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EL ESPACIO GEOGRÁFICO ESPAÑOL Y SU DIVERSIDAD
SECRETARÍA GENERAL DE EDUCACIÓN
INSTITUTO SUPERIOR DE FORMACIÓN DEL PROFESORADO
MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CIENCIA SECRETARÍA GENERAL DE EDUCACIÓN Instituto Superior de Formación del Profesorado Edita: © SECRETARÍA GENERAL TÉCNICA Subdirección General de Información y Publicaciones N.I.P.O.: 651-06-241-2 I.S.B.N.: 84-369-4266-3 Depósito Legal: M-41341 - 2006 Imprime: SOLANA E HIJOS, A.G, S. A. http://publicaciones.administracion.es
Colección: AULAS DE VERANO Serie: Humanidades
EL ESPACIO GEOGRÁFICO ESPAÑOL Y SU DIVERSIDAD En el presente volumen, dedicado al Espacio geográfico español y su diversidad se pretende precisar y actualizar algunos los conocimientos básicos sobre la Geografía de España, de cara, sobre todo, a la formación de los futuros ciudadanos de un país, como es el nuestro, en el que la unidad básica de sus principales rasgos geográficos es compatible con una acusada diferenciación regional. Por ello, frente a una visión estática y convencional de la geografía española, se ha pretendido articular el estudio de ésta en la confluencia entre diversidad y unidad que constituyen una de las señas distintivas de nuestro país, auténtico «continente en miniatura», como definiera a España un famoso geógrafo, hace ya algún tiempo. Se ha agrupado el estudio de las principales variables y elementos que definen la Geografía de España en dos conjuntos temáticos: aspectos generales de carácter común y estudio específico de los grandes ámbitos regionales. En el primero se incluyen cuatro artículos referidos a las características climáticas, la población, la evolución rural y los rasgos genéricos de las ciudades españolas en la época de la globalización. Respecto a los segundos se han diferenciado los tres ámbitos clásicos de la Geografía Regional de España: la mediterránea, la atlántica y la interior, eligiendo para ello a tres regiones representativas de cada una de ellas: el País Valenciano, Cantabria y Castilla-La Mancha. Esta visión se completa con un artículo sobre la España de las Autonomías y la Unión Europea que pretende servir de colofón a la temática estudiada.
Dirección editorial del volumen El espacio geográfico español y su diversidad: FERNANDO ARROYO ILERA Coordinación: VÁZQUEZ GARCÍA, Francisco Autores: ARROYO ILERA, Fernando FERNÁNDEZ GARCÍA, Felipe OLCINA CANTOS, Jorge OLIVERA POLL, Ana PILLET CAPDEPÓN, Félix RASILLA ÁLVAREZ, Domingo Fernando SANCHO COMÍNS, José ZARATE MARTÍN, M. Antonio
ÍNDICE
La diversidad climática de España. Explicación, comprensión y enseñanza Felipe Fernández García
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La población española: del envejecimiento a la inmigración. Procedimientos y estrategias en su enseñanza Ana Olivera Poli
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Los territorios rurales en España: entre la debilidad demográfica y los impulsos de las políticas de desarrollo José Sancho Comíns
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Las ciudades españolas en la era de la globalización M. Antonio Zarate Martín
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Paisajes y organización territorial en la «España atlática»: una aproximación educativa Domingo Fernando Rasilla Álvarez
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La España interior: una aproximación al paisaje y la singularidad La Mancha Félix Pillet Capdepón
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La Comunidad Valenciana en el litoral mediterráneo español Jorge Oleína Cantos
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Nacionalismo y supranacional. La España de las Autonomías en la Unión Europa Fernando Arroyo llera
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Ediciones del Instituto Superior de Formación del Profesorado . . . .
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LA DIVERSIDAD CLIMÁTICA DE ESPAÑA. EXPLICACIÓN, COMPRENSIÓN Y ENSEÑANZA Felipe Fernández García Universidad Autónoma de Madrid
INTRODUCCIÓN 1. EL SISTEMA CLIMÁTICO 1.1. Tiempo y clima 1.2. Factores del clima Factores cósmicos o astronómicos La forma y dimensiones de la Tierra Los movimientos de rotación y traslación Factores geográficos La altitud La distribución de tierras y mares La orientación de las alineaciones montañosas La naturaleza del roquedo y la cubierta vegetal 1.3. Elementos del clima 2. LOS CLIMAS DE ESPAÑA 2.1. Características generales: La diversidad climática 2.2. Factores explicativos La latitud La situación La configuración del territorio 3. ANÁLISIS DE LAS PRECIPITACIONES. 3.1. Aspectos generales 3.2. Precipitaciones anuales La España lluviosa La España seca o setniárída La España árida 3.3. Variabilidad interanual 3.4. Variabilidad intraanual: regímenes plu vio métricos 3.5. Intensidad pluviométrica 3.6. Factores explicativos de las precipitaciones
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Dinámica atmosférica El relieve 4. LAS TEMPERATURAS 4.1. Características generales 4.2. Las temperaturas en España Medias anuales Regímenes térmicos Influencia del relieve: inversiones y gradientes térmicos verticales Recursos y limitantes térmicos
Las heladas Días fríos y cálidos Olas de frío y calor BIBLIOGRAFÍA Q.
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El clima ha adquirido un gran protagonismo en la época actual, los medios de comunicación han convertido el clima en el más popular de los temas científicos y los programas del tiempo y las noticias relacionadas con eventos climáticos interesan a una gran masa de la población. Todo esto, sin duda, facilita la labor del profesor que, en principio, va a encontrar un público interesado en un tema de tan candente actualidad, pero eso mismo plantea una serie de inconvenientes, ya que la gran cantidad de información recibida no siempre se acompaña del rigor científico adecuado y son muchos los tópicos, inexactitudes y errores conceptuales con los que el profesor deberá enfrentarse. Su labor no puede limitarse a transmitir unos conocimientos, sino que debe concretar conceptos, destruir tópicos y matizar ideas y para ello no sólo debe mantener al día sus conocimientos incorporando los continuos avances que en el campo científico se están produciendo, sino también conocer la percepción que del clima se tienen en la actualidad. La sociedad actual, eminentemente urbana y con un desarrollo tecnológico sin precedentes, ha perdido en gran medida la noción del clima como fenómeno natural con sus ciclos, sus ritmos y sus cambios; los conceptos de buen o mal tiempo se asocian ineludiblemente a aquellas condiciones que se adecúan a sus intereses y cualquier otra la considera como fenómeno raro o excepcional. A ello contribuyen, sin duda, la tendencia dominante en los medios de comunicación de masas, más interesados en el impacto que la noticia pueda provocar sobre la audiencia que en la noticia en sí misma.
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En el campo científico se han producido importantes avances en el conocimiento del clima, debido a la posibilidad de integrar el enorme cúmulo de variables que conforman el sistema climático y realizar complejos cálculos, gracias al avance en la ciencia y técnica de la computación. Los modelos climáticos son los grandes consumidores de este producto y con ello se ha avanzado de forma considerable en el conocimiento de los mecanismos, las interrelaciones y las respuestas que cualquier cambio en una variable produce en el resto: las retroalimentaciones y las interconexiones son la clave de la teoría del cambio climático. Gracias a ello, las predicciones a corto plazo son cada vez más precisas y se ha producido un gran avance en las previsiones a medio y largo plazo. El cambio climático es hoy uno de los ternas científicos que más impacto tiene sobre el conjunto de la sociedad y ha convertido al clima en el gran protagonista de los retos y problemas ambientales de la actualidad: unas veces como indicador de los daños, que un modelo de desarrollo basado en el uso indiscriminado de los recursos naturales puede provocar sobre el planeta; otros como exponente de las consecuencias negativas que tales cambios pueden tener sobra la sociedad. El calentamiento global, resultado del aumento de los gases de efecto de invernadero vertidos a la atmósfera por el hombre, es un buen ejemplo de lo primero; los desastres asociados a eventos climáticos extraordinarios, como huracanes, tornados, inundaciones, olas de frío y calor, por su parte, son los mejores ejemplos de las consecuencias que un cambio en el sistema natural puede tener sobre la sociedad. La mayor parte de la información climática gira en torno a estos temas y existe una gran confusión en conceptos tales como «normal» y «anómalo», «cambio» y «variabilidad». Resulta, en ocasiones, muy difícil determinar si las catástrofes asociadas al clima son debidas a un cambio real o a otros aspectos tales como la ocupación de espacios de riesgo o el uso indiscriminado de unos recursos escasos como puede ser el agua en nuestro país. Sería pretencioso por nuestra parte, dilucidar todas estas cuestiones en las pocas páginas de que disponemos, por ello nuestro objetivóse limita a exponer aquellos aspectos del clima de España que, en nuestra opinión, ayudarán a comprender y, quizás, responder a algunas de las cuestiones planteadas. En la bibliografía que se añade al final, se han seleccionado aquellas obras en las que se pueden encontrar, de forma clara y sencilla, análisis más detallados sobre los temas que tratamos.
1. EL SISTEMA CLIMÁTICO El clima resulta de las características que una serie de variables físicas como la temperatura, la humedad, la presión o el viento, presentan sobre un
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lugar determinado. Estas características, aunque varían en cortos periodos de tiempo, siguen una estructura que se repite con bastante frecuencia dando lugar a unos valores medios, que son los que explican algunos de los rasgos geográficos más característicos de una zona como los paisajes vegetales, las actividades agrarias o el tipo de vivienda. Dos ramas científicas son esenciales en el estudio del clima: la física de la atmósfera o Meteorología, que estudia las leyes que gobiernan el funcionamiento del Sistema Climático y la Climatología, que estudia la localización y espacia I izac ion de las variables del clima y su relación con otras del medio natural como la vegetación, los cultivos y el hombre. La diferencia entre ambas cada vez se va reduciendo más, pero de forma simplificada podemos decir que la predicción del tiempo es el objeto fundamental de la meteorología, el meteorólogo es el hombre del tiempo; el climatólogo, por su parte, define y caracteriza los diferentes tipos de climas que se observan en la superficie terrestre. a* u
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El conocimiento y comprensión del clima exige tener muy claros, cuatro conceptos fundamentales: tiempo y clima; los factores o causas que explican los mecanismos del clima; los elementos y la escala.
1.1. Tiempo y clima El tiempo es la situación meteorológica concreta que se observa sobre un lugar en un momento determinado: frío o cálido, lluvioso o soleado, son adjetivos normalmente utilizados para definir el tiempo. Varía con bastante frecuencia de tal modo que un día puede ser muy distinto al del precedente, incluso a lo largo del día el tiempo puede variar.
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El clima es un estado medio que se define por unos valores estadísticos deducidos de series largas. Treinta años es el periodo que la OMM toma como referencia para definir los climas y a este intervalo temporal se le denomina «periodo internacional». El primero comenzó en 1901 y finalizó en 1930; el segundo se extiende desde 1931 a 1960; el tercero se extiende desde 1961 a 1990 y, actualmente, estamos en un cuarto que comenzó en 1991 y finalizará en 2020. A diferencia del tiempo, el clima sigue unos ritmos estacionales que se suceden con bastante regularidad y es el clima el que define el tipo de vegetación, los cultivos etc. de una zona concreta.
1.2. Factores del clima Se agrupa bajo esta denominación el conjunto de rasgos o características geofísicas y geográficas de las que dependen los mecanismos fundamen-
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tales del clima de una zona concreta. Son de dos tipos: cósmicos o astronómicos y geográficos. Los primeros, explican y condicionan la distribución espacial y las variaciones temporales de la energía procedente del sol: grandes conjuntos climáticos, como zonas frías o polares, templadas o extratropicales y cálidas o intertropicales. Los segundos influyen en la distribución espacial de los diferentes elementos del clima, dando lugar a una gran variedad de tipos conocidos como el mosaico climático del globo.
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Factores cósmicos o astronómicos: La forma y dimensiones de la Tierra: influyen sobre la variación latitudinal de la radiación solar.
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Los movimientos de rotación y traslación: el desplazamiento que la tierra realiza a lo largo de un año en torno al sol, explica los regímenes térmicos de las zonas extratropicales, en las que se observa un verano cálido y un invierno frío y dos estaciones intermedias, primavera y verano; la rotación de la tierra alrededor de su eje, o movimiento de rotación, tiene una periodicidad diaría lo que determina que en todas las latitudes aparezca un régimen térmico diario similar, con temperaturas máximas durante el día y mínimas por la noche. Además, este movimiento de rotación, modifica la trayectoria de los vientos planetarios, que se desvían hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio su debido a la fuerza de Coriolis. Esta es la razón de que en las borrascas del hemisferio norte, el viento gire con un movimiento contrario al de las agujas del reloj, pero en el hemisferio sur el giro sea igual al de las agujas del reloj; lo contrario ocurre en los anticiclones (movimiento horario en el hemisferio norte, antihorario en el hemisferio sur.
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«Klima» significa inclinación y hace referencia al desigual calentamiento, causante de las grandes zonas climáticas. En efecto los factores astronómicos dibujan el armazón fundamental de los climas terrestres formado por las masas de aire y los denominados centros de acción o zonas de altas y bajas presiones, más o menos permanentes. El calentamiento desigual de la superficie determina que sobre el Ecuador se instalen masas de aire cálidas y en los Polos frías: el aire cálido aumenta su volumen y la tropopausa ecuatorial se eleva hasta los 18 km., al tiempo que en superficie se instala una zona de bajas presiones o borrascas; lo contrario ocurre en el Polo, el aire frío se comprime, aumenta la densidad y disminuye el volumen, la tropopausa desciende hasta los
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8 km. y en superficie se forman altas presiones. El aire, que en una atmósfera térmicamente homogénea se mantendría en calma, inicia un movimiento desde las altas a las bajas presiones, dando lugar al viento (aire en movimiento), que es desviado por el movimiento de rotación de la tierra (fuerza de Coriolis) dando lugar a los grandes circuitos de vientos planetarios. Tal y como se muestra en la figura 1, los principales centros de acción ocupan una posición latitudinal y lo mismo los flujos de vientos planetarios: en la zona ecuatorial convergen vientos procedentes de los anticiclones subtropicales y en esta franja se forman los Alisios o vientos de componente este; hacia las borrascas situadas en latitudes templadas, convergen los vientos procedentes de los anticiclones polares y de los subtropicales: en las zonas templadas dominan los vientos de componente oeste y en las polares del este. Poto «anortes
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Figura 1. Localización de los centros de acción régimen de vientos zonales (arriba). Variación del espesor de la troposfera con la latitud y localización de la corriente del Chorro (Jet Stream) y del frente polar (abajo).
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Por último, en la zona de contacto entre las masas frías y cálidas aparece una zona de vientos muy fuertes en las altas capas de la atmósfera, denominada corriente en Chorro; en superficie, se sitúa el Frente Polar, formado por una serie de bon'ascas que se desplazan de oeste a este y que son las principales causantes de las precipitaciones en estas zonas. La principal característica de estos factores astronómicos es que varían muy poco en el tiempo, con oscilaciones que van desde los 10.000 a más de un millón de años y a ellas se asocian los periodos glaciares e interglaciares que caracterizan los paleoclimas de la tierra.
Factores geográficos Son todos los elementos de la superficie terrestre que inciden sobre las diferentes variables climáticas: La altitud: influye sobre las temperaturas y las precipitaciones, tal influencia se manifiesta en los denominados gradientes térmicos y pluviométricos: •
térmico: descenso de la temperatura con la altura. Generalmente es negativo y se expresa en "C/100 m; • piuviométrico: aumento de la precipitación con la altura; se expresa en mm/100 m. La distribución de tierras v mares: condiciona las oscilaciones térmicas a lo largo del año dando lugar a los conceptos de oceanidad y continentalidad. La orientación de las alineaciones montañosas provoca disimetrías térmicas entre las laderas de solana y umbría y disimetrías pluviométricas entre las laderas de barlovento y sotavento. La naturaleza del roquedo y la cubierta vegetal, por último, modifican la temperatura y la humedad del aire a pequeña escala. Los tres primeros varían muy poco en el tiempo, pero las características del suelo y la cubierta vegetal pueden variar muy rápidamente, casi siempre, como consecuencia de la acción antrópica.
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1.3. Elementos del clima
Son los componentes o variables en los que suele dividirse el clima, para su estudio: presión, viento, radiación, temperatura, humedad y precipitación son los más importantes, aunque de todos ellos son la temperatura y precipitación son las que se utilizan para definir y caracterizar los diferentes tipos de climas.
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La principal característica es su gran variabilidad espacial y temporal, por lo que es muy importante en el estudio del clima introducir ei concepto de escala a estos dos niveles.
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A escala temporal es preciso diferenciar entre variabilidad y tendencia: • La variabilidad es uno de los rasgos característicos del clima y hace referencia, tanto a los regímenes térmicos o pluviométricos como a la sucesión de años secos y húmedos. Esta variabilidad puede ser: Diaria, representada por el ciclo térmico: a lo largo de 24 horas las temperaturas presentan un máximo durante el día y un mínimo durante la noche; es general a todas las zonas de la tierra y se debe al movimiento de rotación. Mensual o estacional conforma los denominados regímenes térmicos y pluviométricos, que varían en las diferentes zonas de la tierra. Interanual. que afecta de forma más pronunciada a las precipitaciones y se manifiesta por la sucesión de años secos o lluviosos. • La tendencia comprende los cambios a largo plazo provocados por modificaciones en alguno de los componentes del sistema climático, como podría ser el reforzamiento del efecto de invernadero; estos cambios pueden ser debidos, tanto a causas naturales (erupciones volcánicas), como antrópicas (contaminación atmosférica). Espacialmente, los elementos del clima varían considerablemente de unos lugares a otros debido a la interacción de los diferentes factores. El resultado es la gran variedad de tipos de climas que se observan en la superficie terrestre. En el cuadro siguiente se presenta de forma simplificada la relación entre escalas, elementos y factores de los principales tipos de climas:
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ESCALA Planetaria
Factores dominantes
Elementos representativos
Astronómicos Temperatura
Regional o Astronómicos Temperaturas y continental y geográficos precipitaciones
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Geográficos
Amplitud térmica
Tipos de clima
Rasgos fundamentales
Intertropicales Templados Fríos Ecuatorial, tropical, monzón ico. Oceánico, continental, Mediterráneo.
Sin invierno Invierno/verano Sin verano - Total pluviométrico • Regímenes pluviométricos diferenciados
Continental Oceánico
Amplitud térmica total y régimen pluviométrico
Además de estos climas, que siguen a grandes rasgos las bandas latitudinales y por eso se denominan también zonales, aparecen otros en los que adquieren un peso fundamental los factores geográficos y locales: son los denominados climas azonales, entre los que destacan los climas áridos, los de montaña y los microclimas (urbanos, de ladera, de valle). 2. LOS CLIMAS DE ESPAÑA 2.1. Características generales: La diversidad climática En España, la combinación de todos los elementos que acabamos de mencionar, dan lugar a una gran variedad de climas, que según la clasificación de Martín Vide y Olcina Cantos (2001) podemos resumir en: Tres grandes tipos: Oceánico, Mediterráneo y Subtropical. Nueve subtipos: Atlántico, submediterráneo, continental, de fachada oriental, meridional, árido, de montaña, litoral y de mar de nubes. Doce variedades: Gallego, asturiano, vasco, meseta norte, meseta sur, valle del Ebro, catalán, valenciano, balear, litoral, valle del Guadalquivir y extremeño. Todos ellos presentan unos rasgos comunes como son la presencia de estaciones térmicamente contrastada y un mínimo pluviométrico estival generalizado. Las principales diferencias aparecen en: • Los totales pluviométricos, con una Iberia seca y otra húmeda. • Los máximos pluviométricos estacionales, que en unos casos pueden ser invernales, en otros equinociales (PO, OP) y, en zonas muy localizadas, el verano detenta el máximo pluviométrico.
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• Las temperaturas medias, anuales y mensuales, así como la amplitud térmica que muestran la influencia de la latitud, el relieve y la proximidad o lejanía del mar.
2.2. Factores explicativos Los factores que explican tal diversidad son fundamentalmente tres (Figura 2): La latitud, que condiciona los rasgos fundamentales del clima, como son: -
El dominio de los vientos del oeste y la influencia del frente polar, cuyas borrascas son la principal fuente de las precipitaciones. - El mínimo pluviométrico estival asociado al desplazamiento hacia el norte del Anticiclón de las Azores y del frente Polar. En verano el primero se sitúa frente a la Península y el frente polar se aleja hacia el norte. Desde el punto de vista climático se puede afirmar que durante el invierno España se asemeja a Europa, en verano adquiere rasgos similares a los del norte de África. - La estacionalidad térmica asociada al movimiento aparente del sol a lo largo del año: la máxima radiación se alcanza en el solsticio de junio, cuando los rayos solares son más perpendiculares y la duración del día es máxima; el mínimo se produce en diciembre. Las temperaturas siguen el mismo ritmo, con un retardo de uno o dos meses respecto a los solsticios, debido a la inercia térmica, de tal modo que las máximas se alcanzan en julio o agosto y las mínimas en enero o febrero.
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La situación entre las zonas tropicales y frías, que explican las olas de frío y calor que periódicamente nos afectan:
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- En el semestre frío profundas vaguadas formadas en la circulación general pueden canalizar hacia la Península, llegando incluso a Canarias, vientos polares o árticos que procedentes del norte provocan descensos térmicos muy acusados y nevadas en la mitad norte peninsular. - El anticiclón centroeuropeo o siberiano que se forma en invierno por las bajas temperaturas de esas zonas, puede afectar a la Península enviando vientos fríos del NE. - En verano, los flujos del S y SE procedente de África pueden dar lugar a temperaturas anormalmente elevadas.
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Vientos del oeste: templados y lluviosos Viento de levante
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Figura 2. Centros de acción y flujos de viento que afectan a la Península Ibérica
La configuración del territorio, especialmente la proximidad del Atlántico y el Mediterráneo, la elevada altitud media y la disposición de las alineaciones montañosas introducen una gran cantidad de matices, que analizaremos con más detalle al estudiar las temperaturas y precipitaciones.
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Precipitaciones y temperaturas son los dos elementos que mejor caracterizan el clima de una zona; a partir de su análisis podemos establecer los diferentes tipos de climas y sus variedades, así como explicar los diversos factores que interactúan en cada una de las zonas climáticas.
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3. ANÁLISIS DE LAS PRECIPITACIONES 3.1. Aspectos generales Se denomina precipitación a la cantidad de agua que, procedente de las nubes, llega a la superficie. Puede presentarse en forma líquida o sólida en forma de nieve o granizo.
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Se mide con el pluviómetro y se expresa en mm/m2, o litros por m2. Esta medida representa la cantidad de agua que cubriría un área equivalente a un metro cuadrado con un espesor de un mm y equivale a un litro de agua. A veces se denomina precipitación oculta u horizontal al agua que se condensa en la superficie como consecuencia de la elevada humedad ambiental. Es muy importante en los climas áridos de Canarias y constituye un aporte de agua muy importante para los cultivos. Las precipitaciones se representan en los mapas mediante las ¡soyetas, que son líneas que unen puntos de igual valor de precipitación. La precipitación se produce como consecuencia del ascenso de la masa de aire, que da lugar al enfriamiento adiabático, la condensación del vapor y la formación de nubes. Este ascenso puede ser dinámico, el que se produce en las borrascas; orográfwo, por la presencia de una montaña o térmico, por calentamiento del suelo. Los tres mecanismos interactúan en nuestra zona y explican los rasgos principales de las precipitaciones, como son: el total anual, el régimen pluviométrico, la intensidad y la variabilidad interanual.
3.2. Precipitaciones anuales El mapa de precipitaciones medias anuales correspondiente al periodo 1970-2000, elaborado por el INM, permiten distinguir tres grandes áreas (Figura 3):
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La España lluviosa, delimitada por la isoyeta de 600 mm: comprende el borde norte peninsular, con la cordillera Cantábrica como límite. Las precipitaciones superan en muchos casos los 1000 mm y en las zonas mejor expuestas rebasan los 2000. En el resto de la Península pueden aparecer zonas de lluvias similares pero únicamente en las áreas montañosas, especialmente en las vertientes más expuestas a los vientos lluviosos. La España seca o semiárida, presenta precipitaciones comprendidas entre las isoyetas 300/350 y la de 600 mm. Es la más extensa y ocupa las tierras llanas de las dos mesetas, el valle del Ebro, el del Guadalquivir y la mayor parte de la fachada oriental ibérica, excepto el SE más seco. A este grupo pertenecen también la mayor parte de la islas Baleares con totales que varían entre los 500 y 300 mm anuales. En esta gran extensión se observa una disminución de las precipitaciones desde el oeste hacia el este; aparecen algunas zonas como los litora-
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les mediterráneos de Cataluña y Andalucía que son más lluviosos y las áreas montañosas destacan por su mayor pluviosidad. La España árida, con precipitaciones inferiores a los 300 mm/año, se localiza en el sureste e incluye gran parte de la provincia de Almería y sectores de Granada, Murcia y Alicante. Enclaves más reducidos con estas características se distinguen en el Valle del Ebro y en la cuenca del Duero. En el archipiélago canario la indigencia pluviométrica es notable y la aridez se extiende por Lanzarote, Fuerteventura y, en general, por las tierras bajas de las islas, excepto la Palma. En conjunto, las precipitaciones anuales descienden de norte a sur y de oeste a este; el mínimo pluviométrico se localiza en el cabo de Gata y el máximo en la sierra de Grazalema.
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Figura 3. Precipitaciones anuales correspondientes al periodo 1971-2000 (INM) 3.3. Variabilidad interanual Los valores medios que acabamos de analizar responden a una realidad climática mucho más compleja en la que el rasgo más sobresaliente es la gran variabilidad que presentan las precipitaciones de un año para otro, tal y como se puede observar en el gráfico 1.
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Esta variabilidad condiciona el uso de los recursos hídricos en nuestro país que ha de enfrentarse con bastante frecuencia a periodos secos más o menos prolongados. El parámetro estadístico que se utiliza para medir la variabilidad es el Coeficiente de Variación, que es la desviación típica de la serie expresada en porcentaje respecto a la media aritmética: CV = (desviación /media)* 100. Los coeficientes más altos se sitúan en mitad oriental, donde supera el 20% en amplias zonas, situándose en torno al 40% en el E y SE de la Península (Figura 4).
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Figura 4. Valor de los Coeficientes de Variación de las precipitaciones en las diferentes cuencas hidrográficas (Martín Vide, 1996).
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El INM, por su parte, clasifica los años en muy secos, secos, normales, lluviosos o muy lluviosos, en función de los percentiles (Fernández García, 1996). Es muy importante comprender que el concepto de año seco o húmedo responde a las características del clima de cada zona, es decir, hablaremos de año seco cuando llueva menos de lo normal, por ello los umbrales para caracterizar los años varían en función de cada zona. A título de ejemplo, en Navacerrada, cuyo total anual es de 1300 mm, cuando llueva menos de 1000 mm será un año seco; por el contrario, en Albacete donde la precipitación anual es de 367 mm, un año en el que llueva más de 450 mm es considerado como muy húmedo. El siguiente gráfico puede aclarar estos conceptos: en él se han representado las precipitaciones anuales registradas en Madrid en el periodo 1970-2000 y la media y percentiles de la serie: años húmedos son todos aquellos cuya precipitación coincide con el percentil 80 (únicamente el 20% de los años ha superado esta cantidad); mientras que los muy secos se sitúan por debajo del percentil 20.
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3.4. Variabilidad intraanual: regímenes pluviométricos: A diferencia de la variabilidad interanual, a lo largo del año los meses secos y lluviosos siguen un ritmo bastante estable con un mínimo estival de precipitaciones generalizado. Los máximos pluviométricos mensuales o estacionales siguen tres patrones fundamentales (Gráfico 2): en el borde norte y la mitad occidental de la Península el invierno es la estación más lluviosa; en zonas del interior, la precipitación de otoño se aproxima o supera al invierno y en la mitad oriental aparecen dos máximos en primavera y otoño. Las excepciones se localizan en zonas muy concretas como en el Pirineo catalán y en sectores de la Cordillera Ibérica (Jiloca-Guadalaviar) donde el máximo se desplaza al verano y en invierno se registran las mínimas precipitaciones. Corufta
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