Anexo nº 1.- Direcciones donde analizar y ofrecer propóleo

Anexo nº 1.- Direcciones donde analizar y ofrecer propóleo Control de Calidad Laboratorios Apinevada Barrancos s/n 18420 Lanjarón (Granada) Tél.- 9587

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Anexo nº 1.- Direcciones donde analizar y ofrecer propóleo Control de Calidad Laboratorios Apinevada Barrancos s/n 18420 Lanjarón (Granada) Tél.- 958771131 FAX.- 958771196 e-mail: [email protected] Compra de Propóleos EMPRESA APILORE S.L.

DIRECCIÓN

LOCALIDAD

PROVINCIA

ECIJA

SEVILLA

MICHEL MERLET SL

QUINTA MACHADO S/N POL. IND. FADRELL. C/FUENTES DE AYODAR 35

CASTELLÓN

CASTELLÓN

MIELES LLOVELL S.L.

DR PAPI 30

CARCER

VALENCIA

EUROMEL

QUINTA DOS POCINHOS

PENAMACOR

PORTUGAL

ENRIQUE COMPANY

PLA DE FONT 34

CONCETAINA

ALICANTE

NATURVAL APICOLA S.L.

AVDA. BLASCO IBAÑEZ 55

MONSERRAT

VALENCIA

APISOL S.L.

AVDA BLASCO IBAÑEZ S/N

MONTROY

VALENCIA

CAMPO DE LA MIEL SCA

EDIFICIO MALAGA Nº 1 BLOQUE Nº 3 -5G

JEREZ DE LA FRONTERA

CADIZ

MIELAR SA

BARCELONA

BARCELONA

APINORTE (JESUS VAL)

GUITARD Nº 70 POL. INDUSTRIAL LAS MERINDADES NAVE 87

VILLARCAYO

BURGOS

HISPAMIEL S.A.

BLANQUERÍAS Nº 12

VALENCIA

VALENCIA

ANBAR S.C.L

SANTA LUCIA Nº 29

AYLLÓN

SEGOVIA

APINEVADA

BARRANCOS S/N

LANJARÑON

GRANADA

BALSAMOS SIERRA NEVADA C.B.

BEZNAR

GRANADA

NOVADIET SA

PELOTEOS Nº 28 POL. IND. BAYAS. C/MONTAÑANA PAR 88

MIRANDA DEL EBRO

BURGOS

APICASFER S.L.

CTRA, NACIONAL 630 KM 347.6

ARAPILES

SALAMANCA

ANDALUZA DE MIELES S.L.

CAMINO DEL PULIDO 11

ESPARTINAS

SEVILLA

ELIAS MORENO SORNI

MINAS DE RIO TINTO

HUELVA

PRIMO MENDOZA S.L.

POL. IND. PUNTO VERDA "EL CALERO" POL. INDUSTRIAL CIUDAD CARLET c/ MESTRAL 18

CARLET

VALENCIA

LABORATORIOS ORDESA S.L.

CTRA DEL PRAT 9-11

SANT BOI DE LLOBREGAT

BARCELONA

GENERAL DIETÉTICA

BARCELONA

BARCELONA

YNSADIET SA

ENCUNY 2 ISAAC PERAL 3 - POL IND. Nº SEÑORA DE BUTARQUE

LEGANES

MADRID

MIELERIA ALCARREÑA

POL. IND. EL HENARES C/PARMA 6

GUADALAJARA

GUADALAJARA

MICROENVASADOS SL

ENCUNY 2 POL. JUNCARIL C/COLOMERA PARCELA R-172

BARCELONA

BARCELONA

ALBOLOTE

GRANADA

ROBIS SL LABORATORIOS NATYSAL SA

C/MOLINO 2

MECO

MADRID

NATUREAL PRODUCTOS NATURALES SL

JAUME 1 Nº 33

REAL DE MONTROI

VALENCIA

Anexo nº 2.- Preparados a base de propóleos y otros productos de las colmenas

Uso casero de los productos apícolas en el cuidado de la salud y la belleza. Antonio G. Pajuelo. CONSULTORES APÍCOLAS INTRODUCCIÓN: En una u otra ocasión todos hemos hablado de lo buenos que son los productos apícolas para tal o cual cosa. Hemos montado esta actividad con la idea de dar más base a esta afirmación, y con la de difundirla y hacerla llegar a nuestros consumidores, y, como no, de pasar un buen rato viéndonos capaces de hacer algo placentero. Para ello vamos a intentar animarles a que amplíen su gama. Animarles a que además de tener miel, polen, cera, propóleos, se animen a hacer algunas preparaciones con estos productos, lo que ayudará a sus consumidores a mejorar su calidad de vida. Para facilitar el tema vamos a revisar: • Primero las principales propiedades de las materias primas apícolas a nuestro alcance: miel, polen, jalea real y propóleos • Para utilizarlos deberemos mezclarlos con otras materias primas no apícolas, que, muchas veces, también tienen propiedades cosméticas o son saludables. Revisaremos los que están más fácilmente a nuestro alcance: aceites, alcohol, esencias... • Finalmente revisaremos qué formulaciones podemos hacer con estos elementos: cremas, lociones, ungüentos...

MATERIAS PRIMAS APÍCOLAS: La miel: La miel es el producto obtenido de determinadas sustancias azucaradas de las plantas que las abejas recogen y someten a procesos de maduración y transformación en el interior de las colmenas. Es la base del aporte de sustancias hidrocarbonadas a la dieta de la colmena. Sus componentes básicos son los azúcares, de los que casi la mitad es fructosa, que aporta energía directa al organismo; pero también tiene otros nutrientes que le dan un valor biológico añadido. Según de qué plantas proceda su composición es ligeramente diferente.

Además de sus usos tradicionales como tónico del músculo cardíaco, laxante y diurético suave, protector hepático y antitusígeno (según qué tipo de miel), se ha empleado mucho en la higiene y los cuidados estéticos de la piel. Tradicionalmente se ha utilizado sobre heridas y quemaduras superficiales, por su efecto desinfectante y cicatrizante, que ha sido corroborado en ensayos clínicos en hospitales. Para este uso son mejores las mieles oscuras. Las únicas contraindicaciones de uso parecen ser algunas personas con marcada alergia al polen; irritación gástrica en algunas personas con especial sensibilidad gastrointestinal o hepática (que disminuye tomándola disuelta en agua y en medio de las comidas); y niños con el sistema inmunológico aún no desarrollado (generalmente los menores de 2 años) El polen: El polen apícola es un aglomerado de células de polen vegetal, que las abejas recogen y compactan, básicamente con miel, formando unas pelotitas que los apicultores colectan y desecan a unos 40º C. Forma parte imprescindible de la dieta de las abejas, a las que aporta todos sus nutrientes nitrogenados (proteínas, aminoácidos...), lipídicos y gran parte de los minerales, además de otras sustancias biológicas muy importantes: flavonoides... El polen apícola es un producto rico en proteínas, y especialmente rico en aminoácidos libres, entre ellos los esenciales, que nuestro cuerpo es incapaz de “fabricar” y que deben ser aportados en la dieta (vitaminas y pro vitaminas). También es rico en minerales, algunos de ellos en cantidades muy apreciables capaces de cubrir una parte importante de la ingesta diaria (selenio...) En la publicación “Value-added products from beekeeping”, FAO Agricultural Services Bull. 124, Roma 1996, 409 pp., se afirma que: Aunque no es posible que el polen sólo cubra todas las necesidades de proteínas, minerales y vitaminas, sí se puede considerar una fuente sustancial de nutrientes esenciales en la ingesta diaria. El polen es un excelente complemento dietético en la alimentación humana y en la de muchos animales, y que es especialmente recomendable para personas que siguen dietas vegetarianas. Su consumo habitual tiene un efecto de estimulante general del organismo, es un euforizante, mejora el apetito y el rendimiento físico e intelectual. Está especialmente indicado para convalecientes, ancianos y personas estresadas o fatigadas. Ensayos clínicos han demostrado que mejora sensiblemente la prostatitis, aumentando el nivel de las defensas naturales del organismo (glóbulos rojos...)

También tiene compuestos polifenólicos, antioxidante que “limpian” los radicales libres que se forman en nuestro organismo por envejecimiento y por la agresión de los polucionantes químicos. Para la piel es gran nutriente, y favorece su pigmentación (carotenos). Como en la miel, las contraindicaciones de uso del polen parecen ser: algunas personas con marcada alergia al polen; irritación gástrica en algunas personas con especial sensibilidad gastrointestinal o hepática (que disminuye tomándolo disgregado en agua y en medio de las comidas); y niños con el sistema inmunológico aún no desarrollado (generalmente los menores de 2 años). Para un aprovechamiento óptimo del polen apícola es recomendable dejarlo en remojo en un líquido azucarado (un poco de agua con una cucharada de miel, un poco de zumo de naranja...) durante unos 20 minutos antes de su consumo o aplicación; de esta manera su interior se hincha y sale por los poros, favoreciendo su digestión. El consumo habitual para un individuo adulto es de hasta unos 20 g. diarios, una cucharada sopera; en las dietas vegetarianas esta cantidad puede aumentarse hasta 3 veces. En niños el consumo habitual puede reducirse, según el peso corporal, en lo equivalente. Si hay sospechas de alergia debe comenzarse consumiendo apenas unos granos de polen, e ir aumentando la cantidad, gradualmente, en los días siguientes. El polen se debe conservarse en un lugar seco, oscuro y fresco. Una vez abierto el envase, la nevera (6º C) es una opción recomendable. La jalea real: Es una secreción de unas glándulas especiales de las abejas jóvenes, rica en hormonas, enzimas, vitaminas, proteínas, aminoácidos, ácidos nucleicos... que se utiliza en la colmena como alimento infantil (es el equivalente a la leche materna de los mamíferos) y para la reina. Los apicultores la recolectan y la conservan en frigorífico en su estado natural, sin ninguna manipulación. Se consume como estimulante biológico. Sus efectos son parecidos a los del polen pero se manifiestan más rápidamente y con mayor intensidad. Es un euforizante rápido, mejora el apetito, la resistencia al esfuerzo físico e intelectual. También está especialmente indicado para convalecientes, ancianos y personas estresadas o fatigadas. Estimula la renovación de los tejidos orgánicos. A nivel de la piel activa su regeneración, por lo que es un componente frecuente en diversos cosméticos. Como en los productos anteriores las contraindicaciones de uso de la jalea real parecen ser: algunas personas con marcada alergia al polen; irritación gástrica en algunas personas con especial sensibilidad gastrointestinal o hepática (que disminuye tomándola en medio de las comidas); y niños con el sistema inmunológico aún no desarrollado (generalmente los menores de 2 años). Es

conveniente, en uso sobre la piel, hacer una primera aplicación en el lóbulo de una oreja, y esperar unos 20 minutos por si hay reacciones adversas. La mejor forma de tomar la jalea real es fresca, colocándola debajo de la lengua (zona muy irrigada y con una rápida absorción). El consumo habitual para un individuo adulto es de medio gramo diario, la punta de una cucharilla; en las dietas vegetarianas esta cantidad puede aumentarse. En niños el consumo habitual puede reducirse, según el peso corporal, en lo equivalente. Si hay sospechas de alergia debe comenzarse consumiendo una cantidad muy inferior, e ir aumentándola, gradualmente, en los días siguientes. Los propóleos: Los propóleos son básicamente, resinas que algunas plantas producen para proteger sus yemas y tejidos formadores más jóvenes del ataque de insectos y de infecciones, mezcladas con aceites esenciales vegetales. Las abejas han aprendido, en el curso de la co-evolución con las plantas, a recogerlos y mezclarlos con sus ceras, para barnizar las celdas de cría, para bloquear y sanear los recovecos de la colmena, y para evitar proliferaciones microbianas indeseables. Los apicultores los recolectan por raspado de las zonas de acumulación, y generalmente, se utilizan directamente, o en forma de extractos alcohólicos. Su composición tiene variaciones dependiendo de su origen vegetal (pinos, abedules, álamos, castaño, abeto, sauce, olmo, fresno, etc). Los propóleos son muy ricos en flavonoides, y en ácidos fenólicos y sus derivados; ambos son los principales responsables de las propiedades biológicas de este compuesto. Existe un acuerdo general sobre las propiedades antibacterianas, antimicóticas y cicatrizantes de este producto. También tiene propiedades anestésicas y antiinflamatorias. Por este conjunto de propiedades se usa en todo tipo de daños (acné, dermatitis, micosis...) o heridas superficiales, tanto en forma de tónicos, como de tinturas alcohólicas o de ungüentos, pomadas o cremas. Este es uno de sus usos más antiguos y reconocidos (Caucaso, Bóers...). Por el mismo motivo se usa en afecciones de garganta, que no deja de ser una extensión de la dermis y como anestésico bucal, por algunos dentistas. Además impide la formación de caries dentales; son muy populares las pastas dentífricas a base de este producto y los elixires para la higiene bucal. Los flavonoides son unos antioxidantes muy efectivos, por ello también se consumen los propóleos, en gotas de su extracto alcohólico, con este objetivo. Las contraindicaciones de uso de los propóleos parecen limitarse a algunas personas con alergia de contacto a este producto y niños con el sistema inmunológico aún no desarrollado (generalmente los menores de 2 años). Por ello es conveniente, en uso sobre la piel, hacer una primera aplicación en el

lóbulo de una oreja, y esperar unos 20 minutos por si hay reacciones adversas. En su consumo también es recomendable comenzar con dosis muy pequeñas, e irlas aumentando gradualmente si no hay reacciones adversas. La cera: Es una sustancia grasa que fabrican las abejas en su organismo a partir de los azúcares que comen y con la ayuda de determinados componentes del polen. Es sólida a temperatura ambiente, pero comienza a ser moldeable a partir de los 40 º C y funde a temperaturas de entre 62 y 65 º C. De antiguo ha formado parte de multitud de fórmulas tradicionales de diversos ungüentos, que han pasado a todas las farmacopeas; en todas existía un capítulo de preparaciones con cera de abejas que se llamaban “ceratos”. En nuestros preparados será, más que otra cosa, un espesante de los aceites que utilicemos en las cremas y ungüentos, dándoles más o menos consistencia según se ponga en mayor o menor proporción.

MATERIAS PRIMAS NO APÍCOLAS: Los aceites vegetales: En todas las casas hay algún aceite vegetal, y si buscamos en tiendas especializadas podemos encontrar alguno más. Los aceites vegetales son un vehículo en el que se disuelven muchos de los componentes biológicamente activos de nuestros productos apícolas. Además de favorecer la absorción de las sustancias disueltas, ellos, por sí mismos, tienen un efecto suavizante, dan elasticidad a la piel, y tienen, según cual, algunas otras propiedades interesantes. Si es posible se han de elegir los obtenidos en la primera presión, y en frío, porque conservan más componentes naturales. Vamos a repasar las principales características de los que se pueden conseguir más fácilmente. • • •

Aceite de almendra: Es un aceite nutritivo que regenera la piel y le da lustre. Se emplea por sus propiedades suavizantes, da elasticidad (emoliente). Muy utilizado en cosmética infantil. Aceite de girasol: Es rico en nutrientes (vit. E y calcio), pero tiene un olor fuerte. Aceite de oliva: Es muy nutritivo, da elasticidad a la piel y el pelo (emoliente corporal y capilar), relaja músculos y nervios y carminativo (su olor abre el apetito).

Los aceites esenciales: Son sustancias aromáticas que se extraen de las plantas por distintos medios: destilación, maceración… Se utilizan en la higiene corporal, doméstica y en

estética desde el inicio de las culturas humanas (restos de flores en enterramientos...) •

de lavanda: Se obtiene por destilación de la zona florecida de las lavandas y alhucemas, Lavandula sp. Es antiséptico, refrescante y relajante. Combina bien con cítricos, pino, romero. Se ha utilizado en afecciones de la piel (acné, picaduras, dermatitis...). En aromaterapia se usa contra el agotamiento, la irritabilidad, y las depresiones. • de naranja dulce: Se obtiene por prensado de la piel de la naranja. Puede ser, como otros aceites de cítricos, ligeramente fotosensibilizante (da manchas en la piel si se toma el sol después de aplicarlo). Va bien en todos los tipos de piel, pero especialmente para las de tipo graso. Tiene efectos sedantes. • de romero: Se obtiene por destilación de la parte superior del romero, Rosmarinus officinalis. Es un aroma herbal, intenso y alcanforado. Es un buen vigorizante, estimula la circulación. Por ello se utiliza para paliar inflamaciones musculares, reumatismo… Se utilizan solos o en mezclándolos, procurando que, en total, no superen el 0,5 – 1 % del total de la mezcla. En general se considera que para las pieles grasas son mejores, entre otros, los aceites de cítricos, espliego, ciprés, eucaliptus, salvia. Para las pieles secas se recomiendan los de geranio, jazmín, lavanda, palmarosa, jara, menta y palo de rosa. Para pieles delicadas los de árbol del té, eucaliptus, lavanda, salvia, tomillo, romero y enebro. Otras: Algunos componentes de nuestros productos apícolas no se disuelven (no se vehiculizan) en aceites o grasas, y se han de utilizar soluciones acuosas o alcohólicas para conseguir extraerlos y llevarlos hasta la zona corporal de uso. Por ello también hacen falta otras materias primas como son: •

• • • • •

Agua: se usa en la preparación de las cremas y lociones. Es conveniente que sea blanda, lo menos caliza posible (de lluvia, de manantial de tierras no calcáreas: granitos, cuarcitas…). Disuelve muchas sustancias activas (las hidrosolubles) que vehiculiza. Alcohol etílico: es un excelente disolvente de sustancias grasas (liposolubles). Refrescante, vigorizante... Avena: se utiliza como extractos del grano; es rico en proteínas, hierro, potasio, fosfatos, magnesio y silicio. Caléndula: Es un buen tónico para pieles grasas y con manchas; se utiliza también como hidratante. Es muy buena como dermoprotectora, fungicida y para el cabello. Canela: Es un fuerte antiséptico. Demasiada puede ser irritante. Es un buen tonificante en las lociones corporales. Clavo: especia con cualidades antisépticas muy potentes.





Glicerina: líquido incoloro, espeso y dulce que se obtiene en la fundición de las grasa en un medio alcalino. Se usa como suavizante para facilitar que otros productos puedan ser extendidos una vez mezclados con ella. Se mezcla bien tanto con el agua como con el alcohol, por lo que es un vehículo excelente para muchos principios activos. Vaselina: sustancia con aspecto de cera. Se extrae de la parafina y aceites densos del petróleo. Se usa en farmacia y cosmética como vehículo graso porque no se enrancia (oxidación de las grasas que da un olor característico).

FORMULACIONES: Según las materias activas que queramos aprovechar, donde queramos aplicarlas... deberemos utilizar una fórmula de preparación u otra, vamos a ver unas cuantas. Caramelos caseros de miel: Miel; 100 gr. Azúcar 50 gr. Glucosa; 1 cucharada al ras. Manteca. Colocar en una cacerola la miel con el azúcar y la glucosa; hervir continuamente hasta tener punto de bola, que es cuando dejando caer un poco de la preparación en agua fría, dejándola caer de una cuchara, endurece enseguida (con termómetro, a 118º C); cubrir con manteca, ligeramente, un mármol; volcar la preparación hirviendo y, apenas comience a endurecer, marcar con un cuchillo también untado en manteca, dándole forma cuadriculada para cortar después las piezas. Jabón base enriquecido con miel: aún hay familias que siguen fabricándose “jabón básico”, saponificando una grasa con sosa; cuando la grasa es aceite de oliva se llama “jabón de Marsella”. Estos jabones se pueden enriquecer con miel: de la siguiente forma: • 10 cucharadas de jabón duro rallado • 2 cucharaditas de miel • 1 cucharadita de aceite de oliva Se funde el jabón a baño maría, y una vez listo se agrega gota a gota el aceite de oliva, mientras se sigue removiendo se añade la miel. Se deja hervir esta mezcla hasta que engorde. A continuación se vierte en un molde resistente al calor y se deja reposar hasta que se endurezca (pueden transcurrir varias semanas). Crema nutritiva de polen: Una fórmula casera de crema nutritiva de polen es la siguiente: 2 cucharadas de polen ¼ de un aguacate maduro, chafado hasta que quede una pasta 2 cucharadas soperas de leche desnatada. Mezclar todo hasta que quede una crema, aplicarla en la cara limpia y dejarla hasta que la piel empiece a estirarse, añadir otra capa. Cuando esté seca, eliminarla con una toallita humedecida con agua tibia, o manopla, y después aclarar bien la cara. Esta crema no tiene conservación, si sobra algo puede

guardarse en la nevera un corto tiempo. Es conveniente, como norma general de prueba de alergia para todas las cremas, hacer una primera aplicación en el lóbulo de una oreja, y esperar unos 20 minutos por si hay reacciones adversas. Tintura de propóleos: Es una maceración de propóleos en alcohol, durante 7 – 15 días, que suele hacerse con un 10 % de propóleos y un 90 % de alcohol etílico de unos 70 º. Se debe hacer y conservar en frascos de cristal de color ámbar, para preservarla de la luz, que daña los componentes de los propóleos. Se utiliza directamente o como base para jarabes, tónicos, lociones... Directamente esta tintura es cicatrizante de llagas y heridas, anestésico local y antiinflamatorio, desinfectante, picaduras de insectos, heridas... Si es para uso interno es necesario que el alcohol que utilicemos puedan ingerir (alcohol de farmacia “de boca”, alcoholes de vino, orujo...). En heridas o quemaduras que afecten a una gran cantidad de piel es mejor no poner tintura (el alcohol deshidrata) y sustituirlo por una crema o ungüento graso. Tónico o loción cutánea de propóleos: Para 100 ml, por ejemplo, se prepara con 5 ml de la “tintura de propóleos” anterior (al 10 % en alcohol etílico de 70º), mezclándolos con 15 ml. De alcohol etílico de 70º y 80 ml de agua blanda (o infusión, filtrada, de manzanilla, de té…). Hay una reacción térmica y un enturbiamiento que son normales. Se ha de agitar enérgicamente hasta que todos los componentes estén mezclados, y volver a hacerlo antes de cada uso. Se trata de un tónico con alcohol por lo que no es recomendable para pieles secas, pero puede ser útil para pieles grasas. Mancha el cuello de las camisas: utilizar de noche o con ropa de color Limpia y desinfecta los poros, por lo que si se usa con constancia va muy bien para algunos tipos de acné. Es excelente para después del afeitado, sobre todo en pieles sensibles. Enjuague bucal de propóleos: Utilizando como base la misma “tintura de propóleos” anterior , añadiéndole anís estrellado (10%), canela (5%) y clavo (5%), y dejando macerar 15 días, se obtiene un elixir que, diluyéndolo con agua, sirve para enjuagues bucales. Jarabe de propóleos: Si mezclamos un 33 % de una “tintura de propóleos” bebible (hecha con alcohol de boca), con un 33 % de miel (preferentemente de castaño, que es más cicatrizante), y un 33 % de agua blanda, tendremos un jarabe para afecciones de garganta: afonía, irritación de cuerdas bocales por tabaquismo, profesionales (canto , profesores ...) personas de garganta sensible ... Los resultados son magníficos si se es constante y se hacen gárgaras durante un al menos un par de minutos dos veces al día, por la mañana y por la noche. Debe agitarse antes de cada uso. Si resulta fuerte, puede ponerse en un vaso y diluirse, en el momento de hacer las gárgaras, con un chorro de agua. Ungüento de propóleos y cera:

• Aceite de almendras 50% • Cera de abejas 40% • “Extracto blando” de propóleos 5% • Miel 5% Calentar, en un recipiente de fondo lo más redondeado posible, la cera al baño de maría y añadir el aceite de almendras. Vigilar que la temperatura no pase de 70º C pero alcanzando los 65º C para que funda la cera. El “extracto blando de propóleos” se consigue poniendo la “tintura de propóleos” del principio al baño de maría suave durante unas horas, para que evapore alcohol y se concentre. Puede prepararse fácilmente colocando la “tintura de propóleos” al baño de maría en una cafetera eléctrica de las que mantienen el café caliente, pero elevando un poco la cacerola del agua con tres trocitos de baldosa. Mezclar el “extracto blando de propóleos” con la miel hasta hacer una emulsión. Retirar la mezcla de cera fundida y aceite del fuego e ir enfriando, agitando, hasta que empieza a cambiar la textura, momento en el que añadiremos la mezcla de miel y “extracto blando” de propóleos. En este caso, al tener la fórmula más cera la preparación se espesa y endurece muy rápidamente; es conveniente mantenerla en el baño maría caliente, para poder deshacer los posibles grumos que puedan formarse. Verter en los envases definitivos cuando está todavía caliente y dejar enfriar allí (abierto). Si queda muy duro para su gusto hágalo con algo menos de cera. Puede cambiar el aceite de almendras por aceite de oliva, pero en ese caso se ha de variar la proporción de cera para dejarlo en una consistencia que sea de su agrado. El extracto de propóleos debe estar fluido, si está excesivamente pastoso disolver con un poco de alcohol. Mascarilla de jalea real: Como se ha comentado antes la jalea real mejor es la fresca. En la época de enjambrazón pueden recolectarse los excedentes de celdillas reales, retirar la larva y conservarlos en la nevera en un recipiente hermético de plástico. Para usarlos límpiense la cara con agua tibia y jabón o un tónico y, después de verificar en el lóbulo que no hay problemas de alergias, extiendan el contenido de una celdilla real sobre la cara, dejándola actuar durante unos 20 minutos; retirar con agua tibia y una toalla o manopla. Le dejará la cara nueva. También pueden preparar esta mascarilla con jalea real fresca comprada.

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