ACTIVIDADES DE REFORZAMIENTO GRADO: 4 MES ENERO PROFA: Lucia Adriana Mendoza Montiel

LAFRAGUA ELEMENTARY SCHOOL ACTIVIDADES DE REFORZAMIENTO GRADO: SEMANA 1 4° MES 3 PROFA: Lucia Adriana Mendoza Montiel______ LUNES MARTES MIÉ

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Story Transcript

LAFRAGUA ELEMENTARY SCHOOL

ACTIVIDADES DE REFORZAMIENTO GRADO: SEMANA

1



MES

3

PROFA:

Lucia Adriana Mendoza Montiel______

LUNES

MARTES

MIÉRCOLES

JUEVES

VIERNES

2

3

4

5

6

Escribe el significado del refrán: Más vale pájaro en mano que un ciento volando. 9

2

ENERO

Conjuga en verbo caminar en pasado, presente y futuro utilizando pronombres personales.

Escribe dos fanerógamas, dos criptógamas, ilústralas.

plantas escribe plantas e

10

Escribe un resumen Elabora un cuadro ¿Cómo ejerces la sobre Mesoamérica, comparativo de las justicia en la escuela?, Aridoamérica y regiones naturales. dibuja un ejemplo. Oasisamérica. 11

12

13

Explica las Elabora un mapa Escribe una lista de Escribe el Artículo 6º características en el mental sobre las rutas estados y capitales de de la Constitución desarrollo femenino y de Cristóbal Colón. la Republica Mexicana. Política de México. masculino.

16

17

¿Qué diferencia hay entre la carta formal e informal?, represéntalas en un esquema.

Escribe las características de los estados de la materia e ilustra.

18 Escribe características comerciales Constantinopla.

19

20

las Escribe un mapa Escribe un cuento conceptual sobre las sobre la Tolerancia. de actividades económicas de México.

SEMANA

4

LUNES

MARTES

MIÉRCOLES

JUEVES

VIERNES

23

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25

26

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hechos ¿Qué es la densidad Escribe 5 derechos de ¿Qué es un poema?, Dibuja la Que escribe sus transformación de la importantes ocurrieron poblacional?, explica los niños y ¿cuál es su materia, utilizando un durante la Época de su clasificación. características. importancia? esquema. Colonia de México. 30

5

31

Escribe una fábula Escribe el consumo y sobre la amistad, donde variedad que sugiere el integres cinco Plato del Buen Comer. personajes.

LAFRAGUA ELEMENTARY SCHOOL MECANIZACIONES DE ENERO 2016 GRADO: SEMANA

1

MES

ENERO

PROFA:

Lucia Adriana Mendoza Montiel______

LUNES

MARTES

MIÉRCOLES

JUEVES

VIERNES

2

3

4

5

6

Resuelve sumas

Resuelve multiplicaciones Resuelve restas

Resuelve divisiones

Resuelve divisiones

657.57+34.27=

5943x25=

268.39-48.17=

8429/12=

5876/7=

783.56+254.3=

2476x34=

399.76-23.41=

4967/18=

2697/8=

9 2



10

11

12

13

Resuelve divisiones

Resuelve restas

Resuelve multiplicaciones

Resuelve sumas

Inventa un problema de

2574/96=

9245-5031=

3498x52=

5743+4861=

multiplicación sobre

5941/52=

9648-6327=

5762x34=

15783+2486=

compra de alimentos y resuélvelo.

16 3

17

18

19

20

Resuelve multiplicaciones

Resuelve sumas

Resuelve divisiones

Resuelve restas

Resuelve restas

6842x38=

36751+5782=

6781/12=

91854-1520=

86324-53101=

2375x62=

5623+4678=

9348/18=

2578-1367=

29845-7412=

23 4

24

25

26

27

Resuelve restas

Resuelve divisiones

Resuelve sumas

Resuelve multiplicaciones Resuelve divisiones

9264-8161=

3759/5=

84752+1548=

2496x23=

2574/96=

4975-843=

5781/2=

3487+4578=

2578x75=

5941/52=

GRADO: SEMANA



Enero MONDAY

TUESDAY

ACTIVIDADES DE REFORZAMIENTO PROFESOR: T. Wendy Martínez Osorio WEDNESDAY

THURSDAY

FRIDAY

1

Vocabulario: Escribe en inglés 5 oraciones subrayando el sujeto y predicado ver pag. 2 de grammar e ilustra.

Spelling: Practicar el vocabulario de la pag 2 en Spelling Lesson1 (track 2 ).

Grammar: Escribir en inglés 5 oraciones con los verbos en presente ver pag. 3 de grammar e ilustra.

Reading and Writing: Lee en voz alta el primer párrafo de la pag. 2 de reading.

Spelling: Practicar el vocabulario de “spelling” del día martes Repetir este ejercicio de spelling durante 10 minutos.

2

Vocabulario: Escribe en inglés 5 verbos regulares en pasado e ilustra, ver pag.5 de grammar.

Spelling: Practicar el vocabulario de la pag 2 en Spelling Lesson2 (track 4 ).

Grammar: Escribir en inglés 5 verbos en pasado cambiando la “y” agregando (ied) Ver pag. 5 de grammar e ilustra.

Reading and Writing: Lee en voz alta El Segundo párrafo dela pag. 2 y pág 3 de reading.

Spelling: Practicar el vocabulario de “spelling” del día martes Repetir este ejercicio de spelling durante 10 minutos.

3

Vocabulario: Escribe en inglés 5 oraciones utilizando los verbos en pasado e ilustra.

Spelling: Practicar el vocabulario de la pag 2 en Spelling Lesson 3 (track 6).

Grammar: Conjuga el verbo to be en pasado en inglés e ilustra.

Reading and Writing: Lee en voz alta la pag. 4 de Reading.

Spelling: Practicar el vocabulario de “spelling” del día martes Repetir este ejercicio de spelling durante 10 minutos.

4

Vocabulario: Escribe en inglés 5 oraciones utilizando el verbo to be en pasado, ver pag. 8 en grammar e ilustra .

Spelling: Practicar el vocabulario de la pag 2 en Spelling Lesson 4.( track 8).

Grammar: Conjuga el verbo to be en pasado haciendo la negación en inglés ver pag. 9 de grammar e ilustra.

Reading and Writing: Lee en voz alta la pag. 5 de reading.

Spelling: Practicar el vocabulario de “spelling” del día martes Repetir este ejercicio de spelling durante 10 minutos.

LAFRAGUA ELEMENTARY SCHOOL

LECTURAS DE COMPRENSIÓN GRADO:



MES

ENERO

PROFA:

Lucia Adriana Mendoza Montiel______

SEMANA 1

El ogro del bosque Había una vez una anciana que vivía con sus tres hijos en una casita de madera, a la entrada de un bosque muy oscuro. Un año, al acercarse el invierno, la anciana pidió a su hijo mayor que fuera al bosque y cortara un árbol para hacer leña. -¿Para qué? -preguntó el muchacho-. Cuando haga mucho frío, podemos meternos en la cama y no hará falta encender el fuego. -¡No seas vago! -dijo la anciana-No podemos quedarnos en la cama todo el invierno. Tú eres el hijo más fuerte que tengo, así que deberás traer la leña. Al hijo mayor no le gustaba trabajar, pero al fin salió rumbo al bosque, llevando el hacha más pequeña que tenía. Cuando llegó, se acercó al árbol más podrido que encontró. Pensaba… “Seguro que éste no será difícil de cortar”. Levantó el hacha para empezar el trabajo. Tras el primer golpe, sintió que alguien le tocaba el hombro. Se volvió y vio al ogro más horrible que podáis imaginaros. Tenía un ojo rojo en el centro de la frente. La nariz era de color morado, llena de bultos y retorcida como las raíces de un árbol. -¡Oye, chico! -gritó el ogro-. Si derribas un solo árbol de mi bosque, te romperé en cincuenta pedazos. Él joven tiró el hacha y corrió a casa tan rápido como pudo para contarle a su familia lo sucedido. -¡Mira que tenerle miedo a un ogro viejo y estúpido! -dijo un hermano, el segundo hijo de la familia-. Mañana iré yo. Al amanecer, tomó un hacha más grande y salió a buscar leña. Ya en el bosque, encontró un árbol tan grande que tenía leña suficiente para todo el invierno. -¡Trac! ¡Trac! ¡Trac! ¡Trac! ¡Trac! -resonaron los golpes del hacha. Pero antes de que hubiera llegado a la mitad del tronco, apareció el ogro. —¡Eh, forzudo! ¿Qué haces? Levanta otra vez esa hacha y te haré cien pedazos. -No te creas que un ogro vi-viejo como tú puede a sus-sustarme. No me-me das mie-miedo. Voy a derribar-bar este árbol. -iEso ya lo veremos! -y levantando un brazo larguísimo, el ogro arrancó una rama muy grande. Luego la partió en su rodilla y comenzó a romperla en astillas.

Al ver que el ogro era tan fuerte, huyó veloz hacia casa. Temblaba de miedo. Al llegar, su hermano mayor le dijo: -¿Y dónde has dejado la leña? -Me encontré a ese ogro tan horrible y me echó del bosque. Era demasiado fuerte, medía unos quince metros… Entonces habló el hijo menor de la anciana. -A mí sí que no me asustaría. Estoy seguro de que no. Iré a traer la leña. -¿Tú? Eres demasiado pequeño. Con ese ogro no tendrías la menor oportunidad. -¡Por favor, dejadme ir! Al final, y pese a sus temores, la anciana decidió que el hijo menor probara suerte en el bosque. Así pues, al día siguiente, el tercer hijo tomó el hacha más grande que había en la casa. Era tan pesada que apenas podía llevarla. Fue al armario de la cocina y tomó un queso muy blando que tenía la cáscara dura. Cuando los hermanos vieron que se guardaba el queso en la bolsa, se burlaron de él. -¿Para qué lo quieres? ¿Es que te vas de excursión con tu amigo el ogro? Pero el muchacho no respondió y salió de casa arrastrando el hacha. Al llegar al bosque, se acercó al árbol más grande que había. Hizo un gran esfuerzo para levantar el hacha, pero era tan grande que tuvo que dejarla caer… Sin embargo, el sonido hizo que el ogro acudiera furioso. Rugió con gran voz: -¡Oh, no! ¡Otro más! ¡Y no es más que un niño! Si cortas ese árbol, te haré en mil pedazos. El niño se enfrentó al ogro y gritó: -Si lo intentas, te destrozaré igual que a esta piedra. Al decir esto, el niño agarró el queso blando y lo apretó con fuerza. El queso se deshizo en su mano salpicándolo todo y el chorro más grande fue a dar en el único ojo del ogro. -¡Está bien! ¡Está bien! -gritó el ogro-. Me rindo. ¡No me aplastes como a la piedra! Puedes cortar todos los árboles que quieras, o te los cortaré yo, si prefieres, y te llevaré a casa los troncos. Desde ese día, el ogro se encargó de que la anciana y su familia tuvieran toda la leña que necesitaban.

Escribe y ordena en cinco enunciados la historia.

SEMANA 2 LEE CON ATENCION

El anillo de bronce Tiempo atrás, un Rey en un castillo vivía desesperado. Pero, ¿por qué? Pues la razón bien sencilla era: carecía de jardines, de lugares frondosos y floridos que embelleciesen el reino. Por el contrario, el castillo estaba rodeado de tierras baldías, un feo páramo. Por suerte, el Rey encontró una solución, la cual halló en un jardinero, descendiente de los mejores jardineros. Éste consiguió hacer florecer aquella tierra, pero otros problemas aparecieron… El propio jardinero, de hecho, fue el origen de los nuevos conflictos, pues la princesa se enamoró de su hijo. El hijo del jardinero, como podéis imaginar, no era el pretendiente ideal para el Rey, quien deseaba como tal al hijo del Primer Ministro. El Rey, sabedor de que todavía tiene un as en la manga, lo juega de la mejor forma posible. De esta forma, envía en un viaje muy muy lejano a los dos pretendientes. Aquel que primero regrese, se hará con la mano de la princesa. La injusticia se cierne sobre el hijo del jardinero, pues parte en situación de desigualdad al usar el hijo del Primer Ministro un caballo y mucho oro; mientras que el suyo está cojo, y sólo dispone cobre. La desventaja de partida se acentúa más adelante. El hijo del Primer Ministro, que viaja más rápido, se encuentra con una mujer en harapos, quien demanda su ayuda para alimentarse, la cual el viajero rechaza. No así obra el hijo del jardinero, quien sí se detiene y le brinda comida y parte de sus bienes, amén de llevarla a lomos de su maltrecho caballo. Juntos, prosiguen la marcha. Al paso por la siguiente ciudad, el heraldo anuncia que el sultán que gobierna está muy enfermo. Si alguien pudiese salvarlo, podrá tener la recompensa que quisiese. La mujer en harapos ofrece su sabiduría al muchacho, diciéndole que sacrifique a tres perros en una pira, recogiendo posteriormente las cenizas y abriéndose paso hacia el sultán. La labor que sigue es más arriesgada, pues debe hervir al sultán en un caldero, con el fuego crepitante, hasta los huesos. Entonces, sería el momento de esparcir las cenizas. Así actuó el hijo del jardinero y así revivió el sultán en su forma más joven y vigorosa. El muchacho, visto el éxito cosechado, también hace caso a la mujer en cuanto a la solicitud de recompensa, y pide un simple anillo de bronce. Dicho anillo es simple sólo en apariencia… puesto que contiene, ni más ni menos ¡que a un Genio de los Deseos! Efectuados estos, el hijo del jardinero cambia el rumbo de su viaje por completo, y lo hace a bordo de un velero espléndido, cargado de joyas, un casco dorado y tripulado por marineros elegantes y prestos. El devenir del hijo del jardinero parece virar por completo. Entonces, llegado el momento, se encuentra con su rival, el hijo del Ministro, quien había gastado todo el oro con el que había partido. Irreconocible, el hijo del jardinero lo apoya otorgándole un barco, con la condición de marcar la piel de su dorso con el sello del anillo de bronce calentado. Hecho esto, el hijo del jardinero demanda un nuevo deseo al anillo, el de construir un navío de madera podrida, color negro, velas rasgadas y marineros enfermizos. De esta guisa retorna el hijo del Primer Ministro, clamando por la mano de la princesa.

Al tiempo que la princesa se prepara, infeliz, para la boda con el hijo del Primer Ministro, el Rey se da un garbeo por el puerto, preguntándose de quién será el lujoso y resplandeciente velero que luce en él. Más impresionado queda si cabe con el capitán del barco, el hijo del jardinero, a quien primero invita a la boda sin reconocerlo y posteriormente le hace padrino de la misma, concediéndole el inigualable honor de subir a su hija al altar. El hijo del jardinero, previsiblemente, acepta, pero pone objeciones cuando descubre quién es el novio… La treta del hijo del jardinero se lleva a cabo, pues éste cuenta al Rey que el pretendiente no es digno de la princesa, y ofrece demostrar que es poco más que un esclavo. De esta manera, y pese a las negativas del novio, las marcas del anillo en su espalda lo delatan. Así es como el hijo del jardinero recibe la completa bendición del Rey y le concede la mano de la princesa… Pero, ¡no acaba ahí la historia! Pues ambos viven un corto período de felicidad, mientras un estudiante de magia negra se acerca a comprender la verdad acerca del genio del anillo de bronce… Navegando el nuevo príncipe en su barco dorado, el mago negro persuade a la princesa para intercambiar el célebre anillo por peces rojos. Una vez tiene en sus manos el aro de bronce, el mago pide transformar por completo el navío: de oro a madera podrida, de marineros esbeltos a horripilantes, de tesoros enjoyados a gatos negros astutos… El príncipe, dándose cuenta de que algún enemigo se ha hecho con el poder del anillo, navega hasta una isla habitada por ratones. Alarmada por los feroces gatos negros, la Reina Ratón envía un emisario para solicitar al barco que se aleje de la isla. El príncipe, astuto él, acepta, a cambio de que le ayuden a encontrar su anillo de bronce. La Reina Ratón, voluntariosa, pone a funcionar su red de espías, que no es ni más ni menos que todos los minúsculos ratones del mundo. Tres de ellos informan valiosamente de que el mago dispone del anillo, guardándolo en su bolsillo durante el día y dentro de la boca por la noche. Los ratoncillos acuden al rescate del anillo, y de forma ingeniosa vaya si lo consiguen… ¡Provocándole cosquillas al mago con su cola y haciéndolo estornudar para expulsarlo! Tras algún que otro contratiempo, los ratones devuelven el anillo al príncipe quien, profundamente agradecido, transforma su decadente barco en la preciosa nave que un día fue. Y así, recuperado el honor perdido, vuelve con su princesa y, tiempo al tiempo, se cobra la venganza con el mago oscuro. La cual, como todos podemos imaginar, se sirvió en plato muy pero que muy frío…

RESPONDE LAS PREGUNTAS EN TU CUADERNO ROJO 1. ¿Quiénes son los personajes principales? 2. ¿Cuál es la idea principal de la historia?

SEMANA 3 LEE CON ATENCION

Botas y sus hermanos Había una vez, en un tiempo y lugar lejanos, un hombre que contaba con tres vástagos: Pedro, Pablo y Juan. Éste último, el menor de todos, se le conocía como “Botas”. La familia era pobre, y es por ello que el padre había animado a todos sus hijos que se buscasen el pan en otra tierra más próspera y esperanzadora. No muy lejos de su hogar se hallaba el Palacio Real, y quien allí reinaba tenía unos problemas que resolver. En primer lugar, un gigantesco roble había crecido afuera del palacio, cubriendo de oscuridad todas las estancias, pues no había ventana que el roble no tapase. Asimismo, el Rey no disponía de agua, ya que había prometido un tiempo atrás construir un pozo que finalmente no pudo erigir. Cuanto más se talaba el roble, más fuerte crecía. Cuanto más se afanaba en excavar el pozo, antes se encontraba con la roca viva. La recompensa que el Rey había ofrecido, a la princesa y medio reino, era cuanto menos suculenta. Como no, los tres humildes hermanos se lanzaron a intentar cumplir los designios del Rey, allí donde tantos hombres del reino habían fracasado. El padre de ellos estaba encantando, pues aunque sabía que la tarea sería harto complicada, al menos conocerían mundo y podrían acabar en manos de un buen maestro. No se habían alejado mucho de su hogar, cuando oyeron ruidos de hachazo y talla, colina arriba cerca de un abeto. Juan “Botas”, el menor y más inquieto de todos, prestó atención. -“Ahora me pregunto qué es aquello que se está tallando allá arriba, dijo Juan. -Vaya, siempre tienes que ser el más listo – dijeron Pedro y Pablo a la vez – ¿Qué de raro hay en escuchar a un leñador trabajando en una colina? -Ya. Aun así, quisiera echar un vistazo – espetó Juan antes de marcharse. -Ve, hermanito. Todavía te queda mucho por aprender. Eres tan inocente… -comentaron sus hermanos.” Juan, que hacía caso omiso a ese tipo de comentarios, subió y subió por la ladera, guiado por el ruido. Y… ¡¿a que no sabéis qué descubrió?! Un hacha que por sí sola estaba talando el tronco de un abeto. “-¡Buenos días! – saludó Juan – ¿Está usted sola aquí talando? -Efectivamente. Aquí me detuve a talar y dar hachazos. Estaba esperándote. – le respondió el hacha. -Vaya, vaya. Pues aquí me tiene. – dijo Juan, inmediatamente antes de agarrarla por el mango y guardar el hacha en su fardo”. Así fue como, de vuelta con sus hermanos mayores, éstos se burlaron y rieron de “Botas”. “-Venga, hermanito, ¿qué viste tan interesante en lo alto de la colina? -Bah, una simple hacha – respondió Juan.”

Los tres hermanos prosiguieron su camino. Más adelante, tras arribar a unas estribaciones de roca un tanto escarpada, se detuvieron al sonido de algo que cavaba y hacía pala. “-Ahora me pregunto. –dijo, como no, Juan “Botas”- ¿qué será aquél ruido de excavación que se escucha encima de aquellas rocas? -¡Qué raro! ¡Juan “Botas” maravillado por algo! – se mofaron sus hermanos – Como si nunca hubieses escuchado el taladrar de un pájaro carpintero. -Bueno, bueno, no creo que pierda nada por echar un vistazo, y así me quedaré contento. Juan inició una escalada por la roca, al tiempo que sus hermanos mayores reían y hacían bromas de su pobre hermanito. Subió y subió, hasta alcanzar la cima. Y, ¿qué creéis que vio allá en lo alto? “-¡Buenos días! – saludó Juan muy amablemente – Así que está usted sola, aquí, cavando y haciendo hoyo. -Así es –respondió la pala – Y no llevó poco tiempo, pues te estaba esperando haciendo lo que mejor sé. -Aquí me tiene – dijo Juan, justo al tiempo que agarraba a la pala por el mango y la guardaba en su fardo. De vuelta con sus hermanos, éstos no reprimieron preguntarle qué había visto. Juan comentó que tan sólo era una pala lo que habían escuchado. Más tranquilos, siguieron sus andanzas los hermanos, hasta llegar a las proximidades de un arroyo. Sedientos, decidieron detenerse para echarse un trago. Juan dijo: “-Me pregunto, por esta vez, de dónde aparece toda esta agua. -¡Cómo no! Juan “Botas” preguntándose algo – rieron sus hermanos – Pues nosotros nos preguntamos si hay algo de razón en tu cabeza, o estás completamente loco. Hermanito, ¿es que todavía no sabes cómo brota el agua de un manantial a la tierra? -Por supuesto. Pero me causa curiosidad conocer el origen de este arroyo en particular.” Juan se lanzó a la aventura ignorando los gritos de sus hermanos. Ascendió y ascendió, siguiendo el curso del arroyo, observando cómo éste se hacía cada vez más pequeño, hasta convertirse en un hilillo y, ¿de dónde imagináis que brotaba? Pues, ni más ni menos, de una nuez grande. “-¡Buenos días! – saludó Juan, con la alegría que lo caracterizaba – ¿Así que usted yace aquí y se lanza hacia abajo sola? -Así es – contestó la nuez – y mucho ha fluido mientras te esperaba. -Aquí estoy, pues. – comentó Juan, mientras bloqueaba el manantial sobre la nuez con un parche de musgo, para evitar que el agua se agotase. Al ti empo, agarró la nuez y la incorporó a su fardo. Regresando con sus hermanos, éstos dudaron de lo que Juan hubiese visto, hasta el punto de hacer nuevas chanzas al respecto. Poco le importaba a Juan “Botas”, pues al fin y al cabo había visto satisfecha su inquietud. Continuando su camino, en poco tiempo alcanzaron el Palacio Real. Como por todo el reino se había extendido el rumor de la recompensa, muchos eran los que lo habían intentado en vano. Además, por culpa de ello, el roble había vuelto a crecer más fuerte y vigoroso que nunca, y la oscuridad se cernía más inmensa. El Rey, consciente de todo esto, había impuesto un castigo a quien lo probase sin conseguirlo: arrancarle ambas orejas y enviarlo a una isla desierta.

Pedro y Pablo, los hermanos mayores, arrogantes, muy seguros estaban de poder conseguir tal hazaña. Así fue como Pedro probó el primero, por ser el mayor. Al igual que había sucedido con todos los aspirantes anteriores, por cada esquirla retirada, dos nuevas crecían. De esta manera Pedro no pudo evitar el horroroso castigo… Llegado el turno de Pablo, más de lo mismo volvió a ocurrir. Por consiguiente, no pudo escapar de las garras de los Guardias Reales, quienes dieron buena cuenta de su intento fallido deportándolo a la isla. Con más saña recortaron, de hecho, las orejas de Pablo, pues el Rey sabía que debía haber aprendido la lección de su propio hermano mayor. Casi sin pretenderlo, el turno de Juan había llegado. El Rey, consciente de que era el menor de los hermanos, le espetó: “-¿De verdad osa intentarlo, después de ver lo que le ha ocurrido a sus hermanos mayores? No le quepa duda que la sanción será la más dura de todas si usted erra. -Lo sé. Pero prefiero probar primero – dijo Juan decididamente, mientras sacaba su hacha del fardo y la empuñaba con osadía. – ¡A talar! – le dijo “Botas” a ésta. Y el hacha taló sin detenerse y con agresividad, haciendo saltar por los aires astillas y restos, hasta que el roble cayó redondo. Era el turno de la pala, la cual Juan empuñó desde el fardo y sacó a relucir. “-¡A cavar se ha dicho! – Y la pala comenzó a cavar más y más, como si el mundo fuese a acabarse, retirando tierra y roca allá por donde pasaba, hasta que un pozo hermoso e inmenso surgió del suelo. Juan pulió su gran obra a su gusto y semejanza, y fue entonces cuando llegó el momento de hacer uso de la nuez. Colocó a ésta en una esquina del pozo creado y retiró el parche de musgo que en su momento puso. “-¡A fluir! – gritó Juan, y en menos de un instante el agua empezó a correr del agujero al pozo, en forma de arroyo, con tal velocidad y caudal que en muy poco tiempo estaba rebosante. Todo quedaba hecho y solucionado para el Rey, pues la luz retornó al castillo y disponía de un pozo de agua infinita. Extasiado de felicidad el monarca, recompensó a Juan con la mitad de su reino y con la princesa, tal y como había prometido. Y suerte que Pedro y Pablo, los hermanos mayores, habían perdido sus orejas, pues, de lo contrario, habrían tenido que escuchar con dolor cómo su hermano menor, Juan “Botas”, se había convertido en el mayor héroe del reino. Al fin y al cabo, no estaba tan loco como ellos pensaban, y su forma de maravillarse por todo había servido de algo…

RESPONDE LAS PREGUNTAS EN TU CUADERNO ROJO 1. Cambia los personajes de la historia 2. Dibuja el personaje de tu agrado

SEMANA 4 LEE CON ATENCION

El oso y el gnomo Erase una vez una pobre viuda que vivía en una pequeña casa en el bosque, en el jardín crecían dos arboles, uno de ellos tenía rosas blancas y el otro rosas rojas. Tenía dos hijas, en honor a esos hermosos arboles llamó a sus hijas Rosa Blanca y a la otra Rosa Roja y eran las niñas más dulces y buenas del mundo, siempre estaban alegres y ayudando a su madre en todo lo que les pedía. Rosa Blanca era más tranquila que Rosa Roja, que siempre estaba corriendo y jugando por los campos y prados, y le gustaba recoger flores y capturar mariposas.Rosa Blanca casi siempre se quedaba en casa con su madre y la ayudaba en el hogar, y le gustaba leer en voz alta algún hermoso cuento de hadas, cuando no había trabajo que hacer. Las dos niñas se querían mucho, y Rosa Blanca siempre decía: “Nosotras siempre estaremos juntas”, a lo que contestaba, Rosa Roja, “Estaremos juntas durante toda la vida”, y la madre añadió: “Todo lo que una consiga deberá compartirlo con la otra.” A menudo paseaban por el bosque recolectando bayas y frutas silvestres, y nunca ningún animal les causó ningún daño. De hecho, los animales las amaban y confiaban en las dos chicas. La pequeña liebre comía una hoja de col de sus manos, el venado pastaba junto a ellas, el ciervo jugaba junto a ellas alegremente, y las aves se mantenían en las ramas y cantaban para ellos sus canciones más bonitas. Nunca tenían ningún problema, si se entretenían y se les hacia de noche, no había problema, se quedaban a dormir sobre la hierba y dormían hasta la mañana siguiente, y su madre no se preocupaba, ya que sabía que todos los animales las querían y cuidaban; una mañana después de quedarse dormi das en el bosque, cuando se despertaron vieron a un hermoso niño con una túnica blanca resplandeciente sentado cerca de su lugar de descanso.El niño se levantó, las miró amablemente, pero no dijo nada, y desapareció en el bosque. Cuando miraron a su alrededor se dieron cuenta de que habían dormido cerca de un profundo barranco. Si hubieran ido un poco más allá durante la noche, habrían caído en él. Cuando le contaron a su madre la aventura, ella les dijo que lo que habían visto que debía ser el ángel de la guarda de los niños. Rosa Blanca y Rosa Roja arreglaron la casa, y la dejaron limpia y ordenada. En verano Rosa Roja cuidaba la casa, y cada mañana antes de que su madre se despertara ella colocaba un ramo de flores cerca de su cama, las rosas las cogía del árbol de rosas rojas de su jardín. En invierno Rosa Blanca, encendía el fuego y preparaba el te en la tetera de bronce, y también la frotaba y limpiaba hasta que brillaba como el oro. Por la noche, cuando empezó a nevar, su madre, dijo, “Rosa Blanca cierra las ventanas,” y se sentaron en torno al fuego, su madre se puso las gafas y empezó a leer un gran libro de cuentos de hadas, que eran los que más les gustaban a las dos chicas, que se dormían escuchando atentamente. Junto a ellas en el suelo yacía un corderillo, y detrás de ellos se posaba un pequeña paloma blanca con la cabeza metida bajo sus alas.

Una noche cuando estaban cómodamente sentadas junto al fuego, alguien llamó a su puerta, su madre dijo, Rosa Roja, por favor, mira quien llama a la puerta, debe ser algún viajero en busca de refugio, Rosa Roja fue corriendo hacía la puerta, pensando que habría un pobre hombre de pie llamando a su puerta, pero no había un hombre, en puerta había un Oso, solamente un Oso, y al Rosa Roja abrir la puerta, asomó su gruesa cabeza a través de la puerta. Rosa Roja gritó, y saltó hacia atrás aterrorizada, el corderito empezó a balar, la paloma batió sus alas , y Rosa Blanca se escondió detrás de la cama de su madre, entonces el Oso empezó a hablar, y dijo: “No tengáis miedo. Yo no voy a haceros daño. Estoy medio congelado, y sólo deseo calentarme un poco “. “Mi pobre oso”, dijo la madre, “ven y acércate al fuego, sólo ves con cuidado para que no se te queme tu bonita piel.” Entonces ella llamó a Rosa Blanca y Rosa Roja, y les dijo: el oso no os a hacer ningún daño – es una buena y cariñosa criatura”. Así que ambas salieron de sus escondites, y poco a poco el cordero y la paloma se acercaron también, y todos se olvidaron de su miedo. El oso pidió a los niños que le quitasen la nieve que mojaba su espalda, y ellos buscaron un cepillo y lo frotaron hasta que estuvo seco. Entonces el oso se tendió frente al fuego, y gruñó absolutamente feliz y contento. Las niñas enseguida empezaron a jugar con el y le hacían bromas. Ellas tiraban de su piel, se subían sobre su espalda, y rodaban sobre el oso como si fuera una gran alfombra, las niñas finalmente se quedaban dormidas sobre su regazo. Al cabo de unos días, la madre le dijo al Oso, puedes venir todas las noches a resguardarte del frio y de la nieve. A partir de entonces el oso fue todas las noches a la misma hora, y se acostaba junto a la chimenea y dejaba que las niñas jugaran y le hicieran bromas, aunque fueran un poco pesados y molestos, el siempre les sonreía, y ellas por la noche no cerraban la puerta hasta que no había llegado su amigo el Oso. Cuando llegó la primavera, y todo volvió a ponerse verde, y empezaron a florecer todos los arboles y flores, el Oso les dijo, ahora me tengo que ir, y no volveré hasta que vuelva el invierno. “¿A dónde vas, querido oso?”, Preguntó Rosa Blanca. “Tengo que ir a mi cueva y proteger mi tesoro de los gnomos malvados. En invierno, cuando la tierra se congela y se cubre de nieve, se ven obligados a permanecer encerrados en sus escondites, porque no pueden cavar a través de la tierra helada; pero ahora, cuando el sol descongela la tierra y desaparece la nieve, pueden escavar y salir al exterior para robar todo lo que encuentran. Lo roban todo y se lo guardan en profundas cuevas, donde es imposible de recuperar”. Poco tiempo después de que se fuera su amigo el Oso, la madre envió a las niñas al bosque para recoger un poco de leña para encender el fuego. Mientras paseaban, vieron que cerca de ellas alguien estaba talando un gran árbol, cuando llegaron ya lo había derrumbado, y sobre su tronco vieron que algo estaba saltando arriba y abajo, pero no estaban seguro de que era. Cuando se acercaron más, vieron a un gnomo con una cara arrugada y una barba muy larga. Su larga barba estaba atascada en una hendidura del árbol, y el gnomo estiraba y estiraba, como un perro atado a su cadena, pero no lograba soltarse. Miró a las niñas con sus ardientes ojos rojos, y gritó, “¿Qué hacéis ahí paradas? ¿No podéis venir y ayudarme? ” “¿Qué estabas haciendo?”, Preguntó Rosa Roja.

“Estúpida curiosa!”, respondió el gnomo. “Yo quería cortar el árbol para obtener leña para nuestra cocina. Mi hermosa barba blanca ha quedado atrapada en una grieta, así que aquí estoy, y no puedo liberarme, y vosotras niñas bobas y tontas no hacéis nada! ¡Rápido ayudadme! Las niñas hicieron todo lo posible, pero no pudieron conseguir desatascar la barba- estaba fuertemente atascada. “Voy a correr a buscar a alguien”, dijo Rosa Roja. “Niñas bobas!” Respondió el gnomo. “¿A quién vais a llamar? Vosotras solas podéis liberarme. “No seas tan impaciente”, dijo Rosa Blanca, y tomando sus tijeras del bolsillo le cortó la punta de su barba. Tan pronto como el gnomo se sintió libre agarró una bolsa llena de oro que estaba oculta entre las raíces del árbol, la levantó, y murmuró en voz alta, “Maldición estas miserables groseras, han cortando un pedazo de mi espléndida barba!” Con estas palabras, se colocó la bolsa de oro en la espalda, y desapareció sin siquiera mirar a los niñas otra vez. Poco después de esto Blanca Nieve y Rosa Roja estaban andando por la orilla de un arrollo, y vieron algo que se movia cerca del agua, corrieron y reconocieron al gnomo gruñón que vieron antes en el bosque. “¿Qué haces ahí?”, Preguntó Rosa Roja. “Estás seguro que es buena idea saltar al agua?” “No soy tan tonto”, gritó el gnomo. “¿No ves que un maldito pez está intentando arrastrarme?” El gnomo estaba intentando pescar, pero el viento había liado su barba con la caña justo en el mismo instante que un pez había picado el anzuelo, el gnomo no era capaz de sacar al pez, y poco a poco el pez lo iba arrastrando hacia el fondo del arrollo. Las chicas llegaron justo en el último momento, e hicieron todo lo posible por liberar la barba de la caña de pescar, pero no pudieron, lo úni co que podían hacer era sacar la tijera y cortar la barba por segunda vez. El gnomo estaba enfurecido con las chicas por haberlo rescatado cortando la barba. Les gritaba que si no era suficiente haberle cortado la barba una vez, que lo habían vuelto a hacer. Y enseguida dio un salto y cogió una gran bolsa con perlas que brillaban entre los juncos, y sin decir una palabra más desapareció detrás de las rocas. Sucedió que poco después la madre envió a las dos chicas a la ciudad a comprar agujas, hilos, cordones y cintas. Su camino los llevaba cerca de un barranco donde había rocas enormes y cuevas, de repente vieron una gran águila que daban vueltas sobre una roca, no muy lejos de allí. Inmediatamente después se oyó un fuerte grito . Corrieron hacia la roca y vieron con horror que el águila se había abalanzado sobre el gnomo gruñón, y estaba a punto de llevárselo. Las niñas de buen corazón intentaron sujetar al gnomo, para que el águila no pudiera levantar su vuelo, y cuando lo consiguieron el gnomo, les grito: no podáis haberme sujetado con más cuidado, me habéis roto mi hermosa capa en mil pedazos, niñas estúpidas… Luego tomó una bolsa de piedras preciosas y desapareció en una cueva bajo las rocas. Las chicas se molestaron por su ingratitud, y siguieron su camino he hicieron sus compras en la ciudad. Durante el camino de vuelta, cuando se estaba poniendo el sol, vieron al gnomo escondiendo sus piedras preciosas bajo una roca, cerca de una cueva, el gnomo pensaba que era muy tarde para que alguien pudiera verlo. Pero con los últimos rayos de sol, las piedras preciosas podían verse desde muy lejos, y las niñas al verlas resplandecer se detuvieron a verlas.

“¿Qué estáis mirando, niñas bobas” Gritó el gnomo, y su rostro blanco se volvió rojo de rabia, me estabais espiando para robarme mi tesoro, no contestaron ellas, estaba a punto de atacar a las niñas, cuando de repente sonó un gruñido, y un gran oso negro salto desde el interior de una cueva. El gnomo soltó un gran grito, pero no tuvo tiempo de escapar, el oso ya lo había capturado. Entonces gritó con terror, “Señor oso , perdóname! Te voy a dar todo mi tesoro. Mira estas piedras preciosas que he robado y guardado durante toda la vida, y además si tiene hambre puedo ayudar a capturar a esas niñas bobas, son jóvenes y tiernas, y le resultarán muy jugosas. Pero el oso, sin prestar atención a sus palabras, le dio un gran golpe con su garra y lo mató. Las chicas habían huido, pero el oso las llamó “Rosa Blanca, Rosa Roja, no tengáis miedo”. Soy yo, vuestro amigo el oso. “Entonces ellas reconocieron su voz y dejaron de correr, y cuando el oso estaba cerca de ellas su piel se cayó, era un hombre y llevaba unos hermosos vestidos, bordados en oro, el hombre les dijo: “Soy el hijo del Rey” , había sido encantado por ese gnomo gruñón , me condeno a parecer un oso, y no podía liberarme del encantamiento hasta que pudiera matarlo. Ahora el tiene su merecido. El príncipe le confesó a Rosa Blanca, que en la noche que había ido a dormir junto al fuego de su casa, se había enamorado de ella, y que cuando tuviera la edad suficiente le gustaría casarse con ella. Los tesoros que había robado el gnomo se los dieron a su madre y a su hermana Rosa Roja, y todos fueron felices en su casa, viendo como florecían los arboles de rosas blancas y rojas.

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