Animales de laboratorio y bienestar animal: Son estos conceptos compatibles?

46 CONTRIBUCIONES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS Animales de laboratorio y bienestar animal: ¿Son estos conceptos compatibles? María José Ubilla1, Esteba

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46 CONTRIBUCIONES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS

Animales de laboratorio y bienestar animal: ¿Son estos conceptos compatibles? María José Ubilla1, Esteban Poblete2 y Mariela Goich3

María José Ubilla [email protected] Universidad de Santiago de Chile

Resumen

     Este artículo es una revisión bibliográfica referida a las temáticas de bienestar animal y los animales de laboratorio, que analiza la posibilidad de compatibilidad entre el concepto de bienestar animal y el uso de animales de experimentación, remitiéndose a la información existente a la cual se tuvo acceso, que proviene, preferentemente, de Europa, América del Norte y algunos países latinoamericanos, incluido Chile. Palabras claves: experimentación animal, animales de laboratorio, bienestar animal

Abstract This article is a review about animal welfare and laboratory animals, and it analyzes whether the concept of animal welfare and the use of laboratory animals are compatible. It is based on the existing information found about the subject, coming from Europe, North of America and some Latin American countries, including Chile. Key words: animal experimentation, laboratory animals, animal welfare

1 Médico veterinario, MSc, PhD(c), Miembro del Comité de Etica, Universidad de Santiago de Chile. Académico, Centro de Investigación de Medicina Veterinaria, Escuela de Medicina Veterinaria, Facultad de Ecología y Recursos Naturales, Universidad Andrés Bello. 2 Médico Veterinario, Universidad Andrés Bello. 3 JMV, MSc, PhD(c), Hospital Clínico Veterinario Bilbao, Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, Universidad de Chile.

CONTRIBUCIONES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS

Introducción En la temática referida a la experimentación animal existen puntos de vista controversiales. Si bien es una práctica que se ha realizado desde los inicios de la humanidad, durante el siglo XX el uso de animales aumentó radicalmente, estimándose a inicios del siglo XXI, en unos 100 millones de animales cada año en el mundo (Kottow, 2006). ¿Será posible compatibilizar los conceptos de bienestar animal con el de animales de laboratorio?. Ésta es una interrogante que en los tiempos actuales tiende a responderse, por el vulgo, apoyando la causa abolicionista, considerándola éticamente incorrecta. Cuando se realiza una mayor reflexión al respecto, la respuesta ya no tiene una sola tendencia, pues existen verdades o argumentos en cada una de las posiciones planteadas, por lo tanto, es necesario realizar un análisis profundo, dejando de lado aspectos subjetivos, para obtener elementos objetivos en la respuesta a esta pregunta. En esta revisión, se irán acotando los conceptos de los términos mencionados, estableciendo relaciones entre ellos y planteando las miradas de diversos autores, con la finalidad de aclarar la interrogante planteada.

Definición de Animal de Laboratorio Una definición simple para animal de laboratorio sería: “cualquier animal destinado a ser utilizado en experimentos” (Giraldez y Martin, 2001). Al profundizar en el concepto se encuentra: “cualquier animal vertebrado producido o utilizado para estudios de investigación, evaluación toxicológica o educación” (National Research Council, 2011a). Sin embargo, al nombrar los vertebrados, se excluye un grupo importante de animales, que son los invertebrados. Esta omisión desvirtúa el concepto, por lo que sería más incluyente decir que un animal de laboratorio es “cualquier tipo de ser vivo, con independencia de su categoría filogenética, o taxonómica, utilizados en experimentación animal y otros fines científicos” (Giraldez y Martin, 2001).

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El animal de laboratorio es considerado un “reactivo biológico”, es decir, un “animal de experiencia, en función del tema de estudio, capaz de dar una respuesta fiable y reproducible, cuya pureza debe ser vigilada, controlada y contrastada lo mismo que otro reactivo (químico o físico)”, por lo tanto, es necesario escoger el modelo animal apropiado, emplear individuos homogéneos y evitar cualquier contaminación durante su utilización para reducir posibles errores en los resultados y asegurar la fiabilidad de la información recopilada (Giraldez y Martin, 2001). Idealmente, el modelo debe ser homólogo, es decir, que los signos y la evolución de la condición que se está estudiando en el animal sean idénticos a los de la especie original, aunque esto no es muy frecuente y se suelen utilizar modelos parciales, no capaces de imitar completamente el proceso, pero permiten el estudio de ciertos aspectos de la condición evaluada (Hau, 2003). Según los datos del año 2010 entregados por la Comisión Europea, el grupo animal mayormente utilizado en laboratorio está dado por roedores y lagomorfos (84%); seguido de reptiles, anfibios y peces (9%); y en tercer lugar las aves (6%). Al evaluar los objetivos con los que se utilizan estos animales, más del 60% estaban destinados a investigación y desarrollo de ciencias biológicas, cerca de un 9% a evaluaciones toxicológicas y otras evaluaciones de seguridad, y menos de un 2% con fines educativos. En el área de la investigación científica, el modelo animal permite entender los mecanismos fisiológicos normales de humanos y distintas especies animales, para así comprender la fisiopatogenia de las enfermedades (National Research Council, 2004), Para esto se utilizan principalmente 3 modelos animales (Hau, 2003): inducidos o experimentales (animales sanos a los que se les induce una condición o enfermedad); espontáneos o genéticos (animales con variantes genéticas o mutaciones espontáneas que dan cuenta de la condición a estudiar) y transgénicos (animales relacionados con ingeniería genética y manipulación de embriones).

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El uso de modelos animales para el estudio de enfermedades infecciosas en medicina humana es posible gracias a las relaciones existentes entre humanos, animales y agentes infecciosos, y los distintos grados de susceptibilidad frente a dichos agentes (National Research Council, 2004), así como patrones comunes debido a la semejanza entre la fisiología humana y animal, como la hemofilia y la diabetes (Buschard y Thon, 2003). En el campo de la Toxicología se utiliza un importante número de animales para evaluar seguridad y/o eficacia de diversas sustancias, de forma estandarizada para que los resultados sean fácilmente comparables (Meyer y Svendsen, 2003). Comprenden estudios de toxicidad aguda (principalmente dosis letal 50), corrosión/irritación de ojos y piel (test Draize), toxicidad por exposición repetitiva, carcinogénesis, toxicidad en la reproducción y el desarrollo, mutagénesis y neurotoxicidad; asociados a drogas de uso humano y animal, cosméticos, aditivos, colorantes, pesticidas y sustancias químicas, entre otros (Monary, 2009; Nuffield Council on Bioethics, 2005; Meyer y Svendsen, 2003). Los animales experimentales con propósito educativo están sometidos a vivisección y disección en colegios o instituciones, entrenamiento en procedimientos quirúrgicos en Medicina humana y veterinaria, junto a otros usos en pregrado y postgrado de diversas áreas asociadas a la Biología (Balcombe, 2000)4.

Bases Fisiológicas del Dolor y del Estrés En el laboratorio, los animales están propensos a sufrir dolor y/o estrés, debido al gran potencial que tienen los procedimientos experimentales de generar algún grado de sufrimiento en los animales utilizados, o simplemente por carecer de bioética y medidas apropiadas para lograr un adecuado bienestar animal (Carstens y Moberg, 2000). El dolor es el resultado de una cascada de efectos fisiológicos, inmunológicos, cognitivos y conductuales

(National Research Council, 2009) que pueden favorecer la aparición de errores experimentales (Carstens y Moberg, 2000). Esto en conjunto a las implicancias éticas que ello conlleva, son motivos suficientes para evaluar el bienestar animal y diseñar un buen plan de prevención y manejo del dolor (National Research Council, 2009). Sin embargo, constatar que un animal está sufriendo dolor o estrés puede resultar complejo. Hay situaciones obvias, pero existen otras en que la determinación de los parámetros es también motivo de investigación y discusión.

Dolor y Nocicepción Al trabajar con animales, se hace bajo la premisa que todos los vertebrados son capaces de experimentar el estado aversivo del dolor (National Research Council, 2009; Carstens y Moberg, 2000), que afecta la fisiología normal del animal y pone en riesgo su bienestar, diferenciando el concepto “nocicepción” de “dolor” (DeMarco y Pascoe, 2008). La nocicepción se define como la transducción, transmisión, modulación y percepción de un evento nocivo mediante receptores especializados llamados nociceptores, que son terminaciones nerviosas libres que se encuentran en piel, músculos, articulaciones y vísceras (Lamont et al., 2000). Esta información es transmitida a través de nervios periféricos aferentes hasta el asta dorsal de la médula espinal y continúa por tractos especializados como el tracto espinotalámico hasta estructuras superiores del sistema nervioso central para proveer detalles acerca de la naturaleza, intensidad, localización y duración del evento nocivo (Lamont et al., 2000). En mamíferos, el impulso nociceptivo alcanza núcleos cerebrales corticales y subcorticales, destacando el sistema reticular ascendente, del cual se generan proyecciones hacia el tálamo medial y el sistema límbico (Kaas, 2010). Estas últimas estructuras cerebrales están involucradas en la percepción del dolor, que se define como una ex-

1 En nuestro país la Ley de Protección Animal (20.380) prohíbe el uso de animales para actividades docentes en enseñanza básica y media. El artículo 10 del título IV (experimentos en animales vivos) indica que “No podrán realizarse experimentos en animales vivos en los niveles básico y medio de la enseñanza. Sin embargo, en las escuelas o liceos agrícolas, así como en la educación superior, los referidos experimentos sólo estarán permitidos cuando sean indispensables y no puedan ser reemplazados por la experiencia acumulada o métodos alternativos de aprendizaje para los fines de formación que se persigan. La autorización para efectuar tales experimentos deberá ser otorgada por el director de la escuela o liceo o por el decano de la facultad respectiva”..

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periencia subjetiva de carácter sensorial y emocional desagradable asociada a un daño o amenaza tisular. La nocicepción, junto con el dolor permiten que el organismo se prepare y reaccione fisiológica y conductualmente frente a la potencial injuria, para reducir o evitar lesiones (Carstens y Moberg, 2000). En individuos anestesiados o con daño medular, los estímulos nociceptivos no son capaces de alcanzar estas estructuras superiores, inhibiendo la respuesta emotiva asociada al dolor (National Reserach Council, 2009). Con esto se refuerza que una respuesta nociceptiva no implica necesariamente dolor, y que son conceptos diferentes. Los principales mediadores involucrados en la transmisión y procesamiento de señales del asta dorsal con los sistemas talamocorticales están dados por el neurotransmisor excitatorio glutamato asociado a receptores AMPA (ácido ɑ-amino-3-hidroxil-5-metil-4isoxazolepropionico) y NMDA (N-metil-d-aspartato), y los neurotransmisores inhibitorios GABA (ácido gamaamino-butírico) y glicina (DeMarco y Pascoe, 2008). Todo este sistema funciona como un centro de integración de la información nociceptiva, permitiendo que se gatillen múltiples respuestas fisiológicas y conductuales asociadas, como reflejos de retirada, percepción emotiva del dolor, aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión sanguínea, entre otros (Muriel y García, 2009), mediante la activación del sistema nervioso simpático y del eje hipotálamo-hipófisis-glándulas adrenales (HHA) (DeMarco y Pascoe, 2008). Debido a la activación del eje HHA y su consiguiente liberación de glucocorticoides y β-endorfinas, es que el dolor se considera inmunosupresor, reduciendo la inmunidad mediada por células y la proliferación linfocítica, junto con producción de citoquinas proinflamatorias. También se cree que el dolor tiene un papel importante en el desarrollo de tumores debido a la activación de este eje (DeMarco y Pascoe, 2008). El grado de aversión o incomodidad depende principalmente de la duración e intensidad del estímulo, además de factores psicológicos. Así, una incomodidad o dolor

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momentáneo es mejor tolerado por animales y humanos que uno persistente o crónico, especialmente si está asociado a una recompensa (Carstens y Moberg, 2000). Es por esto, que en animales de experimentación el esfuerzo va enfocado en reducir la duración y la intensidad de los estímulos dolorosos (National Research Council, 2009). Varios químicos liberados durante la respuesta inflamatoria inducida por daño tisular pueden aumentar el área de dolor e incrementar su intensidad, provocando sensibilidad periférica (DeMarco y Pascoe, 2008), debido a que los mediadores proinflamatorios disminuyen el umbral de activación de los nociceptores (Carstens y Moberg, 2000). Por otra parte, repetitivos estímulos dolorosos en la médula espinal (por cirugías, lesiones o enfermedad) pueden provocar hiperexcitabilidad de los nervios espinales, por disminución del umbral de los receptores del asta dorsal de la médula espinal, generando un estado persistente de dolor o sensibilización central, donde se requieren altas dosis de analgésicos para aliviar el dolor (Carvalho et al., 2007).

Estrés y Distress El estrés se define como la respuesta adaptativa de un individuo frente a un agente estresor, el cual puede corresponder a factores internos o eventos externos al animal, alterando su equilibrio conductual y fisiológico. No suele ser una amenaza para el bienestar, sin embargo, si el estresor se mantiene por mucho tiempo y/o es muy intenso, el individuo no es capaz de adaptarse y entra en un estado prepatológico o de “distress” que lo hace más susceptible a alteraciones fisiológicas y psicológicas. Es por ello que el sufrimiento está asociado al distress, como un estado emocional negativo debido a situaciones intensas y/o prolongadas de frustración, ansiedad, dolor, incomodidad o de falta de control sobre la situación que está generando el sufrimiento en el individuo (NHMRC, 2008; Baumans et al., 2007; Moberg, 2000). La respuesta de un individuo frente al estrés comienza a nivel de SNC, donde se percibe el estresor, encontrando 4 posibles tipos de respuesta biológica que le permitirán al organismo enfrentar dicha amenaza: conductual,

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autonómica, neuroendocrina e inmunológica. En la mayoría de los casos, la primera en manifestarse es la conductual, cuando el animal escapa del estresor, aunque en los animales de laboratorio esto no es siempre posible (Moberg, 2000). El segundo mecanismo de defensa es la respuesta autonómica, donde el animal es capaz de realizar ajustes fisiológicos según el estresor, e involucra el sistema cardiovascular, gastrointestinal, adrenal y de glándulas exocrinas, dando origen a signos como taquicardia, sudoración, aumento de presión sanguínea (NHMRC, 2008). El tercer mecanismo es el neuroendocrino, mediante la activación del eje HHA, que resulta en un aumento de glucocorticoides adrenales, cortisol y corticosterona, modulando la secreción de otras hormonas como la luteinizante (LH), folículo-estimulante (FSH) y tiroides-estimulante (TSH) (Matteri et al., 2000). La respuesta autonómica no tiene mayor impacto en el bienestar animal por ser de corta duración, a diferencia de lo que ocurre con la activación de este eje, que tiene una mayor duración y puede afectar prácticamente todas las funciones biológicas (inmunidad, reproducción, metabolismo y comportamiento) (Matteri et al., 2000). Si bien se pensó por mucho tiempo que el sistema inmune se veía afectado por la respuesta neuroendocrina, en realidad el sistema inmune juega un rol por sí mismo en la respuesta frente al estrés, considerándose como el cuarto mecanismo (Blecha, 2000). Al buscar indicadores generales de dolor, estrés y sufrimiento, hay que considerar que distintos estresores provocan diferentes tipos de respuestas, además de factores individuales involucrados como la experiencia, la genética, el estado fisiológico y la edad (Matteri, 2000).

El bienestar animal, las 5 libertades y el principio de las 3R’s El bienestar animal (BA) es un concepto difícil de delimitar. Al revisar diversas definiciones propuestas, todas comparten algunos elementos como: es un estado que abarca aspectos físicos y mentales del animal, como resultado de la interacción del animal con el ambiente y con su capacidad de adaptarse a éste, influenciado por

una gran variedad de factores que varían en el tiempo (FAWC, 2009; Phillips, 2007; NHMRC, 2008) puede enmarcarse funcionalmente con las 5 libertades establecidas en el Informe Brambell del año 1965, modificadas por el Farm Animal Welfare Council (FAWC) en el año 1979 y adaptadas por otros autores como Webster en el 2001 (FAWC, 2009; Phillips, 2007), resultando en: libertad de hambre y sed; libertad de incomodidad y dolor; libertad de lesión y enfermedad; libertad de miedo y angustia y libertad de expresar patrones de conducta esenciales para la especie. Junto a ellas, se pueden definir otros principios éticos que aseguran el bienestar de los animales de laboratorio como (Concepción et al., 2007): - posibilitar el mínimo de manipulaciones al animal e intervenciones en su entorno, evitando perturbarlo o provocarle reacciones de alerta o refugio; - ofrecer un entorno confortable y protegido en cuanto a agentes físicos, químicos y biológicos; - lograr la seguridad del confinamiento, evitando su escape o fuga, la penetración de otros animales, la exposición a daños y la ausencia de peligros; - que las áreas de alojamiento de los animales sean específicas para este propósito y respondan a los requerimientos establecidos para la actividad de que se trate; - contar con personal entrenado en el manejo y cuidado de animales de laboratorio y reconocimiento de dolor y sufrimiento y - lograr los objetivos del experimento o ensayo con el mínimo de variables de tiempo y de animales. Este último punto se relaciona con el concepto de las “3R’s” expuesto en 1954 por Charles Hume, y publicado por W. S. Russell y R.L. Burch en el libro “The Principles of Humane Experimental Technique”, en 1959 (Russell, 2005). Es un concepto internacional centrado en los animales de laboratorio que tiene como objetivo reducir el número de los animales utilizados y el sufrimiento de éstos (Rusche, 2003). Para lograrlo, se basan en los principios de Refinamiento, Reducción y Reemplazo (GómezLechón, 2009).

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El principio de Refinamiento implica disminuir al mínimo cualquier dolor o distress potencial en un protocolo donde es inevitable el uso de animales (Goldberg, 2004). Esto puede lograrse incorporando adiestramiento para que cooperen en ciertos procedimientos (Baumans et al., 2007), el uso de imagenología (Knudsen et al., 2011) y manteniendo a los animales bajo condiciones que permitan satisfacer sus necesidades fisiológicas y etológicas básicas (Rusche, 2003). El principio de Reducción se refiere a minimizar el uso de animales, permitiendo que los investigadores obtengan información equivalente de un menor número de animales o mayor información con la misma cantidad de individuos, sin afectar estadísticamente los resultados (National Research Council, 2009). Para ello debe realizarse un diseño experimental apropiado, determinar el tamaño muestral necesario y realizar un buen análisis estadístico de los datos (Goldberg, 2004; Festing, 2002). Finalmente, el principio de Reemplazo significa el desarrollo de métodos que eviten el uso de animales, que es a lo que apunta la Reducción (NHMRC, 2008). Las técnicas in vitro corresponden a alternativas vivas no-animales muy utilizadas en la actualidad, como son el uso de cultivos celulares para la producción de anticuerpos monoclonales, la producción de vacunas y experimentación de potencia de las mismas, así como ensayos para evaluar efectos citopatológicos de compuestos y virus. Otra alternativa es el uso de modelamiento computacional, que se trata de una de las elecciones más fieles al principio de reemplazo, ya que utiliza modelos animales representados en programas computacionales mediante el uso de fórmulas matemáticas que simulan los procesos que se quieran estudiar (Kottow, 2006). Se han sugerido otros principios además de las 3R’s, como los propuestos por el gobierno australiano, para promover el bienestar de animales usados con propósito científico (NHMRC, 2008): - Justificación: los proyectos que utilizan animales pueden realizarse sólo cuando el valor educativo o predictivo científico sea mayor que los potenciales efectos en el bienestar animal.

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- Responsabilidad: los investigadores que utilicen animales para propósitos científicos tienen la responsabilidad de velar por el bienestar de dichos animales, tratándolos con respeto y considerando su bienestar como un factor esencial del proyecto de investigación.

Enriquecimiento Ambiental Tanto la última de las 5 libertades como el principio de Refinamiento tienen directa relación con el enriquecimiento ambiental (EA) (Monamy, 2009; Goldberg, 2004), que se define como cualquier modificación en el ambiente de animales cautivos con el fin de proveerle estímulos y mejorar su bienestar físico y psicológico (Baumans, 2005). Animales privados de realizar conductas naturales específicas para su especie han mostrado signos de sufrimiento como alteraciones conductuales, estrés crónico y otras condiciones patológicas que pueden perturbar los resultados obtenidos en una investigación (Zúñiga y Manteca, 2001). El enriquecimiento a seleccionar debe ser específico para cada especie, considerando también características como raza, género, edad, estatus social, tipo de interacción del animal con su medio y variaciones individuales, por lo que los elementos y programas incorporados deberían estar comprobados y validados para tal fin (Baumans et al., 2006). Existen enriquecimientos sociales, físicos, sensoriales, nutricionales, ocupacionales y cognitivos. Los más utilizados en animales de laboratorio son (Baumans et al., 2007; Baumans, 2005): - Social: contacto del animal con otros individuos, sobretodo especies sociables. También enriquecimiento social sin contacto, donde se privilegia la comunicación olfativa, visual y auditiva entre individuos de forma intraespecífica y/o interespecífica, incluyendo al humano. - Ocupacional: incluir elementos para anidar, roer, esconderse o explorar (papeles, virutas autoclavables). - Físico: tubos, ruedas, cajas, iglús de preferencia elementos esterilizables.

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- Sensorial: incorporación de estímulos visuales, auditivos, olfatorios, táctiles y de gustación, como espejos, música, juguetes o ventanas. Ruidos de fondo durante el día, como una radio a 85dB mejoran la reproducción de algunos animales, ayudan a disminuir la excitabilidad de éstos frente a ruidos súbitos y generan un ambiente laboral más agradable para los funcionarios. - Nutricional: posibilidad de forrajeo, horarios de entrega o diferentes tipos de alimento y administración. La meta de su implementación es mejorar la calidad del ambiente de cautividad del animal para que tenga mayores posibilidades de actividad y de control del ambiente espacial y social, siendo indispensable que no genere riesgos para el animal, los humanos o el experimento al que será sometido el animal (Baumans, 2005). Por ejemplo, la disponibilidad de materiales apropiados para anidar para los ratones, o generar sitios adecuados para que los anfibios puedan disfrutar del calor, o proporcionar superficies en altura para el descanso en primates, perros, gatos y aves (Baumans et al., 2007). En general, el manejo adecuado de las variables ambientales como la temperatura, la humedad, la luz y el ruido pueden utilizarse para mejorar el bienestar (Monamy, 2009).

Límites en Estrés y Dolor Como parte del principio de Refinamiento, todo investigador tiene la responsabilidad moral, y legal en algunos países, de aliviar sufrimiento y dolor innecesario en los animales de experimentación (Monamy, 2009). El distress puede inducir cambios fisiológicos y psicológicos que afectarán al animal y comprometerán los resultados del experimento (Concepción et al., 2007). Algunas de las consecuencias negativas sobre los resultados obtenidos de animales con un bienestar deficiente son: mayor variabilidad de los datos, necesidad de aumentar el número de animales, imposibilidad de reproducir los datos obtenidos, disminuye la credibilidad de la información y adquisición de datos que son imposibles

de publicar (NHMRC, 2008). Cuando un procedimiento está provocando un daño o sufrimiento innecesario que atenta contra su bienestar, el experimento alcanza un “punto final” donde dicho sufrimiento se debe acabar o minimizar, debiéndose, aplicar criterios humanitarios o “humane endpoints” (Morton y Hau, 2011). Se pueden identificar 5 situaciones (Morton, 2005), cuando: - el animal ya no puede entregar más información científica útil, debido a que su fisiología se encuentra muy comprometida. - el animal ya no puede entregar más información científica útil, debido a que se encuentra psicológicamente perturbado. - el daño al que se le somete al animal es mayor que el beneficio obtenido, es decir, cuando el sufrimiento infligido es más alto de lo previsto y se pierde la proporcionalidad entre costo/beneficio. - el nivel de sufrimiento es demasiado elevado, es decir, un daño y/o angustia severa. - altos niveles de sufrimiento están justificados, pero pueden predecirse a nivel pre-letal o pre-dolor. Un ejemplo de este criterio sustitutivo puede ser concluir una prueba de categorización de sustancias cuando se obtiene el primer positivo. En el Decreto sobre animales de 1986, se establece que cada procedimiento tiene un límite de severidad dentro de 4 rangos (suave, moderado, sustancial y severo), donde se prohíbe el dolor y sufrimiento severo (Morton, 2005) (Figura 1). Aunque estos rangos no están claramente definidos, se pueden establecer con los siguientes ejemplos (Gimpel, 2009): - Suaves: toma de muestras de sangre infrecuente o pequeña, una biopsia superficial, o procedimiento quirúrgico menor bajo anestesia. - Moderados: procedimiento quirúrgico con cuidado post-operatorio y analgésico, o prueba de toxicología con un criterio humanitario. - Sustanciales: cirugía mayor que cause sufrimiento post-operatorio, o prueba toxicológica con grado considerable de morbilidad o muerte como criterio humanitario.

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CALIDAD DE INVESTIGACIÓN

En el caso de ratones, por ejemplo existe una reciente investigación en la que se ha desarrollado la mouse grimace scale (“escala mueca ratón”), un sistema de códigos faciales estandarizados con precisión y fiabilidad, que permite reconocer expresiones faciales de dolor y que según sus autores podría dar una idea de la experiencia subjetiva del dolor en esta especie (Langford et al., 2010).

CANTIDAD DE SUFRIMIENTO ANIMAL Figura 1: Relación entre el sufrimiento animal durante la experimentación y la calidad del estudio, asociado a los 4 grados de severidad del procedimiento y al límite aceptado para estos parámetros (Modificado de Zúñiga y Manteca, 2001). Animal

Puntaje

Todos los elementos descritos anteriormente pueden recopilarse mediante tablas de observación clínica y de valoración, que permiten determinar cuán alterado se encuentra el animal, tanto física como psicológicamente, para así evaluar el grado de severidad de dicho procedimiento, teniendo especial importancia en los procedimientos donde no se han definido los efectos Fecha/hora

Fecha/hora

Fecha/hora

Fecha/hora

Apariencia Normal Falta de acicalamiento (pelo en mal estado) Pelo en mal estado y / o secreciones oculares nasales Ingesta de agua y alimento / pérdida de peso Normal Incierta: pérdida de peso < al 5% Baja en el consumo: pérdida de peso de 10 a 15% No hay consumo de alimento y agua Signos Clínicos Normal en temperatura, frecuencia respiratoria y cardíaca

0-4 Normal.

Cambios leves

5-9 Monitorear cuidadosamente, considerar analgésicos.

>

Tº ≥ 1º C; Frec card / resp 30% >

>

Tº ≥ 2º C; Frec card / resp 50%, o muy baja >

Comportamiento espontáneo Normal, esperado Cambios menores respecto a lo esperado Poca movilidad y bajo estado de alerta, aislado del resto Vocalizaciones, automutilación, muy inquieto o muy deprimido Comportamiento provocado (manipulación) Normal Leve depresión o respuesta exagerada Cambio moderado en la respuesta esperada Reacciona violentamente o es muy débil y pre-comatoso Ajuste de puntaje Si asigno “3” más de una vez, sume un punto extra por cada “3” Total

Figura 2: Propuesta de protocolo de supervisión diaria de animales de experimentación, en base a una planilla de valoración (Modificado de Gimpel, 2009).

10-14 Sufrimiento, proporcionar alivio, observar regularmente, buscar segunda opinión de cuidador o veterinario a cargo. Considerar eutanasia. 15-20 Dolor severo. Eutanasia. Protocolo necesita ser re-evaluado.

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que pueden producirse (Morton, 2005) (Figura 2). Se recomienda el uso de tablas de valoración, privilegiando las binaria por sobre las numéricas, ya que las primeras entregan una información más objetiva (National Research Council, 2011a; National Research Council, 2009; Carstens y Moberg, 2000).

Conclusión El BA ha cobrado importancia con el tiempo, en parte, debido a que la cantidad de experimentaciones han aumentado, y, en la sociedad ha disminuido el grado de tolerancia al maltrato animal. Por otra parte, el manejo adecuado de los animales permite mayor control y credibilidad de los datos obtenidos. Para asegurar el bienestar en el laboratorio es imprescindible que el personal a cargo esté bien entrenado para reconocer y aliviar dolor y sufrimiento innecesario, debiendo estandarizarlos para evitar cualquier subjetividad de estos elementos a la hora de evaluarlos. Se debe tener en consideración que el sufrimiento puede deberse a estados intensos y/o prolongados de frustración, ansiedad, dolor, incomodidad o a la falta de control del animal sobre la situación que está generando el sufrimiento. Por tanto, éstos son puntos críticos a evaluar para alcanzar un adecuado bienestar en los animales sometidos a experimentación, siendo justamente puntos involucrados en los principios de las 3R’s y las 5 libertades. Aunque las alternativas al uso de animales de experimentación son una medida que efectivamente logra reducir el número de animales utilizados, muchas veces éstos no son capaces de entregar tanta información como los organismos vivos, puesto que simplifican estructuras y relaciones mucho más complejas, tomando como ejemplo lo que ocurre con los modelos in vitro (Gómez-Lechón, 2009). Es por esto que es difícil, por no decir imposible, que alguna vez se logre reemplazar por completo a los animales de experimentación, pero sí se puede reducir considerablemente su número y el daño provocado a éstos. Otra problemática que acompaña a la

implementación de métodos alternativos es su factibilidad, porque implica invertir una cantidad importante de tiempo y recursos, sin asegurar un resultado. Diversas organizaciones están a cargo de evaluar alternativas al uso de animales de experimentación y generar el proceso de validación de ellas, como el Centro Europeo para la Validación de Métodos Alternativos (ECVAM), la Asociación para la Evaluación y Acreditación del Cuidado de Animales de Laboratorio (AAALAC) y Comité Organizador de Interagencias para la Validación de Métodos Alternativos (ICCVAM), éstos últimos de Estados Unidos (National Research Council, 2011b; Gómez-Lechón, 2009; Rusche, 2003). El LabCyte EPI-MODEL es un modelo epidérmico humano japonés, que luego de 7 años de investigación fue validado como una alternativa a un procedimiento que provoca rechazo a nivel mundial, como es el test de Draize (Katoh et al., 2009). En Chile, han existido intentos de incorporación legal del bienestar animal en laboratorio, siendo el primero en 1962 y el otro en 1980, ambos infructuosos. Sin embargo, una tercera iniciativa, en 1995, dio fruto el 3 de octubre del 2009, cuando se tramita, promulga y publica la Ley de Protección de Animales N° 20.380, que complementa la figura penal de maltrato animal del año 1989 (Gobierno de Chile, 2009; Sotomayor, 2009). Esta ley obliga a darles a los animales un trato adecuado y responsable, evitándoles sufrimiento innecesario. Respecto a la experimentación con animales vivos, se define que sólo puede realizarse por personal calificado, es decir, con estudios en áreas veterinarias, médicas o ciencias afines, en instituciones reconocidas o certificadas por el Estado; que debe utilizarse anestesia en intervenciones quirúrgicas con el fin de evitar sufrimiento innecesario; que las instalaciones deben ser las idóneas para las respectivas especies utilizadas; se prohíbe realizar experimentación animal en la enseñanza básica y media, sin embargo, en escuelas y liceos agrícolas, así como educación superior sí es permitido cuando es indispensable su utilización y no puede ser reemplazado por otro método de aprendizaje; y siempre que se realicen estos experimentos, deben ser sometidos al Comité de Bioética

CONTRIBUCIONES CIENTÍFICAS Y TECNOLÓGICAS

Animal (Sotomayor, 2009). Si bien esta ley es un aporte para el bienestar animal en Chile, es sólo el primer paso dentro del largo camino que aún queda por recorrer. Frente a todo lo expuesto, consideramos que los conceptos de BA y de animal de laboratorio pueden ser compatibles, gracias al uso racional y justificado de los animales, refinando las técnicas empleadas y respetando las normativas y leyes nacionales e internacionales. En este último punto, es necesario que se regule de manera más estricta el uso de animales de experimentación a nivel nacional, pero con miras a una estandarización internacional. Al existir acuerdos internacionales respecto a las leyes que rigen la experimentación con animales, se evitaría la migración de estudios hacia países menos regulados que atentan contra el bienestar animal. También es importante continuar con el desarrollo de métodos alternativos a los procedimientos dolorosos, incorporando los principios de refinamiento, reducción y reemplazo, así como mayor implementación de los que ya existen. Todas estas proyecciones y propuestas deben ir acompañadas necesariamente de un cambio de mentalidad para alcanzar con éxito su objetivo, enfocado no sólo al público en general, sino más bien a los científicos y la gente que está trabajando con animales de experimentación. Tanto la experimentación como el bienestar son temas que han ido evolucionando con la humanidad y que aún queda mucho por hacer. Lo principal es que sigan creciendo armoniosamente, y logrando su compatibilidad. Quizás lo más importante respecto a este tema puede resumirse en la siguiente oración: “El respeto hacia los animales no es incompatible con el respeto hacia los seres humanos. Ambos forman parte de un único y más amplio “respeto hacia todo y hacia todos”. Claro está que respetar no es no tocar: es valorar, comprender y estimar lo que se toca; y, sobre todo, hacerse responsable de todo lo que se toca” (Concepción et al., 2007).

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