ABRAHAM MASLOW: TEORIA MOTIVACIONAL DE UN PSICOLOGO HUMANISTA. Rafael Castellano

ABRAHAM MASLOW: TEORIA MOTIVACIONAL DE UN PSICOLOGO HUMANISTA Rafael Castellano Abraham Maslow Existen pocos autores tan citados y, al mismo tiempo,

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RAUL ROJAS MBA. PSICOLOGO
CURSO GESTION INTEGRAL DEL CAMBIO EN LAS ORGANIZACIONES DE SALUD MODULO III: ESTRUCTURA DEL CAMBIO ORGANIZACIONAL RAUL ROJAS MBA. PSICOLOGO MODULO I

Abraham Restaurado Abraham Restored
Spanish 61-0211 Abraham Restaurado Abraham Restored 11 de Febrero de 1961 Long Beach, California, E.U.A. Por www.biblebelievers.org/messagehub Wil

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ABRAHAM MASLOW: TEORIA MOTIVACIONAL DE UN PSICOLOGO HUMANISTA Rafael Castellano

Abraham Maslow Existen pocos autores tan citados y, al mismo tiempo, tan insuficientemente analizados como Abraham Maslow. Su extendida fama está directamente asociada con la masiva aplicación de su teoría de la motivación en el campo de la educación y en el mundo de las organizaciones, (ilustrada por medio del dispositivo de la “jerarquía de necesidades”). Sin embargo – sorprendentemente- no es mucha la gente (entre quienes aplican o utilizan de algún modo ese dispositivo o constructo) que comprende los fundamentos y supuestos filosóficos y antropológicos que están detrás de su teoría motivacional. El objetivo de este artículo es ahondar brevemente en esos fundamentos, refrescar y profundizar la lógica de la “jerarquía de necesidades” y ofrecer una crítica actual de las propuestas de este autor.

Hacia fines de la década de 1940 Maslow había decidido que su principal área de interés – dentro del campo de la psicologíasería investigar sobre la motivación de la conducta humana y, en este terreno, predominaban por entonces el psicoanálisis freudiano y el conductismo de Skinner. Los psicólogos humanistas (Gordon Allport, Erich Fromm, Rollo May, Carl Rogers y el propio Maslow) se presentaron como una alternativa diferente (más optimista acerca de la naturaleza humana) que las encarnadas por Freud y por el conductismo. Para conocer mejor a Maslow, creo que es importante comenzar por recordar de qué perspectivas intentó diferenciarse. A Maslow le interesaba investigar la naturaleza y la dinámica de la energía que motoriza la conducta humana. Freud - desde el psicoanálisis- y Skinner –desde el conductismo- ya habían propuesto sendos marcos teóricos y experimentales para explicar esa cuestión. Maslow intrentó diferenciarse de esas dos tradiciones. Para llegar a Maslow repasaremos brevemente, entonces, lo que Freud y el conductismo sostenían. Sigmund Freud

1) FUNDAMENTOS FILOSÓFICOS Y ANTROPOLÓGICOS A) AMBIENTE Y EPOCA QUE ENMARCAN LA OBRA DE MASLOW Rafael Castellano

Freud concibió la personalidad como una totalidad dinámica organizada de acuerdo con tres grandes sistemas o instancias que, Página 1

en mutua interacción permitían explicar la vida psíquica. Ello, Yo y Superyó, influyéndose y condicionándose, estructuran el psiquismo. El Ello (nombre impersonal que Freud toma de Groddeck) es la parte más primitiva de nuestro psiquismo y se refiere a las funciones y fenómenos psíquicos originados por nuestras necesidades orgánicas. Dice Freud: “Ha de sernos muy provechoso (…) seguir la invitación de Groddeck, el cual afirma siempre que aquello que llamamos nuestro Yo se conduce en la vida pasivamente y que en vez de vivir somos vividos por poderes ignotos e invencibles (…) Propongo dar el nombre de Yo al ente que emana del sistema psíquico y es primero preconsciente, y el de Ello –según lo hace Groddeck- a lo psíquico restante –inconsciente- en lo que dicho Yo se continúa.” (1)

El Ello es la fuente de impulsos que se nos imponen y de los que no experimentamos la vivencia de ser sus autores. Solo sentimos la demanda de movernos hacia aquello que calmará la urgencia interior produciendo el placer de la satisfacción. Este mundo interior de impulsos ciegos que no implican otra meta inmediata que el placer, es el mundo del Ello: un conjunto de impulsos y tendencias instintivas (*) _____ (*) En psicología se entiende por “instinto” una tendencia innata de orden sensible, ciega y específica a la posesión o al rechazo de objetos que, percibidos por los órganos de los sentidos, aparecen como convenientes o no en función de la resolución afectiva de agrado o desagrado que despiertan en el individuo. En psicoanálisis, en cambio, instinto es la fuerza o energía que origina los impulsos a la satisfacción causados por las necesidades biológicas del organismo. Freud no usó, en rigor, la palabra “instinto” sino la palabra alemana “triebb” que expresa la idea de fuerza, tendencia, pulsión. Así, en cuanto el instinto es un impulso, debe ser entendido como representante psíquico de una excitación somática.

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Este mundo interior de impulsos ciegos, que no implican otra meta inmediata que el placer, es el mundo del Ello: un conjunto de impulsos y tendencias “instintivos”. La actividad del Ello está sometida a una ley: el principio del placer (la descarga de la tensión psíquica) Los procesos del Ello son inconscientes y solo tenemos conciencia de ellos indirectamente en cuanto se forman representaciones mentales. En síntesis: los impulsos del Ello se satisfacen o bien mediante la acción, o bien por medio de la representación mental de objetos capaces de procurarle placer. De lo contrario, insatisfechos, quedan sujetos a la “represión”. Así, capaz de obtener placer gracias a unas representaciones mentales, el Ello no necesita de la realidad ni tiene contacto con ella. El Ello es incapaz –así- de aprender. Su falta de contacto con la realidad lo priva de experiencias de aprendizaje. El Ello, además, no conoce la moralidad: su único criterio de discernimiento es el placer o displacer. Dice Freud: “El núcleo de nuestra esencia está formado por el oscuro Ello (…) En él actúan los instintos orgánicos formados, a su vez, por la fusión (…) de dos fuerzas primordiales: Eros y Tanatos (destrucción) Más la satisfacción instintual inmediata e inescrupulosa, tal como la exige el Ello llevaría a peligrosos conflictos con el mundo exterior y a la destrucción del individuo”. (2)

El Yo, por su parte, nos aparece como el “agente” responsable de la experiencia cognoscitiva del querer. Se nos muestra abierto, en comunicación con dos mundos diferentes: nuestro mundo interior y el mundo exterior de la realidad. Esta comunicación se logra porque el Yo percibe, es capaz de captar cognoscitivamente tanto Página 2

nuestros propios fenómenos internos como los objetos reales del mundo. Mediante la percepción el Yo forma las representaciones mentales de los objetos con los que entra en contacto y guarda tales representaciones mentales, las que puede evocar por medio de la memoria. Cuando hablamos de representaciones mentales que “aparecen” ante el Yo, hablamos de “fenómenos psíquicos conscientes” pero también de “fenómenos psíquicos latentes” a la conciencia que reciben el calificativo de preconscientes. A diferencia del Ello el Yo tiene, entonces, contenidos conscientes. El hecho de que no solo perciba sino que también recuerde, implica –contrastando con el Ello- que el Yo vive en el tiempo. Distingue entre pasado y presente y proyecta el futuro. La percepción de la realidad y el recuerdo sugieren que el Yo aprende, evoluciona, madura. El Ello es eternamente infantil. El Yo es además agente ejecutor ya que no solo forma representaciones mentales de los objetos que pueden servir al Ello para sus procesos primarios de realización de deseos, sino que también puede procurarse los objetos mismos. El Yo está sujeto a la realidad al punto que esta se le impone condicionando y rigiendo se actividad de manera semejante a como el placer condiciona y rige la actividad del Ello. Y así como la actividad del Ello es eficaz en cuanto obedece a la orientación impuesta por el principio del placer, así es eficaz la actividad del Yo en cuanto este se sujeta a la orientación que le impone la realidad misma. Por esta razón decimos que el Yo está sujeto al principio de la realidad. La realidad lo condiciona y lo rige. Rafael Castellano

En síntesis, Freud dice respecto al Yo: El Yo gobierna la motilidad voluntaria. Su tarea consiste en la autoconservación, y la realiza en doble sentido. Frente al mundo exterior se percata de los estímulos, acumula (en la memoria) experiencias sobre los mismos, elude (por la fuga) los que son demasiado intensos, enfrenta (por adaptación) los estímulos moderados y, por fin, aprende a modificar el mundo exterior, adecuándolo a su propia conveniencia (actividad). Hacia el interior, frente al Ello, conquista el dominio sobre las exigencias de los instintos, decide si han de tener acceso a la satisfacción, aplazándola hasta oportunidades y circunstancias más favorables del mundo exterior, o bien suprimiendo totalmente las excitaciones instintivas. (3)

Sigmund Freud

Por otro lado, la realidad proporciona al Yo la dimensión ética-cultural, con sus maneras de ver, de interpretar, de juzgar, de valorar y sobre todo de aprobar o desaprobar, de premiar o castigar. Se crea así una nueva instancia que llamamos Superyó que tiene una doble función. El Superyó como autoridad ética incorporada manda lo que hay que hacer ofreciendo ideales que realizar (el Yo Ideal), y establece censuras y prohibiciones (castigando al Yo con remordimientos y sentimientos de culpa por sus desobediencias). Dice Freud:

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Esta nueva instancia psíquica continúa las funciones que anteriormente desempeñaron las personas correspondientes del mundo exterior: observa al Yo, le imparte órdenes, lo corrige y lo amenaza con castigos, tal como lo hicieron los padres, cuya plaza ha venido a ocupar. A esta instancia la llamamos Superyó, y en sus

Dice Freud: La identificación es la forma primitiva de enlace a un objeto. Siguiendo una dirección regresiva, se convierte en sustitución de un enlace libidinoso a un objeto en introyección del objeto en el Yo.

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funciones judicativas la sentimos como conciencia. (4)

En resumen: para Freud la fuente de donde proviene la energía psíquica es el Ello (en forma de energía que apetece placer sexual, o en forma de libido libremente móvil), pero el Yo controla al Ello manteniendo el contacto con la realidad exterior en bien de la persona. Sin embargo el proceso dinámico-económico de distribución, control y gasto de energía no es simple. El Yo gasta energía en sus propios procesos psicológicos cuyo objetivo es, en primer lugar, satisfacer las necesidades biológicas (los impulsos del Ello), actuando al servicio de las elecciones o “catexias objetales” del Ello. El Yo orienta la libido y la transforma en libido objetal. La catexia objetal del Ello concuerda y se refuerza con la libido objetal que el Yo dirige hacia el objeto satisfactorio. Por medio de un progresivo aprendizaje el Yo va cargando sus representaciones mentales de de tales objetos satisfactorios apareciendo, así, catexias del Yo, lo que genera un superávit de energía que se orienta a descubrir nuevos objetos hacia los cuales orientar su libido que (aún cuando sigue condicionada por el principio del placer) puede ser desexualizada. Igual sigue siendo una fuerza impulsora caracterizada por su movilidad y capacidad de desplazamiento. El modo en que el Yo invierte su libido se relaciona con un proceso clave, denominado “identificación”.

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Burrhus Frederic Skinner (6) Skinner propuso un análisis funcional de la conducta que relaciona variables independientes ambientales con variables dependientes conductuales. Sugiere que una vez conocidas las relaciones funcionales se puede predecir una conducta si se tienen claras las variables controladoras (variables de las cuales la conducta es función), y se puede controlar una conducta si se manipulan esas variables controladoras.

B.F. Skinner Los estados hipotéticos internos (motivación, deseos, sentimientos) no son variables causales. Las variables independientes pueden ser temporalmente remotas (las contingencias a las cuales estuvo expuesto el organismo en su historia de aprendizaje). La conducta está determinada; posee regularidades. Es posible establecer leyes para predecirla y controlarla. Página 4

Skinner se oponía a la idea de libre albedrío (que concibe la conducta como actos de un agente libre y no determinado causalmente). La idea de que el individuo está más allá de factores controladores le parecía peligrosa y afirmaba que la era necesario identificar los factores controladores para ejercitar el máximo control sobre la propia vida.

biología, por lo que su objeto de estudio es la conducta de los organismos. Optar por la mente –dice- no contribuye a la predicción y el control de la conducta. Pero, siendo la conducta algo funcional y contextuado, no puede restringirse al organismo: debe abarcar sus relaciones funcionales y no su morfología.

Lo que controla la conducta no son ni sentimientos ni estados observados introspectivamente sino procesos y estructuras mentales dentro del organismo. Sin embargo se opone a quienes al explicar la conducta se detienen en los “eventos privados”. La cadena causal –sostiene- solo se completa al llegar a las causas iniciadoras en el ambiente. No existen causas puramente mentales ni autonomía humana. La regularidad de las conductas tiene que ver con lo que llama “reforzamiento” (consecuencias ambientales cuyos efectos se detectan más tarde). La conducta es función de sus consecuencias ambientales pasadas. Los genes no determinan directamente la conducta. Lo que se hereda es la susceptibilidad hacia ciertas contingencias ontogenéticas. Toda conducta es condicionada por factores genéticos y ambientales.

Considera importante tratar el tema de la “privacidad” (fenomenología) abordándolo desde la conducta en lugar de partir de la experiencia inmediata. La conducta es, en síntesis, un patrón modificado por la exposición a contingencias de reforzamiento durante la vida. Es el resultado de esa historia de aprendizaje. Pero esto no tiene que ver con un almacenamiento de información de las contingencias. Las contingencias de reforzamiento cambian a la persona; cambian el organismo pero no en un sentido psíquico o cognitivo, sino mediante cambios fisiológicos que dan lugar a nuevas conductas. Las conductas pueden ser “respondientes” (reflejos y conductas aprendidas por ciertos condicionamientos o estímulos) u “operantes” (conductas llamadas voluntarias que operan seleccionando consecuencias en el ambiente). La “operante” explica el propósito, significado o intención cuando identifica sus variables controladoras. Propósito, significado, intención, no son propiedades de la conducta en sí misma sino formas de referirse a variables controladoras (potencialmente manipulables). Skinner no niega la conciencia pero la limita a dos significados: a) capacidad de responder ante ciertos estímulos; b) capacidad de conducta auto- descriptiva.

Distingue entre “mente” (ficción explicativa) y “eventos privados” (imaginación, diálogo interno, atención, emociones, percepción). Señala que los términos psicológicos son válidos como conductas verbales a estudiar, pero no como factores explicativos. Su objeto de estudio no es la mente o la experiencia consciente, sino la conducta. Entiende a la psicología como parte de la Rafael Castellano

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Pues bien: estos dos enfoques (el de Freud y el de Skinner) dominaban la escena por entonces. Dos psicólogos, desencantados con la visión de Freud tendiente a explicar la conducta humana en términos “deshumanizantes” (en el sentido de que obedecía a “energías”, “sistemas psíquicos”, etc.), e insatisfechos con la insistencia del psicoanálisis en pensar la conducta partiendo de casos patológicos y sin prestar demasiada atención a las personas “sanas”, comienzan a abrir un camino por el que luego transitará Maslow: el de la reflexión psicológica a partir de los principios de la filosofía existencial. Esas dos personas fueron el psiquiatra Ludwig Binswanger y el psicoanalista -y también psiquiatra- Medard Boss. Binswanger sugirió que Freud estaba perdiendo la realidad fenoménica de la experiencia humana, refiriéndose al hecho de que para la fenomenología existe una unidad mente/cuerpo, y que en la experiencia fenoménica la persona es y permanece como una unidad. Tanto Binswanger como Boss fueron muy influenciados por la filosofía de Heidegger. Ambos estudiaron la existencia del “ser” en un tiempo presente, en un espacio determinado y en la perspectiva de un carácter ideográfico centrado en la individualidad. La visión desarrollada por estos autores concibe a un ser humano que progresa activamente en la vida asumiendo la responsabilidad de realizar sus posibilidades, aprendiendo a trascender realizando sus potencialidades.

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La psicología humanista de Maslow también está fuertemente enraizada en el existencialismo, que concibe al hombre como un “ser- en- el- mundo”, consciente de su propia existencia. Los existencialistas rechazan la noción de que las personas estén sobre-determinadas por factores hereditarios o influencias ambientales y creen que cada quien tiene la libertad de elegir, y es responsable por su propia existencia. Los principios del existencialismo que mayor influencia ejercieron sobre las teorías de Maslow, son tres: Libertad Para el existencialismo el individuo es completamente libre de elegir y es, por tanto, completamente responsable de su existencia. “La vida es lo que hacemos de ella”. Tal libertad de elección no implica necesariamente que el individuo actuará en función de su mejor interés. La libertad no asegura que todas las elecciones serán sabias. Esta premisa existencial atrae a los teóricos humanistas (Maslow incluído) porque colocan al ser humano como eje determinante de su propia conducta y experiencia. El humano es un “agente Página 6

consciente” que experimenta, decide y escoge sus acciones. La psicología humanista toma este modelo como punto de partida propio: un ser responsable, libre y realizando elecciones entre diversas posibilidades abiertas. Devenir Quizás, el concepto existencialista más relevante (desde el punto de vista del análisis de la teoría motivacional de Maslow), es el de “devenir”. Para el existencialismo una persona no es algo estático: siempre está en el proceso de devenir algo diferente. En consecuencia depende de ella –en tanto agente libre- realizar (en todo cuanto sea posible) sus potencialidades. Solo “actualizando” esos potenciales puede el individuo vivir una vida auténtica. Para el humanismo, una existencia auténtica requiere más que la satisfacción de las necesidades biológicas y los impulsos sexuales y/o agresivos. Las personas que resisten el “devenir” se niegan a sí mismas las posibilidades de una vida humana. Para Maslow esto es una tragedia porque contemplaba el proceso de devenir (o –en sus propia palabras- de auto –actualización o auto- realización) como inherente a la naturaleza humana. Esto no significa que los psicólogos humanistas no reconozcan las dificultades propias del intento por desplegar una vida plena de sentido y realización, sobre todo en un escenario de profundos cambios culturales en el que los valores y las creencias tradicionales han dejado de actuar como guías para la vida. Experiencia Humana

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El humanismo enfatiza el modo en que la consciencia, los sentimientos y emociones subjetivas, y las experiencias personales, se relacionan con la propia existencia en un “mundo- de- otros”. Se trata de una perspectiva “fenomenológica” para la cual la cual la experiencia subjetiva (tal como se presenta aquí y ahora) es el fenómeno primario para el estudio de la naturaleza humana. Las explicaciones teóricas son secundarias respecto de la experiencia en sí misma y respecto del sentido que esta tiene para los propios individuos. En este sentido, Maslow escribió: “El elemento básico del campo del conocimiento es la experiencia íntima y directa. (…) No existe ningún substituto de la experiencia”. Esto llevó a Maslow a apreciar la individualidad. Este enfoque (en lo que se refiere al estudio de la personalidad) se denomina “ideográfico”: el foco principal está puesto en las singularidades de cada persona. Como resultado, Maslow sostuvo que toda conducta está gobernada por una tendencia hacia la auto-actualización, tendencia que es idiosincrática (característica) del individuo. Esta tendencia lleva a los individuos a través de una progresión jerárquica orientada a alcanzar la auto-actualización. De un modo similar a Freud denomina a cada una de estas etapas “necesidades”, pero el sentido o el énfasis es muy distinto: Maslow no se refiere a procesos inconscientes, y su teoría no hace alusiones a conflictos internos que operarían como la fuente de la motivación. A diferencia de Freud enfatiza el componente idiosincrático, individual, de la naturaleza humana, y una progresión sistemática a través de una pirámide de necesidades jerárquicamente organizada. (7) Página 7

B) MARCO ANTROPOLÓGICO Y FILOSÓFICO DE LA OBRA DE MASLOW. Maslow, como ya señalé, se encuadró dentro de las posturas teóricas del existencialismo. Escribió: Nos hallamos en un período de transición de una imagen del ser humano a otra, de una filosofía de vida a otra (…) Como afirmación general puede llamarse visión humanista (…) Se trata de un rechazo del enfoque no humano, impersonal y orientado hacia el objeto (…) ¿Que está sucediendo en la psicología? El punto de vista mecanicista de la ciencia, la imagen conductista de los seres humanos, trata al individuo como un objeto pasivo (…) El nuevo existencialismo contrasta la imagen de los seres humanos como objetos pasivos, dominados por las fuerzas económicas marxistas o por las fuerzas inconscientes freudianas con la imagen del ser humano como alguien en movimiento. Hoy día se habla mucho de elección, experiencia personal, decisión y responsabilidad. Hay muchos escritos sobre la forma en que es posible (…) tomar nuestro propio destino en nuestras manos. En los escritos de Skinner nunca encontrarán estas palabras. Por el contrario, él constantemente habla de refuerzo. En la novela de Skinner “Walden Dos” se trata a toda la población condicionándola, conformándola y moldeándola por un profeta benévolo (…) Por el contrario, el enfoque existencialista pone de relieve la capacidad de cada persona para escoger y para resistir (…) Actualmente se habla mucho del Yo y de la identidad personal. Lo que se halla implicado en estos debates es algo que podemos llamar “cualidad del ser humano”, pero entre los pensadores mecanicistas no existe el concepto de naturaleza humana. El existencialismo es el “agente” (…) el que decide.

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En relación a este punto afirmaba lo siguiente: “Elegir, reconocer y asumir lo propio, lo idiosincrático, es lo mismo que elegir la realización de los potenciales instintoides. En la búsqueda personal de identidad descubrimos la manera en que somos distintos de las demás personas, pero –al mismo tiempo- descubrimos

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lo que es común a todos. No se trata de una teoría conductista o de los instintos: las conductas que están genéticamente determinadas son “reflejas” y no tienen mucha importancia para el psicólogo, como si la tienen los impulsos, las necesidades en sentido estricto (…) Me importa destacar lo instintoide (aunque esta palabra me haya generado muchos problemas) porque me irrita el punto de vista que acentúa en exceso lo sociológico y ambiental en la psicología, como es el caso de Erich Fromm. (…) Aunque la meta consiste en volverse plenamente humano, en convertirse en todo lo que la persona puede llegar a ser, la persona tiene que hacer elecciones y seleccionar entre una gran reserva de potenciales. Para una persona muy limitada o poco inteligente, la plena realización (el máximo de lo que puede lograr) puede consistir en algo muy simple. (…) Al elegir, uno también hace sacrificios porque posterga ciertos potenciales. (9)

La psicología humanista supone que existe una esencia humana definida. La forma concreta que adopta es la “teoría de los instintos”, pero también tiene que ver con la “teoría de la capacidad y de las necesidades”, es decir, con el hecho de “capacidades que quieren expresarse y realizarse” (en este punto Maslow subraya una diferencia con la idea de Sartre de una relatividad total, sosteniendo –por el contrario- que la naturaleza humana no es infinitamente maleable y que posee parámetros definidos). (9). Cada uno de nosotros, desde su óptica, tiene una naturaleza superior que es parte de nuestra esencia, lo que significa que –bajo condiciones favorables- las personas manifestarán rasgos como afecto, altruismo, amistad, generosidad, bondad. Estas son las características propias de lo que llamó “autorrealización”. Esta naturaleza superior se manifiesta gracias a buenas condiciones del entorno, en las personas “plenamente evolucionadas”. Esto no significa que Maslow rechace las diversas teorías que señalan que en los humanos radica tanto el potencial Página 8

para lo bueno como para lo malo, pero pone el acento en la tendencia a lo bueno en entornos favorables. Así, afirmó: “Una buena sociedad es aquella que posibilita la autorrealización de sus miembros”. (10) “El humano, cuando está plenamente implicado en lo que hace, tiende a considerar que sus mayores gratificaciones son las metagratificaciones, los “valores del ser”: contribuir a la justicia, la excelencia, la belleza, la verdad. (11)

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Pues bien, nos habíamos planteado identificar cuáles son los elementos que distinguen los planteos teóricos de Maslow respecto de los de aquellos de quienes pretendió diferenciarse (el psicoanálisis freudiano y el conductismo de Skinner). Repasemos entonces las principales divergencias. Para Freud, la fuente de donde proviene la energía psíquica es el Ello, donde actúan instintos orgánicos cuyo único criterio de discernimiento es el placer o displacer. No hay allí moralidad, temporalidad, maduración ni teleología alguna. La constitución del Ello es irracional e inconsciente. En el Yo sí aparecen fenómenos psíquicos conscientes, temporalidad, aprendizaje y principios Rafael Castellano

morales (Superyó), pero no es allí donde radican las motivaciones y la energía. Su función –antes bien- es controlar, reprimir y orientar las demandas que surgen del Ello. El Yo es en mayor medida sede de remordimientos, culpas y angustias que de motivaciones. Las representaciones mentales que el Yo produce para descubrir e investir objetos satisfactorios -en términos de las exigencias del Ello-, implican un desgaste de energía, pero el origen de tal desgaste se inicia en el Ello. El Yo, cuando logra generar un superávit de energía, se orienta a descubrir nuevos objetos en los que invertir su propia libido, mediante el proceso de identificación. Para Skinner, la conducta no está determinada por causas mentales, ni exclusivamente genéticas, ni se puede hablar de autonomía humana. Las causas iniciadoras de la conducta son externas, están en el ambiente, y los patrones de conducta se van estableciendo mediante procesos de reforzamiento. En ellos no hay propósito, significado ni intención, sino solo manipulación de variables controladoras. La conciencia no va más allá de la capacidad para responder ante ciertos estímulos, o para la auto-descripción. Maslow, por el contrario, coloca al ser humano como eje de su propia conducta y experiencia, como “agente consciente” que experimenta y decide sus acciones. Pero este decidir va más allá de la satisfacción de necesidades biológicas y pulsiones. La naturaleza humana tiende a “devenir”, a realizar –en cuanto sea posible- sus potencialidades. Toda conducta está gobernada por una tendencia a la Página 9

actualización. Y cada persona es singular por lo que los procesos de auto-actualización también lo son. En una difundida entrevista en la Universidad de Brandeis con el Dr. Frick (12), Maslow expresa que el hombre realiza sus potenciales de manera muy similar a como una bellota se transforma en un árbol. Esta sentencia le sugiere a Frick una suerte de “programación” que le preocupa. Maslow no rechaza esta connotación pero, al ratificarla y reelaborarla, expresa una postura nítidamente existencialista. Dice: Tenemos un sentido interior de una fuerza irresistible y prácticamente nada puede impedir que un gato se convierta en un gato, pero actuar sobre esa naturaleza es lo que constituye la insistencia existencial en la que el hombre se hace a sí mismo. Diría que las potencialidades de la naturaleza humana tienen una raíz biológica y son instintoides, pero que es en la cultura y en la propia vida, y con voluntad y con autoresponsabilidad que el hombre se hace a sí mismo. Es decir, sin no se hace nada con las potencialidades uno es un vegetal, de modo que el trabajo esforzado es el camino (...) (Pero) no hay que pecar de antibiologismo.

Frick le señala una posible contradicción: descubrir la propia naturaleza o crearla, elegirla. Maslow contesta: Falta una palabra que exprese conjuntamente las ideas de descubrir (los propios talentos, tendencias, gustos, propensión constitucional temperamental) y revelar, crear (mediante el esfuerzo y la propia determinación de uno mismo); pero con acento en lo “receptivo”. La creación no es arbitraria. No puedo transformarme en mujer, salvo de una manera muy ineficaz e insatisfactoria.

Así, crear parece ser –para Maslowdescubrir que es uno (tendencias, propensiones, intenciones) y, luego, trabajar para que todo eso se actualice, se concrete.

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Sin embargo, dice: (Pero) la mayoría de las personas no solo no conocen y no aprecian su tendencia a volverse más plenamente humanas, sino que están dominadas por las necesidades del momento. No saben de antemano que luego de haber llegado esa gratificación buscarán otra necesidad superior. Para ellos el valor absoluto es la necesidad, en la jerarquía, por la que están dominados durante un período particular.

2) LA JERARQUÍA DE NECESIDADES (13) A) BREVE PRESENTACIÓN DEL DESARROLLO DE MASLOW Trabajando con monos, Maslow descubrió muy al principio en su carrera- que ciertas necesidades prevalecen sobre otras. Por ejemplo, si alguien está hambriento o sediento tenderá a calmar la sed antes que comer. Alguien puede pasarse sin comer unos cuantos días, pero solo podrá estar un par de días sin agua. La sed es una necesidad “más fuerte” que el hambre. De la misma forma, si alguien está muy sediento, pero lo han sometido a condiciones que no le permiten respirar, privilegiará la necesidad de respirar. El sexo, naturalmente, es menos importante que cualquiera de estas necesidades. Maslow recogió esta idea y creó su ahora famosa jerarquía de necesidades. Además de considerar las evidentes agua, aire, comida y sexo, identificó cinco grandes bloques: las necesidades fisiológicas, necesidades de seguridad y reaseguramiento, la necesidad de amor y pertenencia, necesidad de estima y la necesidad de actualizar el sí mismo (self); en ese orden. 1. Las necesidades fisiológicas. Incluyen las necesidades que tenemos de oxígeno, agua, Página 10

proteínas, sal, azúcar, calcio y otros minerales y vitaminas. También se incorpora aquí la necesidad de mantener el equilibrio del PH (volverse demasiado ácido o básico nos mataría) y de la temperatura (36.7 ºC o cercano a él). Otras necesidades consideradas en este punto son las dirigidas a mantenernos activos, a dormir, a descansar, a eliminar desperdicios (CO2, sudor, orina y heces), a evitar el dolor y a tener sexo. Maslow creía, apoyándose en sus investigaciones, que éstas eran de hecho necesidades individuales y que, por ejemplo, una falta de vitamina C conduciría a una persona a buscar específicamente aquellas cosas que en el pasado proveían de vitamina C, por ejemplo el jugo de naranja.

2. Las necesidades de seguridad y reaseguramiento. Cuando las necesidades fisiológicas se mantienen compensadas, entra en juego este segundo grupo relacionado con la preocupación por cuestiones relativas a la provisión de seguridad, protección y estabilidad. Incluso puede desarrollarse una necesidad de estructura, de ciertos límites, de orden. Desde una perspectiva negativa, el sujeto puede empezar a preocuparse no por necesidades como el hambre y la sed, sino por sus miedos y ansiedades. En el adulto medio no marginalizado, este grupo de necesidades se representa en las urgencias por hallar una casa en un lugar seguro, la estabilidad laboral, un buen plan de jubilación un buen seguro de vida, etc. Rafael Castellano

3. Las necesidades de amor y de pertenencia. Cuando las necesidades fisiológicas y de seguridad se equilibran entran en escena las necesidades de amistad, de pareja, de hijos, de relaciones afectivas en general, incluyendo la sensación general de comunidad. Desde el ángulo negativo, nos volvemos exageradamente susceptibles a la soledad y a las ansiedades sociales. En nuestra vida cotidiana, exhibimos estas necesidades en nuestros deseos de unión (matrimonio), de tener familias, de ser parte de una comunidad, de ser miembros de una iglesia, de una hermandad, de ser parte de una barra de amigos o pertenecer a un club. También se manifiesta en lo que buscamos al elegir una carrera. 4. Las necesidades de estima. Resuelto lo anterior empezamos a preocuparnos por la autoestima. Maslow describió dos versiones de necesidades de estima, una baja y otra alta. La baja es la del respeto de los demás, la necesidad de estatus, fama, gloria, reconocimiento, atención, reputación, apreciación, dignidad e incluso dominio. La alta comprende las necesidades de respeto por uno mismo, incluyendo sentimientos tales como confianza, competencia, logros, maestría, independencia y libertad. Señalaba que esta es la forma “alta” porque, a diferencia del respeto de los demás, una vez que desarrollamos cierto respeto por nosotros mismos, suele ser más estable y es más difícil perderlo. La versión negativa de estas necesidades es una baja autoestima y complejos de inferioridad. Maslow creía que Adler había descubierto algo importante cuando propuso Página 11

que este asunto estaba en la raíz de muchos de nuestros problemas psicológicos. Maslow llama a estos cuatro niveles anteriormente mencionados necesidades de déficit o Necesidades-D. Si no tenemos lo suficiente de algo (tenemos un déficit), sentimos la necesidad. Pero si logramos lo que necesitamos, no sentimos tal déficit. En otras palabras, no tenemos esa motivación.

En términos de desarrollo general, nos movemos a través de estos niveles como si fueran estadios. Apenas nacidos, nuestro foco (o casi nuestro completo complejo de necesidades) está en lo fisiológico. Inmediatamente, empezamos a reconocer que necesitamos estar seguros. Poco tiempo después, buscamos atención y afecto. Un poco más tarde, buscamos la autoestima. Bajo condiciones de estrés o cuando nuestra supervivencia está amenazada, podemos “regresar” a un nivel de necesidad anterior.

El autor también habla de estos niveles en términos de homeostasis, principio a través del cual opera nuestro termostato de forma equilibrada: cuando hace mucho frío, enciende la calefacción; cuando hace mucho calor, apaga el calentador. De la misma manera, en nuestro cuerpo, cuando falta alguna sustancia, desarrolla un ansia por ella; cuando logra conseguir suficiente de ella, entonces se detiene el ansia. Lo que Maslow hace es simplemente extender el principio de la homeostasis a las necesidades, tales como la seguridad, pertenencia y estima. Considera a todas estas necesidades como esencialmente vitales. Incluso el amor y la estima son necesarios para el mantenimiento de la salud. Afirma que todas estas necesidades están construidas genéticamente en todos nosotros, como los instintos. De hecho, les llama necesidades instintoides (casi instintivas).

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También todo esto puede ocurrir en una sociedad de cierto bienestar: cuando la sociedad sufre abruptas disrupciones las personas empiezan a reclamar que un nuevo líder tome las riendas y se haga cargo. Maslow sugiere que podríamos preguntarles a las personas sobre su “filosofía de futuro”, cuál sería su ideal de vida o del mundo y- así - conseguir suficiente información sobre cuáles de sus necesidades están cubiertas y cuáles no. Quien tiene problemas significativos a lo largo de su desarrollo (por ejemplo, periodos más o menos largos de inseguridad o desamparo en la infancia, o la pérdida de un miembro familiar por muerte o divorcio, o rechazo significativo y abuso) podría “fijar” este grupo de necesidades para el resto de su vida.

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ser”. Es una cuestión de ser más completo; de estar “auto-actualizado”.

Esta es la comprensión de Maslow sobre la neurosis. Por ejemplo: quien atravesó situaciones de privaciones en su infancia, aunque tenga ahora todo lo que necesita, se seguirá sintiendo necesitadoobsesivamente- por tener dinero y ahorrar constantemente. O, si sus padres se divorciaron cuando aún era muy pequeño; aunque ahora tenga una familia integra se sentirá constantemente celoso o creerá que lo van abandonar en cualquier oportunidad porque no es lo suficientemente “bueno” para ella. 5. Auto-actualización El último nivel es diferente. Maslow ha utilizado una gran variedad de términos para referirse al mismo: motivación de crecimiento (opuesto al déficit motivacional), necesidades de ser (o B-needs, opuesto al Dneeds), y auto-actualización. Se trata de necesidades que no comprenden balance u homeostasis. Una vez logradas, continúan haciéndonos sentir su presencia. De hecho, tienden a ser aún más insaciables a medida que las alimentamos. Comprenden aquellos continuos deseos de llenar potenciales, de “ser todo lo que se pueda

Rafael Castellano

Dada la dificultad evidente de cubrir satisfactoriamente todas las necesidades previas de la jerarquía, no es sorprendente que solo exista un puñado de personas que sean verdadera y predominantemente autoactualizadas. En algún momento, Maslow sugirió que se trata de apenas un 2%. La pregunta es: ¿qué es lo que Maslow quiere decir exactamente con autoactualización? Para responder, tendremos que analizar a aquellas personas que Maslow considera auto-actualizadas. Empezó escogiendo a un grupo de personas (algunas figuras históricas y otras que él conocía y que le parecía que cumplían con los criterios de ser auto-actualizadas). Se incluyeron en este angosto grupo personajes como Abraham Lincoln, Thomas Jefferson, Mahatma Gandhi, Albert Einstein, Eleanor Roosevelt, William James, y otros. Luego se centró en sus biografías, escritos, actos,(y palabras de aquellos a los que conoció personalmente) y así sucesivamente. De estas fuentes, desarrolló entonces una lista de cualidades similares a todo el grupo, opuesta a la gran masa compuesta por el resto. Estas personas estaban – sugiriócentradas en la realidad, lo que significa que podían diferenciar lo falso o ficticio de lo real y genuino. También eran personas centradas en el problema, o lo que es lo mismo, personas que enfrentaban los problemas de la realidad en virtud de sus soluciones, no como problemas personales inabordables o ante los que se sometían. Y además, tenían una percepción diferente de los significados y los fines. Creían que los fines no Página 13

necesariamente justifican los medios; que los medios pueden ser fines en sí mismos y que los medios eran con frecuencia más importantes que los fines. Los auto-actualizadores poseían también una manera peculiar de relacionarse con los demás. En primer lugar, tenían una necesidad de privacidad, y se sentían cómodos estando solos. Eran relativamente independientes de la cultura y el entorno, apoyándose más en sus propias experiencias y juicios. Así mismo, eran resistentes a la enculturación, esto es, que no eran susceptibles a la presión social; eran de hecho, inconformistas en el mejor sentido. Poseían, por otra parte, lo que Maslow llamaba valores democráticos, o sea, que eran abiertos a la variedad étnica e individual, e incluso la defendían. Tenían la cualidad llamada en alemán Gemeinschaftsgefühl (interés social, compasión, humanidad). Y disfrutaban de las relaciones personales íntimas con pocos amigos cercanos y miembros familiares, más que de un montón de relaciones superficiales con mucha gente. Tenían un sentido del humor no hostil, prefiriendo las bromas a costa de sí mismos o de la condición humana, pero nunca dirigida a otros. Poseían además una cualidad llamada aceptación de sí mismo y de los demás, lo cual implica que preferían aceptar a las personas como eran, más que querer cambiarlas. La misma actitud la tenían consigo mismos: si tenían alguna cualidad que no fuese dañina, la dejaban estar, incluso aunque fuese una rareza personal. En consonancia con esto surge la espontaneidad y simplicidad: ellos preferían Rafael Castellano

ser ellos mismos antes que pretenciosos o artificiales. De hecho, ante sus inconformidades, tendían a ser convencionales en la superficie, precisamente lo contrario que los inconformistas menos auto-actualizados que tienden a ser más dramáticos. Además, estas personas tenían una cierta frescura en la apreciación; una habilidad para ver cosas, incluso ordinarias, como preciosas. Por consiguiente eran creativos, inventivos y originales. Y, finalmente, tenían una tendencia a vivir con mayor intensidad las experiencias que el resto de las personas. Una experiencia cumbre, como le gustaba llamarla, es aquella que nos hace sentir como fuera de nosotros; como pertenecientes a un Universo; pequeños o grandes en virtud de nuestra pertenencia a la naturaleza. Sostenía que estas experiencias tienden a dejar una huella sobre las personas que las viven, transformándolas. Mucha gente busca estas experiencias de forma activa. También son llamadas experiencias místicas y constituyen parte importante de muchas religiones y tradiciones filosóficas. No obstante, Maslow no creía que los autoactualizados sean personas perfectas. También descubrió una serie de imperfecciones a lo largo de su análisis: en primer lugar, con bastante frecuencia sentían ansiedad y culpa; pero una ansiedad y culpa realistas, no neuróticas o fuera de contexto. Algunos de ellos eran “idos” (ausentes mentalmente). Y por último, algunos otros sufrían de momentos de pérdida de humor, frialdad y rudeza.

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B) PRESUPUESTOS DE LA TEORIA DE LA JERARQUÍA DE NECESIDADES (14) •

Libertad

El ser humano es fundamentalmente libre y responsable por su conducta. Esa libertad se manifiesta en el modo en que cada quien decide como satisfacer sus necesidades, y –más específicamente- en cómo cada persona tiende hacia la autoactualización, decidiendo cuáles son sus potencialidades y cómo desarrollarlas. Una persona es tanto más libre cuanto menos dominada se encuentra por las necesidades fisiológicas. A medida que una persona asciende a través de la jerarquía, va progresivamente esculpiendo su propia individualidad; va creando la “clase de persona que será” a partir de una serie de posibilidades. Las personas se autorrealizan “a su modo”. •

Racionalidad

Maslow resaltaba la capacidad de los humanos de recordar conscientemente experiencias pasadas y considerar posibilidades futuras y experiencias presentes, y – así- decidir respecto de cursos de acción. Cualquier ser humano realiza este tipo de actividades cotidianamente, por lo que –cree Maslow- la racionalidad es central en la conducta humana. Maslow no ignora que la irracionalidad se manifiesta en conflictos entre Rafael Castellano

necesidades, compulsiones, inconsistencias en la conducta y en los procesos inconscientes, pero sostiene que el comportamiento está mayormente gobernado por fuerzas racionales. Su convicción lo lleva a afirmar que el reporte consciente que una persona ofrece sobre su propia experiencia subjetiva, es un elemento válido para el estudio científico (los psicólogos –en generalrechazan los métodos introspectivos, salvo en casos muy específicos). Para Maslow los seres humanos toman decisiones racionales para actualizar su potencial. •

Constitucionalismo

Si las personas son libres para autoesculpirse y determinar creativamente sus propios destinos, entonces ni lo constitucional ni lo ambiental tienen un rol significativo en lo que se refiere al moldeado de la conducta. Pero, de los dos, Maslow se inclina a otorgar mayor peso a lo constitucional, desde el momento en que en la base de su concepto de “jerarquía” están las necesidades fisiológicas (originalmente constitutivas). Otros rastros de constitucionalismo pueden hallarse en el concepto de autorrealización. Maslow considera el impulso hacia la actualización del propio potencial como un “aspecto inherente de lo que una persona es”, en lugar de cómo aquello que una persona “aprende”. Ese impulso es innato. El rol de la sociedad y la Página 15

cultura se limita a ser –meramenteel de “facilitador” o “inhibidor”. El ambiente social no puede formar ni alterar la cualidad y la naturaleza esencial de la auto-actualización (determinada fundamentalmente por lo biológico). Lo máximo que una sociedad y una cultura pueden hacer es alentar la auto-actualización mediante la gratificación de las necesidades más básicas, y proveyendo oportunidades y formas de expresión. Pero, es importante resaltar que debido a su fuerte compromiso con la presunción de libertad, la inclinación de Maslow hacia el constitucionalismo es apenas más enfática que la que muestra hacia el ambientalismo. •

Maleabilidad

La libertad y el crecimiento (entendido como la constante persecución de la auto-actualización, ubicada en la cumbre de la pirámide) interactúan -en la teoría humanistaprovocando cambios en la personalidad de los individuos a través del tiempo. En la medida en que una persona asciende en la jerarquía de necesidades, se convierte progresivamente en alguien más libre para escoger la dirección de su crecimiento personal. Los cambios en la personalidad deben - así- ser concebidos como movimientos hacia la autoactualización de los propios potenciales. Aún cuando algunos de estos potenciales son innatos, el Rafael Castellano

grado y la forma de su actualización dependen centralmente de elecciones personales. •

Subjetividad

La perspectiva fenomenológica del aquí y ahora, a la que suscribe Maslow lo enrola en los presupuestos propios de la subjetividad. Las personas no pueden ser entendidas si no es en referencia a su mundo interior privado; la experiencia subjetiva es más importante que las conductas observables. Así, si bien la jerarquía de necesidades es común para todos los humanos, las necesidades se manifiestan de un modo específico en cada individuo y se expresan de modos únicos. Cada persona está constantemente persiguiendo la actualización de un “self”, que únicamente ese individuo puede apreciar y experimentar subjetivamente. •

Proactividad

El ser humano, tal como lo concibe Maslow no se comporta en función de respuestas a estímulos externos. Las personas tienden a satisfacer sus estados interiores; son esas necesidades las que generan los comportamientos. No puede, por ejemplo, existir un estímulo externo asociado a la auto-actualización (por su propia naturaleza se trata de un concepto proactivo). La gente, cree Maslow, está orientada hacia el Página 16

futuro, consciente de sus potencialidades y siempre luchando por realizarlas en su ser. El único modo en que una persona puede auto- actualizarse es a través de acciones generadas internamente. •

Teleología

¿De dónde proviene el “estímulo interno” que origina la mencionada proactividad, la búsqueda incesante de una realización que opera “de adentro hacia afuera”? La idea de “realización” es una noción compleja que no se limita al pleno desarrollo de ciertas potencialidades personales entendidas en términos de dones, talentos o capacidades. Parte de una manera de concebir la “salud” que se establece en disputa con Freud. El concepto clásico de Freud de salud (15) se traduce normalmente en la fórmula: capacidad de trabajar y capacidad de amar. La capacidad de establecer vínculos gratificantes con otras personas (amar) y con las cosas (el trabajo) daría por resultado una vida gratificante, saludable y plena.

El hombre dentro de esta concepción es un ser incompleto que se completa al amar y ser amado, así como al cumplir con deberes que le requiere la vida en sociedad. Rafael Castellano

Maslow modifica esta concepción de salud al ampliarla y definirla desde el contexto a la vez que interiormente. Agrega a las dimensiones objetales de Freud el plano ético. Dice Estoy rechazando deliberadamente nuestra distinción facilona entre enfermedad y salud, por lo menos en cuanto a los signos aparentes se refiere. ¿Significa enfermedad tener síntomas? Yo sostengo, con respecto a esto, que la enfermedad puede consistir muy bien en no tener síntomas cuando deberían tenerse. ¿Salud significa estar libre de síntomas? Yo lo niego. ¿Qué Nazis estaban sanos en Auschwitz o Dachau? Aquellos que sentían angustiada su conciencia o los que la poseían lozana, clara y feliz? ¿Es posible que una persona profundamente humana no sintiera, en tales circunstancias, conflicto, sufrimiento, depresión, cólera, etc.?

Como dice G. Aquino (a quien estoy siguiendo en este punto) la salud, entonces, más que un equilibrio, una homeostasis, es una dinámica lanzada desde la estructura interna hacia el futuro. De allí que la relación entre autoconocimiento, ética, vocación y proyecto de vida sean los pilares o los frentes de lucha contra la frustración, la neurosis, la enfermedad (…) En el hombre está, entonces, la necesidad de autodesarrollo en plano ontológico y, por lo tanto, el principio de salud como necesidad. Este concepto de hombre trasciende la visión de un ser encerrado en la alternancia entre el principio de placer y el instinto de autodestrucción. Es una concepción de la criatura humana como permanente vocación y anhelo de sí misma. Para Maslow la vocación difiere y trasciende al modelo psicoanalítico de sublimación, identificaciones y reparaciones. Si las necesidades de autodesarrollo y de Página 17

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