AMOS DE LA FItONTERA. EXCURSIÓN'EPIGRÁFICA. 42,7. Vi

AMOS DE LA FItONTERA . EXCURSIÓN'EPIGRÁFICA. 42,7 Vi. ARCOS DE L& FRONTERA . EXCURSIÓN EPIGR?rFICA. Apuutes para mua historia de Arcos de ¡a Fronte

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AMOS DE LA FItONTERA . EXCURSIÓN'EPIGRÁFICA.

42,7

Vi. ARCOS DE L& FRONTERA . EXCURSIÓN EPIGR?rFICA.

Apuutes para mua historia de Arcos de ¡a Frontera, por D. Miguel Mancheño y Olivares . Arcos de la Frontera, tipógrafia de El Arc`obricense., 1896.-En 4.0, 676 páginas. Al pie de esta obra consagra su autor una breve reseña á los historiadores de Arcos que le han. precedido . Los dos libros del presbítero D. Pedro de Gamaza Bornero á mediados del siglo xvii; en la segunda mitad del siguiente, las eruditas elucubraciones del franciscano Fray Pedro Luis Birón Salgado y del Dr. D . Juan Camacho del Real; y en la presente centuria, D. Francisco de la Muela, í). Antonio Salgado Díaz, D. Hermengaudio Cuenca y Arias,, D. Juan Huertas Galán, D. Luis Grandallana y Zapata, y, en fin, D. Domingo Sánchez del Arco, nuestro antiguo correspondiente en Cádiz, reciben justo aplauso y estimación del señor Maúcheño. Interesan por todo átremo á la ciencia contemporánea los objetos prehistóricos . Tales son : cuna preciosa hacha, de cobre, hallada recientemente bajo los cimientos de una casa, calle Bajas, de esta población (Arcos), que existe hoy en poder del presbítero D. Victorio Molina» ; olas puntos de flechas y las hachas de sílex obsidiana, y algunas de ellas muy bien pulimentadas», halladas en las inmediaciones de la. ciudad, de las - que conserva varios ejemplares el autor de los Apuntes (1) . Otros .ejemplares existen, procedentes de Arcos en el museo de Cádiz (2) . Indicios son estos de población pricnitiva ; como lo son Lainbién (3) «las dos grandes galerías comenzadas en el cerro de la (1)

Páginas 5, 11. (2) Pág. 21 (3) Debo esta noticia á, D . Pelayo Quintero .

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BOLETiN DE'LA REAL ACADEMIA DE

LA .HISTOBIA .

Horca, sobre la desembocadura del arroyo de las Nieves, la que poco más arriba en la quiebra del arroyo del Cabezo se encuentra, una y otra de metales preciosos, según se cree; las galerías y hornos que aún subsisten por bajo de la Peña de Arcos, al nivel del río, sobre el charco llamado de la Hoya, que se dice fueron de azogue; el profundísimo pozo de la mina, conocido con el nombre de Baño de la Mora en la sierra de Aznar ; las interminables galerías labradas en las canteras de Bermejales y Cañada del Higueral, etc ., etc. Ni son menos elocuentes las ruinas del mal llamado pago de Turdeto, descritas por el Sr. Guseme (1) . Según este autor, los muros de Casinas que coronan el cerro septentrional son de fábrica antiquísima, unida y trabajada con plomo ; según el señor Mancheño (2) , de construcción pelásgica, entendiendo, sin duda, por esta denominación el tipo arcáico de las murallas de Tarragona . No puede negarse que allí existió una ciudad anterior á la época romana . De sus numerosas lápidas, vistas por personas de crédito, no queda para la edificación de la Historia sino la copia del cipo funeral de Mummio Herma (31 «que se halló en el haza que llaman de la Cuba, inmediato á Casillas, y fué llevado_ con ¡in capitel corintio á las casas dei cortijo de Casablanca», dolido estaba de seguro en 1755 . Para buscar este cipo se ha guiado el Sr. Mancheño por un informe triplemente inexacto . Dítenos (4) que «según Huertas, en su historia de Arcos (5), fué hallado este fragmento de lápida (6) en término de Arcos, en Casinas, donde se dice existió Turdeto, en 1803 ; y habiendo quedado abandonada en el campo ha desaparecido después, rota sin duda .» La investigación ha de llevarse hacia la pared exterior é interior de Casablanca, y no por el campo, donde ni quedó abandonada la Mscripción, ni fué descubierta en 1803.

(1)

(2) (3) (4) (5) (6)

BOLETÍN, tomo XXIX, pág. 364.

Pág. S.

BOLETÍN, tomo XXIX, Pág. 461 .

Pág. 624. Escrita en 1884. No es fragmento, sino lápida casi entera.

ARCOS DE LA FRONTERA . EXCURSIÓN EYIGRAFICA .'

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No la olvidó 11I . Dozy (il al determinar la situación de ~ ;U (Calçena), memorable ciudad eu la historia y géograffa rnusll1mana de esta región. Observa la irnportaucia fille logró Casinas como centro estratégico de operaciones en las marchas y contramarchas de los ejércitos ; su colocación sobre el Guadalete cabe la confluencia de este rio, ya engrosado por el Salado de Espera, con el Majaceite ; su distancia de 21 millas á Medinasidonia ; y tiene por cierto que subsistió, al par de Arcos, en los primeros siglos de la dominación musulmana . Armado cou esta deduccién retracta M . Dozy varias apreciaciones (lue había hecho sobre el texto del Edrisi (2) . Reconoce qae en el camino de Algeciras â Sevilla la estación de Casas vie.j>+.~; que sigue á la del paso del rio Barbate, y en algunos códices se lee ï,;LJ3, no ha de reducirse á Mediuasidonia ( ) ,...JI u~

Aquella estación, que otros códices nombran (L'9) (Facinas), y todos ellos estiman ser villa 6 grande alquería y mansión se distingue evidentemente de la ciudad (d.:.~a~) 11orentísituada ., como se ha sima y populosa Calçena (&jU-9Ï Guada.lete visto, sobre la ribera del . Si estuvo donde hoy Casinas, y manteufa su antiguo vigor d. mediados del siglo xii, cuando el Edrisi trazó su cosmograffa, parece justo pensar que aquel escritor no pasó por alto á Calçena entre las principales poblaciones de la provincia de la Albuhera (1) «Ce texte (d'Ion-Haiyân, fol . 95) montre que Calsana se trouvait en allant de l'est à l'ouest, entre Ubrique et Xerez, ou, en allant du midi au nord, entre Cadix et Lebrija . L'article que Yâcout a consacré à Calsana est encore plus explicite . Selon et du lui (t . iv, p . 161) cette ville é tait bâtie «un confluent dé là rivière dite Guadalete» Je ne vois pas ce que son Bîta ou Baita pourrait être si ce n'est le Majacelt e, et s'il en est ainsi, la ville en question était située à l'endroit où cette dernière rivière se jette dans le Gluadalete au sud-ouest d'Arcos, ce qui s'accorde fort bien avee les renseignements fournis par Ibn-Haiyàn, et une circonstance assurément fort_ remarquable, c'est que précisément en cet endroit on voit encore les ruines d'une ville et qu'on y a découvert une ancienne inscription latine, qui cependant ne donne pas le nom propre de la ville .» Recherc7aes sur l'histoire et la littérature de l'Espagne pendant le Moyen Age, tomo T, 3." edición, pág . 201 . taris, 1881 . (2) « Biffez dans ma traduction , p. 208, les notes 5, 6 et 1 ; et p . 215, n . 1 .» Ibid ., página 805.

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BOLETÍN DE" LA :REAI,

ACADEMIA D'E

LA HISTORIA,

;.J l), que distingue de la provincia de Xaduna ( j ll) . En ésta pone las ciudades de Sevilla y Carmona, Galgena (ijLL:, y ïiL5-3) otras muchas fortalezas cuyos nombres var. (s

omite. En aquella va nombrando sucesivamente á Tarifa, Algeciras, Cádiz (v,.,jL3), el castillo de Arcos (.1~1,I V-), Vejer ( v7

), -jerez

izna

Cabeza de OrtalPs, ó bien castillo de Ta-

var . íjL~) y Medinasidon a (~1

afirmando además que toda la comarca estaba erizada de fortalezas cuya población era muy crecida . Con todo, el argumento que hace Dozy, peca por su base. No hay necesidad de mo". dificar el texto, sustituyendo ¡SUS á ~Lb, bajo dicho supuesto . Pudo Casinas decaer, y acaso desmantelarse' en provecho de Arcos, su rival, por efecto de la terrible invasión de los Almohades, que pinta al vivo un autor contemporáneo y cronista de Alfonso VII (1) . Muchos cambios hizo esta invasión, sin exceptuar los de la Geografía, política . Jerez, el Alamillo, Casinas, Arcos, Bornos y el despoblado (le Canija se escalonaron como fuertes vigías sobre la margen derecha del Guadalete. El camino directo que une los dos extremos y guarda los pasos de la sierra de Gibalbín ofrece en su centro un foco de población romana con soberbias ruinas, que es lástima no haya tenida presente el Sr . Mancheiio, Entiendo hablar de la torre, ó castillo, y despoblado de Gibalbín, marcado por el señor Coello en su mapa de la provincia de Cádiz á cortísima distancia de la, Bernala, que fué antiguamente de la jurisdicción de Arcos . En el promedio del siglo xvli ya se fijó el F. Esteban Rallón (2) (1) «Eodem vero anno (1143) quo supradicta victoria Cordubae a deo facta est, gentes qua% vulgo votant ~11uzmotos, venerunt ex Africa et transierunt mare Mediterraneum, et facto magno ingenio, ímpetu bellando praeoccupaverunt Sibilliam et alias civitates in unitas et oppida in circuitu, et habitaverunt in eis et occiderent nobiles éius et christianos quos vocabant Yluzarabes et iudaeos qui ibi erant ex antiquis temporibus, et acceperunt sibi uxores eorum et domos et divitias . Quo tempore, múlta, millia militum et peditum christianorum cum suo episcopo et cum magna parte elericorum , qui fuerant de domo regís Hali et fitii eius Texufini , trausierunt mare et vouerunt Toletum .» Esparza Sagrada, tomo xxi, páginas 393 y 3971 . (2) Historia de Xerez de la Frontera, tomo c, pág . 53. Xerez . 1890.

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en el sumo interés arqueológico é histórico de aquel paraje . Escribió su obra inmortal en Bornos, y más de una vez recorrió «la gran ciudad situada entre Xerez y Espera, que vemos despoblada y está sobre el famoso Gabasolín (1), 6 Gibalbín, cuyos muros, puertas, baños y anfiteatros nos muestran en sus ruinas ,4u grandeza.» Añade que «por los años de 1615 y siguientes hubo noticias, participadas de África, que en este sitio había un gran tesoro ; con su codicia se comenzó á, cavar en él ; y fueron tantas y tan extraordinarias las piedras, adobes, ladrillos y tejas antiguas que se sacaron, los cimientos, paredes y bóvedas que se descubrieron, que mhUan haber sida ruinas de ediUds anúguos y de población priucipalísima.» No há muchos días la visitó D . );Francisca de Asís Vera y Chílier, nuestro infatigable correspondiente en Cádiz ; y la volvió á recorrer después de haber prolongado su excursión hasta la Cabeza de Ortales, emplazamiento probable de la ciudad musulmana

UL- ~ y de la turdetana iptuci . Justamente ufano de sus descubrimientos, en carta da 17 del cors°lente me dice: o Con objeto de explorar las reinas y baldíos de Gibalbin pasé á dicho lugar con algunas leguas de regular camino . Visité el castillo 6 inmediaciones, y halló el fragmento de inseripció-i ,¿, cuya impronta acompaño . A su lado encontré la . cabeza de una estatua entre una multitud de ruinas y sillares esparcidos por aquellos campos . Un cabrero me manifestó que en el rancho de llortales existían lápidas . Partimos ambos desde Gibaibín á las seis (le la tarde, y llegamos á Boruos á las nueve. Reposando tina llora, á las diez salimos, Favorecidos por la claridad de, la luna, y llegamos á las cuatro de la madrugada, por caminos de 1 sierra muy molestos, ti cortijo de HorLales . ¿Qué patlorarha, al nacer el día! Dios ha repartido allí con profusión sus driles ; la Cabeza de Hortales es un cerro-muy elevado, distante tina legua de Prado del Rey . Monedas allí abundan, sin tasa, de varias épocas. El Sr. Becerra, . dueño,del cortijo, me mostró un cipo

(1) &;LL

del Edr1sí? 5

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HISTORIO 1

magnífico, de márino), ó mejor dicho, de jaspe blanco y encirnado, con bellísima inscripción, encontrado en el mismo sitio. Rompiéronlo por ¡a rnitad hace cuatro años gente necia que creía encerraba un tesoro. Ajusté su compra y traslado á esta ciudad (Cádiz), . previo permiso del alcalde de Prado . Su conducción hasta Jerez será muy difícil . Desde Prado del Rey volví á, Gibalbía ; y affi, en urca cabreriza ; portillo ó brecha, de la muralla, halló dos fragmentos de >piedra negra epigráficos ; los cuales, llevados en caballería, deposité con los sobredichos en la cartuja de Jerez, y no vendrán hasta que se les junte el hermoso cipo de ffortales. De las ti-es inscripciones tomaré calcos ; no envío copias parque hoy ángún docto supaly, de ellas. » El primer fragmento lapideo hallado en la torre de Gibalbín tiene de alto Û,85 m ., y su mayor auchura 0,05. Los suplemento,-, arguyen la forma cuadrada de las lositas sepulcrales, tata,comiines en el cementerio púnico-romano de Cádiz. Contenía tres renglones, que fácilmente se integran, y hacen menos sensible la . Las dos E, la L Y la T, ViSípérdida de los &agmentos laterales bles, de los renglones último y penúltimo, se re=taron al quebrarse la piedra . Son de bella época Antoniniana ., midiendo 2 can . de altura, al paso que en el primer renglón la única letra (¡no' permanece y ocupaba el centro de la línea sólo mide 1 cm .

TRYL

~E

S T

ft(erra} 1(evis)]. Consagrado á los dioses Manes. Sarda aquí yace. Séate la tierra ligera. Berilo fué esclavo . De su nombre ocurre la variante Berullus (6006) y el femenino Berulla (2233), Bery1la (3599) . Semejante nomendatura de origen griego distingua no rara vez las lápidas gaditanas : Antareyrus {1761, Pramus (18751 S~hus (1721,

ARCOS BE LA FRONTERA . EXCURSIÓN EPIGRÁFICA .

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Syntropus (1889), Chelido (1789) ; Chrysis (1790), Lycoris (1846), Nymphephoris (1855), Onesima (1857) . Ni falta en Jerez, ni en

Lebrija, ni en Arcos : Tryphaena (1308), Sophro (1297), Nympheros (1298), Herop)lïlus (1363) .

El camino directo de Jerez á Espera, cuyo centro á mano izquierda está dominada por la torre de Gibalbín, se ve (1) cruzada poco después por el que va de Bornos á Lebrija . En este cruce está el mojón blanco, enfrente de la laguna de la Zorrilla, que señaló Alfonso X como tri[Inio de Lebrija, Jerez y Arcos, por su diploma del 3 de Agosto de 1274, deslindando el término de Jerez (2) : «É de este mojón va derecho á otro mojón que es en una cabeza peñosa de un collado en la sierra de Gibialvín, do está, el departimiento de los términos de las aldeas de Gravina, Carrizal é Lebrija ; é de este mojón va derecho á otro mojón de piedras, que está en otra cabeza más alta cabo de esta otra sobredicha, é tiene con ella un cerrejón en que está una figura (3) ; y de este mojón va á otro mojón cubierto á unas peñas rubias, que están sobre un arroyuelo, cabo de la carrera vieja que va de Carrizal á Arcos, do se parten los términos entre Xerez é Arcos é Lebrxa .» El despoblado y la torre de Gibalbía pertenecía entonces, como ahora, al término de Jerez ; y de consiguiente, mientras no se descubriere su nombre romano, deberán sus lápidas incluirse en el convento jurídico füspalense y distrito de Hasta Regía. Los dos fragmentos de mármol negro que recogió allí el señor Vera, en el rancho de José Clavijo, no dirimen la cuestión geográfica . Pertenecen á dos testeros combados de un par de estelas, probablemente erigidos en un mismo panteón de familia. \I``liV1V5-G .L . GRA [. . . L]ieinius G(a¡) l(ibertus) Gra[tus hie slitus [est. Sit tïbi terra devis]. . Licinío Grato, liberto de Cayo, aquí yace. Séate la tierra ligera.

(1)

En el mapa de la provincia de Cádiz por el Sr. Coella~ (2) Gutiérrez, Historia da Xerezi tomo ii, pág. 129..Jerez, 1887 . (8) «Esta figura era un ídolo antiguo.» Nota de los editores de Gutiérrez . TOMO XXIX .

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Mide 0,50 m. de ancho por 0,34 m. de alto. En el renglón segundo no sale el nombre geográfico, por el estilo del epitafio (1201), que obtuvo en 'Sevilla Lucio Licinio Cogitante, Liberto de Lucio y natural de Córdoba . Con este no se compagina el otro fragmento ; copia exacta del cual ha hecho y acaba de enviarme D. Pelayo Quintara. Sos mayores dimensiones son 0,35 m . de ancho por 0,36 m, de alta .

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