8 CIUDADES TEMPRANAS OLMECAS

8 CIUDADES TEMPRANAS OLMECAS John E. CLARK New World Archaeological Foundation Brigham Young University Las primeras ciudades formales con arquitect

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8 CIUDADES TEMPRANAS OLMECAS

John E. CLARK New World Archaeological Foundation Brigham Young University

Las primeras ciudades formales con arquitectura monumental en Mesoamérica fueron construidas por los olmecas alrededor del 850-750 a.C. En el oriente de Mesoamérica, una región que incluye la zona nuclear olmeca y áreas adyacentes de Chiapas y Oaxaca, las primeras ciudades compartían la misma configuración básica, alineación cardinal, simetría bilateral, proporciones armónicas y áureas, medidas fijas, los mismos intervalos largos y tamarios idénticos. Tales ciudades, sin duda, se edificaron segŭn las mismas técnicas y conocimientos matemáticos y geométricos, lo que también indica conexiones históricas entre los fundadores de estos centros. Sin embargo, antes de que sea posible demostrar la existencia de relaciones históricas entre ellos será necesario delimitar las diferencias y similitudes de tales ciudades, una tarea que empiezo aquí con una consideración de la capital olmeca de La Venta, Tabasco, México, el centro piramidal más temprano de Mesoamérica que conocemos hasta la fecha, y con otros centros contemporáneos en Chiapas, Guatemala, y los Altos de Oaxaca. Considero estas capitales como obras p ŭblicas con requisitos arquitectárŭcos técnicos y laborales, así como representaciones simbólicas y espacios cósmicos o sagrados. Las ciudades más grandes de la zona oriental de Mesoamérica, que probablemente abarcaba distintas culturas y lenguas o étnias, fueron construidas segŭn una geometría com ŭn y con poca desviación, como si todas tuvieran que tener el mismo tamario, configuración, y proporción para calificarse como legítimas ciudades. Por sus evidentes regularidades de alinearnientos, espacios y tamaños de sus plataformas y edificios está claro que las pr ŭneras ciudades mesoamericanas fueron planeadas por ingenieros. Si así fuera, ,cuál fue el plan original? j,Qué se puede reconstruir por medio de un análisis de las obvias regularidades que presentan? Aquí trato de averiguar algunas de las reglas antiguas y principios matemáticos utilizados en la construcción de las ciudades del Forrnativo Medio y, aun183

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que aŭn queda bastante para completar mi análisis, por el momento planteo siete puntos de interés. Primero, las prŭneras ciudades se construyeron segŭn un mismo plan. Segundo, todas ellas teMan las mismas especificaciones matemáticas y geométricas. Tercero, las ciudades incorporaron las mismas proporciones. Cuarto, estas proporciones son las mismas que aparecen grabadas en obras de arte olmeca en las que se representa la forma humana. Quinto, los olmecas y sus vecinos utilizaron el mismo sistema de medidas el cual bautizo aquí como el «estándar mesoamericano». Sexto, si traducimos las medidas métricas de las ciudades a medidas mesoamericanas o estándar mesoamericano, llegamos a n ŭmeros indígenas originales. Séptimo, al calcular estas medidas originales de las ciudades es patente que los tamaños y los espacios, las ofrendas, y los monumentos, y hasta los artefactos pequeños tienen, medidas calendáricas, es decir, magnitudes longitudinales que corresponden a nŭmeros calendáricos tales como 13, 20, 52, y 260. PLANO BASICO DE LA CIUDAD TEMPRANA Todas mis observaciones acerca de la configuración de las ciudades tempranas de Mesoamérica comienzan con una apreciación de su plano básico ideal. La figura 1 ubica las ciudades aquí consideradas: La Venta, Tabasco, Chiapa de Corzo, Chiapas, y Monte Albán, Oaxaca, todas en México. Aunque a primera vista se aprecian algunas características en comŭn, destacan más las aparentes diferencias entre estos tres sitios. Cada sitio siguió su propia trayectoria histórica después de su fundación, y sus similitudes originales se oscurecieron a través del tiempo por las diferentes modificaciones arquitectónicas que se llevaron a cabo en cada uno de ellos. La Venta, por ejemplo, se fundó alrededor del 850 a.C. y se abandonó hacia el 400 a.C. (González Lauck 1988, 1996), una historia relativamente breve (Fig. 2a). Por otro lado, las ciudades de Chiapa de Corzo y Monte Albán estuvieron ocupadas durante más de mil años, con adiciones y cambios en sus configuraciones efectuadas a lo largo de los siglos. Monte Albán (Fig. 3a) se fundó más o menos en el 500 a.C. y fue capital del valle de Oaxaca hasta el Clásico Tardío, unos 1500 años después (Marcus y Flannery 1996; Winter 1989). Por su parte, Chiapa de Corzo (Fig. 4a) se construyó en el siglo vm antes de Cristo sobre una pequeña aldea fundada unos 400 años antes, y este sitio se ocupó durante toda la etapa prehispánica hasta hoy en día (Clark et al. 2000; Lowe 1977). Por consiguiente, con tanta ocupación y modificaciones históricas a la configuración original, tuve que reconstruir el patrón inicial de la ciudad basándome en información de cada gran montículo y su historia de construcción y uso. El plan original verificado por excavaciones se presenta en la figura 4b. La breve ocupación de La Venta posibilita que el mapa arqueológico represente adecuadamente una aproximación de la ciudad original. Por lo demás, he recons-

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Ciudades y Centros Ceremoniales Tempranos

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1.—Mapa de Mesoamérica y las ciudades del Formativo Medio (modificado de Pye y Clark 2000: fig. 1).

truido el patrón prístino a partir de la información arqueológica que proporcionan las historias individuales de sus edificios y construcciones. Para Chiapa de Corzo existe buena información, pero ésta es escasa para Monte Albán. Basándome en la información procedente de ciudades de Chiapas, como Chiapa de Corzo, creo que la parte sur de La Venta fecha el final del sitio y que no es parte del plan original; en mi opinión, el patrón original incluyó las plataformas y plazas que se aprecian en la figura 2b. Aŭn así, La Venta mantenía una sección al norte —hoy conocida como el Complejo A— que data para el inicio del sitio (Drucker et al. 1959), y ningŭn otro sitio en Mesoamérica parece haber tenido algo igual. El patrón básico que comparten todas las ciudades grandes en Mesoamérica oriental del Formativo Medio, consiste en cuatro secciones dispuestas de norte a sur a lo largo de 160 m, y dos secciones orientadas este-oeste. El Complejo A de La Venta, la zona de todas las ofrendas, es una adición al patrón básico. En realidad, el Complejo A es un modelo del sitio mismo construido a escala de 1:4 (ver Fig. 5).

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2.—La Venta, Tabasco, México: a) Mapa topografico (modificado de González Lauck 1988: fig. 1);

b) Plano de los primeros edificios monumentales.

Los datos de Chiapa de Corzo son más seguros que los de La Venta y han sido confirmados por excavaciones de plataformas individuales y análisis de todos sus artefactos. El plano del sitio (Fig. 4b) revela la ciudad original que se construyó en torno al 800-650 a.C. (Clark y Hansen 2001). Nuestro conocimiento de Monte Albán es menor, pero sólo es necesario afirmar que tiene m ŭltiples modificaciones del plan original y data de épocas posteriores al Formativo Medio. Pero a ŭn así, son bastante claras las correspondencias entre las configuraciones tempranas de La Venta, Chiapa de Corzo y Monte Albán (Fig. 6). Chiapa de Corzo es sólo una de una serie de 10 ciudades en Chiapas que comparten el patrón de La Venta (Clark y Hansen 2001; Clark et al. 2000; Lowe 1977). Una de ellas, Tzutzuculí en la costa del Pacífico de Chiapas (McDonald 1983), fue construida a mitad de escala que las demás. Como ya he mencionado, los centros de Chiapas carecen de un conjunto al norte de sus pirámides o plataformas principales, lo cual resulta una diferencia destacada en relación a La Venta. El Complejo A de La Venta, a juzgar por la cantidad y esplendor de sus

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FIG. 3.—Monte

Albán, Oaxaca, México: Mapa topográfico (tomado de Winter 1994: fig. 1).

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FIG.



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4.—Chiapa de Corzo, Chiapas, México: a) Mapa topográfico (tomado de Lowe y Agrinier 1960: fig. 67); b) Plano de los primeros edificios monumentales del Formativo Medio.

ofrendas, fue el sector más sagrado del sitio (Fig. 7). Chiapa de Corzo y Monte Albán tienen conjuntos similares y del mismo tamario, pero éstos se emplazan en el centro de sus plazas principales y no en el sector norte como en La Venta (Fig. 8). Chiapa de Corzo, igual que Monte Albán, se edificó sobre una meseta' con declives al norte pero con espacio abierto al sur; por consiguiente, la decisión de construir el conjunto especial en el centro y no al norte de la ciudad no parece haber obedecido a la topografía existente en ambos lugares. En todos estos sitios el conjunto especial ocupa la cuarta parte de la ciudad misma, es decir, 160 m de largo, mientras que la ciudad alcanza 640 m de longitud. Por lo tanto, los considero como modelos o microcosmos del sitio mismo. Hasta donde he podido verificar, Monte Albán, Chiapa de Corzo, La Venta, y posiblemente Kaminaljuy ŭ en los Altos de Guatemala, son los ŭnicos sitios que tienen un conjunto especial escala 1:4, y esta distinción arquitectónica y funcional pudiera haberlas serialado como capitales principales en sus respectivas regiones, con otros sitios como Tzutzuculí jugando un papel de centros secundarios. Ahora bien, propongo que el plan urbano o ceremonial adoptado por casi toda Mesoamérica consistió en un centro alineado a las direcciones cardinales con el eje principal norte-sur (Fig. 9), y los ejes menores perpendiculares este-oeste. El

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FIG. 5.—Comparación por superirnposición del Complejo A de L,a Venta con el plano de La Venta nŭsma.

sector norte de la ciudad terŭa una extensa plataforrna con una pequeria pirámide encŭna, quizás flanqueada en los cuatro rumbos por montículos menores en sus esquinas. Al sur de la plataforma, el sitio se abr ŭi en una plaza rectangular con unas dimensiones de 320 m de largo por 160 m de ancho, en medio de la cual se

Fic. 6.—Comparación de los planos de La Venta Temprano, Chiapa de Corzo Temprano, y Monte Albán.

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7.—Complejo A de La Venta.

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FIG. 8.—Comparación

del Complejo A de La .Venta, y los complejos centrales de Chiapa de Corzo, Monte Albán, y Uaxactŭn.

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PLATAFORMA Y PIRAMIDE NORTE

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ACROPOLIS ORIENTAL



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CONJUNTO ASTRONOMICO

Ftc. 9.—Plano general de la ciudad ideal del Formativo Medio.

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instala un montículo o conjunto de edificios. Al extremo sur del sitio, y al sur de la plaza, se dispuso un conjunto de plataformas y/o edificios especiales y complementarios que han sido denominados en la literatura maya como un Grupo E, o conjunto astronómico (Clark y Hansen 2001; Fialko 1988; Ricketson 1937). Este conjunto consiste de dos montículos, una plataforma baja y larga (con su eje principal norte-sur) en el extremo oriente y una pirámide al occidente en el eje corto de la plataforma larga. Todos los Grupos E de las Tierras Bajas mayas mantuvieron este mismo patrón durante siglos para sus conjuntos astronómicos. La zona cívica fue completada por medio de plataformas colocadas a cada lado de la plaza. En La Venta, la Acrópolis Stirling se ubica al oriente de la plaza, con otras plataformas situadas al occidente (Fig. 2). Ning ŭn otro sitio en Mesoamérica tiene una acrópolis tan extensa, pero los sitios contemporáneos en Chiapas tienen acrópolis en el sector oriental, igual que en La Venta. Estas usualmente miden 80 m2. ESPECIFICACIONES TÉCNICAS DE LAS CIUDADES Las ciudades del Formativo Medio conformaron un plano lineal, siendo dos veces más largo que ancho, y orientados más o menos de norte a sur. Tenían un eje principal y otros paralelos y ejes menores perpendiculares al eje principal. De hecho, las ciudades tempranas están bien ubicadas a las direcciones cardinales en cuadros de 80 metros, como es evidente en el tamario de los edificios y los espacios entre ellos (Fig. 10). Los sitios medían cuatro módulos de 80 metros de largo por cuatro módulos de ancho, o 640 metros por 320 metros, con una área máxima de 20,4 hectáreas. Chiapa de Corzo compartía la misma configuración y tamario de La Venta. Y una comparación entre La Venta (Fig. 11), Chiapa de Corzo, y Monte Albán resulta bastante sorprendente porque demuestra que Monte Albán también fue construida segŭn el patrón básico de La Venta (Fig. 6). Aŭn compensando por modificaciones y amplificaciones de edificios durante su larga historia, se puede apreciar que la plaza central de Monte Albán es casi igual en ta•mario y orientación que las plazas de los otros sitios, y que todos ellos tienen edificios en las mismas posiciones. Tales similitudes sugieren conexiones históricas entre ellos. De igual manera, el sitio más grande de los Altos de Guatemala, Kaminaljuyŭ, parece haber empezado con un centro planeado como los de La Venta y Chiapa de Corzo, creció a través de dos milenios y llegó a cubrir una vasta zona alrededor del antiguo lago Miraflores (Shook y Hatch 1999). Compartía un patrón similar al de otras ciudades tempranas en esta región oriental de Mesoamérica, tales como Chalchuapa (E1 Salvador), La Blanca en la costa del Pacífico de Guatema1a, e Izapa, La Libertad, Acapulco, Ocozocoautla, Mirador, Tzutzuculí, Vistahermosa, San Isidro, San Mateo, Vergel, y Chiapa de Corzo en Chiapas, México (Fig. 1). Todos estos sitios tienen la misma orientación general,

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pero no específica, el mismo tarnano, y la misma configuración evidente que La Venta. Datos arqueológicos revelan que La Venta fué fundada antes que las demás y que ejercía una influencia dominante durante los principios de Formativo Medio, entre 800-600 a.C. (Clark et al. 2000; Clark y Pye 2000). Parece claro, entonces, que debemos explicar las similitudes entre la planificación de las ciudades tempranas como una influencia olmeca procedente de La Venta.

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I 10.—Sistema de cuadros o módulos en la planificación de ciudades tempranas.

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PROPORCIONES DE LOS CENTROS El plano urbano ideal que se manifestó en forma concreta en La Venta, Chiapa de Corzo, y otras ciudades tempranas tenía proporciones simples y geométricas. Todas las ciudades tempranas son dos veces más largas que anchas, por lo menos en sus fases iniciales. En términos de los módulos de 160 metros, las ciudades fueron rectangulares de doble cuadro. Cada módulo grande se dividió en cuatro más de 80 metros cuadrados. Los espacios y tamarios de edificios indican que el módulo de 80 metros fue el más importante (Fig. 11). PROPORCIONES ORGÁNICAS Las proporciones inscritas en el plano urbano básico ideal son las mismas que aparecen grabadas en el arte antropomórfico olmeca. Representaban el cuerpo humano en cuartos, siendo el primero la cabeza, y el resto del cuerpo los otros tres (Fig. 12). Es evidente en escultura de personas de pie como la Estela 1 de La Venta, y muchas figurillas de jade o piedra verde (Fig. 13). Las correspondencias proporcionales entre el plano ideal de la ciudad y esculturas son precisas y tienen que haber sido intencionales. Creo que los centros y ciudades tempranas fueron representaciones de la forma humana. La investigación de estas correspondencias aŭn está empezando, pero propongo aquí que las dos son manifestaciones de la misma lógica cultural que unificó arquitectura, planificación urbana, escultura, obras lapidarias y ofrendas, incluyendo los famosos mosaicos de La Venta. Por ejemplo, las proporciones de la Ofrenda 10 de La Venta que contiene hachas puestas en forma cruciforme son precisas (Fig. 14): la cruz mide 125 por 110 centímetros (Drucker et al. 1959: 185, fig. 51). Al sobreponer la Ofrenda 10 sobre el plano de La Venta en su etapa temprana, con un ajuste de escala, la ofrenda parece ser un modelo de ciudad (Fig. 15), con la cruz o árbol correspondiendo exactamente a las dimensiones del sitio. Resulta muy interesante que las diferencias en escala son 1:400; en otras palabras, la Ofrenda 10 conserva la misma lógica geométrica y proporcional del plano de La Venta en una cuatrocentésima parte. En fm, esta correspondencia parece ser un cálculo matemático en un sistema vigesimal. En razón de esta correspondencia de escalas y otras propongo que algunas ofrendas y artefactos son modelos de o para el plano urbano o de la forma humana. SISTEMA DE MEDIDAS He mencionado un sistema de medición y módulos e intervalos de 80 y 160 metros. Dada la incertidumbre que existe en relación con determinados datos pri-

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de La Venta Temprano con una retícula de 80 m. insertada.

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FIG. 12.—Correspondencias entre el plano ideal de la ciudad temprana y las proporciones humanas en el arte olmeca. La figurilla olmeca de jadeita es de la colección Bliss de Dumbarton Oaks y mide 23.8 cm de altura (dibujo modificado de Benson y de la Fuente 1996: fig. 44).

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I3. —Comparación del plano de La Venta y la figurilla 4 de la tumba del Montículo A-2 de La Venta (dibujo modificado de Benson y de la Fuente 1996: fig. 45; ver también Drucker 1952: Plate 47: 4).

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14.—Ofrenda 10 de hachas de jade y serpentina de La Venta, Tabasco (seg ŭn Drucker et al. 1959: fig. 51).

marios, como mapas de plataformas de tierra erosionada o de edificios con renovaciones, siempre serán dudosas algunas medidas y la validez del sistema de medidas. En Monte Albán, por ejemplo, donde las esquinas de los edificios son precisas debido a su arquitectura de piedra trabajada, tenemos el problema de las remodelaciones posteriores y los cambios en el patrón original. Hará falta mucho tiempo para averiguar medidas exactas y originales de tales rasgos arquitectónicos; debemos intentar minimizar tales dificultades midiendo varias clases de objetos y construcciones. Es preferible trabajar con objetos o construcciones con medidas claras que fueron fabricados antiguamente con mucha precisión. Y así, las ofrendas del Complejo A de La Venta con su cerco de columnas naturales de ba-

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FIG. 15.—Comparación



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de la Ofrenda 10 y el plano de La Venta Temprano.

salto y una gran cantidad de ofrendas masivas proporcionan una buena oportunidad para averiguar el sistema métrico olmeca (Fig. 16). Durante los dos ŭltimos arios, he analizado estos datos varias veces y he llegado a la conclusión de que existió una medida básica entre 152 a 156 centímetros de largo. Dando más peso a los datos que considero más confiables, creo que la medida básica fue 154 centímetros de largo, o una brazada. La brazada todavía es la medida fundamental de los indígenas de Mesoamérica y es la distancia que existe entre los brazos extendidos. En la lengua zoque,

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supuestamente relacionada con la lengua de los olmecas arqueológicos (Campbell y Kaufman 1976), la palabra para brazada es saj, «ala» (Reyes 1988: 214), y en maya de las Tierras Bajas la misma medida es zaap (ibid.), quizás un préstamo zoque. La brazada es una medida natural tomada del cuerpo humano y el hombre, como asertó un filósofo griego, es la medida de todas las cosas. Para mis propó-

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F1G. 16.—Complejo A de La Venta y cuadros de 20 por 20 metros.

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sitos aquí calculo la brazada en el estándar mesoamericano como 154 centímetros. La mitad de la brazada fue una vara de 77 centímetros, la mitad de la vara fue un codo de 38,5 centímetros, etc. hasta llegar a una medida de 12 milímetros propuesta por el arquitecto guatemalteco Antonio Prado Cobos (2000) como una medida mínima maya. Propongo que todas las ciudades tempranas fueron construidas con exactitud y que tal construcción tuviera que haber incluido medidas precisas a un nivel que nos sorprende hoy en día. Como es evidente en la planificación de La Venta, Chiapa de Corzo, Monte Albán, y otras ciudades tempranas parece que los ingenieros antiguos utilizaron las mismas cuerdas de medición e intervalos idénticos para fundar estos sitios. MEDIDAS Y N ŬMEROS Hasta aquí he propuesto que las principales ciudades tempranas de Mesoamérica oriental fueron edificadas seg ŭn el mismo plan, el mismo sistema de medidas, y en las mismas proporciones, las cuales están basadas en el cuerpo del hombre y con la ciudad concebida como una metáfora del cuerpo humano. Además, creo que el sistema de medición tiene una lógica que se duplicaba en un rango de materiales y representaciones, con diferencias en escalas hechas a propósito, por ejemplo, escalas de una mitad, un cuarto, y hasta uno a cuatrocientos. Otros centros como Tzutzuculí en la costa de Chiapas se construyeron seg ŭn el mismo patrón pero a media escala. El módulo básico de todos estos sitios, incluyendo los más tempranos en las Tierras Bajas mayas, tuvo una longitud de 80 metros (ver Figs. 8 y 11). Si tengo razón en mi determinación de la brazada indígena, el módulo de 80 metros representaba 52 brazadas indígenas, un n ŭmero de mucha importancia y significado en Mesoamérica porque representa el ciclo largo de 52 arios. Con una brazada de 1,54 metros, al convert ŭ- las medidas métricas de La Venta en su sistema original resulta patente que la numerología fue importante en la planificación del sitio. El tarnario de los edificios, y las distancias entre ellos, son de incrementos significativos segŭn los nŭ meros rituales mesoamericanos. Las supuestas máscaras del Grupo A (Fig. 17), por ejemplo, se planearon como rectárigulos de 3 por 4 brazadas. Y el recinto del Complejo A2, o la sección con su cerco de basalto mide 20 brazadas de ancho (Fig. 16). NŬMEROS Y TIEMPO Las distancias y sus magnitudes inscritas en el plano ideal de la ciudad mesoamericana representaban cantidades calendáricas y rituales. Los tamaños y proporciones de las ciudades tempranas fueron medidas y construidas con mucho



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17.—Máscara masiva 3 de serpentina de La Venta (segŭn Drucker et al. 1959: fig. 29), con cuadros de 1,54 metros.

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precisión, cuando se transforma estas medidas al estándar mesoamericano, se deriva nŭmeros calendáricos. Los sitios medían 8 por 4 módulos de 80 por 80 metros, y cada módulo representó una cuenta de 52, o cuatro medidas de 13 brazadas. Con una unidad de 52, la matemática fácilmente le da medidas calendáricas de 260 y 364 que representan la cuenta sagrada del calendario mesoamericano y también una aproximación del año solar. En la figura 18 se ilustra la relación de los módulos básicos de planificación y las dos cuentas calendáricas mencionadas

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I8.—La Venta y sus medidas calculadas en el estandar mesoamericano.

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en La Venta. Empezando en el eje sur de La Venta, que atraviesa por la mitad el complejo astronómico, una cuenta de 260 brazadas llega al pie de la plataforma norte, y una cuenta de 364 llega al extremo norte de la misma plataforma. Si consideramos el Grupo A y hacemos un ajuste para la escala 1:4, vemos las mismas relaciones entre la cuenta de días rituales y el año solar (Fig. 19). La medida básica en este caso es el codo de 38,5 centímetros y no la brazada de 1,54 metros. Es

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19.—Complejo A de La Venta y los cuadros de su planificación.

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preciso serialar en este caso que el templo y plaza tempranos del Grupo E de Uaxactŭn, uno de los centros más tempranos de las Tierras Bajas mayas, fueron construidos a la misma escala que el Grupo A de La Venta (Fig. 8), y en el mismo sistema olmeca y con la misma orientación general. El templo de E-VII-sub mide 52 unidades a cada lado, y la plaza es el mismo tamario que el Grupo A de La Venta (Fig. 20). RESUMEN Con esta observación termino mi presentación de datos preliminares y propuestas. Es obvio que un análisis detallado de planos urbanos de las primeras ciudades puede ser revelador en cuanto a relaciones históricas entre grupos, y entre otras cosas, la relación entre olmecas y mayas. Queda mucho que hacer para confirmar las relaciones propuestas aquí. Por el momento, puedo aseverar varios puntos. Primero, el Formativo Medio en Mesoamérica fue un periodo de fundación de ciudades y centros urbanos. Por «urbano» quiero decir que las ciudades fueron planeadas desde sus principios en todas sus partes, con un centro ceremonial con su conjunto de edificios y espacios delimitados, y los espacios residenciales también designados. En fin, me refiero a la planificación y a la construcción y no necesariamente a un límite mínimo de población o concentración de gente. Necesitamos averiguar los detalles técnicos de sus planos originales y su edificación. Segundo, las similitudes entre las primeras ciudades mesoamericanas son convincentes y precisas, y estos rasgos comunes indican la existencia de contactos entre ellas: comparten el mismo plano, tamarios, proporciones, medidas, y n ŭmeros sagrados. En mi opinión está claro que los olmecas de La Venta, y quizás sus antepasados, influenciaron muchas otras sociedades de su época, especialmente con su concepto de la ciudad ideal o centro sagrado. Tercero, los planos de las ciudades, arte, y ofrendas siguen una lógica consistente que sugiere que las proporciones de los espacios urbanos se concibieron metafóricamente como humanos o como axis mundi. Para finalizar, no podemos obviar la implicación de que todos estos espacios urbanos rígidamente construidos tuvieron una naturaleza simbólica y estaban cargados de significado para los habitantes y los visitantes. Visto como metáfora, existían razones contundentes para ubicar la gran plataforma y pirárnide en el norte [la cabeza], un conjunto astronómico en el sur [los pies], el conjunto real en el oriente, y diversos edificios en el centro de la plaza [corazón u ombligo]. Creo que avanzaremos aŭ n más con analogías antropomórficas y consideraciones del significado de varios sectores de las ciudades tempranas. Por ejemplo, podemos distinguir la cabeza de los pies, el ombligo de los brazos, derecho de izquierda, y algunas cosas más. Un análisis estructural de los planos de los centros tempranos,

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F1G. 20.—Vista de la estructura preclásica E-VII-sub de Uaxactŭ n, Guatemala, (modificado de Rosal et al. 1993: fig. 34).

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y su simbolismo natural o humano, también con su numerología, puede proveernos una base para finalmente entender estas ciudades como espacios culturales que en sus días reales fueron habitados por gentes que se preocuparon por cosas espirituales al mismo grado, o a ŭn más, que la vida cotidiana. BIBLIOGRAFÍA CAMPBELL, Lyle

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