplirán los veinticinco años desde el momento en que, por primera vez, lanzábamos la "Tercera Posición" que el tiempo ha transformado en "Tercer Mundo". Dentro de esa tercera posición, el objetivo es la liberación de un neocolonialismo imperialista que viene avanzando desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial. Si las antiguas colonias de América, Asia y Africa aparentemente han sido liberadas en parte, en su reemplazo han surgido nuevas formas de dominación imperialista, especialmente sobre los países llamados genéricamente "subdesarrollados". Los esfuerzos por la liberación de estos países han tomado cuerpo frente a la acción imperialista decidida a implantar nuevas formas de dominio colonial en sus "estados satélites". Algunos países, por un lapso limitado, lograron liberarse aisladamente pero a la larga fueron cayendo nuevamente bajo la férula imperialista, tanto por la acción foránea como por la de los sectores "cipayos", nombre que se da en casi toda Latinoamérica a los servidores vernáculos del imperialismo. La República Argentina, que durante el gobierno Justicialista fue libre y soberana, es un ejemplo de ello. Durante diez años nadie metió sus narices allí sin que llevara su merecido; pero la acción pertinaz del imperialismo como el derrotismo de los traidores de adentro, minó su poder y el gobierno del Pueblo cayó para ser reemplazado por sirvientes del colonialismo que poco tardaron en entregar al país de la manera más ignominiosa. Intentos semejantes se han presentado en Brasil, Guatemala, Bolivia, Ecuador, República Dominicana, etc. y los resultados han sido los mismos: un golpe de estado, fraguado y dirigido desde el Pentágono o el "State Departament" con el fin de derribar al gobierno mediante la violencia y reemplazarlo por una dictadura militar para simular luego, mediante el fraude, gobiernos constitucionales. En otros casos el imperialismo ha sido menos cuidadoso y ha recurrido directamente a la ocupación de un país por sus "marines". Todo parece demostrar la necesidad de un "Tercer Mundo" integrado, que pueda constituirse en garantías de consolidación para los pueblos que, mediante su decisión de ser libres, logren realizar la liberación de sus patrias.

De cuanto el compañero Tuosto Puertas ha estudiado en su larga y enjundiosa exposición, surgen con claridad estas mismas conclusiones, porque el Justicialismo es un sistema político que busca anhelantemente esa liberación, porque no puede concebirse la existencia de un hombre libre en una nación esclava. Sólo sobre este punto de partida puede construirse el Justicialismo. Al decir de Tuosto Puertas, el Justicialismo es una nueva conciencia en marcha. El lector encontrará en las páginas de su libro una larga disquisición que pareciera no querer dejar nada de nuestras cosas sin comentar. Su concepto universalista de la vida encuentra en nuestra ideología un campo fecundo para comentar así el pensamiento nuevo de una juventud en franca y justa rebelión contra los esquemas y los hombres perimidos, campea en todos sus raciocinios: es la consecuencia natural de una generación juvenil que no quiere someterse y ser arrastrada a una decadencia destructora. Al influjo de estas fuerzas podemos esperar una evolución de la humanidad hacia una nueva era que ha de surgir de las ruinas de la etapa y los sistemas ya superados por el tiempo y la evolución.

Por eso este libro es preferencialmente para los jóvenes que pueden leerlo sin prejuicios ni preconceptos. Es un enunciado franco y abierto porque la verdad debe hablar siempre sin artificios. Como lo dice su autor, es un compendio historiado sobre el fondo y las formas del Justicialismo, al alcance de todos y dirigido a los hombres de buena voluntad que puedan sentir el deseo de comprenderlo. Como todo tema político es tratado con una pasión sin excesos, pero es combativo y decidido; no contiene ni dualidades especulativas edades ve ni ambig experiencia es la parte más afectiva de la sabiduría. |C17-set-68

VIAJE DE UN LARGO DIA HACIA LA NOCHE

17 de setiembre de 1968 |p1 Raras veces Juan D. Perón suele explayarse, en sus charlas con reporteros y correligionarios; en cambio, a menudo las más sabrosas observaciones de El Líder son recogidas por turistas, o personas ajenas a la política. Tal fue lo que ocurrió un par de semanas atrás, cuando dos técnicos de Radio Luxemburgo consiguieron transponer la Puerta de Hierro con la misión de grabar la voz del ex Presidente para el archivo oral de la emisora europea.

El "leit motiv" del diálogo era, por supuesto, la situación argentina en general y la del peronismo y la oposición en particular; nunca en los últimos tiempos - que se sepa - Perón emitió sentencias tan objetivas (y crueles) al caracterizar la actividad de sus aliados. "Todas las fuerzas políticas disueltas por el Gobierno argentino - definió en un extenso monólogo que Primera Plana logró revisar - alientan soluciones en base a la proscripción del peronismo, mientras simulan disponerse a formar con él un frente civil de resistencia. Algunos de nuestros amigos de buena fe creen en los llamados "líderes democráticos" y se prestan a sus manejos, aunque la experiencia hasta hoy recogida no da para hacerse ilusiones". Catorce meses después de su primer contacto epistolar con Arturo Illia, la amargura de Perón coloca un punto final al zarandeado "pacto" entre justicialistas y radicales: "Los viejos camanduleros de la política criolla - ironizó ante los luxemburgueses - pierden el pelo pero no las mañas". "El futuro no está en los cenáculos sino en la juventud. Existe por ahora, no obstante, una masa desanimada e incierta, por carencias de conducción y falta de fe en sus jefes, especialmente en el medio obrero. Con todo, sin dirección casi, la inmensa mayoría del pueblo mantiene un sentimiento peronista, que se neutraliza con la falta de actividad efectiva de los políticos y los gremialistas". Tras el derribo del general Julio Alzogaray, el Gobierno impuso al cegetismo nuevas condiciones: le exige el control de las finanzas sindicales, la reoganización de los padrones en cada entidad y una ratificación de los mandatos por medio de elecciones en los gremios. Seguramente porque el plan atenta contra Augusto Vandor, el exilado supuso que el metalúrgico podría evolucionar hacia la oposición y coincidir con Ongaro. Tal vez por eso le envió la afectuosa esquela que El Lobo exhibe ahora; no obstante, el vandorismo se encamina a pactar nuevamente con el Gobierno condiciones de paz menos onerosas.

Acaso por despecho, en la entrevista Perón repitió: "Los dirigentes del justicialismo, tanto gremiales como políticos, o están en la componenda con el Gobierno o permanecen inactivos: no hay nada a la vista. Frente a este panorama hay que preocuparse por organizar a nuestra gente; se debe tener en cuenta que el deterioro de la dictadura puede ofrecer en un plazo inmediato acontecimientos capaces de generar circunstancias favorables". |C25-set-68

DIRECTIVAS PARA EL MOVIMIENTO PERONISTA

25 de setiembre de 1968 A. La situación: |p1 A esta altura de los acontecimientos es ya indudable, que la llamada "Revolución Argentina" no es otra cosa que una continuación de la acción gorila con que la reacción intenta desde 1955 dominar al Pueblo Argentino, para retrotraerlo a la época funesta de la que lo sacó el Justicialismo; pero no es menos indudable que todas las fuerzas progresivas de la Nación, que han percibido claramente tales designios, se oponen a que se realicen. Sin embargo, la falta de una organización adecuada mantiene al Pueblo disperso y en la incertidumbre, hasta el punto de presentarlo como ausente y desentendido de su propio destino. |p2 Por esta razón, la dictadura militar instaurada por la fuerza, se mantiene pese a sus propios despropósitos y al desprestigio que ya le ha acarreado la actual corrupción dominante en todas las esferas influenciadas por su gestión. En las fuerzas militares que, con su actitud, se hacen cómplices y corresponsables de cuándo está pasando, solo se producen algunas actitudes aisladas que no alcanza a preocupar seriamente a los que ejercen el gobierno con tanta desaprensión como irresponsabilidad. |p3 Una dictadura unipersonal y omnímoda ha terminado por imponerse sobre las ruinas de la mentada "Revolución Argentina" y el país asiste entre absorto y preocupado pero impotente para poner remedio a una situación cada día más comprometida y peligrosa. En momento tan aciago, poco puede esperar la Nación de sus propias fuerzas populares desorganizadas y dispersas, como tampoco de sus fuerzas militares complicadas y comprometidas por otros intereses que no son precisamente los de su Pueblo. |p4 Esta dictadura militar, impuesta tras una sistemática campaña de desprestigio y disociación de sus fuerzas políticas y sociales, promovida por los órganos de la sinarquía internacional que, operando a través de sus agentes foráneos y vernáculos ha logrado así un nuevo instrumento de dominación imperialista que en nada se diferencia de lo que venimos presenciando en otras partes del mundo actual donde se lucha por la liberación. |p5 Todo cuanto acontece en nuestro país obedece a un plan imperialista sistemáticamente aplicado en todo el Continente, consistente en la atomización de sus fuerzas políticas y sindicales para imponer luego dictaduras militares obedientes al mandato de una metrópolis empeñada en la creación de un neocolonialismo. |p6 El Pueblo, sometido a las sucesivas frustraciones, que fue lo único que le ofreció la simulación de los "gobiernos" seudoconstitucionales, ha terminado por poseerse de una desilusión que no pudo conducirlo sino a una apatía generalizada, desde la cual aguanta la acción dictatorial, caracterizada por una permanente intimidación, ya sea por la violencia directa de la fuerza, como por las medidas gubernamentales dirigidas sin piedad en su perjuicio directo. |p7 La juventud argentina, dispersa y anarquizada, mantiene su rebeldía individual pero no acierta a canalizarla en una actitud funcional de conjunto con objetivos positivos que permitan presuponer una acción futura con unidad orgánica. Así, aunque los sectores universitarios y populares cuentan con una magnífica y decidida juventud, no se ha llegado a cristalizar una verdadera y real oposición ni aún en estos sectores tan propicios a la lucha activa. |p8 Los amagos o movimientos - subversivos o no - que, en esfuerzos divergentes y aún antagónicos, se insinúan como remedio, no hacen sino dividir y disociar aún más a las fuerzas puras de la nacionalidad, favoreciendo a la dictadura que, con pequeños y dispersos enemigos al frente, puede seguir subsistiendo a pesar de la oposición casi generalizada de la ciudadanía. La existencia de los "favorecidos" y el empleo de la corrupción sin medida están creando sectores de cómplices y asociados que un día podrán ser una amenaza mayor si logran consolidar de esa manera semejante contubernio.

|p9 La existencia de numerosos dirigentes políticos y gremiales con ambiciones personales inconsultas y desenfrenadas, no hacen sino propender a una anarquía que solo puede favorecer a los fines y objetivos antipopulares de la dictadura y a los antinacionales de los que dentro de ella sirven intereses foráneos del imperialismo. |p10 El copamiento de todos los medios de información, dirigidos al monopolio estatal de la publicidad y propaganda, pone en manos de la dictadura el instrumento de engaño indispensable a su campaña de provocación, intimidación y disociación de las fuerzas populares disimulando su intención de minimizarlas orgánicamente y ponerlas al alcance de su destrucción final, que es precisamente el fin que persigue y para lo cual busca la complacencia y el apoyo que consciente o inconscientemente, le puedan ofrecer los traidores y los engañados. B El Movimiento Peronista: |p11 La situación del Movimiento Peronista se caracteriza por: una masa desanimada e incierta por carencia de conducción y falta de encuadramiento apropiado como consecuencia de que ha perdido su confianza en los dirigentes, especialmente en la rama sindical del Movimiento. En la rama política, cuya masa se confunde con la sindical, existe un estado de ánimo semejante. Esta masa popular, sin dirección real, mantiene un sentimiento peronista que, en cierta medida, se neutraliza por la falta de actividad efectiva. Sin embargo, se nota una inquietud generalizada en todos los estamentos partidarios, especialmente en determinados grupos, que no logra vencer la atonía dominante en el conjunto popular entre desilusionado y apático. |p12 En cuanto a los dirigentes políticos o están en componendas sectoriales o de grupo o permanecen inactivos como consecuencia de que, políticamente, no hay nada a la vista y sindicalmente se traban en una lucha interna entre los que, atraídos por las prebendas de la corrupción, defeccionan y los que se mantienen firmes en el cumplimiento de su misión. A todo ello se suma la acción que la dictadura desarrolla en beneficio de sus inciertos designios que inciden especialmente en el sector sindical, al que ha dirigido sus preferencias. |p13 Fuera de lo anterior, existen diversas agrupaciones, organizadas y conducidas por dirigentes que, actuando por su cuenta, han reclutado pequeñas fuerzas de activistas del Peronismo, a las que preparan para la lucha por considerar que sin violencia no se podrá conseguir nada. Están, en consecuencia, decididos a luchar en la forma que sea, aunque reconocen que en una masa popular decepcionada y en la incertidumbre, no cuentan sino con escasas posibilidades en hombres y medios. |p14 A todo esto se suma la existencia de dirigentes sindicales y políticos que están en "otra cosa". Tanto unos como otros están ligados en "trenzas" cuyo origen está en la famosa "Declaración de Avellaneda" que intentó dar nacimiento al "neoperonismo" que ahora parecería inclinado hacia el "colaboracionismo". Así, existen grupos de dirigentes sindicales más o menos obedientes a la presión oficial, otros que son abiertamente colaboracionistas, como también los llaman "independientes" y los abiertamente opositores. Es así como el sindicalismo nacional ha ido cediendo a la descomposición impuesta por la dictadura militar. |p15 Entre tanto, los dirigentes neoperonistas, sin perder su conexión con los dirigentes sindicales antes mencionados, se preparan para actuar en la misma posición, haciendo posible la maniobra de la dictadura hacia la formación de una fuerza política a base de "los que ya apoyan su existencia" y los "recortes" que se logren obtener de las diversas fuerzas políticas disueltas, especialmente del Peronismo. |p16 Fuera de lo anterior, aparecen a menudo los "franco tiradores" que a su propio estilo mantienen una acción permanente propicia para "pescar a río revuelto" en cualquier oportunidad que se presente, sea para un lado como para el otro. Para ellos, aunque es indiferente el bando en que han de alinearse al final, se mantienen con la "camiseta peronista", tanto para impresionar a la dictadura militar (con la que se entienden) como para no perder la oportunidad de "colarse" en el Peronismo, si esa oportunidad llega. Esta clase de reptiles de la política, ni son originales ni son nuevos, los ha habido en todos los tiempos. |p17 Las demás fuerzas políticas disueltas por la dictadura, donde permanecen los residuos gorilas en sus distintos grados de virulencia, o alientan soluciones a base de la proscripción del Peronismo como única manera de anular su mayoría o simulan disponerse a formar un "frente civil" y "cabildean" sobre las posibilidades a base de simulación. Algunos peronistas de buena fe creen en ellos y se prestan al juego,

aunque la experiencia hasta hoy recogida no da para hacerse ilusiones de este género. Los "viejos camanduleros" de la política criolla pierden el pelo pero no las mañas. En cambio, el sector juvenil de esas mismas fuerzas, es proclive a una coordinación a fin de abatir a la dictadura. |p18 Frente a este panorama, la conducción estratégica viene preocupándose por organizar y preparar el Movimiento, con la intención de poderlo conducir como mejor convenga a las necesidades de conjunto, teniendo en cuenta que el deterioro de la dictadura militar puede ofrecer en el futuro inmediato acontecimientos que, con poco que se haga orgánicamente, puedan ofrecer condiciones más o menos favorables para una solución aceptable. Frente al caos en que ha caído el sector sindical y a la desorganización de la rama Política, el Comando Superior ha dado preferencia a ésta, a través de la cual se podrá incidir también en lo sindical, junto con la posibilidad de seguir manteniendo simultáneamente conectadas a las agrupaciones sindicales que se mantengan unidas y fieles al Peronismo. |p19 Por sobre toda otra consideración el Comando Superior se ocupa por mantener la masa, encuadrándola con dirigentes políticos que responden a los fines del Movimiento, y tratando de alcanzar la unidad de la Rama sindical con su finalidad específica y dentro de la misión que nos hemos impuesto. Para ello será menester prescindir de todo lo que está funcionando al margen de nuestros objetivos y funciones, para asimilar en cambio a todo lo que obedezca a una conducción congruente de conjunto. |p20 Es natural que, en este intento de unidad y solidaridad peronista en que se empeña el Comando Superior, está implícito el deseo de realizar una unión a base de una solidaridad que impulse a todos los dirigentes, tanto sindicales como políticos, hacia una grandeza y desprendimiento que permita asegurar una subordinación absoluta a las conveniencias del conjunto por el sacrificio de pasiones o intereses individuales. No se trata de que ganen unos o pierdan otros, sino de que el movimiento pueda cumplir sus fines, porque de lo contrario ningún peronista debe soñar en realizarse en un Movimiento que no se realice. |p21 En este concepto, en el futuro no habrá sino un solo Peronismo, único e indivisible: el que comparta nuestra ideología y practique nuestra doctrina como asimismo que se someta a la conducción impuesta por el Comando Estratégico y el Comando Táctico del Movimiento. |p22 El Peronismo no es de nadie en particular porque pertenece a todos los peronistas que lo componen y lo sirven. Por eso, todo peronista que esté en las condiciones mencionadas, puede aspirar a todo dentro de él, sin otra calificación que su conducta y servicios al Movimiento. Tampoco podemos negarle a nadie el derecho de abandonarlo si así lo resuelve pero el Movimiento mismo, a través de sus autoridades, puede obligar a todos a seguir una conducta común y separar a los que se rebelen o violen sus ideales y sus principios. |p23 Dentro de este concepto, la formación de los cuadros de encuadramiento y conducción reclutados dentro del Peronismo, sin excepciones, son los encargados de mantener y desarrollar la propia organización, como de mantener la doctrina disciplinadamente y vigilar la marcha hacia los objetivos fijados por la conducción. Para el que conduce o encuadra el conjunto, las pequeñas divisiones internas no deben contar. Todo el que sea peronista puede actuar en el Comando Táctico como en cualquiera de sus organismos pero como peronista, no como faccioso en "trenzas" o combinaciones parciales opuestas a la unidad del conjunto. |p24 El Peronismo que practiquen los peronistas no ha de ser de invocación sino de acción. Nadie deberá invocar su condición de peronista en busca de ventajas personales o de círculo, porque, en tal caso, el organismo de conducción estará en la obligación de desmentirlo oficialmente para desenmascarar su intención. Es preciso que, una vez por todas, los "merodeadores" del Peronismo se persuadan de que de ahora en más, nadie ha de ponerse "la camiseta peronista" para medrar con ella en la política. |p25 El Movimiento Peronista, después de trece años de lucha, en la que ha soportado desde la violencia gorila hasta la corrupción actual, pasando por la integración frondizista y los intentos de disociación de Illia, está un tanto descompuesto en el horizonte directivo. Hay que ponerle remedio a estos males sin destruir el Movimiento. Para ello será preciso extremar la disciplina y mantener a ultranza una rígida organización funcional. |p26 Dentro de este mismo orden de ideas es preciso incorporar o separar a los distintos grupos que hasta hoy han venido "trabajando por su cuenta" en un peronismo dudoso y cargado de intereses, aspiraciones y ambiciones personales, que no han luchado por el Peronismo sino que lo han hecho dentro de éste, con

grave perjuicio para la disciplina indispensable. Esos grupos deberán elegir entre incorporarse de buena fe en la tarea común o formar su propio partido, porque dentro del Peronismo no tendrán mas cabida. |p27 En cuanto a las relaciones extrapartidarias y aun internacionales son resorte exclusivo del Comando Superior o del Comando Táctico "ad referendum" de aquel. Ningún peronista está impedido de conversar con quien le plazca pero en tales casos deberá recurrir ante los comandos mencionados en procura de soluciones que él, por su cuenta, no puede alcanzar desde que carece de representación. Los dirigentes de la conducción o del encuadramiento que se comprometan unilateralmente en gestiones de este tipo deberán ser desautorizados y, si es preciso sancionados como corresponda. Los compromisos de este orden en nombre del Movimiento sólo pueden ser diligenciados y establecidos por los organismos correspondientes. Toda otra gestión al margen de ellos implica, en el mejor de los casos, una intromisión inaceptable. |p28 El Movimiento Peronista ha sido tradicionalmente organizado a base de una Rama Política (masculina y femenina) y otra Rama Sindical. El respeto que los dirigentes sepan guardar para con los compañeros de la otra rama, es la base que permite mantener una buena relación de comandos. Sin ello, los choques y las fricciones terminan por colocar a una rama contra la otra, con grave perjuicio para la solidaridad que debe caracterizar la vida interna y permanente del Movimiento. El ideal en esta clase de relaciones consiste en que cada uno actúe en su propia jurisdicción y funciones, dejando a los organismos de la conducción la tarea de la coordinación de conjunto que permita, ordenadamente, realizar las tareas con unidad de concepción y con unidad de acción. |p29 Las organizaciones especiales, creadas colateralmente o dentro del Movimiento Peronista con finalidades políticas, culturales, sociales, económicas, etc. han de desarrollar su acción sin interferir la conducción. Como el resto de las organizaciones han de ser autorizadas o desautorizadas por los organismos de conducción, de acuerdo con la actividad que desarrollen. En cada caso, para utilizar el rótulo peronista, han de tener directa dependencia de los órganos de la conducción del Movimiento. En caso contrario, tales organizaciones, aunque invoquen su condición de tales, no son peronistas. |p30 El órgano de ejecución de la conducción estratégica en el país es el Delegado del Comando Superior Peronista. El de la conducción táctica, el Secretario General del Movimiento. ambos se complementan en la actividad general de la dirección y conducción de todo el Peronismo en el país. Ellos resuelven por sí en cada uno de los campos de su jurisdicción como mejor convenga a la acción de conjunto, tanto en el amplio concepto estratégico del conjunto, como en la actividad orgánico funcional de la lucha táctico-política de todos los momentos y circunstancias. En ese concepto tienen toda la autoridad que les permita defender esa responsabilidad. |p31 La articulación de los organismos que han de constituir los órganos de comando del Secretariado General del Movimiento siguen siendo los mismos ya existentes, de la misma manera que la articulación orgánica del Peronismo permanece invariable como fruto de una ya larga experiencia. Lo que ahora interesa son los hombres que han de integrarlos, pensando que las organizaciones serán buenas si no fallan los hombres que han de manejarlas. |p32 Es preciso que a la organización del Comando Táctico le siga la constitución integral del Movimiento Peronista en su aspecto orgánico funcional porque tal vez todas las fallas observadas se han producido, precisamente, por la carencia de una organización efectiva, integrada por dirigentes leales y capaces y un enlace permanente entre todos los estamentos partidarios con el Comando Táctico. C La resolución: |p33 La apreciación de la situación antes mencionada, ha llevado al Comando Superior Peronista a la persuasión absoluta de que todos sus males residen en una falta de organización, unidad y solidaridad que posibiliten una apropiada conducción de conjunto. El Movimiento, dividido en pequeñas fracciones encabezadas por dirigentes de círculos, "trenzas" o sectores, ha terminado por caer en la anarquía que impide toda conducción a través de sus dirigentes enfrentados unos con otros en defensa de intereses que no pueden ser los del Peronismo. Si esto es perceptible en la Rama Política, es groseramente evidente en la Rama Sindical, donde el Peronismo, que

cuenta con la casi unanimidad de la masa que constituye las bases, no acierta a conducirla con unidad por los enfrentamientos parciales de los grupos directivos. En esta forma hasta ahora, sólo se han realizado acciones parciales, divergentes y a menudo antagónicas que, por sí mismas, se han neutralizado con evidentes ventajas para nuestros enemigos. Hagamos un esfuerzo de conjunto y nos acercaremos al éxito en una medida superior a cuanto nosotros mismos imaginamos. Pero, para estar en condiciones de realizar ese esfuerzo es preciso que previamente se llegue a la unidad. En la Rama Política esa unidad está casi lograda, si se descartan pequeñas fracciones contumaces. Resta ahora lograrla en la Rama Sindical. Es precisamente en procura de esa unidad indispensable que el Comando Superior Peronista ha resuelto encararla a base de: a) una organización del Peronismo que permita superar el actual estado de desorden y disociación de sus fuerzas; b) para ello, comenzar por alcanzar la unidad y solidaridad que se han perdido en el Movimiento como consecuencia de la falta de conducción táctica apropiada; c) restablecer la organización, integrándola con dirigentes leales y capaces que se comprometen seriamente a luchar por los objetivos del Peronismo y obedecer sinceramente a la conducción; d) unificar la Rama Política mediante una organización real, un encuadramiento eficaz y una conducción efectiva; e) unificar la Rama Sindical, procediendo a crear entendimientos entre los dirigentes gremiales actualmente contrapuestos en fracciones antagónicas y en una política suicida y contraria tanto al Movimiento como a la Clase Trabajadora; f) finalmente, producir los hechos y constituir los elementos necesarios para que el Peronismo retorne a ser lo que ha sido en su influencia político-social en el país. D Disposiciones transitorias |p34 El Secretario General del Movimiento deberá continuar con la tarea en que está empeñado en la organización general del Peronismo en todo el país, hasta constituir todos los organismos de la conducción táctica, perfectamente encuadrados con dirigentes representativos, leales y capaces, de acuerdo con las directivas que ya obran en su poder. Alcanzando este objetivo planificará y realizará la conducción total del Movimiento Peronista en todo el territorio nacional, en acuerdo con el Delegado del Comando Superior Peronista. En estas condiciones, el Peronismo ha de organizarse en todo el país, tanto en el orden de la conducción como en el del encuadramiento en forma de asegurarse que la masa pueda estar permanentemente informada y proceder de acuerdo con el mandato de sus organismos directivos. En la elección de los cuadros dirigentes es preciso que se proceda con la mayor ecuanimidad, sin atender a otro móvil que las necesidades o las conveniencias del Movimiento. Es necesario que una vez por todas desaparezcan los sectores interesados y los enfrentamientos de los dirigentes por cuestiones internas como, asimismo las beligerancias sectoriales, para dar paso a una comprensión superior del problema orgánico que permita alcanzar la unidad efectiva y real en un medio orgánico funcional en el que todos trabajen por un ideal en una tarea común. Es preciso también que cuanto antes se comience a "mover al Movimiento" en forma de vencer la apatía que actualmente domina y para ello nada mejor que ir impulsando a los distintos sectores por medio de una práctica permanente y una acción constante, para que todo peronista, en todo momento y en todo lugar esté en actividad partidaria por los medios que tenga a su alcance. Para que esta prédica alcance su mayor grado de eficacia ha de ser dirigida desde la conducción superior, de modo que, también en ella, exista una unidad de acción. Los miles de predicadores que para esta acción se necesitan, han de promoverse en los propios estamentos peronistas, a fin de que a cada uno le llegue la predicación por su propio conducto.

La actividad del Comando Táctico ha de ser incansable y permanente. Nada puede reemplazar a la eficacia del contacto personal por eso el Secretario General debe ser una suerte de Padre Eterno que esté en todas partes, además de multiplicarse a través de los órganos y dirigentes de su organismo, que le permitirán la descentralización de sus propias funciones de ejecución. Una concepción centralizada y una ejecución descentralizada es la regla que rige la conducción. Es preciso que la organización del órgano de comando responda a esa necesidad porque el que intenta manejarlo todo, termina por manejar solo una pequeña parte del complejo orgánico que le ha sido confiado. Una vez establecido el sistema todo marchará sin dificultades. También es preciso confiar en los hombres que se elijan, porque de lo contrario, el manejo de masas como la peronista resulta desde todo punto de vista imposible. Una vigilancia permanente permitirá cambiar oportunamente a aquellos que por ineficacia o mala fe no merecen estar en el cargo. |p36 La unidad del sector sindical: En la unidad del Peronismo tiene gran importancia la Unidad Sindical. Dentro de ella, es preciso distinguir claramente cuando se trata de su horizonte directivo o cuando nos referimos a la masa que forma sus bases. No existe la menor duda que la masa obrera constituye también la masa peronista. Los problemas divisionistas existentes en las organizaciones sindicales obedecen solamente a las distintas posiciones de sus dirigentes. En consecuencia, se trata de intereses personales, los que distan mucho de ser los intereses sindicales, gremiales o políticos. Por eso ha sido posible la funesta división existente, que ha colocado a la Clase Trabajadora Argentina en la más absoluta indefensión. El Comando Superior Peronista, consciente de la responsabilidad que le compete y fiel a lo que ha sido el norte de nuestra doctrina, se empeña en poner remedio a semejante situación ante la cual, no solo peligra la cohesión de nuestro Movimiento en su Rama Sindical, sino que también amenaza seriamente los intereses y conveniencias de la Clase Trabajadora que el Peronismo siempre ha defendido con sinceridad y decisión. Por eso está dispuesto una vez más a sacrificar todo lo que sea preciso a fin de lograr esa unidad sindical que somete a millones de argentinos a la más peligrosa amenaza y, en consecuencia, resuelve ordenar a todos los dirigentes peronistas la realización de la unidad de la Rama Sindical. En esta forma la Unidad Sindical tiene como finalidad aglutinar a todas las organizaciones en torno a la Central Peronista de cuyas decisiones surjan las medidas conducentes a la reorganización de la Central Obrera, su fortalecimiento y la constitución de una Confederación General del Trabajo dirigida por el Peronismo. Queda a cargo del Delegado del Comando Superior Peronista, de acuerdo con las directivas confidenciales que ha recibido personalmente del Comando Superior, todo el diligenciamiento de cuanto se refiere a la preparación y ejecución de la Unidad de la Rama Sindical del Movimiento Peronista en los diversos aspectos de su gestión. |CSet68

MEMORANDUM

Setiembre de 1968 |p1 De las informaciones diversas de que dispongo, he podido conformar un panorama más o menos claro del estado de fuerzas del Movimiento Peronista: una masa desanimada e incierta por carencia de una conducción y falta de encuadramiento apropiado, como consecuencia de que ha perdido la confianza en sus dirigentes, especialmente en la Rama Sindical del Movimiento. En la Rama Política, la masa que se confunde con la sindical, mantiene un estado de ánimo semejante. La clase media cada día se muestra más comprensiva y favorable al Justicialismo aunque carece, en general de una conciencia social. Esta masa popular, sin dirección real, mantiene un sentimiento peronista que, en cierta medida, se neutraliza con la falta de actividad efectiva tanto en lo sindical como en lo político. Se nota una inquietud generalizada en todos los estamentos partidarios, especialmente en determinados grupos que no logran vencer la atonía dominante en el conjunto popular entre desilusionado y apático. |p2 En cuanto a los dirigentes sindicales y políticos o están en componendas sectoriales o de grupo o permanecen inactivos como consecuencia de que, políticamente no hay nada a la vista y sindicalmente, se traban en una lucha interna entre los que atraídos por las prebendas que la corrupción en sus distintas formas toleradas puede acarrearles con los que se mantienen firmes en el cumplimiento de su misión. A todo ello, se suma la acción que la dictadura desarrolla en beneficio directo de sus inciertos designios que inciden directamente en el sector sindical al que ha dirigido sus preferencias.

|p3 Frente a este panorama, la conducción estratégica viene preocupándose por organizar y prepara al Movimiento Peronista con la intención de poderlo conducir como mejor convenga a las necesidades de conjunto, teniendo en cuenta que el deterioro de la dictadura puede ofrecer en el futuro inmediato acontecimientos que, con poco que se haga, puedan ofrecer condiciones más o menos favorables. Frente al caos en que ha caído el sector sindical, con la finalidad de manejar algo, se trata de dar preferencia en la organización futura al sector político, a través del cual se podrá incidir luego también en el sindical, junto con la posibilidad de seguir manteniendo simultáneamente conectadas a las agrupaciones sindicales que se mantienen fieles al Justicialismo.

|p4 Fuera de lo anterior, existen diversas agrupaciones, organizadas y conducidas por dirigentes que actuando por su cuenta, han reclutado pequeñas fuerzas peronistas de activistas, por considerar que en una lucha sin violencia no se podrá conseguir nada. Están en consecuencia decididos a luchar en la forma que puedan, aunque reconocen que en una masa decepcionada y en la incertidumbre, no cuentan sino con escasas posibilidades en hombres y medios. Es natural que en algunas de estas agrupaciones han sido instrumento de los dirigentes de diversas tendencias, que los han pagado, pero hay otras que mantienen los ideales y luchan correctamente. |p5 A todo esto, se suma la existencia de dirigentes sindicales y políticos que están en "otra cosa". Tanto unos como otros están en "trenzas", cuyo origen está en la famosa "Declaración de Avellaneda" que dio nacimiento efectivo al "neoperonismo" que ha degenerado luego hacia el "colaboracionismo" propugnado o no, que caracteriza a la C.G.T. de Vandor como a los "gremios independientes", encabezados en la realidad por "Luz y Fuerza" y los sindicatos que obedecen a otra trenza manejada especialmente por March y compañía. Es así como el sindicalismo nacional ha ido cediendo a la descomposición impuesta por el "gobierno" y algunos dirigentes "peronistas" proclives a la traición de la Clase Trabajadora. |p6 Entre tanto los dirigentes neoperonistas, sin perder su conexión con los dirigentes sindicales antes mencionados (colaboracionistas) se preparan para actuar en la misma posición, haciendo posible a la dictadura su maniobra de captación hacia la formación de una fuerza política a base de los que ya apoyan a la dictadura y de los "recortes" que se puedan obtener de las diversas fuerzas políticas disueltas, especialmente del Peronismo. |p7 Fuera de lo anterior, aparecen a menudo los "francotiradores" que a su propio estilo mantienen una acción permanente propicia para "pescar en río revuelto" en cualquier oportunidad que se les pueda presentar, sea para un lado como para otro. Para ellos, aunque es indiferente el bando en que han de alinearse al fin, se mantienen con la "camiseta Peronista" tanto para impresionar a la dictadura (con la que se entienden) como para no perder la oportunidad de "colarse" en el peronismo, si esa oportunidad llega. Esta clase de reptiles de la política ni son originales ni son nuevos, los ha habido en todos los tiempos y en todas las circunstancias; es esa clase de "hombres importantes" que a la usanza de la bosta de paloma ni tienen ni bueno ni mal olor. |p8 No hace mucho tiempo ha aparecido una C.G.T. de los Argentinos, opositora a ultranza, es decir que se opone al colaboracionismo y no obedece a las consabidas "trenzas". Ha iniciado su acción por una lucha abierta y decidida contra la dictadura militar. Se oponen a ella, disimuladamente, además de todo lo influenciado por la dictadura, la C.G.T. de Vandor y Alonso con la cooperación de los dirigentes comprados o influenciados por ese sector. Entretanto, los "independientes", simulan trabajar para la unificación del Movimiento Obrero pero, en realidad de verdad, obedeciendo a presión de la dictadura y sus agentes o influenciados por el imperialismo yanqui con el que están en conexión. |p9 Las demás fuerzas políticas disueltas por la dictadura, donde permanecen los residuos políticos gorilas en distintos grados de virulencia o se alientan soluciones a base de la proscripción del peronismo, como única manera de anular su mayoría, simulan disponerse a formar un "Frente Civil" y "cabildean" sobre las posibilidades a base de simulación muy mal disimulada. Algunos peronistas de buena fe creen en ellos y se prestan al juego, aunque la experiencia hasta hoy recogida no da para hacerse ilusiones de este género. Los viejos "camanduleros" de la política criolla pierden el pelo pero no las mañas, en cambio el sector juvenil de esas fuerzas políticas es proclive a una coordinación con el peronismo a fin de abatir a la dictadura. Este mismo fenómeno ocurrió en 1943 y muchas fuerzas de la juventud de los partidos políticos se incorporaron al peronismo naciente de entonces.

|p10 Frente a esta lamentable situación, lo más aconsejable es ocuparse de mantener la masa, encuadrándola con dirigentes políticos que responden a los fines del Movimiento, tratando de hacer lo mismo en la rama Sindical con la finalidad específica y dentro de la misión que nos hemos impuesto. Para ello será menester prescindir de todo lo que está funcionando al margen de nuestros objetivos y funciones, para asimilar a todo lo que obedezca a una conducción congruente de conjunto. La incorporación de hombres y organizaciones ha de hacerse indiscriminadamente en tanto pueda considerárselos como agentes directos y exclusivos del Peronismo, sin otros aditamentos. Si se logra alcanzar esta organización y se la mantiene limpia de infiltraciones contrarias será posible impedir la disociación que nos amenaza, |p11 Pero, es preciso pensar que si la masa popular está desganada, no se la podrá preparar para la lucha de otra manera que luchando. Ello aconseja que las organizaciones activas que, evidentemente, han comenzado a moverse en esa lucha, no se las desahucie por consideraciones de orden secundario y sí, en cambio, se las asimile al Movimiento a través del Comando Táctico. Cuando las montañas no vengan a nosotros, es conveniente que nosotros vayamos hacia las montañas, sobre todo en momentos en que los que se deciden pocos a la lucha. Con una masa sin dirigentes, desorganizada y dominada por la mayor apatía, no estamos en condiciones de despreciar el aporte que representan los que, aunque sean en pequeños núcleos, están dispuestos a empeñarse en una lucha seria y que debe iniciarse y para la que la masa dirigidas por individuos que, precisamente, lo que no quieren es luchar, por razones que obedecen a sus intereses personales de los dirigentes influenciados por nuestros propios enemigos. |p12 Es claro que se debe diferenciar bien claramente, por lo menos durante el período de la organización y preparación del Movimiento, lo que es la lucha de lo que es la organización y función básica de nuestro Movimiento. Al principio, como sucede en toda lucha, ha de ser un tanto irregular y fraccionada, lo que aconseja que se haga por cuerda separada de la función política del Peronismo, si bien con el apoyo efectivo de éste, aunque no aparezca inicialmente. Luego será imprescindible lograr que todo Peronista, en todo lugar y en todo momento, realice la lucha en la medida de sus propias posibilidades, con amplia iniciativa, decisión y efectividad, dentro de la línea fijada por la acción general. En esta forma y paulatinamente puede llegarse a un empeñamiento, dentro del cual se diferenciarán dos acciones claramente establecidas: una por los organismos y otra individual. La primera que obedecerá a acciones de conjunto planeadas y realizadas por el Movimiento y la segunda que se realizarán localmente por grupos o personas decididas que, por iniciativa, realicen acciones efectivas, siempre dentro de la línea fijada para el conjunto. |p13 Cuando no se está en fuerza para librar una batalla es preciso desgastar al enemigo mediante una lucha activa y diluida en el tiempo y el espacio. Esta forma de lucha, que muchos creen que es nueva, es edad y se de la más remota antig única manera de lucharlo al fuerte hasta desgastarlo suficientemente como para tumbarlo luego. En los conflictos entre la fuerza y la opinión, como sucede en el caso Argentino actual, la fuerza tiene ventajas inmediatas y por lo tanto las aprovecha con rapidez y energías desplegando la mayor fuerza posible en procura de la decisión. En cambio la opinión tiene ventajas en lo mediato y a veces a largo plazo: debe en consecuencia utilizar la perseverancia. Los planes de acción deben estar dirigidos a este objeto. No se trata de llegar a una batalla frontal donde llevamos las de perder, pero nada impide que en vez de jugar la suerte en una batalla decisiva, lo hagamos en miles de combates en los que todos los días tenemos la posibilidad de inferir una derrota parcial al enemigo, acciones que sumadas en el tiempo y el espacio, representan un gran aporte para la decisión final. |p14 Por eso es aconsejable un empeñamiento sucesivo, quizá un poco inorgánico en sus comienzos, como un combate de vanguardia, para luego ir desplegando el grueso de las fuerzas y las acciones, respetando siempre la forma establecida para esta clase de lucha con las armas que dispone el Pueblo. En la lucha política hay armas mejores que los fusiles y las ametralladoras, pegando donde duele y cuando duele; donde está la fuerza: nada y donde no está la fuerza, todo. Hay que llegar a una "guerra fantasma" que no dé tregua al enemigo y que no exponga inútilmente a nuestras fuerzas. La desobediencia civil firmemente dirigida por Ghandi en la India, con sus cuatrocientos millones de habitantes, posibilitó en poco tiempo la liberación de los ingleses que la debieron abandonar con su medio millón de soldados. |p15 Hasta ahora, durante estos trece años, hemos sido yunque, jamás martillo. Hay que proceder poco a poco a ganar la iniciativa y conquistar nuestra propia libertad de acción para lograrlo. Tampoco sería conveniente a los fines que perseguimos, anular el espíritu de lucha para alcanzar una organización perfecta. Hay que aceptar que, en la política, ni la organización ni el orden logran imponerse en forma muy ajustada. El que en la política espera manejar el orden se verá defraudado. En esta difícil y compleja

actividad nunca existe orden perfecto, lo que impone al conductor la necesidad de acostumbrarse a manejar también el desorden. |p16 Así como "el apetito viene comiendo" el espíritu combativo sólo puede despertarse combatiendo. Es claro que esto ha de hacerse "todo en su medida y armoniosamente" como solían decir los griegos. Es preciso empezar con poco y lentamente, aprovechando las circunstancias y posibilidades, para ir gradualmente aumentando el ritmo y la continuidad de acuerdo con las circunstancias. Se está frente a un "gobierno" irregular y esta clase de gobiernos suelen dar muchas oportunidades, que no deben desaprovecharse pues, el "fierro ha de machacarse en caliente". |p17 Es indudable que nada de cuanto venimos hablando puede hacerse con un pueblo apático y sin mística, como el que parece que tenemos en la actualidad. Pero ni la decisión ni la mística suelen producirse porque sí: es preciso despertarlas. Para ello se necesitan miles de predicadores esparcidos por todo el país. Estos predicadores, en lo posible, han de pertenecer a los propios estamentos que se desea despertar, en forma de llegar a cada uno por su conducto. Cuando por una prédica intensa y eficaz se logra despertar la mística y la decisión, la mitad del trabajo estará realizado. |p18 En cuanto al proceso orgánico me ha parecido prudente e inteligente hacer abstracción total de toda consideración personal: el Movimiento Peronista es de todos y todos tienen el mismo derecho de abandonarlo si así lo resuelve, pero el Movimiento mismo, a través de sus autoridades que lo representan, puede obligar a todos los peronistas a una conducta común y separar a los que violen sus ideales y principios. Dentro de este concepto, la formación de los cuadros de conducción y encuadramiento, reclutados en el Peronismo sin excepciones son los encargados de mantener y desarrollar la propia organización como de mantener la doctrina y vigilar la marcha hacia los objetivos fijados por la conducción. Para el que conduce o encuadra el conjunto, las pequeñas divisiones internas no cuentan. Todo el que sea peronista puede actuar en el Comando Táctico como en cualquiera de sus organismos, pero como peronista, no como faccioso en trenzas o combinaciones parciales. Para lograrlo, nada mejor que el que organice comience por desconocer la existencia de tales formas opuestas a la cohesión y solidaridad que debe existir en el Movimiento. |p19 La conducción del conjunto tiene sus exigencias originales. Jamás la conducción puede ser discrecional, obedece a la misión y, en consecuencia, todo cuanto se haga, será para servir directamente esa misión. No debe ser ni la pasión ni el gusto del conductor lo que inspire sus decisiones, sino el deber que el cargo impone en su importante misión. Frente a las divisiones ocasionadas por la existencia de caudillos o aspirantes a la "herencia vacante", la conducta a seguir por el que conduce es simple: no negar el derecho de todos a aspirar siempre que sea a base de servir al Movimiento y, cuando tales divisiones o trenzas se enfrenten, y concurren al conductor para dirimir su problema, es preciso que encuentren la mayor ecuanimidad pero no para dirimir su problema sino para disponer la mejor forma de servir al Movimiento sin desconocer a nadie que lo pueda hacer. A menudo algunos aducirán "tienen razón" y sus oponentes no, en tales casos habrá que decirles de que la misión del conductor no es la de juez y por lo tanto su misión no es la de administrar justicia, sino la de llevar a todos hacia los objetivos fijados. |p20 El más grave error que puede cometer la conducción de conjunto es tomar partido en los pleitos entre fracciones, porque de esa manera pierde su autoridad en la fracción contraria. Por otra parte, aun en estos casos, la ecuanimidad, la prudencia y aún la prescindencia, llegan a superar el problema en beneficio de su misión y la conducción general del Movimiento. Ello ni implica que la conducción deba tolerar a los que se portan mal ni a los que defeccionan, pero hay formas de neutralizar sin "hacer escombros". Es la conducción de la misma la que hace gravitar su acción para ir destruyendo lo malo e imponiendo lo bueno pero, hay que aprender a "desplumar la gallina sin que grite" |p21 Dicen los italianos que, en la conducción política, es preciso todos los días tragar un sapo. Todos los días recibimos personas a las que, si obedeciéramos a nuestro deseo, le daríamos una patada, sin embargo es preciso que le demos un abrazo. La conducción es una misión y, si esa misión nos impone un sacrificio, lo mejor será realizarlo. Por eso he dicho que la conducción es una misión y, el cumplimiento de una misión, no puede ser discrecional: obedece a necesidades no a deseos, utiliza formas y medios adecuados a su cumplimiento, lo que a menudo está en contra de las propias inclinaciones pero es preciso pensar que trabajamos por fines y no por medios. |p22 La conducción política tiene sus mayores dificultades en el manejo de los hombres. La disciplina política como la obediencia tienen sus propias características: no obedecen a una autoridad impuesta sino

consentida. Imponerlas es una cuestión de prestigio y tino en el ejercicio del mando, es preciso imponer pero predisponiendo, no obligando. Mandar es obligar, conducir es persuadir y, al hombre, es siempre mejor persuadirlo que obligarlo. Frente a la mala intención, que también suele presentarse en la conducción, el procedimiento debe ser rara vez de represión y menos de violencia, sino de habilidad para que la sanción venga del cuerpo y no de la conducción, lo que no es difícil conseguir en los movimientos doctrinarios y con autodefensas como el nuestro. Esas sanciones impuestas por la masa son las únicas inapelables. |p23 Los hombres son buenos, pero si se los vigila suelen ser mejores. Si para conducir es imprescindible confiar en alguien, porque de lo contrario se llega a la negación de la propia tarea, es menester que el conocimiento de la naturaleza humana y de los propios hombres, nos permita confiar, por lo menos hasta que nos engañen por primera vez. Pero el conductor habrá de cuidarse muy bien de obrar como Providencia: siendo, no apareciendo. Al corazón humano se lo domina mejor por los sentimientos que por la razón; es menester entonces echar mano a ellos. Por eso también la virtud que domina es la humildad, no la soberbia y cuando la humildad y la autoridad se hermanan, poco es lo que no se pueda lograr con ello.

|p24 Yo sé que el Movimiento Peronista, después de trece años de lucha, en la que ha soportado desde la violencia gorila hasta la corrupción actual, pasando por la "integración" frondiziaca y los intentos de disociación de Illia, está un tanto descompuesto en el horizonte directivo, pero es preciso ponerle remedio a estos males sin destruir al Movimiento. No nos vaya a pasar lo que a los mejicanos, cuando su hacienda vacuna fue atacada por la aftosa que, por consejo de los yanquis, se dedicaron a matar los animales enfermos. De esta manera se quedaron sin vacas y yo creo que es preferible vacas con aftosa que aftosa sin vacas. |p25 Finalmente, parodiando a Fierro, quiero decirles: "Y les doy estos consejos que me ha costado adquirirlos, porque deseo dirigirlos, pero no alcanza mi ciencia hasta darles la prudencia que precisan pa seguirlos" y "Estas cosas y otras muchas, medité en mis soledades, sepan que no hay falsedades ni error en estos consejos, es de la boca del viejo de ande salen las verdades". |Cdic-68

PERON DEFINE A ONGANIA... Y OTROS TEMAS

Diciembre, 1968 |p1 Eran las 9 de la mañana. Perón había ya caminado sus 5 kilómetros diarios. Me impresionó su estado físico. Recordó con gran memoria que tres meses atrás no había podido concretarse la entrevista porque tuvo que viajar a Torremolinos, y después, sonriendo, agregó: "Si el año pasado visitaron España 70.000 argentinos, más de 35.000 o me vieron o quisieron verme. Muchos llaman por teléfono, atiende mi secretario, Lopez Rega, y le piden la entrevista de un modo casi dramático: "Dígale al general que hice 14.000 km. para verlo"... ¡Mentira!... Vienen a España en tren de turismo, y como están en Madrid quieren ver al "fenómeno (sonríe largamente; sus ojos se entrecierran). No tiene un solo dejo español en el acento de su voz. Al contrario; mucho lunfardo y de vez en cuando se le escapa un c... El inmovilismo del exilio le acentuó su formación ideológica. "Los libros de mi biblioteca son leídos y marcados. Yo, más que leer, estudio un libro... Véalo, no es una biblioteca de simulación intelectual... "Recuerda, recuerda mucho. Cuando le dijo a Robustiano Patrón Costas [- "era amigo" -] que no aceptara su candidatura a presidente de la República en 1943. "No me hizo caso, y vino la Revolución... Me acuerdo da Adrián C. Escobar, de Ramón Cárcano, de Joaquín Anchorena, que entraba con su galerita al Departamento de Trabajo... Eran conservadores inteligentes; se daban cuenta de lo que se venía... Comprendieron... Mientras hablamos, a lo lejos llega el sonido del tecleteo de una máquina de escribir. "Es Isabelita, que contesta las cartas. Me ayuda mucho". Perón da la sensación de que ni se imagina o no evalúa "el odio" que pudo despertar en un sector argentino. "No di respuesta al atropello del '55 porque no quería un reguero de sangre... Eso nunca lo comprenderán. Por supuesto, si hubiera adivinado cómo iban a manejar el país... no hubiera sido tan fácil desprenderse de mí... Pero estaban los carcamanes... ¿Para qué vamos a hablar de persecuciones?... Fíjese que Olivieri, un traidor, fue a la cárcel, y el pobre general Valle fue a una tumba... Mida usted los castigos y diga quién persigue más a quién..."

Cuenta que para lograr un equilibrio que no le fomente las grandes expectativas, ni lo suma en depresiones, acudió al yoga. "Soy un general pacifista, un león hervíboro...", acota. Le preguntamos qué le pareció el acto de voluntad de Onganía al invertir el proceso revolucionario eligiendo él sus comandantes al relevar a Alvarez, Julio Alsogaray y Benigno Varela: "Bueno...; ya se lo dije. Onganía es un jefe. Desde el punto de vista militar, su acto es irreprochable. Pero Onganía manda; y eso puede funcionar en el ejército: mandar es obligar. Conducir es persuadir... ¿Comprende? Tiene una especie de obsesión con una frase: "el hombre bueno..." Rogelio Frigerio acababa de estar con él. "Es un hombre bueno. Nunca me defraudó... ¿Pactos? Ya no firma más pactos. Escucho. Acuerdo. Discrepo. Pactos, no. Frigerio cree que hay que ayudar a revisar el proceso económico que es enajenante. Tiene razón. Cree que Onganía puede ser el eje de una gran salida nacional A lo mejor... En fin, hablamos mucho, como siempre que me visita. Yo fui tan calumniado que jamás creí lo que dicen de Frigerio. Para mí es un hombre bueno y un gran amigo. Le regalé un bastón..." Insistimos. ¿Entonces, general, un acuerdo en torno a la figura de Onganía, entre usted y Frigerio, no existe?... Ahora clava toda su picardía en la sonrisa. "¿Usted quiere que yo dé la vida por Onganía?..." También Onassis "es un hombre bueno". Explica: "Cuando él tuvo un problema en Panamá, y yo era presidente de la Nación, le ofrecimos ayudarlo, matriculando sus barcos en la Argentina... solucionó su diferencia y no necesitó del país. Una lástima. Hombres como Onassis le harían bien a la Argentina... Es muy inteligente. Fiero, petiso, pero lleno de bondad. Da bondad. Yo creo que Jacqueline se casó con él por dos motivos: 1) por huir de los Estados Unidos, donde era prisionera de la obligación de ser estatua, 2) más que por amor, se casó por cariño. Onassis ampara y da bondad... Cuando yo llegué a Madrid, él me llamó desde Gibraltar, y fue parco y claro: "Mire, general - me dijo -todo lo mío está a su disposición. Cualquier cosa que usted necesite... No necesité nada. Pero nunca olvidé el gesto..." Hablamos del Che Guevara. ¿Lo hubiera usted nombrado su ministro?... Medita brevemente: "Guevara era un hombre muy útil. Fue lástima que el entrara en el destiempo con la Argentina del peronismo. Hubiéramos andado muy bien. Una Gran Muerte. Peleó como y donde sabía... Para darse cuenta de la importancia de su Diario de Bolivia, hay primero que leer el libro de Ricardo Rojo. Si no lo leen a Rojo, nadie entenderá nada del Diario..." Evoca el día en que lo rescataron de Martín García. Ya en la Casa de gobierno, el general Farrell le prometió convocar a elecciones. "Bueno, presidente, me alegra mucho que por fin hayan comprendido. Veremos si gana la Unión Democrática o los muchachos... Me voy a casa..." Y entonces Perón cuenta que Farrel lo tomó del brazo y casi espantando le gritó: "¡Pero como se va a ir así, dejándome todo este lío n la plaza! (17 de octubre). No. Usted es un vivo. Salga al balcón y cálmelos..." No le gustan los melenudos (los Beatles), pero sí la música. Ye Ye. Añora a Boca. "¿Cómo anda la Ciudad Deportiva? - inquiere - ¿Vió? Cuando se hace las cosas serias el país responde... ¿Y Ratín qué tal? ¡Que mal papel hicimos en las olimpíadas!..." No lo conoce a Franco. "Nunca lo ví...", dice con total sinceridad. De pronto ingresa Agostinelli ("7 Días") y Patricio Colombo ("Confirmado"). El primero, un periodista joven (23 años), despierta la viva simpatía de Perón. Le pide una nota total de cómo vive. Perón sonríe; "Como no, mi hijo... no soy un misterio..." Ya es tarde. Hemos pasado cuatro horas y media junto a Perón que es historia. Lo que no significa juicio de valor, sino realidad. El se va al cine: "Voy a ver "El feo, el malo y el bueno". No me gusta el cine que me hace pensar... Ya pienso demasiado..." A esa misma hora, en la Argentina, las versiones lo ubicaron a Perón en Punta del Este. Mientras él se introduce en el cine de las Bellas Artes, sobre Madrid empieza a caer un nuevo invierno, lluvioso pero alegre. Como toda España. Neustadt: La primera pregunta que quiero hacerle es ésta: ¿por qué los argentinos no pueden tener a un obispo avanzado como monseñor Podestá y los brasileños sí a Helder Cámara?

Perón: Se trata de idiosincrasias distintas. En nuestro país el Gobierno pide el relevo de ese hombre, en el Brasil, no. Neustadt: Pero si los dos están sometidos a la misma influencia... Perón: Eso no cuenta, enfrentando a la Iglesia los americanos no tienen mucha influencia. Neustad: Ellos tienen territorios más explosivos y permiten más... Perón: ¡Claro! Es así porque ellos tienen territorio, población y mentalidad más amplios. En cambio, en la Argentina se aferran más a los canones porque están europeizados... Neustad: Ahora, otra cosa. ¿Usted sabe que Mc Namara fue a Buenos Aires y pronunció un discurso en el que condicionaba los préstamos al control de la natalidad... Perón:... cosas americanas. Si él cree que eso es un problema para la Argentina con 23 millones de habitantes, ¿cuánto más lo será para EE.UU. con 200? ¿Y porqué ellos no limitan su natalidad? Neustad: Porque exportan la Libre Empresa. Pero no la aplican... Perón: Vea, para mí esto es un disparate. Para que un país aplique métodos malthusianos tiene que hacerlo por convicción, y no por imposición de un señor Mc Namara. Las razones económicas intervienen, pero la Argentina necesita más población y no tiene por qué limitar su natalidad. El problema hay que referirlo al mundo; éste tiene ahora 3.500 millones de habitantes y en el año 2.000 tendrá 6.000 millones, indudablemente que en un mundo superpoblado y superdesarrollado los problemas gravitarán sobre la alimentación y la materia prima. Si acepta la contraconcepción hay que aplicarlo a los países que ya no tenían reservas de alimento y materia prima. Y nadie tiene más que nuestros países latinoamericanos. Neustadt: En la Argentina, muchos, muchos de sus partidarios hablan de su vuelta. Perdóneme, si hay algún dejo de irreverencia en el planteo; pero lo formulo desde el fondo más limpio de mi actitud analista. Usted tuvo todo, país, ejército, carisma, pueblo. Y no pudo desafiar a la historia y al prejuicio mental argentino, trayendo los restos de Rosas. Si no puedo volver un muerto, ¿usted cree que dejarán entrar a un personaje vivo...? Perón: (por única vez se le nubla la cara): Las circunstancias del país decidirán... Ya veremos... Neustadt: Fíjese, Rosas, murió en Inglaterra; San Martín en Francia, Rivadavia en Cádiz, Bouchard, Mariano Moreno... Perón: Sarmiento en el Paraguay... Parece que es una tradición (se ríe). Es un problema de incultura política. Normalmente, la gente dice: "¡Qué suerte tiene Francia que siempre que necesita un hombre, aparece!".No es suerte: es cultura política. Del mismo modo que siempre aparece un músico en Italia, por la cultura musical italiana. Y bien, pensando en todo eso, es que nosotros desde nuestro gobierno quisimos elevar esa cultura política, porque nos dábamos cuenta que el índice de cultura política argentina era muy bajo. Nos hicimos cargo de un país donde los ciudadanos no se interesaban por la cosa pública y la cosa pública es uno de los coeficientes de salvación de los países. En mi concepto, el primer paso para elevar la cultura política es politizar el país. Por eso nosotros tratamos de politizarlo intensamente haciendo que cada uno se interesara por todos. Es decir, eso que ahora peregrinamente se descubre como "participación". Ahora, cultura política no significa que haya 7 u 8 políticos muy sabios y varios millones de ignorantes. Lo que sirve es que el nivel medio de los ciudadanos eleve su cultura política; y entonces se solucionarán todos los problemas. Cuando los hombres del pueblo se ponen en una apatía generalizada, todo se vuelve peligroso; y eso es lo que está pasando en la República Argentina. ¿Por qué el pueblo se pone en esa situación? Porque no tiene confianza en sus dirigentes. Neustad: Usted tiene un ejemplo en nuestra juventud, tan mimética siempre, que grita por Hungría y Checoslovaquia, pero no por Formosa. O que está adormecida cuando estallan Francia, Méjico, Uruguay, Italia...

Perón: Bueno, los jóvenes estallan y estallan con razón. Ellos saben que actualmente se está forjando un mundo que ellos deberán sufrir o gozar. Y ven que los viejos les cierran el camino y no les dejan participar en la formación de ese mundo. Neustad: ¿Pero usted no cree que ahora tienen más participación que nunca? Perón: Aparentemente, nada más. Y si no tome el proceso universitario argentino: tenían mucha más participación en 1918, cuando se hizo la reforma, que ahora. Neustadt: Tanto como para que la Reforma se esté por hacer recién ahora en Francia. Perón: Claro. Vea, el problema para mí es muy sencillo. Cuando termina el medievo empiezan las empresas, las fábricas, la máquina. Se inicia el proceso de liberación del hombre-masa. A partir de ahí, el hombre-masa fue poniendo la máquina a su servicio y liberándose de la antigua maestranza. Ahora empieza otro proceso: ya no se trata de la liberación del hombre-masa, sino también de la liberación del hombre-cerebro. En este momento en el mundo no hay hombres. ¿Y por qué? Porque la Universidad no los ha sabido formar. Pero es que la Universidad está todavía en el siglo diecinueve, cuando debe formar hombres para el siglo veintiuno... Neustadt: ¿Y a la Universidad después de la intervención, en qué siglo la sitúa? Perón: ¡Y, en el siglo dieciocho, si usted quiere...! Pero vamos al fenómeno: ¿qué pasa con la Universidad del mundo en la actualidad? Hay un señor académico - al que en algunas partes se le pone gorrita con flecos o una sotana con puntillas - que llega al aula, saca de su portafolios un fajo de papeles amarillos y se los lee a los alumnos. ¡Hace veinte años que les está leyendo los mismos papeles! Y ya nadie quiere saber nada con eso, porque en la televisión ya están más adelantados que eso. Y entonces, lógicamente, la gente tiene que rebelarse contra ese academicismo inútil. Tanto que cuando a mí me dijeron que quemaron La Sorbona, yo dije: "¡qué bien!", "¿pero, como qué bien?", me preguntaron. Claro, dije, si ésa es una universidad del siglo diecinueve. Más poder tiene, más nombre tiene, más conservadora es, más atrasada se queda. Había que quemar todo eso y hacer una cosa nueva. Caramba, ahora para qué quiere uno sesenta calculistas haciendo cálculos para un ingeniero con la posibilidad de que al final se equivoquen, si hay computadoras que le hacen ese cálculo en 6 minutos y no se equivocan. Entonces no tiene sentido seguir manteniendo a una Universidad que forma a esos calculistas y no a la gente necesaria para el siglo veintiuno. Neustadt: ¿La Universidad argentina qué posibilidades de cambiar tiene actualmente? Perón: La Universidad no es un compartimiento estanco y no evolucionará, hasta que no evolucione toda la comunidad argentina. Cuando yo llegué al gobierno la reforma del '18 no se había cumplido en ninguna de sus partes. Los primeros manejos de los muchachos dentro de la Universidad son del año '47; nosotros pusimos en funcionamiento la reforma dando acceso y control, en la parte que le correspondía, al estudiantado. Eso era inédito en el país: el estudiante dejaba de ser un elemento inerte. Y ésa es la famosa teoría del participacionismo. Neustadt: Ellos no lo vieron así. Porque si hubo un sector al que usted tuvo que enfrentarse fue el estudiantado... Perón: Ellos venían trabajados por otros sectores fuera de la Universidad. Venían con prejuicios, con preconceptos políticos, o universitarios. Y, claro, esos eran enemigos nuestros. Sin embargo, la Universidad nunca tuvo mayor autonomía que en nuestro tiempo. Neustadt: General, ¿si usted tuviera que evaluar la situación argentina actual, en cuanto a peronismo y antiperonismo, a través de las noticias que recibe por la gente que viene acá; ¿cómo lo haría? ¿Hay más o menos peronistas? Perón: Creo que ahora no sólo hay peronistas, sino también properonistas. Y no porque nosotros hayamos sido tan buenos, sino porque los que nos siguieron fueron tan malos que, a su lado, parecemos óptimos. Eso influye sobre el resquicio de imparcialidad que todo hombre tiene. Neustadt: Hay gente que era furiosamente enemiga suya que ahora lo comprende y lo visita...

Perón: ¡Claro que sí! Porque nosotros no tratábamos de imponer sino de persuadir. Y para persuadir sólo se necesita tener razón, ¿y no está demostrado que nosotros teníamos razón? ¿Nuestro gobierno no significó acaso 10 años de felicidad para el pueblo argentino? Hubo disconformes, no perjudicados.Disconformes porque el hombre es así. Nosotros tenemos la costumbre de llegar a una reunión y, ante todo, decir: "¿De qué se trata? Porque yo me opongo". A esos, nosotros no los matábamos; en nuestra época la gente moría en los hospitales. Neustadt: Usted asegura que fue mayor la persecución que sufrió el peronismo que la que propició... Perón: ¡Pero... natural, natural! Si yo les hubiera dado piedra libre a los muchachos nuestros... Todos los hechos que yo analizo liberan mi conciencia y la absuelven. No sé si nuestros enemigos podrán hacer lo mismo... En mi gobierno estuvimos bien; pudimos estar mejor, pero pudimos estar peor. Toda empresa se forma de aciertos y desaciertos. Es éxito cuando los aciertos son mayores que los desaciertos. Neustadt: Pero el peronismo de 1968 no ofrece otra solución que la vuelta de Perón. Hablar de justicia social parece envejecido. ¿El peronismo se agotó? Perón: Nosotros hemos fijado una ideología que es permanente; pero también hemos establecido una doctrina que es circunstancial, que no es permanente, que varía según las diferentes situaciones creadas y según las circunstancias en que esas situaciones se producen. Es claro que nuestra doctrina no es hoy la misma que en 1945 porque las formas de ejecución varían, pero la ideología, en sí, es la misma. Neustadt: General, ¿si usted llegara hoy a Buenos Aires, y le dieran el sillón presidencial, usted podría resolver los problemas argentinos? Perón: ¡Yo sí! No es nada del otro mundo, son los mismos problemas que se han vuelto a reproducir. En el fondo del problema argentino es lo que en Economía se llama una crisis estructural. ¿Y qué es esto? Hay un principio que en Economía se llama una crisis estructural. ¿Y qué es esto? Hay un principio de la Economía Política que dice que la prolongación de las crisis estructurales carcome las riquezas, fenómeno que se ha producido en la Argentina. Un ejemplo: en el año '64 el país exportaba casi un 20% de productos manufacturados, en su totalidad a América Latina y gracias a convenios bilaterales por los cuales los países latinoamericanos y Argentina estaban obligados a comprarse y venderse mutuamente, pagándose en mercaderías, no en dinero. Después esos convenios se rompieron, el país no compraba a quienes le compraban y estos países terminaron comprando a los EE.UU. con lo cual las exportaciones argentinas cesaron, pero no así las importaciones que eran necesarias. Basta un sólo ejemplo, como decía Napoleón, la fabrica SIAM hacía 10.000 heladeras al mes, por ejemplo, y vendía 5.000 en el país y 5.000 en el exterior. Las 5.000 del país se agotaban debido al alto poder adquisitivo del pueblo. Una vez destruidos los convenios se dejó de vender en el exterior, bajó el poder adquisitivo y se dejó de vender en el país, los galpones empezaron a abarrotar y esa fábrica que llegó al poderío en 70 años, adelgazó en 4 ó 5. ¿Qué ha ocurrido? Estos señores llegan y se encuentran con una economía organizada en un país como el nuestro, en el que en esos momentos el 80% de la producción era para consumo interno y el 20% para exportar. Muy bien, al destruir el sistema financiero abrieron las puertas de evasión de todos los capitales y las ganancias del año argentino; y al liberar los precios y provocar una inflación desenfrenada dejaron sin poder adquisitivo a la masa. En la época nuestra el comerciante ganaba de acuerdo al volumen de ventas y no al precio unitario, porque el precio unitario estaba controlado, pero esto influía tremendamente en el consumo que era a través del cual el comerciante se hacía rico en poco tiempo. Estos señores destrozaron la estructura económica y la estructura financiera del país y nos las reemplazaron con otras. De manera que la crisis no es ni una crisis estructural, sino que es una crisis por falta de estructuras. ¡Qué es diez veces peor! De manera que si esa es la causa del mal, el remedio es volver a una estructuración financiera y a una organización económica. Y esto en el país no existe. Allí cada uno anda suelto, a la que Dios le ligue, a los fraudes que pueda cometer, a las trampitas que pueda realizar. La corrupción ha invadido totalmente al país: claro, porque cuando no hay estructura la corrupción es lo que la reemplaza. Neustadt: Eso pasa en el campo económico. ¿Y en el campo gremial, partido en mil pedazos? Perón: ¡Pasa exactamente lo mismo! El foco del problema está en el campo social porque están estrechamente vinculados, entonces también en éste faltan estructuras. Los dirigentes gremiales han sido adiestrados en la técnica sindical, pero no en el espíritu sindical. Esto no se puede improvisar. Nosotros

recibimos comunistas, socialista, etc., y les pasamos un barniz justicialista, pero en cuanto usted los rasca un poco aparece otra vez el de antes. Neustadt: Pero el dirigente gremial de ahora es mejor que el de 1955. Perón: Es más capaz, pero no más bueno, ¡cuidado! ¿Cuál es el fenómeno? El hombre desde los 6 hasta los 12 años se forma, es decir, forma su subconsciente; después empieza uno a darle armas, armas a través de la sabiduría que es capaz de inculcarle. Si en esa etapa de la formación del hombre uno ha formado un hombre malo, todas las armas que uno le dé a ese individuo las va a usar para que joda a sus semejantes; lo básico a usar a favor de sus semejantes. Para mí esa es la filosofía inicial en la cual hay que fundar al hombre. Y volvamos a lo de los dirigentes. Un dirigente ha venido luchando y peleando y nunca ha sido nada, de pronto lo nombran secretario general del gremio. Un gremio que tiene medios económicos fuertes. Entonces ya de entrada pasa a tener un escritorio, un buen sueldo, un auto, una secretaria buena moza, quizá también. Y ese tipo que siempre ha sido un luchador ahora no quiere lolas, se agarra al escritorio y quiere quedarse, pero como él es un hombre que no tienen sino limitado predicamento - el que le ha dado su gremio - ahí ya se encuentra frente a sus primeras armas políticas... Neustadt: Ahora... él juega siempre con la camiseta de Perón. Perón: Sí, sí, juega con la camiseta de Perón porque le conviene..., sino jugaría con cualquier otra. Porque ya no es un luchador, entonces empieza a hacer su trenza, a buscar componendas con compañeros de otros gremios, se ayudan y forman un conglomerado gremial, que pesa más que un solo gremio. Así es como se hace el divisionismo. Así usted ve que hoy el sindicalismo argentino está dividido consentidamente o no, porque en esto también interviene la dirección política - en varias partes. Están los Independientes, que son una trenza, dentro de eso Luz y Fuerza, que es otra trenza, la CGT de Azopardo, es otra trenza; la CGT de Paseo Colón, es otra trenza. Nesutadt: ¿Y cual está más cerca de su pensamiento? Perón: Ninguno de esos está en mi pensamiento porque creo que todo depende de la unidad en el campo sindical... Neustadt: Pero todo eso es peronismo. Perón: Sí. Sí. Indudablemente que sí. Y a mí me conviene tener un ala combatiente y otra complaciente. (Pero no cuatro alas) después las compagino con mi experiencia y las dejo así. Yo he establecido el movimiento peronista en base a un trípode: hay una rama sindical y una política que, para que haya más estabilidad, se divide en un ala masculina y otra femenina. Más las formaciones adyacentes que son excrecencias naturales de toda formación política. Ahí está: los dirigentes sindicales dependen de los políticos y viceversa. porque para manejar se necesitan siempre dos riendas. Un sector que ataque y otro que contemple. ¿Por qué? Porque en política no hay nada estable, es el campo del desorden. Cuando usted gobierna en política debe acostumbrarse manejar el desorden. Triunfa en política el que lo logra. Neustadt: Usted dice que es un maestro en la conducción: entonces tendría que manejar a nuestro país en un desorden permanente... Perón: Exactamente. Como tendrán que trabajar muchos años hasta que lo lleguen a organizar y ordenar. Neustadt: Sin embargo, el país parece estar más ordenado ahora... Perón: Parece, pero la procesión va por dentro. Todo político maneja el desorden y si no, no maneja. Neustadt: Como De Gaulle que es otro maestro. Perón: Exacto. De Gaulle es un político aficionado, pero su verdadero oficio es el de conductor. Me podré equivocar con política pero no en conducción. Neustadt: ¿Y usted?

Perón: Yo también soy un aficionado en política. Pero en conducción soy experto, he estudiado y no me equivoco. Y volviendo al tema, la Argentina tiene arreglo. Yo se la arreglo en dos años y en cuatro años se la dejo funcionando como en 1955. Con otras medidas, por supuesto. En política no hay reglas, hay que estudiar y saber que se trata de casos concretos a los que hay que tratar con métodos distintos en cada circunstancia. Y si un hombre no sabe resolverlos uno por uno es inútil que tenga sistemas, porque estos en política no existen. Neustadt: Ahora quiero transmitirle una duda. Inmediatamente de sacarlos a usted, los sectores que lo hicieron se dividieron. Yo pienso que es porque no los unía una ideología. Y se me ocurre que si ahora se unieran todos los sectores, Balbín, Hardoy, Aramburu, Rojas, Frondizi, Perón, por nombrarlo a usted, en fin, todos unidos podrían voltear a Onganía. Pero juntados por una necesidad, no por una ideología... Perón: Yo difícil... Es que una revolución no se puede improvisar, porque implica una preparación humana, una preparación técnica y la formación de los equipos necesarios porque la tarea de concebir puede ser centralizada pero la de realizar debe ser descentralizada. Una revolución como mínimo necesita dos o tres años de preparación; sin eso cualquier revolución va a fracasar. Es lo que les ha pasado a todos: fueron al gobierno a improvisar. El problema argentino es un problema simple: se necesita una etapa tranquila de gobierno administrativo para no empeorar la situación actual, que le dé tiempo a un grupo de hombres a que preparen la verdadera revolución. Necesitan dos o tres años, con el apoyo del gobierno que esté circunstancialmente. Neustadt: ¿Onganía podría ser el Farrel de su tiempo?

Perón: Lo que pasa es que él está entregado a influencias tan negativas que no puede hacer el gobierno de Farrell. Porque las cosas han cambiado. Neustadt: Porque no tiene a Perón atrás quizá... Perón: No, no es por eso, sino porque la situación de entonces era magnífica. Terminaba la guerra, no estaba la férula del imperialismo... Neustadt: ¿No le faltará libretista a Onganía? Perón: Sí, sí. La Argentina es un país de gran capacidad cultural hay que encontrar los hombres capaces y llamarlos. (Revista EXTRA, Buenos Aires, diciembre de 1968). |LAIR_69 |C17-ab-69

DIALOGO CON EL ARQUITECTO LUIS J. GROSSMAN

17 de abril de 1969 |p1 (...) En la sala hay dos personas más: un médico riojano (que asistía a un congreso de cardiología, creo) y un escribano, también argentino. La decoración es sobria, austera, con paredes de piedra gris y revestimientos de madera; puertas corredizas vinculan con el vestíbulo y el comedor. Después Perón aclararía que el proyecto es prácticamente suyo, pues el arquitecto español al que lo encargó hizo un diseño lleno de pasillos y recovecos, y el quería espacios amplios y flexibles. Nos pide impresiones de nuestro periplo europeo, y con ese modo verbal tan suyo intercala observaciones fluidamente, sin impostaciones de erudito. Con el tono de quien alcanza la cultura global que nace más allá de la erudición: un estilo propio, singular, de sencillez y grandeza. Después de casi quince años, uno recordaba su fogosa oratoria en la plaza pública o seudas disertaciones, como la que pronunicara en el Congreso de Filosofía de Mendoza (despertanto elogiosos comentarios en personalidades como Nicolai Hartman).

Al hablar de Roma, su historia y su influencia, alude al origen del vocablo Pontífice (pons tis fixit), "el que hizo el puente", recordando la remota vinculación de los etruscos y palatinos a través del Tiber. (Al releer estas líneas no puedo menos que evocar sus pacientes intentos de tender puentes para lograr la Unidad Nacional. Mientras tomamos un café, entra en la sala Isabel para despedirse de Perón antes de viajar al centro de la ciudad. Saluda muy cordial, es elegante y vivaz. Como habla con marcado acento español, cosa que para nada trasluce la verba del General, conversamos acerca de los giros idiomáticos, aun dentro de una misma lengua, y el particular gracejo madrileño popular.

Al fin, la mujer de Perón se despide, hace un mohín con la venia a "mi General", le da un beso y se va. Perón, acepta entonces el cigarrillo que le ofreciera mientras bebíamos el café. En ese momento rehusó, "porque si me ve mi mujer, me reta". Y reanuda el tema idiomático y los giros populares recordando la riqueza de nuestro lunfardo, y recita con aire nostálgico: "Era una paica papusa" / retrechera y rantifusa / que aguantaba la marrusa / sin protestas hasta el fin / Y era un garabo discreto / verseador y analfabeto / que cuidaba con respeto / de la dueña y del bulín, etc.". "Qué memoria", le dice el escribano. "No - aclara Perón -; es que lo aprendí de muchacho; cuando concurría a la escuela de San Martín al 400, los chicos de entonces usábamos continuamente el lunfardo. En la revolución del 43 - memora - un coronel Imbert prohibió el uso del lunfardo y hasta se alteraron las letras de tango. Cuando asumí el gobierno, hice quemar (sic) ese decreto, que me parecía insensato". Establecemos algunas comparaciones entre ciudades europeas y Buenos Aires. Nuestro anfitrión recuerda los millones de árboles que se plantaron durante su gobierno en la avenida General Paz y sus alrededores, toca - ya entonces - su preocupación por el equilibrio ecológico que se va perdiendo. En un momento dado manifiesta su interés por los problemas de población y superpoblación, entendiendo este último concepto no como un coeficiente numérico abstracto de densidad de superficie, sino como relación entre una población (cualquiera fuere su cantidad) y su acceso a los medios de consumo. Está asociado a varias entidades, entre ellas una (creo que con sede en Bruselas) que desarrolla estudios sobre prospección del año 2000. Hace poco le solicitaron pronunciar una conferencia sobre "Los imperialismos y su responsabilidad en la sociedad del año 2000". Nos resume algunos conceptos de su trabajo: mejores condiciones para todos o regulación biológica de la población. Es tajante. El cuadro que plantea es vívido y agobiante, y Perón asume una posición muy equilibrada. Supone que EE.UU. y la URSS deben resolver el problema, ya que son responsables por detentar el mayor poderío. Si no fuera así, pueden cumplirse algunos sombríos pronósticos de Toynbee y Spengler. Mientras nos sugiere "recordar la patria lejana tomando un buen mate cocido", que recomienda a la mucama "lo prepare como le enseñó la señora", rememora los años de su vida en la montaña y las lecciones recogidas en esos momentos de peligros y privaciones. "El alpinismo no sólo contribuyó a reforzar sus energías físicas - subraya -, sino la entereza psíquica y espiritual de aquel que, en la ladera de una montaña, es responsable por sí y por sus compañeros". Han transcurrido ya casi tres horas, son más de la una y queremos despedirnos para no ocupar más su tiempo. El General prefiere mostrarnos parte de la casa y, sobre todo, el parque que la rodea. Cuando me asomo a su despacho anoto mentalmente algunos detalles: sobre una mesita, un ejemplar de la Sagrada Biblia; en el escritorio una pequeña máquina de escribir y una pila de revistas argentinas, entre ellas Primera Plana y Panorama. Desde el parque nos retiramos con el mayordomo hacia la calle, y Perón sale con nosotros. Saluda sonriente a un proveedor que pasa con su carrito de reparto. En la vereda opuesta, el chofer de nuestro taxi charla animadamente con los guardias civiles, sin preocuparse aparentemente por nuestra tardanza. Perón espera hasta que el taxi se aleja, y vemos su figura en el portal, recortada sobre el verde de los ligustros. Y ahora llego al final, al punto en que debe ponerse término. ¿Pero término a qué? ¿Qué es en verdad lo que ha sucedido? Uno no se da cuenta todavía, y por largos días no nos daremos cuenta. Treinta de mis cuarenta y dos años de vida estuvieron signados por la imagen de este hombre singular. Pero ahora, después de lo ocurrido y los cinco años que le precedieron, me quedan esas horas en Madrid con fuerza tal que el consuelo sólo puede existir cuando uno tiene una certeza. La certeza de que esa realidad, la tangible, la que se siente y alrededor de la cual se filosofa, es una sombra; nada más que la sombra de algo

más auténtico. Y Ahí, a la luz, se vislumbra el significado verdadero de lo que de veras es. Allí levanto mi corazón. (Archivo de Fermín Chávez) |Cabr-69 MENSAJE DEL GENERAL PERON AL PUEBLO ARGENTINO Y A LA CLASE TRABAJADORA Abril de 1969 |p1 A los Compañeros Peronistas: En circunstancias en que se encuentran en ejecución las directivas generales para la organización y unidad del Movimiento Peronista, deseo hacer llegar a todos los Compañeros algunas consideraciones e insistir sobre la necesidad imprescindible de ajustar de todas maneras la acción para una mayor comprensión, cooperación, desprendimiento y grandeza de todos los dirigentes, ya sea de la rama sindical, como de la rama política. El Comando Superior, que jamás ha tratado de conducir discrecionalmente al Movimiento, considera que es de su responsabilidad y de su misión, realizar esta etapa, pidiendo a todos los Peronistas la mayor obediencia y disciplina como un cerrado respeto y cumplimiento a las disposiciones de un mando vertical que por primera vez se ha de realizar en el Peronismo. Si hasta ahora no había sido necesario digitar esta forma de conducción, hoy frente a la situación creada, es indispensable por que las posibilidades de éxito la hace necesario ejecutar con la unidad de concepción y la más absoluta unidad de acción. De las informaciones que poseo, infiero que durante el año 1969 será intenso en actividades políticas. Comienzan a moverse las fuerzas de la dictadura como el heterogéneo conglomerado nacional, dentro de la simulación y disimulación consubstanciadas con el trabajo de las diversas centrales de inteligencia que pretenden manejar las apariencias y las realidades del panorama nacional, donde se filtran algunas intenciones aunque todo parece desenvolverse en la mayor incertidumbre, donde la oscuridad y la falta de noticias parecen ser la regla. Ni la dictadura fija sus verdaderos objetivos, ni las fuerzas que se le oponen visiblemente, sus verdaderas intenciones. Juego insidioso mediante el cual algunos pretenden ganar tiempo y otros pretenden preparar las condiciones indispensables para un golpe de estado y aun dentro de las mismas fuerzas militares que se presupone deben apoyar al Gobierno de la dictadura, se puede considerar nada seguro, porque dentro de ellas existen grietas producidas por distintas posiciones antagónicas y en parte por los diversos grupos en que se fracciona. De todo ello se desprende que no existe la estabilidad que se pretende hacer creer, como tampoco está decidida la posibilidad de romper el estado actual de las cosas, ni la dictadura en el camino efectivo tiene una salida determinada, como tampoco los que se le oponen están preparados para reemplazarla y encontrar soluciones. El Justicialismo que frente a este panorama mantiene su autonomía popular al margen de los intereses en juego, se encuentra en plena organización y significación de sus fuerzas, un tanto dispersas a consecuencia de trece años de lucha enconada y cruenta con la finalidad de alcanzar un estado funcional adecuado, conducción que debe seguir de acuerdo con los acontecimientos previsibles. Como hemos dicho ya, el Peronismo es una suerte de aplanadora pero se encuentra desarmada y con sus piezas dispersas. Armémosla, pongámosla en marcha y veremos luego sus efectos. Pero para que esos efectos sean los que anhelamos, su marcha debe ser conducida adecuadamente. Para ello es que consideramos indispensable organizarnos, planificar nuestra acción y luego accionar con unidad y por medio de medidas apropiadas que nos conduzcan hacia los objetivos deseados y dentro de la misión que nos hemos impuesto. Es indudable que pese a las simulaciones consabidas, pocos son los argentinos que se engañan realmente sobre la situación del país, como pocos son también los que pueden pensar que lo que está pasando puede ser eficaz para alcanzar un desemboque hacia la normalización de la vida institucional de la República. La dictadura no normaliza ni consolida nada porque las reformas circunstanciales y desordenadas que

promueve, tienen siempre el sello de circunstancialidad que las hace efímeras. Solo las reformas que se hacen respetando la Constitución Nacional modificando la legislación preexistente y por la vía institucional puede asegurar permanencia. Nadie puede hacer nada constructivo en este orden de ideas y comienza por no saber lo que tiene, menos aun improvisar una revolución entre gallos y medianoche sin la preparación humana y técnica que toda revolución trascendente presupone si ha de ejecutarse incruentamente como corresponde a las comunidades organizadas. |p2 Ideología y Doctrina Cuando nosotros hablamos de revolución, comenzamos por fijar una ideología y establecer una doctrina dentro de las cuales vive una dinámica popular que no es preciso explicar por que se las presencia en cada una de las manifestaciones de la vida popular. Una ideología y una doctrina no sólo se enseña sino que es indispensable también que se la sienta. Cuando se habla de nuestra vuelta, todo se refiere al retorno de la Revolución Justicialista. Para nosotros, la jerarquía de valores está determinada por el apotegma Peronista que establece: primero el país, luego el Movimiento Justicialista y finalmente los hombres. En ese concepto perseguimos ante todo las soluciones que la República Argentina necesita perentoriamente. El Movimiento Justicialista y sus hombres son sólo medios dispuestos a lograrlo. La actual dictadura militar sobrevive como consecuencia de una disociación en esfuerzos divergentes de todos los que desean reemplazarlas. Esa dictadura solo ha podido ser posible cumpliéndose el plan del Pentágono, merced a la división y al enfrentamiento de las fuerzas cívicas que se atomizaron provocando el caos indispensable para que las fuerzas armadas la reemplazaron en el quehacer político. Los que no conocen este plan y no aprecien bien este hecho, no pueden comprender lo que pasó en la Argentina, en el Brasil, Ecuador, Bolivia, etc., como no comprenderán tampoco lo que acaba de ocurrir en el Perú o Panamá. Al no comprender el problema, tampoco pueden apreciar las posibles soluciones, por eso la insistencia de seguir dividiéndose, conspira contra el éxito que sólo podrá lograrse mediante la unidad y la organización. Al no encontrar eco para ello las fuerzas cívicas que se oponen a la dictadura y presenciar lo mismo en los militares que con la mejor intención persisten en el error, nosotros los Justicialistas, que pese a lo que muchos piensan constituimos la única fuerza organizada que actualmente tiene el país, hemos decidido ajustar nuestra unidad y organización para ponernos en condiciones de realizar una conducción adecuada y congruente con las circunstancias que puedan presentarse en el futuro inmediato. |p3 Organización y Disciplina La organización justicialista es de fondo y no de forma. Tenemos una ideología y una doctrina, disponemos de un jefe y estamos seguros de la obediencia de una masa encuadrada y conducida tan pronto como debamos decidirnos a ella. Organizar no es juntar gente como muchos creen. Es uniformar criterios, pensamientos y corazones. Disponer de una masa doctrinaria y utilizarla mediante una conducción apropiada en el momento oportuno y en el lugar donde se busca alcanzar la decisión. Frente a la situación reinante, nuestras palabras no pueden ser sino de una prudente expectativa, nuestras fuerzas se mueven dentro de lo que es común en la conducción táctica-política con alas opositoras o contemplativas, ya que la articulación del movimiento Justicialista da para mucho en esta clase de lucha. Sin embargo bastará una simple orden en el momento oportuno para que todo el panorama de la acción peronista cambie, por lo menos en lo fundamental. Ha sido preciso seguir hasta ahora un esquema "sui-generis" en nuestra acción a fin de poder responder a las diversas circunstancias producidas.

Por eso también van muriendo los políticos del demoliberalismo de vuelo bajo. En la era cósmica, todo lo pequeño va mereciendo apatía. El retorno del General Perón a la Argentina, no significa que él deba ser quien presida el Gobierno del País cuando el Movimiento Justicialista tome el poder. Un Peronista calificado debe hacerlo en su lugar con la misma misión que nos hemos impuesto para la liberación del país en forma de asegurar su desarrollo armónico y la posición de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, todo ello

sin imponer sacrificios inútiles y buscando la felicidad del pueblo argentino en el sentido de proferir un pequeño país de hombres felices a un gran país de individuos desgraciados, como ocurre con el Capitalismo o una comunidad insectificada como sucede con el comunismo. El Movimiento Justicialista tiene fijado una ideología que dará un rumbo general a sus realizaciones, como dispone de una doctrina que fija en grandes líneas la forma de ejecución de esa ideología. Mientras la primera es invariable, la segunda ha evolucionado y es indispensable adaptarse tanto a la invariabilidad de sus ideologías, como a la evolución de su doctrina. Pero los grandes principios inspiradores de estas dos modalidades de la acción, seguirá siendo el norte de nuestra marcha. En cuanto se refiere al quehacer actual de la República Argentina, pensamos que su mal básico radica en la falta de cohesión, tanto dentro del Gobierno como de la Nación misma. Ello es consecuencia del estado irregular que se está viviendo desde 1955, agregado y agravado por sucesivas frustraciones que han llevado al país a un estado de disociación vecino al caos. En este estado de incongruencia, nada podrá realizarse racionalmente porque si la concepción corresponde centralizadamente al Gobierno, la ejecución pertenece descentralizadamente al pueblo y a su propio testamento. Mientras ambos no consigan armonizar y coordinar las funciones de una manera constructiva, todo esfuerzo resultará aleatorio. El principal defecto de la actual dictadura está en haber confundido gobierno con mando. Mandar es obligar, gobernar es persuadir y al hombre siempre es mejor persuadirlo que obligarlo. Cuando se habla de "participacionismo", viejas teorías actualmente de moda, no se dice sino que los justicialistas de hace 25 años venimos propugnando y haciendo. En la vida de la Nación, cada argentino es preciso que tenga una misión y la principal virtud del gobierno consiste en que cada uno de ellos la cumpla, para lo cual es indispensable movilizar todas las virtudes y todos los intereses tanto individuales como colectivos. Ahora, merced a esa conducta elástica estamos en condiciones de hacer cualquier cosa para responder en las circunstancias cambiantes de la situación, como un esfuerzo inicial suficiente para resistir hasta el total empeñamiento de nuestras fuerzas.

Desgraciadamente, no tenemos por el momento la suficiente libertad de acción como para imponer nuestra iniciativa que por un tiempo aun puede seguir en manos de nuestros enemigos. Pero nosotros no tenemos apuro, poseemos una gran experiencia y sabemos que el problema de la liberación es de compleja y difícil solución, porque implica nada menos que la independencia del país de la férula imperialista yanqui y un proceso de integración ulterior en el continente Latinoamericano que permita una acción común y un apoyo mutuo para que junto con la integración del Tercer Mundo, podamos consolidar esa liberación. Recién entonces habrá llegado el momento de hablar en serio de la liberación del pueblo argentino. Nuestra experiencia de 1955 ha sido suficientemente elocuente como para que no volvamos a cometer los mismos errores. Es posible liberarse como lo demostramos nosotros desde 1945 a 1955, pero lo que no es posible es consolidar esa liberación mientras no se cuente con un apoyo externo que permita por lo menos neutralizar la acción de la sinarquía internacional formada por el capitalismo, el comunismo y las internacionales de todo tipo que la sirven para dedicarnos a exterminar el cipayismo vernáculo que traicionando a su Patria, sirven los mismos designios en el interior del país. En estos trece años que corren desde 1955 en que el país ha sido entregado literalmente en todos sus aspectos al imperialismo, la acción ha sido demasiado evidente como para no comprender y si se la comprende, es preciso pensar que el problema argentino no se resolverá con un cuartelazo o un simple golpe palaciego. La obra de nuestra liberación no podrá ser realizada por una sola generación sino por varias de ellas. Nosotros podremos hacer la parte que nos corresponda como lo hemos hecho desde hace ya 25 años, pero el resto deberá ser cumplido por las generaciones que nos siguen, por eso es que nosotros hemos establecido una ideología y fijado una doctrina que como forma de ejecución de esa ideología está ya en manos del pueblo argentino y que será tal vez lo único que nos sobreviva a los que hemos sacrificado todo

en aras de un ideal que solo podrá comprender y sentir el que encarne los mismos ideales que nos encendieron a nosotros. Frente a este panorama que está fijando un esfuerzo, todo interés político, directo, indirecto o inmediato resulta mezquino. Por eso es que frente al destino de los argentinos que el pueblo intuye profundamente, se despreocupa de lo despreciable que por antonomasia resulte solo a su verdadera vocación. Por eso el gobierno moderno se desarrolla en dos fajas diferenciadas. Una político-administrativa que se puede realizar fácilmente con un equipo honesto y capacitado, encabezado por un alto funcionario con experiencia. La otra faja corresponde a la conducción popular. Ella ya no pertenece a la tecnocracia sino a los recursos del arte de conducir. En la tarea político- administrativa está la concepción, pero la realización está en los equipos de ejecución y en el pueblo mismo. La verdadera obra de arte no está en la concepción de un plan, sino en la ejecución. Es para eso que se necesita una conducción con todos los resortes de la teoría y la técnica de ese difícil arte. por que de nada vale un plan bien concebido, si no se ejecuta o si se ejecuta mal. Desde 1955 lo que ha faltado en el Estado Argentino quizás no haya sido una actividad políticoadministrativa, sino una conducción apropiada. Han existido planes, pero no se han podido realizar o se han realizado mal como consecuencia de una discordia generalizada entre los gobiernos y el pueblo argentino. No es otra cosa lo que está pasando en estos mismos momentos. Todos los problemas argentinos son de fácil solución, pero para que ello suceda es preciso que nos pongamos de acuerdo porque a nada se arribará en tanto subsista la situación actual donde si la mitad quiere hacerlo, la otra mitad se opone abiertamente a que se haga. La República Argentina es un país tan rico que si se impide la descapitalización organizada y fomentada por determinados intereses foráneos y vernáculos, se pone al pueblo a trabajar planificadamente, sin explotadores ni explotados, se cuida la economía estatal, se protege la economía privada y popular, no hay nada que no se pueda hacer sin la necesidad de imponer sacrificios a nadie. Los que se encandilan con la necesidad de imponer la autoridad y el orden, a menudo olvidan que ambas cosas son más bien consecuencias que causas en que la superficialidad está siempre inclinada a percibir efectos pero no siempre a apreciar causas. De ahí que muchos se pasan la vida consumiendo aspirinas en vez de atacar el mal del cual los dolores son todos síntomas. Es que como decían los griegos: "Todo puede hacerse en su medida y armoniosamente", para ello se impone una planificación minuciosa y una ejecución capacitada. Como se puede gobernar sin un plan integral que permita un desarrollo armónico en proporción a las posibilidades. Pienso que en las actuales circunstancias está ocurriendo esto mismo, la inexistencia de un plan racional y armónico anula las posibilidades, cuando no, destruye el esfuerzo esporádico lanzado irracionalmente que solo logra desequilibrarlo todo. |p4 La eficacia del Gobierno Peronista El Movimiento Justicialista ha demostrado durante diez años de gobierno su eficacia. Así comienzan a reconocerlo amigos y enemigos. Pero la eficacia de su gestión no ha podido ser alcanzada por ninguno de los gobiernos que han estado en el país y cada día hay más peronistas, tal vez no porque nosotros hayamos sido demasiado buenos, sino porqué los que nos han sucedido han sido tan malos que en el último análisis venimos resultando óptimos. Dentro de este concepto, en el cuadro general de la situación actual argentina nuestra experiencia es positiva, lo que puede deducirse de la acción negativa de nuestros adversarios. El camino a seguir es claro y no difiere substancialmente de lo que venimos haciendo hace ya 25 años. Todo puede reducirse simplemente a la adaptación a las nuevas circunstancias y formas adecuadas a los momentos que nos toque vivir. En otras palabras, tanto la ideología justicialista como la doctrina elaborada y aplicada sigan teniendo la misma vigencia. En lo que respecta a las tareas de realización inmediata, hemos anotado ya en el memorándum adicional a las directivas generales para la organización y unidad del Movimiento Peronista lo que consideramos más imprescindible para poner en marcha un proceso general de reacción contra los males esenciales que azotan a la situación argentina. Pero consideramos que estos enunciados solo pueden ser valederos como verdaderas soluciones si antes se consigue imponer las suyas a los males antes mencionados. La problemática argentina como consecuencia de una persistencia inexplicable se ha complicado gravemente y cada problema ha llegado a tener implicancia con penetración

con los demás. Por eso, pretender unilaterizar soluciones parciales no puede ser constructivo desde que a males generales es preciso también poner remedios generales. Dentro de estos conceptos el Justicialismo no tiene otra aspiración que la de contribuir en la tarea de alcanzar soluciones para el país. Para nosotros, todo lo demás es secundario, desde que sólo se puede tratar de los medios para lograrlo. Pero mediando ya una amplia experiencia, es lógico considerar que el Peronismo sea totalmente intransigente cuando con ese proceso se intente volver sobre los errores cometidos o las trampas consabidas. Es esencial que cualquier solución lleve implícito la liberación del país de la férula imperialista yanqui, como asimismo el camino que será necesario recorrer en procura de consolidad esa liberación si en el orden político interior nuestra ideología y nuestra doctrina son lo suficientemente clara y explícita como también su aplicación con la elasticidad y ductilidad necesaria, compatibles con la convivencia. Consideramos los derechos de la minoría, pero razonablemente sometidas a los derechos de la mayoría. En lo económico, nuestra orientación ha sido claramente establecida y que servida por una experiencia innegable es lo suficientemente elocuente como para que ahora tengamos racionalmente que fundamentar. |p5 Situación sindical Frente a este panorama que en síntesis he tratado de apreciar, no estará demás que consideremos también las implicancias que todo ello tiene en la vida del Justicialismo y del Movimiento Nacional, tanto en lo que se refiere a la Rama Sindical como a la Rama Política. Para la Rama Sindical es indudable que las inquietudes de todos los Compañeros sobre la actual situación del Movimiento Sindical Argentino como los de la clase trabajadora nacional, tienen su fundamento elocuente de lo que está ocurriendo. Primero: La pérdida sucesiva de las conquistas y reivindicaciones obreras alcanzadas en los 25 años de acción Justicialista. Segundo: El intento de destruir la organización sindical argentina, evidentemente demostrado a lo largo de trece años de frustraciones gubernamentales y atropellos a las instituciones populares de todo orden. En cuanto a la pérdida de las conquistas sociales, los compañeros trabajadores están en mejores condiciones de trabajo. Pero si ello fuera poco, basta contemplar lo que ocurre con la mayor conquista del Sindicalismo Argentino de todos los tiempos: los Convenios Colectivos de Trabajo, suprimidos por el simple expediente de sucesivas suspensiones anuales de sus efectos, lo que permite establecer una injusticia que todos creíamos superadas para siempre, el desnivel en la relación de los salarios y el costo de la vida. Así se establece también en la Argentina un amplio sector de población sumergida. No es menos evidente lo que está sucediendo con los regímenes de previsión social que resultan un verdadero despojo ilegal e inconstitucional por parte del Estado, de los bienes privados de las instituciones obreras argentinas. La Ley de Asociaciones Profesionales que ha sido ya vulnerada por un simple decreto reglamentario que obstruye los efectos de la propia Ley, es otra demostración palmaria de las intenciones que se albergan. Actualmente ya se comienza a hablar de las modificaciones o supresión lisa y llana de la Ley de Asociaciones Profesionales, lo que dejaría a las Organizaciones Sindicales en la situación existente en los tiempos anteriores a la Revolución Justicialista, cuando la Corte Suprema de Justicia las había declarado asociaciones ilícitas. Nada más elocuente para completar este cuadro de ataques inconsultos a los derechos del trabajador que la supresión de la Constitución Nacional de 1949, por un simple bando militar en 1956. Mediante este hecho inconstitucional e insólito, carente de toda validez, que anula los derechos del trabajador que daba estado constitucional a la situación y derecho de los asalariados argentinos, aunque haya servido a los que negociaron con el país para la entrega descarada del petróleo argentino, ahora la dictadura militar que azota al país, ha puesto de modo una aberración no menos insólita y escarnecedora. La intervención y los retiros de la personería gremial a los Sindicatos, lo que constituye el mayor atropello a todo derecho. En esa forma se pretende dominar al Movimiento Sindical para impedir la defensa de sus intereses profesionales, cuando no para enrolar dirigentes dóciles en el participacionismo "sui-generis" que practica el actual gobierno dictatorial. Es así que los trabajadores van perdiendo sus derechos y garantías esenciales, que si no reaccionan, un día los pondrán de rodillas ante los mandantes de turno. Frente a todo esto, se plantea la más trágica disyuntiva. O los trabajadores se unen y se organizan por sobre todos estos abusos del poder y la insidia, o caerán destrozados e indefensos en manos de sus peores enemigos. Por eso el Movimiento Justicialista que siempre ha luchado por la imposición y el respeto de los derechos del pueblo frente a la reacción, ha dispuesto como necesidad imprescindible la unidad de la Rama Sindical del Movimiento Peronista, única

forma de poder enfrentar el abuso y la arbitrariedad como una fuerza suficientemente organizada que permita la verdadera defensa de los intereses profesionales por una acción desarrollada con unidad. El ataque de la reacción a través de los sucesivos gobiernos desde 1955, con la violencia gorila primero, con los intentos de integración luego y finalmente con las maniobras insidiosas para provocar la disociación, han conseguido hacer perder la cohesión a la organización sindical, con lo cual la clase trabajadora ha ido quedando a merced de sus enemigos en la más completa indefensión. En ese sentido el gobierno de la dictadura militar no ha sido sino la continuación de todo lo anterior, agravado por la forma seductiva de la traición, cuando no por la violencia de sus medidas coercitivas apoyadas en la suma del poder público que le permite atropellar abiertamente en lo institucional de las organizaciones sindicales y populares con visos de legalidad simulada en el más absurdo de los sofismas. Todos los compañeros de una manera u otra tienen en este sentido una elocuente experiencia con lo que ha sucedido con casi todos los gremios al borde de la sumisión y el sometimiento. Frente a todos estos factores y muchos otros en beneficio de la brevedad, no creo que queden ya dudas de la necesidad de unirse y organizarse integralmente para la defensa esencial de tantos derechos atropellados y de tantas injusticias cometidas o en vías de cometerse. El Peronismo que siente como propia la responsabilidad que tienen todos los dirigentes sindicales argentinos ha dado su palabra de orden, unirse solidariamente, organizarse y realizar una conducción adecuada que permita accionar con unidad en la defensa sagrada de los intereses que nos son comunes a todo el pueblo argentino y en especial a la clase trabajadora argentina. Sobre todo esto, el Justicialismo aprecia la situación general del país y quiere hacer llegar a todos los compañeros trabajadores, su exhortación más sincera para que cada uno proceda como si de su acción personal dependiera la suerte de todo el pueblo argentino y de toda la Nación. Como los compañeros pueden apreciar, los males no terminan ni se desenvuelven sólo en el ámbito de la actividad sindical. |p6 La Hora de los Pueblos En estos días todo parece estar perturbado y se vive en la mayor incertidumbre, como si la Patria hubiera perdido su rumbo y el pueblo asistiera desilusionado y absorto al naufragio de su propio destino. Es que los fraudes, las simulaciones y los atropellos han pasado a ser los medios utilizados para dominar y escarnecer, sin que estos trece años de iniquidad se haya sentido tronar el escarmiento. Los argentinos deben darse cuenta que a los pueblos sólo lo salvan los propios pueblos, nadie lo hará en su lugar en forma que tenga nada que agradecernos. O el pueblo se une y se organiza para la lucha en la forma que las circunstancias lo impongan o seguirá siendo juguete de los acontecimientos provocados por los más oscuros intereses y designios. Dentro de ello, los trabajadores tienen una gran tarea que realizar porque su responsabilidad no acaba en la defensa de un Sindicato sino en la de toda la clase trabajadora. Para poder realizar esa tarea se necesita el instrumento adecuado: la Organización Sindical. Pero para que esta organización sea realmente efectiva y eficaz, ha de estar unida y solidaria, como conducida con unidad de concepción y de acción. Ya no se puede concebir divisiones por meras cuestiones personales o de círculo, porque la experiencia que venimos viviendo nos indica y demuestra que en la lucha todo esfuerzo divergente termina por neutralizar o destruir el poder aún de la mayor y de las mejores organizaciones. Es preciso entonces que los dirigentes peronistas se unan de la mejor buena voluntad y utilicen la mayor grandeza para comprenderlo y para poner remedio a los males que en lo interno vienen azotándonos. Unidos y solidarios venceremos, disociados y enfrentados entre nosotros, jamás llegaremos a ser nada. |p7 La situación política Si en el campo sindical los hechos han llegado a extremos tan absurdos como los que venimos señalando, en el campo político todo parece haber sobrepasado los límites de lo tolerable. En este campo venimos presenciando las más tremendas aberraciones, los fraudes electorales practicados en la forma más inescrupulosa aunque vergonzante, han terminado por proscribir a la mayoría del pueblo en beneficio de minorías entreguistas con beneficios inconfesables han vendido literalmente el país pues ahora ya parece un expediente democrático reemplazar la elección por una opción en el que el pueblo vota pero no elige. La oposición mayoritaria ha dejado de existir, para que una secta apoyada en la fuerza, en putativa comunión con los poderes foráneos sea la que decida el destino de todos los argentinos, mientras un ejército de ocupación que el pueblo paga, sigue declamando un honor que no se realiza y un patriotismo que brilla por su ausencia. Si los dirigentes políticos cualesquiera sean sus tendencias y pensamientos no se sienten

tocados por tanto infortunio y tanta indignidad, la Patria estará irremisiblemente perdida. Pero si por lo menos reaccionan los que no tengan el corazón intimidado, todo puede tener remedio a su tiempo. Por eso el Peronismo hace un llamado a todos sus dirigentes para que disponiendo intereses y pasiones se unan solidariamente en defensa del interés común y accione como lo indica la conducción, con la mayor unidad de acción. Frente a los graves problemas que se deben enfrentar tanto en lo sindical como en lo político, los Peronistas debemos hacer la composición de lugar en la necesidad de una lucha que puede ser o no ser de la Nación misma. Renunciar a la lucha, es renunciar a vivir, porque la vida misma no es sino lucha. Si a ello se agrega la imposición de las circunstancias, la lucha será el único móvil de nuestra existencia actual. Cuando se viven épocas tranquilas luchar puede ser un derecho, pero cuando se ha perdido esa tranquilidad, luchar es un deber y así como no nace el hombre que escape a su destino, tampoco debería nacer quien no tenga una causa doble por la cual luchar y que justifique su peso por la vida. Se ha hablado de la apatía del pueblo argentino, yo sé que no hay tal cosa, porque con un pueblo apático no hubiera sido posible un 17 de Octubre. Todo es cuestión de que los dirigentes sepan movilizar y conducirlo apropiadamente. Es preciso que como el ave fénix, revivan las cenizas de esa maravillosa juventud de 1945, una nueva generación de muchachos que sea capaz de ir mucho más allá de lo que fueron sus antecesores. Yo tengo confianza en que ha de ser así. Queridos Compañeros Peronistas: a esta altura de mi vida, creo estar por sobre el bien y por sobre el mal. Yo no puedo tener otra ambición que la de servir a la Patria si la Providencia me permite todavía ese honor. Al tratar de servirla, lo hago con la conciencia que nuestro tiempo ha de inspirar. Hace 25 años desde la Secretaría de Trabajo y Previsión Social dejamos escrito una verdad que el tiempo no ha hecho sino confirmar pese a todo lo que vanamente han intentado destruirla. Esa verdad que vive en nuestra doctrina es indestructible y todo lo que intente oponerse a ella no conseguirá sino afirmarla con sus propios errores.

Es lo que ha venido ocurriendo en estos trece años de verg enza nacio hecho sino hablar sobre la necesidad de un diálogo entre los argentinos. Cuando intenté regresar al país para entablarlo, todas las fuerzas de la anti- patria coaligadas con los más oscuros intereses foráneos me lo impidieron por la fuerza. Ellos sabrán lo que hacen, yo respondo de mi conciencia, ellos responderán de las suyas. Sin embargo, el diálogo que más me interesa es con los Peronistas y eso nadie lo podrá impedir aunque para realizarlo tenga que hacerlo a través de más de 15.000 kilómetros de distancia. El Compañero Secretario General del Movimiento, Don Jorge Daniel Paladino tiene instrucciones precisas sobre la forma de ejecución de cuanto venimos trazando y como Jefe de la Conducción Táctica, es el Organo de Ejecución. Para él y para sus tareas es que pido a todos los Compañeros la más amplia de las cooperaciones. Finalmente deseo que por este medio lleguen a todos los Compañeros Peronistas, junto con mis saludos más afectuosos, mis mejores deseos con la exhortación para que cada uno de ellos cumpla con su misión en el Movimiento, haciendo siempre más de lo preciso, con la mayor decisión y entusiasmo. Un gran abrazo para todos los Peronistas. |Cmay-69

SITUACION MUNDIAL Y ANTECEDENTES HISTORICOS

Mayo de 1969 |p1 Para apreciar con cierta profundidad la situación particular de un país cualquiera en la actualidad, es imprescindible penetrar en los aparentes misterios de la situación general del mundo de nuestros días, de su evolución acelerada, de su futuro inmediato y mediato, de las fuerzas potenciales que actúan y sus objetivos probables, como asimismo de las influencias que cada no de estos factores ha de generar en la etapa de transición que estamos viviendo. Pretender resolver los problemas que intrínsecamente corresponden a un país aislado puede ser un salto en el vacío.

El proceso geopolítico que el mundo está atravesando desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial, es de tal trascendencia para el destino de la humanidad, que todo vale poco frente a los factores determinantes de un futuro preñado de asechanzas y peligros. Nadie puede defenderse de lo desconocido. Por eso se hace necesario desentrañar entre el fárrago de sucesos y circunstancias la verdadera intención oculta y generadora de futuros acontecimientos. Solo así, podremos entrar en la historia que hemos de vivir con un margen de garantía, que puede ser salvadora cuando los momentos verdaderamente aciagos se hagan presentes. Para nadie es un secreto que la consecuencia directa de la Segunda Guerra Mundial ha sido la afirmación de dos grandes imperialismos: el Yanqui y el Soviético. Ellos en Yalta realizaron sus acuerdos, dividiendo al mundo en dos grandes zonas de influencia y, en Postdam, protocolizaron en tratados tales acuerdos, con la intención de evitar en el futuro todo conflicto jurisdiccional. Aparentemente enfrentados en lo ideológico pero en realidad de verdad en perfecto acuerdo político, ambos imperialismos han establecido un "modus vivandi" que comenzó ya cuando se coaligaron para aniquilar un socialisno nacional naciente en la Europa de preguerra. Luego, por una acción concordante dentro de esa misma idea de las Naciones Unidas, se procedió a la "descolonización" del mundo mediante la independencia de las antiguas colonias ocupadas por los países europeos. Así fue posible comenzar con un neocolonialismo a favor de ambos imperios, que se evidencia elocuentemente en las acciones que siguen a esas aparentes independencias. En los cinco continentes, por penetración económica o militar está lanzada la conquista y aunque no se trata de las antiguas formas coloniales, ya que ahora no son "colonias" sino "países satélites", no deja de ser una forma disfrazada del antiguo colonialismo. Lo ocurrido no hace mucho en la República Dominicana, ocupada por las tropas yanquis con el "OK" ruso o la ocupación de Checoslovaquia por las fuerzas del "Pacto de Varsovia" con el "OK" yanqui, son ejemplos aleccionadores. No menos significativos son a este respecto los casos de Polonia, Alemania Oriental, Hungría, Rumania, Checoslovaquia, Bulgaria, etc. somos satélites rusos o los de América Latina (excepto Cuba)) como satélites de los Estados Unidos, sin contar algunos países europeos que no son menos satélites que los anteriores por mucho que se trate de disimular las formas. Es que los grandes imperios comienzan a pensar ya en el futuro y a preparar para ellos las mejores formas de dominio como, por otra parte, ha sido normal en casi toda la historia y evolución de la humanidad. Es preciso comenzar a preparar ya la situación que ha de dominar el siglo XXI, con sus problemas, sus posibilidades y sus luchas inevitables. Los grandes imperialismos comienzan a sentir la responsabilidad y a presentir el esfuerzo, máxime cuando otras regiones de la Tierra, como China en el Asia, comienzan a terciar decisivamente, mientras la vieja Europa tradicional, con sus miles de años de cultura, no querrá estar ausente ni disociada cuando llegue la hora de jugar su propio destino. "El problema del año 2.000" empieza a inquietar, pese a todos los adelantos tecnológicos y las posibilidades que la ciencia moderna puede ofrecer. El mundo actual, con sus 3.500 millones de seres, está sometido al hambre y al infraconsumo y la subalimentación han pasado a ser los problemas dominantes. ¿Qué será el mundo del año 2.000 con seis o siete mil millones de habitantes? A este interrogante ninguno que viva en la Tierra puede escapar. En la historia de la humanidad, el problema de la superpoblación, del que todo el mundo comienza a hablar, no ha estado dado sólo por el número de habitantes sino por la desproporción entre la cifra de éstos con la de los medios generales de subsistencia. Por eso este problema ya se ha presentado antes en diversas partes de nuestro planeta y la historia prueba que cuando este problema se ha producido las soluciones no han sido sino de dos naturalezas: la supresión biológica y el reordenamiento geopolítico. De la ejecución de la primera se encargan las guerras, el hambre y sus consecuencias. Los hombres han de encargarse de la realización de la segunda. Por otra parte, toda evolución de la humanidad se ha producido a lo largo de todos los tiempos por sucesivas integraciones del hombre aislado a la familia, de ésta a la tribu nómada, ella a la ciudad, el estado feudal y la nacionalidad. Y ahora ya se comienza a producir la integración continental y a pensar en una futura integración mundial como la que propugna Toynbee, dentro de la "primera civilización universal" en cuyos umbrales nos encontramos, según la feliz expresión de Larroque. Es que las comunicaciones y transportes han empequeñecido la Tierra en el tiempo sino en el espacio, que todo puede ser posible.

Es, dentro de estas formas de ejecución, que se ha comenzado a pensar en las soluciones correspondientes al mundo del año 2.000. O se procede a reordenamiento geopolítico y a una producción suficientemente organizada y distribuida o será preciso recurrir a la supresión biológica como consecuencia. Por eso uno se inclina a pensar que la tan temida "bomba de hidrógeno" puede ser fuente de solución si la insensatez de los hombres hace impracticable la otra solución. En un mundo superpoblado y superindustializado la crisis ha de producirse alrededor de la comida y de la materia prima. De ahí que las zonas apetecidas han de ser las que tengan mayores reservas de ambos elementos críticos y hacia donde los grandes imperios comienzan a dirigir sus miradas y sus intenciones. Sus módulos de acción no dejan lugar a dudas: los yanquis, a la usanza de los anglosajones, por la penetración y dominio económico; los rusos por su penetración ideológica que termina en la ocupación militar, pero tanto uno como otro, buscan someter a sus satélites con una visión de futuro, muy explicable si se tiene en cuenta que el año 2.000 será decisivo para sus destinos y para su existencia como tales. Ya en la tecnocracia internacional se ha movilizado en diversos institutos que estudian e inspiran diversos designios, cuya influencia no está ausente ya en la vida y desarrollo de todos los países de la Tierra; unos para dominar y otros para defenderse de ese dominio. Ello es lo que provoca la actual lucha por la liberación que, tanto al Este como al Oeste de la famosa cortina, ha comenzado en diversas formas. La existencia e integración de un "Tercer Mundo" que acciona dentro de las integraciones continentales actualmente en marcha, no responde a otra cosa que a esa lucha sorda, disimulada pero no menos decisiva para el futuro del mundo. En esta rápida síntesis creemos haber planteado el problema que, paralelamente a esta línea esencial, tiene infinitas derivaciones circunstanciales y locales. Pero, lo que importa considerar cuando de un país en particular se trata, es precisamente la consecuencia que esta situación general tendrá en los diversos aspectos de su existencia y desarrollo, entro de una vida de relación mundial a la cual no será posible escapar ya en el futuro inmediato. Como solía decir Napoleón, un ejemplo puede aclararlo todo cuando el imperialismo yanqui, a través de sus tentáculos financiero- económicos compra veinticinco Bancos en la Argentina; cuando el F.M.I. por intermedio de Krieger Vassena desvaloriza su moneda arbitrariamente a razón de 350 pesos por dólar y a renglón seguido comienzan a comprar por moneditas nuestra incipiente industria, cuando se ve también que la tierra empieza a pasar a manos foráneas, especialmente en las zonas ricas de materia prima, es que el imperialismo se está apoderando de todas nuestras fuentes de riqueza con la intención de tener en su poder, desde ahora, las grandes zonas de reserva que el mundo ofrece, en cumplimiento de las previsiones y consejos de los institutos tecnológicos. Por eso también el imperialismo lanza la peregrina idea de que la Argentina en su futuro desarrollo ha de reducirse a ser productora de comida y materia prima, deteniendo para ello su desarrollo natural que lleva a los pueblos de pastores a agricultores y a industriales. Y como si esto fuera poco, ya nos comienzan a aconsejar el empleo de la "píldora" a fin de limitar la natalidad que un día pudiera poner en peligro las grandes reservas que ambicionan. Si se reflexiona sobre cuanto venimos diciendo, nos costará poco imaginar que cuanto está pasando en la República Argentina desde 1955, obedece a un plan perfectamente establecido en el que no sólo han actuado los agentes imperialistas sino en el que también han colaborado y colaboran los "gobernantes" de turno. Es que en las colonizaciones modernas el peligro mayor está en la "quinta columna" de los cipayos conscientes o inconscientes que sirven a los colonizadores en muchos casos por intereses inconfesables, en otros por ignorancia y en todos por falta de verdadero patriotismo. Hace veinticinco años, nosotros venimos anunciando y denunciando con estas mismas palabras, los verdaderos designios de las fuerzas que actúan en contra de nuestra nacionalidad. Pero, es que tan fatídica planificación, ha sido secundada por personeros argentinos a quienes la casualidad ha puesto en situación de decidir. En 1956, se realiza en Panamá la "Primera Reunión de Presidentes de América" a la que asiste el entonces "Presidente Provisional". Es allí donde precisamente comienza todo. La premisa que el Presidente de U.S.A. presenta es clara y tiene el sello inconfundible de los sofismas: "como una guerra internacional en Latinoamérica ya no será posible entre sus países, sus fuerzas convencionales han perdido su razón de ser anterior, pero como el verdadero enemigo es el comunismo que actúa en el interior, esas fuerzas han de volcarse a combatirlo y esta misión constituirá desde ahora su única responsabilidad". Así los ejércitos latinoamericanos pasan a funciones de policía militar y, a los efectos de combinar acciones, se establece una reunión de Comandantes en Jefe para dos años después en Costa Rica. Así los ejércitos latinoamericanos pasan a funciones de policía militar y, a los efectos de combinar acciones, se establece

una reunión de Comandantes en Jefe para dos años después en Costa Rica. Allí establecen los acuerdos ordenados por U.S.A. sobre la vida política de los estados correspondientes. Un oportuno lavado de cerebro en cursos y visitas en U.S.A. completan ese cuadro aparentemente inofensivo pero cargado de dinamita. En esos momentos es cuando cada uno de nuestros países comienza a caer en manos de "gobiernos militares" que luego se someten al mandato imperial. Por eso, cuando la gente se alarma y se extraña que en nuestro país están ocurriendo cosas como las que suceden, debieran pensar en los antecedentes que dan razón de ser y explicación no solo a lo que acontece, sino también a cuanto ha de pasar si no se pone remedio eficaz a una situación de tanto peligro como el que se presiente. (Las Bases, Madrid) |Cjun-69

LA SITUACION ARGENTINA

|p1 Quien haya leído y reflexionado sobre el contenido del Capítulo 1§ "Situación Mundial y Antecedentes Históricos", podrá inferir fácilmente muchos aspectos de la situación actual de la República Argentina, comenzando por percibir que se trata de un país satélite, similar a Vietnam del Sur, donde como en nuestro Ministerio de Ejército, funciona una "Comisión Asesora Militar" con idéntica finalidad, como asimismo se trata de "un país asociado al Fondo Monetario Internacional" que es el órgano desde el cual salen las disposiciones a que, en el orden económico- financiero, como político, ha de someterse el "gobierno argentino". Fuera de esto (ya es bastante) funciona una armazón burocrática llamada "United Nations" (U.N.), ineficaz para las funciones que le encomienda la "Carta de las naciones Unidas" pero altamente eficiente para los fines ocultos que maneja la sinarquía internacional. La Organización de los Estados Americanos (OEA) con todos sus aditamentos colaterales de dominio que, con insidiosos nombres de encubrimiento, se encargan de realizar las diversas tareas tendientes a hacer efectiva la total dominación imperial. Como corresponde y es consubstancial con su conducta, ambos instrumentos los pagan las naciones asociadas, con lo que mantienen una burocracia costosa empeñada en la defensa de sus intereses personales y los designios de los amos a quienes sirven. Hace trece años que, sin mayores diferencias, la República Argentina es víctima propiciatoria de toda esa combinación criminal que actúa bajo la denominación de "política internacional". En esos trece años hemos visto sólo sometimiento y el Pueblo Argentino ha venido pagando esa iniquidad con un margen cada día mayor de miseria y de dolor. De un país justo, libre y soberano en 1955, hemos ido pasando a ser una colonia sometida y espoliada por una fuerza de ocupación que, no sólo cumple la misión que el imperialismo le ha asignado, sino que también cuesta muy caro al propio Pueblo que somete y escarnece. Así también hemos pasado a ser una republiqueta sin prestigio ni dignidad, sólo conocida en el resto del mundo por las frecuentes visitas de sus ministros mendicantes de crédito o de dinero. Es natural entonces que, dentro del cuadro que venimos compulsando, la situación argentina se desenvuelva y se mueva por remanencia de las antiguas fuerzas que antes impulsaron su marcha, pero en realidad de verdad, el país está parado, mientras contempla la disminución progresiva de su producción en general. En otras palabras: vegeta y, aunque se agita por impulso de su propia dinámica contenida, no avanza. Es que la pretensión de unilateralizar sus funciones "en tiempos" es irracional y anacrónica, desde que la actividad funcional de la Nación no puede ser por materias ni en compartimentos estancos, sino por acciones estrechamente vinculadas y compenetradas entre sí. Parar lo político y social en procura de desarrollar unilateralmente lo económico, sería como pretender para la vida de un cuerpo humano, dejando subsistente la circulación en procura de dominar la anemia. La desarmonía funcional terminaría en un solo punto: la muerte. No es otra cosa lo que está ocurriendo en el país, porque lo económico es consecuencia también de lo político y de lo social, por lo que tales actividades no pueden ser separadas ni en el tiempo ni en el espacio sin grave riesgo. Por eso también, aunque la dictadura militar se ha empeñado, ni la acción política, ni la acción social, han podido ser detenidas. Quedaría por considerar si en esta suerte de aberraciones, el "gobierno" actúa por su cuenta o por mandato, que todos sabemos que existe y se ejecuta directa o indirectamente desde sus oficinas ministeriales, porque nada de cuanto ocurre es producto de la casualidad o del error sino del cumplimiento de un plan perfectamente establecido y realizado.

En el año 1969, solo en el corto plazo de un mes, el capital imperialista ha comprado veinticinco Bancos argentinos y, hasta lo que va del año, más de cien grandes empresas industriales han tenido la misma suerte. Este trágico ataque al patrimonio nacional, dirigido sin contemplaciones a copar literalmente sus fuentes de riqueza es público y notorio, como que lo ha denunciado la Confederación General Económica. No creemos que se pueda llegar hasta el colmo de ignorar que la venta o la destrucción del patrimonio de los argentinos es la venta o la destrucción del país. ¿Qué valor pueden tener las ilusiones de progreso que periódicamente nos endilgan los agentes oficiales, frente a esta trágica realidad que presenciamos? Es preciso pensar también que, si el copamiento de los bancos lleva implícito el copamiento de las finanzas argentinas (hoy en manos de F.M.I) sea, naturalmente, para los fines imperialistas y no en provecho de un desarrollo que todos los días se habla pero jamás se realiza. De la misma manera es preciso intuir que la posesión de la industria por el capital foráneo no lleva otro fin que su destrucción. ¿O es cierto que ya el imperialismo ha dispuesto que la Argentina a de renunciar a su industrialización para seguir siendo un país de pastores y de agricultores? Frente a todo empeño argentino y a los designios que se le oponen, nada podría ser más efectivo para estos, que comprar las empresas y destruirlas, para lo cual ya el Ministerio de Economía, ha envilecido suficientemente la moneda, como para comprar con dólares, por sumas insignificantes, en relación con los valores existentes. Así, al final, los propios argentinos serán los que paguen para ser destruidos. A todas estas enormidades, habrá que sumarle las que diariamente se cometen desde la administración pública en el lanzamiento de obras que han de financiarse a base de capital foráneo, cuyos empréstitos ya hemos explicado muchas veces, a forma en que nos roban la mitad y el Pueblo debe pagar luego el total y los intereses. por eso, cuando se habla de progreso y estabilidad económico-financiera, no podemos menos que afligirnos, porque sabemos bien de qué estabilidad y de qué progreso nos hablan. En casos como éste, la simulación o el engaño puede llegar a tener carácter verdaderamente criminal. Pero es que, para poder utilizar cuanto venimos apuntando, ha sido necesario atropellar nuestra Carta Magna y hacer caso omiso de las leyes existentes. La Constitución Nacional de 1949 ha sido destruida bárbaramente con dos finalidades evidentes: suprimir el "Artículo 40" para poder así entregar ignominiosamente el petróleo nacional y suprimir los "Derechos del Trabajador" para poder atropellar y destruir el orden sindical amparado por la Constitución. Si se tiene en cuenta que tales atropellos han obedecido al empeño gorila y continúan en la actualidad, no podemos menos que reconocer que esa fatídica línea, sobre cuya conciencia pesan muchos crímenes y verdaderos asesinatos, continúa. Por eso ha sido también dable contemplar el espectáculo bochornoso de la entrada triunfal de las compañías imperialistas en los campos petrolíferos y el establecimiento de verdaderas bases que, aunque se mantienen ocultas, todos saben que existen. por eso también se ha establecido un régimen de trabajo nacional en el que todos los esfuerzos y los sacrificios pesan sobre las espaldas de los trabajadores que, en la más completa indefensión deben pagar los errores y las enormidades que los auto-titulados "hombres de estado" vienen cometiendo sin solución de continuidad desde 1955. Son los Obreros argentinos, que siempre estuvieron en oposición cerrada contra estos "salvadores de la Patria", los que ahora deben trabajar con salarios de hambre para que sus opresores puedan gozar de sueldos desproporcionados, como si el ser agentes de un imperialismo les diera también prerrogativas en el propio país que escarnecen. Pero, en tan insensatos empeños han ido mucho más allá, pretendiendo erradicar la política, como un medio de seguir medrando en perjuicio del Pueblo y acaparando directorios en las empresas foráneas que el imperialismo compra, seguro de que, poniéndolas en sus manos, será la mejor y más disimulada manera de destruirlas. El empeño de anular y erradicar la política es del mismo tenor que los que sostienen la necesidad de erradicar la milicia. Los primeros porque existen algunos malos políticos y porque existen malos militares los segundos. Pero en las actuales circunstancias y frente a una elocuente experiencia, si lo primero estuviera justificado, no podría negarse que lo segundo también lo estuviera. Sin embargo, lo lógico sería que el "zapatero fuera a sus zapatos".

Por los resultados y consecuencias, la actual política no está resultando ni diferente ni mejor que la anterior. Tropezamos a cada paso con los más inauditos atropellos a la organización sindical y el proceso de la política interna ha sobrepasado todos los límites de lo tolerable. En este campo venimos presenciando las más tremendas aberraciones: los fraudes electorales practicados en la forma más inescrupulosa han terminado por proscribir a la mayoría en beneficio de minorías entreguistas que, mediante beneficios

inconfesables, están vendiendo literalmente el país y ahora, a muchos, les parece expediente democrático reemplazar a la elección por una opción en la que el Pueblo vota pero no elige. Así la opinión mayoritaria ha dejado de existir para que una secta apoyada en la fuerza (el derecho de las bestias) decida el destino de todos los argentinos. Ahora dentro de la simulación y disimulación del trabajo de las "centrales" que llaman de "inteligencia" y que pretenden manejar más las apariencias que las realidades, se filtran algunas intenciones aunque todo parece seguir en la mayor incertidumbre: la dictadura no fija sus verdaderos objetivos, ni las fuerzas que visible o encubiertamente se le oponen determinan sus intenciones. Es un juego insidioso mediante el cual unos tratan de ganar tiempo y otros pretender preparar las condiciones indispensables para el golpe de estado. De ello se desprende que no exista la estabilidad que se pretende hacer creer, como tampoco está definida la posibilidad de romper el actual estado de cosas. Ni la dictadura, por el camino que ya tiene una salida determinada, como tampoco sus oponentes están preparados para reemplazarla y encontrar soluciones. Es indudable que, pese a todas las simulaciones consabidas, pocos son los argentinos que se engañan realmente sobre la situación del país, como pocos son también los que pueden pensar que lo que está pasando puede ser eficaz para alcanzar un desemboque hacia la normalización institucional de la República. Nadie puede hacer nada constructivo en ese orden de ideas, si comienza por no saber lo que quiere y menos aun improvisar una revolución entre gallos y medianoche sin la preparación humana y técnica que toda revolución trascendente presupone, si ha de ejecutarse incruentamente, como corresponde a toda comunidad civilizada. Las dictaduras no normalizan nada, porque las reformas ocasionales y desordenadas que promueven tienen siempre el sello de circunstacialidad que las hace efímeras: sólo las reformas que se hacen respetando la Constitución Nacional, modificando la legislación preexistente y por la vía institucional pueden asegurar permanencia y consolidación. (Las Bases, Madrid) |Cjun-69b

COMIENZO DEL DESENLACE

Junio de 1969 |p1 ... Hace poco tiempo, hicimos llegar la interpretación del Comando Superior Peronista sobre la actual situación en nuestro país. Nuevos acontecimientos internos nos obligaron a completar esa exposición con el juicio que de esos nuevos sucesos se ha formado la conducción estratégica del Movimiento. Desgraciadamente, nuestras previsiones ya muy anteriores, comenzaron a cumplirse: el caos se generaliza y la amenaza de una guerra civil crece. Sin embargo, pensamos que aun quedan valiosas reservas en los Jefes y Oficiales de las Fuerzas Armadas. Ellos pueden ser el instrumento adecuado de una salvación que el país espera con la eliminación de la camarilla "gorila" que tantos males ya ha causado a la Nación. Si ello no tuviera la realización patriótica que corresponde, no tenemos la menor duda que la solución cruenta imperará a corto o largo plazo, entonces se verá cuanta razón tenía el Justicialismo que se sacrificó para impedirlo. Con asombro y con indignación hemos conocido las declaraciones de la dictadura sobre los sucesos producidos en casi todo el territorio nacional y en especial en Corrientes, Córdoba, Rosario, Tucumán, etc. Echar la culpa a agitadores comunistas o extremistas (como se dice), es taparse los ojos para no ver una realidad que los argentinos vienen percibiendo todos los días: un repudio generalizado a la dictadura militar que, como era de esperar, ha terminado por exasperar a todos los sectores y estamentos de la comunidad con su entrega, sus cínicas simulaciones, sus concupiscencias y sus desatinos permanentes. Aparte de ello, todos sabemos que en la Argentina actual ni los comunistas, ni los extremistas pueden influenciar sin causa a los sectores de nuestra juventud y menos aún a la masa obrera del país. Poner semejante pretexto no sólo denuncia falta de sensibilidad y de imaginación, sino también, una depurada hipocresía digna de los simuladores de una virtud que jamás han practicado. La Juventud Universitaria Argentina, desalojada a palos de los claustros, junto con su cuerpo de profesores y luego sometida a la férula dictatorial por "cuatro locos sueltos" dirigidos por otro de la misma especie gorila, es una ofensa que no puede ser olvidada y que justifica plenamente la indignación que vive latente en la juventud estudiosa argentina que fue víctima inocente de semejante barbarie, tan repugnante como injusta. Que el gorilismo, que fue siempre aliado del comunismo para combatir al Gobierno Constitucional

del Justicialismo, invoque ahora a sus ex aliados para explicar un hecho del cual la dictadura es el único culpable, sobrepasa todos los límites del cinismo. No es menos repudiable la actitud de la dictadura militar frente a las organizaciones sindicales que no sólo han visto desaparecer una de sus conquistas laborales, sino que han percibido claramente la pórrida intención de destruirlas mediante las mas deshonestas medidas que han ido desde la violencia desembozada y prepotente hasta los intentos más insidiosos de la descomposición. La prisión sistemática de los dirigentes, la intervención de los gremios, el retiro arbitrario de la personería gremial, como toda la gama posible de arbitrariedades echo sistema, han terminado por producir el repudio general ampliamente justificado en la masa trabajadora nacional. No ha sufrido menos el pobre Pueblo Argentino que, sometido a una especie de mando dubitativo, ha presenciado y sentido la disminución de los sueldos y salarios como su libertad y su nivel de vida, para que una camarilla militar goce y abuse de las prebendas que la usurpación del poder ponen en sus manos deshonestas. Los sucesos de mayo no son la consecuencia de agitación alguna sino el lógico resultado de una reacción popular provocada por los abusos y desatinos de la propia dictadura militar que parece haber perdido todo sentido de realidad y de justicia en la aplicación de un poder omnímodo usurpado al mismo pueblo que ahora pretende hacer aparecer como culpable. Una policía brava, junto con las fuerzas armadas sacadas de su misión, buscan llegar a un "Estado Policial" que mediante la intimidación de la represión violenta convierta al Pueblo en un mudo y torpe rebaño, dócil al mando de una camarilla que, mediante la más repudiable de las traiciones, espera convertirse en el mandamás de la peor de las dictaduras: la de la incapacidad. Ahora, la aventura en que algunos generales, almirantes y brigadieres, tan ambiciosos como incapaces, metieron a las Fuerzas Armadas Argentinas en complicidad con el Imperialismo, está llegando a su lógico desenlace. A la usanza militar, tomaron el mando por la fuerza y con el tiempo han terminado por mandar sólo a los que jerárquicamente les están subordinados. El país a la deriva, ha ido cada día acercándose más al caos y, como era de proveer, la consecuencia de una dictadura militar con la suma del poder público que nuestra Constitución Nacional califica de traición a la Patria, no ha resuelto nada y, como remedio, ha resultado peor que la enfermedad. Según se ha podido comprobar en estos días, la antinomia es clara y terminante: los generales, almirantes y brigadieres han conseguido enfrentar al Pueblo con sus Fuerzas Armadas encaramadas en el Gobierno. Así, los militares que hace tres años declararon fuera de la ley a los políticos, se encuentran con que después de una triste experiencia, el Pueblo Argentino está empeñado en declarar fuera de la ley a sus Fuerzas Armadas que, en los hechos, han resultado peores y más peligrosos que los propios políticos. Aunque fuera irregularmente, los políticos eran elegidos y controlados por las propias instituciones de la República pero, ¿quién controla a los militares? que han comenzado por elegirse a sí mismos y que, pese a cuanto está ocurriendo y la unanimidad del repudio de todo el país pretenden seguirse quedando con un poder que, además de no corresponderles, no lo saben manejar sino para cometer toda clase de desatinos y arbitrariedades: nunca como ahora han funcionado las torturas y los crímenes más monstruosos contra el Pueblo en lo que tiene de más representativo y legítimo: sus estudiantes y sus trabajadores. Ya esto es un caso de ética y dignidad personal: si todo el mundo anhela que esta gente se vaya, ¿cómo puede ser posible que se insista en una dictadura militar que, de persistir, conducirá tarde o temprano a una guerra civil? Parece mentira que esto esté ocurriendo casi simultáneamente cuando Charles De Gaulle renuncia a seguir en su cargo constitucional de Presidente de los franceses porque poco más de la mitad de su Pueblo no está de acuerdo con él, dando al mundo un ejemplo de dignidad humana y una lección de respeto a la opinión pública, que los enanos obcecados en mandar, jamás serán capaces de comprender. ¿Qué es lo que tanto defienden los militares en la Argentina? No puede ser la Patria que, según venimos presenciando, están vendiendo al mejor postor o la están entregando ignominiosamente al imperialismo. Debemos entonces pensar que lo que ellos defienden son pura y exclusivamente sus intereses personales. Para comprenderlo así, bastaría con observar los sueldos que se han fijado. Del presupuesto general de la Nación, la mitad era para las demás instituciones de la República pero, como hoy casi todos los cargos están yendo a parar a manos de militares, al final resultará que todo el presupuesto nacional irá a parar a sus privilegiados bolsillos.

¡Debemos ser austeros! se les oye decir todos los días, mientras ellos gastan a manos llenas los dineros del Pueblo ya agobiado por monstruosos impuestos. Cuando se trata de sueldos, es preciso someterse a la congelación decretada del 8%, siempre claro está que no se trate de un miembro de las Fuerzas Armadas donde un general cobra en un mes lo que sólo alcanza a ganar en un año un pobre Maestro. Estos son los ejemplos que el Pueblo Argentino está recibiendo de los que se atreven a sostener que tienen el derecho de gobernarlo. Se podría abundar en ejemplos de toda clase sobre la inaudita perversión que la acción de los militares en la función pública ha desencadenado, desde las financieras de prestamistas con interés usuario, hasta las bandas de contrabandistas o ladrones de automóviles.

Parece realmente imposible que exista gente tan caradura y tan sinverg enza que, f que los repudia de toda manera, sigan insistiendo en quedarse en los cargos que han usurpado y desde los cuales no hacen sino envilecer las funciones públicas y perjudicar el destino de los argentinos. Pero, lo peor es que esta gente "se la ha pillado en serio" y se siente con derecho propio en un lugar al que han llegado con trampa y de mala manera. Pero lo malo no es que se sientan así sino que, según manifiestan, lo harán sobre pirámides de cadáveres si es preciso. Debemos confesar que estamos en presencia de locos peligrosos. No es ni más ni menos que como si una banda de criminales que, aprovechando la circunstancia de estar al mando de una fuerza la aprovecharon para copar al país y utilizarlo en su provecho imponiendo por la fuerza de su voluntad a un pueblo que había confiado en la honradez que no existía. Pero, confirmada la traición, nada se remediará con lamentarse. El remedio está en prepararse para curar los males en el más corto plazo posible. Esta dictadura como todas las otras, sigue cosechando mártires que es lo único que suele producir esta suerte de engendro putativo de gobierno, pero la grandeza se suele construir y la libertad se suele fundamentar precisamente sobre la excelsitud de los héroes que abonan con su sangre y sacrificio la tierra en que ha de florecer el destino. A ellos nuestro homenaje y agradecimiento con la promesa de honrarlos con nuestras acciones al servicio de la causa en que ellos inmolaron sus jóvenes y gloriosas vidas. (Las Bases, Madrid) |Cjul-69 A LAS COMPAÑERAS DE LA RAMA FEMENINA Julio de 1969 |p1 Las mujeres peronistas tienen una inigualable tradición de emular y defender: la que emana de la acción de Eva Perón. Cada uno de nosotros tenemos la obligación y la responsabilidad de perpetuarla en el tiempo y extenderla en el espacio como la mejor escuela en que podamos inspirarnos.

La época de oro de la Rama Femenina tiene allí su ejecutoria y es preciso confesar que cuando Evita enza nacio murió, algo también murió dentro de nosotros. Estos trece años de verg los pretendidos "libertadores", han gravitado sobre todo argentino y nada ha podido escapar a su depredación generalizada. Al cabo de ese lapso, tenemos necesidad de recapacitar sobre lo andado: para corregir los males que esa destrucción haya podido producir en nuestros espíritus como en nuestras organizaciones. De una Rama Femenina, poco menos que en estado de asamblea, debemos retornar a las formaciones que durante quince años fueron uno de los baluartes invencibles del Movimiento. Para ejemplo que Eva Perón nos legara como tradición, que no sólo tenemos la obligación de respetar sino también de imponer a los que nos sigan. El Movimiento Peronista debe ser unidad y cuerpo orgánico, en el que sus miembros colaboren en beneficio de todo el conjunto, sin perder su propia autonomía. El Movimiento es de todos los que lo formamos y defendemos y allí radica el derecho que cada uno tiene de sentir y de pensar para el beneficio común, como lo establece el viejo apotegma peronista: "Que todos sean artífices del destino común, pero ninguno instrumento de la ambición de nadie". Nuestra gran fuerza radica en la solidaridad que claramente fija nuestra doctrina al afirmar: "Para un Peronista no debe haber nada mejor que otro peronista". Nuestro espíritu orgánico y de cuerpo, que se funda en estas dos premisas fundamentales para todo lo funcional, rechaza el caudillismo por representar una forma egoísta y negativa de la conducción. Nuestra obediencia y disciplina están formadas en una autoridad consentida y no impuesta, por eso no se trata de mando sino de

conducción: mandar es obligar; conducir es persuadir y, a toda persona consciente, es siempre mejor persuadirla que obligarla. Tampoco es aceptable que, en nombre de una ortodoxia exagerada se quiera obligar a transitar a todos por una misma senda, porque todos los caminos son buenos, cuando la intención es honesta y racional. Esta sana intención ha de respetarse con tal de que se ajuste a las necesidades del conjunto y no represente un factor negativo para los fines que se persiguen. Los que se sientan impulsados celosamente hacia una puritana tendencia de fidelidad a la doctrina, no deben olvidar que tal actitud de intransigencia no ha de prescindir de la comprensión y respeto que se ha de exigir para las personas aunque estén equivocadas. No sea que, a cuenta de reforzar su dogmatismo, creyendo defender al movimiento, corran el grave riesgo de llegar a destruirlo, descubriendo desconsideradamente lo que nos separa e ignorando desaprensivamente lo que nos une. Toda suerte de sectarismo a ultranza, provoca indefectiblemente las escisiones. Aparte de la individualidad peronista que cada uno desarrolla, es preciso que una férrea organización funcional lleve adelante la misión que nos hemos impuesto. De ello surge la necesidad de una conducción apropiada que permita el desarrollo de la tarea con unidad de acción dentro de la concepción elegida. Por eso deberán existir dirigentes de conducción, a quienes compete precisamente esa función pero, como la acción masiva impone enlace y comunicación con la masa, es preciso que existan también dirigentes de encuadramiento, cuya misión es la de ejecutar inteligentemente las decisiones que llegan por conducto de los dirigentes de conducción. La tarea de los dirigentes de conducción es la dirección de conjunto, en tanto la de los de encuadramiento es la de la ejecución correspondiente. Aparte de los enlaces y comunicaciones que han de asegurarse permanentemente entre estas dos clases de dirigentes, debe existir previamente un conocimiento por parte de todos, de la situación y de los designios que se persiguen. Lo demás depende de la honestidad y capacidad con que cada uno proceda en la concepción, decisión y ejecución de lo planeado. Con esto, pretendo afirmar que la tarea es simple. Lo que suele complicarla son los procedimientos de ejecución que dependen de los ejecutores, máxime cuando en ellos actúan otros intereses individuales o colectivos que no son precisamente los de conjunto. Tenemos una doctrina que fija las formas de ejecución de una ideología que personifica al Movimiento Peronista. Disponemos de una organización que, para ser funcional, ha de cumplir los dictados de una conducción táctica que encarna la misión que la conducción estratégica ha establecido en sus directivas. Nada será más fácil que cumplirlas si no se persiguen otras finalidades desviativas de la verdadera misión que a cada uno corresponde. La ideología fija el camino que todos debemos seguir en el peronismo, la doctrina indica como debemos hacerlo y la organización nos conduce a todos en conjunto para alcanzar la unidad de acción indispensable al éxito. Al que involuntariamente se desviara en la marcha le bastará recordar todo lo anterior para retomar la senda momentánea perdida. Las exigencias orgánicas y de la conducción del conjunto tienen características originales, a las que es preciso adaptarse de inmediato sin titubear porque la indecisión del dirigente tarda poco en convertirse en incertidumbre en los que ejecutan. Los obstáculos personales suelen ser los más perjudiciales, por eso la conducción impone procedimientos enérgicos destinados a suprimirlos, mediante el reemplazo del que los produce. No se trata de medidas discrecionales que, en la conducción, no deben existir, sino de exigencias de la buena conducción que no debe malograrse. En todo lo anterior solo he querido esbozar el cuadro de conjunto en que ha de encuadrarse nuestra acción para alcanzar una organización efectiva y una conducción apropiada. Si cada uno de nosotros nos ponemos honestamente dentro de esta idea y ejecutamos nuestra función armónicamente dirigida a una colaboración efectiva, nada podrá existir que se oponga a la realización de nuestros fines. Es indudable que, si todo es simple en su enunciado racional, en cambio es complejo tan pronto intervienen las distintas personalidades que deben encaminarlo. Por eso, si toda la realización orgánico-funcional no puede tener inconvenientes, es preciso que eduquemos a los que han de vivificarla, a fin de que no sean ellos los causantes de males que, con comprensión y buena voluntad, pueden evitarse. En la organización actual es preciso que todas las mujeres peronistas se munan de la mayor grandeza y desprendimiento, especialmente para juzgar a sus compañeras, olvidando rencillas y resentimientos que pudieran existir como consecuencia de luchas pasadas que nada tienen que ver con los objetivos futuros.

Para que los demás puedan perdonarnos es preciso que también nosotros sepamos perdonar. Solo una conducta semejante puede conducirnos a la unidad que necesitamos. Toda discrepancia que surja como consecuencia de las discusiones naturales en la acción directiva, han de discutirse siempre en el seno de las organizaciones, sometiendo la solución al dictado de la mayoría que es la que ha de decidir. Una vez alcanzada esa solución todos debemos someternos a ella como si hubiera sido nuestra propia solución. Protestar o murmurar fuera de las organizaciones en contra de tales decisiones no puede ser sino en perjuicio de lo que todos tenemos la obligación de defender. Las organizaciones y cuerpos colegiados se rigen por las normas de la mayoría y los disidentes que fuera de ellas, ventilan discrepancias, no reúnen las condiciones indispensables para la función en que actúan. Nadie puede alegar un bien cuando ante extraños ataca o murmura de su propia organización en vez de hacerlo ante quien lo pueda internamente remediar. Podrán haber dirigentes que hayan cometido errores y hasta los que no hayan estado a la altura de su misión o que su moral no haya respondido a las virtudes que a todo dirigente se le deben exigir, pero ello no ha de ser motivo de escándalo fuera del Movimiento, sino de medidas apropiadas dentro de él. Los errores son perdonables y hay que perdonarlos. Las fallas a la felicidad que todos debemos al Peronismo no pueden perdonarse pero, ni aun ello, debe ser motivo de desprecio del Movimiento. Nuestra tarea actual es la de organizar y unir a la Rama Femenina, para ello es necesario que cada mujer peronista se sobreponga a todo otro sentimiento que no sea el de organizarse y unirse. La situación actual de nuestro país impone al Peronismo una misión que ha sido claramente establecida en las Directivas Generales del Comando Superior Peronista. Cada dirigente tiene una parte de responsabilidad en la ejecución de conjunto y es deber irrenunciable de todo peronista cooperar de la manera más decidida e inteligente en la realización de este designio. La conducción táctica ha de realizarse por mano de los organismos y dirigentes correspondientes. Su éxito depende tanto del acierto en sus decisiones como de la cooperación y colaboración que a esa decisión le presten todos los peronistas. Para que ello sea efectivo, la conducción no debe ser discrecional: no se conduce por impulsos personales y menos por pasiones o deseos, sino racionalmente sometido a lo que la misión impone. Pero, a esta clase de conducción, es preciso que le respondan los conducidos con la misma orientación. Tratándose del Movimiento deben desaparecer las amistades en camarillas, los enconos, resquemores, recelos y ansiedades de predominio de grupos. Es preciso que una vez por todas, nos persuadamos de la necesidad de subordinar todo interés a las decisiones y tareas de conjunto, sin lo cual no sólo no organizaremos nada sino que destruiremos lo poco que pueda estar organizado. La Comisión Nacional de la Rama Femenina tiene en sí toda la responsabilidad en la tarea que le ha sido encomendada, pero dispone de la misma manera de toda la autoridad que necesita para defender esa responsabilidad. En cuanto a la acción de conjunto, las compañeras disponen para su información, la orientación que el Comando Superior ha impartido mediante: 1§) Directivas Generales para la Organización y Unidad del Movimiento Peronista de Septiembre de 1968. 2§) Memorandum Adicional a las anteriores directivas de Octubre de 1968. 3§) Mensaje a los Compañeros Peronistas de Febrero de 1969. 4§) La Situación Argentina con relación a la situación mundial de Abril de 1969. Estos cuatro aspectos considerados, fijan claramente la orientación como para permitir a cada uno de los dirigentes de cada Rama proceder con unidad de concepción, destinada a alcanzar a través de la organización y la conducción la correspondiente unidad de acción. En consecuencia, nadie en el futuro, puede aducir ignorancia sobre los fines que perseguimos, ni puede existir incertidumbre en la masa peronista si los dirigentes cumplen con la misión que tienen en la conducción táctica. La primera condición que ha de llenar toda conducción, es la de enterar a todo el complejo orgánico y cada uno de los que forman, de la misión que nos hemos impuesto y las formas de ejecución mediante las cuales debemos cumplirla. El conocimiento de la situación es imprescindible porque

nadie puede defenderse de lo desconocido y porque, mediante ello es que cada uno, aun en el caso de encontrarse aislado, puede resolver por sí lo que considera más apropiado a la misión que tiene. La misión ha de ser objeto del mismo conocimiento porque mal se puede hacer nada si se ignora lo que se quiere. Y, finalmente, las formas de ejecución que se han elegido para el cumplimiento de esa misión porque sin ellas no se podrá alcanzar la unidad indispensable en el esfuerzo de conjunto.

Por eso, la función de las dirigentes de conducción es de la más alta importancia y requiere una gran fuerza de persuasión, además de una fuerte dosis de paciencia y perseverancia. Es un trabajo paciente, de convicción, para lo cual la primera condición ha de ser la de estar convencido. No es suficiente con conocer la doctrina sino que es preciso también sentirla, por eso la tarea del dirigente no es enseñar la doctrina sino inculcarla. Esta es la base de la preparación humana de nuestro Movimiento a la que ha de seguir la preparación técnica: la primera para preparar la célula, la segunda para emplearla bien. En la acción política, uno se gana el derecho de ser obedecido, cada uno ha de recibir los propios efectos de su propia conducta y cada dirigente alcanzará el predicamento que merece por sus acciones positivas y en beneficio de la acción de conjunto. Pretender reemplazar el trabajo honrado por insidiosas triquiñuelas es un camino equivocado porque, quien procede mal, sucumbe víctima de su propio mal procedimiento. En esa "carrera", como en las demás, se ha de ganar porque se corre más, no porque se hace una zancadilla al que corre a su lado. Es preciso que cada dirigente se persuada profundamente de la necesidad de organizarse y unirse. Nuestros enemigos han tratado por todos los medios de disociarnos y dividirnos porque saben muy bien que se puede ser el principio de nuestra propia destrucción. Sin embargo, nosotros no hemos sabido oponer decididamente el único remedio contra esos males: nuestra unión. Así hemos trabajado también un poco para nuestros enemigos, aunque hayamos creído que procedíamos bien o en defensa de factores que, frente a las necesidades fundamentales, resultan absolutamente inoperantes y secundarias. La organización ha de ser expresada en nuestras formas de acción, la unidad y solidaridad han de estar profundamente arraigadas en nuestro corazón. Cuando una dirigente antepone sus ambiciones personales o de grupo, siembra la intriga y cultiva la cizaña, se convierte en agente de la anarquía y, en consecuencia, es un enemigo de todos los que trabajan para el conjunto. Es preciso que hasta los ambiciosos se persuadan de que ningún peronista podrá realizarse en un Movimiento Peronista que no se realice, de manera que todas las argucias y especulaciones que en la política no sirven para todos, no sirven para ninguno. La única política que sirve es la que utiliza la verdad y la mejor conducta es aquella que honestamente suma su esfuerzo al de los demás. Al contrario de lo que muchos creen, la fuerza que domina es la humildad y no la soberbia. Toda dirigente que anhela llegar al corazón de la gente, que es precisamente donde hay que llegar lo hará sin esfuerzo por el camino de una bondad humilde y sincera. Si bien la autoridad no se interesa de las formas, sin embargo para llegar a ella, las formas tienen una importancia decisiva, especialmente en la acción política, en la que no se trata de obligar sino de persuadir. (Las Bases, Madrid) |Cag-69

LA JUVENTUD ARGENTINA DEBE IMPEDIR EL DETERIORO

Agosto de 1969 |p1 Los pueblos del Continente Latinoamericano están de pie: Defienden su independencia y su libertad. Algunos países traicionan la causa más sagrada para los pueblos: su soberanía. En nuestro país la juventud argentina ha sabido salvar el honor de su bandera, demostrando que "no todo está podrido en Dinamarca". A los que hace un cuarto de siglo que venimos luchando por la liberación de la Patria esto nos llena de orgullo y de fe por nuestro destino, porque cuando una juventud sabe morir por sus ideales, es que ha aprendido todo lo que debe saber la juventud. El ideal argentino de esta hora comienza con la liberación del neocolonialismo imperialista que nos amenaza y de la tiranía que en el país sirva a esos mismos intereses. Los que reciben instrucciones y tratan con los agentes foráneos, en contra de la voluntad popular y de los verdaderos intereses de la

Nación, no pueden ser considerados como argentinos y menos aún como gobernantes. Al decir de San Martín, "un crimen semejante no se puede borrar ni aun con el sepulcro". Frente a esto, es que nace la grave responsabilidad de la nueva generación argentina que, como tal, debe responder del futuro destino de la Patria. Para ello solo quedan dos caminos: un conformismo suicida que ni ofrece siquiera una aleatoria tranquilidad presente ni asegura una realidad futura. El segundo camino es el de la lucha que, si bien impone sacrificios, puede alcanzar soluciones y honra. La Revolución está en marcha. Como en 1789 ha comenzado en la Bastilla. "Por primera vez parecen ser contemporáneos todos los hombres". Hemos presenciado el 29 y 30 de mayo en las ciudades argentinas el mismo espectáculo que un año antes impulsaba a "las barricadas" en el Barrio Latino de París. Podemos exclamar como Andrés Malraux, un miembro del Gobierno Francés que supo admitir la profundidad del Movimiento Revolucionario de Mayo y de Junio en Francia: "El ensayo general de este drama suspendido, anuncia la gran crisis en la civilización occidental". El encuentro de la juventud con el proletariado es un fenómeno sin precedentes. Cuando se leen los comentarios que nuestro pronunciamiento de Mayo de 1969 sugiere a los hombres de la dictadura, no podemos menos que reconocer la tremenda orfandad que la sensibilidad y la imaginación sufren allí. El único que comprende lo que en el mundo pasa es el Pueblo, cuya intuición parece ir mucho más allá que la información y el racionalismo de los consabidos "Consejos e Instituciones" oficiales. En Córdoba, Rosario, Tucumán, Corrientes, etc., con un año de diferencia ha ocurrido lo mismo que en las grandes ciudades francesas. Para los tontos y para los hipócritas se trata en ambos casos de "agitadores profesionales" manejados desde el exterior. Para los que saben la verdad, es el comienzo de la verdadera Revolución que hoy sostenida por la juventud y los trabajadores, comienza a demostrar que si la revolución es un instinto en los países subdesarrolados del Tercer Mundo, lo es también en los pueblos de las naciones superdesarrolladas. No se hace contra un gobierno determinado sino contra el futuro incierto que en la práctica arroja la sociedad industrial contemporánea. Estamos asistiendo a una profunda y acelerada evolución en las raíces espirituales, iniciada en una nación desarrollada, por entenderse que se pretende compensar con la variedad y cantidad de bienes de consumo el contenido real de la vida. "Ustedes son las guerrillas contra la muerte climatizada que ellos quieren vendernos con el nombre de porvenir" decía un famoso cartel colocado en París el día de las barricadas. Otro, no menos expresivo, afirmaba: "La Revolución que se inicia pondrá en duda no sólo a la sociedad capitalista, sino también a la sociedad industrial. La sociedad de consumo debe morir de muerte violenta. La sociedad enajenada debe desaparecer de la Historia. Estamos intentando un mundo nuevo y original: la imaginación ha tomado el poder". Si los problemas difieren entre los distintos grados de desarrollo, no se diferencian mucho en los objetivos perseguidos pero, lo que puede afirmarse es que los pueblos del mundo actual, disconformes con los sistemas, están decididos a cambiarlos. Y, si abominan del régimen capitalista, no son menos opuestos al comunismo. La juventud de nuestros días ha comenzado a tomar su puesto en la Historia y, si la imaginación ha tomado el poder, está en sus manos el uso de la sensibilidad que permita gobernar a esa imaginación. Todos los males que sufren han sido causados por una fatídica insensibilidad que ha enceguecido a los que tomaron el poder, no para hacer una revolución, sino para retornar al pasado y perpetuar un estado de cosas anacrónico en los días que nos tocan vivir. Poco puede importar que su intención haya sido el orden o el desarrollo, si al hacerlo tratan de establecer un sistema que, por perimido y superado, ya no satisface las necesidades que impone la evolución acelerada en que debemos desempeñarnos. La "Revolución Argentina" ha resultado así una contrarrevolución reaccionaria y negativa. Por eso su destino está signado por el repudio popular que le llevará a tenerse que enfrentar contra todo el país. En tan peligrosa situación, es preciso pensar en el porvenir, y el futuro es de los jóvenes. A ellos les tocará el honor y la responsabilidad de asegurarlo, porque serán quienes han de gozarlo o sufrirlo. Hoy debemos pensar en el verdadero destino de la Patria está ya en sus manos. La generación fenecida no puede sentirse ahora propietaria de una verdad que la experiencia está negando. Lo dejamos a nuestros jóvenes, después de un cuarto de siglo de luchas, fraudes y violencias, un porvenir tan incierto como estériles han resultado los esfuerzos de nuestra generación ya frustrada.

Los jóvenes deben comprender y sentir la responsabilidad que les concierne, unirse y organizarse. Hoy la mejor entidad será el "Partido de la Juventud" porque sería terrible que, abocada a realizar la revolución estuviera fraccionada, dividida o enfrentada consigo misma por la existencia de banderías intrascendentes e inoperantes. Si la juventud comprende y siente esta necesidad, si se une y organiza como generación de emergencia, la Patria ya no tendrá nada que temer. Para ello debe procederse decididamente en todo lugar, en todo momento y circunstancia. Como se viene demostrando en nuestro país y como se ha comprobado en todos los países cuyos pueblos se hayan decidido por la Revolución, en lugar de basarse y esperarlo todo de los militantes disciplinados, que reciben órdenes de un aparato central, la Revolución debe confiarse a los animadores locales capaces de suscitar la acción. El Movimiento Revolucionario debe desarrollarse de la periferia al centro. El aparato central deberá coordinar estas actividades y ocuparse de las funciones precisas en los sectores de la información general y de la elaboración de las correspondientes perspectivas. Hace ya un cuarto de siglo, la Revolución Justicialista ponía en marcha una transformación de fondo, que muchos han presenciado y vivido, a veces hasta sin comprenderla. Alcanzada la liberación de la influencia de los poderes foráneos, se organizó la economía que dio prosperidad suficiente a la Nación, se estructuró lo social asegurando diez años de felicidad al Pueblo Argentino y se afirmó una soberanía nacional que descartó el nefasto colonialismo imperialista que antes había imperado. En 1955 se produce el golpe artero de la reacción externa y vernácula que, con el pretexto de cambiar lo Justicialista, volvió a entregar el país al imperialismo que impulsó y financió el golpe de estado. Así su economía sucumbió en poco tiempo abordada por los poderes foráneos y sometida a la tarea destructora del famoso Fondo Monetario Internacional. Con ese motivo, tan vilmente provocado, se fueron suprimiendo una a una las conquistas sociales, impulsadas por el Justicialismo, a través de los distintos gobiernos gorilas que se sucedieron hasta la llegada de la dictadura actual que no difiere de ninguno de ellos sino en el nombre. Este nuevo "Gobierno" prometió una "Revolución Argentina" y consumió su tiempo en peregrinas promesas incumplidas y vanas ilusiones y, cuando el Pueblo cansado e indignado quiso hacer oír la verdad, le contestó con la más violenta represión que tantas vidas argentinas viene costando a lo largo de estos quince años de fatalidad provocada. No se si nuestra juventud necesitará más que esta dura experiencia para persuadirse de la necesidad de actuar en defensa de su propio porvenir y del de su Patria. (Las Bases, Madrid). |Cag-69b

A LOS COMPAÑEROS PERONISTAS

"El Puente", Moreno, agosto de 1969 |p1 La organización justicialista es de fondo y no de forma. Tenemos una ideología y una doctrina, disponemos de un Jefe y estamos seguros de la obediencia de la masa encuadrada y conducida tan pronto como debamos decidirnos a ello. Organizar no es juntar gente como muchos creen. Es uniformar criterios, pensamientos y corazones. Disponer de una masa doctrinaria y utilizarla mediante una conducción apropiada en el momento oportuno y en el lugar donde se busca alcanzar la decisión. Frente a la situación reinante, nuestras palabras no pueden ser sino de una prudente expectativa; nuestras fuerzas se mueven dentro de lo que es común en la conducción táctica-política con alas opositoras o contemplativas, ya que la articulación del movimiento Justicialista da para mucho en esta clase de lucha. Sin embargo bastará una simple orden en el momento oportuno para que todo el panorama de la acción peronista cambie, por lo menos en lo fundamental. Ha sido preciso seguir hasta ahora un esquema "sui generis" en nuestra acción a fin de poder responder a las diversas circunstancias producidas. Ahora, merced a esa conducta elástica estamos en condiciones de hacer cualquier cosa para responder en las circunstancias cambiantes de la situación, como un esfuerzo inicial suficiente para resistir hasta el total empeñamiento de nuestras fuerzas. Desgraciadamente, no tenemos por el momento la suficiente libertad de acción como para imponer nuestra iniciativa que por un tiempo aún puede seguir en manos de nuestros enemigos. Pero nosotros no tenemos apuro, poseemos una gran experiencia y sabemos que el problema de la liberación es de compleja y difícil solución, porque implica nada menos que la independencia del país de la férula imperialista yanqui y un

proceso de integración ulterior en el continente Latinoamericano que permita una acción común y un apoyo para que junto con la integración del Tercer Mundo, podamos consolidar esa liberación. Recién entonces habrá llegado el momento de hablar en serio de la liberación del pueblo argentino. Nuestra experiencia de 1955 ha sido suficientemente elocuente como para que no volvamos a cometer los mismos errores. Es posible liberarse como lo demostramos nosotros desde 1945 a 1955, pero lo que no es posible es consolidar esa liberación mientras no se cuente con un apoyo externo que permita por lo menos neutralizar la acción de la sinarquía internacional formada por el capitalismo, el comunismo y las internacionales de todo tipo que la sirven para dedicarnos a exterminar el cipayismo vernáculo que, traicionando a su Patria, sirven los mismos designios en el interior del País. En estos catorce años que corren desde 1955 en que el país ha sido entregado literalmente en todos sus aspectos al imperialismo, la acción ha sido por demás evidente como para no comprender, y si se la comprende, es preciso pensar que el problema argentino no se resolverá con un cuartelazo o un simple golpe palaciego. La obra de nuestra liberación no podrá ser realizada por una sola generación sino por varias de ellas. Nosotros podremos hacer la parte que nos corresponda como lo hemos hecho desde hace ya 25 años, pero el resto deberá ser cumplido por las generaciones que nos siguen, por eso es que nosotros hemos establecido una ideología y fijado una doctrina que como forma de ejecución de esa ideología está ya en manos del pueblo argentino y que será tal vez lo único que nos sobreviva a los que hemos sacrificado todo en aras de un ideal que sólo podrá comprender y sentir el que encarne los mismos ideales que nos encendieron a nosotros. Frente a este panorama que está fijando un esfuerzo, todo interés político, directo, indirecto o inmediato resulta mezquino. Por eso es que frente al destino de los argentinos que el pueblo intuye profundamente, se despreocupa de lo despreciable que por antonomasia resulta ajeno a su verdadera vocación. Por eso también van muriendo los políticos del demoliberalismo de vuelo bajo. En la era cósmica, todo lo pequeño va mereciendo apatía. El retorno del General Perón a la Argentina, no significa que él deba ser quien presida el Gobierno del País cuando el Movimiento Justicialista tome el poder. Un peronista calificado debe hacerlo en su lugar con la misma misión que nos hemos impuesto para la liberación del país en forma de asegurar su desarrollo armónico y la posesión de la Justicia Social, la Independencia Económica y la Soberanía Política, todo ello sin imponer sacrificios inútiles y buscando la felicidad del pueblo argentino en el sentido de preferir un pequeño país de hombres felices a un gran país de individuos desgraciados, como ocurre con el Capitalismo, o una comunidad insectificada como sucede con el comunismo. El Movimiento Justicialista tiene fijada una ideología que dará un rumbo general a sus realizaciones, como dispone de una doctrina que fija en grandes líneas la forma de ejecución de esa ideología. |Cset-69

EL MOVIMIENTO PERONISTA FRENTE AL DERRUMBE

|p1 Todo cuanto está ocurriendo en el país es la consecuencia lógica de la acción gorila de 1955 y su continuación a través de los gobiernos seudo constitucionales que dieron lugar a la llamada "Revolución Argentina" y su dictadura militar preconcebidamente provocada por la acción de las propias fuerzas armadas. Y mientras, el sentido gorila sea la característica dominante, nuestro problema no tendrá solución y el país continuará insoslayablemente hacia el abismo. La tremenda depredación producida en los últimos catorce años ha sido una de las causas dominantes: la anulación del sistema bancario; la supresión de la Ley de Cambios; la destrucción sistemática de la industria; la atrabilaria conducción de la economía nacional; el envilecimiento de la moneda; la entrega de nuestra riqueza petrolífera; la aplicación de una política de infraconsumo por pauperización de la masa popular; la paralización preconcebida del trabajo nacional para provocar desocupación e imponer salarios de hambre; la acumulación de ingentes deudas externas con aplicación improductiva; el robo liso y llano por el Estado de los fondos de las Cajas de Jubilaciones y Asistencia Social; los latrocinios en perjuicio de la nación, producto de la concupiscencia de los agentes gubernamentales, etc., etc., no son sino los rubros gordos de esta depredación inconcebible, a lo que habría que sumarle la destrucción de la Fundación EVA PERON y el robo de su patrimonio como la anulación de sus numerosos establecimientos asistenciales; La destrucción de las escuelas profesionales, la Universidad Obrera, los Institutos Monotécnicos regionales,

las Escuelas Fábricas, etc., sin olvidar la incidencia negativa de la supresión de las conquistas sociales y la apropiación indebida de bienes sindicales y de los partidos políticos, etc., etc., que completan suscintamente los efectos del "terremoto gorila". Todas estas culpas tienen sus nombres propios que no es preciso citar porque el Pueblo Argentino los conoce, pero en todo ello ha habido también una culpa que es preciso mencionar: la actitud pasiva del pueblo. Hoy, cuando todo ha sido desquiciado o destruido y se comienza a sentir el impacto de las consecuencias en el estómago o en el bolsillo, recién parecen despertar algunos de esta larga pesadilla: es que los pueblos no saben o no quieren luchar por sus derechos y su libertad, merecen la miseria y la esclavitud. Hoy, frente a la dictadura militar que azota al país que no es sino la continuación vergonzante del gorilismo inicial, recién se comienza a tomar conciencia del deber que cada ciudadano tiene de defender a su comunidad, pero a menudo equivoca el camino, buscando explotar hechos circunstanciales: los sucesos circunstanciales conducen también a éxitos circunstanciales, los éxitos permanentes y consolidados sólo pueden producirse cuando se provocan sucesos también permanentes y se encaran tales hechos por una acción racionalmente conducida. El Movimiento Justicialista, que hoy constituye el único movimiento revolucionario verdadero, tiene sobre sus espaldas la grave responsabilidad de proveer a su propia realización. Para ello debe pensar que sólo mediante una sólida organización funcional y una conducción adecuada, puede cumplir en el tiempo y en el espacio con la misión que le corresponde. Los medios y la forma de realización dependerán de las circunstancias pero, los peronistas han de hacerse a la idea de que son ellos, y solamente ellos, los que han de poner el esfuerzo y, si es preciso, los sacrificios. De ahí la insistencia del Comando Superior Peronista en la necesidad de unirse y organizarse. Es preciso que cada uno de los dirigentes de la conducción o del encuadramiento del Movimiento tenga conciencia de la responsabilidad que su cargo implica y la haga efectiva con su acción de todos los días. Pero esa acción ha de tener un sentido de conjunto y de cohesión sin los cuales se malogran las mejores iniciativas y los mayores esfuerzos. El sentimiento revolucionario impone unidad de doctrina, unidad de objetivos y unidad de acción y tales circunstancias sólo se alcanzan mediante una organización funcional que una y no disocie, que deje acción libre al juego de todas las iniciativas positivas y anule las negativas que a veces, con la mejor intención, suelen provocarse. El primer grado de toda nuestra coordinación está en la unidad doctrinaria que lleva a la unidad de criterio, base para una misma manera de ver, base para un mismo modo de apreciar, resolver y ejecutar. El resto de la coordinación corresponde para ser establecida en cada caso por la conducción. Los organismos de la conducción (Comando Táctico del Movimiento, "62 Organizaciones", Delegaciones Provinciales del Movimiento, etc.) tienen toda la responsabilidad de la conducción y disponen en consecuencia de toda la autoridad necesaria para la defensa de esa responsabilidad. Armónicamente articulados, cada órgano de la conducción tiene su esfera de acción y su jurisdicción como su misión específica. El cumplimiento de la función que le compete, debe ser una cuestión de honor para cada dirigente que compone esos organismos. En las circunstancias actuales, es preciso que todo el Movimiento Peronista se movilice y se incorpore a la acción. Sólo con un Pueblo decidido y activo se puede enfrentar la amenaza que está pesando sobre la comunidad argentina. La conducta es bien simple y el deber bien claro: que cada peronista, en todo momento y en todo lugar, haga más de lo preciso por la liberación de la Patria y de su Pueblo. Que cada organismo del Movimiento haga lo propio para asegurar una acción de conjunto que, coordinada y armónica, haga sentir su esfuerzo con unidad de concepción y de acción. La "Rama Política" del Movimiento Peronista esté constituido por dos "Ramas" fundamentales: la Sindical y la Política, ha obedecido, desde el comienzo de nuestra organización, a la necesidad de dar representatividad y participación a los dos sectores más caracterizados de la Comunidad Argentina, dentro de las formas institucionales y políticas vigentes en el país. Que las organizaciones o los dirigentes sindicales no deben intervenir en política es una afirmación que a menudo está en boca de los tontos o de los hipócritas. Ello sería justo si tampoco pudieran hacerlo los patrones y las empresas que representan los intereses capitalistas. Pero, afirmarlo frente a la experiencia vivida, es de una simpleza que raya en la estupidez. Esa es una muletilla que se viene repitiendo hace un

siglo y medio, algunas veces con éxito para el sistema capitalista, merced a la candidez y falta de perspicacia de algunos dirigentes ignorantes que también la repiten. Hoy, los trabajadores y las organizaciones sindicales que los representan, tienen un puesto en la vida de la Comunidad, que los obliga a participar intensamente en la vida nacional, sin lo cual permanecerían ausentes y, en consecuencia, indefensos, frente a los demás intereses que juegan en ella. El Movimiento Peronista, desde hace ya un cuarto de siglo, viene sosteniendo esta participación y durante su gobierno, ha dado a los trabajadores la intervención que les corresponde: las consecuencias las pueden apreciar cada uno de ellos en sus propias organizaciones, si piensan lo que eran los sindicatos hasta 1945 y lo que han sido desde entonces. En las comunidades modernas se ha reconocido la necesidad de una participación popular activa en la acción de gobierno, como se ha reconocido también que hoy nadie puede gobernar sin el concurso organizado del Pueblo. en este concepto, la organización sindical tiene el ineludible derecho de hacerlo desde que sus intereses representan cuantitativamente a una mayoría, pero ha de hacerlo actuando como "Factor de poder" que no se limita a aconsejar sino a imponer cuando la necesidad así lo requiere. Pero, para ser factor de poder en la lucha de todos los días, no es suficiente con tener derechos e ideas, sino que es indispensable contar con la fuerza necesaria para imponerlos. Esa fuerza solo puede alcanzarse por la unidad. Uno de los factores más decisivos en los efectos de la actividad sindical radica en la unión y solidaridad de todos sus componentes. Sin estas dos condiciones indispensables, desaparece la unidad de acción, lo que lleva indefectiblemente al debilitamiento y la derrota en la defensa de los intereses profesionales. Si la independencia sindical es la base de posibilidades de toda organización gremial, la unidad es lo único que permite alcanzar esa independencia y consolidarla, porque cuando cediendo a los intereses parciales cunde la disociación poco se tarda en llegar a una anarquía generalizada que culmina en una total falta de eficacia por pérdida de cohesión. El Movimiento Peronista, de acuerdo con sus principios ideológicos y doctrinarios, ha propendido permanentemente a esa unidad mediante la existencia de la Rama Sindical del Movimiento, cuya acción se hace presente hoy por las "62 Organizaciones" con mayor agrupación gremial, tanto por el número de sus adherentes como por la importancia de las gestiones que promueve, no sólo en beneficio de las reivindicaciones laborales sino también en la unidad y solidaridad que la organización sindical necesita para alcanzarlas. Lo que ha ocurrido desde 1945 hasta 1955 y su reverso, lo acontecido desde 1955 hasta nuestros días, es una experiencia que no necesita mucho esfuerzo para demostrarlo elocuentemente. El nacimiento de las "62 Organizaciones" fue la consecuencia de los obscuros días en que fue preciso comenzar a luchar para impedir la anulación de las conquistas sociales conseguidas por el Justicialismo, la independencia y la existencia misma de las organizaciones sindicales amenazadas por la dictadura gorila. Frente a nuevos intentos de disociación, división y destrucción de la Clase Trabajadora Organizada, ha sido preciso recurrir a ella para lograr una unidad y solidaridad, sin las cuales de poco o nada pueden valer los esfuerzos de sus componentes por subsistir. Afortunadamente, las organizaciones sindicales han respondido al llamado de unidad, con excepción de algunos descarrilados que consciente o inconscientemente se han prestado a la defección tras intereses personales o de círculos. Por eso, la solidaridad sindical afirmada en las "62 Organizaciones" es el medio de alcanzar y mantener la unidad indispensable como asimismo mantener una posición política que coloque realmente a las organizaciones obreras en su lugar como efectivo factor de poder que les corresponde en los hechos y no sólo en las promesas insidiosamente declamatorias con designios que no pueden ser los nuestros. De la misma manera que entendemos la necesidad de alcanzar un sólo Movimiento Obrero unido y solidario, actuando con unidad de acción, somos partidarios de organizaciones sindicales estructuradas con sentido único y nacional, en forma de alcanzar dentro de ellas la unidad y solidaridad que propugnamos para la totalidad del Movimiento Obrero Nacional. Dentro de esta misma idea, yo me permito recomendar a todos los trabajadores la imperiosa necesidad de mantener la mayor unidad solidaria con las "62 Organizaciones", único órgano gremial del Movimiento Peronista ha demostrado desde hace veinticinco años sus verdaderas intenciones con referencia al Movimiento Sindical y nadie puede poner en duda nuestras sanas acciones de todos los tiempos para que la justicia social se imponga como corresponde en todos los estamentos gremiales. Si esa conducta del Justicialismo le ha acarreado sinsabores y sacrificios,

en cambio le ha brindado reconocimiento y adhesión, que superan con creces a los anteriores pero, esto no es tan importante en los momentos actuales, como lo que debemos hacer para alcanzar el éxito de la unidad y solidaridad, que será sin duda el mejor aliento para todos nuestros esfuerzos y sacrificios. Todas las organizaciones tienen dentro de sí pequeñas divisiones y enfrentamientos, más producto de los hombres que de la organización misma: lo importante es que tales excrecencias, producto de la diversidad de pensamientos, intereses y pasiones, se sepan subordinar a las necesidades del conjunto, sacrificando un poco lo de los hombres en beneficio de la organización que, por pertenecer a todos, todos tenemos la obligación de defenderla. Es parte del índice de grandeza que ha de caracterizar al verdadero dirigente, porque es también un factor de honestidad que no puede faltar en su importante función. Dentro de ello, la unidad y solidaridad, ha de llevar a todos los dirigentes al mantenimiento de una conducta permanentemente ajustada a la necesidad de actuar con sentido de comunidad. El individualismo, especialmente si es interesado o desleal, es lo más pernicioso para una conducción apropiada de conjunto. Cada uno ha de persuadirse que, solo, no representa nada y que por egoísta que sea no ha de salir de esa condición en tanto no se sienta y esté apoyado por los demás. Pero este apoyo estará siempre condicionado a las resoluciones y la acción de conjunto porque sería muy raro, si no fuera imposible, que nadie pueda realizarse en un Movimiento que no se realice. Los que, intentando alcanzar prebendas o beneficios personales, tratan separadamente con los agentes interesados del bando contrario o del Gobierno, aparte de cometer un acto de infidelidad indigno de un dirigente, termina por quedar aislado de toda consideración de propios y extraños ya que, el traidor pierde su valor con la traición consumada. Ello no reza para los casos en que se procede honestamente porque en el Peronismo todos pueden escuchar a todos, pero en tales casos ha de ser para recurrir luego ante quien lo pueda aprovechar en bien del conjunto. Es usanza de los tiempos que corren, el tentar a los dirigentes por parte de los agentes gubernamentales, a fin de alcanzar por deslealtad lo que no pueden conseguir por honestos procedimientos. En estos casos, si la traición se consuma, la culpa no recae sobre los que la promueven sino en los que prestan para ello. Nuestro Movimiento, que posee sus propias autodefensas, no tarda en sancionar de una u otra manera tales pecaminosas desviaciones, para ello lleva implícito la destrucción de tales dirigentes, lo que también debemos evitar, esclareciendo en la mente de todos el camino a seguir y los procedimientos a emplear. En las palabras anteriores, hemos considerado la existencia de las dos ramas fundamentales del Movimiento Peronista, pero ello no implica una división sino una articulación de un mismo cuerpo orgánico indivisible. En ese concepto, el factor solidaridad debe gravitar en todo el Movimiento con la misma intensidad, ya se trate de la rama política como sindical. El Movimiento es uno e indivisible cuando la lucha se realiza en los ambientes laborales, todo el Peronismo, sin distinción de matices, debe apoyar esa acción, lo mismo que, inversamente, cuando la lucha sea esencialmente política, porque precisamente ese campo es el que ofrecerá a los dirigentes sindicales la posibilidad ulterior de actuar en los cargos representativos. Dentro del concepto anterior, es preciso persuadir a todos los dirigentes peronistas de la necesidad de mantener una leal y sincera cooperación en todos los campos de nuestra actividad. Así como ningún dirigente sindical debe olvidar que su éxito depende de la acción política, tampoco los dirigentes podrán ignorar la influencia que, en el éxito general, tiene la acción de los dirigentes sindicales. Esta simbiosis, tan felizmente alcanzada en el Movimiento Peronista, es en realidad de verdad lo que le ha dado la fuerza que lo caracteriza. De ahí los intentos de nuestros enemigos por deshacerla. Otras fuerzas, peronistas o no, pueden estar empeñadas con nuestros mismos designios y, en tales casos, es preciso buscar la unión o, por lo menos, una coordinación porque en el terreno de la lucha es preciso tener la suficiente grandeza como para sacrificar las cuestiones personales o secundarias en provecho de los objetivos que nos impulsan. Es explicable que, en el campo político, existan sectores de diferente formación pero, cuando se coincide en la misma finalidad, el campo de la lucha impone la necesidad de subordinar lo secundario a lo principal. Si la política es el arte de hacer lo posible, cuando se coincide en los fines, nada debe oponerse al acuerdo. Cuando, como en nuestro caso no se dispone de la fuerza, es preciso utilizar la habilidad que, muchas veces es más poderosa, todo depende de la conducción acertada. Ello implica la necesidad imprescindible de persuadir a la masa de la conveniencia de obedecer sus disposiciones y acatar sus órdenes. Sólo así puede ser posible proceder en todos los casos con la seguridad de la mejor inspiración. En nuestro Movimiento, cada uno es libre para pensar pero debe estar obligado a proceder formando parte del

conjunto. Esto no implica anulación alguna de la iniciativa o libre determinación, porque hay muchas maneras de cumplir una misión. Frente al cuadro de situación que presenta nuestro país en la actualidad, es preciso estar preparado para las más diversas resoluciones. Es indudable que nos acercamos a momentos decisivos, de los cuales puede depender el porvenir, y cuando tales circunstancias median, la decisión depende más que nada del acierto de la resolución que se tome, como de la forma en que se realice. Por eso, el Movimiento Peronista y, por extensión cada uno de los peronistas, si realmente lo es, están obligados a una obediencia disciplinada e inteligente a cuanto dispongan el Comando Superior Peronista y el Comando Táctico del Movimiento. (Las Bases, setiembre de 1969) |COct-69

LA "GUERRA REVOLUCIONARIA"

Las Bases, octubre de 1969 |p1 La "guerra revolucionaria" es un fenómeno mundial con que la juventud ha puesto en marcha la revolución detenida. Desde hace un cuarto de siglo, la Revolución Justicialista en la Argentina promovió un movimiento popular incruentamente transformador que, respondiendo a la evolución, dio nacimiento a una "tercera posición" ideológicamente tan distante de uno como de otro de los imperialismos dominantes y de los sistemas que éstos intentan imponer en el mundo. La sinarquía internacional, que ampara a los intereses imperialistas en ambas zonas de influencia, ha promovido un "modus vivendi" que, con el nombre de "convivencia", se opone a toda otra evolución que no esté dentro de las ideologías y los sistemas por ellos implantados. Así, la reacción de ambos imperialismos se caracteriza por la dominación violenta, ya sea económica, militar o de ambas a la vez, como nos ha sido dado comprobar en Latinoamérica, en la zona de los satélites rusos o, más específicamente, en Santo Domingo y Checoslovaquia. La evolución que los pueblos anhelan, como consecuencia de una evolución insoslayable, ha quedado así detenida por la fuerza de ambas reacciones. Los pueblos que, como el agua lanzada a la superficie de la Tierra, son una fuerza de la Naturaleza, siguen su misma táctica, que siempre pasa. Lo que ocurre entonces en el mundo actual no es sino el desarrollo de una dinámica de esas fuerzas contenidas. La "guerra revolucionaria", lanzada en el mundo como expresión de esa fuerza es el medio de acción que contesta con la fuerza del Pueblo a la violencia de la reacción organizada. En nuestro país, ese fenómeno es claramente identificable, porque el Justicialismo ha aclarado el panorama con muchos años de lucha y de prédica; por eso ha sido posible que, sólo con un año de diferencia, ocurriera el mismo fenómeno en las grandes ciudades francesas y argentinas. Es interesante entonces estudiar técnicamente la guerra revolucionaria en su naturaleza y distintas formas de ejecución. Ese es el propósito de este artículo. La acción política, como manifestación peculiar del arte de la conducción, obedece a sus principios y, aunque tenga características técnicas originales, estas no van más allá de las formas de ejecución. Se conduce con una misión y un objetivo, a cuyo servicio están todos los arbitrios imaginables que, como recursos de acción, han de ponerse en ejecución adecuada y oportunamente. El camino que conduce al triunfo no tiene reglas porque, al decir de Napoleón, "este es un arte sencillo y todo de ejecución" que obedeciendo a circunstancias específicas, requiere en cada caso la solución de un problema concreto. Así nacen las diferentes formas de lucha que, aunque no escapan a los enunciados de los principios que la rigen, son infinitamente variables en su ejecución. La lucha por la liberación de las naciones y de sus pueblos, que se desarrolla en casi todo el mundo, ha puesto de actualidad lo que se ha dado en llamar la "guerra revolucionaria". ¿QUE ES LA GUERRA REVOLUCIONARIA? Comencemos por establecer que se trata simplemente de una lucha, en la que las formas de ejecución se adaptan a peculiaridades de ambos beligerantes: de un lado la reacción en cuyas manos actúa el poder, del otro, el Pueblo que, sin poder formal, dispone del poder real que le da la fuerza de su omnímoda presencia y actividad.

Si el Pueblo dispusiera de una fuerza organizada para la lucha activa y violenta, se trataría de una guerra civil y el choque habría de producirse en una batalla decisiva pero, cuando tal circunstancia no ocurre, el Pueblo empeña una lucha dispersa que, en miles de pequeños combates, procura el desgaste y la descomposición del enemigo y que, sumados, pueden llegar a tener los mismos efectos que la mencionada batalla. Se ha hablado mucho de la "guerra de guerrillas" como si se tratara de un invento contemporáneo: la lucha en guerrillas es tan vieja como la guerra misma y muy probablemente ha sido la primera manera de guerrear. No es sino una forma de lucha que responde a las características anteriormente enunciadas. El medio en que se realiza le da su carácter propio porque las circunstancias de la lucha le indican los medios y las formas de ejecución. Los medios, contemplan dos clases de acciones: las de conjunto, realizadas por los organismos conducidos con unidad de concepción y acción, a las que se suman las que se produzcan local o regionalmente de acuerdo con las iniciativas autónomas que aprovechan los hechos capaces de provocar acciones. Fuera de tales operaciones organizadas y conducidas, esta clase de lucha utiliza la acción individual: cada combatiente, fuera de lo que hace formando parte de las organizaciones, está obligado a realizar todos los días, en todo lugar y circunstancia, una lucha activa en favor de la misión y los objetivos fijados. Cuando la acción colectiva se pone en ejecución mediante las acciones convenidas y la acción local e individual entran a jugar, se desata la "lucha integral" que, aunque dispersa en el tiempo y en espacio, si se la realiza con decisión y perseverancia, no tarda en dar sus frutos. Generalmente, no se trata de enfrentar a la violencia con la violencia sino con la habilidad, pegando "cuando duele y donde duele". Es una suerte de lucha insidiosa para la que los pueblos están especialmente dotados si aprenden a utilizar su verdadera fuerza. En esta clase de lucha, más que el valor primario suele valer el arrojo, la astucia y la perseverancia, en acciones bien estudiadas y ejercitadas, en las que se aparece y desaparece con la misma velocidad dentro del encubrimiento más perfecto. Todo es posible si se lo sabe ejecutar y todo puede ser un éxito si se lo ejecuta bien y sobre objetivos positivos en importancia y oportunidad. Por eso, en un Pueblo que comparta la idea de la guerra revolucionaria, los recursos son infinitos y van desde el empleo de la fuerza cuando se está en ella, pasando por la desobediencia y resistencia civil, hasta la acción individual y aislada. En toda clase de operaciones el enemigo entraña una parte substancial porque, disponiendo de una fuerza de represión, estará siempre inclinado a usarla violentamente, la solución entonces está en no darle lugar a sus inclinaciones, porque será siempre posible esquivar las acciones puramente de fuerza, si no se cuenta con ella, por una movilidad y agilidad bien calculadas. Siendo la lucha el encuentro de dos voluntades, suele vencer el que posea una voluntad más firme, por eso, lejos de intimidarse ante las amenazas, es preciso elegir bien las formas que neutralicen o destruyan tales propósitos. Es en esta clase de operaciones más que en ninguna otra, donde se puede inducir al adversario en error, para lo que es preciso mantener el más profundo secreto en las acciones y emplear todos los recursos tendientes a estos fines. Si como se ha dicho, es preciso emplear aquí la habilidad en gran escala, esta clase de operaciones han de confiar más en la preparación adecuada que en ninguna otra circunstancia. El éxito no es, como muchos creen, producto de la suerte o de la casualidad: se concibe, se prepara, se realiza y se explota. Siendo esta lucha en gran parte inorgánica, la sectarización será siempre un factor negativo. Todo combatiente ha de ser bienvenido, actúe dentro o fuera de la organización, si coincide con los propósitos generales pero, desde que se trata de una "verdadera guerra" es indispensable establecer de entrada, quiénes son los amigos y quiénes son los enemigos. Quedaría por considerar esa clase intermedia que constituyen los "infiltrados" y los indecisos, porque a cada uno de ellos es preciso aplicarles su correspondiente tratamiento. Se equivocan aquí los que creen que se puede ser amigo y enemigo a la vez porque la situación suele llegar a límites inconcebibles cuando median intereses inconfesables. Lo anterior llena de responsabilidad al que conduce la lucha táctica. Nadie puede conducir discrecionalmente, por sus deseos, sus inclinaciones o pasiones, sino el cumplimiento frío y estricto de la misión que ha recibido o se ha impuesto. La conducción obliga a someterse a esa misión que ha de ejecutarse insoslayablemente. A la importancia que, en esta clase de lucha, tiene el conductor táctico, es preciso sumarle la que tienen los dirigentes de encuadramiento, verdaderos artífices de la ejecución. A su inteligente iniciativa está confiada en realidad la verdadera lucha y de la proficuidad de sus iniciativas depende en gran parte la cristalización

feliz de las acciones. Son también, los que a pesar de una buena conducción, pueden echarlo todo a perder. Por eso es de gran importancia la elección afortunada de tales colaboradores de la conducción táctica. No es menos importante que lo anterior, la disposición de las bases, porque esta clase de lucha sólo puede cumplirse si la masa popular está dispuesta o decidida a realizarla. Con un Pueblo apático, insensible, materializado o en la incertidumbre, es una tarea irrealizable, de ahí la importancia que una preparación adecuada tiene en la realización de esta lucha. un Pueblo adoctrinado con fines revolucionarios, obligado y sometido por la fuerza, es el campo mejor abonado para que la guerra revolucionaria pueda florecer con lozanía. Para ello trabajan, tanto los ideólogos que defienden los derechos del Pueblo como los Gobiernos obcecados en imponer a palos sus injustos propósitos. El último cuarto de siglo pasado, ha brindado al Pueblo Argentino una experiencia irreemplazable que, si le ha costado sacrificios, le ha arrimado en cambio una enseñanza que su intuición no dejará de aprovechar el día que se decida por esta clase de lucha. |CNov-69

A LOS COMPAÑEROS DE LAS 62 ORGANIZACIONES

Noviembre de 1969 |p1 Durante la segunda quincena de Octubre me han llovido cartas de compañeros sindicalistas que ponen el grito en el cielo por lo que consideran, sin excepción, una verdadera enormidad y los calificativos llegan al más grueso calibre. Dentro de los numerosos temas que allí se tratan y consultan, he elegido los dos que considero más importantes: 1§) El levantamiento del paro, en el que me referiré también a los cinco puntos y a los convenios colectivos de trabajo. 2§) La normalización de la Confederación General del Trabajo.

Deseo tratar ambos temas, dentro de la información que poseo, expresamente para las "62 Organizaciones" que, como órgano de conducción de la Rama Sindical del Movimiento Peronista, tiene frente a ambos problemas una grave responsabilidad. El Movimiento Nacional Justicialista, a través de su conducción táctica, ha apoyado sin reservas las medidas de fuerza dispuestas por las "62" como por la Comisión de los "20" y el Plenario Nacional correspondiente y, a través de ellas lo ha hecho también el Comando Superior del Movimiento. En consecuencia, en todo esto, no está comprometido solamente la seriedad de una Comisión, sino la de todo el Movimiento. En este sentido me llegan las críticas desde el sector político, al que le hemos estado insistiendo sobre la necesidad de apoyar con toda decisión los planes y las acciones de la Rama Sindical del Movimiento. Muchos me dicen: "se los apoya y se juegan las delegaciones del Movimiento en sus distintas localidades, para que luego dos o tres dirigentes sindicales, levanten las medidas y nos dejen pagando". En otras palabras, que es preciso tener en cuenta, cuando se forma parte de una comisión cualquiera, que se obra en nombre y representación de organizaciones responsables, a las cuales todos los dirigentes estamos en la obligación de rendir cuenta de nuestros actos como de nuestra conducta. No es posible aceptar que una comisión, por importante que sea, corrija arbitrariamente el mandato que ha recibido, ni mantenga relaciones y tratativas con el enemigo, sin que, por lo menos se consulte a las organizaciones responsables. Hacer lo contrario, no es sólo desobedecer, sino también poner en peligro la conducción y hacer fracasar todas las acciones planificadas. En esto sólo se puede incurrir con mala intención. Antes de tratar específicamente estos dos asuntos, deseo recordar a los compañeros, algunos consejos que en diversas oportunidades les he hecho llegar y que son fruto de mi ya larga experiencia en estos asuntos. Para mí, que puedo contemplar el problema desde una distancia tal que me permite estar fuera de la influencia directa de los acontecimientos, lo ocurrido con el levantamiento del paro, me resulta simplemente una maniobra de la dictadura, en la que sus agentes han jugado insidiosamente, en tanto por otros

conductos se buscaban cooperaciones inconfesables y el gobierno lanzaba la intimidación con las más duras palabras. Así, lamentablemente, mientras a los crédulos les prometían lo que de antemano sabían que no habían de cumplir, tentaban a los tentables y a los timoratos les prometían "terminar a tiros con la chusma". Desgraciadamente todo esto produjo sus efectos: los dirigentes fueron engañados y defraudados, porque no debo pensar que haya podido suceder algo peor. Así el paro dispuesto por el Plenario Nacional fue levantado entre gallos y medianoche por un organismo irregular, cuya autoridad no podía llegar a tanto, por lo menos sin consultar nuevamente al Plenario que lo había ordenado y realizar las gestiones dentro de la organización funcional establecida. Pero aún sería pensar que todo esto se realizó a instancias del interventor de la C.G.T. directamente interesado en el levantamiento del paro. Pero, fuera de todo esto, el paro se dispuso para los días 1 y 2 de Octubre como consecuencia que el Gobierno de la dictadura no había dicho ni pío ante el reclamo de los cinco puntos establecidos por las "62 Organizaciones" que luego hicieron suyos la "Comisión de los 20" y el Plenario Nacional. Para levantar el paro era de suponer que el Gobierno había accedido al cumplimiento de los mismos, pero terminado todo este feo asunto, nos encontramos con que nada de cuanto podría representar su cumplimiento ha sucedido. En efecto: los presos siguen presos, el estado de sitio sigue igual, los salarios han recibido, además de la insuficiencia del escarnio, con el agravante de la destrucción de los convenios colectivos de Trabajo que es designio visible de los agentes de la dictadura, los sindicatos intervenidos siguen intervenidos y se habla de la normalización de la C.G.T. mientras se maniobra con tan mala intención como la que se ha comprobado en lo anterior, para que, la tan mentada normalización, se efectúe con ausencia absoluta de los Estatutos, dirigida por un agente del Gobierno con cinco de sus paniaguados, con la finalidad de hacer de la Central Obrera un cenáculo putativo al servicio de la dictadura que viene demostrando ser igual o peor en sus procedimientos y finalidades que la oprobiosa etapa del gorilismo de 1955. Así los compañeros dirigentes que se comprometieron con decisiones tan graves, han recibido la crítica más dura de los compañeros del interior y de importantes sectores de la Capital y alrededores, donde se los califica de toda manera que va, desde el considerarlos ingenuos que se dejaron engañar hasta acusarlos de cosas mucho más graves y humillantes para un dirigente. No entro aquí a considerar a los hombres pero no puedo dejar de considerar el grave mal que la decisión tomada y la forma en que se lo ha hecho, han inferido a la organización de los trabajadores argentinos, a su unidad y a la confianza que deben inspirar sus dirigentes si realmente están a la altura de su misión. Precisamente, cuando se trata de problemas tan serios, como los planteados a la dictadura en nombre de las mayores y más responsables organizaciones de los trabajadores argentinos, es necesario que los dirigentes que se elijan para diligenciar sus acciones, sean lo suficientemente capacitados, responsables y honestos como para representar una absoluta garantía a las organizaciones que los designan en su representación. No es aconsejable nombrar a cualquiera para estas misiones que pueden ser realmente decisivas en la lucha en que estamos empeñados desde hace ya catorce años y cuando la conducta de algunos dirigentes puede hacer peligrar el éxito de la lucha es porque también están faltando los que la pueden hacer triunfar. Por otra parte, cuando se trabaja en forma colegiada, especialmente en Comisiones con mandato, la responsabilidad está diluida entre todos los componentes de esa Comisión. Por eso es un acto deshonesto y fuera de lugar, tomar por cuenta propia la responsabilidad de los demás y girarla en beneficio propio o de terceros. Tan desleal como eso es tratar separadamente con el adversario o con el Gobierno sin conocimiento de los demás compañeros y pero aun cuando se lo hace pensando en prebendas personales que agregan la indignidad al engaño. Hasta se ha llegado a insinuar y aún a publicar en las revistas políticas, naturalmente con la peor intención, que el General Perón había ordenado levantar el paro y que eso lo habría dicho algún dirigente presuntamente peronista. En el caso de la revista, es natural que lo haga como maniobra de provocación ordenada por el Gobierno, para el cual la revista trabaja, porque de lo contrario no se publicaría y si algún dirigente peronista ha afirmado tal cosa, además de faltar a la verdad, se evidencia como agente provocador del propio gobierno al que dice combatir y como traidor al Movimiento Obrero que dice servir, por eso descarto que nadie haya dicho tal cosa y si por casualidad me equivocara, creo que para los compañeros que pudieran escucharlo, habría llegado el momento de dar una sanción ejemplar y para siempre.

En asuntos como el que ha promovido esta disputa, es preciso apreciar la realidad por el bien o por el mal que se haya acarreado a la causa que se sirve. Desde ese punto de vista, no podemos menos que confesar el grave daño que se ha inferido a las organizaciones sindicales peronistas y, en especial a las "62 Organizaciones", que tiene la misión de conducirlas. Pero lo más inaceptable es que todavía, frente a la dictadura militar, heredera directa del gorilismo septembrino, haya dirigentes que, confesadamente o no sean sus serviles y que aún no haya sonado la hora del escarmiento. A esta altura del partido, nadie de buena fe, puede pensar que podemos ser amigos y enemigos a la vez de una tercera persona Cuando un dirigente, que se dice peronista, se entrevista con miembros de la dictadura, no puede ser porque ande en buenos pasos, porque ya nadie puede dudar que eso pueda conducir a algo que no sea un acomodo personal, como tampoco nadie ignora ya que tales entrevistas, aún con Onganía, son tan intrascendentes como inoperantes para el proceso que el país está viviendo, como para la tragedia que ha de vivir la clase trabajadora si no toma medidas que permitan terminar de alguna manera con este estado de cosas. Cuando aún carecía yo de experiencia en este sentido, cometí el error de aceptar el contacto con algunos agentes oficiosos, que tocados por los agentes del gobierno, llegaban hasta mí para venderme lo que nosotros llamamos ya, un tranvía, pero duró poco esta técnica de la provocación puesta en acción por los servicios de la dictadura porque, persuadido yo de que se trataba de hombres de paja que cumplían misiones de provocación, cuando llegaban, los recibía, les dejaba la cara y seguía en mis cosas. Hasta que ya desengañados, los servicios que los mandaban, dejaron de hacerlo. por eso, cuando veo que algunos dirigentes se esfuerzan por contactos de esta naturaleza, no puedo menos que reírme y compadecerlos. Es que en este quehacer ya no quedan "otarios" para engañar. En consecuencia, lo mejor es portarse bien. Ya no quedan tontos para cazar los que se creen vivos, porque el más lerdo suele cazar un ñandú de a pie. La simulación así tiene un límite aceptable luego de lo cual comienza ya el ridículo. Y cuando en la acción política se cae en el ridículo, el hombre está perdido. Del error se vuelve; lo que jamás ocurre en una u otra forma si se cae en el ridículo. (Las Bases, Madrid, Noviembre de 1969) |CNov-69b

DIRECTIVAS DEL COMANDO SUPERIOR

Noviembre de 1969 |p1 Convenientemente asesorado por la Secretaría General del Movimiento, el Comando Superior Peronista desea hacer llegar a la Conducción táctica las siguientes directivas: 1) Este Comando sigue atentamente la situación argentina y, aunque no se hace muchas ilusiones sobre la forma, intuye que nos acercamos a un desenlace que en mucho depende de la lucha que los argentinos sean capaces de realizar, porque tanto en el campo de nuestros adversarios como en el de nuestros compañeros, todo parece confuso por la circunstancia de contar con demasiadas tendencias parciales y desencontradas. 2) La dictadura militar ha fracasado y su Gobierno se mantiene como consecuencia de que dos tendencias contrarias (liberales y nacionalistas) forcejean en las Fuerzas Armadas en sentido antagónico aunque ambas parecen tener el mismo objetivo: sacar a Onganía. Así el Ejército dividido y en plena deliberación, termina por seguir siendo el sostén de la dictadura militar que, en último análisis, es la causa de todos los males. 3) Numerosas fuerzas civiles y populares se encuentran empeñadas en lo mismo y aunque parezca anacrónico, por sus divisiones y enfrentamientos termina, como el Ejército, por ser un apoyo indirecto a Onganía. De estas fuerzas hay un sector, formado por restos de algunos partidos políticos que sueñan con reeditar la famosa "Unión Democrática", esta vez con el rótulo de "Gran Movimiento Nacional" otro sector está formado por diversos agrupamientos de izquierda que, a través de grupos activistas, se han hecho presentes en las grandes ciudades del interior. Sobre todos ellos está el Movimiento Peronista, más ansioso que decidido, por enfrentar la lucha abierta. Uno de los peores males resulta así la abundancia de dirigentes empeñados en un mismo objetivo, que no atinan a ponerse de acuerdo para lograrlo.

4) Conformado el CONSEJO NACIONAL JUSTICIALISTA, comienza la etapa de consolidar el estado orgánico-funcional del Movimiento y, en consecuencia, la actividad de todos los dirigentes de conducción y encuadramiento, encargados de realizar la lucha en todo lugar y en todo momento, de acuerdo con la decisión tomada por este Comando Superior. 5) El Movimiento Peronista es uno e invisible, la existencia de diferentes ramas, lo es sólo a los efectos de su articulación, pero en la acción de conjunto debe tender a la necesaria unidad de acción, basada en la unidad de concepción que emana de la conducción táctica general. La coordinación y cooperación entre distintas ramas del Movimiento es una necesidad primordial, que hace a la cohesión de todo complejo orgánico. El apoyo mutuo entre las ramas es la base en que ha de sustentarse la acción común. 6) La extensión territorial en que se actúa, como la importancia numérica del Movimiento, hacen imposible la conducción centralizada. De ahí la necesidad de su manejo descentralizado en lo regional y provincial. A este efecto, los Delegados deben recibir directivas generales, cuya ejecución debe quedar en sus manos en la conducción táctica de sus respectivas jurisdicciones para todas las ramas del Movimiento. Para ello, los Delegados Regionales y Provinciales deben participar activamente en la conducción de conjunto. Ellos tienen la responsabilidad y, en consecuencia, deben tener también toda la autoridad que les permita defender adecuadamente esa responsabilidad pero, deben actuar dentro de una idea general por lo que es preciso que, además del conocimiento que necesita tener de su propio teatro de operaciones, posean las informaciones y directivas necesarias para que, en caso de no recibir oportunamente las noticias, puedan resolver por una apreciación de conjunto. En este sentido, es preciso que el Comando Táctico del Movimiento confirme a los Delegados que realmente hayan demostrado aptitudes para conducir el actual proceso y modificar las estructuras donde sea preciso, evitando todo tipo de resentimientos pero pensando que en definitiva, está primero el destino del Peronismo y luego las susceptibilidades personales. 7) Es tarea de la conducción táctica, ya sea del Consejo Nacional Justicialista como de las delegaciones regionales y provinciales mantener constantemente informados a los órganos de su dependencia, creando los equipos adecuados que puedan estar permanentemente evaluando la situación económica-social que vive el país haciendo llegar a las bases toda información que pueda ser de utilidad para demostrar nuestra presencia política y nuestra capacidad para dar soluciones al Pueblo. Dentro de este mismo concepto, es necesario presionar sobre los sectores militares: un buen equipo de trabajo puede, por distintos medios realizar labor de orden psicológico, haciendo llegar en forma directa a cada Jefe y Oficial, la verdad de lo que está ocurriendo, con datos concretos e incentivando el espíritu nacionalista de los cuadros. De la misma manera es preciso desarrollar una acción conveniente sobre los Suboficiales y la tropa. Las posibilidades de una represión violenta, como la anunciada por la dictadura para el 1 y 2 de octubre con fines de intimidación, es muy posible que no tenga la menor efectividad y aun que exista la marcada resistencia en los cuadros y tropas del Ejército. En consecuencia, es preciso trabajar inteligentemente en este sentido para ahondar en todo lo posible este sentimiento tan aprovechable en la lucha del futuro. 8) Dentro del panorama nacional existen fuerzas de diversas tendencias que, en la actualidad, parecen evolucionar hasta el Justicialismo; es conveniente que en tales casos esas fuerzas afines, por lo menos a nivel de sus dirigentes representativos, encuentren una acogida favorable en los organismos de la conducción general, regional y provincial. De la misma manera, los grupos afines que actúan con finalidades coincidentes, deben ser benevolentemente considerados por la conducción justicialista. Todo el que lucha contra la dictadura militar y sus designios, está propenso a ser compañero de lucha y, en consecuencia, debemos tratarlo como tal. En casos como el nuestro, todo sectarismo es negativo y debemos olvidarlo. 9) Fuera de las Directivas Generales impartidas por la Secretaría General del Movimiento, con referencia a los acontecimientos ocurridos recientemente, el Comando Superior Peronista exhorta a todos los peronistas y, en especial, a los delegados de la conducción táctica, a mantener por todos los medios una firme actitud de lucha que, de acuerdo con el sentir de las bases, vaya integralizando una acción decidida con los objetivos establecidos y los que la marcha de los acontecimientos vaya imponiendo en el campo táctico. 10) En este concepto, toda la conducción táctica del Movimiento, como cada dirigente de la conducción, deben esforzarse por llegar a la masa con las informaciones y directivas que anulen toda acción de provocación promovida por la dictadura, como asimismo impedir la incertidumbre que por falta de noticias, se provoca en las bases y que generalmente las lleva al desánimo y a veces al derrotismo.

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LOS LOCOS DEL DESARROLLO

|p1 En el mundo político, como en los demás mundos, parece que la moda es la que fija también los módulos de dicción. La humanidad hace miles de años que se encuentra en pleno desarrollo como que, las sucesivas civilizaciones, no han sido otra cosa que sucesivos procesos del "desarrollismo" como hoy se llama al proceso evolutivo fijado por el esfuerzo humano con el auxilio de la técnica y el adelanto incesante de las ciencias. Hasta no hace mucho se hablaba simplemente de objetivos a alcanzar por los países en la obstinada lucha por la grandeza de las naciones, pero las diferencias en el nivel alcanzado entre los diversos estados de evolución, creó el calificativo de "subdesarrolado" con que se pretende indicar la falta de progreso significa algo así como "poco civilizado". En realidad de verdad, generalmente se ha tratado de países descapitalizados o infracapitalizados en la era del dominio capitalista, como consecuencia de la explotación colonial que caracterizó al mundo de los siglos XIX y XX. La verdadera causa de las diferencias está en que, en la mayoría de los casos, el desarrollo de algunos ha sido a expensas del atraso de otros, como sucede en las comunidades del capitalismo, en que la riqueza de unos pocos, suele estar basada en la explotación y la pobreza de otros muchos. No se puede pedir tampoco que los estados incorporados a la civilización hace apenas un siglo, puedan haber alcanzado el desarrollo de los que hace milenios que viven empeñados en esa tarea y, si en esto existe alguna excepción, sería la que confirmara la regla, además de que el progreso técnico y científico, no representan todo lo que es la civilización. El progreso integral tiene también sus exigencias originales y dentro de ello, la que hace miles de años habían ya fijado los griegos: "que todo ha de hacerse en su medida y armoniosamente". Entre los hombres que el destino pone en situación de decidir, generalmente existen dos opiniones un tanto encontradas: los que atraídos por la grandeza a corto plazo, hipotecan la felicidad de los pueblos y los que dominados por la idea de hacer la felicidad de sus habitantes olvidan la grandeza. Entre esos dos extremos suele estar la verdad: labrar la grandeza de la Patria con el esfuerzo de todos sus hijos, sin apuros ni hesitaciones, sin sacrificios inútiles y cargando a cada generación con el esfuerzo que le corresponda. Un Pueblo feliz, trabajando por la grandeza de la Nación, parece ser lo más justo y constructivo, porque humanamente considerado es preferible un pequeño país de hombres felices a una gran potencia de individuos desgraciados. Es claro que, dentro de todo esto, existen los que toman el desarrollo como fin y no como medio: esos encandilados con las posibilidades materialistas del progreso, olvidan al hombre y, para ellos, ya el desarrollo no es para el hombre sino el hombre es para el desarrollo. Desgraciados los pueblos que lleguen a caer en semejantes manos porque, así como la vida de las naciones no termina, tampoco terminarán las necesidades en un constante desarrollo, mientras aquellas existan y, si la vida de los pueblos ha de ser un constante sacrificio, ¿de qué puede valer para el hombre el desarrollo? Para nosotros, los argentinos, el fenómeno no ha variado sino en la elección de los medios: los hay que sueñan con un desarrollo mediante la capitalización que ha de venir "de afuera", es decir por mano generalmente de los que hace más de un siglo se han ocupado de descapitalizarnos; otros piensan que se lo debe alcanzar mediante el sacrificio de los trabajadores que, en último análisis son los que lo hacen todo. Desde que tengo uso de razón y de esto hace ya unos cuantos años, no he escuchado otra afirmación: para alcanzar el desarrollo es preciso que se sacrifique una generación a fin de preparar la felicidad de la siguiente, de nuestros hijos y de nuestros nietos, pero esto se viene repitiendo desde que tengo memoria sin que por ello se haya evitado los nuevos sacrificios. El Gobierno Justicialista, ni echó mano al capital foráneo desde que necesitó liberar antes al país de la férula imperialista y su colonialismo, origen de todos nuestros males; aseguró diez años de felicidad al Pueblo argentino; pagó sus deudas externas y equilibró su economía; sus trabajadores gozaron de una dignidad y de un nivel de vida jamás antes alcanzado y nadie realizó ni antes ni después en un lapso semejante un desarrollo siquiera aproximado. El Primer Plan Quinquenal, mediante cuyas previsiones se realizaron más de setenta y seis mil obras de todo tipo, puso en marcha el desarrollo integral, la industrialización del país y su desarrollo tecnológico, aparte de un tremendo esfuerzo para dotar al país de materia prima autóctona e importada y aumentar la provisión de combustibles y energía eléctrica. El Segundo Plan Quinquenal, en plena ejecución en 1955,

debía completar la tarea empeñada en el Primero, pero los que se declararon "campeones del desarrollo" no encontraron mejor solución que dejarlo sin efecto, paralizando así el esfuerzo iniciado y abandonando las grandes obras ya iniciadas con la pérdida consiguiente en todos los sentidos. Así, en estos quince años, los mismos que hoy hablan de desarrollo, fueron los autores de la mayor depredación que se haya cometido en la República. Ahora, que la experiencia ha demostrado elocuentemente el desatino cometido, se anuncian "intenciones" de promover las mismas obras que hace quince años se encontraban en ejecución, proyecto o estudio pero, para realizarlas, recién se dan cuenta que necesitan los medios que durante estos quince años han gastado inconscientemente en cometer desatinos y endeudar al país, que, en 1955, ya no debía un solo centavo al extranjero. Como consecuencia de todo esto, no ven nada más conveniente que tratar el desarrollo a costa de la miseria, el hambre y los sacrificios del Pueblo que, durante esos quince años ha sido víctima propiciatoria de las depredaciones cometidas. Volvemos así a presenciar la invocación al sacrificio inoperante, que los argentinos vienen escuchando hace un siglo como un sofisma más, tan injusto como innecesario. Los teóricos del desarrollismo seguirán hablando y escribiendo. Pasarán los años sin el esfuerzo constructivo y racional indispensable y el país irá retrogradando en la medida que los demás se desarrollan y, como los locos, estaremos todos los días empezando.

((Las Bases, noviembre de 1969) |CDic-69 PROLOGO A LA REEDICION DEL LIBRO ¿Y AHORA QUE?, de Jorge Antonio 15 de diciembre de 1969 |p1 Entre las virtudes del Justicialismo, que fueron muchas, quizá una de las más notables, ha sido la de ofrecer a todos los argentinos la más absoluta igualdad de oportunidades. Si entonces alguno hizo algo fue porque tuvo oportunidad y, si triunfó en el empeño, fue porque tenía cualidades y calidades para ello. Aún no se había inventado el "desarrollismo", neologismo popular y literario con que se designó, más que nada, el deseo de progreso industrial y tecnológica en las naciones "subdesarroladas. Este calificativo, casi peyorativo, aplicado especialmente a los países que, merced al colonialismo imperialista, subyacían en la descapitalización, era también la razón de un impulso tanto liberador como progresista. Mientras la metrópolis, apoyadas por la oligarquía vacuna y los intereses agroexportadores sostenían la necesidad de que nuestros países detuvieran su progreso para seguir siendo pueblos de pastores y de agricultores, muchos pensaban ya en la necesidad de una industrialización indispensable, impuesta no sólo por las más elementales necesidades económicas, sino también por fundamentales razones de la propia demografía nacional. La República Argentina, pasados los veinte millones de habitantes, saturaba nuestro agro en tren de la mecanización, con cinco millones escasos de pobladores; los otros quince millones poblaban nuestras ciudades y pueblos. Sin una industria desarrollada, especialmente en las poblaciones, resultaba que estos quince millones, sometidos a la inacción, gravitarían perenne y negativamente sobre las espaldas de los productos agropecuarios. Nuestro Primer Plan Quinquenal (1946-1951) debía, en consecuencia, dedicar una gran parte de su actividad al desarrollo industrial, que, merced a los siete años de guerra (1938-1945) en que el país se vio privado de abastecimientos de importación, había comenzado ya a producir parte de sus manufacturas más elementales. Como tal producción obedecía puramente a acuciantes necesidades, tal desarrollo resultaría desde todo punto de vista irracional tan pronto como se restablecieran las importaciones, fue preciso lanzar un plan de desarrollo racional, que no era otra cosa que el mencionado Plan Quinquenal. Este plan, convenientemente difundido, dio motivo a que muchos argentinos emprendedores, descubrieran la oportunidad de participar en él y, de acuerdo con sus aptitudes y capacidades, se dempeñaran decididamente en la empresa de la industrialización del país para lo cual, todos por igual, recibieron el apoyo estatal, sin discriminación alguna, tanto para los que se iniciaban, como para los que ya habían comenzado en tan fundamental tarea. El verdadero pionero de esta realización fue Miguel Miranda, verdadero impulsor de la industria nacional que, de la nada, había montado treinta fábricas, en pocos años. El, como Presidente del Consejo Económico Nacional, participó en la dirección y ejecución de este sector del Primer Plan Quinquenal.

Ya entonces comenzó la crítica vernácula a la industrialización, acompañada por el boicot descarado del imperialismo, empeñado en que sus colonias no alcanzaran la mayoría de edad y la independencia que ello presuponía. Muchos tontos se desanimaron: eran los que sólo miraban sus intereses personales. Para otros, la guerra foránea, era un nuevo acicate que los impulsaba a la lucha por la liberación: eran los que también pensaban en la Patria. El autor de este libro era uno de éstos: tuvo fe en el Gobierno Justicialista y en las posibilidades de nuestro Pueblo y se puso al servicio de esa idea, no con palabras sino con una acción ininterrumpida e inteligentemente orientada. Como tantos otros, se lanzó decididamente a la acción amparado por las previsiones del Plan de gobierno e impulsado por una voluntad inquebrantable de cumplir. Así fue como Jorge Antonio, sin otro apoyo que el que él mismo se supo dar, montó en pocos años una extraordinaria empresa industrial que no sólo progresó sino que impulsó e hizo progresar a muchas industrias subsidiarias de la importante empresa por él creada. Su historia es la de muchos otros pioneros que en todas partes del mundo pusieron los cimientos de las grandezas nacionales y que, como tal, cuenta con justo elogio de los bienintencionados y la maledicencia de los que, incapaces de hacer nada útil, están prontos a la crítica y difamación calumniosa de los que saben hacer. Lo lamentable, no es que esto suceda, sino que los hombres impuestos por el imperialismo hayan llegado en su malignidad, en el afán de destruir un hombre, ocasionar una de las más criminales depredaciones de que haya memoria en el país y cometer la injusticia más monstruosa, para lo cual no han tenido reparos en atropellar la Constitución Nacional y todas las leyes de la República, con el agravante de que esa infamia no sólo enloda a los gorilas sino también a todos los gobiernos que le sucedieron hasta la actual dictadura militar inclusive. Recuerdo que en 1940, estando yo en España de paso, recorría con el General Orgaz los templos destruidos durante la guerra civil y frente a semejante destrucción, se me ocurrió preguntarle si existían tantos enemigos de la Iglesia, a lo que él me contestó: "Cá, lo que había eran muchos ladrones". Desde entonces, he pensado mucho en esas palabras de este viejo soldado: Jorge Antonio no tenía tampoco tantos enemigos, pero la realidad, es la verdad que han podido comprobar los que han presenciado el verdadero saqueo de la Mercedes Benz y de sus bienes patrimoniales y privados ocurridos desde 1955. La consecuencia de esta calamidad tan vilmente provocada, es que tanto la Mercedes Benz, como todas las industrias subsidiarias pertenecen hoy a capitales extranjeros. Aunque esa haya sido la misión que el imperialismo haya asignado a los "Libertadores", es necesario confesar que, en la tarea de la entrega del país, ellos han ido mucho más allá que la propia intención de sus mandantes. La Historia dirá un día quiénes ha sido los infames. El resultado de diez años de esfuerzo fue el pago total de la deuda externa y la capitalización de miles de empresas industriales que, mediante ello, pudieron impulsar un desarrollo promisor, no sólo de nuestra riqueza sino también de nuestra liberación y que, impidiendo que nos siguieran descapitalizando mediante trucos muy cercanos a la estafa, abrió un porvenir seguro a nuestra incipiente industria. El Justicialismo recibió en 1946 un país que ni siquiera fabricaba alfileres que consumían nuestras modistas y lo dejó en 1955, fabricando automóviles, camiones, máquinas eléctricas de ferrocarril, vapores, etc. Ese fue el resultado de la acción de argentinos que, como el autor de este libro, no escatimaron ni esfuerzos ni sacrificios por alcanzar una Argentina justa, libre y soberana. "¿Y Ahora Qué?" presenta estas situaciones sin pasión insana aunque con humana amargura y desilusión. El autor, víctima propiciatoria de una vil venganza contra el Pueblo y contra los hombres, que un día soñaron con una Argentina soberana y próspera, ha podido comprobar fehacientemente, como todos nosotros, cómo se han ido encadenando nuestras fuentes de riqueza a la férula de un repugnante colonialismo, hasta llegar a la total entrega de nuestro patrimonio, de nuestro país y de las sucias conciencias que, solapada y vergonzantemente, han sido el instrumento de la traición. Nadie puede tener más derecho a juzgar que los que, habiendo sido víctimas del despojo más inicuo, han podido contemplar después cómo, los que primero se llamaron a sí mismos "libertadores" y luego "gobernantes", fueron destruyendo el capital y la industria argentina, para reemplazarla luego por la acción expoliadora de los grandes monopolios foráneos, a cuyo servicio vienen actuando desde 1955. El ejemplo de la "Mercedes Benz" es la más elocuente demostración de cuanto mencionamos. Era una empresa netamente argentina, su capital y bienes lo eran en absoluto. Había iniciado ya la fabricación de camiones cien por ciento nacionales y montaba la fábrica mejor instalada del país no sólo en el aspecto

técnico e industrial, sino también en el orden social, que podía servir de modelo a toda la industria argentina. Cuando llegaron los "libertadores" se produjo un verdadero malón: no se robaron las máquinas porque estaban pegadas al suelo. Y, para que el dueño de todo esto no pudiera hacer frente a los ladrones, lo metieron a la cárcel y lo confinaron en el Presidio de Tierra del Fuego, que el Justicialismo había cerrado por inhumano. Había cometido el más grave delito de esos tiempos: ser patriota y honesto, porque después de quince años de investigaciones capciosas y malintencionadas, la "justicia" no ha tenido más remedio que confesar su inocencia, a las "Comisiones Investigadoras" llenas de trampas y apremios ilegales. ¿Es posible que a esta altura de la vida del mundo, en un país que se tiene por civilizado y evolucionado, puedan suceder estas enormidades sin que se sienta tronar el escarmiento? Cuando en Rosario, Córdoba, Tucumán, Corrientes, etc., la juventud se lanza a la calle en unión con los trabajadores, decididos a limpiar de alimañas los sectores invadidos, es que una conciencia nacional se pone en marcha. Los viejos luchadores pueden descansar tranquilos porque cuando la juventud y el Pueblo han aprendido a morir por sus ideales, es que saben todo lo que la juventud representa, es la venganza que el futuro prepara a los que no supieron ser argentinos porque prefirieron luchar al servicio de los verdaderos enemigos de la Patria. |C26-Dic-69

SOBRE LA REORGANIZACION Y NORMALIZACION DE LA C.G.T.

26 de diciembre de 1969 |p1 Desde 1955, en que el golpe de estado gorila dispersó realmente por diversos medios a las organizaciones sindicales, algunas veces recurrió a la intervención, otras utilizando a los dirigentes sindicales enemigos de la Clase Trabajadora, otras comprando a los que tienen precio más o menos barato, otras utilizando a muchos que corriendo con la camiseta peronista sirven a los intereses ajenos y finalmente utilizando a nuestros mismos dirigentes que ellos se encargan, mediante maniobras de provocación, de hacerlos pelear entre sí. En fin toda la gama de recursos que ofrece este complejo campo sindical, lleno de pasiones, intereses y juego de buena y de mala fe, honestos y deshonestos. Frente a todo este galimatías, el Movimiento Peronista que durante estos últimos catorce años ha luchado por impedir la destrucción de las organizaciones sindicales en que han estado empeñados todos los gobiernos que se sucedieron desde 1955, especialmente la dictadura militar actual, que no ha disimulado su empeño abierto de lograrlo mediante acciones insidiosas o directas a la masa popular. Así, mediante distintas maneras de realizarlo, han llevado a las bases una absoluta desconfianza en sus dirigentes sindicales como punto de partida para lograr su desprestigio, camino seguro de su destrucción. Mucha de la permanente murmuración en la masa contra los dirigentes sindicales es provocada por un incesante trabajo de provocación planificado y realizado desde los Servicios con la cooperación de todos los órganos publicitarios que sirven a la dictadura, porque los que no la sirven, a menudo no pueden ser publicados. Frente a esos catorce años de lucha, la Rama Sindical del Movimiento Peronista, ha tenido que enfrentar muchos difíciles momentos, unas veces provocados por los gobiernos y otras por la acción de nuestros propios dirigentes, no siempre a la altura de la misión que les compete. La conducción estratégica y la conducción táctica del Movimiento Peronista, han debido en cada caso buscar la manera de subsanar los errores y neutralizar los males accarreados por los enemigos de afuera y los enemigos de adentro, que también los hay. Nada de cuanto está ocurriendo en los actuales momentos es nuevo ni es original para los que hemos tenido que cargar con el peso de la conducción y enfrentar todas las deformaciones y vicios consubstanciales con el quehacer político y la tarea que los enemigos del pueblo desarrollan con la finalidad de someterlo y explotarlo. En veinticinco años de lucha, el peronismo logra por primera vez en la historia del sindicalismo argentino, unir a la clase trabajadora argentina, organizarla y consolidar sus organizaciones, de manera que nada puede haber para nosotros más importante que la actual organización y normalización orgánica de la Central Obrera. En cambio, durante esos mismos veinticinco años, la reacción primero, el gorilismo después y la actual dictadura militar ahora, no han variado en el empeño en destruirlas, aunque no debemos dejar de reconocer que, en muchos casos, algunos de los males que se ha logrado inferir a las organizaciones sindicales, han sido el producto del proceder de los dirigentes que, inconcebiblemente, han trabajado contra sus propias organizaciones. El Movimiento Peronista, desde 1945 ha sido el baluarte invulnerable en que se apoyaron las organizaciones profesionales: habremos sentido flaquear nuestras fuerzas pero jamás las decisiones y la

voluntad en defensa de nuestras organizaciones. Nuestro empeño por la unidad de la Clase Trabajadora Argentina ha sido permanente durante el último cuarto de siglo. Nuestra larga experiencia nos dice que el principal papel de disociación lo han desempeñado algunos dirigentes sindicales, en cambio tenemos que rendir homenaje a la madurez de la masa popular: en ella no existen "nuevas corrientes de opinión": la masa es totalmente peronista. Las fuerzas opositoras al Peronismo son los enemigos de la Clase Trabajadora. Entre ellos está la dictadura militar, cuyos personeros se atreven aun a insultar al Pueblo con las frases más hirientes que ya ni la misma oligarquía se atreve a pronunciar. Es triste pensar que esa gente, que considera y califica de "chusma" a los trabajadores, tiene a algunos dirigentes que, con el pretexto de nuevas opiniones, están vergonzosamente a su servicio, contra los intereses de su propia clase. Como compañeros, voy a pensar que esa gente pueda intervenir honestamente en la normalización de la Central Obrera en forma que el futuro de la Clase Trabajadora tenga algo que agradecerle. Cuando los peronistas hablamos de la Rama Sindical del Movimiento, estamos nombrando a las "62 Organizaciones". Y, cuando mencionamos la unidad y solidaridad sindical, estamos hablando de los peronistas alrededor de las "62 Organizaciones". Por cuanto venimos viendo y comprobando, la única garantía de la unidad de la Clase Trabajadora al servicio de los trabajadores, está precisamente en la existencia de las "62 Organizaciones" sin claudicaciones ni defecciones. Y si a la dictadura le interesa la Confederación General del Trabajo unida y obediente, que se la organice ella con los que les puedan cabrestear. A nosotros nos basta con mantener la unidad sindical peronista por la adherencia de los gremios peronistas a las "62 Organizaciones", los que se completarán, como ya lo hemos hecho otras veces, con las Agrupaciones de peronistas que se nucleen en los gremios que cuenten con dirigentes que no sean peronistas. Estamos cansados de presenciar calamidades provocadas por estos nuevos pensadores de "nuevas orientaciones y corrientes políticas" y por los indecisos que prefieren ser, en los conflictos sindicales, como la bosta de paloma. Ha llegado la hora de decidir quien es quien en el movimiento sindical argentino, porque una unidad realizada sobre las bases de una defección, no puede traer sino conflictos intersindicales que, es en último análisis lo que busca la dictadura para imponer sus obscuros designios, tan claros para nosotros como el agua. No es la primera vez que tenemos que enfrentar la insidia y el engaño burdamente dizfrazados de buenas intenciones. Si se ha de hacer la normalización de la Central Obrera, nosotros no seremos obstáculo, siempre que esa unidad sea realizada por los trabajadores y para los trabajadores y no para la dictadura. En este caso preferimos hacer lo que ya hicimos en 1956 y en 1957: mantener unidas nuestras fuerzas sindicales peronistas. Los que se quieran ir del Peronismo para servir los intereses de la dictadura militar que lo hagan pero abiertamente, no simulando correr con la camiseta peronista que no tienen derecho a usar para traicionar a la Clase Trabajadora. Si se ha de hacer la unidad ha de ser lealmente y no con segundas intenciones. Para normalizar la vida institucional de la Central Obrera, existe una Ley de Asociaciones Profesionales y unos estatutos de la Confederación General del Trabajo, dentro de cuyas prescripciones ha de procederse para la normalización orgánico funcional de la entidad. Será preciso emplear el tiempo que sea necesario para la normalización primero de los gremios intervenidos y en estado de asamblea, para convocar luego al Congreso Nacional de la Confederación General del Trabajo que disponga soberanamente el proceso que ha de seguirse en la normalización que se pretende. Hacerlo por mano de la intervención que actualmente pesa sobre la Central Obrera no sólo es una aberración inaceptable, sino que se descubre groseramente las malas intenciones de todos los empeñados en hacerlo al margen de la voluntad soberana de todos los trabajadores. En ese caso, las "62 Organizaciones" encabezando a la Rama Sindical del Movimiento Nacional Justicialista, debe estar abiertamente en contra de todo intento de normalización y oponerse directamente a colaborar en semejante incesto que, en el mejor de los casos, ha de dar preeminencia a los que carecen de todo derecho para intervenir oficial u oficiosamente en un proceso del que son ajenos. Si la dictadura pretende hacer la unidad con los colaboracionistas, que lo intente, pero en ese caso no debe contar con la menor colaboración de las fuerzas sindicales peronistas que, en este caso, como en todos los demás, estarán en la defensa leal de los intereses de la Clase Trabajadora. Aunque esta actitud, que es la honesta, nos obligue a prescindir de algunos gremios que por distintas causas defeccionen, preferimos ser pocos y honestos y no muchos que se sumen a la iniquidad que se pretende cometer. Veremos con el

andar del tiempo quien ha tenido razón y veremos también con la formación de las agrupaciones peronistas en los distintos gremios encabezados por dirigentes traidores, si el peronismo ha terminado con su misión pero, mientras estemos de pie con razón, no deberemos cejar en el empeño de cumplir con el deber y la misión que nos hemos impuesto. Queridos compañeros de las 62. Ustedes deberán decidir. Yo sólo he querido hacerles llegar las opiniones del Comando Superior Peronista. En 1958 esta fue su posición frente a un problema muy similar al actual y que nos llevó a la formación de la C.G.T. Auténtica, con lo que se obligó al Gobierno de turno a una normalización decente de la Confederación General del Trabajo. Sólo existe una garantía en este sentido: las "62 Organizaciones". Con las 62 unidas y solidarias en la Rama Sindical del Movimiento, nadie podrá intentar copamientos de la Central Obrera con fines que no pueden ser sino contrarios a la defensa de los intereses profesionales. Finalmente, deseo hacer llegar a los compañeros de las 62 Organizaciones, junto con mi saludo más afectuoso, mi exhortación más firme en el cumplimiento de esta misión. Un gran abrazo para todos los Compañeros. |C26-dic-69b MENSAJE DEL COMANDO SUPERIOR DEL MOVIMIENTO NACIONAL JUSTICIALISTA 26 de diciembre de 1969 |p1 A los compañeros de las 62 Organizaciones: Después de haber escuchado a los compañeros delegados por las 62 Organizaciones, y de haber hecho nuestras consideraciones sobre el problema, quiero hacer una recapitulación a fin de llegar a algunas conclusiones, tratando progresivamente todos los problemas que interesan a esta situación. Pero primero vamos a ver la situación actual del problema sindical. Para mí la situación del problema sindical es clara. Acá hay una crisis de unidad en la clase trabajadora Argentina. Una crisis de unidad que comenzó en el 55, con la acción y las persecusiones violentas de los gorilas; siguió con la integración frondizista, culminó con el trabajo de disociación que hizo el gobierno de Illia. Crisis que después se cristalizó con esta dictadura que ha sido la peor de todas. Esta crisis de unidad hace que existan diversos sectores entre los dirigentes. Porque la crisis de unidad no es de la masa sino exclusivamente del horizonte directivo. En este han habido siempre las tendencias que caracterizan a los grupos: la peronista, alrededor de las "62" con sus problemas, sus cuestiones internas, que son algo así como... como diré, como aquellos que están listos para defeccionar; los no alineados, que los llamaron "no alineados", son gremios que están a la expectativa con toda su gente. Los independientes en cambio, son gente que, como la bosta de paloma, no tienen ni bueno ni malo olor. Según las circunstacias ellos se acomodan o crean nuevas políticas que ellos mismos tratan de explotar. Fuera de eso en todas las tendencias los filibusteros que siempre ha habido en todos los horizontes directivos - sindicales, políticos, económicos, etc. -, ese es un bicho que pulula en todas partes. Un microbio que se da en todas partes. Este panorama que sintéticamente podemos mencionar así, también se refleja en la Rama Sindical del Movimiento Peronista. En la Rama Sindical del Movimiento Peronista en la actualidad está bien caracterizada la división. Todo esto comenzó también dentro de nuestra rama con las primeras gestiones del 55. En el 55 hubieron algunos que cabestrearon, porque siempre en estos movimientos hay gente cabestreadra que algunas veces la palanquean bien y entonces ya hacen con ellos lo que quieren. De eso sabía. Y de ahí la formación de las "62", como consecuencia de la necesidad de una C.G.T. auténtica para separar la acción gremial de la política, ya que nos achacaban que las organizaciones sindicales peronistas, en vez de tratar cuestiones sindicales trataban cuestiones políticas. Se llegó a la formación de las "62" y a la formación de la C.G.T., cada una con su misión específica. Allí mientras era el Secretario General de la C.G.T. Alonso, tuvo un conflicto con las "62" Organizaciones. Ahí comienza en realidad el primer amago de divisionismo dentro de la Rama Sindical del Movimiento.

En ese entonces yo no quise tener ninguna intervención, aunque, ya veía claro... ya veía claro, de qué pata rengueaba cada uno de los dirigentes que manejaban los sectores. Sin embargo la acción continuó, porque no pudo haber tenido otro remedio, en una organización sindical como la que manejaba la dictadura militar, ya que en rigor de verdad, estaban la mitad de los gremios intervenidos; no se podía hacer absolutamente nada porque la dictadura la impedía por una u otra causa. Hasta que se llega a una reconstrucción de las "62" Organizaciones que había quedado sin efecto durante un largo tiempo a fin de evitar que ese problema de división siguiese profundizando cada vez más, enfrentando las organizaciones gremiales con las organizaciones peronistas. Pues bien, se llega al final de eso con la finalidad de alcanzar la unidad. Pero la unidad de la Rama Sindical del Movimiento, no la unidad de clase trabajadora. Se hicieron unas reuniones y se llegó al acuerdo de que nos pusiéramos a trabajar todos por la unidad de la Rama Sindical del Movimiento. Nosotros jamás hemos intervenido ni directa ni indirectamente en la unidad de la clase trabajadora, porque hasta ahí no llega nuestra jurisdicción. Pero sí hemos trabajado por la Unidad de la Rama Sindical del Movimiento, que es, sin duda alguna, un factor determinante para la unidad de la clase trabajadora, como lo demostramos en el 57, en el 58 y lo hemos demostrado así durante 14 años. Existiendo una Rama Sindical del Movimiento Peronista unida y organizada, la clase trabajadora Argentina tendrá que navegar por los canales que hemos fijado nosotros en nuestra doctrina. Y esa ha sido normalmente nuestra posición. Bien. Ahora, en este momento sobre el que ha gravitado toda acción de distintos procesos de disociación, llega el famoso "tiempo social" fijado por la dictadura militar. Indudablemente no se dan cuenta que sin la organización sindical unidad ellos no podrán realizar ningún tiempo social que pueda ser constructivo. ¿Por qué? Porque si la clase trabajadora está en desacuerdo, que pueden ellos construir? Entonces se deciden, por la fuerza de las circunstancias a alcanzar una organización. Simultáneamente nosotros seis meses antes veníamos luchando por la Unidad de la Rama Sindical del Movimiento. ¿Por qué? Porque veíamos claro que eso iba a producirse. Porque antes que lo mataran a Vandor yo hablé con todos ellos, los llamé y los impulsé y se dieron instrucciones bien claras sobre la necesidad de la unión de la Rama Sindical del Movimiento, porque nosotros veíamos venir esto. Pero esa unidad que se hizo en las "62", que es, - diremos así -el órgano de conducción política de la Rama Sindical del Movimiento Peronista, a pesar de todo nuestro esfuerzo, ya estaba minada con anterioridad. Minada por los agentes de la propia dictadura, ahora, o de los gobiernos anteriores: el de Frondizi y el de Illia. Cada uno de ellos ha pagado sus agentes, - vamos a hablar aquí a calzón quitado -, para producir, Frondizi, el amago de integración e Illia el de disociación. Y éstos, a continuación de esa disociación que inició Illia. Esos agentes han sido todos pagos por el gobierno para meterse como "caballo de Troya" dentro de las "62" Organizaciones y desde allí provocar la división de nuestra Rama Sindical del Movimiento. Esa es la realidad. Ninguno de ustedes la ignora, como tampoco la ignoro yo. Ahora, frente a ese problema, para nosotros no es una cosa tan importante porque nuestro Movimiento está formado también por una Rama Política, lo tomamos por la Rama de la Juventud, lo tomamos por la Rama Femenina. Es decir, nosotros tenemos demasiados tentáculos para que si nos cortan uno, no puedan seguir funcionando los demás con mayor eficacia porque generalmente para eso, cuando a uno le cortan un miembro, el otro adquiere mayor potencia y mayor habilidad. En esto también sucede lo mismo. Pero, para un gobierno que no tiene nada, esto es una cuestión de vida o muerte. El Gobierno no tiene en que apoyarse, como no sea una parte del ejército..., - en fin -, que es muy insignificante, que es ese sector de oficiales y jefes que se llaman "legalistas" y son "pancistas", ellos no están con ningún gobierno hasta que llega el gobierno. Ellos están con el gobierno que esté en el poder. Ellos no cambian nunca, cambian los gobiernos. Es una suerte de gente que no tienen partido cívico, diremos así -, o acción cívica. Tienen acción profesional, una cosa muy distinta para un ciudadano, porque el militar por el hecho de ser militar deja de ser ciudadano también. Bien. Pero eso existe... Otras dos tendencias, una liberal y una nacionalista que enfrentadas a su vez le dan sustento a ese gobierno. No porque lo apoyen. Porque los dos lo quieren sacar, sino porque ninguno de los dos se animan a sacarlo teniendo al otro enfrente. Problema que también es similar en la acción de las fuerzas civiles. Son

las fuerzas civiles divididas y enfrentadas las que dan sustento, - diremos así -, o poder de sustentación a un gobierno que carece totalmente de opinión. De manera que para ese gobierno, en esas condiciones, es absolutamente indispensable el apoyo de algunas organizaciones sindicales, las únicas que pueden apoyarlo. Porque no hay otra fuerza que lo pueda apoyar. Yo no sé si soy claro. Esta es, sin duda alguna, la verdadera situación. Claro que nosotros tenemos que ponernos bien en claro antes de hacer una apreciación de la situación. Esta es la situación dentro del ambiente gremial. Vamos, ahora, a ver la situación Argentina dentro de la cual juega esta situación gremial. Porque la situación gremial no es una cosa absoluta, sino totalmente relativa a las demás fuerzas que juegan dentro de la situación que se compulsa en el país en este momento. Esa situación Argentina debemos reverla desde un punto de vista revolucionario. ¿Por qué? Porque estos señores que están en el gobierno o que han usurpado el poder se llaman a sí mismos "Revolución Argentina". Y yo tengo que preguntar: ¿Qué han hecho de revolucionario para que se puedan llamar así? Para mí, no es una revolución argentina, es una contrarrevolución. En el país la revolución había avanzado desde hacía 25 años con el impulso del Movimiento Justicialista. Es a través de ese Movimiento Justicialista que se alcanzan las tres banderas que jamás había tenido la República Argentina bien enarbolada y que menos las tiene hoy: La Justicia Social, La Independencia Económica y La Soberanía Política del País. Esas tres banderas indicaban la Revolución. Estos "señores" se han dedicado a suprimir toda conquista social alcanzada por el Justicialismo. En consecuencia, es una revolución antijusticialista y como tal ha ido suprimiendo una a una todas las conquistas sociales alcanzadas por la clase trabajadora. Comenzando por el standar de vida que se lo quitaron liberando los precios en cuanto subieron al gobierno los gorilas; continuando después por las condiciones de trabajo que fueron variando cada vez peyorativamente. Destruyeron lo más grande que nosotros teníamos por supresiones sucesivas: los convenios colectivos de trabajo que fueron la conquista del siglo. A continuación de eso congelaron salarios y obligaron a la gente a no poder siquiera discutir por sus condiciones de trabajo y por el rendimiento de su propio trabajo. Y ahora, con las maniobras que están realizando tratan de destruir los Convenios Colectivos de Trabajo, dejándolos sin efecto, por la fijación de un aumento totalmente arbitrario e insignificante para una clase trabajadora que está sumergida. Pero ahí no termina. Ellos van a la destrucción de la Ley de Asociaciones Profesionales que será el próximo paso si logran destruir los Convenios Colectivos de Trabajo. Y eso sería volver al año 1945 cuando una organización sindical había sido declarada por la Suprema Corte de Justicia como asociación ilícita. Y en consecuencia, declaraba delincuente a todos los que encabezaban esa organización. Finalmente, una de las conquistas más extraordinarias que alcanzó el Justicialismo para nuestros hombres de trabajo cuando llegaban a su invalidez, o a su vejez: la asistencia y la previsión social. Toda la previsión social ha sido destruida porque las cajas disponían cuando nosotros caímos en el 55 de una capitalización admirable y detrás un instituto compensador que garantizaba que ninguna de esas cajas podía descapitalizarse. Estos "señores" llegaron y entraron a masaco, acaba de renunciar Cousido, el Secretario de Previsión Social. ¿Por qué? Y por que él dice en su renuncia que le han robado toda la plata a las cajas y las han dejado en la carencia más absoluta. Y el gobierno no se preocupa absolutamente en pagar o en volver ese dinero para que los jubilados puedan cobrar. Por esa razón los jubilados no cobran o si cobran, cobran sueldos insignificantes de acuerdo a los que lógicamente les correspondía por la ley. Una ley actual por la cual también les correspondía el 80, 90, hasta el 92 % que no le han liquidado a nadie. Nuestros pobres jubilados que han trabajado toda su vida confiados en la honradez de los gobiernos que había de respetar sus cajas. Cuando en ese que confiaron les ha robado la plata, porque esa no es plata de nadie. Esa es plata de los que la pusieron para asegurar su vejez. Bueno. Si esto es una revolución que venga Dios y lo diga. Esto es en el orden social netamente una contrarrevolución. En el orden económico no lo es menos. Porque nosotros hicimos la independencia económica y la afirmamos y la consolidamos. Luego vinieron estos vendepatrias y comenzaron a entregar

toda la riqueza Nacional y las fuentes de riquezas nacionales a los grandes monopolios. Son ministros de un agente de estos monopolios. Todos los ministros de este gobierno salen de las compañías extranjeras que funcionan en el país al servicio del imperialismo. Con eso el Fondo Monetario Internacional es el verdadero gobierno de la República Argentina. El es el que designa los ministros, no Onganía. Por eso sale Krieger Vasena, y sale Dagnino Pastore, todos hombres que han estado al servicio rentado de las compañías extranjeras que funcionan en el país o fuera de él. Así es como nosotros somos los tributarios mayores de toda Latinoamérica para las ganancias de las compañías de los grandes monopolios extranjeros. Si eso es una revolución... quien puede pensar que en ese orden pueda ser una revolución. Ellos han suprimido los partidos políticos, porque según dijeron repugnaba al espíritu de ellos las triquiñuelas y los artilugios de los políticos. Pero resulta que desde el gobierno están haciendo lo mismo que hicieron los antiguos políticos. De manera que visto desde cualquier punto de vista, esto no es una revolución, sino una contrarrevolución que trata, de volvernos al año 45, cuando nosotros iniciamos la Revolución Justicialista. Esa es una realidad que, en fin, no necesita comentarse demasiado. Si esto es así, debemos pensar que nosotros, Peronistas, podemos acomodarnos a la situación creada o que está por crear la famosa "Revolución Argentina"... Quien se diga peronista, no puede estar con esto. No puede estar contra la revolución; como no sea un traidor, o como no sea un animal que no entiende ni comprende nada. Solamente así puede inclinarse siquiera a ver con simpatía esta revolución. En 1966 cuando estos subieron... cuando estos subieron, cuando estos usurparon el poder mediante la amenaza de la fuerza (ahora se quejan de la violencia ellos y ellos utilizaron la violencia para usurpar el poder), hablaron de la revolución política. ¿Y nosotros qué les dijimos? Les dijimos: si ustedes hacen la revolución con las banderas que nosotros consideramos que son las banderas de toda revolución Argentina, nosotros los apoyaremos incondicionalmente. A nosotros no nos interesa quien lo hace. Estamos con lo que se haga, sea peronista o no sea peronista. Nosotros no trabajamos para nosotros sino para el país. pero si no están... ¡les vamos a dar con todo! y no ha de haber ningún peronista que no haya leído en los diarios ese manifiesto que yo hice públicamente y que la dictadura se encargó de difundirlo en todo el país. Muy bien, a los dos meses ya habían mostrado la hilacha. Ya estos se daban cuenta de que iban completamente a contrapelo de todo lo que se pudiera considerar una revolución Argentina. De manera que queden claro, que un peronista, como no sea un traidor a su causa no puede acomodarse a la situación creada o por crear por la "revolución argentina". Aunque sea con el pretexto de la unidad sindical. La unidad sindical es un medio. Un medio para servir a un fin, que es la Revolución Justicialista. Y el Peronista que no entiende eso, bueno... ese no merece ser peronista. De qué sirve la Unidad de la Clase Trabajadora si va a ser para entregarlo a una contrarrevolución. Que el pueblo espera desde hace un siglo y medio. Si se ha de hacer una revolución, lo primero que habrá que preguntar es qué es lo que quiere el Pueblo, porque las revoluciones no se hacen para un sector de dirigentes determinados, se hacen para el pueblo. Y si es lógico que al pueblo no se lo puede hacer feliz a la fuerza, sino aceptando lo que el pueblo quiere y sirviendo a ese pueblo en la medida y con la fuerza que ese pueblo tiene. Si nosotros ahora como peronistas, debemos tomar dentro de este problema una actitud y una definición, y pensamos qué es lo que el pueblo quiere; ¿el Pueblo quiere que apoyemos a Onganía y que apoyemos la "revolución Argentina"...?, si el Pueblo lo quiere no tenemos que andar con medias vueltas, lo apoyamos. Pero es que, yo, de todos los ángulos de la República recibo una información totalmente contra este gobierno, y se organiza en todos lados la resistencia. Ya Córdoba, Rosario, Tucumán, Corrientes y en todas partes se arman grupos de activistas del Pueblo que quieren luchar contra esto. Y se da este fenómeno, que no solamente es el pueblo humilde el que quiere luchar, quieren luchar los industriales, los comerciantes, esos ya están decididos a luchar contra éstos. Cuando los del pueblo o los obreros, o los estudiantes salen a la calle en Córdoba, los patrones cierran todos los negocios inmediatamente, pero no por temor como algunos creen, sino por solidaridad para con este movimiento popular. Entonces, cómo puedo pensar yo que el pueblo quiere que nos acomodemos a la situación de la "Revolución Argentina".

Si nosotros pensamos en esto, no tenemos otra cosa que hacer que ponernos decididamente al servicio de esa idea. Es decir, colocarnos en el bando que está contra la dictadura militar y contra la contrarrevolución que esa dictadura militar representa en el país. Bien, dentro de la situación general creo que es suficientemente claro cuál es el rumbo que el Movimiento Peronista debe tomar, cuál debe ser la conducta que cada peronista debe ya seguir en este proceso. Nosotros consideramos que el Movimiento Peronista no es un servicio militar obligatorio. El Movimiento Peronista no es de nadie, porque es de todos los que lo formamos y lo servimos. Pero con lealtad y con fidelidad a los principios que el Movimiento Peronista representa. Siendo así, nadie en el Movimiento Peronista es más importante que nadie. Todos importamos igual. Porque sin dirigentes ese Movimiento no haría nada, pero sin la masa haría mucho menos. De manera que, nosotros dirigentes, que estamos puestos para servir a esa masa, lo que tenemos que consultar es el futuro y el bienestar actual de esa masa. El Movimiento Peronista no piensa de otra manera. Porque el Movimiento en su doctrina es un movimiento absolutamente objetivo, no andamos con "subjetividades" deformantes de la realidad. Nosotros al pan le llamamos pan y al vino le llamamos vino. No es posible que el movimiento Peronista piense de otra manera porque hace 25 años que viene pensando así. Si hay algunos señores que siguen una "nueva corriente de opinión", esos señores si son educados y no son unos perdularios traidores y deshonestos, deben abandonar la camiseta peronista e irse a formar ellos un partido o un movimiento que pueda servir a esos fines que ellos propagan. Nosotros no obligamos a nadie a estar en el peronismo. En el Peronismo están los que lo sirven lealmente. Los demás, se deben ir. Y los delincuentes que quieren servir de caballo de Troya, con una camiseta peronista que trabaje contra las finalidades que el Movimiento persigue, deben ser arrojados del Movimiento. Y si les podemos cortar la cabeza materialmente, será mejor porque es un traidor, es un bandido. Y a los traidores y bandidos en todas las organizaciones del mundo se los castiga de la misma manera. Observemos las revoluciones de Medio Oriente, donde se cuelgan en las plazas públicas como a perros ahorcados a 20 o 30 traidores que aparecen. Que ese es el mejor ejemplo que podíamos seguir. El traidor sabe todo. El traidor del Pueblo no debe merecer ni piedad ni conmiseración de ninguna clase porque es un bicho asqueroso. Bien, por eso digo que cuando nosotros fijamos lo que es nuestro movimiento el que sea "delicado y honesto" y no sienta como sentimos nosotros, que se vaya, ahí tiene con los Radicales, los Demócratas Progresistas, los Demócratas Cristianos, los Socialistas y... diablos ¡a cuatro!, que se vaya a cualquiera de esos partidos, o que formen otro partido si le da el cuero y tienen una nueva corriente de opinión, pero que no se pongan la camiseta peronista como hay algún dirigente que ha dicho... "Yo soy peronista pero no acepto órdenes". Ese señor que no acepta órdenes de "su" movimiento, ¿qué está haciendo con la enza, y si camiseta peronista? Ese señor debe mandarse a mudar si tiene verg tendremos que echarlo a patadas nosotros...! que no perdemos nada. Ganaremos mucho, porque la masa no lo va a seguir a ese... ¡qué va a seguir a ese! Si ya no lo siguen ni cinco ni seis, que lo van a seguir después que lo hayamos echado a patadas del Movimiento Peronista...! Públicamente, tenemos que empezar a hacer la limpieza. Mientras no hagamos la limpieza, tendremos estos problemas que actualmente tenemos. Muy bien, aclarado esto, no es la conversación mía, sino la decisión ya desde hace mucho tiempo del Comando Superior Peronista, porque, contra lo que muchos creen, el Comando Superior Peronista existe. Yo llamo a los que lo forman, lo que yo no digo es quienes lo forman, porque después los persiguen y les hace perrerías en el país, pero cuando yo necesito, llamo a la gente, los hombres de consulta, y con ellos resuelvo. De la misma manera, Paladino, como Delegado, forma parte del Comando Superior Peronista, y él viene acá cuando se hacen las reuniones o lo que tengamos que hacer. De manera que ese Comando, que tiene la dirección estratégica del Movimiento, tiene derecho a decidir. Y el Comando Táctico que ejecuta, tiene la absoluta responsabilidad de la lucha táctica. Tiene también la absoluta autoridad que necesita para defender esa responsabilidad. A un hombre no se le puede dar la responsabilidad y manejarlo. Porque sino, la responsabilidad no es de él sino del que lo maneja. Cuando un hombre recibe una responsabilidad, recibe junto la autoridad para defenderla. Por eso, la lucha táctica no tiene absolutamente nada que ver con el Comando estratégico, que es el C.S.P La lucha táctica es resorte exclusivo del Secretario General, del comando Táctico, de los Delegados Provinciales, y de los

Delegados Regionales que existen en el país. Como así mismo, de las "62" Organizaciones, que tienen la Rama Sindical del Movimiento. En nuestro Movimiento las cosas son simples y son claras. Cuando no se hacen, es porque no se quieren hacer, no porque no se sabe o no se puede hacer. En esas condiciones, como digo, el Movimiento ya hace años que ha recibido del C.S.P. la consigna que nosotros no tenemos a nadie en nuestras filas por la fuerza. Los que no quieran estar, que se vayan... ¡que les vaya bien! Lo que sí no podemos aceptar, es la dualidad de los que traicionan al Movimiento con la camiseta Peronista, porque ese nos hace pasar por tontos a todos. Y cada Peronista que encuentra un bicho de esos, si obra bien, debe agarrar un palo y partírselo en la cabeza..., porque es lo único que se puede hacer con esa canalla y esa alimaña. Que desgraciadamente existe en el Movimiento, y están actuando actualmente especialmente en la Rama Sindical. Sin que tampoco falten en la Rama Política, no vayan a creer, también la alimaña esa actúa en los cenáculos políticos. Bien, cuando el C.S.P. ha establecido eso con tanto tiempo, y hasta ahora no hemos hecho tronar el escarmiento, es porque, naturalmente, nosotros desde acá contemplamos la situación. En las situaciones en las que hay que ser absolutamente tolerante. Porque muchas veces las cargas se desacomodan y al poco andar se vuelven a acomodar. Pero cuando se trata de situaciones decisivas como la que se aproxima en nuestro país, entonces ya no hay límite alguno de tolerancia, sino que el proceso es de la más absoluta intolerancia. Por esa razón, indudablemente, nosotros tenemos una obligación. Cada uno de nosotros tenemos una obligación que cumplir. Eso que es la base de nuestro accionar político y sindical en el presente. Bueno, en conclusión, compañeros, sería demasiado largo que yo hiciese una exégesis mayor de todas estas cuestiones que para todos los que sean realmente peronistas están más claras que el agua. Como conclusión, la actual situación del problema sindical, es la misma que el país viene arrastrando hace 14 años. Tanto en el orden de la República, como en el orden de nuestra Rama Sindical. Como consecuencia de que toda la acción de las organizaciones sindicales, han estado jugando en el vacío. Porque como la dictadura estaba en el "tiempo económico", el tiempo sindical, digámoslo así, que era el "tiempo social", estaba anulado en el país y nadie podía hacer absolutamente nada. En cuanto a la Situación Argentina, quedamos bien en claro que esto no es una revolución, sino una contrarrevolución, y en consecuencia, nosotros no podemos pensar en acomodarnos dentro de ese orden contrarrevolucionario sin traicionar lo que veníamos diciendo desde hace 25 años. Y tercero, que si algo tenemos que hacer, es lo que quiere el Pueblo, porque nosotros jamás hemos hecho otra cosa. Y por eso nuestra Doctrina dice que nosotros deseamos "un Gobierno del Pueblo, al Servicio del Pueblo y para hacer lo que el Pueblo quiere". Traicionar eso es traicionar nuestra doctrina, y el que la traicione en cualquiera de sus formas, lo primero que debe hacer, si tiene honradez, si tiene honestidad, es mandarse a mudar a otra parte donde no pueda seguir medrando en otras condiciones. Sobre la situación Gremial como factor de la República Argentina, es indudable que este momento es de importancia decisiva para el gobierno. Más que para nosotros. La unidad sindical, la quiere subordinada a los dictámenes de la Dictadura Militar. Y en esa acción política está. Nosotros, como se ha dicho aquí, ante el peligro de una división estamos transando y comulgando con "ruedas de carretas". ¡Que se divida en ochenta partes...! Nosotros tendremos la parte que nos corresponde defendiendo nuestros postulados y el que no los quiera defender... ¡que se vaya! Si nosotros no tenemos atado a nadie...! Para nosotros ese problema es absolutamente claro. El que en este momento es el que necesita la unidad a su servicio es el gobierno. Nosotros nos mantendremos con nuestras fuerzas, y con los que quieran ser peronistas y demuestren que son peronistas. Los demás deben irse, y si no se van los echaremos . Pero los echaremos con una lección como para que se acuerden toda la vida. Finalmente, la posición de la Rama Sindical del Movimiento Peronista es bien clara. Nosotros estamos en contra de esta contrarrevolución que está suprimiendo todo lo que el gobierno Justicialista hizo. Y si somos Justicialistas no podemos permitir que eso suceda sino por lo menos luchar para evitarlo. Y finalmente, en la actual emergencia sindical, no tenemos otra conducta que seguir que la de plantear a todos nuestros compañeros reales y a los compañeros ficticios, con toda claridad esta situación. Plantearsela y que ellos decidan que ellos elijan.

Yo se que aquellos que defeccionen del Movimiento Peronista y se saquen... porque esta vez o se sacan la camiseta peronista o se la arrancamos a palos...!, no les arriendo la ganancia, porque lo único que van a obtener a la larga, es que serán destruidos por sus propias bases. Porque las bases no están en acomodos de orden personal ni con arreglos con la Dictadura Militar, sino en contra y sublevados contra la Dictadura actual que azota al país. Para mí estas son las conclusiones básicas de cuanto podemos analizar y de esta rápida apreciación de situación creo que podemos reafirmar nuestra posición. El plan que las "62" Organizaciones me ha hecho llegar, es un plan que tiende a esto. Con buenas formas de ejecución, porque lo cortés no quita lo valiente. Damos oportunidad para que aquellos que puedan arrepentirse se arrepientan. Pero ponemos las cosas sobre el tapete en los términos en que habrán de desarrollarse. Si estamos decididos a cumplirlo, y esto va a las "62" Organizaciones, sabrá como tiene que trabajar para liquidar a todos los otros que están fuera de las "62" Organizaciones. Tenemos nosotros la masa popular que nos es afecta, y la utilizaremos para aniquilar, esa es la palabra, para aniquilar a nuestros enemigos. Mas si esos enemigos han sido traidores a nuestro propio Movimiento. Indudablemente que esto no es un trabajo fácil. No es un trabajo simple. Es un trabajo. Un trabajo con todas las de la ley. Es decir que nosotros no tenemos que tomar sólo esta resolución, sino que tenemos que hacerla efectiva e imponerla en nuestras organizaciones. Por eso, la tarea del Secretario General del Movimiento Peronista debe ser "a full" como dicen los gringos. Hay que trabajar esto concienzuda y permanentemente. Hay que ir a todos los dirigentes del país si es necesario, y a todos hay que llevarles la convicción de esto que hemos resuelto aquí, que por otra parte es lo que había resuelto el Comando Superior hace ya años. Que no lo habíamos ejecutado porque no se nos presentaba a la vista una decisión definitiva como la que se va a producir ahora. Porque indudablemente, el año 1970 es el año de crisis de la Dictadura y de la situación que actualmente compulsa el país. O estos señores entran por lo que deben entrar, o de lo contrario progresivamente se irá produciendo una mayor violencia hasta llegar a la guerra civil si es preciso. Los Pueblos, cuando se ponen en una cosa de éstas, no hay fuerza que pueda impedirlo. Ni la violencia tiene límite alguno para alcanzar los objetivos. Eso dice la historia, cuando los Pueblos están decididos a realizarlos. Y yo creo, y creo firmemente, que el Pueblo Argentino está decidido a hacerlo. Para mí es bastante lo que hemos visto en las ciudades del interior de la República. Y esto ha pasado a la historia Argentina y después de 50 años de lucha, - se llegó a Pueblo -, pueda ser que se inicie otra anarquía como la ya pasada en nuestra historia y que luchemos 50 años. Lucharemos. O lucharán los que queden para luchar. Pero peor es entregarse sin luchar. De manera que, como digo, todos los dirigentes de las "62" y el Comando Táctico Nacional del Movimiento Justicialista tienen la palabra. Este es un trabajo largo, quizá difícil. Pero para eso están los dirigentes y para eso está el Comando Táctico. Los trabajos fáciles se hacen casi siempre solos. Este es un trabajo de los que no se hacen solos. A este hay que hacerlo. Y hay que hacerlo moviéndose. Día y Noche. Hablando con todos los que haya que hablar. Presionando todo lo que haya que presionar. Y rompiendo todo lo que haya que romper. El Movimiento Peronista es lo suficientemente fuerte como para darse el lujo de echar un 30 % y quedar tan fuerte como antes. De manera que no nos vamos a asustar porque haya que echar a la mitad de los dirigentes que tenemos, porque no están en nuestra causa. Nos quedaremos con la mitad, ya sean políticos como sindicales. Eso no nos va a afectar a nosotros. Mientras tengamos la Masa firme, como está la Masa firme. Las mejores cartas que yo recibo es de los brazos de la masa. Esos dicen la verdad. Ahora, indudablemente que en esto hay que proceder con la mayor inteligencia. Cuando las revistas políticas, etc., del gobierno (son todas del gobierno), se lanzan a denigrar a los dirigentes, esos denigrados son los que valen. Cuando los halaga, a veces puede ser por dos causas: una, para destruirlos, y otra para servirse de ellos. Pero, desde 1955 hasta nuestros días, la campaña permanente ha sido denigratoria para los dirigentes. Es decir, se ha tratado de denigrar a los dirigentes. ¡Para qué se ha tratado de denigrar? Para dejar al Pueblo sin cabezas y entonces poderlo manejar a su gusto. Convertir a un Pueblo organizado en "un mudo y torpe rebaño" como decían los Romanos. Porque a ese chiflido lo pueden llevar adelante para el lado que ellos quieran. Esa es una táctica que en nuestro país no debió haber dado resultado. ¿Por qué? Porque nuestro pueblo estaba con un cierto grado de adoctrinamiento y un pueblo adoctrinado no puede ser que caiga en esas situaciones. Los dirigentes que han entrado, esos son los culpables. Esos dirigentes que se plegaron por

muchas causas, algunos por error, otros por ignorancia, pero muchos por interés. Ellos son los culpables de todo lo que está ocurriendo. Que el Pueblo esté atrás. Porque, al Pueblo ¿qué le dicen las revistas? Le dicen que los dirigentes no hacen nada, que se han enriquecido, que todos están comprando casas, que a ellos les interesa "un zorro" la masa, que les interesa su situación personal. Eso lo dicen todas las revistas. Que los dirigentes no cuentan, que hay uno que los maneja y todos van como carneros detrás de ese que los maneja, eso se lo dicen todos los días las revistas. Es decir hay una campaña generalizada desde hace 14 años. Nosotros tenemos que romper eso. Tenemos que romperlo no con publicaciones como ellos, sino con la conducta que nosotros sigamos en el futuro para imponer lo que debe ser dentro del Movimiento. Bien, compañeros, yo creo que con lo que les acabo de decir, por lo menos he hecho sintéticamente la apreciación de la situación y he tratado de exponer el consejo que a las "62" Organizaciones y a la Secretaría General del Movimiento, el Comando Táctico del Movimiento le quiero hacer llegar en nombre del Comando Superior. Las decisiones como se trata de la lucha táctica, no están en manos del Comando Superior sino en manos de la Conducción Táctica, que funciona ya en las "62" Organizaciones y en el Comando Táctico Nacional. Si nosotros, en el orden de la Conducción General del Movimiento, tenemos un Comando Táctico activo y constructivo en el orden orgánico y funcional del Movimiento, yo no tengo la menor duda de que vamos a triunfar sobre todas estas pequeñas discrepancias y temores. Y si las "62" Organizaciones consiguen conformar un cuerpo unido, homogéneo y organizado sin traidores dentro, sin "caballos de Troya" adentro a los cuales los deben tirar por la ventana. Dios quiera que sea de un cuarto piso...! Y si se procede a eso, las "62" Organizaciones pasarán a ser el único organismo sindical con autoridad moral para proceder dentro del sindicalismo Argentino. Porque sabemos que todo lo demás está viciado. Está viciado por una mala conducta, que es lo que más vicia a la conducción. Aquél que sea un dirigente de la conducción, que conduzca, pero que conduzca honestamente, porque sino, a medida que va procediendo mal, va preparándose para sucumbir víctima de su propio mal procedimiento. En ese sentido, de cuanto hagamos depende el éxito que alcancemos. El éxito no depende jamás de la suerte. No depende de la casualidad, no depende de la fortuna. El éxito se consigue, el éxito se prepara, el éxito se realiza y el éxito se explota. Eso es cuanto podemos decir del éxito. No debemos esperarlo de la providencia, porque la providencia no da éxitos. Los éxitos se los procura el hombre luchando por los ideales, que sostiene.

Yo espero, que las "62" Organizaciones, en claro sobre esta situación, sea capaz de conseguir este éxito, De realizar un plan para alcanzarlo. De realizar ese plan y alcanzar el éxito y después explotarlo con todas las proyecciones que ese éxito pueda ofrecer. Si se hace así, la Rama Sindical del Movimiento tendrá mucho que agradecer a todos los compañeros que la forman, y el Movimiento Peronista podrá estar orgulloso de su Rama Sindical y de las "62" Organizaciones, de las que en este momento, desgraciadamente, muchos comienzan a dudar. Para hacer desaparecer esa duda, es necesario una conducta virilmente cumplida y resoluciones virilmente ejercitadas. Si eso se hace, no solamente alcanzaremos el éxito, sino que honraremos al Movimiento Peronista con una Rama Sindical que ha sabido edades e ince ión cumplir con su deber pese a todas las ambig Argentina. Quiero que los compañeros que van a las "62" lleven con éstas mis palabras, un gran saludo para todos los compañeros, y mis mejores deseos para que el año 1979 pueda ser el año de sus triunfos y el año de sus éxitos. (Folleto, Arch. de Hector Tristán) |CDic-69b

¡1970!

|p1 La llegada del año 1970, nos hace pensar que si el actual "problema Argentino" no se resuelve en el curso del año que comienza, es muy probable que todo se vaya deslizando progresivamente hacia la violencia, que bien puede terminar en una guerra civil. El enfrentamiento del Pueblo con las Fuerzas Armadas ha llegado ya a un grado peligroso y cercano al momento de una posición irreversible. La

dictadura militar, dispuesta a seguir por mal camino, tanto en lo económico, social y político, llevará paulatinamente al país hacia el abismo y la falta de verdaderos recursos de emergencia, como no sea el intento de intimidación de las masas, no hace sino presuponer un progresivo empeoramiento de tan peligrosa situación. Para el Pueblo Argentino, como lo vemos expresado muchas veces, no cuentan ni las promesas ni las maniobras, sino las realidades que fehacientemente se viven y palpablemente se siente para él, la "revolución argentina" no ha hecho nada revolucionario en más de tres años de tanteos y ambig edades pues la justicia social brilla por su ausencia, en tanto las masas populares jamás han estado peor, ni amenazadas por un cataclismo mayor. En lo que se refiere a la independencia económica nunca el país ha estado más entregado al dominio de los monopolios foráneos ni ha tenido más hipotecado su porvenir y hablar de soberanía nacional en tal situación es algo vecino al escarnio. Si de la soberanía popular se trata, tampoco jamás el Pueblo ha presenciado mayor ultraje a todos sus derechos como frente a este "gobierno" que, con la suma del poder público, lo somete hasta sus propios desatinos. Un neocapitalismo despiadado, impuesto por un colonialismo dominante, no puede acarrear al país sino las consecuencias que presenciamos como presente y la amenaza de una mayor calamidad como esperanza para el futuro. Frente a ello, ¿cómo puede pensarse que el Pueblo Argentino ha de permanecer indiferente? Todos parecen persuadidos de la necesidad de una Revolución en la Argentina, ¿cómo no se les ha ocurrido que la tal Revolución ha de ser la que el Pueblo Argentino anhela? ¿No se han dado cuenta que este mismo fenómeno está sucediendo en el resto del mundo y que los pueblos luchan por una justicia social porque ya, en este mundo, no se puede seguir siendo injusto? ¿No se percatan que los pueblos desean la independencia económica para liberarse de un injusto tributo que se ha venido pagando al imperialismo? ¿No saben que ninguna comunidad puede ser considerada como Nación en tanto no sea libre y soberana? Si estas tres banderas (la justicia social, la independencia económica y la soberanía política) que el Pueblo Argentino levantó hace ya veinticinco años, no vuelven a flamear al frente de las masas populares argentinas es muy posible que esperen a nuestra Patria sombrías circunstancias, porque es muy triste el clima de la injusticia para obligar a los pueblos a vivir en él y porque, cuando los pueblos oprimidos deciden liberarse, ni hay fuera que lo pueda impedir, ni existe límite para la violencia que se deba emplear para lograrlo. Nadie podrá apostolar la paz cuando se comienza por ser el origen de la violencia. Por eso llama la atención que los que utilizaron la amenaza de la fuerza, para usurpar el poder, sean ahora los defensores de la tranquilidad y los críticos de la lucha cruenta, que ellos mismos provocaron, pero aún no ha comenzado a sentir en carne propia. Si algún día ha de haber acuerdo entre los argentinos no podrá ser por imposición de las fuerzas armadas, que deben ser de la Nación, ya que la Nación, no puede ser de las Fuerzas Armadas. Tampoco un acuerdo leal puede llegar utilizando los artilugios políticos del pasado, que tanto repugnaron a los que suprimieron los partidos políticos, pero que ahora intentan ensayarlos desde el gobierno, porque, por ejemplo, el fin de la dictadura no parece ser la justicia social desde que intenta la destrucción de todas las conquistas que la clase trabajadora alcanzó con el Gobierno Justicialista, sino el dominio de la masa laboriosa mediante una organización sometida. Tales intentos de dominar las organizaciones laborales por medio de maniobras políticas y no por una justicia distributiva, creará el caos entre las actuales dirigentes porqué, mientras la masa popular, víctima de la injusticia, esté sublevada, no solucionará nada, como no sea la destrucción de los propios dirigentes, que, por diversas razones, puedan prestarse a semejante maniobra y que un día serán justicieramente repudiados por la propia masa a la que dejaron de servir por menguados intereses personales. En medio de todos los intentos, la acción de las fuerzas políticas, no presentan un cuadro halagador, porque la incertidumbre dominante se presta para los ensayos más disparatados. Sólo el Pueblo parece estar en la realidad, mientras sus antiguos dirigentes se gastan en declaraciones intrascendentes e inoperantes. Las Fuerzas Armadas, único partido político existente, dividido como los demás, mantiene una actitud indefinida, mientras en su interior juegan las más diversas opiniones. Sobre este panorama político, una sola cosa parece congruente: la oposición generalizada contra la dictadura militar. Los mismos que vergonzosamente puedan servirla, lo hacen dentro de los rótulos de la oposición buscando para ello pretextos que, sin convencer a nadie, se invocan para cubrir flagrantes traiciones. Es que, por los métodos empleados, van desapareciendo las realidades para ser reemplazadas por la ficción. La realidad ha dejado de ser la verdad y el juego sucio ha ocupado el lugar del juego limpio que debe ser la verdad y el juego sucio ha ocupado el lugar del juego limpio que debe ser la regla en el quehacer político. En todo se tiende al caos, en tanto la simulación pretende hacernos creer que se trata de todo lo contrario, sin percatarse que la insistencia insidiosa en el método no puede conducir sino a la catástrofe generalizada. Es que la

dictadura militar, en su vano intento de erradicar la política, no ha percibido que no se puede gobernar sin ella. Al echar mano a la maniobra subrepticia, que evidencia su debilidad, no consigue sino activar una lucha que, a la larga, labrará su propia desgracia. En contra de lo que muchos creen, el pueblo está presente y vigilante: se equivocan los que piensan, en la apatía popular. Córdoba, Rosario, Tucumán, Corrientes, Mendoza, etc., en mayo de 1969, dieron su tremendo mentís a los que así piensan y todos los días, a lo largo de todo el territorio nacional aparecen hechos y acciones capaces de demostrar que el "fuego sagrado" que los pueblos alimentan, no se extingue jamás: un poco de apropiado comburente puede convertirlo en un incendio inextinguible, tan pronto como aparezca quien ha de proveerlo. Nuestra Historia es precisamente rica en episodios que demuestran lo peligroso que pude ser el desprecio de sus lecciones. En las épocas normales de las comunidades suelen decidir las élites, pero en las anormales sólo deciden los pueblos y no podemos negar que la etapa que vive la comunidad argentina es de las más anormales que haya producido su historia política, económica y social. La Comunidad Argentina posee una juventud esclarecida y capaz de las más grandes hazañas: todo depende que ella se movilice apropiadamente, formando una generación de emergencia, que se decida a tomar las cosas en sus manos. Si ello se produce por lo menos podremos estar seguros de nuestro porvenir porque, en el presente, ya no se puede ni pensar, han sido tantos y tan grandes los desatinos cometidos. Lo primero en que debemos pensar es en la libertad de la Patria, pues mientras subsistan las actuales condiciones de sometimiento de los poderes foráneos, no haremos sino esforzarnos y trabajar para nuestros amos. Los diez años de Gobierno Justicialista son un ejemplo de ello: recibimos el país sino en tan malas condiciones como las actuales, por lo menos con males similares. En dos o tres años liberamos al país de su servidumbre, lo que nos posibilitó pasar de inmediato de una economía de miseria a una economía de abundancia, afirmando a su vez la justicia social, la independencia económica y la soberanía nacional, como dando al Pueblo Argentino la seguridad de su destino. Nadie puede pensar en la existencia de un hombre libre en una Nación esclava. Luchar por la verdadera libertad es la base de toda grandeza porque los pueblos que no son capaces o no quieren luchar por sus derechos, merecen la esclavitud. (Las Bases, Madrid, diciembre de 1969) |CDic-69c

AL PRESIDENTE DE BOLIVIA

Diciembre de 1969 |p1 La Paz, 3 (EFE). El matutino Hoy dio a conocer una carta de Juan Perón al presidente Alfredo Ovando Candia, fechada en diciembre de 1969, en la que le expresa: "Ninguna comunidad puede ser considerada como nación en tanto no sea libre y soberana. Los países satélites de un imperialismo son la expresión neocolonial que caracteriza a estos tiempos. Como sudamericano y justicialista, pienso que, así como la lucha por la independencia fue sagrada en el pasado para nuestros pueblos, la actual lucha por la liberación de nuestros países, sometidos al poder imperialista, debe ser también sagrada en la comunidad de naciones iberoamericanas. Por eso no sólo veo con simpatía la revolución boliviana, sino que me siento totalmente identificado y solidario con ella y con los hombres que la conducen y representan. La justicia social, la independencia económica y la soberanía nacional son nuestras banderas y todos los hombres que en cualquier parte luchen por ellas son nuestros hermanos de lucha". Juan Domingo Perón. Clarín, 4 de febrero de 1970

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