AL FRENTE DE LA RETAGUARDIA. Una historia de héroes cobardes. GUIÓN TEATRAL ABEL BRI

AL FRENTE DE LA RETAGUARDIA. Una historia de héroes cobardes. GUIÓN TEATRAL ABEL BRI 1 PERSONAJES: -JORGE LUIS: (Alejandro) -ELVIRA: (Cristina) -G

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AL FRENTE DE LA RETAGUARDIA. Una historia de héroes cobardes. GUIÓN TEATRAL

ABEL BRI

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PERSONAJES: -JORGE LUIS: (Alejandro) -ELVIRA: (Cristina) -GABRIEL (Cristian) : -ZOE (Carmen): - MARIO(Lydia) : -ABUELO (Raúl) : ÁGATA (Laura): -EMILIA (Miriam) : -FABIA PORTUGUESA: (Marina) -JOSÉ PORTUGUÉS :

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ACTO PRIMERO Salón de una casa humilde. Cinco personas celebran una fiesta. Uno de ellos se prepara para descorchar una botella. Suena el timbre. Abre la puerta un joven alegre, Gabriel. Entra un Militar con una carta. MILITAR: Hola buenos días vengo a... GABRIEL: ¡Buenos días buen hombre! Pase usted. Viene a unirse a la fiesta, ¿verdad? Claro, ya me lo imaginaba. ¿Eres amigo de Jorge Luis? ¿Vienes a buscarle? MILITAR: Sí, es decir, vengo a buscarle, pero no, yo no soy su amig... GABRIEL: No digas más, adelante, adelante, ya estás tardando. Si eres su amigo, eres mi amigo, yo soy Gabriel, por cierto, el cuñado de Jorge Luis. Justo llegas a tiempo para brindar. Hicisteis la mili juntos ¿verdad? Venga, pero pasa, pasa, no te quedes parado. MILITAR: No, es que yo. GABRIEL: Venga, adelante, que nos perdemos el brindis. MILITAR: Es que yo... GABRIEL: Es que nada, venga, llegamos tarde. El Militar se deja arrastrar por el avasallador Gabriel, que tira de él. El Militar guarda la carta en un bolsillo y se une a los demás. En torno a la mesa hay numerosas y variopintas personas, de pronto una de ellas, una mujer, Zoe, golpea la cucharra contra la copa pidiendo atención. ZOE: ¡Atención todos! ¡Atención! Quiero brindar por mi querido hermano Jorge Luis. Como ya sabéis es el pequeño de la familia y no daba nadie un duro por él. Le hemos gastado bromas y le hemos zurrado desde que tenía un año edad, se ha llevado tantos capones que pensábamos que se quedaría tonto de por vida... Zoe rodea a su hermano Jorge Luis con el brazo. JORGE LUIS: Yo creo que alguna secuela sí que me ha quedado (tocándose la cabeza). ZOE: Sin embargo hoy es un día feliz. Nos ha sorprendido a todos... fue listo como para engañar a una chica guapa y educada, a Elvira, para casarse con él... y además hoy nos han dado una estupenda noticia, Elvira está embarazada... pronto podremos gastar también bromas a Jorgito, o a Elvirita. Brindo por mi hermano pequeño. Levantad vuestras copas. Todos levantan las copas menos el Militar, que no tiene ninguna. ELVIRA: Las tenemos levantadas cuñada. ÁGATA: Eh, Zoe, veo a un esquirol entre nosotros, el Militar no brinda. ZOE: ¿Será eso posible? Amigo coge ya una copa y brinda con nosotros, ¿o nos quieres traer mala suerte? MILITAR: No, Dios me libre, pero no tengo vaso. ZOE: Pues venga, coge cualquier cosa, rápido. MILITAR: Está bien... (El Militar coge lo primero que tiene a mano, un vaso lleno con no sabe 3

qué) JORGE LUIS: ¿Quién es el militar ese? ELVIRA: Es un amigo tuyo, ¿no? JORGE LUIS: Si tú lo dices, será amigo mío. ZOE: Arriba, ¡por mi hermano! ABUELO: ¡Y por la madre que lo parió! ZOE: Eso, y ¡por el inminente nacimiento....! GABRIEL: ¡ Y también por los aquí presentes. ZOE: ¡También! ¡Salud a todos! TODOS: ¡Salud! ABUELO: ¡Salud para mí! Beben de un trago y bajan las copas. Mientras tragan se hace el silencio pero lo rompen los violentos tosidos y las arcadas prevomitivas del Militar. MILITAR: Puaj, puaj... qué asco... quiero vomitar, voy a morirme (escupe y se echa las manos a la boca) ¿Pero qué lleva esto? ¿Qué me habéis dado para brindar? Me muero... Gabriel coge el vaso y lo examina. GABRIEL: ¿Qué es esto?... (lo levanta) ¿De quién es este vasito? El abuelo se acerca a Gabriel y le arrebata el vaso ABUELO: ¡Ay!, ¡Sinvergüenza! ¡ Trae mi escupidera! Por fin la encuentro. MILITAR: ¿¡Cómo!? ¿La escupidera? ¿Me habéis dado para beber la escupidera del abuelo? Arrrg. Arrg... me ahogo, quiero momirme... dadme algo para beber... arrrggg... puajjjj Locos, sois unos asesinos... dadme algo que me enjuague por favor. ÁGATA: Toma, toma, enjuágate la boca con esto. (le extiende un caliche y el Mitilar se lo bebe de un trago, luego se queda parado, como procesando). ¿Cómo se te ocurre coger ese vaso? El abuelo lleva una semana con mocos... como iba escupiendo por toda la casa, le dimos el vaso para tirar el esputo. El militar se echa las manos a la garganta. MILITAR: Arrrrg... cómo quema.... quema... ¿qué me has dado ahora? ÁGATA:Nada, hombre, es orujo... lo mismo con lo que hemos brindado todos. MILITAR: Me arde hasta el estómago. GABRIEL: Eso es bueno, así limpiará la garganta y lo quemará todo. Zoe se prepara para partir una tarta. ZOE: Venga chicos voy a partir la tarta... que no sobre nada. JORGE LUIS: Zoe... esa tarta... ¿no llevará leche? Porque sabes que soy alérgico. ZOE: No... qué va a llevar leche. JORGE LUIS: Menos mal, la última vez que probé una tarta que llevaba leche se me hinchó tanto la cara que parecía un sapo. ¿Y café? ¿Lleva café? No llevará café, que me produce ardor de estómago. ZOE:No... no lleva café. JORGE LUIS: ¿Y no llevará...? ELVIRA: Jorge, calla y come, si te sienta mal te llevamos al hospital y ya está. Jorge Luis se encoge de hombros y coge de hombros y coge un plato. ELVIRA: Venga, come y no te dejes nada de comida... y si te quedas con hambre repite, que está muy buena y además es gratis. ABUELO: (saltando de la silla como si se le hubiera encendido el radar): ¿He oído comida y gratis 4

en la misma oración? GABRIEL (al militar): Oye, amigo, no me has dicho cómo te llamas. MILITAR: Soy Mario. GABRIEL: Encantado, creo que ya te he dicho que soy Gabriel. Oye... ¿y de qué conoces a Jorge Luis? MILITAR MARIO: Eh... no, si yo... bueno... en realidad sólo he venido a traerle este sobre. GABRIEL: ¿Un sobre? ¿Y qué es? MILITAR MARIO: Eso no puedo decirlo, es confindencial, tengo que dárselo en mano. GABRIEL: ¿Es confidencial? Ah, es un secreto, una sorpresa. Claaaaro, ya entiendo, has venido a traerle un sobre para celebrar la noticia. ¡Un regalo! ¡El primer regalo para el futuro papá!... ¡Qué detallazo! MILITAR MARIO: ¿Qué?¿Cómo? Eso no es lo que yo quería... GABRIEL: Nada, nada. Ven, vamos a entregarle este sobre tuyo. Gabriel tira del brazo del Militar y lo arrastra hacia Jorge Luis a la fuerza. GABRIEL: ¡Eh! ¡Gente! ¡Atención! ¡Escuchadme todos! Este buen amigo de Jorge Luis ha venido a darle un sobre con dinero. Todos aplauden y lo festejan. GABRIEL: Abridle paso a este buen hombre... ¡Qué detallazo! El primer regalo para estos padres novatos. ¡Elvira! ¡Jorge Luis! Corred, venid a recibir el regalo. MILITAR MARIO: (arrastrado y con cara de apurado): Pero... pero... yo en realidad... no traigo... esto no es... TODOS: (aplaudiendo): Bravo... bravo... ¡Viva! GABRIEL: Venga, aplaudid, aplaudid a Mario, el mejor amigo de Jorge Luis. JORGE LUIS: Venga, hombre, dame un abrazo. (le abraza con fuerza y lo levanta del suelo). Muchas gracias. Supongo que es para mí (señalando el sobre), venga suéltalo. MILITAR MARIO: Eh... sí... en realidad sí vale (le extiende el sobre) pero tampoco deberías darme las gracias. JORGE LUIS: ¿Cómo no voy a darte las gracias? Me traes un sobre con dinero en un día tan especial y... Qué maravilloso que existan personas como tú. MILITAR MARIO: ¿He dicho yo que lleve dinero? ELVIRA: ¡Venga! Abre ya el sobre, me tienes nerviosita perdida. ¿Cuánto dinero habrá? ¿Cuántos vestidos podré comprarme? Dadle un abrecartas al inútil éste, mira que le cuesta. MILITAR: Yo tengo una navaja, si os sirve. JORGE LUIS: No, le tengo fobia a los cuchillos, una vez me corté un dedo y casi se me salen hasta las tripas. Dejadme, que yo puedo. A ver... (abriendo la carta) ELVIRA: ¡Qué nervios! ¿Qué será? JORGE LUIS: Pues... no parece dinero... hay un folio... MILITAR MARIO: Es que yo no he dicho que sea dinero... (al público) ¿Nadie me escucha? ¿He dicho yo que sea dinero? Esta gente está muy loca. GABRIEL: ¿Qué es? ¿Qué hay en la carta? Leélo. JORGE LUIS: ¡No puede ser! No puede ser... justo ahora... no es justo. (le tira bruscamente la carta al militar, como si el sobre quemara, y se marcha a la mesa a beber). ELVIRA: ¿Qué? ¿Qué pasa? ¿Por qué te pones así? ¿Qué te ha picado? Es un día de celebración. Zoe se acerca al lugar. ZOE: A ver, pero qué es esto. Tú (al militar) dame, que lo lea en voz alta y nos enteremos de una vez. GABRIEL: Eso, eso. ZOE: “Estimado ciudadano Jorge Luis Sempere López, en nombre del Ministro de Defensa nos dirigimos a usted para expresarle su deber de presentarse el próximo 1 de febrero del presente año 5

en el Cuartel de Alicante. Con motivo del conflicto bélico surgido hace escasas semanas su patria le necesita para formar parte del Ejército de Tierra de manera inminente. Preséntese en el citado cuartel para más instrucciones. En caso de no aparecer en el tiempo y forma incurrirá en un delito y será arrestado.” (Zoe se queda callada, sin saber qué decir, mira al resto). ELVIRA: ¡Se va a la guerra! ¿A la guerra? ¡A la guerra! No puede ser, no puede ser, (se deja caer en una silla). ABUELO: ¿Qué dice de una guarra? (nadie le contesta) ¿Que Jorge se va a ver a una guarra? ÁGATA: ¡No abuelo! No se va a ver a ninguna guarra, se va a la guerra. ABUELO: Ah, leches, haberlo dicho antes. ¡La guerra! Qué grandes recuerdos. Gabriel se acerca al Militar recriminándole. GABRIEL: Eh, ¿qué clase de amigo eres tú que vienes en un día de celebración a fastidiarnos? ¿No podías haber traído la noticia otro día? MILITAR MARIO: Es que yo... GABRIEL: Es que nada... vaya gracia. ¿Tú te crees que esto es un regalo? Encima de que te invitamos a nuestra casa, y te damos nuestra mejor bebida. MILITAR MARIO: ¿No te referirás a los mocos del abuelo? GABRIEL: Eso ha sido un accidente... pero venga... explícanos, ¿qué es eso de la guerra? MILITAR MARIO: Yo solo cumplo órdenes (se pone en su lugar) y por cierto (arrebata la carta a Zoe) necesito que Jorge Luis me firme esto. El militar va hacia Jorge Luis, pero Gabriel le corta el paso. GABRIEL: Espera, hombre, espera... no le molestes ¿no ves cómo está? Acaba de enterarse de que va a ser padre y ahora le dices que se va a la guerra. ¿Imaginas lo duro que será para él? Déjale que beba un poco y luego te firmará lo que quieras. MILITAR MARIO: ¿Que lo deje beber? Si se va a terminar la botella. Aquí os gusta mucho beber sea cual sea la excusa. Cuando he llegado bebías porque estabais contentos, y ahora bebe porque está triste. ¿Cómo diferenciáis las penas de las alegrías? GABRIEL: ¿Y qué necesidad hay de diferenciarlas? MILITAR MARIO: Sí que la hay, sí que la hay. Lo que pasa es que sois todos unos borrachos. ABUELO: ¿Qué nos ha llamado? (se levanta amenazante con el bastón). ¿Nos ha llamado mamarrachos? ÁGATA: Tranquilo abuelo, tranquilo, nos ha llamado borrachos. ABUELO: Ah, bueno, eso sí es cierto. JORGE LUIS: Cómo voy a irme yo a la guerra... si le tengo alergia al polvo, y a las balas, y los tanques. Le tengo alergia a la guerra. MILITAR MARIO: (a Gabriel) Al alcohol no le tiene alergia, ¿verdad? Porque hay que ver cómo le sopla a la botella. GABRIEL: Deja al pobre chaval que bastante disguste le has dado ya... Irse a pelear en una guerra que ni le va ni le viene. Oye, Mario, ¿de qué va la guerra esa? MILITAR MARIO: ¿Cómo? ¿pero no os habíais enterado de la guerra? Todos niegan con la cabeza. ZOE: Lo primero que escucho. ÁGATA: Yo no tenía ni guarra de la guerra esa. ABUELO: ¿Otra vez la guarra? ÁGATA: La guerra abuelo, la guerra, la de los disparos (simula una escopeta) pum, pum. 6

GABRIEL: Amigo Mario, aquí no nos gusta la guerra, como puedes ver. Nuestro lema es menos guerra en el golfo y más golfas guerreras. MILITAR MARIO: ¿Pero es que no veis las noticias? No veis la televisión ni leéis el periódico. GABRIEL: Pues no... la verdad... ELVIRA: (se levanta) Si van a mandar a mi marido a morir, por lo menos explícanos por qué. ¿A dónde lo mandan? ¿por qué estamos en guerra? MILITAR: Es increíble que no os hayáis enterado de nada. TODOS: ¿Qué ha pasado? Leches. MILITAR MARIO: Vale, vale, me explico. Hace dos semanas nuestro presidente de Gobierno visitó la vecina nación de Portugal. Como sabréis, aunque esté feo decirlo, nuestro presidente no se distingue por su amplia cultura, ni tan siquiera aprobó la Educación Secundaria Obligatoria, sabéis no es requisito para ser político en este país. ÁGATA: ¿Ah no? Entonces todavía tengo esperanza. ZOE: Sí, como si lo viera, de cuidadora de ancianos a presidenta de gobierno. MILITAR MARIO: Pues no, no es requisito tener estudios. Así que fruto de esa la falta de formación de nuestro ilustre y magnánimo gobernante... GABRIEL: ¿He notado cierta ironía? MILITAR MARIO: Nada más lejos de mi intención... Como decía, nuestro primer ministro, Emilio Desdentado Tetilla estaba de visita en Lisboa y realizó unas declaraciones nada afortunadas. ZOE: ¿Y por eso estamos en guerra? MILITAR MARIO: Es que lo que dijo... ÁGATA: ¿Pero qué dijo? MILITAR: Lo que dijo.... TODOS: ¡Qué dijo! MILITAR MARIO: Precisamente lo tengo aquí... he traído el recorte del periódico, (saca un recorte del bolsillo) es buenísimo. Leo textualmente, durante su visita a Lisboa, ante las cámaras, dijo: “Me siento muy honrado de visitar esta bella comunidad autónoma de amplios parajes y aire cálido. Sin embargo me ha incomodado mucho que aquí todos hablan en gallego. Y a eso no hay derecho. Estamos en España y el castellano es nuestra lengua oficial, y es la que debe hablarse con libertad. Y los portugueses deben sentirse honrados de ser parte de España, pues de no ser por los nosotros todavía pertenecerían a África.” Jorge Luis se levanta de la silla sin soltar la botella de alcohol. JORGE LUIS: ¿En serio nuestro presidente dijo eso a los portugueses? MILITAR MARIO: Y tan en serio. ÁGATA: Yo no sé mucho de geografía... pero... Portugal no está en España, ¿verdad? ¿No estaba al lado de Brasil? JORGE LUIS (indignado): ¿Y por ese ignorante hemos entrado en guerra? ¿Cómo dijo semejante barbaridad? En vaya lío nos ha metido... en vaya lío me ha metido. ZOE: Qué podría esperarse (cínica)... con ese nombre que tiene. Le sólo le faltó hacerles un calvo a los portugueses. MILITAR MARIO: En realidad... también les hizo un calvo. TODOS: ¿Cómo? ¿Locualo? MILITAR MARIO: Sus declaraciones provocaron múltiples revueltas y el presidente tuvo que salir huyendo del país antes de que lo colgaran de un pino y cuando llegó a la frontera... se bajó los pantalones y... ya os podéis imaginar. JORGE LUIS: ¿Y por culpa de ese energúmeno me voy a exponer a un 99 por ciento de posibilidades de morir acuchillado, acribillado, intoxicado, explosionado, infectado o de cualquier otra manera? ¡Que me aspen! A Portugal me toca irme. (empina de nuevo la botella). GABRIEL (cerca del abuelo, reflexivo): Algo huele a podrido en Portugal. ÁGATA (gritando asqueada): ¿En Portugal? ¡Qué narices! ¡Aquí sí que huele a podrido! ¡Abuelo! 7

El viejo la mira sonriente. ZOE: ¿Qué pasa Agata? ÁGATA: ¿Qué pasa? ¿Qué pasa? El abuelo, que otra vez se ha cagado encima, ¿no lo oléis? ELIVIRA: Pues ahora que lo dices... ÁGATA (a Zoe): Mamá... no hay derecho a esto. Cuando me propusiste pagarme un sueldo por cuidar al abuelo no me avisaste de que se iba a cagar encima cada media hora. ZOE: Ágata, no te quejes tanto y corre a cambiarle. Todo trabajo requiere responsabilidad. ¿O pensabas que iba a darte dinero porque sí? Si no quieres ir al instituto y tampoco buscas otro trabajo, ya lo sabes, o vives bajo el puente, o trabajas aquí. ÁGATA (cogiendo al abuelo): Dictadora... eres peor que nuestro presidente de gobierno. ZOE: Eh, sin ofender niña. Salen Ágata y el abuelo. El militar Mario va hacia Jorge Luis. MILITAR MARIO: Bueno, yo sólo he venido a que me firmen esto y nada más, se me está haciendo tarde. Así que Jorge Luis, si me haces el favor.. (le extiende el papel y un bolígrafo). JORGE LUIS: Ya decía yo que no me sonaba tu cara... y yo que pensaba que me traías dinero.. y quieres mandarme a una muerte segura... voy a morir... voy a morir, con la alergia que le tengo a la muerte. MILITAR MARIO: Firma aquí, por favor. JORGE LUIS: ¿Y si no firmo? MILITAR MARIO: A la cárcel acusado de traición, cinco años de cárcel mínimo. JORGE LUIS (mirando a Elvira): Elvira, ¿Tú qué dices? ¿Te parecen mucho cinco años? Tal vez sería mejor que fuera a la cárcel. ELVIRA: ¿A la cárcel? Eso sí que no... si vas a la guerra por lo menos ganarás un sueldo. Y si te pegan un tiro y te matan JORGE LUIS: Ay... por qué tienes que ser tan funesta y agorera. ELVIRA:No soy agorera, pero en la guerra se pegan tiros, y si te matan, Dios no lo quiera, por lo menos me quedará una pensión. Pero si te vas a la cárcel... ¿de qué vamos a vivir tu hijo y yo? ZOE: Pues tendrías que trabajar, cuñada. ELVIRA: ¿Trabajar? Ay, no digas eso... que palabra tan fea. No vayas a la cárcel cariño, no vayas a la cárcel. Además, ya sabes lo que dicen de las duchas. JORGE LUIS: No sé... ¿qué dicen de las duchas? ¿que la gente se lava? Esa es mi parte preferida, ya sabes que me ducho tres veces al día. ELVIRA: Tres veces... ay, pobrecito mío, que en las duchas de la cárcel los jabones se resbalan... y cuando te agachas a recogerlos, ay cuando te agachas... mejor no vayas a la cárcel. Que igual te gusta y me dejas por otro. JORGE LUIS: No entiendo nada. ZOE: ¿Y si no dejamos que Mario no vuelva al cuartel...? Así no podrá decir que te ha avisado, no vendrán a buscarte. No tendrás que ir a la guerra. MILITAR MARIO: ¿Cómo? ZOE: Que si te secuestramos, te atamos a la silla y no sales de aquí... mi hermano se librará de combatir. ÉLVIRA: (cogiéndolo) Pues vamos a secuestrarlo. Todos se levantan y van hacia él. MILITAR: ¡Eh! ¡Soltadme! (saca el arma) Alejáos. Estáis todos locos. Eso no serviría de nada. ZOE: ¿Y por qué no? MILITAR MARIO: Si no regreso al cuartel en una hora vendrán a buscarme y os arrestarán a todos. Jorge Luis solo tiene dos opciones: la guerra o el calabozo. 8

ELVIRA: (a su marido) Cariño, a la cárcel no vayas... GABRIEL: Tiene razón cuñado, mejor que ser atravesado por una bayoneta en el frente, que por otra cosa en la retaguardia. JORGE LUIS: Entonces... a firmar y ya está... me presentaré en el cuartel... qué vamos a hacerle. Toma, aquí tienes... mensajero de la muerte. MARIO MILITAR: Muchas gracias. (coge el papel y se marcha). Ah, y enhorabuena por el futuro nacimiento. ELVIRA: A la porra, hombre, encima con cachondeo. Será mendrugo. (le lanza un mendrugo de pan). MARIO MILITAR: Vale, ya me marcho, ya me marcho. El militar se marcha. Elvira se deja caer en una silla y se echa a sollozar. ELVIRA: Me voy a quedar sola... me quedo sola... maldita guerra. Jorge no se te ocurra morirte y dejarme sola con un hijo. No se te ocurra dejar que te maten. Como te peguen un tiro en la guerra... si te mueres te vas a enterar. Como me toque ponerme a trabajar por tu culpa... Si te matan te mato. JORGE LUIS (acercándose a ella y abrazándola): No te pongas así, Elvira... no es culpa mía. ELVIRA: Déjame tranquila, bastante has hecho ya. Entran Ágata y el abuelo, que lleva bastón. El abuelo ve las caras largas y se extraña. Coge a Gabriel ABUELO: Eh, tú... ¿Qué pasa? ¿quién se ha muerto? ¿a qué vienen esas caras? ¿Por qué llora Elvira? GABRIEL: Déjame, abuelo, no es momento de tonterías. ZOE: Papá... ya te lo hemos dicho antes. Es porque Jorge Luis, tu hijo, tiene que ir a la guerra, ya lo sabes. Se va al frente a que nos lo maten. Y encima deja aquí a su mujer, a Elvira, embarazada. Por eso estamos todos tristes y bebemos. El abuelo se queda un rato pensando. ABUELO: Pero eso... eso no lo podemos consentir. ¿Cómo vamos a dejar que nos lo maten? ¿Cómo voy a dejar morirse a un hijo? Con lo que yo he sido. ZOE: Pero no podemos hacer nada, papá... si no va a la guerra lo meten cinco años en una cárcel. ABUELO: Pues no podemos dejarle ir solo... no puede irse solo... esto no puede ser. Me iré con él, yo le defenderé. GABRIEL: Pero abuelo... ¿Cómo vas a irte tú a pegar tiros? Si no puedes casi ni tenerte en pie. ABUELO: Y tú qué sabrás. Tengo la vista de un águila y el pulso de una roca (coge el bastón como una escopeta apunta a Gabriel). Yo disparé en la Guerra Civil, me llamaban Billy el niño. Por mi puntería. Mataba tanto a rojos como a nacionales, me escondía en lo alto del campanario y pum pum. ÁGATA: No será verdad. ZOE: Papá, relájate, no digas locuras. ABUELO: ¿Qué no diga locuras? Lo que pasa es que sois unos cobardes. Si mi hijo pequeño se va a la guerra, yo me voy con él. Le cubriré las espaldas... no voy a dejar que me lo maten. Me presentaré voluntario. ZOE: Papá.... vale ya. ÁGATA: Mamá... ¿sabes qué? Si el abuelo quiere irse, yo también me voy con él. ZOE: ¿Estás loca? ÁGATA: Mira, de todas maneras no me dejas salir nunca de casa, y así no hay manera de que me eche novio. En cambio en el campo de batalla la mayoría son hombres. Así que no me parece mala 9

idea. ZOE: Ágata... ¿tú te has tomado los medicamentos del abuelo a que sí? GABRIEL: Zoe, cuñada, yo no lo veo tan descabellado. Aquí todos queremos a Jorge Luis y no vamos a dejar que le pase nada. Yo también me voy con él. El abuelo tiene razón, no podemos dejar al chaval de lado. ZOE: Gabriel... no bebas más. No haces más que decir tonterías. ELVIRA: Pues si os vais todos... yo no me voy a quedar aquí sola llorando. Me voy a la guerra yo también. No dejaré que me maten al marido. Si es necesario moriremos juntos. JORGE LUIS: Elvira... ¿estás loca? ZOE: Elvira... ¿pero tú también? ¿qué os ha pegado a todos? ¿Os imagináis a un viejo de más de noventa años, a una chiquilla y a una embarazada en la guerra? Estáis como cabras montesas. ELVIRA: No estoy loca, Jorge, contigo hasta la muerte (se abrazan). GABRIEL: Zoe... creo que vas a ser la única en quedarse. ABUELO (arengando con el bastón en alto): ¡Coged los fusiles! ¡A las trincheras! Vamos a enseñar a esos portugueses lo que vale peine. ÁGATA: ¿Cuánto vale un peina? ABUELO: ¡La familia que mata unida permanece unida! ZOE: Y muere unida. Por Dios que estáis todos locos... pero si vais todos. No voy a ser yo menos. JORGE LUIS (se pone en pie): Gracias familia. Me habéis emocionado. Sé que estáis todos locos por querer venir conmigo, pero no seré yo quien os detenga. Sé que a vuestro lado seré más fuerte. Ya tengo hasta ganas de ir a la batalla. Sois increibles. ¡A las trincheras! TODOS: ¡A las trincheras!

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ACTO SEGUNDO Estamos en el frente, en el campo de batalla. Hay unas trincheras hechas con sacos de harina. Los soldados españoles están acomodados. Tienen una mesa de pin-pon, una radio, bota de vino y hasta un jamón. Están mejor que en su casa. Parecen alegres y las armas están tiradas por cualquier parte, hasta les molestan. Los dos cuñados, Jorge Luis y Gabriel, juegan al pin-pon. También está allí el militar Mario que se lo toma muy en serio y mantiene la posición. Está en guardia con el rifle buscando enemigos. En el mismo lugar está Emilia, otra soldado que escucha la radio mientras mira a los otros jugar al pinpon. EMILIA: ¡Toma! Buen punto Jorge, le has hecho el set en blanco. JORGE LUIS: Gracias compañera. Emilia, te toca entrar a ti. GABRIEL: Esto es un rollo, a ver si le ganas ya. Nos está dando una paliza tremenda. (coge la bota de vino y repone fuerzas). Cuñado creo que es la primera vez que me ganas a un deporte. JORGE LUIS: No sé por qué te sorprende tanto. GABRIEL: Tienes razón... no sé por qué me sorprendo. Después de todo el pin pon no es que sea un deporte... no es como el tenis, que es más cosa de hombres. JORGE LUIS: Gabriel busca las excusas que quieras, pero te he dado una soberana paliza. Venga Emilia, pégale. EMILIA: (mientras juega): Oye, Jorge... ¿tú crees que durará mucho esta guerra? JORGE LUIS: Espero que no... estar tanto tiempo al aire libre me sienta fatal, creo que estoy cogiendo algo en los pulmones. EMILIA: Pues a mí también me gustaría que terminara pronto. De estar tanto tiempo al sol me estoy poniendo morena... y ya empieza a hacer calor. Así que podríamos firmar la paz en julio y lo celebramos en la playita y presumo de bronceado, ¿no te parece? JORGE LUIS: Es buena idea... pero... ¿sabes que de estar mucho tiempo al sol puede salirte cáncer de piel? EMILIA: ¿En serio? JORGE LUIS: Sí, ándate con ojo. GABRIEL: Emilia, no le hagas caso a este paranoico. Un poco de sol no te hará daño, además sólo llevamos un par de semanas en el frente. Tú si ves que se te notan mucho las marcas, no dudes en tomar el sol en biquini, por nosotros no sufras. JORGE LUIS: De todas maneras es más probable que mueras de una bala perdida o de una bomba, que por un cáncer de piel. EMILIA: Más motivo todavía para desear que esto termine pronto. A ver si me quedo sin ir a la playa este verano. Menudo disgusto me llevaría. MARIO (mirando fuera del escenario): ¡Eh! ¡Callad! ¡Callad! Mirad eso. GABRIEL: ¿Qué? ¿Qué pasa? MARIO: Es uno de esos portugueses, está allí en frente, ¿lo veis? EMILIA: Sí, ¿y qué? ¿qué pasa? MARIO: Que se ríe de nosotros. Mirad, si nos está saludando y todo. JORGE LUIS: ¿Dónde va? GABRIEL. No sé, pero no nos tiene ningún miedo el tío ¿eh? Va descubierto, míralo. Parece que va hacia a aquellos árboles, irá a cagar. MARIO: ¡Será desgraciado!, qué poco respeto nos tiene. JORGE LUIS: ¿Qué pasa? ¿Qué daño te ha hecho? MARIO: ¿No lo veis? Lleva la camiseta de Cristiano Ronaldo encima del uniforme... y sabe que soy del Barça, yo lo mato. 11

PUM, PUM PUM Dispara, sus compañeros se ríen y se miran entre ellos. MARIO: Maldita sea, qué mala puntería tengo. EMILIA: Mirad, mirad, ni siquiera corre, sigue tan tranquilo. GABRIEL: Otra vez saluda, ¿qué dedo levanta? JORGE LUIS: Es el dedo corazón. MARIO: ¿El corazón? ¿Ese qué dedo es...? Será desgraciado. ¡Sinvergüenza! ¡Ya te pillaré! Tira la escopeta al suelo y se aleja. EMILIA: Oye, ¿creéis que se enterará algún día de que le hemos cambiado la munición por balas de fogueo? JORGE LUIS: ¡Qué va! Si llevamos así dos semanas. GABRIEL: Pobrecillo... deberíamos decirle algo... imaginad si se ve obligado a disparar y le matan por culpa de llevar balas de fogueo... ¿se lo decimos? TODOS: Noooo. EMILIA: En serio, chicos... si se entera de lo que le estamos haciendo... es capaz de denunciarnos. Y nos harían un consejo de guerra. JORGE LUIS: Espero que no nos pase eso... nos meterían en la cárcel por traidores. GABRIEL: No exageréis... si no es más que una broma. Además, si llevara munición de verdad el loco este ya se habría cargado a más de un portugués. ¿Vosotros sabéis lo bien que estamos así? Ellos allí y nosotros aquí. No hay necesidad de malgastar vidas. Aparece Ágata en escena, va cargada con un saco. ÁGATA: Hola, muchachos... mirad lo que os traigo... ha llegado el correo. MARIO: ¿Habŕa algo para mí? EMILIA: Por fin. Todos van hacia él. ÁGATA: Eh, calma, calma, que no soy Papá Noel, no me estreséis. Le arrebatan el saco y se ponen a rebuscar entre las cartas. Gabriel coge una. GABRIEL: Mira, Mario, ésta es para ti, y parece de una mujer... viene perfumada. MARIO: ¿A ver? ¿En serio? GABRIEL: No, es broma. MARIO: Maldito. GABRIEL: A ver... a ver.... toma cuñado, ésta es para ti. JORGE LUIS: Gracias (va a cogerla y la abraza en su pecho), es de Elvira (besa la carta), no he sabido nada de ella desde que me enviaron a la guerra. MARIO: ¿A él no le engañas? GABRIEL: Es que me cae bien. ¡Bien! Esto es para mí... (levanta un gran paquete entre manos) ÁGATA: Ala, ¿qué es ese pedazo de paquete que llevas? GABRIEL: Chssst, calla, calla. MARIO: Pero... ¿A ti quién te ha enviado eso? No sabía que tuvieras novia. GABRIEL: Y no tengo novia... esto es.... un encargo muy especial que he hecho. MARIO: ¿Una caja de puros? GABRIEL: No, algo diferente... es secreto (mira a Jorge Luis y Emilia, les guiña el ojo, que parecen entenderle, también guiña el ojo al público, guarda el paquete y sigue buscando). Ágata rebusca en el saco. ÁGATA: Jorge, ¿qué cuenta tu mujercita en la carta? GABRIEL: ¿Puede leerse, o es demasiado meloso? JORGE: Puede leerse, puede leerse, de todas maneras omitiré las partes más pastelosas. MARIO: Se agradece, no es plan de dar envidia. EMILIA: Jooo, lee la carta, pero no omitas nada. GABRIEL: Venga, empieza. 12

JORGE LUIS: Vale, allá voy: “Amor mío, luz de mi vida, cada noche echo en falta tu calor al acostarme”. EMILIA: Qué bonito... ÁGATA: Qué ñoño. MARIO: ¿No ibas a omitir las partes pastelosas? JORGE LUIS: Créeme que lo estoy haciendo. GABRIEL: Mario, no seas envidioso, cállate y déjale que siga. JORGE LUIS (ES LA VOZ DE ELVIRA EN OFF): “En mi estado, lo más cerca que me han dejado estar de la guerra es trabajando como enfermera, así que me he enrolado en la Cruz Roja. Aquí mis días se hacen pesados y soporíferos. Como bien sabrás, no nos dais nada de trabajo, no nos llegan ni heridos ni moribundos. Sin embargo, ya habrás visto la prensa. El gobierno está preocupado por que no se sepa que nadie se está matando en esta guerra. Será la primera vez en la historia que se hinchan las cifras de muertos. Para que te hagas una idea de cómo están de desesperados baste decir que le han dado una medalla al abuelo”. GABRIEL: ¡¿Al abuelo?! ¿Han dado una medalla al abuelo? JORGE LUIS: Eso pone aquí. No me he inventado nada. ÁGATA(suspirando de añoranza): El abuelo... ¿qué dice del viejo? ¿cómo se las arregla sin mí? ¿Seguirá llevando pañales? JORGE LUIS: No sé... EMILIA: Sigue leyendo, sigue leyendo. JORGE LUIS (coge aire, de nuevo ES LA VOZ DE ELVIRA EN OFF): “El abuelo siempre dijo que era capaz de volarle el ala a una mosca que se posara sobre un grano de arroz a cien metros de distancia. Parece ser que es cierto. Lo han reclutado en el cuerpo de francotiradores y le han puesto la medalla al mérito y al honor en combate. El premio se lo han concedido porque es el único que ha logrado herir a un enemigo. Lo que no han contado en la prensa es que el tiro se lo dio a un gasolinero portugués a quien disparó por accidente en el pie. Ahora el abuelo es un héroe de guerra, porque los jefes lo que quieren es sangre. Vosotros, en el frente, deberíais andaros con ojo. Las autoridades están cada vez más enfadadas, exigen muertos, de uno o de otro bando. Esta semana irá la Generala a visitaros y exigiros que avancéis posiciones y capturéis enemigos. Y a decir verdad, también nosotras las enfermeras esperamos ansiosas que peguen un tiro a alguien. No es que me muera por trabajar, pero es que estoy aburrida, una enfermera sin enfermos... no es una enfermera. Te mando todo mi cariño y un enorme beso. Posdata: Intenta traerme algún recuerdo para colgar en casa, a ser posible la orejilla de algún portugués, me hace ilusión pegarla en la nevera”. ÁGATA: Qué mujer tan sádica. MARIO: Jorge, qué voz más femenina te ha salido. JORGE LUIS: ¿Qué? GABRIEL: Así que los jefes están mosqueados... pues vaya narices, si quieren sangre que vengan ellos mismos. EMILIA: Tendremos que pensar algo antes de que lleguen, no les gustará saber que estamos aquí pasando el día. ÁGATA: Tienes razón, tal vez nos amenacen con colgarnos de los pulgares si no obtenemos resultados, a mí me lo hacían cada vez que suspendía, y mirad que pulgares se me han quedado (muestra unos gigantescos pulgares). EMILIA: Habrás suspendido muchos exámenes. JORGE LUIS: Ayayay... vaya problema... vaya problema... MARIO: ¿Problema? Yo no veo ningún problema. (va a por la escopeta) Ahora mismo atacamos a esos portugueses, nos cargamos a tres o cuatro y adelantamos posiciones. No puede ser tan difícil. JORGE LUIS: ¿Pero qué necesidad hay de atacar? Con lo bien que estamos así. Ellos no se meten con nosotros, y nosotros no nos metemos con ellos. Mario, si les atacamos y disparamos como tú dices... igual les da por disparar a ellos también. Y ya sabéis que soy alérgico a la pólvora. 13

GABRIEL: Chicos, no agobiaros. De momento no ha venido nadie a presionarnos, ¿verdad? TODOS: No. Entran en escena la GENERALA ZOE y el Abuelo, que es su escolta. ABUELO: ¡AAAAAAAAAAAAAtención! ¡FIIIRRRRRMES Soldados! Todos se cuadran y se ponen en posición de saludo militar. Se les cae todo lo que tenían entre manos. JORGE LUIS: Ay, ay, ¿qué pasa? ÁGATA: ¡Leches! ¡Pero si son Zoe y el abuelo! Vaya susto nos habéis dado. (Todos se relajan y Ágata se acerca a saludarlos) ABUELO: ¡Quieto soldado! ¿Adónde crees que te diriges, alimaña? ÁGATA: A daros un abrazo a ti y a Zoe. El abuelo desenfunda la escopeta y la apunta. ABUELO: ¡Esto es una insubordinación! Muestra respeto a tu superior. ¿Qué haces llamando por su nombre de pila a la generala. ¡Insumisa! ¡Diez flexiones ahora mismo! ÁGATA: Pero... pero esto es... ¡abuelo! ABUELO: ¡Diez flexiones o te pego un tiro! ÁGATA: Joooo (hace las flexiones, los demás se asustan). GENERALA ZOE: Gracias abuelo, ya me encargo yo (pasa delante orgullosa) JORGE LUIS: ¿Tú? ¿General? GENERALA ZOE: Generala, por favor. JORGE LUIS: ¿Cómo te han ascendido tan rápido? GENERALA ZOE: He ascendido rápido porque en este país nadie tiene un par de... dotes de mando. Así que pronto me puse a dar órdenes y me nombré a mí misma Generala, nadie se ha atrevido a llevarme la contraria. Además como veis mi escolta es el abuelo, un héroe de la Guerra Civil y también ha sido condecorado en esta guerra peninsular. GABRIEL: Si... por disparar accidentalmente a un gasolinero ¿no? ABUELO: ¡A callar! ¡Diez flexiones tú también! (Le encañonan la cabeza) GABRIEL: Vale, vale, ya voy. Ágata se ríe, Gabriel empieza a hacer flexiones asustado y enfadado. GENERALA ZOE: Como os iba diciendo he ascendido por mis dotes de mando y decisión. Y han confiado en mí para enfocar esta guerra en la dirección adecuada. No puede ser que en un conflicto bélico no muera nadie. El objetivo de nuestro Gobierno es claro: invadir Portugal y matarlos a todos, para así limpiar el honor de nuestro ilustre presidente de Gobierno. MARIO: Por fin alguien dice una cosa coherente. GABRIEL(a la Generala): Pero yo pensaba que para ti nuestro Presidente era un pelele. ABUELO: ¿Cómo puedes decir eso? ¿Quieres que te atice? ¡Muestra respeto! GABRIEL: Lo siento, lo siento... GENERALA ZOE: Está bien... entiendo que os sorprenda mi cambio, alguna vez he hablado mal de nuestro presidente, es posible, pero fue antes de que me ascendiera a Generala y me triplicara el sueldo. ÁGATA: Con razón, mamá... anda que no eres lista. GENERALA ZOE: Soldado, un respeto, aquí no soy tu madre. Soy tu jefa. ÁGATA: Vale, vale, lo siento. Oye abuelo, ¿y cómo llevas el tema del control del esfínter? ABUELO: Pues al principio fue un problema, cada vez que apretaba el gatillo se me escapaba todo 14

y no veas que empastrada. Pero he encontrado unos pañales ultraabsorbentes y tengo cinco horas de autonomía sin problema. ¡Pero eso no viene al caso soldado! ¡Ponte firme! ÁGATA: Vale, vale. GENERALA ZOE: Bien... soldados, no he venido aquí a mantener una conversación con vosotros. He venido a daros una orden: Tenéis un día de plazo para avanzar posiciones. Volveré dentro de 24 horas y más os vale para entonces haber avanzado posiciones y haber aniquilado a unas cuantas decenas de portugueses... o.... JORGE LUIS:(asustado) ¿O qué? ÁGATA: ¿Nos colgarás de los pulgares? GENERALA ZOE: O os mataré yo misma. Entendedlo así, los jefes quieren muertos de verdad. De uno o de otro bando. Así que o atacáis y matáis a unos cuantos, o vendré yo misma y os fusilaré a todos. JORGE LUIS: Hermanita... que eso duele. Además aquí, con tanta tierra y suciedad, seguro que las heridas se nos infectan y cogemos el tétanos o cualquier cosa mala. EMILIA: Qué severa es ¿y de verdad es familia vuestra? GABRIEL: Bueno, yo solo soy familia política, no tiene mi sangre, y menos mal, porque siempre ha sido una tirana, como puedes ver. JORGE LUIS: Voy a morir de tétanos. GENERALA ZOE: ¡A CALLAR TODO EL MUNDO! Tenéis 24 horas para atacar y matar, o quedaros quietos y morir. He dicho. Ahí os quedáis. Se marchan firmes, el abuelo se vuelve y les dedica una pedorreta y abandonan la escena. JORGE LUIS: (desesperado, dando vueltas por la escena) ¿Qué vamos a hacer? ¿Qué vamos a hacer? Nos va a matar a todos. Vamos a morir. MARIO: Qué bien me cae esa mujer, no me extraña que haya llegado tan lejos, ya cuando la vi por primera vez noté que tenía madera de líder. EMILIA: Calla loco, con lo bien que estábamos... jugando al pin pon, bebiendo, tomando el sol, y a gastos pagados. Jorge, tu hermana está loca. ¿Realmente nos mataría a todos? JORGE LUIS: Es bien capaz... cuando se encabezona con algo no sabes cómo es. ¿Qué vamos a hacer? GABRIEL: No os preocupéis... tengo un arma secreta. Baja el telón.

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ACTO TERCERO Todo está a oscuras, el escenario parece una zona de guerra, entre trincheras y arbustos. Aparecen unas linternas y unas sombras avanzan con ellas. Gabriel se tropieza de todo. EMILIA: Chsssst. Por favor, ¡Gabriel! ¿qué parte de sed silenciosos no habéis entendido? GABRIEL: Lo siento, lo siento, Emilia. JORGE LUIS: ¡AY! ¡AY! EMILIA: ¿Qué pasa ahora Jorge Luis? JORGE LUIS: Me ha rozado algo, creo que llevo una tarántula encima... y su picadura es letal, voy a morir. Rápido, enfócame, quítamelo, quítamelo. ÁGATA: Lo siento, creo que he sido yo, es que estoy comiendo pipas, y a lo mejor te he escupido alguna cáscara. EMILIA: ¡¿Queréis estaros quietos de una vez?! Sois como niños pero sin el como. Venga, seguid avanzando, en silencio, haréis que nos maten. Gabriel coge la linterna con la boca y hace sombras chinescas con las manos. Jorge Luis se ríe. Luego se enfoca el rostro y pone cara de terror. GABRIEL: (con voz terrorífica) En ocasiones veo muertos. Todos se ríen menos Emilia. EMILIA: Será posible. Parad ya, ¿no veis que no es el momento? GABRIEL: Vale, vale, ya paro. EMILIA: Seguidme, es por aquí. Alguien les hace señales con una luz. Emilia devuelve la señal. EMILIA: Ahí están, vamos. ¿Gabriel, tienes lista tu arma secreta? GABRIEL: Sí. EMILIA: Perfecto, prepárate. Se encienden las luces, están en un improvisado campamento. Hay dos portugueses en torno a una mesa, tienen bebida, comida y asientos cómodos. Los portugueses se levantan y les apuntan con sus armas, también los españoles les apuntan. JOSÉ: Hola amigos, bienvenidos hermanos. FÁBIA: Hola, bienvenidos todos... venga, dejad las armas, que os pesarán mucho. Se saludan como si fueran amigos de toda la vida. Uno de ellos lleva una camiseta de Cristiano Ronaldo. Se dan las manos y se abrazan. FABIA: Hoy habéis venido todos, habréis dejado vuestro puesto indefenso, ¿no? EMILIA: En realidad no, Mario se ha quedado allí. GABRIEL: Sí, pero está durmiendo, si os da por atacarnos ahora nos arrasáis. FABIA: Tranquilos con eso, no tenemos la más mínima intención de disparar, a no ser que lo hagáis vosotros primero... y menos con el frío que hace. Podrías haber traído a vuestro amigo también, os garantizo que no necesitáis a nadie vigilando. EMILIA: Es que no nos fiamos de él, si se entera de que quedamos casi todas las noches a escondidas con el enemigo a jugar a las cartas y al trivial, a saber lo que haría. Así que hemos esperado a que se duerma para desaparecer. 16

JOSÉ: ¿Queréis beber algo? EMILIA: No gracias, que estoy de servicio. ÁGATA: Sí, gracias, ¿qué tenéis? JOSÉ: Tenemos un estupendo ron. ÁGATA: Mmm, qué rico. GABRIEL: Ponme a mí también un poco. JORGE LUIS: Cómo te aprovechas de que no está tu madre. Ella no te dejaría beber. Ponedme a mí también. EMILIA: Fabia, tenemos un problema... FABIA: ¿Problema? ¿Qué problema? EMILIA: Antes has dicho que no pensáis atacar... pues bien, nosotros nos vamos a ver obligados a atacar. FABIA: Vaya por Dios... ¿y eso por qué? Menudo disgusto. EMILIA: Por culpa de la hermana de este y la madre de esa (señala a Jorge y Ágata). FABIA: Cuánta mala mujer junta. EMILIA: No... si es la misma, es que ellos son tío y sobrina. Resulta que la Generala es la hermana de Jorge y nos obliga a atacaros en menos de 24 horas horas o si no... FABIA: ¿O si no qué? EMILIA: Nos fusila ella misma y os echa la culpa. FABIA: Vaya tirana, ¿y qué habéis pensado hacer? EMILIA: Tendremos que atacar, no hay más remedio. JOSÉ: ¡Qué desastre! ¿Queréis más ron? GABRIEL: Pero tenemos un plan “B”. EMILIA: Es solo una solución temporal, pero puede funcionar. FABIA: Explica, explica. GABRIEL: Bueno como a vosotros también os presionarán de alguna manera para avanzar posiciones, he pensado que en la partida de esta noche podíamos hacer una apuesta: quien gane la partida avanza posiciones. FABIA: ¿Y qué ganamos con eso? GABRIEL: Al menos ganamos tiempo. Mañana cargamos las armas con munición de fogueo y simulamos enfrentarnos y el ganador de esta noche, gana mañana. Así tenemos a los jefes contentos. FABIA: Pero vuestros jefes piden sangre, y las balas de fogueo hacen ruido, pero sangre... EMILIA: Podríamos simular que matamos a alguien, y que herimos a unos cuantos. FABIA: ¿Y cómo se simula una muerte? GABRIEL: Bueno, tenemos enchufe con una enfermera. Podemos mancharos de ketchup y ella certificaría la muerte, ¿verdad Jorge? Elvira nos ayudaría. JORGE LUIS: Sí, podría funcionar. GABRIEL: ¿Trato hecho? FABIA: Vale. JOSÉ: Por mí vale, pero... jugáis con ventaja. Sois cuatro y nosotros solo dos. Esta noche, como hay tanto en juego, sólo jugaremos dos parejas ¿vale? TODOS: Vale. JORGE LUIS: Jugaremos Emilia y yo, si os parece bien. FABIA: Como queráis. JOSÉ: Voy a montar la mesa. GABRIEL: Espera, hoy hemos traído nuestro propio juego, recién llegado de la capital de España. Es que con las preguntas en portugués no nos enterábamos. Y vosotros sabéis mejor español que nosotros portugués. JOSÉ: Eso es un hecho. FABIA: Está bien, que empiece la competición. 17

Montan el tablero de juego y se sientan en torno a la mesa. Ágata hace un masaje y anima a Jorge. Gabriel le mete mano al ron. FABIA: Bueno, técnicamente estamos en territorio portugués, es decir, sois nuestros invitados, así que empezáis vosotros. JORGE LUIS: Se agradece. (lanza los dados) EMILIA: Cinco, empezamos bien. A ver, elegimos Arte y literatura FABIA: Bien... Primera pregunta ¿Quién escribió el cantar de Mío Cid? Todos miran a Jorge Luis. GABRIEL: Venga Jorge, si de algo sabes es de Literatura. EMILIA: Vamos... di algo. ÁGATA: Jorge... habla, que es tu fuerte. GABRIEL: Vale, no agobiéis al chaval... venga narices, Jorge, ¡habla! JORGE LUIS: Vale... fue escrita por el copista Per Abat. JOSÉ: Ja, eso no es correcto. JORGE LUIS: Espera... espera... el copista la puso por escrito, pero no se sabe por quién fue compuesto, hay una teoría sobre que fueron dos autores... uno de Medinaceli, el otro. FABIA: Venga, responde. JORGE LUIS: Vale, imagino que queréis oír que es anónimo. FABIA: Con eso bastaba, respuesta correcta. El grupo español lo celebra. FABIA: Tiro de nuevo.... (lanza los dados) ¡toma! Pregunta de quesito. Historia. ¿De eso también sabes Jorge? JORGE LUIS: Un poquito solo. JOSÉ: Venga, leo la pregunta. ¿Quién es y cómo se apoda Alfonso Diez? ÁGATA: Esa me la sé yo, es el novio de la Duquesa de Alba, pero no sé cómo lo apodan. JOSÉ: Incorrecto. GABRIEL: Torpe, tú te referías a Alfonso Díez, y él te preguntaba por Alfonso Diez, o Décimo, mejor dicho. ÁGATA: Ah, bueno, que hubieran pronunciado bien. EMILIA: Espera, n o vale, ella no está en nuestro grupo. No forma parte de nuestro equipo, lo que diga Ágata no vale. GABRIEL: Menos mal que no la habéis elegido a ella, lo único que lee son las revistas del corazón. EMILIA: Ya nos ha quedado claro. FABIA: ¿Entonces lo sabéis o no? EMILIA: Sí, lo sabemos, ¿verdad Jorge? JORGE LUIS: Yo sí que lo sé... ¿quieres decirlo tú? JOSÉ: Venga, con un quesito en juego, ¿quién es Alfonso Diez? EMILIA: (a Jorge) Mejor contesta tú que a mí me da la risa. JORGE LUIS: Vale, supongo que José al leer se refería a Alfonso Décimo, más conocido como Alfonso Décimo el sabio, que fue Rey de Castilla en el siglo trece. FABIA: Me temo que esa respuesta es.... correcta. Lo celebran de nuevo, se chocan las manos. GABRIEL: Os estamos arrasando, llevamos un quesito y todavía ni os habéis movido. FABIA: Da igual, sabes que aunque ganéis hoy, aunque hagamos la pantomima de la batalla simulada, no servirá para nada. Mientras vuestro gobierno siga empeñado en que haya guerra, habrá guerra, y al final habrá muertos de los dos bandos. 18

GABRIEL: ¿Pero qué vamos a hacer nosotros? No tenemos opción, o venimos a pelear, o nos meten en la cárcel. Estamos entre la espada y la pared. FABIA: ¿Puedes repetir eso que has dicho? GABRIEL: ¿Lo de la espada y la pared? FABIA: No, lo otro. GABRIEL: No sé ¿Qué he dicho? ¿Que os meterán en la cárcel? FABIA: Eso es... Escuchadme todos un momento. Esto es importante, he tenido una idea. JORGE LUIS: Eh, esto no será una estrategia para desviar la atención de la paliza que os estamos dando. Soy un maestro con el trivial. FABIA: No es eso. Gabriel ha dicho que si no vamos a la guerra nos meterán en la cárcel, ¿no? TODOS: Sí. FABIA: Y estamos de acuerdo en que nadie quiere luchar, ni españoles ni portugueses, que esta guerra es por culpa de nuestro gobernantes, o más bien del vuestro ¿verdad? TODOS: Sí. FABIA: Entonces si decidimos todos desertar, si nos volvemos todos a casa, ¿qué nos harán? ÁGATA: Nos meterían a todos en la cárcel. FABIA: Imposible, porque no hay cárceles para meternos a todos. Un gobierno no puede encerrar a todo su pueblo, ya no sería un gobierno. EMILIA: Eso que dices tiene mucho sentido, ¿no creéis? ÁGATA: A mí lo de ir a la cárcel... no me termina. JORGE LUIS: No, en serio, escuchadla. Fabia tiene razón. Si corremos la voz, si convencemos a todos los soldados de que regresen a sus casas, no podrán impedirlo. No es el pueblo quien debe temer al gobierno, sino al contrario. Mirad lo que ha pasado en Egipto, y en Túnez, y en Libia. ¡Vamos a rebelarnos! JOSÉ: Estoy con vosotros, ¡nos volvemos a casa! TODOS (en pie) : ¡Rebelión! ¡Nos volvemos a casa! Se escucha una ráfaga de disparos y todos son abatidos, caen al suelo heridos mortalmente. Entran la Generala Zoe y el Abuelo. ZOE GENERALA: Buen trabajo abuelo. Vaya un atajo de traidores. ABUELO: Desde luego, parece mentira que compartamos sangre con esta escoria. ZOE GENERALA: Menos mal que se me ocurrió espiarles, si no nos montan una rebelión y una deserción masiva en un momento. ABUELO: Generala, creo que hay uno que se mueve. Jorge Luis se revuelve en el suelo y se levanta apoyado en una silla. JORGE LUIS: ¿Hermana? ¿Por qué nos haces esto? Íbamos a conseguir la paz. ZOE: ¿La paz? ¿Quién quiere la paz? La guerra es mucho más rentable. Morirán unos cuantos miles, así se acabará el paro, se reactivará la economía gracias a las fábricas de armas. Además, a mí me han prometido quedarme todos los tesoros que pueda saquear en territorio enemigo. JORGE LUIS: ¿Cómo eres tan cruel? ZOE: Cruel no, pragmática. JORGE LUIS: Esto duele mucho, creo que se me ha infectado la herida. ABUELO: ¿No te da lástima? Deberíamos ayudarle, es familia después de todo. ZOE: Tienes razón... remátalo para que no sufra. El abuelo se encoge de hombros y le pega un tiro en la cabeza. ZOE: Bien hecho abuelo. ABUELO: Gracias. Ahora... ¿qué hacemos con todo esto? 19

ZOE: Bueno, ordenaremos un poco los cuerpos y diremos que los portugueses nos atacaron causando importantes bajas. Enseñaremos las fotos de los muertos, tendrán un funeral por todo lo alto. Y por fin esto parecerá una guerra. Y tú y yo nos llevaremos unas cuantas medallas. ABUELO: Qué maquiavélica eres. ZOE: Gracias. Los dos ríen malévolos. Una ráfaga de disparos corta sus risas, caen muertos. Entra Mario con la escopeta, dispara a ojos cerrados. MARIO: Morid malditos, morid portugueses. Observa la escena, y a los cadáveres. MARIO: ¿Generala? ¿Qué ha pasado aquí?.... Les da unas pataditas y comprueba que están muertos. MARIO (al público): Yo he escuchado disparos... vaya... aquí ha muerto hasta el apuntador. Entra en escena un tipo vestido de negro, es el Apuntador, como indica su camiseta. Lleva un revólver. APUNTADOR: Te equivocas. MARIO: ¿Quién eres tú? APUNTADOR: El Apuntador, y hoy no pienso morir. Dispara a Mario que cae muerto. El apuntador saluda al público y se marcha. Baja el telón. FIN

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