La Voz de la Afición Número 22 - Octubre de 2003 Boletín de la Asociación El Toro de Madrid, inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones con el n.º 160852 Sede Social provisional: Casa de Ceuta, c/ Londres, 43 - 28028 Madrid. Tirada: 5.000 ejemplares de distribución gratuita
“ISLEÑO”, con 464 Kg. de Isaias y Tulio Vázquez, posiblemente el mejor toro de la temporada en las Ventas, llegó en agosto. ¿Tiene algo que ver el peso con el trapio? ¿A quién quieren engañar?
SUMARIO Editorial
1-2
Carta a Toresma 2
3-4
CRONICAS DE LAS CORRIDAS -Miniferia de la Comunidad
5a8
-Feria de San Isidro
8 a 26
-Después de San Isidro 2003
27-28
“Felino” e “Isleño”, los toros del verano
29
Mañana de toros
29
Gracias, pero no
30
En defensa de la defenestrada casta de toros “Jijonés”
31
Retirarse a tiempo
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EDITORIAL
LA TEMPORADA...NEFASTA, LA REVOLUCIÓN...PENDIENTE
A
punto de finalizar la nefasta temporada taurina española del 2003, una de las peores -si no la peor- de toda la historia del toreo, especialmente reflejada en nuestra plaza de Las Ventas, espejo de las demás, bueno es que, ahora que tendremos tiempo en el invierno para meditar, vayamos reflexionando hacia dónde están llevando a la fiesta nacional todos aquéllos que se benefician de una u otra forma y lo que podemos hacer en el futuro los que la pagamos, la mantenemos y la amamos por encima de todo, a veces incluso más que los que viven de ella, ya que nuestro amor es más puro y desinteresado. Pero intentemos pormenorizar por qué afirmamos que ha sido posiblemente la peor temporada de la historia. En primer lugar el toro de lidia, que debería ser lo más importante para dar autenticidad al toreo, prácticamente ya ni existe. O si existe no lo vemos casi nunca. A los taurinos, es decir a todos aquellos que viven directamente de la fiesta (léase toreros, apoderados, empresarios e incluso ganaderos, que deberían tener a gala criar un producto -la materia prima- con unos mínimos de verdad) no les interesa el toro auténtico ya que podría causar una reducción de ganancias por paros forzosos ¿Qué hacer entonces? Pues está claro, "obligar" a los criadores a obtener un producto adulterado, un animalillo enfermo, casi doméstico con el que se simularán las suertes y se provocarán "pasos de baile" y contorsiones que, adecuadamente aderezadas con eso que llaman "darse importancia", harán que cierta masa de espectadores, desconocedores de los mínimos valores de la tauromaquia, aplaudan y pidan orejas, para poder dar envidia luego a los amigos y vecinos, explicando las maravillas que éstos se perdieron ¿Y la emoción y el riesgo, intrínsecos a este espectáculo? Eso ya no les interesa. Y si algún ganadero se atreve a criar el toro auténtico lo más probable es que, a final de temporada, se lo tendrá que comer estofado, porque los taurinos no querrán ni verlo. Así que, todos a producir la materia prima "artista", de encaste bodeguero, que ésa es la que predomina hoy día: torillo que se cae, que pierde las manos, que no puede ni moverse ni respirar, en definitiva una ruina y la prostitución consiguiente del espectáculo. En segundo lugar los toreros (incluimos aquí a matadores, banderilleros y picadores), esos seres antiguamente diferentes al resto de mortales, románticos, que se jugaban la vida en cada momento y que eran admirados por su valentía ante el toro auténtico, han pasado a ser más importantes por sus aventuras fuera de los ruedos que en la propia plaza. Cada vez se parecen más unos a otros, especialmente en la simulación de los valores reales de la tauromaquia eterna ante el torillo actual. Lo único que les importa es ponerse "cañís" ante semovientes moribundos, engañando a la mayoría y con el único interés de "disfrutar" ante tales animales. Pero ¿se puede Sigue en la página 2
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disfrutar ante un toro de verdad, que te quiera arrancar la cabeza en cuanto te descuides? Claro que...¿dónde está ese bicho? Y luego a matar de inmundos bajonazos, para conseguir orejas a cualquier precio. ¿No se dan cuenta que en el momento en que alguien piense que lo que ellos hacen lo puede hacer cualquiera se les habrá acabado el "chollo" y la aureola de héroes? En cuanto a los subalternos, en vez de lucir su profesionalidad...a salir del paso, no sea que molesten o roben ovaciones a su matador. Y los picadores a matar a los toros a caballo o a simular la suerte, según el poder del animal y las órdenes recibidas. Quien paga manda. En tercer lugar los apoderados que, como parte contable de los matadores, sólo piensan en cifras, en números, en dinero, en dividendos, por supuesto, a cambio del mínimo riesgo, no sea que nos quedemos en paro durante unos días y perdamos la entrada de ganancias dinerarias durante ese tiempo. Se podrían fastidiar las previsiones realizadas al iniciar el ejercicio. Por tanto a buscar, junto a los veedores, los animalillos adecuados y de menor peligro. Lo malo es que casi siempre se pasan y muchas veces se notan demasiado las precauciones tomadas antes y durante cada festejo. Antiguamente, por lo menos, en Madrid especialmente, las figuras hacían gestos pero, este año ya, ni aquí se atreven a dar la cara ¿Para qué? Y si esto es así ¿qué no será en provincias? Para cerrar el circuito, nos faltan los empresarios. Éstos, hoy día, no tienen por qué saber de toros. Sólo de negocios. Su labor es hacer que sus inversiones obtengan la máxima rentabilidad. Claro que para ello deberían actuar dentro de lo que la ley y los reglamentos marcan. Pero casi nunca cumplen. Y si hay connivencia con los que deben hacer cumplir la ley, al final los espectadores somos los perjudicados. Y ya sabemos que los espectadores (usuarios), en este país, pocas veces saben (o sabemos) exigir sus derechos, posiblemente por falta de formación cívica. Y de ello abusan los golfos que están cerca de los círculos de poder y creen que todo se puede llegar a conseguir o a comprar (con dinero o favores) si fuere necesario. Pues que tengan cuidado porque los cosos se van despoblando poco a poco. Y los empresarios tienen bastante culpa de ello. Y excluimos de aquí a los modestos, a ésos que tienen que ir por los pueblos organizando festejos y luchando por unas migajas. Esos sí que se lo "curran" de verdad. Aunque en el fondo, su aspiración, posiblemente, sea llegar a lo que hacen los otros. Quedan dos colectivos adicionales, que también son culpables de los males que afectan a nuestra fiesta. El primero, los presidentes de las plazas y las autoridades. Si cumpliesen fielmente con su papel harían que la mayoría de festejos no se celebraran por una u otra causa. Pero ¿les interesa enfrentarse a sus vecinos, conciudadanos y posibles votantes, en los pueblos? Y en el caso de ser policías ¿les interesa crear problemas a las autoridades autonómicas de las que dependen y dejar sin toros a una ciudad en sus fiestas? Seguro que serían depuestos de forma inmediata y fulminante. ¿Y entonces su ego (o incluso su carrera) por los suelos? El espectáculo dado este año en San Isidro en Madrid es vergonzoso. Parece que defiendan antes a la empresa que a los paganos. Y nadie de la Comunidad se mueve. Y no digamos fuera de Madrid. Eso ya es de escándalo. Están más interesados en indultar ilegalmente torillos que no son picados que en enviar pitones y vísceras a analizar por sospechas de manipulación ¿Cuántos de éstos se han enviado en los últimos tiempos? No llegan a 20 por temporada. Entre cerca de 20.000 toros anuales lidiados, calculen ustedes. Yo creo que los sospechosos son más del 1 por mil ¿no?. A propósito ¿se puede dar comienzo a una corrida sin cajones de recogida de muestras? Pues, eso. El segundo colectivo es el de la prensa hablada y escrita que, en vez de formar y enseñar, lo que hace es desinformar y engañar. Y más
grave aún cuando están en un medio (a nivel regional o nacional) pagado por todos con nuestros impuestos. Es penoso ver ciertos "espectáculos" estivales, a veces incluso con TV en directo, donde los animalillos van con cebolletas sangrantes en vez de pitones, sin fuerzas, muriendo de infartos en el ruedo, simulándose la suerte de varas (a veces sangran más por los cuernos que por el morrillo), con los toreros destoreando y con los pseudoperiodistas y comentaristas taurinos intentando más justificar que denunciar, como sería su obligación. En la temporada del 2003 esto ha sido escandaloso. Tal parece que la culpa de la crisis la tengamos los que protestamos. Si a todo esto añadimos el hecho actual de las concentraciones de poder, donde empresas, toreros, apoderados y ganaderos empiezan a ser una misma cosa, formando sociedades, comenzaremos a ver cómo ciertos “cárteles” son los que dictan las reglas del juego, nunca el mercado libre, donde cada uno de los estamentos antes mencionados, cuando antiguamente estaban separados y eran independientes, de alguna manera se neutralizaban, cada uno tiraba hacia su lado y el equilibrio, aunque dinámico, se mantenía. Ahora no. Actualmente, una serie de "familias" copan el 80 % del mercado, acercándonos cada vez más a la situación de los años treinta de Chicago, manteniendo cautivas a la prensa y a la autoridad. Y como no hay denuncias ni tampoco existe un Elliot Ness pues...a seguir en la impunidad, matando lentamente la gallina de los huevos de oro, que agoniza sin remedio. Por todo ello, aunque en los últimos tiempos ya estaba ocurriendo todo esto, es este año cuando más se ha puesto de manifiesto. De ahí que podamos denunciar, sin duda alguna, que es la del 2003 la temporada más nefasta de la historia. Hace años, por lo menos, tenían el toro, cuando faltaba el torero. Y el toro lo ponía todo en su sitio y se movían los escalafones. Ahora ni una cosa ni otra: ni toros ni toreros. Unos pocos -las "figuritas"- se enfrentan siempre a torillos, dejando los pocos toros que puedan quedar para los desheredados y meritorios, evitando así la competencia leal y la igualdad de oportunidades, que son las que liberalizan realmente el "mercado". Alguien podrá finalmente decir que los aficionados también tenemos culpa, por no denunciar, por no unirnos contra los defraudadores. Es verdad. A la mayoría se les cae la baba cuando un taurino o una figura les pasa la mano por el hombro o es reverenciado y agasajado por éstos. Con eso se les tiene amordazados, atados y sumisos. Sólo nos queda, pues, una solución: hay que separarse de ellos, ir al otro lado de la trinchera, protestar en la plaza airadamente por cualquier medio (pitos, pancartas, broncas, etc.) y denunciar los atropellos consumados, bien por vía civil o incluso criminal, si fuere necesario. Posiblemente, sea lo único que entiendan: LA REVOLUCIÓN, incluso obligando a cortar las cabezas de los defraudadores que sean necesarias. Y los franceses, que saben bastante de esto, creemos que están en el camino correcto. Hoy, en muchas plazas de Francia, los aficionados (en definitiva, los usuarios) son los que dicen quién sí y quién no. Y las sanciones son ejemplarizantes, si alguien intenta engañarles. En fin que, salvo honrosísimas excepciones, todos somos culpables de la muerte de la emoción en los ruedos y por ende de la verdad de la tauromaquia. Los dos principios básicos que indujeron hace años a un pequeño grupo de aficionados a la creación de la Asociación El Toro de Madrid fueron: 1) EXIGIR LA AUTENTICIDAD DEL TORO DE LIDIA y 2) LUCHAR POR LA PUREZA DE LA FIESTA Y CONTRA EL FRAUDE DEL ESPECTÁCULO. Desde aquí invitamos a todo el que esté dispuesto a unirse a esta maravillosa y verdadera aventura (por otra parte, no exenta de dificultades e incluso riesgos) a contactarnos y agruparnos para ir a la toma de la Bastilla, en definitiva, a la lucha contra el fraude continuado y desgraciadamente casi consolidado. Seguro que entonces, si los aficionados estuviéramos unidos, los taurinos y hasta las autoridades sí que tendrían que ■ escuchar a LA VOZ DE LA AFICIÓN.
Como miembro que me honro de pertenecer a la Asociación “El Toro de Madrid”, me permito comunicar a los aficionados en general, que en fechas recientes he finalizado el tratado que titulo “GUÍA GENEALÓGICA DE LAS GANADERIAS DE BRAVO, DESDE SUS RAICES FUNDAMENTALES HASTA LA ACTUALIDAD”. El mismo, presentado en formato A4 y de manera sencilla y fácil comprensión, consta de 467 páginas, discurriendo por las mismas un número aproximado de 2000 ganaderías, con las correspondientes obsevaciones. Con el deseo de que dicho tratado puede ser ilustrativo y tema de consulta, me pongo a vuestra disposición en el teléfono 657 24 93 52 e.gonzalo garcía de castro
Número 22
La Voz de la Afición
Octubre de 2003 Órgano de expresión de la Asociación EL TORO de Madrid Sede Social provisional: Casa de Ceuta, c/ Londres, 43 - 28028 Madrid Correo Postal: Apartado 37014, 28080 Madrid Internet: E-mail:
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Asociación El Toro de Madrid
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Actualización de la LISTA NEGRA
CARTA A TORESMA2
CC: Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid y varios medios de Comunicación NOTA DE REDACCIÓN: Esta carta se llevó en mano en el mes de junio y se entregó al Centro de Asuntos Taurinos de la CAM, donde tomaron nota en el Registro de entrada, entregándonos la copia sellada. Recientemente nos han contestado, diciendo que “tomarían las medidas oportunas y agradeciéndonos el interés que mostrábamos” (sic). Sin embargo TORESMA2 no la quiso dar recibo, suponemos que tras estar leyéndola en el despacho de la gerencia durante más de quince minutos, con nuestro correo particular esperando de pie en la antesala. Estos son los métodos y formas de la empresa de “los hermanos de La Sagra”. Sin comentarios
Estimados señores,
A
sistimos una vez más con sorpresa al anuncio de los próximos carteles para la plaza de toros de Las Ventas. Aparte de los toreros, unos con más atractivo que otros, lo realmente preocupante de estas combinaciones que se anuncian son las ganaderías a lidiar. Para el 22 de junio hay prevista una corrida de toros de Gavira. Este hierro ya fracasó sin paliativos el 20 de abril de este mismo año y en cuantas comparecencias ha tenido en Las Ventas durante los años anteriores. A los aficionados pertenecientes a nuestra Asociación les encantaría saber que méritos tiene esta ganadería -aparte de su posible precio de saldo- para volver cada año. Huelga decir que si encuentran ustedes un motivo convincente sin fijarse en la economía- para que venga dos veces habremos de descubrirnos ante su enorme conocimiento del toro que abarca matices que nosotros ni siquiera sospechamos. Para el día 29 de junio los medios de comunicación dicen que hay una duda entre una corrida de El Sierro (de lo peor de cada temporada) o Sepúlveda (de lo peor de este último San isidro paupérrimo). Sinceramente, ¿no hay otras ganaderías igual de malas pero que por lo menos no conozcamos?
Se van cocinando también las combinaciones para las novilladas nocturnas y los encierros son más de lo mismo. Sorando (su ganadería gemela, Román Sorando, fue un desastre en la feria), Navalrosal (¡basta ya! Nada -taurino- justifica el aluvión de reses de este hierro que tenemos que ver cada año), La Guadamilla (suponemos que de lo de Domecq, por ser la final, para que los muchachos no sufran), Hermanos Domínguez Camacho (ganadería que este año todavía no ha lidiado nada y que en 2002 lidió 17 toros en plazas de tercera, diez de ellos para rejoneo) y Guadalmena (de la que no tenemos muchas quejas porque no la vemos mucho). Como comprenderán, nosotros, sus clientes habituales, no podemos más que contemplar con preocupación el manejo que se está haciendo de la plaza. En los primeros meses de la temporada el descalabro ha sido mayúsculo. Muchas de las ganaderías que ustedes nos han hecho sufrir estaban incluidas en una lista que confeccionamos para intentar hacerles llegar nuestras inquietudes. Naturalmente no nos hicieron ningún caso aunque acertáramos en casi todos los fiascos que ustedes programaron. No se nos pasa por la cabeza, en absoluto, que nosotros sepamos más de toros que ustedes. Al fin y al cabo
ustedes son profesionales del toro y se han hecho ricos con ellos. Lo que sí que tenemos es memoria (y si no hemerotecas) y por eso era fácil predecir el desastre. De este modo, lo que no comprendemos es que ustedes no llegaran a intuirlo. Si no lo hicieron y fracasaron dando lo mejor de sí mismos deberían ustedes irse por vergüenza. Si lo sabían como lo sabíamos nosotros, deberían irse porque nada honesto puede haber detrás de las programaciones que están ustedes pariendo. O su propósito es lucrarse hasta el infinito o no tienen capacidad para hacerlo mejor. Cualquiera de los dos casos los invalida como empresarios de Las Ventas. Para que refresquen ustedes su perdida memoria les adjuntamos el resumen que hemos hecho de las apariciones de las ganaderías incluídas en la lista en lo que va de año. Verán en una columna la razón por la que se incluyeron y en la otra lo que han hecho durante su lidia en este 2003. Esperamos que rectifiquen para lo que queda de temporada y que en los años sucesivos atiendan un poco más al sentido común y un poco menos al bolsillo para confeccionar los carteles de algo que debe de ser mucho más que una simple actividad empresarial.
Ganadería
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PUERTO DE SAN LORENZO Novillada el 16 de marzo
De la misma familia [Fraile], con la misma sosería pero con algo más de regularidad en su nobleza que la hace favorita de toreros segundones en vías de redención. La combinación Caballero/Finito/Rivera/Puerto de San Lorenzo duerme al espectador más rebelde. Además, viene dos o tres veces cada temporada, ¿por qué?
Noble y con ejemplares muy buenos en la muleta.
FERMÍN BOHÓRQUEZ Corrida de toros el 13 de abril
Sobran los comentarios. Por más años que pasen no nos libramos de esta lacra de borreguez infame que se repite cada doce meses. Los peores años lo hace hasta dos veces.
Confirmó lo que se temía de ella. Inválidos que no aguantan un puyazo y toros descastados cuya única virtud es la nobleza en su vertiente más insípida no son dignos de Madrid. De haber sido picados todos habrían ido al suelo.
Resultado 2003 Su juego no da para tres encierros al año en Madrid.
Seguirá un año más en la lista.
GAVIRA Corrida de toros el 20 de abril
Problemas en los reconocimientos para toros que siempre van asociados a las figuras. Los que pasan lo hacen por los pelos, van de vuelta a los corrales o, peor aún, nos castigan con su manifiesta invalidez y mansedumbre.
Dos toros a los corrales por inválidos y cuatro mansos con los que se simuló la suerte de varas. Por favor, que alguien nos libre de ellos. Sigue en la lista con honores. Sigue en la página 4
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La Voz de la Afición
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Ganadería LOZANO HERMANOS Media corrida el 2 de mayo
Incluida por
Resultado 2003
Pase que nos traguemos la primera marca de la casa... pero la segunda no. Un poquito de dignidad y un hueco para otros hierros que no quedarán peor que los Lozanos 'B'
Nada de lo que hizo la media corrida de la segunda marca justificó que la Comunidad, en su día, comprara otro encierro más a Toresma. Suponemos que fue para resarcir a los Lozano de los pocos beneficios que les reportará la feria más barata de la historia. Seguirá en la lista por cuestiones taurinas y morales. ¿Es que no sacan suficiente de la plaza?
EL VENTORRILLO Novillada el 4 de mayo Corrida el 15 de mayo
La magnífica novillada de 2001 estuvo precedida y seguida por grandes fracasos. Falta de casta y codicia a raudales que no justifica, en modo alguno, dos encierros o tres al año de este hierro en Las Ventas. ¿No hay más ganaderías en el campo bravo?
La novillada fue mansa y escasa de casta. Eso sí, muy noble para los toreros, que es de lo que se trata, ¿no? Pues no, se trata de bravura y fiereza, atributos que sólo se intuyeron en uno de los novillos.
PUERTO DE SAN LORENZO Corrida el 16 de mayo
De la misma familia [Fraile], con la misma sosería pero con algo más de regularidad en su nobleza que la hace favorita de toreros segundones en vías de redención. La combinación Caballero/Finito/Rivera/Puerto de San Lorenzo duerme al espectador más rebelde. Además, viene dos o tres veces cada temporada, ¿por qué?
Como dice un afamado miembro de nuestra Asociación "¡Qué asco de ganadería!". La corrida no se lidió completa y lo que murió en el ruedo fue manso e inválido. Inservible para la lidia.
MARI CARMEN CAMACHO Corrida de toros el 20 de mayo
No tienen fuerzas ni para llegar al centro del pla- Un año más fue un desastre de corrida. Se lidiaron cuatro espertillo y garantizan un tremendo sopor. No son dig- pentos inválidos con los que hubo que suprimir la suerte de varas. nos de volver a pisar el ruedo de Las Ventas, no. Lamentable la presencia de esta ganadería año tras año.
VICTORIANO DEL RIO Corrida de toros el 21 de mayo
Descrédito para el resto de ganaderos. Apostaríamos algo que es la ganadería con menor longitud de pitón de todo el campo bravo. Esto una vez que salen a la plaza, claro. Antes, posiblemente sean como los demás.
Fue incapaz de presentar un encierro y de los dos toros que sacó al ruedo uno volvió para atrás y el otro fue un inválido absoluto.
ARAUZ DE ROBLES Corrida de toros el 23 de mayo
En los últimos tres años no ha lidiado un solo encierro completo, llegando a su apoteosis presentando tres toros inválidos y chicos en 2002. Temporada tras temporada repite en plena feria.
Primer encierro completo en muchos años . Esto, que parece un mérito, hace más firme nuestra postura. Toros inválidos y sin casta no son de lidia. Serán de carne o de trabajo, pero de lidia, no.
VALDEFRESNO Corrida de toros el 28 de mayo
Valdefresno se salvó por su nobleza (no bravura) en el último San Isidro, pero la tónica hasta entonces era falta de fuerzas y mansedumbre claudicante. Un miembro de la familia de vez en cuando, vale, pero toda la familia todos los años es un abuso manifiesto.
La colección de mansos de carreta de Valdefresno y Fraile Mazas proporcionó un muermo soberano a 23.500 incautos que acudieron pensando que igual salía algo interesante de este encierro. Un toro devuelto y otros muchos que debieron seguir el mismo camino.
JOSÉ LUIS PEREDA / LA DEHESILLA Corrida de toros el 29 de mayo
Sumisa con sus clientes, es una afrenta para la ganadería de bravo. Ejemplares flojos y sin combatividad no son toros de lidia sino bovinos para carne
La presentación y el juego del encierro de esta ganadería constituyen una de las mayores afrentas a la afición que la plaza ha soportado jamás. A pesar de ello, novillos inválidos que nunca debieron salir siguieron en el ruedo y el espectador, una vez más, fue engañado con total impunidad.
DOMINGO HERNÁNDEZ / GARCIGRANDE Corrida de toros el 2 de junio
Ganadería titular de uno de los escándalos protagonizados por 'El Juli'. Su servilismo con las figuras y sus ansias comerciales hacen a su dueño cometer atropellos continuos con el toro de lidia.
PARTIDO DE RESINA Corrida de toros el 4 de junio
Esta ganadería, con toda su leyenda, no está Esta es de la que nos duele pero no levanta cabeza. El encierro para San Isidro. Ni el juego ni la presencia de de esta feria fue absolutamente inválido y descastado. En algún estos toros está acorde con su historia. ejemplar hubo leves atisbos de nobleza sepultados por una terrible falta de fuerza.
La corrida de toros anduvo en la misma órbita. Pendiente de juicio por los socios de la Asociación. El toro "Cantinero" parece que ayudará a sacarla de la lista.
Sigue en la lista y empezamos a preguntarnos si merece la pena siquiera un festejo de este hierro. De los tres o cuatro que dan los Lozano al año ni hablamos, claro.
Sigue en la lista a pesar de que entendemos lo baratos que deben salirle estos desechos a la empresa.
No hay ninguna razón para sacarla de la lista ni para que vuelva a pisar una plaza. De la de Las Ventas, ni hablamos, claro.
No queremos verlos más.
Parece que esta reata de hierros familiares va a eternizarse en nuestra lista.
A perpetuidad. ¿Esto son toros de lidia? ¡No, por Dios! Otro fiasco ganadero que ya nos esperábamos pero no por eso nos dolió menos. Anunciar esta ganadería es robar con alevosía la emoción del espectáculo y el precio de la entrada. Huéspedes de honor de la lista.
Va a tener que seguir en la lista.
VICTORINO MARTÍN Corrida de toros el 7 de junio
¿Y si le castigara su afán recaudatorio? Hay pruebas más que suficientes de que su encaste tiene representantes válidos como para mandarlo a descansar. La venta de toda su camada y sus manejos turbulentos ponen al más grande al borde de la excomunión.
La corrida de este año redimió en parte de los pecados anteriores y dio un buen espectáculo. Aunque sale de la lista, que quede claro que de Victorino esperamos siempre más.
Esperando noticias suyas, LA ASOCIACIÓN EL TORO DE MADRID
Asociación El Toro de Madrid
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CRÓNIC
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uando a comienzos de la temporada La Asociación El Toro de Madrid emprendió la tarea de que algunos de sus socios realizaran cada tarde la crónica de lo sucedido en Las Ventas, para publicarlas en nuestra página web, no podíamos imaginar, ni en el mejor de los supuestos, el resultado tan positivo que tendría esta iniciativa. Hoy ofrecemos a los lectores una recopilación de la mayoría de las reseñas que, con gran esfuerzo para que llegara diaria y a punto,
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han ido apareciendo en nuestra página de Internet. Es la mirada escrita de los aficionados; así han visto el desarrollo de la lidia y cada uno, a su manera, ha querido contarlo. No se trata de un ejercicio de preciosismo lingüista, tampoco de alardes de erudición, los aficionados ni somos ni queremos aparentar profesionalismo informativo; a pesar de todo ello aquí tenéis el resultado: son crónicas, sobre todo, producto del sentimiento por querer reflejar la realidad de lo que ha pasado en la plaza, teñidas de autenticidad e independencia y muchas escritas con el corazón y la pasión de aficionado. Se podrá estar o no de acuerdo con las opiniones de cada cronista, pero lo que no cabe duda es que todas están escritas desde la
más profunda afición y con ánimo de ayudar a comprender y conocer mejor el caótico momento que vive la fiesta de los toros. Y desde luego no se parecen en casi nada a lo que se puede leer por ahí a ciertos juntaletras, que viven de la continua adulación a los poderes establecidos. Desde estas líneas, los miembros de La Asociación El Toro de Madrid nos felicitamos por la iniciativa y se lo agradecemos especialmente a todos los cronistas que la han llevado a la práctica, animándoles a continuar con la tarea. Los aficionados tenemos por ello aún la voz y la palabra, todavía podemos rematar la faena: ahí va "el pase de la firma". LA REDACCIÓN
NOTAS 1. Por supuesto, están excluidas las crónicas de los festejos de rejones, ya que como aficionados y defensores del toro íntegro no aceptamos los espectáculos donde se autoriza oficialmente a mutilar las reses de lidia, por más que nos gusten los caballos y el noble arte del rejoneo, por otra parte más antiguo y originario del toreo a pie. 2. Además de las crónicas de la miniferia de la Comunidad y de la feria de San Isidro hemos recogido aquí tres más: la novillada de presentación y despedida de novillero de Manzanares jr., que llegó a convocar a gran parte de la "gente guapa" de nuevo en los tendidos y las corridas de los Prieto de la Cal y Tulios del verano, por la importancia que tuvieron algunos de los toros de estas ganaderías, largo tiempo desterradas de nuestra plaza y de los planes de las "figuritas". La totalidad de festejos de la temporada 2003 puede leerse accediendo a nuestra página de Internet: www.eltoro.org
MINIFERIA DE LA COMUNIDAD 1 de mayo de 2003. Novillada con picadores Primera de la Miniferia de la Comunidad y de abono
PALAZÓN VENDE MEJOR, O LA ESTOCADA DE MANCIÑO Se lidiaron novillos de "Navalrosal" (encaste Núñez), muy desiguales de presentación y edad, mansos en general y muy flojos. Destacó el nobilísimo y encastado tercero. Salvador Cortés, de azul pavo y oro: dos pinchazos hondos bajos y estocada trasera desprendida (silencio); pinchazo y estocada trasera y caída (vuelta). Santiago Manciño, de azul pavo y oro: estocada trasera desprendida (silencio); gran estocada (silencio). Francisco José Palazón, de tabaco y oro, nuevo en esta plaza: estocada quedándose en la cara -aviso- y dos descabellos (oreja); dos pinchazos y estocada desprendida (algunas palmas). Presidió muy mal Juan Lamarca. Tres cuartos de plaza en tarde nublada pero agradable.
os novillos eran flojuchos, especialmente el primero y el sexto, dos inválidos que debieron volver al corral. Quizá por esa endeblez Monsieur Lamarca permitió que se simulase antirreglamentariamente la suerte de varas en prácticamente todos los novillos, que se fueron al desolladero habiendo tomado en conjunto únicamente cinco varas en regla de las doce preceptivas. Bien por Monsieur Lamarca, que sigue haciendo el caldo gordo a la empresa en detrimento del espectáculo y, por tanto, del bolsillo del público.
Con el material citado, Salvador Cortés nos dio una soberana paliza en su primero, al que se empeñó en propinar -en los medios, eso sí- decenas de proyectos de naturales que siempre le salían enganchados. El cuarto era un manso de libro que rompió a bobo en el último tercio, y al que Cortés endosó varias series de derechazos muy templados... largando trapo, descargando la suerte y de perfil; una faena pegapasista al uso, de más a menos, que hubo de rematar con unas ajustadas bernardinas para volver a calentar a un público que ya no le hacía ni caso.
Los novillos eran también mansos y bobalicones. Algunos se quedaban más cortitos o embestían rebrincados precisamente por su falta de fuerzas; otros iban más largos pero, en general, no se comían a nadie salvo que se estuviese en el camino de chiqueros, que varios animales tomaron en repetidas ocasiones.
La labor de Manciño con el segundo novillo no fue menos plúmbea que la de Cortés con el anterior: se empeñó en pegar derechazos a un animalito que se quedaba corto de puro flojo y que, además, desarrolló algo de genio. Con el quinto poco pudo hacer dada la mala catadura del novillo, un bicho soso, gazapón y descastado. Sin
L
embargo lo mejor de la tarde ocurrió cuando el novillero remató su labor con un estoconazo soberano que, en otros tiempos y en esta plaza, hubiera valido por sí solo la oreja. Esta vez le aplaudimos sólo unos pocos. Por fin, Palazón, que venía a Madrid en plan figura presentándose en el abono, demostró que tiene un buen dominio de la escenografía. Se pone muy bonito y pinturero, lo cual está muy bien, pero siempre que las posturas de espejo vayan acompañadas de toreo verdadero. De nada sirve "gustarse" si luego no se rematan las suertes o se está constantemente fuera de cacho y sacando los ojos al novillo con el pico de la muleta. O... ¿sí sirve? Porque el caso es que le concedieron una oreja tras hacer todo eso y dar una estocada defectuosa a un novillo que en el último tercio desarrolló una encastada nobleza y fue el mejor de la tarde; un novillo que le
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descubrió Cortés en un ajustadísimo quite por gaoneras, y que acabó de romper a bueno en banderillas. Por cierto, que Téllez hubo de saludar tras ponerle dos pares simplemente aseados (con este novillo se desató el ambiente triunfalista). En el inválido sexto la novillada había vuelto a su ser y nos aburrimos otra vez.
Desde luego el espectáculo no ha sido como para hacer afición. Quedan treinta y tantos festejos de abono que tienen, en general y sobre el papel, aspecto de ser más de lo mismo. Se nos ha hurtado el primer tercio, pero no pasa nada (nunca pasa nada). Un buen detalle para finalizar: la bronca que, durante la suerte de varas del
quinto novillo, echó el banderillero José María Campoy a un monosabio que se excedió en sus funciones. Últimamente los monosabios de Las Ventas parecen mariscales de campo, y ya va siendo hora de que alguien los ■ Martín ponga en su sitio.
2 de mayo de 2003. Corrida de toros Goyesca Segunda de la Miniferia de la Comunidad. Fuera de abono
FERRERA Y “EL FANDI” DAN UN PASO ATRÁS Se lidiaron toros de Lozano Hermanos 1º, 4º y 5º y de Alcurrucén 2º, 3º y 6º, bien presentados, destacando 4º y 5º y que además fueron aplaudidos en el arrastre. Antonio Ferrera de Rojo y Azabache Goyesco: Pinchazo y estocada atravesada que le sale por el costado. 2 descabellos. (SILENCIO). 2 Pinchazos y 3 descabellos. (SILENCIO). 2 Pinchazos y Estocada caída (OVACIÓN CON SALUDOS). David Fandila "El Fandi" de Verde y Oro Goyesco: Estocada casi entera caída y atravesada (SILENCIO). Estocada Atravesada (PALMAS). Estocada caída y Atravesada( SILENCIO). Lleno en tarde agradable y soleada.
E
n la tarde de hoy se esperaba mucho del mano a mano que iban a dinamitar las dos grandes revelaciones de la anterior campaña, aunque a la postre se quedó en eso, en un mano a mano que no se recordará por nada. Bueno sí, perdónenme ustedes, en carreras por aquí carreras por allá, recortes por aquí recortes por allá, pero lo que se dice torear, nada de nada. Los toros, qué decir de ellos. Pues bien, a mi criterio salieron perfectamente presentados muy en tipo y destacar, por encima del resto, como bien he comentado anteriormente en la ficha del festejo el cuarto y el quinto, sobre todo éste último un toro muy válido para la muleta y al que Ferrera le podía haber aprovechado mucho más de lo que vimos. Antonio Ferrera en su primero estuvo mal con los palos ya que no clavó ninguna vez en la cara del toro sino
cuando ya había pasado el toro. Con la muleta anduvo fuera de cacho hasta que se paró el animal. Con el 3º estuvo también bastante desafortunado en banderillas con pares muy vulgares. Como el toro ya estaba muy justo de fuerzas le dio tres series de muletazos a cual peor, así que lo mejor que hizo fue abreviar. Por último en el quinto, a mi juicio el mejor de la corrida, anduvo muy por debajo del astado, destacar que recibió tres varas como dato positivo y como dato negativo el que le picaron trasero en todas las varas. Lo mejor de la tarde lo hizo en el tercio de banderillas, dejándole tres buenos pares al quiebro tras sendos recortes por dentro. En la faena de muleta anduvo bien aunque a mi juicio muy por debajo del toro, me quedo con un par de derechazos de cada tanda, un trincherazo y sobre todo un pase del desprecio de mucha calidad. De El Fandi poco se puede decir. Con el segundo destacó en banderillas
sobre todo porque nos dejó ver al toro de lejos que eso es algo de halagar. Los pares fueron muy vistosos fundamentalmente el tercero que se lo puso al violín. En la faena de muleta predominaron los pases fuera de cacho y muy despegados. Destacar del astado la fijeza que tenía, pedía continuamente muleta. Del cuarto, resaltar el primer par de banderillas y el tercero por dentro aguantándole en la cara y clavándole en lo alto. Con la muleta anduvo muy mal ya que le perdía continuamente los pasos y encima le cortaba el paso. ¿Estos fueron los motivos para que se viera una leve petición de oreja? Menos mal que tal petición no cuajó, para que vean ustedes cómo está la Primera Plaza del Mundo. Por ultimo con el sexto toro, clavó a toro pasado en el tercio de banderillas y con la muleta citaba desde la calle de Alcalá. En fin, Ferrera y El Fandi dan un paso atrás. ■ Iván
3 de mayo de 2003. Novillada con picadores Tercera de la Miniferia de la Comunidad. Segunda de abono
SANGRE Y OREJA Se lidiaron novillos de Nazario Ibáñez, desiguales de presentación (muy mal presentado el tercero) y que resultaron, en líneas generales, mansos, flojos y descastados. El tercero fue devuelto por inválido, saltando, en su lugar, el anunciado sexto de la tarde, al correr el turno, que, a su vez, fue también devuelto por inválido. Dos sobreros; uno que hizo tercero, de Félix Hernández, feo de presencia y descastado, y otro, que hizo sexto, de El Serrano, correcto de presentación y que resultó manejable. Jorge Ibáñez, de salmón y oro: Pinchazo y estocada baja (silencio). Pinchazo y estocada desprendida (silencio). Pinchazo y estocada baja (silencio). Javier Solís, de azul y oro: Pinchazo, estocada contraria y cinco descabellos (silencio tras aviso). Pinchazo y estocada casi entera (ovación con división de opiniones al saludar tras aviso). Media estocada tendida (oreja con algunas protestas). Javier Perea, de grana y oro: cogido en su primero. Parte facultativo: herida por asta de toro en la región submaxilar derecha con una trayectoria hacia arriba de 15cm que produce destrozos musculares, contusión en la arteria carótida externa con arrancamiento de arterias colaterales. Disección de la glándula submaxilar y parótida. Contusión de traquea y mandíbula derecha. Pronóstico grave. Algo menos de tres cuartos de entrada, tarde soleada y calurosa.
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sta tarde hemos podido presenciar en el ruedo venteño las dos caras de la fiesta de los toros: por un lado, la grave cogida sufrida por Javier Perea y, por otro, el triunfo y la alegría, en forma de oreja, de Javier Solís.
El percance sobrevino en el tercero de la tarde, cuando Javier Perea se disponía a colocar el tercer par de banderillas. El novillo le sorprendió en la arrancada, llegando el novillero muy apurado al embroque, tanto que salió prendido de él y fue, una vez en el suelo, donde el astado le alcan-
zó de un derrote en el cuello. Perea se levantó y, al observar el chorro de sangre que manaba de su cuello, acudió veloz a la enfermería, de donde no volvería a salir. Este suceso dejó helada a la plaza y, como es lógico, marcó el desarrollo de la novillada.
Asociación El Toro de Madrid
Sin embargo, cuando ya nadie lo esperaba y la tarde agonizaba, fue Javier Solís y cortó una oreja al que hacía sexto, precisamente el novillo que le hubiera correspondido a Javier Perea. Ahora bien, como no es oro todo lo que reluce, hay que decir que la oreja fue producto de la generosidad del público y del palco presidencial, pues no hubo mérito alguno para lograrla. Es verdad que estuvo voluntarioso y con ganas de agradar, en forma de largas cambiadas, quites y galleos para colocar en suerte al novillo; pero, una vez llegado el último tercio, no ejecutó un muletazo digno de mención, y únicamente un pitonazo sufrido en el brazo (sin consecuencias) hizo que la gente, ya impactados por el percance anterior, pidiese la oreja tras media estocada. Los astados de Nazario Ibáñez, que lucieron variadas láminas, denotaron una falta de casta y fuerza pre-
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ocupante, tanto que se devolvieron dos de ellos al corral debido a una invalidez absoluta. Claro, que es algo ya habitual en esta ganadería, lo cual no es óbice para que ésta haya sido su segunda novillada lidiada esta temporada en el coso madrileño (las dos igual de malas).
Por su parte, Javier Solís, que acudía a la cita habiendo levantado cierta expectación por sus anteriores triunfos en otros cosos, estuvo, al igual que en el novillo al que cortó la oreja, voluntarioso pero vulgar y fuera de sitio, embarcando siempre a los novillos con el pico de la muleta.
Con esto, además de aguantar al ganado enviado por Nazario Ibáñez, hubo que soportar también a su hijo, Jorge Ibáñez, que demostró, al igual que en su anterior comparecencia (también con novillos de su padre), una incapacidad y falta de valor totales. Hubo de lidiar tres novillos, estando en cada cual peor: desconfiado y realizando largas faenas, con multitud de muletazos sin lograr ninguno decente. No sé yo qué méritos tendría este novillero para estar anunciado en la Miniferia de la Comunidad, más que ser hijo del ganadero. ¿Vendría en el lote?
Es digna de mención la buena vara ejecutada en el quinto de la tarde por Francisco Ponz, El Puchano, debido a la poca frecuencia con la que esto sucede. En conclusión, tarde marcada por el percance sufrido por Javier Perea, aunque olvidado temporalmente por un público que consiguió que se otorgara otra oreja injusta que sirve para desprestigiar un poco más, si cabe, el valor de los trofeos en Madrid.
■ Luis
4 de mayo de 2003. Novillada con picadores Cuarta de la Miniferia de la Comunidad. Tercera de abono
SI ESTO TAMPOCO LES VALE ¿QUÉ ES LO QUE QUIEREN? Seis novillos de "El Ventorrillo" (el ganadero presentó siete, dejando uno como primer sobrero), atacados y bien presentados (salvo el cuarto, sin cuello y con pelo de invierno), encastados, pero todos mansos en el caballo, punteando, haciendo sonar el estribo y llegando nobles al último tercio. Todos castaños con variantes y el 5º colorado ojo de perdiz. Se les caían las orejas al 1º, 2º, 4º, 5º y 6º y fueron ovacionados en el arrastre. El 3º avisó ya de salida, en los lances de recibo, que su pitón izquierdo no admitía tonterías, yendo a más por culpa de la mala lidia recibida y terminando por avisar por ambos pitones y desbordando al novillero. Pero, en conjunto, una novillada de lujo, variada y encastada. Nos queda la duda si perdió masa córnea en los últimos días, ya que varios ejemplares hicieron cosas raras como, por ejemplo, meter la cara bien en los engaños y puntear en los remates, huir de tablas cuando eran mansos y admitir los medios sin querer, como mal menor, para buscar más terreno de escape. Algo ilógico para un animal, salvo que en los últimos días, cada vez que se haya acercado a algún humano o a algún vallado haya sido para recibir algún tratamiento de "cosmética y belleza". Todos tomaron dos varas excepto el 4º que recibió 3. Jesuli de Torrecera (de purísima y oro), media perpendicular perdiendo la muleta, aviso (silencio) y dos pinchazos, aviso y ocho descabellos (algunos pitos). Andrés Palacios (de azul marino y oro), tres pinchazos, estocada atravesada y contraria, aviso y nueve descabellos (pitos) y estocada atravesada y contraria y tres descabellos (silencio). Luis Bolívar (de verde botella y oro), bajonazo alevoso atravesado sin cuadrar al novillo (pitos) y previo arrojo de la muleta al suelo, estocada delantera encunándose, quedándose a merced del novillo y saliendo trompicado y rodando sin puntilla (petición de dudosa mayoría y oreja). Cuadrillas: Mal las cuadrillas, "aparcando" a casi todos los novillos en el burladero entre el 6 y 7 antes de ser picados, aunque el 6º se escapó y recibió la primera vara del picador que hacía puerta. Dieron muchos capotazos innecesarios y clavaron banderillas sin brillantez aunque con rapidez. Mal picados, excepto el tercero, con una buena vara de David González y una segunda arriba sin apretar. El resto de los montados picando trasero y caído y con varios agujeros por cada entrada al rectificar el punto de mira. Caso curioso el de Luis Carlos Pedroza "Luisín", quien dando un buen primer puyazo al 6º, rectificó inmediatamente convirtiéndolo en trasero. Los monosabios dejándose ver demasiado, algo que está siendo habitual últimamente en esta plaza. Los caballos hicieron el paseíllo con el ojo izquierdo destapado y luego, durante la lidia, salían al ruedo con el pañuelo caído sobre el ojo izquierdo. ¿Se les resbalaba o se lo resbalaban? Presidió sin problemas don Manuel Muñoz Infante, que se plegó a la petición del público en el 6º, considerándola mayoritaria. Era difícil calibrar si había o no mayoría. Muy mal los alguaciles, especialmente inhibiéndose en los intentos de descabello. Lleno aparente, se puso el cartel de NO HAY BILLETES por vez primera en la temporada. Tarde nublada y calor de bochorno.
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i con estos novillos no son capaces los novilleros actuales de estar bien yo me pregunto ¿qué es lo que quieren? Los novilleros de hoy día (y los de esta tarde son de los que más torean) no conocen su oficio, les están engañando, no aprenden ni quieren y si lo que han hecho esta tarde les vale para cortar miles de orejas por ahí, mal está esto. Gracias a Dios, en Las Ventas todavía hay quien les dice que así no. Luego, en el hotel, comentarán con sus ponedores y aduladores que los toros no servían y que tenían este o aquel defecto. ¿Y por qué mejor no les explican los defectos suyos y lo que deben hacer para corregirse?
El destoreo de los tres era similar. Parecían clónicos. Los dos primeros, Jesuli de Torrecera y Andrés Palacios han venido además como si fueran dos consagrados, es decir sin ganas y practicando el antitoreo que hoy tanto se lleva entre los considerados figuras. Claro que es lo que ven en los que están ricos. No les explique usted que lo hacen bien o mal. Sólo interesa si le servirá para ser ricos. El tercero en discordia, el colombiano de Cali, Luis Bolívar, lo de torear lo hizo igual de mal que sus dos compañeros pero con una enorme diferencia: le puso unas tremendas
ganas, es decir, estuvo en novillero, incapaz pero valiente hasta el máximo y sorprendente en el final. En el tercero, un novillo que ya de salida explicó cómo se iba a portar, expuso muchísimo pero demostró su inexperiencia y desconocimiento de cómo lidiar a un novillo, que se fue poniendo cada vez más difícil por su propia incompetencia, terminando al final sabiendo más que el propio novillero y desbordándole por completo. Como veía que tal como estaba el asunto no iba a poder matarlo, se decidió a montar la espada y sin preparación alguna, tal como dicen que hacían algunos en la prehis-
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toria del toreo (incluso Lagartijo lo hacía, al parecer) le endosó a paso de banderillas una puñalada baja y atravesada, con la fortuna de que debió interesar algún punto importante de su organismo y el toro cayó fulminado, sin puntilla. Justo premio a su decisión y ganas, para no pasar apuros. La bronca fue monumental por las formas pero él evitó el aviso y nos ahorró perder el tiempo. Al menos estuvo breve. Se le agradece el detalle. El 6º fue posiblemente el mejor de la tarde. Bolívar estuvo con él muy por debajo de las condiciones del novillo pero lo intentó casi todo, tanto con el capote como con la muleta. Con la seda no estuvo mal, recibiéndolo a porta gayola, con varias largas y aguantando de rodillas, variado y sin aliviarse. Lo más vistoso unas caleserinas tras la primera vara. Con el percal, fatal, como todos los que han pasado este año por Madrid, incluidos matadores de toros. Pero al menos lo inició con el
"cartucho de pescao", no rectificó terrenos, no se alivió, estuvo quieto y al ver que el público estaba con él se debió plantear qué hacer para matarlo pronto. Y sin encomendarse a nadie, tiró la muleta y se perfiló sólo con la espada. Al embrocar chocó contra el testuz del animal, saliendo encunado entre los dos pitones, al tiempo que hundía una estocada arriba y delantera, de forma que del encuentro rodaron por el albero novillo y novillero a la vez. La gente, sorprendida agradablemente por la decisión se inclinó por la tercera virtud teologal, de forma que contagió al del palco y éste, sin duda influido por la reciente visita de Su Santidad Juan Pablo II, también se puso caritativo. Y cayó la orejita, para que los conserjes, jardineros y mayordomos de los claveleros (que son los que han realmente ocupado las localidades caras en esta miniferia montada como impuesto revolucionario de la Comunidad y Empresa sobre los abonos de San Isidro) se fueran tan con-
tentos a casita...a contarle a sus amos lo gilipollas que son los de siempre, que lo protestan todo. Yo, realmente, creo que nunca exigiré a un novillero que toree bien, porque es algo que debe estar aprendiendo a hacer y sólo es un principiante. Sólo le exigiré que esté en novillero, es decir que se pelee con las reses, que ponga el máximo interés y si el novillo es difícil que lo intente una y mil veces, pues sólo así se puede aprender. Nunca consentiré que diga que el novillo no servía. A los que están aprendiendo, todos los novillos les deben servir, unos para hacer el toreo bien, otros para aprender a lidiar. Por eso creo que hoy Luis Bolívar, sin estar bien estuvo en novillero y además inteligente. Al menos su oreja si no justa, no fue tan escandalosa como las regaladas en festejos anteriores en este mismo coso. En todo caso, un escalón más de bajada de categoría de nuestra plaza. ■ Joaquín
FERIA DE SAN ISIDRO 2003 10 de mayo de 2003. Corrida de toros Primera de la Feria de San Isidro
CUANDO SALE EL TORO Toros de Celestino Cuadri, bien presentados y parejos de hechuras. 1º y 2º flojearon de salida, desarrollaron encastada nobleza en la muleta, especialmente por el pitón izquierdo. 3º flojo y amoruchado. 4º y 5º encastados. 6º fue a menos. Carlos Escolar "Frascuelo", pitos en su lote y bronca en el que hubo de matar por cogida de "El Cid". Manuel Jesús "El Cid", silencio tras aviso (cogido al pasar de muleta al 5º). Javier Castaño, silencio en ambos. Saludó montera en mano "El Andujano" tras parear al 4º. "El Cid" sufre contusión con hematoma en cara antero-externa de muslo izquierdo con probable rotura de aponeurosis y vasto externo. El banderillero Francisco Javier Cabas fue atendido de una contusión en el hombro izquierdo. Ambos con pronóstico reservado pendientes de estudio radiológico pasan a la Clínica La Fraternidad. Casi lleno en tarde cubierta de agradable temperatura.
E
n la primera de Feria, en Madrid, salió el toro. Dicho esto al terminar la corrida cada uno veía la película según le parecía. El aficionado cabal, que valora lo que sucede en el ruedo partiendo de la integridad y el comportamiento del toro, salía de la plaza intentando mantener en la memoria la riqueza de matices que es capaz de brindar la casta brava, deseando entrar en tertulia para compartir impresiones y aportar aquel momento de la lidia que le había reconciliado con la autenticidad de la Fiesta. El taurino mascullaba y maldecía el mal genio y la condición ilidiable de un tipo de toro que va contra todo ese sistema establecido en que el toro es valorado cuanto mayor sea su condición borreguil y su servil colaboracionismo con la figurita de turno. El "isidro" confundido, daba la razón bien al aficionado bien al taurino según se encontrase con uno o con otro deseando huir a los bares para ponerse a hablar de fútbol o de cualquier otro tema donde su criterio tuviese algo más de peso. El ganadero recibía en el patio de arrastre abrazos de los aficionados y de los "isidros" (a buenas horas se iba a privar un "isidro" de dar un abrazo) al tiempo que algún
taurino le cruzaba una mirada asesina. Y los toreros, de oro y de plata, subieron despavoridos a las furgonetas jurando no volver mientras se acordaban de la madre del ganadero y de los aficionados que habían osado aplaudir a las bestias demoníacas a las que habían tenido que mandar al infierno, lugar del que nunca debieron salir. Que tendrá el toro, encastado se entiende, que cuando sale por chiqueros provoca tan dispares reacciones. Lo que está claro es que el toro es el verdadero protagonista y sustento de este espectáculo que alcanza la categoría de arte sublime e incomparable cuando un hombre es capaz de domeñarlo e imponer la racionalidad ante la animalidad al tiempo que se juega limpiamente la vida. Entonces surge el toreo. En la primera de San Isidro salió el toro pero no surgió el toreo. Los de luces no iban preparados para hacer frente al torrente de casta brava que se les venía encima y que apenas les dejaba tiempo para respirar. Se salvan dos: "El Andujano" que clavó en lo alto y le ganó la cara al encastado cuarto y "El Cid" que dio el único natural de la tarde en la primera serie de su
faena al segundo toro y que fue aparatosamente volteado en el quinto cuando todo apuntaba a que poco a poco podría conducir la emocionante y complejísima embestida del animal. Así, lo que iba para faena grande quedó en una lamentable exhibición de impotencia matarife de "Frascuelo", que consumaba así su día más negro en Madrid. Claro que en incompetencia matarife no estuvo sólo. El propio Cid había emborronado su aseada actuación ante el primero de su lote dando un mitin con los aceros. Mitin que, quizá por ser época electoral, fue ampliamente superado en el toro siguiente por Castaño que perpetró uno de los sablazos más indecentes que se recuerdan. Andaba tambaleándose el “cuadri” moribundo con la espada enhebrada en el lomo mientras los más sensibles se tapaban los ojos y otros, más prácticos, se lo imaginaban de esa guisa haciendo el desfile Recoletos arriba, cual almirante el Día de las Fuerzas Armadas, alzando el hocico en respetuosa reverencia al pasar por el palco ocupado por Su Majestad. No quedó ahí la pésima actuación de matadores y cuadrillas. Al igual
Asociación El Toro de Madrid
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que el comportamiento de los “cuadris” estuvo llena de matices. Frascuelo estuvo desconfiado y sin sitio ante el primero, desaprovechando las más que potables embestidas que éste le ofrecía por el pitón izquierdo. Antes su cuadrilla había sido incapaz de clavar siquiera cuatro banderillas ante el enfado general, convertido en irritación cuando el presidente Lamarca cambió el tercio antirreglamentariamente. Irritación que se reprodujo al ver cómo "Frascuelo" se negaba a sacar a los medios al cuarto cuando la lógica de la lidia lo estaba pidiendo a gritos por la encastada condición del burel. Desbordado el torero, el aficionado dejaba volar la imaginación, recreando la alegre arrancada del “cuadri” contestando el cite de un torero situado a veinte metros de su oponente y en el centro del ruedo. El tercero, al que Castaño acabó vistiendo con la espada, había sido el ejemplar menos claro. Como toda la
corrida fue mal lidiado y peor picado y esta sería excusa suficiente para justificar que llegase a la muleta parado y sin un pase. Lo que ya no lo es tanto es que se echase al poco de iniciarse el último tercio, cosa que ni por asomo se les ocurrió al resto de sus hermanos. El salmantino se puso temerario ante el "guisando" ante la sensata desaprobación de la mayoría. Lo mismo ocurriría con el sexto, aunque justo es reconocerle su firmeza de planta y exposición en el cite.
Toro cinqueño de Cuadri, lidiado en 5º lugar
Vale la pena destacar, por último, lo sucedido en el quinto. Salió el cuadri y se emplazó en el centro del platillo a verlas venir. Los toreros se miraban entre ellos y al verse aludidos retiraban la vista y se ponían a silbar como si la cosa no fuese con ellos. Al final fue "El Cid" a por el toro y de poco paga su osadía con sangre. La escena se reprodujo tras el primer puyazo en el que el astado quedó
frente al caballo al que había dejado hecho una piltrafa tras derribarlo espectacularmente. De nuevo los toreros echando balones fuera con el toro como amo y señor de la situación. Y así fue toda la tarde, el Toro salió y se hizo el dueño para alegría de unos y desgracia de otros. Por mi y por otros que yo me sé que salga todos los días. ■ Ignacio Lloret
11 de mayo de 2003. Corrida de toros Segunda de la Feria de San Isidro.
EL FANTASMA DE GUITARRERO Toros de Hernández Pla, bien presentados, mansos, sosos y descastados en general, excepto el sexto, bravo. Tercero y cuarto, manejables Oscar Higares, silencio y pitos. Canales Rivera, silencio en ambos. Angel Gómez Escorial, división con saludos y silencio tras aviso. Lleno en tarde de agradable temperatura
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os quedamos todos a dos velas. Los toreros, los aficionados y el ganadero. Aunque me invade la duda. Sorpresas inesperadas aparte, ¿quién se traga la milonga de que el señor Tabernilla desconocía lo que iba a salir por los chiqueros? No más que cuatro o cinco ingenuos que siguen pensando que los toros son como los melones, que hasta que no los abres no sabes lo que hay dentro. Pero como la experiencia es la base de la ciencia y el año pasado los santacolomas de Hernández Pla se llevaron casi todos los premios de la feria, los aficionados, que solemos agarrarnos a un clavo ardiendo, teníamos puestas todas nuestras esperanzas en el juego de los astados más que, sinceramente, en el arte de la terna. Mas Guitarrero, ejemplo reciente de bravura y casta, había dejado el listón demasiado alto y se nos aparecía en la mente como un fantasma. Muy al contrario, salieron al ruedo de la plaza seis mansos, distraídos, sosos y descastados toros que no fueron ni la sombra de los que se lidiaron en la feria del año pasado. Todos man-
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searon en el caballo, entraron al peto andando, empujaron con discreción y levantaron la cabeza al menor descuido. Todos, excepto el sexto, que metió los riñones pero, claro, ya se encargó el pinchador de darle bien “pal pelo” y dejarle hecho trizas en la muleta. Con el picadillo salió perdiendo su torero, Angel Gómez Escorial, que no pasó de tener una actuación más voluntariosa que exitosa. Se fue a porta gayola en sus dos toros y en los dos aguantó los arreones como un valiente. En el tercero hubo de tirarse en plancha para librar la embestida y durante los dos segundos en que permaneció en el ruedo el animal hizo lo que tenía que hacer, que era ejercer su papel de toro -que no de borrego- y tratar de cornearlo. No lo empitonó, pero sí le propinó tremenda paliza que nos puso a todos el corazón en un puño. A este primero de su lote, Escorial le hizo la faena en los medios. Ligó los primeros naturales un tanto despegado pero a mediada que avanzaba la faena el toro salía más y más distraído hacia tablas. La muleta del madrileño tampoco fue
un colmo de temple y no siempre la dejaba bien puestita en la cara, lo mismo que en el sexto, el mejor del festejo. A punto de que pasara en balde su única actuación en la feria el diestro citó de lejos al toro y comenzó la faena con un pase cambiado escalofriante que por poco no le manda al hule. El de Hernández Pla acusó la paliza en varas y se quedó sin motor en la muleta a la que entraba humillando con nobleza. Escorial no lo entendió del todo y siguiendo la tónica general de la tarde, dio el mitin con la espada. Oscar Higares, que ejerció dignamente de director de lidia, se mostró apático, sin ganas de salir de la penumbra en la que lleva perdido desde hace varias temporadas y eso que el cuarto le dio oportunidades de lucimiento. En definitiva, un cero a la izquierda. Canales Rivera, suplió su falta de arte y su escaso bagaje técnico sobre “santacolomas” con arrimones innecesarios a los que, una modesta aficionada como yo no les llama, precisamente, torear. ■ Begoña F. Pellicer
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La Voz de la Afición
12 de mayo de 2003. Novillada con picadores Tercera de la Feria de San Isidro.
LAS MÁQUINAS DE EMBESTIR Se lidiaron seis novillos de La Quinta. Primero: encastado, repitió con nobleza. Segundo: encastadísimo y noble fue a más para terminar superior. Tercero: desarrolló algo de sentido y se quedó parado aunque puede que la lidia tuviera mucho que ver. Cuarto: otro novillo magnífico que fue alegre al caballo y embistió noble y codicioso. Quinto: galopó con fiereza al caballo pero hizo una pelea más que discreta; dulce en la muleta. Sexto: noble y soso, el de menos casta. Luis González: Estocada atravesada, tendida y contraria; (silencio). Estocada desprendida; silencio. Pinchazo y estocada; (silencio). Salvador Cortés: Estocada; (silencio). Estocada; (silencio). Manuel Martínez: Media y descabello; (silencio). Fue herido en el tercero y no salió para lidiar al segundo de su lote. Casi lleno en una tarde calurosa. Presidió José Manuel Sánchez sin complicaciones. Se pidió que el segundo novillo entrara una tercera vez al caballo pero el presidente cambió el tercio.
V
er salir a los novillos de La Quinta era la gloria para el aficionado y debería haberlo sido también para los novilleros. Galopaban por el ruedo con alegría persiguiendo todo lo que se movía con nobleza, bondad y repeticiones infinitas. En los caballos la cosa cambió algo. Seguían galopando pero cuando llegaban al peto un leve déficit de bravura les impedía, en general, pelear como se esperaba de ellos. Algunos, como el primero, tomaron los puyazos con fijeza y la cabeza baja. Otros, como el segundo, se lanzaban de largo a por el caballo para llegar y salir sueltos o hacer sonar los estribos. Los más se dejaron pegar sin mucho interés para recuperar de inmediato su dulzura y las ganas de embestir.
Extrañamente, cuanto más nobles salían los novillos más precauciones tomaban los novilleros. La norma de las seis lidias ha sido el medio pase, la rectificación de terrenos y los engaños por las nubes. Los cardenitos de La Quinta, obedientes y cumplidores, siguieron las órdenes de los aprendices en todas las ocasiones. Por eso, en las contadas veces que los llevaron largos y por abajo, se pudo ver que las pocas dudas que generaban los viajes de los novillos partían siempre de los engaños que se veían obligados a seguir.
La terna no se va a ver en otra como ésta. Posiblemente sus avispados mentores les habrían hablado "maravillas" de esto de Santa Coloma; ya sabemos que para los taurinos los breves torillos cárdenos son la representación del demonio en el ruedo.
La paciencia de los santacolomas tenía un límite. Manolo Martínez se hizo un tremendo lío al intentar colocar a su primero en el caballo, se vio agobiado, perdió pie y el novillo lo levantó hiriéndolo en el muslo. Su casta le hizo atravesar después el ruedo persiguiendo a su presa con tan buena suerte para ésta que terminó el episodio con una cornada y una luxación. No pudo salir a matar al sexto pero pudo ser mucho peor.
El principio de la corrida hacía presagiar una tarde de entrega y pundonor. Salvador Cortés y Luis González se enzarzaron en una ajustada competencia en quites que luego no tendría continuidad durante la corrida.
Luis González y Salvador Cortés aplicaron la antitauromaquia descrita en cuanto se ponían en las cercanías de sus enemigos. Lo mejor que hicieron en seis novillos que debieron ser desorejados fue la estocada con la
que Cortés mató al segundo. Cayó rodado sin puntilla. Mejor pasaron la tarde los subalternos. Curro Javier y José Chacón se desmonteraron por sus buenos pares de banderillas. Curro Robles se desmonteró también aunque los palos le cayeron a mitad de camino entre el rabo y el morrillo. Es decir, un poco traseros. Parte de la afición se lo recordó. Una ovación de mucho lujo se llevó José Manuel Romero, un joven picador de añeja y oronda estampa, que hizo la suerte con torería y se agarró con precisión ante las violentas acometidas del magnífico cuarto novillo. Fue un gusto ver picar así y oír a la sabia afición de Las Ventas, esa que dicen que todo lo protesta, aplaudir a rabiar al piquero. Ojalá sus compañeros tomen ejemplo. Aunque sea por ellos, que debe ser mucho más bonito abandonar la plaza entre fervorosos vítores que como lo hacen habitualmente. También hubo algunos aplausos al final del festejo para el conjunto del encierro. El mayoral, modesto, no quiso salir a saludar. Él se lo perdió. Nosotros, por nuestra parte, ya habíamos disfrutado de todo lo bueno que nos dejó, un año más, la novilla■ Manón da de La Quinta.
13 de mayo de 2003. Corrida de toros Cuarta de la Feria de San Isidro.
UN ASCO DE CORRIDA Seis Toros de Sepúlveda, con hueso, y cara, pero sin cuajo y sin rematar. Tercero impresentable de trapío y sexto, el más serio, fueron devueltos por inválidos. El resto, mansos, descastados, feos y flojos. Un sobrero de Navalrosal, serio, manso descastado Un sobrero de Palomo Linares, serio, precioso, un tío, manso encastado. Rafael de Julia: Dos pinchazos huyendo pescueceros AVISO, un pinchazo y dos descabellos. SILENCIO Casi entera y dos descabellos. SILENCIO Iván Vicente: Dos pinchazos, aviso, estocada tendida y un descabello, SILENCIO Un pinchazo y estocada, SILENCIO Serafín Marín: Un pinchazo, AVISO, un pinchazo y seis descabellos, 2º AVISO y dos descabellos, SILENCIO bajonazo, OREJA Saludo en el quinto de la tarde CRUZ VELEZ tras banderillas. Presidio D. Manuel Muñoz, en general mal,
V
arios años llevaba el hierro de Sepúlveda sin lidiar en San Isidro, y tras el festejo de ayer, se ha ganado estar otros tantos sin volver. Corrida sin nada que destacar, fea, sin rematar, mansa, con tendencias a la huida a chiqueros, descastada, inválida, en resumen, un asco. De aquellos años en los que las figuras se peleaban por matar esta corrida no
queda nada, son bueyes de carreta. Tan solo el segundo de la tarde recordó los éxitos de esta ganadería. Fue manso en el caballo, no le picaron, y se aguantó en el tercio final siendo muy noble por el pitón derecho y dando cabezazos por el izquierdo. Pobre balance para una ganadería en un declive peligroso.
Con estos mimbres difícil es triunfar, y si los toreros vienen tan conformistas como es el caso de Rafael de Julia tan sólo un milagro puede cambiar el silencio más sepulcral que recibió ayer el torero de Madrid. Cierto es que la corrida era para desesperar a cualquiera, pero sus formas de torear, sin cruzarse, mandando el toro a la otra punta y siendo tan
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pesado y tan vulgar no le ayudaron más que para pasar de puntillas en su comparecencia en la feria de San Isidro. Mucho se esperaba de Iván Vicente, tras sus comparecencias anteriores en esta plaza. La presión de la feria y la plaza llena le jugaron una mala pasada, y dejó irse el único toro potable del festejo. No voy yo a descubrir a Iván Vicente sus deficiencias como torero, pero debe de arriesgar más si quiere ser gente en esto del toro. No se cruzó en ninguno de sus enemigos, sufrió varios enganchones y un desarme en su primero y estuvo pesado y vulgar en su segundo. Sin duda, un paso atrás en su carrera. El triunfador de la tarde fue Serafín Marín. Sin exagerar ni tanto así, se jugó la vida a cara o cruz. Hizo todos los quites que le correspondieron, derrochó
ganas, pero todo tiene sus matices. En ambos toros le paso algo similar. A determinados toros, los de ayer son un ejemplo, no se les puede hacer las faenas que se hacen todas las tardes. Derechazo por aquí, tres o cuatro no más, natural por allá, dos tandas como mucho, y muchos pases de pecho. Hay toros que necesitan castigo, que se doblen con ellos, que sepan quién manda y después de eso intentar torearlos. Pues bien, Serafín Marín hizo todo lo contrario. A sus dos enemigos los toreo a derechazos y naturales con la mano a media altura desde el principio, por lo que es un milagro que saliera andando de la plaza. Sobre todo a su segundo, donde expuso más y el toro transmitía más el peligro que tenia. No voy yo a negar la oreja a este torero. Más adelante se darán muchas más injustas,
pero sí me gustaría concienciar a los aficionados sobre varias cuestiones. La primera es que la estocada fue un bajonazo. Y cuando Madrid era Madrid, jamás se premiaba una faena tras una estocada defectuosa. Para eso están las vueltas al ruedo. La segunda es que siempre se han tenido en cuenta el oficio de los toreros para evaluarlos. Y fruto de esa falta de oficio Serafín Marín se jugó ayer la vida, es verdad, pero no hizo lo que el toro pedía, que no era ni más menos que le sometieran por bajo y le obligaran. De todas maneras la fiesta necesita esto también. Hombres dispuestos a jugarse la vida por un triunfo. Y eso hizo este torero ayer, jugarse la vida sin pensárselo dos veces.
■ Salva
14 de mayo de 2003. Corrida de toros Quinta de la Feria de San Isidro.
EL OCASO DE LOS DIOSES Se lidiaron toros de "El Ventorrillo" (encaste Domecq), bien presentados, que en general mansearon en varas, se dolieron en banderillas y resultaron nobilísimos en el último tercio. Justitos de fuerza -inválido el tercero-, destacó por su excepcional nobleza el primero, que fue ovacionado en el arrastre. José Miguel Arroyo "Joselito", de azul pavo y oro: estocada corta perpendicular y trasera (algunos pitos); estocada corta trasera y caída (bronca). Fernando Robleño, de azul turquesa y oro: tres pinchazos -aviso-, estocada atravesada al encuentro que escupe el toro y un descabello (silencio); estocada dejándose encunar y saliendo rebotado (oreja). Matías Tejela, que confirmó la alternativa, de grana y oro: estocada corta, caída y trasera (ovación); pinchazo y estocada caída (silencio). Presidió Juan Lamarca en su línea, cambiando el primer tercio cuando los toros no habían aún salido de debajo de los caballos. Casi lleno en tarde calurosa y soleada, sin viento.
S
i cualquier otro matador del escalafón perpetra lo que José Miguel Arroyo cometió con el segundo de la tarde, arde Troya. El toro era el paradigma de la casta bodeguera: basura durante los dos primeros tercios y vergonzosa sumisión en el último, con ambas orejas diciendo "córtame", justito de fuerzas, dejando colocarse al matador y acudiendo a la muleta con una babosería ciertamente empalagosa en todos los terrenos y desde todas las distancias. Esta vez no podrá alegar mala suerte el señor Arroyo; ni siquiera podrá escudarse en las "irrespetuosas" reacciones de "cierto sector del público", pues este público -y el clavelero, y los isidros- se comportó con una inaudita benevolencia y evitó dedicarle la bronca que se merecía. En efecto, es muy difícil estar peor, tan fuera de cacho, tan desconfiado y tan desganado con un toro así. El señor Arroyo tiene crédito en Madrid pero lo está malgastando, y prueba de ello es la bronca que, esta vez sí, nació en forma de pitos aislados durante el trasteo de muleta al cuarto toro y fue in crescendo a medida que el madrileño repetía la labor que había hecho con su toro anterior. El quite "del perdón" que ejecutó al sexto tampoco le salió lucido, pues consistió en unas
chicuelinas despegadas e insulsas que sólo sirvieron para que algunos incondicionales le dedicasen unas palmas que ni mucho menos ahogaron los pitos con los que fue despedido de la plaza.
do e ileso de milagro y por eso, por su voluntad toda la tarde, por su arrojo, por el bello inicio de la faena y porque José Miguel Arroyo lo había dejado muy fácil, se ganó una oreja pedida por amplia mayoría.
A Fernando Robleño le tocaron en suerte los dos peores toros del encierro. Tan nobles como sus hermanos, pero con la diferencia de que el tercero estaba absolutamente inválido -gracias, Monsieur Lamarca, por mantenerlo en el ruedo-, y el quinto se rajó por completo al poco de comenzar la faena de muleta huyendo hacia tablas.
Matías Tejela vino a confirmar la alternativa avalado por su reciente triunfo de Sevilla y la verdad es que, salvo algún detalle suelto, dio la impresión de estar aún bastante verde.
Precisamente con el quinto toro, bien picado por Marcial Rodríguez, ejecutó Robleño un precioso comienzo de faena con varios estatuarios, sacándolo al tercio a base de trincherillas, pases de la firma y de pecho que fueron de lo mejor de la tarde. Continuó con una serie de derechazos muy templada que remató con un trincherazo de cartel, y ahí -¡oh desgracia!- el toro se rajó buscando refugio en las tablas. La equivocación del torero fue empecinarse en continuar en ese terreno su faena, y la afición se lo advirtió. Cuando Robleño quiso rectificar y llevar al toro a los medios ya era demasiado tarde. Mató de una forma temeraria dejándose encunar, saliendo rebota-
Para empezar se dejó ir con las orejas puestas al primero de la tarde -"Mocetón", nº 12, negro bragado, de 554 Kgs., nacido en enero de 1998-, el toro más fácil de todos, al que anduvo pegando derechazos por docenas siempre al hilo del pitón. En su otro toro, que se quedaba más corto pero que no desmerecía en cuanto a nobleza, hizo un bonito quite combinado en el que destacaron dos faroles que tuvieron usía. "En otros tiempos" -decía una aficionada cercana- "a buenas horas iban a dejar dos toreros que empiezan irse viva a una figura que da muestras de flaqueza." Y es verdad. El señor Arroyo se fue bastante tocado, pero vivo. Ya veremos la próxima vez. ■ Martín Ruiz Gárate
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15 de mayo de 2003. Corrida de toros Sexta de la Feria de San Isidro.
DEL ABURRIMIENTO AL ESCÁNDALO Se lidiaron toros de Carriquiri, justos de presentación y que, en líneas generales, resultaron mansos, muy flojos y descastados. Fue noble el tercero e inválidos segundo, quinto y sexto. El segundo fue devuelto y sustituido por otro del mismo hierro, justo de presencia, manso y descastado. Fueron pitados en el arrastre primero, quinto y sexto. Luis Francisco Esplá, de nazareno y oro: dos pinchazos y descabello (silencio). Dos pinchazos, estocada trasera y atravesada y descabello (silencio). Antonio Ferrera, de azul y oro: dos pinchazos y tres descabellos (silencio). Dos pinchazos, se echa el toro teniendo que ser apuntillado (silencio). David Fandila "El Fandi", de obispo y oro: estocada caída (palmas). Estocada casi entera desprendida (silencio). Lleno de "no hay billetes", en tarde calurosa, aunque llovió durante el festejo. Presidió, muy mal, Don César Gómez, siendo abroncado al término del festejo.
¡U
n escándalo! Eso resultó ser el sexto festejo de la feria de San Isidro: del aburrimiento total en los cuatro primeros toros se pasó al escándalo absoluto provocado, principalmente, por un presidente inepto e indigno de estar sentado en el palco de la que se supone es la primera plaza del mundo. César Gómez fue capaz de mantener en el ruedo un toro como el quinto de la tarde, que no se tuvo en pie durante toda la lidia y que acabó por echarse exhausto (parecía, incluso, enfermo) teniendo que ser apuntillado, lo que constituyó una imagen patética y denigrante para la fiesta de los toros que, desgraciadamente, es cada vez más habitual. Ahora bien, el colmo del bochorno y la indignación para el aficionado no terminó ahí, continuando con la salida del sexto de la tarde que, al igual que su anterior hermano, hacía gala de una invalidez absoluta, y al cual, pese al clamor popular, se mantuvo en el ruedo tras habérsele simulado (como no) la suerte de varas. Cualquiera con un mínimo de dignidad, ante esa tesitura, hubiera abreviado intentando acabar con ello lo antes posible. Pero no fue así, sino que "El Fandi", eso sí, muy chulo él, cogió los palos, con el consiguiente cabreo general, y colocó tres pares cre-
yéndose realizador del summum de la belleza cuando lo que aquello constituía era el summum de la desvergüenza torera. Inexplicablemente, la mitad de la plaza se puso en pie para ovacionar aquella parodia, que tuvo su continuidad en el tercio de muleta. Del resto del festejo, el aburrimiento general fue el protagonista, pues los toros de Carriquiri, muy justos de presentación, parecían moruchos por su manso y descastado comportamiento y lucieron una falta de fuerza alarmante. Pese a ello, sólo se devolvió el segundo (¡gracias César!) y ¡en banderillas!, tras numerosas costaladas. Luis Francisco Esplá anduvo toda la tarde en torero, siempre muy atento a la lidia, algo ya habitual en él, y con detalles de gran torería en el primer tercio de sus dos enemigos (en el cuarto ayudado por "El Boni", que lidió muy bien a este ejemplar). Donde falló Esplá fue en banderillas, vulgar toda la tarde, tanto en los que compartió con sus compañeros como en el que banderilleó en solitario. En la muleta nada pudo hacer ante un lote que resultaba imposible para el lucimiento, y en el que se le agradeció la brevedad. Antonio Ferrera no es el torero del año pasado. Es verdad que su lote no
fue el idóneo para triunfar (con el quinto quedó inédito) pero se le ve fuera de sitio, apático y vulgar, especialmente en banderillas, donde estuvo realmente mal. Se está equivocando al escoger este tipo de corridas desde que triunfara el año pasado en esta misma plaza, pues lo que necesita, más que nadie, es un toro con emoción y transmisión. Mal va si sigue por este camino. Por último, a "El Fandi", además de lo dicho anteriormente, le correspondió el único toro potable de la corrida por su nobleza, el cual desaprovechó por torear siempre al hilo y muy despegado. Tampoco anduvo muy brillante en los tercios de banderillas que compartió con sus compañeros. De esta forma, terminó siendo protagonista el presidente que, pese a todo, abandonaba la plaza con una sonrisa y siendo felicitado por los taurinos, por haber defendido perfectamente los intereses de la empresa, en vez de los del aficionado, como es su deber. Por el contrario, el aficionado abandonó la plaza sumido en un enfado general, ya que, encima, se encuentra con que todavía se pueden presentar en esta feria varios festejos como éste, o, igual, peor. Quién sabe. ■ Luis Esteban
16 de mayo de 2003. Corrida de toros Séptima de la Feria de San Isidro.
A LA LIMA Y AL LIMÓN Se han lidiado cinco toros de Puerto de San Lorenzo, mal presentados - 3º y 6º con el pelo de invierno- sospechosos de pitones, sobre todo los jugados en segundo y sexto lugar, descastados, y un sobrero de "El Serrano", bien presentado, justo de fuerzas y noble, corrido en 5º lugar. Jesulín de Ubrique, pinchazo hondo trasero y desprendido y descabello. Silencio Pinchazo y media estocada baja. Silencio Morante de la Puebla, seis pinchazos - en el 3º perdiendo la muleta y saliendo huido -, descabello, AVISO y dos pinchazos. Silencio. Dos pinchazos y media estocada atravesada. Silencio. Iván García, que confirmaba alternativa. Aviso antes de entrar a matar, dos pinchazos y entera algo atravesada. Silencio. Pinchazo y estocada rinconera. Oreja. Presidió Juan Manuel Sánchez en tarde soleada. Lleno. Se guardó un minuto de silencio en memoria de José Gómez Ortega "Gallito".
E
n las paradisíacas islas del Caribe llaman lima a un pequeño cítrico que se asemeja a un diminuto limón. Con él se preparan refrescantes bebidas al menos hasta el día de hoy, en el que los taurinos, siempre tan ingeniosos, han encontrado una nueva aplicación a la otrora inofensiva lima. Y ésta no es otra que el frotamiento de los pitones de los toros con tan benéfica fruta que ¡Oh sorpresa!
resulta que tiene unas propiedades de corte, pulido y desgaste sobre los cuernos del ganado de lidia verdaderamente inmejorables. Y eso ha debido pasar esta tarde, a juzgar por las impresentables cabezas que lucían los bichos que se jugaron en el ruedo de Las Ventas, en especial los lidiados en segundo y sexto lugar. Porque, naturalmente, lo que es impensable es que el ganade-
ro, los toreros y sus apoderados, el empresario y/o la autoridad hayan realizado, consentido o simplemente visto tal tropelía. Al fin y al cabo, el afeitado está prohibido. No faltarán quienes digan que todo ha sido producto de la imaginación de los miles de espectadores que hoy han contemplado con sus propios ojos el escandaloso aspecto que lucían las cornamentas de los astados. La estafa
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manifiesta de mantener en el ruedo a toros que, como los de hoy, no salen íntegros de chiqueros o que no aguantan en pie una lidia completa -y no digamos los que aúnan ambas desgracias- ha llegado, con total desvergüenza, a la plaza de Las Ventas. Los toros, que por fuera eran bastos, pezuñones y un par de ellos hasta lucían el pelo de invierno, asemejaban becerrotes agigantados, por dentro atesoraban un descastamiento absoluto. El ganadero ya puede estar orgulloso de haber creado un nuevo encaste: el de la borrega gigante inofensiva-tullida. Y le pondrán su nombre y todo. Que le aproveche. Por supuesto, la suerte de varas ha quedado proscrita para tales animalejos, de manera que se ha vuelto a simular esta otrora magnífica suerte. Otro tanto del taurinismo que apuntamos en el bagaje de la autoridad.
En el cartel decía que hoy hacía el paseíllo un tal Jesulín de Ubrique. El público se apercibió de ello en la desastrosa lidia que le suministró al cuarto de la tarde, un becerro sin pecho que jamás salió de tablas. El asunto empeoró aún más cuando se comprobó que no le obedecía ni su propia cuadrilla, a la que daba órdenes presa del desconcierto. A partir de entonces, el público tomó su labor a pitorreo. De Morante de la Puebla, designado por la prensa adicta al régimen bodeguero como sucesor de Curro Romero, decir que una vez más ha resultado ser la encarnación de la apatía. Su total falta de ideas le hizo desperdiciar al precioso y noble jabonero de "El Serrano" que salió como sobrero en quinto lugar, permitiendo que su picador lo liquidara sin contemplaciones. Espero que el siguiente paseíllo que haga tenga por lugar el salón de su casa. En Las Ventas, en esas condiciones, sobra.
Confirmaba esta tarde la alternativa Iván García. Por lo demostrado en el ruedo, parece haber aprendido todos los trucos de la neotauromaquia. Inédito con el capote y vulgar en banderillas, se coloca con la muleta en ese odioso - y mentiroso - sitio que tanto criticamos los aficionados: la pala del pitón. Y así se ha pasado toda la tarde, acrecentando su ventajismo con el incesante abuso del pico y consiguiente echarse fuera al animalito. Si a ello le añadimos una figura retorcida y el rubio cabello -que diría un cursi- ya tenemos la fotocopia en bajito de Espartaco. Y la oreja ha sido la última burla de una tarde, una más en la que los taurinos han prostituido la mítica historia de la Fiesta que de manera tan cimera encarnó José Gómez Ortega. Por eso, y después de tantos años, le seguimos recordando. A los de hoy, que les ondulen, que diría un castizo.
■ Latiguillo
18 de mayo de 2003. Corrida de toros Novena de la Feria de San Isidro.
LAS VACAS DE LOS TOROS BRAVOS ENVIUDAN TRAS EL PRIMER TERCIO Tres toros con el hierro del Conde de la Corte (lidiados en 1º ,5 º y 6º lugar) y tres con el de María Olea (en 2º, 3º y 4º). Aunque con dos hierros es una sola ganadería. Ofensivos y cornalones por delante, aunque a pesar de ello algunos sospechosos de pitones (si yo hubiese sido el presidente habría mandado a analizar todos, por si acaso y para disipar dudas, algo a lo que se supone tenemos derecho los que mantenemos este espectáculo). En general bien de presencia, en el tipo de los antiguos "tamarones", aunque algunos mal rematados por las culatas. Muy descastados y flojos en general, distraídos, perdiendo las manos varias veces, especialmente los tres del hierro del conde y el primero del de María Olea, todos ellos manseando claramente en el caballo, aunque les taparon la salida. El quinto fue un inválido parado. El sexto otro inválido y rajado, mantenido en el ruedo ilegalmente por la presidencia, rodó varias veces por el albero en cuanto se le obligaba, lo cual le debería haber impedido seguir la lidia si la autoridad defendiese al público que paga. El tercero (bravísimo hasta que le duraron las fuerzas y masacrado en el caballo) y el cuarto (manso en varas, muy mal picado, pero muy interesante para la lidia), los mejores de la corrida por lo que luego explicaremos, fueron aplaudidos en el arrastre. Estos dos toros nos dan esperanzas para el futuro de la ganadería, pero si luego no hay toreros a pie ni a caballo que sepan sacarles partido o con el valor necesario para ello y darles la lidia adecuada...alguien dirá: "si no sirven para triunfar, al matadero". José Pedro Prados "El Fundi": estocada baja atravesada (silencio) y estocada rinconera (pitos). Manolo Sánchez: cuatro pinchazos y descabello (silencio) y bajonazo infame (silencio). Eduardo Dávila Miura: pinchazo tendido y estocada (saludos desde el tercio) y estocada desprendida (silencio). Tarde calurosa. Novena corrida de la Feria de San Isidro. Cartel de NO HAY BILLETES. Presidió el Sr. Lamarca, mal, como siempre.
E
l Fundi puso seis pares de banderillas, todos a cabeza pasada y algún par con medio toro pasado. Para eso, mejor lo harían los subalternos. Otra cosa que debe desconocer es que el reglamento, entre los pocos artículos inequívocos que tiene, dice que los toreros deben quedar a la izquierda del caballo, saliendo por el cuello de éste para ponerlo en suerte. Hoy, en todas las varas de sus toros se puso el reglamento por montera ¿Será, por ello, propuesto para sanción? Lo dudamos. Dio a su primer noble y descastado antagonista muletazos sin entregarse en ningún momento y terminó con él sin lucidez alguna. El cuarto recibió dos varas con saña y recibió muy mala lidia. A pesar de ello llegó a la muleta con alegría y nobleza, galopando largo, hasta que se encontró con el destoreo de su matador, quien se afligió ante tanta casta y terminó con el toro hecho el amo, llegando incluso a desarmarle. Al final también se rajó el toro, creemos que
aburrido de la lección de antitauromaquia recibida. Lo mejor de su actuación: que al menos estuvo breve con los aceros. De Manolo Sánchez, aquel joven novillero, que llegó a triunfar en Madrid hace años, poco queda ya. Ni ilusión, ni ganas ni ánimo, aunque en verdad pechó con los dos toros más infumables del encierro, dos mulos de carreta. Pasó con más pena que gloria. Y lo que es peor, terminó entre la indiferencia general. Claro que con dos mulos es difícil hacer el toreo. En todo caso el "muleo". Lo mejor de su actuación, que terminó pronto. Parafraseando: "lo malo si breve, menos malo". Dávila Miura al menos lo intentó, dentro de sus limitaciones. Recibió a su primero con una larga de rodillas junto a las tablas. Luego el toro recibió dos puyazos larguísimos, especialmente el primero, dormido bajo el peto, no empujando mucho pero sin cabecear en ninguno de los dos,
siéndole tapada la salida y sin que ni matador lo ordenase ni el picador le retirase la puya, con lo que llegó a la muleta con las fuerzas muy justas, pero con el recorrido, lentitud y nobleza necesaria para que su matador hubiese bordado el toreo, breve pero intensamente. Brindó el toro a Curro Romero, que ocupaba junto a su esposa una barrera en el 10. Si el maestro de Camas hubiese sido el vestido de luces, quién sabe si en sus manos, con diez muletazos, hubiese puesto la plaza boca abajo. Pero no, estaba de espectador y vestido de paisano. Y Dávila Miura, todos lo sabemos, no es un exquisito precisamente. Se lo llevó a los medios y aunque lo intentó, el toro terminó desangrado y parado por completo. Sólo se acercó a las tablas a morir, tras recibir una gran estocada a la segunda. El sexto, abanto de salida y descastado, salió suelto de la segunda entrada al caballo, apretó a tablas en banderillas y llegó a la muleta manseando, con las fuerzas mínimas
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y protestando y perdiendo las manos en cuanto se le obligaba. Dávila lo intentó en los medios pero ante tal ejemplar abrevió, lo que se le agradece. Destacó en el tercer toro la excelente lidia que hizo el subalterno jiennense Joselito Rus, para mí el único torero triunfador
de la corrida, dando los capotazos mínimos y siempre bien colocado. Mi reflexión final es la del título. Con los toreros que nos "martirizan" actualmente estamos abocados a no poder ver una faena de muleta a un toro bravo de
verdad, porque si lo es será masacrado en varas. Decía el maestro Vidal hace años aquello de "Las vacas enviudan a las cinco de la tarde". Tras ver la corrida de los toros "condesos" diríamos: "Las vacas de toros bravos enviudan hoy en el primer tercio". ■ Joaquín Monfil
19 de mayo de 2003. Corrida de toros Décima de la Feria de San Isidro.
LA NOVILLADA SOÑADA Novillos de Fuente Ymbro, bien presentados aunque bajó algo el 2º. Desarrollaron todas las variantes de la casta. Todos dieron un juego excelente en varas. 1º encastado y noble aún adoleciendo de algo de sosería. 2º manso encastado y un punto violento. 3º bravo en el caballo y encastado. 4º derribo en el primer puyazo, noble y repetidor al que faltó algo de fijeza para ser perfecto. 5º bravo en el caballo recibió tres varas y aún así llegó recrecido a la muleta (se le pidió la vuelta al ruedo siendo abroncado el Presidente por no concederla). 6º "Maltrecho"; nº 94, negro, 495 kilos y nacido en diciembre de 1999, acudió, también, 3 veces al caballo derribando la 1ª llegando fiero y desbordante al último tercio (se le dio la vuelta al ruedo). Raúl Velasco, pitos en ambos (al ser arrastrado el 4º se cortó la coleta siendo sacado a saludar desde el tercio por la afición). Luis Miguel Vázquez, pitos en ambos. Manuel Escribano, división al saludar y pitos. Presidió D. César Gómez, fue abucheado por no permitir acudir a los novillos más veces al caballo y por negar la vuelta al 5º. Más de tres cuartos de aforo en tarde calurosa.
L
a novillada soñada salió en la 10ª de Feria. Saltaban los novillos al ruedo y cada uno parecía tener su papel asignado dentro de la ensoñación de la casta y la bravura. Desde el manso encastado que muere dando guerra, al encastado sin más, tocado con un punto de violencia y fiereza de las que ya no se ven, pasando por el bravo, noble, repetidor y con clase en su embestida en la muleta. Así, al final de la corrida el aficionado había presenciado toda la gama posible de comportamientos que ofrece el ganado de lidia auténtico. Presos de la incredulidad ante lo vivido algunos rogaban a su vecino de localidad que les abofetease para cerciorarse que no estaban realmente en brazos de Morfeo. Seguros ya de estar despiertos, salían de la plaza alzando los brazos en señal de triunfo y fundiéndose en sentidos abrazos, sabedores de haber recobrado la esperanza en forma de casta brava en medio de tanto fraude. La esperanza recobrada desde el monoencaste. Vaya paradoja. Algunos resentidos saldrán ahora diciendo que en Las Ventas se han comido un triunfo de sangre Domecq con patatas. Pero no es así. La afición venteña disfruta degustando la ver-
dad de la casta y de la sangre brava, venga de donde venga. La perdición del monoencaste no viene por la exigencia del toro grande de tal o cual afición recalcitrante. El vicio está en la selección interesada y dirigida al negocio fácil, lejos del respeto al toro íntegro. Ha de ser un recién llegado el que ponga firmes a los nobles titulares del linaje y les saque los colores, tras haber hecho éstos y sus filiales mercantiles el más espantoso de los ridículos en las primeras ferias de la temporada. Claro que lo que para unos fue sueño para otros fue pesadilla. Los de luces, a pie o a caballo, se veían en todo momento desbordados por el torrente de casta que se les venía encima sin solución de continuidad. A ello se unía un vendaval incesante y un público cautivado por el comportamiento de los novillos. Hasta tal punto llegó la cosa que uno de ellos decidió cortarse la coleta. "No he estado a la altura y me voy", decía Raúl Velasco entre barreras. Oían sus palabras los coletudos de alrededor y se miraban asombrados musitando: "Este no es de los nuestros". Y, efectivamente no lo era. Velasco había dado al toro de su despedida los muletazos más logrados de la tarde,
especialmente en el tramo final del trasteo. Vencido en su corazón torero y sabedor, como aficionado que debe ser, de la condición excelsa de su oponente, avanzó hasta el tercio y se desprendió del añadido. Sus compañeros de terna, Luis Miguel Vázquez y Manuel Escribano y las correspondientes cuadrillas no estuvieron mejor, aún al contrario, se vieron desbordados en todos los tercios, no fueron capaces de poner una vez en suerte al caballo a ninguno de los novillos y, con todo, se fueron tan panchos a la espera de un ganado más acorde con los tiempos que corren, que les permita moverse por la plaza con tranquilidad y sentirse superiores, mientras lo ven disminuido y moribundo. Ciertamente tampoco tienen culpa. Están dentro de un sistema donde novilladas como la de Fuente Ymbro son un acontecimiento irrepetible que ningún aficionado espera vivir, salvo en uno de sus más bellos sueños, mientras aguanta festejo tras festejo presidido por el fraude y el desencanto. Pero ya se sabe, los sueños, sueños son y pronto despertaremos a la cruda realidad. Fue bonito ■ Ignacio Lloret mientras duró.
20 de mayo de 2003. Corrida de toros Undécima de la Feria de San Isidro.
UNA NOVILLADA DESCASTADA Se lidiaron 4 toros de Mari Carmen Camacho (2º, 3º, 4º y 5º), mal presentados, descastados y muy flojos en general. El 5º, muy protestado por inválido. Remendó el festejo uno de Antonio López, que salió en primer lugar y un sobrero de Navalrosal, que lo hizo el sexto, en sustitución del titular, devuelto, también por invalido. Uceda Leal: estocada desprendida y atravesada (ovación); estocada (oreja protestada) Antón Cortés: 4 pinchazos y estocada (silencio); 3 pinchazos y estocada tras aviso (bronca) Serafín Marín, que sustituía al lesionado Eugenio de Mora, estocada trasera y caída (ovación); 4 pinchazos y estocada caída y tendida (ovación). Presidente: José Manuel Sánchez, abroncado al arrastre del 5º por no devolverlo.
E
l festejo lo presidió un tal José Miguel Sánchez, más conocido como José Manuel por familiares y amigos. O al menos eso rezaba el programa de mano. También decía la ficha del susodicho -para que cons-
te a la empresa, siempre lleno de garrafales faltas de ortografía- que se lidiaba una "novillada" de Mari Carmen Camacho. Les falló el subconsciente. Sólo faltaba añadir que era impresentable, descastada e inválida y,
entonces, la información hubiera sido totalmente fidedigna con la cruda realidad. Porque los de Mari Carmen Camacho de casta y bravura, cero. En eso sí
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que tenía razón Sánchez, en que los toros se caían (y no se levantaban) de falta de casta. Lo que no veía el presidente era que tampoco tenían ni pizca de fuerza. Vamos, que andaban cual inválidos dejando surcos en la arena con los cuartos traseros. Le pasó al quinto, fuertemente protestado por la totalidad de la plaza. A Sánchez a veces le dan rabietas extrañas. Si fuese sicóloga podría clasificarlas dentro de algún grupo tipo "rabietas de egocentrismo presidencialista", pero como mi titulación es otra, diré que simplemente no quiso devolver al toro para llevar la contra a la mayoría. También ha dicho Sánchez que la protesta venía encabezada por el mismo sector de siempre, de lo que se sobreentiende que los ningunea. Es decir, que lo que diga el siete por un oído le entra y por el otro le sale. Pero en lo que no ha debido caer el usía es
en que, probablemente, su afición y experiencia les lleva a ver las cosas mucho antes que los tendidos de sombra. Por eso no devolvió al quinto y le robó un toro al público, que había pagado religiosamente su entrada, y a Antón Cortés, que se puso tozudo intentando sacarle pases al pobre y moribundo animalito de Camacho. Ante tal cúmulo de despropósitos, la afición pedía a gritos la dimisión del palco. Con este precedente salió el sexto, más inválido todavía que su hermano y Sánchez, como en un arrebato de generosidad, lo mandó de vuelta a los corrales en un abrir y cerrar de ojos. En su lugar salió un sobrero de Navalrosal, serio de pitones e infinitamente mejor presentado, que derribó al caballo y llegó con complicaciones a la muleta. Marín arriesgó mucho en cada pase pero marró con la espada y lo que hubiera sido una oreja segura se quedó en una simple ovación.
Aunque este sobrero de Navalrosal aparentemente salió con los pitones íntegros, véase la desintegración posterior de los mismos
Antón Cortés vino y se fue de la feria sin pena ni gloria y Uceda se llevó en el esportón una oreja del cuarto, un trofeo sin peso ninguno que paseó gracias a la efectividad del acero más que a la redondez de su ■ Begoña F. Pellicer faena.
21 de mayo de 2003. Corrida de toros Duodécima de la Feria de San Isidro.
DOS HORAS Y UN NATURAL; NO ESTÁ MAL Se lidiaron cuatro toros de Concha y Sierra, uno de Toros de Cortés y un sobrero de El Torreón que sustituyó a un inválido de Toros de Cortés. Primero, de Concha y Sierra: noble de una sosería exasperante. Descastado. Segundo, de Concha y Sierra: flojísimo, muy poco picado y descastado. Una joya. Tercero, de Concha y Sierra: de noble se pasó a tonto. Descastado con presencia de bebé. Cuarto, sobrero de El Torreón: se picó con cuidado por su aparente invalidez pero se vino arriba con casta en la muleta y sacó fiereza. Quinto, de Toros de Cortés: un buey inválido totalmente inútil para la lidia. Sexto, de Concha y Sierra: descastadísimo y defendiéndose en la muleta. Joselito: Sartenazo alevoso; (saludos). Estocada desprendida; (saludos con protestas tras petición minoritaria). Manuel Caballero: dos pinchazos y estocada; (silencio total) Pinchazo, estocada, descabello y el toro, aburrido, se echa; (silencio sepulcral.) Iván García: estocada rinconera; (silencio). Media bajísima traicionera; (silencio y se acabó). Plaza llena en una tarde calurosa que provocó varios mareos en el tendido (o fue el toreo de Joselito). Presidió malamente Manuel Muñóz Infante que permitió que los caballos salieran ciegos, el hurto de la suerte de varas y la permanencia en el ruedo de varios toros inútiles para la lidia. Posiblemente hubiera algunos desastres más que no alcancé a apuntar.
A
l salir de la plaza hablaba con una aficionada, "exjoselitista" de pro y me decía que había visto en toda la tarde un natural y poco más. Yo, bastante más desmemoriado, no recordaba tal natural y por eso me fui un poco enfadado al comprobar que había sido la persona que menos había disfrutado de la magistral tarde de Joselito. Mi amiga, al menos, recordaba el natural. Del resto mejor no hablar porque debieron pasarlo fenomenal. Nada más aparecer Joselito en el ruedo rompieron a aplaudir. Arroyo daba seis verónicas trapaceras, descargando la suerte y sin ganar un metro y las palmas sonaban atronadoras. Joselito hacía un quite por navarras mientras el toro miraba para otro lado y los isidros creían estar asistiendo a la faena capotera del siglo. Peor fue lo de su primero, un toro de Concha y Sierra impropio para la lidia por su falta de casta, pero prototipo del tipo que buscan los figurones del escalafón actual. El borreguillo iba y venía sin maldad y Joselito le ponía la muleta delante, componía
la figura sin mandar jamás y apretaba a correr para otro lado. Entre el componer sin mandar y el apretar a correr sonaba, dependiendo del tipo de “isidro", un "olé" seco o un "bien" arrastrando la ene con una cursilería de barrera de sombra engominada. Cuando terminaba una tanda, bien de redondos, bien de naturales, sonaban de nuevo los aplausos que se mezclaban con los pitos de unos pocos. No es preocupante porque esos pocos, gracias al Señor Sánchez, ya sabemos que son los de siempre. La faena al medio toro duró una eternidad y encima no sé si el natural lo dio en ésta o en la del cuarto. Todo estaba preparado para el triunfo colosal cuando Joselito asesinó al pobre animalillo con un bajonazo que no fue capaz de disimular. El cuarto, sobrero de El Torreón, fue lo único parecido a un toro de lidia que asomó por Las Ventas y se merendó con patatas al favorito de la afición feriante. Las repeticiones encastadas agobiaron a Joselito que, como mucho, puso voluntad, pero
nada de toreo cabal. Casualmente, a los “isidros” les impresionó mucho algún detalle que no advertí en el trasteo -¿sería el natural?- y después de la estocada desprendida que cobró le pidieron la oreja sin pudor. Menos mal que no eran muchos y que el presidente, por una vez, mantuvo la compostura. Los otros matadores no salieron mejor parados. De hecho, si de algo estoy seguro es de que ellos no dieron el natural. El segundo, un mulo de Concha y Sierra, no se tenía en pie ni tenía casta para hacer por tenerse. Lo peor es que Caballero lo pasó regular con esa ruina y lo mató con cierta brevedad que se le agradece. Lo mismo ocurrió con el quinto, otro mulo de la segunda marca de Vicky del Río, que salió de los chiqueros pidiendo una muerte rápida aquejado de total invalidez. "¡Al defensor del Menor vais a ir!", gritó Rosco cuando el tercero salió al ruedo. No le faltaba razón. El de Concha y Sierra no llegaba ni a novillo y, encima, tenía una gruesa capa de des-
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caste encima que, una vez más, lo invalidaba para una lidia emotiva. Iván García estuvo en torero. En torero pegapases, quiero decir. Al hilo, citando descaradamente con el pico y tirando líneas. Buena forma de aprovechar una sustitución, sí señor. El sexto, también de Concha y Sierra, no hizo más que defenderse y evi-
denció que los recursos de Iván García no daban para sortear las dificultades. Han pasado ya unas horas del festejo, he escrito la crónica y sigo sin acordarme del natural. Si quitamos al sobrero tampoco recuerdo haber visto ningún toro con todos sus atributos en esta corrida, mal parida desde su inicio.
Anunciar en Madrid toros de Victoriano del Río (o peor, su segunda marca) es una provocación gratuita que sólo ha terminado sin escándalo por la enorme bondad de los aficionados y el afán aplaudidor del público feriante. Si todos los “isidros” pusieran alguna vez el mismo empeño en pedir el toro que en aplaudir a las figuras le daríamos la vuelta a la tortilla. Sospecho que en esta feria no se verá. ■ Manón
22 de mayo de 2003. Corrida de toros Decimotercera de la Feria de San Isidro.
Y MADRID RESUCITÓ AL DECIMOTERCER DÍA Seis toros de ALCURRUCEN, tercero devuelto al descordarse, tres primeros sin cuajo, los otros más serios, mansos, flojos y descastados. 1 sobrero de HNOS. LOZANO, sin cuajo, manso, flojo y descastado. A todos se simulo la suerte en el segundo encuentro. Enrique Ponce, bajonazo, (silencio) estocada, 1 aviso 1 descabello, (silencio) Antonio Ferrera, pinchazo atravesado, pinchazo y estocada trasera, (silencio) 6 pinchazos y casi entera, silencio Javier Valverde, estocada, tres descabellos, (silencio) estocada baja, ovación Presidio el festejo el Sr. Lamarca, que lo hizo todo en contra de los derechos de los aficionados.
T
anto va el cántaro a la fuente que siempre termina por romperse. La santa y escasa afición venteña no aguanta más. Están hartos de robos, de inválidos, que simulen la suerte de varas, que se lidien toros anovillados, sospechosos, descastados, burras en resumen, con toreros que no se juegan ni medio huevo, vulgares, anodinos, de pasar calor, de ver a la autoridad como silba el "only you" mirando al tendido, sin hacer cumplir ni el reglamento ni nada de nada, tarde tras tarde hasta llegar a 30 días seguidos sin un aliciente, sin una esperanza y sin nada de nada, teniendo que aguantar además a un público festivalero, casi circense, harto de whiskis, los de la sombra, con entradas de regalo de empresas a ver al famoseo y a los que tres cojones les importa la integridad del toro y que aplauden hasta a los carpinteros cuando colocan las tablas de un burladero que increíblemente levantó un toro. Y algún día tenía que explotar. Y ese día fue ayer. En la decimotercera de la feria la gente se puso en su sitio. Pero no crean que fue exagerado, desorbitado, no. Que nadie se fue a quemar ningún convento, ni se tiraron al ruedo, exigiendo la devolución de la entrada y una cadena de ceses que deberían de ir desde el presidente del Consejo Taurino de la CAM, (no hace explicar por qué), hasta el último mulillero (éstos por ralentizar el arrastre del toro cuando hay petición de oreja, para luego cobrar la propina), pasando por la empresa y, por supuesto, por los presidentes de los festejos. Fue una tarde normal de cualquiera de muchas de las ferias que dio Chopera o las dos primeras de TORESMA. Solo que últimamente, la plaza ha ido cayendo estrepitosamente por el camino de la desidia, del ¡qué más da!, y del que todo vale. Muchos son los aficionados que desgraciadamente han muerto, y muchos otros, los que han huido jurando no
volver a este monumento historico artistico, donde han pasado muchos de los momentos más vibrantes y difíciles de olvidar de sus vidas. Y ayer 22 de mayo se unieron los planetas, las circunstancias y la decadencia en que se encuentra este espectáculo y hubo un escándalo. Las circunstancias de una feria larga que va por el camino del aburrimiento, de las corridas de toros sin toros, de la suerte de picar sin picar, de una autoridad que no lo es, que en los festejos en los que no presiden se van al callejón, al burladero de capotes y comparten tertulias con los toreros y beben de las mismas botellas de agua, ni tan siquiera de un botijo.
Sin comentarios
Y encima el público, ¡qué asco de público!. Y además de todo esto, ayer estaban anunciados juntitos como ganaderos, los empresarios, la máxima figura del toreo (o por lo menos, el que más cobra, sobre los 40 kilos), el triunfador del año pasado y como presidente del festejo a un amigo, no de los aficionados precisamente. Así que era fácil que ocurriera cualquier cosa. A partir del tarari anunciando la salida del primer toro, hubo pocos momentos de disfrute. La corrida fue un asco. Estaba en el limite de todo.
Debía estar cansado este toro de Alcurrucén
De carnes, de pitones, de fuerzas, de casta, de bravura, de motor. Y los dos toreritos, me niego a llamarlos figuras del toreo, abúlicos, vulgares, desvergonzados, abusando de las triquiñuelas del toreo moderno, sin arriesgar un alamar, fuera de cacho, con el pico, toreando para fuera, Ferrera tirando las banderillas después de un salto pasada la cabeza del toro. Solo faltaba la chispa para que estallara el escándalo. Y en esto, que un miembro de esta Asociación, hace así, se levanta y muestra una pancarta que reza: "Qué vergüenza". Tan sólo eso. Porque ya puestos, podría haber escrito cualquier cosa, desde estafadores hasta prevaricadores, que no habría mentido. Y la gente dijo: "A por ellos que son pocos y cobardes". Porque a todo esto, en el ruedo estaba un medio toro, sin picar, justo de trapío y con menos fuerza que una cucaracha, que la autoridad mantenía en el ruedo y Ferrera carrera va y carrera viene lo estaba banderilleando pegando un salto mortal al pasar la cabeza del toro para poder clavar. Y se lió. Y poco más pasó. Ponce estuvo frío, vulgar, haciendo su toreo en línea recta, muleta a media altura, con muchos enganchones, sobre todo en su segundo, con un oficio que nadie
Asociación El Toro de Madrid
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pone en duda, si no fuera porque todavía no se le ha visto hacerlo delante de un toro de verdad. Ferrera se ha ido de vacío. Ha sido el mayor pinchazo de la feria. En su primer toro no le hizo caso nadie, fue un silencio sepulcral durante todo el trasteo. Y en su segundo se desarrolló el escándalo.
También toreó Javier Valverde, que confirmaba la alternativa. Estuvo muy centrado toda la tarde y lo más destacable fue su disposición y la estocada a su primer toro. A su segundo toro le ahogó y le enganchó más de lo deseable la muleta. Además este torero necesita de otro tipo de toros. Los del ja,ja,ja para que
embistan no son los suyos. Necesita un toro de riesgo, de emoción para triunfar. Triunfo que ayer no le llegó a él ni a sus compañeros, ni a los ganaderos; precisamente por eso, porque no hubo emoción, no hubo riesgo, en resumen, no hubo toros. Y mientras la autoridad silbando y ■ Salva mirando para otro lado.
23 de mayo de 2003. Corrida de toros Decimocuarta de la Feria de San Isidro.
¡LADRONES! Se lidiaron toros de Francisco Javier Arauz de Robles, de correcta presentación (el segundo muy justito), descastados e inválidos. Debieron volver al corral al menos los tres primeros; los otros se mantuvieron en pie a duras penas (el sexto con algo más de movilidad). David "Luguillano", de catafalco y oro: pinchazo sin soltar, otro hondo y un descabello (silencio); estocada desprendida (ovación). Víctor Puerto, de grana y oro: bajonazo (silencio); estocada caída y descabello (silencio). Antonio Barrera, de verde oliva y oro: estocada desprendida (silencio); dos pinchazos y estocada caída perdiendo la muleta (silencio). Presidió el Sr. Gutiérrez, muy mal. Casi lleno en tarde calurosa que comenzó soleada y terminó parcialmente nublada y con viento.
C
uando el presidente suplente, Sr. Gutiérrez, se negó a devolver a los corrales al tercero de la tarde, la plaza estalló. No era para menos ya que se habían robado también a los espectadores los dos toros anteriores; seguramente era para más. Si, como reza la ley taurina, los espectadores tienen derecho a recibir el espectáculo en su integridad, ¿por qué se simula la suerte de varas?, ¿por qué no se devuelven al corral los toros manifiestamente inválidos para la lidia? ¿Es que la lidia, para la autoridad, consiste únicamente en el último tercio? Pues ni eso, porque en el último tercio de este festejo los toros se tumbaban, o se caían, o se amorcillaban, y no habían sido apenas picados. Aquí, como en muchas cuestiones de la vida, obras son amores. Es cuestión de hechos. Y los hechos objetivos consisten en que el Sr. Gutiérrez hizo el tancredo en el palco y se negó a devolver al menos tres toros absolutamente inválidos. La afición coreaba "¡Ladroooones!" y "¡Fuera los Lozano!",
aparecían pancartas por las alturas de sol con el texto "¡Qué vergüenza!", y todo aquello no servía para nada. La cosa fue como para haberse lanzado el público al ruedo a expresar su indignación desde allí. Pero eso está prohibido, y cuando se trata de hacer cumplir las obligaciones de los espectadores, la normativa se aplica rigurosamente y surgen los guardias y las multas. ¿A quién beneficia todo ello? Pues en primer lugar, a la empresa, que se ahorra un dineral en sobreros. La empresa de Madrid se mofa y hace escarnio de sus clientes, los espectadores, día tras día, con la inestimable colaboración de algunos ocupantes del palco. En segundo lugar se beneficia al ganadero, que vende a precio de oro lo que no es más que hojalata oxidada. Y en tercer lugar suponemos que la autoridad se beneficiará en algo, porque es imposible hacer las cosas tan mal un día tras otro sin una buena razón. Los toreros, y menos los del festejo de autos, no pueden ser beneficia-
Este Arauz se quedo mirando a “la gente del clavel”
rios de nada, pues el ganado infumable que saltó al ruedo venteño no valía ni para chuletas. Bastante hicieron con estar por allí e intentar sacar petróleo de donde no había más que lodo. En la decimoséptima del abono madrileño robaron la cartera de nuevo a más de veinte mil personas. A ver si tras las elecciones mejora la seguridad ciudadana y los chorizos son puestos a buen recaudo. ■ Martín Ruiz Gárate
25 de mayo de 2003. Corrida de toros Decimosexta de la Feria de San Isidro.
EL VALOR DE ANTONIO BARRERA Se lidiaron 3 toros de Guardiola Fantoni, 1º y 5º correctos de presentación y 4º muy justo de presencia, 2 de Guardiola Domínguez correctos de presentación, y un sobrero de Criado Holgado lidiado en 3º lugar muy noble y justo de fuerza, sustituyendo a 1 de Guardiola Fantoni Pepin Liría de grana y oro: Pinchazo y Estocada atravesada y contraria. 1 descabello (Palmas). 2 pinchazos y 1 descabello (Silencio). Alfonso Romero de azul marino y oro: Estocada delantera muy caída y atravesada, es decir un bajonazo (Pitos). 2 pinchazos y estocada (silencio). Antonio Barrera de azul cielo y oro: Media estocada caída y atravesada (Silencio). Pinchazo y estocada entrando con todo (Vuelta al Ruedo). Lleno.
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itulo la crónica el valor de Antonio Barrera, sí digo bien el valor, porque ayer presenciamos un grave percance que pudo tener peores consecuencias de las que tuvo, ya que en el toreo a la verónica del 6º toro, un cinqueño de Guardiola Domínguez, se lo echó al pecho de Antonio
y lo prendió, el matador quedó conmocionado y se lo llevaron a la enfermería para posteriormente tener el valor de volver a salir al ruedo y intentar hacerle faena. El 1º toro dejó en evidencia a Pepin Liría ya que se vino arriba en
banderillas; por cierto resaltar en este tercio el 2º par de Alfredo Cervantes. La faena de Pepin Liría fue de enganchón tras enganchón, por supuesto predominó el cite fuera de sitio, por momentos parecía que toreaba desde la Plaza de Manuel Becerra, a mi juicio fue el que más se dejaba de la
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corrida, y no consiguió sacarle un muletazo limpio, bueno sí, en la 4º serie un pase del desprecio, eso es todo lo que hizo Pepín. En el 4º, un toro justo de cara y de presencia para la primera plaza del mundo se repitió la historia, es decir, predominaron los enganchones y la mala colocación. De Alfonso Romero decir que bien es verdad que en su 2º toro no había mucho que hacer ya que perdía continuamente las manos el astado, pero
también es verdad que se le podían haber sacado por lo menos 3 series, porque como bien se sabe en Madrid lo bueno y breve 2 veces bueno. En cambio el matador lo único que hizo es torear a enganchones, citando fuera de cacho y cogiendo la izquierda en la 5º serie, pero Sr. Romero que esa mano hay que usarla antes, en fin, falta de conocimientos. Con el 5º más de lo mismo, añadiendo la pérdida de pasos reflejada en cada muletazo.
Por ultimo, destacar el buen 3º par de Pepín Monje al sobrero de Criado, de este toro poco más. En el 6º vino la emoción con Antonio Barrera, ya que todo lo que se le sacara a ese cinqueño tenía mérito. Sólo debo ponerle un pero, el no haberlo lidiado correctamente, dadas las complicaciones que tenía. La faena duró 3 series sólo, pero a mi juicio llenas de valor. Justa vuelta al ruedo en compensación ■ Iván a dicho valor.
26 de mayo de 2003. Corrida de toros Decimoséptima de la Feria de San Isidro.
“CANTINERO”, UN TORO DE BANDERA Se lidiaron cinco toros de Astolfi (fueron rechazados los anunciados de Núñez del Cuvillo) desiguales de presentación, falto de trapio el sexto; todos ellos mansos, flojos y nobles en el último tercio, especialmente el tercero (aplaudido en el arrastre). Sexto devuelto por inválido y sustituido por otro de El Ventorrillo, feo de hechuras, duro, con poder y cierta casta. Remiendo de El Ventorrillo, lidiado en quinto lugar, bien presentado, muy bonito de hechuras, bravo, muy encastado y repetidor (se le concedió la vuelta al ruedo). Finito de Córdoba, de rojo y oro: media estocada muy baja (pitos). Pinchazo bajo a paso de banderillas y estocada baja (bronca). Uceda Leal, de tabaco y oro: pinchazo y estocada baja (silencio). Estocada trasera y tendida (palmas). Morante de la Puebla, de blanco y azabache: dos pinchazos y tres descabellos (ovación con saludos). Pinchazo y media estocada baja (silencio) Presidió sin problemas don Juan Lamarca.
¡Q
ué gran toro! Eso ha sido el quinto ejemplar que ha saltado al ruedo venteño hoy tarde. Su nombre era "Cantinero", un precioso toro, castaño, de 531 kilos, de la ganadería de El Ventorrillo, que ,curiosamente, remendaba la corrida, pero que hizo disfrutar a todos los presentes por su comportamiento bravo y encastado durante toda la lidia. Ya de salida, empezó a hacer cosas muy buenas, pues derrotó de manera espectacular en el burladero del 7 y tomó con codicia y largura los capotazos de salida ejecutados por su matador. En el tercio de varas, se arrancó con gran alegría sin ser colocado en suerte y empujó metiendo los riñones en el primer puyazo. En los dos siguientes encuentros con los montados se arrancó igualmente con mucha alegría, aunque cuando llegó al peto no empujó tanto y salió un poco suelto, siendo éste el único lunar que se le puede poner al toro. Una vez en banderillas, el animal galopó y se vino arriba, cual toro encastado que era, dejando claro que iba a resultar un gran toro en el último tercio ¡Y no falló! En cuanto le citó su matador, se arrancó como un tren y no paró de repetir hasta que éste logró acabar con su vida. Era un manantial de casta, un toro de esos que dicen que piden el carné a su matador, un toro de los que ya casi no se ven y al que no están acostumbrados los matadores de hoy en día. Eso precisamente le ocurrió a Uceda Leal, siempre muy por debajo del toro, sin darle la distancia ade-
cuada y sin dominarlo en ningún momento. De esta forma se vio continuamente desbordado por la codicia del animal, incansable en su embestida, perdiendo claramente la batalla, como así se reflejó en el balance final: vuelta al ruedo para el toro (que no seré yo el que se la discuta) y leves palmas para su matador. Únicamente, decir en favor de Uceda Leal, que siempre intentó ligar los muletazos en el sitio, sin las ya famosas carreras a las que nos tienen acostumbrados y que se tiró a matar a ley, aunque la estocada quedara algo defectuosa. Mala suerte la suya de encontrarse con un toro así, de esos que los matadores no quieren ver ni en pintura, pues como se suele decir: "Dios nos libre de un toro bravo". Antes de comenzar el festejo y, como casi siempre que figuran nombres de relumbrón en el cartel, se produjo el ya típico baile de corrales, al rechazarse los toros anunciados de Núñez del Cuvillo, que fueron sustituidos por cinco ejemplares de Astolfi, más el, ya famoso, remiendo de El Ventorrillo. De los de Astolfi destacó el tercero por su enorme nobleza (rozando la borreguez), cayéndole en suerte a Morante de la Puebla, al que se le notó rápidamente que le había gustado el toro, pues lo recibió con gusto a la verónica, le realizó un desigual quite por chicuelinas y no le castigo prácticamente en varas ante la debilidad mostrada por el animal. Pese a todo esto, la faena fue un querer y no poder, uno si y tres no, un natural extraordinario y dos despegados. No consiguió ligar los muletazos y
así, la faena nunca podía resultar maciza ni completa. Se basó ésta en muletazos sueltos, especialmente al natural, y en algún que otro adorno, eso sí, éstos de gran belleza, pero sin conseguir redondear nada. Con el sobrero que hizo sexto, volvió a aparecer el Morante desconfiado, como siempre que su enemigo presenta la más mínima dificultad. Así, ordenó a su picador que le diera "cera" en el caballo y, como pese a ello, el toro seguía mostrando poder, se lo quitó de en medio como pudo, pasando el trámite en la muleta. Aunque, para trámite, lo de Finito de Córdoba durante toda la tarde. Indignante, con un comportamiento impropio de un hombre que se viste de luces y provocando con su desgana el enfado de la afición, que demasiado le aguantó. Lo que no se entiende es cómo esta persona sigue viniendo a esta plaza año tras año, con la de toreros que hay que darían cualquier cosa por poder venir a Madrid en plena feria de San Isidro. Además, como él mismo dice, ya tiene su temporada hecha; con lo que, por favor, empresarios, que no vuelva nunca más, no se merece otra cosa. ¡Qué petardo! Así, un festejo en el que se vio un poco de todo, pero en el que destacó la casta de ese ejemplar llamado "Cantinero", que hizo que, por un momento, todo fuera diferente y que la Fiesta alcanzara su máximo esplendor. Esperemos que no sea el último.
■ Luis Esteban
Asociación El Toro de Madrid
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27 de mayo de 2003. Corrida de toros Corrida Extraordinaria de la Asociación de Prensa
EL GESTO DEL INVENTOR Seis toros de distintas ganaderías, para Julián López Escobar "El Juli" como único espada (de burdeos y oro). Primero: de Partido de Resina, fuera de tipo, muy pequeño para lo que solían ser los antiguos Pablo Romero. No obstante muy bonito de capa y aunque se le picó poco (una vara sin apretar y un picotazo) acusó su flojedad y falta de casta en el último tercio, en el que se acostó dos veces sin querer pelea. (Estocada baja, silencio). Segundo: de Alcurrrucén, mal presentado y sin fuerza, perdiendo las manos y siendo devuelto a los corrales tras la segunda vara. A partir de aquí se corrieron los turnos. Segundo bis: de Jandilla, justo de presentación, entró al caballo tres veces (marronazo en la primera, cayendo el caballo y dos varas traseras), flojo, blando y noble pero sin emoción alguna. (Estocada trasera y atravesada, silencio). Tercero: de Adolfo Martín, asaltillado pero a escala reducida, distraído y con poca casta. Le simularon la suerte de varas. En la muleta, cada vez que la alcanzaba (varias veces) la punteaba, se revolvía y el torero a correr para atrás. (Bajonazo, palmitas). Cuarto: de Javier Pérez Tabernero, un "atanasión" grandote y basto, tomó una vara y un picotazo con clase. Se recuperó en banderillas y tomó con gran nobleza la muleta, repitiendo. (Pinchazo en los bajos y estocada desprendida y trasera, aplausos al arrastre del toro, escasa petición y saludos). Quinto: de Fuente Ymbro, bien presentado y abanto de salida. Tomó con clase dos varas, metiendo los riñones en la primera y sin apretar en la segunda. Llegó con gran nobleza y fue extraordinario y repetidor en la muleta. (Estocada trasera y ligeramente desprendida, aplausos en el arrastre al toro y oreja). Sexto: sobrero de Torrealta, el más ofensivo de la corrida, bajo de agujas pero de mucho respeto. Durante todo el primer tercio estuvo evacuando excremento. Tomó una larga vara con gran calidad, fijo en el peto y una segunda con codicia, aunque haciendo sonar el estribo. Llegó con nobleza a la muleta, con velocidad y recorrido. Al iniciar un natural y presentar el torero la muleta separada del cuerpo le dio un puntazo en la pierna izquierda, rompiéndole la taleguilla pero, al parecer sin llegar a calarle. (Pinchazo en los bajos recibiendo y estocada tendida y trasera al encuentro, aplausos al toro en el arrastre, aviso y ovación). Julián López fue despedido con palmas.
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l Juli" hizo variados quites pueblerinos en todos los toros pero no dio ni una sola verónica (ni siquiera una media) de verdad, de las de cartel, embraguetándose. Es decir bien en lo accesorio y mal en lo fundamental, aunque no dejó casi lidiar a sus peones y llevó al caballo a todos los toros. Banderilleó de forma vulgar en el segundo bis, en el cuarto y en el sexto, a veces muy mal, a cabeza pasada, fallando incluso una vez de forma estrepitosa. No se atrevió nunca a saludar tras parear, aunque algunos le aplaudieran, lo que se le agradece. Brindó al público el cuarto. Aplaudido el picador Manuel Montiel, que picó muy bien al sexto. En este toro, "El Juli" dejó hacer un quite al primer sobresaliente Pascual Mezquita. Presidió muy bien don César Gómez Rodríguez. A pesar de que la "máquina de hacer billetes de El Juli" lleva varias semanas haciendo propaganda del "gesto" a través de todos los medios de comunicación que se han prestado a ello (suponemos que a precio de oro, por la tenacidad que han manifestado), la verdad es que Julián ha estado haciendo toda la tarde lo que hace en casi todas las plazas, es decir, tomar el pelo y hacer como que torea, pero sólo en lo accesorio, no en lo fundamental. Ha sido necesario que en el quinto, cuando la tarde se le iba lastimosamente y parte del público le protestaba su "destoreo", se haya encarado con el tendido 7 y echado toda la plaza contra ese sector crítico. Entonces es cuando, de verdad, dio dos series de naturales magníficos, mandando y llevando al extraordinario quinto toro de Fuente Ymbro embebido en los vuelos de su muleta. Y hasta el 7 entonces le aplaudió. ¿Por qué nos estuvo mintiendo el resto de la tarde? ¿Se cree que en Las Ventas valen todas las "cucamonas" que le jalean
mos menos progresos, más trucos y a Julián convertido en un ventajista "pegapases" más, de los muchos que hoy abundan. Hoy nos demostró, casi al final de la corrida, que puede ser otra cosa. Pero tal vez para ello deberá olvidarse del equipo numeroso de funcionarios que le rodea, disolver el "Ministerio Juliano" y pensar sólo en ser UN TORERO y nada más.
Toro de Partido de Resina elegido por los veedores de “El Juli”
por ahí? Pues, por eso, se quedó sin Puerta Grande. Y eso que los corrales, ganaderías y cerrados los llevan "bailando" sus veedores más de dos meses. ¿Es eso propio de figura o de figurín? Cierto que ha dado las dos mejores series de naturales que veremos este año pero...¿con eso se conforma? Yo, como aficionado, no. Algunos le llevamos siguiendo desde que le vimos con doce añitos y nos dejó perplejos. Nos acordábamos de lo que leímos sobre las cuadrillas de niños cordobeses de finales del siglo XIX y de niños sevillanos de principios del XX y pensábamos que podía ser Julián un nuevo "Guerrita" o un redivivo "Joselito". Sin embargo, a medida que pasaban los años, veía-
Y como final bautizarle como el inventor de la suerte de matar al JULIPIÉ. Esta suerte, inventada por usted, que se sepa, consiste en citar a matar a volapié entre los dos pitones del toro, pero al momento de hacer la suerte echarse fuera del pitón derecho a gran velocidad, de forma que traspasa rápidamente la altura de la punta y una vez en la pala del pitón girar el cuerpo hacia el toro, dar un saltito y buscar la cruz con la espada. De esa forma, si el toro se revuelve y le busca lo más que hará será darle con la parte trasera de la pala del pitón. Es algo parecido a poner un par de banderillas al sobaquillo, como hacía Joselito Calderón. Por eso le agradeceré que alguna vez repita lo que hizo al matar el sexto de hoy recibiendo, suerte antigua y ortodoxa. El JULIPIÉ, por ahora, es otra ventaja o truco del toreo moderno. Aunque quién sabe si en el futuro llegará a ser ■ Joaquín Monfil un clásico.
El Julipié en toda su magnitud desde dos ángulos distintos
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La Voz de la Afición
28 de mayo de 2003. Corrida de toros Decimooctava de la Feria de San Isidro
LOS TOROS DEL INSALUD Corrida de toros pertenecientes a la ganadería de Valdefresno y Fraile Mazas de procedencia lisardos. Tras ser rechazados tres en el reconocimiento, se lidiaron en el siguiente orden: 1º , 3º y 6º de Valdefresno; 2º, 4º y 5º de Fraile Mazas. El sexto fue echado al corral y salieron los dos sobreros: el primero perteneciente a la ganadería de Javier Pérez Tabernero, procedencia atanasio que también fue devuelto por manifiesta invalidez y el segundo sobrero de la ganadería El Serrano, precedencia de El Ventorrillo, es decir encaste domecq. Los lisardos salmantinos que han salido al ruedo, han sido ejemplares claramente anovillados, el 2º, 3º y 5º sospechosos de pitones. En general inválidos, manseando y abantos y barbeando de salida como rasgo común de esta ganadería. Toros sin clase que si han presentado problemas han sido producto de esa mansedumbre e invalidez; corrida descastada y con una evidente falta de trapío. Sólo el sobrero de El Serrano ha llegado con algo más de gas a la muleta. La terna estuvo compuesta por los toreros: Juan Mora, rosa palo y oro; Francisco Rivera, azul noche y oro; y Fernando Robleño, azul marino y oro, que tuvo que entrar en la enfermería tras la muerte del primero de su lote por un percance sin consecuencias durante la lidia. Juan Mora, bajonazo saliéndose de la suerte en su primero, escuchó ligeras palmas desde la sombra y protestas cuando intentó salir a saludar; En su segundo dos pinchazos al relance, y un metisaca en tablas; pitos. Francisco Rivera, en su primero estocada corta, atravesada y descabello, un aviso; escuchó pitos. En el segundo, diez pinchazos y descabello; pitos y protestas. Nuestro socio Gonzalo le tiró el sonoro y temido petardo siendo coreado por parte de la afición. Fernando Robleño, dos pinchazos y una estocada delantera y algo perpendicular, descabello. Vuelta al ruedo; en el sexto, pinchazo y una estocada atravesada, contraria, perpendicular y delantera, descabello. Vuelta al ruedo. Presidió José Manuel Sánchez Tarde calurosa, sin viento y con una nutrida representación del público del clavel en los tendidos de sombra. Lleno.
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uando me he sentado esta tarde en mi asiento de la grada ya iba preparada para una tarde soporífera de aburrimiento con un cierto cosquilleo de esperanza en la actuación de Robleño; sólo pensar en el prometido bocata de chorizo y las pastas de mi vecino, animaban algo mi viaje hacia la plaza. Y la verdad es que todo discurría según el guión: toros descastados y de una invalidez clamorosa, protestados a gritos que el "pajarita", perdón , el señor presidente, se empeñaba en dejarnos en el ruedo; sólo cambió el sexto pero ya nos había birlado varios toros que debían haber sido devueltos al corral. Toritos propios de los nuevos tiempos en los que los ruedos más parecen el INSALUD que otra cosa; toreros enfermeros, toreando fuera de cacho, a media altura, despegados, sin ganas ni emoción, faenas tediosas; para olvidar. Así toreó Juan Mora, que parece acabado, sin sitio; lo único de torería que demostró a lo largo de la tarde fue llevar desde el principio de la faena la espada de verdad. Francisco Rivera ha demostrado una incapacidad manifiesta en sus dos toros: faenas vulgares, medrosas, perfilero y metiendo pico en todos los pases, con un desconocimiento de la lidia y de los terrenos clamoroso, ali-
viándose descaradamente y en su segundo toro, desbordado por su incapacidad; lo de la suerte suprema ya es patético. Por favor, que no vuelva. La tarde ha tenido un nombre propio: Fernando Robleño. Ha puesto la emoción y el valor ante toros de poca calidad, sobre todo el tercero, en este toro ha ido de menos a más aguantando el peligro que el pitón izquierdo tenía, pues como manso y flojo, desarrolló sentido y por ese pitón hubo momentos de peligro. Aprovechó los pases alargándole la mano y puso el corazón en la faena: Allí había un torero. En el segundo de su lote salió a por todas; Robleño sabe y conoce a la afición de Madrid y aunque es un torero que se luce con otro tipo de toros de más raza y casta, supo sacar partido a base de pundonor y valor al sobrero descastado pero con más fuerza que los anteriores. A base de aguantar la corta embestida, el torero lo ha hecho todo: una tanda de derechazos, tanda con la izquierda rematada con recortes para salir de la cara del toro han hecho vibrar a la plaza: Sí el toreo de Robleño es todavía de pases bruscos, le falta temple, es bullidor y nervioso pero pone emoción y casta a raudales; a veces,
como hoy, la que le falta a los toros. Así hay que venir a Madrid; no a pasar el trago de Las Ventas y a llevarse el dinero fácil, como han hecho los otros compañeros de esta tarde. Del resto de la corrida poco que decir: los picadores en general mal, bastante mal. El primero ha recibido dos puyazos uno al relance en el costillar y otro al acudir al picador de guardia tapándole la salida; descabalga al picador. Al segundo lo picó Pedro Geniz en terrenos del 10 y al segundo puyazo dobló las manos; apenas se le picó. Molina al tercero le dio un puyazo y un picotazo, tapándole la salida. Al cuarto se le hizo un simulacro de suerte de varas; Mora se inhibió de manera descarada. El quinto picado por Chocolate recibió dos varas sin emplearse, más bien traseras y rectificando y en el sexto se le dan dos puyazos de los que sale el toro perdiendo las manos pero se levanta con rapidez. Del segundo tercio, el recuerdo de los pares al quinto toro de Joselito Gutierrez en la cara y arriesgando. En fin, una corrida aburrida y tediosa sacudida por los momentos de emoción y torería de Fernando Robleño. Los demás " que se vayan, se vayan, se ■ Yolanda Fernández vayan..."
29 de mayo de 2003. Corrida de toros Decimonovena de la Feria de San Isidro
LA SINRAZÓN 1º María José Pereda, flojo y noble. 2º de Carlos Núñez, inválido. 3º y 6º de La Dehesilla, manejable uno y parado el otro. 4º de Navalrosal, inválido, sustituto de un toro de La Dehesilla devuelto también por inválido. 5º de José Vázquez, flojo y descompuesto, sobrero de otro inválido de La Dehesilla. En general un saldo ganadero desigualmente presentado con algunos toros, 3º y 4º especialmente, impropios de Las Ventas. Vicente Barrera, silencio en ambos. Luis Miguel Encabo, silencio en ambos. Matías Tejela, silencio y ovación con saludos Presidió Manuel Muñoz Infante quien debió devolver algún toro más al corral. Lleno de No hay billetes en tarde de calor sofocante.
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a Feria de la sinrazón es este San Isidro de 2003. Pasan y pasan los días y el despropósito es como una bola sin freno que se hace cada vez más grande. En esta semana, sin ir
más lejos, hemos pasado de ver cómo a un torero, al que se le había regalado una oreja, se le declara triunfador por decreto y se le incluye, por tanto, en la corrida de Benefi-
cencia el mismo día en que pega un petardo monumental dejándose un toro de vuelta al ruedo. Al día siguiente, la que se dice máxima figura del escalafón salda su encerro-
Asociación El Toro de Madrid
na con una solitaria oreja tras haber dispuesto de cuatro toros de triunfo, si no los seis, y sale diciendo a la prensa que es el hombre más dichoso del mundo y que, sin duda, ésa había sido la tarde más importante de su vida. La corrida de autos necesita de 15 toros rechazados para componer un saldo impresentable e intolerable en la primera plaza del mundo y todo para una terna que se la supone hambrienta de triunfo para lograr desbancar a las figuritas acomodadas. Y acabará la semana con una novillada que poco riesgo se corre al aventurar que saldrá noble y blandita para que se entiendan con ella los novilleros más puestos, mientras a los inexpertos se les ha enfrentado a unas bestias pardas, que los han dejado en mayor evidencia si cabe. Como no podía ser menos, la sinrazón estuvo también presente en el ruedo durante todo el festejo. Barrera, se suponía, venía a justificar su inclusión en los carteles y a reivindicar su condición de triunfador máximo de la primera feria de la temporada en plaza de primera. Vista su actuación sólo se puede decir que se justificó ante María Teresa Campos, ya que le brindó su primer toro. A ojos de los demás sólo se vio a un torero que muleteó despegado y vulgar al noble toro del brindis y que se puso pesado ante el inválido sobrero que hizo cuarto. Eso sí, la Campos se fue muy contenta y seguramente no tardará de hacer partícipe del acontecimiento a su fiel audiencia. Luis Miguel Encabo, para algunos insigne lidiador y digno sucesor de
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rio y, por ello, apenas se recuerdan ya su ceñido quite por chicuelinas y su buena estocada. Ante el sexto inició el trasteo dejándose enganchar en exceso para proseguirlo entre los pitones, donde calentó algo a los tendidos a base de circulares y manoletinas enfrontiladas a la testuz del toro. Un metisaca acabó con toda esperanza de sacar algo provechoso de su actuación.
¿Tiene trapio para Las Ventas este torillo de José Vázquez? Si Aleas levantara la cabeza...
Esplá (manda huevos), puso de su parte en la sinrazón mientras se ponía bonito y pinturero a la vez que el también inválido 2º rodaba por los suelos. Al 5º bis le dio derechazos y naturales movidos que no lograron acompasar al ritmo de su muleta la descompuesta embestida del animal. Como es norma de la casa dejó sus mejores momentos con el capote y banderilleó a ambos oponentes a toro pasado saliendo, aún con todo, de la suerte dándose importancia. El caso de Matías Tejela es más grave todavía. Una de las novedades más esperadas, y que se vendían como base de la feria, se ha perdido en dos tardes, una por exceso de nervios y otra víctima de la tan traída sinrazón. Movido por ella brindó al público su primero, indiscutiblemente el toro más chico de la feria. Con semejante enemigo nada de lo que hiciese iba a tener el alcance necesa-
Pero lo peor de todo no es la sinrazón expuesta. De hecho los síntomas vienen de lejos. Si no, cómo se explica la concesión invernal de la plaza a la peor oferta de las presentadas sin que prácticamente nadie alce la voz y que una vez metidos en la temporada se sucedan una serie de carteles chapuzas que parecen diseñados para agotar al aficionado más incondicional. Además, la sinrazón tiene visos de ser contagiosa y ya se ven los primeros casos dentro y fuera de la plaza. En la plaza mientras los de siempre protestan contra el fraude otros, que han pagado igual o más que ellos y que llenan los tendidos a pesar del tedio, se les ponen en contra y les vociferan furiosos, dándose la circunstancia de que con su actitud dan a entender que están a favor de que les tomen el pelo y les den gato por liebre. Y fuera de la plaza son ésos de siempre, que protestan unidos dentro, los que se tiran los tratos a la cabeza y entran en disputas absurdas que no llevan a ningún sitio. En definitiva, la sinrazón.
■ Ignacio Lloret
30 de mayo de 2003. Novillada con picadores Vigésima de la Feria de San Isidro
EN EL PAIS DE LOS CIEGOS, BOLIVAR ES EL REY Se lidiaron 5 novillos de Román Sorando y otro más, el 4º, de Sorando, en general muy flojos, mansos en el caballo y nobles en la muleta. 2º y 3º devueltos por inválidos y sustituidos por sendos novillos de José Vázquez (con genio). Javier Solís: pinchazo hondo y descabello (silencio); estocada trasera y tres descabellos (silencio tras aviso). Reyes Ramón: estocada caída y trasera, descabello (silencio); bajonazo (silencio). Luis Bolívar: estocada desprendida (silencio); estocada (oreja). Presidió Juan Lamarca, en su línea de no devolver inválidos hasta que no se metan las rayas del suelo en el hocico. Casi lleno.
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omo en el país de los ciegos el tuerto es el rey, Luis Bolívar se llevó de cuajo el título de triunfador de la novillada. Y no es que el chico no se mereciese la oreja del sexto, no, simplemente que, acostumbrados a no ver nada, vislumbrar la sombra de dos naturales ligados bien vale un trofeo. Muchos, aburridos de tanto descastamiento e invalidez generalizados, abandonaron sus localidades al arrastre del quinto, cosa que no me extraña porque hasta al aficionado más cabal le entraban las ganas de darse el piro, si no fuese por ese rebelde sentimiento que le impulsa a mantener viva la esperanza hasta cuando parece todo perdido. Los que se quedaron pudieron resarcirse de
la estafa que fue la tarde gracias a la voluntad del colombiano. El último manso de Román Sorando, que salió suelto del caballo en los tres picotazos y se dolió como ningún otro en banderillas, llegó embistiendo con calidad a la muleta, cualidad que no pasó desapercibida a Bolívar. Para el júbilo popular compone muy bien la figura y, en ocasiones, carga hasta la suerte, pero saca la panza cuando ya han pasado los pitones del astado y eso es un truco muy feo que, de costumbre pasa a norma. Las dos primeras tandas con la derecha hicieron mantener la expectativa pero lo mejor lo hizo con la izquierda, con la que ligó dos naturales que levantaron del asiento al respetable. Aquí el novillo empezó a recular, defecto que le puso en apuros a la hora de la
verdad. Tuvo suerte con el acero y le dejó una estocada que avivó la emoción en los tendidos, ávidos de oreja. No tuvo tanta suerte con el sobrero de José Vazquez que salió en lugar del inválido tercero. El de santacoloma puso en apuros a los banderilleros y llegó a la muleta con los problemas que genera la casta y que los novilleros de hoy en día ni conocen ni saben solucionar. El más básico de todos, el del genio, el del toro que sabe lo que se deja atrás y al que hay que llevar muy embebido en la muleta para no quedarse al descubierto. En uno de los muletazos Bolívar se dejó ver y el susto fue morrocotudo. Descolocado y desconfiado entró a matar en breve.
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El que dio matarile sin tregua a sus enemigos fue Reyes Ramón. Muy placeado -más de lo que parece-, anduvo mal aconsejado desde el callejón por reconocidos profesionales del toro, que le dictaban los pasos a seguir con el sobrero de Vázquez. Ramón es torero de esos que se llaman artista y a él lo de lidiar a los
toros antes de colocarse bonito es algo que está fuera de su comprensión y de sus posibilidades. Le ocurrió en el segundo bis y también en el de la ganadería titular que salió en quinto lugar. Siendo éste último un toro de casta "artista", las limitaciones técnicas de este joven de Toledo son más que preocupantes.
A Javier Solis la tarde no le fue mucho mejor. Dejó constancia de su temple con el primero, con el que ejerció de enfermero más que de otra cosa. Y en el cuarto, un caramelo en la muleta, lo toreó demasiado despegado.
■ Begoña F. Pellicer
1 de junio de 2003. Corrida de toros Vigésimosegunda de la Feria de San Isidro
SÓLO QUEDAN SEIS Se lidiaron seis toros de Barcial de los que dos nacieron en junio del 99 y el resto en abril Prácticamente una novillada. La mayoría empujaron en el caballo pero no obedecieron a los engaños desde el primer tercio. Todos muy parados en la muleta y castigados con muchísima saña y muy mala puntería en los caballos. 'Frascuelo': Estocada corta; (silencio). Pinchazo, dos medias y un descabello; pitos. José Luis Moreno: Estocada baja; (silencio). Pinchazo y estocada; silencio. Alberto Ramírez: Media caída y descabello; silencio. Pinchazo y estocada caída; (silencio).
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rancamente, un horror. Ni la corrida dio la sensación nunca de valer un duro ni los matadores y sus cuadrillas parecieron tener mucho interés en que sacara sus virtudes, si es que éstas existían. Los picadores parecieron desde el principio perfectamente aleccionados por los matadores. La consigna era "dale al toro mientras respire" y a fe que la cumplieron con precisión. Para empeorar la situación, los primeros movimientos de los “barciales” en los capotes no fueron nada dulces y los jefes de cuadrillas se hundieron en un pánico atroz que les impidió ver que, saliendo los toros prácticamente en filetes de cada puyazo, iba a ser imposible triunfar. O al menos intentarlo. No pudo intentarlo 'Frascuelo' porque permitió el vil asesinato de sus dos toros. Al primero le quedó un rastro de nobleza y un hilo de vida que le hizo acudir, despacito, a la muleta que 'Frascuelo' le presentaba precavido e invariablemente fuera de cacho. Ni con un 'Frascuelo' excelso la faena a lo que quedaba de toro habría sido importante pero un poco más de confianza habría ayudado a no enturbiar la imagen que algunos tenemos de este veterano torero. El cuarto murió definitivamente al final del pri-
mer tercio y con él la actuación de 'Frascuelo'. A José Luis Moreno le correspondió el único toro que pudo trasladarse con cierta dignidad tras la muleta. A pesar del intento de carnicería el de Barcial embistió con una dulzura que Moreno aprovechó para dar varias docenas de derechazos sin ajuste ni confianza. Hizo un intento menos que tímido al natural y volvió al derechacismo imperante, del que debe creer que es una de las claves para llegar a ser figura del toreo. Del arrojo no oyó hablar jamás, pero de los derechazos al por mayor, sí. El quinto, manso y triturado, quiso rajarse prontito y lo consiguió. Moreno no esperó mucho y esta vez pasó del destajismo para irse a por la espada de verdad. Se le agradeció la brevedad. Ganas de triunfar no tuvo muchas, pero tampoco de aburrir. Es digno de alabar. El tercero posiblemente fuera el que dejaran más muerto antes de tiempo. En las condiciones en que fue picado discutir si tenía o no casta pertenece al terreno de la ciencia-ficción. Uno aventuraría que no la tenía, pero lo que quedara de ella, desde luego, iba haciendo charcos granate intenso en la aburridísima arena de Las Ventas. Inmóvil el toro, inmóvil el torero, no había nada que hacer y nada se hizo.
Muy coherente. Cuando llegamos al sexto todavía no se había enterado nadie de que picando con esa ferocidad no se iba a ninguna parte. Manuel Montiel picó igualmente duro sólo que no lo hizo tan cerca del rabo o de la pezuña como sus compañeros. El de Barcial sumó de nuevo la poca vida que le quedaba con la casta bajo mínimos que traía de la dehesa charra y para lo más que le dio el resultado fue para hacer la estatua delante del castellonense. Este, queriendo justificar lo injustificable, se metió entre los pitones y se puso a hacer el péndulo. A buenas horas le habría hecho este el péndulo a un toro con casta. Alberto Ramírez debe comprender que por hacérselo a ese marmolillo nadie se pusiera en pie. Y así terminó para mí la vigésimo segunda de esta feria de San Isidro a la que no le veo el final. Lo de Barcial fue mucho peor de lo esperado y encima el desencanto empezó nada más ver la ficha del encierro. Dos toros nacidos en junio del 99 y cuatro en abril del mismo año constituyen prácticamente una novillada. Si Barcial nos hace esto, podemos esperar cualquier cosa. Y cualquier cosa fue lo que pasó en la plaza menos toreo. Sólo quedan seis. lllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll■ Manón
2 de junio de 2003. Corrida de toros Vigésimotercera de la Feria de San Isidro
BICHOS Y DEMÁS TAURINOS Se han lidiado dos toros de Garcigrande, corridos en primer y quinto lugar, tres de Domingo Hernández jugados en segundo, cuarto y sexto lugar, mal presentados y sospechosos de pitones todos ellos y a excepción del cuarto, descastados, y uno de El Ventorrillo, bien presentado y manso. Manuel Caballero. Estocada caída. Silencio. Pinchazo y entera atravesada. (Silencio). Rivera Ordóñez. Pinchazo y entera atravesada. Silencio. Estocada rinconera. (Pitos). David Fandila "El Fandi". Pinchazo y bajonazo. Ovación. Tres pinchazos y media estocada caída y atravesada. (Silencio). Presidió D. Manuel Muñoz Infante. Lleno de "No hay billetes" en tarde nublada y de agradable temperatura.
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ero abuelo ¿No decías que hoy me traías a los toros? preguntaba con candidez infantil un niño a un veteranísimo aficionado. El hombre, sin saber qué responderle, le contestó: pues eso creía yo, pero esto, hoy, es el zoologico. Y así ha sido a juzgar por el género que hoy han vomitado los toriles de la plaza de Las Ventas. El pri-
mero era una rata con vocación de borrico; el segundo, una hormiga; después vino un canguro, que fue sustituído por una jirafa; del cuarto nadie podría acertar el grupo taxonómico en el que podría ser encuadrado; el quinto carecía de carnes, mientras el sexto era la definición misma de una raspa. La empresa de Madrid ha vuelto a
embolsarse una ingente cantidad de euros a costa de comprar ganado basura y completar la pantomima de hoy con una terna pueblerina que ha aburrido hasta la extenuación hasta al aplaudidor público que habitualmente sigue a los toreros favoritos de la prensa del hígado, de los que hoy había representación en el cartel.
Asociación El Toro de Madrid
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Para que no falte de nada, los veterinarios y la autoridad han hecho mangas y capirotes de sus obligaciones al aprobar semejante desfile de animalejos, impropios todos de la plaza de Madrid. Supongo que, a estas horas, estarán departiendo amigablemente con el limonero titular de hoy, que, como todo el mundo sabe, es ese tipo de taurino que pasea por las fincas, chiqueros y demás dependencias por las que se lo consienten con un limón en la mano. Limón que, naturalmente, es un lima muy, muy gorda. Ante semejante panorama, Manuel Caballero decidió ponerse a la par, trapaceando de manera astrosa a sus dos oponentes, palabra ésta que -ustedes
comprenderán - es puramente retórica. En el cuarto, que quería embestir a toda costa y lo hizo con nobleza pero sin atosigar, no paró de sufrir enganchones. Su actuación fue lamentable. El mismo adjetivo sirve para englobar la labor de Rivera Ordóñez, que añadió en su demérito una pésima lidia al quinto de la tarde, inhibiendose de manera escadalosa de la misma. Su picador "Chocolate" acorraló al bicho en toriles, impidiéndole la salida y hasta seis veces tropezó con el penco aquel animalejo capitidisminuido, rebotó en las tablas y volvía otra vez al caballo, como si de una bola de billar se tratara. La bronca con que fue despedido al abandonar la plaza Rivera
Ordóñez, por segunda vez en esta feria, deja bien a las claras que el público no desea ver más a este matador. Lo único meritorio de la tarde estuvo a cargo de David Fandila "El Fandi" en el tercio de banderillas del tercero. Colocó tres pares variados, siendo de especial mérito el denominado "de la moviola", pues cuadró en la cara dejando llegar mucho al toro. Y ahí quedó su actuación, porque con el capote no pasó de voluntarioso y con la muleta estuvo vulgar. Cuando salían por la escalera, abuelo y nieto se miraban perplejos. Ambos habían aprendido que las hienas y los buitres dominan ahora los despojos de la Fiesta. ■ Latiguillo
3 de junio de 2003. Corrida de toros Vigésimocuarta de la Feria de San Isidro
PETARDO GANADERO EN EL MANICOMIO 3 toros de Dolores Aguirre. Alto el 4º, feo el 5º, 6º bien presentado, mansos, descastados e inválidos. 1 toro de Carlos Núñez, serio y manso. 1 toro de Criado Holgado, alto, feo y escurrido y manso. 1 toro de José Vázquez sin trapío y manso Pepín Liria, estocada enhebrada, 1 pinchazo, media estocada, aviso, 2 descabellos, silencio. 6 pinchazos, aviso, 1 descabello, silencio Juan José Padilla, estocada yéndose y 2 descabellos, silencio. 2 pinchazos y bajonazo, silencio El Califa, estocada al encuentro muy trasera, 2 vueltas al ruedo bajonazo, dos orejas Lleno, sin colgar el cartel de no hay billetes. Presidio Juan Lamarca, mal.
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a primera plaza del mundo es un manicomio. Mas parece una estación de viajeros que una plaza de toros. Gente distinta a diario, de paso. Sin criterio, sin conocimientos, sin saber distinguir un toro ensillado de un toro virulo. Público dispuesto a aplaudir cualquier cosa, desde un bajonazo hasta a los carpinteros por colocar unas tablas. Y público intoxicado por los medios de comunicación desde hace años. Así que cuando se sientan en la piedra de Las Ventas lo que hay que hacer es aplaudir y, ójala, mañana poder llegar a la oficina vacilando de haber estado en la primera plaza del mundo y que "fulanito de tal" si es figura y sale en las revistas del corazón mejor, ha cortado una oreja. Pero en fin, empecemos por el principio. Dolores Aguirre pegó ayer el petardo. El primero de ellos fue "pa dentro". Mansos, rajados, sin acometividad ninguna, descastados. Más parecía una corrida de Sepúlveda de las figuritas que el encastado, fiero y bravo toro que hace años acostumbraba a lidiar esta ganadera. A la ganadería le ha quitado la casta, la chispa y lo que le ha quedado es una ganadería de Atanasio, mulos sin peligro sin casta ni "na de na". No es la primera que le sale así, por lo que un descansito seria lo mas aconsejable. Pepín Liria tampoco está. Con el primer sobrero no se atrevió. Era manso y violento. Planteó la faena en chiqueros, bueno donde quiso el toro, y si se hubiera doblado y podido con él, jugándose "medio huevo", la gente hubiera respondido. Pero para eso hay que jugársela y Pepín
no esta ya para esas guerras. En cuanto descubrió el genio del animal anduvo por ahí y lo mató. Bueno, es un decir. Le recetó una estocada enhebrada que le salía casi por el morrillo, con la evidente ovación del público que creyó que era la estocada de Benlliure hasta que el bicho se dió la vuelta y vieron el toricidio cometido, así como varios pinchazos más y algún descabello. En su segundo estuvo en su corte; basto, vulgar, sin temple. El toro era fácil pero había que conseguir que no se cayera. Prueba difícil si se carece de temple. El resultado fue que el de doña Dolores estuvo más tiempo de rodillas que de pie. Juan José Padilla fue verle salir por la puerta de cuadrillas e imaginarse los aficionados lo que podía ocurrir. Parecía más un bufón de teatro, el traje tenía que ser de la compañia de Lina Morgan, más que un matador de toros. ¡Y que patillas!, las del Algarrobo eran más aseadas. Y para postre, hizo el paseíllo sin liarse el capote de paseo. Así que con esas premisas, ¿Qué queréis ?, ¿ Qué encima toree ?..., Pues no y no lo hizo. Mal en capote y banderillas, la larga cambiada eso si, la dio entre las dos rayas, estuvo vulgar, precavido y basto. En cualquier caso, tampoco se esperaba mucho más. Y ahora lo bueno, ¡lo inimitable!, ¡el triunfador de la feria!, y todo eso por seis muletazos. Estamos apañados. Al finalizar el paseíllo, los indeseables del 7, los que van a los toros a desahogarse porque en casa no les dejan hablar ( que indeseable eres Ussía ), y todo eso , hicieron salir a recoger una cariñosísima ovación de ánimos al Califa porque
el día anterior había enterrado a su padre. Los de paso no sabían a quién ni porqué, pero como el guión es aplaudir y lo hacían los del 7, se convirtió en una cerrada ovación. A su primer toro, manso que huía de su sombra, tardó más de lo razonable en recogerlo y embeberlo en el capote. Lo mejor de la faena fueron, sin duda, los muletazos de inicio por bajo, dominadores y saliéndose a los medios. Luego le dio distancia, pero en terrenos equivocados, por el pitón derecho en dos tandas, la segunda en menos terreno, en las que fue incapaz de llevar al toro "dominao y toreao" por lo que resultaron medios muletazos dejándoselo debajo. Por el izquierdo tan sólo una tanda sin acoplarse. En conjunto un trasteo con mucha predisposición, con muchas ganas, queriendo agradar pero tan solo destacable en su inicio y un par de derechazos aislados. Para rematar, una estocada al encuentro excesivamente trasera y sin marcar los tiempos. Una faena más, de las que hemos visto a cientos de toreros sin que pasase nada de nada. Y van los palmeros y exigen la oreja. Y va Lamarca y no la da, sinceramente creo que con acierto. Y se lía. Y la plaza pierde aun más el poco crédito que le queda. Y aquello parece Benidorm. Y a Lamarca lo quieren matar ¡Ja! A Lamarca. Están apañados. Tras la segunda vuelta al ruedo, por cierto excesivamente acelerada, los palmeros prometen justicia y esperan al sexto. Y al rato sale el sexto. Con el capote nada de nada. Inicia la faena llamando al manso a los medios para darle un muletazo, sin moverse, por detrás. De allí a los terrenos del cuatro que es donde le llevaba el de Dolores. Y entonces se acuerdan del
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presidente y empiezan a olear una faena sin cuerpo. Un muletazo aprovechando la querencia del toro, una carrerita, otro muletazo, por un pitón, por otro, sin mando, a merced de lo que quisiera el toro, en tandas de un muletazo. Cierto es que dio dos muletazos, uno por cada pitón, largos y templados, pero repito aprovechando las querencias del toro, que por cierto, era como mi tía Manuela, porque iba a lo suyo, que era huir de su sombra, sin hacer jamás por El Califa que andaba por allí. Tras unas cuantas tandas de muletazos y un cacho, con varios enganchones, por fin consiguió dar una tanda de ¡cuatro muletazos! rematados con el de pecho, que volvió a Las Ventas un manicomio. Había inventado el toreo, jamás se había
visto algo así; el cúlmen de la fiesta de los toros, o eso parecía. Por si era poco le mató de un bajonazo. Y aquello era el desenfreno, la locura colectiva, el manicomio. Y le dieron las dos orejas. ¿ Por qué?, No lo sé. Por joder a Lamarca, por la sensibilidad con la muerte de su padre, porque la gente está hasta las pelotas de esta feria que es un asco, porque, según decían, ¡¡venia con ganas de triunfar, y se ha jugado la vida!!, y no sé cuántas cosas más.
José Pacheco “El Califa”, triunfador de la Feria de San Isidro 2003 -corrida del 3 de junio-
En definitiva las Ventas ha bajado un escalón más y ya estamos por debajo del nivel del mar y la primera plaza de toros del mundo parece una plaza de pueblo, de carros, de asco. ■ Salva
4 de junio de 2003. Corrida de toros Vigésimoquinta de la Feria de San Isidro
PESE AL FRAUDE, HASTA LAS TRANCAS Se lidiaron cuatro toros de "Partido de Resina" (encaste Pablo Romero), muy desiguales de presentación, inválidos en general, mansos y nobles, y dos sobreros (4º y 6º) de "Castilblanco" (encaste Murube), serios y mansos. Sospechosos de pitones 2º y 4º. José Miguel Arroyo "Joselito", de nazareno oscuro y oro: pinchazo pescuecero, otro hondo perdiendo la muleta y saliendo despavorido, y descabello (silencio); estocada corta caída a paso de banderillas (bronca). Víctor Puerto, de catafalco y oro: pinchazo hondo saliendo rebotado y dos descabellos (pitos); pinchazo, otro hondo, rueda de peones y dos descabellos (silencio). Sergio Aguilar, de blanco y oro, que tomó la alternativa: media, descabello -aviso-, otro más y el toro dobla por su cuenta (silencio); bajonazo, pinchazo pescuecero, otro hondo, estocada corta -aviso- y descabello. Presidió muy mal José Manuel Sánchez. Lleno de "No hay billetes" en tarde nublada, con algo de lluvia durante la lidia del primer toro.
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osé Miguel Arroyo y el toricantano Aguilar estaban hasta las trancas; a Víctor Puerto no se le notaba tanto, pero tampoco se descarta. Y ello frente a una corrida de Partido de Resina que estaba inválida y desarrollaba una supina idiotez en sus embestidas. Que lo de Partido de Resina está fatal ya lo sabemos desde hace años. Si cuando vendió Jaime de PabloRomero la ganadería estaba descastada y se caía, ahora que la llevan unos veterinarios está peor, pues encima han sacado de tipo a los toros, que se siguen derrumbando pese a los pediluvios y andan bastante escasitos de casta. ¿De qué, si no, se iba a apuntar el inefable Arroyo a matarlos? La situación es muy triste, pero no por ello hay que esconderla: de los históricos y gloriosos pablorromeros sólo quedan el hierro y la divisa celeste y blanca, y cuanto antes asumamos esta realidad antes dejaremos de sufrir. José Miguel Arroyo, decíamos, estuvo literalmente hasta las trancas. A su primero, un toro manso, zancudo, estrecho, tipo ciervo y sospechoso de pitones que apretaba para los adentros, muy protestado por inválido, anduvo tirándole líneas desconfiadísimo hasta que no pudo más y dio un mitin con la espada. Esta vez el público fue santo y silenció su labor, lo que no ocurrió en el sobrero que hizo cuarto -esperamos que hayan enviado a analizar esas vergonzosas astas-, con el que el torero tiró por la calle de enmedio espan-
tándole las moscas y cazándole de una corta a paso de banderillas. La bronca fue grande y merecida, y José Miguel Arroyo se va de Madrid muy devaluado. En su segunda y última tarde ferial, Víctor Puerto parecía que venía con ganas de triunfo. Sin embargo su primero era una mona infame e inválida a la que se simuló la suerte de varas y que llegó al último tercio parada, con la cara por las nubes y defendiéndose violentamente a cabezadas. El quinto de la tarde, precioso pero también inválido, permaneció en el ruedo como casi todos sus hermanos- merced al empecinamiento del funcionario del Cuerpo Nacional de Policía don José Manuel Sánchez, alias "Pajarita", que está haciendo todos los méritos posibles para alcanzar los estratosféricos niveles de prepotencia y chulería de Monsieur Lamarca. Inició su faena Puerto a este toro con un pase cambiado por la espalda y un molinete de rodillas, pero hete aquí que el animalito se derrumbó por enésima vez y la gente comenzó a olear la faena, tomándosela a chufla. El matador optó por ser breve y matar -mal- al toro. Sergio Aguilar tomaba la alternativa. No se puede decir que a la desesperada, porque aunque no tenga contratos no todos los novilleros pueden doctorarse en la Feria de San Isidro, con televisión, de manos de José Miguel Arroyo y lidiando toros de una histórica divisa. El de la alternativa se llamaba Venezolano, era
cárdeno bragado y meano, estaba marcado con el número 37, había nacido en noviembre de 1998 y pesaba 551 Kgs. que no se le veían por ningún sitio. Blandeó de salida, claudicó en la segunda entrada al caballo, volvió a hacerlo en banderillas y al cuarto muletazo se derrumbó. Como tenía una embestida dócil y bobalicona, Aguilar se puso pesadito intentando torearle por la izquierda con el pico de la muleta. Después al sexto le cogió miedo. Era un galafate bastote y topón, cornicorto pero serio, manso en varas y en donde se terciase, que le trajo por la calle de la amargura. El muchacho acabó de engorrinar la tarde de su alternativa con una horrible actuación con la espada. Su futuro se presenta oscuro y problemático, como el reinado de Witiza. El público, que había acudido a la plaza ilusionado y predispuesto a favor de los toreros, fue encrespándose a lo largo de una tarde tediosa en la que, una vez más, el fraude hizo acto de presencia -así lo reflejaba una pancarta muy ovacionada, exhibida desde la andanada 4 en el sexto toroy la Autoridad hizo el tancredo, beneficiando constantemente los intereses económicos de la empresa en detrimento del espectáculo y de los derechos de los espectadores. El ruedo acabó lleno de almohadillas, y gracias, porque un día de estos va a pasar algo gordo de verdad.
■ Martín Ruiz Gárate
Asociación El Toro de Madrid
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5 de junio de 2003. Corrida de toros Vigésimosexta de la Feria de San Isidro
YA SÓLO FALTAN DOS DÍAS 4 toros de Jose Escolar Gil, tres rechazados en el reconocimiento veterinario y 1 devuelto por invalido en el ruedo. Sin trapio y seriedad para la plaza de Madrid. El primero impresentable de pitones, el 3º y 4º con trapio de novillos, el 2º con cara, mansos, encastados. El 1º resulto el mas noble del conjunto. 2 toros de Marques de Albaserrada, serios. El quinto muy astifino, mansos, sosos y parados. Fernández Meca, resulto cogido en su primero con una cornada de pronostico menos grave de 15 cm. en su pierna derecha. José Ignacio Ramos, 2 pinchazos y estocada, silencio en el primero que mato por cogida de FERNANDEZ MECA. estocada caida, saludos Media perpendicular y 2 descabellos Juan José Padilla, 1 pinchazo, media estocada AVISO 1 descabello casi entera atravesada, 5 descabellos y estocada casi entera en los bajos yéndose de la suerte. Casi lleno, en tarde veraniega Presidió José Manuel Sánchez. Perdonó avisos, aprobó toros impresentables y mantuvo en el ruedo toros inválidos. MAL.
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a gente está harta. Huyen antes de terminar la corrida. Juran no volver. Reniegan del amigo o la empresa que les ha regalado la entrada. Eso los no aficionados que los de siempre estan preparando las cosas para quemarse a lo bonzo. Veintitantos días de nada, de no haber pasado nada para recordar es demasiado. De reirse , de tomarnos el pelo, de estafarnos han puesto a los aficionados cara de tontos. Si en la Puerta del Sol se reunieran quince mil personas, incluídos cincuenta aficionados sería bien fácil reconocer a estos últimos. Los que tuvieramos la cara de tontos-engañados-resignados. Porque además de que la empresa está haciendo el negocio con una feria de todo a 100, bueno ahora todo a 1 euro, los toreros no se juegan ni la honra y los ganaduros, perdón, los ganaderos, han traido ruinas andantes, tenemos que aguantar a la autoridad que se escojona del personal. Tras el escándalo de la corrida de Partido de Resina, donde tuvieron que acompañar a los bueyes de Florito al menos otros tres toros, al presidente no se le ha ocurrido otra cosa que decir que se habia equivocado devolviendo al 4º. Y no pasa nada. Manda huevos.
La corrida de ayer ha sido otro fiasco. Que José Escolar sea incapar de tener un encierro para Madrid no es lógico, a no ser que quiera lidiar con toros de la corrida de Madrid, corridas en otras plazas tambien de corte torista y entonces tenga que repartir lo bueno. En cualquier caso esta ganadería tiene de todo menos regularidad. Un año sale una corrida suave y noble para los toreros y al año siguiente éstos salen de la plaza echando pestes del peligro de los del “Pichorronco”. Y este año no ha sido ni una cosa ni otra. Para empezar no era corrida sino novillada. Con decir que los picadores no la pegaron mucho, es lo mismo que decir que no le sobraron las fuerzas. Y con nobleza tampoco. Quizás el primero y estando muy firme. El resto sosos, con la cara por arriba, andarines y listos. En suma un paso atrás para una ganadería que cuenta con crédito entre los aficionados. La terna está aconstumbrada a esta guerra pero lo disimularon muy bien. Tan solo Fernandez Meca pretendió lidiar a su primer toro. No lo consiguió por ser este muy andarín y quedarse colocado en la suerte pero el resto fue un trámite del que los toros no se salie-
ron del guión. Estuvo el francés a merced del toro en varios momentos hasta que se produjo la cornada. Intentó volver a la cara del toro, bastante pobre por cierto, pero le fue imposible, ademas de tener la taleguilla bastante ensangrentada. José Ignacio Ramos estuvo vulgar en banderillas en toda la tarde e intentó ejecutar la suerte del volapié en todas las ocasiones que pudo. En su segundo toro tuvo buena ejecución aunque le resultó baja de colocación. Con el tercero tomó demasiadas precauciones y por el pitón izquierdo tan sólo se puso en un pase. Con su primero resultó cogido, afortunadamente sin consecuencias, y estuvo a merced del toro. Una tarde de trámite para el burgalés. Y ese Padilla, qué torero más malo es. Es vulgar, basto, a merced de los toros, pésimo banderillero, ventajista, toreando al hilo y echándose los toros para fuera. Claro que bien pensado casi todos los de esta feria han estado por el estilo. En fin, que se acabe esto pronto porque estamos hartos. Al menos sólo quedan dos.
■ Salva
6 de junio de 2003. Corrida de toros Vigesimoséptima de la Feria de San Isidro
TARDE DURA Y COMPLICADA Se lidiaron toros de Adolfo Martín, justos de presentación los tres primeros, bien presentados cuarto y quinto y mal presentado el sexto (sospechoso de pitones). Todos ellos desarrollaron casta de la mala y muchas complicaciones. Algunos blandearon. El sexto fue devuelto y sustituido por un sobrero de Juan José González, basto de presencia, manso y con peligro. Luis Miguel Encabo, de berenjena y oro: estocada (silencio). Media estocada tendida y tres descabellos (silencio). Pinchazo, pinchazo hondo y tendido y descabello (silencio). Ángel Gómez Escorial, de rojo y oro: media estocada desprendida (palmas). Estocada caída (vuelta al ruedo protestada tras leve petición). Javier Valverde, de verde botella y oro: pinchazo y estocada trasera y desprendida (ovación con saludos). Resultó cogido en el sexto. Saludó el subalterno David Cacho tras parear al cuarto de la tarde y fue ovacionado el picador, Luis Miguel Leiro, por el tercio de varas realizado en el quinto. Parte facultativo: Javier Valverde sufrió una cornada en el tercio medio de la cara posterior del muslo derecho con una trayectoria ascendente de 20 cm. que causa destrozos en los músculos bíceps semitendinoso y semimembranoso. Pronóstico grave. Lleno en tarde soleada y calurosa.
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arde dura y complicada la vivida por los tres espadas que realizaron el paseíllo, de ésas en las que das todo sometido a un alto riesgo y no recibes nada a cambio, o si lo haces únicamente la desgracia de un cornada como fue el caso de Javier Valverde. Esto lo provocaron principalmente los toros de Adolfo Martín: duros y
complicados ellos, que desarrollaron siempre casta aunque de la mala, toros que pedían gran firmeza y valentía en cada muletazo y toros que requerían siempre hacerles las cosas muy bien, pues aprendían con gran rapidez. Es cierto que algunos lucieron escaso trapío y que blandearon en el primer tercio pero una vez en banderillas se cre-
cían y venían arriba poniendo en grandes dificultades tanto a las cuadrillas como a los espadas actuantes. A la dureza de los de Adolfo se unió la frialdad de unos tendidos que no respondían a lo que allí ocurría y que no se percataban del peligro que existía en el ruedo. No sé si será por la presencia de los toros, o porque
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estos blandeaban de salida, o simplemente porque ya pesa mucho una Feria de San Isidro tan aburrida y tediosa como ésta, pero lo cierto es que la plaza de Madrid estaba helada y daba igual que Encabo intentara lucir a su primero, que Gómez Escorial se jugara la voltereta ante el segundo o que Javier Valverde estuviera firme y resultara corneado: ¡allí nadie decía nada! A todo este cúmulo de complicaciones, tuvieron que hacer frente los tres espadas que por cierto estuvieron muy dignos, cada uno dentro de sus posibilidades pero eso sí, dándolo todo y jugándose la vida, lo cual como mínimo merece el respeto de todo aficionado. Hay que destacar a Javier Valverde que tuvo la mala suerte de, tras sufrir numerosos sustos durante toda la tarde, resultar corneado y herido por
el último astado; un sobrero manso, incierto y peligroso. Todo vino tras una faena en la que si bien es verdad que hubo demasiados enganchones, no es menos cierto que intentaba siempre estar asentado y firme con el toro. Pero desgraciadamente en uno de los lances resultó volteado de forma muy fea, infiriéndole una cornada (mientras el tendido seguía frío como si no hubiera pasado nada). Ante su primer enemigo realizó una faena muy seria y valiente intentando conducir las cortas embestidas del animal sobre la mano izquierda. Se colocó siempre de verdad recibiendo al final dos hachazos, uno de los cuales le causó un puntazo. Faena en las que la gente no supo ver las complicaciones del animal ni la importancia de lo realizado y que mereció mayor recompensa que una simple ovación que encima algunos protestaron cuando salió a saludar.
El que se llevó mayor recompensa fue Gómez Escorial con una vuelta al ruedo en el quinto tras una faena voluntariosa a la que le faltó más ligazón y quietud. Eso sí, derrochó todo lo que tenía y ante eso poco se puede decir. Sufrió también en los capotazos de recibo un percance de gran espectacularidad que afortunadamente quedó sólo en el susto. Ante su primero, un toro muy complicado, demasiado tuvo con salir ileso y pasar el mal trago. Por último, Luis Miguel Encabo anduvo toda la tarde dispuesto, dirigiendo la lidia, entrando en quites y atento a cualquier detalle que sucediera en el ruedo. Ha perdido un poco de frescura y su toreo resulta menos lucido que en años anteriores. Eso sí, mató de una gran estocada a su primer enemigo. ■ Luis Esteban
7 de junio de 2003. Corrida de toros Vigésimoctava de la Feria de San Isidro
TORERIA, LO QUE ESCASEA HOY EN DÍA Seis toros encastados de Victorino Martín. Serios aunque feos los tres primeros, mejor presentados los otros tres. Casi todos blandearon. Sin llegar a ser espectaculares en varas, cumplieron sobradamente, aunque alguno -como el segundo- nos quedamos sin poderle ver entrar a otra vara más por culpa de la precipitación en el cambio de tercio. Todos se repucharon en el segundo encuentro. El sexto ovacionado de salida, un buen mozo. Todos llegaron a la muleta con bastante calidad y buen son, aunque el tercero, el de más peligro, nos recordó a las "alimañas" de otros tiempos. Salvo éste, los demás ovacionados en el arrastre y segundo y sexto incluso con petición de vuelta por algún sector de público. Luis Francisco Esplá.- Pinchazo en los bajos y estocada trasera (palmas) y estocada recibiendo atravesada y dos descabellos (aviso y oreja). Manuel Jesús "El Cid".- Bajonazo (ovación y saludos) y estocada atravesada haciendo guardia y dos descabellos (aviso y ovación con saludos). Fernando Robleño.- Pinchazo arriba y estocada (palmas) y metisaca en los bajos, cuatro pinchazos y descabello (aviso y ovación con saludos). Destacó en la lidia del cuarto Rafael Perea "Boni". Por el contrario "Alcalareño" pidió con gestos al público sacar pañuelos y casi empujaba a "El Cid" para dar la vuelta tras la lidia del segundo, a lo que su jefe rehusó ¿Creería estar en una plaza portátil? Presidió sin problemas el Sr. Lamarca, aunque se precipitó en cambiar el primer tercio en varias ocasiones. Al final fueron despedidos entre ovaciones los espadas y salió a saludar el mayoral.
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a penosa e insufrible feria de este año ya la habíamos anunciado en cuanto se publicaron los carteles. La empresa sólo se preocupó de hacer combinaciones baratas y con muy poco interés de toros y toreros, todos al mismo precio y la CAM mirando a otro sitio. Ha sido la más vergonzosa y peor de toda la historia. Sólo los Lozano estarán contentos, por haberse llenado los bolsillos a nuestra costa. Y la CAM, claro. Si al menos éstos invirtieran en la fiesta lo que han ganado...Y el maravilloso espectáculo vivido ayer no debe borrar el abuso cometido contra los aficionados durante un mes, de forma continuada. Pienso que la introducción de la ganadería de Victorino en nuestra ya famosa "lista negra", tras ver las últimas corridas presentadas en diferentes lugares por el de Galapagar, puede que haya servido para que este año se haya esmerado y enviado una excelente corrida. Aunque sólo fuera por eso (habrá ahora que sacarle de la lista, hasta que vuelva a merecerlo) creo que ha cumplido con creces los objetivos marcados por nuestra lista inicialmente.
Los tres toreros han podido salir a hombros a nada que hubiesen acertado más con la espada. Y el ganadero lo habría hecho con ellos. Los tres son toreros de Madrid. "El Cid" tiene la hondura y maneras que gustan en Madrid...y en todas partes. Cuando acierte con la espada puede llegar a donde quiera. Robleño es un torero muy valiente, que pone la emoción que a veces no da el toro, brillando especialmente con los toros complicados. Y ayer estuvo dando a su plaza lo que ésta espera de él. Y si llega a matar también hubiese triunfado. A pesar de todo la calidad y emoción de los toros, a mi entender, sobrepasó a los toreros. Y el público tomó partido. Y Esplá...fue el Esplá de Madrid. Ese TORERO que conoce como nadie al público de Las Ventas. Durante la primera hora estuvo sin estar, sin destacar en nada, pero en el lugar oportuno, dirigiendo la lidia con maestría y haciendo como que no hacía nada. Su lidia al cuarto de la tarde transcurría de forma correcta, basada en los típicos derechazos perfileros, sin dejarnos ver al toro por el izquierdo (a priori nos parecía el mejor), aliviándose, hasta que...
...ESTALLÓ LA TORERÍA. Ya al final de su faena, con el toro acoplado, le ofreció la izquierda. Y el toro aceptó y colaboró. Dos series de lentos naturales en los medios, citando de frente, abrochadas con el de pecho sin moverse, pasándose el toro de verdad por la barriga, el cambio de terrenos para entrar a matar a recibir en el mismo platillo, distanciándose del toro y en una postura de las que tantas veces hemos visto en las estampas de "La Lidia", apoyando el peso del cuerpo sobre la pierna de atrás...era como ver a Pedro Romero pero con montera calada, o a Paquiro, Frascuelo... Gracias MAESTRO Esplá ¡No te mueras nunca! Para que los jóvenes sepan lo que es la torería (que excepto en ti casi no se ve), que se empapen bien de tu torería, eso que te sale por los poros, que en la mayoría de plazas no saben ver y que no da ni dinero, ni contratos, ni entrevistas, ni artículos en la prensa rosa. Pero que en tu plaza, en nuestra plaza, se capta de forma especial. Y algunos a eso lo llaman “cucamonas”...¡Qué sabrán ellos!
■ Joaquín Monfil
Asociación El Toro de Madrid
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DESPUÉS DE SAN ISIDRO 2003 15 de junio de 2003. Novillada con picadores
EL CLUB DE FANS Se lidiaron novillos de Los Bayones, en general, nobles y sin demasiada fuerza. Buenos 2º, 3º y 5º. El primero, devuelto por inválido, fue sustituido por otro de Valdefresno, manso. José Manuel Prieto: dos pinchazos, estocada baja que termina escupiendo y once descabellos (silencio tras aviso); pinchazo y estocada baja (silencio). José Mª Manzanares: (nuevo en esta plaza) estocada (oreja protestada); pinchazo, estocada atravesada y desprendida y cuatro descabellos (silencio tras aviso). Luis Bolívar: estocada desprendida (oreja); pinchazo, estocada desprendida y descabello (silencio). Alrededor de media entrada en tarde de lluvia racheada. Presidió José Manuel Sánchez.
H
ubo dos noticias, una buena y otra mala. La buena fue la entrada que registró la plaza en un caluroso domingo de amenazante tormenta. Fuera de feria ver sólo la mitad de la piedra libre es una buena nueva para el aficionado, acostumbrado a cruzarse con las mismas caras de aburrimiento de siempre. Porque vocación de mártir, no nos engañemos, la tenemos cuatro y que la novillada atrajese gente nueva a la plaza no deja de ser gratificante.
Junto al alicantino hacían el paseíllo el triunfador del certamen de Castilla La Mancha y el de la feria de San Isidro. Un cartel atractivo que a la postre debió haberse cerrado como un mano a mano entre Manzanares y Bolívar, dado el poco interés que despertó Prieto en los tendidos…y en mi crónica. Hay muchas diferencias entre Manzanares y Bolívar, entre ellas, que el de Alicante tiene media pelea ganada sin salir a la plaza. Heredado de su padre arrastra tras de sí un séquito de seguidores entre aficionados de postín y prensa taurina. Que esa es otra. Tal favoritismo ya lo quisiera para sí el colombiano, que sale a la plaza a comerse lo que le echen, a jugarse la vida, a intervenir en quites, a dar espectáculo en la lidia, a cruzarse y, por lo menos, a intentar ligar los pases colocado en el sitio.
Manzanares JR. también mata al Julipié Lo lamentable -y aquí es donde va la parte negativa de la historia- es que con esta entrada quedó demostrado que los ra en la que perdió el engaño y, básicamuchos profesionales que asistieron ayer mente, al fervor de los tendidos, Manzaa la plaza apoyan la fiesta con su presennares se apuntó una oreja -protestada- en cia cuando les entra en gana, como si los el noble novillo de su debut venteño. mindundis que se juegan la vida los otros Las mismas buenas intenciones domingos no fueran de su incumbencia. lució el tercero de Los Bayones que, Indigna ver a toreros, ganaderos o apojunto al segundo y al quinto resultaron derados pulular por los tendidos con sus Igualito que José Mª, poseedor indistres caramelos -suavecitos- en la mulemejores galas al tirón de un afamado carcutible de cierta clase y no menos plastita. Bolívar empató en trofeos con el tel. Pero indigna mucho más todavía la cidad, pero que ni se cruza, ni liga, ni hilprimero de su lote y paseó la segunda presencia de periodistas directores de vana, ni adelanta la muleta, ni arriesga, ni y única oreja de la tarde sin escuchar grandes tribunas, a los que jamás se les interviene en la lidia, ni quita, ni da disreproches provinientes de lo alto. A ve la cabellera por la plaza, si no es para tancia ni…., en definitiva, hace nada por estas alturas, seguro que a ninguno le lucir unos auriculares de sombrero. Con confeccionar una faena en la que llevar faltan los contratos: a uno por el peso todo, fue reconfortante sentir el calor del toreado al novillo de principio a fin. de su nombre y al otro por el de su público, aunque la mayoría llevase el lidia. Gracias a una media, al último natural carné de socio del club de fans de Man■ Begoña F. Pellicer de la segunda serie, a una estocada certezanares colgado a la solapa. 20 de julio de 2003. Corrida de toros
AFICIONADOS, A REPASAR...LOS LIBROS DE TAUROMAQUIA
Seis preciosos toros de lámina y de juego variado de don Tomás Prieto de la Cal, con casi todas las variantes de capa que se contaba en el siglo XIX de los vazqueños del duque de Veragua. Por la mañana fueron desechados dos, uno por falta de peso y otro por una cornada en una extremidad. En general mostraron mansedumbre, pero la casta y nobleza de alguno de ellos merecía algo más de lo que recibieron por parte de los lidiadores, tanto a pie como a caballo. Algunos asesinados en varas y en otras ocasiones simulándolas. Ovacionados primero y sexto y división para el segundo. Silencio en el resto. El quinto y sexto intercambiaron el orden de lidia previsto, tras el desbarajuste provocado a raíz de la cogida de Reyes Mendoza. Javier Castaño: estocada haciendo guardia y dos descabellos en el 2º (silencio), pinchazo y estocada tendida perdiendo la muleta en el 3º (silencio) y estocada tendida y atravesada y dos descabellos en el 5º (silencio). Tomás López (que confirmaba la alternativa): pinchazo y estocada tendida (aviso) y dos descabellos en el 1º (silencio), pinchazo, estocada y el toro se autodescabella en el 4º (silencio) y estocada trasera en el 6º (vuelta con muchas protestas). Reyes Mendoza (que también confirmaba la alternativa): cogido grave con dos cornadas, una en muslo y otra en la región escrotal (con ablación de gónada y contusión uretral) al iniciar su faena de muleta junto a las tablas al segundo de la tarde. Un cuarto de entrada, consecuencia del "cartelito" preparado por esta empresa que, según dicen los "culpables" de la CAM que les renovaron el contrato, es la menos mala de todas. (Pues cómo serán las otras...decimos nosotros). La mayoría de los espectadores eran "guiris", diseminados por los tendidos, como siempre, en filas y columnas, cual estructuras de ADN o cadenas de química orgánica. Esa disciplina oriental...Presidió mal, como es habitual en él, el señor Sánchez (quevedianamente a una "pajarita" pegado), que mantuvo en el ruedo algún inválido y con su eterno criterio de que en caso de duda...siempre a favor de la empresa, nunca del aficionado. Para hacer esto ¿hacen falta comisarios de policía? Que pongan a uno de los de La Sagra y seguro que no lo hace peor. Tarde de tremendo calor africano.
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olamente por ver la variedad de capas, todo un tratado que podríamos discutir con nuestro buen amigo y especialista Adolfo Rodríguez Montesinos (por cierto, hemos oído que estás mal de salud y desde aquí te queremos
enviar deseos de una rápida recuperación), mereció la pena asistir a la bochornosa tarde en Las Ventas. Había allí jaboneros claros, otro albahío (aunque más parecía salinero), un retinto con unos pelos rojos jijones encendidos
mezclados con negros, otro un berrendo albardado (sí, como aquellos de Vicente Martínez que mataba Joselito "El Gallo", el de verdad) que nos retrotraían a otras épocas. Pero es que, además, algunos toros llegaron con cierta
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nobleza y boyantía al último tercio. Pero, claro, los toreros actuales no entienden de la lidia que deben dar a cada cual. Si uno pide los adentros lo sacan afuera, si piden distancia les ahogan hasta llegar a pararlos para darse el "arrimón". En fin, un desastre. Luego, las cuadrillas...actualmente parecen pandillas. Los montados a punto de desaparecer...en el toreo moderno que propugna el taurinismo y jalean los juntaletras y palabreros, vividores y otros estómagos agradecidos. Los banderilleros siempre clavando de la misma forma, aunque para ello sea necesario dar miles de capotazos...cuando no llevan esos "mapas de carreteras" engo3 de
La Voz de la Afición
minados cual telón de barco, que les descubre en cuanto hay viento... Y así, a pesar de lo mal que comenzó la corrida, con la grave cogida del cordobés Reyes Mendoza (que nos dejó sin respiración) el conjunto de impecables, a ratos nobles y todos muy bien presentados astados que se repartieron en el "mano a mano" posterior del leonés-salmantino Castaño y el zurdo toledano López fueron desaprovechados por los dos jóvenes espadas. Entre tanto desbarajuste en el orden de lidia, creemos que posiblemente lo más lucido de toda la tarde fue un gran par de banderillas
del José Muñoz al sexto, sobreponiéndose con torería a la anterior cogida de su matador Reyes, que estaría ya en el hospital. A propósito ¿Reyes Mendoza ha confirmado la alternativa aunque no pudo matar su toro? Esta empresa, con esto de las confirmaciones estivales de alternativas variadas y continuadas (incluso con algún padrino más joven que los confirmandos, como anuncian para el domingo próximo) siempre nos está haciendo ir a repasar los reglamentos y la historia de la Tauromaquia. ¡SERÁ PARA LO ÚNICO QUE NOS SIRVE TORESMA 2! ■ Joaquín
agosto de 2003. Corrida de toros
TRAPIO Seis toros de Isaías y Tulio Vázquez, con gran trapío aunque con pocos kilos. Corrida vareada y musculada muy astifina y ofensiva, sobre todo el cuarto. Manolo Sánchez, Bajonazo y descabello, silencio - Media en los bajos, silencio. Oscar Higares, Pinchazo, estocada y dos descabellos, silencio - Buena estocada, Vuelta al ruedo. Canales Rivera, Media estocada y seis descabellos, Silencio - Siete pinchazos y nueve descabellos Bronca Un cuarto de plaza. Presidio Juan Lamarca. Muchísimo calor
E
ste domingo se ha lidiado en Madrid una corrida de toros que puede servir de ejemplo para los nuevos aficionados o para aquellos que intentar confundir a los aficionados más veteranos. El toro que más pesó dio en la báscula 485 kg., los hubo incluso de 464 kg. y nadie los protestó. Cierto es, que algunos toros estaban demasiado vareados y se les notaba que habían perdido bastantes kilos seguramente por el viaje. Pero fue la demostración más clara que el trapío no lo dan los kilos. Astifinos, muy ofensivos, algunos como el cuarto con unos pitones que daban miedo, astifinos desde la mazorca, con seriedad en la cara, muy finos de cabos, la piel fina y lustrosa, en resumen, el toro de lidia. Y no se confundan los taurinos que esto no significa que el toro no tiene que pesar menos de 500 kilos como repiten hasta hartarse a diario, no. Lo que ocurre es que los toros de Isaías y Tulio Vázquez proceden de un encaste que no es grande. No son atanasiones ni miuras y por eso no tienen ese peso. Pero tienen lo que deben de tener. Remate, seriedad, cuajo y unos pitones astifinos y ofensivos. Su comportamiento en el ruedo fue variado. Todos cumplieron en el caballo, bueno para ser más exactos a todos los asesinaron en el caballo. Parecían los picadores tener una consigna clara. Darles hasta que no respiren. Y conforme a eso les dieron "pa el pelo". Algunos tuvieron un comportamiento bravo en el primer tercio. El primero y el segundo demostraron tener sangre brava en sus venas y pelearon bien. El quinto resultó ser un gran toro. De los que hace algunos años se denominaba de bandera. Acudió de largo en dos encuentros en los que empujó abajo y fijo y llegó a la muleta con una embestida encastada y noble, acu-
diendo de largo cada vez que su matador le citaba. Los aficionados protestaron al presidente por no dejar al toro entrar en una tercera vara que seguro hubiera tomado con la misma bravura que las anteriores. En la actualidad le sacarán todas las pegas del mundo: Al final levantaba un poco la cara, era demasiado pronto, no humilló del todo y cuantas tonterías quieran inventarse. Pero la realidad es que fue un gran toro este "Isleño". El camino a seguir por los ganaderos para volver de nuevo a los carteles de las ferias importantes. Para los toreros, que es lo que ahora importa, hubo tres toros con posibilidades de triunfo. El lote de Higares y el último de la tarde, aunque duró poco porque el picador cumplió a rajatabla la consigna de por la mañana. El lote de Manolo Sánchez y el primero de Canales no demostraron ninguna clase y se quedaban a mitad del muletazo topando en muchas de las ocasiones. En resumen, el reencuentro de esta ganadería con la plaza de Madrid después de muchos años sin lidiar. Un acierto de la empresa al anunciarla aunque tardó poco en estropearlo al acompañarlo por lo tres toreros con los que lo hizo. Vinieron a matarla y a cobrar. No se vislumbró en ningún momento, excepto a Higares en el de bandera, el intentar ganarse nada. Ni un puesto en la feria de Otoño, ni una repetición en verano, ni un aplauso de los aficionados. Vinieron agarrotados, asustados y mentalizados a salir andando por la puerta de cuadrillas y a fe que lo consiguieron. Son tres toreros que están de vuelta, que ya torean en las ferias y con pocas ilusiones de triunfo. Cierto es que Manolo Sánchez tuvo el peor lote. Imposible era el triunfo con aquellos dos toros. Pero también
es verdad que su actitud en el ruedo no era ni de largo, la que debiera haber tenido. Precauciones, ventajas y brevedad. Y con la espada donde caiga. Al cuarto, al de los pitones que daban miedo, le arreó un bajonazo descarado y se quedó tan a gusto. Oscar Higares tuvo el mejor lote y lo desaprovechó. En el quinto dio muchos muletazos, le dió distancia pero le faltó garra. Tampoco derrochó mucha calidad ni hizo el toreo verdadero, pues anduvo al hilo, con la mano a media altura y rematando "pa fuera". Resultó una faena fría y un tanto vulgar en la que "Isleño" gano de largo. Sin embargo, hay que destacar la estocada casi entera con que despachó al toro que fue, sin duda, lo mejor del trasteo. Dió la vuelta al ruedo con algunas protestas. Por cierto, a mi criterio, completamente injustas y de aficionados que demostraron pocos conocimientos de la fiesta y sobre todo de las Ventas. Toda la vida una estocada buena, como sin duda fue la de Higares, era merecedora de una oreja. Por lo que la vuelta al ruedo, por mucho que se le fuera una gran toro, creo que no debió de haberse protestado. Canales Rivera estuvo ido. Con el último perdió los papeles con el estoque y no aprovechó las pocas embestidas que el picador de turno le permitió al toro dar. Tiene que replantearse este torero sus actuaciones en Las Ventas. Porque así no se puede venir a Madrid. La bronca del sexto deberá hacerle replantearse este asunto. A las nueve menos cuarto abandonábamos la plaza. En hora y tres cuartos se acabó lo que se daba. Nadie se aburrió, hubo interés por los toros de Isaías y Tulio Vázquez, a los que se les abre la puerta de la resurrección con "Isleño". En la plaza hubo casta e integridad. Los dos pilares fundamentales de la fiesta. ■ Salva
Asociación El Toro de Madrid
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“FELINO” E “ISLEÑO”, LOS TOROS DEL VERANO
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ron: Araúz de Robles, Gavira o Sepúlveda, que se volvieron a estrellar nuevamente y otras ya conocidas como El Sierro, que fracasa año tras año. Se salvó de la quema la corrida que cerraba el mes de agosto con el hierro de Valverde en la que saltaron al ruedo algunos ejemplares interesantes.
n estos tiempos que corren para la fiesta de los toros, en la que todo es aburrimiento y monotonía, las corridas de verano preparadas por la empresa no podían ser menos y no se salió del guión previsto. Algunas de esas tardes, era toda una hazaña el aguantar en el tendido para soportar semejantes espectáculos, además de un calor asfixiante. Ahora bien, no todo fue tan malo, pues hubo dos corridas que elevaron la moral de cualquier aficionado. Se trató de las lidiadas los días 20 de Julio y 3 de Agosto, con los hierros de Prieto de la Cal y de Isaías y Tulio Vázquez. Ambas vacadas llevaban ya un largo tiempo sin acudir a esta plaza y los aficionados las esperábamos con ilusión y curiosidad, por ver en qué estado se encontraban. En la corrida de Prieto de la Cal, saltó en primer lugar "Felino", un precioso jabonero de 499 kg, de no gran tamaño, pero con trapío y en tipo de su encaste. Cumplió ante los montados en los dos puyazos que recibió, para después venirse arriba en banderillas. En el último tercio, desbordó a su matador, Tomás López, por su gran nobleza y repetición. Fue muy aplaudido en el arrastre. Como además de este toro, saltaron al ruedo otros dos astados muy interesantes, hay que tener esperanzas de que éste sea el resurgir de este encaste tan bonito y necesario para la fiesta, y que se encuentra totalmente marginado por los taurinos. "Felino" es el camino a seguir. Dos domingos después, saltó a la arena en quinto lugar con el hierro de Isaías y Tulio Vázquez, "Isleño", negro
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Nº 8, “Felino”, jabonero, 499 Kg., nacido en diciembre del 98 de la Ganadera de Prieto de la Cal
de capa, de 464 kg de peso, de gran trapío y con una cabeza de pavor. Resultó bravo en el caballo, donde se arrancó con alegría y empujó ante el peto. Continuó con esa alegría en banderillas, derrochando casta y nobleza ante la muleta de su matador, Oscar Higares (¡como no!). Éste no estuvo a la altura de las circunstancias e "Isleño" fue largamente ovacionado en el arrastre. Resultó ser sin duda el toro del verano y uno de los mejores de la temporada. Esperemos que con todos así, se consiga levantar otra ganadería que tanto necesitan la fiesta y los aficionados, en estos tiempos de tanta escasez.
Por último, pedir a la empresa que no vuelva a repetir la moda de este verano de instaurar dos confirmaciones de alternativa por festejo, porque además de pesado, resulta triste ver cómo pierde la importancia que posee esta ceremonia convirtiéndose en un mero trámite y provocando además un gran desorden en la lidia. Así que de una en ■ una, mucho mejor. Luis Esteban Aficionado y miembro de la Asociación el Toro de Madrid
Claro que esto fue una excepción pues el resto de los festejos del verano resultaron soporíferos en lo que al toro se refiere. Hubo varias decepciones para los aficionados como fueron las corridas de Monteviejo, Jaral de la Mira, Conde de la Maza y Hernández Plá que en contra de lo que se esperaba resultaron descastadas, paradas y hasta flojas. Hubo otras que llevaban ya el cartel de fracaso antes de ser lidiadas pues era la segunda vez que acudían a esta plaza este año, siendo ya su primera comparecencia un desastre. Estas fue-
La Empresa, en verano, se ve que hace carteles atractivos
MAÑANA DE TOROS
unque la corrida de toros comience con el paseíllo y, sobre todo, cuando se abre el portón de los sustos, a los buenos aficionados nos gusta presenciar y vivir todas las tareas previas a la fiesta sin las que sería imposible su celebración. Por eso, cuando el pasado 30 de agosto fui invitado en la manchega ganadería de Víctor y Marín al embarque de la novillada que se iba a lidiar esa tarde en la Puebla de don Rodrigo, no dudé en aceptar. Allí pude presenciar, en absoluto silencio, para no distraer las maniobras de encajonamiento, los afanes de ganaderos y mayorales al realizar, de manera rápida y eficaz, lo que supone el inicio de un espectáculo que acabará en el ruedo de una plaza de toros. La bella lámina de los novillos, las llamadas suaves del mayoral, invitando a cada res a la manga de embarque, son recuerdos de una experiencia que, como aficionado, me ayudó a conocer mejor y disfrutar el complejo mundo de los toros. Esta ganadería, formada en 1933, que
pasta en los predios de Fernáncaballero, en Ciudad Real, tiene una procedencia variada: Gamero Cívico, Santa Coloma, Manuel Arranz y en la actualidad, sobre todo, Carlos Nuñez y lucha, como tantas ganaderías modestas, por hacerse un hueco y mantener la tradición familiar de la cría de ganado bravo. Por cierto, por la tarde, los novillos dieron buen juego, siendo los dos primeros encastados y muy interesantes para los aficionados. Animo a todo el que tenga oportunidad y de verdad disfrute con la imagen del toro de lidia a que presencie las tareas de campo en las ganaderías, tan importantes para el buen comportamiento del toro en la plaza des■ pués. Miguel Castañeda Fernández Aficionado y miembro de la Asociación El Toro La imagen del fondo: Novillos, de Victor y Marín
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La Voz de la Afición
A los informadores taurinos
GRACIAS, PERO NO
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i data de nacimiento me ha permitido leer u oír desde a los antiguos gacetilleros, con sus elementales y simples reseñas de las corridas, hasta a los actuales comentaristas-informadores, con profusión de medios a su alcance, paralelo con épocas doradas, en las que leer una pieza taurina convertían sus pasajes en un ejemplo de literatura, donde no se sabía si detenerse para estudiar su pulcra sintaxis o embeberse en la riqueza de sus conocimientos. En el discurrir, he podido seguir a profesionales imparciales, parciales u obsesivos, pero generalmente en base al primer o segundo protagonistas de la fiesta, que son toro y torero. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, constato estas mismas obsesiones, convertidas en fobias, en referencia al público, tercer protagonista. Bien es cierto que en todas las épocas existieron estas situaciones -recordemos décadas recientes- pero lógicamente con menor repercusión informativa -ahora se dice mediática- y siempre también en base a intereses que, aunque en cualquier momento afloraron, nunca con la voracidad e inquina con que se producen en la actualidad. Suelo leer, ver u oír todo lo referente a nuestro espectáculo, pero atendiendo hoy a lo que se refiere a la plaza de Madrid, de donde puedo hablar por presencia, compruebo que gran parte de los que calificamos como especialistas, escribidores o habladores, arremeten con una saña enfermiza contra un sector del público, al que para identificarlo le asignan un guarismo -les corresponda o no-, quien en pleno ejercicio de sus derechos manifiesta su sentir y al que catalogan con epítetos que pretenden ser hirientes y peyorativos pero que, cual efecto boomerang, se vuelven contra sus teorías. Me permito reproducir (sic) algunas perlas que utilizan: ...intransigentes...- En efecto, igual los califico, pero en el sentido de que no transigen ni transigirán con las arbitrariedades que muchos de ustedes enmascaran con su pluma o verbo, a veces indefinibles, en donde el comentario igual vale para un roto en forma de siete que para un descosido. ...no se cambian ni lavan la camisa...También es cierto, pero me consta que tienen a gala no cambiarse la camisa de la dignidad, a lavar todos los días la camisa de fuerza que imponen los poderes fácticos del entorno. ...parcialidad enfermiza...- Realmente, no conozco ni a un solo aficionado que no tenga sus preferencias (parcialidad) hacia uno u otro protagonista y no digamos aplicado a los comentaristas, quienes no quieren o no pueden o no saben disimular sus filias, faltando en algunos casos la pegatina en la solapa. ...impresentables vocingleros...- El término impresentable no sé a qué atri-
buirlo, puesto que sus acepciones son múltiples. Si se refieren a estar presente en la sociedad que nos ocupa, no sólo son presentables, sino solicitados por todos los sectores componentes del espectáculo. Y en lo referente a vocingleros hago el siguiente paréntesis:
Quien esto escribe, desde que tiene uso de razón o sinrazón para ver toros, NUNCA ha emitido una voz que se pueda oír a pocos metros de su localidad. Sin embargo, estimo necesario, plausible y conveniente que quien lo desee se manifieste de forma contraria y en el momento que considere oportuno. Oigo decir -y dícese bien- que el torero merece el máximo respeto y al que se debe dejar actuar para no alterar su estado anímico, puesto que entra en juego su vida. PRIMERO- Basándome en esta premisa, solicito a todo el público que espere a la finalización para "olearle" o aplaudirle, puesto que también las emociones positivas pueden hacerle incurrir en errores anímicos irreparables, o deformar situaciones que no están siendo reales. SEGUNDO- Digámosles a los Padres de la Patria que en la "Plaza del Parlamento" se abstengan de manifestarse estentóreamente, vía boca, manos o pies, a favor o en contra de los intervinientes. ¡Ah, y muchos, desgraciadamente, se juegan la vida...y hasta la pierden! TERCERO- En multitud de ocasiones se producen llamadas de atención o advertencias, que este sector prodiga, ante un considerado mal planteamiento de faena y que siendo reconocido por el lidiador puede corregir y hasta triunfar. Han existido múltiples casos. CUARTO- En cuanto a que el torero permanentemente expone su vida, les garantizo que ni al sector aludido ni a nadie puede gustarle la idea de presenciar sangre ajena, con mayores o menores consecuencias, pero estemos de acuerdo en que nuestra querida fiesta española sin riesgo, peligro y sensación de tragedia se convertiría en la ópera Carmen. QUINTO- Si volvemos la oración por pasiva, debemos convenir que también el público merece el máximo respeto del torero y que en muchas ocasiones, que todos conocemos y padecemos, es conculcado de manera patente. Aunque a este punto merecería dedicársele tratamiento aparte. SEXTO- Los mismos principios básicos en relación a "vocingleros" son trasladables al resto de estamentos que conforman la fiesta: ganaderos, empresarios, presidentes...¡Tanto se podría escribir! Omito algunas otras expresiones que son vertidas, porque entran en un terreno que, por ser de puro ofensivas y no demostrables, pertenecería cuestionar a los organismos competentes y no al firmante. De estas disquisiciones he llegado a las siguientes conclusiones respecto a quienes,
con ostensible empeño, emplean sus medios para arremeter contra el mencionado sector del público: Necesidad de buscar protagonismo para compensar el que no disponen por sus propios medios. Conseguir que el lector, espectador u oyente esperen con más atención el ataque diario que el contenido de la exposición. Usar medios públicos, donde es prácticamente inexistente la réplica. Efecto conseguido: el contrario al pretendido. Le están proporcionando al sector que critican un protagonismo que ni busca ni necesita. En nombre de ellos GRACIAS, PERO NO. Quisiera, señores comentaristas, que me sacaran de esta duda: Con reiterada frecuencia les leo o escucho que la mayoría del público - con o sin clavel - está secuestrada y mediatizada por el famoso sector y que actúa a tenor de su mandato. Si esto fuera así, por fácil silogismo, hay algo claro: los que sobran son ustedes, porque si con su dogmatismo y conocimientos no son capaces de crear opinión o están ustedes equivocados o proclamo su razón a quienes critican, a no ser que entiendan que el pueblo que así actúa lleva el paso cambiado y sólo ustedes desfilan con disciplina ¿O no es así? No quisiera terminar sin manifestar mi máximo respeto a los profesionales, que por suerte los hay, porque pueden y les dejan y que de una forma objetiva enseñan, dialogan y difunden su saber, criticando a quienes estimen oportuno, incluso al sector tantas veces mentado, pero basándose en las reglas del juego. Y una de ellas es dispensar a los demás el respeto que quieras para ti. ULTIMA NOTA.- Señores informadores, les pediría que, aunque sea en alguna ocasión, al terminar sus artículos o emisiones, hicieran la reflexión: ¿qué he aportado hoy a la fiesta, qué he enseñado, cómo he ejercido mi magisterio?, pero pensando que quienes les siguen pueden proceder de la escala de conocimientos básica, primaria, secundaria o superior y que no sea sólo el famoso sector el que levante la bandera de la independencia para exigir el mínimo respeto a todos los integrantes que componen el entramado del espectáculo, así como el cumplimiento de las ordenanzas legales y éticas. Piensen que tienen en sus manos o en su voz unos instrumentos que pueden formar o deformar y que el tiempo viene a demostrar que, al igual que el toro pone al torero en su sitio, el lector, espectador u oyen■ te sitúa al comentarista en el suyo.
Gonzalo García de Castro Aficionado y miembro de la Asociación El Toro de Madrid
Asociación El Toro de Madrid
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EN DEFENSA DE LA DEFENESTRADA CASTA DE TOROS “JIJONES”
l Boletín Oficial del Estado nº 38 de fecha 13-2-2001, incluye en su contenido, el Real Decreto 60/2001, sobre Prototipo Racial de la Raza Bovina de Lidia según orden del Ministerio del Interior. De la lectura pausada de su normativa, se desprenden una serie de reflexiones concernientes a determinadas particularidades en él contenidas, que merecen sin lugar a dudas, un amplio comentario, pues se le da a determinados criterios cobertura legal, que creo son opinables y discutibles cuando no rebatibles, algo que modestamente pretende este trabajo. En el referido R.D., en su articulo 3, incluido dentro del anexo I, se citan las distintas castas que, en su criterio, han dado origen al actual toro de lidia. Las que considera como "castas fundacionales" y en el mismo orden que aparecen relacionadas son: Cabrera, Gallardo, Navarra, Vazqueña y Vistahermosa. En el caso concreto de la casta Vistahermosa, también se detallan los distintos encastes y líneas que la conforman. Como de forma clara se puede apreciar, el R.D. introduce modificaciones sustanciales e importantes con respecto a la relación o nominación que de forma tradicional y tácita, venia figurando de antiguo, pues de forma un tanto extraña y torticera, se omite nada más ni nada menos que la Casta Jijona, que desde siempre se la venia considerando. Es cierto que, en sus orígenes, la cría del toro de lidia, no tuvo en toda España la misma implantación y desarrollo, pero de eso a limitarlo según reza el R.D. a la zona sur de Andalucía y a Navarra, resulta totalmente excesivo a todas luces, parece más una burla que la cruda realidad. Olvidar a los toros Jijones, a todo el campo salmantino, a los de la sierra madrileña, a los vallisoletanos del Raso del Portillo, e incluso a ganaderías de Jaén, parece desprender un tufillo que desde luego resulta difícil de respirar. Es realmente difícil de admitir, que con la cantidad de festejos celebrados en el siglo XVIII en la Villa y Corte, teniendo en cuenta que de forma habitual se utilizaban en cada espectáculo un número superior de toros que ahora y dada la cantidad de problemas e inconvenientes que representaba el transporte, que todos los animales procedieran de la baja Andalucía, en concreto de las vacadas sevillanas de Cabrera, Vázquez y Vistahermosa, de la gaditana Gallardo, o de origen Navarro, parece más una broma que la pura y dura realidad. Hay argumentos con el suficiente peso para rebatir lo que pontifica y avala el R.D., pero solo voy a dar unos breves datos, pues haría falta mucho más espacio y desgraciadamente no queda otro camino que la brevedad. Pero en este caso, como resulta que la destronada y humillada es la Casta Jijona, voy a tratar de demostrar su antigüedad de forma concisa y con los escasos medios de que dispongo, lo que dejaría a las claras, la injusticia que premeditadamente con esa casta se comete. Es generalmente aceptado por los tratadistas consultados, que las ganaderías que se fundan para criar toros bravos, no
se empiezan a formar hasta bien entrado el siglo XVIII. En el siglo XVII, se pueden encontrar numerosas referencias de festejos taurinos, pero en esas épocas existían los "abastecedores de toros", que eran normalmente carniceros que adquirían animales para carne y los más agresivos que conseguían los ofrecían para esta clase de espectáculos taurinos. En 1776, don José Daza se irroga la autoridad suficiente para empezar a acuñar las características tipológicas y morfológicas de cada una de las castas y con tanto acierto que, según parece, ha venido sirviendo de base para la actual configuración hasta la aparición del R.D. que en parte lo modifica. Una vez sentada la premisa que las vacadas para reses de lidia inician en el siglo XVII su actividad y sus correspondientes balbuceos en la selección de animales, debemos centrarnos en la familia Jijón. Nos dice Cossio, que "la ganadería de Jijón, natural de Villarrubia de los Ojos del Guadiana (C-Real), ya existía en poder de la familia en el siglo XVII, pero la extensión de la fama a todas las plazas de España data del siglo XVIII, cuando don Miguel Jijón en 1786 le da impulso. Tal fue su popularidad, que "Jijones" se llamaron los toros que competían ventajosamente con las castas andaluzas y "Jijona" la pinta colorada encendida que era característica de ella". Por los datos que he podido encontrar y consultar, en 1598 a don Juan Sanchez-Jijon y Salcedo ya se le conocían reses propias y en 1630 le sucede su hijo don Juan Sanchez-Jijón y Cervantes. Voy a omitir toda la genealogía familiar de los Sánchez-Jijón, pues para documentarse debidamente pueden consultar el espléndido trabajo de D. Luis Villalobos Villalobos, titulado "Los Toros Jijones en la Historia", donde se ofrece profusión de datos y detalles de sus vidas, trabajo del que he obtenido la gran mayoría de la información necesaria para el caso. Siguiendo con datos históricos, nos dice Cossio que la presentación de los Hermanos Jijón en Madrid debió ser anterior a 1765, pero lo da como avance de opinión sin precisar fecha. Como los hermanos José Antonio y Miguel, que fueron los que relanzaron la ganadería, estuvieron peleándose jurídicamente muchos años, la presentación en solitario de Miguel la sitúa Cossio anterior a 1775, sin dar apenas detalles. Pero de lo que sí se tiene notificación fehaciente es de la presentación en Sevilla, en el año 1784, con la clásica divisa encarnada que los distinguía, siendo "estoqueados a pie" por los toreros locales Pepe-Hillo, Manuel López y Juan Garcés. Avala y certifica la antigüedad la aparición en la cartelería, circunstancia ésta recogida en el magnífico libro de Rafael Zaldívar "El Cartel Taurino"; en su página 115 figura la reproducción de un cartel para la corrida a celebrar en la Plaza de Toros del Real sitio de Aranjuez el viernes 19 de Junio nada menos que de 1772. Otro de los conocidos estudiosos, avalado por un gran prestigio, es D. Filiberto Mira que, en su obra "El Toro Bravo, Hierros y Encastes", manifiesta de forma clara "que
las tres razas primigenias son: la navarra, la castellana y la andaluza, que habrían de tener en Caparroso, Villarrubia de los Ojos y Utrera sus capitales más genuinas, aunque sigue diciendo "que no deben olvidarse los términos de: Colmenar Viejo, Aranjuez, Pedraja del Raso, Oteros y Arcos de la Frontera como tierras de vacadas fundacionales". Con esos antecedentes y alguno más que se podía aportar, aunque creo no es necesario, por más vueltas que se le dé, no caben en cabeza humana las razones y los fundamentos de derecho en los que se basaron los miembros de la Comisión Consultiva Nacional de Asuntos Taurinos (C.C.N.A.T), órgano asesor según parece, bajo cuyo informe se dicta sentencia, en el sentido de apartar a la "Casta Jijona" del disfrute de venir estando incluida en las listas oficiosas, que eran las que hasta entonces había de las castas fundacionales, lanzándola al ostracismo y al olvido no merecido ni deseado. Llegados a este angustioso punto, no queda otro camino que otear en las propias conciencias para buscar respuestas y tratar de encontrar soluciones. Y que conste que no me vale que el posible argumento para su falta de inclusión sea que ya no quedan vacas "Jijonas", pues ni eso se puede asegurar con exactitud. Por ese motivo, algo tendrán que decir los representantes municipales y el pueblo en general de Villarrubia de los Ojos, que ha visto cómo desaparece por completo su nombre como pueblo ligado a la estirpe de sangre "Jijona" de las listas que hasta ahora venían considerándola como casta fundacional. Algo tendrán que decir los familiares que aún vivan o las personas que los representen, pues pierden un legado valioso y absolutamente irrepetible. Algo tendrán que decir las Peñas Taurinas y las Federaciones de Peñas, si entre sus obligaciones está velar además que por la pureza de la fiesta por evitar las injusticias que contra ella se cometen. Algo tendrá que decir la Unión y/o la Asociación de Criadores de Toros de Lidia, porque entre sus funciones está la de protegerla contra los abusos y excesos de la Autoridad. Algo tendrán que decir los estudiosos y biógrafos más documentados y mejor preparados. Algo tendrán que decir nuestras Autoridades, tanto provinciales como autonómicas, con potestades en la materia, ante tan descarado atropello de la costumbre y por qué no de la razón y por último algo tendrá que explicar y aclarar quien, teniendo todos los datos en su mano y además teniendo el poder, con lo que se le supone de equidad y justicia, dicta tan injusta e inmerecida norma. Ya sólo me queda decir que este modesto trabajo solamente pretende ser la aldaba que logre atizar un fuerte golpe en las conciencias dormidas o adormiladas, para que su sonido grave y triste logre aunar criterios, esfuerzos y voluntades, con el fin de conseguir entre todos todo un milagro, como sería "que vuelva el crédito a su dueño", incomprensiblemente desahuciado, sitio y lugar del que nunca debiera haber desa■ parecido.
Federico Valero Aficionado de Miguelturra (Ciudad Real)
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La Voz de la Afición
SECCIÓN: El ayer y el hoy en el mundo de los toros
RETIRARSE A TIEMPO
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na de las cosas más difíciles que se le plantea a uno en la vida es decidir, si es que puede, cuándo abandona el "negocio" para dedicarse al "ocio"; pero si estamos hablando de toreros la cosa es más complicada todavía. Esta reflexión me ronda en la cabeza desde que el pasado 19 de mayo vi en Las Ventas a Raúl Velasco, novillero aspirante a hacerse un hueco en el escalafón de matadores, sorteando las cornadas de los despachos y los sinsabores de los modestos. Todavía lo recuerdo: al matar al cuarto novillo salió al tercio y, con una gallardía y pundonor inusual en los días que corren, se cortó la coleta, realizando el ritual de una ceremonia antigua y arcana. Cansado y, sobre todo, sintiéndose incapaz de dominar al noviVelasco saluda tras llo de Fuente Ymbro, verdadera cortarse la coleta máquina de embestir que dejó al descubierto sus carencias, optó por irse a su casa. Esa tarde, y creo que durante muchas tardes, vimos el gran gesto de torería de la Feria de San Isidro. Un torero dejaba de torear. Le echaba de su profesión el toro, el verdadero toro que a cada uno pone en su sitio pero, con su gesto, Raúl Velasco, nos demostró que, aunque no se vista de luces, es y seguirá siendo un torero. Estoy segura de que más de un compañero sintió algún temblorcillo y cosquilleo en el fondo de sus conciencias: ¡cuántos, que están en lo alto del escalafón, deberían seguir su ejemplo! Y por supuesto desde aquella tarde se ganó no sólo el aplauso más importante de su vida sino, también, el respeto de la afición. Porque, señores, hay muchas formas de irse. El que se va, pero no se va...por si acaso; y, por supuesto, vuelve. De estos casos, y sin mencionar nombres, conocemos a raudales; más de uno figura en los carteles de las principales ferias: "que la vocación, que no puedo vivir sin el toro, que lo llevo muy dentro"..., milongas; que hace falta el dinero, muy lógico, por cierto, y nada más. Pero que no nos vengan con cuentos. Estas falsas retiradas, que amagan más que otra cosa, están al cabo de la calle y así vemos pasar por los ruedos, como almas en pena, a toreros, primero en las corridas de despedida y, al cabo de poco tiempo, en las de reaparición; exhibiendo su desgana e incompetencia y siendo, en la mayoría de los casos, caricaturas patéticas de un tiempo ya acabado. Aunque éste es un fenómeno antiguo, ahora se practica más que nunca, quizás porque las figuras se sienten más "profesionales"que ejecutores de un arte original y sublime. La excesiva mercantilización de la fiesta ha fomentado el abuso de esta práctica, en un mundo materialista y dominado por el interés económico; sin olvidar las presiones del entorno del torero, que dejaría de ingresar si el maestro, en un gesto de dignidad, se cortara la coleta. Las despedidas toreras y gallardas de figuras de otro tiempo, han pasado a la historia. Todavía se recuerda en las tauromaquias, las lágrimas de Julián Casas "El Salamanquino", con sesenta años, cuando en 1878 al ser incapaz de dar muerte a su toro ante la presencia de Alfonso XII, decidió no ponerse delante de ningún otro en su vida. Y qué decir de la frase del poderosísimo Guerra al despedir-
se en 1899 de su cuadrilla: "Yo no me voy. Me echan". Y así era, pues la presión y la fuerza de los aficionados y del público, obligó a su retirada. En cambio, y como ejemplo contrario, Bombita recibió en 1913 comidas y homenajes de sus partidarios y aficionados para que no abandonara los ruedos; tal era la importancia y el grado de implicación que entonces tenía el público. ¡Igual que ahora, que sólo se nos tiene en cuenta para pasar por taquilla! Por supuesto hay retiradas calladas, dignas, toreras. Son aquéllas que, anunciadas o en silencio, llevan a cabo los maestros de verdad, los que sienten el arte y no quieren defraudar al aficionado. Se van sin hacer ruido, de puntillas; de pronto no figuran en los carteles, sólo torean algún que otro festival, acuden a tertulias de aficionados y siguen mostrando su magisterio hasta la muerte. Hay otras retiradas más tristes; son aquellas a las se ven obligados la mayoría de aspirantes a ser figuras del toreo: los despachos, la oposición de los de arriba, no llevar un apellido ilustre en la profesión, carecer de medios y, sobre todo, la estructura mercantil en la que se apoya la fiesta en la actualidad, hacen que los sueños de muchos se queden en el camino; y eso sin contar que los pocos que acceden a las plazas deben enfrentarse al ganado serio y encastado que rechazan las figuras, lo que provoca su abandono antes de tiempo. ¡A cuántas primeras figuras "descubrirían" los Fuente Ymbro!. En fin, la casta torera se demuestra de muchas maneras y, sin duda, es en la retirada donde mejor se aprecia cómo ha sentido cada uno el toreo; los hay que van a la plaza a fichar, cubrir el expediente y cobrar - para eso se necesita al toro carretón descastado y sin pitones -, a esos no hay manera de echarles. Los hay que acuden a la llamada misteriosa del rito, al juego de la vida y la muerte y que sienten impotencia cuando es el toro el que gana la partida. Y por eso se van a su casa. Raúl Velasco es de estos últimos. ¡Por cierto!, cuando a final de la temporada se reúnan en círculos, clubs, peñas, cafés etc. los sesudos santones de la fiesta para entregar los trofeos de San Isidro, les sugiero que piensen en él para ser acreedor al premio del ■ "Detalle más torero" de la feria; es de justicia. Yolanda Fernández Fernández-Cuesta Aficionada y miembro de la Asociación El Toro de Madrid
LA COLETA DEL GUERRA ¿Quién este dolor soporta? Con él muere la afición.
¡Señor, qué desolación! ¡el Guerrita se la corta!