8 Año 2 Abril 1998 BOLETÍN DE ECONOMÍA LABORAL. Hacia una Interpretación del Problema del Empleo en el Perú

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8 Año 2 Abril 1998

Hacia una Interpretación del Problema del Empleo en el Perú. Programas del Ministerio de Trabajo y Promoción Social. Indicadores laborales.

_________________________________ HACIA UNA INTERPRETACION DEL PROBLEMA DEL EMPLEO EN EL PERU __________________________________

Presentación del Ministro de Trabajo y Promoción Social del Perú, Jorge González Izquierdo en el Seminario ¿Cuál es el problema de empleo de América Latina y cómo enfrentarlo? Trigésima Novena Asamblea Anual de Gobernadores, Banco Interamericano de Desarrollo, BID, Cartagena, Marzo de 1998.

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HACIA UNA INTERPRETACION DEL PROBLEMA DEL EMPLEO EN EL PERU

I)

INTRODUCCION Un trabajo sistemático de construcción y análisis de estadísticas laborales efectuado en los últimos 20 meses por el Ministerio de Trabajo y Promoción Social (MTPS) del Perú1, permite concluir que el problema del empleo en el Perú no es tanto de desempleo abierto sino de acceso a empleos inadecuados ya sea en términos de horas trabajadas o de ingresos generados. Es decir, de subempleo ligado a la pobreza, baja productividad e insuficientes niveles de capital humano. La tasa de desempleo abierto urbano en el país se situó en promedio en 8.6% durante los tres primeros trimestres de 1997, experimentando un ligero incremento en comparación con el 8.2% registrado en similar período de 1996 (ver Cuadro 1)2. Estos porcentajes se sitúan alrededor de los promedios de América Latina. De acuerdo a la OIT, el promedio simple de tasas de desempleo para la región durante los tres primeros trimestres de 1997 fue de 10% y el promedio ponderado fue de 7.6%3. Por otro lado, la tasa de subempleo urbano en el Perú fue 41.8% en 1997, registrando un ligera mejora en relación al 42.6% estimado el año anterior. Estas cifras de subempleo son compatibles con las más recientes mediciones de pobreza que para 1996 la situaban en 44.1%. La categoría de subempleo se compone de dos situaciones desventajosas en el mercado laboral: el subempleo por horas y el subempleo por ingresos. De acuerdo a nuestra definición, un trabajador está subempleado por horas cuando labora menos de 35 horas semanales, quisiera trabajar más y está en disposición de hacerlo. En esta situación se encuentra un 17.7% de la fuerza laboral urbana en el Perú. Por su parte, un trabajador está subempleado por ingresos cuando labora más de 35 horas semanales pero su ingreso es inferior al ingreso mínimo referencial, que fue de S/. 469.00 (US$ 177) para el III Trimestre de 1997. Este ingreso mínimo referencial resulta de dividir una canasta mínima de consumo para el hogar urbano promedio peruano entre el número promedio de perceptores de ingreso por hogar. En esta

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Las estadísticas laborales hasta hace dos años en el Perú eran de cobertura muy limitada (básicamente se circunscribían a la situación de empresas medianas y grandes de Lima Metropolitana y se construían con metodologías susceptibles de ser mejoradas). El MTPS se encuentra en un proceso de mejoramiento continuo de estas estadísticas tanto en términos de ampliación de cobertura como en mejora de muestras, metodología y análisis de los datos. Esta reforma comprende datos de desempleo, subempleo, empleo y remuneraciones. Véase MTPS (1997) “Las encuestas de Empleo del MTPS” (mimeo). Documento preparado para OIT. Este incremento de 0.4 puntos porcentuales se debe a un aumento notable en la tasa de participación que será explicado más adelante en este trabajo. Véase MTPS, “La Tasa de Participación y sus Efectos sobre el Mercado Laboral”, Boletín de Economía Laboral Nº 7, enero 1998. OIT (1997), “Informe, Panorama Laboral ‘97”. Mas aún, una investigación reciente para el caso peruano revela que cuatro quintas partes de este desempleo abierto es de naturaleza friccional. En efecto, sólo el 17% de estos desempleados permanecen en dicha condición por más de 10 semanas para el caso de Lima Metropolitana. Véase, MTPS, (1996), “Duración y determinantes del desempleo urbano en el Perú”, Boletín de Economía Laboral, Nº 1, julio 1996.

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situación de subempleo por ingresos se encuentra el 24.1% de la fuerza laboral urbana4. Tal como se muestra en el Cuadro 1, son los grupos de jóvenes y mujeres los que ostentan las mayores tasas de desempleo abierto y subempleo en el caso peruano. El segmento de 14 a 24 años de edad tiene una tasa de desempleo abierto de 13.7% y una tasa de subempleo de 46.5%. Por su parte, la fuerza laboral femenina tiene una tasa de desempleo abierta de 9.1% y una tasa de subempleo de 49.4%. Estos grupos han merecido la mayor atención de los programas especiales de inserción laboral auspiciados por el Ministerio de Trabajo y Promoción Social. Cuadro Nº 1 Perú Urbano: Tasas de desempleo y subempleo, según diversas variables, 1997 Variable

Desempleo 1/

Subempleo 2/

Total

8.6

41.8

Categoría Visible (Por horas) Invisible (Por ingresos)

n.a. n.a.

17.7 24.1

Sexo Hombre Mujer

7.4 10.3

36.0 49.4

Edad De 14 a 24 años De 25 a 44 años De 45 a 54 años De 55 a más años

15.3 6.6 5.7 5.8

46.5 39.5 37.5 45.9

1/ Corresponde al promedio de los primeros tres trimestres de 1997 2/ Corresponde al tercer trimestre de 1997 n.a. : no aplicable Fuente : Encuestas Nacionales de Hogares, INEI-MTPS

El conjunto de estudios realizados por el Ministerio de Trabajo y Promoción Social del Perú, recopilados principalmente en su Boletín de Economía Laboral,5 señala que

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El subempleo por horas se mide en 10 países latinoamericanos además del Perú, considerando normas de horas semanales entre 30 y 47. El subempleo por ingresos se estima en 9 países latinoamericanos además del Perú, teniendo en cuenta como límites de ingreso el salario mínimo mensual o algún coeficiente relacionado al costo de canastas básicas de consumo. Véase, Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y MTPS, “Niveles de Empleo Urbano en el Perú, I Trimestre 1996, Anexo Estadístico”, Lima, julio 1996.

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el problema del empleo se generó por la actuación de factores de diferente naturaleza ligados al comportamiento de:

a) La oferta de trabajo; b) La demanda por trabajo; y c) El marco jurídico-institucional que regula el funcionamiento del mercado laboral. El Gráfico Nº 1 trata de dar una visión panorámica que conjuga los efectos de los factores mencionados y que provocaron una difícil situación en el mercado laboral.

Gráfico Nº 1 Perú Urbano Evolución de las tasas de crecimiento de la oferta y demanda de trabajo, 1940 - 1997 (en porcentajes promedio anuales)

5.00 4.00 3.00 2.00 1.00 0.00 -1.00 -2.00 1940

1961

1972

1981

1984

Oferta laboral

1990

1992

1997

Demanda laboral

Elaboración : MTPS, sobre la base del Cuadro 3 de la Sección III. Nota : Las tasas de crecimiento de la demanda de trabajo son estimadas con las variaciones ocurridas en el empleo asalariado.

En primer lugar, por el lado de la oferta de trabajo, uno de los factores principales a tomar en cuenta es la explosión demográfica ocurrida en el país a inicios de los sesenta. Según información censal del INEI, la tasa de crecimiento neto de la población peruana se elevó de 1.7% a comienzos de los 50s a 2.0% en 1961, 2.8% en 1972, para luego reducirse paulatinamente a 2.6% en 1981, 2.0% en 1993 y proyectarse a 1.5% hacia el año 2005. Los grupos que formaron parte del mayor crecimiento poblacional registrado entre fines de los años 60s y comienzos de los 80s, han estado incorporándose progresivamente al mercado laboral en los años 80s y 90s, produciendo una enorme presión sobre los empleos disponibles y las remuneraciones percibidas. Del mismo modo, la continua migración rural-urbana influyó también en 5

MTPS, Boletín de Economía Laboral, Nos. 1 al 7, 1996-1998. Este Boletín es una publicación trimestral, que presenta análisis teóricos y empíricos de problemas del mercado laboral peruano, realizados por miembros del equipo técnico del MTPS.

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un aumento acelerado de la oferta laboral urbana.6 Por último, otro de los factores a considerar, es el incremento de la tasa de participación laboral, especialmente femenina, experimentada en las últimas dos décadas.7 8 En segundo lugar, por el lado de la demanda de trabajo, la problemática del empleo es resultado de equivocadas políticas económicas instrumentadas en décadas pasadas, que condujeron al país a un escaso e inestable crecimiento económico y al incremento dramático de la pobreza. En efecto, una equivocada estrategia de desarrollo económico orientó las inversiones hacia una industria sustitutiva de importaciones ineficiente, en desmedro de las actividades exportadoras y agrícolas. La formulación de políticas macroeconómicas que no respetaron los equilibrios económicos básicos, generaron crecientes déficit fiscales y de balanza de pagos y provocaron ciclos económicos pronunciados que frenaron el aumento sostenido de la demanda de mano de obra. En tercer lugar, por el lado institucional, la generación de puestos de trabajo se vio desalentada en los años setentas y ochentas por la existencia de un inadecuado marco de regulación laboral que desincentivó el crecimiento del empleo formal en el país. La propia Organización Internacional del Trabajo reconocía que en 1990 el Perú disponía de una legislación laboral que era probablemente la más rígida, proteccionista, intervencionista y confusa de América Latina. Desde 1991 el Gobierno Peruano ha venido implementando una reforma laboral con el fin de promover la generación de puestos de trabajo por parte del sector privado, sin descuidar los derechos fundamentales de los trabajadores. Asimismo, en los últimos años, se sumaron dos factores coyunturales que repercutieron sobre la problemática del empleo en el país. En primer lugar, el efecto impacto de la liberalización y apertura de la economía a la competencia internacional, que ocasionó un efecto negativo de corto plazo en los niveles de empleo de aquellos sectores que contaban con mayores niveles de protección y cambios en la estructura de la demanda laboral, sesgándola hacia sectores no transables (comercio, servicios, construcción) y hacia trabajadores con mayor capital humano. En segundo lugar, el efecto sobre el empleo del sector público ocasionado por el ajuste fiscal y el proceso de privatización de las empresas públicas. En este caso, el desempleo de corto plazo generado no fue consecuencia de la privatización per se, sino producto de la forma artificial como se mantuvo con vida a dichas empresas en décadas pasadas. La actuación de este conjunto de factores provocó la formación en el tiempo de un excedente de mano de obra9, compuesto por trabajadores que están en situación de desempleo abierto o, principalmente, de subempleo. Sería un desequilibrio

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En 1961, la tasa de urbanización en el Perú era de 45%. En 1993, ésta se incrementó a 70%. La tasa de participación promedio de la mano de obra urbana se incrementó en cerca de cinco puntos porcentuales en las últimas dos décadas (de 55 a 60%). El Gráfico Nº 1 muestra, sin embargo, que la tasa de crecimiento de la oferta laboral experimentó una desaceleración durante la década del 80, como producto de la caída temporal en la tasa de participación, en medio de la peor crisis económica contemporánea del Perú. El comportamiento procíclico de la tasa de participación ha sido documentado en MTPS, “La Tasa de Participación y sus Efectos sobre el Mercado Laboral Peruano, Boletín de Economía Laboral, Nº 7, enero 1998. La naturaleza precisa y estimación de dicho excedente se aborda en la Sección III de este documento.

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acumulado en el mercado laboral que tendría que ser reducido progresivamente en el tiempo. En el contexto señalado, el Gobierno ha diseñado y puesto en ejecución una política laboral que promueve el crecimiento de la demanda de mano de obra, de forma tal que permita ir absorbiendo el desequilibrio acumulado mencionado. Por ello, la política de empleo seguida se basa en una política económica que busque tres objetivos fundamentales: primero, mantener una tasa de inflación reducida y cada vez más cercana a la inflación internacional, lo cual permitirá una recuperación progresiva de las remuneraciones reales en el país. Segundo, una alta tasa de crecimiento económico de por lo menos 6% promedio anual, que se sostenga a lo largo del tiempo. Y, tercero, la promoción del desarrollo productivo de la agricultura, pequeña y mediana empresa y exportaciones, sobre todo aquéllas no tradicionales, que son actividades que pueden generar más puestos de trabajo por unidad de valor agregado adecuadamente remunerados, en los próximos años.

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II) EFECTOS DEL COMPORTAMIENTO DE LA OFERTA LABORAL El Perú, como muchos otros países en América Latina, experimentó un notable incremento demográfico en las últimas décadas. Luego que por muchos años la tasa de crecimiento de la población se situara alrededor del 1,5% anual, a partir de 1950 dicha tasa empezó a crecer y, a principios de los setenta, llegó a superar el 2,8% de crecimiento anual. Esta tasa en la actualidad se encuentra en 1,8% anual y se espera que hacia el año 2,005 el crecimiento demográfico descienda al 1,5% histórico. Como consecuencia de este proceso el total de la población peruana se multiplicó por cuatro en las últimas cinco décadas. La explosión demográfica en el Perú estuvo asociada a una reducción considerable en las tasas de mortalidad infantil, como consecuencia de la ampliación de los servicios de salud pública y la creación de la seguridad social, entre otros factores. Las tasas de natalidad no crecieron abruptamente pero sí la diferencia entre éstas y las tasas de mortalidad. Sólo recientemente los índices de natalidad han empezado a reducirse lentamente por lo que el Perú está en camino de completar su proceso de transición demográfica. El periodo de mayor crecimiento de la población ocurrió entre fines de los 60s y comienzos de los 80s en el Perú. Sin embargo, debido a que los individuos pertenecientes a una nueva generación empiezan a presionar el mercado laboral entre 15 a 25 años después de su nacimiento, la generación que apareció en el momento máximo de la explosión demográfica, hoy en día está conformada por individuos entre 15 a 30 años de edad que ha estado ingresando al mercado de trabajo en los 80s y 90s. Los efectos de la explosión demográfica sobre el mercado laboral son notables. Debido a su mayor tamaño relativo, cuando la cohorte que nació en medio de la explosión demográfica se empezó a insertar en el mercado laboral, originó un incremento significativo en la competencia por los puestos de trabajo. El resultado de este proceso no se tradujo en índices explosivos de desempleo abierto, cuyas tasas nunca excedieron el 10% de la PEA. El ajuste ocurrió principalmente vía precios, es decir, se tradujo en menores ingresos reales para la fuerza laboral o lo que es lo mismo, mayores niveles de subempleo hasta hace algunos años. Sólo por el hecho de haber nacido en medio de la explosión demográfica, las personas que hoy cuentan con 15 a 30 años de edad, ganan 20% menos de lo que percibirían si no pertenecieran a esta generación tan numerosa10. Un segundo factor que influyó en el aumento acelerado de la oferta laboral urbana fue la continua migración rural-urbana que llevó la tasa de urbanización de 45% en 1961 a 70% en 199311. Adicionalmente, a estos efectos demográficos se debe agregar el 10

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Siguiendo la metodología propuesta por Welch (1979). Véase Finnis Welch, “Effects of Cohort Size on Earnings: The Baby Boom Babies’ Financial Bust” Journal of Political Economy, vol. 87, n.5, 1979 y MTPS (1997) “Demografía y Empleo: Los Efectos de la Explosión Demográfica sobre el Mercado Laboral Peruano”, Boletín de Economía Laboral, Nº 5, julio 1997. Los detalles de este proceso de progresiva urbanización son, sin embargo, todavía poco conocidos. La información que se tiene proviene de censos, que en el Perú se han realizado una vez por década desde los 1960s. Esta fuente revela la tendencia de largo plazo, pero no permite seguir en detalle la dinámica de las migraciones. Por ejemplo, no se conoce el impacto de los ciclos económicos sobre las decisiones de migración. Una hipótesis a explorar es, en este sentido, si períodos de fuerte caída del producto

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hecho que la tasa de participación promedio de la mano de obra urbana se incrementó en cerca de cinco puntos porcentuales en las últimas dos décadas (de 55% a 60%) como consecuencia, principalmente, del cambio sustancial del rol de la mujer dentro del mercado laboral12 . Si en 1970 tres de cada diez mujeres residentes en Lima Metropolitana trabajaban, en 1993 ya lo hacían cinco. Por último, debe mencionarse el comportamiento procíclico de la tasa de participación en el corto plazo. Un estudio reciente demuestra que ha existido en el último año un incremento adicional de tres puntos en la tasa de participación urbana (de 60% a 63%) como respuesta al inicio de un nuevo ciclo de expansión económica desde fines de 199613 . Como producto de todos los factores mencionados, la PEA urbana ha estado creciendo a una tasa promedio anual de 4% en la década actual. Esta es una realidad laboral que pocos quisieran enfrentar. Una de las estrategias que existe para que un trabajador individual evite reducciones en sus ingresos reales y/o situaciones prolongadas de desempleo y subempleo, es haciéndose diferente, es decir, calificándose y capacitándose más, lo cual disminuye su grado de sustitución en el mercado laboral. En el caso peruano, existe una extensa oferta de instituciones que ofrecen educación y capacitación laboral. El problema es que dichas instituciones presentan una elevada dispersión en lo que se refiere a estándares de calidad. Lo que abunda son instituciones que ofrecen capacitación de baja calidad y baja rentabilidad en el mercado laboral14 . La oferta de centros de formación de elevada calidad es reducida y, por lo tanto, cara e inaccesible para la mayoría de las personas. Las familias invierten una parte importante de sus recursos en educación, contribuyendo con casi un tercio del financiamiento total de los servicios educativos. Pero existen importantes diferencias en los costos de la educación: el costo total mensual promedio por alumno en una escuela privada es US$ 456.00 dólares, mientras que en una institución pública es de US$ 174.00 dólares, siendo en este último caso un 24% contribución de la familia15 . La calidad del sistema de educación estatal básico, al que recurre el 82% de la población, se deterioró drásticamente en las últimas décadas. Así por ejemplo, el gasto público total anual en educación por alumno se redujo de 274,7 a 140 dólares entre 1970 y 199016 . La actualización curricular y capacitación para profesores por

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generaron significativa migración de retorno, que podría explicar la desaceleración en la curva de crecimiento de la oferta laboral en los 1980s. La importancia de este tipo de migración es enfatizada, por ejemplo, por Carola Pessino, en uno de los pocos estudios económicos sobre migraciones en el Perú. Véase, Pessino, C. “La Teoría de la Migración Secuencial y la Experiencia del Perú”, El Trimestre Económico, pg. 70-115, 1991. MTPS (1997) “La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: Capacitación y Participación Laboral”, Boletín de Economía Laboral, Nº 6, octubre 1997. MTPS. “La Tasa de Participación y sus Efectos sobre el Mercado Laboral”. Boletín de Economía Laboral, Nº 7, Enero 1998. Ver, MTPS “Calidad de la capacitación técnica y diferenciales de ingreso: El caso de los egresados de los Institutos Superiores Tecnológicos”. Boletín de Economía Laboral, Nº 4, abril 1997, y Saavedra, J. (1994) “El Financiamiento de la Educación en el Perú”. Documento de trabajo Nº 24, Grade. Saavedra, op.cit. Dólares constantes de 1994.

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muchos años fue inadecuada e insuficiente, condenando a los estudiantes a una educación memorista y poco conectada con la realidad nacional y las posibilidades efectivas para los jóvenes en el mercado laboral. Recién en estos últimos años se empezó a revertir la situación, que finalmente afecta a 8 de cada 10 nuevos ingresantes al mercado de trabajo. El gasto público total en educación se incrementó a 175 dólares por alumno en 1994; se están actualizando materiales de enseñanza, capacitando a maestros y se ha construido o refaccionado más de 60,000 colegios a nivel nacional17 . Asimismo, está en marcha un proyecto para reestructurar la educación secundaria acortándola de 5 a 4 años, para dar paso a un nivel de bachillerato de 2 años con sus vertientes humanística/científica y técnico/productiva. En ambos casos, el joven deberá egresar del bachillerato con herramientas suficientes como para desenvolverse en el mundo del trabajo. Este cambio propuesto es fundamental para mejorar la oferta de trabajo futura, ya que la oferta de capacitación laboral complementaria que brindan actualmente las academias e institutos ocupacionales en la etapa post-escolar está estructurada más en función de las expectativas poco informadas de los jóvenes egresados del sistema escolar que de las necesidades concretas del sistema productivo. Salvo contadas excepciones, la oferta de capacitación es de baja calidad, y desarticulada de los procesos de aprendizaje en las empresas18 . Como resultado, la empleabilidad de los jóvenes egresados de este sistema es reducida. La educación y capacitación formal recibida no permite a la gente incorporarse al mercado laboral con una remuneración adecuada, a pesar de que los nuevos cohortes generacionales se insertan con mayores niveles educativos que generaciones anteriores. En este sentido, el promedio de años de escolaridad de la fuerza laboral ingresante en el Perú aumentó de 5.7 en 1981 a 9.1 en 1997. En el otro extremo de la pirámide social, encontramos también evidencias de crecimientos en la demanda superiores al incremento en la oferta en algunos casos específicos. Esto está sucediendo, por ejemplo, con los ejecutivos y profesionales más calificados que se necesitan para gerenciar y operar las inversiones de capital físico y tecnología en sectores tradicionales de la economía peruana, que han sido modernizados de manera drástica con la apertura al exterior. Las tasas de retorno a la inversión en capital humano han variado de 8% en 1991 a 10% en 199419 . Las remuneraciones reales promedio de empleados y ejecutivos del sector privado han aumentado en 56.5% en lo que va de la década, mientras que las remuneraciones reales promedio de obreros del sector privado se incrementaron en sólo 2.4% para similar período20 . No obstante, en los sectores medios encontramos problemas de transición. Por un lado, tenemos el difícil caso de jóvenes profesionales egresados de algunas 17 18

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INEI. Nota de Prensa, noviembre 1997. MTPS, Programa de Capacitación Laboral Juvenil - ProJoven, “Análisis de demanda de capacitación en el Perú”. 1997 Saavedra, J. “Quiénes ganan y quiénes pierden con una Reforma Estructural”. En Notas para el Debate, Nº 14. Grade, 1997. MTPS, “Evolución del poder de compra de las remuneraciones, 1991-97”, Informe Estadístico Mensual, Nº 20, enero 1998.

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universidades públicas y privadas, cuyo capital humano efectivo es inferior al que señala su título universitario. Asimismo, tenemos casos de carreras profesionales con excesos de oferta. Para ellos las opciones actuales son: desenvolverse en el autoempleo o informalidad en un área que poco tiene que ver con la carrera formal estudiada21 , volver a invertir en otra carrera universitaria u obtener algún postgrado en áreas de mayor demanda. Por otro lado, tenemos el caso de trabajadores de edad mediana (por encima de los 40 años) cuyas habilidades han dejado de ser demandadas por la nueva estructura de la economía peruana. Un proceso de reconversión laboral para estos trabajadores es relativamente costoso y de pronóstico reservado. Por ejemplo, el Programa de Reconversión Laboral para 10,000 ex-trabajadores de empresas públicas privatizadas ha logrado la reinserción de un tercio de ellos en trabajos dependientes y otro tercio de ellos en trabajos independientes. Sin embargo, por el costo involucrado, resulta difícil replicar este relativo éxito a escala más masiva. En el caso de las mujeres los problemas son aún mayores. En las últimas décadas, el rol de la mujer dentro de la sociedad peruana cambió de manera impresionante. No sólo se han incrementado los años de escolaridad promedio que presentan, sino que este fenómeno ha venido asociado a mayores tasas de participación laboral, como ya señaláramos. Al respecto, si en 1980 sólo el 20% de los ocupados eran mujeres, en 1997 ese porcentaje se incrementó a 40%. Sin embargo, las mujeres aún mantienen algunos problemas en el mercado de trabajo22 . Están relacionados al acceso23 ; a ingresos menores, luego de controlar por diferencias en educación, experiencia y demás atributos personales observables con los hombres; y a una auto exclusión del mercado ya que a partir de edades intermedias, las mujeres empiezan a interrumpir sus trayectorias ocupacionales y se retiran antes de los 50 años de la fuerza laboral. 24 A esto habría que añadir que las mujeres que sí recibieron capacitación de algún tipo no parecen hacer un uso adecuado de estas inversiones: en el Perú existen más de 2 millones de mujeres capacitadas, de las cuales sólo el 50% se encuentra trabajando y, de éstas, la mayoría trabaja en ocupaciones distintas de aquéllas para las que fueron formadas.25 Es decir, mucha de la inversión orientada a la formación de la mano de obra no cumplió con sus objetivos trazados.

III) EFECTOS DEL COMPORTAMIENTO DE LA DEMANDA POR TRABAJO 21

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Sin embargo, las remuneraciones no tienen porque ser ínfimas, pues el poco capital humano que tienen obtiene retornos en cualquier actividad: un taxista con formación universitaria percibe en promedio 25% más de ingresos netos que uno sin tal formación. Véase MTPS, “La Mujer en el Mercado Laboral Peruano: Capacitación y Participación Laboral”. Boletín de Economía Laboral, Nº 6, octubre 1997. Hace pocas semanas entró en operación una nueva ley anti-discriminación que crea mecanismos para evitar la existencia de tales prácticas. MTPS, op.cit. MTPS, op.cit.

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Durante la segunda mitad del presente siglo, la capacidad del aparato productivo peruano de absorber mano de obra se vio seriamente afectada por diversos factores económicos e institucionales que contribuyeron a la generación y crecimiento de un excedente de mano de obra en situación de desempleo abierto o, principalmente, de subempleo en el sector informal de la economía. Debido principalmente a la implementación de políticas económicas equivocadas, el Perú experimentó un escaso e inestable crecimiento económico que impidió un crecimiento sistemático de la demanda de mano de obra. A esto se unió la vigencia de una legislación laboral que impuso rigideces a la contratación formal de mano de obra, lo cual motivó la aparición y crecimiento acelerado de un mercado de trabajo no estructurado o informal, en donde predomina el autoempleo de bajo ingreso y la desprotección al trabajador. El tema a discutir en esta sección es: ¿en qué medida la evolución y tendencias de la demanda de mano de obra contribuye a la explicación del problema del empleo en el Perú? Con el fin de comprender el origen y dinámica de este problema, se describe brevemente la evolución de la economía nacional en las últimas décadas y luego, en base a este análisis, se intenta explicar el comportamiento y tendencias de la demanda de mano de obra en el país. III.1 Política económica, producción y empleo en la segunda mitad del siglo XX La segunda mitad del siglo XX en el Perú será recordada como un periodo de cambios profundos y radicales, que tuvieron fuertes implicancias sobre la capacidad de generación de riqueza del país y, por consiguiente, sobre el mercado laboral. Así, mientras en el periodo 1950-1974 el PBI creció a una tasa promedio anual de 5,5%, en el periodo 1975-1990 lo hizo a una tasa promedio de sólo 0,06% anual. Recién a partir de 1990 se recupera la senda del crecimiento y el progreso económico, registrándose un crecimiento promedio del PBI de 5,3% anual entre 1990 y 1997. Como consecuencia del estancamiento económico durante una década y media, el nivel de bienestar de la población se vio seriamente afectado. El PBI per cápita de 1990 representó sólo las tres cuartas partes del nivel alcanzado en 1974. Asimismo, a pesar de que en los últimos 5 años la economía creció en más de 7% anual de manera sostenida, el PBI per cápita de 1997 sólo es comparable con el de 1970. Es decir, la actual capacidad de generación de riqueza y de oportunidades por habitante es la misma que hace casi 30 años, aún cuando hoy existe más del doble de población y de trabajadores presionando en el mercado laboral. ¿Cómo se explica este comportamiento tan decepcionante de la economía peruana entre 1975 y 1990? La mayoría de las hipótesis al respecto coinciden en señalar que uno de los principales factores determinantes fueron las políticas equivocadas impulsadas por el Estado, que a la larga resultaron nocivas para la economía, especialmente para el mercado laboral y su capacidad de absorber mano de obra. En efecto, a principios de la década del sesenta, en el Perú como en otros países de la región, se puso en marcha un conjunto de políticas económicas orientadas a acelerar el proceso de industrialización en base a la estrategia de sustitución de 12

importaciones. Así, el Estado peruano trataba de apresurar el traslado de trabajadores de actividades de supuesta baja productividad (agricultura) a actividades de alta productividad. La concepción era de que esto se podía lograr a través del impulso de la actividad manufacturera, lo que en muchos casos implicó una implícita penalización del sector agropecuario y de las exportaciones, especialmente aquellas con mayor valor agregado. A fines de los 60s este modelo de industrialización por sustitución de importaciones se profundizó, a la par que se extendía la intervención estatal en el sector productivo de la economía. Con el fin de impulsar la industria naciente, se buscó orientar la inversión hacia este sector y se dispusieron medidas arancelarias y para-arancelarias que bloquearon la competencia, permitiéndose así el desarrollo de un sector económico que no disponía de ventajas comparativas, que podía tolerar altos niveles de ineficiencia y que, consecuentemente, no tenía incentivos para desarrollar una capacidad exportadora. Gracias a la jaula de cristal que estas políticas proteccionistas crearon, la producción manufacturera creció a una tasa media anual de 8.5% entre 1973-1983. El impacto de este considerable crecimiento sobre el empleo, no obstante, no fue tan positivo. De hecho, el índice de empleo en el sector manufacturero no sólo no creció como consecuencia del impulso dado a la industria manufacturera, sino que luego de un periodo más bien breve empezó a decaer arrastrando consigo al empleo global26 . Este negativo resultado, en apariencia sorprendente, es explicado por dos factores que actuaron en la dirección de encarecer artificialmente el precio relativo de la mano de obra. Por un lado, una legislación laboral sumamente rígida que se tradujo en altos costos de contratación de mano de obra27. Por otro lado, regímenes arancelarios y tributarios generosos para la importación de bienes de capital que mantuvieron artificialmente bajo el precio de este factor de producción. El paradójico resultado de esta perniciosa combinación de factores fue que en un país abundante en mano de obra, precisamente este factor resultaba relativamente caro. En otras palabras, la ventaja comparativa del país había sido invertida. En suma, dichas políticas industriales introdujeron un sesgo negativo en la demanda de mano de obra global y de los grupos de trabajadores más pobres del país. A pesar de ello, este esquema económico se mantuvo hasta finales de los años 1980s. El segundo gobierno de Belaúnde (1980-1985), inició un proceso gradual de liberalización de la economía que se vio interrumpido por la crisis fiscal y de la deuda externa a partir de 1983. Finalmente, el gobierno de García (1985-1990) optó por regresar con todo ímpetu al esquema de sustitución de importaciones, con el agravante de generar déficit fiscales crecientes que condujeron al país a una crisis externa sin precedentes y a un proceso de hiperinflación no experimentado en muchos años. A partir de agosto de 1990, con el gobierno del Presidente Fujimori, el Perú inició un severo programa de estabilización que, a diferencia de los aplicados en décadas pasadas, estuvo acompañado de un conjunto de reformas estructurales que apuntan a 26 27

El índice de empleo industrial cayó en 1.5% anual entre 1977 y 1990. Ver la siguiente sección de este documento.

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cambiar de manera drástica la estrategia de crecimiento de la economía peruana. Las reformas buscan que un sistema de precios determinados en libre concurrencia sea el principal mecanismo de asignación de los recursos, al mismo tiempo que reducir la intervención del Estado y eliminar las distorsiones creadas por éste. Con este fin, se liberalizó el comercio exterior, reestructuró el sector público, se eliminaron los monopolios estatales, flexibilizaron los mercados financieros y de trabajo y se puso en marcha un programa de privatización de empresas públicas. Los efectos de estas medidas sobre el crecimiento de la economía han sido notables (ver Gráfico Nº 2). El severo y necesario ajuste fiscal y monetario aplicado, generó una recesión inicial. No obstante, a partir de 1993 la economía comenzó a expandirse de manera vigorosa, conforme el PBI crecía en 6.4% durante ese año, 13.1% en 1994 y 7.2% en 1995. Este elevado crecimiento, sin embargo, empezó a originar una creciente brecha externa como consecuencia del incremento de las importaciones y el rezago en la maduración de los grandes proyectos de exportación. Debido a ello durante 1996 se propició un “aterrizaje suave” de la economía, la que creció sólo en 2.6%. En 1997, se volvió a la senda de rápido crecimiento (7.4%) y se espera consolidar en los siguientes años un proceso de crecimiento sostenido a una tasa promedio anual de 6%28 .

Gráfico Nº 2 Perú : El desempeño del crecimiento en respuesta a la estabilización y el programa de reformas, 1990-2000 Crecimiento vigoroso 15.0

Crecimiento sostenido

13.1

10.0

5.0

7.2 Aterrizaje suave

6.4

Estabilización 2.9

7.4

6.0

2.6

0.0 -3.8

-1.7

-5.0 1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998-2005

Fuente: MEF, BCR.

III.2 Evolución y tendencias de la demanda de trabajo La demanda de mano de obra es, como se sabe, una demanda derivada. Su comportamiento depende de lo que ocurre en el mercado de bienes y servicios y, a lo largo del tiempo, evoluciona en función del comportamiento de la producción y la tecnología implícita en ella. Estos factores, conjuntamente con factores institucionales, determinan la capacidad de absorción de mano de obra que tiene el aparato productivo del país, es decir, influyen en la elasticidad de demanda de mano de obra. 28

BCR. Estimaciones preliminares

14

Diversos estudios han intentado estimar la demanda de mano de obra en el Perú, utilizando series de tiempo disponibles tanto para el sector industrial como para la economía en su conjunto29 . Los resultados de dichos estudios son diversos y poco concluyentes. Las elasticidades empleo-producto estimadas fluctúan entre .24 y .71 para diversos periodos analizados, en tanto que, la elasticidad empleo-salario es bastante baja e incluso ha resultado positiva en alguna de las estimaciones (ver Cuadro Nº 1-A en el anexo). Esta variabilidad en los resultados probablemente se debe a que, salvo algunas excepciones, las estimaciones han sido realizadas “con escaso rigor metodológico y sin concentrarse en la problemática laboral del país”30 . Es probable también que la dificultad para encontrar información referida al empleo haya determinado que muchos de los trabajos elaboren sus propias series y condicionen así sus resultados finales. Nuestra aproximación a este tema es bastante simple, en la medida que el propósito de este ejercicio es dar una idea general sobre la evolución de la elasticidad empleoproducto en el tiempo. Con información proveniente de los censos de población del INEI y las series de empleo y PBI existentes se han calculado elasticidades para los últimos 50 años, utilizando las variaciones promedio anuales tanto en el empleo como en el PBI31 . Los resultados se muestran en el Cuadro Nº 2. Cuadro Nº 2 Perú Urbano: Elasticidades empleo-producto, 1961-1997

1961/1940 1972/1961 1981/1972 1984/1981 1990/1986 1992/1990 1997/1992

D Empleo (*) D PBI Elasticidad (porcentaje) (porcentaje) empleo-producto 1.8 5.3 0.34 2.8 5.3 0.52 2.9 3.8 0.75 -1.5 -4.3 0.35 -1.4 -6.5 0.22 0.3 1.3 0.19 4.2 7.9 0.53

(*) Se ha considerado series de empleo asalariado urbano. Antes de impulsarse la estrategia de industrialización por sustitución de importaciones (1940-1961) la capacidad de absorción de la mano de obra de la producción nacional era limitada. No obstante, resultaba casi suficiente para absorber el crecimiento de la oferta laboral urbana de entonces. La elasticidad empleo-producto ascendía a .34 en 29

30 31

Aún cuando las series históricas de producción se encuentran disponibles, series sobre la variable empleo son difíciles de conseguir. Cuando se estiman curvas de demanda, los parámetros más importantes son las elasticidades empleo-producto y empleo-salario. La elasticidad empleo-producto indica qué tanto (en puntos porcentuales) variará el empleo ante un cambio porcentual en la producción. La elasticidad empleo-salario indica que tanto variará el empleo ante cambios porcentuales en las remuneraciones. Rendón y Barreto, “Demanda de Trabajo en la Industria Manufacturera”, Lima, ADEC-ATC, 1993. La fórmula empleada fue: h=∆%L / ∆% PBI; donde: h es la elasticidad empleo-producto; %∆ L es el cambio porcentual anual en el empleo; y ∆% PBI; es el cambio porcentual anual en el producto.

15

promedio, lo cual quiere decir que por cada punto porcentual de crecimiento del producto, el empleo crecía en un tercio de punto porcentual. En ese entonces la estructura de la producción vigente era básicamente orientada hacia la exportación de productos primarios. Como consecuencia, el promedio de crecimiento del PBI durante este periodo fue de 5.3% y la ocupación crecía a una tasa de 1.8% anual. Durante este periodo la oferta de mano de obra urbana crecía a un ritmo de 1.8% anual, es decir, el elevado aumento de la producción nacional absorbía casi completamente los influjos de oferta ingresantes al mercado laboral urbano. Por tanto, hasta 1961 el excedente laboral generado fue poco significativo (ver Cuadro Nº 3). Cuadro Nº 3 Perú Urbano: Estimación de las tasas de crecimiento de la oferta y demanda de trabajo, 1961-1997 (en porcentajes)

Años

1961/1940 1972/1961 1981/1972 1984/1981 1990/1986 1992/1990 1997/1992

Tasa anual de crecimiento de la oferta laboral (S) 1.8 2.9 3.2 2.8 2.3 2.5 4.1

Tasa anual de crecimiento de la demanda laboral (*) (L) 1.8 2.8 2.9 -1.5 -1.4 0.3 4.2

Diferencia anual de crecimiento (S)-(L) 0.0 (**) 0.1 0.3 4.3 3.7 2.2 -0.1

(*) Estimada por la tasa de crecimiento observada en el empleo asalariado. (**) La cifra de 0.04 ha sido redondeada a un decimal. Nota: Hasta 1981 se utilizaron las tasas de crecimiento censales. A partir de entonces se utilizaron las tasas de crecimiento provenientes de las Encuestas de Niveles de Empleo para Lima Metropolitana.

Durante el periodo inicial de políticas de industrialización por sustitución de importaciones (1961-1972), la elasticidad alcanzó un expectante valor de 0.52. Debido a que la producción se incrementó a una tasa promedio anual de 5.3% durante este periodo, se podía absorber mano de obra a un ritmo de 2.8% anual. Es decir, aparentemente se había logrado un modelo que absorbía suficiente cantidad de mano de obra como para dar cuenta del crecimiento de la oferta laboral. Sin embargo, ya para entonces se registraban los primeros efectos de las migraciones y de la explosión demográfica sobre la oferta de trabajo urbana. De esta manera, la oferta aceleró su crecimiento a 2.9% anual. La elasticidad empleo-producto aumentó aún más en la década de los setenta, período de mayor profundización del modelo de sustitución de importaciones. Este hecho parece paradójico, considerando la argumentación presentada anteriormente sobre el impacto de las políticas proteccionistas sobre el empleo. La explicación reside, sin embargo, en el hecho de que ante el estancamiento del empleo privado, el Estado 16

empezó a generar ingentes cantidades de empleo en sus flamantes empresas públicas. De representar 15% del empleo asalariado en 1961, el sector público pasó a comprender cerca del 50% del empleo asalariado en 198132 . Sin embargo, la tasa de crecimiento del producto empezó a desacelerarse como síntoma de una menor productividad en la economía. Así, el aparato productivo nacional sólo podía absorber mano de obra a una tasa de 2.9% anual, a pesar de que la oferta laboral urbana ya había alcanzado tasas de crecimiento de 3.2% anual. El crecimiento económico que produjo el modelo de industrialización por sustitución de importaciones fue posible gracias al endeudamiento externo, el cual permitió sostener el crecimiento industrial artificial y postergar la crisis de balanza de pagos y las presiones inflacionarias mayores para la siguiente década. Como no puede haber “lonche gratis”, llegó la hora de pagar la cuenta de la aparente bonanza experimentada. De esta manera, la década de los 80s fue un período continuo de ajuste en la demanda de mano de obra. Esta decrece en 1.5% anual entre los años 1981 y 1984, mientras que la oferta laboral crecía en 2.8%. El excedente de mano de obra, que se venía gestando a tasas moderadas en las décadas anteriores, dio un salto en los primeros años de los ochentas para mantenerse en niveles elevados hasta 1990. De ahí en adelante experimentó una sustancial reducción. En su conformación influyó en un 63% la reducción en la contratación de mano de obra, en tanto que el 37% restante es explicado por factores de oferta tales como la explosión demográfica y el aumento en la tasa de participación33 . El crecimiento vertiginoso de este excedente motivó la generación de estrategias de supervivencia por parte de los trabajadores. La más notable de estas manifestaciones fue el surgimiento de un mercado de trabajo no estructurado, subterráneo o informal, en el cual predominan el auto-empleo y la inobservancia de relaciones de trabajo formales. Las reformas estructurales implementadas por el gobierno desde 1991 tuvieron impacto decisivo sobre el nivel y composición del empleo. Durante un primer momento, entre 1990-1992, el ajuste y las reformas estructurales provocaron un lento crecimiento en la producción, de manera que el nivel de empleo se mantuvo prácticamente inalterado en el período 1989-1992 (ver Gráfico Nº 3). No obstante, desde fines de 1992 los cambios implementados empezaron a surtir efecto. En el período 1992-1997 la economía creció a un ritmo de 7.9% anual y el empleo urbano lo hizo a una tasa de 4.2%. Como consecuencia, la elasticidad empleo-producto actualmente se sitúa alrededor de .53, cifra superior a los niveles registrados a principios de la década cuando alcanzó un valor de 0.1934 .

32

33

34

De hecho, una estimación que descuenta todo el empleo asalariado público generado entre 1961 y 1981, da como resultado un crecimiento nulo del empleo privado y, por tanto, una elasticidad empleo privadoproducto igual a cero. Para descomponer la contribución de la oferta y la demanda en la conformación de este excedente, se asumió un escenario alternativo con una tasa de crecimiento constante (1.8%) en la oferta. Por lo general, la elasticidad empleo-producto es baja, durante el proceso de reformas estructurales incluyendo la reforma laboral. No obstante, luego de la reforma esta elasticidad empieza a crecer en función de la nueva estructura de la producción y del empleo. Para mayores referencias y cifras

17

Gráfico Nº 3 Lima Metropolitana: Población económicamente activa ocupada, 1989 - 1993. (en miles)

3,100 2,900 2,700 2,500 2,300 2,100 1,900 1,700 1,500

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996 1997

Años

Fuente: MTPS-INEI-ENAHO 1989-1997

Este nivel de elasticidad es consistente con la nueva estructura de la producción y empleo en el país. La reestructuración de la economía ha implicado un mayor crecimiento relativo de sectores tales como construcción, servicios personales, comercio y transportes, así como de rubros específicos de producción de bienes de consumo y bienes intermedios al interior de la industria manufacturera con ventajas competitivas importantes (textiles, confecciones, metal mecánica, fabricación de productos alimenticios). Los sectores que menos han crecido han sido el sector gobierno y el sector de producción de bienes de capital35 . Este cambio en la composición de la producción ha determinado que nuevos sectores lideren hoy en día el proceso de generación de empleo en el país, como se puede observar en el Gráfico Nº 4. En él se observa, por ejemplo, que por cada 100 mil dólares invertidos en la actualidad se pueden generar en promedio 4.3 puestos de trabajo. La diferencia fundamental radica en que los sectores más dinámicos en cuanto a generación de empleo son principalmente el comercio, turismo (restaurantes y hoteles), agricultura, etc.; muchos de ellos fundamentalmente no transables. Estos dos últimos son precisamente los sectores a los que se le quiere dar mayor impulso con la política económica actual. Asimismo, si bien el promedio de la actividad manufacturera genera pocos empleos, se encuentra dentro de ella actividades con mucho potencial exportador y de generación de empleo, tales como los antes mencionados sectores de textiles, confecciones, metal mecánica y fabricación de productos alimenticios. Es importante resaltar los efectos positivos que la estabilización y las reformas estructurales ocasionaron sobre la productividad de los factores. Esta se vio incrementada fuertemente en nuestro caso, especialmente en los sectores transables de

35

comparativas a nivel internacional, ver Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la República de Argentina. Informe de Coyuntura Laboral, agosto de 1997. Ver Saavedra, J. “Quiénes ganan y quiénes pierden en una reforma estructural”. Notas para el debate, n.14. Grade, 1997.

18

la economía. Es conocido, que aumentos de productividad se traducen en mayor crecimiento de la producción pero no en mayor empleo de mano de obra. Por ello es posible entender que el empleo en sectores transables crezca a un menor ritmo que en sectores no transables y que un alto crecimiento económico no traiga aparejado un similar crecimiento del empleo. Al menos, por un tiempo. Gráfico Nº 4 Perú : Empleo generado por cada 100,000 dólares invertidos en activo fijo, según ramas de actividad económica, 1993.

35 30.0

Trabajo / Capital

30

28.4

25

21.3

20.4

20 15.1

14.9

15 10.2 10 5

6.5 4.3

3.8

2.5

2.4

2.1

1.2

0.3 Electricidad, gas y agua

Minería

Transporte

Pesca

Manufactura

Intermediación Financiera

Otras actividades

Servicios sociales

Agricultura

Construcción

Enseñanza

Inmobiliarias

Hoteles y Restaurante

Comercio

Total

0

Nota : De incluirse el activo no fijo en la inversión, el promedio de puestos de trabajo generados por cada 100,000 dólares invertidos se reduce de 4.3 a 3.1. Fuente: Tercer censo económico Elaboración: MTPS

Se ha hecho patente la escasez relativa de ciertos tipos de mano de obra. En general, se ha incrementado la demanda de trabajadores calificados, lo cual ha originado recomposiciones del empleo hacia los más educados y más calificados al interior de la mayoría de los sectores, especialmente aquellos con mayor dinamismo reciente. Así, es posible comprender cómo, en medio de una abundante oferta de mano de obra, los empresarios encuentran dificultades para contratar patrones de lancha, laboratoristas para control de calidad, técnicos agroindustriales, etc.; actividades cuya importancia relativa era menor hasta hace poco. Y también, la ampliación de la brecha de remuneraciones entre trabajo calificado y no calificado. El gran reto del presente y futuro próximo será seguir absorbiendo paulatinamente el excedente de mano de obra generado por varias décadas de deficiente manejo económico, inadecuada legislación laboral, y una importante explosión demográfica. Lo logrado en el Perú en estos últimos años, gracias a las reformas emprendidas en todos los campos, es muy alentador. Sin embargo, la tarea va a tomar décadas de persistencia en el camino trazado. En un escenario que asume la continuación de una senda de crecimiento económico de 6% promedio anual y una elasticidad empleoproducto de 0.5, tomaría dieciocho años sólo para absorber la mitad del excedente heredado, aún cuando se absorbería el crecimiento anual de la oferta laboral. Por el contrario, un escenario más expectante es aquél en el que se logra aumentar la elasticidad empleo-producto actual a 0.7 como consecuencia de una mayor proporción

19

de la inversión en sectores más intensivos en mano de obra como la agricultura y la agroindustria, los textiles y confecciones, el turismo, y la pequeña y mediana empresa, y una mayor respuesta de parte del empresariado a la moderna y promotora legislación laboral consolidada en los últimos años36 . En este caso, dieciséis años de arduo trabajo lograrían absorber todo el excedente heredado37 . Hacía ello apunta la flexibilidad laboral que analizamos en la siguiente sección.

IV) LA REFORMA INSTITUCIONAL DEL MERCADO LABORAL EN EL PERU En 1990, la Organización Internacional del Trabajo describía a la legislación laboral peruana como “…la más rígida, la más proteccionista, la más intervencionista y la más confusa de América Latina…”.38 En los últimos seis años se ha dado un vuelco radical a aquella situación. En la presente sección se describen los objetivos y principales líneas de acción de la reforma laboral, así como se discute la evidencia disponible en cuanto a su impacto sobre el funcionamiento del mercado laboral. El objetivo central de la reforma ha sido crear un marco normativo que favorezca un eficiente desenvolvimiento del mercado laboral, asegurando la flexibilidad y movilidad de la fuerza laboral, de manera que las empresas y los trabajadores puedan responder a los acelerados cambios en la economía mundial y los recursos humanos fluyan hacia las actividades con mayor potencial de crecimiento en la economía. Este es, a nuestro juicio, la manera más efectiva de fomentar el crecimiento del empleo en el Perú. Los cambios implementados se pueden ordenar en dos grandes grupos: (1) derechos individuales y (2) derechos colectivos de los trabajadores. IV.1 Derechos individuales de los trabajadores

36

37

38

(a)

Flexibilización de las normas sobre horarios de trabajo, estableciendo además la facultad del empleador para establecer y/o modificar el horario del trabajador dentro de criterios de razonabilidad y obedeciendo a las necesidades del centro de trabajo, siempre que la jornada no exceda de 8 horas diarias ó 48 horas semanales. Asimismo, en el caso del descanso semanal, la elección de un día distinto al domingo para atender requerimientos propios.

(b)

Eliminación de la estabilidad laboral absoluta, que anteriormente se adquiría automáticamente luego de tres meses de permanencia en la empresa (periodo de prueba), reemplazándola por una protección contra el despido arbitrario

El caso chileno es aleccionador en este sentido. Mientras que la elasticidad empleo-producto durante las reformas (1973-81) fue de 0.45; el mismo indicador se elevó a 0.90 en el período posterior a las reformas (1984-90). Véase Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la República Argentina, Informe de Coyuntura Laboral, agosto 1997. Una estrategia complementaria que ayudará a lograr estas metas ambiciosas es la consolidación de aquellos empleos con viabilidad económica que se han autogenerado en la informalidad a lo largo de estas últimas décadas, con acceso al crédito, capacitación, información y asistencia técnica pero sin subsidios. OIT, “El Desafío del Empleo en América Latina y el Caribe”, Documento de trabajo n. 7 (1994); tomado de Yamada, et. al., Caminos Entrelazados. La Realidad del Empleo Urbano en el Perú, Lima: Centro de Investigaciones de la Universidad del Pacífico, 1996, p.62.

20

(estabilidad laboral relativa) que implica en el caso de los contratos de duración indeterminada una indemnización de una y media remuneración ordinaria mensual por cada año completo de servicios, sujeta a un tope de doce remuneraciones mensuales en total. Por otra parte, la nueva normativa también ha dejado abierta la posibilidad de extender la duración del periodo de prueba a seis meses para trabajadores calificados y un año para personal de dirección o en cargos de confianza. Asimismo, se crearon nuevas causales justas de despido asociadas a la inconducta y a la incapacidad productiva del trabajador.

(c)

Introducción de nuevas modalidades contractuales. Estas incluyen los contratos sujetos a modalidad, también llamados a plazo fijo, hasta por un máximo de cinco años por trabajador, y los contratos por obra o servicio específico, para los cuales no hay plazo límite. Anteriormente, los contratos a plazo fijo sólo se podían realizar excepcionalmente, pues existía la presunción de la duración indeterminada del contrato de trabajo. Este tipo de contratos era posible, por tanto, sólo cuando la naturaleza temporal o accidental del servicio a prestar lo exigía.

(d)

También se introdujeron los convenios de formación laboral juvenil para jóvenes entre 16 y 25 años y las prácticas preprofesionales, ambos hasta por un máximo de 36 meses. El objetivo de estas formas de relación pre-laboral es facilitar la inserción de los jóvenes en el mercado laboral, grupo que muestra las tasas de desempleo y subempleo más altas. Estos convenios, por no tener carácter laboral, no obligan al pago de beneficios sociales, aún cuando mantienen la obligación de asegurar una cobertura de salud al joven participante.

(e)

Flexibilización de las normas relativas a la intermediación laboral, la cual puede ser desarrollada por las cooperativas de trabajo y fomento del empleo y las empresas de servicios especiales. Este mecanismo permite la colaboración de terceros no vinculados laboralmente con la empresa, en el desarrollo de las labores propias de su giro y en labores complementarias y de carácter especializado. De esta manera, las empresas usuarias de sus servicios concentran sus recursos en aquellas actividades que por su especialización les generen mayores beneficios.

(f)

Nuevo marco normativo de la Compensación por Tiempo de Servicios, la misma que en la actualidad es depositada semestralmente con carácter cancelatorio, en una entidad bancaria o financiera elegida libremente por el trabajador. Cabe referir que este beneficio es entregado al trabajador al momento de su cese en la empresa; sin embargo, éste puede disponer hasta el 50% de su CTS antes de que concluya la relación laboral, pudiendo inclusive solicitar préstamos con cargo a dichos depósitos. Este nuevo marco ha permitido que las empresas se liberen de la enorme carga económica que significaba el pago de la compensación por tiempo de servicios, en base a la última remuneración percibida por el trabajador al momento del cese, siendo asimismo, un mecanismo de ahorro interno que ha permitido importantes inversiones productivas en el país.

21

(g)

Creación de un sistema privado de pensiones, donde varias empresas privadas compiten por la administración de cuentas individuales de aporte de los trabajadores. Los trabajadores que han cotizado al sistema de seguridad público pueden elegir entre permanecer en tal sistema o pasar al privado, pero los nuevos entrantes a la fuerza laboral sólo pueden optar por el sistema privado.

IV.2 Derechos colectivos de los trabajadores

(a)

Democratización del derecho de huelga. La nueva legislación ha hecho explícita la exigencia de la mitad más uno de los votos emitidos directa y secretamente por todos los trabajadores para ir a una huelga. Anteriormente, la decisión de iniciar una huelga podía ser tomada por las dirigencias sindicales que no necesariamente representaba la voluntad mayoritaria de los trabajadores comprendidos. Además, se ha reafirmado el principio de “día no laborado, día no pagado”, en lo que respecta al periodo de huelga.

(b)

Garantías para el ejercicio de la libertad sindical a efecto de evitar la unicidad o monopolio sindical. En este aspecto se han flexibilizado los requisitos para la constitución de organizaciones sindicales, dejándose de lado la exigencia de contar con más del ciento por ciento de los trabajadores para la constitución de un sindicato de empresa. Asimismo, para la constitución de organizaciones de grado superior, en la actualidad sólo se exige la afiliación de dos sindicatos tratándose de una federación y de dos federaciones para el caso de las confederaciones.

(c)

Limitación de la participación del Estado en la negociación colectiva. El Ministerio de Trabajo y Promoción Social (MTPS) participa en la conciliación de partes. Sin embargo, las diferencias se pueden resolver ya sea vía el arbitraje privado (figura inexistente en la legislación previa) o, alternativamente, los trabajadores pueden optar por ir a la huelga, siendo ambos mecanismos excluyentes.

(d)

Flexibilización de las normas para el cese colectivo de trabajadores por causas objetivas: económicas, tecnológicas, estructurales, disolución, liquidación o reestructuración empresarial. De esta manera, se facilita la reconversión tecnológica de las empresas.

IV.3 Impacto de las Reformas Institucionales Aún cuando la mera descripción de los cambios efectuados en la normativa laboral revela claramente el levantamiento de muchas de las rigideces incorporadas en la legislación anterior, es importante saber hasta qué punto los agentes han absorbido el nuevo marco institucional y cómo esto se refleja en el funcionamiento de los mercados laborales. En este sentido, y en cuanto al tema de los contratos de trabajo,

22

la demanda por parte de las empresas de formas de relación más flexibles se refleja en el mayor uso de nuevas modalidades contractuales. En 1996 se registraron 435,556 contratos bajo las figuras contempladas en la Ley de Fomento del Empleo, norma que recoge los cambios operados en la legislación laboral a partir de 1991. Más aún, como la intuición sugiere, el crecimiento del empleo en los últimos años se ha dado mayoritariamente a través de modalidades contractuales flexibles. La propiedad del puesto de trabajo que consagraba la legislación anterior generó una serie de distorsiones en el mercado laboral. En primer lugar, el marco normativo hacía oneroso cualquier proceso de reconversión empresarial, puesto que el costo de cambiar de personal era muy alto. En segundo lugar, la misma distribución entre empleo permanente y empleo eventual (a plazo fijo) tenía poco que ver con las necesidades del proceso productivo en la empresa o con la distribución de calificaciones del personal. En tercer lugar, se generó una brecha de ingresos entre trabajadores permanentes y a plazo fijo, en particular para los grupos con mayor educación, que no puede ser explicada por las características educacionales y laborales de los trabajadores.39 Así, en 1986 el promedio de la diferencia de ingresos para aquellos trabajadores con educación superior era de 65% a favor de aquéllos con contratos permanentes; mientras que para el caso de los trabajadores con educación secundaria, la diferencia era de 70.6%. En 1996, la diferencia en el caso de los trabajadores con educación superior se había prácticamente eliminado (1.3%). Para el caso de los trabajadores con secundaria la brecha se ha reducido a menos de la mitad (30.9%) que aún es alta, pero, sin duda, tendiente a decrecer. Esta evidencia sugiere un funcionamiento más eficiente del mercado laboral. Pruebas econométricas realizadas para determinar el efecto de la selección de tipo de contrato sobre los ingresos, siguiendo la metodología de Heckman (1979)40 , indican que los trabajadores que son contratados por tiempo indefinido ganan menos de lo que ganarían los trabajadores a plazo fijo de estar en su lugar. Para el trabajador a plazo fijo, el caso es el contrario; esto es, éste gana más de lo que ganaría un trabajador permanente de estar en su lugar. En resumen, lejos de la idea común de que los trabajadores no permanentes son los peor remunerados, la evidencia empírica sugiere que existen premios asociados a la movilidad laboral. En conclusión, la flexibilización contractual ha contribuido a un funcionamiento más eficiente del mercado laboral, donde se premia a quién invierte en buscar mejores oportunidades. Por otra parte, los convenios de formación laboral juvenil (CFLJ) han permitido incorporar a programas de capacitación en empresas a un número creciente de jóvenes, que como viéramos en la primera sección de este documento es un segmento de la población particularmente afectado por el desempleo y el subempleo. En el año 1996 se suscribieron 15,564 CFLJ, mientras que en programas de prácticas preprofesionales se insertaron 21,166 jóvenes; en 1997 los números se elevaron a 32,814 y 23,824 para cada programa, respectivamente.

39

La discusión que se presenta a continuación se basa en MTPS, “Capital Humano, Ingresos y Duración de los Contratos de Trabajo”, Boletín de Economía Laboral, n. 6, Octubre 1997. 40 Heckman, J. “Sample Selection Bias as a Specification Error” Econometrica, enero, 1979, pp. 153-161.

23

Sobre estos mecanismos se ha levantado la crítica de que su único efecto es abaratar el costo de la mano de obra y eludir los derechos sociales de los trabajadores. En este sentido, se estaría induciendo un efecto sustitución de mano de obra adulta relativamente cara por mano de obra joven y barata. La evidencia, sin embargo, no es consistente con estas críticas.41 En efecto, el número de jóvenes que se incorporaron a un centro de trabajo bajo CFLJs es bastante mayor al número de trabajadores adultos cesados por las empresas. En 1996, por ejemplo, dejaron sus puestos 7,000 trabajadores mayores de 45 años, mientras que los mecanismos de capacitación han posibilitado la generación de 17,000 empleos equivalentes anuales. Más aún, estos mecanismos sólo se han usado al 5% de sus posibilidades, teniendo en cuanto los límites legales en cuanto a número de convenios por empresa. ¿Porqué las empresas dejarían pasar una oportunidad de reducir sus costos laborales? En parte esto tiene que ver con problemas de información, pero sobre todo la respuesta tiene que ver con el hecho de que en realidad un trabajador experimentado no es sustituible por un joven sin experiencia, porque sus niveles de productividad son muy diferentes. Por otra parte, el nivel de remuneraciones de los trabajadores incorporados bajo estos mecanismos ha sido consistentemente más alto que la remuneración mínima vital (RMV), a pesar de que esta última se ha incrementado significativamente en los últimos dos años. Asimismo, el ingreso de estos jóvenes es mayor que el de sus pares que laboran como trabajadores independientes en el sector informal. Por lo demás, la adquisición de capital humano que conlleva la experiencia laboral en el sector moderno formal se refleja en su efecto de largo plazo sobre las remuneraciones. Sobre esto, la evidencia, con una muestra de egresados de institutos de formación superior no universitaria, indica que aquellos trabajadores que pasan por un periodo de práctica en un inicio tienen ingresos inferiores, pero en el largo plazo sus ingresos están por encima de aquéllos que no tuvieron acceso a este tipo de experiencia.42 En cuanto a la subcontratación de mano de obra a través de agencias de intermediación o cooperativas, se han nivelado los beneficios sociales de estos trabajadores con el resto de la población laboral. Esto ha eliminado el uso de dicho mecanismo para eludir algunos derechos de los trabajadores, por una parte, mientras que por otro lado le ha otorgado mayor transparencia al mercado, en la medida en que el uso de estos mecanismos sólo responde a las necesidades reales de las empresas. Finalmente, las reformas en el ámbito de las relaciones colectivas de trabajo se han traducido en un marcado descenso del número de huelgas y de las pérdidas en horashombre asociadas a las mismas, como se puede apreciar en los Gráficos Nos. 5 y 6. Por otra parte, el nuevo marco normativo ha permitido no sólo una menor incidencia del conflicto, en términos del surgimiento de pliegos de reclamos (ver Gráfico Nº 7), sino también una más expeditiva solución a los mismos. En efecto, en 1996, por ejemplo, el 86.5% de los pliegos de reclamos se resolvieron por negociación directa, mientras que en la segunda mitad de los 1980s sólo alrededor de la mitad se resolvían por esta vía. 41

42

La evaluación del impacto de estos mecanismos se puede encontrar desarrollada en más detalle en MTPS, “Cobertura e Impacto de los Mecanismos de Capacitación para el Trabajo”, Boletín de Economía Laboral, n.3, Enero 1997. Ibid.

24

Gráfico Nº 5 Perú : Huelgas en el sector privado, 1985-1996 900 800 700 600 500 400 300 200 100 0 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992

HUELGAS 1993

1994

1995

1996

HUELGAS

Gráfico Nº 6 Perú : Horas Hombre Perdidas, por Huelgas en el sector privado, 1985-1996 (en miles)

40,000 35,000 30,000 25,000 20,000 15,000 10,000 5,000 0

1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 HORAS-HOMBRE PERDIDAS

25

HORAS-HOMBRE PERDIDAS 1996

Gráfico Nº 7 Perú : Pliegos de reclamos presentados y convenios colectivos registrados por años, 1985-1996 3000 2500 2000 1500 1000 500

Presentados

1996

1995

1993

Presentados 1994

1991

1992

1989

1990

1987

Registrados 1988

1985

1986

0

Registrados

Desde otro punto de vista podemos intentar una respuesta cuantitativa a la pregunta ¿Cuál es el grado de flexibilidad que muestra el mercado de trabajo peruano luego de las reformas laborales instrumentadas? En el caso que presente una flexibilidad adecuada, los efectos de choques provenientes del exterior o interior de la economía no afectarán mayormente al comportamiento de la producción y del empleo. Consideramos que una medida del grado de flexibilidad de un mercado de trabajo es la flexibilidad que muestre el salario real frente a los efectos derivados de choques macroeconómicos. Siguiendo la metodología iniciada por Blanchflower y Oswald43 se estimó una “Wage Curve” para el mercado laboral urbano del Perú encontrándose un valor de -0.11 para la PEA ocupada asalariada44 . Esto significa que si el desempleo en alguna región de la economía aumentase en 10% sobre el promedio nacional urbano, los ingresos reales caerían 1.1% en dicha región. Los valores encontrados guardan relación con estimados para Norteamérica y algunos países de Latinoamérica (Brasil), donde se concluía que dichos mercados laborales no presentaban rigideces importantes.

43 44

Blanchflower and Oswald “The Wage Curve”, Seandinavian Journal of Economics, 1990. “Desempleo Regional y Remuneraciones: Una estimación de la “Curva Salario” para el Perú Urbano”, Boletín de Economía Laboral, MTPS, Nº 4, abril 1997.

26

ANEXO

Cuadro Nº 1-A Perú: estimaciones de las elasticidades de demanda de mano de obra

Estudio

Periodo

Sector

Empleo/producto

Empleo/salario

Pontoni (1984)

70-80

Industria

0.79

-

Jiménez (1988)

61-74

Industria

0.74

-

ILD (1986)

55-78

Industria

0.41

-

Alarco (1986)

51-84

Total

0.24

-

Perú Heterodoxo (1987)

70-85

Total

0.71

-

Alarco (1986)

72-84

Total

0.11

0.09

Sánchez (1990)

81-86

Industria

0.48

-0.73

A. Empleo y producto

B. Empleo, producto y salario

Fuente: Rendón y Barreto (1993)

27

· Sistema Nacional de Colocaciones (PROEmpleo) Los resultados obtenidos por la oficina de Lima de ProEmpleo en el primer trimestre del año, hacen prever que las metas planteadas para 1998 podrán alcanzarse. Ello se sustenta en un crecimiento substancial del número de colocados del primer trimestre respecto del mismo período del año anterior, la mejora de los ratios colocados/demanda y colocados/oferta, así como el mayor número de empresas inscritas.

Indicadores Según la información disponible, la oficina central de Lima del Sistema Nacional de Colocaciones-ProEmpleo, registró en el primer trimestre a 9,150 trabajadores, recibió 2,762 vacantes de las empresas que requirieron personal y colocó en éstas a 2,205 trabajadores. Este número de colocados es 48.9% más alto que el registrado en el mismo período de 1997. En adición, en marzo, se registró el número más alto de colocados, 907 nuevos trabajadores, desde la modernización de ProEmpleo operada a inicios del pasado año. El ratio colocados/demanda del primer trimestre fue de 79%, 49 puntos porcentuales más que de enero a marzo de 1997. En cuanto al ratio colocados/oferta, en el primer trimestre de 1998 éste fue de 24.1%, es decir alrededor de un colocado por cada cuatro registrados. Este resultado es tres puntos porcentuales mayor que el registrado en 1997. Estos buenos resultados se explican no sólo en la mayor capacidad del personal para perfilar las vacantes ofrecidas por las empresas, sino en algunos ajustes realizados en ProEmpleo, de manera que algunos puestos considerados estratégicos han sido cubiertos con el personal más capacitado. En cuanto a la oferta, desde febrero se cuenta con información acerca de la cantidad de personas que se acercan a los puntos de orientación de ProEmpleo ubicados en las oficinas de técnicos y obreros, trabajadores del hogar y de profesionales y empleados. Así, entre febrero y marzo se atendió a un total de 19,364 personas en los puntos de información. De éstas, 12,267 solicitaron información en el sétimo piso, 6,436 lo hicieron en la oficina de técnicos y obreros, y 661 en la de trabajadores del hogar. De los que solicitaron

información en el sétimo piso, entre febrero y marzo se evaluó a 4,6772 y, de éstos, aprobó el 50.7%. Mayor número de empresas inscritas Del lado de la demanda, en lo que va del trimestre se han registrado 575 nuevas empresas e instituciones. Cabe anotar que en febreo pasado se hizo el envío de material informativo de ProEmpleo. Entre las nuevas empresas registradas están GML, Friesland Perú, Gloria, el Banco Solventa, Zeta Gas Andino, la constructora Norberto Odebrecht, el centro vacacional Huampaní, el estudio de abogados Echeandía Manini & Asociados, Cepsa, la Universidad de San Marcos, Boinas Azules, Compañía Minera Iscaycruz, Casas & Cosas, Papelera Suizo Peruana, Cordelica, Corporación Gráfica Navarrete, Molino El Triunfo, Aerocóndor y el club Alianza Lima.

28

La empresa que colocó el mayor número de trabajadores en el trimestre fue Corporación Lindley con 30. Le siguieron Universal Textil con 29, Save on Foods con 27, Continental con 26 y Agregados Calcáreos con 22. Cabe mencionar que Save on Foods (antes Top Market) se ha registrado recién en marzo. Otro tema a destacar es que la mayoría de las empresas usuarias, solicitan menos personal del que finalmente colocan. Una de las razones que explica dicho comportamiento es que algunas empresas "ponen a prueba" a ProEmpleo. Al verificar que el servicio cumple con sus requerimientos, mantienen el número de vacantes -pues solicitar más vacantes es abrir un nuevo procedimiento de solicitud- y reciben más personal directamente. Gráfico 1

· Programa Femenino de Consolidación del Empleo (PROFECE) Durante el primer trimestre de 1998 PROFECE se propuso registrar información de 1,500 Grupos Organizados de Oferta Laboral Femenina (GOOLs) a nivel de Lima Metropolitana e iniciar las actividades de evaluación técnica de dichos grupos. Así mismo, se dio inicio a la ejecución de la cooperación dada por la Embajada Real de los Países Bajos para la puesta en marcha de una Sala de Exhibición de productos realizados por la población objetivo. Registro de GOOLs PROFECE inició un proceso más intensivo de registro de GOOLs, para lo cual contrató diez promotoras adicionales. Ellas fueron capacitadas en un Taller de Introducción al Programa e iniciaron su labor el 20 de enero. La meta determinada fue registrar 1500 GOOLs hasta fines de abril, objetivo que se viene cumpliendo gracias a la colaboración de

29

la población meta y de las instituciones presentadoras de GOOLs (ONG’s, CEO’s, Parroquias, Centros de Salud, Municipios, entre otros). Al 30 de marzo se habían inscrito 1082 GOOLs en el Registro de PROFECE, agrupando aproximamente a 7,400 mujeres. Simultáneamente se inició el desarrollo del sistema informático de PROFECE, el cual estará conformado por diferentes bases de datos (de GOOLs, de empresas, de evaluación técnica, entre otras). El sistema se desarrolló, en parte, adaptando el sistema diseñado para ProEmpleo y se encuentra en la etapa de pruebas finales, faltando aún mejorar la emisión de reportes. Para llevar adelante este registro, PROFECE ha tenido el apoyo de instituciones como la Organización Internacional del Trabajo, quienes han facilitado recursos para el cumplimiento de las metas propuestas. Evaluación Técnica de GOOLs En el mes de marzo se inició la ejecución de los fondos donados por la Agencia Danesa para la Cooperación Internacional (DANIDA) para la Evaluación Técnica de los GOOLs. De esta manera se podrá diferenciar la calidad de los productos y servicios que los grupos brindan. El trabajo está a cargo de un equipo de cinco ingenieros de amplia experiencia, especialistas en diferentes áreas: confecciones, tejido, artesanía, elaboración de alimentos y servicios. A la fecha el equipo de evaluadores ha realizado un estudio especializado de mercado y se encuentra realizando visitas a diferentes GOOLs para adecuar las fichas de evaluación técnica que entregarán a fines de abril. Una vez aprobadas las fichas se procederá a la contratación y capacitación de evaluadores de campo, quienes en el lapso de un mes levantarán la información de los grupos registrados en PROFECE. Cooperación de la Embajada de Holanda Al 30 de marzo la Sala de Exhibición financiada por la Embajada de Holanda se encontraba en proceso de instalación. Se adaptó un ambiente ubicado en el quinto piso del Ministerio de Trabajo, de aproximadamente 60 m2. Se inició la compra de materiales y se seleccionó a aquellos grupos capaces de elaborar muestras para la Sala de Exhibición. La elaboración de las muestras se realizará en coordinación con "empresas promotoras", dentro de una estrategia de transmisión de habilidades a las señoras integrantes de los grupos. Hasta el momento se ha coordinado con algunas empresas, las cuales se encargarán de realizar muestras para el Show Room en artículos de tocador y ropa de bebes. Se ha decidido firmar convenios de colaboración con las empresas que participen de este esquema de "empresas promotoras", a fin de garantizar que la propiedad de los diseños sea para el exclusivo uso de PROFECE.

30

Coordinaciones con el BID Gracias a las coordinaciones del Ministro de Trabajo y Promoción Social con funcionarios del Banco Interamericano de Desarrollo y con el Ministerio de Economía, se dio inicio a fines del año pasado a la solicitud de financiamiento de PROFECE por parte del BID. Así, el BID designó a un consultor internacional quien, junto con el equipo del Programa, desarrolló un documento para la presentación del proyecto PROFECE. El documento ha sido revisado y actualizado durante la segunda quincena de marzo, para su envío oficial al Jefe del Equipo del BID para PROFECE, durante la primera quincena de abril. PROFECE espera que este organismo designe una nueva misión de trabajo durante el mes de mayo, para ultimar detalles sobre la presentación del proyecto y su posterior aprobación por parte de este organismo internacional.

· Programa de Difusión de la Legislación Laboral (Prodlab) A lo largo de sus diecinueve meses de funcionamiento, el Programa de Difusión de la Legislación Laboral, programa del Ministerio de Trabajo y Promoción Social dedicado a la labor de asistencia y asesoría especializada en materia de legislación laboral, ha superado los pronósticos más audaces sobre el volumen de consultas que serían atendidas y sobre el Número de empleadores que accederían a sus servicios. Así, durante el período comprendido entre el 2 de Setiembre de 1996 al 31 de Marzo de 1998, se han atendido un total de 91,370 consultas en materia de legislación laboral y de la seguridad social. En el período antes señalado, Prodlab ha brindado asesoría principalmente a empleadores que agrupan a más de cien (100) trabajadores, siendo 10,675 las llamadas atendidas a través de los cuatro números telefónicos de acceso a la asesoría. Le siguen en grado de atención, 10,008 llamadas atendidas de empleadores que agrupan de 21 a 100 trabajadores; 9,751 llamadas de empresas de 11 a 20 trabajadores, y las 8,799 llamadas provenientes de aquellos empleadores cuya fuerza laboral no supera los diez trabajadores. En cuanto a las materias de mayor consulta, destacan las vinculadas al Derecho Individual del Trabajo, en donde encontramos 12,187 consultas en materia de Extinción de la Relación Laboral, 10,960 sobre Contratación de Trabajadores y 14,168 en lo que se refiere a derechos de los Trabajadores y Beneficios Sociales. En este rubro destacan gran número de consultas en temáticas como vacaciones (6,587), jornada de Trabajo (4,818), conceptos remunerativos (9,630) y 4,823 en causas de suspensión de la relación laboral. Mención especial merecen las 5,231 consultas absueltas en materia de obligaciones formales del empleador, lo cual obliga a un mayor esfuerzo en la labor de difusión de los cambios legislativos operados, en cuanto a la derogatoria de algunas obligaciones formales, tales como aquella de comunicar el rol vacacional o llevar un libro de 31

vacaciones en la empresa, así como a la implementación de otras obligaciones, como las de inscribirse en el novísimo Registro de Entidades Empleadoras que desarrollan Actividades de Alto Riesgo. Pero Prodlab no sólo se limita a la consultoría telefónica, sino que además brinda asesoría a través de la atención de consultas por escrito, remitidas al Programa a través del telefax No. 424-2622. Estas consultas no sólo provienen de trabajadores y/o empleadores de escasos recursos, sino inclusive de Estudios de Abogados, Consultoras Empresariales y Departamentos de Asesoría Jurídica de importantes empresas del país. Además, el equipo Prodlab está a cargo de la elaboración y edición de Revista de Trabajo, que cuenta ya con siete ediciones consecutivas, las que trimestralmente buscan extender el radio de acción del Prodlab, poniendo al alcance de sus suscriptores, las herramientas de análisis necesarias para el tratamiento de la problemática laboral en los centros de trabajo. Finalmente, Prodlab ha asumido la tarea de presentación de la Página Web del Ministerio de Trabajo y Promoción Social del Perú en Internet, a la cual puede fácilmente accederse con sólo digitar la dirección http://www.mtps.gob.pe. En dicha página podrá encontrarse información actualizada en legislación laboral peruana, Bases de Jurisprudencia Laboral Administrativa seleccionada en materia de Registro Sindical, Cese Colectivo por Causas Objetivas y Suspensión Perfecta de Labores. Si tiene alguna consulta laboral no dude en llamar a cualquiera de los siguientes números: 424-2622, 330-7382 o al 433-2512 (Central Telefónica del MTPS) a los anexos 2358 o 2414. Las consultas vía fax al 424-2622 o a través de su presentación por Mesa de Partes.

32

· Programa de Autoempleo y Microempresa (PRODAME) Durante el primer trimestre de 1998 PRODAME ha incrementado el número de micro y pequeñas empresas beneficiarias del Programa a nivel nacional. Es así que se ha logrado constituir 900 empresas, lo que representa un incremento de 11,4 por ciento, respecto a similar periodo de 1997, a pesar de los cambios propuestos en la Nueva Ley General de Sociedades, que determinó suspender momentáneamente la constitución y formalización de Sociedades de Responsabilidad Limitada y Sociedades Anónimas, a través del Programa. En el mismo período, de acuerdo a la modalidad empresarial, las Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada representan el 47,4 por ciento de las empresas constituidas a través de PRODAME, seguidas por las Sociedades de Responsabilidad Limitada con 41,6 por ciento, sólo el 10,1 por ciento se constituyeron como Sociedades Anónimas mientras que el 8,9 por ciento restante lo hicieron como Sociedades Anónimas Cerradas. El incremento en la actividad del Programa se puede apreciar en el cuadro siguiente:

Del total de microempresas constituidas en este período, el 45,7 por ciento incursionan en el sector servicios, el 29,9 por ciento se dedican al comercio, el 19,9 por ciento desarrollan actividades propias de la industria. De menor interés han sido a la agricultura (2.4%) y la actividad extractiva (2.1%). De otro lado, se observa que del total de micro y pequeñas empresas constituidas y formalizadas por PRODAME, durante el período enero - marzo de 1998, el número de empresas constituidas en el sector industria disminuyó en 4,7 por ciento respecto al mismo período de 1997, mientras que el sector comercio evidencia un incremento de 1,9 por ciento. Por otro lado, el sector servicios mostró un incremento del 15,8 por ciento; y finalmente, la actividad extractiva presenta el significativo incremento del 2200 por ciento, tal como se señala el cuadro siguiente:

33

Variación Porcentual según Estructura Sectorial Ene-Mar.98 / Ene-Mar. 97 Industria

-4.7

Comercio

1.9

Servicio

15.8

En cuanto a la distribución regional de las empresas constituidas durante este período, el 41,6 por ciento de las microempresas se constituyeron en Lima y Callao. Le siguieron en orden de importancia la región Arequipa con 11,8 por ciento y Moquegua - Tacna - Puno con 10,6 por ciento. De las principales acciones de capacitación ejecutadas por PRODAME en beneficio de sus usuarios durante este período, cabe señalar el "Primer Seminario: Constitución y Formalización de Micro y Pequeñas Empresas", que se llevó a cabo en el Auditorio del Ministerio de Trabajo y Promoción Social, durante los días 25, 26 y 27 de febrero del presente año, con la participación del Colegio de Notarios de Lima, La Oficina Registral de Lima y Callao - ORLC e INDECOPI. El evento contó con la participación permanente de 350 personas. También es importante señalar aquí, el apoyo que el Gobierno Central ha concretado en beneficio del sector de la micro y pequeña empresa - PYME, al buen termino la creación del BANCO DE LA MICROEMPRESA S.A. - MIBANCO, el cual contará en esta primera etapa con trece agencias en Lima y Callao. Este hecho, beneficia directamente a los micro y pequeños empresarios que actualmente constituyen el 98 por ciento de las empresas existentes en el país, generan el 75 por ciento del empleo productivo nacional y contribuyen con el 42 por ciento del Producto Bruto Interno. MIBANCO, es una identidad financiera privada que otorgará microcréditos a los micro y pequeños empresarios del país, estimulando de esta manera la competencia entre los distintos intermediarios bancarios y no bancarios en beneficio de este sector. De otro lado, constituye un desafío frente al sistema financiero nacional que condiciona el otorgamiento de créditos a las garantías, principalmente basada en la posesión de algún bien, particularmente inmuebles, dejando fuera del sistema económico y financiero a las grandes mayorías. Para PRODAME, la apertura de esta entidad financiera, constituye un reto para continuar incrementando la constitución y formalización de micro y pequeños empresarios, y así mejorar su probabilidad de acceder a los microcréditos a ofertarse.

34

El incremento en el nivel de empleo general entre marzo de 1997 y marzo de 1998 ha sido de 2.5%. El empleo experimentó una ligera caída a partir de diciembre de 1997, que se prolongó hasta febrero de 1998, coincidiendo con el período de mayor intensidad del Fenómeno del Niño. Sin embargo; cabe destacar que es el Sector Servicios (especialmente de enseñanza) el que explica dicha caída durante los dos primeros meses de este año, aunque a partir de marzo ha comenzado ha recuperarse. Por otro lado, el sector que más ha crecido en la economía, entre marzo de 1997 y marzo de 1998, ha sido el de Comercio (7.4%), seguido de Servicios (3.3%). Por el contrario el sector de Industria disminuyó en -0.2%.

35

En el mes de marzo, el empleo en empresas de 100 y más trabajadores en Lima Metropolitana disminuyó ligeramente -0.2%, respecto del mes anterior. Por sectores económicos, se observa que la variación del empleo respecto del mes anterior ha sido negativa en los sectores de industria manufacturera -0.5%, comercio -0.8% y positivo en el sector servicios 0.4%. En lo que respecta a la evolución anual del nivel de empleo, crecieron los sectores de comercio 7.4% y servicios 3.3% y la industria metálica y no metálica 5.7%.

36

Según la Encuesta Nacional de Sueldos y Salarios dirigida a empresas privadas de 10 y más trabajadores en el ámbito urbano, en el mes de diciembre de 1997, el sueldo bruto promedio para empleados fue de 1,615 Nuevos Soles. En el caso de los obreros, el salario diario bruto promedio ascendió a 25.78 Nuevos Soles, lo que equivale a 740 Nuevos Soles mensuales.

A nivel nacional, entre setiembre y diciembre de 1997, las remuneraciones brutas reales de los empleados del área urbana aumentaron en 1%. Con respecto a los obreros, se observó también un mejoramiento en el nivel de las remuneraciones brutas reales, con un incremento de 0.2% durante el último trimestre de 1997.

37

PERU URBANO: SUELDOS BRUTOS MENSUALES PROMEDIO POR ACTIVIDAD ECONOMICA CUARTO TRIMESTRE DE 1997* (en Nuevos Soles)

(*) : Sólo empleados, no incluye ejecutivos. Fuente: Convenio MTPS-INEI. Encuesta Nacional de Sueldos y Salarios a empresas privadas de 10 y más trabajadores en el Perú Urbano.

Los resultados obtenidos sobre los sueldos brutos mensuales de los empleados durante el último trimestre de 1997, a nivel Nacional Urbano, señalan que son siete las actividades económicas en las que los sueldos brutos superan al promedio total (1615 Nuevos Soles): Minería, Electricidad Gas y Agua, Establecimientos Financieros y Seguros, Transporte Almacenamiento y Comunicaciones, Industria Manufacturera, Construcción y Comercio al por mayor.

38

PERU URBANO: SUELDOS BRUTOS MENSUALES PROMEDIO POR ACTIVIDAD ECONOMICA CUARTO TRIMESTRE DE 1997* (en Nuevos Soles)

1/ : Los salarios de los obreros han sido mensualizados multiplicando el salario diario por 30 días. Fuente: Convenio MTPS-INEI. Encuesta Nacional de Sueldos y Salarios de empresas privadas de 10 y más trabajadores en el Perú Urbano.

Respecto a los salarios brutos urbanos de los obreros en el país, se encontró que en el último trimestre de 1997 se ha superado el promedio total (740 Nuevos Soles) en los sectores: Electricidad Gas y Agua, Minería, Construcción, Transporte, Almacenamiento y

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Comunicaciones, Establecimientos financieros y Seguros, Industria Manufacturera, y Comercio al por Mayor.

PERU: NUMERO DE HUELGAS EN EL SECTOR PRIVADO MARZO 1998

PERU: MILES DE HORAS-HOMBRES PERDIDAS DEBIDO A HUELGAS EN EL ESECTR PRIVADO, FEBRERO 1998 (en miles)

Fuente: Ministerio de Trabajo y Promoción Social.

Durante el período enero - marzo de 1998, se registraron 10 huelgas en el sector privado, cifra inferior a la del mismo periodo del año anterior (21 huelgas). En marzo de 1998 el número de huelgas fueron sólo 4 y se perdieron 19,688 horas hombre por huelgas en el sector privado a nivel nacional. En lo que va del año, se ha experimentado un aumento de 8.5% en las horas perdidas por huelgas respecto al mismo periodo del año anterior.

40

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