AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA

AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA Elementos rituales para la celebración de la Misa tomados de la Bula Misericodie Vultus 1. Saludo inicial presidencial 2

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AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA Elementos rituales para la celebración de la Misa tomados de la Bula Misericodie Vultus

1. Saludo inicial presidencial 2. Rito penitencial

3. Oración de los fieles

Año de la Misericordia

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Año de la Misericordia

I.

SALUDOS INICIALES PRESIDENCIALES

1. Que la Gracia de Jesucristo, el rostro de la Misericordia del Padre, esté con ustedes. 2. Que el Amor de Dios Padre, rico en Misericordia, esté con ustedes. 3. Que el consuelo del Dios compasivo, misericordioso y lento a la ira, esté con ustedes. 4. Que el consuelo del Dios compasivo y misericordioso, rico en amor y fidelidad, esté con ustedes. 5. Que la Gracia de Jesús de Nazaret, que con su palabra, sus gestos y toda su persona nos   revela la Misericordia de Dios, esté con ustedes. 6. Que la Misericordia de Dios, fuente de alegría, de serenidad y de paz, esté con ustedes. 7. Que la Misericordia de Dios, renueve en esta celebración nuestra esperanza de ser amados a pesar del límite de nuestro pecado, y esté con ustedes. 8. Hermanos: mantengamos la mirada fija en la Misericordia de Dios, para poder ser también nosotros misericordiosos.Y que Su Paz este con ustedes. 9. Hermanos: estamos viviendo el Jubileo de la Misericordia, como un tiempo propicio para que se haga más fuerte y eficaz nuestro testimonio de creyentes. Que la Paz de Dios esté con ustedes. 10. Hermanos, les deseo que el Dios que consuela, que perdona y ofrece esperanza, esté con todos ustedes. 11. Hermanos: en este Año de la Misericordia, les deseo que la confianza de sabernos acompañados por la fuerza del Señor Resucitado, sosteniendo nuestra peregrinación, esté con ustedes. Pág.

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12. Hermanos: que el Espíritu Santo siga conduciendo los pasos de los creyentes en la obra de salvación realizada por Cristo. Y que la Misericordia del Padre esté con ustedes. 13. Hermanos: que la Gracia del Espíritu Santo sea nuestra guía y apoyo para ayudarnos a contemplar el rostro de la Misericordia de Dios. Y su Paz esté con ustedes. 14. Hermanos, tengamos sentimientos de gratitud hacia la Santísima Trinidad por concedernos este tiempo de extraordinaria Gracia. Y que la paz de Dios esté con ustedes. 15. Hermanos, que en este Año de Gracia, se difunda la Misericordia de Dios como rocío de la mañana para construir una historia fecunda, con el compromiso de todos los hombres. Y que su Paz esté con ustedes. 16. Que el bálsamo de la Misericordia, como signo del Reino de Dios presente en medio nuestro, llegue a todos ustedes. 17. Que en esta celebración queden impregnados de la Misericordia de Dios, para ir al encuentro de cada persona llevando la bondad y la ternura de Dios. La Paz esté con ustedes. 18. Que el Dios Paciente y Misericordioso esté con ustedes. 19. Que el Dios Misericordioso, en quien su bondad prevalece por encima del castigo y la destrucción, esté con ustedes. 20. Que el Dios Misericordioso, lleno de ternura y compasión, esté con ustedes. 21. Que el Dios Misericordioso, lleno de indulgencia y de perdón, esté con ustedes. 22. Que el Buen Dios, cuya Misericordia es eterna, esté con ustedes. 23. Hermanos: por toda la eternidad, los hombres estaremos siempre bajo la mirada Misericordiosa de Dios Padre. Que su Paz esté con ustedes. 24. Que la Gracia de Dios Padre, que jamás se da por vencido hasta tanto no disuelva el pecado con la compasión y la misericordia, esté con ustedes. Pág.

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25. La Misericordia de Dios, que desea nuestro bien y quiere vernos felices, esté con ustedes. 26. Les deseo que el amor Misericordioso de Dios, revelado en el mismo misterio de Cristo, esté con ustedes. 27. Que el Dios de la Misericordia, que nos da todo de sí mismo, siempre y gratuitamente, esté con ustedes. 28. Que el Dios Misericordioso, que viene a salvarnos de la condición de debilidad en la que vivimos, esté con ustedes. 29. Que la Gracia de Jesús crucificado, el Hijo amado del Padre Misericordioso, esté con ustedes. 30. Les deseo que la Misericordia de Dios, su atributo más estupendo como Creador y Redentor, esté con ustedes. 31. Les deseo que el Buen Dios, que perdona el pecado, que no mantiene para siempre su cólera, pues ama la Misericordia, esté con ustedes. 32. El Señor Misericordioso, que se compadece y tiene piedad de su pueblo, esté con ustedes. 33. El Dios Misericordioso, que destruye nuestras culpas y arroja en el fondo del mar todos nuestros pecados, esté con ustedes. 34. Que la Gracia de Dios, para quien es más fácil contener su ira que la Misericordia, esté con ustedes. II.

INVITACIONES PARA EL RITO PENITENCIAL

1. Recurramos al Padre Misericordioso que siempre recibe a cuantos están en busca de su perdón 2. Abrimos el corazón a Dios que combate el pecado pero nunca rechaza al pecador. 3. Delante del Dios Misericordioso, pidamos perdón. Pág.

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4. Bebamos el perdón de Dios, que es Oasis de Misericordia. 5. Pidamos perdón al Dios Misericordioso, que destruye nuestras culpas y arroja en el fondo del mar todos nuestros pecados. 6. Recurramos al Dios de Misericordia, para que recibiendo su perdón, nos capacite para ser misericordiosos con nuestros hermanos. 7. Nos dejamos abrazar por la Misericordia de Dios para el perdón de nuestros pecados. 8. Pidamos que Dios nos libere de la opresión de nuestros pecados con su perdón misericordioso. 9. Con un corazón arrepentido, experimentemos en carne propia la grandeza de la Misericordia divina, pidiendo perdón. 10. Recuperemos la paz interior, experimentando el perdón Misericordioso de nuestro Dios. 11. Pidamos perdón por las heridas que sellan la carne de muchos que no tiene voz, porque su grito se ha silenciado a causa de nuestra indiferencia. 12. Pidamos perdón por las heridas de muchos hermanos que no hemos curado con el óleo del consuelo. 13. Pidamos perdón por los hermanos que se hallan privados de su dignidad humana. 14. Pidamos perdón porque muchas veces no queremos escuchar el grito de auxilio de los hermanos que se hallan privados de su dignidad humana. 15. Pidamos perdón porque -muchas veces- nuestra conciencia está aletargada ante el drama de la pobreza. 16. Pidamos perdón porque en nuestras comunidades cristianas muchos hombres no encuentran un oasis de misericordia.

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17. Pidamos perdón porque como Iglesia, muchas veces no vivimos ni testimoniamos la Misericordia. 18. Pidamos perdón, porque como Iglesia, con nuestro lenguaje y nuestros gestos no transmitimos Misericordia. 19. Pidamos perdón porque muchas veces no vivimos las obras de misericordia corporales. 20. Pidamos perdón porque muchas veces no vivimos las obras de misericordia espirituales. 21. Pedimos perdón por las veces que no dimos de comer al hambriento ni beber al sediento. 22. Pedimos perdón por las veces que no recibimos al extraño ni visitamos a los enfermos. 23. Pedimos perdón por las veces que no visitamos a los que están presos. 24. Pedimos perdón por las veces que no dimos consejo al que lo necesita. 25. Pedimos perdón por las veces que no enseñamos al que no sabe. 26. Pedimos perdón por las veces que no consolamos al que estaba triste. 27. Pedimos perdón por las veces que no corregimos al que se equivoca. 28. Pedimos perdón por las veces que no perdonamos a los que nos han ofendido. 29. Pedimos perdón por las veces que no soportamos con paciencia las personas molestas. 30. Pidamos perdón cuando no nos acercamos a quien está solo y afligido. 31. Pidamos perdón por las veces que fuimos violentos o vengativos. Pág.

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32. Pedimos perdón por las veces que no llevamos una palabra y un gesto de consuelo a los más pobres. 33. Pedimos perdón por las veces que no anunciamos la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna. 34. Pidamos perdón en nombre de los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, para que puedan cambiar de vida, confiados en el perdón Misericordioso de Dios. 35. Pidamos perdón al Dios Misericordioso, por todas las personas promotoras o cómplices de corrupción. 36. Volvamos nuestro corazón a Jesús que busca a los pecadores para ofrecerles el perdón y su Misericordia. 37. Pidamos el perdón de Dios, que sea liberación de quienes estamos oprimidos por la esclavitud del pecado y sus consecuencias. 38. Recurrimos nuevamente a la justicia de Dios, que por su Misericordia se hace perdón. 39. Pidamos con humildad perdón a Dios, que por su Misericordia siempre ofrece al pecador la posibilidad de examinarse, convertirse y creer. 40. Nos abrimos al Dios Bueno que va más allá de la justicia con Su misericordia y el perdón. 41. Recurramos a la justicia de Dios, que es Su Misericordia, concedida a todos como gracia en razón de la muerte y resurrección de Jesucristo. 42. Mirando la Cruz de Cristo, donde Dios realiza el juicio sobre todos nosotros y sobre el mundo, y donde nos ofrece la certeza de Su Amor y perdón..  43. El perdón de Dios por nuestros pecados no conoce límites. Confiados en su Misericordia, pedimos perdón. Pág.

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44. En la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios hace evidente Su amor que es capaz incluso de destruir el pecado de los hombres. 45. Nos dejamos reconciliar con Dios por medio del misterio pascual y de la mediación de la Iglesia. 46. Dios está constantemente disponible al perdón y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada. 47. Todos nosotros, sabemos que estamos llamados a la perfección, pero sentimos fuerte el peso del mal. Recurramos a la Misericordia de Dios, que es más fuerte que nuestros pecados. 48. Volvamos nuestro corazón a la Indulgencia de Dios Padre, que a través de la Iglesia alcanza al pecador arrepentido. 49. Pidamos el perdón de Dios que con su Misericordia nos ayuda a crecer en el amor más que a recaer en el pecado. 50. Vivamos el perdón en este Año Santo, acercándonos a la Misericordia del Padre con la certeza de que su perdón se extiende sobre toda nuestra vida de creyentes. 51. Dios nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir que nos ama y quiere compartir su vida con nosotros los pecadores. Pidamos humildemente perdón. 52. Desde el corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y corre sin parar el gran río de Su Misericordia. Pidamos perdón y dejemos que ese río arrastre nuestros pecados. Para misas de la Virgen 1. La dulzura de la mirada de la Virgen nos acompañe en este Año Santo, para que podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios, recibiendo su perdón. 2. Al pie de la cruz, María junto con Juan, el discípulo del amor, es testigo de las palabras de perdón que salen de la boca de Jesús. Invoquemos llenos de confianza la Misericordia de Dios por nuestros pecados. Pág.

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3. Al pie de la Cruz, el perdón supremo ofrecido a quien lo ha crucificado nos muestra hasta dónde puede llegar la Misericordia de Dios. Con esta confianza pedimos perdón. 4. Al pie de la Cruz, María atestigua que la Misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin excluir ninguno. III.

TROPOS RITO PENITENCIAL

Tú, fuente inagotable de Misericordia. Tú, cuya Misericordia no tiene fin. Tú, misterio insondable de Misericordia. Jesucristo, hermoso rostro de la Misericordia del Padre. Enviado del Padre misericordioso y nacido de la Virgen María. Revelador definitivo del Amor Misericordioso del Padre. Jesús de Nazaret que con Tu palabra, revelas la Misericordia de Dios. Jesús de Nazaret que conTus gestos, revelas la Misericordia de Dios. Jesús de Nazaret que con toda Tu Persona,  revelas la Misericordia de Dios.  Tú, fuente de alegría, de serenidad y de paz. Tú, que después del pecado de Adán y Eva, no quisiste dejar la humanidad en soledad y a merced del mal. Tú, que ante la gravedad del pecado, respondes con la plenitud del perdón. Pág. 10

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Tú, que dejaste en la Iglesia la responsabilidad de ser en el mundo signo vivo del amor del Padre.  Tú quisiste que tu Esposa la Iglesia, prefiera usar la medicina de la misericordia y no las armas de la severidad. Tú que quisiste que tu Iglesia Católica, se mostrase madre amable de todos, benigna, paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella. Tú, cuya Misericordia siempre será más grande que cualquier pecado. Tú, cuya Misericordia es eterna. Tú, a quien nadie podrá poner un límite al Amor que perdona. Tú, que nos llamas a vivir una nueva etapa en la evangelización de siempre. Tú, que nos invitas a un nuevo compromiso para testimoniar con mayor entusiasmo la propia fe. Tú, que nos recuerdas la responsabilidad de ser en el mundo un signo vivo del amor del Padre. Tú, el Dios Misericordioso, en quien la bondad prevalece por encima del castigo. Tú, el Dios Misericordioso que perdona todas nuestras culpas. Tú, el Dios Misericordioso que cura todas nuestras dolencias. Tú, el Dios Misericordioso que rescata nuestra vida del sepulcro. Tú, el Dios Misericordioso que nos corona de gracia y misericordia. Tú, el Dios Misericordioso que se conmueve en lo más profundo de sus entrañas por el pecador que se arrepiente. Pág. 11

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Cristo Jesús, Puerta de la Misericordia,  Cristo, a través de quien -cualquiera que entre- podrá experimentar el amor de Dios que consuela, perdona y ofrece esperanza.  Cristo, ante quien los hombres estarán siempre bajo la mirada misericordiosa del Padre. Tú, que en la Pasión rezaste con el Salmo de la Misericordia. Tú, que viviste la Pasión y Muerte, a la luz de la Misericordia de tu Padre. Tú, en cuya Vida, todo nos habla de Misericordia. Tú que deseas en la Iglesia, para las personas, sólo invitación, respeto y amor. Tú, que usas de Misericordia y así manifiestas así Tu poder. Tú, cuya mirada al pecador, está cargada de Misericordia. Tú, cuya Misericordia se muestra como la fuerza que vence nuestro pecado. Tú, cuya Misericordia llena de amor nuestro corazón arrepentido. Tú, cuya Misericordia nos consuela con el perdón. Tú, que en toda circunstancia te movía la Misericordia. Tú, que al perdonarnos, nos confías la Misión de anunciar la Misericordia con que Dios obra con nosotros. Tú, que superas el rechazo del pecador con la compasión y la Misericordia.

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Tú, que jamás te das por vencido hasta que disuelves el pecado con la Misericordia. Tú, el Dios de la alegría, sobre todo cuando nos perdonas. Tú, que nos llamas a vivir con misericordia, porque siempre nos trataste con Misericordia. Tú, que invitas hoy a la Iglesia a volver a hacerse cargo con Misericordia de las debilidades de sus hermanos. Tú, que quieres una Iglesia creíble, porque vive y testimonia la Misericordia. Tú, que deseas una Iglesia que en su lenguaje y en sus gestos transmita Tu Misericordia. Tú, que invitas a la Iglesia a transmitir Misericordia, para que los hombres reencuentren el camino de vuelta al Padre. Tú, que –a través nuestro- deseas anunciar y testimoniar la misericordia de Dios en el mundo contemporáneo. Tú, que nos dices: Felices los misericordiosos porque encontrarán Misericordia. Tú, cuyo perdón misericordioso nos resucita a una vida nueva. Tú, cuyo perdón misericordioso nos infunde el valor para mirar el futuro con esperanza. Tú, que lleno de Misericordia sales a encontrar a todos, sin excluir a ninguno. Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento existen en el mundo de hoy. TÚ, QUE LLAMAS A TU IGLESIA A CUBRIRLAS CON LAS VENDAS DE LA MISERICORDIA. Pág. 13

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Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz porque su grito se ha silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos ricos. TÚ, QUE LLAMAS A LA IGLESIA A CURAR ESTAS HERIDAS CON EL ÓLEO DEL CONSUELO. Cuántos hermanos se hallan privados de la dignidad humana. TÚ, QUE NOS LLAMAS A ESCUCHAR SUS GRITOS DE AUXILIO. IV.

INTENCIONES PARA LA ORACIÓN DE LOS FIELES

A. Respuestas

1. Que seamos Misericordiosos como Dios Padre 2. Por tu misericordia, escúchanos. 3. Felices los misericordiosos. 4. Padre, rico en misericordia, escúchanos. 5. Dios compasivo y misericordioso, ten piedad de nosotros 6. Muéstranos tu misericordia, Señor. 7. Señor, dependemos de tu misericordia. 8. Contamos con tu gran misericordia. 9. Abre las puertas de tu misericordia. 10. Con tu poder misericordioso, concédenos lo que te pedimos. 11. En este tiempo de gracia, escúchanos. 12. En este año santo, escúchanos con misericordia. 13. Señor: lo esperamos de tu misericordia. 14. Padre misericordioso, escucha nuestra oración. 15. Dios de misericordia, escucha la oración de tu pueblo. Pág. 14

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16. Por tu amor compasivo, escúchanos. 17. Confiados en tu misericordia, te lo pedimos Señor. 18. Padre de las misericordias: óyenos. B. Moniciones introductorias

1. Pidamos confiados en la intercesión de Jesucristo, el rostro Misericordioso del Padre. 2. Supliquemos a Dios Padre, rico en Misericordia, que escuche nuestras necesidades. 3. Pidamos al Dios compasivo y misericordioso, rico en amor y fidelidad, que escuche a su pueblo. 4. Con la segura esperanza de ser escuchados por nuestro Dios Misericordioso, pidamos por nuestras necesidades. 5. Con los ojos de la Fe, fijos en nuestro Padre Misericordioso, supliquemos juntos. 6. Con la gracia del Espíritu Santo que inspira nuestra oración, pidamos llenos de confianza. 7. Pidamos al Dios Paciente y Misericordioso, todo lo que necesitamos. 8. Supliquemos al Dios Misericordioso, lleno de ternura y compasión, pidiendo lo que precisamos. 9. Sabiendo que los hombres estamos siempre bajo la mirada misericordiosa de Dios, nos atrevemos a pedir. 10. Invoquemos la Misericordia de Dios, que desea nuestro bien y quiere vernos felices, presentándole algunas de nuestras necesidades. 11. Al Dios de la Misericordia, que nos da todo de sí mismo, siempre y gratuitamente, le pedimos con confianza. Pág. 15

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C. Intenciones

Por la iglesia

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1. Para que la Iglesia vuelva a hacerse cargo con Misericordia de las debilidades de los hombres. Oremos. 2. Para que como Iglesia, vivamos y testimoniemos la Misericordia con todos. Oremos. 3. Para que como Iglesia, en nuestro lenguaje y gestos, trasmitamos Misericordia. Oremos. 4. Pidamos ser misericordioso como nuestro Padre Dios es Misericordioso. Oremos. 5. Para que en la Iglesia, todos anunciemos la Misericordia de Dios, corazón palpitante del Evangelio. Oremos. 6. Para que la Iglesia, Esposa de Cristo haga suya el comportamiento misericordioso de Cristo, que sale a encontrar a todos, sin excluir a nadie. Oremos. 7. Para que en nuestras parroquias, comunidades, asociaciones y movimientos, y dondequiera que haya cristianos, los hombres puedan encontrar un oasis de misericordia. Oremos. 8. Para que nuestras parroquias, sean un oasis de Misericordia. Oremos. 9. Pidamos para que toda la Iglesia, sienta la urgencia de anunciar la Misericordia de Dios a nuestro mundo. Oremos. 10. Para que en este Año jubilar toda la iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte como palabra de perdón. Oremos.

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11. Para que en este Año jubilar toda la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena fuerte como palabra de soporte, de ayuda, de amor. Oremos. 12. Para que nuestra Iglesia, nunca se canse de ofrecer Misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. Oremos. 13. Para que la Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: “Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos”. Oremos. -

Por nosotros

1. Para que vivamos felices siendo misericordiosos. Oremos. 2. Para que vivamos alegres y confiados, dependiendo de la Misericordia de Dios. Oremos. 3. Para que nunca dudemos del corazón Misericordioso de Dios. Oremos. 4. Para que mantengamos fija la mirada en el Rostro Misericordioso de Dios. Oremos. 5. Para que transmitiendo con nuestros gestos una gran Misericordia, muchos hombres reencuentren el camino de regreso al Padre. Oremos. 6. Para que a través nuestro, anunciemos y testimoniemos la Misericordia de Dios en el mundo. Oremos. 7. Para que el anuncio de la Misericordia de Dios, alcance la mente y el corazón de toda persona. Oremos. 8. Para que escuchar con renovada Fe, la Palabra de Dios, nos haga capaces de Misericordia. Oremos. 9. Para que durante este Año Santo hagamos nuestra peregrinación Pág. 17

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para alcanzar la preciada meta de la Misericordia. Oremos. 10. Para que atravesando la Puerta Santa nos dejemos abrazar por la Misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros.  Oremos. 11. Para que este Año Santo alcancemos la Misericordia, no juzgando ni condenando, perdonando y dándonos a los demás. Oremos. Por los pobres y necesitados

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1. Para que en este Año Santo, podamos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven en las más contradictorias periferias existenciales. Oremos. 2. Para que todo el pueblo cristiano reflexione y practique durante el Jubileo las  obras de misericordia corporales y espirituales. Oremos. 3. Pidamos en este Año de Gracia, entrar todavía más en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la Misericordia divina. Oremos. 4. Para que redescubramos las obras de misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, amparar al forastero, asistir a los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los muertos. Oremos. 5. Pidamos no olvidar las obras de  misericordia espirituales: dar consejo al que lo necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por los difuntos.  Oremos. 6. Para que sepamos dar de comer al hambriento y de beber al sediento. 7. Pidamos saber recibir al extranjero y vestir al desnudo. Oremos. Pág. 18

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8. Para que dediquemos nuestro tiempo para acompañar al que está enfermo o prisionero. Oremos. 9. Para que seamos capaces de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza. Oremos. 10. Para que nos hagamos cercanos a quien está solo y afligido. Oremos. 11. Pidamos la gracia -en este Año de la Misericordia- de perdonar a quien nos ofendió y rechazar cualquier forma de rencor o de violencia. Oremos. 12. Para que este Año de Gracia aumente nuestra paciencia, siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros. Oremos. 13. Para que recordemos cada día que -en el ocaso de nuestras vidasseremos juzgados en el amor. Oremos. 14. Para que descubramos la riqueza de este Año Santo de la Misericordia: llevar una palabra y un gesto de consuelo a los más pobres. Oremos. 15. Para que durante este Año Santo anunciemos la liberación a cuantos están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna. Oremos. 16. Para que durante este Año Santo trabajemos para restituir la vista a quien no puede ver más, porque se ha replegado sobre sí mismo. Oremos. 17. Para que este Año Santo nos acompañen las palabras del Apóstol: «El que practica misericordia, que lo haga con alegría». Oremos. 18. Para que la Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento fuerte para celebrar y experimentar la Misericordia de Dios. Oremos. 19. Para que en el Sacramento de la Reconciliación, sigamos experimentando en carne propia la grandeza de la Misericordia divina. Oremos. Pág. 19

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20. Para que el Sacramento de la Reconciliación, sea para los penitentes, fuente de verdadera paz interior. Oremos. 21. Para que en este Año Santo llegue la invitación a cambiar de vida a los que se encuentran lejos de la Gracia de Dios. Oremos. 22. Para que en este Año Santo llegue la invitación a cambiar de vida a los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal. Oremos. 23. Para que en este Año Santo, los que están lejos de Dios por su modo de vida, acepten cambiar de conducta en el nombre del Hijo de Dios. Oremos. 24. Para que en este Año Santo llegue la invitación a cambiar de vida a todas las personas promotoras o cómplices de corrupción. Oremos. 25. Pidamos prudencia, vigilancia, lealtad y transparencia para erradicar la corrupción, de la vida personal y social. Oremos. 26. Pidamos tener el coraje de la denuncia justa para erradicar la corrupción, de la vida personal y social. Oremos. 27. Para que cuantos han cometido crímenes, escuchen el llanto de las personas perjudicadas y dejando tocarse el corazón por Dios, cambien de vida. Oremos. 28. Pidamos para los discípulos de Jesús descubrir el primado de la Misericordia, compartiendo -como Él- la mesa con los pecadores. Oremos. 29. Que este Año Jubilar vivido en la Misericordia, pueda favorecer el encuentro con el Judaísmo, el islam y las otras nobles tradiciones religiosas. Oremos. 30. Que este Año Jubilar vivido en la Misericordia nos haga más abiertos al diálogo con las otras religiones, para conocerlas y comprendernos mejor. Oremos. 31. Pidamos que vivir este Año de Gracia en la Misericordia, elimine toda forma de cerrazón y desprecio de las otras nobles tradiciones religiosas. Oremos. Pág. 20

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32. Pidamos que vivir este Año de Gracia en la Misericordia, aleje cualquier forma de violencia y discriminación con las demás tradiciones religiosas. Oremos. 33. Para que este Año Santo extraordinario, aprendamos a vivir en la vida de cada día, la Misericordia que desde siempre el Padre nos dispensa. Oremos. 34. Para que en este Año Santo extraordinario nos dejemos sorprender por la Misericordia de Dios. Oremos. -

En las celebraciones de la Virgen María

1. Pidamos que la dulzura de la mirada de nuestra Madre de la Misericordia, nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios. Oremos. 2. Pidamos que nuestra Madre de la Misericordia, custodie en nuestro corazón, la divina Misericordia. Oremos. 3. Para que como la Virgen María, Madre de la Misericordia, sepamos entonar un canto de alabanza a la Misericordia de Dios, que se extiende de generación en generación. Oremos. 4. Pidamos a nuestra Madre de la Misericordia, que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el rostro de la Misericordia, su Hijo Jesús. Oremos. -

En las celebraciones de los santos y beatos

1. Que nuestra plegaria se extienda también a tantos Santos y Beatos: que intercedan por nosotros y nos obtengan vivir y caminar siempre en el perdón de Dios y en la inquebrantable confianza de su Amor. Oremos. Pág. 21

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AÑO SANTO DE LA MISERICORDIA Arzobispado de Buenos Aires

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