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ANEXO 3. Historia del Cine de Gitanos, Cine en EspaÑa y Actores gitanos.
Un Cine Cultural Así pues, a modo de introducción, los gitanos en el cine han sido mostrados como un reflejo de la sociedad mayoritaria. Esto es, como una minoría con fuerte acento folclórico sin más utilidad social que la de servir como auxiliares en la resolución de los dramas payos, sin más importancia que los caballos, figurantes, extras. El Cine, así pues, representa la cultura mayoritaria y su aplicación en contextos concretos. Como espejo de costumbre, es difícil aseverar que, en esencia, existe un Cine ideológico: en lo fundamental sigue siendo una representación cultural. El objetivo es el entretenimiento y este de obtiene por medio de tópicos que transmiten valoraciones y juicios.1 El Cine es una mezcla entre el entretenimiento, arte y propaganda. Los gitanos han estado presentes a lo largo de la Historia del Cine, ya vemos en 1895 (año de invención) como una de las primeras películas, rodada por Melies, se trata de “Campement de bohemians”, que nos muestra un campamento de gitanos. Melies rodaría mas tarde “Gypsy’s warning” (1913). Es decir, como vemos, los gitanos no son un elemento exógeno en el Cine ni hay dificultad en ser representados mediante este instrumento.2 Los gitanos son frecuentes en el Cine occidental, sobre todo en ambientaciones del siglo XIX y XX. En películas con argumentos anteriores a 1800 su presencia es casi nula por el desconocimiento. Sus apariciones en pantalla suelen tener peso, haciendo honor a una imagen estereotipada y no suelen salir gratuitamente en films que no tengan que ver con ellos. Cuando son protagonistas, hay una segunda idea fuerte que es la de
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GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 117-120. 2
REDÓN, JORGE. “Cingaros en el celuloide: representaciones de la cultura gitana a lo largo de la Historia del Cine (I)”. Revista O Tchatchipen, Num. 64, pp. 33-43.
mostrar un temperamento o pasión humana usando al pueblo gitano como medio para expresarlo.3 Los gitanos aparecen en el Cine en esta época cuando se quiere introducir un elemento de misterio, exotismo o predestinación, para motivar a los personajes principales.4 Por ejemplo, en el Cine norteamericano (un país con una presencia escasa de gitanos) es fácil ver a viejas gitanas maldecir al protagonista, o adivinar el futuro. Siempre, en todo caso, descontextualizados de su entorno cultural, con ropas distintivas y asociados a un entorno marginal, mágico o misterioso. Lo vemos en Chaplin, De Mille o en comedias más elaboradas como “Bohemian Girl” (1936) de James W. Horne.5 A partir de 1930, en la época sonora, los gitanos abandonan el papel determinante y se representan con todo el abanico de tópicos folclóricos, de pasión y de libertad. Lo vemos en películas como “Carmen”, “Nuestra Señora de París”, “Cumbres Borrascosas” o “La Gitanilla”.6 Ya, con las Nuevas Olas (un cine motivado por el compromiso social y la crítica y caracterizado por un “cambio argumental y psicológico”7) en los 60’s, se aborda el tema gitano como retrato. En países como Francia, Gran Bretaña, Alemania, EEUU, URSS o Brasil adoptan posturas de denuncia y solidaridad: se critica la marginación de los gitanos y los problemas de la delincuencia, aun así sin profundizar mucho y cayendo en tópicos culturales (ley gitana o virginidad). Actualmente, con Gatlif, Kusturica o Gades, es posible ver la aportación de los gitanos a la Historia del Cine en forma de género temático, representando sus aspectos culturales de una manera digna y respetuosa, relativizando los problemas y tratando de identificar sus causas.8 Con estos directores, se presenta el salto generacional del nomada al sedentario (rechazado). Muestran la dificultad de adaptarse a las condiciones 3
GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 119-120. 4
GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 120-124. 5
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GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 125. 7
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contemporáneas: ahora a veces da igual aprender de los mayores (por ejemplo en la película “Les Princes” de Gatlif) o muestran una visión carnavalesca del mundo gitano (Kusturica).9 Aparecen como el “otro”, un “souvenir”, y donde los rasgos raciales, culturales, etc, crean una barrera entre los “payos” y ellos. Esa barrera no tiene porqué tener una acepción mala o buena en términos cinematográficos. El espectador debe sacar sus propias conclusiones. En Gatlif los gitanos se muestran positivos, capaz de vencer a las adversidades. Las fiestas, tanto en Gatlif como en Kusturica, van asociadas siempre a la muerte, al adiós de algún modo. Es algo que comparten con todos, en especial con los “extranjeros locos” que lo dejan todo para acompañarles en búsquedas trascendentales10 (esa excelentísima “Gadjo Dilo” de Gatlif, donde un francés descubre el universo gitano y se presenta una cómica pero reflexiva situación donde el “payo” es la víctima del prejuicio: los prejuicios son relativos). El “payo” puede adoptar el rol del gitano, sin serlo. Un “payo” puede vivir como un gitano siendo respetado por el entorno social gitano: ¿dónde están las barreras de la integración?. Se nos plantea una reflexión: ¿Un gitano podría vivir en occidente como un “payo”? ¿querría intentarlo? ¿en qué medida se respetan las culturas? ¿cómo evitar la desaparición de las culturas minoritarias?11 Para estos dos directores (Gatlif y Kusturica) la música aparece como identidad del pueblo gitano, articula la narración del Cine de gitanos. La música se aprende de generacion en generación, los niños relevan a sus padres. El gitano aparece como un músico, rompiendo los estereotipos estéticos y psíquicos del Cine tradicional: la música como forma de vida.12 En este modelo son los payos los que quieren conocer y aprender de los gitanos, hay un feedback. E incluso se presentan historias de amor entre un “payo” y un gitano, casi siempre de trágico final. Los músicos, además, son maestros, conocen cosas que no saben los “payos”. Y la música no es inocente, es crítica, ya que cuenta historias de amor indio, critica el régimen de Ceucescu rumano, evoca los campos de Auschwitz, la flamenca la intolerancia (todas ellas en la maravillosa “Latcho 9
REDÓN, JORGE. “Cingaros en el celuloide: representaciones de la cultura gitana a lo largo de la Historia del Cine (I)”. Revista O Tchatchipen, Num. 64, pp. 33-43. 10
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REDÓN, JORGE. “Cingaros en el celuloide: representaciones de la cultura gitana a lo largo de la Historia del Cine (II)”. Revista O Tchatchipen, Num. 65, pp. 32-40. 12
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Drom” de Gatlif). Se nos presenta una sociedad compleja, dónde el jerarca maneja la autoridad, él que toma las decisiones, y las mujeres ancianas son las encargadas de resolver los problemas de sus hijos y nietos (algo que vemos también en Saura y Rovira-Beleta). El “otro” es extranjero y autóctono. Lo interno y lo externo. Como en “Gadjo Dilo”, el “payo” en un lugar gitano solo crea “malentendidos” que solo se superan con la curiosidad y el interés de los individuos de una aproximación cultural recíproca: ¿un modelo a aplicar? Una declaración de intenciones. Mientras que para Kusturica o Gatlif la música es vida, fusionando realidad y ficción, para otros, como Llorenç Soler, la verdadera preocupación es social y alterna la ficción con la realidad. No hay “payos”: la historia se cuenta sin la interferencia del “exterior”. La rivalidad entre clanes, la marginalidad y la pasión por la música es mostrada en el Cine de Rovira-Beleta y Carlos Saura, uniendo el carácter pasional y los números musicales.13 En España: Gitanos y argumento Según F. Barth (citado en Garrido. 1976, “los grupos étnicos y sus fronteras” Mexico: FCE (1969)14), las minoría han sido marginadas por transgredir los tabúes de la sociedad mayoritaria, que hace, por un lado, una diferenciación étnica y cultural basada en una cultura imaginada inamovible, sin contexto ni posibilidad de cambios, y otra basada en prejuicios, que no siempre es revocable al tener conocimientos bien sujetos. En el cine español, los gitanos tienen más peso que en otros países porque son parte del imaginario popular y cultural. Son presentados en relatos de Andalucía, folcloristas y tradicionales. El elemento exótico aparece en cortometrajes como el de 1909 “Celos Gitanos” de Ricardo de Baños, o “Amor gitano” de Segundo de Chomón en 1911, así como en una serie de películas que han configurado un género propio de carácter nacional como “La gitana blanca” (1925) de Ricardo de Baños, “Maria de la O” (1936) de Francisco Elias, “Canelita en rama” (1943) de Eduardo G. Maroto, “Un caballero andaluz” (1954) de Luis Lucia, o “Gitana” (1965) de Joaquin Bollo. Pero en España hay una faceta del gitano que no se representa en otros países: la del gitano bandido, salteador de caminos en el XIX, al estilo de “El bandido de la Sierra” de 1926 de Eusebio Fernandez Ardavín, o “Luna de Sangre” del 1950 de Francisco Rovira-Beleta. 13 14
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GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 120.
También otras películas, desde los 60’s, se localizan en ambientes gitanos (y algunas veces, hasta sin gitanos) para dar un toque exótico (“Los Tarantos” (1962) de RoviraBeleta) y poco a poco se van acercando más a la realidad y sus problemas, como en “Con el Viento Solano” de 1965 de Mario Camus o “Alma Gitana” 1995 de Chus Gutierrez. Sin embargo, hoy en día los gitanos son representados como paradigma de pasión y folclorismo disfrazado de etnicidad, ejemplo de “Bodas de Sangre” (1980), “Amor Brujo” (1986) o “Carmen” (1983) de Carlos Saura.15 En países con alta presencia gitana la producción fílmica como “Como liebre acosada” (1972) de Rene Clement, “Sangre gitana” (1934) Richard Wallace, “El enigma del hechicero” (1989) de Bob Hoskins, “Encontre zíngaros felices” (1967) de Aleksander Pretovic, “El tiempo de los gitanos” (1989) de Kusturica, “Los gitanos van al cielo” (1976) de Emil Lotianu o “Zigeuner” 1982 de Sara Sandor, todas de distintos países como la URSS, Polonia, Hungría, Francia, Gran Bretaña o países de la antigua Yugoslavia, lo folclórico no está tan potenciado ni relacionado con la pasión amorosa. Lo exótico, los dramas populistas sobre prejuicios hacia los gitanos, y las películas de humor sobre la cultura gitana (Kusturica) son elementos que en el cine español ha ido asociado a personajes concretos y al acento, actitudes o a una suma de estereotipos del gitano-andaluz alegre, sin mostrar su cultura (“Maldicion gitana” (1953) de Jeronimo Mihura o “La gitana y el charro” (1964) de Gilberto Martinez entre otras). El Cinedocumental y el documental se han centrado en el flamenco, en mostrar esta faceta o en desarrollarla, como Carlos Saura o Edgar Neville.16 Esta visión folclórica se puede ver en numerosos trabajos como “Angelo my love” de Robert Duval de 1983, “Gitanos sin romancero” de 1976 de Lorenzo Soler o “Zigeuner (Sinti) in Auschwitz” (1982) de Seybold y Spitta.17 En países donde no hay mucha presencia gitana, destacan las películas americanas, donde en producciones íntimas y poco conocidas se dan a conocer aspectos de la cultura gitana. Tenemos varios ejemplos como “Alex y la gitana” (1976), “Estirpe indomable” (1978) o “Sangre caliente” (1955). Sin embargo, EEUU no le ha dado importancia a los 15
GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 125-128. 16 17
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GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 120-124.
gitanos, y se ha centrado más en los problemas de negros y latinos, que casan mejor con la manera de hacer de Hollywood.18 Gitanos actores y personajes Los gitanos durante mucho tiempo participaron como extras en las películas del Oeste que se rodaban en España, por sus rasgos físicos y porque sabían montar a caballo. Daban el pego como indios. Otros hicieron fortuna, como Ricardo Baliardo (“Manitas de Plata”) que con su grupo realizó papeles de músico, chino, vietnamita o trabajador, o los Enrique Castellón “el príncipe gitano”, Amara Carmona, Antonio y Rosario Flores, que no hicieron papeles de gitanos, Cristina Hoyos o “Chocolate”.19 A la dirección han llegado Tony Gatlif, que fue el primero en narrar la historia del pueblo gitano desde sus orígenes en la obra maestra “Latcho drom” (1993). Dejando a los actores, los personajes gitanos han influenciado en la Historia del Cine desde versiones literarias de personajes como Carmen, de Mérimée, personaje arquetipo de mujer libre y pasión fatal femenina a la que se le aplican características de la cultura gitana para configurar las motivaciones y manera de ser del personaje. Ha sido representada en muchísimas versiones, como la de actores negros (Preminger, 1954), la japonesa (Kinoshita, 1952) o la humorística (Meztger, 1967), asi como en dibujos animados (Alemania, 1933) o en ópera, pero también grandes de la historia del cine como Chaplin, Ernst Lubistch o Jean-Luc Godard en 1915, 1918 y 1983 respectivamente han llevado a la gran pantalla a Carmen.20 En España, Carmen ha sido interpretada por folclóricas y grandes figuras de la copla o actrices famosas. Todas ellas, excepto la de Lubistch, simplemente interpretan el relato como el encuentro entre un “payo” y una gitana. No interesa llegar más allá de su carácter ni salir de la visión “payocentrista”.21 Otro de los personajes “top” es Esmeralda de Nuestra Señora de París, de Víctor Hugo. Esmeralda ha sido tratada de forma distinta, ya que no es un personaje central, sino que aparece en las adaptaciones de la obra de Hugo como un 18
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GARRIDO, JOSE ANGEL. (2003) Minorías en el Cine: la etnia gitana en la pantalla. Ed. Universidad de Barcelona, Colección Film-Historia nº 5, pp. 125-128. 21
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personaje más, cambiante siempre según la nacionalidad o el contexto político. Solidaridad en la versión de 1939, didáctica en la del 1996 de Disney, y en unas cuantas más, siempre como personaje contrapunto más complejo pero estereotipado del principal, el jorobado Quasimodo.22 El tercer ejemplo más representado ha sido la gitanilla de Cervantes, aunque no ha tenido repercusión porque sus tres versiones, de 1914, 1924 y 1940 están perdidas. La imagen de la gitana, a diferencia de la imagen de esta versión proveniente del relato del Siglo de Oro, está más ligada a C armen y a los gitanos urbanos contemporáneos y sus características.23 En definitiva el cine de gitanos no interesa a la sociedad mayoritaria y por ello no tiene la importancia que debería ni la repercusión que podría tener, aunque la explicación a esto último va más en consonancia con la industria actual del Cineentretenimiento que con el tema en sí mismo.
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