ARTES DEL MOVIMIENTO

Dossier de Prensa ARTES DEL MOVIMIENTO Danza en Catalunya (1966-2012) EXPOSICIÓN 30 Octubre 2012 – 26 Enero 2013 Espacio Claustro (Planta 00), Espaci

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Dossier de Prensa

ARTES DEL MOVIMIENTO Danza en Catalunya (1966-2012) EXPOSICIÓN 30 Octubre 2012 – 26 Enero 2013 Espacio Claustro (Planta 00), Espacio Laboratorio (Planta 02) ORGANIZA Y PRODUCE:

EN COLABORACIÓN CON:

INSTITUCIONES COLABORADORAS:

Arts Santa Mònica, 2012

ARTES DEL MOVIMIENTO Danza en Cataluña (1966-2012) La exposición Artes del Movimiento. Danza en Cataluña (1966-2012) recupera la memoria reciente del arte efímero de la danza en todas sus variantes en el período en que se considera que existe la gran ebullición de las artes DEL movimiento en nuestro país y con un fructífero contacto con otras disciplinas artísticas (1966 - 2012). La elección del año 1966 como punto de partida no es aleatorio: es la fecha en que se lleva a cabo la acción-espectáculo Suite Bufa, de Joan Brossa y Mestres Quadreny, con Carles Santos, Anna Ricci y la bailarina Terri Maestros. Se trata de la primera obra catalana de gran radicalidad y rigor, actitudes artísticas que representan un modelo vigente actualmente. Es a partir de entonces cuando entran en Cataluña las principales corrientes contemporáneas de la danza del siglo XX. Con una presencia central del cuerpo, la exposición se estructura en cuatro ámbitos temáticos que corresponden a partes de la anatomía humana esenciales para desarrollar la danza: pies (los primeros pasos), tronco (la matriz contemporánea de la danza catalana), rostros (quienes la bailan) y manos (el encaje de las artes). A lo largo de su recorrido se hace hincapié en las figuras históricas, los maestros y las escuelas, los estilos y los métodos, los talleres y los espacios de exhibición, así como en las individualidades y los grupos de forma transversal. El corazón de la exposición es una instalación de proyecciones simultáneas en el espacio claustro de Arts Santa Mònica firmada por el cineasta Isaki Lacuesta. El artista crea la obra De cuerpo presente que tiene una gran potencia visual: un cuerpo de baile a partir del solo de siete coreógrafos intérpretes representativos de la danza actual catalana: Cesc Gelabert, Àngels Margarit, María Muñoz, Sol Picó, Andrés Corchero , Thomas Noone y Marta Carrasco. La danza contemporánea catalana tiene una clara vocación de modernidad, de vanguardia y, incluso, de ruptura. Hay una actitud abierta a la convivencia de estilos, a la vez que se produce un diálogo fértil entre las artes, haciendo de la interdisciplinariedad una dinámica habitual de las artes del movimiento. En la muestra se presentan artistas y obra que se han interrelacionado con la danza, e incluso se exhiben obras originales de artistas como Clarà, Picasso, Clavé, Ponç, Brossa, Amat, Perejaume, Catany, Ros-Ribas, Aznar, Alfred Mauvé y Català-Roca. Al tiempo, la danza en Cataluña responde a una vocación cosmopolita, sumando aportaciones sin renunciar a las propias singularidades. La exposición organizada por Arts Santa Mònica y comisariada por Joaquim Noguero y Bàrbara Raubert en colaboración con liquidDocs cuenta con el apoyo del Instituto Catalán de las Empresas Culturales, Instituto Ramon Llull, Instituto del Teatro - Diputación de Barcelona y Mercat de les Flors.

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EXPOSICIÓN

ARTS DEL MOVIMIENTO Danza en Catalunya (1966-2012) 30 Octubre 2012 – 26 Enero 2013 Espacio Claustro (Planta 00), Espacio Laboratorio (Planta 02) Inauguración: Lunes 29 Octubre / 19.00 h

Foto: Anna Maleras y Cesc Gelabert, cuando el bailarín formaba parte del Grup Estudi Anna Maleras. Principio años setenta [Colección Anna Maleras.]

Una exposición sobre la memoria del arte efímero de la danza en Cataluña entre 1966 y la actualidad con una presencia central del cuerpo a través del cual se explican los primeros pasos (pies), la matriz contemporánea de la danza catalana (tronco), los que la bailan (rostros) y el encaje de les artes (manos); el corazón de la muestra es una instalación audiovisual de Isaki Lacuesta. -------------------------------------------------------------------COMISARIOS: JOAQUIM NOGUERO Y BÀRBARA RAUBERT DISEÑO GRÁFICO Y DISEÑO DE ARQUITECTURA: XAVIER ROVIRA PARA LIQUID DOCS INSTITUCIONES COLABORADORAS: INSTITUT CATALÀ DE LES EMPRESES CULTURALS, MERCAT DE LES FLORS, INSTITUT DEL TEATRE – DIPUTACIÓ DE BARCELONA, INSTITUT RAMON LLULL, UNA PRODUCCIÓN EN COLABORACIÓN CON: liquidDocs ORGANIZA

Y

PRODUCE:

ARTS

SANTA

MÒNICA

(DEPARTAMENT

DE

CULTURA

-

GENERALITAT

DE

CATALUNYA)

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EXPOSICIONES RELACIONADAS: liquidD_PLAY FANBOOK_01 BY liquidDOCS 31 Octubre – 8 Diciembre Espacio Archivo Inauguración: Miércoles 31 Octubre / 19.00 h. liquidD_Play FANBOOK es el nuevo fanzine internacional de liquidDocs Editions para fanáticos del movimiento. Una cartografía creativa, viva y emocional donde seguir las nuevas rutas de las artes vivas y escénicas contemporáneas. liquidD_Play & GUESTS es un clúster interdependiente que crece, se estructura y evoluciona como una nueva red de creadores y plataformas, profesionales y entidades, instituciones y empresas. ---------------------------------------------------------------------COMISARIO: XAVIER ROVIRA e IVAN ALCÁZAR DISEÑO GRÁFICO Y DISEÑO DE ARQUITECTURA: XAVIER ROVIRA PARA LiquidDOCS ORGANIZAN

Y

PRODUCEN:

ARTS

SANTA

MÒNICA

(DEPARTAMENT

DE

CULTURA

-

GENERALITAT

DE

CATALUNYA) Y liquidDOCS

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EXPOSICIÓN liquidDOCS 02/2012 MONOGRÀFICO: “ÀNGELS MARGARIT. MUDANCES” 31 Octubre - 3 Noviembre Espacio balcón Inauguración: Miércoles 31 octubre / 19.30 h. Exposición liquidDocs_02: ÀNGELS MARGARIT_MUDANCES y presentación del proceso gráfico y editorial del Bookmagazine liquidDocs_02, monográfico dedicado a la coreógrafa Àngels Margarit_Mudances. PRESENTACIÓN DEL LIBRO LIQUIDDOCS_02 Y PERFORMANCE DE ÀNGELS MARGARIT Miércoles 31 Octubre / 19.30 h. Espacio balcón Como bailarina, Àngels Margarit se situó al nivel de las vanguardias europeas y al largo de más de 25 años las ha ido enriqueciendo. Con una trayectoria prolífica y diversa, Margarit se caracteriza por la su fuerza interpretativa, su sofisticación coreográfica, sus procesos y métodos de trabajo y la voluntad de investigación constante, orientada a conquistar nuevos ámbitos para la danza. ---------------------------------------------------------------------COMISARIO: XAVIER ROVIRA ORGANIZA Y PRODUCE: LiquidDOCS

COLABORA: ARTS SANTA MÒNICA

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ACTIVIDADES RELACIONADAS: CURSO PARA EL ESPECTADOR/A II. “PÍLDORAS” PARA LA APROXIMACIÓN A LA CREACIÓN CONTEMPORÁNEA Miércoles 24 Octubre / 18.30-20.30 h Espacio Laboratorio. El Festival Escena Poblenou organiza un curso que pretende ofrecer herramientas para poder acercarnos a los lenguajes escénicos contemporáneos. Organiza: Festival Escena Poblenou CONFERENCIA - CHARLA: "APDC, 25 AÑOS TRABAJANDO PARA LA DANZA" Martes 6 Noviembre / 19.00 h Sala de actos. Conferencia sobre la tesina La Associación de Profesionales de la Danza de Catalunya 19872006: Estudio histórico y de su incidencia en la actividad coreográfica catalana” a cargo de Helena Patricio del Departamento de Historia del Arte y Musicología de la Universidad de Oviedo. Organita: Associació de Professionals de la Dansa de Catalunya. IN SITU MUESTRA DE DANZA CONTEMPORÁNEA Viernes 16 Noviembre / 19.00 h – 20.45 h Sábado 17 Noviembre / 12.00 h – 13.45 h / 18.00 h – 19.45 h Espacio Laboratorio. Exhibición de seis propuestas de danza contemporánea seleccionadas de una convocatoria abierta en Catalunya. Una muestra variada de trabajos de creadores independientes y emergentes. Propuestas seleccionadas IN SITU 2012: - Anna Rubirola con "Dia Zero" - Carolina Bonfim con "Remake of dance movements in nightclubs" - Aurea Romero Álvarez con "Promenade" - Maria Campos con "Tarannà" - Bea Fernández / Las Santas con "Restos de Mis Series" - Victoria Macarte con "(NEO)TAXIDERMIA 1.0" Organizan y producen: Arts Santa Mònica y MurMur Colaboran: Atzucac Films Gorillo y Aureo y Anna Gracia Graphic Design MESA REDONDA: "EL REPERTORIO DE DANZA CONTEMPORÁNEA EN CATALUNYA” Jueves 29 Noviembre / 19.00 h Espacio Laboratorio. La mesa redonda “El repertorio de danza contemporánea en Catalunya” reúne a coreógrafos y directores de las compañías de danza contemporánea más emblemáticas así como los responsables de los centros de programación y difusión de la danza. Organiza: Amèlia Boluda PERFORMANCE DIRIGIDA POR AMÈLIA BOLUDA: MIRADAS TRANSMITIDAS Viernes 30 Noviembre / 19.00 h Espacio Laboratorio. Escenas de coreografías, gestos, miradas y movimientos del pasado son transmitidos y transformados con complicidad configurando nuevas geografías que se entrelazan entre el pasado y el futuro. Miradas transmitidas quiere ser preámbulo e hilo conductor entre generaciones, para facilitar la conexión y el traspaso hacia nuevas derivas poéticas en danza. Organiza: Amèlia Boluda

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PRESENTACIÓN DEL LIBRO “PAS A PAS” DE MERCÈ MOR, CON PROYECCIÓN Y ACTUACIÓN Viernes 15 Diciembre / 18.00 h Espacio Laboratorio. Presentación del libro “Pas a pas”, de Mercè Mor con la participación de Joaquim Noguero; Lluís Pagès, editor; Guillermina Coll, bailarina y coreógrafa; Carme Calvet, bailarina y Mercè Mor, autora. Proyección de “El Cisne”, del año 1969, de Víctor Guix, y actuación de Eva Espejo, bailarina de la compañía David Campos. Organizan: Arts Santa Mònica y Pagès Editors. Colabora: Cazcarra Image Group Imagen, vídeo y sonido: Videograma CICLO DE CONVERSACIONES: LA COCINA DE LOS RESIDENTES EN EL MERCAT Espacio Laboratorio. Ciclo de conversaciones con artistas residentes de la temporada 12/13 del Mercat de les Flors: Roser López Espinosa, Roberto Oliván y Marcos Morau. El ciclo pretende acercar al público información de primera mano sobre el proceso creativo. Viernes 21 Diciembre 2012 / 19.00 h ROBERTO OLIVÁN conversa con Marc Olivé, programador del Mercat de les Flors. Viernes 11 Enero 2013 / 19.00 h ROSER LÓPEZ ESPINOSA conversa con Cristina Alonso, coordinadora del Graner. Viernes 18 Enero 2013 / 19.00 h MARCOS MORAU conversa con Cesc Casadesús, director del Mercat de les Flors. Organiza: Mercat de les Flors en el marco de la exposición Artes del movimiento – Danza en Catalunya 1966-2012 VISITAS GUIADAS A CARGO DE TONI JODAR Espacio claustro y espacio laboratorio Toni Jodar, uno de los profesionales más representativos de la danza en Catalunya, conducirá de una manera creativa y amena, una visita guiada a la exposición. Noviembre - Jueves 22 / 19.00 h Diciembre - Sábado 1 / 13.00 h Jueves 13, 20 y 27 / 19.00 h Enero Miércoles 17 y 24 / 19.00 h TALLERES FAMILIARES - HISTORIA DE LA DANZA EN MOVIMIENTO Espacio claustro y espacio laboratorio A cargo de Montse Colome y de Toni Jodar. Dos de los profesionales destacados de la danza realizan un taller para todos los públicos para que la historia de la danza se experimente a través de la participación de los asistentes. Diciembre - Sábado 22 / 13.00 h Viernes 28 / 18.00 h Enero Viernes 4 / 18.00 h Sábado 12 i 19 / 13.00 h

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ENCUENTRO DE GESTORES Y TÉCNICOS DEL MOVIMIENTO DINAMIZADA POR BEATRIU DANIEL / BdDANSA Y Umésdos Sala de actos y espacios expositivos. Martes 15 de Enero / 19.00 h Encuentro para hacer visibles los otros profesionales que hacen posible un espectáculo, imprescindibles para que los artistas puedan hacen su trabajo. COORDINACIÓ ACTIVITATS: MARTA GARCIA

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WEB ESPECÍFICO: www.liquidmaps.org/artsdelmoviment LiquidMaps.org/artsdelmoviment A partir de los contenidos de la muestra Artes del movimiento. Danza en Cataluña (1966-2012), la web liquidMaps.org/artsdelmoviment se propone articular un primer mapa/archivo de estas artes en Cataluña. Así, con el apoyo del Arts Santa Mònica, este instrumento de guía y conceptualización, de orientación y relación, rastrea, sintetiza y despliega una gran parte de la historia de la danza creada en Cataluña, e intenta trazar sus orígenes a través de las ramas de su árbol genealógico, y de los delirios, temblores, saltos y osadías de sus propuestas a través de los materiales (textos, fotos, videos, referencias, links) de la obra de sus creadores, compañías, plataformas, centros, instituciones, festivales ... LiquidMaps.org liquidMaps.org es un servicio web 2.0 que nace con el objetivo de archivar, relacionar, cartografiar y difundir la creación y la producción contemporánea de las artes escénicas actuales. Como plataforma interactiva propone un mapa de las artes escénicas y de los clusters creativos, un recorrido extenso e intenso por una serie de mapas conceptuales atados a las artes vivas y del movimiento, multidisciplinares. ---------------------------------------------------------------------PROYECTO: LIQUIDMAPS BY LIQUIDDOCS DIRECCIÓN: XAVIER ROVIRA ASSESORAMENT: MAITE OLIVA DISENY GRÁFICO: XAVIER ROVIRA Y AINHOA ZABALETA (LIQUIDDOCS) ASISTENTE DOCUMENTACIÓN: NAIA QUEREJETA PROGRAMACIÓN: RANTRING SL

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EXPOSICIÓN ARTES DEL MOVIMIENTO. Danza en Catalunya (1966-2012)

ÁMBITOS DE LA EXPOSICIÓN Pies, Tronco, Rostros y Manos Claustro_Planta 00

Pies, los primeros pasos LOS PIES DE LA DANZA... SON LA BASE, LA TÉCNICA, LA TRADICIÓN

Los pies son los cimientos del movimiento, la base de un cuerpo que dialoga con el espacio y el tiempo. Los pies del clásico se abren con las cinco posiciones hacia las máximas posibilidades físicas del movimiento, el pie del baile tradicional busca la comodidad en plena fiesta, el talón flamenco es instrumento de percusión y el pie descalzo de las corrientes contemporáneas es un cuerpo que retoma el contacto con la tierra para recuperar fuerzas y conocerse con naturalidad. El pie marca las diferencias, pero es el territorio común, la base más nítida e identificable de la técnica, el origen claro de todo.

Claustro_Planta 00

Tronco, la matriz contemporánea de la danza catalana EL

TRONCO

DE

LA

DANZA...

ES

EL

IMPULSO

DEL

CORAZÓN,

CONTRACCIONES

Y

RELAJACIONES MUSCULARES, LA SENSUALIDAD DE LAS CADERAS, EL CENTRO DEL CUERPO. EN EL TRONCO SE HALLAN LOS ÓRGANOS VITALES.

La matriz de lo que hoy es la danza en Cataluña se constituyó a finales de los sesenta y, sobretodo, a partir de la recuperación democràtica de la década siguiente. La libertad ocupó las

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calles, las cabezas y los cuerpos, y las rupturas que en Europa y Estados Unidos se habían desarrollado a lo largo del siglo XX llegaron a Cataluña tras cuarenta años en el frigorífico de la dictadura.

Claustro_Planta 00

Rostros LOS ROSTROS... SON QUIENES HAN DADO LA CARA, LOS INDIVIDUOS QUE HAN IMPULSADO LOS LOGROS COLECTIVOS, LA EXPRESIVIDAD, LA CREATIVIDAD, LAS EXCEPCIONES QUE CONFIRMAN LA REGLA.

Sin expresividad personal, la danza sería pura mecánica. Es creación cuando un cuerpo nos interpela de tú a tú, tiene rostro y le ponemos cara. Son muchos los coreógrafos, compañías y bailarines que han participado en esta historia de la danza en Cataluña. Este árbol genealógico, basado en el que la historiadora de la danza Ester Vendrell realizó para su tesis doctoral, propone una genealogía. Su árbol original recogía sistemáticamente todas las compañías que hubieran demostrado una mínima trayectoria profesional en escenarios locales, nacionales o internacionales, desde los años setenta hasta 2000, utilizando como parámetro determinante que hubieran recibido apoyo de las instituciones (Generalitat de Catalunya, Ayuntamiento de Barcelona o Ministerio de Cultura). Aquí, lo hemos ampliado: en primer lugar para actualizarlo, y también para incluir nombres, con toda la subjetividad que ello conlleva. Os invitamos a sugerir vuestras propias propuestas y a aportar los datos que echéis en falta, abriendo una página propia en la web 2.0 de liquidMaps.org, o dejando aquí una nota con vuestro comentario. Este árbol no es un censo profesional exhaustivo: pretende ser el reflejo de la realidad coreográfica catalana, organizado para entender los orígenes de la misma, las filiaciones y los compañeros de viaje, en el siempre delicado equilibrio entre legibilidad y rigor.

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Espacio laboratorio_Planta 02

Mans, el encaje de les artes Propuesta de diccionario, de les artes a les zetas. LAS MANOS… SON EL MIEMBRO DE RELACIÓN CON LOS DEMÁS, LA MANO TENDIDA A LA COLABORACIÓN, LA FLECHA QUE SEÑALA OTRAS DIRECCIONES, EL DEDO QUE APUNTA A LA CARA OCULTA DE LA LUNA DE OTRAS ARTES.

Gracias al modelo inicial de los Ballets Rusos, a principios del siglo XX, ha habido dos características principales que han mantenido desde entonces la danza catalana: una determinada idea de modernidad (voluntad de vanguardia estética) y la interdisciplinariedad. La danza catalana no ha cesado de tender la mano a otros creadores y formas artísticas para que la acompañasen en el escenario. Las manos nos relacionan a unos y a otros, y la obertura de las propuestas ha sido una realidad.

Propuesta de diccionario, de las artes a las zetas A Amat, Frederic (Barcelona, 1952) Figurines de Frederic Amat para el espectáculo Belmonte (1988), de la compañía Gelabert-Azzopardi. [Frederic Amat.] Original

B Brossa, Joan (Barcelona, 1919-1998) Poema visual de Joan Brossa para al Ballet Contemporani de Barcelona, en la commemoración del 20 aniversari de la compañía (1997). [Amèlia Boluda.] Original

C Clavé, Antoni (Barcelona, 1913-Saint-Tropez, França, 2005) Teatrí de Antoni Clavé para a La peur (1956), creación coreográfica de Roland Petit con los Ballets de París. [MAE. Centre de Documentacio y Museu de les Arts Escèniques.] Original

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D Dalí, Salvador (Figueres, 1904-1989) Doble página de la obra “Salvador Dali subconscious editor for two pages”, Click, Vol. 5, núm. 9 (sepitembre 1942), Nova York, pp. 34-37. [Fundació Gala-Salvador Dalí.] Reproducción

E Escritura Rosa Muñoz y Eduard Escoffet en Cactus Parc, Setmana de Poesia de Barcelona (2008). Foto de Pep Daudé. Reproducción

F Fotografía Imágenes de Toni Catany, Josep Aznar, Ros Ribas y Alfred Mauvé Originales

G Gasch, Sebastià (Barcelona, 1897-1980) La Chunga con el crític Sebastià Gasch, años cincuenta. Foto de Francesc Català Roca. Original

H Hedonismo Lux perpétua (1989). Foto de Ros Ribas. Reproducción

I Integrada y comunitaria Black out (2011), de Jordi Cortés. Fotos de Yoana Miguel. Reproducción

J Junyer, Joan (Barcelona, 1904-1994) Portada de Joan Junyer para la revista americana Dance Index (Nova York, 1947) y maqueta de diseño de escenario para a la exposición del Museu d’art modern de Nova York el 1945. Reproducción

K La letra K, en pintura de Frederic Amat y representada para Cesc Gelabert durante el proceso de creación de ZumZum-Ka (1998). Reproducción y original

L Laboratorio Laboratorio-instalación Los que se ven entre sí (2009). Realización de Bea Fernández. Proyección

M Menchero, José (Lleó, 1956) Maqueta de José Menchero pa a Kaspar Hauser: Y quedaré delante de los muros inmensos... (1992), espectáculo de Danat Dansa. Original

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Miró, Joan (Barcelona, 1893-Palma, 1983) Joan Miró pinta la escenografía de Jeux d’enfants (1932), coreografía dels Ballets Russos. El artista catalàn también diseñó el vestuario. Foto de Raoul Barba. [Fundació Joan Miró.] Reproducción Música Apuntes autógrafos de Joan Saura para la música de Odori Goroko (2011), homenje del coreógrafo Andrés Corchero a sus maestros japoneses de butoh.

N No-dansa Intrus@ (2004) De Elena Albert i Josep Mª Balanyà. Proyección

O Original Vicente Escudero en la cubierta del elepé Flamenco! Editado por Columbia Records (1961). [José de la Vega.] Cesc Gelabert caracterizado como Vicente Escudero en Tranç (2012), de Cesc Gelabert e Isaki Lacuesta. Proyección

P Picasso, Pablo (Màlaga, 1881-Mougins, França, 1973) Cortina de fondo de Pablo Picasso para Parade (1916-1917), espectáculo de los Ballets Russos de Diàguilev. [RMN Grand Palais/ Thierry Le Mage.] Reproducción Ponç, Joan (Barcelona, 1927-Saint-Paul-de-Vence, França, 1984) Cartel de Joan Ponç para el ballet Don Juan (1965), de la compañía de Antonio Gades. [Fundación Antonio Gades.] Original Perejaume (Sant Pol de Mar, 1957) Escena de La muntanya al teu voltant con una de les catifas escenográficas de Perejaume. Foto de Ros Ribas. Original

Q Quotidià (Cotidiano) Experiencias con un desconocido show .Tú, mi madre y yo. Cliente: Javier (2008), de Sònia Gómez. Realización de Txalo Toloza. Proyección

R Ritmo Emma Maleras, creadora de un método de notación de les castañuelas en partitura. [Toni Catany.] Original

S Sardana Pablo Picasso, La sardana de la pau (1959). [Museu de Montserrat.] Original

T Tecnología IO.Zn (1997), proyecto escénico de Konik Thtr (Rosa Sánchez y Alain Bauman). Sistema de guantes Midi de plata, que interactuan con imagen y sonido a través de la resistencia eléctrica de la piel: el sistema se activa cuando los dedos entran en contacto con la piel. Original

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U Utopía Esquema, tipus juego de la oca, de Viatge en mosaic (1980), del Ballet Contemporani de Barcelona Con coreografía de Alex Witzman Anaya. [Amèlia Boluda.]. Traducción catalana d’Anselm Garcia per al programa de mà de l’obra. [Amèlia Boluda.] Original Utopía Libreta de apuntes de Inés Boza para a Lazurd, viaje a través del tiempo, 1998. [Inés Boza.] Original Utopia Tèrbola. Estudio del fragmento Camí Lent. 1998. [Àngels Margarit.] Original Utopía Preludis. Diagrama de Cesc Gelabert, 2002 [Cesc Gelabert.] Original Utopía Esboç coreográfico de Ricard Moragas para La Redoma encantada (De la Terra al Sol), 1874 [MAE. Centro de Documentación y Museu de les Arts Escèniques.] Original

V Videodansa Quinta edición (del 10 al 26 de marzo de 1995) de la Mostra de Videodansa a Santa Mònica. Fotos de Pedro Gurrola. [Elisa Huertas.] Proyección

W www.liquidMaps.org/artsdelmoviment

X Xamànico El sueño de los nietos de Belcebú (1998), de Víctor Turull, con música de J.J. Lemètre. Foto de Ros Ribas. Reproducción

Z Zapateado Esquema de zapateado de Flora Albaicín en el libro El arte del baile flamenco, d’Alfons Puig y Flora Albaicín (1977). Reproducción

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AUDIOVISUALES Claustro_Planta 00

Instalación De cuerpo presente de Isaki Lacuesta La exposición cuenta con la instalación audiovisual De cuerpo presente del cineasta Isaki Lacuesta donde siete coreógrafos y bailarines muy diferentes interpretan solos de diferentes estilos y duraciones cara a cara frente al espectador. Los intérpretes son Cesc Gelabert, Àngels Margarit, María Muñoz, Sol Picó, Andrés Corchero, Thomas Noone y Marta Carrasco en representación de lo que han sido diferentes líneas y logros de la danza en Catalunya de los últimos cuarenta años. Las proyecciones simultáneas de estas filmaciones en pantallas verticales y reversibles convierten los solos en un cuerpo de baile imprevisto e imprevisible. La obra, rodada en 16 mm en blanco y negro y sin música, capta la actuación de los bailarines mostrando diferentes puntos de vista y comparaciones, gracias a los efectos de montaje en paralelo. Como prólogo a esta instalación aparece la filmación de la pieza Mujer embarazada con hoja en blanco interpretada por Constanza Brncic, también coreógrafa de la obra, grabada pocos días antes de dar a luz.

Claustro_Planta 00

Entrevistas a profesionales de la danza Por otra parte, en este espacio se ofrecen audiovisuales de Isaki Lacuesta donde figuras destacadas de las artes del movimiento son entrevistadas por Joaquim Noguero y Bàrbara Raubert, comisarios de la exposición: Catherine Allard, Frederic Amat, Avelina Argüelles, Lydia Azzopardi, Hermann Bonnin, Francesc Casadesús, Guilllermina Coll, Montse Colomé, Beatriu Daniel, Sabine Dufrenoy, Josep Maria Escudero, Agustí Fernández, Feliu Formosa, Marta Garcia, Rosa Garcia, Maruja Garrido, Cesc Gelabert, Anna Griñó, Elisa Huerta, Barbara Kasprowitz, La Chana, José Láinez , Jordi Lara, Juan Carlos Lérida, Anna Maleras, Emma Maleras, Concha Martínez, Mercè Mor, Montse G. Otzet, Agustí Ros, Albert Sans, Carmen del Val y José de la Vega.

Espacio laboratorio_Planta 02

Vídeo del espectáculo Tranç de Cesc Gelabert En la planta 2_Laboratorio también se ofrece el vídeo del espectáculo Tranç dirigido por Cesc Gelabert y el cineasta Isaki Lacuesta que cuenta con coreografías del propio Gelabert, de Roser López Espinosa y de Marcos Morau, y la música original del compositor Borja Ramos, y que se estrenó en el Mercado de las Flores. Tranç quiere mostrar la danza como gesto continuo transmitido por los maestros del pasado y heredada por coreógrafos actuales, que lo encarnan y lo transforman para obtener cada vez una nueva variación. Juegos de espejos que siempre son deformados.

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INVERTEBRADOS Por Isaki Lacuesta Cuenta la leyenda que una vez acabado el sistema de notación musical que daría pie al pentagrama, los monjes gregorianos de Arezzo se enfrentaron a la tarea de crear un sistema de escritura de los movimientos del cuerpo. Tras muchos años de trabajo, llegaron a la conclusión de que existían trescientos veintisiete movimientos corporales, ni uno más ni uno menos, y que si algún ser vivo podía ejecutar algún movimiento no previsto sin duda se trataría de un invertebrado. Cada vez que tratamos de filmar o de fotografiar la danza pienso en esos monjes. Salvando las distancias, cualquier intento de capturar el movimiento con medios técnicos se ve abocado a convertirse en traducción o en metáfora. Nada hay menos literal que la película de una coreografía y por ello no me extrañó que algunos bailarines me explicasen que habían comprendido mejor un baile mediante fotografías, las ruinas de un friso, cuadros o incluso el testimonio oral que con una filmación. Asumido eso, procuro filmar la danza como si filmara arquitectura en movimiento, es decir, procurando multiplicar los puntos de vista simultáneos, y suscitando efectos de montaje paralelo, comparaciones, puntos de fuga. De cos present es una instalación en la que siete coreógrafos y bailarines interpretan solos de diversa duración que se proyectan de forma simultánea y sobre pantallas verticales y reversibles para que conformen un cuerpo de baile –un bosque– imprevisto e imprevisible, con sincronías (y contrapuntos) que surgen y se desvanecen al azar. Esta instalación tiene un prólogo, o un umbral, que es la filmación de Constanza Brncic interpretando su coreografía Dona embarassada amb full en blanc pocos días antes de dar a luz, cuando su cuerpo –si tal cosa fuera posible– se había vuelto más presente que nunca. Me gusta recordar que la interpretación de esa coreografía fue diferente cada vez y que Constanza se veía obligada a cambiar los puntos de apoyo y las líneas de equilibrio a medida que avanzaba la gestación. Un proceso similar, en realidad, y de forma abreviada, al que todos los bailarines se ven obligados a hacer a medida que pasan los años. Por último, los vídeos realizados para el espectáculo Tranç (co-dirigido con Cesc Gelabert) son una serie de personificaciones de algunas de las figuras clave de la danza y el espectáculo del siglo XX en Catalunya (Carmen Amaya, Vicente Escudero, Joan Magriñà, Tórtola Valencia, la Maña, Roseta Mauri) interpretadas por bailarines contemporáneos (Roser López, Lorena Nogal y el propio Gelabert). Una vez más, esas recreaciones no persiguen la literalidad y evidencian que las técnicas de los intérpretes contemporáneos están muy alejadas de los originales. El resultado tiene humor pero no es una sátira y surge del homenaje sincero, a partir de la idea de que cualquier coreografía es fruto de una herencia, de una transmisión de gestos, a menudo inconscientes, que el cuerpo conserva con su memoria más invertebrada. ---------------------------------------------------------------------CRÉDITOS DELS AUDIOVISUALES DE LA EXPOSICIÓN: INSTALACIÓN Y DIRECCIÓN DE LOS VÍDEOS: ISAKI LACUESTA DIRECCIÓN DE FOTOGRAFIÍA GENERAL: DIEGO DUSSUEL DIRECCIÓN DE FOTOGRAFÍA DE LOS VÍDEOS DE LAS RECREACIONES: DIEGO DUSSUEL y ALBERTO RODRÍGUEZ SONIDO: AMANDA VILLAVIEJA MONTAJE: ANNA MITJÀ E ISAKI LACUESTA OPERADORES DE CÁMARA: DIEGO DUSSUEL, EDGAR GALLART, ABEL GARCIA ROURE, ISAKI LACUESTA, ALBERTO RODRÍGUEZ PRODUCCIÓN: ISA CAMPO

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ARTÍCULOS DE LOS COMISARIOS DE CUERPO PRESENTE Bàrbara Raubert La danza está viva, pero el cuerpo no está en ella, tal como lo conocemos. Al ver bailar, lo que nos entusiasma no es la figura sino aquello extraordinario que sus miembros son capaces de emanar a partir de los límites de la carne, aquello que no se puede capturar en tutús ni otras telas, que no se puede medir y tampoco representar justamente en imágenes fijas. Hablamos de miradas, de energía, de direcciones, de pasos y saltos… lo inaprensible constituye una parte importante del vocabulario de la danza y a pesar de esa inconcreción que tan difícil es trasladar al papel, cuerpo a cuerpo se han comunicado maneras y formas creando una larga estela, un cuerpo difuminado que no cesa de moverse y que en esta exposición de las Artes del movimiento. Danza en Cataluña 1966-2012 tratamos de dibujar no solo mediante su contorno sino en su deambular vaporoso. Y por ello son inmensas las cortinas del proyecto expositivo que Xavi Rovira ha creado para mostrarlo, un fondo translúcido y serpenteante para una historia de infinitos matices. Solo cuando la danza se detiene el cuerpo recobra su normalidad de tímidas expresiones y gestos involuntarios; un mismo cuerpo, ahora apenas presente, que ha ganado peso y perdido presencia, ensordeciendo una especie de baile de máscaras en el que lo disfrazado no se reconoce pero sigue bailando. La danza es vida.

El cuerpo evanescente La búsqueda de esa curiosa manera de caminar que no lleva a ninguna parte se inicia con un experimento artístico de Isaki Lacuesta a quien en 2008 propusimos la grabación de siete bailarines y creadores improvisando o interpretando material original sin más acompañamiento sonoro que su propio cuerpo: Marta Carrasco, Andrés Corchero, Cesc Gelabert, Àngels Margarit, María Muñoz, Thomas Noone y Sol Picó. Para los comisarios, la elección de estos artistas representa la vitalidad del movimiento teatralizado en siete formas muy particulares de expresarse y de transmitir unas ideas estéticas que, al ser proyectadas una al lado de otra, componen un paisaje visual y sonoro de gran impacto, un bosque fantasmagórico de inclasificables especies naturales. Luego, el director añadió a la bailarina Constanza Brncic con la coreografía Dona embarassada amb full en blanc, que culmina la idea de creación y ofrece un contrapunto expectante a las anteriores posibilidades de madurez. La cámara de Isaki Lacuesta y su director de fotografía Diego Dousell nos han acompañado en las conversaciones con algunos de los protagonistas de esta historia de la Artes del movimiento que se balancea entre la vida real y la creación, de manera parecida a como lo hacen los personajes de sus últimas películas. En estos encuentros con bailarines y coreógrafos, además de músicos, artistas plásticos y críticos, a menudo ha surgido la duda de una posible entidad territorial del movimiento en lugar del cuerpo, y la respuesta ha sido muy simular, ya procediera de Lydia Azzopardi o de Àngels Margarit: existe, dicen, una identidad más acuosa que territorial, del Mediterráneo, y cuya característica principal es el hecho de moverse entre emociones para lograr un efecto físico en la piel

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del público, sin de hecho tocarlo, adoptando las más variadas fórmulas y manifestaciones. A lo largo de la década de los ochenta, la búsqueda y el juego, la estética minimalista, la conexión con las primeras vanguardias, la teatralidad y la fisicidad, la arquitectura escénica, la narratividad o el neoclasicismo; la plasticidad, el humor y la ironía, la feminidad, la focalización en los procesos, las nuevas teatralidades y las realidades ficcionadas junto a la mezcla de técnicas y un impulso contemporáneo flamenco, a partir de los noventa. Esta diversidad, que ya podía observarse en las primeras filmaciones, es un elemento que suma y resalta la importancia de que las trayectorias de los bailarines que aceptaron el rodaje de la instalación de Isaki Lacuesta debutaron profesionalmente en un período de tiempo de menos de veinte años de diferencia, entre los años setenta y ochenta, un momento singular de ebullición de las artes del movimiento en nuestro país, cuando se configuró una cierta identidad de la danza ligada a la contemporaneidad. Sin embargo, si se vuelve la mirada atrás, se advierte cómo las ganas de traspasar fronteras y de vincularse con artistas de todas las disciplinas existían desde mucho antes, como si el movimiento fuese fruto de una inquietud tan corporal como mental que trata de desarrollarse más allá de sí mismo, mediante muy variados aliados. Por ello, lo que realmente diferencia ese periodo concreto en el que se sitúa la fecha de 1966 –en referencia a la Suite bufa orquestada por Joan Brossa y Mestres Quadreny, acompañados por Carles Santos y la bailarina Terri Mestres– es que, en plena transición política, se suman la larga escasez de alimentos artísticos nuevos y las extremas ansias de libertad. En esa situación de apetito cultural, la apertura del país pone en contacto una serie de ideas renovadoras con unas bases casi inexistentes, que colisionan ante la atenta mirada del resto del mundo e impulsan las carreras artísticas de algunos creadores, algunas de ellas hasta el día de hoy. Por ello, al ponernos en camino en esta primera aproximación expositiva a la memoria de la danza contemporánea en Cataluña, la fecha de 1966 representa un punto de partida que se proyecta hacia la actualidad pero que suscita igualmente una serie de preguntas de ida y vuelta que cruzan el tiempo y el espacio, y que obligan a retroceder hasta principios del siglo XX, abarcando cuanto Béjart denominaba el “siglo de la danza”, caracterizado por la voluntad vanguardista casi permanente de este arte. Hay ramificaciones magníficas como las que surgen del cuadro de Edgar Degas: en él, se representa a la reusense Roseta Mauri en la Ópera de París en 1872 y al cabo del tiempo, Joan Magriñà utilizó esa imagen para una coreografía propia titulada Interludio (1973), con música de Amadeu Vives y estrenada en el Liceo por Emili Gutiérrez (padre) y Guillermina Coll. El propio Joan Magriñà, en su primera casa de Barcelona dormía pared con pared con Joan Miró, aunque uno accedía a su vivienda por la calle Avinyó y el otro por el pasaje del Crèdit, antes de colaborar en el ballet Arlequí (1935). Cuando su alumno más conocido, Joan Tena, abrió el estudio en la calle Major de Gràcia, una jovencita Carmen del Val se enamoró de las persianas azules que daban frente a su balcón y decidió ir allí a clase. Más tarde cambiaría por las de Ramon Solé, sin saber que el impulso de ese maestro la llevaría a aprender el oficio periodístico y a crear la revista Dansa 79 junto con dos compañeras de clase, Montse Otzet y Beatriu Daniel. Esta última fue quien luego ayudó a consolidar La Caldera como centro de creación, una antigua fábrica de cinco plantas donde Álvaro de la Peña había reunido a su alrededor a diversos coreógrafos con inquietudes dinamizadoras. Hoy cuenta con una veintena de residencias y por sus salas han pasado una larguísima cadena de creadores. Son círculos abiertos como la Sardana de la paz de Picasso, que se multiplican, interseccionan y dibujan un mapa de contrastes y superposiciones. Estamos en un momento de inestabilidad social pero también de madurez artística y por ello nos

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hemos hallado con que, al igual que nosotros, algunos de los principales artistas de este sector han estado haciendo balance de su trayectoria a lo largo de los últimos años, como Àngels Margarit con una retrospectiva de sus coreografías en 2010 y un libro en 2012; Amèlia Boluda ultima su tesis doctoral; o Sabine Dahrendorf, que ha compartido el legado de la desaparecida Danat Dansa en la red. A todos ellos queremos agradecer la generosa estela de continuidad de su labor, que ha pasado de la acción a la libre reflexión. De archivo en archivo, hallamos sucesivas sorpresas que nos indican la profundidad de las raíces que buscamos, y nos animan a seguir rebuscando entre papeles y recuerdos, como en los centenares de cajas que guarda apiladas José Mechero en su taller, entre motosierras, máscaras de soldador y pequeños juguetes musicales, en una de las cuales conserva los escultóricos sombreros diseñados por Sybilla para Splitter (1987) de Danat Dansa. También las carpetas de Elisa Huertas esconden maravillas que no pueden perderse, como la foto de Anna Eulate y Carol Dilley confeccionando los primeros carteles de La Porta, o la caja de zapatos en la que Emili Altés había amontonado las fotografías y programas de mano que resumían a grandes trazos una vida en la danza: alumno de Marina Noreg en Barcelona, primer bailarín del Ballet de Wallonie, profesor de Jean-Claude Van Damme en la escuela Mudra... En realidad, el archivo es el cuerpo colectivo.

La danza que permanece Marcos Morau, jovencísimo coreógrafo de La Veronal, nos recordaba hace poco en Rússia (2011) que los escalofríos son órdenes que el cerebro envía al resto del cuerpo para que se mueva y así no muera congelado. La muerte, sin embargo, también puede convertirse en un estado de danza, como bien explica su profesor en el Institut del Teatre (¡y la propia danza!, como indican unas letras de cartulina colgadas por los propios estudiantes a las puertas del centro) y luego colaborador, Roberto Fratini. Hallamos la muerte en muchos de los ballets blancos, como en Les Sylphides, presentado en la aparición de los Ballets Rusos en Barcelona en 1917, en el que unos espíritus nocturnos hacen bailar a los hombres hasta que estos caen muertos. También hay una muerte flotante en la primera coreografía de Avelina Argüelles, Anillos sin dedos (1980), ganadora del primer premio del concurso de Colonia, y en la última pieza de Isabel Ribas para Heura, Le ciel est noir (1984), premiada en Bagnolet, o en el Present vulnerable (2009) de Andrés Corchero con poesía de Feliu Formosa... No todo acaba con la muerte, sin embargo, pues esta historia no tiene fin y deja muchas preguntas por responder. ¿Hubiera sido posible la colaboración de José de Udaeta con el Harkness Ballet de Nueva York, si Emma Maleras no le hubiera enseñado su método de castañuelas? Y ella, ¿hubiera mostrado una audacia metodológica tan particular sin la negativa de su madre, que deseaba que fuera pianista? Volvamos, empero, a Udaeta: ¿acaso los stages que organizaba en Sitges durante los años cuarenta para turistas no promocionaron el turismo? O tal vea fue al revés y las playas aún vacías del litoral catalán sirvieron para expandir su arte a medio mundo y por ello, a día de hoy, es en Alemania donde se editan los manuales de castañuelas de Emma Maleras. Más aún, ¿fueron las mismas playas en las que el arquitecto Josep Lluís Sert invitó a Diáguilev, y el sol lo calentó de tal manera que imaginó Le tricorne con figurines de Picasso? Porque más allá del cuerpo como lugar está el lugar en que ese cuerpo se puede desarrollar y esa geografía también es importante. Concretamente, en el barrio de Gràcia, algunas escuelas han sido muy importantes: la antigua Fàbrica que crearon Toni Gelabert y Norma Axenfeld y que se convirtió en lugar de encuentro y de creación, las clases en la calle Domènech, actual sede de la

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compañía Gelabert-Azzopardi pero que con anterioridad acogió al BCB y a Heura, la desaparecida escuela de Joan Tena en la calle Major de Gràcia... Y la escuela Àrea, que ya ha celebrado su vigésimo aniversario, y que surgió tras un viaje de Sonia Klamburg a Nueva York, la meca de la velocidad y de la creación que ha constituido un referente para los nuevos movimientos desde que Anna Maleras invitó a los primeros profesores a su escuela de Teodora Lamadrid con la complicidad del Institut del Teatre de Hermann Bonnín. La formación ha sido un motor de cambio de gran importancia, tanto dentro como fuera del sistema público. Formación y rebeldía, o un extraño equilibrio entre libertad y contención es lo que el pintor Frederic Amat y el músico Agustí Fernández apuntan como la característica especial que esculpe no solo los cuerpos para la danza sino también la personalidad de sus intérpretes. Esta es su historia, la de los artistas que transitan y desaparecen, pero nos dejan su danza.

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PEQUEÑO CORPUS DE LAS EDADES QUE EL CUERPO PRESIENTE Joaquim Noguero La muestra Artes del movimiento. Danza en Cataluña 1966-2012, acogida en el Arts Santa Mònica, nace de un proyecto del KRTU que lleva mucho tiempo en danza. Corría el curso 2007-2008 cuando Vicenç Altaió y Manel Guerrero nos hablaron de él por primera vez a los dos comisarios, y la intención del encargo ya era entonces que se inscribiera dentro de la serie de exposiciones temáticas que denominaban “Arqueologías contemporáneas” por el doble afán de profundizar en la modernidad del momento al mismo tiempo que se le busca raíces en el pasado inmediato. En el caso de la cultura catalana más del día, este pasado-todavía-actual arranca sobre todo del final de los sesenta y la década de los setenta, como puente vivo que parte de determinados referentes escogidos, establece a partir suyo un discurso interpretativo transversal, y conecta el presente con lo que de bueno y mejor provenía ya de antes. La mencionada serie de exposiciones se acogía así al sentido y al sentir (“acordar razón y locura”) de aquel conocido verso de Foix que está en la base de todos estos entusiasmos: “me exalta lo nuevo y me enamora lo viejo”. Y es bajo la amplitud de dicha mirada que el KRTU había organizado hasta entonces varias aproximaciones a la literatura (Literaturas sumergidas), al cine (Fuera de campo), al diseño en las artes gráficas (Gráficas ocultas), a la música (Músicas alter-nativas) o incluso al circo (El arte del riesgo), dicho este “incluso” en el caso del arte de la pista porque todavía recuerdo como uno de los dos comisarios, el crítico Jordi Jané, me explicaba hace unos años como, en una primera reunión con los diseñadores de la muestra en el CCCB, uno de ellos, al ver por dónde iban los tiros, no había podido dejar de decirles, sorprendido: “¿Ah, pero es que la exposición va a favor del circo?” La cosa tiene su gracia, pero sobre todo señala significativamente la percepción que muchos tenían de este arte escénico hasta no hace tanto y lo mucho que afortunadamente eso ha cambiado en los últimos años. Lisa y llanamente, nos avisa del país desmemoriado del que provenimos y de la fabricación de memoria colectiva que se impone a veces como un deber a la hora de ampliar las posibilidades del presente. Recordar es una labor re-creativa en el doble sentido de la palabra. Entonces, si incluso el circo tuvo su propia exposición, ¿la danza qué? ¿Por qué ha costado tanto? ¿Lo complica quizás que es el arte del presente por antonomasia? Arte del tiempo y del espacio, concretos y reales. Arte de aquello que un cuerpo presenta de lo poco o mucho que presiente de las edades de su época, escurridizo y efímero, tan frágil en el paso de las cosas como fuerte en los pasos y los casos que lo expresan. Es el arte vivo del caos organizado del cuerpo, que está en movimiento por el solo hecho de que vive y que siempre se mueve ni que esté parado, infinitamente lento pero palpitante en cada una de sus vibraciones orgánicas. Arte del cambio y de la desaparición, sin huellas visibles en el tiempo, sin producto. Arte que tiene lugar de cuerpo presente, pero que paradójicamente no da lugar a ninguno de los “cadáveres exquisitos” que las otras artes exhiben al final como trofeos, sangría metafórica de todo verdadero proceso de cacería creativa... La danza asume esto y se enfrenta con dificultades propias. Es casi natural, orgánica, universal, y acumula al mismo tiempo mil codificaciones culturales. Es primitiva y de vanguardia, es natural (los ritmos están en todas partes) y es naturalmente cultural, es inquieta fisiología y es semiología en movimiento. La danza vive en una cultura ágrafa, de meros esbozos y mil potencialidades, y se inscribe en un especial marco espacial y temporal: se escribe en el aire (“verba volant”) y se la lleva el viento del día a día. Por eso, a pesar de la mucha producción que ha habido en los últimos

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cuarenta años y lo poco conocida que comparativamente resulta aún cada coreografía particular, el problema de la danza catalana no es un problema de stock que habrá que recolocar algún día en el mercado (nada está parado en ninguna despensa: la memoria hierve en la cocina). Si acaso, es una cuestión de tradición en movimiento, de legados que tendríamos que saber convertir en repertorio, de visibilidad recreada en los cuerpos de hoy de lo que otros cuerpos pusieron en circulación en contacto con otros cuerpos. Por lo tanto, compartirlo colectivamente es una cuestión de políticos, de gestores, de estudiosos, de creadores y de gente a quien, cuando menos, guste bailar con la vida de cada día y que asuma bailarla en el pleno sentido de la expresión. Al final, si hay familiaridad (si hay escuela y agentes formadores), habrá público (circuitos y mercado). De hecho, el principal problema de la danza en Cataluña es que todavía hoy sea una gran desconocida en casa. Incluso para sus mismos protagonistas. Pero alguna cosa empieza a cambiar. Cuando Vicenç Altaió y Manel Guerrero nos formularon el encargo, el sector actual a duras penas había mirado atrás y era por cuenta propia que ambos tomaban la iniciativa de encargarnos encauzar la danza en la misma vía que sus compañeras, las diferentes musas artísticas. Pero en medio ha habido importantes señales de un cambio de mentalidad profundo. Las barreras entre estilos y la sensación de rotura traumática con los padres no habían cambiado durante años. La memoria de Joan Magriñà y de Joan Tena, a través de sus coreografías y de sus escuelas, era un recuerdo demasiado próximo en el tiempo que siempre había quedado poéticamente lejano a los nuevos bailarines contemporáneos: el estudioso y músico Delfí Colomé se había referido muchas veces a lo rancio que les parecía el mundo de algunas de las últimas coreografías de quien durante cuarenta años había sido “el Maestro”; la cofundadora de la Muestra de Videodanza, Elisa Huertas, ha explicado a menudo lo apartadas que las “chicas rebeldes” de contemporáneo se sentían de las “niñas pánfilas” de clásico de los años setenta en el Institut del Teatre (un tópico, un cliché, pero que ha mantenido vivos muchos recelos entre los dos sectores, sobre todo por la larga postergación que el clásico ha sufrido en Cataluña desde entonces): Anna Griñó, directora del festival de Castelldefels y miembro fundador de L’Espantall en los años setenta, rehusaba por completo el legado de Magriñà y de Tena como posible base de nada de lo hecho después por los jóvenes; y no hace falta ni hablar (por evidente) del aislamiento callado a que se había sometido la danza tradicional, como si no fuera un posible material más para cualquier creador contemporáneo (bastante que lo habían demostrado posible ya hace un siglo los mismos Ballets rusos, tan influyentes aquí al principio del siglo XX, o más cerca en el tiempo coreógrafos como el checo Jiri Kylián, director del Nederlands Dans Theater, un modelo claro para el grupo barcelonés IT Danza). Pero ya no es así. Estos últimos años, Cesc Gelabert ha reinterpretado la sardana en La muntanya al teu voltant (2011), Tomàs Aragay y Sofía Asencio se han acercado al mundo tradicional de los esbarts en la obra Ácido Fol-klórico (2010), la coreógrafa contemporánea de técnica neoclásica Catherine Allard ha trabajado con el coreógrafo de danza tradicional Albert Sans en un Contrapàs llarg (2009) compartido entre ambos, el Mercat de les Flors colabora fructíferamente con la Fira Mediterrània de Manresa (subtitulada como de “cultura de raíz”, ha contado con coreógrafos contemporáneos tan diferentes como Cesc Gelabert, Mar Gómez y Tomàs Aragay), y en su programa de TV3 (Nydia) el periodista Jordi Lara mezcla sin complejos referentes tradicionales, clásicos y contemporáneos, además de haber reivindicado en la novela Papallones i roelles (2004) la memoria de un creador tan potente como Salvador Mel·lo en el Esbart Verdaguer. Gracias al comisariado de Juan Carlos Lérida, en el festival Flamenco empírico encontramos diálogos similares entre el pasado y el futuro, entre artistas singulares y escuelas de referencia, dentro de otro sector importante en Cataluña como es el flamenco (en la misma investigación estaba instalado el bailaor Vicente Escudero en Barcelona antes de la Guerra Civil, animado por pintores amigos suyos como Picasso y Miró y por críticos como Sebastià Gasch, uno de los tres firmantes del

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Manifest Groc). Y ahora incluso pasa lo mismo con el ballet clásico, que ya empiezan a reivindicar algunos de los que habían formado parte del sector, y aparecen libros y vídeos con recuerdos olvidados durante décadas, como el de la bailarina y profesora Carme Calvet sobre las clases en Barcelona de la maestra de clásico Marina Noreg, el de memorias de la bailarina Mercè Mor con un importante bloque dedicado al recuerdo del coreógrafo Joan Tena, o el libro Marta Munsó, una vida para la danza (2011), escrito por el estudioso Joan Munsó Cabús. Por último y no menos importante, sino al revés, hay creadores históricos como Cesc Gelabert, Àngels Margarit o Pep Ramis y María Muñoz (coreógrafos de Mal Pelo) que últimamente han revisado con ojos nuevos, desde el presente, algunas de las mejores piezas de su repertorio. Y hay también espectáculos de contemporáneo (precisamente muy contemporáneos en su estructura fragmentaria de collage de la memoria) que han incorporado al máximo el bagaje de todo tipo que podían aportar creadores con nombre propio y poso previo de cierta trayectoria. Pongamos el ejemplo de Fuero(n), de Germana Civera y Roberto Fratini, que en 2008 incluyó intérpretes maduros como los coreógrafos Montse Colomé y Juan Carlos García; o, más recientemente, la tercera entrega de los Julius i Florette de Carles Salas, esta vez (2012) en colaboración con una inspirada y divertida Montse Colomé. Es una auténtica novedad ver como Montse mezcla su pasado de niña en un esbart de Gràcia, el recuerdo de su madre (alumna de Ivonne Attenelle, una maestra de rítmica con dejes duncanianos instalada en Barcelona desde antes de la Guerra), las menciones a su hermano Delfí Colomé (que no debemos olvidar como asesor capital de los primeros stages de danza contemporánea con Anna Maleras), las clases de Joan Magriñà (en la exposición suena el audio que ella menciona) o su experiencia en la coreografía de grandes grupos (desde la reciente puesta en escena de uno de los ballets de Robert Gerhard, con más de cien chavales, hasta la clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona el verano de 1992, como Arts Santa Mònica mostrará con los apuntes y esbozos que ella guarda de aquella experiencia). Y no es sólo lo que la creadora cuenta de viva voz, sino que aquí cuenta y mucho el bagaje físico del que se sirve la bailarina, cuando también baila desde un sentir profundamente contemporáneo el tap con que complementaban la formación de jazz en el Estudio Anna Maleras o recurre al taconeo flamenco y a las castañuelas aprendidos en el Institut del Teatre. Todo mezclado porque es sumado que nos hace ser quien somos, como decía el clásico. No es extraño que ella misma haya sido la responsable de las tres jornadas sobre la memoria organizadas estos últimos años desde el centro de investigación y creación de La Caldera (una con el Mercat de les Flors), con la reivindicación del buen trabajo hecho, cada uno en su momento histórico, por gente tan distinta como los coreógrafos y maestros Joan Tena, Gilberto Ruiz-Lang, José Láinez o Gerard Collins. Tengamos en cuenta también la importancia que el último lustro el mismo Mercat de les Flors ha dado a la documentación y a enlazar en vivo, sobre la escena, coreógrafos y tradiciones; o también los sendos monográficos del 2008 dedicados a repasar el mapa histórico y geográfico de la danza en Catalunya por parte de la APdC (Asociación de Profesionales de la Danza de Cataluña) con El día D y de la AIET (la Asociación de Investigación y Experimentación Teatral de Ricard Salvat) con el número 66-67 de la revista Assaig de Teatre; o la aparición de los proteicos libros de los liquidDocs de Xavier Rovira (responsable del diseño expositivo de esta muestra), dedicados monográficamente a Sònia Gómez, Sol Picó, Cesc Gelabert y Àngels Margarit; o también la colección Cuerpo y Letra del Mercat de les Flors. Y etcétera. Los últimos cinco años han supuesto una auténtica revolución para la danza en Cataluña con respecto a un comienzo de revisión y reivindicación de los pasos anteriores. Y seguro que será bueno cuando ahora, con la crisis, precisamente haya que replantearse hacia dónde ir y cómo.

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En conjunto, todo esto tiene mucho que ver con la exposición, por el hecho de recalcar una obviedad que nos sirve de columna vertebral entre las diferentes épocas: la convivencia entre una gran diversidad de estilos en danza y la continua revisión del pasado por parte de los mejores, precisamente como una forma de desautomatización de los materiales que les permite situarse en la vanguardia de la procesión, como cabezas de fila conscientes. Cuando contactamos con el cineasta Isaki Lacuesta hace cuatro años para pedirle que filmara una serie de materiales y firmara la instalación dentro del espacio del claustro del Arts Santa Mònica, aceptó el encargo con ganas en parte porque cinematográficamente la danza representaba un terreno bastante nuevo, casi virgen. Ahora, no solamente ha grabado muchos más materiales de la exposición, sino que también ha asumido en este curso del Mercat de les Flors un interesante homenaje a Joan Magriñà, Tórtola València, Vicente Escudero, Carmen Amaya, Roseta Mauri y La Maña, encarnados en Cesc Gelabert, Roser López y Lorena Nogal. Un diálogo entre épocas y estilos que es interesante si recordamos que Magriñà ya había participado en homenajes a Ricard Moragas y Roseta Mauri (el coreógrafo y la bailarina catalanes de ballet clásico más importantes del siglo XIX), además de representar de lleno la amalgama de estilos e influencias que asume la nueva danza clásica del siglo XX: el joven Magriñà estudia primero rítmica con Joan Llongueras y la técnica clásica con Pauleta Pàmies y sobre todo directamente con un ruso, Teodor Wassilief; aprende también pronto del modelo directo de los Ballets Rusos a partir de 1917, colabora con artistas de las danzas libres como Josepa Cirera o la “princesa india” Nyota Inyoka, baila estilo español de escuela bolera que había aprendido con el maestro Coronas y los Pericet, participa en unas amplias jornadas sobre el arlequín como creación mediterránea montadas por el renovador Teatre Adrià Gual, actúa al lado de Carmen Amaya en una velada sobre “Instinto y técnica” organizada por el ADLAN (Amigos del Arte Nuevo) o, como Nijinski en los Ballets Rusos y su heredero Serge Lifar en Francia, también Magriñà danza sobre puntas o solo en escena, con la asunción de un nuevo rol para el intérprete masculino. No podemos olvidar que son tres discípulos suyos los que conectarán las nuevas generaciones con fuentes pedagógicas del extranjero, como José de Udaeta en Colonia (Alemania), Josep Ferran en el centro Rosella Hightower de Cannes (Francia) y Emili Altés en Bruselas (Bélgica). Lógico, porque, de hecho, cuando Magriñà se había presentado solo en el escenario del teatro Borràs el año 1932 con piezas como La polca del equilibrista (con figurines de Grau Sala), su actitud no fue nunca esencialmente diferente de la que en los años setenta llevó a Cesc Gelabert a sus propias actuaciones en solitario y a las colaboraciones con su hermana Toni, el músico Carles Santos o el artista Perico Pastor. Ambos intérpretes creadores ejecutan de manera diferente los movimientos concretos, es muy distinta la técnica, cada uno rinde tributo a sus propios referentes, a la época y a los bagajes de cada momento, pero como actitud básica ambos se sitúan en una órbita mental experimentadora muy similar. La misma que llevaba al bailaor Vicente Escudero a taconear al compás del sonido industrial de maquinaria textil. ¡Estos cosidos entre tejidos sí que son tradición catalana! Y tanto Joan Magriñà como Vicente Escudero, La Argentina, María de Ávila, José Granero, Joan Tena o Salvador Mel·lo del Esbart Verdaguer no habrían creado lo mismo sin el ejemplo escénico y la suma de capas de Diáguilev y los Ballets Rusos, de la misma manera que es fácil que el país entero no hubiera sido tan proclive al movimiento y a la aceptación natural de los ritmos del propio cuerpo en los años setenta si Joan Llongueras no se hubiera dedicado desde el comienzo del siglo XX a formar a los jóvenes catalanes en su particular adaptación del dalcrozismo, la que hacía exclamar a Eugeni d’Ors en 1908 en La Veu de Catalunya: “Llongueras es un esencial director de coro. Pero su coro no lo constituyen solamente unos cuantos hombres, una cuantas mujeres, unos cuantos chicos que cantan, con la boca abierta. Su coro es todo un pueblo y sus gentes, y sus casas y sus fábricas, y sus

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escuelas, y sus periódicos, y su infancia, y toda su guarnición de hombres [...]He podido ver manos a la obra al inventor, al maestro de maestros de ese arte, al señor Dalcroze, de Ginebra. El señor Dalcroze es, sin duda, un hombre notable… Pero nuestro Llongueras luce más”. Y eso que D’Ors no solía decantarse por casa, cuando establecía comparaciones de este tipo para elevar el nivel del equipo local. El método de Llongueras sensibiliza a los niños hacia el movimiento concebido como forma rítmica y plástica, dentro de una educación basada en la libertad, la curiosidad y el crecimiento personal, así que no es extraño que coincidan en haberse iniciado en sus enseñanzas tanto Joan Magriñà como Joan Tena o Anna Maleras, los tres renovadores de la danza catalana del siglo XX cada uno en su momento (años treinta, cincuenta y setenta). No podemos negar que ha habido base y variedad. Las dudas, las debilidades, pueden venir, si acaso, porque, a pesar de este siglo XX enormemente fructífero, si la comparamos con las equivalentes de otros países la danza catalana aparece siempre como una especie de hija bastarda; es decir, como fruto directo del amor, sin duda, de la pasión indiscutible de los hombres y las mujeres que han cultivado esta disciplina en el país a menudo a contracorriente, pero sin padres conocidos que le pagaran las escuelas, con las dificultades propias del autodidacta y con la única ventaja de un cuerpo camaleónico, flexible y cambiante, propio de la multiplicidad calidoscópica inherente a la “diversidad informada” con que tantas veces Cesc Gelabert ha definido la danza del país. El estilo es el hombre, el creador, cada coreógrafo, adherido por adopción a las familias que le han interesado en cada momento, sin a duras penas papeles por medio que oficializaran la relación. Por eso la radiografía del sector es tan difícil y en el amontonamiento organizado que nos imponemos en la exposición lo que querríamos es ayudar a auscultarlo, a mostrar el corazón que lo ha impulsado, el latido rítmico que lo ha definido. Probablemente es éste el momento más adecuado para mirar atrás y practicar aquel ejercicio de arqueología contemporánea que se nos pedía aplicar a la danza: para reivindicarla como la mezcla de orden y carnalidad, de armonización y vitalismo con que se le ha acercado todo el siglo XX. Incluso un personaje tan orsiano y racionalista como J. Farran i Mayoral, que es el primer crítico que en La Veu de Catalunya reivindicó las cualidades de Magriñà como más ruso que los rusos, en 1935, al escribir de los bailarines catalanes Carmeta Salazar y el propio Joan Magriñà, afirmaba con entusiasmo en su libro Política espiritual (El mundo de la cultura, 1930-1932): “Fue el deseo de liberarse de la pesantez física, sin duda, lo que hizo danzar a los primeros hombres; el afán de liberarnos de la fatal atracción de la tierra ha creado el aeroplano y la danzarina. […] Toda satisfacción profunda, toda joya de juventud, todo aumento sereno de vital pujanza, se traducen en sentimientos de liberación, en deseos de volar y, ya que volar no podemos, en movimientos de danza. Por eso en todo plano de educación temprana, la danza tiene que ser un elemento importante. Por eso los pueblos más educados y más cultos han sido buenos danzadores.” “Un amigo, ayer mismo, me encontraba con un libro de filosofía matemática en las manos y me decía: —¿Qué hace usted con las matemáticas? ¿Para qué le sirven? —Para apreciar mejor el arte de las danzarinas –le respondí jocosamente sin reflexionar nada en mis palabras.

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Acto seguido, sin embargo, me di cuenta de que, a mi pesar, había dicho realmente alguna cosa. Y que en mi respuesta había un efecto de mi constante y profunda reacción contra los que no son capaces de comprender los más sutiles vínculos en el diverso y armonioso tejido de una cultura. Especialistas incomprensivos o ignaros despreciativos de actividades magníficas. Oh señor especialista de tal rincón de la pura matemática, baje, baje de la luna; le invito a contemplar en la danza los resultados de una disciplina tan larga y difícil como la suya. Le invito a contemplar cómo el número se vuelve, en la danza, humana carne, y hace ligera y armoniosa nuestra vida.”

El corpus de la exposición Tanto la exposición como los textos que componen este catálogo plantean una aproximación a la danza reciente en Cataluña en forma de asedio desde diversos ángulos. De la misma forma que no ha habido un único canon, no es posible un solo planteamiento. Así, como con la multiplicación de formas romboides del vestido del arlequín que Picasso pinta en Barcelona con Massine de modelo, o como en el juego de constelaciones que Gasch veía en el vestido de arlequín proyectado por Miró para Joan Magriñà (“¡Un figurín impresionante de verdad! Sumergido dentro de una luz azulada y decolorada de luna, salpicado de constelaciones singulares, de símbolos mágicos y de signos esotéricos, este vestido parece destinado al arlequín de un planeta desconocido o de un mundo irreal y misterioso de ensueño”, escribía Gasch en 1935 en Mirador), o como en la suma de teselas con la que Gaudí se plantea el cosmos entero como una gran gruta llena de rincones de sombra y de luz, o como en el mosaico calidoscópico de toda memoria hecha de tantas historias personales, aquí abordamos el intangible de la danza-que-fue con un gran collage de piezas que resulta finalmente tan magmático como insuficiente, simples huellas en la arena, meros fetiches suplantadores del deseo creador real que un día hubo en movimiento e, incluso, simples recortes de muchas otras exposiciones posibles, de libros, de tesis doctorales, de mil charlas... En conjunto mostramos centenares de documentos y, a pesar de todo, enseñamos realmente muy poco de cada compañía, como en algunos casos habrá ocasión de ver en el gran tesauro final que presentamos en línea en formato de archivo 2.0 de liquidMaps.org. Coreógrafos aparte, del numeroso grupo de artistas que ha dedicado obra a la danza exponemos unas simples muestras en forma de diccionario. Hay, por ejemplo, tan sólo una de las maquetas que el artista José Menchero proyectó para Danat Dansa (juguetes de madera en los que todas las piezas funcionan como la escenografía original en grande) y de él dejamos fuera desgraciadamente muchas otras maquetas diseñadas para Danat, para Lanònima Imperial o para las carrozas de la Cabalgata de Reyes de Barcelona en la que ha participado y que también incluían danza. O pongamos por caso Frederic Amat: él solo ya sería todo un mundo con el montón de libretas dedicadas a espectáculos de Pina Bausch, a las bailarinas de Degas (unas figuras negras que después puso en movimiento en el pequeño filme Danse noire) y a los muchos espectáculos de Gelabert en los que ha colaborado plásticamente, desde figurines de gran formato como los muy matéricos de Belmonte (crustáceos incluidos y conchas) hasta los apuntes y esbozos repartidos en cuadernos. Tan sólo del último proyecto compartido, Ki, ya hay tres libretas tremendas, pequeños grandes dietarios de un imaginario potentísimo, virtualmente más estimulante que la resolución escénica final en la que inevitablemente se concreta y recorta. Por eso hemos titulado Utopía la entrada de la letra U del diccionario de las artes que constituye la sección Manos: las libretas de cada artista incluyen en potencia muchos más espectáculos posibles que la pequeña concreción que después las selecciones desnudan finalmente en escena.

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Además de la limitación temática y espacial está la temporal. Artes del movimiento. Danza en Cataluña 1966-2012 escoge 1966 como punto inicial e iniciático porque ésta es la fecha de la acción-espectáculo Suite bufa, de Joan Brossa y Mestres Quadreny, con Carles Santos, Anna Ricci y la bailarina Terri Mestres como intérpretes. El recuerdo que implica sobre la obra de Brossa y sus ballets escénicos ha estado igualmente reivindicado por el Mercat de les Flors esta última temporada cuando tituló como Sección irregular uno de sus ciclos precisamente por el Concierto irregular de Brossa y Santos, en la misma medida que la actitud artística que estas obras representaban son todavía un modelo vigente de radicalidad y rigor. En la segunda mitad de los años sesenta se empezó a rehacer buena parte del camino interrumpido drásticamente en 1939: en el mismo año 1966, el Club 49 organiza la actuación de Mercè Cunningham y John Cage en el teatro Prado de Sitges, con un cartel magnífico de Joan Miró (en años posteriores, Cunningham y Cage harían estancias en Cadaqués atraídos por la presencia de artistas como Marcel Duchamp y Richard Hamilton); en 1967, Ricard Salvat lleva a escena Ronda de Mort a Sinera (1967), de Salvador Espriu, con la Escuela de Arte Dramático Adrià Gual; y es ya en 1968 y en 1969 cuando la bailarina y maestra Anna Maleras –educada con su prima Emma Maleras y que formaba parte del ballet del Liceo de Joan Magriñà y hacía bolos durante los veranos por la Costa Brava con bailes de danza española– visita la escuela de Rosella Hightower en Cannes (Francia) y las clases de verano de Colonia (Alemania) e importa a Barcelona los estilos contemporáneos del método Graham y la danza jazz. Tanto en Cannes como en Colonia enseñaban como profesores dos exalumnos del maestro Magriñà y amigos de su prima Emma: Àngel Ferran en la escuela Hightower y José de Udaeta en los cursos de Colonia. Udaeta, además, durante los veranos montaba en Sitges cursos para un grupo de suecos acomodados, clases con docentes extranjeros que aprovechaban también “la Maleras” y sus alumnos. Por la vía de aciertos como estos de la sociedad civil catalana, entran en Barcelona las principales corrientes contemporáneas de la danza del siglo XX, con profesores extranjeros invitados por el Estudio Anna Maleras y un Institut del Teatre modernizado en 1970 con la nueva dirección de Hermann Bonnin. Aquí nace la matriz que todavía hoy articula el funcionamiento de la danza en Cataluña. Enseguida se forman las primeras compañías: Ramon Solé que acaba de volver de Francia funda el Ballet Contemporáneo de Barcelona, la primera compañía catalana de autor; los hermanos Toni Gelabert y Cesc Gelabert llevan a cabo algunas acciones bajo lo que denominan Espai de Dansa, se crea el Grupo Estudio Anna Maleras, surgen del Institut del Teatre las chicas de Heura, aparece L’Espantall y Taba. Y todo eso antes de que surgiera la línea de subvenciones de los años ochenta que propició la primera hornada oficial de compañías. A lo largo de los años, se han sumado muchas otras aportaciones al conjunto, pero el espíritu fundador es todavía el mismo de entonces. De hecho, el mismo que ha articulado la danza catalana del siglo XX a partir de cuatro características básicas. 1. Una clara vocación de modernidad, de vanguardia, de ruptura con todo lo que se percibe más fosilizado del pasado anterior, simplemente como la mejor forma de responder a los interrogantes y los retos del presente. Es aquello que decía Brossa: “no hay adelantados, hay retrasados” porque nadie se adelanta al propio tiempo (sería ciencia-ficción) y lo que pasa es que la mayoría de artistas andan todavía de la mano de los padres o de los abuelos, infantiles por voluntad propia en lugar de asumir como adultos el riesgo del movimiento de todo paso adelante. 2. Una actitud abierta a la convivencia de estilos. Aquí empezaron por dar ejemplo los Ballets Rusos (partían del ballet clásico, pero recurrieron a clases de dalcrozismo a través de Maria Rambert para la preparación de Nijinski de La consagración de la primavera, Fokine admiraba a Isadora Duncan, integraron el baile español...) y es su modelo el que sigue Magriñà, que ya hemos

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visto como en su mejor momento sumaba capas, interesado por todo (incluso del coreógrafo ya mayor de los años sesenta, Anna Maleras ha destacado siempre su vocación artística integradora). Joan Tena se formó esencialmente en el clásico, pero también bailó en musicales del Paralelo e incluso se introdujo en la parte interpretativa de la danza expresionista alemana, primero en Barcelona a través de Marina Noreg y después directamente con Mary Wigman y Dore Hoyer en Zurich y en Berna (ése es el bagaje que le sirvió en su papel de oso en Ronda de mort a Sinera en 1967, obra en que la maestra Marina Noreg interpretaba a la Muerte). Si eso era así antes, no parece necesario insistir demasiado en los estratos de profundidad diversa que marcan la evolución de las principales compañías catalanas de la transición hasta hoy: desde los diversos estilos de la modern dance y el jazz hasta la danza posmoderna y la influencia directa del release y el contact improvisation; de la danza teatro alemana al butoh japonés, que tiene, al fin y al cabo, similares raíces expresionistas; desde los estilos contemporáneos con larga tradición hasta el tap, el hip-hop de calle o danzas tradicionales étnicas del mundo entero; desde cualquiera de los estilos contemporáneos hasta el clásico y el neoclásico utilizado como una herramienta más o un flamenco igualmente desinhibido (el ejemplo de Israel Galván ha llegado a Cataluña como un claro continuador de Escudero, y en esta dirección apunta el actual festival Flamenco empírico). 3. La interdisciplinariedad, un diálogo fértil entre las artes. Cesc Gelabert no ha trabajado nunca de forma diferente de lo que practican Carles Santos y Pascal Comelade en la partitura (el mismo hacer, deshacer y rehacer lúdico y rupturista) o que Frederic Amat en la plástica (textura en movimiento); Àngels Margarit ha dicho muchas veces que se siente pintora o escultora cuando coreografía; Marta Carrasco piensa en forma de teatro, mimo, clown, escultura o cine, según le haga falta; un coreógrafo clásico como David Campos filma películas de barrio en forma de ballet y musicales de Disney en pasos de danza; y, como Toni Mira quería ser arquitecto, así ha edificado una mirada coreográfica que le urbaniza la escena como el plan Cerdà el Eixample, con cuadrículas de precisión racionalista. A su vez, la danza ha recibido miradas laterales de mucha calidad, aportadas por artistas de otros ámbitos que han influido en esta disciplina no sólo con sus piezas sino con bagajes que llevan a caballo poéticas propias y otros cánones y formas de trabajo personales. 4. Una buena sedimentación (gracias al poso aportado por el volumen de las colaboraciones exteriores) y, por tanto, un cosmopolitismo que suma sin renunciar a las propias singularidades. El ruso Teodor Wassilief da clases a Magriñà en Barcelona. Ivonne Attenelle es maestra de la madre de Delfí y Montse Colomé, pioneros en la danza contemporánea catalana. El método Dalcroze se catalaniza en la pedagogía rítmica y plástica de Joan Llongueras, que a su vez sensibiliza hacia el movimiento libre a los que serán auténticos renovadores de la danza en Cataluña: Magriñà, Tena y Maleras. La rusa Marina Noreg es una maestra reconocida por Joan Tena, Carme Calvet, Josep Maria Escudero y Emili Altés (bailarín, coreógrafo y maestro catalán, alumno también de Magriñà, que en Internet consta anecdóticamente como profesor de danza del actor de artes marciales JeanClaude van Damme en Bruselas). Ya en el paso de los sesenta a los setentas, Anna Maleras enriquece su estudio de maestros extranjeros como los norteamericanos Walter Nicks, Mat Mattox y Aaron Osborne o la británica Anne Mittelholzer, solista de la compañía de Pina Bausch que se quedó en Barcelona y lleva décadas dando clase en la ciudad. En el Institut del Teatre de los años setenta resultan fundamentales profesores coreógrafos como el navarro José Láinez, el mexicano Gilberto Ruiz-Lang y el francés Gerard Collins, tíos afectivos y efectivos de muchas de las primeras compañías e inspiraciones coreográficas. Toni Gelabert comparte el centro pedagógico y de creación La Fàbrica (1981-1989) con la argentina Norma Axenfeld. A mediados de los años ochenta, Cesc Gelabert monta compañía con la británica de origen armenio Lydia Azzopardi. Danat Dansa, una de las primeras compañías profesionales catalanas, une en la codirección artística a la

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alemana Sabine Dahrendorf y al leonés Alfonso Ordóñez. Fundan Lanònima Imperial dos vascos como Juan Carlos García y Álvaro de la Peña con el alemán Dietrich Grosse. Es codirector de La Porta el canario Carmelo Salazar. El norteamericano Steve Paxton y Lisa Nelson apadrinan en Celrà el centro de creación e investigación de L’animal a l’esquena (2001) dirigido por Pep Ramis y María Muñoz, dos coreógrafos que como compañía Mal Pelo han colaborado estrechamente con el escritor y pensador inglés John Berger estos últimos años. El brasileño Bebeto Cidra y el cubano Pepe Hevia crean y enseñan en Cataluña. El coreógrafo y músico chileno Sebastián García Ferro ha colaborado habitualmente con el catalán Àlex Serrano. El uruguayo Andrés Waksman formaba parte de General Elèctrica con Roger Bernat, Tomàs Aragay y Sònia Gómez. En el centro de creación de Deltebre el coreógrafo tortosino de formación belga Roberto Olivan colabora con el dramaturgo italiano de circo Roberto Magro. El estilo neoclásico de CobosMika proviene de la conjunción creadora y vital entre la catalana Olga Cobos y el eslovaco Peter Mika. Dirige IT Danza la belga Catherine Allard. Codirige la compañía de ballet clásico David Campos la filipina Irene Sabas. Ha ganado el último premio Ciutat de Barcelona de Danza y dirige la danza del Sant Andreu Teatre el británico Thomas Noone. Y es un italiano de Pisa como Roberto Fratini quien, en los diez años que lleva en Barcelona, ha revolucionado el pensamiento sobre danza y dramaturgia en la ciudad, con una importante influencia ahora en compañías jóvenes como La Veronal de Marcos Morau. Son tan sólo unos cuantos ejemplos. Siempre se ha dicho que Cataluña es una tierra de paso y de acogida: podríamos añadir claramente que es una tierra que ha recogido mil pasos en danza. Eso sin tener en cuenta los viajes de formación a Nueva York, Berlín, París, Londres, Japón, etc., protagonizados por los catalanes, con el fin de respirar de todas partes nuevos aires nutritivos, ni inventariar tampoco todas las visitas importantes de compañías que han influido de forma decisiva en el imaginario escénico, conceptual, expresivo y de movimiento de muchos creadores locales: el mencionado Cunningham en Sitges (1966), el Living Theatre en Terrassa y Lérida, Quejío de Salvador Távora en el teatro Capsa de Barcelona (1972), Flowers de Lindsay Kemp en el Romea (1977), Tadeusz Kantor en el Poliorama y en el Mercat de les Flors, la pieza 1980 de Pina Bausch en el Mercat de les Flors (1986), analizada por otra parte su obra por Jordi Coca con un importante trabajo en Estudios escénicos, el primer butoh de Taburo Teshigawara, la danza posmoderna de Trisha Brown y la minimalista de Roses dans Roses de Anne Teresa De Keersmaeker, otros creadores belgas como Jan Fabre, Wim Vandekeybus y Thierry de Mey, el neoclásico de La La La Human Steps, la no danza de Jérôme Bel, etc. En la exposición, este gran corpus de la danza en Cataluña y sus influencias, lo organizamos en cuatro partes: Pies, que representan la base, los orígenes, desde el comienzo de siglo hasta el final de los años sesenta; Tronco, la matriz en la que todavía nos encontramos ahora, el corazón que ha impulsado la sangre que late desde entonces en la danza de Cataluña; Rostros, el quién es quién de cada momento, los coreógrafos, las compañías, las individualidades que han integrado y articulado el colectivo, en forma de gran árbol genealógico y de web 2.0; y Manos, la ejemplificación en obra original de aquella vocación interdisciplinaria ya mencionada, de aquella mirada transversal que ha caracterizado a muchos de los mejores creadores (esta aportación a la danza de otros artistas, la ofrecemos en forma de diccionario aplicado de las artes). El hilo conductor es la aventura de una libertad realizada sobre mil y una restricciones y, por descontado, la presencia omnipresente (fotos, vídeos, ideas) de un cuerpo que, por el camino, propone rutas, esquiva ruinas, respira ritos, convertido en el dedo que apunta a la luna de un posible mapa en el amplio collage de un siglo de danza en Cataluña. Ocurre lo mismo con los siete cuerpos a capella filmados en 16 mm por el cineasta Isaki Lacuesta: Cesc Gelabert, Àngels Margarit, María Muñoz, Sol Picó, Andrés Corchero, Thomas Noone y Marta

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Carrasco, que están aquí en representación de muchos otros, del conjunto de lo que en Cataluña han sido algunas de las líneas y las realizaciones de los últimos cuarenta años. Capilla laica en homenaje a la riqueza del colectivo, cada marco de pantalla de la instalación de Lacuesta es un simple espejo, un mero reflejo, el hueso de Cuvier que remite al esqueleto entero de la danza. El individuo representa al colectivo que lo alimenta y que él mismo alimenta. Por eso si los que aquí están seguro que son, seguro también que no están todos los que son, como el resto de la exposición hace bastante evidente. Se trataba de dar el primer paso hacia una mirada globalizadora. Poco antes de morir, Delfí Colomé (1946-2008) afirmaba sobre la danza catalana en la transición: “transitamos hacia aquello que no teníamos: la estabilidad, la razón, la normalidad; todo aquello que ya no nos hacía diferentes –como propugnaba el repugnante eslogan de Fraga Iribarne– para poder ser, cada vez más, nosotros mismos.” Un nosotros mismos que afortunadamente ha logrado ser de muchas maneras. Un nosotros móvil, adaptable, flexible, cambiante, multiplicado y multiplicador.

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LOS COMISARIOS JOAQUIM NOGUERO Joaquim Noguero es profesor de periodismo cultural en la facultad de Comunicación Blanquerna de la Universidad Ramon Llull desde 1999, donde también ha impartido la asignatura Géneros periodísticos de opinión, y se interesa por la crítica en todos sus aspectos: como comisario de exposiciones, jurado de premios y en la prensa, la creación y la academia. Trabaja desde 2002 como crítico de danza para La Vanguardia.

BÀRBARA RAUBERT Bàrbara Raubert es periodista cultural. Trabaja en varios medios especializados y hace crítica de danza en el Avui/El Punt entre 2002 y 2012. También colabora con instituciones cultuales como Enciclopèdia Catalana, elaborando contenidos, el Mercat de les Flors, coordinando la revista Reflexiones entorno a la danza o el Institut del Teatre, donde actualmente imparte una asignatura de historia del arte.

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ARTES DEL MOVIMIENTO Danza en Catalunya (1966-2012)

CRÉDITOS EXPOSICIÓN: COMISARIOS: JOAQUIM NOGUERO y BÀRBARA RAUBERT COORDINACIÓN: FINA DURAN I RIU, MARTA GARCIA Y ESTER MARTINEZ AJYUDANTE DE COORDINACIÓN: BLANCA ÁLVAREZ HERRERO DISEÑO EXPOSITIVO: XAVIER ROVIRA (liquidDocs) ASESORAMIENTO DISEÑO EXPOSITIVO: ERNESTO MARIN (CROQUIS) PRODUCCIÓN MONTAJE: CROQUIS RESPONSABLE TÉCNICO: XAVIER ROCA MONTAJE TÈCNICO: PERE JOBAL, MARC ASES, LUIS BISBE, JUAN CARLOS ESCUDERO, DAVID GARCIA, JUAN DE JARILLO Y XESCO MUÑOZ FOTÓGRAFO DE LAS REPRODUCCIONES: FRANCESC MESEGUER TRADUCCIONES: CHRIS GLADWIN, JOAN RIAMBAU, GRAHAM THOMPSON y RICARD VELA

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CRÉDITOS LIBRO: TEXTOS: XOSÉ AVIÑOA, CLÀUDIA BRUFAU BONET, EDUARD ESCOFFET, ANDRÉS HISPANO, ISAKI

LACUESTA,

FRANCESC

MASSIP,

JOAQUIM

NOGUERO,

PILAR

PARCERISAS,

MARTA

PORTER, BÀRBARA RAUBERT, PEDRO G. ROMERO, XAVIER ROVIRA y ESTER VENDRELL TRADUCCIÓN AL CATALÀN: RICARD VELA DISEÑO GRÀFICO: XAVIER ROVIRA y AINHOA ZABALETA (LIQUIDDOCS) DISEÑO GRÀFICO_ART FINAL: MINERVA CARRASCO ASISTENTE DISEÑO GRÁFICO: OLGA MICHEL (LIQUIDDOCS) PRODUCCIÓN Y DOCUMENTACIÓN: SUSO PÉREZ (LIQUIDDOCS) COORDINACIÓN EDITORIAL: JOAN RIAMBAU

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COMUNICACIÓN ARTS SANTA MÒNICA: ----------------------------------------------------------------------Exposición Artes del Movimiento. Danza en Catalunya (1966-2012) Presentación a prensa: Inauguración:

Lunes 29 Octubre 2012 / 12.00 h Lunes 29 Octubre 2012 / 19.00 h

Exposición abierta:

30 Octubre 2012 – 26 Enero 2013

----------------------------------------------------------------------Para más información, entrevistas o imágenes, no duden en contactarnos:

Neus Purtí T 935 565 314 (directo) - T (34) 933 162 810 [email protected] Departamento de Comunicación y Prensa | Arts Santa Mònica Jordi Miras Llopart T 93 316 28 10 ext.13442 [email protected] Departamento de Comunicación y Prensa | Arts Santa Mònica Becàrios T 933 162 810 ext. 13437 [email protected] Departamento de Comunicación y Prensa | Arts Santa Mònica

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ARTS SANTA MÒNICA:

La Rambla 7. 08002 Barcelona. De martes a viernes de 11:00 h a 21:00 h. Sábados de 11h a 14:00 h de 16h a 20:00h. Domingos, lunes y festivos cerrado Topdas las actividades son de entrada libre T (34) 933162810 - 935671110 www.artssantamonica.cat

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